Las Primeras Imágenes Occidentales Del Indígena

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Las primeras imgenes occidentales de los indgenas americanos: entre la tradicin medieval y los inicios de la antropologa moderna

Sandra SENZ-LPEZ PREZ


Universidad Complutense de Madrid

RESUMEN
Desde el primer momento de su llegada a Amrica, los europeos entraron en contacto con los indgenas, a los que no tardaron en retratar grcamente. Este artculo analiza las representaciones occidentales de las poblaciones nativas americanas desde la primera de ellas, de 1493, hasta mediados del siglo XVI, cuando los viajeros al Nuevo Mundo comenzaron a ser responsables de sus creaciones artsticas, y con ellas testimoniaron sus propias experiencias. En las imgenes realizadas a lo largo de este tiempo se puede apreciar cmo la visin del indio americano, que inicialmente entroncaba con el repertorio iconogrco (y legendario) de la Edad Media, evoluciona hacia una mirada ms cientca que bien podramos calicar de antropolgica.

Palabras clave: Nuevo Mundo; el otro; indios del Caribe; tupinamb de Brasil; canibalismo.

The rst western images of native americans: between medieval tradition and the beginnings of modern anthropology
ABSTRACT Europeans initiated contact with the American Indians upon arriving in the New World, and they quickly began to portray them. This article analyzes Western images of Native American populations from the rst image made in 1493 until the mid-sixteenth century, when travelers to the New World started to become responsible for their artistic creations, which were used as testaments to own experiences. Throughout this period of time the image of the American Indian evolved from an initial dependence on the iconographic (and legendary) repertoire of the Middle Ages towards a more scientic look that we could describe as anthropological. Keywords: New World; The Other; Indians of the Caribbean; Tupinamb of Brazil; cannibalism.

Con la llegada de Cristbal Coln a Amrica el 12 de octubre de 14921, se inici el verdadero descubrimiento del mundo y del hombre, que segn el historiador

12 de octubre de 1492 segn el calendario juliano, 21 de octubre del calendario gregoriano moderno.

Anales de Historia del Arte 2011, Volumen Extraordinario 463-481

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ISSN: 0214-6452
http://dx.doi.org/10.5209/rev_ANHA.2011.37472

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francs Jules Michelet (17981874) caracterizara la poca del Renacimiento2. Antes de 1492 Europa ya haba llegado a partes de la tierra desconocidas y entrado en contacto con nuevas gentes, muy especialmente a travs de la circunnavegacin portuguesa de frica que consigui conectar Europa y Asia por mar. No obstante, esas gentes que los europeos conocieron durante las primeras dcadas de la llamada era de los descubrimientos no resultaron tan sorprendentes como lo fue el encuentro con los indgenas americanos; en el siglo XV , y gracias en gran medida a la literatura geogrca y a los libros de viajes de la Antigedad y Edad Media, Europa estaba bastante familiarizada con, por ejemplo, el color oscuro de la piel de los africanos, la religin musulmana, e incluso ciertas razas monstruosas, como los amyctyrae, de labios tan grandes que podan con ellos cubrirse el rostro y protegerse del sol3, y cuya existencia podra tener su explicacin en la costumbre de ciertos pueblos africanos de agrandarse los labios con platos4. La importancia de la llegada al Nuevo Mundo se dej sentir desde pronto. El cronista de Indias Francisco Lpez de Gmara (15111566) deca en la dedicatoria a Carlos V de su Historia general de las Indias (1552), que dicho descubrimiento era la mayor cosa despus de la creacion del mundo, sacando la encarnacion y muerte del que lo cri [sic]5. Conscientes de la trascendencia de este acontecimiento, muchos de los que all viajaron trataron de recoger textual y grcamente sus experiencias, lo que sin duda alguna no resultaba fcil, a juzgar por sus propios comentarios: Gonzalo Fernndez de Oviedo y Valds (14781557), otro cronista de Indias, considerado el primer viajero a Amrica que capt en imgenes lo que all vio, deca en su Historia general y natural de las Indias, al referirse a un rbol, que
es mas para verle pintado de mano de berruguete u otro excelente pintor como el o aquel Leonardo de vince o andrea manthea famosos pintores que yo conoci en Italia que no para darle a entender con palabras. E muy mejor que todo esto es para visto que escripto ni pintado6.

2 Deux choses appartiennent cet ge [i.e. Renaissance] plus qu tous ses prdcesseurs: la dcouverte du monde, la dcouverte de lhomme, en MICHELET, Jules, Histoire de France, vol. 7, Renaissance, Paris, L. Hachette, 1855, p. ii. El historiador Jacob Burckhardt (18181897) contribuy a la difusin de esta idea al titular la cuarta parte de su Die Cultur der Renaissance in Italien, Basilea, [s.e.], 1860, como The Discovery of the World and of Man. 3 FRIEDMAN, John Block, The Monstrous Races in Medieval Art and Thought, Cambridge, MA, Harvard University Press, 1981, pp. 10-11. 4 Vase al respecto MASSING, Jean Michel, The Image of Africa and the Iconography of Lip-Plated Africans in Pierre Descelierss World Map of 1550, en EARLE, Thomas Foster y LOWE, Kate J.P. (eds.), Black Africans in Renaissance Europe, Cambridge; New York, Cambridge University Press, 2005, pp. 48-69 (reed. en Studies in Imagery, II: The World Discovered, London, Pindar Press, 2007, pp. 49-72). 5 DE VEDIA, Enrique (ed.), Historiadores primitivos de Indias, 2 vols., Madrid, Imp. y estereotipia de M. Rivadeneyra, 1852-1853, vol. 1, p. 156. 6 GONZALO FERNNDEZ DE OVIEDO Y VALDS, La historia natural y general de las Indias (Sevilla, 1535), fol. 91v.

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El hallazgo de dibujos originales realizados in situ durante las exploraciones es prcticamente imposible, ya que se consideraban transitorios, y su nica nalidad era la de ser trasladados a una obra denitiva y ms acabada; una vez hecho esto, los dibujos originales se destruiran7. Bien avanzado el siglo XVI s tenemos constancia de la participacin de artistas en las exploraciones para registrar grcamente aquello que se descubra. Por ejemplo, conservamos con fecha de 1582 unas Instructions for a voyage of discovery dirigidas a Thomas Bavin para que documentara de forma completa la topografa, recursos naturales y la vida indgena de la costa oriental de Norteamrica8; en ellas se le especica que
also drawe to life all strange birdes beastes shes plantes hearbes Trees and fruictes and bring home of eache sorte as nere as yoy may. Also drawe the gures and shapes of men and women in their apparell as also of their manner of wepons in every place as you shall nde them differing9.

Uno de los artistas de ese momento que mejor supo traducir en imgenes ese Nuevo Mundo tan diferente del Viejo, fue el ingls John White (ca. 1540ca. 1593), quien trabaj en la colonia establecida en Roanoke Island, prxima a la moderna Carolina del Norte (15841590), y realiz retratos de sus habitantes y de sus costumbres10. Pero en las primeras exploraciones al Nuevo Mundo no se reclutaron artistas, y las imgenes que ilustraron esos viajes fueron realizadas en Europa a partir de las descripciones textuales de los exploradores. Adems, generalmente estos ltimos no intervenan en el proceso creativo, por lo que el resultado era fruto de las interpretaciones de artistas occidentales que nunca haban estado en Amrica, y que solamente podan recurrir a un lenguaje grco anclado en la Edad Media11. Como

7 HULTON, Paul H. y QUINN, David B., The Role of the Artist in the Voyage of Discovery, en The American Drawings of John White (1577-1590), 2 vols., London, The Trustees of the British Museum, 1964, vol 1, p. 31. 8 British Library, London (Add. Ms. 38823, fols. 1r-8r). En relacin con este documento, vase Instructions for a Voyage of Reconnaissance to North America in 1582 or 1583, en QUINN, David B. (ed.), New American World: A Documentary History of North America to 1612, 5 vols., Nueva York, Arno Press, 1979, vol. 3, pp. 239-245. 9 British Library, London (Add. Ms. 38823, fol. 6r), en Ibid, p. 244. 10 Para la obra de John White, vase BINYON, Laurence, The Drawings of John White, Governor of Raleighs Virginia Colony, en The Walpole Society, vol. 13, 1924-1925, pp. 19-24 (+ imgenes); HULTON, Paul H. y QUINN, David B. (1964), op. cit.; HULTON, Paul H., America 1585: The Complete Drawings of John White, Chapel Hill, University of North Carolina Press-London, British Museum Publications, 1984; SLOAN, Kim (ed.), A New World. Englands First View of America, Chapel Hill, University of North Carolina Press, 2007; as como la coleccin de artculos recogidos en Idem (ed.), European Visions: American Voices, London, British Museum, 2009. 11 John H. Elliott arma al respecto que his European background and training were likely to determine the nature of his vision; and the techniques and the colour range with which he had familiarized himself at home were not necessarily adequate to represent the new and often exotic scenes which he now set out to record, en ELLIOTT, John H., The Old World and the New, 1492-1650, Cambridge, Cambridge University Press, 1970, pp. 22-23.

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consecuencia de ello, podemos armar que a travs del vocabulario lexicogrco que los occidentales utilizaron al referirse textual y grcamente al Nuevo Mundo, Amrica y su poblacin nativa fueron inventadas; el Viejo Mundo impuso sus valores, percepciones y prejuicios sobre las cosas y las gentes del Nuevo12. Las primeras representaciones de los indgenas americanos estn basadas en las descripciones que aportaron Cristbal Coln y Amrico Vespucio. Y tanto en las imgenes que ilustran las narraciones colombinas como las vespucianas encontramos claros referentes iconogrcos de Occidente, y as podemos apreciar, por ejemplo, en la xilografa titulada Insula Hyspana perteneciente a la carta colombina De insulis inventis. Espistola Cristoferi Colom, impresa en Basilea en 1493149413. Dicha imagen es especialmente conocida por ilustrar por vez primera a los indgenas americanos, posiblemente en el momento en el que la expedicin colombina llega a la Espaola. En la parte inferior encontramos una embarcacin con las banderas de Len y Aragn; se trata de una galera tpica del mar Mediterrneo, intil para las expediciones transatlnticas como es bien conocido, el primer viaje colombino alcanz Amrica a bordo de una nao (la Santa Mara) y dos carabelas (la Pinta y la Nia). La representacin de una galera de remos en los mares del Nuevo Mundo revela, pues, el desconocimiento del artista, quien, como ha demostrado Gloria Dek, recurri a la imagen especular de la embarcacin ilustrada por Reuwich en la vista de Rodas, en la Peregrinatio in Terram Sanctam de Bernhard von Breydenbach (Maguncia, 1486)14. En las publicaciones de los textos de Amrico Vespucio, las imgenes del Nuevo Mundo tambin tienden a occidentalizarse. Dentro de estas, la primera representacin de los nativos americanos aparece en la edicin alemana del Mundus Novus15 titulada Van den nygen Insulen und landen so ytzundt kortliken befunden sindt dorch den Konigk van Portugal (Magdeburgo, Jacob Winter, 1506), donde se ilustra a una pareja de indgenas cubrindose el sexo con vergenza16, cuando sin embargo, como insisti en varias ocasiones el propio Vespucio, los nativos americanos mostraban su cuerpo desnudo con gran naturalidad: todos de uno y otro

12 Para la idea de la invencin de Amrica, vase OGORMAN, Edmundo, The Invention of America: An Inquiry into the Historical Nature of the New World and the Meaning of its History, Bloomington, University of Indiana Press, 1961. 13 Para una reproduccin facsimilar de esta carta, vase FIRPO, Luigi (ed.), Prime relazioni di navigatori italiani sulla scoperta dellAmerica. Colombo, Vespucci, Verazzano, Torino, Unione Tipograco; Editrice torinese, (1965), pp. 13-32. 14 DEK, Gloria, The New World Depicted: Renaissance Woodcuts of 1493, en The Print Collectors Newsletter, vol. 23, n 4, 1992, p. 123. 15 El Mundus Novus de Amrico Vespucio fue sin duda uno de los textos sobre los nuevos descubrimientos que ms popularidad alcanz; derivada de la primera carta de Vespucio a Lorenzo di Pierfrancesco de Mdici, fue publicada en Pars en 1503 y posteriormente en Roma, Venecia y Augsburg en 1504. Fue traducida a cinco idiomas y editada casi treinta veces antes de 1515. 16 Para una ilustracin de esta xilografa, vase COLIN, Susi, Das Bild des Indianers im 16. Jahrhundert, Idstein, Schulz-Kirchner, 1988, p. 407, g. 20.

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sexo van desnudos, no se cubren ninguna parte del cuerpo, y as como han salido del vientre de la madre as hasta la muerte van17. Indudablemente, el punto de inspiracin de la representacin de esta pareja americana fue la imagen tradicional de Adn y Eva, una vez cometido el pecado original18. Las imgenes occidentales de los indgenas americanos realizadas desde el regreso de Cristbal Coln de su primer viaje en 1493, y a lo largo de las siguientes dcadas, e incluso centurias, son muy numerosas. No es este el lugar para intentar abordar el anlisis de todas ellas, y adems, este campo de estudio ya ha dado como fruto trabajos de gran inters19. El propsito de este artculo es incidir en la evolucin iconogrca de los retratos occidentales de los indgenas americanos hasta mediados del siglo XVI, cuando el nmero de obras de artistas que haban viajado a Amrica comienza a incrementarse. Dicha evolucin muestra el paso de un inicio an marcado por la tradicin medieval a una aproximacin ms cientca y moderna, que bien podramos denir como antropolgica y etnogrca. Nos centraremos especialmente en los retratos de los indios del Caribe que conociera Coln por primera vez y de los indios tupinamb, con los que entrara en contacto Pedro lvares Cabral en su inesperada llegada a Brasil en 1500, y sobre todo, poco despus, Amrico Vespucio. Aunque dentro del marco cronolgico de este trabajo existen imgenes occidentales de nativos americanos pertenecientes a otros grupos culturales y mbitos geogrcos, por ejemplo, los aztecas de Mxico20, fueron los del Caribe y Brasil los que inicialmente acapararon el mayor inters artstico. Las imgenes que los retratan inciden en sus caractersticas fsicas y en sus costumbres,

AMRICO VESPUCIO, Cartas, Madrid, Anjana Ediciones, 1983, p. 47. COLIN, Susi (1988), op. cit., pp. 31-32. 19 Dentro de la amplia bibliografa referente a las primeras imgenes occidentales de los indgenas americanos, pueden destacarse: STURTEVANT, William C. First Visual Images of Native America, en CHIAPPELLI, Fredi, ALLEN, Michael J.B. y BENSON, Robert L. (eds.), First Images of America: the Impact of the New World on the Old, 2 vols., Berkeley, University of California Press, 1976, vol. 1, pp. 417-454; HONOUR, Hugh, The European Vision of America: A Special Exhibition to Honor the Bicentennial of the United States, Organized by the Cleveland Museum of Art..., Cleveland, Cleveland Museum of Art, 1975; ALEGRA, Ricardo E., Las primeras representaciones grcas del Indio Americano, 1493-1523, San Juan, Puerto Rico, Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe, 1978; COLIN, Susi (1988), op. cit.; MASSING, Jean Michel, Early European Images of America: The Ethnographic Approach, en LEVENSON, J.A. (ed.), Circa 1492. Art in the Age of Exploration, New Haven, Yale University Press, 1991, pp. 514-520 (reimpreso en MASSING, Jean Michel, Studies in Imagery, vol. II: The World Discovered, 2 vols., Londres, The Pindar Press, 2007, pp. 94-113); AMODIO, Emanuelle, El otro americano. Construccin y difusin de la iconografa del indio americano en Europa en el primer siglo de la conquista, en Montalbn, vol. 24, 1992, pp. 33-84; y SEBASTIN, Santiago, Iconografa del indio americano siglos XVI y XVII, Madrid, Ediciones Tuero, 1992. 20 Son interesantes, por ejemplo, las representaciones de los indios aztecas trados por Hernn Corts a la corte de Carlos V, e ilustradas del natural en Toledo o Barcelona por Christoph Weiditz, un artista de Augsburgo; vase al respecto CLINE, Howard F. Hernando Corts and the Aztec Indians in Spain, Quarterly Journal of the Library of Congress, vol. 26, n 2, 1969, pp. 70-90; y BRIESEMEISTER, Dietrich, Sobre indios, moriscos y cristianos a su manera: Testimonios pictricos en el Trachtenbuch de Christoph Weiditz, en Jahrbuch fr Geschichte Lateinamerikas (= Anuario de Historia de Amrica Latina), vol. 43, 2006, pp. 1-24.
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as como en los objetos que constituan su cultura material; los artistas occidentales pusieron de relieve aquello que les resultaba ms llamativo, por no ser identicado como cristiano o civilizado. Y de todo ello, lo que indudablemente cautiv ms la atencin, e incluso podramos decir la imaginacin del hombre occidental, fue la prctica antropofgica, es decir, el comer carne humana21, que en Amrica recibi el nombre de canibalismo. Segn se desprende de su Diario, el 23 de noviembre de 1492, Cristbal Coln escuch por primera vez el trmino canbal de boca de unos indios tanos que iban con l, quienes se rerieron a ...gente que tena un ojo en la frente, y otros que se llamavan canbales, a quienes mostraban tener gran miedo... porque los coman...22. Adems de los tradicionales cclopes o monoculi (esa gente que tena un ojo en la frente descritos por Coln), das antes, el 4 de noviembre, mencionaba en su Diario la existencia de otros monstruos que por sus costumbres culinarias bien podan identicarse con los temidos canbales: de la descripcin dada por unos indgenas, Coln entendi tambin que lexos de all ava hombres de un ojo y otros con hoicos de perros que coman los hombres, y que en tomando uno lo degollaban y le bevan la sangre y le cortavan su natura23. Los caribes canbales adquiran as la forma de los tradicionales cinocfalos. Y no es de extraar que esto ocurriera, pues recordemos que Cristbal Coln crea estar en Asia, y en esa tierra, viajeros medievales como Marco Polo (12541324) o Jean de Mandeville (m. 1372), que nutran la imaginacin colombina, haban localizado seres monstruosos tales como cclopes o monoculi y cinocfalos. Ms an, Cristbal Coln pensaba que haba llegado a las islas orientales, y aqu, con anterioridad, se haban localizado pueblos de semejantes caractersticas fsicas y costumbres alimentarias. Marco Polo haba dicho en su Il Milione que los habitantes de las islas Andamn

21 Algunos investigadores entre ellos William Arens a la cabeza han tratado de desmentir, o han puesto en duda, la existencia de esta prctica; vase ARENS, William, The Man-Eating Myth: Anthropology & Anthropophagy, New York, Oxford University Press, 1980; y FRANK, Erwin, Sie Fressen Menschen, wie ihr scheuliches Aussehen beweist Kritische berlegungen zu Zeugen und Quellen der Menschenfresserei, en DUERR, Hans Peter (ed.), Authentizitt und Betrug in der Ethnologie, Frankfurt, Suhrkamp, 1987, pp. 199-224. Sin embargo, son muy numerosos los antroplogos, arquelogos e historiadores que han podido documentar la existencia de testimonios ables y restos materiales que avalan la prctica de la antropofagia en Amrica; vase, por ejemplo, ABLER, Thomas S., Iroquois Cabbibalism: Fact Not Fiction, en Ethnohistory, vol. 27, n 4, 1980, pp. 309-316; FORSYTH, Donald W., Three Cheers for Hans Staden: The Case for Brazilian Cannibalism, en Ethnohistory, vol. 32, n 1, 1985, pp. 17-36; MARLAR, Richard A. et al., Biochemical Evidence of Cannibalism at a Prehistoric Puebloan Site in Southwestern Colorado, en Nature, vol. 407, 2000, pp. 74-78; LUNA CALDERN, Fernando, ADN mitocondrial taino en la Repblica Dominicana, en KACIKE, Revista de la historia y antropologa de los indgenas del Caribe, 2002, http://www.kacike.org/CalderonEspanol.html; STONEKING, Mark, Widespread Prehistoric Human Cannibalism: Easier to Swallow?, en Trends in Ecology & Evolution, vol. 18, n 10, 2003, pp. 489-490; VENTO CANOSA, Ercilio, Antropofagia en aborgenes de Cuba [Anthropography in Cuban Aborigines], en Revista mdica electrn, vol. 27, n 3, 2005, pp. 36-45. 22 VARELA, Consuelo (ed.), Cristbal Coln. Textos y documentos completos, Madrid, Alianza, 1984, p. 62. 23 Ibid., p. 51.

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(golfo de Bengala) ...no hacen ascos a carne alguna, pues comen carne humana. Sus hombres son muy monstruosos, pues hay unos que tienen cabeza de perro y ojos parecidos a los caninos24. Algunos manuscritos iluminados de su obra, por ejemplo, el del Duque de Berry (ca. 14101412)25, los presentan segn dicha descripcin, con cabeza canina. La identicacin de esta poblacin oriental como canbales cinocfalos se dej sentir dentro del terreno de la cartografa. En la Tabla moderna de las Indias Orientales de las ediciones de la Geografa de Ptolomeo de Lorenz Fries (1522, 1525, 1535 y 1541), encontramos en Andamn (escrito como ANGAMA) la imagen de un personaje masculino descuartizando con un hacha a una vctima, que yace sobre una mesa de carnicero; algunas partes de su cuerpo o restos de otras vctimas cuelgan de las ramas de los rboles circundantes; dos personajes femeninos colaboran en la carnicera, una sosteniendo el brazo izquierdo de la vctima, que posiblemente va a ser amputado, y la otra llevando en una bandeja redonda una mano y otros restos ya cortados26. Aunque los habitantes de Andamn carecen de la cabeza canina que describa Marco Polo, el texto sobre la imagen dice de ellos que: ...habentes eciam deformata capita quasi canina (i.e. ...tienen deforme la cabeza casi canina)27. Asimismo, bajo la representacin se especica que son antropfagos: Hic sunt antropophagi. La idea de los cinocfalos canbales de las islas orientales perdur dentro de la cartografa28, como encontramos por ejemplo en la isla de Java del mappamundi de 1550 del francs Pierre Desceliers29, donde reaparece la mesa de carnicero, el hacha y la carne secndose en ramas. La principal diferencia respecto de la imagen anterior es que los habitantes de Andamn tienen cabezas de perro; sus vctimas son tambin cinocfalos, por lo que deben ser identicados como habitantes de la propia isla, y no como extranjeros30.

GIL, Juan (ed.), El libro de Marco Polo anotado por Cristbal Coln, Madrid, Alianza, 1987, p. 142. Bibliothque nationale de France, Pars (Ms. franais 2810, fol. 76v). La imagen est digitalizada online en Mandragore, la base de manuscritos iluminados de la BnF: http://mandragore.bnf.fr/jsp/rechercheExperte.jsp. 26 La edicin de 1525 est digitalizada online en la Digital Collections de la Schsische Landesbibliothek -Staats- und Universittsbibliothek de Dresden: http://www.slub-dresden.de/en/sammlungen/digitalcollections/collections/. 27 Una leyenda semejante apareca con anterioridad en el mappamundi de Martin Waldseemller (1507), conservado en la Library of Congress, Washington, D.C. (G3200 1507.W3 Vault): Isti sunt ydolatre bestialiter uiuunt omnium aromatum copia ibi est habent homines deformata capita quasi canina. 28 Por ejemplo, en la Carta marina de Lorenz Fries de 1525 (reimpresa en 1527 y 1530). 29 British Library, Londres (Add. Ms. 24065). Para una reproduccin facsimilar en blanco y negro de este mapa, vase Bibliotheca Lindesiana. Collations and Notes. N 4. Autotype facsimiles of three mappemondes, [s.l.], [privately printed], 1898, mapa 3, The mappemonde by Desceliers of 1550... 30 De hecho, el texto explicativo de esta representacin se reere a ellos como gente nativa de la isla y dice de ellos que son antropfagos, que tiene la cabeza, dientes y ojos casi como de perro, y que compran los cuerpos de las ancianas y de los nios, y que cuando mueren, se los comen diciendo que eso es ms honesto que dejar que se los coman los gusanos; dicho texto est parcialmente transcrito en MASSING, Jean Michel, La mappemonde de Pierre Desceliers de 1550, en OURSEL, Herv y FRITSCH, Julia (eds.), Henri II et les
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Aunque en la carta que Cristbal Coln remiti a Luis de Santngel en 1493 reconoci no haber encontrado monstruos, sino gente de gran hermosura (En estas islas fasta aqu no he hallado ombres monstrudos, como muchos pensavan, ms antes es toda gente de muy lindo acatamiento31), la imagen de los caribes de las Antillas que cal con ms peso en Europa fue la de seres monstruosos, tanto por sus caractersticas fsicas, es decir, por tener cabeza de perro, como por sus horrendos actos, el comer carne humana. As se pone de relieve especialmente en una imagen del Uslegung der carta marina (Estrasburgo, Johannes Grieninger, 1525), un librito explicativo que acompaaba la Carta marina de Lorenz Fries, en el que se ilustra el descubrimiento de Coln mediante la representacin de cinocfalos mutilando un cuerpo humano, mientras que algunos restos desmembrados del mismo se secan al sol, y otro cinocfalo, a la derecha, disfruta mordiendo un brazo; un extrao animal32, conducido por otro cinocfalo, porta una nueva vctima atada de pies y manos (g. 1). En las copias coloreadas de esta xilografa se puede apreciar que las vctimas humanas son de piel oscura, es decir, no son de origen europeo, sino muy posiblemente antillano, e incluso podramos sugerir que se tratara de los propios tanos; de hecho, Cristbal Coln dijo de ellos en su Diario que son de la color de los canarios, ni negros ni blancos33. En todas estas representaciones de los cinocfalos canbales, tanto de las islas de las Indias Orientales como de las Occidentales, el lenguaje grco utilizado carece de valor etnogrco, y hunde sus races en el arte occidental medieval. Los artistas que en el siglo XVI tuvieron que representar los actos canbales de tierras lejanas recurrieron para ello a imgenes preexistentes que les resultaban familiares: los martirios de los muchos santos cuyos cuerpos fueron desmembrados34, o el de Nabucodonosor, por su hijo, el rey Evilmerodach, como se ilustra en el Speculum humanae salvationis; la Salom cargando con la cabeza del Bautista, por ejemplo para la gura femenina con la bandeja de restos humanos de Lorenz Fries; o escenas de carniceras, como las de los manuscritos iluminados del Tacuinum Sanitatis (un manual mdico medieval), en las que encontramos las mismas mesas de carnicero, la misma idea de secar o curar la carne, e incluso el mismo tipo de instrumental de corte. En relacin con estas hachas, es signicativo destacar que aquellas con

arts: actes du colloque international, cole du Louvre et Muse national de la Renaissance-couen, 25, 26 et 27 septembre 1997, Paris, cole du Louvre, 2003, p. 238. 31 VARELA, Consuelo (1984), op. cit., p. 144. 32 Segn Helga von Kgelgen, este animal pudo verlo en la edicin de Jean de Mandeville de Augsburg, Anton Sorg, 1481, fol. 88v, en KGELGEN, Helga von, El indio: brbaro y/o buen salvaje?, en La imagen del indio en la Europa moderna, Sevilla, Consejo Superior de Investigaciones Cientcas; Escuela de Estudios Hispano-Americanos de Sevilla, 1990, p. 13, n. 42. La imagen de Mandeville est reproduccida en SCHRAMM, Albert, Der Bilderschmuck der Frhdrucke, vol. IV , Die Drucke von Anton Sorg in Augsburg, Leipzig, K. W. Hiersemann, 1921, lm. 99 (n. 692). 33 VARELA, Consuelo (1984), op. cit., p. 31. 34 Vase, por ejemplo, CHICANGANA-BAYONA, Yobenj Aucardo (2009), op. cit., pp. 7-8.

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Fig. 1. Lorenz Fries, Uslegung der Carta Marina (Estrasburgo, Johannes Grieninger, 1525).

las que se representa a los caribes canbales parecen de hierro, cuando sin embargo este metal manufacturado no fue introducido en Amrica hasta la llegada de los europeos; las hachas occidentalizadas dieren pues enormemente de las indgenas de piedra, documentadas por Gonzalo Fernndez de Oviedo y Valds en su Historia natural y general de las Indias (Sevilla, 1535, fol. 61r). Si a partir de Cristbal Coln se difundi por Europa la idea de los caribes canbales de las Antillas, de forma semejante ocurri con Amrico Vespucio y los indios tupinamb de Brasil. Dentro de sus varias menciones al canibalismo americano, la ms detallada est recogida en su carta a Piero Soderini, titulada Lettera delle isole novamente ritrovate, escrita en Lisboa en 1504 y publicada en Florencia entre 1504 y 1506. Segn esta carta, Vespucio fue testigo de cmo uno de sus compaeros recibi un golpe de muerte, y posteriormente fue asado y comido. Este hecho aparece ilustrado en la edicin alemana Disz bchlin saget wie die zwe ... herre ... Fernandus. K. z Castilien... (Estrasburgo, J. Gruniger, 1509), una de las xilografas35 se ajusta al texto elmente al recoger el momento en que el marinero

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Esta xilografa est reproducida en ALEGRA, Ricardo E. (1978), op. cit., g. 14.

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...se fue hacia las mujeres, y cuando lleg junto a ellas le hicieron un gran cerco alrededor, y tocndolo y mirndolo, se maravillaban. Y estando en esto vimos venir una mujer del monte que traa un gran palo en la mano, y cuando lleg donde estaba nuestro cristiano, se le acerc por detrs y, alzando el garrote, le dio tan gran golpe que lo tendi muerto en tierra...36.

Aunque el nal de esta historia no est ilustrado, otra xilografa37 que precede a la anterior, muestra al fondo a una pareja descuartizando un cuerpo muy semejante al desafortunado destino que experiment el marinero de la expedicin de Vespucio. Segn contina la narracin, en el monte
...estaban las mujeres despedazando al cristiano, y en un gran fuego que haban hecho, lo estaban asando a nuestra vista, mostrndonos muchos pedazos y comindoselos. Los hombres nos hacan seas con sus gestos, de cmo haban muerto a los otros dos cristianos y se los haban comido38.

Tambin importante para la concepcin del canibalismo en Brasil es otra imagen impresa hacia 1505, bajo la cual gura un fragmento textual derivado de la traduccin alemana de La Lettera de Vespucio39. Dicho texto dice que los indios se comen entre s hasta a los mismos asesinados, y cuelgan esa misma carne al humo40, y siguiendo la descripcin vemos al fondo miembros humanos (una cabeza, un brazo y una pierna) que cuelgan de una viga sobre un fuego. A la izquierda encontramos a tres personajes alrededor de una supercie en la que quiz se descuartiz a la vctima, y uno de ellos est mordiendo un brazo. Otro aspecto de gran inters por lo que respecta a esta imagen es que los indgenas estn ataviados con ornamentos de plumas. Curiosamente, este es el nico detalle que no sigue el relato vespuciano41. Tal como arma Hugh Honour, la principal diferencia existente entre los indgenas del Nuevo Mundo y las restantes razas humanas radicaba en que los primeros iban prcticamente desnudos, tan solo adornados con plumas de ave42. Segn el texto de la xilografa, las cabezas, cuellos, brazos, genitales y pies de las mujeres y de los hombres estn un poquito cubiertos de plumas43. Los adornos plumarios de la imagen parecen muy realistas, en concreto los collares, tobilleras y brazaletes, y especialmente el Enduape tpico tupinamb. El alemn Hans Staden a quien mencionaremos nuevamente ms adelante

AMRICO VESPUCIO (1983), op. cit., p. 85. Esta xilografa est reproducida en ALEGRA, Ricardo E. (1978), op. cit., g. 15. 38 AMRICO VESPUCIO (1983), op. cit., p. 86. 39 Para esta xilografa, vase WINSOR, Justin (ed.), Narrative and Critical History of America, 8 vols., Boston, Houghton Mifin Co., 1886, vol. 2, p. 19; EAMES, W. Description of a Wood Engraving Illustrating the South American Indians 1505, en Bulletin of the New York Public Library, vol. 26, 1922, pp. 755-760; y SCHULLER, Rudolf, The Oldest Known Illustration of the South American Indians, en Journal de la socit des Americanistes de Paris, vol. 16, 1924, pp. 111-118. 40 KGELGEN, Helga von (1990), op. cit., p. 474. 41 ALEGRA, Ricardo E. (1978), op. cit., p. 80. 42 HONOUR, Hugh (1975), op. cit., p. 4. 43 KGELGEN, Helga von (1990), op. cit., p. 474.
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ilustr y describi el Enduape en el libro II, cap. 16 de su Warhaftige Historia und beschreibung eyner landtschafft der Wilnen Nacketen Grimmigen Menschfresser Leuthen in der Newenwelt America (Verdadera historia y descripcin de un pas de salvajes desnudos, feroces y canbales, situado en el Nuevo Mundo, Amrica) publicada en 1557 en Marburgo, como un ornamento realizado con plumas de avestruz, que es una cosa grande y redonda hecha de plumas. Lo atan a sus nalgas cuando van a hacer la guerra contra sus enemigos o cuando tienen una celebracin44. Por lo que respecta a la falda de plumas, muchos investigadores han planteado que fuera una invencin europea, ya que no tiene paralelo dentro de la vestimenta indgena brasilea45. Quiz a los artistas occidentales les resultaba difcil imaginar a gente desnuda, pero ornamentada con plumas exuberantes, e inventaron esta forma de falda46. Otra hiptesis interesante al respecto es que la falda de plumas derivara de una mala interpretacin otro objeto etnogrco llevado a Europa y sacado fuera de contexto, como pudiera ser un tocado o una capa de plumas47, como los que visten los indios tupinamb ilustrados por Antnio de Holanda en el Atlas Miller (ca. 1519) de Lopo Homem, Pedro Reinel y Jorge Reinel48. La clave de esta equivocacin parece darla los dibujos de supuestos guerreros aztecas atribuidos a Hans Burgkmair (ca. 1520)49, que visten faldas de plumas que no les cubren completamente (como si hubieran sido diseadas para ceirse a algo ms estrecho, como el cuello), y que dejan al descubierto parte de las caderas50.

44 Traduccin al espaol de la autora a partir de la inglesa de WHITEHEAD, Neil L. y HARBSMEIER, Michael (eds. y trads.), Hans Stadens True History. An Account of Cannibal Captivity in Brazil, Durham, N.C., Duke University Press, 2008, p. 120. 45 Para los adornos plumarios de las tribus de Brasil, vase MTRAUX, Alfred, La civilisation matrielle des tribus Tupi-Guarani, Paris, Librairie Orientaliste Paul Geuthner, 1928, pp, 128-161; y RIBEIRO, Berta C., Bases para uma classicao dos adornos plumrios dos ndios do Brasil, en Arquivos do Museu Nacional, vol. 43, 1957, pp. 59-119. 46 STURTEVANT, William C. (1976), op. cit., p. 420. 47 HONOUR, Hugh, Science and Exoticism: The European Artist and the Non-European World before Johan Maurits, en BOOGAART, Ernst van den (ed.), Johan Maurits van Nassau-Siegen 1604-1679: A Humanist Prince in Europe and Brazil, The Hague, Johan Maurits van Nassau Stichting, 1979, p. 277; y MASON, Peter, Infelicities: Representations of the Exotic, Baltimore, Johns Hopkins University Press, 1998, p. 17. 48 Bibliothque nationale de France, Pars (Rs. Ge DD 683 y Rs. Ge AA 640). Para la atribucin de las ilustraciones de este mapa al artista amenco Antnio de Holanda, vase MARQUES, Alfredo Pinheiro, A Problem Solved: Art in Portuguese Cartography, Chicago, Newberry Library, 1993; e idem, The Outstanding Artistic Value of the Atlas Miller, a Masterpiece by Lopo Homem, Pedro Reinel, Jorge Reinel and Antnio de Holanda, en MOLEIRO, Manuel (ed.), Atlas Miller, Barcelona, M. Moleiro Editor, 2006, pp. 137-216, esp. 181-208. Para la autora del mapa, vase CORTESO, Armando y MOTA, Avelino Teixeira da, Portugaliae monumenta cartographica, 5 vols., Lisboa, Imprensa Nacional-Casa da Moneda, 1987, vol. 1, pp. 59-61. 49 British Museum, Londres, Prints & Drawings (SL,5218.128 y SL,5218.129). Esto dibujos est digitalizados en la Collection Database del British Museum http://www.britishmuseum.org/research/search_the_ collection_database.aspx. 50 Ms recientemente, William C. Sturtevant planteo que la falda de plumas fuera utilizada por los indios de Brasil en ocasiones especiales, tales como en rituales de danza, ya que con ella aparecen vestidos en mapas europeos del siglo XVI, como el atlas de Jean Rotz de 1542 (al que se har referencia ms adelante), en el

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La primera representacin cartogrca de los indios tupinamb aparece en el mapa annimo portugus llamado Kunstmann II51, y es sin duda interesante sealar al respecto que desde los indicios, los cartgrafos occidentales pusieron de relieve sus prcticas antropofgicas (g. 2). La representacin del canibalismo en Kunstmann II responde a otro modelo iconogrco distinto de los vistos hasta ahora: un indgena arrodillado en el suelo da vueltas sobre el fuego al que ser su alimento, un hombre ensartado en un palo. Debido al color claro de la piel de la vctima se ha sugerido que esta fuera de origen europeo, y que consecuentemente la escena pudiera estar inspirada en la muerte del marinero narrada en La Lettera de Vespucio52, mencionada anteriormente. De ser as, la fecha del mapa sera posterior a la publicacin de la carta de Vespucio, es decir, post quem 15041506. Por lo que respecta a la forma de preparar el asado, es interesante sealar que el cartgrafo se distanci de la realidad americana, que muy posiblemente desconoca, y recurri nuevamente a una imagen ms familiar, procedente de la forma cotidiana de asar la carne en Europa, o de representaciones occidentales similares. Entre estas ltimas podemos destacar, por ejemplo, la presente en la Chronica majora de Matthew Paris, realizada en el monasterio de St. Albans hacia 1240125353, donde los trtaros o mongoles son acusados de canibalismo: un hombre est siendo cocinado sobre un fuego de forma semejante al mapa de Kunstmann II, otro est siendo decapitado con un hacha, mientras que restos desmembrados de otras vctimas se acumulan por el suelo o son mordidos con voracidad, y otra vctima atada a un rbol espera un nal semejante al de sus compaeros54. La representacin de vctimas empaladas sobre un fuego para ser asadas por indgenas brasileos como en Kunstmann II o por mongoles como en la Chronica majora alcanz su mximo desarrollo en la iconografa medieval del inerno55. Entre los tormentos infernales, pecadores, en muchos casos acusados
que los restantes elementos ilustrados resultan etnogrcamente bastante correctos. Vase STURTEVANT, William C., La Tupinambisation des Indiens dAmrique du Nord, en THREN, G. (ed.), Les gures de lIndien, Ontario, Universit du Qubec Montreal, 1988, p. 294; idem, The Ethnographical Illustrations, en WALLIS, Helen (ed.), The Maps and Text of the Boke of Idrography Presented by Jean Rotz to Henry VIII, Now in the British Library, Oxford, V . Eccles, 1981, p. 71; idem, Indian America: First Visual Impressions in Europe, en BEDINI, S.A. (ed.), The Christopher Colombus Encyclopedia, New York, Simon & Schuster, 1991, vol. 1, p. 339; e idem, The Sources for European Imagery of Native Americans, en DOGGETT, Rachel, HULVEY, Monique y AINSWORTH, Julie (eds.), New World of Wonders. European Images of America (1492-1700), Washington, DC., The Folger Shakespeare Library, 1992, p. 28. 51 Bayerische Staatsbibliothek, Mnich (Cod. Icon. 133). Para la representacin de este mapa, vase KUPCK, Ivan, Munich Portolan Charts: Kunstmann I-XIII and Ten Other Portolan Charts, Mnchen, Deutscher Kunstverlag, 2000, pp. 32-33. 52 MORISON, Samuel Eliot, The European Discovery of America. The Southern Voyages A.D. 14921616, New York, Oxford University Press, 1974, p. 306. 53 Cambridge, Corpus Christi College (Ms. 16, fol. 167r). 54 En relacin con esta imagen, vase LEWIS, Suzanne, The Art of Matthew Paris in the Chronica majora, Aldershot, Scolar Press; Cambridge, Corpus Christi College, 1987, pp. 285-288. 55 Para las imgenes del inerno en el arte occidental medieval, vase BASCHET, Jrme, Les justices de lau-del: les reprsentations de lenfer en France et en Italie: XIIe-XVe sicle, Rome, cole Franaise de Rome; Paris, diff. De Boccard, 1993.

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Fig. 2. Mapa de Kunstmann II, ca. 1505, Bayerische Staatsbibliothek, Mnich (Cod. Icon. 133).

de sodoma, sufran el castigo de ser atravesados por la boca y el ano con un palo, y asados sobre un fuego. As gura en numerosas imgenes del inerno y Juicios Finales, como la del mosaico del Baptisterio de Florencia (siglo XIII), el fresco de la Capella degli Scrovegni (Padua) de Giotto (ca. 1305) y el del Camposanto de Pisa (nales de la dcada de 1340?), del que conservamos un grabado realizado en Florencia hacia 1470 que nos permite apreciar el programa original, sin los repintes que el fresco sufri con posterioridad (el castigo en cuestin gura a los pies de Satn) (g. 3). Igualmente, vemos reaparecer este tema dentro de la cartografa. En la Carta marina de Martin Waldseemller (1516)56, a diferencia del mapa de Kunstmannn II, el cuerpo de la vctima no se ensarta completamente en un palo, sino que se cocinan miembros amputados. Aunque se omite grcamente, en el proceso antropofgico interviene el cortar el cuerpo que veamos con anterioridad representado en los canbales carniceros. La diferencia con Kunstmann II debe radicar en el hecho de que Waldseemller estaba siguiendo La Lettera de Vespucio, que Waldseemller haba incluido en su Quattuor Americi Vespuccij navigations (Cuatro viajes de Amrico Vespucio) de su Cosmographiae introductio (1507). Asimismo, encontramos reiterados otros elementos tpicos de esta escena, como colgar la carne de las ramas, comer restos humanos, transportar nuevas vctimas en este caso, a lomos de un indgena, el al texto vespuciano y vestir con plumas.

56 La nica copia existente de este mapa se encuentra en la Jay I. Kislak Collection de la Library of Congress, Washington, DC. Para una reproduccin facsimilar, vase FISCHER, Joseph y WIESER, Franz Ritter von, Die lteste Karte mit dem Namen Amerika aus dem Jahre 1507 und die Carta marina aus dem Jahre 1516 des M. Waldseemller (Ilacomilus), Innsbruck, Wagnerschen Universitts-Buchhandlung, 1903; Amsterdam, Theatrum orbis terrarum, 1968.

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Fig. 3. Grabado del Inerno del Camposanto de Pisa (Florencia, ca. 1470)

El mapa de Sebastian Mnster incluido en el Novus Orbis de Johann Huttich y Simon Grynaeus (Basilea, 1532) es tambin de gran inters para el estudio del canibalismo americano, en concreto la imagen, posiblemente obra de Hans Holbein el Joven, que encontramos en el margen inferior izquierdo del mapa, es decir, prxima a Sudamrica, donde se denunciaban las prcticas antropofgicas (g. 4). Para su realizacin, el autor recurri a numerosos elementos empleados con anterioridad en la iconografa de los canbales americanos. El personaje de la derecha, que tiene un palo en la mano y conduce un caballo cargado con una vctima atada de pies y manos, es una clara derivacin del Uslegung der carta marina (1525) de Lorenz Fries. Igualmente es semejante a este grabado el gesto del carnicero que con el hacha en la mano derecha asegura la carne con la izquierda, mientras que un tercer personaje se encarga de recoger los pedazos que van siendo cortados57. Tanto el hacha como la mesa de carnicero son muy semejantes a

57 CHICANGANA-BAYONA, Yobenj Aucardo, De Gog y Magog al indio canbal, conferencia presentada en el Congress of the Latin American Studies Association, celebrado en Rio de Janeiro, Brasil, en junio 11-14, 2009, p. 7, disponible digitalmente online en: http://lasa.international.pitt.edu/members/congress-papers/lasa2009/les/ChicanganaBayonaYobenj.pdf.

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Fig. 4. Detalle de la ilustracin realizada por Hans Holbein el Joven en el mapa de Sebastian Mnster del Novus Orbis de Johann Huttich y Simon Grynaeus (Basilea, 1532).

las que encontrbamos en anteriores representaciones antropofgicas. Tambin sigue el modelo previo la carne en el asador, que se presenta cortada en trozos atravesados por un palo que un indgena gira sobre el fuego, al igual que en la Carta marina (1516) de Martin Waldseemller. Dos aspectos son especialmente novedosos en la representacin de este tema: la cabaa a la izquierda construida con ramas de la que cuelgan restos humanos, entre ellos una cabeza58; y los dos calderos detrs del asador, de uno de los cuales emerge una mano. Este ltimo motivo, y la idea de cocer (y no asar) la carne, los encontramos ilustrados con anterioridad en escenas antropofgicas de los pueblos asiticos. Por ejemplo, as aparece (incluso el detalle de la mano en el caldero) en un manuscrito de hacia 1410-1412 de Odorico da Pordenone59 (g. 5), en el que se representa a la gente de la llamada isla Dondin, de la que dice este autor que los hombres tienen la torpe costumbre de comer el padre al hijo y el hijo al padre, diciendo que es mejor comer sus cuerpos que dejar que los gusanos los devoren60. Tanto la cabaa con los restos humanos colgando, entre ellos una cabeza, como el cocer la carne derivan posiblemente del segundo viaje de Cristbal Coln al Nuevo Mundo, concretamente de lo que vio la expedicin colombina al entrar en las casas de los indgenas, tal como cuenta Pedro Mrtir de Anglera en sus Dcadas del Nuevo Mundo (Dcada primera, cap. 2)61:
... en sus cocinas carnes humanas cocidas con carne de papagayo y de pato, y otras puestas en los asadores para asarlas. Rebuscando lo interior y los escondrijos de las casas, se reconoci que guardaban cada uno con sumo cuidado los huesos de las tibias y los brazos humanos para hacer las puntas de las saetas, pues las fabrican de hueso porque no tie-

58 La cabaa sera adoptada como smbolo del canibalismo de Brasil por Sebastian Mnster en sus mapas de 1540, 1546 y 1550. 59 Bibliothque nationale de France, Pars, (Ms. Fr. 2810, fol. 107r)60 ODORICO, da Pordenone, Relacin de Viaje, GUGLIELMI, Nilda (trad.), Buenos Aires, Editorial Biblos, 1987, pp. 69-70. 61 FERRO, Gaetano (ed.), Columbian iconography, Roma, Istituto Poligraco e Zecca dello Stato, 1996, p. 90.

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Fig. 5. Odorico da Pordenone, Itinerarium, ca. 1410-12, Bibliothque nationale de France, Pars (Ms. fr. 2810, fol. 107r).

nen hierro. Los dems huesos, cuando se han comido la carne, los tiran. Hallaron tambin la cabeza de un joven recin matado colgada de un palo, con la sangre an hmeda62.

Ninguno de los artistas responsables de las imgenes de los indios canbales americanos vistas hasta ahora estuvo en el Nuevo Mundo, y de ah que, como hemos insistido, utilizaran recursos iconogrcos del arte medieval occidental, no tomados del natural y totalmente anacrnicos. Sin embargo, el panorama artstico del retrato de los indgenas americanos cambi hacia mediados del siglo XVI, con el incremento de las representaciones de los propios viajeros que haban ido all. Importante al respecto fue la gura del anteriormente mencionado Hans Staden. En su segundo viaje a Amrica, este soldado y marinero alemn fue hecho prisionero por los indios tupinamb con los que convivi algo ms de nueve meses, hasta

62 ANGLERA, Pedro Mrtir de, Dcadas del Nuevo Mundo, Madrid, Ediciones Polifemo, 1989, p. 19. El Dr. Diego lvarez Chanca, mdico que acompa a Cristbal Coln en su segundo viaje, aport una informacin semejante en su carta al Cabildo de Sevilla: dizen que la carne del ombre es tan buena que no ay tal cosa en el mundo, y bien paree, porque los huesos que en estas casas hallamos, todo lo que se puede roer todo lo tenan roydo, que no ava en ellos sino lo que por su mucha dureza no se poda comer. All se hall en una casa, coziendo en una olla, un pescueo de un ombre, en MORALES PADRN, Francisco, Primeras cartas sobre Amrica (1493-1503), Sevilla, Universidad de Sevilla, 1990, p. 118.

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que un navo francs lo rescat y regres a Europa en 1555. Dos aos ms tarde, en 1557, public en Marburgo su Verdadera historia...63. Esta primera edicin se ameniz con xilografas, de las que, aunque Staden no fue el autor material, muy posiblemente supervis, como se desprende de la existencia de una clara interrelacin entre texto e imgenes, de que el propio Hans Staden aparezca retratado constantemente, y de la ausencia de modelos iconogrcos previos como los que aqu se ilustran que hubieran servido de base a un artista que no conoci el Nuevo Mundo64. El texto y las imgenes de la Verdadera historia... sobresalen como fuente documental de la vida y costumbres del pueblo tupinamb, y muy especialmente del ritual antropofgico, a travs del cual los indios vengaban la muerte de los que moran a manos de sus enemigos. Durante su cautiverio, Staden presenci la muerte de otros prisioneros que fueron comidos, e incluso l mismo era continuamente amenazado de convertirse en comida. Segn se explica en esta obra, la vctima mora de un golpe en la cabeza realizado con un palo llamado Iwera Pemme, ilustrado en las escenas del ritual canbal y como objeto aislado en el libro II, cap. 29, y de los que se han conservado varios ejemplares (g. 6). Previamente, este palo y la cabeza del que iba a morir eran decoradas con el mismo motivo. Se le ataba fuertemente con una cuerda a la cintura llamada Mussurana agarrada de los dos extremos, permitindole defenderse verbalmente y arrojar pequeas piedras a las mujeres que le amenazaban con comerle. Una vez muerto, su cuerpo era desmemFig. 6. Iwera Pemme de Hans Staden, Ver65 dadera historia... II, 29 (Marburgo, 1557) brado y su carne asada y comida . Es interesante y ejemplar brasileo posiblemente Tup, apreciar que el asador en el que la carne es cocinada siglos XVI-XVII, Staatliche Museen zu diere enormemente de los vistos en anteriores reBerlin, Ethnologisches Museum, Berln presentaciones de los indios canbales. Se trata del (Inv. Nr. VB 3654). moqum o boucan, una especie de parrilla hecha de varas que reposan sobre cuatro horquetas66, origen de nuestras modernas barbacoas.

63 Esta edicin est digitalizada online en la Biblioteca Digital de Obras Raras e Especiais de la Universidade de So Paulo: http://www.obrasraras.usp.br/. 64 WHITEHEAD, Neil L. y HARBSMEIER, Michael (2008), op. cit., p. lxxiii; en relacin con la veracidad de las experiencias vividas por Hans Staden, vase FORSYTH, Donald W. (1985), op. cit. 65 Vase WHITEHEAD, Neil L. y HARBSMEIER, Michael (2008), op. cit., libro 2, cap. 29, pp. 129-137. 66 En relacin con esta estructura para asar carne, vase CASTILLO MATHIEU, Nicols del, Relaciones del Tano con el Caribe Insular, en Thesaurus: Boletn del Instituto Caro y Cuervo, vol. 37, n 2, 1982, pp. 233-254, esp. 246-249.

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De forma muy semejante a como describe e ilustra Hans Staden el ritual canbal de los indios tupinamb encontramos representado este mismo tema en el mapa de Brasil del Boke of Idrography de 1542 de Jean Rotz67. Las imgenes en cuestin se encuentran a la derecha, y el sentido visual de la lectura discurre de abajo a arriba (g. 7): en la parte inferior la vctima, atada con la Mussurana a la cintura, se dispone a arrojar una piedra a una mujer en el momento previo a recibir el golpe mortal; ms arriba, la vctima yace en el suelo con algunos miembros de su cuerpo amputados: su brazo izquierdo y una pierna son llevados por dos indios que se dirigen hacia el moqum, donde ya se est asando la otra pierna. Aunque la narracin de Hans Staden ha sido tachada de exagerada, es importante tener en cuenta que Rotz, quien haba viajado a Brasil en 1539, represent el tema de forma muy semejante a como lo hizo Staden, pero unos aos antes de que el alemn publicara su obra, e incluso de que fuera prisionero de los tupinamb. Esto nos permite valorar el inters antropolgico y etnogrco de las imgenes de ambos autores, tambin en lo que concierne a la informacin sobre el canibalismo. As pues, de la mano de artistas que haban estado en el Nuevo Mundo Europa acceda nalmente a representaciones ms reales y cientcas de sus Fig. 7. Detalle del mapa de Brasil de habitantes. Persista sin embargo en ellos la diculJean Rotz, Boke of Idrography, 1542, tad de traducir en imgenes aquello que era tan noBritish Library, Londres (Royal Ms. vedoso y diferente. As lo explicaba el francs Jean 20.E.IX). de Lry (15361613), un pastor reformado que tambin haba estado en Brasil entre 1556 y 1558, y que veinte aos despus, en 1578, publicaba en Francia sus experiencias en la Histoire dun voyage fait en la terre du Brsil, autrement dit Amrique:
Durante aproximadamente ese ao en el que viv en aquel pas, tuve tanto cuidado de observarlos a todos, grandes y pequeos, que incluso ahora me parece que los tengo delante de mis ojos, y para siempre tendr su idea e imagen en mi mente. Pero sus gestos y expresiones son tan completamente distintas de las nuestras que es difcil, debo confe-

67 British Library, Londres (Royal Ms. 20.E.IX). Para una reproduccin facsimilar de este mapa, vase WALLIS, Helen (1981), op. cit.

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sar, representarlos bien de forma escrita o en pinturas. Para realmente disfrutar de ello, tendrs que ir y visitarlos en su propio pas68.

Pese a esas dicultades y limitaciones con las que se enfrentaban los artistas occidentales al tratar de captar el Nuevo Mundo, y aunque ninguno de ellos fue ni un Pedro Berruguete, ni un Leonardo da Vinci o un Andrea Mantegna pintores a los que ansiaba emular Fernndez de Oviedo al tratar de documentar esas tierras las imgenes de aquellos que se atrevieron a mostrar ese Nuevo Mundo es tan solo lo que nos queda a nosotros para disfrutar de l, pues ya tan solo pervive en estos recuerdos, y poco le queda (o hemos dejado) de nuevo.

68 Traduccin de la autora a partir de la inglesa de LRY, Jean de, History of a Voyage to the Land of Brazil, Otherwise Called America, WHATLEY, Janet (trad.), Berkeley, University of California Press, 1992, p. 67.

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