Codd Clara - Introduccion A Patanjali
Codd Clara - Introduccion A Patanjali
Codd Clara - Introduccion A Patanjali
Codd
INTRODUCCIÓN
DEL YOGA DE
PATANJALÍ
BIBLIOTECA UPASIKA
www.upasika.com
Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
CONTENIDO
Prefacio, página 3.
Libro I
Capítulo I. Introducción, página 4.
Capítulo II. Sutras 1 a 3, página 7.
Capítulo III. Sutras 4 a 11, página 10.
Capítulo IV. Sutras 12 a 16, página 14.
Capítulo V. Sutras 17 y 18, página 17.
Capítulo VI. Sutras 19 a 22, página 20.
Capítulo VII. Sutras 23 a 27, página 23.
Capítulo VIII. Sutras 28 a 31, página 27.
Capítulo IX. Sutras 32 a 39, página 31.
Capítulo X. Sutras 40 a 51, página 34.
Libro II
Capítulo I. Sutras 1 y 2, página 39.
Capítulo II. Sutras 3 a 14, página 42.
Capítulo III. Sutras 15 a 19, página 48.
Capítulo IV. Sutras 20 a 28, página 54.
Capítulo V. Sutras 29 a 34, página 58.
Capítulo VI. Sutras 35 a 55, página 63.
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
PREFACIO
La mayor parte de estos comentarios a los famosos Sutras de Patanjali fueron
escritos hace varios años y se publicaron en THE AMERICAN THEOSOPHIST.
Algunas personas cuyo criterio me inspira fe, los consideran dignos de reimprimirse. Sólo
llegan completos hasta el final del Libro II. No tengo ahora todos los Libros ni el tiempo
para concluirlos de la misma manera. Cuando escribí sobre los Libros I y II, vivía en The
Manor, Sydney, Australia, y tenía a mi alcance muchos libros que después he obsequiado a
bibliotecas Teosóficas. Pero de todas maneras considero que los dos primeros Libros son
los más útiles para el estudiante corriente.
Todas las mañanas colocaba yo ante mí las diversas traducciones que tenía de los
SUTRAS, estudiándolas una por una, y escribiendo luego en mis propias palabras lo que
me parecían indicar. El resultado es este libro. Recomiendo a otros este método de estudio.
Mucha iluminación surge de la comparación. Existen muchos comentarios sobre estos
Sutras, tales Como los de Charles Johnston, M. N. Dvivedi, W. Q. Judge, Alice A. Bailey,
Swami Vivekananda. Ganganatha Jha, Rama Prassad. I. K. Taimni, Swami Prabhavananda
y Cristopher Isherwood.
Existen otros. Sugiero al estudiante que consiga todos los que pueda y los compare
minuciosamente y con paciencia hasta que la iluminación resplandezca.
Clara M. Codd
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
LIBRO I
CAPÍTULO I
INTRODUCCIÓN
Vamos a comenzar el estudio del libro más famoso de toda la literatura Yoga: Los
SUTRAS del antiguo sabio Patanjali. La fecha de su nacimiento s incierta; algunos
orientalistas la sitúan entre 100 y 800 A. C. Escritores indos la sitúan generalmente hasta
10.000 A.C. Existen relatos Legendarios de su nacimiento en Ilavrita-Varsh, y de que
mostraba la inteligencia y penetración de un sabio desde cuando su madre le llevaba en
brazos. Pero esto es sólo legendario y simbólico, pues Ilavrita-Varsh no es ningún lugar de
India sino el nombre de una morada celestial, y el relato puede ser un método antiguo de
mostrar que grandes sabios descienden de vez en cuando a estas esferas a ayudar a los
hombres.
Un sabio Patanjali que mencionan los libros indos nació en Gonarda, India, y más
adelante residió en Kashmir. Escribió el Gran Comentario (Mahabhasya) sobre la
Gramática de Panini, y también una obra extensa sobre medicina. Hay diversas opiniones
sobre quien fue el autor de los Sutras. Si fue este último, entonces Patanjali no sólo fue un
gran filósofo sino un gran gramático y médico. Prescribía, pues, para el cuerpo, el alma y el
espíritu del hombre.
Pero en todo caso Patanjali no fue el autor directo, sino apenas el compilador de
enseñanzas que hasta ese entonces se habían dado oralmente durante muchos siglos. Fue el
primero en poner las enseñanzas por escrito para uso de los estudiosos, y de ahí que se le
considere como el fundador de la escuela RAJA YOGA. El sistema, sin embargo, había
estado en uso desde el comienzo de la raza Aria y antes.
Los Sutras son las enseñanzas básicas de la escuela Trans-Himaláyica, de la cual
han provenido muchos de los Maestros de la Sabiduría: algunos estudiantes consideran que
las enseñanzas de los Esenios y de otras escuelas de pensamiento místico conectadas con el
nacimiento de la religión Cristiana están basadas sobre el mismo sistema, por haber sido
educados sus instructores en la misma gran escuela.
¿Qué es Yoga, y qué significa esa palabra?. Una de sus derivaciones la conecta con
la raíz sánscrita que significa “uncir” o “juntar”, y esto tiene la misma idea que la raíz de la
palabra “religión”, que significa “religar”. Puede tomársela, pues, como la ciencia de
unificar el alma con la Divinidad Eterna, la ciencia que enseña el método de unir con Dios
el alma humana. Otra derivación indicará “entrar en trance, meditación”. Ambas son
posibles y en realidad significan la misma cosa.
Su meta la describe la palabra. El hombre se encuentra envuelto en materia, caído de
su prístino estado de pureza. El objeto de la Yoga es liberar al hombre de las redes de la
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
materia. Los Sutras de Patanjali nos ofrecen las leyes de esa liberación, y las reglas,
métodos y medios que hacen “perfecto” al hombre que los siga.
Hablando muy en general, existen dos formas principales de Yoga en el Oriente:
HATHA Yoga (física) y RAJA Yoga (mental). La Yoga Hatha produce ciertas
condiciones por medio de ejercicios físicos; sus resultados son transitorios y no persisten en
una vida siguiente. La Raja Yoga obra de dentro hacia afuera, principalmente por el
desarrollo y educación de los poderes sicológicos del hombre. Este es el método que sigue
Patanjali.
La adquisición del Adeptado se alcanza por la práctica de una Yoga óctuple. Es
progresiva y sucesiva, y se describe como sigue:
1. YAMA, abstención.
2. NIY AMA, restricción, disciplina religiosa.
3. ASANA, postura correcta.
4. PRANAYAMA, recto control del aliento.
5. PRATYAHARA, control mental y sensorial.
6. DHARANA, concentración.
7. DHYANA, meditación.
8. SAMADHI, éxtasis, trance místico.
Por medio de esta práctica, el cerebro y las partes sutiles del yo inferior se ponen a
tono para la percepción del verdadero Yo. Esta percepción consciente se hace posible sólo
cuando ese Yo puede “reflejarse en la materia mental”.
El tema de estos Sutras es el nacimiento del hombre espiritual en el hombre físico.
Por largas edades hemos estado inmersos en la naturaleza física y síquica, y dentro de esa
vida ha crecido un mundo mental de miríadas de imágenes y un centro de fuerzas de deseo
inagotables. Estas energías síquicas anublan las verdaderas energías espirituales. Hay que
descubrir al glorioso AUGOEIDES. Por lograr esto han trabajado y gemido las criaturas de
todas las edades, de las cuales es heredero el hombre, esperando el alumbramiento final del
Hijo de la Luz.
Este nacimiento es MOKSHA, la paz de la bienaventuranza espiritual.
Dvivedi dice: “Si un hombre quiere comprender su lugar en la naturaleza y ser feliz
y progresar, debe buscar el desarrollo físico, sicológico y moral que le permita penetrar en
lo profundo de la naturaleza. Debe observar, pensar y actuar; debe vivir, amar y progresar...
A ese hombre de alta aspiración, en quien cuerpo, alma y mente obran en correspondencia,
se le revelarán los más altos secretos de la naturaleza, y aun todos”. Eso significa
desarrollar, controlar y trascender finalmente la naturaleza física. La gloria de la naturaleza
espiritual es indescriptible, y sus poderes son inimaginables. Nos acercamos a ella a medida
que comprendemos y olvidamos el yo inferior. En las solemnes palabras de H. P.
Blavatsky: “El Ocultismo Verdadero es la gran renunciación al yo, incondicional y
absolutamente, en pensamiento tanto como en acción. Es altruismo, y lleva al que lo
practica, muchísimo más allá de las filas de todos los vivientes. No vive para sí mismo sino
para los demás”.
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
CAPÍTULO II
SUTRAS 1 A 3
1. He aquí una exposición de los principios y prácticas de la Yoga.
De estos cinco estados, solamente los dos últimos son adecuados para la práctica de
Yoga.
Sobre este aforismo gira todo el método del sistema. Para explicar su significado es
necesario entender qué es la mente o “principio pensante” y qué son sus modificaciones. Y
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también darse cuenta de que la mente usa el cerebro y existe aparte de él en su propio
plano, ya su vez es usada por el Yo interno.
El cuerpo mental es modificado por todo objeto o imagen mental o idea que se
presente ante él. La percepción o conocimiento es una especie de modificación de la mente
en aquello que se le presenta externa o internamente. Hasta una experiencia externa
provoca una representación mental. Y el reconocimiento o respuesta, a estas presentaciones
se llama “modificación” (VRITTI). Podemos decir que son “longitudes de onda”, en las
que cae el cuerpo mental al responder a estímulos internos o externos.
Pero la mente no es el Yo espiritual, sino un instrumento por medio del cual este Yo
recoge experiencia. Cuando se aquietan sus incesantes transformaciones y se mantiene en
suspenso por la voluntad, puede reflejar al Yo espiritual que es la fuente de toda conciencia
y saber. “Semejante a inmóvil llama de lámpara que arde en ambiente quieto, es el yogui de
mente subyugada que se abstrae en la contemplación del verdadero Ser”. (Bhagavad-Gita 6:
19).
Vyasa describe, en un comentario iluminador, las condiciones de la mente cuando la
afectan las tres GUNAS o cualidades de la naturaleza. Cuando en la esencia mental
predomina TAMAS (inercia), queda afectada de vicio, ignorancia y dejadez. Cuando
predomina RAJAS (energía inquieta), busca el poder y las posesiones. y cuando predomina
SATTVA (equilibrio, armonía.), la cual es realmente la nota clave más profunda de la
mentalidad, iluminada con un ligero toque de RAJAS, se aproxima a la virtud, al saber, a la
maestría. Pero el punto interesante es que cuando se suprime hasta el más ligero toque de
RAJAS, se convierte en su verdadero Yo, y entonces muestra la esencia de la distinción
entre el Yo y el no-Yo. Este pensar puro e impersonal es la forma más alta de intelección y
constituye el paso que antecede al verdadero trance o SAMADHI.
Vyasa dice que la Vida Divina que está en nosotros es el poder de conciencia, y la
describe como inmutable, que no va de un objeto a otro. Toma la semejanza de los objetos
que se presentan ante ella, pero en su propia índole es pura. e infinita. Por tanto dice Vyasa.
que hay una Yoga dual. En una, la mente es todavía modificada por las ideas que se
presentan ante ella, aunque las controla y las entiende; esta es la “meditación con semilla”.
En la otra, cuando aún estas modificaciones han cesado y la mente está poseída únicamente
por las potencias residuales del pensamiento manifestado, tenemos la “meditación sin
semilla”, llamada a veces “ultra-cognitiva” porque en ese estado no se conoce “nada que
esté incorporado, nada que tenga conciencia de separación, nada que esté fuera de lo
eterno” (Luz en el Sendero).
Es el verdadero SAMADHI.
Vyasa dice que entonces el poder de conciencia está perfectamente libre, y que
aunque en nuestros pensamientos ordinarios no parece que nuestras mentes estuvieran
centradas en el mundo superior, si lo están a todo momento. Pues el cuerpo mental es la
ventana por medio de la cual el Yo Espiritual alcanza conocimiento y experiencia del
mundo objetivo.
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CAPÍTULO III
SUTRAS 4 A 11
4. A menos que el Ser interno se dé cuenta de su propia índole, se identificará con las
modificaciones de la mente.
Vyasa dice que “las penosas son las que causan aflicciones. El PURUSHA, que se
ha identificado con la mente, queda apegado o repelido, creando así KARMA. Las no
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9. Fantasía (ilusión) es algo que la mente observa como percepción directa, pero que
no tiene existencia física.
“Todos nosotros poblamos nuestro curso en el espacio con las huestes de creaciones
de nuestros pensamientos” dice el Maestro K. H. La totalidad de nuestro yo y de nuestro
mundo interior está poblada con nuestras propias proyecciones mentales. Son creadas por
nuestros propios conceptos y deseos, y desaparecen cuando nuestra atención se aparta de
ellas. “La energía sigue al pensamiento”. Las formas mentales tienen vida evanescente y
dependen de la calidad del deseo. El aspirante no ha de confundirlas con la realidad, pues el
deseo es padre de la forma mental. Si las confundimos con la realidad nos hacemos
víctimas de esa percepción incorrecta que Patanjali llama “fantasía”. Las formas mentales
en conjunto constituyen “la gran ilusión”.
10. Sueño es aquella modificación de la mente que tiene como base subjetiva la
ausencia de todo contenido.
11. Memoria es no dejar escapar las imágenes mentales de lo que se ha percibido, sino
retenerlas sin modificarlas.
Vyasa dice que la memoria es doble: una, cuando el fenómeno que ha de recordar se
ha tomado la misma índole de la mente, y otra, cuando no ha sucedido eso. Lo primero
ocurre en los sueños; lo segundo estando despiertos. Las imágenes mentales son de tres
clases:
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Todas estas tres formas de imágenes hay que descartarlas y no retener ninguna
imagen. Se las debe reconocer por lo que son (modificaciones de la mente) y partes por
tanto de la naturaleza psíquica versátil que hay que dominar antes que el yogui pueda
esperar alcanzar la liberación.
Como memoria se incluyen también las experiencias acumuladas de encarnaciones
previas; el subconsciente.
El Maestro K. H. le dijo al Sr. Sinnett que todos poblamos nuestro curso en el
espacio con las huestes de las creaciones de nuestros pensamientos. Los sabios enseñan que
este mundo no es sino la sombra del mundo real y perdurable. LA VOZ DEL SILENCIO
lo llama el “Vestíbulo del Aprendizaje” y exhorta al candidato a atravesar el “Vestíbulo de
Sabiduria”, y le dice: “mata en ti mismo toda memoria de experiencias pasadas. No mires
atrás o estarás perdido”; recomendación que parece concordar absolutamente con las
enseñanzas de Krishnamurti.
Vyasa dice que hay que detener todas las modificaciones, penosas o no penosas,
pues cuando se las detiene viene el trance cognitivo o el ultra-cognitivo.
Resumamos las cinco modificaciones principales de la mente: los cambios
producidos en la materia mental sutil y responsiva por contactos verdaderos y completos
con un objeto por medio de los sentidos; por un contacto falso o parcial; por una imagen
mental sola que no tiene base alguna en el mundo material; por la cesación de todo estímulo
material en el sueño (lo cual no significa que no pueda estar ocurriendo una respuesta en
otros planos); y por las imágenes mentales retenidas y continuamente vivificadas en la
memoria subconsciente.
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CAPÍTULO IV
SUTRAS 12 A 16
En estos cinco sutras Patanjali describe los dos aspectos principales de la tarea de
someter la mente mercurial y siempre cambiante.
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la ira, es llamado sabio de mente constante... El hombre que se complace en los objetos de
sensación, se apega a ellos; del apego surge el deseo; del deseo brota la ira; de la ira
procede el engaño; del engaño la confusión de la memoria; de la memoria confusa, la
destrucción de BUDDHI (percepción espiritual)... Alcanza paz aquel en quien todos los
deseos desaparecen como los ríos fluyen en el océano, el cual está lleno de agua pero no se
desborda; y no la alcanza aquel que desea deseos. Quienquiera que deseche todos los
deseos y avance libre de anhelos, humilde y desinteresado, marcha hacia, la paz”. (II:
54/71).
“Cuando todos los grilletes del corazón se rompen aquí en la tierra, entonces esto
mortal se reviste de inmortalidad”. (KATHA UPANISHAD).
El esfuerzo inteligente bien dirigido, y un corazón puro y sereno, son los
preliminares naturales para la práctica de Yoga.
13. Práctica es el esfuerzo sin tregua para asegurar estabilidad y gobierno de la mente.
16. La forma más alta de desapego ocurre cuando el conocimiento del Espíritu
produce completa indiferencia por el juego de las cualidades de la naturaleza.
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bella descripción que hace Lord Tennyson en su poema EL SOÑADOR ALERTA: “Los
ángeles le han hablado y le han enseñado tronos. No le conocisteis: él no es uno de los
vuestros. Os mofasteis de él con ironía; no pudisteis leer en sus ojos la maravilla, la serena
y quieta abstracción. El ha sentido las vanidades de antes y después. Las duras experiencias
de diversas vidas han purificado y acrisolado y liberado su espíritu y su corazón... ¿Cómo
podríais reconocerle?. Todavía estábais dentro del círculo más estrecho, cuando él ya había
alcanzado muy bien el último, aquel en donde una llama blanca, pura y sin calor, que se
eleva muy alto sin quemar, hacia un éter de profundo azul, envuelve y adorna a todas las
demás vidas”. (Traducción libre).
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CAPÍTULO V
SUTRAS 17 Y 18
Patanjali entra a discutir ahora las dos formas principales de meditación, CON y
SIN SEMILLA.
Normalmente, la primera precede a la otra. Dvivedi dice que la meditación CON
semilla es aquella en que hay una conciencia dual de que el pensador y el pensamiento
están separados; mientras que en la meditación SIN semilla no se experimenta semejante
distinción. En la primera, si bien la mente está quieta, todavía es consciente de que aquello
sobre lo cual medita está aparte de ella misma; esta es la meditación CON SEMILLA. En
una etapa posterior y más avanzada, pierde esa distinción y se fusiona verdadera y
completamente con el objeto mismo en que se medita, y al desechar toda idea de forma
separada toca los niveles “sin forma”, de la conciencia pura.
Rama Prasad llama a la meditación con semilla “trance cognitivo”. Podemos
traducir libremente el Sutra 17 como sigue:
17. El trance cognitivo (por meditación con semilla) sigue cuatro pasos: (A) Examen
exterior de la forma (observación y concentración); (B) Examen interno de su
naturaleza y cualidades (meditación); (C) Contacto con su propósito eterno, que
produce iluminación e inspiración, una sensación de expansión, felicidad y paz
(contemplación), y, (D) Unión del yogui con la Vida Eterna (Yoga).
Vyasa describe estas cuatro etapas como “curiosidad filosófica, meditación, júbilo e
inegoencia (sentido de identidad)” y dice que parecen como pasos en el trance cognitivo
cuando uno ha preparado ya su mente por los “dos medios” (la práctica constante y el
desapego, previamente discutidos). Vachaspati, comentando estas palabras de Vyasa, dice
que el sabio llama a la primera etapa “superficial” porque su acción ocurre dentro de la
esfera de los fenómenos externos de la naturaleza, y da un ejemplo ilustrativo: Tal como un
arquero novato apunta primero a objetos grandes, y poco a poco a objetos más y más
pequeños, así mismo el neófito aprende primero la naturaleza de objetos mentales densos, y
luego la de los más sutiles. De este modo se sutiliza la captación de los objetos por la
mente.
Meditación es observación sutil y concentración, y la felicidad que resulta de la
tercera etapa proviene del gozo de la iluminación mental. La cuarta, etapa, que Vyasa
describe como “inegoencia”, y la explica como “la conciencia de ser uno con el Ser” la
interpreta Vachaspati como la causa sutil de los instrumentos de cognición, puesto que
éstos nacen de ella; y dice que al aparecer como el Ser conduce al yogui a la conciencia de
su unidad con él. “Cuando la egoencia aparece como el Ser, el tema de la meditación es la
conciencia de ser uno con él. La naturaleza real está detrás”.
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
Estos cuatro pasos son tan prácticos e iluminadores que valdrá la pena dar otras
descripciones de ellos. Los libros Indos especifican veinticinco objetos de meditación, y
que por medio de éstos la mente alcanza progresivamente la actitud meditativa del alma o
yo Superior. W. Q. Judge dice que el Yo Superior medita por medio de la vida en su propio
plano. Así también el cerebro se sintoniza más y más con la mente, MANAS, y esta a su
turno con el Hombre Espiritual. De este modo el “yo inferior”, se identifica gradualmente
con el Ser espiritual, el cual es fundamentalmente omnisciente y omnipresente.
Creo que podemos decir que toda recolección interior sigue un camino cuádruple:
(1) Examen de la forma externa de un objeto. (2) Espaciarse en su índole y cualidades. (3)
Unificarse con él y (4) pasar más allá a la unidad con su vida fundamental que es la vida de
todas las demás formas también.
Evidentemente San Bernardo de Clairvaux pensaba de manera similar cuando
escribió en su ESCALA PARA MONJES, O TRATADO SOBRE EL METODO DE
ORAR: “Un día, cuando me ocupaba en trabajo manual y había empezado a considerar el
ejercicio del hombre espiritual, vi en pensamiento cuatro peldaños para ascender: Lectura,
Meditación, Plegaria y Contemplación. Son la escala del claustro que conduce de la tierra al
cielo”.
18. El trance ultra-cognitivo (por meditación sin semilla) es aquel en que cesan todas
las modificaciones densas o sutiles, y se produce arrojando constantemente de la
mente todos los objetos de meditación.
Como dice Dom Cuthbert Butler: “El recogimiento consiste primero en un esfuerzo
por borrar de la mente todas las imágenes y pensamientos de cosas externas, todas las
percepciones sensorias y pensamientos de criaturas; luego se silencian los procesos
razonadores del intelecto, y por este ejercicio se produce una soledad en la cual el alma
puede funcionar en sus facultades más espirituales”. O como lo dice la Dra. Besant, “pensar
y dejar de pensar”.
No es un mero vacío. Es un estado de equilibrio intensamente alto, a la mira de lo
invisible, a la escucha de lo insonoro. Vyasa lo describe como un estado de restricción
mental en el que cesa la acción de todas las modificaciones y quedan sólo IN POSSE. Se
llega a ese estado por el desapego más elevado, el completo sometimiento de todo, alto o
bajo, a la Voluntad Divina. En palabras del Maestro K. H. “Para que produzca su resultado,
esta resolución debe llenar toda tu naturaleza, de suerte que no quede lugar para ningún otro
sentimiento”. (A LOS PIES DEL MAESTRO).
Creo que este es el estado de conciencia que en el misticismo occidental se llama
“Plegaria de Quietud” el primero de los estados verdaderamente místicos. Y con razón
decían los Santos occidentales que este estado no puede adquirirse o forzarse por la
voluntad. Viene involuntariamente como el resultado de una aspiración tremendamente
concentrada, el amor.
“El viento sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a
dónde va. Así es todo lo que nace del Espíritu”. (Jn. 3:8). Como dice un escritor Católico,
Dios se inclina repentinamente al alma que aspira, y la levanta a una comunión íntima con
El. Y en ese estado queda completamente a un lado, por el momento, toda memoria de vida
incorporada. Dice Ricardo de St. Víctor: “Yo soy Dios, dice el amor, pues el amor es Dios,
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y Dios es amor. Y esta alma es Dios, por su condición de amor. Y yo soy Dios por mi
naturaleza Divina. Y este estado es del alma por la justicia del amor. Para que este Ser
precioso que yo amo sea enseñado y conducido por mí fuera del alma. Esta alma es el
águila que vuela alto, mucho más alto que cualquier otra ave; pues su plumaje es el del
amor más fino”. Este es “el vuelo del solitario al Solitario” de que habla Plotino, la unión
del alma con Osiris cuyo otro nombre era URT-AB, (Corazón Quieto), “el Divino Ser cuyo
corazón no se mueve”.
El Dr. Alexis Carrel en su libro REFLEXIONES SOBRE LA VIDA tiene algunas
palabras muy bellas sobre esta conciencia espiritual: “El espíritu se eleva por el sufrimiento
y el querer, más bien que por el intelecto; en cierto punto de la jornada prescinde del
intelecto, cuyo lastre es demasiado pesado.
Se consagra a la esencia del alma, que es amor. Solitario, en medio de esta noche
oscura de la razón, se escapa del tiempo y del espacio, y por un proceso que los grandes
místicos no han podido jamás describir, se une con el SUBSTRATUM inefable de todas
las cosas”.
Quizá no pueda hacer nada mejor que cerrar este corto capítulo sobre la conciencia
sublime con las palabras de San Agustín. Le recuerdan a uno palabras similares del Santo
indo Sri Ramana Maharshi: “Oh Dios, ayúdame a percibirte, ya percibirme yo mismo. Pues
comprendiéndote me conoceré yo mismo. Y una vez que me entienda yo mismo, Te
conoceré. Así Te ruego, Oh mi Dios, que me ayudes a descubrirme yo mismo”. Me volví
hacia mi interior y me dije, ¿Quién eres?. Llegué a los campos y lugares espaciosos de mi
memoria, donde están los tesoros de innumerables imágenes... donde están atesorados los
registros de mis emociones...” (Encontró allí “la energía espiritual que la mente misma no
fue capaz de captar”, lo cual le permitió mirar más allá de este “vórtice del ego”). “Paso a
paso fui llevado hacia arriba; de los cuerpos al alma que percibe por medio de los sentidos
corporales; y de allí a la facultad interna del alma a la cual los sentidos corporales informan
sobre las cosas externas... y de allí otra vez a la facultad razonadora, a cuyo juicio se
somete el conocimiento recibido por los sentidos corporales. Y cuando este poder interno se
halló cambiable, se elevó a su propia inteligencia, y retiró sus pensamientos de la
experiencia, abstrayéndose del tropel contradictorio de imágenes sensoriales... y así, con el
relampagueo de un trémulo vistazo llegó a AQUELLO QUE ES”. (CONFESIONES DE
SAN AGUSTIN).
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CAPÍTULO VI
SUTRAS 19 A 22
19. Los que no alcanzan el conocimiento de la Realidad Suprema, inmersos en los
mundos fenoménicos, entran después de la muerte a un paraíso que es de condición
parecida a la meditación sin un objeto externo; pero al vencerse el término renacerán.
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
ilusiones del mundo”. (Empero, Alaya está en el corazón de todos, por poco que nos demos
cuenta de ello). “¡Ay! ¡Triste es que todos los hombres posean ALAYA y sean con la gran
Alma, pero poseyendo a ALAYA les sea tan de poco provecho! Contempla cómo, a
semejanza de la luna que se refleja en las aguas tranquilas, ALAYA se refleja en lo
pequeño y en lo grande, en los átomos más diminutos, y sin embargo no logra alcanzar el
corazón de todos. ¡Ay!. ¡Que sean tan pocos los hombres que aprovechan el don, el
beneficio inapreciable de aprender la verdad, de lograr la percepción verdadera de lo
existente y el conocimiento de la no-existencia!”.
La RECTA percepción de lo existente, el conocimiento de lo que no existe (para la
mente aún no iluminada): esa es la realización de lo que es Eterno en el hombre y en el
universo, pues “todo es impermanente en el hombre excepto la esencia pura y brillante de
ALAYA”. Así pues se le dice al discípulo: “Vive en ese Maestro como su rayo vive en ti.
Vive en tus prójimos, como ellos viven en ti”. Pues todos son “fragmentos de tu luz”
traídos a la existencia por la limitación voluntaria y el sufrimiento de la Gran Causa Una.
De ahí la infinita variedad y color del universo fenomenal, pues, como dice el gran
Goethe... “los colores son las limitaciones de la luz”. Y aquel otro poeta alemán, Schiller:
“Tú, Luz, que eternamente eres una, colocada sobre la gran Eternidad; tú, Color, que
siempre cambias, por amor a la humanidad, desciende”. Así, de las glorias del color, tan
bellas y atractivas, hemos de pasar a la Luz Blanca. Única en que todos los colores
convergen. Dice Robert Browning: “Te contemplaré cara a cara, ¡Oh Dios!, ¡y en la huella
do Tu luz veré que en todo cuanto amé ahí estabas Tú!” (Traducción libre).
Pero mientras el alma no haya adquirido fuerza suficiente para dar el gran paso
final, debe regresar a la tierra, no importa cuán larga y pura sea su permanencia en
Devachán. El mundo celeste post-mortem es en verdad un estado de “meditación” en donde
el alma, absorta en la contemplación de “ideales realizados”, sublima lo mejor de las
experiencias de la vida y extiende sus alas celestiales. Por tanto dice Dvivedi: “Este
SAMADHI no es el fin último y mejor, aunque es útil como medio”. Y destaca que los
mundos objetivos más elevados y más sutiles no constituyen la meta real del yogui, sino la
Verdad que está tras de todos ellos.
Esto explica la poca importancia que el Buddha daba a la posesión de los SIDDHIS
o poderes divinos. Si algunos de sus monjes los adquirían, él no les permitía exhibirlos. El
Nirvana estaba más allá.
Krishnaji nos dice la misma verdad. San Agustín, el más grande de los primeros
santos Cristianos, dice: “Habiendo buscado a mi Dios en las cosas visibles y corpóreas, no
le hallé; habiendo buscado encontrar Su substancia en mí mismo, y no hallándole allí,
percibo que mi Dios es algo muy superior a mi alma. Por tanto, a fin de aspirar a El pensé
en estas cosas, y derramé mi alma por encima de mí... Tú estabas más adentro de mí que mi
parte más íntima, y más alto que la más alta”. Mas mientras llegue el gran Día en que El
estará con nosotros, el alma se acerca más en cada vida por el idealismo y el esfuerzo.
20. Los que triunfan llegan por los pasos de: (A) Fe, creencia; (B) Acción enérgica,
valerosa perseverancia; (C) Recta atención, propia inclinación, propio recogimiento;
(D) Aplicación asidua, aspiración única, y (E) Discernimiento, clara percepción.
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
Este sutra es tan claro que casi no necesita comentarios. Es claro que no puede
emprenderse útilmente ningún esfuerzo, en campos materiales o espirituales, a menos que
haya fe o creencia sólida en la posibilidad de triunfar. También es inútil pretender la meta
sin una acción correspondientemente valerosa. A medida que la meta se perfila más y más
clara, habrá más concentración en ella, que trae consigo la aspiración unicentrada del
corazón despierto.
La fe y el esfuerzo harán nacer el discernimiento de los valores. La fe se habrá
convertido en la evidencia de lo no visto. Como dice Vyasa: “La fe sostiene al Yogui como
una madre”. El sutra siguiente afirma que el logro de la conciencia espiritual está cerca para
los de voluntad fuerte, educada y alerta.
21. Rápidamente alcanzan la conciencia espiritual los que han dominado el deseo y
por tanto lo han transformado en voluntad fuerte, ardiente e inteligente.
22. También depende de que los medios adoptados sean medianos, moderados o
intensos.
22
Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
CAPÍTULO VII
SUTRAS 23 A 27
Lo que es ese otro camino, se describe ahora. Es el BHAKTI MARGA, el camino
de la devoción, y Patanjali muy bellamente discurre sobre él como sigue.
23. Puede también alcanzarse por completa devoción a Ishvara (una Deidad
manifestada, un Maestro).
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
Este fue seguramente el significado del fardo que rodó de los hombros del peregrino a los
pies de la Cruz, según Bunyam. En palabras de C. W. Leadbeater significa quitarnos del
centro de nuestro propio universo y poner en nuestro lugar al Maestro. “Confiadle todas
vuestras preocupaciones, pues El cuida de vosotros”. (I Pedro 5:7).
Vyasa dice que Ishvara es atraído hacia el devoto (o, como dice Vachaspati, “traído
cara a cara”) por aquella devoción que consiste en sentir Su omnipresencia (“un tipo
particular de devoción de la mente, la palabra y el cuerpo” dice Vachaspati) y le otorga su
gracia por su mero deseo de alcanzarla (y “no por ningún otro esfuerzo” dice Vachaspati).
Este trance y su fruto se aceleran para el yogui. El gran ejemplo Cristiano de esta
forma de yoga es el Hermano Lorenzo con su “Práctica de la Presencia de Dios”.
Dvivedi dice que devoción significa no mera sumisión mental, sino dependencia
completa con abandono del yo, y que el obstáculo principal en el camino al SAMADHI es
el apego (RAGA), el cual produce modificaciones en el cuerpo mental. Este RAGA ocurre
solamente porque nos creemos incapaces de asegurar el bien y evitar el mal. Si se abandona
esta falsa creencia, el resultado será el desapego (VAIRAGYA) puro, el camino más corto
a SAMADHI.
Uno debiera entregarse de tal modo a la voluntad del Supremo que sólo se moviera
para cumplir Su benigno querer, y no para alcanzar esto o aquello.
Debe aceptar todo, bueno, malo o indiferente, simplemente como un acto de la
gracia de su Señor, y para hacer lo que a El le agrada. De este modo, si pensamos en
nuestras vidas como una tarea que nos ha asignado la Gran Vida, y en todos nuestros
deberes vemos partes de esa gran tarea, gradualmente nos convertiremos en parte de esa
Gran Vida y nos unificaremos con El.
Mediante intensa devoción a una Deidad manifestada, al Cristo o Segundo Aspecto
de Dios, se nos revelará el Padre. Este es preeminentemente el camino del místico. “Nadie
va al Padre sino por Mí”. (Jn. 14: 6) Este espíritu del BHAKTI MARGA lo expresa
Frances Ridley Havergal muy fielmente en su bien conocido himno que comienza, “Toma
mi vida, Señor, y déjala consagrarse a Ti”. He oído que ese himno fue inspirado por el
Maestro Príncipe Rakoczy, a quien ella no conocía. En la breve biografía de la señorita
Havergal, escrita por su hermana, se dice que Frances escribió el poema en un alto estado
de exaltación, cuyo perfume permaneció con ella por muchos días después.
Vyasa dice: “El es libre y siempre Señor”. Este sutra y los tres siguientes pintan al
hombre liberado. Sus vehículos de conciencia ya no le aprisionan sino se han convertido en
sus instrumentos perfectos.
Karma ya no le afecta porque él no desea nada para sí mismo. Su conciencia está
dirigida hacia el interior y hacia arriba, por decirlo así, y no hacia abajo y hacia afuera. Por
tanto, adorarle es adorar a Dios en forma manifestada.
Como lo dice una antigua escritura: “Considera al Gurú como Dios”. Citaré las
palabras del antiguo santo indo, Ekanath Maharaj: “Adora a tu Maestro como Dios en
apariencia humana, si quieres poner fin a tus renacimientos. Este es el mayor y el mejor de
los caminos. Adoramos a nuestro Maestro siempre ya todo momento, sintiendo, pensando,
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
Vyasa dice: “Los antiguos instructores estaban condicionados por el tiempo. Donde
quiera que el tiempo no exista como condición, ahí está Ishvara, el instructor de los
antiguos instructores también. Al obtener el conocimiento de Su poder supremo como
existente en el principio de la creación, también se obtiene el de Su existencia como tal en
otras creaciones y en otros tiempos”.
Esto es posible gracias a la identidad de toda alma con la Super-Alma. Esa Vida
inmortal atrae hacia Sí gradualmente al alma separada; este es el poder de evolución.
Siempre el Maestro Único está dentro. Y el espíritu en nosotros es siempre parte del
Espíritu Inmortal Uno. Ese es un patrimonio irrenunciable del hombre. Pues la Super-Alma
es anterior al tiempo y es el Padre de todo lo demás. “Antes que naciese Abraham, Yo soy”.
(Jn. 8: 58).
Todas estas citas nos recuerdan irresistiblemente ciertos trozos de LA VOZ DEL
SILENCIO: “Instructores hay muchos; el Alma-Maestra es Una, ALAYA, el Alma
universal. Vive en ese Maestro como Su rayo vive en ti. Vive en tus prójimos como el rayo
de El vive en ellos... La Luz del Maestro Único, la luz inextinguible del espíritu, lanza sus
rayos refulgentes sobre el discípulo desde el principio mismo. Sus rayos penetran las
sombras oscuras y espesas de la materia... Aquello que es increado mora en ti, discípulo...”
También en PROVERBIOS: “El Señor se apoderó de mí en el principio de Su
camino, antes que de Sus obras más antiguas”. Y tenemos las palabras de la oración del
Señor Cristo antes de Su crucifixión: “Glorifícame tú, junto a ti, con la gloria que tenía a tu
lado antes que el mundo fuese”. (Jn. 17: 5).
La Divinidad dentro de nosotros, el Yo Superior, jamás ha abandonado los lugares
celestiales, el “Jardín del Edén”. Como dijo el Cristo: “Sus ÁNGELES en los cielos ven
continuamente el rostro de mi Padre que está en los cielos”. (Mt. 18: 10). El envía sus
representantes aquí abajo a recoger los frutos de la vida, pero vuelve a atraerlos a él
después de la muerte, y para siempre cuando alcanzan la liberación, MOKSHA, unión.
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
CAPÍTULO VIII
SUTRAS 28 A 31
28. PRANAVA debe repetirse constantemente con meditación sobre su significado.
30. Los obstáculos, que lo son porque existen con las modificaciones mentales, y en
ausencia de ellas no existen, son: 1. Enfermedad, mala salud; 2. Inercia mental,
torpeza, letargo, falta de interés; 3. Duda, irresolución, falso preguntarse; 4.
Despreocupación, falta de entusiasmo; 5. Pereza, desidia; 6. Apego a lo sensual,
mundanalidad; 7. Falsa percepción, ideas equivocadas, y, 8. Falta de penetración,
incapacidad para concentrarse.
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
para el Occidental con su herencia tan diferente. Aún en los niveles inferiores de
meditación, un cuerpo saludable será de gran ayuda.
Es obvio que el dolor o la incomodidad inevitablemente distraerán a la mente de la
plena contemplación del objeto que tenga en vista. Tenemos que aprender a desenredar
nuestra conciencia del cuerpo, a olvidarnos de él, y esto no puede hacerse bien si hay
torpor, fatiga, dolor o incomodidad que continuamente distraigan nuestra atención. Si los
que meditan encuentran que el dolor o la mala salud interfieren con sus esfuerzos, es mejor
que no intenten demasiado, sino simplemente colocarse en la presencia de Dios o del
Maestro y reposar en ella. Una incapacidad física, tal como ser cojo o ciego, no estorbará la
meditación. H. P. B. dice que desde tiempo inmemorial se ha exigido perfecta salud física a
los aspirantes al discipulado, aunque ocasionalmente se han hecho excepciones.
El segundo obstáculo es mental. Es una actitud de la mente y presupone falta de
evolución o que no se ha despertado la conciencia interna, el interés.
El tercero también es un hábito mental. Hay algunos que por naturaleza tienen tan
arraigado el hábito de ver todos los lados de una cuestión, que nunca pueden resolverse a
tomar una decisión. En esta alta aventura del Ocultismo, lo mismo que en los empeños
menores de la vida, se necesita mantener una visión indesviable de la meta y una dirección
única. A veces la verdadera raíz de la indecisión es cierto egoísmo, el temor de tomar una
decisión que no nos produzca los mejores resultados para nosotros mismos. Pero aún si la
decisión no es la más afortunada, el intento por decidirse desarrolla aptitud y sabiduría. La
vida es, al fin y al cabo, una ronda continua de opciones, y solamente por propia selección
podemos crecer y evolucionar. “Falso preguntarse”, indica esa actitud mental de crítica
indebida, que pone en duda siempre y no puede permanecer estable por un momento. Este
hábito mental también es el resultado de una exageración del yo. Se nota mucho más en
ciertas formas de inestabilidad mental que siempre son el fruto de un ego exagerado.
También indica a la persona cuya actitud está siempre variando según la última persona con
quien habla.
El cuarto obstáculo se explica por sí solo. Si nada nos entusiasma o nos importa, no
podemos de ningún modo hollar el camino de la Yoga. Como tampoco si permitimos que
nuestro cuerpo desarrolle hábitos de pereza y desidia. La pereza, cuando no es síntoma de
mala salud, es un hábito. Nos conviene a todos mantener siempre viva la facultad de
esforzarnos, como nos dijo una vez la Dra. Besant. Ella dijo también que siempre
deberíamos tratar de hacer un poquito más; no algo muy por encima de nuestros poderes,
pero si algo más allá de ellos. De esa manera le damos salida a nuestras capacidades
ocultas. La mayor parte de nosotros, decía ella, no usa más que una décima parte de sus
capacidades reales.
La iniciativa y la persistencia son facultades valiosas.
Con respecto al sexto obstáculo, el hecho de disminuir la atracción por las cosas
mundanas encauzará la fuerza de nuestros deseos en otra dirección. Al comenzar a percibir
las bellezas de la vida interna, la externa irá perdiendo algo de su atractivo. Aprenderemos
a permanecer inafectados en medio de las cosas, con grandeza y filosofía. ¡Cuánta bulla
hacemos a veces cuando perdemos cualquier bagatela o dejamos escapar alguna pequeña
ventaja!. Epicteto tenía un modo encantador de tratar esta actitud mental: aconsejaba a sus
amigos a decirse que “la habían devuelto” y en una ocasión en que un gran amigo suyo
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
estaba, profundamente aquejado por la muerte de una hija amada, le dijo: “¡Ah, amigo mío,
piensa en que la has devuelto a los amados dioses!”.
Las ideas equivocadas son muy difíciles de tratar. Causan barreras insuperables en
la envoltura mental. El Maestro K. H. en una carta al Sr. Sinnett le dice que puede retirar
fácilmente de los cuerpos inferiores de sus discípulos cualquier magnetismo indeseable que
provenga del contacto con el mundo, pero no el magnetismo malo que las ideas y conceptos
erróneos llevan a las envolturas superiores. El Maestro M. dice también, refiriéndose a un
joven pupilo suyo que había sido educado por los Jesuitas, que la deformación en la mente
de este joven jamás podría corregirse en su encarnación actual. ¡Cuán benditos hemos de
considerarnos nosotros, entonces, porque se nos haya traído la luz de la Teosofía! En el
mundo religioso actual quedan todavía muchos conceptos horribles de la Deidad, que
consecuentemente empequeñecen y deforman el espíritu humano.
Bien podríamos, en algunos casos, parafrasear las palabras de Madame Rolaud
cuando marchaba hacia el cadalso: “¡Religión! ¡Cuántos crímenes se han cometido en tu
nombre!”.
El último obstáculo también se explica solo. La penetración y firmeza de la mente
son el fruto de esfuerzos pacientes de meditación y concentración.
No se puede avanzar en Yoga sin ellos. Y aún cuando logramos una posición de
elevación y penetración, las dejamos escapar y disiparse en el tumulto del mundo ordinario.
Para triunfar en Yoga se debe tener siempre esa aspiración en el fondo de la mente.
Todo cuanto ocurra debe inclinarse ante ese propósito. Todo debe usarse en servicio
de esa aspiración suprema. H. P. B. dice: “El estudiante debe hacer que todos sus deseos se
encaminen y giren en torno a la adquisición del conocimiento espiritual, de modo que la
tendencia natural de su pensamiento sea en esa dirección. Debe, por tanto, en todo
momento libre, volver sobre estos temas, así como apartar una hora especial para
considerarlos”. Y nos dice también que deberíamos adquirir el hábito de concentrar la
mente con cuidado y constancia en cada ocupación y acto de la vida. El Ocultista se
convierte en un actor educado y apto en el drama corriente de la vida. Nunca es vago o
ineficiente. El Maestro lo dice así: “mirada siempre fija en el ideal del progreso y de la
perfección que la Ciencia Secreta revela”.
Patanjali pasa ahora a describir los resultados de los obstáculos sobre la mente y el
cuerpo.
El comentador Vyasa dice que la causa de la pena está, o en uno mismo o en causas
exteriores; y que el desespero es una condición mental consecuencia de no llenar algún
deseo. El deseo personal es el tirano del hombre y la raíz de toda aflicción. De ahí la
exhortación universal de todos los instructores antiguos, a alcanzar VAIRAGYA (desapego
de los objetos de deseo). Pero esto ha de venir como resultado natural y creciente del
desarrollo del alma, en pureza y comprensión. Un VAIRAGYA forzado y artificial es peor
que inútil. Como dice LUZ EN EL SENDERO: “Le es inútil al discípulo tratar de
aprender por medio del refreno. El alma debe estar sin cadenas, los deseos libres. Pero será
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
en vano que se esfuerce mientras no esté fijo en aquel estado en el que no hay ni
recompensa ni castigo, ni bien ni mal”. Esto es, en el punto de mira del mundo noumenal.
Krishnaji habla en términos muy similares; dice que no es por la destrucción del
deseo, que es nuestra vida misma, como triunfamos, sino por su purificación y
simplificación. Sencillez de corazón y sencillez de la mente, constituyen pureza. A quienes
la tengan les vendrá la visión del Rey en Su Belleza, pues, si tu ojo es puro, todo tu cuerpo
estará lleno de luz”.
El desespero y el desaliento son inadmisibles, desde el punto de vista oculto, por
muy humanos e inevitables que sean. “Dios te perdonará todo menos que desesperes”. Pues
el desespero equivale a negar el poder del Ser Superior para superarlo todo, y a apartar
nuestro rostro de la visión de él. Dudar de nuestro poder de triunfar, abandonar el campo, es
quitar el piso de debajo de nuestros pies. LA VOZ DEL SILENCIO nos dice: “Guárdate
del temor que se extiende a semejanza de las negras y silenciosas alas del murciélago a
media noche, entre la claridad lunar de tu Alma y la gran meta que luce en la lejanía. El
temor, Oh discípulo, mata, la voluntad y paraliza toda acción”.
Los resultados de estos estados mentales sobre los nervios físicos, fueron tan bien
conocidos por los antiguos como lo son por los psiquiatras modernos.
Son estorbos muy potentes para la Yoga. Pero Vyasa dice que “no existen para, aquel cuya
mente está extasiada”.
Patanjali procede ahora a enumerar diferentes métodos para superar estos
obstáculos, como veremos en el capítulo siguiente.
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
CAPÍTULO IX
SUTRAS 32 A 39
32. La aspiración firme y la devoción a un ideal, superarán estos obstáculos.
33. Pureza y paz de la mente se alcanzan también por el cultivo de hábitos de amistad
y compasión, y por una actitud filosófica hacia la felicidad y la aflicción propias, y
hacia la virtud y el vicio.
Este sutra nos recuerda otra vez la famosa meditación clásica del Señor Buddha, y
también la magnífica descripción de la caridad o amor de San Pablo. No hay actitudes
mentales férreas en la vida de un yogui; él es amistoso y comprensivo con todos,
inagotablemente compasivo con todos los que sufren y pecan, alegremente indiferente a
todo cuanto puedan traerle las vicisitudes de la vida, ya sea gozo y triunfo, o fracaso
temporal y equivocación. Sus ideas cerca del bien y el mal también se amplían; ve que son
relativos; ya no son absolutos para él.
Vyasa recomienda que el aspirante cultive el hábito de sentir amistad hacia los que
son felices, y compasión hacia los que sufren; contento con lo bueno, e indiferente sin nada
de censura hacia el torvo.
Y dice que “así aparece la característica blanca (SATTVA)”. Y su comentador,
Vachaspati, dice que sentir amistad hacia los felices y triunfadores, elimina de la mente la
sucia envidia; y que no parcializándose sino ocupándose de lo que directamente nos
incumbe, eliminamos de la mente la impaciencia.
Esto nos recuerda los siete pecados capitales del catolicismo; podemos ordenarlos
conforme a las envolturas de nuestra conciencia, así: física - pereza; emocional - ira, lujuria
31
Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
y gula; (dice el BHAGAVAD GITA: “Triple es la puerta del infierno: ira, lujuria y gula);
mental - orgullo, envidia, avaricia. Estas tienen sus antídotos naturales, las Virtudes
Cardinales, las que, empleando la misma clasificación, son: física - diligencia; emocional -
mansedumbre, castidad, templanza; mental - humildad, contento, generosidad.
Los seis sutras siguientes continúan la descripción de modos diferentes de superar
los obstáculos, por control del aliento, por meditación sobre las enseñanzas recibidas en la
meditación o el sueño, etc.
Existe una conexión entre la respiración y la mente. Pero esta práctica Oriental
puede resultar desastrosa a veces en mentes occidentales, y nunca debe emprenderse
excepto bajo el cuidado de un mentor muy experto. Su uso indiscriminado puede producir
mediumnidad, contra la cual previenen los Maestros unánimemente, como se ve en LAS
CARTAS DE LOS MAESTROS.
35. Una percepción sensorial más elevada destruye la duda, produce estabilidad de la
mente, y conduce al trance cognitivo.
Vyasa dice que “esta es la conciencia que le viene al que se concentra en el loto del
corazón”. Eso significa el CHAKRA cordial donde, H. P. B. dice, reside la conciencia
espiritual, así como la conciencia intelectual reside en la cabeza. Vachaspati explica además
que es un estado de lucidez producido por la luz que resplandece en el chakra del corazón.
Este chakra es de color dorado y tiene doce pétalos. Podemos imaginarlo como un templo
de oro cerca del corazón.
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
Dvivedi dice que “soñar es aquella condición de la mente en que ella está activa con
exclusión del universo externo. Concentrarse en cualquier cosa que se vea entonces, será
útil para educar la imaginación, lo cual es el primer paso hacia SAMADHI”.
La imaginación es una fuerza muy potente en la meditación. Por esta facultad de
“formar imágenes” poblamos nuestra corriente en el espacio con las huestes de nuestras
creaciones mentales, como dice el Maestro K. H. Pero es bueno recordar que las formas
mentales así creadas no son nunca la realidad sino su símbolo. Sin embargo, algo de la
Realidad puede brillar a través de un símbolo fiel.
Este sutra es extraordinariamente bello. Lo que es más caro para lo mejor que hay
en nosotros, que despierta amor y devoción inigualables, es de una fuerza tremendamente
enaltecedora. El amor puro, aun en la variedad emocional, se aproxima al amor espiritual
búddhico. Es más fácil concentrarse en lo que uno ama y en lo que está absorbentemente
interesado, que en otros temas. Vyasa dice que no importa en qué meditamos; (H. P. B. le
dijo a la Dra. Besant que meditara en una caja de fósforos) que lo que importa es la
estabilidad, y no el tema de concentración. Pero Vachaspati dice algo muy bello: “Uno
toma la forma de la Deidad de la que uno es devoto”. Se ha dicho desde antiguo que una
pareja mútuamente devota va asemejándose entre sí a medida que envejecen. Si eso es
cierto, debe ser porque se aman y siempre están pensando el uno en el otro.
En su bello poema LA HORA INMORTAL, Fiona McLeod dice: “No hay sino un
camino a ese portal: no el amor encendido de deseos, sino el amor en paz”. Amar
verdaderamente es compartir una vida.
Amar verdaderamente a un Maestro es compartir su vida.
Pero ese amor debe ser puro, libre de egotismo consciente o inconsciente. “Para que
produzca su fruto, debe llenar todo tu ser de modo tal que no quede campo para ningún otro
sentimiento”, dice el Maestro K. H. y H. P. B. también dice que el primer requisito para
obtener la conciencia espiritual es el amor puro. La descripción más grandiosa del amor
puro está en la Epístola de San Pablo a los Corintios. Un famoso escritor religioso la llama
“imagen espectral del amor”.
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
CAPÍTULO X
SUTRAS 40 A 51
La que sigue no es una traducción exacta del sutra 40, pero me parece que transmite
su significado esencial:
Vyasa dice que penetrando hacia lo cada vez más sutil, o en la otra dirección hacia
lo cada vez más grande, el poder del Yogui consiste en que su mente diáfana no puede ser
impedida por nada. Su mente o “lente”, humano puede hacerse a voluntad microscópico o
telescópico. Una mente de la cual se ha eliminado todo vestigio de prejuicio o inclinación
personal, que siempre se renueva bajo la guía de una voluntad perfectamente despierta, es
capaz de identificarse con toda vida y toda forma en el universo, y “ver a Dios” en todas las
cosas desde la más alta hasta la más baja. Todos hacemos esto en cierta medida muy
limitada. La identificación por concentración es la raíz de la inspiración y del saber.
Cuando se le preguntó a Newton cómo hacía sus descubrimientos, respondió que
“aplicando la mente a ellos”.
41. Cuando todas las modificaciones han desaparecido, la mente, como un cristal
transparente, toma la forma y la naturaleza de cualquier cosa que se le presenta, ya
sea el conocedor, lo conocido o el acto de conocer.
Tal como un trozo de cristal de roca puro tomará el color de una flor brillante que se
le coloque debajo, nuestras mentes están siempre haciendo esto pero de un modo impuro y
turbio; pero una mente controlada y pura lo hace por completo y a voluntad.
Este sutra es realmente una ampliación del anterior.
El sabio nos dice que con la clave única de la concentración perfecta descubriremos
los secretos del universo en las tres direcciones de conciencia, materia y fuerza. La simpatía
de un corazón amante es realmente una manifestación del mismo poder, la capacidad de
CONOCER otra vida por identificación con ella. Por eso el Maestro D. K. define el amor
como comprensión perceptiva y de esta manera el amor y la pureza del corazón
combinados, lo cual constituye la verdadera impersonalidad, son el camino más seguro
hacia el conocimiento, son “conocer” en realidad.
Los cinco sutras siguientes son difíciles y metafísicos. Describen la acción de la
mente analítica o “inferior”, y cómo por su purificación y sublimación florece en la mente
sintética o “superior”. La comprensión perfecta de un objeto sólo puede alcanzarse por esta
mente superior, cuando su representante inferior está controlado y puro y todas las
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
42. Se llaman imprecisas las modificaciones mentales en que se mezclan los objetos,
los nombres y las ideas.
Vyasa dice que el objeto y la idea del objeto, si bien diferentes entre si, no se
perciben con precisión. “Cuando la mente se libra de los recuerdos de convenciones
verbales, y la conciencia de trance está privada de las opciones de cogniciones inferenciales
y verbales, el objeto hace su aparición en la mente en su propia naturaleza precisa (no
mezclada con las palabras o el significado), y esta modificación mental se llama precisa.
Esta es percepción superior”.
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
Vyasa dice que los objetos visibles del mundo consisten en diferentes agrupaciones
de átomos. Cada una de estas agrupaciones tiene una cualidad genérica que se infiere de su
efecto visible, un substrato.
Sin embargo, para el que no cree que este conjunto particular de átomos es una
realidad independiente, y para quien la causa sutil no admite percepción, no hay desde
luego ningún substrato; y por tanto casi todo conocimiento es falso, porque no tiene verdad
y no posee la forma de lo real. De ahí que hay un substrato (independiente de las partes
constitutivas), el cual es el objeto de la modificación mental PRECISA.
44. Los mismos dos procesos de concentración, esto es, con o sin la acción de la mente
razonadora, rigen también cuando el objeto de meditación es sutil o de una índole
superior a la de los objetos sensoriales.
45. Los objetos sutiles se elevan en grados ascendentes hacia aquella naturaleza pura
que no tiene señal distintiva (lo noumenal).
Como se dijo antes, ascendemos desde las formas externas hacia las imágenes
mentales, y desde las imágenes mentales a las ideas, cualidades y principios. Finalmente,
hasta el substrato puro que sostiene a todas las cosas.
46. Estos son los grados de conciencia espiritual limitada y condicionada, que todavía
contienen la semilla de separatividad; meditación “con semilla”.
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
yogui deja atrás el intelecto y se unifica con el substrato sostenedor de la vida; se convierte
en aquello que él ES fundamentalmente.
47. La cuarta etapa de meditación trae una diáfana penetración espiritual lúcida.
49. Esta percepción es única en su género, y penetra más allá de lo que pueden revelar
los poderes ordinarios de la mente, el testimonio, la inferencia y la deducción.
50. Su impresión sobre la conciencia tiende más y más a sofocar y anular las otras
impresiones.
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
Como dice Vyasa: “Cuando la mente cesa de actuar más, el PURUSHA (espíritu)
permanece en su propio ser verdadero, absolutamente libre y suelto; a esto se le llama
MUKTA”. Por fin queda, en libertad el Espíritu, y el hombre entra, en su propio reino.
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
LIBRO II
CAPÍTULO I
SUTRAS 1 Y 2
Comenzamos ahora el estudio de la segunda división de este precioso tratado. En
muchos sentidos es la más práctica de las cuatro divisiones, desde el punto de vista del
hombre corriente no versado en metafísica y meditación. Su tema es la PRACTICA de
Yoga, así como el del Primer Libro fue el de la ciencia y los estados de Yoga. Discute los
pasos que han de seguirse hacia la Realización del Ser (o Auto-Realización), y los medios
por los cuales se alcanza la meditación profunda. Se consideran los cinco obstáculos y su
superación, y se definen los ocho medios de triunfar. Así como el Primer Libro explica el
significado de Yoga, el Segundo describe el sendero hacia Yoga. Como dice Vyasa, “ha
sido descrita la Yoga para aquel cuya mente ya está inclinada hacia el trance cognitivo.
Ahora se va a considerar cómo puede obtener la Yoga una mente extrovertida”. Y el primer
sutra nos da ya la respuesta completa, y puede tomársele como el “texto” de todo este
Segundo Libro.
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
“Si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará luminoso” (Mt. 6:22). El santo Indo
Ramakrishna dijo una vez que para enseñar y disertar se necesitaba estudiar mucho, pero
que para alcanzar la Unión con Dios (Yoga) bastaba vivir y meditar sobre UNA SOLA
verdad.
Y esta educación no sólo ha de ser sincera, con toda el alma, sino que también cada
uno debe dársela aplicársela. Nunca será demasiado repetir que el crecimiento espiritual es
singular y auto-motivado. Sólo podemos crecer espiritualmente como crece la flor, como
los lirios del campo. No es con los esfuerzos y luchas de la ambición personal desarreglada
que entramos al reino preparado para nosotros desde la fundación del mundo, sino por el
amor genuino y puro a aquella Belleza que siempre está llamando a nuestras almas ; por
amor a Dios y completo olvido de nosotros mismos. “Crece como crece la flor”, dice LUZ
EN EL SENDERO, “inconscientemente, pero con ardiente ansia de abrir su cáliz a la
brisa. Así debes presionar tu avance para abrir tu alma a lo eterno”.
El impulso que lleva a un hombre a la unidad con la vida debe brotar
espontáneamente de dentro, debe ser siempre un verdadero impulso íntimo. H. P. B. dice
que la Chispa Divina en nosotros asciende primero por impulso natural, y luego por
esfuerzos auto-inducidos y auto-preparados, sometidos al Karma individual. (D. S., I).
En uno de los poemas de Sir Richard Burton encontramos las siguientes líneas
apropiadas: “Haz lo que tu hombría te ordena hacer. No esperes otro aplauso que el tuyo
mismo. El que más feliz vive y más feliz muere, es aquel que se traza sus propias leyes y
las guarda”. (Trad. libre).
El segundo requisito es el estudio profundo y atento. Nadie que no sea adicto al
estudio serio podrá hollar el sendero Yoga. Sólo por el pensamiento sereno puede lograrse
una acción fecunda. ¡Cuántos de nuestros actos son mal regulados, inoportunos,
impulsivos!. ¡Cuántos de nuestros juicios son superficiales, dominados por pasiones y
prejuicios!. Para muchísimos de nosotros estas cosas dejarían de suceder si sólo
aprendiéramos a recapacitar. Vyasa describe el estudio como la repetición de palabras
sagradas como la PRANAVA (se presume que meditando sobre su significado), o como la
lectura de las enseñanzas que tratan de la Yoga, del logro de MOKSHA (liberación). Este
es un punto de vista muy indo.
Es claro que tales temas de estudio tenderían a mantener la mente dirigida hacia la
meta; pero quizá en estos días el místico moderno no limitaría el estudio únicamente a
temas estrictamente religiosos, pues en este nuevo mundo está aprendiendo a ver el Divino
propósito y belleza en todos los aspectos de la vida.
El tercer requisito es una devoción activa del corazón. La palabra sánscrita es
ISHVARAPRANIDHANA, la cual connota la entrega más plena posible. Hacer de Dios el
motivo único para todo acto, lo cual es verdadero KARMA YOGA, significa colocarnos
fuera del centro de nuestro universo y poner allí a Dios. Así se hace Dios todo en todo”.
Cualquier cosa que hagas, cuando quiera que comas, cuando quiera que ofrezcas, cuando
quiera que des, cualquier cosa que hagas por austeridad, Oh Kaunteya, hazlo como una
ofrenda a Mi”. (BHAGAVAD GITA, IX :27).
Esta Yoga está ejemplificada muy bella y simplemente en la persona del santo
medieval Hermano Lorenzo, un hombre de poca instrucción, dedicado siempre al trabajo
duro y sucio del monasterio donde vivía, y quien, no obstante, alcanzó un sentido muy
completo y bello de la Divina Unidad, morando siempre, en todo cuanto hacía, en la
40
Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
Presencia de Dios. Así podemos aprender a ser llevados del Espíritu; pero el precio es el
sometimiento de todos los deseos y quereres personales.
Este sutra único, un sutra clave en verdad, merece descollar sólo para nuestra
consideración. En sus tres pasos podemos ver delineadas las reglas de vida para el trino
aspecto del hombre. Pues el ardiente anhelo y aspiración pertenecen al corazón, a la
naturaleza de deseos que se ha convertido en voluntad por purificación. El estudio y la
meditación consisten en la educación de la mente y de las percepciones. Y la dedicación de
cada acto al sublime empeño y a nuestro Maestro y Guía, significa la purificación de la vida
física, para llevar todo pensamiento y acto “cautivos a Cristo”.
Para quien ha entrado al Reino del Ego, de la Divinidad interna, ya la personalidad
no gobierna ni existe. En palabras muy sencillas pero bellas, San Pablo describe este
estado: “Vivo, pero no yo, sino que es Cristo quien vive en mí”. (Gál. 2: 20).
Patanjali enumera estos obstáculos como cinco, y los considera en el sutra siguiente.
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
CAPÍTULO II
SUTRAS 3 A 14
3. Los obstáculos para la Yoga son: (1) Ignorancia (AVIDYA); (2) Personalismo
(egotismo); (3) Apego y deseo (amor desarreglado); (4) Aversión (odio desarreglado);
(5) Deseo de existencia en forma, o apego a la existencia física.
Vyasa dice que estas cinco formas de “cognición irreal” o ideas y conceptos falsos,
impiden la realización y generan KARMA personal. Los seis sutras siguientes tratan en
detalle estos obstáculos.
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
eterno, es como pensar que la tierra es permanente, que los dioses son inmortales, etc...
Similar es confundir al Ser con el no ser. Los accesorios externos, sean sensibles o no; el
cuerpo que es el vehículo de los goces; la mente que no es sino un vehículo del PURUSHA
(espíritu), todas estas son manifestaciones del no-yo. La idea de que alguna de ellas es el
Ser, es ignorancia. Los que, creyendo que la esencia objetiva, sensible o insensible, es el
Ser, y se gozan en acrecentar esas cosas, creyendo que esto le aprovecha al Ser, y sienten
ansiedad cuando ellas disminuyen, creyendo que eso perjudica al Ser, no han despertado
aún... Ignorancia no es ni Cognición Real ni ausencia de Cognición Real. Ignorancia es otra
forma de cognición, la cual es contraria al conocimiento de lo Real”.
AVIDYA se encuentra en todos los planos de la forma. Es una limitación del
Espíritu, y resultado necesario de tomar formas; es lo que H. P. B. llama “el principio de
limitación”. El morador del cuerpo, el verdadero hombre espiritual, no es los sentidos que
pertenecen a sus formas; pero finalmente, por el discernimiento y la ausencia de pasiones,
el hombre real se desenreda del no-ser y se da cuenta de sí mismo en su propio plano de
existencia. “El que siembre en su carne, de la carne cosechará corrupción; el que siembre
en el espíritu, del espíritu cosechará vida eterna”. (Gál. 6:8).
7. El deseo es apego recurrente a objetos placenteros, ansia de ellos que nace del
recuerdo de placeres gozados.
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
probable en el varón, pues muchos hombres no se dan cuenta de la importancia que las
mujeres dan a pequeños recuerdos y atenciones.
La posesividad es la más letal de las tres. El amor verdadero deja en libertad al ser
amado.
El odio, el temor y el dolor, están de alguna manera relacionados entre sí. El temor
siempre engendra odio. Todos ellos niegan la unidad, como la niega el amor egoísta. De ahí
que el sentido de unidad se alcance por el amor desinteresado. Por esa razón, seguramente,
el Señor Buddha enseñó sus famosas Cuatro Meditaciones. Se relata que un día un monje
vino al Buddha diciendo que había oído que en alguna parte existía una tierra feliz y
deseaba que el Señor le mostrara el camino hacia ella. El Bendito Señor le replicó:
“Ciertamente existe esa tierra; pero es espiritual, no material”.
“Dime entonces, Señor”, dijo el monje, “la meditación a que debo dedicarme para
llegar a esa tierra feliz”. El Bendito Señor le contestó: “Hay cuatro grandes meditaciones; la
primera es la meditación del Amor, en la cual afinas tu corazón de tal modo que siempre
deseas la dicha. y el bienestar de todos los seres, incluso tus enemigos. La segunda es la
meditación de la Piedad, en la cual te representas vívidamente todas las aflicciones y”
desengaños ajenos, hasta que una profunda compasión por ellos llena tu corazón. La tercera
es la meditación del Gozo, en la cual te representas vívidamente todos los gozos y triunfos
ajenos, y te regocijas de ellos. Y la cuarta es la meditación de la Serenidad, en la cual te
elevas por sobre lo frío y lo cálido, sobre el gozo y el dolor, y consideras tu propia suerte
con la ecuanimidad de un extraño”.
Así pues, por amor, uniéndose con todos en gozo y dolor, el alma se eleva hacia
aquella altura sublime donde mora el verdadero VAIRAGYA, aquel sereno desasimiento
del alma de todos los afanes por problemas personales, y se alcanza. el último peldaño.
Viene a la mente aquí el símil de un río, usado por Krishnaji. El río corre
naturalmente hacia el mar, y ni aun el más lento de ellos deja jamás de llegar salvo al mar.
Fluye incesantemente, serpenteando en su curso, y nunca sigue la línea árida y recta trazada
por los moralistas. De ahí la infinita variedad de la vida y la creación de la individualidad.
Al principio es apenas un hilo de agua cantarina. Al acercarse al océano es una
corriente potente y silenciosa. Al fluir cada vez más profundo y tranquilo, pasa por muchos
escenarios diferentes. A veces por bosques tupidos y verdes; pero no se detiene en ellos
sino continúa. A veces corre por desiertos cálidos y arenosos, y casi se pierde en ellos; pero
no rehuye cruzarlos. Sigue adelante, y un día llega al mar. Así hemos de encontrar todos
nosotros el cielo de nuestra alma, dentro del tiempo dispuesto por Dios.
Todos deseamos evitar el dolor, pero H. P. Blavatsky lo llamó “el Instructor, el
Despertador de la conciencia”. La lluvia de nuestras lágrimas, si no nos amarga, ablanda el
duro suelo en torno de nuestras almas y crea en nosotros los divinos dones de simpatía y
compasión. Aquel gran sufrido, el poeta Keats, le escribió a un amigo: “¿No ves cuán
necesario es un mundo de pena y dificultades, para educar la inteligencia y convertirla en
alma?”, y los antiguos Celtas decían del hombre que sufría mucho: “Está forjando su alma”.
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
Vyasa dice que todos los seres vivientes se bendicen a sí mismos diciéndose: “Ojalá
que yo nunca deje de existir, sino que siga viviendo. Esto no podría ocurrir si uno no
hubiera experimentado nunca la muerte; de modo que de este deseo puede inferirse que ha
existido antes”. Y dice que este temor equivale a creer en la aniquilación, y no puede
explicarse por los procesos ordinarios del pensamiento.
El VAIRAGYA final es el equilibrio perfecto de cada opuesto en su propio plano,
lo que significa retirarse a un plano superior. El apego a la forma es el principio de
involución, y la aversión a la forma es el de la evolución. Los cinco obstáculos se refieren a
todo lo que no es Eterno. Solamente lo Eterno debe buscarse. Dice LUZ EN EL
SENDERO: “Aprende desde ahora que no hay cura para el deseo, que no hay cura para el
amor a la recompensa, que no hay cura para la miseria de anhelar, sino en fijar la vista y el
oído en lo que es invisible e inaudible... El funcionamiento de las leyes reales de karma no
debe estudiarse hasta que el discípulo ha alcanzado el punto en el cual ya no le afectan. . .
Por tanto, los que deseáis comprender las leyes de karma, intentad primero libertaros de
esas leyes; y esto sólo puede hacerse fijando la atención en lo que no es afectado por ellas”.
Los medios para destruir estas aflicciones se describen en los sutras que siguen. El
décimo es difícil de entender completamente, pero creo haber expuesto fielmente su
significado en esta versión.
10. Estos cinco obstáculos, si se han superado sus cuatro estados y apenas quedan en
potencia, desaparecen naturalmente cuando la conciencia trasciende la mente.
Puesto que todos ellos son estados de la mente, esto parece bien claro. Vyasa dice
que cuando se ha “quemado” su poder germinal, desaparecen por si solos junto con la
mente (MANAS inferior) del yogui, la cual, habiendo cumplido su propósito, queda ahora
latente. Vachaspati dice, comentando esto, que Vyasa sólo indica los cuatro estados de los
obstáculos y no menciona el quinto, el potencial, porque solamente puede darse instrucción
sobre lo que está dentro del alcance del esfuerzo humano, y que la destrucción del estado
potencial no cae dentro de ello, sino que se logra retrollevando la actividad de la mente a su
causa.
Esta es una manera metafísica Inda de describir el fenómeno bien conocido en el
misticismo Cristiano. En la meditación se puede guiar, dominar y dirigir la mente hacia
arriba. Después de larga práctica en este sentido, se sutiliza, se simplifica cada vez más.
Al fin llega a un punto en que queda trascendida, aparentemente sumida en gloria
inefable, y su estado humano normal desaparece. Pero toda autoridad mística convendrá en
una cosa: que este estado nunca se consigue por sólo esfuerzo personal. La confiere la
“gracia de Dios”. Parece venir desde fuera súbitamente. “El Reino de Dios viene sin dejarse
sentir” (Lc. 17:20). Pero su llegada se ha preparado por larga y firme aspiración. Un alma
así tiene su lámpara encendida esperando la llegada del Esposo. Pero ¿quién sabe cuándo
llegará él? Como lo expresa un escritor Católico: el alma aspira, y un día Dios se inclina
hacia esa alma que aspira y la levanta a unirse con El. Como las olas del mar que se elevan
y atraen las nubes a unirse con ellas, así la aspiración humana recibe la respuesta Divina.
“Acercáos a Dios, y El se acercará a vosotros”. (St. 4:8). O como nos dice H. P. B., nuestro
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
Yo Superior anhela verterse en su representante inferior, pero no puede hacerlo hasta que
ese yo inferior le haya adorado y rendido culto.
Algunos comentadores dicen que la forma sutil de los obstáculos ha de eliminarse
pensando en la dirección contraria; pero como lo indica rectamente Dvivedi, esa dirección
no es otra que la de sumir la mente en la sensación del ser puro.
Vyasa dice, en una metáfora casera, que las modificaciones ordinarias de la mente
se pueden controlar con poco esfuerzo, tal como la mugre gruesa se quita fácilmente
cuando se limpia la ropa; pero se necesita un esfuerzo largo y paciente para remover las
formas más sutiles de las modificaciones mentales.
12. Todas ellas generan karma, el cual ha de fructificar en esta vida o en alguna vida
futura.
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
14. Estas semillas kármicas producen placer o dolor, según haya sido buena o mala la
causa que las originó.
“Tan ciertamente como las ruedas del carro siguen los talones del buey, así el dolor
sigue los talones de los actos malos”, dicen las escrituras Buddhistas. Cuando un hombre
hace bien a otros, sin pensar en el resultado para sí mismo, se ayuda; cuando hace mal pone
tropiezos en su propia senda. “Porque ninguno de nosotros vive para sí mismo; como
tampoco muere nadie para sí mismo”. (Rom. 14:7).
Y H. P. B. dice que no podemos elevarnos algún tanto sin llevar a otros con
nosotros, ni incumplir un deber sin deprimir un tanto al conjunto de la raza humana. Tal es
la unidad fundamental de la vida.
El espíritu que mora dentro del hombre resultará algún día victorioso. El mal no es
sino el resultado de la ignorancia, de la ceguera y el aprisionamiento en la materia de las
formas en que residimos. Pero el dolor que nos atraemos nos hará buscar la forma de
escapar para experimentar la dicha final. Pues algún día todos deberemos estar “en armonía
con el Infinito”.
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
CAPÍTULO III
SUTRAS 15 A 19
15. Para el hombre iluminado, toda la vida en los tres mundos es penosa, por sus
incesantes alternativas, ansiedades y tendencias habituales; y también por el batallar
de las GUNAS.
Resumiré los comentarios de Vyasa. Dice que la sensación producida por el goce de
los objetos es siempre seguida por el apego, y que también existe el apego producido por la
aversión y el engaño. Y por eso se ha dicho que el gozo no es posible sin causar pena a
otros. “Los deleites nacidos de contactos, son ciertamente manantiales de pena, porque
tienen principio y fin, oh Kaunteya; el sabio no puede regocijarse en ellos”'. (BHAGAVAD
GITA, V: 22).
También hay el karma causado por hacer sufrir a otros. Calmar los poderes de
acción, sensación y pensamiento, mediante la satisfacción derivada del goce de sus objetos,
es placer. La agitación consecuente a la falta de satisfacción, es pena.
Además, no es posible librar de deseo los poderes de acción, sensación y
pensamiento, mediante la frecuente repetición de su goce. Quien se vuelve adicto a ellos
queda enredado en las mallas del dolor. Esta es la pena del cambio. “No creas que la lujuria
puede matarse gratificándola o saciándola, pues esta es una abominación inspirada por
MARA”. (LA VOZ DEL SILENCIO). Vyasa dice que toda pena es más dolorosa para el
yogui debido a su creciente sensibilidad.
La conjunción del PURUSHA (Espíritu) con PRAKRITI (Materia) es la causa del
dolor; la cesación final de esta conjunción es la supresión del dolor. El Recto
Conocimiento, según el “Noble Octuple Sendero”, del Buddha, es causa de la supresión del
dolor. O, como dice la escritura Inda: “El objeto de la filosofía es poner fin al dolor”. Recto
conocimiento es el conocimiento del Ser, o sea MOKSHA, que confiere inmortalidad
consciente. “Todas las cosas expresadas son impermanentes: MOKSHA es lo único que
establece al Ser en su propia naturaleza. Sólo esto es Conocimiento Recto”.
Las GUNAS o cualidades de la Naturaleza, están inherentes en todas las formas,
desde la más alta hasta la más baja. Son tres, a saber: TAMAS, inercia; RAJAS, actividad,
y, SATTVA, equilibrio. Podemos decir que TAMAS influye en la parte más densa de la
triple envoltura de la conciencia; de ahí la cualidad de resistencia en la materia y su
tendencia a contraer hábitos. RAJAS pertenece más a la envoltura emocional o del deseo, y
cuando domina vuelve la vida emocional caótica y sujeta a todo capricho. SATTVA
pertenece más a la envoltura mental cuando se organiza y el hombre comienza a ser
dirigido por el alma y consecuentemente la dirección de sus asuntos prosigue de una
manera equilibrada.
También podemos definirlas diciendo que TAMAS se mueve más en el cuerpo
físico; que RAJAS es una cualidad del alma, y que SATTVA pertenece más al Espíritu.
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
Vachaspati dice que todo el objetivo del Ego es quebrar la inercia del cuerpo físico
y manejar el vehículo inferior con tal actividad que produzca los fines deseados. De ahí la
utilidad de RAJAS y de que el deseo o la naturaleza emocional tenga pleno juego en las
tempranas etapas de la evolución. Dice también que el dolor es producto de la diferencia
entre los “pares de opuestos”, Espíritu y Materia.
Ambos están “en paz” cuando se hallan separados.
Pero producen fricción y sufrimiento cuando se unen en tiempo y espacio.
17. La identificación del Yo con el no-yo es la causa del dolor, y se debe luchar por
evitarla.
Por eso H. P. B. nos dice que debiéramos recapacitar noche y día sobre la irrealidad
de todo cuanto nos rodea y de nosotros mismos. “El primer error básico que tenéis que
superar es la identificación de vosotros mismos con el cuerpo físico. Empezad a pensar que
este cuerpo no es nada más que la casa en que tenéis que vivir por un tiempo, y entonces no
cederéis jamás a sus tentaciones”. El Hombre Real no es ni el cuerpo, ni las emociones, ni
la mente.
H. P. B. dice en LUCIFER de Oct. 1887 que “lo primero que se necesita para
conocerse a sí mismo es hacerse profundamente consciente de la ignorancia; sentir con
todas las fibras del corazón que uno está INCESANTEMENTE engañado sobre sí
mismo”. Y por eso recomienda, como ya he citado antes, que el primer gran error que
debemos superar es el de identificarnos con nuestros cuerpos. Madame Alexandra David-
Neal dice en su libro “Las Enseñanzas Orales Secretas de las Sectas Buddhistas Tíbetanas”,
que la primera recomendación que se da a los neófitos es la de “dudar”. Todo cuanto existe
en este universo en incesante movimiento, es “irreal”. Pero hay que comprender y
trascender lo irreal a fin de ver lo Real.
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
Existe para la experiencia y emancipación del alma. Dice Vyasa que estos poderes
vienen a la existencia en virtud de que hay que cumplir los objetivos del PURUSHA
(Espíritu). “Esta evolución no carece de objeto, pues comienza con un propósito definido.
El objeto de lo CONOCIBLE es que PURUSHA cumpla sus objetivos: experiencia y
emancipación”. La experiencia consiste en obtener el conocimiento del carácter de los
fenómenos deseables e indeseables de las cualidades (GUNAS); cuyo conocimiento, no
obstante, no las reconoce sino como modificaciones de las cualidades. Emancipación es
cerciorarse de la índole del PURUSHA, el cual al llegar a saber que las tres cualidades son
los actores, se conoce a sí mismo como el inmóvil CONOCEDOR de los actos de ellas.
Y Vachaspati comenta: “Las cualidades dejan de actuar solamente cuando los
objetivos del PURUSHA se han cumplido plenamente. Sólo entonces es cuando no
producen efectos”. Por medio del mundo de imágenes sensorias e impresiones mentales, el
alma adquiere experiencia y así se acerca gradualmente a la liberación. La totalidad del
universo existe para ésto, y este es el propósito verdadero de la vida y del vivir.
Vyasa dice que este aforismo tiene el propósito de precisar las diferencias de
naturaleza mostradas por las cualidades que constituyen lo CONOCIBLE. Veámoslas.
e) PRITHIVI (tierra) el tattva sólido del plano físico. Lo que existe se refleja
un prithivi y muestra lo que llamamos realidad objetiva.
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
2.- Los cinco órganos de los sentidos (poderes de sensación): oído, tacto, vista, gusto,
olfato, por cuyo medio se hace posible la identificación con el mundo tangible.
3.- Los cinco Poderes de Acción: Hablar (voz), Agarrar (manos), Posición (pies),
Excreción, Generación.
4.- La Mente (MANAS), cuya esfera de acción la constituyen todos estos. Algunos
pensadores consideran a la mente como el sexto sentido, el órgano que sintetiza a todos los
otros cinco órganos. Estos medios de percepción y actividad en el mundo fenomenal
constituyen sendas de contacto entre el pensador y el interno “hijo de Dios”.
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
son los manojos de flores (los elementos son los cinco TANMATRAS de tierra, agua,
fuego, aire y éter, productores de los elementos más densos), y los elementos densos (la
materia objetiva densa) son las ramas más pequeñas, provistas siempre de hojas y flores...
el cual es eterno, y cuya semilla es BRAHMAN (la Deidad); y cortándolo todo con esa
excelente espada del conocimiento (Sabiduría Secreta), alcanza uno la inmortalidad y
abandona el nacimiento y la muerte”. (ANUGITA, Cap. XX).
LA DOCTRINA SECRETA, Tomo I, dice: “Este es el Árbol de Vida, el árbol
Ashavatha; solamente después de cortarlo puede emanciparse el hombre, esclavo de la vida
y de la muerte”. Y también dice en el Tomo II: “AKASHA es el Alma Universal, la Matriz
del Universo, el Misterio Magno del cual todo lo que existe ha nacido por separación o
DIFERENCIACION”. Y en el Tomo III dice: “El lado secreto del Fuego está oculto en su
lado evidente, y lo objetivo es producido por el lado secreto” (PHILOSOPHUMENA, VI,
9).
Todo lo cual nos recuerda las bien conocidas palabras de San Pablo: “No ponemos
nuestros ojos en las cosas visibles, sino en las invisibles; pues las cosas visibles son
pasajeras, mas las invisibles son eternas”. (II Cor. 4:18).
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
CAPÍTULO IV
SUTRAS 20 A 28
20. El Vidente es conocimiento puro (gnosis, visión). Aunque puro, mira a través de la
vestidura o medio de la mente.
Lo que se dijo antes respecto al significado espiritual de la vida, está expuesto muy
bella y sencillamente en este sutra. El Universo es nuestro campo de evolución o desarrollo.
El hombre ha cruzado el RUBICON, la cruz en los cielos, desde los reinos inferiores, y ha
comenzado su jornada hacia “su futura plenitud y beatitud” como dijo Emerson. Ciertas
palabras muy bellas del Maestro K. H. al Sr. Judge vienen muy bien aquí; “No desees
resultados que sean formas de poder. Desea únicamente, en tus esfuerzas, acercarte más al
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
centro de vida, que es el mismo en el Universo que en ti; lo cual te hará despreocuparte de
si eres fuerte o débil, instruido o no.
Es tu divinidad; es la divinidad que todos compartimos... Aspira el aliento de la gran
Vida que vibra en todos nosotros, y deja que la fe, que es conocimiento no aprehendido, te
lleve a través de tu vida como vuela un ave en el aire: sin dudar... Debes vivir para otros y
con ellos; no para ti o contigo”.
22. Para el hombre que ha alcanzado la Unión (YOGA), el universo objetivo cesa de
existir. Empero sigue existiendo para otros que aún no están libres.
Un gran ejemplo de esta verdad fue el sabio Sri Ramana Maharshi. Un comentador
suyo escribe: “Para él la mente y el cuerpo quedan completamente disociados del Ser,
gracias a esta experiencia. Esto es, que la mente ya no identifica el cuerpo con el Ser.
Como la ignorancia no es nada más que esta identificación, y la mente misma es
producto de esta ignorancia, a este gran evento se le da el nombre también de destrucción o
disolución de la mente. De ahí que sea estrictamente cierto que para el sabio no hay ni
mente ni cuerpo ni mundo”. (Maha Yoga por “Quien”). De lo irreal ha pasado a lo Real.
Puede verse ahora la razón de que nuestros Maestros llamen “sombra” a este cuerpo.
Sankaracharya describe cuatro estados de conciencia: JAGRAT, la conciencia
vigílica de la vida física; SVAPNA, la conciencia de ensueños cuando el alma ha dejado
temporalmente el cuerpo; SUSHUPTI, la conciencia de “sueño profundo”, que alcanzan
unos pocos fuera del cuerpo por la noche, y alcanzable también por la meditación profunda
conocida como SAMADHI o trance extático. (N. del Traductor: La autora omite mencionar
el cuarto estado, TURIYA, el cual, según el Dr. I. K. Taimni es el más elevado y es la
culminación de los tres anteriores en la práctica de SAMADHI). H. P. B. dice que cuando
estamos lejos de nuestros cuerpos durante la noche somos mucho más grandes que aquí,
somos más ciertamente nuestro verdadero Yo.
Para la inmensa mayoría de hombres este mundo de dolor es muy real. Por tanto
nuestros Maestros, movidos por divina compasión, eligen quedarse aquí y “aceptar los
dolores del nacimiento” a fin de poder ayudarnos a los que todavía luchamos entre
tinieblas.
23. La conjunción del Ser con la mente, y de este modo con lo que la mente percibe,
hace posible comprender la naturaleza de lo percibido y también del perceptor.
Vyasa dice que esta conjunción se estableció para permitirle al Hombre Real
alcanzar el conocimiento de estos mundos fenomenales. Pero lo que le confiere libertad o
emancipación al Hombre Real es la comprensión de la naturaleza del perceptor, y no la de
lo percibido. Cuando nace ese conocimiento, desaparece la ignorancia que es la causa de la
esclavitud. Por esta razón se dice que el conocimiento, el ver la naturaleza verdadera de las
cosas, es la causa de KAIVALYA (independencia absoluta). Recuérdese el “vuelo del
solitario al Solitario” de Plotino.
Vachaspati dice: “Se llama emancipación al reconocimiento de la naturaleza del
perceptor, porque gracias a ese reconocimiento se aparta uno de la conjunción”. A esto se
refieren algunas escuelas Indas de pensamiento con la frase “NETI, NETI” (esto no, esto
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
no). Dvivedi dice: “Es evidente por los sutras 21 y 22, que PURUSHA y PRAKRITI, el
vidente y lo visto, están en unión inseparable desde el principio de los tiempos. Esta
conjunción, que es la causa de toda experiencia agradable o desagradable, es, al mismo
tiempo, la causa que conduce al Purusha a realizarse a sí mismo, o sea a MOKSHA”.
Krishnaji nos exhorta también a observar y comprender nuestra propia índole, a
dejar que se manifieste AQUELLO QUE ES. Puesto en las palabras familiares del
Oráculo de Delfos: “Conócete, y conocerás al Universo y a Dios”. Conocemos bastante
bien el yo irreal; pero conocer verdaderamente Aquello que Realmente Es, conlleva
libertad.
25. Acabar con esta asociación, poniéndole punto final a la ignorancia, es la gran
Liberación, la libertad absoluta del Conocedor.
Vyasa dice: “Al desaparecer la conjunción del Purusha y el deseo de existir, gracias
a la desaparición de la ignorancia, los lazos quedan rotos para siempre. Esta es la liberación
del Vidente (PURUSHA)”. Y Vachaspati comenta: “Para siempre porque la conjunción ha
desaparecido hasta el MAHAPRALAYA. Y este es el cese del dolor”. Dvivedi dice que se
debe a esta conjunción que el alma CREE que está atada. KAIVALYA es un estado no
limitado por condiciones ningunas. O por “acondicionamientos” como diría Krishnamurti.
Durante la “caída del hombre” o el descenso de las posibilidades divinas a la
materia, el Espíritu queda sumergido en la gran MAYA o ilusión. Se vuelve víctima de sus
propios procesos e imágenes mentales, y se considera él mismo como parte de los mundos
fenomenales. Cuando empieza a, descubrir esto, la liberación está cerca.
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
3. El deseo de ser feliz, que es uno de los motivos mayores en la vida. (Vyasa dice
que ahora se ven claramente los medios de acabar con el dolor, y que la conciencia empieza
a deslizarse del yo inferior al Yo Superior).
4. El deseo de cumplir el propio DHARMA. El hombre despierta a un sentido de
responsabilidad hacia otros, y así, buscando la felicidad en el cumplimiento de sus
obligaciones, comienza una vida de servicio que le conducirá finalmente a la plena
realización. H. P. B. ha dicho que el sentido de responsabilidad es la primera indicación del
despertar del Ego o principio Crístico.
Estas cuatro etapas pertenecen a la penetración. Las tres restantes liberan de lo
psíquico. Dvivedi dice: “Las cuatro primeras se relacionan con lo objetivo, y las otras tres
con lo subjetivo”. Y Vyasa dice: “Estas son las cuatro etapas de liberarse del
discernimiento consciente de los fenómenos externos. Las otras tres son las de la liberación
de la mente misma”.
5. Dolor. El refinamiento de los cuerpos significa también capacidad creciente para
soportar.
6. Temor. El temor se basa en el recuerdo, la imaginación y la anticipación. Se
supera finalmente cuando el yogui llega a darse cuenta de que él es uno con la Vida.
7. Duda. Se cura con la plena realización del Ser. “La senda de los justos es como la
luz del alba, que va en aumento hasta llegar a pleno día”. (Prov. 4:18).
28. Al destruir la impureza por la práctica sostenida de las partes de la Yoga, la luz de
la sabiduría crece hasta el verdadero conocimiento discernidor.
Las partes de la Yoga son ocho, que se estudian en el capítulo siguiente. Vyasa dice
que por su práctica sostenida se destruyen las cinco aflicciones (ver sutra 3): ignorancia,
personalismo, deseo, aversión y amor a la vida, las cuales causan impureza; y que cuando la
cognición irreal se acaba, se manifiesta el conocimiento real. El crecimiento es lento y
progresivo, y culmina finalmente es un conocimiento de la índole de la conciencia y de la
función de las “cualidades” en la naturaleza. La práctica produce dos resultados: 1.
Comprensión de la diferencia entre el Yo y el no-yo, o Espíritu y Materia. 2. El aspirante, al
sensibilizar y refinar sus cuerpos, se da cuenta cada vez más clara de la parte oculta de sí
mismo. La respuesta del Yo Superior corresponde a la aspiración ardiente del yo inferior.
Al progresar le viene una creciente iluminación, y finalmente un torrente de luz cada vez
mayor desciende de arriba.
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CAPÍTULO V
SUTRAS 29 A 34
29. Las ocho partes de la disciplina Yoga son:
a) YAMA (mandamientos o abstención de actos malos).
b) NIYAMA (observancias buenas).
c) ASANA (postura).
d) PRANAYAMA (buena respiración).
e) PRATYAHARA (abstracción o recogimiento).
f) DHARANA (concentración o atención).
g) DHYANA (meditación).
h) SAMADHI (contemplación, trance místico).
Estas partes accesorias se explican por sí solas. Todos los sistemas de Yoga
comienzan con la bondad o amor. Las famosas seis PARAMITAS mencionadas en LA
VOZ DEL SILENCIO, comienzan por DANA, a menudo traducida como caridad o amor,
pero cuya raíz DA significa dar, no tomar; el espíritu de dar, que es la característica del
NIVRITTI MARGA, el Camino de Regreso, en contraposición al tomar que es la del
PRAVRITTI MARGA o Camino de Ida en el cual se adelanta la evolución de los
vehículos.
Con respecto a las Observaciones, estas han de ser reconocidas y aplicadas por uno
mismo. ASANA o postura es por sí sola una ciencia. Recuerdo que un flaco joven yogui
que viajaba buscando dinero para su Ashrama, nos visitó un día cuando yo estaba en Adyar
hace unos sesenta años o más. Era experto en Asana y nos hizo una demostración de
muchas de las famosas posturas, sosteniendo que cada una de ellas curaba una enfermedad.
Ejecutó algunas sorprendentes que yo mismo presencié. Nos desafió a una competencia de
clavar la vista. Teníamos que mirar el sol sin parpadear durante 15 minutos. Un capitán que
estaba presente se ofreció como voluntario, y todos sacamos nuestros relojes. El capitán
renunció con ojos lagrimosos a los dos minutos, pero el pequeño yogui no parpadeó ni una
sola vez en todo el cuarto de hora. Luego nos pidió que le diéramos agujas y alfileres y
puntillas, y se las tragó todas. Sonriendo nos dijo: “Voy a decirles cómo se hace esto. Yo
realmente no me trago las agujas y alfileres, pues si lo hiciera moriría. Pero por mi poder de
voluntad, cuando tocan mis labios las desmaterializo y desaparecen de la vista de ustedes, y
así creen que me las he tragado”. Luego nos pidió que le atáramos con algo bien fuerte.
Nuestro capitán buscó una gruesa cadena que envolvió varias veces en torno al cuerpo flaco
del pequeño yogui, terminando con trozos de cable. Nos dirigió una sonrisa y luego hizo
una larga inspiración, y la gran cadena cayó en pedazos.
La postura más conocida es la famosa del “loto”, que se usa en meditación y
consiste en sentarse con las piernas cruzadas como cruza uno los brazos. Es difícil para un
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
Del sublime estado de SAMADHI ¿Quién puede hablar o quién puede describirlo?
“No puede ser descrito por ninguna metáfora” pues es “una senda que lleva fuera de toda
experiencia humana y que está totalmente más allá de la percepción o imaginación
humanas”. (LUZ EN EL SENDERO). H. P. B. lo explica como “El estado en el cual el
asceta pierde la conciencia de toda individualidad, incluso la propia”. Para él ha cesado la
“herejía de la separatividad”. Es adecuado releer aquí parte del poema de Lord Tennyson
“El Soñador Despierto”, citado al comentar el sutra 16 del Libro I.
Todos nos recogemos hacia dentro cuando dormimos y cuando morimos. La
meditación profunda es otra manera de hacerlo. De hecho, dormir, morir y meditar son
procesos análogos. Por eso es que los principiantes en la meditación caen dormidos con
frecuencia. El elemental físico está acostumbrado a que el sosiego y silencio preceden al
sueño. La meditación puede describirse como “caer dormido bien despierto”. Como se
mencionó antes, Sankaracharya enumera tres estados de conciencia que conducen a un
cuarto, a saber: JAGRAT, la conciencia de vigilia de nuestra vida física; SVAPNA, la
conciencia de soñar cuando el alma se retira del cuerpo por la noche; y, luego, SUSHUPTI,
el estado de sueño profundo en que el alma entra al plano mental y Devachán. No muchos
pueden hacer esto. Al despertar no habrá imágenes o “recuerdos”, sino una sensación
durable de profunda dicha. Estos tres estados se alcanzan conscientemente al ascender en la
meditación. Conducen al cuarto estado, el de TURIYA, “un estado de elevada conciencia
espiritual”.
H. P. B. resume los tres pasos, Dharana, Dhyana, y Samadhi, bajo el nombre
genérico de SANNYAMA, “perteneciente a todos”.
Vyasa dice que Ahimsa es no causar dolor a ninguna criatura viviente, en ninguna
forma y jamás, y los otros cuatro mandamientos se originan en éste. Ciertamente se enseñan
con el objeto de cumplir el primero, ya medida que se dominan hacen más y más brillante
la luz de Ahimsa.
La veracidad, dice él, consiste en que las palabras y pensamientos estén en perfecto
acuerdo con los hechos. Pero no se es veraz cuando se perjudica a otros, como en el caso de
la justa indignación, pues por esta aparente virtud cae uno en penosa oscuridad. Por tanto,
seamos veraces para provecho de todas las criaturas vivientes. Es bueno citar aquí de A
LOS PIES DEL MAESTRO y de LUZ EN EL SENDERO. El primero nos dice que no
debemos ni siquiera pensar falsamente acerca de otros. “No debes pensar de ellos lo que no
sabes”. Cuán dados somos a hacer juicios ligeros. Yo he visto en mi propio caso que
generalmente casi todos esos juicios eran equivocados. A menudo los pensamientos y
sentimientos de censura se expresan porque le dan al que los emite un sentimiento de
superioridad, por afanes egoístas naturalmente. La autocomplacencia no pertenece a la vida
espiritual, como lo enseñó el Señor Cristo en su parábola del fariseo y el publicano.
Y LUZ EN EL SENDERO dice: “No te imagines que pueden destacarte del malo o
del necio... Recuerda que el pecado y la vergüenza del mundo son tu pecado y tu
vergüenza, pues eres parte del mundo porque tu Karma está inextricablemente tejido con el
gran Karma”.
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
31. Estos son los grandes votos universales, no afectados por posición, lugar, tiempo o
circunstancias.
Vyasa fiice que la limpieza externa incluye no sólo bañarse sino comer alimentos
puros, y que la limpieza interna consiste en pensamientos puros. Impurezas mentales son: el
orgullo, la envidia, la vanidad, etc. La purificación mental consiste en eliminarlas.
Vyasa define el contento como “no desear más que lo que uno posee de las cosas
necesarias”. Pero pienso que es mucho más que eso. Pienso que incluye las antiguas
virtudes de UPARATI y TITIKSHA.
Uparati significa dejar que la gente sea exactamente como es, sin comentario ni
resentimiento ni deseo alguno de cambiarlas. Y Titiksha es esa misma actitud hacia los
eventos de la vida.
Volviendo a Vyasa, él considera que la austeridad indicada por el tercer punto
consiste en soportar el juego de los “pares de opuestos”. Esto vuelve a recordarnos la virtud
de VAIRAGYA que realmente significa ser capaz de permanecer perfectamente firmes
mientras el juego de los interminables “pares de opuestos” nos sacude. Como le dijo a
Arjuna el Señor Shri Krishna: “Los contactos con la materia, oh hijo de Kunti, dan frío y
calor, placer y dolor; vienen y van, son impermanentes; sopórtalos con valor, ¡Oh Bharata!”
(BHAGAVAD GITA, II: 14).
El estudio es la lectura de los libros sagrados sobre Yoga, aunque oreo que en estos
días es más que eso lo que se requiere de un discípulo. Hacer todo “En Su Nombre y por
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
Este era un tema favorito de la Dra. Besant. Muy frecuentemente nos decía que el
mejor modo de superar nuestras fallas no era luchando contra ellas, lo cual les da más
fuerza, sino imaginar sus contrarios y pensar en ellos, introduciendo así en nuestros cuerpos
psíquicos materia de una calidad vibratoria superior que acabaría por eliminar la de forma
inferior y más tosca.
34. Las transgresiones son: Perjudicar a otros, mentir, hurtar, incontinencia, envidia,
ya sea que las cometamos personalmente o que hagamos que otros incurran en ellas, o
que las aprobemos. Surgen de la voracidad, ira o ignorancia. Hechas levemente o
intensamente, su resultado es siempre una infinidad de pena y torpeza. Por tanto
debemos adquirir el hábito de meditar en sus opuestos.
Es decir, poner del otro lado todo el peso de nuestra imaginación. Vyasa dice que el
que causa dolor sufre dolor, y que el que quita vida marchita su propia vida.
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
CAPÍTULO VI
SUTRAS 35 A 55
35. Toda enemistad cesa en presencia del que se ha perfeccionado en AHIMSA
(inofensividad).
Toda hostilidad desaparece, hasta de los animales. Dicen que ningún tigre tocará
jamás a un yogui que esté meditando en plena selva. Todos los animales sienten un aura de
hostilidad o temor (que es el otro lado del odio) en los hombres. Uno de mis mejores
amigos, miembro también de la S. T., era propietario de un gran circo. Jamás entraba a la
jaula de sus tigres llevando más que una ramita verde. Tengo un retrato de él con una
tigresa que frota su cara contra la de él. Me decía que había descubierto que todos los
animales son susceptibles al poder del pensamiento, y que por este medio él los controlaba.
Yo pienso que esto mismo hacía San Francisco cuando “hablaba” con las aves y el lobo.
Supe de un gran horticultor que tenía un éxito fenomenal con sus flores y frutas.
Acostumbraba recostarse largas horas al lado de sus matas “hablándoles”, y los resultados
eran maravillosos. También conocí otra persona que hizo un experimento: tenía dos matas;
a la una la elogiaba y le hablaba todos los días; a la otra ni la miraba. La primera creció
infinitamente mejor que la otra.
36. Por haberse vuelto enteramente veraz, sus palabras y sus actos se vuelven
creadores y llenos de poder.
37. Cuando el deseo de poseer le ha abandonado, todas las cosas vienen a sus manos.
Esto nos recuerda las palabras del Señor Cristo: “Buscad primero su reino y su
justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura”. (Mt. 6:33).
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
Muchas páginas podrían escribirse sobre este sutra, pues los poderes físicos del
hombre, como se dijo antes, son el reflejo de los poderes creadores cósmicos. Y debido a
esto, dice H. P. B., el abuso de ellos conlleva penosos resultados kármicos. Ella dice en LA
DOCTRINA SECRETA que toda la raza humana se ha vuelto super-sexual, y que el
abuso y mal uso durante siglos ha traído las enfermedades escrofulosas hereditarias que
afectan a la mayoría. Dice que esta acentuación en los impulsos creadores físicos pende
sobre la humanidad como un espeso paño mortuorio. El Dr. Alexis Carrel también dice que
la continencia aumenta el vigor y la salud mental y física.
Ese equilibrio es el resultado de descubrir que uno puede dominarse. Esto hace
desaparecer todo temor a los demás.
Como dice un escritor antiguo, “aptitud para contemplar al Ser”. O Isaías: “Tus ojos
contemplarán al Rey en su belleza; verán una tierra dilatada”. (33: 17).
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
Este es un sutra particularmente bello. Vyasa dice que los dioses, los Hishis y los
Siddhas, se hacen visibles para el que está consagrado al estudio, y participan en su trabajo.
Vyasa dice que la facultad de SAMADHI se hace perfecta en aquel que dedica
todos sus poderes a ISHVARA. Así conoce todo cuanto desea conocer, tal como es en
realidad, en otro sitio, en otro cuerpo, en otro tiempo. Su inteligencia conoce todo como es.
Y Vachaspati comenta: “Las partes restantes son útiles para alcanzar aquella condición en
que dedica todos los actos a los propósitos de ISHVARA”. Lo cual nos recuerda las
palabras del Maestro K. H. a C. W. Leadbeater: “Haz buenas obras en Su Nombre y por
amor a la humanidad”. Y también las encantadoras palabras del Señor Shri Krishna en el
GITA IX: 27: “Todo cuanto hagas, todo cuanto comas, todo cuanto ofrezcas, todo cuanto
des, todo cuanto hagas por austeridad, Oh Kauntaya, hazlo todo como una ofrenda a mí”.
Jan Ruisbroek, el místico flamenco, describe esta actitud muy simple y bellamente:
“Toda buena acción, por pequeña que sea, si es dedicada a Dios con sencillez de intención,
aumenta en nosotros la Semejanza Divina, y ahonda en nosotros la corriente de Vida eterna.
La sencillez de intención reúne en la unidad del espíritu los dispersos poderes del alma y
junta al espíritu mismo con Dios. Esta misma sencillez es la que lo refiere todo a Dios y
hace de nuestras virtudes una ofrenda a Dios. En todo acto de nuestra vida debemos
aferrarnos a esa sencillez, debemos practicarla y cultivarla por encima de todo lo demás.
Esto es lo que conduce al hombre a la presencia de Dios, lo que le da luz y valor,
libertándolo hoy como en el Día del Juicio de todos los temores vanos e indignos. Es el ojo
simple de que habla el Señor como que ilumina a todo el cuerpo, a la vida activa, y la libra
de todo mal... Esta sencillez es la que al final entregará a Dios toda nuestra actividad vital,
modelándonos de hora en hora a una semejanza más fiel”. (EL ADORNO DEL
MATRIMONIO ESPIRITUAL).
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
Esto con el fin de no mantener la atención en el cuerpo físico, del cual hemos de
olvidarnos, si posible.
47. Tan fácilmente habitual que se pueda olvidar el cuerpo, y la mente se expanda con
facilidad. El poeta Wordsworth debe de haber experimentado cierto grado de
SAMADHI, como parece indicarlo en uno de sus versos: “Aquella bendita disposición
de ánimo en que se aligera la carga y el misterio y todo el peso fatigoso de este mundo
ininteligible... aquella serena y bendita disposición de ánimo en que los afectos nos
sostienen hasta que, casi suspendido el aliento de este marco corporal y hasta el
movimiento de nuestra sangre humana, dejamos a un lado el cuerpo y nos
convertimos en un alma viviente”. (Trad. libre).
Puede resistir todos los choques y cambios. Uno de mis símiles favoritos es aquel de
la Roca de las Edades, que tipifica el Espíritu Inmortal dentro de nosotros. Con cuánta
frecuencia es azotado y sumergido por las incansables olas de la emoción y del
pensamiento. Durante largas edades nos dejamos llevar por las olas, pensando que ellas son
nosotros mismos. Pero cuando descubrimos que somos realmente la Roca, podemos dejar
que las olas pasen sobre: nosotros sin conmovernos.
Esto es SHRADDHA, equilibrio. A menudo se dice que el sendero es angosto como
el filo de una navaja, porque el hombre que ha triunfado permanece siempre firme en una
dirección constante, inafectado por los huracanes y las olas del destino.
49. PRANAYAMA, el control del aliento, puede solamente seguir cuando se alcanza la
Postura correcta.
Como se dijo antes, el control del aliento más allá de la práctica de respirar
profunda y rítmicamente, es mejor dejarlo quieto, especialmente los estudiantes
Occidentales. Probablemente la razón tras de estos sutras es que existe una conexión entre
el aliento y la mente. En el pensamiento muy profundo la respiración se altera
insensiblemente. En el estado de SAMADHI o trance profundo, casi desaparece, como
sucede con todas las funciones corpóreas que disminuyen casi hasta extinguirse.
Los sutras 50 y 51 están fuera del alcance de mi comprensión, de suerte que los daré
en las palabras de Rama Prasad:
Vyasa dice respecto a este sutra que la cesación del movimiento del aliento que
precede a la expiración es externa; y la que precede a la inspiración es interna. La tercera
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
manifiesta refrenó total cuando la cesación de ambos movimientos tiene lugar por un
esfuerzo sencillo. Creo que es cuestión de practicar la respiración midiéndola por segundos.
51. La cuarta es la que sigue cuando se han trascendido las esferas de la externa y la
interna.
Creo que esto debe referirse seguramente a los planos internos y a sus estados de
conciencia, resumidos por Sankaracharya.
Por profunda meditación, y también por ardiente amor y aspiración, tiene lugar la
transferencia de la conciencia de lo físico a lo espiritual. Por ardiente amor y devoción el
alma toma el “atajo”, el cual pasa por la estructura atómica de las capas internas de la
conciencia.
54. PRATYAHARA (abstracción) es retirar los sentidos desde los objetos a los
conceptos mentales.
Este sutra cierra el Libro Segundo. De todos los cuatro Libros, éste es el más
práctico para la persona corriente.
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
LIBRO III
No me propongo ahondar mucho en los Libros III y IV, pues me parece que los dos
Libros primeros son los más útiles y prácticos para el estudiante corriente. El Libro Tercero
describe los resultados que se obtienen por meditación cuando la mente, convertida en una
gema transparente, puede usarse para reflejar cualquier cosa del universo. Describe los
SIDDHIS o poderes divinos que a veces, pero no siempre, acompañan el adelanto en el
sendero hacia la Unión. Empero, dice el instructor, aunque son tan maravillosos pueden
convertirse en obstáculos en el camino de la Liberación final, pues enredan al hombre en el
mundo de la forma.
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
CAPÍTULO I
SUTRAS 1 A 8
1. Concentración es fijar la mente con atención sobre un solo pensamiento.
Nos recuerda esto un versículo del Salmo 40 que dice: “En el Señor puse toda mi
esperanza, y él se inclinó hacia mí”. Al reflexionar sobre algún tema o ideal, gradualmente
su significado e importancia se hace claro, y su VIDA se hace patente.
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
profundo estado de trance. Santa Catalina de Siena caía a menudo en este estado a la sola
mención de cosas santas. Al sucederle esto es una ocasión en la Corte del Papa, una dama
incrédula le clavó en el pie un gran alfiler. Ella no lo sintió, aunque después el pie se le
enconó.
Creo que este estado lo describe San Pablo en su Segunda Epístola a los Corintios:
“Sé de un hombre en Cristo, el cual hace catorce años (si en el cuerpo o fuera del cuerpo no
lo sé, Dios lo sabe) fue arrebatado al paraíso y oyó palabras inefables que el hombre no
puede pronunciar”. (Cap. XII).
Este estado fuera del tiempo y del espacio, es producido por el juntarse de la luz del
cuerpo pituitario con la de la glándula pineal.
Vyasa considera que equivale a la conquista de los planos internos uno tras otro. El
gran santo Hindú, Ramakrishna, hablaba de las “siete cortinas” que el éxtasis descorría. LA
VOZ DEL SILENCIO habla de “escuchar la voz de tu Dios interno en siete formas”. El
mismo libro habla de la respuesta gradual del vidente a los velos progresivos de la
naturaleza: “Ayuda a la naturaleza y coopera con ella, y la naturaleza te considerará como
uno de sus creadores, y te obedecerá. Y abrirá ampliamente ante ti los portales de sus
cámaras secretas, exhibiendo ante tus miradas los tesoros ocultos en los abismos de su puro
regazo virginal. Incontaminados por la mano de la materia, ella muestra sus tesoros
únicamente al ojo del Espíritu, el ojo que jamás se cierra, el ojo para el cual no hay velo
alguno en todos sus reinos”.
El adiestramiento y refinación gradual de los vehículos de conciencia los capacita
para responder, y por tanto conocer plano tras plano de materia más fina y sutil. El Maestro
K. H. escribe: “Los grados de iniciación de un Adepto marcan las siete etapas por las cuales
él descubre el secreto de los principios séptuples en la naturaleza y en el hombre y despierta
sus poderes dormidos”.
Santa Teresa habla de las “Siete Mansiones” en su libro EL CASTILLO
INTERIOR. Describe sus experiencias en ese mundo interno, resplandeciente y más fino:
“El brillo de semejante visión, sobrepasa todo cuanto uno puede imaginar en la tierra. En
comparación con esa luz, la radiación del sol que contemplamos parece oscura, y es como
si jamás pudiéramos volver a abrir los ojos”. En otro pasaje escribe: “Miro hacia abajo al
“mundo desde una gran altura y poco me cuido de lo que la gente diga o sepa acerca de mí.
Nuestro Señor ha hecho que ahora mi vida sea una especie de sueño, pues casi siempre lo
que veo me parece como un ensueño y no experimento ni placer ni dolor”.
¿No nos recuerda esto otra vez a LA VOZ DEL SILENCIO?. “Pues cuando a él
mismo su propia forma le parezca irreal, como sucede al despertarse con todas las formas
que ve en sueños; cuando ha cesado de oír los muchos, puede discernir al Uno -el sonido
interno que apaga los externos”. Y también el encantador Plotino: “La visión de lo Bueno
resplandece solamente en la medida en que el vidente puede percibir el influjo del
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
7. Este triple poder es más interno que los medios de crecimiento descritos
previamente.
8. Pero aún éstos son externos en relación con la verdadera meditación sin semilla que
no se basa en objeto alguno.
La verdadera conciencia espiritual, está más allá del espacio y del tiempo. H. P. B.
dice que es “sin forma” mas sólo lo es para la conciencia inferior.
Como se dijo antes, este estado se produce por la conjunción de la luz del cuerpo
pituitario con la de la glándula pineal, y es virtualmente imposible llevar con claridad al
cerebro físico una impresión cierta de semejante estado.
No diré más sobre los Sutras del Libro III, sino meramente enumeraré algunos de
los SIDDHIS que puede desarrollar el yogui o meditador. Nos recuerdan los cuentos de
hadas, que yo sospecho son realmente fábulas antiguas que esconden verdades ocultas,
como en ALICIA EN EL PAIS DE LAS MARAVILLAS. (No deben tomarse
literalmente; describen en lenguaje figurado algunos poderes espirituales. N. del Trad.).
Conocimiento del pasado y del futuro.
Comprensión del lenguaje de todas las cosas vivientes.
Recuerdo de nacimientos anteriores.
Conocer y comprender los pensamientos de otros.
Poder de hacer invisible el cuerpo.
Saber la hora de la muerte de uno mismo.
Conocimiento de cosas sutiles, ocultas o remotas, por medio de la luz interna.
Conocimiento de planetas y estrellas.
Conocimiento de la estructura y poderes del cuerpo.
Cesación del hambre y la sed. (Por ejemplo, el caso de Teresa Neumann).
Inmovilidad del cuerpo.
Comprensión de todas las cosas por medio de la intuición.
Conocimiento de la naturaleza de la conciencia aparte de sus vestiduras. (Toda
experiencia personal existe para bien del hombre espiritual, el Ser. Así que meditando sobre
esa experiencia para su bien, llega al conocimiento de sí mismo).
Esplendor del mismo cuerpo físico.
Audición espiritual, por dominio sobre AKASHA.
Caminar por el espacio. (Cristo caminaba sobre las aguas).
Perfección del cuerpo en belleza y vigor.
Dominio sobre la materia y supremacía sobre todos los estados de existencia y de
conciencia.
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
1. Locuciones interiores por las cuales el místico conversa con la Deidad. Ejemplos
famosos de estos son los de la Dama Juliana de Norwich, Santa Catalina de Siena y Santa
Teresa de Avila.
2. El “olor de santidad”. Cuando San Juan de la Cruz estaba meditando en la celda de
su prisión, todo el campo en torno de la prisión se llenaba con el aroma de rosas silvestres.
Hoy día, en cierto convento de Italia, las monjas pueden encontrar a la Madre Superior por
el aroma de flores, y la presencia de Santa Teresa de Lisieux es anunciada a menudo por el
aroma de rosas o violetas.
3. Levitación. En su meditación, San Francisco se elevaba a veces hasta la altura de
las copas de los árboles. Y Santa Teresa se sentía incómoda porque no podía evitar que su
cuerpo se elevara al orar. Se sabe hoy de cierto sacerdote que tiene que poner plomo en sus
zapatos para evitar que su cuerpo se eleve durante la Misa. Recuerdo que el Coronel Olcott
nos contaba que cierto yogui le visitó y al caer en trance se elevó una buena distancia en el
aire; el Coronel tomó una vara y la pasó por debajo del yogui flotante para ver si tenía
soportes invisibles, pero no sintió ninguno.
4. Visiones. Casi todos los Santos Cristianos las tuvieron.
5. Poder sanador. El gran ejemplo de este poder no fue solamente Santa Catalina,
sino aquel simple santo, el Cura de Ars.
6. Arrobamiento. Es lo que en Oriente se llama SAMADHI.
7. Leer en las mentes de otros. También en esto fue un gran ejemplo el Cura de Ars,
que llamaba a personas de la larga fila que se formaba ante su confesionario, y les decía lo
que iban a confesarle, y a veces les decía en el confesionario: “Pero no me has dicho tal y
tal cosa”.
8. Ver a los Grandes Seres, tales como Nuestra Señora, etc. Santa Teresa solía
hablar muy familiarmente con “Dios”, y hasta le objetaba a veces.
9. Incorruptibilidad del cadáver. Tal fue el caso de Santa Teresa y también de San
Francisco de Sales cuyo cuerpo incorruptible se exhibe de vez en cuando. Y Santa
Bernardete, cuyo cuerpo fue exhumado muchos años después de su muerte y se encontró en
perfecto estado de conservación.
10. Esplendor. Muchos de los Santos tenían un esplendor extraordinario.
11. Intuición. El santo Indo, Ramana Maharshi, sabía a veces lo que les estaba
ocurriendo a sus devotos, sin que ellos se lo dijeran, y les enviaba auxilio.
En todo caso, Patanjali precave al estudiante de que estos poderes son maravillosos
para una mente extrovertida, pero son un estorbo para alcanzar la verdadera conciencia
espiritual que está totalmente más allá de ellos. Y dice en otro sutra que hay que superar
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
toda añagaza y orgullo para que el apego a las cosas malas no resurja. Varios de los Arhats
del Budda desarrollaron estos poderes, pero el Señor jamás les permitía exhibirlos de
ninguna manera. Patanjali dice, según un traductor: “La virtud cobija al que es capaz de
rechazar todos los poderes”. Y en otro sutra agrega: “Cuando las vestiduras del Espíritu han
quedado completamente puras, es decir libres de egoísmo y de personalismo, entonces la
Luz del Espíritu puro puede resplandecer perfectamente y se alcanza la verdadera vida
espiritual”. El Yo Espiritual se ha unificado con la Vida Total del Universo, y por tanto ES,
puro Amor y Verdad.
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
LIBRO IV
Al Libro Cuarto se le ha llamado a veces “el Libro del Aislamiento del Alma” lo
cual nos recuerda la sublime frase de Plotino, “el vuelo del solitario al Solitario”. Rama
Prasad lo titula “Libro de la Independencia Absoluta (KAIVALYA)”. Es el más sublime de
los cuatro Libros, y tan profundo y maravilloso que no intentaré escribir mucho acerca de
él, sino dejaré eso a escritores mucho más conocedores y sabios que yo.
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
CAPÍTULO I
SUTRAS 1, 4, 5, 6, 18, 19, 20, 29, 30, 31, 32, 33 Y 34
1. Los poderes psíquicos pueden venir de nacimientos anteriores, o ser inducidos por
drogas, encantamientos, aspiración ferviente, o en trance.
5. En los mundos formales la conciencia tiene muchas formas, pero la causa raíz es
una sola.
Al fin y al cabo no hay sino una sola Vida en todo el universo, y también una sola
conciencia, como nos dice H. P. B. El Sr. H. G. Wells dice en uno de sus libros que “Dios
piensa, existe, crece y evoluciona por medio de todos nosotros y de todas las cosas
vivientes”.
El placer y el dolor son uno de los “pares de opuestos” bajo los cuales evolucionan
la auto-conciencia y la auto-motivación. El hombre espiritual está más allá de ellos, en
“aquel estado en el que no hay ni premio ni castigo, ni bueno ni malo”. (L. P.).
Estos pares de opuestos nacen de la diferenciación y por tanto generan karma o el
juego de acción y reacción. El hombre espiritual no genera karma.
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Clara M. Codd – Introducción del Yoga de Patanjali
19. Puesto que la mente puede ser conocida como objeto, no puede ella ser la fuente de
iluminación.
29. El que está totalmente libre del yo, aún en sus aspiraciones de iluminación divina,
alcanza la omnisciencia.
Esto me recuerda lo que dice una escritura Inda, que el fin de la filosofía es acabar
con el dolor.
31. De ahí en adelante todos los velos se han rasgado y su conocimiento se hace
infinito.
34. Cuando las vestiduras y el hombre espiritual están igualmente puros, sobreviene la
libertad perfecta (KAIVALYA), y se alcanza la perfecta vida espiritual.
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