Garmendia, Osvaldo - La Importancia Del Partido Leninista

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LA IMPORTANCIA DE LA TEORIA LENINISTA DEL PARTIDO Osvaldo Garmendia La crisis del movimiento marxista reactualiz una antigua crtica

a la concepcin leninista del partido. Sintticamente podemos presentar los argumentos de la siguiente forma: En el libro Qu hacer? Lenin plantea que la conciencia socialista slo puede ser introducida desde afuera de la clase obrera por la accin del partido marxista, y que el desarrollo espontneo de la lucha obrera conduce a su subordinacin a la ideologa burguesa. Los crticos de Lenin sostienen que esta concepcin de partido est en contra de una tesis fundamental de Marx, que dice que la emancipacin de los trabajadores ser obra de los trabajadores mismos. La orientacin de Lenin llevara a ubicar al partido por encima de la clase obrera, a manera de un iluminado que ilustra y conduce a una masa maleable; el partido, formado por la intelligentsia (una organizacin cerrada y conspirativa de militantes profesionales) sustituira a la clase obrera. Contraponiendo en forma no dialctica espontaneidad y conciencia terica, masa y partido, Lenin habra sentado as los antecedentes del stalinismo (que como se sabe, sustituy a la dictadura del proletariado por el dominio del aparato burocrtico). De all que muchos revaloricen viejas crticas de R. Luxemburgo y de Trotsky al Qu hacer?. En un trabajo de 1904, Nuestras tareas polticas, Trotsky sostuvo que el partido de Lenin es el partido que piensa por el proletariado, que lo sustituye polticamente (Trotsky, 1975, 23); que de esta manera se prepara la dictadura del partido sobre el proletariado, dictadura que estara coronada por un dictador (dem, 166) y que en lugar de la autoactividad del proletariado se va a la fabricacin de un aparato de poder (dem). Las crticas de R. Luxemburgo, que van en el mismo sentido1, tambin tienden a ser revalorizadas No est all, en esa concepcin de partido de Lenin, el germen vivo del stalinismo? No es casual entonces que el rechazo al partido leninista se haya extendido entre amplias capas de la militancia. A ello se agrega el hecho de que tanto los stalinistas, como los diversos partidos trotskistas hicieron gala de las ms terribles prcticas burocrticas, bajo la bandera del partido leninista. El propsito de este trabajo es cuestionar esta visin. Trataremos de demostrar que la teora leninista sobre partido es esencial para la liberacin de la clase obrera, y que en ella se encuentran los elementos para superar las prcticas burocrticas que se hicieron en su nombre; por el contrario, el tipo de organizacin que se deduce de las viejas crticas de Trotsky y R. Luxemburgo a Lenin, no slo no es el instrumento apto para la lucha por el poder de la clase obrera, sino que incluso recrea las condiciones para el surgimiento de la burocracia. Aclaremos, antes de introducirnos en el tema, que posteriormente R. Luxemburgo reconocera en buena parte la razn que le asista a Lenin, y que Trotsky hara una autocrtica muy explcita, dando la razn al camino de construccin del bolchevismo2. El partido de vanguardia Vamos a comenzar la discusin exponiendo el planteo leninista posiblemente ms distintivo: el partido como organizacin que agrupa a los elementos ms activos y conscientes del proletariado, y por lo tanto el rechazo a la idea del partido de toda la clase. Recordemos que este planteo de Lenin fue incluso fundante de la corriente bolchevique. Efectivamente, en el Segundo Congreso de la socialdemocracia rusa, de 1903, la divisin en dos fracciones, bolchevique (que en ruso quiere decir mayora) y menchevique (minora) surge en torno una diferencia sobre los estatutos; puntualmente, alrededor de quines deban considerarse miembros del partido. Los mencheviques decan que deban ser miembros del partido todos los que adhirieran a l, de manera que cualquier huelguista, por ejemplo, debera

poder reivindicarse del partido. Lenin se opuso, diciendo que slo podra ser considerado miembro del partido aqul que trabajara activamente bajo su disciplina. Se trat al comienzo de una diferencia que muchos juzgaron insignificante, pero que, -y Lenin lo intuy muy rpidamente- atae a la concepcin misma del partido, de la evolucin de la conciencia de clase y en ltima instancia de la revolucin3; al polarizar intransigentemente la discusin sobre los estatutos, Lenin est llevando a fondo, y por primera vez de manera explcita, su ruptura con la concepcin del partido-clase (esto es, partido de toda la clase), presente hasta el momento en toda la literatura marxista. La ruptura de Lenin En esta ruptura se encierra toda una concepcin acerca del partido y de sus relaciones con la clase obrera. Recordemos en primer lugar que en los escritos de Marx y Engels encontramos una permanente ambigedad entre, por un lado, sostener la posibilidad y necesidad de la organizacin de toda la clase en partido, y por otra parte, el planteo de la organizacin diferenciada de los comunistas como vanguardia ms avanzada poltica e ideolgicamente. Por ejemplo, en el Manifiesto Comunista encontramos ambas posiciones: la del partido-clase, al que llega la clase obrera en su evolucin poltica, y la referencia a los comunistas como fraccin organizada que trabaja junto a otros partido de la clase obrera. En aquellos que se oponen a Lenin en el Congreso de 1903 tambin hallaremos la misma ambigedad: el planteo de que el partido organiza a los elementos ms activos de la clase obrera y el partido-clase. As, en la polmica con Lenin, muchos acentuarn la idea de partidoclase (aunque, como veremos luego, tambin se refieren al partido como organizador de la vanguardia). Por ejemplo, R. Luxemburgo dir que ... la socialdemocracia no est unida a las organizaciones del proletariado. Es el proletariado... (R. Luxemburgo, 1976, 29) y Trotsky citar en su folleto de 1904 el Manifiesto del primer Congreso del partido socialdemcrata ruso, que haca referencia al objetivo de organizar a toda la clase en partido. Para Lenin, en cambio, nicamente deben ser miembros del partido los ms conscientes, y esa mayor conciencia se debe manifestar no slo en la adhesin al programa y estatutos, sino tambin en la actividad prctica militante. En respuesta a sus crticos, Lenin subraya que es necesario distinguir entre quienes forman parte del partido y quienes se hallan vinculados a l; que aun los elementos de los sindicatos pueden no tener ese grado de actividad y conciencia, y por lo tanto deben ser diferenciados del partido. Olvidar la diferencia que existe entre el destacamento de la vanguardia y el conjunto de las masas que gravitan hacia l, olvidar el deber constante del destacamento de la vanguardia de elevar a grupos cada vez ms amplios a su propio nivel de vanguardia, slo significa engaarse a s mismo, cerrar los ojos ante la inmensidad de nuestras tareas, para empequeecerlas (Lenin, 1969 a, 288). Para Lenin la clave de la organizacin es un partido de revolucionarios rodeado de un amplio movimiento obrero socialdemcrata. No se trataba de una suma de conspiradores, como decan sus crticos sino de crear organizaciones del partido del ms diverso tipo, hasta las ms amplias: crculos de lectores, crculos de actividad sindical, sindicatos dirigidos o influidos por el partido. La conciencia de clase y el papel de la teora para Lenin Como vemos, la concepcin de partido de Lenin entronca y est basada en una concepcin ms amplia acerca de qu es conciencia de clase y fundamentalmente de cmo se accede a ella.

En un reciente artculo sobre la concepcin de partido en Lenin, A. Shandro (1995) ha puesto de relieve la concepcin de Lenin de conciencia de clase a partir de la crtica que ste hace al espontaneismo en el Qu hacer? Examinando el movimiento huelgustico de los aos 90 del siglo pasado, Lenin explica que su espontaneidad resida en que no poda ser consciente del antagonismo irreconciliable de sus intereses con el conjunto del moderno sistema poltico y social (Qu hacer?)4. Por lo tanto, elevar a los trabajadores a la conciencia de clase es trabajar por demostrar, a cada paso, el carcter irreconciliable de los intereses de la clase obrera con todo el sistema capitalista. Por el contrario, es espontanesmo -y oportunismo de parte de los marxistas- no combatir las ilusiones del movimiento obrero acerca de las ms diversas soluciones a sus problemas fundamentales, que no cuestionan al sistema capitalista. Por eso, en la visin de Lenin, la tarea central del marxista no es la de ser un buen sindicalista, sino la de ser tribuno del pueblo, la de presentar las ideas acabadas y brillantes, para mostrar en cada lucha su relacin con el conjunto del combate de la clase obrera. Y esta concepcin se concreta y corona en la necesidad de la centralizacin de todas las luchas hacia la conquista del poder por los explotados. La ausencia de conciencia acerca del carcter irreconciliable de los intereses obreros con la clase burguesa ha llevado a la derrota a innumerables revoluciones; la coalicin de colaboracin de clases entre la burguesa y el proletariado se basa precisamente en esa falta de independencia poltica del proletariado. Pero slo una vanguardia slidamente organizada, en torno a una teora cientfica de la explotacin y del estado, puede comprender a fondo la profundidad de los antagonismos de clase y evitar y combatir las trampas que tiende a cada paso el colaboracionismo. Por eso este planteo de la conciencia de clase explica la importancia que Lenin dar a la teora marxista y el rol y carcter del partido que entronca con ello. No es casual que en medio de la discusin sobre organizacin del partido, Lenin afirmara que sin teora marxista no hay revolucin, y sostuviera la tesis de Engels, en el sentido de que la fuerza del movimiento revolucionario reside en la unin de la lucha econmica y poltica con la lucha terica. Y muchos aos despus, ya en el poder, sealara como una de las enseanzas generales de la historia del bolchevismo que ste haba nacido sobre la solidsima base de la teora del marxismo, que fue buscada y desarrollada afanosamente durante aos, siguiendo con celo y atencin cada ltima palabra de Europa y Amrica en ese terreno (Lenin, 1971, 129-130). El planteo leninista de partido de vanguardia, de agrupar a los elementos ms conscientes, adquiere as toda la dimensin que demanda esta lucha. Es una concepcin que nace de un anlisis mucho ms concreto que el de sus crticos sobre cul es la dialctica real en que se mueve la lucha de la clase obrera y el avance de la conciencia. No se trata slo de que Lenin tuvo en cuenta el carcter heterogneo de la clase obrera en su avance; esto es cierto, y ha sido sealado, pero no es lo decisivo. Lo central (y se ve en la polmica de Lenin contra la tctica del llamado al partido obrero amplio) es que Lenin es consciente de que todo el movimiento obrero est atravesado por corrientes polticas que reflejan posiciones de la clase enemiga, expresadas generalmente por intermedio de la ideologa pequeo burguesa (especialmente del pequeo productor, del trabajador). Sabe que el avance de la clase obrera exige en consecuencia la lucha implacable contra ellas; es necesario que la clase obrera entienda todas las formas, prfidas, engaosas, en que la clase dominante tratar de conciliarla con el sistema capitalista (as como la crtica de Marx pone de relieve las formas fetichizadas dentro de las que se mueve la conciencia comn). De all su insistencia en que el desarrollo espontneo del movimiento lleva siempre a su subordinacin a la burguesa. Esta lucha por la ideologa y el programa proletario, contra toda la ideologa burguesa y pequeoburguesa -que todo lo impregna- est en la base de la obsesin de Lenin por diferenciar organizativamente a la vanguardia del movimiento -aunque, dialcticamente, a partir de esa diferenciacin luego insistir en que hasta cierto punto el partido se funde con las masas, y que la teora se completa en el movimiento de lucha; veremos esto luego. Pero el

primer movimiento debe ser el destacar a la vanguardia, impedir cualquier confusin al respecto, separar la paja del trigo, no slo desde el punto de vista de lo escrito, sino tambin desde lo organizativo. Por ese motivo, entre otros, las pginas del Qu hacer? se abren con el rechazo a la famosa libertad de crtica (que pedan los revisionistas para atacar los fundamentos del marxismo desde dentro del partido); incluso leemos all una velada crtica a la actitud contemporizadora -desde el punto de vista organizativo- que haba adoptado (en Alemania) el Congreso de Lubeck con los bernstenianos, al permitirles seguir dentro del partido5. Por lo tanto es importante comprender que la tesis de organizacin del partido bolchevique no tiene una base organizativista -aunque sea un momento importante de su pensamiento-sino esencialmente terica y poltica. En ltima instancia, partido, conciencia de clase y teora forman una totalidad que se sostienen y alimentan mutuamente, y en la que ninguna puede ser aislada metafsicamente de la otra. Lo espontneo y su relacin con el partido en Lenin Para avanzar en nuestro estudio, veremos ahora dos objeciones clsicas que se hicieron al Qu hacer? y que Geras (1980) examina. La primera se refiere a la afirmacin de Lenin de que la clase obrera, por su propia movilizacin, slo es capaz de desarrollar una conciencia sindical y recrear sindicalismo. Geras sostiene que esto es incorrecto, porque en situaciones prerevolucionarias o revolucionarias, el movimiento espontneo de la clase obrera va mucho ms all del sindicalismo. A. Carlo (1988) apunta a la misma crtica cuando sostiene que el propio Lenin habra abandonado luego la tesis del Qu hacer? sobre la relacin espontaneidad/conciencia. Carlo se apoya en las afirmaciones de Lenin al prlogo de Doce aos (una recopilacin de escritos del perodo 1895-19076) donde sostiene que en el Qu hacer? haba usado expresiones no del todo acertadas o exactas a propsito del nexo espontaneidad/conciencia, y niega que se deba atribuir a ese trabajo el carcter de teora general del partido y de la organizacin. Segn Carlo no se trata de meras rectificaciones de Lenin a aspectos parciales de su trabajo sino que Lenin estaba retrocediendo mucho ms de lo que admite en Doce aos, y que fueron razones de lucha interna en su partido -la polmica contra los mencheviques- las que le impiden una revisin abierta de sus antiguas posiciones. Carlo afirma que a partir de la valoracin de los soviets de 1905, Lenin de hecho abandona su posicin del Qu Hacer? Es importante aclarar este punto, porque si bien es cierto que Lenin incurre en exageraciones que l justificara por la necesidad de enderezar la vara-, no es lcito apoyarse en ellas para barrer de un plumazo la esencia de la lucha bolchevique contra el espontanesmo7. En nuestra opinin, la experiencia de 1905 y la posterior de 1917 invalida la tesis de Lenin en un aspecto, pero que es el ms superficial. Efectivamente, en la revolucin de 1905 y luego en la de 1917, se puede ver cmo el movimiento obrero evoluciona, espontneamente, mucho ms all de la mera lucha sindical, porque construye soviets y se plantea objetivos polticos. En ese sentido no es correcta la afirmacin de Lenin de que la lucha obrera, por s misma, slo crea sindicalismo8. Pero s es completamente justo, y decisivo, afirmar que la lucha obrera, por s misma, no logra independizarse de la ideologa y de la poltica de las clases dominantes, y en este sentido -ms esencial- hay una continuidad profunda en la obra de Lenin. As lo demuestra su polmica contra la idea de partido amplio (ver artculo en este nmero de Debate Marxista), o la experiencia con los soviets en 1917, cuando llega a barajar la idea de romper con ellos si no se liberaban de la poltica conciliadora. Por otro lado, es hora de relativizar la concepcin de lo espontneo en Lenin y su oposicin a lo consciente, encarnado en el partido. Para Lenin -y as lo afirma en el Qu hacer?- lo espontneo siempre encierra lo consciente, embrionariamente. Esto es, la experiencia cotidiana y la lucha diaria constituyen las bases materiales para el avance de la clase obrera; es lo

material objetivo que incide sobre la conciencia, sobre lo que se apoyar el partido para su actividad. Ms en general, parece evidente que hay un punto del desarrollo del movimiento en el que la distincin entre lo que es espontneo y lo consciente se hace harto arbitraria. Por ejemplo, cmo calificar la intervencin en una huelga de obreros no organizados, que han recibido durante aos educacin y propaganda revolucionarias? es ella espontnea? La intervencin de los obreros de vanguardia en la revolucin rusa de 1917, no organizados en partido, pero que durante aos haban recibido propaganda, haban digerido la experiencia de la revolucin de 1905 y las anteriores experiencias de luchas populistas, reformistas, etc., hasta qu punto puede considerarse completamente espontnea? Una vez ms, estamos tratando con conceptos relativos, de momentos que se integran en la totalidad que es la evolucin de la clase obrera de conjunto. Esta discusin entronca con la segunda gran crtica que se dirigi tradicionalmente al Qu hacer?: la afirmacin leninista de que la conciencia obrera es inculcada desde afuera por el partido.

Lo externo y lo interno en la relacin del partido y la clase obrera Efectivamente, Lenin ha sido muy criticado por sostener que la conciencia socialista le viene a la clase obrera desde afuera del movimiento obrero. Los crticos sostienen que de esta forma se vuelve a la posicin de los viejos materialistas franceses -criticada por Marx- en el sentido de que se supone un educador, colocado por encima de la sociedad, que a su vez debe ser educado. Pero la posicin de Lenin es ms compleja que el ubicar a un educador-partido omnisciente, por encima de la clase obrera. Para aclarar el tema comencemos sealando que Geras tiene razn cuando distingue dos afirmaciones en Lenin, que ste identifica, pero que no tienen el mismo significado. La primera es cuando Lenin, citando a Kautsky, afirma que la conciencia socialista es introducida en la lucha proletaria por la intelligentsia burguesa9. Aqu lo interno es la lucha proletaria, lo externo es la intelligentsia burguesa que introduce la conciencia socialista. Al respecto es correcto rechazar esta tesis, entre otras cosas porque en ningn momento se especifica en qu condiciones se elabora esa teora por los intelectuales burgueses. Pero hay otro sentido, ms esencial, en el que s es reivindicable la posicin de Lenin y es distinguida por Geras y tambin por Bensaid (1987). Es que mientras Kautsky sostiene que la ciencia viene del exterior de la clase obrera, elaborada por intelectuales burgueses, para Lenin la conciencia poltica viene del exterior de la lucha econmica, elaborada por el partido obrero. Lenin parece creer que est diciendo lo mismo que Kautsky, pero en realidad expresa una posicin distinta. Hay aqu una primera tesis central, que Geras subraya, formulada por Lenin con las siguientes palabras: El error bsico que cometen todos los economicistas es su conviccin de que es posible desarrollar una conciencia poltica de clase de los obreros desde dentro, por as decir, de su lucha econmica. La conciencia poltica de clase slo puede venirles a los obreros desde fuera, es decir, slo desde fuera de la lucha econmica, desde fuera de la esfera de las relaciones entre obreros y patronos. La nica esfera de la que se puede sacar ese conocimiento es la esfera de las relaciones de todas las clases y estratos con el Estado y el gobierno, la esfera de las interrelaciones entre todas las clases (Lenin, citado por Geras, pg. 111; nfasis nuestro). De acuerdo con esta tesis, lo central de la relacin del marxismo con el movimiento de masas no reside en que la teora se elabora por fuera del movimiento obrero (por la intelectualidad burguesa, como dice Kautsky) sino por fuera de la lucha econmica, abarcando todas las relaciones entre las clases, el estado, etc. Esencialmente se trata de centralizar polticamente las luchas obreras, elevndolas de la reivindicacin sindical hacia la lucha contra el sistema

capitalista y su Estado. Pero entonces este papel ya no lo puede cumplir la intelectualidad burguesa, como pensaba Kautsky, portadora de la ciencia desde fuera del movimiento. Como muy bien seala Bensaid, a partir de aqu Lenin concluye que el portador de la conciencia poltica es el partido -que por ser un partido obrero forma parte del movimiento, es en cierto sentido interno al mismo- y no los intelectuales burgueses. Por lo tanto la relacin entre lo interno y externo a la clase obrera es en Lenin de un carcter completamente distinto del planteado por Kautsky -aunque, insistimos, Lenin no anota esta diferencia-. El problema atae, en nuestra opinin, (a) a las posiciones de clase desde las que se elabora la teora marxista y (b) a la necesidad de centralizar la lucha poltica. Con respecto a la primera exigencia, recordemos que ya Marx haba localizado las limitaciones de la cientificidad de Ricardo en su carcter burgus. La elaboracin de Marx y Engels, por ejemplo, no se hace en cuanto intelectuales burgueses, sino en cuanto partidarios conscientes del partido proletario, o sea, en cuanto hombres que han roto con su clase y se incorporan a la elaboracin orgnica con la clase trabajadora. Lo mismo cabe para Lenin, R. Luxemburgo, Trotsky, etc.: son intelectuales orgnicos de su clase de adopcin. Y los obreros que se incorporan a esta elaboracin son considerados por Lenin como intelectuales; no se trata de un mero matiz de diferencia con Kautsky, (quien no ve el papel de estos intelectuales obreros), sino de una diferencia ms profunda que tiene que ver con la ligazn del partido con la clase y que se vincula con cmo se piensa la relacin entre lo externo y lo interno del movimiento obrero. Lenin concibe al partido como interno a la clase, como parte de la misma, su parte ms avanzada, y a los intelectuales miembros del partido - sean del origen que sean- como elementos incorporados a la clase obrera. Pero al mismo tiempo el partido es exterior a la lucha sindical y econmica, en el sentido de que no se deja arrastrar por el tradeunionismo obrero, que no cede al espontaneismo y trata de jugar el rol de centralizador poltico, lo que la vez exige que el partido se centralice. No se trata entonces de una delimitacin del partido-clase en trminos absolutos, metafsicos-, sino de una delimitacin que incluye la fusin con la clase como un momento necesario e inevitable -y de lo contrario no hay delimitacin, sino simplemente abortos sectarios y dogmticos-. Por eso Lenin afirmar que la teora ... adquiere su forma definitiva slo en estrecha vinculacin con la actividad prctica de un movimiento verdaderamente de masas y verdaderamente revolucionario (Lenin, 1971, 129). El marxismo exige que se comprenda bien la relacin entre teora y prctica. Lenin era consciente de que el llamado marxismo legal conoca de teora, pero se adaptaba polticamente a la burguesa. Por eso ya desde sus primeros escritos destacar el papel de la prctica que debe acompaar a la teora: Al subrayar as la necesidad, importancia y magnitud de la labor terica de los socialdemcratas, en manera alguna quiero decir que dicha labor deba tener prioridad respecto de la labor prctica; y mucho menos que la segunda sea aplazada hasta la terminacin de la primera (...) Todo lo contrario, la labor prctica de propaganda y agitacin debe tener siempre prioridad ... la labor terica slo da respuesta a los problemas que surgen de la segunda (Lenin, 1969 b, 313). Construccin del partido desde arriba o desde abajo? Para profundizar en el pensamiento de Lenin, y sobre la base de lo dicho hasta aqu, podemos ahora contraponer sus ideas a las de Trotsky, uno de sus crticos ms duros -y brillantes- en aquellos primeros aos de construccin del bolchevismo. Como dijimos antes, el inters de la polmica se actualiza por la revalorizacin que muchos hacen hoy de estas crticas de Trotsky10.

En primer lugar es necesario destacar que Trotsky no desecha la concepcin de partido de vanguardia. En Nuestras tareas polticas leemos un pasaje en el que incluso se pronuncia a favor de una organizacin de revolucionarios profesionales: ... necesitamos una organizacin gil, mvil, capaz de iniciativas, una organizacin de revolucionarios profesionales: no vendedores ambulantes de literatura, sino dirigentes polticos de partido (dem, 65)11. Se trata entonces slo de una diferencia de matices entre Lenin y Trotsky, en que el primero acenta ms el carcter de vanguardia, hasta el punto de que slo integren el partido los militantes que trabajan por l, mientras que el segundo deja abierta la posibilidad del partidoclase? En este caso Lenin habra superado a sus crticos slo en eliminar la ambigedad a la que hacamos referencia antes. Pensamos que no es as, que Lenin supera a Trotsky y a otros de su poca porque deduce todas las consecuencias organizativas que se desprenden del rol que asigna a la teora y de su planteo de conciencia de clase, que tiene implicancias directas que llegan hasta la estrategia de toma del poder. Esta diferencia se plasma en las dos posiciones opuestas sobre construccin del partido: mientras Lenin subraya que se construye desde arriba, Trotsky (y R. Luxemburgo) sostendr que se construye desde abajo. Es decir, en Lenin el partido se construye a partir de una slida teora y estrategia polticas, y la idea es elevar a la clase de conjunto (o a sectores cada vez ms amplios de ella) hasta ese nivel. Por eso la construccin del partido adquiere hasta cierto punto formas concntricas. El ncleo partidario se rodea de todo tipo de organizaciones ligadas, y las publicaciones responden a ese mismo carcter: van desde los libros y folletos hasta los volantes de ms amplia difusin, pasando por peridicos de diversos tipos para los diferentes estratos de la clase. Todas las mediaciones son puestas al servicio del mismo objetivo, llevar a las ms amplias masas a la conciencia de clase. Por supuesto, todo esto se basar a su vez sobre los factores instintivos, que espontneamente apuntan a la conciencia de clase, surgidos de las luchas y experiencias vivas de las masas (como examinaremos luego con mayor atencin). Pero el acento de Lenin en que la clase obrera por s sla no adquiere conciencia de clase, lo lleva a poner toda su atencin en la construccin de la herramienta partidaria diferenciada. Por eso el partido se construye desde arriba, esto es, desde una slida teora, desde el peridico como centralizador poltico, desde un centro que combate por sus ideas. Contra la opinin de sus crticos, el peridico no es meramente un coordinador, sino centralizador y direccin de los socialdemcratas. En el Trotsky de los aos anteriores al triunfo de Octubre existe, por el contrario, una concepcin mucho ms espontanesta de la forma en que se avanza en la conciencia. Podemos decir que el partido se construye a partir de una confluencia desde muchos puntos, que se elevan a partido desde y sobre la base de la evolucin de la lucha de clases. Esta idea se puede rastrear en su crtica a Lenin ms dura, Nuestras tareas polticas. All plantea que el rol de Iskra (el peridico alentado por Lenin) haba sido lograr la diferenciacin poltica de la intelligentsia (entre los populistas y los marxistas) a travs de la lucha terica; para esto haban sido muy tiles las duras polmicas tericas, los cursos, las amplias discusiones y la difusin masiva de literatura socialista. Pero, sigue Trotsky, en relacin con los obreros, este trabajo no sirve; es necesario girar el eje de la actividad. Trotsky propone la elaboracin o eleccin de tcticas espontneamente surgidas, en virtud de las cuales los obreros puedan reaccionar colectivamente..., siendo la funcin del partido organizar de modo coherente, sistemtico y planificado esa reaccin colectiva (Trotsky, 1975, 63). Se trataba entonces de organizar la voluntad poltica de clase mediante mtodos tcticos, y el partido crecera en la medida en que, mediante esas tcticas -adecuadas a los objetivos- fuera destacando los elementos ms notables del proletariado y se nutriera de ellos (dem, 66). Para todo esto la polmica literaria -tan necesaria en la lucha por la intelligentsia-, y la identificacin del contenido del trabajo del partido

con el peridico, se alejaba del trabajo inmediato del partido sobre el proletariado. Hay aqu, por lo tanto, una visin que acenta el papel espontneo del movimiento en el desarrollo de la conciencia, y de ello se desprendern consecuencias en materia de organizacin partidaria. Trotsky hablar una y otra vez de la autoactividad de la clase obrera; tiene la visin de que la clase obrera, una vez puesta en movimiento, rompe todas las trabas, supera todas las ideologas burguesas o pequeoburguesas. En 1909 Trotsky reafirma estas ideas en el peridico socialdemcrata de R. Luxemburgo, cuando afirma -apoyndose en Lasalle- que: ... el instinto de las masas en las revoluciones ... es generalmente ms seguro que la razn de los intelectuales. (...) ... estas multitudes, precisamente porque son oscuras, porque les falta instruccin, no saben nada de posibilismos y, lo mismo que un espritu poco desarrollado no admite ms que extremos en todo, ... las masas no se interesan ms que por los extremos, por lo que es entero e inmediato (Trotsky, 1971, 129; subrayado nuestro). En esta concepcin, -que encierra tambin una fuerte dosis de fatalismo revolucionario12- el papel del marxismo ser el precisar, depurar y generalizar este movimiento espontneo de las masas. Lenin no rechaza la importancia del elemento espontneo del movimiento, pero nunca encontraremos afirmaciones del tenor de las que citamos. Para Lenin, los peligros de los posibilismos, de que el movimiento se atasque en el fango de las ideologas pequeo burguesas, de las vagas promesas de los amigos del pueblo eran muy reales y concretos. Por esta razn, para Lenin el partido no slo, ni la mayora de las veces principalmente, precisa, depura y generaliza los movimientos de las masas, sino enfrenta sus prejuicios y creencias, combate el elemento inconsciente. De nuevo, esto es imposible sin la concepcin de construccin partidaria desde arriba a la que hicimos referencia; esta es tanto ms necesaria en cuanto dentro del partido obrero existen corrientes -los mencheviques, los liquidacionistas-, que expresan la ideologa y la poltica de la pequea burguesa. Por este motivo, en ltima instancia, la construccin partidaria por parte de Lenin es la construccin de la fraccin bolchevique, no la del partido socialdemcrata en general. En el planteo del joven Trotsky no encontramos ningn anlisis de clase parecido sobre qu representaba el menchevismo, y esto contribuye a sustentar su espontaneismo de aquellos aos y a alimentar sus esperanzas en que un ascenso revolucionario terminara barriendo las polmicas entre los grupos de la intelligentsia marxista. Es que el mismo movimiento, que no sabe de posibilismos, obligara a avanzar al partido de conjunto, unificara las corrientes. La perspectiva de construccin del partido desde abajo es inherente a esta visin; las diferencias tericas y polticas, las incesantes luchas ideolgicas del partido de Lenin, sus esfuerzos por educar pacientemente a sectores cada vez ms amplios de la vanguardia, por elevarlos, pierden relevancia en este planteo. Obsrvese tambin que Trotsky no niega la centralizacin -y en general, todos los socialdemcratas de la poca comprendan la necesidad de la centralizacin. Pero, como bien seala Brossat, en Trotsky y en los crticos de Lenin, la centralizacin est calcada y determinada absolutamente por la evolucin de la lucha de clases (y esta idea vuelve hoy a florecer en muchos espontaneistas!)13. En Lenin, en cambio, la centralizacin est determinada por la necesidad de la lucha poltica de la vanguardia, de construir la herramienta de la revolucin; tendr sus ritmos, pero stos no estn calcados del crecimiento del movimiento de masas ni ligados forzosa y armoniosamente a l (Brossat, 1976, 44). Ms abajo veremos cmo, cuando Lenin recuerda las condiciones de construccin del centralismo, hace referencia a elementos relacionados esencialmente con la dinmica interna de la organizacin y su relacin con el movimiento (aciertos de la direccin, ligazn con las masas, etc.). Por otra parte, en esta vieja concepcin de Trotsky y otros crticos de Lenin, el papel de la teora es rebajado; si slo es herramienta para precisar y depurar lo que est objetivamente en el movimiento, su rol central es captar esas tendencias ms generales14. Con ello tambin se

rebaja el rol que juega la construccin consciente del partido, de la herramienta revolucionaria, asentado en esa teora. Por eso Trotsky citar aprobatoriamente las palabras de un propagandista que deca: Nuestros obreros necesitan accin, una accin real y viviente: las palabras no hacen sino adormecerlos. Saben, incluso sin nuestros sermones, que los capitalistas y el gobierno son sus enemigos y que es preciso combatirlos: hay que mostrarles los medios de lucha e impulsarlos hacia adelante (Trotsky, 1975, 83). Si los obreros saben del carcter irreconciliable de su enfrentamiento con los capitalistas sin necesidad de que el partido se los explique, el papel de ste se puede reducir a mostrar los medios de lucha e impulsar hacia adelante. Por lo tanto su tctica estar centrada en movilizar a fin de ejercer una presin racional sobre grupos y partido polticos, para desenmascararlos con campaas polticas prcticas, que llevaran a la ruptura de trabajadores con esas organizaciones y a su adhesin al partido marxista (Trotsky, 1975, ver pginas 75 a 77 y 93). La idea de un partido campastico (ver trabajo sobre la militancia en este nmero de Debate Marxista) est contenida en estos planteos15. Sobre el sustituismo y la dictadura de los intelectuales En la lnea de pensamiento espontaneista, se postula que el partido de Lenin coarta la democracia, el poder de decisin poltica de la clase obrera, que tiende a concebir a sta como una masa maleable, a merced de las decisiones dictatoriales del partido. De all las famosas palabras del joven Trotsky: En la poltica interna del partido estos mtodos conducen a la organizacin del partido a reemplazar al partido, al Comit Central a sustituir a la organizacin del partido y, finalmente, a un dictador a reemplazar al Comit Central ... mientras el pueblo guarda silencio (Trotsky, 1975, 97). Pero contra lo que dicen las apariencias, en el fondo el planteo de Lenin est mucho ms cerca de la idea de Marx de impulsar la actividad y auto-organizacin de los trabajadores. Es que slo con la educacin paciente de los trabajadores ms activos en la teora y la poltica marxista, se puede efectivizar una lucha revolucionaria dirigida por la misma clase obrera, y en ltima instancia, concretar la dictadura del proletariado. Si no existe esa labor, en los hechos -y paradjicamente- se cae en lo que tanto rechazaban R. Luxemburgo y Trotsky: en el poder indiscutido de un sector de intelectuales, que s comprende la teora marxista y la maneja, pero que entrena a la vanguardia slo a travs de las tcticas polticas, surgidas del movimiento espontneo de la clase obrera. De esta forma nunca podr haber dictadura del proletariado, esto es, dictadura de una clase que se ejerce a travs de la conduccin democrtica de sus miembros ms activos y que lucha por incorporar a la administracin a estratos cada vez ms amplios de trabajadores. Por otra parte, tampoco el partido-clase -ni las organizaciones que tiendan a l- garantiza la democracia y la participacin de las bases. Una enorme masa de militantes, pasivos, desconocedores de la teora marxista, incapaces de responder a los argumentos de los lderes, no es precisamente un ejemplo de democracia. Precisamente el caso ms notable de partidoclase en la historia del socialismo, la socialdemocracia alemana, demuestra lo que decimos. De hecho se trataba de un partido esclerosado, dominado por el aparato de funcionarios, en donde la enorme masa de adherentes no tenan casi decisin (ver Brou 1971, pgs. 31 y siguientes)16. Por el contrario, el partido leninista, integrado por los miembros ms activos y conscientes, que siguen las polmicas y son incitados a participar en cursos, escribir en el

peridico, a asumir el rol de oficiales del ejrcito obrero en lucha y forjarse en los ms variados combates, permitir una democracia real muchsimo ms profunda que cualquier experiencia conocida, asimilable al partido-clase. Precisamente cuando Stalin pudo atacar abiertamente al partido leninista, el primer paso fue promover la entrada indiscriminada de miembros (la promocin Lenin, despus de la muerte del lder)... para ampliar la democracia obrera? No! Para liquidar la esencia del partido, para ahogar la conciencia revolucionaria de la vanguardia en una masa despolitizada, agotada y maleable. Acerca del centralismo democrtico Como ya lo hemos adelantado, la funcin del partido de centralizador poltico, cuya misin ltima bajo el sistema capitalista es dirigir el asalto al poder, exige la centralizacin en la accin, el centralismo; esquemticamente se ha dicho que este centralismo va acompaado de la democracia en la discusin, siendo ambos polos de una totalidad. Subrayemos que el centralismo en el leninismo no obedece, principal ni centralmente, a las condiciones de clandestinidad bajo el zarismo (aunque este factor agravaba el polo centralista), sino a razones polticas, que a su vez se fundamentan en el carcter centralizado del capital y del poder. Pero es necesario examinar el centralismo leninista a la luz de todo lo dicho anteriormente, porque en su nombre se ha impuesto durante ms de medio siglo un centralismo burocrtico de la peor especie, que anul toda discusin, creacin de la militancia y cuestionamiento. Veremos enseguida que la consigna de la unidad monoltica del partido, con la que Zinoviev dirigi la bolchevizacin de los partidos de la Internacional a partir de 1924, y que imper indiscutida en el movimiento marxista, no tiene nada que ver con el partido leninista. Recordemos slo el papel que cumple la teora en el partido bolchevique (y es imposible elaborar teora y poltica en base a monolitismo!), para comprender que el ahogo de todas sus expresiones slo poda llevar a la negacin de la esencia misma del leninismo. Es cierto que en sus posiciones de 1903 Lenin acentu el centralismo, aunque por otra parte algunos puntos han sido mal interpretados por sus crticos, y as han pasado a la historia17. Pero, al margen de algunas exageraciones, lo central de la lucha leninista en aquellos momentos estuvo en superar el espritu de camarillas y localistas, y hacer aceptar los derechos de la mayora a gobernar el partido. Lo cual no significa intentar imponer el centralismo con mtodos burocrticos, como luego se hizo costumbre en los partidos stalinistas. Es que el centralismo se aplica a un partido formado por obreros conscientes, por revolucionarios fogueados en la lucha de clases. Podemos decir que es un partido de personalidades, no de pasivas marionetas del Comit Central (en una palabra, lo ms alejado del esquema dictadura sobre el partido que imaginan los crticos del leninismo). Por esta misma razn el centralismo nunca se podr imponer por decreto. En La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo Lenin destaca a la disciplina del proletariado como una de las condiciones para la victoria sobre la burguesa. Esto lo sabe cualquier trabajador que haya militado en una huelga: el acatar, por ejemplo, las decisiones tomadas mayoritariamente por una asamblea es condicin de xito en la pelea contra la burguesa. Con mucha ms razn podemos afirmar que sin una centralizacin, sin una voluntad nica, el proletariado no podr llevar adelante la lucha revolucionaria, que exige vencer a un estado centralizado. Pero, como afirma Lenin, si bien la centralizacin y la disciplina son necesarias para la victoria, no siempre se tiene en cuenta lo que esto significa y en qu condiciones es posible. Lenin explica que la disciplina y la centralizacin no se pueden establecer por decreto, sino que son conquistas que se logran a travs de un proceso: El bolchevismo existe como corriente del pensamiento poltico y como partido poltico desde 1903. Slo la historia del bolchevismo en todo el perodo de su existencia puede explicar de un

modo satisfactorio por qu l pudo forjar y mantener, en las condiciones ms difciles, la frrea disciplina necesaria para la victoria del proletariado (Lenin, 1971, 129) Y enumera los factores que concurren al establecimiento de la centralizacin, de la disciplina partidaria: a) la conciencia, firmeza y fidelidad a la revolucin de la vanguardia proletaria b) la capacidad del partido de ligarse y hasta cierto punto fundirse con las ms amplias masas, incluidas las no proletarias. c) los aciertos de la direccin poltica, de su estrategia y tctica; de estos aciertos no deben estar convencidos slo los militantes del partido, sino las masas ms extensas deben hacerlo por experiencia propia. Agrega Lenin: Sin estas condiciones es imposible una disciplina en un partido revolucionario ... Sin estas condiciones, los intentos de implantar una disciplina se convierten, inevitablemente, en una ficcin, en una frase, en gestos grotescos. Pero por otra parte estas condiciones no pueden aparecer de golpe. Slo se forman a travs de una labor prolongada, de una dura existencia .... su formacin se facilita con una acertada teora revolucionaria, que a su vez no es un dogma, sino que slo se forma de manera definitiva en estrecha conexin con la experiencia prctica de un movimiento verdaderamente de masas y verdaderamente revolucionario (dem). Esto explica por qu en la misma fraccin bolchevique (y en una fraccin siempre existe mayor centralizacin que en un partido) no hubiera durante mucho tiempo un verdadero centralismo democrtico; durante largos aos de exilio y retroceso existieron varios centros bolcheviques con sus publicaciones y matices, que polemizaron a veces agriamente entre s. Muchos aos despus de su polmica con Lenin, Trotsky recordara que la historia del bolchevismo es, en realidad, la historia de la lucha de las fracciones, y agregaba: Cmo una organizacin autnticamente revolucionaria que se propone trastocar al mundo y rene bajo sus banderas a los negadores, a los sublevados, los combatientes de toda temeridad, podra vivir y crecer sin conflictos ideolgicos, sin agrupaciones, sin formaciones fraccionales temporales? La clarividencia de la direccin del partido logr atenuar y abreviar varias veces las luchas fraccionales, pero no pudo ms. El Comit Central se apoyaba en esta base efervescente de donde extraa la audacia para decidir y ordenar. (Trotsky, 1973, 114). Utilizando una feliz expresin de Trotsky, podemos decir que la materia prima de la actividad de Lenin, de la construccin del partido, es la conciencia de los obreros, y muy particularmente, de los obreros de vanguardia, militantes del partido y futuros oficiales y jefes de la revolucin. Nunca el partido se podr construir sobre la base de cases, del ahogo de la iniciativa revolucionaria de esos obreros. La misma seleccin leninista de los ms conscientes, de los ms activos, implic que el stalinismo tuviera que desatar la peor de las represiones para aniquilar a esa vanguardia forjada por el leninismo Cmo se puede afirmar que el leninismo es el germen precursor del stalinismo, cuando en realidad este ltimo fue su negacin sangrienta!? Algunas pautas de funcionamiento del bolchevismo, extraidas de ejemplos histricos Sin pretender extendernos en este tema, es en el estudio de la historia del partido bolchevique donde aparece con claridad el abismo que media entre aquello y lo que se conoce hoy como bolchevismo. Vamos a dar ejemplos que se dan de patadas con todo lo que conocemos de la prctica de las organizaciones leninistas ad usum, ejemplos sacados de los libros de Lenin,

que ilustran sobre procedimientos y mtodos defendidos por ste: a) Acerca de los debates partidarios: aun despus del triunfo de la poltica centralista de Lenin en el Congreso socialdemcrata de 1903, Lenin insiste en que los mencheviques (la corriente derrotada) escriba sobre sus diferencias en la prensa partidaria, para que las masas, los obreros no pertenecientes al partido, conocieran a fondo los debates, los matices y polmicas, y pudieran tomar partido. Lenin dice que se debe arrojar Luz, luz y ms luz sobre todos los problemas, y llevarlos a las masas, porque sta es la verdadera forma de debatir en el marxismo. Esta orientacin fue seguida en todo momento; Trotsky recuerdaba en los treinta (ver Trotksy, 1980) cmo en la discusin sobre la toma del poder intervinieron los obreros no bolcheviques de Petrogrado, que conocan incluso las vacilaciones que existan en el Comit Central. Aun en plena guerra civil, aun despus de prohibidas las fracciones en 1922, nunca se impidi a un miembro del partido -si ste lo consideraba necesario- hacer conocer sus posiciones al conjunto del partido y a las masas. Estos procedimientos hoy son considerados como violacin del leninismo por todos los partidos leninistas; a lo sumo, se permiten Cartas a los lectores en los cuales estos expresan diferencias por cuestiones completamente secundarias de la lnea partidaria. b) Sobre la participacin de la militancia en los debates: Si las amplias masas podan conocer los debates y diferencias, esto se multiplicaba en relacin a la militancia bolchevique. Aun en pocas de clandestinidad, los militantes tenan acceso a conocer las posiciones enfrentradas que se discutan en los organismos de direccin partidaria; mucho ms en pocas de relativa legalidad18. Incluso, a pesar de que el bolchevismo siempre sostuvo que en los Congresos los delegados fueran sin mandato (para posibilitar un verdadero intercambio de opiniones entre los delegados y llegar a resoluciones en comn), Lenin defenda el criterio de que, cuando en un Congreso se discutan problemas que afectaban al conjunto del partido y a la vida de las masas, era necesario conocer antes la opinin de todos los militantes (este criterio se sustentaba tambin en perodos de clandestinidad). Despus de la toma del poder en el partido funcionaban constantemente clubes de discusin, donde los bolcheviques intercambiaban ampliamente sus puntos de vista sobre los ms diversos temas. Aun cuando se prohibieron las fracciones en 1922, de forma temporaria, nunca se pens en impedir la formacin espontnea de corrientes de opinin dentro del partido, se tratara o no de un perodo de Congreso19. Hoy, en los partidos de izquierda apenas se permite la discusin interna en el perodo de Congresos (que para colmo se hacen cada muchos aos); y aun en ese perodo, cualquier discusin por fuera de los organismos y sin autorizacin de la direccin es duramente sancionada, pudindose llegar a la expulsin. c) Sobre la base de ese clima y tradiciones, se entiende que los derechos de las tendencias y fracciones eran reales. Los Congresos y Conferencias -en los que las tendencias y fracciones podan expresarse a fondo- se sucedan casi anualmente. Aun en perodos muy crticos, aun con la autoridad poltica que haba logrado Lenin despus del triunfo de la revolucin, a nadie en el partido bolchevique se le ocurra que deba expulsarse a militantes revolucionarios porque cuestionaban o se resistan a aceptar tal o cual lnea poltica. Un ejemplo llamativo: en 1918, con los alemanes a las puertas de Petrogrado, el Comit Central bolchevique decide firmar la paz que le ofreca el imperialismo. Pero el Comit del partido de Mosc, encabezado por Bujarin, desconoci la autoridad del Comit Central, edit una publicacin fraccional en la que se llamaba a continuar la guerra y pidi un Congreso extraordinario del partido. Qu hubiera hecho cualquiera de nuestros dirigentes leninistas? La respuesta es obvia cuando vemos cmo se expulsan militantes por temas mucho menores y desde la posicin de verdaderos pigmeos polticos (por lo menos al lado de la autoridad revolucionaria de Lenin en 1918). Pero qu hizo

Lenin? Sencillamente dijo que si los camaradas de Mosc estaban en contra de la paz, tenan razn en organizar la escisin, y puso todo su empeo en ganarlos a sus posiciones (cosa que finalmente logr). Es decir, en las discusiones polticas profundas, entre militantes revolucionarios bolcheviques, las sanciones y medidas administrativas servan de muy poco. Ms an, si se estudian las Actas del Comit Central del partido bolchevique, se ver cmo -contra lo que pretende la tradicin stalinista y de sus mulos- el leninismo en realidad era una corriente dentro del bolchevismo: una y otra vez Lenin quedaba en minora en las votaciones. Con esto no negamos posibles -y seguramente inevitables- errores de conduccin, especialmente en los momentos ms duros de la guerra civil y en el perodo inmediatamente posterior. Es un tema a discutir, por ejemplo, si la prohibicin de las fracciones, en 1921, fue o no un error. Tampoco se puede desconocer que a comienzos de los aos veinte los soviets haban perdido buena parte de la militancia, y el partido se vio obligado a sustituir esta falta de actividad. Algunos han querido ver en esto un efecto de la estructura del partido bolchevique, cuando en realidad responda a causas sociales y polticas mucho ms profundas y extensas, relacionadas principalmente con la derrota que sufra la revolucin en Alemania, Italia, Hungra y otros pases europeos. La direccin leninista entonces trat de resistir, a la espera de un reanimamiento de la ofensiva revolucionaria, a la par que denunciaba los sntomas, cada vez ms definidos, de la burocratizacin del estado y del propio partido. Esta dinmica demuestra, como muy bien lo explicaba luego Trotsky, que el partido no es un factor omnipotente, y que incluso la ofensiva de la burocracia en ascenso ya se trasladaba al seno del partido en poca de Lenin. Pero precisamente es la concepcin leninista del partido la que permite detectar rpidamente el problema y denunciarlo. El xito de este combate no dependa, por lo explicado antes, de una poltica organizativa de construccin partidaria, sino de las fuerzas de clase que pudieran hacer suyas los llamados de Lenin a enfrentar a la burocracia; la denuncia misma de Lenin del proceso de burocratizacin, y la preparacin que hace para combatirla en los ltimos aos de su vida, es producto de una concepcin partidaria opuesta a la del stalinismo. Por lo tanto, toda la historia del partido bolchevique, incluida la lucha contra la burocratizacin, nos muestra un funcionamiento muy alejado de todo lo que se vivi luego en las organizaciones de izquierda. Con aquella democracia se fue forjando la disciplina bolchevique, que en lugar de fundarse en una serie de medidas administrativas, se basaba en una prctica y una teora slidamente asentadas. Rescatemos el bolchevismo Es notable ver cmo las ideas de Lenin sobre el partido encontraron su confirmacin hasta tal punto que, como ya adelantamos, sus crticos revolucionarios ms destacados, Trotsky y R. Luxemburgo, terminaron aceptando y defendiendo la necesidad de construir un partido marxista, obrero y centralizado . Se puede discutir hasta qu punto Trotsky cambi radicalmente algunas de sus posiciones sobre el modo en que evoluciona la conciencia de clase, pero es indudable que valor como insustituible el rol del partido -y la tarea previa de construccin de los bolcheviquespara la toma del poder. La misma R. Luxemburgo de hecho cambi su posicin ante el peso mismo de las tareas de la toma del poder que le impona la revolucin alemana a los marxistas, y debi luchar por la organizacin del partido de vanguardia. Mandel (1972) seala este cambio en la gran revolucionaria alemana y que por eso fue tambin acusada de querer la dictadura sobre el proletariado. En relacin a la fundacin de la Liga Espartaco, R. Luxemburgo afirmar que desde ahora es una cuestin reemplazar en todos lados las poses revolucionarias por convicciones revolucionarias irreversibles, lo espontneo por lo sistemtico (citado por Mandel, 1972, 77; subrayado nuestro). El crmen ms grande del stalinismo fue, no slo romper, sino tambin prostituir en la conciencia de la militancia la concepcin leninista del partido, al punto de que hoy se lo identifique con un

aparato burocrtico y conservador. Es necesario rescatar el contenido esencial del bolchevismo, captar la profundidad de la tarea de Lenin de construccin del Estado Mayor de los explotados, esa herramienta insustituible para la toma del poder y la dictadura. No hablamos de utopas, porque el partido leninista fue una realidad viva, que concit la admiracin incluso de sus enemigos. Tal vez una de las descripciones ms impactantes -por provenir de uno de sus crticos ms acerbos- que se hayan hecho de lo que fue el bolchevismo la encontremos en la pluma de A. Koestler, cuando describe al Comit central y los congresos leninistas, luego de la toma del poder: La tctica a seguir en cualquier situacin era directamente deducida de la doctrina revolucionaria. A lo largo de una libre discusin, las medidas estratgicas en la guerra civil, las requisas de cosechas, la divisin y distribucin de la tierra, la introduccin de la nueva moneda, la reorganizacin de las fbricas -de hecho todas medidas administrativas- representaban actos de filosofa poltica aplicada. Cada uno de los hombres con cabeza numerada en la vieja fotografa que todava haca poco adornaba la pared de Ivanov saba ms filosofa, derecho, economa poltica y ciencia de gobernar que todas las celebridades reunidas de todas las ctedras universitarias de Europa. Las discusiones de los congresos durante la guerra civil se haban situado a un nivel jams alcanzado en la historia por una asamblea poltica; parecan informes de revistas cientficas, con la diferencia que del resultado de la discusin dependa la vida y el bienestar de millones de hombres y el futuro de la Revolucin. Poco es lo que tenemos que agregar a estas palabras. Efectivamente, nunca en la historia una clase explotada haba logrado crear una organizacin de este tipo; mucho menos lo ha logrado la burguesa o alguna clase dominante. La lucha por la reconstruccin del marxismo revolucionario tiene su ms alta concrecin en la pelea por la construccin de este partido leninista internacional.

Bibliografa M. Adler (1980): El socialismo y los intelectuales Siglo XXI, Mxico. D. Bensaid (1987): Strategie et Partie La Brche, Montreuil-sous-Bois. A. Brossat (1976): El pensamiento poltico del joven Trotsky Siglo XXI, Mxico. P. Brou (1971): Rvolution en Allemagne Minuit, Paris. Di Carlo (1988): El partido revolucionario en Lenin Praxis, Buenos Aires. N. Geras (1980): Lenin, Trotsky y el partido en Masas, partido y direccin Fontamara, Barcelona. I.C. (1976): Los cuatro primeros congresos de la Internacional Comunista Pluma, tomo 2, Buenos Aires. A. Koestler: El cero y el infinito N. Lenin (1969 a): Un paso adelante, dos pasos atrs Obras Completas tomo 7 Cartago, Buenos Aires. N. Lenin (1969 b): Quines son los amigos del pueblo y cmo luchan contra los socialdemcratas O. C. tomo 1 ed. cit. N. Lenin (1969 c): Qu hacer? O.C. tomo 5 ed. cit. N. Lenin (1969 d): Carta a la redaccin de Iskra O.C. tomo 7 ed. cit. N

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