Historia de La Educación PDF
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Historia de La Educación PDF
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tt-
mM
HISTORIA
DE LA ESCUELA URUGUAYA
HISTORIA
ESCUELA URUGUAYA
POR
Ex
ORESTES ARAJO
Inspector Departamental de Instruccin Primaria y Profesor de Historia y Geografa en los Institutos Normales de Montevideo
-^
I
TOMO
MONTEVIDEO
]MP.
DORXALECHE Y RETES
1905
Librarj
LA
as I
\):\%
INTRODUCCIN
el
dominio
del
historiador,
como
las
la ins-
truccin pblica,
bres,
que
la
es
el
reflejo
de
costum-
de
las
creencias y de las
instituciones de
la
todo gnero, en
ser
poca y en
un
relato
ni
de fechas,
de Maestros y de escuelas; tiene que ser mucho ms: tiene que poner de manifiesto sus orgenes y su influencia positiva negativa, moral y material, en la nacin y en la poca que se contraiga; tiene que marcar y deslindar los pasos por
donde lleg un punto determinado, y la accin que desde l ejerci en la vida entera del pueblo. Y podra hacerse esto sin conocer la naturaleza
188777
la
sociedad de que
Las precedentes
publicista
sinttica,
lneas,
debidas un ilustrado
plan que
espritu
compendiada,
libro,
el
hemos
suje-
tado nuestro
no por
la
de imitacin,
de
diendo del medio en que sta naci y se desarroll, ya que en ms de una ocasin el enigma
de ciertos hechos que
tra
ella
se refieren, encuen-
su explicacin natural y lgica en fenmenos sociales polticos que tuvieron por escenario las
nacionalidades rioplatenses.
Tan exacto
es esto,
que durante
dominacin espaola la cuestin el Uruguay, estrechamente vinculada al problema religioso, as como en el catico perodo revolucionario de los comienzos del siglo xviH sufri todos los embates del oleaje poltico de aquellos tiempos, en que el pas fu sucesivamente manejado por argentinos, patriotas, portugueses, brasileros y argentinos nuevamente
la
escolar estuvo, en
en
el
Un
noble y
despus la cultura del pueblo algn impulso, despojado de sectarismo religioso, y la historia de la escuela uruguaya ofrece
patritico sentimiento dio
(1)
la instruccin pblica de
hasta
Burgos,
1871.
exentas
de
lbitiim,
para caer
ms
tarde en las
nes
sociales,
de
las
ente-
reza ciudadana supo arrancarla la brillantsima y abnegada actuacin del inolvidable reformador escolar.
Se
infiere
de
lo
expuesto que no es
lcito
sus-
socio-
de esta pala-
bra en
el
modo
el
de estudiar
ciertas relaciones
fenmenos humanos.
Durante
la infancia
rgimen colonial
la
instruccin de
social
auto-
ridades y
pueblo, sino
como un
al
simple factor
su
clero, el cual
manera que la accin de los jesutas primero y de los franciscanos despus, se hizo sentir entre las clases acomodadas exclusivamente, y esto en Montevideo, pues en cuanto las pocas poblaciones que la sazn existan, fueron contadas las que en aquellos tiempos lograron disponer de alguna escuela, y an sta sin una acertada direccin pedaggica. Ni cmo podan tenerla cuando
se dejaba
al
juicio
rrocos
el
examen de
ejercicio
de su profesin?
10
la
domiel
como
de Montevideo, Soriano, Canelones, Rocha y Maldonado sostuvieron escuelas para nios pobres, y que hubo algunas iniciativas particulares encaminadas difundir la educacin de la infancia, sin excepciones ni distingos; pero estas manifes-
no respondan ningn plan de enseanza, y la que se dio entonces careca del carcter peculiar que debe tener la estaciones, escasas y aisladas,
en sus relaciones con la verdadera misin desde que aquella enseanza se hahombre, del llaba impregnada de un misticismo tan insustancial como fuera de lugar. Rendida la plaza de Montevideo y dueo del pas el general Artigas, el problema de la educacin va cambiando de fisonoma, desde que el caudillo, no slo se preocupa de fundar escuelas,
cuela,
.
la
fomentar
la
agricultura
mediante
reparte
la
instalacin
de colonias, crea
pueblos,
la
tierras
y gapatria
nado y estimula
escuela de
la
fundada por el Precursor, adolece del mismo defecto de las anteriores, es decir, se entrega su direccin al clero, que, por muy ilustrado que fuese, no se olvidara nunca de que su verdadera mjsin era ms religiosa que cientfica, ms sacerdotal que pedaggica, ms sagrada que profana. De todos modos, la vida efmera de este
gobierno anul
las
11
haba
adquirido
el
el
ponin-
dose en relacin con Mr. Thompson, representante de aquel pedagogo en la Amrica del Sur, trat de introducir en el Uruguay la enseanza mutua, de la cual se contaban cosas tan sorprendentes, que fu considerada como milagrosa panacea capaz de curar todos los males que aquejaban la humanidad. El momento no era el ms oportuno, pues el pas se vea hollado por las plantas de un invasor odiado por tradicin y por principio pero Larraaga se aprovech de la influencia que ejerca en el dictador extranjero para llevar cabo
;
que transform la faz de la escuela, haciendo que sus beneficios alcanzaran todas las clases sociales, y consiguiendo que las personas
su plan,
el
de mayor significacin
le
prestaran su concurso,
como
se lo prestaron de
las
la
das de
sta fu
primera evolucin de
escuela uru-
de enseanza hasta entonces empleados se vean sustituidos por otros mejores, pesar de los defectos de que indiscutiblemente adolece el sistema mutuo. Podan sus panegiristas estar equivocados
en cuanto pero
la
12
de esta enseanza,
los
resultados
un
las escuelas estuvieron dirigidas por rdenes religiosas y Cabildos, ajenos esta clase de conocimientos. Y como la escuela lancaste-
mientras
riana de
cin y resultados
no
es extrao
que
garla y difundirla
ordenando
la
fundacin de otras
en diferentes puntos de
la
Provincia, y decretara
creacin
de
una
Escuela
normal encargada
la
doctrina de Lancster.
Obtenida la independencia absoluta del pas, organizado ste en Repblica y elegido el primer gobierno constitucional, el general don Fructuoso Rivera no ech en olvido las necesidades eduy dict una serie de encaminadas satisfacerlas, figurando entre ellas la fundacin de varias escuelas en diferentes pueblos del litoral y campaa, que
cativas de sus compatriotas,
disposiciones
sujet
al
el
sueldo
de los Preceptores elevndolo 60 pesos mensuales, cre el puesto de Director general de escuelas, dispuso el establecimiento de bibliotecas ambulantes y el de una escuela de primeras letras para nias
la
de color, decret
varios
la
fundacin de
Universidad, dict
reglamentos
de ca-
rcter escolar y,
13
pecial en
el
que
recibiran
los jvenes,
interior, se
en calidad de alum-
nos,
Estado encargado
estas mejoras
de su sos-
y trastornos
de
la
polticos,
patentizan
patriticos
la
en pro de
causa
educacin popular, y demuestran que sta no era ya un asunto secundario y pueril, como
sino que exiga de parte de hombres de Estado cuidados y preferencias que no le neg el conquistador de las Misiones. No fu la zaga del general Rivera el segundo
en otros tiempos,
los
constitucional, pues dict varios deencaminados regularizar la parte econmica y estadstica de la administracin escolar, reglament el plan de estudios de la embrionaria Universidad, y dio los Padres Escolapios todo gnero de facilidades para que ampliasen su radio de accin, permitindoles consagrarse la enseanza de estudios superiores. Sin embargo, ni el general Rivera ni el general Oribe plantearon el problema de la educacin en su verdadero terreno, y de ah que sus res-
Presidente
cretos
pectivos
esfuerzos,
indiscutiblemente
ser
nobles y
patriticos,
no pueden
en
el
considerados
como
porvenir de
la
nacionalidad^
- u sino
bles.
como
tanteos
La creacin del
en
el
Instituto
ao 1847, marca rumbos ya fijos y bien determinados en la instruccin pblica del pas, ampliando para esta Corporacin las atribuciones que el artculo 126 de la Carta fundamental del Estado concede las Juntas E. Administrativas; atribuciones que permitan al Instituto fomentar con ms desahogo
tores,
la
educacin de
la
infancia
reglamentando
las
escuelas imprimiendo
la
fiel
enseanza pblica caracteres propios que, su tradicin, mantuvo hasta poco tiempo
la
antes (1875) de
Todo
var
el
necesidad de
del
elela
moral
intelectual
pueblo
hombres pensadores de aquelas filas de un partido de otro; pero las disposiciones que dictaron y las reformas que propusieron evidencian
sentan todos los
llas
pocas, ya militasen en
la
preparacin espe-
resolverlo
que requiere el arduo problema escolar para con acierto: toda su legislacin respira una ingenuidad tan propia de aquellos tiempos y de aquellos hombres, como patritica en
su tendencia inocente en sus resultados. Las mismas facultades que se concedan
Instituto y
al
margen
ms absoluta
descentralizacin de
instruccin pblica, y
15
si
cuyas autoridacriterio
buena voluntad
en cambio,
dio
el
en otros,
mrito
desaciertos
perjuicio
y descuila
de
misma
Estos males se perpetuaron travs del tiempo, pesar de que en 1855 ya los sealaba con
suma firmeza y gran acopio de datos el doctor don Jos G. Palomeque, indicando cules eran
medios encaminados corregirlos; pero los gobiernos no prestaron este trascendental asunto la atencin que se mereca, y el pas continu entregado, por falta de suficiente cultura en algulos
las
ms
violentas pasiones,
familias
la
intran-
sigencia poltica.
Tocle don Jos Pedro Vrela dilucidar en 1876 el arduo problema de la educacin, y lo hizo con vistas tan profundas y proyecciones tan vastas, que el gobierno de entonces, viendo en
l al
hombre capaz de
la
reforma escolar,
que implic
la
16
evolucin ms racional y cientfica que ha sufrido la escuela uruguaya, y con ella vino la enseanza
obligatoria y gratuita, su descentralizacin y la muerte del empirismo mediante el empleo de
nuevos sistemas, mtodos y procedimientos pedaggicos; estableci la coeducacin de los sexos, gradu los sueldos del magisterio, cre el cuerpo de Inspectores, uniform los textos, dict programas nuevos, celebr conferencias, aument el nmero de escuelas, abarat la enseanza, y, sobre todo, enalteci
la
colmndolo de todo gnero de consideraciones. He aqu por qu se puede asegurar que la reforma que aludimos fu algo ms que la incorporacin de una nueva ley la legislacin general de la Repblica: fu la planteacin de un problema social que, debido causas complejas, todava marcha en procura de solucin, pesar de la confianza que Vrela tena en la magnitud de los resultados y en la incontrastable influencia de su patritico pensamiento. Como quiera que sea, la causa de la educacin del pueblo uruguayo sigue progresando en virtud de la velocidad adquirida, y el impulso que supo darle el ilustrado y enrgico reformador, nadie ser capaz de aminorarlo.
Orestes Arajo.
Montevideo,
4
de Junio de
1905.
CAPITULO
De
las leyes
el
problema de
1
ESCUELAS Y MAESTROS
SUMARIO:
americanos en la 2. Los prime4. Educacin de ros Maestros. 3. Difusin de la enseanza. la nobleza indgena. 5. Colegio para nios pobres mestizos. 6. Ctedras para el estudio de los idiomas americanos. 7, Sueldos de Profesores y Maestros. 8. Escuelas laicas. 9. Los sacristanes de las iglesias del Ro de la Plata convertidos en Maestros de escuela. 10. Observaciones astronmicas y documentacin histrica.
1.
Grado de cultura de
los pueblos
los espaoles.
1.
Cuando
el
Nuevo
perodo
Mundo y Espaa
se encontraban en
vilizacin,
inici el glorioso
comparada
sta
el
con
la
de los espaoles.
presentaban
mucho
la
La
E. Uruguaya.
2.
18
blos sino en
civilizadas.
2.
el
la
traerlos del
pero
como
mano que
cmo
al
sal-
buen grado:
la
los
orden que
como
los
no slo
la religin cris-
y diversidad de trabajos manuales, en los que tan aficionados y diestros se manifestaron todos los indgenas, y en particular los guaranes '^l En tiempo del ltimo gobierno de
Irala exista
en
el
que
Lanzados de
lleno la conquista
espiritual
(1) Fray Antonio Tamajuncosa: Descripcin de las tnisiones al cargo del Colegio de Nuestra Seora de los Angeles de la villa de Tarija. Buenos Aires, 1836. (2) Rui Daz de Guzmn: La Argentina, Lib. 3., Cap. i.
de
minicos,
19
~
do-
cuyos locales se
al
como
de
gencias de
educacin
adolecan
la
sideramos inoficioso demostrar, desde que est en verdad de los hechos y en la conciencia de las
la
personas versadas en
4.
materia de enseanza.
la
infantil
masa de la poblacin que preocup las autoridades peninsulares, pues los reyes de Espaa cuidaron de que los hijos de caciques indios recibieran una educacin relacionada con su
fu solamente
la
No
indgena
de igual
modo que
se sostenan en
Espaa
cole-
leer, escribir,
que queda dicho, que de otras clases sociales de raza indgena fueron olvidados por parte de los reyes de Espaa,
se suponga, por lo
los hijos
No
pues se dispuso
la
ni-
( 1 )
xi, 8
Diciembre
1535.
20
os pobres mestizos, en los cuales deba ensearse imprescindible doctrina cristiana y buenas costumbres, debiendo sus mentores procurar todo
la
solcitos
cuidados por
rales
madre patria ^^\ Para que la educacin prodigada los natufuese provechosa, era lgico que los Maes
laicos,
tros, religiosos
lenguas indgenas, de
modo
das
la
lenguas de
los Padres
la tierra,
entregndose su direccin
^^\
de
la
Compaa de Jess
Es ms:
en Amrica no se poda ordenar de sacerdote ninguno que no conociese la lengua indgena, aun-
que
el
cnones mandan ^3); lo que equivale adque en este caso el conocimiento de las lenguas que hablaban los naturales estaba por encima del conocimiento de la teologa y las leyes eclesisticas. Famosas son las gramticas y vocabularios de los Padres Ruiz de Montoya, Restivo,
vertir
Dobrizshoffer y
Recopilacin de las Leyes de Indias: Ley xiv, 8 SeptiemId. id.: Le)' xlvi, 19
bre
1557.
(2)
(3)
Id. id.:
Ley
lvi, 19
21
gn
corporaciones instituciones de quienes depenla clase de tarea que se les confiaba dentro rama educativa. Un Profesor jesuta consa^ '^ enseanza de las lenguas de la ifi97 S^^^^ tierra, disfrutaba de 400 ducados anuales de sueldo ^^\ En cambio, 80 aos despus del descubrimiento de Amrica, Felipe II expeda una
dan y de
la
de
cdula
real
diciendo:
Mandamos
los virreyes
y gobernadores que en caso de nombrar Preceptores de gramtica para algunos pueblos de sus jurisdicciones, no hagan pagar ni paguen los salarios
de nuestra caja
real,
derados, y los Preceptores personas competentes y naturales de estos nuestros reinos y de nues-
y se paguen de tributos de indios vaque no sean de la real hacienda ^-'. De donde se deduce que mientras los Catedrticos universitarios gozaban de estipendios relativamente elevados, que eran satisfechos por el
tras Indias,
tesoro
real, los
emolumentos de
los Precep-
tores de
gramtica, vulgo
Maestros de es-
id.: xLviii, 2
17
Febrero
1627.
cil
99
y de
dif-
percepcin.
8.
colonias espaolas de
Am-
rica
por
que
le
sucedi, y
cuando empezaron
plan-
cuelas de
sociales.
Adems de
todo gnero y para todas las clases las que sostenan las congre-
no
las establecieron
no debe achacarse
encarecido
resultado.
la
Completaban
menos
vada.
frecuentados,
debidos
la
iniciativa pri-
hijos de las
viso, en razn
familias
ncleo aristocrtico de
Y como
los hijos
de todo espaol
(1) Lase acerca del particular un opsculo publicado en 1876 con el ttulo de Ensayo sobre a formacin de una clase media, por don Francisco Bauza.
23
ms
altas
las
posiciones
zas, los
todas clases y condiciones, si aunaban sus esfuerzos para promover los adelantos materiales, con
no saban
hijos,
nacidos en
orden, y si bien es cierto que en el reino de los sabios son muchos los llamados y pocos los elegidos, desde que todos los
serlo,
jvenes procuraban
lejos
muchos deban conseguirlo. Y el gobierno, de trabajar para mantener los hijos de las
la
colonias en
lores,
ignorancia,
como
desde los primeros aos de la dominacin procur que los hijos de sus posesiones ultrama ms que los de
la
Pe-
nnsula ^^\
0. Las leyes de Indias, en cuanto se relacionan con el problema de la educacin de los naturales de Amrica, poca aplicacin tuvieron en el Uruguay, pues cuando se crearon las universidades de Mjico y Lima, el territorio oriental aun continuaba sometido al salvajismo de sus tribus brbaras, no exis^ tiendo aqu todava ninguna poblacin, como se ver en el siguiente captulo; de modo que la cdula real disponiendo que los sacristanes de las
iglesias
la
Plata
8.,
cap. xviii.
24
no tuvo
Amrica '^l 10. Por las mismas causas, tampoco fu posible dar cumplimiento otra cdula real, segn la cual se ordenaba que se observase un eclipse de luna que se verificara en el mes de Julio, y adems, en virtud de que, segn asegura un concienzudo historiador ^^'', la sazn no haba ni un reloj en Buenos Aires, pero la disposicin regia siempre probara que el estudio de la ciencia astronmica no estaba descuidado, como no lo estaba el de la historia, ya que los monarcas recomendaban que se reuniesen y enviasen Espaa todos aquellos documentos que pudiesen servir para escribir la de Amrica ^^'K Si consideramos las disposiciones que sobre
el
particular se dictaron,
comparando sus
el
resul-
durante
siglo en
que
vivi-
muy
defectuosas insuficientes
que nos vayamos sacudiendo del vicio de deprimir el mrito de nuestros mayores, porque no les fu dado en su
objetos. Pero es necesario
Vase el nm. 1 de los Documentos de prueba. Manuel Ricardo Trelles: Revista del Archivo general de Buenos Aires; vol. i, pig. 32. (3) Vase el nm. 2 de los Documentos de prueba.
(1)
(2)
poca alcanzar
siglos, y,
25
siglo.
los
progresos de nuestro
que
en m.uchos respectos, y que debemos esperar la posteridad nos juzgue con la indulgencia
sabia que nosotros ^^\
ms
II
ORGANIZACIN UNIVERSITARIA
SUMARIO:
1. Fundacin dlas universidades de Mjico y Lima. Universidades libres. 3. Privilegios que gozaban estos establecimientos } sus funcionarios. 4. Estudios universitarios. 5. Otros estudios.
2.
1.
el
perodo de
^-^
la
de
la
colonizacin,
la
cuando
los
reyes de
Espaa dispusieron
basados en la necesidad de que los subditos y naturales americanos pudiesen dedicarse al estudio de todas las ciencias y facultades que por entonces se enseaban en esta clase de instituciones. Al mismo tiempo se concedan las personas que se graduasen en estos establecimien-
(1
Manuel R.
Trelles, ob.
cit.;
vol.
i,
pg.
31.
i,
Ley
Septiembre
1551.
tos las
26
gozaban
2.
versidad de Salamanca.
la la
de estas
universidades
si-
guise
de Amrica, hasta que, durante el reinado de Felipe IV, se autoriz el funcionamiento de universidades
libres,
con
la
la
legislacin vigente
sazn en materia de
libre ^-\
La eleccin
de Rector era
no pulibertad,
como tampoco
polizara
la
les
enseanza
universitaria,
no menos sabia que las anteriores, se dispona que ^^Ma eleccin de Rector recayese un ao
en alguno de los doctores
ticos.
fueros de los
Lima y Mjico era tantos y de tal importancia, que su enumeracin en este lugar sera cansada, por lo cual hacemos gracia de ella nuestros lectores. Sin embargo, ttulo de curiosidad, ciRecopilacin de Leyes de Indias: Ley ii, reinado de Felipe IV dem dem dem: Ley v, 24 Mayo 1597. (3) dem dem dem: Ley vi, 13 Mayo 1590. (4) dem dem dem: Ley vii, 19 Abril 1589.
1)
(2)
27
taremos entre aquellos fueros la facultad de poder nombrar alguacil de corte y ser escoltados
por dos lacayos negros que usaran espadas ^^^. 4. Las materias origen de los estudios universitarios fueron muy reducidas al principio, pero
se aumentaron en nmero y extensin medida que transcurrieron los aos y que nuevas exigencias profesionales los
impusieron
filosofa,
den
tura,
citarse la
gramtica
sagrada,
castellana,
latn,
teo-
loga, historia
derecho,
litera-
lenguas americanas
fsica.
algunos
principios
empricos de
En tiempo de
ctedras
Felipe IV (1621-
1665)
se
crearon
de medicina ^-\
cin en
otra de medicina
en
universidades
como
latn,
enseanza se haca en
por medio de libros que los estudiantes confiaban literalmente la memoria. Esto no impidi que de dichos establecimientos saliesen con el
transcurso
del tiempo
las
hombres eminentes en
^^'.
el
dominio de
Recopilacin de Leyes de Indias: Ley viir, 24 Abril 161S. dem dem dem: Ley xxxiii, 7 Marzo 1638. (3j Francisco A, Berra: Bosquejo histrico Cap. iv, (4) Vase Alejandro de Humboldt: Ensayo poltico sobre la Nueva Espaa; Lib. ii, Cap. vii.
(
1)
(2)
5.
28
A. Cervino,
<
compaero fund en la del ilustrado don Flix de Azara, ciudad de Buenos Aires una Academia de Nutica
sueldo y facilitando para el estudio de aquella ciencia nueva sus instrumentos y sus libros. La
Academia se abri con quince alumnos que en Marzo de 1802 pudieron ya rendir sus exmenes
(
III
2.
Libros religiosos.
1.
ejercan
fera
Los gobiernos espaoles de aquellas pocas una rigurosa vigilancia en lo que se reimpresin y venta de libros, y si bien mulas disposiciones adoptadas, tales como
escolares, tenan su natula
chas de
las
ral
actualidad se procede
modo
de pensar de los
No
:
era
( 1 )
Luis L. Domnguez
vi,
pg.
139.
29
una licencia especial del Consejo de InLa infraccin de esta orden era penada con doscientos mil maraveds ^^^ y prdida de la impresin instrumentos de ella ^-\ Tampoco era lcito ninguna persona transportar Amrica
visto de
dias.
libros
Indias,
el
ya huextran-
en
la
impresin de
y dems
libros
de
como
fingidas
historias,
nientes,
porque de su lectura se derivaban muchos inconvesegn deca el rey don Garios en la cdula
los puertos
de Espaa de las Indias, cualquiera que fuese su procedencia, eran rigurosamente escudriadas para ver si conducan libros prohibidos, en cuyo caso eran decomisados ^^\ hacindose
extensiva los
reales la
prelados.
Audiencias y oficiales
obligacin
(1)
espaol.
(2)
(3) (4)
Id. Tt.
Id. Tt. Id. Tt.
(5)
(6)
Ley i, 21 de Septiembre 1556. Ley ii. 24, Ley iii. Mayo 15S4. 24, Ley iv, 29 Septiembre 1543. 24. Ley vi, 18 Enero 1585.
obras
30
de
la
conforme
los expurgatorios
Santa
Inquisicin ^^\
2.
En cuanto
los
libros
religiosos,
aunque
estaban autorizados
como todos
los
de su gnero,,
monasterio
libros,
de San Lorenzo
^- \
En cambio, dichos
fletes
leones y flotas so pena de incurrir en falta ^^\ Los expresados libros, que consistan en breviarios,
misales, diurnarios, horas, entonatorios, procesio-
didos por la Real Hacienda de las colonias, y su producto puntualmente enviado la Casa de Contratacin
3.
'^^'
Pero,
donde
el
mandaban
recoger impidiendo su comunicacin; y respecto de tan perniciosa literatura, deca as una cdula
con ocasin de las presas y rescates, han tenido alguna comunicacin en los puertos de las Indias, y sta es muy daosa la pureza con que nuestros vasallos creen y tienen la santa fe catlica por los libros herticos y proposiciones falsas que esparcen y coreal:
<
Porque
c) (2)
Ley
Ley Ley
vii, 9
(3) (4)
ix, 19
xi, 15
Mayo
20
Enero
lIO.
31
munican gente ignorante: mandamos los gobernadores y justicias, y rogamos y encargamos los arzobispos y obispos de las Indias y puertos
de
los
llas
ellas,
los libros
que
herejes
y vivan con mucho cuidado de impepesar de estas rdenes, recomendaciones y medidas de rigor, la introduccin clandestina de libros prohibidos en el Ro de la Plata por naves flamencas y portuguesas fu un hecho fatal que nadie pudo evitar^-'. Por ltimo, de cada libro que se imprimiese en
partes, dirlo ^i\>
las
Indias,
el
la
previa
censura,
al
ejemplares
dos entre
los
Ley xiv, 11 Febrero 1609. Medina: El tribtmal del Santo Oficio de la Inquisicin en las Provincias del Plata; Cap. vi, (3) Recopilacin de las Leyes de Indias: Tt. 24, Ley xv, 19
(1) (2)
Id. Tt. 24,
J.
T.
Marzo
l47.
CAPITULO
11
Viaje de Gaboto al Ro de la Plata. 2. ConstrucSan Salvador. 3. Primeros cultivos en tierras uruguayas. 4. Destruccin del fuerte y retirada de Gaboto. 5. Cmo era el fortn destruido. 6. Fracaso natural de este primer ensa^'o de civilizacin.
1.
del
fuerte de
1.
aconsejado por algunos de sus capitanes, inspirado por torpes noticias acerca de la existencia de metales preciosos en la cuenca del Plata, una vez que hubo llegado al Brasil, Sebastin Gaboto,
prescindiendo de los compromisos contrados con
el
rey de
armadores de sus buques, Molucas inici la exploracin de las principales arterias fluviales que dan. origen al gran estuario sudamericano ^ I
los
^
Espaa y
(1)
T.
iv,
La
E. Uruguaya.
3.
2.
34
el
Paran, reconoci
desembocadura del Uruguay ^^^ y, hallando que el San Salvador ofreca un ancladero cmodo y seguro para sus naves, desembarc en este ltimo punto, levantando sobre su margen oriental un
la
fortn,
el
primer baluarte de
la
conquista espaola en
Plata.
3.
cultivo
que tan prdiga se mostr, que una siembra de 50 granos de trigo produjo los tres meses 550 granos, llenando de justa admiracin los colonos aquel primer ensayo agrcola en el Uruguay ^-l 4. La conducta imprudente de algunos soldados de la expedicin de Diego Garca, con los cuales se aument la guarnicin de San Salvador, dio margen que los naturales se rebelasen contra los espaoles y, destruyendo el fortn prenombrado, quedara anulada la obra civilizadora de Oade
la tierra, la
la
madre
patria,
lamentando
fuerte ^^\
la
desgracia,
el primer plano Gaboto y publicado en 1544, (2) Francisco Bauza: Historia de la dominacin espaola en el Uruguay, tomo 1., libro ii. (3) Pedro Lozano: Historia de la cotiquista del Rio de la Plata y Tucumn, tomo 2., cap. ii. Jos GnevSira.: Historia del Paraguay, Rio de la Plata y Tucumn : libro ii.
(1)
el
nombre de Hiiruay en
35
5. El hecho de ser el fortn de San Salvador una construccin improvisada y rudimentaria, dotada de escaso nmero de soldados, explica per-
fectamente su
fcil
que
edi-
no ha quedado
ficio tan
ni
el
ms
un
y endeble ^^\ 6. Con otros medios, con ms recursos, con mejores planes y con mayor disciplina de parte de los suyos, Gaboto pudo haber echado los cimientos de la sociabilidad uruguaya con la construccin de San Salvador, aun en medio de pueblos aguerridos, valientes y numerosos, pero brbaros,
rstico
como
tn.
se atribuye
As fu
cmo
la
1)
histrico.
36
II
SAN JUAN
SUMARIO:
del
1. Hiptesis acerca de su ubicacin. 2. Propsitos monarca espaol de fundar una poblacin en la embocadura del Plata. 3. Irala participa de iguales ideas. 4. Fundacin de San Juan. b. Carcter de esta colonia. 6. Hostilidad de los indgenas. 7. Despoblacin y abandono de San
Juan.
1. No es del caso averiguar si la pequea ciudad de San Juan fu construida sobre las mrgenes del arroyo de su nombre, como dicen casi
todos los historiadores primitivos, y como se deduce por las distancias relativas entre
los
varios
puntos
que sealan
si
las
crnicas de
aquellos tiempos,
que haban dejado los colonos de Antonio de Grajeda, segn afirma algn escritor; moderno '^^\ aunque sin probar sus aseveraciones de igual modo que conceptuamos aventurado sostener que fuesen portugueses y no indgenas del Uruguay quienes, mediante sus continuas hostiliruinas
mas
dades,
obligasen los
habitantes
de
la
colonia
San Juan abandonarla y retirarse al Paraguay, de donde procedan. 2. Lo que s se sabe positivamente, es que el monarca que la sazn rega los destinos de Esagrcola militar de
(1)
Domingo Ordoana:
41.
pgs, 40 y
37
una poblacin sobre la margen septentrional del de la Plata, con objeto de que las expediciones destinadas al Paraguay tuviesen aqu un punto de escala, ya que la experiencia haba demostrado cuan peligroso era abordar sus costas sin contar en ellas con alguna proteccin; adems, los lmites de la conquista por el lado del Uruguay no se ensancharan mientras no se venciese, de buen grado la fuerza, la resistencia que ofrecan los
ro
Irala
las
con recomendacin de tomar tierra en la costa ro, ms menos cerca de su desage en el Ocano, y all fundar la poblacin pro4. Acompaada de su jefe embarcse esta fuerza con algunos indiecitos crstianizados '^^ en dos bergantines que, impulsados por vientos suaves y mansamente favorecidos por la corriente de los ros, como presagio de felicidad y buen xito, lle<
yectada.
garon hasta
al
la
altura
de donde, rumbeando
con la barra de un riachuelo, al que pusieron por nombre San Juan, ya por habero encontrado el da de este
rbera opuesta
(1)
Domingo Ordoana,
ob.
cit.,
pg.
40.
38
nomorillas
expedicin. Inmediata-
mente se dio principio levantar sobre sus una ciudad pequea, pero que llenaba las
lacin se celebr
princi-
con todas
oficiales
tico
y regidores para su buen gobierno poly ordenada administracin ^^\ 5. Edificada la ciudad y determinada su planta urbana, que fu adecuadamente fortificada para mayor seguridad de sus moradores, dispuso Romero repartir chacras stos para que se dedicasen la agricultura, nica industria que por entonces podan emprender, no para la explotacin comercial de sus productos, pues esto era poco menos que imposible, sino como medio necesario de vida; y con tanto afn y buena voluntad trabajaron los colonos, que muy pronto rodearon la naciente poblacin de numerosas reas de variados cultivos, la vez que las plateadas y tranquilas aguas del riachuelo reflejaban el perfil de los rsticos edificios de la diminuta ciudad de San Juan ^-\que,con sus construcciones cmodas y sanas, y los plantos que la contorneaban, ofrecan la raza indgena una muestra de los beneficios que reporta la vida civilizada.
(1) (2)
P. Lozano, ob.
cit.,
vol.
cit
3.,
,
cap,
i.
vol.
1.", lib.
ir,
pg.
6.
39
mo-
pobla-
aunque sin ningn resultado favorable para que se vieron siempre rechazados con alel
los ataques,
que ya no daban
la
labranza,
que por
fin
rigor del
el
amparo en que
causa de
la
vivan, alejados
de
la capital
de
la
moda
presencia
pobreza natural del suelo y la incde los indios -', decidi los
Irala
manifes-
de este
7.
paraje.
estos hechos, dispuso que inmediatamente partiese para San Juan un comisionado con refuerzo de 60 soldados, quieIrala
En conocimiento de
(1)
vol.
3.,
cap.
i.
Estaban los pobladores sin esperanza de poder prosperar ni de dominar aquellos indios, porque stos eran mucho ms in domables que los guaranes, y porque el clima peda los frutos de Europa, los que no era dable cultivar sin los cuadrpedos y ape(2)
ros correspondientes. (Flix de Azara: Descripcin historia del raragtiay y Ro de la Plata, vol. 2.", cap. xviii.)
-_
40
la
^^^
Asuncin los mseros colonos despus de 16 meses de residencia en el Uruguay ^'^\ que, con el fracaso de esta segunda tentativa de colonizacin, contempl por entonces cerrado el camino que ms tarde deba de emprender en procura de un
nes procedieron transportar
III
3.
1.
Despus
del
rrieron veinte
aos
pasaban de largo
que hacan
el
Pennsula
mismo
viaje
de retorno. Tambin
festados los
ofrecan
(1)
estas
su insaciable
cap
i.
rapacidad,
P. Lozano, ob.
cit.,
vol. 3.,
Rui
Daz de Guzmn,
(2) Habindose despoblado San Juan en los ltimos das de Octubre de 1554, dur 16 meses, ya que fu fundado el 24 de Junio del ao anterior.
viraban de bordo
41
naves espaolas
en busca de
^^^^ mente la residencia de Zarate en tierras uru1574 guayas, disponiendo el Adelantado que en
ellas se
el
mismo paraje en que tuvo su asiento el fortn de San Salvador, con cuyo nombre fu tambin conocida
la
la
construc-
donde se
guardaron
bullera
los
las
naves que se haban inutilizado y dems efectos, siguindose estos trabajos la edi-
de
ficacin de
ticas
una iglesia y multitud de casas rsde madera y barro cubiertas de paja, consagrndose esta tarea no slo los soldados, sino
las islas vecinas,
aun-
que aseguran que de los naturales no recibieron los castellanos concurso de ninguna especie. Puesta en buen estado la rstica poblacin, determin el Adelantado darle forma de ciudad, concedindole todas las prerrogativas que le permitan los arreglos celebrados con S. M., como repartir y encomendar indios, distribuir solares en el amanzanamiento del pueblo recin creado y chacras en el ejido que se le seal, con facultad para
faltan escritores
que no
42
estas acertadas
nombramiento de alcaldes, regidores, oficiales reales y dems funcionarios del orden militar, civil y religioso; de manera que los comienzos de San Salvador superaron, en cantidad y calidad de elementos, Montevideo, Maldonado y dems poblaciones fundadas con posmedidas siguise
el
terioridad.
3. Los primeros tiempos de esta naciente ciudad fueron, sin embargo, sumamente penosos para su crecido vecindario, causa de la escasez de vveres, pues si bien es cierto que algunos proporcionaban los indios silvestres de la comarca ^^^ stos eran insuficientes para el sostenimiento de
una poblacin que, por lo menos, ascenda ms de 400 personas, y de aqu la necesidad en que se vio el Adelantado de tasar las raciones; lo que fu motivo de disgusto entre los pobladores. Gracias que desde Santa Fe, Garay envi provisiones los salvadoreos, pues de lo contrario se habran repetido las escenas de hambre que se desarrollaron en Buenos Aires durante el adelantazgo de don Pedro de Mendoza. 4. Aunque estos socorros causaban en los habitantes de San Salvador un gran consuelo, permitindoles cobrar nuevos bros para proseguir su misin civilizadora en el Uruguay, una noche se incendi la casa del Adelantado, la que se re(1)
cit.,
tomo
2.",
cap. xviii.
dujo en
ella,
43
breve pavesas con cuanto haba en comunicndose el fuego, ayudado por un y fuerte viento, las dems de la poblacin, co-
misma suerte, y habran ardido todas poderoso concurso del vecindario, que, adems, fu secundado en la peligrosa tarea de extinguirlo por la circunstancia de haber cesado
rrieron la
sin
el
sbitamente
5.
el
ventarrn '^\
Esta desgracia fu
muy
en breve reparada;
1K7C P^^^ agregada la vida inactiva que all se llevaba, y sucesos internos de diferente
orden, contribuy quebrantar
nimo de ZaSan Salvador y rate, decidindolo abandonar retirarse la Asuncin con la mayor parte de su
el
gente,
como
as lo
hizo, llegando en
Diciembre
la
de 1575
la
capital del
pequea
para
mucho
6.
tiempo.
Quedaron en San Salvador 60 soldados, las autoridades elegidas y algunos colonos que
se contrajeron
al
cultivo
de
los
la tierra,
pero
sumergi en la inesperada muerte de Zarate recursos que los que el mayor olvido, sin ms pudiesen obtener de la labranza, de la pesca y de la caza, y con peligro de sus vidas, siempre
amenazadas por las tribus gloriosamente vencidas por Garay en el memorable combate de San Salvador; humillacin que, en su mal contenido en(1)
P. Lozano, ob.
cit.,
tomo
3.,
cap. viii.
44
nunca
se
En
vista,
pues, del
abandono en que
manaislamiento en que
les,
los
pues la mitad del vecindario se haba ido retirando siempre que se le present ocasin para ello, resolvieron
caza de venados y perdices, cras de cabras, puercos y caballos; todo lo cual aban-
mucha
la
Asuncin
el
da
20
De
la
narracin
el
histrica
deduce, que
los espaoles,
desistimiento
nizar
el territorio
riores la
encaminados conquistar y coloOriental, aplaz para pocas posteaplicacin dlas leyes de Indias que nos
el
hemos
referido en
blema de la educacin pblica y privada en el Uruguay; problema cuyos trminos factores he-
mos de
tiones
las
ges-
de
las
congregaciones religiosas,
se ver.
en los
como
:
Eduardo Madero Historia del puerto de Buenos Aires. 1 ) Referencias varias cartas de Montalvo, fechas 15 de Noviembre de 1779 y 12 de Marzo de 1780.
(
CAPITULO
De
los
III
PERIODO DE TRANSICIN
SUMARIO:
4.
quista pacfica.
el Uruguay. 2. Plan de conIntroduccin de los primeros ganados. Creacin del gobierno del Ro de la Plata.
1.
Nueva tregua en
3.
1.
Desde
el
el gobierno de Hermedia un perodo de 24 aos, durante los cuales nadie volvi ocuparse del Uruguay; pero como el citado funcionario tena el propsito de extender su dominio sobre estas comarcas, se lanz conquistarlas por medio de las armas, con resultado negativo. 2. Los reveses que sufri lo convencieron de que los misioneros, con su habilidad y mansedumbre, tal vez lograsen lo que l no haba po1608 ^^^^ conseguir, y someti su proyecto la
el
nandarias
III,
quien
lo
46
Quiso
el
la
vez
el
gobernante americano
Oriental
^^^
enriquecer
territorio
con abundantes
medios
dispuso
nado capaz de utilizarse en el dominio domstico^-\ ganado oriundo del que trajo Mendoza 3^; con lo cual asegur la estabilidad de la poblacin que sobrevino, la que suministr anticipadamente productos para subsistir y para comerciar.
^
4.
La divisin de
la
y Ro de la Plata fu tambin idea de Saavedra. Esta desmembracin era necesaria: el gobernador que quera cumplir con su deber se vea obligado vagar de una parte otra sin
atender ninguna.
Con
rodeaban y modo como estaba orgalos nizado el gobierno en aquellos dilatadsimos pases, ese gobierno era la cabeza de una criatura
que
le
( 1
hijo de
Hernando Arias de Saavedra, natural de la Asuncin, era don Martn Surez de Toledo y de doa Juana de Sanaque no usase ninguno de estos dos
apellidos.
(
Domingo Ordoana
Mendoza
2.
parte.
trajo consigo
(3)
para
la
y 18 perros. (Cuenta de lo entregado al seor Adelantado don Pedro de Mendosa, por orden de S. A. S., para llevar las Indias; documento existente en el Archivo Americano de Sevilla.
en
la
el
4-
idea y
los lmites
de
las
dos gobernaciola
nes.
De
tecimiento poltico
se considere
en
la
con relacin
LOS CHARRAS
SUMARIO:
1.
1.
gobernacin
la
del
Com-
^^ Jess^-^ < para que sus ministros ift90 P^"^^ enseasen los indgenas el camino del
cielo ^^^;
pertenecan
escritores afirman que orden serfica los religiosos que con celo apostlico entraron en esta conquista;
la
aunque otros
Rio de
A. Magarios Cervantes Estudios Histricos sobre el la Plata, pg. 47. (2) P. Lozano, tomo S, cap. xvr.- Gregorio une?,: Ensayo de la historia civil del Paraguay, Buenos Aires y Tuctmin, tomo
(
1.,
cap.
II.
P. Guevara: Historia del Paraguay, Rio de la Plata y Tucumn, parte 3.*; y el mismo Lozano, que est ambiguo, tomo
(3)
3.0,
cap. XVI.
48
no faltando quien sostenga ^^) que eran de la orden de predicadores. Lo que s parece cierto es que dichos misioneros desplegaron la suficiente habilidad para conseguir que algunos caciques charras se trasladasen Buenos Aires, cuyo Gobernador los recibi con sumo afecto, agasajndolos y ofrecimientos '-\
El sucesor de
hacindoles
toda
clase
de
Gngora en
la
la
gobernacin del
cele-
Ro de
la
Plata imit
conducta de aqul,
brando una entrevista con varios jefes indgenas del Uruguay, que tan prendados quedaron de su afable trato, que repitieron la visita, no slo estimulados por la llaneza de Cspedes, sino aguijoneados por la ambicin de nuevos obsequios y regalos, de los cuales haba sido prdigo el gobernador en su anterior entrevista con ellos Con la misma traza gan las voluntades de los chaas, yars y los indios de la sierra de Maldonado, y otros brbaros que nunca haban tratado visto espaoles, y enviaron sus caciques Buenos Aires, que no siempre son las armas las ms poderosas conquistar los brbaros, pues al fin, como racionales, se pagan ms
de
las
2.
caricias
y agasajos
^^^
(1) Domingo Ordoana: Conferencias Sociales y Econmicas, segunda parte, pg. 58. Benito Lpez de los Ros: Memoria. (2) P. Lozano, ob. cit., tomo 3., cap. xvi. (3) P. Lozano, ob. cit., tomo 3., cap. xvi.
49
impulsados por su propia inspiracin, en aquellos tiempos aparecieron por la regin sorianera
tres frailes franciscanos,
nardo de Guzmn,
versin de
infieles,
fray
conre-
poco tiempo
sus
volvieron
abandonaron
toldos
al
Negro
^^\
su antigua
3.
No
propio
hicieron los
yars
cuando
pueblo de
San Andrs,
del cual fugaron todos, guarecindose en los bosques '^-l Los minuanes siguieron el ejemplo de los yars apartndose del jesuta Francisco Gonzlez, que haba empezado formar una reduccin llamada Jess Mara ^^\ igual
camino emprendieron los Tarumas Monteses con la de Santa Mara, organizada por los padres Pons y Villagarca ^^\ En cuanto los charras, no slo se manifestaban rebeldes todo cambio de vida, sino que perseguan las tribus que se asociaban los espaoles la destruccin de Itazurub, aldehuela
:
Benito Lpez de los Ros Memoria, 1799. Roberto Southey Historia do Brasil; tomo 5., cap. xxxviii^ Flix de Azara Descripcin historia del Paraguay y ( 3 Rio de la Plata; tomo 1., cap, x. Matas De Angls y Gortari Los jesutas en el Para( 4 ) guay, 49, pg. 68. Ao 1769.
{
T.
I.
La
E. Uruguaya 4.
fundada en
muestra,
actitud
el
50
el
alto
Uruguay por
bien
mercedario
lo de-
claro
la insel
reducciones
de charras en
despus de su
Adems de
desde
el
lo
punto de vista intelectual, los charras una organizacin inflexible, incapaz de adaptarse permanentemente una civilizacin suposean
perior.
Como
y durante los tres siglos que estuvieron en contacto con los europeos, modificaron muy poco su gnero de vida.
neros
lograban
En cuanto
las
funciones
sociales
de esta na-
de los tipos
nas
^^^.
Jos H. Figueira
pg.
19.
51
III
LOS CHAAS
SUMARIO:
cin de
Procedencia de los indios chaas. 1. 2. FundaSoriano. Nuevas reducciones. 3. 4. Transformacin social de los chaas. 5. La obra educadora del Padre Guzmn. 6. Traslacin y progresos del pueblo. ?. Qu instruccin recibieron los chaas.
1.
orgenes
de
la
cuenca del
Plata,
la
la
sus descripciones, y algunos tan infieles, que en actualidad no es posible ya determinar, con la
del ro de la Plata,
52
la
margen septentrional
como
la
desembocadura del ro Negro, aunque hay esque niegan esto ltimo, fundados en que dichas islas son incapaces de contener ninguna
critores
poblacin
adems
ros
Tampoco
faltan
viaje-
y cronistas ^^) que comprenden los chaas entre las hordas que incendiaron la primitiva ciudad de Buenos Aires, la vez que otros escritores ^^Mos dan mezclados con los timbes. Actualmente se sostiene la teora de que estos indios eran occidentales y constituan una encomienda confiada un grupo de frailes franciscanos, quienes se trasladaron en su compaa las islas de la confluencia del ro Negro, formando con ellos una reduccin ^7). Como nosotros no aspiramos terciar en este debate, cuya dilucidacin no corresponde al objeto del presente libro, nos limitamos aceptar la versin de Azara, que es la ms ajustada al buen
^^\ historiadores
Diego Garca Meinoria. Pero Lpez de Sousa: Diario de ( 1 ) tiavegacin. (2) Flix de Azara y Pedro de Angelis, obras citadas. (3) Domingo Ordoana, ob. cit, Ulderico Schraidel Viaje al Rio de la Plata. 'Luis Ram( 4 ) rez Carta. (5) P. Jos Guevara, ob. cit. (6) Manuel R. Trelles Registro Estadstico.
: :
lengua.
sentido, y
las
53
se
halla
que,
en
parte,
fundada en
narraciones
^^
.
los
chaas
Al arribo de los espaoles dice don Flix de Azara habitaba una nacin en las islas del ro Uruguay enfrente de la boca del ro Negro, y cuando despoblaron los espaoles la ciudad de San Salvador, pasaron los chaas establecerse en la costa oriental del ro de San Salvador. Acosados despus por los charras, volvieron
sus
islas, fijndose,
principalmente en
la
llamada
de los Vizcanos. Pero, temiendo padecer el exterminio de los yars y bohans, que era reciente,
solicitaron
que
los
espaoles
los defendiesen,
que
los
charras, se rela
desem-
bocadura del ro Negro, pues como vivan al lado muy cerca de stos, y eran ms dbiles y menos numerosos que sus enemigos, tenan que ser fatalmente exterminados por ellos; lo que trataron de evitar los chaas guarecindose en dichas islas y solicitando despus la proteccin de los espaoles
(1)
'^^K
ob.
Diego Garca, ob. cit., ao 1526. Pero Lpez de Sousa, ao 1531. Flix de Azara, ob. cit., vol. 1., pgs. 161 y 162. ( 2 ) (3) ... y si de dos tribus vecinas, la una llega ser ms numerosa y ms fuerte que la otra, en breve terminar la comcit.,
el
asesinato,
el
canibalismo y la absor-
2.
54
el
No
vacil en concedrsela
Aires,
gobernador de
Buenos
encomendando
le
fray Bernardo de
espiritual
como
trajo
que
sioneros ya citados en
la pgina 49, y adems un pequeo contingente de espaoles que sirviese de enlace con la poblacin indgena, haciendo
ciales,
despus concurrir otros elementos nuevos y sode procedencia paraguaya y argentina, que con el transcurso de los aos se esparci por los
campos inmediatos.
El
jefe
apostlico
de esta
misin y sus siete compaeros ^^'^ vinieron embarcados en un queche que traa por nombre
Chana Aranzaz
y,
desembarcando en
la
la
isla
Junio de 1624
sin
cin.
reduccin de Santo
Domingo de
que
faltara
Aun en el caso de que una tribu ms camente destruida, basta para que empiece de decadencia, que acaba comnmente por completa. Carlos R. Darwin El origen
> (
:
para
del
ella
hombre; cap.
vii,
pg. 203.
Segn don Domingo Ordoana, esta misin estaba com( 1 ) puesta de fray Bernardo de Guzmn, fray Antonio Aldao, para guayo, el padre Villavicencio y el personal civil constituido por los individuos Juan Albornoz, Juan Chamorro, Miguel Oyla, Pablo Pizarro y Francisco Jara, joven querand que, por dominar varias lenguas indgenas, haca las veces de intrprete.
tellano
00
por las Leyes de Indias. Repartironse inmediatamente solares y chacras, aunque stas seran pequeas reas de terreno, ya que la isla del Vizcano apenas tiene 25,000 metros cuadrados de superficie y el nmero de indios reducidos se
elevaba entonces unas cien familias
3.
^
la
hoy de Aldao, del nombre de su misionero, y que corresponde la actual jurisdiccin del rincn del Arroyo pero este poblado durara poco sera muy insignificante, pues de l no ha quedado vestigio ninguno, ni existe documentacin oficial de la poca que lo mencione.
;
Ms
tarde se estableci
una
tercera reduccin
denominada
la anterior,
que
1800
al
Dolores,
este
tomando
Uruguay '^-\ Es de suponer que estos ncleos de poblacin contasen con sus correspondientes capillas, dado el carcter sacerdotal de sus fundadores, aunque
Flix de Azara, ob. ( 1 (2) Juan M. de la Sota: tico de la Repblica; cap.
)
cit.
pg.
43.
56
hay escritores bien informados y de cuya veracidad no es posible dudar ^^\ que aseguran que la reduccin del Espinillo no tuvo iglesia ni corregidor, pero que sus nefitos eran dciles, prestndose sin ninguna dificultad al trato de los espaoles.
En cuanto
ducciones
del
la
capilla
de
las
Vboras, en
la
Padre Guzmn,
suponemos que
nada tenga que ver con los misioneros de la Orden Serfica, ni con los trabajos evanglicos correspondientes el momento histrico que nos
referimos en
4.
el
presente captulo.
Como
ninguna clase
al
rgimen
de vida adoptado por los padres franciscanos principiando por abandonar sus groseros toldos que fueron reemplazados por casas rsticas, es cierto, pero cmodas, espaciosas higinicas y se nutrieron mejor, la vez que se hacan ms sedentarios de lo que ya lo
dejaron
la ictiofagia
eran.
Sumamente
el
flexibles
la
civilizacin, abra-
zaron
adems de
fabricar esteras,
cestones
y objetos de tosca alfarera que, con los productos de sus chacras y lea para combustible, transportaban la provincia de Buenos Aires y
1)
Juan Manuel de
57
vendan cambiaban por los artculos que les eran necesarios ^^\ Como sus guas mentores no
los
al
sujetaron
al
sistema de las
encomiendas
ni
libertad que tenan los espaoles, que se hallaran muy contentos, perdiendo su idioma y costumbres y asimilndose las de los espaoles, con los cuales se mezclaron al extremo de que pasaban por tales sesenta aos despus de haberse reducido (- Esta fu la transformacin social que sufrieron los chaas, al incorporarse espontneamente los dominios de
de
misma
result
los reyes
de Rocha y Maldonado '^\ sin contar con que ms de una vez tuvieron que medir sus armas con las de los charras, yars y bohans, sus vecinos mediatos inmediatos. 5. En realidad no fu Soriano, en sus comienzos, una verdadera reduccin de indios, sino una
las costas
Peticin del vecindario de Benito Lpez de los Ros ( 1 Soriano reclamando para este pueblo el ttulo de ciudad villa ao 1799. Jos Gmez Memorial que por su intermedio presen tan los pobladores de Soriano solicitando trasladarse de la isla del Vizcano al paraje en donde actualmente se encuentran
)
: ;
:
ao 1707. (2) Flix de Azara, ob. cit., pgs. 161 y 162. (3) Andrs Gmez de la- Quintana: Certificacin de los servicios y mritos de los indios de la reduccin de Soriano. De 1705 1799.
58
genuina poblacin
con su iglesia, su guardia militar, cabildo y empleados civiles, conducindose todos como dependientes de los goespaola
arreglo la
-Fray Bernardo de Guzmn, fundador de las reducciones de indios chaas en el departamento de Soriano y educacionista de los mismos ( t624 ). ( Copia reducida de una aguada viejsima restaurada por Blanes.
)
legislacin indiana:
cin, en cyanto
no fu una verdadera reducque sus fundadores slo ejercan la influencia que los autorizaba su sagrado ministerio, sin permitirse entrometerse en lo temposino solamente en lo espiritual, abstenindose
ral,
59
de coartar la vida de los chaas, vida tan libre que constituye la piedra angular y punto de pariida de todos los progresos
de la despus villa de Sorano. Tal fu la obra fecunda del padre fray Bernardo de Guzmn, quien debe considerarse
como
el
iniciador
de
la
sociabilidad urula
barbarie toda
una tribu y la vincul la tierra creando hbitos de trabajo moralizador. Es indudable que si Soriano hubiese quedado bajo la jurisdiccin de los
la Compaa de Jess, los hbitos y costumbres de los chaas no se habran perpetuado de generacin en generacin, pues faltos de sus lazarillos los jesutas, hubieran desaparecido con la expulsin de stos, como sucedi
padres de
con
6.
los naturales
de
las
ponderadas misiones
guaranticas.
La marcha progresiva de esta reduccin disu mantenimiento en la isla del Vizcano, no slo por la escasez de terreno, sino en razn de que ste se inundaba con las crecientes de los ros Uruguay Negro, destruyendo los plantos y hasta poniendo en peligro la vida de sus moradores. Adems, careca de un portezuelo adecuado para el trfico; defecto que era necesario subsanar fin de no destruir los grmenes del movimiento comercial de Soriano^ que era el fomento de sus industrias, precarias por falta de espacio en su campo y de ancladero en sus costas. Funficult
dados en
estos
solicitaron
del
60
la
compemar-
gen izquierda del ro Negro, cerca de su confluencia en el Uruguay; lo que les fu concedido al aosiguiente.
Desde
aument tan
xviir,,
del siglo
Sorano lleg
poseer 3600
habitantes, exten-
ms
de dos terceras partes del departamento que hoy lleva su nombre ^^\y se le dio el ttulo de Villade Santo Domingo de Soriano y la gracia de tener un Cabildo compuesto de dos Alcaldes y cuatroRegidores, y usar estandarte real, que se sacaba todos los aos el da del santo patrono del pueblo. Estuvo dotado de una hermosa casa capitular, comandante militar, siete compaas de milicias de caballera, dos iglesias, y sostena gran
comercio de grasa, sebo, lea, maderas y granos, con Buenos Aires y Montevideo, vindose la nueva villa sumamente concurrida por numerosos
forasteros, atrados por las propiedades curativas,
que Negro
la
--^
sazn se atribuan las aguas del ra La educacin cvica que haban recibidode esta floreciente
villa
La primitiva jurisdiccin de Soriano abrazaba desde lai ( 1 ) boca del ro San Salvador aguas arriba hasta la barra del Maciel este arroyo en todo su curso hasta la altura del arroyo Grande el mismo hasta su desage en el ro Negro, y el ro Negro hasiai su confluencia en el Uruguay. (2) Benito Lpez de los Ros, doc. cit.
;
;
61
hzolos
que, despus
Colonia,
concurriendo personalmente
ellos,
rechazaron no^
blemente
7.
la
soldada que se
les
haba asignado
Es de presumir que en las fundaciones de Bernardo de Guzmn, Aldao y Villavicencio, estos misioneros inculcasen los chaas algunas nociones de lectura y tal vez de escritura '^-\ adefray
preocupndose as de crear en los elementos componentes de estas originales agrupaciones hbitos de trabajo, y de sustraerlos su crasa ignorancia, pues no podemos suponer que los precitados sacerdotes hiciesen caso omiso de la enseanza primaria, en razn de que esto habra sido falsear sus tradiciones monacales y romper la unidad de miras que, en definitiva, caracterizaba de un modo idndel imprescindible catecismo,
las rdenes religiosas. Declaramos, embargo, que la suposicin que antecede no se halla confirmada por ningn dato concreto, pues todos los historiadores que han descrito las
ms
tico todas
sin
reducciones
del
benemrito
Padre Guzmn, no
este
proporcionan
ninguna
noticia
respecto;
pero tampoco hallamos nada que contradiga nuestra afirmacin, fundada en la organizacin que
estaban sujetos jesutas, franciscanos, dominicos,
( 1 )
(2)
<
Benito Lpez de los Ros, doc. cit. Francisco A. Berra: Bosquejo Histrico,
)
4.* edicin
62
Jernimos y mercedarios. Debemos admitir, por consiguiente, fundndonos, sobre todo, en los
preceptos de
nardo,
la
que
ste
no slo fu
el
el
primero
promotor de que en
la
la la
la
la
semilla de
instruc-
como
lo
eran
los chaas.
el
rey de
AdeEspaa Ro de
que tratasen de que los sacerdotes enlos indgenas de estas comarcas el idioma castellano, con objeto de uniformar el lenguaje, como el ms comn y capaz, en vista de
seasen
la
gran variedad y pobreza de las lenguas indgenas, cuya dificultad y escasez de ideas se echa-
ban de ver desde el primer momento (^^; y es evidente que uno de los medios que apelaran
los
hubo de
la lectura
conocimiento
del castellano,
el
no
de
arte
la
escritura.
As se explica, nuestro
la
modo de
territorial
larga per-
manencia de
chaas en
la
mayor extensin
Vdase
el
nm.
63
cierto el
De
la
lo
presente capaos,
menos de ochenta
pleta,
aquellos
extremo de que los hijos nietos de que catequizaron el Padre Guzmn y sus compaeros eran tenidos por espaoles. Tan
la
perfecta sera
la
transformacin sufrida en
el
idioma,
y,
en general, en todo su
parte, la
modo
de
vivir!
Por otra
de
la
nueva organizacin
difera
la
social
de aquel npri-
cleo
de poblacin
muy mucho
mitiva,
pues
reduccin de
1624,
indgenas converti-
con toda su simplicidad, al finalizar el siglo era una villa espaola notoriamente caracterizada, sujeta al complicado engranaje de la mquina administrativa, que no por ser en ocasiones algo pesada, dejaba de ostentarse grave, seria y templada; condiciones normales de dos
del
ao
la
civilizacin
espaola, de
la
cual
los
primeros
lo
mucho de
malo
y no todo
lo
bueno.
cit.
CAPITULO IV
De
educacin que prodigaron los portuguehabitantes de la Colonia mientras esta ciudad estuvo bajo su dominio.
la
ses los
siglo XVII.
la
La campaa uruguaya
2.
en
el
el
ltimo
tercio
del
enseanza.
1.
Hacia
el
tan en la
Banda
ms ncleos de poblaSoriano,
el
Domingo de
Espinillo
y Aldao,
ltimos
los tres
concentrados en
territorio del
ro-
deadas de unos cuantos casuchos de barro de palo pique, que verdaderos pueblos. Pero, no
es extrao que as sucediese, desde que los go-
bernadores
los
T.
Plata,
instancias de
destina-
Aires, haban
La
E. Uruguaya.
5.
do
las
66
comarcas uruguayas para proveerse de madera de construccin, dejando que las haciendas introducidas anteriormente se aumentasen, como as sucedi de un modo extraordinario, con ventaja para el porvenir de la ganadelea y
ra
rioplatense.
2.
Esta
riqueza
de
si-
ms de un
de
las
explotacin
llama-
quienes era
table
y portugueses, que,
prevalindose de
las
autoridades
descubiertas
por
Sols,
hacan
frecuentes incur-
siones y chando solamente los cueros, con los cuales cargaban sus buques que atracaban las costas de Montevideo, Maldonado y Rocha, mientras que
la
amenazarla ciudad de Buenos Aires ^^\ De estas tres clases de gentes, solamente los faeneros se radicaron en el pas, pues los piratas fueron siempre ahuyentados de los ancladeros del Plata, pesar de que en ms de una ocasin hubo necesidad de librar con ellos reidos
(1)
cit.
vol.
1.,
lib.
y
los
67
1680
ilcito comercio, portugueses tuvieron que encerrarse en la ^^'^"^^ ^"^ ^^^ fundada la ciudad de
Montevideo, y
retirarse
sus tierras
las
ce-
entre
coronas
de
Espaa y Portugal, el tratado de San Ildefonso, por el cual pas ser posesin espaola la colonia militar del Sacramento 6 San Gabriel. Convena sobremanera las miras interesadas de los mencionados faeneros disponer de extensas zonas de territorio, y de ah largo tiempo
el
origen de las
un obstculo
la
formacin de
ciu-
dades, villas y pueblos, pues la vida en comn, ordenada y metodizada, sujeta las prescripcio-
nes de
las
la
vi-
una sociedad simple, en la cual cada uno consun todo nico, cuyos elementos todos, titua aunque exentos de organizacin central, como dice Spencer, cooperaban ciertos fines comunes. No podemos, pues, buscar en esas pequeas instables agrupaciones de vaqueros, hombres
obscuros ignorantes en su mayora ^^\
ni ins-
que no hay ningn historiador ni viajero que haya dicho que las tuvieran, ni aquel medio am(1) Vctor Arreguine
ix,
pg. 46.
biente lo
68
permita; debiendo mencionar la ciudad portuguesa de la Colonia como el segundo punto del territorio uruguayo (considerado el primero Soriano y haciendo abstraccin de las Misiones Orientales) que disfrut de aquel beneficio.
11
1.
3.
Los historiadores portugueses que hasta en la poca actual se esfuerzan en demostrar, aunque en vano, que su pas tena derecho la posesin de los vastos territorios de la cuenca inferior del Plata, explican la fundacin de la Colonia del Sacramento diciendo que la bula creando el obispado de Ro Janeiro extenda los lmites de su dicesis hasta la margen septentrional del gran estuario, y que esta circunstancia tal vez
1.
la
sempiterna idea
ro
la la
de redondear con
sus
el
majestuoso
frontera
pretensin de
las
connacionales
diciendo
que
comarcas
uruguayas estaban desocupadas y que tenan deVizconde de Porto Seguro: Historia Geval do Brasil; vol. XXXVI, pgs. 768 y 769.
(1)
2., cap.
69
recho posesionarse de
rras baldas,
-^-j,
ellas ttulo
de ser
tie-
de acuerdo con una carta geogrfica adulterada, hecha en Lisboa dos aos antes por Juan Teixeira Albornoz, en la cual
la
el
territorio perteneciente
corona de Portu-
de
la
Plata hasta
Como
1
^^^^^o" ^^ ^^ trozo de territorio uruguayo y fundaron en l la Colonia del Sacramento ciudad que, pesar de su improvisada construccin, revisti un aspecto de plaza militar, porque habiendo sido ilcitamente ocupado el terreno de su emplazamiento, tuvieron los intrusos que construir fuertes murallas y artillados bastiones en
fiSO
lle-
como
as
despus, en que don Jos de Garro prepar una fuerte expedicin que, con el auxilio de 300 guaranes, atacara
la
Colonia,
apoderndose de
ella
por
asalto.
de que fu objeto, y tal circunstancia unida al propsito fundamental que indujo los portugueses construirla, cual era
el
de poseer frente
(1)
cap.
VII,
2.
70
militar,
su ausencia.
2.
Pero, vuelta
la
Colonia, de
acuerdo con
el
de sus
fundadores,
-_^. stos dieron su ciudad el triple carcter de plaza militar, puerto comercial y colonia
agro-pecuaria.
altas
Lo primero
murallas,
un foso profundo, dos baluartes, dos reductos y, en fin, muchas otras fortificaciones por dentro y fuera ^^\ todo ello servido por una numerosa guarnicin. Lo segundo y tercero
dobles, fagina,
est
al
demostrado por
los artculos
que exportaba
cueros,
Brasil, consistentes
trigo.
en carne
El
seca,
y
ga-
gran porcin de
consumo anual de
nado para
era de la plaza y para la navegacin 7000 cabezas. Adems, los portugueses haban introducido muchas clases de frutas de su pas natal, cultivando con esmero todas las plantas utilizables en la alimentacin ^-\ Finalmente, de
indigentes
criminales '^\
(1)
cit.; vol.
ii,
pg, 181.
(2) Roberto Southey: Historia do Brasil; vol. v, cap. xxxvi. (3) Historia do Brazil, por Luis Joaqun Oliveira Castro. Ro
de Janeiro,
1862.
iROR
rey
3.
71
la
^^"Quilidad, aunque
rica estuviese
^^
emigracin
la
Am-
prohibida hasta
venida del
fac-
don Juan VI
Como
el
tores
ms importantes
de
la
Colo-
comercio la ciudad alcanz un grado considerable de prosperidad, al extremo de que el ao 1724 ya contaba 2000
habitantes, tena
una
fortaleza
y dentro de
capillas
su
recinto
una
menores y un colegio de jesutas '-^. De aqu toma pie la afirmacin de que durante la dominacin portuguesa los Padres de la Compaa de Jess no descuidaron la instruccin primaria en la ciudad prenombrada, ya que, adems de inculcar la juventud la doctrina cristiana,
ensebanle
tambin
leer,
escribir
jesutas,
do solamente suprimido despus del quinto sitio, sea cuando los espaoles tomaron por ltima -___ vez y arrasaron la Colonia ^^\ En los documentos relativos los dos sitios realizados por Ceballos, se hace mencin de los templos, del hospicio de la Concepcin y de un colegio ^^\
Historia financiera del Brasil, ( 1 ) Liberato de Castro Carreira pg. 648. (2) Luis L. Domnguez, ob. cit. (3) Francisco A. Berra: Bosquejo histrico; Lib. iii, cap. v. (4) Vanse estos documentos en los tomos 7 y 8 de la Biblioteca del Comercio del Plata.
:
de este establecimiento de enseanningn pormenor nos proporcionan los historiadores nacionales y extranjeros que hemos tenido ocasin de consultar, ni con relacin al nmero de educandos, ni al rgimen escolar que estaban sometidos, limitndose generalizar acerca de la calidad de la instruccin que prodigaban los jesutas instruccin que algunos consideran superficial y de lenta adquisicin ^^^; lo que demostrara la deficiencia de sus mtodos de enseanza, mientras que otros sostienen que aplicaban un sistema de mrito excepcional ^-\ Buenos defectuosos sus procedimientos educadores, no es posible negar que en la regin inferior del Plata, como en los dems pases de la Amrica latina, la semilla de la instruccin primaria, secundaria y superior germin la sombra de las comunidades religiosas, ya perteneciesen stas la orden de los jesutas, franciscanos, dominicos mercedarios.
za,
;
Respecto
(1)
(2) Francisco
Melchor Inchofer La monarqua jesutica, cap. vi. Bauza: Historia de la dominacin espaola.
:
CAPITULO V
Los precursores de
la instruccin
en la campaa
EL MEDIO SOCIAL
SUMARIO. 1. El campo,
las estancias
los
campesinos.
2.
La
vida rural.
de la juventud de esta incipiente cuyos rasgos fisonmicos eran ms de carcter militar que civil, como veremos en el
ral
intelectual
ciudad,
campaa en general acusaba un estado tan lamentable de atraso, que no haba viajero que, despus de recorrerla, no consiguiente captulo,
la
como cosa de
especial
mencin,
cepcional
el
sus
rgimen alimenticio,
la
ndole
de
las
trajes,
sus
se
manera cmo
la
familia
Tiallaba
ello
-brer,
74
constituida.
las
en
El
hacer del feraz Uruguay motivo de curiosidad y de estudio. Ligeramente ondulado en todo sentido, muy bien regado por una infinidad de arroyos y no escaso nmero de ros que dan origen la formacin de un mantillo vegetal tan compacto como extenso, ya que no hay zona ninguna que no lo atesore, con multitud de pequeos valles, todos utilizables, ofreca el suelo uruguayo, con su marco de sierras y asperezas, al-bardones y lomadas, un cuadro completamente
distinto del
ros
Brasil.
La vegetacin arbrea era tal vez ms pobre que la actual: encontrbanse matorrales achaparrados en algunos sitios de las colinas peascosas, festoneando las mrgenes de las corrientes de agua, agrupados en forma de islas: en diferentes parajes abundaban los bosques de palmeras, aunque los rboles de frutas indgenas ^aban productos escuetos inspidos, debido su
indiscutible
flores
degeneracin; helchos
matizaban
el
paisaje
silvestres,
arborescentes
los
ms
extraos cactos.
al
De
los
pesinos procedan
la
vegeta-
del
fuego^
ms
rica
en
propiedades
alimenti-
La fauna era ms copiosa que la flora, pues, adems de las haciendas introducidas por los espaoles, se encontraban en
sus
campos banda-
das de andes, y verdaderas tropillas de ciervos y venados; en sus ros y arroyos una gran varedad de peces, nutras y carpinchos; reptiles
en sus grutas y cavernas, y una cantidad incalculable de especies de aves en sus montes.
De
tancia,
trecho
cuyos
construan con terrn y se techaban con gruesa paja que la accin del tiempo ennegreca rpida-
mente.
Unos boquetes
abiertos
al azar,
hacan las
veces de puertas y ventanas, sin ninguna simetra y exentas de vidreras, cuya falta sola suplir
el
piso
de
habitaciones era de
tierra.
sistan
jaez,
en
sillas
muy
ordinaras,
la
bancos rsticos y
de
la
jefe
familia.
las
No
haba
ms
cuadros en
en
el
esteras
platos abundantsimos
co-
ni
ms horel
pan
un gran
jarro
de agua, en
cual
76
todos beban sucesivamente, era el mejor digestivo de tan sobria alimentacin. As vivan los ricos propietarios de dilatadsimas zonas de campo, felices y satisfechos en medio de las privaciones que los sujetaba su ignorancia de los gocesde la vida social, la humildad de su cuna y la falta absoluta de buen gusto por carencia de cultura y por el aislamiento en que vegetaban. Se explica esto por la soledad de los campos, por la escasez de pobladores rurales y hasta por la falta de seguridad personal que obligaba los estancieros permanecer en sus ranchos al cuidado de la familia y de la hacienda. Se sala del pago por necesidad para concurrir alguna
carrera
de caballos,
era
para ayudar
algn ve-
La
visita
cuente
guitarra
la
pulpera
inmediata,
la taba,
ms freen donde
la
el
se tocaba la
se 'empinaba
codo con
mayor
Los robos y los asesinatos menudeaban, y pocas veces el Alcalde de la Santa Hermandad, que sola recorrer la campaa en representacin de la justicia, lograba dar con los
incontinencia.
delincuentes.
Si
del opulento
al
hacendado pasamos
al
humilde
paisano,
gaucho, vase
cmo
lo
:
describe
un
Los gauel
muy
ciudad. Invariablemente,
gaucho-
es
muy
servicial,
muy
corts,
muy
hospitalario;
nunca he
de
s
visto
mismo, de su pas, es al mismo tiempo atrevido y valiente. Por otra parte, siempre se oye hablar de robos y de homicidios: la costumbre de llevar cuchillo es la principal causa de estos ltimos. Es deplorable pensar en el nmero de muertes causadas por insignificantes disputas. Cada uno de los combatientes trata de tocar su adversario en la cara, de cortarle la nariz de arrancarle los ojos son buena prueba de ello las horribles cicatrices que casi todos llevan. Los robos provienen naturalmente de las arraigadas costumbres de jugar y beber de los gauchos y de su indolencia suma. Una vez pregunt en Mercedes dos hombres, con quienes me encontr, por qu no trabajaban. Los das son demasiado largos, me respondi uno. Soy demasiado viejo, me contest el otro. Hay siempre un nmero de caballos tan grande y tal profusin de alimentos, que no se siente la necesidad de industria. Adems, es incalculable el nmero de los das feriados; por ltimo, una empresa no tiene ninguna probabilidad de buen xito sino comenzndola en luna creciente; de suerte que estas dos causas hacen perder la mi:
<
>
>
mundo;
alrededor del
Es indudable que hay exageracin en la pinque antecede, aun con referencia aquellos tiempos; pero nadie negar que las gentes incultas del Ro de la Plata no han desterrado todatura
va las preocupaciones, los errores ras
las
quime-
la
actualidad tienen
que acabamos de citar, y para nosotros doblemente interesante, desde que se particulariz con los
2.
el
modo
el
medio
:
social
uruguayo en
clase,
el
ltimo cuarto
de
la
gente
poca
agricultura,
en
el
pastoreo.
Aunque
los
ms
esclavos,
ya por ser gente ms sencilla y de menos ventolera vanidad, ya porque los trabajos del
que puedan ocasionar vergenzas, ya porque sus tareas son conformes sus preocupaciones y caprichos, que repugnan generalmente servir la mano inmediatamente. Los que son acomodados usan chupa chamarra, chaleco, calzones, calzoncillos,
tienen
testigos
campo
menos
(1) Vase la obra titulada Resea histrico- descriptiva de antiguas y modernas supersticiones del Ro de la Plata, por el doctor don Daniel Granada. Montevideo, 1896.
79
sombrero, calzado y un poncho, que es un pedazo de tela de lana algodn fabricado en las provincias de arriba ^i', ancho siete cuartas, largo doce, y con una raja en medio para sacar la cabeza. Y los peones jornaleros y gente pobre no gastan zapatos; los ms no tienen chaleco, chupa, ni camisa y calzones, cindose los rones una jerga que llaman chirip; y si tienen algo de lo dicho, es sin remuda, andrajoso y puerco; pero nunca les faltan los calzoncillos
sombrero, poncho para taparse, y unas botas de medio pie '-\ sacadas de las piernas de
blancos,
y vacas. Se reducen generalmente sus ranchos chozas, cubiertas de paja, con las paredes de palos verticales hincados en tierra y embarradas las coyunturas sin
los caballos
habitaciones
ms sin puertas ni ventanas, sino cuando mucho de cuero. Los muebles se reducen, por lo comn, un barril para traer agua, un cuerno para bebera, y un asador de palo. Con mucho agregan una olla, una marmita y un banquillo, sin manteles ni nada ms; pareciendo imposible que pueda vivir el hombre con tan pocos utensilios y comodidades, pues aun faltan las camas, no obstante la abundancia de lana. Por supuesto que las mujeres van descalzas, puercas y andrajosas, asemejndose en un todo sus.
blanquear, las
(]
la cordillera de los
Andes.
(2
80
padres y maridos, sin coser ni hilar nada. Lo comn es dormir toda la familia en el propio cuarto,
y los
hijos,
que no oyen un
relox, ni
ven
re-
y pocos hombres, vagos y desnudos, corriendo tras de las fieras y toros, se acostumbran lo mismo y la independencia; no conocen medida para nada; no hacen alto en el pudor, ni en las comodidades
gla en nada, sino lagos, ros, desiertos
y decencia, crindose sin instruccin ni sujecin, y son tan soeces y brbaros, que se matan entre s algunas veces con la frialdad que si degollasen una vaca. La experiencia les ha hecho ver con frecuencia que cualquier ladrn contrabandista les roba las haciendas, y veces los mata ellos mismos, quemndoles las casas y llevndose la mujer las hijas. Sin embargo, son muy raros los que tengan un arma servible de fuego, porque las aborrecen, sin ms motivo, en mi juicio, que el de la incomodidad que les causa su
cuidado y el llevarlas caballo para correr, en que consiste toda su delicia. En fin, por lo que hace instruccin, auxilios temporales y espirituales; en
cuanto vestidos, ms
bien
des-
habitaciones y
comodidades, no llevan mucha ventaja los indios infieles, y sus asquerosas habitaciones estn siempre rodeadas de montones de huesos y de
carne podrida, porque desperdician
cuadriplica-
da de
la
que aprovechan. La
estado, y sus vicios
religin correspon-
de su
capitales
son,
una
enorme desperdicio, repugnar toda ocupacin que no se haga corriendo y maltratando caballos, jugar con los naipes,
embriaguez y el robo, bien que estos ltimos tambin dominan en los ciudadanos.
la
<;
intermi-
sin
persuadiendo
adems que el trabajo arreglado es una virtud que hace felices los hombres. Lo dicho toca de lleno los campos del norte del Ro de la Plata, no tanto los del sur; y es preciso confesar que los paraguayos y correntinos campestantas tres son unidos entre s: que no hacen muertes y robos que son ms aseados en sus ranchos, teniendo ms muebles y finalmente que no son tan ladrones, borrachos y jugadores, sino conocidamente ms econmicos, instruidos y aplicados. Yo atribuyo estas diferencias que hay algunas parroquias en los campos del sur, y muchas ms en el Paraguay y Corrientes, donde se juntan menudo, y en cada pago un maestro de escuela : adems que los paraguayos, aun
:
los
leer
escribir.
No
es as en los
ta;
pues
la
por
campos del norte del Ro de la Plano hay otras parroquias que algunas costa de este ro y del Uruguay; y en las
las del Cerro Largo y Batov, que se acaban de establecer, sin que yo sepa que hay un maestro de escuela en
T.
I.
La
E. Uruguaya. 6.
82
el
muy
nas
para que se juntasen los campestres, y se viesen precisados asearse: sera un medio de introdu-
muchos portugueses; porque siendo notoriamente ms aseados y econmicos, su ejemplo servira de mucho. Bien s que muchos espaoles repugnan esto fundados en
cir la
decencia, admitir
que dan
trabandistas, y en fin en
Justifican esto,
que vuelven su patria. con que don Pedro de Ceballos fund con ellos el pueblo de San Carlos junto Maldonado, el cual fu luego abandonado retirndose los portugueses su pas. Pero los que hablan as no conocen que no hay un solo espaol que no d las mismas y aun ms noticias, los enemigos, y que no abrigue con el mayor descaro los ladrones y contrabandistas.
la
En cuanto
no advierten que, no habiendo medio de subsistir los portugueses de San Carlos, era imposible su permanencia all. A fe que algunos de ellos y otros innumerables que encontraron medio de adquirir algunos terrenos, subsisten hoy por all y en otras muchas partes, como Mendoza, siendo los
desercin
tierras
ni
dado
vecinos ms
tiles,
Mand
res,
el
de
la
frontera
del sur se
formasen
villas.
Se llevasen
poblado-
voluntarios
83
Con el propio fin se fundaron los pueblos de Pando, San Jos y Santa Luca, y ha sucedido lo mismo. Esto no se repara, sino nicamente la
desercin
de San
Carlos;
atribuyndola
los espaoles
eran portugueses,
como
si
que no hu-
el motivo es que no puede existir hoy en los campos pueblo ninguno de agricultores, ni de estancieros, porque stos, no siendo muy ricos, necesitan vivir
en
las
II
LA RELIGIN Y LA ENSEANZA
SUMARIO:
1. Propaganda religiosa. 2. Fray Bentos. Fray 3. Policarpo Sand, 4. Hiptesis acerca del carcter de la instruccin dada por este misionero.
1.
de
la
tierras
despus fundacin de Montevideo, penetraron en uruguayas, aunque muy pocos con miras
que,
educativas,
labra,
en
el
Misiones,
lle-
gando hasta aqu con el propsito de extraer ganado para las estancias de los jesutas antes
Memoria
7.
84
de su expulsin ^^\ y oros vinieron de orden de Zabala para tratar de reducir los indios cha-
minuanes que se haban sublevado contra las autoridades de Montevideo, entregndose todo gnero de excesos y con motivo de ser escaso el personal del clero en el Uruguay, solan tambin trasladarse de Buenos Aires misioneros que ejercan su sagrado ministerio en los pocos y embrionarios pueblos que la sazn
rras
;
y campos circunvecinos, instruyendo las con la predicacin y estimulndolas con los deberes del culto ^-l Algunos de estos sacerdotes no salieron de la ciudad, limitndose procurar que se arraigara la fe catlica entre el vecindario de Montevideo por medio de sermoexistan
gentes
nes y ejercicios religiosos; pero otros, en efecto, se extendieron por la campaa, se pusieron en
relacin
pillas
con los pobladores de ella, fundaron cay hasta establecironse en las ms apartadas regiones del territorio uruguayo, compartiendo su misin evanglica con las honrosas y fructEntre todos estos sacerdotes los hubo, sin embargo, que desentendindose de los bienes terre-
(1) En Domingo Ordoana, ob, cit., pg-, 83, se encuentra el documento que prueba acabadamente esta afirmacin. (2) Francisco Bauza, ob. cit., vol. 2., lib. i, pg. 47. (3) La larga permanencia del Padre Juan Alonso Martnez en los campo? en que se halla el paso de la Cruz del Fraile Muerto, donde dicho sacerdote posea una estancia X fines del siglo xviii,
as lo justifica.
-Snales, se consagraron con fe y entusiasmo la educacin religiosa y la instruccin de las gentes, sin reparar en si los beneficiados eran ind-
captndose
diendo
genas espaoles, llevando una vida ejemplar y las simpatas de unos y otros merced
su carcter
bondadoso y
otros
al
su abnegacin, pu-
tos y al misionero
ermitao Fray BeaFray Policarpo Sand. 2. Del primero pocas noticias se tienen, pero por tradicin que un buen da apas se sabe reci por el rincn de Haedo, instalndose en
citar entre
el
paraje
la
ciudad
nombre, poco ms menos, fund desall una reduccin que por dos veces hizo poblar con sus irrupciones un indio brbaro de aquellos contornos llamado Iramund -^\ vindose obligado Fray Beatos trasladarse al inme-
que
lleva su
diato
distrito
al
de
Caracoles,
muestra
viajero la
va de albergue.
De
la
de
recuerdo, perpetuado en
el
sombra
se entregaba se
descanso
el
aseguran fueron plantadas, y en la reciente denominacin de una ciudad moderna tan culta
como
(1)
progresista.
Domingo Ordoana,
ob,
cit.,
pg.
92.
3.
<
86
Por estos tiempos se suscit una ruidosa el pas, que dio margen la fundacin de la actual ciudad de Paysand. El progreso agro-pecuario desarrollbase grandemente
competencia en
una y otra banda del ro Negro, siendo tal, que en Abrl de 1772 se exportaban por el puerto de Montevideo 900 fanegas de trgo, aumentndose los ganados punto de confundirse los de una jursdiccin con los de otra. En las reparticiones geogrficas que por entonces dividan al pas, el ro Negro era el lmite que separaba
los llamados orentales habitantes del Sur y
Este, de los llamados
al
Norte;
como
al
los
confundiesen,
misioneros que ubicaban ganados de unos y otros se mismo tiempo que sus plantael
pleito sositua-
de los terrenos
dos entre
Misiones, con
cin y
fijar
el el
objeto
de afirmar su jursdic-
en
fines de 1772
con 12
local
familias,
que acompaadas
la
del
Pael
donde hoy se
asienta
Francisco Bauza
2.,
Uruguay, tomo
lib. iii,
87
En
ciu-
dad de Paysand no fueron abiertos en el mismo sitio donde actualmente se halla, sino algo ms abajo, en el paraje llamado Casas Blancas, donde se instal el reverendo Padre Sandi acompaado de los indios que trajo consigo de las Misiones, quienes en ms de una ocasin tuvieron que sufrir los rudos y pujantes ataques de
las tribus feroces
sus tolderas
cuales jams
sar
All
al
aquella
ro
poca tenan
las
Uruguay, y
del
fund una
Padre Sandi,
del
se
efectu
la
traslacin
del pueblo.
El
origen
nombre
<
se deriva
del
apellido
de su fundador pospuesto la voz Pay, que en guaran significa Padre, aunque no falta quien sostenga errneamente que Sandi equivale < escucha por la moderacin que se recomendaban mutuamente sus oyentes '^^; explicacin de todo punto inverosmil. Aparte de lo dicho, se supone que este sacerdote era natural de Idia,
por consiguiente, vasco espaol ^-'; perteneca la orden capuchina de San Antonio ^^^ y falleci en 1798, despus de una permanencia de
zbal, y,
Catecismo ; cap. ix, pg. 44. ( 1 ) Juan Manuel de La Sota: (2) Doming-o Ordoana, ob cit.; parte 3., pg. 113. (3) Una de las tres en que se divide la de San Francisco.
.
22 aos en
el
88
tierra
la
feraz
pedazo de
que ha per-
historia en la
pas.
Padre Sand,
re-
y otros conocimientos
la
mhecho comprobado
que
por
fu discpulo de aquel misionero y que en 1854 todava continuaba residiendo en la ciudad fun-
dada por su bienhechor, quien fu el primero que en ella, y desde la ctedra del Espritu Santo, dirigi la palabra la
forma-
no olvidndose tampoco de inculcar los conversos los necesarios hbitos morales que preparan al hombre y la mujer para la constitucin regular de la familia ^^\ Segn Garu, el reverendo sacerdote organiz una escuela y fund una capilla adems de la ermita erigida en Gasas Blancas; y como tena predileccin por la msica, la enseaba todos sus discpulos, sirvindose de los ms aprovechados para el acompaada,
la
que la primera escuela espaola de carcter religioso que existi en la regin del Oeste del actual territorio uruguayo fu la que fund el Padre Sand,
Impresiones de viaje. PaysattdtK [ 1 ) Jos Cndido Bustamante Setembrino E. Pereda: Paysand y sus progresos ; cap. i. (2) (
:
como
ya que en Soriano
Pero,
89
hubo hasta
xix.
no
la
fines
de
qu
caracteres tendra la
e\
instruccin
Padre Sand?
donde,
estalla-
No
es
difcil
sacerdote de
Misiones guaranticas,
la
religiosos,
lo
consagrado
las
enseanza de
letras,
que se
maban
primeras
como todos
los misio-
la misma clase de enseanza que se usaba en los pueblos de donde vena, que si haban pasado de las manos de los jesutas las dlos franciscanos, no por eso, con el cambio, ganaron mucho en materia de cul-
tura intelectual.
III
CENTROS URBANOS
SUMARIO:
1. Fundacin de pueblos. 2 Carencia de escuelas y Maestros. 3. La primera escuela de Soriano. 4. La escuela de la villa de Rocha al principiar el siglo xix. 5. El destierro de un Maestro.
tos pueblos
Los orgenes de la fundacin de los distinque existan en el territorio oriental fines del siglo xviii reconocen muy distintas causas, y esta circunstancia, unida la ndole de
1.
sus primitivos vecindarios y los parajes elegidos para su respectiva ubicacin, influy de un
90
modo
extraordinario en su
:
as, los fortines, fortalezas y campamentos cuyo alrededor se congregaron pobladores que buscaban el amparo de la autoridad
envolvimiento
militar
como
intereses,
no consiguieron vida propia mientras mantuvieron su carcter originario, pero una vez que lo perdieron transformronse, aunque no todos, en
pueblos
ellos
Salto,
un regular comercio, como le sucedi al que fundado por casualidad en 1756, vino
lo
aconteciendo
propio
con
Mel,
cuyos
comienzos (1795) fueron una guardia destinada evitar el contrabando de los portugueses; con el Rosario {\111\ que presenta caracteres anlogos los del Salto, aunque en menor escala, y con San Juan Bautista, de igual fecha, que era una ranchera ocupada primero por indios semisometidos y despus por milicias venidas del Paraguay para la campaa de Ceballos contra Portugal. Los fortines de Santa Luca y Casup desaparecieron al poco tiempo de haber sido construidos, y las fortalezas de Santa Teresa y San Miguel quedaron casi desmanteladas despus del tratado de San Ildefonso. Dado el carcter de estas fundaciones, es intil querer encontrar en ellas instruccin organizada no conocemos ningn documento que nos permita ni aun suponer que la tuviesen.
:
fronteriza
91
la de Canelones (1774), Florida (177Q) y Piedras (1795), tambin tuvieron que pasar por un largo
blados
y, por consiguiente, antes de que contacon sen escuelas, ni buenas ni malas. Lo propio sucedi Mercedes (1781), que tuvo que sostener una interminable lucha con Soriano por cuessi
tiones jurisdiccionales,
bien
ms
tarde
ejerci
pas.
los destinos
las
del
dems poNo blaciones, como Maldonado (1757), San Carlos (1763), San Jos (1782), Minas (1783), y la villa de Pando (1787), que en sus comienzos no
es aventurado afirmar que
cupo
la
misma
suerte
que
los
ante-
y de aqu que el insigne Azara, lamentndose del grado de atraso en que se encontraba por entonces la campaa uruguaya, dijese en una de sus ms interesantes obras ^^^ que, para hacerla adelantar, era necesario que sus pobladores, desde el ro Negro Montevideo, edificasen cada
riores,
diez y seis
veinte leguas
una
iglesia
y pusie-
En nuestro concepto no
vecindarios
los
eran, sin
embargo,
las
los
culpables
de esta carencia
au-
Memoria
rural.
92
la Plata,
que, afe-
ms de
la
que de
la
cultura
intelectual
tros
la fundacin de cenurbanos y fomentaron la agricultura, pero no es menos verdad que jams exigieron la creacin de escuelas de primeras letras los proyec-
tistas
de
la
villas
y pueblos: en cambio
el
les
impo-
nan
tamentos para
capillas para
la
caminos para facilitar el trfico de carros y cabaA cambio de estas obligaciones se daban tierras los colonos para que las trabajasen, prolleras.
porcionndoles semillas, herramientas y animales de labor, se les exoneraba del pago de tributos, y
vecindarios hasta se les asign una pequea renta fin de que pudiesen subsistir nterin no producan los terrenos que labraban. No era, pues, un espritu de mezquindad el que dominaba virreyes y gobernadores, sino que la
algunos
hora del progreso educativo se encontraba todava muy lejana, no sindole propicio el ambiente
que respiraban las sociedades de aquellos tiempos, que se consideraban felices en medio de su
infantil ignorancia.
todas las poblaciones enumeradas y otras de menos importancia, fu Soriano la primera que
3.
De
esre-
93
conoci que de
ello,
la
dolencia resida en
la falta
de
ins-
truccin de parte de su
exhort los
que
la
insistiesen sobre
el
mismo
tema, y hasta
el
pues
vecindario de
contento
con su desdichada suerte, se manifestaba completamente refractario toda empresa educadora. La ignorancia de la mayora de los habitantes de Soriano era tan crasa, que pesar de la prdica constante de los sacerdotes, no conocan los misterios de la religin, eran irrespetuosos con las leyes, no teman la pblica reprobacin de sus
actos,
muchos de
vicio,
ellos
estaban
entregados
en
y las plazas de la milicia, que por la real ordenanza deban ser ocupadas por individuos que supiesen leer y escribir, se enconbrazos del
traban vacantes fines del siglo
xviii,
por no en-
contrar personas que reuniesen aquellos requisitos para llenarlas. Quiso, pues,
el
Cabildo conteel
mal,
no slo por
mal en
en dao de toda
alcalde ordinario de
de
de Aviles y del sazn virrey del Ro de la Plata, la autorizacin necesaria para fundar una escuela pblica de pri-
voto don Benito Lpez Excmo. seor don Gabriel Fierro, marqus de Aviles, la
meras
letras,
94
la
donde
y
la
se ensease se
la
juventud
en
los
leer, escribir
contar,
religin
instruyese
misterios
y se la inculcasen principios de moral, fundamentos de toda sociedad arreglada. Peda tambin el Ayuntamiento que se
le
de
la
enseanza, imaplicaran
subsistencia
de
la
escuela,
el
los
padres pu-
cumplimiento
familia,
de
di-
jefes
de
al
el
de posicin
la institu-
desahogada, contribuiran
cin proyectada mediante cuatro reales
la
al
sostn de
corto estipendio
hijo
de
mes porcada
que
que pusiesen en
pequea cantidad en
me-
nesterosos,
el
que accedi el ntegro y la Plata con un lacnico Buenos Aires 14 de en fechado pide Como se ^^\ Noviembre de 1799 4. Rocha, cuya fundacin data de 1793, fu otro de los poqusimos pueblos del territorio oriental que tambin tuvo la dicha de poseer escuela de primeras letras cuando apenas contaba diez aos de existencia, merced la iniciativa del seor Alcalde de la Santa Hermanceloso virrey del Ro de
(1) Vase
el
nmero
3 de los
Documentos de prueba.
la
95
Juan Antonio de Presa, quien afect el importe de la renta del abasto de esa localidad al pago del sueldo del Maestro, segn reza el siguiente
AUTO
blica
villa
don
pensin de entregar
veinti-
tinados para
letras
villa.
Fecha
Juan Antonio
datos
relativos
de Presa.
cronista
la
Indudablemente dice
el
mado
lla
los
fundacin
^^^
que ha exhude la
en
aque-
de Maestro, ni quien tuviese vocacin para tan noble y sagrada carrera, pues la laudable iniciativa del seor de Presa no pudo por el momento llevarse la prctica, dado el inconveniente poderoso, por cierto de no existir en esta villa ninguna persona que tomase su cargo la tarea de
iniciar la
niez en
el
conocimiento de
las
pri-
meras
letras.
(1) Ernesto F. Prez: Centenario de Rocha, nmero nico, del que tomamos casi literalmente todo cuanto se refiere la primera escuela de esa villa y A su primer Maestro.
propsitos del
96
~
los nobles
Despus de un ao de conocidos
seor Alcalde,
fij
su residencia
para
la
que
fueron acep-
tados,
segn consta de
los siguientes
documentos:
AUTO
de 1807, se present en
<
Da 14 de Octubre
villa
y este Juzgado don Juan Antonio Lpez y expuso que se constitua abrir escuela pblica bajo la condicin de que todos los nios hurfanos que no tuviesen quien por ellos pagase el estipendio acostumbrado, les enseara
esta
con los
el
veinticinco pesos
anterior,
el
que
tena
depo-
sitados en
ao
Juan
A. de Presa.
Digo yo abajo firmado, haber recibido del sela Santa Hermandad^de esta villa de Nuestra Seora de los Remedios de Rocha, don Juan Antonio de Presa, la cantidad de 25
or Alcalde de
para
que conste doy ste en esta villa Q de Enero de 1808.y/a/ Antonio Lpez. ^
De
97
pblica.
De
los re-
su
siendo
de suponerse
efecto
En
Aquino,
nombrado
de dichas funciones don Jos Matas sustituto por el seor don de Guerrillas
Real Hacien-
de
de
la
nuevas polazos
in-
como
el
Maestro de escuela
estrechos
esta
por
de amistad con
timidad hizo que
influencia ante
el
el
el
nuevo funcionario,
Virrey,
investido
I. La E. Uruguaya, 7.
correcta,
98
el
Virreyel
cesara
empleo de Ministro Ejecutor que obtena don Juan Antonio Lpez, y que no se le permita ni aun de mero amanuense de ese Juzgado, intimndole que en lo sucesivo trate de ejercitarse en un oficio honesto, sin incomodar al vecindario; de lo que se deduce que el primer Maestro de escuela aparecido en la villa de Rocha no atesoraba las prendas morales que requiere el ejercicio de su sagrado ministerio; y si esto era as, podremos suponer que en el establecimiento del seor Lpez fuese comn la ausencia de la moral
del orden.
Se creer que don Juan Antonio Lpez fu despus de la medida con l adoptada, un buen
sujeto, tan serio
cir
como
el punto de que, necesitando el mal un remedio eficaz, con fecha 21 de Febrero de 180Q, el seor Alcalde don Francisco de los
prevencin, hasta
la
prenombrada
conden
tierro.
al
ex Maestro
sufrir la
Deca
del
el
Alcalde en su auto:
Por cuanto
el
el
em-
don Juan
ni
permita
aun de
99
mero amanuense de este Juzgado, intimndole que en lo sucesivo trate de ejercitarse en un oficio honesto sin incomodar al vecindario y en virtud de no haberlo verificado, sino que cada vez siguen ms las repetidas quejas de estos mo;
radores, y para cortar de raz las fatales consecuencias que en adelante podrn resultar, he man-
testigos,
dado por auto de este da presencia de dos que salga don Juan Antonio Lpez de esta villa y su jurisdiccin, intimndole no pueda
presentarse en
ella
ni
en
su jurisdiccin, y de medi-
das
etc.,
ms conducentes
etc.
>
al
caso
as
lo
prove,
Notificado
nio,
el
demasiado
listo
templ
inesperado
y forzoso xodo
del
que
la
deporta-
uruguayo durante
el
rgi-
men
colonial.
CAPITULO VI
De
la instruccin
derancia.
1.
blica
y privada en el Uruguay; su desenvolvimiento travs del tiempo; las alternativas que ha padecido, y las etapas por las cuales ha pasado hasta
llegar la
poca de
la
reforma escoes-
lar,
hoy
interesan
por
tora
el
la
causa reden-
la educacin de la infancia, en la poca dominacin espaola fueron indiscutiblemente secundarias, aunque no estuvieron del todo
de
de
la
descuidadas.
102
Cierto es,
como hemos
dem.ostrado
en
el
ca-
narcas
castellanos
faltaron
la
mo-
educa-
cin moral intelectual de indios y criollos, fundando ms tarde universidades y otros centros
de cultura; pero tambin es verdad que la mayor parte de los esfuerzos hechos en el sentido de inculcar y difundir las primeras letras se debe en
mucho
ticular.
las
comunidades
religiosas, bastante
la iniciativa
y algo
par-
su
el
Puntos y circunstancias son stos que tienen explicacin lgica en el carcter que revisti descubrimiento, la conquista y la dominacin
la
madre
patria enviase al
Nuevo
doc-
Mundo
tas,
algunas gentes
instruidas,
y aun
lo
su nmero fu
muy
insignificante,
me-
nos en los comienzos de la colonizacin, relacionado con la masa total arrojada las playas americanas, unas veces por el espritu aventurero y caballeresco del pueblo espaol, y otras por el pauperismo europeo. Nadie ignora tampoco que en aquellas pasadas edades el saber humano se hallaba casi exclusivamente concentrado en claustros y conventos,
y era el clero el consultor de los reyes, el consejero de su poltica, y las rdenes religiosas las monopolizadoras de la enseanza, desde la Universidad hasta el Colegio, y desde el Semi-
nario
103
As se explica que
las
hasta
el
Instituto.
la
iniciativas
enseanza se debieran casi siempre los jesutas, franciscanos, dominicos, mercedarios, etc., como se evidencia con la instruccin que los primeros daban los indgeen favor de
nas en sus clebres Misiones.
Retardado,
tes captulos,
como
el
se ha visto en los
preceden-
y
la
civil
hasta
la
la
de
Colonia
constituan comerciantes
poco
escrupulosos
y atrevidos contrabandistas, y las de Soriano y Espinillo arrastraban una vida sembrada de peligros por su alejamiento de Bue-
nos Aires y
la
bravias, es evidente
San Felipe
del
y
en
Santiago
los
orgenes
la
modernos
pblica
desenprivada
volvimiento de
el
instruccin
Uruguay; pero como dicha instruccin se halla profundamente vinculada las corporaciones religiosas, no podemos menos de tratar de stas con la extensin que su importancia exige. 2. El da 1.0 de Diciembre, el capitn Pedro -_^ Gronardo, Prctico del Ro de la Plata, comunic al Gobernador de Buenos Aires don Bruno Mauricio de Zabala, que una expedicin portuguesa haba desembarcado en las playas de
Montevideo,
establecindose
en
ellas
la
y levanextremidad
de su pennsula;
lo
cual
104
no
propsitos
del
Gobernador,
les
como
Aprovech Zabala
principiadas por los
el
las
obras
de
fortificacin
portugueses
para
construir
tra-
fuerte
haba pedido
Provincial
de
el
las
Misiones, los
da
25 de Marzo
jesutas,
de
1724 acompaados
dichos
capillita
de
los
Padres
capellanes de
indios,
quienes
edificaron
y dos habitaciones que sirviesen de vivienda los expresados sacerdotes ^^^ pero
una
stos
no se preocuparon de
escuelas,
primero
porque transcurrieron dos aos antes de que viniesen Montevideo sus primeros pobladores, los cuales se elevaban 36 personas, entre las que haba 15 nios en edad de recibir instruccin, sea de 4 15 aos, siendo mujeres 10 y varones solamente 5; segundo, porque la misin de los dos Padres jesutas prenombrados
luego su linde, calle Real en medio, se (1) Quadra n. 7. sigue la quadra del n. 7, siguiendo siempre la ribera del puerto, y en ella est edificada una capilla pequea, y la habitacin de dos sujetos de la Compaa de Jess que sirven de capellanes los indios tapes de esta poblacin. (Libro de padrn, trminos, jurisdiccin y repartimiento de las quadr'as y solares. Montevideo, 24 de Diciembre de 1726.)
105
no
era la
enseanza de
las
primeras
letras,
sino
tra-
en
la religin
que
haban abrazado,
y,
permanencia
transitoria.
3.
en
Cabildo deca
Lo
tercero
dado en
que pedimos y suplicamos dicho Excmo. seor Gobernador y Capitn General, se interponga con la sagrada religin del seor San Francisco, que para consuelo de esta dicha ciudad funde en ella una hospedera en que asistan dos religiosos sacerdotes con dos hermanos legos, en el nterin que se consigue licencia del Rey Nuestro Seor para que puedan fundar un convento, cuya pretensin se funda en el clamor general de toda esta nueva Repblica y que para ello le est sealada en la traza de esta dicha ciudad y en su padrn una cuadra de cien varas castellanas en cuadro, en que se comprende una capilla que en ella est
edificada de piedra firme y cubierta de
sirvi
teja,
que
Compaa de
los
que asistieron de capellanes indios de sus doctrinas en el tiempo que trala fortaleza
bajaron en
sirva
106
de Matriz en
el
cente
que es en la plaza Mayor, y en el nterin que dichos reverendos PP. franciscanos se resuelven fundarla hospedera, podr dicha capilla servir de iglesia parroquial desde luego que llegue esta dicha ciudad
est delineada,
donde
Cura y Vicario que est nombrado y se espera venga de Buenos Aires en la primera ocasin, dejando como dejamos al arbitrio de dicho Excmo. Gobernador el que pueda tratar con dichos Reverendos PP. de la serfica Orden si esta nueva fundacin que por este Cabildo se propone, deel
\ Observancia de Recoletos 4. De conformidad con lo resuelto por aquella corporacin, con fecha 17 de Mayo Zabala solicit
ber ser de
la
._.
la
lo que accedi
Rey en 7
del
mes de
ideas
dadas
las
Montevideo no poda humanamente verse privado de un elemento tan til y provechoso como los franciscanos, cque
despertaban viva afeccin entre
las
poblaciones
humildad y caridad, siendo mdicos y enfermeros la vez, donde haba hospitales y prrocos, limosneros Maestros de escuela, donde fuera necesario llevar sus
de origen espaol, por su
;
funciones ^-\ Sin embargo, los regulares no apa(1) Libros Capitulares de Montevideo: acuerdo 30 de Enero de 1730. (2) Francisco Bauza, ob. cit., vol. ii, Apndice crtico, pg. 641.
107
la
no es de
dotes
lugar,
el
las
que
surgieron en
tenan
dichos
sacer-
que ser Observantes Recoletos, hasta que, tras maduras reflexiones, los cabildantes optaron por los primeros, en razn de que los segundos, debido su rgimen de vida, no
continuamente entierros, mosermones y ensear los primeros rudimentos de escuela y gramtica como podan hade cerlo los reverendsimos PP. Observantes modo que las rivalidades de dos rdenes religiosas, alimentadas por sus respectivos partidarios, privaron de escuelas y Maestros la poblacin de Montevideo durante largo tiempo, pues confiado el Cabildo en que dichos Observantes se
podan
asistir tan
ribundos,
'
consagraran
la
enseanza,
como
lo
permita
esperar el ejemplo de lo que haban hecho los franciscanos en otras comarcas platenses, y era de presumir de su instituto, optaron por ellos, teniendo presente tambin que se haba acrecentado tanto el vecindario de Montevideo, que en ._.(. esa fecha se elevaba ya ms de mil habitantes, y que, por consiguiente, superabundaba la masa infantil educable, tan necesitada de
instruccin primaria. Sin embargo,
no fu
as,
(l)
Vase
el
de educar
calles
108
menos
la
la niez, y sta continu vagando y plazas con profundo descontento de cabildantes y jefes de familia. En cuanto los sacerdotes que vinieron Montevideo en calidad de Prrocos de su iglesia Matriz, nada hicieron en obsequio de la enseanza de la juventud, ya porque no fuese sta su misin, ya en virtud de
por
que sus
tiempo
;
que debe ser as, pues refirindose este punto un respetable escritor sagrado de estos tiempos ^^\ dice que la religin ech aqu hondas races, levant en alto la piedad, eran continuas y solemnes las fiestas de iglesia y su sombra se fundaron cofradas y se instituyeron asociaciones humanitarias y caritativas para honra de sus iniciadores y provecho del indigente
atribulado ^-\
5.
Con
el
la
al
influencia
de
los franciscanos fu en
aumento,
extremo
-_^_ de que el Procurador General se dirigiese al Cabildo para que ste solicitara del rey
que
el
primitivo
hospicio
de aquellos regulares
(1) Vase el galano discurso pronunciado el da 21 de Octubre de 1904 por el doctor don Lorenzo Pons, Pbro., en el aniversario de la consagracin del templo que es hoy Baslica Metropolitana de Montevideo. (2) El primer prroco de Montevideo fu el doctor don Nicols Brrales, que lleg esta ciudad en Abril de 1730, aunque el ao 1726 vino de cura sota el Padre Fray Bernardo Casares, en 1727 el Padre Esteban Mndez, quien sucedieron los Padres Juan Cardoso, Marcos Toledo, Jos Gabriel Cordobs y otros.
diez doce
el
109
si
se elevaba
nmero de frailes que la sazn haba, y que parece que no excedan de tres, les sera ms fcil atender con tiempo y desahogo
todas las obligaciones
grado
ministerio
lo
aplicaron
la
II
Venida de
sorbente.
3.
1.
tres
lustros
de
Ca-
la
Compaa de Jess
iniciaron ante
las
el
gestiones
corres-
como
partes;
racin desech
pes y
la
presencia de stos
(1)
Nota
del
Ca-
bildo de Montevideo y resolucin de ste. (2) Libros capitulares de Montevideo: acta de la sesin del da
9 de Abril
de
1742.
lio
con los indgenas de aquella parcialidad que trabajaron en las obras de la fortificacin, muchos de los cuales se haban instalado en la jurisdiccin de Montevideo, entregndose tan grandes excesos, que la vida y haciendas de los moradores de la campaa uruguaya corran ms riesgo que si fuesen amenazadas por los mismos indios charras, yars y minuanes ^'^\ Sin embargo, la tenacidad y perseverancia de estos sacerdotes les abri por fin las puertas de la ciudad y en ella se fijaron tres aos despus, dando inmediatamente comienzo una larga serie de pedidos que los hizo dueos de campos de estancia, chacras, solares, casas, molinos y enorme cantidad de hacienda, sin contar con que, entregndose toda clase de especulaciones, colocaban dinero rdito y llegaron ser los abastecedores de carne del vecindario
hasta que
el
de Montevideo,
esta
Cabildo
les
quit
^-\
ltima
pre-
benda en
se vio en
Abril de 1751
la
de igual
modo que
adems de
que se
les
haban do-
nado, y abstenerse de faenar maderas que sin autorizacin extraan de los montes de la jurisdiccin de
la
capital ^^\
1)
los das 24
de
Noviembre de
29 de
Marzo de
1762.
1751.
( 2 ) Libros capitulares: acta de la sesin del da 3 de Abril de (3; Libros capitulares: acta de la sesin del da 5 de Marzo de
1747.
2.
111
dedicaban
bin
la
la Compaa de Jess se conversin y educacin de indgenas, con ms razn tenan que aplicarse tam-
Si los
Padres de
la
de Montevideo,
como
as
lo
hicieron
abriendo
hallaron
Por la constitucin de esta orden religiosa, y por su espritu avasallador y absorbente, los jesutas tenan que monopolizar la enseanza pblica, y de aqu que
aparentasen prestar bastante atencin este asunto,
procurando hacer ver, como tenan por costumbre en cumplimiento de sus estatutos, que aspiraban extender los beneficios de
primaria entre todas las clases
la
instruccin
sociales, indistindi-
y dems personas de
ellos
enseanza dominar
en absoluto
la
embrionaria sociedad de
Mon-
(1) Los nuestros han de predicar y decir en todas partes y en todas las conversaciones, que han venido para ensear los nios y socorrer al pueblo, y esto sin inters de ninguna especie y sin excepcin de personas, y que ellos no son gravosos los pueblos como las otras rdenes religiosas. (Mnita secreta instrucciones reservadas de la Sociedad de Jess, cap. i, art. 9.. (2) Es preciso que los Padres se opongan con todo su poder los religiosos que intenten fundar casas de educacin para instruir los jvenes en las poblaciones donde se hallan los nes-
112
tevideo, pues
la
Orden
Serfica
siendo as que
se insta-
laban, la escuela de primeras letras acompaaba la capilla iglesia, y tal fu su propsito cuando se establecieron en esta ciudad. 3. Siendo, en asuntos de educacin, la principal preocupacin de los PP. jesutas la enseanza
al extremo de que en todos tiempos han tratado de apoderarse de ella, es claro que la primaria la han tenido sumamente descuidada, como descuidada la tuvieron en Montevideo, juzgar por la organizacin que dieron la escuela que aqu fundaron. Su programa de estudios consista en leer mecnicamente, es decir, sin pararse considerar el sentido de la lectura ni el significado de las palabras, de manera que esta enseanza se converta en un ejercicio rido y pesado escribir, no sabemos si con buen carcter de letra ni con qu ortografa, ya que esta parte de la gramtica era la que menos atencin les mereca; reglas gramaticales relacionadas con la Analoga y la Sintaxis, no como fin nico, sino
secundaria,
tros enseando con aceptacin y aprovechamiento y ser muy conveniente nuestros proyectos indicar los prncipes y magis trados, que tales gentes van excitar disturbios y conmociones si no se les prohibe la enseanza, y que en ltimo resultado, el dao recaer sobre los educandos, porque sern instruidos por un mal mtodo, sin necesidad alguna, puesto que basta la Compaa para la enseanza de la juventud, m (Mnita citada, cap. v, art. 3.. )
;
la
113
al
conocimiento de
al
tica
con sujecin
lo
y de aritmprocedimiento de aquellos
las
estudio
del
latn
tablas
tiempos, sea de
memoria y en
cual los jesutas
coro, y
abun la
dante rezo, en
no iban
zaga de
las
dems rdenes
religiosas.
Este plan
de estudios, adoptado por la Compaa en 159Q, slo ha sufrido dos modificaciones: una mediados del siglo
del
XVIII
^^';
pasado
la
variantes,
tal
que
la
se plante en
texto
Catn para
la
lectura
Cartilla
del
P.
Astete para
reli-
gin.
Segn
parece, tambin
enseaban msica. En
cuanto estudios superiores, los jesutas no los establecieron en Montevideo, pero aconsejaban las
familias de sus discpulos
dientes,
ms aventajados y pu-
emprender carrera que existiesen Colegios Universidades dirigidos por Padres de la Compaa, con lo cual el influjo de stos sobre los estudiantes que siguieron sus consejos continuaba hacindose sentir aun fuera de Montevideo. Como rgimen disciplinario apelaban los afrentosos
los enviasen
que
otras
provincias en
castigos corporales y
los
premios,
hasta
los
ms
en
pueriles,
los nios
ardor
al
trabajo,
excitndolos
Historia universal de
la
T.
I.
La
E. Urusruava.
8.
114
(i).
El
sin
local
de
la es-
y enseres
ms indispensables
la
ense-
anza primaria, como lo demuestra el minucioso que de todos sus bienes se hizo raz de su expulsin ^^\ cuya particularidad nos permite conjeturar que los alumnos de este estableinventario
las respecla
escuela,
como
ms
tarde en
establecimientos pri-
mucho
de
por los
ellos
feligreses,
de disponer en
las
iglesias
dignatarios civiles
es
militares.
Y
la
esta
al
conjetura
tanto
hacerse
escuela dejada
Cabildo para
<
adornarla
el
de
las
mesas, bancos
gradas que
nuevo
Maestro don Manuel Daz Valds hallare precisas y necesarias para los discpulos que hay pueda
haber
4.
^^^ .
El estupor
que caus en
el
mundo
civilizado
(1) Gabriel
(2)
Compayr: Historia de la Pedagoga, pg. 128. Revista del Archivo General Administrativo, tomo iv, pgs.
Vase
el
90
y
(3)
siguientes.
nm.
6 de los
Documentos de prueba.
la
115
las
nunca fu mucha,
entre otros
inventario que
se hizo denunci,
:
bienes, los
siguientes
la
situado en
plaza,
donde en 1837 se hallaban edificadas las casas de don Jos Daz; 9 casas de alquiler en la cuadra donde tenan la iglesia; 2 cuadras de
de
50,
terreno junto
San Francisco, sin poblar, para cuando quisiesen hacer su convento; 2 cuartos
de cuadra, inmediatos
al
ficios,
la
lado
de
sitio
rastrillo
sitio
de
la
fortificacin;
casa
arruinada en un
de 50 varas
de frente
con
la
Extramuros posean
las estancias
el
de Nues-
rincn que
forman
ca
(sesenta mili
de
ganado la estancia de San Ignacio entre el arroyo de Pando y Sols Chico, con 30.000 (treinta mil) cabezas de ganado; una suerte de estancia en esta banda del primer Caneln, que se conoca por Chacras de San Jos ; 2 suertes de chacras
en
suertes
de
chacras
en
Jess
116
Paso del Molino, el Oratorio de San Antonio y 2 molinos de agua. Esclavos: 4 en la Residencia
7 en
el
molino, 10 en
Pando y
21 en
;
la
Calera,
2 en la ranchera y 2 conchavados total, 46. En cuanto la biblioteca, se compona de Q50 volmenes, casi todos de Teologa, sin contar los
libros
la
escuela,
y otros varios libritos ^^l Relacionado este inventario con los bienes que
ignorancia.
En
fin,
las
rdenes reales
quedaron
neira.
cumplidas y pocos
la
das
despus
el
Administrador de
Estancia Grande,
el
Juan Toms Zuazagoitia, Preceptor de primeras letras, que eran los nicos jesutas que aqu haP.
ba,
pesar de
que
el
y sin dejar ms huella en la moral social, evidente demostracin de su insaciable sed de mando y de fortuna. Y la prueba de que
la
la
adopcin de
enseanza jesutica para sus hijos, se encuentra en que contempl con indiferencia
Juan Manuel de
(1)
SU
117
en Montevideo de Maes-
tros tan
5.
poco
edificantes.
mtodos ruque emplearon y por los procedimientos adocenados de que se valieron, los cuales fueron
Este hecho se explica por los
tinarios
capacidades pro-
completamente
dida de
negativo
errneo sistema de
educacin. El estudio
de de libros insustanciales, todo ello dirigido por un infalible magisterismo, no poda, de ninguna manera, elevar el nivel moral intelectual de un pueblo. Cierto es que el tiempo de que dispusieron fu corto, que el Estado no ayud los PP. de la Compaa de Jess con leyes sobre la mejor organizacin de la instruccin pblica pero cierto es tambin, que contaron con un elemento sencillo, bueno y acomodaticio, al que pudieron haber preparado para la vida en general. Y no se diga que entre los jesutas no los haba doctos y de talento, pero considerando la instrucla
memoria;
oraciones incomprensibles;
lectura mecnica
Los jesutas fueron expulsados de Espaa v sus colonias ( 1 ) de acuerdo con la pragmtica del 2 de Abril de 1767, cumplida por las autoridades de Montevideo con fecha 5 de Julio del mismo ao. El decreto de Carlos IV sobre el restablecimiento de la Compaa de Jess data del 29 de Mayo de 1815.
cin primaria
118
cuanta, la
que no Padres, y de aqu, sobre todo, la falta de un xito pedaggico, educativo, cientfico, social, que, por otra parte, no
buscaron.
En resumen
la
je-
vecindario de
Moncomo Maestros;
los
segundo,
porque
tuvieron
manga
el
ancha,
ellos;
tercero,
Cabildo,
que no era un secreto para nadie que bienes, mientras que haba muchos vecinos que arrastraban una vida miseposean cuantiosos
rable
y sin esperanzas de mejorar, y, por ltimo, por su intromisin, disimulada pero real innegable, en los asuntos de la colectividad social. Su preocupacin constante fu acumular riquezas, despertando con ellas envidias que se explican por el modo de ser de la humanidad, y si en
varias ocasiones contribuyeron pecuniariamente
la
el
realizacin de alguna
Cabildo,
(1)
De
que
slo el Maestro
de
los nios
119
el
inventario de sus bienes, hecho con motivo de su inesperada expulsin. Los vecinos de Monte-
no podan
en
espritu
de
la
religin, convertan
respirar hu-
LOS FRANCISCANOS
SUMARIO
tarea
1. os Franciscanos reemplazan los jesutas en la educadora. 2. Organizacin de las nuevas escuelas, sueldos de sus Maestros, responsabilidades que quedaban 3. Solicitud de sujetos y carcter de dichos establecimientos. ms terreno para establecer la casa del Noviciado. 4. Generosidad del Cabildo en beneficio del engrandecimiento de la educacin del pueblo.
:
1.
las
autoridades
dentes en Montevideo, y de que la escuela que sostenan quedase clausurada, los PP. francisca-
nos elevaron una instancia al Cabildo, ofreciendo tomar bajo su direccin la enseanza de la niez, cuyo efecto pondran en su convento dos sujetos aptos en el arte de leer, escribir, contar y latinidad, con lo cual no sufrira ningn perjuicio el vecindario, que podra continuar educando
SUS hijos
120
como
y dispuso que los pocos utensilios escolares de los PP. de la Compaa de Jess pasaran poder de la Orden Serfica ^-\ como as se efectu de acuerdo con la Comisin nombrada para intervenir en todo aqueEl Cabildo acept
oferta
jesutas.
que tuviese relacin con los bienes de los De modo, pues, que merced la espontaneidad del ofrecimiento, Montevideo no se vio privado de escuelas, por ms que el monarca espaol ya haba previsto el caso, pues en las Instrucciones de lo que debern ejecutar los Comisionados para el extraamiento y ocupacin de los bienes de los jesutas en estos reinos de Espaa islas adyacentes, en conformidad de lo
llo
<^-
>
se deca
Artculo
xxviii.
En
los
de educacin, se proveer en
eclesisticos seculares
trina,
mismo
instante
con
que no sean de su doccon ms conocimiento se providencia su rgimen, y se procurar que por dichos sustitutos se continen las escuelas de
entretanto que
el nm. 5 de los Documentos de prueba. Afortunadamente, seores, exista an, si bien convertida en saln para escuela pblica, despus de la expulsin de la Compaa de Jess por Carlos III, la capilla de la Residencia, que fund, aos despus de estar establecidos aqu los franciscanos, el clebre jesuta P. Cosme Agull, y aquella capilla, tambin situada en la plaza Mayor al Sur Este, sirvi de templo parroquial mientras no se terminaron las obras de esta Matriz nueva. (Doctor don Lorenzo A, Pons, presbtero; ob. cit., pg. 16.)
(1)
Vase
(2)
<c
121
rm
indito firmado por don Manuel Rodrde Septiembre, de 1753 y reproducido en Barcelona el 29 de Junio de 1771, que indica la situacin de la Casa de la Reisdencia, en que los PP. jesutas mantuvieron la primera escuela que hubo en Montevideo. ( Copia reducida y generosamente facilitada por el Profesor don Alberto Gmez Ruano.) M. Casa de la Residenciay local dla escuela. N. (izquierda) Iglesia Mayor. N. (derecha) Cabildo. H. Tahona. Escala aplicable este grabado Cada mtr. 0'035=1(X) varas.
Fragmento de un plano
el 15
guez Cardoso
los seminaristas
glares,
;
122
seellos,
no se har novedad en
obstante
la
en sus res-
pectivas enseanzas.
favor de
buena voluntad de todos en de los muchachos como dicen los documentos de la poca, la escuela de primeras letras y el aula de Latinidad no pudieron empezar funcionar regularmente hasta cinco aos ms tarde por carencia de Pre2.
la
No
enseanza
para
tuo,
conseguirlos,
practicaron
las
autoridades,
hasta que se
presentaron
tinidad,
letras,
Vicario,
nombrados
al
efecto por
dor del Ro de la Plata don Juan Jos de Vertiz, tomaron posesin de sus puestos con el beneplcito del Ayuntamiento, debiendo advertirse que el seor Daz Valds haba de antemano dado pruebas de idoneidad con la escuela pblica por l fundada en esta ciudad, con la venia de su
y Regimiento. Dispsose tambin que los referidos Maestros quedaran subordinados la autoridad del Gobernailustre Cabildo,
muy
Justicia
dor de
rio ^^\
la
plaza, el Cabildo,
las
el
(1) Vase
nm.
de los
Documentos de prucb.
123
la
la
de no hacer distinciones
del
odiosas
mente
muy
educacin de
atendiendo
con ms actividad y celo que los ricos. Con esto y con asignar 400 pesos de sueldo al ao al Maestro de Latinidad y 350 al de primeras letras, cantidades que se sacaran de
los humildes los rditos
los jesutas,
que produjesen los bienes quitados quedaron reorganizadas las escuelas de la referencia, que podemos considerar como oficiales por la intervencin que en ellas tena el Estado por medio de sus delegados militares,
civiles
eclesisticos,
y pblicas
en
virtud
del
carcter gratuito y popular que les diera el monarca. As se explica que en estos establecimien-
tos recibiesen
la
luz de la primera
enseaba
lo
mismo
los hijos
el
tevideo que
vastagos de los
pblicos
como
ms
cultos
que constituyeron
ncleo
de pa-
triotas de 1811; y el nio criollo tomaba asiento al lado del nio peninsular, sin que por entonces los separase el odio pasajero que ms tarde coloc en sus manos las armas fratricidas. Las escuelas se instalaron en el local que antes haban ocupado los PP. jesutas, en el que
se introdujeron
124
reformas,
pondiente
mobiliario,
y destinndose
cuarto
que serva de portera para vivienda del Maestro de primeras letras y una de las habitaciones de
debajo
del
corredor
recin
construido
para
el
Maestro de Gramtica. El importe de estas erogaciones fu cubierto con caudales del ramo de
temporalidades, y las escuelas precitadas quedaron
inauguradas
el
11
No
cial,
par en esto
pues tratando de asegurar la estabilidad de los mencionados establecimientos, tres das despus de su apertura resolvi destinar 150 pesos
de edificios^ porque habida consideracin lo endeble de los materiales que haban entrado en su construccin^ duraran poco si no se les cuidaba y reparaba frecuentemente. Adems, de esa partida se extraera lo necesario para premiar los Maestros segn el celo que desplegasen principalmente por la atencin, cuidado y enseanza de los hijos de los pobres, hurfanos personas miserables, que siempre han de poner su principal connato en el bien entendido' que cualquier omiy mira, sin injustificada queja fundada, sobre todo si proceda de los ms humildes, sera penada con la destitucin del funcionario escolar que en ella
<
>
( 1 )
Vase
el
nm,
6 de los
Documentos de prueba.
3.
125
Pero
en
como
el
pedir,
algunos
corresla que ya posean, y la autorizacin pondiente para unirlas cerrando la calle que las divida, fundndose en que el terreno sera escaso
si
llegaba establecerse la Casa de Noviciado y no podran funcionar desahogadamente las aulas de Gramtica, Filosofa y Teologa, con dao irreparable de todo este pueblo y de la buena
^^
conocimientos superiores
los reverendos Padres.
los
De
lo contrario, los
Universidades del Rey, y como esto era imposible, lo menos para la inmensa mayora, dada
la
notoria
pobreza de
la
que no se pueden
traer
la
memoria
el
(1) Vase
(2) Vase
el
nm. nm.
9 de los
9 de los
126
4.
la
de
lo
el
Cabildo, no fu
el
matales
lo
que impuls en
fomentar la educacin brindando sus hijos las mayores facilidades para que aumentasen sus conocimientos con otros superiores y cientficos, como observaba el Alguacil Mayor en su respectivo inseo, bien
patentizado, de
del pueblo,
forme
nal se
el
espritu nacio-
espritu religioso.
Tan exacto
que temiendo los franciscanos perder el valor de su poder absoluto, ejercido sin todo control sobre un pueblo sencillo, sumiso y obediente ^^\ solan poner en tela de juicio, desde
es
esto,
la
ctedra sagrada,
tanto
los actos
de
las
autoridades
civiles,
en
Aires.
Por eso
:
moria
<
contener los
franciscanos,
la
indis-
expresiones
poco meditadas
con que han declamado en los pulpitos su odio alas providencias del Gobierno... de esto resultaba que las determinaciones del Gobierno
(1) Una de las fases ms interesantes y curiosas de la sociabilidad colonial es la vida monstica, la psicologa del fraile de la conquista, que lucha dentro de los muros claustrales por una
el
valor del poder absoluto, ejercido sumisas y obedientes. (Juan ciudad indiana^ cap. iv, pg. 75.)
se hacan
el
127
y en
cierto
as ser
asunto comn de las conversaciones modo una popular inquietud, viniendo su predicacin, no de paz, como lo enen su Evangelio, sino de guerra.
sea Cristo
No
canos,
que
el
Cabildo
sazn ni Espaa ni sus coloque hoy llamamos Cuerpo docente siendo raro el individuo que se consagrase particularmente la enseanza de las primeras letras, en razn de ser un modas vivend que no daba para vivir, sobre todo si se considera lo reducido de los emolumentos que se comprome-
pues
la
nias posean lo
,
tan
satisfacer
cualquier
circunstancia
cierta carrera,
gaba abandonarla. Tal sucedi con el Maestro de la escuela que funcionaba en Santa Fe, el cual Maestro, llamado Pedro de Vega, determin -^__ retirarse de la tierra, lo que se opuso el
Cabildo de dicha ciudad residenciando al pedagogo, so pena de 200 castellanos de multa (^V> lo que se allan, acatando la resolucin superior y continuando en la ciudad prenonbrada con la noble pero pesada tarea de ensear al que no sabe.
Con
lo
bildo de
(1)
el
Ca-
Fe, al
Ramn
Lasaga
Tradiciones y recuerdos
histricos;
128
par que
cial
otros varios de
Amrica,
ponan espevital
los
que
as
no
reconocen.
En cuanto
el
los franciscanos
de
lo
la
ciudad de
establecieron
insis-
pero los
tencia en
religiosos,
merced su
sus
cacin intelectual de
la
juventud montevideana.
IV
INICIATIVAS PRIVADAS
"SUMARIO
1. La escuela del Maestro Cabral. 2. Requisitos necesarios para el ejercicio del magisterio de primera enseanza. 3. La primera escuela para nias. 4. Otras iniciativas.
:
5.
1.
reemplazasen
reccin de las escuelas de Gramtica y Latinidad, el Maestro de primeras letras don Manuel Daz
Valds ya
la
se haba dedicado
la
enseanza en
con
la
129
bildo,
probado su idoneidad por medio del examen rendido ante el Cura y el Vicario, quienes en vista del resultado favorable de ese acto no vacilaron en expedirle el correspondiente certificado de comDe lo cual se infiere que la primera petencia ^1 escuela laica no fu, como dicen todos los historiadores locales, la de don Mateo Cabral, sino la del prenombrado Valds, quien indudablemente de la que el la clausurara para hacerse cargo
.
rey,
por intermedio de
las
la
en 350
pesos anuales, y
cin,
seguridad
de
casa -habitala
aunque
sta
no fuese ms que
la
re-
ducida portera de
los PP. jesutas.
antigua Residencia de
Entretanto
la
suma
lentitud,
causa
de industrias y de lo restringido del comercio, al extremo de que el censo levantado en 1778 arroj Q20 casas ocupadas por 4270 ha-
de
la falta
bitantes,
edad de escuela, es
(Jl )
Vase
el
nm.
La
E. Uru2:uava. 9.
130
como puede
verse por
131
plaza,
que
Esta
lo
era la
sazn
la
don Joaqun
del
Pino.
escuela
sera
particular
que se reservaba el derecho de investigar, por el consabido procedimiento del examen de sus alumnos, si la educacin que stos se daba corresponda los deseos de las autoridades '^\ todo lo que se allan el seor Cabral, quien no titube en ajustar su conducta al plan general de enseanza puesto en vigencia en 1771 de orden del rey don Carlos III. 2. De conformidad con dicho plan, ninguna persona poda dedicarse al ejercicio del magisterio como no probase, con justificacin autntica de la autoridad eclesistica, haber sido examinada y aprobada en la doctrina cristiana, justificando tambin moralidad de costumbres y limpieza de sangre. El examen se verificaba ante dos comisarios del Ayuntamiento y un escribano pblico,
y consista en hacerle escribir en su presencia pracmuestras de diferentes clases de letras y Toda esta ticar ejercicios de las cinco cuentas. documentacin era remitida la Hermandad de
>
all
San Casiano, que tena su asiento en Madrid, y quedaba archivada, expidindosele entonces el diploma de Maestro, si del expediente formado resultaba que era acreedor ingresar en el cuerpo docente; en el bien entendido que nadie poda
Vase nm,
de los Docnnicnos de prueba.
(1)
el
ejercer
el
132
ni
profesorado
pblico
la
privado
como
no
del
se hubiese sometido
mencionada prueba
examen, no estuviese provisto de algn de competencia, generalmente expedido por el cura del lugar, pueblo, villa ciudad, la correspondiente autorizacin para abrir escuela, otorgada por el corregidor por el Cabildo; disposicin que demuestra que si en aquellos tiempos la libertad estaba ms restringida que ahora, en cambio sus estadistas se andaban con pies de plomo en lo de confiar cualquiera la educacin de la infancia. Estas disposiciones
certificado
Era prohibida
rones en
ni
la
la
establecimientos
de su
direccin,
ensear nias los Maestros. En estos casos promiscuidad de los sexos era una falta im-
perdonable.
Con
urdido indiscreto no
cido y tranquilo
profanase
el
recinto pl-
de
la
en sta, como textos lcitos, la Historia Sagrada de Pintn, el Catecismo de Fleury y algn Comno rependio histrico, y as los educandos cibirn el fastidio ideas que causaban en la tierna edad otros gneros de obras ^^l 3. No concluy el siglo xviii sin que Monte<:
Documentos de prueba.
una escuela
134
as, debida
la
iniciativa
particular,
ya
que
la
las
edu-
la mujer, educacin que se consideraba segn el criterio imperante en aquellos tiempos, bastando que conociese los quehaceres
domsticos,
sujetase
las
labores
propias
de su sexo, se
la ms severa moral y diera cumplimiento los preceptos de la Santa Madre Iglesia. No lo entendieron del mismo modo don Eu-
quienes se
dirigieron
al
Cabildo mani-
resuelto
contornos
pudiesen aprender
los
deberes del
perfeccionn-
dose en la crianza que reciban de sus padres. La edad de las educandas no excedera de 13 aos y la escuela sera gratuita, ensendose en ella leer, escribir y coser, adems de instruirse en los deberes del cristianismo, poniendo al
frente del proyectado establecimiento,
en calidad
de Maestras, las Hermanas profesas de la orden de Santo Domingo Bartolina de San Luis y Mara Francisca del Corazn de Jess, quienes sealaban 25 pesos mensuales de retribucin cada una, segn el contrato celebrado entre los fundadores y las Hermanas, el cual durara tres aos, durante cuyo tiempo no podran aqullos despedirlas ni stas abandonar la escuela. Mani-
festaban tambin, que,
la
135
aspiraban garantir
proyectada, cedan
como
escuela
estabilidad
de
la
para instalarla varios terrenos y fincas de su propiedad, vale decir que creaban rentas para el fun-
-^l
Muerta
Sor Francisca, continu dirigiendo esta escuela por espacio de 20 aos, hasta que Sor Mara, habiendo perdido completamente la vista la dej por el ao 1835, retirndose Buenos Aires. En la poca de la dominacin espaola era tan adicta al pas de su nacimiento, que cuando llevaba misa las discpulas, en determinados das, era regla que cada una llevase banda con los colores de la bandera espaola ^.
4.
las
escuelas
existentes sigui
la
plantea-
cin de otras,
muy
varones y todas muy humildes, consideradas como factores de la cultura general del pueblo, entre
las
que se cont
el
la
del
Maestro Barchiln, un
fsico, rgido
en
genio, ante
el
racteres
ms
aferrado
entra,
al precepto de que la letra con sangre que menudeaba los plantones, palmetazos y toda clase de castigos corporales. De este pe-
dagogo fu discpulo el ms tarde general don Manuel Oribe; y cuentan las crnicas que, habiendo cometido ste una travesura propia de
(1) Vase el nm. 10 de los Docnuientos de prtieba. (2) Isidoro De-Mara: Tradiciones y recuerdos : vol.
la
i,
pg. 52.
edad,
136
trat
el
pero
que Barchiln
de corregir,
joven Oribe
tal
vez con
arroj
exceso de severidad,
tintero
le
encima y huy de la escuela y del hogar paterno, al que no quiso volver sino con la condicin de que no lo mandaran ms al establecimiento del educador cataln lo que accedi la familia del prfugo \ Adems de las escuelas mencionadas, exista la de Argerich, instalada all por el ao 4, en una casucha construida en el hoy camino 8 de Octubre, ms all de la Blanqueada, en el paraje denominado Ombes de doa Mercedes, una legua de la ciudad (-); de modo que, por su situacin, puede considerarse esta escuelita como la primera de carcter rural que funcion en el departamento de Montevideo, pues no consta que
un
Pero
slo
la
municipal que
popular,
su
no ms
absoluta gratuidad y en razn de haber sido destinada en general los nios de familias pobres,
fu la que fund el Cabildo el ao 1809, entregando su direccin al P. fray Juan Arrieta, quien un cronista local llama el dla palmeta >, sin duda por ser este adminculo el mejor argumento para
la
enseanza de
la
Antonio N. Pereira Cosas de antao, pgs. 125 129, (2) Isidoro De-Mara: Montevideo Antiguo; vol. ii, pg.
(1)
:
198.
tiempos, por
la
la
137
que
aplicaba, pesar de
hibido
la
por
el
palmeta
por
de los
azotes,
si
bien
el
nEL
dis-
exceder
de
seis.
pobres los
ti-
como
plumas, pero
tisfacer los
fin
Ayudantes cuatro
la
reales
por mes
res-
pectivas
los nios
aunque
el recinto sagrado de la escuela; disque subsisti durante muchos aos, hasta que una ley bien intencionada, pero incompleta, cre una escuela para nias de color ^^\ mientras que la educacin de los varones de esta raza quedaba limitada, por otra ley ^-\ la obligacin que se impona sus tutores, de instruirlos en la religin y buena moral.
de color en
posicin
que ella concurriesen asistieran diariamente misa acompaados de sus Maestros; que fuese visitada cada
tuita
ordenando que
los nios
( 1 )
(2)
Ley Ley
mes por
el
13S
el
Regidor decano y
Sndico
Proculas
examen de
materias del programa, y que, con objeto de estimular los educandos, se distribuyeran premios
al
las
clases
la
^1).
<
sociales,
que
tal
vez contemplaran en
su
atraso intelec-
ellos
tual
5.
infalible
panacea de
la
enseanza
la
muy defectuosa
la
dice
historiador.
del
Se enseaba
escritura
letras sueltas
;
lectura por
un ilustrado el mtodo
si-
empezaba en palotes y
la
la
doctrina y
los
la
gram-
tica
reteniendo de memoria
tos,
rudimentos de
aritmtica,
como
la
ciones y reglas, y prcticamente las aplicaciones. Como los ejercicios prcticos de esta ltima asignatura tenan por antecedentes las definiciones y reglas, no se entraba en aqullos mientras no se
leer.
las
asignaturas en ortres
den sucesivo,
cuatro y
el
curso,
aunque limitado
muy
excesivamente
duradero, y adems
por
la
aridez
de los
(1)
Vase
el
nm.
11
139
ya porque el nio tena que ocupar las horas de clase con una sola materia, cuando ms variacin
reclamaba
como
su edad. La disciplina era tan cruel metodologa rutinaria que se aplicaba: se restringa de todos modos la espontaneidad de
la
stas,
cansa-
opresin, se
rebelaban
aunque
la
segundos y hurla
venan restablecer
disciplina
paltor-
menos
pes
No
es posible negar
que
el
precedente
juicio,
pesar
de su
severidad,
es
bastante verdico,
pero tngase presente tambin que Espaa reaccion pocos aos despus, no slo reorgani-
zando
la
nidad de disposiciones
miento progresivo en
sentimiento
de humanidad, tuvie-
mente tratados por algunos Maestros, aboliendo los castigos corporales en las escuelas; promovieron la difusin de la enseanza en todos los
pueblos de
la
obli-
4.''
140
gatoria en
el
ejrcito,
y en
la
creencia de que
la
volvera sobre sus pasos echndose de nuevo en brazos de Espaa, atrada por aquellas auras de libertad que los hombres de Estado de la vieja patria hacan entrever los pueblos del Nuevo Continente por medio del planteamiento de numerosos centros de enseanzas especiales, de los cuales tocle en suerte Montevideo una Escuela de Comercio que no se fund, como es natural, pues en la sucesin de los aos el remedio llegaba fuera de tiempo, pero que siempre demostrara la existencia de una poderosa corriente de simpata y ecuanimidad para con las sociedades americanas de origen hisp-
revolucin americana
nico ^^\
Pero,
como no
las
apologa de
que por lo extemporneas no tuvieron aplicacin en el Nuevo Mundo, sino describir imparcialmente primaria durante el el carcter de la instruccin rgimen colonial, seguiremos transcribiendo las
opiniones
vertidas
acerca
del
particular
por
al-
gunos de los publicistas ms ilustrados y de mayor talla que desde las comarcas rioplatenses han
dilucidado este interesante tema.
Cuan
la
co-
lonia, el
las
escasas escue-
que
comparado con
12 de los
(1)
Vase
el
nm.
Documentos de prueba.
actuales!
141
que
ella
que ms pareca un encargado de aplicar severos castigos que de transmitir enseanzas paciente y bondadosamente. Aun mucho despus de esa poca, las escuelas han sido para los nios, especialmente aquellas que el Estado costeaba, un sitio de penitencia y de tortura que los alejaba instintivamente, en vez de atraeros. El respeto que de suyo deban inspifaz adusta del Maestro,
rar los
Maestros por
el
la
superordad de carcter,
convertase
latente en
nifestaba hipcrta
disimuladamente
la
bajo
las
al
formas de
la
desaplicacin, de
inasistencia
engao y
de
la
astudis-
Las malas
inclinaciones
las
carecan
de cola fra
la-
rrectivo,
y se esterlizaban
buenas en
bor metdica y paciente, que deciden desde la niez del destino del hombre, no eran en manera alguna cultivados, ni siquiera fomentados en la escuela antigua. La educacin de la voluntad por el trabajo y el ejemplo, del sentimiento por
el
amor de
lo
bello en sus
las
mltiples manifesta-
ciones, y de
intelectuales por su armnico y gradual, era completamente descuidada. La voluntad, ncleo del carcter, careca de disciplina sistemada; la sen-
facultades
desenvolvimiento
14:
niez y que
esta vida; y
la
inspiraban
el
inteligencia, era
la
memoria ^^\ Los regulares de San Francisco dice el seor Acevedo Daz refirindose los de Montevideo reemplazaron ms tarde los jesutas en la direccin de la enseanza. Pero este nuevo persomecnicos de
impuesto por Bucareli, slo lo era en educacin no se concilio con la ley del progreso, y permaneci en el mismo estado de atraso, pues que los monjes haban vanal docente
la
forma:
la
ms
sentido de
principios
evitndose en lo posible
todo
;
detrimento grave
en
si
sus
el
estatutos
primordiales
de manera que
m.olde expresamente
hacer
ms estrecha
ingerencia
del clero
en
Doctor Gregorio Uriarte Estudios histricos sobre instruc( 1 ) cin pblica; artculo inserto en la i?^i7srt de educacin, vol. iii> ao 1904, mes de Junio, nm. 6. La Plata.
:
143
vaga
>
libre
exa-
men
V
CULTURA GENERAL
SUMARIO:
1. Infructuosidad de la dominacin inglesa para el progreso de la escuela uruguaya, 2. Prensa local. 3. Escasez de libros, 4. Grado de instruccin del pueblo. 5. Influencia negativa de la escuela en campaa.
1.
Las invasiones
"^^^n
inglesas y
la
efmera domi-
iOft
britnica
en
la
Banda Oriental no
el
influyeron absolutamente en
sentido de
del pueblo,
mejorar
el
estado
de
la
instruccin
cual
los invasores ni
el
aun
objeto de su ve-
nida,
ni
tuvieron
gico
durante
los
el
su permanencia en
Montevideo,
donde
condujo
falso
rada por
jndolo
de sus mayores, improvisando costumbres y trastornando todo su modo de ser con la promesa
(1) Eduardo Acevedo Daz colonial ; estudio publicado en
:
144
de un bienestar tan problemtico como vejatorio. Por otra parte, los invasores de los aos 6 y 7
eran gentes
dinarias de
ms
carcter militar
que
la
transformala
cin
de una sociedad
por medio de
educa-
con que una reforma de la escuela era asunto complicado y difcil de realizar. La misin que se haban arrogado no era sta, sino convertir las poblaciones conquistadas por sorpresa en feria de los productos ingleses, de los truales vinieron repletos los buques de las expediciones de Sterling, Backhouse, Auchmuty y Whitelock, al extremo de transportar para su venta hasta patines y atades ^^\ Cierto es que
cin, sin contar
fueron
los
introductores
de
la
imprenta en
el
Uruguay y los fundadores del que aqu vio la luz pblica '-\ pero no es menos verdad que La Estrella del Sud, que as se
primer peridico
titulaba
su
hoja
las
peridica,
estuvo
destinada
al
servicio
la
de
la
arbitrariedades
de Auchmuty,
'^^\
demostrar
sobre
la
de
las
leyes
inglesas
ni tan
administracin espaola; y
como
de Montevise-
deo, stos
(
(
1)
2
)
en
el
(3;
Benjamn Fernndez y Medina La Imprenta y la prensa Uruguay; i, pg. 8. Vctor Arreguine Historia del Uruguay; cap. xxvi, pg. 132.
:
la extica
al
145
dominacin
de
retirarse,
la
se llevaron consigo
imprenta
el
de
cual se sirvieron en
vano para
logro
de sus frustrados propsitos. 2. Tres aos ms tarde la princesa Carlota regal una buena imprenta al Cabildo de Montevideo, con el doble propsito de congraciarse con las autoridades de esta ciudad y propagar las ideas que sustentaba de llegar ser reina de las comarcas platenses. La imprenta se instal
en
el
Cabildo,
principiando entonces
la
publica-
cin
de La
Gaceta,
cumentos
oficiales
emanados de
de
la
metrpoli y
revolucin de
Mayo, hasta que ces con la conclusin de la dominacin espaola en el Uruguay (21 de Junio de 1814).
publicar
en reemplazo de
titul
Dueo Alvear de Montevideo, hizo La Gaceta un periEl Sol de las Provincias Unidicha hoja se destin princila
dico que se
das
pero
como
palmente defender
tampoco su
la
propaganda en
del
3.
el
mejoramiento de
del
la
cultura
pueblo
de
oriental.
la
Completan
Montevideo,
pintura
escaso progreso
falta
intelectual
aquella poca,
de
libreras
en
algunos
13.
Medina, ob.
cit.,
pgs. 12 y
La
E. Uruguaya.
10.
comerciantes
efectos
146
de con en mezcla
libros
minoristas
que vendan
misa, de Teologa y de
escuela, juntamente
de
escritorio,
papel y tinta
con
almidn, pes>
frito, Un viajerO' botones y pelotas \ que la sazn visit esta ciudad, se extraaba de no haber podido adquirir en ninguno de los tendejones que haba en ella, ni un ejemplar del Don Quijote; pero no recarguemos este cuadro y recordemos que, pesar de todos sus defectos
cado
y errores, entre el clero secular y regular de la ciudad hubo sacerdotes muy ilustrados, como
Larraaga, Prez Castellanos, fray Benito Lamas,,
el
como no
rritorio
padre Alameda, Monterroso y otros varios, as faltaban jvenes inteligentes y estudiosos que, habiendo hecho su carrera fuera del te-
uruguayo, volvieron
conocimientos,
poca, y
que,
con
el
un gran
los
caudal de
lacin
la
como
amor
y otros posean excelentes aunque diminutas bibliotecas privadas. En La Gaceta de los aos
1811 y 1812 dice el doctor Gutirrez se encuentran repetidas donaciones de obras importantes,
formar nuestra
hechas por vecinos de Buenos Aires, para biblioteca pblica: por estas doinferir la
la
naciones se puede
selectos introducidos en
1
vol.
cit.,
ii,
14-
aun antes de su emancipacin. Todos sabemos que los libros del doctor Prez Castellanos sirvie>
la Biblioteca Nacional de Montevideo. Tngase presente tambin que en las postrimeras de la dominacin espaola, Montevideo era un centro social que en grado de
Buenos Aires, y que en la ciudad deZabala se encontraba en plcido consorcultura competa con
cio intelectual toda clase
clrigos,
de elemento
culto, frailes
marinos y militares, sabios y viajeros, y por ms que debemos confesar que, como deca
Prez Castellanos, faltaban libros que estuviesenai
alcance de todas
las
inteligencias,
libros
ele-
nadas inteligencias superiores y cultivadas, coma se ilustra la razn de un pueblo que apenas saba
leer,
del verdadero
y la falta de instituciones adecuadas, forzosamente viva alejado del elemento que represensocial
taba
la
cultura intelectual de
la
sociabilidad uru-^
guaya.
4.
los primeros
pobladosolda-
res
sencillas,
Tan exacto
la
es esto,
un Cabildo
escribano
naciente
ciudad, dictaba
siguiente
reside
pragmtica:
por
ni
cuanto
real,
en
ella
no
pblico
doy
148
vinciales
y de
la
Santa Hermandad,
que en
los
en
presencia
lo
ellos,
como
si
fuera
el
por cuanto
magistrados
ni
leer
escribir,
trmino de seis
aos
puedan
electos
los
que no supieran
leer ni escribir,
pacidad,
falta
firmando por
El plazo
de
que
miembros del Cabildo, fu, sin embargo, sumamente corto, ya que en Junio de 1755, el gobernador don Jos Joaqun de Viana, en una nota oficial, les enrosera ridculo echar traba su ignorancia, aunque en cara al Cabildo que muchos de sus miembros no supiesen leer ni escribir, siendo analfabeta la mayora de los espaoles y cuando hasta los documentos de la Real Cancillera de entonces pasan hoy para la generalidad por un logogrifo ( lo cual puede agregarse que hasta haba entonces frailes que no saban escribir, de igual modo que en pleno siglo xx existen en el
los vecinos analfabetos pudiesen ser
;
>
1 ) Acuerdo de fecha 20 de Diciembre de 1729, subscrito por don Bruno Mauricio de Zavala y atestiguado por Francisco Antonio de Lemos y Pedro Milln,
(
cit-,
vol.
ii,
pg.
117.
- U9 Nuevo Mundo
tiene,
de generales que
civilizados que disponen tampoco poseen ese arte. No pues, nada de extrao que, dado el humilde
pases
Montevi-
ms
mal
trazar
capitulares
su nombre y apellido; inundadas estn las actas de firmas as puestas Luis desosa
:
Thoms
gs. pa-
etc.
embargo,
estos
cabildantes
analfabetos,
constantes y aferrados en sus ideas, incubaron en los que les rodeaban un espritu de saludable resisla opresin, y una tendencia fiscalizadora que regulariz y fortific la Administracin pblica. Sin desmayar un da lucharon veintisis aos para obtener un gobernador nombrado por el rey y algunas franquicias comerciales que les
tencia
permitieron
tria.
desarrollar sus elementos de indusLos anales de sus actos polticos, administrativos y militares, escritos en los libros de sus cabildos y en su correspondencia oficial con el
rey, el
gobernador de Buenos Aires y ms tarde con el de Montevideo, demuestran en ciertos casos un sentido prctico que se asemeja mucho la razn poltica iluminada por la moral y la ciencia. El respeto de que supieron rodearse en el hogar domstico, les dio una autoridad sin lmites sobre sus hijos, quienes modelaron en
las
150
formas de su carcter propio, preparando sin saberlo aquellas almas fuertes que concibieron y
la in-
ejecutaron la gran revolucin que nos dio dependencia y la libertad. Sin que muchos de ellos supieran leer,
<
ni la
minora
nivel
tuviera
una
la
ilustracin
que pasara
la
del
comn de
mediocridad,
gestin de los
negocios pblicos
les abri horizontes que iluminaron sus espritus, perfeccionndolos por el ejercicio de la noble misin de hacer el bien colec-
El orgullo de un mando restringido por el despotismo de los dueos de la fuerza, les oblig hermanar su inters propio con el inters pblico, y de ah naci el patriotismo que les fu ennobleciendo da por da, hasta hacerles aptos
tivo.
para
afrontar
los sacrificios
el
objeto de
teresado y puro, concluy por hacerles creer que su pueblo era el ms hermoso y el ms noble
de
la
tierra,
as
ranchos,
como un romano de
los
tiempos
capital
de
del
fundadores de Montevien
sus
cuestiones
<La fagon parisienne de ciertos petimetres de ridicula la coleta empolvada y los zapatos con hebillas de plata de
la
facundia
ergo-
con
ellos
151
guo
les habra confundido al primer distinargumentabor que les lanzase al rostro la pretensin fastidiosa de algn retrico de punto y coma, encontrar demasiada prosopopeya en el modo cmo expresaban sus sentimientos la vanidad de algn poeta indito, no querr conce-
et
que
lleva
el
en
los
momentos supremos
sensato,
el
la poesa;
el
pero
hombre
preocu-
jurisconsulto,
el
literato
sin
convendrn en que si la forma exterior de su individualidad y de sus actos no se ajustaba prescripciones amapaciones y
poeta
verdadero,
neradas,
el
mvil que
los
guiaba
era
noble,
nocin de los negocios, tuvieron el sentimiento del patriotismo y procuraron labrar la felicidad comn, nico fin del derecho. Y si bajramos
nosotros al fondo de nuestra conciencia, para examinar su luz nuestros procederes del pasado
y nuestras pretensiones ocultas del porvenir; si concediramos la vanidad de nuestra generacin el descender un instante del pinculo donde ella se ha colocado, y ponindose al nivel de aquellos viejos, le permitiramos que nos dejase compararnos con ellos si nuestra crnica de lo presente se recapitulara y ossemos ponerla al lado de la historia de lo que fu, con cunta razn podra repetir cada uno al que le prece;
diese:
<
no hemos sido
los
:
152
de
nuestros
pa-
no
^
!
^
'
lo
>
somos tampoco
pasaron
dres
A medida que
los
aos y que
la
poblacin urbana creci, y que vino complicndose la Administracin pblica y requiriendo mayor nmero de funcionarios de todas clases, se
agregaron
militar
numerosas personas de
instruidas,
clase
civil
relativamente
algunas
es
doctas^
todo
en
Montevideo, un
si
permi-
con
la
significacin de
este vocablo
ele-
recibido
enseanza
y superior. Como es de presumirse, los de stos fueron los que principalmente recibieron lecciones de sus padres, y frecuentaron las pocas escuelas que quedan mencionadas, pera
mental
hijos
no
los
nicos;
la
instruccin
y gramtica se extendi para 1810 la juventud aristocrtica y buena parte de la burguesa. Pero no pas de ah el saber de los criollos, porque nada ms enseaban las escuelas, porque faltaban colegios y universidades, y porque no
haba posibilidad,
ni
ste fuera
el
y de ser
>
feliz
muerte
'^^
mismos
(1) Francisco Bauza: Un gobierno de otros tiempos. (2) Francisco A. Berra, ob. cit., pgs. 256 y 257.
zaheridos por
el
153
gobernador Viana, y con tanta por ciertos socilogos modernos ^^\ son los que abren las puertas de la ciudad los frailes franciscanos, no por su condicin de sacerdotes, sino de Maestros de escuela, fomentando ms tarde el establecimiento de la Casa de Noviciado fin de que la juventud de Montevideo pueda emprender estudios superiores; son los mismos que, en medio de su ignorancia, poseyendo la intuicin de los males que sobrevendrn la colonia con la venida de los jesutas, resuelven no permitir que se establezcan en su seno, aunque ms tarde los colma de beneficios son los que defienden los fueros de ja corporacin y los derechos de sus convecinos cuando la prepotencia militar se atreve escarinjusticia tratados
;
Buenos
Aires,
en
los
su
egosmo,
proyectan
arrebatrselos;
los
son
coman-
Dado
sentaba
el
carcter militar
que
la
sazn
pre-
punto de apoyo y resistencia del sistema colonial en esta zona de Amrica ^-v> no es de extraar que sus aula
plaza de Montevideo,
(1) Los hispanfobos pueden solazarse con la lectura del libro Juan Agustn Garca, hijo, titulado La ciudad indiana, modelo de diatriba sociolgica contra Espaa, si bien desde otropunto de vista es un trabajo de subido mrito.
del seor
(
Ismael.
154
toridades se preocupasen
los
ms de defenderse de
raya
los
indios,
de
tener
portugueses
y de arbitrar recursos para proseguir las obras de la fortificacin, que no de fundar escuelas instruir su prole. El ejercicio de las armas y
<
la
funcin
de guerra,
:
casi
permanente,
haban
collarn militar y la dureza La ciudad, como toda plaza fuerte en que ha de reservarse ms espacio un
rigidez del
<
can con curea que una casa de familia, y mayor terreno un cuartel un parque de armas que un colegio instituto cientfico, no posea principios del siglo ningn palacio
edificio notable.
Dominaban
las
la
el
recinto las
consf-
trucciones militares,
brica de piedra,
murallas de
colosal
las
sombra cindadela,
caser-
de bomba,
las
macizas
artillera
pesado montaje cuya nima frotaba de continuo el escobilln, asomaban sus bocas negras lo largo de los muros y ochavas de los torreones por doquiera que se mirase este erizo de metal fundido: desde las quebradas, matorrales y espesos boscajes que circuan la lnea de defensa y las proximidades de los fosos La educacin colonial, semejante al botn de hierro de los asiticos, haba dado forma nica en su gnero
.
las
ideas
sentimientos
del
pueblo,
y para
155
las fuer-
segunda naturaleza, era necesaria una serie de reacciones morales que desvistiesen al imperfecto organismo de su ropaje tradicional, operando la descomposicin del conjunto, as como sucede en las misteriosas combinaciones de la qumica. Adnese este hecho
sociolgico,
el
del
vuelo
menguado
del
espritu
y del pensamiento innovador dentro de una ciudad fortificada, sin prensa, sin tribunas, sin escuelas, donde se enseaba adorar al rey y se
impona el honor, con
asfixiante
sacrificio
el
como
regla
invariable
del
apoyo de
millares
de
soldados y
un
crculo
sombra de una bandera que flameaba ms altiva y soberbia, cada vez que rompa su astil la metralla,
etc.
(1)
5.
Si
la
influencia
de
la
escuela
en
Montevi-
deo fu limitadsima, en la campaa no ejerci ninguna durante el rgimen colonial, en primer Jugar porque no la haba sino en Soriano 'Paysand ^^ Rocha ^^\ Maldonado '^ y tal vez
,
, ,
(1)
(
Eduardo Acevedo Daz, ob. cit. Vanse las pgs. 92, 93 y 94.
Padre Sand, citada en la pg. 88. monografa escolar del departamento >de Rocha, con que nos ha favorecido el seor don Manuel Lgaro, ^igno Inspector de I. Primaria de esa zona de la Repblica, el Maestro don Juan Antonio Lpez, al cual nos hemos referido en la pg. 96, fu reemplazado en 1808 por don Jos Calaguig, espa(3)
del
La
156
Canelones ^^\ y en segundo porque esta institucin estaba cerrada para las gentes de la campaa en virtud de su alejamiento de los centros poblados, cuyo nmero, por otra parte, era sumamente reducido. En cuanto las clases inferiores de la capital, su notoria ignorancia no les
permita apreciar las ventajas de
la
educacin.
Sobre
dice
el
tado de
siglo XIX
instruccin
primaria
al
despuntar
encerrado en un cuadriltero de
for-
tificaciones, erguase
la
infancia los
del
monopolio.
E. el
embates de
Con
haban
sacrificado
nacer;
en
el
O.
quien sigui en 1813 don Pedro Carrasco, que desempe dichas funciones hasta 1815, Los sucesos polticos de que fu teatro la Banda Oriental de 1815 1830, privaron de escuela los habitantes de la entonces villa de Rocha, hasta que el mismo da que
ol,
juraba la Constitucin en Montevideo, tena lugar en aquella, poblacin la inauguracin de su primera escuela pblica nacional, cuya direccin se confi al Maestro don Federico O'Donell, argentino, siendo sus primeros discpulos don Toribio Mndez y don Manuel Francisco Lpez, que aun vive. (5) En un expediente judicial consultado por el ilustrado Inspector del departamento de ISIaldonado, don Antonio Camacho,. que nos honra con su generosa colaboracin, consta que don Nicols Lpez era Maestro de escuela de la ciudad prenombrada, con fecha 19 de Mayo de 1799, sin que podamos abundar en ms pormenores por carencia de datos. relati1 ) Nos ha sido imposible hasta ahora, obtener noticias vas la instruccin primaria del departamento de Canelones durante el perodo de la dominacin espaola.
se
(
157
testimonio de
haber existido
Colonia; hacia
las
el
N.
desde
el
Daymn
el
hasta
el
Misiones,
que
extranjero,
un
fuerte
denominado
sand,
reas, las
Mercedes y Soriano eran aldeas ribedos primeras abiertas al progreso, la ltima estacionaria y pobre. En el interior, Guadalupe, Santa Luca, San Jos y Minas se esforzaban por imponerse los distritos de que eran cabeza de partido; y en el resto del pas no se conocan otros centros de atraccin que fortines
militares
precaviendo
rurales
el
la
accin
del
enemigo,
santuarios
manteniendo
haba
unidos los
ele-
mentos que
diendo
<:
acaso
agrupado,
presi-
el
tena un gobernador un cabildo, clero, templos y establecimientos pblicos, las pequeas poblaciones de campaa tuvieron iguales resortes en su mecanismo interno, aun cuando la categora de los individuos y el lujo de los establecimientos no guardase proporcin con la capital. Generalmente el gobernador de cada uno de los pueblos de campaa era un oficial muy subalterno, cuando no un sargento; la iglesia un rancho de paja y ba-
As
como Montevideo
militar,
vivienda del cura y local del culto; el ayuntamiento cabildo una pequea junta de tres
rro,
no tenan
habitacin
oficial
1)
cit.,
comandancia general un rancho mucho mayor que todos, con local aparente para encerrar caballadas. Exceptubanse de esta pobreza en las postrimeras de la dominacin espaola, las ciudades de Maldonado y Colonia, cuyos godeterminada, y
la
bernadores eran
edificios
oficiales
de graduacin
al
mando
de sus guarniciones respectivas, y cuyos slidos y poblacin ms culta les daba una apariencia agradable
^
^.
principios
del
siglo
dice
otro
escritor
como
patriota
cuando,
Montevideo apenas albergaba 15,000 habitantes, y 40,000 todo el pas, que importaba, ya en 17Q2, tres millones de pesos contra una exportacin de casi cinco millones en dinero y objetos, no tena otra instruccin que la circunscrita programas rudimentarios, debiendo buscarse lejos del
pas los estudios superiores.
Fuera
de Montevi-
deo, todo lo
Cierto es
el
mo
ch comps de las otras naciones, sino que aun se adelant influy en ellas '^y- pero tam(1) Francisco Bauza, ob. (2) Alberto Palomeque
:
ct.,
vol.
ii,
El ambieute educacional y
doctor
Rafael Altamira
titulada
159
Mu.XTEVlDEu,
Convento Je
educ
tirse
la
IGO
entre
la
en
tesis general,
pues
cultura
de
no
la
influencia de
ideas
modernas.
CAPITULO VII
De cmo
el
el general Artigas trat de fomentar progreso intelectual del pueblo durante los primeros aos de su dominacin.
LA ESCUELA DE LA PATRIA
I
SUMARIO:
1. Fin de la dominacin espaola. 2. La ocupacin argentina 3. El gobiei"no de Otorgues. 4. Artigas, la Iglesia y la Escuela. 5 La escuela de la Purificacin. 6. La don Manuel escuela pblica. 7. Destitucin del Maestro Quin era 8. Pagla } nombramiento de reemplazante. fray Jos Benito Lamas. 9. Pagla indultado. 10. Participacin de los escolares en las primeras fiestas mayas.
1.
la
autoridad espa-
muros de Montevideo,
por
hacer triunfar
escuela
la
los argentinos,
lograron
causa
en
al
ese
espacio de tiempo
la
uruguaya
el pas.
las peculiares
la
En obsequio
T.
I.
brevedad, omitimos
la
descrip-
La
E. Uruguaya.
11.
1G2
aquellos
centros
educadores, encerrados en una plaza sitiada, cuyos habitantes estaban sometidos todo gnero de privaciones, padeciendo hambre y sed, siendo
diezmados por las enfermedades, y soportando, aunque con dignidad y firmeza, la miseria y dems calamidades pblicas que engendraba una
situacin tan desdichada.
2.
No
plaza y
conclusin de
en
la
Banda
ciudad hu-
que felizmente fu de corta duracin, pues finaliz el 15 de Enero del siguiente ao con la batalla de Gua^ yabos, que dio la victoria las huestes arfratricida
una lucha
tiguistas,
que con tanta injusticia intensu poder. Su permanencia en Montevideo fu una verdadera calamidad, segn aseguran todos los historiadores locales ^'^; de manera que la educacin del pueblo nada poda esperar de quienes slo cometieron iniquidades,,
alojar
el
territorio
taron
retener
atropellando
la
propiedad
pblica y
privada
el
de-
(1) Francisco Bauza, Isidoro De-Mara, Santiag-o Bollo, Vctor Arreguine, Julin O. Miranda, Jacinto Susviela, Enrique M. Antua, Pablo Blanco Acevedo, Benjamn Fernndez y Medina y otros, menos el doctor don Francisco A. Berra argentino de nacionalidad.
3.
163
las
Tampoco mejoraron
la
de los argenconcluido
el
de todo
la
gobierno de
carlas en la
madre
patria, las
primeras
mani-
debemos busArtigas,
Administracin
del general
las
medidas
que por
Sinti
ms simpatas por
si
la
Iglesia
la
Escuela, pues
establecimiento de educacin en su
del Hervidero,
la
campamento
niez
no es menos verJos Benito Lamas dad que, en cuanto recursos, stos se afectaron
al
fray
la
reparacin
de
temas
plos y
aumento de capillas, demostrando una marcada predileccin hacia el bienestar clero ^^; lo que se explica sin dificultad si
(1)
del
re-
se le franqueen al cura prroco de la capilla de don Domingo Castillo, 500 pesos de pronto, para entrar en la composicin de aquella iglesia. El resto, hasta 1000, se le darn sucesivamente luego que los fondos del Estado puedan adelantarse con nuevos ingresos. (Nota de don }os Artigas al Cabildo de Montevideo, de fecha 24 de Mayo de 1SI6. )
Que
las Piedras,
los curatos para que la mitad de la renta de los diezmos del presente ao sean aplicados beneficio de las iglesias, etc. (Nota de don Jos Artigas al Cabildo de Montevideo, fecha 22 Julio 1816.
V.
S.
cordamos que
el
164
consejero y secretario del cauJos Monterroso, y que los sacerdotes, regulares y seculares, fueron los ms acrrimos propagandistas de la revolucin emandillo lo fu fray
cipadora en
el
Uruguay.
'
J^-'k:^-::^:
Meseta de Artigas, sobre la margen izquierda del Uruguay, frente al paraje llamado el Hervidero. En ella fund el caudillo el pueblo de la Purificacin, dotndolo de una escuela de primeras letras. ( Dibujo del extinto profesor don Miguel Jaume y Bosch.
5.
al
estala
blecer
general Artigas su
campamento en
el
lleva su
nombre, frente
Hervidero,
paraje del ro
Uruguay llamado
la la
no
se olvid de dotar
Purificacin de su co-
direccin de
Benito Lamas
(^^.
Igualmente
la
165
enseanza de estos jvenes y fundar una esprimeras letras en esta nueva poblacin, La educacin de la juventud, deca '^\
cuela de
>
aun
all
mismo, entre
del
caudillo,
el
las
gravsimas
su
atenciones
militares
constitua
carcter
)
preocupa-
cin y demostraba
mir
riador
la
^-
naciente poblacin,
.
de colonia agrcola
all,
campamento situado
por ser
la
me-
un punto estratgico desde el cual el Propoda, con prontitud y relativa facilidad, atender los pueblos que respondan su programa poltico Entre Ros, Corrientes, Misiones, Montevideo. Es sensible que no se tengan ms datos respecto de esta escuela, cuya organizatector
:
y mobiliade estudio. Ignoramos tambin quin sustituy al P. Lamas despus que ste
rio
seran dignos
cuela de la Patria, ruego de fray Benito Lamas, ms tarde Vicario Apostlico. El Cabildo remiti para ella algunos textos y tiles de enseanza. ( Seterabrino E. Pereda: Paysand y sus progresos, pg. 21. ) (1) Nota de don Jos Artigas al Cabildo Gobernador, fechada en la Purificacin el 10 de Septiembre de 1815. (2) Justo Maeso El General Artigas y sn poca; vol. 3.", p:
gina
308.
la
166
Montevideo,
si
abandon
joara trasladarse
fu totalmente suprimida.
que
este establecimiento
buen deseo de Artigas en pro de la instruccin de la infancia, apartada por cualquier circunstancia de los centros urbanos que la sazn existan. 6. Durante el segundo asedio de esta plaza (Montevideo) haba desaparecido la escuela pblica
de primeras
letras,
creada
por
el
Cabildo
bien con
si
atraso de aquedel
tiempos.
Funcionaba cargo
estrella
Maestro
don Manuel
agrado del
cacin de
ligin
la
quiso su mala
re-
de
la
que
era
el
voto
el
de los
sistema
americanos del
nible,
una
Purificacin, y que, naturalmente, deba reputarse ms grave peligrosa partiendo del Maestro
la
de
la
escuela pblica.
En consecuencia,
el
Cabildo
acord su separacin inmediata de la escuela. De esta medida reclam Pagla por medio
<
de una representacin
(1) Vase
el
^^^
dirigida
al
general
Ar-.
nm.
14
ig:
ligas.
al
su
al
proce-
Maestro
particuel
separacin de
la
escuela pblica,
sino de prohibrsele
sistema
7.
Cumpliendo
el
los
el
desgraciado
Pagla
castigo
al
de
amonestarlo
por su
la
manifiesta desafeccin
sistema, separarlo de
regencia de
la
letras,
de su profesin, aun en
No
embargo, que
la
niez
in-
digente de Montevideo se
quedase
sin
escuela,
y de aqu que el Cabildo pusiese de manifiesto la necesidad de que aquel centro de instruccin continuase funcionando, aunque fuese con otros
Profesores. Manifestselo as
don Jos
Artigas,
carcter
que
el
que
la
el
los padres
Lamas y Ortaz
para excitar
las
el
primero para
blecimiento, y
esta-
segundo
entu-
siasmo
patrio,
haciendo resaltar
ventajas del
Rep-
1(1) Isidoro De-Mara: Compendio de la Historia de Uruguay; vol. 3., cap. xx, pg-. 13b. (2) Vase el nra. 14 de los Doctuucntos de prueba.
la
168
sistema poltico planteado por el Protector de los pueblos libres; lo que accedi ste en nota de
En su consecuencia,
los
Montevideo, procedente de la Purificacin, el padre fray Jos Benito Lamas, quien el Cabildo
confiri en propiedad
la
^
direccin de
la
nica es-
cuela
de
la
la
Capital
As respondan, puede
propendiendo en lo posible la educacin primaria de la generacin del porvenir ^-l pie, dentro de los Establecise bajo mejor que se llam la escuela Montevideo, muros de de la Patria, uniendo la enseanza de las primeras
libertad
letras,
la
educacin
cvica,
el
al
tuvo
amor la un apstol
^^
,
ferviente instruido en
padre Lamas
>
quien
desempe
el
el
preceptorado
miento hasta
8.
ao
la
17,
en que
guesas ocuparon
ciudad.
Montevideo, fu
enviado Buenos Aires en edad temprana, sealndose desde muy joven entre sus dems condiscpulos, por su vocacin
tica
la
carrera eclesis-
y su inteligencia y amor al estudio, al extremo de que los 16 aos tom el hbito franciscano
el nm. 14 de los Documentos de prueba. ( 1 ) Vase (2) Isidoro De-Mara, ob. cit., vol. 3., cap, xx, pg. (3; Isidoro De Mara, ob. cit., vol. 3., cap. xx, pg.
138.
138.
en
sus
el
1C9
convento de Buenos Aires, donde sigui estudios hasta que pas Montevideo, en
cuya ciudad inaugur (11 de Julio de 1810) un. curso de Filosofa en el convento de San Ber-
nardino,
hasta
la
expulsin de
aquellos
frailes
Mayo de
primer
1811). Despus
que
hubo
sent
finalizado
el
sitio
de
la
plaza se au-
para
la
ciudad
vecina, de
donde volvi
lector
nombrado
el
de vspe-
convento de su orden,
14 de Septiem-
bre de 1814.
<
170el
(
El
12
de
Noviembre de 1815
le
gobierno
confi
dicho)
la
direccin de
la
escuela
cualidades
que
lo
sus compatricios y que acredit en toda su vida la par de otras virtudes que la dignificaron.
aprobacin
como
institutor,
amor y la inteligencia de que siempre dio pruebas, una buena parte de la juveneduc con
el
sol-
el
santo amor
el
la
patria y
credo
la
por
emancipacin
poltica
esmeraba
la
niez,
la
maba en
virtud,
su corazn
la
semilla de la moral y
Mayo
en
el
institutor
patriota
que fu el primer Maestro que ense los nios de su poca rendirlo pblico las gloriosas tradiciones de
ilustrado fray Jos Benito Lamas,
la
(1) Isidoro De-Mara: Rasgos: biogrficos de hombres notables de la Repblica Oriental del Untgitay ; vol. 12., pgs. 68 y 69.
Q.
<
171
Volvamos, entretanto, al Maestro Pagla, refiriendo por incidencia un episodio que pone de relieve el corazn de Artigas como padre.
<
escuela privada
contra
sistema.
Resignado ella, despus de corto tiempo, se encarg en su hogar de la enseanza de unos seis nios, contando entre ellos un hijo del general Artigas, quienes educaba
pacientemente,
sin
duda en
el
amor
la
patria.
Aprovechando
con
el
asentimiento de su
al
una
carta suplicatoria
general,
pidindole se
la
le
levantase su
querido Maestro
La peticin
las
hijo
toc
diri-
corazn
del
padre,
giendo
Cabildo
la
siguiente misiva:
Mi
hijo
Maestro Pagla,
ner escuela
porque se halla en suma indigencia, y yo no puedo ser indiferente la splica de mi hijo, que quiero tanto, mucho ms creyendo que el Maestro habr puesto enmienda sus imprudencias y ser consecuente con sus
abierta,
S.
levantarle la prohi-
poder contestar
172
que sus deseos quedan llenados de corazn por m y por la bondad de V. S. ^^^
Jos Artigas.
No
el
es realmente
una mueca
del
destino que
de
la
escuela
de
por su pro-
pia familia
se haba mani-
planteado por
10.
padre de su educando?
Durante
gobierno de
la
madre
patria los
alumnos de
existan en
las pocas Montevideo nunca dejaban de tomar parte en las fiestas pblicas que se celebraban en
esta
ciudad,
fuesen de carcter
eran las
civil
religioso,
:
aunque
las ltimas
ms
frecuentes
la Iglesia
en
las
procesiones y dems actos que solemnizaba con gran boato y aplauso general del sencillo vecindario de aquellos tiempos, la presencia
familias
ms
distinguidas,
consti-
constitua otro
concurrencia de los maceros con su calzn corto, chupa blanca, capa carmes, media encarnada, bien planchada gola y zapato con hebilla (-^. Como fcilmente se comprender, esta participacin de
>
1) Isidoro De-Maria, ob. cit., vol. 3., cap. xx, pgs. 138 y 139. (2) Isidoro De-Mara: Montevideo Antiguo; vol. 1.", pg. 113.
173
educandos en festejos cuya significacin esms all de sus alcances, tena poco de educativa, pues los acostumbraba obrar cual seres inconscientes, subordinndolos un poder desconocido representado por el Maestro, que, por lo
los
taba
general,
los
era
habituaba
ciega
fe,
la
ms
tece y
rcter.
tanto contribuye
formacin del
ca-
dominacin espaola hizo amitales fiestas, aunque no desaparecieron completamente, como veremos ms
la
La cada de
el
norar
esplendor de
alumnos de
las
escuelas pbli-
cas continuaron
tejos
tomando
si
populares,
la
aspecto, y
qu y para qu
concurra
ficaron en
ellos.
morable.
Para
el
efecto se construy
plaza de
la
Matriz, levantando
cuyo pedestal se lean inscripciones patriticas, composicin de Bartolom Hidalgo, poeta uruguayo de aquel tiempo. Una salva de artillera salud
el
la
las
escue-
las
pblicas y particulares, congregados con sus Maestros al pie de la pirmide, saludaban la luz
entonando
el
himno
patritico
174
poeta
oriental
Mayo, composicin
del
don
Francisco Araucho:
Los
siglos
veneran
Del astro
la gloria
Que vio la victoria De la humanidad. Y siempre que asome Su faz refulgente, Diga reverente
La
posteridad
CORO
Al
sol
que brillante
fausto amanece,
ofrece.
Aromas y cantos
Amrica
el
gorro
fri-
gio
llevando
su frente desplegada
la
bandera de
la Patria. All
candos de
de
la
la
escuela pblica
todos alegres
dulce
nombre de
Patria
oan
y pronunciaban los suyos, aprendiendo rendir culto las glorias de Mayo. Algunas damas patriotas exaltadas, como doa Bartola Bianqui, doa N. de Sastre, conocida por
de todos
los labios
la
para
concurrir
la
fu
la
en que entr
el
175
hasta
el
ao
2Q,
de todas las escuelas saluTodava el ao 40 iba nuestro benemrito Bonifaz, con los de su colegio, sonriente, con paso mesurado, con su frac azul, borriendo los nios
dar,
el
tones amarillos, y su bastn, saludar el sol del 25 con himnos y alocuciones patriticas, la
plaza histrica de
la
Matriz ^^\
La imprenta
4.
Carcter reformista del gobierno de Artigas. 2. del Cabildo. 3. Fundacin del Peridico OrienCensura previa: noble actititd de Larraaga.
1. La historia de la cultura general del pueblo uruguayo durante la poca de Artigas, registra una serie de hechos de diverso carcter, pero idnticos en su tendencia, que demuestran indiscutiblemente el deseo que animaba al Precursor, de sustraer sus compatricios de la vida semisedentaria y contemplativa que haban arrastrado, para lanzarlos por senderos distintos al goce de la libertad mediante mayor suma de instruccin, y la adquisicin de un bienestar ms completo
cit., vol.
I.'',
pgs. 133
136.
del
la agricultura,
176
fomentando
disfrutaran,
abriendo nuevos horizontes la ensanchando el comercio. La fundacin de la escuela que se llam de la Patria-; a creacin de la Biblioteca pblica de Montevideo; los esfuerzos hechos fin de dar vida una publicacin peridica; la instalacin de una colonia agrcola con elementos indgenas; el reparto de tierras y ganados; la habilitacin de puertos,
industria y
la
fican lo
la
Buenos Aires y las rivalidades con sus tenientes, ahogaron en germen la obra iniciada
el
por
2.
la
embrionacional
naria nacionalidad.
dominacin argentina, desapareci con ella la imprenta que la princesa Carlota haba regalado al Cabildo de Montevideo, siendo del todo infructuosos los esfuerzos reclamaciones del general Artigas para recuperarla: Alvear siempre se neg devolverla \ alegando que el Direcor Supremo consideraba que el uso de la imprenta deba ceirse un
'
no ignoran
<;
(1) La imprenta de la ciudad fu incluida por Alvear en su vandlico saqueo de las propiedades pblicas y privadas, y llevada Buenos Aires fines del ao 14. Apenas quedaron de ella pocos tipos, de los peores, y alguna prensa con que se pudo ms tarde hacer los impresos de que daremos noticia su tiempo (Benjamn Fernndez y Medina, ob. cit pg. 14. )
,
solo punto
del
177
la
mayor
abundancia de
en
la
edicin
ministerial.
Es decir que, pesar de los pujos de libertad que caracterizaban los hombres de la revolucin de Mayo, el pueblo de Montevideo, al verse
libre
de
la
tirana
de sus dominadores,
se
en-
contr
un elemento de
en
los ltimos
aos
del
rgimen colonial.
el
Ms afortunado que
g,
Artigas,
Cabildo
inici
la
una vez
fu ofrecida
en arrendamiento, pero
pobremente,
dores
3.
(
como no
se
presentaron
Cabildo,
Regi-
cuenta del
^ '.
;>
En
miento de
tigas haba
expresado
tan
Cabildo, de que
la
pu-
siese en
ejercicio
pronto
como
fuese
resti-
la
di-
Mateo Jos
su prospreci-
Vidal. Titulse
Peridico Oriental^ y
pecto apareci
15 de Octubre
del
ao
tado, anunciando que tratara de industrias, agricultura, comercio, ocurrencias del da, noticias del
Isidoro
De-Mara
la
Rep-
La
E. Urug-uava.
IL'.
178
las ideas.
lucidacin permita
da
el
cambio de
<
Hoy
deca
el
prospecto
el
ms vulgar entiende
el
modo como
sociedad, alcanza sus prerrogativas y posee un fondo de conocimientos de que se hallaba destituido.
>
lo cual
no
y rudimentaria la instruccin del pueblo uruguayo, cuando en el breve transsera tan escueta
curso de diez y seis meses (desde la cada del poder espaol hasta el gobierno de Artigas), se hallaba apto para ventilar cuestiones tan trascendentales.
Tan pronto como el general Artigas, que tena su campamento en la Purificacin, recibi el prospecto del Peridico Oriental,
acogi
con suma
agrado
el
libertad
mediante
el
de
tal
la
prensa.
Peridico Orien-
no
de un
lo
pe-
riodista
que se colocase su
frente,
que ha-
(1) Xota del general don Jos Artigas al Cabildo de ]\ontevicampamento general de la Purificacin el 23 de Octubre de 1815.
deo, fechada en su
ca
179
encargue de
les,
procurando instruirlos en sus deberes -^^. En vista de este fracaso, el Cabildo resolvi
impresin
de
Cartillas
^
Catones
para
el
los
es-
alumnos de
pritu
las escuelas,
fin de cultivar
de nuestra juventud,
el
proclamas para
ejrcito,
mover
la
interesante ilustracin de
Provincia.
>
4. Justo consideramos consignar que en la comunicacin dirigida por Artigas al Cabildo, acusndole recibo del prospecto de la proyectada
publicacin peridica,
le recomendaba velar para que no se abuse de la imprenta. La libertad de ella, al paso que proporciona los buenos ciudadanos la utilidad de expresar sus ideas y ser benficos sus semejantes, imprime en los malvados el prurito de escribir con brillos aparentes y contradicciones perniciosas la sociedad. Por
lo
mismo agregaba
empresas
el
peridico
est
muy
La solidez de
consistencia
nuestras
han dado
la
difcil
de sus
lo tanto, invite V. S.
por medio
12
de
Noviembre de
1S15.
180
en los paisanos
V.
el
amor
su
el
mayor
deseo por ver realizado el S. est encargado de este deber, y de adoptar todas las medidas conducentes realizarlo, como
triunfo de la libertad.
evitar lo que
pueda contribuir
imposibilitarlo.
Cabildo
la
empleo de Revisador de
la
previa cen-
ste la re-
nunci inmediatamente, fundndose en que sus muchas tareas no le dejaban ningn tiempo libre.
deca
los
pueblos
el
de
pie
las
de no tener Revisadores, sino que cada ciudadano tiene libertad de imprimir sus sentimientos, bajo
la
nuevo
responsabilidad correspondiente
este
al
abuso que
S. la
hiciese de
derecho.
Tenga, pues, V.
bondad, en vista de lo expuesto, de omitir este empleo por no ser conforme con la prctica y derechos de estos pueblos, bien encargarlo otro
por mi imposibilidad ^^^ El complaciente Cabildo acogi solcito la razonable excusacin del P. Larraaga, desistiendo por entonces de sujetar la vergonzosa frula de la
Nota del doctor don Dmaso Antonio Larraaga 1 de Montevideo, de fecha 11 de Octubre de 1815.
( )
al
Cabildo
181
no
exista.
LA BIBLIOTECA PUBLICA
SUMARIO:
1. Su iniciador. 2. Trabajos del doctor Larraaga para fundar la Biblioteca Pblica. 3. Importancia de sta. 4. Su inauguracin y subsiguiente clausura.
1.
Entre
la
el
hubo en
este
Banda Oriental durante el primer terexisti uno que la historia de territorio ha hecho clebre, no slo por sus
por sus ideas progresistas. Decide
la
virtudes, sino
dido partidario
agricultura,
el
doctor
don
Manuel Prez Castellanos, que as se llamaba el presbtero quien nos referimos, hizo numerosos ensayos en una quinta que posea orillas
y los 70 aos de edad escribi unas Observaciones sobre prctica agrdel arroyo del Miguelete,
cola, tan llenas
de ciencia y buen
sentido,
que
en
la
y de
al
pueden contambin
la
sultarse y aplicarse
con
xito.
Aspiraba
desarrollo intelectual
del
pueblo
mediante
lectura de
tamentaria
leg
ellos
1S2
sus
libros fin
todos
que con
se fundase
en
de Montevideo
una Biblioteca Pblica, de que careca la ciudad, disponiendo la vez que el producto del arrendamiento de varias fincas urbanas de su propie-
% ^^^
el
miento y sufragar el sueldo del bibliotecario, designando para este puesto don Jos Raimundo Guerra, en su defecto al doctor don D-
^^\
Sin embargo,
Vase
el N.'' 13
la
( 1 )
de los
183
tellanos
no se cumpli por entonces, debido, tal que tena que seguirse antes que el Estado entrase en posesin del legado de aquel benemrito sacerdote. Adems, no se le ocult al P. Larraaga que, en virtud de tenerse que cumplir otras mandas antes de la que nos ocupa, se retardara ms an la creacin de la Biblioteca, y de aqu que gestionase ante el Cabildo de Montevideo el establecimiento de una institucin anloga; y el Cuerpo Municipal, haciendo suyo un proyecto tan digno
de aplauso, elevlo
ral
la
Artigas,
quien
lo
tes,
....
Nunca
es
tan loable
sequio de su
como cuando
es firmado por
caracterizan ....
Yo
jams de-
de poner
el
sello
de mi aprobacin cual-
do
V.
el ttulo
tajas
S.
de pblica felicidad. Conozco las vende una Biblioteca Pblica, y espero que
cooperar con su esfuerzo influjo per-
feccionarla,
coadyuvando
los
heroicos
esfuerzos
de un
ms
de tan noble
em-
peo. Al efecto, y teniendo noticia de una librera que el finado cura Ortiz dej para la Biblioteca de
Buenos
Aires, V. S.
har las
indagado-
nes competentes, y
si
184
halla en
la
an se
esa
ciu-
^\
A. Larraaga
Director de
infatigable su
organizacin, llegando
contar,
presos y manuscritos, todos selectos, hasta poderse afirmar que sus estantes estaban provistos
de
las
publicaciones
diversas
ramas del saber humano ^^\ De lo expuesto se infiere que la Biblioteca Pblica de Montevideo no se estableci con los libros que para ese objeto dejara
Castellanos,
el
doctor
Prez
aumentar los coleccionados por el seor Larraaga de orden de Artigas; pero todo ello no aminora la gloria
del primero, quien
el
eminente
(1) Oficio dirigido por el general don Jos Artigas, desde la Purificacin, con fecha 12 de Agosto de 1815, al Muy Ilustre Cabildo Gobernador de Aontevideo.
(2) Nota del doctor don Dmaso A. Larraaga al Cabildo Gobernadoi de fecha 11 de Octubre de 1815. (3) Oracin inaugural que en la apertura de la Biblirteca Pblica de ]Montevideo, celebrada en sus fiestas maj-as de 1816, dijo D, A. L., director de este establecimiento. Montevideo, 1816.
,
tancia,
185
no
deja de tener
la
un
brillante
proceso histrico de
4.
Cpole
al
sabio
Larraaga
el
honor
de inaugurarla, pronunciando en ese acto su ms hermosa oracin literaria, en la que, como era
-
del caso y lo imponan las circunstancias, tuvo palabras de alto elogio para el caudillo
que dominaba, quien compar con el abnegado Washington. Con motivo de esta solemne inauguracin,
cito
el santo y sea del da 30 en el ejrde Artigas, dice el joven historiador uruguadon Vctor Arreguine,- fu ste: Sean los
yo
de Montevideo, vido de saber, fueron, sin embargo, de corta duracin, pues la inmediata invasin de los portugueses y
la capital (20 de Enero de 1817) deCabildo clausurarla y encajonar los libros que la formaban, depositndolos en las
la
cada de
al
cidieron
casas que
el
por los
invasores,
como
en
general
se
afirma
errneamente '-\
(1) Alberto Palomeque El ambiente educacional. (2) Vise el N. 13 de los Doctitneitt..s de prueba.
:
CAPITULO
Primera evolucin de
I
Ylir
escuela uruguaya
la
LA SOCIEDAD
-"SUMARIO:
1.
L ANCASTERI AN
Invasin portuguesa. 2. Campaas de Artigas. Oriental bajo la dominacin portuguesa. 4. Dictadura solapada del barn de la Laguna. 5. El padre Larraaga. 6. Quin fu el iniciador de la fundacin de la Sociedad Lancasteriana. de sta. 8. 7. Instalacin Reglamentacin y organizacin de la Escuela. 9. Sus Maestros. 10. Rentas aplicadas al sostenimiento de la Asociacin y sus escuelas. 11 Exmenes y premios. 12. Alumnos distinguidos. 13. Cisma entre portugueses y brasileros. 14. Destierro de los Maestros de la Escuela Lancasteriana. 15. Decadencia de sta. 16. Anulacin de la obra educadora de Larraaga. 17. Significacin social de los sostenedores de esta reforma pedaggica. 18. Efectos de la introduccin del nuevo sistema de enseanza en la organizacin de las demAs escuelas.
3.
La Banda
1.
Con
el
el
ftil
pretexto de separar de
la
fron-
germen del desorden y ocupar temporalmente un pas anarquizado, pero en realidad respondiendo tradicionales ambiciones de conquista, mediados de 1816 un ejrcito portugus, de ms de 12,000 soldados bien equipatera
dos,
disciplinados
y aguerridos,
al
mando
del
general
188
la
Laguna, salv
frontera
resguardada
por jefes
artiguistas que, disponiendo slo de gentes mal armadas y escasas en nmero, aunque no desprovistas de valor y patriotismo, cedieron al primer empuje de los lusitanos, quienes penetraron
casi hasta sierras
el
y collados, vadeando ros y arroyos y cuidndose de que alguna sorpresa no diezmara las compactas filas de sus nutridas divisiones. 2. La irrupcin se realiz por diferentes puntos simultneamente; estrategia que permiti los
invasores atacar
la
vez casi
todas
las
divi-
norte del ro
^<^r^^^
Cuareim,
la
vez
que Rivera
de
In-
iRift
pantanos
enemigo por otras regiones del pas. La altivez del caudillo uruguayo no se dobleg ante estos primeros desastres, impulsado por
el
patrio, trat
le medios proporcionaban, de formar un segundo ejrcito que le permitiese continuar la defensa de su pas; y fu tal la actividad que desplegara y era tan sagrado el lema de la bandera del Protector, que militaban en sus al poco tiempo 4000 hombres
filas,
dispuestos perseverar en
nacional
la
obra de
la re-
sistencia
contra
los
intrusos.
Desgra-
ciadamente
la
189
continu
manifestn-
adversidad
dose implacable con Artigas, que experiment nuevas y tremendas derrotas en el Arapey y el Cataln, vio con tristeza la destruccin de las Misiones Orientales, y no pudo impedir la cada de Montevideo en poder de las tropas porlol7
,
tuguesas.
el
tenaz y
abnegado defensor de
la
libertad del
suelo uru-
ello, pudo reunir un tercer ejrcito que, si bien logr algunas pequeas victorias, la larga sucumbi de igual modo que los anteriores, hasta que la batalla de Tacuaremb (22 Enero 1820), ltima de la resistencia nacional, puso fin la guerra,
obligando al Protector alejarse para siempre de su patria nativa, que qued por entonces librada al arbitrio del portugus. 3. La embriaguez del triunfo hizo los conquistadores atrevidos y soberbios, hasta el punto de cometer todo gnero de excesos en la pro-
la
piedad y en las familias, siendo tan desenfrenada conducta de la soldadesca, que el propio Lecor se vio en
la
necesidad
de
adoptar algunas
medidas encaminadas reprimir los escndalos de sus licenciosos soldados. Con tal motivo la poblacin disminuy, pues los habitantes de la campaa, y aun de los pueblos, huan del conla industria ganadera, tacto de los usurpadores que slo medra con la paz, casi extinguise, y el
;
comercio languideci
consecuencia de
la
190
como
y de
extraordinariamente,
escasez de produccin
la Laguna hizo su no hubo ms gobierno que el de su voluntad, pues si bien es cierto que respet los fueros del Cabildo, no es menos verdad que puso especial cuidado en que los miemel
barn de
entrada en
capital,
sorprender
bildantes,
leg
la
educacin espaola.
cabildantes,
les
<
Diariamente se
respetar
les
re-
afectaba
su
alababa
sus defectos,
atribua
saber y sensatez, y
los
5.
dominaba y haca de
Entre
el
que se dieran cuenta, que quera ^^\ elemento culto que rode al geas, sin
ellos lo
al
ilustrado sacerdote
si
*
don
hu-
Dmaso Antonio
poltica
Larraaga, quien,
en materia
fu dbil
condescendiente,
como
pos uruguayos,
cia
al
y vastos conocimientos ninguno de sus contemporneos le aventaja ^-\ A l se debe la fun(1) Vctor Arreguine, ob. cit., cap. li, pg. 282. (2) Entre los primeros hombres de ciencia en Sud-Amrica, puede ostentar la Repblica con orgullo Larraaga. Un hombre que se carteaba con Bompland, con A. de Saint-Hlaire, con
dacin de
la
191
tra-
bajos sealan
primera evolucin de
la
escuela
uruguaya en la esfera de su progreso educativo; pues creyendo de su deber no permanecer ocioso dentro de la situacin que serva, utiliz su permanencia en ella y el propsito del barn de la Laguna, de suavizar su dominacin para hacer el bien de la juventud por intermedio del dominador extranjero, como ms tarde lo hara don Jos Pedro Vrela cuando el tirano sangriento de la patria enlut las pginas de nuestra historia, desafiando las iras de los contemporneos, para vivir en el corazn de los nios, enalteciendo su simptica personalidad ^^^>
6.
al
barn de
indis-
la
Laguna mentos de
poca
justifican
de un
modo
Freycinet, con Cuvier; solicitado para comunicar la Academia de Pars sus cuadros de clasificacin, las dos mil descripciones de su Diario de Historia Natural, sus estudios geogrficos y etnogrficos, sus observaciones meteorolgicas y astronmicas; doctoen lingstica, estimulado por Cuvier al estudio de los fsiles; citado por ste en su obra sobre las revoluciones del globo; dedicado estudiar la formacin geolgica de los terrenos del Ro de autor, entre otros opsculos de ciencia y literatura, de la Plata un Anuario rstico, merece bien el dictado de sabio, y que sumemoria y sus trabajos en la historia del pas pasen de generacin en generacin como un legado glorioso, como una enseanza elocuente, un ejemplo y un estmulo para los que se sienten con
;
aptitudes para la labor dla intensa observacin y de la ciencia. (Publicacin hecha en los Anales del Museo Nacional de Montevideo por el doctor don Carlos M. de Pena. Nmero 1, pg. xix. Montevideo, 1894 ) Palomeque El ambiente educacional. ( 1 ) Alberto
:
cutible,
192
Dmaso
A. Larraaga
que
el
doctor don
es
el
nico acreedor
efecto,
<;
ella.
En
el
filntropo Mr.
Thompson,
del tor
nuevo sistema, y
de
las
el
all
lo
plante
como
pas
direc-
amaba
progreso intelectual de
su
natal,
y que miraba lejos, no pudo ser indiferente al movimiento progresista que se acentuaba en los pases de Amrica y que haca camino en Bue-
193
nos
Aires,
y deseoso de que
l,
su
pas querido
puso al habla con Mr. Thompson, interesndolo en que se hiciera extensiva Montevideo la plantificacin del nuevo sistema de
participase de
se
enseanza. Dispuesto
ella,
inform
al
Cabildo
de su gestin, en sesin y acuerdo de 8 de Septiembre del ao 20, quedando convenido en llevar trmino tan loable propsito.
al
si-
en
ao,
la
guiente comunicacin
Excmo. Cabildo
Ya en otra ocasin expuse V. E. que Mr. Thompson, Director de las escuelas de Lancaster en Buenos Aires, pensaba introducir este sis-
tema en esta ciudad, de cuyas ventajas habl V. E. entonces. De esto result que yo oficiase
Mr. Thompson,
para instalar
este
si
poda venir
esta
ciudad
nuevo mtodo
pero ltima-
mente he recibido contestacin suya y que acompao V. E. para que se sirva deliberar sobre
su contenido con
la
prontitud posible.
<;
Dmaso
1820.
A. Larraaga.
Montevideo, Diciembre 20 de
Mr.
Thompson no poda
el
venir personalmente
plantificar
13.
competente que
local para establecer
19i
preparando entretanto
al
indicara,
la
escuela.
El Cabildo lo
comunic
la
Barn de
la
La-
guna, encareciendo
establecimiento.
utilidad
y necesidad del
En consecuencia,
le
dio
el
plena autorizacin
el
particular lo
gasen ms conveniente.
Dejaremos
la
palabra
la
En
de
Muy
Fiel,
rita
la
Patria,
firman, visto
l que abajo Excmo. seor y Capitn General, cuyo tenor es el que sigue: En vista de cuanto V. E. expone en su oficio de 23 del mes ppdo., y las comunicaciones que
un
me
adjunta sobre
el
para
el
particular
til y conveniente en beneficio cuyo fin devuelvo aquellas comunicaciones. Dios guarde V. E. muchos aos. Montevideo, 25 de Enero de 1821. Barn de la Laguna. limo, y Excmo. Cabildo de esta ciudad. Dispuso S. E. que en el momento fuese llamado esta Sala de Ayuntamiento el seor Cura Vicario don Dmaso Antonio Larraaga, y
que crean ms
la
de
Provincia,
195
compareciente impuesto de
la
presente
comu-
ban en toda la Europa, y despus de haber demostrado su sencillez y conveniencia, especialmente la que resulta la sociedad de que en ocho meses aprenda cualquier nio leer, escribir y contar, todo con perfeccin, apunt que lo
ms
esencial y primero deba ser la adquisicin de un edificio capaz de contener en s mil nios, cuyo nmero se graduaba prudencialmente que
de algunos pueblos de
la
campaa
si
preciso
fuere;
que persuadido de que en esta Plaza no se hallara una casa de capacidad semejante, juzgaba de necesidad edificarse una donde V. E. lo acordase, y que allanada esta dificultad, se encargara el mismo seor Cura de hacer venir de Buenos Aires un sujeto instruido del sistema para ser enseado en esta ciudad pero que al intento era tambin de necesidad que S. E. determinase el sueldo que podra aqul gozar durante su viaje y permanencia en ella, y persuadido el Excmo. Cabildo de la importancia de tan tilsimo establecimiento, despus de varias discusiones, acord, por voto unnime, que se llevase cabo, costa de los fondos pblicos, en virtud de las facultades que por el limo, y Excmo. seor Capitn
;
General
le
la
construccin
del edificio
donde ms
conviniere,
y todas
las
dems
daba,
diligencias
190
relativos
al
y gastos
objeto,
al
como
dio, la
ms bastante comisin
2.o
se-
voto don
Juan Correa, de cuyo celo y actividad se prometa el mejor y ms pronto desempeo, de acuerdo con el seor Cura Vicario, quien, como
lo ofreci, le dara el plano,
tiempo podr
el
de Buenos Aires
si
Maestro, quien se
le
sea-
piza-
rras,
son, residente en
la
cjuan Coma.
Caldeira.
Juan Mndez
de la Rosa
Luis
Jos Alvarez. Gonzalo Rodrguez de Brto. Luciano de las Casas, Escribano Pblico de Cabildo.
zaba. La Escuela
Lancasteriana
iba
instalarse.
Para
ello,
se
habilit
una espaciosa
el
sala
en
el
con puerta exterior independiente para la entrada de los nios. Vino de Buenos Aires expresamente don Jos Ctala y Codina, para encargarse de su
Fuerte
de Gobierno, en
costado
Este,
197
el
estable-
13 de Octubre de ese ao
21 para instalarlo.
Se abri en
el
momento una
suscripcin en
-1."
el
voto,
el
de
2.o voto,
don Juan Correa, con 25 don Juan Mndez Caldeira con 25; don Juan de Len, con 20; don Luis de la Rosa Brito, con 20; don Agustn Estrada, con 20 don Zenn Garca Ziga, con 34 don Gonzalo Rodrguez de Brito, con 25; don Jos lvarez, con 25 don Gernimo Po Bianqui, con 50; don Dmaso A. Larraaga, Cura Vicario, con 50; don Francisco Solano Antua, con 12; y don Paulino Gonzlez, con 8 '^^. La comunicacin del doctor Larraaga que queda transcripta; la nota del Barn de la Laguna autorizando al Ayuntamiento de Montevideo para
;
>
plantear
el
el
acta
que reproduce el seor De-Mara, y la convocatoria hecha al vecindario con tal propsito, son documentos que evidencian que la creacin de la Sociedad Lancasteriana y de la escuela de ese nombre se debe, pues, al presbtero don Dmaso Antonio Larraaga. 7. El Libro de Acuerdos de la Sociedad Landel Cabildo
{!) Isidoro De-Mara: Tradiciones
136 140.
y recuerdos ;
vol.
iv,
pgs.
108
casteriana,
que se conserva en la Biblioteca y Museo Pedaggicos de Montevideo, hace constar que la expresada Sociedad qued instalada en esta ciudad el da 3 de Noviembre de 1821, como consecuencia de una invitacin impresa que el
seor Vicario dispuso hiciese circular
Cabildo, y cuyo tenor es
;
el
Excmo.
el
siguiente:
la Laguna, el seor Gobernador de la Plaza, el seor Intendente don Juan Duran, los seores cabildantes don Juan Correa, don Juan Mndez, don Juan Len, don Luis de
General Barn de
don Zenn Garca, don Agustn don Jos lvarez, don Gonzalo Rodrguez, don Gernimo Po Bianqui y el seor cura Vicario de esta santa Iglesia Matriz don Dmaso
la
Rosa
Brito,
Estrada,
Larraaga, deseosos
general y
al
de propender
la
la
felicidad
progreso de
la
porcionando
juventud de esta ciudad y provincia, tanto varones como mujeres, una pronta
y perfecta educacin bajo el ventajoso y econmico sistema de enseanza mutua de Lancster, que se halla ya establecido, con aplauso y utilidad general, en toda Europa, han credo de absoluta necesidad, para poderlo realizar, no slo en la ciudad, sino tambin en todos los pueblos del
Estado, formar una Sociedad que tome su cargo
la
formacin de escuelas,
el
la
instruccin de maes-
tros y maestras,
mandar
stos
las
escuelas
que se establezcan,
de sus pagos,
etc., etc.
199
tan
Con
que
sealado objeto
la
de de
utilidad pblica,
nos tomamos
si
satisfaccin
gusta se suscriba
la
miembro de
Sociedad
por
cantidad
que
fuere de su agrado.
asistentes
ese
el
siguiente estaba
dispuesta
apertura de
la
bajo el sistema de Lancster se haba preparado en la Casa Fuerte con los auxilios proporcionados por el Gobierno; y acordado as, declararon que la Sociedad estaba legtimamente constituida,
resultando de
la
personas
Presidente,
I.^'
Barn de
la
Laguna.
2."
/.'''
Juan Correa.
Francisco Solano de Antua.
Secretario,
2."
Tesorero,
Carlos Camuso.
:
Juan Jos Duran, Juan Mn(1) stos fueron los sigruientes dez Caldeira, Luis de la Rosa Brito, Zenn Garca de Ziga, Agustn Estrada, Gernimo Po Bianqui, Dmaso A. Larraaga, Jos Ctala, Francisco Solano de Antua, Luciano de las Casas, Paulino Gonzlez Vallejo, Jos Bjar, Fernando Pardo y Snchez, Jos Antonio Barbosa Brito, Antonio Pastor y Joaqun Escudero, total 16 personas, (Libro de Acuerdos de la Socicdid Lancasteriana, que original se conserva en el Museo y Biblioteca Pedaggicos de Montevideo, dirigido por el ilustrado y competente ciudadano don Alberto Gmez Ruano, quien ha tenido la deferencia, que sinceramente agradecemos, de franquernoslo, as como muchos otros datos, sin los cuales este nuestro libro no respondera cumplidamente al ttulo que lleva.
]
200
Vocales: Juan
Mndez
Caldeira,
Gernimo Po
Sala Ca-
y ante aquel reducido nmero de oyentes, don Jos Ctala, venido expresamente de Buenos Aires con objeto de orga-
y en
ella,
nizar
la
lectura al
escuela y plantear el nuevo sistema, dio Reglamento para la misma '^^ y pronun-
ci
una interesante alocucin, haciendo resaltar de la enseanza mutua -. 8. Segn el mencionado Reglamento, las materias que constituiran la instruccin que se diese en las escuelas lancasterianas que se fundasen
las ventajas
en
el
mtica y doctrina cristiana '^^^\ de manera que en este sentido el futuro establecimiento no marcaba
colares, ya
pequeo progreso en los programas esque slo introduca la enseanza del idioma, que hasta entonces era una rama comprensino un
tudiados
la
el
organizacin que
escuelas
Sociedad,
es
indudable
(2)
Vase Vase
el el
nm. nm.
13
16
de los de los
(3) Dice el seor De - Mara en sus interesantes Tradiciones y recuerdos, que la Geografa se hallaba comprendida entre las materias que se ensearon en la escuela lancasteriana de Montevideo; pero, como se ve, en el Reglamento de la misma no est incluida, y de las actas de exmenes que hemos revisado, tampoco-
resulta
201
que implicaban una reforma completa y una marcada evolucin en la senda del progreso pedaggico, como ms adelante demostraremos. En cuanto la enseanza de la doctrina cristiana, contraria las ideas de Lancster, que perteneca
la
'^^\
se explica sin
di-
ficultad
por
la
presencia
la
fundadores de
tro leera
Sociedad.
He
aqu
por qu
el
Reglamento prescriba que todos los das el Maesen voz alta toda la escuela un captulo de la Sagrada Biblia, de otro libro de moral, para que de este modo dice el artculo 7.o se impriman en los corazones de los nios los deberes de la religin, las buenas costumbres y el amor al prjimo, adems de dedicar exclusivamente todos los sbados por la tarde aade 8.0 la instruccin de la doctrina el artculo reglamentacin que destrua el con cristiana
;
:
lombianos,
ni
les deca:
No
(1) Miembros de una secta protestante que en su austeridad reprueba todo sacramento, todo culto exterior y las jerarquas eclesisticas. Esta denominacin se deriva del ingls qtiaker, trmulo, forma activa de o ^aA-'/', temblar, porque tiemblan cuando Los cukeros se sienten animados de una inspiracin divina abundan en la Gran Bretaa y en los Estados Unidos de XorteAmrica. (Roque Barcia: Primer Diccionario General Etiniol gico de la lengua espaola; vol. i, ao 1880.) (2) Adems de estas disposiciones reglamentarias, la Sociedad resolvi que en los das de media fiesta el Maestro estuviese obligado llevar la iglesia Matriz todos los alumnos de la escuela, sin perjuicio de que tambin funcionasen las clases. (Libro de Acuerdos ; acta de la sesin del 15 de Marzo de 1822. )
1^02
por consisi
y,
bien su
los beneficios
de
la
instruccin toda
la
juven-
vecindario
si
necesiten instruirse; y
parte
la
los hay,
darn de
ello
Comisin, y sta tomar las medidas ms prudentes y eficaces para que dichos nios
las
vayan
Los hechos, sin embargo, evidencian que tal prescripcin no se cumpli, ya que, existiendo en Montevideo unos 1000 nios en edad de escuela '^\ los alumnos de la lancasteriana apenas alcanzaron una cantidad insignificante, puesto que el saln en que funcion meda 30 varas de largo por 7 de ancho.
escuelas.
>
Establecase
la
slo satisfa-
de cinco pesos.
tes
Los establecimientos de educacin dependiende la Sociedad no quedaban librados la accin exclusiva de sus Directores, sino que estaran sujetos una severa vigilancia que ejercera un Secretario nombrado ad hoc, quien semanalmente visitara las escuelas. Los Visitadores,
(
Vase en
los
documentos de prueba
la
alocucin del
]\Iaes-
2Ci3
que deban ser vocales de la Asociacin, desempeaban honorficamente las funciones de tales y
sus atribuciones eran
el
las
siguientes
a) adquirir
competente conocimiento
^^^;
del sistema
de
ins-
truccin
b) observar
cmo
lo interpretan los
Maestros, y cerciorarse del cumplimiento de todas las reglas prescriptas, avisando privadamente y
con buen
modo
los Maestros en
el
cumplen con su deber y, en caso cJi) observar si al Maestro los alumnos guardan una conducta conveniente y decorosa; d) inspeccionar el registro de la essi
los rr:onitores
negativo, advertrselo
las
oscilaciones en
el
n;
educandos asistentes y ausentes y e) los Visitadores no harn alteracin alguna en los empleos regulaciones de la escuela ni se mezclarn en nada con la autoridad que el Maeslos
<v
mero de
tro tiene en
ella,
ni
menos
estado de
La Comisin Directiva estaba facultada para la eleccin de Maestros, expulsar de las escuelas los alumnos notoriamente incorregibles, premiar los de mejor conducta y mayor aplicacin, proporcionarles empleo trabajo una vez finalizados
Deseando cumplir su misin con toda conciencia, los miem( 1 ) bros de la Comisin Directiva se reunan en la casa del doctor Larraaga, en donde lean y estudiaban la obra que instruye el servicio del mtodo de Lancster y las lecciones que para de la escuela haba dispuesto su director don Jos Ctala.
204
sus estudios, y an protegerlos de otros modos con arreglo su comportamiento. (Artculos 15, 16 y 17 del Reglamento.)
La edad mnima
de
seis aos,
horas de clase de 7 10 y de 4 5 y media, excepto durante los meses de Junio, Julio, Agosto y Septiembre, que seran de
las
8llyde24y media;
ba adoptado
el
es decir
que se ha-
perodo discontinuo,
muy cmodo
magisterio, y de resultados
la
tos de
enseanza.
que se autorizaba
la
pulsado sin que previamente un Vocal visitase los padres del infractor con objeto de que, empleando su autoridad
enmienda.
el Reglamento que analizamos menaje y tiles escolares, pero el seor De -Mara, que fu alumno de la escuela lancasteriana de esta ciudad, lo describe del siguiente modo Me acuerdo como si fuera ahora.
paternal, lo indujeran la
Nada
estatuye
al
respecto
Aquel saln de clase, de ms de treinta varas de longitud, con su plataforma al frente, donde teAquella fila de na asiento su buen director. cuerpos de carpintera mesas de una cara, con
205
los chita-
cuelos las
con
el
dedo. Los
Modelos de mesa y banco que us la Escuela Lancasteriana de Montevideo, los cuales se conservan en el Museo Pedaggico de
esta ciudad.
en que se aprenda moral y geografa general ^^\ Las lecciones de gramtica, aritmtica y doctrina. Los telgrafos de clase, la escritura y la inspeccin de aseo y
El
la
amor
los
la
patria
que se inspiraba
los nios,
les estimulaba,
adjudicados
presidida
9.
generalmente
El seor
Vase
la
1)
nota que hemos puesto en la pgina 200 del preAnti'^tio; vol. iv, pg. 141.
De -Mara: Montevideo
206
de
la
darse de
fin
al
enseanza mutua, no haba podido traslala Repblica Argentina Montevideo de plantear el nuevo sistema, pero comision
Maestro espaol don Jos Ctala para que viniese en su reemplazo y, despus de haber instruido aqu alguna persona idnea en
inteligente
el
ejercicio del
regresase
guiente,
el
Buenos
por consi-
introductor, en
orden pedaggico,
quien, su
vez,
de
la
Calabuig su primer
planteara
la
Sociedad,
como
as
lo
hizo,
al
parecer
con
la
sesin cele-
que se resolvi elevarle el sueldo de sin derecho 500 pesos anuales 1000, aunque disfrutarlo hasta que no estuviese en aptitud de dirigir por s solo la nueva escuela y despedirse
>
cimiento exigi
del nuevo estableaumento de su personal docente; acordndose, por lo tanto, que se le dotara de un Ayudante, el cual gozara de un sueldo mensual de 25 pesos, condicin de que la persona que se eligiera reuniese las circunstancias
Muy
progreso
esenciales, y
muy
especialmente
:
la
de probidad y
la sesin del
acta de
de
L'07
buenas costumbres ^\ Este nuevo funcionario podra, en caso de necesidad, ponerse al frente de cualquier escuela que, adoptando el nuevo sistema de enseanza, se fundase en campaa, pues era ms rpido y conveniente enviar desde la capital un Maestro bien preparado, que no remitir un hombre que perdera mucho tiempo en
>
aprenderlo
>.
Parece que
la
pequenez
del
sueldo fu causa
quisiera des-
de que no se
hallara
nadie que
lo
que decidi la Comisin elevarlo hasta 50 pesos mensuales, y que se fijaran carteles impresos anuncindolo, fin de que se presentasen los sujetos que se
el
empear
nuevo puesto,
como
as suce-
quienes se
sacerdote
empleo;
la
pero
el
oposicin
don Lzaro
Gadea, quien
manifest
al
era
pblico
este lugar,
aspirando
escuela;
que para
comprobarlo se ofreca la Sociedad en la cantidad de 30 pesos y la obligacin de decir misa para los nios en los das de media fiesta la hora que se dispusiese; que se allanaba propagar el sistema de enseanza en el punto que se le destinase despus de haberse instruido,
y que
si
sesin del
1."
de
Mayo
de 1822.
2(JS
vira
gratuitamente
el
puesto.
La Comisin pro-
condiciones ofrela
enseante de
escuela
qued
de este
modo
constituido
don Francisco Calabuig, Maestro, y el don Lzaro Gadea, Ayudante, cuyos nombres debemos agregar el del individuo Juan de Moya, que desempeaba gratuitamente las
Director;
presbtero
modestas funciones de portero, si bien desde ese da (2 de Septiembre de 1822) se le sealaron 6 pesos mensuales de sueldo. Este personal no sufri alteracin ninguna hasta la muerte de Moya, que fu reemplazado por Antonio Faci en Mayo de 1823, pero s en cuanto al sueldo del Maestro Calabuig, quien se le aument 100 pesos mensuales, es decir, muchsimo ms de lo que en la actualidad (1Q05) asigna el presupuesto al empleo de Inspector Departamental de
Instruccin Pblica.
En
el
ao que acabamos de
citar,
las
circuns-
tancias polticas
recrudecieron.
Hubo
prisiones,
de los sucesos
fluy en
la
y el ayudante Gadea fueron desterrados por la Comisin imperial. Para suplir ste, la Comisin design inmediatamente don Manuel Beznes de Irigoyen, quien de ninguna manera acept.
Por su
parte,
209
don Jos Ctala como el herrero del cuento condenado muerte en Santa Fe, que se salv por no haber otro en el pueblo - se libr por el momento. Don Francisco Juanic expuso que, no siendo posible hallar persona capaz de reemplazarlo, hara oficiosamente las ms
eficaces
diligencias
efecto
de conseguir del
Gobierno un trmino conveniente para que el expresado Director instruyese del mtodo, al menos al Profesor que acababa de elegirse. Al seor Ctala se le adeudaban tres mensualidades. Se fijaron carteles y se present don Antonio
Ventura Orta para
le
sustituir
Gadea, quien se
al
dio
el
ao,
con
la
mayor brevedad en los diferentes ramos que comprende la enseanza mutua, y de no verificarlo sera removido oportunamente. El Barn de la Laguna
circunstancia
instruirse
la
que debera
haba accedido
teriana y
el
cambio fu hecho prisionero el 2Q de Abril de 1825, permaneciendo en poder del enemigo hasta el 15 de Agosto del mismo ao. Esto motiv una honorfica ley del Gobierno
terrado, pero en
del
Libertador Lavalleja, de fecha 9 de Febrero de 1826, y decreto respectivo del Gobierno delegado, presidido por don Manuel Calleros. De
con el artculo 2.o de la ley citada, en Marzo I.'' de 1826 mandaba el Gobierno delegado se le abonaran sus haberes durante el tiempo
acuerdo
I.
La
E. UruTuava. - U.
210
de su prisin razn de 100 pesos mensuales, recibiendo desde el 10 de Febrero del mismo
igual sueldo
que
el
que
le
haba asignado
la
H. Sala de Representantes
por
la
ocupacin de
instruir y dirigir las escuelas de primeras letras en los pueblos de la Provincia bajo el nuevo y
causa
la
de
la
independencia nacional,
representada en
ral
cacin era
el
Juan Antonio Lavalleja, probaba que la edula base de su grandeza. Por eso, desde primer momento premiaba los hroes de esa
la
que,
al
^^^.
fin
>
al
cabo,
La excelente acogida que tuvo la fundala Sociedad Lancasteriana y el nuevo sistema de enseianza que introdujo en la escuela por ella fundada, se demuestra con los asociados que lleg tener, cuyo nmero se elev durante el primer ao 127, que satisficieron 1780 pesos en concepto de cuotas, pero el segundo ao estas cifras bajaron 62 suscriptores con un importe
cin de
de Q86 pesos, y el tercero quedaron reducidas 4 suscriptores con 157 pesos ^-\ Adems, se afect
al
mantenimiento de
el
la
escuela
la
mitad de una de
la
las terceras
isla
de Lobos,
que produjo
cuartillos reales,
'1)
aunque
:
esta concesin
y cinco no fu
Alberto Palomeque
Vrase el
'2)
nn.
17
211
perpetuidad,
sin, sino
como
al
principio
supuso
la
Comi-
por una sola vez y como gracia especial; de manera que la Directiva se vio obli-
gada limitar las mejoras que quera practicar, y suspender la fundacin de la escuela para nias que tena en proyecto.
Ms
ros de
la
adelante
Sociedad arrendar
don Mateo Magarios que permitiesen las piezas que ste se ha-
de
la
no
tercero, lo
la
que
viuda
seora
Manuela C. de Magarios. Los precitados fueron los nicos recursos con que cont la Sociedad Lancasteriana para su sostn y el de la escuela que fund, pues el establecimiento de enseanza dirigido por el Maestro don Pedro Vidal, si bien desde 1823 se haba
puesto bajo
la
tando
11.
el
sistema
mutuo
'^\
continuaba conser-
19
Comisin Directiva. Las asignaioo ^^^^ ^^ ^^ turas en que los alumnos dieron prueba de
(1) Libro de Arueydos: Acta de la sesin del de 1824.
4
de Noviembre
suficiencia, fueron
:
212
en
pizarras
<
prosa
verso,
escritura
y papel,
aritmtica y gramtica castellana, y procedindose despus inquirir cules de aquellos nios eran
los
ms pobres,
reira
el
Facsmile de la medalla con que la Sociedad Lancasteriana de Montevideo premi al alumno de la misma Cndido Juanic, en los'; exmenes de 1822, la que se conserva en el Museo y Biblioteca Pedagg-icos de esta ciudad. Tamao natural: anverso.
una medalla de
plata
al
primero. Seguidamente,
el
ms apro-
la
213
por oposicin comn Pedro Antonio Lombardini, quien en todos los ramos de la instruccin y
con especialidad en
ba
la
desempeado mereciendo el mayor aplauso de la Comisin y dems seores concurrentes, se acord premiarlo con una medalla de oro, que en el anverso tuviera esta inscripcin: Al mrito,
Reverso de
la
medalla anterior
y en
el
reverso
Sociedad Lancasteriana de
Mon-
y que se construyese otra medalla igual de plata para el nio arriba expresado, y los sitevideo,
guientes: Francisco
cisco Maciel,
!U
Pedro Velazco,
Luis
Maciel,
Isidoro
De
Mara,
Juan Visbal, Jos Artecona, Toms Matos y Toms Escudero, y que el premio de tercer orden, reducido un escudito de latn, con las iniciales
S.
L.,
se les
Fermn White, Jos Iturriaga, Juan Granea, Miguel Solsona y Juan Jos Latorre Los segundos exmenes pblicos se realizaron
Isidro Carrera,
^
'.
en los das 30 y 31 de Mayo del siguiente ao por indicacin del seor Ctala, invitndose
para que los presenciaran al seor Barn de Laguna y dems sujetos de distincin, pero ningn alumno obtuvo medalla de oro. De plata la
la
consiguieron
tura,
Francisco
por gramtica, Antonio Solsona, y por escritura en papel, Carlos Sotilla. Fueron agraciados con medallas de latn: por sumar, Jos Rivera; por restar, Juan Mara Garca, y por partir, ngel Daz. Los nicos alumnos que obtuvieron dos premios
fueron en
el
nio Isidoro
libros,
De -Mara,
quien se obse-
la doctrina cristiana y otro por su precocidad en multiplicar, y Pedro Lombardini (tambin con libros ) por gramtica y por lectura. El nio Fran-
cisco Maciel
gan merecidamente un
libro
por
la
sesin
del da 20
de Sep-
la
sesin del da 31 de
Mayo
de
1823.
El tercer
215
se
examen ya no
efectu con
el
el
lu-
nmero
1824
ciel,
muy
pocos, entre
que sobresali el alumno Francisco Ma quien se regal una onza de oro en vista
notoria indigencia de su familia ^^K
de
la
Dox Isidoro DE-:MARfA Ultimo alumno sobreviviente de la Sociedad Lancasteriana de Montevideo, los 89 aos de edad
12.
travs
del
tiempo
se ve
la sesin del 29
de Noviembre
de
1824.
216
y que De -Mara y Juanic deban honrar posteriormente con su ilustracin y su talento la Escuela Lancasferia/ia, de la cual fueron alumnos
distinguidos, convirtindose
ms
tarde, el
primero
en celebrado historiador y fiel cronista de escenas, tipos y costumbres de otros tiempos; mientras
que
el
segundo se transformaba en
tan respetado por
hbil
inteli-
jurisconsulto,
su clara
gencia
su vasta erudicin,
lo
por ms que
pa-
sara sumergido en
Tambin
nadie
el
re-
^^',
puede negar que en otro escenario el doctor Lamas hubiese llegado la altura de un Birmarck en el pequeo pero glorioso en que se
;
ha movido, es y ser siempre, mientras estos pueblos existan, la encarnacin ms pura de la libertad, el firme pedestal
de
la
tense,
el
hombre de
claras luces
consagrado por entero su pas (-\> Muchos otros alumnos de la Escuela Lancasteriana han figurado despus por diverso coninteligencia,
cepto en
la
Lombardini,
(1)
Isidoro
141.
^^^; lo
;
De - Mara
:
Tradiciones
rectierdos
vol.
iv,
pg.
(2)
R. Monner Sans
cr-
tico-literario.
Buenos Aires,
que quiere
decir
217
las clases
ms en-
cumbradas,
13.
ricas
influyentes.
muy particularmente en la Banda Oriencuyos ilegales ocupantes se dividieron en dos bandos: el que estaba acaudillado por el Barn
la
el
de
la
causa del
Brasil,
general
al
Da
gal.
el
Costa, permaneci
fiel
cabeza, tomaron
el
partido
don
la
Alvaro.
Todo
la
vida de
es-
el
momento en que
al
su
grupo de ciudade
la
la
libertad
patria en
el
Los Profesores de
la
Escuela
Lancaste-
que por ese pecado fu aprehendido por los imperiales, el ao 25, don Jos Ctala y Codina, y fray Lzaro Gadea tuvo que templar para la campaa. Muchos miembros de la Sociedad siguieron sus huellas para ir incorporarse los patriotas en armas y con este motivo vino el desquicio de la escuela
riana eran patriotas, y tan lo fueron,
y de
milla
la
218
el
Sociedad, cerrndose
para
establecimiento
la
los cuatro
buena
sela
germinar en
Gobierno
patrio
la
las del
mismo
15.
La lectura de las actas de esta institucin demuestra que su decadencia arranca del segundo
ao de fundada, arrastrando en su ltimo perodo una vida tan penosa y lnguida, que termin por no contar sino con 4 suscriptores, que fueron: don Francisco Juanic, don Guillermo Stwart, don Diego Noble y don Carlos Camusso. Su protector el Barn de la Laguna habale retirado su
dor,
pio,
cooperacin moral y material, y hasta su fundael seor Larraaga, tan entusiasta al princidej
de concurrir
El
las
sesiones alegando
de este enorme descenso debemos buscarlo en el estado anormal en que el pas se encontraba, y no en el sistema que, pesar de todos sus defectos, era el mejor que exista en aquella poca, tratndose de pueblos que casi carecan de medios para educar
hallarse
indispuesto.
origen
Ya fines de 1824 y principios de 1825, fondos escaseaban en la Sociedad Lancasteriana. La isla de Lobos no daba lo convenido.
16.
<
los
(1)
Isidoro
De Mara
-
Montevideo Antiguo;
Muchos
suscriptores
219
alejaban
se
de
la
ciudad
buscando otras corrientes l solucin del problema nacional. Esto suceda cuando se renda la tercera prueba pblica, no slo en la escuela
central,
sino en
la
haba
un ao,
por
mismo
actos, y,
como
no ha-
Enero de 1825, en la que consta haberse resuelque por el seor Alcalde Presidente se suplicara al Excmo. seor Barn de la Laguna, Capitn General y Presidente de la Com'sin, que se dignase sealar el da en que en esta misma sala (la consistorial, y no la del seor Cura Vihaban de recario, ausente por indisposicin ) unirse, con el enunciado objeto, todos los seores
to
<
,
que,
como
suscriptores,
componen
esta
Socie-
dad.
La seora de Magari Todo se derrumbaba. os no pagaba los rditos, haca diez meses, para sostener la escuela de Calabuig. El sentimiento de la patria retena sus hijos en el extranjero, preparndose para la gran cruzada redentora, y nadie pensaba sino en darle ella los ltimos
220
latidos
de su corazn y
la
el
sillo (1).
17.
La fundacin de
las
Sociedad Lancasteriana
de parte
que con su actitud demostraron no serles indiferente la causa de la educacin de la infancia, sobre todo desde que sta se llevara cabo con arreglo al nuevo arte de ensear y con sujecin precepclases sociales de Montevideo,
de todas
tos
ms
racionales
de
los
hasta
su
entonces em-
pleados.
Tambin contribuy
buen
xito la
manera cmo en otros pases haba sido recibido el sistema de Lancster y el poderoso influjo que el doctor Larraaga ejerca, tanto en el
elemento nativo
como
por su
tole-
As
se explica
cmo
el
secun-
daron los
el
planes
Capitn General de
Provincia,
uruguayo Gobernaorden
ci-
del
como
militar,
no eludiendo su concurso
los
vecinos de ms arraigo, los acaudalados, los renel alto comercio y los pocos industriales que la sazn existan en Montevideo, sin que ninguno dejara de incorporarse la nueva Socie-
tistas,
la es-
1 ;
Alberto Paloraeque
El ambiente
educacional.
de
la
221
la
causa eficiente
la
Larraaga
con
la
caracteres
uruguaya en el sentido de su progreso pedaggico, pues la sujet al mtodo de enseanza la sazn ms en boga, y ampli y gradu las materias que constituan su programa, dando stas un carcter
primera evolucin de
escuela
ms educador. En el orden administrativo la Escuela Lancasteriana no estuvo entregada al criterio y voluntad de sus Maestros, ya
obli-
accio-
como
tales funcionarios
en
el
La
existencia
la
Visitadores, garantan
la
sociedad
el
funciona-
miento regular de
la
escuela.
vista
Desde
tas
el
punto de
Cabildo quien
ser
el
las
cercenara suprimiera,
cuando deba
trrselas.
ms obligado en suminis-
luta del
222
la
instalacin de la es-
Gobierno.
la
Al organizar
tor
Sociedad Lancasteriana,
el
doc-
Larraaga procur
que
lo
secundara en su
meritoria
obra
la
parte
ms
distinguida y acau-
las
de sus hijos, y la educacin aun el ms humilde, pudiera sustraerse al deber de proporcionar alguna instruccin su prole. Las actas demuestran que hasta los indigentes concurran la escuela, sin que los hijos de los pudientes sustentasen para con los humildes el ms mnimo sentimiento de menosprecio repulsin. As considerada, la Escuela Lancasteriana marca tambin un progreso en las ideas, pues deja libradas su solo impulso
se preocuparan de
que
nadie, ni
las
como
no
bres
el Cabildo, enseanza sostenidos por los jesutas primero y por los franciscanos despus, en los cuales slo tenan cabida los que pudiesen pagar, si la tenan, era
con distinciones odiosas entre pobres y ricos, distinciones que se traslucan en el trato para con los educandos y hasta en la cantidad y am-
223
obra redentora
de
la
Socie-
la
dad Lancasteriana y la innovacin introducida en enseanza, mediante el empleo del sistema mutuo, dio comprender que sin mayores erogaciones poda educarse un gran nmero de
nios, suprimiendo, por consiguiente, la ignorancia;
de
la
que no haba ninguna razn para que una parte sociedad disfrutara exclusivamente de los
de
la
beneficios
la
que
la
escolar es
ms
de estabilidad y
progreso,
concepto de
la pasin por un falso que debe ser la enseanza. En cuanto los efectos que el sistema mutuo caus las dems escuelas, ya hemos dicho que el establecimiento particular que diriga don Pedro Vidal se sujet l espontneamente y
que
la
empezaron hacerse sentir los primeros estallidos de la revolucin que flotaba en el ambiente que, bajo la astuta dominacin del Barn de la Laguna, respiraban con dificultad los
pueblos del Uruguay. Pero como el sistema de enseanza mutua continu privando
en
la
organizacin de
las
escuelas,
tanto
euro-
peas
224
al
como
ao siguiente
Sala de
Representantes de
las
^^^, ni
la
de
mand fundar
el
que
segn
mtodo
lancasteria-
no
^-\ ni
que esta
clase de
enseanza cundiera
en San Carlos, Rocha, Soriano y Santa Luca ^^^ como que tambin se planteara en 1831 en los
Salto, Vboras, Vacas, San Salvador y Piedras '^\ y que en el ao 40 todava imperase el expresado sistema en las buenas escuelas de
pueblos del
Montevideo
^^l
LA ENSEANZA
MUTUA
SUMARIO:
El sistema simultneo }' el individual. 2. El sis3. Organizacin de las escuelas sujetas funcionaban las clases. 5. Vicios este sistema. 4. Cmo 6. Ventajas econmicas. de la enseanza mutua.
1.
tema mutuo.
1.
temas
de
enseanza
el
mundo
(
l )
civilizado:
sistema simultneo y
sis-
(2) (3)
(4)
(
de fecha 9 de Febrero de 1826, art, 1 . Decreto de fecha 16 de Mayo de 1827, art. 1.. Decreto de fecha 16 de Mayo de 1827, art. 1.. Decreto de fecha 2 de Septiembre de 1831, art. Isidoro De - Mara Tradiciones y Recuerdos;
:
Ley
1.".
vol. iv,
p-
o^ina 142.
225
lema individual. El sistema simultneo consista en formar grupos de nios segn su grado de cultura, quienes el Maestro enseaba alternando las materias: si los grupos eran muchos, el Maestro se haca ayudar por otro Preceptor, que reciba
el
nombre de
Pasante,
Auxiliar Ayudante.
Este sistema estaba adoptado en las escuelas numerosas que, generalmente, eran las de carcter religioso, que podan disponer de suficiente
personal enseante. El sistema individual es aquel
en que
recta y
la
el
di-
separadamente tomando
leccin,
l
y mientras
los
los
san,
el
se consagra
uno
que seguan
pero
si
ticulares,
nos,
el
Los
defectos
de estos
dos
sistemas
haban
sido ya observados en
la India,
sistema
mu-
que
les permita
ensear
la
vez un gran
este resultado,
nos ms aventajados, los cuales reciban la denominacin de monitores. Andrs Bell llev Inglaterra este sistema, mientras que, casi
al
mismo
La
E, Uruguava.
15.
2.
226
di-
Segn
de
el
fiere del
Bell
secundaria,
clases,
de los
leer,
los alumnos se dividen en grupos que quedan bajo la direccin inmediata ms adelantados, los cuales les ensean
como
ellos
seados por
como
clases
semicrculo delante
del monitor.
las
Adems de
los
los
monitores
rios
:
hay en
diversos funciona-
uno
se encarga de vigilar
monitores
y los nios de sus secciones; otro lleva el registro escolar y anota las faltas de asistencia;
otro distribuye y
recoge
los
cuadernos,
libros,
modelos, etc., etc. Este mecanismo, practicado en una sala espaciosa, convenientemente distribuida y preparada para movimientos hbilmente combinados, facilita sin desorden y sin demasiado ruido la tarea escolar que el Maestro ha repartido
Un
sistema se-
vero de premios y castigos sostiene la disciplina entre los nios. El Maestro se asemeja un jefe
de fbrica que lo vigila todo y que interviene en los casos difciles. No da leccin el trabajo en ms que los monitores y los ayudantes jvenes que desean consagrarse
(
la
enseanza
la
^^\
Julio
169.
Paroz
Historia
Universal de
Pedagoga, p-
gina
3.
<
227
Espectculo
era
el
nan
de esas largas y vastas naves que conteuna escuela entera, semejante al que las
regularidad de los
movimientos
repartan los
cuyo derredor se grupos de nios sobre los muros, la altura de la mirada, un pizarrn donde se hacan los ejercicios de clculo y al que estaban suspendidos los cuadros de lectura y de gramtica; al lado, y al alcance de la mano, la regla con que se armaba el monitor para dirigir la leccin en fin, en el fondo de la sala, en una amplia y alta estrada, accesible por escalones y rodeada por una balaustrada, la ctedra del Maestro, que ayudndose sucesivamente y segn reglas determinadas, con la voz, con la regla con silbato, vigilaba las mesas y los gruredes, series de hemiciclos,
;
pos, distribua
los
y,
como un
la
capitn sobre
la
maniobra de
en-
seanza.
228
En
lemnidad.
Los movimientos, trasmitidos por el monitor general con auxilio de una mmica expresiva, eran ejecutados por la tropa de nios con puntual exactitud. La preparacin para el ejercicio tena su tctica, y quiz mayor que el ejermismo se pasaba de los grupos los cicio bancos, de la lectura la escritura, de la escritura al clculo, no slo en orden, sino medida: los menores preliminares traan consigo una serie de actitudes minuciosamente ordenadas. Este el espectculo no solamente recreaba los ojos amor propio de las familias y de los nios en:
:
contraban
^
all
su satisfaccin.
autoridad estuviese repar-
condicin de que
tida
las
entre
diversas
rarqua
sabia.
Haba
de
eran de
tores
ordinario
en nmero de cuatro
moni-
particulares,
;
cuyo nmero
era
indetermi-
y como cada ejercicio, cada leccin de escritura, de lectura, de aritmtica, tena su monitor
nado
que un nio inteligente no fuese llamado alguna vez tener el bastn de mando. Haba tambin monitores adjuntos
ocasionales, cuyas funciones consistan en reemplazar los titulares impedidos,
los
fin,
Haba, en
tutores,
nios agre-
gados
tales
229
jvenes
y cuales de sus camaradas ms de mentores. Aun el ms humilde de estos dignatarios se hallaba investido de privilegios bien mirados. El sitio de los monitores generales estaba sobre la plataforma, donde rodeaban al Maestro, como satlites su planeta. Los monitores particulares se sentaban en la extremidad de las bancas, en el pupitre de honor, desde donde ejercan la vigilancia y ponan en juego los telgrafos. Los conductores presidan la salida de la escuela y cuidaban de que cada uno entrase tranquilamente en su casa les era prohibido, s, golpear y aun
ttulo
:
amenazar
otro da
Un
el
cumplimiento
sitio,
ninguna marcha poda tener lugar sin que un jefe cualquiera, monitor general, monitor particular, conductor tutor, se pusiese la cabeza de la columna, la mano colocada sobre la primera fila, y teniendo, por decirio as, la cadena de su pequeo escuadrn ^^^.
1 )
Oct.
Greard
35.
230
OBJETO
RDENES
DE LAS RDENES
campanillazo.
cia
Para hacer que los alumnos se vuelvan hacia el lado pordonde deben marchar.
meros de las clases. Al or la palabra Atencin! los alumnos miran al monitor general y al movimiento de la mano dan una me;
cha izquierda.
dia vuelta.
En
clase de es-
crittira!
y un
las
manos
cos
y formar
campanillazo.
en orden, conducidos por los monitoabandonan res del grupo sus lneas unos y otros para entrar en sus clases respectivas de escritura, por la extremidad opuesta los telgrafos.
Un
silbato.
Un
zo.
campanilla-
Lo'
nitores
descienden
al
de
las
taforma.
bancas y
fos.
mismo tiempo
Para h a
os prepararse A
c e r
1
Los
llevan la mano derecha sobre la mesa que est detrs de ellos, y la izquierda sobre la que est delante, sin cesar de mirar al monitor general.
en
los
bancos
los
monito-
res se sientan.
Las dos
manos
ha-
horizontales y
Los alumnos quitan las manos de delante y las colocan detrs permanecen as du:
rante la
lista.
OBJETO
231
DE LAS RDENES
Monitores! y un campaniilazo.
Al
or la palabra Monitores! los monitores se levantan, y, al campaniilazo, van y toman las listas, provistas
forma
mientras
dura
aqulla, los monitores adjuntos los primeros alumnos hacen la distribucin de los
Carapanillazo.
cuadernos y de los modelos. Los monitores van la plataforma con sus listas y dicen
al profesor, quien loinscribe en el momento en su reg-istro, el resultado de la lista tal clase, tantos presentes, tantos ausentes, to
:
tanto,
sitios.
Para prepararse
limpiar la pizarra.
Mano derecha
la
boca quierda la
tura.
izal-
tura de la cin-
Para limpiar
pizarra.
la
Mano derecha
ag-itada horizontalmente. Campaniilazo.
Los alumnos llevan la mano derecha la boca, mojan un poco la extremidad de sus dedos, y colocan al mismo tiempo la mano izquierda sobre la pizarra. Los alumnos pasan sus dedos
sobre la pizarra.
Para hacer
mas.
Monitores! y un campaniilazo.
una pluma en el canal, "'al deslado de cada alumno pus se detienen la extremidad de las bancas, volvindose hacia los telgrafos.
Para hacer
ver
nitores asientos.
vol-
Campaniilazo.
los rao-
sus
La
leccin
co
mienza.
232
Fundado en semejante organizacin, Bell de el sistema por el fina as la enseanza mutua cual una escuela entera puede instruirse s misma bajo la vigilancia de un solo Maestro.
:
5.
<
El monitor era
el
m-
todo
inteligente
De
las
se abra
diez, la
apresuradamente
tro era
lo
que en
el
da
de-
fin del
Maes-
ms pronto posible buenos instructores, y por lo mismo se educaba stos para el oficio empleando los mtodos ms expeformar
lo
ditivos.
Una preparacin
clase
parecida
qu
con la condicin de haber reflexionado sobre lo que se ha aprendido y sobre lo que se ensea. Para llevar la luz la inteligencia de otro es preciso antes haberla hecho con la propia: lo que supone la accin esclarecida, penetrante, perseverante, de un espritu relativamente maduro y formado. De la clase donde acababan de estar sentados como alumnos, pasaban los monitores^ maestros improvisados, como por encanto, la clase de los nios que deban ensear.
233
que se
le
haba enseado.
Todo
se reduca pro-
cedimientos.
Adems, debe notarse que aun desde el punto el sistema mutuo dejaba mucho que desear. Los monitores no se libraban de la
de vista moral,
la
familia eran
pequeos dspotas. Los padres se quejaban de sus costumbres imperativas y de su aire de mando n).:> El concepto que poco poco se fu teniendo
de
la
Pedagoga,
como
ciencia y
como
arte,
dio
capaces
de
obtenerlos
por
sus
condicio-
nes
morales
intelectuales,
el
y esta
conviccin,
la
nimo de
sociedad,
la
mutuo fu un expediente til para educar un gran nmero de nios con muy poco gasto; y en una
quiera que sea,
v
Como
el
poca en que
mitados,
muy
li-
Maestros y abundante la ignorancia, Lancster y sus apstoles vinieron prestar un sealado servicio la causa de la diescasos
los
(1)
438
Gabriel Compayr
439.
Historia
de la Pedagoga
pginas
fusin
234
primaria.
Tngase preCodina se comprometa educar todos los nios en edad de escuela existentes en el territorio uruguayo (i).
de
la
enseanza
III
cster.
1.
Inglaterra
el
sistema
mutuo,
todo
cia,
reino,
Italia,
Francia,
Holanda, Blgica y Alemania, aunque en este ltimo pas hizo pocos progresos causa de lo
muy
truccin primaria.
escuelas, plante
En cambio Espaa,
el
vida de
sistema en Junio de 1821, y hasta lo introdujo en todos los cuerpos del ejr-
cito ^-\
Del mismo modo fu difundindose la enseanza mutua por los Estados Unidos de
Norte-Amrica,
(1)
el
is-
(2)
Vase Vase
el el
N. 16 de los
nm.
12
CH
235
las de la Oceana, Calcuta, Ceiln, Persia y frica, de modo que en menos de quince aos, el sistema lancasteriano se hall establecido en las cinco partes del mundo, y cien mil nios, que
sin l habran
ignorancia,
le
Desde la Amrica Septentrional, Lancster, llamado por Simn Bolvar, pas Colombia, donde el Libertador no slo le facilit los medios de desarrollar
lo auxili
con 20.000
pesos,
de que tambin fundase escuelas en Caracas, como las haba fundado en Colombia, y
el
Ecuador y
el
el
como mosa
le
deca Bolvar
Lancster en
una her-
tn-
gase presente que en Colombia se vio hostilizado de todos modos por el partido ultramontano,
que arrancaba al innovador ingls estas frases que dan idea de su entereza, abnegacin Mientras tenga medios de sostey constancia: nerme y sostener los dignos jvenes acreedohostilidad
<
res la estimacin de
Bolvar
la
y conducta, no abandonar
he comprometido, y la gusto todas mis vigilias, mis luces y grandes sumas de dinero ^-\ - Lancster falleci en Nueva
F. Buisson: Dictionnaire de Pdagogie ; vol n, pAg. 1485. Miscelnea hispano-ameyicana, obra editada en Londres en 1829 y citada por el doctor don Alberto Palomeque en su coleccin de artculos titulada El ambiente educacional.
(1)
(2)
.
York
titud
el
236
ao 1838 en medio de la mayor miseria, debido estos acto5 de generosidad y su ineppara administrar sus
intereses particulares,
comodidades que le proporcionaba la renta de una fortuna de 120.000 libras esterlinas, ganadas por medio de la difusin de la enseanza
mutua.
3.
el
El
clebre
educacionista
haba
conseguido
Thompson, decidido filntropo ingls que, no slo lo ayud con su valiosa cooperacin, sino que, una vez que lleg
valioso concurso de Mr. dominar
el
sistema de
Lancster, se
convirti
es-
en su ms
entusiasta
partidario.
Thompson
tuvo en muchas ciudades de Colombia, del Ecuador y del Per, dejando establecidas escuelas de
aquella ndole en Bogot,
y en la regin del Alto Amazonas, en cuyo llas gentes eran pobres, pesar de timo paraje haberles cabido en suerte una de las regiones
ms
frtiles
nudas,
aun para satisfacer el hambre, "en absoluta ignorancia de todas las ardeca este hombre generoso, tes y comodidades, en un informe elevado la Comisin de la Sociedad de Escuelas Britnicas y Extranjeras, fechado en Londres 25 de Mayo de 1826.
sin
necesario
rico,
Por medio de este precioso documento histnos hace saber tambin sus trabajos de propaganda en Buenos Aires, que lleg contar con
237
00 escuelas sujetas
al
sistema lancasteriano
( 1
nticos que entorpecieron su obra; en San Juan y en otros puntos, hasta que se ausent para Chile con igual misin, siendo benvolamente
como
don
lo
clebre historiador
don
sa-
Jos Antonio
cerdote Jos
Restrepo,
Salvador
Carril, el
el
Francisco
el
Navarrete,
el
den don
Diego Zavaleta,
presbtero
el
tonio Larraaga y
ilustrado
quien se confi
fundacin y organizacin de una escuela de nias segn el sistema britnico, la cual contaba
ya
con
250 alumnas
director de
matriculadas
la
al
cuando fu
nombrado
tablecer en
cia social
4.
Montevideo
poltica del
seor Larraaga.
Muy
la
acertado
enviar Ctala
como
de
gro,
enseanza
pues su
al
des no menos
como
ser
una
vast-
sima ilustracin en todos los ramos del humano saber y un entraable cario para con la causa de
la
regeneracin del
pueblo
mediante
la
ma-
mento de
la
dad;
la
238
expresada asociacin;
y algn
vincia
evidentes
Pro-
simpatas por
causa de
la
la
libertad de la
Oriental,
tierra,
hacia esta
ciencia pedaggica.
se debe
perpetuase hasta
guaya con carcter oficial, como lo justifican muchos de los decretos expedidos en aquellas fechas, disponiendo que dichos establecimientos se sujeten al expresado sistema, como el ms adecuado y perfecto. Su compendio de Gramtica de la lengua castellana sirvi durante mucho tiempo de texto los alumnos de las escuelas pblicas y privadas, como lo fueron despus las obritas didcticas de don Juan Manuel Bonifaz, don Juan Ramn Muoz, don Jos Raimundo Guerra, y ms tarde las de don Juan Manuel de Isidoro De- Mara, don Pedro Gila Sota, don
ralt
y otros
pero
la
pesar
239
de su
ciencia filolgica
gnero que en
5.
como
La competencia
del
ilustrado
Preceptor es-
las acertadas
mo-
que introdujo en el plan de enseanza de Lancster, pues dot al establecimiento por l fundado en Montevideo de un personal docente que habra sido bastante para hacerlo funcionar segn el sistema simultneo, con gran
ventaja para los educandos, y suprimi los castigos afrentosos
(
^-'
Hemos
lo
blioteca de
tenido ocasin de ver un ejemplar de ella en la binuestro ilustrado amigo el doctor don Juan Paullier,
conserva como una reliquia bibliogrfica. Dicen los tratadistas de Pedagoga que Lancster haba imaginado un sistema de castigos dispuestos con el expreso objeto de que el obrar mal apareciese ridculo. As, los nios que incurran en falta los mantena atados, ms menos tiempo, una columna de la escuela, mientras que otros los haca meter en un cesto que, por medio de una cuerda y una polea sujeta al techo del saln de clase, suspenda y dejaba balancear durante algunos minutos, en medio de las risas y algazara de sus condiscpulos pero estas penitencias no se aplicaron nunca en la escuela lancasteriana de esta ciudad, como se demuestra por la siguiente carta con que nos ha favorecido el seor De - Mara, quien agradecemos su aclaracin. Dice as
quien
(
La duda que usted desea aclarar sobre el sistema disciplinario de la Escuela Lancasteriana del ao 21 al 24 en Montevideo, de la que fui alumno, y condiscpulo de Juanic, Lamas, Gimnez, Lombardini, Lapuente, del Campo, Tapia, Costa, Solsona y tan-
240
pedagogo ingls, quien en esto Ctala y Codina super haciendo que la escuela fuese un recinto simptico los alumnos y no
nario por
el
TOMO PRIMERO
tos otros j(3venes compatriotas, inteligencias preclaras y bien conceptuadas, me limito decirle, como alumno de ella desde el 21 al 24, de edad de 7 10 aos, y como humilde cronista de aquella poca lejana, que jams \ en ella aplicar otros castigos ni penitencias que las de uso moderno y civilizado, y que todo cuanto se diga del cesto y de la columna en que se ataba en el saln de clase los infractores, no pasa de fbulas, embustes invenciones absurdas que nunca existieron. Conservo el Reglamento de nuestra Escuela Lancasteriana, y nada hay en l que se parezca semejantes castigos disciplinarios. No haba otros que el repaso de las lecciones, la reconvencin mesurada de los Maestros, como el Director don Jos Ctala y Codina, hombre ilustrado, bondadoso y patriota, y fray Lzaro Gadea y Jos Orta que fueron ayudantes incapaces de barbaridades como las que alguien ha dicho del cesto en que colgaban de un madero y se les hamacaba, ni de la atadura una columna en la clase, que no exista ninguna. Cuentos, mentiras garrafales de rsticos. El nico castigo ms severo que recuerdo, era una vez que otra la palmeta )- el encierro en lo que llamaban el calabozo, que era el trozo de la plataforma que haba al frente del saln donde tenia su asiento el Director, y donde pona en penitencia al medioda, la hora de la salida.de clase para ir comer, y donde alguna vez nos toc, dndole al diente, la rebanada de pan y queso. Pero jams azotainas, ni gorros, ni orejas de burro de la
escuela.
saber quines ejercan autoridad en la Escuela, como el ilustre Larraaga, Duran, Correa, Ctala, etc., etc., y el barn de la Laguna, el culto Lecor, para rerse de esas
Mucho ms podra decirle en mis borrone?, pero creo que esto basta para aclarar la duda de que usted me habla. Lo saluda su afmo.
Isidoro
De
Marta.
S/c,
Mayo
19
de
1905.
DOCUMENTOS DE PRUEBA
DOCUMENTOS DE PRUEBA
N.o
1
Cdula real para que se les ensee los indios la lengua castellana y los sacerdotes sepan la de
los indios.
(7
DE JULIO DE
1596)
Mi gobernador de las provincias del Ro de la porque se ha entendido que en la mejor y ms perfecta lengua de los indios, no se pueden
Plata:
explicar bien ni con su propiedad los misterios de fe, sino con grandes absonos y imperfecciones, y que aunque estn fundadas ctedras donde sean
la
enseados
los sacerdotes
es remedio bastante por ser grande la variedad de las lenguas, y que lo sera introducir la castellana como ms comn y capaz, os mando que con la mejor orden que se pudiere y que los indios sea de menos molestia, y sin costa suya, hagis poner maestros para los que voluntariamente quisieren aprender la lengua castellana, que esto parece podran hacer bien los
trinar los indios
no
IV
estos reinos en las aldeas y ansi mismo terneis muy particular cuidado de procurar se guarde lo que est mandado cerca de que no se provean los curatos sino fuere en personas que sepan muy bien la lengua de los indios que hubieren de ensear, que esta como cosa de tanta obligacin y escrpulo, es la que principalmente os encargo por lo que toca la buena instruccin y cristiandad de indios; y de lo que en lo otro hiciredes, me avisareis. Fechado en Toledo 7 de Julio de 1596. Yo el Rey ^^\ Por mandato del Rey nuestro Seor, Juan de Ibarra.
sacristanes, as
leer
como en
ensenan
escribir la doctrina;
N.o 2
Cdala real para que se observen las sombras del eclipse de 1581 y se renan documentos para la historia del Ro de la Plata.
(3
DE JUNIO DE
1580)
El Rey:
Plata,
Mi gobernador de las provincias del Ro de la sabed: que para tomar las verdaderas altu-
de los pueblos de espaoles de esas proviny averiguar con precisin la longitud y distancia que hay de estos reynos ellos, que hasta ahora no est hecha como conviene para situarlas en las descripciones y cartas de geografa en su verdadera graduacin, y para corregir las navegaciones y distancias itinerarias, y para otros efectos
ras
cias,
(1)
Felipe
11.
convenientes nuestro servido es necesario que se observen la cuantidades de sombra y el tiempo y hora de un eclipse de la luna que ha de haber por el mes de Julio del ao que viene de ochenta y uno por la orden y forma contenida en las instrucciones impresas que para ello se os envan; y as os mandamos que tengis particular cuidado de enviar tiempo conveniente una de las dichas instrucciones impresas cada uno de los pueblos de espaoles de esa provincia, ordenando apreta-
damente
plan lo en
las justicias
ella
dellas
haber descuido se lo tornareis apercibir y acordar cerca del dicho mes de Julio; y mandareis que se haga la dicha observacin en esas provincias por la forma de la instruccin, y las relaciones y papeles que dello resultaren las enviareis con brevedad por dos vas y buen recado como en la dicha instruccin se os ordena; y as mismo haris poner luego en ejecucin, si ya no lo hubiredes hecho, lo que toca la descripcin de esas provincias conforme las instrucciones impresas que para ello se os enviaron y reconocer todos los papeles y escripturas tocantes al gobierno de esas provincias y recoger los dems que juzgredes ser propsito para la historia de lo sucedido en esa tierra, inviando originalmente los que se pudieren haber y copia relacin de los otros, conforme la orden que se os dio para ello, y avisarnos eis de lo que en todo se hiciere, entendiendo en ello con mucho cuidado, solicitud y diligencia, como en cosa de nuestro servicio. Fechado en Badajoz, tres de Junio de mil quinientos y ochenta aos Vb el Rey '^^'K Por mandato de su magestad.- Antonio de Heraso.
(1) Felipe
II.
YI
N.o 3
Solicitud presentada al Virrey del Ro de la Plata don Gabriel de Aviles y del Fierro, Marqus de Aviles, por don Benito Lpez de los Ros, Alcalde de 2.0 voto de Santo Domingo de Soriano, en representacin del Cabildo de esta Villa, pidiendo
administrativa de mercedes)
Excmo. Seor.
Benito Lpez de los Ros Alcalde ord.o de voto de S.^"^ Domingo Soriano nombre de aquel cabildo ante V. E. con el mayor respeto, y como mas lugar haya en otro digo: que pretendiendo aquel Ayuntamiento poner en su Pueblo una Escuela publica de primeras letras donde se ensee la juventud leer, escribir y contar; y se instruya en los misterios de ntra sagrada Religin y principios de humanidad, fundamentos de toda sociedad arreglada, se ha de servir la justificacin de V. E. facultar d.^^ Cabildo p.a que pueda compeler, y compela los Padres pudientes, que no quisieren sugetar sus hijos que asistan la Escuela, imponindoles pena pecuniaria aplicada la subsistencia de d.^^ obra. Esta peticin. Seor Exmo, parece superfina primera vista, p.^ que la verdad, que Padre no apetecer la mejor educacin de sus hijos, y de2.0
Don
donde
la
reciban?
Ninguno
regla libre
(1)
En
mente
prueba conservamos
fiel-
me
blo,
VII
enseara ser la contraria la general en el puey partido de S.^ Domingo Soriano. S, Seor Exmo, hablo de un Parage donde contra todo lo natural se ha visto que los Padres se resisten al bien de sus hijos. Sera yo un temerario si de esta resistencia quisiera argir malicia de los Padres; y as no puedo menos que atribuirla ignorancia del beneficio que pierden, la que es imposible hacerles deponer sino es con la patencia de los
efectos.
Las particulares reconvenciones de algunos sende los Prrocos, los repetidos bandos del Cabildo no han sido bastante hacerle conocer la utilidad de esta obra. Unos hombres cuya cuna es la miseria, nutriz la ignorancia, y propio solar la inaccin se hallan viciosamente contentos con su desdichada suerte, sin querer jamas dar un paso en su adelantamiento. Entregados toda grosera pasin obran con solo el animal sin dar el mas minimo indicio de recidir en ellos la entidad principe que constituye al hombre en ser de tal; de modo que no se encuentra en su todo mas de humano que la voz, y la figura: los principios de humanidad es lo ms distante de ellos: no tienen noticia de los principales misterios de n.''^ religin, ni mas conocimiento de Dios que al que les obliga la necesidad
satos, las publicas exortaciones
natural.
Seor Exmo, es la causa de de aquel destino: ella hace perjudiciales ciudadanos, intiles Vasallos y malos Cristianos. Se ve con dolor que no hai uno quien pueda confiarse un empleo de justicia: las Plazas de la milicia que por la R.^ Ordenanza deben ser ocupadas de sujetos que sepan leer, y escribir, se hallan vacantes; el infatigable zelo de
Esta ignorancia.
infelicidad
la
los Prrocos, fin de
VIII
que sus Feligreses cumplan precepto de la comunin pascual, se hace intil, porque su ignorancia les hace huir del principal bien, como del mayor peligro. Esta falta de educacin los hace vivir olvidados de si, y de su autor, dados todo atroz delito sin respeto de las Leyes, ni temor de la publica desaprobacin, siendo p.^ ellos el robo una industria plausible, y el homicidio el nico signo de valor. Estos desordenes son irremediables sino se radican en aquellas Gentes unas ideas del todo contrarias las en que estn imbuidas; y es imposible se consiga esto por otro medio q.^ la buena educacin en la tierna edad, que es el inmediato fin de la referida Escuela. Para que esta tenga subsistencia se ofrece el cabildo, no obstante sus cortos fondos, sostener los hijos de los Pobres, con tal q.^ los Pudientes contribuyan con el corto estipendio de quatro reales al mes p.^ cada hijo q.^ pongan la escuela, admitindoseles esta pequea cantidad en los frutos del Pais que mas les acomode dar p.-'^ la subsistencia del Maestro. Por todo lo q.^ haciendo el mas conveniente pedimento, A V. E. suplico se digne acceder lo que en el exordio de este Escrito tengo pedido, pues es
con
el
justicia &.a
Ros.
de Novre de
1799.
Como
En
se pide.
rbrica)
(Hay una
q.^ antef.
IX
N.o 4
su Cabildo pidiendo que sean Observantes y no Recoletos los religiosos que vengan instalarse en dicha ciudad y resolucin de aquella
Corporacin.
(1738;
(Documento publicado por el sexor Director del Archivo General Administrativo don Isidoro De-Mara
)
y Regimiento.
El Alfrez Cristbal Cayetano de Herrera, Procurador General de esta Ciudad de San Felipe de Montevideo, puesto los pies de Usias en la mejor forma que haya lugar en derecho, por m y en nombre de toda esta vecindad, me presento ante ustedes y digo que ha llegado mi noticia y la de toda esta vecindad, que por parte de los Religiosos de la Recoleccin de Nuestro Padre San Francisco se intenta fundar un hospicio y convento en esta ciudad para lo cual tienen concedida licencia de su Reverendsimo Prelado Venerable, cuya consecucin por ahora no es conveniente la utilidad de esta Ciudad, porque siendo como son limitados los medios de esta vecindad, y estando stos dedicados, prontos y ofrecidos por esta Repblica de Religiosos de la Observancia por ser stos ms bien los que conformndose con su instituto podrn asistir esta Ciudad con el continuo fruto de sermones, en:
erros, confesiones y enseanza en los primeros rudimentos de escuela y gramtica que necesita tanto esta vecindad, y no podrn ejecutar los Reli-
giosos Recolectos sin faltar al recogimiento y vida solitaria que pide su sagrado instituto, cuya fundacin ser ms conveniente despus que se haya establecido convento de la Observancia, en que consiste todo el primer consuelo de esta vecindad, la cual se ofrece asistir con los medios posibles al fomento de dicha obligacin, por lo cual se ha de servir V. S. atendiendo la utilidad de esta Ciudad al Reverendsimo Padre provincial de esta Provincia suspenda el despachar esta dicha Ciudad al Religioso de la Santa Recoleccin, pidindole al mismo tiempo se sirva conferir el consuelo de los fundadores de la Santa Observancia los que pide y ha pedido siempre esta Ciudad, pues aunque el ao treinta y cinco se dispuso por este Cabildo antecesor de V. S. el pedir la Religin Hospicio de Recoleccin, fu por no estar enterados los Seores de aquel Cabildo del retiro que observan los dichos reverendos padres recolectos, y que como tales no pueden asistir tan continuamente entierros, moribundos, sermones, y ensear los primeros rudimentos de escuela y gramtica como lo podrn hacer los Reverendsimos Padres Observantes conforme su caritativo celo lo dispusiere y asi mismo se ha de servir V. S. informar S. M. lo necesario que es esta Repblica el Hospicio y Convento de la Observancia de Nuestro Padre San Francisco, pretendiendo para ello la licencia de S. M. que Dios guarde; y porque se vea el principal empeo y deseo de toda esta vecindad que es de Religiosos Observantes, para la primera fundacin han firmado conmigo
los vecinos
XI
que saben firmar en esta ciudad y se han hallado en ella, por todo lo cual A V. S. pido y suplico segn mi pedimento
en mi nombre, como en el de todo clamor de este vecindario hacen la splica al Reverendsimo Padre Provincial de esta Provincia del Ro de la Plata, y de ms haya de suspender y suspenda la licencia de los muy Reverendsimos Padres de la Recoleccin en lo que toca la fundacin de Hospicio y Convento por lo que pretenden en esta dicha ciudad nterin que por V. S. se informa S. M. lo conveniente que es para esta Repblica en sus principios los muy Reverendos Padres de la Observancia del serfico padre San Francisco, teniendo como tienen desde la primera fundacin, del Exmo. seor don Bruno Mauricio de Zabala sealada una cuadra de cien varas en cuadro para dichos religiosos de la Observancia, en que se comprende una capilla fabricada de piedra y teja que hoy sirve de Iglesia Matriz nterin se acaba la Iglesia Parroquial y en todo y en lo que llevo alegado obren V. S. en justicia. ^Firmados: Cristbal Cayetano de Herrera, Josepli Gonzlez de Mel, Sebastin Ribero, Jospi de Vera Perdomo, Xavier Jimnez, Antonio Garca, Pedro de Mendoza, Joseph Miln, Joseph de Mitre, Antonio de Figueredo y Malva, Diego de Mendoza, Miguel de Saavedra, Ignacio Gmez, Luis de Sosa Mascareas. Por presentada y gurdese esta peticin en el Archivo de este Cabildo para que en todo tiempo conste, y segn su contenido se informe por este Cabildo S. M. lo conveniente que es la utilidad pblica de esta Ciudad y su comarca, la fundacin de hospicio y convento de la serfica Observancia del Seor San Francisco, con anteas
<
XII
lacin
fico
sirva
preferencia
la Recoleccin
Orden y por
lo
'
rendsimo Padre Provincial de esta Provincia, se no remitir por ahora dichos fundadores de la Santa Recoleccin, pareci este Cabildo suspender por ahora dicha splica, y slo se halla ser conveniente hacerla en caso que llegue ejecutarse la venida de dichos Reverendsimos Padres Recolectos, suplicando la Provincia sean los primeros fundadores de la Observancia de dicha Religin como lo ha significado la fecha de este Cabildo en carta respuesta al Reverendsimo Padre Provincial, complacindose en los fundadores Observantes nombrados por dicha Religin, tantas veces deseados por esta Repblica. Asi se provey y mand por la fecha de este Cabildo en esta Ciudad de San Felipe de Montevideo en doce das del mes de Setiembre de mil setecientos treinta y ocho. Y firman los que supieron ante los testigos de suyo falta de Escribano Pblico. Joseph Medina, Ramn Tlwmas Padrn, Sotelo, Juan Delgado Melilla, Miguel Morde. Testigos Miguel de S. de Medi:
na,
Miguel Lena.
XIII
N.o 5
Aceptacin de la instancia presentada por los frailes Franciscanos de Montevideo ofreciendo tomar su car^o la enseanza de los alumnos de la extinguida Escuela de los PP. Jesutas.
(
1767
(del libro
4.
Atendiendo la pvlica utilidad y cumplimiento del artculo veinte y ocho de las reales instrucciones, fin de que los nios, que aprendan con los Jesutas en esta Ciudad, los primeros rudimentos de leer, escribir y Gramtica, no padezcan atraso, determin el seor Juez executor en esta causa con los seores Jueces Comisionados, atender la instancia de la Comunidad del Convento de Nuestro S. P. San Francisco, nico en esta Ciudad, que viendo el detrimento del comn en la falta de la Enseanza de los muchachos, se ofreci voluntariamente poner en su Convento, dos sugetos aviles en la facultad de leer, escribir, contar y latinidad, y atendida la propuesta por dichos Seores en su virtud dispusieren que todos los utensilios inventariados en la Residencia, pertenecientes una y otra Escuela, se pasasen sin dilacin dicho Convento, mediante la suma povreza de este y que se consiga el fin de dicha educacin, y en su consequencia se pasaron oi dia de la fecha todos los referidos utensilios inventariados de que doy fe yo el presente Escrivano en esta causa. A quinze de Julio de mil setesientos sesenta y siete. - Joachin de Vedia y la Quadra.
:
XIV
N.o 6
Antecedentes relativos la reorganizacin de las Escuelas de Gramtica y Latinidad que mantuvieron hasta su expulsin los PP. Jesutas.
(1772)
COPIA DEL ACTA AUTNTICA DE LA SESIN" CELEBRADA EL DA AGOSTO DE 1772 POR EL CABILDO DE MONTEVIDEO)
18
DE
En
la
diez y ocho de Agosto de mil setecientos setenta y dos, El Cabildo, Justicia y Regimiento de
como lo son Don Bruno Muoz, Alcalde de primer voto; Don Agustn Garca, del Segundo, Don Vicente Duran, Alfrez Real (que no asiste por hallarse en sus haciendas de Campo); Don Ramn de Caceres, Perpetuo Alguacil Maior; Don Salvador Bauza, Alcalde Provincial ( que tampoco asiste por hallarse en la campaa); Don Andrs Gonzlez, Fiel executor, y Don Jayme Soler, Depositario General. Estando asi juntos y congregados en la Sala Capitular de nuestro Ayuntamiento como lo habemos de costumbre y sin asistir el Seor Gobernador de esta Plaza, quienes del efecto de esta Junta se le pas el correspondiente aviso, en este estado se pas trasumptar en este Libro el Testimonio de los acuerdos celebrados por la ilustre Junta Municipal de esta Ciudad destinada para los asumptos de las temporalidades de los regulares de la Campaa y cuyos acuerdos son concernientes la execcin de las escuelas de primeras letras. Gramaella,
:
tica
XV
casas
y Latinidad que se hallan establecidas en las de las Residencias que era de los sobre diezmos regulares. Y el thenor del mencionado testimonio es como se sigue. En la Ciudad de San Pheliphe de Montevideo estando juntos en esta oficina de temporalidades el Seor Mariscal de Campo Don Joseph Joachin de Viana Presidente de ella y Vocales, "el Maestro Don Pheliphe de Ortega Cura y Vicario, Don Bruno Muoz Alcalde de primer voto, Don Cosme Alvarez, Sindico Procurador General, presente el Defensor de Temporalidades Don Pedro Len de Soto y Romero para tratar y conferir sobre los asumptos peculiares del ramo de temporalidades de su cargo: dijeron en consecuencia de la representacin que hizo esta Junta en treinta y uno de Agosto de mil setecientos y setenta sobre el destino de esta Residencia y sus viviendas interiores para Salas de Escuelas de primeras letras. Gramtica y Latinidad la Superior Junta Provincial y esforzado en carta 2 de Enero de este presente ao con testimonio del Acuerdo que celebr instancias del Procurador Sindico Don Pedro de Barrenechea, vista y aprobada por la Superior Junta provincial segn Carta del Seor Presidente de ella, su thenor es el siguiente: La pretensin que U. S. esfuerza en carta dos de Enero acompaada del testimonio del acuerdo que celebro Instancias del Procurador Sindico de esta Ciudad para que se establezcan las Escuelas de primeras letras. Gramtica y Latinidad: Se vio en esta Junta provincial, con cuyo Acuerdo prevengo U. S. que emprehenda el establecimiento de las Escuelas en las casas de esa Residencia, conforme se proyect en treinta y uno
tiene en
la
XVI
setenta, y se conrepresentacin del Sindico procurador General, poniendo preceptores clrigos, supuesta la imposibilidad de encontrar seculares, procurando de las dotaciones de sus gratificaciones salario (que pudieran ya haberse arbitrado) sean moderados de lo que me darn aviso para que esta Junta Superior lo apruebe en la Inteligencia de que los diez mil pesos de la donacin de Don Domingo Santos de Uriarte, pue-
den contemplarse consumidos en los edificios de esa Residencia, en este caso no se pueden sacar otros tantos del fondo de los dems bienes mayormente quando se deben crecidas sumas, pero se debe esperar de la piedad de S. M. que llevar bien que de las cantidades debidas los colegios del Tucuman y Paraguay, que de aquella que sea necesaria favor de esta Ciudad para que no carezca de este beneficio por lo que
;
esta asignacin, ser interinaria. En este supuesto habiendo de profanarse la Iglesia, cuidaria Vuestra Seora de hacer se trasladen la Matriz los retablos y dems adornos, como tambin los de
Sacrista, con la prevencin de que los ornamentos y basos sagrados que se entregaran para inventario, no queden adjudicados dicha Iglesia, porque se necesitan para otras Capillas que pueden erigirse en esa Jurisdiccin. Nuestro Seor guarde U. S. muchos aos. Buenos Ayres
la
1772. Juan Joseph de Vertiz. - SeoJunta Municipal de Montevideo. Que respecto ha sesado la imposibilidad de encontrarse preceptores seculares para la enseanza de estas Escuelas por haberse presentado Don Joachin de Ortuo graduado Maestro en la Universidad de Crdoba para la enseanza de
15 de
Mayo
la
res
de
XVII
Gramtica y Latinidad y Don Manuel Diaz Valdez para primeras Letras: se nombrasen para examinadores de la aptitud y suficiencia del Maestro Don Joachin de Ortuo, al maestro Don Phelipe de Ortega cura y Vicario y al Doctor Don Joseph Prez, Teniente de Cura, para con su examen proveer beneficio del pblico lo mas conveniente, y supuesto que el maestro de primeras letras que tenia abierta Escuela pblica en esta Ciudad con permiso del Ilustre Cabildo, Justicia y Regimiento, con certificacin de su aptitud que ha presentado del Cura y Vicario y no presentndose opositor mas idneo se haya por admitido para el Ministerio de su Oficio, y efecto de que tenga el fin deseado la pblica Educacin de la Juventud segn la idea de esta Ilustre Junta aprovada por la M. I. Superior Provincial mandaran al Administrador Don Pedro de Barrenechea que presente se halla este acto por anterior aviso que se le pas, que precedido el Ceremonial segn lo dispuesto por el Santo Concilio de Trento rdenes y ceremonias establecidas posteriormente por los Sumos Pontfices para profanar las Iglesias y Circuitos Sagrados de ellas profanada la de esta Residencia por el Cura y Vicario de esta Matriz, disponga con el Maior aseo y prontitud que el cuerpo de dicha Iglesia se componga cerrada la puertas del Sur y abiertas dos ventanas inmediatas con otra al Norte interior de la Residencia, con sus respectivas vidrieras y en todos los parajes de luz, y adornada de mesas. Bancos Gradas que el propio maestro Don Manuel Diaz Valdez hallare precisas y necesarias para los discpulos que hay pueda haber segn su conocimiento y practica del Pueblo, la enseanza de primeras letras, cu-
XVIII
el
cuerpo
de
dicha Iglesia con lo reducido del Quartito de media agua que le servia de Sacrista, como para habitacin de dicho Maestro el quarto de la
Portera; y que asi mismo habilite los tres cuartos interiores de debajo del corredor para estudio de Gramtica, y vivienda de su Maestro, sirviendo el patio de su frente para los alumnos de unas y otras Escuelas y que igualmente compuestos los lugares comunes y formada una reducida cosina su costado; satisfechos del desinters, celo y actividad de dicho administrador, Don Pedro de Barrenechea, atendido el practico objeto que se dirige este Acuerdo, Solicite los operarios y materiales necesarios con la maior economa que sea dable echando mano de cualesquiera caudales existentes en su poder del ramo de estas temporalidades, y en caso de no haberlos, los supla y solicite que con su cuenta, y comprovante se le abonaran inmediatamente,
igualmente dijeron, que los referidos maestros haestar subordinados al Seor Gobernador de esta plaza, su Cabildo justicia y Regimiento, con intervencin del Cura y Vicario las personas que estos destinen para la visita de las referidas Escuelas, instigacin de la conducta y operacin de dichos maestros, tanto para uniformar premiar sus mritos como para removerlos en caso necesario, cuyo efecto al tiempo de espedirles su nombramiento se les har comparecer en esta Junta para ser enterados y que presten en manos del Seor Presidente el Juramento de ejercer bien y fielmente sus Ministerios, atendiendo con igualdad todos sus Discpulos sin distincin de personas, por gratificacin respecto particular de pobres o ricos, atendiendo aquellos aun con ms
yan de
XIX
actividad
la
y celo que estos, teniendo presente que mente de nuestro muy piadoso Soberano con el Establecimiento de estas Escuelas lleva por objeto principal la educacin de los vasallos pobres y personas miserables que por falta de medios tienen encerrados superiores talentos que pudieran en lo sucesivo servir al pblico y S. M. Y otro si dijeron: que al maestro de Gramtica y Latinidad se le asignen quatrocientos pesos moneda corriente del pais, al ao, y al maestro de primeras letras tres cientos y cinquenta pesos, que hayan de cobrar de los rditos devengados de las Haciendas vendidas y que se vendieren, alquileres existentes de dichas temporalidades cuya satisfaccin y pago les haya de hacer puntualmente por plazos semanales, mensuales anuales el administrador que es fuere de dichos reditos y dems enseres de efectos de plata y oro de los expresados bienes, tomando los respectivos recibos para su resguardo, que siendo legtimos y arreglados este Acuerdo y nombramiento que se expedir cada uno de los maestros en particular se le admitirn en cuenta de Cargo y Data de su manejo. Y otro si dijeron, que de este Acuerdo precedido el testimonio respectivo que se ha de remitir la Superior Junta Provincial con carta misiva, se saquen otros dos autorizados por el presente Escribano Actuario
pasar el uno la Secretara Gobierno y el otro al archivo del Ilustre Cabildo, Justicia y Regimiento de esta Ciudad con los comprobantes de su entrega. Y asi lo proveyeron mandaron y firmaron ante mi de que doy f en once dias del mes de Junio de mil setecientos setenta y dos. Joseph Joachin de Viana, Phelipe Ortega, Bruno Muoz, Cosme Alvarez, PeProvicional quien
del
XX
dro Len de Soto y Romero, Joachin de Vedia la Quadra, Escribano Actuario Provisional. En diez y siete dias del mes de Junio de mil setecientos setenta y dos notifiqu el auto que antecede en las personas del Maestro Don Joachin de Ortuo y Don Manuel Daz Valdez y los cit para que compareciesen en esta oficina de las temporalidades en treinta del corriente de que doy f, Joachin de Vedia y la Quadra, Escribano Actuario Provisional. En la Ciudad de San Phelipe de Montevideo en treinta de Junio de mil setecientos setenta y dos, juntos en esta Oficina el Seor Presidente y Vocales comparecieron presentes el maestro Don Joachin de Ortuo, destinado maestro de Gramtica y Latinidad y Don Manuel Diaz Valdez, destinado maestro de primeras letras quienes el Seor Presidente recibi el Juramento en orden necesario de ejercer bien y fielmente Ministerios de sus destinos de que doy f. Joachin de Vedia y la Quadra Escribano Actuario Provisional. En la Ciudad de San Phelipe de Montevideo estando juntos en esta Oficina de Temporalidades el Seor Mariscal de Campos Don Joseph Joachin de Viana, Presidente de ella y Vocales, Maestro Don Phelipe Ortega Cura y Vicario, Don Bruno Muoz Alcalde Ordinario de primer voto, Don Cosme Alvarez, Sindico Procurador General presente el defensor de temporalidades, Don Pedro Len de Soto y Romero y el Administrador y Recaudador de sus bienes Don Pedro Barrenechea, y expuesto este tenia concluido el encargue que se le habia conferido de la Composicin de las Escuelas y demas que se le orden en el Acuerdo de esta Junta de once del pasado y extendidos y firmados los nombramientos por esta Ilustre Junta para los dos
XXI
maestros que quedaron nombrados en el citado Acuerdo, y electos el Maestro Don Joachin Ortuo, para Maestro de Gramtica y Don Manuel Diaz Valdez para Maestro de Escuelas de primeras letras, los mand comparecer y presentes que fueron y recibido que hubieron los ttulos de sus nombramientos, se entregaron hicieron cargo de dichas Escuelas, sus utensilios y habitaciones que se les tenia asignado, inmediatamente abrieron dichas Escuelas y qued ordenado desde este da que les empieza correr y disfrutar de sus
sueldos, y para que as Conste me mandara dicho Seor Presidente y Vocales lo anote y ponga por diligencia. De que doy f. En once dias del mes de Julio de mil setecientos setenta y dos.
Joachin de Vedia y
rio
la
Provisional.
En la Ciudad de San Phelipe de Montevideo, juntos en esta Oficina el Seor Presidente y Vocales para tratar y conferenciar sobre los asumptos de ella y
ramo de Temporalidades dijeron que habindose ya puesto en planta y efectuadose en las habitaciones Iglesia y Sacrista de esta Residencia, segn proyect esta Junta en treinta y uno de Agosto de mil setecientos y setenta, y esforz en carta dos de Enero de este presente ao, acompaado el testimonio del Acuerdo que celebr instancias del Procurador Sindico el establecimiento de las Escuelas Gramtica y Latinidad, Aprobado por la Superior Junta Provincial que reflexionando el que dicho Establecimiento, no obstante la asignacin de clases, Maestros nombrados y salarios asignados estos, nunca podr ser estable, ni se conseguir el fin de la subsistencia, sino, se asigna algn caudal moderado para el reparo y composicin de los uten-
silios
XXII
de dichas clases y edificios, que por lo endeble de los materiales del pais y la costumbre de fabricar de piedra tosca ladrillo y barro como lo est toda esta Residencia, no son de mucha duracin eran de dictamen y acordaban, que ms de los salarios asignados dichos maestros, el administrador Recaudador que es fuese de los bienes de las Temporalidades vendidos por vender, retenga de su producto ciento y cincuenta pesos moneda corriente del pais y eche manos de ellos para todos los reparos, fbrica composicin que se ofrezcan presentando su cuenta anual con los comprobantes respectivos al Ilustre Cabildo, Justicia y Regimiento, que con asistencia de su Gobernador intervencin del Cura y Vicario se le dar su finiquito y resguardo ; y como puede darse el caso de que un ao no sea necesario gastarse el todo de dicha asignacin y otros sea preciso gastarse mas por alguna ruina considerable, algn nuevo adorno fbrica para otras Escuelas, ser Incumbencia de dicho Ilustre Cabildo, Justicia y Regimiento, presente su Gobernador el Destinar sujeto Lego, llano, y abonado de arraigo conocido que con las debidas fianzas de seguridad perciba en s qua.lesquiera sobrante que haya al ao de dicha asignacin y los mantenga la disposicin de dicho Ilustre Cabildo, Justicia y Regimiento y Su Gobernador, quienes no podran destinar ningn fondo, que pueda llegarse acopiar, en toda ni en parte otro objeto que al fin nico que se destina en este Acuerdo de composicin, reparo, nuevo adorno, fbricas para dichas Escuelas de primeras letras, Gramtica y Latinidad en que se deben considerar incluidas las habitaciones, comodidad premios de sus maestros si se hicieren acreedores
;
XXIII
y dignos por su trabajo, principalmente por la atencin, cuidado y enseanza de los hijos de los pobres, hurfanos personas miserables que siempre han de poner su principal connato y mira en el supuesto, de que cualquiera omisin queja fundada, principalmente de los pobres, la
considerara
el ilustre
Gobernador intervencin del Vicario como abandono del Ministerio de su cargo, para renovarlos, y que de este Acuerdo, con carta misiva, se remita testimonio fehaciente y autorizado de mi el presente Escribano Actuario y Provisional la Superior Junta Provincial, para su aprobacin, nterin S. M. delibere movido de su Real piedad el fondo raices en que se perpetu y asegure esta asignacin y salario de los maestros. Que as lo proveyeron, mandaron y firmaron ante m de que doy f, en catorce dias del mes de Julio
de mil setecientos setenta y dos. Joseph JoaBruchin de Viana Don Phelipe de Ortega no Muoz Cosme Alvarez Don Pedro Len Joachin de Vedia y la Quade Soto y Romero dra Escribano Actuario Provisional. Concuerda este Testimonio que va en siete fojas vueltas, rubricadas de mi mano con los Acuerdos originales de su contexto que quedan en esta Oficina de Temporalidades de mi cargo, los que en lo necesario me refiero; y de haberse sacado de orden de los Seores Presidentes y Vocales de esta Ilustre Junta Municipal para pasarlo al archivo de esta ciudad, efecto de que Su Ilustre Cabildo, Justicia y Regimiento se entere de su contexto en la parte que le toque, y como en el se refiere se sirva tener la mira el bien comn de la Educacin de la Juventud, y mantencin de las Escuelas de primeras letras,
XXIV
Gramtica y Latinidad, que se han establecido en las casas de la Residencia, que era de los regulares que se nominaban de la Compaa de Jess, doy f en quanto puedo que es fecho, en Montevideo, en diez y seis dias del mes de Julio de mil setecientos setenta y dos aos. JoaEscribano Actuario chin de Vedia y la Quadra Provicional. Que as consta y parece la letra del enunciado testimonio que se pone en el ArEn cuya f lo firchivo de este Ayuntamiento. Agustn Garca Ramamos. Bruno Muoz mn Cceres Andrs Gonzlez Jayme Soler.
N.o 7
al Cabildo de Montevideo Maestro don Mateo Cabral solicitando autorizacin para fundar en dicha ciudad una
el
Instancia presentada
por
resolu-
(del libro
6.**
bral
Instancia del magistro de escuela Mateo CaMateo Cabral resiI. C. J. y Rexmiento dente en esta ciudad ante Vds. con el mas venerado respeto, dice, que habiendo tenido por ocupacin el exercicio de maestro de primeras letras, para la aplicasion instruccin de los nios, la que se ha inclinado con zeloso esmero, como lo acredita el tiempo en que se man:
tubo en
el
Ro Grande hasta
su
partida,
de
lo
XXV
que podan informar
los Seores oficiales que estaban en su guarnicin y para subsistir en lo sucesivo en este Ministerio, pretende poner es-
cuela y no pudiendo practicar este intento sin el correspondiente allanamiento de Vds. por tanto A Vds. pide, y suplica accedan esta instancia respeto que tiene en methodo verbal el permiso del Seor Governador de esta Plaza: sobre
merced de la justificaconsta y parece la letra del thenor de dicho pedimento. En cuya virtud fu acordado y resuelto adhiriendo ello el referido Procurador Sindico se le conceda como desde luego se le concede al referido pretendiente libre y franco permiso para que pueda desde luego abrir y establecer en esta ciudad publica escuela de primeras letras para la Enseanza y Educacin de los nios que en Ella se quieran destinar, y poder, disfrutando por esta ocupacin aquel premio con que segn particular contrato le deben dar y pagar dicho Preceptor los Padres de los mismos nios y otras personas, por quienes sean consignados la dicha Escuela la qual dever estar pendiente de la orden y disposicin de Este Cavildo y sujeto el dicho Preceptor concurrir pronto por su parte la practica de los examenes que sobre la Educacin y enseanza de dichos nios y imbestigar si se divisa no en Ellos el desseado aprovechamiento se practicaran en los tiempos y occasiones que pareciere convenientes por la diputacin que este fin destinare este propio Ayuntamiento. V haviendo ltimamente hechosele presente dicho Preceptor, se esperaba se aplicada con el devido esmero, cuidado y aplicacin al desempeo de Este encargo satisfaccin comn lo que asi
lo
que
recivir particular
sion de Vds.
Que
asi
XXVI
ofreci
fee lo zlez
cumplir el dicho pretendiente. En cuya Bruno Muoz Joseph Gonfirmamos Juan de Echenique Juan Balbin de Vallejo Miguel Ignacio de la Quadra Pedro de Barrenechea Fernando Martinez.
N.o 8
y forma cmo han de ser examinados los que dicha enseanza se dediquen, de conformidad con el plan general de Instruccin Pblica puesto en vigencia
durante
el
reinado de D. Carlos
(
III.
1771
(TRANSCRITO DEL LIBRO TITULADO HISTORIA FILOSFICA DE LA INSTRUCCIN PBLICA EN ESPAA DESDE SUS PRIMITIVOS TIEMPOS HASTA EL DA, POR DON J. M. SNCHEZ DE LA CAMPA.)
Mandamos que desde ahora en adelante los que pretendan ser admitidos para Maestros de primeras letras hayan de estar asistidos de los requisitos y circunstancias siguientes: Tendrn precisin de presentar ante
el
Co-
rregidor Alcalde
cabeza de partido de su territorio, y Comisarios que nombrare su Ayuntamiento, atestacin autntica del Ordinario eclesistico de haber sido examinados y aprobados en la doctrina cristiana. Tambin presentarn harn informacin de tres testigos, con citacin del Sndico Personero, ante la Justicia del lugar de su domicilio, de su vida, costumbres y limpieza de sangre; cuya
la
mayor de
la
XXVII
sobre
Estando corrientes estos documentos, uno dos Comisarios del Ayuntamiento, con asistencia de dos examinadores veedores, le examinarn por ante Escribano sobre la pericia del arte de leer, escribir y contar, hacindole escribir su presencia muestras de las diferentes letras, y extender exemplares de las cinco cuentas, como est
prevenido. Con testimonio en breve relacin de haberle hallado hbil los examinadores, y de haberse
cumplido
ginales en
las
el
dems
diligencias,
quedando
los ori-
archivo del Ayuntamiento, se ocurrir con el citado testimonio, y con las muestras de lo escrito y cuentas la Hermandad de San Casiano de esta Corte, para que, aprobando stas, y presentndose todo en el nuestro Consejo, se despache el ttulo correspondiente. Por el acto del examen no se llevarn al pretendiente derechos algunos, excepto los del Escribano por el testimonio, que regular la Justi-
con tal que no excedan de veinte reales. Los que tengan estas calidades, y no otros algunos, gozarn de los privilegios concedidos en la Real cdula expedida en 13 de Julio de 1758. No se prohibir los Maestros actuales la enseanza, con tal que hayan sido examinados de doctrina por el Ordinario, y de su pericia en el arte por el Comisario y veedores nombrados por el Ayuntamiento, precedidos informes de su vida
cia,
< <
y costumbres. A las Maestras de nias, para permitirles la enseanza, deber preceder el informe de vida y costumbres, examen de doctrina por persona que dipute el Ordinario, y licencia de la Justicia, odo
XXVIII
Sndico y Personero sobre las diligencias previas. Ni los Maestros ni las Maestras podrn ensear nios de ambos sexos; de modo que las Maestras admitan slo nias, y los maestros, varones en sus escuelas pblicas. Para que se consiga el fin propuesto, lo que contribuye mucho la eleccin de libros en que los nios empiezan leer, que habiendo sido hasta aqu de fbulas fras, historias mal formadas, devociones indiscretas, sin lenguaje puro
el
<
ni mximas slidas, con las que se deprava el gusto de los mismos nios, y se acostumbran locuciones impropias, credulidades nocivas, y muchos vicios trascendentales toda la vida, especialmente en los que no adelantan mejoran su educacin con otros estudios, mando, que en
las escuelas se ensee, adems del pequeo y fundamental catecismo que seale el Ordinario de la dicesis, por el Compendio histrico de la Religin de Pintn, el Catecismo histrico de Fleuri, y algn compendio de la historia de la Nacin, que sealen respectivamente los Corregidores de las cabezas de partido con acuerdo dictamen de personas instruidas, y con atencin las obras de esta ltima especie, de que
fcilmente se puedan surtir las escuelas del mismo partido, en que se interesar la curiosidad de los nios, y no recibirn el fastidio ideas que causan en la tierna edad otros gneros de obras.
XXIX
N.o 9
Solicitud presentada al
Gobernador de la plaza de Montevideo don Joaqun del Pino por el Sndico del Convento de San Francisco, pidiendo que se concediese los religiosos de dicha orden la cuadra contigua d la de su iglesia, y autorizacin para unirlas cerrando la calle que las divida, con objeto de proporcionar ms desahogo su local y puedan funcionar sin entorpecimiento las aulas de Gramtica, Filosofa y Teologa, informe favorable del Cabildo.
(1782)
(documento dado conocer por el seor director del archivo general administrativo don isidoro de-mara )
Seor Governador: Don Melchor de Viana, Sndico del Convento de N. P. San Francisco de esta Ciudad, como ms haya lugar en derecho, ante V. S. parezco y digo Que hecha cargo esta Comunidad de la estrechez en que se halla oprimido su Templo, y que el nmero de gentes abunda de tal modo que en los dias festivos (con particularidad) como es constante, no puede dar abasto su mbito por el mucho concurso, quedndose m.ucha parte de los ocurrentes fuera de su Iglesia, se hallan precisados as por este motivo como por la mejor desencia, estenderlo lo posible edificando de nuevo (como lo requiere la presente estacin ) Iglesia y Convento capaz de abrazar en ella los muchos concurrentes, y como para poner en prctica esta fbrica sea indispensable agregar la cuadra en que actualmente se
:
halla su Iglesia
XXX
religin
taria el
le
Teniente Coronel
Don Domingo
Santos
de
Uriarte,
comandante que fu de
esta Plaza,
resultando para esta unin de terreno el inconveniente de la calle real que entre una y otra cuadra se sita, y no pudiendo verificarse sin la
unin de las quadras la espresada Fbrica, por contener solo cada una el corto mbito de cien varas y ser indispensable que la calle real que
cruza se cierre; no puedo menos que hacer presente V. S. este impedimento, para si se atienden las justas causas que se alegan, sea accequible la solicitud de estos Religiosos. Es constante con cuanta incomodidad estn los asistentes hasta el presbiterio y tarima del altar mayor, sin tener donde revolverse, como igualmente que no puede estenderse ms, no ser que el sitio nominado se junte y una al actual Convento, porque en caso de principiar este edificio sin la reunin dicha, no tendran donde poner las oficinas privadas y precisas para la manutencin y subsistencia de la comunidad; adems de que es evidente que estos Religiosos en lo comn de su habitacin estn bastantemente estrechados y sin tener donde alojar los Religiosos Misioneros que vienen de Europa, ni poderse por el inconveniente espuesto, cuando por
este
los
que
aqui se relacionan y son oculares en varias ciudades de este reino, es constante haberse agregado los Conventos otras cuadras contiguas, aun siendo de mayor longitud que las de esta ciudad. Es asi mismo digno de notar y es constante V. S. el aumento y crecencia de este Pueblo de pocos aos esta parte, y que en lo
muy
sigue
XXXI
si
comercio libre que pues se evidencia el incremento que tom en el corto tiempo que subsisti ste, hasta la declaracin de la actual guerra como igualmente se presume que siendo este el preciso puerto y primer Convento de la Provincia se erigir casa de Noviciado, sin cuyo terreno no solo ste se conseguir, sino es que la opresin ser causa de que las aulas de Gramtica, Filosofa y Teologa, no las podrn ejercer, cediendo esta privacin en conocido irreparable dao de todo este Pueblo y de la buena crianza y adelantamiento de su juventud cuyas razones y motivos que llevo espuesto y otros ms que dejo de esponer, porque conozco que la perspicacia de V. S. los alcanza, se servir acceder la justa y arreglada solicitud de la unin de las citadas dos cuadras para el fin espuesto en que tanto interesan ambas magestades. Por tanto, V. S. pido y suplico se sirva proveer y mandar se verifique la solicitud que llevo interpuesta, gracia que espero de la notoria justicia de V. S. - Melchor de Viana. Decreto. Montevideo, 28 de Febrero de 1782. Informe el Muy Ilustre Cabildo, oyendo al Sndico Procurador General al Regidor que ejerce
S. M.,
;
sus funciones. Pino. Decreto. Para poder informar segn se requiere en obedecimiento del decreto antecedente, dse vista al Alguacil Mayor de esta Audiencia que hace veces de Procurador Sndico General por ausencia del Propietario. Sala Capitular de Montevideo, Marzo 23 de 1782. - Lares Torre
Hordeana
Baldivieso.
Muy
Ilustre
Cabildo.
El
Alguacil
Mayor de
XXXII
Geneque se
esta Audiencia, actual Sndico Procurador ral por ausencia del propietario, la vista
de esta representacin digo: Que fundamentos en que se apoya, no dejan la ms mnima duda de la utilidad y beneficio pblico que resultar de permitrsele la unin de la citada cuadra para los justos y precisos fines que se proponen y V. S. conoce, por cuya razn omito individualizar menudamente los beneficios que resultaran esta Ciudad; en contrapeso del levsimo perjuicio que se presume puede segursele de dicha unin, y solo me contentar con apuntar la sabia y perspicacia mente de V. S. tienda la vista ese enjambre de nios que en la cortedad y pequeo recinto del actual Convento,
los slidos
me comunica
de educacin ejemplar evanglica y disciplina sin ms mnimo gravamen de sus pobres Padres, debiendo prometerse que cuando la edad y mayores adelantamientos los ponga en estado de progresar en los estudios y ciencias, tendrn aulas en donde aprenderla. Sin que por esta falta vivan privadas de profesarlas, pues la manifiesta inop'a de los ms de aquellos para trasladarlos las Universidades del Rey, no los condene una perpetua ignorancia, de lo que dimanan los perjuicios que son visibles y no se pueden traer la memoria sin lgrimas, por lo que soy de sentir que la pretensin del Sndico del Convento de Nuestro Padre San Francisco, es justa interesante la causa pblica que representa. Montevideo, Abril 2 de 1782. Ramn de Czeres. Seor Gobernador. -- El Cabildo, Imforme. Justicia y Regimiento de esta Ciudad en cumplimiento del antecedente Decreto de V. S. debe exponer que estimando desde luego de cierto^ constante, cuanto se aduce y propone por parte
el
del Sndico del
la
XXXIII
Convento de San Francisco en que motiva este informe, y en vista tambin de lo que el Procurador interino de esta referida Ciudad establece en su anterior respuesta, y lo que en bastante forma reproduce este Cabildo, por todo ello no se le ofrece razn alguna que se oponga al xito de tan justa y arreglada solicitud, como en sentir de este Ayuntamiento le es sin duda lo que promueve el Sndico del referido Convento Franciscano, tanto ms recomendable por lo que se dirije proporcionar igualmente que la amplsima estensin del dicho Convento, el lustre y mayor esplendor de este Pueblo en la educacin, instruccin y enseanza de su juventud, as por medio de la escuela de primeras letras que hoy se manifiesta en el propio Convento, y lo que es de creer prudentemente tomar mucho mayor adelantamiento, conseguida que sea por su parte la proyectada unin de las dos cuadras de terreno, cuanto por facilitarse tambin por este medio la suplantacin de las de Latinidad que se insinan en la dicha representacin. A esto agrega que hallndose ya unidas las dos cuadras contiguas que componen el HosMarina, parece no pital del Rey y Almacn de ser de la mayor imperfeccin la ciudad se veinstancia
ahora la pretensin del Sndico respecto de que con aquel motivo ya se halla cerrada aquella calle que corria la mar. Bajo de cuyo seguro Presupuesto siendo V. S. servido podr asentir con lo que pide y solicita el referido Sndico del mencionado Convento. Sala Capitular de Montevideo 8 de Abril de 1782. Juan A. Haedo Domingo Bauza Bernardo La torre lun de Castilla Marcos Prez.
rifique
XXXIV
N.o
10
(del libro
9.''
En la Ciudad de San Felipe y Santiago de Montevideo 18 de Noviembre de 1794 aos. Ante mi el infraescrito Essno. pubco. y testigo de uso comparecieron Dn. Ensebio Vidal vezino de esta, Capitn graduado de Dragones, Ayudante maior de la Asamblea de Caballera de Buenos Aires; y Doa Mara Clara Zabala su esposa quien doy fe conozco y dixeron: Que por quanto su divina Magestad se ha dignado darles bastantes bienes temporales para subsistir, alimentar sus
hijos y dexarles lo suficiente para mantenerse en adelante por esta razn deseando mostrar su gratitud tan soberanos favores que Dios nro. Se-
or ha sido servido hacerles sin mrito alguno; reflecionando quan til importante sera Dios y la Repblica una Escuela para que las nias de esta Ciudad y sus contornos aprendan los deberes de christiano y los exercicios mujeriles perfeccionndose en la escuela y crianza que les dan sus padres han deliverado fundar una Escuela gratuita con el dho. fin de instruir nias que no pasen de trece aos y para que esta intencin tenga efecto dixeron que erijian desde ahora una esquela de nias en esta mencionada Ciudad de Montevideo con las condiciones y
;
XXXV
circunstancias que mas latamente en otro documento que al intento tienen animo de extender en lo venidero despus que la experiencia que adquieran les muestre prcticamente lo ms menos conveniente al fin que se han propuesto pues su voluntad es solo consultar, lo mas ventajoso la subsistencia y progreso y por ahora solo declara que para el establecimiento de ella aplican el sitio y casas en donde se dieron los santos exercicios que poseen en esta Ciudad en la Calle de San Pedro esquina la de Santiago que se compone de cinquenta varas de frente y cinquenta de fondo lindando por el leste con casas de Dn. Manuel Cipriano y por el norte para divisoria parte del Mrquez de Sobremonte y la restante de los herederos del Difunto Dn. Gregorio Joaqun de Chinchilla Sargto. Maior que fu del Reximiento de Infantera de Buenos Aires para lo qual desde hoy en adelante franquean en uso dichas casas, manteniendo sobre ellas posecion, dros. y acciones reservando hazer en sus testamentos y ultimas voluntades el desapropio y perfecta donacin de dho. sitio, y fincas pues es su animo durante el tpo. de sus vidas tener toda accin en ellas con el fin de adelantarlas y mexorarlas su arbitrio sin interbencion de persona alguna como tambin para mantener su dro. y poderlas apropiar y destinar qualquiera obra pia siempre que la de la instruzion de nias no tenga efecto que en lo sucesibo no subsista por falta de Maestras capaces de instruir las Jobenes otro qualquiera, motivo que lo impida. En cuia virtud y con concepto la reserva de expresar en otro instrumento las condiciones y circunstancias de esta fundacin dijeron que tambin debian expresar y expresaron
XXXVI
por aora que en la Escuela devian instruirse las nias por la respectiva Maestra en las obligaciones del christiano ensendolas al mismo tiempo leer, escribir y coser sin gravamen ni recompensa alguna por parte de las nias las Maestras ni la Escuela. Que por lo tocante Patronato de esta fundacin se nombran para tales los otorgantes, hasta que otra cosa determinen en este punto, y en el del llamamiento que deveran hacer para este cargo y el de amparar la fundacin declarando que si alguno de los dos faltare antes de verificarlo el que sobreviviere cuide de su otorgamiento en los trminos y reciprocamente se tienen comunicados. Que en lo tocante de nombramiento de Maestras que del presente entren egercer el cargo de tales en la predicha escuela tiene tratado que lo sean las hermanas profesas de la tercera orn. de Nro. P. S. Domingo Sra. Bartolina de San Luis, y Sra. Maria Francisca del Corazn de Jezus que al presente se hallan en esta Ciudad las que y para su mantenimiento y subsistencia se les contribuir por los otorgantes con trescientos pesos al ao pagaderos en 25 pesos cada mes y estas seoras que presente son este otorgamiento dijeron que lo aceptaban en la parte que les toca y que se constituian y obligaban servir de Maestras de las Nias en la escuela de esta fundacin con los cargos y circunstancias que se han puntualizado en inteligencia que ha de ser por el termino de tres aos sin que los fundadores puedan despedirlas en dho. tiempo cumpliendo con sus deberes ni las referidas seoras tengan libertad para dejar el exercicio dentro del mismo trmino de tres aos y que si estas les conviniere pasado este tiempo dejar el exercicio de la educacin lo debern avi;
XXXVII
sar los interesados con seis meses de anticipacin para poder buscar otras Maestras que las sucedan, que la contribucin de los 25 pesos mensuales le han de hacer los fundadores indis-
pensablemente sin distinguir lo son no de los productos de la finca que erigen pues como que sus miras segn antes queda dicho solo se contrahen al maior adelantamiento de la fundacin y mediante Dios intentan travajar en su aumento en ningn tiempo se les ha de reconbenir otra cosa mientras no lo determinen en lo subcesivo y para la firmeza y cumplimiento de quanto va relacionado en este instrumento se obligan los otorgantes para la parte que cada uno toca con sus personas y bienes habidos y por haver con poderes Justicias renunciando las Leyes y de fuero en forma y conforme Dro. en cuio testimonio asi lo otorgaron y firmaron siendo testigos Dn. Estanislao Rudesindo Rodrguez, Dn. Fernando Ignacio Mrquez y Dn. Jos Mariano Tartas en este papel comn que se usa por privilegio. Ensebio Vidal Maria Clara de Zavala Sor. Bartolina de San Luis Sor. Maria Francisca del Corazn de Jezus Ante mi Juan Antonio Magarios Esno. Pubco. concuerda con su original al que en caso necesario me remito y pedimiento de los otorgantes doy la presente copia que signo y firmo en esta misma Ciudad fha. ut supra y en este papel comn que se usa por privilegio. Juan Antonio Magarios Esno. Pubco.
:
XXXVIII
N.o 11
Pliego de condiciones que debe someterse el Preceptor que, previo el examen correspondiente entre servir en la Escuela de primeras letras fundada por el Cabildo de Montevideo,
1809)
COPIADO LITERALMENTE DEL ACTA ORIGINAL DE LA SESIN DEL DA 7 DE SEPTIEMBRE DE 1808, DEL LIBRO 12 DE ACUERDOS CAPITULARES.
)
1.a
Uno de
ms
el
principa-
les
Maestro de la Escuela es el de nutrir los nios su cargo en la Ortografa castellana y hacer la aprehendan de memoria: imponerlos en los buenos estilos crianza infundirles un santo temor de Dios y buenas costumbres; pues as como el principal adelantamiento de los nios en la Escritura depende de que los principios tengan algunas reglas caracteres para que fijando en ellas la atencin se acostumbren leer bien y escribir con arte, as es necesario tengan aquellas indicadas instrucciones para su mejor felicidad.
2.a Que el Maestro deber admitir la Escuela todo el muchacho pobre sin exigir de sus padres ninguna clase de estipendio; y estos los ensear del mismo modo que los de los ricos dndoles tinta y papel y plumas que subministrar para ellos don Mateo Magarios segn tiene contratado. 3.a Que solo se considerarn por pobres y para
XXXIX
que gozen en
la Escuela de la grada de tinta y papel y plumas, todos aquellos que sus padres entreguen al Preceptor un documento del Cabildo para admitir sus hijos como tales pobres. 4.a Que no ha de permitir se mesclen en la Escuela los hijos de Padres espaoles con los negros pardos aunque sus Padres Amos
tengan posibles. 5.a Que no podr exigir de los Padres pudientes, sino un peso por cada muchacho que est leyendo, dos por los que escriben, y tres por los que amas de escribir les est enseando alguna otra ciencia, sin perjuicio de lo que los Padres quieran darles dems. 6.a Que deber tener dos Ayudantes de su satisfaccin en conducta, y lo dems necesario para que le ayuden, y para traer la Escuela y llevar sus casas los hijos de algunos Padres
que as se lo pidan, abonando los dhos Padres, de los nios que quieran gozar de esa gracia al Ayudante quatro rs. por mes por cada uno de sus hijos, que llebe y trahiga de la Escuela. 7.a Que no deber dar ms asuetos los nios, que el de los das festivos, y el de su Santo y Patrona de la Escuela, siendo precisa obligacin del Maestro llevarlos misa todos los das de trabajo, y de fiesta, y confesar los de jubileo, y los dems que el seale en el ao. 8.a Que para la polica, buen orden y direccin econmica en lo interior de dicha Escuela
el Preceptor formar sus reglas las quales se leern en alta voz todos los savados para que los nios sepan los que deben observar, y que faltando lo ms mnimo de ello debern ser
deber
la
falta,
XL
nunca el castigo de los limites de la moderacin; pues hace ms el modo, y idea para la enseanza que el castigo fuerte: ni pueda en ningn tiempo ni caso usar de la Palmeta, ni tampoco que pasar de seis azotes el castigo ms fuerte que seale el Maestro los nios. Q.a Que todos los meses presentar el Preceptor al Iltre Cavildo un Estado acompaado de planas de los nios que sobre-salgan en su adelantamiento; y al fin de cada un ao se harn los examenes de Aristmtica, gramtica castellana, Ortografa y dems artes que ensee dho Preceptor los nios presencia de los seores de la Junta para darles por el Cabildo el premio que cada uno merezca. 10. Que el Pr. Regidor Decano y el Cavallero Sndico Procurador, debern visitar dha Escuela cada mes,, para dar parte al Ilustre Cavildo de su adelantamiento de lo que le falte. 11. Que siempre que el Ilustre Cavildo tenga por conveniente modificar, innovar poner nuevas reglas condiciones, segn las demuestre
la
experiencia lo executar.
Cuyos artculos siendo como efectivamente son los ms acertados y convenientes la mejor conserbacin de la Escuela y beneficios de los educandos de unnime conformidad los acordamos; y fin de que tengan la exacta observancia, saqese copia de ellos, y psese al Sr. Govor. para que recayendo su aprovacin puedan presentarse en el acto del examen del Preceptor, imponerse, al que se apruebe, de las indicadas condiciones
para que, aceptndolas entre exercer el cargo. Pasql. Jos Parodi Juan Jos Selg. Jos Man de Ortega Manuel de Ortega Manuel Vicente Gutirrez Juan Domingo de las Carreras,
XLI
N.o 12
de Cdiz, desde
CAPTULO
C'XICO
1S12:
Art. 366.
En todos
los
pueblos
de
la
Monar-
qua se establecern escuelas de primeras letras, en las que se ensear los nios leer, escribir y contar y el catecismo de la religin catcomprender tambin una breve expolica, que sicin de las obligaciones civiles. Art. 367. Asimismo se arreglar y crear el nmero competente de Universidades y de otros establecimientos de instruccin que se juzguen convenientes para la enseanza de todas las ciencias, literatura
y bellas
plan
artes.
de enseanza ser uniforme en todo el reino, debiendo explicarse la Constitucin poltica de la monarqua en todas las Universidades y establecimientos literarios donde se enseen las ciencias eclesisticas y polticas. Art. 36Q. Habr una Direccin General de esludios, compuesta de personas de conocida instruccin, cuyo cargo estar, bajo la autoridad del Gobierno, la inspeccin de la enseanza pArt. 368.
El
general
blica.
Art. 370. Las Cortes, por medio de planes y estatutos especiales, arreglarn cuanto pertenezca al importante objeto de la 1. Pblica.
Art. 371.
XLII
los espaoles tienen libertad imprimir y publicar sus obras polticas, sin necesidad de licencia, revisin aprobacin alguna anterior la publicacin, bajo las restricciones y responsabilidad que establezcan las
Todos
de
escribir,
leyes.
Las Cortes generales y extraordinarias, queriendo desterrar de entre los espaoles de ambos mundos el castigo correccin de azotes, como contrario al pudor, la decencia y la dignidad de los que son nacen y se educan para ser hombres libres y ciudadanos de la noble y heroica Nacin Espaola, han tenido bien decretar lo
la
siguiente: Se prohibe desde el da de hoy correccin de azotes en todas las enseanzas^ colegios, casas de correccin y reclusin y dems establecimientos de la Monarqua, bajo la ms estrecha responsabilidad. := Lo tendr entendida la Regencia del Reino para disponer su cumplimiento, y lo har imprimir, publicar y circular. Dado en Cdiz, 17 de Agosto de \S\3. An/t/'/7z/7z de drs Morales de Los Ros, Presidente. Clemente, Diputado Secretario. ^=^ Juan Manuel Snbr, Diputado Secretario. A la Regencia del Reino.
XLIII
ABOLICIN DE LA PENA DE AZOTES SE PROHIBE USAR DE STE Y OTROS CASTIGOS CON LOS INDIOS
:
Las Cortes generales y extraordinarias, convencidas de la utilidad de abolir aquellas leyes por las cuales se imponen los espaoles castigos degradantes, que siempre han sido smbolo de la antigua barbarie, y vergonzoso resto del gentilismo, han venido en decretar y decretan: I. Se declara abolida la pena de azotes en todo el territorio de la Monarqua espaola. II. Que en lugar de la pena de azotes se agrave la correspondiente al delito porque el reo hubiere sido condenado; y si sta fuera de presidio l obras pblicas, se verifique en el distrito del Tribunal, cuando esto sea posible. III. La prohibicin de azotes se extiende las casas establecimientos pblicos de correccin, seminarios de educacin y escuelas. IV. Estando prohibida la pena de azotes en
Monarqua, los prrocos de las provinUltramar no podrn valerse de ella, ni por modo de castigo para con los indios, ni por el de otra correccin, ni en conformidad, cualquiera que sea. V. Los M. RR. Arzobispos, RR. Obispos y dems Prelados ejercitarn con toda actividad el lleno de su zelo pastoral para arrancar de sus dicesis cualquier abuso que en esta materia advirtieren en sus prrocos, y procedern al castigo de los contraventores con arreglo sus fatoda
cias
la
de
cultades.
VI.
Del
los Prelados
XLIV
eclesisticos contra aquellos prrocos que, traspasando los lmites de sus facultades, se atreviesen encarcelar tratar mal los indios.
Lo tendr entendido la Regencia del Reino para su cumplimiento, y lo har imprimir, publiDado en Cdiz 8 de Setiemcar y circular. bre de \8\3. =^Josef Miguel Gordoa y Barrios, Presidente. =y//a/z Manuel Subri, Diputado Secretario. := Ai /^/^/ Riesco y Puente, Diputado SeA la Regencia del Reino. cretario.
cu
ESTABLECIMIENTO DE ESCUELAS DE ENSEANZA MUTUA EN TODOS LOS CUERPOS DEL EJRCITO
Las Cortes, usando de la facultad que se les concede por la Constitucin, han decretado: Se establecern en todos los cuerpos del ejrcito la brevedad posible escuelas de enseanza mutua para que todos los soldados aprendan leer, escribir y contar, y el catecismo poltico, quedando el Gobierno autorizado para que de los fondos de los mismos cuerpos seale los Maestros y Directores la gratificacin que juzgue conveniente. Madrid, 28 de Junio de \%2\.^=iJosef Mara Moscoso de Altamira, Presidente. == Ai zPflnuel Gonzlez Allende, Diputado Secretario. blo de la Llave, Diputado Secretario.
XLV
Art. 59. Para la enseanza de estas ciencias (Medicina, Ciruga y Farmacia) se establecern escuelas especiales en Madrid, Cdiz, Barcelona, Valencia, Granada, Burgos, Santiago, Santa Cruz de Tenerife, Mjico, Guadalajara, Durango, Marida de Yucatn, Len de Nicaragua, Goatemala, Havana, Manila, Lima, Santa Fe de Bogot, Caracas, Buenos Aires, Charcas, Santiago de Chile y Guayaquil. 60. Para la enseanza de la vecterinaria se establecern escuelas especiales en Madrid, Len, Zaragoza, Crdoba, Mjico, Manila, Lima, Santa Fe de Bogot, Caracas y Buenos Aires. 61. Para la agricultura experimental en Valladolid, Sanlcar de Barrameda, Canarias, Habana, Celaya, Cuernavaca, Crdoba, Goatemala, Tarma, Santa Fe de Bogot, Caracas, Guayaquil y Manila.
la
Penn-
sula seis escuelas situadas en Madrid, Sevilla, Valencia, Barcelona, Zaragoza y Valladolid; y nueve en Ultramar, saber: en Mjico, Guadalajara, Guatemala, Habana, Manila, Lima, Chile, Santiago y Buenos Aires. 63. Para la enseanza de la msica se estable-
cer
64. Para la
XLV
las
en Madrid, Cdiz, Mlaga, Alicante, Barcelona, Corua, Bilbao, Santander, Lima, Guayaquil, Valparaso, Montevideo, CamjDeche, Caracas, Veracruz, Mjico, Habana, Manila, Goatemala, Cartagena de Indias, Santiago de Chile y Buenos Aires.
65. Para la Astronoma y Navegacin se establecern escuelas en Barcelona, Cartagena, San Fernando, el Ferrol, Lima, Costa de Indias, Guayaquil, Habana y Manila, en las cuales se dar
una enseanza completa de matemticas puras y mixtas, sin que estas escuelas perjudiquen que
subsistan las de nutica ya establecidas. 66. Para la enseanza de la lengua arbiga se establecern ctedras en Madrid, Granada y Valencia.
67.
el
Politctina, cuyo objeto ser proenseanza comn y preliminar para las diferentes escuelas de aplicacin. 73. En Ultramar se establecern escuelas especiales de minera en Zacatecas, Guanajuato, Pasco, Potos del Per, Santa Fe de Bogot y Tagucigalpa de Comayagua, etc., etc., etc.
nombre de
porcionar
N.o 13
Noticia histrica de la fundacin de la Biblioteca Pblica de Montevideo, por el Dr. D. Pedro Mascar y Sosa, Director de la misma.
(
1815 1833
Comn
el
el lustrado
XLVir
sacerdote uruguayo Dr. D. Jos Manuel Prez y Castellano, lo que dista mucho de la verdad, como voy probarlo. En 1815, y no en el ao 1816, como afirma el historiador don Isidoro De-Mara ^^\ el presbtero don Dmaso Antonio Larraaga, una de las primeras lumbreras de la Repblica en la poca precitada, ganoso de que en Montevideo se estableciese una biblioteca pblica, gestion del Excmo. Cabildo respecto este particular; hecho que l mismo apunta en el notable discurso que pronunci al verificarse la apertura de esta institucin el 26 de Mayo de 1816, diciendo: Son tambin dignos de los mayores elogios los Gobiernos pasado y presente (1815-1816): aqul por haber apoyado y elevado nuestra solicitud y hecho la mitad de la obra, y ste por haberla llevado hasta su ltima perfeccin '--K Tal testimonio revela el procedimiento de que hizo uso aquel venerable conciudadano para realizar el pensamiento altamente humanitario que en feliz hora concibiera. En efecto, desprndese de aquellas palabras que el primer vicario apostlico de la Repblica present la autoridad de que llevo hecho mrito, una solicitud que fu acogida y llevada al general Artigas para su resolucin, siendo, segn veremos ms adelante, favorable las miras del exponente. Si influy tambin ste en el nimo del mencionado caudillo en el sentido de que se realizara su civilizadora idea, lo ignoro, pues no me ha sido dable compulsar tal versin con ningn instrumento
Rasgos biogrficos de hombres notables de la Repblica ( 1 O. del Urjiguay. Montevideo, 187). Lib. i, pg. 66, lnea 1.'' y sig-, (2) Oracin inaugural que en la apertura de la Biblioteca Pblica de Montevideo, celebrada en sus fiestas ma^-as de 1816, dijo D. A. L director de este establecimiento. Montevideo, en el mis)
,
mo
ao, pg.
15,
lnea 33
sig,
xLviir
bien que no es aventurado admitirla sin beneficio de inventario, atendiendo que meses antes de aprobarse la fundacin de la Biblioteca emprendi el Dr. Larraaga un viaje al Hervidero, punto en donde la sazn se encontraba aquel procer, con quien debi tal vez cambiar ideas sobre el asunto que nos ocupa; pero sea de esto lo que se quiera, la verdad es que el 12 de Agosto del ao 1815 ^^ el Jefe de los Orientales, en un oficio dirigido desde Paysand al Muy Ilustre
legal,
Cabildo Gobernador de Montevideo, aprobaba en los siguientes trminos la fundacin de la Biblioteca Nacional .... Nunca es tan loable deca el celo de cualquier ciudadano en obsequio de su patria, como cuando es firmado por votos reales que le caracterizan. Tal es el diseo que V. S. me presenta en el venerable Cura Vicario de esa ciudad, el presbtero don Dmaso Antonio Larraaga. Yo jams dejara de poner el sello de m aprobacin cualquiera obra en que en su objeto llevase esculpido el ttulo de pblica felicidad. Conozco las ventajas de una Biblioteca Pblica, y espero que V. S. cooperar con su esfuerzo influjo perfeccionarla, coadyuvando los heroicos esfuerzos de un tan virtuoso ciudadano. Por mi parte dar Vd. las gracias dicho paisano, protestndole mi ms ntima cordialidad y cuanto dependa de mi influjo, para el adelantamiento de tan noble empeo. AI efecto, y teniendo noticia de una librera que el finado cura Ortiz dej para la Biblioteca de Buenos Aires, V. S. har las indagaciones competentes, y si aun se
(
En El
13
de
Marzo de
1848, se hace constar en un artculo titulado Breve noticia de la vida del doctor don Dmaso A. Larraaga pg. 2.% col. 3.), que la Biblioteca Nacional se estableci en 1815,
XLIX
halla en esa ciudad, apliqese de mi orden la nueva de Montevideo. Igualmente, toda librera que se halle entre los intereses de propiedades
pero que V.
vitar
extraas, se dedicar tan importante objeto. EsS. contribuir con su eficacia in-
los nimos de los dems compatriotas perfeccionario, y que no desmayar en la empresa ^^^ > hasta vera' realizada Como se ve por lo que transcrto queda, la fundacin de la Biblioteca Nacional se debe en gran parte al antiguo Cabildo y al general Artigas, no
.
siendo por consiguiente su fundador don Jos Manuel Prez y Castellano. Y pues, si tal es el orgen de esta casa, ocurre preguntar: Cmo se explica la creencia hoy en boga, de que el verdadero fundador de la Biblioteca fu el benemrto ciudadano de que dejo hecho mencin? En mi sentir, la causa de tal error cumple atri-
que don Dmaso Antonio Larranaga, designado por el Dr. Prez para ocupar el cargo de Director de la Biblioteca Pblica que haba mandado fundar por testamento otorgado en 6 de Enero de 1814 (dado caso de que dicho empleo no lo aceptase don Jos Raimundo Guerra), no se le ocult que en virtud de tenerse que cumplir otras mandas antes de la que nos ocupa, se retardara largo tiempo la creacin de un establecimiento anlogo, y entonces debi solicitar la pretensin oficial para dotar cuanto antes Montevideo de los beneficios que proporciona
buira
(1) Archivo de la Junta E. Administrativa de Montevideo: documentos del extinguido Cabildo. Oficios dirigidos al Muy Ilustre Cabildo Gobernador de Montevideo por el general don Jos Artigas; nota de dicho general, de 12 de Agosto de 1815, contestando otra del Cabildo, datada el 5 del mismo mes y ao, y en la que se felicita aqul de que se haya restablecido el orden en Mon-
una Biblioteca Nacional, abrigando el pensamiento de fomentar, como despus foment indebidamente el material cientfico de sta con los recursos que haba dejado el testador para aqulla; de ah que el pueblo haya siempre tenido por cierto que el verdadero fundador de esta importante dependencia del Estado sea el benemrito uruguayo que nos hemos referido. En cuanto la fecha en que fu nombrado el
primer Jefe
podemos
celo que nuscritos
la
de este importantsimo centro, no precisarla con certeza, pues pesar del hemos ejercitado en la busca de maautnticos relativos
los orgenes de propsito de ilustrar punto de tanto inters para la historia patria, desgraciadamente no nos ha sido dable haber la mano, ni el decreto resolucin de estilo, ni el correspondiente nombramiento, si es que se expidi, y digo esto causa de que, dadas las circunstancias por que atravesaba la Repblica en los comienzos de su independencia, tal vez no se curase la autoridad respectiva de observar aquellos requisitos, fundndome, al emitir tal juicio, en que del minucioso examen que he llevado cabo en las actas capitulares del extinguido Cabildo, referentes al ao 1815, no se hace constar el dato que antes he aludido: sin embargo, segn se desprende de un oficio dirigido con fecha 11 de Octubre de 1815, por D. Dmaso Antonio Larraaga al Excmo. Cabildo Gobernador rehusndose aceptar el empleo de Revisor de La prensa para que haba sido designado, deca Actualmente me hallo en el arreglo de millares de libros como Director de la Biblioteca Pblica. ... lo que pone de manifiesto que en la fecha antes citada, ya se haba provis-
Biblioteca,
con
el
;^
LI
empleo y se practicaba lo conducente organizacin de este saludable recinto, inducindonos tales palabras aseverar que aquel honroso cargo debi proveerse al poco tiempo, quizs algunos das despus de aprobada la fundacin de la Biblioteca, puesto que para encontrarse los trabajos la altura que se apunta, requerase algn espacio de tiempo, adems que otramente no se explica el notable adelanto que ya haba experimentado en sus fondos y colecto aquel
la
ciones. El historiador De-Mara, bigrafo del docto y primer Jefe de este pblico establecimiento, insina que en marzo de 1816 fu ste designado verbalmente por el general Artigas para desempear el destino de director de la Biblioteca; tes-
timonio que por lo que hace fecha carece de certeza ^^\ pues cuando no bastare el documento antes aducido, sera suficiente prueba para destruir el anacronismo en que ocurri el publicista citado, traer cuento un oficio de Larraaga de data de l.o de Febrero de 1816, en que solicitaba del Exento. Cabildo Gobernador seiscientos pesos para la conehisin de sus estantes (los de la Biblioteca), ejecutados de un modo cual corresponda la magnificencia, esplendor y buen gusto de los orientales '--I Merced al loable celo de don
(1) lnea
Rasgos biogrficos de Hombres Notables, etc., etc., pg. 66, Isi14. Con motivo de aquel error me dirig en nota don doro De-Mara, quien me manifest en contestacin haber tomado aquel dato de unos apuntes histricos de don Manuel Barreiro, hoy de su propiedad afirmando que en ellos probablemente se debi equivocar el mes y el ao. (2) Junta E. Administrativa de la Capital; documentos del exting^uido Cabildo de Montevideo; oficio dirigido con fecha 1. de Febrero de 1816 por don Dmaso A. Larraaga aquella autoridad solicitando 600 pesos para la conclusin de los estantes de la Biblioteca ejecutados de un modo cual corresponda la magnificencia, esplendor y buen gusto de los orientales.
;
Dmaso
dispens
LII
Larraaga, y gracias la proteccin que el general Artigas para la creacin de escaseando, al decir de aquel esta Biblioteca. sapientsimo Bibliotecario, an lo necesario en su propia persona para tener que espender con profusin en establecimientos tan tiles sus paisanos, vironse coronados los esfuerzos del ilustre Presbtero, fundndose este santuario de la ciencia, cuya solemne apertura se realiz el da
. .
.
<^
26 de Mayo de 1816 ^^\ habiendo pronunciado en aquel grandioso acontecimiento un notable discurso su renombrado Director. Tal es agrandes rasgos bosquejado el origen de nuestra Biblioteca Nacional, que, como se ve, fu fundada en 1816, habindose agregado ella los libros y recursos que haba legado el doctor don Jos Manuel Prez y Castellanos para la creacin de un establecimiento anlogo ^-^; establecimiento que nunca se fund, infringindose por ende las clusulas 22, 23 y 24 del Testamento precitado, y de cuyo punible abuso nos ocuparemos durante
curso del presente escrito. nmero de impresos y manuscritos que posea la Biblioteca Nacional en los primeros das de su existencia, no nos es posible apreciarlo,
el
El
sin duda alguna por involuntaria ( 1 ) Don Isidoro De-Mara, equivocacin, apunta en su obra citada, pgina 66, lnea 17, que la apertura de la Biblioteca se verific el 25 de Mayo, en tanto que El Universal de 18 de Noviembre de 1833, en un artculo debido la pluma de don R. Massini?), afirma que fu el 26, y as lo reconocieron los mjembros de la Comisin del Museo y Biblioteca nombrada en 1837, al disponer en sesin del 25 de Abril de 1838 que se efectuase la apertura de la Biblioteca el 26 de Mayo del mismo ao; acto que se transfiri despus para el 18 de Julio. En un nmero de El Patriota correspondiente al 24 de Enero de 1832, en la 3 pgina, columna 2.'', se hace constar que el 26 de Maya de 1816 se llev cabo la apertura de la Biblioteca. (2) Vase La Gaceta de Montevideo de 20 de Agosto de 1829, donde aparecieron publicadas las clusulas 22, 23 y 24 del testamento del seor Prez, otorgado el 6 de Enero de 1814.
(
'^
Lili
res no obran en archivo alguno los libros de enlodas correspondientes la poca que venimos historiando; no obstante, segn el testimonio de Larraaga, nos es dado afirmar que en-
coni-eibanse sus estantes provistos de las ms publicaciones que hasta entonces se haban estampado sobre las distintas ramas del humano saber ^^\ El primer jefe de nuestra Biblioteca Nacional continu al frente de su direccin hasta que en Febrero de 1817 vise precisado ausentarse de Montevideo, por haberle elegido el Excmo. Cabildo, en compaa del caballero Sndico Procurador General de la ciudad don Gernimo Po Bianchi, para felicitar y rendir obediencia los pies del mismo rey de Portugal ^-\ residente la sazn en el Janeiro; habiendo resuelto la citada autoridad llevar cabo aquel acto en virtud de haber tomado posesin de Montevideo los portugueses el 20 de Enero del ao recientemente
sele tas
de haberse encaLarraaga la capital del Brasil, en cumplimiento de la misin que se le encomendara, debi quedar vacante el cargo de Director, por cuya causa se explica el hecho de haber resuelto, el 10 de Abril del mismo ao, el Cabildo depositar en las casas que el doctor Prez y Castellanos haba legado para la fundacin y sostn de una Biblioteca Pblica, los tiles y libros que posea la Nacional. Qu m-
minado
(1) Oracin inaugural antes citada pg-s. 9, 10, 11, 12, 13. U y 15. (2) Archivo de la Junta E. Administrativa. Documentos del extinguido Cabildo de Montevideo. Libro de actas capitulares correspondientes al ao 1817; vase el acta de 1. de Febrero del mencionado ao.
LIV
vil
indujo aquella autoridad adoptar tal resoque no nos ha sido dable indr^ar^ mal de nuestro grado, y cuenta que hemos ixalucin, es lo
minado con la mayor minuciosidad los documentos del extinguido Cabildo de Montevideo.
En mi sentir, origin dicho acuerdo la entrega de la plaza de Montevideo los portugueses, cuyas autoridades habindose instalado en el antiguo Palacio de Gobierno, poco ha demolido, y donde se encontraba la Biblioteca, necesitando del local que sta ocupaba, debieron depositarla en el departamento donde exista la imprenta del
Estado.
El historiador De-Mara, refirindose este hecho, asevera que los portugueses destruyeron la Biblioteca Nacional el ao 1817 ^^^; pero este dato, que tambin apuntan El Universal de 18 de Noviembre de 1833 ^-'' y el Defensor de la Independencia Americana el 13 de Marzo de 1848^^^, est comprobado en las actas capitulares del Cabildo, constando tan slo que en virtud de encontrarse la Biblioteca depositada en el local de la imprenta del Estado, se resolvi, en sesin celebrada por aquel Consejo Capitular en 10 de Abril de 1817, que todos los libros y tiles de la Biblioteca fuesen entregados, por inventario formado por el Escribano, don Jos Raimundo Guerra; que ste conservase todo su cargo,^ en la casa del finado Presbtero don Jos Manuel Prez y Castellanos, segn la misma y lti-
no
(1) Rasgos Biogrficos, etc. etc., libro 2.". pg. 88, lnea 34. (2) Vase en el nmero de El Universal citado, en la segrunda pgina, un artculo titulado Restablecimiento de la Biblioteca Pblica de Montevideo . (3) Vase .n el nmero citado el artculo que, con el epgrafe Breve noticia de la vida del doctor don Dmaso A. Larraaga , se insert en sus columnas, pgina 2.*, columna 3.", linea 65.
LV
voluntad del mismo ''^; que el acto de la entrega fuese presenciado por el Se/lor Regidor Defensor de menores don Juan F. Gir, quien se comisionaba al intento, y que de todo se instruyese de oficio dicho Guerra para su cumplimiento en la parte que le toca ^-'. La precedente transcripcin viene demostrar que la Biblioteca Nacional no fu destruida, sino depositada, por los portugueses, en el departamento donde se encontraba la imprenta del Estado; y la evidencia de esta suposicin sube de punto, si se recuerda que el Cabildo, que tan celoso se mostraba en el cumplimiento de sus deberes, siendo buena prueba de ello las quejas que elevaba al Barn de la Laguna apenas se cometa el menor atropello ^'^\ no hubiese pasado en silencio la destruccin saqueo de esta dependencia del Estado, en cuya custodia cifraba su honra la referida corporacin ^^\ Tal vez los primeros que relataron que la Biblioteca Nacional fu destruida por los portugueses en 1817, quisieron manifestar que con la
ma
>
(1) Como se ve en dicho acuerdo el Cabildo no interpret en su verdadero sentido el testamento del doctor Prez. (2) Actas del antiguo Cabildo, correspondientes al ao 1817. (3) En el artculo^de El Universal i que me he referido, se remite al lector, para que compulse el hecho de la destruccin de la Biblioteca, una obra que se imprimi en Europa sobre la ocupacin de la Banda Oriental y la justicia de la Repblica Argentina en la guerra contra el Brasil (palabras textuales) He ledo con este motivo la edicin de 18:5 y 1826 en castellano y en francs ), del libro que don Ignacio Nez public en Londres y en^ Pars respectivamente, con el ttulo de Noticias histricas, polticas y estadsticas de las Provincias Unidas del Ro de la Plata, etc etc., y no he encontrado nada respecto al particular de que queda hecho mrito.
(
<>
,
(4) En el nmero del peridico titulado E/ Patriota antes ci Cuando tado, en la misma pg. y columna, se dice lo siguiente las tropas de S F. ocuparon esta plaza (Montevideo) en 1817, necesitando las piezas en que estaba la Biblioteca, la destruyeron. Fu restablecida en tiempo del gobierno imperial y nuevamente destruida.
:
LVI
local se introdujo la mayor confusin en sus fondos y colecciones, destruyendo, en consecuencia, la organizacin que en la misma reinaba; lo que dista mucho de que fuese destruida saqueada, como se afirma en los artculos de los peridicos antes citados error que han repetido posteriormente algunos escritores. La Biblioteca Nacional qued, pues, depositada, hablando con ms propiedad, encajonada en las casas que el doctor Prez y Castellano haba legado para la creacin de un establecimiento anlogo. Poco tiempo despus sobrevino la guerra contra los portugueses, que se prolong hasta el
;
mudanza de
la autoridad patria de ocuparse de la reorganizacin de este importantsimo centro. Terminada la lucha de que queda hecho mrito, y una vez constituida esta regin en independiente, adoptando la denominacin de Repblica Oriental del Uruguay, la Honorable Asamblea General Constituyente y Legislativa del Es-
tado recomend al Poder Ejecutivo, por decreto sancionado en 10 de Mayo de 1830 '^^\ el establecimiento de la Biblioteca pblica mandada fundar por el doctor don Jos Manuel Prez y Castellano; disponiendo tambin se agregasen ella las existencias de la que estableci el Gobierno de la Provincia el ao 1815; habindose infringido con tal acto la voluntad del testador. A pesar de haber sido promulgada dicha ley al da siguiente, el Gobierno no se cuid de observarla hasta dos aos y medio despus, en que se nombr una Comisin, por decreto de fecha 14 de Noviembre de 1833 ^-\ compuesta de los se(1) Coleccin Legislativa de la Rep. O. del Uruguay. Montevideo, 18/6. Tomo I. pg. 132. (21 Peridico titulado El Recopilador, de 15 de Febrero de 1833,
2.* columna,
2.
pgina.
LVII
ores don Jos Raimundo Guerra, don Ramn Masini, don Francisco Magarios, don Francisco Javier Garca y don Juan Gir, quienes deban proceder al ms pronto restablecimiento de la Biblioteca Nacional, cometindose tambin el encargo de dar cumplimiento la ltima voluntad del doctor Prez.
Tal acto se me antoja una arbitrariedad comeno slo por parte de la Constituyente, sino tambin por el Poder Ejecutivo, aqulla de haber
tida
recomendado lo que no poda recomendar y ste por no haber observado una ley altamente injusta, puesto que mediante ella se venan usurpar
los derechos de los albaceas ^^\ Accin tan pecaminosa no tiene explicacin de ningn gnero, porque aun suponiendo que los albaceas no hubieran dado cumplimiento la voluntad del testador, era la Municipalidad quien incumba defender el legado que el doctor Prez hiciera al pueblo, probando antes haber llegado el momento de efectuar lo dispuesto por el mencionado compatriota, y afirmo que era la J. E. Administrativa quien perteneca de hecho y derecho intervenir en la cuestin de que me vengo ocupando, teniendo en cuenta que nuestro Cdigo poltico en su artculo 126 le atribuye el cometido de velar sobre la educacin primaria, como
sobre la conservacin de los derechos individuales. As lo debi comprender el seor Guerra, albacea del doctor Prez, cuando protest contra el
Se referira aquel abuso El Patriota de 31 de Enero de ( 1 cuando expona en su primera pg., columna 3.*, lo siguiente El decreto mismo de la Asamblea Consiituj'ente. dado con este objeto en 10 de Maj-o de 1830, debe en nuestro juicio ser reconsiderado por el Cuerpo Legislativo. Algunas disposiciones de e = e decreto que hemos visto despus de lo que dijimos en nuestro nmero 2'j, traban la accin del Gobierno y dificultan la ejecucin de tan importante obra.
)
1832,
proceder apuntado
sicin
LVIII
sin
preocuparse
los
le
de
que publicistas asalariados otros desconociendo la cuestin, diendo la citada ley ^^\
la opounos y los
hacan aplau-
N.o
14
Manuel Pagla
NOTA DEL GENERAL DO.V JOS ARTIGAS ORDE.VAXDO LA DESTITUCIN DEL MAESTRO DON MANUEL PAGLA POR DETRACTOR DEL SISTEMA
POLTICO.
virtud del informe que ha rubricado V. S. sorepresentacin del maestro de escuela don Manuel Pagla, no solamente no le juzgo acreedor la escuela pblica, sino que se le debe prohibir mantenga escuela privada. Los jvenes deben recibir un influjo favorable en su educacin para que sean virtuosos y tiles su pas. No podrn recibir esta bella disposicin de un maestro enemigo de nuestro sistema; y esta desgracia, origen de los males pasados y presentes, no debemos perpetuarla los venideros, cuando
En
bre
la
trabajamos por levantar el alto edificio de la libertad. Sea V. S. ms digno de dar en todo el lleno la confianza que en V. S. se ha deposi(1) No termina aqu el trabajo del doctor Mascar, pero nosotros lo damos por concluido, en virtud de que la parte reproducida es suficiente para comprobar las afirmaciones que hacemos en el texto. Las personas interesadas en leer el resto deben ocurrir la Memoria de la Biblioteca Pblica de Montevideo, correspondiente 18S1 y 1882.
LIX
tado, y la energa de los magistrados convencer sus subditos del espritu pblico de que se hallan animados. Tenga V. S. la dignacin de llamar dicho Pagla su presencia y reconvinindole sobre su comportacin, intimarle la absoluta privacin de la enseanza de nios y amenazarle con castigo ms severo si no refrena su mordacidad contra el sistema. El americano delincuente debe ser tanto ms reprensible cuanto es de execrable su delito.
Tengo
la
honra,
etc.
J. Artigas.
Cuartel General, 9 de Octubre de
1815.
PRRAFO DE UNA COMUXICACIX DEL GENERAL ARTIGAS ACUSANDO RECIBO DE OTRA DEL CABILDO, EN LA QUE STE LE PARTICIPABA HABER AMONESTADO Y PRIVADO DEL EJERCICIO DE SU PROFESIN AL MAESTRO DON MANUEL PAGLA.
de 1S15.
V.
el honorable oficio de 28 del prximo pasado, haber llenado mis providencias, tanto con respecto al maestro de escuela don Manuel Pagla, como para remicuartel general la imagen de la Contir este cepcin y tambin los dems tiles de capi-
del
lla,
etc.,
etc.
Jos Artigas.
LX
FRAGMENTOS DE UN OFICIO DE ARTIGAS AL CABILDO GOBERNADOR PARTICIPNDOLE QUE, ACCEDIENDO LOS DESEOS DE ESTA CORPORACIN, HA RESUELTO QUE SE TRASLADEN MONTEVIDEO LOS PADRES LAMAS Y ORTAZ.
Cuartel General, 12 de Noviembre de
1815.
Reverendos Padres Ortaz y Lamas, la utilidad que V. S. manifiesta en el informe que me dirige con fecha 4 del corriente. Yo, sin embargo de serme tan precisos para la administracin del pasto espiritual de los pueblos que carecen de Sacerdotes, me desprendo de ellos porque sean tiles ese pueblo, ya que V. S. manifiesta la importancia que ellos darn al entusiasmo patritico. Si el padre Lamas es til para la escuela pblica, colquesele y exhrtesele al Reverendo Guardin y los dems Sacerdotes de ese pueblo, para que en los pulpitos convenzan de la legitimidad de nuestra justa causa, animando su adhesin, y con su influjo penetren los hombres de ms alto entusiasmo
Irn los
virtud de
Jos Artigas.
NOMBRAMIENTO DE DIRECTOR DE LA ESCUELA PUBLICA DE MONTEVIDEO, EXPEDIDO POR EL CABILDO DE ESTA CIUDAD FAVOR DE FRAY JOS BENITO LAMAS.
Montevideo, 26 de Diciembre de
1815.
Consecuente, informe de este Cabildo Gobernador, se dign el Excmo. Capitn General de esta Provincia ordenar con fecha 12 del mes
LXI
confiase los conocimientos y patriotismo de usted la direccin de la escuela pblica de esta Capital. Por lo tanto, y siendo la expresin del seor General, un documento satisfactorio usted, ha tenido bien esta Corporacin transmitirlo su conocimiento, al mismo tiempo que le confiere en propiedad la direccin de la expresada escuela pblica, molde en que deben formarse las virtudes distintivas de la juanterior, se
ventud
oriental.
N.o 15
Reglamento para
(1821
(copia fiel del que se conserva ex el museo y biblioteca pedaggicos, FUNDADOS POR SU ACTUAL DIRECTOR DON ALBERTO
GMEZ RUANO.)
Artculo 1.0 Se abrirn las escuelas que se juzguen necesarias para instruir toda nuestra juventud: y no se permitir introducir en ellas ningn libro escrito que contenga doctrinas
proposiciones contrarias nuestra santa religin. Art. 2.0 Se ensear los nios leer, escribir y contar, la gramtica de nuestra lengua y la doctrina cristiana, segn el sistema de enseanza mutua del seor Lancster; y en las escuelas de nias, se ensear adems toda clase de costuras.
Art. 3.0 Para ser
miembro de
esta sociedad se
LXII
necesita suscribirse al menos, por cinco pesos cada ao, y ms, lo que cada uno gustare.
Art. 4.0 Todo miembro de la sociedad gozar de voz activa para elegir, y de pasiva para ser elegido vocal de la Comisin Permanente. Art. 5.0 Los trabajos de esta sociedad sern dirigidos por un presidente, dos vicepresidentes, dos secretarios, un tesorero y seis miembros asociados; y sern todos elegidos pluralidad de votos por los suscritores que componen la so-
ciedad.
Art. 6.0
general
En
los suscritores una reunin da primero de setiembre de cada ao. esta reunin la comisin presentar la so-
Tendrn
el
ciedad los trabajos del ao anterior, y una relacin del estado de las escuelas, de los fondos existentes y de los invertidos en el sostn y ramificacin de las escuelas. En esta reunin general se elegir tambin la nueva comisin y podrn ser reelegidos el presidente, vicepresidente, secretarios, tesorero, y asociados, siempre que la sociedad lo tenga por conveniente. Art. 7.0 El maestro leer todos los das toda
un captulo de la Sagrada que contenga mcsimas morales, para que, de este modo, se impriman
la escuela,
Biblia,
en voz de otro
alta,
libro
en los corazones de los nios los deberes de religin, las buenas costumbres y el amor
prjimo.
la
al
Art. 8.0 Todos los sbados por la tarde los emplearn esclusivamente los nios en la instruccin de la doctrina cristiana por dictacin en las clases, y luego en los semicrculos en forma de ejercicios, preguntando los monitores sus alumnos; y se premiar como en la lectura al nio que quede de primero en cada semicrculo.
Art. 9.0
la
LXIII
en
A todo nio pobre se instruir gratis escuela y los hijos de padres ricos pagarn seis reales al mes, menos que dichos padres fuesen suscritores, que entonces no pagarn nada. Art. 10. El tesorero cobrar las sumas que pagan en la escuela los nios ricos, igualmente las cantidades con que han tenido bien suscribirse los suscriptores; dichas sumas y cantidades
se emplearn precisamente en la conservacin y propagacin de escuelas para ambos sexos, y en pagar los sueldos los maestros sancionados por la comisin. Y tendr todas las cuentas bien examinadas para el da de la tenida general de la sociedad. Art. 11. Los secretarios tendrn su cargo los libros de esta sociedad; convocarn las reuniones de la comisin llevarn las minutas, etc., etc.
;
DE LA COMISIN
Art. 12. La comisin se reunir una vez cada quince das ms menudo si lo creyese necesario; y sealar para esta reunin el da que le parezca ms conveniente. Art. 13. Nombrar un secretario algn otro vocal de la comisin para que vaya una maana cada semana visitar las escuelas. Nombrar adems de cuando en cuando dos visitadores para que inspeccionen si los trabajos de las escuelas s'guen adelante con regularidad.
de de
14. Para hacer estensivos los beneficios instruccin toda la juventud, los vocales la comisin indagarn, por el vecindario, si hai algunos nios nias que necesiten ins-
Art.
la
LXIV
y si los liai, darn de ello parte la co misin, y sta tomar las medidas ms prudentes y eficaces para que dichos nios vayan las estruirse;
cuelas.
Art. 15. La comisin est autorizada para nombrar los maestros y maestras para las escuelas que se establezcan y en la muerte resignacin del tesorero secretario, nombrarn sus sucesores: echar de las escuelas los nios absolutamente incorregibles y dirigir los negocios de la sociedad segn las regulaciones prescriptas.
;
Art. 16. La comisin guardar una lista de los nios que se han distinguido por su buena conducta, y har cuanto pueda por colocar estos nios en destinos correspondientes sus circunstancias y capacidades y aun despus de colocados, indagar por espacio de un ao ms^ si dichos nios continan en la misma buena conducta, y en este caso, continuar prestndoles su proteccin. Art. 17. La comisin dar un certificado honorfico todo nio que al dejar la escuela por estar ya instruido, presente de su maestro una nota de haber sido aplicado y haberse comportado bien.
;
DE LOS NIOS
Art. 18. Todos los nios se presentarn con sus manos y caras labadas y su pelo peinado: y estarn precisamente la hora de la entrada que ser, por la maana las siete hasta las diez y por la tarde las cuatro hasta las seis y media, escepto en los meses de Junio, Julio, Agosto y Septiembre que sern las horas de la escuela
tro
LXV
de ocho once por la maana y de dos cuay media por la tarde. Art. IQ. Ningn nio se admitir en la escuela menor de seis aos de edad y en caso que haya varios nios apuntados para ser admitidos, tendr la preferencia el ms antiguo, excepto algunos casos particulares que se dirijan la discrecin de la comisin. Art. 20. Cuando algn nio falte la escuela ser requerido por el maestro traer una notita de sus padres que especifique la causa de su
;
falta.
Art. 21. Cuando algn padre tenga por conveniente remover su hijo de la escuela, se espera tendr la bondad de noticiar al maestro maestra de la remocin. Art. 22. Los mritos y servicios de los nios sern premiados con villetes que se recogern y pagarn al menos tres veces al ao.
falte la visita
de
sin
escuelas, nadie
nombrar visitador
su propio consentimiento, y si aconteciere que as nombrado tuviese algn inconveniente en visitar las escuelas, se nombrar otro vocal de la comisin, algn suscriptor para que visite como diputado. Art. 24. Los visitadores entrarn en la escuela,
el
si
puede
ser, al
empezar
los trabajos
inspeccio-
narn el orden general de ella: harn lo posible por adquirir el competente conocimiento del sistema de instruccin, y observarn si se cumplen debidamente todas las reglas y reglamentos. Si
LXVI
advirtiesen que alguna cosa necesita correccin, la avisarn privadamente, y con buen modo al
maestro maestra; observarn tambin si los nios guardan en lo general una conducta conveniente y decorosa. Art. 25. Ecsaminarn si los monitores cumplen con sus deberes, y comunicarn al maestro cualquier falta que notaren.
Art. 26.
Inspeccionarn
la
el
gistro de
ausentes;
lista
y de todo darn parte la comisin. Art. 27. Los visitadores no harn alteracin alguna en los empleos regulaciones de la escuela, ni se mezclarn en nada con la autoridad que el maestro tiene en ella; ni menos llamarn los nios para tomar de ellos informes sobre el estado de la escuela.
gir los
LXVII
Art. 2Q. Ningn visitador miembro de la sociedad presentar la comisin ningn cargo sobre la mala conducta del maestro, sin haberse asegurado antes personalmente de que el cargo es justo y fundado. Art. 30. El maestro dar parte todos los meses la comisin sobre las ausencias repetidas mala conducta de algn nio: sobre la naturaleza de casos particulares, y sobre cualquiera notable circunstancia; y asistir la comisin cuando se haya de acordar en ella la despedida de algn nio. Art. 31. Como el objeto de las pblicas escuelas es, en todo tiempo, el bien estar de los nios, ser muy conveniente que antes de despedir un nio, un vocal de la comisin visite personalmente sus padres para que con su au-
toridad paternal lo amoneste la enmienda. Art. 32. No se alterar ninguna de estas reglas ni se adoptar ninguna otra nueva sin la sancin de la mayoridad en la junta general de la sociedad.
NOTA
Cuando los fondos lo permitan, se premiar con un libro todo nio que, ya educado, salga de la escuela con la nota de haberse comportado bien y de haber hecho rpidos progresos en su instruccin, y cuyo libro llevar estampada en el
principio la siguiente inscripcin firmada del presidente y secretario: P/r/;?/7 de la sociedad Lancasteriana al mrito, buena conducta y aplicacin del nio fulano de tal. \ para el efecto, el maestro, antes de la salida del nio, pasar un parte ala comisin concebido en estos trminos:
Seores Presidente
LXVIII
vocales de la Comisin.
El nio fulano de tal se halla ya instruido en todo lo correspondiente la primera educacin. Entr en esta escuela el dia l.o de Setiembre de 1821. Fu destinado la primera clase, y en el transcurso de 18 meses ha cursado todas las clases hasta la octava, y al presente sabe ya 1er, escribir, contar, la gramtica de su lengua y la doctrina cristiana; habiendo en todo este tiempo cumplido puntualmente con todos los deberes de la escuela y observado una conducta incorregible; lo que comunico V. S. por si le considera acredor al premio. Montevideo marzo 1.0 de 1823. -Montevideo diciembre 14 de 1821. Aprobado. ^z/wz de la Laguna, presidente. Juan Jos Duran, primer vice-presidente. Juan Correa, segundo vice-presidente. O'/wz/V/Z? Pi Bianqui. Juan Mndez Caldeira. Carlos Caniusso. Luciano dlas Casas. Manuel Argerich,
Francisco
zlez,
Juanic.
Ildefonso
co Solano de
Antua,
secreiario.
secretario.
LXIX
N.o
16
Alocucin del Maestro don Jos Ctala y Codna, pronunciada el da 3 de Noviembre de 1821, ante los fundadores de la Sociedad Laucasteriana, explicndoles el sistema mutuo de enseanza, su funcionamiento, sus ventajas, y clculo de recursos para difundirlo.
(Montevideo. Imprenta de Prez. 1822)
Excma. Corpo-
Seores todos los que componis esta respereunin, permitidme que os hable sobre el sagrado objeto que ha dirigido vuestros pasos esta sala capitular. l no ha sido otro, lo que observo en el contenido del anuncio, que el de formar una sociedad que tome su cargo la educacin de toda la juventud de esta ciudad y estado, bajo el ventajoso, pronto y econmico sistema de enseanza mutua de Lancaster. No es fcil poder concevir la primera reflecsin, como un solo maestro pueda ensear en corto tiempo, con orden y la vez, 400, 500 ms nios; y para que podis formar alguna idea de esta posibilidad que ya en el dia ha llegado ser en toda Europa una demostracin geomtrica, voi primero presentaros un bosquejo de
table
lo
uti-
LXX
lidades que proporciona la escuela por este mtodo comparndolo con el antiguo; y por ltimo, os har algunas observaciones para probar la facilidad con que esta misma educacin se puede hacer estensiva todos los nios y nias del estado, sin necesidad de grandes ausilios del
gobierno. El secreto de este ingenioso mecanismo consiste en que los nios se instruyan por si mismos; esto es, en que los que saben mas enseen los que saben menos bajo el cuidado de una sola persona que, mejor que maestro, se le deba llamar administrador de la escuela. Todos los nios estn reunidos en una sola pieza con el mayor orden, comodidad y decoro. Los bancos y mesitas estn colocados por un orden gradual en el centro de la pieza, y todo su alrrededor queda libre para el paso de los nios y para los semicrculos de lectura. Se dividen los nios en ocho clases, empezando por los que aun no conocen las letras que pertenecen la primera, hasta los que saben 1er, escribir y contar que corresponden la octava. Cada
una de estas clases tiene detallada una parte del todo de la instruccin, y por numerosa que sea, la dirige uno de los alumnos llamado monitor, quien ensea sus pupilos todo lo correspondiente aquella clase.
Estos
monitores se
rele-
direccin de los monitores se hace un ecsamen general, y todo nio que se encuentra prctico en aquella parte de instruccin correspondiente su clase, es ascendido otra superior. Por este medio se transmite la ciencia de uno otro y se conserva, asi por transmisin, sin que dependa,
la
van
la
maana y pasan
trabajar
entrantes.
Cada mes
LXXI
digmoslo asi, de la suficiencia del maestro, pero s de su gran cuidado en que cada uno cumpla con los deberes que le son detallados. Concluida la escritura, que es en pizarras en lugar de papel, toma el mando el monitor general de lectura, y su voz se levantan todos los monitores particulares de lectura y se colocan la cabeza de los grupos que se les han designado de antemano; una seal que hace en seguida, se levanta toda la escuela y marcha, en varias direcciones, formarse en los semicrculos para 1er all en las lecciones que estn colgadas en la pared. Al fin de la lectura se retiran todos sus asientos y entra entonces en mando el monitor general de arismtica, y por el mismo orden, se ensea tambin la gramtica y la doctrina cristiana.
que podis pues formar una idea ms de una escuela por este mtodo, la comparar con un regimiento de soldados que es instruido por comandantes, capitanes y oficiales subalternos, estando todo bajo las ordenes de un coronel. El que haya ecsaminado el orden y uniformidad que guarda un regimiento, igualmente que de su obediencia gradual y respectiva, est dispuesto preconocer y anticipar los buenos efectos de este sistema de educacin que se practica por las diferentes clases de monitores bajo la direccin de un mismo maestro. Est tan bien preparado para crer que 500 1000 nios pueden ser instruidos, la vez, por un solo maestro, del mismo modo que un regimiento en igual nmero de soldados se dice ser instruido por un solo coronel. Por esta cadena de mando y obediencia, por este orden de comandantes, capitanes y oficiales
Para
clara
LXXII
subalternos llamados monitores, aprenden los nifos ler, escribir, contar, la gramtica de su lengua, la doctrina cristiana y la sana moral, aprenden hacer todas las cosas con orden, juzgar de los hechos con rectitud y pasar con indiferencia y sin el menor resentimiento, ese peso tan amargo del mando a la obediencia. La rapidez en los progresos es tambin consiguiente, porque en estas escuelas no tienen los nios un momento de ociosidad ni distraccin: todos len
la vez; todos escriben a la vez; y todos los movimientos se hacen a la vez y con tanto orden y conformidad como lo puede hacer un regimiento a la voz de su coronel. La emulacin, el pundonor y el temor a las correcciones, estos grandes mviles que parece son solo creados para los hombres ya hechos, empiezan a producir sus efectos en la niez, y sobre todo en las clases mas bajas de la sociedad. La religin y la moral proporcionan por este medio el correspondiente consuelo a los que mas lo necesitan; y el desgraciado adquiere simultneamente el talento suficiente para salir de un es-
tado trabajoso, y la virtud necesaria para estar contento con l. Las utilidades que produce este sistema son tantas, tan admirables y patentes, que os sorprenderis cuando veis la diferencia que os voi presentar, ponindolo en parangn con el antiguo. Comparando los sabios de Europa y Norte Amrica los progresos que hacen los nios por este nuevo sistema, con los que hacan con el antiguo, han demostrado hasta la evidencia y
convenido unnimemente, con que hai una diferencia de dos seis, esto es, que en el sistema
antiguo necesitaban los nios para instruirse, en
LXXIII
aos aun los necesitan dos, que en el nuevo solo y de mas mediana capacidad. Nos resultan pues cuatro aos de diferencia que se ahorran los pacuatro aos dres de pagar escuela sus hijos que se ganan estos, y que pueden dedicarlos al
lo perteneciente la primera educacin seis
;
estudio de las ciencias mayores, artes, comercio, agricultura etc.: y cuatro aos que se gana la sociedad porque entran serle tiles todos estos individuos cuatro aos antes del tiempo que le pudieran ser si se instruyesen por el antiguo. Estas ventajas y ahorros, asi referidos en globo, no pueden infundiros aquel golpe repentino de conocimiento que es necesario para causar la admiracin y la sorpresa: y para que esto suceda,
se hace
anlisis.
indispensable
que os
los
presente
en
Los nios en el sistema antiguo necesitan por un libro cada cuatro meses, porque lo rompen jugando con ellos, los pierden por sus descuidos. Necesitan adems, papel, plumas, tinta, tinteros, bolsa etc., cuando en este nuevo sistema solo necesitan presentarse con sus cuerpos aseados en la escuela porque esta les proporciona todo lo necesario para la irpstruccin. Ahora bien, yo supongo que en esta ciudad hai mil entre nios y nias que se estn instruyendo la vez; necesitando pues cada uno de estos alumnos un libro cada cuatro meses, componen al ao 3000 libros; multiplicando esta cantidad por seis que son los seis aos que necesita para instruirse por el mtodo antiguo asciende el nmero total de libros 18000, que razn de 4 reales cada uno, hacen la cantidad de QOOO pesos. Por el mismo orden, podr decir tambin que cada uno de estos 1000 alumnos necesita
lo general
LXXiV
gastar cada ao 4 pesos en papel, plumas, tinta, etc.; que multiplicados tambin por 6 hacen la cantidad de 24000 pesos. Los 6 aos que los padres necesitan pagar escuela sus hijos los podr graduar, al menos 4 reales al mes por cada nio, que son 6 pesos al ao, que multiplicados por 6 hacen 36000 pesos.
Pero me falta aun lo principal, que son los 4 aos que se ahorran los nios en su educacin, que pueden y deben emplear en oficios, comercio, agricultura, etc. estos 4 aos debo tambin incluirlos en la cuenta. Debo pues suponer que cada nio puede ganar en cualquier trabajo que emprenda, despus de haber recibido su primera educacin, al menos su comida y vestido; y que el valor de esta comida y vestido lo podemos graduar, cuando menos, por seis pesos al mes, que multiplicados por doce, que son los meses del ao, deducimos que cada nio gana al ao 72 pesos; multiplicada ahora esta cantidad por mil, que es el nmero de los nios, asciende 72000 pesos; y multiplicada esta ltima cantidad por 4, que son los 4 aos que ahorran los nios y dedican al trabajo despus de educados, hace un producto total de 288000 pesos. Totalizar ahora las expresadas cantidades:
;
Valor de 18000 libros 4 reales cada uno Valor de papel, plumas, y tinta, etc. Por el pago de la escuela de estos mil nios en 6 aos Valor de! trabajo de 1000 nios en 4 aos.
.
.
9000 24000
36000 28S000
35701:0
Total
Me
tos
que
es-
los
LXXV
dos aos que necesitan para educarse por el nuevo sistema distribuyndolos en dos escuelas, una de varones y otra de mujeres que son mui
suficientes,
si
rrespondiente.
lui maestro y una maestra 1000 pesos cada ao, ascienden en dos aos Valor de las lecciones de lectura para las dos escuelas en los dos aos Valor de las pizarras y lpices para las dos escuelas en los dos aos Pago de premios (que es uno de los principales estmulos que tienen los nios en estas escuelas ) razn de 8 pesos cada cuatrimestre en cada escuela, ascienden en los dos aos Valor de algunas otras frioleras que podrn quiz necesitarse en los dos aos
Los sueldos de
4000
20
.....
200
96
100
4416
Deducida ahora
Quedan
357000
352584
la notable diferencia que rede la comparacin de ambos sistemas. V si esta comparacin la hacemos estensiva toda la juventud del estado, podr el ahorro ascender ms de un milln de pesos cada dos aos. Pero que son 352584 pesos que resultan de diferencia en la comparacin? Podr considerarse de ningn valor esta cantidad, si la comparamos con el inestimable caudal de la buena n;oral de las buenas costumbres, de saber juzgar con justicia, de saber mandar, y obedecer, de saber respectar las autoridades, los padres y
Esta es seores
sulta
LXXVI
mayores, y de saber hacer todas las cosas con orden, que es lo que se ensea tambin los nios en estas escuelas de enseanza mutua? Ah cuantos millones de pesos, cuantos miles de vidas no se han perdido en las pasadas convulsiones por haber faltado una semejante educacin la mayor parte de los habitantes de esta parte de Amrica. Todas las pasadas desgracias que han puesto un luto eterno las ms de las familias, han sido originadas por la ignorancia; si, por esa furia destructora de las comodidades y buenas costumbres, que, segn la define Pacovino, es loca, ciega, bruta y atrevida. En donde ella mora no puede haber felicidad, todo es vi!
cio.
si
el
hombre
no podr jams aborrecerlo; sino est su alcance la belleza de la virtud, tampoco podr apreciarla. En comprobacin de lo que acabo de decir, os voy presentar un ejemplar ocurrido en Escocia. Haba en este reino en el ao de 1700 sobre doscientos mil pobres mendigos, de los cuales, los cien mil vivan sin ley, sin religin y sin ninguna moralidad; la mayor parte eran reos de hurtos y de homicidios; y todos ellos no hacan mas que embriagarse, jugar, blasfemar y reir. Y que partido os parece que adopt el gobierno de aquel pas para reformar tan brbaras costumbres ? Pensis acaso que abraz el medio de castigar los delincuentes, el de proporcionar trabajo los pobres? Ni uno, ni otro; porque conoci que estos medios solo son paliativos para entretener un mal que debe ser cortado de raiz; y lo que hizo fu abrir escuelas en todas las parroquias, y sealar los fondos necesarios para el pago de sus maestros pues decan, y
no
al
LXXVII
con razn, que ajusticiando un reo se privaba Estado de un hombre, el cual, si se le hubiese dado cuando nio una buena educacin, se hubieran conservado dos personas, esto es, el muerto y el matador, precaviendo al mismo tiempo el crimen y la pena. Esta medida fu tan eficaz, que dentro de pocos aos llegaron ser tan pocos los criminales, que no haba ms que uno por cada veinticinco mil almas, cuando antes se contaba uno por cada mil. Esta notable diferencia fu dimanada de la instruccin que se generaliz en aquel pais por la sabia medida que adopt aquel gobierno. Desde aquella poca ya no se extraaba en Escocia ver un pastor leyendo Virgilio pero si se tiene por muy raro encontrar un malhechor. Lo mismo sucede en Suiza, en Holanda y en el Palatinado en donde la instruccin es tambin general; por lo que se puede sentar como demostracin matemtica: que los crmenes se multiplican en razn de la falta de instruccin, y que se minoran proporcin que esta se va generalizando.
;
aqu seores el objeto principal de la soque es informar generalizar la educacin para minorar los crmenes y progresar las buenas costumbres, que es la principal ventaja que proporciona este sistema de educacin. Me resta solo presentaros ahora algunas reflecciones que os hagan conocer la facilidad con que podis hacer estensiva esta misma educacin toda la juventud de esta ciudad y Estado, sin necesidad de grandes auxilios del gobierno. Los grandes establecimientos de beneficencia pblica que admiramos al presente en Europa Norte Amrica, y que hacen la felicidad de aquellos pueblos, son obra de los mismos ciudadaciedad,
Ved
LXXVIII
nos. Los hombres de luces y esperiencia, los amantes de las buenas costumbres y del bien estar de los dems hombres, han llegado convencerse de que el bien que se hace la generalidad redunda en bien particular de ellos mismos. Han conocido que las grandes obras de beneficencia pblica no pueden ser plantificadas ni sostenidas por un solo sujeto, por ms facultades que tenga; ni por mejores que sean sus intenciones; porque al fin, no es ms que un solo hombre que predica favor de aquella obra para que los dems la admitan y protejan. Convencidos de estas verdades, para cualquiera obra de pblica beneficencia que se han propuesto establecer, se han reunido los hombres filantrpicos en el mayor nmero posible, se han erigido en sociedad bajo ciertas regulaciones, y han venido por este medio ser otros tantos predicadores y abogados favor del establecimiento. Esta misma reunin hecha por uniformidad de sentimiento intereses, les ha dado una fuerza moral efectiva, capaz de rebatir y sufocar los tiros que la ignorancia y el inters de algunos hacen contra cualquier buen establecimiento en su infancia. Y como estos mismos individuos que componen la sociedad son al mismo tiempo contribuyentes, porque cada una se suscribe con una pequea cantidad anual arreglada su voluntad y facultades, resulta de aqu que, reunidas todas estas pequeas cantidades, llegan formar un fondo respetable, con el cual fomentan y sostienen el establecimiento. El gobierno en este caso no tiene que hacer mas que proteger, y cuando no sea suficiente el fondo colectado de los socios, contribuir con lo que sea necesario para establecer y sostener la empresa de beneficencia
LXXIX
pblica.
esto es un deber y un inters del goun deber, porque es un padre amoroso que debe propender al socorro de las necesidades de sus hijos; y es su propio inters,
bierno;
es
felicidad de los gobernados resulta de los gobernantes. Vosotros, pues, imitacin de los benemritos habitantes de Europa y Norte Amrica, y con tan buenos deseos como ellos, os habis reunido hoy en esta sala capitular para instalar una sociedad que tome su cargo la educacin pblica, proveyendo al efecto cuantas escuelas juzgue necesarias para uniformar la primera instruccin bajo el ventajoso y econmico sistema de Lancaster; hacer instruir maestros y maestras, colocarlos la cabeza de las escuelas, cuidar del pago de sus sueldos, celar sobre el cumplimiento de sus deberes, y sobre el buen orden de las escuelas. Nuestras miras benficas no deben limitarse al estrecho mbito de esta capital, deben por el contrario correr, cual fuego elctrico por todas las poblaciones del Estado; y en cada una de ellas estimular sus habitantes la formacin de una escuela, aunque sea por de pronto, en un galpn. El medio de formar y sostener estas escuelas en los pueblos, es igualmente fcil, pues es el mismo que empleis vosotros ahora para formar y sostener las de la ciudad. Para el efecto deberis mandar algunos anuncios al sujeto que tenga mas influencia en cada pueblo, para que rena all cuantos suscritores pueda; advirtindoles que, todo lo que se recoja de suscriciones en cada pueblo ha de quedar all mismo depositado en poder de la persona encargada, y que se ha de emplear precisamente en la formacin y sosten de la escuela escuelas del mismo pueblo. Y si
la
porque de
la felicidad
este
suficiente
LXXX
los suscritores no fuesees natural que no lo sea en el principio, por cuanto se necesita formar las escuelas y proveerlas de pizarras, lpices, lecciones etc.) el cabildo del mismo pueblo deber cubrir
fondo colectado de
(como
que proteger el establecidficit, lo mismo miento por cuantos medios estn sus alcances. Si esto se practica estoy firmemente persuadida que los pueblos abrazarn inmediatamente el sistema, y harn cuantos sacrificios puedan para ponerlo en planta. Y si en sus esfuerzos para conseguirlo se ven al mismo tiempo auxiliados del gobierno y del poderoso influjo de una sociedad cuya base principal es generalizar las escuelas y uniformar la instruccin, el resultado ha de ser precisamente la mejora de las costumbres,, la estirpacion de los vicios, el fomento de las artes y comercio, la propagacin de las luces y la felicidad general de este benemrito Estado.
el
He
dicho.
Lxxxr
N.o 17
Nmina
completa de las personas que contribuyeron pecuniariamente al sostenimiento de la Sociedad Lancasteriana de Montevideo desde su establecimiento hasta su disolucin.
fiel de las listas autnticas que se conservan en la Seccin Histrica del ^luseo Pedaggico de esta ciudad.)
(Copia
LISTA DE LOS SEXORES SUSCRIPTORES A LA SOCIEDAD DE LA ESCUELA LANCASTERIANA QUE HAN EXTREGADO SU CUOTA EN ESTA TESORERA DE MI CARGO, POR EL AO CONTADO DESDE NOVIEMBRE DE 1821 HASTA OCTUBRE DE 1822, AMBOS INCLUSIVES.
A SABER
Pesos 50.00
>
50.00
83.2 17.00 50.00
>
>
>
Miguel Furriol Bartolom Domingo Bianqui Santiago Vzquez y hermanos Rodrigo Jos Ferreira Lobo Andrs Cavaillon Manuel Masculino
. .
>
>
>
>.
>
Don Damin
Lxxxri
Pesos
de la Pea Miguel Conde Domingo Vzquez. ...... Jos Antonio Luna Cardoso. Manuel Fernndez Ocampo Juan Mndez Caldeira Paulino Gonzlez
Ildefonso Garca
>
>
>
^^
Esteban Zavalla Juan Nin Jacinto Figueroa Alejandro Surez Manuel Acua de Figueroa
Manuel Gimnez
Jos Mara Roo Jos Antonio Barbozo Brito Juan Correa
Ildefonso Lpez Francisco Llamb Jos Bejar Zacaras Pereira Jos Revuelta
.
y>
>^
^^
Gonzalo Rodrguez Brito ... Los seores don Juan Domingo y don Francisco de las Carreras Don Zenn Garca de Ziga Diego Calvo Juan Pedro Gonzlez
8.00 8.00 12.00 8.00 17.00 25.00 8.00 17.00 50.00 25.00 12.00 10.00 10.00 25.00 20.00 8.00 8.00 20.00 12.00 12.00 10.00 24.00 8.00 8.00 25.00 10.00 12.00 17.00 12.00 17.00 25.00
LXXXIII
Pesos
>
>
Ramn
del
Campo
Dionisio
Lemos
>
>
Anselmo Mrquez
.
Pedro Lenguas Lorenzo Justiniano Prez. Alejo Mara Martnez Bernardo Susviela Luis Seoanez Los seores Foret, Juanch Stanley Blak y Ca Don Juan Hall
>:
>
Jorge
F.
Royers.
........
Conrado Rukers
Simn Salduondo
5.00 8.00 8.00 5.00 5.00 6.00 6.00 6.00 10.00 5.00 6.00 6.00 5.00 5.00 5.00 5.00 5.00 6.00 8.00 5.00 3.00 8.40 17.00 17.00 10.00 5.00 16.00 3.00 14.00 5.00 5.00 5.00 12.00 12.00 50.00 6.00
LXXXIV
Pesos 17.00
>
>
>
Jos de la Fuente Jos Edgar Los seores Beltran Astrong y Ca Don Salvador Garca Apolinario Gayoso Jorge de las Carreras
^>
>
^>
Juan Antonio Arteaga Joaqun Luis Rabelo Jos Gmez Ribeiro Adrin Oliveira
>>
>
Bonavida Luis Antonio Castro Gregorio Fernndez Quincoces Len Jos Ellauri Pedro de la Via y Lpez.
.
^>
Romn Acha
Jos Seijas Manuel Jos da Costa Guimaraens
Jacinto
4.00 17.00 5.00 6.00 5.00 15.00 20.00 5.00 4.00 4.00 4.00 2.00 4.00 4.00 4.00 5.00 4.00 4.00 4.00 4.00 3.00 17.00 5.00 5.00 4.00 4.00 4.00 3.00
2.00 2.00 8.00 4.00 12.00
2.00-
Momo
>>
Daniel Vidal
Antonio Gabito
Matas Viqueira Francisco Silva
>>
Don Manuel
LXXXV
Pesos
Gutirrez
Camusso
limo, y
Don
>
8 1780.00
LISTA DE LOS SEORES SUBSCRIPTORES LA SOCIEDAD DE LA ESCUELA LAN'CASTERIA.XA, QUE HAX EXTREGADO SU CUOTA EX ESTA TESORERA
1822
HASTA
A SABER
Don
Francisco Juanic
Pesos 50.00
Agustin
Adame
Agustin Castro Miguel Conde Manuel Fernndez Ocampo. Manuel Masculino Juan Garca de Ziga Los Sres. Balbas y Graceras ....
:>
Domingo Vzquez
Damin de
la
Pea
6.00 12.00 8.40 8.00 8.00 17.00 17.00 34.00 6.00 12.00 8.00 50.00 5.00 25.00 12.00 12.00
LXXXVI
Pesos
5.00 16.00 3.00 8.40 17.00 17.00 25.00 25.00 8.00 17.00 5.00 6.00 10.00 5.00 5.00 5.00
1.00
>
>
Don
>>
Jorge Royer
Conrado Ruckers
Domingo Gonzlez
Luis Seoane Srs. Blak y Ca Jos Revuelta Manuel Argerich Jacinto Figueroa
.
Los
Don
>
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Bartolom Rucio
Ildefonso Garca Vicente Pampillon
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Domingo Lemos
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Juan Bisval Juan Hall Guillermo Stewardt Bertram, Astrom y Ca Jaime Illa Jos M.a Roo Andrs Avelino Luciano de la Mar
Francisco Farras
>
>
>
Roque Graceras
Gabriel Pereira
>
24.00 10.00 8.00 10.00 51.00 20.00 17.00 8.00 14.00 6.00 6.00 6.00 25.00
17.00 4.00 6.00 5.00 10.00
>
>
>
Darriva
>
>
LXXXVII
Pesos
. .
5.00 5.00
Ilm.
y Excm. Barn de la Laguna Don Jos de la Fuente Ilm. y Excm. Juan Pedro Lecor
.
Don
Carlos
Camusso
LISTA DE LOS SEXORES SUSCRIPTORES A LA ESCUFLA DE LA SOCIEDAD LAXCASTERIANA QUE HAX EXTREGADO SU CUOTA EX ESTA TESORERA DE MI CARGO POR EL AXO^COXTADO DESDE XOVIEMBRE DE 18.3 HASTA OCTUBRE DE 1824, AMBOS IXCLUSIBES.
SABER
Don
Pesos 50.00
Diego Noble
Carlos
Camusso
157.00
ndice
Pgs.
IXTRODUCCI.V
7
De
las
el
ESCUELAS Y MAESTROS
SUMARIO:
la
1. Grado de cultura de los pueblos americanos en poca de su descubrimiento por los espaoles. 2. Los primeros Maestros. 3. Difusin de la enseanza. 4. Educacin de la nobleza indgena. 5. Colegio para nios pobres mestizos 6. Ctedras para el estudio de los idiomas americanos. Profesores 3' Maestros. 8. 7. Sueldos de Escuelas laicas. 9. Los sacristanes de las iglesias del Ro de la Plata convertidos en Maestros de escuela. 10. Observaciones astronmicas y documentacin histrica
17
II
ORGANIZACIX UNIVERSITARIA
SUMARIO
Lima.
las universidades de Me'jico y Universidades libres. 3. Privilegios que gozaban estos establecimientos 3' sus funcionarios. 4. Estudios universitarios. 5. Otros estudios
:
1.
Fundacin de
2.
25
III
SUMARIO
1.
de
Indias,
2.
Libros
,
reli-
28
CAPTULO
I
II
SUMARIO:
truccin
del
xc
Pgs.
tivos en
retirada
Destruccin del fuerte y el fortn destruido. 6. Fracaso natural de este primer ensayo de civilizacin.... 33
4.
5,
era
II
SAX JUAX
SUMARIO:
sitos del
1.
Hiptesis
acerca de su ubicacin.
2.
Prop-
monarca espaol de fundar una poblacin en la embocadura del Plata. 3. Irala participa de iguales ideas. 4. Fundacin de San Jtian. 5. Carcter de esta colonia. 6. Hostilidad de los indgenas. 7. Despoblacin y abandono de San }uan
III
36
SUMARIO:
blo
1.
Tregua en
el
Uruguay. 2. Fundacin
del pue-
Escasez de medios de subsistencia. 4. Incendio de San Salvador. 5. Retirada de Zarate. 6. Abandono de la nueva poblacin. 7. Comentario
3.
40
CAPTULO
III
De
PERODO DE TRANSICIN
SUMARIO:
4.
quista pacfica
el Urugua)'.- 2. Plan de conIntroduccin de los primeros ganados. Creacin del gobierno del Ro de la Plata
1.
.
Nueva tregua en
3.
45
II
LOS CHARRAS
SUMARIO
1.
charra.
2.
La primera
colonia
47
LOS CHAXAS
SUMARIO: L
Guzmn.
2. Funda-
cin de Soriano. 3. Nuevas reducciones. 4. Transformacin social de los chaas. 5. La obra educadora del Padre
6.
7.
Qu
51
xci
Pgs.
CAPTULO IV Dla educacin que prodigaron los portugueses los habitantes de la Colonia mientras esta ciudad estuvo bajo su dominio.
I
SUMARIO:
1.
La campaa uruguaya
en
el el
II
SUMARIO
3.
1.
alternativas.
68
la
campaa
EL MEDIO SOCIAL
SUMARIO:
La
1.
vida rural
II
LA RELIGIN Y LA ENSEANZA
SUMARIO:
religiosa. 2, Fray Bentos. 3. Fray Policarpo Sand. 4. Hiptesis acerca del carcter
1.
Propaganda
83
CENTROS URBANOS
SUMARIO:
el siglo
xix.
5.
89
De
la
rgimen colonial
I
SUMARIO:!. Prembulo.
eros.
XCII
P?
franciscanos, 5.
Su
101
preponderancia
SUMARIO:
^'enida de los PP. jesutas. 2. Su espritu absorbente. 3. Carcter de la instruccin que prodigaban 4, Su expulsin. 5. Ineficacia de su sistema de enseanza. 109
1.
III
LOS FRAXCISCANOS
SUMARIO
la
Los franciscanos reemplazan los jesutas en educadora. 2. Organizacin de las nuevas escuelas, sueldos de sus Maestros, responsabilidades A que quedaban sujetos y carcter de dichos establecimientos. 3. Solicitud de ms terreno para establecer la casa del Noviciado. 4. Generosidad del Cabildo en beneficio del engrandecimiento de la educacin del pueblo 119
:
1.
tarea
IV
INICIATIVAS PRIVADAS
SUMARIO
1. La escuela del Maestro Cabral. 2. Requisitos necesarios para el ejercicio del magisterio de primera enseanza. 3. La primera escuela para nias. 4. Otras ini:
ciativas.
5.
CULTURA GENERAL
SUMARIO:
el 3.
Infructuosidad de la dominacin inglesa para local. progreso de la escuela uruguaya, 2. Prensa Escasez de libros. 4. Grado de instruccin del pueblo. 143 5. Inuencia negativa de la escuela en campaa
1.
CAPTULO
VII
De corno
general Artigas trat de fomentar el progreso intelectual del pueblo durante los primeros aos de su dominacin.
el
I
LA ESCUELA DE LA PATRIA
SUMARIO:
2. La ocupa1. Fin de la dominacin espaola. cin argentina 3. El gobierno de Otorgues. 4. Artigas, 5. La escuela de la Purificacin. la Iglesia y la Escuela. 7. Destitucin del Maestro don 6. La escuela pblica.
xciir
Pgs.
Manuel Pagla y nombramiento de reemplazante. 8, Quin era fray Jos Benito Lamas. 9. Pagla indultado.
10.
mayas
II
SUMARIO:
Carcter reformista del gobierno de Artigas. 2. La imprenta del Cabildo. 3. Fundacin del Peridico Oriental. 4, Censura previa: noble actitud de Larraaga. 175
1.
III
I,
A BIBLIOTECA PBLICA
SUMARIO:!. Su
iniciador.
aga para fundar la Biblioteca Pblica. 3, Importancia de sta. 4. Su inauguracin y subsiguiente clausura
LA SOCIEDAD LANCASTERIAXA
SUMARIO
2. Campaas de Artigas. Invasin portuguesa. Oriental bajo la dominacin portuguesa. 5. El pa4. Dictadura solapada del barn de la Laguna. dre Larraaga. 6. Quin fu el iniciador de la fundacin Instalacin de sta. 7. de la Sociedad Lancasteriana. 8. Reglamentacin y organizacin de la Escuela. 9. Sus iQ. Rentas aplicadas al sostenimiento de la Maestros. 11. Exmenes Asociacin y sus escuelas. y premios. 12. Alumnos distinguidos. 13. Cisma entre portugueses y brasileros. 14. Destierro de los Maestros de la Escuela 16. Anulacin Lancasteriana. 15. Decadencia de sta.
:
1.
3.
La Banda
17. Significacin sode la obra educadora de Larraaga. 18. cial de los sostenedores de esta reforma pedaggica. Efectos de la introduccin del nuevo sistema de enseanza 1S7 en la organizacin de las dems escuelas
II
LA ENSEANZA MUTUA
SUMARIO:
1. El sistema simultneo y el individual. 2. El sistema mutuo. 3. Organizacin de las escuelas sujetas este sistema. 4. Cmo funcionaban las clases. 5. Vi224 cios de la enseanza mutua. 6. Ventajas econmicas
XCIV
III
SUMARIO:
Difusin universal dla obra de Lancs3. Concurso que presta ter. 2. Bolvar y Lancster. este ltimo el filntropo xMr. Thompson. 4. Ctala y su influencia en la organizacin sucesiva de la escuela uruguaya. 5. Modificaciones introducidas por Ctala en el plan educativo de Lancster.
1.
234
DOCUMENTOS DE PRUEBA
NM.
1.
Cdula
.
real para
NM.
2.
Cdula
real
del eclipse
de 1581
NM.
presentada al Virrey del Ro de la Plata don Gabriel Aviles y del Fierro, Marqus de Aviles, por don Benito Lpez de los Ros, Alcalde de 2." voto de Santo Domingo de Soriano, en representacin del Cabildo de esta Villa, pidiendo autorizacin para fundar una Escuela de primeras letras en
3.
Solicitud
vi
los principales
vecinos de Montevideo su Cabildo pidiendo que sean Observantes y no Recoletos los religiosos que vengan instalarse en dicha ciudad, y resolucin de aquella Corporacin. Aceptacin de la instancia presentada por los NM. 5. frailes franciscanos de Montevideo ofreciendo tomar su cargo la enseanza de los alumnos de la extinguida Escuela de los PP. jesutas NM. 6. Antecedentes relativos la reorganizacin de la= Escuelas de Gramtica y Latinidad que mantuvieron hasta su expulsin los PP. jesutas NM. 7. Instancia presentada al Cabildo de Montevi deo por el Maestro don Mateo Cabral solicitando autorizacin para fundar en dicha ciudad una Escuela particular de primeras letras y resolucin del citado
ix
xiii
....
xiv
Ayuntamiento NM. 8. Requisitos necesarios para ejercer el magisterio de la primera enseanza y forma cmo han de ser examinados los que dicha enseanza se dedi
xxiv
xcv
Pgs.
quen, de conformidad con el plan general de Instruccin Pblica puesto en vigencia durante el reinado de don Carlos III NM. 9. Solicitud presentada al Gobernador de la plaza de Montevideo don Joaqun del Pino por el Sndico del Convento de San Francisco, pidiendo que se concediese los religiosos de dicha orden la cuadra contigua la de su iglesia, y autorizacin para unirlas cerrando la calle que las divida, con objeto de pro-
xxvi
porcionar ms desahogo su local y puedan funcionar sin entorpecimiento las aulas de Gramtica, Filosofa y Teologa, informe favorable del Cabildo. NM. 10. Escritura concerniente al sostn de la Escuela para nias fundada por doa Mara Clara Zabala de
.
xxix
Vidal
xxxiv
NM.
el
11.
Preceptor que, previo el examen correspondiente, entre servir en la Escuela de primeras letras fundada por el Cabildo de Montevideo Algunas disposiciones relativas Instruccin NM. 12. Pblica dictadas por las Cortes de Cdiz, desde 1812
xxxviii
1821 A. Captulo nico del ttulo ix de la Constitucin espaola de 1812: De la instruccin pblica. B. Prohibicin de la correccin de azotes en las escuelas, colegios, etc.
xLi
mu-
tua en todos los cuerpos del ejrcito. D. Nuevo plan de enseanza y creacin de una Escuela Comercial en Montevideo. NM. J3. Noticia histrica de la fundacin de la Biblioteca Pblica de Montevideo, por el doctor don Pedro
Mascar y Sosa, Director de la misma NM. 14. Proceso del Maestro don >[anuel Pagla. A. Nota del general don Jos Artigas ordenando la destitucin del Maestro don Manuel Pagla por de
.
xlvi
lviii
B. Prrafo de una comunicacin del general Artigas acusando recibo de otra del Cabildo, en la que ste le participaba haber amonestado y privado del ejercicio de su profesin al Maestro don Manuel Pagla.
XCVI
Pgs.
C. Frag-mentos de un oficio de Artigas al Cabildo Gobernador participndole que, accediendo los deseos de esta Corporacin, ha resuelto que se trasladen Montevideo los padres Lamas y Ortaz. D, Nombramiento de director de la escuela pblica
de Montevideo, expedido por el Cabildo de esta ciudad favor de fray Jos Benito Lamas.
NCm.
Nl-ji.
15.
Reglamento para
la
de Lancster
16. Alocucin del Maestro don Jos Ctala y Codina, pronunciada el da 3 de Noviembre de 1821, ante los fundadores de la Sociedad Lancasteriana, explicndoles el sistema mutuo de enseanza, su funcionamiento, sus ventajas, y clculo de recursos para di-
fundirlo
NM. 17. Nmina completa de las personas que contribuyeron pecuniariamente al sostenimiento de la Sociedad Lancasteriana de Montevideo desde su establecimiento hasta su disolucin A. Lista de los seores suscriptor&s la Sociedad de la Escuela Lancasteriana que han entregado su cuota en esta Tesorera de mi cargo, por el ao, con tado desde Noviembre de 1821 hasta Octubre de 1822,
ambos
inclusives.
B. Lista de los seores suscriptores la Sociedad de la Escuela Lancasteriana que han entregado su cuota en esta Tesorera de mi cargo, por el ao contado desde Noviembre de 1822 hasta Octubre de 1823
inclusives.
C. Lista de los seores suscriptores la Escuela de la Sociedad Lancasteriana que han entregado su cuota en esta Tesorera de mi cargo, por el ao contado desde Noviembre de 1823 hasta Octubre de 1824,
ambos
inclusives.
MISXORIA
DE
l_A
==
^
TOMO
II
MONTEVIDEO
]MP.
DORXALECHE Y REYES
1906
CAPITULO
Reorganizacin de
la
IX
enseanza primaria
PUBLICA
Resurreccin del 2. revolucionario. 1. Parntesis sistema de enseanza mutua. 3. Error disculpable de Jos congregacionis4. Fundacin de Escuelas Pedro Vrela. 5. Concurso del Gobierno de Buenos Aires favor de tas. Ampliacin de la primera 6. la educacin de la juventud. el que se 7. Decreto por ley sobre Instruccin pblica. 8. Quin fu su primer Director. crea la Escuela Normal. 10. de Escuelas en la capital del Estado. 9. Fundacin Participacin de la mujer en la direccin de la enseanza 12. La prensa sacrififemenina. 11. Otras disposiciones. 13. Educacin cvica y ensecada en aras de la Escuela. 15. La Conti14. El aula de latinidad. anza superior. tuctn en sus relaciones con el problema de la Instruccin
primaria.
arrollaron en 1825, y
Los acontecimientos polticos que se desque ya venan preparndose desde el ao anterior, constituyeron por entonces
1.
de todas las clases sociales de la Banda Oriental, que vislumbraban el da de su prxima libertad, pesar de que el dominador extranjero haca grandes preparativos encaminala
preocupacin
valientes
dos sofocar
desde
las
el
grito
el
de guerra proferido
puado de
con que
playas de
con soberbio patriotismo. Don Juan Antonio Lavalleja, iniciador de este movimiento, quiso dar su obra la necesaria autoridad y descargarse del peso de la administracin pblica, reservndose exclusivamente la direccin de la guerra, cuyo efecto nombr un gobierno regular que se instal en la entonces Dicho gobierno, su vez, villa de la Florida. convoc elecciones los pueblos de la Provincia, y habiendo stos elegido sus representantes, el da 20 de Agosto de 1825 qued instalada la Asamblea Nacional, que empez sus tareas dictando una serie de disposiciones tan humanitarias, liberales y regeneradoras, que evidencian el espritu levantado y patritico de
quienes
2.
las concibieron.
rida
ech en olvido la Asamblea de la Floproblema de la educacin del pueblo, completamente abandonado desde la poca inicial de este movimiento emancipador, al que se haba plegado casi todo el pas, sin exceptuar el personal docente de la clebre Escuela lancasteriana, como queda dicho en el captulo VIH, y desde la villa de San Jos, donde se haba trasladado, con fecha Q de Febrero de 1826 promulg una ley que dispona el establecimiento de escuelas
el
No
de primeras
Provincia,
letras
en
todos los
se
pueblos de
al
la
las
cuales
sujetaran
sistema
mutuo, que continuara aplicando su Director don Jos Ctala, quien deba disfrutar la asignacin de 100 pesos mensuales. Por esta ley, y un
decreto
liquiden
tes al
posterior,
al
se le
enemigo; y
el
sosteel
proporcionara
Gobierno bajo cuya vigilancia quedaban aqullas, as como la conducta que observase el Director ^^\ Del extracto que acabamos de hacer, se deduce que la ley del Q de Febrero de 1826 es un documento pobre, no por sus tendencias, que conceptuamos honrosas y patriticas para los que lo
subscribieron ^-\ pero
s
por
el
desenvolvimiento
de
la
determinar
y establecer
aqullas, es decir,
que no
es
un plan de enseanza
completo, bien concebido y desarrollado en vista de los arduos problemas que la sazn ya pre-
y estadistas de muchas bueno recordar el estado anormal del pas, los medios de que se dispona, y el hecho notorio de que ninguna de las personali-
ocupaban
los legisladores
naciones, pero es
(1) Vanse los nmeros 18 y 19 de los Documentos de Prueba. (2) Juan Francisco Larrobla como Presidente de la Asamblea y
10
dades que componan aquella improvisada Asamblea se haba especializado en asuntos de esta
embargo, justo es confesar que dicha ley llenaba una necesidad esencialsima: la falta de escuelas, evidentemente sentida por los 70.000 habitantes distribuidos en sus nueve departamentos: Montevideo, Canelones, San Jos,
naturaleza. Sin
Maldonado, Colonia, Paysand, Durazno, Soriano y Cerro Largo. Cierto es que la mencionada ley prescribe que las Escuelas se organicen con sujecin al nuevo y acreditado sistema de enseanza mutua; pero esta faz tcnica, desde el punto de vista pedaggico, debe atribuirse la influencia que
continuaba ejerciendo entre
el
elemento ms culto
de
sociedad uruguaya
del
ao
xxvi, merced,
tal
Secretario de
video, y
la
causa de
3.
Tenemos, pues, que incurra en error don Jos Pedro Vrela cuando afirmaba que el Poder Legislativo de la Repblica nunca haba dictado una sola ley sobre Escuelas pblicas ^'); error
(1) Sarae permitido notar, seor Ministro, que he constatado con dolorosa sorpresa, que en los 45 aos de vida independiente que llevamos, nuestras Asambleas no han dictado una sola ley
sobre Escuelas
pblicas.
es
La
disposicin de 16 de
del
Maj^o de
1827,
mandando
departamentos,
un
decreto
Gobierno Provisorio de
la
que se explica por
la
11
que Vrela no
las cuales est
hiptesis de
legislativas hasta
nosotros ^^\ Al expresarnos de este modo no pretendemos rebajar el mrito del preclaro reformador, sino restablecer la verdad histrica, reivindicando para la Asamblea del ao xxvi, la gloria de
una
4.
iniciativa
que suele
de 1877.
Simultneamente
la
poca; la que manda establecer Escuelas pblicas en la capital es un decreto del mismo Gobierno el decreto-ley creando el Instituto de Instruccin Pblica y organizando la enseanza elemental y superior en toda la Repblica, fu promulgado en los ltimos aos del sitio de Montevideo por el Gobierno Provisorio de entonces. Y as como hasta el ao 1851 se encuentran disposiciones respecto de la enseanza primaria, pblica y gratuita, pero no que hayan sido votadas por las Asambleas, desde 1851 hasta la fecha se busca en vano en las colecciones de le5'es una sola dis posicin general respecto la Instruccin primaria pblica que haya sido dictada sea por las Asambleas los Gobiernos. En 1833 la Asamblea dict una ley, que fu confirmada y ampliada en 1838, creando la Universidad, pero ni entonces, ni despus, ni antes hay
;
una
ley relativa la Instruccin primaria, pblica y gravotada por la Asamblea. Parece que absorbidos por otras cuestiones, en su sentir de ms vital inters, los cuerpos deliberantes de nuestro pas no hubieran tenido tiempo de preocuparse de las Escuelas pblicas. Con esto, seor Ministro, no formulo un constato un cargo contra los hombres pblicos de mi patria hecho de que V. E. sacar las consecuencias que juzgue legtimas, y nada ms. (Nota de don Jos Pedro \'arela al Ministro de Gobierno don Jos Mara Montero (hijo) envindole el pro^ecto de ley de Educacin comn. Junio 2S de 1876; pg. xi del. libro titulado De la legislacin escolay. Montevideo, 1876.) (1) Adolfo Rodrguez: Coleccin de leyes, pgs. 32 y 33. Mon
sola
tuita,
:
tevideo, 1856.
se fundasen
en
el
edificio
la enseanza de nias y nios expsitos y hurfanos que estuviesen en edad de recibirla ^^^
para
confiando su direccin don Juan Manuel Besnes de Irigoyen, quien las atendi con singular solicitud
de
desde 1826 -\ hasta que fu nombrado Director la Escuela Normal del Estado que en teora se
al
ao siguiente. Las Escuelas de la Cofrada de San Jos y Caridad estuvieron bajo el patrocinio de una Comisin de Enseanza compuesta por seoras que formaban parte de la Hermandad (3). 5. No es menos digna de mencionarse la generosidad del gobierno de Buenos Aires favor de la Provincia Uruguaya, evidenciada en el decreto de fecha 2 de Enero de 1823 ofreciendo admitir seis jvenes orientales para ser educados en los Colegios de aquella capital ^^\ ofrecimiento que desde la villa del Durazno acept tres aos despus el Gobierno provisional y fin de que las familias de los aspirantes no luchasen con dificultades pecucre
;
suma de
que pudiesen
(1) Resea retrospectiva de la fundacin del hospital de Caridad. Montevideo, 1889. (2) Isidoro De-Mara: Hombres notables de la Repblica. (3) Carlos Mara de Pena: Beneficencia pblica, pg 25. (4) Vase el nm. 20 de los Documentos de Prueba.
13
atender los preparativos del viaje ^^\ El cupo de alumnos se llen inmediatamente; hecho que comentaba un diario de Buenos Aires en los siguientes trminos: Es consolador observar que pesar de las atenciones de la guerra que deben ocupar hoy exclusivamente los orientales, apenas han sacudido el yugo extranjero, se apresuran gozar del beneficio que ofrece el gobierno patrio
<^
la educacin. Este deseo tan pronunciado ha sido tan bien acogido por el Presidente de la Repblica, que ha concedido dos becas ms aquella Provincia para satisfacer los deseos de muchos jvenes que ansiaban venir
en proteccin de
educarse ^-\
6.
Los sucesos de carcter poltico que tuvieron por escenario el territorio de la Provincia impidieron la aplicacin inmediata de la ley del 9 de Febrero de 1826; de manera que hasta el ao siguiente el gobierno de don Joaqun Surez, instalado en Canelones, no expidi el correspondiente decreto creando Escuelas de primeras letras en cada uno de los pueblos de la campana cabezas de departamento, y en los que, sin serio, contaban
ya con un vecindario regular,
como San
Garios,
Rocha, Soriano y Santa Luca. Cada Escuela de stas estara dirigida por un Preceptor con la asignacin de 60 pesos mensuales;
lo
el
Vase
el
nm. nm.
22 de los 24 de los
14
de sueldos se eleva 38.33 para el hombre y la mujer ^^\ sin contar con que hoy son mayores las necesidades sociales y ms exila
gente
la
compe-
tencia y
deberes
^-\
docente
Estableca
adems
mencionado decreto
la
gra-
tuidad de
toria,
la
<
segn
el
presentado por
Escuelas.
fin de
el
cumplida,
por
en todos los
que seran nombradas por el Gobierno y estaran formadas por el Juez de primera instancia donde lo hubiese, el Juez de Paz y dos vecinos respetables del lugar en que funcionase la Escuela. Estas
Juntas
de enseconducta moral y profesional de los Preceptores y propondran todas aquellas mejoras que pudiesen contribuir al progreso de los expresados establecimientos. En cuanto las
anza, vigilaran
la
Escuelas
particulares,
quedaban en su misma
Abel J. Prez Memoria correspondiente lsanos 1902-1903. Vanse los seis tomos de la legislacin escolar, en que se prescriben las innumerables obligaciones de los modernos Maes(
(2)
tros de Escuela.
libertad,
15
de
la
pero bajo
>
la
vigilancia
Junta Inspec-
no gozan de mayor suma de atribuciones las Comisiones departamentales creadas por la ley de 24 de Agosto de 1877. Bien analizado el decreto que antecede, se nota que es ms amplio y completo que la ley originaria, y mucho ms exigente que la reforma de
tora ^^^
Como
se ve,
la
enseanza
Para atender
al
se
$
$,
1.200 anuales
9.600
8 10.800 anuales
el
decreto reglamen-
de
la ley
de
la
Asamblea
en
del
ao xxvi
sola-
mente
funda Escuelas
las
capitales de los
campaa y algunos pueblos, con prescindencia de Montevideo, pero recurdese que los portugueses seguan dominando en esta ciudad y que, por consiguiente, la accin del legislador no poda alcanzar hasta aqu. La batalla de Ituzaing se dio el 20 de Febrero de 1827, Rivera penetr en el territorio de Misiones el 21 de Abril del siguiente ao, el tratado preliminar de
departamentos de
Vase Vase
el
el
( 1 )
(2)
nm. 25 de nm. 25 de
los
los
16
el
4 de Octubre de 1828, y
las tropas de ocupacin evacuaron Montevideo el 23 de Abril de 182Q; de modo que las leyes y
encontrndose
el
dominando
campaa de
la
Provincia y aun
no toda
interrupcin,
leos, alternativamente.
7.
De
el
decreto
^^^
estadirec-
la
Director de
el
siempre segn
nara
en
la
Gobierno de
pear
la
el
la
Provincia.
cargo
de Maestro de Escuela
que
demos-
nes
ante
el
alma
pues,
de
la
era,
mucho ms que
aspirantes
al
dar ante
espaola.
el
prueba de suficiencia que los profesorado tenan que Prroco, en tiempo de la dominacin
ejercicio del
( 1 )
nm.
27 de los
Documentos de Prueba.
luta
17
aquella
pedaggica para
funciones,
parte,
el
sin dejar
nuestra
muy
como
Zufriateguy,
Lamas, For-
ante
el
de
suficiencia
que
lo
habilitaba
el
muchos casos
subsiste,
ejercan
Nos explicamos
ninguna
dificultad
que
la
enseanza mutua fuese declarada oficial, en razn del crdito que haba cobrado desde los tiempos de Larraaga; y tan profunda huella haba impreso en la opinin pblica la propaganda de Ctala
favor de este sistema, que
el
goga que
las
era
Abel
Nacional doctor don Maestros que haba en 1903, carecan de ttulo 74, sea el 7 prximamente, mientras que raz de la reforma vareliana, la proporcin se elevaba al 28 o, pues de ^(P Maestros que la sazn existan, 85 no tenan diploma.
(1)
la
Segn
Memoria
un
J, Prez, de
total de
T. II.
-La
E. Uruguaya.
2.
18
al
Por otra
parte,
con
la
de su imperfecta organizacin, la instruccin del pueblo tendra una base slida, y con el transcurso del tiempo llegara desaparecer
supiesen
la
incon-
poner su nombre
al
pie de
un docu-
letra indescifrable
una ortografa incomprensible ^-K El gobierno de don Joaqun Surez entenda que la libertad independencia de la patria y la estabilidad de las instituciones no slo necesitan hroes que las defiendan con la pujanza de su brazo, sino ciudadanos instruidos que no las hagan peligrar, Con cunta razn haba dicho Artigas Sean los
i
como
valientes
la
Escuela Normal,
tro
de 182Q, por razones que no hemos podido averiguar, este ciudadano fu separado de dicho puesto y reemplazado, en virtud de nombramiento directo, por el hbil pendolista don Juan Manuel Besnes
(1 ) El Universal, nm. 21, correspondiente al da 21 de Octubre de 1829. (2) Lavalleja y Otorgues escriban de varios modos sus apellidos, y Artigas le deca Rivera, en una carta que todos conocemos Lo felicito por los progresos que hace usted en la escritura cada da entiendo menos su letra.
:
de Irigoyen
'^\ que,
19
como ya queda
dicho, ejerca
Ayudaba
Irigoyen en
de Irigoyen, Director de la primera Escuela Normal que hubo en la Repblica. (Copia de un cuadro al leo de Blanes, que se conserva en el Museo y Biblioteca Pedaggicos de Montevideo.)
listas,
el
ocupaba
(1)
el
21 del peridico El Oriental, correspondiente Octubre de 1829, se registra un Comunicado en que varios padres de familia censuran que se hubiese separado de la direccin de la Escuela Normal al ciudadano don Jos Francisco Vergara, que la haba ganado por concurso, para colocar su frente, sin este requisito, al seor Irigoyen, y lamentan el funesto precedente que se estableca con tal procedimiento.
el
En
nm.
al da 21 de
Escuelas
el
20
Escuela Normal,
como
se
ha afirmado
guracin se celebr
da 15 de
Octubre de 182Q.
Aun continuaba funcionando en la Aguada Gobierno Provisional, pesar de que las partes
9.
el
tratado prelimi-
cuando el general Rondeau expeda un decreto ^' ordenando que se estableciesen en la capital dos Escuelas pblicas de primeras letras, una para varones y otra para nias: ambos estanar de paz,
^
(1) Don Juan Manuel Besnes de Irigo^^en era natural de Guipzcoa y vino Montevideo en 1808, siendo su primer empleo el de escribiente de Elo, quien le confi toda la documentacin secreta de su poca. uYa en aquellos remotos tiempos dice el seor De-Mara en sus Hombres notables de la Repblica empez dedicarse la enseanza, dando lecciones particulares en varias casas de familia. Existala preocupacin, en aquella poca, de no ensear la mujer escribir, pero combatindola nuestro Irigoyen, logr vencerla en algunos padres de familia, y muchas damas y seoritas aprendieron bajo su direccin la escritura. Fu director de las Escuelas de Hurfanos creadas por la Hermandad del Hospital de Caridad desde 1826, y ms tarde lo fu de las de nias pobres en la Escuela de la Sociedad de Beneficencia. El ao 30 contina diciendo el respetable cronista u Director de la Escuela Normal del Estado, que regent hasta el ao 33, donde se educaban 300 nios. En 1818 ya haba fundado un colegio particular, y la creacin del'Instituto de I. Pblica de los miembros fundadores y Vicepresidente de ( 1847 ), fu uno la Comisin de I. Primaria de Montevideo. (2) El Universal, nm. 995, Noviembre 28 de 1832. ( 3 ) Vase el nm. 28 de los Documentos de Prueba.
Director General de
llevar
2i
medios de
la
gaba
el
propsito de acelerar
establecimiento de
embargo,
el
la
Escuela de nias no
general
pudo
organizarse; pero
ms
tarde por
instalara inmediatamente,
afectando para
ello
las
por particulares en este departamento, y encargando al Director de Escuelas que tomara conocimiento exacto de esas fundaciones. 10. < Fu entonces que se dio la mujer uruguaya la participacin que justamente le corresponde en la obra de la educacin, y sin cuyo concurso nada absolutamente podr hacerse, en
diferentes fundaciones hechas con ese objeto
(1)
Vase
el
nm.
29 de los
Documentos de Prueba.
este sentido, en
art.
22
la humanidad ^^l En efecto, por de ese decreto se mand que la Junta Inspectora nombrara tres seoras que, en calidad de asociadas ella^ desempeen las instrucciones el
4.o
que
el
ms pronta
Pero,
ni
^
la
aun
as
fu
posible
las
establecer
rdenes termila la
participacin
organizacin
de
la
enseanza. Fu en
las
Gobierno constitucional cuando qued definitivamente instalada, y aun as en condiciones bastante precarias,
la primera Escuela pblica de nias que funcion en Montevideo, como veremos ms
adelante.
11.
No termin
el
ao 182Q
sin
que
el
Gobierno
disposiciones acreedoras
gui
General de
no
admisin de nios en
Escuelas sin
del
el
requisito
de
la
la
mismo ao),
para
salvarlos del
ms
terrible
tificado
(2) Vase
(
el el
Vase
nm. nm.
33 de los 32
23
medida moralizadora
^^^:
y propia de un gobierno verdaderamente paternal, y la creacin de una Escuela para varones que
se situara entre
cual
la
el
Cordn y
la
Aguada, para
el
lo
elegir el
local
ms
12.
propsito ^-l
Adems de
disposiciones que
hemos
un decreto firmado por Rondeau y Rivera, por el que se suprima la subvencin de 7.200 pesos que disfrutaban los diarios ms importantes que la sazn se publicaban en Montevideo El Universal y La Gaceta destinando aquella suma al fomento de las Escuelas primarias y propaga:
No
en
la historia de la Repblica. La verdad es que teniendo la rama escolar un presupuesto reducido 10.800 pesos anuales, era un verdadero lujo aplicar 7.200 la subvencin de diarios, pero no es menos cierto que ambas
diri-
don
la
en alto grado
influyente tribuna de la
prensa.
Vase Vase (3) Vase
(
(
el
el
el
los los
los
13.
el
24
Con
Toms Diago elev la consideAsamblea General Constituyente y Legislativa dos proyectos de ley, uno referente la necesidad de introducir en los programas escolares un texto de educacin cvica y otro sobre
seor don
la
racin de
enseanza superior.
nios de
las
Para
la
instruccin de los
el
Escuelas
deca
proyectista en
particulares,
el
primero
tanto
pblicas
como
se
formar un
catecismo
poltico por
preguntas y
respuestas, cuyo
orden
y cuerpo
:
de
doctrina
2.
3.
4.
5. 6.
Del hombre en el Del origen de las Del pacto social. Consecuencias del Del origen de las
De
7.
8.
9.
10.
11. 12.
13.
pueblos en el prime - grado de civilizacin. reyes. De la patria y del ciudadano. Deberes del ciudadano para con la patria. De la obediencia y del respeto la ley. De los derechos del ciudadano. De la soberana del pueblo. Distinciones entre la libertad y la licencia.
los jefes de los
Del origen de
los
necesidad de establecer en
segundo proyecto su autor indicaba la la capital un Colegio para enseanza superior con el nmero de ctedras que se indicaran en el plan de estudios
el
En
el
edificio
convento de San Francisco, pero ambos proyectos no tuvieron por entonces mayor trascendencia pesar de su notoria importancia.
25
misma Asamblea G. C. y Legislahonor de sancionar, en la vspera de la jura de la Constitucin, la ley que estableci en la capital del Estado una aula de Gramtica latina, asignndose al Maestro 600 pesos anuales de las rentas generales. As pona el sello de su obra constitucional, creando, en el momento de sancionar la Carta, no slo la Escuela de primeras letras, sino la que servira de base los estudios universitarios, de acuerdo con el criterio dominante de la poca; correspondiendo Lavaunin de su lleja el honor de promulgarla en Ministro don Juan Francisco Gir. Benito Lamas la alta dis Toc don Jos
14.
esa
tiva
cupo
el
vento. Lavalleja
:<
honor de instalarla en su con previel nombramiento, nindole que estando de acuerdo el Gobierno con el Sndico del convento de religiosos francscanos, don Francisco Javier Garca, en estael
le
dio
el
con
el
maestro mayor
Jos Toribio, y en vista del local, forme el presupuesto de lo necesario para su preparacin,
as
lo
como de
pase
los tiles
^
que
le
sean precisos, y
al Gobierno La Asamblea tuvo asimismo un recuerdo para la causa de la educacin del pueblo, encar
' ^.
15.
El ambiente educacional.
gando
sobre
llos
ella.
26
que velasen
Es
lo
bondadosos
atribuan
tancia
pblica,
problema de
instruccin
que
el
concede esta facultad aquellas corporaciones, no dio mrito polmicas de ninguna naturaleza, siendo aprobado sin discusin. Se infiere de aqu que los constituyentes dejaron librado al criterio de la posteridad la centralizacin descentralizacin de la enseanza, el que sta fuese obligatoria facultativa, religiosa laica, gratuita no, proceso de su desarrollo y y, en fin, todo el organizacin. sta es la causa de que las atribuciones de las Juntas E. Administrativas, respecto de esta materia, hayan sido y continen siendo tan limitadas, que cuando algn Cdigo Ley reglamentaria pretende ampliarlas, no puede hacerlo, en vista de lo estrechas y vagas que son dichas facultades. As, por ejemplo, el Cdigo Rural, en el inciso 2.o del art. 804, dice nicamente que los padres, tutores, curadores encargados de nios hagan que stos concurran las Escuelas pblicas, y el cap. III, art. 8.0, inciso 2.o de la Ley
orgnica
decir:
de aquellas
corporaciones
se
limita
a) Nombrando al Presidente y dems miembros de la Comisin de Instruccin Pblica con arreglo la ley de Educacin comn.
9:
b) Inspeccionando, cuando
mento.
<^c)
lo
juzgue opor-
Representando ante
la
la
Inspeccin Nacional
ante
las
el Poder Ejecutivo, Asamblea General, las necesidades de Escuelas y cuanto pueda contribuir propa>
garlas y mejorarlas.
Como
detalle, y,
se ve,
pios
fijos,
que bien
establecidos
en
la la
el
Cdigo
base de una
que tal vez todava se vera privada la Repblica si no hubiese surgido la eminente personalidad de Jos Pedro
pblica, de
Vrela.
11
LA ESCUELA MERCANTIL
SUMARIO:
Creacin del Consulado. 2. La Escuela Especial 3. Su inauguracin. 4. Quines fueron sus exmenes, clase de premios y conalumnos, 5. Forma de curso que le prestaron el pueblo y las autoridades, la figura moral intelectual de su Director. 6. Bosquejo de
1.
de Comercio.
ao 1812, el comercio de la Banda OrienProvincia la tal obtuvo del Capitn General de don Gaspar Vigodet, la creacin de un Tribunal de Consulado en Montevideo, independiente del
1.
El
de Buenos Aires; de
comerciantes, seguros,
28
modo que
fletes,
cambios,
eran
se resolvan
en
la
dos ciudades,
sin necesidad
de
que significaba el comercio del Uruguay gran economa de tiempo y trabajo. Una real orden de 1813 aprob la creacin de este Consulado, el cual empez funcionar en Montevideo en los momentos en que la plaza era sitiada por los patriotas, siendo suprimido por decreto gubernativo de fecha 7 de Diciembre de 1838. Desde su creacin, el Tribunal del Consulado se consagr al objeto principal de su instituto, tarea no poco difcil de cumplir en aquel perodo anrquico, en que con tanta frecuencia el pas cambiaba de dueo y, por consiguiente, de autoridades pero, conseguida la ansiada independencia y regularizada la situacin del Estado Oriental, el Consulado consider que entraba en sus atribuciones proveer lo que ms conviniese al bien
trasladarlos la vecina capital, lo
;
y prosperidad
del comercio.
De
aqu que,
las
inspi-
Cortes
gados patricios ^^^ y, por iniciativa del doctor don Lucas Jos Obes, resolviera la creacin de una Escuela Especial de Comercio en Montevideo,
Vase en la pg. xlv de los Documentos de Prueba del 1 tomo 1., el que se refiere al Nuevo plan de enseanza y creacin de una Escuela Comercial en Montevideo.
( )
pues
ella
el
29
si
personas
consagradas carecen de
la
cultura necesaria
que las sustraiga de la humilde condicin de buhoneros mercachifles. 2. Esta idea no solamente fu bien acogida por la prensa, sino por el Gobierno y el vecindario,
apresurndose todos evidenciar su importancia con la fuerza de su autoridad, sus medios y su
propaganda; de
rior,
la
modo
la
Secretara del
tiempo,
anunciar
fundacin
de
la
primera
Mon-
tevideo. Esta institucin se sostendra con recursos del Consulado, sera de carcter gratuito y su programa comprendera Gramtica castellana.
francesa, Aritmtica mercantil y bancaria, Contabilidad y Geografa, cuyas asignaturas se agreg ms adelante la de Caligrafa. La nica
Lengua
la
capital
ella
y
en
pueblos de
escribirlo
la
que se
el
les dictase. El
programa
>
era facultativo,
pudiendo
alumno
Forteza ^^^
(1) Vase en el nm. 37 de los Documentos de Pruebas, lado con la letra A.
el
sea-
3.
30
la
La inauguracin de
el
Escuela Especial de
l.o
da
la
asistieron las
autoridades, los padres de ios jvenes inscriptos y algunos otros seores que quisieron honrar este
<;
como
dice
La Gaceta
da 4 del
al
comunicar sus lectores tan fausto acontecimiento. El Director, seor de Forteza, pronunci una alocucin inaugural elogiando al Consulado por su obra, felizmente realizada bajo la ilustrada aprobacin del sabio gobierno que preside los destinos de la patria ^^\ ella sera con el tiempo una y vaticinandojque de las primeras bases de la prosperidad pblica, pues la juventud oriental, fundamentalmente insprecitados,
al
<
mes y ao
modo directo y eficaz en sus combinaciones, la riqueza y engrandecimiento del Estado. Con stas y otras frases, y
comercio, contribuira de un
con pedir
gracias
al
al
dar
Altsimo por
la
nueva Repblica,
el
qued
/
obligado
Viva
tiempos de templanza
( 1 )
Rondeau y Rivera.
31
y sobriedad, reemplazaba los exquisitos manjares y espumantes vinos que hoy sirven de coronamiento esta clase de fiestas ^^K 4. Privado el vecindario de Montevideo de establecimientos en donde poder proporcionar sus hijos una carrera profesional cientfica, pues no existan en la Banda Oriental ms Colegios que los de primeras letras que enumeramos en la primera y tercera parte del presente captulo, contempl con gran satisfaccin la fundacin de este Centro, que abra nuevos y vastos horizontes la juventud de modo que las familias principales por su posicin social, sus medios, su abolengo su cultura, se
;
la
Escuela
da de su apertura
que se hallaban Plcido Ellauri, Narciso del CasAvelino Lerena, Adolfo Conde, Manuel de la Torre, Ricardo lvarez, Mariano Pereda, Francisco Pozlo y otros varios de apellidos de menos resotillo,
nancia ^'\
de aquella institucin, sino al inters que demostr su ilustrado Director en hacer que sus alumnos prolos
debido, no slo
esfuerzos
patriticos
gresaran y que
la
Escuela se enalteciera,
como
as
(1) Vase en el nm. 37 de los Documentos de Prueba, alado con la letra B. (2) Vase en el nm. 37 de los Documentos de Prueba, signado con la letra C.
el se-
el
de-
32
su establecimiento
el
de
,
mayor celebridad en aquellos tiempos, por ms que nadie, hasta ahora, haya historiado la influencia
que
la
la
parte de
esto,
que la lista de los nombres de los primeros alumnos debemos agregar, prescindiendo de otros muchos, los de los siguientes Juan Carlos Gmez, Jos Mara Muoz, Pantalen Prez, Domingo Veracierto, Pedro Villademoros, Ciraco Sagrera, Jos A. Pallares, Rafael Cifuentes, Benjamn Zudez, Juan J. Gonzlez Vizcano, Joaqun Reyes, Manuel Sayago, Eufemio Gadea, J. Taladriz, Blas Ensea, Carlos Muoz, Antonio Prez, Federico Gir, Jos Caravia, Carlos Rivera, Eduardo Ber:
Estanislao Caminos, Eduardo Castellanos, Mateo Magarios, Joaqun y Jorge de las Carreras,
mn
Francisco Arrien, Carlos Carvallo y Duran, BenjaPrez, Francisco Leal Isaac Pallares, que con
algunos ms figuran, entre los alumnos premiados, en las actas de los exmenes '^^ correspondientes
los
(1) Las copias autorizadas de estas actas ha tenido la caballerosidad de facilitrnoslas, nuestra solicitud, el doctor don L. Forteza,
Escuela Mercantil. tan distinguido jurisconsulto deber la historia del desenvolvimiento educativo del Uruguay esta her-
tan preciosos documentos no se encuentran en algunos fueron publicados por la prensa peridica de entonces. Al hacer pblica su delicadeza quedmosle sinceramente agradecidos.
los archivos del Estado, si bien
33
contrados constante-
con una aplicacin asidua, se hicieron acreedores los primeros premios adjudicados en los aos anteriores consagrndose con un ardor poco comn, al cultivo de las ricas facultades con que la naturaleza quiso dotarlos, han llegado conseguir el aprecio de todos sus compaeros, ser el decoro de la Escuela Mercantil, la gloria de su Director y el consuelo de sus padres '^^ La posteridad se encarg de justificar cuan exactas y merecidas eran estas apreal
mente
estudio
>
como
el
se
la
la vigilancia
Tribunal
acuerdo con
Director, haba
dotado
al
estable-
parte administrativa.
el
reglamento,
Director
autorizado
para
la
Discurso pronunciado por don Miguel Forteza, Dir-ector de 1 Escuela Mercantil, en la solemne distribucin de premios los alumnos de la misma, el da 6 de Diciembre de 1832. ( 2 ) Prospecto de la Escuela Mercantil para el curso de 1S35.
( )
T.
II.
La
E. Uruguaya.
34
Los exmenes revestan gran solemnidad y se en el primero, la Comisin examinadora fijaba los temas, que los alumnos desarrollaban por escrito, como se hace actualmente modo de novedad de las reglas de procedimiento para exmenes y concursos. (Nihil novara sub sol.) Esta manera de celebrar los exmenes no sera brillante, pero en cambio era una prueba acabada de la solidez de los conocimientos adquiridos por los alumnos de la acreditada Escuela Mercantil. En el segundo acto se proceda juzgar los trabajos, los que eran presentados en forma annima, de manera que slo despus de haber sido abiertos los cedulones cuyas seas cifras coincidan con las respectivas composiciones, se saba quines eran los alumnos premiados
verificaban en dos actos
:
Los premios consistan en medallas, obras al estudio de los jvenes educandos y en esferas celestes y terrestres para el estudio de la Geografa. Las Comisiones examinadoras solan ser bastante prdigas en esta parte, pues consta que en 1832, de 42 alumnos que se presentaron examen fueron premiados 37. En cuanto al concurso que tanto el pueblo como el Gobierno prestaron la Escuela Mercantil, debemos hacer constar que fu siempre ilimielementales anlogas
35
tado, hasta
el
las fiestas
se celebraban con
la
distribucin
que de
Consulado, que se llenaba con las familias ms encumbradas de la sociedad de Montevideo. Presidan estos actos
los
miembros
la
del
Tribunal de
Junta Directiva de
Comisin examinadora, de la que formaron parte ms de una vez los seores don Luis A. Pereira, don Florencio Vrela, don Ramn y don Ruperto de las Carreras, don Manuel Herrera y Obes, don Francisco A. de Figueroa, don Miguel Ca, don Domingo Gonzlez, don Eufemio Gadea, don Antonio Prez, don Pantalen Prez y algunos otros ciudadanos.
Escuela y
la
respectiva
El
propio
Presidente
de
la
Repblica,
general
Rivera,
ca
acompaado de sus
Ministros, se compla-
1 ) A las 11 de la maana del da IS de Diciembre de 1831, se hallaba en la sala principal del Consulado una numerosa concurrencia de ciudadanos distinguidos. S. E. el Presidente de la Repblica, acompaado de su Ministro, ocupaba el testero principal de la sala y presida la Comisin del Consulado que haba concurrido al acto. (Acta de la distribucin solemne de los premios del fin del ao de 1831. A las 12 del da, el domingo 8 de Diciembre de 1833, la sala de sesiones del Tribunal de Comercio se hallaba ocupada por los jvenes de la Escuela y por una concurrencia numerosa de ciudadanos distinguidos, para la que era muy estrecho el local. Presida el acto el Excmo. seor Presidente de la Repblica, acompaado de su Ministro de Hacienda doctor don Lucas J. Obes y de los miembros de la corporacin consular. El Secretario, con el Director de la Escuela, procedieron la apertura de las tarjetas que contenan los nombres de los jvenes premiados, proclamndolos sucesivamente en voz alta. (Acta, etc., etc., del ao de 1833.)
(
36
las cuales el primer magistrado presentaba el premio por sus manos al joven que lo haba ganado ocupacin digna ciertamente de un gobernante que conoce cunto se extienden las ventajas de la educacin y cunto la fomentan estmulos
;
semejantes
i
^^'.
seran
aquellos actos, en que el saber profundo y la tarea abnegada de un modesto Maestro de escuela, saba atraerse la confianza y la gratitud de toda una sociedad, de las autoridades y del Jefe supremo
del Estado, quien
el
<
Magistrado
Supremo de
la
Repblica
Vuestra presencia en
este lugar es un estmulo ms para la juventud y una prueba de la atencin que presta el Gobierno
de
la
Repblica
la
la
patria.
ilus-
su influencia. La de V. E. ha dado ya ms de una vez impulso este establecimiento, y la Repblica espera que no le retirar una proteccin que tanto
y que la juventud agradece y sabr recompensar (-^ Los acordes de las msicas militares, que de orden del general Rivera concurran esos actos,
necesita,
.
(1) Acta, etc, etc., etc., de 1833. (2) Discurso pronunciado por el Director de la Escuela Mercantil en el acto de la solemne distribucin de premios del fin del ao de 1833.
contribuan hacerlos
nizar los progresos de
37
solem-
ms agradables y
la
educacin.
6. La vida de la Escuela Mercantil, y la justa fama que adquiri como la mejor organizada de aquellos tiempos por sus sistemas y mtodos de enseanza y la clase de juventud que form, se
deben casi exclusivamente la notoria ilustracin de su distinguido Director don Miguel Forteza,
su frrea voluntad, su carcter ntegro y su
amor
la
la
muy
joven an,
la
reaccin
espaola de 1824
oblig,
como
y fijar su residencia en Pars, donde, deseando completar sus estudios, por iniciativa propia ingres en calidad de alumno en uno de
Francia
los principales establecimientos de
enseanza de
entre sus
aquella gran
ciudad.
Pronto descoll
diversas asignaturas
gramas
del establecimiento,
nombrado profesor en
de
la
emancipacin
cartas
de recomendacin
la poltica
le
y en
el
fu
difcil
obtener
direccin de
la
38
en aquellas circunstancias el Consulado tena en proyecto; cargo que, como queda dicho, desempe
hasta
la
desaparicin
del
mencionado
estableci-
miento ^^K Era el seor Forteza hombre de vastsimos conocimientos, sobresaliendo en Gramtica, Filosofa, Historia, Matemticas y Contabilidad, pero en ninguna de estas materias ejerca tanto predominio como en los idiomas, que manejaba con gran soltura, y en particular el francs. De todas
ellas
se
sirvi
para ilustrar
la
la
juventud ms
la
distinguida de
sociedad de entonces,
que,
adems, inculc ideas y sentimientos impregnados de la ms pura moral, que en frase galana
de producido este hecho, el seor de Forteza se ( 1 ) Despus asoci los seores don Antonio Fernndez Echenique y al doctor don Manuel Herrera y Obes y, trasladndose al departa-
mento
del Salto, fund un gran establecimiento de campo que alcanz tener 40.000 cabezas de ganado; pero las guerras civiles que estallaron en el pas defraudaron sus esperanzas de un modo tan absoluto, que despus de la Guerra Grande tuvo que regresar Montevideo, en donde, en atencin su acrisolada honradez, su competencia en materia de contabilidad y los servicios prestados al pas, consigui el empleo de Contador de la Comisin de Cuentas del Poder Legislativo, cargo que desempe con aplauso general hasta el 5 de Mayo de 1855, en cuyo da falleci tan repentinamente, que su acongojada familia no tuvo tiempo de proporcionarle los auxilios de la ciencia. La muerte lo sorprendi ejerciendo tambin las funciones de miembro del Instituto de Instruccin Pblica, pues el empleo retribuido que tena no fu nunca un obstculo para consagrar sus horas libres la causa de la educacin de la juventud. Su fallecimiento fu tan sentido, que toda la prensa peridica de Montevideo, sin distincin de color poltico, consagr su memoria las ms sentidas frases, sin faltar la que es de cajn tratndose de un Maestro de Escuela: Muri pobre, y su familia qued merced de la caridad pblica.
39
campean en sus alocuciones los alumnos de la Escuela Mercantil. Aunque slo era ciudadano
legal,
aprovechaba
sus
las
ocasiones
en que
poda
impresionar
educandos
para
infundirles
<;
nociones
de verdadero patriotismo.
Empezad
desde ahora
les deca;
la
laboriosos y modestos. Mirad que entre todos formis una sola familia;
-sed siempre
trataos
emulacin obrar
bien,
as seris el
consuelo
de vuestros padres,
el
40
el ornamento de la sociedad firme de la patria. ms apoyo y De cuanto llevamos dicho se deduce que la Escuela Mercantil no era un establecimiento de instruccin primaria, sino que estaba consagrada proporcionar una enseanza especial, hacia la que no poda sentirse inclinada toda la juventud
uruguaya; y si esta afirmacin se agrega el hecho notorio de que este nuevo organismo slo era aprovechado por una parte de la sociedad, llegaremos la conclusin de que la cultura que
trataba de difundir
el
directamente
la
masa por
carcter peculiar
la
elevado que
en general
caracteriz
obra del
Tribunal de Comercio.
III
Jos.
Escuelas.
16.
19.
18.
Programas escolares
anza.
Estadstica escolar.
20.
Resumen.
1.
Ya hemos
captulo,
que tanto
Asamblea como
la
el
Gobierno
la
instruccin pblica,
prila
rama de
administracin y
el
41
el
segundo disponiendo
la
esta-
capital del
departa-
mento, y adems, en otros que, sin serlo, disponan de un nmero de vecinos relativamente crecido,
como San
Maldonado
ms
segn decreto del 5 de Agosto de 1826, adems de dotarla de Escuela pblica gratuita, se le destinaba el terreno conocido por la Comandancia, fin de que en l se construyera el edificio para la misma, de acuerdo con el plano que formara el Institutor y Director del ramo, asesorado por una Comisin compuesta de los vecinos don Francisco
Aguilar, don Jos Inchausti y don Jos Pintos Gmez, quienes promoveran una suscripcin
entre
al
el
construccin
Maestro.
Sin
escolar y habitacin
del
embargo,
la
domina-
Vase el nm. 26 de los Documentos de Prueba. En un legajo del archivo del Cabildo (Juzgado Letrado de Maldonado) se halla el siguiente recibo n Recib del Sr. Alcalde del Primer Magistrado la cantidad de ocho pesos con cuatro reales, pertenecientes la hechura de una mesa y cuatro bancos para la Escuela de esta ciudad. Maldonado, 13 de Abril de \Bi\6. Toms Altaviirano. Adems, de un inventario del archivo del mismo
( 1 ;
(2
de
42
ella durante el perodo luso-brasileo don Juan Lpez Formoso, de quien descienden las familias de este respetable apellido. Cuando fueron reorga-
nizadas
las
el
seor
Formoso continu
frente de
la
que
diriga,
que
no haber capacidad en
Escuela
el
^^^
primeras adminis-
las
que estuvo impago desde 1836 1838, es decir, que trabaj durante 20 meses y medio ^^^ confiado en que algn gobierno compasivo llegara
apiadarse de
l.
no decay
de
la
el
nimo
Formoso
favor
educacin de
juventud de Maldonado,
al
llegando, en su abnegacin,
extremo de suplir
^
mienla
que su dilatada
familia
se encontraba en
Cabildo, de fecha 31 de Marzo de 1819, consta la existencia de dos bancos que se hallan en la Escuela, y una mesa grande,
cargo del Maestro Juan Formoso. Por ltimo, otros documentos prueban que este educador continuaba ejerciendo su penoso minis terio en la ciudad prenombrada en Junio de 1822. (Datos proporcionados por el seor Inspector departamental don Antonio
Camacho.)
(1) Informe del seor Formoso elevado al seor Inspector y Director de las Escuelas Pblicas don Ignacio de Zufriategui. (2) Copia del escrito del seor Formoso sobre reclamacin de sueldos. ( En nuestro poder.)
situacin
43
ms deplorable
No menos
el
solcito
que
el
donado,
pidiendo
de
la villa
I.
de Minas se
tor General de
la
Pblica,
don Ignacio
Zufriategui,
creacin
localidad; lo que el Gobierno accedi nombrando una Junta Inspectora, la cual tena la misin de presentar la mayor brevedad el presupuesto de gastos que demandase la reparacin del edificio que se destinaba para ese objeto, y que consista
en
la la
las
piezas contiguas
al
Juzgado. En cuanto
reales, calculada
para
compra del mobiliario y tiles escolares, el Gobierno defera ella, prodigando su aplauso los vecinos de la mencionada villa por su solicitud en favor de la buena educacin de sus hijos ^-^ Fu nombrado Director de esta Escuela don Diouno de los primeros Maestros que nisio Lpez, surgieron del movimiento educativo del ao 27, dice el doctor Palomeque. Su notoria vocacin hizo que consagrase todos sus desvelos al ejercicio del educando 120 nios, segn lo certimagisterio, ficaron en 1833 los seores don Toms Piedrahita, Alcalde Ordinario, don Juan Lpez, Juez de Paz, y don Pedro Prez Herrera, Secretario Maestro que,
<
<
(1)
sueldos.
(2)
Vase elnai.
23 de los
Documentos de Prueba.
44
por sus apreciables aptitudes, pas Montevideo, por resolucin de don Santiago Vzquez, en 1832,
desempear
3.
la
Segn
las
personas ms autorizadas,
primer
enseanza que existi en el departamento de Cerro Largo fu una escuela parroquial, fundada en Mel, que principi funcionar
centro de
poca de las luchas por la indepenRecurdase como uno de sus primeros Maestros al cura prroco don Manuel de la Hoz,
durante
la
dencia.
al servicio de los patriotas, desempeaba su sagrado ministerio, daba clase y aun le sobraba tiempo para recorrer el pueblo, que la sazn no
quien,
era sino
un hacinamiento de ranchos
sola hacer
munales rodajas y blanda la lanza como un soldado de Artigas. Cuntase que se le vea con frecuencia manear su cabalgadura frente la iglesia,
clavar en
el
el
en
sus feligreses,
sus discpulos,
aunque
Este
subyugados y sobre los cuales ejerca, por lo una influencia decisiva, que haca valer en
ideales
:
beneficio de sus
la
Religin, la Patria
la
45
Escuela parroquial de
Escuela. Hacia
1830
la
Mel desapareci para ceder su puesto ala Escuela pblica del Estado, dependiente del Gobierno central,
representado en
la
embrionaria
villa
por
la
respectiva Junta Inspectora, de acuerdo con las disposiciones puestas recientemente en vigencia ^^\
4.
La entonces
villa
de San Jos,
muy
superior
edifica-
la
cin, tuvo
lcito
tambin Escuela pblica, pues no es suponer que no la tuviese una localidad en que haba estado instalada cinco aos antes la Asamblea legislativa. Adems, se sabe positivamente que en 1830 la diriga con acierto y dedicacin el Maestro don Manuel Garca Lpez, y hasta se asegura que este establecimiento se instal en el vetusto local actualmente ocupado por la Botica Supparo, calle 18 de Julio esquina Sarand '--\ 5. El martes 15 de Junio de 1830, segn se desprende de un discurso pronunciado con tal motivo por el R. R fray Manuel Rivero, futuro Obispo del general Oribe ^^\ abrise en la villa de Rocha
de subido valor histrico, la debe) La precedente noticia, nuestro buen amig-o don E. O. Vieira, actual Inspector de I. Primaria del departamento de Cerro Largo. (2) Estos datos y otros muchos no menos interesantes, relativos los departamentos de San Jos, Flores, Soriano y Durazno, ha tenido la bondad de facilitrnoslos nuestro excelente amigo el ilustrado doctor don Julin B. de Bengoa, que ha desempeado en todos ellos el cargo de Inspector de I. Primaria,
(
mos
(3)
Habiendo
Vicario
fallecido el 16 de
Febrero de
1848 el doctor
Larra-
nombrado en su reemplazo don Lorenzo Antonio Fernndez, pero, como quiera que ste no poda
aga,
Apostlico,
fu
la
46
el
dirigida en su primera
poca por
seor Federico
nos
^^'.
Siguironle
el
arribeo
Calagi,
los
el
el
Con
ser
Canelones una
villa
de numerosa
de Escuela hasta la poca que venimos historiando, en que el Gobierno fund una con carcter oficial, confiando su direccin don Jos Antonio Barbosa; pero, segn se desprende de la lectura dlos peridicos de aquetantes, se vio privada
llos
la
Montevideo, en donde,
con permiso del Superior Gobierno, estableci una Escuela de primeras ^ \ Sin embargo, los vecinos ms ancialetras
^
partidario de los hombres de la Defensa, Oribe no quiso reconocerlo en aquel carcter, el general sitiador eligi por jefe supre-
mo
de la Iglesia uruguaya al cura prroco de la villa de Rocha^ don Manuel Rivero, fraile dominico exclaustrado, natural de Chile, quien no tuvo empacho en aceptar el cargo. (Vase la Biografa del Illmo. y Revmo. seor don Jacinto Vera y Diirn, primer Obispo de Montevideo, escrita por el doctor Lorenzo A. Pons. Cap. VIII, pg. 52. la nota 4 de la pg. 155 del tomo i de la presente ( 1 ) Vase
"!
obra.
(2) Benjamn Sierra y Sierra: Informe del Inspector de Escuelas de Rocha : 1896. (3) El Universal , nm. 183 y, El Correo, del 12 de Febrero de 1830, nm. 9. (4) El Correo , nm. 66, 4 de Marzo de 1830.
47
nos y respetables de Guadalupe recuerdan que las Escuelas que conocieron en esta villa, por los aos 30 al 31, fueron la de don Francisco Delauny^i\ sostenida por el Estado y destinada al sexo masculino, y una particular, para nias, dirigida por la esposa de dicho seor ^-^ 7. Exceptuando las Escuelas del Padre Sand y de Fray Bentos, que nos hemos referido en el Cap. V de este libro, ninguna otra manifestacin intelectual presenta la ciudad de Paysand. Despus del Padre Sand, la educacin sufri un eclipse y estuvo durante mucho tiempo entregada manos inhbiles que no podan darla el impulso que l
(1 ) En un Co/nuntcado inserto en uno de los nmeros del primer semestre de 1832 de El Universal, se dice que el nombre de este Maestro no era Francisco sino Vctor.
Guadalupe, Septiembre
21
de 1905.
Estimado amigo
Est en mi poder su favorecida carta 16 del corriente. En contestacin su contenido le dir lo poco que conozco de los datos que me pide y que son de mi poca. La primera Escuela del Estado que conoc, de la cual fui discpulo por el ao 30 al 34, era la del Preceptor don Francisco Delauny. La seora de ste era Preceptora de la Escuela de nias el nombre de ella no lo recuerdo. Ignoro si hubo alguna Escuela del
:
sino de
la ha habido pocos aos esta parte antes no la hubo. Es lo nico que puedo informar sobre el particular. Dejando as contestada la suya, tengo el gusto de saludarlo y ofrecerme siempre de Vd. afmo. amigo y S. S.
muy
Quintn Gabito.
48
bondad
clara inteligencia,
de carcter inquebrantable perseverancia ''^K> Sin embargo, en 1831 funcionaba en esta villa una
Estado, la que contaba con 105 alumnos, siendo stos la mitad del nmero de los que all existan en edad de recibir instruccin. Y como una mano criminal incendiara el local de la Escuela, la Junta pidi al Gobierno que contribuyese con mil pesos para de otro ms espacioso y adela construccin cuado ^-K 8. Ninguna noticia de este gnero podemos consignar respecto de la ciudad de la Colonia, en razn de que su archivo fu trasladado Buenos Aires; pero no hay duda de que los patriotas de esa poca no se olvidaron de dotar de un centro de instruccin la histrica y zarandeada ciudad, aunque no lo tuvo hasta despus de 182Q; pues respondiendo instrucciones superiores, don Pedro Antonio de la Serna informaba en 12 como de Noviembre de dicho ao, indicando edificio que presenta la mejor comodidad para Escuela de primeras letras, uno situado en la plaza, para el Sur, que sirvi antes de hospi-
el
<
Paysand y sus progresos, por Setembrino E. Pereda. ( 1 Cap. VI. pg. 83, (2) Oficio de la Junta E. Administrativa de la villa de Pay sand, de fecha 15 de Junio de 1831, al Ministro de Gobierno.
)
tal
40
^'\
En
Mercedes haba tenido Escuela desde los tiempos de la dominacin espaola, pues consta ^^^ que en 1807 existi una sostenida por su Cabildo, quien confi su direccin al Maestro don
Q.
Cayetano Correa. Este establecimiento desapareel perodo revolucionario, hasta que 182Q se inaugur la que era el Q de Abril de una consecuencia del movimiento educativo de
cera durante
esta poca.
Ortiz,
noble
las
villa
de
en
1813
simultaneaba
ceptor de
la
29 de Julio de 1829 ^^^ fu nombrado Director de su Escuela el Maestro diplomado don Norberto Fernndez. El engrandecimiento que haba
adquirido esta localidad se desprende de
la
can-
existen en la plaza
de los edificios pertenecientes al Estado, que de la Colonia, subscrita en aquella ciudad, con fecha 12 de Noviembre de 1829, por don Pedro Antonio de la Serna. (2) Descripcin del 4. aniversario del 18 de Julio . publicada en El Universal del 1 de Agosto de 1834, nm. 1477. (3) Libro del Registro del Archivo dla Junta E. Administrativa de la ciudad de Mercedes, folio 6. (4) Vase el nm. 30 de los Documentos de Prueba.
(1)
Relacin
T.
II. La E.
Uruguaya.
tidad de
50
alumnos con que contaba seis meses despus de su fundacin 65. 11. Otro de los pueblos que, sin ser cabeza de departamento, mantuvieron constantemente Escuela, fu el Rosario, que bajo la direccin del' Maestro don Manuel Laguna, espaol, cont con
:
una particular desde 1816 hasta 1822, en cuyO' ao se estableci otra gratuita, regentada por don
Santiago Torres, oriental, quien
rrupcin
la
durante
Gobierno resolvi jubilarlo en 1853 ^^K 12. La inauguracin de la Escuela pblica, gratuita y lancasteriana, de San Carlos, creada por decreto de fecha 16 de Mayo de 1827, se celebr con todo esplendor el 4 de Enero de 1830, en cuyo da contaba ya con 53 alumnos inscritos^ que el pueblo confi la pericia, inteligencia y bondad del Maestro don Jos Alsina, uno de los vecinos ms honrados de la feligresa, enlazado con familias respetables, padre de ocho hijos^ y conocido de todos por su religiosidad, dulzura segn las de carcter y aplicacin al trabajo,
^>
(1 ) Aunque hay alguna discrepancia en la fecha en que el seSor Torres empez ejercer el profesorado en el Rosario, comprueba^ en lo dems, nuestras afirmaciones, un escritor moderno, cuanda dice: Una de las primeras Escuelas oficiales que se estableci en el Rosario fu dirigida por don Santiago Torres, que empez ensear por el ao 1830 ms tarde dicha enseanza oficial se suspendi y el 22 de Noviembre de 1852 se inaugur otra vez una Escuela del Estado cargo del Preceptor den Jos de Prandez. En ella se daban cuatro horas diarias de clase de 7 11 en veranoy de 9 . 1 p, m. en invierno. ( J. Barcn Olesa La Regin del Colla. Cap. III, pg. 78, Rosario, 1902.)
; ;
51
y Guzmn. Inmediatamente del discurso del citado sacerdote, en que ste dijo que las Escuelas de primeras letras son la piedra angular de la sabidura, una orquesta preparada de antemano toc el himno patrio, y termin el acto con un largo y sonoro repique de campanas, en medio del regocijo de los jefes de familia. 13. Pero, de todas las ciudades y villas que hemos citado, la que se ocup de una manera ms completa de la educacin de la infancia, sin exclusin de sexo, fu el Durazno, que no slo plante una Escuela para varones, confiando su direccin al Maestro don Gabriel Borras, sino que fund otra para nias, que alcanz tener 53 alumnas, repartidas en 8 clases. Dirigala la Maestra Rufina Daz, con sujecin un programa
escritura en pizarras y en punto de marca y bordado. Refirindose este centro de educacin femenina, el nico de su gnero que en aquellos tiempos exista, con carcter oficial, en todo el pas, la Junta Inspectora de seoras de la expresada localidad deca La Junta Inspectora que subscribe, convencida de los rpidos adelantamientos que han experimentado las jvenes que componen esta Escuela pblica, en el corto transcurso de poco ms de un ao, no puede menos, considerando que estas ventajas son puramente deblectura,
que abrazaba
papel, costura,
52
das los sublimes esfuerzos de su Preceptora, de certificar que esta digna seora no pierde los
momentos que
las aplicadas
sidir
alumnas que tiene el honor de prey educar, tanto en escritura como en labores y moral ^^^ Ignoramos el tiempo que duraran estos establecimientos de enseanza, pues el Alcalde del
.
Durazno manifestaba, con fecha 14 de Marzo del mencionado ao, que, causa del estado ruinoso
de
los edificios escolares, se vera en la imperiosa
si
necesidad de clausurarlos
el
pueblo no pro-
mova una suscripcin voluntaria para sufragar los gastos que la obra demandaba, inicindola l con el importe de sus emolumentos como funcionario pblico.
14.
No
de
la
la
fecha en
Escuela pblica
de
Florida, pero s
sabemos que
la
tuvo
durante
Era su
que
sino
la
asociando ellas, como es pocos muchos discpulos. Dgalo que organiz para el da 25 de Mayo de
I.
elevado al seor Inspector y Director General de ) Informe Pblica, don Ig-nacio de Zufriategui, por la Junta Inspectora de seoras de la Escuela de nias de la villa de San Pedro del Durazno, con fecha 1. de Enero de 1830.
(1
1831,
aniversario
53
gran importancia.
nadie, ni
aun de
la
las
Pre-
ceptor de
que se originasen, que, como se ver, no fueron pocos ni pequeos, sobre todo para tener que pagarlos un humilde Maestro de Escuela. Sin embargo, ese da no hubo ms funcin que la preparada por el seor Preceptor, quien no arredr el fro de la maana para madrugar y, la salida del sol, entregarse una pirotecnia tan atronadora, que el mismo Jefe Poltico acudi presuroso al teatro de aquel inusitado alboroto, en la creencia de que hubiese estallado algn motn, y sin acordarse del da en que se hallaba, ni del patriotismo del mentor de la infancia floridense. Despus de un copioso consumo de bombas y cohetes, los alumnos se congregaron en el local de la Escuela, donde el Maestro les reparti multitud
hacia
ms grandes acontecimienla
historia
de
Repblica. Entretanto
el
vecindario en
masa haba hecho abandono de sus tareas y marchaba en pos del ejrcito infantil, de manera que el discurso pronunciado desde la
legendaria roca por
el
un pblico,
Vueltos
al
si
no
selecto,
por
lo
menos numeroso.
54
filas
en el atrio de la iglesia parroquial, y despus de otra alocucin adecuada esta parte de la les distribuy medallas pagadas por el fiesta, mismo Maestro. Por la noche hubo iluminacin (frente la Escuela), la que consista en un transparente gigantesco con
tales
:
el
siguiente letrero
Orien-
no os fiis de la sonrisa de los tiranos. A los costados aparecan, tambin iluminados, dos lienzos con los retratos de Rivera y Lavalleja ^'^\ Como se ve, la educacin cvica tena en el Maestro de la Escuela pblica de la Florida un intrprete ejemplar y
embargo, no
falt
Patria por los odos y los ojos Escuela su cargo, y que mejor habra sido ensearles las letras ^-K
quera meterles
los nios de
la
de esta Escuela lo constitua una sola meses ( aunque en ella funcion durante dos aos), sin inters ninguno, por el progresista vecino don Basilio Fernndez. La
El local
el
cuarto-habitacin
en
ella tiene
armas de su defensa, con ellas defendi su cara patria y, por lo tanto, las conserva como el mejor galardn de sus trabajos. Los
lo
cuando
ha menester,
las
como
del 25 de Mayo en la Florida, descrita por Un (,1) Funcin gaucho olvidado del siglo. 1831. (2) Comunicado inserto en el nm. 593 de El Universal.
adornos lecturas de silabeo que se hallan pendientes de la pared son el freno, el maneador y el rebenque, con objeto de sustraerlos la voracidad de los ratones de que est minada la pieza... sta es pequea para el nmero de 45 nios, es incmoda y slo tiene una puerta, etc., etc.; pero para ensear, lo mismo tiene hacerlo en una plaza que dentro de un gran palacio; y para aprender slo consiste en la habilidad del que ensea y la inclinacin buena del que aprende ^ V> Cuntase de este patriota pedagogo, que como la Junta Inspectora de la localidad jams visit la Escuela, limitndose transcribir las rdenes que reciba de Montevideo, dictar disposiciones arbitrarias, Lezaeta sacaba los alumnos la plaza del pueblo, tres cuatro veces por ao, y all, en presencia de los padres de familia, de los desocupados y de los curiosos, que nunca faltan todo gnero de fiestas gratis, improvisaba exmenes al aire libre, para que el vecindario se cerciore de lo que adelantan los muchachos, y en demostracin de que no robo el sueldo que el Gobierno me da, deca por la prensa, defendindose de
^
<-
como
inconvenientes ^-K
Adems de
no sabemos
si
la
(t) Escritos que en defensa de sus actos como Maestro de la Escuela pblica de la villa de la Florida, publica don Gabriel Le-zaeta en los nms. 772, 791 y 805 de El Universal . _ (2) El Universal, nm. 805, 26 Marzo de 1832.
la
56
la
entonces
villa
que hemos dejado consignadas en el curso de este captulo, se desprende que los hombres que rigieron los destinos del pas desde 1825 hasta Octubre de 1830, trataron de que la educacin del pueblo adelantara, haciendo lo que humanamente podan con arreglo los escasos medios de que dispusieron y al criterio> pedaggico de aquellos tiempos fundar Escuelas en las ciudades, villas y pueblos que la sazn existan, pesar de que no las tuvieron hasta 1831 las poblaciones del Salto, Vboras, Vacas, San Salvador ^-^ y Piedras, como veremos en el siguiente
las noticias
:
De
captulo.
l.
En cambio,
las
hubo
rurales,
aunque conca-
Este dato lo consigna don Jos B. Miranda en su interesante ( 1 Historia de la enseansa primaria en el departamento de la Florida, cuyos originales obran en nuestro poder, merced la benevolencia del expresado seor, actual Inspector de Escuelas de dicho departamento. (2) Xos ha sido imposible fijar cul fu la primera Escuela pblica que hubo en San Salvador Dolores, aunque no falta quien afirme que su primer Maestro se llamaba Mariano Martnez Helgueta, espaol; pero, si se tiene presente que de l fu alumno el respetable vecino de aquella localidad don Luis Madrid, llegaremos la conclusin de que dicha Escuela se fund despus del primer tercio del siglo xix, poco ms menos, como se deduce de los decretos del general Rivera de fechas 21 de Junio y 1. de Octubre de 1831, que publicamos entre los documentos de prueba. (Vase el interesante opsculo de don Jos Luis Antua, hijo, titulado Villa de Dolores : noticia sobre su fundacin Merce)
des, 1901.)
el
57
muy
limitada, tanto en
departamento de de
la
la capital
como en algunos
pa-
rajes
campaa. As, por ejemplo, cierta estancia situada en la costa del arroyo de la Virgen, desde 1829 dispona de una Escuela que alcanz tener
un
lo
militar
la
dado
del
territorio
uruguayo,
la
cual
no
impeda
esgrimir su pluma en
prensa de Montevideo
Con
objeto de que
el
personal enseante
no se encontrase librado su propia suerte, el Gobierno cre Juntas Inspectoras en todos los pueblos donde se abriese Escuela. Estas Juntas se compondran del Juez de primera instancia donde lo hubiese, en su defecto del Juez de Paz y dos vecinos respetables de muchas formaron
:
que se explica
sin dificul-
dado
de
I.
el
Gene-
Pblica,
don Ignacio de
Zufriategui. Las
Mayo de con tan buena voluntad desempearon sus funciones, que ellas se debe en gran parte la adquisicin de locales para las Escuelas, la
lindadas en
el
decreto de fecha 16 de
1827
(-^
nm. 21 de El Oriental, correspondiente al da 21 de ( 1 ) El Octubre de 1829, est todo ntegro consagrado instruccin primaria, registrando, adems, la noticia que hacemos alusin, (2) Vase el nm. 26 de los Documentos de Ptueba.
organizacin de stas y hasta el prestigio de que rodearon los Maestros fin de que stos fuesen
respetados y queridos de sus respectivos vecindarios, como sucedi con la Junta Inspectora de
la
prensa su Maestro
l
el
la siguiente en 1830: Minas: Juan Jos Gimnez, Vicario; Manuel Zevllez, Juez de Paz, y Francisco Jos Z^MdW^z. Durazno : Gregorio Morales, Miguel Garca y Jos Leal, para la Escuela
nes era
de varones, y las seoras Eusebia Daz y Paulina Morales para la de x(\x\2i^. Canelones : Jos Mara Gonzlez y Pedro de Gereda. 5>/77/z7 ; Miguel Bonifacio Gadea y Jos Antonio Esperiz. TW^rcedes : Luis Beau, Presidente; Francisco Bermdez y Jos Mara Castellanos. -Ai z//7/zz/? Francisco Aguilar, Jos Pintos Gmez y Jos Inchausti. San Carlos : Santiago Prez, Juez de Paz, Presidente; Vocal, el cura prroco Toms de Ladrn de
.*
hemos
Religin y Gramtica.
programa de la Escuela de nias instalada en Durazno no comprenda Gramtica ni Aritmtica, pero en cambio se enseaba costura, punto de marca y bordado. Para la enseanza de la lectura,
El
el
59
los
Maestros se valan de
las
carteles,
en los que se
encontraban grabadas
la
primeras dificultades de
al libro
logografa,
pasndose despus
carteles la supla
el
cartilla.
Preceptor escri-
ejercicios
uso
paso de
con
el
ndice en arena,
el
segundo
escribir
en pizarras, y
ltimo en
papel. La gramtica
constituan
tal
la materia de aritmtica. El clculo menun ejercicio completamente desconocido. Este programa se desarrollaba en varios aos, segn el entusiasmo, habilidad y conocimientos del Maestro. Se divida en ocho clases, y en todas ellas se enseaban las materias del programa, como se deduce de los informes pasados por los direc-
tores
seor de Zufriategui, y los cuales hemos consultado. El sistema mutuo continuaba siendo
al
y las Escuelas se denominaban Lancasaunque la mayora de ellas lo eran slo en el nombre. IQ. El nmero de alumnos inscritos con que contaban al comenzar el ao 1830, se elevaba 1600, segn el cuadro siguiente, que hemos podido
el
oficial,
terianas,
Nmero de alumnos
60
(1)
20.
GI
Dedcese de
lo
30 se preocuparon, en cuanto pudieron y supieron, de resolver del mejor modo posible, el pro-
blema de
la
das mejorar y ampliar lo preceptuado en ella: creacin de Escuelas en los departamentos y pue-
de campaa; fundacin de una Escuela Normal, prescribindose que nadie podra ejercer
blos
la
Escuela
enseanza como no fuera alumno de dicha , por lo menos, no hubiese sido aproel
bado en
ste
examen que
las
diera ante
la
el
Director
General de
Escuelas de
Provincia,
que
;
esta-
la
de instalar
en
ellos las
la
de
mujer en
direccin de
la
enseanza feme-
no vacunados; obligacin de
el
magisterio,
personas consagradas
;
l,
oficial
al
par-
ticularmente
asignacin de
sueldos
personal
certi-
enseante;
y,
nos de las Escuelas del Estado que se hubiesen hecho acreedores un documento de esta natu-
62
raleza,
que
les granjeara la
la
Consulado, y
los expsitos
la
y hurfanos, llevada cabo por la Comisin de Caridad de entonces, evidencian lo saludable del ejemplo que daban al pueblo los ingenuos y sencillos prohombres que tenan en sus manos las riendas del gobierno, exentos de prejuicios, despojados de gazmoera y ajenos metafsica que algunos pedagogistas la extica pretenden en la actualidad introducir en el arte de
ensear, y que, por lo abstrusa y laberntica, slo sirve para embrollar y entorpecer los ms sencillos
problemas escolares.
CAPITULO X
De
la
educacin.
I
1.
El impulso
dado
en
As,
la
instruccin
primaria
oficial
tuvo su
diferentes
esfera
privada,
bajo
por ejemplo, el seor don Julio Meyer anunciaba por la prensa que se
G4
divertido infalible,
como tambin
cor-
plumas quienes no sepan, en una hora de leccin ^^l Pero, como pudiera haber gentes que no quisiesen no pudiesen entretenerse en este trabajo, el expresado seor anunciaba tambin que haba establecido un baratillo de plumas cortadas. La variedad del corte de estas plumas deca est tan bien combinada, que puede aplicarse cuantas formas de letras existen en la
tar
sociedad.
Otro profesor extranjero, que suponemos fuese algn capitn de buque, se ofreca los padres
de
Astronoma,
Hidrografa His-
toria Universal
^-\
Escuelas
de Nutica espaolas, la vez que se inauguraba ( 14 de Septiembre de 1829) una Academia Militar con carcter privado, para iniciar los oficiales
del ejrcito en
ticas,
el arduo estudio de las Matemde cuya institucin deca el diario ms ilus-
^^^:
<
En un
Estado libre no se puede descuidar la educacin moral del soldado sin exponerse grandes ries.gos: es preciso hacerie conocer sus deberes
como
(1) El Universal, nm. 32, Julio 24 de 1829. El Universal, Septiembre de 1829, 3) El Universal, nm. 66, 4 de Septiembre de
(2)
1829.
65
hombre, como militar, como ciudadano, como miembro de un Estado libre, como encargado de la defensa de la patria y como garante de la tranquilidad y del orden pblico. A pesar de stos y otros elogios de la prensa, la Academia Militar no tuvo xito, pues los pocos das de fundada, su director, seor Adriano Enrique Mynssen, anunciaba su partida para Minas y ofreca sus servicios al pblico en calidad de agrimensor. Un artista avisaba al respetable pblico que haba instalado una Escuela de dibujo en la calle 'del Portn, la vez que se ofreca para hacer retraitos de un parecido perfecto ''^^; don Luis Foresti, italiano, Profesor de msica, se comprometa dar
ambos sexos
^-\
y como no
.anunciaba
faltaba
sus
bailar,
ensear
res
'^^,
resultaba que
el
Msica y
el
Baile,
que son
la
sociedad montevideana.
movimiento educativo agregese que el local de los estudios del Consulado, situado en la calle de San Carlos, nm. 62, hoy Sarand; como una muy notable que se dio el 7 de Septiembre de 1829, que
este
(1)
(2)
.(3)
270,
276,
60, 28
La
E. Uruguaya.
5.
versaba sobre
los diarios
66
lo fsico y moral del hombre, y que que por entonces se publicaban en Montevideo ^'^ dilucidaban con la mayor ingenuidad, aunque con escasa ilustracin, muchas cuestiones que afectaban todas las clases sociales,, desde los artculos de la Constitucin que se proyectaba, hasta las ventajas que reportara la lim-
la la
demolicin de
la
las
murallas, la
propagacin de
el
vacuna,
imposibilidad de
que
cometa de
la
Biela,
la
difusin
de
reca
cin,
como
el
titulado
muerte,
Alsina,
en que su autor,
J.
examinaba todas
las
que se fundaban; opsculo escrito con objeto de ilustrar los miembros del Jurado, institucin
recientemente establecida.
Don
Montevideo
sobre
ni
le
diera datos
el
mximum y mnimum
termomtrico.-
Nunca
Octubre
La
El Universal, El Caduceo,
,
El Investigador
Gaceta Mercantil
El Correo , El Oriental , El Patriota , El Recopilador, El Argos, El Indicador, El Cometa, El Satlite , El Plagiario y otros de menos importancia.
de 1829,
sobre
El
las
G7
slo
sirve
veleta,
el
higrmetro
el
de lujo en
de adorno
etc.
los aposentos,
aermetro
astrnomo de aquella poca se engolfaba en estudios selenogrficos, y provisto de un modesto telescopio, que tal vez no fuera sino un simple catalejo, pasaba las noches en la torre de la iglesia Yo observando la estructura de nuestro satlite. en el convento proclamaba por la prensa vivo de San Francisco, y me llamo Jos Ignacio de Arrieta, para que vengan y no se equivoquen, que en los novilunios podrn venir, desde que obscurezca hasta las Q, no todo el mundo, sino todo sujeto que entienda algo, y mis conocidos porque no es cosa de tteres (^^. Por ltimo, el coronel don Ignacio Oribe, adelantndose su tiempo, propona la creacin de un Museo en que tuviesen colocacin tantas rarezas que posee el pas, as en mineraloga como en el reino animal, y particularmente en el ganado vacuno, que con frecuencia produce fenmenos en que la naturaleza muestra tantos caprichos ^^l:> Una media docena de Escuelas particulares, todas para varones, y la mayora con escassimo nmero de alumnos, completaban el cuadro del estado de la enseanza privada en sus diversas manifestaciones y del grado de la cultura general de la ciudad de Montevideo fines de 1830,
;
(2)
830.
805.
Marzo
sea cuando
el
68
la
general
Rivera suba
primera
Con
el
nio Lavalleja
deca
en
mensaje elevado
trasmitir
:
la
al
el
poder
<
El
pas est
y constituido: falta hacerlo instruido ^^\ Apenas organizado ste, cuando ya los pobres Maestros empezaron ser vctimas de las economas oficiales, sin que hasta ahora hayan cesado
las
rebajas,
sueldos ^-\
y fundndose en que la cantidad asignada por la ley de presupuestos para el servicio de este ramo no permita llevar cabo una mejora tan trascendental, el
las dota-
ciones de los Preceptores 50 pesos mensuales, de 60 que haban disfrutado hasta entonces: esta
economa
escuelas
sera
'-'^\
aplicada
la
ereccin de
el
otras
Felizmente,
como
ahorro era
el
muy
insignificante para
poder establecerlas,
Gobierno revoc su anterior resolucin, que los honorarios del magisterio fuesen
mitivos, es decir, 60 pesos mensuales,
mismo mandando
los pri-
dotacin
que aun as mismo es mdica, insuficiente para recompensar tan importante servicio agregaba
>
el nm. 36 de los Documenos de Prueba. ( 1 ) Vase (2) Lase acerca del particular el folleto que con el ttulo de -Los sueldos de los Maestros public en 1888 el seor don Francisco
38 de los
Documentos de Prueba.
-.69
modo
de comentario,
incluir,
debiendo las
adems,
las
Administrativas
nuevas Escuelas que con expresin de los puntos en que hacan falta ^^K Desgraciadamente, un decreto de fecha posterior ''-\ subscrito por don Carlos Anaya, vino anular casi totalmente las buenas intenciones del general Rivera, estableciendo una escala de sueldos con arreglo al nmero de educandos que tena cada Profesor. En vista de este nuevo arreglo, muy pocos seran los Maestros que alcanzasen disfrutar un sueldo de 60 pesos mensuales, mientras que el Director de
crear,
la
de 100 pesos, en virtud de que en esta institucin se educaban en aquella poca 300 nios, segn
afirma
el
viejo cronista
de cosas uruguayas
el
^^'.
que
desde gozarn de 46
de 45, al ao los Preceptores quinientos pesos 75, seiscientos, y de 76 100, setecientos veinte, en el bien entendido que el aumento de cada 50 nios sobre el mximum de la escala anterior daba opcin diez pesos ms sobre los 720
el
sin
(
t
nm. 42 de los Doatmentos de Prueba. nm. 47 de los Documentos de Prueba. (3) Isidoro De-Mara: Hombres notables. Biografa de Besnes
1
)
Vase Vase
el
el
de Irigoyen.
las
pudiesen suministrar tiles escolares toda persona idnea que se dedicara la enseanza, vale
decir, los
Maestros particulares.
el
En
1833,
25 pesos mensuales
ms
aco-
modadas cuatro
sen
la
reales
Escuela; pero
el
como
la
prensa impugn
enrgicamente
haberlo
autor,
presentado se produjo la dimisin del nada absolutamente se llev efecto, continuando los mismos sueldos que antes regan. 3. El decreto del l.o de Octubre de 1831 restableciendo los sueldos primitivos, que anul el del 21 de Junio del mismo ao, contiene adems el
propsito de presentar en
la
siguiente legislatura
un proyecto de
cargo de Preceptor
encaminado incorporar el la clase de empleados permanentes, con opcin la jubilacin retiro que se establezca por las leyes respecto de los empleados en general; promesa de Rivera y Joaqun Surez que vino hacer efectiva la Asamblea de 1838 sancionando la primera ley de jubilaciones y pensiones, abolida con toda crueldad en 1876 y restablecida, en cuanto dice relacin con el profesorado de primera enseanza, por la ley impropiamente llamada Ciganda, hoy reformada con la liberalidad y justicia de que careca la anterior, merced la noble
ley
1
iniciativa
E. Pereda,
Cuerpo
Legislativo.
Evidencia
titucional,
que
en sus relaciones con el Estado, era considerada inferior la de los empleados pblicos, por su condicin de amovible voluntad del Poder Ejecutivo ni siquiera era mirado como funcionario
;
la
Asamblea,
pero el Gobierno los alteraba segn su capricho con arreglo las circunstancias; y si obtena la direccin de una Escuela por oposicin, un nombramiento directo arrebataba derechos adquiridos y minaba la base de principios legtir.os y convenientes. El
Maestro
era,
pues, para
el
Poder pblico
un contratado, un funcionario en comisin, privado de garantas de estabilidad en su puesto, con todos los deberes de los empleados oficiales y ninguna de sus ventajas. 4. Hacia los comienzos de 1831 se hallaban ya instalados en casi todos los departamentos establecimientos de enseanza y Juntas Inspectoras, que obedecan un jefe superior que, con la denominacin jerrquica de Director General de Escuelas, desempeaba desde el 23 de Febrero de 1829
don Ignacio de Zufriategui; Gobierno introducir toda clase de economas sin desatender el mejor servicio de este importante ramo de la Administracin, supriel
ilustrado sacerdote
el
pero deseando
72
el de Inspector Generar de Instruccin Pblica; cargo honorfico y servicio gratuito anexo alguno dlos empleados de rango,, entre quienes rolara por bienios eleccin del
Gobierno
^^^
De acuerdo con
esta resolucin fu
nombrado para ocupar el nuevo puesto don Joaqun Campana, miembro del Tribunal de Justicia ^-L
Los inconvenientes de esta dualidad de funciones se palparon tan pronto, que antes de cumplirse
un ao de
suprimir
bleci
el
la
disposicin anterior,
el
Gobierno, sin
la
el
vez
que deslindaba sus atribuciones por decreto de fecha 2 de Abril de 1832 ^^K El nombramiento recay en la personalidad del presbtero don Lzaro Gadea, por la circunstancia, sin duda, de haber sido compaero de Ctala en la primitiva Escuela
Lancasteriana.
tituido
A principios
en sus funciones hacia mediados de Noviembre de 1833, despus de haber formulado un proyecto
las
Escuelas,
com-
Con
la
campaa
que reciban en
los
pueblos de su
(1) Vase el nm. 39 de los (2} Vase el nm. 40 de los (3) Vase el nm. 43 de los
(
Vase
el
nm. 45 de
los
de de de de
de Febrero de 1831
el
residencia,
con fecha
el
23,
de Gobierno
las Juntas
la
Ellauri, se dirigi
hacia
tal,
que fijndose bajo sus auspicios, fuese, sin embargo, costeado en su mayor parte por los individuos cuyos jvenes debieran educarse en l, sealando por todo costo 150 pesos anuales por cada alumno ^^K La precedente disposicin se hizo extensiva las nias, pues el mismo Gobierno, con fecha 30 de Mayo de dicho ao, adverta, por medio de una circular pasada las Juntas, que en virtud de tener que abrirse muy en breve el Colegio para nias, y deseando el Gobierno que todos los pueblos del Estado participaran de este beneficio, se acordaba que por su cuenta se admitiese en l una educanda por cada departamento, la que debera venir recomendada una casa particular para su asistencia y poder dormir en ella, puesto que, por el Gobierno, en el Colegio slo se les costeaba la comida y la enseanza, lo que significaba anticiparse la poca actual en materia de fundacin de Institutos como los dos que, sostenidos por
1
)
el
Estado, existen en
la
ciudad de
Mon-
Vase
deo, inserto en el
da
14
ievideo.
74
nuevo establecimiento hasta fines de 1833, en que se anex al Colegio Oriental de la seora L de Curel (de cuyo centro educativo pasaremos ocuparnos ), que fu nombrada Maestra de la nueva Escuela para nias
pobres
^^^
6. Adems de los establecimientos que mos de referirnos, el gobierno del general
acabaRivera
expidi un decreto
pblicas en
^-\ fechado
la
el
2 de Septiem-
creacin de Escuelas
localidades
ellas,
como
Salto,
Vbo-
Vacas, San Salvador y Piedras, con cuyas fundaciones quedaban satisfechas las necesidades
sazn existan en la Repblica, aunque parece que estas ltimas Escuelas no pudieron establecerse, como lo dice el Gobierno en otro decreto
la
de fecha posterior
7.
^^\
la
enseanza pblica progresaba en virtud de la proteccin decidida que supo dispensarle el gobierno de Rivera, pueblo hubo, como el de Paysr^nd, por ejemplo, que trat de
Mientras que
que
los beneficios
de
la
^odas
i^e la
proyecto
Junta E. Administrativa de
mencionada
1833.
(2) { 3 )
El Universal >, rm. 1266, del 9 de Noviembre de Vase el nm. 41 dlos Documentos de Prueba. Vase el nm. 42 de los Dociitnentos de Prueba,
villa,
relativo
la
Amigos de
enseanza
de algunos nios de la clase pobre, cuyo efecto puso bajo su protectorado una Academia fundada por don Bautista de Andrs, la cual concurriran
diariamente para aprender geografa, escritura, gra-
mtica
geometra, trigo-
la
pblicas poseyendo
el
cuyo efecto
el
produjo
lo
se conserva
Por ltimo, el Gobierno dict una serie de disposiciones encaminadas difundir la instruccin por los suburbios ms poblados de Montevideo, como lo haba hecho con los ms insignificantes pueblos del interior; de modo que, tan pronto
como dispuso de locales y Maestros, decret la creacin de Escuelas pblicas en el Cordn ^^\
Aguada
^^\ Aldea
'^^
y Cerrito^^^
mientras que
( (
3 de
Septiembre de
1S31.
(3) Reinstalada por segunda vez el 5 de Febrero de 1833 baje la direccin del celebrado Maestro don Dionisio Lpez. (4) Inaugurada el 1." de Febrero de 1834, Preceptor,, don Emilio Duelos. (5) Resolucin gubernativa de fecha 21 de Mayo de 1834. (6) Decreto de fecha 5 de Junio de 1834.
el
76
de carcter
las
nmero de
^-^
las
urbanas
(^)
privado-
alcanzaba ya diez
Lira
8.
con
fundadas
la
por
plan-
y Gimnez
satisfecho
^^l
el
No
Buenos
que accedi Gobierno en estos trminos < Bien informado Gobierno de la utilidad y fomento que reporeducacin pblica de
^^^
tara la
el
las
nias trasladando
suplicante
Discurso de don Juan Manuel de la Sota, director de la ( 1 Escuela Normal. Abril de ISU. (2) Casi nos atrevemos asegurar que una de las primeras Escuelas mixtas que hubo en el pas fu la que con el pomposo nombre de Ateneo fund en Montevideo don Luciano Lira, el 20 de Agrosto de 1833, aunque en ella estaban los sexos rigurosamente separados. Su programa comprenda lectura, escritura, aritmtica y gramtica ( 1 peso mensual), costura y marca (otro patacn), bordado (2 pesos), msica y piano (3 pesos). Los pupilos pagaban 15 pesos y los medio-pupilos 10, pero nada les costaban las materias de estudio. El Ateneo estaba bajo el patrocinio de una Comisin de damas y otra de caballeros: la primera compuesta de doa Jacinta Palomeque de \"illademoros y doa Francisca Romero, y la segunda de don Carlos G. Villademoros, don Pedro Somellera, don B. Gallardo, don Julin lvarez y don Florencio
)
Vrela.
Noviembre de
el da 26 de Liceo Montevideano. (4) El seor Curel, esposo de la Profesora del mismo apellido, que fu el que inici la gescin ante la Junta E. Administrativa de Montevideo.
(3)
Don
Jos
1833
que propone, ha venido en acorproteccin que est en la esfera de sus facultades, comprometindose proporcionarle un local decente y cmodo en la casa <que hoy sirve la polica, aceptando la obligacin en que el seor de Curel se constituye de recibir, en calidad de pupilas, seis nias, doce medias pupilas, por cuenta del Gobierno, bajo el plan de enseanza que ha propuesto, y debiendo moderar los precios 3, 5, 10 y 17 pesos mensuales, por el mismo orden de las clases que ha detaen
los trminos
la
llado
^1).
El Colegio
Oriental
^-^
El Caduceo, de 1. de Diciembre de 1830. Con este mismo ttulo existieron en Montevideo, simultneamente, varios establecimientos de educacin, sin que hayamos podido atinar con la causa de esta anomala. Pero, como quiera que sea, hubo uno que no se debe olvidar en libros de la naturaleza del presente. Nos referimos al Colegio Oriental de la beata Rosita, acerca del cual poseemos dos documentos, de lectura sumamente
(1)
(2)
mos
continuacin. Dicen as
Montevideo, Marzo 29 de
1905.
te,
causas que expresar que en el primer tercio del siglo pasado, mi ta abuela doa Rosa Acua, generalmente conocida entre sus relaciones por la Beata Rosita, como buenamente se dejaba llamar, fund y mantuvo muchos aos en esta capital, calle hoy 25 de Mayo, esquina Maci-l (donde j-o nac en 1844) una Escuela Colegio particular para nias, que lleg denominarse ms tarde Colegio Oriental , al cual establecimiento concurran las hijas
el el
jueves 21 de
Ministro de Gobierno en representacin del Poder Ejecutivo. El programa de este establecimiento, que actu con gran xito, consista en lectura, escritura,
acto
costura,
cuentas,
moral,
gramtica,
historia
de
idiomas
francs,,
ms completa que
^^K
se poda dar
la
mujer
en aquellos tiempos
meses de fundado llevaba el Colegio Oriental, cuando el seor Curel y su esposa anunciaron los primeros exmenes, que
seis
de las principales familias de Montevideo, cuyo centro
era, efectivamente, dicho barrio; contndole
Poco ms de
principal
fallecido la
ao 1840, la sustituy la que n mi seora madre doa Magdalena Xez, joven que, por la preparacin recibida en Buenos Aires, haba trado muy recomendada doa Rosa, y que haba casado, los aos, con su sobrino carnal, nacido y formado en su casa, don Mariano Pereira. Que iniciada la Guerra Grande, la opinin poltica de mi padre lo oblig salir de Montevideo y dejar todo el peso de la direccin del ya entonces Colegio Oriental (segn una tarjeta de mi madre que lleg mi poder), su esposa, aunque acompaada de sus Ayudantes y de los Maestros de dibujo, msica, etc., etc. Que ese recargo de tareas, aumentado con las que requiri un examen al uso de Buenos Aires, que prepar mi madre, }' que presidi la seora doa Bernardina Fragoso de Rivera, y en el cual hizo acto de presencia el Presidente de la Repblica, finalizando con una distribucin de premios en la iglesia de la Caridad, presidida por la seora de Rucker, resinti la salud de mi madre de tal manera, que tuvo que abandonar las tareas escolares para salir al campo, falleciendo los pocos meses en la quinta de Zabala Salvaach, hoy el Prado. Que cuando falleci mi ta Rosa, la iglesia autoriz orden que se la mantuviera insepulta tres das, por considerarla muerta en concepto de santidad.
9
se
(ms
tarde
efectuaron
el
en
el
Coliseo
San
Noviembre, concurriendo la fiesta S. E. el Presidente de la Repblica general Rivera y un gran nmero de personas principales del pas, de uno y otro sexo, que presenciaron el examen y demostraron su satisfaccin por los
Felipe)
da 5 de
adelantos
de
las
nias ^-\>
El
examen vers
sobre
las
examinandas, que
las fami-
ms
distinguidas de
la
sociedad montevideana.
Cantaron un coro las alumnas seoritas Adelina Rucker, Mara de Curel, Concepcin Rivera, Isabusca de la comprobacin de estos datos, ratificados por que todava se conservan en nmero que exceden de diez doce, he recorrido intilmente sus libros. Por ello, como por el apego que debo tener esos pergaminos, dado lo que hay de atvico en m, as como por haberme manifestado usted, una vez que nos encontramos en el Museo Pedaggico, que usted haba conocido y tena muy presente doa Rosa Acua, le ruego quiera proporcionarme todos los datos que usted posea al respecto, lo cual le quedar muy grato. De Vd. S. S. y amigo,
ex
discpulof:
En
Muy
seor mo y amigo
Contesto con sumo agrado su estimable del 29 del corriente, que he recibido con gran placer. Las referencias de familia y de ex discpulos de su ta abuela doa Rosa, la buena seora conocida por la Maestra Beata Rosita, de que usted me habla y me pide los antecedentes que tenga y recuerde de ella, son exactos. Y puedo confirmarlos porque la conoc el ao 20 y tantos, con su Escuela situada en la calle enton-
iDelita
80
Ellauri, Ciprianita Muoz, Dolores Vidal y Jenny de Curel. Tambin representaron una comedia titulada La vspera de los premios, escrita por la Directora, en cuyo desempeo sobresalieron las nias de lvarez y Rucker. La funcin termin con un himno patritico la paz, letra de don P. Bazn y msica del Maestro Rosquellas, cuya
A la paz hoy el himno cantemos, Con la palma la oliva juntad Xueva gloria los hados prometen
;
adornado con
las
San Pecire, ahora 25 de Mayo, casi esquina la de Maciel, donde yo viva frente lo de Llamb 3* Figueroa. Al lado de la casa de ella habitaba Fray Pedro, Capelln de la Iglesia de Caridad y del Hospital. Conoc mucho de ella por la seora doa Juana Acua, de que era deuda )- discpula, y le llamaba Mama
Rosa, querindola como madre. Le conoc varios libros de uso en la Escuela, pero no conservo ninguno. Quien pudo tener quizs alguna noticia es la seora doa gueda Burgun, que vivi con ella y conservaba algunos de sus papeles, as como una vista de Montevideo del ao 30, que me regal. La Maestra Beata Rosita usaba, en efecto, hbito del Carmen, y era muy buena de carcter, inteligente. En aquella poca no s que se llamase su Escuela Colegio Oriental me parece que eso no sea cierto. Jams me lo dijo doa Juana, sino que era conocida por la Escuela de la Beata Rosita, donde enviaban sus nio3 y nias de aquel barrio las principales familias, empezando por la de Figueroa. Recuerdo que entre ellas se cont la deMagarios, cuyo chico Mateo, el futuro doctor don Mateo Magarios, fu uno de sus discpulos, me refera doa Juana Acua, quien puso en sus manos de los primeros la Cartilla y el Catn de San Casiano. Esto me lo repiti muchas veces doa Juana. No s si lleg tener la Escuela Colegio 20 30 discpulos, pero puedo asegurar usted, por mis recuerdos y conversaciones, que era una de las mejorcitas de aquel tiempo, que rivalizaba en crdito y
:
obras de
81
mano de
de
las
las
Adelina y Nazaria Manuelita Rucker, Paulina Torres, y Dolores Prez, Dominga Vilardeb, Dolores Molier, Sofa Gir,
los trabajos
seoritas
Ciprianita
Rivera, Antua,
Vidal, Larreta,
Toda
la
artculos
lucir la
ms menos
laudatorios,
que dejan
tras-
buena fe de los periodistas de entonces, el deseo del gobierno del general Rivera de enaltecer la causa de la educacin de la juventud y la indis-
Tionor con el de la otra Religiosa, protegida por la de Zabala, situada frente al Teatro de Cipriano, donde se educaron los nios de las principales familias de Montevideo, del barrio de la Cari-
sustituy la buena Beata Rosita en la enseanza, despus que falleci bien puede haber sido la A)'udante. Pero en su tiempo, fuese quien fuese, sirvi bien al Magisterio, antes que se conociera por e>tas tierras el sistema de enseanza mutua Lancasteriano, cuya adhesin debise al ilustre y benfico Larraaga, cuj'os manes, aqu para entre nosotros. Dios sabr donde existen. Pero tenemos bembo para otros que ni por el forro conocieron la Pedagoga. Gloria, pues, mi amigo y seor, los que como la Beata Rosita y la coja de ms arriba, ensearon aquellas generaciones. Creo que su seora madre de usted fu una de ellas. Conoc su seor padre don Mariano Pereira con su Escuela en la Aguada, y no extrao aquello de que la buena semilla entre nosotros no se pierde. Perdone, mi amigo y seor, mis borrones, que no he hecho copiar por falta de tiempo, y siento no ser ms largo este respecto por no cansar su atencin, quedando sus rdenes y siendo su afmo. ^.migo } S. S.
;
S.'c,
Abril
].^
1^05.
Isidoro De-Mara.
537, del 23
La
E. Uruguaya. 6.
cutible habilidad
82
clase de empresas.
La Escuela Mercantil del seor Forteza y el esposos Curel fueron los establecimientos de enseanza que durante el primer gobierno constitucional dieron la nota ms alta en materia de prodigar educacin esmerada, racional y completa. Con razn el Presidente de la Repblica, general Rivera, sus Ministros y la buena sociedad de Montevideo asistan anualmente los exmenes de ambas instituciones. emprendidas por el 9. Otra de las reformas Gobierno del general Rivera fu la fundacin de Bibliotecas circulantes. Una Comisin especial quedaba encargada de apartar de la Biblioteca Nacional unas 200 400 obras de moral, agricultura y conocimientos tiles de ciencias y artes, con cuyos libros se formaran lotes de 50 para distribuirse entre los departamentos, principiando por Canelones, San Jos, Colonia y Soriano. Dichos volmenes se conservaran en cada departamento durante cuatro meses, y cuando la totalidad de las obras hubiese rolado por ellos, se procedera su venta en almoneda pblica fin de facilitar con su producto la adquisicin de nuevos lotes que tendran igual destino. El decreto ^'^^ recomendaba
la
este servicio
Comisin procurase que las obras destinadas fuesen de poco volumen y, por su
Vase
el
( 1 )
nm.
49 de los
Documentos de Prueba.
composicin y lenguaje,
inteligencia del pueblo.
S3
las
ms acomodadas
la
Aunque la Comisin nombrada tena tambin e cometido de formar el reglamento para estas Bibliotecas circulantes, ignoramos si el pensamiento se llev cabo; pero, aunque as no fuese, esta medida revela, por parte del primer gobierno constitucional, su inters
en favor de
la
cultura de las
populares por medio de lecturas sanas instructivas: generosa aspiracin que aos antes
clases
haba impulsado
al
doctor Prez
al
Castellanos
cumplirse
precisamente durante
el
gobierno del
nombrando en comisin los seores don Raimundo Guerra, don Ramn Masini, don Francisco Magarios, don Juan F. Gir y don Francisco
Javier Garca de Ziga, fin de
que procurasen
institucin,
organizar lo
cuya inauguracin,
el
18 de Julio de 1838.
11.
que se creaba
la
sus principales cometidos hasta 184Q, en que el Gobierno de la Defensa la instal debidamente ^con el goce de fuero y jurisdiccin acadmica,
que en
de fecha 27 de
84:
un decreto de Oribe, En la poca que aludimos, la Universidad estaba representada con toda humildad por una ctedra de latn. La ley de fecha 8 de Junio de 1833 ^^^ creando algunas ctedras universitarias, no tuvo buena acogida de parte de la prensa, que hubiera prefeteora le concediera
Mayo de
1838.
rido
<;
abundantemente dotadas y provistas de lo necesario ^-\ Se ha decretado la creacin de aulas de Teologa, de Medicina, de Jurisprudencia y de deca desde su peridico don Economa Poltica sin mirar que ni tenemos Jos Rivera Indarte hombres que las dirijan, ni recursos para traer Maestros de afuera, ni estudiantes que las cursen '3'
12.
(la de Latn), y el ao 1833 present por primera vez examen sus discpulos, celebrndose con
en
la
Presidente de
Repblica,
sus
personas ms
propio aconteci
al
ao
siguiente,
que present
Vase el nra. 46 de los Documentos de Prueba. El Investigador del 17 de Agosto de 1833. (3) El Investigador del 14 de Agosto de 1833. (4) Enrique M. Antua: Temas de moral cvica, pg.
(i;
(2)
91.
85
Completarn
la
instruccin
Gobierno del general Rivera, los prrafos que reproducimos rengln seguido, entresacados del mensaje elevado la Asamblea Legislativa por el primer magistrado de la Repblica
en 1833.
ha sido uno La educacin pblica deca de los objetos de preferente atencin para el Ejecutivo, aun en medio de los muchos y gravsimos que le rodean. La enseanza de las primeras letras, ha recibido un impulso notable, tanto en el aumento de las Escuelas para nios de ambos sexos, sobre todo en los pueblos de la campaa, cuanto en las mejoras que se han procurado hacer en los mto-
dos y en el sistema general de enseanza. El Gobierno prepara nuevos reglamentos para regularizarla; y se lisonjea de proporcionar este ramo importante, los adelantamientos de que es susceptible, y las mejoras que exigen los progresos de
la
poblacin.
La
ley ereccional
recibido tambin
mayor extensin.
(1) Razn de los alumnos del aula de Filosofa que han defendido conclusiones pblicas de tica y Filosofa moral en los das 23 y 26 de Noviembre de 1834, y los que han sido aprobados el da I." de Diciembre por la Comisin nombrada al efecto por el
Gobierno.
recogi
la
86
provisoria una aula de Filosofa, donde los jvenes que cursaron la de Latinidad puedan continuar sus
estudios. El establecimiento de esta aula fu san-
las
Cmaras en un proyecto
el
Ejecutivo
de
la
otra para
que pueda
Impulsado por
el
el
la
todo
dirigi
ano siguiente
Gobierno se
su
los
al
resolucin
de establecer en todos
pueblos
Escuelas de moral y religin, confiando su direccin los prrocos, quienes se asignara una
que deberan llevar cabo los jueves, sbados y domingos '^\ Con fecha 18 de Agosto de 1834 la autoridad
eclesistica acept
No puedo
menos,
de tributar
el
de este noble y
satis-
factorio
designio,
muy
propio de su acreditada
ilustracin,
decimiento por
al Excmo. Gobierno su agragrande inters que toma en la propagacin de tan eficaces instrucciones, que labrando, sin duda, la felicidad espiritual y tempo-
ral
de
la
grey que
ama
Jesucristo, proporcionarn
(1) Vase
el
nm.
48 de los
Documentos de Prueba,
igualmente
Repblica.
>
S7
orden de
la
la
prosperidad y buen
la
El doctor
don Luis
J.
de
la
Pea,
sazn
el
resi-
Vica-
8S
moral pblica,
conocer
tiana. 2.a
y,
por decirlo
as,
universal,
dando
De
muy
parti-
que
el
ella
La enseanza de la moral pblica cristiana, debe abrazar: 1.* La de los principios y mximas ^enerales que son la base de toda moralidad. 2. La de la religin cristiana subdividida en tres
partes, saber: la histrica, la dogmtica
nes, mientras no se adopte forme
de texto, sern orales; y los Maestros procurarn darlas en mxicortos, adoptando siempre un lenguaje claro y sencillo, acomodado la capacidad de los nios y del pueblo en general. Los Preceptores darn sus lecciones los jueves y sbados en las Escuelas pblicas del Estado, en las particulares donde no hubiese aqullas, alternando en unas y otras donde el nmero de los discpulos otras circunstancias lo hagan necesario. El domingo la leccin se dar en las iglesias, antes de la misa parroquial. A ellas deben concurrir todas las Escuelas de primeras letras, y los Prrocos harn repetir las lecciones que hubiesen dado en la semana. Entonces ser la ocasin de ilustrar sus mximas con los ejemplos y anunciarlas con pasajes histricos. Por este medio se evitar el tener que hacer un estudio separado de la historia de la religin.
Luis de Si
la
Pea.
recordamos
el
espritu religioso
de aquellas
generaciones y la indiscutible influencia que el clero ejerca en todas las clases sociales, reconoce-
remos que
la propaganda que desde estas Escuelas podan hacer los sacerdotes, contribuira reani-
mar
la
indiferencia
y com.pe-
89
ler
los
reacios
la
sujetar
sus
acciones
los
preceptos de
el
ms pura moral
Tenemos que
prrocos acogi
que
tal
mayora de los
la
menos
vale-
achaques
nar
^^^;
fsicos,
el
que apenas
le
del
aumentar sus tareas con otra ms, cuando las muchas que ya tena le obligaban diferir el desayuno media tarde ^-^ el del Durazno manifestaba que careca de tiempo, por ser su departamento muy extenso y tener todava que trasladarse diariamente San Borja ^^^ el de Paysand observaba que las Escuelas pblicas an carecan de local ^-^>; el de Pando adverta que su buena voluntad se estrellaba en el hecho de tener que atender los curatos de Canelones y las Piedras ^^' y el de este villorrio se manifestaba incrdulo del xito por la falta de una obra que, tratando fondo nuestros principios religiosos, explicase suficientemente sus dogmas con trminos conci; ;
Nota fecha 18 de Octubre de 1834. Nota fecha 28 de Octubre de 1834. (3; Nota fecha 20 de Noviembre de 1834. (4) Nota fecha 23 de Diciembre de 1834. (5-) Nota fecha 5 de Noviembre de 1834.
(1)
2)
90
>
la
sazn
trastor-
la
servan
ms para
inteligente
que para
instruir al ignorante,
dad por
el
parte de los prrocos, y el hecho de que en esos das dejara de formar parte del gabinete
sufi-
Terminada la presidencia del general Rivera (24 de Octubre de 1834), lo sustituy en el mando supremo del pas, hasta el l.o de Marzo del ao siguiente, el Presidente del Senado don
Carlos Anaya, quien pesar de su breve estada
en
el
poder,
tuvo un
recuerdo para
las
nias
libres
de
la
an
la la
ms denigrantes para
que en tiempos de la dominacin espaola, ya que se dio el espectculo de africanos que arrastraban por las calles las cadenas de
su msera condicin
^-^
.
humanidad
El
(1) No>;a fecha 3 de Noviembre de 1834. Montevideo, Junio 16 de 1829. (2) Siendo ofensivo los ojos de la huctanidad y el decoro pblico el triste espectculo que ofrecen algunos siervos que se presentan en las calles cargados con los hierros de la esclavitud ms espantosa, el Gobierno ha dispuesto se tomen por el Alcalde de ^egundo voto las medidas necesarias para que desde luego no contine en un pueblo libre semejante escndalo. Juan Francisco Gir. Al Alcalde de segundo voto, encargado de la polica de la capital.
91
que
el
de los goces y ventajas que proporciona una educacin adecuada su humilde condicin, y decret
el
fundador de las bibliotecas decreto graduando los sueldos de los Maestros, y firmante del acuerdo por el cual se dispuso la creacin en Montevideo de la primera escuela para nias de color.
la
Escuela Mercantil,
del
circalantes, promotor
Escuela gratuita
libertas,
para
nias
de color,
libres
en
la
cual
pudiesen
damentos de la religin, lectura, escritura, costura, planchado y toda clase de granjeria domstica,
92
ponindola bajo
ral
la
Gene-
Pblica y proponindose extender todos los departamentos los beneficios que reportaran
de
I.
la
^^>
que
el gi-
gante norteamericano
como
pro-
ducto de su ingenio, cuando los pueblos latinos de origen hispano cuentan, desde hace muchos aos, entre sus reformas escolares, dicha clase de instituciones, sin necesidad de hacer alarde de ellas, como lo hacen los yankees con la insufrible petulancia que los caracteriza. 16. A pesar de que la ley del ao 26 no prescriba que la enseanza fuese obligatoria, las autoridades entendieron lo contrario, disponindose ser severas con los jefes de familia que no mandasen sus hijos la Escuela; y con objeto de que nadie pudiese eludir el cumplimiento de este deseo, el Jefe Poltico de la capital, don Luis Lamas,
public un edicto
levantara
el
^-^
en
el
cibir instruccin
se probase
La prensa opositora,
rela
sin
desde hace
las
...
(
No
el el
est en
nm. 50 de nm. 44 de
(2)
Vase Vase
los
los
93
Poltico
diario
deca
el
aplicar
penas los
en
mandar sus
leyes,
hijos la Escuela.
No
la
tienen las
y habra de tenerla un funcionario simplemente ejecutor de stas? Adems, todo padre de familia tiene derechos naturales que las mismas leyes protegen y limitan en uso de ellos cada cual puede destinar sus hijos, desde la infancia, aprender leer y escribir hacer zapatos, si esta instruccin le parece mejor y ms til que aqulla, sin que nadie pueda impedr;
selo ^^K:>
17.
El horario
el
adoptado para
Es-
cuelas era
discontinuo, es decir,
repartido en
dos perodos, uno por la maana y otro por la tarde (de Q 12 m. y de 3 5 p. m.); horario que, si bien redundaba en beneficio de las familias, las cuales se vean libres de su prole casi todo el da, presentaba dos inconvenientes sumamente graves: el primero, que sacrificaba al maestro, y el segundo, que con tantas horas de tarea y sujecin
la
alumno llegaba cobrar aversin Hubo, sin embargo. Maestros, como el del Rosario, por ejemplo, que adoptaron el horario nico, limitando cuatro el nmero de horas de clase ^-K Lo propio hubo de hacerse en 1832 en la Escuela Normal de Montevideo, dirigida
el
Escuela.
(1) (2)
Ei Universal, nm. 1402. Abril 28 de Vase la nota de la pg. 50, tome ii.
1834.
la
94
sazn por don Juan Manuel de la Sota, solicitud de varios padres de familia, quienes pro-
que las horas de trabajo que el reglamento prescriba los preceptores para todo
pusieron
el
^^>
da,
se llenasen durante
la 1
la
maana, desde
la tarde,
las
7 8 de ella hasta
lo
2 de
como
antes
haba hecho
la
el
seor Irigoyen.
la
TaSes hechos
esta
son
mejor justificacin de
bondad de
reforma, que
no por
Tanto en Montevideo como en los pueblos del interior se luchaba con la falta de locales. Recurdese que la Escuela que los jesutas mantuvieron durante la dominacin espaola funcionaba en un desvn, y que cincuenta aos despus la Sociedad Lancasteriana tuvo que instalar la suya en el saln grande de la Casa de Gobierno. Pues bien: esta situacin no haba mejorado mucho durante el primer gobierno constitucional ni en la capital ni en la campaa, pues la Escuela del Consulado slo dispona de
Vase en el nm. 994 de El Universal, correspondiente de Noviembre de 1832, un artculo subscripto por Unos padres de familia que quieren mucho sus hijos y los de sus conciudadanos. (2) Consltense: La salud y la Escuela, por el doctor don Francisco A. Berra; Montevideo, 1885, y Los horarios escolares ^ por don Jacobo A. Vrela; Montevideo, 1885. En esta ltima, su autor impugna victoriosamente las ideas del doctor Berra acerca
(1)
al 27
del particular.
95
un departamento sumamente reducido, al Colehubo que cederle el propio local de la polica, y la Escuela Normal viva de prestado en el saln de la fortaleza. En la campana, el cuadro que presentaban los edificios escolares era todava peor que el que ofreca Montevideo, pues hubo que improvisarlos, como quiera que fuese, ya que el Gobierno quiso que ningn pueblo estuviese privado de Escuela. La Comandancia Militar de Maldonado se transform en saln de clase; Minas habilit con destino al mismo objeto unas piezas contiguas al Juzgado; San Jos ech mano de un viejo aunque espacioso casern; los locales de las Escuelas de Paysand y Canelones, que seran ranchos con techo de paja, fueron incendiados al poco tiempo de establecidos; la de Porongos fu instalada en una casa de cehato que se haba hecho en el terreno en que hoy se halla la sede de la Sociedad Espaola de Socorros Mutuos (^^; la del Durazno hubo que abangio Oriental
de la hoy cirvdad de Trinidad fu inauhabiendo sido puesta bajo la direccin del Maestro don Jos Mara Guerrero, quien en 1. de Enero de 1835 todava la desempeaba. La Junta Inspectora la formaban don Julin Vallv, Presidente, y Vocales don Timoteo Ballesteros y don Francisco Sellanes. El local lo componan dos habitaciones con piso de tierra; el menaje estribaba en S mesas con bancos, 18 tablas para colocar las lecciones de lectura, 6 pizarras en mal estado y una coleccin de lectura, trunca. El nmero de alumnos se elevaba 40, de los cuales slo saban leer 18; leer y escribir en papel 16, y leer y escribir en pizarra 6. Desde 1831 1835 haban salido de la Escuela con una regular instruccin
( 1 )
gurada
1S31,
96
la
Florida
el msero Maestro dorma y tena sus trebejos y cachivaches. Slo Paysand alcanz en 1834 poseer un espacioso local para su Escuela de nias, gracias los reiterados empeos de sus autoridades y al concurso que le prest el Gobierno del ge-
neral Rivera
19.
^
^
La provisin del material de enseanza se haca mediante contrato celebrado entre el Gobierno y un proveedor, quien con autorizacin
de aqul
precio de los tiles de conmenaje escolar, cuando este ltimo no se construa en las respectivas localidades. Sin embargo, las Escuelas pblicas estuvieron mal servidas durante mucho tiempo en lo que
fijaba el
sumo y
del
se refiere
al
fectuoso siempre, y nulo muchas veces, como lo demostr el Maestro de la Escuela de la Florida,
la
prensa de Monte-
Andando el tiempo, dirigi tambin en ese pueblo una Escuela de nias doa Leonarda Cspedes, Maestra que ense coser como se haca entonces, pespuntar por lo fino y confeccionar labores que eran el orgullo y el primor de la poca, no pocas madres y abuelas de hoy. ( Antonio G. Goso: Monog}-afia histrica del departamento de Flores.) (1) Empero, ya en 1834 el Gobierno de la poca haba hecho construir un espacioso edificio para Escuela, cuyo edificio es ocu pado actualmente por la Comisin Departamental de Instruccin Primaria y la Inspeccin de Escuelas. En la pared del Este se lee esta incripcin Escuela Pblica de Nias, dotada por el Superior Gobierno Ao 1834. Setembrino E. Pereda: Paysand y sus progresos. )
29 nios.
:
video
diciendo:....
\}i
de esos
contienen
La mayor parte
generales que
la
Escuela Nor-
de locales ^^K
20.
Los exmenes de
las
lemnidad, concurriendo
la
ellas
el
Repblica,
sus
la
Ministros,
los
ms elevados
las
funcionarios de
Administracin y
familias
ms
distinguidas.
Como
el
<
los locales
de dichas
edificio del
Consulado,
y hasta
ni
la
que fu Teatro de
San Felipe
ni
Iglesia Matriz.
No
faltaban discursos,
lectura
mili-
de versos,
tares
ni
cantos patriticos,
fiestas,
bandas
para
animar estas
el
como tampoco
premios que
mismo
general
Rivera entregaba
personalmente y en pblico los educandos que los hubiesen ganado en buena lid ^-l
(1) El Investigador del don Jos Rivera Indarte.
24
(2) Xo seramos fieles historigrafos, ya que no nos preciamos de historiadores, si callsemos la novedad que en 1833 introdujo la ho3' ciudad de ^lercedes, en la celebracin de los exmenes de sus Escuelas Publicas. El acto que pasamos describir es de tal modo educativo, que lo conceptuamos como la mejor leccin de moral que recibieron en aquellos tiempos los educandos de la capital del departamento de Soriano. Funcionaban en ella, en el ao precitado, dos Escuelas pblicas la de varones, dirigida por el Maestro don Jos Mateo Gurruchaga, y la de nias atendida por la Maestra doa Francisca
:
T. II.
La
E. Uruguaya.
7.
21.
98
Ctala, e
el
Desde
la
venida
sistema
de enseanza fu
pas
el
mutuo, y tan gran importancia se le dio y tanta fama lleg adquirir, que una vez que se proGarca de Perichn, desempeando la
nel don Gregorio Salado
el
nones don Luis Jos de la tuan don Jos Rodrguez, don Manuel Moreno y don Juan Antonio Plaza. Todas estas autoridades y un numeroso pblico asistieron los exmenes, reparto de premios y funcin subsiguiente celebrados durante los das 23, 24 y 25 de Septiembre. No faltaron discursos en los que una alumnahizo notar que el 24 del mes que corra, el departamento de Soriano haba sido la cuna de la libertad, gracias al genio de la victoria que en ese momento poda tambin llamarse el protector de la educacin y del saber por los muchos bienes intelectuales que derramaba sobre la infancia estudiosa. Otra alumna recit versos sonoros, y varones y nias unieron sus vocecitas para entonar un himno entusiasta que hizo vibrar en el pecho del auditorio los ms hondos sentimientos pase apart de las filas una de las educandas y trios. Despus... dirigindose al pblico manifest que la fiesta no sera completa si no terminaba con una accin noble, caritativa, generosa,^en que tomaran parte todos los presentes. Que ella conoca una anciana, viuda, con una hija enferma, cuyos hijos todos haban sucumbido en los campos de batalla, unos luchando por la independencia de la patria y el ltimo defendiendo las instituciones. Y como todos los concurrentes adivinaran quin se refera la nia, se comision al cura prroco para que fuese por ella mientras la bondadosa alumna se consagraba recoger de los espectadores el bolo de la caridad. No tard mucho el sacerdote en volver acompaado de una mujer llamada Nicolasa Gonzlez, que todo el pueblo conoca por sus muchos infortunios, su precaria situacin, y por la dignidad con que sobrellevaba sus desgracias y miserias. Entonces la caritativa nia le entreg un bolsillo lleno de plata, fruto de la colecta, rogndole que lo aceptase pues era una manifestacin del aprecio que se mereca por sus virtudes, y que le permitiera darle un beso en nombre de sus condiscpulas. La beso, seora le dijo la anciana al estampar en su frente aquel sculo bendito con el mismo respetuoso cario con que besamos nuestras madres. La emocin, las lgrimas y los aplausos, fueron el mejor coronamiento de esta conmovedora escena (Extracto de El Universal, nms. 1259 y 1260).
cedi
la
99
de la instruccin pPoder Legislativo como el Gobierno y las autoridades escolares lo adoptaron y establecieron como el ms nuevo y acreditado. A pesar de ello no le faltaron impugnadores, hubo Profesores ilustrados, como Forteza y Curel, que jams lo emplearon, y poco poco fu decayendo hasta el punto que, en 1831, un diaMontevideo ^-^ manifestaba que cada rio de Maestro segua el sistema de enseanza que era ms de su agrado que mejor se adaptaba
organizacin
el
blica,
^^'
tanto
en esto
las
miras
que tuvo el Gobierno al crear la Escuela Normal (3). 22. La escasez de textos nacionales que por entonces se senta en las Escuelas del Uruguay,
decidi
tal, al
escribir
las
una
serie
de cuadernos de leccio-
nes de
forme
sin,
del
del ramo,
Ministro Ellauri
autoriz su impre-
prometiendo al autor que el Gobierno tomara un nmero de ejemplares compatible con rentas y con el objeto que se destinalas ban, ^^^ pero creemos que los tales cuadernos no hicieron mucho camino, con motivo de haLey de 9 de Febrero de 1826. El Universal , nm. 729. (3) Vase el art. 1." del Documento de prueba, sealado con nm. 27.
(1)
2
(
)
el
17
de Septiembre de 1831.
100
la
sazn en
Montevideo) quien puso de relieve las errneas por Curel, as como los vicios de lenguaje de que ste haca frecuente uso causa de no dominar el idioma espaol '^\ 23. El presupuesto escolar, que en 1827 ascenda $ 10.800, suhi
8
16.500 en 1831 y
en 1839, y como en este ltimo ao el pas ya contaha con 100.000 hahitantes, resulta que cada
uno de
que en
stos contribua
la
con
0.36
anuales
al
sostenimiento de
la
actualidad
la
contribuye
con 8 0.76
^-l
pesar de
colar,
atraso de
Un
habilitado era
las
el
enne'^'
sumas
prensa,
como
al
se hace
la
ahora,
el
da
pago de
24.
plantilla escolar.
De
estadistas de
la
poca,
como comprendan
imperiosa
necesidad
lo exis-
vez que
(1) El Universal, nm. 780. Febrero 23 de 1832. (2) Abel J. Prez. Memoria de Instruccin Pblica correspondiente los aos 1902-903.
709.
Noviembre
28 de 1831.
101
que deEduardo Prez se expresaba del modo siguiente en el mensaje pasado al Cuerpo Legislativo con fecha 20 de Febrero
tente era transitorio; y tan exacto es lo
de 1832:
La educacin primaria de la juventud, ha merecido siempre los gobiernos ilustrados una atencin particular crear, conservar y dirigir establecimientos destinados este objeto, es el primer deber de la autoridad, como el primer deber de los pueblos cultos. El Gobierno ha hecho en esta parte cuanto le han p-^rmi:
conformidad con una ley de la H. Asamblea General se prximo pasado, una aula de latinidad, que se conserva y progresa, haciendo sentir el vaco de un establecimiento de orden ms elevado. Se estableci igualmente un colegio de nias, en que reciben educacin, por cuenta del tesoro pblico, jvenes acreedoras
En
rio.
Es necesario organizar y uniformar un sistema de educacin para todas las Escuelas del Estado; someterlas un centro que les comunique accin impulso y evite que sea un ramo de especulacin, con miras nicamente de inters pecuniario: todo lo producir el tiempo y las circunstancias el Gobierno y los legisladores tienen sobre s la obra de una creacin, y cuando apenas nace no puede presentar grandes resultados: su informe hoy ha de contener ms bien la exposicin de sus deseos y necesidades, que la relacin de las obras que haya ejecutado. Luis Eduardo Prez.
;
25.
102
taba en
ralelo
orden teatral, que siempre corre pacon el adelanto de un pas, establecindose una comisin censora de Teatro, sea del
Coliseo,
como entonces
se deca
^^^
,
de
los seores
don Jos de
Bjar,
Daz,
Figueroa,
sini
don Florencio Vrela, don Francisco A. de don Joaqun Sagra, don Ramn IVlay don Jos Rivera Indarte ^-^ quienes acepla
presidencia
en
el
pri-
mero.
26.
Condensando
en
frases
breves
cuanto
queda dicho en
captulo,
el
del presente
reproduciremos
el
particular por
coronel Daz,
lumnas
tildar
de parcial:
deca,
los
(progresos
que
pas
en
el
ramo de educacin
rias
han
advertimos
enseanza ha
importante ^^\
(1) Alberto Palomeque: E! ambiente educacional. (2) Decreto de fecha 18 de Agosto de 1833, expedido por Pereir y refrendado por Vzquez. (3) El Universal, nm. 1592. Diciembre 24 de 1834.
103
II
1.
Una de
las
al
primeras
general Oribe
sidencia de
la
Repblica, fu
la
de regularizar
la
administracin escolar en
tiles,
tratando de conciliar
mejor servicio de
empresario
asign
las
Escuelas
con
la
respectivo,
rescindi
contrato
pudiesen proveer de
tiles
de consumo
(tinta,
plumas y papel) sus respectivas Escuelas, recomendando que se aplicasen principalmente los nios pobres; orden las Juntas E. Administrativas que inventariasen el menaje de aquellos
puso
en cada caso
104
que confiere las Juntas la prerrogativa el fomento de la instruccin pblica, y el propsito de introducir orden y economa en esta rama de la administracin. Preocupse tambin el seor Oribe de dotar de locales escolares alguno que otro pueblo
tucional
de velar por
del interior,
objeto
que
si
propio
para
su Escuela
pblica
de nias, y
el
el
7 de Febrero de 1835
haba inaugurado
des-
de que el Gobierno se la reintegrara, de acuerdo con el proyecto que dos aos antes presentara ^^^ y que mereci la aprobacin de la Superioridad.
Vase el nm. 51 de los Documenios de Prueba. Era un saln de 33 varas de largo, 6 de ancho y
l)
(2)
5 de alto, bajo techo de azotea, adecuado para la enseanza lancasteriana, segn lo consignaba la Junta E. Administrativa en oficio de 9 de Febrero de 1835.
(3) Desde que una mano criminal puso por dos veces fuego en 1831, al primitivo local de la Escuela pblica de Paj-sand, las autoridades de esta villa trataron de construir edificios escolares propios, como puede verse por el oficio de la Junta E. Adminis trativa fecha 15 de Junio de 1831, los nms. 586, 589, 595, 596 y 1069 de El Universal , el proyecto del seor Pinilla de 21 de Enero de 1833 y la nota de aquella Corporacin la Comisin Inspectora de la casa-escuela, de fecha 9 de Febrero de 1835.
He
aqu por
105
qu
el
31
Presidente
expidi
un
decreto,
don Francisco Llamb, afectando el producto del impuesto de Abasto de la entonces villa de Paysand y el de las tierras municipales la ereccin
de un templo, un
cementerio, un
cuartel, crcel
y casas de educacin primaria, aunque conviene advertir que el artculo .o de dicho decreto
ordena que
la
<;
las
primeras
recaudaciones
de
las
>,
cuando
al
reembolsar
seor
Pinilla las
adelantado sin
inters
que
el
de ayuda
al
Gobierno la hoy ciudad de Minas, aceptando una propuesta de don Dionisio Ramos para la construccin de un
Iguales beneficios acord
el
templo y otros edificios destinados la educacin cuyo importe el seor Oribe garanta con el producto del Abasto y dems rentas municipales que se recaudasen por intermedio de
primaria,
la
Polica
2.
(1^
enla
tonces
nimo
del
del
primer
magistrado
se
de
gobierno
general
Rivera
haba
visto
1836.
obligado pignorar
ciones
lavallejistas,
lOG
la
reforma del
si
ejrcito,
sin
la
bien carecan de
dejaban de ser
enage-
como
el
que
en
la
eclesisticos, la reglamentacin
etc.,
etc.
si
todo
la
esto se agrega
entre
guerra
civil
que
haba
estallado
Tarroupilhas en
provincia
que se desarrollaba sobre la caremos sin mucho trabajo que durante el primer ao de su gobierno, don Manuel Oribe no prestase ms atencin al problema de la enseanza. A pesar de estos obstculos, no lo entenda as la prensa de Montevideo, que indicaba la urgente necesidad de una reforma completa en
materia de
instruccin
la
Caramimies
pblica.
La instruccin
primaria, la polica,
las
administracin
de
justicia,
temente leyes que corrijan abusos y defectos que la experiencia de todos los das est demostrando en estas instituciones, deca <E1 Universal en
su nm. 1747.
<
rengln
seguido, agregaba:
atencin particular
instruccin primaria.
No
10<
el
cuya poblacin
otras
es
se
han
establecido
embargo, estas escuelas producen muy poco bien y no corresponden los gastos y los cuidados del Gobierno. Al principio no podra exigirse mucho de stos; pero creemos que ya es tiempo de hacer ms por la instruccin primaria. Los obstculos que
para
ninas.
Sin
impiden que sta sea tan til como debe pueden removerse sino por el poder de
de
la
ser,
la
no
autoridad:
estos
obstculos
son
y de dos
ley
clases,
unos
morales
otros
la falta
materiales.
Los
de uniformidad
en
la
enseanza;
la
falta
de un sistema normal.
de los Preceptores y condicin miserable de algunos, que los degradan los ojos de los habitantes de los Deparla
la influencia y respeto La negligencia de los Jefes Polticos, Alcaldes, Jueces de Paz y Juntas E. Administrativas, y la indiferencia con que miran la apata de muchos padres de familia que con-
El estado de dependencia
tamentos y
les
privan de
que deberan
ejercer.
la instruccin como una cosa secundaria. Los obstculos materiales son: L<^ las distancias; 2.0 la falta de mtodos ms expeditivos: los que actualmente se usan en las Escuelas retienen los nios demasiado tiempo y privan los padres del servicio que aqullos les hacen desde la edad de 6 7 aos; 3.o la falta de edificios espaciosos y cmodos, etc. Estos son los obstculos que
sideran
Iu8
nos sealan nuestros corresponsales de los Departamentos, y tales obstculos no son de los que deben trabarse en consideraciones. Es necesario que la autoridad les salga al encuentro y los combata con todas las fuerzas que le dan su
influencia y posicin: lo dems ser gastar intilmente el tiempo y el dinero, permaneciendo esta-
un paso
la
>.
Las
de un
diario
de
entonces, y
por
consiguiente
que, en
insospechable de
materia
parcialidad, evidencian
de ins-
desde Octubre del ao anterior, y tan exactas eran, que el presupuesto escolar, que en 1834
ascenda 2Q,017 pesos, slo
ejercicio
se
elev para
el
ms,
lo
de 1835-36 31,688, sean 2,671 pesos cual es bien poco, aun teniendo en
lo
cuenta
Sin
insignificante
la
que
era
en
aquellos
administracin pblica.
para
l
embargo,
el
presupuesto
1838-3Q ya
dos escuelas
Tacuaremb y otra para San Borja, de suerte que el nmero de escuelas pblicas formaba un total de 35 '^^ 4. El final del curso escolar de 1835 careci del brillo, grandeza y esplendor que el gobierno del general Rivera saba dar estos actos con su presencia la de sus Ministros; de modo
( 1 )
Vase
el
nm.
53 de los
Documentos de Prueba.
que
los
109
exmenes de la acreditada Escuela Mercantil, que bajo los auspicios del Tribunal del Consulado diriga don Miguel de Forteza, fueron solamente presididos por los seores Eduardo Castellanos, Paulino Berro, Antonio M. Prez, Jos Antonio Pallares, Felipe Betbez de Oliveira, Pantalen Prez y Carlos Muoz, ex alumnos
casi
todos
el
de
la
citada
las
Escuela,
quienes
se
confi
examen de
gndose de las superiores los seores Francisco Joaqun Muoz, Santiago Vzquez, Carlos G. Villademoros, Manuel B. Gallardo, Florencio Vrela,
Florentino
J.
Castellanos,
Ramn
Ellauri,
la
Lo-
renzo
Torre,
Pedro Estvez, Manuel Carrillo, Pedro Jos Otamendi, Jos Gutirrez Serrano Hilario Pin. Estos
los das 7
por primera vez en pblico, pronunciando un discurso breve, pero muy sentido, en el cual agradeci al Consulado sus
hizo uso de
la
palabra
que
se educ
al
la
seor
El Universal
nm.
1882.
lio
exmenes de
aras
la
de
la
educacin
como veremos
inmediatamente.
5.
de
paso para Buenos Aires, tres sacerdotes Escolapios ^^, que en Abril del mismo ao se
sus
pasaportes
la
hallaban con
sacados
fin
de
vecina ciudad,
cuyas
lardeb,
don Jos Gestal y don Miguel A. Vmiembros del Consulado, resolvieron desistir de su propsito siempre que el Gobierno uruguayo los ayudara en su empresa '^-l Mediaron,
los seores
influencias,
prodigronse
promesas
un extenso y bien
meditado plan que pas estudio del Ministrodel ramo, quien lo someti la aprobacin del primer magistrado, que no disimulaba sus deseos de aprovechar la ilustracin de aquellos propagandistas de la fe catlica y apstoles de la
(1) Clrigos reg-ulares del orden de las Escuelas Pas, destinados la enseanza de la juventud. (2) Relacin de los orgenes de la creacin del Colegio de los Padres Escolapios, escrita por don Jos Gestal y don Miguel A. Vilardeb. Nm. 2033 de El Universal, correspondiente al da 1." de Julio de 1836.
enseanza, en
juventud.
favor
111
mayor
cultura
de
la
de
la
Segn el citado plan, los Padres Escolapios, que lo eran don Pedro Giralt, don Sebastin Llobateras y don Antonio Masramn, se comprometan establecer en Montevideo un Colegio en que se enseara, por el mtodo directo,
lectura,
escritura, gramtica
castellana,
aritmtica
latina,
mercantil,
retrica,
lgebra,
geometra,
gramtica
El
potica
humanidades.
facilitarles
Gobierno,
el
por su
rante
parte, deba
seis
aos, cuya
casa podra
de
del
de levantar una suscripcin encabezada por el seor Presidente de la Repblica, sus Ministros y los
blicas
el
jefes
de
las
principales
circular
reparticiones p-
y que se
hara
por todo
el
pas;
producto de esta gran colecta se aplicara los gastos de instalacin. El Gobierno tendra
derecho enviar al Colegio nueve jvenes (uno por cada Departamento) que se educaran en l^ aunque no quedaban exonerados del pago del
pupilaje.
En cuanto
en
la
la
proposicin presentada:
formar buenos
y ciudadanos hbiles y sabios, inculcando los jvenes las mximas del padre de la infancia, protector de la juventud estudiosa^
cristianos
112
San Jos de Calasanz ^^\ Adems, formularon tambin el reglamento para los colegiales, la organizacin de las clases, los sistemas y mtodos de enseanza, los programas escolares y espirituales, la forma de exmenes, el tiempo y
duracin de
el
las las
ingreso
pupilos y externos, todo lo cual aprob el Gobierno por decreto de fecha 27 de Mayo de
que el importe del nueve alumnos designados por el Poder Ejecutivo se pagase con lo que el Consulado gastaba en el sostn de la Escuela Mercantil, la que indudablemente quedara desde entonces suprimida, pues la desaparicin de su rastro coincide con la apertura del Colegio de los
1836
2;,
pero
advirtiendo
pupilaje de
los
Padres Escolapios,
la
cual
se
verific
la
el
da
1.
calle
de
San Sebastin, hoy Buenos Aires. Si el Gobierno prohij esta empresa, no sucedi lo propio con la opinin pblica, que en artculos de diarios, comunicados, correspondencias y escritos de todo gnero la combati severamente, al extremo de que los seores Gestal y Vilardeb tuvieron que salir la palestra en defensa de los zarandeados clrigos Escolapios, quienes, por
(1) Plan general del Colegio que tomaron su cargo los sacerdotes Escolapios. (2) Todos los documentos de que nos valemos para la presente noticia se hallan insertos en el nm. 2025 de El Universal, del
da 20 de Junio de 1836.
conocimientos, de su saber
religiosas.
lo
113
muchos y profundos
deduce que no era
lo cual se
Todo
lgebra y Geometra aplicadas los clculos de Fsica {2p ao), y tica y Sinopsis histrica de los conocimientos filosficos (3.'''' ao); estudios
que se consideraran como oficiales, y seran, por siempre que se hiciesen con arreglo al reglamento general que rega en las aulas del
lo tanto, vlidos
Estado
(1).
Los alumnos
del Colegio
23 y 24 de Diciembre, (1837) actos que, por delegacin del Poder Ejecutivo, presidi el doctor don
Francisco D. Lpez, Provisor de
fica,
la
Curia Eclesisla
con menoscabo de
la
autoridad de
Junta De-
ponda presidirlos, desde que se trataba de un establecimiento puesto bajo el patrocinio del Gobierno.
6.
el
ma-
1)
Vase
T.
el
nm.
52 de los
Documentos de Prueba.
n.
La
E. Uruguaj-a.
8.
lU
supremo reconoca con la mayor ingenuidad que poco nuevo haba hecho en materia de instruccin pblica, limitndose el Poder Ejecutivo conservar con esmero lo que haba encontrado. Vase cmo se expresaba en su mensaje la
gistrado
Asamblea: Habiendo sido la educacin primaria en todos tiempos el objeto primordial de los cuidados del Gobierno, ha llegado hasta donde lo permite nuestro naciente Estado. Pocas naciones podrn lisonjearse de haberla propagado proporcionalmente tanto. En todos los puntos de la Repblica existen Escuelas donde la enseanza es gratuita; donde se provee los nios lo necesario, donde se proporciona el local que permiten las poblaciones Poco fu preciso adelantar en este ramo; pero el Ejecutivo lo ha conservado con esmero, y llamando
muy
especialmente su atencin,
la
capacidad, con-
no tuvo
Juntas
ellos fuesen
puntualmente
las
Econmicas no quedasen relegados al olvido, ni se tolerasen aquellos cuyos servicios eran intiles perjudiciales ^^\ Abundando en iguales ideas, dos aos despus el seor Anaya, Presidente del Senado en ejercicio del Poder Ejecutivo por ausencia de don Manuel Oribe, que se hallaba en campaa en persecucin
>
(1)
Mensaje de Oribe
la H.
A. G. (15 de Febrero de
1836).
maras en
liceos
el
115
mensaje de prctica:
par de ellos
la
capital
posee establecimientos
particulares que,
como
^^^
inspeccin de
encargadas de la produciendo resultados tan halageos, como es digno de todo elogio el celo asiduo de las Juntas Econmicas, el saber y las costumbres de los ciudadanos que las dirigen en general. Las circunstancias no han permitido al Ejecativo^ ms de los cuidados que ha prestado d estos
las
autoridades
instruccin pblica
establecimientos, el someterlos
uniformando
los
diferentes
adoptados,
lo relativo la institucin
7. La guerra civil que estall mediados de 1836 que con intervalos ms menos grandes contiy nu hasta Octubre de 1838, convulsion todo el pas, y como las ciudades, villas y pueblos no pudieron sustraerse las funestas consecuencias de la anarqua que se produce siempre en casos anlogos, es claro que las Escuelas de aquellos ncleos poblados sintieron los efectos de un estado tan ca-
(1) Ya hemos visto que por lo que se refiere al Colegio de los Padres Escolapios esta afirmacin es inexacta. (2) Mensaje del Poder Ejecutivo las HH. CC. :15 de Febrero
de 1838).
IIG
localidad que tanto quedan sin alumnos, padeci entonces, casi se segn manifestaba su Preceptor don Lucas Fernndez; la de nias de Canelones hubo que clausu-
misma causa '^\ los Maestros de las de Maldonado ^-\ Mercedes ^^^ y Florida ^^^ estuvieron impagos durante muchos meses; otros
rarla
por
la
como
el
la
im-
convertirlos en cuarteles
como
^^^
el
magisterio
escuelas
las
de un reglamento
(1)
(2)
^~\
El Universal, nm. 2409. Octubre 7 de 1887. Copia del escrito del seor Formoso sobre reclamacin de
(En nuestro poder. ) Registro del archivo de la Junta E. Administrativa de Mercedes. (4) Jos B. Miranda: Resea Jsirica dla ensei'ianxa primaria en el departamento de la Florida. ( M. S. en nuestro poder.) (5) Seguidamente el Secretario procedi la lectura de una ilota del Superior Gobierno relativa saber en qu disposicin se encuentra la finca que compr el Gobierno don Bernardo Surez para que sirviese de Escuela pblica en esta villa, y se acord que se conteste que la fuerza armada de la Maj-ora tom posesin de ella, dejndola en un estado bastante ruinoso, sin puertas ni ventanas, destruyendo hasta los marcos, y que despus de haber desaparecido aqulla, tom posesin el piquete de Polica permanente en esta villa que la ha acabado de destruir, quedndole slo las paredes por ser de adobe. (Copia del acta de la sesin que el da 2 de Agosto de 1S35 celebr la Junta E. Administrativa de Mel. En nuestro poder.) (6) J. E. A. de Mel, acta del 2 de Agosto de 1835; copia en nuestro poder. (7) Nota de don Joaqun Requena la Comisin Auxiliar de Educacin. Abril 3 de 1838 pg. 216 de nuestros Prolegmenos de la Legislacin Escolar, )
sueldos.
(3)
(
ii
El decreto
de
fecha 24 de Mayo de 1835 regularizando bucin de los tiles escolares era letra muerta ^-\ y Maestro hubo, como don Mateo Gurruchaga, que
la distri-
diriga la de Mercedes, que sucumbi asesinado por un grupo de foragidos, de esos que realizan sus vandlicas hazaas en pocas de guerras, para que las sospechas recaigan en los que estn con
las
armas en
la
sino
como
partidarios polticos,
ms menos
de
fa-
natizados ^^l
8.
En cambio,
la
las
Escuelas
Montevideo,
tanto de
ciudad
como de
segunda consideramos
la
administracin
la
poca
tumultuosa que
depar
plir
suerte
al
seor Oribe.
No
les faltaron
su delicada
la
1 )
El Universal, nm.
(2) Junta E. Administrativa de Mel; acta del 7 de Agosto de 1835; copia en nuestro poder. (3; Todas las circunstancias indican que esta vctima fu inmolada la venganza la poltica, deca la Comisin de la Tunta E. Administrativa del departamento de Soriano en nota fechada en Mercedes el 2 de Diciembre de 1837, y el Alcalde Ordinario del mismo punto, agregaba lo que sigue en su oficio de El igual fecha da 26 de Noviembre fu sacado violentamente el Preceptor de esta Escuela, don Mateo Gurruchaga, de la casa,
:
situada en esta Calera, de don Ambrosio Daz, donde se hallaba, por dos individuos desconocidos, apareciendo el da 30 muerto en una zanja, con un tiro en un costado y degollado y esta desgracia, con otras que han pasado del otro lado del ro Negro, se han dejado sentir desde que se indic la aparicin de Rivera.
;
118
dieron asesorarse de
los
las
ayudaron
el
con
su
consejo
el
influencia; la
Polica contribuy
aumentar
nmero de edulas
candos, y
Gobierno, pesar de
sufra,
el
penurias
debidas
causas
muy
pudo
Escuela
Existan
del
por
ejemplo, que
fu
construido en estas
la
condiciones.
sazn en Montevideo
(^M4
es-
de
cas,
las
primeras,
y 10, su distribucin
siguiente:
costaba
119
al Estado 3,100 pesos anuales, que arroja un promedio de 16 pesos por alumno. Q. Las Escuelas privadas aumentaron en nmero durante la administracin del general Oribe, pudindose citar entre las ms importantes la que con la denominacin de Colegio Oriental fund en 1837 don Juan Manuel Bonifaz; la de nias, dirigida por doa Mara Josefa Juregui de Collazo; la de don Gernimo Machado, Preceptor primario, y don Diego Gonzlez Robles, Profesor de matemticas, establecimiento que abrazaba primera y segunda enseanza, y el Colegio Oriental de Humanidades que, en competencia con el de los Padres Escolapios y con
la
da
1.
Patronos Felipe y Santiago, los Profesores doctor Antonio R. de Vargas (Rector), Jos Vidal, Pablo Semidei, Antonio Guerrero, Anbal Benben
y
el
Como
ao
anterior
antes deslizar
su mensaje
tuacin
interior
la
dedicar toda
los
atencin necesaria
para aplicar
recursos que
demandan
las
mejoras de los
(i) El Universal )>, en sus nms. 2619 y 2701, contiene los reglamentos y programas de este Colegio, as como las bases de su fundacin y el permiso del Gobierno para instalarlo.
establecimientos
120
pblica,
de enseanza
al
no
por
Estimulado
los jvenes,
el
amor
pre-
fruto
que debemos
el
anterior,
el
que han de
desti-
establecimientos particulares
objeto ^^^
nados
10.
xiliar
al
mismo
Uno de
los
miembros de
la
Comisin Au-
de Educacin Pblica, el seor don Joaqun Requena, redact un reglamento general para las
Escuelas pblicas,
persuadido de
la
imperiosa
necesidad de regularizar estos establecimientos , era sumamente pues el que rega desde 1833
<
diminuto
males
que adoleca la enseanza de las primeras Por desgracia, los sucesos polticos que letras. por entonces se desarrollaban anularon las loade
bles iniciativas del seor Requena, y su celebrado proyecto qued completamente olvidado, dilatn-
dose en
11.
nueve aos ms
til
la
planteacin de una
reforma tan
como
necesaria.
La historia de la fundacin de la Universidad de Montevideo, constituye un largo proceso que tiene su punto de arranque en la Asamblea
pera de
Poder Ejecutivo
la
Asamblea.
Febrero 15
de
1837.
121
de Gramtica
latina,
al
cual se refiere
Lavalleja en
poder al primer Presidente constitucional, don Fructuoso Rivera ^^K Durante el gobierno de este ltimo se fund provisionalmente una clase de Filosofa y ms tarde la Asamblea ^-^ echaba las bases de la futura
Universidad creando
poltica,
^^^
ctedras de Jurispru-
y Economa de Latinidad
la
la
Y como
Ejecutivo
en
la
al
Poder
la
que debera someterse el seor Oribe nombr una Comisin para que lo redactara ^^\ como as se hizo, llevndolo despus al Poder Legislativo el cual lo aprob con fecha 7 de Junio de 1836 ^).
para las susodichas clases,
la
aprobacin de
las
Cmaras,
de todos,
<
de manera que
(
el
Presidente no titube en
erigir
Vase el nm. 36 de los Documentos de Prueba. Vase el nm, 46 de los Documentos de Prueba. (3) Por decreto de fecha 24 de Febrero de 1836 fueron nombrados catedrtico de Teologa, Moral y Dogmtica el presbtero don Jos Benito Lamas, de Derecho Civil el doctor don Pedro Somellera, de Filosofa el doctor don Alejo Villegas y de Matemticas don Joaqun Pedralbes, quedando acfalas las dems
1 )
(2)
clases.
(4)
Tomo
i,
p-
gina
(5)
cit..
Tomo
i,
pg. 335.
la
122
el
carcter de
el
Universidad Mayor de
Repblica con
goce
del
compete
^^^.
>
pesar de los buenos deseos del seor Oribe en favor de la ereccin de tan importante centro
de cultura superior, los acontecimientos polticos de entonces le impidieron evidenciarlos y la Repblica tuvo que esperar doce aos ms para contemplar realizado un proyecto tan ventajoso para de general la juventud estudiosa como digno aplauso, porque debemos tener presente que en su segunda presidencia el general Rivera tampoco pudo fundar la Universidad. La gloria que traera
aparejada esta importantsima innovacin
estaba
la
Defensa, es decir
don Joaqun Surez y don Manuel Herrera y Obes, sin que por esto sea lcito arrebatar la Asamblea de 1830 sus vacilantes pero generosos ensayos, don Santiago Vzquez su noble empeo,
ni
patritica iniciativa.
(1)
cit.,
Tomo
i,
pg. 348.
123
III
1.
Aprobacin de programas.
?.
Extincin de
la
Comunidad de San Francisco. 3. Plan general de enseanza. 4. Rosistas y Kiveristas. 5. Retroceso debido ala guerra. 6 Carteles 3- libros. 7. Criterio pedaggico. 8. Cultura de la muier. 9. Resumen.
1.
La renuncia de
la la
don
y
Manuel
trajo,
Oribe
la
presidencia de
Repblica
breve
como
natural
del
consecuencia,
bres
suave
dictadura
homde
in-
ms eminentes de su
todo
el
partido,
fin
evidenciar
tenciones.
pas
la
bondad de sus
He
el
aqu
cmo
el
entr
formar parte
del gabinete
ilustrado
estadista
don Santiago
del Presidente
nimo
Uno de los primeros actos de este hombre de Estado fu la aprobacin de programas para los exmenes pblicos de las ctedras de Teologa, Matemticas y Filosofa, la vez que nombraba los examinadores ^\
'
2.
Al
mes de
este decreto
el
Gobierno expidi
la
Comunidad de Regulares
nmero
(
observantes
<
de
cuando
no
San hay
preciso
de
conventuales, no
1838.
hay con-
la
124
oponerse
progreso de
las
la civilizacin,
multiplicar
establecimientos
improductivos,
en cierto modo,
nosotros
culto y
la
el
lustre del
mejor servicio
las
del altar.
Deducir de
aquel hecho
provechoso y de comn utilidad y rentas de una comunidad que no existe, y que aun cuando existiera no podra tener semejantes propiedades administradas con independencia del Gobierno cuyo cargo est el cuidado, conservacin y decoro del culto, es proceder en armona con las necesidades de la Repblica y con las exigencias de la razn uni-
un destino
los bienes
versal
^
'
hechos y consideraciones, el Gobierno decret la extincin de la precitada Comunidad, destinando el Convento para una
estos
Fundado en
ayuda de parroquia y
el
resto
del edificio la
el
elemento
religioso
medida,
(
1 ) Decreto del 31 de Diciembre de 1838. (2) El doctor don Alberto Palomeque public hace algn tiempo fragmentos de la correspondencia cambiada entre el Ministro Vzquez y los seores Guerra y Larrobla con motivo de la adop-
125
por su
instituto,
la
de toda ocupacin
til,
habitua-
dos
sino de
exacciones que
les
hacen con
al
compensen (^^
es
otro da,
Qu
Repblica,
donde
de
la
la
la
juventud
dicha futura
ser dudosa.
no puede
Podemos
una de
hemos analizado
la
es
que ms renen
general ^2).
Pocos das despus el Gobierno extenda un segundo decreto ordenando que el Sndico en<
tregue
las
lidades;
franciscanos
asilados
en
convento suprimido, con cuyo importe quedarn habilitados para marchar donde los llamen los institutos de su orden, y desde luego deben verificarlo '^y, lo que equivala un mandato de
expulsin.
3.
Tocle inmediatamente su
Revista Oficial
turno
la
ins-
( 1
de 1839.
8 de 1839.
truccin primaria
12G
de guerra
civil
oficial,
durante
el
aciago perodo
jandro
al benemrito ciudadano don AleChucarro jefe superior de esta rama administrativa, con el goce de 1,200 pesos anuales de sueldo, pues no era justo gravarlo con este nuevo importante encargo, despus de los multiplicados y eminentes servicios que haba prestado la causa nacional, con visible menoscabo de sus intereses Adems de la jefatura suprema de la administracin escolar, el seor Chucarro quedaba encargado de estudiar las necesidades de las Escuelas y proponer al Gobierno las mejoras y reformas que reclamase el alto objeto que dichos Establecimientos estn destinados , es decir que el expresado seor contraa la obligacin de formar un plan general de enseanza ^-^ del que, pesar de los muchos anos transcurridos, todava carece la Rep-
nombr
>
blica.
Por nota de fecha 15 de Enero, el seor Chuacept el puesto y la misin que se le confiaba, aunque, con una ingenuidad muy plausible, reconoca estar desprovisto de los conocimientos necesarios para desempearlo, pero confiaba en que el Gobierno lo ayudara y que
carro
(
Decreto de
el
3 de
(2) Vase
nm.
54 de los
127
no
de
era
llegara faltarle la
la
el
juventud
cooperacin de los amigos an de sta, ya que para ella y beneficio >. El nuevo Director General de
Rivera agradeci
nerosidad que
reconociendo
en
ella
un nuevo rasgo
'.
Chucarro y la mique el Gobierno del general Rivera se daba cuenta acabada de la situacin precaria de las Escuelas; de la necesidad de una reforma completa de la instruccin primaria. Urga sujetaras un plan general de enseanza que diese por resultado la mayor cultura posible de la masa. La Normal se haba convertido en una Escuela elemental, concurrda por gran cantidad de alumnos, es cierto,
del seor
nombramiento
le
sin que se
confiaba evidencian
pero desvirtuada
que no
salan
de
el
ella
reemplazaran
mejor, se
personal
al
de
otro
hallaba
frente
de
del
Escuelas del
Estado.
No hablemos
que no
ya
carcter ndole
de de
la
enseanza, defectuosos
los haba, ni
imperfectos, ni
locales,
de materal cien-
tfico,
que brllaba por su ausencia, ni de textos, que eran pobres y escasos. Lo propio suceda con los sistemas pedaggicos que se aplicaban.
(1) Xota del Gobierno al seor Chucarro, de fecha 31 de Eneic
de 1839.
mezcla
mixto.
128
de mutuo individual, simultneo y Los conocimientos que los Maestros inculcaban no obedecan ningn principio cien-
y siendo los Preceptores, en general, de escaso saber, es claro que su accin educadora
tfico,
la
penetracin
de los
que rodeaban
estos hechos,
Rivera
perante
seor Chucarro
para que
estudiase
las
buenas intenciones de
ya por inspide fomentar el
propia
ajena, trataba
progreso y engrandecimiento de la causa de la educacin del pueblo con arreglo las exigencias
de aquella poca. La comisin del seor Chucarro termin el 20 de Octubre de 1842, en que, no habiendo realizado sus propsitos causa del estado de guerra en que el pas se vio nuevamente envuelto, hizo
entrega
del
empleo de Inspector
Nacional
de
Instruccin Primaria
su
^
' -
reemplazante interino
(10
principios
de
1839
de Marzo),
la
< 1
5 de
Diciembre de
1842.
129
desembozada
hostilidad
de
al
la
por su
dispuso que un
confi
el
numeroso
despus
le
ejrcito,
cuyo
la
mando
diese
al
Uruguay
de
conseguir
la
la
Presidencia
pareciera,
proyecto
difcil
mente
pero
honor,
ni
leyes,
el
los
Adems,
jefes
verla
dugo argentino
ofreca sus
y oficiales
propiedad de leguas
de
tierra
Echage desembarcaba en el buques rosistas iniciaban una especie de bloqueo, al par que perseguan todas las embarcaciones que, con bandera oriental, surcaban las aguas del Plata del Uruguay, lo que dio margen que los franceses, que por lo general han estado casi siempre
la
vez
que
territorio
uruguayo, numerosos
del lado
con
la
los argentinos
emigrados azuzaban contra Rosas. La prensa de ambas orillas del Plata ensalzaba
el valor y virtud de sus respectivos generales y en todos los tonos deprima sus contrarios,
T. 11.
La
E. Uruguaya.
9.
130
llegando
hasta tirotearse en
versos
muy
malos.
lec-
No
de
transcribiremos,
tores, los
la
prensa de
culta
que aqullos:
De Entre Ros hambriento Viene un enjambre: Ya en las lanzas sabremos Darles matambre.
Vengan ufanos, Que el Oriente es
la
tumba
De
los tiranos.
Ya
el tigre
argentino
lo lejos
(1).
de la Repblica campamento, se convirti en un vasto y mientras las hordas rosistas se entregaban, por donde quiera que pasaban, todo gnero de excesos y violencias, desde la imposicin de contribuciones exorbitantes hasta la destruccin de los establecimientos de campo. Rivera improvisaba escuadrones y organizaba milicias. La campaa, que gavillas de malhechores recorran impunemente,
es
natural,
el
Como
territorio
qued
casi
despoblada, pues
slo
se vean en
y chozas dbiles mujeres, infelices nios y valetudinarios ancianos vctimas del hambre y la miseria, al extremo de que doa Bersus ranchos
(1)
El Constitucional
nm.
235, 12
de Noviembre de 1839.
nardina Fragoso
tanta
131
de
de
Rivera, en conocimiento
buena sociedad de Montevideo fin de remediar tamaos males. La ciudad de Montevideo se resinti extraorseoras de
dinariamente de
partidarios
de
libertades
pblicas
y de
la
legalidad
que pudieron esgrimir un arma se alistaron en las filas del Gobierno, y slo qued dentro de la plaza una pequea guarnicin para su defensa. Los portones se cerraban temprano
y se abran tarde, la vida social estaba en suspenso, no hubo elecciones ese ao (1839), y el
entre la esperanza de un temor de una derrota. La poltica se reduca comentar las inexplicables marchas y contramarchas de los beligerantes, y en cuanto la parte econmica poco trabajo daba al Ministro de Hacienda. Por fin, riveristas y rosistas se encontraron en los campos de Cagancha, en donde, segn un
vecindario
triunfo y
fluctuaba
el
los
destinos
de
Repblica Oriental y la causa de la libertad en Sud Amrica. La suerte de las armas favoreci
la
los
primeros, pero
la
este
triunfo
esencialmente
da de
logrado
una manera bien clara que slo se haba dilatar la proximidad del peligro que
La Batalla
de Cagancha, pg.
26.
5.
132
de
la
He
comisin
al seor Chucarro y del nombramiento de don Toms J. Ortiz como Director de la Esningn otro acto vino demoscuela Normal Gobierno se preocupase ni mucho trar que el
confiada
ni
poco de asuntos
la
escolares.
Ni
cmo
la
el
hacerlo
salvacin
de
patria
requera
en otra esfera
concurso
el
de todos
tado,
los
buenos ciudadanos!
primarias sostenidas
Las Escuelas
por
Es-
que en
al
la
alcanzaron
en cantidad;
estudio
nmero de 2Q, haban disminuido exmenes pblicos, que tanto estimulaban el celo de los Maestros y el amor
los
al
de parte
las
en desuso;
Juntas
no atendan
la
con
el
vigilancia
de aquellos centros educadores, y las clases de Religin y Moral confiadas la pericia de los
curas
vido.
prrocos
tambin
ellos
fueron
relegadas
al
ol-
lamentaba an que
nuir
de que no gozaban de los derechos de tales aquellos que no supieran leer ni escribir. Adems, se
los ciudadanos, en virtud
la necesidad de introducir en los programas la enseanza de la Educacin Cvica, adoptndose como libro de lectura la Constitu-
nmero de
indicaba
( 1 )
1839.
133
cin de
la
Repblica;
como, en
gran
parte,
achacaba estos males la falta de recursos, indicaba la conveniencia de afectar la renta de los abastos al sostenimiento de la instruccin pblica '^^
Un
el
diario
que acabamos de citar, no debe ser lacnico cuando se trata de la educacin de la juventud:: economice las rentas en buen hora con otros objetos menos interesantes, pero con el ramo de enseanza pblica jams ^-^. Escuelas hay en Y ms adelante, agregaba
>
:
<
la
capital
no
los
pblicas
para nias
en
de Escuelos alrededores de
la falta
Montevideo y una para varones all por la capilla de Macien-* pero la guerra anulaba la buena voluntad del Gobierno, que si no pudo llenar estas necesidades, en cambio introdujo en la enseanza varias mejoras que acusaban algn
;
progreso en
6.
las ideas
En
efecto, el
seor Besnes
de Irigoyen ha-
Extracto de los artculos publicados en los nms. 360, 365 y El Constitucional, correspondientes los das 15 y 23de Abril de 1840 y 21 de Octubre de 1842 respectivamente. (2) Revista Oficial, nm. 43, Enero 16 de 1839. (3) El Constitucional , nm. 769, Agosto 31 de 1841. (4) El Constitucional, nm. 99, Mayo 29 de 1839.
(
IlO de
134
135
To..;^n Leccin
a
-.^ou.. clase.
i 1.
La grandeza de alma
nerosidad de ella.
la
la
fortuna;
la je-
avergenza, y
magnanimidad se
la
rie
injuria:
la
jene-
rosidad vuelve bien por mal, y la magnanimidad hace que olvide la injuria el mismo ofensor.
El hombre no sufre otros males que los que l mismo se procura; el abusar de sus facultades es
lo hace infeliz. Los malvados son como las moscas que, pasendose por el cuerpo de un hombre, solo se detienen
quien
en sus llagas. El mentiroso no solo propende desterrar aq'jelia dulce confianza que enlaza los hombres entre s, sino que, adems, no se le cree aun cuando diga verdad. El verdadero mrito es como los rayos del sol, que parecen ms hermosos, cuanto ms cerca se est de ellos. No desprecies las faltas pequeas, porque son principios de crmenes grandes y tienden enemistarse los hombres entre s. Hay ciertos hombres que obtienen mrito y reputacin, del mismo modo que hay pobres que obtienen la limosna fuerza de ser importunos. Si la gloria de nuestros abuelos lustra nuestro nacimiento, la de nuestras acciones debe ilustrar nuestra vida.
Montevideo, 1840
ij
j]
i|T
[n
|y
|
|
||!
IMPRENTA DE LA CARIDAD
manidades, anunciaba la aparicin de un Curso de Filosofa Contempornea, y don Jos Ctala no slo editaba la primera edicin de su cele-
culaba de
13G
cirel
mano
la
en
mano desde
ao 1822, y
Repblica
El
preparaba
titucional
primera Geografa de la
Cons-
en sus nmeros 564 y 565, sino que causaba una verdadera revolucin con el nuevo procedimiento de ensear leer por medio de
una serie de carteles que de orden y cuenta del Gobierno fueron impresos en la tipografa de la Caridad, de los cuales reproducimos dos fin de que el lector pueda darse una idea de su verdadera significacin ^^^ Fu tambin por esos tiempos, cuando don Juan Manuel de la Sota
principi
publicar, por
-
cuadernos,
la
Historia
de la Repblica
Sin
que, an
en
la
actualidad, se
criterio
poca fluctuaba entre lo extraviado y lo pueril, pues se pretenda, como queda dicho en prrafos anteriores, que la Constitucin fuese el libro de lectura que se emplease en las Escuelas pblicas; el Colegio Oriental de Humanidades, dedicado los Santos Patronos de Montevideo, abra
una academia de
(1)
baile
^^ y
coleccin completa de esta serie de carteles de lectura Museo y Biblioteca Pedaggicos, y esa la bondad de su ilustrado Director, don Alberto Gmez Ruano, que debemos el poder efectuar la reproduccin indicada. (2) El Constitucional, nm. 1057, Agosto 24 de 1842.
se conserva en el
(3)
La
El Constitucional, nm.
87,
Mayo
14 de 1839.
137
anunciaban un nuevo curso de Taquigrafa, arte al que la prensa atribua innumerables ventajas.
para
Este ramo de instruccin, -deca, tan tilsimo la juventud que, como la nuestra, pertenece
una sociedad ilustrada y regida por el sistema republicano ^^ ^ Los Escolapios se comprometan ensear gratuitamente el arte de escribir con tanta velocidad como se habla, tres jvenes aptos que sealara el Gobierno. apareci el El 23 de Diciembre de 1841 Muera Rosas! >, peridico consagrado divulgar el principio de que era obra santa matar al tirano argentino. Como sus doctrinas (las de la hoja citada) estn tan conformes con los principios de humanidad y civilizacin que profesa El la sociedad oriental, decan Unos lectores de Constitucional , nos atrevemos aconsejar al seor Inspector de Instruccin Pblica, que ordene los Preceptores de todas las Escuelas hagan
representativo
^
<
todos
los
sbados
sus
discpulos
la
lectura
en
corazn de
la
la tierna la
juventud
la
virtud y de
el
ms
que
con
Catecismo
En cambio,
tres
la
El Constitucional, nm. S69. Diciembre 30 de 1841. El Constitucional, artculo comunicado. Xm. 868, Diciembre 29 de 1841.
138
religiosa,
las fiestas
que se celebraban en las iglesias de Montevideo y encomendando la inspeccin de aquellos establecimientos al jefe superior de la iglesia uruguaya, pero la solicitud fu acogida con indiferencia por parte del pueblo >^^ Acerca del particular, don Esteban Echeverra, se expresaba as en el prlogo de una obrita que escribi y public la sazn en Montevideo: .la enseanza de la moral, completamente descuidada entre nosotros y primera, sin duda, en importancia; porque el objeto de la educacin es encaminar la niez al ejercicio de todas las virtudes sociales --^> La Ortologa no fu descuidada, al extremo de que en los exmenes pblicos se daba una
<
.
importancia capital
tras
la
educandos (entre los que la sazn don Ramn de Santiago y don Juan Manuel Blanes) lean alternativamente en EL Amigo de los nios, en las fbulas de Samaniego
los
que
sobresalieron
en los artculos y noticias de la prensa caldeada por el rencor, la intransigencia y las pasiones polticas. 8. Aparte de lo expuesto, el cultivo de la m
Iriarte
diaria ^^^,
El Constitucional, nm. 1733, Noviembre 22 de 18-14. (2) El Nacional, nms. 13 y 14, Noviembre de 1844. (3) Datos sobre los exmenes anuales del establecimiento de educacin que dirige don Juan Cabal, verificados en los das 18, 20 y 21 del mes de Diciembre del presente ao de 1842. (4) El Constitucional, nm. 1164, Diciembre 31 de 1842.
(1)
sica
139
se
haba
desarrollado
dad de Montevideo, que rara era la seora joven seorita que no fuese una apasionada del piano, del arpa de la guitarra, pudiendo mencionarse entre las
ms
Nerea Rucker, Dolores Prez, Manuela Mezquita, Pilar Antua, Sofa Gir, Matilde Olazbal, Teresa Latorre, N. Pallares, Eusebia
ritas Jacinta Furriol,
Quiles,
Susviela, ras
Elosa
Illa,
Luna,
Braga,
Stew^ard,
Llamb,
Acevedo, doa
Valentina
el
canto las seoritas Josefina Somellera, Enriqueta Molina, Zelmira Mainez, Inocencia Mrmol,
Zorrilla
9.
En resumen, durante
la
la
segunda presidencia
di en vez de adelantar;
cuelas sostenidas por
se celebraban
los
el
el
que concurriera
primer
perodo de su
desaparecieron,
Juntas
Inspectoras
si
bien es verdad
(1)
El Constitucional, nm.
1031,
Julio 23 de 1842.
uo
que se
trat
anza y que
nistracin
voluntad, no
Sneca,
cinales
;>.
hubo funcionarios animados de buena es menos cierto que, como dijo no se cura el amor con hierbas mediNullis amor est medicabilis herbis.
del retroceso
La prueba
que
sufri la instruc-
hechos que dejamos expuestos sino en el aumento de las Escuelas privadas ^^', pues sabido
los datos, indudablemente incompletos, que hemos 1 ) Segn podido obtener, durante la poca que aludimos, se establecieron en Montevideo las siguientes Escuelas una en la Aguada, frente la quinta de don Jos Batlle, destinada seoritas y dirigida por don Emilio Rane y doa Eulalia Mart de Rane; otra que, con el ttulo de Casa de educacin para nias, fundaron las seoras Guillot el Instituto que abri el ilustrado don Arsenio Isabelle la Academia Oriental, que primero estuvo en la Aguada y que al iniciarse la Guerra Grande se traslad la ciudad, siendo su directora y fundadora doa Mara A. de Pea, la cual Academia se especializ en bordados, baile, piano, dibujo idiomas el colegio de los seores Paget, Priou y Larroque el que abri, para nias, la seora Sara J. Jenkins otro ms, con pupilas, bajo la direccin de las seoras Lesueur el que inaugur, para igual sexo, la seorita Fabriquettes la Escuela del Profesor espaol don Luis Lamas, que reuna la particularidad de no admitir ms de 30 alumnos, quienes enseaba la lectura por el mtodo analtico > la escritura segn las muestras de Iturzaeta el Gimnasio, de enseanza primaria y superior, organizado por don Luis J. de la Pea, establecimiento que, como veremos en el curso de esta obra, ms tarde se transform en Colegio Nacional del Estado inmediatamente en Universidad menor; la llamada Casa de Educacin que abrieron los seores J. J. Rochat y G. Corn la Escuela comercial establecida en la calle del Rincn por don J. I. Mua, que la sujet al programa ms vasto que por entonces se conoci en Montevideo en materia mercantil, y otra escuela ms, de primeras letras, para varones, con direccin annima, que se situ en la calle de San Ramn, hoy Reconquista. Total, 13. Adems, el colegio de los Padres Escolapios mejor,
(
:
;
141
las del Estado son numerosas, estn bien atendidas y prodigan una enseanza que realmente responde las necesidades de los educandos como factores de una nacionalidad democrtica que aspira pro-
gresar y engrandecerse.
aumentando su personal docente con el presbtero Jos Revents, que dictaba una clase de Francs, el doctor don Joaqun
Pedralbes, que enseaba Taquigrafa, y don Damin Segu. A la sazn este centro de cultura estaba instalado en las casas de don Jaime Illa, calle de San Gabriel del Fuerte, hoy Rincn.
CAPITULO
Segunda evolucin de
I
XI
Escuela
la
uruguaya
LA GUERRA Y LA ESCUELA
SUMARIO:
1. La iniciativa privada suple la carencia escasez 2. La Escuela de nios emigrados. de Escuelas pblicas. 3. Apertura de la Escuela del ejrcito. 4. Cmo estaba org-anizada. 5. El pabelln nacional en la Escuela en 6. Se impone el reemplazo de las divisas partidarias. servicio militar obligatorio los estudiantes de ms de 14 7. Se hace extensiva los Maestros de aos de edad. 8. La accin policial en la Escuela la disposicin anterior. Escuela. Jurisprudencia. 10. Funda9. La Academia de 11. La Comisin cin del Instituto Histrico Geogrfico. Filantrpica y los hijos de emigrados indigentes.
Arroyo Grande (6 de Diciembre de 1842) dio por resultado la invasin inmediata de Oribe, que, con un ejrcito poderoso compuesto en su inmensa mayora de tropas
1.
El desastre
del
argentinas adictas
al
campamento en
ble sitio de
el
Cerrito, iniciando
memora-
que termin
Si
triste
haba
144
rante
cuatro aos precedentes, ms penosa desde ese momento, recargando los sombros colores del cuadro la espectativa de una guerra cuya terminacin nadie era capaz de prever. Para la ciudad de Montevideo, sobre todo, los momentos eran sumamente crticos, pues se
los
lo fu
encontraba aislada
del
resto
del
territorio, los
recursos de boca y guerra de que dispona eran puede decirse que nulos, y no estaba preparada
para
resistir
un
sitio
largo,
que se
la
hara tanto
ciudad se ha-
de
la
tidad de familias
de
el
la
campia
uruguaya que
la
todos atendi
procurando
que
los
Gobierno de alimentos no
Defensa,
faltaran la
nes los menesterosos. Pero, como exista otra necesidad de gran importancia moral que llenar, cual era la de proporcionar educacin la multitud
el
calles
y plazas, ya que no le
momen-
de
los
En ninguna poca de la historia de la Repblica se ha no( 1 tado en Montevideo tan gran cantidad de muchachos callejeros como durante la Guerra Grande. Vagaban en grupos por todos
)
solicit la
sin
legios
particulares,
ninguna de don Jos Mara Lira, que tena uno para ambos sexos, de Bonifaz, de Cordero y Gordillo, del doctor Vargas, de doa Eugenia
en los parajes ms frecuentados como en la ribera }' en los huecos. Armaban guerrillas pedradas con peligro de los transentes y de los vidrios de las casas, siendo impotente la polica para dispersarlos. Marchaban delante de las ti opas cuando stas salan en formacin, y eran la nota obligada de toda funcin cvica, militar religiosa. Como el parque del Gobierno estaba escaso de municiones, y las autoridades pagaban por las balas de can que le fuesen presentadas, los granuj-is seguan con la vista las que el enemigo arrojaba por elevacin, de las cuales se apoderaban una vez en el suelo, sin esperar que estuviesen completamente fras, para llevarlas . vender. Cuando haba salida de fuerzas para la lnea exterior, estos granujas abran la marcha, y como los sitiadores, su vez, enviaban partidas exploradoras que se tiroteaban con las avanzadas de la plaza, sola suceder que los muchachos se encontraran entre dos fuegos, con riesgo de su vida, como sucedi en cierta ocasin en que uno de ellos cay muerto por las balas de los soldados oribistas, sin que sea lcito achacar stos la causa de la desgracia. La indumentaria de semejante chiquillera corra parejas con su modo de ser, pues el que tena chapona careca de pantalones, cuando no cubran sus carnes con harapos. Pocos disponan de calzado, casi ninguno contaba con sombrero gorra; pero todos saban silbar aires alegres marciales y entonar picarescamente la ltima cancin deprimente para el enemigo. El conjunto de todos estos hechos decidi Pacheco extirpar el mal de raz y, encarando la cuestin del punto de vista de la humanidad, resolvi imponer los muchachos la obligacin de educarse, ya. que sus familias no se preocupaban mucho de hacerlos marchar por la senda del deber. La intervencin de la autoridad policial complet la obra redentora del enrgico Ministro de la Guerra. En cuanto los Maestros de las Escuelas en que ingres ese elemento disolvente indisciplinado, omitimos describir las dificultades que con tal motivo tuvieron que vencer, los conflictos en que se vieron envueltos y el enorme trabajo que les dio el desbastar y pulir caracteres tan acostumbrados la ms ilimitada soltura.
los sitios de la ciudad sitiada, tanto
T.
II.
La
E. Uruguaya.
10.
UG
Perichn
y de los
Padres
Escolapios, quienes
de uno otro sexo. despus se cre expresamente y 2. Meses con ms holgura la Escuela de nios emigrados,
bajo los
auspicios
del
del
Ministerio de
la
Guerra,
cargo
la
Preceptor
don
Flumencio Muoz,
el
que
44
al
ms cmodo, por
El
la
la
afluencia
de edu-
candos.
Preceptor
relacin
pasaba mensualmente
Ministerio
faltas y,
como medio
de familia que dejaban de enviar con regularidad sus hijos la Escuela ^^^
3.
al
genio
ao despus (26 de Octubre de 1844) se celebraba la solemne apertura de la Escuela del ejrcito, cargo del presbtero don Carlos Palomares, aunque en escala reducida. Pacheco se propuso dar una nueva organizacin
la
Escuela
del
eje'rcito,
establecindola
en mejor
mobiliario necesarios
De-Mara: Anales de
la
Defensa de Montevideo,
t.
14-
por el Gosazn 368 nios en sus bancas, estaba especialmente consagrada propendencia de
la
pblica, sostenida
la
bierno,
que contaba
porcionar educacin los hijos y deudos de los soldados del ejrcito. este simptico acto
asistieron
el
el
Presidente de
la
Repblica y
sus
Ministros,
el
Ministerios,
Vicario
Cirujano
del
letras,
ejrcito, el
veteranos
de
lo
la
Independencia
y,
por
fin,
un concurso de
ms distinguido de la ciudad de Montevideo. Los nios, en nmero de noventa y tantos, vestidos con uniformidad por la Comisara del ejrcito, y sin otro distintivo que la cucarda nacional, ocupaban dos hileras de asientos en el centro, con sus Preceptores, desplegando el pabelln de la Repblica. Pacheco, Ministro de la Guerra y Comandante General de Armas, su principal fundador, abri el acto con un brillante discurso, que respondi con palabras de reconocimiento el alumno Benjamn Quijano^^'. este nuevo centro 4. De la organizacin de educativo puede juzgarse por la orden general del ejrcito de fecha 24 de Octubre del ao precitado, que dice as: Artculo 2.0 Uno de los medios ms esenciales de mejorar la educacin del pueblo y asegurar la
(1
cit.,
t.
suerte de
la
148
patria, es
educar
sobre las que antes fueron colonias espaolas, han emanado en gran parte de la poca ilustracin y falta de civilizacin del pueblo Convencido de esto, el jefe de las Armas, anhelando del modo ms ardiente asegurar la patria un porvenir mejor, ha hecho cuanto ha estado en lo posible para que la crisis presente no fuese un obstculo la educacin de la juventud, y se congratula de que sus esfuerzos no
.
.
.
han sido
intiles.
existen desde mucho tiempo bajo su direccin, y ahora se est organizando una tercera que se titular del ejrcito, en que se recibirn solamente nios que pertenezcan los individuos de l. Esta Escuela, que se abrir el 26 del corriente, adems de la educacin moral, contendr la enseanza de primeras letras, gramtica castellana y latina, idioma francs, matemticas y dibujo. Los nios que hagan parte de ella sern vestidos por la Comi
En su
consecuencia, se invita
los seores
jefes, oficiales
soldados de
la
guarnicin
matricularse
enviar los
nios que de
el
ellos de-
pendan, presentndolos en
vestirse.
El
Jefe
de
las
Armas
que sus compaeros no perdern esta oportunidad de abrir sus hijos y deudos una era mejor que la que nosotros nos ha tocado.
espera
149
5.
mos de
primeros
sitiadores,
alta
nota ms
en cuanto tolerancia
y moderacin. Y tan es as, que mientras el jefe de las huestes rosistas haca obligatorio hasta para las seoras el uso imprescindible del moo so pena de ser el blanco de los insulfederal, tos de exponerse que alguna mano vil se lo pegase en la cabeza con un parche de brea, los alumnos de las Escuelas de Montevideo celebraban las fiestas patrias con la cabeza descu<
oriental y agitando con entusiasmo patritico. Para los educandos de las Escuelas de la ciudad sitiada la veneracin hacia la bandera de la pasombra podan cobijarse todos los tria, cuya
bierta,
cantando
el
himno
banderas
nacionales
ciudadanos, reemplazaba
tivo
6.
el
de
la
divisa partidaria.
hombre
es
el
amor
la patria, decan don Joaqun Surez y Melchor Pacheco en un decreto poniendo sobre las armas todos los estudiantes de Artes y Cien-
que hubiesen cumplido 14 aos de edad. Segn los autores de este documento oficial, si
cias
juventud
nacional, no es justo que la pueda sustraerse al cum.plimiento de este deber cuando dicha independencia peligra. Nunca mejor que en tales circunstancias poda la juventud que cursaba en Escuelas y Colegios
independencia
150
poner en prctica las lecciones de alta moral que sus Maestros le enseaban, cometiendo actos de valor y abnegacin, sin contar con que emplendose en la milicia perfeccionaba su educacin
fsica
7.
^
'.
expidieron
decreto obligando
nacin, sin
todos
exceptuar
ni los
anza primaria
estudiantes universitarios,
empuar
las
indepen-
tranquilidad p-
amenazada
Y como
todas
las
tracin
haban
al
adquirido
pronunciada
Jefe Poltico de
los Directores
capital
diriga
una
circular
de Escuelas y Colegios prescribiendo el modo cmo sus alumnos deban retirarse de las aulas las horas de la salida de las
con objeto de evitar desrdenes en las calles medida muy acertada, aunque cercenaba facultades inherentes las funciones de Precepclases,
'3
;
tor y
no
de hacerlo
Q.
as se hizo.
Adems de
los
establecimientos
de ense-
1 ) Vase el nm. 55 de los Documentos de Prueba. (2) Decreto fecha 12 de Agosto de 1851. (3) <E1 Constitucional)), nm, 3947, Agosto 13 de 1847.
151
anza que hemos enumerado, el ao 1844 exista una Academia terico -prctica de Jurisprudencia y el Colegio de Humanidades, incorporado las ctedras nacionales; de lo cual resulta que, aun en medio de aquella situacin anarquizada y sin recursos, el Gobierno de la Defensa prest su concurso la obra de la educacin del pueblo sosteniendo estudios mayores y permitiendo con toda liberalidad que stos se diesen tambin, con carcter oficial, en la institucin que diriga el
doctor Vargas.
10.
los hombres de
la Defensa, y muy particularmente su iniciador el ilustrado estadista historiador don Andrs Lam.as, fu el Instituto
Histrico
Geogrfico, decretado el 25 de Mayo de 1843, cuya creacin entraaba el simptico propsito de acercar todos los hombres de letras que tuviese el pas, llamados despo<
jarse,
en
las
ciones y colores polticos, para entrar en l ocuparse con todo reposo en objetos de inters
comn y permanente
11. Seiscientos
^^\
nios se educaban
por cuenta
del Estado
ao 1844 en Montevideo -); cifra que evidencia el deseo del Gobierno de sustraer
el
mas,
de
(1) Nota del Jefe Poltico de la Capital, doctor don Andrs Laal seor Ministro de Gobierno don Santiago \'zquez. (2) Exposicin de Melchor Pacheco y Obes, 24 de Septiembre
1844.
la
152
la
ignorancia,
deseo que
al
todava se
manifest en
1847,
cuando
crear
encargada
deca en
de socorrer
su artculo
3.o:
inmigracin pobre,
La Comisin propender la educacin de los jvenes hijos de los emigrados indigentes y podr distribuirlos con este objeto ^
.
>
II
EN EL CAMPO SITIADOR
SUMARIO:
de Cordero en el Cerrito. 2. Cmo se Otras Escuelas. 4. El Colegio de San Luis 5. Ms Escuelas. 6. Escuelas para nias. 7. Enseanza especial. 8. La Academia de Jurisprudencia. cultura. - 10. Curioso nom9. Otras manifestaciones de bramiento de un Maestro. n. Disposiciones de carcter general adoptadas por el Gobierno del Cerrito en materia 12. Creacin de una suprema de Instruccin Primaria. 13. Opinin de la prensa oribista sobre autoridad escolar. la creacin del Instituto de Instruccin Pblica.
1.
La Escuela
organiz.
3. Gonzaga.
1.
al
Cerrito
el
ejrcito
don
Manuel
Oribe,
el
que se Migue-
una especie de Gobierno que expeda decretos y unas Cmaras que dictaban leyes. A la vez habilit el puerto del Buceo, desde el cual estableci comunicacin con el exterior, y recon1847,
centr en su
infinidad de
familias
153
los alrededores
poltico.
campamento y en
de su
credo
As
fu cmo las quintas, casas de recreo, casuchos y ranchos de aquellos contornos se llenaron de gente y hasta se formaron nuevos ncleos de
poblacin,
de
la
alguno de los cuales, como la villa Unin, entonces llamada Restauracin, han
adquirido caracteres
La creacin de Oribe fu acrecentndose medida que los aos transcurran, hacindose sentir necesidades materiales y morales que el general sitiador trataba de llenar, contndose entre las ltimas la de la educacin de los numerosos nios de los concentrados. De aqu que cuando algunos Maestros que
simpatizaban con
al
la
Manuel
primero en
como sucedi con don Ramn Masfundador en 1843 del Colegio Uruguayo, que instal en el campo sitiador ^^. Hacia la misma poca se present al general rosista el Preceptor espaol don Jos Mara
Isidoro
De-Mara
46.
154
se haba con-
momento
las
el
tareas de la enser-us
seor Oribe de
vacil
no
en prestarle
toda su cooperacin
zar sus
fin
de que pudiese
tales
reali-
propsitos, que, en
circunstancias
y con semejante escenario, no pueden calificarse de lucrativos. 2. Era don Jos Mara Cordero un Maestro que posea el raro mrito de saber seguir las corrientes
de
la
155
de manera que nunca se le pudo tildar de adocenado ni rutinario. Sano en lo fsico, puro en lo moral, la tarea de la escuela no lo fatig jams ni jams dej de trabajar en pro de lo que l conceptuaba bueno y justo. Aunque de amable trato y
finas
maneras, sola
los
la
tener
la
mano
pesada
para
con
arte
protervos, pero
no con
aquellos
quienes
Hbil en
el
de
ensenar, sacaba
todo y en medio de cualesquiera circunstancias para difundir conocimientos, al revs de otros Maestros que se acobardan cuando carecen de
los
medios
materiales
para
el
ejercicio
de
su
profesin.
He
el
aqu por
la
funcionar
confi
le destinara, pero s sabemos que el menaje de que dispuso fu tan improvisado como ingenioso, pues consista en mesas y bancos largos arreglados con tablones de la Maestranza del ejrcito
de piedra y arena y cajones de plvora de caza, segn puede verse en las vietas respectivas, copia fotogrfica
sitiador, barricas
americanas llenas
de
los
el
Museo
de enseanza que tan pronto como se pudo fu reemplazado por otro excelente que el general sitiador hizo traer de Europa expresamente para la Escuela del seor Cordero, de cuyo material
156
se conservan en
el
Museo
precitado un
hermoso
En cuanto
chiquillera
al
elemento educable,
quienes
el
de
la
tones del
ejrcito,
general sitiador
hizo previamente
cortar las
greas,
no
sin pro-
Mesa y banco de
Cerrito por
la
el
de los interesados. unos y otros se les impuso tambin la obligacin de concurrir la Escuela, con todo lo cual y la proteccin decidida incondicional del Superior, qued aqulla tan completamente organizada, que constitua el ortesta
la
gloria de su Director.
al
la
157
y como
las
educacin de
la
infancia,
pobla-
y Paso del Molino aumentaban de da en da, es claro que las Escuelas, ms menos protegidas por Oribe, aunque ascendieron un nmero
bastante
respetable,
todava
eran
escasas
para
de aquellas improvisamixta,
dirigida
das poblaciones.
En
el
Cardal
exista una,
el
cual tambin
por daba
^^^; en el Paso del Molino, con autorizacin competente y bajo la proteccin del Superior Gobierno (de Oribe), se abri otra para nias, las cuales se enseaba lectura, escritura, costura y bordados -, Escuela que, aos despus, tuvo que sufrir la competencia de
otra,
el
mismo
del
paraje,
la
direccin
de orna
familia
pas
4.
carcter
oficial, en los tres ltimos aos del sitio, pues don Manuel Oribe, imitacin de los hombres de la Defensa, que aun en medio de su
situacin
Instituto
(1) El Defensor de la Independencia Americana Septiembre 27 de 1846. (2) Id. id., nm. 01, Abril 20 de 1846. C3) Id. id., nm. 543, Diciembre 19 de 1850.
>,
155,
158
la
Universidad (184Q),
mand
construir
un gran
edificio para
Colegio, hoy
destinado
para asilo
el cual se instal don Cayetano una organizacin tan completa, que sus programas abrazaban todas las materias de la enseanza primaria, elemental y superior,
de mendigos, en
Rivas,
dndole
El Colegio fundado por el general don Manuel Oribe en la villa de la Unin, hoy mejorado y convertido en Asilo de mendigos
y algunas completamente especiales, confindolas Profesores de reconocida competencia, como don Jos Mara Cordero, don Francisco G. Gordillo, don Ramn de Santiago (hijo), el presbtero don Antonio Rocamora, don Epifanio Genta, don
Francisco Salazar,
El
gratis
y Mr. Palmer. Colegio de San Luis Gonzaga educaba seis jvenes hurfanos, por cuenta del
el
seor Calvo
Estado
tiles,
159
oribisa, costendoles los libros y dems siempre que acreditasen ser pobres y cu-
yos padres hubiesen muerto en defensa de la causa legal ^ '. Este establecimiento debi su desarrollo y prosperidad la proteccin de Oribe y la inteligencia y contraccin de sus iniciadores, que supieron darle una organizacin adecuada y dotarlo de programas vastos y com(
pletos (-).
5.
No
y Rivas las nicas que funcionaron en el campo de Oribe, pues el da 8 de Agosto de 184Q, el presbtero don Lzaro Gadea se estableci en la
villa
y externos
el
(3 pa-
siguiente
de Eurpides:
Lo que se aprende en la niez Se aprovecha en la vejez (3).
Forteza,
que
la
en
Diciembre
del
49 se haba
el
instalado en
enseanza (Gramtica castellana, idioma francs, Aritmtica mercantil, Tenedura de libros y Geografa general) ^-^j trasladse Restauracin
sagr
la
(1)
El Defensor de
1849.
la
406,
Junio 20 de
(
2) Id. id.,
id.,
(3) Id.
(4) Id.
id.,
160
en Septiembre del ao siguiente, resucitando la celebrada Escuela Mercantil del Consulado que
l
el
dirigi en
Montevideo
del
29
al
35.
Ignoramos
su empresa, pues
unas
^
,
clases
comerciales
nocturnas
para
Thomas
Goodall
anza,
sin
contar
con
la
Profesores entregados
misma
y otro
^
.
Don
en la seaba leer y escribir en un mes, en igual con gran economa tiempo cuentas comerciales de nmeros y en 15 das mudar la letra al que la tuviese mala^^; y como Cordero se separ de Rivas el 6 de Mayo de 1851, abriendo otro Colegio el 24 del mismo mes y ao ^\
<
Jos Zunda tambin haba puesto Escuela misma localidad ^^; don Carlos Oliva en-
resulta
que en todo
el
la
las
la
huestes rosistas
existan,
terminacin de
la
ense-
la
mujer no
haba
sido
(1)
la
395,
Mayo
(2) Id. (3) Id. (4) Id. (5) Id. (6) Id.
id.,
id.,
id.,
id,,
480,
442, 600,
Abril
de 1S50.
58,
585,
de
1851.
Junio 10 de
1851.
descuidada, pues
casi
161
final
al
de
la
:
guerra se
la
fundaron
situada
el
al
tres
en
la villa
Restauracin
rega
^
primera
costura
Profesor don Juan Bautista Andrs y el agrimensor don Jorge Garay^y la ltima regen,
Adems de
estos
centros de educacin, no
faltaban personas
ciales,
como
piano
sin olvila
Maestros
consagrados
Como
en
el
campo
crey
jurisconsultos, se
conveniente aprovechar
y Secretario don Octavio Lapido. El mecanismo de esta Institucin se reduca organizar conferencias, fijando anticipadamente los temas y nombrando un disertante y dos replicantes. Hicieron
(1) El Defensor de la Independencia Americana, nm. Enero 29 de 1850. (2) Id. id., nm. 468, Febrero 22 de 1850. (3) Id. id., nm. 533, Noviembre 9 de 1850. (4) Id. id., nm. 432, Octubre 2 de 1849. (5) Id. id., nm. 417, Agosto 3 de 1849.
T. II.
462,
La
E. Uruguaya.
11.
1G2
Derecho en
este
em-
Enrique de Arrascaeta, Jos Flix Antua, Pedro Fuentes, Ramn Vilardeb, Antonio Mara Prez,
Mariano
pido
9.
^1^.
Uriarte, Carlos
Santurio
y Octavio La-
Para
el
su modesta
venta
tiles
en
la
cual se encontraban de
(-^, y una gran vasemana santa ^\ pu-
de todas
clases
como
manifestacin de
habitantes de
sortija
^'^^;
la
la
ca-
oribismo,
el
juego de
del
que se
el
ve-
rificaba
en
la
plaza
pueblo
la
el
funciona-
que los
entregaban
de agilidad, bailes exticos y ejercicios de fuerza, terminando la funcin con algn grotesco sanete
plata
(^^;
un gabinete
ptico, en
europeas
^^^;
y,
por ltimo,
la
imprescindible
ria
de
de cada do-
mingo
(
El Defensor de
Id. id.,
Id. id.,
la
Independencia Americana
10 de 1848.
1850.
nm.
506,
Julio 24 de 1850.
Id. id.,
Id. id.,
Id. id.,
Id. id.,
nm. 358, nm. 485, nm. 4.'56, nm. 440, nm. 498, nm. -396,
Diciembre
Mayo
1.
de
Octubre
18 de 1849.
Noviembre
Junio 22 de Mayo 11 de
3 de
1850.
1849.
18-49.
163
10.
dominio
de
modo que
tropas
haba cambio de autoridades y remocin de empleados, sin exceptuar los Maestros de Escuela,
si
sta
no funcionaba,
poblacin
sitiador la estableca,
lias
de
la
conquistada
la
no
al
se
viesen
educacin.
diario del
Este
procedimiento
le
permita
. .
modo
siguiente:
.la
educacin y
el culto.
una sociedad
la
bien
organizada,
como
fuentes
preciosas de
y de la moral, han sido atendidos por S. E. el seor Presidente Oribe con el mayor esmero: una porcin de casas de educacin han
civilizacin
blicas,
y en general todas las Escuelas py aun las de particulares, que por falta de recursos no podan llenar los fines de su institucin, han recibido las mejoras que demandaban, siendo provistas, unas de Maestros capaces, y otras de libros y utensilios de toda especie que, sin la proteccin poderosa de la autoridad sudel Estado,
281,
164
11. Justifica
en parte
las
precedentes afirmacio-
nes el nombramiento hecho por don Ignacio Oribe favor del Maestro de la Escuela pblica de Mercedes, cuya transcripcin servir para poder formar opinin acerca del criterio del geneDice as: ral invasor en asuntos de educacin.
Vivan los defensores de las leyes Mueran los salvajes unitarios
!
Campamento
de Asensio, Julio 20 de
al sur del
18-16.
Ro Negro,
la villa
de
Mercedes don
Autorizado por el Excmo. seor Presidente de la Repblica, he venido en nombrar Vd. con esta fecha Preceptor de la Escuela pblica de esa Villa, con la asignacin de z;c//26-mco pesos men suales, que deber Vd. percibir de la Sub-Receptora de ese punto que tiene ya la orden competente; pero no entrar Vd. al goce de la asignacin que se le seala sino desde el da en que entre Vd. al ejercicio de su empleo: al efecto, la Comandancia General tiene las rdenes precisas. La misma Comandancia est encargada de aprontar el local y los tiles para el establecimiento, y ella debe Vd. presentarse para informarse de los arreglos que se hagan, y cooperar por su parte la pronta terminacin de los
trabajos.
espera que Vd. no desmentir la confianza que se persona, encargndolo de la educacin de la jucon su ejemplo sabr inspirar los sentimientos moral que debe imprimirse los nios en sus primeros aos, as como tambin el amor patrio y apego las instituciones republicanas que nos rigen, S. E. el seor Presidente quiere, y as est determinado, que el seor Cura Prroco de esa villa inspeccione y vigile el mtodo que se observe en la educacin que se da la juventud, y que se le escuche en todo lo que concierne y l aconseje para la mejora y progreso de la educacin Vd. encomendada. La recomiendo su capacidad, y espero que Vd. se tomar el asiduo empeo que
merece
la
165
la
institucin
que
es
preciso
desvelarse.
1 ).
12. principios de 1846, el Presidente legal, por intermedio de su Ministro de Gobierno don Bernardo P. Berro, resolvi levantar la estadstica escolar de los pueblos que se hallaban bajo su
Preceptor y
nmero de
discpulos que
concu-
el nombre, edad y aptitudes de cada alumno varn, y el nombre, nacionalidad y profesin de los padres de dichos
alumnos, y adems los servicios que hubiese prestado estuviese prestando al pas dato bien
;
ajeno
al
^^^
un mes des-
Posteriormente,
el
A del
B
del
la letra
la letra
56 de los
Docuvientos de Prueba.
56 de los
56 de los
166
las
Escuelas pblicas
y privadas y dirigir la enseanza, nombrando para componerla los seores don Juan Francisco Gir, don Eduardo Acevedo y don Jos Mara Reyes. El decreto respectivo acusa el vago
deseo de mejorar
las
pobreza de deas, como puede verse leyndolo. Lo reproducimos en razn de considerarlo muy
Con objeto de llevar la enseanza pblica las mejoras de que sea susceptible en la actualidad y preparar las que ms adelante haya de recibir, el Gobierno de la Repblica ha acordado y decreta:
instituida una Comisin de Instruccin Pde los seores don Juan Francisco Gir, don Eduardo Acevedo y don Jos Mara Rej'es. Art. 'J." Esta Comisin tendr su cargo la inspeccin y direccin geneial de las Escuelas y dems establecimientos de educacin que existan en la Repblica. Art. 3." Comuniqese quienes corresponda y publquese,
Artculo
1.
Queda
blica compuesta
Llama la atencin que un hombre como don Manuel Oribe, que aun en medio de la situacin anmala y peligrosa en que se hallaba tena un recuerdo para la causa de la educacin del pueblo, tratndose de lo que en el mismo sentido llevaba cabo el Gobierno de la Defensa, lo calificara de creacin monstruosa, como
deca
el
167
de sus
poltica
ideas.
rgano de su Gobierno y fiel intrprete Tan slo una srdida intransigencia puede dar la clave de apreciaciones tan
^
contradictorias incongruentes
Pero es preciso confesar deca la hoja peridica del Miguelete que por ms acostumbrado que se est ver cmo se repiten entre los salvajes unitarios esas creaciones monstruosas irrisorias, sta (la creacin del Instituto) no puede dejar de indignar por el descaro con que se insulta la moral y las desgracias pblicas ^-^.
III
Creacin del Instituto de Instruccin Pblica. 1. 3. Su tendencia. 4. Curiosa proteccin Sus atribuciones. Reglamentacin provisional del Instituto. - 6. oficial. 5. Sus primeros trabajos. 7. Xueva faz dla instruccin primaria.
1.
la
creacin
que
sentido de
(1) Don Carlos G. Villademoros, don Antonio Daz, el doctor don Eduardo Acevedo, don Bernardo P. Berro y don N. Iturriaga fueron los redactores principales de El Defensor. (2) El Defensor'de la Independencia Americana, nm. 250, Octubre 5 de 1847.
SU progreso.
carecan
168
conveniente, debido,
la
de
preparacin
sin duda, la
organizacin defectuosa de
Es-
cuela
Normal que, por otra parte, ya no exista. Los sistemas, mtodos y procedimientos de en-
seanza se encontraban en estado catico, causa de la falta de autoridad central que los dirigiese y uniformase. Desde que el plausible Reglamento
general para las escuelas
de primeras
el
letras del
Estado,
proyectado por
erudito
doctor don
Joaqun Requena, dorma el sueo eterno en el archivo del Ministerio de Gobierno ^'^\ nada ms
se haba hecho en
el
sentido de
dotar
la
Re-
pblica de una legislacin escolar conveniente y hacedera. Por ltimo, los motines militares, las
insurrecciones,
la
guerra
civil
las
invasiones
todo progreso educativo. Los inconvenientes y defectos que ligeramente acabamos de sealar, y los cuales los gobiernos
sibilitando
constitucionales
De-
enseanza creando el Instituto de Instruccin Pblica, que se compondra de los seores don Francisco Araucho, don Andrs Lamas, don Florentino Castellanos, don Luis Jos de la Pea, don Fermn
direccin de
la
trabajo del doctor Requena lo in( 1 ) El texto del interesante cluimos en nuestro libro titulado Prolegmenos de la legislacin
v, pg-, 220.
Ferreira,
169
don Enrique Muoz, don Cndido Juadon Jos Mara Muoz, don Esteban Echeverra y don Juan Manuel Besnes de Irigoyen. 2. Las atribuciones de esta nueva Corporacin
nic,
a) Promover,
metodizar
dad
la
b) Autorizar negar
c)
la
apertura
continua-
Reglamentar
las
condiciones
de su exis-
tencia.
ch) Examinar las obras doctrinas que sirvan de tema al estudio de las ciencias morales. d) Inspeccionar el orden econmico de los
citados establecimientos.
e) Vigilar
ms
enseanza y las creencias polticas y religiosas que sirven de base la organizacin social de la Repblica.
perfecto
la
la
observancia del
f) Proponer, en fin, al Gobierno, todas las mejoras de que sea susceptible la educacin pblica.
el
y administrativas,
bien por
inciso b se
le
entregaba un
un ataque
al
la libertad de profesin convirtiendo Estado en monopolizador de la enseanza; pero aunque tal propsito estuviese en la mente
170
creando aquella
del decreto
Corporacin,
la
la
generalidad de que era de temerse; y tan exacta es nuestra afirmacin, que slo conocemos un
caso
lares
^^^
y uno solo tambin denegando el respectivo permiso para la fundacin de los que sucesivamente
se fueron instalando, y eso
caracteres
que
los
hubo con
bien mar-
cados.
3.
Cierto es que en
el
el
del 13 de Septiembre,
felicidad del
la
pueblo
por medio de
es
la
educacin de
masa, pero no
entre los
pueblos ms cultos, de
la
incorporarla
legislacin
de
la
Gobierno de don Joaqun Surez de la poca. Adems, el estado de guerra en que el pas se encontraba explica satisfactoriamente la falta de respeto hacia el principio de autoridad por parte de muchos individuos de todas las clases sociales y la tenobedeca
al criterio
(
El Instituto de Instruccin Pblica en sesin del 18 del corriente, ha resuello no hacer lugar la autorizacin solicitada por el presbtero don Jos Ildefonso Bernet para instalar en esta capital una escuela de lenguas, y mandado, en uso de las facultades que le confiere el decreto de su creacin, que la dirigida por don Pablo Jos Paoletti sea de todo punto cerrada. Montevideo, 20 de Marzo de 1850. (c El Correo de la Tarde , nm. 5, Mayo 21 de 1850.)
dencia eludir
el
171
las leyes, lo
cumplimiento de
se
que
cual
aun en
la
actualidad
observa, todo
prembulo dice as: La educacin del hombre es el germen creador de la prosperidad de las naciones y de la felicidad de los pueblos, porque en ella reside el saber, que da las buenas instituciones, y la virtud, que
consolida y arraiga en las costumbres. El cuidado de su desarrollo, de su aplicacin y de su tendencia, no puede ser, pues, la obra de la espelas
individuales de los Esa atribucin es exclusiva de los gobiernos. Mandatarios nicos de los pueblos que representan, es ellos quienes est confiado el depsito sagrado de los dogmas y principios que basan la existencia de la sociedad que pertenecen: de ellos solos es la responsabilidad, y ellos son, por consiguiente, los que tienen el forzoso deber de apoderarse de los sentimientos, de las ideas, de los instintos y aun de las impresiones del hombre desde que nace, para vaciado en las condiciones y exigencias de su asociacin de otro modo no puede haber civismo, esa armona social sin la que no hay orden, tranquilidad, fuerza ni vida para los Estados ^^). Apreciando estas tendencias, un educador moderno se ha expresado en los trminos siguienculacin,
de
las
creencias
intereses
de
secta.
Vase
el
nm.
57 de los
Documentos de Prueba
que es
el
decreto creando
el Instituto).
tes:
172
que
el
En
tiene
hombre
no
las
que
Estado
le
que
el
Estado
las
imprima, y que ste puede hasta determinar impresiones que ha de recibir desde que nace.
En
general, el desarrollo de la naturaleza humana, segn los autores de esta ley, no poda ser la obra de las creencias individuales; el individuo sera un instrumento pasivo en manos del Estado, que lo amoldara artificialmente su gusto, del mismo modo que una manufactura es moldeada por el obrero segn su concepcin preexistente... Nuestros legisladores han venido reproducir en esta ley las mismas ideas de absorcin del individuo por el Estado que Platn haba emitido 2200 aos antes; lo que confirma una vez ms que cuando se repiten las mismas circunstancias histricas acompaadas de la misma estructura social, nacen las mismas ideas y las mismas ten-
dencias ^^l
4. Cuando se cre el Instituto, el Estado careca de suficientes medios para desarrollar sus planes de instruccin primaria; de manera que los pocos
meses se vio obligado disponer que mientras no existan establecimientos de educacin pblica,
<
(1) Francisco Simn: La enseanza dada con absoluta prescindencia del Estado es un fin deseable ? Conferencia escrita para ser leda en la 2.* reunin del Congreso Cientfico LatinoAmericano celebrado en el ao 1901 en la ciudad de Montevideo.
los privados
173
uno y
la
otro sexo,
queden
obligacin
de instruir gratis, y con arreglo sus respectivos programas, tantos nios jvenes que el Gobierno elija, cuantos correspondan uno sobre cada diez de los cursantes en los diferentes ramos Es decir que la carga que <le la enseanza ^^\
corresponda
al
la
sobrelle-
ninguna para
recibiran
que slo
en cambio
y segn advierte el artculo 14 del decreto que examinamos. Concluido el tiempo prefijado para cada enseanza, los alumnos que hubieren quedado aptos tendrn la obligacin de ensear gratis en cualquier establecimiento de educacin que se les destine, por el tiempo y con sujecin las disposiciones que con este
>
un
ttulo
las
consideraciones
objeto dicte
dice
el
el
Instituto
de Instruccin Pblica,
precitado
decreto,
artculo
13
del
cuya
y Maestros
sin
ningn
sacrificio
pecuniario
ele-
quienes,
de cualquier
esencial
modo, deberan
condicin
Vase
el nra.
58 de los
Docuiuentos de Prueba^
tancia
174
que anulaba los propsitos del Gobierno, desde que siendo pobre el estudiante, quin lo mantena y vesta, no slo mientras segua su carrera, sino durante el tiempo (por otra parte indefinido) que deba trabajar gratis para el Estado? 5. Seis meses despus de fundado el Instituto
se reglamentaron provisionalmente sus atribucin
nes, clasificndolas en
tes,
dos grupos
la
las
permanenprimaria,
que se
referan
instruccin
y
la
las
transitorias,
como cuerpo
supletorio
de
Universidad. Adems, se haca la divisin de sus miembros en fundadores, nombrados por el Gobierno; honorarios, formados por los Inspectores
perminierarios
mismo
meta
Instituto,
el
al
cual,
por otra
parte,
se
co-
deber de proyectar
realiz ^^\
una
ley
orgnica
que jams se
6.
No
siendo
posible
desarrollar todos
estos
el
enseanza
secundaria y cientficas-^; dict, con aprobacin del Gobierno, un reglamento para la instruccin
primaria,
Vase Vase
dividindola
el
el
en
pblica
y privada y
nm.
59 de 60 de
los
los
(2)
nm
175
cada una de stas en inferior y superior, denominndola completa cuando la enseanza abrazaba
estas
dos ltimas
tres captulos
^^\
con
que
segundo, de
las
penas y castigos, y el tercero, de las atribuciones de las Comisiones inspectoras. Se consideraba como instruccin primaria particular la que daban los padres de los educandos,
sus tutores sus Maestros especiales, y la que proporcionaban los Maestros autorizados por el Instituto, en el bien entendido que esta autorizacin vala slo para dos aos, terminados los
cuales
era
necesario
pediria
de nuevo,
siendo
ms
original
de ocho alumnos, y si exceda de este se la consideraba como pblica y quedaba sujeta las obligaciones que hemos hecho referencia
en el nmero 4. Tampoco las Escuelas privadas podan anunciarse pblicamente, as como ningn Maestro tena el derecho de ejercer su ministerio
si
ms nmero
no alcanzaba
los treinta
aos de edad.
el
dere-
clases:
pblicas
pero
todas
eran
quedando
Vase
definitivamente
1 )
el
nm.
61 de
los
Documentos de Prueba.
sando de
centes.
ellos,
176
corporales y afrentosos
En cuanto
confiaba
aunque no podan
trimestre pro-
Instituto para ^^^ su conocimiento y dems efectos 7. Si las corrientes de la poca en que se dela
cret
autores
truccin primaria, sirvi tambin para sistemar y metodizar la enseanza, para centralizar la autoridad directriz, para uniformarla con disposiciones
generales
las
en toda
la
Repblica, para
sealar
Escuelas pblicas y privadas textos adecuados, para exigir los Preceptores la experiencia que
dan
los
aos y
la
el
estudio, y, en
fin,
la
vida escolar
el
Estado, con
fatal
individuo
filo-
y con
haban
la
sociedad, vctima
religiosos,
de ensayos
las
sficos,
sembrado
incertidumbre en
con-
que
los estadistas
( 1 )
Vase
el
nm.
62 de
los
Documentos de Prueba.
de
la
177
del porvenir
Defensa aspiraban encauzar en provecho de la comunidad, aunque guiados por un falso concepto de lo que tena que ser
enseanza.
Tal es
la
la
tituto
quiera que sea, constituye la segunda evolucin de la Escuela uruguaya, porque levant la bandera de nuevos ideales que sostuvieron con desinteresado patriotismo tantos hombres de buena voluntad que formaron parte de aquella Corporacin desde 1847 hasta 1875, en que fu extinguida.
que,
como
T.
i:.
La
E. Uruguaya,
12.
CAPITULO
XII
bosa. 3.
1.
Tres importantes
la
establecimientos casi
mo-
enseanza de la juventud montevideana all por los aos del 30 al 34: la Escuela Mercantil que, bajo la direccin de don Miguel Forteza, sostena el Tribunal del Consulado; el Colegio particular que don Pedro S. Vidal haba instalado en la calle San Benito (hoy Coln), nmero Q3, y una institucin anloga esta ltima, cuya existencia era debida la exclusiva iniciativa de don Jos Antonio Barbosa.
nopolizaban
La
primera
era
la
180
aristocrtica
Escuela
por
excelencia, pero
al
propsito
la
como
y no toda
juventud
perteneciente
la
mejor
esta carrera,
el
pertenecientes
ms
por
pus.
al
En cuanto
establecimiento de Vidal,
si
bien no
181
le faltaron hijos de familias distinguidas por su prosapia, su posicin oficial sus bienes de fortuna, aqullos estaban en menor nmero que los que, de igual calidad, se educaban en el Colegio del seor Barbosa; es decir, que la Escuela del seor Vidal era ms concurrida por la clase media que la de Barbosa. Sin embargo, los tres establecimientos, cada uno por su estilo, dieron por entonces la nota ms alta en materia de prodigar una enseanza ms slida, completa y variada, con arreglo al criterio pedaggico de
aquellos
tiempos;
criterio
regresivo,
es
cierto,
historia del
desarrollo de
al
la
educacin
aparicin
2.
espritu
moderno de
enseanza.
Antonio Barbosa era porteo, y haba recibido en la ciudad de su nacimiento una educacin tan completa como una familia acomodada poda proporcionar sus hijos principios del siglo XIX bajo la dominacin espaola. Ignoramos quines seran sus Maestros, pero los hechos posteriores evidencian que Barbosa milit desde su juventud en las filas del elemento ms culto, distinguido y liberal de la sociedad de enJos
tonces: su porte, sus modales, su sencillez y su
Don
entraable
amor por
lo
los
preceptos
del
credo
democrtico
trato social
como
y
en
la
exposicin
de sus doc-
trinas filosficas
polticas.
Es
claro
182
que una persona que sustentase semejantes ideas, no poda plegarse ningn gobierno que no hubiese nacido de la ms escrupulosa legalidad, y como no fu ste el rasgo que caracterizase los que por entonces rigieron los destinos de la Repblica Argentina,
Barbosa, cuya personalidad fu considerada
como
las
la
estabilidad
de
las
institu-
federales,
puesto
unitario,
que
militaba en
del
partido
as
tuvo
que emigrar
Montevideo,
como
otros
muchos argentinos
ideas.
Una
neral
lleja,
Gobierno del geRondeau, el de don Juan Antonio Lavaque la sazn tanto se preocuparon de
vez en esta ciudad,
el
organizar
la
aprovechando
Barbosa,
le
confiaron
direccin de
la
la
Escuela
pblica de Canelones, de
cual
se
hizo cargo
inmediatamente, de
considerarse
roso Maestro,
como
de Guadalupe en los albores de la independencia definitiva del territorio uruguayo, como ya queda dicho en la pgina 46 del tomo ii de la presente
obra.
3.
El poltico,
el
agitador,
el
hombre de
de
la
ideas
ley
necesidad,
183
en un destartalado rancho (que poco tiempo despus fu incendiado tal vez por alguna mano criminal), cuando apareci en la prensa de Montevideo un Comunicado, en el que Un ciudadano
amigo de
faKar
al
la
ilustracin,
cumplimiento de
tiempo que deba ocupar en dar lecciones sus discpulos, lo emplea en pasear, estar con su
familia
tido
de Auxiliar del
percibir
trario la ley
^
Alcalde
Ordinario,
la
dos sueldos
^
vez, lo
^.
No
l
se deca por
prensa, de
modo que
al
se apreeli-
acusador,
giendo para que lo defendiera su compatriota, emigrado como l, doctor don Juan Andrs Gelli. El juicio de calificacin tuvo lugar el Q de
Febrero de 1830,
contraria,
estando
representada
la
parte
que lo era don Lucas Moreno, por el doctor don Florencio Vrela, distinguido jurisconsulto del
cista.
argentino
Cristbal
Etcheverriarza,
Presidente,
y vocales
don Francisco Llamb, don Francisco Muoz, don Francisco Solano Antua, don Joaqun Chopilea, don Luis Cavia y don Lorenzo Justiniano
(
Xm.
186 de
1830.
El Universal
correspondiente al sbado 30
de Enero de
Prez, declar
184
que haba lugar la formacin de causa ^^\ vindose sta los tres das, sea el
11 del
mismo mes y
ao.
Este juicio de
imprenta hizo
poca, no slo
que actuaban en de ser uno de los primeros que se celebraron despus de la ley creando el jurado, de modo que, por aquellos das, fu objeto de toda clase de comentarios. los dos das dice el ms acreditado diario de Montevideo, dando cuenta de este acontecimiento, sea el jueves 11 de Febrero, se reuni el Tribunal y, despus de oir los querellantes, convino por unanimidad de votos en condenar al acusador de Barbosa. Componan el Tribunal don Eugenio Garzn, don Juan Francisco Gir, don Agustn Urtubey, don Eugenio Fernndez, don Juan Benito Blanco, don Antonio Acua y
por
l,
la
sino por
circunstancia
Todava
el
celoso
Preceptor argentino
la
no
Junta Ins-
el
As es que la Junta no trepida en asegurar y manifestar que slo la maledicencia algn genio dscolo pudo dictar el tejido de calumnias imposturas que
conceptos, verta los siguientes:
(1) Nm. 194 de El Universal, Febrero de 1830. (2) Nm. 196 e El Universal,
correspondiente
12
al
mircoles
10 de
de Febrero de
1830.
contiene
cin:
del
el
185
comunicado
se
que
la asistencia,
Preceptor
la
objeto de
institucin,
como
el
lo
manifiesta
el
el
que, en
da,
estn
sumamente adelantados, y
quiera asegurarse
el
que en
coleccin
villa.
esta verdad
pida
la
de planas
que se
le
presentar en dicha
Canelones,
Mara
afectara
la
delicadeza
del
susceptible
Barbosa,
ste haca
empeaba, abandonando la educacin de sus 106 alumnos '^^ don Francisco Delauny ^^\ que fu el Maestro que lo sustituy en la direccin de la Escuela de la villa de Guadalupe, cuyos vecinos no haban tenido el tino y discrecin de saber conservar una personalidad de los indisputables mritos de Barbosa, quien, con
un Colegio particular con gran satisfaccin de los jefes de las fam.ilias de ms viso y de los emigrados argentinos, que la sazn ya se
autorizacin superior, abri
en Montevideo
^'^^,
El Universal ., nm. 197, Febrero 13 de 1830. (2) Informe del Director General de las Escuelas, don Ignacio de Zufriategui, presbtero. 3) Carta de don Quintn Gabito al autor de este libro, inserta
( 1 )
en
(
la pg. 47 del
4
)
El Correo
tomo ii nm.
del
b6,
mismo.
Marzo
de 1830.
contaban
por
la
186
quienes,
porfa,
centenares,
al
se
apresuraron confiar
ilustrado y
hijos.
espectable
Barbosa
6.
educacin de sus
El xito
ms
educacin de los
de alumnos el establecimiento del distinguido Maestro argentino, cuyo mejor diploma de peda-
gogo
eran
sus
propios mritos, su
indiscutible
independiente,
como
cumplimiento de
confiara.
Adems de
mediaban
las
eran
mantena
sus
muy
no slo con
las las
la
compatriotas, que
con
compartan
en
vicisitudes de la
personalidades
poltica, la
etc.,
uruguayas
la
sobresalientes
el
prensa,
banca,
foro, la
milicia,
incluyendo al general don Fructuoso Rivera, cuya amistad cultivaba, as como la familia de Barbosa cultivaba la de doa Bernardina Fragoso. 7. He aqu el secreto del rpido xito que
obtuvo el Colegio Oriental de don Jos Antonio Barbosa; colegio que, inaugurado con toda solemnidad el da 1.0 de Mayo de 1830, lleg contar con 113 alumnos al ao de fundado ^^^.
(1)
El Universal, nm.
548, del
viernes 6 de
Mayo
de 1831.
brar:
Manuel Barbosa Manuel Sayago Fernando Bada ngel Bada Isidoro Navarro Carlos Navarro Pedro Surez Manuel Pampilln
Isidro Pampilln
187
-.
Pedro Colln
Jos
Antua
Francisco Maciel
Toms Maciel
Narciso del Castillo
Gregorio Reina
Eduardo Reina
Aniceto Graceras
Prudencio Gonzlez
Francisco Viana
Telsforo Cuevas
Antonio Moratori
Paulino Fiallos
Celedonio Meseguer
Feliciano Meseguer
Joaqun Escudero
Agustn Llamb
Antonio Toribio
Gernimo Toribio
Pedro
J.
Garca
Zenn Garca
Carlos Moratorio
Nicasio Lpez
Ramn Romero
Juan Nin Jos Nin
Francisco Leal
Juan Sienra
Jos Sienra
Alejandro Leal
Jos de Arrascaeta
Daniel Zorrilla
Estanislao Garca
Enrique de Arrascaeta
Jos Errausquin
Manuel Garca
Bonifacio Garca
Demetrio Errausquin
Benito Cazal
Ladislao Cazal
Vctor Gonzlez
Prudencio Gonzlez
Florencio Revilla
Juan Nuvel
Francisco Ros
Carlos Parson
Jos Taladriz
188
Federico Ricker
Dmaso Arrieta
Juan Quiles
Joaqun Quiles
Benjamn Oliveira
Agustn Correa Eugenio Lavandera Juan Seleve Toms Wells
Gabriel Pereira
Julio Pereira
Juan Ocarapo
Quintn Santos
Jos Iturriaga
Teodoro Alonso
Francisco
Baldomcro Taladriz
Jos Latorre
Acha
Florencio Lagos
Martiniano Otero
Jos Pereira
Mariano Lagos
Francisco Surez
Crispn Reina
Jos Brid
Eusebio Ocampo
Jos Mallobre
Vctor Solsona
Zacaras Mallobre
Luciano de
las
Cases
(1).
De
estos
Jos Serralta y
Juan Nin, quienes mucho antes de cerrarse el curso de 1830-31, ya dominaban las materias del programa en sus respectivos grados.
sideraba
En cuanto al alumno Revilla, Barbosa lo concomo un ser dotado en alto grado del
la
raro poder de
dos meses
de
asistencia
clases
escriba
como un
verdadero calgrafo,
de su
(1)
letra
El Universal, nm.
Ma^-o 6 de
1831.
tenan
189
igual
la
de contemplarla: era una letra de su Preceptor, y eso que Barbosa tena hermossima, clara, bien proporcionada,
ocasin
la
suelta, inglesa.
8.
sta era
la
el
Segn
si
l,
nadie
no saba escribir bien, es decir, si no tena buena letra. Slo los imbciles pueden abominar un carcter de letra sencillo, claro, hermoso, artstico. Un mdico, un abogado, un pedagogo un ingeniero con una caligrafa indescifrable no deberan ejercer su respectiva profesin. La buena letra
poda jactarse de ser bien educado
completa
como
educacin del hombre y de la mujer, un traje bien cortado y puesto con donaire
la la
contribuye
elegancia del
que
lo lleva. Bar-
bosa era
enemigo
leer
de
los
los
jeroglficos,
de
las
abreviaturas y de
capaz de no
grarse
escrita.
una
la
tena
que consahaba
sido
for-
descifrar
en que
mada:
escribe.
se escribe
con buena
letra,
no se
Nada, pues, tiene de extrao que con semejantes ideas, el procer argentino, transformado en Maestro
por
la
ley
de
la
un admirable
carcter de letra,
cionaran en
el
arte
de
la
escritura;
tal
maa
se daba,
tica,
190
y tales procedimientos pona en prcy tanto ejercitaba sus alumnos en esta materia, que, cuando stos, terminada su educacin, se retiraban del
Colegio Oriental, eran inmediatamente solicitados por las casas de comercio y los jefes de oficinas, en las que tenan seguro empleo, no por sus conocimientos, sino por su caligrafa. Slo Besnes Irigoyen lo superaba, pero Besnes no tena tan desarrollado como Barbosa el don de transmitir su arte, de
modo
form
de
al
pendolista espaol,
Q. He aqu por qu las colecciones de planas de los alumnos de Barbosa servan de arma la Junta Inspectora de Canelones para defenderlo cuando fu atacado, y la caligrafa que enseaba
era aplaudida
neral
sin
embozo por
seor
le
el
Director Gela
de
las
Escuelas
Zufriateguy, y
el
prensa de Montevideo no
escatimaba
elogio
cuando, despus de los exmenes generales de prueba de curso, se expresaba del siguiente modo:
Estos progresos, que tanto honran al Maestro, nos han estimulado tributarle este pequeo
elogio,
que en su caso haremos tambin con igual directores de otros establecimientos pblicos, y fin de que no sean ignorados esos progresos por que hoy felicitamos al seor Barbosa, hemos determinado que en la
satisfaccin los
~
oficina de
191
esta
que guste examinarlas y satisfacerse de la justicia con que hemos dedicado este pequeo artculo, que l retribuir, sin duda, con nuevos resultados de su contraccin y de su celo ^^'. 10. Don Jos Antonio Barbosa acab por vinplanas
al
cularse
la
la
cual
vivi durante
la enseanza, en la que encontr un honrossimo medio de vida, sin dejar de realizar todo el bien que pudo, ya que en el establecimiento de
cabida,
millantes, muchos
hijos de emigrados argentinos de humilde condicin social, y no pocos nios hurfanos desvalidos pertenecientes la
familia oriental.
Respetuoso por educacin, por principio y por con las leyes del pas que le daba generosa hospitalidad, ense tambin sus alumnos observarlas religiosamente, concurriendo con ellos esas fiestas nacionales que tienen por objeto mantener siempre vivo el cario hacia la
carcter,
patria
el
insti-
uruguayo recin
don
Isidoro De-
la
prensa de
Mon-
El Universal, nm.
474,
192
Barbosa, que
justifi-
como hombre
ilustrado y discreto, no negndose Barbosa contribuir con su concurso la reorganizacin poltica, econmica y social de su pas de origen, y acept los puestos y comisiones que se le confiaron, los que desempe con el celo y dedicacin que en l eran proverbiales, hasta que falleci en Buenos Aires en 1876 1877, los 88 aos de edad, dejando familia tan numerosa como apreciada en ambas orillas del Plata, y su nombre incorporado la historia del movimiento educativo del Uruguay (^''.
(1) El retrato de don Jos Antonio Barbosa, que por primera vez se publica, lo debemos la caballerosidad de nuestro buen amigo el ingeniero don J. M. Aubriot, biznieto de aqul, quien ha tenido la fineza de facilitrnoslo. Se lo agradecemos.
193
PEDRO DE ALZAGA
SUMARIO:
1.
Alzaga convertido en Maestro. 3. Penurias que sufre. Administrativa de 4. Honroso proceder de la Junta E. Mercedes. 5. Compensacin irrisoria. 6. Talla intelectual y moral de A Izaga.
2.
1.
Como
ciudad
de su naci-
razn de
persecuciones polticas de
la
poca.
En
cont
en su seno,
por centenares, los argentinos emigrados por la misma causa, entre los que podemos citar
don Salvador Carril y su hermano don Jos Mara, al doctor don Luis Domnguez, al general Lavalie,
al
doctor Alsina,
coroneles
Luis
Surez y Olava-
rra,
al
doctor don
davia
y Belgrano; en
de
y militar. Alzaga est comprendido en este nmero. Algn tiempo despoltica, literaria, cientfica
pus de su llegada, contrajo matrimonio aqu con seora doa Eduviges Lpez Haedo, y el lustrado don Juan Carios Gmez es uno de sus
la
T.
II.
La
E. Uruguaya.
13,
mismo nombre. 2. En el ao
194
del departamento
de Soriano
el
patriota
y hon-
rado ciudadano
don Toms
la
Villalba,
de quien
Alzaga era ntimo amigo, aquel progresista funcionario influy para reabrir
la
calle
la
de Artigas, llegando
195
250 alumnos,
dis-
oral,
empleando el mtodo expositivo en sus lecciones, que repeta y variaba hasta convencerse de que sus numerosos alumnos lo haban entendido, de modo que con su elocuencia ilustracin
haca
ms progresos en la instruccin de los nios que con los indigestos libros de Herranz y QuiPadre Astete,
etc.
3.
rs, el
Desde 1851
1866
se
de pago por parte del Estado hiciese disminuir su celo, ni abjurar de sus ideales, ni perder aquel perfume de dignidad y entereza que constituan en l uno de sus rasgos ms caractersticos, y eso que en su hogar se sufrieron privaciones de todo gnero, que Alzaga y los suyos ahogaron en estoico silencio.
4.
Nombrado Vicecnsul de
este cargo hasta
su pas en
1874, en que
1867,
falle-
desempe
ci en la ciudad de
su residencia. La Junta E.
misma, como justa compensacin sus abnegados servicios, prestados la juventud estudiosa, y como manifestacin de
Administrativa de
la
el
nombre de Alzaga
una de
de la ciudad de Mercedes; nombre que todava conserva para honra de aquella corporacin y del digno educador argentino.
las
principales calles
5.
106
Despus
del fallecimiento
el
secuente amigo
la
seor Villalba
da de quince
para la familia
para
6.
la
lucha por
la
vida!
inteligente,
y maneras, y
granjearon
ciales
el
que
le
de
la
entonces
de Mercedes, de todos
artista,
pues no slo senta predileccin por la pintura, sino que, la vez, era tambin pintor, como se
revela en algunos cuadros que dej y que sus poseedores conservan con gran cuidado y entra-
(1) Casi todos los datos que contiene la presente noticia biogrfica los debemos al bondadoso y progresista ciudadano don
ha permitido incorporar
la noble figura del por
Alzaga. En ex discpulo
esta galera de educadores del Uruguay todos conceptos distinguido don Pedro de cuanto al retrato, nos lo ha facilitado nuestro activo
el
197
III
naci en la villa 1. Don Juan Manuel Bonifaz de Fuenmayor, provincia de Logroo, Espaa, el da Q de Junio de 1805; fu educado por su familia con todo el esmero que le permita su des-
ahogada
Escuela
para
las
posicin,
demostr
letras,
y su
desde
cuales
las
bancas
dedic
de
la
extraordinaria
se
precocidad
las
con
el
mayor
fervor.
vido de saber, se traslad Pars en 1826, donde su instruccin y cultas maneras, as como el influjo de don Paulino Bonifaz, sacerdote y
to
suyo que
all resida, le
valieron
el
puesto de
Secretario
particular
del
Embajador de
pero
Espaa en
el
capital
de Francia;
falle-
como
quiera que
citado
personaje
ciera al
al
Ro de
Plata,
como
as lo hizo, eligiendo la
como
futuro
escenario
Y como
sus
compaeros de
viaje le
acn-
198
sejaran que se dedicase la enseanza, una vez que hubo llegado la capital vecina, empez por dar lecciones particulares, tarea que le produjo honra y provecho, pues se hizo de numerosas
relaciones y
caudales. El
ri
y distinguido educacionista, le vaconcurso para organizar el Gimnasio Argentino, primero, el Liceo Argentino, despus, y por ltimo el Colegio Bonaehbil
lieron ser solicitado su
como
rense,
199
suce-
sivamente
Nombrado
de
las
rengln seguido
Superintendente
En
l en la ciudad
los ltimos
aos de su vida
desempe una ctedra en la Escuela Normal, pero una enfermedad que lo postr decidilo
ausentarse para Mjico.
3.
No
ar muchachos,
sarlo
200
que ya le dominaba y, sin penmucho, abri una Escuela en una casa de familia, donde slo le alquilaron el saln, dice Sansn Carrasco, que ha sido el ms ilustrado de sus bigrafos. Al mes de esta fundacin (1836) estableci en la calle de las Cmaras (hoy Juan Carlos Gmez) el Colegio Oriental, que algunos
>
aos
4.
ms
tarde traslad
la
villa
de
la
Unin.
Muy
que
haba escrito un
Gramtica y Ortografa Castellana^ que viene ser un conjunto de reglas para emplear con acierto las letras y dems signos ortogrficos, y escribir con correccin. Vase una de
de
dichas reglas:
Slo se usan en plural Esponsales, nupcias, arras, Dimisorias, antiparras,
Fauces, brtulos, hilares, Vveres, pertrechos, bicos. Alrededores, aicos. Trbedes, gachas, tijeras, Bragas, despabiladeras.
5.
Cuando
estall la
bres cin
201
Gobierno de la Defensa Guardia Nacional Pasiva, ejerci su misin instruyendo unos, consolando otros y sirviendo de singular ejemplo todos. Terminado el sitio dio fuerte impulso su establecimiento, que adquiri gran renombre, y fu
miento del decreto del
tuvo que militar en
la cantidad de alumnos con que lleg debiendo tener presente que tambin fund clases para pardos y morenos, fin de que todas las clases populares disfrutaran de los
crecidsima
contar,
beneficios de
6.
la
educacin.
suma
colo-
sal
al infa-
tigable
pedagogo espaol, sin permitirle hacer nada ms, pero no es as, pues robando horas
sueo y
al
al
cribir
citaremos
su
Mtodo de
que
dijo el
gran Sar-
miento que <el mtodo de lectura de don Juan Manuel Bonifaz es el ltimo grado de perfeccin que ha llegado hasta el da el arte de ensear
leer.
En dicho mtodo
hoy
tan en boga,
esta letra signo (f) esta otra tambin (F), Se les da el nombre Q fe Cada una de ellas tiene El sonido simple fff.
Bonifaz
202
que sus
que,
modo
una vez bien aprendidas, difcilmente se olvidaban. As ense ms de diez mil nios este
verdadero bienhechor de la infancia que, ya jubilado, anciano y achacoso, todava senta sumo
placer
inolvidable
7. Desempe durante algn tiempo el elevado puesto de Inspector General de Escuelas, aunque
su
influencia
en stas
estaba
circunscrita las
De
la
para ponerse
situado en
la
al
frente de
calle
de
que
estima,
la
al
tusiasta siempre en
pro de
causa de
educa-
cin de
la
infancia.
mente con
ciales,
las
clases so-
falleci
en
s
la
ningn enemigo, pues era demasiado bondadoso para tenerlos, el da 21 de Julio de 1886, la edad de 81 aos ^^l
dejar en pos de
(1) Para escribir esta breve semblanza nos hemos servido de artculo de don Daniel Muoz relativo la personalidad de
;
un
Bonifaz
mismo que
03
IV
FRANCISCO MATA
SUMARIO:
1. Don Pedro Girait y don Francisco Mata. 2. El Colegio de los Escolapios. 3. Partida de Mata para Cerro Largo. 4. La Escuela pblica de Mel bajo la direccin de don Francisco Mata. 5. Respeto que inspiraba la personalidad de este ilustrado Maestro. 6. Mata se niega dar examen de Maestro. Vasta ilustracin de Mata. ?. 8. Opinin del coronel Palomeque acerca de las Escuelas pblicas de Cerro Largo. Naturaleza, costumbres y 9. propiedades de Mata. 10. Su retirada de Mel. 11. Honra merecida.
1.
ahuyentaron de sus playas dos ilustres personalidades, dos eminencias, dos sabios, arrastrndolos hasta la ciudad de Montevideo, donde
se fijaron para dejar entre su juventud estudiosa
toda su savia
intelectual, inculcarle
toda su
ilus-
como
mlti-
escenario
territorio
Jaume y Bosch
de unos apuntes biogrficos inditos que ha tenido la fineza de proporcionarnos don Juan Bonifaz, y de nuestros propios recuerdos. En cuanto los dos retratos con que ilustramos esta pequea biografa, nos los ha facilitado nuestro excelente amigo don Alberto Gmez Ruano, Director del Museo Pedaggico, quien agradecemos cumplidamente su generosidad.
;
Giralt
204
Mata,
y don
Francisco
ambos
catalanes
de origen, y ambos pertenecientes la orden religiosa de los Escolapios. 2. Rodearon don Pedro Giralt en sus nobles
tareas educativas,
como
Profesores
del
Colegio
que el primero haba fundado en Montevideo el ao 1836 '^j no slo don Francisco Mata, sino
tambin don
Santiago
otros
el
Llobateras,
Masramn y
Maestros
de
la
viniendo ser
establecimiento de los
Guerra Grande, la institucin de ms fama entre todas las de su gnero, y el centro de atraccin de la juventud ms distinguida de Montevideo por sus antecedentes de familia, su posicin social sus medios de fortuna. Larga es la lista de los alumnos con que cont el establecimiento del seor Giralt, pudiendo afirmarse que la inmensa mayora de los abogados, mdicos, ingenieros, maestros, literatos, etc., que se educaron durante aquellos aos, lo hicieron bajo la gida de los ilustrados Escolapios, dignamente dirigidos por Giralt y
Mata.
3.
Cuando
el
Instituto
las
de Instruccin Pblica
todas cerradas causa
trat
de reorganizar
pueblos del
interior, casi
de
la
al
pie de la
ii
de
205
el
E. Administrativas
la
la
favor
del
fomento de
la
la
enseanza popular,
responder
de Mel
iniciativa
fu de las primeras en
de
Escuela pblica de Mel, gramtico, poliglota humanista, matemtico, gegrafo, etc., etc.
la
Fu 'entonces, sea en el ao 1852, cuando lleg Cerro Largo don Francisco Mata para ponerse al frente de la Escuela pblica de varones, nica que entonces exista, y que es la misma donde^funciona actualmente la nm. 7, tambin
de varones, trayendo
tor
4.
206
al
como ayudante
las
Precep-
don
Jernimo Daz.
pronto comprendieron
la
Muy
autoridades
el
vecindario de
entonces
villa
de Mel,
tenan en
el el
tesoro de
sabidura y
bondad que
de aprovechario en y de sus hijos, al extremo educacin beneficio de la de que los pocos meses de la llegada de esta celebridad, el saln de la Escuela pblica era reducido para contener la enorme cantidad de
nuevo Maestro,
trataron
nios que
ella
nunca vista hasta entonces, una aficin al estudio que era motivo de sorpresa, y un respeto y cario hacia el Preceptor, que bien pudiera medirse por infinidad de actos infantiles poco frecuentes por lo honrosos y meritorios para sus
autores.
Segn un documento
cien nios
oficial
que poseemos,
lo
el
ms de
de asistencia, mientras
dirigi el
seor Mata, aunque esta cifra baj 68 en el ao 1855^^ para volver subir al poco tiempo.
,
5.
lia
los
jefes
de familas
y todo
subyugados por
autoridades participaban de iguales ideas y sentimientos, al extremo de que antes de adoptar cualquiera resolucin, respecto de las Escuelas pbli-
(1)
Vase
el
nm.
63 de los
Documentos de Prueba.
cas, la Junta
207
de Mel no vacilaba en asesorarse de Mata, cuyo consejo se segua siempre. Es ms: en cierta ocasin en que este funciola
nario se vio en
pero que
tal vez no sean ajenas una limosna de 300 pesos que el Instituto de I. Pblica envi
que fuesen repartidos Departamento quienes se adeudaban muchos meses de sueldo ^^\ la Junta de Mel nombr una Comisin de su seno fin de que apersonndose al seor Mata, le suplicara en su nombre que retirara su renuncia, lo que accedi perdonando la ofensa de
para
entre los Preceptores
del
la
desde Montevideo
autoridad central
6.
-\
significativo evidenel
cia
respeto y con-
Instruccin Pblica
los
En 1852
su
Maestros
que
ejercan
profesin
en
las
con objeto de adquirirlo mediante el examen de ley, lo cual se neg Mata, quien indudablemente era muy superior al estrecho molde pedaggico que caracterizaba los escuetos y rutinarios programas de aquellos tiempos.
la J. E. A. de la hoy ciudad de Mel. ( 1 ) Libros de Actas de Copia en nuestro poder. Libros de Actas, dem, dem, dem dem. ( 2
]
viaje
208
del Instituto con el que en Noviembre de 1852 realiz varios departamentos el entonces Presidente de la Repblica don Juan Francisco Gir, de quien la Junta E. Administrativa de Mel solicit que el seor Mata fuese exonerado de semejante deber, ante cuya pretensin el primer magistrado prometi influir con el Instituto para que ste expidiera ttulo de Maestro, sin el requisito del examen, al Preceptor mencionado, en vista de su notoria competencia, sin desconocer que la medida adoptada por el Instituto era muy sabia, evitando as que personas incapaces desempearan un
como
el
de formar de
la
el
corazn
desarrollar
la
inteligencia
la
juventud para
^
patria
Ignoramos
tales
si
el
ttulo
le
condiciones,
pero
lo
al
sigui por
muchos aos
la
En cuanto
Preceptor
las
capacidad
tanto
digno
cataln,
sus
discpulos
como
tuvieron oca-
que
le
conoca
todos
la
los sisteliteratura
mas
filosficos;
eran
familiares
antigua y moderna, por las cuales tena una predileccin especial, sobre todo cuando se trataba
de
los
209
fuerte en gramtica;
la
poetas
latinos;
era
historia,
que haca
brillante;
con un
como
era
dueo absoluto de
cual
si
geografa;
explicaba
cosmografa
algebraicas
nomo; manejaba
la mitologa, con que amenizaba sus lecciones y su conversacin, y dominaba tantas lenguas, muertas y vivas, que era tenido como un verdadero poliglota. Los conocimientos de Mata no slo eran generales, sino tambin slidos, profundos, sin que jams hiciese alarde de ellos, como corresponde un verdadero sabio. Si algn hijo del departamento de Cerro Largo, de los que se educaron hasta
confines,
se
destac del
vulgo de
io
las gentes,
debe.
8.
He
aqu por qu
el
lomeque
del
estado floreciente de
Escuelas
pblicas
el
estado general de
ca
enseanza primaria
^^l
De-
de
la
Repblica,
( 1
Vase
T.
II.
el
nmero
63 de los
Documentos
ce
Pruebas.
La
E. Uruguaya.
14.
210
ha comprendido bien su alta misin, por lo que no ha omitido ninguna clase de sacrificio para
corresponder, de un
zas
modo
las
de
sus comitentes.
Las escuelas, pues, de este Departamento, son modelo y ejemplo de todas las de la campaa. La suficiencia y consagracin expresa de los profesores son dignas de mencionarse, y no es
el
posible
hacerse
la
sin
el
ser
lcito
tributar
stos,
como
Junta,
ms
decimiento y aprecio por cuanto han hecho para regenerar la Instruccin primaria. Las escuelas de
la Villa
en resultados.
ha podido salvar los grandes obstculos que se oponan uniformar y vigorizar la educacin que viene hoy nacionalizar un departamento que presenta opuestos intereses, sin embargo de hallarse bajo la salvaguardia de nuestras leyes y de
nuestras autoridades.
Q.
>>
En cuanto
la
naturaleza,
costumbres y pro-
que no era un verdadero misntropo, desde que no manifestaba aversin al trato humano, pero los domingos y das festivos, sin ms compaa que un bastn de membrillo y un libro en la mano, en el bolsillo de su largo sobretodo,
tir
se
le
barranca de
la
211
~
las
all,
que baan
las
pasaba,
en
esos
das,
As vivi largo tiempo, hasta que quebrantado en su salud, cansado ya, tal vez, de una vida tan exenta de atractivos, agobiado por el peso de un trabajo no interrumpido durante treinta aos consagrado al estudio, la meditacin y la enseanza
que ninguna pasin ntima lo avasallara, cay en una indiferencia y abandono que exteriorizaban sus propias vestiduras. 10. En 1869, llamado Montevideo por una
sin
amante y cariosa sobrina, abandon para siempre Mel, y una vez en la capital, ya sea por los cuidados afectuosos de que fu objeto, sea porque volvi un ambiente ms amplio donde poder ejercer sus vastas facultades intelectuales, don Francisco Mata rejuveneci veinte aos: vesse hizo con todos ta con esmerada correccin, comunicativo, caminaba con agilidad y desenvoltura, conversaba largo y alegremente y, como no quera constituirse en una carga pesada para su
sobrina, pesar de sus
setenta
y tantos
aos,
obtuvo, hasta terminar su existencia, varias ctela Universidad Mayor. La Escuela de varones de Mel no tuvo mayor nmero de educandos, ni nunca fu tan provechosa para la juventud estudiantil que como
dras en
11.
en los buenos
tiempos
en
que don
Francisco
213
Mata
la dirigi;
el
primer
centro social de
progresista
ciudad,
el
Club Unin, - ostente con orgullo en las paredes de su biblioteca, el retrato de aquel erudito educacionista, y que, por honroso acuerdo del Municipio melense, una de las calles de la ciudad capital del departamento tal vez en la que muchas veces medit con todo el vigor de su talento, ostente su nombre venerando ^^\
CAYETANO RIBAS
SUMARIO:
1. 2. Su consagraSu nacionalidad y procedencia. cin la enseanza. 3. El general Oribe le confa la educacin de sus hijos. 4. Fundacin del Colegio de la Unin.
7.
Personal y organizacin del mismo. 6, Exmenes. El Colegio de Ribas como establecimiento modelo. Ribas y Cordeo. 9. Sus ltimos aos y su muerte.
5.
8.
1. Don Cayetano Ribas naci en el antiguo reino de Valencia en 1812, vino Montevideo en 1840 y
falleci el da
precedente noticia biogrfica la debemos nuestros exceE. O. Vieira y don Carlos Pelez, quienes, nuestra solicitud, obtuvieron de las oficinas departamentales y de antiguos vecinos de Mel los datos de que nos hemos servido para trazarla casi como nos fu enviada por tan inteligentes y bondadosos colaboradores, as como el retrato del inolvidable Mata, proporcionado generosamente por el seor Waldemar Pristch. A todos nuestra gratitud.
(1)
La
de edad, en
rita
el
214
hija la
Desde
el
deo, se dedic
la
tando
la
causa de
educacin de
la
infancia lar-
gos y meritorios
arrastraba
la
ria infatigable
de primera
fuerza, perteneca la
misma escuela
pedaggica de
Giralt
215
le
inclinaciones y su circunspeccin
ron siempre toda clase de alumnos, entre los cuales, y en primer trmino, figuraron el poeta don Alejandro Magarios Cervantes, antes de la ida de
ste Espaa,
la
doa Dorila
Castell de Orozco,
quez y otros muchos maestros de uno otro sexo. 3. Empezada la Guerra Grande se traslad al campo sitiador, como tantos vecinos de Montevideo, y en cuanto el general don Manuel Oribe luvo conocimiento de su llegada, lo mand llamar para confiarle la educacin de sus hijos, alojndolo en su propia casa de familia y colmndolo de las atenciones que era acreedor por su delicada
misin y por sus mritos personales. 4. Habiendo concluido en ese ao su compro-
miso con
en una
<:ida
villa
el
el
el
con
solicit el
para fundar
en
un gran Colegio, lo que accedi ste, no slo mandando construir un espacioso y cmodo local p?ra el mismo, sino haciendo traer de Europa un abundante material escolar que permitiera al
ella
universitaria.
5.
216
profesores,
entre los que se contaban don Jos Mara Cordero, quien hasta 1851 comparti con
nuevo establecimiento, don Francisco G. Gordillo, don Francisco Salazar, el presbtero don Antonio Rocamora, don Epifanio Genta, el seor Calvo y Mr. Palmer, los que daban
Ribas
la
direccin del
lecciones de
latn,
economa
y,
poltica, tenedas,,
en ciertos
en este establecimiento,
el
nico que
regulardad
durante
en
le
la
que
fueron
muy
ocupaciones no podan
6.
de
da.
la mayor mismo local
regularidad y circunspeccin, ya en
de la villa, despus de cuyos actos los nios suban al pulpito desde el cual pronunciaban pequeos y adecuados discursos. Ms de uno de esos actos fu presidido por el venerable jursconsulto doctor don Joaqun Requena. 7. Durante algn tiempo no tuvo Restauracin ms Colegio que el de don Cayetano Ribas, y cuando despus se fundaron los de don Miguel Forteza, el presbtero don Lzaro Gadea, don Ra-
mn
217
Massini, don Jos Zunda, don Juan Bautista Andrs, don Carlos Oliva, la seora doa Agus-
tina Leal
criterio
de Loaces, y doa Manuela Gordillo, el pedaggico del Preceptor espaol sirvi de pauta sus colegas en materia de programas, sisel
seor
Ribas se traslad Montevideo, donde, asociado de nuevo al seor don Jos Mara Cordero, otro
constante educacionista, fundaron un Colegio en
la calle
18 de Julio, pasando algn tiempo despus de Cindadela esquina de Uruguay. Durante algunos aos continu este Colegio siendo uno de los ms acreditados de Montevideo,
la
mismo
Q.
establecimiento '-^\
de la vida del anciano educador, dando lecciones y arrancando de la esclavitud de la ignorancia tantas personas, de todas edades y sexos, que son
incontables, dada
la
siempre desasnando,
como
tan grfica
como
verdadera.
pesar de esta ingrata y larga labor, representada por ms de cincuenta aos de servicios pres-
tados
)
la
causa de
la
educacin,
como
lo acredi-
Don Cayetano Ribas, artculo necrolgico publicado por El ( 1 Telgrafo Martimo, de Montevideo.
218
le
apoyo y
irataron
VI
MARIANO PEREIRA
SUMARIO:
1.
estudios.
su primera Escuela. 5 Se consagra, adems, dar lecciones particulares, 6. Funda su celebrada Escuela de la Aguada. 7. Su fecunda y prolongada labor educativa.
1.
Durante
por
la
primera
xix, el
Maestros extranjeros,
siendo
es-
paoles
otros
de
menos resonancia: y
entre
los
no
rasgos biogrficos ruposan en un artculo apa( 1 ) Estos breves jecido en El Telgrafo Martimo con motivo del fallecimiento del seor Ribas, artculo que atribuimos al escritor don Ramn de Santiago, que la sazn redactaba el mencionado diario, y en varias noticias publicadas en El Defensor de la Independencia Americana, diario que se publicaba en el campo sitiador y que sostena la causa del oribismo. En cuanto al retrato, fuerza de reiteradas instancias, ha consentido en su publicacin la seorita <iuillermina Ribas, hija del biografiado.
espaoles,
ni
219
uruguayos, Cure!, BarGoodall y un sinnmero de difcil recordacin. Los nativos se hallaban en una proporcin tan insignificante, que pueden
bosa, lzaga,
Isabelle,
tampoco
considerarse
del
como
ejemplares raros en
del
la
historia
movimiento
educativo
Uruguay.
la
carrera de
pedagogo no
abrazar otras
poltica
profesiones
ms
lu-
la
absorbente implacable de
aquellos
tiempos
la
los alejaba
de los
goces del
estudio y de
enseanza.
Pereira,
Don Mariano
nacido en
Montevideo
el
220
la
8 de Diciembre de
1817, constituye
excep-
nu perpetundose
en
la
poca de la llamada Reforma Vareliana la proporcin numrica entre Maestros extranjeros y Maestros nacionales era de 568 de los primeros por 3Q6 de los ltimos ^^K
2.
Empez
nutrir
su espritu en
el
Colegio
doa Rosa Acua, la Beata Rosita, como buenamente se dejaba llamar la directora
Oriental, de
de este establecimiento de enseanza, del cual nos hemos ocupado en las pginas 77 81 del
presente tomo. Este Colegio, de carcter privado,
estaba establecido
en
la
calle
del
25 de
Mayo
nios y nias de la mejor sociedad del Montevideo antiguo, resulta que don Mariano Pereira tuvo por condiscpulos
los hijos de
las
la
familias
ms acomodadas y
por
el
distinguidas de
reconquistadora ciudad.
atesorados joven
diferentes
Los conocimientos
Escuelas
de Buenos Aires, en donde residi muchos aos en compaa de sus padres, quienes, siguiendo una costumbre tradicional en la familia, trataron de proporcionarle una educacin tan completa
(1) Jos Pedro ^^arela: Memoria correspondiente al perodo transcurrido desde el 24 de Agosto de 1877 hasta el 31 de Diciembre de 1878 . Montevideo, 1879.
como
3.
221
de ins-
tabilidad
y sobresalto.
la
sustituy
haca
perfectamente
apta
para
el
ejercicio
del
el
profesorado.
Con
ella
contrajo
matrimonio
seor Pereira.
Entonces fu cuando se inici en el magistecompartiendo con su esposa la direccin del Colegio, en el cual no slo se enseaban las materias de primera enseanza, sino tambin
rio,
contaban los esposos Pereira -Nez con Profesores especiales. 4. Tan pronto como estall la Guerra Grande tuvo que ausentarse de Montevideo para el campo sitiador; pero como all, por la misma causa que l se haba alejado de la capital, encontrara gran nmero de familias de las que aqu le confiaban la educacin de sus nios, solicitud de ellas estableci un Colegio particular, sin subvencin ninguna del llamado gobierno de Oribe; Colegio que, durante toda la Guerra Grande, funcion en la mejor casa -quinta de esa poca, de propiedad del acaudalado seor Sayago, situada en el Paso del Molino hoy camino de Castro donde an existe esa casa, en pie y buen estado de conlas cuales
')
servacin.
la
de
resistir,
pesar
las
Profesores,
blecimiento, en
de los principales
quedado las hijas hombres del partido de la Defensa, contrajo una aguda enfermedad, de la
el
ces casa-quinta
de
en donde en
la
actualidad es
Prado.
Sobreponindose esta dolorosa prdida, el seor Pereira continu con su Colegio del Paso del Molino hasta el ao 1855 1856, teniendo su cargo, adems, durante la Guerra Grande, la instruccin de la oficialidad del cuartel general situado en los Olivos, la cual daba lecciones particularmente, sin contar con que tambin fu el Preceptor de los hijos de don Manuel Oribe y de los nios de las familias de Viana, Juanic, Urtubey, Villademoros, de las Carreras
y
otras.
6.
gio
aos mencionados traslad su ColeAguada, calle de la Agraciada, una cuadra de la iglesia, mantenindolo hasta el ao 1877 en que falleci, habiendo sido sus discpulos en este ltimo paraje, casi todos los muchsimos hombres de significacin que produjo
los
la
En
aquella parte
de
la
la
al
actual
Presidente de
Repblica
su hermano
don
Luis.
223
el
doctor don
Mariano Pereira Nez, hoy da abogado y Vocal de la Direccin Generai de Instruccin Pblica, que la sazn cursaba las materias del bachillerato, ayud eficazmente su seor padre en las muy nobles y honrosas tareas educativas, pero al mismo tiempo muy penosas improductivas; circunstancias que acrecientan el mrito de ambos. 7. La actuacin del Preceptor Pereira tiene una duracin de ms de 37 aos no interrumpidos, consagrados la enseanza privada, aunque no estaba desprovisto de su diploma de Maestro de segundo grado; pero l prefiri siempre conservar su independencia ciudadana y profesional, y de ah que jams aceptara puestos pblicos, ni aun de sus mismos correligionarios polticos. Dicha actuacin es tanto ms digna de elogio cuanto que ella se desarroll, en gran parte, durante las pocas ms calamitosas de la historia de la Repblica.
De
nos,
aquellos tiempos,
el
en verdad
no muy
leja-
uruguayos que adquirieron justa fama, y su Esla Aguada una de las que hizo poca, por el elemento que ella concurra, por su buena organizacin y por las excelentes prendasmorales de su fundador y director.
cuela de
224
VII
1.
Natural
de Espaa, lleg
la
al
pas en
1838,
comercio, pero
tuviese predileccin por el profesorado de primera enseanza, ingres en calidad de Auxiliar en el Colegio Oriental que diriga el
como Cordero
inolvidable
Bonifaz, trabajando
con
la
Guerra Grande, que estall en 1843, prolongndose hasta 1851, desbarat sus proyectos y lo
decidi trasladarse
al
campo
del general
sitia-
como educador
de
la infancia.
2.
Aceptada
biendo
don
la
oferta, instal
Colegio en
villa
de
la
Unin, fu requerida
Ribas
confi
la la
En
este bien
_
organizado
centro
9-; zzo
educativo
permaneci
poco
la
decidida proteccin
Concluida la guerra, volvi Montevideo para fundar en 1852 el Liceo Montevideano, al cual consagr toda su inteligencia, vocacin y energa, hasta conseguir que fuese el mejor Colegio de su tiempo.
de ideas, dedic su inquela fundacin de la Primera Sociedad Espaola de Socorros Mutuos, obra de gran aliento, hija de su iniciativa, y la que
4.
En
otro orden
brantable voluntad
prest siempre
dice
5.
el apoyo de su autoridad moral, uno de sus bigrafos. Fu asimismo uno de los fundadores de la
otra
institucin
bien-
hechora
6.
la
cual prest
tambin su ms desin-
teresado concurso.
Miembro
cin Pblica,
en l con celo infatigable, en compaa de don Juan Manuel Bonifaz, don Pedro Giralt, don Isidoro De -Mara y don Plcido Ellauri,
fin
de que
la
Instruccin primaria
no se atrasase ni permaneciera estacionaria en obra prediel camino del progreso, aunque su lecta continu siendo el Liceo, que dirigi durante muchsimos aos. Anciano ya y sin haber logrado reunir bienes de fortuna, falleci en Montevideo
el
La
E. Uruguaya.
15.
y
las
2-JG
y de
la
atenciones
de su
familia,
conside-
dadoso
'^\
VIII
FRANCISCO WULLICH
SUMARIO
:
1.
Fundacin de
de su
la colonia
truccin
4.
edificio
escolar.
2.
primer Maestro. 3. Llegada de WuUich Montevideo. Trabajos que realiza en favor de la educacin de sus alumnos. 5. Su cario hacia la tierra nativa y el idioma nacional. 6. Su muerte. 7. Cualidades personales de
WuUich.
1.
La pintoresca
Helvecia
colonia
agrcola
denominada
pero hasta
Nueva
los
se fund
en
1859,
aos 1860 1863 no afluyeron ella familias suizas en nmero considerable, siendo sus fun-
dadores los seores Sigris y Pender. Desde los primeros tiempos preocup viva-
infancia pudiera
recibir los
conocimientos
inla
dispensables para
existencia.
luchar ventajosamente
por
1 ) El retrato de don Jos Mara Cordero lo hemos insertado en la pgina 154 del presente tomo, y en la misma y las subsiguientes hallar el lector otras noticias biogrficas relativas este conocido educacionista.
(
los primeros
pasos hacia
y
la
notable
la
empresa,
como
la
Administracin de
un terreno para
asiento de
y escuela,
el
-i^
cido en
228
1834 en la ciudad de Isny, reino de Wuttenberg, Alemania, quien haba cursado sus estudios en el clebre internato de Weigarten, donde fu diplomado, trasladndose en 185Q
cuyo pas ensanch considerablemente sus conocimientos, que tuvo ocasin de poner prueba en Stapfer, Hargen y Basilea, ciudades que supieron apreciar la idoneidad de Wullich, quien premiaron por sus servicios prestados la causa de la educacin popular. 3. En Noviembre de 1864 lleg Montevideo, siendo llamado ms tarde por los colonos de Nueva Helvecia, con objeto de confiarle la direccin de la Escuela recientemente fundada, que atendi con el mayor celo y contraccin hasta el ao 1876. 4. En esta fecha fund una Escuela particular que alcanz tener una asistencia regular de 70 80 alumnos, pesar de las muchas dificultades y contrariedades que tuvo que vencer, pero aquella cifra de educandos da la medida del aprecio que se le tena y de la confianza que su persona, conducta ilustracin inspiraban sus
Suiza, en
compatriotas.
En
estos puestos se
el
empe
las
espe-
cialmente en cultivar
idioma y
costumbres
alemanas, as
como
en
enseanza de los cantos populares y de la msica, por la que tena especial predileccin, como lo demuestra su habilidad en el manejo de
la
varios instrumentos,
el
229 -"
como
el
piano,
el
rgano y
violn.
5. Sus abnegados esfuerzos en pro de la enseanza del idioma alemn le valieron que en 1883 recibiese una carta del Emperador de Alemania, Guillermo I, en la cual ste le expresaba su satisfaccin por haberse empeado y logrado cultivar
el
idioma nativo en un
que haca doblemente meritoria su accin, como subdito fiel de aquel monarca y como educador de la infancia. 6. Falleci Wullich en el mes de Diciembre de 1900, los 66 aos de edad, despus de haber estado consagrado la causa de la enseanza durante ms de 40 aos, de los cuales 36 los pas en la Repblica, cuyas leyes, instituciones
tancia
y proceres haca respetar sus alumnos, pesar de su tendencia alemanzarlos por el idioma, lo que se explica sin dificultad, la vez de honevidencia que en su pecho no se rarlo, pues haba apagado la llama del patriotismo. 7. Estaba dotado Wullich de infinidad de excelentes cualidades, pues era ilustrado, estudioso
inteligente;
el
posea
condiciones
inapreciables
desempeo de la profesin que haba abrazado, y no le faltaba vocacin. Personalmente era sencillo, bueno y afable, al extremo de que
para
modo
hijos.
ni
quienes consideraba
El
como
otros
tantos
msica
>- 230
modo
que no desperdiciaba ocasin para ensearlas. Y cuando rodeado de sus discpulos, stos entonaban canciones de la vieja Alemania alguna marcha alpina, los oyentes se crean transportados las montaas de la Selva Negra, las tierras regadas por el panormico Rin el curso superior del majestuoso Danubio.
FIN
DCL TOMO
11
DOCUMENTOS DE PRUEBA
DOCUMENTOS DE PRUEBA
N.o 18
La H. Sala de Representantes de la Provincia ha sancionado y decreta lo siguiente: Artculo 1.0 Se establecern Escuelas de primeras letras en todos los pueblos de la Provincia, por el nuevo y acreditado sistema de enseanza mutua, bajo la direccin del Institutor y Director don Jos Ctala. Art. 2.0 El seor Director gozar del sueldo de cien pesos mensuales que obtena en Montevideo por esta ocupacin, y en consideracin sus padecimientos por el sistema de Amrica, abnensele por la caja de la Provincia los sueldos respectivos al tiempo que ha estado preso por los enemigos, quedando su derecho salvo para repetir con oportunidad y ante las autoridades competentes los dems meses vencidos y no pagados. Art. 3.0 El Gobierno de la Provincia facilitar
IV
los auxilios necesarios al establecimiento de dichas Escuelas y estar la mira de sus adelantamientos, contraccin del Director y dems conveniente. Sala de sesiones, en San Jos, 9 de Febrero de 1826. Juan Francisco LarroBLA. Francisco Solano Antua, secretario.
N.o 19
Decreto que ordena se le liquiden sus sueldos al Director de las Escuelas lancasterlanas, desde su prisin hasta que recuper la libertad.
l.o de 1826. En fuerza del arhonorable decreto sancionado el 9 de Febrero prximo pasado, el Gobierno delegado ha acordado y ^decreta: Artculo 1.0 don Jos Ctala se le abonar por la Tesorera de la Provincia el sueldo de cien pesos mensuales desde el 29 de Abril del ao anterior, en que fu preso por los enemigos, hasta el 15 de Agosto del mismo ao, en que lo pusieron en libertad. Art. 2.0 Desde el da 10 de Febrero del presente ao gozar el sueldo de cien pesos que le asign la Honorable Sala de Representantes por la ocupacin de instruir y dirigir las Escuelas de primeras letras en los pueblos de la Provincia, bajo el nuevo y acreditado sistema de enseanza mutua. Art. 3.0 Transcrbase al Tesorero de la Provincia para su cumplimiento y toma de razn y al interesado para que ocurra por su sueldo la
Florida,
Marzo
Tesorera.
lvarez
Manuel
Calleros. - Felipe
Bengochea, secretario.
N.o 20
Becas concedidas por el Gobierno Nacional seis jvenes orientales que se educaran en Buenos
Aires.
Decreto. Villa de San Pedro, 22 de Mayo de 1826. En consecuencia del decreto expedido en 2 de Enero de 1823 por el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires y de la nota de la referencia fecha 11 del pasado, comunicada al de sta por el Excmo. seor Ministro de Estado en el Departamento de Gobierno sobre el envo de los seis jvenes que deben educarse en los Colegios de la Capital, ha acordado y decreta: Artculo 1.0 Los padres de familia que quisieren hacer uso del beneficio que acuerda el citado decreto ocurrirn al Gobierno dentro del trmino de un mes, acompaando un certificado de la autoridad civil y otro del Prroco de la jurisdiccin que pertenezcan, de que sus circunstancias no les permiten costear la educacin sus hijos, para poder optar en su mrito la expresada
gracia.
Art. 2.0 En el caso de concurrir un nmero excedente de candidatos al que est sealado decidir sus pretensiones el sorteo.
Art. 3.0 El presente decreto se circular quienes corresponda para su inteligencia y publicacin. Carlos Anaya.
VI
N.o 21
Maldonado
edificio
para
la
misma.
Decreto. Canelones, Agosto 5 de 1826. El Gobierno, que se ocupa seriamente de promover aquella clase de mejoras que permiten las circunstancias, y estn al alcance de las facultades, penetrado de que en esta lnea tienen el carcter de primera importancia y necesidad las que demanda la educacin pblica, cuyas instituciones benficas ir extendiendo gradualmente todos los pueblos de su jurisdiccin, en cumplimiento del decreto sancionado por la Honorable Junta de Representantes, en Q de Febrero del corriente ao, ha acordado y decreta: Artculo 1.0 En la capital del departamento de Maldonado se establecer por cuenta del Erario pblico una escuela de primeras letras bajo el
sistema de enseanza mutua. Art. 2.0 El Institutor y Director del ramo formar y elevar un plano y presupuesto del edificio que deba construirse al intento, y el de los gastos ordinarios del establecimiento. Art. 3.0 Para facilitar la ejecucin de lo prevenido por el artculo anterior, se nombra una Comisin compuesta de los seores don Francisco Aguilar, don Francisco Muoz, don Jos Inchausti y don Jos Pintos Gmez, con la cual se entender y acordar el Director General de
Escuelas.
Art. 4.0
artculo precedente, se
VII
colectar por medio de subscripcin voluntaria, los donativos con que el vecindario quiera concurrir la formacin y habilitacin de la Escuela. Art. 5.0 Se asigna uno de los salones de propiedad pblica que existe en la capital de dicho
conocido por el nombre de la Comandancia, para el establecimiento del edificio ordenado. Art. 6.0 El Director General de Escuelas y la Comisin que se nombra por el artculo 3.o elevarn la posible brevedad los resultados de sus trabajos para en su vista proveer lo dems
departamento,
que sea
necesario.
decreto se comunicar quienes corresponde y comprende especialmente su cumplimiento, y se publicar en la forma de Francisco Arauc/io, secretario estilo. SuREZ.
Art. 7.0 El presente
interino.
N.o 22
Subvencin los nios que fueren Buenos Aires con objeto de educarse en los Colegios Nacionales de aquella capital.
Decreto. Canelones, 5 de Agosto de 1826. el Gobernador de la Provincia segundar las miras del supremo de la Repblica, facilitando en cuanto est su alcance los me-
Deseando
dios de hacer efectiva la remisin de los nios destinados recibir educacin en los Colegios de la Capital, contando para tan digno objeto
Artculo.
habilitar
VIII
los
1.0 Por la caja de la Provincia se con la suma de veinticinco pesos, padres tutores de cada uno de aquellos
nios para prepararlos efectuar su viaje. Art. 2.0 Comuniqese quienes corresponda y dse la orden bastante la Tesorera. Surez.
interino.
N.o 23
Creacin de la primera
de la
Ministerio de
la
solicitud
del pueblo
Direc-
tor General de Escuelas, presbtero don Ignacio Zufriategui, provey el Gobierno con esta fecha lo siguiente: Adhirese al establecimiento de la
la villa de Minas, destinndose al efecto las piezas contiguas al Juzgado con la extensin que ocupan de IQ varas de largo y 5 1/2 de ancho. Nmbrase para componer la Junta Inspectora al Juez local, al cura prroco don Juan Jos Jimnez y al vecino don
Escuela pblica de
Francisco
Ceballos,
quienes
presentarn
la
mayor brevedad el presupuesto del gasto que demande la preparacin del edificio para proveer lo conveniente; quedando aprobado el de los
importante en 180 pesos 7 reales, presentado por el Director de las Escuelas. Comuniqese esta resolucin, y al Juez de Minas para
tiles
IX
su inteligencia, cumplimiento y satisfaccin de aquel vecindario, cuya solicitud por la buena educacin de sus hijos es digna del aplauso y consideracin del Gobierno. Rbrica de S. E.
Gir.
A los objetos indicados en el anterior decreto se comunica al Juez de Minas, encargndosele su puntual cumplimiento.///a/z /. O/r Aljuez
de
la
villa
de Minas.
N.o 24
Aumento
del nmero de las becas concedidas jvenes orientales por el Gobierno de Buenos Aires, segn decreto fecha 2 de Enero de 1826.
CORRESPONDIENTE AL VIERNES
29
DE SEPTIEMBRE DE
1826
colegios de
Educacin. En estos das han entrado los que cola capital los seis jvenes rresponden la Provincia Oriental, segn el decreto del Gobierno que asignaba este nmero cada una de las de la Repblica. Es consolador observar que pesar de las atenciones de la guerra que deben ocupar hoy exclusivamente los orientales, apenas han sacudido el yugo
extranjero
se
el
apresuran
gozar
del
beneficio
Gobierno patrio en proteccin de Este deseo tan pronunciado ha la educacin. sido tan bien acogido por el Presidente de la Repblica que ha concedido dos becas ms aquella Provincia para satisfacer los deseos de muchos jvenes que ansiaban por venir eduque ofrece
carse.
gearse al ver que un ramo tan importante se atiende con un esmero singular, y que la vuelta de pocos aos poseeremos una juventud ilustrada en todos los puntos del territorio, que adems de los conocimientos que ella puede repartir ser animada de un mismo sentimiento nacional por la identidad de educacin.
No
25
ao 1827.
El
Director- institutor
general
1,200 $ anuales
de Escuelas Para dotar doce Escuelas en la campaa, 800 pesos, incluso gastos ordinarios
. .
9,600
>
10,800 S anuales
Canelones; Abril 6 de
1827.
Alejandro Chucarro,
Vicepresidente.
N.26
Decreto creando Escuelas de primeras
letras.
Canelones, atendiendo
Mayo
la
XI
Provincia las bases elementales de la educacin, de un modo que corresponda su poblacin y al carcter de un pueblo libre, y velar sobre sus progresos, ha acordado y decreta: Artculo 1.0 En cada uno de los pueblos de
campaa cabeza de Departamento y en los denominados San Carlos, Rocha, Soriano y Santa
Luca se establecer, costa de los fondos puna escuela de primeras letras bajo el mtodo lancasteriano, segn el plano presentado
blicos,
por
el
Director.
Cada una de ellas tendr un Preceptor asignacin de sesenta pesos mensuales. Art. 3.0 Se admitir en ella gratis todo nio de siete aos para arriba. Art. 4.0 En todos los pueblos donde haya escuelas dotadas por los fondos pblicos se establecer una Junta inspectora de la Escuela. Art. 5.0 La Junta inspectora se compondr del Juez de La instancia, donde lo haya, y donde no, del Juez de Paz, y dos vecinos del lugar donde se halle establecida la Escuela. Art. 6.0 El nombramiento de estos vecinos se har por el Gobierno. Art. 7. Ser del deber de la Junta inspectora inspeccionar el servicio de la escuela, velar sobre la conducta del Preceptor, proponer toda medida que se considere til y promover cuanto contribuya las mejoras y progresos del establecimiento. Art. 8.0 Siempre que algn Preceptor de escuela no llene con exactitud los deberes de su empleo y su conducta moral no corresponda la confianza que de l se ha hecho, la Junta inspectora lo representar al Gobierno para proceder segn corresponda.
Art. 2.0
la
con
XII
Art. Q. Las escuelas de primeras letras que no estn dotadas por el Estado quedan en su misma libertad, pero bajo la inspeccin de las Juntas inspectoras. Art. 10. Este decreto se comunicar al Director de las escuelas, se publicar y circular por la polica en todos los Departamentos y se dar al Registro Oficial. Art. 11. El Secretario de Gobierno queda encargado de la ejecucin de este decreto. Surez. uan Francisco Gir.
N.0 27
Departamento de Gobierno. Canelones, Mayo 16 de 1827. Siendo la educacin de la juventud uno de los primeros deberes del Gobierno y careciendo la Provincia del nmero de escuelas de primeras letras proporcionado su poblacin y sus necesidades, el Gobierno ha acordado y
decreta: Artculo 1.0 Se formar en el pueblo residencia del Gobierno una Escuela Normal, bajo la direccin del Director de las escuelas de la Provincia, segn el mtodo lancasteriano. Art. 2.0 Concurrirn ella todos los individuos que quieran optar al cargo de Maestro de escuela en la Provincia. Art. 3.0 Ninguno ser Maestro de escuela sin el requisito prevenido en el artculo anterior, menos que haya antes sido examinada probada su capacidad, juicio del Director.
XIII
Art. 4.0 El Director de las escuelas formar y presentar la mayor brevedad el presupuesto de los gastos que demande la ejecucin de este
decreto.
Art. 5.0
al
Director
de
noticia
N.28
Decreto por
el
Aguada, Febrero 24 de 182Q. Deseoso el Gobierno de promover por todos los medios posibles la educacin pblica, y considerando como uno de los principales proporcionar las clases pobres la adquisicin de los primeros elementos de la instruccin, como la base de toda mejora
ha acordado y decreta: 1.0 Se establecer en la capital del Estado una escuela de primeras letras para nios y otra para nias, costeadas por los fondos psocial,
Artculo
blicos.
Art. 2.0 El Director
de
las escuelas
del
Estado
queda encargado de proponer los medios de llevar efecto esta medida y presentar el presupuesto de los gastos que demanda. Art. 3.0 Comuniqese, etc. Rondeau. Juan
Francisco Gir.
XIV
N.29
Resolucin estimulando el celo de la Junta inspectora de Escuelas de Montevideo fin de que se instale el establecimiento de enseanza cuya creacin se orden por decreto de 24 de Febrero de 1829.
Ministerio de Gobierno. Montevideo, 26 de Junio de 182Q. Conel objeto de acelerar el establecimiento de las escuelas de esta capital, decretado en 24 de Febrero ltimo, por el que se encarg al Director del ramo el proponer los medios de llevar efecto esta medida y presentar el presupuesto de los gastos que demandase, el Gobierno ha acordado: que la Junta Inspectora, en ejercicio de su instituto, coadyuve con el Director al lleno de tan importantes objetos, promoviendo de acuerdo cuanto sea conducente su ms pronta y mejor ejecucin, como se espera del celo ilustrado de los seores socios, quienes saluda el infrascripto con su ms distinguido aiecio.Juan Francisco Gir. la Junta Inspectora de Escuelas de esta
Capital.
N."30
XV
Norberto Fernndez para Preceptor de la Escuela pblica de la villa de Santo Domingo de Soriano; expdase el ttulo correspondiente y comuniqese al Director de escuelas y la Junta inspectora de la citada villa. Rbrica de S. E.
Juan
Francisco Gir.
N.o 31
Supresin de las subvenciones la prensa, aplicando su importe al fomento de las Escuelas primarias.
Ministerio de Gobierno. Montevideo, IQ de Septiembre de 1829. Con objeto de proveer las economas que demanda con urgencia la situacin de las rentas, el Gobierno Provisorio del Estado ha resuelto y decreta: Artculo 1.0 Queda suprimida la suscripcin por 150 ejemplares del peridico Universal y 50 por la Gaceta. Art. 2.0 Por ahora y hasta nueva resolucin,
Gobierno tomar, sin especial contrato que le obligue otra cosa, seis ejemplares por nmero Oriental . de los dichos peridicos y seis del Art. 3.0 Los 7,200 pesos anuales que importaban aquellas suscripciones se destinarn al fomento de las escuelas primarias y propagacin de escritos tiles solamente la moral y la
el
<
industria.
Art. 4.
lmites
gistro Oficial.
XV[
N.o 32
Fructuoso
Art. 5.0
Comuniqese
Rivera,
insrtese.
Rondeau.
XYII
N.o 33
Participacin de la
Montevideo, Octubre 28 de 1829. -Siendo la educacin pblica uno de los objetos que ms ocupan la atencin del Gobierno, por lo que ella interesa la moral, primera base de la prosperidad de los Estados, y deseando hacerla extensiva al sexo que est destinado por la naturaleza para formar las primeras impresiones y habitudes de los que han de ser sus ciudadanos; el mismo Gobierno ha acordado y decreta: Artculo 1.0 Se organizar inmediatamente en esta ciudad, la escuela pblica de nias que establece el decreto de 24 de Febrero de este ao. Art. 2.0 Para sufragar los gastos de este establecimiento, se afectan por ahora las diferentes fundaciones que hay hechas con ese objeto por particulares en este Departamento. Art. 3.0 El Director general de las Escuelas queda encargado de tomar la mayor brevedad el conocimiento ms exacto de dichas fundaciones, sus capitales, bienes en que estn situados, personas que los administran, su aplicacin actual, y la que hayan tenido desde que aquellas fueron hechas; cuyo fin se le franquearn en todas las oficinas pblicas las noticias que pida, y de todo instruir detalladamente, sin la menor demora, al Gobierno. Art. 4.0 La Junta inspectora nombrar tres seoras que, en calidad de asociadas ella, desempeen las instrucciones que el Gobierno expedir
XVIII
oportunamente para
este decreto.
cial.
la
ms pronta expedicin de
N.o 34
por
el
Gobierno
Con
los talentos,
designio de premiar la virtud, honrar y hacer de estas cualidades un ttulo reconocido las consideraciones de la Nacin, el Gobierno provisorio ha acordado y decreta: Artculo 1.0 Los Directores de las escuelas pblicas del Estado pasarn por trimestres la Junta inspectora, una relacin nominal de los alumnos que se distinguieron: primero, por su moralidad; segundo, por su aplicacin y constancia; tercero, por algn talento disposicin particular para
ciencias las artes. Estas relaciones transmitidas al Gobierno, publicadas del modo ms solemne y archivadas en la Secretara de Gobierno, servirn de certificado y recomendacin beneficio del
las
Art. 2.0
interesado, en los casos que puedan convenirle para obtener la especial proteccin de las autoridades.
Las disposiciones del presente decreto harn extensivas cualquier establecimiento literario, de los que en adelante se fundaren, bajo los auspicios inmediatos del Gobierno.
Art. 3.0
se
XIX
Art. 4.0 Los padres de familia, los pedagogos y artesanos que se consideren en el caso de este decreto, con respecto sus pupilos y aprendices, podrn dirigirse inmediatamente al Gobierno por una nota simple, cuya publicacin, con el decreto respectivo, ser el primer testimonio de los sentimientos de la autoridad, con relacin al individuo en cuyo inters se trate. Rondeau. /rz/^:-
tuoso Rivera.
N.o 35
pagar
forme al Gobierno oportunamente. Saluda los seores de la Junta Inspectora. Por el seor Ministro: J. E. de Zas. A la Junta Inspectora de esta Capital y al Director de
las
Escuelas.
XX
N.o 36
Prrafos del mensaje elevado la Asamblea por el General don Juan Antonio Lavalleja al trasmitir el poder al primer Presidente Constitucional, General don Fructuoso Rivera.
(22 de Octubre de 1830)
La administracin interior del pas se ha reguconformidad las leyes y decretos de la Asamblea Constituyente y Legislativa. El Gobierno provisorio ha procurado auxiliar, con disposiciones protectoras y econmicas, la marcha lenta de una organizacin que tropieza cada paso con la indisciplina de nuestros antiguos hbitos, la falta general de instruccin y la escasez de nuestros recursos.
larizado en
Entretanto, la educacin primaria se ha adelantado hasta donde lo ha permitido la modicidad de nuestros medios. En las cabezas de departamento y poblaciones principales de la campaa, hay establecidas escuelas de primeras letras, costeadas por el Estado, donde concurren multitud de nios adquirir los elementos de la educacin. Est ya anunciada la apertura de una aula de latinidad; ella servir de base un sistema de estudios que, bien combinado, proporcione nuestra juventud dentro del pas, los medios de formar su corazn y espritu como ciudadanos y como magistrados. Se est preparando tambin
XXI
en este momento el establecimiento de la Biblioteca pblica, debido principalmente al celo patritico de un benemrito compatriota nuestro.
Fl pas est libre y constituido; ///'a hacerlo instruido, moral y laborioso; entonces ser tam-
bin rico y
feliz,
etc.,
etc.
N.o 37
ANUNCIO DEL CONSULADO HACIENDO SABER LA APERTURA DLA ES CUELA ESPECIAL DE COMERCIO INSERTO EN EL NM. 117 DE LA GACETA DE MONTEVIDEO CORRESPONDIENTE AL LUNES 31 DE AGOSTO
(
DE
1829).
Anuncio del consulado. El da l.o del prximo mes de Septiembre se abrir una Escuela
especial de Comercio con aprobacin superior, y bajo la direccin de don Miguel de Forteza, expensas del Consulado, en la que se ensear gratis, la Gramtica castellana, lengua francesa,
aritmtica aplicada al comercio y banco, ra de libros y geografa.
tenedulos de-
Los jvenes,
as
la
de
la capital
como de
ms pueblos de
de
escribir lo
bir lecciones
indicados,
que se les dictare, y quieran reciparte de los ramos el todo podrn ocurrir la casa consular
en
desde
las
10
de
la
maana hasta
las
de
la
XXII
tarde para instruirles del modo y forma en que deben entablar sus solicitudes. Lo que de orden del Tribunal se publica los fines consignien-
ALOCUCIX QUE DIRIGI A SUS ALUMNOS EL MAESTRO DOX MANUEL DE FORTEZA, DIRECTOR DE LA ESCUELA ESPECIAL DE COMERCIO DE MONTEVIDEO, EN EL ACTO DE LA INAUGURACIN DE ESTE ESTABLECIMIENTO CELEBRADA EL DA 1." DE SEPTIEMBRE DE 1829.
Seores:
Este da, consagrado la apertura de la Escuela Especial de Comercio, debe ocupar un lugar distinguido en los fastos de la historia del nuevo Estado Oriental del Uruguay. Esta institucin, creada por el celo patritico y laudable de la corporacin del Consulado, bajo la ilustrada aprobacin del sabio Gobierno que preside los grandes destinos de la patria, ser con el
tiempo una de las primeras bases de la prosperidad pblica de esta preciosa porcin del continente americano. La juventud oriental, fundamentalmente instruida en los principios generales de la ciencia del comercio, contribuir de un modo directo, y eficaz en sus combinaciones, la riqueza y engrandecimiento del Estado, hacindolo respetar de las naciones en cuyo cargo le ha colocado el valor y denuedo heroico de sus hijos. Si vuestra aplicacin corresponde la energa de mis esfuerzos, no lo dudis, seores, nosotros habremos llenado las saludables miras de
tan
XXIII
til como benfico establecimiento. Congratulmonos, pues, en un da tan plausible demos gracias al Altsimo por la visible sealada proteccin que dispensa la nueva Repblica, y que vuestros votos sean siempre por la conservacin de las instituciones consulares, por la libertad independencia de la patria, por la felicidad pblica, y por la gloria de un Gobierno que dedica todos sus desvelos al bienestar de los pueblos y la ilustracin de los ciudadanos. Viva la patria!
NMIXA DE LOS JOVEXCITOS QUE SE INSCRIBIERON EN LA ESCUELA ESPECIAL DE COMERCIO DE MONTEVIDEO Y QUE CONSTITUYERON SU NCLEO DE ALUMNOS DURANTE EL PRIMER AO DE SU FUNCIONAMIENTO.
Manuel Gonzlez. Adolfo Ramos. 9 Juan Antonio Ramos. 10 Francisco Errausquin. 11 Marto Garca. 12 Jacinto Garca. 13 Ciraco Jos Cabrera. 14 Adolfo Conde. 15 Miguel Nieto Ortiz. 16 Manuel de la Torre. 17 Narciso del Castillo.
3 4 5 6 7 8
XXIV
Ramn
N.38
Reformas en
las dotaciones
Rodrguez,
Secretario.
Ministerio de Gobierno. Montevideo, Junio 21 de 1831. Siendo un deber del Gobierno generalizar la instruccin en todos los puntos del territorio de la Repblica, y considerando que el aumento de las escuelas primarias no puede promoverse si no es con entera sujecin la Ley de presupuesto y que la cantidad asignada en l para el servicio de este ramo dejara ilusoria
tan
benfica
intencin,
economa
1.0
la
hacer efectiva una dotaciones sealadas las que existen, para aplicar creacin de otras nuevas, ha
sin
las
el 1.
Desde
del
entrante Julio,
todos los Preceptores de las Escuelas pblicas, excepcin de la Normal, establecidas en los departamentos del Estado, percibirn solamente la dotacin de cincuenta pesos mensuales. Art. 2.0 Con los fondos que resulten de esta reforma se establecern nuevas escuelas bajo los mtodos en observancia en los pueblos donde
no
las
haya.
XXV
Art. 3.0 El nombramiento y propuesta de los nuevos Preceptores se har conforme en todo lo que previene el decreto ereccional de 16 de
Mayo de
Art.
4.0
Secretario de Gobierno queda encargado de la ejecucin de este decreto, que se comunicar quienes corresponda, publi-
1827. El Ministro
car insertar en
Jos Ellauri.
el
N. 39
Decreto que suprime el empleo de Director General de las Escuelas creado por el de 23 de Febrero de 1829 y establece en su lugar el de un Inspector General de todos los ramos de la educacin pblica.
Ministerio de Gobierno. Montevideo, Junio 22 de 1831. Hallndose instaladas en todos los departamentos del Estado las Juntas EconmicoAdministrativas, quienes incumbe velar exclula educacin primaria de cada y no debiendo el Gobierno separarse de la adopcin de todas las medidas de economa que, sin neutralizar el mejor servicio de este ramo importante de las instituciones, pueda conciliar con ellas nuevas mejoras y menos gravmenes al Erario pblico, ha venido en acordar y de-
sivamente sobre
ellos,
uno de
creta:
Artculo 1. Desde el l.o del prximo Julio queda suprimido el empleo de Director General
de Fe-
XXVI
Art. 2.0 Se establece desde aquella fecha el empleo de un Inspector General de todos los ramos de la instruccin pblica, que ser un cargo honorfico y un servicio gratuito anexo alguno de los empleados de rango, entre quienes rolar por bienios, la eleccin del Gobierno. Corresponder al Inspector General de la instruccin pblica presentar al Gobierno en oportunidad los presupuestos, mejoras, propuestas y
cuanto concierna
las aplicaciones de su instituto, para lo cual se facilitarn por el Ministerio respectivo los conocimientos que le sean necesarios. Art. 4.0 El Ministerio Secretario de Gobierno queda encargado de la ejecucin de este decreto, que se comunicar quienes corresponda, publicar insertar en el Registro Nacional. RIVERA. Jos Ellauri.
N.MO
Nombramiento de Inspector General de todos los ramos de la instruccin pblica, en conformidad al decreto de 22 del prximo pasado.
Ministerio de Gobierno. Montevideo, Julio 7 de 1831. En conformidad con lo dispuesto por el Gobierno en 22 de Junio del presente ao, ha acordado y decreta: Artculo 1.0 Queda nombrado por un bienio Inspector General de todos los ramos de la instruccin pblica, el seor don Joaqun Campana, miembro del Tribunal de Justicia. Art. 2.0 Comuniqese quienes corresponda RIVERA. Jos y dse al Registro Nacional.
Ellauri.
XXVII
N.0 41
de 1831.
Decreto Ministerio de Gobierno. Montevideo, Septiembre 2 de 1831. Siendo ya necesario proveer el establecimiento de las Escuelas primarias en todos los pueblos donde no existan dotadas por las rentas generales, de acuerdo con lo que establece el decreto de 21 de Junio ltimo, el Gobierno ha acordado y decreta: Artculo 1.0 Se establecen cinco Escuelas de primeras letras, con sujecin los mtodos en observancia, en los pueblos del Salto, Vboras, Vacas, San Salvador y Piedras, la primera con la dotacin de 50 pesos mensuales y las cuatro restantes con la de 40. Art. 2.0 El Inspector General de la instruccin pblica, de acuerdo con las Juntas Econmicas de los departamentos que aqullas corresponden, propondr al Gobierno oportunamente los Preceptores que deben desempearlas. Art. 3.0 Comuniqese quien importe su conocimiento, publquese y dse al Registro Nacional. RIVERA. Jos Ellauri.
XXVIII
N.M2
Decreto derogando el de 21 de Junio del mismo ao que reformaba el sueldo de los Preceptores de las Escuelas pblicas, y dando otras disposiciones relativas
las
mismas.
Ministerio de Gobierno. Montevideo, Octubre de 1831. El Gobierno ha llamado nuevamente consideracin el decreto de 21 de Junio de este ao, por el que qued reducido cincuenta el sueldo de sesenta pesos mensuales asignado por la Ley los directores de educacin primaria; y aun cuando aquella resolucin se
1.0
fund con el inters de formar con esta deduccin un mayor nmero de Escuelas, stas no han podido plantificarse con un ahorro tan reducido, y los Preceptores han continuado privados de su primera dotacin, que an as mismo es mdica insuficiente para recompensar tan importante servicio. En el convencimiento, adems, de que ningn gobierno ilustrado puede dispensarse del deber de prestar una proteccin poderosa estos establecimientos, que tanta influencia llegan tener en la existencia privada y en la pblica, en el bien de las familias y en la estabilidad del Estado, el Presidente de la Repblica ha acordado y decreta: Artculo 1.0 Los Preceptores establecidos en los Departamentos del Estado gozarn desde esta fecha el sueldo de sesenta pesos mensuales que asigna la ley del presupuesto, quedando por consiguiente revocado el decreto de 21 de Junio del pre-
XXIX
Art. 2.0 Las Juntas Econmico Administrativas, quienes corresponde la inspeccin de la enseanza, formarn cada una por lo respectivo su Departamento, el presupuesto de este gasto para el servicio del ao entrante, elevndolo al Ministerio de Gobierno. Art. 3.0 En el presupuesto que se manda formar por el artculo anterior, se comprendern las dotaciones correspondientes los Preceptores quienes deba encargarse el servicio de las escuelas que sea necesario establecer en los puntos
en que no
las
hubiese.
Gobierno presentar en la prxima Legislatura un proyecto de ley, para incorporar el cargo de Preceptores de escuela la clase de empleados permanentes, con opcin la jubilacin retiro que se establezca por las leyes respecto de los empleados en general. Art. 5.0 El IVlinistro secretario de Gobierno queda encargado de la ejecucin de este decreto que se comunicar y publicar en el Regisiro Nacional. Rivera. Joaqun Surez.
Art. 4.0 El
N.o 43
Restablcese el empleo de Director General de las escuelas del Estado, nombrando la persona que ha de desempearlo^ y se declaran sus atribuciones.
Montevideo, Abril 2 de 1832. Considerando Gobierno los poderosos fundamentos que le ha manifestado el Inspector General de la instruccin pblica para continuar en el desempeo
el
XXX
de todos los asuntos concernientes este ramo y persuadido la vez de que el establecimiento de un Director General de escuelas no slo es
necesario para auxiliarlo en el servicio de la educacin primaria, cuanto indispensable para generalizar el sistema adoptado, ha acordado y resuelve: Artculo 1.0 Queda restablecido desde esta fecha el empleo de Director General de escuelas con el sueldo que le estaba asignado antes de
su extincin. Art. 2.0 Declranse atribuciones del Director General 1.0 Metodizar y sistemar la instruccin primaria, publicar el curso de enseanza en las diferentes clases en que se divida, y celar la conducta de
los
2.0
el
mtodo de enseanza
anual de las escuelas.
mutua
3.0
tiempo de
al
la visita
Gobierno en el mismo perodo el resultado de los exmenes pblicos, en que consten los adelantos de los alumnos, su instruccin, y nmero que se eduque en cada De-
Comunicar
al orden de los establecimientos. y 5.0 Informar, cuando sea necesario, sobre la capacidad moral de los Preceptores propuestos por las Juntas E conmicas, y dirigir la provisin de tiles para el servicio de las escuelas, formado y aprobado el presupuesto. Art. 3.0 Las atribuciones cometidas por el artculo anterior al Director General de escuelas, sern desempeadas previo acuerdo con el Inspector General de la Instruccin Pblica. Art. 4.0 Nmbrase de Director General de las escuelas del Estado al Presbtero don Lzaro Gadea.
Art. 5.0
XXXI
muniqese y dse
N.o 44
Montevideo, Enero 31 de 1833. Las desgraque generalmente se han experimentado en todos los pueblos de Amrica, y muy especialmente en el nuestro, han sido causadas por la ignorancia en que se hallaban al tiempo de declarar la independencia. Es por eso que uno de los primeros cuidados de los gobiernos, fu el de proporcionar una buena educacin los jvenes que nacan en una nueva era. su imitacin el nuestro ha hecho esfuerzos dignos de ser coronados con el fruto que se dirigen pero no ha sido as por la culpable indiferencia de algunos padres de familia, y de otras personas encargadas de los nios. Es en este caso que el Jefe Poltico ha resuelto tomar sobre s el velar en todo lo concerniente los nios, para lo que ha dispuesto que todos los Tenientes Alcaldes formen en el trmino de 8 das un padrn de todos los que haya en sus respectivas manzanas, desde la edad de 5 12 aos, con expresin de los que frecuenten las escuelas oficio, y de los que no tengan ninguna clase de ocupacin, para tomar con estos ltimos las medidas que juzgue convenientes, adems de la responsabilidad que les har cargo otros padres de familia y dems referidos, siempre que se les pruebe que por su
cias
;
XXXII
omisin es que se hallan en tal abandono. Lo que se hace saber al pblico los efectos que se expresan. Luis Lamas.
N.o 45
Decreto nombrando al ciudadano don Bernab Guerrero Torres Director General de Escuelas.
vacante
Montevideo, Febrero 6 de 1833. Hallndose el empleo de Director General de las escuelas del Estado restablecido por el Gobierno en su decreto de 2 de Abril del ao prximo pasado, ha acordado y resuelto: Artculo 1.0 Nmbrase Director General de escuelas al ciudadano don Bernab Guerrero Torres, con el sueldo designado su antecesor. Art. 2.0 Las atribuciones anexas este empleo sern las mismas que le fueron declaradas en el citado decreto, pero su desempeo ser en adelante bajo la inmediata dependencia del Inspector General de la instruccin pblica. Art. 3.0 Expdasele el ttulo correspondiente, comuniqese y dse al Registro Nacional. Prez. Santiago Vzquez.
N.o 46
Senado y Cmara de
1.0
Representantes,
etc.,
decretan
Artculo
Habr un Preceptor de
latinidad.
Art. 2.0 Art. 3.0
XXXIII
Art. 4.0
Art. 5.0
Art. 6.0 Art. 7.0
Una ctedra de latinidad. Una de jurisprudencia. Dos de medicina. Dos de ciencias sagradas.
Otra de matemticas. Otra de economa poltica. Art. 8.0 La dotacin del Preceptor de latinidad ser de 800 pesos al ao, y las dems ctedras 1000 pesos cada una. Art. Q.o El Presidente de la Repblica queda autorizado para proveer estos empleos con sujetos de idoneidad y probidad acreditadas, cuando lo requiera un nmero suficiente de alumnos. Art. 10. Los profesores nombrados durarn en sus empleos mientras tengan alumnos y buena comportacin. Art. 11. Las materias de enseanza, duracin de sus cursos y formas provisionales para el arreglo interior y exterior de las clases, se har en un proyecto de reglamento que presentar el Gobierno la sancin de las Cmaras. Art. 12. Los alumnos que concluyan sus cursos con aprobacin, sern considerados aptos para obtener las vacantes de ctedras y empleos
que los
Art. 13.
llame
la
profesin,
entretanto
no se
erige la Universidad.
Universidad ser erigida por el Repblica luego que el mayor nmero de las ctedras referidas se hallen en ejercicio, debiendo dar cuenta la Asamblea General con un proyecto relativo su arreglo.
La
Presidente de
la
de 1833. Francisco Antonio Vidal. Miguel A. Berro, Montevideo. Junio 11 de 1833. Cmplase, etc. PEREim. Santiago Vzquez.
Sala de sesiones, 8 de Junio
Art.
14.
Comuniqese,
etc.
XXXIV
N.o 47
Decreto que grada el sueldo de los Preceptores con arreglo al nmero de alumnos de cada Escuela pblica.
Ministerio de Gobierno. Montevideo, Agosto El Gobierno Supremo de la Rep5 de 1834. blica, considerando la necesidad de reglamentar la ley del presupuesto vigente de 10 de Junio ltimo, para graduar los sueldos de los Preceptores con arreglo al nmero de nios concurrentes las Escuelas del Estado, odo el parecer del Inspector de Instruccin Pblica, ha acordado y decreta lo siguiente:
Artculo 1.0 Desde el nmero de 25 alumnos hasta el de 45, gozarn los Preceptores quinientos pesos al ao; de 46 75, seiscientos; y de 75 100, setecientos veinte. Art. 2.0 El aumento de cada 50 nios sobre el mximum de la escala anterior, dar opcin al de diez pesos sobre los 720 que expresa el
artculo anterior.
atendiendo
Escuela Normal, le impone su colocacin, siendo obligado presidir en los exmenes y prestar al Gobierno los conocimientos necesarios al mejor rgimen de las escuelas, gozar de una gratificacin de diez pesos mensuales sobre el sueldo que pueda corresponderle por los artculos l.o y 2.o. Art. 4.0 El empleo de segundo Preceptor de la Normal se considerar vacante hasta que se acredite al menos la concurrencia de 240 alumnos.
Art. 3.0
El
Preceptor de
la
al
XXXV
Art. 5.0 Se considerar en igual caso los Preceptores que no tengan el nmero de 25 nios; pero las Juntas Econmicas, en unin de los Jefes Polticos, podrn proveer con los tiles necesarios persona idnea que quiera hacerse cargo de ensear por su cuenta bajo la responsabilidad consiguiente de los tiles. Art. 6.0 Comuniqese, publquese y dse al Registro Nacional. Ana ya. /-zs/ Obes.
N.o 48
Enseanza moral y
religiosa.
Montevideo, Q de Agosto de 1834. El Gobierno ha pensado como uno de los medios que deben contribuir poderosamente moralizar las costumbres de los pueblos y preparar la mejora venidera de la educacin social, establecer en todos los del Estado una Escuela de moral y doctrina cristiana, de las cuales sean Preceptores natos los mismos prrocos, con una dotacin que el Gobierno les sealar de las rentas generales; debiendo dictarse las lecciones por libros elementales y reducirlas aforismos, si fuere posible: que la asistencia para los alumnos de las Escuelas pblicas se establezca permanentemente por las tardes de los das jueves y sbados de cada semana y una parte del domingo para el pueblo que quiera instruirse en aquellas materias. Para la ejecucin de este pensamiento el Gobierno quisiera oir previamente la opinin del seor Vicario Apostlico, as como espera que
que
XXXVI
ser auxiliado en ellas con el celo y la piedad le son caractersticos en el desempeo de su alto ministerio. Dios guarde al seor Vicario Apostlico.
N.049
Decreto previniendo se forme de la Biblioteca pblica una coleccin de obras instructivas para los departamentos, estacionndose sucesivamente en cada uno.
Ministerio de Gobierno. Montevideo, Septiembre 3 de 1834. El Gobierno Supremo de la Repblica ha acordado y decreta: Artculo 1.0 De la Biblioteca central de Montevideo se elegirn, por la Comisin encargada de este establecimiento, de 200 400 ejemplares, si fuese posible, de obras de moral, agricultura
y conocimientos tiles de ciencias y artes. Art. 2.0 Las 200 obras se distribuirn 'razn de 50 por cada cabeza de Departamento en cuatro de los mismos, empezando por Canelones, San Jos, Colonia y Soriano. Art. 3.0 Dichos volmenes se conservarn un cuatrimestre en cada Departamento y, vencido este trmino, el lote del primero pasar al segundo, el del segundo al tercer Departamento y as sucesivamente, llenando los vacos con nuevos
lotes la
se
por almoneda.
Art. 4.0
XXXVII
producto de dichas almonedas se compra de nuevos surtidos, que nutran y sustenten la Biblioteca ambulante. Art. 5.0 La Comisin procurar que las obras destinadas este servicio sean de poco volumen y por su composicin y lenguaje las ms acoEl
aplicar
la
modadas
Art. 6.0
la
la
reglamento de de las bases propuestas y con direccin precisa al fin que de ellas se deduce.
La Comisin formar
Biblioteca
ambulante, partiendo
Lucas
Art. 7.0
Obes.
N.o
50
Escuelas de nias de
color.
Montevideo, Octubre 30 de 1834. Siendo conforme con los principios del Superior Gobierno de la Repblica y el carcter de las instituciones que la rigen, proporcionar aquellas clases de la sociedad que, por su condicin, no alcanzan disfrutar de los goces y ventajas con que la ley quiere que todos sean favorecidos, acuerda: Artculo Lo En la Capital, por ahora, y en los Departamentos, cuando lo permitan los recursos del erario, habr una escuela de nias de color, libres libertas, en donde se ensearn, con toda perfeccin, rudimentos de religin, lectura, escritura, costura, planchado y toda especie de
granjeria domstica. Art. 2.0 El Inspector de indicar para estos efectos
la
el
XXXVIII
corresponda.
ANAYA. Lucas
J.
N.o 51
Decreto que reglamenta el orden de proveerse los tiles para las Escuelas del Estado.
Montevideo, Mayo 24 de 1835. Siendo necemetodizar de un modo ms regular y econmico la provisin de los tiles indispensables al sostn de los establecimientos de educacin primaria, evitar las irregularidades de que se resiente este servicio, produciendo una eventualidad de sus erogaciones, tanto ms onerosa cuanto es difcil calcular si se atiende las diferentes intervenciones que ha estado confiado este ramo, separando de ellos las Juntas Econmico-Administrativas, cuyo resorte es velar por el fomento y mejoras de estas instituciones, el Gobierno ha acordado y decreta: Artculo 1.0 Las Juntas Econmicas harn formar por las Comisiones encargadas de velar sobre las escuelas establecidas, un inventario de los enseres que contengan, con expresin de su estado, el nmero de alumnos que las frecuenten y el exceso falta que se advierta. Este inventario ser formado por el Preceptor y quedar en poder de las mismas Comisiones, sacndose dos copias, una de las cuales se archivar en las Juntas Econmicas y la otra se remitir al Ministerio de Gobierno: el mismo inventario
sario
se formar Escuela.
Art. 2.0
al
XXXIX
los casos en que el Preceptor necesidad de proveer la Escuela de nuevos tiles, expresar la razn que haya para ello, bien sea por haberse inutilizado algunos, bien porque hubiese aumentado el nmero de nios; y siendo cierta la causa y justificada la necesidad, las Comisiones procurarn saber el costo que tendran estos mismos tiles en el mismo Pueblo y la propondrn al Gobierno por conducto de las Juntas y del Inspector General, informando al mismo tiempo sobre la necesidad de comprarlos y las ventajas del precio para que recaiga la resolucin conveniente. Art. 3.0 Todos los aos recontarn las Comisiones los enseres de las Escuelas y los compararn con el inventario que tendrn en su poder, anotando las faltas que advirtiesen, de que darn cuenta las Juntas para que llegue noticia del Gobierno; el mismo recuento se har cuando la Escuela vare de Preceptor se nombrasen nuevas Comisiones. Art. 4.0 Todo pago que se acordase para los objetos de que tratan los artculos anteriores ser entregado los apoderados que nombren las Juntas para recibirlos en esta Capital. Art. 5.0 Independientemente de estos gastos, se asignarn diez pesos por trimestre cada una de las Comisiones para que provean de tinta, plumas y papel los nios pobres quienes no puedan costerselos sus padres; los que se pondrn anticipadamente disposicin de las mismas Comisiones por conducto de los apoderados de las Juntas Econmicas. Art. 6.0 Queda derogado, por avenimiento pre-
En todos
manifestase
XL
vio con el empresario, el contrato existente relativo este servicio, sindolo igualmente todas las dems resoluciones que se opongan la presente. Art. 7.0 Comuniqese, publquese insrtese en el Registro Nacional. ORIBE. Francisco
Llamb.
N.o 52
Decreto que concede los Padres Escolapios la facultad de establecer una ctedra de Filosofa.
Marzo 30 de 1837. Habiendo Gobierno los sacerdotes Escolapios, que dirigen un establecimiento particular de eduMontevideo,
solicitado del
primaria en esta Capital, la autorizacin competente para establecer en l una ctedra de Filosofa, con la circunstancia de que los jvenes que la concurran sean estimados, para sus gra-
cacin
dos,
como
si
cursaran
las
aulas
nacionales,
el
Gobierno, accediendo esta solicitud, ha acordado y resuelto: Artculo 1.0 Autorzase los mencionados sacerdotes para establecer y dirigir una ctedra de Filosofa, bajo las condiciones que proponen y con sujecin en lo dems al Reglamento general de estudios que rige en las aulas del Estado. Art. 2.0 El curso durar dos aos naturales, y se dividir en tres perodos, debiendo ensearse en el J.o, Lgica y Metafsica; en el 2.o, Aritmtica, lgebra y Geometra aplicada los clculos de Fsica, y sta dividida en general y particular; y en el 3.o, la tica y Sinopsis histrica de los conocimientos filosficos.
Art. 3.0
XLI
publquese insrtese en
Registro Nacional.
ANAYA.- Pedro
Lenguas.
N.o 53
Un
.catedrtico
de Teologa
Jurisprudencia
Filosofa
>
Matemticas
Preceptor de Latinidad la Escuela Normal... Secretario para las aulas 33 escuelas de ambos sexos 2 San Borja y Tacuaremb IQ casas para escuelas Para* gastos de 33 escuelas Un portero para las aulas
800
1.200
>
400
23.760
720
3.32Q 1.584
>
>
180
8 36.773
N.o 54
Nombramiento del seor don Alejandro Chucarro para Director General de Escuelas con la misin de formular un plan general de enseanza.
El General en Jefe del Ejrcito Constitucional.
la
XLII
y considerando que ha llegado la poca de empezar fecundar las nuevas generaciones para que, en ese da, sepan llenar debidamente el gran programa de Mayo, y que en el estado actual de la instruccin pblica es muy difcil, si no imposible que ella llene las necesidades de la patria, y prepare sus hijos al cumplimiento de los deberes que los tiempos y los destinos de su pas les imponen, ha credo conveniente confiar al ciudadano don Alejandro Chucarro el cuidado especial de los establecimientos de primera educacin, para que se instruya de su estado, observe sus necesidades, y proponga al Gobierno las mejoras y reformas que reclame el alto objeto que estn destinadas. Pero, no siendo justo gravarlo con este nuevo importante encargo, despus de los multiplicados y eminentes servicios que ha prestado la causa nacional, con visible menoscabo de sus intereses,
ha acordado y decreta: Artculo 1.0 Se asigna don Alejandro Chucarro 1200 pesos anuales en remuneracin de los servicios que ha prestado la Repblica.
Art. 2.0
Se comisiona
la
al
direccin de las Escuelas Primarias y formacin de un plan general de enseanza. Art. 3.0 El Comisionado tendr, por ahora, un Secretario con la dotacin de 500 pesos anuales y 60 para gastos de escritorio.
carro para
Registro.
- RIVERA. - Santiago
XLIII
N.o 55
Decreto por
obligatorio de edad.
el
que se impone
los estudiantes
el servicio
militar
de ms de 14 aos
Montevideo, Julio 19 de 1843. El primer estudio del hombre es el amor la Patria. ste es el sentimiento que ms debe cultivar, porque es la fuente de todas las virtudes domsticas y pblicas. Y no puede amar la Patria el que mientras todas las clases de la sociedad trabajan sustentando la Independencia Nacional, permanece intil para su pas privndole de su servicio, pretexto de que estudia artes ciencias. No es menos sagrada que la del estudiante, la ocupacin del padre de familia que gana el sustento para su esposa y sus hijos, en el tiempo que emplea en la milicia, y que sin embargo obedece la ley, y abandona en miseria esas caras prendas de su corazn, para exponerse dejarlas tal vez en orfandad y viudez. Si la Patria perece, nada ser la ciencia del joven ciudadano. El egosmo prepara las almas la servidumbre y es egosmo no pelear cuando todos pelean. En los tiempos comunes se entienden y pueden admitirse excepciones, pero en los das de peligro para la patria, todo privilegio es un insulto la razn pblica, un contrasentido con la ley de propia conservacin y un ataque odioso los ciudadanos que estn en armas. Por estas consideraciones, y deseando tambin el Gobierno dar ocasin para que la juventud
que cursa ponga en
trar
las
XLIV
Escuelas y Colegios de esta Capital, prctica las lecciones de alta moral que
sus Maestros le ensean, y tenga ocasin de mossu ardiente entusiasmo con acciones de valor, de adornar la primavera de su vida con recuerdos de gloria y de perfeccionar su educacin fsica con los trabajos militares, y adelantar su progreso intelectual con los ejemplos de honor cvico, con que diariamente enriquecen los anales de la Nacin los valientes que componen sus ejrcitos; ha acordado y decreta: Artculo 1.0 Todos los estudiantes de Artes y Ciencias hasta ahora exceptuados del servicio militar, y que hayan cumplido 14 aos, son llamados extraordinariamente al servicio militar. Art. 2.0 En el trmino de tres das contados desde la fecha de este decreto, se presentarn cuantos se hallen en el caso del artculo anterior al E. M., para ser destinados segn corresponde bajo la responsabilidad de la Ley, y los que as no lo hicieren, pasado el trmino que se prescribe sern destinados los cuerpos de lnea del ejrcito en campaa. Art. 3.0 Los Rectores y Directores de Colegios y de toda clase de Establecimientos de educacin, inclusos los maestros de Escuelas particulares y pblicas, quedan obligados presentar en el E. M. en las cuarenta y ocho horas que sigan la publicacin de este decreto, una relacin nominal de los jvenes que estn bajo su direccin, con expresin de su edad, nombre y habitacin, que-
dando sujetos los que as no lo hicieren la pena que la ordenanza seala para los ocultadores de
desertores.
Art. 4.0 Comuniqese, publquese fijndose en los lugares pblicos, dse los diarios por tres
XLV
das insrtese en
el
R. N.
SUAREZ. Melchor
Pacheco y Obes.
N.o 56
Vivan
Mueran
Ministerio de Gobierno. Circular. Cuartel General, Febrero Q de 1846. Seor Alcalde Ordinario del Departamento de. ... El Gobierno dispone pase usted la mayor brevedad, una relacin de las Escuelas pblicas y particulares de ambos sexos que haya en ese Departamento, con expresin del nombre del Preceptor y nmero de discpulos que concurran ellas. Dios guarde usted muchos aos. Bernardo
P.
Berro.
Vivan
Mueran
!!
Cuartel Ministerio de Gobierno. Circular. General, Octubre 25 de 1848. -Seor Alcalde OrEl Gobierno ha dispuesto que pase usted una lista de los nios varones de cada Escuela pblica particular de esa ciudad, en la que debern venir expresados el
XLVI
nombre, edad y tiempo de escuela del nio; el nombre, nacionalidad y ejercicio del padre, y de los servicios que haya prestado est prestando al pas; y adems la clasificacin de las aptitudes de los nios, la cual se sealar con una de estas tres notas: aptitudes comunes, aptitudes buenas aptitudes sobresalientes, segn las que manifiesten por sus talentos naturales y aplicacin. Para esta clasificacin se tomarn, tanto por el conducto de los Preceptores, como por los dems medios que la prudencia dicte, todos los informes necesarios, fin de que ella sea de la mayor exactitud posible. Todo lo que se comunica usted para su debido cumplimiento. Dios guarde usted muchos aos. Bernardo P. Berro.
!!
Circular. Ministerio de Gobierno. Cuartel General, Noviembre 27 de 1848. Seor Alcalde Ordinario del Departamento de. ... El Gobierno ha resuelto que lo prevenido ese Juzgado en la Circular de 25 de Octubre ltimo, relativamente remitir este Ministerio una lista de los nios varones de cada Escuela pblica particular, se haga extensivo todos los pueblos de ese Departamento donde existan Escuelas. Dios guarde usted muchos aos. Bernardo
P.
Berro.
XLVII
N.057
Creacin del Instituto de Instruccin Pblica.
Montevideo, Septiembre 13 de 1847. La educacin del hombre es el germen creador de la prosperidad de las naciones y de la felicidad de los pueblos, porque en ella reside el saber, que
da
las
buenas instituciones, y
la
virtud,
que
las
consolida y arraiga en las costumbres. El cuidado de su desarrollo, de su aplicacin y de su tendencia, no puede ser, pues, la obra de la especulacin, de las creencias individuales de los intereses de secta. Esa atribucin es exclusiva de los gobiernos. Mandatarios nicos de los pueblos que representan, es ellos quienes est confiado el depsito sagrado de los dogmas
y principios que basan la existencia de la sociedad que pertenecen: de ellos solos es la responsabilidad, y ellos son, por consiguiente, los que tienen el forzoso deber de apoderarse de los sentimientos, de las ideas, de los instintos y an de las impresiones del hombre desde que nace, para vaciarlo en las condiciones y exigencias de su asociacin: de otro modo no puede existir el civismo, esa armona social sin la que no hay orden, tranquilidad, fuerza ni vida para los Estados. En este concepto, y decidido el Gobierno formar de ese cuidado el primero que contraer sus conatos, despus del de la salvacin y seguridad de la Repblica, ha acordado y decreta: Artculo 1.0 Crase un Instituto de Instruccin Pblica, cuyas atribuciones sern:
XLVIII
a) Promover, difundir, uniformar, sistemar y metodizar la educacin pblica y, con especialidad, la enseanza primaria; b) Autorizar negar la apertura continuacin de todo establecimiento de educacin; c) Reglamentar las condiciones de su existencia;
ch)
obras doctrinas que sirvan estudio de las ciencias morales; d) Inspeccionar el orden econmico de los citados establecimientos y corregir sus abusos; e) Vigilar cuidadosamente la observancia del ms perfecto acuerdo entre la enseanza y las creencias polticas y religiosas que sirven de base la organizacin social de la Repblica; f) Proponer, en fin, al Gobierno todas las mejoras de que sea susceptible la educacin pblica.
las
Examinar
de tema
al
adems de cuerpo casos que tengan conexin con los objetos de su institucin. Art. 3.0 Cuando se crea conveniente prohibir la enseanza por el texto de las obras que se refiere la cuarta atribucin, se fundar la resolucin en todas las razones que el Instituto haya tenido para tomar aquella medida. Art. 4.0 El Ministro de Gobierno es el Presidente nato del Instituto de Instruccin Pblica, y en su carcter de Ministro conocer en todas las reclamaciones que originen las decisiones de la Corporacin. Art. 5.0 Por ahora el nmero de miembros fundadores ser de diez y no podr pasar de
Art. 2.0
Dicho
Instituto servir
consultor
en todos
los
XLIX
doce, cuando este aumento sea reclamado por los trabajos del Instituto. En este caso, la eleccin de los que falten se har por los otros ya
nombrados; pero podr tener miembros supernumerarios, elegidos por los fundadores, con
conocimiento y aprobacin del Ministerio de Gobierno y con arreglo las necesidades de la
institucin.
Nmbrase miembros del Instituto los don Francisco Araucho, don Andrs Lamas, doctor don Florentino Castellanos, doctor don Jos Luis de la Pea, doctor don Fermn Ferreira, doctor don Enrique Muoz, don Cndido Juanic, don Jos Mara Muoz, don Esteban Echeverra y don Juan Besnes Irigoyen.
Art. 6.0
seores
Art. 7.0
Instalado
que sea
la
el
Instituto,
ceder
inmediatamente
formacin
de
prosu
Reglamento interior. Art. 8.0 Sus sesiones tendrn lugar por ahora en la Sala del Museo, estando tambin su disposicin la de la Biblioteca pblica. Art. 9.0 Los gastos de instalacin y sostn del Instituto se harn por cuenta del Estado. Art. 10. La misma Corporacin conocer de las renuncias de sus miembros, y har los reemplazos por otros de su eleccin mayora de votos y con la formalidad indispensable del, artculo 5.o. Art. n. Comuniqese, etc. SUREZ. Manuel Herrera y Obes.
N.o 58
Montevideo, Febrero 26 de 1848. Artculo \p Mientras no existan establecimientos de educacin pblica, los privados que se hallan establecidos, que se establecieren en cualquier punto del territorio de la Repblica, para individuos de
sexo, quedan sujetos, desde esta obligacin de instruir gratis, y con arreglo sus respectivos programas, tantos nios jvenes que el Gobierno elija cuantos
uno y
otro
la
fecha,
correspondan uno sobre cada diez de los cursantes en los diferentes ramos de enseanza. Art. 2.0 Los textos y dems objetos necesarios para la instruccin de los alumnos mencionados, sern costeados por el Tesoro Nacional. Art. 3.0 Ningn establecimiento de educacin podr continuar enseando sin obtener el certificado que se refiere el artculo 2.o del Decreto de 26 de Octubre prximo pasado, sin que su Director Directores manifiesten de un modo expreso ante el Instituto de Instruccin Pblica su consentimiento en la obligacin que impone
el
l.o.
El tiempo
fijar
de
la
enseanza de cada
su presentacin en el establecimiento, con arreglo al que se necesite para la instruccin especial que se le dedique.
alumno se
Art. 5.0 Los alumnos educados por cuenta del Estado, desde el da de su presentacin en los establecimientos de educacin que sean destinados, quedan bajo la inmediata vigilancia ins-
Ll
peccin del Instituto de Instruccin Pblica, quien se entender directamente con el Ministerio de Gobierno en los casos que ocurran y que demanden resoluciones especiales. Art. 6.0 Tienen derecho ser agraciados por
el
Gobierno: Los hijos hurfanos de madre y padre que hayan muerto en servicio de la Repblica. 2.0 Los de madre viuda y de padre muerto del
1.0
mismo modo.
Los nios jvenes que se hiciesen notables por la precocidad y desarrollo de sus facultades intelectuales. Art. 7.0 Es condicin esencial inseparable de las circunstancias establecidas por el artculo an3.0
pobreza absoluta de los agraciados. Los hijos mayores sern preferidos en cada familia, no pudiendo ser educados la vez por cuenta del Estado dos del mismo sexo. Art. Q.o Todo alumno que se haga notar por la incorregibilidad de su mala conducta, perder el derecho la proteccin del Gobierno y ser reemplazado por otro de los que estn comprendidos en las disposiciones de los artculos .o y 7.. Art. 10. Para hacer efectiva la disposicin de los artculos 5.o y Q.o^ los Directores de establecimientos de educacin pasarn mensualmente al Inspector de Instruccin pblica de esta capital las autoridades locales que le representen en los otros Departamentos de la Repblica, un boletn circunstanciado en que consten las calidades personales del alumno, sus aptitudes, sus estudios, sus progresos y su comportacin. Art. 11. Todo alumno que hubiese concluido su educacin primaria secundaria de un modo satisfactorio, permanecer bajo la proteccin del
terior, la
Art. 8.0
LII
b erno para la continuacin de sus estudios para sus respectivas colocaciones en empleos, industrias artes que quiera dedicarse. Art. 12. La buena conducta y aptitudes de los alumnos se justificarn con certificados expedidos por el Instituto de Instruccin Pblica, refrendados y anotados en el Ministerio de Gobierno, donde al efecto se llevar un registro especial. Art. 13. Concluido el tiempo prefijado para cada enseanza, los alumnos que hubieren quedado aptos tendrn la obligacin de ensear gratis en cualquier establecimiento de educacin que se les destine, por el tiempo y con sujecin las disposiciones que con este objeto dicte el Instituto de Instruccin pblica. Art. 14. El celo y contraccin con que los Directores de establecimientos de educacin se contraigan al desempeo de las obligaciones que les
impone el presente decreto, se considerarn como un servicio hecho la Repblica, y darn ttulo
las
consideraciones
y gracias
etc.
del
Gobierno.
Art. 15.
Comuniqese,
JOAQUN
SU-
Obes.
N.o 59
DEL INSTITUTO
Artculo 1.0 El Instituto de Instruccin Pblica como objeto permanente, mejorar, uniformar dirigir la enseanza primaria, y como transitorio,
tiene
Lili
hasta que se
erija la
Universidad,
mandada
crear
por ley de 11 la enseanza por la misma Art. 2.0 Las por tanto, en
direccin
1.0
de
la
Instruccin
corres-
ponde:
Determinar las materias que debe comprender la enseanza primaria en las Escuelas pblicas; prescribir los mtodos y textos que hayan de seguirse en ellas; dictar los reglamentos que estime convenientes para su gobierno y disciplina. 2.0 Inspeccionar las Escuelas privadas, con el fin nico de que no se ensee en ellas nada que sea contra la moral los principios constitucionales de la Repblica. 3.0 Determinar las condiciones que deban sujetarse los establecimientos privados, para que valga como de Escuela pblica, la instruccin recibida en ellos. 4.0 Determinar las calidades que deben reunir los que aspiran al ttulo de Preceptores pblicos Maestros, y las pruebas con que
5.0
hayan de acreditarlas; recibir estas pruebas y expedir los ttulos correspondientes los que hubiesen merecido su aprobacin. Velar sobre el cumplimiento de las disposiciones que adopte, instruyendo de ellas las
Juntas Econmico- Administrativas, los
fi-
LIV
6.0
nes que seala el artculo 126 de la Constitucin del Estado. Proteger y fomentar los establecimientos de enseanza, y solicitar para ello de las autoridades competentes las medidas y auxilios que estime necesarios.
la
como cuerpo supletorio de Universidad, corresponde: 1.0 La inspeccin general de la enseanza secundaria y cientfica, establecida por la Ley de 11 de Junio de 1833, y Reglamento de estudios aprobado por las Honorables Cmaras, de 30 de Junio de 1837. 2.0 Determinar las condiciones que deben sujetarse, para que valgan como curso pblico, los estudios secundarios y cientficos que se hagan en establecimientos particulares. 3.0 Conceder negar habilitacin para el mismo efecto, tales establecimientos, tomando en el primer caso todas las garantas que juzgue
Art. 4.0 Al Instituto,
necesarias.
4.0
Velar sobre
el
mentos vigentes, y de
dicte en ejercicio
disposiciones que
anteriores
atribu-
de
las
ciones.
Art. 5.0
Todas
las
habilitaciones
concedidas
hasta esta fecha por el Gobierno establecimientos estudiantes particulares, quedan sujetas las condiciones que el Instituto establezca.
compone de miembros
ponsales.
LV
fundadores, honorarios, supernumerarios y corresArt. 7.0 Son fundadores, los nombrados por el Gobierno en su decreto de 15 de Septiembre ltimo, y los que con arreglo l se elijan para
reemplazarlos.
Art. 8.0 Son miembros honorarios, los Inspectores de aulas mayores, establecidas por la ley de estudios vigentes, y los Catedrticos de las
mismas.
los
Son supernumerarios y corresponsales, que reciban nombramiento del Instituto. Art. 10. La facultad de elegir nuevos miembros,
la
Art. Q.o
siempre en los fundadores: sta es nica atribucin especial que les corresponde.
residir
DISPOSICIONES GENERALES
Art. 11. El Instituto servir
de cuerpo consul-
que tengan relacin con los^ objetos que desempea. l queda cargo del proyecto de una ley orgnica de la Instruccin pblica en todos sus ramos, debiendo considerarse la presente Constitucin como provisoria, hasta que dicha ley se
tivo en todos los casos
sancione.
Art. 12.
Montevideo, Marzo 6 de 1848. Luis J. de la PEk.Jos G. Palomeque. Aprobado, Montevideo, Marzo 13 de 1848.
LVI
N.o 60
Requisitos para
la
enseanza
tfica.
secundaria
cien-
El Instituto de Instruccin Pblica, en uso de que le estn conferidas por el superior Decreto de 13 de Septiembre ltimo, y
las facultades
en que yacen
tanto la enseanza secundaria como la cientfica; atento estar reglamentados por leyes vigentes los estudios que constituyen dichas enseanzas en la Repblica, as como las pruebas con que la suficiencia en ellos debe acreditarse; y considerando la urgencia de que se supla la absoluta falta de cursos pblicos, destinados suminis-
igualmente que la de algunos de los designados para textos, con especialidad en varios ramos de la enseanza secundaria, ha acordado: Artculo 1.0 Nadie puede ganar curso en la enseanza secundaria y cientfica, sin acreditar previamente plena suficiencia en todas las materias, cuyo conocimiento ha debido proceder en el orden de los estudios. Para la enseanza secundaria preparatoria, bastar durante los cursos del presente ao, la suficiente versacin en los ramos que comprende el artculo 5. del Reglamento de Instruccin primaria, promulgado en esta fecha, debiendo extenderse en los cursos ulteriores todos los designados por el artculo 6.0 del mismo Reglamento. Para ingresar las facultades mayores y cientficas, y para ser aprobados los que hayan obtetrarles,
libros
nido especial
LVir
habilitacin del Gobierno, antes del presente acuerdo, deber necesariamente acreditarse haber llenado todos los requisitos que
dispone el Reglamento de estos estudios, sancionado por las HH. Cmaras en 30 de Junio de 1837. Art. 2.0 El Instituto celebrar al fin de cada ao, exmenes pblicos de la instruccin secundaria y cientfica, los cuales slo podrn ser admitidos estudiantes matriculados que justifiquen haber seguido los cursos respectivos, con arreglo al enunciado Reglamento de 1837. Dichos exmenes sern presididos por Comisiones del Instituto, completndose las mesas con los profesores que el mismo nombre. Art. 3.0 Los establecimientos privados podrn ser habilitados, hasta la instalacin de la Universidad, para que valga como de curso pblico uno varios la instruccin recibida en ellos en ramos de enseanza secundaria cientfica. Al efecto, ser indispensable que, ms de la aprobacin por el Instituto, del programa general del establecimiento, sea desempeada la enseanza, en las aulas especialmente habilitadas, por profesores que hayan obtenido la autorizacin correspondiente. Art. 4.0 Para el profesorado en la enseanza secundaria y cientfica se requieren: con 1.0 Moralidad de costumbres acreditada
ca-
La aprobacin del Instituto en un examen detenido sobre las materias comprendidas en la autorizacin que se pretenda, la licencia especial del mismo expedida con el conocimiento que estime conveniente, en
LVIII
vista de un diploma universitario. Estos profesores disfrutarn, mientras se hallen en actual ejercicio, de todas las excepciones de cargas personales dispensadas los Catedrticos y Preceptores pblicos. Art. 5.^ La enseanza en los establecimientos habilitados deber necesariamente conformarse al rgimen prescripto por el Reglamento de 1837. La matrcula se cerrar en ellos al fin de Marzo de cada ao; y sus Directores pasarn al Instituto, en 1.0 de Abril, una lista nominal de los estudiantes inscritos para cada curso. Esta constancia de matrcula, y la certificacin firmada por el Director y Profesores de las aulas respectivas, de haber completado los cursos con arreglo al expresado Reglamento, sern indispensables todo estudiante para ser admitido los exmenes de aprobacin. Art. 6.0 El Instituto sealar oportunamente los tratados de que podr usarse como textos de enseanza, en defecto de los designados por
el
Reglamento.
Art. 7.0
esta-
rn bajo
inmediata del Instituto. Montevideo, Marzo 13 de 1848. Luis J. de la Pea.y?5^' G. Palo/negu. Enterado, aprubese y publquese. Rbrica de S. E. Herrera v Obes.
inspeccin
LIX
N.o 61
Reglamento provisorio de
la
enseanza primaria,
Es
5,
instruccin
artculo 11
primaria
la
que
Constitucin de la Repblica, para el ejercicio de los derechos del ciudadano, y la que en general debe darse principio, al hombre desde su infancia, como base y medio indispensable de toda educacin.
exige
el
nmero
de
la
Art. 2.0
privada,
Art. 3.0 Se reputar pblica la enseanza primaria sostenida en todo en parte por los fon-
dos pblicos. Art. 4.0 La instruccin primaria pblica se dividir en dos grados: inferior y superior. Con arreglo
esta divisin sern clasificadas las escuelas primarias. Las que abracen ambos grados se denominarn completas. Art. 5.0 En toda escuela pblica de instruccin primaria inferior deber necesariamente ensearse: 1.0 Doctrina Cristiana y principios de Moral; 2.0 Lectura; 3.o Escritura; 4.o las cuatro reglas
fundamentales de la Aritmtica, sobre nmeros abstractos y denominados; 5.o nociones sobre la Gramtica del idioma patrio; .o idea general de la Geografa de la Repblica. Art. 6.0 En las escuelas pblicas de enseanza superior deber perfeccionarse la Lectura y Escritura, ampliarse el estudio de todas las otras materias designadas en el artculo anterior, y el
de Moral
LX
con nociones sobre los derechos y deberes del ciudadano; agregando adems: l.o el Dibujo lineal y nociones de Geometra con sus aplicaciones ms usuales; 2.o ideas de Cosmografa y Geografa general; 3p noticia sobre la Historia de la Repblica y principios de la Constitucin del Estado, reducidos la divisin de los tres altos Poderes y sus atribuciones principales.
Art. 7.0 Las escuelas pblicas de instruccin primaria abrazarn la vez, siempre que fuere posible, ambos grados de enseanza; se dividirn entonces en dos secciones, correspondientes cada uno de dichos grados. Art. 8.0 Los alumnos de las escuelas pblicas de instruccin primaria superior, que resulten aprobados en los exmenes correspondientes, quedarn habilitados, por el hecho mismo, para seguir estudios en los establecimientos de enseanza pblica secundaria.
LXI
por pruebas previas, la suficiencia de dichos estudios en todos los ramos asignados para las escuelas pblicas del grado que correspondan. Art. 11. Los establecimientos privados de enseanza primaria podrn ser habilitados para la incorporacin que expresa el artculo anterior; al efecto, ser indispensable que dichos establecimientos se sujeten al orden y dependencia estatuida para las escuelas pblicas, llenndose en ellos ntegramente las asignaturas de estudios determinados para la enseanza pblica del grado en que fueren autorizados.
justificarse,
DE
LA INSTRUCCIN
PRIMARIA EN
LAS ESCUELAS
DE NIAS
Artculo 12. Las disposiciones dictadas en el presente Reglamento comprenden las escuelas de mujeres. La enseanza ser modificada en ellas, sustituyndose con labores de costuras, tejidos y otras anlogas las materias designadas en los artculos 5.o y .o que no se adaptan las necesidades ms comunes del sexo femenino. El Instituto reglamentar oportunamente de un modo especial esta importante parte de la enseanza.
INS-
Artculo 13. La provisin de Preceptores para escuelas pblicas de enseanza primaria se har por el Instituto de Instruccin Pblica por medio de concursos, los cuales no podrn ser admitidos sino individuos que hayan obtenido
las
el
LXII
ttulo de Maestro, correspondiente al grado de enseanza de la plaza vacante. de Maestro de Art. 14. Para obtener ttulo Instruccin primaria inferior superior se re-
quiere
1.0
2.0
Tener cumplidos diez y ocho aos de edad; Acreditar moralidad de costumbres por dos certificaciones firmadas por personas caracterizadas
;
La aprobacin del Instituto de Instruccin Pblica, en un examen sobre las materias que comprende el grado de enseanza del ttulo que se pretende. Art. 15. Los Preceptores de Instruccin primaria pblica gozarn de las prerrogativas siguientes: 1.a Exencin de todo servicio militar; 2.a Exencin de todo cargo concejil; 3.a Exencin de cualquiera otra comisin en servicio pblico, menos que no sea rela3.0
tiva la instruccin.
obtener autorizacin de establecer escuelas privadas, poder ensear en ellas, se exigirn slo los requisitos designados en los
Art. 16. Para
nmeros
Art.
l.o
2.o
la
enseanza en los establecimientos privados, habilitados como pblicos, que expresa el artculo 11, se exigir necesariamente
17.
Para
el nmero 3 del artSatisfecho este requisito, gozarn los Maestros de establecimientos privados de las prerrogativas que confiere los Preceptores pblicos el artculo 14. Art. 18. No podr ejercer la honorfica profesin de Preceptor Maestro de escuela privada: 1.0 El que haya sido alguna vez condenado
el
culo
pena
aflictiva
infamante;
2.0
3.0
LXIII
El que se halle procesado por algn delito; El que haya sido declarado reo de quiebra fraudulenta.
tendrn los
el
libros
Instituto
con
la
mayor
ventaja posible.
DISPOSICIONES GENERALES
Artculo 24. La Instruccin primaria pblica queda en general bajo la direccin del Instituto;
LXIV
velar sobre
ciones
Juntas E. Administrativas, para auxilien en el ejercicio de esta atribucin, en virtud de la que les confiere el artculo 126 de la Constitucin. Art. 25. El Instituto inspeccionar las escuelas;
las
oportuno,
ellas
que
le
conocer de Maestros en
las
el
faltas
de
los
Preceptores
castigndolos con multas, suspensin destitucin del cargo, segn su naturaleza, siendo los establecimientos pblicos habilitados, y har cerrar las escuelas meramente privadas siempre que sus prcticas doctrinas ofendan la moral al orden legal de la Repblica. El Instituto cuidar de denunciar sin demora, la autoridad competente, todo delito cometido en las escuelas de que venga en conocimiento. Art. 26. El mismo Instituto dar oportunamente un Reglamento especial para el rgimen interior de las escuelas pblicas de enseanza primaria. -Montevideo, Marzo 13 de 1 848.- Luis J. de la Pea. Jos G. Palomeque. Cmplase, etc. Rbrica de S. E. Herrera y Obes.
N.o 62
Adiciones al Reglamento.
CAPTULO
especiales, baj la
2.a la
LXV
inmediata direccin de stos que se da por Maestros autorizados para ello por el Instituto de Instruccin Pblica, conforme al artculo 16 del Reglamento de Instruccin primaria.
Art. 2.0 Ninguna escuela privada puede recibir ms de ocho alumnos. Art. 3.0 Toda escuela que excediese de este nmero, ser considerada por el hecho como
las
obligaciones im-
Reglamento las de esta clase, gozando tambin las prerrogativas que l les
puestas por
el
concede.
Art. 4.0
se anunciar
escuelas pblicas slo se anunciarn con el ttulo y en el grado para que hayan sido autorizadas. Art. 6.0 Para establecer colegios se necesita una autorizacin especial del Instituto de InstrucArt. 7.0 El Instituto exigir como condiciones para concederla: 1.a Treinta aos de edad. 2.a Las que el Reglamento exige para Maestros de enseanza primaria inferior superior. 3.a Las garantas que el mismo Instituto creyere conveniente exigir sobre la capacidad, para la direccin de un colegio, y dems circunstancias conducentes.
4.a
cin Pblica.
Someter
al
Reglamento
interno del colegio. Art. 8.0 El Instituto slo conceder esta autorizacin por el trmino de dos aos, fenecido el cual deber solicitarse de nuevo. Art. 9.0 Slo pueden obtenerla indefinidamente,
- LXVI -^
los
que hayan dirigido algn colegio por ms de diez aos consecutivos, con autorizacin para
ello.
Las disposiciones de los artculos Qp comprenden tambin los Maestros Directores meramente de escuelas.
Art. 10.
10,
Art.
11.
del Regla-
primaria.
CAPTULO
11
Aumento de
stas.
Detencin en la escuela, despus de concluidas las horas de estudio. 4.a Estar de pie durante las horas de clase parte de ellas. 5.a Intimaciones en privado pblicamente, de expulsin del establecimiento. 6.a Expulsin del mismo, hecha en privado en pblico. Art. 2.0 Las penas designadas en los nmeros 1 4, podrn ser impuestas por el Preceptor en proporcin de la falta.
Art. 3.0 Si la
inaplicacin,
la
indocilidad
del
alumno, la falta de respeto sus Maestros, algn otro defecto grave, principalmente contra la moral, hiciesen conocer al Maestro la ineficacia de las penas de que habla el artculo precedente, podr intimar al alumno privada pbl-
cntente,
si
Lxvn
-^
del establecimiento
no se
Art. 4.0 Esta pena no podr ser impuesta sino por el Director principal, dando aviso desde la primera intimacin los padres tutores del
alumno.
Art. 5.0 En el caso de que estas intimaciones, hechas hasta por tercera vez, no produzcan la enmienda, el Director expondr, en presencia de los empleados y alumnos del establecimiento, los motivos que hacen necesaria la expulsin del alumno, y los medios que se han empleado para
evitarla.
Art. 6.0
En
y
acto, declarar que el del establecimiento como lo notificar sus padres tuel
mismo
En el da instruir ohcialmente al Insde Instruccin Pblica de la pena impuesta, del motivo que la haya causado y de la persona en quien haya recado. Art. 8.0 El Instituto tomar otras medidas, si las considerase convenientes, segn el caso. Art. Q.o Los Directores Maestros de escuela
tituto
que contravinieren estas disposiciones, sern penados por el Instituto conforme lo que previene el artculo 25 del Reglamento de Instruccin
primaria.
Art.
10. Estas disposiciones se parte de dicho Reglamento.
considerarn
como
LXVIII
III
CAPTULO
DISPOSICIONES GENERALES
Para llenar las disposiciones de los artculos 2Q y 30 del Reglamento de Instruccin primaria, el Instituto ha resuelto: Artculo 1.0 Se nombrarn cada trimestre dos comisionados de su seno, para que inspeccionen todas las escuelas del Departamento. Art. 2.0 Los comisionados visitarn cada escuela cuantas veces lo crean conveniente, pero nunca dejarn de hacerlo una vez cada mes. Art. 3.0 Esta visita de inspeccin podr hacerse en comn por los dos comisionados, por uno solo, segn lo acuerden entre s. Art. 4.0 La visita de inspeccin no ser anunciada; y todos los Maestros, sin excepcin alguna, estn obligados dar los comisionados los conocimientos que les exigiesen. Art. 5.0 El especial encargo de las Comisiones inspectoras debe ser: vigilar, exigir la exacta observancia de los Reglamentos y dems disposiciones sobre la Instruccin primaria; informar sobre los mtodos empleados, sobre los libros que sirven de texto las lecciones, y sobretodo cuanto pueda contribuir la mejora progresiva de la instruccin. Comisiones inspectoras presenArt. 6.0 Las tarn al Instituto, al fin del trimestre, un informe sobre el estado de las escuelas, el nmero de alumnos que las frecuenten, las aptitudes y desempeo de los Maestros, con las observaciones que crean conducentes al objeto de que han
sido encargadas.
LXIX
Art. 7.0 Los informes de las Comisiones Inspectoras sern publicados por el Instituto de Instruccin Pblica. Art. 8.0 No podr establecerse en adelante escuela alguna, sin previo informe de la Comisin inspectora, sobre la solicitud de la persona que pretenda hacerlo, sobre su programa, la conveniencia de la nueva escuela, y dems que crea conveniente. Art. 9.0 Estas disposiciones se consideran como
Enseanza
primaria.
N.o 63
Memoria
don Jos G. Palo meque relade la Enseanza primaria en 1855 y reformas que deben introducirse en la misma para su mejoramiento.
del doctor
tiva al estado
COMISIN ESPECIAL DEL INSTITUTO DE INSTRUCCIN PBLICA
Desde que
blica concibi
el
pular.
Tan lisonjeras esperanzas arraigaron en el nimo de los miembros fundadores del Instituto la necesidad de adoptar todas las disposiciones que considerasen convenientes para asegurar el progreso de la Institucin, y ellos, en efecto, han
LXX
restituido el vigor de que por desgracia careca tan importante ramo, aniquilado y sin signos de
vida.
aunque fundadas en
estudio de lo que crearon otros pueblos, necesitaban pasar, en los nuestros, por el crisol en que se robustecen las ideas: la prctica y la experiencia.
La prctica ha sido hecha, la experiencia ha venido y la oportunidad de conocer sus ventajas ha llegado. Reconociendo, pues, el Instituto tan prsperos momentos, acord comisionarme para que, visitando las escuelas costeadas por el Estado en los departamentos de campaa, estudiase y examinase sus necesidades y sus sistemas, removiendo, en cuanto posible fuere, las imperfecciones donde las encontrase y hubiese medio de hacerlo; con la obligacin de pasar al Instituto un informe detallado del estado en que se encuentra la educacin que se da en las dichas localidades. En esta virtud, y habiendo cumplido con lo principal de la comisin, voy llenar la segunda parte de mi encargo, presentando al Honorable Instituto el informe que corresponde. Pero, antes de entrar en pormenores, debo anticipar mi juicio sobre la urgente necesidad de introducir algunas modificaciones en el Reglamento de Instruccin primaria, por lo que se me permitir indicarlas en el curso de este informe.
LAS JUNTAS
El Gobierno, por su decreto de 13 de Septiemde 1847 deleg las facultades que le competan
el
bre,
Instituto
LXXI
la constitucin de ese cuerpo ha determinado, de la manera ms explcita, sus obligaciones, que ha llenado con abnegacin y patriotismo. La Constitucin del Estado, en su artculo 126, designa las Juntas E. Administrativas para que con su vigilancia concurran la mejora y pro-
greso de la educacin. Estas nicas propiamente dicho, quienes est que se propaga en los departamentos dan una muestra de su poca eficacia
siada negligencia.
autoridades, confiada la
de campaa, de dema-
La propagacin y la inspeccin de la Educacin primaria es una de esas tareas tan elevada como vasta, que, complicndose con multitud de detalles minuciosos, piden ejecucin por todas partes, y por todas partes una observacin incesante, tanto sobre los profesores como sobre los educandos.
Pero, las Juntas, doloroso es decirlo,
no com-
prenden su misin
ni
la
educacin, para ellas, es ocupan. As se ve su reconocido descrdito, la insuficiencia de los profesores y la ignominia en
Gobierno. Colocadas las Juntas al frente de la Educacin, con la falta de inters que han demostrado siempre, no es posible prestar las escuelas esa atencin necesaria, especial, que ellas reclaman. Los profesores, como los discpulos, precisan de la presencia de las Juntas, exigen sus visitas frecuentes, porque stas reaniman la vida del estuel
dio y estimulan
al
profesor.
LXXII
es irrealizable, y conviene, por lo mismo, restablecer lo que por algunos aos ha suplido la creacin del Instituto, con el nombre de inspectores Generales de Escuelas. El Inspector General es indispensable, en bien
y adelanto de la Educacin: mas, no pudiendo esperarse todo de estas autoridades, convendra, para que el resultado fuese completo y seguro, robustecer su accin con la de Comisiones, presididas siempre por el Inspector. Las Comisiones elegidas de entre las personas
en la Educacin, ofrecen la gade sus trabajos, que deben necesaramente ser ms directos inmediatos. Sin embargo, y para asegurar esta confianza, las Juntas deben ejercer su oficio demostrando siempre que son ellas la autordad caracterizada y que pueden poner en juego sus influencias y actividad constante, explicando as, ser la nica permanente. El prmer auxilio, la prmera condicin del hombre, autordad en matera de Educacin, debe ser el conocimiento ntimo del asunto de que se encarga, conocimiento que no es posible adquirr si no se consagra l de una manera muy especial por profesin. Si las Juntas descuidasen, como sucede en la actualidad, las funciones que les confiere la Consinteresadas
ranta
ms
y para evitar los grandes males que sobrevienen en este caso, es que indico el nombramiento de un Inspector General de Escuelas. Esta necesidad es vital la accin de una autordad especial es urgente; pero que abunde en conocimientos profesionales, para que el resultado sea prspero y digno de los desvelos y sacrficios con que es retribuido por el Gobierno y por el Instituto.
dara;
:
Lxxni
Si la conveniencia de un Inspector General fuese reconocida por el Instituto, la eleccin de esta autoridad debera recaer en uno de sus miembros, con la obligacin de visitar anualmente las Escuelas pblicas de toda la Repblica. El Instituto, reducido conocer prcticamente la educacin que se presta en la capital y sus contornos, debera extender este beneficio la que se da en la campaa. No basta visitar los establecimientos ms bien atendidos, como en efecto lo son
los del
departamento de
la
capital.
En
principio,
Escuelas costeadas por el Estado tienen igual derecho ser visitadas, pero conviene, en tal caso, no se repose en las formas, para que esa visita no llegue ser de estriles y vanos
todas
las
aprovechamiento de de inmensos resultados, como lo explican los producidos en la capital, cuyas escuelas, colocadas en medio de una poblacin ms activa, ms cerca de la autoridad superior, bajo la direccin de profesores ms aventajados, fomentados y animados por la multitud, encuentran, en su situacin misma, motivos positivos de prosperidad. Las Escuelas de la campaa, como ya dejo demostrado, deben ser de la preferente atencin del Instituto. Establecidas stas inmensas distancias de los recursos, fuera del teatro de la civilizacin y bajo la direccin de maestros menos idneos, reclaman, con justicia, la necesaria y esencial visita del Insbeneficios. Sin
el
sera
tituto.
Pero, volviendo lo que son las Juntas, necees consignar en esta Memoria que han corrido tres aos ejerciendo su autoridad: tres aos de desengao en lo que dice relacin con la Enseanza primaria; y esta dolorosa experiensario
LXXIV
cia mueve el nimo de sus observadores y los pone en el caso de denunciar la completa este-
rilidad
medio
ni
sacri-
perfeccionamiento de la Instruccin primaria; y, sin embargo de su celo y del ardor con que emprende siempre todas las grandes reformas, que han sido aprobadas por el pblico, tiene que lamentar la falta de progreso en sus
ficio
trabajos.
del Instituto
no dejarse alucinar por las apariencias, para poder hacer, si no es posible todo el bien que el pas reclama, al menos el ms indispensable, lo que puede obtenerse por medio del Inspector General y de las Comisiones propuestas. Salvar todos los inconvenientes que hasta ahora
se han opuesto al adelanto de la Educacin popular; proponer y realizar en bien de ella lo que no ha sido posible obtener; servir de vnculo entre las autoridades creadas y las propuestas;
facilitar
in-
teligencia; prevenir los conflictos de que pueden ser susceptibles; deshacer la inercia; robustecer
su accin y centralizaria bajo bases regulares y de adelanto, es la tarea ms importante que debe ocupar al Instituto.
LA ACTITUD DE
LAS JUNTAS
Hasta aqu, pues, la necesidad demostrada de medios auxiliares, para que las Juntas puedan, con ventajas, llenar, como corresponde, el precepto constitucional que les impone el artculo 126 del Cdigo; pero, como he hablado, en tesis
general,
LXXV
de las Juntas, no es racional ni justo confundir entre la inercia de unas, la suficiencia, cuidados y desvelos de las otras; por tanto, me ocupar en dar cada una lo que le corresponde con abstraccin completa de la de Montevideo cuya apata notoriamente conocida, en materia de educacin, me relevan de toda tarea. En tal caso, y concretndome las de la campaa, debo consignar aqu la circular que consider conveniente dirigir las Juntas EconmicoAdministrativas, con el fin de obtener los conocimientos estadsticos que seran la base de este trabajo. He aqu la circular: Septiembre de 1854. El que suscribe, miembro del Instituto de Instruccin Pblica, comisionado por la misma corporacin para estudiar inspeccionar la organizacin de la Educacin primaria en el Estado, visitando con especialidad jas Escuelas pblicas de los departamentos de campaa, tiene el honor de dirigirse al seor Presidente de la Junta E. Administrativa de...., rogndole quiera dar sus rdenes para que se le permita conocer las Escuelas que existen en esta Villa bajo su vigilancia, y disponer se le pase un conocimiento circunstanciado del nmero de Escuelassu sexo alumnos que ella concurren el sistema adoptado en la enseanza las materias que sta abraza los textos que se emplean el material que las sirve y las necesidades ms palpitantes para una marcha regular y de progreso. Al cumplir el infrascripto con este encargo, y las rdenes que al efecto ha recibido del Gobierno, slo le resta rogar al seor Presidente de la Junta, que, en atencin los cortos momentos que residirn en esta Villa, se digne expedirse la mayor brevedad posible. Dios
guarde
)
LXXV
seor Presidente muchos aos. (FirJos G. Palomeque. Las Juntas de Canelones y de la Colonia contestaron la citada circular en los trminos que ver el Instituto en el documento original que bajo los nmeros 1 y 2 acompao. Esa contestacin, extraa al objeto, comprueba, de un modo expreso, que estas corporaciones se han ocupado incesantemente de alimentar competencias y suscitar cuestiones puramente de amor propio y en perjuicio de la Educacin. Las de San Jos, Tacuaremb y Maldonado han contestado y, aun cuando se han aproximado los objetos de la circular, no dejan de adolecer de imperfecciones que niegan los fines proal
mado
puestos.
Las del Salto y Cerro Largo, interesadas, como el adelanto intelectual de los pueblos, han llenado, en parte, el notable vaco que han dejado las dems. Las de Paysand, Mercedes y Minas han demostrado, con su silencio, la elocuente verdad de que la educacin es, para ellas, lo que es para los tiranos la libertad. La del Durazno no ha sido visitada, y, juzgar por analoga, puede asegurarse que aquella circunstancia la pone salvo de los cargos que
siempre, en
las
dems debiera
hacrseles.
La Junta del departamento del Cerro Largo, que ha sido una excepcin de todas las de la Repblica, ha comprendido bien su alta misin, por lo que no ha omitido ninguna clase de sacrificio para corresponder, de un modo digno,
LXXVII
esperanzas del Gobierno, las del Instituto de sus comitentes. Las escuelas, pues, de este departamento, son el modelo y ejemplo de todas las de la campaa. La suficiencia y consagracin expresa de los profesores son dignas de mencionarse, y no es posible hacerse sin ser lcito tributar stos
las
las
como la Junta, el ms sincero homenaje de agradecimiento y aprecio por cuanto han hecho para regenerar la Instruccin primaria. Las escuelas de la villa de Mel han sentado principios fecundos en resultados. Slo una cooperacin decidida y espontnea de parte de las autoridades locales ha podido salvar los grandes obstculos que se oponan uniformar y vigorizar la Eduque viene hoy nacionalizar un deparque presenta opuestos intereses, sin embargo de hallarse bajo la salvaguardia de nuestras leyes y de nuestras autoridades. Por lo que respecta alas dems, las ha dominado siempre la apata y el egosmo; la falta de recursos con que hasta ahora se han escudado, llenando los archivos con sus reclamaciones, son resultados que se explican fcilmente si se atiende la causa que los ha producido. Unas autoridades
cacin,
tamento
Gobierno, pero deban procurar la extincin, el olvido perpetuo de la educacin, que algn da diesen la gloria que ellas no han podido ni sabido conquistar. Pero, en la imposibilidad de apagar el germen del saber, le daban
interesadas
en
desprestigiar
al
al
con especialidad
Instituto,
al
menos
viciosa
LXXVII
mu-
cuyas vacantes han sido llenadas donde la suerte ha querido proporcionar un hombre, una seora que supliese en cuanto era posible la urgencia del caso. En el pueblo de las Piedras fu imposible instalar la escuela de varones falta del hombre especial. En Canelones se orden el nombramiento de la de nias, tambin vacante, hacindose en la persona de doa Juana Orcajo. En Santa Luca se dispuso que la mayor brevedad se proveyera la de ambos sexos de que careca. En San Jos se estableci la de nias, que
chos pueblos
sin Profesores,
no exista, nombrando para regentarla doa Tecla Verde. En el Rosario se separ al Profesor don Jos Prendes por su inercia y abandono de las obligaciones de su ministerio, nombrando para subrogarle don Santiago Torres. En el
la
de nias, habindose
Forte. En Nueva Palmira se estableci la de varones, que no exista, nombrando para su Preceptor don Manuel Tescera. En Soriano se hizo igual nombramiento en la persona de don Hiplito Marfetn. En Paysand se dispuso la eleccin de una Profesora para la escuela de nias, que exista vacante, y se removiese, tan pronto fuera posible, al Preceptor de la de varones, reemplazndolo con sujeto idneo. En el Salto, aun cuando no exista en ejercicio la de nias, se providenciaba activamente por la Jurkta para no retardar por ms tiempo esta Escuela.
la
LXXIX
En Tacuaremb fu indispensable separar del cargo de Preceptor don Aurelio Garibaldi, por su nulidad; y se nombr, en su lugar, don Jos de la Hanty. En Maldonado fu preciso igual operacin, y, por idntica causa, destituyse don Manuel Constenla, nombrando para subrogarle don Felipe J. Vzquez, quien, sin embargo, dista en mucho de desempear como corresponde el cargo que ha sido elevado, por lo que conviene obrar en consecuencia. En Pando, aun cuando no existe Escuela ninguna, no fu posible instalarla por falta de tiles, porque pesar de superiores disposiciones para que se paguen los ya mandados construir, no se ha podido alcanzar el cumplimiento de aqullas. Al dar cuenta al Instituto de los nombramientos que quedan mencionados, necesario es prevenir que todos ellos tienen la calidad de interinos, mientras la corporacin no resuelva otra cosa.
LA CAPACIDAD DE LOS MAESTROS
Ahora, pues, entrar en la parte que correslos Profesores en orden la enseanza. No me detendr ocupndome de cada Maestro ni de cada Escuela en particular. Baste slo saber que en todas las de la Repblica, con la sola excepcin de las de Montevideo, Cerro Largo y Salto, no se conoce el Reglamento de Estadios: en ninguna se ensean las materias que abraza la Enseanza primaria superior. De ventajas consiguientes que alcanza la Educacin, se limitan tan slo rudimentos de escritura, lectura, doctrina, las primeras cuatro reglas fundamentales de la aritmtica y nociones de gramtica castellana, siendo de notar que la enseanza de la
ponde
LXXX
gramtica ocupa un lugar muy secundario en algunas de las Escuelas. Estos detalles muestran muy bien que la Educacin en los departamentos de campaa est fiada hombres que ignoran sus obligaciones, que se guan slo por mera rutina, sin otros
conocimientos que los que han podido adquirir en la prctica, y sin haber estudiado, en su mayor parte, la teora de su profesin ni saber dnde ocurrir para aprenderla. Si esto se agrega la falta de buenos libros que los pongan al corriente del adelanto de la poca, es claro que el laberinto y desorganizacin de las Escuelas no puede dejar de existir.
Cuando se habla de Educacin en los departamentos de campaa, se dice una mentira se inicia una farsa. La evidencia de esta verdad la hallar el Instituto lgicamente demostrada en el siguiente censo, levantado segn los datos que he podido adquirir en mi viaje, garantiendo slo los que expresan el nmero de Escuelas y alumnos, de que he sido testigo de vista.
DEPARTAMENTOS
LXXXI
LXXXII
con que podra costearse la Instruccin primaria de cinco, dando una proporcin de cuatro mil setecientos setenta y tres alumnos, si se atiende que el precio de ocho reales, por cada uno,
suficiente para costear cualquier Profesor que se estableciese en los pueblos de campaa. Necesario es confesar el abandono en que essera
tn las escuelas, lo que indudablemente contribuye la desmoralizacin de los Profesores. La organizacin regular de tan til como importante Institucin, se resiente de la falta de recursos pecuniarios. Los Profesores impagos, los alumnos sin texto, los establecimientos sin tiles ni materiales que los sirvan, lo dificulta punto
de hacerse
ilusoria
la
un campo vasto para abundar en argumentos, lo que demostrara la imposibilidad de crear y sostener escuelas si no se toma un temperamento que salve las dificultades que se oponen la prosperidad de la Instruccin prisituacin ofrece
del Instituto sobre la necesidad de fundar y organizar la educacin popular bajo bases seguras, me abstendr de ello, expresando slo que el xito favorable de ese mejoramiento depende esencialmente de la exactitud en el pago de los Profesores, de la provisin de libros de lectura y tiles de las escuelas, del inters que anime las autoridades locales, de la moralidad de los
Institutores,
la
de
la
disciplina de los
alumnos y de
obligacin de los padres de familia en orden la concurrencia de sus hijos las escuelas. Trabajar, en este sentido, para que los hbitos, el orden y el progreso se arraiguen en nuestros
habitantes, es
la
LXXXIII
tarea
ocuparse
el
Instituto.
EDUCACIN DE LA MUJER
Expuesta la situacin de la enseanza de varones y sus necesidades, pasar dar una idea, si no completa, lo menos muy aproximada, del estado en que se encuentra la que se propaga en las mujeres. Si no fuese un hecho palpitante y notorio la poca importancia que nuestras autoridades locales, y aun los habitantes mismos (con muy pocas excepciones), han dado y dan la educacin instruccin del hombre, se podra casi asegurar que una arraigada conviccin es la causa de que est sumergida en el ms completo olvido la que se debe las mujeres. Si se meditase reflexivamente sobre la importancia de este sexo, de cierto que se ocurrira con un vivsimo inters proveer sobre los medios para sacarla de la ignorancia y atraso que est reducida por la falta de casas de educacin bien asistidas y dotadas. La educacin de las seoras est llamada un rol muy elevado, y la que se presta en algunos pueblos de la campaa dista en mucho de llenar las grandes necesidades de nuestras sociedades.
Si
la
instruccin
no
tiene
excepciones en los pases donde domina la aristocracia, convendra no establecer lo que sin meditacin existe aqu, chocando con nuestro sistema democrtico hiriendo los hbitos y las necesidades notoriamente reconocidas. Las ideas dominantes del siglo se oponen, lgicamente, que se d instruccin al hombre
y no
la mujer,
la
LXXXIV
lo
al
se niega
hija,
que
her-
mano y no
Si tal
decir muy bien que la civilizacin, entre nosotros, retrograda, lejos de avanzar. La mujer que ha de llegar ser madre, como la que por vocacin se dedique la noble profesin de la enseanza, debe llevar consigo los ms abundantes grmenes de instruccin y suficiencia al seno domstico: lo contrario, sera detener, las puertas de las familias, lo que
forma
la
felicidad
de
las
generaciones y lo que
constituye una verdadera unin conyugal. En los pueblos de nuestra campaa, y aun en los de la capital misma, se ven, por desgracia, cientos de mujeres y nias abandonadas su propia suerte y al embrutecimiento que les ofrece la diminuta y malsima educacin que se les
presta.
Para
evitar
este
lamentable
espectculo,
que
degrada una poblacin llena de vida y cultura, convendra, ms de otros medios que indicar oportunamente, ampliar el reglamento de estudios de este sexo con el dibujo foreal, msicay historia, geografa, matemticas y filosofa. La mujer ms que nadie, debe conocer el corazn humano; es la que ms necesita conocerse s misma, para alcanzar las deliberaciones del hombre y evitar los escollos que estn constantemente expuestas por la naturaleza de su
sexo.
La inteligencia de la mujer debe desarrollarse por medio de estudios cientficos, puesto que ella, por una ley divina y por vnculos indisolubles, est llamada ser la compaera del hombre.
los
LXXXV
La mujer con quien el hombre debe consultar medios de su suerte futura, es, indudablemente, la que, con ms lealtad y vivo inters puede contribuir perfeccionar las grandes combinaciones del hombre. Pero, careciendo de instruccin, como generalmente sucede, no es posible, no es prudente fiar su consejo lo que debe decidir de una familia entera. De esta deplorable calamidad surgen esos males, que muchas veces condenan los cnyuges la ms espantosa desgracia y oprobios. No obstante, para poder entrar en otras consideraciones muy notables, he credo no adelantarlas, porque me asalta el presentimiento de que no faltar quien las clasifique de una descabellada teora; aparte de que su realidad se encuentra fcilmente, si se quiere estudiar la instruccin que se propaga las mujeres en Italia y Francia. All se comprende bien cunto importa no hacer estacionaria la inteligencia femenina .... Me concretar, pues, la educacin de las mujeres que se da en las escuelas pblicas del Estado. Es de mi deber anunciar al Instituto que sta se encuentra doblemente atrasada y abandonada de la inspeccin, cuidado y vigilancia de las autoridades locales. La mayor parte de los Profesores no renen las cualidades requeridas por los reglamentos para poder desempear tan digno como delicado ministerio. Sin embargo, si se atiende todas las dificultades, la falta de proteccin y recursos con que constantemente tienen que luchar, puede muy bien decirse que su desempeo es honorable.
LXXXVI
cada una de
ellas!
la inercia, la falta de sistema y de medios y el desconocimiento de los reglamentos de estudios, es la gua, la base, la uniformidad y suficiencia con que se pretende educar nuestras poblaciones atrasadas. En esto no hay ni exageracin ni excepcin de la que se
El desquicio,
presta los varones. Estas escuelas (las de mujeres), que, por muchos ttulos, debieran ser el mejor espejo de nuestra sociedad, se ve, por el contrario, que se hallan privadas hasta del auxilio de la ciencia para el desarrollo de la capacidad intelectual. Sin embargo, las Profesoras que, aun careciendo de la instruccin suficiente, se consagran la enseanza en los remotos extremos de la Repblica, prestan, con todo, un importantsimo servicio
la el
LXXXVII
sociedad, que puede y debe ser apreciado por Gobierno y por el pas en general.
SOCIEDAD DE DAMAS
que hace esta enseanza, opino que debe declararse autoridad incompetente en orden su inmediata direccin, debiendo poner en accin toda su influencia y atribuciones fin de que la Sociedad de Damas sea entre nosotros una realidad. Esa importantsima institucin, cuyos benficos resultados no son desconocidos, es la nica que est llamada al mejoramiento de la educacin y de la ndole del sexo femenino. Las fecundas ventajas de una institucin tal, estn por s mismas demostradas; robustecerla, prestigiarla y darle los medios para que pueda
lo
el
Por
Instituto
ejercicio,
la
es la
del Instituto
Para
pues,
que obstan
la
el
LXXXVIII
las disposiciones de la Entonces, pues, y cuando el Maestro sea bien pago, que el nio tenga en qu estudiar,
ley.
Gobierno cumplidas
que se olvide la prctica de mendigar una cartilla, un pliego de papel y un poco de tinta, habr desaparecido el pretexto con que algunos, y aun las mismas Juntas, formulan su justificacin los cargos que se les han hecho. La urgencia de fondos locales para atender la educacin pblica reclama una atencin especialsima de parte del Gobierno; sin providenciarse este respecto, de un modo cierto y regular, no hay educacin posible. En este caso, el Instituto debe salvar su responsabilidad devolviendo al Gobierno la delegacin que le fu
el decreto de su creacin. distancia podra suceder que stas y otras ideas se considerasen como una utopa; pero yo me atrever demostrar lo contrario, llegado el caso de esta necesidad. Los pueblos de la campaa, ms bien dicho, sus habitantes, comprenden cunto vale el hombre intelectual, y lo distinguen, con in-
conferida por
la
ters, del
gaucho, que, sin hogar, sin familia ni honestos medios de subsistencia, cruza instintivamente el adelanto y progreso atacando las grandes conveniencias sociales. Habiendo, pues, adelantado nuestros hombres, punto de juzgar y hacer
tal^
distincin,
no
es
difcil
el
establecer
la
sostenimiento de
las
contribuescue-
EDUCACIN OBLIGATORIA
Nadie tendra que alarmarse de esta medida: la parte civilizada de la Repblica sera la primera en aplaudirla, porque ella debe conocer que en la Pru-
sia
LXXXIX
uno de los pases ms adelantados y en recursos, han sido los primeros en adoptar aquel medio. La Prusia, que ha sido el modelo de la Educacin pblica, fu ms all del bien que produjo la contribucin: ella legisl y oblig que en cada barrio de ciudad, en cada villa, en cada distrito de campaa, hubiese una escuela pblica, costeada por los vecinos propietarios, con excepcin de los hijos bajo la patria potestad, de los militares en servicio del ejrcito y de los dependientes sueldo obligando stos que tuvieran menaje de casa hiciesen cabeza de ella. Con tal legislacin se hicieron rpidos y grandes progresos, y la misma ley, que obligaba al padre de familia la contribucin para sostenerla Educacin pblica, le impona la forzosa de enviar sus hijos la escuela, bajo penas severas excepcin del que
y
la
Francia,
en
las ciencias
justificase
gunda
parte de la legislacin prusiana es tan urgente, tan necesaria, en nuestro pas, que no habra educacin posible si dejase de adoptarse entre nosotros. Es preciso no tener una idea de lo que son nuestros habitantes de campaa, para no hacerse cargo de la importancia de una medida semejante; sus conveniencias se hallan explicadas en el atraso, en. la imperfeccin y desquicio en que se encuentran las escuelas. Doloroso es el espect-
culo de uno de nuestros pueblos de campaa: el nio, desde la edad de cinco aos, ya monta caballo, y se le ve en stos, en la puerta de un caf, en la de una pulpera, en una reunin de carreras, en el lugar en que se degella y desposta una res, etc., etc. Y en todos estos puntos de distraccin y felicidad para ellos, ejercen el oficio de hombre
emancipado! Es all, donde los vicios ms dominantes de nuestro pas se adquieren: es all donde
desde
sitar
xc
la infancia se acostumbra el hombre depoen su cintura un gran pual, haciendo generalmente de l un uso criminal. Para averiguar
esta verdad,
no es necesario transportarse
las re-
giones de la meditacin: bastar slo constituirse en los pueblos de campaa ms inmediatos la capital, para examinar y conocer prcticamente el evangelio sentado. Una rpida mirada de observacin ser bastante para reconocerlo y encontrar sin dificultad el origen de todos nuestros males. Esta calamidad, propiamente hablando, me sugiere la idea de llamar la atencin del Instituto sobre lo que se hace en Francia, para evitar todos los males que estara expuesta, sin una proteccin franca y decidida favor de la educacin del pueblo. RENTAS PROPIAS
En esta parte del mundo europeo civilizado, se ha credo, fundadamente, que la educacin no podra dar todos sus inagotables bienes, sin la aplicacin de fondos especiales y exclusivos que la sostuvieran; y esta creencia, tan lgica como sensata, hizo que se promovieran y sancionaran leyes filantrpicas aplicables esas necesidades de la vida intelectual. Con tal magnnimo pensamiento, se destinaron, como rentas ordinarias
de
las
1.0
El
El
3.0 El producto del otorgamiento de actas del estado administrativo y de las del estado civil.
XCI
4.0 El producto de las rentas de los bienes cuyos goces no tienen los habitantes. 5.0 El producto de los derechos en las ferias, mercados y mataderos. 6.0 El producto de las rentas que las leyes acuerdan las Municipalidades por multas impuestas por la polica correccional; y, en general, todas aquellas contribuciones de ciudad y de polica cuya imposicin est prevista por las
leyes.
Estas sabias determinaciones, aparte de otras innumerables, fueron, indudablemente, las que llevaron la Francia dos siglos adelante de lo que ella sera, si no hubiera comprendido lo que vale la educacin popular, y lo que importa la asignacin de fondos para su sostenimiento. Pero, ya que he citado los medios de que la Francia dispuso para la Educacin pblica, bueno es tener presentes los que emple Holanda, cuya tradicin es notoria, por lo que puede, por lo mismo, considerarse como el decano de las naciones en materia de instruccin. La Holanda concibi de un modo distinto que la Francia los medios necesarios para conservar y adelantar la Educacin pblica. Consider que la verdadera conveniencia estaba en que el Estado abonase los Profesores el sueldo acordado por la ley, y
obligara,
rica
nesterosa. En Holanda, pues, la educacin pgratuita slo se extiende la clase indigente, y tanto la rica, como la mediana, estn obligadas pagar la que quieran dar sus hijos. Como la base, en Holanda, es la conservacin de Institutores ilustrados y capaces, ha tratado de elevar al rango posible tan honorfica profeblica
sin; y, como un beneficio de ella,
la
XCII
asignacin impuesta por la educacin de los hijos de padres ricos. Tal disposicin convendra entre nosotros, donde la profesin se degrada lo ltimo. Los Institutores deben conservar una posicin decente, y, por lo mismo, conviene excitar la emulacin de los distinguidos, preparndolos y asegurndoles el mejoramiento de sus medios y de su suerte. La educacin del pueblo no es un acto espontneo ni oficioso del Gobierno: l tiene la obligacin de costearla y sostenerla, y el ciudadano el derecho los goces de ese beneficio, la vez que un deber en contribuir para su mantenimiento.
entre nosotros.
lo que debe adoptarse, contrario hiere la dignidad del Gobierno, desvirta la Institucin, aleja el desarrollo intelectual y material del pas, olvidando el ejercicio de todas las virtudes sociales y cris-
En
principio, esto es
Lo
tianas.
De
todas
estas
concluyentsimas
razones
se
educacin;
si
se pretende
134 de
la
recursos.
XCIII
didas, adoptadas
sabiamente por los gobiernos europeos, pero con especialidad las que sirven en Estados Unidos, que pueden tomarse como el modelo ms importante que existe en lo que
tiene
relacin
con
la
la atencin del Instituto citando algunas^ disposiciones del Gobierno de la Repblica. ste, comprendiendo bien la importancia de la Educacin, reconoci la necesidad de sostenerla con fondos extraos las rentas generales de la Nacin. Por eso fu que dict el decreto de 15 de Agosto de 1850 mandando se asignase un diez por ciento de las herencias transversales al sostenimiento de aqullas igual suma sobre el importe lquido de todas las propiedades pblicas que se enajenasen y algunas otras que en este momento no recuerdo. Estas disposiciones, contrariadas entonces por un seor Ministro de la poca, las redujo una teora escrita, lo que false las mejores combi;
las
ms grandes y fundadas
Educacin se resiente notabledel cumplimiento de aquellas disposiciones, que se complementan con la falta de uniformidad en los sistemas de enseanza, de que voy ocuparme.
mente,
vindose privada
SISTEMAS DE ENSEANZA
tan diversos los sistemas que se emplean escuelas de todo el territorio de la Repblica, que, por seria y reflexiva que fuese la meditacin del que se dispusiera visitarlas, llegara
las
el
Son
en
rgimen de
unas escuelas
con
LCIV
en
otras,
un mismo
pas,
donde
las
tumbres, el idioma son uno y para todos. Para llegar poder regularizar la Educacin pblica convendra disponer: 1.0 Que los textos de lectura empleados, por ejemplo, en las escuelas pblicas de la capital, fuesen los mismos que debieran usarse en las establecidas en el territorio de la Repblica.
2.0
Que
la
forma
ellas.
de
caligrafa
no
difiriese
en ninguna de
3.0 Que los dems ramos que abraza la Enseanza primaria inferior y superior ocupen el orden cronolgico, por decirio as, que marca el Reglamento de la materia, cuidando de no invertiria, como sucede por lo general. Una medida que determinase seria responsabilidad los Institutores por falta de observancia lo dispuesto en los citados Reglamentos, lle-
nara
el
objeto.
las
Son innumerables
ventajas
que
refluiran
inmediatamente en beneficio de nuestra atrasada educacin, si se tomase por base, para la enseanza, el empleo de ejercicios sucesivos, bien ordenados y graduados. El primero de los resultados de un ensayo semejante, vendra de suyo demostrar la facilidad con que se forma el hbito y el espritu del nio, enriqueciendo la vez su espritu, hasta llegar insensiblemente al desarrollo que l necesita para poder reproducir los pensamientos y las ideas lgicamente coordinadas. El Maestro, guardando las formas del Reglamento de estudios, debera contraerse muy especialmente desarrollar y fortificar el* espritu de observacin del alumno, procediendo siempre de lo conocido lo desconocido, como el medio de
muy
xcv
bajo reglas fijas y sistemadas que pudieran ponerlo en estado de descubrir, por s mismo, la razn, las causas, y, lo que es ms, el principio de lo que se ensea. Pero, todo esto no es posible conseguir, si, como hasta aqu, se contina tolerando la prctica viciosa y corruptora que en general emplean los Profesores, invirtiendo el orden de los estudios.
CAMBIO DE ESCUELA
Hay, adems de estas razones, otras no menos importantes, que militan en favor de las que ya dejo aducidas: tal es el movimiento que se nota en las poblaciones y en las escuelas. De ste se deduce que constantemente se cambian los alumnos de una escuela para otra. El mal que de esto resulta, cuando no hay uniformidad en la enseanza, es de inmensa trascendencia. Por ejemplo, un nio que, por espacio de dos aos, ha estado educndose en la escuela de Tacuaremb, bajo el sistema all establecido por el Profesor, y pasa la del Cerro Largo, ha de sentir y notar un nuevo raciocinio, un nuevo mtodo, ajeno al que ya haba formado su corazn, sus hbitos inclinaciones. Por consiguiente, esta transicin no puede menos que efectuar una revolucin instantnea en las ideas del nio; pero tan extraa, tan fecunda en desrdenes, que concluira por trastornarlo, punto de olvidar en dos horas lo que en una vigilia de dos aos haba aprendido. Por eso es que se nota, en aquellas escuelas
donde
la
mudanza de
Institutores es frecuente,
un
xcv
REFORMA PROPUESTA
Por
lo
las
correspon-
dientes mejoras en la Educacin, segn lo exigen la actualidad y las conveniencias sociales, me ha sido preciso entrar en todos los detalles necesarios que mi juicio ponen bien de manifiesto el malsimo estado en que se encuentran las escuelas de
los
departamentos de campaa. Esos detalles, aunque poco honorficos para el pas, no podan relegarse al olvido, en el inters de conciliar todas las necesidades de la Educacin con los deberes que me impuse al aceptar la misin que el Instituto deleg en m. Para conseguir lo primero, en cumplimiento de lo segundo, he credo no omitir ninguna circunstancia que hiciera al caso, y cerrando entonces los odos todas las teoras no confirmadas por la experiencia, me permitir indicar la urgente importante necesidad de un buen plan de estudios que venga la reforma y evite los abusos, cuyo arraigamiento slo el tiempo y la constancia podrn destruir, afianzando un sistema bien combinado de enseanza. En resumen, la Educacin pblica necesita: 1.0 Un brazo robusto, enrgico inteligente que
la
2.0
las
Escuelas y sus Comisiones en cada pueblo donde haya costeadas por el Estado; bien entendido que aqul deber ser, siempre que fuese posible, un miembro de la corporacin, y con la obligacin de visitarlas anualmente por semestre. 3.0 El puntual y religioso pago los Institutores.
4.0
les consio:uientes
ti-
5.0
XCVII
de
ble
7.0
La creacin de un impuesto personal aplicasostenimiento de las escuelas pblicas. La creacin de rentas locales destinadas
exclusivamente la educacin popular. 8.0 Compeler, por medios directos, los padres de familia, para que se haga efectiva la concurrencia de sus hijos las escuelas. Q.o Uniformar y sistemar la enseanza bajo bases
invariables.
10. Establecer responsabilidades todos los Profesores por la falta de cumplimiento de sus deberes. U. Ampliar el Reglamento de Enseanza primaria superior elemental, y designar como esenciales las modificaciones propuestas en la instruccin que se debe las mujeres. 12. Instituir la
sta la inmediata direccin de la educacin de las nias. 13. La instalacin de la Escuela Normal para la
formacin de maestros idneos y nacionales, quienes, con preferencia, se les entregue el profesorado.
14.
que, abrazando los puntos indicados, salve todos los inconvenientes que se oponen presentemente
al
progreso
intelectual.
LA VERDAD
COMO
PRINCIPIO
En los detalles que expresa esta Memoria no van incluidas multitud de minuciosidades que, sin embargo de ser muy esenciales, para dar una idea completa del estudio de las escuelas en los depar-
XCVIII
la
mejoras indicadas. Para esto slo decisin y la laboriosidad del Instituto en sus trabajos, y la energa y proteccin del Gobierno para sostenerlo. Al cerrar esta Memoria, en cumplimiento de la misin con que me honr el Instituto, slo me resta expresar que al formar mi juicio respecto de las Juntas E. Administrativas y Profesores de las escuelas de los departamentos, no me ha animado ninguna idea poltica, ni de personalidad. Mi principio ha sido la verdad, ante todo, porque slo con ella pueden alcanzarse los grandes bienes de que carecen nuestras poblaciones en orden instruccin. Con este motivo, reitero los seores del Instituto mi particular amistad y respeto. Montevideo, Enero 17 de 1855. Jos G. Palomeque.
bastan
las luces, la
Enero
17 de 1855.
Requena.
Herrera
el
miembro
del Ins-
Dr.
que
fu
ha
encomendada con
celo,
actividad
inteli-
gencia que le han distinguido siempre en elevados destinos y que tanto debe la educacin y la instruccin general del pas. Sensible es que el seor Palomeque no haya
XCIX
generalidad de las Juntas E. A. la cooperacin que deseaba; y, aunque es inexcusable el modo como fu recibida la circular que se refiere, por las Juntas de la Colonia y Canelones, las de Paysand,
la
encontrado, en
de
la
campaa, toda
Mercedes y AAinas, la inercia de las Juntas, en general, tiene fuertes motivos de excusa. Basta recordar que careciendo ellas de recursos propios, sin una ley que defina y reglamente sus atribuciones, sin que pueda llegar hasta ellas muchas veces la accin del Instituto ni la del
Gobierno, no es extrao que los miembros que descuiden el cumplimiento de sus la componen deberes, cuando, por otra parte, los impele la mayor y ms urgente necesidad de atender al cuidado de la familia y la costosa reparacin de sus intereses materiales arruinados por la pasada guerra. En tal situacin no es extrao tampoco que el patriotismo y el espritu pblico no se sientan excitados, como lo sern, sin duda, la sombra de una paz permanente, basada en el
respeto las garantas constitucionales.
del seor Palomeque contiene importantes, indicaciones de sumo inters, que el Instituto no debe perder de vista, ahora que se ocupa de disposiciones reglamentarias y que trata de formular el proyecto de ley general de Instruccin pblica. Por eso, soy
La Memoria
datos
de opinin que la Memoria se pase la Comisin encargada de la redaccin del proyecto anunciado, dndose las gracias al Dr. Palomeque, y aprobndose el nom.bramiento de Preceptores de que da cuenta, pero con calidad de continuar como interinos hasta que rindan las pruebas de suficiencia que exige el estatuto, se pretenda por otro, con ttulo bastante, el profesorado de dichas escuelas.
Dios guarde los seores del Instituto muchos aos. Montevideo, Enero 23 de 1855. Joaqun Requena.
Instituto de Instruccin Pblica. Montevideo, De conformidad con lo reEnero 31 de 1855. suelto en sesin de esta fecha, aprubase el precedente Informe, comuniqese al Gobierno la eleccin de los Profesores que anuncia, y dse la prensa. - Herrera y Obes.
IXDICE
CAPITULO IX
Reorganizacin de
la
I
Enseanza primaria
SUMARIO:
revolucionario. 2. Resurreccin enseanza mutua. 3. Error disculpable de Jos Pedro Vrela. 4. Fundacin de Escuelas cong-regacionistas. 3. Concurso del Gobierno de Buenos Aires favor de la educacin de la juventud. . Ampliacin de la primer ley sobre Instruccin pblica. 7. Decreto por el que se crea la Escuela Normal. 8. Quin fu su primer Director. 9. Fundacin de Escuelas en la capital del Estado. 10. Participacin de la mujer en la direccin de la enseanza femenina. 11. Otras disposiciones. 12. La prensa sacrificada en aras de la Escuela. 13. Educacin cvica y enseanza superior. 14. El aula de latinidad. 15. La Constitucin en sus relaciones con el problema de la Instruccin primaria...
1.
Parntesis
del sistema de
II
LA ESCUELA MERCANTIL
SUMARIO:
2. La Escuela EsCreacin del Consulado. pecial de Comercio. 3, Su inauguracin. 4, Quines fueron sus alumnos. 5. Forrea de exmenes, clase de premios, } concurso que le prestaron el pueblo y las autoridades. 6. Bosquejo de la figura moral intelectual de su Director
1.
27
III
SUMARIO
San
1.
Maldonado.
2.
Minas.
Jos.
5.
Rocha. . Canelones,
cu
Pgs.
10. Soriano. 11. Rosario. 12. Mercedes. 14. Florida Durazno. 15. Pueblos sin 17. Tuntas Inspectoras. Escuelas. 16. Escuelas rurales. 18. Programas escolares y medios y sistemas de ense19. Estadstica escolar. 20. Resumen.. anza.
Colonia.
San Carlos.
13.
40
CAPTULO X
De
cacin.
I
SUMARIO:
Ojeada retrospectiva. 2. Los sueldos de los 1. Maestros. 3. Proyecto de jubilacin escolar. 4. Los primeros Inspectores Generales de Instruccin Primaria. 6. Nuevas Escuelas. 7. 5. Colegios con medio pupilos. La Sociedad de Atnigos de la Instruccin 8. Escuelas subvencionadas. 9, Bibliotecas circulantes. 10 Reorganizacin de la Biblioteca Nacional. 11. Los fundamentos de la Universidad. 12. Exmenes pblicos en la iglesia Matriz. 14. Enseanza 13. Mensaje de Rivera. moral y religiosa. 15. Escuelas para nias de color. 16. Enseanza obligatoria. 18 Locales. 17. Horarios. 19. Provisin de tiles. 20. Exmenes. 21. Sistema de enseanza. 22. Obras didcticas. 23. Presupuesto escolar. 25. Comisin censora 24. Propsitos de mejora. 26. Resumen de teatros.
63
II
SUMARIO:
Primeros actos oficiales relativos la Instruc2. Necesidad de una reforma escolar. 4. Los exmenes de la Escuela Mercantil en 1835. 5. Fundacin del Colegio de los Padres Escolapios. 6. Falta de iniciativas oficiales. 7. Re1.
troceso escolar debido la guerra. 8. Situacin de las Escuelas suburbanas. 9. Aumento progresivo de los Colegios particulares. 10. Proyecto de Reglamento general de Escuelas. IOS 11. La Universidad
CIII
III
SUMARIO:
la
1.
Aprobacin de programas.
2.
Extincin de
Comunidad de San Francisco. 3. Plan general de enseanza. 4. Resistas y Riveristas. 5. Retroceso debido la guerra. 6. Carteles y libros 9. daggico. 8. Cultura de la mujer.
7.
Criterio pe123
Resumen
CAPTULO XI
Segunda evolucin de
I
la
Escuela uruguaya
LA GUERRA Y LA ESCUELA
SUMARIO:
la carencia es1. La iniciativa privada suple casez de Escuelas pblicas. 2. La Escuela de nios emigrados. 3. Apertura de la Escuela del Ejrcito. 4. Cmo estaba organizada. 5. El pabelln nacional en la Escuela en reemplazo de las divisas partidarias. 6. Se impone el servicio militar obligatorio los estudiantes 7. Se hace extensiva los de ms de 14 aos de edad. Maestros de Escuela la disposicin anterior. 8. La accin 9. La Academia de Jurisprudenpolicial en la Escuela. cia. 10. Fundacin del Instituto Histrico Geogrfico. 11. La Comisin Filantrpica y los hijos de emigrados 143 indigentes
II
EN EL CAMPO SITIADOR
SUMARIO
1.
La Escuela de Cordero en
el
Cerrito.
2. Cmo
3. Otras Escuelas. 4. El Colegio de San Escuelas para Luis Gonzaga. 5. Ms Escuelas. nias. 7. Enseanza especial. 8. La Academia de Jurisprudencia. 9. Otras manifestaciones de cultura. 10. Curioso nombramiento de un Maestro. 11. Dispose organiz.
6.
adoptadas por el Gobierno materia de Instruccin Primaria. 12. 13. Opinin Creacin de una suprema autoridad escolar. <3e la prensa oribista sobre la creacin del Instituto de instruccin Pblica 152
siciones de carcter general
del Cerrito en
CIV
III
SUMARIO:
ca.
1. Creacin del Instituto de Instruccin Pbli2. Sus atribuciones. 3. Su tendencia. 4. Curiosa proteccin oficial. 5. Reglamentacin provisional del Instituto. 6. Sus primeros trabajos. 7. Nueva faz de la instruccin primaria 167
CAPTULO
XII
SUMARIO
Tres Escuelas importantes. 2. Quin era Barbosa acusado y ' absueko. 4 DeclaFundacin 5. raciones oficiales en favor de Barbosa. 6. xito que obtuvo. 7. Alumnos del Coleg-io Oriental. con que cont. 8. El arte de la escritura segn Barbosa. 9. Opiniones su respecto. 10. Actuacin de Barbosa hasta la cada de Rosas. 11. Su vuelta la patria; confianza que en l tienen los gobiernos argen:
1.
Barbosa.
3.
tinos,
y su fallecimiento
II
179
PEDRO DE ALZAGA
SUMARIO:
zaga.
Abolengo, nacionalidad y emigracin de AlAlzaga convertido en Maestro. 3. Penurias que sufre. 4. Honroso proceder de la Junta E. Administrativa de Mercedes. 5. Compensacin irrisoria. 6. 193 Talla intelectual y moral de Alzaga
1.
2.
III
SUMARIO:
al
1. Primeros aos de su juventud 2. Su venida Ro de la Plata y clase de tareas que se consagr. autor 3. Fundacin del Colegio Oriental. 4. Bonifaz didctico. . Accin educadora de Bonifaz durante la Sarmiento. 7. Bonifaz Guerra Grande. 6. Opinin de Inspector General de Escuelas. S. Su fallecimiento.... 197
cv
IV
FRANCISCO MATA
Pgs.
SUMARIO:
2.
1. Don Pedro Giralt y don Francisco Mata. El Colegio de los Escolapios. 3 Partida de Mata para Cerro Largo. 4. La Escuela pblica de Mel bajo la direccin de don Francisco Mata. 5. Respeto que
6. inspiraba la personalidad de este ilustrado Maestro. Vasta se niega dar examen de Maestro. 7. ilustracin de Mata. 8. Opinin del coronel Palomeque 9. acerca de las Escuelas pblicas de Cerro Largo. 10. Su Naturaleza, costumbres y propiedades de Mata. 203 retirada de Mel. 11. Honra merecida
Mata
CAYETANO RIBAS
SUMARIO:
Su consa2. confa 3. El general Oribe le gracin la enseanza. 4. Fundacin del Colegio de la educacin de sus hijos. la Unin. Personal y organizacin del mismo. 5. 6. Exmenes. 7. El Colegio de Ribas como estableci9, Sus ltimos miento modelo 8. Ribas y Cordero. 213 aos } su muerte
1.
Su nacionalidad y procedencia.
VI
MARIAXO PEREIkA
SUMARIO:
1.
ros estudios.
Su nacionalidad. 2. Dnde hizo sus prime 3. Su iniciacin como Preceptor. 4. EsSe consagra, adems, su celebrada EsSu fecunda y prolongada la5.
6.
Funda
7.
218
VII
JOS MARA CORDERO
SUMARIO:
rrito
1.
Nacionalidad de
tra-
bajos en Montevideo.
y en la 4. Inicia la fundacin de la Primera Sociedad deano. Espaola de Socorros Mutuos . 5. Contribuye fundar la Sociedad del Magisterio 6. Su act-vidad como miembro del Instituto de Instruccin Pblica, y su muerte. 224
CVI
VIII
FRANCISCO WULLICH
PgS.
SUMARIO:
1. Fundacin de la colonia Nueva Helvecia y construccin de su edificio escolar. 2. Nombramiento de su primer Maestro. 3. Llegada de Wuliich Montevideo. 4. Trabajos que realiza en favor de la educacin de sus alumnos. 5. Su cario hacia la tierra nativa y el idioma nacional. 6. Su muerte. 7. Cualidades personales de Wuliich 226
DOCUMENTOS DE PRUEBA
que dispone el establecimiento de Escue las en todos los pueblos de la Provincia NM. 19. Decreto que ordena se le liquiden sus sueldos al Director de las Escuelas lancasterianas, desde su prisin hasta que recuper la libertad XM. 20. Becas concedidas por el Gobierno Nacional seis jvenes orientales que se educaran en Buenos Aires NM. 21. Creacin de una Escuela pblica en INlaldonado y edificio para la misma Ni:m. 22. Subvencin los nios que fueren Buenos Aires con objeto de educarse en los Colegios Nacio18.
NM.
Ley
iii
iv
V
vr
nales de aquella capital 23. Creacin de la primera Escuela pblica de la ciudad de Minas NM. 24. Aumento del nmero de la? becas concedidas jvenes orientales por el Gobierno de Buenos Aires, segn decreto fecha 2 de Enero de 1826 NM. 25. Presupuesto general de instruccin pblica para el servicio del ao 1827 NM. 26. Decreto creando Escuelas de primeras letras. NM. 27. Establecimiento de la Escuela Normal NM. 28. Decreto por el cual se crean dos Escuelas en
vii
NM.
viii
ix
x x
xii
...
Estado estimulando el celo de la Tunta Inspectora de Escuelas de Montevideo fin de que se instale el establecimiento de enseanza cuya creacin se orden por decreto de 24 de Febrero de 1829. NM. 30. Decreto nombrando Maestro para la Escuela pblica de la villa de Soriano NM. 31. Supresin de las subvenciones la prensa,
la capital del
29.
xiii
NM.
Resolucin
xiv
xiv
CVII
Pgs.
aplicando su importe al fomento de las Escuelas primarias NM. 32. Decreto que prohibe la admisin en las Escuelas ie nios no vacunados NM. 33. Participacin de la mujer en la direccin de
.
xv
xvi
xvii
la
enseanza femenina
3-1.
N.M.
de conducta expedido por el Gobierno favor de todo alumno de las Escuelas del
Certificado
Estado
XVIII
NM. NM.
35.
Fundacin
el
Cordn y la Aguada del mensaje elevado la Asamblea por el General don Juan Antonio Lavalleja al trasmitir el poder al primer Presidente Constitucional, General don Fructuoso Rivera NM. 37. Antecedentes relativos la creacin de la Esrones, entre
36.
xix
Prrafos
xx
xxi
cuela Mercantil
NM.
blico
XXIV
NM.
que suprime el empleo de Director General de las Escuelas creado por el de 23 de Febrero de 1829 y establece en su lugar el de un Inspector General de todos los ramos de la educacin
39.
Decreto
pblica
...
XXV
NM.
de Inspector General de todos los ramos de la Instruccin Pblica, en conformidad al decreto de 22 del prximo pasado NM. 41. Establecimiento de cinco Escuelas ms de primeras letras, de acuerdo con el decreto de 21 de Junio de 1831 Decreto derogando el de 21 de Junio del mismo NM. 42. ao que reformaba el sueldo de los Preceptores de las Escuelas pblicas, y dando otras disposiciones relativas las mismas Restablcese el empleo de Director General NiJM. 43. de las Escuelas del Estado, nombrando la persona que ha de desempearlo, y se declaran sus atribuciones NM. 44, Edicto de polica que hace obligatoria ia en40.
Nombramiento
xxvi
XXVII
xxviii
XXIX
XXXI
seanza
NM. 45. Decreto nombrando al ciudadano don Bernab Guerrero Torres Director General de Escuelas
.
xxxii
CVIII
Pgs.
NM. XCm.
46.
47.
res
Creacin de Ctedras universitarias. que grada el sueldo de los Preceptocon arreglo al nmero de alumnos de cada Escuela
.
Decreto
pblica
xxxtv
NM. NCm.
48.
XXXV
la Biblioteca
pblica una ccleccin de obras instructivas para los departamentos, estacionndose sucesivamente en cada
uno NM. 50. Escuelas de nias de color NM. 51. Decreto que reglamenta el orden de proveerse
Escuelas del Estado que concede los Padres Escolapios la facultad de establecer una ctedra de Filosofa. Presupuesto de Instruccin pblica para el' NM. 53. servicio de la Repblica en todo el ao de 1839 NM, 54. Nombramiento del seor don Alejandro Chucarro para Director General de Escuelas con la misin de formular un plan general de Enseaaza NM. 55. Decreto por el que se impone el servicio militar obligatorio los estudiantes de ms de 14 aos de edad Estadstica escolar organizada de orden del NM. 56. General don Manuel Oribe NM. 57. Creacin del Instituto de Instruccin Pblica NM. 58. Libertad de enseanza gratuita NM. 59. Constitucin provisional del Instituto de Instruccin Pblica NM. 60. Requisitos para la enseanza secundaria y
los tiles
52.
XXXVI
XXXVII
para
las
NM.
Decreto
XLV
XLVII
cientfica
NM. 61. Reglamento provisorio de la enseanza primaria NM. 62. Adiciones al Reglamento NM. 63. Memoria del doctor don Jos G. Paloraeque relativa al estado de la Enseanza primaria en 1855 y reformas que deben introducirse en la misma para
.
....
LIX
LXIV
su mejoramiento
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