Asfixia Por Sumersión
Asfixia Por Sumersión
Asfixia Por Sumersión
Es la asfixia que se produce cuando el aire de los pulmones es reemplazado por un líquido que
penetra a través de la boca y la nariz.
Etiología. La más frecuente es la accidental, por impericia para la natación o por imprudencia
(sumersión posprandial, baño en aguas de gran oleaje). Menos comunes son la sumersión
suicida y la homicida. Es interesante acotar que durante la Revolución Francesa existió la forma
judicial.
Fases clínicas. Antes de que sobrevenga la muerte, la víctima experimenta esta serie de
eventos:
Pronóstico. Está determinado par la cantidad de líquido inhalado. Las posibilidades de éxito de
las medidas de resucitación son pocas cuando la asfixia ha durado seis minutos, y la muerte
prácticamente es inevitable cuando ese periodo ha sobrepasado los diez minutos (Polson). Sin
embargo, Kvittingen y Naess (1963) informaron de un caso en que la resucitación se logró
después de veinte minutos de sumersión.
Finalmente, otro factor que debe tenerse en cuenta es el orden en que se presenten las
insuficiencias respiratoria y cardiaca. Cuando el paro respiratorio precede a la falla del corazón,
como ocurre en la tercera parte de los ahogados, la respiración artificial inmediata pueda tener
éxito.
Síndrome postsumersión
Fisiopatología de la sumersión
El mecanismo de la asfixia por sumersión es algo más complejo que la simple obstrucción
mecánica de las vías respiratorias ocasionada por el líquido inhalado (Polson).
En la sumersión en agua dulce, debido a su bajo contenido de sal (alrededor del 0.5 %) hay
desplazamiento de líquido a la sangre, a través de la pared de los alvéolos pulmonares. Esto
origina aumento del volumen circulante (hiperuolemia), hincha y rompe los glóbulos rojos
(hemólisis), con liberación del potasio que contenían (hiperpotasemia). En un periodo de dos a
tres minutos, la sangre puede bajar su densidad en el 50 % (hemodilución). De esta manera, el
corazón sufrirá los efectos de la anoxia, hipervolemia, hiperpotasemia e hiponatremia. De la
sobrecarga que constituye el aumento de volumen sanguíneo se origina el edema pulmonar, y
de la anoxia y el exceso de potasio se produce taquicardia y fibrilación ventricular. Aunque el
corazón puede continuar latiendo durante unos minutos después del rescate, se forma edema
cerebral por anoxia, que es la inmediata causa de la muerte en el término de tres a cinco
minutos.
En la sumersión en agua salada o marina, cuya salinidad está por encima del 3 %, esta
marcada hipertonicidad produce el desplazamiento de líquido de la sangre hacia los pulmones.
Se origina así un edema pulmonar fulminante con hipovolemia progresiva. El intercambio de
electrolitos del agua de mar a la sangre tiene efectos adversos: aumento de la viscosidad de la
sangre (hemoconcentración) y del nivel de sodio (hipernatremia). No hay hemólisis y la tensión
arterial sistólica se mantiene durante algunos minutos. Hay, sin embargo, anoxia miocárdica,
choque y eventual paro del corazón, dentro de un periodo que oscila entre ocho y doce minutos.
En términos generales, es posible afirmar que la sumersión en agua salada semeja más la
muerte por asfixia, y que debido a la hemoconcentración que produce es dos veces más mortal
que la sumersión en agua dulce.
Signos de sumersión
Hongo de espuma. Es una bola de espuma blanca o rosada sobre la boca y la nariz (fig. 22.3).
Se produce durante las inspiraciones agónicas. La entrada de líquido en las vías respiratorias
provoca la secreción de moco. La mezcla de aire, líquido, moco y, tal vez, surfactante de los
pulmones, da lugar a la formación de esta espuma (Manktelow y Hunt, 1967).
Piel y ropas húmedas. Puede revestir importancia cuando están humedecidas por un material
que no es propio del medio líquido en que se encontró el cadáver. Es el caso de un cuerpo
recubierto de lodo que es recuperado de una piscina de aguas cristalinas.
Cutis anserina "piel de gallina". Se debe a la rigidez cadavérica de los músculos piloerectores
Días más tarde, al sobrevenir la putrefacción, aparece el signo de la "cara de negro" descrito
por Lecha Marzo, y que consiste en el aspecto negruzco _e hinchado del rostro.
Contusiones simples. En la frente, dorso de las manos, rodilla y dorso de los pies. Se forman
cuando el cuerpo toca el fondo del medio de sumersión.
Signos internos
El diagnóstico de laboratorio de la muerte por sumersión ha originado una serie de pruebas que
merecen una referencia cronológica.
En 1944, Moritz señaló que el magnesio era más confiable que los cloruros.
En 1941, Incze publicó la prueba de las diatomeas (plancton) que durante veinte años mantuvo
su validez como medio confiable para determinar muerte por sumersión. De acuerdo con su
hipótesis, si se verifica la presencia de esas algas en órganos como el corazón, o en la médula
de huesos largos como el fémur, se puede asumir que la, víctima estaba viva al caer al agua,
porque la circulación de la sangre las había transportado hasta allí luego de atravesar la pared
de los alvéolos pulmonares.
Como dichas algas tienen un caparazón de sílice, era posible calcinar el corazón, el riñón, el
hígado o la médula ósea, y encontrarlas para establecer el diagnóstico.
En 1963, Spitz y cols. cuestionaron esta prueba al demostrar que en el aire de Berlín pululan las
diatomeas y, por lo tanto, era factible que sin haberse ahogado, cualquier barlinés las tuviese en
su sangre.
También debe recordarse que algunos autores han asignado cierto valor forense al contenido
gástrico. Para ello habría que someterlo a un estudio químico y microscópico comparativo con
el medio líquido en que se encontró el cuerpo. Otros le atribuyen valor a la ausencia de líquido
en el estómago, porque la interpretan como signo de que la víctima ya estaba muerta al
sumergirse o que la muerte ocasionada por la sumersión fue rápida.
Problemas medicolegales
1. Diagnóstico diferencial entre muerte por sumersión y lanzamiento de ira cadáver al agua.
Recurrir a la determinación ele plancton (diatomeas) en la médula ósea del fémur y a la
comprobación de hemorragias en los huesos temporal y etmoides.
3. Determinar la forma de muerte. Para sumersión accidental son útiles los antecedentes de
impericia para la natación, alimentos en inicio de digestión gástrica que demuestran sumersión
posprandial; amenazas o tentativas suicidas, autolesionismo para sumersión suicida; lesiones
por terceros, mordazas y ataduras, así como grandes pesos para mantener a la víctima
hundida, en la sumersión homicida.