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Anlisis de la
exequibilidad de
las limitaciones
constitucionales de
las libertades
individuales
sin orden judicial
previa.
Una perspectiva
comparada con la
Jurisprudencia del
Tribunal
Constitucional
Espaol
PARA QUIN ES MALO
EL DFICIT FISCAL?*
Pascual Amzquita Zrate
**
Universidad Sergio Arboleda. Bogot, D.C
RESUMEN
Un paradigma del modelo econmico predominante es que el dficit fiscal ha
de evitarse pues acarrea efectos nefastos. Pero hay evidencia que muestra
cmo desde principios del siglo XX se aplic la palanca del dficit fiscal para
impulsar el desarrollo econmico. Por qu se renunci a un modelo que per-
miti el crecimiento vertiginoso de economas de mercado como EE.UU.,
Alemania o Japn, o que mostr ser ms eficaz, a la luz de las cifras, que el
predominante hoy para los pases latinoamericanos? A quin beneficia el
modelo del equilibrio fiscal?
PALABRAS CLAVE
Dficit fiscal, keynesianismo, presupuesto funcional, gasto pblico, inflacin,
desarrollo, planeacin, intervencionismo.
ABSTRACT
A paradigm of the predominant economic pattern is that the budget deficit
must be avoided because it is disastrous. But there is evidence that shows
how from principles of the XX century the lever of the deficit was applied to
impel the economic development. Why was it given up a model that allowed
the vertiginous growth of market economies like USA, Germany or Japan, or
that it showed to be more effective, by the light of the figures that the predo-
minant today for the Latin American countries? To whom does it benefit the
pattern of the fiscal balance?
KEY WORDS
Budged deficit, Keynesian, functional budget, public expenditure, inflation,
development, planning, interventionism.
Fecha de recepcin del artculo: 16 de abril de 2006.
Fecha de aceptacin del artculo: 3 de mayo de 2006.
*
El presente texto forma parte de un trabajo de investigacin ms amplio adelantado por el autor sobre "El deficit fiscal y desarrollo
econmico". Proyecto de investigacin financiado por la Escuela de Negocios y Ciencias Empresariales Universidad Sergio Arboleda.
**
Licenciado en Ciencias Sociales (Universidad Pedaggica Nacional), Abogado (Universidad Nacional de Colombia), Especialista en
Derecho Pblico Econmico (Universidad Sergio Arboleda), Especialista en Investigacin y Docencia Universitaria (Universidad
Sergio Arboleda), Estudiante de Doctorado en Economa (Escuela Superior de Economa y Administracin de Empresas ESEADE,
Argentina), Docente e Investigador, Universidad Sergio Arboleda.
Revista
Dilogos de Saberes
ISSN 0124-0021
Revista No. 24.
Enero-junio de 2006
Pgs: 155-165
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HIPTESIS
El dficit fiscal, bajo ciertas condi-
ciones, puede servir como palanca
del desarrollo.
METODOLOGA
Se han empleado varios elementos
metodolgicos: deductivo para aco-
piar la informacin terica sobre los
modelos econmicos comprometi-
dos; histrico para el anlisis del
desarrollo de varios pases; inducti-
vo para encontrar algunos principios
que rigen la marcha actual en rela-
cin con la poltica fiscal.
1. LA EVIDENCIA
TERICA Y EMPRICA
a. Lo que discute la teora
Ante el dficit fiscal puede adoptase
una poltica de ajuste disminuyendo
los gastos o aumentar los ingresos del
Estado a travs del incremento en
los impuestos, del crecimiento de sus
rentas contractuales (negocios del
Estado), del endeudamiento interno
o externo o de la emisin de dinero.
Antes de Keynes el manejo del dfi-
cit fue de simple sentido comn:
Lo que ms interesa [de la Escuela
de Estocolmo] es la utilizacin deli-
berada del presupuesto del estado
para respaldar la demanda y el em-
pleo. La depresin [de 1920 en Sue-
cia] condujo a los economistas de
Estocolmo a abandonar la esperan-
za de que el banco central, reducien-
do los tipos de inters, pudiera
inducir un aumento efectivo de la in-
versin, el gasto correspondiente y
la demanda... Por el contrario afir-
maron que si bien en pocas norma-
les el presupuesto estatal deba
mantenerse equilibrado, en tiempos
de depresin, a la inversa, convena
desequilibrarlo deliberadamente, de
modo que el excedente de los gastos
sobre los ingresos contribuyera a sos-
tener la demanda y el empleo (Gal-
braith, 1992:245).
Para edificar su teora Keynes sostie-
ne que la economa suele estar en
desequilibrio, lo cual se refleja en que
la mano de obra y el capital disponi-
bles no se emplean en toda su
potencialidad, ocurriendo un desfa-
se entre el PIB potencial (lo que el
pas producira si se usaran plena y
eficientemente todos los recursos) y
el PIB real (el PIB constatado esta-
dsticamente) del pas en cuestin.
En ese caso es necesario que el Es-
tado intervenga para dar pleno uso a
los recursos, va el aumento del gas-
to pblico. En la Teora General
plantea el asunto sin ambages:
Los gastos ruinosos... pueden, no
obstante, enriquecer al fin y al cabo a
la comunidad. La construccin de
pirmides, los terremotos y hasta las
guerras pueden servir para aumentar
la riqueza, si la educacin de nuestros esta-
distas en los principios de la economa clsica
impide que se haga algo mejor (Keynes,
1996:120, subrayo).
Sobre esta afirmacin vale la pena lla-
mar la atencin en dos puntos. En
primer lugar, los ejemplos sealados
no son los ms afortunados cuando se
miran los desarrollos posteriores da-
dos al tema del gasto, pues pareciera
indicar que es lo mismo cualquier uso
dado a los recursos. En segundo lugar
y a manera de excusa al mismo Key-
nes puede entenderse la frase
subrayada en el sentido peyorativo que
emplea el autor, para sugerir exacta-
mente que los ejemplos son de bajo
perfil. As pareciera indicarlo Samuel-
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son (neokeynesiano que hizo una fu-
sin entre Keynes y los clsicos),
quien insistiendo en la diferencia en-
tre PIB real y PIB potencial, plantea:
El anlisis del multiplicador (Keyne-
siano) se aplica a las situaciones en las
que la produccin es inferior a la po-
tencial, es decir, en las situaciones en
las que hay recursos desempleados.
En esa situacin, un aumento de la
demanda agregada puede elevar la
produccin (Samuelson, 1995:580).
Pero en el ltimo cuarto del siglo XX
se puso en marcha una poltica diri-
gida a disminuir el tamao del Estado.
Geoffrey Garrett, explicando este pro-
ceso, dice que antes del 70 era posible
utilizar el gasto como herramienta, a
un bajo costo, por el aislamiento de
las economas, pero que despus,
bajo la globalizacin, pareciera im-
posible por la contradiccin entre
eficiencia y los costos implcitos en
el estado de bienestar. Subraya sin
embargo que esta es una visin cor-
toplacista pues el gasto puede
convertirse en herramienta para au-
mentar la eficiencia. Agrega que la
fuerzas del mercado inducen inequi-
dad e inseguridad econmica, efectos
que pueden servir para justificar el
gasto (Garrett, 1999:7).
No obstante, en muchos pases, par-
ticularmente los desarrollados, no ha
ocurrido la disminucin del gasto p-
blico anunciada. Para demostrar
empricamente la correlacin entre
apertura comercial y aumento del gas-
to ,analiza las cifras aportadas por un
estudio de Dani Rodrik, cuyo ttulo
casi dice todo: Why Do More Open Eco-
nomies Have Big ger Gover nment?
La grfica 1 muestra la realidad de
este proceso en las economas de la
OCDE.
Las formas de financiar el gasto in-
cluyen los aumentos impositivos, la
emisin monetaria, el endeudamien-
to interno o externo y la actividad
econmica del Estado, valga decir,
los excedentes obtenidos por el Es-
tado empresario. Estas fuentes se
estudian en el trabajo general, pero
conviene hacer mencin especfica
a la emisin monetaria.
b. Emisin monetaria
Quiz la forma de financiacin del
Estado en mayor consonancia con
los postulados keynesianos es la emi-
sin monetaria, la cual deja al Estado,
adems, una fuente muy importante
de ingreso conocida como el seo-
reaje. Sin embargo el mecanismo
tiene una restriccin: su impacto en
el nivel de precios. Pero conviene lla-
mar la atencin respecto a su
frecuente uso por economas como
Estados Unidos, con la diferencia de
que el dlar tiene el doble carcter
de ser usado en el mercado interno y
en el internacional, lo cual es una li-
mitacin en los pases de moneda
dbil o que no es divisa:
Una de las principales lecciones de
las crisis financieras en los mercados
emergentes es precisamente que los
Grfica 1. Gasto Pblico pases OCDE
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pases son ms vulnerables a estas
crisis en la medida en que no pueden
emplear su moneda domstica para
emitir deuda externa. Ms an, en
muchas ocasiones la moneda doms-
tica tampoco puede ser empleada
para endeudarse a largo plazo an
domsticamente (Hamann et. al,
2005:2).
En Colombia el uso de la emisin
por el gobierno nacional ha ocasio-
nado un muy candente debate. Al
respecto la Contralora General de
la Repblica (1999) realiz un muy
agudo anlisis en el cual demuestra
que el sector financiero para adqui-
rir los papeles del Estado hace
emisin secundaria con lo cual no
solo est creando dinero (con las te-
midas consecuencias inflacionarias)
sino, por sobre todo, est apropin-
dose de cuantiosos recursos del
seoreaje que en otras condiciones
corresponderan al Estado:
Se incurre en significativos
costos cuasifiscales, al tener que re-
emplazar la contraccin de los en-
cajes por OMAS con costo para el
Banco Central e, indirectamente,
para el presupuesto nacional. La Jun-
ta Directivaen uso de su autono-
ma constitucional, dispuso de un
recurso pblico, - el impuesto por
inflacin-, elimin la posibilidad de
que fuera utilizado por el Estado, y
lo transfiri gratuitamente a parti-
culares. La cuanta de la transferen-
cia puede haber sido el equivalente
a 0.5% del PIB por ao (1999: Cap.
17:3).
Por ello en las conclusiones el estu-
dio indica: La relacin entre el
gobierno y el Banco de la Repblica
tiene especificidades en las pocas
de recesin. Es vlido que el gobier-
no se apropie de parte del seoreje,
que no se le debe seguir entregando
al sector privado (1999:Cap. 6:2).
La mayor crtica a la financiacin va
emisin son los eventuales efectos
inflacionarios, por lo cual se limita su
uso y se reemplaza por otras herra-
mientas cuyo anlisis se omite en este
documento. Sin embargo, cuando se
recurre el endeudamiento el efecto es
el mismo como lo plantea la Contra-
lora:
Dornbusch y Fischer (sic) retoman el
anlisis de Sargent y Wallace para con-
cluir que ...la financiacin del dficit
mediante la emisin de deuda puede
ser a largo plazo ms inflacionista que
la financiacin mediante la impresin
de dinero (Dornbusch y Fischer (sic)).
Esta situacin se presenta, continan
los autores, porque ...cuando un go-
bierno financia un dficit emitiendo
deuda, se compromete a pagar los
intereses de dicha deuda en el futuro
(1999: Cap. 3:15).
Ahora bien, no necesariamente la
emisin va acompaada de inflacin.
Hay una condicin bsica: el mayor
gasto debe dirigirse al sector real de
la economa para aumentar la oferta
y as mantener el equilibrio en los
precios. Si los recursos no salen de la
rbita del sector financiero pronto se
traducirn en inflacin o en una tram-
pa de liquidez. De otro lado, si el
crecimiento de la demanda de los
agentes econmicos se dirige a las
importaciones, el esfuerzo fiscal ser-
vir para impulsar el desarrollo de los
socios comerciales extranjeros.
Sachs argument en 1981 que en la
medida en que un gran dficit fuese
el resultado de un incremento en la
inversin, no habra por qu pre-
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ocuparse o porqu adoptar una ac-
cin poltica. Corden argumenta que
un incremento en el dficit de cuenta
corriente que resulta de un movimien-
to en el comportamiento del sector
privado un incremento en la inver-
sin o una disminucin en el ahorro
no debera ser un asunto para preocu-
parse (Cit. Edwards, 2004:2). En el
mismo sentido se expresa Oscar Al-
viar, ex Director Ejecutivo del Banco
Mundial: El peligro comienza cuan-
do por utilizacin plena de los
recursos o por carencia de ellos, los
factores reales de produccin y de
consumo no pueden reactivarse sino
que a falta de aquellos, el resultado
es de simple elevacin de precios
(Alviar, 1974:48).
Insisto en el desatinado ejemplo de
Keynes sobre las pirmides o el ms
conocido de enterrar botellas con bi-
lletes, pues aqu se rompe un principio
esencial, que se produzca nuevo va-
lor, es decir, que a travs del gasto se
aumente la oferta para que la deman-
da no sea inflacionaria. Si los nuevos
empleados se dedican a abrir y tapar
huecos intiles, aunque aumente la
demanda agregada no habr produc-
cin real que la absorba.
En Colombia la emisin se gua, apa-
rentemente, por la pura ortodoxia, pero
en los ltimos meses del ao 2004 y
durante el primer semestre del 2005
se dispar el gasto en un 64,5 (80,1%
si se excluyen los pagos de intereses)
entre abril de 2004 y el mismo mes
del 2005, lo cual dio pie al siguiente
comentario de Fernndez Riva:
El crecimiento del gasto fue tan gran-
de que, a pesar de un excelente com-
portamiento de los recaudos, el dficit
fiscal de la Nacin casi se triplic
respecto a 2004. Pero si el gobierno
le est inyectando plata a la econo-
ma, el Emisor hace lo que puede
por no quedarse atrs. El mismo
Banco de la Repblica nos informa
que a mediados de mayo la oferta
monetaria ampliada creca 18,7%
anual... En cualquier pas del mun-
do lo que estamos presenciando se-
ra calificado como una poltica
monetaria y fiscal ferozmente expan-
siva. Sin embargo, nadie espera que
esa combinacin de bonanza exter-
na, estmulos a la inversin, gasto p-
blico desbocado e inundacin de
liquidez, lleve a Colombia a crecer
9%... El gasto pblico y la emisin
no se estn usando para reducir la
miseria ni para arrinconar la subver-
sin sino que se despilfarran en com-
pensar los efectos recesivos de la
revaluacin (Fernndez, 2005).
c. Los efectos del dficit
Adems de los puntos sealados,
otras crticas hechas en relacin con
el dficit fiscal son las siguientes:
Efecto expulsin
Plantea Samuelson: (El) argumen-
to segn el cual el gasto pblico
reduce la inversin privada, invoca
la hiptesis del efectoexpulsin.
Esta hiptesis en su versin extre-
ma, sugiere que cuando el Estado
gasta $100 ms en bienes, la inver-
sin privada disminuye en $100
(1995:761).
La expulsin puede analizarse desde
dos perspectivas: De una parte, ocu-
rrira porque el Estado compite con
los agentes privados por unos recur-
sos escasos, pero con una ventaja
manifiesta: la de ser mucho ms es-
table. Es la expulsin real. De otra
parte, la competencia del Estado
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hace que la tasa de inters se eleve,
de manera que muchos agentes pro-
ductivos prefieren retirarse. Esta
forma se llama financiera.
No obstante, el enfoque keynesiano
difiere de la conclusin argumentan-
do que los recursos no son una suma
fija sino que el nuevo gasto hace cre-
cer la produccin y con ello el ahorro,
lo que contrarresta el efecto expul-
sin. Con ello Lerner plantea el
principio de las finanzas funciona-
les para sealar que el gasto puede
emplearse como motor en la creacin
de empleo sin que por ello se afec-
ten otras variables como el nivel de
precios. Critica adems las hiptesis
neoclsicas del lmite de endeuda-
miento y el efecto expulsin y en
su anlisis se anticipa a efectos no
previstos en el modelo de Keynes,
especialmente en relacin con la es-
tanflacin.
Otra arista del asunto es que el efec-
to expulsin, bajo la ptica
keynesiana, s podra ocurrir pero en
contra de los inversionistas extran-
jeros que deciden retirar sus
inversiones directas, no las de porta-
folio, por las mayores tasas de inters
inducidas por el dficit fiscal.
Para analizar estos efectos cruzados
est el teorema del multiplicador del
presupuesto de Haavelmo quien de-
muestra que un incremento igual en
el gasto pblico y en los impuestos,
puede llevar a un crecimiento neto
de la produccin cuando el multipli-
cador del gasto pblico es mayor que
la cada inducida por los impuestos.
Dicho de otra manera, el gasto p-
blico tiene un efecto directo en la
demanda agregada en tanto que el
impuesto solo afecta indirectamen-
te el consumo, de suerte que solo una
proporcin del incremento tributario
afecta la demanda agregada, depen-
diendo de la propensin marginal al
consumo.
Para un anlisis dinmico, es decir,
para incluir en el clculo el efecto
creciente del dficit y el endeuda-
miento a largo plazo, existen los
desarrollos, en la misma ptica key-
nesiana, de Evsey Domar, Roy
Harrod, John Hicks, Joan Robinson,
Nicholas Kaldor y Richard Goodwin
entre muchos otros.
Harrod y Domar, analizando la even-
tualidad de un efecto expulsin
plantean que puede evitarse recu-
rriendo a la planeacin indicativa
consistente en un acuerdo Estado-
sector privado para que ste
produzca ciertos volmenes y aquel
se comprometa a adquirirlos. As se
evitar que las expectativas econ-
micas de los agentes se adelanten a
las polticas econmicas bloquean-
do su resultado o que simplemente
no se cumplan.
La equivalencia ricardiana
Afirma que al aumentar el dficit fis-
cal cae el consumo presente en
previsin al futuro, postulado que ha
sido desvirtuado por los hechos.
Como recuerda B. Friedman, esta te-
sis fue el punto de apoyo en la
discusin que hubo en Estados Uni-
dos frente a la desenfrenada carrera
deficitaria puesta en marcha por Re-
agan en los aos 80. Pero las tasas de
consumo e inversin no cayeron
como se prevea (Friedman, 2000:9).
El problema es de expectativas. La
teora dice que un dficit hoy debe
ser compensado por un supervit en
el futuro.
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Crisis monetarias
Mientras algunos autores, incluyen-
do a Fisher, han argumentado que los
dficit en cuenta corriente son seal
de claro peligro, otros han dicho que
esos dficit no incrementan la pro-
babilidad de una crisis monetaria
(Frankel y Rose) (Cit. Edwards,
2004:2).
d. La economa poltica
Quienes cuestionan la eficacia del
dficit fiscal asumen una neoclsi-
ca fe ciega en los mercados, es
decir, en la supuesta eficiencia de
stos para asignar recursos, lo cual
implcitamente deja de lado la po-
sibilidad de que el Estado, a travs
de la planeacin, incida en tal asig-
nacin.
Pero tambin contra este argumento
se levanta la evidencia histrica y te-
rica. El hecho de que abunden los
estudios que pretenden demostrar
que, a pesar de las imperfecciones en
el mercado, sigue funcionando bien,
es prueba de que hay algo que en ver-
dad no funciona. Al respecto Ricardo
Hausmann sostiene:
Podra ser el gobierno la solucin
para los problemas de crecimiento
en Latinoamrica? [Hausmann], uno
de los creadores del Consenso de
Washington asegura que s... [Haus-
mann y Rodrik] dicen que la orto-
doxia econmica no deja ver a los
economistas el gran papel que los pla-
nificadores gubernamentales jugaron
en el xito de China, Corea del Sur y
Taiwn. Por qu Amrica Latina no
podra beneficiarse tambin de una
ayuda de este tipo? (El Tiempo (Wall
Street Journal), 23 de febrero de
2005, pg. 1-12).
Y efectivamente el sudeste asitico
es uno de los casos recientes que ha
servido como ejemplo de que es la
planeacin econmica y en general
la intervencin estatal la que ha fun-
cionado. Entre la numerosa lista de
autores que podra incluirse est Car-
los Ominami, economista chileno,
quien apunta:
Una imagen particularmente falsa
consiste en presentar a los pases del
sudeste asitico como la encarnacin
misma del liberalismo econmico.
Como lo han demostrado los pro-
pios trabajos del Banco Mundial, se
trata al contrario de procesos de de-
sarrollo con fuerte intervencin del
Estado, planificacin global, creacin
directa de empresas, fomento a las
exportaciones, proteccionismo aran-
celario y no arancelario, etc. (Omina-
mi, 1987:181).
Rodrik en relacin con los pases del
Este Asitico indica:
[Estos pases] generaron milagrosas tasas
de crecimiento econmico, contando con pol-
ticas industriales y comerciales que, si fueran
seguidas hoy, seran ilegales bajo las reglas
de la OMC. Hasta finales de los aos
1970, hubo decenas de pases en Amrica
Latina, el Medio Este y an algunos en
frica, que generaron tasas de crecimiento
econmico que eran impensables antes. Y lo
hicieron con sus polticas de sustitucin de
importaciones que los aisl por un largo tiem-
po de la economa mundial. Entonces, de-
bemos volver al viejo sistema? No creo. La
nostalgia no es Buena, si bien debemos en-
tender que fue, en efecto, una poca de oro
(Rodrik, 1999).
John Williamson, al hacer un balan-
ce del Consenso de Washington
plantea que uno de los problemas
derivados de las polticas all plas-
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madas es la fe ciega en la capacidad
de los mercados para controlar las
externalidades, lo que lleva a creer
que es mejor un Estado pequeo
(Williamson, 2004:10).
De este recuento terico puede sa-
carse una conclusin general: Los
anlisis permiten mostrar que el gas-
to pblico y el dficit no son un
obstculo para el desarrollo sino una
palanca del mismo. Puede afirmarse
que la nica restriccin importante
es que la expansin salga de la esfe-
ra del sector financiero y se irradie al
sector real de la economa.
2. LOS BENEFICIOS DEL
EQUILIBRIO FISCAL
En este captulo se enfoca el asunto
desde el punto de vista de las ganan-
cias de los sectores que se benefician
con las restricciones fiscales y presu-
puestales, que pueden analizarse en
dos grandes grupos: El sector finan-
ciero que presta, emite, intermedia,
etc. y el sector privado de la economa
real que no encuentra competencia en
el Estado empresario.
A lo largo de la investigacin se ha
identificado que el efecto expulsin
es ms evidente para el sector finan-
ciero. En la medida en que el Estado
recurra a la emisin, achica el cam-
po de accin de los agentes
financieros. Cifras como los ms de
30 billones de pesos (ms de la mi-
tad absorbiendo recursos pblicos va
la compra de TES) que hoy tienen
las EPS, arrojan luces al respecto,
pues en otro escenario esos recursos
seran del Estado. Es decir, la discu-
sin sobre el tamao ptimo del
Estado no resalta que su reduccin
es inversamente proporcional a las
ganancias del sector financiero.
De otra parte, la retirada del Estado
de sus obligaciones sociales aumen-
ta marginalmente la capacidad de
compra del grueso de la poblacin (si
se diera una reduccin impositiva)
pero favorece significativamente a los
dueos del capital y la tierra, para
quienes las reducciones impositivas
s son evidentes.
Estos fenmenos estn siendo ana-
li zados bajo la ptica de la
financiarizacin, que en sntesis
puede definirse como la tendencia a
que todas las actividades sociales, in-
cluidas las del Estado, son
controladas por el sector financiero,
a un costo alto para la sociedad pero
que se traduce en ingentes ganancias
para tal sector. Es la financiarizacin
de las finanzas pblicas, segn la expre-
sin puesta en boga por Pierre
Salama, quien la define as:
Se dice que hay una financiarizacin
cuando el diferencial de rentabilidad
entre el sector productivo y el sector
financiero, a favor de este ltimo, con-
duce a las empresas a frenar sus in-
versiones en su actividad principal en
provecho de inversiones financieras.
Recordemos que el grado de finan-
ciarizacin de una nacin o de una
empresa se mide por una razn don-
de el numerador est compuesto por
los activos y el denominador de estos
ltimos a los que se agregan los acti-
vos reales (Salama 1999:273).
Csar Giraldo afirma: la intermedia-
cin financiera se vuelve el vehculo
a travs del cual se prestan los servi-
cios sociales, y agrega:
Dicho concepto ha sido desarrolla-
do por Salama y Valier, quienes sea-
lan la tendencia en la economa hacia
un divorcio de la actividad financiera
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respecto a la actividad productiva real,
con predominio de la primera. Este
fenmeno se evidencia en que el au-
mento de las ganancias financieras y
del crdito no tiene como contrapar-
tida un aumento de la formacin de
capital y del ahorro (Giraldo,
2001:164).
Debe destacarse que hay una tenden-
cia mundial en ese sentido desde hace
varias dcadas.
Al tiempo que se produca un impor-
tante desplazamiento de capitales des-
de actividades industriales hacia el
mbito financiero fruto de este pro-
ceso de especulacin, el abultado d-
ficit comercial exiga entradas
crecientes de capital para ser financia-
do (tomando stas la forma de ad-
quisicin de deuda pblica y privada,
de compra de acciones y de entradas
de IED). Estas tendencias econmi-
cas han terminado por reforzar un
contexto de profunda financiarizacin
de la economa norteamericana, enten-
diendo por ello el proceso econmi-
co mediante el cual toda la dinmica
productiva general pasa a gravitar en
torno a las necesidades y exigencias que
dicta el capital financiero nacional e in-
ternacional (lvarez & Buenda:3).
Los efectos de la financiarizacin no
se dejan esperar. Weinstein, en el pico
de desarrollo de Estados Unidos en
1999 identific cinco amenazas: in-
equidad en el ingreso, inequidad en la
riqueza, cada en la productividad,
dficit educacional y un andrajoso
sistema de seguridad por falta de re-
cursos particulares para cubrir la
retirada del Estado (Weinstein, 1999).
Una de las manifestaciones de la
financiarizacin es el aumento expo-
nencial del crdito. Por su intermedio
el sistema bancario anticipa la ganan-
cia de los productores para reiniciar
su ciclo productivo, pero a condicin
de que se vendan las mercancas o
que se decida caer en una bola de
nieve crediticia. Dado que cada da
hay mayor dificultad para que ocu-
rra lo primero, se ha impuesto la
segunda alternativa, con las consi-
guientes burbujas financieras.
3. CONCLUSIONES Y
RECOMENDACIONES
De acuerdo con el estado actual de
la investigacin, pueden extraerse las
siguientes conclusiones y recomen-
daciones de poltica econmica:
a. El viraje del modelo keynesiano
al neoclsico obedece no tanto a
los problemas del viejo modelo
conocidos desde cuando se pudo
en prctica a comienzos del siglo
XX como a las ganancias obte-
nidas con su reemplazo. La mejor
comprobacin de las posibilidades
reales del modelo keynesiano es la
historia de muchos pases durante
el siglo pasado, tanto potencias de
primer orden Estados Unidos o
Alemania, como potencias regio-
nales Brasil, hasta el ltimo re-
sultado verificable, los Dragones
Asiticos en la dcada del 70.
A su turno, una prueba de las ga-
nancias emergentes est en el in-
usitado crecimiento del sector
financiero, tanto en el mundo como
en Colombia, sin que ello guarde
relacin con el crecimiento del PIB.
A la luz de estos hechos conviene
entonces replantear la poltica de
dejar de lado al Estado como pa-
lanca del desarrollo.
b. El modelo keynesiano tiene una
importante restriccin: Para que el
gasto no se convierta en propul-
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Pascual Amzquita
Zrate
sor de la inflacin debe dirigirse
al sector real de la economa, es
decir, debe salir de la esfera finan-
ciera (especulativa). Ello explica
por qu no toda poltica expansi-
va acarrea crecimiento econmi-
co, como ha ocurrido en Colombia
donde, a pesar del aumento del
gasto y del crecimiento de M, el
sector real no muestra mejora y
s el sector financiero.
Las implicaciones de economa
poltica pueden sintetizarse dicien-
do que deben replantearse los me-
canismos que estn permitiendo
que el mayor gasto sea absorbido
por el sector financiero. No bas-
tara con regular aspectos como
tasas de inters o tarifas financie-
ras. Es necesario hacer una recom-
posicin de la deuda pblica,
comprndola paulatinamente con
recursos de emisin. Los nuevos
crditos, estatales y privados, de-
beran hacerse bajo frmulas como
las que hubo en el pas entre 1951-
1990. Por supuesto que la expe-
riencia indica cules son los
correctivos necesarios para evitar
los problemas detectados.
c. Insistir en la necesidad de reducir
el dficit fiscal y prohibir el finan-
ciamiento a travs de la emisin,
trae como consecuencia abrir un
amplio campo de accin al sector
financiero que termina absorbien-
do los recursos del seoreaje ms
los intereses que cobra por su ac-
tuacin. Las burbujas financieras
que han azotado al mundo en los
ltimos quince aos deben anali-
zarse bajo esta ptica.
d. Los bienes y servicios que antes
ofreca el Estado son ofrecidos por
los particulares y ello acarrea un ma-
yor costo, el implcito en la ganan-
cia que el prestador privado obtiene,
pagadas con los impuestos de la so-
ciedad. O dicho de otra manera, la
provisin de bienes y servicios no
favorece al sector real de la econo-
ma que los produce sino al sector
financiero que los intermedia.
e. En el mundo y en Colombia, una
de las ms notorias manifestaciones
de este proceso es el creciente pago
que el Estado hace al sector finan-
ciero por los recursos que necesita.
Los prestamistas obtienen una do-
ble ganancia, los intereses por los
prstamos y el seoreaje que se
apropian. Ambos rubros eran ingre-
sos del Estado antes y ahora son
egresos. Aqu la recomendacin es
permitir que el Estado se apropie
del seoreaje que le est entregan-
do al sector financiero privado en
Colombia desde 1990.
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