La Casa Maldita
La Casa Maldita
La Casa Maldita
Nicholas Brown & Co. le nombr capitn del bergantn Prudence, construido
en Providence, de 120 toneladas, lo que le permiti construir la nueva casa
que haba anhelado tener desde que contrajo matrimonio.
El lugar que haba elegido una parte de la recientemente enderezada Back
Street, calle nueva y de buen vecindario, que corra a lo largo de la ladera de
la colina que dominaba el populoso Cheapside reuna todo lo que pudiera
desearse, y la casa haca honor al solar que ocupaba. Era todo lo buena que
poda ser dada una fortuna moderada, y Harris se apresur a mudarse a ella
antes que naciera el quinto hijo que esperaba la familia. Este hijo, un varn,
lleg en diciembre, pero naci muerto. Durante un siglo y medio no iba a
nacer en aquella casa ningn nio vivo.
En el mes de abril, cayeron enfermos los nios, y Abigail y Ruth murieron
poco despus. El Dr. Job Ives diagnostic el mal como una clase de fiebre
infantil, aunque hubo otros que hablaron de simple debilitacin y
decaimiento. En cualquier caso, la enfermedad pareca ser contagiosa, pues
en el mes de junio Hannah Bowen, una de las dos criadas de la casa, muri
de la misma dolencia. Eh Lideason, la otra criada, se quejaba
constantemente de debilidad, y hubiera regresado a la granja de su padre de
no haber sido por el gran cario que le cobr a Mehitabel Rehoboth, que
haba reemplazado a Hannah. Eh falleci al ao siguiente, ao triste en
verdad, pues en l muri el mismo William Harris, debilitado por el clima de
la Martinica, donde sus ocupaciones lo haban retenido durante largas
temporadas en la dcada anterior.
Rhoby, su viuda, nunca se repuso de la prdida de su marido, y la muerte de
su primognita, Elkanah, ocurrida dos aos despus, signific el golpe
decisivo a su razn. En 1768 fue vctima de una locura benigna, y qued
recluida en el piso superior de la casa; su hermana mayor, Mercy Dexter,
soltera, lleg a la casa para cuidar de la familia. Mercy era una mujer muy
poco agraciada, huesuda y de gran fortaleza fsica; pero su salud empeor
visiblemente desde su llegada. Profesaba un profundo afecto a su
desventurada hermana y un cario especial al nico sobrino que le quedaba,
William, que luego de haber sido un nio fuerte y robusto se haba
convertido en un muchacho flacucho y enfermizo. Ese mismo ao muri
Mehitabel, y el otro criado, Preserved Smith, se march sin dar una
explicacin coherente, o aduciendo simplemente algunas historias poco
razonables y diciendo que no le gustaba el olor de la casa. Durante algn
tiempo, Mercy no pudo conseguir ms ayuda, pues siete muertes y un caso
de locura, todo ello en un perodo de cinco aos, haban comenzado a
fomentar habladuras, repetidas primeramente junto a la lumbre, y
convertidas luego en absurdos rumores. Finalmente, consigui unos criados
que no eran del pueblo: Ann White, una mujer melanclica de la parte de
North Kingstown que hoy forma la villa de Exeter, y un hombre competente
venido de Boston que se llamaba Zenas Low.
Ann White fue la primera en dar forma definida a los rumores. Mercy nunca
debi tomar a criada alguna de la comarca de Nooseneck Hill, pues esas
tierras remotas y atrasadas eran entonces, como hoy, semillero de las ms
inquietantes supersticiones. En 1892, fecha relativamente reciente, las
gentes de Exeter desenterraron un cadver y quemaron ceremonialmente el
corazn para impedir ciertas supuestas apariciones nocivas para la salud y
la paz de la poblacin, y puede imaginarse cul era el punto de vista de esa
comarca en 1768. Ann habl mucho e indiscretamente, y al cabo de unos
meses Mercy la despidi reemplazndola con una fiel y amable criada de
Newport, Mara Robbins.
Mientras tanto, la infortunada Rhoby Harris, en su locura daba rienda suelta
a sueos y falsas aprensiones de la ms horrible especie. Haba veces en
que sus gritos se hacan insoportables y durante largos perodos deca tales
horrores que su hijo tuvo que ser enviado a casa de su primo, Peleg Harris,
que viva, en Presbyterian Lane, cerca del nuevo edificio del colegio
universitario. El muchacho pareca mejorar despus de estas visitas, y de
haber sido Mercy tan. inteligente como bien intencionada, hubiera dejado
que el chico se quedara a vivir permanentemente en casa de Peleg. La
tradicin no est de acuerdo en lo que Mrs. Harris gritaba en sus estallidos
de violencia, o, mejor dicho, los relatos son tan absurdos que se invalidan a
s mismos. Pues resulta, efectivamente, absurdo or que una mujer que
solamente tena rudimentarios conocimientos del francs, gritara durante
horas enteras empleando un francs grosero y coloquial, o que, la misma
persona, en la vigilada soledad de su habitacin, se quejara amarga y
excitadamente de una presencia que la miraba fijamente y la atormentaba
con dentelladas y mordiscos. Zena, el criado, muri en 1772, y cuando
Mistress Harris se enter, lo celebr con risas y alborozo, algo
incomprensible en ella. Al ao siguiente falleci, siendo enterrada en el
Cementerio del Norte, junto a su marido.
Cuando comenz la guerra con Inglaterra en 1775, William Harris, a pesar de
sus diecisis aos y de su endeble constitucin, consigui alistarse en el
Ejrcito de Observacin a las rdenes del general Greene, y a partir de
entonces empez a mejorar de salud y a ganar en prestigio. En 1780, siendo
capitn de las fuerzas de Rhode Island en Nueva Jersey, mandadas por el
coronel Angell, conoci a Phebe Hetfield, de Elizabeth town, contrajo
matrimonio con ella y la llev consigo a Providence al ao siguiente cuando
le licenciaron honrosamente en el ejrcito.
El regreso del joven soldado no fue un acontecimiento feliz. La casa, es
cierto, se encontraba an en buen estado; la calle se haba ensanchado y le
haban cambiado el nombre de Back Street por el de Benefit Street. Pero el
antes robusto cuerpo de Mercy Dexter se haba encogido y desmejorado
curiosamente, y ahora era una pattica figura encorvada de voz cavernosa y
desconcertante palidez, caracterstica singularmente compartida por Mara,
la nica criada que quedaba. En el otoo de 1782, Phebe Harris dio a luz una
hija muerta, y el da 15 del siguiente mes de mayo, Mercy falleca tras una
vida laboriosa, austera y virtuosa.
William Harris, convencido por fin de la naturaleza radicalmente malsana de
su casa, decidi abandonarla y cerrarla para siempre. Consigui alojamiento
provisional para su esposa y para l en la Hostera de la Bola de Oro,
recientemente abierta, y dispuso la construccin de una casa nueva y mejor
en Westminster Street, en el ensanche de la ciudad, al otro lado del Gran
Puente. All naci en 1785 su hijo Dutee, y all vivi la familia hasta que el
desarrollo y necesidades del comercio los llevaron a instalarse al otro lado
del ro; y ms all de la loma en Angell Street, en el nuevo bardo residencial
del Este, en donde el desaparecido Archer Harris construy su suntuosa y
fea residencia con tejado a la francesa en 1876. William y Phebe murieron
vctimas de la epidemia de fiebre amarilla en 1797, pero Dutee fue criado por
su primo Rathbone Harris, hijo de Peleg.
Rathbone era un hombre prctico y arrend la casa de Benefit Street, a pesar
del deseo de William de conservarla desalquilada. Juzg que tena la
obligacin hacia su pupilo de sacar el mximo beneficio del patrimonio del
muchacho, y no le importaron las muertes y enfermedades que ocasionaron
continuos cambios de inquilinos, ni la creciente aversin que la casa
generalmente inspiraba. Es probable que sintiera nicamente enojo cuando,
en 1804, las autoridades municipales le dieron orden de fumigarla con
azufre, alquitrn y alcanfor como consecuencia del comentado fallecimiento
de cuatro personas, probablemente causado por un brote de fiebre
epidmica. Se dijo que el lugar ola a fiebre.
El propio Dutee no pens gran cosa en la casa, pues lleg a ser oficial de un
barco corsario y prest servicios con distincin en el Vigilant, mandado por
el capitn Cahoone en la guerra de 1812. Regres ileso, contrajo matrimonio
en 1814 y fue padre aquella memorable noche del 23 de septiembre de 1815,
en que una gran tormenta arrastr las aguas de la baha hasta que cubrieron
la mitad de la ciudad lanzando una gran balandra a buena altura de
Westminster Street de modo que sus mstiles casi golpearon las ventanas
de los Harris en simblica afirmacin de que el recin nacido, Welcome, era
hijo de marino.
Welcome no sobrevivi a su padre, pero s vivi lo suficiente para morir
gloriosamente en Fredericksburg en 1862. Ni l ni su hijo Archer supieron
nada de la Casa Maldita, sino que era un engorro casi imposible de arrendar,
tal vez a causa de la perniciosa humedad y del olor a viejo y a abandono. En
realidad, no volvi a ser alquilada despus de una serie de muertes que
culminaron en 1861, y que pasaron inadvertidas a causa de la emocin de la
guerra. Carrington Harris, el ltimo descendiente varn de la familia, la
conoca slo como un lugar abandonado, pintoresco y centro de leyendas
hasta que yo le cont mi experiencia. Se propona derribarla y construir en el
solar un nuevo edificio de apartamentos, pero despus de mi relato decidi
aunque entre susurros, la causa del alboroto final que hizo desaparecer a los
Roulet de la ciudad?
Comenc a visitar el lugar maldito con creciente frecuencia, a estudiar la
malsana vegetacin del jardn, a examinar todas las paredes de la casa y a
revisar, pulgada a pulgada, el suelo de tierra del stano. Finalmente, con
permiso de Carrington Harris, me procur una llave para la puerta del stano
que haba dejado de usarse y que daba directamente a Benefit Street, pues
prefera tener una salida ms directa al exterior que la que brindaban las
oscuras escaleras, el vestbulo del piso bajo y la puerta principal. All, donde
lo morboso acechaba en cada rincn, investigu y hurgu en los largos
atardeceres en que el sol se filtraba por la puerta cubierta de telaraas que
quedaba por encima del nivel del piso y que me situaba tan slo a unos
cuantos pies de la apacible acera de la calle. Ninguna novedad premi mi
labor, slo la deprimente y mohosa humedad y las leves sugerencias de
olores desagradables y salitrosos perfiles en el suelo, y supongo que
muchos transentes debieron de mirarme con curiosidad a travs de los
cristales rotos.
Finalmente, por una sugerencia de mi to, decid convertir en nocturnas mis
visitas, y una noche de tormenta gui el rayo de luz de una linterna elctrica
por el suelo rezumante en que se dibujaban extraas siluetas y en el que
brotaban hongos semifosforescentes. El lugar me haba deprimido
curiosamente aquella tarde, y casi estaba preparado cuando v o cre ver
entre los blanquecinos sedimentos la silueta especialmente definida de la
sombra encorvada que haba imaginado desde muchacho. Su claridad era
asombrosa y sin precedentes, y mientras la observaba cre ver de nuevo el
tenue y tembloroso hlito amarillento que me haba asustado una tarde
lluviosa. haca muchos aos.
Se elev por encima de la mancha antropomrfica de moho que haba junto
a la chimenea: era un vapor sutil, malsano, casi luminoso que mientras
flotaba tembloroso en el aire hmedo pareca adoptar una forma vaga,
incierta y maligna, para luego disiparse gradualmente en una desvada nube
subiendo a travs de la oscuridad de la gran chimenea y dejando un
repulsivo hedor a su paso. Fue en verdad horrible, y mucho ms para m, por
lo que saba del lugar. Negndome a huir, lo contempl hasta que se
desvaneci, y mientras lo miraba sent que tambin aquello me observaba
vidamente con ojos ms imaginables que visibles. Cuando se lo cont a mi
to le impresion profundamente, y despus de una hora de reflexin, tom
una decisin definitiva y drstica. Sopesando mentalmente la importancia de
la cuestin, y el significado de nuestra relacin con ella, insisti en que
ambos debamos probar, y si era posible destruir, el misterioso horror de la
casa dedicndonos una noche, o varias, a vigilar juntos, dispuestos a actuar
violentamente en aquella bodega mohosa y apestada de los hongos.
IV
El mircoles, 25 de junio de 1919, despus de informar debidamente a
Carrington Harris, aunque sin comunicarle lo que esperbamos encontrar, mi
to y yo llevamos a la Casa Maldita dos hamacas y un catre de campaa
plegables junto con unos aparatos cientficos de gran peso y complejidad.
Pusimos todo en el stano durante el da y tapamos las ventanas con papel,
con la intencin de volver por la noche para nuestra primera guardia.
Habamos cerrado con llave la puerta del stano que llevaba al piso bajo, y
dado que tenamos llave para la puerta que daba a la calle, estbamos
dispuestos a dejar all los costosos y delicados aparatos, conseguidos en
secreto y a un elevado precio, tantos das como fuera necesario. Nuestro
plan era permanecer despiertos hasta muy tarde y vigilar luego por turno
durante guardias de dos horas; yo me encargara de la primera y mi
compaero de la segunda; el que quedara libre descansara en el catre.
Mi to asumi la direccin de nuestra aventura y consigui los instrumentos
en los laboratorios de la Universidad de Brown y en la Armera de Cranston
Street, poniendo de manifiesto la gran vitalidad y resistencia de que
disfrutaba a sus ochenta y un aos. Elihu Whipple haba vivido de acuerdo
con las leyes higinicas que haba predicado como mdico, y de no haber
sido por lo que luego ocurri, an estara entre nosotros lleno de vigor. Slo
dos personas saben o sospechan lo que ocurri: Carrington Harris y yo.
Tuve que contrselo a Harris porque era el propietario de la casa y mereca
saber lo que haba salido de ella. Adems, habamos hablado con l antes de
iniciar nuestras investigaciones, y, al producirse la desaparicin de, mi to,
supe que sabra comprender y ayudarme a dar unas explicaciones pblicas
vitales y necesarias. Palideci al orme, pero acept ayudarme y decidi que
ya no habra peligro en alquilar la casa.
Decir que no estbamos nerviosos en aquella lluviosa noche de vigilancia
sera faltar a la verdad. Ninguno de los dos ramos, como he dicho,
supersticiosos, pero el estudio cientfico y la reflexin nos haban enseado
que el conocido universo de tres dimensiones abarca una mnima parte de la
sustancia y energa del cosmos total. En aquel caso, existan numerosas
pruebas autnticas de la existencia de fuerzas dotadas de un gran poder y,
desde el punto de Vista humano, de una excepcional maldad. Afirmar que
creamos realmente en vampiros o en hombres-lobo no sera exacto. Ms
bien puede decirse que no estbamos dispuestos a negar la posibilidad de
ciertas modificaciones anormales y sin clasificar de la energa vital y la
materia diluida, existentes con poca frecuencia en el espacio tridimensional
a causa de su ms ntima relacin con otras unidades espaciales, pero lo
suficientemente prximas a la nuestra como para manifestarse
ocasionalmente en formas que, por faltarnos una perspectiva adecuada,
escapan a nuestra comprensin.