Los Principios de La Urologia Uroscopia y Uromancia
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COORDINADOR:
PRESENTA:
L
a urología es la especialidad médico-quirúrgica que se ocupa del estudio, diagnóstico y
tratamiento de las patologías que afectan al aparato urinario, glándulas suprarrenales y
retroperitoneo de ambos sexos y al aparato reproductor masculino, sin límite de edad1.
Dada la implicación que tiene como una de las primeras subespecialidades médicas, y la riqueza
histórica de su desarrollo, estudiaremos brevemente un tema importante en el desarrollo de la
urología: la uroscopia y uromancia de la época antigua hasta el renacimiento.
Las referencias griegas sobre urología son claras hasta en el lenguaje; la palabra “or sm ” s n
“ mostr ón” qu p r los r os l or n “r l j o mostr ” l st o l u rpo
Prov n l r o “ouro” qu s n or n T m n l l t n “uss ustum” s n qu m r
abrasar, cauterizar y oprimir. O de la pal r “ur n ” qu qu r r or n I u lm nt p l r s l
ár uroló omo “ t t r” r v l r o qu s n “ j r r s n r” os rom nos
lo ll m n on l p l r “ sm ssum” s n qu “ r ntro u o” n u nto l p labra
„son ‟ prov n l l t n qu s n “„ xplor r” n l nt ü s nom n “T nt ” l
instrumento utilizado para explorar cavidades, conductos naturales y saber la profundidad de las
heridas2.
Los escritores hipocráticos, describen en excelente manera varias enfermedades del aparato urinario,
describiendo principalmente el color de la orina y el sedimento, de acuerdo al color, la apariencia
general cantidad y consistencia. Las nubes y condensaciones eran catalogadas de acuerdo a su
aparición: nubécula, al fondo, suspensión, o sedimento. También fueron descritos sedimentos
uniformes, escamosos, parecidos al salvado, lameliformes, y otros. La orina negra y espesa era
considerada una de las más peligrosas.
Se considerada la localización de la patología en diferentes partes del aparato urinario, por ejemplo, si
se formaban burbujas en la orina, uno podía concluir que el problema estaba en los riñones y que podía
durar mucho tiempo; la orina espumosa asociada con inconsciencia y visión disminuida alertaba la
futura aparición de convulsiones –lo cual es una buena observación del síndrome urémico en la nefritis
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Dardiotti (1997) menciona que Hipócrates describía cinco signos y síntomas de las enfermedades
calculosas que eran la disuria, la hematuria, la inflamación vesical, la estranguria y la arenilla urinaria.
En el aforismo IV 75 dice: “La presencia de sangre o pus en la orina indican ulceración de riñón o
vejiga (cáncer). En el aforismo IV 77 refiere “Aquellos casos donde partículas furfuráceas” En el
or smo IV “Si un paciente expulsa sangre y coágulos en su orina y tiene estranguria y si el
olor l nz l r ón h po ástr lp rn rt s p rt s l v j st rán t s”
El primer litotomista conocido fue Amonios de Alejandría en el 247 a.C, y por todos es conocida la
frase de H pó r t s: “No realizarás la operación de la piedra y la dejarás en manos expertas”6
La Escuela de Medicina de Cnidos, ésta describía cuatro tipos de enfermedades renales: pthisis renal
(como la tuberculosis genitourinaria), con hematuria, piuria y la posible formación de pionefrosis,
terminando con insuficiencia renal de ambos riñones y la muerte, o formación de abscesos que podían
drenar o no espontáneamente, con la subsecuente mejoría7 . La segunda enfermedad era la nefrolitiasis
con cólicos renales con todo su cortejo sintomático que en sus fases finales había un severo problema
urinario obstructivo. El tercer tipo de enfermedad renal era la trombosis de vena renal o necrosis
papilar con hematuria, cólico renal y dolor en la zona hipogástrica y en el periné. La cuarta forma era
la infección renal aguda con su evolución hacia la cronicidad y síntomas urinarios bajos y altos
característicos y desembocando en numerosas ocasiones hacia la insuficiencia renal 8.
Fue Erasistratus (300 a.C.), de la escuela Alejandrina, quien recomendó el catéter con forma de S.
Ammonius; un cirujano alejandrino conocido como litotomista inventó un instrumento con el cual se
rompían grandes piedras vesicales cuando no era posible hacerlo con la insicicion usualix,vi.
técnica de litotomía en jóvenes de 9-14 años marcando una fuerte influencia de Celso sobre los
métodos de extirpación del calculus in vesica. Estos métodos tuvieron una vigencia milenaria, hasta
los siglos XVI-XVII ; desde entonces se perfeccionaron precisamente a partir de las doctrinas casi
recién halladas de Celso. Señalemos que la parte del “De med n ” dedicada a la extracción del
cálculo es todo el vigésimo sexto capítulo del libro séptimo, uno de los más largos y complejos pasajes
de sus libros de cirugía11.
Areteo, que probablemente vivió a la mitad del primer siglo d.C. además del estudio de enfermedades
de la vejiga, definió la diabetes como una enfermedad en que el principal síntoma era estar sediento, y
las bebidas corrían a través del cuerpo y los sólidos eran disueltos en la orina.
Heliodoro en el siglo I de la era cristiana aconsejó el tratamiento de las estrecheces uretrales producida
por "excrecencias" con la introducción de sondas con hojillas (precursor del uretrotomo); .las masas
resultantes podían ser removidas con el dedo o con un pequeño fórceps. Heliodoro a su vez realizaba
castraciones en la época romana del siglo I y II de la era cristiana, descrito por el poeta Juvenal, a los
esclavos-amantes de los patricios romanos o personalidades de la sociedad.
Galeno estudió ampliamente las enfermedades del tracto urinario. Tocó temas de anatomía del aparato
urogenital, de fisiología, de patología y de terapéutica. Disertó sobre nefritis, litiasis renal, cólicos
nefríticos, hematuria, estudió las fistulas ureterales, traumatismos y dilataciones uretrales, menciona y
estudió las litiasis (cálculos urinarios) y tumores vesicales, estudió la retención aguda de orina y la
hematuria de origen vesical, las infecciones vesicales y la disfunción vesical (trastornos
uroneurologicos).
La primera mención que se hace de la Hipospadia es de Galeno y refirió que la cuerda impedía la
propulsión del semen hacia adelante. Dentro de su campo de acción incluyó también patologías
prostáticas, de las vesículas seminales, uretra, testículos y epidídimos, disfunciones del cuello vesical,
disfunciones del esfínter externo, estudia la hemospermia, la impotencia sexual, la incontinencia
urinaria y la infertilidad. Describió tres causas de retención de orina: la primera por bloqueo de la salida
vesical a nivel de cuello vesical o de la uretra prostática por un cálculo, un coagulo, pus o cualquier
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otras sustancia; la segunda por compresión uretral debido a inflamación de los tejidos adyacentes y la
tercera por obstrucción de la uretra o vejiga por un tumor o cualquier otro tipo de crecimientos.
Con el Galenismo, la uroscopia adquirió importancia y trascendencia en todos los países de
Europa. La historia de la observación de la orina como método diagnóstico y posteriormente pronóstico
parece comenzar en el siglo VII d.C. con el bizantino Teófilo.
Figura 1: Foja 31, del libro 1”Urinarum” del libro “sobre la orina”
(de Urinis). De Actuarius, donde se aprecia el esquema de una
matula. (Fuente: copia digital vía Google Books)
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A pesar de sus estudios, Actuarius enfatizaba también la importancia del estudio del paciente, más allá
de la uroscopia, en general, afirmaba que un solo estudio no bastaba para el correcto diagnóstico del
paciente
Edad Media.
Uno de los trabajos más populares sobre la orina fueron del medico judío-árabe Isaac ben Soleiman al-
israeli, Isaac Iudaeus o Isaac El Judío (850-950 d.C.). Nacido en Egipto, pero con residencia en
Kairouan, Túnez, publicó l “M nu l l Or n ” s r n o l orm ón l or n los 4
humores cardinales del cuerpo provenientes de la escuela hipocrática-galénica y su adecuada
recolección y observación en un envase en forma de vejiga, Este escrito se caracterizó por su lógica y
claras descripciones. Isaac consideraba la semiótica de la orina de gran importancia ya que daba
información sobre la energía de los procesos vitales, del calor vital y la cocción (metabolismo).
En el año 1135 nació el filósofo judío Mosen Ben Maimon, mejor conocido como Maimónides (1135-
1204 d.C). En el campo urológico mejoró las descripciones anatómicas del riñón, vejiga y genitales.
Estudió la anuria, la formación de arenilla en riñones y vejiga. Trató de darle explicaciones
fisiopatológicas a ciertos síntomas urinarios como el cólico nefrítico. Mejoró aspectos de la uroscopia e
introdujo conceptos de la fisiología y terapéutica de la erección peneana. Recomendó la punción para
el tratamiento del hidrocele13 ix.
En la medicina Árabe, Avicena, le dio un lugar central a la uroscopia para los métodos de diagnóstico,
Una de las escuelas más viejas de occidente, Salerno, cultivó el estudio de la uroscopia por influencia
de la medicina árabe, aparecieron un nuevo número de textos basados en los escritos de Isaac el Judío,
que fueron traducidos al latín por Constantino. Uno de ellos fue l “R ul ur n rum” M urus
(1160), que contenía una técnica de uroscopia basada en Teófilo e Isaac el Judío, además de estudios de
patología. Maurus notaba el color, la densidad la cantidad y la contenta (turbulencia y sedimento);
distinguía diecinueve colores de la orina (albus, lacteus, glaucus,caropus, cubpalldus, pallidus,
subcitrinus, citrinus, subrufus, inopos, kianos, viridis, lividus, niger), y al igual que en el cuerpo
humano, cuatro regiones podían ser diferenciadas en la orina, y por lo tanto el diagnostico
especializado podía hacer referencia al lugar donde existió el cambio de color en el recipiente urinario
vi
.
La uroscopia jugó un papel fundamental en los campos médicos durante la edad media tardía, sirvió
para determinar la complexión y fuerza del paciente, la perturbación en la función y su localización, así
como la discrasiaa subyacente a la enfermedad. La uroscopia presuponía la doctrina de que la orina era
un destilado de la sangre formado en el hígado y de otros jugos cardinales derivados del metabolismo
de la segunda digestión del hígado. En consecuencia se creía que uno podía determinar de la orina no
solo el estado de los órganos formadores de orina y el tracto urinario, también la cocción, la condición
de la sangre y otros humores. En otras palabras, el estado de salud de todo el cuerpo.
Las siguientes figuras muestran tres representaciones de uroscopia de los siglos XII y XIV que más
tarde, con algunas modificaciones, se convirtió en motivos comunes: el estudio de uroscopia con la
matula y el libro, la enseñanza de uroscopia a un alumno, y la práctica médica de uroscopia, con los
pacientes haciendo cola con sus matulas frente a un médico.
Sin embargo, en los dos primeros manuscritos las imágenes basadas en el médico tienen en la parte
inferior la matula, que todavía recuerdan al envase médico que se describió anteriormente. Sólo la
tercera figura (Figura 2c), presenta la postura que más tarde se convirtió en estereotipo de la medicina
y mucho más tarde de la química: el frasco a la altura del cuello y en alto delante de los ojos. A
diferencia de las dos primeras ilustraciones de un manuscrito médico (Figuras 2a y 2b) este relieve,
que se colocó entre las famosas representaciones emblemáticas de Giotto /Pisano de las artes liberales
en el campanario de la catedral de Florencia, para que fuese una emblemática representación de la
medicina14.
a b c
Figura 2 (a) ilustración de Hunayn ibn Ishaq al-„Ibadi (Joannitius): Isagoge Johannitii
in Tegni Galeni (llamado Articella), Oxford, siglo XIII ms (DeRicci NLM [78], Fol. 42v,
National Library of Medicine). (b) ilustración de Avicenna, Canon medicinae, traducción del arabe
por Gerard de Cremona) Francia, 1283; decoración añadida entre 1350-1400 (The
Hague, MMW, 10 B 24, fol. 8r, National Library of the Netherlands). (c) relieve de medicina por
Andrea Pisano (1295-1348) de 1334-6, a partir de un dibujo por Giotto; (reproducción de
Schadewaldt 1967, p. 105 )
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El rol de la uroscopia en este periodo estaba reconocido en el “Fasiculus Medicinae”, por ser el primer
tratado en el libro y estar representado por dos grabados. La uroscopia era un nuevo componente clave
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en el armamento de diagnóstico médico. Y era común representar al médico con su matula, como se
comentó anteriormente.
El “Fasiculus Medicinae”, describía la forma y tamaño de la matula para realizar el estudio de la orina,
y hablaba de tres regiones de la orina, la inferior, media y superior. La inferior comienza del fondo del
frasco de orina y se extiende sobre un espacio de dos dedos, la media empieza donde la inferior
termina, y alcanza hasta el circulo de entrada, pues el circulo es la región superior. El texto describía
que las anormalidades de la orina en cada región del frasco podían relacionar enfermedades a partes
específicas del cuerpo; La técnica para el examen visual de la orina se podían encontrar en las primeras
líneas del tratado de la orina el “Fasiculus Medicinae”:
La orina es el destilado de la sangre, y es indicativo de dos maneras: por sí mismo significa ya sea una
enfermedad del hígado y las venas o de la vejiga y los riñones, e indirectamente de otras cosas.
En el “Fasiculus Medicinae” el médico era representado examinando la orina no solo en presencia del
paciente, sino frente a un mensajero, sugiriendo que la uroscopia fue considerada como un aspecto más
científico de la medicina clínica y el precursor del laboratorio moderno de medicina. Diamandopoulus
comenta: “La principal diferencia entre estos ancestros de la uroscopia y el examen de orina actual es
que en el pasado remoto las muestras de orina eran examinadas en su condición natural, sin
aplicación de calor o agregación de otros compuestos químicos”
En el siglo XV se consiguió un manuscrito del siglo VII a.C del bizantino Teófilo, donde al obtener
orina y colocarla en un matraz, se comparaba su color con un muestrario de 20 colores diferentes de
orina, con la explicación correspondiente que ofrecía datos sobre los 4 humores cardinales del cuerpo.
De acuerdo al color se tendría un diagnóstico diferencial de la enfermedad que aquejaba al paciente. La
orina se inspeccionaba, se olía e incluso se probaba. Esta inspección urinaria duraría hasta nuestros
días. Es tal la importancia de la inspección de la orina que todavía en el siglo XIX se decía: "la orina es
el elemento más importante del diagnóstico clínico, para averiguar la constitución de la sangre y los
procesos químicos corporales" (Von Hufeland).
Además de textos académicos, existen otras referencias no médicas a estas técnicas, En el Narrenschiff
(la nave de los locos) Sebastián Brant (1457/58- 52 ) s url n 494 l “Bu on l s
m n s”:
Es un loco más el que
viendo el orinal del moribundo
Le dice: “espera a que te anuncie
Lo que he encontrado en mis libros”15
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En el arte, existen varias obras donde los médicos son representados con un orinal de vidrio en sus
manos, hasta en la representación de médicos santos, como San Cosme y San Damián. El orinal de
vidrio es símbolo del arte médico, y parte de su herramienta clínica. (Figura 4)
Figura 4: San Cosme y San Adrian, los gemelos santos, y patronos cristianos de la medicina,
miniatura de “Heures d´Anne de Bretagne” principios del s. XVI. (Bibliotheque Nationale Paris
Richelieu Manuscripts latin 9474, Fol 173v)
La visión renacentista:
El aporte en el campo de la urología por médicos italianos de los siglos XV y XVI, le daría a la práctica
l s „ rt s m s so r l s v s ur n r s‟ un r n l nto Por ejemplo Antonio Benivieni (1440-
1502) descubrió las fibras musculares de la vejiga urinaria y de sus esfínteres, descritos
rudimentariamente por Galeno. Observó que la inserción de los uréteres intravesicales en forma oblicua
evitaba el reflujo de orina hacia los riñones. También Giovanni Arculano a mediados del siglo XV
descubrió que la retención urinaria aguda podría producirse por alteraciones del cuello vesical.
Cirujanos de la ciudad de Nursia (Norcini) en la región de la Umbria italiana y de la ciudad fortificada
de Preci adquirieron fama por su vasta experiencia en litotomía y en curas quirúrgicas de hernias. Ellos
practicaban la cistotomía percutánea para casos de obstrucción urinaria del cuello vesical por la causa
que fuere (cálculos, cuello vesical obstruido, agrandamiento prostático entre otros).
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Jacobo Barigazzi, médico, anatomista y cirujano italiano, conocido como Berengario de Carpi, (1460-
153 ) n su l ro “ rt m n n um nstrum nt s" n t zó el papel de los médicos renacentistas
en los episodios de retención urinaria. Modificó el tratado anatómico del siglo XIV del célebre
Mondino de Liuzzi para su publicación. Las ilustraciones, de manera característica, no muestran
detalles anatómicos, pero fueron de gran impacto debido al hecho de estarse dibujando cuerpos
humanos abiertos para su estudio.
Berengario descubrió que, al inyectar agua en la vena renal, ésta no drenaba hacia la pelvis renal sino
que se acumulaba en el riñón y alcanzaba la pelvis a través de las papilas renales descritas por primera
vez por él. Descubrió las vesículas seminales a las cuales les dio l nom n ón “r o or s
sp rm ” ( h n s o o s rv s por H ró lo por G l no) F llop o lo ll m r “R st ur tor
n tom rt s qu m V s l us post p r t”
Fue factor importante en la instauración de la terapia mercurial para los sifilíticos.
El año de 1474 Francisco López de Villalobos, médico del Rey Fernando el Católico, además del
Cardenal Cisneros, del Duque de Alba y de Carlos I (Cifuentes Díaz 1945), en su li ro “Sum r o l
M n ” s r n po s los s ntom s l prost t smo omo v r mos ont nu ón:
El Tratado nuevamente impreso de todas las enfermedades de los riñones, vejiga y carnosidades de la
verga y orina (Madrid, 1588) de Francisco Díaz, reunió todo el saber que sobre el conocimiento del
aparato urinario y sus afecciones se tenía en su tiempo y es uno de los mejores textos europeos de la
época, aceptado como el primer tratado urológico del mundo y en el que se describió un instrumento de
invención del autor: el primer uretrotomo, para el tratamiento de las estrecheces de la uretra.
Ambos fueron escritos en castellano deliberadamente, contra la costumbre de la época, para su mayor
difusión entre los llamados litotomistas, empíricos o cirujanos sin preparación universitaria pero muy
diestros en la intervención de la talla para extraer los cálculos de la vejiga, entre los que destacaron
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Juan Izquierdo y Martín de Castellanos. A ello se sumó la explicación de lo que son las carúnculas o
callos de la vía de la orina, enfermedad nueva expuesta por Andrés Laguna en su pequeña monografía
“Methodus cognoscendi extirpandisque excrementes in vesicae collo carunculas ” (Rom 55 )
Las críticas a la práctica médica enfocadas a la uroscopia crecieron en el siglo XVI, la gente empezó a
burlarse de las crecientes promesas del potencial de la uroscopia, que en este tiempo se había
expandido a métodos paracelcianos de destilación de la orina y pruebas casi-químicas (ver más
adelante). En particular, la noción de que la matula llena de orina fuese un mapa del cuerpo del
paciente y que permitía localizar enfermedades, que terminó en el aparato de destilación de orina de
Leonhard Thurneisser, en forma de hombre, se volvió objeto de sátira (figura 5).
Los libros de texto de uroscopia se empezaron a imprimir en grandes números en el siglo XVI, el arte
l nsp ón l or n omo “pro ur n r ” (urom n ) s mp zó h r popul r ntr los
pacientes, aumentando un rápido crecimiento de uroscopistas autodidactas.
Los médicos tuvieron entonces la necesidad de defender su prestigio académico al distinguirse de estos
practicantes. En 1601 el estatuto del colegio médico de Londres declaró: “es ridículo y estúpido
intentar interpretar algo definitivo y cierto solo de la inspección de la orina e inferir el tipo y
naturaleza de la enfermedad, el estado y condición del paciente” agregando después: “por esta razón
deseamos y decretamos que ningún candidato debe, como astuto impostor, use solamente la
inspección de la orina en su consulta” (Connor 2001).
Médicos de toda Europa publicaron panfletos y libros, como el Profeta de orina Londres,1637) y Johan
V n u r n “ Ont kk n rB r r nV n m n P s- s n rs” (Amst r m, 1688) para
denunciar la charlatanería y fraude de los practicantes de uroscopia.
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Los médicos continuaron con la inspección de la orina, pero empezaron a dirigir su estudio al análisis
basado en el conocimiento de las causas (physicke) mientras su competencia continuó en la práctica de
la medicina empírica. A finales del siglo XVII, se destruyó el emblema medieval de la medicina, la
imagen del hombre mirando un frasco en su mano era ahora un símbolo de charlatanería y fraude.
(Figura 6)
a b c
d
Figura 6: a: Jacob van Maerlant: De Naturem Bloeme, Flander C. 1350. b: Hans Holbeim La danza
de la muerte, Lyons 1538 “El médico” c: “El medico tierno” Hollander 1905, p. 89. d: Alegoría de la
medicina, 1619-22 fresco en la ciudad de Ausburg.
Las voces que se alzaban en contra de la uroscopia, crecieron en la era del humanismo. El medico
belga Juan Bautista Ven Helmont (1577-1644) fue uno de los primeros representantes de la
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Uno de los principales oponentes de la uroscopia, que ya para este entonces habia degenerado en
Uromanciab fue Petrus Forestus como aparece en su libro “De incerto Fallaci urinarum judicio”.
Euricius Cordus apeló frente al magistrado de la ciudad de Breslau que no era posible reconocer
enfermedades al inspeccionar la orina. Sin embargo, no fue posible abolir tan fácil la uroscopia y
uromancia, frente a médicos que consideraban importante tener medios adicionales para el estudio del
paciente.
Incluso hubo varios autores que durante el siglo XVI y XVII intentaron re-establecer la uroscopia,
mientras otros intentaron reemplazarla por medios físicos y químicos.
Bernardino Ramazzini, fundador de la Medicina Industrial Moderna (Medicina del trabajo) con su obra
"De morbis artificum" (sobre Enfermedades Laborales) en el año 1727, identificó además ciertas
afecciones urinarias como típicas de ciertas profesiones, artesanos y actividades manuales. Refirió que
el hombre es el único que sufre de cálculos renales y vesicales; mencionó la microhematuria de los
deportistas, la hematuria de los cantantes debido al esfuerzo, las nefritis y artritis de los hombres de
letras y filósofos como consecuencia de una vida sedentaria y pasiva y la utilidad de lime hidratada en
casos de poliuria.
Incluso en un período anterior, Nicolás de Cusa propuso que hicieran escalas como una base
matemática en la medicina:
"Así como por el uso del reloj de agua, es decir, por determinar la minería el peso del agua, fue
posible llegar a una mejor comprensión de la calidad del pulso que a través de mera palpación, y
como era posible medir la profundidad de la respiración de la misma manera, así que la calidad de la
orina puede ser mejor determinado por el peso que por simple inspección al igual que la la práctica
general."
Nicolás de Cusa y Leonhard Thurneysser, un seguidor de Paracelso y Van Helmont, el sucesor más
importante de Paracelso, determinaron el peso relativo de la orina. El instrumento utilizado para
determinar el peso específico, llamado hidrometrum, era muy similar al utilizado en la actualidad
UROMANCIA: Adivinación vana y supersticiosa a través del examen de orina o Uroscopia que se hacía en épocas
antiguas. (Dicc. de la Lengua Española. XIX edición).
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El estudio microscópico de la orina fue hecho por primera vez por Alfonso Boreli, (siglo XVII). La
aplicación de la química a la medicina iniciado por Paracelso reposó en el campo de la llamada
Urología espagíricac, un proceso de destilación empleado especialmente por Thurneysser, que
distinguía sustancias volátiles, acuosas y minerales en la orina.
El examen químico de la orina fue inaugurado por Bellini, en cuyos trabajos encontramos los
principios del análisis científico. A los 19 años publica su famosos libro “ str tur t usu r num”
(Florencia, 1622) en el cual hablaba del riñon como el principal conglomerado de túbulos, llamados
“tu os ll n n ” dando además algunos conceptos de actividad renal, definió la orina como un
fluido proveniente de la sangre, excretado por los riñones, para depositarse en la vejiga por los
ureteros. Consideró un axioma la comparación de la orina del enfermo con un paciente sano. Sus
métodos de examen no incluían la destilación: él calentaba la orina y notaba los cambios en color,
consistencia y transparencia, después de una evaporación parcial, un liquido análogo al original era
producido al añadir agua. La consistencia de la orina dependía de la relación entre el solvente y soluto.
Bellini tambien enfatizó en la importancia de la gravedad específica de la orina.
Uno de las contribuciones más importantes al diagnóstico de la orina fue hecho por el profesor de
Leyden: Fridericus Dekkers, que en 1694 fue el primero en realizar la prueba de calor para albumina
on l ón á o t o n su tr jo “ x r t t on s pr t ” t rm n qu l or n
ciertos pacientes se vuelve turbia al hervir y que la adición de ácido acético forma un precipitado
flocúlenlo que cae al fondo.
ESPAGÍRICA. (Del gr. spao, extraer, y ageíro, reunir.) f. Arte de depurar los metales, referente a la alquimia.
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Estudios de patológicos, (Bonet, Morgagni) demostraron alto grado de probabilidad de una relación
entre ascitis y cambios en el riñón, una relación que ya había sido conjetura de Hipocrates, Galeno,
Avicena, y William de Saliceto.
Las primeras décadas del siglo XIX fueron caracterizados por avances en el dominio de la química
sobre la orina y en aquellos con patologías urinarias y el avance de las técnicas quirúrgicas. Varios
ensayos, desde 1827 destacaron la relación de los cuadros de gota y la enfermedad renal, y que esto se
mostraba con la presencia de albumina en la orina.
Las siguientes investigaciones de las enfermedades del riñón, que fueron favorecidas por el rápido
desarrollo del estudio microscópico y químico dieron una base segura a la patología. La primera gran
monografía de todas las enfermedades del riñón fue publicada por Rayer (1839-1841).
En la edad antigua el estudio de la orina empezó a ser clasificado y considerado parte del saber médico,
desarrollándose la uroscopia como una de las primeras herramientas diagnosticas en la clínica del
paciente. Inició con una recopilación de enfermedades especificas del aparato urinario, que perduraría
por su repetición en varios libros, agregándose además en cada uno de ellos, una mayor descripción de
las características de la orina. Su estudio inició con la descripción del color, y con el paso del tiempo se
fueron agregando otras características en el estudio, dando como resultado la sofisticación del
recipiente de estudio: la matula.
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La edad media dio un gran impulso a la uroscopia, convirtiendo a la matula como parte de la
iconografía médica, y dedicando en varios libros capítulos exclusivos al estudio de la orina y las
enfermedades del aparato urinario, divulgándose esto hasta en escritos vernaculares, lo que aumentó la
difusión de este conocimiento, degenerándose en algunos casos en una herramienta de charlatanes. Sin
embargo se observa la disposición medica de controlar dicho conocimiento y reafirmar a la uroscopia
como una herramienta diagnostica útil en el estudio de las enfermedades relacionadas al aparato
urinario, desacreditando a la uromancia.
La urología y su historia.
Para el desarrollo médico, la historia y filosofía son temas inherentes, no basta narrar los hechos sin
entender las implicaciones sociales y filosóficas en determinada época y lugar. En el estudio analítico
de la historia y filosofía médica, se encuentra el espacio adecuado para reflexionar y estimular el
crecimiento académico y filosófico que traslada el conocimiento más allá de un conocimiento técnico.
La uroscopia y uromancia son dos temas fundamentales para comprender el desarrollo de una
disciplina médica cuya madurez dio lugar a una de las primeras especialidades médicas: la urología.
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