Mapa Del Tesoro

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El mapa del tesoro Aunque no vemos poder alguno en un vaso de agua, cuando se convierte en vapor, es capaz de mover los

pistones de mquinas muy poderosas. T.T. LIANG Si queremos entender de una manera sencilla y clara cmo es posible que existan en nuestro interior recursos y fortalezas que no conocemos, es importante que exploremos lo que podramos llamar el mapa del tesoro. Los mapas de los antiguos bucaneros no eran nada sencillos de interpretar. De alguna manera, aquellos piratas tenan que estar seguros de que slo los que tuvieran las claves necesarias podran verdaderamente darles sentido. Una gran fortuna aguardaba a aquella persona que fuera consciente, por una parte, de los senderos que deba evitar porque acechaban mltiples trampas y, por otra, de aquellas pistas que tendra que seguir si quera llegar al preciado botn. Nuestra mente es como un gran mapa, en el que, de forma ms o menos oculta, se encuentran nuestras grandes luces y tambin nuestras ms oscuras sombras, aquello que nos impulsa en la vida y aquello que acta como un lastre para evitar que alcancemos nuestras ilusiones y ms preciados sueos. Slo desde una perspectiva que nos permita contemplar cmo las distintas partes de ese mapa se relacionan entre s, podremos disear estrategias de accin ms efectivas. Nuestro mapa mental tiene forma de circunferencia porque una circunferencia no tiene ni principio ni fin. En dicha circunferencia podemos distinguir dos grandes espacios. Uno de esos espacios, aunque existe,

es invisible a nuestros ojos. Es como si estuviera dibujado con esa tinta invisible con la que se escribieron muchos documentos secretos y cuyo mensaje slo se haca visible al ponerlos junto al calor de una llama. El otro espacio que existe en nuestro mapa s que es visible y en l se encuentra todo aquello que sabemos que sabemos y todo aquello que sabemos que no sabemos. En mi caso, yo s que s ciruga. Por otro lado, s que no s chino, aunque s s que hay algo que es la cultura y el idioma chinos, y si tuviera muchsimo inters en ello, podra empezar a estudiar algunos libros sencillos para ir familiarizndome. A este espacio que contiene lo que sabemos que sabemos y lo que sabemos que no sabemos, s que tiene acceso nuestra consciencia ordinaria. Es por eso por lo que cualquiera de nosotros nos damos cuenta fcilmente de ello. Gran parte de nuestros conocimientos, de nuestras ideas y de nuestra experiencia est contenida en este espacio accesible a la consciencia ordinaria. Sin embargo, slo con lo que nos ofrece este espacio, no podemos resolver ni muchos de esos problemas a los que llamamos complejos, ni aquellos desafos que nos lanza la vida y frente a los cuales no tenemos una experiencia previa que nos ayude a resolverlos. Necesitamos tener el coraje para adentrarnos en el otro espacio, el que no se ve, el que est oculto, el espacio inconsciente. Si lo hacemos, descubriremos dos cosas: el origen de nuestras conductas automticas y nuestro potencial inexplorado. La primera persona del mundo moderno que entendi el inmenso papel que juega el inconsciente en nuestras vidas fue Sigmund Freud. Observando a Charcot en Pars, fue elaborando su teora de que

muchos de los trastornos mentales y emocionales se generaban en conflictos que tenan lugar a nivel inconsciente. A los seres humanos nos encanta controlarlo todo y tendemos a rebelarnos ante la idea de que muchas de nuestras conductas tienen un origen inconsciente y que, por lo tanto, se escapan a nuestro control. Nos parece que eso implica un determinismo, una falta de libertad que es inaceptable. Sin embargo, nadie ha dicho que no tengamos libertad, sino que si no se comprende cmo acta el inconsciente y cmo conectar con l, seguir controlando, sin que lo sepamos, muchas de nuestras reacciones ante las cosas que nos suceden. Reacciones cuyas consecuencias no son favorables para nuestras vidas. El consciente sera como el capitn de un barco velero, y el inconsciente, como el viento que impulsa las 15 velas. Por mucho que le cueste admitirlo, o el capitn aprende a entender el viento y a usarlo a su favor, o no llegar muy lejos. Esa parte de nuestro mapa que no se ve, porque est dibujada con tinta invisible, tambin esconde la localizacin de un gran tesoro en forma de sabidura, energa, creatividad, paz, alegra y amor. Si accediramos a dicho tesoro, nuestra vida experimentara una transformacin positiva en todos los sentidos. De ah su inmenso valor. Tambin en ese mismo mapa, y ocultas a nuestra vista, se encuentran las grandes trampas que van a intentar que no alcancemos el tesoro. Estas trampas recuerdan a algunas de aqullas a las que tuvo que

enfrentarse Ulises en la Odisea. Los cantos de las sirenas eran tan bellos que los marineros, incapaces de resistirse a tales encantos, dirigan sus navos contra las rocas, se estrellaban en ellas y perecan. Ulises, sabedor del peligro que les acechaba, orden a sus hombres que se pusieran unos tapones en los odos para no quedar seducidos por esas sirenas que slo buscaban su perdicin. Las trampas que van a intentar evitar que alcancemos el tesoro, como ya vimos en un captulo anterior, se llaman filtros mentales y su gran poder estriba en que tienen la capacidad de alterar la percepcin de lo que vemos, y pueden por ello conducirnos a nuestra propia destruccin sin que ni tan siquiera nos percatemos. Lo ms importante de destacar ahora es que, mientras no seamos capaces de trascender estos filtros, es decir, mientras no seamos capaces de ir ms all de ellos, no podremos entrar en contacto con nuestro autntico potencial, con nuestro verdadero tesoro. La forma ms efectiva de alterar la percepcin de lo que vemos es crear ciertas emociones. Verdad que aquellos das en los que usted se levanta con el pie torcido ve que la gente es especialmente desagradable y que hacer cualquier cosa le cuesta ms? Cuando una persona est contenta porque algo le ha salido bien, tiende a ser ms amable y ms paciente. Sencillamente es que ve las cosas de una manera diferente. Por eso, cuando uno cambia la forma de ver las cosas, las mismas cosas cambian. Los filtros personales y colectivos tienen una enorme capacidad para dejar o no dejar pasar la

informacin que nos llega del entorno. Imagnese el lector una de esas cajas que son como pequeos juguetes para nios pequeos. Cada cara de la caja, que con frecuencia suele ser de color rojo, tiene pequeas aperturas con distintas formas. Algunas de las formas son de estrellas, otras de luna, otras de pez y as toda una extensa variedad. La otra parte del juguete est formada por pequeas piezas, generalmente de color amarillo y con formas diversas, como pueden ser una estrella, una luna o un pez. El nio, para desarrollar su capacidad psicomotora, ha de encontrar la cara de la caja en la que existe una apertura similar a la pieza amarilla que tiene en la otra mano. Cuando la pieza que tiene en una mano es la de un pez y la quiere meter por una hendidura en forma de luna, por ms que se esfuerce, el nio no conseguir meter la pieza dentro de la caja. Nuestros filtros mentales funcionan de una manera algo parecida. Tienen unos espacios que permiten que llegue informacin del exterior a nuestra consciencia, pero si la forma del filtro es una determinada, ciertos fragmentos de la realidad, aunque sean tan reales como lo es la figurita del pez del nio, no podrn ser percibidos por la consciencia. Recuerdo el caso de una persona que conoc y que haba nacido y se haba criado en un lugar alejado de lo que denominamos la civilizacin. Cuando lleg a ella y entr en un cine no poda entender qu era eso que haba visto, ya que lo nico que ella haba podido percibir era una serie de puntos grises que se movan

enloquecidamente. Si bien todos tenemos en nuestro cerebro las reas visuales que nos permiten captar las imgenes de una pelcula, cuando en un filtro mental de una persona no hay espacio para que esto sea posible, aunque los sentidos capten las imgenes, lo que va a ser percibido va a estar profundamente distorsionado. S que da mucho vrtigo esta idea de que nuestra percepcin puede estar limitada de una manera tan profunda. Sin embargo, me gustara invitar al lector a verlo desde otra perspectiva. Son las oportunidades que vemos las nicas que realmente existen? Somos capaces de imaginarnos las cosas que podramos descubrir en nosotros, en los otros y en el mundo, si pudiramos ir ms all de lo que nuestros filtros nos permiten ver?

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