Preexistencia Del Alma

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PREEXISTENCIA DEL ALMA

Durante los primeros tres siglos de la era Cristiana, no exista una sola doctrina Cristiana, la
teologa y doctrina Cristiana interpretaciones de las enseanzas de Cristo mezcladas con ideas
de otras filosofas y religioneseran intensamente debatidas al menos por los primeros trescientos
aos. Muchos de los pilares de la fe que los Cristianos toman por dado hoy eran, durante este
largo perodo de flujo, simplemente otro punto de vista ms entre muchos.
Es un hecho que algunas sectas Cristianas y escritores aceptaban la reencarnacin como una
extensin de las enseanzas de Cristo. Orgenes de Alejandra, uno de los aclamados Padres de
la Iglesia y descrito por San Gregorio como el Prncipe de la enseanza Cristiana en el tercer
siglo, escribi: Cada alma viene a este mundo fortalecida por la victorias y debilitada por las
derrotas de sus vidas anteriores.
Entonces, si la reencarnacin era una idea en circulacin entre los primeros Cristianos, por qu
ha desparecido de la religin Cristiana tal y como la conocemos hoy?
A principios del siglo cuarto, las ms fuertes facciones Cristianas pugnaban unas con otras por
influencia y poder, mientras que al mismo tiempo el Imperio Romano se desmoronaba. En el ao
325 AD., en una movida para tratar de renovar la unidad del imperio, el dictador absoluto
Emperador Constantino convoc a los lderes de las facciones Cristianas en pugna al Concilio de
Nicea. El les ofreci lanzar todo su poder imperial a favor de los Cristianos si ellos resolvan sus
diferencias y acordaban un credo nico. Las decisiones que se hicieron en este concilio crearon la
fundacin de la Iglesia Catlica Romana. (Al poco tiempo, los libros de la Biblia serian editados y
corregidos tambin). A favor de la unidad, todas las creencias que entraran en conflicto con el
nuevo credo serian descartadas; en el proceso las facciones y los escritos que soportaban la
reencarnacin fueron desechados.
Entonces, con el aplauso y el apoyo de los lderes Cristianos, Constantino procedi a eliminar las
religiones competidoras, haciendo su dominio personal sobre el Imperio an ms absoluto. El
resultado de este matrimonio entre iglesia e imperio estatal trajo como resultado una nueva Iglesia
hecha a la imagen del autocrtico Imperio Romano. Este es el porque, segn algunos
historiadores, la Iglesia exalta la autoridad central no cuestionada, impone un nico credo
dogmtico, y trabaja tan duro para eliminar las ideas divergentes. Esto es muy importante porque
la reencarnacin cay fuera del credo oficial.
Aparentemente algunos Cristianos continuaron creyendo en la reencarnacin an despus del
Concilio de Nicea, porque en el ao 553 AD la Iglesia tuvo la necesidad de enfrentar de nuevo el
concepto de la reencarnacin y condenarlo explcitamente. En el Segundo Concilio de
Constantinopla el concepto de la reencarnacin, unido con otras ideas bajo el trmino
preexistencia del alma, fue decretado como un crimen merecedor de la excomunin y
condenacin (anatema).
Cita:

Si alguna persona afirma la fabulosa preexistencia del alma, y afirma la monstruosa restauracin
que sigue; que esa persona sea anatema.

Por qu la Iglesia se esfuerza tanto en desacreditar la reencarnacin?

El impacto psicolgico de la reencarnacin puede ser la mejor explicacin. Una persona que cree
en la reencarnacin asume responsabilidad por su propia evolucin espiritual a travs del renacer.
l o ella no necesitan sacerdotes, confesionarios o rituales para evitar la maldicin (ideas estas
que por cierto no son parte de las enseanzas de Jess). Esa persona necesita solamente
ocuparse de sus propios actos hacia el mismo y hacia los dems. Creer en la reencarnacin
elimina el miedo al infierno eterno que la Iglesia usa para disciplinar a su rebao. En otras
palabras, la reencarnacin directamente socava la autoridad y el poder de la dogmtica Iglesia. No
es de extraar entonces que la reencarnacin ponga a los Defensores de La Fe tan nerviosos.
A pesar del decreto del 553, la creencia en la reencarnacin persisti entre los creyentes de fila.
Hicieron falta otros mil aos y mucho derramamiento de sangre para completamente borrar la idea.
A principios del siglo trece, los Cataros, una devota e iluminada secta de Cristianos que crean en
la reencarnacin, florecieron en Italia y en sur de Francia. El Papa lanz una cruzada para detener
semejante hereja, medio milln de personas fueron masacradas, villas completas de una sola vez,
y los Cataros fueron totalmente barridos del mapa. Esta purga impuso el tono de la brutal
Inquisicin que comenzara pronto. No solo la creencia en la reencarnacin era causa de
persecucin, sino cualquier idea metafsica que cayera fuera del dogma de la Iglesia.
La criminal eficiencia de la Inquisicin demostr ser efectiva. La persecucin por parte de la Iglesia
institucional amedrent nuestra psiquis colectiva y nos rode de una cerca invisible que separa lo
que es seguro de lo que es peligroso de creer. Desde entonces, las personas que albergan ideas
prohibidas han aprendido a mantener esos pensamientos para ellos mismos. Nuestra memoria
cultural aun recuerda el miedo a la represin por ser asociado pblicamente con cualquier prctica
de ocultismo, por usar los poderes psquicos, o por creer en la reencarnacin.
He aqu la fuente del doble estndar moral. No es sorpresa entonces que muchas personas hoy
creen en la reencarnacin privadamente pero temen que si se hace pblico, ellos sern atacados
por ser rara la palabra moderna para hereja. Tal vez si comprendemos de donde viene ese
miedo, podremos negarle su control sobre nosotros y apagar esa cerca invisible.

Somos los Elohim creadores del universo utilizando la sabidura universal. No fuimos creados
siempre hemos existido. Somos atemporales. Lo que fue creado es el universo y todos los seres
vivos que lo habitan incluyendo los seres humanos. Creamos este universo para disfrutarlo. Al
apegarnos tanto a nuestra creacin hemos olvidado nuestro poder. Pero un parte nuestra que es
nuestra gua nos puede regresar nuestra sabidura y poder.
Quin soy yo? Soy un Espritu increado y eterno, encadenado al cuerpo-alma creado y efmero,
aprisionado en la materia.
Meyrink: "Si quieres rezar, reza a tu yo invisible, es el nico Dios que prestar odos a tus oraciones".
"Si quieres avanzar al galope, pdele a tu espritu que te lleve a la gran meta por el camino ms corto,
y l lo har".

Para avanzar hacia esa "gran meta" no hay que mirar atrs, no hay que mirar a los costados, no hay
que distraerse, la atencin no debe ser desviada por las muchas tentaciones que hay en el mundo.
Hay que tener los ojos y la voluntad fijos en esa gran meta.
A medida que el Espritu se va liberando, va Espiritualizando el cuerpo y el alma del hombre. Esa es la
"gran meta" de Meyrink, que el Espritu transforme al cuerpo, que el cuerpo sea Espiritualizado y
transmutado por el Espritu.

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