Texto realizado para conferencia en seminario. Es un resumen del autor de varios capítulos del libro inedito LAS FORMAS DE LA MUERTE, La representación mortuoria en la tradición occidental. Alexis Vélez, Medellín-Colombia. Elabora las principales ideas sobre la elaboración cultual en la cultura antigua en el trato a los muertos. Muestra la evolución de las ideas y las diferentes representaciones plásticas y los conceptos ligados a la elaboración del duelo y el estatuto de representación como doble psicológico.
Texto realizado para conferencia en seminario. Es un resumen del autor de varios capítulos del libro inedito LAS FORMAS DE LA MUERTE, La representación mortuoria en la tradición occidental. Alexis Vélez, Medellín-Colombia. Elabora las principales ideas sobre la elaboración cultual en la cultura antigua en el trato a los muertos. Muestra la evolución de las ideas y las diferentes representaciones plásticas y los conceptos ligados a la elaboración del duelo y el estatuto de representación como doble psicológico.
Texto realizado para conferencia en seminario. Es un resumen del autor de varios capítulos del libro inedito LAS FORMAS DE LA MUERTE, La representación mortuoria en la tradición occidental. Alexis Vélez, Medellín-Colombia. Elabora las principales ideas sobre la elaboración cultual en la cultura antigua en el trato a los muertos. Muestra la evolución de las ideas y las diferentes representaciones plásticas y los conceptos ligados a la elaboración del duelo y el estatuto de representación como doble psicológico.
Texto realizado para conferencia en seminario. Es un resumen del autor de varios capítulos del libro inedito LAS FORMAS DE LA MUERTE, La representación mortuoria en la tradición occidental. Alexis Vélez, Medellín-Colombia. Elabora las principales ideas sobre la elaboración cultual en la cultura antigua en el trato a los muertos. Muestra la evolución de las ideas y las diferentes representaciones plásticas y los conceptos ligados a la elaboración del duelo y el estatuto de representación como doble psicológico.
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LAS PRCTICAS ARTSTICAS EN LA ANTIGEDAD
ANTE LA AUSENCIA Y DESAPARICIN DEL AMADO GRECIA Y EL CRISTIANISMO OCCIDENTAL HASTA NUESTROS DAS Por Alexis Vlez Rodrguez, artista plstico, docente investigador.
Resumen: Esta ponencia esta contextualizada bajo las formas de las TCNOLOGIAS DE LA MEMORIA en relacin al arte funerario y en especial al desarrollo de las formas de representacin en las cuales se revelaba el mito, la religin y la elaboracin del duelo mediante los dobles representativos, o esculturas y estatuillas; estas simbolizaban el asunto complejo de una psicologa y actitud cvica con respecto al trato de la muerte, la elaboracin de unas artes y la transformacin de las ideas mticas y religiosas en asuntos de la razn y su carcter de verdad. As mismo la dedicacin de la memoria y el recuerdo de parte de los vivos con relacin a los muertos permite pensar en la forma como las artes de la representacin cumplen una tarea importante al integrar en la forma de culto muchos elementos de gran potencia para el pensamiento antiguo, e incluso la continuidad histrica hasta nuestros das. Dicho culto al muerto de parte de las comunidades se evidencia en innumerables registros visuales y literarios que sirven para pensar asuntos completamente contemporneos y que en las dos ltimas dcadas sirven para pensar en el desarrollo de actitudes acadmicas, cvicas, sociales y polticas con respecto a aspectos de la memoria en relacin a la violencia y la tragedia. Esta iniciativa busca fortalecer procesos pedaggicos, actitudes estticas, perspectivas filosficas y psicolgicas sin deslegitimar, sealar ni censurar ninguna de las acciones y luchas emprendidas desde la sociedad civil y los grupos organizados en relacin al tema de los muertos y desaparecidos, luchas que merecen todo tipo de respeto.
1 IDEA: EL ALMA EN LA ANTIGEDAD GRIEGA Los griegos tenan una idea del alma en la Antigedad, el culto al hroe y al muerto tena como principal fundamento el asunto de la memoria, mucho ms importante que la idea de un alma inmortal. Este culto que se produje desde la ms remota Antigedad se revelaba bajo las formas de la oralidad y se mantuvo as desde milenios, en especial cuando la tradicin oral del aedo se va transformando desde el siglo XIII al VIII antes de Cristo. Las transformaciones que se establecieron en el culto a los muertos se vieron afectadas por el nacimiento de la escritura y la literatura en especial desde Homero y Herdoto; la voz del aedo se va disolviendo y l como encarnacin de la memoria va ocupando un papel diferente con la escritura. La memoria sufre esta primera transformacin y aparece con ello una actitud crtica: a lo escrito se puede ir y volver para revisar su contenido; la actitud mtica va perdiendo parte de su papel cerrado y cclico pero no se ha liquidado an su funcin. Sera con el racionalismo emergente donde el asunto de la libertad, la idea de una vida real y la dedicacin al fundamento de la verdad se encontrara como primera premisa del culto a la razn. El caso de la filosofa socrtica cambiara el escenario que desde el mundo del mito se tena como de vital importancia. El P g i n a | 2
primer intento de una sntesis por encontrar el fundamento de la naturaleza humana a partir de la experiencia de la razn cambi radicalmente la idea del alma y del destino de la misma. Si en la tradicin mtica el alma no es ms que un aliento vital disgregado por el cuerpo, sin otra funcin que mantener la vida y jugar un papel en los procesos de reencarnacin o purificacin para llegar a ser hroes o inmortales con la muerte, es con los primeros sistemas filosficos desde Empdocles y Pitgoras que el alma tiene un papel ms importante, tanto as como de informarse y acceder a la verdad por la salida del ciclo de nacimientos y muertes. En estos sistemas filosficos as como en el orfismo, el alma debe de reunirse en un solo lugar del cuerpo, en el diafragma, para el control del soplo respiratorio y hacer el ejercicio de la memoria, la rememoracin de las vidas pasadas y la liberacin de la metempsicosis. El sentido del alma se va transformando por el ejercicio de la voluntad, la liberacin se produce no slo por el proceso purificador del fuego sino por el acceso a la rememoracin y la expiacin de faltas. Con Homero se sigue atestiguando estas actitudes frente a la muerte y al alma, ser con el Fedn de Scrates que se revisan las teoras que desde el pasado mtico se tenan con respecto al alma. El origen de dicho cambio crtica aquellas formas del culto que se manifestaban dentro de la tradicin pre racional y que permanecieron alojadas un largo tiempo en la cultura griega como formas de ilusin y fantasa, de simulacro. La ocupacin por uno mismo y el estudio sistemtico de la idea del hombre lleva a pensar de una manera diferente las relaciones con respecto a dicho pasado, representado en la continuidad del mundo homrico con la epopeya y la tragedia. Los intermediarios que antes cumplan un papel importante en la tradicin, bajo la forma de dioses, hroes, musas, orculos y pitonisas, se ven enfrentados a la idea de hacer del alma humana una razn crtica con Scrates y el platonismo. El alma socrtica se libera por la razn y la virtud. El hroe ya no ocupa el mismo lugar, se le reemplaza por la accin lgica.
2 IDEA: LO MENTAL PUEDE ENCARNAR EN MANIFESTACIONES FSICAS: ESCULTURA Para el pasado mtico las formas de mediacin establecen un orden de las cosas; es en la divisin de los planos del mundo de los dioses, los hroes y los hombres donde la idea de los griegos sobre el alma presenta una elaborada manifestacin religiosa y especular que se convirti en formas de representacin, no solo mental sino plstica. Lo mental puede encarnar en manifestaciones fsicas, puede representarse mediante complejos elementos desde el orden psicolgico y encarnar en su doble material. El presentar una forma fue sumamente importante para una cultura que pensaba en la imagen, el vaco, en los ciclos de nacimiento y destruccin. Lograr el aspecto visible del misterio, atrapar en la forma lo voltil y frgil del alma, retenerla, confinarla y confiarla al cuidado, es parte del logro de la representacin mortuoria, tan chocante al platonismo. No es solo un asunto de imagen lo que all se contiene, va en doble va de la idea a la forma, del mito a la compleja elaboracin psicolgica en el trato a la alteridad de la muerte, a las relaciones del ser humano frente a ella, a la destruccin, repercute en lo que llamamos la identidad, el sujeto. Paralelo a la identidad corre el asunto de la mediacin, el alma media P g i n a | 3
entre el cuerpo y la idea. El alma contenida en lo vivido es un hombre, soporta como tal las tribulaciones de la vida y de la muerte a travs del cuerpo, se piensa, se vive y se recrea. Con Scrates gana un estatuto nuevo, es la sede de la inmortalidad, es un alma racional, al Hades slo descienden los elegidos por l, los que han hecho de su vida una virtud. Anteriormente en el mito griego el alma no tena esa participacin y actitud vital en el estatuto del muerto, slo operaba en lo vivo, comparta una existencia con el espritu, sede de la voluntad; mucho menos tena una supervivencia luego de la muerte, raras excepciones hechas a los hroes. Desvanecida por la muerte, desparramada por el viento, el fuego y el rayo, el alma abandona su estuche corporal con la muerte, el hombre pierde su charis, su apariencia, la semejanza a los dioses que apareca en el hombre virtuoso y el hroe y lo revesta de una gloria sin precedentes, charis que no posean sino los favoritos de los dioses, que transfiguraba al hombre frente a los ojos en un semidis, en un bienaventurado. 3 IDEA: EL ESTATUTO CIVIL DE LOS MUERTOS Y EL CADVER La apariencia se disuelve igual que su alma, los vientos y el trueno pueden disgregar ese soplo vital. En el mejor de los casos el alma es llamada y encerrada en el interior de una forma, se le recupera para la comunidad. Esta idea del alma y la muerte en los griegos establece un asunto importante con respecto al trato de los muertos, introduce un giro en las tradiciones funerarias, genera un reemplazo fsico y simblico. El estatuto civil de los muertos es parte de la idea fundante de su cultura, la muerte establece el estatuto del hroe, del sujeto. Al cadver abandonado a su suerte se le mira con desprecio, al no poseer su psyche el cadver no cuenta, es solo eso, un cadver. Contrario a la charis, el ultraje, la degradacin y la bajeza de un ser humano se presenta al perder cualquier expresin de su rostro, al desaparecerle el semblante que lo haca objeto de reconocimiento, el enemigo dirige la violencia al cado en una forma de arrebatarle la expresin, la apariencia, la muerte hace esto mismo, convierte al cado en un annimo; mediante la prctica deultrajar el cuerpo del enemigo abatido, esto es, arrojando sus despojos a los perros y a las aves, destrozando su piel, masacrando su rostro, dejando que se pudra y descomponga al aire libre, buscando convertir su figura en el grado cero de lo conveniente y semejante, destruyendo enteramente su identidad, su valor, para reducirlo a no ser nada. A sta transformacin violenta, los griegos la llamaban eoikos, la accin de ultrajar eikelos y el ultraje del cuerpo aeikizein. La identidad del muerto que se relaciona a su imagen como presencia del difunto encontr mediante el ritual fnebre el aseguramiento del descanso del muerto, personificado por imgenes representativas como el kouros, korai, kore. 1 Este reconocimiento del otro, como individuo, como sujeto, de su presencia-ausencia, es de
1 Vase Vernant, Jean-Pierre. Mito y pensamiento en la Grecia antigua. Ed. Ariel filosofa. Barcelona.1994 P g i n a | 4
particular importancia por cuanto la representacin cumple as un vnculo que reviste complejos asuntos psicolgicos, une los lazos sociales y religiosos, acenta lo simblico y velado que es el tema de la muerte y promueve la reflexin existencial que ello conlleva. El cadver abandonado es slo un espectro que vaga eternamente sin rumbo, vaga por los campos y ciudades sin reposo, produce catstrofes, enfermedades y destruccin, atemoriza. Por ello la cultura griega encontr la manera de recuperar el alma y fijarla en la piedra, Mediante el cumplimiento del rito religioso, la comunidad llama por su nombre tres veces al desaparecido, al que muri lejos o fue masacrado sin posibilidades de la ceremonia fnebre; la estatuilla, el barro u otros materiales le sirven de refugio y encuentra su descanso entre el mundo de los vivos, pero alejado de ellos. Este cambio de estatuto aparta al cadver del muerto; este ltimo es digno de reconocimientos y alabanzas, cantos y rituales; el rito tiene sus frutos y el alma apaciguada mora entre los suyos, el fuego purifica el cuerpo para extraerle el alma. Mediante la imagen plstica el arte sirvi de puente entre el mundo natural y el divino, elaboro una forma ritual y simblica de construir un duelo cvico, ms tarde el desarrollo del culto al alma y los antepasados crearan de muchas maneras un contacto directo entre los hombres, los dioses y las almas de los muertos 2 . Los griegos pusieron en juego diversas polticas respecto a la muerte para civilizarla, integrarla a la vida social: ritual en los funerales, sobre vida gloriosa en la memoria colectiva gracias a la poesa oral, culto heroico. Construyeron para los difuntos una manera particular de continuar existiendo, una suerte de presencia ausencia, dotndolo de eso que podemos llamar jerarqua social de los muertos: jerarqua que confiere a algunos una importancia primordial mientras dure la existencia comn del grupo. Sin embargo, al mismo tiempo que recuperaban de ese modo las muertes como colectividad, los griegos expresaron a travs de esa mscara de la Gorgona lo que la muerte implica ms all de lo que puede hacerse o decirse sobre ella, es decir, lo que queda y frente a lo cual no se puede permanecer ms que mudo y paralizado: fascinado, transformado en piedra. 3
4 IDEA: LA FUNCIN DEL DOBLE REPRESENTATIVO NO ES SLO IMAGEN Aqu aparece claramente la importancia del proceso ritual de darle un rostro al muerto; al tratar de recuperar el cadver cado y abandonado, los griegos conjuran su ausencia haciendo un doble, conjuran el alma al devolverle una forma. En esta tradicin la funcin del doble representativo aparecer con la escultura como imagen conmemorativa del difunto, como doble psicolgico y sustituto. Aparecen al inicio de los tiempos desde finales del VI milenio hasta el V milenio a. C., el arte neoltico introdujo procedimientos funerarios en esculturas que hacan una alusin al fallecido; tipos de estatuaria como figurillas de barro, madera y huesos, as como algunos retratos
2 Ver el profundo estudio sobre el tema en Erwin Rodhe Psique. La idea del alma y la inmortalidad entre los griegos. Fondo de cultura econmica, Mxico. 2006 3 Jean-Pierre Vernant. Entre mito y poltica. p.cit. pg. 57-58 P g i n a | 5
esquemticos con incrustaciones de piedra y conchas, son los primeros de su especie en esta labor de introducir en el mundo de los vivos, el recuerdo de los muertos. Cerca del 3.500 a. C, la estatuaria en Creta
se ha convertido en una forma esquemtica que es exclusiva de fines netamente funerarios, aparecen los entierros que utilizan un depositario o atad llamado larnake. La escultura tosca se transforma ms elaborada en la forma del bretas, el xoanon, el palladion, por lo general antropomorfas, de pies y brazos soldados al cuerpo, imagen del hombre que conllevar al doble fsico, no del hombre vivo sino del difunto, forma de reemplazo simblico en los rituales funerarios del muerto. Posteriormente son los kouroi, korai, hedos o amalgama los que mejor representen un modelo humano. En el siglo V a. C. aparecen en Atenas las figuras conocidas como kouroi o koras; las figuras de los Colosos o Colossoi pertenecen a un alto desarrollo tcnico y mimtico que aparece por la misma poca, la imagen del Colossoi depositado en el fondo de la tumba no buscaba reproducir las caractersticas particulares del difunto, sino servir como medio propiciatorio que conjura, trae y fija el alma hacia el colosso como su morada, dando con ello por terminado los ritos funerarios debidos. Estos Colossoi podan ser confiados en custodia y reciban atencin como comida, ofrendas y otras, tras lo cual estos eran depositados en las tumbas o bien instalados en lugares alejados de la comunidad. El colosso no es imagen en el sentido estricto de la palabra pues su lugar es estar oculto a la mirada del hombre; es el reemplazo del cadver que no fue enterrado y que la piedra ocupa el lugar luego del procedimiento funerario; es el sustituto en el reino de la muerte y el descanso del alma. Un doble no es lo mismo que una imagen, no es un objeto natural pero tampoco es un producto mental: ni una imitacin del objeto real, ni un ilusin del espritu, ni una creacin del pensamiento. El doble es una realidad exterior al sujeto Vernant Con el platonismo y la tradicin gnstica, el cuerpo (soma) apareci y design la parte caduca o cadver, lo que est abandonado de vida y fuerza que semeja a una figura inerte, a una efigie, a un objeto de espectculo y deploracin por otro, antes que quemado o enterrado, desaparezca en lo invisible 4 . Los cuerpos convertidos en soma se pudren y pierden el carcter divino que compartan con la divinidad, con los rituales funerarios se trataba de evitar ste estropeamiento y bajeza, haciendo consumir sus carnes sobre la hoguera, mandando en el esplendor de su belleza al cadver -ahora convertido en muerto- al mundo de lo invisible, mediante el fuego purificador. Tal vez por ello el desarrollo de la esttica griega clsica no privilegia la representacin de la muerte, resolvindolo con la representacin del hombre en una actitud de vitalidad y dinamismo. La comunidad mira la representacin para hacerle participe de las cosas, de la tradicin, hablarle; al doble se le da un lugar, se le otorga el poder de volverse un imagen de lo vivo, lo fugaz de la vida se retrata en la fra piedra, pero esta materia inerte ahora ha ascendido, se ha perfeccionado por parte del ritual, es portadora del alma. Como doble
4 Jean P. Vernant. Cuerpo oscuro cuerpo resplandeciente. En Fragmentos para una historia del cuerpo humano. Ed. Tauros. Madrid. 1990. Tomo I, Pg.21 P g i n a | 6
psicolgico apoya la esperanza del alma, de la existencia alterna; los de la comunidad ven all tantas cosas como el tiempo y el espacio, asuntos que aunque enigmticos colaboran en el desarrollo de la memoria y la historia. Es as que una cultura construye un destino, se forja una idea de la mediacin entre los dioses, los hombres y los muertos. Esta es parte de la importancia de esa idea del alma de los griegos. Construyen un escenario tan amplio que aquella simple creencia se convierte en toda una idea del hombre, del reconocimiento, de la identidad. Funciona una idea que es imagen mental y una forma que es representacin. Esta cuestin de hacer que por la va de la representacin se contenga un alma, construir por la va religiosa una idea poderosa que cabalga sobre el tiempo, construye una historia, unas tcnicas de especulacin, de trato con la muerte. Es un estado de pre conocimiento que vuela por los siglos a travs de la historia, cuenta de la devocin, la esperanza y la memoria. 5 IDEA: EL CULTO A LA MEMORIA BAJO MNEMOSYNE Frente a una idea ferviente de la memoria como culto, cuenta una tradicin que intenta construir un camino de conocimiento a travs de la rememoracin y as pasara como Mnemosyne, madre de musas. La memoria, realiza para el pasado una evocacin comparable a la que efecta, para los muertos, el ritual homrico [...] invocacin por parte de los vivientes y la venida a la luz del da, durante un breve momento, de un difunto que ha ascendido del mundo infernal. 5
En la concepcin griega la memoria es tener conciencia del pasado, revelacin del porvenir para evitar la cada en el mundo de las reencarnaciones. Leteo es su contrario, agua del olvido y de la muerte, sin la cual el alma no puede abordar el reino de las sombras, recordar de la cada del alma en la materia. Por otro lado se opone al olvido la vital rememoracin de Mnemosyne, que actuaba y serva como revelacin. La sociedad tiene a sus muertos, los utiliza y recuerda, se sirve de sus alianzas y favores, los llena de esperanzas, pero igualmente va construyendo categoras diferentes para ellos. Con la consecuente fijacin de un orden mnemotcnico los griegos inician la formacin del pensamiento y el culto de la memoria, tal como sucede antes de Homero y luego de l; la diferencia mental en el desarrollo del pensamiento del otro, de lo otro, lleva tambin a la pregunta por la alteridad del alma del sujeto, crea una metafsica para dar continuidad a la existencia. Ellos le dan otras formas a la Psyche como alma, la llaman tambin fantasma-, creacin irreal y visible en cuanto a forma material, es un simulacro sin sustancia, un fantasma que abandona el cuerpo del difunto y es su imagen en el inframundo, su sombra. Al observar que habra que traducir eidolon por doble o fantasma ms que por imagen, hemos indicado en varios sitios que ese trmino est empleado de manera exclusiva para designar tres tipos de fenmenos: la aparicin sobrenatural, phasma; el sueo, oneiros (onar), y el alma-fantasma de los difuntos, psyche. 6
5 Jean Pierre Vernant. Mito y pensamiento en la Grecia Antigua. Ed. Ariel filosofa, Barcelona 1994. Pg.96 6 Jean P. Vernant. Cuerpo oscuro cuerpo resplandeciente. En Fragmentos para una historia del cuerpo humano. V.V. A.A. Ed. Tauros. Madrid. 1990. Tomo I, Pg.21* P g i n a | 7
Se diferencia de la imagen o doble (eidola) que es el eidolon como representacin escultrica del doble sustituto. El concepto de phasma a diferencia de la psyche no se corresponde a la sombra del difunto sino al simulacro hecho por los dioses como doble de una persona viva. Las imgenes funerarias en la Antigedad se diferencian; la aparicin onrica (oneiros) de un muerto se presenta al durmiente, el fantasma (phasma), se presenta al hombre despierto. Hay aqu uno de los cambios importantes en la tradicin funeraria pues se separan claramente la idea de la memoria y el reconocimiento del muerto como forma cvica vinculada al recuerdo y que llevo a la va del epitafio y la forma lapidaria a partir del siglo I de nuestra era, el recuerdo del muerto se vuelve escritura; contrario a la otra forma que una a los muertos y la sociedad mediante la imagen como reconocimiento del muerto y doble psicolgico del colosos y eidoln. Hasta aqu se ha asistido a varios cambios sistemticos en relacin a la representacin mortuoria, el primero se establece con la ruptura de la tradicin oral entre el siglo XII y el VIII a. C, el segundo es la introduccin de la escritura con Herdoto y Homero; el tercero es la introduccin de la escultura funeraria entro de las formas cvicas, el cuarto ser la inclusin y reemplazo del eidoln por la forma lapidaria y el epitafio, posteriormente aparecern nuevos cambios. 6 IDEA: LA PERVIVENCIA DE LA ESCULTURA FUNERARIA A TRAVS DEL CRISTIANISMO EN LA FORMA DEL EIDOLON Y EL IKONO Pero el colossos y el eidolon sobreviven en Roma y aparece en forma ambigua, unas veces positivamente y otras negativamente en la estructura religiosa y psicolgica del Cristianismo. El eidolon (traducido luego como dolo) redirige aquellas miradas que buscan en la forma fsica y externa el carcter real de la imagen, su semejanza a un modelo, su procedencia enigmtica como imagen y similitud a Dios, en este caso se da una apropiacin positiva; pero al mismo tiempo este aspecto exterior no transporta a lo ntimo y sagrado la mirada interior del espectador, le impide ver el contenido simblico de los valores, virtudes y loas que portan las imgenes, ser el que luego adquiera el carcter de dolo como falso semblante, copia o simulacro; carcter relativo a una identidad que llevar a consecuencias revolucionarias durante el periodo iconoclasta de la iglesia oriental cristiana bizantina entre los siglos VII y IX d. C. La contraparte del eidoln es el eikon, el icono, porque a diferencia del eidolon en el Cristianismo, el eikon porta el contenido misterioso y abismal de su smbolo, es decir, de esos valores que la mirada interior cree reconocer como altos valores contenidos no slo en las imgenes que representan, sino del valor metafsico, moral y espiritual que le han impuesto sin necesidad de quedarse atrapado en la apariencia exterior. La apariencia se va transformando en un sistema simblico que es signo de la verdad. La imagen llego a ser la forma de la Verdad, es as como Cristo, el muerto supremo se alza en las alturas y vuelve a la vida para estar en medio de la comunidad, hacia l se dirige la mirada que puede operar una transformacin, acompaada por la pedagoga de la esperanza, pues su triunfo es sobre la muerte. La imagen de Cristo es una de las transformaciones y adaptaciones mejor sostenida de la imagen de la Antigedad en la tradicin funeraria, en una cultura que profetiza la muerte, la resurreccin, el ms all, el P g i n a | 8
alma, la representacin tena necesariamente que llegar a incriminarse en hacer cumplir el mito y nada mejor que la crucifixin para operar esa idea salvadora y mediadora entre el sacrificio, la muerte y la resurreccin. Nada de esto hubiera sido posible sin el Platonismo y el Gnosticismo. Luego del Fedn, Platn slo tuvo que utilizar hbilmente la enseanza del alma inmortal que introdujo Scrates en el citado texto, para darle todo un discurso a la idea de la pervivencia del alma y del ms all. La imagen en la Edad Media se apoyo sobre la figura de Cristo crucificado, representa la idea del desaparecido en las sombras de la aniquilacin, su ascensin desde la muerte cumple un papel edificante en la mentalidad cristiana pues all se determina el discurso clerical de una metafsica para terminar siendo convertido dicho discurso en la imagen por excelencia del cristianismo: el triunfo sobre la muerte de un caso excepcional y nico representado en Cristo. Despus de la Edad Media la funcin de las imgenes funerarias aparecen en los sepulcros de reyes, nobles, cardenales y aristcratas, posteriormente desde el Renacimiento aparecen bajo las imgenes de una descripcin de atributos y cualidades presentes a manera de la alegora, y que logra ser reconocible como relato a travs de sus relaciones de gestos, poses, emblemas, utensilios, marco espacial, etc. En estas formas de relaciones es muy importante la aparicin de la alegora, la herldica, y el blasn, al mismo tiempo que actuaba como una imagen del sujeto representado, sealaba la genealoga de la familia portadora. En ocasiones el blasn y la herldica se presentaba como remplazo del sujeto o incluso como su retrato en eventos pblicos. Esta tradicin heredada contiene ahora elementos nuevos que han venido a ocupar recientemente una importancia en los procesos de la memoria, en especial en relacin con la violencia y los procesos de duelo. No slo se han mesclado ideas religiosas con el asunto de la memoria histrica y social de vctimas y desaparecidos, sino que se han incorporados posiciones laicas donde el asunto de la memoria se piensa desde las ciencias sociales y humanas, la poltica, la economa. La permanencia de la memoria, ligada a la representacin y al duelo se construye como un gran proyecto que podra explicar muchos elementos de importancia para seguir pensando la relacin de la muerte con la sociedad, y al mismo tiempo darle un espacio al muerto y al desaparecido, a las personas que elaboran los diferentes procesos de dicha memoria y el duelo, ideas que no son ya slo del plano religioso sino que transportan una sntesis de idea divergentes entre tica, filosofa, economa y poltica. La aparicin de manifestaciones representativas en el trato a los muertos vuelve a ocupar un lugar, pero lo ms importante es darles opcin de vida a los vivos y que continen haciendo reconocimiento de esa memoria social y particular, es as que vemos la multiplicacin de parques funerarios, monumentos y casas a la memoria, a las vctimas. Esto es parte de los cambios sociales pero al mismo tiempo permanencia de la tradicin funeraria y del culto a la memoria. Existen representaciones que se pueden considerar ms dignas de representar, tales son la ira humana, como la divina; las desgracias naturales, la enfermedad, y el dolor son de ltima motivacin. Este tipo de imgenes de la violencia y el sufrimiento es el encuadre general que de alguna manera justifica y sirve de soporte a las representaciones modernas, nacionales y regionales cuando el sufrimiento infringido o recibido es un espectculo o denuncia frente a la violencia. P g i n a | 9
Con esto podemos encontrar antecedentes para incluir las principales manifestaciones que se han hecho presentes en el desarrollo de la violencia en el arte colombiano y que se caracteriza en tres ejes que representan ese ambiente violento en el que la muerte cosecha sus frutos. 7
Por el lado del conflicto de dimensiones polticas, que se reconoce en la intolerancia, arrogancia y hegemona de un sector con respecto a otro y que produce el tema en s, muy bien delimitado del arte en Colombia. Desde este plano es lgico observar la muerte como una diferencia sustancial del campo de las ideologas que lleva a la eliminacin nada democrtica del otro, suprimiendo de antemano el proceso dialctico. En tal sentido los acontecimientos conocidos como la Violencia se gestan en campos polticos y la dramatizacin de ello se presenta en forma de arte de denuncia pblica frente al atropello y el genocidio.
El segundo elemento de la violencia se gest a partir de la primera manifestacin de la situacin poltica, que gener rivalidades que llevaron a la guerra de guerrillas y al nacimiento de la subversin. Al principio este cambio de la violencia se dio a travs de las divisiones ideolgicas y el descontento popular, pero luego se transform en la crisis de la poblacin civil y del fenmeno del desplazamiento rural, que llev a la pobreza en el campo y en las ciudades. Este fenmeno de la guerra interna por causas del conflicto armado, se representa en el arte a travs de unos nuevos lenguajes pictricos donde se hace ms evidente la situacin de angustia y denuncia en el arte. Desde los aos sesenta y setenta, la representacin plstica se mueve en un acelerado abstraccionismo y cierto expresionismo que toma el tema de la violencia y lo potencia en todas las formas y tcnicas posibles. El desarrollo de las tcnicas de grabado se manifiesta de manera abierta, pues sirve para el desarrollo de un arte que llega ms a las personas vinculadas a la sociedad de clase media y a los estudiantes de las universidades pblicas en Colombia los cuales trabajaban en el desarrollo de un arte comprometido con las transformaciones y las denuncias de las atrocidades cometidas al pueblo.
En la tercera forma de representacin que caracteriz a la violencia fue generada desde el narcotrfico y el sicariato, emparentado y generador del paramilitarismo y de un nuevo recrudecimiento de la guerra, ya no slo de carcter bipartidista, poltico, sino en la hegemona de las nuevas mafias y la internacionalizacin del conflicto con el problema de la droga. Podramos situar aqu la investigacin y montaje final del proyecto de la artista Suzanne Lacy y su happening La piel de la memoria , bus- museo realizado sobre vctimas de la violencia en el Barrio Antioquia, Medelln, en 2003 (Libro citado Arte, memoria y violencia).
El Museo de Antioquia present un tema doloroso de la realidad nacional, el destierro; una exposicin sobre el desplazamiento forzado en dicho recinto pretenda abrirle los ojos a mucha gente que se niega a mirar a su alrededor una realidad innegable.
7 Un excelente libro es el publicado sobre la violencia y el arte colombiano es: VV.AA. Arte y violencia en Colombia desde 1948, MAMBO, Bogot, Editorial Norma, 1999. Ver tambin el ensayo de Olga Cristina Agdelo Pintura, muerte y violencia; contenido en: Arte, Memoria y Violencia, Pilar Riao y Suzanne Lacy. Corporacin REGION, Medelln, 2003
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Tambin quera mostrar el compromiso de tantos artistas que no pueden evadir su presente. As como era otro de los propsitos expresar dentro de sus paredes el dolor de miles de familias y demostrar que no es un fenmeno nicamente de estos tiempos, sino un encono de la historia nacional. El nutrido programa acadmico y de eventos paralelos como conversatorios con las comunidades, teatro comunitario, conferencias sobre reparacin simblica y la ltima de esta semana, entre Francisco Galn, ex negociador del ELN, y el padre Francisco de Roux, demostraron la sed de informacin de la gente. La exposicin, construida con obras de arte que tienen como tema el destierro, -algunas de stas realizadas expresamente para la muestra-, con objetos testimoniales pertenecientes a las comunidades y con fotografas de reporteros grficos de diversos lugares del mundo, as como con el valioso testimonio del fotgrafo colombiano Jess Abad Colorado como eje de la muestra gracias a su recorrido por el pas acompaando a las vctimas, es un ejercicio complejo y que deja agotado al espectador por la dificultad del sujeto que aborda. Y si bien la exposicin hizo un fuerte hincapi en el drama colombiano, tambin quiso abordar el dolor de distintos conflictos para mostrarlo en su dimensin universal, por lo cual los fotgrafos internacionales convocados exhiben su mirada del drama de las mujeres violadas en Ruanda (Jonathan Torgovnik), de los refugiados y la guerra en Israel (Nathan Dvir y Lori Grinker) o de los nios en medio de la guerra y como partcipes de sta, en Sierra Leona (Sarah Ferry).