Economía Del Arte de Bruno Frey

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I.

La economa del arte: una visin personal1 La economa en el arte ha alcanzado el puesto de una disciplina de primer orden dentro del enfoque econmico de las ciencias sociales. Este enfoque est basado en un estudio sistemtico de la interaccin entre el comportamiento de los individuos y las instituciones de la sociedad. El objeto de este libro es aplicar ese enfoque de la racionalidad econmica al arte y la cultura. Incluso busca ampliar ese enfoque adentrndonos en anomalas del comportamiento recientemente estudiadas por los economistas experimentales. Los legos ni siquiera imaginan que pueda aplicarse al arte el paradigma econmico de la eleccin racional en un marco institucional. Esto tambin es cierto para muchos economistas, que muy a menudo tienen unas opiniones simplistas cuando de arte se trata. Tienden a dejar de lado los instrumentos de su profesin y prefieren repetir los clichs predominantes en el mundo del arte como, por ejemplo, que la comercializacin es perjudicial para el arte, que los grandes artistas son pobres (lo que yo llamo el efecto van Gogh-Gauguin), y que se pueden obtener grandes beneficios en el mercado de la pintura y las antigedades siempre que se elija bien. Los legos en cuestiones econmicas e incluso algunos economistas, aborrecen en general la aplicacin del anlisis econmico al arte y pueden pasarse horas defendiendo la teora de que los artistas son una raza aparte y que no actan de acuerdo con los principios econmicos. Se considera que un genio es una persona que se comporta sin tener en cuenta los elementos bsicos de racionalidad burguesa. La primera cuestin que plantean los economistas del arte es si su enfoque profesional resulta apropiado para tratar de estas cuestiones de arte y cultura, un rea tan alejada de los temas habituales de la economa. Muchos polticos, periodistas y artistas y una gran parte del pblico, consideran el arte como algo que est fuera de los clculos y razonamientos de la economa. Tienen muchas reservas sobre el anlisis econmico del fenmeno artstico y cultural y piden que la reflexin econmica est, por lo menos, basada en un anlisis esttico de la oferta y la demanda de arte. Pero el arte, al igual que la belleza, la libertad o la justicia, es un concepto abstracto y no se puede aprehender directamente. Si el que lo produce no puede describirlo detalladamente, cmo podr el economista decir algo que ayude a una mejor comprensin del arte y la cultura?. 1.1. La economa del arte, hoy. El enfoque econmico de las ciencias sociales pretende establecer una nueva forma de interdisciplinariedad. Hasta ahora esta interdisciplinariedad se haba concebido como una mera combinacin de distintos enfoques cientficos. Esto haba llevado muchas veces a intercambios poco importantes, que no iban ms all del sentido comn. Por el contrario, el nuevo enfoque interdisciplinario que aqu se propone aplica el mismo mtodo analtico a diversas disciplinas; a saber, el mtodo que los economistas ya han utilizado para estudiar una gran variedad de problemas y cuestiones. El modelo de comportamiento humano que aqu se va a aplicar, distingue cuidadosamente las preferencias, es decir, lo que la gente desea, de las restricciones, como son las impuestas por las instituciones sociales, los ingresos, los precios y el tiempo disponible. Este enfoque ha permitido explicar con xito fenmenos dentro del campo de la economa, pero tambin fuera de l.
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(*) Una versin de este captulo se publica en el libro del mismo ttulo de la editorial Springer Verlag.

Los intentos de generalizar este enfoque, llamado de eleccin racional, han tenido a veces una buena acogida, pero ms frecuentemente han sido puestos en cuestin y, en muchos casos, rechazados. Sin embargo, los innovadores resultados conseguidos gracias a l se han visto reconocidos por la concesin de varios premios Nobel de Economa, especialmente el conseguido por Gary Becker en 1992. El mismo enfoque de la eleccin racional ha sido utilizado por otros ganadores de ese premio, como Kenneth Arrow en 1972, Herbert Simon en 1978, Theodore Schultz en 1971, James Buchanan en 1986, Ronald Coase en 1991, Douglas North y Robert Fogel en 1993 y Amartya Sen en 19982. Una de las aplicaciones ms interesantes del enfoque de eleccin racional ha sido la realizada en el campo de las artes. Este nuevo campo se conoce tambin como economa de la cultura. En realidad no se trata de una idea nueva, pero no se le haba dado ese nombre. Los economistas de los pases de habla alemana llevan ya mucho tiempo interesados en los aspectos econmicos de las artes3. Han recibido especial atencin los temas de hacienda pblica, en especial, el papel del Estado en la financiacin de la cultura4. En general, han dado por hecho que el sector pblico deba subvencionar las artes, dados los efectos externos positivos, como diramos hoy, que las artes tienen sobre el conjunto de la sociedad. Estos efectos externos se denominan tambin ventajas para el no usuario, porque reciben beneficios las personas que no consumen un servicio cultural dado. La misma cuestin normativa de por qu el Estado debe apoyar a las artes ha sido tratada por famosos economistas britnicos como Lionel Robbins o Alan Peacock, que de paso dir que fueron muy activos en el campo de las artes, como tambin el gran economista John Maynard Keynes5. El nacimiento de la economa del arte como disciplina independiente dentro de la ciencia econmica moderna se puede fechar con exactitud. Comenz con el libro de Baumol y Bowen publicado en 1976 titulado Performing Arts The Economic Dilemma, El dilema econmico de las artes escnicas. El dilema aparece debido a que un creciente nivel de bienestar econmico o ingreso per capita, que lleva a un aumento de la demanda de representaciones, conlleva un mayor coste de las representaciones escnicas. Como resultado de ello, las artes escnicas se encuentran con dificultades financieras cada vez mayores. Parece que, precisamente por ser la sociedad ms prspera y debido al aumento de esa prosperidad, son cada vez ms las dificultades para mantener estas artes escnicas6. Tras la publicacin del libro de Baumol y Bowen comenz a florecer la economa de la cultura en los pases anglosajones, y buen ejemplo de ello son los libros de Moore, American Theatre (1968), de Peacock y Weir, The Composer in the Market Place
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Otros textos sobre el enfoque econmico de los problemas sociales son los de Jack Hirscheifer (1985) y Bruno S. Frey (1992). La metodologa de la eleccin racional en un marco institucional desempea un papel significativo en las ciencias vecinas de la ciencia poltica, la sociologa y la historia; vase Coleman (1990). Tambin se ha aplicado en los estudios de derecho, donde se llama Anlisis econmico del Derecho, como en Posner (1986) y Ulen (1988). Es muy grande la variedad de cuestiones sociales estudiadas con este enfoque econmico, como la educacin, el medio ambiente y el delito. 3 Por ejemplo, Kindermann (1903), Drey (1910), Seelig (1914), Haalk (1921), Reusch (1922) o Brker (1928). Ya en el ao 1910 se public un nmero especial de las Volkswirtschaftliche Bltter dedicado a Kunst und Volkswirtschaft (El Arte y la Economa). 4 Por ejemplo, Epstein (1914), Margraff (1922), Herterich (1937). 5 Vase Lionel Robbins (1963, 1971) y Alan Peacock (1969). Keynes fue un gran amante del arte y una importante figura en la administracin britnica de las artes. Financi y en parte administr el teatro de la Universidad de Cambridge. Se cas adems con una primera figura del ballet. Sin embargo,Keynes no contribuy de forma destacada a la economa del arte. 6 Vase Towse (1997).

(1975), y de Netzer, Subsidized Muse (1978). Muy poco despus, Blaug (1976) recopil la primera antologa, y Throsby y Whithers escribieron el primer libro de texto sobre La economa de las artes escnicas (1979). El enfoque se extendi muy pronto a otros pases como Francia7, Italia8 y Suiza9. En la ltima dcada, la literatura sobre la economa del arte ha crecido enormemente. Incluso ha aparecido una asociacin cultural dedicada a estos estudios, la Association for Cultural Economics International, que organiza conferencias con regularidad y publica una revista titulada Journal of Cultural Economics. La aparicin de este enfoque econmico, o de eleccin racional de las artes, no ha impedido su estrecha relacin con otras disciplinas emparentadas con las artes. En especial, la sociologa del arte se le parece en muchos aspectos10. Por el contrario, no se ha establecido hasta el momento ningn lazo con la historia del arte. Esto puede deberse a una mala comprensin del enfoque econmico por parte de los historiadores del arte, quienes parecen creer que a los economistas slo les interesa lo que es rentable en trminos puramente monetarios y que, por lo tanto, su nico propsito es el de comercializar el arte. Los historiadores del arte se sorprenden cuando oyen a la mayor parte de los economistas manifestarse a favor de la ayuda estatal a las artes y esforzarse por resaltar empricamente ciertos valores no econmicos como los de prestigio, eleccin, educacin y legado. Otra razn por la que quiz los historiadores del arte se muestren poco dispuestos a ocuparse de esta disciplina de la economa del arte es un intento consciente o inconsciente de cerrar el campo al intrusismo. Pero hay ya indicios de que estos temores estn perdiendo fuerza, pues se estn realizando prometedores esfuerzos para salvar la distancia entre la historia del arte y la economa. 1.2. El carcter especial de la actividad artstica. Algunas veces, incluso los economistas afirman que para estudiar debidamente el mercado de los bienes artsticos es necesario tener en cuenta la naturaleza esttica del arte11. Kenneth Boulding, sin embargo, ha presentado algunas objeciones a este punto de vista, el de quienes rechazan la posibilidad de aplicar la economa al arte, diciendo que es a menudo imposible una distincin precisa entre bienes y servicios, y tambin entre las empresas que producen los bienes y aquellas que proporcionan los servicios12. Por lo tanto, el anlisis econmico del arte, lo mismo que el de la educacin, la salud o los deportes, no presenta mayores problemas de definicin que el anlisis de los bienes y servicios de otras economas. Es posible que los factores que influyen en la creacin artstica y el consumo del arte sean especialmente numerosos y que la relacin entre ellos sea, por su esencia, ms compleja que en el caso, digamos, de la produccin y el consumo de pan. Pero el arte y la cultura estn, en principio, sujetos a la escasez, es decir, no son bienes libres; proporcionan utilidad a los individuos que las demandan, y necesitan recursos para su creacin. Tan pronto como es posible observar expresiones de preferencias en los individuos, el deseo de pagar por una entrada de teatro, el pintar
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Tenemos algunos ejemplos como Moulin (1977), Gallais-Hamonno (1972), Leroy (1980), Dupuis (1980), Menger (1983), Sagot-Duvauroux (1985), Greffe (1985), Dupuis y Greffe (1985). 8 Por ejemplo, Mazzocchi (1971), Gerelli (1974), Villani (1978), Trimarchi (1985, a,b). 9 Por ejemplo, R. L. Frey y Neugebauer (1976), Pommerehne y Frey (1980, a,b). Pommerehne (1982), Pommerehne y Schneider (1983) y Schneider y Pommerehne (1983). 10 Vase por ejemplo Moulin (1986), di Maggio o Foster y Blau (1989), as como una revisin muy especfica de Bourdieu (1979), y Bourdieu y Dardel (1966). 11 Shanahan (1978), pg. 13. 12 Boulding (1977).

un cuadro para su venta o incluso el tocar el piano por propio placer, entonces le es posible al economista analizar el comportamiento de quien oferta arte y cultura y de quien los demanda. Entonces es tambin posible para el economista investigar la cuestin que tanta curiosidad inspira de cul sera la mejor manera de que los gobiernos promocionaran el arte. A este ltimo aspecto de la relacin entre arte y gasto pblico, que tan apasionada polmica levanta, prestaremos atencin en los captulos VII y X. El hecho de que el arte pueda estudiarse desde el punto de vista econmico no implica olvidar las a veces especiales caractersticas de los objetos de arte y la actividad artstica, ni las peculiaridades de la valoracin del arte por parte de los clientes, los coleccionistas, los aficionados, los responsables de museos, salas de pera y de conciertos, y el pblico en general. En particular, los economistas han buscado desmenuzar las caractersticas que hacen del arte y la actividad artstica un bien pblico; es decir, se trata de unos bienes y servicios que producen efectos externos positivos, cuyos beneficios no se agotan en las personas que los demandan y ofrecen como bien privado a travs del libre mercado. Estos posibles efectos externos positivos nacen de la existencia de diversos valores del arte, a veces defectuosamente reflejados por el mercado: un valor de existencia (la poblacin se beneficia del hecho de que la cultura exista, incluso si algunos de sus individuos no toman parte en ninguna actividad artstica); un valor de prestigio (porque determinadas instituciones contribuyen a un sentimiento de identidad regional o nacional); un valor de opcin o eleccin (la gente se beneficia de la posibilidad de asistir a estos acontecimientos culturales, incluso si no llegan a hacerlo realmente); un valor de educacin (el arte contribuye al refinamiento de los individuos y al desarrollo del pensamiento creador de una sociedad); y un valor de legado (las personas se benefician de la posibilidad de legar la cultura a generaciones futuras, aunque ellas mismas no hayan tomado parte en ningn acontecimiento artstico).

Las cuestiones de los posibles defectos del mercado econmico del arte, del fomento pblico de la cultura y de los defectos del mercado poltico del arte, se estudiarn tambin en los captulos VII y X. 1.3. Por qu me limito a una visin personal. Como el estado de la cuestin en la economa del arte ha sido descrito en sendos artculos por Throsby y Mossetto13, prefiero presentar aqu mis propios pensamientos y puntos de vista. 1.3.1. Ampliacin del campo de la economa del arte. La metodologa neoclsica dominante ha demostrado ser muy til para el estudio de la cultura. Est basada en un modelo de comportamiento muy claro que ayuda a analizar la oferta y la demanda de arte. El modo de equilibrarse de estas dos fuerzas da lugar a predicciones empricas que pueden verificarse o probarse con los datos de la realidad. Es cierto que la mayor parte de las predicciones pueden parecer de sentido comn, pero otras resultan inesperadas y sorprendentes. Un buen ejemplo de estas ltimas es el
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Throsby (1994) y Mossetto (1992).

anlisis de las artes escnicas de Baumol y Baum (1966), por el que conluyen que, cuanto ms prospera una sociedad, ms difcil resulta financiar las artes escnicas en vivo. La mayor parte de los economistas del arte adoptan el tradicional mtodo de anlisis neoclsico de preferencias reveladas a travs del dinero, por su utilidad patente14. En mi opinin sera aconsejable traspasar los lmites, un poco rgidos, del neoclasicismo ortodoxo. Lo hacen, casi sin darse cuenta, la mayor parte de los economistas al tener en cuenta las instituciones, en especial, cuando analizan las diferencias entre la oferta de arte de origen pblico y la de origen privado. Asimismo, otros autores han estudiado cuestiones de incentivos, tanto monetarios como no monetarios, en los teatros, salas de pera y otras fuentes de arte, especialmente cuando los que toman las decisiones buscan su propio inters ms que el de quienes les pagan (la llamada paradoja del mandante y el mandatario).

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Vanse,como ejemplos de este enfoque estrictamente neoclsico, el artculo bibliogrfico de Throsby en el Journal of Economic Literature (1994), o el de OHagan en The State and the Arts (1998).

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