1976 Aterrizaje Ovni en Barakaldo JJ Benitez
1976 Aterrizaje Ovni en Barakaldo JJ Benitez
1976 Aterrizaje Ovni en Barakaldo JJ Benitez
En ocasiones, al escaso rigor, a la maldad qumicamente pura y a la prepotencia del "lado oscuro" de la ufologa hay que aadir otra caracterstica: la incompetencia. En los prximos meses mostrar a los navegantes algunos sabrossimos ejemplos de lo que afirmo. Y empezar por un caso en el que la referida incompetencia, es decir, ineptitud y torpeza a la hora de investigar, alcanza cotas casi sublimes... 1976: Baracaldo En aquellas fechas lleg a mi conocimiento un caso de posible aterrizaje y posterior encuentro cercano con dos tripulantes-ovni. Me entrevist con los testigos. Visit en lugar de los hechos y tom muestras, trasladndolas a la Universidad para que efectuasen los correspondientes anlisis. Y en enero de 1977 decid publicar una sntesis de lo acaecido en las proximidades del cementerio de Baracaldo, en Vizcaya (Espaa). He aqu el viejo reportaje, aparecido primero en "La Gaceta del Norte" de Bilbao y, posteriormente, en otros peridicos y revistas nacionales y extranjeros.
Dos seres altos, con cinturones y ojos luminosos, salieron de un objeto con forma de "cabina telefnica" en un solar abandonado de Baracaldo. (Dibujo: J.J. Bentez)
Uno de los testigos, con J.J. Bentez, en el solar donde se registraron los hechos. (Foto: GRAS)
Dos seres de gran altura lanzaron una extraa luz contra esta tapia, que qued desconchada. (Foto: GRAS)
En la imagen, la situacin de los dos seres -segn descripcin de los testigos- y el punto de aterrizaje del ovni.
Algunas de las ramas desgajadas del rbol por el objeto que descendi en Baracaldo. (Foto: GRAS)
El "lado oscuro", en accin. Seis aos despus de la publicacin de ese inicial reportaje en "La Gaceta" (1982) recib varias llamadas telefnicas de un individuo, entonces desconocido para m, que, segn dijo, "era aficionado a estos temas". Se trataba de Luis Alfonso Gmez. Y fue directo al grano: quera saber los nombres, direcciones y telfonos de los testigos del mencionado caso-ovni registrado en Baracaldo.
Mi respuesta fue igualmente clara y precisa. Teniendo en cuenta que los nios, en 1976, haban pedido que sus identidades quedaran en el anonimato, primero deba consultar con ellos. Si los testigos aceptaban, no tendra inconveniente en facilitar los datos que solicitaba. La contestacin de los muchachos, y de la abuela de uno de ellos, fue rotunda: "no queremos que nuestros nombres trasciendan". Y tal y como tengo por norma, una norma sagrada, las identidades quedaron en secreto. Posteriormente, en una entrevista personal con el tal Gmez, le confirm lo que ya le haba adelantado telefnicamente. Y pens que lo haba comprendido. Nadie en el mundo, ni siquiera un juez, podra arrancarme una cosa as... En aquella conversacin, adems, surgi algo que me puso en guardia. Gmez, por lo que pude deducir de sus palabras, conoca y estaba de acuerdo con los "mtodos" de investigacin del tristemente clebre intoxicador Ballester Olmos y dems camarilla. Y surgi una sospecha: Porqu pretenda interrogar a los testigos del aterrizaje ovni?. Si este individuo mantena algn tipo de relacin con Ballester y sus "satlites", lo lgico es que ese informacin terminara cayendo en poder del valenciano de marras. En otras palabras: all haba algo poco claro. No me equivoqu. En 1985 llegara la confirmacin de lo que, inicialmente, slo fue una sospecha. Por un lado, Gmez, y Juan M. Gascn (otro "satlite" del intoxicador), enviaron a la prensa una nota que, sinceramente, me dej perplejo. En ella, faltando a la verdad, se deca, por ejemplo, "que, hasta la fecha (la carta fue publicada en "La Gaceta del Norte" el 20 de mayo de 1985), dicho seor (J.J. Bentez) no haba facilitado la informacin (la direccin de los testigos)".
Al ms puro estilo venenoso del "lado oscuro", Gmez no deca que los testigos haban preferido el anonimato. Tampoco mencionaba las conversaciones telefnicas y la entrevista personal en la que, como digo, manifest la imposibilidad de proporcionar los datos que exiga. Si el navegante examina la carta podr verificar las torcidas intenciones del tal Gmez. "Comprobar la autenticidad del caso?" "Reencuestar a los testigos y contar con un testimonio fidedigno?". A qu sonaban estas expresiones?. Estaba muy claro: all, en la sombra, se adivinaba la "mano negra" de Ballester Olmos... Por la boca muere el pez. En ese mismo ao de 1985, Gmez y Gascn publicaban sus "investigaciones" y "conclusiones" sobre el caso "Baracaldo" en un boletn llamado "Cuadernos de Ufologa". Bajo el ttulo "Los humanoides estaban de guasa", los "brillantes investigadores" vena a confirmar definitivamente mis sospechas: los "vampiros" de la ufologa estaban detrs del asunto...
Pero a la maldad y falta de rigor de estos supuestos investigadores serios y "cientficos" hay que sumar tambin, insisto, una ineptitud que los descalifica y los hace caer en el ms bochornoso los ridculos. Como puede comprobarse en la carta enviada a "La Gaceta del Norte", los individuos, casi siete aos despus de ocurridos los hechos, se presentan en Baracaldo y, con el "auxilio" de una ms que borrosa fotografa de uno de los nios, tratan de localizar a dicho testigo. Su "pericia" es tal que, obviamente, no consiguen nada de nada. Esta situacin, unida al testimonio del dueo de una marmolera, les lleva a la conclusin de que lo publicado por m en 1977 slo fue un "sainete", una broma ideada por los nios o bien por terceras personas, cuya objetivo sera el periodista que divulg los hechos". Es posible llegar a una conclusin ms seria y cientfica? Es este el "mtodo" riguroso del que hablan Ballester Olmos y sus "satlites" y "tontos tiles"?. Y digo yo: Por qu no interrogaron al fotgrafo que me acompa? Falta de ayuda de Bentez en la investigacin? Porque fui leal con los testigos? Qu pretendan estos impresentables? Qu traicionara la palabra dada? Es esto investigacin o manipulacin?. Naturalmente, tampoco hacen mencin de los anlisis de las muestras tomadas en el solar. Pero, de este asunto, me ocupar a su debido tiempo.
En suma: la "espectacular" investigacin de Gmez y Gascn, y sus "deducciones", me recuerda aquel otro caso, protagonizado por el GEIFO (Ver caso "Conil". Seccin "El lado oscuro"), en el que, al no encontrar a la pareja que se introdujo en el pueblo, "dicha pareja no exista". El turbio asunto, sin embargo, no termin ah. Con el habitual cinismo de el "lado oscuro", el tal Gmez tuvo la desfachatez de volver a escribirme. Ocurri el 9 de octubre 1984. En la carta, ante mi asombro, solicitaba nuevas identidades sobre otros dos sucesos ovni. Ni que decir tiene que ni me moleste en responder...
Algn tiempo despus, en otro documento, enviado por un "topo" infiltrado en este colectivo de "investigadores serios y cientficos", ratificaba mis impresiones sobre el retorcido y venenoso Sr. Gmez. La carta en cuestin, fechada el 29 de octubre de 1984, y escrita por Gmez, iba dirigida a otro individuo no menos ponzooso. En ella, como no!, se me atacaba, tergiversando de nuevo la verdad.
En la misiva, como puede comprobarse, Gmez no menciona por qu no quise facilitarle los datos que necesitaba... En cuanto a lo de "cobrar en dlares", por supuesto que hablaba con conocimiento de causa. La carta de Ballester Olmos a Ariel Rosales, entonces director de la revista "Contactos Extraterrestres", de Mxico, habla por s sola.
Naturalmente, como era de esperar, a partir de aquellos acontecimientos, los ataques, insultos y calumnias de el "brillante y espectacular" Gmez hacia quien esto escribe han sido continuos. Sinceramente, me producen risa... Como dicen en mi pueblo, "no ofende quien quiere, sino quien puede".