Manejo de Colmenas

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MANEJO DE COLMENAS

Manejos Técnicos para una Mayor Producción de Miel

1. CLAVES PARA OBTENER MAYOR PRODUCCIÓN DE MIEL

Allá por 1937, un entomólogo y apicultor estadounidense


llamado C. L. Farrar, realizó uno de los descubrimientos más
fundamentales acerca del comportamiento de las abejas, al estudiar
su dinámica poblacional y curvas de crecimiento lo que en términos
más sencillos quiere expresar cómo crece y decrece una colmena a lo
largo de la temporada.

La implicancia práctica de los descubrimientos del Dr.


Farrar fueron de tal magnitud para la producción de miel, núcleos y
paquetes de abejas en escala industrial, que resulta sorprendente la
poca trascendencia que han tenido en la Argentina y Países vecinos
durante los últimos 60 años, a pesar de que su nombre aparece
mencionado numerosas veces en publicaciones tan tradicionales
como el ABC & XYZ de Root y en LA COLMENA Y LA ABEJA MELIFERA
de Dadant.

Para ir directamente al grano, comentaremos algunas de


las conclusiones de sus estudios, las cuales según la experiencia
Argentina ha comprobado como cierta y enteramente extrapolable a
las condiciones de la apicultura intensiva.

1. La producción de miel por kilogramo de abeja es


considerablemente mayor en colmenas con grandes poblaciones
que en colmenas pequeñas, debido a que en las colmenas con
mucha cantidad de obreras proporcionalmente se dedican menos
abejas a la cría y más de ellas a la pecorea.

2. El porcentaje de pecoreadoras es mucho mayor cuanto mayor es


la población total de la colmena.

3. En una colmena con hasta 20.000 abejas (generalmente una


cámara de cría bien poblada) la relación entre cría y población
adulta es de 2 a 2,5 larvas por abeja adulta. Mientras que en
colmenas con más de 60.000 abejas la relación es de 1 abeja
adulta por 1 larva o aún inferior.

4. La proporción entre la cría operculada y la población adulta


disminuye un 10/14% por cada incremento de 10.000 abejas.

En condiciones adecuadas de flujos nectaríferos, la


cantidad de miel potencial que puede producir una colmena tendría
que ser igual al cuadrado de los kilogramos de abejas que tiene en
ese momento.

Si en principio éstos conceptos suenan confusos,


esperamos que las siguientes aclaraciones contribuyan a su
comprensión. Si consideramos que 1 kg. de abejas contiene
aproximadamente unas 8.000 obreras y que de un cuadro de cría
bien operculada nacerán unas 5.000 obreras podemos iniciar la
explicación.

El Dr. Farrar se vio sorprendido por observaciones como la


siguiente, que 2 colmenas con 30.000 abejas producían mucha
menos miel que una sola colmena con 60.000 abejas. Llegó a
esto realizando la siguiente comparación: si las 30.000 abejas de una
colmena pesaban 3,75 kg., la producción potencial era de 14 kg. de
miel (que resulta de elevar al cuadrado 3,75). Sumando la producción
de las dos colonias se llegaba a 28 o 30 kg. Sin embargo, la colmena
con 60.000 abejas (7,5 kg.) llegaba a rendir unos 60 kg. Era obvio
que algo importante ocurría a favor de la producción de miel en las
colmenas con grandes poblaciones.

El sentido común diría que la producción de miel es algo


lineal, el doble de abejas tendría que rendir el doble de miel, la mitad
de abejas la mitad de miel; entonces cómo podía explicarse que
30.000 abejas produjeran la cuarta parte de miel que una colmena
con el doble de abejas. En otras palabras, ¿cómo podía ser que el
doble de abejas produjera no sólo el doble de miel sino mucho más?.

A partir de estos experimentos, comenzó a controlar


varios grupos de colmenas en distintos apiarios con cantidades de
abejas conocidas de antemano, para llegar a las conclusiones citadas
al inicio de este artículo y que ejemplificaremos con gráficos y tablas.

A riesgo de ser repetitivo, debe quedar claro que si


consideramos un núcleo, una colmena mediana y una colmena
grande las proporciones respectivas de nodrizas, cría y pecoreadoras
será muy distinta. Para aclarar esto, ver el gráfico correspondiente.

Una pregunta inevitable es por qué en la vida práctica son


casi inexistentes estos rendimientos de miel tan elevados. Sucede
que al margen de lo errático que pueden llegar a ser los flujos
nectaríferos, tan dependientes de las precipitaciones caídas y de la
temperatura, se suman una serie de factores que conspiran contra el
logro de poblaciones tan grandes que permitan tales cosechas.

1. Limitantes Técnicas para una mayor producción de miel

El manejo predominante de los apiarios presenta algunas


falencias que incluyen:
Practicar rara vez o nunca el cambio sistemático de las reinas
en las colmenas.

Lo habitual es que al comprar reinas en primavera o al fin del


verano, éstas sean utilizadas para nuclear, pero conservando
normalmente las reinas viejas de las colmenas. Sin duda existen
reinas de 2 y 3 años que siguen siendo buenas ponedoras, pero en
la mayoría de los casos las reinas de 2 o más años son candidatas
a enjambrar o a tener un reemplazo inoportuno que frena el
desarrollo de la colmena en el momento crítico previo a la mielada.
Por lo tanto, bajo estas condiciones es raro encontrarse con esas
colmenotas de las que hablamos.

Falta de espacio.

Los apicultores que trabajan con doble cámara de cría o


con alza y dos medias alzas sin excluidora ofrecen espacio más que
suficiente para la postura de una buena reina. En el caso de la doble
cámara, suele ocurrir que al inicio de la temporada la reina se
aloje con el nido en el alza superior, para dejar medio
abandonada la de abajo con lo cual es como si tuviera disponible
sólo un alza. Para evitar esto, algunos acostumbran invertir las alzas
periódicamente, lo cual creemos es una de las tareas más agobiantes
durante la primavera.

Nutrición.

Colmenas con poca miel en primavera despegan


lentamente y hasta se estancan en su desarrollo. La falta de miel
puede haber sido causada por una sobrecosecha o por un excesivo
consumo de reservas durante el otoño atribuible a las altas
temperaturas otoñales. Esta carencia puede subsanarse mediante la
alimentación artificial de jarabes de maíz de alta fructosa y/o jarabes
de azúcar.

Recordemos que la enjambrazón no es sólo la


multiplicación natural de las colmenas, sino también una forma de
renovar reinas. En los últimos años se ha notado un retardo en la
fecha de enjambrazón y un aumento de los reemplazos de reinas (sin
enjambrazón y por lo general en momentos inoportunos para el
crecimiento poblacional de la colmena). Como la presión selectiva de
la evolución a lo largo de miles de años no orientó a las abejas a
crear reservas de polen equivalentes en magnitud a las de la miel, es
un factor que debe corregirse artificialmente mediante sustitutos.

Sanidad.
La varroa en el peor de los casos mata las colmenas, pero existe
toda una gama intermedia de situaciones en la que sin diezmar a la
colmena le hace bajar dramáticamente su productividad, esto ocurre
de varias formas, entre ellas una de las más graves es la disminución
de la longevidad de las abejas - ya que según el grado de parasitismo
que haya sufrido una obrera, puede vivir menos de la mitad de su
vida normal- por lo cual trabajarán mucho menos y recolectarán
menos néctar.

La nosemosis, de la que se habla poco, es de acuerdo a nuestro


entender uno de los más graves problemas sanitarios de la Argentina
(gestión apícola Nº 2).

La experiencia indica que un grado moderado de nosemosis es


habitual cuando se tienen muchas colmenas juntas, que sin llegar en
absoluto a matarlas las afecta en el sentido de provocar reemplazos
anormales y prematuros de reinas nuevas recién introducidas en
núcleos y en reemplazo de reinas en colmenas establecidas.

Es curioso, que algunos productores se percaten del reemplazo de


reinas sólo cuando compran reinas y las usan para núcleos y que no
reporten similar anormalidad en sus colmenas. esta aparente
contradicción es resuelta cuando se consulta al productor si realiza
aunque sea un mínimo control de las reinas de sus colmenas, no
hablemos de tener reinas marcadas, sino de verificar por lo menos en
un apiario de 60 colmenas si las reinas con que las colmenas inician
la temporada en agosto son las mismas que están en diciembre. Si se
tomaran el trabajo de hacerlo, se sorprenderían de la cantidad de
reemplazos que implican: interrupción de postura, pérdida de ciclos
de cría y por lo tanto menos pecoreadoras durante la mielada.

En síntesis, creemos que gran parte de los reemplazos prematuros


(no atribuibles a la edad de la reina) evidentes o inadvertidos en la
mayoría de las colmenas son causados por nosemosis.

2. Manejo de Desarrollo de Familia

Este manejo, normalmente no tomado muy en cuenta por


los apicultores, es fundamental para la preparación de las familias a
la mielada. Ocurre a menudo que el momento de máxima población
no coincide con la mielada principal, esto quiere decir, que los
apicultores no preparan adecuadamente sus colonias para el acopio
de néctar. La colonia debe prepararse con 40 días a lo menos antes
de la principal mielada; de esta manera, las abejas acopiarán el
máximo de néctar de esa floración, lo que permitirá abundante
cosecha de miel.
2.1 En qué consiste este manejo?

En llevar familias pequeñas a un tamaño productivo, ya sea, núcleos


o familias pequeñas que vienen saliendo de la invernada. Se debe
tener en cuenta lo siguiente:

1. Ubicación de la familia dentro de la colmena: Si las condiciones


climáticas son buenas, ésta debe quedar al centro de la cámara de
cría, o sea, en las posiciones 4, 5, 6, y 7. En el caso que las
condiciones climáticas imperantes no sean favorables, se prefiere
dejar al núcleo en las posiciones 1, 2, 3, y 4. En el quinto marco se
debe colocar un marco tabique, que puede ser un marco común y
corriente envuelto en papel periódico y sujeto con dos elásticos.

2. Posición del listón guardapiquera: Se debe mantener la abertura


de invierno.

3. Revisiones de las colmenas: La periodicidad de las revisiones


debe ser entre 7 a 10 días una de otra.

2.2 Actividades durante las revisiones

Primera revisión: Se debe suministrar alimentación artificial de


sostén, que puede ser azúcar y agua en proporción 2 : 1 cada diez
días. Esto se puede comenzar a hacer a partir de la segunda
quincena de julio hasta mediados de agosto, luego se cambia la
alimentación por un jarabe más diluido 1 : 1, este actuará como
estimulante de la postura de la reina.

Segunda revisión: El objetivo de cada revisión, es que las familias


cumplan una tarea en el transcurso de una y otra revisión, por lo
tanto se debe chequear si cumplieron con su labor. La primera
tarea que deben cumplir, es el inicio del levantamiento de las
celdillas (estirar) de las caras internas de los marcos 3 y 8, o
depósito de néctar si los marcos colindantes ya están trabajados.
Alimentar con jarabe concentrado.

Tercera revisión: La tarea a revisar es si la familia construyó las


caras internas de los marcos de las posiciones 3 y 8 por lo que los
pasos a seguir son:

1. Quitar el techo que se deja sobre la colmena siguiente.

2. Ahumado de las abejas a través de la perforación de la entretapa.

3. Sacado de la entretapa y verificación de la tarea en los marcos 3


y 8.
4. Sacar los marcos 3 y 8 e invertirlos para que las abejas trabajen
la otra cara.

Cuarta revisión: La tarea vuelve a ser la revisión de los marcos 3 y


8; por lo tanto, las operaciones hasta el punto 4 son iguales
nuevamente. Si ambos marcos se encuentran construidos, se debe
sacar el marco 1 para pasarlo a la posición 3 y el marco 2 a la
posición 1. El marco recién construido se pone en posición 2. En el
otro extremo de la colmena, se verifica la misma operación. El
marco 10 se pasa a la posición 8, el marco 9 a la posición 10, y el
marco recién construido queda en posición 9.

A esta altura es conveniente señalar que es imposible


tener a todas las colmenas en igual situación, ya que ellas son
claramente diferentes entre sí, radicando esta diferencia básicamente
en la capacidad de postura de la reina. Es por esto normal que exista
un número de familias que se queden atrás y otras que se adelantan
con respecto al promedio.

A aquellas familias que se quedan rezagadas, es preciso


apoyarlas por lo menos una vez, para dilucidar si la reina es el
problema. En caso de no ser así, con una ayuda, se espera que se
coloque al nivel de las colmenas restantes. Una forma de ayuda, es el
cambio de lugar de esa familia débil con otra fuerte.

Las pecoreadoras siempre regresan al lugar de donde


salieron, por lo que la familia más débil recibirá un contingente mayor
de pecoreadoras cargadas, que debieran mejorar su condición
general. La familia más fuerte por su parte, no debiera sentir
mayormente impacto de la merma de sus pecoreadoras. En la
próxima revisión, la colonia apoyada debe dar muestras de
recuperación. Si así lo hace, pero aún no nos satisface por completo,
se puede repetir la maniobra de intercambio de posiciones con otra
familia fuerte.

En caso de que no se aprecie ningún síntoma de


recuperación, lo más probable es que la reina sea la culpable del
problema, por lo que no vale la pena seguir debilitando otras familias
en su apoyo. Lo recomendable en esta situación, es fusionar esta
colmena con una familia fuerte y que esté ya próxima a ser alzada,
para así acelerar aún más su desarrollo. Será mucho más rápido y
eficaz recuperar esa familia mediante la división de una fuerte, que
seguir reforzando a la colonia débil.

Para la fusión no es necesaria ninguna precaución


especial, basta con traspasar los marcos de cría de la familia débil, en
forma intercalada, al nido de la colmena fuerte y los marcos de
alimentos llevarlos a la nueva alza. Durante ese traspaso debe
ubicarse a la reina débil y matarla.

La colmena débil debe desaparecer del apiario, como


ubicación, para que las abejas pecoreadoras de la misma, busquen al
regreso entrar en otras colmenas.

Quinta revisión o colocación de la primera alza: La colocación de


la primera alza debe realizarse a conciencia, la cámara de cría debe
estar efectivamente llena con las abejas levemente apretujadas en su
interior. La forma de entregarle a estas abejas más espacio es la
siguiente:

· Distribución de las alzas y rejillas excluidoras al lado


de las colmenas que así lo requieran.

· Extracción del alza de los marcos 4 y 6.

· Las operaciones del punto 1 al 4 siguen siendo las


mismas que en la cuarta revisión.

A partir de esta revisión se deja de colocar alimento.


Aunque no existe contraindicación en hacerlo durante todo el período
en que las abejas se vean en la necesidad de construir los marcos con
cera estampada que se les está colocando.

Sexta revisión: En la quinta revisión se dejó por tarea los marcos 3


y 8 de la cámara de cría y el marco 5 del alza.

Lo normal es que, sin apoyo de alimentación, la familia


realice sólo la tarea de la cámara de cría y no la del alza. En este
caso las operaciones normales serán las que siguen:

1. Quitar el techo que se deja invertido en el suelo o sobre la


colmena siguiente.

2. Ahumado de las abejas a través de la perforación de la entretapa.

3. Sacado de la entretapa y verificación de la tarea del alza,


retirando de ella dos marcos de cera estampada.

4. Extracción del alza y su colocación sobre el techo invertido, de


manera que los cantos de ambas se esquinen para así evitar el
aplastamiento de las abejas.

5. Extracción de los marcos 1 y 10 de la cámara de cría , teniendo


cuidado de que la reina no vaya en ellos. Colocación de estos
marcos en las posiciones 3 y 7 del alza.
Séptima revisión: La tarea dejada en la revisión anterior, vuelve a
ser los marcos 3 y 8 de la cámara de cría y el marco 5 del alza, por
lo que los pasos a seguir en esta revisión son idénticos a los de la
sexta.

En esta oportunidad es muy probable que se encuentre


construido el marco 5 del alza. Al subir dos marcos más de la cámara
de cría , ésta quedará con 7 marcos construidos. Las tareas para la
próxima revisión volverán a ser los marcos 3 y 8 de la cámara de
cría y el marco 5 del alza.

Octava revisión: Los tres marcos que quedan con cera estampada
en el alza, deberán pasar, después de realizadas las operaciones
tradicionales, a constituirse en tarea para la siguiente semana. Con
esto no quedarán marcos con cera estampada, haciéndose
necesario traer otra alza para la colmena. A esta altura es muy
probable que los marcos 1 y 10 de la cámara aparezcan con cría. Si
al revisar los marcos restantes de la cámara existen algunos con
néctar y miel, se deben pasar éstos al alza.

Por el contrario, si todos los marcos tienes cría en los


distintos estados de desarrollo y polen, se debe aplaudir a la reina ya
que estaría demostrando que tiene una alta capacidad de postura.

En cuanto la reina complete la cámara de cría, se debe


retirar de ella dos marcos de cría tapada, en que las abejas estén
naciendo. Estos marcos se ubican en las posiciones centrales del alza,
vale decir 4 y 5, y los marcos llenos existentes en esas posiciones
deben correrse hacia los lados.

De aquí en adelante, en cada revisión en que no se


encuentren marcos con alimento en la cámara de cría, se deberán
sacar otros dos marcos de cría tapada y trasladarlos a las posiciones
centrales del alza, aumentando en ella el número de marcos con cría
a 4. En este momento, ya no se justificará la existencia de la rejilla
excluidora entre los dos cuerpos, la que puede guardarse entre la
entretapa y el techo hasta la colocación del tercer cuerpo.

Novena revisión: Volviendo a las familias normales, en ellas


corresponde la colocación del tercer cuerpo o segunda alza.
Requerirá de las siguientes operaciones, en el caso de que la reina
se encuentre en un solo cuerpo:

Del punto 1 al 5, las operaciones son iguales a las que se


verifican en la sexta revisión.

6. Retiro de dos marcos de alimento de la cámara de cría y su


ubicación en las posiciones 4 y 6 de la nueva alza. De esta
última, se retirarán dos marcos, para dejar tareas en las
posiciones 3 y 8 de la cámara de cría.

7. Colocación de la primera alza por sobre la segunda.

8. Colocación de la entretapa.

9. Cierre con el techo.

Las revisiones que siguen van a implicar un manejo igual


al descrito para la primera alza colocada. La diferencia sólo radicará
en que se deberá retirar de la colmena esa primera alza que está de
tercer cuerpo en altura.

En la primera alza los marcos contienen néctar que las


abejas deben madurar. Esta operación la verifican desde el centro
hacia los lados, por lo que el manejo de este cuerpo puede limitarse
sólo a observar si los marcos centrales ya están maduros. Los marcos
maduros son aquellos en que las abejas han operculado las celdillas
que tienen miel. Estos marcos deben ser traspasados a las posiciones
extremas, centrando a su vez los restantes, de manera que se vaya
acelerando el trabajo de maduración de las abejas.

Tal ocurrió cuando fue colocada la primera alza, y ahora,


con mayor velocidad porque la familia tiene mayor población, al cabo
de cuatro revisiones otra vez la colonia se encontrará con que no
tiene más espacio para construir.

Lo más seguro es que a estas alturas aún no se tenga un


alza completa de miel madura, por lo que la única solución es agregar
un nuevo cuerpo a la colmena.

Este nuevo cuerpo, o tercera alza encontrará a la colmena


de la misma forma que lo hizo la anterior, es decir, cebada con dos
marcos de alimentos sacados de la cámara de cría y colocada
directamente por sobre la rejilla excluidora.

En las dos alzas superiores se debe velar por el


intercambio de los marcos operculados. En el caso del alza que se
encuentran más arriba, se cambian los marcos operculados desde las
posiciones centrales a la de los extremos. En cambio, en el caso del
alza inferior, aquellos marcos operculados de las posiciones centrales,
son trasladados al alza superior. Lo que pretende con esto, es llenar
el alza superior de miel en el menor tiempo posible.

En este momento es conveniente volver sobre aquellas


familias que, en la octava revisión se dejaron con una cámara de cría
de dos cuerpos, debido a la mayor capacidad de postura de la reina.
cuando estas familias requieran un tercer cuerpo, se deberá actuar
con ellas como si los dos cuerpos de su cámara de cría fuesen uno
solo. De esa cámara de cría, se deben sacar los dos marcos de
alimentos para cebar ésta, su primera alza mielaria que va colocada
por sobre la rejilla excluidora.

Debido a las características de esta colonia, el tercer


cuerpo se llenará rápidamente, siendo necesario entregarles un
cuarto cuerpo o segunda alza mielaria, la cual deberá entrar al
sistema, cebada e intercalada.

Retornando al manejo del apiario, la colocación de alzas


en cualquiera de sus colmenas debe llevarse a cabo en forma
oportuna, ya que si las familias se sienten apretujadas, levantarán
celdillas reales y enjambrarán, con lo cual se corre el riesgo de perder
gran parte de lo logrado.

El número de cuerpos necesarios por colmena, sólo lo


pueden indicar ellas, y serán todos los que se requiera antes de tener
el alza superior llena de marcos de miel operculada. Recién en ese
momento, se podrá iniciar una cosecha, de carácter rotativo, en que
las alzas ya procesadas retornan a las colmenas. Estas alzas vienen
con sus celdillas intactas, por lo que las abejas deberán sólo
limpiarlas y llenarlas nuevamente de néctar, lo que hace más rápido
el trabajo de aquí en adelante.

En este momento se cuenta con una familia formada,


plenamente desarrollada y con sus marcos construidos.

El tiempo empleado en lograrlo dependerá en gran medida


de la fecha en que se inicie el trabajo, siendo ideal que esta iniciación
coincida con el comienzo de la fase activa dl ciclo apícola, es decir, el
término del invierno.

Lo difícil en estas circunstancias es la obtención de las


familias, ya que para los criaderos de núcleos, también comienza la
temporada. Por ello, y la práctica lo ha demostrado, es buena
cualquier época para comenzar en la actividad, incluso la de término
de temporada, período en que pueden conseguirse núcleos
fácilmente.

Por la fecha, será muy difícil que ellos aumenten


significativamente de tamaño, pero cuidándolos, se ganará la
experiencia del trabajo de invierno y se partirá en el momento
preciso en la próxima temporada.
3. Manejo de Otoño

El manejo de otoño, al contrario de lo que muchos


apicultores opinan, es uno de los manejos más importante de la
actividad apícola.

De este manejo dependerá la producción de la próxima


temporada, esto debido a que las abejas que nacen durante este
periodo son las que invernarán y comenzarán la actividad en la
temporada siguiente. Estas abejas viven 6 ó 7 meses a diferencia de
las que nacen durante el periodo de plena actividad que viven
alrededor de 42 días, de allí que se les denominen “abejas longevas”.
Por lo tanto, si no se produce un buen nacimiento de abejas en este
periodo, sean cual sean las condiciones del invierno, o se interrumpe
la postura en forma violenta, la colmena no llegará a la próxima
primavera. Por eso, es importante preocuparse en esos momentos de
la postura de la reina. La fuerte disminución de población detectada,
al inicio de la asistencia técnica, es una respuesta a un desequilibrio
ocurrido de la relación nutrición-espacio-población, lo que disminuyó
y en algunas familias interrumpió la postura de la reina (bloqueo).
Debido a esta situación, se recomendó: otorgar un marco estirado y
vacío para la postura de la reina; alimentar con una fuente especial
para estimular dicha postura de manera de prolongarla; comprimir a
las colonias disminuyendo los espacios interiores; reducir la piquera,
vigilar las reservas de nutrientes; elegir buenos lugares para invernar
soleados y resguardados de vientos, ojalá en áreas de floración
temprana; eliminar y/o fusionar familias muy débiles, para fortalecer
otras familias, es más factible que pase el invierno una familia fuerte
que muchas débiles.

3.1 Control de Espacio.

El manejo apícola durante la otoñada, hace necesario reacondicionar


los espacios dentro de la colmena, puesto que normalmente se
presentan situaciones de reducción de población.

Esta disminución de la población, no ocurre de la misma forma en


todas las colonias, hay muchas reinas que continúan en postura,
mientras que otras disminuyen en forma ostensible su ovoposición.
Esta condición, nos otorga una buena opción para iniciar la selección
de las colonias que se reproducirán durante la próxima temporada,
no hay que olvidar que de la postura de la reina durante el otoño
dependerá la producción de la temporada próxima, ya que las abejas
que nacen durante este tiempo compondrán en su mayoría el
contingente trabajador del arranque de primavera (abejas longevas).

A medida que avanza el invierno se deben controlar los espacios para


que haya una correcta ventilación y un control de Humedad y
Temperatura (se recuerda que la temperatura normal de la colonia es
de 32 a 35 C° y la humedad varía entre un 40 y 60 %). Aquellas
colmenas que estaban en doble cámara de cría y se redujeron,
deberán ser comprimidas a cámara de cría simple, retirando la
segunda cámara ya vacía de población y dejando las reservas de
alimento en el alza correspondiente. Las cámaras simples que
también se reducen, deben ser comprimidas con ayuda del tabique o
diafragma, el cual permitirá que el racimo invernal calefaccione
óptimamente el espacio que ocupa, quedando la bola invernal
acondicionada con sus reservas de alimentos a los costados de la
misma y los marcos de miel en exceso pueden colocarse por afuera
del tabique, para ser reubicados cuando sea necesario.

El tabique puede ser confeccionado de madera "cholguán", cartón,


plástico o papel periódico. La piquera debe reducirse a 4 a 10
centímetros, y las colmenas deben inclinarse hacia delante con el
objetivo de permitir el escurrimiento de las aguas lluvias.

Cuando se está invernando con núcleos, estos deberán estar


colocados en cajones nucleros de 5 marcos y se controlarán
periódicamente los espacios y la alimentación, ya que los núcleos
deben ser vigorosos y fuertes para su desarrollo primaveral. También
se debe mencionar que, si por determinadas causas algunas
colmenas quedan huérfanas (muerte de reinas por accidente al
efectuar un control, o por muerte natural de las mismas), se
procederá a realizar una FUSIÓN, ya que no podremos esperar a que
estas colonias sobrevivan en buenas condiciones hasta la primavera,
para lo cual, con la técnica simple de que una colmena fuerte y bien
organizada se le coloca papel de diario sobre los cabezales de la
cámara donde está el racimo y encima se ubica el alza que contiene a
la población huérfana, de esta manera se fusiona. Ya al cabo de un
par de días se revisa esta colmena, unificada, para proceder a su
reorganización De esta forma se aprovecha la población que había
quedado huérfana, con lo cual se fortalece la colonia que sirve de
base, la que podrá ser nucleada en la primavera. Lógicamente, las
colmenas a fusionar no deberán ser débiles ni estar enfermas.

3.2 Ultima revisión antes de la invernada

En estos momentos, que se ha retirado de las colonias


toda la cosecha de miel de la temporada, dejando suficientes
provisiones para el invierno, hemos llegado al periodo otoñal. Antes
que dejen las abejas toda actividad, el Apicultor debe hacer una
rápida pero concienzuda revisión de todo el colmenar.

El objeto de esta revisión, que se efectúa durante un día


de sol, es el siguiente: en general cerciorarse si todas sus familias
están en condiciones tales que puedan pasar con seguridad los
rigores del invierno y comenzar un nuevo desarrollo al inicio de un
nuevo año apícola. Esta revisión se dirige básicamente hacia cuatro
objetivos:

1. ¿ Hay en cada familia una Reina que pueda satisfacer las


necesidades de la colmena y que pueda responder con seguridad
al inicio de la nueva temporada?. ¿ Qué hacer? :

· Reemplazarla por una reina de reserva, que se tiene


para tales casos de emergencia, en pequeños núcleos
o minifamilias.

· Fusionar las familias porque no se dispone de


reinas de reserva.

Es durante este periodo del año que la influencia de la


reina se hace sentir. Algunas reinas continúan con la postura hasta
fines de otoño y aún después del comienzo del tiempo frío. También
existe una marcada diferencia entre el porcentaje de postura de cada
reina. Algunas reducen su postura mucho más rápidamente que
otras, aunque pueda haber alguna cría en las colonias durante todo el
período otoñal.

La reina ideal tiene un alto grado de postura y continúa


poniendo hasta bien entrado el otoño, proporcionando así un racimo
grande de abejas jóvenes para el invierno. Cuanto más fuerte sea la
colonia en lo que a población se refiere, mejor pasará el invierno. Una
colonia fuerte, de abejas relativamente jóvenes, con abundantes
reservas de miel y polen, también estará capacitada para cuidar de la
cría en la última parte del invierno y a comienzos de la primavera,
esas colonias generalmente pasarán la primavera siguiente con poca
perdida y, con un manejo adecuado de su población que irá en
continuo aumento, pueden ser llevadas al flujo de néctar en óptimas
condiciones para recolectar el máximo.

Por lo tanto, es de suma importancia asegurarse que cada


colonia tenga una reina capaz de un rendimiento ideal. Las reinas
nuevas deberían introducirse con tiempo suficiente para que
comiencen a poner a fines del verano o principios de otoño. Las
reinas que se introduzcan al fin de la temporada ya no pueden
producir una población adecuada de abejas jóvenes para la bola
(esfera) invernal.

2. ¿ Está la familia, en abejas vivas, en cría sellada u operculada, de


tal fuerza que puedan atender como nodrizas y como recolectoras
el desarrollo que se va a iniciar con el próximo año apícola?.¿ Qué
hacer? :
· Fusionar las familias más débiles, para que así
juntas pasen mejor el invierno, y atiendan mejor su
próximo desarrollo.

Al final de la temporada y luego de la cosecha, se le debe


dar espacio a la reina para que continúe su postura, proporcionándole
marcos, los más perfectos, con sólo celdillas de obreras, en las
posiciones cuatro y ocho, así, las abejas que nazcan de esta postura
serán las abejas longevas que pasarán el invierno, y las que darán la
partida en la temporada siguiente; por lo tanto, de éste manejo
dependerá la producción de la próxima temporada.

3. ¿ Tienen las familias tantas provisiones de miel y de polen que


puedan pasar holgadamente el tiempo de invierno, y alcanzan
estas provisiones también para iniciar una crianza grande y rápida
sin temor que su población y ellas mismas puedan morir de
hambre?. ¿ Qué hacer? :

· Al respecto, se especula bastante; no todos los colmenares


son iguales, ni todas las familias son iguales, ni los manejos,
ni los criterios de los apicultores etc., por lo tanto, hay que
considerar a cada familia como individuo o como unidad
biológica, y cada colmena tiene sus propios requerimientos
de mantención y de producción. Hay que asegurar una
cantidad de alimento, que permita a la familia pasar un buen
invierno, esta cantidad para algunos autores fluctúa entre 6
y 10 Kg, dependiendo sí se invierna sólo en cámara de cría o
con cámara de alimentación.

Es importante asegurarse en el otoño de que cada colonia


tenga abundantes reservas de miel y polen disponible.
Cuando las abejas almacenan polen, especialmente hacia
fines de temporada, pocas veces llenan las celdas más de dos
tercios o tres cuartas partes de su capacidad. Con mucha
frecuencia completan estas celdas con miel y las sellan.
Cuando hay una buena provisión - tanto de miel como de
polen - y la familia tiene una reina joven y un racimo
invernal fuerte, se encuentra en condiciones ideales para el
invierno.

Las familias que no se encuentren en excelentes


condiciones para el invierno deben ser fusionadas con otras. A las que
se encuentren en condiciones pobres se les deben sacudir sus abejas
de los marcos frente a otras colmenas y el material se retirará del
apiario y se almacenará, resguardándolo de las polillas, para volver a
llenarlos nuevamente con abejas en la próxima temporada.
En el fondo, es la misma operación que se hace al inicio
del año Apícola: en la primera revisión de primavera. Esta revisión
debe ser rápida y concienzuda, anotando en detalle todo lo que según
el juicio del apicultor determine, que hay que enmendar, todos estos
datos pasan a la bitácora del colmenar, para en otro día y según la
urgencia efectuar las operaciones del caso.

Hecho esto, se asegura si las tapas o entre tapas cierran


bien, si los techos cubren bien, y no dejan pasar el agua que con sus
filtraciones causarían incomodidades y perjuicios a las abejas. Se
reducen las piqueras dando vuelta primero los pisos reversibles con la
entrada angosta de invierno hacia arriba. Impedir el ingreso de
animales al apiario para que no puedan volcar las colmenas. Luego de
esto las abejas necesitan una sola cosa: Calma.

Después de fuertes temporales el apicultor debe


inspeccionar, si el viento ha volado techos o volcado colmenas, o si el
terreno humedecido no ha variado la colocación de las colmenas y
están en peligro de volcarse.

Indudablemente, después de la introducción de la


Varroasis en nuestro país, habría que agregarlo como punto número
cuarto en nuestro manejo

4. Cada familia debe mantenerse en perfectas condiciones de


Sanidad, para que puedan expresar a cabalidad su potencial
productivo. ¿ Qué hacer?.

· Cerciorándose que la reina declina en su postura, es el


momento ideal para la aplicación de medicamentos para el
control de la Varroasis; debido a que este parásito ataca
tanto las abejas adultas como las crías, lo cual dificulta en
parte su control.

Ahora, necesitan las abejas una sola cosa: Calma.

3.3 RESUMEN

Se considera como niveles aceptables de mortalidad


durante el invierno un 15 % ( B. Furgalá). Los problemas con las
reinas (falta de reina, reina vieja, fertilidad reducida, etc. ), las
reservas inadecuadas de provisiones o alimentos, la poca protección y
las enfermedades, por si solas o en conjunto, continúan diezmando
los apiarios durante el invierno. Pueden evitarse la mayoría de los
problemas relacionados con la mortalidad invernal o con las familias
débiles que sobreviven el invierno, si el Apicultor cumple con los
siguientes cuatro requisitos y principios fundamentales en el manejo
apícola:
1. Cada familia debe tener una reina joven de una ascendencia
genética superior.

2. Cada familia debe estar debidamente protegida contra


condiciones climáticas extremas y establecida en una colmena bien
construida, estándar.

3. Cada familia debe tener una reserva adecuada de alimentos: miel


y polen.

4. Cada colonia debe mantenerse en condiciones perfectas de


sanidad.

4. CALENDARIO DE ACTIVIDADES APÍCOLAS

4.1 PRIMAVERA

Con los primeros días de estación, un poco de sol y


ambiente tibio, comienzan las actividades de la temporada. Es la
época crítica para un colmenar, visitas oportunas emitirán sorpresa y
dificultades.

1. Hacer limpieza debajo de la colmena para observar lo que ocurre


debajo de la piquera.

2. Efectuar trasiegos de rústico a moderno

3. Revisión inicial de todas las colonias

4. Anotar en cuaderno del apiario especificando fechas y situación


de las colonias usando abreviaturas

5. Tomar el peso de las colonias para darnos una idea del flujo de
néctar

6. Observar el movimiento de la piquera (polen, zánganos, etc.)

7. Colocar las trampas de polen

8. Nivelación de las colonias en población intercambiándolas de


posición

9. Alimentación artificial si el caso lo requiere

10.Estimular la postura de la reina para mieladas 40 días después

11.Control de Varroa y Nosemosis


12.Renovación de los marcos del cuerpo de cría y estímulo de la
postura de la reina

13.Cambiar el piso reversible

14.Iniciar crianza de reina y formación de núcleos para la venta o


crecimiento

4.2 VERANO

1. Limpieza debajo de la piquera

2. Colocación de alzas

3. Se continúa con las trampas de polen

4. Fusión de familias débiles

5. Preparación de la cosecha (materiales, centrífuga,


desoperculadores, etc.)

6. Al final del verano y después de la cosecha se pueden hacer


núcleos para crecimiento

7. Registrar las producciones y ventas de miel

4.3 OTOÑO

1. Cerciorarse del la relación espacio-población-alimento

2. Hacer manejo sanitario contra Varroa

3. Colocación de piqueras

4. Control de peso de las colonias

5. Inclinar las colmenas y asegurar techos

6. Asegurar que todas las colonias tienen una reina

4.4 INVIERNO

1. Trabajo en bodega, control de polillas y roedores

2. En el colmenar sólo visitas con inspección externa

3. Preparación de material y reparación de ellos


4. Visita al colmenar después de temporales

5. Control de hormigas en los entretechos y en el suelo

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