Manual de Los Ujieres
Manual de Los Ujieres
Manual de Los Ujieres
b) autoridad espiritual
c) simpatía
d) espíritu de servicio
e) humildad
f) paciencia
g) diligencia y dinamismo
h) mentalidad de excelencia
Su aseo
-Limpieza personal.
-Perfume y desodorante.
-Boca aseada.
-Sin goma de mascar.
-Cabello arreglado
-Vestimenta apropiada
Su tarea.
- Ser puntual.
- Nunca dejar su puesto.
- No usurpar autoridad.
- Atención especial a los invitados.
- Seguir las instrucciones.
Su actitud:
- Optimista
- Conversación agradable
- Rostro agradable
- No murmurador
- Bondadoso para con todos
Los ujieres deben ser puntuales, y estar en la iglesia con mucho tiempo de
anticipación.
Los ujieres deben vestirse bien, mostrando que toman en serio su trabajo,
presentando una cara elegante y positiva de la iglesia.
Idóneamente, los equipos de ujieres deberán usar un uniforme, o vestirse
coordinadamente. Esto no siempre será posible o práctico, pero es muy
útil.
VISITANTES ESPECIALES
CONCERNIENTE A LA TRADUCCIÓN
Es de gran importancia que los ujieres estén muy alertas con respecto a
este elemento de la traducción. Resulta desagradable para el visitante
angloparlante que vino porque se le dijo que había traducción, no recibir
un audífono. Podría interpretarse como descortesía o incompetencia de
parte de nuestra iglesia. Hay que estar muy alertas con respecto a esto.
A veces, habrá que pedirle a la gente que se desplacen hacia los lados para
consolidar espacios. Esto también puede resultar en tensión, así que hay
que estar alertas al respecto, y emplear la forma más cuidadosa y
balanceada. Es aquí donde la oración previa en la casa y antes del servicio
entre todo el equipo, puede ser de gran utilidad para evitar y neutralizar
esos momentos desagradables.
Como se puede ver, es de gran importancia que los ujieres sea gente
dinámica, observadora, proactiva, y enérgica, con un alto sentido de
responsabilidad, que no le tema a usar su autoridad para mantener el
orden en la iglesia, y facilitar el mover del Espíritu en las reuniones.
Es muy útil que siempre haya un ujier, quizás el ujier principal, que
mantenga contacto visual con el pastor que está a cargo del servicio. Esto
no será posible en todo momento del servicio. Pero es de gran ayuda de vez
en cuando mirar hacia el pastor para ver si necesita algo, o si desea
comunicar algo a los ujieres. De vez en cuando, inclusive, un ujier se puede
allegar al pastor para preguntar si todo está bien, o si requiere algo de
parte de los ujieres u otra persona.
TIEMPOS DE MINISTRACIÓN
Si vienen familias nuevas con niños, se les debe informar que hay clases
para diferentes edades, y darles direcciones sobre cómo llegar a los salones
infantiles. Además, se les debe dejar saber a qué hora comienzan las clases
para niños—generalmente después del tiempo de alabanza. En algunos
casos, dados los múltiples pisos de nuestra planta física, quizás será
necesario conseguir a alguien que acompañe a la mamá hasta el salón
infantil.
A veces los padres no quieren llevar a sus niños a los salones infantiles,
particularmente durante su primera visita, prefieren retenerlos en el
santuario. Generalmente, no se debe insistir que los lleven a clase. Sin
embargo, si el niño se pone inquieto y comienza a molestar o a hacer ruido,
se le deberá informar delicadamente al adulto que hay clases disponibles
para los niños, y que con mucho gusto podemos acompañarlos hasta el
salón adecuado. En ocasiones, este trabajo idealmente lo haría una ujier,
ya que es más delicado navegar ese momento potencialmente difícil de
mujer a mujer.
Cuando se acerca el tiempo de los diezmos y las ofrendas, los ujieres deben
comenzar a prepararse y posicionarse para acudir al frente
inmediatamente que el pastor haga el llamado. Los cestos de las ofrendas
deben estar preparados con antelación, de manera que el recogimiento de
los diezmos se dé con la mayor eficiencia y solemnidad posibles. En el caso
de nuevos ujieres, se les debe dar un entrenamiento específico con
anterioridad sobre cómo se lleva a cabo esta operación, a fin de que no
haya titubeos durante este momento.
Debe determinarse con anterioridad quiénes recogen todos los cestos de las ofrendas
y los llevan al salón de conteo. Nunca debe ir un solo ujier a llevar el dinero, por
razones de seguridad y protocolo.
LA SANTA CENA
La Santa Cena es uno de los momentos más solemnes del calendario eclesiástico.
Debe llevarse a cabo sin titubeos ni errores marcados o visibles. Por eso, siempre
deberá proveerse entrenamiento específico a los ujieres sobre cómo desempeñar su
función con respecto a este importante momento. Los ujieres deben saber con
seguridad dónde posicionarse, y cómo trabajar en equipo de un lado a otro de los
asientos para distribuir la Santa Cena con la mayor efectividad, solemnidad y rapidez
posibles.
Los ujieres asignados para pararse al frente y tomar los elementos de la Santa Cena de
manos del pastor deben estar bien preparados para mover la mesa con los elementos
a su lugar apropiado y quitar con cuidado el mantel que la cubre. Deberán estar
informados previamente del rol especial que van a jugar ese domingo, y vestirse con el
mayor cuidado posible. Debe ser gente espiritualmente madura, y conocida por la
congregación.
Al final del tiempo de la Santa Cena, los ujieres deben asegurarse de recoger los
vasitos que queden en los asientos, y desecharlos apropiadamente.
CONTEO DE LA ASISTENCIA
SITUACIONES DE EMERGENCIA
Idealmente, los ujieres deberán estar preparados para afrontar cualquier situación de
emergencia que pueda surgir durante un servicio. La directiva de los ujieres deberá
proveer entrenamientos especializados con respecto a situaciones específicas, tales
como fuegos, falsas alarmas de fuego, personas atrapadas en un elevador, o
emergencias médicas.