¿Tiene Alguien Derecho A Imponerme Sus Valores?
¿Tiene Alguien Derecho A Imponerme Sus Valores?
¿Tiene Alguien Derecho A Imponerme Sus Valores?
No me impongas tu verdad
Los relativistas y los escépticos consideran que aceptar cualquier creencia es algo servil,
una torpe esclavitud que coarta la libertad de pensamiento e impide una forma de pensar
elevada e independiente.
Sin embargo –como decía C. S. Lewis–, aunque un hombre afirme no creer en la
realidad del bien y del mal, le veremos contradecirse inmediatamente en la vida
práctica. Por ejemplo, una persona puede no cumplir su palabra o no respetar lo
acordado, arguyendo que no tiene importancia y que cada uno ha de organizar su vida
sin pensar en teorías. Pero lo más probable es que no tarde mucho en argumentar,
refiriéndose a otra persona, que es indigno que haya incumplido con él sus promesas.
Cuando los defensores del relativismo hablan en defensa de sus derechos, suelen
desprenderse de todo su relativismo moral y condenar con rotundidad la objetiva
inmoralidad de quien pretenda causarle daño. Y si alguien les roba la cartera, o les da
una bofetada, lo más probable es que olviden su relativismo y aseguren –sin relativismo
ninguno– que eso está muy mal, diga lo que diga quien sea (sobre todo si lo dice el
ladrón o agresor correspondiente). Porque si la palabra dada no tiene importancia, o si
no existen cosas tales como el bien y el mal, o si no existe una ley natural, ¿cuál es la
diferencia entre algo justo o injusto? ¿Acaso no se contradicen al mostrar que, digan lo
que digan, en la vida práctica reconocen que hay una ley de la naturaleza humana?
El relativismo, al no tener una referencia clara a la verdad, lleva a la confusión global de
lo que está bien y lo que está mal. Si se analizan con un poco de detalle sus
argumentaciones, es fácil advertir –como explica Peter Kreeft– que casi todas suelen
refutarse a sí mismas:
§ "La verdad no es universal" (¿excepto esta verdad?).
§ "Nadie puede conocer la verdad" (salvo tú, por lo que parece).
§ "La verdad es incierta" (¿es incierto también lo que tú dices?).
§ "Todas las generalizaciones son falsas" (¿esta también?).
§ "No puedes ser dogmático" (con esta misma afirmación estás demostrando ser
bastante dogmático).
§ "No me impongas tu verdad" (tú me estás imponiendo ahora tus verdades).
§ "No hay absolutos" (¿absolutamente?).
§ "La verdad solo es opinión" (tu opinión, por lo que veo).
§ Etcétera ad nauseam.
Sin embargo, el relativismo no puede llevarse hasta sus últimas consecuencias. Por eso
Ortega decía que el relativismo es una teoría suicida, pues cuando se aplica a sí misma,
se mata. La mayoría de las veces, el relativismo es una especie de pose académica, una
cómoda evasión de la realidad.