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Andrey Coyle
El documento discute los desafíos actuales del sistema carcelario, incluyendo un aumento masivo en la población carcelaria en todo el mundo y las consecuencias negativas de esto. También explora posibles visiones para el futuro de la prisión que podrían reemplazar el modelo tradicional.
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LA PRISION DEL FUTURO.
1 COMO REDUCIR EL DAO QUE PRODUCE A LOS RECLUSOS Y A LA SOCIEDAD ANDREW COYLE 2 INTRODUCCIN Lo que tengo que decir hoy est basado en la experiencia de 25 aos de trabajo en prisiones y de casi 10 aos con el Centro Internacional de Estudios sobre la Prisin en distintos pases en todo el mundo. Todas mis experiencias en prisiones y en torno a ellas en todos estos aos me han dejado una pregunta: Qu es esto que llamamos prisin? Me he visto haciendo eco de las palabras que Vaclav Havel, ex presidente de la Repblica Checa, le escribi a su esposa cuando estuvo en condicin de prisionero: Nunca siento lstima por mi mismo como podra esperarse que sintiese, sino por los otros reclusos y en general por el hecho de que las prisiones tengan que existir y que sean como son; que la humanidad no haya podido hasta ahora inventar una mejor forma de solucionar ciertas cosas. REALIDAD DE LA RECLUSION Mis experiencias tambin me han suscitado otra pregunta: Cual es el futuro de la prisin? En el primer decenio del siglo XXI tenemos la oportunidad, as como con tantos otros elementos en nuestra sociedad, de preguntar por qu son las cosas como son y si habr quiz alguna mejor forma de hacerles 1 Traduccin del ingles por Orlando Garcia-Valverde 2 Centro Internacional de Estudios sobre la Prisin, Kings College, !niversidad de "ondres# frente. Vale la pena recordarnos a nosotros mismos desde el inicio, que la prisin es un concepto relativamente moderno, que ha estado entre nosotros en su forma actual por menos de 300 anos. Hasta que punto ser aun valido en el ao 2005 el modelo tradicional de prisin? Ser posible que est en peligro de convertirse en un concepto pasado de moda? Podemos considerar la nocin de prisin como una idea que germin en la segunda parte del siglo XVIII, lleg a su madurez en el siglo XIX y que podra marchitarse en el siglo XXI? Es posible que al igual que el castigo corporal y las ejecuciones pblicas en otras pocas sea ahora un concepto que haya dejado atrs cualquier utilidad que hubiese alguna vez tenido? Habr llegado el momento de un radical replanteamiento del concepto de privacin de libertad y de prisin? Permtanme recordarles como hemos llegado a tener el sistema de prisiones que tenemos hoy. Naci en Amrica del Norte y en Europa Occidental a fnales del siglo XVIII y principios del XIX. Por supuesto que la prisin haba existido siempre como un sitio de reclusin en donde el acusado esperaba ser juzgado o donde se mantena a los condenados hasta que se cancelaba una deuda o se les ejecutaba o exiliaba. Era extremadamente inusual que un tribunal condenara a las personas realmente a una pena de privacin de libertad. En los siglos mencionados algunas personas preocupadas comenzaron a llamar la atencin a las condiciones terribles que se daban en algunas de las crceles de Europa y Amrica del Norte. Gomo resultado de sus esfuerzos comenzaron a mejorar lentamente las condiciones en muchos de estos centres de detencin. En Gran Bretaa este periodo coincidi con el fn del exilio a las colonias. Los condenados que haban sido anteriormente transportados para trabajar, primero en Amrica y en las Antillas y luego en Australia ahora se mantenan en las nuevas prisiones para condenados en Inglaterra y eran empleados en trabajos de bien social, tales como la construccin de astilleros para la armada o cualesquier otros edifcios pblicos. 2 Esta nueva idea de privacin de libertad, que comenz en Amrica del Norte y Europa Occidental se disemino con rapidez por todo el mundo al ir expirando la expansin colonial. Como resultado de ello se estableci en una diversidad de culturas que no tienen un concepto nativo de la privacin de libertad. Si esa es la historia de la prisin cul es la realidad hoy? En primer lugar ha habido un aumento masivo en cuanto a su aplicacin, a un punto que habra sido inconcebible incluso hace unos pocos aos. Hay ahora en todo el mundo ms de nueve millones de hombres, mujeres y nios en la crcel. La mitad de ellos estn en tres pases: Estados Unidos de Amrica, Rusia y China. Desde 1980 ha habido un aumento de ms de 300% en el nmero de personas en prisin en Estados Unidos de Amrica. Su poblacin penitenciaria total es ya de ms de dos millones. Estados Unidos de Amrica no est solo en cuanto a este fenmeno. En Inglaterra y Gales, por ejemplo, la poblacin penitenciaria ha aumentado en 70% en los ltimos anos. El nmero de mujeres que estn en la crcel en Inglaterra se ha duplicado en el mismo periodo. Permtanme ponerle algo de sustancia a estas cifras y decirles que signifcan en trminos de sufrimiento humano. Voy a seguir por un momento con Estados Unidos de Amrica. Cada ao, ms de 11 millones de hombres y mujeres pasan por las crceles de este pas. Estn divididos desigualmente segn criterios raciales. El 7% de la poblacin de Estados Unidos de Amrica consiste en varones afro estadunidenses. Casi la mitad de todos los hombres en prisin en este pas son afro estadunidenses. De cada 100000 estadunidenses blancos, apenas algo ms de 300 estn en la crcel. La cifra comparable para afro estadunidenses es de casi 2000. En Estados Unidos de Amrica uno de cada tres afro estadunidenses entre 20 y 29 anos esta en prisin, en rgimen de prueba o en libertad condicional. Por lo menos dos tercios de todos estos hombres afro estadunidenses pueden presuponer que alguna vez en su vida sern arrestados o encarcelados o tendrn antecedentes penales. La probabilidad de que un joven afro estadunidense $ caiga bajo el control de alguna parte del sistema de justicia penal es mucho mayor que la de que asista a la universidad para ampliar su educacin. Hay diversos ejemplos en Sudamrica acerca de qu ocurre cuando un aumento masivo en poblacin penitenciaria no va acompaado por un aumento en recursos. Por ejemplo, la Prisin Modelo es la principal prisin de Bogot, Colombia, para el periodo previo al proceso judicial. Tiene una capacidad para 1 500 reclusos. Hace unos anos, cuando estuve all de visita, tenia 3450 reclusos. En cualquier momento determinado hay ah cerca de 150 guardias vigilando a estos hombres, un numero desesperadamente inadecuado para garantizar una apropiada supervisin. En su mayora, los guardias apenas salen de la adolescencia y se encuentran cumpliendo con su ao de servicio nacional obligatorio. Los reclusos son mantenidos en 5 grandes bloques de alojamiento construidos en torno a patios. Los guardias normalmente no entran a estos patios. En cada una de las unidades hay un recluso al que se da el ttulo de "monitor". De hecho esto signifca que los reclusos han generado sus propias reglas y reglamentos para administrar los patios. Los reclusos que no pueden pagar o que no tienen infuencia ante los reclusos dirigentes se exponen a pasarlo muy mal. En las prisiones y colonias penales de los pases que anteriormente formaban parte de la Unin Sovitica puede uno ver las terribles consecuencias que tiene el hecho de que la infraestructura del Estado no pueda sostener a una poblacin penitenciaria masiva. Las peores condiciones se encuentran en las crceles destinadas a la etapa previa al proceso judicial. La crcel Kresty en San Petersburgo es una de las ms grandes del mundo. Tiene una capacidad ofcial para 3000, aunque de por si esto ya era un clculo exagerado. En la realidad y hasta fecha muy reciente esta crcel mantena a ms de 10000 reclusos dentro de sus muros. Los dos principales bloques de alojamiento estn construidos segn el modelo de estrella, con % 4 grandes pasajes que salen de un punto central. Las celdas estn construidas segn el modelo de Europa Occidental, cada una de aproximadamente 8 metros cuadrados y originalmente destinadas a albergar a una persona. Imagnense una celda tal albergando hasta 15 hombres por ms de 23 horas cada da. Estrujados en la celda se encuentran dos conjuntos de literas triples; un total de 6 literas. Una opcin es que los reclusos duerman en turnos. La otra es que los reclusos fuertes tomen las literas. Los ms dbiles duermen como mejor pueden, acurrucados en el suelo de la celda. Que ha dado lugar a estos masivos aumentos? Tenemos que una de las razones es que en muchos pases los asuntos que tienen que ver con la ley y el orden se han ido politizando ms y ms. Los polticos y otros emisores pblicos de opinin han proclamado que encerrando a ms y ms de nuestros conciudadanos la sociedad ser ms segura para el resto de nosotros. No hay verdaderas pruebas de que sea as. Ms bien todas las pruebas que arrojan las investigaciones indican que las victimas no estn satisfechas con esta forma de justicia; que la sociedad tiene menos confanza pblica en el sistema de justicia penal y que es ms probable que aquellos que han estado en la crcel se reincorporen a la sociedad con un sentimiento aun mayor de enajenamiento y odio. En aos ms recientes se ha esgrimido otro argumento para un mayor uso de la prisin. Y este es que los problemas a los que se enfrenta el mundo hoy son cualitativamente distintos de los que tena antes, debido principalmente a las amenazas que representan el terrorismo y el trafco de drogas. Ese argumento no puede ser aceptado sin que se le dedique un profundo anlisis. Hay un argumento en contra que aduce que la amenaza a la que se enfrentaron nuestros antecesores a mediados del siglo XX, inmediatamente despus de la segunda guerra mundial y en los primeros aos de la guerra fra era igualmente peligrosa. Se dieron cuenta de que haba que hacer frente a sus retos en una forma no negativa sino positiva. & UNA VISION PARA EL FUTURO Antes de que empecemos a plantearnos una visin de la prisin del siglo XXI tenemos que decidir qu es lo que esperamos de nuestro sistema de justicia penal y como puede ofrecer un mejor servicio a la sociedad. El primer punto importante que hay que destacar es que los procesos de justicia penal tienen un papel relativamente pequeo en la sustentacin de los valores sociales. El sistema judicial formal puede respaldar y reforzar el sistema de valores de una sociedad, pero no puede ser un sustituto de ello. La sociedad no debera depender del proceso de justicia penal para solucionar todos sus males. Tomemos un ejemplo simple: en su mayor parte las personas que se encuentran en la crcel son jvenes. Bien podran haber tenido problemas en sus relaciones familiares. Bien podran haber tenido problemas con su religin si es que tienen una. Bien podran haber tenido problemas buscando trabajo. Bien podran haber tenido problemas en sus vidas personales, con el abuso de las drogas o del alcohol o en relaciones personales. Creemos realmente que sacando a esos jvenes de sus comunidades y mantenindolos tras los altos muros de una prisin por unos meses o aos se solucionaran todos sus problemas? Que la prisin lograr el xito en donde han fracasado hasta la fecha todas sus experiencias de vida? Una de las primeras cosas que tenemos que entender es que debera hacerse una distincin entre castigar criminales, proteger al pblico y prevenir la delincuencia. El propsito principal de la prisin es castigar criminales privndolos de su libertad. Esto debera hacerse solo en relacin con los crmenes mas serios y cuando no hay alternativa razonable. Tenemos que ser muy cautelosos en cuanto a cualesquier sugerencias de que una intensifcacin en el uso de la prisin es una forma efciente de control de la delincuencia. Hay pocas pruebas en el mundo de que haya una relacin entre altas tasas de encarcelamiento y bajas tasas de delincuencia. De hecho, a menudo se da todo lo contrario. Las altas tasas de ' encarcelamiento son frecuentemente un indicador de la fragmentacin del sentido que tiene una sociedad de sus valores comunitarios. Una vez que hemos entendido que la prisin es principalmente un sitio de castigo en vez de ser un sitio de reforma personal y que debera ser utilizada solo como ltimo recurso podremos proceder a considerar como, si es que tiene que usarse, puede convertirse en un sitio para la experiencia positiva. En este estrecho contexto es posible establecer algunos claros objetivos. Ellos son que las personas en prisin: No deberan hacerse peores por la experiencia de haber estado en prisin, Deberan ser alentadas a enfrentar los delitos que hubiesen cometido, Deberan considerar formas de reparar el dao que hubiesen causado y de dar satisfaccin a las vctimas del delito, Deberan disponer de oportunidades para ser mejores, Deberan ser alentadas a prepararse para su regreso a la comunidad. (