Los Pueblos Del Mar A Traves de Las Tendencias Historiograficas

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Ab Initio, Nm.

8 (2013)

VV.AA.
Los Pueblos del Mar a travs

LOS PUEBLOS DEL MAR


A TRAVS DE LAS TENDENCIAS HISTORIOGRFICAS*

THE SEA PEOPLES


THROUGHOUT THE HISTORIOGRAPHICAL TENDENCIES
Javier Garca Bargueo, Jess Garca Garca, Jos Mara Martn Garca,
Paz Ramrez Valiente
Alumnos de 5 de Licenciatura de Historia (UCM)
Resumen. Los Pueblos del Mar han sido
fruto de un gran debate historiogrfico
desde que fueran descifradas las
inscripciones del templo de Medinet
Habu. Nos proponemos mostrar las
interpretaciones que diversas tendencias
han dado en torno a esta cuestin,
centrndonos en su sesgo ideolgico.

Abstract. The Sea Peoples have been a


historiographical question long time
debated since the inscriptions of
Medinet Habu were deciphered. We
intend to show the interpretations on
this topic according to different
tendencies, focusing on their ideological
bias.

Palabras clave: Pueblos del Mar,


Medinet Habu, positivismo, Arqueologa
procesual, Arqueologa postprocesual.

Key words: Sea Peoples, Medinet Habu,


Positivism, Processual Archeology,
Post-processual Archeology.

Para citar el artculo: VV. AA., Los Pueblos del Mar a travs de las tendencias
historiogrfcas, en Ab Initio, Nm. 8 (2013), pp. 3-43, disponible en www.ab-initio.es
Recibido: 12/11/2012
Aceptado: 15/02/2013

I. POSITIVISMO
I.1. Introduccin
Los historiadores positivistas que han estudiado la cuestin de los Pueblos del
Mar lo han hecho basndose principalmente en las inscripciones del templo
egipcio de Medinet Habu, un templo funerario erigido en honor del faran
Ramss III excavado entre 1859 y 1899. No ser hasta entonces cuando, tras la
transcripcin de los jeroglficos de dicho templo, surja la cuestin de los Pueblos
del Mar, ya que esta valiosa informacin constituy el inicio de los estudios
dedicados a estos movimientos en el Mediterrneo. Tradicionalmente, el
positivismo ha confiado en las inscripciones de Ramss III de una manera
incuestionable, tomando el texto de una forma literal, estudiando todas sus partes
y comparndolo con otras valiosas fuentes como la Biblia y el Papiro Harris,
aunque como expondremos ms adelante, existen algunos autores que no siguen
estos textos de manera estricta.

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Como veremos a continuacin, de estos estudios el positivismo ha aceptado de


una forma unnime que las migraciones de los llamados Pueblos del Mar
corresponden a una invasin extranjera y violenta que llevar consigo la
destruccin y el desmoronamiento de los principales estados e imperios del
Mediterrneo oriental. Algunos ejemplos de autores que defienden estas ideas son
Moreu, Waschmann o Mederos.
Los autores positivistas ponen nfasis principalmente en responder preguntas
propias de los Pueblos del Mar relativas a su lugar de origen, la ruta que
siguieron, los diferentes lugares de ataque, el nmero de invasores, barcos, etc., en
detrimento de otras cuestiones como la sociedad o economa de estos pueblos.
De igual modo, tras estudiar a los autores positivistas podemos observar que, en
gran medida, se centran en considerar a los Pueblos del Mar como una realidad
histrica comprobada en las fuentes tratadas, frente a algunas consideraciones de
otras teoras que presentan a los Pueblos del Mar como una construccin, restando
importancia a los hechos narrados en Medinet Habu.
Dentro de esta introduccin es adecuado dedicar unas lneas al trmino tan
utilizado Pueblos del Mar. El vocablo fue acuado por Emmanuel de Roug a
mediados del siglo XIX para referirse a los distintos pueblos mencionados en las
inscripciones de Medinet Habu, referidos por los egipcios como procedentes de
las islas en medio del mar. De este modo, el trmino Pueblos del Mar tiene una
clara procedencia egipcia, aunque bien es cierto e importante sealar que en los
textos egipcios no aparece como tal.
Siguiendo con la introduccin y de forma breve, intentaremos responder a algunas
de estas preguntas en las que se centra el positivismo antes de abordar el tema en
profundidad.
I.1.1. Quines son?
Para la mayora de los autores de tendencia positivista, como Vassos
Karageorghis1, Alfredo Mederos2 o Carlos Moreu3, los Pueblos del Mar proceden
del Mar Egeo, la teora ms aceptada es que concretamente son micnicos. Un
* Este artculo es el resultado de un trabajo desarrollado en el marco de la asignatura Tendencias
Historiogrficas Actuales. Historia Antigua, impartida por la Dra. M Cruz Cardete, cuyo
asesoramiento y coordinacin han sido esenciales a lo largo de todo el proceso. La iniciativa ha
contado con el apoyo del Departamento de Historia Antigua de la Facultad de Geografa e Historia
de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
1
KARAGEORGHIS, Vassos, Cultural Innovations in Cyprus Relating to the Sea Peoples, en
OREN, Eliezer D. (Ed.), The Sea Peoples and their World: A Reassessment, Philadelphia, 2000,
pp. 255-280.
2
MEDEROS, Alfredo, La crisis del siglo XII a.C. Pueblos del Mar y Guerra de Troya ca. 12151175 a.C en SPAL, Vol. 16 (2007), pp. 93-153.
3
MOREU, Carlos, Los Pueblos del Mar y el trasfondo histrico de la Guerra de Troya, en
Mediterranean Archaeology, Vol. 16 (2003), pp. 107-124.

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elemento importante para certificar esta procedencia es la aparicin de cermica


micnica en los lugares visitados por los Pueblos del Mar como indicativo
cientfico, ya que, para las teoras difusionistas, una innovacin de la cultura
material es producto de un cambio tnico.
De igual modo, otro apoyo para verificar tal procedencia han sido las
interpretaciones de las inscripciones de Medinet Habu y su comparacin con
algunos nombres de pueblos de la Ilada4, y su puesta en comn con otros restos
como la cermica micnica o los cascos de jabal. Estos restos de cultura material
concuerdan con los relatos homricos y egipcios, lo que aporta una mayor validez
a la procedencia micnica de los Pueblos del Mar.
Asumiendo que los Pueblos del Mar tienen un origen micnico, es importante
conocer a cada uno de estos pueblos, nombrados en varios documentos como el
Papiro Harris, las tablillas de Ugarit, la Columna de El Cairo y la Biblia, entre
otros. Las distintas tribus o pueblos que aparecen en estos textos son los
siguientes: peleset, tjeker, shekelesh, denyen, weshesh, sherden, lukka y teresh.
Actualmente, estas teoras invasionistas defienden otras evidencias (como
veremos a continuacin) como la aparicin del cerdo, pesas de telar, cambios en
enterramientos y ritual, pasando a utilizar la cremacin en el mundo funerario.
Creemos conveniente exponer estas ideas dentro del positivismo, ya que
consideramos su ideologa afn a esta tendencia, aunque no sean tan puros como
otros autores.
I.1.2. Cundo fue?
Tradicionalmente, se ha utilizado a los Pueblos del Mar como un componente
esencial para conocer el final de la Edad de Bronce, a principios del s. XII y
finales del XIII. La mayora de los autores y las fuentes coinciden en situar en ese
espacio de tiempo a los Pueblos del Mar. La fecha ms aceptada por los distintos
autores como ao del surgimiento de los movimientos de los Pueblos del Mar es
el ao octavo del reinado de Ramss III, siendo dicho ao la primera referencia en
textos escritos sobre los Pueblos del Mar. La aceptacin de esta fecha no se
encuentra libre de polmica, ya que autores como P. James5 ofrecen la llamada
datacin baja, desestimada en este caso para que las fuentes (Ramss III y la
Biblia) coincidan.
Antes de que el camino de los Pueblos del Mar se cruzara con Egipto, se acepta que
estos pueblos estuvieron en Chipre y Canan, por lo que debieron salir de Grecia
hacia el ao 1250 a.C. aproximadamente, en una fecha cercana a la destruccin de
Troya6.
4

MOREU, C., Opus cit., pp. 56-58.


JAMES, Peter, Siglos de oscuridad. Desafo a la cronologa tradicional del mundo antiguo,
Barcelona, 1993, pp. 363-369.
6
MEDEROS, A., Opus cit., p. 95.
5

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I.1.3. Por qu salen?


Existen multitud de hiptesis y teoras acerca del motivo que impuls a los
Pueblos del Mar a iniciar su viaje hacia el Oriente, muchas de estas ideas son
recogidas por Betancourt7. Este autor achaca la salida de los Pueblos del Mar a
varias causas como son la llegada de los dorios y gentes del norte de Europa a
Grecia, el mismo colapso de Micenas, ciertas guerras entre los mismos Pueblos
del Mar, graves cambios climticos, epidemias, desastres agrcolas, guerras
locales o estancamiento del comercio.
Una de las teoras ms aceptadas es la llamada bola de nieve, entendiendo por
este trmino que los primeros y originarios Pueblos del Mar no son los mismos
que los que atacaron Egipto debido a que a su paso por el Egeo, Hatti y Canan,
otros pueblos o tribus se fueron uniendo a esta conjuncin heterognea. Esta
teora de bola de nieve es aceptada por muchos autores, una de las cuales,
Shelley Waschsmann, lo utiliza literalmente en su estudio de la iconografa de los
barcos micnicos8.
I.1.4. Medinet Habu y Papiro Harris
Los relieves de Medinet Habu y el Papiro Harris son tomados por los positivistas
como verdades histricas ya que han sido redactados por los contemporneos, las
personas que vivieron en esa poca y fueron testigos directos de los hechos que
narran, la invasin sobre Egipto en Medinet Habu y las destrucciones anteriores
en el Mediterrneo representada en el Papiro Harris.
Segn estas fuentes, antes de su confrontacin con Egipto los Pueblos del Mar son
los causantes de la destruccin de varias ciudades como Khode, Hatti, Jereth y
Carquemish9. Tras este violento paso por la cornisa mediterrnea se asientan en
Amurru para finalmente llegar a Egipto. Despus de la derrota frente a Ramss
III, el faran les deporta a las fortalezas fronterizas, interpretadas en Canan, y
ello conlleva la llegada de los filisteos a la zona.
Estos dos valiosos documentos egipcios recogen la nomenclatura de todos los
pueblos representados en la batalla, constituye as el punto de partida para el
estudio filolgico de los diferentes pueblos y su origen.

BETANCOURT, Philip, The Aegean and the Origin of the Sea Peoples, en OREN, Eliezer D,
(Ed.), The Sea Peoples and Their World: A Reassessment, Philadelphia, 2000, pp. 297301.
8
WASCHMANN, Shelley, Were the Sea Peoples Mycenaeans? The Evicence of Ship
Iconography, en Cyprus and the eastern Mediterranean from prehistory to late antiquity:
proceedings of the Second International Symposium "Cities on the Sea", Nicosia, 1997, pp. 339342.
9
SINGER, Itamar, New Evidence in the End of the Hittite Empire, en OREN, Eliezer D. (Ed.),
The Sea Peoples and their World: A Reassessment, Philadelphia, 2000, p. 27.

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I.2. Fuentes
En un periodo tan convulso, repleto de destrucciones y cambios como el Bronce
Final debi resultar difcil dejar constancia de los acontecimientos que estaban
ocurriendo en los diferentes estados del Mediterrneo; an as, existen varias
fuentes literarias contemporneas en las que nos podemos apoyar para intentar
comprender el sinuoso camino de los Pueblos del Mar. La ms importante y
precisa de estas fuentes es, sin duda alguna, el relato de la campaa del faran
Ramss III reflejado en los relieves del templo de Medinet Habu. De igual modo,
desde Pilos y Ugarit nos han llegado sendos documentos escritos de este agitado
periodo.
Estos documentos no son los nicos que tratan la cuestin de los Pueblos del Mar,
otras fuentes escritas, ms alejadas en el tiempo del conflicto, dan su visin sobre
estas migraciones. Obras como la Ilada, los textos hititas o incluso la Biblia no
deben ser obviadas10.
I.2.1. Medinet Habu
Los magnficos relieves de este templo funerario erigido por Ramss III describen
con bastante exactitud tanto el recorrido de los invasores, desde las tierras de Hatti
hasta Egipto, como la composicin de este grupo migratorio, nombrando uno a
uno los pueblos que lo forman.
Poco despus de la realizacin de los relieves de Medinet Habu, encontramos otro
documento en el que se nombran los integrantes de los Pueblos del Mar, el
llamado Papiro Harris I. El texto recuerda los hechos acontecidos en el ao 8 del
reinado de Ramss III, completando la lista de pueblos invasores con los
Shardana, ausentes en Medinet Habu.
I.2.2. Ugarit
Pese a que estaban siendo testigos del final de su propia ciudad, se han
conservado varios documentos escritos en el yacimiento de Ras Shamra, algunos
encontrados en el mismo horno como consecuencia de la cercana invasin que
Ugarit estaba sufriendo. Estos documentos son cartas enviadas por el rey de
Alashiya al gobernante de Ugarit y viceversa, al modo de correspondencia. De la
lectura de la primera carta podemos extraer la preocupacin del rey de Alashiya
frente a la presencia de los barcos enemigos de los Pueblos del Mar en su
territorio, y la advertencia a Ugarit del peligro que estos navegantes representan.
El texto perteneciente a esta carta es el siguiente:
Esto dice el rey a Hammurabi rey de Ugarit. Salud, que los dioses te
conserven sano. Lo que me has escrito se ha divisado en el mar al enemigo
10

ALVAR EZQUERRA, Jaime, Los Pueblos del Mar y otros movimientos de pueblos a finales del
segundo milenio, Madrid, 1989, pp. 34-35.

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navegando. Bien, ahora, incluso si es cierto que se han visto barcos


enemigos, mantente firme. En efecto, acerca de tus tropas, tus carros dnde
estn situados? Estn situados a mano o no? Quin te presiona tras el
enemigo? Fortifica tus ciudades, establece en ellas tus tropas y tus carros y
espera al enemigo con pie firme11.

La respuesta de Hammurabi II, rey de Ugarit, no puede ser ms descorazonadora,


pues su ciudad acaba de sufrir la invasin de estos Pueblos del Mar, dejando un
reguero de destruccin a su paso. Estas dos cartas, encontradas en el archivo de
Rapanu, ponen de manifiesto la gravedad de la situacin en el Mediterrneo
oriental, con una confrontacin de Ugarit frente a unos invasores llegados por mar
y la amenaza de stos sobre Alashiya.
Al rey de Alashiya. Mi padre, esto dice el rey de Ugarit su hijo. Me postro a
los pies de mi padre. Salud a mi padre, a tu casa, tus esposas, tus tropas, a
todo lo que pertenece al rey de Alashiya, mucha, mucha salud. Mi padre, los
barcos enemigos ya han estado aqu, han prendido fuego en mis ciudades y
han causado grave dao en el pas. Mi padre, no sabas que todas mis tropas
estaban situadas en el pas hitita, y que todos mis barcos se encontraban an
en el pas de Lukka y todava no han regresado? De este modo, el pas est
abandonado a su suerte Que sepa mi padre que siete barcos enemigos han
venido y ocasionado gran dao. Si en adelante hay ms barcos
comuncamelo para que pueda decidir qu hacer (o saber lo peor) 12*.

Los dos siguientes documentos se han tomado como los ltimos emitidos por
Ugarit, pues fueron encontrados en el horno de endurecido, paso previo a su
almacenamiento en el archivo. El primero de estos documentos no se conserva en
su totalidad, es una carta de Pgn al rey de Ugarit recomendndole que se
embarque con un navo y vveres para estar a salvo de las destrucciones terrestres:
Carta de Pgn al rey de Ugarit. Que los dioses te guarden y te mantengan
salvo. Aqu, junto a m, va bien (hay paz). All junto a mi hijo, por lo que
respecta a la paz, respndeme Como mi hijo me ha enviado un Iht de
vveres, yo estoy en altamar y Pues bien! Que mi hijo, del mismo modo,
equipe un navo de altamar, que... y que los vveres13.

La segunda tablilla (RS 18.148) muestra el consejo de Ydn, quien insta a Ugarit a
la movilizacin de nada menos que 150 barcos para repeler al enemigo14.
Estas cartas encontradas en Ugarit confirmaran la gravedad de la situacin en la
zona, pues mientras que los gobernantes de Alashiya piden continuamente ayuda a
Ugarit y le advierten de los peligros que sufren en su territorio, la propia ciudad
levantina se enfrenta a la destruccin. Una situacin as podra haber entorpecido
11

RSL I (Ug V n 23), Traduccin de ALVAR EZQUERRA, J., Opus cit., p. 28.
RS 20.238 (Ug V n 24), Ibdem.
13
RS 18.147 (PRU V, n 61), Ibdem, p. 29.
14
BAURAIN, Claude, Chypre et la Mditerrane orientale au bronze rcent, 1984, p. 319.
12

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o incluso acabado con las comunicaciones entre Ugarit y Alashiya, de este modo
se explicara el desconocimiento que el rey de Alashiya tiene de la situacin en el
continente.
I.2.3. Otras fuentes
Ugarit y Egipto no son las nicas civilizaciones que han dejado constancia de la
aparicin de los Pueblos del Mar en sus documentos, existen otras fuentes escritas
que aluden a estas migraciones.
En las ruinas de la ciudad de Pilos, destruida cerca del ao 1200 a.C., se han
encontrado varias tablillas que hacen referencia al reclutamiento de hombres,
barcos y armamento para defender la posicin de la ciudad en los ltimos das de
Pilos.
Dos documentos hititas cobran importancia, sendas cartas emitidas por
gobernantes de Hatti. La primera, llamada carta Tawagalawa narra la disputa
hitita con el pas de Lukka y pone de manifiesto la inestabilidad que se viva en la
poca de las invasiones de los Pueblos del Mar en Hatti, elemento que sirvi
como caldo de cultivo para la invasin martima y facilit la destruccin del
Imperio Hitita.
La segunda carta Milawata muestra la preocupacin de Hatti por el
abastecimiento de su poblacin tras una mala cosecha, pidiendo ayuda de carcter
alimenticio que no puede llegar por la actividad de piratas, posiblemente Pueblos
del Mar, en el Mediterrneo.
La Biblia tambin representa una valiosa fuente de informacin, especialmente
sobre los filisteos, nombrados como peleset en Medinet Habu. Segn el estudioso
de las Sagradas Escrituras P. Machinist15 en la Biblia se encuentran numerosos
indicios de que ambos pueblos, peleset y filisteos, tienen el mismo origen, como
se puede ver en las races filolgicas de palabras como filisteos, seren (tirano),
Achish o Goliath.
I.3. Chipre
El principal problema de Chipre es la actual situacin poltica que ha influido
enormemente en las interpretaciones que se han hecho del pasado, por ello, no es
de extraar que la mayora de los arquelogos chipriotas consideren que en el
Bronce Final llegan aqueos refugiados, para justificar el dominio griego de la isla
desde la antigedad.

15

MACHINIST, Peter, Biblical Traditions: The Philistines and Israelite History, en OREN,
Eliezer D. (Ed.), The Sea Peoples and their World: A Reassessment, Philadelphia, 2000, pp. 53-83.

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Como en otras reas geogrficas, el positivismo ha buscado de nuevo identificar


la aparicin de nuevos elementos de la cultura material, con la llegada de
invasores, as como demostrar la violencia de stos a travs de las destrucciones.
Antes de 1960 uno de los pilares tericos se basaba en la idea de cultura
arqueolgica. Gordon Childe adems de marxista fue un gran representante de
esta idea y de la corriente del Difusionismo cultural. En palabras de Gordon
Childe:
Encontramos cierto tipo de restos (vasijas, implementos, ornamentos, ritos de
enterramiento y formas de habitacin) muy recurrentes. A este complejo de rasgos
asociados lo podramos llamar grupo cultural o simplemente cultura.
Suponemos que cada uno de esos complejos es la expresin material de lo que
hoy llamaramos pueblo16.
Este tipo de idea de cultura considera que los objetos son expresiones de normas
culturales a modo de ideas que residen en la mente de los individuos. Lo que
definira a una cultura es la presencia simultnea de un nmero determinado de
caractersticas, como mencion Childe. Para resumir, siguiendo este punto de
vista tradicional, se traslada el presente al pasado a base de reunir objetos en
grupos que constituiran culturas arqueolgicas.
Por tanto, a lo que tiende este enfoque es a destacar las diferencias entre una
cultura material y otra, y una tendencia a ver a las culturas como si evolucionasen.
Contempla los objetos como expresiones de ideas compartidas por un grupo. Si
una determinada cultura comparta la manera de construir los edificios, de hacer la
cermica o de enterrar a sus muertos, cmo se puede explicar el cambio en la
cultura material? Evidentemente, esta concepcin nos lleva a pensar que el
cambio se introdujo de fuera, de otro grupo. Esta influencia externa se debi
entonces producir o bien por una migracin o por difusin a travs del contacto
entre dos grupos.
Siguiendo este enfoque, los positivistas en Chipre entienden los cambios en la
cultura material, como ya hemos mencionado, como un cambio por difusin y
migracin de gentes. Para ello, se han centrado en los yacimientos que muestren
algn estrato de destruccin en el Bronce Final como es el caso de MaaPaleokastro, Enkomi, Kition y Sinda, tras lo cual se encuentran elementos de
origen micnico, relacionndolos con el intento de los Pueblos del Mar de invadir
el Mediterrneo Oriental segn el templo funerario de Ramss III, en detrimento
de otros yacimientos como Hala Sultan Tekke donde existe un nivel de
destruccin pero la gran cantidad de material de procedencia cananea impide
hablar de la llegada exclusiva de poblacin micnica.

16

GORDON CHILDE, Vere, The Most Ancient East: The Oriental Prelude to European
Prehistory, New York, 1929, pp. 5-6.

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Por tanto, el principal problema histrico que se plantean los positivistas es el


papel desempeado por los Pueblos del Mar y su relacin con los colonos aqueos
en el Tardo Chipriota IIIC17.
Las principales fuentes de evidencia que utiliza el positivismo para la afluencia de
aqueos son las arqueolgicas, debido a que la escritura chiprio-minoica
permanece an sin descifrar. Estos autores consideran que en el siglo XIII, tras
una serie de destrucciones en las principales ciudades chipriotas, llegan colonos
egeos ya que la evidencia arqueolgica muestra nuevos elementos de origen
micnico, que no aparecan en perodos anteriores 18 . Poco importa que las
destrucciones y abandonos no se produzcan de manera sincrnica.
Los autores positivistas como Karageorghis19 o Catling20 coinciden en relacionar
las destrucciones atribuidas a los Pueblos del Mar en Chipre con las del Levante
en sitios como Ugarit y Tell Mikne Ekron, tras las cuales aparece cermica
micnica local IIIC, que relacionan con la inmigracin masiva de egeos.
Vassos Karageorghis 21 se preocupa por rastrear todos aquellos elementos de la
cultura material en Chipre que puedan ser identificados como egeos, para probar
la llegada de colonos. Uno de los restos ms importantes es la cermica micnica
denominada Myc.IIIC:1, que segn Karageorghis22 aparece en la isla en el 1.200
a.C. Esta cermica, realizada localmente, habra desplazado a la cermica
tradicional chipriota. Ya que no se ha encontrado en la isla cermica micnica
IIIC:1 importada. Vassos Karageorghis23 concluye que esta cermica fue creada
por alfareros que conocan el estilo en su lugar de origen, asocindola, por tanto, a
un aporte poblacional.
Otras evidencias de la llegada de gentes micnicas para Vassos Karageroghis
estaran en los cambios en el arte coroplstico, donde aparecen nuevas figurillas
antropomorfas similares a las egeas, que considera importadas o imitadas. En el
trabajo del bronce tambin hay nuevos elementos con conexiones egeas como las
estatuillas del Dios de Cuernos o del Dios del Lingote, as como nuevos tipos de
flechas y espadas24. La estatuilla del Dios de Cuernos, encontrada en Enkomi, ha
sido tambin relacionada por otro autor positivista con los Sherden, uno de los
Pueblos del Mar que aparece en el templo de Medinet Habu, exclusivamente

17

CATLING, Hector, Cyprus in the Late Bronze Age, en Cambridge Ancient History, Vol.2
(2008), p. 209.
18
Ibdem.
19
KARAGEORGHIS, Vassos, The crisis years: Cyprus en The Crisis years: The 12th century
B.C. From beyond the Danube to the Tigris, Dubuque, Iowa, 1992, pp.79-87.
20
CATLING, H., Opus cit., pp. 207-212.
21
KARAGHEORGIS, V., Cultural innovations, pp. 255-275.
22
Ibdem, p. 256.
23
Ibdem.
24
KARAGHEORGIS, V., Cultural innovations, p. 260.

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debido a que ambos son representados con cascos de cuernos cuernos 25 .


Caracterstica propia de esta tendencia histrica como vemos es la de rastrear la
procedencia tnica de los Pueblos del Mar aun cuando no haya suficiente
evidencia arqueolgica.
Otros cambios culturales en Chipre son mencionados haciendo referencia a la
llegada de egeos: construccin con sillares isdomos en Enkomi, Kition,
Palaepaphos26; aparicin de murallas ciclpeas en Kition, Enkomi, Sinda y MaaPalaeokastro 27 y otras novedades arquitectnicas como los cuernos de
consagracin, hogares centrales como los de los megaron micnicos, as como
baeras lustrales en numerosos yacimientos chipriotas y sus reproducciones en
terracota que para Karageorghis28 se asemejan a las halladas en los palacios de
Pilos y Tirinto.
Para asegurar aun ms la hiptesis de la colonizacin egea de Chipre, se buscan
otras evidencias que respalden esta identificacin tnica, como las pesas de telar
que tendran su respaldo con aquellas descubiertas en Pilos, Tirinto y Micenas29,
cuya aparicin en Palestina demostrara igualmente la llegada de griegos 30 ,
creadores de la cultura filistea.
Catling31 crea un modelo para las ciudades de Enkomi, Kition y Sinda, donde a
finales del siglo XIII hay destrucciones y reconstrucciones. Las nuevas
construcciones estn asociadas a abundante cermica micnica IIIC1. Hubo una
segunda destruccin de estos lugares, tras la cual aparece cermica micnica de
estilo Granero. Por tanto, se considera que, tras la cada de los palacios
micnicos, Chipre fue el refugio de los restos de la civilizacin micnica, que gran
parte de la isla sufri destrucciones asociadas a los Pueblos del Mar, posiblemente
griegos, que despus se asentaron en las ciudades trayendo consigo los
conocimientos tcnicos para fabricar cermica micnica IIIC:1. Una segunda
oleada de emigrantes egeos (Pueblos del Mar) se evidencia por nuevas
destrucciones o abandonos y la aparicin de cermica de estilo Granero32.
Encontramos una interpretacin similar en el arquelogo israel Shlomo
Bunimovitz, para quien las diferentes fases de destruccin y reconstruccin de las
ciudades de la isla se deberan al carcter de la invasin de los Pueblos del Mar.
Estos no seran tan solo saqueadores de ciudades, sino que tambin se asentaran
en lugares deshabitados de la isla fundando nuevas ciudades. Su actitud hacia las
25

BARNETT, R. D., The Sea Peoples, en EDWARDS. I. E., GADD, C. J., HAMMOND, N. G.,
SOLLBERGER, E. (Eds.), The Cambridge Ancient History, Vol. 2, Cambridge, 1975, p. 174.
26
KARAGHEORGIS, V., The crisis years, p. 161.
27
Ibdem.
28
KARAGHEORGIS, V., Cultural innovations, pp. 261-274.
29
Ibdem, p. 263.
30
STAGER, Laurence E., The Impact of the Sea Peoples in Canaan (11851050 BCE), en
LEVY, T. E. (Ed.), The Archaeology of Society in the Holy Land, Leicester, London, 1995, p. 346.
31
CATLING, H., Opus cit., pp.209-213.
32
Ibdem, p. 213.

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poblaciones locales variara dependiendo del trato que estas dieran a los nuevos
inmigrantes; as, las ciudades que se resistieran a su llegada seran destruidas por
los Pueblos del Mar, aunque prontamente reconstruidas. Sin embargo, las
ciudades que como Kition no se resistieran y decidieran pactar con los recin
llegados no seran destruidas. Bunimovitz se basa para decir esto en las diversas
fases de destruccin y en la aparicin de ciudades con caractersticas egeas en
lugares deshabitados de la isla. Adems, la propia situacin poltica de la isla,
dividida en pequeos reinos independientes, favorecera esta diversidad de
situaciones33. No obstante, como podemos ver, a pesar de que no hable de una
horda plenamente destructiva, tambin estamos ante una teora invasionista al
igual que hemos visto anteriormente en Catling o en Vassos Karageorghis.
Sin embargo, gracias a las excavaciones arqueolgicas suecas, ahora conocemos
que la nica destruccin violenta se produjo en Hala Sultan Tekke, mientras que
en Enkomi y otros lugares costeros se interpreta que por razones estratgicas
(relleno de la baha) la poblacin abandona los lugares para trasladarse a otros
nuevos.
El problema de los Pueblos del Mar en Chipre, para los positivistas, es el origen
de los recin llegados, y cmo los elementos de la cultura material pueden ser
atribuidos a una etnia. En este sentido vemos un claro predominio de las
tendencias difusionistas, mientras que los aspectos sociales, econmicos y
simblicos no interesan.
El discurso de estos arquelogos positivistas est, adems, empaado por una
concepcin de la superioridad cultural griega y un concepto evolucionista de la
historia. As, Merrillees dice los merodeadores se convirtieron en colonos,
estableciendo las races de la comunidad de habla griega que estaba destinada a
suplantar al resto de grupos lingsticos34.
H. W. Catling 35 ve en este proceso el primer y ms radical paso hacia la
helenizacin de Chipre, considerando que en la isla se conservaron los restos de
la civilizacin micnica, incluyendo su estructura poltica, aspectos de su
lenguaje, huellas de su escritura y gran parte de su arte visual mucho tiempo
despus de su desaparicin completa de la pennsula griega.
En contraposicin a la visin positivista que surge para confirmar las invasiones y
destrucciones de los Pueblos del Mar que luego atacarn Egipto y reafirmar el
dominio griego de la isla en la actualidad, otras interpretaciones de tendencia
33

BUNIMOVITZ, Shlomo, Sea Peoples in Cyprus and Israel: A Comparative Study of


Immigration Processes, en GITIN, S., MAZAR, A., STERN, E. (Eds.), Mediterranean peoples in
transition. Thirteenth to Early Tenth Centuries BCE, Jerusaln, 1998, pp. 105-107.
34
MERRILLEES, Robert, The Crisis Years: Cyprus, a Rejoinder, en WARD, W. A.,
JOUKOWSKY, M. S. (Eds.), The Crisis Years: The 12th Century B.C.: From Beyond the Danube
to the Tigris, Dubuque, Iowa, 1992, p. 91.
35
CATLING, H., Opus cit., p. 213.

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postprocesual, que no niegan la llegada de egeos, aunque no masivamente,


consideran que exista en Chipre una poblacin multitnica, ya que hay materiales
chipriotas, cananeos, egeos... Algunos como Susan Sherratt y Bernard Knapp se
centran en los aspectos econmicos y las actividades realizadas por los Pueblos
del Mar, como el reciclado de metales.
I.4. Canan
Canan es una regin geogrfica que comprende todo el levante asitico, es decir
las actuales Lbano, Israel, Palestina y la costa Siria. Gran nmero de ciudades de
esta zona como Ugarit o la mayora de las localizaciones de la costa palestina e
israel sufrieron una serie de destrucciones a finales del siglo XIII o principios del
siglo XII, las cuales fueron achacadas tradicionalmente a los Pueblos del Mar,
basndose principalmente en los escritos del Papiro Harris. As pues, siempre que
tratemos la cuestin de los Pueblos del Mar, hablaremos de su accin en Canan y
en su posterior asentamiento, por ello ahora veremos como el positivismo trata la
relacin de los Pueblos del Mar con Canan.
Por otra parte, destacar que el modo en el que los diversos autores positivistas han
tratado el tema de los Pueblos del Mar en Canan ha variado bastante a lo largo de
los aos y de las zonas. Si bien una de las premisas del positivismo es otorgar una
mayor importancia a las fuentes textuales esto no se va a cumplir siempre en esta
zona, ya que muchas de las culturas de este territorio son plenamente
arqueolgicas como es el caso de los Filisteos.
Por tanto, se ha tratado de forma diferente a Ugarit, ciudad de la que se conserva
una gran cantidad de textos escritos y de epigrafa, haciendo historia casi
plenamente a partir de los textos, como hace por ejemplo Michael C. Astour36,
mientras que, quienes han tratado sobre Chipre y el mundo filisteo, han sido
principalmente arquelogos.
As pues, el inters en la historia de los filisteos se inicia con el estudio de los
textos bblicos haciendo historia bblica y con la lectura de los famosos textos de
Medinet Habu que enseguida se relacionarn con los yacimientos del mundo
filiesteo. Entre estos autores estudiosos de la Biblia cabe destacar a P.
Machinist37, quien basndose en ella logr realizar un profundo estudio de los
Filisteos.
A partir de principios del siglo XX sern arquelogos como William F. Albright y
un poco ms tarde Mackenzie quienes iniciarn el estudio del mundo Filisteo.
Tras los nombrados F. Albright y Mackenzie y la independencia de Israel sern
los miembros de la universidad hebrea de Jerusaln quienes se encarguen de la
36

ASTOUR, Michael C., New Evidence on the Last Days of Ugarit, en American Journal of
Archaeology, Vol. 69, Nm. 3 (1965), pp. 253-258.
37
MACHINIST, P., Opus cit., pp. 53-84.

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investigacin de los Filisteos, el primero ser Mazar, seguido por el matrimonio


Dothan38.
Esta nueva hornada de positivistas defendern las tesis invasionistas, llegando a la
conclusin de que los Pueblos del Mar son una serie de gentes llegadas desde el
Mar Egeo en una doble oleada de invasiones, la primera de las cuales tiene lugar
en poca del faran egipcio Merenptah y la segunda durante el reinado de Ramss
III.
Para llegar a esta conclusin se basarn en la iconografa del templo de Medinet
Habu, en sus inscripciones, en el papiro Harris, en las inscripciones de los templos
de Merenptah y en la Biblia. Sin embargo, adems de estas fuentes literarias que
les servirn de punto de partida, tambin se apoyarn en la arqueologa, buscando
similitudes entre la cermica pos-micnica y la cermica Filistea, importaciones y
creaciones locales de cermica micnica HR IIIC: IB, junto a las similitudes entre
las caras de los sarcfagos encontrados en Bet Shemesh y la mscara de
Agamenn, as como el parecido de una diosa sedente encontrada en Ashdod con
las figurillas de las reinas Madre micnicas.
Con estas evidencias, se crea una tesis invasionista por la cual un contingente de
poblacin de origen egeo en un nmero de aproximadamente 20.000 invadira
todo el Mediterrneo oriental, pasando por Cilicia, Licia, Chipre, Anatolia, Ugarit,
y por ltimo Palestina y Egipto39.
Segn las inscripciones de Ramss III el pas del Nilo sera el fin del viaje de los
Pueblos del Mar, ya que tras una derrota militar stos fueron sometidos a modo de
sbditos egipcios y enviados a las fortalezas fronterizas en Canan.
En cuanto a la sociedad Filistea poco se ha dicho de ella ya que los intereses
principales del positivismo han sido cundo llegaron, desde dnde y qu
destruyeron. Sin embargo, s que se ha podido reconstruir buena parte de la
historia de los Filisteos a partir de las excavaciones de T. Dothan en Ashdod, pero
la mayora se ha hecho, a pesar de lo que diga Dothan, por la comparacin de los
restos encontrados en dicho yacimiento con lo reflejado en la Biblia.
As, vemos un concepto histrico plenamente positivista en estos autores, ya que
las preguntas que quieren responder son las que hara un historiador positivista, a
pesar de que los mtodos que utilicen muchas veces concuerden ms con los
mtodos de los arquelogos procesuales, muy influidos por el positivismo y el
normativismo. Sumndose a esta idea encontramos una gran cantidad de autores a
partir de los aos 70 y 80 como pueden ser Stager o Seymour Gytin.

38

DOTHAN, Trude, DOTHAN, Moshe, Los pueblos del Mar. Tras las huellas de los filisteos,
Barcelona, 2002, pp. 1-334.
39
Ibdem.

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Sin embargo, esta teora ha sido puesta en entredicho durante los ltimos aos por
diversos autores, como es el caso de Susan Sherratt, Bauer o Michal Artzy, sobre
todo a partir de mediados de los aos 90. Como respuesta a esta crtica, la
tendencia arqueolgica positivista seguida por los Dothan se ha visto
transformada debido a la aparicin de autores como Tristan J. Barako40 que han
renovado parcialmente las ideas de Dothan en varias cuestiones como reducir el
nmero de invasores o aadir nuevas evidencias arqueolgicas a las anteriores,
pero sin cambiar el objeto de estudio en s ni las preguntas ni la teora inicial.
As pues, se aaden nuevas evidencias como el aumento del consumo de cerdo o
la introduccin de piezas de telar de supuesto origen egeo, adems del trabajo con
cermica comn y no solamente cermica de lujo, que demostrara un cambio en
las costumbres alimentarias de la gente comn y no solo de la aristocracia, lo cual
segn Barako indicara un aporte poblacional nuevo 41 . Tras este autor y ya
plenamente en el siglo XXI han aparecido otra serie de autores mucho ms
modernizados que, aun manteniendo la misma idea inicial, han cambiado de
forma radical el mtodo de exponerla como pueden ser Shlomo Bunimovitz42 y
Assaf Yasur-Landau43.
La figura de Landau ha de ser resaltada, ya que si bien plantea una tesis
invasionista en toda regla basndose en las inscripciones de Medinet Habu sin
hacer discusin alguna de la veracidad de sta y mantiene las teoras iniciales de
A. Mazar, su maestro, hace un extrao emparejamiento adoptando vocabulario de
tendencia postcolonial, hablando de que la invasin de los Pueblos del Mar en
Canan crear una nueva cultura hbrida, adems de poner de manifiesto
constantemente los resultados que en las nuevas sociedades del Hierro I tendr la
interaccin intercultural. As pues, en este ltimo autor vemos una mezcla entre
ideas positivistas y postcoloniales, usando mtodos de estudio de la arqueologa44.
Canan no es ni mucho menos un rea homognea, es preciso realizar una
distincin dentro de tan amplio territorio, la actual costa libanesa, que en el Hierro
I va a corresponder a la zona Fenicia desde Akko hasta Biblos. Esta zona no ha
sido casi tratada con respecto al tema de los Pueblos del Mar por los autores
positivistas, ya que en ella no se ven sustratos que indiquen claramente la
destruccin que estos invasores traeran consigo. Sin embargo, s se ha intentado
explicar por qu son destruidas el resto de ciudades del Levante pero no las
ciudades fenicias.

40

BARAKO, Tristan J, The Philistine Settlement as Mercantil Phenomenon?, en American


Journal of Archaeology, Vol. 104, Nm. 3 (2002), pp. 513-530.
41
Ibdem, pp. 513-539.
42
BUNIMOVITZ, S., Opus cit., pp. 103-109.
43
YASUR-LANDAU, Assaf, The Philistines and Aegean migration at the end of the late bronze
age, Nueva York, 2010, pp. 1-389.
44
Ibdem.

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Una de las primeras explicaciones que se dio es las posiciones defensivas de estas
ciudades fenicias, normalmente asentadas en islas o pequeas pennsulas, hecho
que las convierte en bastiones muy difciles de atacar por tierra. Por ello, se dijo
que los Pueblos del Mar no pudieron conquistarlas. Sin embargo, esto qued muy
pronto desacreditado, ya que los Pueblos del Mar constituyeron una invasin
martima, por lo cual no deberan haber tenido grandes problemas para atacar
estas islas.
En su artculo titulado The Phoenicians Patricia Maynor Bikai da una
explicacin alternativa de lo que ocurri en el mundo fenicio durante esta poca,
intentando analizar los hechos de la historia Fenicia desde el siglo XIII a.C. bajo
la dominacin egipcia, hasta el siglo X a.C., poca supuesta para el gran rey
Hiram de Tiro, donde segn ella Tiro y las dems ciudades fenicias ya no seran
tributarias de Egipto; es ms ya en el siglo XI en el relato del viaje de Wenamon
se notara que Biblos ha dejado de ser tributaria de Egipto por el tratamiento que
da su rey al emisario de esta. Segn Bikay la prdida del Levante por parte de los
egipcios no sera un proceso espordico, sino largo inicindose en poca de
Merenptah que es cuando probablemente con la primera invasin de los pueblos
del mar se perdera el rea Libanesa. Sin embargo, esto no implica que las
ciudades fenicias fueran destruidas por los nuevos invasores, sino que estos se
aliaran con los fenicios contra Egipto, y seguiran aliados con ellos durante la
poca de Ramss III. Esto no solo explicara el porqu las ciudades fenicias no
fueron destruidas, sino tambin por qu la cultura material fenicia, chipriota y
Filistea tienen muchas semejanzas, esto se debera a los intercambios pacficos
entre estas, ya que eran aliadas. Para hacer esta propuesta Bikay se basa en los
nombres de Fenkhu y hau-nebut que aparecen en el papiro Harris y en las
inscripciones de Medinet Habu, estos nombres seran identificados por
Vandersleyer en 1971 como referentes al rea norte de Canan, es decir a las
ciudades fenicias. No solo esto sino que se nos nombra como algunos de los
pueblos del mar procedentes de estas tierras de Fenkhu y Hau-nebut adoraban a
Baal y comparaban al faran en Egipto con esta divinidad. Todo esto hace pensar
a Patricia Maynor Bikai que habra una alianza entre pueblos del mar y ciudades
fenicias45.
Tambin Assaf Yasur-Landau46 trata de explicar por qu no caen estas ciudades
hablando de pactos de hospedaje como los que se dan entre los diversos hroes de
la Odisea, tomando esta afirmacin de Landau se puede aceptar que los Pueblos
del Mar tendran pactos de hospedaje con los reyes fenicios y por eso no les
atacaron.
Otra de estas distinciones territoriales cananeas se sita en el rea de Siria en el
que encontramos diversas ciudades como Alalah, Ugarit, Qatna, Qadesh,
45

MAYNOR BIKAI, Patricia, The Phoenicians, en WARD, W. A., JOUKOWSKY, M. S.


(Eds.), The Crisis Years: The 12th Century B.C.: From Beyond the Danube to the Tigris,
Dubuque, Iowa, 1992, pp. 132-141.
46
YASUR-LANDAU, A., Opus cit., pp. 164-178.

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Carchemish, etc. La cuestin de los Pueblos del Mar en Siria ha sido tratada a lo
largo del ltimo siglo por estudiosos de todas las tendencias y entre ellos por
historiadores positivistas.
La teora principal y ms aceptada para la zona es que el rea de Siria fue
destruida por los Pueblos del Mar, afirmacin apoyada en las inscripciones del
templo de Medinet Habu, que nos dice que los Pueblos del Mar haban destruido
Alalah, Ugarit y Carchemish y que tras esto se haban asentado en Amurru. A su
vez encontramos una serie de cartas entre el rey de Alashiya (como hemos visto
anteriormente) y el rey de Ugarit en el que este ltimo pide ayuda al primero ya
que hay una serie de enemigos en su costa.
Aqu, Michael C. Astour reconstruye una invasin completa con sus diferentes
batallas y reas de guerra entre las fuerzas unificadas de Ugarit y Hatti contra los
Pueblos del Mar, que procederan en masa desde el Egeo47. De este modo, los
Pueblos del Mar habran salido del Egeo en barco avanzando por la costa de Asia
menor y previendo esto el rey de Ugarit mand su enorme flota de 150 barcos a
Licia para detenerles antes de que llegasen a la costa Siria. Sin embargo, algunos
pocos llegaron a modo de avanzada antes de la batalla y comenzaron a saquear
sistemticamente la costa Siria.
A la vez que esto ocurra en el mar, en tierra firme los Pueblos del Mar avanzaban
por Anatolia enfrentndose a las fuerzas combinadas de Hatti y Ugarit, las cartas
que encontramos entre el rey de Alashiya y el de Ugarit seran escritas en este
momento, antes de que se supiera el resultado de ambas batallas, por eso el rey de
Ugarit dice que sus barcos no pueden defender sus puertos porque estn en Licia
ni sus tropas sus costas porque estn en Hatti. Tras esto las tropas de Ugarit y
Hatti sern derrotadas tanto por tierra como por mar, permitindose as el paso a
los Pueblos del Mar que arrasaran todo el Mediterrneo oriental hasta ser frenados
por Ramss III en Egipto48.
Tambin encontramos inters por las genealogas en la ya citada Michael C.
Astour49 que intenta averiguar cul sera el parentesco entre el rey de Ugarit y el
de Alashiya, ya que el primero llama padre al segundo, pero no poda ser que
fuera por estatus ya que Ugarit era ms importante.
Por otra parte, no se discuten las fuentes, si una carta dice que el rey de Ugarit
tena 150 barcos es que los tena, a su vez se comparan las cifras de barcos en
Ugarit con otras dadas por Herdoto para el siglo VI a.C. en Samos o con el
nmero de trirremes que aport Atenas en las guerras Mdicas, con lo que vemos
un gran conocimiento de las fuentes por parte de la autora50.

47

ASTOUR, M., Opus cit., pp. 253-258.


Ibdem, pp. 254-255.
49
Ibdem, p. 255.
50
Ibdem, p. 256.
48

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Asimismo, encontramos la mencin de leyes histricas: It is common doctrine


that any civilization must pass through the stages of rise, crest, and decline, before
suffering its ulti-mate fall; but such a scheme does not apply to Ugarit51. Aqu,
podemos ver como habla de una ley sobre las civilizaciones que siempre se
cumple, salvo en pequeas excepciones como es el caso de Ugarit, que no sufre
poca de decadencia debido a que es arrasada antes por una horda brbara.
Vemos en esta autora gran cantidad de las ideas del positivismo: Bsqueda de la
verdad absoluta, historia de las lites y preponderancia de la historia poltica, gran
conocimiento de las fuentes literarias y uso de estas como fuentes principales. Y,
por ltimo, manejo de tesis difusionistas e invasionistas, que no son propias tan
solo del positivismo, pero que este s que va a usar con gran asiduidad.
II. ARQUEOLOGA PROCESUAL
II.1. Introduccin
La Nueva Arqueologa surge como rechazo a la arqueologa tradicional en una
poca de auge del cientifismo del positivismo lgico. Para los positivistas lgicos
cualquier afirmacin que no puede comprobarse no solo queda fuera de la Ciencia
sino que no tiene ningn valor. Es una versin extremista del positivismo, que en
general ha dominado entre la Nueva Arqueologa, aunque esta tendencia se haya
ido suavizando debido a las grandes crticas a las que ha sido expuesta.
La arqueologa tradicional se limitaba fundamentalmente a recoger objetos de las
excavaciones y a catalogarlos como pertenecientes a una cultura, considerando
que estos objetos hablan por s mismos. Pero como dice Matthew Johnson52 es
falso que la mera presencia fsica de material arqueolgico pueda decirnos por s
misma cosa alguna sobre el pasado. Si damos una patada a un megalito slo
obtendremos dolor, si escuchamos una cermica, permanece muda. Los objetos
pertenecen al presente y slo se pueden mirar con los ojos del observador actual,
no del prehistrico o medieval.
Lo que una a la Nueva Arqueologa dominante en los aos sesenta y setenta era
la sensacin de insatisfaccin con la arqueologa tradicional, planteando que haba
que ser ms cientficos y antropolgicos. La ciencia, consideraban, usa datos para
contrastar hiptesis y extrae generalizaciones de sus conclusiones.
Este tipo de nuevos arquelogos hicieron nfasis en la evolucin cultural, las
sociedades se clasifican segn una escala que va de lo simple a lo complejo. Por
ello, se empez a catalogar a las sociedades segn su nivel de complejidad
socioeconmica desde las de jefaturas hasta la organizacin estatal.

51
52

ASTOUR, M., Opus cit., p. 254.


JOHNSON, Mathew, Teora Aqueolgica, Barcelona, 2007, p. 31.

19

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Por otro lado, se hizo hincapi en la teora de sistemas, donde se conceba a una
cultura como un sistema determinado por factores socio-econmicos y ecolgicos.
Lewis Binford en 1964 defina la cultura como la forma extrasomtica de
adaptacin al medio de los seres humanos53. Los humanos se adaptan al medio
mediante la cultura. La teora de sistemas permiti la generalizacin, diversas
culturas pueden, sin embargo, mostrar similitudes. La cultura como adaptacin
llev a interesarse por reconstruir el sistema ecolgico subyacente y las formas de
economa de subsistencia.
La principal caracterstica era el enfoque cientfico. Segn Watson, Le Blanc y
Redman en El mtodo cientfico en en Arqueologa54 la contrastacin cientfica de
las hiptesis es la medida del progreso en Arqueologa. La creencia absoluta en la
ciencia se ve perfectamente reflejada en esta obra, donde se pone de manifiesto,
as mismo, la creencia en la existencia de la Verdad y las leyes generales que
explican los fenmenos.
Esta tendencia arqueolgica insista tambin en el proceso cultural. La intencin
era explicar el porqu de los procesos y no slo el cundo que haba dominado en
la descriptiva arqueologa tradicional. En este sentido se centran en estudiar
procesos procedentes de distintas partes que se toman por generales, como puede
ser la estratificacin social, recursos e intercambio; el grado de especializacin,
intercambio y sociedades complejas; etc.
Si aplicamos estos principios tericos muy someramente descritos aqu a la
cuestin de los Pueblos del Mar podemos imaginar cules sern algunos de los
puntos sobre los que ms ha incidido la Arqueologa procesual. Entre ellos el
estudio como veremos de los procesos que llevan al colapso de una sociedad, el
anlisis de los tipos de complejidad socio-econmica o la jerarquizacin territorial
de las entidades polticas.
Joseph A. Tainter (1988) en The Collapse of Complex societies intenta averiguar
por qu colapsan las sociedades complejas. Para ello, trata de establecer una Ley
Histrica que rija en la cada de este tipo de sociedades desde Mesopotamia, el
Imperio Hitita, la civilizacin minoica y micnica, al Imperio romano o los
mayas, entre otros.
Para Tainter55 la complejidad abarcara aspectos como el tamao de una sociedad,
el nmero y clases distintas que la integran, el grado de especializacin, el nmero
de personalidades sociales y los diversos mecanismos para organizar la sociedad
que funcionen de manera coherente. El incremento de cualquiera de estas
dimensiones aumenta consecuentemente la complejidad de una sociedad.
53

BINFORD, Lewis R., A consideration of archaeological research design, en American


Antiquity, Vol. 29, Nm. 4 (1964), pp. 425-441.
54
WATSON, P. J., LEBLANC, S. A., REDMAN, C. L., El mtodo cientfico en arqueologa,
Madrid, 1974, pp. 20-25.
55
TAINTER, Joseph A., The collapse of complex societies, New York, 1988, p. 23.

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Qu define al colapso? Tainter considera que el colapso es un proceso poltico


que suele tener tambin consecuencias en la economa, arte y literatura. Una
sociedad ha colapsado cuando exhibe una rpida y significante prdida de un nivel
establecido de complejidad sociopoltica56.
Uno de los objetivos que el autor pretende con el estudio de por qu colapsan
sociedades tan complejas es concluir una generalizacin que nos permita conocer
qu va a suceder y as por tanto poder evitar que nuestra sociedad colapse en un
futuro. En varias ocasiones a lo largo del libro se muestra convencido de la
posibilidad de predecir los hechos que van a ocurrir, para ello tan slo es
necesario averiguar qu leyes rigen el colapso. Las preguntas que se plantea van
desde si fueron las propias sociedades las que degradaron su ambiente, o si
cambi el clima, hubo un conflicto civil, o fueron invasores extranjeros los que las
condujeron a su fin. En este sentido no hay diferencias respecto a las preguntas
que se plantean los positivistas. La diferencia sera que los procesuales apelan al
mtodo cientfico, para que una hiptesis sea vlida hay que contrastarla. Las
similitudes entre positivismo y procesualismo son amplias, la mayor diferencia
estara en la metodologa empleada, ya que los procesuales se basan en mtodos
cientficos, estadsticos y de cuantificacin para apoyar sus hiptesis.
Tainter, adems, pone gran nfasis en la consideracin de que la historia humana
ha estado caracterizada por una tendencia inexorable hacia niveles ms altos de
complejidad, especializacin y control socio-poltico, procesando las ms grandes
cantidades de energa e informacin y desarrollando las tecnologas ms
complejas. Como ya hemos visto, un rasgo de los nuevos arquelogos es la
creencia en el evolucionismo cultural as como en el funcionalismo. El colapso se
producira para Tainter cuando se dan algunas de estas manifestaciones57:
-

56
57

Un grado inferior de estratificacin y diferenciacin social.


Menor especializacin econmica y ocupacional de individuos, grupos y
territorios.
Menor control centralizado, es decir, menos regulacin e integracin de
diversos grupos econmicos y polticos por lites.
Menor control disciplinario y reglamentacin.
Menor inversin en el fenmeno de complejidad, esos elementos que
definen el concepto de civilizacin: arquitectura monumental, logros
artsticos y literarios, y similares.
Menor flujo de informacin entre individuos, entre grupos polticos y
econmicos, y entre un centro y su periferia.
Menor participacin, comercio y redistribucin de los recursos.
Menor coordinacin global y organizacin de individuos y grupos.
Un pequeo territorio integrado dentro de una unidad poltica simple.

TAINTER, J. A., Opus cit., pp. 39-40.


Ibdem, pp. 42-50.

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Como vemos, este tipo de discursos cientifistas rompen con la pretendida


objetividad o el carcter apoltico con el que se define esta tendencia y en
numerosos casos se trata de discursos donde se ensalzan los valores y logros de la
sociedad occidental, el capitalismo y la ciencia.
Lo que llevara finalmente para Tainter58 al colapso de una sociedad compleja son
los siguientes factores: agotamiento o cese de un recurso o recursos vitales de los
que dependa la sociedad, una catstrofe insuperable, respuesta insuficiente a las
circunstancias, invasores, conflictos sociales, mala gestin de las lites,
concatenacin de elementos casuales y factores econmicos. Estos factores no son
slo tenidos en cuenta por Tainter sino que aparecen en el resto de procesuales,
como en Finkelstein, para quien la cuestin de los Pueblos del Mar va a seguir
siendo la llegada de invasores. Vemos como adems estos factores son
compartidos por los positivistas, pues la mayora da explicaciones para el paso de
la Edad de Bronce a la Edad del Hierro como la llegada de invasores59, la falta de
recursos agrarios60, catstrofes naturales, etc.
II.1.1. Civilizacin micnica
Tainter considera que el colapso de la civilizacin micnica se debi a un cambio
climtico que condujo a una hambruna, despoblacin y migracin. Nada por tanto
nuevo con respecto a ideas positivistas de Betancourt61. Segn Tainter lo que
parece ser el colapso micnico en el Peloponeso es en realidad una evacuacin
provocada por la sequa hacia otras reas como el tica 62.
II.1.2. El Imperio Hitita
El colapso del Imperio Hitita pudo deberse tanto a la invasin de los Pueblos del
Mar, como dice el papiro Harris, o a la combinacin de estos invasores con los
Kaskas, tradicionales enemigos de los hititas63.
Junto al inters de la Nueva Arqueologa por conocer las dinmicas que rigen en
el colapso de las sociedades complejas, los procesuales tambin se preocupan por
buscar a travs del registro arqueolgico la huella de los Pueblos del Mar y
cuantificar cuntos eran, conocer la organizacin poltica de un territorio, las
alianzas entre dos estados o hacer estudios demogrficos.
Para este tipo de estudios la Arqueologa procesual ha desarrollado un buen
nmero de mtodos de anlisis. Especialmente remarcables para la cuestin de los
58

TAINTER, J. A., Opus cit., p. 42.


KARAGHEORGIS, V., Cultural innovations, pp. 255-274.
60
BETANCOURT, Philip, The Aegean and the Origin of the Sea Peoples, en OREN, Eliezer D,
(Ed.), The Sea Peoples and Their World: A Reassessment, Philadelphia, 2000, pp. 297301.
61
Ibdem, pp. 298-300.
62
TAINTER, J., Opus cit., p. 49.
63
Ibdem, p. 63.
59

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Pueblos del Mar han sido los mtodos desarrollados en Arqueologa Espacial.
Pero tambin mtodos basados en anlisis estadsticos y cuantitativos. Debemos
mencionar que esta metodologa no es solamente empleada por arquelogos
procesuales, sino que otras tendencias tambin se sirven de esas herramientas. Sin
embargo, ser la Nueva Arqueologa la que ms los desarrolle, especialmente los
mtodos de tratamiento estadstico.

Figura 1. Una comparacin de las ciudades-estado capitales y territorios en el sur de Canan en el


Bronce Final (mostrados como polgonos de Thiessen) comparados con los territorios segn las
fuentes histricas. En BUNIMOVITZ, S., Opus cit., fig. 6.

II.2. Fuentes
A las fuentes usadas para la tendencia anterior se les viene a unir la arqueologa
de Ugarit, a partir de las excavaciones de la escuela de arqueologa francesa en
Ugarit desde su descubrimiento en 1929 y la arqueologa del rea de Palestina e
Israel a partir de las primeras excavaciones de Albright.
La arqueologa procesual que surge en los aos 50 es una tendencia arqueolgica
cientifista que basa sus conclusiones en los restos materiales, adems de dar ms
fiabilidad a estos que a las fuentes escritas. Por ello las fuentes que va a utilizar

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principalmente son las arqueolgicas, dejando un poco a un lado a las fuentes


escritas. As pues, el trato que se ha dado en esta tendencia al templo de Medinet
Habu ha sido de una importancia secundaria, ya que como dice el propio Israel
Finkelstein esta batalla podra ser histricamente incontrastable64. Por ello, estos
arquelogos prefieren basarse en las evidencias arqueolgicas en vez de en las
fuentes escritas, ya que estas podran ser engaosas.
Hay una serie de tems arqueolgicos que los miembros de la Nueva Arqueologa
van a utilizar para defender la llegada de los Pueblos del Mar y la fecha de su
asentamiento en Canan; as, para detectar su movimiento se van a rastrear los
cambios en costumbres alimentarias y los cambios en las pesas de telar y de la
vajilla de uso comn, no la de lujo65. A su vez arquelogos de esta tendencia
como Finkelstein echan en cara a arquelogos positivistas su interpretacin de
la cermica de lujo como un indicador tnico, ya que segn Finkelstein esto no
tiene por qu ser siempre as, si no que puede aparecer por cuestiones de
comercio, intercambio entre lites u otras razones. Por ello, considera que la
aparicin de este tipo de cermicas, como la cermica micnica IIIC IB que
aparece en toda la costa de Canan y Chipre a fines del siglo XIII, o la aparicin
de cermica monocroma Filistea no tiene por qu significar un cambio tnico66.
Otras fuentes utilizadas adems de las evidencias cermicas y de pesas de telar,
seran las evidencias escultricas o arquitectnicas como puede ser la aparicin de
estatuas de faraones egipcios o de construcciones de carcter egiptizante, lo que
hace pensar a Finkelstein que la dominacin egipcia en Canan debi acabar ms
tarde de lo generalmente dicho, ya que el simbolismo del poder egipcio se
mantena en los restos materiales de la cultura cananea67.
II.3. Canan
Es difcil diferenciar entre los arquelogos de la nueva arqueologa y arquelogos
de mentalidad positivista, ya que ambos persiguen las mismas respuestas en
cuanto a los Pueblos del Mar: Cundo?, Dnde? y Cuntos eran? Como indica
el titulo de un artculo de Finkelstein68. Por ello, hemos decidido no basarnos en la
ideologa subyacente a la tendencia para diferenciarlos, si no en el mtodo que
utilizan en sus trabajos. Si bien es verdad que el mundo Filisteo es un mundo
protohistrico y por tanto el principal medio de estudiarlo es la arqueologa,
tambin es cierto que existen una serie de textos sobre todo egipcios que hablan
de l, as pues los arquelogos positivistas basaran su reconstruccin de los
64

FINKELSTEIN, Israel, Philistine Chronology: High, middle or low?, en GITIN, S., MAZAR,
A., STERN, E. (Eds.), Mediterranean peoples in transition. Thirteenth to Early Tenth Centuries
BCE, Jerusaln, 1998, p. 143.
65
YASUR-LANDAU, A., Opus cit., p. 268.
66
FINKELSTEIN, I., Philistine Chronology, p. 142.
67
Ibdem, p. 141.
68
FINKELSTEIN, Israel, The philistine settlements: When, where and how many?, en OREN,
Eliezer D. (Ed.), The Sea Peoples and their World: A Reassessment, Philadelphia, 2000, pp. 159180.

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hechos histricos en los textos egipcios como punto de partida, mientras que los
arquelogos que plenamente se adscriban a la nueva arqueologa utilizaran como
punto de partida para sus estudios la evidencia arqueolgica como indica Israel
Finkelstein69.
Adems de en esto nos basamos para situar a Finkelstein y otros autores como
David Ussishkin y N.A. Silverman como arquelogos procesuales en el uso que
hacen del mtodo arqueolgico y de las herramientas creadas por la nueva
arqueologa como es el uso de polgonos de Thiessen, rough polygons y el KMeans Cluster Analysis, para calcular las poblaciones de la zona y la
jerarquizacin de los diversos centros. Como vemos en los anlisis de poblacin
durante el Bronce Final de Stephen H. Savage y Steven E. Falconer70 y de Israel
Finkelstein71.
As pues, el modo en el que la arqueologa procesual ha tratado la cuestin de los
Pueblos del Mar en Canan no ha sido muy diferente que el del mundo positivista,
ambos utilizan tesis invasionistas y difusionistas para justificar el cambio en la
cultura material del sur de Canan y las destrucciones de las ciudades de la costa
levantina como pueden ser Ugarit, Lachish o Megiddo.
La diferencia principal es cundo sitan estos acontecimientos y cunta gente
consideran que lleg en estas invasiones, basndose los primeros en las
excavaciones de Lachish realizadas por Killebrew a finales de los 70. Ussishkin
sac a la luz una nueva datacin para la llegada y asentamiento de los Filisteos en
Canan y para el final de la dominacin egipcia en esas tierras72. Mucho ms baja
que la alta, dada por Dothan 73 , y la media, dada por Mazar 74 y Stager 75 . Las
evidencias en las que se basaron Finkelstein y Ussishkin para esta nueva datacin
sern: las inscripciones hierticas de Lachish, Tel Sera' y Tel Haror76, el templo de
influencia egipcia y el cartucho de Ramss III en la zona de embarque de
Lachish77, y la informacin histrica sobre la actividad de Ramss III en Gaza78.

69

FINKELSTEIN, I., Philistine Chronology, pp. 140-145.


SAVAGE, Stephen H., FALCONER, Steven, A., Spatial and Statistical Inference of Late
Bronze Age Polities in the Southern Levant, en Bulletin of the American Schools of Oriental
Research, Nm. 330 (2003), pp. 36-45.
71
FINKELSTEIN, I., The philistine settlements, pp. 159-180.
72
USSISHKIN, David, Levels VII and VI at Tel Lachish and the End of the Late Bronze Age in
Canaan, en Palestine in the Bronze and Iron Ages, Papers in Honour of Olga Tufnell, Jerusaln,
1985, p. 223.
73
DOTHAN, Trude, The Philistines And their material culture, Jerusalem, 1982, p. 169.
74
MAZAR, Amihai, The emergence of the Philistine Material Culture, en IEJ, Nm. 35 (1985),
pp. 95-107.
75
STAGER, Laurence E., Merneptah. Israel and Sea Peoples: New Light on an Old Relief,
Eretz-Israel, Nm. 18 (1985), pp. 56-64.
76
FINKELSTEIN, I., Philistine Chronology, p. 141.
77
USSISHKIN, David, Excavations at Lachish 1978-1983: Second preliminary report, Tel Aviv,
1983, pp. 168-170.
78
FINKELSTEIN, I., Philistine Chronology, p. 141.
70

25

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Esto llev a Finkelstein a decir que la dominacin egipcia sobre Canan debi de
prolongarse al menos hasta 1130 a.C., durante el reinado de Ramss VI y no en el
ao octavo del reinado de Ramss III como sugieren Trude y Moshe Dothan79.
Como consecuencia, el fsil gua, que en este caso es la cermica monocroma
Filistea debera retrasarse hasta finales del siglo XII a.C. o principios del XI,
retrasando con esto en unos 70 aos el asentamiento de los Filisteos en Canan.
Este hecho provocara a su vez un cambio de lectura en las fuentes, pues el Papiro
Harris, en el que Ramss III dice haber derrotado a los Filisteos y haberlos
asentado en sus fortalezas, haba sido interpretado por los arquelogos de la
escuela hebrea de Jerusaln (Trude y Moshe Dothan, A. Mazar o Seymour Gytin)
como que en el propio ao octavo de su reinado Ramss III instal en Canan a
los Filisteos y poco despus perdi el control oficial sobre ellos.
La nueva interpretacin supeditada a los hallazgos arqueolgicos sera que
Ramss III no instal a los Filisteos en sus fortalezas de Canan si no en sus
fortalezas del Delta del Nilo, no siendo hasta una segunda invasin Filistea en
poca de Ramss VI cuando los Pueblos del Mar lograron acabar con el control
egipcio en Canan, momento en el que se fecharan las destrucciones de Megiddo
y Lachish, las ciudades de Ugarit o Alalah en Siria y algunas otras ciudades del
rea palestina, que habran sido destruidas en una invasin anterior de los Pueblos
del Mar, tal vez la que se representa en Medinet Habu o incluso en la incursin
que Merenptah asegura haber detenido, pero esas primeras oleadas no significaron
el asentamiento de los Pueblos del Mar.
A su vez, estos autores dirn que la investigacin del mundo Filisteo se ha basado
solo en la averiguacin de la poca en la que estos llegaron a Canan, pero que
nadie se ha dedicado al estudio de la sociedad Filistea en s. Por ello los
arquelogos procesuales decidirn estudiar los propios asentamientos filisteos
para ver cmo estara distribuida esta sociedad. Sin embargo sus anlisis no pasan
de anlisis poblacionales, como es el caso de Finkelstein, quien estudia los
cambios de poblacin que se produjeron entre el Bronce final y el Hierro I
haciendo un anlisis de las poblaciones de la zona en ambas pocas mediante el
sistema de los rough polygons, en el cual llegara a la conclusin de que no se
puede hablar de una edad oscura Filistea, ni de una reduccin drstica de los
asentamientos en Canan, si no que lo que habra sera una redistribucin de estos,
crendose grandes ncleos de poblacin de tipo F, en defecto del mayor nmero
de asentamientos de tipo menor que habra en el Bronce Final.
Esto se debera al hecho de que los filisteos no tuvieron el control total de la zona,
ya que eran un grupo poblacional reducido, por tanto crearon grandes ncleos de
poblacin concentrados en las zonas que s eran capaces de controlar, dejando el
resto de reas deshabitadas, hasta que paulatinamente fueron controlndolas80.Por
79
80

FINKELSTEIN, I., Philistine Chronology, p. 141.


FINKELSTEIN, I., The philistine settlements, pp. 166-173.

26

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otra parte la escuela arqueolgica francesa ha tratado el tema de los Pueblos del
Mar en Siria, y especialmente en la ciudad de Ugarit. Para Annie Caubet y
Marguerite Yon en la costa Siria, igual que para Israel Finkelstein en Palestina no
habra una edad oscura y desaparicin del total de la poblacin de la zona, como si
sugeran los Dothan, sino que la zona de influencia de Ugarit sufre una notable
descentralizacin de la poblacin, abandonando las hasta entonces principales
ciudades como Ras Shamra y Ras Ibn Hani para instalarse en otros puntos ms
dispersos y de menor nmero de habitantes. Esto implicara el fin de la vida
urbana, lo que vemos no solo en la arqueologa, sino tambin en la desaparicin
de las referencias a la costa siria en las fuentes asirias de la Edad del Hierro. Sin
embargo, la poblacin local no desapareci tras la invasin de los Pueblos del
Mar, que segn Marguerite Yon seran los causantes de la destruccin de Ugarit,
sino que la zona sufri una desurbanizacin, quedando abandonadas las
principales ciudades y trasladndose la poblacin local a pequeos ncleos de
aldea, ya que los estudios de ambas arquelogas revelan que tanto la cermica
como la toponimia de la zona persisten persisten81. De igual modo, las grandes
ciudades no quedan completamente desiertas, ya que hay evidencias
arqueolgicas que demuestran la ocupacin de estos territorios, aunque bien es
cierto que con un nmero de habitantes mucho menor menor82.
III. ARQUEOLOGA POSTPROCESUAL
III.1. Introduccin
Las arqueologas postprocesuales surgen como consecuencia de la insatisfaccin
de algunos arquelogos ante la orientacin que tomaba la Nueva Arqueologa.
Uno de estos arquelogos era Ian Hodder, que comenz como arquelogo
procesual pero se dio cuenta de que con sus mtodos resultaba imposible probar o
contrastar cosa alguna. Para un creciente nmero de arquelogos a comienzos de
los ochenta la cultura material comenz a entenderse como algo que encierra
significados, no como objetos que obedecan a las condiciones del entorno 83 .
Detrs de su manufactura y uso era necesario indagar en los significados
culturales.
A comienzos de los ochenta una nueva generacin de estudiosos dirigieron su
atencin a estos nuevos rumbos emprendidos por Hodder y otros, con influencias
del estructuralismo, el neo-marxismo, feminismo o la antropologa interpretativa,
convergieron en una tendencia denominada Arqueologa Postprocesual. El
trmino postprocesual engloba a una gran diversidad de puntos de vista y de
81

CAUBET, Annie , Reoccupation of the Syrian Coast After the Destruction of the Crisis
Years, en WARD, W. A., JOUKOWSKY, M. S. (Eds.), The Crisis Years: The 12th Century B.C.
: From Beyond the Danube to the Tigris, Dubuque, Iowa, 1992, pp. 123-129.
82
YON, Marguerite, The End of the Kingdom of Ugarit, en WARD, W. A., JOUKOWSKY, M.
S. (Eds.), The Crisis Years: The 12th Century B.C.: From Beyond the Danube to the Tigris,
Dubuque, Iowa, 1992, pp. 111-121.
83
JOHNSON, Mathew, Teora Aqueolgica, Barcelona, 2009, p. 133.

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tradiciones. Sin embargo, dentro de esta tendencia podemos encontrar ciertas


caractersticas clave, como es el rechazo al punto de vista positivista sobre la
ciencia y la separacin entre teora y datos. Los datos siempre conllevan carga
terica, lo que sucede realmente es que vemos los datos a travs de la nube de
teora84.
Por otro lado, consideran que la interpretacin es siempre hermenutica. Cuando
los arquelogos estudian los objetos lo hacen siempre atribuyndoles significados
que suponemos que son los mismos que les daban los pueblos antiguos. Todos los
arquelogos proceden de la misma forma lo admitan o no.
En relacin a lo que vimos anteriormente con los arquelogos procesuales, los
postprocesuales rechazan la visin racional del paisaje como fuente de recursos,
ya que lo consideran cargado de ideologa relacionada con el consumo y la
explotacin, caractersticas de nuestra sociedad contempornea. Sugieren que los
pueblos antiguos tendran una forma de ver el paisaje diferente. Adems las
formas de moverse por l y de utilizarlo influiran en la manera en que es captado.
La visin que los antiguos tendran sobre un paisaje estara relacionada con las
vivencias cotidianas y las actividades desarrollados sobre l, la gente interactuaba
con el paisaje y, con ello, ste se modificaba.
Otra de las posturas, sostenida por R. G. Collingwood, considera que los
historiadores siempre tratan de imaginar lo que nuestros antepasados podan haber
pensado. Hodder considera que los arquelogos hacen algo parecido a travs de la
empata, lo admitan o no. Adems, los arquelogos postprocesuales no estn de
acuerdo con la manera que tiene la arqueologa de abordar lo individual. Se
quejan de que los individuos quedan relegados a ser sujetos pasivos de un sistema
adaptativo o en un complejo de estructuras profundas. En cambio, ellos
consideran que las reglas sociales no son seguidas pasivamente sino que son
creativamente alteradas por los actores sociales85.
Los postprocesualistas tambin se interesan a menudo por captar la sociedad desde
abajo hacia arriba. Se preocupan por las rutinas de la vida cotidiana, o la forma de
percibir los paisajes alrededor. As mismo, tambin les interesa indagar en los
conflictos entre grupos sociales, como los que ataen al gnero o a las clases.
Consideran que la cultura material es parecida a un texto. Gente diferente leer el
texto de manera distinta. Los significados de la cultura material son muy
complejos, difcilmente se podr llegar a la lectura definitiva que rena una
conclusin clara para todos los elementos que han entrado en el anlisis86. Por
tanto, puede que resulte imposible juzgar si una lectura es correcta o incorrecta.
Por ello, los postprocesuales prefieren las interpretaciones mltiples y niegan la
necesidad de alcanzar una conclusin definitiva que pueda explicarlo todo.
84

JOHNSON, M., Opus cit., p. 135.


Ibdem, p. 138.
86
Ibdem, p. 140.
85

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Reivindican tambin la importancia del contexto. Para Hodder el contexto es el


elemento central y definidor de la disciplina arqueolgica. Por ello, muchos de los
enfoques postprocesuales se denominan Arqueologa contextual. Si analizamos el
contexto de los objetos podemos llegar a conocer diferentes significados de los
mismos. Un objeto puede adquirir diversos significados dependiendo del
contexto.
Frente a los arquelogos procesuales que se consideraban apolticos, los
postprocesualistas consideran que los significados que se atribuyen a la cultura
material se dan desde el presente y, por tanto, la interpretacin del pasado es
siempre poltica. No existe la objetividad, la interpretacin es siempre subjetiva.
Shanks y Tilley87 decan que la Arqueologa como actividad cultural es siempre
una forma de hacer poltica y una manera de comunicar valores morales.
III.2. Nuevas teoras sobre los Pueblos del Mar
La historiografa referente a los Pueblos del Mar ha ido evolucionando mucho a lo
largo de los ltimos 50 aos, ya vimos como Israel Finkelstein y David Ushishkin
ponen en tela de juicio las teoras de la escuela hebrea de Jerusaln, que haba
monopolizado los estudios sobre los Pueblos del Mar y el mundo filisteo desde los
aos 30.
Sin embargo, como decamos antes, las teoras de Israel Finkelstein no implican
un cambio ideolgico real, sino tan solo una revisin de datos y un cambio en la
utilizacin de las fuentes, las tesis siguen siendo bsicamente invasionistas y los
cambios de la edad del Bronce a la edad del Hierro se explican por las invasiones
de los llamados Pueblos del Mar.
Pero a partir de mediados de los aos 80 van a surgir nuevas teoras en torno al
tema de los pueblos del mar, en lo que va a ser denominado por Bernard Knapp,
Susan Sherrat y Michal Artzy como The mercantil perspective88. Estas se van a
caracterizar por una enorme crtica a las interpretaciones tradicionales, cuyos
arquelogos han tratado principalmente de hacer una historia poltico-militar con
textos muy escasos y dispersos, como las inscripciones del templo de Ramss III
en Medinet Habu y el Papiro Harris, siguiendo el espritu de Schliemann o
Blegen. En este tipo de arqueologa han primado los acontecimientos o hechos de
corta duracin frente a los procesos de larga duracin89.

87

SHANKS, Michael, TYLLEY, Christopher, Social Theory and Archaeology, Cambridge, 1987,
pp. 212-213.
88
VOSKOS, Ioannis, KNAPP, Bernard, Cyprus at the end of the Late Bronce Age: Crisis and
colonization or continuity and hybridization, 2008, p. 677.
89
SHERRAT, Susan, Sea Peoples and the economic structure of the late Second Millennium in
the Eastern Mediterranean, en GITIN, S., MAZAR, A., STERN, E. (Eds.), Mediterranean
peoples in transition. Thirteenth to Early Tenth Centuries BCE, Jerusaln, 1998, p. 292.

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Estas nuevas teoras van a poner en tela de juicio este tipo de visiones centradas
en eventos decisivos. El periodo relacionado con los Pueblos del Mar ha sido
tradicionalmente interpretado como migraciones masivas por mar (principalmente
de egeos), quienes habran sido culpables de todos los cambios: destrucciones,
nuevos tipos de cermica, nuevos patrones arquitectnicos, etc. Susan Sherrat,
Michal Artzy o Alexander Bauer no van a negar que haya movimientos o llegada
de gentes (aunque no masivamente) sin embargo, consideran que estos
movimientos no pueden ser la explicacin de este fenmeno. Este ha sido, entre
otros lugares, el caso de Chipre como vimos anteriormente 90 . Susan Sherratt 91
considera que Chipre en el siglo XIII a.C. no puede seguir siendo considerada
como un lugar subdesarrollado a la espera de colonos del Egeo que revolucionen
sus capacidades tecnolgicas y la transformen en una isla urbanizada, sino que
plantean un modelo por el cual el final de las diferentes culturas del Bronce Final
en el Mediterrneo oriental estara propiciado por causas internas y motivos
econmicos.
As mismo, Susan Sherratt92 plantea que en lugar de seguir preocupndonos por
quines eran los Pueblos del Mar, deberamos poner atencin en el tipo de
actividades en las que participaban y la relacin de estas actividades con la
estructura econmica del este del Mediterrneo a fines de la Edad de Bronce.
La misma idea es compartida por Alexander A. Bauer93 y Michal Artzy94, quienes
hacen este tipo de estudio para el mundo cananeo. En este caso Michal Artzy
plantea el tipo de actividades a las que se dedicaran los Pueblos del Mar antes de
ser considerados como tales, realizando un seguimiento de las actividades de stos
desde el Bronce Final hasta la Edad del Hierro I. Adems, plantea una nueva
etnognesis para estos, que no seran riadas de inmigrantes Egeos, sino una serie
de pueblos nmadas del mar que al igual que los nmadas terrestres seran bien
conocidos en el Mediterrneo oriental desde al menos el Bronce Medio95.
III.2.1. Chipre
Chipre es una de las zonas geogrficas considerada como ms cercanamente
implicada en todo el fenmeno de los Pueblos del Mar. Las nuevas teoras
consideran que el intercambio internacional estaba controlado por las lites, lo que
les permita continuar ejerciendo su control en el intercambio y la circulacin,
especialmente de materias primas (metales preciosos, cobre y estao). En el
90

KARAGHEORGIS, V., Cultural innovations, pp. 255-280; CATLING, H., Opus cit., pp.
188-215.
91
SHERRAT, S., Sea Peoples and the economic structure, p. 294.
92
Ibdem.
93
BAUER, Alexander, Cities of the sea: Maritime trade and the origin of Philistine settlement in
the early iron age southern Levant, en Oxford Journal of Archeology, Vol. 17, Nm. 2, Oxford,
1998, pp. 149-168.
94
ARTZY, Michal, Los nmadas del mar, Barcelona, 2007, pp. 1-228.
95
Ibdem, pp. 119-133.

30

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Bronce Final se producira tanto un incremento en este comercio como en el


comercio de artculos de valor aadido: cermica, textiles, manufacturas de
metales, etc. Un efecto del crecimiento de estas actividades es una tendencia a la
descentralizacin del sistema: la empresa privada por parte de oficiales del palacio
comerciantes y agentes, o el crecimiento de profesionales independientes e
intermediarios96.
Sin embargo, eran los productos de valor aadido los que estaban menos
controlados por las lites97 y por tanto, el crecimiento del comercio de este tipo de
productos puede ser reconocido como una amenaza al control econmico y
poltico de la lite, en especial cuando esta actividad se mezcla con la circulacin
de otros materiales ms poderosos.
La cermica es considerada como un bien comercial en s mismo, ms que como
contenedor de otros bienes, y constituye el mejor ejemplo de estas mercancas de
valor aadido, puesto que no tienen un valor intrnseco. Para Susan Sherrat98 los
dos actores principales de intercambio martimo en el este del Mediterrneo seran
el Egeo seguido por Chipre. La mayora de estas cermicas imita las formas
metlicas y estn asociadas a la bebida. Como hemos mencionado, esta cermica
no estaba controlada por el palacio a juzgar por su ausencia tanto en textos como
en la iconografa, lo que sugiere a Susan Sherrat99 un control por parte de las sublites debido a los contextos urbanos en los que se ha encontrado este material.
Por tanto, la cermica se movera en un comercio ms descentralizado que otros
materiales (oro, plata, cobre, estao, marfil, piedras preciosas, madera de cedro,
etc.) documentados en listas de tributo y cartas. Una de las razones de esta
descentralizacin del comercio de la cermica radicara en la falta de autoridad de
las ciudades micnicas y de Creta100. En este sentido, Chipre es especialmente
interesante debido a que a comienzos del Bronce Final, la mayor parte de su
actividad comercial parece haber estado dedicada a la expansin de cermica en el
este del Mediterrneo, especialmente hacia el Levante. No slo exportaban sus
propias nforas de Base Anillada y cuencos de engobe blanco sino que eran los
principales transportistas y vendedores de la cermica micnica importada, que
aparece en el Levante asociada siempre a cermica chipriota, ya que muchas veces
estn marcadas con signos chipriotas. Para Susan Sherrat101 la razn por la cual
Chipre parece ocupar un lugar especial en este comercio es debido a la falta de
una estructura poltica centralizada de tipo palacial. Ello no quiere decir que no
existieran estructuras jerrquicas dentro de la isla.
96

ARTZY, Michal, Incense, Camels and Collared Rim Jars: Desert Trade Routes and Maritime
Outlets in the 2nd Millennium, en Oxford Journal of Archaeolog, Vol. 13, Nm. 2 (1994), p. 138.
97
SHERRAT, S., Sea Peoples and the economic structure, p. 295.
98
Ibdem.
99
Ibdem, p. 296.
100
JALKOTZY-DEGER, Sigrid, The last Mycenaeans and their successors, en GITIN, S.,
MAZAR, A., STERN, E. (Eds.), Mediterranean peoples in transition. Thirteenth to Early Tenth
Centuries BCE, Jerusaln, 1998, pp. 114-129.
101
SHERRAT, S., Sea Peoples and the economic structure, pp. 296-297.

31

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Eran las crecientes ciudades urbanas de la costa sur y este las encargadas del
comercio martimo. Segn Michal Artzy 102 la cermica empez como un
comercio marinero oportunista. Dentro de los grandes intercambios oficiales entre
estados, los marineros aprovechaban para hacer su propio comercio, sin embargo,
a partir del siglo XIII haba crecido en algo a mayor escala y de mayor
importancia econmica103.
Sherrat104 sugiere que la masiva produccin de cermica a torno que tiene lugar en
Chipre en el siglo XIII a.C. (tanto de tipos micnicos como locales) representa
una exitosa apuesta por parte de los comerciantes urbanos de controlar la
produccin de cermica. Adems, la expansin de los tipos micnicos de cermica
parece un proceso gradual y no repentino, lo que descartara la llegada de una
oleada de egeos masivamente a Chipre. Los motivos cermicos dan una sensacin
de eclecticismo 105 con dosis de improvisacin local. Todo ello es interpretado
como la intensificacin de los contactos con el Egeo.
La paulatina desaparicin de las cermicas locales chipriotas realizadas a mano es
interpretada tanto por Michal Artzy 106 como por Susan Sherrat 107 como una
consecuencia de la expansin de las cermicas a torno, que resultaban ms
rentables para la produccin comercial. Las cermicas a mano perderan calidad,
reducindose el grosor de su pasta, la decoracin y la calidad de la pintura,
quedando relegadas a un consumo local, frente a las que preferan los clientes del
Mediterrneo oriental, las cermicas de tipo micnico.
Al mismo tiempo, hay un incremento en la produccin de manufacturas de metal,
especialmente de bronce en el siglo XIII. Tambin encontramos numerosas
evidencias de sitios en Chipre donde se acumula chatarra de metal para refundir.
El hecho de que hubiera comerciantes chipriotas implicados en la circulacin de
metales para reciclar viene sugerido por los hallazgos en el sitio de Tel Nami, en
la costa del Carmelo, donde se han encontrado chatarras de metal para refundir,
entre ellos piezas chipriotas108.
Por otro lado, el desarrollo de la arquitectura urbana en Chipre es visto por los
defensores de estas nuevas teoras no ya como veamos con el positivismo, como
consecuencia de la llegada de griegos, sino como resultado del exitoso intento por
parte de la lite mercantil de consolidar su poder ya no slo econmico sino
tambin poltico 109 . Mientras que las murallas tampoco indican una invasin
102

ARTZY, M., Los nmadas, pp. 75-94.


SHERRAT, S., Sea Peoples and the economic structure, p. 298.
104
Ibdem.
105
Ibdem.
106
ARTZY, M., Los nmadas, pp. 161-174.
107
SHERRAT, S., Sea Peoples and the economic structure, p. 299.
108
ARTZY, M., Los nmadas, pp. 105-118.
109
SHERRAT, S., Sea Peoples and the economic structure, p. 300; KNAPP, Bernard,
Prehistoric and Protohistoric Cyprus: Identity, Insularity, and Connectivity, Oxford, 2008, p. 158.
103

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extranjera violenta, sino la propia competencia entre los centros tanto econmica
como poltica, el abandono de algunas de estas ciudades a fines del siglo XII a.C.
es explicado por el relleno de las bahas, que obligaron a la poblacin a trasladarse
a otros lugares con mejor situacin geomorfolgica para el atraque de los
barcos110.
En resumen, los Pueblos del Mar son reinterpretados como una comunidad
econmico-cultural con epicentro en el mar, entre Chipre y el Levante. Sus
actividades incluyen la produccin industrial de textiles, cermica y aceite, as
como el reciclado de metales, y el comercio de estos materiales de manera
descentralizada. Al mismo tiempo se fue desarrollando una gran competitividad
debido a estas actividades y las aspiraciones polticas que permitan controlar su
realizacin. El resultado fue en ocasiones la agresin armada, la piratera o
incursiones en la costa. En este sentido las peridicas destrucciones que se haban
interpretado como la llegada de los Pueblos del Mar pueden no ser ms que
sntomas de procesos desencadenados por el crecimiento de sus actividades y su
creciente importancia poltica poltica 111 . A finales del siglo XIII y durante el
siglo XII a.C., el principal centro de crecimiento de sus actividades fue Chipre,
debido a la falta de un control centralizado de tipo palacial, que permiti el
crecimiento de este fenmeno y al mismo tiempo preserv al territorio chipriota
de los colapsos que afectaron a sistemas ms centralizados como el imperio Hitita,
los palacios micnicos o Ugarit.
Tambin se van a interpretar los aspectos simblicos con los que se va a
representar esta emergente clase empresarial. Por un lado, las representaciones de
barcos que aparecen en determinados sitios cercanos a la costa tanto en Chipre,
Egipto, Canan o mundo micnico, que para Susan Sherratt 112 seran unos
marcadores visuales que guiaran a estos comerciantes para llegar a puerto,
formando parte del bagaje cultural de estos grupos. Adems, la emergencia de una
diosa femenina que combina su relacin con la fertilidad con una asociacin con
el mar y posiblemente la compaera de viaje de marineros y comerciantes, ira
conformando un sentimiento de unidad de un creciente grupo social.
En este sentido vemos como en estas nuevas teoras no hay inters en conocer de
dnde venan los Pueblos del Mar. Seguramente se trataba de un grupo
cosmopolita, como muchos de los habitantes costeros del Mediterrneo oriental.
Sin embargo, s sera importante una denominacin tnica para la diplomacia y la
retrica militar de Egipto y el imperio Hitita. Puede que esas etnicidades de las
que hablan los registros escritos de Medinet Habu o el Papiro Harris no hayan
existido conscientemente fuera de lenguaje diplomtico egipcio113.

110

SHERRAT, S., Sea Peoples and the economic structure, p. 301.


Ibdem, p. 306.
112
Ibdem, p. 307.
113
Ibdem.
111

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Las verdaderas implicaciones del fenmeno de los Pueblos del Mar residen en lo
que representan: la culminacin del reemplazo del viejo orden poltico-econmico
centralizado por un sistema econmico descentralizado previamente a los fenicios.
III.2.2. Canan
En cuanto a la zona de Canan se ha de decir que por norma general se ha tratado
la llegada de los Pueblos del Mar, al igual que en Chipre, como la llegada de una
serie de pueblos invasores, llegados desde el Egeo y que traeran consigo adems
de la destruccin de los estados anteriores el germen de lo que va a ser la
civilizacin del Mediterrneo oriental en el Hierro I.
Como ya hemos visto en la arqueologa positivista y procesual el mayor inters de
los estudiosos de la zona va a ser: Quines eran los Pueblos del Mar?, Cmo
llegaron?, De dnde vinieron?, haciendo muy poco hincapi en las sociedades
que se formaron tras su supuesta llegada.
A partir de finales de los aos 80, la explicacin de la destruccin de las
sociedades estatales en el Bronce Final y su transformacin empieza a dejar de
explicarse por razones externas y empiezan a aparecer teoras sobre causas
internas para el fin de las sociedades palaciales en Canan y la transformacin del
mundo cananeo del Bronce Final a los mundos arameo, hebreo y filisteo del
Hierro I114. No solo esto sino que empezar a dejar de identificarse a los llamados
Pueblos del Mar con una invasin de gentes egeas, empezando a hablarse de los
nmadas del mar 115 como grupo semejante en cierto modo a los nmadas
terrestres (arameos, amorreos, happiru) y que por tanto no seran desconocidos
en la zona. No se tratara de una invasin exterior, sino que ms bien estos
Pueblos del Mar estaran compuestos por una gran diversidad de gente bien
conocida en las costas del Mediterrneo oriental y que habra servido a modo de
intermediarios durante el Bronce Final. Tampoco seran estos Pueblos del Mar
quienes provocaran la desaparicin de los estados centralizados de la Edad del
Bronce, si no que sera la desaparicin por causas internas de estos estados la que
propiciara una serie de movimientos de gente y el cambio en el modo de vida de
estos nmadas del mar, explicndose las destrucciones violentas en Canan por
causa del aumento de la piratera en el Mediterrneo oriental. Debindose estas
ltimas a la desaparicin de dichos grandes estados.
Por tanto, segn Michal Artzy y Alexander Bauer estos estados caeran como
causa de la ruina econmica, propiciada por una paulatina prdida de poder por
parte de los grandes reyes y estados centralizados. Esto dependera en gran
medida de la aparicin de un comercio martimo privado llevado a cabo por las
sublites, que provocara tanto la prdida de control de los grandes ejes
comerciales por parte de los estados como su prdida econmica. Y a su vez
114

ARTZY, M., Los nmadas; SHERRAT, S., Sea Peoples and the economic structure, pp.
292-310; BAUER, A., Opus cit., pp. 149-168.
115
ARTZY, M., Los nmadas, pp. 75-95.

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intervendra en la creacin de nuevas lites que acabaran disputndole el poder al


poder central Como postulan Alexander A. Bauer y Michal Artzy116 para el caso
cananeo o Wolfgang Helk para el caso egipcio117. Junto a ello la adquisicin de
bienes, que antes eran privativos del rey y las grandes lites, por parte de estas
sublites, debido al abaratamiento de precios sufrido por la aparicin de este
comercio de contrabando provocaran una prdida del poder simblico por parte
de los reyes. Seran estas causas y no las invasiones las que ocasionaran el fin de
los estados centralizados del Bronce Final y la aparicin de nuevas formas
polticas tanto en el Egeo, como en Chipre o Canan.
Adems de esto se va a adoptar una actitud ms crtica con las fuentes, como ya
veamos en el propio Israel Finkelstein, poniendo en tela de juicio los escritos de
Ramss III en las inscripciones de Medinet Habu y en el papiro Harris,
considerndose a los Pueblos del Mar como una invencin historiogrfica, fruto
de la necesidad publicitaria de Ramss III y de las interpretaciones francesas del
siglo XIX, que una verdad histrica118. Si es que las verdades histricas existen.
III.3. Identidad tnica y teora postcolonial
A pesar de que las nuevas teoras signifiquen un cambio importante frente a las
teoras anteriores no pueden ser calificadas como plenamente postprocesuales, ya
que podran ser teoras defendidas por arquelogos procesuales o historiadores
neomarxistas. Por otra parte, algunos de estos autores tratarn el tema de los
movimientos de pueblos en el Mediterrneo antiguo durante la transicin de la
Edad del Bronce a la Edad del Hierro desde un punto de vista postcolonial y
tratarn de identificar la creacin de las identidades tnicas de estas gentes y la
reutilizacin de estas identidades por sociedades actuales119.
Estos trabajos no tratarn sobre el tema de los Pueblos del Mar como tal, ya que el
inters ya no es analizar de dnde salan o quines eran o cuntos vinieron, sino
explicar la creacin de las identidades tnicas que nos encontramos en la Edad del
Hierro I en Canan o Chipre, adems de tratar los procesos de hibridacin que se
produjeron entre distintas gentes del Mediterrneo oriental durante esta transicin.
Los Pueblos del Mar han sido utilizados para explicar casi todos los cambios
acaecidos al final de la Edad del Bronce en el mar Mediterrneo, tanto en su parte
oriental con la desaparicin de los grandes estados burocratizados, como en el
Mediterrneo occidental, explicndose por la llegada de estas invasiones
martimas la aparicin de, por ejemplo, Tartessos en la Pennsula Ibrica o del
116

ARTZY, M., Los nmadas, p. 203; BAUER, A., Opus cit., pp. 149-168.
HELCK, Wolfgang, The dissolution of the palace economy in the Ramesside period, en The
function of Minoan Palace, Stockholm, 1987, pp. 17-18.
118
ARTZY, M., Los nmadas, pp. 175-183.
119
VOSKOS, I,., KNAPP, B., Opus cit., pp. 659-684; SHERRATT, Susan, SHERRAT Andrew,
Small worlds: interaction and identity in the ancient Mediterranean, en CLINE, E. H., HARRISCLINE, D. (Eds.), The Aegean and the Orient in the Second Millennium, Lieja, 1998, pp. 329-343.
117

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mundo etrusco en la Toscana. Sin embargo, las zonas ms estudiadas sern Chipre
y Palestina-Israel, ya que en ambas tenemos grandes intereses por parte de los
estados actuales, quienes tratarn de crear sus identidades nacionales actuales
basndose en identidades antiguas. Es por ello que van a ser estas dos zonas las
ms tratadas por la arqueologa tradicional, pero tambin por la arqueologa
postprocesual que se interesar en el estudio de esta reutilizacin nacional de las
identidades antiguas y en la formacin de estas identidades, intentando analizarlas
en su contexto, no en comparacin con la formacin de identidades modernas.
Los Pueblos del Mar seran por tanto una de estas gentes que ayuda a formar la
identidad tnica de estos territorios actuales. En Palestina e Israel justificando la
actual confrontacin entre ambos estados como heredera de la confrontacin de
los filisteos con el reino de Jud, pero tambin aceptando el componente
indoeuropeo del mundo filisteo acercando Israel a Europa. En Chipre, sin
embargo, lo que se busca es relacionar la formacin cultural chipriota actual con
la llegada de los Pueblos del Mar, que seran supuestamente de origen Egeo y, por
lo tanto, los chipriotas seran descendientes de gente de raza y cultura egea y por
tanto egeos y no orientales como intenta demostrar el nacionalismo chipriota pro
griego.
La arqueologa tradicional ha usado como fsil gua la cermica, equiparando la
aparicin de un cambio cermico a la aparicin de una poblacin nueva, otra de
las grandes bases tradicionales de la identidad ha sido el idioma, identificndose
normalmente idioma con raza e identidad tnica. Esto ser contestado por Susan
Sherrat120 quien va a rechazar cualquier correlacin directa entre cermica y grupo
tnico-lingstico de inmigrantes. Bernard Knapp va a decir que la aparicin de un
grupo tnico-lingstico o incluso la adopcin de una nueva lengua por parte de
las gentes asentadas en un territorio no tiene por que implicar la creacin de una
nueva identidad tnica. Segn este autor las identidades tnicas pueden surgir a
partir de diversos patrones culturales y estos no tienen por qu repetirse siempre,
es decir que algunas culturas crean su identidad en base a su lengua, otras en base
a una ideologa del poder o religin, otras en base a una identificacin racial121.
Los autores postprocesuales interpretan el paso del Bronce Final a la primera
Edad del Hierro en Chipre y en Canan, no como una colonizacin Egea, sino
como el resultado de una hibridacin entre elementos autctonos chipriotas, egeos
y cananeos. Normalmente en temas de colonizacin se ha tendido a interpretar las
colonizaciones como la imposicin de una potencia superior sobre otra inferior, ya
sea esta de forma violenta o de forma pacfica. En la primera, los colonizadores
superiores invadiran o dominaran al colonizado inferior, en la segunda seran
los colonizados inferiores quienes aceptaran la colonizacin por parte de una
civilizacin superior para progresar. A diferencia de estas la teora postcolonial
defiende las relaciones mutuas entre las poblaciones de origen supuestos
colonizados y las nuevas poblaciones llegadas de fuera supuestos
120
121

SHERRAT, S., Sea Peoples and the economic structure, pp. 319-326.
VOSKOS, I., KNAPP, B., Opus cit., pp. 659-684.

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colonizadores, manteniendo que en las hbridas no habra dominacin por parte


de ninguna de ambas partes (a veces y que no existira diferenciacin identitaria o
cultural entre las poblaciones de origen local u origen extranjero, crendose una
completa sociedad mixta, que tendra rasgos de los diferentes grupos que la
componen122.
A su vez se ha de decir que por norma general se ha considerado que existen
centros neurlgicos o centrales que controlan periferias, teniendo el rea central
una funcin activa y preeminente, mientras que las zonas perifricas tendran una
funcin pasiva o subyugada a la de las zonas centrales (como sera por ejemplo
en el caso de la colonizacin britnica de India o frica durante el siglo XIX). Sin
embargo, esto no tiene por qu ser as y en el caso que tratamos ms bien parece
una extrapolacin de elementos de poca contempornea al mundo antiguo cuyos
modelos de colonizacin y contacto seran diferentes a los del mundo actual. Ms
bien hay que ver en el mundo antiguo un sistema de contactos controlado por una
serie de potencias ms o menos iguales que controlaran sus respectivas reas de
influencia, crendose un sistema de poder que no sera unidireccional, sino que se
ejercera en varias direcciones, crendose un sistema de interaccin por el cual al
final todas las reas acabaran negociando y compitiendo entre ellas, sin existir un
centro o potencia directora como tal. Si los centros crean periferias, las
periferias tambin crean centros123.
No obstante, como ya hemos dicho antes, estas ideas de colonizacin no parecen
tpicas del mundo antiguo, se utilizaron por parte de las potencias colonizadoras
europeas del siglo XIX y principios del XX para reivindicar sus derechos de
colonizacin sobre otras tierras, hacindose descendientes estas potencias de la
antigua civilizacin greco-romana. Lo mismo hara por inters a partir de
mediados del siglo XX el nacionalismo chipriota, que reivindicara la enosis,
unificacin con Grecia 124 y el nacionalismo judo-israel que reivindicara la
reocupacin de Sion por el pueblo prometido. Por ello, se entiende que este tipo
de interpretaciones sobre colonizacin en el Bronce Final se hayan seguido
manteniendo hasta nuestros das.
De esta forma no habra una colonizacin egea de Canan o Chipre, como ha
planteado la historiografa tradicional, durante el paso del Bronce Final al Hierro
I, si no que estaramos ante una serie de movimientos de gente y procesos de
hibridacin que contribuiran a formar las identidades que nos encontraremos en
estas zonas en la Edad del Hierro, como pueden ser los filisteos en Canan o los
reinos histricos de Chipre.
Es muy posible que los primeros emigrantes que llegaran de fuera tuvieran una
identidad propia marcada por la contraposicin de la identidad propia en contra de
la del otro. Sin embargo, a lo largo de 200 o 300 aos de llegada paulatina de
122

VOSKOS, I., KNAPP, B., Opus cit., p. 661.


SHERRAT, S., Opus cit., p. 337.
124
VOSKOS, I., KNAPP, B., Opus cit., p. 662.
123

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inmigrantes a la isla y de procesos de hibridacin, (y no de oleadas masivas de


inmigrantes como ha pretendido hacer creer la historiografa tradicional) de las
diferentes poblaciones, estas identidades minoritarias iniciales se iran asimilando
a la identidad chipriota. Desapareciendo las identidades propias que podran haber
tenido los emigrantes egeos o cananeos en Chipre, crendose de esta forma una
nueva identidad chipriota que asumira los elementos autctonos y forneos
crendose una sociedad plenamente hbrida125. Por ltimo, debemos decir que esta
sociedad habra adoptado una lengua mayoritariamente egea por intereses
econmicos y comerciales y no por una helenizacin de la isla.
IV. CONCLUSIONES
Como hemos podido ver, el estudio sobre los pueblos del mar ha ido
evolucionando a lo largo de los ltimos 150 aos, desde que Roug descifr las
inscripciones del templo de Medinet Habbu, adaptndose las diferentes teoras
que han ido surgiendo a lo largo de los aos a las ideologas imperantes en las
distintas pocas y a los distintos modelos de pensamiento. Pero no slo esto, sino
que tambin las teoras surgidas en torno a la crisis del siglo XII a.C. se han visto
influenciadas por las necesidades polticas del momento.
De esta forma, las primeras teoras con las que nos encontramos, como ya hemos
mencionado, eran fruto de la ideologa victoriana del siglo XIX y del darwinismo
social, el imperialismo y la etnologa difusionista, que consideraban que existan
razas superiores que desplazaban a otras inferiores. Por ello, no es de extraar que
en esta poca surgieran este tipo de interpretaciones con un marcado carcter
racial de superioridad cultural del mundo micnico frente al resto del
Mediterrneo Oriental. No es casualidad que fueran los micnicos aquellos
elegidos, sino que el eurocentrismo dominante consideraba al mundo griego como
origen del mundo occidental y, por ello, lo convirti en el gran dominador en
contraposicin al mundo semtico dominado.
Sin embargo, y por extrao que parezca, en este tema especfico esta clase de
teoras de origen novecentista han permanecido casi hasta la actualidad, ya que la
idea principal de las teoras sacadas a la luz tanto por los historiadores y
arquelogos positivistas como por los arquelogos procesuales (a pesar de sus
diferencias de matiz) ser la de una crisis a gran escala provocada por una
invasin de gentes extranjeras provenientes del Egeo, que acabarn de forma
violenta con las diferentes culturas conocidas por el momento en el Mediterrneo
oriental.
No ser hasta los aos 80 cuando se empiecen a realizar interpretaciones de
carcter distinto, no ya basadas en el difusionismo y en el cambio exterior, sino en
modelos econmicos y de cambio social, buscndose explicaciones ms
complejas a los cambios acaecidos en el Mediterrneo oriental a finales de la
125

VOSKOS, I., KNAPP, B., Opus cit., p. 677.

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Edad del Bronce. Aparecen entonces, en contraposicin a las teoras tradicionales


sobre la colonizacin, las nuevas teoras postcoloniales.
Por ltimo, nos gustara sealar que, como personas de esta poca que somos,
nosotros tambin sentimos cierto rechazo a las teoras invasionistas y al
difusionismo clsico. Creemos que las invasiones no suelen ser una explicacin
para los grandes cambios sociales o econmicos, si no que stos son ms bien
provocados por causas de carcter interno, como puede ser la descomposicin
social o la ruina econmica. Por ello nos vemos ms inclinados a apoyar las
teoras sobre los pueblos del mar de la llamada perspectiva mercantil defendida
por autores como S. Sherrat, A. Bauer, B. Knapp o Michal Artzy.

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