Carrero Munoz, Antonio - La Histeria Masculina
Carrero Munoz, Antonio - La Histeria Masculina
Carrero Munoz, Antonio - La Histeria Masculina
El tema que propongo para este primer ao de master es la histeria masculina. Para
evitar ambigedades la designar la histeria chez lhomme pues el tema de la masculinidad
feminidad, o la designacin genrica no est exenta de problemas en esta estructura clnica.
La cosecha de respuestas que me propongo indagar a lo largo de esta investigacin proviene
de numerosas y heterogneas fuentes. As, son tanto preguntas recogidas en charlas,
conferencias, lecturas caticas y trasnochadas, como otras ms organizadas y recuperables.
Es la misin de nuestro trabajo este ao discernir todas estas cuestiones, descartar las que por
impertinentes no se sostengan y abundar en aquellas que harn el alma del texto final. Paso a
proponer este proyecto nutrido de dudas pero anhelante de respuestas.
La histeria, tanto popularmente como en la estadstica clnica, se atribuye mayormente
al sexo femenino, de hecho en el saber popular la palabra histrico se refiere mayormente al
comportamiento femenino. Tiene as un significado de todos conocido cuando se dice que
alguien se puso histrico o se comport como un histrico. Hubo tiempos no remotos en
que se la pensaba en el seno de la clnica, patrimonio exclusivo de la mujer. En la historia
de la psiquiatra supongo que hubo atisbos y elucidaciones en torno a los histricos que
ya susurraban la posibilidad de su existencia. De las lecturas realizadas para comenzar
este trabajo localizo como un faro en la noche el genio de Jean Martn Charcot, el famoso
catedrtico de anatoma patolgica de la universidad de Paris que se incorpor al hospital de
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la Salptrire en 1862 y hasta el final de su vida. Charcot que se consideraba a s mismo como
un visuel, un vidente, haba vuelto la espalda al estudio de las enfermedades nerviosas que
tienen por base alteraciones orgnicas a fin de consagrarse exclusivamente a la exploracin
de las neurosis y, muy en particular, de la histeria. Charcot, liberado de todo prejuicio terico
se afanaba en observar y describir con cuidadosa minuciosidad la expresin de la enfermedad
en sus desconocidas e impresionantes formas y como l deca, a cultivar la nosografa. Ante
la reproduccin de comportamientos similares en el hombre a los que haba encontrado
en la mujer, no vacil en designarlos como histeria masculina. Era la poca de la Grande
Hystrie.
En este contexto Charcot encontr numerosos casos de histeria traumtica, que describa
con aplicacin y de los que extraa interesantes conclusiones, atendamos a sus propias palabras:
O lhystrie va-t-elle se nicher? Je vous lai montre bien souvent, dans ces derniers
temps dans la classe ouvrire, chez les artisans manuels, les mendiants, les vagabonds, dans
les dpts de mendicit, les pnitenciers, les bagues peut-tre. Vous verrez quun tour, tout
compte faire, en raison de lextension singulire que semble prendre lhystrie mle dans les
classes infrieures de la socit mesure quon apprend la mieux connatre, on en viendra
poser la question suivante : la nvrose hystrique est-elle vraiment, comme on la cru, comme
on la prtendu jusquici, plus frquente chez la femme que chez lhomme? Toujours est-il
que, quelque soit la solution qui, dans lavenir sera donne a cette question, nous voil ds
prsent amens bien loin de lide que nos prdcesseurs des sicles passs se faisaient de
lhystrie, lorsquils ny voyaient quune suffocation utrine.
(Dnde va a esconderse la histeria? Se lo he mostrado frecuentemente en los ltimos
tiempos, en la clase obrera, en los artesanos manuales, en los mendigos, en los vagabundos,
en los albergues de caridad, las penitenciaras. Llegada la ocasin vern que a fin de
cuentas, y en razn de la singular extensin que parece tomar la histeria masculina en las
clases inferiores de la sociedad, a medida que aprendamos a conocerla mejor nos haremos
la siguiente pregunta: realmente la neurosis histrica es como la habamos credo, como
habamos pretendido hasta hoy, ms frecuente en la mujer que en el hombre? Cualquiera que
sea la solucin que el porvenir d a la cuestin, desde el presente estamos empujados mucho
ms lejos que el pensamiento de nuestros predecesores de siglos pasados, que no vean en ella
ms que una sofocacin uterina).
Corra marzo del ao 1885 cuando un joven mdico alemn de nombre Sigmund Freud
solicitaba una beca de estudios a sus superiores en el Hospital General de Viena para ir a
estudiar a Paris. Es all donde conoce a Jean Martn Charcot de quien recibir un magisterio
trascendental para su pensamiento y posterior desarrollo de su obra. En el hospital de la
Salptrire se encuentra con numerosos casos de neurosis traumtica, histeria traumtica,
histeria de angustia, neurastenia, histeria masculina al fin. Es Charcot quien le introduce
en la familiaridad de este diagnstico tan polmico segn la nosologa clsica al uso en
la poca. La palabra histeria, etimolgicamente, proviene del griego y designa la matriz.
Es por ello que fue ntimamente asociada a la mujer y era en las fronteras de lo femenino
donde habitaba este diagnstico por aquellos tiempos. Al lado de Charcot se habitu a la
cotidianidad nosogrfica de la Salptrire, lo que elimin sus prejuicios, si es que alguna vez
los tuvo. Fue a su vuelta a Viena cuando sus desarrollos parisinos se toparon con la resistencia
de la ortodoxia psiquitrica vienesa que se opuso firmemente a la etiologa psicolgica de
la histeria y ms aun a su existencia en los hombres. Fue su respetado profesor T. Meynert
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quien se mostr ms resistente, hasta el punto que lo desafi a presentarle una prueba de la
existencia de este diagnstico. Solo en su lecho de muerte, el prestigioso y reticente profesor
Theodor Meynert (1833-1892) confesaba a Freud que se haba reconocido como el ms bello
caso de histeria masculina.
Los trabajos de Freud en torno a la histeria masculina comparados con sus desarrollos en
torno a la histeria en la mujer y al resto de categoras clnicas son muy escasos. Las razones de
esta escasez pueden ser variadas. Quiz el sufrimiento de la histeria masculina afectaba a las
clases bajas de la sociedad, a las que no era posible por razones econmicas acudir a Freud.
Tal vez en la poca de Freud el hombre era ms viril si mostraba una solidez ante la vida, ms
all de toda queja, provocando as la presencia en la clnica solamente de casos muy graves.
Entre los casos contemplados por Freud tenemos los siguientes:
- Observacin de un caso severo de hemianestesia en un varn histrico, 1886.
- Una neurosis demonaca en el siglo XVII, 1923.
- Dostoievski y el parricidio, 1928.
- Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci.
Las propuestas etiolgicas freudianas fueron, desde su primera teora de la perversin, una
revolucin en la clnica. Su inclusin de la sexualidad como elemento patognico le supuso
enormes problemas. La explicacin de la fenomenologa psquica y de la economa de la
enfermedad no fue menos controvertida. Pero de qu se trata en la histeria masculina, visto
con las lentes de Freud? Perversin, bisexualidad, travestismo, inhibicin, ambivalencia en la
relacin al padre, homosexualidad inconsciente, pasividad, protesta viril Es objeto de este
trabajo analizar la evolucin del pensamiento freudiano en torno a la etiologa de la histeria
masculina hasta llegar a una conclusin, al menos a una sntesis del pensamiento de Freud al
respecto. Tanto a la etiologa como a la direccin de la cura, al objetivo del tratamiento si esto
es posible en los textos de Freud.
Llegamos as, pasando algunos aos, a la obra de Jacques Lacan. Como es sabido Lacan
hace una relectura de la obra freudiana a la luz de los desarrollos de la filosofa, lingstica,
topologa, lgica, literatura, matemtica, etc. Lacan echa mano de aqu y all para poder
recuperar y comprender el mensaje freudiano. Por supuesto lanza la piedra mucho ms lejos,
desarrollando conceptos y nociones fundamentales para la inteleccin de estos sndromes
y de otros maravillosamente complejos. La intencin de esta investigacin es estudiar los
desarrollos anteriores a Lacan para alcanzar una mejor comprensin de sus explicaciones
(de Lacan), en absoluto fciles. Pretendo, por tanto, analizar y explicar (para comprender) en
qu consiste la neurosis histrica en el hombre. Qu consecuencias tiene esta arquitectura de
la personalidad, cul es su repercusin pulsional, los fantasmas funcionales y precarios que
desarrolla el histrico. Qu sntomas adems de los conversivos pueden estar hablndonos
en el lenguaje histrico. Qu posibles adaptaciones hay para estos sujetos, la solucin que
dan a sus problemas de identidad. Como resuelven su falta de ser, etc. En el seminario de
las psicosis, Lacan habla en la sesin nmero 13 del fantasma histrico en el hombre. Dice
as: ...la situacin es mucho ms compleja en la histeria masculina. En tanto la realizacin
edpica est mejor estructurada en el hombre, la pregunta histrica tiene menos posibilidades
de formularse. Pero si se formula cul es? Hay aqu la misma disimetra que en el Edipo: el
histrico y la histrica se hacen la misma pregunta. La pregunta del histrico tambin atae
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