El Museo Experimental Del Eco

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11.10 - 2013 Adrin Ramrez Siller

Museo Experimental EL ECO/ Mathias Goeritz


Los incontables edicios que conforman el patrimonio arquitectnico de nuestra ciudad poseen caractersticas muy diferentes los unos de los otros, los hay de todo tipo y pertenecientes a todas las corrientes y estilos arquitectnicos. Entre ellos, uno se distingue por varios motivos: primero que nada, este edicio no fue construido a partir de planos dibujados cuidadosamente, no fue siquiera dibujado por un arquitecto, pues en su proceso de ideacin, no existi tal gura. Se trata del Museo Experimental del Eco, construido (y no diseado, porque l mismo describe este proyecto ms como una escultura que como un edicio) por el artista de origen alemn Mahias Goeritz. La oportunidad de construir esta obra se le present al artista cuando realizaba una exposicin en una galera de arte en 1952 y se le aproxim un empresario, Daniel Mont, para pedirle que le hiciera un edicio. Sorprendido, le record que l no era arquitecto, respondindole el otro que lo saba, que si lo fuera nunca le habra buscado para tal proyecto. As, este empresario y mecenas de las artes brind a Goeritz la oportunidad de construir un espacio excepcional haga lo que se le d la gana, le dijo. Quien se ha enfrentado a un proceso creativo (particularmente a la concepcin de un edicio), esta consciente de que las limitantes en un proyecto slo facilitan esta etapa de ideacin, por lo que una amplitud de posiblidades tal como la que se le present a este artista representaba verdaderamente un desafo. El proyecto resultante es, tal como las condiciones que permitieron su aparicin, completamente excepcional, y constituye el primer caso (y posiblemente el nico) de una obra perteneciente a la corriente de la Arquitectura Emocional, cuyo maniesto fue publicado un ao despus de la apertura del Museo del Eco. Este documento no busca sentar las bases para la construccin de numerosos edicios que sigan los mismos principios, sino ms bien fundamentar tericamente la relevancia del entonces ya inaugurado maniesto construido. El Eco no debe ser entendido a travs de dibujos tcnicos como plantas, cortes y fachadas, siendo que estos dibujos tcnicos ni siquiera existieron de manera denitiva, su construccin y diseo naci de manera ms bien instintiva en la obra misma, a partir de las observaciones del artista no-arquitecto y los obreros; su comprensin es posible primeramente a travs del Maniesto que lo explica y justica (y viceversa) pero sobre todo a travs de la experiencia presencial. Es un poema construido, que de manera similar al poema grco que fue plasmado en la estela amarilla del patio de museo, no puede ser ledo ni reproducido, debe ser caminado, vivido. As, esa obra buscaba oponerse a la arquitectura funcionalista que de la mano (y el lpiz) de arquitectos como Jos Villagrn, Mario Pani o Enrique del Moral, bajo el patrocinio del gobierno, se encargaban de reproducir a lo largo y ancho del territorio. Junto con Barragn, Goeritz defenda la construccin de espacios sensibles, emocionales deca el mismo, que a travs de una tectnica particular, as como de una integracin plstica absoluta que, en palabras de su creador No se trataba de sobrepones cuadros o esculturas al edicio, como se suele hacer con los carteles del cine o con las alfombras colocadas desde los balcones de los palacios, sino haba que comprender el espacio arquitectnico como elemento escultrico grande. As, la confrontacin suscitada por el Eco en el mbito de la arquitectura moderna mexicana es similar a la oposicin que tuvo lugar a nivel mundial entre los grandes arquitectos del Estilo Internacional y la obra de Le Corbusier, que persegua una integracin plstica similar pero sobre todo, el entendimiento y la promenade architecturale como la forma esencial de comprender la arquitectura, a travs de un recorrido, de una experiencia vivencial. Quien ha recorrido el Eco, quien ha atravesado el pasillo que, con muros , suelo y techo inclinados, exagera la perspectiva )como lo hiciera Borromini en Roma el Palazzo Spada en el Siglo XVI), quien se ha postrado frente a la estela amarilla y contemplado el poema grco, sabe que el Museo Experimental del Eco escapa toda posibilidad de ser explicado o comprendido a travs de otro medio que no sea su materialidad misma, su existencia. Me parece esencial hacer hincapi sobre esta oposicin constante entre funcionalismo y arquitectura emocional, clasicismo y romanticismo, esta constante tendencia al barroco, a la complejidad, a la sensibilidad, cuando el orden y la mesura rigen un periodo histrico determinado. Es como si esta sstole-distole entre racionalidad y subjetividad fuera el pulso del desarrollo humano, tanto tcnico como artstico, la respiracin de ritmo variable pero alternancia constante que nutre la creacin humana, pues es precisamente a partir de la excepcin en la regla, de la experimentacin, de la insurgencia y la vanguardia que, a tirones, la humanidad se abre paso en el tiempo, recurriendo a obras excepcionales, asiendose de ellas para dar el siguiente paso adelante; obras como el Museo Experimental del Eco.

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