Darfur

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CONFLICTO EN DARFUR (SUDÁN)

Contexto:

La república de Sudán es el país más grande de África, situado al noreste del continente.
Su superficie es de 2.505.810 km² y su capital es Jartum. Es también el estado que tiene mayor
cantidad de fronteras con otros países. Limita con Egipto al norte, el mar Rojo al
noreste, Eritrea y Etiopía al este, Kenia y Uganda al sureste, la República Democrática del
Congo y la República Centroafricana al sudoeste, Chad al oeste y con Libia al noroeste. Tiene
un gobierno autoritario, por lo que todo el poder político está en manos del Presidente, Omar
Hassan Ahmad al-Bashir. Bashir y su partido controlan el gobierno desde que él dirigió el golpe
militar del 30 de junio de 1989.
En el censo sudanés de 1993, la población se calculó en 26 millones. No existen censos
fiables desde entonces debido a la guerra civil. La estimación corriente calculada para 2004 es
de cerca de 39 millones de habitantes. La población de la zona metropolitana de Jartum
(incluyendo Jartum, Omdurmán y Jartum del Norte) está creciendo rápidamente y se acerca a
los 6-7 millones, incluyendo cerca de 2 millones de personas desplazadas de la zona de guerra
en el sur, así como de las áreas afectadas por la sequía en oriente y occidente.
Sudán tiene dos principales grupos culturales —africanos negros arabizados (pero también
algunos árabes egipcios, no negros) y africanos negros no árabes con cientos de divisiones
étnicas y tribales y grupos lingüísticos, lo que hace que la colaboración efectiva entre ellos sea
un problema mayor
El 80% de la población trabaja en el sector agrícola. La situación de guerra civil que vive
durante muchos años ha llevado a tener niveles de inflación altos en determinados momentos,
junto a caídas brutales, fruto de las vicisitudes de las operaciones bélicas.
Amenazado de expulsión del FMI por su cesación de pago de la deuda externa, y con los
gravísimos problemas que añade la sequía, los datos económicos no reflejan la verdadera
situación, dado que computan niveles altos de PIB gracias a los recursos de petróleo y en parte
aloro que quedan en manos de muy pocas empresas, todas ellas extranjeras. Otros recursos de
los que dispone es tungsteno, cinc y, probablemente, gas.
El idioma oficial es árabe, pero también tiene influencia en el sur del país el idioma inglés y
el suajili en el oeste. Sumado a esto, se distinguen alrededor de otros 115 dialectos africanos.
El 60 % de la población son musulamanes sunitas, el 15 % cristianos y el 25% religiones
africanas tradicionales, animistas.
Darfur es una región situada en Sudán occidental, que limita con la República
Centroafricana, Chad y Libia. Está dividida en tres estados federados dentro de Sudán: Gharb
Darfur (Darfur Occidental),Janub Darfur (Darfur Meridional), y Shamal Darfur (Darfur
Septentrional), con una superficie similar a la de España.
Se cree que han muerto 300.000 personas y al menos dos millones y medio de personas se
desplazaron de sus hogares desde que la lucha estalló en 2003 entre el Gobierno de Sudán y sus
aliados Janjaweed, milicias y otros grupos rebeldes armados.

ANTECEDENTES

El conflicto se remonta a la implementación de la política británica de desarrollo separado,


que favoreció en Sudán a los árabes en detrimento de los negro-africanos, junto a la política de
arabización e islamización de los sucesivos Gobiernos de Jartum.
Es, pues, un problema de desarrollo desigual y de acceso al poder, que se remonta a la
época de la colonización británica.
Sudán se ha visto desgarrado por guerras civiles intermitentes desde el momento en que el
país, el mayor de África, se independizó de Gran Bretaña en 1956. Los enfrentamientos tienen
su origen en décadas de enorme desproporción entre el desarrollo del norte, árabe e islamista, y
las comunidades negras del sur, cristianas y animistas. Una desigualdad alimentada primero por

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las fuerzas coloniales británicas y después por los gobiernos de Jartum, que han tratado imponer
el modelo de Estado islámico y centralizado en todo el país.
La raza negra ha sufrido un permanente sometimiento a la población árabe. Sin embargo,
esta guerra no era sólo un contencioso religioso entre musulmanes y cristianos, sino también
la lucha por el control de los recursos naturales. En el norte se concentra la actividad comercial
y agrícola, las redes de transporte terrestre y marítimo, mientras que el sur alberga las fértiles
tierras de Renk, la zona petrolífera de Bentiu y los yacimientos de níquel y uranio.
Lo que en principio nació como un conflicto étnico pronto adquirió carácter de guerra civil.
Los grupos fundamentalistas no cesaron en su empeño de transformar el país en un estado
islámico y esta presión adquirió su máxima expresión con la llegada del dictador Yaafar el
Numeiri, que impuso en 1983 la ‘Sharia’ en todo Sudán, dando comienzo a la segunda guerra
civil sudanesa.. La población negra perdió entonces la limitada autonomía que había logrado en
1972 tras la primera guerra civil para ser de nuevo ultrajada y sometida por los árabes del norte.
Nació entonces como respuesta la principal organización rebelde, el Ejército de Liberación del
Pueblo Sudanés (ELPS), de John Garang.
La situación se agravó en 1989, tras el golpe de Estado de Omar Hasán al Bashir, que
impuso con dureza la ley islámica en todo el país además de aniquilar cualquier resquicio de
libertad. Su estrategia de poder se basó en la deportación masiva de la población negra hacia
zonas inhóspitas y la recolonización de los territorios fértiles recién despoblados con grupos
árabes. Su despotismo ha alimentado una creciente desconfianza entre la población y en un
intento de darle cierto cariz democrático a su régimen impulsó la elaboración de la Constitución
de 1998; la convocatoria, en el año 2001, de las primeras elecciones desde el golpe.

PROTAGONISTAS

ONU: Organización de las Naciones Unidas


UE: Union Europea
UA: Union Africana
EEUU: Estados Unidos.
LEA: Liga de Estados Árabes.
UNAMID: Misión africana de la unión de Naciones Unidas en Darfur
UNSC: Consejo de seguridad de Naciones Unidas
ELS: Ejército de la liberación de Sudán
MLS: Movimiento de la liberación de Sudán
SPLA: Ejército de la liberación de la gente de Sudán
MJI: Movimiento de la justicia y de la igualdad
FLD: Frente de la liberación de Darfur
JANJAWED: Centro de la politica gubernamental de contrainsurgencia

DESARROLLO DEL CONFLICTO

Suele afirmarse que el inicio del conflicto de Darfur tuvo lugar el 26 de febrero de 2003,
cuando un grupo autodenominado Frente de Liberación de Darfur (Darfur Liberation Front)
reivindicó un ataque a Golo, el principal centro en el distrito Yébel Marra. Sin embargo, el
conflicto se había iniciado en Darfur antes de esa fecha, ya que los rebeldes habían atacado
comisarías de policía, puestos militares fronterizos y convoyes del ejército, y el gobierno ya
había iniciado un asalto masivo por tierra y aire contra la fortaleza rebelde en las Montañas de
Marrah. La primera acción militar de los rebeldes fue un exitoso ataque contra la guarnición en
la montaña el 25 de febrero de 2002, y el gobierno sudanés estaba en alerta desde el ataque a la
estación de policía de Golo en junio de 2002. Algunos autores afirman que el comienzo de la
rebelión debe datarse más bien el 21 de julio de 2001, cuando un grupo de Zaghawa y Fur se
reunieron en Abu Gamra, y juraron por el Corán trabajar juntos para defenderse de los ataques
gubernamentales a sus aldeas. Debe tenerse en cuenta que casi todos los habitantes de Darfur

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son musulmanes, tanto los insurgentes como los Yanyauid y los líderes gubernamentales
de Jartum.
El 25 de marzo de 2003, los rebeldes conquistaron la ciudad de Tine, junto a la frontera
de Chad, consiguiendo grandes cantidades de víveres y armamento. A pesar de las amenazas del
presidente Omar al-Bashir de "soltar" al ejército, los militares tenían pocos recursos. El ejército
se encontraba desplegado en el Sur, donde la Segunda Guerra Civil Sudanesa se encaminaba
hacia su fin, y en el Este, donde rebeldes patrocinados por el gobierno eritreo amenazaban el
oleoducto recientemente construido para transportar petróleo desde los campos de petróleo de
Puerto Sudán. El ejército, poco entrenado en operaciones en el desierto, se vio impotente para
hacer frente a la táctica rebelde de lanzar rápidos ataques utilizando vehículos Toyota Land
Cruiser por toda la región.
El 25 de abril de 2003, una fuerza combinada del Movimiento de Liberación de Sudán
(MLS) y del Movimiento Justicia e Igualdad (MJI), formada por 33 Land Cruisers, entró en al-
Fashir y atacó a la guarnición mientras dormía. En las siguientes horas, cuatro bombarderos
Antonov y helicópteros de combate, según fuentes gubernamentales (siete según los rebeldes)
fueron destruidos en tierra. Mataron a 75 soldados, pilotos y técnicos, y capturaron a otros 32,
incluyendo al comandante de la base. Los rebeldes tuvieron nueve bajas. El éxito de la incursión
no tenía precedentes en Sudán: en los veinte años de guerra en el Sur, el Ejército de Liberación
del Pueblo de Sudán (Sudan People's Liberation Army, SPLA) nunca había conseguido llevar a
cabo una operación similar.
El ataque de Al-Fashir marcó un importante punto de inflexión, tanto desde el punto de
vista militar como psicológicamente. Las fuerzas armadas habían sido humilladas, y el gobierno
se enfrentaba a una complicada situación estratégica. Se hizo evidente que era necesario
entrenar a los soldados para esta nueva clase de guerra, y se suscitaron sospechas bien fundadas
acerca de la lealtad de muchos oficiales y soldados nativos de Darfur.
La responsabilidad de enfrentar a los rebeldes recayó sobre la Inteligencia Militar sudanesa.
Sin embargo, en los meses intermedios de 2003, los rebeldes vencieron en 34 de 38
enfrentamientos.
En mayo, el MLS destruyó un batallón en Kuttum, causando 500 víctimas y haciendo 300
prisioneros, y, a mediados de julio, 250 soldados murieron en un segundo ataque a Tine. El
MLS comenzó a moverse hacia el este, amenazando con extender la guerra a la provincia de
Kordofan.
Esto hizo que el gobierno sudanés modificase su estrategia. Dado que el ejército había sido
claramente derrotado, se decidió basar el esfuerzo bélico en tres elementos: la inteligencia
militar, la fuerza aérea y y los Yanyauid, ganaderos baggara armados que el gobierno había
utilizado ya para reprimir el levantamiento de los masalit en 1996-1999. Los Yanyauid se
convirtieron en el centro de la nueva estrategia gubernamental de contrainsurgencia. Los
recursos militares se concentraron en Darfur, y los Yanyauid fueron organizados como una
fuerza paramilitar, con equipamiento de comunicaciones y algo de artillería.
Como resultado, en la primavera de 2004 varios miles de personas — la mayoría de etnias
no árabes— habían sido asesinados, y cerca de un millón desplazados de sus hogares, lo que
provocó una importante crisis humanitaria en la región. La crisis alcanzó una dimensión
internacional cuando unos 100.000 refugiados se adentraron en el vecino Chad, perseguidos por
milicianos Yanyauid, que se enfrentaron con las tropas del gobierno de Chad en la frontera. Más
de 70 milicianos y 10 soldados chadianos murieron en un enfrentamiento con artillería en abril.
Un equipo de observadores internacionales de Naciones Unidas informó que las aldeas no
árabes habían sido destruidas por completo, mientras que los poblados árabes permanecían
intactos
En algunos lugares, la distancia entre una aldea Fur destruida y un pueblo árabe es de
menos de 500 metros.

ACUERDO DE ALTO EL FUEGO

El gobierno sudanés y los rebeldes del sur firmaron un acuerdo de cese del fuego. De ser
respetado, pondrá fin a 21 años de guerra civil. Francia y Estados Unidos habían decido

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favorecer conjuntamente el regreso a la paz, apoyándose en Chad, para permitir al fin una
explotación rentable de los yacimientos petrolíferos. China, que había colonizado parcialmente
la zona petrolera, y la India, como socio de la primera, serían los grandes perdedores del
proceso.
En 1997, el president Bill Clinton impuso un régimen de sanciones económicas a Sudán
con vistas a restringir la adquisición de armas por las partes beligerantes. El 6 de septiembre de
2001, el presidente George W. Bush envió al país un emisario especial, el ex senador John
Danforth, para que evaluara la situación. Este concluyó que ninguna de las partes podía tener
esperanzas de ganar la guerra.
En octubre de 2002, George W. Bush decidió cambiar de política y concedió 100 millones
de dólares al gobierno de Jartum para ayudarlo a hacer posible la paz. Pero, en caso de que
fracasara, prometía ofrecer una ayuda de 300 millones a los rebeldes del sur, oficialmente con
fines humanitarios, evidentemente para hacer posible la independencia.
En 2003, el presidente chadiano Idriss Deby inició nuevas negociaciones con el apoyo de
Francia. Estas se aceleraron con el viaje de Dominique de Villepin a Djamena y Jartum, los días
19 y 20 de febrero de 2004.
En agosto de 2004, la Unión Africana envió tropas para supervisar el cumplimiento del alto
el fuego. Esta fuerza militar, inicialmente formada por 150 soldados, se iría incrementando
hasta un total de 7.000 efectivos, desplegados en abril de 2005, que permanecen hasta enero de
2007 en Darfur.
El 10 de julio de 2005, John Garang, antiguo dirigente del SPLA, juró el cargo de
vicepresidente de Sudán. Quince días después, el 30 de julio, falleció en un accidente de
helicóptero. Su muerte tuvo como consecuencia que las conversaciones de paz entre los
diversos grupos rebeldes de la región fracasaran. Los Yanyauid como los rebeldes continuaron
atacando después del acuerdo.

CRISIS CON CHAD

El conflicto Chad-Sudán oficialmente comenzó el 23 de diciembre de 2005, cuando el


gobierno de Chad declaró el estado de guerra contra Sudán y llamó a los ciudadanos
chadianos a movilizarse contra el "enemigo común”.
El 18 de diciembre de 2005, un grupo rebelde de Chad, salió de Darfur y atacó la ciudad
chadiana de Adre, cerca de la frontera sudanesa, robando ganado, matando ciudadanos y
quemando casas. Chad culpó al gobierno sudanés del ataque, el segundo en la región en tres
días. Alrededor de 200.000 refugiados de la región de Darfur al noroeste de Sudán actualmente
tienen asilo en el este de Chad. Los ataques sudaneses fueron reprimidos por el ejército
chadiano que, usando su derecho a perseguir, destruyeron unas cuantas bases rebeldes
implantadas en territorio sudanés
El conflicto concluyó oficialmente en menos de dos meses después del ataque a Adre,
cuando se firmaron, el 8 de febrero de 2006, los Acuerdos de Trípoli, gracias a la mediación de
la UA.

ACUERDOS DE PAZ E INTERVENCION DE NACIONES UNIDAS

La firma del Acuerdo de Paz de Darfur se realizó en Abuja el 5 de mayo de 2006 tras varios
meses de negociaciones. El Acuerdo abrió una ventana de esperanza de que pudiera ponerse fin
al sufrimiento que padecía Darfur desde hacía tres años, pese a que los firmantes eran el
Gobierno del Sudán y solo uno de los grupos rebeldes de Darfur; la facción
Movimiento/Ejército de Liberación del Sudán (SLM/A), liderada por Minni Minawi. Los puntos
principales del acuerdo, de 85 páginas, eran el desarme de las milicias Yanyawid y la
incorporación de los efectivos de los grupos rebeldes negros al ejército sudanés.
Sin embargo, muy pronto se evidenció que existían graves problemas entre otros grupos
rebeldes en Darfur, a los que se había concedido un período de gracia hasta el 31 de mayo para
firmar el Acuerdo y no lo hicieron, así como con la interpretación del Gobierno del Sudán sobre

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cómo debía aplicarse el acuerdo. Los campamentos de desplazados internos comenzaron a
dividirse en facciones pro y contra el acuerdo. A principios de 2006 la Misión de la Unión
Africana en el Sudán (AMIS), desplegada originalmente para vigilar el cumplimiento de
cesación del fuego de 8 de abril de 2004, estaba tratando de cumplir el mandato de tratar de
crear un entorno seguro para la prestación de ayuda humanitaria y el retorno de los refugiados y
los desplazados internos. Pero la Misión carecía de fondos y recursos suficientes. En Jartum, el
Presidente Omar al-Bashir y su gobierno rechazaron rápidamente la idea de una operación de
mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas que sustituyera a la de la Unión Africana. El
Gobierno del Sudán, alegando amenazas a su soberanía por parte de Occidente, movilizó la
sensibilidad del público contra la fuerza de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas en
Darfur, en el Sudán y en todo el mundo musulmán.
El 31 de agosto de 2006, el Consejo de Seguridad aprobó la resolución 1706, en la que
decidió ampliar el mandato de la UNMIS y reforzarla con un máximo de 17.300 efectivos
militares internacionales, un máximo de 3.300 policías y 16 unidades constituidas de policía,
que se desplegarían en Darfur. Sin embargo, el Gobierno del Sudán rechazó rápidamente y de
plano esta decisión, y las muestras más evidentes que dio en Darfur fue decidir imponer una
solución militar inmediata a la crisis en la región.
Actuando en virtud del Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas, el Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas en su resolución 1769 (2007), de 31 de julio de 2007:
Decide autorizar a la UNAMID a tomar todas las medidas necesarias, en las zonas de
despliegue de sus fuerzas y en la medida en que considere que tiene capacidad para ello, con el
fin de proteger a su personal, recintos, instalaciones y equipo, y garantizar la seguridad y la
libertad de circulación de su propio personal y de los trabajadores humanitarios y dar apoyo a la
aplicación pronta y eficaz del Acuerdo de Paz de Darfur, impedir que los ataques armados
obstaculicen su aplicación y proteger a los civiles, sin perjuicio de la responsabilidad que
incumbe al Gobierno del Sudán.
Participaron también en ayuda humanitaria ONGs, sociedades de la Cruz Roja y la Media
Luna Roja. En el segundo semestre de 2006, la situación sobre el terreno en Darfur siguió
deteriorándose. El Secretario General advirtió al Consejo de Seguridad el 26 de septiembre de
que la región estaba abocada a una catástrofe y que el Gobierno de Sudán y los grupos rebeldes
estaban dando muestras de indiferencia total al Acuerdo. El 20 de septiembre, el Consejo de Paz
y Seguridad de la UA prorrogó el mandato de la AMIS hasta el 31 de diciembre de 2006, y
pidió a las Naciones Unidas que apoyaran a la AMIS. En la Sede de las Naciones Unidas, se
elaboró un plan de tres etapas: dos etapas de aumento del apoyo a la AMIS, seguidas de una
sola operación “híbrida” que realizarían simultáneamente la UA y el personal de paz de las
Naciones Unidas. En respuesta al informe del Secretario General, se aprobó el 30 de julio de
2010 la Resolución 1935 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, acordaba prorrogar el
mandato de la Misión de las Naciones Unidas y de la Unión Africana en Darfur (UNAMID) 12
meses más hasta el 31 de julio de 2011. Además, hacía hincapié en que la Misión debería dar
prioridad en el uso de sus recursos a la protección de los civiles en Darfur y garantizar el acceso
de ayuda humanitaria, condenando los crecientes ataques que la MINUAD había sufrido durante
los meses anteriores.

Entre los acontecimientos políticos se resaltó como hito en la vida política del país las
elecciones generales de Sudán celebradas entre el 11 y el 15 de abril de 2010. Omar Al-Bashir,
presidente de Sudán y miembro del Congreso Nacional, partido vencedor de las elecciones y
que consiguió 73 de los 86 escaños asignados a Darfur, nombró a nueve representantes darfuríes
como miembros de su nuevo gabinete. En cuanto a otras fuerzas implicadas en el Conflicto de
Darfur, como el Movimiento de Liberación del Sudán, el informe señala que no consiguieron
transformarse en partidos políticos de cara a las elecciones, aunque dos de sus miembros sí
ganaron escaños presentándose de manera independiente a la Asamblea Nacional y a la
Asamblea Legislativa del estado de Darfur meridional.
Sobre el proceso de paz, el informe del Secretario General señaló que a principios de abril
de 2010, con la cercanía de las elecciones, el gobierno de Sudán se había retirado de las
negociaciones. En la práctica, el informe señalaba que esa paralización significaba que

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"continúa el conflicto armado entre el Movimiento por la Justicia y la Igualdad y las tropas del
Gobierno del Sudán en violación flagrante de la cesación de las hostilidades estipulada en el
Acuerdo Marco de febrero 2010."
En materia de seguridad el informe apuntaba hacia un "deterioro apreciable" de la
situación en los últimos meses, reanudándose los enfrentamientos entre tropas gubernamentales
y milicias del Movimiento por la Justicia y la Igualdad. El mandato de la UNAMID se vio
limitado por deber suspender las patrullas en zonas de combate por orden de las Fuerzas
Armadas de Sudán. El informe también afirmó de que "el Gobierno y los movimientos armados
han negado a la UNAMID el acceso a las zonas afectadas por los enfrentamientos y a los civiles
atrapados en medio de la violencia."
En cuanto a la situación humanitaria, se informó que existían unos dos millones de
desplazados (la cuarta parte de la población de Darfur), dependiendo de la ayuda humanitaria
para subsistir. El flujo de desplazados se estimaba semejante al de 2009, año en el que quedaron
desplazadas 175.000 personas.
Sobre la misión de la UNAMID, el informe señalaba que ésta contaba con 17.308 efectivos
militares y 4.208 civiles a fecha 28 de junio de 2010. Según el Secretario General, el conflicto
de Darfur seguía siendo "uno de los más difíciles a que hace frente la comunidad internacional"
y que a pesar de los esfuerzos de la Unión Africana y la mediación de las Naciones Unidas "los
intentos por generar una adhesión más amplia en la búsqueda de una paz negociada han sido
frustrados por la fragmentación de los movimientos armados de Darfur y por las continuas
operaciones militares sobre el terreno", sentenciando que no había "indicios de que se esté
buscando la paz en Darfur con seriedad y buena fe." La recomendación final del informe era que
"que el Consejo prorrogue el mandato de la misión por otro año".

¿ES O NO ES UN GENOCIDIO?

Aunque la ONU y el Tribunal Penal Internacional han tomado cartas en el asunto desde el
principio, ambos organismos y la Unión Europea evitan calificar de genocidio o limpieza étnica
esta crisis humanitaria padecida sobre todo por el bando negro (la violencia sexual sistemática,
como arme de guerra, es un rasgo típico de ella). Este escrúpulo impide acciones internacionales
más contundentes contra el régimen de Al-Bashir, sí acusado como genocida por EE.UU. y
diversas ONGs.

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