Etapas Musicales de Ludwig Van Beethoven - Historia de La Música II

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Etapas musicales de Ludwig van Beethoven

Mario Lo Russo. Ficha: 1699 Historia de la Música II

Por la evolución artística del músico, los musicólogos distinguen tres períodos bien diferenciados en su
obra.

Obra De Juventud (hasta 1802)

En sus primeras piezas Beethoven parte del lenguaje clásico de su tiempo, pero introduciendo ya trazos
estilísticos y formales totalmente personales e innovadores.En 1800 estrena en Viena la primera de sus nueve
sinfonías, con un notable éxito. La Primera sinfonía en Do menor, Op.21, tiene muchos elementos clásicos, y
en ella se evidencian las influencias de Haydn y de Mozart, aunque ya muestra audacias en el uso de las
tonalidades que auguran un lenguaje muy personal.

En estos años hace también la primera colección de seis cuartetos de cuerda, para dos violines, viola y
violoncello, que constituyen el Opus 18. Estos cuartetos destacan por el complejo trabajo contrapuntístico, por
su clásica estructuración formal y por la riqueza melódico-rítimica. A pesar de esto, los primeros cuartetos no
alcanzan la perfección y el equilibrio presentes en las obra para teclado de la época.

En estos momentos, Beethoven era considerado un excelente intérprete para teclado, y para estos
instrumentos compuso un gran número de piezas. Su belleza y perfección técnica es tal que, el conjunto
formado por sus 32 sonatas es conocido comúnmente como el Nuevo Testamento de la Música. Las
enmarcadas en la primera época son herederas del estilo característico de Haydn y Mozart. Entre todas ellas
destaca el Opus 13, llamada Patética, que es considerada como la primera sonata moderna. El músico consigue
la unión de todos sus movimientos a través de una célula cíclica de gran expresividad. Cuando se edita, en
1799, lleva el título de “Gran sonata patética para clavecín o para pianoforte”, con lo que se muestre que podía
ser tocada en cualquiera de estos dos instrumentos.

Las tres sonatas que forman los op. 26 y 27 fueron elogiados por los compositores posteriores, por la
libertad formal y por su carácter improvisatorio. La llamada Claro de Luna, es una de sus obras más conocidas
y debe su título no al compositor, sino al poeta Ludwig Rellstab, que conocía al músico, y que escribió los
textos de varios lieder de Schubert.

La Segunda Etapa (1803-1814)

El compositor siente la necesidad de experimentar nuevas sonidos y, en la misma medida, de alejarse de


las obras del período precedente.Durante el año de 1803 trabaja en su tercera sinfonía, que termina un año más
tarde y lleva el título de Sinfonía Grande Heroica, inspirada por la idea de un Napoleón fraternal. La
concepción global de esta obra no tiene nada que ver ya con el patrón sinfónico aprendido con Haydn. Nada
más acabar esta sinfonía, el compositor realiza los apuntes de lo que será la quinta, aunque los interrumpe para
hacer en el medio la cuarta, considerada como una de las “clásicas” (junto con la 1ª, 2ª, 7ª y 8ª). Esta sinfonía
vuelve a reflejar la estética de la primera época. La principal característica de la cuarta es su equilibrada
orquestración. Por su parte, la Sinfonía nº 5, llamada habitualmente “del destino”, fue escrita entre 1804 y 1808
y gozó de un gran éxito desde el momento de su estreno. Por el tratamiento que el autor les da a las melodías
del primero y del último movimiento, la sinfonía se considera un canto de dignidad del ser humano condenado
a la soledad.

La Sinfonía nº 6, Pastoral, datada en 1808, constituye una obra descriptiva en la que Beethoven refleja
su gran amor por la naturaleza, con una perfecta translación de estos sentimientos a la composición sinfónica

 
o, dicho en palabras del músico, “ la sinfonía es la expresión de un sentimiento más que la pintura de la
naturaleza”. Así, el primer movimiento evoca un paisaje rural donde brilla el sol, mientras que en el segundo el
día se oscurece repentinamente ante la proximidad de la tempestad, que llega en el tercer movimiento,; en el
cuarto; la tempestad calma, y el día vuelve a brillar en todo su esplendor, en los dos movimientos restantes.
Tanto por su motivo como por su fuente de inspiración, el tratamiento orquestal y la naturaleza de los motivos
melódicos, contrasta totalmente respecto a la sinfonía anterior.

Las sonatas para piano escritas en este período, exigen una gran capacidad expresiva y técnica del
compositor, con lo que se separarán de las de la primera época. De este período data la creación de su única
ópera, Fidelio, un canto al amor conyugal. A pesar del interés que mostró Beethoven por el drama musical,
esta ópera nunca obtuvo éxito, ni tan siquiera gozó del interés del público. Por último, en el terreno de los
conciertos, en 1811 compone el Concierto Para Piano y Orquesta, conocido después como Emperador, y
considerado como la culminación del género, que Beethoven no pudo estrenar ya como intérprete. El concierto
sigue la forma tripartita de la sonata clásica y tiene la característica de que es el único que no tiene cadencia
solística.

La Tercera Etapa (1814-1827)

Integración en el Romanticismo. En este período lleva hasta las últimas consecuencias la técnica del
desenvolvimiento motívico, componiendo obras profundamente complejas, en las que explota sonidos hasta
entonces desconocidos. De toda su producción, la obra que sobresale, es la Sinfonía nº9, Coral, Op. 125, que fue
un encargo de la Royal Philarmonic Society de Londres del año 1817. La sinfonía se terminó en 1824, once
años más tarde de la composición de la Octava. Rompía así la tradición de la sinfonía como género puramente
instrumental, al introducir el coro y los solistas en esta forma musical. Pero la ruptura con la tradición no
venía sólo de este aspecto: todas las sinfonías de Beethoven comenzaban con un tiempo en Allegro, mientras
que la Novena no sigue este esquema. El texto es un hermoso canto a la hermandad entre los pueblos, y
Beethoven pone todo su empeño en potenciar los efectos sentimentales y sensoriales de la oda, por medio de
los instrumentos. La obra fue un auténtico éxito.

En el ámbito de la música de cámara, tienen que pasar 14 años hasta que Beethoven vuelva a componer
cuartetos. La última serie de ellos, los 5 cuartetos de la última época, considerados como el culmen del género,
es fruto de un encargo del Príncipe Galitzin.Por lo que respecta a la composición para instrumento solista, las
últimas sonatas para piano se caracterizan por el concepto polifónico de las texturas y por la explotación
diferenciada de los registros graves y agudos, a los que les añade una dimensión de gran sonaridad. La Op.106,
Hammerklavier, es una sonata de grandes dimensiones y presenta una enorme dificultad en la interpretación,
tanto técnica como estilística. El compositor le dedicó también a su discípulo, el archiduque Rodolfo, y su
último movimiento fue compuesto como una gran fuga, fue posteriormente concebido como una pieza
independiente, y es considerada hoy en día como una obra de gran importancia, ya que toda su extensión se
construye sobre una variación continua en la que todo es preciso y nada es superfluo.

Para celebrar el nombramiento del archiduque como arzobispo de Olmütz, Beethoven compone la Misa
Solemnis en 1823. La importancia que Beethoven le dio a esta composición queda testimoniada por los
ingentes y constantes trabajos precompositivos que realizó. El compositor tiene mucho cuidado en unificar las
distintas secciones a través del énfasis en la palabra, en el texto, más que en el propio ritmo musical, donde
destacan especialmente partes fugadas.

Fuentes Consultadas

http://html.rincondelvago.com/ludwig‐van‐beethoven_21.html  

http://www.portalplanetasedna.com.ar/arte03.htm 

 

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