La Historia Más Bella Del Hombre para Imprimir

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Andr Langaney, Jean Clottes, Jean Guilaine y Dominique Simonnet

con la colaboracin especial de Nicole Bac aran

La istoria m!s bella del ombre


Cmo la "ierra se i#o umana
"raduccin de $scar Luis %olina S

&D'"()'AL ANAG)A%A
BA)C&L(NA

*+++

Cultura cient,-ico. uman,stica *

&SC&NA * LA 'N/ANC'A D&L A)"& 0n tra#o de color apenas sugerido, el cuerpo de un animal grabado en la piedra111 &l ombre reali#a gestos inditos, como para dar testimonio de su propio misterio1

&L &SB(2( D& LA &S"3"'CA Nuestros antepasados, instalados en pequeas colonias en el planeta, comienzan a diversificarse, a singularizar su lengua... y, una vez ms, se alejarn del mundo animal y realizarn actos nuevos: un primer dibujo, un grabado... Ya es propio del ombre, en esta !poca, el arte o por lo menos el sentido art"stico# Jean Clottes4 S,1 5ace 671888 a9os, los umanos, los $amo sapiens, pose,an el mismo sistema ner:ioso que nosotros, las mismas -acultades de s,ntesis y de abstraccin; no eran m!s primiti:os que nosotros1 /orman parte de la misma umanidad1 "ienen un modo de concebir el mundo, ciertamente, muy distinto del nuestro, pero no necesariamente in-erior1 &n cualquier caso, cada :e# que ay testimonio de su presencia descubrimos uellas de una creacin art,stica1 %odemos considerar que el nacimiento del arte se sit&a en una evoluci'n continua acia la complejidad, la que une el universo, la vida, y prosigue con el ombre a trav!s del desarrollo de su cultura, su inteligencia, su percepci'n... ()perimentamos un *ig *ang del arte# No un Big Bang, porque no se puede detectar un principio, ni siquiera un umbral1 De ec o abr,a que buscar las ra,ces en pocas anteriores, antes incluso de la coloni#acin del planeta por el $amo sapiens que acaba de relatar Andr Langaney1 $asta d'nde abr"a que remontarse# No se puede -ec ar el primer gesto ni situarlo en un lugar preciso1 &n realidad no es un suceso, sino una cadena muy larga de actos ,n-imos que se pierden en la noc e de los tiempos1 "omar una :ara para acer caer un coco o un racimo de bananas, como puede acer un c impanc, no es arte1 <ero con-eccionar un bi-a# .una piedra cortante, tallada en las dos caras. buscando la simetr,a, marcar con estr,as regulares un ueso, coleccionar conc as o -ragmentos de cristal distintos de los otros111 =Curiosidad> =Naciente inquietud esttica> S,, en eso est! el principio del sentimiento art,stico1 =%orque con eso ay que recurrir a la imaginaci'n# &n e-ecto, eso implica por -uer#a capacidades imaginati:as, qui#! modestas, pero espec,-icamente umanas, que nos distinguen -undamentalmente del animal1 Creo que el arte e?iste desde que el ombre trans-orma la realidad mediante la imagen mental que de ella se ace1 Cuanto m!s se interroga uno, en esta actitud, sobre el nacimiento del sentido art,stico, m!s se ad:ierte que ste es antiguo1 De este modo se encuentran uellas de actos @no utilitariosA en un pasado m!s y m!s distante, de asta doscientos o trescientos mil a9os atr!s1

S&'S C)'S"AL&S %'S"&)'(S(S

=+oscientos o trescientos mil aos# =,anto# S,, e incluso m!s1 &n 'srael, en un estrato de sedimentos cuya -ec a es anterior a B671888 a9os, se a descubierto una piedra cuya -orma natural parece una silueta -emenina y que lle:a peque9as incisiones que acentCan la cabe#a1 =5ay que :er en ello una inter:encin umana> &n Bil#ingsleben, cerca de 5alle, en "uringia, en un yacimiento probablemente ocupado por $amo erectus entre .BB81888 y .6781888, se a encontrado un -ragmento de costilla y otro de un ueso de ele-ante grabados con rayas e incisiones en serie1 =-e tratar"a, quiz, del esbozo de las matemticas# /rancamente, no ay que deDar correr demasiado la imaginacin si se est! ante estr,as de B681888 a9os1 &s m!s probable que esos tra#os se reali#aran maquinalmente, por a#ar, sin la intencin de apuntar a nada1 <ara ello abr! que esperar al $amo sapiens, que muy pronto ser! capa# de contar1 =.u! otras uellas precoces se an encontrado# &n Singi "alat, )aDast!n E'ndiaF, en un yacimiento de una antigGedad de *781888 a B881888 a9os, se encontraron seis cristales de una roca que no e?iste en esa regin y que, por tanto, se importaron como para constituir una peque9a coleccin1 &n otros yacimientos arqueolgicos se a descubierto que nuestros antepasados ya utili#aban el ocre ace centenares de miles de a9os111 Y c'mo saber si le daban un uso art"stico# %odr"an aber utilizado el ocre para curtir las pieles, para impedir que se pudrieran... Ciertamente, pero los que proced,an a curtir tu:ieron que ad:ertir que sus manos quedaban roDas y que si se tocaban el bra#o o el rostro deDaban all, tra#os coloreados1 =Se sir:ieron del ocre para pintura corporal> &s probable1 <ero nunca lo podremos comprobar1 /lgunas incisiones en un ueso, una pequea colecci'n de piedras, uellas de color... (s poco para ablar de arte... Digamos entonces @prearteA1 No se puede saber si aquellos actos deri:aban de una intencin simblica1 <ero cuando se Duntan conc as o guiDarros porque se parecen ya se est! buscando alguna armon,a1 Si se recoge una piedra distinta de las otras, se est! seducido por la originalidad111 <odemos :er en esto, leg,timamente, el principio de una trans-ormacin del mundo a tra:s de la persona umana1 Si un animal camina sobre mineral de oro, slo se preocupa de no acerse da9o en las patas; nada m!s1 <ero el peque9o $amo erectus que recoge ese mineral brillante demuestra algo muy distinto1 Se a despertado su curiosidad, est! mirando lo que le rodea y detecta de sCbito algo que no le parece HHnormalA1 Ieo en ello el embrin de sentido art,stico1 <ero el paso a la creacin :erdadera me parece que slo lo reali# nuestro antepasado directo, el ombre moderno1

J%A&S")(S KA &N"(NC&SL $ace 01.222 aos el ombre moderno, entonces, pasa a t!cnicas muc o ms sofisticadas. %inta, graba, esculpe. /rte verdadero. .u! pudo suscitar el primer diseo, el primer grabado# Las uellas animales debieron de Dugar un papel preponderante en la gnesis del arte1 Los ca#adores del

paleol,tico sab,an reconocer per-ectamente las uellas de la presa y de las -ieras peligrosas1 &nse9ar a los D:enes el sentido de esas marcas constituye sin duda una de las principales etapas de su educacin1 DibuDar, para acerse entender meDor, el animal del cual se estudia la uella en el suelo, es uno de los caminos posibles de la in:encin del arte1 Sin duda ubo muc os otros1 Durante muc o tiempo se crey que icieron -alta milenios de gestacin para que esos ombres pasaran de esbo#os rCsticos a representaciones m!s compleDas1 <ero los descubrimientos recientes an tirado por tierra esa nocin1 =3e est diciendo que las obras antiguas ya demuestran cierta maestr"a art"stica# &n e-ecto1 &n el Jura alem!nia se encontraron una serie de estatuillas de mar-il de mamut que representan umanos y con mayor -recuencia animales1 A pesar de su antigGedad Ede .67 a .681888 a9osF, algunas son peque9as obras maestras en las que se combinan sutilmente naturalismo y estili#acin1 Desde que e?iste el concepto art,stico bastan algunos indi:iduos dotados para llegar muy pronto a e?celentes reali#aciones1

(B)AS &/M%&)AS (s de imaginar que la mayor"a de las obras de estos primeros maestros no an sobrevivido. &?acto1 Slo conocemos lo que se a conser:ado, es decir una muy peque9a parte de las creaciones art,sticas de esa poca4 obDetos de piedra, mar-il, ueso; dibuDos y grabados sobre las paredesN <ero todo lo dem!s .los obDetos de madera, de piel, de arcilla sin cocer. a desaparecido1 'gual que los cantos, las dan#as, los relatos de mitos111 Lo esencial de nuestra primera cultura se a perdido para siempre1 Y era tan rica como usted parece insinuar# <iense en ciertas tribus ama#nicas de oy cuyo Cnico arte consiste en pinturas corporales111 ( en los indios na:aDas que pintan en la arena111 Si los ombres de la distante pre istoria e?presaron as, su sensibilidad y sus creencias, podr,amos concluir que no conoc,an el arte, y nos equi:ocar,amos1 "odo lo que podemos decir es que por lo menos desde ace 671888 a9os los umanos comen#aron a utili#ar materiales no perecederos1

%'LLA)&S D& G)ABAD(S %odemos ablar entonces de una verdadera e)plosi'n art"stica en esa !poca# S,1 <ero el periodo que cubre el arte paleol,tico es inmenso1 Se e?tiende de .6O1888, durante el periodo glaciar, cuando el ombre moderno se instala en &uropa, asta .*81888 a9os, al alba del neol,tico1 Durante ese prolongado lapso el arte se mani-iesta en pinturas y grabados rupestres, en estatuillas, en esculturas, que a menudo representan animales y pocas :eces umanos1 K no cesamos de encontrar indicios que demuestran asta qu punto la acti:idad creadora de nuestros antepasados era -loreciente y no slo en &uropa Ecomo se dice tan a menudoF1 +'nde, adems# <or todas partes1 &n P-rica se an descubierto pinturas de ace BQ1888 a9os y se calcula que ciertos grabados australianos superan los cuarenta mil a9os1 Creo que en C ina e 'ndia, pa,ses que los arquelogos an e?plorado poco, tambin se descubrir!n algCn d,a -ormas de arte e?tremadamente antiguas1 <arece e:idente que los inicios de la creacin art,stica no son -ruto de una cultura o de una etnia determinada, sino que est!n anclados en la

naturale#a misma del $omo sapiens, de todos los $omo sapiens. (l arte ser"a un medio universal de e)presi'n, presente en todos los continentes# S,, desde la pre istoria y asta el periodo contempor!neo1 Se trata sobre todo de un arte e?terior, a plena lu#, sobre rocas o laderas de monta9as1 Los portugueses an descubierto recientemente millares de grabados en los peque9os acantilados de /o#.Coa, en las pendientes que dominan un a-luente del Duero1 K podemos imaginar que all, mismo se pintaron decenas de miles de dibuDos, oy desaparecidos1 A tra:s del tiempo nos an llegado los -rescos especialmente protegidos, sobre todo los de las grutas1

J<AD)&, 5AK "()(SL $ablemos de esas cavernas. +espu!s de 4ascau), la ms bella, la ms famosa, descubierta en 5672, se cre"a que jams se volver"a a allar algo tan ermoso. y en estos &ltimos aos del siglo aparece la gruta submarina de 8osquer, dormida bajo las calas de 8assis, con su soberbio bestiario pintado entre 9:1.222 y 95;.222 aos. ( incluso la caverna 8 auvet, en /rdec e, que a resultado, con sus 05.222 aos, la ms vieja de las grutas decoradas. 8re"amos que ab"amos e)cavado asta los menores rincones del planeta, que ab"amos e)plorado todas las cavidades. Y no dejamos de e) umar nuevas maravillas. / qu! debemos esos fuegos de artificio# 5ay que imaginar la pre istoria como una larga cadena en la cual, de :e# en cuando, encontramos un eslabn1 A menudo basta una mirada nue:a para acer un descubrimiento1 5oy encontramos todo eso porque lo buscamosN )ecuerde la gruta de Altamira, en *OQ+1 &n esa poca se acababa de aceptar la e?istencia de un arte pre istrico sobre obDetos.mamuts, renos grabados en uesos y aprisionados en capas arqueolgicas.1 0n d,a, un espa9ol llamado %arcelino San# de Sautuola e?ca:aba cerca de su casa, en Altamira, y su iDita, que Dugaba a la entrada de la ca:erna e?clam al mirar el tec o4 @J<adre, ay torosLA Sautuola los estudi, reconoci bisontes y no toros1 "u:o la genialidad y el coraDe de a-irmar4 J&sto es pre istricoL / fines del siglo <=< nadie cre"a que los ombres pre ist'ricos fueran capaces de tal creatividad. No1 K a tal punto que la mayor,a de los grandes sabios de la poca tu:o miedo y trat de demostrar que se trataba de una -alsi-icacin1 'maginaban que los umanos de la pre istoria eran muy primarios y no pod,an atribuirles representaciones tan bellas1 &so no era co erente con las ideas de su tiempo1 &s posible que se pasara Dunto a tesoros y nadie reparara en ellos1 De ec o, slo se descubre lo que se conoce1 <rimero debe e?istir el concepto1 5ace algunos a9os, por eDemplo, la gruta de Domme, al sur de Dordogne, ser:,a como lugar de entrenamiento de espelelogos1 0n d,a alguien ilumin el tec o desde un !ngulo determinado4 y qued a la :ista la escultura de un mamut de un metro de anc o111 %iles de personas ab,an pasado por debaDo sin ad:ertirlo1 &staban preparados para encontrar grabados, pero no esculturas111

(")A %')ADA =$oy a cambiado la mirada y a permitido esos descubrimientos# S,1 Nuestra mirada1 K nuestros mtodos1 <ero los preDuicios continCan :igentes1 Iarios colegas eminentes dudaron de la autenticidad de la gruta submarina de Cosquer y sus originales animales cuando -ue descubierta1 JCu!nto se ironi# acerca de nuestro pingGino pro:en#alL &l descubrimiento de Lascau? produDo, en su momento, el mismo escepticismo1 <ero conseguimos establecer que la ca:erna de Cosquer -ue :isitada en dos pocas, muy distantes una de otra, acia .B71888 y acia .*Q1888 a9os1 K su bestiario marino corresponde a lo

que sabemos de la Cltima era glacial1 <or otra parte se a dudado de la datacin de la gruta C au:et1 Nadie imaginaba pinturas tan elaboradas en una poca tan leDana, en torno a .B+1888 a9os1 <ero emos obtenido cuatro -ec as concordantes en animales di-erentes1

5AC&) 5ABLA) A LAS )A%'LLAS Y en realidad asta qu! punto son fiables esas dataciones# 8'mo se puede ser tan categ'rico acerca de !pocas tan distantes# 5ay, ciertamente, buenos mtodos antiguos, por eDemplo el del radiocarbono, que permite estudiar restos de animales o :egetales1 &l carbono radiacti:o de todo organismo :i:iente se des integra a una :elocidad constante, que conocemos4 pierde la mitad de su masa al cabo de 717RO a9os1 Calculamos esta prdida y as, medimos el tiempo transcurrido1 &s ob:io que cuanto m!s :ieDo, menos queda de carbono radiacti:o y menos seguras son las dataciones1 &n el caso de las ca:ernas, nos ayudan todas las disciplinas cient,-icas1 K todo nos abla1 =%or ejemplo# )estos de -uego, una ramilla que sir:i de pincel1 Se toma nota del menor detalle, del m,nimo :estigio1 Se e?amina el estado de las paredes para determinar si no se a borrado o erosionado algCn elemento1 =/alta la cabe#a de un bisonte> )ecurrimos a especialistas en climatolog,a subterr!nea para considerar la erosin y se acen -otogra-,as in-rarroDas o mediante lu# ultra:ioleta para detectar un -ragmento de l,nea in:isible111 5asta los mismos pigmentos se anali#an cuidadosamente4 oy, para e-ectuar un an!lisis, basta tomar una muestra, m!s peque9a que una cabe#a de al-iler, de una pintura; y no se la deteriora1 <ara e-ectuar una datacin es su-iciente un miligramo de carbn de madera1 La establecemos utili#ando los aceleradores de part,culas de los -,sicos, que entregan -ec as muy precisas1 J5ace :einticinco a9os necesit!bamos cinco mil :eces m!s materiaL Sui#!, en el -uturo, podamos recuperar ADN -sil, como comentaba Andr Langaney1 =%ero c'mo se relaciona esto con las cavernas# Si suponemos que un artista escupi sobre su pintura, deposit entonces un poco de sus clulas1 Ser,a -abuloso poder detectarla111

<&)S<&C"'IA -iempre se puede soar... $ace 05.222 aos, cre"an nuestros antepasados que trabajaban para la eternidad# Nada permite a-irmar que lo icieran de manera deliberada1 Si el grabado parece el procedimiento m!s abitual, qui#! slo es as, porque se conser:a meDor1 Apro:ec ando la :ariable calidad de las rocas, los umanos, en cualquier caso, consiguieron una gama in-inita de reali#aciones4 grabado -ino, raspado, aguDereado, grabado m!s pro-undo e incluso grabados con el dedo sobre super-icies cubiertas con un re:estimiento blando tal como los ni9os dibuDan en los cristales sucios de un :e ,culo1 &n las ca:ernas emos allado paredes y b:edas cubiertas por completo por tra#os ec os con los dedos1 Los grabados -inos son m!s di-,ciles de detectar1 &l grabador los ac,a con una punta dura, a menudo de s,lice1 Le:antaba entonces una pel,cula super-icial de la roca y obten,a un e-ecto de blanco1 <ero al cabo de algunos cientos o miles de a9os el grabado se cubre de una p!tina y adquiere el mismo color que la roca contigua1 <ara acerlo reaparecer debemos usar una lu# tangencial que crea un e-ecto de relie:e1

4as pinturas son, a pesar de todo, lo ms impresionante. 8uando se tiene el privilegio de entrar a la caverna de 4ascau), uno queda at'nito ante lo novedoso y subyugado por tanta belleza. 4os frescos pintados ace 5;.222 aos a&n resplandecen con todos sus adornos, esas pinturas estallan de flameante ocre. Cuando las obras est!n bien conser:adas, como a ora en Lascau? Epro ibida al pCblicoF o en Cosquer Esepultada baDo el marF, las pinturas son ciertamente m!s espectaculares1 Dan testimonio de una madure# art,stica asombrosa1 &n conDunto, ace treinta o treinta y cinco mil a9os nuestros antepasados conoc,an todas las tcnicas1 0tili#aban los Contornos naturales de las paredes para modelar relie:es suplementarios1 Sab,an :olcar la tercera dimensin en dos dimensiones1 &st! muy claro en C au:et1 &n Lascau?, algunos milenios despus, construyeron andamios para alcan#ar la b:eda4 aCn son :isibles los aguDeros de implantacin1 =ntentaron la perspectiva# Con absoluta seguridad1 La tcnica es per-ectamente reconocible, nada debe al a#ar1

JK KA &N"(NC&S LA <'N"0)A AL $L&(L 8'mo fabrican sus pigmentos# +ominan los amarillos, los negros y los rojos... )ecogen guiDarros, sencillamente1 Bi?ido de ierro me#clado con arcilla para los acres; bi?ido de manganeso o carbn para los negros, y ?idos de ierro para los roDos1 DibuDan con esos guiDarros como con l!pices1 5oy nos resulta muy di-,cil distinguir esos dibuDos de las pinturas, ay que e-ectuar un e?amen detallado para conseguirlo1 =Y c'mo aplican las pinturas# &n Lascau? ay animales que se reali#aron soplando por la boca o qui#! a tra:s de un ueso ueco1 &s la tcnica del estarcido1 Se obtiene as, una especie de :elo que permite interesantes modelados1 "ambin se pueden aplicar las pinturas con el dedo o con pincel de crines de caballo o de otro animal1 &sos instrumentos an desaparecido, desde luego, pero emos podido detectar las uellas de su uso mediante microscopios1 K asta emos descubierto restos de pigmento en piedras o paredes que debieron de ser:ir de paletas1 (l equipo completo del pintor... %ero c'mo obtienen, a partir de guijarros, un color aplicable al pincel# Aplastan y muelen el pigmento y agregan despus algo para ligar1 =Su l,quido usaban> Se a pensado en el agua .de lo cual nada quedar,a, por cierto., en la orina, en la clara de ue:a, en la sangre Eque a menudo emplearon los abor,genes de AustraliaF1 <ero asta oy nunca emos encontrado ese tipo de material en las grutas europeas1 &n cambio, gracias a los compleDos an!lisis e-ectuados en las grutas pirenaicas de /ontanet y "rois./rres, sabemos que acia .*B1888 a9os algunos artistas utili#aban un l,quido a base de grasa :egetal o animal1 >%intura al 'leo? &s :erdad1 "al como los pintores modernos, los ombres del paleol,tico ensayaban di-erentes recetas para per-eccionar sus obras1 Agregan, por eDemplo, a sus colores lo que los artistas llaman la @cargaA, un material inerte que permite economi#ar pigmento y conseguir una pintura m!s unida, que no se resquebraDa1 &sta carga se a obser:ado en algunas grutas de los <irineos1 <od,a llegar al 68 T de la pintura y pro:en,a de un mineral de la regin1

J%arece pues que los pintores del paleol"tico lo inventaron todo? 5oy ya no imagino una progresin constante de esas tcnicas1 La istoria del arte, que comien#a en ese momento con tal per-eccin, sin duda nunca a sido lineal1 &s indudable que determinadas tcnicas -ueron in:entadas entonces, y luego ol:idadas, rein:entadas en otra parte1 K los artistas que seguir!n durante milenios nunca debieron de dudar de que a menudo slo recuperaban secretos de sus antepasados1

&SC&NA B &N &L %0ND( D& L(S &S<M)'"0S Caballos -abulosos, bisontes enigm!ticos, personaDes idiosincr!ticos111 <intan, esculpen, graban y nos entregan una erencia de ca:ernas de belle#a1

L0C&S K S(%B)AS Nuestros antepasados se metieron en las cavernas para entregarse a su arte misterioso. 4os seguiremos un momento. %ero esas primeras obras e)igen bastante. / veces ay que recorrer un @il'metro completo de galer"as, atravesar laberintos accidentados, como cuando se accede al llamado Asal'nB de la gruta de Niau), en /riCge, antes de animar, con el az de luz de la linterna, bisontes y caballos del pasado. 4os ombres de la pre istoria se situaron primero al abrigo de las rocas antes de atreverse poco a poco asta esos abismos subterrneos# No, no ubo una progresin lenta acia las pro-undidades, sino coe?istencia del arte de la lu# y del arte de las tinieblas1 &n los periodos antiguos, entre .661888 y .*O1888 a9os, los sitios adornados se reparten de modo bastante equi:alente entre ambas tendencias1 &n periodos m!s recientes domina el arte de las tinieblas1 &l arte de las rocas es, ciertamente, uni:ersal, pero, como destaca el gran pre istoriador Andr Leroi.Gour an, el de las grutas pro-undas es un suceso e?cepcional en la istoria de la umanidad1 &?isti casi e?clusi:amente en el paleol,tico europeo1 5ay muy contados casos en Amrica Central, en Australia y en los &stados 0nidos1 Ninguno en P-rica1 &s una opcin cultural que denota un estado de esp,ritu muy particular1 %articular en qu! sentido# Durante todo ese largo periodo .desde .671888 a .*81888. se puede ad:ertir una unidad e?traordinaria de tcnicas y representaciones1 JB71888 a9os de una misma tradicin art,sticaL &n &uropa slo conocemos unas 678 grutas y re-ugios decorados, lo que no es muc o1 <ero en ellos, desde los 0rales asta Andaluc,a, se encuentran los mismos estilos, los mismos tipos de pintura1 DibuDos semeDantes a :arios centenares e incluso a miles de Uilmetros de distancia unos de otros1 <or supuesto que el arte de las grutas presenta alguna di:ersidad, pero su unidad es -undamental, indiscutible1 K a tal punto que si le muestro una representacin de un -resco de la gruta de C au:et Ede treinta mil a9osF y otra de las ca:ernas de Niau? Ede ace trece mil a9osF, le resultar! muy arduo di-erenciadas, pero reconocer! inmediatamente en ellas el arte pre istrico1

)&")A"( D&L A)"'S"A Dealizados por verdaderos artistas... .ui!nes son, e)actamente# Son los ca#adores.recolectores de que a ablado Andr Langaney1 <escan salmones y truc as en los r,os y sobre todo ca#an la gran -auna .caballos, bisontes, renos., pero tambin cabras, a :eces el uro1 Sus muDeres recogen -rutos sil:estres, ra,ces y setas, que representan lo esencial de su alimentacin111 K se comportan como seminmadas, e?plotan un lugar durante :arios meses y despus se marc an y se instalan en otra parte, en los caminos de paso de los renos, por eDemplo1 No ol:idemos que en esa poca aCn ac,a bastante -r,o4 estamos en la Cltima glaciacin; el %idi -rancs se parece bastante a la Suecia de oy1

Eiven siempre como seres salvajes, muy cerca de la naturaleza y de los animales. S,, si queremos decir as,1 <ero sin duda tienen ciertas capacidades que ya no poseemos1 Basta seguir a a-ricanos entre la male#a o a lo largo de un sendero1 No :emos nada, algunas marcas di-usas en la arena, nada m!s1 <ero ellos te e?plican que por all, a pasado una gacela ace ora y media, que pesaba tantos Uilos, que coDeaba de la pata i#quierda111 JK no se equi:ocanL Nuestros antepasados ca#adores.recolectores tambin debieron de contar con esa capacidad de obser:acin1 =Eiven en grupos# <osiblemente, en grupos de una :eintena de personas1 0na -amilia compuesta por los padres y :arios ni9os no puede subsistir si le ocurre un accidente a uno de los adultos y, a la in:ersa, muy pronto resulta imposible alimentar cada d,a a una comunidad de un centenar de personas111 &n grupos peque9os pueden repartirse las tareas4 cocer, ca#ar, trocear los animales, preparar los alimentos, -abricar ropas y Ctiles1 Su sociedad es bastante igualitaria1 =Y se comunican de un grupo a otro, se transmiten sus t!cnicas# Las comparaciones etnolgicas lo sugieren4 las comunidades que :i:en separadas, a algunas decenas de Uilmetros unas de otras, organi#an encuentros estacionales1 &n esas ocasiones se teDen :,nculos, se anudan relaciones entre ombres K muDeres, se intercambian alimentos, obDetos111 &n el yacimiento de %as dVA#il, allamos conc as pro:enientes del Atl!ntico, que est! a unos 688 Uilmetros de all,1 As, pues, nuestros ancestros :iaDan, se reCnen y comparan sus tcnicas, sus ideas, sus mitos y su arte1

N' DAN2AN"&S N' &S")&LLAS (ntremos pues, siguiendo sus uellas, en el secreto de las grutas, a lo ms distante, a lo ms profundo, a lo ms oscuro, asta donde dejaron sus pinturas y sus grabados. 4a lmpara se enciende y de s&bito se animan bajo esa luz tenue: inmensos aurocs, vacas y toros, caballos de crin negra, ciervos delicados, pesados bisontes... -on los bestiarios fabulosos que emos contemplado en 4ascau) y en todas las dems cavernas. Son, en e-ecto, im!genes de animales, la mayor,a er:,boros de gran tama9o, que nos marcan la memoria1 "ambin se encuentran en las grutas numerosos signos misteriosos y algunos esbo#os de seres umanos1 <ero primero ay que se9alar lo que no se encuentra en estos -rescos subterr!neos1 =(s decir# Los artistas nunca representan el sol, la luna, las nubes, las estrellas1 "ambin ignoran la -lora4 no ay ni !rboles ni plantas1 "ampoco paisaDes1 Nunca c o#as ni casas1 "ampoco ay escenas que representen grupos de personas bailando, cantando, preparando alimentos1 Lo cotidiano est! ausente1 Cuando se sumerg,an en las tinieblas, al parecer nuestros antepasados no pretend,an describir su entorno -amiliar abitual1 &n cualquier caso, no lo muestran en las ca:ernas1 &s e:idente que este arte no procede de la descripcin1

AN'%AL&S111 -in embargo reproducen los animales de su regi'n.

Ciertamente, cambian los temas, por lo menos parcialmente, de un lugar a otro, a :eces inspirados en el entorno4 algunas representaciones de la -auna marina en Cosquer, por eDemplo1 <ero tambin ay, en C au:et, una mayor,a de animales escasos y peligrosos4 rinocerontes, -elinos, mamuts y osos111 No se trata, pues, de un panorama de la -auna e?istente, sino m!s bien de un bestiario, de una seleccin de animales1 &l #orro y el lobo, los coneDos y las liebres, de los cuales ay restos en los estratos arqueolgicos, est!n representados muy pocas :eces1 &s el mismo caso que los p!Daros, los peces, las serpientes, las nutrias, los glotones, las comadreDas, las gardu9as1 Ni un solo insecto tampoco1 Abundan en cambio los caballos, los bisontes, las cabras1 &sto corresponde a elecciones muy precisas1 (n cualquier caso, y a tantos milenios de distancia, esos anmales parecen e)traordinariamente vivos, listos para saltar de una pared a la otra. 8'mo consegu"an esos artistas tanto realismo# No representan estereotipos de caballos, de bisontes o de mamuts, sino a indi:iduos precisos de los cuales a menudo es posible reconocer la edad, el se?o y la actitud1 Si se obser:an los detalles, se puede decir, por eDemplo, si se trata de un bisonte mac o, de determinada edad, que patea el suelo porque est! molesto1 8'mo puede ser usted tan e)acto# La arqueolog,a no es asunto slo de arquelogos1 )ecurrimos a otros e?pertos, a artistas1,11 0n especialista en comportamiento animal, que a estudiado muy bien el bisonte de &uropa en semilibertad, me ense9, por eDemplo, a distinguir a estos animales segCn su edad y su se?o, a -iDarme en las pinturas donde son representados :oluntariamente desde arriba, rectos, con las patas tiesas1 5asta a ora cre,amos que estaban representados de per-il1 Se trata, en realidad, de bisontes muertos, con el aspecto caracter,stico que se obser:a inmediatamente despus de abatirlos1 Sin duda ay una multitud de otros cdigos que aCn no emos desci-rado1

5(%B)&S111 =Y por qu! son tan escasos los seres umanos# 5emos enumerado un centenar en el conDunto de las grutas, lo cual es muy poco en comparacin con las -iguras animales1 Apenas conocemos una :eintena de seres umanos enteros1 Sui#! nuestros antepasados se sent,an muy aislados en un pletrico mundo animal1 Deb,an de percibirse como animales, como animales @di-erentesA1 (sos pocos umanos dibujados en las grutas aparecen sobre todo como siluetas, apenas esbozadas... &n e-ecto, carecen por completo del realismo de las -iguras animales1 La mayor,a de las :eces no se puede distinguir, incluso, si se trata de ombres o de muDeres, tan di-usos son, elementales, caricaturescos1 Io*untariamente -ueron pintados di-uminados, con poco detalle1 Los artistas no quieren representar a gente que podr,a reconocerse1 &sto tiene que ser deliberado, porque saben dibuDar muy bien las animales1 K esta es as,, sin duda, por el poder que se atribu,a a las im!genes, las cuales, en muc as ci:ili#aciones, equi:al,an a la realidad1 (n estas pinturas y en estos grabados ay pocas escenas de agresi'n contra los umanos... Slo reconocemos tres casos4 en <ec .%erle, Cougnac y Cosquer1 All, aparecen seres umanos llenos de tra#os1 =Suin los a matado> =Son en :erdad seres umanos o m!s bien esp,ritus> Los dibuDos son inde-inidos, :oluntariamente simblicos1 Durante muc o tiempo se interpretaron las l,neas que atra:iesan los cuerpos umanos coma la e?presin de -uer#as :itales1 &l @ ombreA de Cosquer, en cambio, no admite ambigGedades1 &s un arma lo que lo derriba1 =Nos encontramos, qui#!, con un tema comparable con el de la cruci-i?in> =(

ante un signo m!gico de destruccin por male-icio> 0na cosa es segura4 est! muy presente la idea de asesinato o de eDecucin1 5ay que re:isar la iptesis segCn la cual la :iolencia deliberada, desconocida entre las nmadas, slo abr,a aparecido en el neol,tico, con la propiedad1 =Y la guerra# No e?iste en el sentido en que la entendemos ay grupos umanos que se baten asta el e?terminio de uno de ellos1 No ol:idemos que el mundo pre istrico est! casi :ac,o1 Los grupos umanos :i:en aislados en ecosistemas di-erentes, no conocen la propiedad del territorio1 Guerras organi#adas abr,an deDado uellas, y no las ay1 =<ero por qu no pod,a aber escaramu#as, cr,menes> &sto pertenece a la naturale#a umana1 Los ombres del paleol,tico no1 deb,an de ignorar la en:idia, la a:ide#, la disputa1

K %0J&)&S111 /dems de estos seres umanos completos, pero inciertos, ay en las grutas representaciones de partes del cuerpo, brazos solitarios, cabezas aisladas... Debo repetir que no es posible decir si esas cabe#as, a menudo sin cabello, de rasgos caricaturescos, a :eces a-ectadas por una nari# gigantesca, son masculinas a -emeninas1 5ay otros segmentos corporales presentes, sabre todo se?os1 &ncontramos la representacin de un se?o masculino en la gruta de Cosquer1 <ero en general se trata de se?os -emeninos1 Depresentan la feminidad, la fecundidad# La gruta completa deb,a de percibirse como una entidad embra1 &l s,mbolo parece e:idente4 la ca:erna es una ca:idad, est! en el :ientre de la tierra111 Las -isuras desempe9an un papel importante en el arte de las ca:ernas, e:ocan sin duda la gestacin de las potencias animales1 0na gruta embra, paredes embras111 &s una interpretacin elemental, que parece muy :eros,mil y se apoya en simbolismos uni:ersales1 4a gruta simbolizar"a en cierto modo la maternidad# Sui#!, pero en el sentido m!s amplio4 la maternidad de la tierra1 <or otra parte, no encontramos representaciones de muDeres embara#adas ni de nacimientos1 4os umanos de esa !poca relacionaban el acto se)ual con la maternidad# 'mposible decirlo1 Conocemos, par la etnolog,a, tribus que no establecen esta relacin, y otras, de un ni:el de desarrollo cultural an!logo, para quienes esto cae por su peso1

LAS %AN(S %'S"&)'(SAS 4os artistas de la pre istoria tambi!n inscribieron signos e)traos en las grutas, especialmente esas famosas manos aplicadas en las paredes como enigmticas firmas. A menudo indicaron el camino a los e?ploradores de la pre istoria1 /ue, por eDemplo, la primera se9al que ad:irti 5enri Cosquer en su gruta submarina, lo que lo incit a interesarse y continuar1 Aplicando en la roca la mano cubierta de pintura, nuestros antepasados obtienen lo que se llama @manoA1 "ambin reali#an @manosA

segCn la tcnica de la plantilla4 aplican primero la mano sobre la pared y soplan el color alrededor; se muestra entonces el dibuDo del contorno de los dedos1 8ul pod"a ser el sentido de esa diferencia# &l e-ecto de estas manos, positi:as o negati:as, era probablemente el mismo1 A menudo se las encuentra en las mismas grutas1 &s una pr!ctica bastante uni:ersal1 Desde siempre los ombres an reproducido as, sus manos en las rocas; los abor,genes de Australia las pintan toda:,a oy1 "ambin se las obser:a en Amrica del Sur, en grutas donde se desarrollaban ritos de iniciacin1 &n las ca:ernas pro-undas pod,an tener la -inalidad de entrar en contacto con los esp,ritus de detr!s de las paredes1 Ka :ol:eremos sobre esto111

(n las paredes de la caverna submarina de 8osquer, en 3arsella, y en la de 8argas, en los %irineos, tambi!n ay manos con dedos incompletos... %!s de los dos tercios de las manos de esas dos grutas presentan, en e-ecto, esas caracter,sticas1 Algunos an :isto en ello mutilaciones :oluntarias, reali#adas en se9al de duelo o para cumplir un rito1 Desulta curioso, sin embargo, que cazadores pre ist'ricos, que manejaban armas diariamente, se mutilaran de ese modo... &?actamente1 <or esa ra#n otros in:estigadores an sugerido que esos dedos mutilados eran el resultado de necrosis por gra:e congelamiento o por en-ermedades111 <ero no se entiende por qu siempre abr,an de a-ectar a los mismos dedos1 Ni por qu, a W88 Uilmetros de distancia, los ombres de Cosquer y los de Gargas abr,an e?perimentado la necesidad de representar sus eridas en las paredes de las grutas1 <or otra parte, nunca se a encontrado un esqueleto de ese periodo que tu:iera -alanges mutiladas1 Sueda una iptesis, que Andr Leroi. Gour an ya a presentado4 se tratar,a de manos con los dedos doblados, de elementos de un cdigo gestual que e?presar,a mensaDes sin duda :inculados a la ca#a1 =Fna especie de lenguaje silencioso para no espantar a la presa# &s muy posible1 ( qui#! esos signos estaban destinados a la transmisin de relatos inici!ticos1 =<ero cmo saberlo>

L(S J&)(GLM/'C(S D& LA <)&5'S"()'A Y los otros signos, esos puntos, esos trazos, esos bastones que suelen cubrir las paredes de las grutas... -on menos espectaculares que los frescos y a veces tendemos a olvidarlos. S,, y sin embargo son muy abundantes1 &n un solo plano de la gruta C au:et, por eDemplo, ya se an contado ciento :einte puntos roDos1 &stos signos constituyen una constante impresionante del arte paleol,tico durante :einte mil a9os1 A :eces acompa9an a las -iguraciones, otras est!n situados a la entrada de las grutas o bien, por el contrario, al -ondo111 $ay otros signos que parecen ms complejos que esos trazos o esas nubes de puntos rojos.

Algunos, en e-ecto, son muy particulares y muy elaborados1 Se an encontrado @cla:i-ormesA4 una barra :ertical con una peque9a bola arriba, situada a la derec a o a la i#quierda1 "ambin @tecti-ormesA, con -orma de tec o1 5ay rect!ngulos con estr,as, tri!ngulos, :alos, tra#os dentados, con -orma de ganc o111 =-er"a absurdo ver en ello el esbozo de una comunicaci'n, quiz de una escritura# Se tratar,a, meDor, de @mitogramasA, segCn la e?presin de Andr Leroi.Gour an4 de un sistema de ideas1 "ienen todos el mismo aspecto general, pero sus asociaciones parecen siempre distintas1 No ay constantes ni repeticiones detectables como en una escritura111 Se podr,a pensar que no -orman parte de un mismo sistema1 K que, a di-erencia de los Derogl,-icos, Dam!s podr!n ser le,dos1 -iempre podemos esperar... %or qu! esos seres umanos evolucionados, esos artistas indudables, que poseen un lenguaje oral elaborado y representaciones grficas, no pod"an tener un sistema escrito# 5ay otras culturas que -uncionan del mismo modo1 La comunicacin por la escritura responde, ciertamente, a imperati:os econmicos, a una red institucionali#ada de comercio con otras tribus1 &n esa poca, la sociedad de ca#adores.recolectores sencillamente no sent,a esa necesidad1 /lgunos motivos no parecen trazados con tanta precisi'n. +an, ms bien, una impresi'n de confusi'n... Los tra#os imprecisos .manc as, l,neas entrecru#adas, l,neas raspadas. aparecen con -recuencia en todas las pocas del paleol,tico1 &sta persistencia supone por -uer#a una intencin precisa1 Cuando miles de tra#os digitales cubren por completo las paredes y b:edas de una gruta, se puede pensar que el ombre desea apropiarse as, del espacio subterr!neo, que quiere cubrir todas las super-icies que cree propicias o entrar en relacin con las -uer#as que all, se encuentran1

LA %AG'A D&L ABA"& -algamos de la gruta y detengmonos un momento. +urante su tan larga istoria, nuestros lejanos abuelos cazadores9recolectores se sumergieron en las tinieblas para realizar all" su obra art"stica. 8'mo e)plicar unos actos de todos modos bastante singulares# $acia fines del siglo pasado, cuando se descubrieron las primeras grutas, se vio en ello gestos gratuitos, desprovistos de significaci'n: el buen salvaje, que apenas ten"a necesidad de trabajar, dec"an, ocupaba sus ocios aciendo arte... &l modo de considerar las grutas re-leDa, en e-ecto, las ideas del tiempo1 &n el siglo X'X, continuaba la in-luencia de )ousseau1 Se imaginaba la edad pre istrica como una edad de oro1 Los cient,-icos de entonces, librepensadores que luc aban contra la 'glesia, no propend,an a atribuir sentimientos religiosos a sus antepasados1 $ubo que revisar esos prejuicios. S,1 A principios del siglo ?? se comprendi que nuestros abuelos paleol,ticos, aislados, deb,an luc ar para sobre:i:ir en un mundo ostil y que seguramente sent,an la necesidad de una ayuda e?terior1 De a , pro:iene la idea de que las pinturas de las grutas representan m!s que arte, que son ritos de male-icio o de bruDer,a1 &sta iptesis, desarrollada por el -amoso abate Breuil, que autenti-ic las pinturas de tantas grutas, -ue aceptada durante cincuenta a9os1 -e cree entonces que cada pintura, cada grabado, representa un ritual de caza#

&?actamente1 &s un dogma, a menudo basado en comparaciones etnolgicas algo precipitadas, y desarrollado en tres puntos4 ca#a, -ecundidad, destruccin1 <ara -a:orecer la ca#a, se e?plica as,, el ec icero iba a la gruta y dibuDaba un bisonte atra:esado por una -lec a1 Si agregaba un gran :ientre a los animales embras, era para asegurar la multiplicacin de la presa1 K si dibuDaba un animal peligroso, como el len de las ca:ernas, y despus golpeaba su esbo#o con una piedra, lo ac,a con la intencin de ec i#ado y destruirdo1 Depresentar un animal era entonces darle vida o muerte, adquirir poder sobre !l# &n e-ecto1 <ero las interpretaciones del abate Breuil carecen de co erencia No era ni muy lgico ni satis-actorio que una imagen pudiera ser:ir en algunos casos para destruir los animales y en otros para multiplicados1 8'mo interpretaba el abate los numerosos signos presentes en las grutas# Lo ac,a siempre desde la perspecti:a de la magia de la ca#a1 Los signos cla:i-ormes eran para l unas masas, y :enablos los tra#os :erticales1 0n punto roDo sobre un bisonte era una erida1 Iarios puntos roDos en c,rculo con un punto en el centro, Dunto al bisonte, como en Niau?, representaban a los ca#adores y al bisonte que iba a ser matado1 <ero, en este caso, tambin dos puntos idnticos, uno Dunto al otro, abr,an tenido un sentido por entero di-erente1 <or lo dem!s, Breuil ignoraba, en sus in-ormes, todo lo que consideraba tra#os par!sitos4 l,neas entrecru#adas, tra#os digitales1

LAS CAI&)NAS S&X0ADAS Y despu!s la mirada cambia. 4lega el pre istoriador /ndr! 4eroi9Gour an, el gran especialista del arte paleol"tico: que no deja pasar nada. +esarrolla m!todos de e)cavaci'n sistemtica, un trabajo de ormiga que obliga a los investigadores a acer el repertorio de cada cent"metro de terreno e)plorado y a leer cada estrato orizontalmente, como si des ojaran el libro del pasado. 8on !l ya no se ven las grutas del mismo modo. Andr Leroi.Gour an estableci, en las grutas, porcentaDes de animales, lugares, disposicin de pinturas y signos; busc analog,as, estructuras comunes1 <ropuso una iptesis enteramente nue:a4 los artistas ec iceros abr,an organi#ado deliberadamente su arte en el espacio subterr!neo a partir de un dualismo se?ual1 La eleccin de los animales corresponder,a a ese simbolismo4 el bisonte era -emenino, el caballo masculino1 Los signos se alineaban en esas dos categor,as4 los signos simples, los puntos, los tra#os, eran masculinos; los signos @:ac,osA, c,rculos, rect!ngulos, cuadrados, eran -emeninos1 <ero esta teor,a apenas a con:encido1 -in embargo, al visitar diversas grutas, se percibe una unidad, un pensamiento organizador, algo que va ms all de la emoci'n art"stica... <arece e:idente que las grutas adornadas no slo son simples recept!culos de im!genes tiradas al a#ar en las paredes1 &s seguro que distintas lgicas pudieron coe?istir o sucederse en las mismas ca:idades1 <ero, a pesar de la di:ersidad, la unidad de este arte es indudable e impresionante1 JK persisti durante B71888 a9osL La sociedad paleol,tica e:olucion muy lentamente1 No obstante, la e?pectati:a de :ida de los ombres de esos tiempos era muy bre:e, :einticinco o :eintioc o a9os1 =Cmo se pudo transmitir de una generacin a otra la e?periencia y el saber acer y con tanta co erencia> &so es lo e?traordinario1 4'gicamente, en ese mundo donde los grupos umanos viv"an aislados durante milenios, el arte y lo sagrado debieron de diverger de mil modos. 8'mo e)plicar entonces una tradici'n tan larga y adems universal# Ka sabemos que entonces e?ist,an intercambios entre los grupos umanos; pero esto no basta1 5ac,a -alta otro

:,nculo uni-icador poderoso para que un arte se e?presara de una -orma m!s o menos equi:alente durante tanto tiempo en toda &uropa1 Y ese v"nculo es por fuerza de esencia religiosa# S,, se apoya indiscutiblemente en el simbolismo, en la creencia, en lo sagrado1 Los ombres del paleol,tico no se met,an en esas ca:ernas oscuras, de di-,cil acceso, sin tener ra#ones imperiosas1 &sa pr!ctica se mantu:o as, durante tantos milenios m!s de die# :eces la duracin de la religin cristiana. gracias a un sistema estructurado y bastante r,gido de transmisin de conocimientos, con ritos, mitos, representaciones del mundo1 Gracias a una :erdadera religin1

&SC&NA 6 &L NAC'%'&N"( D& LA )&L'G'$N &st!n all,, espantados, en lo m!s ondo de las tinieblas, alrededor del c am!n que llama a los dioses1 0n mundo misterioso se anima ante ellos1 Se an :uelto religiosos1

&L D&S<&)"A) D& L( SAG)AD( /briendo un ojo ms curioso sobre el mundo, el animal umano detect' anomal"as, contradicciones, armon"as. %oco a poco invent' la belleza, el arte, el soar despierto. Y a ora, en el fondo de las cavernas, e)tiende el territorio de su imaginario, que concibe un mundo paralelo, poblado de fuerzas bie ec oras y malditas, amigas y enemigas... (l esp"ritu religioso le abr"a llegado as" simultneamente, casi l'gicamente... Nuestros antepasados de las grutas se plantearon la pregunta -undamental, la que se9ala el acceso a la :erdadera umanidad4 @=De dnde :enimos>A Se sabe que los mitos del gnesis desempe9an un papel esencial en la e?presin del imaginario y dan co esin a toda tribu, Jincluso, por lo dem!s, a las tribus occidentales de oyL Los ombres de esa poca, capaces de maneDar conceptos muy e:olucionados, adquirieron una :isin del mundo que ace inter:enir potencias sobrenaturales con las que intentan relacionarse1 (sta visi'n del mundo no pudo aparecer antes# (l arte y lo sagrado ser"an entonces lo propio del 5omo sapiens> S,1 Dudo de que el sentido de lo sagrado pudiera e?istir antes de nuestros antepasados directos o de sus primos, los neandertales1 &n algunas pocas, el $amo erectus qui#! apreci la simetr,a de un bi-a#, pero esto no le imped,a comerse a sus compa9eros muertos, lo que no indica un sentido muy desarrollado de lo sagrado1 &l ombre de Neandertal enterraba a sus muertos4 en La /errassie, en Dordogne, se a encontrado una losa puesta sobre la tumba de un ni9o de Neandertal, adornada por diecioc o peque9as copas1 Ca:ar una sepultura, poner all, determinadas o-rendas, mani-iesta una creencia en otra :ida, en otro mundo, postula un esbo#o de religin111

LA C)02 D& L(S &X")A"&))&S")&S %ero, como en el caso del arte, la verdadera religi'n s'lo apareci' con el ombre moderno, el de las grutas. (s as"# &n el despertar de la sensibilidad, creo que incluso sucedi al arte1 <ero no ol:idemos que la separacin entre lo sagrado y pro-ano, religioso y laico, es una concepcin occidental moderna1 Las culturas tradicionales no acen esta distincin1 <ara ellas todo est! me#clado1 "omemos el caso, por eDemplo, de los propulsores, que permit,an que nuestros antepasados en:iaran un :enablo die# o :einte metros m!s leDos que con slo la -uer#a del bra#o1 &ste instrumento cumple sin duda un papel pr!ctico1 <ero est! adornado con una cabra o un pe# grabados1 <arece que se le agrega as, un elemento ritual1 Lo que nosotros llamamos sagrado est! me#clado en esos tiempos de manera ine?tricable con las acti:idades de la :ida corriente1 4o sagrado implica sin embargo s"mbolos, rituales, ceremonias... Los Cnicos testimonios que nos quedan son las obras de arte pre istricas1 0n arte -sil, cuyos cdigos ya no

poseemos1 Se a roto el la#o que nos apegaba al pasado y slo podemos a:enturar interpretaciones elementales, en cierto modo un marco1 <ara ablar de simbolismos, necesitamos estar seguros de que se trata de sistemas uni:ersales, presentes en todo tiempo y lugar1 Supongamos que usted es un e?traterrestre que nos :isita y que descubre cruces, escenas de cruci-i?in, sin conocer nada de la istoria de Cristo111 <ues bien, sa es e?actamente nuestra posicin ante el arte paleol,tico4 estamos despro:istos de te?tos, de gu,as, de e?plicaciones1

LA <0&)"A D&L %PS ALLP /venturemos entonces la interpretaci'n. (l arte no es s'lo ni sencillamente mgico, tambi!n es religioso. =Se puede decir que representa una inmersi'n en la b&squeda de los or"genes# Si tu:iera un sentido pro-ano, anecdtico, este arte se abr,a e?presado constantemente acia el e?terior, ser,a :isible para todos1 A ora bien, se esconde, a menudo distante de lo pr!ctico y lo cotidiano, en lugares desiertos1 Al re:s de lo que se cree, la gente de esa poca no abitaba en esas ca:ernas oscuras, Cmedas e incmodas, sino a la entrada de esas ca:idades, en re-ugios o en tiendas1 Las grutas son para ellos lugares de culto donde slo se penetra e?cepcionalmente1 &scoger las tinieblas pro-undas es entrar deliberadamente en otro mundo1 (n muc as civilizaciones el universo subterrneo representa el dominio de los esp"ritus, el ms all, incluso la boca de los infiernos. &stamos ante un uni:ersal del pensamiento umano1 Las ca:ernas suscitan :agos temores, angustias at!:icas1 <enetrar en las entra9as de la tierra es :iaDar al m!s all!1 Fn ms all de dif"cil acceso... (s voluntario# JClaroL Los artistas del paleol,tico se desli#an en las ca:idades m!s apartadas para deDar su marca1 &n la gruta C au:et ay que reptar a cuatro patas asta el e?tremo de una larga galer,a para contemplar tres osos roDos e?traordinarios1 &n la gruta Gargas, que tiene BR1888 a9os, se debe baDar una rampa de unos quince metros antes de descubrir, al -ondo, una mano en negati:o1 K en Lascau? slo puede desli#arse una persona cada :e# asta el e?tremo del sendero de los -elinos, que est! cubierto de grabados1

&L <(D&) D& L(S C5A%AN&S 4os artistas no trataban de atraer al p&blico... (s lo menos que podemos decir... A ellos no les importa necesariamente el resultado, sino el acto mismo, la creacin1 &st! claro que las obras de la pre istoria no pro:ienen del acto gratuito, del arte por el arte1 K tampoco los ombres, o las muDeres, capaces de undirse as, en las tinieblas son cualquiera1 Se trata de iniciados, de c amanes1

%regunta ingenua: qu! es un c amn# &l c am!n es un mediador, el intermediario con el medio sobrenatural1 Al contrario del ec icero, no comanda las -uer#as ocultas1 Ia al mundo de los esp,ritus y discute1 <uede as, restaurar una armon,a rota o terminar con un ec i#o1

=+e d'nde saca su poder# La tradicin c am!nica, toda:,a :i:a en Siberia, en Amrica, en el sur de P-rica y en algunas regiones de Asia, se apoya en la bCsqueda de estados alterados de conciencia4 el trance, las :isiones, las alucinaciones111 Cuando un c am!n entra en trance, su esp,ritu :iaDa en un mundo sobrenatural, poblado de seres m,ticos, de animales, de ombres o de quimeras1 "rata de conseguir su ayuda para sanar a los en-ermos, asegurar la ca#a, traer la llu:ia1 <or supuesto no se pueden asimilar los ombres del paleol,tico a los bosquimanos del Yala ari ni a los indios de las Amricas, pero estas poblaciones nos dan una idea de la compleDidad de los conceptos en Duego y de los uni:ersales que quieren representar1

L(S S&%'NA)'(S D&L A)"& ,ratemos entonces de adoptar la perspectiva de nuestros antepasados. .u! representa, verdaderamente, ese poderoso c amn# (s el responsable de las tradiciones de la tribu# &l c am!n es elegido1 No slo debe conocer todas las tradiciones, especialmente los mitos de los or,genes, sino que debe contar con poderes especiales para entrar en contacto con el mundo sobrenatural y ayudar a la tribu1 Debe aprender, desde luego, algunas tcnicas1

/lgo semejante a lo que acen los sacerdotes en los seminarios... Los sacerdotes estudian y se eDercitan .entre otras cosas. en el canto1 Los c amanes de la pre istoria deben asimilar las tcnicas del dibuDo y del grabado1 =Aprend,an adem!s el canto y la dan#a> Son, en cierto modo, los De-es de escuelas art,sticas y religiosas1

+e verdad cree que ab"a escuelas de arte pre ist'rico# &n m!s de un sentido1 La transmisin de conocimientos es e:identemente slida y estructurada en esa poca, ya que la mayor,a de los dibuDos demuestran una cualidad art,stica bastante notable1 <ero por otra parte se puede ad:ertir que ay HescuelasZ con tcnicas y estilos particulares1

%or ejemplo# Considere las patas de los animales4 en Niau? y otras grutas pirenaicas, las que est!n en segundo plano se encuentran apenas esbo#adas y as, pueden indicar la perspecti:a1 (bser:e la cornamenta de algunos bo:inos4 siempre presenta el mismo per-il1 &sto no quiere decir que sus autores no sepan dibuDar1 <or el contrario, la mayor,a de las pinturas son naturalistas y respetan per-ectamente las proporciones1 Los artistas siguen, sencillamente, las con:enciones estil,sticas que probablemente se transmiten de una regin a otra1

Y era duradera la influencia de esas escuelas#

&?tremadamente1 &n &spa9a, no leDos de Ialencia, en la gruta de <arpall, se an encontrado m!s de 71888 plaquetas de piedra, grabadas o pintadas, en estratos arqueolgicos que abarcan casi *81888 a9os1 &sto signi-ica que una misma tradicin, unos mismos ritos y unas mismas tcnicas se perpetuaron durante :arios milenios1

AL (")( LAD( D&L &S<&J( 4e parece que las convenciones art"sticas tambi!n reflejan las sutilezas del sentimiento religioso# S,1 Las con:enciones de estilo mani-iestan creencias, ritos1 Los c amanes, por eDemplo, superponen a :eces sus obras sobre trabaDos antiguos que el tiempo a deteriorado1 &stas marcas indican que consideran sagrada la pared y el poder que le atribuyen1 &sto recuerda la pr!ctica de los cementerios y de las o-rendas :oti:as1 0n d,a se cree que un lugar es sagrado o propicio a los milagros y las generaciones -uturas lo :eneran1 =-e observa alguna voluntad de destruir, de borrar los vestigios de una religi'n pasada, como ocurri' con las capillas cristianas que se construyeron sobre las ruinas de templos paganos# &n muy escasas ocasiones1 &n la gruta C au:et, algunas pinturas -ueron borradas mediante raspado1 &n Cosquer, unas manos negati:as, de .B71888 a9os, -ueron destruidas mediante estr,as :oluntarias reali#adas muc o m!s tarde, sin duda acia .*Q1888 a9os1 <ero puede ser que, a tantos milenios de distancia, los :isitantes slo distinguieron tra#os di-usos y desearan apro:ec ar la potencia de la pared111

4os artistas tambi!n utilizan a menudo los contornos de las rocas, los relieves naturales. .u! significaci'n podemos dar a esos gestos# &n las grutas, la lu# :acilante de las antorc as o de las l!mparas de grasa animal produce sombras m:iles en las paredes y proyecta -!cilmente las -ormas animales que pueblan el imaginario de nuestros antepasados1 &n el pliegue de una roca identi-ican un caballo, un bisonte, un mamut111 &n una -isura, un esp,ritu a la espera, dispuesto a salir111 Si lo completa, si lo dibuDa, el c am!n entra en contacto con ello1

LAS /0&)2AS AN'%AL&S =-e mantienen entonces los esp"ritus, en el mundo sobrenatural, detrs de la pared# S,1 &l c am!n :a a su encuentro para e?traer -uer#a y poder1 Las peque9as puntas de ueso implantadas en la roca representan sin duda otra -orma de comunicacin con los esp,ritus1 Lo mismo :ale para las manos en negati:o4 la pintura cubre la mano y la roca, la mano desaparece, pasa al otro lado del espeDo111 La pared slo es un :elo que oculta a los esp,ritus1

,odos estos s"mbolos nos llevan a los animales. 4as fuerzas ocultas son entonces fuerzas decididamente animales# &s lgico1 &l cristianismo, antropomor-ista, naci en un mundo de agricultores y ganaderos, en un mundo sometido al ombre4 a Dios <adre y a Jesucristo se los representa como dos personas1 &l paleol,tico es un uni:erso poblado de animales donde es normal que el poder sobrenatural pro:enga de una prerrogati:a animal1

(stos animales9esp"ritus son, pues, sagrados. No se los puede cazar ni matar# No es necesariamente una pro ibicin1 Di:ini#ar a ciertos animales corresponder,a al totemismo4 un grupo umano se asimila a un animal ttem que debe ser protegido1 <ero en las grutas no es as,4 los animales atra:esados por -lec as y :enablos su-ren una muerte simblica1 No son sagrados1 &ntre los indios de Cali-ornia, el musmn era el animal c am!nico por e?celencia, el que aportaba llu:ia1 &sto no imped,a que lo ca#aran y lo comieran1

&N ")ANC& 3s all de la noci'n de poder es dif"cil comprender el simbolismo con que nuestros antepasados dotan a cada animal. S,, y m!s toda:,a dado que durante un periodo tan largo este simbolismo debi de e:olucionar y cumplir -unciones muy distintas4 transmitir mitos al resto de la tribu, se9alar ritos de nacimiento, de unin, de entierro, de curacin de en-ermedades; comunicarse con otros grupos o incluso con los dioses1 <ero, segCn toda probabilidad, y sta es una de las ense9an#as esenciales que nos a aportado la neuropsicolog,a, el arte de las grutas representa en parte las alucinatorias de los c amanes1 =Y c'mo puede ilustramos la neuropsicolog"a moderna acerca de visiones que tienen 02.222 aos# <orque los -enmenos que describe son uni:ersales, conciernen a todos los seres umanos que est!n dotados de un mismo sistema ner:ioso en todas las pocas1 Las e?periencias @pr?imas a la muerteA, que se estudian muc o, corresponden e?actamente a las :isiones de los c amanes1 &n algunos pueblos, por lo dem!s, la muerte es una met!-ora del trance1

>Fn momento? (l trance y las alucinaciones no son e)periencias que se pueden recomendar a cualquiera... <or supuesto, pero ciertas circunstancias las -a:orecen1 &l mundo subterr!neo es particularmente propicio para las alucinaciones1 Desaparecen todos los puntos de re-erencia4 el d,a, la noc e, el sol, la luna, las estrellas, el :iento, la llu:ia1 &l entorno es mineral, sin plantas ni animales1 Al cabo de algCn tiempo el cansancio se suma a la perturbacin de los sentidos y las alucinaciones se acen posibles1 Los espelelogos, como los alpinistas de altura, conocen y temen estas sensaciones1 Los c amanes, en cambio, las buscan :oluntariamente1

&L I'AJ& AL0C'NAD( 4a gruta desempear"a entonces un papel doble# -er"a a un tiempo la morada de los esp"ritus y el medio favorable para las alucinaciones# &s muy probable1 y el papel del c am!n, intermediario ante el mundo sobrenatural oculto tras las paredes, por lo general no se en:idia1 Gasta considerable energ,a y regresa agotado de su :iaDe1

Y qu! le ocurre en su periplo# &l trance se puede desarrollar en tres etapas1 Sin embargo, algunos pasan directamente a la tercera etapa y otros nunca pasan de la primera1 &so depende de los indi:iduos, de las circunstancias111

,ratemos de describir el modelo ideal. &l que entra en trance se aleDa de la realidad baDo el e-ecto de drogas alucingenas, del sonido repetiti:o de los tambores y de los cantos r,tmicos, de prdidas sensoriales, ayunos, -r,o, dolor1 <rimero :e nubes de puntos, #ig#ags, grillas, cur:as, l,neas, algo semeDante a lo que sucede cuando se tiene una -uerte migra9a1 Eisiones e)entas de sentido... Desde la segunda etapa, sin embargo, esos signos empie#an a organi#arse1 &l esp,ritu, que los percib,a de manera err!tic!, intenta autom!ticamente reagruparlos en sistemas co erentes segCn el medio que conoce1 Los #ig#ags pueden con:ertirse en serpientes de cascabel para los indios de Cali-ornia, y los indios tucanos de Colombia :er!n la I,a L!ctea1 4a interpretaci'n de los signos es, pues, cultural. .u! sucede a continuaci'n, en la tercera etapa# A :eces e?iste la impresin de pasar por un tCnel que desemboca en una lu# cegadora1 Si se llega al -inal del tCnel se alcan#a el otro mundo1 Se puede :olar, planear1 Los animales ablan1 0no mismo se trans-orma en animal1 >.u! epopeya? y, al t!rmino de tal aventura, el c amn es capaz todav"a de compartir sus visiones del ms all# 0na parte de l mismo sigue siendo umana incluso en la tercera etapa del trance y es capa# de memori#ar y, m!s tarde, de relatar1 )ecordamos muc o meDor los @sue9os despiertoA que los sue9os nocturnos1

LAS <'N"0)AS I'S'(NA)'AS 4os c amanes de la pre istoria abr"an dibujado y grabado entonces sus delirios alucinatorios en las paredes de las grutas. -u arte ser"a la e)presi'n directa de sus visiones. Los signos inscritos en las grutas corresponden precisamente a la primera etapa del trance1 &ste -enmeno es constante, uni:ersal, y podr,a e?plicar la unidad del arte paleol,tico durante miles de a9os1 Las pinturas y los grabados de animales, en cambio, mani-iestan m!s las :isiones de las etapas segunda y tercera1 +e la &ltima fase en que el c amn se convierte en animal# &n parte1 Se con:ierte en animal, pero sigue siendo umano1 )eCne los dos mundos1 & P-rica se :en muc as representaciones de seres umanos marcados por peque9os caracteres animales muy discretos1 &sto nos muestra que se trata de c amanes trans-ormados1 5an pasado al otro mundo y se an con:ertido en seres compuestos1 &n Niau?, un especialista en bisontes ad:irti que el se?o de estos animales estaba a :eces mal situado1 =&ra un error in:oluntario de artistas que conoc,an muy bien los animales> =( por el contrario representaba a c amanes con:ertidos en bisontes> =( al esp,ritu de un bisonte, au?iliar de un c am!n>

4as etapas del trance corresponden a los signos y representaciones animales, pero no e)plican los trazos digitales, los garabatos apro)imativos que cubren algunas paredes. De ec o ay dibuDos muy mal terminados, que muy pocas :eces se reproducen en los libros111 <robablemente no sean -actura de grandes artistas1 &st!n tambin las uellas de manos y pies desnudos de ni9os a :eces muy D:enes1 =%ero las cavernas no estaban reservadas &nicamente para los iniciados# <odemos pensar que a :eces el c am!n iba acompa9ado de en-ermos por sanar o por ca#adores en busca de ?ito que intentaban entrar en contacto con el mundo de los esp,ritus1 &l c am!n dibuDa un bisonte y sus compa9eros agregan algunos tra#os1 Los ni9os qui#! participan en determinadas ceremonias1 La -inalidad perseguida sigue siendo pr!ctica y estas :isitas son escasas1 Sui#! las susciten circunstancias e?cepcionales, una cat!stro-e natural, una epidemia, una epi#ootia111 (s decir una epidemia que afecta a los animales... %ero el resto del tiempo# ()isten dudas de que el culto paleol"tico se limite a los sucesos desastrosos. &n e-ecto1 <odemos pensar que lo esencial de las ceremonias se desarrolla en el e?terior o en las secciones -!cilmente accesibles de las grutas1 <ero, ciertamente, no nos queda el menor indicio1

%'SA &N LASCA0X (n 4ascau) ay varias salas cubiertas de pinturas magn"ficas, salas que podr"an aber recibido veinte o treinta personas. 8uesta imaginar que las utilizara s'lo un c amn. La gruta de Lascau? posee un car!cter monumental que no se encuentra en otros casos1 Los dibuDos de algunos animales est!n situados de -orma muy :isible y a :eces miden cinco metros de largo; en las otras grutas, en cambio, las representaciones suelen ser m!s peque9as que el tama9o natural1 &sto supone un trabaDo de grupo, una :oluntad de espect!culo y una actitud di-erente de la que se ad:ierte en obras disimuladas en rincones de di-,cil acceso1 =%odemos pensar en ceremonias p&blicas# <robablemente1 &n la ca:erna de Niau?, el @saln negroA go#a de una acCstica e?cepcional1 No es casualidad, sin duda1 =/ue lugar de grandes ceremonias con cantos, dan#as, ritos colecti:os, curaciones de en-ermos> &n las reuniones estacionales no es imposible que un grupo acudiera a contemplar las pinturas, a recogerse, a :er a un c am!n muy -amoso111 =Y las uellas de pies desnudos que se frecuentaci'n de estas grutas# an encontrado no nos podr"an aportar indicios acerca de la

No, ya que son demasiado escasas y es casi imposible -ec arlas1 Slo se encuentran en las grutas que an tenido la suerte de no ser :isitadas, cuyo suelo no a sido pisado y que, adem!s, go#an de la :entaDa de buenas condiciones de conser:acin1 <or lo general son uellas de ni9os4 como recordaba Leroi.Gour an, los ni9os siempre an go#ado mo:indose por todas partes, caminando en la arena, c apoteando en el -ango1 <ero :arios miles de a9os pueden separar los dibuDos de las paredes de las uellas de pasos1

")&S <&S0&[AS %()C'LLAS (l c amanismo aporta una e)plicaci'n veros"mil del arte de las grutas. Hstas representan la puerta de comunicaci'n entre la realidad visible y el mundo de los esp"ritus, que se franquea siguiendo los desvar"os controlados del trance. 4os puntos, los trazos, algunos dibujos que reproducen las visiones del c amn, los animales completados a partir de contornos naturales manifiestan fuerzas ocultas en el interior de la roca, los trazos digitales y las l"neas mal ec as sealan el paso de otros visitantes, compaeros ocasionales del c amn... ,odo esto es una interpretaci'n seductora. %ero s'lo es una interpretaci'n. Sin duda1 Se dice que de un modo u otro todas las culturas son religiosas, asta nuestra poca laica, y tambin sta111 K que no ay ra#ones para que no lo -uera tambin la pre istoria del ombre moderno1 <ero en ciencias umanas no ay pruebas -ormales, slo iptesis1 La meDor -orma de :alidadas es comprobar si concuerdan con un m!?imo de ec os establecidos cient,-icamente y si los nue:os descubrimientos las con-irman1 Despus de que se enunci la idea del c amanismo, e e?aminado grutas nue:as manteniendo esta nocin en la mente y debo decir que parece por completo co erente1 =-e siguen descubriendo nuevas uellas de esos e)traos artistas# S,1 No slo no se an e?ca:ado todas las ca:idades :isibles, sino que quedan muc as entradas in:isibles, sepultadas por sedimentos, ocultas baDo desprendimientos de piedras o baDo :egetales desde ace miles de a9os1 JK no se las descubre as, sin m!sL De modo que puede aber cambios de punto de :ista acerca de cosas que ya se cre,an bien conocidas1 %or ejemplo# &n "uc dVAudoubert, a unos treinta metros de di:ersos bisontes, al -ondo mismo de la gruta, se encontraron tres morcillas de arcilla1 &n *+*B, el abate Breuillas consider -alos, s,mbolos de la pubertad de los muc ac os iniciados1 3l interpretaba todo en trminos de magia e iniciacin1 5ace una decena de a9os, un escultor norteamericano que me acompa9aba en esa gruta, e?clam4 @JDe ningCn modoL JSi es un gesto de escultorL "odos acemos lo mismo4 tomamos un pu9ado de arcilla y la apretamos en la mano para calcular su plasticidad1A K a continuacin obser: unos peque9os aguDeros en la arcilla que nos ten,an perpleDos4 @Los icieron con la yema de los dedosA, e?plic1 @0n escultor siempre da esos peque9os golpes en la arcilla para comprobar si es maleable1A J&ra muy sencilloL

5AC& /AL"A 0N C5A%<(LL'(N +e ec o, para descifrar todo esto nos falta una piedra de Doseta, quiz un nuevo 8 ampollion. Desgraciadamente, no creo que Dam!s se puedan desci-rar esos mensaDes del pasado1 5ace unos a9os :isit un yacimiento indio con el medicine man del lugar1 A la entrada ab,a dos o tres signos :erticales1 <ens que Andr Leroi.Gour an abr,a le,do all, un signo masculino en el umbral de una gruta -emenina1 K que el abate Breuil abr,a :isto un dibuDo de :enablos, las armas de los ca#adores1 =Y qu! vio usted# &l medicine man me lo e?plic4 los signos indicaban, sencillamente, que esa gruta era accesible para los iniciados de la segunda etapa1 J&n eso estamosL Nuestros conocimientos actuales nos permiten al#ar una punta

del :elo, pero no aclaran todo1 Sin duda un d,a llegar! otra e?plicacin y completar!, modi-icar! o reempla#ar! a la nuestra111 ()plicar la religi'n, aunque se trate de la pre ist'rica, por medio de la ciencia es imposible, no# No se decide el :alor de una religin en -uncin de su :eracidad cient,-ica1 &n tal caso quedar,amos absolutamente pri:ados de tradiciones espirituales1 =&s compatible la Biblia con los recientes descubrimientos> JNaturalmenteL La Biblia se sitCa en un registro completamente distinto1 Lo mismo :ale para las creencias del paleol,tico1

&N")&AC"( Y despu!s todo desaparece. :1.222 aos de religi'n, la ms prolongada de toda la istoria umana, se desvanecen. $acia 952.222 aos, la antigua tradici'n del arte rupestre se abandona poco a poco. .u! sucede entonces# A -ines de la glaciacin inter:ienen cambios graduales pero decisi:os1 &l clima se recalienta, algunas especies animales se e?tinguen1 &l mamut ya a desaparecido y, poco a poco, el reno sube acia el norte1 (tras especies empie#an a dominar4 Dabal,es, cier:os1 Se comien#a a comer caracoles1 Se modi-ican los modos de :ida, tambin las estructuras sociales1 K las religiones, que en general sobre:i:en m!s tiempo, terminan por trans-ormarse o morir1 4os ombres abandonan las grutas# Llue:e muc o, se e?panden los bosques1 Las grutas, adem!s, se toman muc o m!s Cmedas, se -orman e?tensiones de agua cada :e# mayores y muc as ca:idades se :uel:en inaccesibles1 =5abr! reempla#ado un arte sobre madera al arte en las rocas> =Y los animales ya no representan las potencias del mundo sobrenatural# &n una sociedad de ca#adores, el ombre es un predador entre otros1 &l caballo sal:aDe o el len de las ca:ernas pueden parecer esp,ritus poderosos1 <ero acia .*81888 a9os, y Jean Guilaine lo relata a continuacin, sobre:iene la mayor mutacin de la a:entura umana4 la del neol,tico, al cual acompa9a la ganader,a1 Se domesticar! primero a la o:eDa y despus a los bo:inos1 K :a a resultar di-,cil dei-icar a la :aca en el establo o al cerdo en su pocilga111 &l ca#ador de la pre istoria se con:ertir! en pastor1 Su mundo cambiar!1 "ambin su imaginario1

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