TDAH y Control de Las Emociones
TDAH y Control de Las Emociones
TDAH y Control de Las Emociones
El trastorno por déficit de atención con hiperactividad viene definido por sus tres síntomas
nucleares: déficit de atención, impulsividad e hiperactividad. Actualmente considerado un
trastorno del desarrollo, del desarrollo en las tres áreas o síntomas descritos, en el que el
sujeto tiene por el trastorno interferida la habilidad individual de mantener la atención, el
manejo efectivo de las emociones, del nivel de actividad y de actuar consistentemente en
función de las consecuencias, esa incapacidad o dificultad que tienen en inhibir la respuesta
impulsiva, en parar la respuesta espontánea. Por tanto NO se trata de un trastorno emocional o
de base emocional o de origen emocional, pero sÍ que es un trastorno que interfiere en el
manejo de las emociones. La dificultad de autocontrol que presentan las personas con TDAH
afecta incluso a nivel emocional.
Existen centenares de sentimientos que nos permiten describir nuestro estado emocional,
aunque a menudo las personas utilizan el “me siento mal”, mal porque estoy triste, asustado,
desesperanzado, frustrado, irritable, cansado, agotado, preocupado, traicionado, vacío, inútil,
incapaz, mentiroso, atrapado, desilusionado, iracundo, incontrolable, confuso, atormentado,
afligido, enfermo, dañado, ofendido, inseguro, molesto, perdido, alarmado, nervioso, perplejo,
hostil, mordaz, encrespado, sulfurado, lleno de odio, humillado, rechazado, vencido, abatido,
pesimista, malhumorado……. ¿Què significa me siento mal? Si existen centenares de palabras
para matizar los sentimientos, ¿porque reducirlo a una sola palabra? es muy distinto sentirse
“incapaz” de sentirse “hostil”. La dificultad de expresión de sentimientos es muy generalizada
entre los adultos, así pues difícilmente el niño o adolescente aprenderá a describir como se
siente. Todos los sentimientos se engloban en cuatro emociones básicas, es decir todo el
sufrimiento humano puede clasificarse en tres emociones: la tristeza, la ansiedad (miedo) y la
rabia, la cuarta emoción es la felicidad (de la cual espero que todos estemos muy llenos, niños
y mayores).
Otra emoción es la tristeza, a nivel de pensamiento predominan los pensamientos que inducen
a sentirse incapaz, inútil, falto de ilusión, desesperanzado; “no puedo, estoy agotado”, “no sirve
de nada haga lo que haga”, “me ha dejado para siempre, ¿que haré?”, indefensión, incerteza,
a nivel fisiológico el cuerpo se enlentece, aparece fatiga, llanto, se altera el sueño y el apetito,
puede acompañarse de dolores de cabeza, estómago…Verbalmente, se habla menos, más
lento, de forma más ambigua. Motrizmente se lentifica, se baja la cabeza, los hombros, se va,
se aisla. La conducta a la que lleva esta emoción es al retraimiento, encerrarse en uno mismo,
evitar los amigos, las fiestas, los juegos, a estar solo.
En las personas con TDAH la emoción que más perjudica es la rabia, porque incide en las
demás personas (que son “agredidas”) y repercute negativamente en su vida. En la tristeza y
en la ansiedad en general, porque no siempre ocurre de este modo, la persona más
perjudicada es el propio individuo no siendo así con la rabia. De este modo madres y padres de
niños pequeños se quejan de cómo les trata verbalmente su hijo con TDAH cuando por
ejemplo le obligan a hacer los deberes, el niño dice a su madre: “tú no sabes, vete, tú no has
estudiado, tú no entiendes nada es papá quién sabe”, este tipo de agresión verbal es
consecuencia de como se siente el niño, se siente frustrado y rabioso porque en vez de jugar y
relajarse debe de ponerse a hacer deberes que le requieren de un esfuerzo adicional por sus
dificultades atencionales, de inquietud motriz e impulsividad.
Se encuentran diferencias notables entre los niños con TDAH que agreden ocasionalmente y
los niños con TDAH más otro trastorno del comportamiento como es el negativismo desafiante
(afecta al 40-60% de niños con TDAH) o el trastorno de conducta disocial (afecta del 20-40%
de niños con TDAH), habitualmente estos niños distorsionan la vida familiar y la escolar por sus
manifestaciones agresivas, incluyendo el deterioro que sufren las relaciones del niño con sus
compañeros. Miranda y Presentación (2000) analizan los efectos de dos programas de
intervención cognitiva-conductual, uno es una adaptación del programa de Kendall et al.(1980)
y la combinación de este programa con uno de técnicas de control de la ira. Los niños fueron
agrupados en 4 grupos de tratamiento:grupo de TDAH que recibían tratamiento cognitivo-
conductual de auto-control, grupo de TDAH que recibían el mismo tratamiento más el de
entrenamiento de manejo de la ira (combinado), grupo de TDAH+conductas agresivas que
recibían tratamiento cognitivo-conductual de auto-control y grupo TDAH+conductas agresivas
que recibía el tratamiento combinado. Se presuponía que ambos programas donde se utilizan
técnicas autoinstruccionales, modelamiento, role-playing y técnicas conductuales de manejo de
contingencias deberían contribuir a rectificar las deficiencias de autorregulación que presentan
los niños con TDAH. Ambas intervenciones produjeron mejoras considerables tanto en los
síntomas básicos como en problemas escolares asociados y en conductas antisociales. En el
caso del grupo de niños con TDAH+conductas agresivas mostraba mayor eficacia en la
reducción de comportamientos antisociales y en un mejor ajuste social, el tratamiento
combinado, cuando se incluye el entrenamiento en el manejo de la ira.
LOS INDIVIDUOS CON TDAH SABEN QUÉ DEBEN HACER PERO NO HACEN SIEMPRE LO
QUE SABEN DEBIDO A SU INHABILIDAD EN PARAR Y PENSAR ANTES DE RESPONDER,
INDEPENDIENTEMENTE DEL LUGAR Y DE LA TAREA.
Sam Goldstein 1998
Tomando de punto de partida la literatura sobre el trastorno y las estrategias de autocontrol que
pueden serles útiles, se propone un tratamiento en grupo para niños y adolescentes. El
contenido de las sesiones se basa en fomentar el autocontrol, las auto-instrucciones, la
resolución de problemas y el uso de habilidades sociales. Se persigue que los sujetos
reconozcan en sÍ mismos puntos fuertes y puntos débiles y tengan estrategias para afrontar los
puntos débiles.
Se hace uso de contingencias; sistema de economía de fichas, refuerzo positivo, extinción,
coste de respuesta. Se utiliza el modelaje así como el procedimiento autoinstruccional
siguiendo la pauta propuesta por Kendall (1980).
Ducan MK, Benson MD. (1997) AACAP OFFICIAL ACTION, Summary of the Practique
Parameters for de Assessment and Treatment of Children, Adolescents, and Adults With
ADHD. J Am Acad Child Adolesc Psychiatry, 36:9.
Jensen, PS (2000) Commentary: The NIH ADHD Consensus Statement: Win, Lose, or Draw ?.
J. Am. Acad. Child Adolesc. Psychiatry, 39:2.
Kendall, P. y Braswell, L. (1985). Cognitive-behavioral therapy for impulsive children. New York:
Guilford Press.