El documento discute la noción del vacío en relación al espacio arquitectónico, basándose en escritos de Heidegger y la obra del escultor Chillida. Resume tres posiciones sobre el espacio propuestas por Heidegger: 1) el espacio que rodea objetos, 2) el espacio entre volúmenes, 3) el espacio creado por las formas. Chillida afirma este último, viendo el vacío no como ausencia sino como potencialidad que genera espacio al interactuar con las formas. Finalmente, propone entender
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El documento discute la noción del vacío en relación al espacio arquitectónico, basándose en escritos de Heidegger y la obra del escultor Chillida. Resume tres posiciones sobre el espacio propuestas por Heidegger: 1) el espacio que rodea objetos, 2) el espacio entre volúmenes, 3) el espacio creado por las formas. Chillida afirma este último, viendo el vacío no como ausencia sino como potencialidad que genera espacio al interactuar con las formas. Finalmente, propone entender
El documento discute la noción del vacío en relación al espacio arquitectónico, basándose en escritos de Heidegger y la obra del escultor Chillida. Resume tres posiciones sobre el espacio propuestas por Heidegger: 1) el espacio que rodea objetos, 2) el espacio entre volúmenes, 3) el espacio creado por las formas. Chillida afirma este último, viendo el vacío no como ausencia sino como potencialidad que genera espacio al interactuar con las formas. Finalmente, propone entender
El documento discute la noción del vacío en relación al espacio arquitectónico, basándose en escritos de Heidegger y la obra del escultor Chillida. Resume tres posiciones sobre el espacio propuestas por Heidegger: 1) el espacio que rodea objetos, 2) el espacio entre volúmenes, 3) el espacio creado por las formas. Chillida afirma este último, viendo el vacío no como ausencia sino como potencialidad que genera espacio al interactuar con las formas. Finalmente, propone entender
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LA PARADOJA DEL VACIO.
Sol Madridejos -Juan Carlos Sancho Osinaga
Sorprendentemente no son muchos los escritos de pensadores que hayan abordado directa y profundamente el tema del espacio desde un punto de vista arquitectnico. la mayor!a de los que han sido planteados" han estado rodeados de cierta incertidumbre" y en ocasiones" de pol#mica $nota %&. 'ero" e(cepcionalmente" surgen te(tos que" con sigilo" se afian)an y se convierten en verdaderos puntos de referencia" instigadores" a posteriori" de la actividad arquitectnica. *lgo de esto ocurre con +ie ,unst und der -aum $.l *rte y el .spacio&" un peque/o y renovador te(to sobre el sentido del espacio de M. 0eidegger" publicado en %.121" con siete litograf!as de Chillida . a en los noventa" y con ocasin de la ultima obra reali)ada por Chillida" se ha vuelto la mirada a este te(to" en un esfuer)o de revisin de la influencia de las hiptesis 0eideggerianas sobre el espacio" en relacin a la obra pl3stica de Chillida. .sto nos sirve de prete(to y de refle(in" en primer lugar" sobre el aut#ntico sentido de la obra actual de Chillida4 pudiendo plantear que" si bien lo que hace veinte a/os para 0eidegger era un establecimiento terico a nivel de refle(in sobre el espacio" silenciosamente hoy" en Chillida" es una afirmacin pl3stica" incluso revisada y potenciada" dentro de un logro creativo revitali)ador. 'or otro lado" una segunda refle(in se basa en la observacin del brote de una vigorosa sensibilidad frente al espacio y frente al objeto surgida" entre otras variables" del sugerente te(to de 0eidegger" asumida y e(presada con mayor nitide) en la obra de Chillida. *s!" es de aqu! de donde partimos" desde un intento de indagar en las cualidades de esta sensibilidad frente al espacio y corresponderla con el espacio arquitectnico. .sta indagacin nos coloca directamente en el te(to de 0eidegger. .n +ie ,unst und der -aum" 0eidegger nos adentra" aunque gen#ricamente" en tres estados del espacio5 %&. .l espacio dentro del cual la presencia pl3stica puede ser entendida como un objeto. 2). El espacio que rodea los volumenes de las formas (figuras). 3). El espacio existente como vaco entre volumenes. Chillida, en paralelo con Heidegger, retoma aiertamente este mismo modelo ! sit"a su espacio escult#rico en un lugar com"n$ %&o halo del espacio que esta fuera de la forma, que rodea al volumen, ! en el cual viven las formas, sino que halo del espacio que las formas crean, que vive en ellas ! que es tanto mas activo cuanto mas oculto act"a%. Esta met'fora de asociaci#n, casi dial(ctica, entre forma ! espacio, lleva implcita la contraposici#n entre dos tipos de espacio. Chillida, para expresar ese espacio casi m'gico (que conlleva estar oculto ! que, cuanto mas oculto mas activo), empie)a por resaltar de que tipo de espacio no se trata, diciendonos$ no es %el espacio en el cual viven las formas%* para revelar inmediatamente que se trata, en camio, del %espacio que las formas crean%. Cualitativamente Chillida afirma un cierto tipo concreto de espacio que, volviendo a los tres estados de Heidegger, ! en una primera lectura, podra relacionarse al %espacio existente como vaco entre los volumenes%, dotando a ese vaco de la particularidad de %ser creado por las formas%. +tendiendo, en un primer acercamiento, a este tipo de espacio retomado por Chillida, podemos relacionar este vaco con ese espacio que las formas crean ! no con el otro en donde las formas viven. ,e-ando por el momento esta idea, podemos seguir su huella, reparando en lo que el mismo Chillida nos dice mas adelante$ %(Este espacio) pone en movimiento la materia que lo configura, determina sus proporciones, mide ! ordena sus ritmos % . Este segundo p'rrafo nos va a permitir profundi)ar a partir de dos reflexiones, finalmente coincidentes, !a planteadas en ase a un acercamiento al espacio arquitect#nico$ . /a primera reflexi#n se asa en la existencia en esta frase de un cierto aroma lecorusierano. +roma que nos acerca a la d(cada de los anos veinte, cuando /e Corusier, con un sentido del movimiento retomado del Cuismo, plantea tami(n la relaci#n espacio.movimiento. o-eto, que se resume claramente en la siguiente cita de C. 0ervos, halando sore los papiers.colles$ %El espacio en el cual los o-etos se encontraan situados era creado por el despla)amiento hacia adelante de los o-etos.% 1ero ahora Chillida, con ese mismo sentido, invierte sorprendentemente la direcci#n, camia los t(rmino$ ahora es el espacio el que pone en movimiento la materia ! no a la inversa, planteando una asociaci#n de direcci#n inversa a la de /e Corusier (o cuista). +parente mati) dial(ctico pero con un gran camio sustancial. +s, es el espacio el que concede los atriutos de orden ! proporci#n a la materia* el que determina la cualidad de la forma. 2nteresante camio de direcci#n, notalemente influido por la mentalidad de Heidegger. 2nnegalemente esta posici#n nos coloca en otro punto de partida$ el que la forma va!a determinada por el espacio ! no a la inversa, nos trae el rumor de ,euss!, cuando afirmaa que %/a m"sica no esta en las notas, esta entre las notas%. Homena-e a 3andins4!. Eduardo Chillida, 5678 . 1or otra parte, una segunda reflexi#n nos introduce en el siguiente p'rrafo, casi al final del texto citado de Heidegger$ %/a forma tiene lugar dentro de una delimitaci#n, que es la inclusi#n ! la exclusi#n en relaci#n con un lmite... 1or este hecho, el espacio entra en -uego. Es ocupado por la forma pl'stica caracteri)ada como volumen cerrado, como . volumen perforado ! como volumen vaco%. 9emos como, para Heidegger, el espacio es inevitalemente apriorstico, ocupado mas tarde por la %forma pl'stica%. Este hecho nos introduce en tres tipos de volumenes que conquistan el espacio$ el cerrado, el perforado ! el vaco, apareciendo el po(tico ! parad#-ico %volumen vaco%, expresi#n un tanto escult#rica pero sugerente$ el vaco como entidad apreciale. Esto nos lleva directamente al espacio arquitect#nico, en donde nos adentramos otra ve) en este comple-o pero provocador concepto$ el del vaco. :acques ,upin !a plantea que %el vaco no es la nada, sino la matri) del espacio. &o se define m's que por lo que exclu!e o ignora%. ,e este modo, ! volviendo a lo sugerido por ,euss!, el vaco viene a corresponder con esa emocionante potencialidad inicial que existe entre dos notas, entre dos sonidos* desde el silencio tenso hasta la plenitud sonora. ,esde este punto, el vaco se convierte en la matri) del espacio, el que pasa a configurar ese espacio manipulando las formas. ;urge as un entendimiento del vaco como un espacio apriorstico ! potencial* ahora el espacio es un vaco que se de-a capturar, en tensi#n, en silencio, invadido o excluido por las formas ! cualificado por la lu). +l construir con ese vaco se aprehende, se conforman, se hacen realidad los volumenes, los o-etos ! el espacio que por ellos se genera, un espacio vivo a-o la lu). El vaco necesita de la forma, %llama a la forma%, para generar espacio. 1odramos afirmar entonces que se entiende el espacio como algo definido, generado, que surge del enfrentamiento entre este vaco ! la forma. Esta idea de espacio apriorstico que entendemos como vaco, que llama a la forma, entra en contraposici#n parad#-ica, aunque sea aparentemente (o formalmente), con ese otro espacio !a visto, chillidiano, de rai) cl'sico.plat#nica, donde eran las formas las que lo creaan. 1ero tan solo se trata de un espe-ismo parad#-ico. 1orque de esta manera emerge la presencia del vaco construdo como esencia del entendimiento del espacio, que expresa ! pone en movimiento los o-etos que contiene, ! que revela, asume, ordena ! determina todos los atriutos del espacio arquitect#nico, como son$ la proporci#n, la medida, el ritmo, la armona, la escala, el movimiento o la monumentalidad. Esto rompe con tres tradiciones cl'sicas$ la de la cimentaci#n del ideal de la elle)a arquitect#nica asada en la forma, en el contorno (modenature), ! en la construcci#n de la materia. +hora la forma, la forma en arquitectura, no tiene mas sentido que como respuesta a este enfrentamiento con el vaco. ;in este entendimiento las formas se vuelven conectores formales carentes de contenido, (as, entretenerse en intentar hacer arquitectura desde la forma lleva irremedialemente a formalismos in"tiles). < aqu podemos repetir el categ#rico aforismo de ;tendhal, quien !a afirmaa que %en todo arte, detenerse en perfecciones sualternas es confundir miseralemente el medio con el fin%. +hora el nucleo de la arquitectura pasa irremedialemente por el espacio$ el espacio como materia. En donde el material ruto es el vaco ! la materia traa-ada es el espacio. 9olviendo a la aparente parado-a, podemos decir que la propuesta de este espacio que nos interesa se entiende, en su realidad, solamente desde una contraposici#n vaco.volumen, ! en su manifestaci#n en simultaneidad, en donde la direcci#n cl'sica ! plat#nica de %forma genera espacio%, sino se vuelve ahora en favor a %vaco qenera espacio ! forma% simultaneamente. +s, el vaco se traa-a con los volumenes, con los materiales, con la lu), creando espacios en tensi#n, en gravedad, en densidad. /as formas, en contraposici#n, tallan el vaco inclu!endo o exclu!endose, cualificandolo hasta darle una impronta, un talle$ esto !a es espacio. Espacio materiali)ado. /a arquitectura dee ser capa) de expresar ! construir esta nueva sensiilidad frente al vaco, ahora si, cargado de espacio, donde esa contraposici#n surgida parte como emlema de la expresi#n del vaco, del vaco construido. ;ol =adride-os, :uan Carlos ;ancho >sinaga. &otas 5. 9(ase la cl'sica pol(mica entre pensadores ! arquitectos en las conferencias ,armstadter ?esprach de 5685 en las que =. Heidegger le!# su mu! citado texto @Aauen.Bohen.,en4en@ (Construir.Haitar.1ensar). En cuanto a >rtega ! ?asset, apo!# la tesis de Heidegger en la conferencia %El mito del Homre allende la t(cnica% ! en un ane-o posterior en torno al coloquio de ,armstadt$ %;ore el estilo en la +rquitectura%. C6-CO =.C.D. Coop. Cios Cosas n. 55, esc. +, piso 7, 2EFF3 =+,C2,. Editado por$ /uis =. =ansilla, /uis Co-o ! Emilio DuG#n