26 Momento y Figuras Del Procesalismo Italiano

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III.

HISTORIA, PENSAMIENTO Y TERMINOLOGA PROCESALES


25) MOMENTOS, FIGURAS, PREOCUPACIONES Y TENDENCIAS
DEL PROCESALISMO ITALIANO . . . . . . . . . . . . . . . ; . . . . . . . . . _ _ 501
A) Aparicin y significado del procesalismo cientfico . . . . . . . . . . .. 501
B) Procesalirmo italiano: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ._ 505
a) Estudios de conjunto acerca del mismo; . . . . . . . . . . . . . . . . .. 505
b) Ascendencia y nacimiento; . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ._ 508
c) Lodovico Mortara, elemento de enlace entre la exgesis y el sis-
tema; . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . _ 5! 1
ci) Giuseppe Chovenda, fundador y maestro; . . . . . . . . . . . . . . . . . 512
e) Discipulos y continuadores de Chovenda: . . . . . . . . . . . . . . . . 521
a') Calamandrei, Redenti, Liebman; . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 521
b') Otros nombres; . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 528
) Francesco Carnelutti, revolucionao genial; . . . . . . . . . . . . . .. 530
g) Discpulos de Camelutti; . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 534 -
h) Procesalismo penal; . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ._ 536
i) Codificacin procesal; . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 538
j) Procesalismo colectivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 54 1
C) Palabras finales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 54 -3
Addenda et Cofrgenda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54 -6
26
MOMENTOS, FIGURAS, PREOCUPACIONES Y TENDENCIAS
DEL PROCESALISMO ITALIANO*
A) Aparicin y significado del procesalirmo cientfico. B) Pfocesalsmo ita-
liano: a) Estudios de conjunto acerca del mismo; b) Ascendencia y nac-
miento; c) Lodovico Mortara, elemento de enlace entre la exgesis y el sistema;
d) Giuseppe Chiovcnda, fundador y maestro; e) Discpulos y continuado-
res de Chiovenda: a.') Calamandrei, Redenti, Liebman; b') Otros nombres; )
Francesco Camelutti, revolucionario genial; g) Discipulos de Garnelutti; h)
Procesalismo penal; 1') Codificacin procesal; j) Procesalismo colectivo. C)
Palabras finales.
I) A) Aparicin y significado del proaesalisrno rentico. De procesalismo
cientfico, como expresin hoy en da a la. vez culminante y dominante en el pa-
norama de nuestra disciplina, no se puede hablar, ni siquiera respecto de Ale-
mania, donde nace, con anterioridad a la segunda mitad del siglo xrx. Podr
discutir-se si su punto de arranque, como opina la mayora, est constituido por
la publicacin en 1868 de la clsica. monografa de Blow sobre las excepciones
y los presupuestos procesales; 1 si cabe retroceder hasta 1856-7 con la polmica
entre Windscheid y Muther acerca de la accinf e incluso si es posible remontarse
'Conerencia dada el 31 de mayo de 1963, con motivo del "X Aniversario: Gene-
racin de Abogado.: 194 8-1953: Universidad de Guadalajara, e impresa en el volumen
as titulado (Mxico, 1963), pp. 121-58. -
Die Lehre von dm Prozerseinredm und die Prozcrrooraussezungen (Giessen, 1868). Ini-
ciada su traduccin al castellano por Miguel ngel Rosas Lronrscmzxu (La teoria de las
excepciones procesales y los presupuesto: procesales) en el Boletn del Instituto de De-
recho Procesal de la Universidad del Litoral (Santa Fe, Argentina), nmeros 4 (1952 ;
pp. 59-72), 5 (1953; pp. 39-4 6) y 6 (l954 ; pp. 29-4 5). La idea de que el derecho proce-
sal cientfico arranca. del citado libro de B1.ow la sustentan, entre otros, Gonnscr-rumr,
Der Prozes: als Rechtslage: Ene Kritilc de: prozessualen Denken: (Berlin, 1925; 2' ed..
Aalen, 1962), p. 1; Cruovznwx, Prnepi d dirtto procersuale cvile, 4 ' ed. (Napoli,
1928), pp. 89-90, y G.mNm.u'r'r1 (vase inro, nm. 9 y nota 38).
3Manfestada en los siguientes trabajos: Wluosornnn, Die acto de: rmchen Civil-
reehtr, vom Starzdpunkte de: heutgen Reehts (Dsseldorf, 1856); Muruen, Zur Lehre
von der rmschm aoto, dem heutigen Klagrehit usw. (Erlangen, 1857); Wmoscuzm,
Abwehr gegen Df. Thodor'Muther (Dsseldorf, 1857). Existe traduccin italiana, de
502 Nlorfro ALCAL-zamora Y c.sr1LLo
hasta el System de Wetzell en 1854 ; * pero esta ltima barrera resulta infran-
queable, aunque en autores ms antiguos, en la actualidad olvidados o poco
menos, como el espaol Lucas Gmez y Negro, hallemos, hacia 1825, atisbos in-
teresantsimos en orden a una concepcin publicista del procesof
2) Con anterioridad a 1850 tenemos la escuela procednr-entalirto, de raz y
rasgos netamente franceses, propagado. rpidamente a otros pases, donde pro-
duce algunas de sus figuras mximas, cual la de Garavantes en Espaa o la de
Mattirolo en Italia,' y que todava conserva adeptos entre los cultivadores ms
a la zaga o menos informados en menesteres del enjuiciamiento. Y ms atrs
an, desde fines del siglo xv a comienzos del xnr, impera la escuela practcsta,
y todava. antes que ella, en ntima vinculacin con las enseanzas emanadas de
la Universidad de Bolonia y difundidas por la Recepcin, la escuela judcialrlvta,
a partir del siglo xr. A ella pertenece el padre de las instituciones procesales his-
panoamericanas, el Maestro Jacobo de las Leyes, redactor casi seguro de la fa-
mosa Partida UL' de la que a travs luego de la ley de enjuiciamiento civil es-
paola de IB55 provienen aqullas en su mayoriaf
Ernst HEINITZ y Giovanni Puouesz, con introduccin de ste: Polemica intomo all' aclio
(Firenze, 1954 ).
'System des ordenllichen Civilprozerr, 1' ed.: Leipzig, 1954 ; 3', 1878.
*Vanse sus Elemento: de Prctica Forense, 3 ed. (Valladolid, 1830), p. 23, donde
define al actor como ciudadano que pide, reclama o insta por el auxilio o proteccin
de la pblica autoridad; as como los pasajes (pp. 7-11 y 18-20) en que reacciona contra
la reduccin de la Prctica forense (lase, del Derecho procesal) a la simple condicin
de arte curialesca.
Cfr. A1.cA1.-ZAMOM Y Cas-ru.1.o, Evolucin de la doctrina procesal (conferencia dada
en San Jos dc Costa Rica el 2l de abril de 194 9 e impresa en El Foro de Mxico,
junio de 1950, pp. 107-4 3, y en Revista de la Universidad de Costa Rica, julio de
1951, pp. 327-50), nm. 19, y vase infra, nota 8.
Con lu Tratlalo di diritto gudiziarlo eivile, il' ed.: Torino, 1875; 5'; 1902-6; tra-
duccin espaola de Eduardo Oveysno y Manuel Lpez-Rev, 4 - vols. (Madrid, 1930-6),
'Acerca de l, cr. R.. ne Uleia Y SMBNJAUD y A. BomL1.A Y SAN Mrmrn, Obra.: del
Maestro Iacobo de las Leyes, jurixeoruulto del siglo xiii (Madrid, MCMXXIV), pp,
V-XXV.
*Acerca de la misma, cfr. ALc.u.-Zauom, Conmemoracin de la Ley de enjuiciamien-
to civil de 1855 y del Tratado de Carovanter al cumplirse ru primer centenario (en Re-
vista de la Facultad de Derecho de Mxico", nm. 6, abril-junio de 1952, pp. 269-71,
1 en Revista de Derecho Procesal argentina, 1952, II, pp. 34 2-5); FAIRN GUILLN,
Estudio histrico de la ley procesal de 1855 (en Actas del I Congreso Il:er0~Amercano y
Filipino de Derecho Procesal" _ Ma.drid, 1955-, pp. 331-4 -4 8); Idem, Il centenario del
primo codice spagnolo di procedure civil: (en Rivista Trimestrale di Diritto e Procedura
cvile, 1956 pp. 215-24 ) ; ALsm.A, Influencia de la ley espaola de enjuiciamiento civil
de 1855 en la legislacin procesal argentina (en Actas cit., pp. 291-309) ; Y como ex-
plicacin de sus propsitos, vase el volumen que su principal autor, Gmez on La SenNA,
le consagr: Motivo: de los variaciones principales que ha introducido en los procedi-
mientos la ley de enjuiciamiento civil (Madrid, 1857), asi como para su estudio el monu-
Mowmros Y rroums DEL Paocxzsausivxo ITALIANO 503
3) Prescndiendo de las tres escuelas@ tendencias ltimamente mencionadas,
a saber (aunque ahora las citemos no hacia atrs, sino hacia adelante): la ju-
(licialista, la practicista y la procedimentalista, y con mayor motivo de un ms
remoto e impreciso periodo primitivo, que se pierde en la noche de los tiempos
y alcanza por el otro extremo el siglo onceno de la era. cristiana) nos fjaremos
a partir de aqu tan slo en la corriente procesal italiana de los ltimos setenta
aos, ms no sin antes indicar cules sean los cambios esenciales que Blow y sus
continuadores introducen respecto de la situacin precedente, como para que
merezca calificarse de procesalsmo cientfico el movimiento que entronizan.
4 ) A base de una idea sugerida por el filsofo Hegel y sustentada despus por
Bethmann-Hollweg, Blow concibe el proceso como /una relacin jurdica trian-
gular, -entre las partes y el juez, que progresivamente se desenvuelve, teniendo
como meta la sentencia y, en su caso, la ejecucin. Objeto de numerosas va-
riantes (Kobler, Hellwig, R. Schmidt, etctera) y sujeta a severas criticas, espe-
cialmente por parte de G0ldschmidt, tal doctrina, que incomprensiblemente
algunos procesalistas sudamericanos han adscrito a Italia, cuando es ciento por
ciento aIemana, posee dos mritos indiscutibles: el de haberle buscado una ex-
mental Tratado histrico, crtico filosfico de lo.: procedimientos judiciales en materia
civil segn la nueva ley de enjuiciamiento civil, con nu correspondientes formularios, de
Jos DE VICENTE Y Gnnnvnurss (cuatro tomos; Madrid, 1856, los tres primeros, y
1858, el cuarto).
9 Clasificacin establecida. por mi en un cursillo (indito) sobre Ejecucin procesal civil
dado en la Universidad de Santiago de Compostela en abril de 1935; utilizada ms tarde
en mi Adicin al nmero I del "Sistema de derecho procesal, civil de Carnelufti, vol. I
(Buenos Aires, 194 4 -), pp. 6-9, y en Evolucin doctrina procesal, cit., nm. 3, y acogida por
Sswrs Meu-:Nno, en cuanto a las dos ltimas tendencias, en su trabajo Del procedi-
mentalismo al procesalirmo en la Repblica Argentina (en Revista Peruana de Ciencias
_ ]'uriclicas", 194 6, pp. 1-22: cfr. pp. 10-1).
1 Resmenes de la doctrina en castellano pueden verse, por ejemplo, en Anslw., Tratado
terico prctico de derecho procesal civil y comercial, 1' ed., tomo I (Buenos Aires,
194 -1), pp. 24 1-3 y 24 -7-60 (2 ed., tomo I, 1956; pp. 4 -16-9 y 4 28-4 7); COUTURE, Fun-
damentos del derecho procesal civil, 1' ed. (Buenos Aires, 194 2), pp. 66-9 (3' ed., 1958,
pp. 132-5); ALCAL-ZAMORA, Proceso, autocomporicin. y autodeensa (Mxico, 194 7), pp.
118-21 (2' ed., 1970, pp. 124 -7), Amoonusns ALoNso, Proceso y derecho procesal'
(Introduccin) (Madrid, 1960), pp. 161-70.
11Cfr. Der Prozess als Rehzrlage, cit., pp. 1-14 5, Y como condensacin de las mismas,
las cuatro primeras, y tambin su Teora general del proceso (Barcelona, 1939) pp. 14 -23.
12 incurren, entre otros, en este inexplicable error, At.siNA, cuando afirma que fue
"desarrollada especialmente por la doctrina italiana (Tratado, cit., vol. I, p. 24 1 de la 1'
ed. o p. 4 16 de la 2"); SsN'rs MELENDO, cuando sostiene (La ciencia procesal argentina,
en Revista de Derecho Procesal, 194 3, Il, p, 22) que La autonoma del proceso
civil se puede considerar afirmada en 1903 (0 sea cuando Cr-noveuna lee en Bolonia
su leccin inaugural sobre Ifazione nel sistema del diritti), es decir, nada menos que 35
aos despus del libro de Br.ow (cfr. nota 1) y I8 despus del Hcmdbuch des Deutschm
Ciuilprozesrrechts de WAGH (Leipzig, 1835), cimiento innegable de la produccin chi0-
504 muero .nc.L-zauom Y cAsr1L.o
plicacin publicista a la naturaleza del proceso, merced a la cual las interpreta-
ciones privatistas (es decir, las que lo imaginaron como un contrato o un cuasi-
contrato) han quedado definitivamente arrumbadas, y el de haber provocado un
movimiento cientfico de magnitud y brillantez inigualadas, que al irradiar pri-
mero a Italia y despus a otros paises, ha originado la completa renovacin de
nuestra disciplina en el mundo. En el primer sentido, s quisiramos destacar
mediante un trazo vigoroso la diferencia entre las teoras publicistas y las inter-
pretaciones privatstas del proceso, diramos que mientras stas descansan o giran
alrededor de la ltiscontestato (con olvido del cambio radical operado al pa-
sarse en Roma del of-do iudcorum prvatorum al ordo iudiciorum publicorum
y desaparecer en ste el contraste entre la fase in iure y la etapa apud iudcem) ,"
aqullas, bastante nuxnemasf' se apoyan en la ltispendcnca, o sea anticipan el
momento constitutivo del proceso."
5) Cules son las notas peculiares que imprimen carcter al procesalismo
cientifico? A nuestro entender, serian las siguientes: a) la independizacn del
derecho procesal frente al derecho material, iniciada por los judicialistas de la
escuela de Bolonia 1 y acentuada cuando la codificacin napolenica difunde
vendan; (cr. del propio Snnrs, Los conceptos de accin y de proceso en la doctrina del
profesor Hugo Alsina -en Jurispmdenca Argentina de 3-XII-194 1-, donde sus-
tenta anloga opinin). y, sobre todo, Msncaoen, La accin; su naturaleza dentro del
orden jurdico (Buenos Aires, 194 4 ), pp. 97-8, en las que Bcow aparece citado cual un
epsdco precursor de Gnrovmroa.
1' Este aspecto ha sido estudiado con especial reiteracin y acierto por Fsmm Gun.r.1's1~x:
cfr. La transformacin de la demanda cn el proceso civil (Santiago de Compostela, 194 9),
pp. 109-ll y 124 -5; El desistimiento y su biloteralidad en primera instancia (Contra la
doctrina de la ltis contcstatio) (Barcelona, 1950), pp. 27-101; Una perspectiva histrica
del proceso: la "litis conlcstatio y sus consecuencia: (en Atti del Gongtesso Interna-
zionale di Diritto Processuale Civile: 30 settembre-3 ottobre 1950 -Padova, 1953-'-), pp.
239-74 ; Proceso, procedimiento y mito: jurdico (en Estudios en memoria de James Gold-
schmiclt -Buenos Aires, 1951--), vol. I, pp. 215-27.
14 Vase ALGAL-Zlusosux, Algunos concepciones menores acerca de la naturaleza del
proceso, en Revista de Derecho Procesal argentina, 1952, I, pp. 212-77. Gon poste-
rioridad, Asuxooweses Auonso, Proceso y derecho procesal, cit., pp. 156-213, y Montn
Paroumo, Sobre el concepto del derecho procesal, en Revista de Derecho Procesal"
espaola, 1952 (PP- 507-65), pp. 54 2-63.
15 Desde la llamada coneapondiente a la nota 12, el texto proviene del nmero 22 de
nuestra citada. conferencia Evolucin de la doctrina procesal o, mejor dicho, de los pasajes
de trabajos nuestros que en la nota 65 de la misma se citan.
1 No, por supuesto, en el sentido de que antes (en Roma, sobre todo) no existiese
proceso, y si slo en el de no hallarse ntidamente deslindado respecto del derecho subs-
tantivo: tngase en cuenta que tanto la clasificacin de las acciones en atencin a la
naturaleza de los bienes cuya tutela le recaba, oomo las concepciones privativas acerca
de la ndole del proceso, son, la primera de origen romano y las segundas, elaboradas
con materiales de dicha procedencia en tomo a la nocin de litiscontestato (vase,
supra, nota 13).
MoMr.N'ros Y FIGURAS DEL PnoGEsAusMo rALt.-mo 505
el modelo de su legislacin separada," se lleva a sus ltimas consecuencias: el
siervo, de que grficamente habl Sperl 1 se emancipa del todo; b) los concep-
tos y cuestiones primordiales de nuestra disciplina (accin, jurisdiccin, proceso,
actuacin de las partes, etctera) se examinan con arreglo a criterios de riguroso
derecho procesal, con lo cual se dilatan sus lmites y, en todo caso, se perfilan;
c) la superacin del mtodo expositivo, mediante la sustitucin de la exgesis
por el sistema; d) el estudio de la materia procesal se acomete con tcnica dis-
tinta: mientras los procedimentalistas hacen, o filosofa, de mayor o menor valor
y ms de la justicia y de la funcin judicial que del proceso, o, sencillamente,
descripcin de las instituciones procesales, los procesalistas hacen teora del de-
recho procesal, incluso acerca del pr0cedimient0,1 y rompen sus amarras res-
pecto de la prctica forense, como terreno ciertamente colindante, pero emp-
rico y no cientfico. Mediante una metfora diramos que en tanto el procedi-
mentalista se detiene en la anatoma del fenmeno procesal el procesalista pe-
netra en su .riologa.* '
6) B) Procesalismo italiano: a) Estudios de onjunto acerca del mrmo.--Den-
tro de los lineamientos generales que acabamos de sealar, el procesalismo ita-
llano muestra una personalidad inconfundible, y su producin, menos afectada
que la alemana por las dos guerras mundiales, reviste dimensiones impresio-
nantes. Si a esos dos factores aadimos que, por diversas causas, ha trascendido
en mayor medida que el de Alemania fuera de las respectivas fronteras naciona-
1' No por primera vez: vase lo que decimos en Evolucin doctrina procesal, cit.,
nm. 15.
1* En Il procuro civle nel sistema del dritto, en Studi di diritto processuale in onore
di Giuseppe Chiovenda nel venticinquesimo anno del suo nsegnamento (Padova, 1927;
pp. 807-33), p. 809.
1 Vase, por ejemplo, para citar slo uno de los ms originales y a fin de no formar
una lista interminable, CARNELUTTI, ltimamente, en Drtto e procuro (Napoli, 1958),
pp. 14 9-254 . A la elaboracin de la teora del procedimiento han contribuido tambin, con
aportaciones valiossimas, los aclrninistrativistas: cfr., verbigracia, Giu,r.o'r'rt, Ossruazoni
sul concstto d procedimento giuridico, en Jus (Milano), 1955, pp. 5Q2-65 (reseas
mas en Boletn del Instituto de Derecho Comparado de Mxico, nm. 27, septiembre-
diciembre de 1956, p. 232, 'Y en "Revista, de la Facultad de Derecho de Mxico", nm. 22,
abril-junio de 1956, pp. 218-20).
3 Con ligeros cambios, este nmero 5 proviene del nmero 23 de Evolucin doctrina
procesal, cit., 0 ms, exactamente, de los pasajes de trabajos nuestros que en su nota
66 se indican.
21 En la de 1914 --IB, Italia figur en el bando vencedor, mientras que Alemania result
vencida. en ambos, sufri las dos veces bajas, daos y mutilaciones territoriales incompa-
tablemente superiores a las experimentadas por aqulla, hubo de pagar fortisimas indem-
nimeiones, se encuentra todavia dividida en dos e incluso padeci el rgimen excep-
cional del tribunal de Nuremberg (Acerca de ste y del de Tokio, cfr. ALe.\L-Znuona,
Il protesta dei criminali d guerra, en "Jus", 1950, pp. 208-31).
506 Ntccro ALCAL-2AMoRA Y cmsrlcco
les, nada ms natural que a su estudio en conjunto se hayan consagrado tra-
bajos ad hoc, de italianos unos y de extranjeros otros, adems de aquellos que
en los lugares pertinentes citaremos, dedicados a tal o cual figura en particular.
7) Entre los escritos por plumas italianas recordaremos, por orden alfabtico
de autores, los siguientes: Enrico Allorio, Rilessioni sulla wolgmento della
scienza processuaIe, se sobreentiende que de la italiana y ms concretamente
de la concerniente al llamado proceso de conocimiento, que fue el tema que como
ponente se le encomend para el Primer Congreso lntemacional de Derecho
Procesal, celebrado en Florencia en 1950, aun cuando se Sali de l ms de una
vez,*" Girolamo Bellavista, Sullo stato attualle della scenza del dritto processua-
le pnale in- Italiaf artculo perfectamente apegado a su titulo, aun cuando se
parta en l de expositores que, como Ncolini, estn por completo fuera del
rea del procesalismo cientifico; Piero Calarnandrei, adems de una nota infor-
mativa. sobre La scenza pfocessuale italiana all'estero,* Gli studi di diritto pro-
cessuale in Italia nelfultmo trentenniofl o sea el que se clausura en 194 -0 con
22 Singularmente, por razones idiomtcas en los pases iberoamericanos del Viejo y del
Nuevo Mundo, donde la lectura directa del italiano no suele suscitar dificultades, sin con-
tar con las numerosas traducciones que en ellos circulan de obras procesales italianas (va-
se el trabajo nuestro citado luego sub 8, nota 33), mientras que son todava escasas las de
las alemanas.
23 Primeramente publicado en Jus (Milano), 1950, pp. 91-10l,y despus en los Atti
Congresso Dir. Proc. Giv., cit. pp. 127-4 4 . Existen algunas divergencias entre las dos
versiones, y el contenido fue dado a conocer como conferencia en la Universidad de Par-
celona en mayo de 1950, o sea unos meses antes del congreso de Florencia.
24 En cuanto a su trabajo La vita del dirtto in Italia, utilizado en conferencias dadas
en Madrid, Barcelona y Valladolid, compuesto para los Scritti giuridici in onore di
Francesco Camelutti (vol. I _ Padova, l950_ -, pp, 4 3!-68) e inserto asimismo en "Jus"
(1950, pp. 4 2-72), slo incidentalmente se refiere a nuestra disciplina (en muchisima
mayor medida se ocupa y preocupa, verbigracia, del pensamiento jurdico alemn). Otro
tanto sucede con su ensayo Scienza giufidira europea, procedente de conferencias dicta-
das en Mxico en agosto de 1952, impreso el propio ao en ]us" (pp. 4 33-70) y luego en
traduccin y con notas aclaratoria; nuestras en Revista de la Facultad de Derecho de
Mxico, nm. 9, enero-marzo de 1953, pp. 157-207.
2" Escrito con destino a los Studi in onore di Arturo Rocco" (Milano, 1952) y reco-
gido por su autor en Studi sul processo penale: I (194 9-1952) (Milano, 1952),
pp. 33-112.
25 En Rivista di Diritto Processuale Civile", 1928, I, pp. 67-9, donde se limit a dar
cuenta, en orden a la proyeccin de la ciencia procesal italiana, de dos libros: el de
Robert WYNES MILLAR, History of Continental Civil Procedure (Boston, 1927) y la tra-
duccin espaola del libro de Ctovnnna sobre las costas (inra, nota 50).
2' Compuesto en 194 -1 para las Guide biblografche giuridiche y reproducido en sus
Studi sul Processo Civile, vol. V (Padova, 194 7), pp. 113-28; traducido al castellano
como volumen 26 de la coleccin "Breviarios de Derecho" (Buenos Aires, 1959). En
cuanto a su articulo Il nuovo proceso civil; e la scienze giurdica (en Rivisla di Dirtto
Processuale Civile", 194 1, I, pp. 53-75), reproducido asimismo en su citado volumen de
MOMENTOS Y FIGURAS DEL PROGESALISMO ITALIANO 507
la promulgacin del nuevo cdigo de procedimiento civil; Tito Camacini, Gli
studi sul processo executive in Italiaf pareja del de Allorio mencionado al prin-
cipio de la presente lista, pero sin desviarse un pice de la pauta que como
relator se le asign; Paulo DOnofrio, Breves consideraciones acerca del estado
actual de los estudios de derecho procesal en 1talia, redactado por el entonces
profesor de Npoles con destino a la Revista General de Derecho y Jurispru-
dencia que durante los aos 1930 a 1934 se edit en Mxico bajo la direccin
de don Alberto Vsquez del Mercado; Amedeo Giannini, Gli stud di dritto pro-
cessuale civile in Italia (1860-194 8), tambin por razn de los decenios perte-
necientes al siglo xrx, incurso en el mismo reproche que hace un momento dir-i~
gamos a Bellavista, o sea el de ocuparse de autores ajenos a la escuela sobre
la que versa nuestra charla; Ugo Rocco, Prlogo a la traduccin hecha en M-
xico de su Teora General del Proceso Civil.1 No incluyo, por el contrario,
en la relacin el discurso de Garnelutt sobre la Scuola italiana del drittofz por-
que slo incidentalmente se refiere a la ciencia procesal de su patria.
8) Pasemos a los extranjeros desde el punto de vista italiano, y lamento que
las exigencias de la ordenacin alfabtica me impongan abrir marcha: Niceto
Alcal-Zamora, Aportacin hispnica a la difusin de la ciencia procesal italia-
na, donde destaco la medida en que los juristas de nuestra lengua (principal-
mente desde Buenos Aires, Santiago Sentis Melendo, magistrado espaol y en la
actualidad profesor en La Plata) han contribuido con traducciones, reseas bi-
bliogrficas, prlogos, etctera, a que se conozca el pensamiento procesal italiano
en las naciones de habla castellana; en menor escala, tambin bastantes pginas
de mi conferencia Evolucin de la doctrina procesal 3* tratan de su desenvolvi-
miento en Italia; Eduardo J. Couture, La 'escuela italiana del derecho que a
"Studi", pp. 67-90, se limita a destacar, en lneas generales, el influjo de la doctrina
italiana, principalmente de CHIOVENDA y su escuela, en la gestacin del cdigo de 194 0.
En Atti Congreso Dir. Proc. Giv., cit., pp. 14 5-62.
2 En la revista que a. continuacin se menciona en el texto, ao 1931, pp. 4 -73-8, en tm-
duccin de Pablo Macano, y luego como prlogo, pp. 7-14 , en la versin que Felipe de
J. TENA hizo del Derecho procesal civil de Ugo Rocco (2' ed.; Mxico, 194 4 ).
3 En Rivista Trimestrale di Dirtto e Procedura Civile, 194 9, pp. 103-19.
31 Tal es el ttulo que su traductor, Felipe de J. TBNA, le ha dado al primer tomo
(nico hasta la fecha -Mxico, 1959- trasladado al castellano) del Corzo di teora e
pratica del procuro civil: (Napoli, 1951, 1953 y 1955). El prlogo de Rocco ocupa
1-ar pp. Ix-xxu.
3* En Rivista di- Diritto Processuale Civile", 1936, I, pp. 3-17.
Comunicacin presentada al Congreso de Derecho Procesal de Florencia en 1950
e impresa en los citados Atti del mismo, pp. 173-92.
54 - Ya citada: vanse sus nms. 17, 19 y 31-34 .
3-" Aparecida primero como Prlogo a la traduccin de Introduccin al estudio de las
providencias cautelares, de CALAsrNDR1tx (Buenos Aires, 194 5), pp. 9-22, y luego, con el
ttulo transcrto en el texto, en jua (Mxico), nmero 94 (mayo de 194 6), pp. 319-34
508 Nxoizro ALCAL-zamom Y cAs'r1LLo
diferencia del trabajo de igual ttulo de Camelutti hace poco citado, presta. es-
pecial atencin a los grandes procesalistas itlcos; Santiago Sents Melendo, La
escuela procesal italiana: Su influencia sobre los estudios procesales arge_ nti-
os, donde, como expresa el epgrafe, se examina la gravitacin tan intensa
ejercida por la literatura italiana en uno de los pases de Amrica con ms bri-
llante procesaiismo.
9) b) Ascendenca y nacimiento.-Cuando en 1926 muri en Leipzig Adolf
Wach, el ms insigne de los procesalistas alemanes, Chiovenda, con ejemplar
modestia y nobleza, se proclam discpulo suyo, aun no habiendo asistido jams a
sus explicaciones de ctedra Y casi un cuarto de siglo despus, Camelutti, con
ocasin del Primer Congreso Intemaconal de Derecho Procesal, afirm, con
igual hdalgua, en la sesin celebrada en Siena, que si no hubiese existido la
escuela alemana, que cuenta con los grandes nombres de Blow, de Wach, de
Klein y de tantos otros, tampoco la escuela italiana, que dispone del glorioso
nombre de Chiovenda, existiria. El mismo Allorio, tan injusta y hasta inopor-
tunamente severo con el procesalisrno teutn en su ponencia de 1950, reco-
noce, sin embargo, que cuando Chiovenda inici los estudios sistemticos sobre
el proceso civil en Italia acudi directamente, sin temer los reproches de un
nacionalismo poco reflexivo, a la ciencia a1emana.* Si a confesin de parte,
:elevacin de prueba, los tres testimonios recogidos, a los que cabra agregar
otros vai-ios, son ms que sucientes para acreditar que la doctrina procesal
italiana desciende de la germana, aun cuando bien pronto se emancpe y adquie-
ra personalidad propia e inconfundible, para llegar incluso, como luego veremos
(inra, nm. 4 -2), en plan de al maestro, cuchillada, a superarla, no en con-
junto, pero si en particulares e importantsimos aspectos. Y una mezcla muy
equilibrada de ambas corrientes, alemana e italiana, con cierto predominio inicial
-por cierto, como traduccin (iia) de Alberto Vsquez mu. Meucaoo-, y en Boletin
del Instituto de Derecho Procesal" (Santa Fe, Argentina), nm. 7, pp. 31-4 2.
En Scritti in onore di Carnelutti, ct., vol. II, pp. 187-204 . No incluimos, en
cambio, Procemlistas de Italia, por reducirse a un comn denominador de trabajos diver-
sos, en buena parte reseas bibliogrficas, sobre GALAMANDREI principalmente (vase
inra, nota 98), a fin de presentarlo: agrupados en el volumen I, pp. 4 24 -508, de su
Teoria y prctica. del proceso: Ensayos de derecho procesal (Buenos Aires, 1959). '
37 Cir. Cmovenna, Adolfo Wash, necrologia a raiz de su muerte, acaecida el 4 de abril
de 1926, en Rivista di Drritto Processuale Civile, ao mencionado, I, pp. 366-9.
90 En Atti Congresso Dir. Proc. Civ., cit., p. 193.
3 Puesto que en el Congreso se hallaban presentes varios procesalistas alemanes -a
saber: Hemrrz, Ponu., Sc:-ruxz, Scmioennn, Semi. y Siis--, que, sin duda, se sintieron
cohibidos, por razones de hospitalidad, para rectificar a Ar..r.ono_
4 En "Atti Congrenso Dir. Proc. Civ., cif. p. 129, o en la versin de Jiu, tambin
mencionada, p. 91.
*1 Cfr., verbigracia, CALAMANoa.1n, Gli studi di dir. proc. cin., eit., nm. 1; Gmnmur,
Gli :tudi di dir. pro. cu., cit., nm. 5; BnL1.Avis'rA, Sullo :tato del dir. proc. pen., cit., p. 98.
MOMENTOS Y Fiounas DEL PRoc1=.sAL1sMo ITALIANO 509
de la primera, hace a su vez surgir, a partir de 1920, la escuela procesal espa-
ola, a no confundir con la de lengua castellana de diversos pases de Amrica,
donde el influjo gerrnnico, con alguna rarisma excepcin, como ,lla del vene-
zolano Luis Loreto, es sobremanera tenue e indirectof*
I0) Detenninada la ascendencia, procurar:-:mos puntualizar el nacimiento. De
atenemos a una frase de Galamandre, repetida por Couture cuando a propsito
de la famosa "prolusin sobre L'azio-no nel sistema dci diftti leda por Chio-
venda en Bolonia en 1903, la presenta como el manifiesto de una nueva escue-
la * fue entonces cuando brot el procesalismo italiano, de igual manera. que
antes, en 1868, el alemn con Blow (supra, nm. 1). Nosotros mismos, arras-
trados por el prestigio de los dos admirados y queridsirnos colegas, muertos
ambos con escasa diferencia de tiempo en 1956," suscribimos ese punto de vista.
Pero es hora de rectificarlo. Ghiovenda, que desde el primer momento se coloca
bajo el signo germnico,* comienza su labor con una serie de articulos sobre
costas que, a partir de 1894 , desembocan en 1900 en La condanna nelle spese
4 Cfr. ALCAL-Znuonn, Evolucin doctrina procesal, cit., nm. 35. No es posible, en
cambio, hablar, como ha hecho Werner Gowsonmmr, de una escuela hispano-argentina
de derecho procesal": vanse las palabras suyas de presentacin (pp. 27-8) que se inser-
tan en el libro de REIMUNDN, Antecedentes histrico: del derecho procesal indiana (Tu-
cumn, 1953); y para la crtica de tan temeraria tesis, nuestra resea de la mencionada
obra, en Revista de la Facultad de Derecho de Mexico, nm. 22, abril-junio de 1956,
pp. 228-9, nota 1.
4 3 La mayor y mejor parte de su produccin est reunida en el volumen Estudios de
derecho procesal civil (Caracas, 1956).
A travs, principalmente de las traducciones de obras procesales generales: Klscn,
Gocnsoaunrr, Scnuxs, Rosnuneso (sobre enjuiciamiento civil), Bsmuo y Soi-nmrrr
(idem penal) o Etcnmmn (idem cannico), ms algunos trabajos de GoLDscr-mmr es-
critos en Espaa, como su ya citada Teoria gral. jroc. o Problemas jurdicos 3: polticos
del proceso panal (Barcelona, 1935), y unas cuantas traducciones de Wacn y de Gonn-
son-umr en los citados Breviarios de Derecho (nmeros ll, 28,51 4 1-4 2).
Impresa en las dos ediciones de los Saggi di Diritto Processuale Civile del autor
(Bologna, 1904 , y Roma, 1930: en sta, en el vol. I, pp. 3-99) y traducida al castellano
por Ssurfs Mzumno en Ensayos de Derecho Procesal Civil, vol I (Buenos Aires,
194 9), pp. 3-130. En cuanto al vocablo pfolurn (desde luego, poco usado en espaol),
no es extrao a. nuestro idioma: vase, por ejemplo, Leandro FsnNNDr.z ns. Moiuvr,
La comedia nueva o cl md (Madrid, 1792), acto I, escena V,
4 Cir. Courunr., Prlogo a "Providencia cautelares", cit., p. 15. Courtme no pun-
tualiza la referencia, y nosotros, faltos de tiempo para una bsqueda minuciosa a lo largo
de la produccin de Caumannner, no hemos logrado localizarla en ella, pero si, en cam-
bio, en la necrologia. (Giuseppe Chioumda) que Canuenurn le dedic en la Rivista
di Diritto Processuale Civile, 1937, I (pp. 297-300), p. 298.
4 " A saber: Courune el 11 de mayo y Gamuaunnsr el 27 de septiembre.
4 3 En Evolucin doctrina procesal, cit., nm. 31.
"Con la salvedad de su articulo Ariane, que cani nadie recuerda, en el Dizionario di
Diritto Privatto", vol. I (Milano, 1900), p. 4 -52.
510 Nlcxsro ALCAL-zsmolux Y ces-nLLo
gua'zia1i.' Pues bien: este libro esplndido, tpicamente chiovendiano, por el
rigor del mtodo y la profundidad de la investigacin histrica., -no slo es an-
terior en tres aos a la leccin inaugural de 1903, sino que en definitiva se ha
revelado ms slido que ella, adems de ser considerablemente ms extenso. En
efecto, la monografa sobre la accin, formidable como esfuerzo informativo acer-
ca de la evolucin del concepto, principalmente en Alemania, hasta el extremo
de que las notas superan con mucho en extensin y casi me atrevera a. decir
que en calidad al mismo texto,' no est a la misma altura como construccin
dogmtca: la tesis central, a todas luces inspirada en Wach, dista, por tanto,
de ser original; la idea del derecho potestativo que adopta para la explicacin
del concepto, ha sido criticada con verdadera saa por Gamelutti; el juicio
adverso que emite respecto de la pretensin ha resultado fallido, y en fin, sus
ms fieles discpulos se apartan de l en orden al carcter concreto que asigna
al trmino. En cambio, La condena en costar se revel desde el primer dia
WI' ed., Torino, 1900; 2', Roma, 1935. Traduccin espaola de Juan A. on LA
PUsNn Y Quijano, acompaada de notas Y concordancia con el derecho espaol
-ms un estudio sobre la personalidad del autor: dr. nfr, dota 60- por J. R. Xrum
(Madrid, 1928).
1 Mientras L'a:onc no llega n cien pgina! en el volumen I de la segunda edicin
de los Sagg (vnle cupra, nota. 4 5), La condena m costa: ocupa 593 pginas en In
traduccin espaola mencionada en la nota anterior.
l En efecto, mientras el texto ocupa slo desde la p. 3 a la 29 (incluido en ellas el
apndice referente al articulo de IBi` 1.ow, Klagc und Rcchl, en*Zeitsehrift fr Deutschen
Zivilprozess, mayo de 1903), las nota: (agrupadas todas al final) se extienden desde ln
pgina 30 a la 99, por aedidura en cuerpo de letra. ms pequeo (Datos eonespondtel
a ln versin italiana incluida en el vol. I, 2' ed., de los "Saggi" cit.}.
5' Aun cuando se apnrte de l en particulares extremos: cfr. L'sr` oru cit.; nms. 6 y
7, en relacin con el Hfmdbuch, cit., de Wncn, pp. 19-24 . Vase Al.cu.-Zlmona, La
influencia dc Wach y de Klein sobre Chiovmda (en "Revista de Derecho Procesal argen-
tina, 194 7, I, pp. 389-4 10), pp. 399-4 00.
Chu lu Sistema dz' divino pfoccssuala ciuilc, vol. I (Padova, 1936; tnduocin, Buenos
Aires, 194 4 -, nms. 21 y 4 5). Vlle tambin GA|u.os, La concepcin choucndana de la
accin y la doctrina de los derecho: polcstatiuar, en "Revista de Derecho Proceml nr-
genna, 194 7, I, pp. 376-B3.
5Para Cnlovnum, el concepto de Ampruch (pretensin) formulado por Wmnscnlm
seria unn vera caccia alle ombre, Y acaba compartiendo el juicio de Bnrnumn-
I'I0r.r.wno al uliculo de indeterminado e infecundo (cr. Ifezonc, nm. 3,I.` Y in em-
bargo, convenientemente depurndo, ha acabado por arragar. Prescindiendo de la literatu-
ra sobre ei tema tenida en cuente por Cmovermn en su monografa (Wmrr Lmanm-
Nnxnw, Hnnnwlo, Lnonnun, Hown, etc.), recordemos dos trabajos de procesnlistas espa-
oles: At.c.u.-Zncon, Enseanza: y sugerencia.: de alguno: procualirtu .rudamcricasor
acerca de la accin (en Estudios de Derecho Procesal en Honor de Hugo Alsina -Bue-
non Aires, 194 6-, pp. 759-820), nms. IG, 19, 23, 24 y 28-31, y Gussr, La pretensin
procesal l en "Estudios en Memoria de James Goldschmidt, vol. I -Buenos Aires, [951-,
pp. 333-92, y en Jun -Lapierna procnmalc-, 1951, pp. 4 63-91, y 1952, pp. 101-19),
objeto el segundo de un estudio uitico de Anm: Procura 4 prctcra in :ma nccntc
coneccion: proccml-de (en "jm", 1952, pp. 4 12-21).
MOMENTOS Y FIGURAS DEL Pnocnsnusmo ITALL-mo 511
como una construcin de tal fortaleza granuca, que produjo una consecuencia
contraproducente: la de paralizar casi, durante medio siglo largo, los estudios
sobre el tema, hasta que Pajardi en 1959 y Gualandi en 1962, sin caer por ello
en iconoclastia, se atrevieron a penetrar en un terreno que desde 1900 parecia
estar cerrado a. nuevas incursiones mediante un cartel con la leyenda Non plus
ultra. Aadiremos todava que anterior a 1903 es tambin uno de los mejores
ensayos de Chiovenda: Romaneimo e germanermo nel processo cvile, impreso
en 1902. Pero, como con frecuencia acontece, unos llevan la fama. (la. conferencia
sobre la accin) y otros cardan la lana (el libro acerca de la condena. en costas).
II) c) Lodovico Mortara, elemento de enlace entre la exgesis y el sistema.
Antes de segixir adelante, dedicaremos unas lneas a una gran figura del derecho
procesal italiano, a saber: Lodovico Mortara, nacido antes que Chiovenda (en
1855, frente a. 1872), pero fallecido el mismo ao, en 1937. Cuando Carnelutti
en su Sistema seala las fases que, a su entender, jalonan la evolucin de la disci-
plina en su patria, menciona las cuatro siguientes: a) escuela exegtica, inspi-
rada. en la corriente francesa, y de la que presenta como cultivadores destacados
a Borsari, Ricci, Gargiulo y Cuzzeri; b) periodo de las teoras particulares, con
Mattirolo y Mortara como principales paladines; c) periodo de la teoria general
del proceso de conocimiento, con Chiovenda a la. cabeza, y d) periodo de la
teoria general del proceso, con el propio Camelutti como guia. En realidad,
Por lo que atae a la posicin de los discpulos de Cnrovnnm, acerca de la accin,
CALAMANDHI permanece muy prximo al maestro, pero no deja de oponerle reservas
(cfr. sus Islituzom' d drtto processunle civil; ucondo il nuevo codin, vol. I, 2' ed.
-Padova, 194 3-, nms. 34 -6; traduccin: Buenos Aires 194 3). En cambio, Lmnunn
se aparta claramente de l: cfr. L'azi` o1u nella teoria del procuro civil: (en Scritti in
onore di Garnelutti, cit., vol. Il, pp. 4 25-54 ; en Riviata Trimestrale di Diritto e Pro-
cedura Civile, 1950, pp. 4 7-71, y en la recopilacin de estudios titulada "Problemi del
Processo Civile -Napoli, l952_ PP- 22-53).
W Aludimos al libro de Pnjanni, La responrablit por le spero- s :` dorm del procuro
(Milano, 1959) Y al de GUALANDI, Spas: c dorm nai procuro civil: (Milano, 1962), este
-ltimo reseado por mi en Boletn del Instituto de Derecho Comparado de Mxico",
1962, pp. 635-7.
57 En realidad, si por teora general del procuro entendemos la elbomd para proyectar
sus enseanzas, principios y conceptos sobre las diferentes ramas del enjuiciamiento,
CAINELUTTI no la habia hecho antes de 1935 ni tampoco despus, si exccptuamos el
pequeo Illculo Para una soria general del proceso (en Revista de Derecho Procesal"
argentina; 194 8, I, pp. 3-ll) y el Saggio du' una teora -integral: dclfzoua (en Rivista
di Diritto Proceuualc, 194 6, l, pp. 5-18, y luego en Questioni sul Proceuo Penale
-Bologna, 1950-, pp. 117-32). Cosa. muy distinta es que sus exposiciones generales,
corungmdan varias al proceso civil (Lczion, Siruma, Isttuzoni, ms Divino c 'prat-aria
-supra nota 19--) y una al penal (Lczioni), respondan en gran parte a um visin
unitaria o conjunta de los fenmeno: procesales Acerca del tema, vase ALCAL-Zfuioiui,
Trayectoria y contenido de -una sofia general del procuro (conferencia dada en San Iol
de Corta Rica el 22 de abril de 194 9; impresa. en jun -Mxico-, nm. 14 -0, marzo,
512 muero ALGAL-zamons Y cAs'm.1.o
aun siendo cuatro, esas fases se reducen, como los mandamientos, a dos: las dos
primeras pertenecen de lleno al procedimentalismo, sin ms diferencia que la de
ser Borsari y compaa meros exegetas, que no alcanzan la altura de Mattirolo y,
sobre todo, de Mortara; y las dos ltimas, separadas por Camelutti al solo objeto
de no someterse al pontificado de Chiovenda. . . y de proclamar el suyo propio,
forman parte del procesalismo cientifico. Pues bien: elemento de enlace o de
trnsito entre ambas tendencias lo es en Italia Lodovoo Mortara, perteneciente
todava a la escuela exegtica, pero orientado ya hacia el sistema, al que acaso
no se incorpor por razones que luego se indican (inra, nota 68) : pensemos que
tena cuarenta aos cuando Chiovenda sale a la palestra y que contaba algo ms
de cincuenta cuando tras La condanna, Romanesmo y Ifazione,-el segundo al-
canza la consagracin definitiva merced a la primera edicin de los Prncipii en
1906. De cualquier modo, su famoso Commentafo del codce e delle legg di
procedure aviIe, tan distinto, hasta en la arquitectura, del gnero as deno-
minado, sigue siendo, dentro y fuera de Italia, obra de consulta provechosa, y
contiene desenvolvmientos cientficos totalmente actuales, como los concemien-
tes a la jurisdiccin o al arbitraje.
I2) d) Giuseppe Chiovenda, fundador y mae.tro._ Guando en 1894 Chioven-
da" inicia su actuacin como procesa1ista, en el f'u'ma.mento procesal italiano
de 1950, pp. 153-77, y en Revista de la Universidad de Costa Rica, octubre de 1951,
pp. 86-115).
581' ed., 1899; 5', en cinco volmenes, Milano, 1923.
A la primera est consagrado integro el volumen I de la quinta edicin, bajo la
rbrica de Teoria e sistema. de la giurisdizione, con 918' pginas. Del segundo se ocu-
pan las pp. 36 e 231 del volumen III, siempre de la quinta edicin. Acerca de Monnsu,
vanse las necrologias que le dedicaron Cmovemns, en Rjvista di Dirtto Processuale
Civile, l937, I, pp. 100-2 7 G.u.Awmnn1u, en Rivista di Diritto Givile, 1937, repro-
ducida en el volumen IV de sus Studi (Padova, 1939), pp. 211-5. Ambas se titulan
Lodovica Mortero.
"Nacido y muerto en Premosello (1812-1937). Para el estudio de su personalidad
y de su obra pueden verse los siguientes trabajos: Muumns, .Da Hegel a Crocc 0 da Ic-
llifuk cz Cfliovenda (Bari, 1921); XIRAU, Iosd Chovcnda, en las pp. 5-22 de la. citada
traduccin de La .-ondanna nella :pese (supra, nota 50); Gamunnr, G. Chiouenda (en
Nuovo Digesto Italiano, vol. III _ -Torino, 1938-, p. 111); Cluussurnun, In memoria
di Giuseppe Chiousnda (Padova, 1938), recopilacin de cuatro estudios precedentes,
bajo los epigrafes de: "Il sista" (pp. 1-15); La scuola (pp. 17-26); "Il metodo"
(pp. 27-34 ) e Il maestro" (pp. 35-4 7), precedido: de unn. "Nota bibliogrfica" (pp.
VII-XVI) compuesta por Aumuou; publicados asimismo en el vol. IV de sus "Studi",
cit., pp. 217-54 ; IDEM, Giuseppe Chouenda (en Rivista di Dritto Processuale, 194 7, I,
pp. 169-79; en el vol. VI de sus Studi _ 1957-, pp. 283-93, y en "Revista de Derecho
Procesal" argentina, 194 7, I, pp. 333-4 3); Inem, Giuseppe Chioumda maestro (en Atti
Congresso Dir. Proc. Civ., cit., pp. 4 09-12 y en Studi, vol VI, pp. 294 -8); Revista
de Derecho Procesal (Argentina): A la memoria de Giuseppe Chiovenda en el dcimo
aniversario de su muerte (194 7, I, pp. 313-6.17): citamos slo los trabajos referentes-a la
obra o a la figura del homenajeado: I) Moras, Influencia de Ia: doctrina: dc Chiovmda
Momeuros Y Prensas DEL Pnocessusmo 1-r.xL1ANo 513
brillaba como astro de primera magnitud Luigi Mattirolo, cuya obra eclipsa la
de sus predecesores "y ejerce poderoso influjo inclusive fuera de Italia. Aunque
inclinado hacia el sistema, mediante la elaboracin de teoras particulas-es",
Mattirolo representa dentro de la tendencia exegtica una cumbre, como en Es-
paa lo fue con anterioridad Garavantes o como en Francia Garsonnet. Pero
el triunvirato de los grandes procesalistas civiles latinos del siglo xrx (Garavantes,
Mattirolo, Garsonnet) no alcanz la fase del procesalismo cientifico: no por falta.
de mritos, sino por razones de poca y de formacin, los tres se quedaron en la
etapa tpicamente francesa o afrancesada del procedimentalismo.
sobre los estudios procesales en la Repblica Argentina (pp. 317-32); 2) CALAMANDREI,
Giuseppe Chioucnda, cit.; 3) L.sc/mo, Las idear de Chovcnda y la nueva legislacin
procesal (pp. 'S4 4 -62); 4 ) PoDE'r'rr, Prcclusn y pcrmcin (pp. 363-75) ; 5) CARLOS, La
concepcin chiovcndiana de la accin y la doctrina de los derechos protertativos, cit.; 6)
ALc.sL-Zasroiux, La influencia de Wash y dc Klein robre Chovenda, cit.; 7) Reruunnu,
La clsica monografa dc Chovcnda sobre la condeno sn costa: y su influencia en
el procesalismo cientifico argentino (pp. 4 11-33); 8) Mrsncmaen, La sentencia "consti-
tutiva" (Anlisis del criterio claricador) (pp. 4 -34 --65); 9) Coeosrno, Naturaleza juridica
dc la sentencia sujeta a recurso -slo en parte- (pp. 4 88-506) ; 10) LIEBMAN, El maestro
nuestro y de todos (pp. 507-13); 11) COUTURE, La enseanza de Chiovenda sobre inter-
pretacin de las leyes procesales (pp. 514 -27) ; C.mNr:1.u'r'rr Addo Chiavenda en "Studi
in onore di Enrico Redenti nel XL anno del su Insegnamento", vol. I --Milano, 1951--,
pp. 283-95); Sxrrs, Giuseppe Choumcla nel ucntcinquesimo anniucrsaro dalla mort:
(en Rivista Trimestrale di Diritto e Procedura Civile, 1963, pp. 1-9).
31 Mediante la. serie de artculos que son germen y base de su citado libro La sondann
nella spas: giudizinls', a saber: Le :pese nel processo civil: romano (1894 ), La Pubbliaa
Ammnslrazonc c la condanna nclle :pese dauanti la IVG. Sczons del Conriglio di Stal
(1896), La condanna nella :pese d lite in diritto romano (1899) y Della condanna nells
:pese a avore del procuratorc (1899). La indicacin de las revistas en que se publicaron,
puede verse en la Nota bibliogrfica de Aumuou citada en la nota anterior).
09 Acerca. de stos, cfr. CHIOVBNDA, Istituziom' ds' diflto proccrsttale ciuilc, 1' ed. (Ni-
poli, 1933), pp. 137-8. De entre ellos destacarernos los nombres de Bonssnr, Pesclvrorus,
Rrccr y Gsnoruto.
*W Por ejemplo, en Espaa aun antes de la tarda traduccin ,de su Tratado (supra,
nota 6), precedida por la de sus Instituciones de derecho procesal ciuil (2 tomos; Madrid,
s. f.). Que 1\vL\'r'rmoL0 es la figura. de mayor relieve entre los procesalistas italianos 811-
teriores a Gnrovsuus, lo reconocen, entre otros, Xnmv en su citada presentacin sobre
jos Chioocnda, pp. 6 y' 8; CALAMANDREI en la necrologla de Lodouco Mortara (en
Studi, vol. IV, p. 213) y D'ONoraIo en sus Bram consideraciones, cit., pp. 4 74 -5.
4 Cfr. CAnNeLu-rn, Sistema, cit., nm. 1 b, asi como supra, nm. 11.
'if Vase supra, nota. 8.
Cuyo Trait :lrofiquc et pratquc dc procdure (Organisation juidiciairc, compfensc
el procclurc en matirc civil: ct commcrcialc) -ttulo y triparticin son caracteristica.-
rnente- franceses- aparece entre 1882 y 1897 y su segunda edicin, entre 1898 y 1904
(ambas en Pars).
U7 Acerca de los caracteres de esta escuela o tendencia, en contraste con las que la pre-
ceden (judicialista -y practcista) y con la que le sucede (procesalista) en la evolucin
doctronal de nuestra disciplina, vanse las obras y pasajes mencionados en la nota 9,' y
514 Nicnro ALCAL-ZAMORA Y cAsrrLLo
I3) Ante una situacin como la descrita, al procesalista italiano que a fines
del siglo pasado se dispona a hacer sus primeras armas, se le ofrecan dos cami-
nos: uno, seguir la ruta de Mattirolo y exprimir las ltimas posibilidades cons-
tructivas de la escuela exegtica, surgida en Francia y perfeccionada en Italia
por l; otro, dirigir la mirada al procesalismo alemn, por entonces en su famosa
edad de oro, y buscar como guia a alguna de sus grandes figuras. Mortara y
Chiovenda. marcan en este punto las dos trayectorias divergentes_ Mortara rea-
lizar la proeza de igualar y aun de superar con frecuencia a Mattirolo, con
quien, en todo caso, comparte ex aequo el primer lugar en jerarqua dentro de la
escuela exegtica, que hall en l su ltimo expositor ilustre. Chiovencla, fun-
dador reconocido por todos de la ciencia procesal italiana modemaj tuvo el
acierto de elegir como inspirador y modelo a Adolf Wach (184 3-1926), en mi
opinin, el procesalista supremo de todos los tiempos y paises.
I4 ) Indudable, pues, la filiacin germnica de Ghiovenda, no estar de ms
puntualizar el alcance de su gennanofilia procesal, porque ella ha sido la causa
de que se le dirijan acusaciones totalmente infundadas. Se ha liegado, en efecto,
a presentar el extraordinario esfuerzo cientfico de Chiovenda como reducido a
una mera labor de importacin y adaptacin de teoras alemanas. Pero como en
1928 sostuvo el profesor de Barcelona Jos R. Xirau al pmlogar la edicin caste-
lana de La condena en costas, slo desconociendo la obra de Chiovenda -o
agregamos, la literatura. procesal alemana, 0 bien aqulla y sta- es posible mi-
nimizar su labor hasta el extremo de mostrarle como un traductor o poco ms
ms especialmente, ALCAL-Znuoiux, Proceso autocomporicin, cit., pp. 100-7, y Evolucin
doctrina procesal, cit., nms. 13-20.
De los ti-es nombres mencionados en el texto, Cxxavanrzs, cuyo Tratado ve la luz el
mismo ao en que brota la polmica Wms0H|:tD7MU'ru1:n acerca de la accin (supra,
nota 2) y se tennina (supra, nota 8) diez aos antes de que Bt.oW compusiese su clebre
libro (supra, nota 1), no tuvo ni an siquiera posibilidad de recoger en l las preo~
paciones del nuevo movimiento. En cambio, lo mismo MA1"rmoLo -la cuarta edicin
de cuyo Tratado es de 1893- que Gnnsonuer (cfr. nota 66) pudieron, desde el
punto de vista cronolgico, haber tenido en cuenta las enseanzas del procesalinno ale-
mn, que para esas fecha: habia ya producido sus mejores frutos.
U Orientado ya hacia el sistema (cr. Xnznu, p. 6; Cxunumnnnl, p. 213, y D'ONonuo,
pp. 4 75-6, todas ellas de los trabajos citados en la nota 63), al que probablemente no se
incorpor resueltamente, o bien por la dureza de toda abdicacin, o bien porque como el
Julin de La verbena de lo Paloma, el famoso, sainete madrileo de Ricardo De LA Vnoa
(Madrid, 1894 ), puso a un lado la cabeza y al otro el corazn. Vase supra nota 59.
W Entre otros testimonios, vanse los siguientes: Giu1NeLUrrr Y Couruke, pasajes cita-
dos en la nota 4 6; C.u_ .|mANDne1, Llenunn y Xnuiu, trabajos mencionados en la nota
60; At.cAL-Znuona, Evolucin doctrina, cit., nm. 31; ALLo|uo, Rlessoni, cit., nm.
1; D'ONoPuo, Estado actual, cit., pp. 4 75-7; Gumnmt, Gli studi dir. proc., cit.,
5; Rocco Prlogo citado, p. XIII.
Moimmros Y Froums DEL Paocnsnusmo rumano 515
de la produccin germnica." En cuanto a la acusacin de traidor,' adems de
que una figura de su excepcional talla cientifica y de su incomparable honesti-
dad investigadora mereca ser tratada con mayor respeto, es, si cabe, ms in-
sostenible que la otra. Chiovenda comprendi que por lo mismo que la escuela
exegtica habia llegado al cenit con Mattirolo, se impona emprender nuevos
derroteros. Pero al lanzarse por ellos, es decir, al orientarse hacia el procesalismo
germnico, no realizaba acto alguno de traicin, como no lo cometieron tampoco
los exegetas cuando Se inspiraron en el procedirnentalismo francs, varios de ellos
con un espritu sumiso y una falta de originalidad, que nadie podr achacar a
Chiovenda. Desvindose de los exegetas, Chiovenda no traicionaba su derecho
patrio, de un lado, porque la ciencia es universal y, de otro, porque aqullos no
representaban una tendencia. genuinamente nacional, sino asimismo importada
-a. menos, claro est, de reputar traicin el fijarse en Alemania y lealtad, en
cambio, el dirigir la vista a Francia.-- Ms an: mientras los exegetas, pese al
esfuerzo de Mattirolo y de Mortara, no logran consolidar una escuela ciento por
ciento italiana, este resultado lo consigue Chiovenda -mediante su obra y la de
sus continuadores y discpulos- tomando como punto de arranque el procesa-
lismo germnico e imprimindole luego caractersticas propias. Adems, mien-
tras siguiendo a los exegetas se iba por de pronto a Francia, a travs de la.doc-
trina alemana se retornaba, como precisamente Ghiovenda puso de relievej al
derecho romano y al medieval italiano.
I5) Pero si Chiovenda percibi la necesidad de abandonar el mtodo exeg~
tico, supo asimismo ver antes que nadie, que en el mbito legislativo el cdigo
sardo de 1865, adoptado como ley nacional rectora del enjuiciamiento civil al
realizarse la unidad italiana, necesitaba no de retoques o remiendos, sino de sus-
titucin total por uno nuevo, para satisfacer las exigencias de una mejor justi-
1 De Chiovenda se dijo, con una ignorancia. ridcula y petulante, con una precipita-
cin y una frivolidad nunca bastante combatidas, que su doctrina, era una copia o a lo
ms una el inspiracin germnica; que su mrito quedara reducido, poco ms o menos,
a ser el importador en Italia de las nociones elaboradas en Alemania en los cincuenta
ltimo: aos del siglo pasado" (ob. ct. p. 16). En anlogo sentido, Callasmnnnni, In
memoria, cit., pp. 7-9.
11 Cul fue la fuente de inspiracin de Chiovenda? Chiovenda traicion los princi-
pios jurdicos ancianisimos de su propia patria; busc la inspiracin en la filosofia y el
derecho extranjeros, especialmente en los alemanes, a travs del esfuerzo de los pandec-
tstas en plena alotriologia. Olvid Chiovenda, por completo, que la doctrina, como
fundamento de un sistema legislativo, debe dirigirse I las cepas autctonas, porque cada
pais tiene su genio particular, su estampa insubstituible, de la que nadie se debe apartar
ni agregarle estuco extranjer-izante": Avsmutomunr, El destino del derecha pfocesal
al trmino de la guerra (Buenos Aires, 194 5), pp. ll-2.
'fl Principalmenteien su famoso ensayo sobre Romanumo s germanumo ns! proceso
vila, en "Rivista Italiana per le Scenze Giuridiche (1902, pp. 305 y ss.) y luego cn
"Saggi" cit., vol. I, 2' ed., pp. 181-2724 (en la traduccin espaola, vol. I, pp. 301-4 9).
516 Nlclsro ALCAL-ZAMORA Y CASTILLO
cia. Y asi como para la renovacin de la dogmtica busc como-maestro a un
germano-alemn (Adolf Wach), para la reforma del cdigo utiliz como modelo
a un germano-austriaco (Franz Klein; 1854 --1926), impresinado por el triunfo
sorprendente alcanzado en Austria en orden a la rapidez y eficacia del procedi-
miento, a parr del dia en que la ordenanza procesal civil de 1895 y sus textos
complementarios reemplazaron la tradicional y lentisima substanciacin escrita
por una oral y concentrada, con amplios poderes de direccin atribuidos al juz-
gador." Mas tampoco en los dominios legislativos renegaba Chiovcnda de la
tradicin romanista., tan ligada, por ejemplo, con la oi-alida.d. En definitiva.,
C-hiovenda, adns de saber escoger como guas a las dos culminacones del pro-
cesalismo germnico -Wach como investigador y Klein como codificador-,
supo aglutinar de la manera ms perfecta la concepcin liberal del primero y la
autoritaria del segundo,"* para levantar una construcin propia, ejemplo admi-
rable de diafanidad en sus desarrollos y de ponderacin en sus soluciones. Poco
importa a este propsito que acaso por vetos del fascismo, al que Chiovenda se
mostr siempre hostil, no se deba a l la redaccin del vigente cdigo de proce-
dimiento civil italiano, puesto que, a fin de cuentas, el texto de 194 -0 es obra-de
procesalistas irnbuidos de sus mtodos y enseanzas, principalmente de su disc-
pulo predlecto Piei-o'CaIamandrei,' y no habria llegado a promulgaxse, s me-
"Acerca de la reforma procesal civil austriaca, vanse las indicaciones que suministra-
mos en Proceso oral y abogaca (San Juan, Argentina, 194 5), pp. 23-8, asi como las
contenidas en el volumen Fsstchrit zur Fnzgjahreir del Ostrrechirchm Zivilprozes-
sofdnung: 1898-194 8 (Wien, 194 8), principalmente estas dos: a) Lconnmn, Zur Ges-
chichlc du oxlerreichirclpen sutzreofm vom 1898 (pp. 125-59) y b) Saonzns, Dic Auf-
bau cr Zoilprozsssgautu (pp. 214 -4 9). Adems, F/imn. Gun.1.N, El proyecto de la
ordenanza procesal civil austriaca vis-to por Franz Klein (en Revista de Derecho Procesal
espaola, 1950, pp 3-25), y Mnnonnnm', Historia y fundamentos del derecho procesal
civil de Austria (en "Foro de Mxico", nms. 19 y 20, octubre 7 noviembre de 1954 ,
pp. 4 5-68 y B7-113).
' Cfr., por ejemplo, Wnnoza, Institutionm de.: Rmrchm Ziulprozasrrecht (Mnchen,
1925), pp. 184 , 194 - y 291, o nvmez Svhnz, Curso elmuntal de ancho romana
(Madrid, 194 8), pp. 208, 235, 375 y 380.
"F Autortara: adjetivo este que algunos crticos superficiales han hecho sinnimo de
reacciona:-io Y poco menos que de nazifascista y que le: ha llevado a colocarse frente
al (proceso civil austriaco) en actitudes de melodramtioa intransigenca. Dejando ln
crca de tales crticos para cuando el tiempo me permita, por fin, componer mi hace
tantos aos planeado artculo sobre Liberalismo y autoritarinno en el proceso, me con-
tentar con afirmar que entre el juez-espactdor, que por lo visto aoran, totalmente del-
armado e inerte frente a los mayores extnvios de las partes, cual si el proceso satisficiese
un mero intel-61 privado y no una altsima finalidad pblica, y el uu-dictador, que yo
tambin rechazo, existe distancia ms que suficiente como para erigir una figura interme-
dia de juez-director del proceso, que es precisamente la que supo crear Klein y la que
de l adopt Cmovanml (cfr. nuestro.Pf-'eso oral, cit., p. 27).
7 Basta ver la forma como GALAMANDRU transcribe, cual Ii fuesen myor, pasaje; de lg
Relazionc Grandi en el tomo I de sus citadas Irtituzioni (cfr. 2' ed., pp. 5-24 ), o bien
MOMENTOS Y FIGURAS DEL PROCESALISMO ITALIANO
diante su tenaz prdica reformadora, iniciada en 1906 y proseguida durante de-
cenos," no se hubiese hecho sentir la imperiosa necesidad de la reforma y pre-
parado el ambiente para su recepcin adecuada.
l) En la producin, no muy numerosa de Chiovendaj" hay que recordar en
primer trmino los Principii di diritto proccssuale civile, de los cuales las pos-
la propaganda de que le hace objeto en su folleto De las buenas relaciones entre los jae-
css y los abogado: en el nuevo proceso civil (ed. italiana, Firenze, 194 2; traduccin de
SENTS MaLENDo: Buenos Aires, 194 3). o por ltimo, la defensa 3 ultranza del mismo
eontn. el sambenito de mussolinano y la amenaza. de derogacin por tal causa (cfr.
su articulo Sulla riorma dci codici -marzo de l94 5_ en el volumen Costraire la emo-
cfazia -Roma, Firenze, Milano, s. f.-, pp. 51-69), para cerciorarse de que la suposicin
que fonnulamos en el texto tiene las mximas probabilidades de ser exacta. En el ltimo
de los trabajos mencionados, tras destacar que questa di appioppare Pemblema fascista
sulle vccchie mura riscialbate como sulle vecchie idee spolveratc e rimesse in circolazione,
stata una costante tattica del fascismo, recuerda que il principio ispiratore del nuovo
processo civile, che quello della oralit e della mmediatezza tra giudice e parti, un'idea
che il Chiovenda comincio a bandire nel 1909 (pp. 55 y 59); y aun cuando la solucin
del cdigo de 194 -0 acerca de los principios en cuestin sea decepcionante (vase lo que
decimos al respecto en Indicaciones acerca del nuevo cdigo de procedimiento civil italiano,
en el tomo I, pp. 4 17-9, de la traduccin del Sistema de G1mNr.:.U'r'r1) y mucho ms
timida que la propugnada por Cmoveum, si es, en cambio, cierto que las ideal de ste se
acogen en aqul. Acerca del carcter no fascista del cdigo de 194 0, cfr. lo que decimos
en las citadas Indicaciones, pp. 4 01--3, y adems CARNAGINI, Circa la riorma del codice di
pfoccdura civila (Modena, 194 7), pp. 9-12, y PnIE'r0-CAs'rRo, En defensa de la ciencia,
o meditaciones con ocasin del cdigo italiano de 194 0 (en Studi in onore di Redenti",
cit., vol. II, pp. 185-218, y en Estudios y Comentarios para la Teora y la Prctica
Procesal Civil , vol. II-Madrid, 1950-, pp. 685-722, con el ttulo cambiado: Meditacio-
nes para la doctrina, la prctica y la legislacin, a propsito de la vigencia y reforma
del cdigo italiano de 194 -0), nm. 9. '
"Iniciada en 1906 con la conferencia dada en Npoles sobre Ls riormc proccssaali e
le correnti del penriero moderno (publicada en la Rivista Giuridica e Sociale, 1907,
y reimpresa en Saggi, vol. I, pp. 379-94 ). Desde entonces hasta I925, su propaganda
no se interrumpe: la lista. de los trabajos que la integran figura en las pp. 379-80 del volu-
men citado (los cuatro ms importantes de Ia serie se incluyen en los Saggi, a saber: el
ya mencionado y el relativo al proyecto Orlando en el tomo I, y los concernientes al
proyecto Chovenda (inra, nota 172) y a la oralidad y la prueba. en el tomo II; en la
traduccin argentina -Buenos Aires 194 9-- figuran los cuatro en el tomo II).
73 Con altas, bajas y cambios, los nmeros 12 a 15 del presente trabajo provienen de
nuestro citado articulo acerca de la Influencia de Wach y de Klein sobre Chiovenda, nm.
2 (pp. 390-6).
WA lo largo de ms de cuarenta aos de actividad cientfica (1894 --1937) no abarca
ms que tre: libros (La condanna nclle spese, los Princpi y las Istituzion), que en rea-
lidad se reducen a dos, puesto que el tercero no es ms que una condensacin del segundo
(vase la nota siguiente) Y cincuenta y dos trabajos menores (articulos, prlogos, necro-
logas, etc.), la ,mayora de ellos (treinta) recogidos en los dos tomos de la 2' ed. de los
Saggi y algunos otros, posteriores, en la traduccin argentina de los mismos. Vase, en
efecto, la relacin bibliogrfica de Aunnxou citada en la nota 60.
518 Nlcero ALCAL-zsmona Y cAs'm.Lo
teriores Irttuzioni no son ms que una adaptacin o varia.nte. Constituye, sin
duda, una obra de gran aliento, documentadsima a cada paso y que a travs
de la traduccin castellana de Casis y Santal I ha ejercido enorme influjo en los
pases hispanoamericanos, inclusive en la jurisprudencia. Pero junto a tales
mritos y a ese xito, no se pueden desconocer sus fallas: trtase, por de pronto,
de un libro incompleto, porque Chiovenda se circunscribi en l al proceso de
conocimiento, sin ocuparse ni preocuparse para nada del de ejecucin, al que
prest escasisima atencin a. lo largo de sus ms de cuarenta aos de actividad
como procesalista la distribucin de materias resulta poco convincente en ex-
Ediciones de los Principii: -1', Napoli, 1906; 2', l909; 3', 1912-23; 4 ', 1928. Edi-
ciones de las Irtituzioni: 2 vol., 1', Napoli, 1933-4 ; 2", 1935-6. Traducciones: de los
Prncpii: 1' ed. en dos vols., Madrid, 1922 y 1925; 2', en tres vols., 194 0; de las Istitu-
zani, por Gmez Onlumnjs, dos vols., Madrid, 1936 y 194 0.
Que las Istituzioni no son ms que una adaptacin de los Prrwpi lo proclama el
pmpio Cmovznnn en el prlogo de las mismas: Questo libro una cos diretta deriva-
zion dell'opera mia precedente <Principii di diritto processuale civile che per chiarime
al lettore Porigine e gli intenti debbo anzitutto riferire qui le parte principali della pre-
fazione scrita. .. per 1a....terza edizione del Principii (p. VII); Escono ora queste
Isttuzioni di diritto processuale civile per introdur le quali ai lettori valgono a puntino
gli awertirnenti scritt per i Principi: tanto che esse potrebbero a prima vista. e sotto
un certo aspetto appaire come una nuova edizione di questi (p. XIII); ". . .sono venuto
nel divisamento di metter fuori intanto una nuova aggiomata esposizione del mio sistema,
che tenga il luogo di una nuova edizione dei Principii. .." (p. XIV).
31 Sin ser muy correcta, no es tampoco tan desafortunada como BBGILA dio a entender
en la crtica a que la someti en Reyistgs de Derecho Privado (Madrid), 1922, pp. 379-
84 , a raiz de la aparicin del primero de los tomos traducidos (supra, nota. 80). Tngase
en cuenta (por lo menos como atenuante para Casus y SANTAL) el nada satisfactorio
estado de los conocimientos procesales en Espaa en el momento en que se acometi la
susodicha traduccin y aun bastantes aos despus. En rigor, la batalla del pmcesalismo
cientifico sobre las viejas corrientes procedimentalista Y` practicsta no se gana en Espaa
hasta 1931-2, y poco despus sobrevino el colapso inherente a la guerra civil.
93 Comenzando por la mexicana, donde fcil es hallar ejecutorias en que, mencionan-
dolo o no, se transcriben prrafos enteros de la traduccin de sus Pfincip: cfr. ALGAL-
Zassomx, Aportacin hispnica, cit., nm. 18, pp. 187-8, y luego nota 88.
N<` : si puo dire che il sveglio degli studi sul prooesso esecutivo sia direttamente
merito di Lodovco Mortara o perfino dello stesso Giuseppe Chiovenda. _ . .Chiovend.a:
Poperosa giomata terrena del Maestm doveva putmppo chiudersi senm che egli avena date
una trattazione non dico completa, ma neppure vasta del pnocesso esecutivo" (Cnnclnr,
Gli rtudi, cit. p. 152). Y ms adelante agrega: Orbene, non v' e dubbio che il rinnova-
mento degli studi italiani sul processo esecutivo merito di Francesco Ca.rneIutti..."
(p. 155). Aparte pginas aisladas en los Principi o en las Irtituzioni, la aportacin chio-
vendiana al estudio de la ejecucin procesal se reduce a unos pocos artculos: Sulla
pmvvisora escuzion delle rentmz sulle nibtorie (dos artculos: 1903 y 1904 ),
Sulla acolt del giudicc d'a[:pllo di mbordinan ad un :nation: fcrccuzionc pfouuiroria
wncsm dal primo giudics (1911) y, sobre todo, Sulla natura gurdica dclfespropiazont
urzata (1926), todos ellos reproducidos en el tomo II de los Saggi, donde ocupan
nicamente 75 pginas (en la traduccin, figuran los cuatro en el volumen III).
Moivnanros Y FIGURAS DEL Pnocesxusluo 1TAL1ANo 519
tremos iinportantisimosf* bastantes de las ideas fundamentales en que se asienta
son un simple reflejo de las de Wach; 5 su concepto de jurisdiccin resulta in-
suficiente, porque el autor, que vivi obstinadamente recluido en el rea del
proceso civil, sin intentar elevarse hacia las capas superiores de la teora genera]
del proceso, no se represent las diferentes perspectivas de dicha nocin en el
cuadro del enjuiciamiento penalfm de igual modo, su interpretacin contrac-
tualista del arbitraje, pese a las adhesiones que ha sumado dentro y fuera dc
'Italiafl inclusive algunas ejecutorias de la Suprema Corte mexicanafs entraa.
retroceso manifiesto respecto de la concepcin jurisdicconalista, gracias a la cual
encuentran explicacin satisfactoria las distintas proyecciones y facetas del mis-
mo, etctera. De ah que en contra de autorizadsimos pareceres, considere
B* Por ejemplo: conforme a una concepcin publicista del proceso, compartida por
C1-IIOVENDA (cfr. Pfincipi, 4 ' ed., pp. 63-B, 91 passm), habria sido lo natural situar el
centro de gravedad en la jurisdiccin y no en la accin y, por tanto, comenzar la expo-
sicin por aqulla y no por sta. Menos an se justifica' que se examine la sentencia antes
que la jurisdiccin, ni que el litisconsorcio y las terceras se contemplen a mucha distan-
cia de las partes; etc.
35 Por ejemplo: al alzar su sistema sobre los dos pilares constituidos por la accin y la
relacin jurdica procesal, o bien a propsito de la accin declarativa, de la aplicacin e
interpretacin de la ley procesal, de la competencia funcional, de la clasificacin de las
sentencias, de la naturaleza constitutiva de la jurisdiccin voluntaria, de la concepcin
contractualista. del arbitraje, del carcter de la enseanza del derecho procesal, de la
nocin de acto procesal, de la cosa juzgada, etc.: cfr. Influencia de Wach, cit., p. 399-4 01.
W Para una critica ms detenida de la concepcin chiovendiana de Ia jurisdiccin, vase
lo que decimos en nuestro Derecho procesal penal (en colaboracin con Levene H.),
tomo I (Buenos Aires, 194 5), pp. 189-91.
37 En Italia, entre otras, la de CALAMANDREI, su discpulo ms egregio, en Istituzioni,
cit., vol. II, nm. 104 pp. 172-9, 0 la de FURNO, Accutamcnto convenzionala e confe-
.tsione .ttfagiudiziale (Firenze, 194 8), pp. 139-90 (con referencia en ellas a otros exposito-
res italianos). .En cambio. CA1u~1Acn~u se inclina a considerar el arbitraje como un equi-
valente (el trmino proviene, sin duda, de CARNeLu'r'r|, Sistema, cit., nm. 4 9) del
juicio ordinario, pero de acentuada naturaleza jurisdiccional: vase su volumen Arbitraje
(Buenos Aires, 1961, nm. 5 (pp. 27-36), que no es sino la traduccin de la voz Aritfato
ritual: (en el Novissimo Digesto Italiano --Torino, 1958-). En Espaa, la de Gtrxsr,
quien llega a afirmar que el derecho procesal no tiene por qu ocuparse de la institucin
del arbitraje en ninguno de sus momentos fundamentales, sino remitirla a la legislacin
de carcter material o substantivo: Derecho procesal civil (Madrid, 1956), p. 1311,
y que antes, en vena de legislador, lo arranc de cuajo de la ley de enjuiciaiento civil,
para hacerlo objeto de regulacin aparte en el texto de 22 de diciembre de 1953 (Acerca
del mismo, ALcnL-Zsssonn, Examen de la nueva ley espaola de arbitraje, en Revista
de la Facultad de Derecho de Mxico, nm. 15, julioateptiembre de 1954 , pp. 105-24 ).
93Vanse, por ejemplo: fx) Semanario judicial de 'la Federacin", suplemento de
1933, p. 852; b) Ejecutoria de 17 de octubre de 194 9, transcrita en La Justicia, no-
viembre de dicho ao, pp. 10.4 4 -0-1; c) Fallos recogidos por Llceaoa Y Aouum en El
juicio de amparo y el laudo arbitral, en "El Foro" (Mxico), enero de 1955, pp. 155-9.
9 Para la crtica general de las teorias contractualistas acerca del arbitraje (entre las
que figura la de Cmovennx), cfr. Ar.c.u.-Zsuoiui, Derecho procesal penal, cit., tomo
520 Nxczro ALCAL-ZAMORA Y c.As'rILLo
que lo mejor de Chiovenda no sea. su exposicin sistemtica, sino la monografa
sobre La condena en costas, aun no estando plenamente conforme con varias
de sus so1ucones, y junto a ella varios de sus magnficos ensayos, como los dos
ya. nombrados sobre Romanismo y german-smo y acerca. de La accin (con las
reservas que respecto de ste formulamos; supra, nm. 10; vase nota 90) o bien
estos otros, que citamos por orden cronolgico: Las formas en la deema judicial
def derecho (1901), Del sistema en los estudios del proceso civil (1908), La na-
turaleza procesal de las normas obre la prueba y la eficacia de la ley procesal
en el tiempo (1912), La relacin sobre el proyecto de reforma del procedimiento
civil elaborado por la comisin de postguerra (1920) -va acompaada del texto
corespondiente, comprensivo de 204 artculos, que abarcan slo el proceso de co-
nocimiento--, Sobre la perpetuatio jurisdctions (1923), Sobre la naturaleza
jurdica de la expropiacin forzosa (1926) -una de las rarsimas incumiones
suyas por los dominos de Ia ejecucin-, Relacin jurdica procesa! y ltspen-
dencia (1931), Acciones y sentencias de declaracin de mora certeza (1932) y
Cosa juzgada y preclusn (1933). Como todos esos estudios y otros muchos su-
yos estn traducidos desde hace aos al castel1a.no, debe recomendaxse en for-
ma aprcmante su lectura a cuantos se interesen por las cuestiones procesales. Des-
I, pp. 208-9. Vanse tambin O'rro1.1zNom, Concepto: fundamentales para una construc-
cin del instituto arbitral: Naturaleza del arabtrajc (en Revista de Derecho Procesal
argentina, 194 3, I, pp. 154 -204 ), passm, especialmente pp. 179-204 , y Toiuu. Mommo,
El arbitraje y el juicio de amparo, en jua (Mxico), nm. 154 , octubre-diciembre de
1957 (pp. 601-31), pp. 604 -18 y 628-31.
W Verbgracar el de Cm..m\Nnnm cuando escribe: Per questo Prncpi _ fin dal loro
primo apparirc hanna dato agli studiosi Pmpreuione della tradzonale nascita di Mi-
nerva dalla testa di Giove. Come espo di alsoluta. padronanm di tutto lo' scibile ante-
riore, sono sorprendenti dire quas esasperan. Il Chovenda sa. tutto, ha visto tutto"
(In memoriam, cit., Il sistema, p. 7). O bien el de Gouruu. cuando afirma: "Por
uupucsto, que cualquiera de nosotros prcere los Princp o las Islituzioni de Ghiovendn
a sus pocos pero suntanciosos Saggi (Prefacio 2. sus propios Estudios de Derecho Pro-
cesal Civil, tomo I -~Bueno| Aires, 194 8-, p. 8). Sin embargo, ambos autores reconocen
el mrito excepcional de los ensayos chiovendianos, y as CALuANnnn considera que
las dos prolfuiorus (supra, nota 4 5) de 1903 sobre L'azion y de 1901 sobre Romancsimo
e germanesmo costituiscono non soltanto i due pilastri d tuttg Popera chovendiana,
ma alt:-csi il punto d partenza di quel mirabile movmento scentifco. italiano, che,
dai tcmp in cui la procedura si rduceva a una pedestre pratica di formular, ha por-
tato oggi gli studi processualstic a spaziare nc vasti orizzonti della teoria generale del
diritto" (In memoriam; cit., "II metodo", p. 30). Y Com-man, inmediatamente despus
del prrafo suyo antes transcrto, se pregunta: Pero quin podra. negar que sin el
ensayo preliminar obre la accin esbozado por primera vez en 1903, la magna arqui-
tectura de los libros fundamentales no se habra mmm elevado?".
*1 Cir. A1.c.n.-Zimon Y Tomas y A1.cu..-Z.Auom Y CAs'm.Lo, La condena en costa:
(Madrid, 1930), pp. 16, 37-4 2 y 130.
En los tres volmenes de Ensayo: de trocha procesal civil suyos traducidos por
Szrrrfs Mnnnuno, (Buenos Aires, 194 9), donde se reproducen todos los incluidos en la
2' ed. italiana de los Sagg (Roma, 1930-1), ms siete estudios posteriores en fecha.
MOMENTOS Y FIGURAS DEL Pnocnssusmo rrAL1ANo 521
taquernos, por ltimo, su ejemplar prdica al servicio de la reforma procesal, que
tras una serie de altemativas desemboc en el cdigo de 194 0 (inra, nm. 36),
y cerremos estas lineas a l consagradas reproduciendo unas palabras de dos de
sus ms insignes discpulos. Para Calamandrei, Chiovenda fue gran inteligencia
de estudioso y, al mismo tiempo, altsima conciencia moral; y por esta fusin de
doctrina y de carcter, maestro ejemplar de ciencia y de huma.nidad.3 Y Lieb-
man, al examinar la repercusin de su ideario no ya en Italia, sino en Portugal
y Brasil, lleg a denominarle el maestro nuestro y de todos.
I7) e) Discpulos y continuadofes de Chiovenda: a') Calamandre, Redenti,
Liebman.-En la esfera procesal, ninguna escuela, ni siquiera la de Wach, ha sido
tan fecunda en su irradiacin, como la italiana de Ghiovenda, cuyo influjo se
ha extendido inclusive a los procesalistas penales, no slo en cuanto al mtodo,
sino a veces tambin respecto a la aceptacin, ms o menos modificada, de sus
postulados y conclusiones. Esa escuela se ha propagado, adems, a travs de
lecturas directas 0 de las numerosas traducciones castellanas, fuera de Italia,
especialmente por Portugal (donde Dos Reis, el autor del cdigo de 1939, fue
su embajador extraordinario) ," Espaa y Amrica. Obligados por razones de
espacio a condensar la informacin, la reduciremos a los tres nombres ms pre-
daros de entre quienes fueron sus discpulos directos, sin perjuicio de aadir al
final algunos otros, en rpida ojeada.
95 En su artculo Giuseppe Chouenda, cit., p. 34 -3.
"En su articulo asi titulado y ya citado, p. 507.
W Por ejemplo, acerca de la accin, como sucede con FLonmN, que acepta la nota
de autonomia aunque no su carcter potestativo (cfr. sus Elementos de derecho procesal
penal -Barcelona, 1934 -, pp. 1176-7), y en mayor medida an, puesto que acoge el
segundo rasgo e incluso aplica. al enjuiciamiento criminal la divisin de las acciones en
declarativas, constitutivas y de condena, Msssmu (cfr. II proceso penal: nella nueva
legirlazane italiana --Napoli, 1934 _ , pp. 13, 21-2 y 34 -7-8). La posicin de Fr..o1uAN es-
pecto de la accin penal la comparte, entre otros, en Amrica Fonrscrrm Rrquxrms,
Derecho llrocesal penal, tomo II (Santiago de Chile, 194 3), pp. 5-6, y se recoge en
mi citado Derecho procesa! penal, tomo II, pp. 65-72, si bien en la actualidad mi punto
de vista est fijado en Enseanzas acerca de la accin, cit. A su vez, la trayectoria
Cnrovnuna-Mssssnr ha repercutido en Mxico sobre Fsimco Som: cfr. El proced-
ntiento penal mexicano, 2' ed. (Mxico, 1939), pp. 20 y 25-6 (4 ' ed., 1959, pp. 22 y
25-6) y La teoria de la accin panal y su realizacin en la ay mexicana (en Revista
de Derecho Procesal argentina, 194 4 -, I, pp. 4 27-4 4 ), pp. 4 28-9 y-4 30-1.
"Off, ALCAL-ZAMORA, Aportacin hispnica, cit., mms. 10-13, pp. 181-5. Con pos-
terioridad, han seguido las traducciones de obras procesales italianas: varias de ellas
se mencionan en diversas notas de este trabajo (24 -, 31, 87, 99, lll, 120, 131, 14 9,
162, 174 -).
1" Cfr. LIEBMAN, El maestro nuestro, cit., pp. 510-1; ALGAL-ZAMORA, resea de la edi-
cin del cdigo procesal civil portugus al cuidado de Dos Reis (Coimbra, 194 4 ), en Re-
vista de la Escuela Nacional de Jurisprudencia, nm. 31, julio-septiembre de 194 5 (pp.
357-64 ), p.` 359. En 1961 fue reemplazado por otro el mencionado cdigo de 1939.
522 Nrcero ALCAL-ZAMORA Y o.\s'rILLo
I8) Piero Calamandrei, nacido en Florencia en 1889 y muerto en la propia
ciudad en 1956, fue el discpulo predilecto de Chiovenda y el ms identificado
con la. trayectoria del maestro, no ya en el terreno cientfico, sino tambin en el
poltico, como opositores irreductbles del odioso fascismo. Y entre todos los
procesalistas italianos, muchos de ellos grandes escritores, el de pluma ms gil
y brillante, de la misma manera que lo fue Blow entre los alemanes y Couture
entre los de lengua castellana. Esa cualidad- culmina en uno de los libros ms
conocidos de Calamandrei, traducido nada menos que al espaol, francs, in-
gls, holands, alemn, portugus y esloveno, o sea el Elogio de los jueces escrito
por un abogado (1935), aunque no todo en l sean ditirambos a la magistratura.,
99 Para el estudio de su vida y de su obra, vanse, entre otros, los siguientes trabajos:
A) Revista de la Facultad de Derecho de Mxico": Homenaje a la. memoria de Piero
Calamandrei (Firenze) y de Eduardo J. Couture (Montevideo), profesores huspedes
de la Facultad de Derecho de Mxico", nm. 24 , octubre-diciembre de 1956: a) CAP-
1r.Li.:-rrr, Piero Calamandrei (Datos bliogricas), pp. 9-11; 6) Ar.cAx.-Zauona Y
CAs'rILI.o Y Fix Znuunro, Bibliografa de Piero Calamandrei, pp. 17-39; c) ALGAL-
ZAMORA, Calamandrei 31 Couture, pp. 81-113; d) CAP1>1:LL|z'r'I'r; Piero Calamartdrei y
la defensa jurdica de la libertad, pp. 153-89; e) Fix Z\MUnlo,'La aportacin de Piero
Calamartrlrei al derecho procesal constitucional, pp. 191-211; ) Futuro, Piero Cala-
mandrei, pp. 24 3-52; B)_ Boletin del Instituto de Derecho Procesal" (Santa Fe, Ar-
gentina), nm. 7 (1957), dedicado "a la memoria de Piero Calamandrei, ejemplo como
profesor, como abogado y como ciudadano (p. 5); a) CA1Pnr.1_ .n'rr1, Recuerdo da Piero
Calamandri escrito por el ltimo de sus discpulos, pp. 9-10; b) Sr.N'1-is MELENDO,
Ha muerto Piero Calamandrei, pp. 11-5; c) Coornnn, Prlogo a la edicin argentina
del Elogio de los jueces escrito por un abogado, pp. 25-9 (incluido asimismo, como
es natural, en las pp. XV-XXII del volumen correspondiente: Buenos Aires, 1956);
d) Inem, La escuela italiana del dsrccho, cit., pp. 31-4 2. (Huelga decir qu habiendo
fallecido COUTURE. antes que CALAMANDREI -wsupra, nota 4 7-, estos d0s trabajos no
se compusieron por el primero con destino al homenaje pstumo al segundo, sino que se
tomaron de precedentes publicacionea); e) CAPm'.LL1z'r11, Los derechos sociales de libertad
en la concepcin de Piero Calamartdri, pp. 4 3-55; ) Acslmt, Calamandrei y .ru obra
general sobre el proceso civil, pp. 57-69` ; g) Annltl., La casacin italiana u travs de la
obra de Calamandri, pp. 71-7; lt) Clmnos, Acotaciones a "Demas-iados abogados, el
magnfico libro de Piero Calamandrei: Contribucin para al homenaje a su memoria,
pp. 79-88; i) lVIexctozR,,Ctlamar|dri y su Elogio, pp, 89-lll; ) S|; N'ris MELBNDO,
Calamartdri: el hombre y la obra, pp. 139-7l (reproducido en el vol. I de Teoria y
prctica, cit., pp. 4 4 -7-77, como tambin, en pp. 4 4 3-6, el mencionado sub bj; C)' VA-
RIOS: a) ALSINA, Prlogo a la traduccin castellana (de las Instituzioni) cit., pp.
VII-XX; b) ALCAL-Z/tMou\, Prlogo (a la traduccin de La Gassazione civile"), tomo
, vol. I (Buenos Aires, 194 -5), pp. 9-16; G) CARM-:LU'1"t', LIEBMAN (Il giurista"),
Annntou ("L'avvocato") y Mlcmam (Il maestro), Piero Calamandrci, en Rivista di
Dirtto Processuale, 1956, I, pp. 261-75: d) lr. Pom-n (revista. de poltica y de lite-
ratura fundada y dirigida hasta su muerte por l): a') Fascculo de enero de l957, bajo
la nbrica de Addio a Pino Calamandni, con alrededor de veinte colaboraciones; b' )
Numero straordinario dedicato a Piero Calamandrei" (suplemento al nmero de no-
viembre de 1958), 4 24 pp. De especial inters la exhaustiva Bibliografia degli scritti di
Piero Calamaudui (1906-1958) compuesta por Anita Monoouro y Mauro C .r1nL'L_ r.1-n
MOMENTOS Y FIGURAS Dm. PP.oGEsALrsMo ITALLANO 523
vapuleada con bastante frecuencia. Compuesto a base de ancdotas suyas y aje-
nas, recopiladas con paciencia a lo largo de aos; de agudsimas observaciones
personales y de profunda experiencia profesional ~como antes, Demasiado; abo-
gados (1921), otra de sus obras difundidas-,1 no constituye, claro est, una
exposicin de dogmtica procesal, pero s un volumen que deberan leer cuantos
piensen dedicarse a estudiar nuestra a un tiempo noble y dura carrera, que
acaso la inmensa mayora emprende sin haberse preocupado lo ms mnimo de
medir su vocacin ni su aptitud y sin que tampoco las Facultades de Derecho
suelan cuidarse mucho de seleccionar a quienes pretendan ser juristas.*1
I9) La obra magna de Calamandrei es, sin disputa, La cassazone civile, pu-
blicada en 1920, escrita entre los 20 y los 25 aos de edad, en un alarde pas~
moso de conocimientos jurdicos, lingsticos e histricos, y reveladora de una
sorprendente madurez de juicio. Pese a los aos transcurridos desde su aparicin,
el libro no ha sido, no ya superado, sino ni remotamente igualado.12 A_ Cala-
(pp. 307-4 16). (Una Bibliografia menos completa, comprensiva slo de 4 28 ttulos y
no de 900, figura en las pp. XXIII-LI del vol. 1 de los Scritti giuridici in memoria di
Piero Calamandrei %Padova, l958_ y fue recopilada por CAPPBLLETTI).
99 Vanse nuestras reseas: a) de la traduccin espaola _ rnejor dicho: de la pri-
mera (Madrid, 1936)-, en nuestros Ensayos de Derecho Procesal (Buenos Aires, 194 4 ),
pp. 631-4 , y b) de la tercera edicin italiana (Firenze, 1954 -), en Revista de la Facultad
de Derecho de Mxico", nms. 17-18, enero-junio de 1955, pp. 295-7.
1" Troppi auuocati (Firenze, 1921). Traduccin de Xrmu (Madrid, 1926). Vase
supra, nota 93 (articulo de C.uu.os).
11Cfr. ALGAL-Zsuorux, Calamandrei y Couture, cit., p. 93. Seala-mos a. este pro-
psito, con el debido elogio, la preocupacin, a tal n sentida en varias ocasiones por
la Universidad de Mxico. As, en 194 6 organiz desde la prensa diaria, para mayor
difusin de la iniciativa, una 'Campaa universitaria de orientacin profesional', dentro
de la que se nos asign ocupamos de El problema cl acceso a las profesiones jurdicas
(en Novedades de 25 de julio de 194 6), donde ya recomendbamos a los candidatos
a juristas la lectura del libro de CALAMANDREI a que nos referimos en el texto. Cuatro
aos despus edit un volumen de 'Conferencias sobre orientacin vocacional' (Marico,
1950), y en l apareci un trabajo de CARRANG Y Txu]rr.r.o sobre Funcin social del
abogado (pp. 17-26; resea mia, en Revista de la'Escuela Nacional de Jurisprudencia",
nms. 4 -7-4 8, julio-diciembre de 1950, pp. 4 4 5-7)": Calamandfe y Couture, nota 4 -9.
102 Gfr. ALGAL-Zamona, Calarnandrei y Couture, cit., p. 94 -. A1 cabo de 32 aos,
el libro, por ejemplo, del holands WIBLENGA -_ E:sai :ur la con-orion aux Pays Ba.:
(La Haye, 1952)- se encuentra a distancia astronmica del compuesto por G.u..u/rAN-
omar en plena juventud: cfr. nuestra resea del mismo en Boletin del Instituto de
Derecho Comparado de Mxico, nm. 19, enero-abrilde 1954 , pp. 258-9. Lo mismo
cabe decir de La casacin civil (Madrid, 194 4 ) de Manuel De LA Praza. En otro sen-
tido, Casrazionc civil: ha sido modelo y gua para la redaccin de posteriores trabajos
sobre la materia, como la tesis doctoral del panameo Tomas Gunnio, La casacin civil
mula doctrina, la jurisprudencia y las legislaciones europeas y americanas (elaborada
en Mxico, 1954 -; impresa en Panam, 1957): Calamandrci y Couture, nota. 51. Con
posterioridad, dentro de lmites mucho ms circunscritos que el de la obra de CALA-
Mnnnmar, vase el excelente libro de Fnzzamnr, II giudizio cvle di carsazione (Milano,
524 Ntcnro ALCAL-ZAMORA Y cAsTn.Lo
mandrei se debe asimismo la sistematizacin de toda una zona del proceso, a
saber: la integrada por las medidas asegurativas, cuyos lineamientos establece en
Introduzione alla studio sistematco dei prozwedimenti cautelari (1936).1 Me-
nor importancia tiene, en cambio, su. nico intento de exposicin general, las
stituzioni di diritto processuale cvile,1" que adems dej incompletas, absor-
bido como Io estuvo a partir de 194 -5 por la politica. Transparentes y metdicas,
como toda la produccin del autor, no estn, sin embargo, a la altura de los
trabajos suyos mencionados hasta ahora ni tampoco a la de los seis volmenes de
Studi sul processo civile,1 donde reuni su labor dispersa y entre los cuales
figuran -citamos slo media docena- joyas del inapreciable valor de La genesi
logica della sentenza cule, Per la denzione del atto notorio, Linea ondamen-
tali del processo cuile inquifitorio, La condanna generico ai danni, La rela-
tivit del concetto d azone, Il giudice e lo storico y Processo e giurtizt` a.1 Sea-
lemos tambin, por su trascendencia a la vez sistemtica y dogmtica, la aporta-
cin de Galamandrei a la determinacin de los conceptos undanwntales de nues-
tra disciplina, .extremo sumamente debatido, pero acerca. del cual, merced a l
comienza a hacerse la luz. Desde la litircontentatio, a la cosa juzgada, pasando por
el juicio, la competencia, el procedimiento, el litigio, la sentencia, etctera, nu-
merosas nociones han pretendido ser, en diferentes pocas 0 para diversos auto-
res, las piedras angulares del derecho procesal. Calamandrei exhuma una idea
1960), rseado por nosotros en "Boletin del Instituto de Derecho Comparado de M-
xico, 1963, pp. 14 2-4 .
1* La edicin italiana apareci en Padova; la traduccin al castellano, en Buenos
Aires, 194 5, segn indicamos en la nota 35.
1* sacando il nuovo codu, vol. I, parte prima: Premesse storiche e sistematiche,
1' ed. (Padova, 194 -1); 2', 194 3; vol. II, parte seconcla, Dispolizioni generali (Le
persone del processo) (Padova, 194 3). Traduccin al castellano del volumen I, por
Serfs Menznno (Buenos Aires, 194 3). ltimamente, bajo el ttulo de Derecho pro-
cesal civil (Buenos Aires, 1962), SzN'rs Mznimno ha reunido en tres volmenel los
dos tomos de las Istituzoni y diversos estudios de CALAMANDHI, no traducidos los ms
de ellos con anterioridad.
1=r.a=a; :odos en Padova por la ceamw 1 y 11 (1930), 111 (1934 ), Iv (1939),
V (194 7) 7 VI (1957). Traduccin al castellano de varios de ellos, por Snrrrs Me-_
Leuno, en el volumen Estudio: sobre el pfocsa civil (Buenos Aires, 194 5).
1" a) La gcncsi, en Rvista Critica. di Scienze Giuridiche, 1914 , y en Studi, I,
pp. 1-51; b) Fono notorio, en Rivista di Dirtto Processuale Civle", 1925, y en Studi,
II, pp. 289-320; 1:) Processo nqusitoro, en Studi in onore di Chiovenda, 1927, y
en Studi, II, pp. 321-58; d) Condanna ai dann, en Rv. Dir. Pmc. Civ.", 1933,
y en "Studi", III, pp. 221-52; 8) Relativitd azion, en "Riv. Dir. Proc. Civ., 1939, 5'
en Studi, V, pp. l-26; I gudice, en Riv. Dir. Proc. Civ., 1939, y en Studi,
V, pp. 27-51; g) Procura c giustiza, en Rivista di Diritto Processuale, 1950, y en
Studi, VI, pp. 3-20. Traducidos, en orden diferente, en los citados Ertudios, a saber:
EI juez (pp. 105-30), Relatividad accin (pp. 133-60), Hacha notorio (pp. 181-212),
Proceso nquistoro (pp. 225-61) y La gnesis (pp. 367-4 17).
1' Cfr. Calamandrei jr Couture, cit., pp. 87-90.
MOMENTOS Y Fiounas DEL 1=RocEsAL1s1uo ITALIANO 525
meramente esbozada o entrevista por Chiovenda en una semioculta nota de su
clebre ensayo sobre la accin,1s y afirma rcsueltame-nte que los conceptos fun-
damentales del enjuiciamiento son tres: accin, jurisdiccin y pr0ccso,* y su pa-
recer gana rpidamente adeptos. Lanzados a destacar lo ms saliente de su
obra, agreguemos an el libro Processo e democracia (1954 ), donde se recogen
las conferencias que dio en Mxico en 1952 gm la atencin prestada al derecho
procesal extranjero mediante reseas relativas a textos, instituciones o figuras
de Alemania, Austria, Checoeslovaquia, Espaa, Estados Unidos, Finlandia, Fran-
cia, Polonia, Suecia, Unin Sovitica, Uruguay y Yaticanom su inters por la
justicia constitucional, transmitido a su discpulo Cappelletti (inra, nrn. 24 ),
y los. artculos integrantes del volumen Il procedimento monitorio nella legisla-
zione italiana (l926).3 Y para terminar, diremos slo que Calamandrei, como
su maestro Chiovenda, fue un hombre en quien se aunaron la altsima calidad
cientfica y la incomparable contextura moi-a1..*
20) Enrico Redenti, nacido en Parma en 1883 y muerto en Bolonia en 1? de
cnero del ao actual, fue desde la muerte de Ghiovenda, y en unin de Came-
lutti y de Calamandrei, uno de los tres grandes del procesalismo italiano, o de
los tres viejos, como con modestia se denominaban ellos mismos. Posey dotes
sobresalientes de tacto y de ecuanimidad, que le llevaron a presidir, con el asenso
unnime, el comit internacional que desde 1950 agrupa a los procesalstas del
1@ Cfr. I/azionc, cit., nota 2, en "Saggi, cit., vol. I, pp. 30-1.
1 Cfr. Iuituzioni, cit., vol. I, 1" ed., 7 (pp. 21-2 en la 2 ed. y pp. 29-31 de la
traduccin al castellano).
11 Gfr. entre otros, Ancora Vatns, Programa de derecho procesal civil (Primer
curro) (La. Habana, 194 1), pp. 25 y 11.; Ponnrtrr, Teoria y' lcnica del proccso civil
(Buenos Aires, 194 2), pp. 64 -6; Inem, Triloga estructural de la ciencia del proccso
civil, en Revista de Derecho Procesal argentina, 194 -4 , I, pp. 113-70; B/ovrotonr Fnano,
El proceso pcnal y lo: actos juridica: procesales' portales, cuya segunda. edicin (Santo
Fe, Argentina, 194 4 ) lleva, precisamente, el subttulo de Accin, jurisdiccin, proceso;
Snrrrs Mennnno, Dos producciones dc Calamandfci, en Revista de Derecho Procesal",
cit., 194 3, II, pp. 78-80; ALCAL-ZAMORA, Derecho procesal penal, cit., tomo I, pp,
12-21; IDEM, Enseanza: accin, cit., pp. 767-9; Inma, Proceso, autocomloricn, cit.,
p. 99; Inem, Programa de derecho procesal civil, etc., I' ed. (Mxico, 194 8), p. 11, y
2', (1960), p. 9. ltimamente, en su preciosa Introduccin al estudio del derecho proce-
sal (Buenos Aires, 1959), pp. 117-23, Eduardo B. Cantos.
111Edtadas en Padova por la "Cedam; traducidas al castellano por Hctor Fix
ZAMUDIO (Buenos Aires, 1960) como volumen 33 de la coleccin "Breviarios de Derecho".
11* Vanse los nmero, 7, 13, 15, 16, 22, 23, 28, 32, 34 , 35, 36, 37, 4 4 , 4 9, 50, B9,
91, 93 ( y III), 99, 118, 132, 14 1 y 157 de la Bibliografa de Calamandrci compuesta
por ALcAL-ZAMORA y Fix Zituunio (supra, nota 98). Tnganre tambin en cuenta los
nmero: 4 0, 4 -8, 58 y 69 de la misma.
11* Milano; traduccin castellana, por Sewrfs Matutino, El proccdmimto monitoro
(Buenos Aires, 194 6).
11' Calamanclru' y Couture, cit., p. 113.
526 Nrcsro ALGAL-zamom Y cAs'ru.Lo
mundo entero S y que le permitieron en 1954 evitar el naufragio de la Rivista
Trimestrale di Diritto e Procedura Civile, cuando uno de sus ms eminentes co-
laboradores, Walter Bigiavi, tuvo la genial ocurrencia de autoconmemorar sus
bodas de plata con la enseanza y sus cincuenta aos de vida con un artculo
titulado Scritt quasi giurdci in onore de me stesso, compendos il mo cinquan-
tesim-0 anno en el que no dej ttere coh cabeza.
21) Redenti, tildado en alguna ocasin de a.ntidogmtico,' dist mucho de
serlo. Bastaria para cerciorarse de ello el hecho de que el ms destacado de sus
discpulos, Tito Carnacini, sea dogmtico hasta la mdula. Lo que Redenti, li-
beral en poltica y conservador en la investigacin cientifica, supo evitar con
cuidado sumo fue la hipertrofia dogmtica y la confusin, peligrosamente f-
cil para los impresionables, de los xitos pasajeros con las conquistas definitivas.
Por las razones temperamentales sealadas, no era de los que alegre 0 incons-
cientemente se lanzan a las exploraciones a riesgo de caer en una emboscada o
una trampa o de desembocar en un callejn sin salida, sino de los que antes de
adelantar un paso tantean el terreno y lo despejan de maleza. Si ello acaso le
resta brllantez a su obra, le aade, en compensacin, consistencia.
22) Si de entre las obras salidas de su pluma (que, dicho sea de paso, no se
content con el derecho procesal, sino que se extendi asimismo al civil, al mer-
cantil y al laboral) tuvisemos que seleccionar, como antes respecto de Chiovenda
y de Galamandrei, las ms significativas, creo que la eleccin recaera en las
siguientes: Il giudizo civle con pluralt di parti (1911), que es ` ya un libro
clsico y de obligada consulta sobre el tema; Intomo al concetto di giunlrdizone
(1916), donde la caracterizacin. sancionatora de la misma, en la que ltima-
mente han insistido varios juristas italianos desde distintos ngulos, como Satta,
Benvenuti y Mandrioli, aparece expuesta con una nitidez y una precisin in-
superadas; su Proyecto de cdigo procesal civil de 1936,11' uno de los jalones
11 Cir. Atti Cong-resso Internazionale_ , cit., p. X; ALCAL-ZAMORA, Segundo congreso
internacional de derecho procesal civil, en Revista de la Facultad de Derecho de M-
tico", nm. 13, enero-marzo de 1954 , p. 237.
11 En la revista cit., 1954 , pp. 186-201.
TA saber: por Cnmununnal primero (cfr. Gli stud full' ultimo trentmnia, cit.,
nm. 4 -) y por Au..onro despus (cfr. Rlrssion, cit., m'1m. 9), si bien por ste con no
pocas reservas.
WA saber: SATTA, en Gli ofientamenti pubblcirtic della scienza del procuro, en
Rvista di Diritro Proceuuale Civile, 1937, I, pp. 32 y s|.; Benvznurr, en Sul chn-
cetto di mnziam, en Jun, 1955, p. 223; Maunluou, en Uazioae esacutiva: Contribute
alla teoria unitaria dell' azione e del proceso (Milano, 1955), pp. 22-57.
1" Schema di progtto del libro primo, en Lavori preparatori per la riforma del co-
dice di procedura civile, Ministerio di Grazia e Giustim (Roma, 1936). Vase tambin
su trabajo Sul nuevo progetto del codica di procedure cule, en Atti della Societ per
MOMENTOS Y FIGURAS DEL PRocssALIsMo 1'rAL1ANo 527
culminantes en la lista de los que se suceden hasta desembocar en el cdigo de
194 0 (donde tambin particip nuestro autor) ; la voz Compromesso en el Nuovo
Digesto Italiano (1938); Il giudirato .s-ul punto di diritto, en el homenaje a
Carnelutti (1950), y como exposicin de conjunto, sus Proili pmtici del diritto
processuale ciule (1938), transformados en Diritto ,trrocessuale civile aos ms
tardef Y cerremos la lista con una referencia a su obra' postrera, aparecida
poco antes de su muerte, es decir, los dos volmenes recopilativos de trabajos
dispersos, titulados Scritti e dscorsi di un mezzo secolo (1962), el primero de
ellos consagrado al derecho procesal y el segundo al substantivom
23) Enrico Tullio Liebman, cronolgicamente situado entre los tres grandes
y las ms jvenes generaciones de procesalistas -no estar de ms subrayar que
la juventud cientifica rebasa con frecuencia los lmites de la biolgica-, vivi
varios aos en el Brasil, a ttulo de perseguido por el fascismo, y a su ejemplar
magisterio all se debe el nacimiento de la escuela procesal de So Paulo,'22 que
cuenta en sus filas con la figura prcer de Alfredo Buzaid, hoy en dia el proce-
salista nmero 'uno del continente americano.12 Escritor parsimonioso, en varios
aspectos el ms chiovendiano de entre los discpulos de Chiovenda, sus trabajos
menores (por la longitud, no por la calidad) acaban de ser reunidos en un vo-
lumen titulado Problemi del pfocesso c:'vile.1 En cuanto a los mayores, y aparte
unas excelentes explicaciones destinadas a la enseanza 1 y dos libros publicados
il Progresso delle Scienze, XXIII Riunione (Napoli, ottobre di 1934 ), vol. 1, y en
"Foro Italiano", 1934 , _ IV, col. 177.
12 Los nmeros 20 y 22 de esta conferencia provienen de nuestro trabajo Enrico Re-
dmt (Nota biobibliogrica) incluido en el tomo I, pp. IX-XVI, de su Derecho pro-
cesal civil (Buenos Aires, 1957), o sea la traduccin efectuada por Sr N'rs MELENDO y
Avemui REDN de su Dritto pfocessuale ciuile (Milano, 1952-3; dos volmenes, conver-
tidos en tres en la Argentina).
121 Impresos en Milano por Giuffr, vase mi resea de los mismos en "Boletn del
Instituto de Derecho Comparado de Mxico", 1962, pp. 633-5.
1 Vase mi estudio La escuela procesal de So Paulo, publicado en: a) Inter-Ame-
rican Review of Bibliography, julio-septiembre de' 1955, pp. 14 5-52 (en espaio); b)
Rivista Trimestrale di Dirtto e Procedura Civile", 1956, pp. 864 -9 (en italiano):
c) Revista da Universidade de So Paulo, junio-septiembre de 1956, pp. 307-13, as
como en el diario O Estado de So Paulo" de 10-VI-1956 (en portugus).
123 Vase lo que acerca de l decimos en La escuela de So Paulo, cit., pp. 14 0-50 de
la versin de Inter-American Review, y en las reseas que se mencionan en las notas
17 a 20 de tal artculo, as como despus del mismo en la Revista de la Facultad de
Derecho de Mxico, nms. 25-26, enero-junio de 1957, pp. 385-5, y en Panorama de
literatura procesal durant; el bienio 1956-1957 (en rev. cit. nm. 30, abril-junio de 1958,
pp. 227-52), nms. 4 -3 y 4 6.
124 Morano Editore, sin indicacin de lugar ni de echa (Napoli, 1963).
12-"A saber: Corso di diritto pfocessuale civile: Nozio introduction _ Part Gene-
role-- Il procexso di cognizione (Milano, 1952; resea nuestra, en Revista de la Fa-
cultad de Derecho de Mxico", nm. 7, julio-septiembre de 1952, pp. 226-7); Manuals
528 p muero ALCAL-znmons Y c.ssrLLo
cn Brasilf son obras de extraordinario aliento la referente a Le opporizioni di
merito nel proceso di 'esecuzione (1931) y la que se ocupa. de Eicacia ed auto-
rit della sentenza (1935).1" Muertos Chiovenda, Calamandre y Redenti, y con
84 - aos Camelutti, a Liebman le toca desempear, por circunstancias tanto de
edad como de prestigio cientifico, un papel importantsimo en el futuro del pro-
cesalismo italiano.
24 ) b*) Otros nombres._ Imposible, a estas alturas de la charla, ocupamos con
igual detenimiento de otros procesalistas que en cualquier otro pas que no fuese
Italia, o Alemania, las dos grandes potencias procesales, seran primersimas fi-
guras, y que en ellas lo son, desde luego, relevantes, pero sin que, por causas d-
versas, llegasen a alcanzar o hayan conseguido todavia, debido a. la juventud de
algunos de ellos, la posicin extraordinaria de los que hemos examinado hasta
ahora, dentro de la escuela chiovendina y del rea del enjuiciamiento civil, y de
unos cuantos ms fuera de ellas, a que an hemos de pasar revista. Nos con-
tentaremos, por ello, con recordar sus nombres al correr de la pluma, Luigi Fe-
rrara, uno de los iniciadores del procesalismo cientifico en Italia, luego desviado
hacia una labor, no exenta de destellos, pero ms bien de periodismo jurdico; "
los hermanos Rocco, a saber: Alfredo, otro de los precursores, con su libro sobre
La sentenza civile (1906), y Ugo, con Uautort de la cosa gudcata, e i .moi
limit :oggettiui (1917), ms sus dos exposiciones generales, traducidas en M-
xico; Antonio Segui, el actual presidente de la repblica italiana, con Lntr-
vento adesivo (19l9); Emilio Betti, mmanista. y procesalista, autor de un inte-
di dritto procersuala, vol. I, 1' ed., (Milano, 1955; resea nuestra en rev. cit., nm.
22, abril-junio de 1956, pp. 225-6) --2', ed., 1957_ '; vol. II, primer fascculo (1959).
12 Procura de sxccuo (S. Paulo, 194 6; resea nuestra en Revista de la Escuela
Nacional de Jurisprudencia, nms. 35-56, julio-diciembre de 194 7, pp. 370-1) y Es-
tudos sobre o procura civil brasileiro (S. Paulo, 194 7).
1" La primera, Roma, 1931; Ia iegunda, Milano, 1935 (reimpresa en 1952; resea
nuestra en "Revista de la Facultad de Derecho de Mxico, nm. 4 5, enero-mano de
1962, pp. 177-8). Traducciones: a) portuguesa, por Alfredo Bvznm y Benvindo Ames
(Ro de Janeiro, 194 5); y b) castellana, por Senrs Mnmnno (Buenos Aires, 194 6),
ambas con el aditamento de "y otros estudios sobre la cosa juzgada y con adiciones de
derecho brasileo, a las que se suman referencias de derecho argentino en la segunda.
1 Vase su trabajo La nozione dei fappofti pracnruali, en "Saggi di^Diritto Pro-
cessuale (Napoli, l9I4 -), pp. I-99. Al hablar de "periodismo juridiccd, aludimos a
bastantes de los estudios por l incluidos en el volumen Modems' pfoblsmi del divino
(Milano, 1938).
1291.11 smmua (Torino, 1906); traduccin espaola de Mariano Ovejano (Madrid,
"La Espaa Moderna), reproducida en Mxico, 194 4 , acompaada de la de otro tra-
bajo del mismo autor: La interpretacin de lar layer proumlas, efectuada por Manuel
Romano Sucnnz y Julio Lrzz on LA Guns y que ocupa las pp. 24 7-357. L'autorta
(Roma, 1917). Traducciones de Ugo Rocco: supra, notas 29 (acompaada de la de otro
estudio del autor: La legitimacin para obrar, en versin de Alberto Vsgunz nu.
Mucsoo, pp. 3194 12) y 31.
Molmmros Y rroums DEL 1noc1~:sAL1sMo ITALIANO 529
resantsimo Diritto processuale civle italiano (2 ed., 1936); Marco Tuilio Zan-
zucchi, con Nuova dommde, nuove eccezioni e nuove prove in apollo (Milano,
1916), Sergio Costa, Nicola jaeger, Alessandro Raselli, Salvatore Satta, etc-
tera. Y entre los ms jvenes, los discpulos de Calamandrei Y de Reclenti: del
primero, Gian Antonio Micheli, el renovador, desde el ngulo jursdiccionista,
del tema. de la jurisdicin voluntaria, de la misma manera que Allorio, de quien
despus hablaremos (nra, nm. 29), desde el ngulo administrativistafal Carlo
Furno, con Accertamento convenzionale e cones.\'i0n'e stragudizale (194 8), y
Mauro Cappelletti, que tras las huellas del maestro ahond en el anlisis de la
justicia constitucional, secuela en Italia de la. ley fundamental de 194 7, y que
acaba de publicar en un volumen de ms de ochocientas pginas la primera parte
tan slo de un impresionante trabajo sobre La testmonianza della por-te nel .ris-
tema deloralit (l962); y del segundo, Tito Carnacini, con Contribute alla
teoria del pignoramento (1936) e Il litsconsorzio nelle as di grauame (1937) ."
19Puntuali71-iciones y complementos: Snom, Lntefuento (Roma, 1919); BE.'r'r1, Dir.
proc. cin. ital. (Roma, 1936), 2' ed.; Zsuzuccl-11. Nuova demande (Milano, 1916);
G-osrs, L'1-iterziento coatto (Padova, 1935) y Ifinteruento in causa (Torino, 1953; re-
sea nuestra en Revista de la Facultad de Derecho de Mxico", nm. 27, julio-sep-
tiembre de 1957, pp. 231-2); RASELLI. La magrtmtura del lavoro: Giuriulzions sd
azione (Padova, 1934 ); Ssrfrn, Irtituzioni di diritto allimentare, 3' ed. Roma, 194 -8;
traduccin de FoN'rANsRnosA -Buenos Aires, 1951- como Instituciones del derecho de
quirbra); IDEM, Diritto processuale civil: (Padova, 194 8; resea nuestra en Revista
de la Escuela Nacional de Jurisprudencia, nms. 39-4 0, julio-diciembre de 194 8, pp.
259-61); IDEM, L'esr.-uzione forzata, 2' ed. (Torino, 1952).
191 Aun cuando con anterioridad a 194 7 Mic:-n=.1.I se habia ocupado del tema (vanse
los trabajos suyos que citamos en Eficacia de las providencias de jurisdiccin voluntaria,
nota 13, en Boletn del Instituto de Derecho Comparado de Mxico", 1962, pp. 521-96),
es en dicho ao cuando en la Rivista di Diritlo Processuale publica sus tres capitales
ensayos sober la materia: Per una revirone della nozone di giurisdizon uolontaria (I,
pp. 18-4 5); Forma e sortanza nella giurirdizon voluntaria (I, pp. 101-24 ) y Eicaca,
validit e revocabilit dei provvendimsnti di giurrtlzione voluntaria (I, pp. 190-209).
A ellos siguen, aparte Annullamento di prauvedimmti onorar e tutela dei terzi (en
Giurisprudenza Italiana, 194 8, I, 2, c. 4 -13), otros dos de suma importancia: Pros-
pttiue critiche in tema di giurisdizione uolontaria (en Jos, 1950, pp. 356-74 , y en
Scritti in onore di Carnelutti, vol, II _ Padova, 1950*-, pp. 356-74 ) y Sgniicato
e limita' della giurisdizione volontaria (en "Riv. Dir. Proc.", cit., 1957, pp. 526-54 ).
Aadamos a esos trabajos su libro sobre L'onere de la prova (Padova, 194 2), traducido
al castellano por Si-:N'rfs Meuanooz La carga de la prueba (Buenos Aires, 1961).
'1Puntualizacions y complementos: Furmo, Accertammto: vase supra, nota 87
(resea nuestra, en Revista de la Escuela Nacional de Jurisprudencia, nms. 4 7-4 8,
julio-diciembre de 1950, pp. 4 36-4 1); Contributo alla teoria della prom legal: (Padova,
194 -0) y Disegno srtematico delle opposzoni nel proceso executive (Firenze, 194 -2):
La sospensione del processo 'executive (Milano, 1956). -_ CnrPsr.La'r'rr. La tertimonianza,
etc.: Contribute alla teoria della utlizzazone probatoria del supere delle ports' nel pro-
cesso oivile (Milano, 1962); IDEM, La giurirdizion costtuzionals delle libert (Milano,
1955; traduccin de Fix Zsuumo, acompaada por ste de un Estudio sobre la jurisdic-
530 morro ALGAL-zsmom Y cAs1'1L1.o
Y antes de enfrentarnos con Camelutti, recordemos todavia a Pavanini, Minoli,
Vocino, Fazza1ari.1
25) ) Francesco Carrrelutti, revolucionario genial.-Nacido en Udine en 1879,
V nico superviviente de la vieja guardia (Ghiovenda, Calamandrei, Redenti),
-su figura cientifica. es de tal magnitud, que no slo constituye el jurista mximo
de su patria en la hora actual, sino que fuera de ella nicamente cabra compa-
rarle, por la genialidad de la obra respectiva, con Binding, Hauriou o Kelsen entre
los cultivadores del derecho que se suceden desde fines del siglo XIX a nuestros
das.* El maestro que durante tanto tiempo ocup la ctedra de Padua, para
luego pasar a la de Miln y jubilarse en la de Roma, no se inici como proce-
salista., sino que vino a nuestras filas desde el campo del derecho laboral y del
derecho mercantil. Es en 1914 cuando se opera su conversin, al preparar, con
vistas a un concurso, su monografa sobre La prova civile, impresa en 1915 y
que, como otras varias obras del autor (ei Sivtema di dritto processuale civle, las
Lezioni .ml processo penal: y el Trattato del processo civle),' qued sin con-
cn constitucional mexicana: Mxico, 1961) y La pngudzialit aouzuzionale ne! pro-
curo cule (Milano, 1957). Otras referencias a CAPPELLETTI, en la nota 93. _ CARNA-
crm, Pgriommento (Padova, 1936) y Litisconsorzio (Padova, 1937). Otras referencias,
en las notas 28, 76 y 87. ,
isa Algunas de entre suspublicaciones principales: Pavzmmr, Natura dei giudizi divi-
sor: Note di una studio sirtamatico (Padova, 194 2); MtNo1.1, Contribute alla teoria del
gudizo divisoria (Milano, 1950); Vocmo, Contribute alla dottrruz del beneficia d'|'n'-
ventario (Milano, 194 2); FAzz.u./un, La giurisdizion voluntaria: Profile sstmatco
(Padova, 1953); Note in tema di drtta procuro (Milano, 1957); Il giudzio dico.:-
xazane, cit., (supra, nota 102).
134 ALCAL-ZAMORA, Prlogo a las "Lecciones sobre el proceso penal de Camelutt,
vol. I (Buenos Aires, 1950), p. 1. Acerca de la personalidad y de la obra de nuestro
autor, vanse los siguientes trabajos: Paou, La nozion d lito nel process-o pmale, en
Rivista di Diritto Processuale Civile, 1930, I, .pp. 63-74 ; CALAMANDREI, Sul sistema
4 .ml metodo di Francesco Carnelutti (bajo tal rbrica se recogen, en sus "Studi", vol.
V, pp. 129-4 5, las reseas dedicadas a' la primera y a la tercera ediciones de las Isti-
tuzion del reseado) ; A1.cA1.-ZAMORA, Francisco Carnelum', en el vol. I de! Sistema
de ste, pp. VII-XIX (reproducidas en mis Ensayos, pp. 707-17); IDEM, Prlogo cit.,
pp. 1-29; Bonnio, Francesco Camelutti, teorico general: del drtto, en Giurisprudenza
Italiana. 194 -9, IV, cols. 113-27; Courune, Carnelutti y noxotros: un captulo de
rocialogia de la cultura, en Scritti in onore di Cameiutt", cit., vol. I, pp. 315-34 ;
Jaeoen, Proceso, lite, controversia ponele, en Scritti cit., vol. II, pp. 4 17-25; ALDORIO,
inra, nota 151.
135 Puntualizaciorles a) La prove, 1' ed., Roma, 1915; 2', 194 -7 _ vase inra, nota
14 -9-; traduccin de ALGAL-ZAMORA, Buenos Aires, 1955; b) Sistema: tres vols., Padova,
1936/38/39; traduccin de ALCAL-ZAMORA y Serrris Meumno, con adiciones del primero
sobre el derecho espaol, cuatro vols. (Buenos Aires, 194 -4 ); 4 :) Leziani proc. pen., 4
vols. (Roma, 194 6/4 7/4 9), traduccin de Simfs Mnenno, con Prlogo nuestro, en
cuatro vols. (Buenos Aires, 1950); d) Tramite: tomo I, Dritto e procuro: vase sugra,
nota 19; tomo II, Procsso ciuile e pubblicq amminrtraziane (1960), por Morrnasauo;
tomo III, Della mpugnazon in generale (1962), por Pnov1Ncx.u.1.
Momarrros Y FIGURAS DEL mzocnssmsivio ITALIANO 531
cluir, con slo la parte general y a falta de la parte especial. Pero ese trabajo,
eruditsimo, y en el que ya se manifiesta en muchos puntos la originalidad del
autor," se encuentra de lleno dentro de la ms pura linea germano-chioven-
diana. De haber persistido, pues, Camelutti en esa trayectoria, habria sido, como
Redenti y Galamandrei, un discpulo eminentsimo de Chiovenda, pero no la
cabeza de una nueva escuela procesal italiana. El cambio de actitud se produce
unos aos despus, cuando en forma ltografiada. los cuatro primeros volmenes
(comprensivos de la introduccin y del proceso de conocimiento) y linotipiada
los tres ltimos (consagrados al de ejecucin) aparecen sus Lezizmi di diritto pra-
cessuale civile, escalonadas desde 1919 a 1931. En ellas, Carnelutt, que en
fecha reciente se ha presentado a si mismo como un romntico, frente al clasi-
cismo que atribuye a Chiovenda y a Galamandrei,' revoluciona por completo
la dogmtica, el sistema y la terminologa procesales y forja un nmero increble
de conceptos nuevos para explicar los fenmenos de nuestra disciplina. Perfec-
cionadas ms tarde en el Sistema (1936-9), condensadas y acomodadas al nuevo
cdigo en los Istituzioni (lt ed., 194 -1), emparentadas con sus obras Legion:
(194 -6-4 9), 0 sea las concernientes al proceso penal, y con el Trattato en curso
(a partir de 1958), para hallar una obra que altere el panorama preexistente en
medida comparable a ellas tenemos que acudir en Alemania a un libro de larga
gestacin, impreso por los mismos aos, el famoso de james Goldschmidt sobre
el proceso como situacin juridica (Der Prozess als Rechtsage, 1925), tambin
elaborado con nuevas categoras y respondiendo ambos a visiones del enjuicia-
miento por completo distintas de sus predecesoras, como a su vez diferentes to-
talmente entre si. Pero mientras Goldschrnidt construye y destruye utilizando a
los dems, a lo largo de unas tres mil notas de pie de pgina y de una lista de
libros consultados que se acerca a los ochocientosf Carnelutti construye y des-
truye utilizndose a. s mismo, sin una sola nota ni mencin bibliogrfica.
15 Porejemplo: en el contraste, tan caracteristicamente carneluttiano, entre funcin
y estructura (cfr. Sistema, nms. 38, 117, 4 09, 4 4 -1, passm), sobre el que descansa la
divisin de La pmva en dos captulos; en la formulacin del concepto de equivalente,
que con el calificativo de "procesal" hallamos en La [trova (nm. 7) y con el de ju-
risdiccional en el Sistema (nrns. 4 9-60); en el deslinde entre testigo y perito (cfr. La
prova nm. 26), al segundo 'de los cuales saca de los dominios probatorios, para exa-
minarlo como auxiliar del juez (cr. Lezioru' dir. proc. cio., vol. II, nm. 174 ); etc.
1*" En su necrologa de Piero Calamandrei, cit., p. 261. Las Lezioni se editaron en
Padova por la "Ced .un.
1 Acerca de GoLDsGHMD'r, vanse los siguientes trabajos nuestros: Advertencia pre-
liminar al Derecha procesal civil de Goldschmidt (Barcelona, 1936), pp. V-VII; James
Goldschmidt: .Bio-Bibliografia, en el volumen Problemas generales del derecho", obra
pstumo. suya (Buenos Aires, 194 4 ), pp. 14 1-66 (luego en mis Ensayos, pp. 691-706);
Los actos procesales en la doctrina de Goldschmidt, en "Estudios en memoria de James
Goldschmidt, 1951, I, pp. 4 9-76. Ms datos, en la nota 4 (p. 213) de mi artculo
Alguna: concepciones menores, cit.
532 Nrcsro ALCAL-zamora Y cAs'r1u.o
26) Veamos ahora cules sean los rasgos ms salientes de su concepcin pro-
cesal. Como base y clave de la misma aparece el trmino litigio, con el alcance
de idea. extra o meta procesal, a cuya justa composicin est adscrito el proceso-
Asi, pues, en la mente de Camelutti, litigio y proceso, lejos de ser palabras si-
nnimas, se diferencian, hasta el extremo de que puede haber litigio sin proceso,
resuelto, verbigracia, en forma autocompositva, y viceversa: proceso sin litigio,
aunque, en definitiva, ste, que representaba un torpedo suicida lanzado contra
el cimiento de su construcin, desaparece en sus postreras exposiciones genera-
les.1 De ese punto de partida derivan, entre otras consecuencias, rectificaciones
radicales en orden a los conceptos de jurisdiccin y de accin, una ampliacin
a mi entender excesiva del que Camelutti llama proceso voluntario (en el que
llega a. incluir la quiebra) y una sustitucin de lo jurisdiccional por lo procesal,
como calificativo de valor genrico que acompaa a funcin y a oficio. Se dis-
tingue, en segundo lugar, su sistema por postular la existencia de una teoria ge-
neral del proceso (aunque la exposicin se limite al civil), que se proyecta a sus
distintas ramas, y que permite afirmar la unidad fundamental de todas ellas, tal
como el autor la concibe y no como la han interpretado, para negarla, algunos
superficiales observadores, especialmente del proceso penal. Sin entrar a pole-
mizar sobre este tema, llamar la atencin sobre las ventajas prcticas que re-
portara la adopcin' del criterio unitarista, tanto en la esfera de Ia enseanza,
como en el mbito de la codificacin. La colocacin del sistema cameluttano
en la rbita de la teoria general del proceso y en la todavia ms amplia o ele-
vada de la teora general del derecho, ha permitido a su autor, juntamente con
su mtodo de trabajo fundado en el doble examen de la funcin y de la estructura
del proceso y de sus actos -contemplados stos, adems, por el lado jurdico Y
por el tcnico-, descubrir en las instituciones y fenmenos procesales, aspectos
y ngulos insospechados antes de l.1 Finalmente, y a diferencia de Chiovenda,
139En el Sistema, como arrepintindose, califica de proceso impropio a la figura y
casi llega a reconocer que pertenece a la jurisdiccin voluntaria (cfr. nms. 80 y 81),
cuando en rigor entre sta y el proceso con litigio, no hay sitio para un proceso sin
litigio, que no sea ni contencioso ni voluntario (cfr. mi Proceso, autaeomposicin, cit.,
p. 136); en las Istituzioni (cfr. nms. 3, 4 , 17, 18, 23 y 24 de la 3' ed.), por ltimo,
ha desaparecido inclusive el epgrafe processo senza lite, mientras que se mantienen
el contencioso y el voluntario, al segundo de los cuales, y no a aqul, se aplica ahora,
aunque con reservas, el adjetivo mpropo, y se le ensancha, adems, hasta abarcar los
procesos sobre estado civil, que pueden surgir sin litigio. Las dudas acerca de la
ndole procesal del proceso sin litigio se manifiestan, en realidad, en GA1=.NeLu'rr desde
el primer momento, y en las Leziom' dir. roc. cio. (cfr. nm. 89) casi acepta que sea
un seudoproceso, un proceso impi-opio" o un proceso formal": ALQAL-ZAMOM,
Prlogo cit., pp. 4 -5 y nota 9.
1*" Sobre este problema, vase lo que decimos en Derecho procesal penal, cit., tomo I,
pp. $7-4 7.
1** Con algunos cambios e incorporacin de ias notas 139 y 14 0, este nm. 26 proviene
de Francisco Camelutti, cit., pp. XIV-XVI del tomo I de la traduccin del Sistema.
MOMENTOS Y FIGURAS DEL PROCESALISMO ITALLANO
que como dijimos (supra, nm. 16), se detuvo en el proceso de conocimiento,
Gamelutti elabor en todos sus aspectos el de ejecucin asimismo_
27) Originalisimas tambin son sus Lezoni :ul processo penale, donde con-
cibe ste como una manifestacin de jurisdiccin voluntaria, de acuerdo con
razones, principalmente ligadas con su enfoque de la cosa juzgada, que he credo
refutar en el prlogo redactado por mi para su traducin castellanaf Segn
Carnelutti, la divisoria entre derecho penal substantiuo y derecho procesa-l penal
habria de trazarse a base del contraste entre el delito, que constituira el objeto
del primero, y la pena, cuya. aplicacin lo sera del segundo, a tenor de consi-
deraciones sutiles, que tampoco reputo convincentes. Y como tercer rasgo
igualmente muy acusado de la obra, el empeo de sistematizar el heterogneo
territorio de la ejecucin penal, inclusive los establecimientos penitenciarios, el
carcelero y el verdugo, bajo el signo exclusivo del derecho procesal crmna1.1
28) De la restante produccin cameluttiana, en la que a diferencia de Chio-
venda (supra, nm. 16) y especialmente de Calamandrei (supra, nm. 19), las
obras generales estn muy por encima de los ensayos y artculos, aun habiendo
entre stos, claro est, algunos notabilsimos, que mediante nota registramos,
14 2 Vanse las pp. 5-11 del mismo. Con alcance ms restringido, o sea con el solo pro-
psito de explicar la ndole del juicio montorio penal, acudi asimismo a la jurisdic-
cin voluntaria Oerxnn en su ensayo Straprozersbegndung und Straklagerhebung
(en Wrzburger Festgabe fr Dernburg, 1900), p. 120, citada por Be1.L.\vrs'rA, Il
procuro penale montoro (Milano, 1938), p, 89. En fecha reciente, C.u1N1; LU'r'rr ha
sacado a luz unos Princpi d diritto processuale panal: (Napoli, 1960).
1" Cfr. mi citado Prlogo, pp. 12-3. _
14 4 Cfr. Prlogo, cit., pp. 13-4 -. Acerca de su curiosa definicin del verdugo, cuya
funcin consistira no tanto en matar al condenado a muerte, como en realizar sobre
el cuerpo del condenado las operaciones quirrgicas necesarias para obtener la ejecu-
cin de la. pena. de muerte, o, donde exista., la de la pena de mutilacin (Lezion proc.
pm., vol I, nm. 132), vase lo que decimos en Estampas procesales de la literatura
espaola (Buenos Aires, 1961), pp. 99-101.
14 5 En Italia se publicaron cuatro volmenes suyos de Studi di dritto procenuale
(Padova, 1925, 1928 y 1939 -los dos \'1ltimos_ ), ms uno de Querzion sul proceso
panale (Bologna, 1950; resea mia en Revista de la Facultad de Derecho de Mxico,
nm. 14 , abril-junio de 1954 , pp. 216-8), unos y otro traducidos por Sr.N1-is MELENDO:
Estudios de derecho procesal, 2 tomos (Buenos Aires, 1952) y Cuestiones sobre al proceso
penal (Buenos Aires, 1961). De entre todos ellos seleccionariamos los siguientes: STUDI,
I: Afbitmta estero (pp. 1-52); Clausole di fnunza alla gurrdzone italiana (157-80);
Prove civle e prove pmali (199-225); La sentnza condzonal (293-321); Eccesso di
patera (337-64 ); STUDI, II: Contra il processo raudolento (23-36); Documento e
nagozo giuridco (71-116) _ ; Diritto e procuro nella teoria delle obbligazion (189-316; escrito
para los Studi in onore di Chiovenda, pp, 221-34 1); STUDI, III: Life e procuro
(19-4 -6); Studi sulla .totloscfzione (227-79); "Recognti0 comparatio personamm
(295-336); STUDI, IV: Natura del processo di fallmcnto (131-91); Funzon del pro-
cess del lavoro (267-309); Lneammti della n` orr_ na del procuro civil: di aogniziona
534 monto ALCAL-ZAMQRA Y cAs'nLLo
inencionaremos todava su Progetto del codc di procedure cvile (1926), asen-
tado sobre la nocin de litgio, y su formidable labor durante cuarenta aos
consecutivos al frente de la Rivista di Diritto Processuale", aun cuando en el
sector de las reseas bibliogrficas, seversirnas con frecuencia, muchas den la
sensacin de haberse redactado al hojeo, con hache, que es un mal mtodo de
lectura, y al ojeo, sin hache, que es, como de caza, un mtodo cruel. Quiero
decir con ello que ha emitido hartas veces juicios a la par ligeros, por no haber
examinado a fondo el libro criticado, e hirientes, por la actitud con que los
ha expresado.
29) g) Discpulos de Carnelutt.-Muy pocos, en comparacin con las filas
de los de Chovenda dentro y fuera de Italia. Recordemos a. Giovani Cristo-
folin, su inseparable colaborador en la Rivista; a. Giacomo Primo Augenti,
minucioso actualizador de la segunda edicin de La prove civile; " al infeliz
Cortesia. di Sei-ego, a quien Camelutti elev hasta la cima con motivo de su libro
Il processo senza lite (1930), para despus arrojarlo a la sima cuando quiso ca-
minar sin a.ndaderas; Enrico Allorio, el de ms fuerte personalidad, tambin
el ms hetenodoxo, no hace mucho sublevado contra el maestro en forma vio-
lentsima; 1 Vittorio Demi, el ms ortodoxo quizs, dentro de una muy fina
(333-4 29); QUESTIONI: Eicaca diretta e rilasso de giudicato penal: (85-101) y
Saggio di una teora integral: delaziona (117-32).
14 Pragtto del codc di procedure civil; pfesentato alla Sottocofnmiona Real:
par la fiorma del codice di procedure civil: (Padova, 1926), editado en dor folletos:
Parts Prima: Del procuro di cognizionc (arts. 1-4 -26) y Parte Sacando: Del procuro
di ssecuzione (arts. 4 27-120). i
1" Cfr. Lmnwm, El maestro nuestro y de todos, cit.
1"Muerto en 1938: vase la necrologia (Giovanni Crictoolni) que en la Rivista
di Diritto Processuale Civile, ao citado, I, pp. 93-5, lc dedic CAnN1.'.LU'r'rI. En su
produccin destacan: Ecaca dei fowcdirncni di gufdizione uolonlara smash' da
gudc incompetente (en Studi in onore de Chiovenda, cit., pp. 577-4 24 ), La dchia-
razone del propio diurno nel proca:so_ dz' allinunto (en Rivista di Diritto Prooess1.1ale,
1931, I, pp. 321-4 1), A proposito di indrizzi nella :cimza del procuro (en rev. cit.,
1937, I, pp. 105-24 ) y Omsrone di pronunzia (en rev. cit., 1938, I, pp. 96-107).
14 Mediante un Appcndica (pp. 24 5-307 ed. italiana 0 209-56 trad.) donde con
meticuloeidad extraordinaria recoge los cambios operado: a lo largo de treinta aos en
el pensamiento carneluttiano aoerm de la prueba. Vase, adems, su libro Lincament
del procuro di' revision: (Padova, 194 9).
15Ha.1ta la cima, en el prlogo que compuso para Il pracarro .senza lu (Padova,
1930); hasta la sima, en la terrible resea que dedic a su libro La ssnlmza inexistente
(Verona, 1938), en Rivista di Diritto Processuale Givle", 1938, I, p. 34 5.
*HA raiz del artculo de CAINLUTTI, Il valore dalla sdnzone del dirito (en "Ri-
vista di Dritto Processuale, 1955, I, pp. 237-4 8), determinante de la agresiva rplica
de ALLo1uo en Orssrvazioni critchs .mila sanzion (cn "Rvista di Diritto Civile", 1956,
I, pp. 1-35), contestada a su vez por el primero en Valore di una polemica (en "R.iv.
Dir. Proof', 1956, I, pp. 1678). El ataque de A1.1.o|uo en la ocasin mencionada con-
trasta con su entusiasmo anterior por la obra carncluttiana: vame sus reseas Ancora:
moxmswros Y rooms DEL Pnociasnusmo rrannmo 535
estilizacin de la tcnica cameluttiana en libros como La ueriicazione delle prove
documentali (1957) ; 2 o Gaetano Foschin, que construye un Sistema del diritto
pfocessuale penaie (1956) puesto por las nubes por Camelutti 1 y en el que
el proceso se concibe como entidad jurdica compleja, resultante de la combi-
nacin de una pluralidad (actos, relaciones y situaciones) y de una unidad_ (coor-
dinacin de dichos elementos) y susceptible de una triple contemplacin: nor-
matva, esttica y din.mica.'* Y fuera de Italia, citemos al uruguayo Eduardo
J. Couture en su primer trabajo, El divorcio por voluntad de la mujer (1931),
en el que acude al concepto carneluttiano del proceso sin litigio para explicar la
ultrafeminista institucin de su pas, aun cuando luego el profesor de Montevideo
evolucion hacia Chiovenda y al espaol jaime Guasp, en su ensayo sobre
La pretensin procesal (1951), que vendra a ser como un semilitigio de Came-
Il Sistema de Camalutt (en rev. cit., 1939, I, pp. 59-68) e Il pfocedimento di
cognzone nel Sistema de Camelutti (en rev. cit., 194 0, I, pp. 196-211), ms 'la
relativa al primer tomo de la obra, en Rvista del Di; -itto Comrnercale, 1937, I, 80.
Principales trabajos de ALLOI-tro: La rosa giudicata fspetto ai tcfzi (Milano, 1935);
Per una nozione del procuro cautelar: (Rv. Dir. Proc. Giv., 1936, I, pp. 18-4 -4 );
Il giummento della parte (Milano, 1937); Il pubblco ministcro nel nuouo procuro
civil: (Riv. Dir. Proc. Cv., 194 1, I, pp. 212-61); Diritto processual tributario (1
ed., Milano, 194 2; 3' Torino, 1955); Saggio polemica .mila gufisdiziona volontaria
(Rivi.sta Trimestrale di D-iritto e Procedura Civile, 194 8, pp. 4 87-529; resea ma en
"Revista de la Escuela Nacional de _ }'ursprudencia, nm. 4 3, julio-septiembre de 194 9,
pp. 191-2); Nuova filassioni .sulla teoria general: del procasso tributario (_ ]us", 1951,
pp. 4 92-522); Scienza giuridicha europea, cit.; Necesidad de tutela juridica (traduccin
y notas mias, en "Rev. Fac. Der. Mx.", nm. 14 , abril-junio de 194 -5, pp. 87-114 );
L'ordinamen o giurdico nel prisma del acertamento giudiziale (Milano, 1957; traduc-
cin de Sr.N'rs MELENDD: Buenos Aires, 1958; resea nuestra en Boletn Bibliogrfico
de la Secretara de Hacienda y Crdito Pblico, nm. 104 , 1 de marzo de 1957);
Nuova rilossioni criticho in tema di giurirdzion e giudicato (en Scrtti giuridichi
in memoria di Piero Calamandrei, vol. III -Padova, 1953-, pp. 1-82).
159 Torino, 1957; resea nuestra en Derecho Nuevo, nm. 2, p. 6 (Mxico, 15-IX-
1959). Vase tambin su libro L's.-uzione ofzata in forma :pacifica (Milano, 1953;
resea nuestra en Boletn del Instituto de Derecho Comparado de Mxico, nms.
20-21, mayo-diciembre de 1954 , pp. 360-1), o bien la voz Nullt degli atti pfoceuuali
evli (en Nov-issmo Digesto_ Italiano).
153 Sistema, vol. I' (Milano, 1956); resea aludida, en "Rivista di Difitto Pmcessuale,
1957, pp. 78-9. El elogio de Cuv.Nr.LU'rn no slo pec de excesivo, sino que result mo-
lesto para los dems proeesalistas penales y motiv, desde las columnas de la Rivista
di Diritto Processuale Penale", una rplica a cargo de Leone: A proposito di un ga-
dizio d Carnelutti, 1957, pp. 281-5.
154 Para la crtica de la doctrina de Foscmm, precedentemente expuesta en tres ar-
tculos de la Rivista di Diritto Processuale" (Natura giuridca del procuro, 194 8, I,
pp. 110-5; La complsssofu del procura, 194 9, I, pp. 15-30, y Discsmmento del procuro,
1951, I, pp. 129-4 1), vase mi articulo Algunas concepciones menores, cit., nms. 4 4 -
y 4 5, pp. 270-2.
155151 divorcio (Montevideo, 1931). Vase ALCAL-ZAMORA, Calamandri y Couture,
cit., nm. 15, pp. 104 -6.
536 Nrcero ALCAL-zauom Y CASTILLO
lut, y en su mismo Derecho procesal civil (1956), lleno de novedades, que re-
cuerdan el espiritu revolucionario de aqul. '
30) h) Procesalismo penal.-Representa, en cantidad y en calidad, much-
simo menos que el civil, por un conjunto de factores, entre los que cabe sealar
dos: la circunstancia de que hasta 1938, la enseanza del derecho procesal penal
estuviese encomendada al titular de derecho penal substantivol que dedicaba
la mayor y la mejor parte de su tiempo a ste, y despus, cuando se crearon
ctedras ad hoc para el enjuiciamiento criminal, un incomprensible recelo de
los procesalistas penales italianos, que les ha llevado a aislarse de los procesalis-
tas civiles, a quienes miran ms como hermanastros que como herrnanos. As
las cosas, y sin perjuicio de remitimos para una informacin ms completa al
estudio especial de Bellavista mencionado antes (supra, nm. 7), nos contenta-
remos con una sucinta referencia a las principales figuras.
3I) Gran predicamento han alcanzado en Espaa e Hispanoamrica los Prin-
cipi di drtto processuale penale (1927) de Eugenio Florian, convertidos en
Elementos al ser traducidos al castellano (1934 ). No pasan, sin embargo, de
ser un buen manual -descriptivo para estudiantes, que aporta poco o nada al
avance de la dogmtica Mucho ms valor poseen, del propio autor, los dos vo-
lmenes Delle prove penal (1924 ), que provocaron, adems, una interesante
polmica entre l y Camelutti acerca de la unidad o diversidad de la prueba cn
los distintos campos procesales.'
32) Habindonos referido ya a Camelutti y a Foschini como proc'esalstas
penales (supra, nms. 27 y 29), nos fijaremos ahora en aqul que ostenta to-
dava el nmero uno entre los cultivadores del enjuiciamiento criminal en Ita.
lia, Vincenzo Manzni, nacido, como Camelutti, en Udine, en 1872; profesor
como l., durante muchos aos en la Universidad de Padua y luego en la de
Roma, y muerto en 1957. Pnescindiendo de alguna monografa, como la rela-
1 La pretensin, cit.: para su critica, adems de Arrutnl (supra, nota 55), vase lo
que decimos en Algunas concepciones menores, cit., nms. 34 -37, pp. 255-61. Derecho
procesal civil (Madrid, 1956); resea nuestra en Revista de la Facultad de Derecho
de Mxico", nm. 27, julio-septiembre de 1957, pp. 217-24 .
157 Cfr. BELLAVISTA, Sullo stato del dir. proc. pm., cit., p. 103.
15 Gfr. ALCAL-ZAMORA, resea consagrada a la "Rvista di Diritto Processuale Pe-
nale, ao I (1954 ) en la Revista de la Facultad de Derecho de L/lxico, nm. 27,
julio-septiembre de 1957, PP. 236-4 0.
15 Princpi (Torino, 1927) ; Elementos de derecho procesal penal, traduccin y rc-
fcsencias al derecho espaol por Pareto-Casrno (Barcelona, 1934 ).
" Della prove (Milano, 1924 -). La polmica se compuso de dos articulos, ambos apa-
recidos en la Rivista di Dirtto Processuale CiviIe: Cannznurrr, Prov: civle e prove
pmali (1925, I, pp. 3-26; reproducido en sus Studi: supra, nota 14 5); Fnonunc,
La due prove (cvila e pmali) (1926, I, pp. 221-30).
Momenros Y FIGURAS DEL Paocasausmo ITALIANO 537
tiva. a las cuestiones prejudicialesfm la obra procesal de Manzini se identifica
fundamentalmente con su monumental Trattato di dirittoiprocessuale penale,
del que a escala mucho menor las Istituzioni vinieron a ser un compendio 0
resu.men.1" Por una circunstancia sing-ularsima, el Trattato se ha asentado en
sus sucesivas ediciones sobre tres cdigos procesales distintos: la primera, de
1912, sobre el sardo de 1865 (en rigor, de 1859, extendido a. toda Italia, con
algunas modificaciones, al efectuarse la unidad nacional) 3 la segunda y tercera,
de 1920 y 1924 , sobre el ya italiano de 1913 (en cuya redaccin Manzini tom
parte), y la cuarta, quinta y sexta de 1931-2, 194 2-4 6 y 194 -9-50), sobre el de
1930, elaborado casi exclusivamente por nuestro autor. En la postrera versin
italiana, cornpnese la obra de cuatro tomos: el primero se ocupa de la historia,
la ley procesal penal y el objeto del proceso penal; el segundo, de los sujetos de
la relacin procesal penal; el tercero, de los actos procesales, y el cuarto del pro~
cedirniento (a lo largo de sus diferentes etapas: instrucin, juzgamiento, impug-
nacin y ejecucin), Manzini fue, en realidad, un exegeta, orientado hacia el
sistema, en una posicin que ofrece ms de una semejanza con la de Mattirolo
y, sobre todo, con la de Mortara.1 Dista mucho de ser un procesalista cientifico
de la talla de un Chiovenda, de un Calamandrei y nada digamos de la de su
coterrneo Camelutti. Pero ello no es obstculo para que su Trattato posea cua-
lidades relevantes, justificativas de su xito. Manzini tenia, como muy pocos, el
sentido de la distribucin de materias! cada cosa en su sitio, y un Sitio para cada
cosa, como se lee con frecuencia en comercios y oficinas, parece haber sido la
mxima inspiradora de su libro. Una gran preparacin histrica, que le permiti
componer un fonnidable captulo sobre la evolucin del derecho procesal penal
en Italia, y una enorme riqueza informativa, que impregna texto y notas de datos
y enseanzas de la ms diversa naturaleza y de las ms distintas procedencias,
hacen deLTrattato una obra de consulta imprescindible.
33) De los dems procesalistas penales, evoquemos a Luigi Lucchini, que con
sus Elementi di pfocedura penale inicia en 1905 una cierta renovacin de la
11L quertofu' prggudzali di dftto ciule, commercial: 'gd ammin ':trafuo nel pro-
cesm penal: (Firenze, 1899).
1* Trattato di drtto process-ual penal: italiano .sacando il nuouo codice: as la 4
ed. en cuatro volmenes (Torino, 1931-2); traducido al castellano por SENTS MELENDO
y AYERRA RBDNI Tratado de derecha procesal penal, en cinco tomos (Buenos Aires,
1951 _ I y II_ , 1952 -III-, 1953 -IV-, y 1954 -V_ ). -Irtituzoni di dritto
proccuale pnal, 2' ed., Torino, 1923; 4 ' (sacando il nuovo codice d procedura
penalv), Padova, 1-931; 6' 1934 .
1" Cfr. CARM-:1.ur'r1, Vincenzo Manzini (necrologia), en Rivista di Dritto Proces-
uuale, 1957, pp. 24 7-B, BEL|_ .Avts'rA, Sull :tato dir. proc. pm., cit., pp. 96-7.
1* En su mayoria, este nmero 32 proviene de diversos pasajes de la nota biobiblio-
grca sobre Vincenzo Manzini por mi redactada. para ,encabezar la citada traduccin
de su Tratmto y que ocupa en la misma las pp. IX a XVII del tomo I.
538 Ntcero .~iLcAL-zauotux Y c.ss'm.Lo
disciplinagm a Giulio Battaglni con su monografa sobre Il dirtto di querela
(1915) ; "' a Eduardo Massari, chiovendano qumicamente puro, quizs el ms
procesalista de todos los procesalistas penales, muerto prematuramente en 1934
cuando dos de sus libros -Le dottrine generali del proceso penale (1932) e Il
processo pende nella nueva legirlazone italiana (1934 )- hacan concebir las
mximas esperanzas en su laborgm a Giovanni Leone, con sus Lineamenti di
diritto processuale penole (194 9-50), excelente exposicin didcticagm a Giro-
lamo Bellavista, por su cuidadosa investigacin acerca de Il [nocesso penale mo-
nitoro (1938).
34 ) ) Codificacin procesal.-Si en una conferencia sobre doctrina procesal
traemos a colacin los cdigos de enjuiciamiento, es porque en Italia su reforma
o, mejor dicho, su reemplazo fue reclamado y realizado por los procesalistas, a
diferencia de otros pases en que el segundo y delicadsimo cometido se ha puesto
con frecuencia en manos de los prcticos, con olvido de que una cosa es que se
les oiga con especial atencin ante cualquier renovacin de cdigos que se intente
y otra totalmente distinta que una tarea esencialmente de tcnica legislativa se
encomiende a quienes desconocen hasta sus rudmentos."
1"' Elmenti (Firenze, 1.905). Lnccnml, por cierto, acus de plagio al francs R.
Giuuutuo, cuyo Tzt thorique et Pfatque zfinstructan cfiminell: et de vfocdre
pnole comenz a publicarse poco dspus (tomo I, Pars, 1907); pero como indica
Mauzmr, las coincidencias obedecen a que ambos bebiron en una misma fuente, a
saber: Faustin Hzma (cfr. su Tratado, cit., tomo I, p. 26, nota 111 de la traduccin).
1 Impreso en Torino; 2' ed., Bologna, 1939. Con posterioridad, sobre el mismo tema,
or. Manu Gomez, La quarla (Napoli, 1935) y, sobre todo, Gaunnm (Alberto), La
querela (Milano, 1951). Aelaremos que la querella italiana (y lo mismo la mexicna)
tiene mucho menor alcance que la espaola: de ah que hayamos denominado minima
a la primera y mxima a. la segunda; cfr. nuestro Derecho procesal penal, cit., tomo II,
p. 329; en igual sentido, CAMAO Rosa; La instancia del ofendido (Montevideo, 194 7),
p. 81 (resea ma en Revista de_ la Escuela Nacional de Jurisprudencia", nm. 37,
ene:-oma.rzo de 194 8, pp. 216-9).
1'" Ambas obras editadas en Napoli.
1 Vol. I: Dattrn gmzrali (Napoli, 194 -9); vol. II' Lo .wolgmento del proccsro
-L'esacuzion- Il procuro di .ricuuzza (Napoli, 1950)._ Reseas nuestras: del vol. I,
en Revista de la Escuela Nacional de Jurisprudencia, nms. 4 7-4 8, julio-diciembre
de 1950, pp. 4 4 2-3; del vol. II, en Revista de la Facultad de Derecho de Mxico,
nms. 1-2, enero-junio de 1951, pp. 335-6.
1 Milano, Guffr", 1958. Glosario por mi en cerca del juicio monitorio panal, en
"Ensayos", p. 235-51.
11 Cfr. ALm\1.-Zauona, Alguna: observaciones acerca de la reforma procesal (en
ltvsta de los Tribunales de 7-I-1933 V luego en mis "-Shxdim de Derecho Procesal"
-Madrid, 1934 -, PP. 135-51), pp. 14 3-51; IDEM, Mtodo para la reforma del cdigo
de procedimiento civil (en La Revista de Derecho, Jurisprudencia y Adminisu-aci6n";
Montevideo, abril de 194 3, pp. 97-101), pp. 97-9; trabajo extrado de nuestras Ofim-
tacianes pam una reforma del enjuiciamiento civil cubano (en "Revista del Colegid de
Abogados de La Habana, enero-julio de 1952, y en "Ensayos", cit., pp. 95-138);
MOMENTOS Y rrouruts DEL Pnocnsatrsmo ITALIANO 539
35) Al efectuarse la unidad italiana se adoptaron como cdigos nacionales los
de Cerdea de 1865; pero bien pronto se sinti la necesidad de sustituirlos por
otros que remediasen sus deficiencias y lagunas. Ms afortunado en este punto
el enjuiciamiento crirninal, en 1913 se promulg el cdigo que suele designarse
con el nombre del ministro Camillo Finochiaro-Aprile, aunque en l, como in-
dicamos (supra, nm. 32), tuvo ya intervencin Manzini. Cuando aos ms
tarde, Mussolini, en su afn de emular o de imitar a Napolen, acomete la em-
presa de dotar a su patria de un conjunto completo de cdigos, nombra a Man-
zini para que redacte el de procedimiento penal. Como el cdigo de 1913 brin-
daba una base excelente, y como Manzini fue de hecho su autor nico, libre, por
tanto, de tener que discutir o contemporizar con nadie, dio cima a su labor en
muy poco tiempo, y en 1930 contaba Italia con su nueva regulacin sobre en-
juiciamiento criminal, digna de las mayores loas por su sobria ordenacin de
materias, su lenguaje sencillo y preciso y el acierto de sus soluciones, salvo unos
pocos artculos de tonalidad reacionaria, derogados a la cada del fascismo.
36) Mucho ms lenta y complicada fue la reforma del proceso civil. Baste re-
cordar, corno lo hizo entonces el Guardasellos Grandi ante el Senado en 194 -0,
que desde 1868 se sucedieron nada menos que diecisis proyectos de reformas,
amn de cuarenta leyes con modificaciones parciales al texto de 1865. De todos
ellos son acreedores a mencin especial los siguientes: a) el de Gianturco de
11900, sobre reforma del procedimiento sumario; b) el de Orlando de 1909; c) el
de Fnochiaro-Aprile de 1912, que introdujo eli juez nico en los tribunales,
pero que fue derogado en -1914 ; d) el de Chiovenda, encargado por la comisin
de postguerra (1919) y circunscrito al proceso de conocimiento pero al que
corresponde el mrito de haber trazado el camino por donde haba de discurrir
en lo sucesivo la reforma; e) el de Mortara de 1923, que aun cuando abarca
tanto el proceso de conocimiento como el de ejecucin, dio un paso atrs respecto
Iman, Principio: tcnicos y Poltico: de una reforma procesal (Tegucigalpa, 1950),
pp. 7-9.
111 Vase ALcAL-Zamoiut, En tomo al cadce di pracedura peruzle italiano, en
Revista de Derecho Pblico, julio-agosto de 1932, y luego en Estudios, cit., pp.
79-115. Sobre la refonna del cdigo de 1930, vanse en la Rivista di Diritto Proces-
suale Penale" los siguientes trabajos: a) Modicazioni al :odias di procedure penal
(proposicin de ley de los diputados Leone, Riccio _ y Amatucci), 1954 , pp. 81-109;
b) BaLx..w1s-ra, Ossefuazoni sulla fiomm pmaerruale penale, 1955, pp. 1-37; c) Leona,
Lian genfal della rorma del procuro penale, 1956, pp. 1-9. Aadamos: d) CARNE-
LU-r'r|, Primx' problema' della riorma del pracesro penale, en Rivista di Diritto Proces-
suale, 1961, pp. 523-31.
1"Cfr. la Relazioua .ml progetto di riorma del procedimento elabomto dalla Com-
minone per il dopo guerra, en "Saggi, vol. II, pp. 1-112), seguidas, como apndice,
del Progetto d rorma del pfocedimento cvle (pp. 113-96), con 204 artculos. En la
traduccin al castellano, vol. II, pp. 219-353 y 355-4 66,' respectivamente.
54 0 Nrcsro ALCAL-zamora Y cas'nLLo
del anterior, ya que se limit a sugerir una serie de retoques en el viejo cdigo;
f) el de Carnelutti de' 1926, ya mencionado (supra, nm. 28) ; g) el de Redenti,
que por los aos 1933-34 elabor un esquema de proyecto limitado al libro
primero y publicado en '1936; "*' h) el del Guardasellos Arrigo Solmi en 1937, o
ms exactamente, los dos que llevan su nombre, es decir, el preliminar, que a base
de la obra de un comit de magistrados se inspiraba en muchas de sus partes en
la propuesta Chiovenda, y el definitivo, que pese a haber atenuado los rigores
de aqul (sobre todo en orden al empleo de multas procesales: se dijo que en
l se multaba hasta por respirar), no logr prosperar. As las cosas, resuelto
Mussolini a sacar avante su empeo codificador, el naufragio del proyecto Solmi
provoc la cada del ministro, al que en 1939 susttiuy Grandi, quien acudi
a los tres grandes. Carnelutti, Rcdenti y Czllamandrei (Chiovenda, como se re-
cordar, habia muerto en 1937), agreg a ellos un funcionario del ministerio
pblico, Leopoldo Conforti, y por fin el 28 de octubre de 194 -0 se promulgaba
el nuevo cdigo de procedimiento civil, que entr en vigor el 21 de abril de 194 2.
Muy superior, desde luego, al cdigo de 1865, le falta, sin embargo, la homoge-
neidad del procesal penal de 1930; adolece de pesadez en el libro III, referente
al proceso de ejecucin, muy probablemente debido a Carnelutti, y, en definitiva,
no alcanza el grado de perfeccin del de 194 -6 para la Ciudad del Vaticano, a
mi entender el mejor cdigo procesal civil del mundo en la actualidad. Pero
de lo que no puede tildrsele por ningni motivo es de fascista, de un lado por-
que la batuta en la comisin susodicha la empu Calamandrei, antifascista furi-
bundo, y de otro, porque sus directivas nada tienen que ver con tal credo poltico.
Por consiguiente, los cargos de fascista que contra l se lanzaron al desaparecer
Mussolini, ocultaban en realidad el deseo de los prcticos mtinarios de seguir
vegetando a la sombra del texto a que estaban habituados, en vez de efectuar el
esfuerzo indispensable para acomodarse a las exigencias del nuevo ordenamien-
to.1" Para bien de la administracin de justicia italiana, los procesalistas defen-
1"Vase supra, nota 119.
1" Cfr. ALGAL-Z/tmoxux, Ley de organizacin judicial y cdigo dc procedimiento civil
de la Ciudad del Vaticano, en "Boletn del Instituto de Derecho Comparado de M-
xico, nm. 2, mayo-agosto de 194 8, pp. 27-37, as como resea nuestra, en Boletn
cit., nm. 27, septiembre-diciembre de 1956 (p. 285), del articulo de Msrscr-ma, Il
diritto proccxsualc internazionalc nel nuovo codicc di procedure civil: dello Stata Va-
ticano (en ]us", 1956, pp. 127-34 ). Traduccin del cdigo, por SEN'rs MBLENDO,
en la Revista de Derecho Procesal argentina, 1952, II, pp. 109-258.
"5 Este nmero 36 proviene, en parte, de mis Indicaciones acerca del cdigo italiana,
cit., pp. 399-4 03. Aparte el trabajo de CAr.AM.\Nnm: mencionado en la nota 27, indi-
caremos algunos de los estudios consagrados a dicho texto legislativo en lengua espaola:
FoRNAr'r1, Vicistudcs de la fcorma del proceso civil en Italia (en "Revista de Derecho
Procesal" argentina, 194 9, I, pp. 205-24 ); Pnxzro-Casrno, articulo citado en la nota
76; R1-:Not-:L Romneno, La reforma procesal italiana de 194 2 (en "Revista de la Facultad
de Derecho" de Caracas, 1957, nm. 13, pp. 25-79).
MOMENTOS Y FIGURAS DEL PROGESALISMO ITALIANO _ 54 1
dieron el cdigo de 194 0 y evitaron el lamentable retroceso que habria significado
la resurreccin del de 1865.1
37) j) Procesalsmo colectivo.--Denominaremos as las manifestaciones, de
distinta ndole, no susceptibles de ser vinculadas con la actividad de una sola
persona. En estilo telegrfico, dada la longitud alcanzada por nuestra charla,
sealaremos tres sectores.
38) IP, Revistas: Italia, que cuenta con el mejor elenco de revistas jurdicas
del mundo, se encuentra tambin a la cabeza en las de contenido procesal. Abs-
traccin hecha de algunas desaparecidas hace mucho tiempo o de menor signi-
ficad.o,"' nos fijaremos slo en tres: a) Rivista di diritto processuale cvile, fun-
dada en 1924 - por Chiovenda y Carnelutti, si bien ha sido el segundo en todo
momento su motor y su alma.. Interrumpida su publicacin en 194 3 a causa de
la guerra, al reaparecer en 194 -6 su ttulo se abrevia, al transformarse en Rjvista
di Diritto processuale, pero se ampla su rea al no circunscribirse ya al enjui-
ciamiento civil. Es, sin duda, la mejor de la especialidad en el mundo, puesto que
la alemana, fundada en 1879 e interrumpida en su publicacin varias veces,
1?* Vanse los trabajos de C.u.AM.mvneI, ALca1.-ZAMORA, Cannacmi y Pnmro-Casrno
citados en la nota. 76, asi como los siguientes articulos aparecidos en la Rivista di Di-
ritto Processuale al reaparecer tras la segunda guerra mundial, que es cuando la ofen-
siva contra el cdigo de 194 0 lleg a ser ms violenta: 194 6, I: GARNBLUTTI, Polemica
sulla rorma del procuro civil: (pp. 14 8-9), en la que destroz al infeliz abogado Mo-
LINARI que tuvo la ocurrencia de provocarla (como botn de muestra ste: . ..per far
buona figura in cert luoghi non ci puo mettere in rnaniche di carnizia: p. 14 3); AN-
muou, Abrogazon del codce d procedure cuile? (pp. 150-64 ); Mouuanr, Un es-
perimza allita (Il codice procerruale civile 194 2) (pp. 165-81, que constituyen una
verdadera sarta de disparates y lugares comunes); ALLORIO, La scienza, la pratca, il
buonsenso e il processo civil: (PP. 132-96); 194 7, I: GULI./0, Teoria e realt nella
procedure civile (pp. 4 6-50); ToRnEN're, Un'espn` nza fallta? (pp. 51-60); Bnuuom,
Contra il progto Culla (pp. 60-3); CALvosA, Appunt rtc -.ml progtto Gallo (pp.
135-52); Ann.-rre, In disa del vigente codic d rita (pp. 153-7_ ); Rnnenrx, Un wn-
uegno bolognese (pp. 276-B0). A favor del cdigo de 194 0, frente al proyecto Gur.Lo,
se pronunci la asociacin de pmcesalistas italianos: vase la informacin de Fumvo
que se cita luego en la nota 182. Una sntesis del vigente enjuiciamiento' civil italiano
puede verse en Sem-zm, Basic features of civil procdure in Italy: A comparativa study,
en The American Journal of Cornparative Law, octubre de 1952, pp. 373-89.
1' Como el Annuario di procedura de E_ CUZZBRI (1886-1912), el Dizionario della
procedure civil; (1903-38) o, dentro de un campo muy circunscrito, la efmera Rivista
Italiana di Diritto Internazionale Privato e Processuale" (1931-2), dirigida por Fe-
Dozzl y Veananeccr Di Fossomsnone.
UB Ztrahrit fr dutschen Zivlpmzess, hasta su reaparicin en 1950, que es cuando
se suprimi su caracterizacin como alemana, con el propsito de abandonar el estrecho
nacionalismo cientifico, con frecuencia la gran falla de la produccin juridica germnica.
Vase al respecto la resea que en la Revista de la Escuela Nacional de Jurisprudencia,
nms. 4 7-4 8, julio-diciembre de 1950, pp. 4 19-22, dedicamos al tomo 64 de la. Zeitschrit.
54 2 Nic!-:ro ALCAL-zmsioim Y cAs'rn..Lo
ha decaido mucho desde -su ltima reaparicin a partir de 1950.-b) Rivista tri-
mestrale di diritto e procdura cvile, sacada por profesores de la Universidad'
de Bolonia desde 194 7: pese a ser mixta, su enorme extensin (sus anualidades
ms recientes suman alrededor de 1.700 pginas) hace que el espacio reservado
en ella al derecho procesal no sea inferior al de la dirigida por C-arnelutti.-c)
Rivsta d dirtto procesuale penale, encabezada por un grupo de profesores de
la disciplina y con Bellavista como principal animador, tuvo cuatro aos (1954 -7)
de brillante existencia, y cuando pareca consolidada, se refundi con la. Rivista
Italiana di Diritto Penale, convertida a contar de 1958 en Rivsta di Diritto e
Procedura. Pen:-1le."
39) 2?, Colecciones de ensayos y monografas.-a) Studi di diritto prooessuale,
dirigidos por Galamandrei y que desde 1932 a 194 -2 ascendieron a diecisiete vo-
lmenes; " b) Quademi del'/issociazion fra gli studiosi del processo cvile, con
unos 25 folletos desde 194 9 hasta la fecha
4 0) 3'?, Asociaciones y Congresos.-En 194 7 se constituyla citada Associazione
ra gli studiosi del process-o civle, integrada por procesalistas italianos y miembros
correspondientes e|ctranjeros.'*` Adems de reuniones nacionales peridica-$1
promovi el Primer Congreso Internacional de Derecho Procesal, celebrado en
17 Vase supra, nota 158.
10 Editados todos en Padova por la Cedam" y escalonadoi desde 1932 a 194 2 en
dos series, la primera comprensiva de doce volmenes y la segunda de cinco. Por razo-
nes de espacio, indicaremos slo: los nombres de los autores: I' serie (1932-B): CALA-
Mam, P.oI.1, RAszLL, Neucloru, Cosra, Cauuannnex, Enuuoues, De Murrlno, Hai-
urrz, Bxumca, Canoozno (nra, nota 196) y Brscanol; 2' serie (194 0-2): Ftmno,
D'AvA<:x, Bonrrrxnx, PAVANINI y LANceLo'rr.
1311-lditados en Milano por Gius'1'r". Por la misma. razn sealada en la nota an-
terior, mencionamos tan slo los autores: Giommma, Mmou, Cu.vosA, Maunluom,
Sull consiglio della magistratura" (inra, nota 183), Senem, Ci\P1ELL1s'rn_ , Vnnuml
(l), Le giurisdizioni arnministrative" (nota 183), Funuo, Da Srenno, Rnnenrrr,
Roonour, Pooocscm, VELLANI (2), Punzr, LA Cama, Pnovrucmu, Bnuulrrn, L'ef-
cacia del giudicato penale (nota 183), Esecuzione individuale (nota 183), Zarranou.
1P1-omovida su crcin por Gauuanonnl y R1-znnrrrr, se constituy en enero de
194 7: cfr. Funno, Il corwcgno degli studos del proussa civil; (en Rivista di Diritto
Processuale, 194 7, I, pp. 65-8). Se rige por el Staluto dslfssociazionc Italiana ra
gli Studiosi del Processo Cuilc, inserto en la citada revista, 1953, I, pp. 69-72.
3Los debates habido: en varias de ellas se recogen en los siguientes nmeros de
los Quademi (supra, nota 181): 5) .fui Comiglia Supsrim- ma Mg,.mmm (R1.
zione e discussione svolte nel convegno del 3 e 4 novembre 1952) (Milano, 1952);
9) L6 gursdizion spcciali ammnistratve (Relazione e discussoni svolte nel eonvegno
del 2 ottobre 1954 ) (Milano, 1954 ); 20) L'ic|ca del gudicato penal: nel proc.-esso
civila.-Il dimson (Relazione e cliscugsion svolte nel eonvegno del 5 e 6 ottobre 1956)
(Milano, 1960); 21 _ ) E.m.-uziofu individuals e allimenro.-Bilancia dalla eggs allimentare
(Relazione e discuuoni svolte nel convegno del 3 al 5 giugno 1960) (Milano, 1961).
MOMENTOS Y FIGURAS DEL PROCESALISMO ITALIANO
Florencia en 1950. En la propia Italia, slo que ahora' en Venecia, en 1962, se
ha llevado a cabo asimismo el Tercero Internacionalds'
4 |) C) Palabra.: inales.-Complemento del precedente desarroll, en que
exigencias de tiempo y de espacio me han obligado a dar tajos y mandobles a
diestro y siniestro, habria sido determinar el influjo del procesalismo italiano de
fronteras afuera, principalmente en los pases iberoamericanos, donde tanto ha
gravitado, desde los libros doctrinales 1" a la jurisprudencia,1 pasando por di-
ferentes cdgos.1' Algunas indicaciones al respecto figurarn en las notas co-
15* Entre ambos se intercal el Segundo, efectuado en Viena en 1953. Acerca de tales
convenciones, vase ALCAL-ZAMORA: a) Primer Congreso Internacional de Derecho Pro-
cesal Civil (en Revista de la Escuela Nacional de _ ]urisprudencia., nms. 4 7-4 8, julio-
diciembre de 1950, pp. 509-11, y en Boletin del Instituto de Derecho Comparado de
Nlxico, nm. 9, septiembre-diciembre de 1950, pp. 226-8); b) Segundo Congreso In-
ternacional de Derecho Procesal Civil: a) Informacin; b) Comentarios marginales (en
Revista de la Facultad de Derecho de Mxico, nm. 13, enero-marzo de 1954 , pp,
235-8, y nm. 15, julio-septiembre de 1954 -, pp. 239-4 5); c) Congresos de Derecho Procesal
en Venecia, San juan de Puerto y San Pablo (en Boletin, cit., 1962, pp. 780-6). V
135 Por ejemplo, en el argentino JOFR (cfr. GHIOVENDA, Prineipii, cit., p. XIII, nota
2) o en el portugus Dos Rms (supra, nota 97). Ms datos, en Lieenim, El muestro
nuestro y de todos, cit.; Courune, Camelutti y nosotros, cit.; S1:N'rs MnI.aNro, La
escuela procesal italiana, cit., Inem, Una dcada de derecho procesal argentino (en
"Scritti giuriclici in onore della Cedam nel cinquantenario della sua fondazione; vol.
II, pp. 317--33). nm. 8: Influencia italiana, pp. 330-2.
13 Vase supra, nota 88, as como ALGAL-ZAMORA, Aportacin hispnica, cit., nm.
18, pp. 187.8.
13" Influjo aqui en Mxico, por ejemplo, sobre los cdigos procesales civiles de Gua-
najuato (1934 ) y Federal (194 2), que acogen la ejecucin inmediata, en reemplazo
del juicio ejecutivo, o que dan entrada al concepto carneluttiano de litigio; asimismo
sobre el cdigo brasileo de 1939 (vase el volumen recopilativo Processo oral --Ro
de Janeiro, 194 0-, singularmente los trabajos de Monfvro, CAMPOS y MACHADO GUI-
MAaas en l incluidos); tambin, en combinacin con la ley de enjuiciamiento criminal
espaola de 1882, sobre el de procedimiento penal de Crdoba de 1939 y los varios
cdigos y proyectos que dentro de la Argentina se basan en l (cfr. ALCAL-ZAMORA,
La reforma del enjuiciamiento penal argentino, en "Revista de Derecho Procesal" ar-
gentina, 194 5, I, pp. 1-63; IDEM, Proyecto de cdigo procesal penal argentino para la
capital y la justicia ederalar, en Revista de la Facultad de Derecho de Mxico, 1961,
pp. 84 -3-54 ; Inem, La reforma procesal penal en Guatemala, en Rev. Fac. Der. Mx.",
1962, pp. 211-36; en menor escala, sobre el Proyecto de cdigo de procedimiento civil
(Montevideo, 194 5)' compuesto para el Uruguay por 'COUTURE (cfr. ALGAL-ZAMORA,
Impresin de conjunto acerca del proyecto Couture de cdigo de procedimiento civil,
en Jurisprudencia Argentina", de 11-VI-194 6 y en la Revista de Derecho, Juris-
prudencia y Administracin de Montevideo, junio de 194 6, pp. 161-3; resea del mismo
en "Revista de la Escuela Nacional de Jurispljudencia, nm. 30, abril-junio de 194 -6,
pp. 316-28, e Influencia, en Amrica, del proyecto Couture, en "Revista de la Facultad
de Derecho y Ciencias Sociales" de Montevideo, 1957, pp. 729-65), y sobre el ante-
proyecto mexicano de 194 8, que a imitacin de la codificacin italiana, dot de epgrafe
a sus diferentes artculos.
54 4 Nicnro ALCAL-ZAMORA Y cAs'ru.Lo
rrespondientes a este nmero de la conferencia, el dia en que la misma se pu~
blique. Pero antes de concluir, deseo abordar todavia dos cuestiones.
4 2) La primera de ellas atae al lugar que el procesalismo italiano ocupa hoy
en el mundo. En 1928, Albrecht Mendelssohn-Bartholdy, recordado con legi-
timo orgullo por Carnelutti, expresaba en la reunin anual de los profesores
alemanes de derecho procesal civil efectuada en Viena, que el cetro de la disci-
plina haba pasado desde Alemania a Italiafss Y despus, ese mismo juicio se ha
repetido, no siempre con oportunidad 18 ni con ponderacin. Y sin embargo, aun
a riesgo de que se me muestre como ms papista que el Papa (lase, que Mendels-
sohn-Bartholdy), repetir lo que hace aos dije: Una cosa es que por efecto
de acontecimientos resentidos por Alemania con muchisima ms intensidad que
Italia (a saber: las dos guerras y las dos postguerras, ms la persecucin univer-
sitaria desencadenada por las respectivas dictaduras) , su produccin procesal
descendiese en ocasiones -o bien que ciertos temas (verbigracia: la ejecucin o
las medidas cautelares, la jurisdiccin voluntaria o el proceso constitucional) 1*
hayan sido tratados ms a fondo por la doctrina italiana-, y otra totalmente
distinta que tomadas ambas literaturas en conjunto, 0 sea desde Blow a la fe-
cha, se pueda privar del primer puesto a la alemana. Naturalmente, si la com-
paracin se realiza lanzando por la borda las obras alemanas anteriores a 1933, o
bien enfrentando los mejores decenios italianos -desde 1920 en adelante- con
el peor momento de la ciencia alemana, el del letargo hitleriano, entonces todas
las conclusiones son posibles Pero si pensamos que, a travs de C-hiovenda Ia
ciencia procesal italiana deriva de la alemana, y que pese a la supuesta deca-
dencia, sta sigue gravitando sobre aqulla, en tanto que el influjo italiano sobre
135 Cfr. CARNELUHI, Saggo di una teora integral; delfazone, cit., nm. 14 (en
Rivista di Diritto Processuale, 194 6, I, pp. 17-8, o en "Questioni, cit., p. 131).
19 Vase supm, nota 39. Tambin -gg nadie menos sospechoso que yo para afinna.rlo-
se ha supervalorizado la importancia del procesalismo espaol, que ha hecho, sin duda,
grandes progresos desde 1920, pero que tiene an mucho camino por recorrer: cfr.
ALCAL-Znmoius, Wilhelm Kimh (necrologia en Revista de Derecho Procesal" argen-
tina, 1953, I, pp. 1-8), nota 1. Nada digamos de la opinin de Wemer GOLnsc1-IMIDT, a tenor
de la cual, existira una (supuesta) escuela hispano-argentina de derecho procesal
no superada en la actualidad por ninguna otra e igualada slo por la italiana" (p. 2
del volumen citado en la nota 4 2).
_ 19". . .incomparablememe ms violenta en aqulla que en sta: C1-novena y CALA-
srsnonet pudieron continuar en sus ctedras, mientras que Mennecssnon-BAn'rnoLnY y
GoLDscr-IMID1' murieron en el destierro y Rosimmzno fue separado de la docencia":
ALc.u.-Zsiuons, Wilhelm Kixch, p. I, nota 1.
191 La referencia a la jurisdiccin voluntaria y al proceso constitucional no figuraban
en el texto primitivo del pasaje ahora reproducido. La hemos agregado en atencin al
impulso recibido por los estudios sobre la primera a partir de Micneu y de A1..oaIo y
de los concernientes al segundo por obra de CALAMANDREI y de CAPPELLETTI (cfr. supra,
nm. 24 y notas 131 y 151). "' f
niomcxros Y rroums nm. r1.ocr:sAL1sMo ITALIANO 54 5
el procesalsmo alemn, nulo en cuanto a su nacimiento y expansin, no es, ni
siquiera hoy, sobremanera intenso, la resultante habr de ser muy otra.12 Huelga
decir que las anteriores palabras, escritas hace diez aos, no se oponen a que si
los procesalistas alemanes siguen sesteando, como vienen hacindolo, con raros
intervalosf desde 1950, acaben por perder el primer lugar.
4 3) El otro extremo que quera tratar es el del riesgo que por razn misma
del altsimo nivel en que se mueve, corre el procesalismo italiano, o sea el de
alejarse del ambiente en que se desenvuelve el proceso y de las personas que lo
viven a. diario (jueces, abogados, secretarios, etctera). Lbreme Dios, al hablar
as, de confundir derecho procesal y prctica orense, acerca de cuyo deslinde
he machacaclo con insistencia; pero evitemos cuidadosamente tambin los pro-
cesalistas, es decir, los elaboradores de la teora del enjuiciamiento, el peligro
de la hipertrofia, del alambicamiento excesivo, ya denunciados hace tiempo.1"
Acurdense los procesalistas italianos, sobre todo los jvenes, de la teora til que
recomendaba Vittorio Scialoja 19 y de los excesos de virtuosismo terico, intras-
cendentes para una mejor administracin de justicia, a que en cierta ocasin se
refera Calamandrei.' Descarten, pues, construcciones tan sutiles que slo den-
tro del reducido crculo de su asociacin sean inteligibles y recuerden que, en
definitiva, Ia misin de la ciencia no consiste en complicar lo fcil, sino en sim-
plificar lo difcil.
1A1.cAr_ .-Znmona, Wilhelm Krch, cit., p. 1, nota 1.
1* El procesalismo alemn, que tras su famosa edad de oro (1868-1914 ) resurgi con
admirable bro al trmino de la primera guerra mundial, no la ha hecho con igual fuerza
despus de la segunda, Exceptuando unos pocos libros -por ejemplo, el de Nurse,
Dopplunktonell Prozesshandlungen (Gottngen, 1950) o los concernientes al objeto
del proceso (cfr. Tanzm, Reaentz' ofimtament della dourina germanica interno alfoggetto
del proccsso, en Jus, 1956, pp. 266-76)-, el tono doctrinal de su produccin ha des-
cendido mucho. Tampoco, salvo muy contados artculos, la Zeitchrift fr Zvilprozess
ha recuperado el nivel de sus buenos tiempos.
194 Cfr. ALGAL-ZAMOM, obras y lugares citados en la nota 170.
195 Por ejemplo, por Roberto GoLDsex-mor en' La sentencia declarativa, nota 13 (en
Revista de Derecho Procesal argentina, 194 3, I, p. 383, o en sus Estudios de Dere-
cho Comparado" -Caracas, 1958-, p. 184 ), y en Derecho justicia! material civil, notar.
113 (en Estudios en honor de Alsina, cit., p. 34 5 Q en Estudios Der. Comp. p, 24 5)-
y por nosotros en Enseanzas y sugerencias acerca de la accin, cit., nms. 7-8, pp. 772-5.
1 Citado por CALOGERO, La logica del giudice e il .mo controllo in cassazone (Padova,
1937), p. 123, en relacin con su artculo Diritto pratica e dfitto teorico, en la Rivista
di Diritto Commerciale", 1911, p. 91-8.
U" A1 resear, bajo el ttulo de Il procuro come situazione gurdiaa (en Rivista
di Diritto Processuale Civile, 1927, I, pp. 219-26) el libro de GOLDSCHMID1' Dar Prozess
als Rechtslage, cit. (cfr. p. 225 del comentario). Sin embargo, aos ms tarde, Caut-
MANDREI, en el articulo Un maestro de liberalismo procesal (en Estudios en memoria
de James Goldschmidt", 1951, vol. I, pp. 159-67), se mostr ms justo con el procesalsta
alemn. ,
ADDENDA ET CORRIGENDA
A) TEXTO: Nm. 7: Vase CAnNer..u*r'rl, Recht und Prozess in den neuen Strn-mugen
des italienschen Rechtsdenkem, en Zetschrift fr Zivilprozess, 1950-51, fase. 1, pp. 28-
4 6. Cir. tambin ALo1s, Gli studi di diritto penal: e processuale penal; nel ventmnio
fascista, en Il pensiero giurdico italiano, vol. I (Roma, 19^11)._ Nm. 23: Carne-
lutti falleci el 8 de marzo de 1965.
B) NOTAS: * Complemento del presente trabajo deben considerarse las indicaciones
relativas al procesalismo italiano contenidas en los Nmeros 22, 25 y 27 de esta recopi-
lacin de Estudios, as como las que figuran en otros dos libros mios: Veinticinco aos
de evolucin del derecho procesal: 194 -0-1965 (Mxico, 1965), passim, y Miscelnea Pro-
cesal, tomo I (Mxico, 1972), passim _ lo tomos II-IV de la misma, tambin con abun-
dante informacin del derecho procesal italiano, aparecern en 1974 -5_ . (1) La tradu-
cin completa del libro de BLOW vio la luz en Buenos Aires, 1964 .- (4 3) Y ltima-
mente en sus Ensayos jurdicos (Caracas, 1970).-- (60) Vase asimismo Vlzroz, Giuseppe
Chiovcnda en Revue Gnrale de Droit de la Legisiation et de la Jurisprudenee en
France et Ptranger, 1937, y luego en sus "tudes de Procdure" (Bordeaux, 1955), pp.
169-78._ (120) Vnse igualmente: a) FAZZALARI Enrico Redent nella cultura giuridica
italiana, en "Rv. Dir. Proc., 1963, pp. 362-80, y b) GARNACINI, La vita e le opere di
Enrico Redenti, en Riv. Trim. Dir. Proced. Civ., 1964 , pp. 1-27.-- (132) Traduc-
ciones de FUnNo: a) Teora de la prueba legal, por Sergio GoNzLez CoLr...u:o (Madrid,
Editorial Revista de Derecho Privado, 1954 , 222 pp.); Y b) Negocio de fijacin y_ con-
fesin extrajudicial, por Luis Simorro Mennrzsu. (Madrid, edit. cit., 1957; 287 pp.).-
(174 ) Vase A1.cAL-Znmolut, Cdigo modelo y modelo de cdigos: el de procedimiento
civil para la Ciudad del Vaticano (conferencia dada en la Pontificia Universidad Catlica
de Chile el 14 de agosto de 1964 ; impresa en Anales de la Facultad de Ciencias Jurdicas,
Politicas y Sociales de la misma, nms. 17-18, 1963-1964 , pp. 7-4 -0).
C) REMISIONES: Los trabajos mos que se citan en las notas que en seguida menciono,
se reproducen todos en la presente obra, en los nmeros que a. continuacin de cada una
de aqullas se indican: 5: supra, nm. 22; 14 : supra, nm. 8; 21.' in/ra, nm. 28; 33:
supra, nm. 25; 53: inra, nm. 27; 138: supra, nm. 14 -; 170: supra, nm. 15.

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