Del Trabajo Al Centro Cultural. La Universidad Popular Mexicana (1912-1920) y Su Papel en La Construcción Del Nuevo Ciudadano, Claudia Carretta

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Del trabajo al centro cultural. La Universidad Popular Mexicana (19121920) y su papel en la construccin del nuevo ciudadano.

Claudia Carretta-Beltrn Departamento de Investigaciones Educativas CINVESTAV-IPN

Prepared for delivery at the 2003 meeting of the Latin American Studies Association, Dallas, Texas, March 27-29, 2003

I. Puntos de partida. Las acciones desarrolladas por Jos Vasconcelos desde mediados de 1920, cuando se incorpor como funcionario educativo del gobierno de Adolfo de la Huerta y de lvaro Obregn, han sido analizadas en varios trabajos historiogrficos mexicanos como parte aguas de la vida educativa y cultural de Mxico. Estos anlisis han construido una zanja entre el viejo rgimen y el nuevo rgimen (ste ltimo identificado al triunfo de la revolucin mexicana). El discurso pronunciado por Vasconcelos durante la toma de posesin como rector de la Universidad Nacional y jefe del Departamento de Educacin y Bella Artes parece haber tenido tal fuerza que, hasta finales de 1980, las actividades desarrolladas bajo su gestin como jefe del Departamento y posteriormente como ministro de la Secretara de Educacin Pblica continuaron siendo interpretadas por muchos historiadores mexicanos como radicalmente innovadoras en el campo de la poltica educativa y cultural del pas. Susana Quintanilla seala que en su afn por glorificar los logros de la Revolucin, de establecer los linderos entre lo autnticamente revolucionario y aquello ligado al espritu, los preceptos, el sentir y los hombres del antiguo rgimen, la historia ha sido injusta [...]. Se ha hablado hasta el hartazgo de la gestin de Jos Vasconcelos en el Departamento Universitario, del impulso y el nuevo sentido a la educacin [...]. 1 Es a partir de la dcada de los noventa cuando la historiografa mexicana empez a reconocer el impacto del antiguo rgimen en las decisiones educativas de la etapa posrevolucionaria, as como la importancia las labores de las instituciones culturales activas durante la etapa armada de la revolucin. Una de estas instituciones es la Universidad Popular Mexicana. Las representaciones que los intelectuales, funcionarios, acadmicos y artistas participantes de la Universidad Popular Mexicana construyeron de los obreros y de los sectores populares de la Ciudad de Mxico, influyeron en las decisiones para el diseo e implementacin de polticas educativo-culturales. Desde esta institucin se imparti educacin de manera no formal, sin seguir programas educativos definidos y sin otorgar a sus asistentes ttulos o grados acadmicos, pero con el propsito explicito de acercar la cultura al pueblo. Toda institucin tiene rasgos particulares y en cierta medida cada una acta de manera autnoma de las dems instituciones. Sin embargo, no es totalmente independiente de los intereses y las circunstancias sociales, polticas, econmicas o de las ideas circulantes de la poca, ni de las variadas formaciones sociales con que se encuentra concatenada. Para mirar a la Universidad Popular Mexicana y los sujetos que participaron en ella me sirvo de la nocin de configuracin que propone Norbert Elias. Roger Chartier explica la configuracin como toda aquella formacin social de tamao variable [...], donde los individuos estn relacionados unos con otros por un modo especfico de dependencias recprocas y cuya reproduccin supone un equilibrio mvil de tensiones. 2 La Universidad Popular Mexicana fue un proyecto cultural que se origin a dos aos del inicio de la revolucin de 1910, en plena crisis del gobierno maderista, y que sobrevivi a la etapa armada y convencionista de la revolucin mexicana. La Universidad
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Susana Quintanilla, El Ateneo de la Juventud: trayectoria de una generacin. (Mxico: Tesis de doctorado de la Facultad de Filosofa y Letras de la UNAM, 1990), p. 11 2 Citado por Roger Chartier, El mundo como representacin. Historia cultural: entre prctica y representacin. (Barcelona: Gedisa, 1992), p. 88.

comenz sus trabajos el 24 de octubre de 1912, constituyndose legalmente como una institucin dependiente del Ateneo de Mxico. Termin sus actividades en el transcurso de 1920, al inicio del periodo del gobierno de transicin que allan paso a la presidencia de Mxico a lvaro Obregn y al exatenesta Jos Vasconcelos quien en la dcada de los aos veinte se convertira en figura importante de la escena educativa y cultural del pas. La institucin que precedi a la Universidad Popular Mexicana fue el Ateneo de la Juventud, despus denominado Ateneo de Mxico. El Ateneo se constituy en 1909 como una sociedad civil, y desde ella, sus miembros dictaron conferencias, ofrecieron recitales poticos y organizaron conciertos dirigidos a pblicos que sus propios participantes denominaron doctos. Para 1910 algunos de los socios colaboraron en los preparativos de los festejos del centenario de la independencia de Mxico. Sus participantes fueron en su mayora intelectuales que intervinieron de diferentes maneras y en distintos momentos en la vida cultural, poltica y educativa del pas. Entre la larga lista de socios del Ateneo se podan encontrar los nombres de los mexicanos: Antonio Caso, Jos Vasconcelos, Martn Luis Guzmn, Alfonso Reyes, Alfonso Pruneda, Alba Herrera y Ogazn, Alberto J. Pani, Julio Torri, Vicente Lombardo Toledano; el dominicano Pedro Henrquez Urea y el espaol Pedro Gonzlez Blanco. Todos ellos participaron ya sea como idearios, fundadores, directores y/o profesores de la Universidad Popular Mexicana. Las relaciones entre los individuos que participaron en la Universidad Popular estuvieron cruzadas por las diferentes posiciones sociales, polticas, econmicas y educativas que permanecieron desde el rgimen de Porfirio Daz y que emergieron durante y despus de la revolucin mexicana. Estas relaciones respondieron a intereses de los grupos y/o de los individuos particulares que intervinieron en algn momento de la vida de la Universidad. Por esto entiendo a la Universidad Popular como un escenario institucional. Lewis A. Coser afirma que los escenarios institucionales son importantes, no slo como mediadores del contacto, directo o indirecto, entre los intelectuales y su pblico, [... sino como] escenarios [que] pueden erigir fronteras entre grupos de intelectuales y el mundo de los legos [, al tiempo que permiten] la separacin y la diferenciacin y constituyen un escudo contra la observacin. 3 Adems, considero que las instituciones son espacios clave que nos permiten mirar la relacin entre diferentes sectores sociales, como: obreros, empresarios, empleados, funcionarios, intelectuales, estudiantes, polticos, acadmicos, artistas, trabajadoras domsticas y damas de la alta sociedad. Del coro de voces participantes en la institucin, analizo las voces escritas de los intelectuales, acadmicos, escritores, artistas, periodistas y todos aquellos responsables de organizar actividades, presentar conferencias o conciertos y de redactar artculos periodsticos, panfletos y boletines que dieron cuenta de la vida de la Universidad. Los documentos escritos no slo dan cuenta de las actividades desarrolladas por la institucin, tambin nos hablan de las concepciones que sus autores tenan sobre el mundo y su realidad. Nos hablan de las ideas que estos autores tenan de s mismos y de los otros, especficamente de los obreros y los sectores marginados econmica y socialmente (los empleados y pobres mujeres y hombres-) de la Ciudad de Mxico.

Lewis A. Coser, Hombres de ideas. El punto de vista de un socilogo. (Mxico: FCE, 1980), p. 23.

II. Representaciones Si entendemos al lenguaje a la manera de Roger Chartier, o sea, en su funcionamiento mismo, en sus figuras y sus acuerdos, como una significacin que se construye y desde la cual la realidades producida, entonces podemos dejar de lado la idea de lenguaje como la expresin transparente de una realidad exterior o de un sentido dado previamente.4 Para el caso que nos ocupa, analizando la forma en que las voces escritas enunciaron a los obreros y a los grupos marginales se puede ver cmo las elites intelectuales, los funcionarios de gobierno, los empresarios y acadmicos otorgaron un lugar a estos individuos dentro del entramado social. En el prlogo al folleto La Universidad Popular Mexicana y sus primeras labores, publicado en 1913,5 la misin de la institucin fue descrita de la siguiente manera:
La escuela primaria no puede satisfacer las necesidades espirituales de ningn hombre actual. Para colmar este anhelo de mayor cultura, los privilegiados de la sociedad cuentan con escuelas superiores y profesionales. Mas los no privilegiados, que forman el pueblo, como tienen que atender de preferencia al diario sustento, no van a la escuela. Si el pueblo no puede ir a la escuela, la escuela debe ir al pueblo. Esto es la Universidad Popular: la escuela que ha abierto sus puertas y derramado por las calles a sus profesores para que vayan a buscar al pueblo en sus talleres y en sus centros de agrupacin. []. Porque es fuerza apresurarse: la verdad es grande y la vida es breve. Por manera que la Universidad Popular, en razn de su multiformidad misma, de su elasticidad y amplitud, es la ms adecuada para responder a las necesidades del pueblo, para auscultar en todo momento su corazn y para someterle, -segn clsica expresin, - los Remedios del Alma .- [...]

Aqu se observan los deseos de los miembros de la institucin por llevar los remedios del alma al pueblo, pero tambin se encuentran las ideas compartidas por un grupo conformado por intelectuales, acadmicos y todos aquellos que debatieron y materializaron la idea de la Universidad Popular. En este texto, individuos particulares son nombrados y catalogados dentro de un grupo: el pueblo. Esta enunciacin homogeneiz sujetos y generaliz sus males. Los obreros son enunciados como una clase, como los no privilegiados de la sociedad, como sujetos necesitados de algo que no queda totalmente claro, pero que suponen: anhelo de mayor cultura, aspiracin de contar con tiempo, deseos de conocer la verdad. Bajo este discurso, el carcter popular de las actividades ofrecidas por la Universidad, (lo popular referido al pueblo) era idneo para ofrecer a esa masa los conocimientos y elementos modernizadores y civilizadores que las elites y la clase media mexicana imaginaban a partir de sus apropiaciones de la idea de occidente. Desde esta construccin de la imagen de la masa homognea identificada como el pueblo, los sujetos marginados aspiraban y deseaban a partir de deseos construidos por las elites y las clases medias de la Ciudad de Mxico.
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Roger Chartier, Op. Cit. Introduccin. p. IV Aun cuando este prlogo no est firmado, probablemente fue elaborado por Alfonso Reyes, ya que en escritos redactados posteriormente por este intelectual se encuentran fragmentos del contenido del mismo con algunas variaciones

Alfonso Pruneda, rector de la Universidad escribi, pronunci y public anualmente un discurso sobre las actividades de desarrolladas por la institucin. Llama la atencin su primer informe dictado a un ao del inicio de labores en el que menciona:
Sinceramente creemos que el Ateneo de Mxico a dado un paso muy serio en pro de la educacin de muchos gremios obreros [...] Esperamos que las clases dictadas y principalmente favorecidas por la nueva institucin demuestren con su entusiasmo que no en vano hay quien se ocupe en poner a su alcance los medios de elevar su nivel moral, intelectual y social.6

El pueblo fue representado como un ente desposedo de todo: lo material, moral, intelectual, social y cultural. Las actividades ofrecidas por parte de la Universidad Popular fueron dirigidas a esa masa homognea que era enunciada como pueblo por los participantes de la institucin, pero que tambin fue catalogada as por intelectuales, funcionarios, empresarios y todos aquellos que por sus posicionamientos dentro del entramado social contaban con poder. Las enunciaciones son productoras de lo social puesto que las voces escritas enuncian los desgloses y clasificaciones que se mantuvieron y fueron decantando en las posteriores concepciones de estos grupos, de sus necesidades, faltas y deseos. De las enunciaciones de estos grupos es que las voces autorizadas contribuyeron a la creacin de lo social. Pierre Bourdieu considera al lenguaje no solamente como un instrumento de comunicacin o de conocimiento, sino tambin como un instrumento de poder. Una persona habla o escribe no solo para ser entendida, sino tambin para ser obedecida, respetada, distinguida y creda. Si entendemos al mundo social, y dentro de este incluyo al mundo escrito, como un sistema de intercambios simblicos, toda relacin de conocimiento y/o comunicacin es una relacin de poder y las relaciones culturales pueden operar como relaciones de poder justamente porque en ellas se realiza la comunicacin entre los miembros de una sociedad y el conocimiento de lo real.7 Entender a las voces escritas como poder nos lleva tambin a pensar en la autoridad que representa el autor de un texto, o ms precisamente: el halo de autoridad que rodea a un discurso por el simple hecho de ser enunciado por un autor que ocupa un lugar de reconocimiento en la sociedad. En Qu es un autor?, Michael Foucault explica que: El nombre del autor sirve para caracterizar cierto modo de ser del discurso, el hecho que el discurso [ya sea escrito o verbal] tenga el nombre de un autor y que alguien pueda decir esto fue escrito por este o aquel autor, muestra que este no es un discurso ordinario de la vida cotidiana [...], no es algo inmediatamente consumible. Por el contrario, este discurso debe ser recibido de cierta manera y dentro de una cultura determinada le ser otorgado cierto estatus. 8 La recepcin del contenido de las conferencias dictadas en la Universidad era diferente y relacionada con el pblico: su estatus econmico, acadmico y social dentro del dentro del entramado social; con la forma en que el autor-orador se presentaba ante el pblico, ya fuera como mdico, arquitecto, filsofo, escritor o abogado; y por la autoridad del orador el campo de conocimiento bajo el cual construa y presentaba su discurso. Un discurso no tiene impacto en los otros slo por lo que dice, sino por quin lo dice, cmo lo dice y desde dnde lo dice. Hay que entender que los sujetos autorizados para emitir discursos sobre los obreros y los grupos marginados de la Ciudad de Mxico, no siempre tuvieron un referente
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La Universidad Popular Mexicana y sus primeras labores. (Mxico: Imprenta Escalante, 1913), p. 5. Garca Canclini, en la introduccin a la Sociologa de la Cultura de Piere Bourdieu (Mxico: Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y Grijalbo, 1990), p. 40 8 Michael Foucault. What is an Author, Art in Theory: 1900-1990 . (Oxford: Blackwell, 1997), Pp. 923-928

material. En muchos casos las ideas expresadas sobre estos grupos respondan ms a los imaginarios que los sujetos autorizados tenan y a lo que deseaban de esos sectores. Finalmente al nombrar al Otro se diferenciaban de l, al tiempo que jerarquizaban su posicin dentro del entramado social con respecto a los Otros; a ese Otro que ubicaban como obrero y/o pobre. Muchas de las enunciaciones emitidas por estos grupos de poder posicionaron al Otro como un sujeto en falta: o sea, sujetos sin educacin, sin moral, sin higiene, sin cultura y sin salud. La prctica de desposeer a los sujetos a travs del noreconocimiento de contar con cultura, moral y prcticas propias de expresin de stas, es identificada por Gesa Mackenthun en Metaphors of Dispossession como una prctica colonizante. Esta autora afirma que entre otros discursos construidos por los promotores del colonialismo [estaban aquellos que] declararon que los indgenas eran vagabundos sin ningn derecho de posesin con el propsito de formular la idea de Amrica como un domicilio vacante [...].9 La nocin de domicilio vacante permiti a los colonizadores entrar en territorios de otros y justificar sus acciones bajo la idea de que los individuos que rondaban esos lugares no tenan lugar fijo, no tenan propiedad sobre la tierra, no tenan civilizacin, desposeyndolos de cualquier elemento cultural o material. Si alguien no posee, no permanece, no tiene cultura, moral, higiene, vienes materiales y formas de occidente, entonces no tiene nada. El proceso consiste en desposeer al sujeto, al grupo, a la comunidad de sus elementos, expresiones y formas culturales, sociales, polticas y econmicas, para despus ubicarlo como sujeto en falta, aquel que no tiene nada y al que hay que darle todo. Uno de los ltimos esfuerzos que la Universidad Popular hizo para continuar con sus trabajos fue la publicacin del Primer Almanaque, probablemente utilizando parte del apoyo econmico brindado por el gobierno. El Primer Almanaque de la Universidad Popular Mexicana (y el nico) fue [...] editado con la mira de divulgar conocimientos tiles. De higiene y de civismo. Para que la primera se extienda entre nosotros, para que el segundo aliente entre los mexicanos.10 Utilizando la historieta (cmic) con la intencin de iniciar cada mes tema. La publicacin expuso temas sobre el piojo, el ejercicio fsico, los hroes, el aire libre y el aire confinado, los alimentos, el alcoholismo, la mosca, el sarampin, la escarlatina, la viruela, el cuidado de los ojos, lo que supone cierto nivel de alfabetizacin de los sectores populares y demuestra que para 1919 continuaba la preocupacin de los miembros de la institucin tenan desde 1912 por higienizar y moralizar a los obreros.11 As pues, formar a ciudadanos para el estado nacional moderno era la pretensin de las elites intelectuales participantes en la Universidad Popular, aunque no tuvieran consenso sobre qu significaba ser moderno y nacional. En un pas que continuaba reciclando en muchos espacios sociales las formas del porfiriato, en medio de una revolucin civil y con el anhelo nada claro de un Mxico moderno y nacional (orden y progreso), los integrantes de la Universidad pretendan formar a los obreros y sectores marginados para que fueran
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Gesa Mackenthun. Metaphors of Dispossession. American Beginning and the Translation of Empire, 14921637 . (Norman y Londres: University of Oklahoma Press, 1997), p. 8 10 Fernando Curiel. La revuelta. Interpretacin del Ateneo de la Juventud (1906-1929) (Mxico: UNAM, 1998), p. 390. 11 Fernando Curiel en La revuelta hace referencia al Primer Almanaque de la Universidad Popular Mexicana, editado en 1919 por la Imprenta Victoria, las notas sobre la publicacin son sacadas de ese texto.

ciudadanos de este Mxico imaginario. En 1913, en el primer documento publicado por la institucin, uno de sus idearios escribi:
No es, pues, la Universidad Popular una escuela tcnica, sino que es, propiamente, la escuela para ciudadanos. Para ciudadanos, entendindolo bien: para hombres y mujeres plenamente tiles a la sociedad.

Aquellos que tuvieron poder para imprimir sus voces en papel o en espacios pblicos en la primera dcada del siglo XX, estaban validados de cierta manera por posiciones sociales y desde all construyeron imgenes acerca de qu era ser un obrero u obrera, y que era ser una mujer u hombre pobre en la Ciudad de Mxico. Las construcciones fueron impresas, publicadas y ledas por otras gentes en posiciones de poder, y los obreros y pobres (que en aquel tiempo en Mxico eran sinnimos) fueron representados por las voces de otros. Las representaciones creadas por un grupo social acerca de otro grupo social contribuyeron a la construccin de un discurso particular sobre cmo entender y ver a los obreros y pobres, y desde all entender sus supuestas necesidades. Podemos pensar que estas representaciones tambin contribuyeron a la autoconstruccin de lo que significaba ser obrero o pobre en la Ciudad de Mxico.

III. Polticas culturales El exatenesta Jos Vasconcelos regres a Mxico en 1920 despus de que partiera al exilio a Estados Unidos en los primeros meses de 1915. A su regreso le fue otorgada la jefatura del Departamento Universitario y de Bellas Artes, bajo el cual tambin deba desempearse como rector de la Universidad Nacional de Mxico. Este puesto lo asumi bajo el gobierno interino de Adolfo de la Huerta los primeros das de junio de 1920. Vasconcelos desempe el cargo siempre con miras a construir y dirigir un ministerio de educacin el cual fue conformado como Secretara de Educacin Pblica un ao despus de su llegada a la Ciudad de Mxico.12 Para Jos Vasconcelos y todos aquellos que se alimentaron de su discurso de toma de posesin, lo que tenan al frente eran un montn de ruinas.13 Esta forma de nombrar al pasado fue hecha por Vasconcelos en el discurso de toma de posesin como jefe del Departamento Universitario. A travs de sta enunciacin del pasado no solamente deslegitim los esfuerzos anteriores en el campo educativo cultural, sino que con este acto simblico de enunciacin demostr su necesidad de superar el pasado. Para la elite intelectual que tomaba posesin de puestos oficiales de poder, todo estaba por hacerse. En su discurso Vasconcelos desconoci el trabajo desarrollado desde 1912 por la Universidad Popular Mexicana, as como el de otras instituciones culturales surgidas en 1917, no nombr a ninguna de ellas y de esta manera las neg. Su discurso fue de crtica, pero sobre todo de deslegitimacin del pasado, posicionndose a s mismo como sujeto fundante de la educacin y la cultura de un nuevo rgimen y ubicando a quienes lo acompaaron en las actividades impulsadas como participantes activos del origen de una nueva nacin. El eco de sus palabras y las acciones que desarroll han contribuido en muchos casos a que la historiografa de la educacin le otorgue el lugar del hroe mtico, con un proyecto educativo totalmente definido desde el inicio de sus funciones. As, el renacimiento
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Claude Fell, Jos Vasconcelos. Los aos del guila. (Mxico: UNAM, 1989), p. 21. Jos Vasconcelos, El Ulises Criollo. Memorias (Mxico: FCE, 1993),. p. 57.

cultural de los aos 20 queda como un triunfo ms del gobierno de Obregn y no como lo que fue: el desenlace de un largo proceso originado desde finales del siglo XIX, en el cual participaron personalidades de las ms diversas tendencias [...]. 14 Dicho desenlace fue concatenndose con el nuevo juego social que exigi un reposicionamiento por parte de los actores del pasado que contribuyeron a la configuracin de un nuevo escenario. La mayora de las actividades desarrolladas desde los departamentos y direcciones creados por el rector Jos Vasconcelos y algunos de sus sucesores tuvieron como objetivo vincular a la universidad con el pueblo y elevar la cultura de ste. En diversos proyectos culturales desarrollados despus de 1920 se pueden reconocer enunciaciones que por su forma y estilo fueron generadas o reproducidas a partir del discurso de la Universidad Popular Mexicana. Las polticas educativas y culturales puestas en marcha desde el mbito oficial a partir de 1920 y hasta la renuncia de Jos Vasconcelos al Ministerio de Educacin en 1924 evocan ciertos gestos y estilos de la Universidad Popular; por ejemplo, fue desde del proyecto de las bibliotecas populares, encargado a Julio Torri (entonces jefe del Departamento Editorial), desde donde en 1921 se empezara a publicar la revista El Maestro con temas dirigidos [...] por igual al obrero que al explotador de la tierra, al campesino que al industrial.15 Los temas y forma de tratamiento de la revista recuerdan las publicaciones del Boletn de la Universidad Popular Mexicana. En un caso similar se encuentra la creacin del Departamento de Extensin Universitaria que en 1922 llevaron a cabo el secretario de educacin Jos Vasconcelos y el rector de la Universidad Nacional, Antonio Caso. Los gestos de la Universidad Popular trascienden la gestin del maestro de Amrica, Jos Vasconcelos y el cenculo de intelectuales que desde 1909 y hasta los primeros aos de los veinte participaron en la vida poltica, educativa y cultural del pas.16 En diciembre de 1924 Alfonso Pruneda, quien fuera el eterno rector de la Universidad Popular, asumi la rectora de la Universidad Nacional. Guadalupe Prez San Vicente (1979) en su trabajo sobre La extensin universitaria menciona que aos despus de su gestin, Alfonso Pruneda recordara en su biografa que:
Con la experiencia de la Universidad Popular, cuando el suscrito disfrut el honor de ser rector de la Universidad Nacional de 1924 a 1928, estableci en sta el Departamento de Extensin Universitaria, con un programa semejante, pero por supuesto adaptado a las circunstancias. El personal del Departamento era reducido; pero para el desarrollo del programa pudo contarse en general con la colaboracin gratuita y desinteresada de muchos profesores y estudiantes de las distintas instituciones universitarias.17

Las actividades que ofreci este Departamento estuvieron organizadas en brigadas universitarias (excursiones y plticas populares), mejoramiento sanitario, bufete gratuito, consultas tcnicas, higiene personal y pblica, instruccin cvica, docencia extraescolar: museos, exposiciones artsticas, conferencias (con temas sobre: sociologa, psicologa, literatura castellana internacional y nacional, higiene e historia), debates y conversaciones, cooperacin social, relacin social, fomento cultural, difusin de conferencias en
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Susana Quintanilla, Op. Cit. p. 11 Fernando Curiel, Op. cit. p. 388. 16 Pedro Henrquez Urea y Antonio Caso, entre otros. 17 Citado por Guadalupe Prez San Vicente, La extensin universitaria. Notas para su historia.. (Mxico: UNAM, 1979), p. 66.

reproducciones mimeografiadas, intercambio universitario y servicio social hacia los desposedos culturales. 18 Cualquier parecido con los Estatutos de la Universidad Popular Mexicana, y con las actividades desarrolladas por esa institucin cultural puede ser todo, menos una coincidencia.

BIBLIOGRAFA Fuentes Primarias: Boletn de la Universidad Popular Mexicana. Tomo I, Nm.1, 2 y 8 (mayo, junio y diciembre). Mxico: imprenta Victoria, 1915. ________ Tomo III. Mxico, imprenta Victoria, 1917. Pruneda, Alfonso. La Universidad Popular Mexicana en el segundo ao de sus labores (1913-1914). Mxico: imprenta Stephan y Torres, 1915. La Universidad Popular Mexicana y sus primeras labores. Mxico: Imprenta Escalante, 1913. La Universidad Popular Mexicana en el segundo ao de sus labores (1913-1914). Informe del doctor Alfonso Pruneda, rector de la institucin. Mxico: imprenta Stephan y Torres, 1915. Vasconcelos, Jos. El Ulises Criollo. Memorias. Tomo I. Mxico: FCE, 1993.

Fuentes Secundarias: Curiel, Fernando. La revuelta. Interpretacin del Ateneo de la Juventud (1906-1929). Mxico: UNAM, 1998. Chartier, Roger. El mundo como representacin. Historia cultural: entra prctica y representacin. Barcelona: Gedisa, 1992. Bourdieu, Pierre. The economics of linguistic exchanges en Language and Symbolic Power. Cambridge: Polity en coordinacin con Basil Blackwell, 1991. Fell, Claude. Jos Vasconcelos. Los aos del guila (1920-1925). Educacin, cultura e iberoamericanismo en el Mxico postrevolucionario. Mxico: UNAM, 1989.
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Ibidem. pp. 66-69

Foucault, Michael.What is an Author, Art in Theory: 1900-1990. Oxford: Blackwell 1997. Garca, Canclini, en la introduccin a la Sociologa de la Cultura de Pierre Bourdieu Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y Grijalbo: Mxico, 1990. Garciadiego, Javier. Rudos contra cientficos. La Universidad Nacional durante la Revolucin Mexicana. Mxico: El Colegio de Mxico y UNAM, 1996. Heinich, Nathalie, Norbert Elias. Historia y cultura en Occidente. Buenos Aires: Nueva Visin, 1997. Coser, Lewis A. Hombres de ideas. Mxico: FCE, 1980. Gesa, Mackenthun. Metaphors of Dispossession. American Beginning and the Translation of Empire, 1492-1637. Norman y Londres: University of Oklahoma Press, 1997. Prez San Vicente, Guadalupe La extensin universitaria. Notas para su historia.. Mxico: UNAM, 1979. Quintanilla, Susana, El Ateneo de la Juventud: trayectoria de una generacin. Tesis de doctorado de la Facultad de Filosofa y Letras. UNAM. Mxico, 1990.

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