Compartir Antropomorfizar 2020

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¿Qué es antropomorfizar para la semiótica cognitiva?

“El único valor que le damos a nuestra vida son los riesgos que tomamos.”

E. Hemingway

“Es relativamente fácil aceptar que el dinero es una realidad intersubjetiva. La mayoría de la gente también
está dispuesta a reconocer que los antiguos dioses griegos, los imperios del mal y los valores de las
culturas ajenas existen únicamente en la imaginación. Pero no queremos aceptar que nuestro Dios,
nuestra nación o nuestros valores sean meras ficciones, porque estas cosas dan sentido a nuestra vida.
Queremos creer que nuestra vida tiene algún sentido objetivo, y que nuestros sacrificios son importantes
para algo que trascienda las historias que habitan nuestra cabeza. Pero, en realidad, la vida de la mayoría
de las personas tiene sentido únicamente dentro de la red de historias que se cuentan las unas a las
otras.”

Y. N. Harari

“La verdadera prueba de la inteligencia es pensar ideas contradictorias y seguir funcionando.”

H. Aguilar Camín

“La humildad no es una virtud espontánea de las personas sino uno de los posibles resultados de su
incontenible estupidez y negligencia metiendo la pata.”

Groucho Marx

“Siempre estamos tratando de convertir las cosas en signos para las abstracciones más inteligibles, de
nuestra propia invención. Pero, al hacer esto, robamos a estas cosas buena parte de su ser natural.”

A. Huxley

“Somos los guionistas, directores y editores de la trama de nuestra propia realidad.”

M. Sigman

“Las verdades y el futuro no están en las estrellas ni en las cosas sino en las mentes de personas que
imaginan posibilidades infinitas.”

W. Shatner

1
Conocer cómo el ser humano significa todo

Jakob Von Uexküll (1864-1944) desde la biología teorizó la idea de que cada criatura se
estructura y estructura su entorno circundante (Umwelt) por medio de sistemas de
percepción/interpretación exclusivos y específicos. Así, cada organismo biológico percibe e
interpreta el mundo según su propia naturaleza, instancia investigada por la biosemiótica y la
zoosemiótica también. Ernst Cassirer (1874-1945) desde la filosofía de las formas simbólicas y
luego antropólogos e historiadores han planteado la inquietud sobre cómo las personas –en
especificidad- le damos sentido a las cosas. La biología evolutiva denomina hominización al
proceso por el cual, a partir de la familia de los primates, nos diferenciamos de los gorilas, de los
chimpancés y de los orangutanes. Convertirnos evolutivamente en seres humanos y
significar/conocer como seres humanos son dimensiones de un mismo fenómeno.

En cosmología el principio antrópico postula que la existencia, origen y evolución del


universo se justifica y entiende por y para nosotros, los seres humanos. Este principio ha
generado más controversias que claridad, así, reflexiona polémicamente en una disciplina
fundamental sobre el lugar que el hombre se adjudica o no en la explicación del cosmos. Las
nuevas corrientes historiográficas por el impacto del ser humano en la geología, proponen llamar
a esta etapa del Holoceno (los últimos 2,5 millones de años): el Antropoceno. La incidencia del
quehacer humano desde sus comienzos es planetaria, desequilibrante e impredecible.

Los enfoques científicos citados nos llevan a dar importancia sobre cuánto sabemos o
ignoramos sobre la “escala humana”, es decir sobre cómo conocemos/significamos, cuáles
recursos (posibilidades y limitaciones) poseemos para hacerlo, cuándo, por qué y para qué los
ponemos en práctica.

También incumbe saber cuánto podemos estar en control de ese proceso de significación y
conocimiento; la antroposemiosis1 como lo denomina la semiótica, es un proceso tan utilizado
como desconocido. Ya que es el medio utilitario para conocer/significar todo, rara vez, lo
estudiamos o nos enseñan su funcionamiento. Una alfabetización semio-cognitiva de nuestra
“humanidad” es necesaria y vital para estudiar; luego, encarar cualquier fenómeno natural, formal,
comunicacional, socio-cultural o ideológico. Es más, muchas particularidades de estos
fenómenos se explican por nuestra específica forma de significarlos/conocerlos más que
por discursos teoréticos del sentido común, de los mitos y leyendas, de la costumbre, de
la religión, del mercado, de las ideologías políticas e inclusive de las ciencias.

1
Esté (1997:99-186).
2
La centralidad del proceso de antroposemiosis para el conocimiento científico en particular
es un muy buen ejemplo del peligroso poder del hombre. Significar/conocer del modo humano
constituyó/constituye la razón de por qué somos la especie más exitosa en nuestro planeta pero,
a la vez representa, una poderosa causa de nuestra angustia existencial y exageración vivencial .
La ciencia es el producto de la antroposemiosis –no el único- que más nos hizo avanzar,
no obstante es el que paradójicamente más ha cuestionado, criticado y superado la
condición humana y su escala. Cuando los hallazgos, la investigación y la aplicación científicas
han explicado e intervenido con plausibilidad el universo, el planeta, la vida, la historia, la
sociedad y la cultura; la condición y la escala humanas se conmovieron y conmueven, pero no
siempre para la satisfacción y la armonía. No porque el discurso científico sea nefasto en
sí mismo, sino porque lo que aporta (metodología, teorías y resultados) está en colisión
con la antroposemiosis que desplegamos. Recordemos cómo afectaron y afectan a la
cosmovisión del hombre las matemáticas, la teoría heliocéntrica, la ley de gravitación, la tabla
periódica de los elementos, la teoría de las placas tectónicas, la teoría de la evolución, las
ciencias sociales, el electromagnetismo, la teoría de la relatividad, la microbiología, la teoría de la
información, la astrofísica, la medicina, la bioingeniería, la robótica, la física cuántica, la
farmacología, las neurociencias, la genética, la nanotecnología, etc.

Poner en funcionamiento la antroposemiosis es antropomorfizar, relativizar todo el


conocimiento/significación a la “escala humana”. Para la semiótica cognitiva la antropomorfización
es una operación de tres frentes, que en la práctica, están fusionados:

1. Cómo le damos consistencia humana a las cosas en general. -para que existan
2. Cómo operamos singularmente cuando llevamos a cabo esa tarea. -como significo yo
Waldo, singularmente
3. Cómo operamos socialmente cuando antropomorfizamos. -como le damos existencia
en el marco social, ajustando a la sociedad

Una advertencia un tanto polémica de la antropomorfización descripta por la semiótica es su


operacionalizar abierta. Cuando los semiólogos caracterizan este proceso no justifican su
desgracia, bondad, eficacia o malicia. O sea, en ciencias sociales y las humanidades nos gustaría
únicamente estudiar lo positivo del ser humano y aplicar reformas bienhechoras y justas; sin
embargo, la condición humana y la “escala humana” son materiales, cambiantes y
funcionales. No somos la versión quinta-esencial de las cosas ni entes espirituales, sino sólo
seres evolucionados y complejos pero de ningún modo, perfectos ni siquiera mejores. La
semiótica lejos de brindar una visión pesimista y negativa de nuestra capacidad de
conocer/significar, nos desafía a ser humildes en todo sentido y a investigar cómo
conocemos cuando conocemos (metacognición). Este autoconocimiento metacognitivo es un
3
riesgo existencial notable puesto que su aprendizaje y enseñanza nos hace desaprender
sistemáticamente convencimientos disfuncionales que la familia, la sociedad y la educación
formal nos transmitieron y transmiten. Soy como conozco es un principio de la semiótica
cognitiva, resume la toma de conciencia y revisión intelectual que el estudio, docencia e
investigación de la antropomorfización motivan. Aunque el dicho reza: la verdad libera, para
quienes creen una mentira por mucho tiempo y a través de muchas fuentes, la/s verdad/es los
desestabilizan, los abruman.

Antropomorfizar: especificidades semio-cognitivas de la escala humana

Conocemos/significamos al hacer, al sentir y al pensar. Desde la concepción hasta


nuestra muerte, siempre a través de nuestro cuerpo en experiencia e interactuando por
excelencia con otros seres humanos.

Dentro de la semiótica cognitiva, en 1997 el semiólogo venezolano Aquiles Esté postuló:

“La materia lanzó una apuesta a partir de la lectura del ambiente. Aquel compuesto ovular,
al enfrentar condiciones tan inesperadas, concibió el siguiente razonamiento: “O me vuelvo más
complejo o perezco”. La materia organizada de determinada manera posibilita una emergencia, la
vida. El salto consiste ahora en tener que atender al mismo tiempo los estados internos y las
condiciones externas al ser. Asegurar correlativamente su organización interna y su
comportamiento externo. Lo viviente es al propio tiempo organizador, productor, autoproductor,
comportamental y cognitivo.

Sin embargo, el hombre, hemos dicho, es metacognitivo, y realiza varias de aquellas


actividades de manera mucho más acelerada y a menudo, de modo intencional, precisamente por
estar dotado de esa capacidad metacognitiva. Precisar en qué consiste esa habilidad contribuirá -
desde el punto de vista semiótico- a postular una idea postmoderna de la diferencia entre el
hombre y el animal” 2

Antropomorfizar es un complejo de representaciones integradas por disposiciones,


acciones, emociones, interacciones, sentimientos, convenciones y pensamientos que se puso en
marcha y aún funciona así, por las metas de la biología evolutiva: supervivencia y de
reproducción. La prosperidad constituye también una meta que guio la antropo-semiosis, sin
embargo, pertenece al desarrollo socio-institucional; resulta un concepto moral, ideológico e
historizado, que abordaré más adelante.Lo que resulta próspero está condicionado por factores
específicos de condiciones medio-ambientales, épocas prehistóricas e históricas y lugares
2
Esté (1997:101-102)
4
determinados, técnica y tecnología de diseños y fabricación de artefactos, además de reacciones
imprevisibles de grupos humanos.

Para que un organismo biológico –incluidos nosotros en especial- sobreviva y se


reproduzca, las funciones básicas que debe priorizar son el crecimiento y la protección frente a
cuatro desafíos vitales en forma conjunta:

a) obtención de energía (alimentación),

b) posibilidad de procreación y atención de la prole,

c) cobertura frente al clima y accidentes geológicos

d) y evitación o amparo de las situaciones de peligro.

Crecimiento y protección son estrategias biológicas excluyentes, es decir por el costo


energético y con la finalidad de enfrentar las cuatro necesidades básicas, los seres vivos
cuando crecen no se protegen y cuando se protegen, no crecen; ambas son necesarias y
se complementan pero se inhiben cuando se ponen en práctica.

El crecimiento es una modalidad externada busca el intercambio libre (cambio y riesgo)


del organismo con el medio, con otros organismos de su especie y con los de otras especies. Lo
coloca en situación de exploración y disposición a la experiencia para la búsqueda y consumo de
nutrientes. El gasto de energía es para la producción de energía, por eso el crecimiento es un
proceso retroalimentador; también evita toxinas, amenazas, peligro y dolor. Tiende a la
homeostasis.

La protección es una estrategia internada, clausura al organismo en sí mismo y corta el


intercambio con el medio y los demás organismos. En el caso de los mamíferos activa dos
procesos inconscientes y automáticos): 1) Sistema del Hipotálamo – hipofisiario - suprarrenal que
es inhibidor del 2 y el 2) Sistema inmunológico. Estos sistemas sirven para el enfrentamiento de
reales peligros vitales con estados de alerta, lucha, parálisis, huida, miedo, pánico, estrés
(angustia) y combate de infecciones. El consumo de energía no se recicla lo que genera
debilitamiento general, disminución de las defensas y disfunciones vitales de los sistemas de
respiración, digestión, excreción, circulación y reproducción. Además, el modo protección inhibe
la consciencia y promueve la desatención, reduce la resolución estratégica y predictiva de
problemas vitales (inteligencia). Por último, la protección tiende a las patologías.

El crecimiento y protección son categorías semio-vitales de todos los organismos


vivos, en el ser humano se han sofisticados por el uso de signos o representaciones.

5
La herencia genética por ser mamíferos y primates ha evolucionado durante más de 20
millones de años y nos ha provisto de disposiciones, que por falta de un término más adecuado
llamamos instintos.

Antropomorfizar es un instinto semiótico que hemos evolucionado durante casi 3 millones


de años a la par que nos hicimos Homo sapiens que es nuestra especie dentro del género Homo
como parte de la tribu Hominini a su vez miembro de la subfamilia Homininae de la familia
Hominidae dentro de la superfamilia Hominoidea de los mamíferos. Esta clasificación biológica
tan exhaustiva es oportuna porque sorprendentemente no la conocemos, no nos la enseñan, no
nos interesa saberla y no le encontramos relevancia. Sin embargo es el soporte material y
determinante de quiénes somos y -si no se cambia nuestra biología- lo que seremos.

Cualquier teoría o explicación (mundana, política, religiosa, filosófica y científica) de la


condición humana y su escala que no tome en cuenta nuestra especificidad biológica es irreal y/o
falsa. Antropomorfizar es una capacidad compuesta de muchas facetas que se
complementan y se transforman, la siguiente caracterización es sólo una metodología de
exposición de una competencia que consciente e inconscientemente desplegamos y no
siempre con acierto:

a) La ventaja de ser mamíferos: disposiciones, sueños, acciones, percepciones,


sensaciones, emociones, imitaciones, repeticiones, compasiones y pasiones

Empatía e intencionalidad son disposiciones biológicas que heredamos de los mamíferos


para desplegarlas en contactos directos y situados entre seres humanos y para generar
habilidades sociales en grupos, sin duda constituyen la ventaja cualitativa que nos catapultó
como la especie cooperadora con mayor calidad y complejidad de relaciones sociales. Nuestros
vínculos sociales son, además flexibles, imaginados e imaginarios y cohesionan
(referencia/diferencia) a colectivos amplísimos. La emotividad es el primero y más importante
recurso que promueve el conocimiento y la significación, como así también uno de los medios que
nos lleva a la confusión y el engaño. La historia sociocultural de hace 10.000 años muestra cómo
los hombres hemos implementado y seguimos implementando programas culturales, religiosos,
políticos e, incluso, educativos que fomentan la represión, ocultamiento, control y la vergüenza
de la emotividad.

La semiótica cognitiva ontopática especializa su enfoque en este aspecto de la


antropomorfización y aporta los mecanismos para entender la importancia de la afectividad en la

6
semiosis.Como esencialismo psicológicose conoce la proyección de falsas convicciones de que
en las cosas y los entes inanimados en general, existen esencias y
cualidadeshumanoidessubyacentes por haber estado en contacto con personas. Los ateos y
agnósticos más recalcitrantes creen en el esencialismo psicológicopor ser seres emocionales. La
materia físicano se impregna de psiquismo humano como una energía o carga espiritual que los
invade, ni los fenómenos naturales son realizaciones de entidades superiores que se comportan
como nosotros pero sin errores, sin embargo les atribuimos a los objetos, los datos memorizados,
situaciones y lugares, la contención de esencias humanas. Una prenda de vestir, una joya, un
regalo, una herramienta de trabajo o un juguete conserva al ser amado odiado, , temido,
extrañado o perdido. Un objeto de culto esbendito o maldito; un paraje, una habitación de la casa,
un espacio de esparcimiento, un sitio visitado o un lugar de trabajo están impregnados de la gente
que allí estuvo. Un momento del día, una época del año, un aniversario o una celebración ritual
recuperan las vivencias, las personalidades y los sentimientos. Lo vívido de las evocaciones
reporta para nosotros una garantía de la veracidad y certeza de los hechos rememorados,
recordamos acontecimientos como si materialmente se repitieran y las personas realmente
estuvieran interactuando con nosotros, los vemos, olemos, escuchamos,nos alegran, nos
complacen, nos hacen enojar, los percibimos en plenitud. Inclusive, nos llegamos a emocionar,
pensar, reevaluar y actuar, a consecuencia del esencialismo psicológico.

Bermúdez de Castro (2016:101) en La Evolución del Talento, reflexiona:

“Se puede especular con la posibilidad de que nuestra evolución nos hubiera llevado a
lograr cotas de racionalidad no imaginables. ¿Quizá podríamos haber llegado a ser verdaderas
máquinas de pensar con absoluta frialdad, lejos de los sentimientos que llamamos humanos? Es
curioso, pero decimos que alguien es muy humano cuando tiene sentimientos de amor,
protección y sensibilidad hacia los demás. La frialdad y una excesiva racionalidad no formarían
parte del concepto de humanidad. En otras palabras, por una parte afirmamos ser distintos
de otros seres vivos, de los que nos distanciamos con orgullo y a veces hasta desprecio,
pero resulta que lo que más nos hace humanos es precisamente lo que más nos une a
ellos.” 3

Por otro lado, Marvin Minsky, que fue uno de los pioneros de la Inteligencia Artificial a
mediados de 1950, en 2006 publica La Máquina de las Emociones Sentido Común, Inteligencia
Artificial y el Futuro de la Mente Humana En la introducción para especificar los objetivos de su
libro, argumenta:

3
El resaltado es nuestro.
7
“Por consiguiente, aunque este libro se titule la máquina de las emociones, se defenderá
en él la idea de que los estados emocionales no son específicamente diferentes de los procesos
que englobamos en denominación pensamiento”, por el contrario, las emociones son un modo
de pensar que utilizamos para aumentar nuestros recursos –siempre y cuando nuestras
pasiones no se intensifiquen hasta el punto de perjudicarnos- y esta variedad de modos de
pensar debe ser una parte sustancial de lo que llamamos “inteligencia” que quizá deberíamos
llamarla “habilidad”… Esta idea es el tema central del presente libro, y se opone con firmeza a la
opinión ampliamente difundida de que toda persona posee un núcleo central, una especie de
espíritu o yo invisible, del cual emanan todas las habilidades mentales. Porque esta teoría rebaja
al ser humano, ya que parece implicar que todas nuestras virtudes las tenemos de prestado, o
que nuestros logros no tiene mérito alguno, ya que nos llegan como dones procedentes de alguna
otra fuente. Por el contrario, considero que nuestra dignidad se origina a partir de lo que
cada uno de nosotros ha hecho de sí mismo: una enorme serie de modos diferentes de
enfrentarse a distintas situaciones y dificultades 4. Es esta diversidad la que nos diferencia de
la mayoría del resto de los animales, y de todas las máquinas que hemos construido hasta
ahora.” 5

Las citas de Bermúdez de Castro y Minsky parecen contradecirse, en realidad, ayudan a


explicar la importancia y complejidad de las emociones. Las emociones son las primeras formas
razonables que disponemos por la evolución natural para enfrentar el mundo cooperando con los
demás seres humanos. Las emociones por su versatilidad operan en función de cada
persona conforme las distintas situaciones y encarando los desafíos cambiantes de cada
historia de vida. Constituyen, además, la base semio-cognitiva de nuestras inteligencias y
nuestra ética, a la vez un logro pragmático auto-gestionado de la especie, de los grupos de
pares/iguales y de cada ser humano.

Las emociones al ser fenómenos materiales y cada vez más comprobables y testeados por
la física, la química y las neurociencias, son evidencias que en la praxis se organizan en
sintaxis. Son fenómenos que se estructuran y disipan en función de la experiencia social en
vivo. Los mamíferos en particular todo lo que hemos evolucionado para sobrevivir, reproducirnos
y prosperar lo hicimos con emociones practicadas individual y socialmente al mismo tiempo. Las
emociones son dispositivos semióticos que se ordenan y disipan aunque no seamos conscientes
de ellos ni se diseñen con anterioridad ni se advierta con claridad sus metas. Una sintaxis de las
emociones es versátil por su fuente práctica, es decir las acciones e interacciones de las
personas; y alavez, es ordenada/disipativa por su eficacia pragmática para la supervivencia, la
reproducción y prosperidad de cada persona.
4
El resaltado es nuestro.
5
Minsky ([2006]2010: 17-18)
8
En El Cerebro matemático Stanislas Dehaene (2016: 310) destaca:

“En su libro llamado El error de Descartes Antonio Damasio (1994) demuestra que las
emociones y la razón están estrechamente ligadas, en grado tal que una lesión de los sistemas
neurales responsables de la evocación interna de las emociones puede tener un impacto radical
en la habilidad para tomar decisiones racionales en la vida diaria. La metáfora del cerebro-
computadora no tolera con facilidad este tipo de observaciones, que sugieren que las funciones
cerebrales no pueden reducirse a la transformación fría de información de acuerdo con reglas
lógicas. Si queremos comprender cómo la matemática puede volverse objeto de tanta pasión u
odio, tenemos que conceder a la sintaxis de las emociones tanta atención como las operaciones
de la razón. “
El genoma de los mamíferos procesó la información emocional a través de la evolución 6y
resulta muy fiable, el cerebro humano posee un componente límbico (hipocampo, tálamo,
hipotálamo, ganglios basales y amígdala cerebral) esencialpara que funcione o disfuncione todo
el resto de las funciones cognitivas.Además, como producto del genoma, el cerebroevolucionó en
la especie y se desarrolla en cada persona específicamentepara operar en pleno a fin de
gestionar las acciones, interacciones, emociones, sentimientos, hábitos y pensamientos.Todo
hecho humano social e individual es –en su origen- actitudinal/emocional. La mismainteligencia
emocionaltan necesaria de trabajar en nuestra época, es la competencia metacognitiva sobre las
emociones.

b) Externalización representativa: la disposición a interpretar el mundo exterior con


simulacros y la renuencia al autoconocimiento

Nuestras emociones y correlaciones (realidad subjetiva) están diseñadas para


proyectarse hacia el exterior, en especificidad:

 nos proyectamos hacia los otros seres humanos, para empatizar,


reconocer y expresar las intenciones (confianza/hostilidad);
 a través de ellos, nos volcamos hacia la realidad objetiva (alimento,
características geológicas, amenaza, peligro, seguridad y condiciones
climáticas) y
 junto a ellos elaboramos la dimensión de la realidad que a nosotros
más nos importa, la intersubjetiva.

6
200 millones de años aproximadamente.
9
En este proceso de externalización desarrollamos sistemas de comunicación, el lenguaje
verbal es el medio típico de nuestra especie, éste como todos los sistemas de comunicación
posee emergencia cognitiva, es decir, en su desarrollo no sólo evolucionamos un medio
simbólico, sino que esa misma evolución nos cambia la forma de conocer/significar en general. El
resultado es un cerebro/mente experto en procesar palabras; lo cual es una ventaja pero a
la par una restricción. Las personas no sólo nos entendemos más cuando hablamos sino
también nos confundimos (dilogías, ambigüedad, ironías, mentiras, alabanzas, injurias,
manipulaciones, calumnias, etc.) más.

Con el lenguaje como emergente cognitivo a través del cual empatizamos y


correlacionamos con los demás, junto a ellos conocemos el mundo físico y significamos la
realidad intersubjetiva. Toda esta tarea la realizamos hacia afuera de nuestra interioridad,
no estamos muy capacitados para auto-conocernos, para hacer metacognición; de allí el
costo y la renuencia a la autoexploración. Razón por la cual tenemos que entrenarla,
aprenderla y enseñarla. Es más, cuando hacemos esta autoexploración usamos criterios e
insumos que provienen dela externalización representativa.

El rol del lenguaje en la representación externa es subestimado, hablar, escuchar, leer y


escribir son procesos tan naturalizados que no dimensionamos su importancia para la
competencia semiocognitiva en general 7. El lenguaje es una semiosis compleja de base
emocional y sociopragmática que en sus tres modalidades: oral, escrita e interiorizada procura la
transmisión de la información, la objetivación de los datos y la deliberaciónpública y privada. Es
decir con el lenguaje el ser humanopudo y puede comunicarse sobre datos reales e imaginarios,
construirlos como objetos que inciden sobre la vida y reflexionarlos en grupo o de manera íntima.
Con la materialización del significado y el conocimiento, las palabras otorgan forma al caos de
informaciones internas y externas, proyectadas al exterior del individuo y co-elaboradas con los
demás, las palabras hacen que el lenguaje objetive, registre al mundo y, luego, lo modifique. El
cerebro procesa más rápida y eficazmente las palabras que las imágenes visuales.Hace no de
2.800 años con la invención de la escritura alfabética y su práctica metacognitiva 8, la
objetivación del lenguaje concreta la conciencia introspectiva9personalcomo en la actualidad
se la concibe.

7
En mi libro Repensar el lenguaje Aportes para filosofar sobre las palabras (2020) indago con profundidad semiótica y
filosóficamente el papel del lenguaje.
8
La práctica metacognitiva de la escritura se produce en dos dimensiones. Cuando se adquiere individualmente la destreza de
escribir, la ontogenia de la lecto-escritura; luego con la práctica personal de la escritura volcada al Self. La escritura
metacognitiva activa y entrena nuestro lóbulo prefrontal (planificación, control, deliberación y predicción) durante toda la vida si
persigue los siguientes tres objetivos: a) escribir voluntariamente, b) escribir
9
La construcción semio-cognitiva de la conciencia introspectiva será desarrollada más adelante.
10
La renuencia a autoexplorarnos por ser especializados para conocer a los otros y al
entorno, refuerza la hipótesis de que la conciencia introspectiva es un desarrollo tardío y cultural,
construida en gran parte por la sociotecnología de la escritura metacognitiva. La meditación, la
observación razonante y exhaustiva, la contemplación indagadora, las inspiraciones exploratorias
de nuestra mismidad, los monólogos interiores, el detectar el fluir de la conciencia, las terapias a
través de las palabras; las aprendemos de otros seres humanos porque ellos nos las enseñan.
Espontáneamente los cazadores-recoletores reciclados en burócratas teconologizados que
somos, no nos brota, introyectarnos.

Las lenguas naturales de todas las épocas, las culturas y regiones tienen metáforas
sociocognitivas, también llamadas comunicacionales. Es decir, comparaciones implícitas en las
que explicamos contenidos abstractos, estados de ánimo, emociones, sentimientos y sensaciones
10
a través de la sensibilidad corporal externada (embodiment), de objetos y de fenómenos de la
realidad física11.

La etimología de las palabras referidas a emociones y sentimientos de todas las lenguas


muestra que las raíces lexemáticas de los términos son de los campos semánticos del cuerpo y
de los campos semánticos de las cuatro necesidades básicas: ingesta, reproducción y crianza,
cobijo frente al clima y protección frente al peligro. Con los datos externos del mundo hacemos
toda nuestra vida mental íntima: crear, ensoñar, evaluar, delirar, racionalizar, reflexionar, inventar,
sentir y proyectar.

c) Concientización restringida pero reorientable: nuestra actividad cognitiva: 95 %


inconsciente y 5 % consciente

Uno de los aspectos antroposemióticos más arduos de comprender es ¡cómo con una
conciencia tan limitada conocemos tanto! Aunque la conciencia fue evolucionada porque redituó
un recurso de supervivencia eficaz –como en todo proceso adaptativo- , la eficacia no es
perfeccionamiento ni verdad sino plausibilidad pragmática.En Y el cerebro creó al hombre
¿Cómo pudo el cerebro generar emociones, sentimientos, ideas y el yo? Antonio Damasio
([2010]2015: 399-400) fundamenta:

“La conciencia, aún en sus niveles más simples, interviene en la optimización de las
respuestas a las circunstancias medioambientaleslas imágenes cuando son procesadas en la
mente consciente, aportan detalles acerca del entorno, y esos detalles sirven para aumentar la
precisión de una respuesta tan necesaria como, ´por ejemplo, el exacto movimiento que
10
Estar en el filo de la navaja.
11
Las ventanas del alma.
11
neutralizará una amenaza o asegurará la obtención de una presa. Pero la precisión de la imagen
sólo es parte de la ventaja que supone tener una mente consciente. La mayor parte de esa
ventaja, me figuro, procede del hecho de que, en una mente consciente, el procesamiento de
imágenes medioambientales está orientado por un conjunto particular de imágenes internas, las
del organismo vivo del sujeto tal como es representado en el sí mismo.”

Es notable que si la conciencia evolucionó para dar respuesta de modo eficaz al


medioambiente, dicha respuesta está condicionada por la representación de sí mismo que cada
organismo tiene, no por lo que en realidad el organismo es; ésta es la clave por la que la
conciencia es utilitaria pero sesgada, distorsiona al mismo tiempo que beneficia. Es más, la
conciencia puede llegar a ser egodistónica, es decir provoca conductas, sentimientos e ideas
contrarias al yo, altera los objetivos vitales y las necesidades auténticas del ego. Damasio
profundiza en el mismo texto:

“El sí mismo centra el proceso mental, imbuye una motivación a la aventura de encontrar
objetos y acontecimientos, y en la exploración del mundo exterior al cerebro infunde una
preocupación por el primer y principal problema al que se enfrenta el organismo: la regulación
eficiente de la vida. El sí mismo en sus procesos genera de manera natural esa preocupación,
unos procesos cuyos fundamentos se hallan en las sensaciones corporales, primordiales y
modificadas. El sí mismo que siente intrínseca y espontáneamente marca directamente, a
consecuencia de la valencia y la intensidad de sus estados afectivos, el grado de preocupación y
de necesidad presente en cada momento.

A medida que el sí mismo como proceso se hizo más complejo y se pusieron en juego
funciones como la memoria, el razonamiento y el lenguaje, que coevolucionaron, la conciencia
aportó otras ventajas en gran medida relacionadas con la planificación y la deliberación. En este
ámbito, las ventajas fueron muchas, Se hizo factible examinar el futuro posible y a la vez diferir o
12
inhibir las respuestas automatizadas.”

Un rasgo semiocognitivo de la conciencia humana es que diseña el futuro con signos,


cambia y reprime respuestas biológicas con signos. Más adelante señalaré la impronta de
estos rasgo semiocognitivo de la conciencia sobre el Yo Narrador. El desafío cognitivo exige una
modestia analítica puesto que la asunción de que tenemos una “buena y eficaz” conciencia nos
provoca:

 la ilusión que la conciencia de nuestra vida es la faceta más importante de nuestra


existencia,
 la ilusión de control, dominio y seguridad;
12
Damasio ([2010]2015: 400)
12
 la ilusión de racionalidad,
 la ilusión de coherencia del pasado y del diseño del futuro,
 la ilusión de coherencia en la construcción de la imagen personal 13
 y el dualismo existencial que negativamente polariza nuestro conocimiento en
general.

Desconocemos los procesos inconscientes (¡el 95% de nuestra actividad cognitiva!) o -lo que
es peor- les adjudicamos características siniestras y seudocientíficas. La conciencia filo y
ontogenéticamente fue/es un desarrollo gradual, individual, constante y complejo. La vida
prosperó y puede continuar sin ella, nosotros podemos seguir biológicamente activos sin ella. De
hecho, todos los días la perdemos en el sueño; y perderla para soñar es vital a lo largo de toda
nuestra vida. El sueño está estrechamente relacionado con la memoria y, a través de ella con la
estabilidad emocional, la inteligencia y el pensamiento.

Los bebés humanos si no durmieran tanto (16 hs. diarias aproximadamente) no se


desarrollarían con normalidad. Al nacer y los primeros 24 meses tenemos una disposición
cognitiva y cerebral extraordinarias, para que un cerebro tan potencial, multitareas y perceptivo
aprenda y se funcionalice adecuadamente debe “podarse sinápticamente” (pruning), este
mecanismo necesita del sueño. Cuando los bebés sueñan, es decir, activan la inconsciencia
diaria más importante, no sólo desactivan la consciencia sino que procesan las enseñanzas de su
interacción con el medio y los otros seres humanos, almacenan y organizan la información para
regular sus movimientos corporales, sus dispositivos sensoriales y su ingesta, operan sobre las
experiencias y cosas extrañas y nuevas que les toca vivenciar día a día. La inconsciencia del
sueño –en todas las etapas de la vida- es fundamental para que el cerebro analice el constante
flujo de información novedosa porque cada experiencia física (situacionalidad) moldea
nuestros cerebros aunque no lo parezca. La importancia del procesamiento cognitivo inconsciente
es determinante y “protector” para la singularidad como lo explicaremos más adelante.

También perdemos la consciencia al anestesiarnos, drogarnos, accidentarnos, asustarnos,


intoxicarnos, medicarnos, encolerizarnos y enfermarnos; situaciones muy comunes de nuestra
vida. Hemos aprendido a manipularla con la hipnosis, la realidad virtual y el ilusionismo.

El 95 % de nuestra capacidad semio-cognitiva es inconsciente, la importancia cualitativa de


los procesos inconscientes es vital. El inconsciente está constantemente activo, se apaga sólo
al morir y está operando en el presente actual referenciando de modo permanente al
pasado de cada persona.

13
Sesgo de la constancia de la personalidad.
13
El inconsciente fue evolucionado para el crecimiento y la protección que son las funciones
biológicas claves para la supervivencia y la reproducción. Registra y selecciona información
multisensorial y multidimensional a través de las experiencias emocionales; procesa y almacena
dicha información. Fragmenta e integra la información almacenada para anticipar todas
necesidades vitales y eventuales de un individuo; ofreciéndole así complejas y cuantiosas
posibilidades interpretativas que el consciente selecciona. Además, el inconsciente se ocupa de
activar/iniciartodas las funciones fisiológicas, todas las acciones, todas las interacciones, todas
reacciones, todas las emociones, todos los sentimientos y todos los pensamientos. Con
respecto al inconsciente Dehaene en La Conciencia en el Cerebro (2015:237) evalúa:

“Recordemos el mensaje más importante del capítulo 2: la mayoría de las operaciones del
cerebro son inconscientes. No percibimos de manera consciente la mayor parte de lo que
hacemos y sabemos, desde la respiración hasta el control de la postura, desde la visión de bajo
nivel hasta los movimientos finos de la mano, desde la frecuencia de aparición de las letras hasta
las reglas gramaticales; y durante la ceguera inatencional, incluso podemos perder la vista a un
joven vestido de gorila que se golpea el pecho. Una gran profusión de procesadores
inconscientes teje la textura de quienes somos y la manera en que interactuamos.”

La conciencia está condicionada por la herencia genética y su expresión, por las funciones
sensoriales y cerebrales de cada individuo, por los mecanismos perceptivos y de procesamiento
de datos que aquellas combinan; mecanismos fundamentales pero compuestos por sesgos,
distorsiones y pensamientos negativos automáticos (ANTs). Las funciones cognitivas superiores -
para que la conciencia opere- son complejas y de cuestionable eficacia: lenguaje, memoria,
atención/inhibición y toma de decisiones. La conciencia además es nuestro centro de registro del
tiempo, opera siempre en el presente actual y condicionada por factores situacionales e
individuales (conciencia nuclear14) sobre los cuales, ¡la mayoría de las veces no tomamos
conciencia! No sopesamos cuando rememoramos o cuando nos proyectamos al porvenir que la
conciencia “automática” del yo, del aquí y el ahora (conciencia nuclear de la
situacionalidad), es el auténtico pilar de aquellos constructos.No obstante, como la
consciencia es el soporte de nuestro “yo narrador” diseñador de patrones, aparenta dar
coherencia al pasado (conciencia autobiográfica y ampliada/ memoria episódica) y aparenta
diseñar el futuro.

Le debemos a la conciencia la ilusión de coherencia en la construcción de la imagen


personal; un planteo muy repetido por los psicólogos –no por eso desacertado- es que tendemos
hacia el sentido, un significado o propósito al reflexionar y hablar (evaluación) sobre nuestro “yo”,
nuestra identidad. La garantía de que tengamos un sentido vital de nosotros mismos es la
14
Damasio ([1989] 2000)
14
coherencia en la construcción de nuestra imagen personal (yo narrador y narrado). A. Damasio
([2010]2015) describe los procesos neuronales que se activan al representar nuestro “self”.
Nuestra identidad “debe ser conocida y significada” por nuestro cerebro como una
representación uniforme y coherente aunque de hecho no lo sea, por más que los cambios de
nuestro cuerpo, la variedad de nuestras experiencias de vida y los factores imprevistos del
entorno nos transformen.

Los seres humanos diseñamos e inventamos el alma, el espíritu, el libre albedrío o las
religiones monoteístas tanto como hipótesis colectivas válidas para cooperar, pero más aún
como representaciones uniformes y coherentes para sostener nuestra imagen personal:
nuestro Yo Narrador. La externalización representativa también propicia que nuestra semiosis
tienda a que vivamos sometidos a los deseos del otro15.

Judith Rich Harris (2015:192) sostiene la consistencia de la personalidad es una ilusión. De


hecho, proyectamos nuestro funcionamiento cerebral-psicológico identitario a las formas
culturales que creamos y compartimos. Por eso creemos que las personas y nosotros mismos
tenemos una forma de ser estable, creemos que conociendo “una sola vez” a una persona, ésta
se va comportar así siempre. O que nosotros mismos somos iguales en todo momento.

Para que quede claro: nuestro “self” es dinámico, no estable; es plural, no uniforme; es
contradictorio, no coherente y, finalmente, es material 16, no abstracto.

A pesar de la crítica, estos rasgos de la conciencia son muy productivos ya que nos
permiten imaginar con control17 hacia el pasado y hacia el futuro. Pero entonces ¿cómo se
entiende el valor de la conciencia? Su valor semio-cognitivo es relativo, a decir verdad,
modesto. Además constituye el campo de trabajo de la semiótica cognitiva ontológica. Sobre
valuada y desconocida en su funcionamiento, la conciencia es la base de nuestra
“racionalidad” y de la falacia del dualismo. Puesto que únicamente podemos racionalizar en
estado de vigilia, nos verificamos seres humanos cuando pensamos a conciencia. La frase
anterior parece una verdad tautológica pero es una falacia, la más negativa correlación de esta
falacia es la polarización de nuestra interpretación, por la conciencia presuntamente
“controladora, dominante, racional, tranquilizadora, coherentizadora del pasado y diseñadora del
futuro” dividimos el conocimiento/significación en polos enfrentados y sobrevaloramos uno
abstracto sobre el otro concreto. El dualismo es evaluativo y muy nocivo – sobre todo-
para conocernos y significarnos con acierto ya que divide los polos y excluye al
subvalorado: consciencia/inconsciencia, emoción/razón, humano/no humano,
15
El patriarcado, la falocracia, el Poder y las mitologías de la religiosidad monoteísta han operado con eficacia en función de esta
dimensión de la antropomofización.
16
Genes, hormonas, neuronas, interacciones y sus representaciones.
17
Tengamos la precaución de advertir que imaginamos también inconscientemente, es decir sin control y sin voluntad.
15
profano/divino, singular/social, materia/energía, cuerpo/alma, naturaleza/cultura,
orden/caos, etc.

Sin embargo, no podemos tentarnos con el dualismo maniqueode la consciencia y sostener


que la conciencia –por sesgada- es inútil frente al inconsciente que tiende a la supervivencia y
reproducción del individuo. Si bien el 5% de actividad cognitiva es consciente, su influencia fue y
es decisiva para la emancipación personal y de la especie. Ser conscientes nos permite diseñar e
inventar, ser creativos e imaginativos en muchos sentidos.

Según Damasio ([2010]2015: 403-404):

“La conciencia no se deprecia porque existan procesos inconscientes, sino que, al


contrario, amplía el campo de su acción… La relación entre procesos conscientes e inconscientes
es, al fin y al cabo, un ejemplo más de las extrañas formas de colaboración funcional que surgen
a raíz de los procesos de coevolución. La conciencia y el control consciente directo de las
acciones tuvieron forzosamente que surgir cuando las mentes no conscientes controlaban ya la
acción y al hacerlo obtenían muy buenos resultados, aunque no siempre. La ejecución de la
función, sin embargo, era mejorable, y la conciencia maduró, primero, cuando frenó a parte de los
agentes ejecutivos inconscientes, y luego, cuando implacablemente sacó partido de ellos para
que realizaran acciones planificadas, decididas con antelación. Los procesos inconscientes se
transformaron en medios adecuados y convenientes para ejecutar un comportamiento y dar más
tiempo a la conciencia para que llevara a cabo nuevos análisis y planificaciones.”

La mayor parte de las informaciones teóricas y prácticas, que integran nuestro


inconsciente (memoria procedimental, memoria emocional, memoria de trabajo y memoria
episódica), provienen y se renuevan con las experiencias, actos, interacciones, estados
afectivos, sentimientos y pensamientos conscientes que cada uno llevamos a cabo. Es
decir, las disposiciones biológicas que evolucionamos filogenéticamente, se activan de
manera inconsciente por la experiencia social en vivo 18 de cada individuo que, así,
adquiere destrezas, habilidades, hábitos, creencias y conceptos que luego se automatizan
y se suman a la actividad inconsciente. La conciencia para ser creativa se sirve de
actividad inconsciente surgida de interacciones concretas, ricas, problemáticas y
renovadas, a la vez, se ejercita en dirigirse, concentrarse y redireccionarse. Al automatizar
informaciones teóricas y prácticas en el inconsciente, la consciencia a un menor costo energético
puede fijar un objetivo, concentrarse en ese objetivo y variar de objetivo.Cuando la actividad
consciente, que ya es restringida, se dispersa, se paraliza, se focaliza en imitar pautas
grupales, se obsesiona, se hace teorética, replica tareas mediocres y se estanca en metas

18
Proceso en el cual la repetición, la imitación y el impacto emotivo son claves.
16
simples y a corto plazo; la conciencia no correlaciona, no delibera, no crea, no imagina, no
diseña, no inventa.
19
El psicólogo experimental Julian Jaynes en 1977 propuso la sorprendente hipótesis de
que con la escritura y la lectura de textos 20 en los que el Yo de los personajes y autores se
representaba a sí mismo, se inició la conciencia introspectiva ética, reflexiva, deliberativa y
autoevaluadora que caracteriza al ser humano de los dos últimos siglos. La propuesta
resultó –y aún resulta- casi temeraria, sin embargo; los alfabetizados de hoy, no advertimos
el impacto de la sintaxis representativa que fue y es la escritura metacognitiva. La
alfabetización es una competencia tan común como incomprendida en su valía. Ser
documentados y registrados por el lenguaje, ser legitimados por certificados y escriturados
resultan fenómenos novísimos. Nuestros cerebros de cazadores-recolectores permiten
rápidamente la adquisición de ésta socio-tecnología 21; sin embargo evaluar su relevancia,
es algo poco usual. Que aprender a escribir y leer sea una política de estado casi
universal muy meritoria, no impide reconocer que es un hábito cultural, muy reciente en la
historia de la humanidad. Con tanta naturalidad nos escribimos en relatos, pruebas,
credenciales, manuales, currícula, cuentos, críticas, diagnósticos, documentos legales,
conferencias, monografías, cartas personales, reportes, evaluaciones, informes, peticiones,
novelas, comentarios, tratados, poemas, chats, discursos, apuntes, denuncias, diarios
personales, reseñas, bitácoras, agendas, debates, notas administrativas y periodísticas,
ensayos, perfiles, muros, biografías, memorias, tesis, obras de teatro, proyectos y
programas; para nombrar algunos textos. En raras ocasiones, notamos cómo y cuánto
esta práctica impacta, por un lado, en la configuración de la conciencia de nosotros
mismos, y por otro, en la deliberación interior de lo que somos, hacemos, sentimos y
pensamos.

Es oportuno profundizar cómo la escritura metacognitiva contribuyó al desarrollo cultural de


la conciencia introspectivaactual. Sigman (2015: 191-192) plantea:

“Dicho de otra manera, ¿la conciencia emerge naturalmente en el desarrollo del cerebro o
se forja en un nicho cultural particular?

Julian Jaynes respondió esta pregunta dando lugar a una de las teorías más polémicas y
debatidas de las neurociencia: nuestros antepasados vivían esencialmente en un jardín de
esquizofrénicos. La conciencia, tal como la conocemos, emerge con la cultura en la historia de la
humanidad hace relativamente poco tiempo.

19
El origen de la conciencia en la ruptura de la mente bicameral ([1977]2009)
20
Las tragedias y comedias griegas, los Evangelios cristianos, La Odisea, los Sutras budistas, entre otros.
21
En dos años aproximadamente la destreza lecto-escritural de cualquier lengua nativa puede ser asimilada.
17
El argumento de Jaynes se construye sobre registro fósiles del pensamiento, la palabra
escrita. El período entre el 800 y el 200 a.C. marcó una transformación radical en tres grandes
civilizaciones del mundo, china, india y occidental. Durante este período se produjeron las
religiones y filosofías que hoy son pilares de la cultura moderna. Estudiando dos textos
fundacionales de la civilización occidental, la Biblia y la saga homérica, Julian Jaynes argumentó,
además, que durante este período también se transformó la conciencia.

Jaynes basó su argumento en la lectura de algunos pasajes. Por ejemplo, los impulsivos
héroes irreflexivos de la Ilíada, impulsados por pasiones insufladas en ellos por los dioses, dan
paso al astuto Odiseo, quien engaña a Polifemo y conduce a sus hombres a Escila con una mala
conciencia.

Uno de los argumentos es que este cambio resulta de la aparición del texto. Porque
22
permite consolidar el pensamiento en un papel en lugar de confiarlo a la memoria, más volátil. A
los que ahora reflexionan acerca de cómo Internet, las tabletas, los teléfonos y el desenfreno
informativo pueden cambiar la manera en que pensamos y sentimos, conviene recordad que la
informática no es la primera revolución material que cambió radicalmente la manera en la que nos
expresamos, comunicamos y, casi con certeza pensamos.

Jaynes proponía que las voces interiores, que expresaban voluntades divinas, fueron
reemplazadas por un diálogo interno consciente de sí mismo. La conciencia, antes de Homero,
vivía en el presente y no reconocía que cada uno es autor de sus propias voces. Es la que
denominamos conciencia primaria y que hoy resulta característica de la esquizofrenia o de los
sueños (salvo los lúcidos). Con la proliferación de los textos, la conciencia se transformó en la
que hoy reconocemos.”

¿Cómo la semiótica cognitiva puede fundamentar esta hipótesis tan osada y controversial?
Recordemos junto a William James (1842-1910) que la experiencia no es lo que le acontece a las
personas sino que es, lo que la gente hace con le acontece; tener vivencias o formar parte de
situaciones no es una garantía de ser experimentado si no hacemos que aquellas situaciones, se
asimilen y procesen internamente. La índole pragmática de la condición humana ha sido
ignorada, sentimentalizar e intelectualizarnos parecen ser las fuentes exclusivas y las causas
únicas para indagar nuestra esencia. Con la biología evolutiva, la biología del desarrollo
individual, la psicología evolucionista y la evolutiva, nos asombraría descubrir y estudiar la
enorme cantidad de comportamientos y habilidades que desplegamos, si o si, a través de la
experiencia pragmática de forma inconsciente y consciente. La sintonía fina de nuestra
motricidad, caminar, masticar, interpretar imágenes visuales, deglutir, manejar utensilios básicos,

22
Externalización representativa objetivada por la escritura.
18
calcular tiempo y distancia de nuestra corporalidad proxémica, mover nuestra cabeza de formar
de captar estímulos visuales, olfativos y auditivos, controlar nuestra funciones de ingesta y
excreción, adquirir nuestro sentido de propiocepción a través del tacto en nuestra piel y a través
de nuestros brazos, manos, pies, pene, vulva, ano, boca, orejas, nariz y cuello, regular nuestra
respiración, perfeccionar nuestra gestualidad facial, postural y de miembros superiores e
inferiores, modular nuestra voz, registrar patrones perceptivos ( acústicos, kinésicos,
atencionales, observacionales, olfatorios, gustativos, táctiles, de uso del espacio, de la
distribución y organización del tiempo, etc.), contactarnos con los cuerpos de los demás, aprender
a hablar, aprender a escuchar, asearnos, aprender a participar en una interacción comunicativa,
participar de actividades comunes, tener relaciones sexuales, desarrollar un estilo propio,
aprender a leer, estudiar, practicar un deporte, razonar, seducir, andar en bicicleta, calcular
matemáticamente, conducir un auto, aprender a escribir, jugar, entre muchísimas más
actividades; son adquisiciones pragmáticas. La evolución biológica nos predispone –después de
millones de años- a desarrollar funciones pero únicamente la experiencia pragmática individual
23
las completa, las desarrolla. Es más existen etapas críticas en nuestra ontogenia biológica
para llevarlo a cabo, la plasticidad de nuestro cerebro y la versatilidad de nuestras conductas son
increíbles pero tienen sus límites. En sentido estricto, todo lo humano es adquirido, es de origen
pragmático.

Ahora bien, como seres sociales también le debemos a la experiencia pragmática el salto
cualitativo increíble que llevamos a cabo en sólo 10.000 años de historia sociocultural, en ese
breve lapso de tiempo pasamos de la tecnología paleolítica a la tecnología bioquímica,
informática, cuántica y aeroespacial de nuestros días. ¿Cómo lo hicimos? La biología evolutiva
invirtió 6 millones de años para que seamos únicamente cazadores recolectores hablantes e
hiper-cooperadores. Michael Tomasello (2007) propuso el efecto trinquete o aprendizaje
sociocultural acumulativo como el proceso que explica cómo logramos superarnos basados en
24
nuestra biología en un tiempo tan corto. Este mecanismo ya lo describimos en este libro pero
vale la pena revisarlo para dar cuenta de la escritura metacognitiva como constructora de la
conciencia introspectiva. Tomasello sostiene:

“De acuerdo con la hipótesis que aquí postulamos, los seres humanos presentan una
adaptación exclusiva de la especie, adaptación que es, en muchos aspectos, especialmente
eficaz, porque cambia fundamentalmente el proceso de evolución cognitiva.

Esta adaptación surgió en algún punto particular de la evolución humana, tal vez no hace
mucho, presumiblemente a causa de algunos acontecimientos selectivos genéticos y naturales.
23
Períodos de tiempo en nuestro desarrollo personal que son los más propicios para implementar la adquisición, práctica y
perfeccionamiento de funciones y destrezas.
24
Ver el capítulo La semiótica como teoría, metodología y política.
19
Consiste en la capacidad de los individuos para identificarse con los otros miembros de su
especie, lo cual les permite comprender que éstos son agentes intencionales como ellos mismos,
que tienen sus propias intenciones y su propia atención y, finalmente, que son agentes mentales
como ellos mismos y tienen sus propios deseos y creencias. Este nuevo modo de comprender a
otras personas cambió radicalmente la naturaleza de toda clase de interacciones sociales,
incluido el aprendizaje social, dando lugar a una forma singular de evolución cultural a través del
tiempo histórico, cuando múltiples generaciones de niños en desarrollo aprendieron cosas
diversas de sus predecesores y luego las modificaron de un modo que llevó a una acumulación
25
de estas modificaciones , por lo general incorporadas a algún artefacto material o simbólico.”

Notemos la importancia del reconocimiento de la intencionalidad (emocionalidad expresada


y reconocida) para captar que los otros y uno mismo tiene procesos mentales particulares. De
esta forma las relaciones sociales incluido el aprendizaje social en un tiempo sociocultural
acotado (10.000 años) acumularon informaciones que a la vez modificaron de modo individual
y/o grupal, en artefactos culturales (incluida la escritura alfabética). Más adelante, especifica:

“El «efecto trinquete» que esto produjo modificó drásticamente la naturaleza del nicho
ontogenético en que se desarrollan los niños, en efecto, los niños modernos interactúan casi
siempre con el mundo físico y social a través de la lente de los artefactos culturales preexistentes,
que traen incorporado algo de las relaciones intencionales que sus inventores y usuarios
mantenían con el mundo. Los niños en desarrollo crecen, pues, rodeados de las mejores
herramientas y símbolos que sus predecesores inventaron para hacer frente a los rigores de su
mundo físico y social.” 26

Tomemos en cuenta que en el desarrollo individual del ser humano (ontogenia) la escritura
alfabética como artefacto cultural está presente desde hace aproximadamente 3.000 años ANE,
como herencia y artefacto cultural difundido masivamente tiene no más de 100 años. Los niños
del 2020 se desarrollan -casi todos- en una cultura letrada que les impone una alfabetización
universal básica. Para concentrar su enfoque Tomasello (2007:248) afirma:

“Además, cuando los niños internalizan estas herramientas y símbolos –cuando a usarlos
mediante los procesos básicos de aprendizaje cultura-, crean en ese proceso algunas formas
nuevas y eficaces de representación cognitiva, basadas en las perspectivas intencionales y
mentales de otras personas.”

La experiencia pragmática de adquirir y poner en práctica la escritura alfabética es


individualísima y provoca representaciones semio-cognitivas nuevas y enriquecedoras en cada

25
Tomasello (2007:248)
26
Tomasello (2007: 248)
20
persona. La escritura alfabética se hizo metacognitiva y forjadora de la conciencia introspectiva
cuando en los textos señalados por Jaynes y Sigman se representó al Yo interior deliberativo,
evaluándose, modulando sus discursos, intenciones, acciones y reacciones, comparándose con
otros y consigo mismo en diferentes momentos y situaciones, objetivándose en perspectiva,
registrándose en circunstancias determinadas para luego revisarsey además proyectándose o
retrotrayéndosefrente a los desafíos de la vida.

Ulises,más allá del héroe mitológico del poema de Homero,en La Odisea es el ser humano
que se cuestiona, se indaga, reconoce sus miedos, limitaciones y capacidades, se evalúa frente a
los designios divinos, al mismo tiempo que critica a los dioses, sus intenciones y propósitos; es el
que analiza con agudeza también los alcances de sus acciones, las desavenencias de sus
decisiones y acciones, las expectativas de sus seres queridos y respetados. Para hacer todo eso,
Homero/Ulises, escritor metacognitivo, debe representar su Yo interiory una vez objetivado, lo
puede trabajarcomo un artista a su obra. Recordemos, además, que para los estudiosos del mito
griego, Ulises es el astuto, el despierto que con su sagacidad e inteligencia con gran dificultad se
abre camino propio desafiando los designios de los dioses del Olimpo.

Desde un punto del desarrollo de cada persona (ontogenia), la metacognición


escrituralconsta de dos dimensiones concurrentes en el ser humano contemporáneo
recientemente alfabetizado:

 metodológica (experiencias metacognitivas o procesos de control): la


adquisición de la lecto-escritura demanda aproximadamente 24 meses a partir
de los 4 años y su práctica puede mantenerse toda la vida. No todos los
métodos de enseñanza de la lecto-escritura enfocan primordialmente al Yo
interior deliberativo, lo cual puede ser una desventaja cuando se la practica,
luego, durante toda la vida. No obstante la asimilación y perfeccionamiento de la
escritura alfabética individual es una experiencia metacognitiva, en ella
planificamos, anticipamos, evaluamos estrategias y resultados. Este
conjunto de capacidades entrenadas de por sí, nos hace competentes
metacognitivos.
 temática (saberes metacognitivos o metaconocimientos): no sóloadquirimos
una metodología cuando nos enseñan a leer y escribir sino que tratamos con
determinados temas, el Yo interior deliberativo constituyeLApersona más
importante que nos interesa – o debería interesarnos- conocer. Al desarrollarnos
nuestra personalidad desplegamos estrategias y conocimientos sobre los seres
humanos (realidad intersubjetiva), para ello en función de nuestra experiencia
conocemos y reconocemos a las demás personas; o sea producimos y
21
reformulamos metaconocimientos sobre los que nos rodean. El Yo interior
deliberativo es “descubierto” por la escritura metacognitiva con/por la misma
capacidad que tenemos para “metaconocer” a los demás. Más adelante veremos
cómo nuestro Yo interior deliberativo conjuga nuestroYo Narradorcon nuestroYo
Experimentador. Para lo que importa –a esta altura de nuestro estudio- es que
el Yo interior deliberativo tan requerido y estudiado por la vida actual se
fenomeniza en cada persona –en gran medida- a través de la escritura
metacognitiva. Este Yo interior deliberativo es fundamental para la regulación de
conductas y saberes durante toda nuestra vida.

Desde el punto de vista del desarrollo socio-cultural de la humanidad, la cuestión no resulta


menos interesante. La metacognición escriturales un ejemplo material de nuestro increíble
paso de las conductas materiales a las representaciones simbólicas, de la praxis a la
sintaxis. La escritura alfabética la inventó un pueblo mercantil y viajante que dominó el
Mediterráneo entre 1.500 ANE hasta el 400 de nuestra era. Los cananeos también denominados
fenicios o púnicos, perfeccionaron el proto-alfabeto ugarítico y lo pusieron en práctica para el
registro y documentación de sus actividades comerciales. En muy poco tiempo el principio
ortográfico-fonético, es decir, establecer correspondencia entre una letra (grafema) y un sonido de
la lengua (fonema), fue adoptado por todas las lenguas. En especial por las lenguas de los
pueblos con los que los cananeos interactuaban en las costas del Mediterráneo: etrusco
(antecedente del latino), hebreo, griego, íbero, árabe, persa, tartesio,entre otros. etc.Visualizar lo
verbal fue un salto socio-tecnológico cuyas correlaciones semióticas aún hoy disfrutamos.
Las escrituras ideográficas y pictográficas anteriores sirvieron para que una élite (escribas,
sacerdotes y gobernantes) representara a divinidades, espacios y leyendas sobrenaturales. La
escritura alfabética ligada al tráfico mercantil en el que se intercambiaban bienes, servicios,
herramientas, técnicas, materias primas, insumos, prácticas sociales de producción y circulación
de productos; resultó la idóneo para objetivar el Yo interior deliberativo. Por supuesto, también
sirvió para transcribir teogonías y mitologías, sobre todo con la adopción de los griegos, inclusive
los mitos se difundieron másporque aprender y enseñar a escribir alfabéticamente es más fácil y
útil que ocupar de 10 a 30 años de formación para dominar los códigos jeroglíficos y logográficos
de los escribas de la realeza o del culto oficial. El Yo interior deliberativo también es imaginario
(como los dioses y sus creaciones)pero resulta tangible, real representación de nuestra
interioridadque, al mismo tiempo de ser objetivada, puede reflexionar sobre sí misma.

Un desarrollo cultural e individual tan refinado como la escritura alfabética metacognitiva es un


meme; el biólogo Richard Dawkins ([1976]1993), la bióloga Susan Blackmore (2000) y el filósofo

22
de la mente Daniel Dennett (2017) 27 son investigadores que extrapolan las capacidades de los
genes para replicarse, adaptarse y exaptarse con el fin de trascender a través de generaciones a
la capacidad exclusivamente humana de desarrollar y transformar conductas socioculturales que
se repiten y retroalimentan, los memes, en nuestro corto periodo socio-histórico (10.000 años). El
meme de la socio-tecnología denominada escritura alfabética metacognitiva, es unhábito social
vigente28en el sentido peirceano, de vigencia reciente (800 años ANE según Jaynes y Sigman),
práctica intensa y distorsionada. Si bien los escritores del siglo XXI somos asiduos a
transcribirnos y permanentemente escribimos sobre nosotros, no buscamos escribirnos para
reflexionarnos sino para sobreexponernos al escrutinio público de redes digitales y foros
virtuales.

Regresando al aprovechamiento de la noción de meme para la semiótica cognitiva al


explicar la relación de la escritura metacognitiva y la conciencia introspectiva; Dennet (2017:188)
los define:

“Forzando un poco el lenguaje coloquial de la imagen manifiesta, podríamos decir que los
memes son maneras: maneras de hacer algo o construir algo, pero no instintos (que son un tipo
diferente de maneras de hacer o construir cosas). La diferencia es que los memes se transmiten
perceptualmente, no genéticamente.

Los memes son información semántica, diseños que vale la pena robar o copiar, excepto
cuando se trata de información incorrecta que, igual que el dinero falso, es algo que se transmite
o se guarda bajo la equivocada suposición de que es valioso y útil. Y como hemos visto, la
desinformación es diseño que vale la pena copiar. Al fin y al cabo, el correo basura de Internet,
como la propaganda, está diseñado. ¿A quién beneficia? A veces a los anfitriones, a veces los
autores y a veces los propios memes, que pueden no tener autor pero, al igual que los virus (que
tampoco tienen autores), tienen su propia aptitud, su propia capacidad de replicación relativa.”

Estas aclaraciones de Dennett son claves para entender cuando la memética y la semiótica
cognitiva –a diferencia de otras metodologías- trabajan una visión alternativa de cómo la
información transmitida por la cultura se instala en los cerebros sin ser comprendida. El problema
con el punto de vista habitual es que se basa acríticamente en la suposición de que la
racionalidad está incorporada en el enfoque intencional: la presunción predeterminada de la
psicología popular es que las personas, e incluso los animales «superiores», comprenderán todo
aquello que se le plantee ante sus ojos. Ideas, creencias y conceptos nuevos son ideas,
creencias y conceptos comprendidos, casi por definición. Tener una idea es saber qué idea
27
Sugiero en especial esta obra de Dennett para introducirse en la problemática de los memes, para no confundir los memes con
los cibermemesque circulan en redes virtuales. Estas diapositivas entretenidas, efímeras e ingeniosas de propagación masiva no
son recursos de análisis riguroso e investigación seria.
28
Un tipo complejo de Interpretante Dinámico.
23
tienes, imaginarla y diferenciarla con claridad, tal como dijo Descartes. 29Más allá de la ironía de
Dennett, la naturaleza memética de la escritura nos permite describirla en su complejidad
aleatoria y en la determinación que tuvo y tiene para la conciencia introspectiva. La escritura es
una sociotecnología que no se diseñó racionalmente ni se perfeccionó con intencionalidad precisa
para representar y deliberar con claridad nuestra interioridad. Como muchos artefactos culturales,
como los genes, evolucionó con una gran cuota de azar e improvisación, con adecuaciones sobre
la marcha y para fines más modestos y circunstanciales. La escritura alfabética devino de la
estilización de pictogramas (gráficos que representan objetos reales) que un pueblo utilitario y
comerciante como el cananeo/fenicio logró con el uso del cálamo (estilete de caña hueca
embebido con tinta más útil para escribir que la cuña sumeria que horadaba las tablillas de arcilla)
y el papiro (invento egipcio compuesto por láminas vegetales superpuestas luego enrolladas). La
ciudad de Biblos sobre el Mediterráneo -de la que deriva la palabra bibliografía- fue el centro
fenicio que comercializó el papiro egipcio y proveyó la materia prima para escuelas de traducción
de los persas y los centros comerciales e intelectuales helenísticos como la ciudad de Alejandría.
¡Los memes como la escritura alfabética son competencias que se desarrollaron
pragmáticamente sin comprensión y que practicándolas correlacionan más comprensión y
diseñan más artefactos socioculturales!

Julian Jaynes (2009) cuando en 1977 propuso que la escritura alfabética metacognitiva
construyó la conciencia introspectiva reconoció que Homero, los evangelistas, los recopiladores
de los sutras budistas; primeramente aprendieron a escribir y leer con facilidad, luego
representaron su Yo interior con su propia voz (sujeto de la enunciación) o a través de personajes
(sujetos del enunciado), para finalizar deliberando sobre sí mismoen la medida que pudieron
objetivarlo. En función de que la alfabetización se universaliza, cada persona puede hacerlo e
indagarse. Aunque por la aleatoriedad y factores del imprevisible devenir humano, como lo
señalé, escribimos más sobre nosotros –ciertamente- pero no para autoconocernos y
reflexionarnos sino para vender una imagen pública a ser evaluada, viralizada o ignorada.¡La
aleatoriedad memética y la semiosis correlacionadora combinadas en la escritura alfabética
metacognitiva para fortalecer, transformaro debilitar la conciencia introspectiva!

La inmersión en una cultura letrada, la preponderancia de la escritura y la lectura es tan


connatural a nuestra existencia social contemporánea que no las advertimos ni sopesamos la
importancia de las mismas. Figurar una experiencia, una fantasía, simular un experimento social
en la actualidad –un tanto cruel pero no obstante muy evidenciador - en el que desescribamos30
un ser humano a propósitopara ver qué pasa con su conciencia introspectiva, con la relación con
29
Dennett (2017:194)
30
No lo alfabeticemos, no lo registremos en credenciales ni documentemos en certificados y no le permitamos el acceso a
cualquier tipo de información vehiculizada en textos.
24
sus pares y padres, con su vínculo con el mundo en general; sería un modo de visualizar la
temeraria hipótesis de Jaynes31.
R. Calasso al prologar la traducción al español de El Origen de la conciencia en la
ruptura de la mente bicameral (2009) sostiene:
“¿Qué es la conciencia? Ésta, que para nosotros es la experiencia más inmediata y
cercana, este "teatro secreto hecho de monólogos sin palabras y de consejos corteses, hogar
invisible de todos los humores, las meditaciones y los misterios”, sigue aleteando aún, como
objeto inaferrable, en la investigación científica y filosófica. Julian Jaynes, psicólogo experimental
de formación, señala en este libro una respuesta del todo nueva a esta cuestión antigua. Su
intención no es sólo mostrarnos lo que no esla conciencia (a través de un examen devastador de
las teorías corrientes sobre el tema),sino en qué consiste y cómo ha nacido, en un cruce agudo
entre neurofisiología, teoría del lenguaje e historia.”

d) Hipercausalismo: movimientos, intenciones, motivos, narraciones y


explicaciones científicas

En la vida natural, un movimiento o un cambio de estado alertan sobre el agente o agentes


de tales situaciones. Los organismos biológicos detectan aquellas variaciones del entorno porque
son imprescindibles para la supervivencia y reproducción, la detección del agente o los agentes
identifica la causa de aquellas variaciones. En la escala humana, aquellos agentes son
interpretados como intencionales, en realidad, los hombres por la empatía, concebimos como
intencionales organismos biológicos, cosas y fenómenos naturales que no tuvieron, tienen, ni
tendrán motivaciones humanas ni son seres humanos, por supuesto. Los discursos mitológicos,
religiosos, ideológicos, políticos y los del mercado de consumo atribuyeron y atribuyen motivos
humanos a toda clase de entidades: fenómenos naturales, animales, plantas, accidentes
geográficos, astros, fenómenos cósmicos, quimeras, entelequias, abstracciones, números,
estadísticas, índices bursátiles, etc.).

A través de las narraciones únicamente los seres humanos hemos conectado


causalmente personas, personificaciones, estados de ánimo, objetos físicos, organismos
biológicos, artefactos culturales, cronologías, conflictos y fenómenos naturales. Las narraciones
conforman a escala humana las matrices de la causalidad. La narratividad de la
antroposemiosis no es sólo una cualidad de los textos lingüísticos sino que está consustanciada
operacionalmente a las acciones (hacer), a los sentimientos (sentir) y a los pensamientos

31
R. Calasso al prologar la traducción al español de El Origen de la conciencia en la ruptura de la mente bicameral (2009)
sostiene: “
25
(pensar). Hasta la misma idea de metodología puede ser interpretada como una narración de
pasos a seguir.La narratividad, en consecuencia, no es fácil de aislar como objeto de estudio e
investigación.

K. J. Gergen (1996:243) explica:

“Contrariamente a todos estos enfoques, que hacen el mayor hincapié en el individuo,


quiero examinar las autonarraciones como formas sociales de dar cuenta o como discurso
público. En este sentido, las narraciones son recursos conversacionales, construcciones abiertas
a la modificación continuada a medida que la interacción progresa. Las personas en este caso no
consultan un guión interno, una estructura cognitiva o una masa aperceptiva en busca de
información o guía; no interpretan o “leen el mundo” a través de lentes narrativas; no son los
autores de sus propias vidas. Más bien, la autonarración es una suerte de instrumento
lingüístico incrustado en las secuencias convencionales de acción y empleado en las
relaciones de tal modo que sostenga, intensifique o impida diversas formas de acción.
Como dispositivos lingüísticos, las narraciones pueden usarse para indicar acciones
venideras, pero no son en sí mismas la causa o la base determinante para tal tipo de
acciones; en este sentido, las autonarraciones funcionan más como historias o cuentos
morales en el seno de una sociedad. Son recursos culturales que cumplen con ese tipo de
propósitos sociales como son la autoidentificación, la autojustificación, la autocrítica y la
solidificación social.” 32

Nuestra composición semio-cognitiva nos condiciona a narrativizar causalmente la


realidad en general para otorgarle sentido. Por eso el gusto por las sagas, los cuentos
infantiles, los falsos relatos personales, los relatos religiosos, las crónicas periodísticas, las
novelas, las leyendas, las películas épicas, las series televisivas, las telenovelas, las historias de
las naciones, los chismes, las parábolas, las biografías, los dibujos animados, los informes de
situación y la vida de los otros .

La causalidad para la física pre-newtoniana era “el cemento del universo”, la causalidad de
los primeros científicos del siglo XVII fue la traslación de las expectativas del ser humano común
a detectar fuentes y agentes que obraran como seres humanos. A nivel macrocósmico, a nivel
geológico, a nivel meteorológico, a nivel molecular genético, a nivel biométrico y a nivel
subatómico, o sea a escalas no humanas, la causalidad no es siquiera un criterio exhaustivo
para la investigación científica. Es más, a nivel de los fenómenos que estudian las ciencias
sociales la interdependencia, la complejidad y correlacionalidad son criterios más eficaces para
describir, analizar, teorizar e intervenir la realidad intersubjetiva. Sin embargo, el hipercausalismo

32
Más adelante desarrollaré la importancia de la narratividad del yo en los procesos de autoconocimiento.
26
–como dije- es inherente e inevitable a nuestra esencia pero constituye una desventaja cuando lo
ponemos en práctica buscando causas primeras, humanas y únicas, por un lado y fines
eternos, claros y humanos a conveniencia, por otro. El antropocentrismo egocéntrico nos
desarrolló pero a la vez nos limita y perjudica.

En mitología se denomina relatos etiológicos33 a los mitos que explican los orígenes y las
causas sobre todo de los fenómenos naturales catastróficos o que produjeron estrés climático
irreversible y/o cambios socioculturales importantes (migraciones, guerras, epidemias,
hambrunas, sublevaciones, destronamientos, invasiones, organizaciones jerárquicas, etc.). Lo
cierto es que la superestructura narrativa es causal, de esta forma todas las narraciones procuran
garantizar una razón, una causa, una fuente de origen de algún suceso, más aún, si el
acontecimiento impacta socialmente. Los fenómenos actuales de Fake News34y de la Posverdad35
son etiológicamente verosímiles por narrativos. Lo que sorprende es que lo fenómenos actuales
como las narraciones mitológicas son post –factum, es decir, son elaboraciones discursivas que
después de ocurrir los eventos (muertes, cataclismos, desastres naturales, sucesos insólitos,
casos fortuitos, ocurrencias aleatorias, fenómenos probabilísticos, etc.) se arrogan plantear los
orígenes y causas. En realidad son ficciones para tranquilizar con una razón por lo general falsa,
diseñadas para generar una sensación de control imaginario y justificación ideológica. Para
nuestra inquietud, los seres humanos preferimos una mentira tranquilizante y compartida a
verdades movilizadoras y promotoras del juicio individual para llenar los vacíos de sentido. Las
narraciones socializantes son hipercausales por su producción, su circulación y su
reconocimiento.

El hipercausalismo del ser humano se evidencia en la infancia (desde que nacemos hasta
los 12 años más o menos), de niños procesamos todo lo que nos acontece desde una burbuja
egocéntrica; lo malo, lo bueno y sus escalas es causado y dirigido por/a mi niño interior.

De hecho el hipercausalismo es un buen síntoma para evaluar la madurez de las


personas y las entidades imaginarias que creamos, a mayor hipercausalismo centrípeto
menor significación y conocimiento adultos. Metafóricamente la burbuja egocéntrica de la
niñez se transforma en el agujero negro de la mayoría de edad. Como sostiene Harari (2016:
196):

33
Etiología: estudio de las causas.
34
Noticias falsas.
35
Articulación de creencias funcionales y marcos socioculturales que la auspician, las creencias no son contrastables objetiva ni
empíricamente, situación que los contextos favorecen. Se plantea que los discursos de la Postverdad son relevantes en sí
mismos, sin embargo la asunción de verdad/objetividad de los mismos siempre y ahora, están direccionados y motivados
emocionalmente.
27
“Este ensimismamiento caracteriza a todos los humanos en su infancia. Los niños de todas
las religiones y culturas creen que son el centro del mundoy por ello muestran poco interés
genuino en las condiciones y los sentimientos de las demás personas. Esta es la razón por la que
el divorcio sea tan traumático para ellos. Un niño de cinco años no puede comprender que ocurra
algo importante por razones que no tengan que ver con él. No importa la cantidad de veces que
mamá y papá le digan que son personas independientes con sus propios problemas y deseos, y
que no se divorcian por culpa del niño; este no puede asimilarlo. Está convencido que todo ocurre
por su causa. La mayoría de las personas abandonan esta ilusión infantil cuando crecen. Los
monoteístas se aferran a ella hasta el día de su muerte. Al igual que un niño cree que sus padres
se pelean por su culpa, el monoteísta está convencido de que los persas luchan contra los
babilonios debido a él. Ya en tiempos bíblicos, algunas culturas tenían una percepción más
exacta de la historia. Las religiones animistas y politeístas presentaban el mundo como el patio de
juego de numerosos poderes diferentes y no de un único dios. En consecuencia, para los
animistas y politeístas era fácil de aceptar que muchos acontecimientos no tienen relación con
uno o con su deidad favorita, y que no son ni castigos por sus pecados ni premios por sus buenas
obras”.

e) Correlación de patrones: azar, convención, eficacia y apofenia

La realidad física, los eventos cosmológicos, las formaciones y procesos geológicos, los
cambios del clima, la química de los elementos, la evolución de la vida y los acontecimientos
subatómicos son fenómenos aleatorios y auto-organizados; no siguen patrones perfeccionistas, ni
destinos superiores ni diseños inteligentes ni a entidades creadoras. La naturaleza humana
proviene de la aleatoriedad y la auto-organización pero la antroposemiosis por emotiva,
externada, intersubjetiva, lingüística, consciente e hipercausal rechaza el azar y la
improvisación. Recordemos que los hombres no abordamos la realidad como es sino
como necesitamos que sea. Al conocer/significar operamos con patrones causales,
sospechamos destinos trascendentales, presuponemos entidades creadoras que como
arquitectos perfeccionistas planificaron de antemano todo. En fin, antropomorfizamos el entorno
para convertirlo en mundo humano.

Correlacionamos al establecer causalidad entre dos o más eventos que nos


inquietan o interesan para subsistir, si esa relación de causalidad es eficaz (no
necesariamente cierta o empíricamente probada) configura un patrón; el patrón es
sometido a contrastación y difundido, si sigue siendo eficaz y/o es compartido, se acepta
casi incondicionalmente. La cohesión de colectivos amplios hace que esos patrones -sean
eficaces o sean compartidos-, se asimilen sin restricciones porque generan confianza y

28
seguridad grupales. La convencionalidad funciona (arbitrariedad) pero de ningún modo, la
guía la certeza.

Descubrir y aplicar patrones eficaces y/o compartidos y/o aceptados, nos hizo correlacionar
para crecer y protegernos en pos denuestra supervivencia, reproducción y prosperidad.
Respondimos con eficacia a las cuatro necesidades vitales; somos los mamíferos más prolíferos,
más cooperativos, con mayor presencia en todas las regiones del planeta y con instituciones
socioculturales complejas. Somos los primates superiores que más hemos ampliado nuestras
expectativas de vida y sobre vida sin modificar, desde hace 150.000 años nuestra biología, sólo
con nuestros artefactos culturales. Pero la eficacia biológica y cultural de cazadores recolectores
aunque vigente, hace dificultosa la vida actual en la que sólo una mínima cantidad de personas
caza y recolecta.

En este sentido, Steven Pinker (2003:323) reflexiona:

“A la mayoría de las personas les es familiar la idea de que nuestras experiencias más
duras tienen su origen en un desajuste entre la fuente de nuestras pasiones en la historia
evolutiva y las metas que hoy nos fijamos…Lo que es verdad de los sentimientos lo puede ser
también del intelecto. Algunas de nuestras perplejidades pueden proceder de un desajuste entre
los objetivos para los que evolucionaron nuestras facultades cognitivas y los objetivos que
hoy les asignamos36”.

La correlación de patrones también nos trajo aparejadas a las satisfacciones y adelantos,


serias dificultades. Si bien atribuimos causalidad, no significa que esa causalidad siempre exista;
la coincidencia, las inconsistencias, el sinsentido y la casualidad para los seres humanos
no tienen cabida. Para sobrevivir y procrear las personas correlacionamos con patrones
toda la realidad a nuestro alcance, aunque no haya causalidades reales y ciertas.

El vacío, el caos, lo distinto, el azar, la ambigüedad, la inconsistencia, lo fortuito, la


inestabilidad, el misterio y lo desconocido son cubiertos por los patrones cuando son eficaces,
compartidos y/o aceptados. Las explicaciones de los mitos y las religiones en el pasado, la
difusión de las tradiciones y costumbres, el sentido común y sus mandatos sociales, las
propuestas de las ideologías y la política, los estereotipos y promesas del mercado de
consumo son ejemplos de la correlación de patrones. En la mayoría de los casos, esas
correlaciones nos reportan “cognicidios”. ¡Cómo! ¿Matar el conocimiento es un gesto de la
búsqueda del conocimiento? Esta paradoja se apoya en la antropomorfización, cuando las
explicaciones y las aplicaciones de patrones son exitosas más por su convencionalidad
que por su eficacia empírica; el conocimiento se autodestruye. La correlación de patrones
36
El resaltado es nuestro.
29
convencionales (repetición) convierte a las coincidencias en axiomas y a las
probabilidades en leyes incontrovertibles. Si estos patrones dominan la realidad
intersubjetiva son dogmas irrestrictos y negativos.
37
El psicólogo Carl Goldberg (1999: 202-203) reflexiona sobre la correlación de patrones
sociales irrestrictos y sus cambios en función delos fenómenos de “racionalización” y de
“negación”:

“Lo que parece más básico para la empresa humana es que cada uno de nosotros aspira a
un sentido de significado y unidad para nuestra existencia. A fin de sobrevivir, intentamos dar
cierta apariencia de significado a nuestra experiencia creando estándares según los cuales vivir,
regulando y ordenando en esa forma un mundo de otra manera inexplicable.

Por eso Edipo se arrancó los ojos, aunque, en rigor, no se lo podría culpar de la trágica
muerte de su padre. Actuó en defensa propia, matando a un hombre desconocido. Pero en un
sentido universal, como se dio cuenta Edipo, el parricidio era imperdonable. Había que pagar un
precio, y a él lo encontró justo.

Todas las sociedades, subculturas y grupos establecen sistemas normativos que rigen las
relaciones entre sus miembros. Sin tales sistemas, que se pueden considerar como fórmulas
psicosociales de utilidad social, las relaciones interpersonales serían bombardeadas con
caprichosas, caóticas e imprevisibles demandas y consecuencias. Cuando los estándares del
sistema dejan de ser compartidos o cesan de funcionar según sus propósitos, los individuos
tienen dificultad de comunicarse entre sí. Incapaces de vivenciar su existencia como habiendo
sido vivida armoniosamente y bien, empiezan a sentir vergüenza y desesperación.

Incluso entre descarriados sociales, como ha sido bien establecido, existe la necesidad de
justificación. El uso de tipos especiales de justificación conocidos como racionalización y
negación, les proporciona circunstancias atenuantes que le permiten torcer o quebrantar los
códigos sociales.”

El sesgo de confirmación38 (sugestión emocional y reacciones ideomotoras) y el efecto halo


al evaluar a las personas, también son resultados de la correlación irrestricta de patrones.

La apofenia es el sesgo cognitivo de ver o verificar patrones donde no los hay, fue en
1959 estudiado como un síntoma de la psicosis; hoy en día, en las neurociencias se lo considera
un rasgo no patológico de nuestra dotación cognitiva y se despliega a nivel perceptivo como a
nivel de procesamiento de inputs. Es más, la misma consciencia es considerada como pro-
apofénica.
37
Experto en el desarrollo de la personalidad malévola.
38
Las evidencias fortalecen la convicción y las evidencias contrarias o distintas son desatendidas o descartadas.
30
Para la semiótica cognitiva, la apofenia opera como un proceso que proyecta relaciones
causales entre sucesos u objetos donde sólo hay coincidencias o probabilidades. Sin embargo,
esta proyección de patrones también, en otros escenarios, implica ignorar sucesos u objetos que
sí están vinculados causalmente. Entonces, la apofenia para la semiótica cognitiva resulta una
estrategia con dos problemáticas; por un lado, conocemos/significamos superponiendo
patrones causales donde no hay conexiones: las creencias, el espiritismo, los fantasmas, los
seres mágicos, las supersticiones, las profecías, los augurios, las cábalas, las tradiciones
sociales, la magia, la astrología, las hipótesis ad hoc expandidas, las mentiras sesgadas por su
masiva circulación social, los relatos fantásticos y maravillosos de leyendas y mitos, los
estereotipos publicitarios del mercado, lo paranormal, lo sobrenatural, etc. Por otro lado,
conocemos/significamos superponiendo patrones causales extraños donde sí hay
conexiones. En la historia de las ciencias naturales, las investigaciones y los hallazgos de la
física, la química y la biología ejemplifican este tipo de apofenia, la falsabilidad del discurso
científico es la respuesta a esta problemática. La historia de las creencias y las religiones expone
la apofenia como correlación negativa de patrones pero, lamentablemente, estas formas de
significación y conocimiento no tienen recursos que enfrenten sus productos inhumanos:
creacionismo, fanatismo fundamentalista, biblicismo, catecismo, contaminación de ideas violentas
relacionadas a la raza, a las etnias, a los intereses económicos, geopolíticos y militares, etc.

Lo sorprendente es que así como la proyección de patrones nos hizo eficaces


conociendo/significando y evolucionamos, también -cuando se hace apofenia- nos confunde y
estanca. Es difícil determinar cuándo la proyección positiva de patrones se hace apofenia. Pero lo
que sí contribuye estudiar la apofenia es a relativizar y analizar nuestra “estética de
razonamiento”, nuestra manera de percibir y concebir la interpretación y producción de
significados/conocimientos.

La formación deforma dicen los epistemólogos para advertir que la disciplina del
conocimiento en la que somos expertos o especialistas nos “apofeniza”. La especialización en
determinada área de conocimiento tiende a la apofenia porque las metodologías (patrones) al ser
tan específicas de un objeto en particular, los aíslan (disciplinarismo) de fenómenos con los que
están relacionados. Por eso, es interesante bricolar, es decir extrapolar (trasladar) diferentes
metodologías expertas sobre un objeto de conocimiento sobre el que soy experto. Con esto
evitamos “apofenizarnos” con nuestra disciplinaridad y renovamos/ampliamos nuestra “estética de
razonamiento”.

También, resulta relevante señalar que en las dos clases problemáticas negativas
correlacionadas a la apofenia:

31
 la convencionalidad masiva, impuesta e irrestricta de los patrones (más
convencionalidad grupal mayor apofenia) y
 el distanciamiento hasta la negación de los datos materiales (menor empiria
mayor apofenia).

f) Socialización compleja: confianza, jerarquía y órdenes imaginados/imaginarios

Como primates nuestras relaciones sociales ya son sofisticadas, pero debido a la profunda
complejidad de las sociedades humanas, se hicieron más exhaustivas por el lenguaje.
Bermúdez de Castro (2016:123) observa:

“Es muy probable que el secreto de nuestra especie en su competencia con los
neandertales y otras especies del planeta residiera en la adquisición de un mayor grado de
socialización. La aparición del simbolismo quizá pudo producir una mayor capacidad de
cooperación entre los grupos de nuestra especie. Y cooperación es sinónimo de innovación,
socialización y difusión del conocimiento.”

E.O. Wilson sostiene en El Sentido de la Existencia Humana ([2014] 2016:58-59):

“Los prehumanos de África se acercaron al umbral de la organización social avanzada de


una forma parecida a la de los animales inferiores, pero lo lograron de una manera diferente. A
medida que las dimensiones del cerebro se fueron duplicando o triplicando, esos grupos utilizaron
su inteligencia basándose en una memoria brutalmente mejorada. Así como los insectos
primitivamente sociales desarrollaron la división del trabajo sirviéndose de instintos reducidos que
sacan provecho de las categorías de organización social de cada grupo – como por ejemplo, las
larvas y los adultos, los exploradores y los cuidadores-, los humanos primitivos tenían un
comportamiento variable basados en instintos que dependía de un conocimiento detallado
de cada miembro del grupo.

El establecimiento de grupos a partir de un conocimiento mutuo, íntimo y personal,


fue el logro excepcional de la humanidad.39 Si bien la semejanza entre genomas fruto del
parentesco fue una consecuencia inevitable de la formación de grupos, la selección de
parentesco no fue la causa. Las limitaciones extremas de la selección de parentesco y las
propiedades fantasmales del fitness inclusivo se aplican tanto a los humanos como a los insectos
eusociales y otros animales. La mejor forma de ilustrar el origen de la condición humana es a
través de la interacción social producto de la selección natural: las tendencias hereditarias a

39
El resaltado es nuestro.
32
comunicarnos, reconocer, evaluar, cooperar, competir, establecer vínculos afectivos y, a partir de
todas ellas, el inmenso y cálido placer de pertenecer a un grupo particular. La inteligencia social,
mejorada gracias a la selección grupal, hizo del Homo sapiens la primera especie totalmente
dominante de la historia de la Tierra.”

La cooperación40 a través del lenguaje no se inicia con la transferencia de información


pragmática o lógica sino con la búsqueda de confianza e identificación de la hostilidad de
personas específicas o grupos específicos de personas (teoría del chismorreo). En la
filogenia y en la ontogenia las palabras se practican para empatizar, detectar y producir
intenciones, inferir emociones en los otros y manifestar emociones propias, “leer mentes”; todo
esto en contextos grupales. La conformidad social (hacer, sentir y pensar como el grupo) y la
influencia de la preferencia social (elegir con los criterios del grupo) son disposiciones cerebrales
y cognitivas que las personas heredamos de los mamíferos eusociales y que no podemos evitar.

Los factores comunitarios son estudiados por la etología y -mal que nos pese- son iguales
para todos los primates:

o confianza/hostilidad,
o territorialidad/propiedad,
o órdenes de jerarquía y
o sexualidad.

La intervención del lenguaje metaforiza las relaciones cooperativas, lo que reporta una
ventaja y desventaja cognitivas, a la vez. Con las metáforas hacemos comparaciones implícitas
entre dominios o campos semánticos distintos en la necesidad de visualizar o aclarar el
significado de determinados referentes. Cuando metaforizamos las relaciones cooperativas,
en particular, si bien esclarecemos los vínculos; a la par; por la variedad, el cambio y la
complejidad de las relaciones sumada a la circulación grupal de las metáforas, estos
vínculos se hacen polisémicos y generan malentendidos. Recordemos: hablando no sólo las
personas nos aclaramos las cosas sino que también nos confundimos y engañamos.

La base material de la biología de los primates evolucionó según los factores mencionados
pero sobre los mismos dispositivos biológicos y -en función de los mismos factores, como
planteé- desarrollamos con el lenguaje metafórico y la visualización, constructos socio-
culturales.

Pensemos, por ejemplo, la territorialidad/propiedad que en el mundo de los mamíferos se


define por objetos y espacios concretos (desiertos, bosques, selvas, estepas, sabanas, cuevas,

40
Tomassello (2010) y (2007).
33
espejos de agua, etc.) que son marcados por medios físico-químicos (marcas de olor, heces,
orina, aullidos, cantos, señales de eco-localización, feromonas, coreografías, coloraciones,
temperatura, etc.) con órganos evolucionados (ojos, miembros táctiles, glándulas y receptores ,
aparatos de respiración, de digestión, de excreción, de reproducción, de audición y de fonación)
para la comunicación cooperativa entre los miembros de la misma especie y para los organismos
de otras especies. Los seres humanos somos casi imbéciles para la quimio recepción y unos
minusválidos sensoriales frente a las capacidades de otras especies. Como mamíferos
condicionamos la cooperación a la territorialidad/propiedad, tenemos limitaciones
(circunstanciales, adquiridas o congénitas) para marcar por medios físico-químicos los objetos y
los espacios. Sin embargo, compensamos dichas limitaciones con palabras e imágenes
visuales (constructos socioculturales) para la comunicación cooperativa a gran escala y en
exclusiva entre nosotros, no nos importan las otras especies; nuestra realidad es la
intersubjetiva. La territorialidad/propiedad en nuestros términos es comprehensiva
específicamente a los humanos, abstracta y metafórica, es decir, simbólica.

Otro ejemplo son los órdenes de jerarquía, la organización cooperativa de cualquier grupo
de mamíferos es estructurada por la herencia genética y mediada por recursos físico-químicos y
funciones orgánicas específicas también. Enseñanza/aprendizaje/refuerzo de conductas son
objetivos comunicacionales para ordenar jerárquicamente. A todo este desarrollo material de
organización de clases que continuamos como primates, le añadimos con el lenguaje y con
imágenes visuales: criterios simbólicos, leyes y categorías imaginadas/imaginarias que
compartimos sólo entre ciertos grupos de seres humanos y que imponemos a otros
grupos de seres humanos, a las otras especies y al entorno en general.

La psicóloga norteamericana Judith Rich Harris (1999) ha demostrado que la


socialización compleja de los seres humanos está condicionada -de modo casi
determinista- en la singularidad de cada uno, en nuestra específica personalidad, a través
de las relaciones horizontales (socialización grupal). En síntesis, los pares o iguales, los
colegas, los compañeros de trabajo, amigos, hermanos y parientes contemporáneos son
más decisivos e influyentes en nuestra “forma particular y diferencial de ser” que los
padres, tutores, adultos a cargo de niños, abuelos, maestros, profesores y dirigentes.

En la socialización grupal-horizontal, las relaciones comparativas situacionales


(concretas, directas e individuales) son decisivas para nuestra singular y diferencial personalidad.
Puesto que en los diversos grupos de socialización de iguales y en situaciones concretas
comparativas con ellos, y sólo en estos grupos y esta clase de situaciones; nosotros
podemos auto-clasificarnos, auto-categorizarnos, auto-conocernos.

34
Para analizar la sólida determinación de nuestra particular forma de socializar, Christakis y
Fowler (2010:264) en Conectados citan un interesante caso de realidad virtual (World of
Warcraft, un juego de Internet jugado por 11 millones de personas en todo el mundo) muy real
durante la primera mitad de 2020 por la pandemia del Coronavirus:

“El 13 de septiembre de 2005 los programadores del juego abrieron una nueva zona para
jugadores avanzados, habitada por Hakkar, una serpiente alada con poderes colosales.
Hakkarestaba equipada con diversas armas y habilidades, entre ellas la de propagar una
enfermedad contagiosa denominada “sangre corrupta” con la que podía contaminar a sus
enemigos. Cuando uno de sus adversarios se infectaba, todos los avatares cercanos se
contagiaban también…

Los programadores de World of Warcraft pensaron que se trataba de un recurso bastante


ingenioso con el que retar a sus jugadores. Sin embargo, éstos respondieron al contagio de
forma imprevista. En lugar de seguir luchando contra Hakkar hasta morir por sangre corrupta,
algunos usaron su capacidad de teletransporte para escapar a otra zona del juego. Como
resultado, la infección se extendió no sólo entre los jugadores que se enfrentaban a Hakkar. Lo
que se había diseñado como un pequeño obstáculo para jugadores poderosos en una zona
localizada –algo así como un catarro en un adulto sano que vive en un pueblo pequeño- se
convirtió en una epidemia mundial que no tardó en aniquilar a centenares de miles de jugadores
más débiles.

Es notable el parecido con la realidad de la pandemia; pero parece más ilustrativo que la
socialización de selección multinivel con la prioridad de la socialización por grupos de pares, con
las categorizaciones simbólicas (imaginadas/imaginarias) que generamos para etiquetarnos,
conla repetición de patrones grupales que se adecuan a las cambiantes condiciones del entorno,
conla comparación situada dentro y entre grupos de pares y con los sesgos cognitivos propios de
nuestra forma de vincularnos; se traslada a cualquier realidad alternativa inclusive en una que
sólo nos entretiene. La supervivencia, reproducción y prosperidadlogradas por la especie en
cooperación se traslada al mundo virtual con la improntabiológica y sociocultural; la imaginación
cibernética enriquecida por las innovaciones y posibilidades virtuales no transforman nuestra
especificidad comunitaria y sino al revés. Más adelante, Chirstakis y Fowler (2010:264) describen:

“A medida que los jugadores regresaban a sus casas virtuales extendían la infección por
todas partes, incluidas ciudades densamente pobladas. Además, en otro error de programación,
se había permitido que la infección se pudiera propagar a las mascotas. Aunque éstas eran
inmunes y no morían, servían de reserva para el patógeno y se convirtieron en una fuente

35
inmediata de reinfección una vez los dueños volvían a la vida o habían sido curados de la
enfermedad,

La pandemia se extendía y los programadores buscaban desesperadamente una


explicación. No entendían qué era lo que mataba a tantos jugadores, y terminaron por imponer la
cuarentena, aislando a los jugadores infectados de las zonas no infectadas. Pero esta medida
fracasó porque los jugadores se negaban a respetar la cuarentena y, en cualquier caso, era
imposible limitar sus movimientos de manera que éste sirviera de algo. Como último recurso, los
programadores idearon una estrategia que está fuera del alcance de los médicos y responsables
de la salud pública: desenchufaron el mundo virtual.”

Notemos que, inclusive en esta simulación virtual, se pueden verificar los factores
comunitarios de los primates antes mencionados: confianza/hostilidad, territorialidad7propiedad y
órdenes de jerarquía. Las jugadas y movimientos de los participantes, las medidas de contención,
el desconciertoy los errores de los programadores del juego; evidencian que la aleatoriedad
memética(azar e imprevisibilidad) y la correlacionalidad de la antroposemiosis están operando a
todo nivel en la socialización. De este modo, visualizamos en un ejemplo actual, cómo
interactuamos y cómo la semiótica colabora a estudiar e investigar el comportamiento social
humano.

g) Hipervirtualización: cerebro experto en percibir, procesar, interpretar y producir


representaciones visuales y lingüísticas

Hace 70.000 años la revolución cognitiva que los paleoantropólogos e historiadores


verificaron en nuestra evolución a través de las industrias (olduvense y achelense) del tallado de
utensilios, las prácticas funerarias y el arte portátil, nos hizo más competentes para manifestar e
interpretar emociones, para tomar conciencia, para establecer correlaciones causales, para inferir
modelos causales, para aplicar patrones y para socializar. Nuestro cerebro a través de la
lateralización hemisférica izquierda y el desarrollo del neocórtex nos hace procesar en
preferencia la significación/el conocimiento que provienen de las palabras y las imágenes
visuales que podemos captar. La visión y la verbalización son funciones cognitivas que
reorientan las percepciones en general; por eso confiamos demasiado de lo hablado, lo
escuchado, lo escrito, lo leído y lo visto. A la par, desacreditamos y desconfiamos de los
datos que provienen de otras percepciones.

36
Nuestro mundo semiótico posible está –casi en exclusividad- hecho y reformulado por
signos lingüísticos y signos visuales. La realidad virtual está hecha desde sus comienzos hace
70.000 años hasta la actualidad de tecnología informática con textos e imágenes. Una realidad
virtual es aquella realidad posible únicamente a través de formas alternativas que reproduzcan
e intervengan la realidad objetiva. La imaginación con el lenguaje y la visión especializados
en nuestro cerebro/mente no tiene límites pero sí condiciones: producir/interpretar
entidades, categorías y relaciones verbalizables y/o visualizables.

La invención de la escritura es un muy buen ejemplo de la hipervirtualización, el lenguaje


humano no sólo se lo habla y escucha desde hace aproximadamente 200.000 años, sino que con
la escritura hace 5.000 años se lo ve (leer) y se lo pinta o dibuja (escribir). El alfabeto, que es el
tipo de escritura más usado, es la forma alternativa de reproducción/intervención de la realidad
que más influye en el mundo de las personas, seamos conscientes de ello o no. La historia socio-
cultural comienza con la escritura, a través de la escritura cohesionamos colectivos cada vez más
vastos, la documentación identificadora de cada uno de nosotros es escrita, nuestros
conocimientos acertados y confusiones se transmiten en escritos, la circulación de conocimientos
y significaciones explotó con la escritura y la alfabetización, la escritura permitió que los
conocimientos y las significaciones se autonomizaran de sus productores y expandieran al infinito
sus destinatarios (el surgimiento de los medios de comunicación en sentido estricto), la
constitución política de un grupo de personas para ser una nación debe ser escrita, nuestros
actos de vida fundamentales (nacimiento, educación, asistencia sanitaria, jubilación, muerte, etc.)
para ser legales y legítimos deben ser registrados en textos, nuestras instituciones, ocupaciones,
sentimientos, creencias, enseñanzas, trabajos y proyectos deben ser documentados por escrito
para que impacten en la realidad.

La potencia semio-cognitiva de las imágenes visuales se evidencia en muchos aspectos de


nuestro funcionamiento cerebral, poseemos áreas cerebrales específicas (circunvolución
fusiforme del lóbulo temporal) para la identificación de rostros en la medida que, antes de adaptar
el lenguaje articulado actual (hace 200.000 años) y de exaptarlo como función semio-cognitiva
(hace 70.000 años); la posibilidad de interpretar y producir emociones fue y es “leer gestos
faciales y gesticular” (kinésica) e “interpretar los comportamientos y las posturas corporales”
(proxémica) en cooperación con seres humanos.

El arte portátil fue la primera manifestación de la semiosis estética visual, el tallado de


figuras en miniatura, que nos identificaban/diferenciaban, representaba -a través de nuestras
emociones y sentimientos- el mundo que nos rodeaba. Luego aparecieron los relieves y las
pinturas rupestres. La cerámica, el protocolo, el grabado, la escultura, la pintura, el bruñido, el
tatuaje, el diseño textil, las cartas celestes, las maquetas, la iconografía, la imaginería, los
37
emblemas, la arquitectura, el paisajismo, la ornamentación, la cartografía, la proxémica, la
kinésica, la señalética, la imprenta, la fotografía, la tipografía, el cine, el diseño gráfico, la
televisión, la moda, la cosmetología, la cirugía estética, el diagnóstico por imágenes, los
hologramas, los avatares, la digitalización por píxeles, la animación 3D, la visualización de datos
estadísticos y la simulación virtual son muestras puras de nuestra hipervirtualización visual.

El sesgo cognitivo del sobre-pensamiento se potenció con la verbalización y la


visualización; la emergencia cognitiva del lenguaje y la visión nos capacitó para relacionar
conceptos (analogía, interferencia, contrastación, diferencia, oposición, etc.) y crear/inventar
nuevos conceptos para un mundo complejo que complejizamos cada vez más. Es decir, el
mundo humano es complejo pero la intensificación de su complejidad se produce en gran
medida por los conceptos, que verbalizados y/o visualizados; nosotros producimos,
hacemos circular y reconocemos. En la filosofía budista se sostiene que el estado de depresión
es el sobre-pensamiento verbal y visualizador del pasado mientras que el estado de ansiedad es
el sobre-pensamiento verbal y visualizador del futuro.

Tener predilección y experticia por el uso de palabras e imágenes visuales también nos
llevaron a perfeccionar la mentira y el engaño que en el mundo biológico no humano –que es
de donde provenimos- ya se practican a gran escala. Plantas, microbios, hongos, invertebrados y
vertebrados son organismos biológicos que engañan para sobrevivir y reproducirse desde hace
3.500 millones de años, que es la edad de la vida en la Tierra. El engaño es connatural al proceso
de antroposemiosis, no es una perversión ni un pecado; por eso hay que estudiarlo e investigarlo
con detalle cuando conocemos/significamos con lenguaje y la visión.R. Trivers ([2011]2013),
historiador y biólogo, en La insensatez de los necios describe tres procesos básicos de la lógica
del engaño: el engaño a terceros, el autoengaño y la inducción a terceros a auto-engañarse.

h) Memorización: tipos y funciones

La memoria es una propiedad de la plasticidad cerebral. El cerebro humano es plástico


para ser “cableado” (conectividad), la experiencia individual que llevamos a cabo durante toda
nuestra vida nos aporta contenidos y metodologías que se organizan en redes neuronales, las
que se esquematizan y se reforman permanentemente. La plasticidad es la propiedad del
funcionamiento cerebral que posibilita el aprendizaje/desaprendizaje continuo en cada ser
humano. Nuestra memoria es funcional a esta propiedad, no evolucionó para el registro
fidedigno y estable de toda la información disponible sino para el
aprendizaje/desaprendizaje necesario para la supervivencia y la reproducción. Ni el
lenguaje, ni la visión, ni la socialización, ni la conciencia, ni la correlación de patrones causales ni

38
nuestras complicadas emotividad y sentimentalidad se hubieran desarrollado sin una memoria
compleja que posee diversas sdades y funciones.

La memoria de los genes es la primera que se transmite por herencia de la especie a


través de nuestros progenitores. Como función plástica del cerebro, la memoria tiene tres rasgos
distintivos: emotiva, dinámica y ficcional. Es decir, nuestra memoria registra con partes del
cerebro especializadas en procesar emociones: la amígdala, el hipocampo y el cerebelo, los
datos que almacena. Por eso todo contenido de memoria se almacena con la emoción
selectiva que desencadena en la interioridad de cada persona en cada situación; por esta
razón no memorizamos todo lo que nos pasa o lo que se espera que debiéramos registrar
sino aquello que nos emociona personalmente tanto en el pasado como en el presente
inmediato en el que evocamos.

En síntesis, la memoria posee un condicionamiento emocional doble: memorizamos


aquello que sentimos que nos pasó en función de lo que sentimos que nos pasa cuando
rememoramos, no aquello que realmente pasó. El dinamismo es necesario en la medida que
la memoria debe cambiar no conservar sus contenidos para ser plástica, por eso los
productos de la memoria son ficcionesnarrativizadas, inventos que elaboramos y corregimos
conforme las experiencias singulares o repetidas que nos toca experimentar. Otro factor
determinante para la memoria humana es la repetición activa, no somos replicadores
exhaustivos. Si bien cualitativamente el estado afectivo es inevitable y por esta razón para
almacenar datos en la memoria con mucha frecuencia sólo debemos –en forma directa- observar
y/o participar en una única experiencia traumática. Desde la perspectiva cuantitativa,la repetición
es la estrategia dominante; repetimos patrones de conductas (hábitos) y contenidos (teorías)
cuando enfrentamos situaciones parecidas y repetimos metodologías de evocación (maneras de
recordar).

El estudio de los tipos de memoria y sus funciones plantea criterios diversos. Las memorias
a corto plazo son mecánicas, de corta operatividad y reciclan información dirigida por la
situacionalidad, son: la memoria sensorial corta y la memoria de trabajou operativa. Las
memorias a largo plazo operan con información que reciclamos por espacios temporales
prolongados pero no fijos, los datos son vitales por periodos que se modifican según las etapas
de vida de cada individuo. Las memorias a largo plazo se dividen en:

a) Las declarativas o explícitas que poseen datos representados con el lenguaje o en


forma de imágenes mentales y son así, accesibles a la consciencia, se clasifican en
memoria episódica o autobiográfica y en memoria semántica.

39
b) Las no declarativas o implícitas contienen datos no representables a través del lenguaje
ni con imágenes mentales, en principio son no accesibles a la consciencia. Se tipifican
en: memoria de miedo condicionado, memoria sensorial larga (olfativa, táctil, icónica y
ecoica), memoria de tareas motoraso procedimental y memoria emocional.

La complejidad funcional de los diferentes tipos de memoria es importante para explicar y


analizar cómo reciclamos y modificamos información para conocer/significar.

Es más, por ser una cualidad de la plasticidad neuronal y por sus propósitos de
supervivencia y reproducción, la memoria llega a neutralizar o poner en suspensión información
que si fuera actualizada fácil y permanentemente, impediría tales fines. Por eso, la memoria para
trabajar a escala humana, también “olvida” en ciertas circunstancias y se deteriora con el paso del
tiempo. En consecuencia, la memoria opera como una válvula reductora y acomodaticia de
información más que como un mecanismo de conservación de datos. Daniel Schacter,
psicólogo cognitivo ([2003]2015) en Los siete pecados de la memoria describe cómo en su
funcionamiento habitual, la memoria humana opera con transcurso, disctractibilidad, bloqueo,
atribución errónea, sugestibilidad, propensión y persistencia.

Para la semiótica cognitiva resulta importante estudiar la influencia de la memoria de


trabajo y la memoria procedimental,que son de índole sintáctica y metodológica, en la
antroposemiosis. Como todos los tipos de memoria son influenciadas por las emociones pero las
memorias de trabajo y procedimental se basan en gran medida en la repetición activa. Suelen
pasar inadvertidas en su valor semio-cognitivo y se consolidan de modo inconsciente pero al
servicio de la actividad consciente. Los hábitos y las teorías provisorias son la materia de la
memoria procedimental, mientras que las formas de evocación lo son de la memoria de trabajo.
Ambas dependen de la experiencia social en vivo, se practican y se renuevan a lo largo de toda
nuestra vida; son flexibles pero hasta los 21 años aproximadamente parecen tener su etapa
crítica. Son fundamentales en todos los procesos de aprendizaje y desaprendizaje. La memoria
procedimental asimila sus datos de la interacción imitativa (participación y observación) dentro de
los grupos de socialización; la memoria de trabajotoma de la anterior su materia prima pero los
adecua a las capacidades y necesidades específicas de cada persona como a las
condiciones del entorno de cada situación que participa.

Los hábitos y teorías provisorias de la memoria procedimental son vitales y se sedimentan


a largo plazo por eso estamos muy dispuestos a aprenderlos de nuestros pares, por provenir de
los grupos de socialización con los que queremos no desentonar y de los que esperamos

40
contención, aprobación y reconocimiento,resultan muy costosos de desaprender. Además esta
clase de memoria interviene de modo decisivo en la formación de los deseos41.

La memoria de trabajo es de corto plazo pero conforma una parte esencial de la función
ejecutiva, junto a la inhibición de la respuesta y la flexibilidad cognitiva. Las maneras de
recordarde la memoria de trabajo se cultivan durante toda la vida (a través de emociones y
repeticiones), y dependen de la gestión individual pero puede ser asistida por el medio social
compartido. Con ellas de forma transitoria relacionamos informaciones
dispersas42almacenadas (fonológicas-articulatorias, viso-espaciales, etc.) y dirigimos nuestra
atención en una dimensión temporal de actividades concretas. De este modo, la memoria de
trabajo es crucial para el poder de concentración atencionalyla capacidad de relación
inferencial entre datos almacenados.

Un punto clave del funcionamiento de ambos tipos de memoria es que se adquieren


y se desarrollan en base de las emociones y las repeticiones activas, o sea pueden ser
modificados positivamente con la educación formal e informal.

Poseemos una distorsión compleja acerca de cómocreemos que funciona nuestra


memoria; frente a cómo realmente funciona con relación a nuestra conciencia y nuestra
inconsciencia.

Un ejemplo interesante sobre cómo funciona la memoria es el conflicto que se genera


cuando almacenamos información rigurosa sobre temas importantes pero a la hora de aplicarla
en resolver cuestiones puntuales, fallamos. La memoria semántica y declarativa a largo plazo es
en donde se almacena la información rigurosa y general que se aprende teóricamente, mientras
que la memoria episódica y declarativa a largo plazo es la que almacena la información específica
de un individuo durante toda su vida en función de la experiencia singular del mismo. Cuando
convocamos información para enfrentar desafíos existenciales: peligros, elecciones, decisiones,
peleas, riesgos, observaciones, análisis, reflexiones, evaluaciones, etc.), la segunda (la
autobiográfica) siempre es dominante ya que la plasticidad neuronal apunta a la supervivencia del
individuo.

i) Singularidad : corporeidad, situación y finitud

Nuestro cuerpo es la más importante fuente de nuestra individualidad, sus funciones sean
posibilidades o restricciones, no son conocidas y evaluadas en la capacidad semio-cognitiva
(antroposemiosis). La socialización hipervirtual e hipercausal nos instala en un
41
Véase El Poder de los Hábitos de Charles Duhigg.
42
Paralelizamos informaciones.
41
convencimiento disfuncional: la singularidad no importa. Sin embargo, esta falacia muy
perniciosa es desbaratada al estudiar la centralidad de la singularidad en la antropomorfización.
La genética y la biología evolutiva demuestran y describen en cada investigación y hallazgo que
estamos programados para ser únicos. Cuando la semiótica cognitiva trabaja sobre las
dimensiones ontopáticas y ontológicas, capitaliza no sólo el aporte de las ciencias naturales y
formales sino que aprovecha el vasto estudio de las humanidades y las ciencias sociales.

Todos los aspectos que desarrollamos en este trabajo se concentran en la


singularidad corporal y experiencial, puesto que todos los mecanismos descriptos se
ponen en marcha en la experiencia situada y finita de cada persona.

En 1954 el genial novelista Aldous Huxley en un ensayo sobre la conciencia perceptiva


alterada titulado Las puertas de la percepción y a propósito de la importancia del necesario
auto-conocimiento singular, sostuvo:

“Las sensaciones, los sentimientos, las intuiciones, imaginaciones, fantasías son siempre
cosas privadas, y salvo por medio de símbolos y de segunda mano, incomunicables. Podemos
formar un fondo común de información sobre experiencias, pero no de las experiencias mismas.
De la familia a la nación, cada grupo humano es una sociedad de universos islas”. 43

La subjetividad emocional, el embodiment, la conciencia nuclear, la correlación positiva de


patrones y la apofenia, las memorias a corto plazo, la memoria de miedo condicionado, la
memoria episódica y la memoria emocional son aspectos concurrentes a cada singularidad. Al
singularizar, reconocemos que debemos atender al conocer/significar cómo personalizamos
todo al interactuar, al emocionarnos/apasionarnos y al elucubrar 44. Con esto podemos
sopesar la incidencia de mi propia singularidad en la cosmovisión que generalmente
atribuyo a causas y fines externos: mis padres, la familia, grupos sociales, medio social en
general, los niveles socioeconómicos, la etnia, la formación educativa, mi especialidad
profesional, la región geopolítica, la época, la cultura, entidades imaginarias, dirigentes políticos,
líderes religiosos, etc.

La conciencia de finitud es concebida por cierta filosofía y por todo discurso religioso como
déficit existencial del hombre frente a su ¡tendencia innata a trascender! Ambos enunciados
falaces; ya que no nacemos deficitarios para vivir la existencia que nos toca ni es connatural al
ser humano la búsqueda de dimensiones abstractas y atemporales. Somos propensos a
imaginar y superarnos para vivir más y mejor; si bien las hipótesis religiosas y ciertas
filosofías angustiantes son resultados de esta disposición, nuestro objetivo vital está

43
A. Huxley ([1954]2014: 14-15)
44
Tanto en su sentido de profundizar con agudeza un tema como en su acepción de fabulación.
42
situado en el espacio físico específico y en el tiempo concreto en que existimos. Esta
característica de la singularidad es, como la antroposemiosis, polémica; por una lado es
negativa porque la “escala humana de la singularidad” nos dificulta la visión y valoración a
largo plazo y panorámica de lo que como especie hemos hecho para vivir más y mejor. Por
eso, los datos globales y generales aunque ciertos y alentadores (por ejemplo: vivimos
más, nos enfermamos menos, somos muchísimo menos violentos, no hay hambrunas
masivas, somos menos anárquicos, respetamos más nuestros derechos, cumplimos más y
mejor nuestros deberes, etc.) no tienen relevancia para la perspectiva singular. Podemos
saber y hasta estudiar que la Humanidad ha mejorado pero nos importa más MI tiempo, MI
espacio y MIS relaciones humanas. Pero a la par, el lado positivo de la singularidad es que
ésta en ningún momento de nuestra historia ha sido tan favorecida como en nuestra
época. Doblar las expectativas de vida, evitar las hambrunas, prevenir las enfermedades y
tratarlas con éxito, controlar la violencia, organizar los medios para cubrir nuestras
necesidades y satisfacerlas, democratizar el conocimiento, universalizar los derechos
humanos, preocuparse por el medio ambiente, entre otros tantos logros; ha contribuido a
que nuestra singularidad por garantizada, importe. Si nos importa a cada uno es una
opción que nuestros abuelos y padres –sin ir más lejos- no tuvieron.

Saber que vamos a morir y que somos seres muy limitados son aspectos del
convencimiento disfuncional para que la singularidad sea negada/subestimada, sobre todo en
épocas remotas y en momentos de crisis materiales, existenciales e imaginaciones apocalípticas.
La aceleración artificial del ritmo de vida actual y la tendencia económica, mediática y virtual a
buscar la individualidad estando conectados con todo y todos en tiempo real 45, nos singularizan
como seres angustiados, consumistas e hiperactivos pero impotentes.

La finitud para la semiótica cognitiva es fundamental para el análisis positivo de la


condición humana, así como la cooperación social compleja nos desarrolló una inteligencia
social única, la singularidad es la base de nuestra superación inclusive más allá de las
características de la composición semio-cognitiva humana.

Robert Sapolsky (2012) al sopesar las incidencias de nuestra vocación a superarnos,


sostiene:

“Para complicar la situación, el mundo que hemos creado –no hace mucho si tenemos en
cuenta nuestra trayectoria- es totalmente distinto al que se habían adaptado nuestro cuerpo y
nuestra mente. En vez de tener que ir a cazar la comida, esta viene hacia nosotros gracias al
servicio de pizzería a domicilio. E interaccionamos con nuestros seres queridos y cercanos con

45
Compañía en soledad.
43
Facebook, en lugar de pasar la mayor parte del día con ellos. Pero aquí acaba la utilidad del
cliché de los antropólogos para explicar la condición humana.

El origen de las diferencias entre el entorno en el que evolucionamos y las situaciones a las
que nos enfrentamos en la era moderna deriva de otra característica propia de los seres
humanos, quizá la más importante. Nuestra propensión a ir más allá de las limitaciones impuestas
por la evolución nos ha llevado a crear instrumentos para ser más rápidos, más listos y vivir más
tiempo. La ciencia constituye uno de esos instrumentos que nos aleja de nuestro modo de pensar
arcaico –ver para creer- y nos permite hacer frente a los retos de hoy, ya sea una gripe
pandémica o el cambio climático. Podríamos afirmar que la última expresión de la singularidad
46
humana nos hace aspirar a ser mejor de lo que somos.” .

Ignorar la contingencia, la eventualidad y el azar es –como dijimos- una consecuencia de la


correlación de patrones causales: apofénicos y eficaces. La situacionalidad (entorno contingente,
eventual y azaroso) es básica para conocer/significar con acierto aunque sea –lamentablemente
para creyentes y dogmáticos- material, cambiante, amplia y aleatoria. Recordemos los
incidentes pueden ser aleatorios pero sus consecuencias para nosotros, no. Las experiencias
duraderas y sus correlatos son dichas consecuencias.

Las infinitas situaciones de vida que todos experimentamos, están condicionadas por
múltiples factores que no podemos prever ni controlar; conocer/significar todos los factores
involucrados es teórica y prácticamente imposible. Lo que es posible es enterarnos de
nuestros dispositivos para registrar y procesar aquellos factores; tanto en sus alcances
como en sus restricciones.

Cuando desde la semiótica cognitiva hablamos de situacionalidad, nos referimos a:

 en primer lugar, suspender la disposición de ánimo a subestimar la importancia de


estudiar e investigar lo habitual, lo cotidiano y el contacto directo: las vivencias y las
experiencias47;
 sopesar la imitación y la repetición de conductas situadas como gestores de las
acciones, los sentimientos y los pensamientos de cada persona;
 conocer el funcionamiento de la conciencia nuclear y de los procesos inconscientes
que intervienen en nuestra capacidad semio-cognitiva;
 aplicar los rasgos anteriormente detallados a lo largo de este trabajo, a cada uno de
nosotros;

46
R. Sapolsky (2012: 18)
47
Recordemos que lo incidental puede ser aleatorio, inconsciente y situacional pero sus consecuencias no. Las experiencias
duraderas de UN solo hecho correlacionan muchos hechos en nuestra vida que son determinantes. Los accidentes y los traumas
son ejemplos dolorosos de esto, pero en realidad opera en todos los aspectos e instantes de nuestra existencia.
44
 conocer y valorar la gestión del inconsciente operador permanente y protector del
95 % de nuestra actividad cognitiva singular,
 otorgarle importancia a la secuencia semiótica : hacer, sentir y pensar;
 conocer/significar cómo convertimos entornos físicos en mundos semióticos
posibles, los objetos en artefactos;
 reconocer que nuestras capacidades semio-cognitivas son más competentes para
la experiencia social en vivo,
 estudiar las características de la aleatoriedad: teoría de las probabilidades, la
realidad de las casualidades, de las “oportunidades”, de las contingencias, del azar
y de lo fortuito, la naturaleza de las catástrofes o macro-cambios, los fenómenos de
inestabilidad y evolución, el efecto mariposa, los errores necesarios del
funcionamiento de los sistemas, las patologías ajenas y propias, la psicología y
sociología del riesgo, la calidad de las improvisaciones, fluctuaciones y
disfunciones;
 y profundizar el estudio, la docencia e investigación de los sesgos cognitivos de
percepción y procesamiento típicos de los seres humanos.

Cabe, a esta altura de nuestro enfoque, desaprender una distorsión política que el estudio
de la singularidad ha generado. Así como las épocas progresistas de izquierda de los gobiernos
entronizan el constructivismo social, las épocas liberales y neoliberales priorizan el individualismo
autosuficiente. Las políticas neoliberales en marcos educacionales y culturales, ciertas
propuestas seudocientíficas como el coaching ontológico o la programación neurolingüística junto
a la divulgación científica frívola de los mass-media han distorsionado los aportes de las
neurociencias, las ciencias cognitivas, la genética, la biología evolucionista, la psicología social, la
antropología y la semiótica cognitiva, desarrollan a propósito de la singularidad. Las ciencias
siempre han tenido una dimensión ideológica fija en su producción, sin embargo la circulación y
reconocimiento de sus aportes son abiertos, democratizadores e inspiradores.

La singularidad que hemos enfatizado en este trabajo no es individualista ni auto-


referencial ni mucho menos autosuficiente. Es desarrollada y construida por la
intersubjetividad (grupos de socialización con pares), la solidaridad, la situacionalidad y en
marcos sociales específicos. La necesidad de su estudio, investigación y docencia apunta
a un conocimiento profundo de la naturaleza humana y sus correlaciones éticas y políticas.

La organización metodológica de la antropomorfización en el nonágono semiótico de


Peirce

45
Funciones,
sensaciones, SINGULARIDAD: Memorización
percepciones, sueños, plástica
Concientización
acciones, cuerpo, medio
Externalización
interacciones,
restringida
exclusivo,
representativa
Hipervirtualización
emociones, aleatoriedad y
imitaciones, Complejidad
repeticiones situacionalidad social,
compasiones y socialización
pasiones grupal y
comparación
Hipercausalismo
Correlación de
y narratividad situada
patrones

El punto clave de la antroposemiosis y de la antropomorfización es la singularidad, el


nonágono semiótico nos visualiza su centralidad para el modo de conocer/significar típicamente
humano. Podemos aprovechar esta visualización explicativa para segmentar e integrar la
retroalimentación entre la singularidad y los demás rasgos.

La concientización restringida, la externalización representacional, las funciones,


sensaciones, percepciones, sueños, acciones, interacciones, emociones, compasiones, pasiones,
la singularidad en general; son dimensiones ontopáticas de la antroposemiosis. Mientras; la
hipervirtualización, la memorización plástica, la correlación de patrones, el hipercausalismo y la
narratividad, la complejidad social, la socialización grupal y la comparación situada son las
dimensiones ontológicas de la semiosis cognitiva del ser humano.

¿Cómo representamos?: el deber y querer ser del Yo Narrador

46
Externalización
representativa

Concientización
restringida Hipervirtualización

Singularidad

Desde los 9 meses hasta los 4 y 5 años aproximadamente, los seres humanos
desarrollamos la “teoría de la mente” y comenzamos a construir los contenidos de nuestra
memoria declarativa. Los neurocientíficos después de la revolución de los 9 meses, le asignan a
la “teoría de la mente”, es decir a la capacidad de tener conciencia (realizar inferencias sobre
estados mentales propios y ajenos) de que los puntos de vistas (intenciones, emociones y
pensamientos) propios y de las otras personas son diferentes, una clave definidora para la
comprensión de nuestra singularidad.

Desde que en 1978 Premack y Woodruff identificaron esta capacidad, que no es privativa
de nuestra especie; las neurociencias han estudiado e investigado su centralidad en el desarrollo
semio-cognitivo para el aprendizaje y el desaprendizaje.

Michael Tomasello en Los Orígenes Culturales de la Cognición Humana (2007: 234-


246) le asigna a la “teoría de la mente” en la niñez temprana, un rol esencial para la redescripción
representacional, la autorregulación y la metacognición. Dichas habilidades semio-cognitivas
tempranas a entrenar son fundamentales para la disposición al arte, la filosofía y la ciencia.
Dehaene en El Cerebro Lector (2014:371-373) considera a la “teoría de la mente” crucial para la
adquisición de la lecto-escritura.

Con el dominio de la lengua nativa (48 meses), la puesta en funciones de la memoria


declarativa, la “teoría de la mente” y sus correlaciones semio-cognitivas; las personas
proyectamos al exterior representaciones (externalizar simulacros) para conocer y significar todo
y en –especial modo- a nosotros mismos.

47
El Yo Narrador48 es el relato/relator consciente bidimensional (palabras e imágenes
visuales) que cada uno de nosotros diseña en plenitud desde los 4 años en función de cada
contexto situacional al socializar con pares dentro de un marco socio-histórico vigente.
Nuestro Yo Narrador49diseña nuestro pasado y nuestro futuro, conjuntamente, es funcional al
auto-conocimiento, auto-clasificación y la auto-socialización, establece correlaciones controladas
por cada sujeto a medida que interactúa. Dichas correlaciones son causalizadas, estratégicas
pero potencialmente apofénicas. Como medio fundamental para auto-conocimiento nuestro Yo
Narrador posee características interesantes: si bien es estratégico lo que facilita la adecuación a
diferentes individuos, grupos y situaciones; trabaja sólo con representaciones/simulacros
concientizados, circulantes, valorados y diseñados por el marco socio-cultural vigente (Yo
Narrado). Es decir, autoconstruye nuestra imagen con imágenes y discursos externos otorgando
coherencia narrativa a nuestra vida; aunque muchas de nuestras experiencias en sí mismas, no
sean coherentes ni tengan finalidad y excedan los registros lingüísticos y visuales.

En síntesis, el Yo Narrador es un relato/relator limitado, plausible y errático. Limitado


porque sólo construye sus narraciones con imágenes y palabras conscientes extraídas y
circulantes dentro de los grupos de pares. Plausible porque la narración (explicación causal) es
operativa para la auto-aprobación de cada persona dentro de la aprobación grupal para la
supervivencia de cada persona. Errático porque los relatos del Yo Narrador orientados
específicamente a la imagen uniforme y coherente de cada persona, se mantiene a pesar de
coincidir o no con el mundo físico, con la interioridad de cada persona, con el juicio de las otras
personas y sus respectivos cambios.

El matemático y psicólogo cognitivo Stanislas Dehaene (2015:146-147) describe la


naturaleza compleja del Yo Narrador:

“En resumen, dentro del cerebro humano hay un conjunto de estructuras neurales
adaptado de manera específica para representar nuestro conocimiento social. Usamos la misma
base de datos para codificar nuestro conocimiento de nosotros mismos y para acumular
información acerca de otros. Estas redes cerebrales construyen una imagen mental de nuestro
propio yo como un personaje peculiar que se sienta al lado de otros en una base de datos mental
de nuestros conocidos sociales…

Si esta perspectiva acerca del yo es correcta, las bases neurales de nuestra propia
identidad están construidas de manera bastante indirecta 50. Pasamos nuestra vida
monitoreando tanto nuestro comportamiento como el de los otros, y nuestro cerebro estadístico

48
Gergen (1996: 231-258) “La autonarración en la vida social”.
49
Véase Kahneman ([2011]2013: 491-517)
50
El resaltado es nuestro.
48
constantemente deriva inferencias acerca de lo que observa, ordenando su mente a medida que
avanza (Frith, 2007). Aprender quiénes somos es una deducción estadística de la observación…
De todas formas, nunca tenemos un conocimiento genuino de nuestro verdadero yo. Por lo
general desconocemos bastante los reales determinantes inconscientes de nuestro
comportamiento, y por eso no podemos predecir con precisión cuál será nuestro comportamiento
en circunstancias que están más allá de la zona de confort de nuestra experiencia pasada 51. El
lema griego “conócete a ti mismo” sigue siendo un ideal inalcanzable cuando se lo aplica a los
detalles más minúsculos de nuestro comportamiento. Nuestro “yo” es sólo una base de datos que
se llena por obra de nuestras experiencias sociales, de la misma manera en que intentamos
comprender otras mentes, y por tanto iguales posibilidades de incluir vacíos de información,
malentendidos e ilusiones.”

Desde los 4 años en adelante y durante toda la vida; la visualización y verbalización


que captamos, producimos, interiorizamos y compartimos desde nuestras actividades
conscientes, constituyen los recursos, medios y factores que representan nuestra realidad
objetiva, intersubjetiva y subjetiva.

Con relación a la singularidad, este correlato es esencial para estudiar, investigar y


enseñar cómo en la realidad intersubjetiva, cada persona se representa y es representada
en función de las experiencias y vivencias conscientes, mediadas –casi exclusivamente-
por la visualización y el lenguaje. Este correlato resulta un “querer ser” que puede tornarse en
una prescripción, un “deber ser”, un mandato semio-cognitivo al que la singularidad “contribuye” y
-en la mayoría de las ocasiones- debe someterse. Por eso, la importancia y necesidad de
estudiar, investigar y enseñar tomando en cuenta cómo opera este correlato.

Una metáfora que aclara la función del Yo Narrador para representar el mundo y
representarnos a nosotros mismos en él, es pensar en una película, un film es el formato del yo
que relata (recuerda, proyecta, programa, escribe y lee guiones). En realidad, nos construyen y
determinan más las situaciones concretas y únicas que vivenciamos (medio exclusivo), las fotos
instantáneasde cada instancia que los panoramas secuenciados a largo alientocomo veremos en
el próximo título.Kahneman([2011]2013:35) sostiene queposeemos dos sistemas o modos de
pensamiento, el perspectivismo del lenguaje y la visualización ayudaron a consolidar el Sistema
2:

 El Sistema 1 opera de manera rápida y automática, con poco o ningún esfuerzo y sin
sensación de control voluntario.

51
El resaltado es nuestro.
49
 El Sistema 2 centra la atención en las actividades mentales esforzadas que lo
demandan, incluidos los cálculos complejos. Las operaciones del Sistema 2 están a
menudo asociadas a la experiencia subjetiva de actuar, elegir y concentrarse.

Las etiquetas Sistema 1 y Sistema 2 son de amplio uso en psicología, pero en este
libro, que puede leerse como un psicodrama de dos personajes, hago algo más con ellas.

Cuando pensamos en nosotros mismos, nos identificamos con el Sistema 2, con el yo


consciente, racional, que tiene creencias, hace elecciones y decide qué pensar y qué
hacer. Aunque el Sistema 2 crea estar donde está la acción, el protagonista del libro es el
automático Sistema 1. Describo el Sistema 1 como el que sin esfuerzo genera impresiones
y sentimientos que son las fuentes principales de las creencias explícitas y las elecciones
deliberadas del Sistema 2. Las operaciones automáticas del Sistema 1 generan patrones
de ideas sorprendentemente complejos, pero solo el lento Sistema 2 puede construir
pensamientos en una serie ordenada de pasos. Describo también las circunstancias en las
que el Sistema 2 toma las riendas, anulando los irresponsables impulsos y asociaciones
del Sistema 1. Invito al lector a pensar en los dos sistemas como dos agentes con sus
particulares aptitudes, limitaciones y funciones.

El Sistema 2 consolidado por el lenguaje y la visualización, genera el Yo Narrador o Yo


que recuerda mientras que el Sistema 1 produce el Yo Experimentador52. La operatividad del
Yo Narrador es necesaria, ambivalente y circunscripta a los soportes conscientizadores de la
hipervirtualización, por esta razón muy sujeto a las representaciones sociales (Yo Narrado) que
circulan en la socialización grupal.

¿Cómo actuamos?: el ser del Yo Experimentador

52
Kahneman ([2011]2013:491-501) Quinta parte: Dos Yo
50
Funciones,
sensaciones,
percepciones, sueños,
acciones, Memorización
interacciones,
emociones, imitaciones,
plástica
repeticiones,
compasiones y
pasiones

Singularidad

Las vivencias y experiencias de cada singularidad comienzan desde la gestación; la


herencia genética, la cognición fetal y el parto son igual de importantes que las etapas de
desarrollo posteriores. A partir de la tercera semana (18-21 días aproximadamente) de la
concepción, el cerebro empieza a formarse, las funciones neurofisiológicas se activan hacia fines
del segundo mes (7 semanas en adelante aproximadamente). Las funciones biológicas de
nuestro cuerpo reguladas por el cerebro (en formas inconsciente y consciente) nos predisponen -
antes de nuestro nacimiento y hasta nuestra muerte- a llevar a cabo y procesar acciones,
sensaciones, percepciones, sueños, interacciones (con el medio físico-químico y con los otros
seres humanos), emociones, pasiones y compasiones. Esta dimensión es la más influyente de
nuestra singularidad (somos lo que hacemos) y –como lo dijimos- la más inadvertida, de la
que estamos más desinformados, la más subestimada, la más reprimida, sobre la que casi
no nos alfabetizan. Es más, existen instituciones o sociedades completas que socializan
instruyendo a las personas a no expresar lo que sienten, en vez de enseñar a manifestar las
emociones y los sentimientos.

El Yo Experimentador es el registro/registrador inconsciente multidimensional (datos de


temperatura, de sonidos, imágenes visuales, palabras, físico-químicos, espaciales,
temporales, olfativos, gustativos, táctiles, acciones, interacciones y marcadores somáticos
propios) que opera siempre, nunca se desactiva, desde la gestación hasta la muerte
en cada uno de nosotros, deriva en exclusividad de la evolución natural como cazadores-
recolectores. Nuestro Yo Experimentador es funcional a la homeostasis, al
crecimiento y/o la protección en el presente actual. Promueve correlaciones no
controladas “a consciencia” por cada sujeto que apuntan a la supervivencia y
51
reproducción del individuo dentro y fuera de sus grupos de socialización. Por eso,
registra en la praxis datos y almacena información variada, rica, organizada,
disponible, real y –sobre todo- vital que puede o no ser aprovechada por el Yo
Narrador.
Nuestra singularidad se realiza en vivencias y experiencias (medio exclusivo) que logramos
con nuestro cuerpo (regulado por nuestro cerebro) en situaciones específicas en las que
priorizamos –a partir de la “teoría de la mente” de los 4 años en adelante- las relaciones
comparativas con pares. Estamos diseñados por millones de años de evolución biológica para
el contacto directo/indirecto, emocional y concreto con los otros seres humanos; cuando
cierto/s rasgo/s de ese contacto no se cumple, nuestra singularidad se afecta. Nuestro cerebro y
nuestra mente operan para la experiencia social en vivo, por eso los contactos “virtuales”
restringen nuestra tendencia a desarrollar distintivamente nuestra singularidad, es decir, no sólo
nos socializan ineficazmente sino a la vez también limitan nuestra auto-clasificación estratégica
situada.

Nuestra memoria plástica a partir de los 4 años, le suma –de manera inevitable y
prevalente- a la herencia de los genes (memoria genética), la información del medio exclusivo de
nuestra singularidad.
El desarrollo de la tenacidad o autoconfianza está directamente relacionada con la
singularidad situada que se auto-clasifica. El área BA10 (área 10 de Brodmann) organizada y
bien conectada con el giro angular y la corteza frontal lateral son las áreas cerebrales
encargadas del sistema de confianza.

El neurobiólogo argentino Mariano Sigman (2015:86) en La vida secreta de la mente


plantea:

“Esta diferencia en la actividad cerebral, entre quienes tienen un sistema preciso de


confianza y quienes no, se observa solo cuando una persona lleva a su atención hacia su mundo
interno –por ejemplo, concentrándose en la respiración- y no cuando la atención está focalizada
en el mundo externo. Esto establece un puente entre dos variables que en principio apenas
estaban relacionadas: la calidad de la confianza y el conocimiento de nuestro propio cuerpo.
Ambas coinciden en dirigir la mirada al mundo interior. Y así sugiere que una manera natural de
mejorar el sistema de confianza es aprender a observar y focalizarnos en nuestro propio cuerpo.

En efecto, para la construcción de la confianza, el cerebro utiliza variables endógenas


como la transpiración, el tartamudeo, bajar la mirada y otros gestos de vacilación. Estas señales
son pertinentes no solo para que los otros puedan identificar si somos confiables sino para que

52
también lo sepamos nosotros mismos 53. Es decir, solemos construir la confianza no tanto en los
hechos del mundo del mundo externo sino en los temblores de nuestro propio cuerpo.”

¿Cómo pensamos?: el imaginar ser del Yo Narrado

Hipercausalismo y
Narratividad

Complejidad Social,
Correlación socialización grupal
de patrones y comparación
situada

Singularidad

Pensar para la semiótica cognitiva es relacionar mentalmente signos (inferir); los


signos son las ideas-representaciones que intercambiamos y compartimos con los otros seres
humanos a través de vivencias, experiencias, enseñanzas/aprendizajes y desaprendizajes. En la
actividad intelectual, la clave no está en los signos, sino en la capacidad de relacionarlos
mentalmente. Para pensar -desde un punto de vista semiótico- debemos:

 inferir relaciones entre signos (tipos y estéticas de razonamiento) e


 inferir nuevos signos a partir de las relaciones (creación, invención y
conclusión: HIPÓTESIS)

Desarrollar esta capacidad para nuestra especie eusocial fue y es una combinación de
genética y prácticas sociales, materializada en cada singularidad.
54
El Yo Narrado es el relato/relator institucional bidimensional (palabras e imágenes
visuales) que cada uno de nosotros participa/asimila en plenitud desde los 4 años en
función del marco socio-histórico vigente a través del Yo Narrador.

53
Marcadores somáticos propios.
54
Gergen (1996: 231-258) “La autonarración en la vida social”.
53
El Yo Narrado es la representación idiosincrática (el self ideal de una persona dentro de
una comunidad) vigente en un marco socio-cultural determinado, e influencia a cada persona a
través de los diferentes grupos de socialización de pares en los que participa. Se impone con
correlaciones causalizadas, historizadas, apofénicas y no controladas por cada sujeto sino
establecidas por las instituciones. Con el Yo Narrado los niveles socio-económicos, el
mercado de consumo, los mass-media, la historia, los mitos religiosos, las tendencias estéticas, la
moral, las tradiciones, las costumbres y los hábitosfamiliares, regionales y nacionalistas; se hacen
presentes en cada personalidad.

El Yo Narrado es un constructo socio-cultural, un relato imaginario en permanente


recursión y heterogeneidad por la dinámica social 55. Al igual que el Yo Narrador es limitado,
plausible y errático pero sobre-influyente. Operando en la variedad de grupos de
socializacióndirecta con pares, el Yo Narrador neutraliza la sobre-influencia del Yo Narrado,
es más, apunta a la dispersión más que la homogeneidad. Sin embargo, actualmente, el uso
masivo y permanente de soportes tecnológicos (TICs) y de los mass-media en toda actividad de
socialización, ha amplificado y mediatizado la hegemonía del Yo Narrado. Por supuesto por esta
situación, el efecto de neutralización del Yo Narrador necesariamente situado e interactivo, es
ineficiente.

Cuando planteé al comienzo del presente capítulo que la prosperidad es una meta
orientativa de nuestra semiosis que difiere de la supervivencia y reproducción biológicas, la
función del Yo Narradoes central. La realidad intersubjetiva que nos define se manifiesta a través
del Yo Narradoy la “experiencia” mass-mediática y virtual avanza;prosperar es un objetivo más
complejo que hace 30 años. Nuestra prehistoria comienza hace 200.000 años y nuestra historia
socio-cultural hace 10.000 años, desde la década de 1990 la prosperidad está siendo
dominada por la hipervirtualización de los medios masivos de comunicación, las TICs y el
hiperconsumismo. La hegemonía y homogeneidad de estos agentes hipervirtualizadores operan
sobre nuestra experiencia de los otras personas (realidad intersubjetiva), del mundo (realidad
objetiva) y de nosotros mismos (realidad subjetiva).

Desde la Prehistoria, pasando por la Historia y durante la actualidad, elimaginar ser del Yo
Narrado es un objetivo ligado a la prosperidad. Ni bien institucionalizamos las relaciones
sociales a través de los grupos de pares, grupos familiares, los grupos clan o tribu, los pueblos,
las ciudades, las naciones, los estados y las civilizaciones; las personas
establecimos/establecemos criterios para vivir más y mejor. Prosperar es un concepto
contingente, contextualizadopor factores medio-ambientales estresantes y facilitadores,
épocas y lugares determinados, satisfacción cultural de las cuatro necesidades vitales,
55
En la semiótica de Charles S. Peirce, el Yo Narrado forma parte del Interpretante, el hábito social vigente.
54
reacciones programadas y/o aleatorias de grupos humanos amplios o acotados
conrecursos técnicos/tecnológicos disponibles para diseñar soluciones. Cabe destacar que
los últimos, los recursos tecnológicos diseñadores de soluciones, por sí mismos pueden
correlacionar prosperidad inesperada cuando se los aplica novedosamente 56;
destaquemos: la fermentación, las aleaciones metalúrgicas, el abono, el engranaje, el
estribo, el reloj, el cálamo, el papiro, la pasteurización, las baterías, el alcohol, el papel, la
microeconomía, la refrigeración, la criptografía, la farmacopea, la imprenta de tipos
móviles, la vulcanización, el plástico, la electrólisis, el sistema binario y la informática, la
creación de nuevos elementos de la tabla periódica, la fibra de carbono, la fibra óptica, la
fisión atómica, la nanotecnología y la biotecnología, entre tantos.

Retomando a los memes sobre esta temática, el filósofo de la mente Daniel Dennett
(2017:195-194) nos advierte:

¿Necesitamos determinados virus para prosperar? Quizá. En cualquier caso, sí que


necesitamos gran cantidad de nuestros memes. Robinson Crusoe de Daniel Defoe (1719) es
una auténtica enciclopedia de los memes que uno necesita para salir adelante y es probable que
un adulto medio del siglo XVIII estuviera mejor equipado con memes para una vida autosuficiente
que un adulto medio del siglo XXI del mundo desarrollado (lo que resulta un interesante vuelco
histórico).”

Los criterios coyunturales de lo que es próspero o no, pautan la imaginación y orientan el


pensamiento. Así como nadie puede actuar, ni sentir por otra persona; la capacidad de relacionar
conceptos es exclusivamente propia de cada ser humano. Sin embargo, no debemos engañarnos
que si bien cuando pensamos, lo hacemos solos y podemos hacerlo de manera abstracta y sin
expresarlo; la naturaleza esencial del pensamiento humano es social.

Pensar es un desafío singular en cuanto a su desarrollo y su ejercicio pero los criterios, los
marcos de emergencia, de circulación y reconocimiento, y las metas son realizaciones sociales.

En resumen, pensar es una capacidad que por genética evolucionamos y disponemos


todos los seres humanos, por eso le compete a cada uno desarrollarla y ejercerla en cooperación
con los demás. A la par, la compleja socialización humana hizo y hace que la capacidad de
relacionar conceptos se base en perspectivas sociales (criterios), surja en contextos sociales
(marcos de emergencia), se practique, eduque y transmita en instituciones sociales (marcos de
circulación y de reconocimiento); y finalmente impacte e intervenga en la realidad intersubjetiva
(metas).

56
Sea por experimentación o casualidad.
55
No nos hicimos pensadores (positivos o negativos) para otra fuente, medio o fin que no
fuera la Humanidad, inclusive cuando pensamos en nosotros mismos. Con esta concepción
semiótica de pensar podemos estudiar, investigar y enseñar las diferentes formas de relacionar
signos a partir de cada singularidad y en función de entornos socioculturales específicos.

Debido a la importancia que la compleja vida social tiene con relación a cómo pensamos,
en las situaciones y los momentos en cuáles lo hacemos; nuestra singularidad –si bien se forma
mentalmente con la socialización- se somete a las convenciones sociales vigentes (temas y
patrones) y a la circulación de las convenciones sociales vigentes (soportes y medios de
comunicación: visualización y verbalización). Otra paradoja de la antropomorfización es que
lo que nos hace pensar, a la vez nos limita el pensar. Por esta razón, siempre fue y es más fácil
pensar como la mayoría que pensar divergentemente.

Con especificidad, pensar con y comonuestros pares en situaciones concretas es


una tendencia típica de nuestra especie durante toda su evolución, prehistoria e historia.
Nos cuesta mucho pensar “a largo plazo”, “las dimensiones cosmológicas y subatómicas
de la física”, “con entes abstractos y formales”, “a través de las 7000 generaciones de
Homo Sapiens”, “más allá de nuestras narices”, “en la importancia de los procesos
inconscientes para la consciencia”, “en función de los 10.000 años de civilización”, “más
lejos de mis miedos de mis intenciones, de mis deseos y mis proyectos”, “con
perspectivas familiares, históricas, políticas, culturales y geográficas que excedan mi
mundo de referencia”.

Cuando advertimos estas restricciones al pensar, notamos que no parece equivocado


pensar “en mis términos”, no obstante, una seria problemática de la individualidad en todos los
tiempos, fue y es que resulta un constructo sociocultural; sirve para “encajar en el grupo y así
sobrevivir y reproducirnos” pero no es auto-conocimiento. El mito de Narciso –muy usado en
psicología- es ilustrativo, este personaje mitológico se obsesiona y se enamora de “su imagen”
(individualidad) y al mismo tiempo es privado de conocerse/significarse a sí mismo (singularidad).
Representa una distorsión del Yo Narrador sometido al Yo Narrado. El narcisismo patológico es
un trastorno de personalidad de personas inseguras, que buscan la adulación y el reconocimiento
de los otros en función de una aparente sólida y publicitada autoestima, interiormente
avergonzadas y renuentes a la auto-reflexión, se juzgan por los criterios y estándares de los
otros, son arrogantes y altaneras, con un sentido omnipotente de su importancia, tienen poca
tolerancia a las críticas y los fracasos, suelen fantasear y fabular sobre su belleza, poder y
talentos.

56
Para pensar disponemos de la correlación de patrones –como anteriormente explicamos-
de los que la causalidad y la narratividad son los tipos sociales dominantes para relacionar
mentalmente los signos. Sin duda, la causalidad y la narratividad son los patrones especializados
socialmente, son connaturales al ser humano y socializados por el ser humano, sobre todo
necesarios para explicarnos “nuestro mundo” pero el mundo es más complejo, –por supuesto-
“somos parte de él” y eso nos desafía a conocer/significarlo con formas mentales “inusuales” de
relación signos que sólo –hoy en día- las aportan el arte, la filosofía y la ciencia. No es un error o
defecto pensar causal y narrativamente, es insuficiente para los tiempos que vivimos.

Pensar divergentemente no es fácil – como dijimos- pero no es imposible, es más, casi


todos disponemos de los recursos, condiciones y factores para hacerlo. Una vez que
desplegamos nuestras disposiciones genéticas conjuntamente al aprendizaje de prácticas
sociales, debemos desaprender (suspender o eliminar) singularmente los tipos sociales
dominantes de pensar sin evadirnos de la vital realidad intersubjetiva que nos toca. Pero sin
duda en esta tarea nos deben asistir y entrenar.

La meta de pensar causal y narrativamente nos determina a que imaginemos más lo


que somos socialmente para no desentonar, a que conozcamos/signifiquemos lo que
somos singularmente.

La retroalimentación a partir de la singularidad: experiencia, aleatoriedad y emociones

Carl Hempel (1905-1997) definía que el descubrimiento, invención o creación en las


ciencias son singulares, surgen de la observación y de la experimentación de una persona
experta (o grupo de expertos) que procesa los datos de manera diferencial a otros científicos
de la misma disciplina, de manera diferencial a las otras disciplinas científicas, y -desde luego- a
formas ordinarias de conocimiento. El planteo de Hempel es válido para el arte y la filosofía
también.

El desaprendizaje y la enseñanza/aprendizaje propiciados por estas metodologías


semio-cognitivas son fundamentales en los primeros años (teoría de la mente en adelante)
siempre que operen para conocer/significar la singularidad propia de cada niño. Los
sistemas educativos no deben reforzar los correlatos del cómo representamos y del cómo
pensamos sino investigarlos y estudiarlos desde temprana edad. La familia, los parientes, el
barrio, los amigos, las instituciones religiosas, los ritos y costumbres, las prácticas deportivas, el
mercado de consumo, las actividades de recreación y esparcimiento, el estado, las TICs, los
espectáculos de entretenimiento y los medios de comunicación se encargan negativamente (el

57
querer/deber ser y el imaginar ser) de la misma antroposemiosis que evolucionamos
desde hace 70.000 años y –repitamos- como lo advierte Pinker (2003: 303) tenemos un
gran“desajuste entre los objetivos para los que evolucionaron nuestras facultades
cognitivas y los objetivos que hoy les asignamos”.57

Los sistemas educativos –en especial los públicos y democráticos- con los aportes
exclusivos del arte, la filosofía y la ciencia, pueden conocer/significar la importancia de la
singularidad de cada persona. El correlato del cómo actuamos es acerca del que menos nos
alfabetizan, al que más reprimen y reprimimos; sin embargo, a partir de 1980, es sobre el que las
neurociencias, la biología, la antropología, la sociología y la semiótica han investigado mucho y
con exhaustividad.

En contextos educativos estamos entre pares/iguales, en situaciones concretas de


comparación directa, así lo que nos perjudica en los otros ambientes sociales, en la escuela en
particular, nos propicia la enseñanza/aprendizaje e investigación de la singularidad.

Cualquier renovación total o parcial sobre cómo representamos o cómo pensamos a


lo largo de nuestra evolución e historia provino de una singularidad. No es una afirmación
temeraria, basta con estudiar y repasar la historia del arte, de las ideas, de los movimientos
estéticos, de las teorías filosóficas, de los inventos, de la política, de la epistemología, de las
corrientes pedagógicas y didácticas, de las revoluciones científicas y tecnológicas. Alentamos a
leer biografías de inventores, revolucionarios, docentes, artistas, filósofos y científicos
para advertir las correlaciones entre sus singularidades y sus propuestas.

¿Cómo y por qué -en medios sociales compartidos y tan influyentes- sólo algunas
personas son tenaces, se sobre-esfuerzan, revolucionan, inventan, crean, hipotetizan 58 con
rigor metodológico, innovan, hacen arte, filosofan, descubren, experimentan e investigan?

Una persona que en función de su cuerpo en situaciones concretas despliega consciente


e inconscientemente sus funciones orgánicas y desarrolla consciente e inconscientemente sus
sensaciones, sus percepciones, sus sueños, sus acciones, sus interacciones con otras personas,
sus emociones, sus compasiones y sus pasiones. Luego, a partir de este escenario tan cambiante
y aleatorio, la misma persona memoriza plásticamente informaciones singularizadas que recicla a
medida que tiene diferentes experiencias.

El peso de este correlato define no sólo la forma de ser de una persona sino la
disposición para renovar a los correlatos de cómo representamos o/y cómo pensamos.

57
La metáfora que nos visualiza como un automóvil estándar de 70.000 años circulando por una autopista inteligente del siglo
21, parece ilustrar las características de nuestra condición actual.
58
Estudiar, indagar y hacer docencia.
58
El correlato de cómo actuamos presenta tres rasgos necesarios para renovar a los otros
correlatos:

 materialidad(cuerpo (funciones orgánicas), acción e interacciones, vivencias y


experiencias)59,
 emocionalidad (sensaciones, percepciones, sueños, emociones,
compasiones, pasiones y memorización) y
 cambio (inconsciencia/consciencia, aleatoriedad, plasticidad de la memoria y
situacionalidad)

El estudio, la investigación y la docencia del correlato de cómo actuamos no anula la


construcción social del conocimiento ni la representación social de la significación, sino hace
énfasis en la singularidad como fuente de renovación.

Los mayores desafíos para el estudio, la docencia y la investigación de la singularidad


derivan de todo lo que venimos exponiendo y son:

59
Véase Sorín (2017)
59
 las representaciones dominan nuestra realidad intersubjetiva; si el estudio, la
docencia y la investigación deben trabajar sobre lo material, la emocionalidad y el
cambio para generar nuevas representaciones en los estudiantes/investigadores
y la sociedad; estas nuevas representaciones competirán y contrastarán con las
vigentes
 la competencia y el contraste entre las representaciones sumarán más exigencias
al esfuerzo de estudiar, hacer docencia e investigar la singularidad
 las representaciones vigentes sobreestiman el dominio social y subestiman la
singularidad
 en el medio social actual se representa que el merecimiento, lo valioso no exige
esfuerzo
 el trabajo docente e investigador sobre las nuevas representaciones exigirá un
triple esfuerzo: neutralizar/desaprender las vigentes, aprender las nuevas y
hacer todo en un medio sociocultural en el que la singularidad está
menoscabada y el esfuerzo está inmovilizado.

El historiador israelí, Yuval Harari (2016: 378-382) advierte bajo el sugerente título: Mejorar
la desigualdad que cuando los conocimientos científicos son manipulados por políticas
neoliberales la desigualdad en todos los aspectos se potencia. La importancia de que los
sistemas educativos públicos y democráticos adopten la singularidad como eje de su
estudio, investigación y docencia es fundamental y compensatorio. Bajo el principio que la
solución liberal a la desigualdad es conceder el mismo valor a las diferentes experiencias
humanas en lugar de crear las mismas experiencias para todos, nominalmente se alardea
con el respeto a la diferencia, SENTIR la diferencia sin permitir a todos HACER la
diferencia. Al reflexionar sobre los adelantos en medicina, Harari ejemplifica:

“A lo largo de la historia, los ricos han gozado de muchas ventajas sociales y políticas, pero
nunca había habido una enorme brecha biológica que los separara de los pobres…La medicina
del siglo XX aspiraba a curar a los enfermos. La medicina del siglo XXI aspiraba cada vez más a
mejorar a los sanos. Curar a los enfermos fue un proyecto humanitario, porque daba por hecho
que existe un estándar normativo de salud física y mental que todos pueden y deben disfrutar. Si
alguien caía por debajo de la norma, era tarea de los médicos resolver el problema y ayudarle o
ayudarla a “ser como todo el mundo”. En cambio, mejorar a los sanos es un proyecto elitista,
porque rechaza la idea de un estándar universal aplicable a todos, y pretende conceder a algunos
individuos ventajas sobre los demás… Si los descubrimientos científicos y los avances
tecnológicos dividen la humanidad en una masa de humanos inútiles y una pequeña élite de
superhumanos mejorados o si la autoridad se transfiere completamente a algoritmos muy
60
inteligentes, el liberalismo se hundirá. ¿Qué nuevas religiones o ideologías podrían llenar el vacío
resultante y guiar la evolución subsiguiente de nuestros descendientes casi divinos?” 60

Reflexión provisoria

Esta introducción a la antroposemiosis y sus rasgos impulsa a dos contradicciones finales.


Hemos enfatizado en los epígrafes y en todo el trabajo, que el funcionamiento de la inteligencia
se prueba al seguir operando a pesar de las contradicciones que la antropomorfización nos hace
incurrir. También que la modestia y disposición cognoscitiva son productos más de los
desaciertos y equivocaciones que de la sensación de finitud.

Estar contrariados, ser humildes y estar dispuestos a investigar son estados


emocionales singulares de cada persona y “trabajarlos” con ciencia, arte y filosofía;
encierra toda una contradicción ya que intelectualmente se pretende reformular
disposiciones de ánimo. Sin embargo, alfabetizarnos sobre cómo antropomorfizamos es una
necesidad vital. Como decía el filósofo árabe Abú Nasr al Farabi (870-950): “Aquel que mira
hacia afuera, sueña; el que mira hacia adentro, despierta.”

Este texto está escrito en tiempos de la pandemia 61 de coronavirus COVID 19 en 2020, un


impacto imprevisto producto de la aleatoriedad que pregona la memética y la correlaciones que
estudia la semiótica cognitiva, resulta la tecnologización hipervirtual de casi todas las
comunicaciones entre los seres humanos a escala planetaria. La realidad intersubjetiva está
concentrada en las TICs, una correlación futura e inmediata de ésto puede ser la obligación
histórica y profilácticade disminuir o eliminar la importantísima y deterioradaexperiencia social
en vivo. ¡Nadie contradiría el convencimiento disfuncional del aislamiento social! Cabe destacar
que la Humanidad ha superado peores crisis pandémicas como especie ultracontactada. Es cierto
que los altísimos costos humanos del pasado ni se asemejan a los actuales. No hago apología de
la necesidad de pérdidas humanas ni cotejo cuál pandemia fue la peor, sino que abogo por
repasar la historia y evitar por la coyuntura que nos toca , legitimar un desarrollo mediático y
tecnológico más hiperconsumista que solidario, más explotador que humanista.

El conocimiento de nuestra composición semio-cognitiva deriva de una biología


evolucionada a través de la genética y co-evolucionada con la cultura. La tecnología no es un
producto cualquiera de nuestra antroposemiosis, una herramienta funcional controlada a voluntad;
cuando modifica nuestra biología y organiza sin conciencia nuestras relaciones sociales
básicas: gobierno, salud, educación, consumo y trabajo; por ejemplo; es una tecnosemiosis con
60
Harari (2016: 380-382)
61
Desde el mes de enero y continúa.
61
rasgos distintivos propios. Nos encontramos así frente a una situación desafiante: apenas
conocemos la capacidad semio-cognitiva derivada de nuestra biología y, a la vez, desconocemos
o tenemos serias limitaciones para entender la capacidad semio-cognitiva emergente de la
tecnología que inventamos. Evitemos que con la tecnología se repita la perplejidad que nos
produce la ignorancia de nuestra biología, es decir, usar desinformadamente la capacidad
semio-cognitiva derivada de ella y desconocer cómo nos condiciona y potencia.

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