Los Tres Mandamientos
Los Tres Mandamientos
Los Tres Mandamientos
b) Ley natural: es la ley eterna grabada en los seres racionales que está
basada en la naturaleza del hombre, como, por ejemplo, la injustica de la calumnia
o la monstruosidad de la blasfemia.
La moral católica no sólo obliga a los católicos, obliga a todos los hombres:
pues se basa en la ley natural. Todo hombre católico y no católico, está obligado
a no matar, no robar, no explotar al prójimo, no calumniar, etc.
Los mandamientos de la Ley de Dios son la ley moral que Dios dio a Moisés
en el Antiguo Testamento y que Cristo perfeccionó en el Nuevo. Se basan en que
Dios Es nuestro Dueño y nuestro Señor, y nos puede mandar. Pero es tan bueno,
que lo que nos manda es para bien nuestro. Con los mandamientos, Dios protege
nuestros derechos y también los de nuestros prójimos.
Todos los mandamientos son para todos: nadie puede dejar de cumplirlos, y
es necesario cumplirlos todos para salvarse. No basta decir “yo no robo ni mato”.
Para salvarse hay que guardarlos todos. Para condenarse basta fallar a uno.
Amar a Dios no es, precisamente, sentir cariño sensible hacia Él, como lo
sentimos hacia nuestros padres; porque a Dios no se le ve y a las personas a
quienes no se ve es difícil tenerles cariño, Dios, no obliga a eso, pues no está en
nuestra mano.
Una prueba de amor a Dios sobre todas las cosas es guardar sus
mandamientos por encima de todo. Es decir, estar dispuesto a perderlo todo
antes que ofenderle.
Están obligados a oír Misa entera los días de precepto todos los bautizados
que han cumplido los siete años y tienen uso de la razón.