Trabajo Biblia III Evangelio San Lucas

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Vaschetto, Arnaldo

Biblia III

Instituto Particular Incorporado N 9145 Catlico de Enseanza Superior - ICES

Escuela Diocesana de Ciencias Sagradas Mara Inmaculada

Biblia III

El Evangelio segn san Lucas


Trabajo Prctico Evaluacin Prof.: Cristina Figueredo.

Alumno: Arnaldo C. Vaschetto.

2 Ao - 2011.

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Jess fue a Nazaret, donde se haba criado; el sbado entr como de costumbre en la sinagoga y se levant para hacer la lectura. Le presentaron el libro del profeta Isaas y, abrindolo, encontr el pasaje donde estaba escrito: El Espritu del Seor est sobre m, porque me ha consagrado por la uncin. l me envi a llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberacin a los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos y proclamar un ao de gracia del Seor. Jess cerr el Libro, lo devolvi al ayudante y se sent. Todos en la sinagoga tenan los ojos fijos en l.

(Lc 4, 16-20)

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Introduccin a los Evangelios La Iglesia posee cuatro libros a los cuales no los denomina con otro nombre, sino con el de "Evangelios", y con este nombre se los ha llamado desde los primeros das, desde los tiempos ms antiguos de la Iglesia, desde la poca de los primeros cristianos. Por lo que se puede saber, Jess no escribi ningn libro, ni orden a sus discpulos que pusieran nada por escrito. Cuando l los envi, les dijo que vayan a predicar: ... por el camino, proclamen que el Reino de los Cielos est cerca... (Mt 10, 7); Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creacin... (Mc 16, 15). Esa primera predicacin de los Apstoles se llama krygma. Esta es una palabra griega que significa lo que se pregona. En la Iglesia se llama krygma al ncleo central de la predicacin cristiana, la frmula en la que se contiene el anuncio esencial de Cristo muerto y resucitado, con el llamamiento a la conversin y al bautismo. El Evangelio relata cmo era el krygma que proclamaba el mismo Cristo: Jess se dirigi a Galilea. All proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios est cerca. Convirtanse y crean en la Buena Noticia (Mc 1,14-15). Los discpulos de Jess salieron a anunciar la venida del Reino. Pero despus que Cristo muri y resucit, hubo un importante cambio en la forma de presentar el krygma: Desde ese momento la fe apostlica tuvo por centro, no solamente el Reino de Dios cuya venida haba anunciado Jess (Mc 1,15), sino tambin la persona misma de Jess en quien se haba inaugurado el Reino. Los pregoneros no se limitaban a anunciar la venida del Reino. Ahora proclamaban a Jess muerto y resucitado. Podra parecer, a primera vista, que los Apstoles no cumplieron el mandato de Jess. l les orden que anunciaran el Reino de Dios, y ellos salieron a proclamar la muerte y la resurreccin de Jess. Algunos han dicho que Jess dijo una cosa, y la Iglesia predica otra. Pero si se observa con atencin, se ver que los Apstoles entendieron muy bien el mandato de Jess, porque en la muerte y la resurreccin del Seor es donde se da el comienzo del Reino El krygma es una frmula muy breve que contiene lo esencial. Cuando se predicaba a los que no tenan fe, o cuando se enseaba a los que ya tenan fe y venan a ser instruidos en la comunidad cristiana, esa frmula deba ser desarrollada, ampliada, para que se entendiera qu se quera decir con cada una de las afirmaciones. Se llaman Evangelios los libros que contienen el primer desarrollo del krygma, la predicacin de los primeros discpulos. La Iglesia nunca los ha llamado Vidas de Jess ni Historias de Jess. Esto quiere decir que cuando

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se trata de los Evangelios la misma Iglesia siempre ha reconocido que se trata de libros que no son solamente histricos sino que tienen algo ms. Se debe averiguar, entonces, qu significa la palabra Evangelio. Esta palabra es la transcripcin de una palabra griega: euange,lion: euanglion, que significa: Buena Noticia. Tambin existe el verbo euangelzein, que se traduce: anunciar buenas noticias. a) Antes de Jess: - Documento pagano sobre el nacimiento de Augusto, euanglion para el mundo. - Is 40,9-11: ...t que llevas la buena noticia a Sin, a Jerusaln. - Is 40,9-11: Qu hermosos son sobre las montaas los pasos del que trae la buena noticia. b) A partir de Jess: - Mc 1,14-15: Despus que Juan el Bautista fue entregado, Jess se dirigi a Galilea. All proclamaba la Buena Noticia de Dios. - Mt 11,4-6: Los ciegos ven y los paralticos caminan; los leprosos son purificados y los sordos oyen; los muertos resucitan y la Buena Noticia es anunciada a los pobres. - Cristo muri por nuestros pecados y resucit para nuestra justificacin. - Para san Pablo, es el acontecimiento de la salvacin; no hay ms que un solo Evangelio: el Evangelio es el poder de Dios para la salvacin de todos los que creen; la Palabra que acta en los que creen. El Concilio Vaticano II 1 explica cmo llegaron hasta la poca actual estos libros que se llaman Evangelios, muestra tres etapas o momentos distintos, y cada una de ellas tiene sus caractersticas propias: 1) El primero es el anuncio hecho por el mismo Jess. l no escribi ningn libro. Siempre predicaba a viva voz y lo ms importante era su misma presencia. Habr que decir que la Buena Noticia es l mismo. 2) El segundo momento o etapa del Evangelio est constituido por los Apstoles, es decir los discpulos elegidos por Jess que fueron testigos de todo lo que El hizo y dijo. Despus de la Ascensin del Seor al Cielo los discpulos se encargaron de salir a anunciar el Evangelio. Esto est relatado en el libro de los Hechos de los Apstoles. Ellos no se limitaron a repetir textualmente lo que oyeron, sino que lo hicieron con esta nueva inteleccin posterior a la Pascua y a Pentecosts. Predicaron un Jess explicado, aclarado, interpretado, porque ellos mismos entendan de otra manera lo que signific la vida del Seor. 3) El tercer y ltimo momento es el de los Escritores. Cuando los Apstoles predicaron la Buena Noticia y fundaron comunidades en distintos lugares del
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Constitucin Dogmtica Dei Verbum, V, 18-19

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mundo, fueron apareciendo algunos textos escritos. Los Escritores no se encontraban en comunidades exactamente iguales a la que se haban formado en torno a Jess y a los Apstoles. El Evangelio escrito deba dar una respuesta a estas comunidades en estas situaciones nuevas. Entonces, bajo la luz del Espritu Santo, los escritores recogieron el material de la poca de los Apstoles y lo expresaron adaptndolo a este nuevo auditorio, teniendo en cuenta cul era su estado cultural, la situacin de su fe, los interrogantes que podan tener, los errores que se podan dar en cada comunidad. La Iglesia reconoci como Evangelios solamente a los que tienen origen apostlico y que fueron aceptados por todos desde los primeros tiempos. En el principio, a estas cuatro obras se las llam Memorias de los Apstoles. Ms tarde, en el siglo II, se comenz a llamarlas con los nombres que hoy se conocen. No las llamaron Evangelio de..., sino Evangelio segn.... En definitiva, hay un nico Evangelio: el Evangelio de Jesucristo expresado segn Mateo, segn Marcos, segn Lucas y segn Juan. Me limitar a describir en este trabajo solamente el Evangelio segn san Lucas, y profundizar en el tema de la misericordia de Dios y cmo subyace y aparece en alguno de sus escritos. Adems, me ayudar de la bibliografa Qu es un Evangelio? de Mons. Luis Heriberto Rivas, y ampliar algunos temas, ayudado de los pensamientos del obispo vietnamita Franis-Nguyen van Thuan, y tambin del libro Jess de Nazaret del Papa Benedicto XVI. Espero que este trabajo sirva de mucha utilidad para los que hagan lectura de l, y tambin abra futuros interrogantes en las investigaciones teolgicas relacionados con este Evangelio.

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El Evangelio segn san Lucas La originalidad de Lucas consiste en haber escrito una obra en dos tomos: el Evangelio y los Hechos de los apstoles. Por tanto, hay que leerlos los dos juntos. Pero slo me limitar a su Evangelio, para no hacer extenso este trabajo. Modestamente, Lucas no escribi un evangelio, sino un relato de los sucesos para que el discpulo pueda asegurar su fe: nos lo dice en un prlogo que podra firmar un historiador de su poca (1, 1-4). Comienza diciendo as: Muchos han tratado de relatar ordenadamente los acontecimientos que se cumplieron entre nosotros, tal como nos fueron transmitidos por aquellos que han sido desde el comienzo testigos oculares y servidores de la Palabra. Por eso, despus de informarme cuidadosamente de todo desde los orgenes, yo tambin he decidido escribir para ti, excelentsimo Tefilo, un relato ordenado, a fin de que conozcas bien la solidez de las enseanzas que has recibido. (Lc 1, 1-4) Como podemos apreciar, el prlogo tiene como destinatario a un tal Tefilo, que tambin aparece en el prlogo a los Hechos de los Apstoles. Pero el historiador Lucas es un creyente; lo que cuenta para l es una buena nueva que desea compartir. Continuamente interpela a su lector: No puedes leer esto sin sentirte aludido; debes escoger en favor o en contra; y hoy mismo... . Por tanto, su relato no tiene nunca el tono fro de la descripcin, sino que se parece ms bien a una exhortacin; el discpulo est en el corazn de sus preocupaciones; a l es a quien se dirige, urgindole a entrar en ese mundo maravilloso que ha descubierto. 2 Quin era san Lucas Tradicionalmente, desde el siglo n, se reconoce en Lucas al mdico querido (Col 4, 14) que acompaa a Pablo de Trade a Filipos, en donde reside sin duda entre los aos 50 y 58. Vuelve a juntarse con Pablo en Mileto, siguindole a Cesarea y luego a Roma (segn los pasajes de los Hechos escritos con nosotros). Natural quizs de Antioqua, es de ascendencia helenista. Es un hombre culto, que maneja con cierta elegancia la lengua griega que se hablaba entonces comnmente: la koin. RIVAS contradice la teora de que san Lucas pudo haber sido mdico, ya que algunos opinaban que tena esa profesin por los trminos cultos que utiliza en su obra, sobre todo al hablar de los enfermos: los estudios actuales han hecho ver que ese vocabulario y esa manera de expresarse aparecen en otros escritores de esa poca que no eran mdicos y tambin en la traduccin griega del Antiguo Testamento. Era la forma de hablar de cualquier persona
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Charpentier, Ettiene: Para leer el Antiguo Testamento. Editorial Verbo Divino, 1993. p. 108.

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culta. En cuanto al Lucas mencionado en las cartas paulinas, no hay ningn indicio que permita saber con certeza si se trata del autor del Evangelio o de otra persona que tiene el mismo nombre.3 Tambin RIVAS contradice la opinin de los afirman que san Lucas haba sido uno de los compaeros de viaje de san Pablo, por lo narrado en en el libro de los Hechos. Las investigaciones llevan a la conclusin de que Lucas no habra conocido personalmente a san Pablo. Actualmente los comentaristas opinan que san Lucas habra escrito su obra utilizando muchas fuentes, entre las que se encontrara el diario de viaje de algn acompaante del Apstol. Los textos en primera persona perteneceran a ese diario. La obra de Lucas se habra publicado entre los aos 80 y 90.4 La comunidad de Lucas No sabemos para qu comunidad concreta escribe Lucas, pero nos imaginamos fcilmente cul es el tipo de iglesia en que se form su mensaje: las comunidades nacidas en territorio pagano. Lucas, que es tambin griego, se adapta a su mentalidad. Insiste en la realidad de la resurreccin de Jess (a los griegos les costaba trabajo admitirla), pero utiliza un vocabulario ms adecuado para ellos: Jess est vivo. Evita la palabra transfiguracin (metamorfosis en griego), porque se contaban muchas metamorfosis de los dioses. Estos cristianos saben muy bien que han sido incluidos y recibidos en la alianza de Dios con Israel, no por nacimiento, sino por gracia. Les gusta repasar las Escrituras para descubrir en ellas el designio amoroso de Dios. A diferencia de las comunidades de Mateo, las de Lucas viven naturalmente el universalismo. En este sentido la clave para entender el pensamiento de Lucas se encuentra en el centro de toda su obra, en el punto en el que termina el Evangelio y comienza el libro de los Hechos. Es el discurso que pronuncia Jess delante de los Apstoles en el momento de la ascensin: ...as estaba escrito: el Mesas deba sufrir, y resucitar de entre los muertos al tercer da, y comenzando por Jerusaln, en su nombre deba predicarse a todas las naciones la conversin para el perdn de los pecados... (Lc 24, 46-47). Si desglosamos estas palabras que Jess dice a sus discpulos, podemos apreciar que hay tres cosas sobre el Mesas que ya aparecan en las profecas del Antiguo Testamento: Tiene que sufrir, Resucitar de entre los muertos, Y en su nombre se debe predicar a todas las naciones, comenzando por Jerusaln.
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Rivas, Luis Heriberto: Qu es un Evangelio? Bs. As. Edit. Claretiana, 2010. p. 73 Rivas, Luis Heriberto: Op. Cit. p. 74.

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La tercera clusula predicar a todas las naciones es lo que san Lucas trae de novedoso. El krygma de la Iglesia primitiva se concentra en que el Mesas tiene que padecer y resucitar. Pero la predicacin a todas las naciones es algo propio de san Lucas. El anuncio del Evangelio a todos los hombres es parte de las profecas mesinicas y su cumplimiento es tambin Evangelio. Si quisiramos resumir en una sola palabra lo que significa Evangelio (Buena Noticia) para San Lucas, deberamos decir que es Universalismo: "Dios quiere la salvacin de todos los hombres" y lo cumple enviando a los apstoles -como san Pablo- para que anuncien la salvacin hasta los confines de la tierra. Prstese atencin a que san Lucas aade: ...comenzando por Jerusaln. De esta forma indica que la apertura a las naciones se debe dar sin romper con Israel, dejando bien en claro que el Antiguo Testamento sigue teniendo valor para los discpulos de Jess. Al respecto RIVAS comenta: Todo indica que san Lucas sigue las enseanzas de san Pablo. Su ambiente es el de la misin a los paganos. San Lucas ve el gran peligro de divisin que hay en la Iglesia: muchos cristianos de origen judo no advierten suficientemente la novedad del cristianismo, y piensan que es necesario conservar la Ley y todas las tradiciones del judasmo como condicin para alcanzar la salvacin. Por otra parte, algunos de los que siguen a san Pablo piensan que hay que romper definitivamente con el judasmo y con el Antiguo Testamento. San Lucas hizo un admirable trabajo conciliador, mostrando que haba que recoger la herencia del judasmo y al mismo tiempo predicar la novedad de Cristo y abrirse a las naciones.5 Hemos mencionado que san Lucas dice que la Buena Noticia se debe predicar comenzando por Jerusaln. Podemos preguntarnos, qu importancia tiene esta ciudad para san Lucas, an cuando hemos dicho que l mismo era de origen pagano? La geografa del Evangelio de san Lucas En el primer tomo, es decir en su evangelio, Jerusaln est en el centro. Comienza all, expresamente en el templo (1, 5s), y acaba tambin en el templo (24, 52-53). La infancia de Jess, Nazaret- Beln-Nazaret, tiene tambin su cima en la venida de Jess a la casa de su Padre, el templo (2, 41s), y el resucitado slo se manifiesta en Jerusaln (lo cual obliga a Lucas a modificar el mensaje de los ngeles en el sepulcro: 24, 6). Jess empieza su predicacin en Galilea, pero es para volver a Jerusaln: la parte central se organiza como una subida a Jerusaln (9, 51-19, 28). En la ciudad santa es donde ha de desarrollarse el misterio pascual, pues no cabe que un profeta muera fuera de Jerusaln (13, 33). En efecto, Jess cumple los

Rivas, Luis Heriberto: Op. Cit. p. 78.

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designios de Dios anunciados en las Escrituras, y la ciudad santa es el centro de los mismos. Pero Jerusaln rechaza a Jess. Todo nos indica que la geografa de Lucas es una subida a Jerusaln y que como tal esa ciudad es el centro de su evangelio. La concepcin de la historia o los tiempos de la historia de la salvacin Para introducir este tema, Benedicto XVI, traza una comparacin entre las genealogas de los evangelios de Mateo y Lucas. Al comenzar su Evangelio, Mateo ofrece una datacin bien precisa con el rbol genealgico de Jess, formado por la estirpe de Abraham y la estirpe de David. De esta manera, presenta a Jess como el heredero de las promesas a Abraham e indica que ha llegado la hora de la instauracin del reino de un David definitivo.6 Por el contrario se ha de notar que Lucas no sita la genealoga de Jess al comienzo del Evangelio, sino que la coloca en relacin con el hecho del Bautismo, que sera su final. Comenta BENEDICTO XVI: En su genealoga, Lucas a diferencia de Mateoretrocede desde Jess hacia la historia pasada. No se da un relieve particular a Abraham y David; la genealoga retrocede hasta Adn, incluso hasta la creacin, pues despus del nombre de Adn, Lucas aade: de Dios. De este modo se resalta la misin universal de Jess: es el hijo de Adn, hijo del hombre. Por su ser hombre, todos le pertenecemos, y l a nosotros; en l la humanidad tiene un nuevo inicio y llega tambin a su cumplimiento.7 En su introduccin al Bautismo de Jess, Lucas retoma este hilo conductor que ha trazado, diciendo: El ao quince del reinado del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, Herodes virrey de Galilea, su hermano Felipe virrey de Iturea y Tracontide, y Lisanias virrey de Abilene, bajo el sumo sacerdocio de Ans y Caifs... (Lc 3, l). Con la mencin del emperador romano se indica de nuevo la colocacin temporal de Jess en la historia universal: no hay que ver la aparicin pblica de Jess como un mtico antes o despus, que puede significar al mismo tiempo siempre y nunca; es un acontecimiento histrico que se puede datar con toda la seriedad de la historia humana ocurrida realmente. Con la mencin del nombre de Poncio Pilato se proyecta ya desde el inicio de la actividad de Jess la sombra de la cruz. La cruz se anuncia tambin en los nombres de Herodes, Ans y Caifs.

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Cf. Benedicto XVI, Jess de Nazaret, Grupo Editorial Planeta, 2009. Cap. 1, II. p. 31. Benedicto XVI, Op. Cit. p. 32-34.

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Algunos comentaristas observan que san Lucas tiene una concepcin de la historia dividida en tres partes: El tiempo de la promesa o Perodo de Israel. El tiempo de Jess: desde su Bautismo hasta la subida a Jerusaln. El tiempo de la Iglesia: lo que abarca los Hechos de los Apstoles.

Algunas caractersticas de la narracin Por su forma de narrar, el lector del Evangelio percibe la impresin de estar leyendo una misma historia, comenzada en el Antiguo Testamento y continuada en el Evangelio y en los Hechos. Es una misma historia de la salvacin. San Lucas no cita el Antiguo Testamento tantas veces como san Mateo. Pero toda su narracin refleja la primera parte de la Biblia. Lucas se destaca por la delicadeza de sus sentimientos. Al leer su obra se ve que trata de omitir todo aquello que pueda resultar contraproducente para el lector. Los rasgos molestos o desagradables, si no se puede omitir, entonces los explica tratando de suavizar o de disculpar. Lucas siente predileccin por los personajes femeninos. Es el que ms mujeres nombra y las ha retratado como figuras ejemplares del cristiano en diversas situaciones: la pecadora arrepentida (7, 36-50), las mujeres que ayudan a Jess (8, 1-3), las hospitalarias (10, 38-41), las que lloran (23, 27), las que

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contemplan (23,49) o las que evangelizan (24, 9.11); etc. Pero es sobre todo Mara, la Madre del Seor, la que san Lucas ha delineado con los rasgos de la misma Iglesia. De ah, que se dijo muchas veces, que Lucas habra conocido a Mara. Se debe recordar tambin a Isabel, Ana la profetisa y la viuda de Nam, adems de todas las otras que aparecen tambin en los dems Evangelios. No se deben omitir los personajes femeninos de las parbolas: la viuda importuna y la mujer que perdi la moneda de plata. Ante todo debemos mencionar que san Lucas es uno de los evangelistas que se caracteriza por contar de manera ms profunda la infancia de Jess. Todos los acontecimientos relacionados con este tema, tienden a formar, segn palabras de CHARPENTIER, un prlogo teolgico al conjunto de la obra. En el Prlogo a su evangelio, Lucas enuncia de antemano todos sus grandes temas. Puede ser interesante destacar los principales, en el orden en que se van presentando. Jerusaln y el templo; la oracin (1, ss). Jess, hijo de David, Hijo de Dios, acogido en la fe por Mara, la hija de Sin. El papel del Espritu (1, 26-38). El papel de las mujeres, la Iglesia, la oracin, el rebajamiento de los ricos y de los orgullosos y la exaltacin de los pequeos (1, 39-56). El nombre de Juan que significa Dios da gracia, la visita de Dios a su pueblo (1, 57-80). La buena nueva a los pobres (los pastores): ha llegado un Salvador, Cristo y Seor. El hoy de Dios. La gloria que irradia de ese nio para todos. Y el resultado: la alegra para todos los hombres. (2, 1-21) Los temas predilectos de Lucas En la introduccin a este trabajo, mencionamos que el objetivo principal era profundizar acerca de cmo aparece la misericordia de Dios en los relatos de este Evangelio. Parece que san Lucas quiere mostrar que Dios tiene misericordia de todos: el amor de Dios no tiene lmites. Se puede citar como ejemplo el captulo 15, donde se acumulan tres parbolas sobre este mismo tema: la de la oveja perdida, la de la moneda perdida y la del hijo perdido (o como se la llama generalmente: la parbola del hijo prdigo). Esta relevancia que le da a la misericordia de Dios est orientada a mostrar la actitud que se debe tener para con los paganos: ellos son los desheredados, excluidos de la historia de la salvacin, a quienes Dios, compadecido, quiere salvar. La parbola, explica CHARPENTIER, es esencialmente una comparacin desarrollada bajo la forma de historia. No pretende ante todo ensear, sino hacer pensar a los oyentes en su propio comportamiento, dar un juicio sobre s mismos llevndolos a un cambio de conducta. Como somos malos jueces de

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nosotros mismos, la parbola nos hace juzgarnos casi sin que nos demos cuenta.8 BENEDICTO XVI comenta en su libro tres grandes relatos en parbolas que aparecen en el Evangelio de Lucas, y dice que la belleza y profundidad de las mismas incluso podran conmover espontneamente al no creyente: La parbola del buen samaritano (Lc 10, 25-37) La parbola de los dos hermanos (Lc 15, 11-32) La parbola del rico epuln y el pobre Lzaro (Lc 16, 19-31) La primera, la del buen samaritano plantea en el fondo la cuestin del hombre. Es un doctor de la Ley quien se la plantea al Seor: Maestro, qu tengo que hacer para heredar la vida eterna? (10, 25). Lucas aade que el doctor le hace la pregunta a Jess para ponerlo a prueba. l mismo, como doctor de la Ley, conoce la respuesta que da la Biblia, pero quiere ver qu dice al respecto este profeta sin estudios bblicos (Jess). El Seor le remite simplemente a la Escritura, que el doctor naturalmente conoce, y deja que sea l quien responda. El doctor de la Ley lo hace acertadamente, con una combinacin de Deuteronomio 6, 5 y Levtico 19, 18: Amars al Seor tu Dios con todo tu corazn, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas y con todo tu ser. Y al prjimo como a ti mismo (Lc 10, 27). Sobre esta cuestin Jess ensea lo mismo que la Tor, cuyo significado pleno se recoge en este doble precepto. Ahora bien, este hombre docto, que saba perfectamente cul era la respuesta, debe justificarse: la palabra de la Escritura es indiscutible, pero su aplicacin en la vida prctica suscitaba cuestiones que se discutan mucho en las escuelas. La pregunta en concreto es: Quin es mi prjimo? La respuesta habitual, que poda apoyarse tambin en textos de la Escritura, era que el prjimo significaba connacional. Esto iba en contra de la Escritura, que exhortaba a amar precisamente tambin a los extranjeros, recordando que Israel mismo haba vivido en Egipto como forastero. No obstante, se discuta hasta qu lmites se poda llegar; en general, se consideraba perteneciente a una comunidad solidaria, y por tanto prjimo slo al extranjero asentado en la tierra de Israel. A una pregunta tan concreta, Jess respondi con la parbola del hombre que, yendo por el camino de Jerusaln a Jeric, cay en manos de unos ladrones que lo saquearon y golpearon, dejndolo medio muerto al borde del camino. Es una historia totalmente realista, pues en ese camino se producan con regularidad este tipo de asaltos. Un sacerdote y un levita se acercan por el camino, pero pasan de largo. No es que fueran necesariamente personas insensibles; tal vez tuvieron miedo e intentaban llegar lo antes posible a la ciudad; quizs no eran muy diestros y no saban qu hacer para ayudar, teniendo en cuenta, adems, que al parecer no haba mucho que hacer. Por fin llega un samaritano, probablemente un comerciante que haca esa ruta a
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Charpentier, Ettiene: Op. Cit. p. 120.

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menudo y conoca evidentemente al propietario de la posada cercano; un samaritano, esto es, alguien que no perteneca a la comunidad solidaria de Israel y que no estaba obligado a ver en la persona asaltada por los bandidos a su prjimo. Entonces aparece aqu el samaritano. Qu es lo que hace? No se pregunta hasta dnde llega su obligacin de solidaridad ni tampoco cules son los mritos necesarios para alcanzar la vida eterna. Ocurre algo muy diferente: se le rompe el corazn. El Evangelio utiliza la palabra que en hebreo hace referencia originalmente al seno materno y la dedicacin materna. Se le conmovieron las entraas, en lo profundo del alma, al ver el estado en que haba quedado ese hombre. Le dio lstima, traducimos hoy en da, suavizando la vivacidad original del texto. En virtud del rayo de compasin que le lleg al alma, l mismo se convirti en prjimo, por encima de cualquier consideracin o peligro. Por tanto, aqu la pregunta cambia: no se trata de establecer quin sea o no mi prjimo entre los dems. Se trata de m mismo. Yo tengo que convertirme en prjimo, de forma que el otro cuente para m tanto como yo mismo. Los Padres de la Iglesia han ledo la parbola desde un punto de vista cristolgico. Alguno podra decir: esto es alegora, es decir, una interpretacin que se aleja del texto. Pero si consideramos que el Seor nos quiere invitar en todas las parbolas, de diversas maneras, a creer en el Reino de Dios, que es l mismo, entonces no resulta tan equivocada la interpretacin cristolgica. Corresponde, de algn modo a una potencialidad intrnseca del texto y puede ser un fruto que nace de su semilla. Los Padres vieron la parbola en la perspectiva de la historia universal: el hombre que yace medio muerto y saqueado al borde del camino, no es una imagen de Adn, del hombre en general, que ha cado en manos de unos ladrones? No es cierto que el hombre, la criatura hombre, ha sido alienado, maltratado, explotado, a lo largo de toda su historia? El camino de Jerusaln a Jeric aparece as como imagen de la historia universal; el hombre que yace medio muerto al borde del camino es imagen de la humanidad. Pero, acto seguido, cada uno debe convertirse en samaritano: seguir a Cristo y hacerse como l. Entonces viviremos rectamente. Entonces amaremos de modo apropiado, cuando seamos semejantes a l, que nos am primero (cf. 1 Jn 4, 19). A continuacin de este tema, e ntimamente ligado con l, est el tema de los grandes perdones. La parbola de los dos hermanos, quizs la ms bella, se conoce tambin como la parbola del hijo prdigo. En ella, la figura del hijo prdigo est tan admirablemente descrita, y su desenlace en lo bueno y en lo malo nos toca el corazn de tal manera que aparece sin duda como el verdadero centro de la narracin. Pero la parbola tiene en realidad tres protagonistas. Otros autores

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han propuesto llamarla mejor la parbola del padre bueno, ya que l sera el autntico centro del texto. Aparece ante todo la figura del hijo prdigo, pero ya inmediatamente, desde el principio, vemos tambin la magnanimidad del padre. Accede al deseo del hijo menor de recibir su parte de la herencia y reparte la heredad. Da libertad. Puede imaginarse lo que el hijo menor har, pero le deja seguir su camino. El hijo se marcha a un pas lejano. Al final ha gastado todo. El que era totalmente libre ahora se convierte realmente en siervo, en un cuidador de cerdos que sera feliz si pudiera llenar su estmago con lo que ellos coman. Al llegar a este punto se produce la vuelta atrs. El hijo prdigo se da cuenta de que est perdido. Comprende que en su casa era un hombre libre y que los esclavos de su padre son ms libres que l, que haba credo ser absolutamente libre. Entonces recapacit, dice el Evangelio (15, 17). Su retorno, su conversin, consiste en que reconoce todo esto, que se ve a s mismo alienado; se da cuenta de que se ha ido realmente a un pas lejano y que ahora vuelve hacia s mismo. Pero en s mismo encuentra la indicacin del camino hacia el padre, hacia la verdadera libertad de hijo. El padre ve al hijo cuando todava estaba lejos, sale a su encuentro. Escucha su confesin y reconoce en ella el camino interior que ha recorrido, ve que ha encontrado el camino hacia la verdadera libertad. As, ni siquiera le deja terminar, lo abraza y lo besa, y manda preparar un gran banquete. Reina la alegra porque el hijo que estaba muerto cuando se march de la casa paterna con su fortuna, ahora ha vuelto a la vida, ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado (15, 32). Los Padres de la Iglesia han puesto todo su amor en la interpretacin de esta escena. El hijo perdido se convierte para ellos en la imagen del hombre, el Adn que todos somos, ese Adn al que Dios le sale al encuentro y le recibe de nuevo en su casa. En la parbola, el padre encarga a los criados que traigan enseguida el mejor traje. Para los Padres, ese mejor traje es una alusin al vestido de la gracia, que tena originalmente el hombre y que despus perdi con el pecado. Para el cristiano surge aqu la pregunta: dnde est aqu el puesto de Jesucristo? En la parbola slo aparece el Padre. Falta quizs la cristologa en esta parbola? SAN AGUSTN ha intentado introducir la cristologa, descubrindola donde se dice que el padre abraz al hijo (cf. 15, 20). El brazo del Padre es el Hijo, dice. Y habra podido remitirse a SAN IRENEO DE LYON, que

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describi al Hijo y al Espritu como las dos manos del Padre. El brazo del Padre es el Hijo cuando pone su brazo sobre nuestro hombro. Y he aqu que aparece el hermano mayor. Regresa a casa tras el trabajo en el campo, oye la fiesta en la casa, se entera del motivo y se enoja. Simplemente, no considera justo que a ese haragn, que ha malgastado con prostitutas toda su fortuna el patrimonio del padre, se le obsequie con una fiesta esplndida sin pasar antes por una prueba, sin un tiempo de penitencia. Esto se contrapone a su idea de la justicia: una vida de trabajo como la suya parece insignificante frente al sucio pasado del otro. La amargura lo invade: En tantos aos como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a m nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos (15, 29). El padre trata tambin de complacerle y le habla con benevolencia. El hermano mayor no sabe de los avatares y andaduras ms recnditos del otro, del camino que le llev tan lejos, de su cada y de su reencuentro consigo mismo. Slo ve la injusticia. Y ah se demuestra que l, en silencio, tambin haba soado con una libertad sin lmites, que haba un rescoldo interior de amargura en su obediencia, y que no conoce la gracia que supone estar en casa, la autntica libertad que tiene como hijo. Hijo, t ests siempre conmigo le dice el padre, y todo lo mo es tuyo (15, 31). Con eso le explica la grandeza de ser hijo. Como pudimos apreciar, aparece bien explcita la misericordia de Dios en la figura del padre. Aadamos ahora otro punto de vista que ya hemos mencionado antes: en la amargura frente a la bondad de Dios se aprecia una amargura interior por la obediencia prestada que muestra los lmites de esa sumisin: en su interior, tambin al hijo mayor le habra gustado escapar hacia la gran libertad. Se aprecia una envidia solapada de lo que el otro se ha podido permitir. El hijo que qued en casa no ha recorrido el camino que ha purificado al hermano menor y le ha hecho comprender lo que significa realmente la libertad, lo que significa ser hijo. Ve su libertad como una servidumbre y no est maduro para ser verdaderamente hijo. Tambin l necesitan todava un camino; pueden encontrarlo sencillamente si le da la razn a Dios, si acepta la fiesta de Dios como si fuera tambin la suya. As, en la parbola, el Padre nos habla a travs de Cristo a los que nos hemos quedado en casa, para que tambin nosotros nos convirtamos verdaderamente y estemos contentos de nuestra fe. A esta parbola desarrollada, se le pueden sumar la escena de la pecadora arrepentida (Lc 7, 36-50), la conversin de Zaqueo (Lc 19, 1-10), la oracin de Jess por los que lo estn crucificando (Lc 23, 24), las palabras al buen ladrn (Lc 23, 43), etc. En vez de presentar una multitud agresiva en torno a la cruz, dice que el pueblo volva a su casa golpendose el pecho en seal de arrepentimiento (Lc 23, 48). Hay otra parbola, como es la de la oveja perdida y encontrada, que llama poderosamente la atencin en cuanto a la capacidad de proporcin numrica de Jess.

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Todos los publicanos y pecadores se acercaban a Jess para escucharlo. Los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos. Jess les dijo entonces esta parbola: Si alguien tiene cien ovejas y pierde una, no deja acaso las noventa y nueve en el campo y va a buscar la que se haba perdido, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegra, y al llegar a su casa llama a sus amigos y vecinos, y les dice: Algrense conmigo, porque encontr la oveja que se me haba perdido. Les aseguro que, de la misma manera, habr ms alegra en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse. (Lc 15, 1-7) El obispo Franois VAN THUAN, tantas veces perseguido por el rgimen comunista de Vietnam, durante un retiro espiritual a la curia vaticana explicaba esta misericordia de Dios en los siguientes trminos: Lo he abandonado todo para seguir a Jess porque amo los defectos de Jess.9 Y a continuacin enumera los defectos de Jess: Primer defecto: Jess no tiene buena memoria En la cruz, durante su agona, Jess oy la voz del ladrn a su derecha: Jess, acurdate de m cuando ests con tu reino (Lc 23, 42). Si hubiera sido yo, le habra contestado: No te olvidar, pero tus crmenes tienen que ser expiados al menos, con veinte aos de purgatorio. Sin embargo Jess le responde: Te aseguro que hoy estars conmigo en el paraso (Lc 23, 43). l olvida todos los pecados de aquel hombre. Algo parecido sucede con la pecadora que derram perfume en sus pies: Jess no le pregunta nada sobre su pasado escandaloso, sino que dice simplemente: Sus numerosos pecados le han sido perdonados, porque ha demostrado mucho amor (Lc 7, 47). La parbola del hijo prdigo nos cuenta que ste, de vuelta a la casa paterna, prepara en su corazn lo que dir: Padre, pequ contra el cielo y ante ti. Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trtame como a uno de tus jornaleros (Lc 15, 18-19). Pero cuando el padre lo ve llegar de lejos, ya lo ha olvidado todo; corre a su encuentro, lo abraza, no le deja tiempo para pronunciar su discurso y dice a los
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VAN THUAN, Franois-Xavier Nguyen (2002): TESTIGOS DE ESPERANZA. Ejercicios espirituales dados en el Vaticano en presencia de S.S. Juan Pablo II. 7 ed. Bs. As. Edit. Ciudad Nueva. Traduccin de Juan Gil Aguilar. Cap. 2.

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siervos, que estn desconcertados: Traigan el mejor vestido y vstanlo, pnganle un anillo en el dedo y sandalias en los pies. Traigan el mejor ternero y mtenlo, comamos y festejemos, porque este hijo mo estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido encontrado (Lc 15, 22-24). Jess no tiene una memoria como la ma; no slo perdona, y perdona a todos, sino que incluso olvida lo que ha perdonado. Segundo defecto: Jess no sabe matemticas Si Jess hubiera hecho un examen de matemticas, quiz lo hubieran reprobado. Lo demuestra la parbola de la oveja perdida. Un pastor tena cien ovejas. Una de ellas se descarra y l inmediatamente, va a buscarla dejando las otras noventa y nueve en el redil. Cuando la encuentra, carga la pobre criatura sobre sus hombros (cf. Lc 15, 4-7). Para Jess, uno equivale a noventa y nueve (1 = 99) y quizs incluso ms! Quin aceptara esto? Pero su misericordia se extiende de generacin en generacin... Cuando se trata de salvar una oveja descarriada, Jess no se deja desanimar por ningn riesgo, por ningn esfuerzo. Tercer defecto: Jess no sabe de lgica Una mujer que tiene diez dracmas pierde una. Entonces enciende la lmpara para buscarla. Cuando la encuentra, llama a sus vecinas y les dice: Algrense conmigo, porque he encontrado la moneda que haba perdido (cf. Lc 15, 8-9). Es realmente ilgico molestar a sus amigas slo por una moneda! Y luego hacer una fiesta para celebrar el hallazgo! Y adems, al invitar a sus amigas gasta ms de una dracma! Ni diez dracmas seran suficientes para cubrir los gastos... Aqu podemos decir de verdad, con las palabras de Pascal, que el corazn tiene sus razones, que la razn no entiende10. Jess, como conclusin de aquella parbola, desvela la extraa lgica de su corazn: Les aseguro que, de la misma manera, se alegran los ngeles de Dios, por un solo pecador que se convierta (Lc 15, 10). Cuarto defecto: Jess es un aventurero El responsable de publicidad de una compaa o el que se presenta como candidato a las elecciones prepara un programa detallado, con muchas promesas. Nada semejante hace Jess. Su propaganda, si se juzga con ojos humanos, est destinada al fracaso. l promete a quien lo sigue procesos y persecuciones.
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B. PASCAL, Penses, n. 477, en Oeuvres completes (ed. J. Chevalier), Pars 1954.

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A sus discpulos, que lo han dejado todo por l, no les asegura ni la comida ni el alojamiento, sino slo compartir su mismo modo de vida. A un escriba deseoso de unirse a los suyos, le responde: Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza (Mt 8, 20). El pasaje evanglico de las bienaventuranzas, verdadero autorretrato de Jess, aventurero del amor del Padre y de los hermanos, es de principio a fin una paradoja, aunque estemos acostumbrados a escucharlo. Quinto defecto: Jess no entiende ni de finanzas ni de economa Recordemos la parbola de los obreros de la via: El Reino de los Cielos se parece a un propietario que sali a primera hora de la maana a contratar obreros para su via. Sali luego hacia las nueve y hacia medioda y hacia las tres y hacia las cinco... y los envi a su via. Al atardecer, empezando por los ltimos y acabando por los primeros, pag un denario a cada uno (cf. Mt 20, 1-16). Pero preguntmonos: por qu Jess tiene estos defectos? Porque es Amor (cf. 1 Jn 4, 16). El amor autntico no razona, no mide, no levanta barreras, no calcula, no recuerda las ofensas y no pone condiciones. Jess acta siempre por amor. Del hogar de la trinidad l nos ha trado un amor grande, infinito, divino, un amor que llega como dicen los Padres a la locura y pone en crisis nuestras medidas humanas. Cuando medito sobre este amor mi corazn se llena de felicidad y de paz. Espero que al final de mi vida el Seor me reciba como al ms pequeo de los trabajadores de su via, y yo cantar su misericordia por toda la eternidad, perennemente admirado de las maravillas que l reserva a sus elegidos. Me alegrar de ver a Jess con sus defectos, que son, gracias a Dios, incorregibles.11

Otro tema de gran relevancia en el Evangelio de san Lucas es el de las grandes renuncias. Es caracterstico de Lucas que para poder seguir a Jess se debe renunciar a todo (Lc 14, 33), y as los que siguen a Jess abandonndolo todo (Lc 5, 11; 5, 28; etc.). Es necesario cargar la cruz cada da (Lc 9, 23) y renunciar a todo lo que se ama y a todo lo que se tiene (Lc 14, 25-33). Los miembros de la primera comunidad renuncian a todos sus bienes (Hech 2, 45; 4, 32-35. 37). A San Lucas le agrada destacar las grandes multitudes en torno a Jess. Como una prefiguracin de la universalidad de la Iglesia, ya percibe en torno a Jess una multitud que se agrupa, formada por gente que viene de todas partes,
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Van Thuan, Franois-Xavier Nguyen: Op. Cit. Cap. 2.

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incluso de los pueblos paganos (Lc 5,15; 6,17-19; 7,11; 8,4; 12, 1; etc.). San Lucas seala que son los pecadores los que se acercan a Jess (Lc 5, 29-32; 15, 1-2; etc.). Una caracterstica de las multitudes que se agrupan en torno al Seor es la alegra y la alabanza de Dios. Ante cada hecho realizado por Jess la multitud reacciona llenndose de alegra y alabando a Dios. Tambin la comunidad cristiana tiene como nota caracterstica la alegra. El tema de los ricos y los pobres en san Lucas aparece muy frecuentemente. Los ricos son mencionados generalmente con rasgos negativos. Aparecen por primera vez en labios de la Virgen Mara, en el canto del Magnficat: Derrib a los poderosos de su trono y elev a los humildes. Colm de bienes a los hambrientos y despidi a los ricos con las manos vacas. (Lc 1, 52-53). Reaparecen despus en boca de Jess en el sermn de las bienaventuranzas (Lc 6, 20 y 24), en la parbola del rico insensato (12, 16-21), y en la famosa frase del camello que pasar por el ojo de una aguja antes que un rico en el Reino de Dios (Lc 18, 24-25). Por el contrario, los pobres son mirados con predileccin y reciben el anuncio de que su situacin cambiar (en las mismas bienaventuranzas Lc 6,2021; en la parbola del rico y Lzaro (Lc 16, 19-31). La parbola del rico y Lzaro (Lc 16, 19-31) es la que parece dar la clave para comprender todo lo que san Lucas dice sobre los pobres y los ricos. Aparentemente se trata de una parbola que trata sobre las riquezas y la pobreza. En ningn momento se dice o insina que el rico fuera un malvado, as como tampoco se dice que el pobre fuera bueno o piadoso. Simplemente se dice que el pobre va al seno de Abraham porque durante su vida recibi males y el rico es condenado por el solo hecho de que recibi bienes en su vida (Lc 16, 25). Algunos detalles del relato parecen aludir a otra situacin, ms all del problema de los pobres y los ricos: El rico se dirige a Abraham llamndolo Padre (16, 24. 27 y 30), mientras que Abraham le responde llamndolo Hijo (16, 25); este rico tiene hermanos, de los cuales se dice que tienen a Moiss y a los Profetas (16, 29); por ltimo se afirma que estos hermanos no se convencern aunque resucite un muerto (16, 31). Todos estos detalles tomados en conjunto hacen pensar que esta parbola tiene elementos alegricos: el rico sera el mismo pueblo judo (tiene por padre a Abraham, tiene a Moiss y a los profetas, no ha aceptado el mensaje de la resurreccin del Seor). Este pueblo es rico porque ha recibido una cantidad de bienes de parte de Dios: la eleccin, la alianza, los mandamientos, el culto, la predileccin de

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Dios, etc., mientras que los pobres seran los paganos, que no han recibido nada de esto (ver, por ejemplo, Rom 9, 4-5; Ef 2, 11-12). Pero si Lucas ha puesto a un rico como figura del pueblo judo y a un pobre como figura del pueblo pagano, se llega a la conclusin de que el primer bien que el rico debe compartir es el Evangelio. Si todos deben compartir las riquezas, la primera de estas riquezas es la salvacin, a fin de que esta llegue a aquellos que todava no la tienen. Lucas quiere crear en sus oyentes la conciencia de que para ser cristiano hay que compartir, es una necesidad interior a la que no se puede renunciar ni se debe descuidar. Pero se debe compartir en todos los niveles, comenzando por los ms importantes (como es el Evangelio) hasta terminar con los que lo son menos (como son los bienes materiales). A lo largo de sus dos libros san Lucas da especial importancia a la presencia y a la accin del Espritu Santo. l es prcticamente el que lleva toda la accin y el que da unidad a toda la obra de san Lucas. El Espritu inspira a los personajes del Antiguo Testamento (Lc 1, 15; 1, 41; 1, 67), desciende sobre Mara para que ella conciba a Jess (1, 35); Isabel y Zacaras quedan llenos del Espritu Santo (1, 41 y 67) y hablan movidos por l as como Simen (2, 26-27). El Espritu Santo desciende sobre Jess (3, 21-22), le lleva al desierto para ser tentado (4, 1) y luego a Galilea para que comience su misin (4, 14. 18). La primera predicacin de Jess comienza con una cita del Antiguo Testamento: El Espritu del Seor est sobre m... porque me ha ungido y me ha enviado (Lc 4, 18; Hech 10, 38). Jess se llena de alegra en el Espritu Santo (10, 21), y el Padre dar el Espritu Santo a los que se lo pidan (11, 13). Jess mismo enviar al Espritu Santo sobre los Apstoles despus de la ascensin (24, 49; Hech 1, 4-5 y 8). Con la fuerza de este Espritu ellos se convertirn en testigos para anunciar el Evangelio a todo el mundo (Hech 1, 8). De esta forma San Lucas dice de forma inequvoca que esta fuerza que ahora une a todos los pueblos ya no es la Ley sino el Espritu, y que el impulso que lleva a la Iglesia a su apertura a los paganos proviene de Dios.

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A modo de conclusin Como conclusin podemos afirmar que san Lucas muestra que la voluntad de Dios es que el Evangelio sea anunciado a todas las naciones sin distincin. Y adems, nos indica la pauta para proceder que se debe tener en cuenta para la predicacin con respecto a los paganos. Ellos son los ms pobres y los ms necesitados a quienes hay que darles esta riqueza que Dios ha dado a Israel y que es la salvacin. San Lucas va mostrando la imagen de la comunidad cristiana segn la voluntad de Dios. Si bien dijimos que Lucas se caracteriza por mostrar la misericordia de Dios, el Evangelio de la misericordia es un Evangelio exigente. Su autor insiste en el llamado a la conversin, implcitamente nos llama a un cambio de vida, como condicin indispensable para alcanzar la Salvacin. El fruto de esa conversin es el gozo que experimentan los que creen en la Buena Noticia y se dejan salvar por ella. Por eso, San Lucas pone de relieve la accin del Espritu Santo, que es la fuente de la verdadera alegra. Para finalizar, solo podemos concluir con las palabras del mismo Lucas, que nos abren a la esperanza de volver a encontrarnos con ese Mesas universal del cual nos hablado a lo largo de su Evangelio. Esta esperanza es la de todo cristiano, aun cuando la fe pueda flaquear y debilitarse: Los Apstoles vieron a Jess elevarse, y una nube lo ocult de la vista de ellos. Como permanecan con la mirada puesta en el cielo mientras Jess suba, se les aparecieron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: Hombres de Galilea, por qu siguen mirando al cielo? Este Jess que les ha sido quitado y fue elevado al cielo, vendr de la misma manera que lo han visto partir. (Hech 1, 9-11)

Arnaldo C. Vaschetto

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Bibliografa consultada BENEDICTO XVI (Ratzinger, Joseph) (2009): Jess de Nazaret, Grupo Editorial Planeta. CHARPENTIER, Ettiene (1993): Para leer el Nuevo Testamento. Editorial Verbo Divino, Navarra. El libro del Pueblo de Dios - LA BIBLIA, Editorial San Pablo, 1981, 10 ed. (1994). RIVAS, Luis Heriberto (2010): Qu es un Evangelio? Editorial Claretiana. Bs. As. 2 ed. 7 reimp. VAN THUAN, Franois-Xavier Nguyen (2002): Testigos de esperanza. Ejercicios espirituales dados en el Vaticano en presencia de S.S. Juan Pablo II. 7 ed. Bs. As. Edit. Ciudad Nueva. Traduccin de Juan Gil Aguilar.

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