Obras de Teatro - Elio Gallípli

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Obras de Teatro Elio Gallpoli

Obras de Teatro Elio Gallipoli ***


Teatro abierto fue la convocatoria del universo teatral independiente argentino, a fines de la dcada de los aos setentas del siglo pasado, a resistir la dictadura; tambin una notificacin: la perdurabilidad del espritu frente a la concretitud de terror. Como iniciativa cultural fue ms que notable, y el pblico se comprometi en el desafo; como expresin estrictamente teatral, Teatro Abierto mostr que un llamamiento al combate poda ser hecho desde la ms alta calidad de los textos y puestas en escena. Pocas veces un pas mostr semejante reserva de talento, tica y valor. Lo dems es anecdtico, incluso la destruccin de la sala donde se realizaron las primeras jornadas (un incendio en absoluto inocente); ancdota desde el pasado tambin es la utilizacin poltica ulterior que se quiso hacer de este esfuerzo colectivo. La historia, a veces, se quiere escribir de una manera, pero nunca faltan lectores y memoriosos que la ponen sobre sus pies. Estas obras de Elio Gallipoli, publicada en un volumen por Ediciones del Leopardo y la Wordtheque, sitan al lector frente a un dramaturgo de poderoso aliento y adems ante una poca reflejada con altura por sus textos. Leerlos es una honda aventura que impide olvidar los valores que sustentan a la condicin humana. Lagos Nilsson *** Participacion Obras escritas para Teatro Abierto Las piezas: Despus de la lluvia El 16 de octubre (Y si...) La ata contra el tiempo Construyendo Para amarte mejor Duelo... y despus A Osvaldo Dragn, que supo sortear cornisas a dentelladas secas y calientes ******* Despus de la lluvia Personajes: Padre Madre Abuelo

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Hija Hijo Primo bobo Un paisaje desolado. En un lugar del camino, una familia, intenta reconstruir la vida con deshechos de la cultura humana. El abuelo y la Hija andan por el lugar como de paseo. La Madre est en un rincn en cuclillas. De vez en cuando alza las manos al cielo emitiendo un trgico Ah. En el centro de la escena el Primo Bobo, cubierto con un trapo hasta la cabeza, que de a ratos gira de un lado a otro y, emite un sonido gutural. El Padre sostiene un tronco con el que hace palanca para mantener unas maderas en alto. El hijo pasa una soga por las maderas tratando de sujetarlas. Padre: ... La pantera anduvo por el bosque y dej su reguero de sangre. Alerta, hay que estar alerta por si vuelve a pasar. El Hijo tira de la soga, pero como no atin a hacerle un nudo, cae al suelo por efecto del envin Hijo: Mierda! El Padre se queda mirando al Hijo. Se rasca la cabeza lleno de dudas Padre: Habr que volver a empezar... Hijo: Pero, cmo? Padre: Seguramente habr algn modo de evitar la cada. Hijo: No s... no s. Ya no s cmo sujetar esas madera. Padre: Antes era posible. Hijo: Antes? Qu cosa es antes? Padre: La vida... Hijo: No entiendo... Padre: Antes, cuando ramos humanos! Hijo: Ah, eso era antes! Padre: Volvamos a intentarlo... El Hijo se pone de pie, toma la soga y repite el intento de sujetar las maderas P. B.: (en su espacio): Misericordia... misericordia... Madre: (inquieta): ... Ni siquiera era imaginable un destruccin semejante; cmo fue que pudo pasar? Silencio Ah, si por lo menos supiera cul es la oracin que corresponde a este momento! Crea su propia rezo Santa desolacin que nos guas con tus deshechos. Danos tu reino y aleja de nosotros la tentacin de volver a empezar... Sigue con sus lamentos trgicos Padre: ... La pantera anduvo por el bosque y dej su reguero de sangre. Alerta, hay que estar alerta por si vuelve a pasar. El Hijo tira de la soga, pero como no atin a hacerle un nudo, cae al suelo por efecto del envin Hijo: Mierda! El Abuelo y la Hija comienzan a dialogar Abuelo: Shsh... shsh... shsh... Te dice algo el sonido? Hija: Silencio! Abuelo: No! Prest atencin... Shsh... shsh... Hija: Silbido! Abuelo: No!!... Pero algo de eso hace... shsh... shsh... Hija: Aullido! Abuelo: Tampoco!... Pero anda por ah. Hija: Tam... tam... tam - po- co. Mira a su alrededor Nada! Abuelo: No, nada no. Shsh...Shsh... Vien- to. Viento!

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Hija: Viento? Abuelo: S, eso es: viento. Recuerdas el viento? Hija: No... Abuelo: El viento... desparramndose sobre el paisaje de la vida. Hija: Cundo? Abuelo: Antes... Antes... Con nosotros, aquellos que fuimos. La lluvia y el viento, la fascinacin de la materia, los secretos insondables del alma... Hija: ramos Dios. Abuelo: No, no... ramos hombres. El abuelo se aparta Hija: A dnde vas abuelito? Abuelo: Por ah... Se aleja. La hija comienza a llorar desconsoladamente P. B. : (en su espacio, recordando): Cmo fue posible generar tanta luz? En medio de la noche, sin que nada lo anuncie, una explosin de mil soles hizo este amanecer. Hubo que esconderse debajo de la tierra... ciegos por tanto resplandor. Estoy ciego. Soy un ciego. Madre: (idem): Protegidos en... No puede pronunciar la palabra agua ... estuvimos en un comienzo. En la oscuridad cubierta de savia se modela la forma... Cubiertos de sangre nos sorprende el primer aullido, pero quin puede asegurar que ah empieza algo... Continua con sus gemidos trgicos Padre: ... La pantera anduvo por el bosque y dej su reguero de sangre. Alerta, hay que estar alerta por si vuelve a pasar. El Hijo tira de la soga, pero como no atin a hacerle un nudo, cae al suelo por efecto del envin Hijo: Mierda! El Abuelo est orinando en un rincn apartado. La hija se acerca al Abuelo y se arroja a sus pies para beber de su orina. El Abuelo la aparta violentamente Abuelo: Fuera!... Lejos de lo que es mo. El Abuelo se inclina sobre su propia orina para beberla Ma... es slo para calmar mi sed. Slo para m... La Hija, resignada, mira a su alrededor Hija: Shsh... shsh... Nada. No qued nada... Apenas nubes. Nubes de todas las cosas... Y sin embargo, perdurar es nuestro destino. El abuelo, animado, va de un lado a otro por el sitio, discurseando Abuelo: Manteca! A la maana, con el desayuno, se unta tostadas con manteca. Luego se camina. Se anda por los campos al amanecer, cerca del arroyo cristalino. Se camina bordeando los campos sembrados de trigo... y entre los rboles del bosque. La vida en su plenitud, como debamos haberla vivido. Lgica. Lgica elemental es lo que falt. Despus de todo, si el negro es negro, no es en oposicin a que el blanco es blanco... Lo importante es la diferencia, no lo parecido, sino, dnde estara la justicia?... Tambin podramos hablar del deseo. Pero, cmo desentraar sus leyes? Cmo gobernarlo? Ah, que tristeza lo humano! Una vez que el Abuelo inicia su paseo y su discurso, la Hija va levantando cosas del suelo, que sostendr en sus brazos como si fueran flores. Llega hasta donde est el Primo Bobo y trata de tomar el bulto que se destaca en el cuerpo de l. La sensacin en su mano la turba, al tiempo que el P. B. emite un gemido. La Hija deja las dems cosas y se dedica solamente a ese bulto. Intenta arrancarlo como si se tratara de una planta. Se sienta sobre las piernas del P.B. mirando hacia el frente. Comienza un movimiento ondulante. Despus alza sus brazos y los sostiene en movimiento, como si empezara a volar. El P. B. aparece por detrs de la Hija, de un lado y del otro alternativamente. Su clamor empieza a ser inquietante P. B. : Piedad... piedad... piedad... Abuelo: Qu ests haciendo, hijita?

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Hija: (alegre): El viento abuelo, ahora recuerdo lo que era el viento... Aquellas dunas cerca del mar cuando el verano rajaba la tierra... y mi cuerpo. Abuelo: Dunas? Hija: ... Mis brazos pueden permanecer en el aire como pjaros. Abuelo: Pero, cmo es posible? Hija: Sucede... naturalmente... sin que nada lo explique. P. B. : Piedad... piedad... Hija: No te alarmes primo querido... Entregate a mi duna y que el verano se empape con nuestros cuerpos. P. B. : Soy yo... soy yo... Abuelo: (con ternura): Pero, qu le pasa a nuestro chiquito? Qu le pasa? P. B. : Piedad... piedad... Abuelo: Qu te duele? Qu apareci en tu cuerpo para alterar de este modo a nuestra niita? P. B.: Piedad... piedad... Abuelo: Habl idiota! P. B.: ... Me apareci en la noche como una fuerza imparable... Creci, se endureci y cosquillea en todo mi cuerpo... Es una alucinacin... un sueo... Hija: Eso! Eso es lo que estoy sintiendo... Una alucinacin... un sueo... Abuelo: No es doloroso? Hija: Para nada, abuelito. Para nada... Abuelo: Entonces, dejame probar hijita. Tengo que saber de qu se trata. Hay que someter el hecho a la experiencia... clasificar, codificar, registrar... Hija: Pero no, abuelito! Yo no quiero dejar este lugar. Abuelo: No desoigas a tus mayores. Hija: No me debo a nadie y nadie me manda. Abuelo: Qu ests diciendo, desgraciada? Que se haya debilitado la memoria, no quiere decir que hayan desaparecido las jerarquas... Hija: Soy padre y madre de m misma... y esto que siento sobre mi primo es lo mejor que me pas desde que me olvid de las cosas. Abuelo: Pero entendelo, hijita. Tengo que comprobar qu es eso que le creci al primito. Hija: Por nada del mundo lograr moverme de aqu. Abuelo: Algn principio de autoridad tiene que haber en el absurdo de este condado, en la entelequia de este pas, en el sinsentido de este continente, en el pramo de este mundo... El Abuelo trata de sacar a la Hija de su posicin tomndola de los cabellos Hija: Es mo... es mo... Abuelo: Te voy a arrancar de esa cosa de nuestro chiquito aunque no quieras... La Hija, decididamente defiende su posicin Hija: No hay argumento... no hay argumento que pueda convencerme de que deje este lugar. Abuelo: Ah, no!? Hija: No! Abuelo: ... Y si en nuestro chiquito apareci el hueso de la armona, cmo lo vamos a saber si yo no lo compruebo? Hija: Sea lo que sea, es mo. Abuelo: Miles de aos buscando ese huesito! P. B.: Soy yo... soy yo... Misericordia. Hija: Si me saca de aqu algo malo puede pasar... Abuelo: Desgraciada mal parida! Fuera... fuera de ah... El abuelo en un arranque de furia logra sacar a la Hija de arriba del Primo Bobo, para ocupar el lugar Padre: ... La pantera anduvo por el bosque y dej su reguero de sangre. Alerta, hay que estar alerta por si vuelve a pasar.

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El Hijo tira de la soga, pero como no atin a hacerle un nudo, cae al suelo por efecto del envin Hijo: Mierda! Hija: (apartada del Primo Bobo, en un susurro melanclico): Nube, nube, nube de todas las cosas... Abuelo: (haciendo un movimiento ondulante sobre el P. B.): Pareciera que es eso, un huesito. El huesito que nos conecta al principio de las cosas... y seala un camino... Pero caramba! Nunca pens que poda producir tanta felicidad... P. B.: Por qu? Qu hice de malo para tener que soportarlos a todos encima mo? Si yo... solo quiero estar en la vida... mirar los atardeceres...cuidar el trigo... Padre mo... Madre ma... por qu me han abandonado? Padre: (alterndose ante la mencin de la palabra padre): Dnde? Dnde? Madre: (alterndose ante la mencin de la palabra madre): Es a m... es a m... Padre: Quin me llama? Quin clama por m en este sitio? Madre: Es a m... Es a m a quin estn llamando. Padre: A vos? Pero por favor. Madre: Acaso no fui yo quin dio a luz cerca de una cinaga? Padre: Pero raj... Dnde se ha visto que clamen por mam? Aparta a la Madre de un empujn Madre: Ah! Ah, que desgracia que a una no la reconozcan en su dolor! Padre: No te desesperes, mujer. Ya encontrars a quin echarle tus culpas. Madre: A quin? En dnde? Cundo? Padre: Bastante hiciste de las tuyas en otros tiempos, madrecita. Madre: Qu injusticia! Se me condena por nada al siempre de la soledad... Ah, desgraciada de m! Qu alegra, qu futuro puede haber, si nadie se ocupa de mi pena? Padre: Aqu nadie te necesita. Madre: Mentira! Eso es una mentira interesada... para que vos puedas gobernar sobre todas las cosas. Padre: Es as porque soy el padre... P. B.: Padre... Padre... por qu me has abandonado? Padre: Ves! Slo claman por m... Madre: Ah, injusticia! Injusticia de los hombre... Sufrirn... sufrirn todos por esta infamia. P. B.: (trgico): Tormenta de los cielos... Remolino de los mares... Fuego de los soles... Viento... Espasmo... Cuerpo... Aire... Un poco de aire... Piedad y aire... Aire para seguir vivo. Abuelo: Tranquilo, chiquito. Tranquilo. P. B.: Misericordia... misericordia... Padre: (junto Al Primo Bobo): Se puede saber qu mierda est pasando aqu?! P. B.: Piedad... piedad... Padre: Dej de lamentarte y habl, idiota! P. B.: ... Creci durante la noche. Se endureci mientras dorma... Es como una fuente que me inunda... Me inunda todo el tiempo... Padre: Pero, cmo pudo pasar? Abuelo: Pas... Es un huesito... el principio de la armona... y le vino a crecer a nuestro chiquito. P. B.: Soy yo... soy yo... Padre: Veamos de que se trata. Abuelo: Estoy comprobando el sucesocomo corresponde: en carne viva. Vos segu en lo tuyo. Padre: Lo mo... es ocuparme... personalmente... de lo que le pasa a cada uno... de ustedes. Por lo tanto... no sos la persona indicada para... ocupar ese lugar. Abuelo: Cmo que no! Soy el mayor... el que ms sabe... el que ms se pregunta.

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Padre: Lo que importa es la fuerza... y vos ya ests medio decrpito. Abuelo: Sin insultos, padrecito! Soy el mayor de esta prole... el nico que puede decidir sobre las cosas. Padre: De qu nos sirve tu sabidura, si ni siquiera tenemos heladera. Abuelo: La tecnologa se opone al saber... Lgica... lgica pura. Padre: Nos quedamos sin extractor de aire en medio de este infierno. Expuestos a los caprichos de la naturaleza... dependiendo nuevamente de ella... Esa es la lgica? Abuelo: Habr sido por no escuchar a los mayores... a los que saben. Padre: No seas pelotudo, quers! Abuelo: En ningn caso hay que despreciar el saber... Padre: Pero sal, sal de ah, viejo estpido. El Padre aparta al Abuelo y ocupa su lugar sobre el Primo Bobo Padre: Vamos a ver qu es esto... vamos a ver. P. B.: Soy yo... soy yo... Padre: Callate tarado! Abuelo: (solo): Y s!... La vida es incierta... Frgil... La memoria se olvida de s misma, y nada de lo que sabemos nos ayudar a salvarnos... Hija: (apartada): Aprender a cantar una cancin... Ser Ofelia... Buscar un arroyo... Me cubrir de guirnaldas... y dejar que las ... No puede pronunciar la palabra aguas ... me lleven a la deriva. Nieve... nieve en mis sueos... Madre: (sola): Ah, desdicha que te empecinas con los justos! Cunto dolor sin venganza debe soportar una madre?! Qu desamparo dar a luz! Qu cosa terrenal puede llenar ese vaco?... Sola, sola en este campo de tinieblas... Hijo: Madre... madrecita, no te desesperes por m. Madre: Por ti? Hijo: Acaso no soy tu hijo?... El sujeto de tus esperanzas... Madre: Vos no sos nada... nadie. Apenas una sombra, que aparece cuando menos se espera. Hijo: Mierda! Esto s que no lo esperaba de mi madre... Madre: Si algo tena que hacer por vos, ya lo he hecho: te d la vida. De aqu en ms, todo depende de vos... Hijo: (desconsolado): Madre... madre... por qu me has abandonado? Madre: Nadie abandona a nadie... Los deseos son de cada uno... esa es la ley primera... Apartndose... Ah, quin tuviera un hijo luntico por medio del cual se pudiera gobernar al mundo! Padre: (entusiasmado sobre el Primo Bobo): Se despierta y crece... crece. Hay algo que empieza a crecer en m... Una sensacin nueva... un sentido nuevo... Lo sagrado que se manifiesta y cosquillea en mi cuerpo... El movimiento inaugural se engendra en mi cuerpo... Queda esttico con un brazo en alto, mientras con la otra mano se toma el miembro erecto Padre: Luz... Tengo luz... Hija: (acercndose al Padre): Padre... padre... scame de las tinieblas... Djame compartir tu luz... Tu luz... Padre: Pero, claro... Claro que s, hijita del alma... El Padre le extiende la mano para que la Hija se acomode arriba suyo Madre: Cagamos! De nuevo me gan la iniciativa... Abuelo: Volvemos a empezar... Madre: Desgraciado... desgraciado... Abuelo: Ven, mujer... Sentemosnos juntos... y dejemos que la vida avance. Se acomodan. El Hijo se acerca al padre hacindo un nudo en la soga Hijo: Pap... pap, ahora s como sujetar las maderas... Padre: A qui le importa eso?! Hijo: (decepcionado): Pap! P. B.: (desesperado): Yo... Soy yo... Yo...

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Padre: (increpndolo): Qu te pasa? P. B.: (animndose): Yo... Yo tengo la luz... Yo... Luz... Padre: Tu luz es una lucirnaga comparada con la ma... Padre: (saca a la hija de arriba suyo y se pone de pie, sosteniendo su pene erecto): Bien... Les quiero decir algo... Hija: (melanclica): Si, padre... Te escucho... te escucho. Abuelo: (resignado): Te escuchamos Raimundo... Madre: (idem): Habl... habl, Chuni. Hijo: (desesperado): Padre... Padre... Padre: Les comunico que ha sucedido algo... determinante... fundamental... Algo, que nos ayudar a salir de este atolladero en el que estamos. As, como todo se pierde, tambin, todo se recupera... (Poltico)... Aquello que en la noche de la razn se nos presenta como tenebroso, acaba por ser simple a la luz del da... Soy esa luz, soy ese da!... (Teatral)... Es el viento lo que despeja la tormenta... Soy el viento!... (Pattico)... Se ha corrido el velo que cubra mi mirada... Y ahora soy la mirada, el entendimiento... la luz. (Confidencial)... Lo digo simplemente para compartir con ustedes, mis queridos congneres, este soplo de vida que hay en m... (Poltico)... No, no les prometo nada, simplemente les digo: sganme... obedezcan sin chistar... y les dar la libertad... Las acotaciones indicadas en el discurso precedente, tambin podran ser textos Hija: (alborozada): Padre, padre... De nuevo tendremos viajes de placer... Los perfumes, mis vestidos... Abuelo: (realista): Raimundo, lo nico nuevo es que te creci un huesito, como a nuestro chiquitn desamparado... Padre: Cuando llega la hora del destino, nadie puede interponerse! P. B.: Yo... yo tambin tengo la luz... Padre: No podemos permanecer indiferentes frente a la benevolencia de un padre. Soy el elegido...para que este comienzo incipiente, se constituya en el fundamento. y... y estatuto... de una nueva vida. Verbo y carne tomados de la mano. Alegra sin culpa... Alegra constante... Abuelo: (apartado): Cagamos! Lo nico que falta es que ahora pida un sacrificio... Padre: (en el atrio y la barricada): Qu pide un padre a cambio de tanta felicidad? Nada! El buen padre no pide nada... Pueden ustedes ser desagradecidos? No!... Entonces, qu corresponde hacer? Un tributo! La ofrenda de un sacrificio... Hija: S, s, hagamos un sacrificio. Abuelo: Lo saba, lo saba... Padre: Necesitamos un ser puro... incontaminado... P. B.: Yo... yo tengo la luz... Madre: Ah, pobre inocente! Qu manera estpida de pisar el palito... Padre: Basta de palabras! Pasemos a los hechos... Toma del cuello al Primo Bobo con intencin de estrangularlo Niito mo, que tu alma... sea un espejo de mi alma... en el cielo. P. B.: Piedad... Misericordia... El Padre comienza a hacer fuerza para estrangularlo, el Primo Bobo se defiende P.B.: Soltame... soltame, hijo de puta. Padre: Mor... Mor desgraciado... El Padre se esfuerza para ahogar al Primo Bobo P. B.: (entre estertores): ... Sin m... Sin m... El Primo Bobo muere. El Padre se refriega las manos Padre: ... Ya est. Ahora empieza esta historia... Mi historia... Se escucha un sonido estrepitoso Y eso?! Qu es eso? Qu ser? Hija: Tengo miedo... tengo miedo... Madre: El trueno de la justicia terminar por hacer pelotas a todos los machos. Hijo: ... La soga... dnde dej la soga?

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Padre: Es la pantera que vuelve a andar por el bosque. Madre: No tenas que haberla nombrado. Abuelo: Lo que se invoca, termina por convocarnos... Padre: Callate, viejo pelotudo! Abuelo: El equilibrio se impone... Madre: (al Padre, violenta):Por tu culpa de nuevo se alter la bocha de este paraje, en este descanso, entre lo que era y lo que es. Padre: Yo slo honr a Dios... A los padres... A los que se ponen sobre sus espaldas la responsabilidad de mandar... Desaforado... El poder... el poder... Abuelo: Los dioses ni siquiera se conmovern con tu muerte. Padre: Mi muerte? Abuelo: Ya no queda otra alternativa... Madre: (ponindose un pauelo en la cabeza): No se puede ofender a la vida... y permanecer impune... Abuelo: En ningn caso... Madre: Nunca! El Abuelo y la Madre toman al Padre para matarlo Padre: Sin m... sin m... una cadena de infortunios acompaar a los hombres hasta el fin... Un fin lastimoso, insignificante, inexorable... Sin m, que les promet la libertad... Sin m todo ser un desierto, un pramo... pramo... pramo... Madre: (esforzndose en matarlo): Mor... mor, hijo de puta... Abuelo: (dem): Todos prometen la libertad... todos... Y ninguno cumple... y siempre quedamos en pelota, en el comienzo y en pelotas. Padre: (entre estertores): Me ahogo... me ahogo... Aire... aire para m... para m... m... El Padre muere. Silencio Abuelo: Lo que se deba hacer, al menos nosotros, lo hemos hecho... Hija: Hurfana... Ser hurfana... De aqu en ms... hurfana por siempre... en medio de tanta tiniebla. Hijo: Padre... padre mo... Sin ti, tambin ser un hurfano... Sin ti... sin m... Nuevamente se escucha el ruido estrepitoso Madre: Siguen los terremotos... Abuelo: No... la tierra sigue firme. Madre: Nuestra amada y protectora tierra... Nuevamente se escucha el sonido estrepitoso Hija: Un cataclismo... Hijo: Una pantera... Abuelo: No... No es nada... nada de eso... Por un momento todos se quedan estticos. Una cascada de agua inunda la escena. Para obviar dificultades tcnicas esta cascada puede darse con el chorro de agua de una manguera que cae en una palangana- El sonido del agua que cae es sobredimensionado por algn efecto sonoro Madre: Agua... Hijo: Agua... Abuelo: Una cascada de agua... Hija: S, abuelito... Una cascada de agua cristalina. Se conectan con el agua Madre: Agua! Hijo: Agua! Hija: Agua! Abuelo: Agua!... Slo el agua satisface la sed... Por un momento se siguen sensibilizando con el agua, luego apagn Despus de la Lluvia fue escrita durante 1979, en una instancia que podramos definir como de pre Teatro Abierto. En aquel momento estaba abocado a la puesta en escena de Las Paredes, obra de Griselda Gambaro, que se realizaba en la baulera de un tercer subsuelo de un edificio de la Calle Corrientes, frente al bar Ondine, con los actores Hugo Decilio, Nestor Villa y la actriz Alicia Denegri.

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La motivacin que nos guiaba en la realizacin de esa obra era doble; por un lado se trataba de denunciar, de algn modo, lo que pasaba en la realidad y, tambin, que la autora se encontrara con una obra en escena en su regreso al pas. En la presentacin de este trabajo, en ese espacio de Catacumba, acompaaron a la autora dramaturgos de la talla de Roberto Cosa, Osvaldo Dragn, Ricardo Monti, Mximo Soto; el escultor Juan Carlos Distfano marido de Griselda Gambaro y, en una funcin posterior, Roberto Duran, ese gran maestro del teatro argentino que nos pidi vivenciar ese experimento de teatro, digamos, clandestino. Los posteriores encuentros con Osvaldo Dragn (todos le decamos Chacho) en el bar Ondine resultaban muy estimulantes, y fue en esas circunstancias que me invita a escribir una obra de tono ertico para un grupo que pretenda hacer un espectculo fuerte. Acept encantado la invitacin y escrib Despus de la Lluvia, a su vez Dragn escribi Al Violador. Lo curioso es que el grupo que peda las obras, al leerlas, las consider demasiado fuertes y desisti del proyecto, segn me coment Chacho. Con Dragn nos planteamos hacerle frente al destino, tratando de organizar algo que se opusiera a ese contexto particularmente cerrado, y comenzamos a reunirnos con otras personas de teatro con la conviccin de armar algo pero sin saber muy bien qu. Una vez constituido Teatro Abierto, incluido como autor, volv a presentar esta obra. Se le asign director y todo se encauzaba hacia un camino de realizacin. Llegado el tiempo de ensayos, el director asignado para Despus de la Lluvia, desisti del proyecto y todo vuelve a un punto muerto para este material. Se me pide que escriba otra obra, cosa que acepto por conviccin de militancia. De este modo, Despus de la Lluvia, se queda nuevamente sin destino de estreno. Lo mismo le pas a Dragn quin, en definitiva, present en el primer Teatro Abierto Mi Obelisco y Yo. ******* EL I6 DE OCTUBRE (Y SI... ) / 1980 REPARTO: ABEL................ Ricardo Goldman CAN................. Roberto Martnez MADRE.............Tina Serrano MABEL..............Mara Elena Mobi Compaginador musical Jako Zeler Escengrafo Ren Langlois DIRECTOR Alberto Ure Abel: Estoy solo, abandonado y sin destino. Can: No digs macanas. Abel: Es lo que siento. Can: Cmo, qu, cundo? Abel: Ahora... Aqu... Despus... Qu s yo! Can: Ven, Abel... Conversemos, conversemos... Abel: No, Can!... Mejor me voy a la esquina... tomo un colectivo... y doy una vuelta por la ciudad. Can: Adnde iras? Abel: Qu s yo!... Por Ah! Can: Te pods perder.

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Abel: Cmo me voy a perder en un colectivo?... Yo slo me dejo llevar... A lo mejor llego hasta el ro. Can: Y qu vas a hacer ah? Abel: Me quedo mirando la noche... qu se yo!... Imagino cosas. Silencio Can: Tan mal ests? Abel: Qu te parece! Estoy solo, abandonado y sin destino... Can: Tanto? Silencio Abel: ... No se puede creer, no? Can: Realmente. Abel: Un desastre. Silencio Can: ... S, pero que no se entere la vieja, che. No vaya a ser que le demos un disgusto. Abel: Pero quin te penss que soy! Cmo voy a meter a la vieja en esto? Can: Lo digo para cuidarla. Abel: Ah, como si yo no supiera que hay que cuidarla. Can: Y qu s yo... Empezaste a quejarte y fue lo primero que me vino a la mente. Abel: Pero que tens en la mente para pensar una cosa de esa naturaleza. Can: Est bien. Si la vieja est cuidada ... est todo bien. Abel: Te agradezco el llamado de atencin... Pero yo s como hay que comportarse cuando uno est mal... Acaso no fuimos al mismo colegio?... Lo entiendo, eso lo entiendo... O te penss que voy a dejar que otros sufran por m? Can: Entonces, entendiste cul fue el propsito? Abel: Ni que fuera un detractor! Can: Uno nunca sabe lo que puede producir una palabra. Silencio Abel: Dnde te crees que empezaron mis males? Ni ms ni menos que ah: en las palabras. Can: Un malentendido? Abel: No s... S, s... No s! Can: La duda, no es la mejor de las virtudes. Silencio Abel: Todo estaba tranquilo en mi casa, hasta que un da llego y le digo a mi mujer: Qu te parece negrita si escuchamos un poco de msica?... Lo dije inocentemente como para salir un poco de esas voces celestiales y meterme en las cosas... Fue slo cuestin de decirlo y ver el vendaval. Las cosas empezaron a tener vida propia y volaban por el aire. Los chicos, iban de un lugar a otro, llorando... y haba ruidos que venan de todas partes. La Negrita, sac todas las cosas del ropero y las tir en medio del cuarto... Se vesta y desvesta para elegir la ropa que iba poniendo en la valija... No haba manera de pararla... Yo apenas poda murmurar: Clmate Negrita, clmate... Algunos vecinos empezaron a espiar por la ventana, desde los pasillos, por la terraza... Todos hablaban al mismo tiempo... cuestionndome... insultndome... Lo menos que se me dijo fue pusilnime... Imagnate que la Negrita, en el apuro... en la confusin, hasta se olvid la colonia para despus del bao... Can: Pusilnime, te dijeron? Abel: Te das cuenta? Can: Pusilnime! Abel: A m! Que slo propona escuchar un poco de msica humana. Can: Dijeron pusilnime. Abel: ... Se agarr a los pibes en medio de la noche... y se fue. Can: Es muy triste lo que me conts... Muy triste. Abel: Desesperante. Can: Es para no creer. Abel: Quin podra imaginarse que la negrita se ira as?

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Silencio Can: ... Como los accidentes que suceden cuando uno menos los espera. Tronchan vidas inocentes, inundan caminos, se caen los puentes... Abel: Le puede pasar a cualquiera. Can: Y s...! Silencio Abel: Decime vos, cmo despus de eso no voy a estar desesperado? Can: No es para menos, claro... Y de guita, cmo andas? Abel: De guita? Can: Claro... de guita. La guita es... movimiento, sangre que se desparrama, que circula... Abel: No s... no s... Can: Che, te dej muy mal esta cuestin con la Negrita! Abel: Y qu te estoy diciendo? Can: Pero digo yo, no hay manera de que se vuelvan a juntar... que se reconcilien? Abel: Y, yo quisiera... Mientras pueda voy a ir todas las tardes a buscarla y a pedirle que vuelva a casa, si no, imagnate: mi vida queda truncada, atormentada... Y ahora, qu te pasa a vos? Por qu llors? Can: ... De golpe me acord de cuando ramos pibes y andbamos con chirolas en los bolsillos. Abel: Qu sentido tiene recordar el pasado? Can: Me pasa siempre que escucho algo triste. Abel: El pasado es pasado y la vida contina, an sin chirolas en los bolsillos. Can: Y s...! Abel: Mir, mejor me voy a la esquina y tomo el colectivo... Can: Vas a irte as? Abel: De extranjeros y dolor est habitado el universo. Can: Me preocupa que pases la noche a la intemperie. Abel: ... Un vagabundo. Como esos vagabundos a la deriva... Can: Qudate... Conversar conmigo te puede servir de consuelo. Abel: Vos no sabs lo bien que me hace. Es como... un fin de semana en el Delta... un sosiego. Can: Entonces, qudate. Abel: Pero... y si entra la vieja y me ve la cara? Can: Qu s yo! Disimulas un poco... Abel: Qu me ests proponiendo! Eso es mentir... Mentirle a la vieja es una bajeza. Si uno es capaz de perder ese mnimo de respeto, ya nada es seguro. Can: Nunca lo haba pensado de ese modo. Abel: Es as como hay que pensar las cosas. Can: Y s... ! Silencio Abel: Ahora, qu te pasa? Silencio Can: ... Vos a m me enseaste algo brbaro esta noche. Silencio Abel: Bueno, pero clmate. Can: Es la emocin... La emocin del conocimiento. Abel: La luz que se opone al oscurantismo. Can: Y yo no lo saba... no saba que una pequea mentira nos puede arrastrar a un torrente de males. Abel: S, pero tambin te dije muchas barbaridades. Te habl de soledad... a vos... que ests poniendo tanto empeo en acompaarme. Can: Fue un momento de arrebato. Abel: Egosmo, puro egosmo... Can: No te preocupes... quin no tiene un momento de debilidad? Abel: Pero yo no tengo medida... Me entristezco de ser tan demandante... Frente a vos me siento un egosta total, un impuro... Impuro! Esa es la palabra justa para definirme.

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Can: No digs eso, por favor. O no te acords de todo lo que hacas por m cuando ramos purretes... Quin me ense a fumar el primer pucho?! No fuiste vos el primero que me llev a un potrero? Abel: No lo recuerdes. Can: Y aquel descampado donde le vimos la cara a dios, quin lo descubri? Quin? Abel: Vicios, slo vicios pude ensearte. Can: Como extrao todo aquello que compartamos cuando ramos nios. Abel: Me voy, Can. Can: Qudate, Abel. Abel: No, mejor me voy... No s qu puedo encontrar por ah, pero al menos no voy a seguir molestando a la gente que quiero. Can: Pero, hermano! Abel: No me digas nada, Can. Ni una sola palabra ms... Me voy... Chau! Abel sale Can: ... Qu macana... qu macana... Y s...! Se escucha la voz de Mabel llamando a Can Mabel: Chuni... Chuni... Can reacciona desmesuradamente Can: Quin me llama? Dnde estoy? Qu impulso extrao domina mis gestos? ... Est bien, est bien... subir a un caballo y dejar que desbocado corra por el campo... Entra Mabel Quin es? Quin es? Mabel: Chuni!... Soy yo, tu mordisco terrenal. Can: Mi mordisco? Mabel: ... en este pramo celeste. Can: Mabel! Mabel: Chuni... Chuni... Can: Dnde estabas? Mabel: Atendiendo a tu madre... Can: Mam! Mabel: O que estabas con alguien. Can: Ah, era mi hermano Abel que vino a verme. Mabel: Y se fue sin saludarme? Can: No quera que lo viera la vieja... Mabel: Pero cmo es posible... Can: Estaba preocupado, tiene un problema... Mabel: Siempre que vino a casa, lo menos que haca era venir al cuarto a darme un beso y contarme algn chiste para levantarme el nimo. Can: Eso te haca? Mabel: A tu madre tambin... Can: A mam?! Mabel: ...Cuantas veces pasbamos las horas leyendo revistas de humor. Can: Bueno, esta vez fue distinto. Se fue sin contarles nada. Mabel: Entonces, le pas algo serio... Can: No, no pas nada. Mabel: (exagerando): Me ests mintiendo. Seguro que le pas algo al pobre inocente... le pas algo... le pas algo... Can: Pero clmate, no te pongas as...mi mordisco Mabel: No, no puedo calmarme hasta saber la verdad... Toda la verdad... Can: Est bien... est bien... te lo voy a contar. Mabel: Qu le pas? Can: Est desesperado... Mabel: Desesperado? Can: Desesperado! Mabel: Por qu? Can: Se siente solo, abandonado y sin destino. Mabel: Tanto? Can: Y s... !

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Mabel: Pobrecito... Can: Es para llorar. Mabel: Pero cmo puede un hombre llegar a semejante situacin? Can: El sino... El entramado de los das...La patria. Mabel: Dnde est ahora? Can: En un colectivo. Mabel: Pero vos no pudiste hacer nada para detenerlo? Can: No pude... No pude... Mabel: No empecs... no empecs. Can: Se fue porque no quera que la vieja sufriera vindolo apenado. Mabel: Pero qu ests diciendo! Una madre es capaz de soportarlo todo tratndose de un hijo... es como un pas protegiendo a sus ciudadanos... Una madre no es lo mismo que una mujer que no ha tenido hijos... Can: Si nosotros no los tuvimos fue por tu culpa. Mabel: Ahora nos ocupa otro problema. Can: Las cosas se ligan... unas tienen que ver con otras... Mabel: Quin te meti esas ideas en la cabeza?! Cada cosa es cada cosa... y tiene que estar en su lugar, si no, adnde iramos a parar?... Lo que pasa es que vos todo lo quers discutir. Can: Hablamos para entendernos mejor. Mabel: Con vos no siento ninguna alegra de hablar... El es otra cosa... viene a mi cuarto... me levanta el nimo... Can: Nos complementamos: yo sostengo para que l avance. Mabel: Ahora est solo, vaya a saber dnde. Can: Es un tormento saber que anda por ah, a la deriva. Mabel: De esto se tiene que enterar tu madre. Can: No pensars contarle... Mabel: Claro que le voy a contar... Ella tiene que estar al tanto de lo que le pasa a sus hijos... (Llama)... Matilde... Doa Matilde...! Can: Mejor que no lo sepa, puede sufrir. Mabel: Ustedes los hombres, no tienen ni idea de lo que puede soportar una madre. Bien mal que conocen a sus propias madres... Matilde... Doa Matilde! Entra la madre Madre: Me llamabas... Can: Mam! Madre: Hijo querido... Mi predilecto en este huerto. Mabel: Matilde, tengo que decirle algo... Can: Por favor no, Mabel! Madre: Pero, qu pasa? Qu pasa? Mabel: Abel, est en dificultades. Madre: Qu le pasa a mi hijo?! Can: Nada, mam... est bajo control. Madre: Cmo va a estar bajo control si le est pasando algo, de lo cual, no estoy al tanto? Can: Tuvo un inconveniente con la Negrita, pero ya se va a solucionar. Madre: Sin mi consejo? Can: No quisimos preocuparla, mam. Mabel: No confan en nuestra ayuda. Madre: Eso no puede ser... Sera... discriminatorio. Can: Discriminatorio? Madre: S, discriminatorio... separado, excluido, borrado... Mabel: Viste, dijo discriminatorio. Can: Pero no mam. No quisimos molestarla. Eso es todo. Madre: Si frente a un problema de un hijo puedo dar una mano, por qu evitarlo? Mabel: Claro, por qu evitarlo, no? Silencio Madre: Qu le pas a Abel? Can: ... Est solo, abandonado y sin destino. Madre: Tan mal est? Can: Y s...!

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Mabel: Vio? Y l no quera decir nada. Madre: La culpa es ma. Seguro que hay una mancha en mi pasado que toma venganza en mi pobre hijo. Alguna mentira no confesada. Algn deseo oscuro que yo haya tratado de satisfacer sin darme cuenta, en los atardeceres de verano en el monte de nogales. Alguna sombra... Ah, cmo saberlo?! Si nunca tuve recuerdos... y cada da he venido a este jardn silvestre para borrar el anterior. Seguramente habr visto algo que no deba mirar... Un detalle. Seguramente que se trata de algo mnimo... Para reparar lo que fuera, lo mejor es que empiece por lo ms evidente: esposo mo, perdn... perdn... Mabel: Matilde! Madre: Es seguro que los males de los hijos son por los pecados de los padres... Ergo... soy pecadora. Can: Mam! Madre: No me detengas! Volver a mi cuarto... Inventar la memoria para recordar el pecado... y la religin para expulsarlos. La Madre sale Can: Cagamos! Ahora mam se va a conectar con la culpa. Mabel: Algo va a inventar. Can: A veces no est bien contarse todo entre ntimos. Mabel: Vos lo decs porque quers que la mentira se mantenga siempre viva. Can: Es por piedad. Mabel: Cuando le pasa algo a un ser cercano, es como si le pasara a uno mismo. Can: Entonces te cuento... te cuento lo que le pas a Abel. Mabel: Es lo que estoy esperando. Can: Mir que es algo duro, difcil de soportar. Mabel: Lo que sea... contame lo que sea. Can: Abel se separ de la negrita. Mabel: No! Can: S. Mabel: Pero, cmo pudo pasar una cosa as? Can: Inimaginable. Mabel: Cont... cont... Can: Lleg a su casa y le pidi a la negrita que pusiera un poco de msica Mabel: A la negrita le pidi eso? Can: S. Mabel: No! Can: S... Mabel: Evidentemente no tienen los mismos gustos. Can: Ahora estn separados. Mabel: Separados, de qu? Can: De todo. Ella se fue con los chicos hacia una direccin incierta... De aqu en ms cada uno por su camino... Mabel: Una tragedia. Can: Un desastre. Mabel: Pero, cmo es posible que pase una cosa as? Can: Pas. Mabel: Qu desgracia... qu desgracia! Can: Y sucedi, se puede decir, en nuestra propia casa. Entra la Madre Madre: Ahora lo s! Fue cuando realizaba mis estudios que sucedi. En aquel tiempo yo era joven y revoltosa. Todas las tardes iba detrs del maestro, que en voz alta dictaba su leccin, mientras pasebamos por el jardn... y nos desvibamos entre matas y senderitos... Qu gloria!... La adolescencia y la sabidura en constante intercambio. En uno de esos das comet un exceso: con un alfiler de gancho, le pinch la nalga al maestro... y despus negu, negu... Mi pecado fue no pedir disculpas y correr por el parque, en donde los manzanos me tentaban con sus frutos maduros. Por suerte, ahora que lo s, puedo reparar aquel mal. (Toma el telfono)... Hola... S, soy yo... Cmo quin?...

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Matilde... Matilde, aquella nia pcara, que ahora reconoce todo el mal que desencaden en su adolescencia... Cmo que no te acords de m? Es imposible... estbamos solos en este jardn... Adems del que luego fue mi esposo, claro... El mismo!... Entonces, empezs a recordar?... S, es de la poca feliz que te estoy hablando... Y cmo nos divertamos!... Trepbamos los castaos, y dormamos la siesta debajo de la higuera... Todo era posible, porque nada se haba hecho... Fue esa noche que te pusiste la barba blanca cuando se empez a podrir todo...Qu no puede ser!... Si te vi con mis ojos... Me asust aquella noche y fue ese miedo, seguramente, el que empuj mi mano para pincharte con un alfiler... Qu nunca usaste barba?... Entonces, quin se puso aquella barba blanca?... Mi marido!... Te parece?... Y claro, l siempre estuvo celoso de vos... Claro que todo sera distinto si me hubiera guiado por tu consejo y no me morfaba la manzanita... Pero lo hecho, hecho est... No, perdoname, no era mi intencin hacerte llorar... No llores... no llores...Ests mejor?... No sabs, no sabs cunto me conmueve tu sensibilidad. Sensibilidad... Cmo?... Mir, yo pens que con vos se poda hablar de cualquier cosa... Por qu te llam? Ah, s!... Quera pedirte que me perdones aquella travesura... No, no importa que haya pasado tiempo... la falta sigue. S, s, yo estoy arrepentida... Entonces, no me guards rencor? No sabs cunto aprecio ese gesto... Claro que seguiremos siendo amigos... Seguro que te vuelvo a llamar... Que te vaya a visitar!...Me es imposible... mis hijos... sus esposas... Ms adelante?... S, ms adelante... Qu lindo es ortelo decir!...Seguro que te vuelvo a llamar... Me siento como aquella nia pcara... Hasta pronto... Tu voz, siempre tuve debilidad por tu voz... (Deja el telfono) ... Ahora podemos estar tranquilos. Mi hijo Abel no seguir sufriendo. Can: Mam! Madre: No digas nada, hijo querido... No digas nada. La Madre sale Mabel: Ves cmo se arreglan las cosas? Can: Qu entereza de carcter! Mabel: Atributo de mujer... Can: Estoy asombrado... Cmo decirlo?... Emocionado y avergonzado. Cmo pude dudar de la entereza de mi propia madre? Mabel: De dudas resueltas se va haciendo el camino. Can: Y s... ! Mabel: Ahora descans... Descans, como los nios satisfechos despus de amamantarse. Mabel sale Can: ... Hoy mi vida ha cambiado. Ahora comprendo la naturaleza profunda de la mujer. Ya lo deca el filsofo: En los grandes momentos se entienden las pequeas cosas... O era al revs?... Cmo era aquella frase?... Aquella frase... Entra Abel Abel: Can! Can: Abel! Abel: Me pas algo extraordinario. Can: No me lo cuentes. Abel: Cmo que no, si vine corriendo para eso. Can: Tengo algo que decirte antes de que me hables de cualquier otra cosa. Mam lo supo... y lo entendi... Te das cuenta lo que significa? Te das cuenta, lo maravilloso que es la naturaleza de la mujer?... Entiende, sin mayores esfuerzos... Esa es nuestra madre! Abel: Lo entendi todo? Can: S... Abel: Sin dolor? Can: Con redencin. Abel: Qu alivio! Can: Es para no creer, no? Abel: Me dan ganas de llorar... Can: De nuevo?

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Abel: S, pero ahora de alegra... Can: Pero contame, qu pas que volviste corriendo? Abel: Fue algo extraordinario... Cuando sal a la calle iba entristecido caminando lentamente hacia la esquina. Una seora que ya haba cruzado la calle se volvi para decirme: Levante la cabeza , mi amigo. Me lo dijo con una sonrisa en los labios, y al instante, me di cuenta que estaba caminando con la cabeza gacha. Can: No hay duda, no hay duda... La mujer tambin es un ser humano. Abel: Ah, recin empieza la cosa. Can: Te escucho... te escucho con atencin. Abel: Cuando ya estaba en la esquina, a los cuarenta y tres segundos exactos lleg el colectivo. Se detuvo junto al cordn para que subiera. El chofer, gentilmente, me pregunt hasta dnde iba. Como le contest que quera ir al ro, enseguida comprendi que mis necesidades no eran de traslado. Para que el dilogo fuera espiritual y profundo detuvo el colectivo en mitad de cuadra. Los dems pasajeros enseguida comprendieron... Can: Qu bien... qu bien! Abel: Les expliqu exactamente lo que me haba pasado, lo mismo que te cont a vos, que llegu a casa y le ped a mi Negrita que pusiera un poco de msica humana. Can: Despus de todo, quin no ha escuchado de vez en cuando un poco de msica? Abel: Eso dijeron algunos pasajeros. Can: Entendieron... Abel: Como si les estuviera pasando a ellos mismos. Can: Y entonces? Abel: Le ped al colectivero que siguiera su ruta...no era cuestin de que por m culpa esa gente que viajaba en el colectivo llegara tarde a sus citas. Despus de todo era un viaje de lnea, no un viaje de placer. Can: Pero por supuesto... Abel: Entonces, una ancianita, me pidi que me sentara junto a ella... Tena algo que decirme, dijo. Los dems volvieron discretamente a sus asientos; uno de ellos se puso la gorra. Can: En el colectivo? Abel: Un detalle que se le escap... Can: Pero, qu dijo la viejita? Abel: Estaba preocupada por la separacin. Can: No es para menos. Abel: Me cont que en su familia hubo un caso similar al mo en generaciones anteriores. La experiencia fue muy dolorosa y sent precedente. Desde entonces, todos los miembros de su familia, se dedicaron a ensear a los jvenes que las uniones son para siempre. Can: Qu nobleza... qu nobleza! Abel: No pude evitar que la desazn me oprimiera el pecho y llor... llor. Can: Yo... yo... Y s...! Abel: El colectivero, para distraernos un poco de tanta emocin familiar, propuso que furamos hasta el Pensionado de la Misericordia, en Azcunaga y Pea. Can: A qu? Abel: Por ese barrio viva su madre... Can: Ah! Abel: Siempre que est desalentado vuelve a ese lugar, dijo. Adems, en el pensionado de la Misericordia fue donde se perdieron los cuadernos de Juan Bautista Alberdi, agreg. Can: Qu cuadernos? Abel: Aquellos en donde escribi sus sueos durante cuarenta aos. Can: Cuarenta aos escribiendo sus sueos! Abel: Imaginate! Can: Las cosas que habr escrito! Abel: Todo. Can: Los chistes que ocultara...

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Abel: Imaginate. Can: El inconsciente de la Patria. Abel: Y s...! Can: Menos mal que se perdieron. Abel: Te parece? Can: Claro, as nos queda slo la conciencia. Abel: Nada. Can: Nada? Abel: Y s...! De qu nos sirve la conciencia, si se nos perdieron para siempre los sueos de la patria! Can: Y el colectivo? Abel: Sigui su marcha... La viejita me daba con el codo para que entendiera que nuestra complicidad era total... Un seor, supongo que para alentarme, me guiaba un ojo a cada rato... y las muchachas pestaeaban cada vez que las miraba. Can: Te hacan caiditas de ojos? Abel: S... eso. Can: Siempre supe que eras un gran seductor! Abel: ... Agarramos por cortadas y callejuelas, que iban a las avenidas... y sin darnos cuenta llegamos al ro... embriagados de fervor colectivo. Can: En esos casos silencio. Abel: S, silencio. Silencio Fue el chofer el que propuso que todos juntos tomramos aire fresco cerca del ro, para disfrutar a pleno esa noche Argentina. Can: El gran Ro de la Plata, siempre motivo de inspiracin... de poetas y polticos. Abel: Se escuchaba una msica. Can: Seguro... algn pescador melanclico. Abel: Era una mujer, que sola en la orilla, miraba hacia las profundidades... oscuras. De su cassettera emanaba una msica... humana. Can: Profundidades... oscuras Abel: ... Corr, corr desesperado porque estaba seguro que era ella: mi Negrita. La Norma. Nos abrazamos fuerte y despus nos miramos... Era ella... por suerte era ella. Can: Menos mal que no fue una intuicin equivocada... Abel: Lloraba. Can: Y s...! Abel: ... Me pidi perdn... me pidi perdn de todas las maneras posibles... Y me dijo que me iba a dejar escuchar msica cada vez que quisiera... que ella misma ya no iba a poder vivir sin msica... humana. Can: Para, viejo... Par! Abel: ... Ahora est en casa hacindole una sopita a los chicos. Can: No sabs cunto me emociona todo esto... Me emociona hasta el descontrol. Abel: Lstima que se tuvo que enterar la vieja. Can: Le vino brbaro. Se sac una mancha de encima... Abel: Tendra que entrar a verlas... a tu mujer tambin... y contarles un chiste para levantarles el nimo. Can: And. A ellas les gusta escuchar tus chistes. Abel: ... Y a vos, cmo puedo agradecerte que me hayas bancado tanto? Can: Por favor... Es lo de menos. Abel: Y... lo menos a veces es lo ms. Can: La vida. Abel: Claro, si no, en dnde? En 198I, ya conformados los equipos de trabajo para la realizacin artstica de Teatro Abierto, me encontraba asignado al proyecto como autor, pero sin obra y sin director. Recorriendo el mapa de autores y directores nos encontrbamos con grandes ausencias, lo que alteraba el propsito inicial de incluir a todos los que quisieran participar. Esta situacin era ms notoria en cuanto a la inclusin de actores,

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escengrafos y tcnicos. Uno de esos grandes ausentes era Alberto Ure. Ante la vacante existente se iniciaron arduas gestiones para que fuera convocado, lo que cre la feliz circunstancia de que pudiera trabajar con l. El hecho de que no hubiera obra escrita, nos daba a Ure y a m, la posibilidad de intentar una experiencia artstica de una mayor integracin esttica. Entonces, adems de escribir una obra deba tener en cuenta la esttica de un director. Lo ms adecuado para la ocasin era concebir un material cuasi potico, que no condicionara ninguna direccionalidad escnica y a que a la vez no limitara mi expresin. Los actos, aparentemente, conforman la historia, pero poco nos ocupamos de los sucesos del pre-acto, de los modos de pensamientos que los determinan. En las circunstancias que vivamos era inaceptable una complacencia con el gobierno de facto, un gobierno que se crey fundante, cuando en realidad, lo nico que intento hacer fue cortar de cuajo cualquier diferencia que se opusiera a su modo de ver las cosas. Pensando en un acto primero que fuera significante de esta cadena de conductas polticas arbitrarias, me vino a la mente el asesinato de Abel, en manos de Can. Pens que era posible tomar el Gnesis en un sentido ontolgico y conceb una especie de relato pardico con elementos de ese texto y de la realidad cotidiana. As, guiado por esas sensaciones, fui escribiendo Y s...!. La lectura de Ure del material lo llevo a poner en escena como suceso, o acto original, el 17 de octubre del 45, lo que le daba al material una ubicacin poltica contundente en el escenario y en lo dramtico. De Ure, como consecuencia directa de su concepcin escnica, surgi la propuesta de cambiar el ttulo preexistente por El I6 de Octubre. Cosa que acept inmediatamente porque se adecuaba mejor a ese espectculo y no alteraba en nada el sentido de la obra. ******* LA ATA CONTRA EL TIEMPO Presentada en Teatro Abierto 82 como Varn V. REPARTO: TOTO......................Roberto Rego ROLO......................Hctor Nogus LPEZ....................Maximiliano Paz MORALES.............Hernn Zavala MIRTA....................Mara Elena Mobi SUSANA................Mara Julia Moreno RAMN.................Carlos March MOZO....................Enrique Latorre Escenografa: Ren Langlois Coreografa: Lulio Lpez Asistente: Carmen Fernndez DIRECCIN Alberto Ure Interior de un bar de la calle Corrientes. El saln est vaco. Slo queda un cliente en la barra, cerca de la caja, conversando con el dueo del bar. Al fondo se ve un mozo que termina de cambiarse para salir. El lavacopas dormita de pie apoyando la cabeza en los brazos que descansan sobre el mostrador. Es de madrugada.

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Toto: Che, Rolo! Qu calle es esa? Rolo: Cul? Toto: Esta!... La que pasa por delante del boliche. Rolo: La calle que pasa...! No me jods, quers? Toto: En serio...! qu calle es? Rolo: Dejate de hinchar!... Hace ms de diez aos que te tengo todas las noches aqu metido... y me vens a preguntar que calle es... Haceme el favor! Toto: Necesito orlo de alguien... dale, qu te cuesta? Rolo: Vos me ests cargando! Toto: Para nada, Rolo. Te lo pregunto en serio... Estoy tratando de ver... Rolo: Qu es lo que quers ver? Toto: A veces me confundo... A vos no te pasa? Los recuerdos se me embrollan y entonces necesito parar... parar y ver. Rolo: Ver qu? Toto: Donde estoy parado. Rolo: Vos nunca estuviste parado... tens el culo pegado a la banqueta. Toto: Dale, Rolo... qu calle es? Rolo: (despus de un momento): Corrientes! Toto: Eso es... Gracias por decirlo, Rolo. La gran calle Corrientes! Silencio Rolo: Ests loco! Toto: No... Rolo: S, ests loco. Bien loco. Toto: Te digo que no. Rolo: Entonces, qu te pasa? Toto: (incmodo en el asiento): Nada... nada... Es este silencio... Qu la calle Corrientes est silenciosa es raro, no?! Rolo, con gesto de desplante se aparta de Toto. Se dirige a una dependencia interior del bar. Al pasar junto a Ramn le da una palmada Rolo: Despablate, jetn! Ramn: Eh!!... No hice nada... Yo no hice nada... El Mozo se re de la reaccin de Ramn Mozo: Vas a dejar un lamparn en la madera... Ramn: And a cagar! Indiferente, se vuelve a acomodar sobre el mostrador en la misma posicin, como queriendo volver a atrapar la imagen del sueo Moria!... El culo de Moria... Mozo: Y s...! Segu soando... Toto: Qu le pasa? Mozo: Se pajea con el mostrador. Toto: Y bueno, che. Cada uno se relaciona con dios de la manera que puede. Mozo: Va a terminar marmota de tanto imaginarse el culo de Moria. Toto: Y a vos, qu te jode su imaginacin? Mozo: M s! Por m que reviente. Rolo vuelve al mostrador, frente a la caja Toto: Che, Rolo! Los lugares cambian para voz? Rolo: Cambian y no cambian... Las calles son siempre las mismas calles... donde hay un rbol siempre hay un rbol... Pero mir las cosas que me haces decir! Toto: Cambian... hay lugares que se ven distintos. Por ejemplo: si ahora ponemos un tango, en vez de alegrarnos nos espanta... Te diste cuenta de eso? Rolo: Hay que calmarse, viejo... Tomar las cosas como vienen. Toto: S, como vienen... Con un dedo dibuja un arabesco en el aire Rolo: Y bueno, qu quers que te diga? Toto: Nada. Vos, Rolo, no tens que decir nada... El Mozo est mirando a Rolo del otro lado del mostrador Mozo: ... Me voy. Rolo: Chau, hasta maana.

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Mozo: Le ped algo... o ya no se acuerda? Rolo: Ah, s! Cmo no me voy a acordar. Mozo: Bueno... Deme el adelanto. Rolo: S, claro... Pero decime, no te alcanza la propina para ir tirando? Mozo: Si le pido algo s porque lo hago. Rolo: Yo lo digo para que cobres el sueldo todo junto... Mozo: Necesito plata. Rolo: Est bien, est bien... Saca un fajo de billetes de la caja y los cuenta ostensiblemente, luego los vuelve a poner en la caja No tengo. Mozo: Cmo que no tiene? Rolo: Maana me entra la tarjeta... y no me alcanza. Mozo: Pero esa es guita del negocio... se hizo con mi laburo. Rolo: Mi laburo! Aqu tu laburo es lo de menos. Adems, mir negro: yo no tengo ninguna obligacin de darte guita adelantada... Mozo: Sos un hijo de puta. Tens la guita en la mano y me la ests negando. Rolo: No me insultes. Cuidadito, eh!. Por menos de eso a ms de cuatro los dej sin laburo. Mozo: Pero and a la puta madre que te remil pari, gallego hijo de puta. Toto: Eh, par la mano, negro!... El Rolo no es ningn gallego... es argentino. Mozo: M qu argentino ni gallego!... Si este hizo la guita laburando de mozo en Nueva York... y ahora es un resentido... Rolo: Bueno, acabemos con esto, che. A ver si en serio te tengo que dar el vionde. Si quers guita ven maana y hac ms propina. Mozo: Remedios te vas a comprar por no darme el adelanto! Rolo: Finshila, che! Mozo: Seguro que me voy a arreglar, no te preocupes. De algn culo va a saltar sangre. Rolo: Tomtelas! El mozo se dirige a la salida Toto: Negro! Mozo: Qu? Toto: El Atltico de Tucumn nunca va a salir campen del Nacional. Mozo: (mientras sale): Y a m que mierda me importa. Toto: (levantando la voz): En serio, negro. Nunca van a salir campeones... El Mozo sale. Toto, despus de un momento, como para decir algo se dirige a Rolo: Este s que no tiene problemas, se gana la propina y todava pide adelanto. Rolo: Lo que me da bronca es que viene a pedirte adelanto y todava te mira torcido. Toto: Te mira torcido? Rolo: S, te mira torcido. Toto: Ni me di cuenta. Silencio As que el tucumano cuando pide adelanto mira torcido... Qu negro hijo de puta! Rolo: Bueno, crtala. Toto: Vos dijiste que el negro mira torcido... Rolo: S, pero ya est. Basta... Termin ese vino de una vez y vamos todos a dormir. Toto: Para, Rolo... qu apuro hay?... La noche recin empieza. Rolo: Que va a empezar si ya est por amanecer. Toto: Y qu hay! Esto todava se puede llenar de gente. Vos sabs como es la calle Corrientes... Rolo: Vamos, vamos a dormir.

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Toto: Adems... Soy el cliente. Creo que merezco un poco de respeto, no? Rolo: Cliente vos! Vens a las seis de la tarde, peds un vino y te dura hasta la madrugada. Toto: Y los amigos que vienen a charlar conmigo? Bien que con ellos cubrs los gastos fijos del boliche. Rolo: Hace rato que nadie viene a charlar con vos. Toto: Tiene razn el tucumano... sos una mierda. Cmo pods negar lo que yo soy en este boliche? Despus de todo si los amigos no vienen... Rolo: Por algo ser! Toto: ... Ya van a aparecer... Vas a ver, van a aparecer... Rolo: Dale, terminala y a dormir... Manipula unos papeles al tiempo que se dirige a Ramn Ramn, despert que tenemos que irnos. Ramn se recompone para dirigirse a una dependencia interior del bar Toto: ... Fredy y Lacorte, no. Ellos ya no van a venir. Rolo: Qu decs? Toto: Nada, nada... La gran calle Corrientes! Eso es... Canturrea el verso de un tando: Dolor, color, circo querido. Rolo: Pero acabala, quers! Toto: (en un susurro): Fredy y Lacorte... (enftico):La gran calle Corrientes! (normal): Un pas... Vivimos en un pas, no? Rolo: Qu te parece si la seguimos maana? Toto: Maana?... Es ahora que hay cuerda para seguir... Se escucha el sonido de un coche que se detiene en la calle Rolo: La puta madre que lo pari... A vos, que no termins nunca ese vino, y a m que siempre me engancho... Toto: Y ahora qu te pasa, Rolo? Rolo: Nada, nada... Se pone en movimiento Ramn! Despus de un momento, Ramn aparece y se queda parado en la puerta de la cocina esbozando una gran sonrisa, tratando de ocultar con las manos su sexo erecto Ramn: Qu pasa? Rolo: Apag la mquina... Aqu no hay ms caf. Ramn no se mueve Despablate, quers?! Ramn: S, s... apago la mquina y no hay ms caf. Ramn vuelve a la cocina. Rolo junto a Toto Rolo: Y dale! Mndate el sorbo del estribo... Toto no le presta atencin. Est ocupado en mirar hacia fuera, donde se vislumbra la presencia de gente Toto: Gente, Rolo... Ves como siempre hay alguien que viene? Gracias a Dios, todava, un poco de gente... Rolo: No te dije... No te dije que haba que irse. Entra Lpez y despus Morales Morales: Parece que estn por cerrar. Lpez: Ahora est abierto. Decile a las chicas que vengan. Morales: Estn en que no quieren perder tiempo... Lpez: Estn, estn... Morales: Es lo que dicen... Lpez: Estn en lo que yo quiera. Agradecida tienen que sentirse de que las haya elegido... Morales: (despus de mirar el lugar): Y qu vamos a hacer aqu? Lpez: Tomamos unos copetines... nos divertimos un poco y despus seguimos. Morales: La rubia dice que est apurada. Lpez: Me parece que te preocups demasiado por lo que les pasa a esas tipas. Morales: Trato de entenderlas... escucharlas. Lpez: Haceme el favor!

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Morales: Uno nunca sabe que le puede pasar con una mina... Lpez: And a avisarles que bajen. Morales: Y si no quieren venir: Lpez: Si no quieren venir, que esperen en el coche... And. Morales sale. Lpez entra al saln Toto: (comedido): Buenas noches. Lpez: Buenas noches. Rolo: Estamos por cerrar... Ya se apag la mquina y no hay ms caf. Lpez: Y quin le dijo que quiero caf? Rolo: (pusilnime): Bueno... es para que sepa. Usted puede pedir cualquier cosa... menos caf. Lpez se acerca a una mesa y se detiene para encender un cigarrillo. El encendedor y el atado los pone sobre la mesa. Se instala. Por un momento se entretiene tamborileando con los dedos. Deja de tamborilear y canturrea: Lpez: Buenos Aires, la reina del Plata Buenos Aires mi tierra querida... Pasa un dedo por la mesa Che, esta mesa est sucia. Es una mugre. Rolo: (instantneo): Ramn, psale una rejilla... Lpez sigue canturreando mientras Ramn, cansinamente, pasa la rejilla por la mesa Lpez: ... Escuch, mi cancin que con ella va mi vida.. Ramn: Permtame, seor... Lpez : (recostndose en la silla): Haga, che. Ramn termina de pasar la rejilla. Lpez saca un billete importante y se lo da de propina Tom, agarr... Ramn: Gracias, seor... Ramn se aparta. Lpez vuelve a tamborilear sobre la mesa Toto: (tratando de entablar relacin): Es un boliche de mierda... Lo nico, que est abierto hasta tarde. Lpez: Si est abierto hasta tarde es un buen boliche. Toto: Claro... Siempre queda la esperanza. Lpez: La esperanza no necesita de nosotros. Toto: No, por supuesto... No la imagino conmigo... Me da gracia de slo pensarlo. Toto, por un momento, es como si se riera de su propio dicho Lpez: Qu est tomando? Toto: Vino. Lpez: Pdase otro. Toto: Bueno, si invita... (a Rolo): Un vino, Rolo. Sigue en complicidad con Lpez Este s que riega la esperanza... Cont, Rolo... Cont como aprendiste a apretar el mango. Rolo: Ac tens tu vino! Toto: Gracias, Rolo. Rolo: Agradec al seor que te invit. Toto: (esboza un brindis con Lpez): Salud!... La prxima vuelta es ma. Lpez: Tome tranquilo... Conmigo no son necesarias las retribuciones... Silencio. Toto toma su vino y chasquea con los labios antes de decir: Toto: Es un boliche de mierda...Cmo segua?... Ah, s!... lo nico que est abierto hasta tarde. Se queda rumiando. Entra Morales con Mirta y Susana Morales: ... Tomamos una copa y seguimos viaje. Mirta: Si saba que eran de tantas vueltas no haca ningn arreglo con ustedes. Morales: Es un momento, che. Susana: Vamos Mirta... hasta puede ser agradable. Morales: Claro que s!

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Mirta: Los momentos agradables me los quiero elegir yo misma... Morales: Par... Prala con los caprichos, eh!. Mirta: Vamos a ver si esto lo tienen en cuenta en el momento de los billetes. Morales: Che, ni que fueras una mquina de calcular... Lpez: (desde la mesa): Por qu no vienen a sentarse? Morales, Mirta y Susana se instalan en la mesa de Lpez Susana: No est mal el lugar... Lstima que no tenga un poco de msica. Mirta: Ser que los seores slo quieren conversar. Lpez: Seguro que vamos a hablar. Morales: No sabs... no sabs las historias que se podran contar desde esta mesa. Mirta: (desafiante): Me encantan las historias... Cada vez que un hombre me cuenta una historia... se me deshace la pelvis de emocin. Susana: Mirta! Mirta: Qu, dije algo malo?... No les parece gracioso que la pelvis se emocione? Lpez: Es gracioso... muy gracioso... Lpez se queda con la mirada perdida. Silencio Susana: Fijate si en tu cartera tens un poco de brillo... Mirta busca en su cartera y le da un lpiz labial. Susana se pinta los labios. Rolo, ya est junto a la mesa para hacer el pedido Rolo: Qu van a tomar? Lpez : (a la mesa): Qu les parece si seguimos con el champagne? Morales: (a Las chicas): Pero esta vez se lo toman de verdad... Susana: (en postura): Para m total... Lpez: (a Mirta): Y vos? Mirta: (tambin en postura): No hay nada como el champagne... Me encanta... Me encanta... Me encantan las burbujitas... ese saborcito que se parte en la boca... Lpez: (a Rolo): Traiga una botella de Barn B, y ponga otra a enfriar. Rolo: Barn B! Lpez: S, qu pasa? Rolo: Esta casa no trabaja esa bebida. Lpez: Ah, no! Rolo: No. Lpez: Entonces, qu nos puede ofrecer? Rolo: Tengo vino blando, whisky nacional... importado. Mirta: Si no hay champagne, a m que me traiga una menta. Susana: Cmo vas a tomar menta? Hace mal al hgado... Mirta: Lo nico que me hace mal al hgado son algunas posiciones... Susana: Mirta! Mirta: Qu pasa? Qu dije de malo ahora? Susana: Nada, nada.. Silencio Rolo: Qu les parece whisky? Morales: (a las chicas): Pero un whisky en serio, para que lo tomen de verdad... Susana: (en postura): Para m, total... Mirta: (dem.): No hay como el whisky... Me encanta... me encanta... Me encanta ese sabor seco que se parte en la boca... Morales: (a Lpez): Qu les pasa a estas? Lpez: Se portan bien... son educadas. Rolo: Entonces, qu les sirvo? Lpez: Barn B! Rolo: Pero seor, ya le dije que no tengo... Yo lo complacera con gusto pero no puedo... Lpez: En serio me quers complacer? Rolo: Figrese...

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Lpez: Entonces es muy simple... Te toms un taxi y te recorres Buenos Aires hasta que encuentres un boliche que te preste dos botellas de Barn B. Rolo: Eso no puede ser... Yo soy el dueo de este lugar. Lpez: Y qu hay? Rolo: Imagnese... No puedo abandonar el negocio. Lpez: Yo te lo cuido mientras ests afuera... Saca dinero, en cantidad suficiente, como para que Rolo Cambie de opinin Rolo: (mirando los billetes): Le parece? Lpez: Claro que s... Agarr la plata y apurate. Rolo: (decidido): Ramn!...Atend a los seores que yo enseguida vuelvo. Rolo toma los billetes y sale Toto: Eh, Rolo! Adnde vas? Rolo: Vos callate... Termina de salir. Morales re Toto: Qu boludo! Me poda haber pedido a m que haga el mandado... Si estoy al pedo... Lpez: (amable): Usted disfrute de su vino... Toto: S, s... Silencio Susana: Acompame al bao... Susana y Mirta se ponen de pie Mirta: Permiso... Mirta toma del brazo a Susana y van al bao Toto: ... Pero mir vos a este atolondrado de Rolo... Y hace un momento quera cerrar el boliche... Me quera negar que la calle Corrientes sigue siendo esplndida... sorprendente... Lpez: La misteriosa Buenos Aires! Toto: Esplndida a toda hora de la noche. Lpez: Se ve que usted, s sabe. Toto: No tiene idea... no tiene idea de cmo tengo metida esta calle en el cuore... Pero... no s. Ustedes por ah tienen que hablar... y yo... y yo los molesto con la lata. Lpez: Usted no molesta. Toto: Vi que raro... las minas de los boliches, siempre se acompaan al bao... Morales carraspea. Lpez saca unos papeles y se enfrasca en ellos. Toto se da por aludido y se queda callado. Lpez vuelve a guardar los papeles Lpez: (en conversacin con Morales): ...Se abri con Celulosa en alza. Vendimos. A la hora estaba un veinte por ciento abajo. Compramos. Y apenas cinco minutos antes de que suene la campana estbamos un diez por ciento arriba de la apertura. Volvimos a vender. Ah noms tomamos posicin en Alpargatas que promete el mismo trmite para maana... Una rueda de antologa, hermano. Morales: Eso es mucha guita, no? Lpez: Un montn. Tanto como para cerrar cuatro cabarets... comprar cien trajes... quinientas camisas... pagar unas cuantas comidas en un buen restaurante... Esto sin contar lo de ayer, ni lo de maana. Morales: Usted es un maestro... Qu mueca! Lpez: Estoy ah. Morales: La informtica. Lpez: Qu informtica! La dcada de oro para los negocios. Mano firme para manejar plata gorda... Toto: (comedido): Cuestin de cbala. Morales: Qu dice? Toto: La Bolsa... la intuicin... el azar. El capital que va y viene sin depender de nada... La fluctuacin de la vida. Lpez: Ah, no viejo! No me venga con complicaciones sobre la vida. Toto: Poder leer entre lneas es una virtud... una filosofa... Costumbre... Silencio

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Ciclos... Ciclos que suben y bajan arrastrando a generaciones enteras... La cuestin es como evitar el destino del zanjn... la ausencia... el vaco... Silencio La historia... es una ola muy grande... llega hasta la playa, deja su mierda y se vuelve al mar... Lpez: Pero, vamos amigo!. No se ponga de ese modo... Festeje con nosotros. Toto: Y qu festejamos? Lpez: Un da ms en Buenos Aires... con nosotros... que ya llegamos a los cuarenta y todava seguimos vivos. Toto: Vivos? Lpez: S, vivos... Vivos en este maravilloso Pas que nos da tantas posibilidades... Una rueda en la Bolsa... noches de cabaret... dlar... plazo fijo... mordidas a granel... Toto: Es cosa de guita... Lpez: La guita protege, resguarda... hace que el mundo camine. Toto: Pero no sirve para acabar con el miedo, con la humillacin, ni con las guerras... Lpez se mueve inquieto en la silla Morales: Tome su vino, amigo. Toto: ... La guita no evita la injusticia. Morales: Est bien, est bien... No se ponga en zurdito. Toto: Estamos hablando, noms. Morales: Y a quin le interesa hablar? Toto: A m!... Por eso vengo al boliche... Morales: Boludeces! Est diciendo boludeces... Toto: Seor, yo soy una persona respetuosa... Y no ofendo a nadie diciendo lo que pienso. Lpez: No ofende a nadie, no molesta a nadie, no es nadie... (a Morales): Decle a ese que nos traiga algo de tomar. Morales: Eh, mozo! Ramn se acerca a la mesa Ramn: Qu pasa? Morales: Tra algo para tomar. Ramn: Qu? Morales: Un vino... Tra un vino blanco. Ramn se aparta. Mirta y Susana salen del bao y vuelven a la mesa Mirta: ... Te digo que es la mejor posicin. No te toca nada y la sents toda. Si te pons as... Arma una figuracin con sus manos ... no sents nada y te duele todo... Se instalan en la mesa Nos extraaron? Morales: Por supuesto. Susana: Mentiroso. Mirta: (querendona): Papito! Morales: Sal, sal... Mirta: Ah, pero que arisco que haba resultado! Morales: No jods... no jods... Susana: Che, es un mimo... Slo te est haciendo un mimito. Morales: No es momento... no es momento. Mirta: Duro! Susana: As son... cuando una se quiere acercar ellos te rechazan... Lpez: Hay modos y modos. Mirta: De qu? Lpez: De acercarse. Mirta: Ah! Silencio. Ramn llega con el vino y comienza a servir Ramn: A ellas tambin les sirvo? Lpez: Pero claro... Son nuestra homenajeadas. Morales: Qu te pasa?! No sabs atender una mesa con seoritas? Ramn: Soy lavacopas... no mozo. Morales: Ah!

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Ramn termina de servir y se queda mirando a Susana Morales: Qu les parece si hacemos un brindis? Susana: (en postura): S, s... hagamos un brindis. Mirta: (dem.): Adoro los brindis... Ese sonido cuando los cristales chocan entre s y hacen clin...clin... Morales: Por la oscuridad! Lpez: Salud! Morales: (a las chicas): Y esta vez lo toman... me lo toman de verdad. Susana: Siempre tomo de verdad. Mirta: Qu gracioso! Silencio Bueno... aqu estamos. Morales: S, aqu estamos. Silencio Mirta: Ya brindamos... qu esperamos para irnos? Lpez: El champagne. Susana: Claro, todava falta el champagne... Silencio Lpez: Por qu no se cuentan algo? Mirta: Qu? Lpez: Por ejemplo: a qu se dedican cuando no trabajan... qu piensan? Susana: Pensamos de todo... Lpez: Qu es de todo? Mirta: Ah, bueno. Entonces le cuento... La vida es maravillosa, es el don ms preciado que tenemos. Todos los das nos enfrenta a una experiencia nueva, a una aventura... Yo nunca miro los problemas con mala cara: los resuelvo... Siempre hacia delante... como si el atrs no existiera. El atrs no existe... Re... En eso soy sanita, sanita... Le agradezco al cielo por haberme evitado el dolor de atrs... Susana: Mirta! Mirta: Qu dije ahora? Susana: Nada, nada... Mirta: El seor quiere saber... y yo le cuento. Lo hago bien? Lpez: Muy bien... muy bien... Por un momento mantiene en suspenso a la mesa, luego llama a Ramn Nene! Ramn se acerca a la mesa Ramn: S, seor. Lpez: Cul te gusta? Ramn: Qu cosa? Lpez: Las seoritas! Cul te gusta? Ramn: Ah, las seoritas!... son muy lindas... estn muy bien... Lpez: Cul te gusta para vos? Ramn: Para m?! Lpez: S, no te hagas el boludo. Ramn: (despus de un momento seala a Susana): Ella. Lpez: Y te gusta mucho? Ramn: (con una sonrisa tensa): Me encanta... Susana: Sera mejor que te vayas a limpiar el piso... Ramn: Yo saba... yo saba que la seorita se iba a enojar. Lpez: Como si nada hubiera pasado Cul te gusta? Ramn se queda paralizado Y dale, eleg! Ramn: (ahora seala a Mirta): Ella... Mirta: Ah, es un halago! Lpez: (a Mirta): Y a vos te gusta? Mirta: (en postura): Me encanta... esas manos... esos dientes... Lpez: Cunto quers para hacerlo con l? Mirta: (seria): Ni loca! Lpez: Por qu no? Es un cliente... Yo pongo la plata. Mirta: (seria): Es una humillacin para el muchacho.

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Lpez: Vamos! Mirta: En serio: no. Ramn: Yo... tengo que hacer. Morales: Vos te queds. Lpez: (a Mirta): Te pago lo que quieras. Saca dinero y lo pone sobre la mesa Susana: Pero, por qu? Lpez pone ms dinero sobre la mesa. Mirta, despus de un momento mira a Susana, toma el dinero y lo guarda en el corpio. Se pone de pie, mira a Ramn que permanece con una sonrisa estereotipada, lo toma de un brazo y lo lleva hacia el bao Toto: (comedido): Eh, eh, no se pueden meter ah! Lpez: Discrecin, amigo. Toto: Es que no pueden... A ver si terminamos todos en cana. Lpez: Todo est en orden... todo est en orden. Toto: (buscando argumento): Adems... si vienen los muchachos... van a pensar que esto se convirti en un quilombo... No, no seor... hay que mantener la conducta. Morales: Conducta? Toto: Por los muchachos... Morales: Quines son los muchachos? Toto: Los muchachos! Morales: Cules muchachos? Toto: La barra. Lpez: A esta hora no viene nadie. Toto: S, s... Fredy y Lacorte seguro que no van a venir... Pero estn los otros... Los otros pueden caer en cualquier momento. Lpez: Cmo lo sabe? Toto: Lo s, lo s... Lo huelo en el aire... Es como un sabor... Lpez: As que los muchachos! Toto: Los amigos... los amigos. Se oye a Ramn bramando y luego la voz de Mirta Mirta: Nene... nene... Despacio... Ramn: S, s... Se oye a Mirta bramando Toto: ... Se les va la mano. Me parece que se les va la mano. Morales: Qu? Estas en cuida? Toto: Digo... Lpez: Acariciando maquinalmente el cabello a Susana. Contame algo... Susana: No tengo ganas. Lpez: Dale...me gusta escuchar... Me divierten las palabras... las gesticulaciones... esas ideas que no dicen nada... las fantasas palurdas que se hace la gente. Susana: Qu malicia! Qu malicia. Lpez: (ntimo): Ser nuestro secreto... Deja de ocuparse de Susana y se pone de pie. Se dirige a Toto, sin ningn Inters Por qu no se cuenta algo? Toto: Le parece? Lpez ya est dirigindose hacia el fondo del saln. Se para frente a la puerta del bao para escuchar lo que pasa adentro Toto: ... Ac estn pasando cosas que no pueden ser. Morales, tambin, se pone de pie para ir junto a Toto amenazante Morales: No oy lo que le pidieron? Toto: De qu puedo hablar? Morales: A qu se dedica... Algo que le pas. Toto se rasca la cabeza. Desde el bao se siguen escuchando bramidos y palabras sueltas Toto: Champagne yo no tomo. Morales: No, claro. Toto: Vino. Tomo mi vino... y ando. Vivo en la casa que me dej la vieja... Hago changas... y a la noche me vengo al boliche.

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Morales: Las luces del centro! Toto: ... A veces pienso que la vida tendra que ser de otra manera...Pero parece que siempre son los otros los que disponen como tiene que ser... Es ah donde me confundo... Por eso me prendo al estao... y resisto... Le resisto al tiempo. Se escucha la voz de Mirta Mirta: Despacio, quers! Morales: Parece que se divierte. Toto: M s! Que revienten todo... Se oye un bramido continuo de Ramn y luego la voz de Mirta: Mirta: Par... par... Lpez se re a carcajadas y vuelve a la mesa junto Lpez: (a Susana): Parece que este chico est resultando un prodigio. Susana apenas contesta con un gesto Lpez: Me parece que vos tambin necesitaras algo... generoso. Susana: De quin? Lpez: De alguien... Algo de alguien slo para vos. Silencio. Desde el bao no llega ningn indicio de lo que pasa Toto: Usted fue alguna vez a las cataratas? Morales: Qu decs?! Toto: Alguna vez visit las cataratas? Morales: Las cataratas! No puede reprimir la risa. Se aparta de Toto y va al fondo del saln. Se para frente a la puerta del bao para espiar Toto: ... As como me ve, yo soy de los que recorren el Pas... Claro que es como si nada de eso existiera cuando uno est en un boliche de la calle Corrientes...Yo conozco mucho de nuestro territorio... Y le digo ms: el Pas no est en el culo del mundo, como andan diciendo... Es la mente podrida que se desarrolla en Buenos Aires lo que hace que tengamos un culo de Pas... Lpez: La vieja ilusin del paraso! Toto: No, no... qu paraso! La falta de relacin con el territorio... la ausencia de paisaje... La astucia... nada ms que la astucia para sacar ventajas. Total, para qu ocuparnos de otra cosa si tenemos la mejor carne del mundo... y el trigo crece hasta en las piedras... Desde el bao se oye un sonido estrepitoso y luego la voz de Mirta Mirta: Sosteneme... sosteneme... Ramn: S, s... Mirta: Hac algo, hac algo... Hac algo para tapar ese cao... Morales entra al bao Morales: Qu hicieron? Ramn: Se rompi... Mirta: Se rompi la piletita... Morales: S, ya veo que se rompi... Mirta: Este tarado me hizo sentar ah... Morales: And, and a buscar algo para tapar esto... Ramn sale del bao terminando de arreglarse los pantalones. Busca unos trapos y vuelve al bao. Se enfrenta con Mirta que quiere salir Mirta: Sal, sal... Ramn le da paso a Mirta, que acomodndose la bombacha por encima del vestido vuelve a la mesa. Ramn entra al bao. Se escucha la voz de Morales Morales: Qu animal! Qu animal! Mir lo que hiciste. Ramn: Y bueno, qu quers! No se puede controlar la calentura... Morales: M s! Arrglalo como puedas... Aparece Morales. bastante mojado, sacudindose la ropa Morales: Qu barbaridad! Qu barbaridad! Deambula por el lugar y despus va a sentarse junto a Mirta, que est maquillndose. Ramn aparece en la puerta del bao y se queda ah con su gran sonrisa Lpez: (a Toto): Qu estaba diciendo de las cataratas? Toto: Las cataratas?

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Lpez: Era de lo que estaba hablando, no? Toto: Ah s, las cataratas!... Ah estn los remeros que lo llevan con sus botes hasta unos metros del salto mayor... Yo habl con uno de ellos... me cont una fantasa, un sueo... Muchas veces le venan ganas de dejarse abandonar a ese torrente de agua del salto mayor... Pero no poda... no poda hacerlo porque conoca demasiado las corrientes subterrneas del ro... Lpez: Usted es un idiota. Toto: Por qu me insulta? Lpez: Corrientes subterrneas... Me parece que le gusta fantasear. Toto: Observo como funcionan las cosas... Hablo con la gente... Todo queda en la memoria... Y esos recuerdos salen de m como fantasa... ideas... gestos... Me pasa... Es lo que me pasa. Lpez: A quin le importa lo que a usted le pasa? Toto: Es verdad... No tiene que importarle a nadie... a nadie. Lpez: Eso est mejor... mejor que hablar por hablar. Mirta: (sin poder dejar de intervenir): Claro, usted lo dice porque desciende de la bragueta del Varn V. Lpez: Explicame eso, quers? Mirta: Simple, mi querido... Barn de varoncito y B. de boludazo. Puto! Morales: La boquita, nena...Cuid la boquita, eh! Silencio. Toto saca un cigarrillo y busca con qu encenderlo. Ya no le quedan fsforos Lpez: (a Morales, ambiguo): Dale fuego al seor... Morales toma el encendedor de Lpez, que est en la mesa, y va a darle fuego a Toto Morales: Me permite? Toto: Gracias... gracias... Morales le da fuego, luego palmea a Toto y sin que este se de cuenta le coloca el encendedor en el bolsillo del saco, ante la mirada cmplice de Lpez. Vuelve a sentarse Susana: Me quiero ir. Morales: Ah, s! Susana: Por favor, me quiero ir... Mirta, dec algo... hac algo para que nos vayamos... Mirta: Ya no tengo apuro... Mirta se queda toqueteando la plata que tiene dentro del corpio Susana: Mirta! Mirta: Qu dije, ahora? Susana: Nada, nada... Lpez: Estn por traer el champagne. Susana: (sincera): Nunca me gust el champagne... Tengo ganas de irme, ya me hinch las pelotas. Morales: Qu ests diciendo? Te volviste loca? Susana: Qu loca! Qu loca!... Me aburro... ustedes me aburren... Dios mo, que aburrimiento! Morales: Dejate de joder, che. Susana: Se me fue el nimo a la mierda... Ya no me quedan ganas de emperifollar la noche... Se me fueron las ganas... Quiero volver a casa... Lpez: Morales, hac que se calle. Morales: Callate! Susana: (sigue con su discurso): Quiero llegar a casa y marearme... Marearme con recuerdos... hasta perder la conciencia... Quiero estar sola... soar de nuevo con el prncipe azul, o emborracharme de verdad y ahogarlo para siempre... Lpez: (a Morales): Que se calle... que se calle! Morales: Callate! Susana: ... Si tan slo fuera posible hablar con alguien. Mirta: Cuando lleguemos a casa te preparo una sopa de verdura.

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Susana: Me encantara... Una sopita de verdura... un huevito pasado por agua... Susana pasa un brazo por el hombro de Mirta Nosotras nos entendemos... No es cierto que nos entendemos? Mirta: Claro que nos entendemos... Lpez: Pero la puta madre que lo pari... Ser posible. Susana: Tengo vergenza, Mirta. Morales: Callate! Susana: Y no es por m... es por todo lo que pasa que siento vergenza... Todos se quedan en silencio. Lpez lleva un cigarrillo a la boca y busca su encendedor Lpez: Dnde est mi encendedor? Morales busca en la mesa Morales: No est... Lpez: Lo tena sobre la mesa. Morales: No est. Lpez: Fijate en los bolsos de estas. Mirta: No pensar... Lpez: Revisalas! Mirta: Ah, no! Esto no lo voy a permitir... Lpez: Vas a permitir todo lo que yo disponga... Revisalas! Morales obliga a Mirta a que se ponga de pie y la revisa de un modo lascivo. Mirta se contiene Morales: Esta no lo tiene... Susana se pone de pie dispuesta a defenderse Susana: No se atreva a tocarme... Silencio Morales: Qu hago? Lpez: Que se sienten... que se sienten... Morales: Sentate! Empuja a Susana para que se sienta, luego lo hace con Mirta Lpez: Revisalo a ese. Toto: A m? Pero, cmo se les puede ocurrir que yo...? Lpez: Revisalo! Morales se acerca a Toto, por un momento lo palpa sin resultados, despus mete la mano en el bolsillo del saco y saca el encendedor, se lo muestra a Lpez ante la sorpresa de Toto. Lpez se pone de pie, repentinamente transformado Lpez: Tenmelo! Morales toma a Toto, sin dejarle posibilidades de movimiento Toto: Eh! Qu hace? Lpez: Te convido lo que quieras... y vos me robs. Toto: Qu est diciendo?... El me dio fuego... Lpez lo golpea Qu hace? Qu hace? Lpez: (golpendolo): Hijo de puta, hijo de puta! Lpez le sigue pegando a mansalva. Las chicas se ponen de pie, sin atinar a hacer nada. Ramn queda paralizado, mientras Lpez sigue golpeando a Toto hasta cansarse. Morales suelta a Toto, que cae al suelo atontado Lpez: Vmonos! Saca dinero para dejarlo en la mesa. Morales toma a las chicas del brazo y las lleva hacia fuera Morales: ... Ustedes calladitas, eh. Calladitas... Y aqu nadie vi nada. Toto se arrastra hacia la puerta detrs de Lpez Toto: Esperen... Yo no... esperen... Estbamos conversando... Se equivocan conmigo. Yo no robo... no robo... Lpez, Morales, Mirta y Susana salen. Toto intenta ponerse de pie pero no puede. Se toma de una silla y trabajosamente lo logra. Entra Rolo con las botellas de Barn B. Rolo: Qu pas?

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Toto: Se fueron... Rolo: S, ya veo que se fueron. Toto: ... Estuvimos hablando. Rolo: Qu te hicieron? Toto: Nada, nada... Rolo va y viene por el saln Rolo: Pero son unos locos... Esa gente est loca... Mir como te dejaron... A Ramn Y vos no pudiste hacer nada? Ramn: No pude, no pude... Rolo: Y ahora, qu hago con este champagne? Ramn: No s... Toto: Barn de varoncito, y B de boludazo. As dijo la chica... as... Rolo ve el dinero sobre la mesa, deja las botellas para tomar el dinero y contarlo. Es suficiente como para que cambie de humor. Ramn se coloca frente a la puerta del bao tratando de ocultarle a Rolo lo que pas adentro Rolo: (para s) Qu rara es la gente! Toto: ... Estuvimos hablando. Rolo: (que no quiere escucharlo ms): Ramn, levant todo que nos vamos. Toto: Pero no, Rolo... No pods hacerme esto. Rolo: (contenindose): Pero vos... por qu no te vas a dormir de una vez? Toto: (tratando de recobrarse): Todava puede venir alguien... Fredy y Lacorte, no. Otros... otros... Rolo: Pero, qu te pasa? Ests enfermo! Toto: No... Rolo: S, vos ests enfermo. Toto: Te digo que no... Rolo: Entonces? Toto: (despus de un momento): Es... ganas de seguir... Rolo no puede dejar de mirar el estado en que est Toto Rolo: Pero... si ests muerto. Toto: No...no ves que estoy vivo? Apenas estoy herido... herido, nada ms... Se retuerce en s mismo hasta quedar en posicin fetal Apagn. Para la realizacin artstica del segundo Teatro Abierto, gan dentro de las lneas de opinin que se debatan dentro de la conduccin, la idea de que los autores deban surgir por medio de un concurso. En un sentido promocional creo que los concursos pueden ser estimulantes, pero no me resultaba el mecanismo ms idneo para Teatro Abierto. De todos modos era un desafo seguir participando en Teatro Abierto y me lance a la aventura de escribir una obra con algn condicionamiento hacia la esttica imperante. Ciertas situaciones reales de las cuales vena siendo testigo fueron determinando un estilo realista que necesitaba para sortear el escollo del concurso. De todas maneras se trataba de arbitrariedades de la conducta humana que yo quera poner en juego. De este sentimiento surge La ata Contra el Tiempo. Nuevamente fue Alberto Ure el director asignado para realizacin de esta obra. Guiado por su sentido superlativo de lo esttico, puso en escena las circunstancia de esta obra en un espacio, podramos decir, de pandemonio; llevando la denuncia de estos comportamientos sociales a una protesta csmica. ******* CONSTRUYENDO

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Personajes: HOMBRE FLACO PETISO MUSCULOSO FLACO DESDENTADO PEDRO JUAN MAESTRA CASERO ARQUITECTO HOMBRE I HOMBRE II HOMBRE III VIEJO VAGABUNDO El escenario est vaco. Entra el Hombre Flaco, escoltado por el Petiso musculoso y el Flaco Desdentado. H. F.: (por el fondo del escenario): Ah que queda? F. D.: Una pared. P. M.: Es el fondo. H. F.: El fondo de qu? F. D.: Una medianera! P. M.: La tiramos tambin? H. F.: No, no hace falta... F. D.: Claro, puede resultar un fondo de apoyo en caso de emergencia. P. M.: Claro, nos puede venir muy bien para aplastar hormigas. H. F.: Bien, aqu estamos... y las circunstancias son las ms apropiadas para iniciar un Forefo. P. M.: Sobre eso no hay ninguna duda. F. D.: En realidad, para nosotros, siempre es un buen momento. H. F. (discursivo): Las ciudades, tal como nos ensea la historia, aseguran su proyeccin arqueolgica cuando se construyen sobre otras ciudades. P. M.: As es... as es. F. D.: Este es el lugar y aqu nos quedamos. P. M.: Por siempre. F. D.: Para siempre. P. M.: Es lo mismo... F. D.: Entonces, por y para siempre. P. M.: S, seor. Afirmando nuestra presencia en el mundo. H. F.: Disfrutando de los buenos aires, protegidos de los climas adversos... Seores, manos a la obra! El Hombre Flaco avanza hacia proscenio ... Ser un acto de servicio que haremos con amor. Se queda en postura de firme, encorvado hacia delante P. M.: (en movimiento): Empecemos por aqu... H. D.: (idem.): No, empecemos por all... P. M.: Empecemos! H. D.: S, empecemos... P. M.: Avanzando. H. D.: Marchando... El Petiso Musculoso y el Hombre Desdentado, en una movilidad exacerbada, salen y entra de la escena P. M.: A la derecha! F. D.: Siempre a la derecha. P. M.: Avanzando. F. D.: Marchando... Se ve a Pedro y Juan que entran a escena cargando con elementos que sirvan para construir una casilla P. M.: (ordenando los movimientos de Pedro y Juan)... Hacia el fondo. Empiecen desde el fondo.

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F. D.: (idem.): Hacia el fondo y a la derecha! P. M.: A la derecha. Siempre a la derecha... Pedro y Juan arman el frente de una casilla al fondo y a la derecha del escenario. El Petiso Musculoso y el Flaco Desdentado incitan a Pedro y Juan a acelerar la tarea. Entran y salen de la escena trayendo nuevos elementos para desarrollar la construccin H. F.: Alto! Todos se detienen. El Hombre Flaco va a ocupar la casilla Ustedes... conmigo! El Hombre Flaco ocupa la casilla P. M.: (a Pedro y Juan): Ustedes trabajen! H. D.: (idem.): Trabajen! El Petiso Musculoso y el Flaco Desdentado van a ocupar la casilla. Pedro y Juan por un momento se quedan quietos, despus, comienzan a tirar una lnea de piolines para indicar la orientacin de los cimientos Pedro: (sin dejar la tarea): Che, qu es lo que vamos a construir? Juan: (dem): Creo que una escuela. Pedro: Una escuela? Est bueno... est bueno que hagamos una escuela. Juan: Y claro! Ahora todo va a ser distinto. Pedro: Te parece? Juan: Y...! Desde la casilla se oyen carcajadas y voces alteradas Pedro: Che, tengo fro. Juan: Qu te pasa, ests enfermo? Pedro: No s... Me agarr fro. Juan: Es un da de primavera, viejo. Si hasta parece un da... Bueno, es un buen da. Pedro: Ser un da de primavera, pero a m me agarr un fro en toda la espalda. Juan: A ver, ven para ac... Pedro va junto a Juan y se queda parado a su lado. Juan le comienza a toquetear la espalda Juan: Y claro! Como no vas a tener fro si tens la columna derecha. Pedro: Es lo normal, no? Juan: No... no m querido. Ahora la columna de la gente tiene que estar inclinada hacia delante... Imita la postura del Hombre Flaco As, ves? Vuelve a su posicin normal Si tens la columna derecha quedas expuesto a cualquier enfermedad. No viste al encargado? Ese es el tipo de cuerpo que hay que cultivar... Huesos, fibra... inclinacin. O vos te crees que es encargado de casualidad? No, m viejo. Fue elegido entre miles de postulantes... Es el modelo. El modelo. Pedro: Me parece que a vos te venden cualquier historia. Juan: No te fijaste en la mirada! Pedro: Qu tiene la mirada? Juan: Es como si destellara. Pedro: Y eso, qu es? Juan: La inteligencia! El brillo extrao en la mirada... Pedro: Es flaco y jorobado! Juan: La anatoma del futuro: fibra y elasticidad. Pedro: Te tragas todo. Vos te tragas todo, hermano. Juan: Lo escuch en la radio despus de la marchita. Pedro: Y vos qu sabs quien es el que habla! Juan: Cuando en la radio te hablan en cadena despus de la marchita es porque te dicen algo serio. Pedro: Ponete a silbar! Cuando en la radio te empiezan a hablar despus de la marchita, ponete a silbar... Juan: Sos un descredo... Vos sos un descredo, eso es lo que sos. Silencio

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Anda, anda a hacer cascotes. Pedro deja de tirar lneas y por un momento se queda mirando el horizonte Pedro: ... Un pramo. El horizonte es un pramo. Se aparta para empezar a romper cascotes. Entra la Maestra y el Casero. La Maestra viste un guardapolvo mini y es realmente agraciada en cuanto a formas. Trae materiales didcticos de todo tipo. El Casero trae una campana de cobre Maestra: Hiuju!... Aqu estoy... Aqu vengo para alentar la gran obra que todos juntos vamos a realizar... No, no... por favor. Nada de agradecimientos. Es lo menos que puedo hacer para poner de manifiesto mi apoyo personal a este Forefo. El Casero se queda retrasado Venga Don Francisco. Venga... La Maestra se desplaza por la escena llevndose por delante los piolines que estuvieron instalando Pedro y Juan Juan: Eh, cuidado! Fjese dnde camina. Casero: (junto a la Maestra): Aqu vamos a molestar. Seguro que vamos a molestar, seorita. Maestra: Pero, qu est diciendo? Nunca como ahora este lugar ser nuestro lugar. El pas liberado de toda chusma. Es aqu donde voy a poner en prctica mis mejores aptitudes pedaggicas. Vamos a preparar a mujeres libres... Mujeres y hombres libres. Y usted va a estar con nosotros para tocar la campana cuando se llame a recreo. El Petiso Musculoso y el Flaco Desdentado salen al frente de la casilla para mirar la escena Casero: S, yo entiendo su entusiasmo, seorita. Pero todava hay que levantar las escuelas; hay que ver los planes de estudio, hay que esperar los nombramientos. Maestra: Quiere que le diga una cosa?: Usted es un escptico. Casero: No, seorita. Nadie ms esperanzado que yo para colocar esta campana y llamar a recreo... Pero, cundo... dnde? Maestra: Cmo puede dudar de que es ahora que la va a colocar? Casero: No s... no s... El Petiso Musculoso se acerca a la Maestra P. M.: ... Y ustedes, qu estn haciendo aqu? Juan: Vinieron a ver como se empieza a construir la escuela. P. M.: La escuela! Maestra: No es aqu donde se est construyendo una escuela? P. M.: Un escuela? S, claro... El Flaco Desdentado se suma F. D.: As que una escuela... El Petiso Musculoso y el Flaco Desdentado comienzan a rer a carcajadas Pedro: (sumndose Juan): Es una escuela lo que vamos a construir, no? Juan: Y s...! El Petiso Musculoso y el Flaco Desdentado dejan de rer P. M.: Ustedes sigan laburando... y chitn. F. D.: Callados! P. M. (tomando a la Maestra y hacindole seas al Casero): Vengan. Ustedes vengan conmigo... El Petiso Musculoso, el Flaco Desdentado, la Maestra y el Casero entran en la casilla Pedro: Che, por qu se los llevan? Juan: Ser para que no molesten mientras laburamos...creo. Desde la casilla se vuelven a escuchar voces y risas, adems de algunos grititos de la Maestra. Pedro: (de nuevo activo): Parece que no es una escuela lo que vamos a construir. Juan: (dem): Nosotros estamos para hacer los cimientos. Tenemos laburo y nos pagan... En esta empresa vamos a tener laburo hasta jubilarnos. Pedro: Me parece que vos te tomas en serio todo lo que dicen. Juan: En serio, en serio... Avis! Cada uno sigue con su tarea. Se escucha la voz del Arquitecto

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Arquitecto: Adelante seores, adelante... Pasen y vean nuestro avance en la ciencia de la construccin... Entra el Arquitecto seguido de un squito de interlocutores Es un proyecto espectacular que nuestro pas tiene el privilegio de poner en marcha a travs de este Forefo. Nuestro pas que tanto le debe a hombres preclaros de la experimentacin, la perturbacin y la desaparicin...me honra con ponerme al frente de esta construccin. Todo buen Forefo empieza por los cimientos. Hombre 1: Pero, por supuesto. Hombre 2: Es como debe ser. Hombre 3: S, s...por supuesto. As es como debe ser. Arquitecto: ... Segn estudios realizados, tanto en matemtica, como en estadsticas aplicadas y siempre tomando en cuenta nuestra circunstancia histrica en referencia al Planeta Jpiter, los cimientos de esta construccin sern de treinta centmetros... Transicin Si habr recibido reproches de mi esposa por dedicarle tanto tiempo a este proyecto. Me vaci tres tarjetas de crdito... y digo yo: qu hay de malo en que la mujer de uno haga algunos gastitos extras? Nada! Es lo menos que podemos hacer por ellas cuando ponen tanto empeo en oponerse nuestros proyectos... Festeja su propio chiste. Sigue Como ustedes saben estos terrenos fueron preparados especialmente con desechos... Un pantano! Todo esto no era ms que un pantano. Y ahora, qu hay debajo de nuestros pies? Suelo firme! Prueben... salten... El Hombre 1 se aparta Arquitecto: Usted tampoco quiere saltar? El Hombre 2 no se da por aludido Tierra firme! El Arquitecto comienza a saltar ... Uno salta y no se mueve ni un pelo... Tierra firme!... Toda una cultura debajo de nuestros pies... Chapitas de Coca - Cola, envases descartables, palos, piedras y todos los desechos imaginables... Inclusive algunos huesos... Hombre 1: Esto es maravilloso. Hombre 2: Realmente una avanzada de la ciencia. Hombre 3: Ahorro! Todo el ahorro que esto implica. Arquitecto: (satisfecho): ...S, es un modo prctico de evitar los desechos. Una medida prctica. Concretamente: no queda nada ni nadie que hinche las pelotas... Hombre 1: Es un principio. Hombre 2: Muy justo. Hombre 3: La armona y el orden por sobre todas las cosas. Arquitecto: Les agradezco... les agradezco tanta comprensin. La Maestra aparece en la puerta de la casilla. Est con el guardapolvo deshilvanado, protegindose los pechos. Llora, y a la vez, se comporta con desenvoltura. El casero la acompaa, ya sin campana y desaliado Maestra: Yo... quera... ser pedagoga... Y estaba equivocada... Muy equivocada... Arquitecto: Bueno, pero clmese... No es bueno dar rienda suelta a la desesperanza. Maestra: Soy una tonta, una idealista... Una inconsciente que no se atreva a ver sus posibilidades... Pedagoga! Qu tiene que ver con mi naturaleza? Arquitecto: Nada. Maestra: Vio!... Y yo no me daba cuenta. Arquitecto: Siempre se est a tiempo... Maestra: Me hablaron. All... Seala la casilla All me hablaron. Se tomaron la molestia de explicarme. Me abrieron los ojos y pude comprender... Estoy desesperada, desesperada de alegra por lo que me dijeron all. Arquitecto: Lo importante es comprender, claro.

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Maestra: Se da cuenta? Arquitecto: Claro que me doy cuenta! Maestra: All... Nuevamente seala la casilla All me hicieron tomar conciencia del rumbo que necesito para m... De aqu en adelante voy a ser gua de turismo en barcos de la armada anclados en alta mar. Se da cuenta? Se da cuenta de la diferencia? Arquitecto: Claro, la pedagoga termina por agriar el carcter. Maestra: Y yo que estuve a punto de sacrificarme intilmente por una profesin equivocada. Casero: A m me sacaron la campana. Dicen que en la nueva escuela no hace falta. Maestra: Le ofrecieron un nuevo empleo... Casero: S, eso dicen. Arquitecto: Lo importante es servir al Forefo. Maestra: Equivocada. Ahora comprendo que viv equivocada... Se acomoda el corpio Cmo me veo en mi nueva vida? Arquitecto: Bien... se la ve muy bien. Maestra: Sigamos, Francisco. Sigamos adelante... Comenzando a caminar Hiuju! La Maestra y el Casero salen. Pedro y Juan se quedan mirando como se alejan Arquitecto: Y ustedes por qu se quedan ah parados? A trabajar, a trabajar... Pedro y Juan vuelven a la tarea. El Arquitecto vuelve a juntarse con el grupo de hombres ... Comprendern que poner en marcha un Forefo no es cosa fcil. Hay detalles, formar... personas que acomodar. El Hombre Flaco aparece en la puerta de la casilla escoltado por el Petiso Musculoso y el Flaco Desdentado H. F.: Es un lindo da. Silencio P. M.: Est nublado. Silencio F. D.: Hay mucha humedad. H. F.: Contundente Es da esplndido! El Arquitecto se acerca al Hombre Flaco Arquitecto: Los caballeros quieren hablar con usted. Por un momento intercambian miradas entre los dos grupos H. F.: Caballeros estoy dispuesto a escucharlos. Hombre 1: No sera conveniente hablar en privado? H. F.: En este Forefo todo es cristalino. No hay oposicin, la que hubo ya no est. Desapareci de la luz del da. Hombre 2: Siendo as... Hombre 3: Bien... Muy bien... Gesticulan para darse la palabra Hombre 2: Por favor... Hombre 3: Faltaba ms... Hombre 1: Si me permiten... Hombre 3: Adelante. Hombre 2: Diga, diga... Hombre1: Bien... Quiero informarle que despus de profundos y sesudos anlisis hemos llegado a la conclusin de que un buen Forefo para llegar a buen puerto necesita depsitos. H. F.: Depsitos? Hombre I: S, depsitos. Hombre 2: As es, as es... Hombre 3: Inversin... Mucha inversin en depsitos. Hombre 1: (al Hombre 3): Sin entrar en detalles, por favor. H. F.: Tome nota Arquitecto. Depsitos. Muchos depsitos. Arquitecto: Pero seor, nosotros prometimos caminos... escuelas... edificios pblicos...

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H. F.: Corrija los planos y haga depsitos! Arquitecto: S, seor. El Arquitecto va en busca de los planos y luego los estudia en el centro de la escena Hombre 1: Entonces, se harn depsitos? H. F.: (cuadrndose): S seor, se harn depsitos? Arquitecto: (estudiando los planos): ?Claro, lo importante es mantener la lnea... la lnea, a gravedad... La circulacin importa, pero no importa tanto... Espacio, hay que ganar espacio de cualquier forma... Se acerca a Pedro y Juan Pedro, Juan... hay que modificar la lnea de orientacin Norte hacia orientacin Sur - Este. Juan: Sur - Este? Pedro: Para qu? Arquitecto: Orientacin Sur - Este! Rpido, rpido... hay que ganarle al tiempo con ingenio y creatividad, Juan: Pero Arquitecto, las lneas ya estn tiradas... Arquitecto: Objetivo! Slo hay que tener en cuenta el objetivo... A trabajar, a trabajar... Pedro y Juan desarman lo armado y vuelven a armar otra lnea de piolines. El Hombre 2 gesticula junto al Hombre Flaco un nuevo pedido H. F.: Arquitecto! Arquitecto: (junto al Hombre Flaco): S, seor... El Hombre Flaco articula para el Arquitecto el pedido del Hombre 2 Pero seor... H. F.: Subsuelos! Adems de los depsitos construya tambin subsuelos. Arquitecto: Ver cmo es posible hacerlos, seor... El Arquitecto nuevamente consulta los planos en el medio de la escena Hombre 2: Entonces, se harn subsuelos? H. F.: S, seor. Se construirn depsitos y los subsuelos que me pide. Arquitecto: (estudiando los planos): Claro, claro... lo importante es mantener la lnea de altura. La gravedad importa, pero no importa tanto... Deja los planos y se acerca a Pedro y Juan Pedro, Juan. Hay que modificar la orientacin Sur - Este hacia Oeste Altura. Pedro: Oeste - Altura? Arquitecto: S, Oeste- Altura, carajo. Es la orientacin adecuada para construir subsuelos sin piso y depsitos de altura.. Pedro: (desalentado): Como usted diga, seor. Juan: (dem.): Se har lo que usted mande. Arquitecto: Rpido, rpido... Hay que ganarle al tiempo con ingenio y creatividad... El Hombre 3 gesticula un nuevo pedido para el Hombre Flaco. El Arquitecto se une a ellos. El Hombre Flaco le gesticula al Arquitecto el nuevo pedido del Hombre 3. El Arquitecto vuelve a enfrascarse en sus planos, el Hombre Flaco y los caballeros se desplazan a otro sector de la escena H. F.: (caminando): Este Forefo se ha puesto como objetivo perdurar por siempre sobre la faz de la tierra. Satisfacer lo que nos piden ser un acto de servicio que haremos como corresponde... Aplausos discretos de los Hombres que lo acompaan Arquitecto: (estudiando los planos) La obedencia debida por encima de todo... tengo que metrmelo bien en la cabeza... Toda orden, por ms descabellada que parezca, es un servicio, un servicio... Cambiando el orden del discurso Si ahora me viera Nen! Seguro que me vaca todas las tarjetas de crdito...Orientacin espacial! S, si... es la mejor orientacin para construir paredes sin piso, depsitos de altura y catacumbas espaciales. Deja los planos y se acerca a Pedro y Juan para darles indicaciones

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Pedro, Juan... Orientacin espacial. Espacial. Vayamos directamente a orientacin espacial... Juan: Orientacin espacial? Pedro: Pero. seor. Esto es para el suicidio. Arquitecto: (en su delirio lo toma como elogio): Se da cuenta? Capt la idea? Se trata de un planteo espacial totalmente nuevo, sutil, imaginativo... Inimaginable!...Y lo veremos, lo veremos realizado. Se imagina despus de su logro De todo el mundo van a venir al club al club del Progreso a saludarme especialmente... Y yo estar all para responderle a todos, siempre con una sonrisa a flor de labio y en compaa de Nen... S, s... en el mundo entero se ocuparn de nuestra construccin... Pedro: (realista): Seor, digo que es para suicidarse realmente. Arquitecto: Qu est diciendo?! Pedro: Eso! Arquitecto: Trabajen, trabajen... Hay que ganarle al tiempo con ingenio y creatividad... Pedro: Yo no hago ms nada. Renuncio. Juan: Pedro, Pedro... nos vamos a meter en un lo. Pedro: Vos hac lo que quieras, pero yo renuncio. Juan: Y bueno, si vos renuncias... Dejan de trabajar Arquitecto: Pero, qu les pasa? Ustedes no pueden dejar de trabajar... No pueden. Trabajen, trabajen... Pedro y Juan se quedan quietos Arquitecto: Orientacin espacial, carajo! El grito del Arquitecto moviliza al Petiso Musculoso y al Hombre Desdentado P. M.: (ya junto al Arquitecto): Pero, qu pasa seor? Arquitecto: Estos boludos, que no quieren seguir trabajando. P. M.: Cmo es eso? F. D.: El trabajo es el trabajo. Arquitecto: Es lo que siempre digo. F. D.: Tal ves quieran un descansito... P. M.: Ya lo tuvieron... Ahora a seguir trabajando. Pedro: Quisiera saber... de qu se trata... toda esta construccin. P. M.: Ah, esto ya es grave. F. D.: Semejante curiosidad puede entenderse como falta de colaboracin. P. M.: Y cada cosa tiene su precio. Arquitecto: Adems, anda diciendo que quiere suicidarse. Pedro: Yo nunca dije que quiera suicidarme. Arquitecto: Ah, entonces pretende hacer metaforitas? Pedro: No s qu es metaforitas. P. M.: Hablar de suicidio es una inmoralidad. F. D.: Estara bueno, estara bueno que cada individuo pretenda ser dueo de su vida y de la muerte a su antojo. P. M.: No va, eso no va... F. D.: Nosotros tenemos una razn de ser... Juan: Me parece que aqu hay un malentendido. P. M.: Nosotros somos expertos en aclarar malentendidos. Arquitecto: (tratando de serenar los nimos): Est bien, est bien... Yo voy a hacer como si nada hubiera escuchado si siguen trabajando... P. M.: Por favor, seor arquitecto. Esto es una maquinaria, cuando se mueve un engranaje, el pistn viene detrs. F. D.: Usted siga... Siga con su orientacin espacial del modo que pueda, que nosotros nos ocupamos de los rulemanes, los pistones, los engranajes... P. M.: El Forefo no se detiene nunca! F. D.: Vengan, ustedes vengan... El Petiso Musculoso y El Flaco Desdentado obligan a Pedro y Juan a salir de la escena. El Arquitecto vuelve a enfrascarse en sus planos

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Arquitecto: ... El bosque...slo tengo que mirar el bosque. Es el nico modo de convertir esta selva salvaje en un jardn... No debo detenerme en detalles. El Objetivo por sobre todas las cosas... El sudor de los hombres no es nada, comparado a la obra que lo inmortaliza... Cueste lo que cueste... Quiero ser inmortal! Inmortal, inmortal... P. M. (entrando): Seor! Arquitecto: Y ahora qu pasa? P. M.: Quiero que venga a ver algo... El Arquitecto sigue al Petiso Musculoso, que sale de escena. El Hombre Flaco y los que lo acompaan se trasladan a otro lugar de la escena. Entra el Viejo Vagabundo y detrs al Flaco Desdentado F. D.: ... Eh, usted. Adnde va? V. V.: Camino. F. D.: Para andar por aqu tiene que tener autorizacin. V. V.: Siempre ando por aqu... y nunca tuve inconvenientes. F. D.: Ahora no se puede. No ve que estamos construyendo? V. V.: Aqu?! F. D.: Es el Forefo que se levanta en este lugar! V. V.: Aqu no se debe. Estos terrenos no son para eso. Todos los que intentaron construir sus Forefos en este lugar, terminaron devorados por el ro. F. D.: Esta vez va a ser distinto. V. V.: Ni un arbusto de Forefo puede crecer en este lugar. Son terrenos robados al ro, y el ro siempre vuelve a buscar lo que es suyo... El Viejo Vagabundo cruza la escena y sale. Hay un momento de duda en todos los que quedan en escena. El Flaco Desdentado tambin sale. Hay un movimiento nervioso de los Hombre alrededor del Hombre Flaco Hombre 1: Seor, hay algn plazo para la existencia de este Forefo? H. F.: Ninguno. Hombre 2: Seor, hay algn cdigo a partir del cual se nos pueda cuestionar? H. F.: Ninguno. Hombre 3: Seor, no hay curiosos que nos estn mirando? H. F.: Nadie. Nadie nos mira. Entra el Arquitecto para dirigirse, decidido, al Hombre Flaco Arquitecto: Seor, quiero comunicarle que le ganamos al pantano otro terrenito. H. F.: De qu dimensiones? Arquitecto: Chiquito... El espacio que ocupan dos personas. H. F.: Tan poco? Hombre 1: Algo es algo. Hombre 2: La suma de terrenos chiquitos termina haciendo un campito. Hombre 3: Cada campito ganado al pantano termina siendo la civilizacin que avanza. H. F.: Pero, para qu nos sirve un terrenito de esas dimensiones? Arquitecto: Yo le informo. Hombre 1: Ah podramos construir un monumento. Hombre 2: Todo buen Forefo tiene que tener sus monumentos. Hombre 3: La historia son las obras que se realizan. Hombre 1: Podramos organizar una inauguracin. Hombre 2: Una inauguracin! Hombre 3: Eso, hagamos una inauguracin. H. F.: Me encanta... me encantan las inauguraciones. Apagn Para el tercer T. A. se resolvi conformar equipos de autores y directores, que en conjunto, concibieran los espectculos del ciclo a presentar. En el equipo que integraba tuvimos un rpido acuerdo en cuanto a lo que pretendamos hacer. Se concibi la idea de poner en escena a cada uno de los cuatro Generales que presidieron la Argentina bajo el signo del Proceso de Reconstruccin Nacional. A m me toco poner en escena al primer presidente de aquel Proceso. Una vez

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terminada la obra Construccin la puse a consideracin del grupo. Hasta ese momento era el nico material concreto en relacin a la idea general que nos convocaba. Luego de discutir pro y contras en relacin a la marcha del proyecto prevaleci la idea de cambiar el orden general del trabajo, quedando la obra Construyendo como nico material de aquel intento frustrado. ******* PARA AMARTE MEJOR / 1983 Obra concebida en el taller de investigacin actoral coordinado por Elio Gallipoli, en base a una idea de trabajo de Alicia Denegri y Enrique Mazza. Textos de Elio Gallipoli. Reparto: ALDO .................. Aldo Piccione DORA .................. Dora Faide Escenografa: Susana Helmar Msica: Sergio Aschero Canto: Angeles Rubial y Sergio Aschero Asistente: Adolfo de la Fuente DIRECCIN: Elio Gallipoli El tema musical utilizado es el Bolero de A. Ravel. Las canciones: Tristes Guerras, LLeg con tres heridas y Cantar son poemas de Miguel Hernndez musicalizados por Sergio Aschero. En escena se destaca una pequea mesita ubicada a proscenio. Sobre la mesa hay un candelabro. En el lateral izquierdo hay una puerta y sobre el lateral derecho una mesa de comedor. Se escucha una msica melanclica, mientras Dora, acomoda una flor en un pequeo florero. Golpean en la puerta. Alguien hace entrar una botella de vino. Dora va a hacia la puerta y se queda mirando hacia el exterior sin ver a nadie. Cierra la puerta, toma la botella y la sostiene entre sus brazos, bailoteando hasta llegar a dejarla en la mesa. Golpean la puerta. Alguien hace entrar un paquete pequeo. Dora va hacia la puerta y se queda mirando hacia el exterior sin ver a nadie. Cierra la puerta, toma el paquete y lo sostiene entre sus brazos, bailoteando hasta llegar a dejarlo en la mesita de proscenio. Nuevamente se escuchan golpes en la puerta. La msica comienza a diluirse. Dora va a abrir pero alguien del exterior se lo impide. Aldo: (sin verse):Apaga la luz Dora: Vamos Aldo... No abuses de m, que ya no aguanto las ganas de verte. Dora intenta abrir la puerta, Aldo se lo impide Pero, qu te pasa? Aldo: Por favor, apag la luz. Dora: Quers que juguemos?... Est bien, juguemos un poco si es lo que quers. Va a encender la vela del candelabro, luego se queda expectante mientras la luz se va diluyendo. Aldo entra y se queda apoyado en la puerta

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Viniste... Tuviste la valenta de venir. Aldo: Ni bien me llamaste por telfono, slo pens en este encuentro. Cuando llegu a la puerta de tu casa me temblaban las piernas. No andaba el ascensor, o me enrede tratando de hacerlo andar... Sub corriendo las escaleras... Silencio Tena tantas ganas de verte... Dora: Tu voz...cunto hace que no escucho tu voz. Dora esboza acercarse a Aldo Aldo: Quedate... quedate ah por un momento. Dora: Quiero abrazarte. Aldo: Ahora no... No creo que resista el contacto de tu cuerpo. Dora: Dej que encienda la luz. Aldo: No quisiera que te encuentres con un extrao. Gocemos de esta quietud... Dora: Yo tambin cambie mucho. Aldo: Es curioso, como de repente, el dolor deja de tener importancia... Dora: Ests llorando? Aldo: No, no estoy llorando... Dora: Pens tanto en este encuentro... Tanto! Silencio Aldo: De nuevo siento tu perfume. Dora: Ya s lo que vamos a hacer. Nos ocultamos la cara... y enciendo la luz. Se tapa la cara y se desplaza, al pasar junto a Aldo, ste le saca el foularde que Dora lleva al cuello y con l se tapa la cara. Aldo se desplaza hasta detenerse en el centro de la escena, de frente al pblico. Dora lo mira mientras aumenta la luz Tens bigotes... Aldo: Dora! Dora: (con hilaridad): Tens bigotes... Aldo: (dem): Y vos el pelo corto. Dora: Es cierto... lo tena ms largo en mi adolescencia. Aldo: ... Es tan suave tu pelo. Dora: Ests muy lindo. Aldo: No... Si tuve que dejarme el bigote para disimular... Termina con un gesto para referirse a la nariz. La hilaridad entre los dos es creciente, mientras Dora lo circunda hasta detenerse para seguir mirndolo Dora: (seria): Cuanto creciste. Aldo: (dem): Vos ests como te imaginaba...Embelleciste con los aos. Esa mirada... cunto te embellece. Dora: Pasaron tantas cosas. Aldo se acerca a Dora y le acaricia los cabellos, extendiendo la caricia como si el pelo fuera ms largo Aldo: No me da vergenza acariciarte. Dora: Por qu habras de tenerla? Aldo: Es cierto... Vos y yo no tenemos que avergonzarnos de nada. Dora: No, no tenemos que avergonzarnos de nada... Aldo: Pagamos. Dora: S, pagamos. Aldo: Pagamos un costo desmesurado, cruel, aberrante... Dora: Qu malentendido, m Dios! Aldo: Cmo pudieron cortar de cuajo esas ganas de participar? Dora: Lo hicieron... lo hicieron.... Aldo: La intolerancia... el salvajismo de la intolerancia slo peda sangre, sangre... Dora: Esta noche slo quiero que pienses en m. Aldo: Lo recuerdo todo, Dora... Con mis recuerdos mil veces he muerto y mil veces he vuelto a renacer... No puedo olvidar... no puedo olvidar... Silencio Dora: Destapamos el vino? Aldo: S, destapemos nuestro vino...

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Aldo va a descorchar la botella y llena las copas. Dora, ya con su copa en la mano, se desplaza lentamente hasta la mesita en proscenio. Deja la copa junto al paquete y toma la vela. Aldo va al centro de la escena, en donde desarrollar su discurso con la luz de un solo cenital, mientras que Dora circunda la escena a oscuras prendiendo y apagando la vela Aldo: ... Me acuerdo de cuando te esperaba en el bar. Me sentaba en la mesa junto a la ventana y de ah miraba toda la cuadra hasta verte cruzar la plaza. Ni bien te vea, me pona de espaldas a la ventana porque me daba vergenza que me vieras de perfil... La bronca que me agarraba cuando entraba en el bar y la mesa estaba ocupada. A veces estaba el Pachita, y los muchachos me cargaban con vos: Che, qu bien que est la Dorita, le decan... Y cuando jugamos la final del campeonato Evita. Qu lo se armo en el bario! Todo el mundo quera tener un lugar para ver ese partido. Yo jugaba al arco... Me iba a practicar con peludo en la vereda de tu casa. El peludo me haca pata en todo... Yo haca el arco de la pared de tu casa al rbol. El peludo pateaba y yo volaba atajando esas pelotas. Gritbamos y hacamos todo el despelote posible, pero vos nunca saliste a la puerta... Cuando jugamos el partido, todo el mundo fue a la cancha con la esperanza de ver los goles del Pacha. Pero ni que Pacha, ni qu Pacha. Ese partido lo ganamos porque yo pude atajar el penal... bamos ganando uno a cero y nos cobraron un penal. Si nos empataban, adis campeonato... Todava no s como pude atajarlo. Lo que s me acuerdo es que ni bien ca al suelo con la pelota apretada en m pecho, lo primero que hice fue mirar hacia donde estabas vos... Fui yo el que ataj el penal y el Pacha no meti ningn gol. Despus del partido me llevaron en andas hasta m casa y todos gritaban: sifn, sifn... Yo saba que mi viejo se iba a embroncar, porque a l no le gustaba que me pusieran sobrenombres. Era un tipo... que s yo!... chapado a la antigua... Y cuando venas a la Unidad Bsica y te traas la sillita verde para ver las pelculas que daban en la T. V... Yo te miraba y te miraba todo el tiempo. Me acuerdo cuando dieron una de Robert Mitchun... Esa de amor, en donde el protagonista esperaba a la muchacha en un lugar oscuro para agarrarla de prepo y besarla... La muchacha se defenda, pero al final Robert Mitchun lograba besarla y la chica dejaba de resistirse y se entregaba toda. Yo me haca la fantasa de que tambin te iba a esperar en un lugar oscuro, y que te apretaba contra el cerco... Despus me enferm, y cuando volv de Crdoba, vos ya no estabas en el bario. Fue el Peludo el que me dijo que te habas casado con el Pacha...Y bueno, se caso con el Pacha! le dije, hacindome el indiferente. Y qu me importa! Despus de todo, tengo la vida por delante... Pero sabs; pasaba el tiempo... me case... tuve un hijo...despus me separ... Y en el fondo, siempre me mora de ganas de verte... Dora: (por el presente. Rara): Yo tambin me mora de ganas de verte... Deja de encender la vela y vuelve a colocarla en el candelabro, mientras se suma al cenital la luz de escena Aldo: ...Despus me entere de lo que le pas a Pachita... Vi su foto en el diario. Aldo termina su vino y vuelve a servirse. Dora tambin toma su vino y va hasta la mesa para servirse ms. Despus se acerca a Aldo y le acaricia el pelo Dora: ... Mi hijo tambin tena el pelo enrulado, y jugaba de arquero como vos. Haba que verlo revoloteando por la casa, y todo el bario, para darse cuenta de cuanta alegra haba en ese desorden... Yo no lo comprenda entonces. Me quejaba de todo: de que trajera a sus amigos a casa, de que volviera sucio del colegio. Lo pona en penitencia cada vez que me traa en el boletn un irregular en conducta... Sabes, hay noches en que escucho su respiracin y su voz... su voz. Es natural, no es cierto? Era mi hijo y yo lo amaba. Lo amaba tanto... Tena once aos. Ahora sera un muchacho grande... Un muchachote... Silencio Muri junto a su padre... pero no sali en la foto de los diarios... Dora va a inclinarse frente a la mesita de proscenio. Aldo esboza acompaarla, pero se queda circundando la mesa de comedor

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Aldo: Sabes... En el lugar donde compr el vino haba un lechn recin cocinadito. Por un momento me qued mirndolo... Estaba en una bandeja arriba del mostrador de la rotisera. Tena chimichurri y un tomatito en la boca. Pens que poda traer un pedazo para la fiesta de esta noche... Te imagins? Aldo se re solo con una risa estertrica. Dora se aparta de la mesita del proscenio Dora: Trajiste la carta de tu hijo? Aldo se pone serio y va al centro de la escena mientras despliega la carta que va a leer Aldo (leyendo): Malvinas 28 de Mayo de 1982. Querido pap: Te escribo desde esta hmeda trinchera, en medio de una gran tiniebla. Es curioso, pero hay momentos en que esto es como la paz total. Te extrao y creo que me haces falta. Pero en el fondo no quiero que ests a m lado. Es a m que me toco en suerte cuidar esta trinchera. Sabes, a veces tengo la sensacin de que el tiempo no pasa nunca, y sin embargo, las cosas ms dolorosas suceden como un relmpago. Casi no duermo de tanto pensar. Es muy difcil hacerse a la idea de que esto es la guerra. Por momentos me vienen ganas de estar en casa fumando un cigarrillo y hablando con vos de cualquier cosa... Y bueno, viejo! No va a faltar la oportunidad. A lo mejor esto me sirva para entender mejor y crecer... creo. Es la primera vez que te lo digo: te quiero mucho. Un abrazo fuerte. Guillermo. Aldo, por un momento se queda esttico, sosteniendo la carta. Dora, muy lentamente, se acerca a Aldo mientras se empieza a escuchar una msica envolvente, tipo Bolero de Ravel. Dora toma la carta que sostiene Aldo y la deja caer al suelo, lo circunda en una abrazo, luego se desplazan juntos hasta la mesa para tomar el vino, para dirigirse a la mesita de proscenio. Aldo Sirve las copas, y entre los dos abren el paquetito, se ven dos pequeos frascos. Cada uno hecha en el vaso del otro el contenido de esos frascos. Toman el vino mezclado con el contenido de los frascos hasta vaciar las copas Aldo: Ya pas todo... Ahora tenemos derecho a elegir... Aldo, muy lentamente apaga la vela, con los dedos; luego se queda mirando a Dora. Dora le acaricia la cabeza y se pone de pie. Se dirige hacia el centro de la escena mientras se va sacando la blusa. Una vez que est en el centro de la escena se saca la pollera, que dando en viso. Se toma el vientre con sus dos manos Dora: Acariciame... Aldo, se pone de pie. Mientras se acerca a Dora se va sacando la camisa. Ya junto a ella comienza a acariciarla. La acaricia hasta quedar de rodillas apoyando su cabeza en el vientre de Dora Aldo: Te deseo tanto. Dora: La muerte es inexorable... Dora, lentamente va a quedar tambin de rodillas. Aldo la sostiene. Aldo: Y la vida tambin. Aldo acompaa a Dora hacia el suelo en donde quedan entrelazados en un abrazo. La msica sigue. Los dos se recomponen y vuelven a empezar la escena final Dora: Te deseo tanto. Aldo: La muerte es inexorable. Dora: Y la vida tambin... Los dos vuelven a caer. La msica sigue. Se repite nuevamente la escena final y luego apagn Desechado el proyecto grupal sobre los presidentes del Proceso, cada uno qued liberado para presentar el proyecto que creyera conveniente. Para Amarte Mejor era un material que venamos trabajando fuera de Teatro Abierto, en un taller d investigacin teatral que estaba coordinando. De dicho taller ya habamos presentado Del Tiempo Nuestro, un mimodrama interpretado por la actriz Alicia Denegri y tenamos a punto de estreno una obra llamada El Dintel de la cual

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participaba la actriz Mirta Moreno y los actores Aldo Pichine y Enrique Mazza. La propuesta de presentar Para Amarte Mejor en Teatro Abierto puso en estado de convulsin a todos los integrantes del taller y a muchos compaeros de Teatro Abierto. Lo que pareca un procedimiento simple se impregn de mltiples factores complejos de dilucidar. El tono de Para Amarte Mejor no se adecuaba al carcter pardico de la mayora de las obras presentadas por Teatro Abierto en el ao 83. ******* DUELO... Y DESPUS Personajes: PATRICIA ALDO LUIS A modo de prlogo Un cenital demarca la figura de Aldo de pie en el centro de la escena, sosteniendo una carta. Patricia se desplaza por los contornos de la escena encendiendo y apagando intermitentemente la luz de una vela del candelabro que lleva en la mano. Aldo: (leyendo): Malvinas 28 de Mayo de 1982. Querido pap: Te escribo desde esta hmeda trinchera, en medio de una gran tiniebla. Es curioso, pero hay momentos en que esto es una paz total. Te extrao y creo que me haces falta. Pero en el fondo no quiero que ests a mi lado. Es a m que me toco en suerte cuidar esta trinchera. Sabes, a veces tengo la sensacin de que el tiempo no pasa nunca, y sin embargo, las cosas ms dolorosas aqu suceden como un relmpago. Casi no duermo de tanto pensar. Es muy difcil hacerse a la idea de esta guerra. Por momentos me vienen ganas de estar en casa fumando un cigarrillo tranquilo y hablando con vos de cualquier cosa... Y bueno, viejo! No va a faltar la oportunidad. A lo mejor todo esto me sirva para entender mejor y crecer... Creo. Es la primera vez que te lo digo: te quiero mucho. Un abrazo fuerte. Guillermo. Aldo se queda como esttico. Comienza a escucharse Bolero de Ravel. Patricia deja su recorrida y va a la mesa para servir dos copas de vino; se acerca a Aldo y le da una. Esbozan un brindis y beben Patricia: La muerte es inexorable. Aldo: ...Y la vida tambin. Se apaga la luz del cenital y se va diluyendo la msica hasta el silencio Luz de escena y comienzo Patricia est sentada en el suelo sosteniendo en su regazo la cabeza de Aldo, que duerme recostado en el suelo. Patricia canturrea una especie de cancin de cuna. Aldo se sobresalta: Aldo: Eh! Qu pasa? Patricia: (natural): Te quedaste dormido, Aldo: Me qued dormido? Patricia: S, te quedaste dormido. Aldo: Qu barbaridad! Me quede dormido sin darme cuenta, sin proponrmelo. Patricia: Me gust cuidar tu sueo. Aldo: De golpe me mare. Patricia: Yo tambin me mare. Aldo: El vino!

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Patricia: El vino... Volver a encontrarnos. Silencio Aldo: No lo puedo creer... No puedo creer que estemos juntos... Se relaciona con el lugar Sabs... me gusta tu casa. Tiene calor... es como si la conociera desde siempre. No me siento un extrao... Es raro, porque en general, no puedo estar tranquilo en ninguna parte. Patricia: De la casa me ocupo a medias. Aldo: No, no... Est bien cuidada. Tranquiliza. Patricia: A veces tengo la sensacin de que falta aire... luz... Silencio Aldo: Las cosas que me pasaron por la mente mientras vena para ac! Caminaba por las calles con los recuerdos golpendome en la cabeza... Patricia: Los aos pasaron, Aldo. Eso es muy real. Aldo: Mir que es loca la memoria: a veces te hace olvidar lo que ms quers. Patricia: Cuando se ofende a la vida, la memoria no olvida. Silencio Aldo: Que chiquita que eras! Silencio Cuando hace una semana te volv a encontrar en el tren casi no te reconozco. Sent algo al verte pero no te reconoc. No estabas en mi imaginacin, en mis sueos. Recin cuando te vi sacando el cospel en la estacin de subte me pareci que eras vos. Si es Patricia, me dije. Patricia: Yo te reconoc cuando pasaste por el pasillo del tren. Aldo: Y por qu no me llamaste? Patricia: No tuve fuerza. Aldo: ... Por primera vez viajamos juntos. Patricia: S, viajamos juntos por primera vez. Aldo: Somos los mismos, venimos del mismo barrio. Patricia: No s, no s si somos los mismos. Silencio Aquella poca en que te conoc es tan lejana, que no puedo creer que me haya pasado a m. Aldo: Cmo te vas a olvidar de la adolescencia ? Patricia: Me pasaron tantas cosas, que solo puedo recordar aquello como un mundo extrao. Aldo: Entonces, yo tambin te parezco un extrao? Patricia: Vos ahora ests aqu... Es lo que yo era lo que me parece imposible. Aldo: Fuimos creciendo. Patricia: (alterada):Pero, cmo? Cmo?! Cmo fuimos creciendo?!! Silencio Aldo: No s. Tanto no s... Silencio Patricia: Disculpame... Me pongo violenta sin darme cuenta. Se me escapa la medida del dilogo... Estoy muchas horas sin salir de este lugar, sentada en los rincones... Y cuando hablo con alguien me vienen como ataques de rabia sin ningn motivo. Me pasa. Por momentos pienso que estoy enferma de los nervios... Y bueno! Seguro que un poco enferma debo de estar. Aldo: Yo tambin a veces grito por cualquier cosa. Patricia: S? Aldo: Pero nunca me pongo violento del todo... Silencio Patricia: Sabs, en un momento cre que no venas. Aldo: Cmo te iba a fallar! Patricia: Yo pens en plantarte. Aldo: Pero me esperaste... Silencio Patricia: Me alegro de que ests aqu. Aldo: Estoy bien. Patricia: Yo tambin estoy bien.

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Silencio Aldo: Qu chiquita que eras! Silencio Patricia: Me escapaba de casa para verte bailar en el club. Aldo: A m? Patricia: S, a vos. Aldo: Si era un bruto bailando! Lo tena que hacer porque me obligaba mi novia... Se me enredaban las piernas... y siempre chocaba con alguien. Me acuerdo que cada vez que bailaba el pasodoble siempre haba alguien que me chocaba... Patricia lo mira de manera huidiza, luego comienza a rerse De veras, siempre haba alguien que me chocaba! Patricia: Entre risas Te acords de eso? Patricia sigue riendo Aldo: Vos?! Patricia hace gestos de que no. Aldo comienza a acompaarla en la hilaridad, hasta crear con la risa una complicidad del recuerdo. Silencio Patricia: Aquellos fueron momentos muy lindos. Aldo: ramos jvenes... Silencio Despus me case... Al club fui dejando de ir, pero segu viviendo en el mismo barrio... Patricia: Cunto cuesta saber algo de la vida! Y que triste es dejarla sin haber entendido nada. Aldo: Ahora no te vas a poner melanclica. Patricia: No, tens razn. No hay que dejarse vencer por la melancola... Silencio Aldo: Me dan ganas de abrazarte... Patricia se aparta por reflejo Qu te pasa? Patricia: Nada... Aldo: Algo te pasa. Patricia: Te digo que no me pasa nada... Silencio En cualquier momento llegan con la comida. No me di tiempo para prepararla ... y la encargue. Aldo: Si es por comer, salimos y comemos por ah. Patricia: No, no tengo ganas de salir. Silencio Mientras esperamos podemos tomar un poco de vino. Aldo: S, descorchemos una botella de vino. Patricia va a buscar una botella de vino y se la alcanza a Aldo para que la descorche Patricia: Aqu tens. Aldo: (mientras manipula la botella): ? La verdad es que a tus viejos mucho no los tragaba. Patricia: (sonriente): Por qu? Aldo: Eran los ms pitucos del barrio. Patricia: (seria): No tanto. Aldo: Y, s! Eran un poco estirados. Haba que verla a tu vieja haciendo los mandados... Caminaba llevndose todo por delante. Patricia: Pobre vieja... Aldo: En cambio tu viejo no era tan estirado, pero tampoco se daba con nadie. Nunca se le vio el pelo por el club! Patricia: El viejo...! Aldo: Eran bien pitucos! Patricia: No tanto, no tanto. Aldo: Mientras todos viajbamos en colectivo, ellos ya tenan coche propio. Patricia: Vivamos en el mismo barrio.

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Aldo: S, eso s, vivamos en el mismo barrio... Le alcanza la copa y propone un brindis Salud! Patricia: Toma la copa y responde al brindis Salud! Silencio Aldo: Rico. Patricia: Es un buen vino. Aldo: S, es un buen vino... Silencio En realidad, qu quers que te diga, me dio lstima cuando a tus viejos se le incendi la casa... Lo perdieron todo en ese incendio. Patricia: Casi todo. Aldo: Ni una pared de la casa qued en pie. Patricia: Ellos, s! Aldo: De la farmacia no qued ni una aspirina... Un desastre. Vos ya no vivas con ellos? Patricia: No. Aldo: ... Se hizo lo que se pudo. Imginate como fue aquello que hasta hubo un principio de incendio en las casas vecinas. Un poco ms y se incendia todo el barrio... Patricia termina de arrancar el tallo de una planta y lo corta Patricia: ...Igual que este tallo. As de dbil es a veces la vida. Aldo: Fue una noche terrible. Patricia: Pobres viejos. Aldo: Con lo puesto. Se quedaron con lo puesto. Despus nadie supo de ellos en el barrio. Patricia: Volvieron a Espaa. Aldo: Ah, s! Patricia: Unos amigos los ayudaron para que pudieran viajar. Queran que me fuera con ellos, pero yo no poda, no poda... Silencio Tena un hijo... y de alguna manera, tambin, un marido. Aldo: Qu cosa! Un descuido, un accidente, y de pronto toda una familia que se hace bolsa. Patricia: Aquello no fue un descuido, o un accidente. Aldo: Cmo que no? Patricia: Fue provocado... Aldo: Pero, por quin? Por quin? Patricia: Lo buscaban a mi marido... y lo encontraron. Vaya si lo encontraron! Silencio Todo fue tan rpido, tan desmesurado... Una alucinacin, un plan macabro... Silencio Si sigo viva es porque no iba tomada de la mano. Aldo: No entiendo. Silencio prolongado Patricia: Sabs como pelearon los chinos? Pero no en una guerra de la antigedad, o de un pasado remoto. Ahora, como pelearon en una guerra reciente... Aldo: Preferira que sigamos hablando de nosotros. Patricia: Yo te lo quiero contar. Aldo: Para qu? Patricia: Como una cosa cualquiera... Silencio Resulta que los chinos tena que avanzar por una zona de colinas, pero el terreno estaba minado, y en lo alto de cada colina haba una lnea de morteros controlando los valles. A simple vista era imposible el avance. Entonces los chinos decidieron alinearse, tomndose de las manos, para avanzar por el campo de minas. Detrs de la infantera se alinearon los blindados, avanzando a paso de hombre detrs de los explota-minas, pasando por encima de cadveres y de compaeros heridos... Y eran

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kilmetros de chinos tomados de las manos... kilmetros. Esa guerra duro apenas unas semanas y la penetracin China en Vietnam no fue ms que de quince kilmetros. Como se trataba de una guerra de escarmiento, los chinos inmediatamente volvieron a sus lneas de frontera... En esa accin murieron muchos, muchsimos jvenes chinos... Cualquier cifra que imagines va a estar lejos de la realidad... Silencio Aldo: Cada uno ocupa su lugar. Patricia: No siempre. Aldo: En situaciones lmites, cada uno ocupa su lugar. Patricia: Puede ser as de dura la vida? Aldo: Hay momentos, momentos... Patricia: Y al que le toca le toca! Aldo: No, yo no quise decir eso... Patricia: Qu absurdo, m Dios! Qu absurdo! Silencio Aldo: Me estabas hablando de tu marido... Patricia: Qu pasa con mi marido?! Silencio Aldo: Cmo era...? Patricia: Vos lo conocas. Aldo: No me digas que era del barrio! Patricia: Te acords cuando el club fue cede del campeonato Evita? Aldo: Como no me voy a acordar, si en la final ataj un penal! Patricia: Y quin era el que tena que meter los goles? Aldo: El Pachita! No puede evitar un gesto de increduldad y sorpresa El!? Patricia: S, el Pacha. Aldo: Si era un chiquiln. Patricia: Entonces, todos ramos chiquilines... Aldo: Claro... Silencio As que el pachita! Silencio Patricia: Lo quise tanto... Silencio Aldo: Era el goleador del equipo. Patricia: No quiso seguir con el ftbol. Aldo: Era bueno de verdad. Patricia: Al comienzo me resultaba difcil entenderlo. Pareca como si siempre estuviera preocupado por algo. Haba que sacarle las palabras... pero era muy claro, muy claro con los sentimientos. Silencio Me fui acostumbrando al mundo de Pachita... lo quise. Me entends? Lo quera, lo quera de verdad... Aldo: No lo vi ms... Una vez... mirando una foto en un diario me pas por la mente. Silencio Mir que cosa! Ahora que hablamos del Pachita estoy seguro que me acord de l mirando aquella foto en el diario... Patricia se aparta y se concentra en buscar algo en un mueble. Toma una foto y se la muestra a Aldo Patricia: Es esta la fotografa que viste? Silencio Aldo: (no puede asimilara la imagen):No... no era esta. Patricia: Mrala bien! Aldo: (evasivo): En la que yo vi l estaba solo. Patricia: Tapando una parte de la foto As? Aldo: (sigue sin poder con la imagen):No s... Patricia: Mrala bien! Aldo: (en el linde del trastorno):En la que yo v no haba ningn chico...

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Patricia: Pero estaba ah... Silencio Aldo: Qu barbaridad, qu barbaridad! Silencio Patricia: ... Aquella tarde, Pachita iba desarmado... Con Mario... con Mario tomado de la mano... Y Mario, en ningn momento se solt... Nuevamente le muestra la foto Ves como estn tomados de las manos? Aldo: S, estn tomados de las manos. Silencio Patricia: No permitieron que el Pachita se rindiera: le dispararon a mansalva, como si l solo fuera un grupo de combatientes... Silencio Slo supe de ellos por esta foto... Esta foto que, vaya a saber quin, la dej en la puerta de mi casa. Aldo: Y sus cuerpos? Patricia: Se encargaron de todo... Lo ocultaron todo... Ni siquiera s de un lugar donde llevar una rosa para recordarlos. Aldo: Qu turrada, qu turrada! Patricia: Un accidente particular en medio de tanta tragedia. Aldo: Era tu marido... Era tu hijo... Patricia: Solo yo s cuanto los quera... Silencio Mario acababa de cumplir catorce aos... Y haba que verlo... haba que ver lo vital que era. Siempre me llenaba la casa de amigos... Silencio De tiempo en tiempo hacamos arreglos para que se encontrara con el padre. Era difcil... Cada vez se haca ms difcil... Yo saba que en cualquier momento poda pasar cualquier cosa...Y pas. Silencio Supe cuando pasaba sin estar con ellos. No fue nada sorprendente. Apenas una pequea puntada en el corazn. Nada ms que eso. No hizo falta que nadie me viniera a dar la noticia... Silencio Al caer el sol empec a caminar por el cuarto... y camin, camin, camin hasta quedar desmayada... Silencio Por favor... alcansame un vaso de agua. Aldo le sirve el agua Gracias... Patricia bebe un sorbo de agua luego sigue reflexiva ms que comunicativa ...Lo que empez como algo natural, con idealismo, con rebelda... se convirti en un pandemonio... sin medida. No hay medida cuando se rompen las leyes de la vida. Silencio Aldo: Y qu se hace con uno? Patricia: Resistir... hasta lo imposible. Aldo: Es mucho. Eso es mucho para una persona... Patricia: El sufrimiento no tiene fondo... y slo una ventaja: es menos fulminante que la muerte. Un poquito menos... Silencio. Patricia se va a servir un poco de vino. Hay un movimiento de luces como sealando un paso de tiempo o de escena Aldo: Siempre viv como al descuido. Luch por algunas cosas pero a medias. Siempre a medias, sin poner nunca del todo los pies en el plato. Me cas porque mi novia era una buena chica, pero no s, no s si me hizo feliz... Silencio El tallercito lo us para pucherear... Silencio Cuando mi mujer me abandon, ni siquiera hice el intento de ir a buscarla. Me segu ocupando del pibe... sin preocuparme mucho por lo que iba pasando a mi alrededor. Silencio

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Siempre viv en el mismo barrio y al centro solo vengo de vez en cuando... Apenas de vez en cuando... Patricia: Cmo era? Aldo: No s... No sabra decirte como era... A veces bamos a comer pizza... Nunca tuvimos grandes disgustos... A veces se quedaba unos das en casa... Pero no hablbamos... No hablbamos mucho... Se escucha el timbre. Por un momento ninguno de los dos atina a reaccionar Estn llamando. Patricia: Seguro que traen la comida. Aldo: La comida? Patricia: Ya te dije que haba encargado comida... Va a abrir la puerta. Se ve a Luis cargando varios paquetes Ah, pas! Luis entra y va a pararse en el centro de la escena sosteniendo los paquetes Luis: (a Aldo): Buenas noches, seor. Aldo: Buenas noches. Patricia y Aldo se quedan mirando a Luis. Largo silencio Luis: (rpido):... Si tard en llegar les pido disculpas. En general somos muy eficientes con el servicio. Pero resulta que hoy falt un compaero, y todo se atras un poco. Parece que tena una cita. Patricia: Una cita? Luis: Un encuentro con alguien, se entiende. Aldo: As que una cita. Luis: Por supuesto algo especial... creo. Patricia: Y qu es algo especial? Luis: Exactamente no sabra definirlo. Me imagino una vibracin en el cuerpo, un golpe de percepcin. Una decisin en donde los sentidos se imponen a la razn. Silencio Puede resultar una percepcin equivocada, pero vale la pena correr el riesgo. Despus de todo ejercitar los sentidos no daa el corazn. Patricia: Ah, no! Luis: No! Silencio Aldo: Son slo muchachos los que trabajan en la empresa? Luis: En general, s. Hay una persona mayor que recibe los pedidos y el dueo que atiende la caja. Pero del reparto nos encargamos slo jvenes. Hay que recorrer la ciudad... hay que andar ligero. Esas cosas, vio. Aldo: Claro, es una tarea... dinmica. Luis: Digamos que s. Silencio Patricia: Pero vos sos muy joven. Luis: No tanto. Ya pas los dieciocho. Aldo: Bueno, no es un privilegio. Luis: No, claro. Es lo natural... Patricia: No siempre es tan natural. Luis: S, a veces no se da. Aldo: Y entonces? Luis: No s... Patricia: Qu se hace entonces? Luis: No s... Silencio Haciendo este trabajo de repartidor se corren riesgos. Pero uno se adapta, agiliza los reflejos... y avanza... Aldo: Con el trfico tan loco de la ciudad ests expuesto a cualquier accidente. Luis: No se puede vivir pensando en los accidentes. Patricia: Por qu no? Luis: Son inevitables, y cuando llegan hay que aceptarlos. Patricia: As de simple? Luis: No, no. No es simple. Es aprender de golpe. Algunos pueden y otros se descompensan gravemente... Pero a la larga todos se adaptan.

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Patricia: Y si no se puede? Luis: Siempre se puede. Patricia: Ah, s?! Luis: S... Aldo: Vos cmo lo sabs? Silencio Contestame! Luis: Dnde dejo los paquetes? Aldo: Contest!! Silencio Luis: Permiso... Va a colocar los paquetes en la mesa. Vuelve al centro de la escena. Hay un movimientos de luces o como un cambio de escena Mis padres murieron en un accidente. Un movimiento simple que se desencaden en una ruta cualquiera... Un golpe feroz que no alter la distancia entre las estrellas... Silencio Me recogieron cerca de la laguna... y segu latiendo. En m sigui latiendo la vida, a pesar de todo... Silencio En el tiempo libre estudio las religiones. Trato de entender los aspectos fsicos del espritu. Aldo: No le parece demasiado, jovencito? Luis: Qu cosa, seor? Aldo: Que as, de golpe, cuente sus intimidades. Luis: Hablbamos de accidentes y yo les cont el mo. Aldo: A quin le importa lo que a usted le pasa! Patricia: Aldo! Es un chico... apenas un chico. Silencio Luis: No era mi intencin molestar a nadie. Patricia: No molestas... Vos no molestas... Luis: Es probable que el seor tenga razn: no tengo que contar mis intimidades a extraos. Patricia: Extraos? Silencio Claro, nosotros para vos no somos ms que extraos. Silencio Luis: Le pido disculpas, seor. Aldo: Seor un carajo! Seor un carajo!! Seor un carajo!!! Silencio. Hay un nuevo movimiento de luz o cambio de escena Patricia: Cmo te llams? Luis: Luis. Aldo: Luis? Silencio Luis: Seor, lamento mucho que se haya molestado conmigo. Aldo: Disculpame, fue sin pensarlo... No pude dominarme. Luis: No es la primera vez que me pasa. En general la gente se violenta conmigo, a pesar de los esfuerzos que hago por ser amable. Debe ser algo que despierta mi presencia a pesar mo. Aldo: Tu aspecto slo inspira confianza. Luis: No s, no s porqu me pasa... Silencio Debe ser algo referido a mi pensamiento... Es como si pensara hablando, entonces lo que digo es como si no fuera pensado. Silencio Hay palabras que se meten en las heridas... y cuando las heridas siguen en yaga viva, lo lgico es agarrrselas con quien habla. La vieja historia del mensaje y el mensajero... Aldo: Nunca lo pens de ese modo. Luis: La conciencia es un devenir. Uno no puede estar en un lugar y al mismo tiempo en un futuro...

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Patricia: No quers sentarte, ponerte cmodo? Luis: Estoy bien. Gracias. Silencio Aldo: Cmo eran tus padres? Luis: No tengo ningn recuerdo de ellos. Era apenas un beb cuando murieron. Patricia: Quin se ocup de vos? Luis: Gente... Pero nunca una familia fija... Ahora tengo cierta autonoma y me mantengo trabajando. Patricia: Vivs solo? Luis: Tengo una amiga que me visita. Patricia: Una novia? Luis: No, precisamente. Aldo: Digamos, un rebusque. Luis: Digamos, una compaera. Aldo: Ah, muy bien! Muy bien! Silencio Patricia: No te gustara quedarte a comer con nosotros? Luis: No puedo... Tengo que hacer otras entregas. Aldo: El trabajo es el trabajo... Luis: Me result muy agradable conversar con ustedes. Silencio Patricia: Hay algo que quisiera preguntarte... Luis: Por favor... Silencio Patricia: De dnde te viene el inters por las religiones? Luis: Mi inters no son precisamente las religiones, sino, el espritu. Al comienzo no tena nocin de la diferencia, y lo que ahora s, todava no alcanza para dar una explicacin... Silencio Bien! Aldo: Te vas? Luis: S. Patricia: Seguro que te volveremos a llamar. Luis: Ser un gusto volver a atenderlos... Perdn, la boleta la van a pagar con tarjeta o en efectivo? Patricia se pone en movimiento para tomar su cartera. Aldo se anticipa y saca dinero de su bolsillo. Le paga a Luis Aldo: Aqu tens. Luis: Gracias, seor... Puedo retirarme? Patricia: Por favor... Silencio Luis: Buenas noches. Aldo: Buenas noches. Patricia acompaa a Luis hasta la puerta. Luis sale. Silencio. Hay un cambio de luz o de escena. Patricia se acerca a la mesa para abrir los paquetes de comida Patricia: Ahora tenemos comida. Aldo: Menos pena. Patricia: S, menos pena... Silencio Aldo: A ver que nos trajo ese muchacho. Aldo se acerca a Patricia y revisa los paquetes de comida ... Una ensalada de apio... Carne... Postre con dulce de leche... Todo en porciones dobles. Patricia: Descorchemos otro vino. Aldo: S, descorchemos el vino. Se ponen en movimiento. Patricia le alcanza el vino y luego se ocupa de ordenar la mesa. Aldo descorcha el vino Te llegaste a enterar de la pelea de la Matilde con Mabel? Eso s que fue un escndalo en el barrio... Patricia: Qu pas?

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Aldo: Lo que pas nadie lo sabe... La cosa es que la Matilde agarr de los pelos a Mabel en plena calle a las diez de la maana, justo en la vereda de la verdulera del Toto... Imaginate la escena con todos los vecinos alrededor haciendo coro. Patricia: La pobre tuvo un ataque de nervios. Aldo: Parece que de celos por su hijo... La solt del pelo solo para darle con un cajn de verdura. Silencio Mir que pegarle con un cajn!... Hay que tener voluntad para levantar un cajn de verdura y tirrselo a alguien. Patricia: Eso hizo? Aldo: No te estoy diciendo. La vieja se fue a buscar a la Mabel y le dio con un cajn de verdura en las costillas. Patricia: Algo grave tiene que haber pasado. Aldo: Seguro que una pavada... Qu cosa de locos, che! Patricia: Pobrecita... Aldo: S, pobrecita la Mabel. Patricia: Y siguen viviendo juntas? Aldo: S, pero no se hablan. No se dicen ni buen da... Patricia: Pero el marido de Mabel, no hace nada? Aldo: Qu puede hacer el pobre tironeado por la madre y la mujer! Primero tuvo que resolver el lo de la pelea en la comisara... Y despus, qu iba a hacer? Se las llev a las dos a su casa... Dicen que esa noche tomaron la sopa en silencio, y despus nunca ms volvieron a hablar del asunto. Patricia: Mir las cosas que pasan en el barrio. Aldo: Pasa de todo... Silencio. La mesa ya est ordenada. Aldo le alcanza una copa de vino a Patricia Patricia: Es un buen vino. Aldo: No tiene penas. Patricia: S, el vino no tiene penas... Patricia se dispone a sentarse a la mesa Aldo: Esper... Patricia: Qu pasa? Aldo: Falta algo... Patricia: Qu? Aldo: Msica... Un poco de msica. Patricia: Tens razn... tens razn... Patricia va a activar un aparato de msica. Se comienza a escuchar una meloda suave. Patricia trata de ocultar una risa que empez a tomarla, pero al final se deja ganar por ella, y dice entre risas Seor un carajo! Seor un carajo!! Seor un carajo! Patricia se va calmando Aldo: (con una sonrisa): Qu chiquita que eras! Patricia va a instalarse en la mesa Patricia: Comamos... Aldo se instala en la mesa Aldo: S, comamos... Se sigue escuchando la meloda mientras se diluye la luz A modo de eplogo. Luz de escena. Patricia termina de echar el contenido de un frasquito en las copas de vino. Ambos toman las copas y despus de esbozar un brindis, beben simultneamente. Patricia: La muerte es inexorable. Aldo: ... Y la vida tambin. Aldo se va a colocar en el centro de la escena. La luz se diluye por completo dejando un solo cenital iluminando a Aldo. Patricia enciende una vela y lo va circundando en las sombras apagando y encendiendo la vela. Aldo lee una carta:

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Malvinas 28 de Mayo de 1982. Querido pap: Te escribo desde esta hmeda trinchera, en medio de una gran tiniebla... Patricia llega cerca de Aldo. Se cambia el cenital por luz de escena Patricia: Abrazame. Aldo: ... Estoy entre tinieblas. Patricia: Abrazame, Aldo. Abrazame fuerte... Aldo la abraza Parece tan poco... y sin embargo es todo. Aldo: Era esto? Patricia: Es esto... es esto. Patricia y Aldo se acarician mutuamente en una mezcla de ternura y torpeza. Aldo mordisquea a Patricia hasta hacerle sangrar un labio Aldo: Estas sangrando. Patricia: Un rasguo... apenas un rasguo. Aldo: Qu torpe, qu torpe! Patricia: No pienses en la ternura... Aldo: Soy un bruto... un salvaje. Patricia: Amame... Con tu pena... con tu salvajismo... Aldo va desvistiendo a Patricia. Patricia toma la cabeza de Aldo y la lleva hasta sus senos Ves? No tengo vergenza de tus caricias... Aldo: No, no tenemos de qu avergonzarnos. Patricia: Vos y yo no tenemos nada de que avergonzarnos... Se van desnudando al tiempo que se desplazan hasta terminar acostados Apagn. Obras de Teatro Elio Gallipoli 7

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