La Mente Oeigen

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Sobre el Origen de la Mente

David Berlinski


Todo es cuestin cientfica; ha sido probado.
-Tom Buchanan en El Gran Gatsby

n algn momento en la historia del universo, no existan mentes humanas, y en algn
momento posterior, ya las haba. En el parpadear de un ojo csmico, en un universo en
el que todo era caos y vaco, vinieron a haber corazonadas, creencias, sentimientos,
sensaciones puras, dolores, emociones, deseos, ideas, imgenes, inferencias, la sensacin del
caucho, Schadenfreude y el sabor de la nieve de pltano.
E
Una sensacin de sorpresa es ciertamente adecuada. Cmo aparecieron tales cosas aqu?
Si el origen de la mente humana es misterioso, tambin lo es su naturaleza. Hay, como
argument Descartes, dos sustancias en el universo, una fsica y la otra mental.
Para muchos filsofos contemporneos, esto ha parecido ms bien un desconcierto de
riquezas. Pero no haba pasado mucho tiempo desde que haban expulsado a las sustancias
mentales de sus anlisis cuando las propiedades mentales saltaron y tomaron su lugar, y si no
propiedades mentales, entonces, funciones mentales. Como categora conceptual, la mente
aparentemente se rehsa a ser eliminada.

Y esto no es sorpresivo. Aunque uno pueda ser asaltado por un pensamiento, o
conmovido por un recuerdo, o distrado por un anhelo, estas descripciones familiares sugieren
un efecto con una causa fsica que no es obvia. Los pensamientos, recuerdos, anhelos son,
qu? Cruzando el tiempo y el espacio, la mente humana delibera, calcula, juzga y carga con
cosas; reacciona, registra, reflexiona y responde. En algunos casos, como la falta de atencin o
de cuidado, invita a la censura al no hacer nada o al hacer algo de forma equivocada; en otros
casos, como con la visin, acta sin dudar y sin reflexin; y an en otros casos, la mente
humana se las arregla para deslizarse dentro o permanecer distante de la gran corriente causal
que hace que el mundo real explote, as que cuando ella da el vamos, lo que el yo hace es,
como observ Santo Toms de Aquino por inclinacin y no por obligacin.
Estas no son propiedades encontradas comnmente en el mundo fsico. De hecho, no
se encuentran en ninguna parte.
Y an ms, prevalece una impresin bien difundida de que quien sea que es
responsable de figurar las cosas profundas del mundo, parece haber figurado a la mente
humana tambin. Comentando sobre la propaganda negativa en las campaas polticas,
Kathleen may Jamieson, directora del Centro de Polticas Pblicas de Annenberg en la
Universidad de Pensilvania, remarc que parece haber algo bien instalado en los humanos que
parece darle espacial atencin a la informacin negativa. Sigui con lo que ahora es una nota
caracterstica: Creo que es la biologa evolutiva.
La propaganda negativa de campaa es el caso menor. Existe adems, agresin
masculina, o por guerras, la sensitividad humana a la belleza, el chisme, la preferencia por


David Berlinski es miembro mayor del Instituto Discovery y el autor de Una Gira por el Clculo, El Advenimiento
del Algoritmo, El Regalo de Newton, y Los Secretos del Cielo Abovedado. Su nuevo libro, una breve historia de las
matemticas, ser presentado por la Librera Moderna el ao siguiente. Las contribuciones recientes del Sr. Berlinski a
Comentario incluyen Un escndalo cientfico (Abril 2003) y Ha encontrado Darwin a su rival? (Diciembre 2002).
paisajes suburbanos, amor, altruismo, matrimonio, celos, adulterio, adiccin a la velocidad,
creencias religiosas, miedo a las serpientes, asco, sudor nocturno, infanticidios, y el hecho de
que los padres comnmente se sienten orgullosos de sus hijos. La idea de que el
comportamiento humano es el producto de la evolucin, como lo pone el Washington Post, es
ahora ms que una teora: es una creencia popular.
Es una creencia que refleja un modesto consenso de opinin entre psiclogos y
filsofos disputantes: Steven Pinker, Daniel Denet, David Buss, Henry Plotkin, Leda
Cosmides, John Tooby, Peter Grdenfors, Gary Marcus. El consenso se construye, como
seguido sucede, sobre la base de una gran esperanza y unos cuantos smiles. La gran esperanza
es que la mente humana al final encuentre un lugar no distintivo en el mundo mayor en donde
causas puramente materiales persiguen a efectos puramente materiales a travs de la noche
interminable. Los smiles son, en turno, diseados para promover la esperanza.

res smiles estn trabajando, cada uno ms amplio que el anterior. Ellos proveen una
divisin natural de trabajo a lo que ahora se llama psicologa evolutiva.

Y slo por
Primero, la mente humana es como una computadora en la forma en que trabaja.
que la mente es como una computadora que la computadora abarca un modelo de la
mente. Mi tesis central, el psiclogo perceptivo H.A. Simon ha escrito, es que las
computadoras convencionales pueden ser, y han sido, programadas para representar
estructuras simblicas y llevan a cabo procesos en esas estructuras que son paralelismos, paso
por paso, de la forma en que el cerebro humano trabaja.
T
Segundo, la mente humana individual es como el rin humano individual, o cualquier
otro rgano del cuerpo, en la forma de que es creado de forma nueva en cada ser humano. La
informacin, escribe Gary Marcus, copi dentro del ncleo de cada clula recin creada, gua
el proceso gradual pero poderoso de aproximacin sucesiva que da forma a cada uno de los
rganos del cuerpo. Esto no es menos cierto para el rgano del pensamiento y el lenguaje
que para los rganos de excrecin y eliminacin.
Tercero, la mente humana universal la expresin en trminos de la naturaleza
humana- es como cualquier otro complicado artefacto biolgico en la forma de que apareci en
la especie humana por medios de variacin aleatoria y seleccin natural. Estas fuerzas, como
argumenta Steven Pinker, comprenden la nica explicacin que tenemos de cmo puede
evolucionar la vida compleja...
Puestos juntos, estos smiles triunfan de forma maravillosa al sugerir una narrativa
coherente. Los orgenes definitivos de la mente humana pueden ser encontrados en la
propiedades de la irritabilidad que es un aspecto del tejido vivo mismo. Hay un tirn
primordial, uno que se ha perdido en el tiempo pero no en la memoria; varios tirones
descendientes que se alargaron a s mismos, convirtindose, dentro de los primates al menos,
en rganos sofisticados de percepcin, cognicin y computacin. La gran Era de Adaptacin
Evolutiva apareci en el Paleoltico tardo, un verdadero Renacimiento gentico en el cual se
crearon las contingencias de la vida, en las palabras del psiclogo evolucionista Leda Cosmides,
programas que [fueron] bien maquinados para resolver problemas como la caza, la bsqueda
de alimento vegetal, el cortejo, la cooperacin con parientes, la formacin de coaliciones para
defensa mutua, evitando predadores y cosas parecidas. Luego sigui la Era en que Nada
Sucedi, la mente humana moderna reteniendo en su estructura y programas la marca del
tiempo que los humanos pasaron en la sabana o en el bosque, cazando, reunindose y
reproducindose con deleite darwiniano.
Tres teoras cientficas bastante separadas hacen mucho por justificar esta larga
narrativa y los tres smiles que la apoyan. En primera instancia, la ciencia computacional; en
segunda, las teoras del desarrollo biolgico; y en tercera, la teora de la evolucin de Darwin. A
veces, de hecho, debe parecer que slo el grosor de un papel de cigarrillo separa a la psicologa
evolutiva del poder y la gloria de las ciencias fsicas mismas.

El Modelo de lo que la Ciencia Debera Ser

i las afirmaciones de la psicologa evolutiva son ambiciosas, el estndar contra el que
deberan ser evaluadas debe ser maduro, razonable y persuasivo. Si no hay nada ms, el
estndar debe reflejar principios que hayan llevado a xitos brillantes dentro de las
ciencias fsicas mismas. Esto es ms que un gesto de respeto; es simple sentido comn.
S
Al enfatizar la importancia de su materia, los matemticos J.H. Hubbard y B.H. West
comienzan su texto sobre ecuaciones diferenciales al observar que histricamente, el xito
espectacular de Newton al describir la mecnica por ecuaciones diferenciales era un modelo de lo
que la ciencia debera ser (se agreg el nfasis). Hubbard y West luego agregan lo que es obvio en
cualquier caso: que todas las leyes fsicas bsicas son declaradas como ecuaciones
diferenciales, as sean las ecuaciones de Maxwell para la electrodinmica, la ecuacin de
Schrdinger para mecnica cuntica o las ecuaciones de Einstein para la relatividad general.
Las ecuaciones residen cerca del corazn el matemtico, y las ecuaciones diferenciales
ms que las dems. En un lado de una ecuacin tal, hay una variable denotando una funcin
matemtica desconocida; en el otro, una descripcin de la tasa a la cual dicha funcin
desconocida est cambiando a cada momento hasta lo infinitesimal. Dentro de las ciencias
fsicas, tales cambios expresan las fuerzas de la naturaleza, la luna cayendo perpetuamente
acelerada por la fuerza universal de la gravitacin. La tarea del matemtico es determinar la
identidad general o global de la funcin desconocida a partir de su tasa de cambio local.
Al describir el mundo por medio de una ecuacin diferencial, la mente por tanto se
mueve de lo que es local a lo que es global. De ah que el el modelo de lo que la ciencia
debera ser involucra una prohibicin contra accin a una distancia. Un objeto, observa el
matemtico ruso Mikhael Gromov, no puede influenciar a otro apartado de l sin involucrar
agentes locales uno enseguida del otro y haciendo una cadena continua que una ambos
objetos. Para lo que sucede cuando la prohibicin transcurre, Gromov, siguiendo al
matemtico francs Ren Thom, se refiere al resultado como magia. Este contraste entre una
descripcin diferencial disciplinada de un proceso natural y una descripcin esencialmente
mgica es una manera til de describir una prohibicin fundamental en el pensamiento.
Una ecuacin diferencial, es importante enfatizar, ofrece slo una prescripcin general
para el cambio. La distancia cubierta por un objeto que cae es cuestin de qu tan rpido se ha
estado moviendo y que tanto se ha movido rpido; esto es lo que una ecuacin describe. Pero
que tan lejos el objeto ha ido depende de que tan alto estaba cuando inici su cada, y esto no lo
especifica la ecuacin subyacente no lo especifica y no lo puede determinar. Las soluciones a
una ecuacin diferencial responden la pregunta, cmo est cambiando el proceso? Los datos
mismos responden una pregunta bastante diferente: cmo o dnde inicia el proceso? Tales
especificaciones comprenden las condiciones iniciales de una ecuacin diferencial, y
representan la intrusin en el mundo matemtico de las circunstancias que estn ms all de lo
matemtico.
Es esto lo que en 1902 sugiri al matemtico francs Jacques Hadamard la idea de lo
que es un problema bien planteado en anlisis. Para que una ecuacin diferencial sea
fsicamente til, Hadamard argument, debe cumplir con tres requerimientos. En primer lugar,
las soluciones deben existir. Deben ser nicas. Y deben, dentro de un sentido razonable ser
estables; las soluciones variando continuamente conforme las condiciones iniciales mismas
cambian.
Cuando se cumplen estos requerimientos, una ecuacin diferencial bien planteada
alcanza una coordinacin entre cantidades continuas que se determina para cada ltima grieta y
rajadura en el escape de tiempo. Y, es ste el estndar que estoy propugnando para la
psicologa evolutiva? S, absolutamente.
Nada sino lo mejor.

Que la Mente Humana es Como Una Computadora Digital

unque los psiclogos evolucionistas han abrazado la teora computacional de la
mente, no es enteramente una nueva teora; ha sido considerada, si no abrazada, en
otros lugares y tiempos. Gottfried Leibniz escribi sobre mquinas computadoras
universales en el siglo XVII, y slo las limitaciones de la tecnologa del siglo XVII le
impidieron volcarse en el siglo XXI. Como era, se las arregl para construir una calculadora
multipropsitos, la cual, el aseguraba, podra desempear las cuatro operaciones elementales de
adicin, sustraccin, divisin y multiplicacin. Pero cuando demostr el artefacto a miembros
de la Sociedad Real de Londres, alguien en las alas se dio cuenta de que l haca cuentas a
mano.
A
No s si esta historia es cierta, pero tiene un poder muy raro, y en una discusin
dominada por cualquier nmero de smiles constituye una figura retrica por s misma
concebida como una advertencia-.
En 1936, el dialctico Alan Turing public el primero de sus artculos sobre
computabilidad. Usando nada ms que tinta, papel y los recursos de la lgica matemtica,
Turing se las arregl para crear una mquina imaginaria capaz de encarnar una muy refinada,
muy afable imitacin de la mente humana.
Conocida ahora como la mquina Turing, el artefacto tiene a su disposicin una cinta
dividida en cuadros y una cabeza de lectura montada sobre la cinta. Tiene, tambin un nmero
finito de smbolos fsicos, ms comnmente 0s y 1s. La cabeza de lectura puede ocupar uno
de un finito nmero de distintos estados fsicos. Y por lo tanto, el repertorio de su accin es
extremadamente limitado. Una mquina Turing puede, en primer lugar, reconocer smbolos,
un cuadro a la vez. Puede, en segundo lugar, imprimir smbolos o borrarlos del cuadro que est
escaneando. Y puede, en tercer lugar, cambiar su estado interno, y moverse a la izquierda o a la
derecha del cuadro que est escaneando, un cuadro a la vez.
No hay cuarto lugar. Una mquina Turing no puede hacer nada ms. De hecho,
considerada simplemente como un mecanismo, una mquina Turing no puede hacer nada de
nada, existiendo la cosa en aquel mundo peculiar el mo propio, y sospecho que tambin el de
otros- en el cual donde todo es posible, pero nada se hace.
Una mquina Turing adquiere sus poderes de imitacin slo cuando, por medio de un
programa, o un algoritmo, se le dice que hacer. Las instrucciones requisitorias consisten en una
serie finita de comandos, escritos en un vocabulario estilizado calibrado precisamente para
tomar ventaja de aquellas operaciones que una mquina Turing puede desempear. Lo que le
da al programa su aire de fro mando es el hecho de que sus smbolos funcionan en doble
sentido. Son smbolos por virtud de su significado, y por tanto reflejan las intenciones de la
mente humana que los ha creado; pero son causas por virtud de su estructura, y por tanto
entran en los ritmos del mundo real. Como la palabra ladra, la cual expresa una orden
humana y al mismo tiempo pone a un perro a ladrar, as los smbolos realizan una doble tarea.
Aunque imaginaria en su concepcin, una mquina Turing brillantemente anticip su
propia realizacin en la materia. A travs de un proceso de partenognesis intelectual, las ideas
de Turing dieron inicio a la computadora digital moderna. Y una vez que la pura palpabilidad
fsica de la computadora fue reconocida ah est, tan real como las rocas, las fallas y los
riachuelos de las ciencias fsicasno hubo nada que se interpusiera en el camino del primer
smil controlador de la psicologa evolutiva: que la mente humana es en s misma una
computadora, personificada en el cerebro humano.
La promocin de la computadora de un objeto imaginario a uno real sirve el propsito
adicional de restaurarla al mundo que puede ser entendido en trminos del modelo de lo que
la ciencia debera ser. Como un artefacto fsico, nada ms que la coleccin de circuitos
electrnicos, la computadora digital puede ser representada enteramente por la teora de Clerk
Maxwell del campo electromagntico, con la distincin entre una mquina Turing y su
programa duplicada en la distincin entre una ecuacin diferencial y sus condiciones iniciales.
Regresamos al mundo continuo e infinito estudiado por la fsica matemtica, el mundo en el
cual las ecuaciones diferenciales rastrean la evolucin de objetos materiales movindose a
travs del tiempo en respuesta a las eternas fuerzas de la naturaleza misma.

as maniobras intelectuales que he recontado sirven para hacer de la computadora un
objeto irresistiblemente obligado. Pero sirven, tambin, para apartar la atencin de la
mente humana. El efecto es dotar al smil de que la mente humana es como una
computadora con una plausibilidad que de otra forma podra no disfrutar.
L
Un cierto poder de alterar las cosas, observ Albertus Magnus, reside en el alma
humana. La existencia de este poder difcilmente se dudara. Es evidente en cada acto humano
en el cual la mente se impone sobre la naturaleza al tomar objetos materiales de su lugar
habitual y reacomodarlos; y es evidente otra vez cuando sea que un ser humano interacta con
una mquina. Al escribir con concisin en Principios, Isaac Newton observ que el poder y uso
de las mquinas consiste slo en esto, que al disminuir la velocidad nosotros podemos aumentar
la fuerza, y lo contrario (se agreg el nfasis). Aunque el anlisis de Newton se restringi a las
fuerzas mecnicas (no conoci otras), su punto es general de cualquier forma. Una mquina es
un objeto material, una cosa, y como tal, su capacidad de hacer un trabajo est determinada por
las fuerzas que gobiernan su comportamiento y por sus condiciones iniciales.
Esas condiciones iniciales deben tener una explicacin, y en la naturaleza de las cosas
no pueden ser explicadas por el artefacto mismo que ellas sirven para explicar. Este es
precisamente el problema que Newton enfrent en los Principios. El magnfico sistema del
mundo que el dise explic porqu las rbitas de los planetas alrededor del sol deberan ser
explicadas por una seccin cnica; pero Newton no pudo explicar las condiciones iniciales que
el haba impuesto sobre su sistema. Enfrentndose a un imponderable, el apel a la
intervencin divina. No fue sino hasta que Pierre Simon Laplace introdujo su hiptesis nebular
en 1796 que alguna forma de dependencia fue removida de la mecnica newtoniana.
Este mismo patrn, junto con el problema que sugiere, reaparece en cualquier caso en
que se hable de mquinas, y regresa con venganza cuando sea que se invoque a las
computadoras como explicaciones para la mente humana. Una computadora es simplemente
un artefacto electromecnico, y esta es precisamente la razn de porqu es til como modelo
para el cerebro humano. Al fijar sus condiciones iniciales, un programa de computadora
permite a la mquina hacer un trabajo en el mundo real. Pero los procesos fsicos normales por
medio de los cuales una computadora trabaja son obscurecidos comnmente por su no
familiaridad -quin entre nosotros entiende lo que es una computadora y cmo trabaja? Sin
duda, esta es la razn de porque la tesis de que la mente es como una computadora resuena
con una cierta grandeza intelectual.
Un baco no transmite un aire comparable de misterio. Es una nadera. Hecho de
madera, consiste en un cierto nmero de alambres suspendidos en un marco y un nmero
finito de cuentas colocadas en los alambres. Sin embargo, un baco idealizado tiene
precisamente el poder de una mquina Turing y de esa forma, tanto el baco como la mquina
Turing sirven como modelos de una computadora digital funcionando. Por paridad de
razonamiento, ambos sirven como modelos de la mente humana.
An la tesis de que la mente humana es como un baco parece distintivamente menos
plausible que la tesis de que la mente humana es como una computadora, y por obvias razones.
Es precisamente cuando las cosas han sido reducidas a sus principios esenciales que la
interaccin entre un ser humano y una mquina simple emerge claramente. La interaccin est
desnuda, un agente humano manipulando un baco con la misma precisin de toque que
podra emplear utilizando una palanca, una polea o un plano inclinado. La fuerza que los seres
humanos aplican en mquinas simples es muscular y por tanto derivada de la qumica del
cuerpo humano, vacindose ultimadamente las causas en el gran ocano de las interacciones
fsicas cuya energa une y suelta las molculas ms grandes del mundo. Pero lo que necesitamos
saber en el ejemplo del baco no es la naturaleza de las fuerzas que controlan su
comportamiento, sino las circunstancias por las cuales dichas fuerzas entran en escena.
Ninguna cadena conocida de causas hasta la fecha dan cabida al hecho inconveniente
de que, al fijar las condiciones iniciales de una mquina simple, un agente humano provoca una
nueva, inesperada, enteramente idiosincrsica distribucin de la materia. Cada artefacto
mecnico representa lo que la antroploga Mary Douglas llama materia fuera de lugar. El
problema que Newton enfrent pero no pudo resolver en los Principios regresa cuando se hace
un intento de proveer una descripcin del ms simple de los actos humanos, un toque o
pequeo golpe que pone a una cuenta pulida de madera a girar alrededor de un alambre. El
rastrear la cadena causal hacia atrs nos lleva slo a un caos de causas, cada una de ellas
desplazando objetos materiales de sus lugares apropiados, de tal forma que al final, el misterio
es apaleado hacia atrs hasta que se llega a un punto en que puede ser ignorado de forma
segura.
Una cadena de causas fsicas por lo tanto, obviamente no es til al explicar como un
agente humano exhibe la capacidad de alterar las cosas. Pero tampoco ayuda el invocar,
como algunos han hecho, a la hiptesis de que se necesita otro baco para fijar las condiciones
iniciales del primero. Si cada baco requiere otro baco en turno, el camino se abre a la locura
de una regresin infinita, un punto observado hace ms de 70 aos por los dialcticos Kurt
Gdel y Alfred Tarski en sus artculos milenarios sobre lo incompleto.
Si no podemos explicar como trabaja la mente humana en trminos de una serie de
causas fsicas ni en los trminos de una serie infinita de artefactos mecnicos, qu queda
entonces? Est la ordinaria, muy rica, infinitamente conmovedora explicacin de vida mental
que sin dudar nos aplicamos a nosotros mismos. Es una explicacin francamente mgica en su
naturaleza. La mente humana registra, reacciona y responde; forma intenciones, concibe
problemas, y luego, como Aristteles not speramente, acta. Al analizar la accin, nosotros
slo podemos decir, como dijo Alberto Magno, que un cierto poder de alterar las cosas es
inherente al alma humana.
Un smil que por su persuasin depende del proceso mismo que intenta explicar no
puede ser contado como un gran xito.

Que la Mente Humana es Como Cualquier Otro rgano del Cuerpo

i la explicacin computacional de la mente humana no puede ser llevada bajo el
control del modelo de lo que la ciencia debera ser, qu hay de la tesis de que la mente
humana puede ser comprendida por referencia a las leyes de desarrollo biolgico? Aqu
llegamos al segundo smil de la psicologa evolutiva.
Como el gobernante del alma, Tolomeo escribi en el Tetrabiblos, Saturno tiene el
poder de hacer a los hombres srdidos, mezquinos, de espritu ruin, indiferentes, de mente
malintencionada, perniciosos, cobardes, tmidos, malignos al hablar, solitarios, lacrimosos,
desvergonzados, supersticiosos, orgullosos de su esfuerzo, insensibles, creadores de complots
en contra de sus amigos, pesimistas, descuidados de su cuerpo. Conocemos el tipo; no hay
necesidad de remarcar el punto en sus palabras. Algunos hombres estn simplemente podridos.
S
El anlisis que Tolomeo ofrece en defensa de su tesis es cualquier cosa menos crudo.
El punto cronolgico de inicio de las natividades humanas, escribe, es naturalmente el
tiempo mismo de la concepcin, pues a la semilla son dadas de una vez y para siempre las
cualidades mismas que marcarn al adulto y que se expresan en el crecimiento. Es la posicin
de Saturno la que afecta a la semilla, y la semilla por consiguiente afecta al hombre.
A pesar de la sofisticacin de Tolomeo, nadie en estos tiempos est muy dedicado al
estudio del Tetrabiblos como gua de la psicologa humana. Aunque una correlacin convincente
pudiera ser establecida entre la posicin de los planetas y el inicio de la pudricin humana,
persuadindonos de que hemos identificado alguna causa remota en la naturaleza para algn
efecto humano, esa causa violara de forma algo obvia el impedimento contra la accin a
distancia. Tolomeo mismo era consciente de la distincin entre el conocimiento astrolgico y
el verdadero conocimiento. Al tratar de construir una cadena continua entre la posicin de los
planetas y el advenimiento de la pudricin humana, l estaba tan perdido como nosotros. Es
por esta razn que la palabra que el emplea para describir la forma en que objetos celestiales
evocan sus efectos es influencia; es una palabra que no aparece, y que no es necesaria, en el
Almagest, el gran tratado de Tolomeo sobre astronoma.
Ms de 2,000 aos han pasado desde que Tolomeo compuso el Tetrabiblos. Las estrellas
se han apartado de s mismas; su papel en asuntos humanos ha sido asignado a otros objetos.
Bajo visiones aceptadas por todo psiclogo evolucionista, la fuente de la pudricin humana
puede ser encontrada ya sea en el ambiente o en dentro del genoma humano.
El primero de estos, el ambiente, ha sido el perpetuo Demandante de Registros en
Crianza vs. Naturaleza et al. Pero para nuestros propsitos puede ahora ser descartado para
consideraciones ulteriores. Si algunos hombres son malos, entonces no nacieron de
determinada forma; y si no nacieron de esa forma, una explicacin de la pudricin humana no
puede ser expresada en trminos evolutivos.
La pregunta a la mano es por lo tanto si la ruta iniciada por el genoma humano en el
desarrollo puede ser entendida en trminos del modelo de lo que la ciencia debera ser. Un
sistema dinmico evidentemente est trabajando, uno que transforma lo que Tolomeo llam
la semilla en un ser humano completamente formado despus de nueve meses, y luego en un
logrado ladrn de autos en menos de veinte aos. Lo que la psicologa evolutiva requiere es
una demostracin de que este proceso puede por s mismo ser llevado bajo el control de una
descripcin que cumpla con es estndar de que un objeto no puede influenciar a otro que no
est enseguida de l sin involucrar agentes locales localizados uno enseguida del otro y
haciendo una cadena continua que una los dos objetos.
Bueno, puede?

uestro paradigma bsico, escribe Benjamn Levin en su libro de texto
sobre gentica, es que los genes codifican protenas, las cuales en turno son
responsables de la sntesis de otras estructuras. Levin es un escritor cuidadoso
y consciente. Por otras estructuras l se refiere slo a los cidos nucleicos. Pero su
paradigma bsico es ahora slo una parte de un mito cultural, y por otras estructuras la
mayora de los psiclogos evolutivos quieren decir todas las estructuras que son hechas a partir
de las protenas, ms notablemente en el cerebro humano.
El mito comienza de forma suficientemente slida con las grandes bio-molculas que
hacen al genoma humano. El anlisis los pasos precisos, insondablemente delicados que toman
lugar mientras el genoma sufre varias actividades bioqumicas ha estado dentro de las glorias de
la ciencia moderna. Desafortunadamente, sin embargo, la cadena de causas que comienza en el
genoma humano se estanca de forma no concluyente mucho antes de que la cadena pueda ser
continuada hacia el cerebro humano, dejando de lado a la mente humana. Considere a este
respecto la siguiente secuencia de frases representativas en la cual cerradas conexiones causales
son progresivamente desplazadas a favor de una cada vez ms extravagante serie de metforas:

(1) Qumica cuntica: Para una molcula, es razonable dividir la energa cintica en dos
sumatorias una sobre los electrones, y otra sobre el ncleo.
N
(2) Bioqumica: La iniciacin de traduccin procaritica requiere un tRNA que lleve N-
formyl methionne, adems de tres factores de iniciacin (IF1,2,3), una 30S
subunidad ribosomal GTP, etc.
(3) Biologa molecular: Una vez que la protena une un lugar, alcanza el otro al arastrarse a
lo largo del ADN, preservando de esta forma su conocimiento de la orientacin del
primer sitio (nfasis agregado).
(4) Embriologa: En el embrin, las clulas se dividen, migran, mueren, se pegan una con
otra, mandan procesos y forman sinapsis (nfasis agregado).
(5) y (6) Gentica del desarrollo: Pero los genes son simplemente elementos regulatorios,
molculas que arreglan los ambientes que las rodean para formar un organismo
(nfasis agregado).

Los genes prescriben reglas epigenticas, las cuales son las rutas neurales y regularidades
en el desarrollo cognitivo por el cual la mente individual se ensambla a s misma (nfasis
agregado).

(7) Biologa del desarrollo: La ruta de las conexiones neurales (sinapsis) permite al cortex
humano funcionar como el centro del aprendizaje, razonamiento y memoria, desarrollar la
capacidad de la expresin simblica, y producir respuestas voluntarias a estmulos
interpretados (nfasis agregado).
(8) y (9) Psicologa evolutiva: Los genes, por supuesto, influencian el desarrollo humano
(nfasis agregado).

Los [genes] nos crearon, en cuerpo y mente (nfasis agregado).

hora, los muy sobrios (1) y (2) son claramente parte del modelo de lo que
la ciencia debera ser. Para el momento en que llegamos a (3), sin embargo,
cadenas moleculares muy largas han alcanzado poderes de gobierno: estn
ocupadas alcanzando, arrastrndose y sabiendo: es por dems claro que ests metforas pueden
ser eliminadas a favor de una descripcin bioqumica. En gran parte lo mismo es cierto de (4).
A
En (5) y (6), se sugiere una conexin entre genes, por una parte, y organismos, por la otra, pero
la cadena de causas y sus efectos se hacho demasiado larga, y las conexiones cruciales son
ahora enteramente expresadas en lenguaje que simplemente disfraza los profundos huecos en
nuestro entendimiento.
En (7) la conexin fsica entre la morfologa y la mente es reducida a viento, mientras
(8) desafiantemente resucita a la influencia, el trmino original de eleccin de Tolomeo. Es la
enteramente exuberante (9) la cita es de Richard Dawkinsque finalmente hunde cualquier
ligera seal de los hechos.
Estos ejercicios literarios sugieren que entre ms larga sea la cadena de causas, ms
dbiles son los lazos entre ellas. Si esto no representa nada ms que el hecho de que nuestro
conocimiento es incompleto, o si apunta a una deficiencia conceptual que no tenemos manera
de expresar, dejemos el discurso son cosas que por el momento no podemos juzgar.
Curiosamente, han sido los psiclogos evolucionistas mismos quienes estn ms
dispuestos a rendir en la prctica lo que no tienen en teora. Porque si existiera esa teora
faltante, podra cancelar aniquilara- cualquier declaracin persistente que pudiramos hacer a
favor de la libertad humana. Las ciencias fsicas, despus de todo, no juegan con el
determinismo: es el corazn y el alma de su mtodo. Si estuvieran las sales de boro en libertad
de descartar su identidad, las afirmaciones de la qumica inorgnica seran considerablemente
menos pertinentes de lo que son.
Por tanto, cuando Steven Pinker escribe que la naturaleza no dicta lo que debemos
aceptar o como debemos vivir nuestras vidas, el est expresando una esperanza enteramente
en contra de sus compromisos profesionales. Si los hombres y mujeres ordinarios son, como el
profesor mismo, perfectamente libres de decirle a sus genes que se vayan a brincar a un lago,
por qu entonces ponerle la menor atencin a la psicologa evolutiva por qu ponerle la
menor atencin a Pinker?
Dejando de lado la irona, un patrn est trabajando aqu. Donde (en el primer smil)
las explicaciones computacionales de la mente son suficientemente claras para ser abarcadas
por el modelo de lo que la ciencia deber ser, estn incompletas radicalmente. Ellas contienen
lo que deberan explicar. Donde las explicaciones de desarrollo (en el segundo smil) de la
bioqumica y la qumica cuntica son similarmente claras y llamativas, se extienden no ms all
que de unas pocas molculas. Difieren lo que no pueden explicar. En ambos casos, algo
permanece sin explicacin.
Esta es una conclusin desilusionante pero quizs no inesperada. Estamos hablando,
despus de todo, de la mente humana.

Que la Mente Humana es Como Cualquier Otro Artefacto Biolgico

os psiclogos evolucionistas creen que la nica fuerza en la naturaleza
adecuada para la generacin de complejidad biolgica es la seleccin natural. Es el
axioma de su fe. Pero aunque la seleccin natural es comnmente descrita como una
fuerza, ciertamente no es una fuerza de la naturaleza. Hay solamente cuatro fuerzas de ese tipo:
la gravitacional, electromagntica y las fuerzas fuertes y dbiles. La seleccin natural no es una
de ellas. Aparece, en su mayor parte, como una forma flotante de gobierno, una cuya identidad
slo puede ser determinada por estudios de campo sobre las criaturas vivientes la hormiga, el
ratn y el campaol.
L
Pero estudios de campo han probado ser notoriamente faltos de conclusiones en lo que
se refiere a la seleccin natural. Despus de tres dcadas observando a los pinzones de Darwin
en las Islas Galpagos, P.R. y B.R. Grant estuvieron al fin en condiciones de decir que se
necesitan estudios adicionales de largo trmino. Es la conclusin invariablemente establecida
por los estudios de campo evolutivos, y la nica conclusin establecida con un alto grado de
confiabilidad.
La historia ms grande contada por la psicologa evolutiva es por tanto anecdtica.
Como otras historias tales, se subordina a s misma al principio de que somos lo que somos
porque fuimos lo que fuimos. Quin podra argumentar algo diferente? Demasiado
comnmente, sin embargo, este principio es apoyado a s mismo por el contra-principio de que
fuimos lo que fuimos porque somos lo que somos, un crculo no calculado para engendrar
confianza.
Por tanto, en las pruebas de preferencia, Victor Johnston, un bio-psiclogo en la
Universidad del Estado de Nuevo Mxico, ha reportado que los hombres a lo largo y ancho
del mundo consideran atractivas a las mujeres con los rostros ms femeninos. Sus labios son
grandes y lustrosos, sus quijadas estrechas, sus ojos grandes. En la exhibicin de cada revista y
cada cartelera, tales rostros conllevan marcas hormonales acentuadas. Estas son una gua
para la fertilidad, y es la promesa de fertilidad que causa la entusiasta respuesta masculina.
No hay ninguna razn para dudar que la afirmacin de Johnston de que en general los
hombres prefieren a las mujeres jvenes y hermosas sobre las dems el resultado, estoy
seguro, de investigacin extendindose sobre una veintena de aos. Es la conexin con la
fertilidad lo que contina siendo un enigma. Si los estndares masculinos de belleza tienen sus
races en la poca paleoltica tarda, los hombres de todo el mundo deberan estar ahora
buscando mujeres musculosas corpulentas con espaldas anchas, piernas fuertes, un gran
umbral para el dolor y un ansia especial para continuar buscando directamente despus del
parto. No ha sido suficientemente documentado que esto sea as.
De cualquier forma, un anlisis de las preferencias sexuales humanas que no vaya ms
all de las preferencias es un ejercicio de andar de puntillas hacia el umbral de algo importante
y nunca mirar con atencin. La promesa de la psicologa evolutiva es nada menos que la
explicacin de la mente humana. Ninguna teora psicolgica podra de ninguna forma ser
considerada completa o por lo menos interesante si no se preguntara el porqu los hombres
exhiben los gustos o toman las decisiones que toman. Cuando aparece el tema de las
preferencias sexuales, lo que est involucrado es el aparato completo de pasiones creencias,
deseos, sentimientos, anhelos, esperanzas, ansias, ternura doliente. Estudiar las preferencias sin
invocar las pasiones es como estudiar al rayo sin siquiera mencionar la electricidad.
Este es uno de esos ejemplos donde los psicologa evolutiva traiciona un raro parecido
familiar con ciertas teoras en la filosofa y la psicologa que (como hemos visto en el caso del
determinismo) los psiclogos evolucionistas estn ansiosos de repudiar. El conductismo en
psicologa, como en el trabajo de John Watson t B.F. Skinner, vino a fracasar porque el
comportamiento humano es por s mismo una categora competida, que cae en la irrelevancia
una vez que es alargado para acomodar las fuentes de comportamiento en la mente misma.
Puede ser posible analizar las estrategias de apareamiento del campaol: un interruptor
gentico sencillo parece suficiente para convertir a un macho que normalmente sera fiel a su
pareja en uno rimbombantemente promiscuo. Pero los seres humanos, no necesita uno decirlo,
no son campaoles, y lo que ellos hacen es inteligible para ellos slo cuando est coordinado
llos son.
A
con lo que e
pesar de las historias notablemente poco confiables que los psiclogos
evolucionistas cuentan sobre el pasado, hay ah, sin embargo, una estructura
cientficamente razonable que pueda ser invocada para apoyar tales historias (como
unos huesos bien conservados pueden apoyar a un rostro que de otra forma sera frvolo)?
El tejido subyacente que conecta el paleoltico tardo y la era moderna es el banco
gentico. Cambios en ese banco reflejan un proceso dinmico en el cual los genes sufren
cambios, se duplican a s mismos, surgen hacia el futuro o cambian, y por medio de todas las
contingencias de la vida sirven durante cada generacin al propsito de crear otra generacin.
Esta es la regin de la gentica de poblaciones, una disciplina a la que se dio una formulacin
remarcablemente sofisticada en los 30s y 40s por Ronald Fisher, J.B.S. Haldane, y Sewel
Wright. Siendo matemticos excelentes, estos hombres se interesaron en tratar a la evolucin
como un proceso expresado por un subyacente sistema de ecuaciones. En los 70s y 80s, el
genetista japons Motoo Kimura revivi y extendi sus teoras.
El tratado de Kimura, La Teora Neutral de Evolucin Molecular (1983), inicia con palabras
que deberan sonar sobrias para cualquier psiclogo evolucionista: La teora neutra afirma que
la gran mayora de cambios evolutivos a nivel molecular, como es revelado por estudios
comparativos de secuencias de protenas y secuencias de ADN, son causadas no por seleccin
darwiniana sino por derivas aleatorias de mutantes selectiva o cercanamente neutros.
Si la teora de Darwin es cuestin de variacin aleatoria y seleccin natural, es la
seleccin natural la que es denotada en la visin de Kimura. La variacin natural es algo de
capital importancia; el azar es la fuerza conductora: Kimura est escribiendo sobre la gran
mayora de cambios evolutivos, no todos. Adems, l est dispuesto a aceptar la disyuncin
darwinista: o las adaptaciones complejas son el resultado de la seleccin natural o no son el
resultado de ninguna cosa en absoluto. Pero el efecto de su trabajo es claro: en cuanto la
evolucin sea neutral, no es adaptiva, y mientras que no sea adaptiva, la seleccin natural no
juega un papel en la vida.
Como sus predecesores, Kimura escribe dentro de una tradicin particular, una cuyos
confines son fijados por el modelo de lo que la ciencia debe ser. Por tanto, al tratar de
describir el destino de un gen mutante, Kimura es guiado por una ecuacin diferencial la
ecuacin de Fokker-Planck, usada previamente para modelar procesos de difusin. Aunque
complicada, la ecuacin tiene una interpretacin directa. Describe la evolucin de una
distribucin de probabilidad, rastreando la probabilidad sobre cada instante de tiempo en que
un gen especfico cambiar su representacin en una poblacin de genes. Kimura puede
proveer una solucin explcita a la ecuacin, y por tanto tratar a la evolucin molecular como
un problema bien planteado en anlisis.

ero si el modelo de lo que la ciencia debe ser es poderoso, tambin es limitado. El
extenderlo fuera de sus lmites naturales comnmente se convierte en un ejercicio de
fuerza mal aplicada, como un soplido hacia el aire.
Como he remarcado varias veces, el poder de una ecuacin diferencial para gobernar el
flujo de tiempo depende de una especificacin sobre sus condiciones iniciales. Son
precisamente estas condiciones iniciales lo que esas explicaciones anecdticas sobre la
evolucin humana no pueden dar. Podemos decir sobre esos cazadores y recolectores, slo
que cazaron y que recolectaron, y podemos decir esto slo porque parece obvio que no haba
nada ms que ellos pudieran hacer. El banco gentico que abarcaban no puede ser recuperado
directamente.
P
La pregunta aparece muy naturalmente: puede ser recuperado ese banco gentico de
las ecuaciones diferenciales de la gentica matemtica, as como la posicin original y momento
de un sistema de partculas movindose bajo la influencia de la gravitacin pueden ser
recuperadas a partir de su posicin y momento presentes? Esta es la pregunta planteada por
Richard Lewontin.
*
Escribiendo en una reciente edicin de la Revisin Anual sobre Gentica,
Lewontin observa que si las ecuaciones de Kimura llevan a una poblacin adelante en el
tiempo a partir de ciertas condiciones iniciales, entonces lo que se requiere es una segunda
teora, una que pueda invertir las deducciones de la primera teora e inferir hacia atrs a partir
de un estado observado en particular en el presente.
Lewontin tiene razn: esto es precisamente lo que se necesita. Dada la trayectoria
descrita por la solucin de la ecuacin Fokker-Planck, es ciertamente posible rastrear la
ecuacin hacia atrs, pasando la edad media, pasando el imperio romano y el sumerio, hacia la
era de los cazadores-recolectores. No hay nada perturbador respecto a esto. La ecuacin de
Kimura tiene una solucin explcita, y el ver de donde sali es como correr una pelcula hacia
atrs.
Pero el hecho de si, al correr hacia atrs este filme en particular, canalizaremos
inevitablemente la corriente temporal en un juego nico de condiciones iniciales no est
totalmente claro. Con cuestiones de este tipo, estamos en el dominio de los problemas
inversos, en el cual el pasado depende del presente. La solucin a un problema inverso,
remarc el matemtico ruso Oleg Alifanov, implica el determinar causas desconocidas
basadas en la observacin de sus efectos. Es este el problema que la psicologa evolutiva debe
resolver si sus atractivas historias sobre la era paleoltica quieren ganar credibilidad al nivel
molecular.
Y es este problema el que Lewontin argumenta que no puede ser resuelto en el
contexto de la gentica matemtica. Una teora dinmica que predice el estado presente
generalmente requiere que sepamos no slo la naturaleza y magnitud de las fuerzas que han
operado, sino tambin de las condiciones iniciales y el tiempo por el cual el proceso ha estado
en operacin. Este doble requerimiento conocer las fuerzas, especificar las condiciones iniciales- no
puede ser cumplido simultneamente al regresarnos desde el presente. Una pieza de
conocimiento se necesita para la otra.
Este argumento especfico puede ahora ser agrandado para incluir el caso general. Los
problemas inversos aparecen en las matemticas cuando se hace el intento de correr varias
pelculas matemticas hacia atrs, y ellas son hasta el momento suficientemente bien entendidas
como para que se pueda decir algo de ellas de forma preliminar. Los problemas inversos no son
generalmente bien planteados. Al observar un recipiente con un lquido hirviente, no podemos
usar las ecuaciones de densidad para determinar su identidad. Muchos lquidos alcanzan el
mismo punto de ebullicin aproximadamente al mismo tiempo.
Con los problemas inversos, lo que de hecho, se pierde es la seguridad esencial y el
poder del modelo de lo que la ciencia debe ser, y regresamos a un mundo familiar en el que
las cosas y los datos estn desordenados, son caticos y parciales y en el cual las teoras, a pesar
de nuestras buenas intenciones, son asimismo incapaces de echar una ojeada sobre la evasiva
del tiempo, hacia el futuro o al pasado.
Una forma familiar y por ahora deprimente se ha revelado por debajo del tercer y final
smil de la psicologa evolutiva. Tiene xito al cumplir las demandas del modelo de lo que la
ciencia debera ser, pero puede cumplir esas demandas slo en un punto aislado. El resto es
oscuridad, misterio y magia.



*
Le agradezco a Robert Berwick de MTT por llamar mi atencin sobre este artculo, y por insistir en su
importancia.
Los Orgenes de la Mente Humana

i los smiles principales de la psicologa evolutiva no han mejorado nuestro
entendimiento de la mente humana de ninguna forma apreciable, podremos decir por
lo menos que han hecho algo para promover la esperanza principal del campo, es
decir, que la mente al final tomar su lugar como un objeto material existiendo en un mundo
de otros objetos materiales?
S
Esto no est claro de ninguna forma. Como Leda Cosmides ha observado muy
sensiblemente, la psicologa evolutiva es ms que un programa de resultados especficos. Como
programa, recuerda ms a un atleta de fin de semana preparndose eternamente para
embarcarse en una gran variedad de ejercicios extenuantes. En la literatura de psicologa
evolutiva, no hay por tanto ningn esfuerzo determinado de juzgar ninguno de los temas
clsicos de filosofa de la mente con el fin de hacer algo ms que afirmar vagamente que algn
aspecto de la mente existe porque bien podra haber sido til. No hay, en la psicologa
evolutiva, ninguna explicacin de las emociones ms all de lo trivial, o de los sentimientos,
ninguna explicacin de accin o intencin, ninguna explicacin de la habilidad humana para
adquirir conocimiento matemtico o cientfico, ninguna exploracin muy directa sobre el
poder de la mente para actuar a distancia al conferir a las cosas con un significado ninguna
explicacin, esto es, de ninguna de las caractersticas de la mente cuya existencia lanza una
pregunta sobre sus orgenes. En su gran esperanza como en muchos otros aspectos, la
psicologa evolutiva ha depositado su confianza en la apuesta de que con el tiempo estas cosas
sern explicadas. Si esto es as, todo lo que por fuera podremos decir es que el tiempo dir.
An as cualquier ensayo sobre psicologa evolutiva estara incompleto si no
reconociera el conmovedor poder de su historia principal. Pues esa historia, involucrando
como lo hace, a nuestros ancestros, sugiere que la mente humana que conocemos ahora tuvo
su fuente en circunstancias que, aunque obstruidas por el tiempo y daadas por la distancia,
son familiares de todas formas.
El tiempo es el distante pasado. En Babilonia, escribe el historiador Eusebio del 3er
siglo al relatar las historias perdidas de Berossos el Caldeo, que un gran nmero de gente viva
sin disciplina y sin orden, como animales. Un monstruo aterrador llamado Oannes se apareci
entonces a los babilonios despus de subir gateando del mar rojo. Tena el cuerpo completo
de pescado, pero por debajo y pegada a la cabeza de pez haba otra cabeza, humana, y unidos a
la cola de pez, pies, como los de hombre, y tena voz humana. El monstruo pas sus das con
los hombres, nunca probando bocado alguno, sino enseando a los hombres las habilidades
necesarias para escribir, para hacer matemticas, y todo tipo de conocimiento.
Desde aquel tiempo, Eusebio agrega con pesar, nada ms ha sido descubierto.

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