Barkin, Fuente, Tagle. La Significación de Una Economía Ecológica Radical

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Barkin et al. 2012. Revista Iberoamericana de Economa Ecolgica Vol. 19:01-14

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La significacin de una Economa Ecolgica radical


David Barkin*
Universidad Autnoma Metropolitana, Unidad Xochimilco
Calzada del Hueso 1100, Col. Villa Quietud, CP. 04960, Coyoacn, Distrito Federal, Mxico
[email protected]
Mario E. Fuente Carrasco
Universidad de la Sierra Jurez de Oaxaca
[email protected]
Daniel Tagle Zamora
Universidad de Guanajuato Campus Len
[email protected]
Fecha de recepcin: 03/01/2012. Fecha de aceptacin: 10/07/2012

Resumen
El surgimiento de la Economa Ecolgica (EE) como campo articulador de disciplinas le ha proporcionado un importante
espacio de legitimidad para abordar la relacin economa-sociedad-naturaleza, requiriendo de la incorporacin de un
pluralismo metodolgico. Ello ha derivado en la manifestacin de una heterognea expresin de corrientes contrastantes
entre los practicantes de este campo; cada una partiendo de diferentes premisas epistemolgicas y ticas para abordar
la relacin entre la racionalidad econmica y la (in)sustentabilidad. La racionalidad econmica (neoclsica) ha tenido
fuerte presencia en los enfoques de la EE. Otros intentos metodolgicos crticos evidencian el papel de tal racionalidad
en la imposicin de lenguajes de valoracin (monetaria) de la naturaleza y en la generacin de los conflictos econmicos
distributivos. Dado el contexto de una crisis de civilizacin manifestado en los mbitos socio-econmicos y ambientales,
el ejercicio crtico de pluralismo metodolgico es altamente relevante. En este artculo se plantea que la perspectiva
marxista puede enriquecer a dicho enfoque, no solo en la comprensin de la crisis socio-ambiental y econmica que
padecemos actualmente, sino tambin en la identificacin de estrategias para su transformacin. Esta exploracin es
identificada como una aportacin al necesario debate de la significacin de una versin radical de la EE.

Palabras clave: Economa Ecolgica, Pluralismo Metodolgico, Marxismo, Apertura Histrica, Heterodoxia.
Abstract
The emergence of Ecological Economics (EE) as a field of study to articulate a number of diverse disciplines has
conferred its legitimacy on the study of the relationship economy-society-nature, with methodological pluralism as one of
its central tenets. This has led to a multiplicity of contrasting analytical currents among its practitioners, each taking as its
point of departure different epistemological and ethical premises to confront the relation between economic rationality and
(un)sustainability. Neoclassical economic rationality maintains a strong presence in EE. Other critical methodological
approaches make it clear that the role of monetary valuations of nature and the lack of consideration of distributive
conflicts contribute to social and environmental problems that are part of the crisis of civilization. To face the challenge
posed by these problems, the relevance of methodological pluralism for analysis is clear. This article suggests that a
Marxist perspective can enrich the analysis, not only by aiding in the understanding of todays economic and socioenvironmental crises but also by identifying strategies for overcoming them. The text argues that these additional
considerations provide a contribution to the necessary debate for the consolidation of a radical version of EE.

Key words: Ecological Economics. Methodological Pluralism, Marxism, Historical Openness, Heterodoxy.
JEL Codes: B14, B25, B51, B52, Q57
.

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------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------1. Introduccin
El carcter articulador de disciplinas es uno
de los atributos bsicos de la Economa
Ecolgica (EE) en la construccin de
propuestas
holsticas
orientadas
a
comprender el tema de la sustentabilidad
ecolgica de la economa. Sin embargo, su
traduccin operativa en un programa de
investigacin no es una faena fcil; su
instrumentacin no slo presenta obstculos
epistemolgicos, sino tambin ticos e
ideolgicos.
Para
esta
integracin
disciplinaria, el pluralismo metodolgico
sigue siendo central, aunque, como veremos,
una aspiracin a realizarse. Su inclusin
como esencia de la EE ha sido uno de los
factores que ha favorecido la existencia de
diferentes orientaciones en la explicacin y
comprensin de su objeto de estudio.
Este trabajo propone la necesidad de una
versin radical para el anlisis integral de las
causas subyacentes de la triple crisis que
nos enfrenta hoy en da: social, econmico y
ambiental. Se introduce la idea de abrir un
necesario debate sobre la pertinencia
contempornea del marxismo como corpus
compatible en la construccin de un
pluralismo metodolgico orientado en la
significacin1 de la EE radical. As mismo,
hay otros dos factores determinantes de una
heterogeneidad de visiones. Uno es derivado
del contexto geopoltico y acadmico regional
(Gonzlez Casanova 1992) en el que se
desenvuelve la reflexin de la sustentabilidad
de las diferentes sociedades regionales que
integran a la Sociedad Internacional de
Economa Ecolgica (ISEE).
El otro factor determinante de la orientacin
de la EE, y de mayor relevancia, es de tipo

estructural e ideolgico: la pretendida


preponderancia de la economa de mercado.
Una de las grandes transformaciones del
proyecto de la modernidad occidental
(capitalista) se ha caracterizado por el fuerte
arraigo de la ideologa de una economa del
mercado como el gran regulador de la
sociedad; como gua de todas las
instituciones de la sociedad (Polanyi 2001).
La EE no ha estado exenta de tal influencia
como parte de una pretendida premisa de un
pluralismo metodolgico, tal como las
proposiciones
metodolgicas
y
ticas
congnitas a la racionalidad econmica
neoclsica.
Uno
de
los
primeros
pensadores
contemporneos que ofreci significativas
aportaciones en esta tarea crtica de, por un
lado proporcionar pistas de la construccin
coherente de un pluralismo metodolgico en
la naciente EE, y por otro en evidenciar las
anomalas paradigmticas de la racionalidad
econmica neoclsica para mantener el mito
de un crecimiento econmico ilimitado, fue
Nicols Georgescu-Roegen2 (1971). Este
autor retoma de Podolinski (1880) algunas
categoras de la ecologa, tales como el tema
de los flujos energticos y de la entropa en
los procesos productivos. De esta forma GR
le da un contenido transdisciplinario a la
entropa; se transforma en una categora
dialctica entre dos campos disciplinaros: la
ecologa y la economa.
Existen otros intentos aislados que han
procurado
enriquecer
el
pluralismo
metodolgico de la EE; de estas tentativas se
han derivado criterios metodolgicos como
los derivados de la ciencia posnormal, el
anlisis multicriterio, el principio precautorio,
2

La palabra de (re)significacin es usada tanto por Zemelman


(2006) como Leff (2006) desde una perspectiva epistmica
como una crtica al aspecto ideolgico del discurso cientfico.
Estos autores plantean que el debate del modelo de
sociedad, y por tanto de desarrollo sostenible, se da en la
esfera del lenguaje, en la significacin que el discurso
econmico del neoconservadurismo, el cual se reproduce sin
hacer explcitas sus premisas e intereses asociados con la
acumulacin del capital. Advierten que el contenido de estos
conceptos estn ligados a las instituciones vigentes
reproductoras del sistema, por lo que plantean la necesaria
significacin, o ms concretamente la re-significacin de los
conceptos; es decir de darle un contenido diferente al discurso
dominante.

Sin embargo, sus aportaciones no fueron acogidas con


beneplcito por muchos practicantes en la ISEE, entre ellos
sus fundadores Herman Daly y Robert Costanza. Para una
discusin detallada de la crtica de Georgescu-Regen (GR) y
su negativa de ingresar a la Sociedad y al Consejo Editorial de
la revista, se puede consultar en Bonaiuti (2011), quin
comenta que la antipata de GR por la Sociedad creci con el
tiempo, finalmente atacndola no slo por defender la idea
que la salvacin del dilema entrpico es el estado estable[y
por propagar la idea] del ms grande de los operadores en
el campo de la ecologa, Costanza, quien abus de su teorema
ridcula [sobre las equivalencias energticas del gasto
monetario]. .. [sino] por su mercadeo del ms peligroso de la
medicina milagrosa (charlatana) de todos los tiempos, el
desarrollo sostenible! (232).

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------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------la coevolucin, la deuda ecolgica y el


metabolismo social, entre otros (Fuente
2009a).
A pesar de estas contribuciones, el contexto
contemporneo latinoamericano exige de la
EE una ruptura epistemolgica y tica ms
profunda, ms radical, con las premisas de la
racionalidad econmica neoclsica. Ello
implica componer el desfase provocado por el
enfoque econmico ortodoxo y la realidad;
pasar
del
pensamiento
retrico
al
pensamiento epistmico-- de la interpretacin
del problema a su transformacin; de la
emisin de un juicio ecolgico a uno tico; de
uno disciplinario a un dilogo intercultural y
de saberes.
En esta tarea existen otras racionalidades
alternas a la derivada de la racionalidad
econmica capitalista. En el terreno
acadmico destaca la crtica del marxismo.
En esta tesitura, el abordaje de este artculo
se realiza desde tres aproximaciones
analticas. En la primera seccin se
introducen aspectos de este nuevo campo
transdisciplinario pero se enfoca en tipificar al
menos tres versiones que coexisten de la EE,
la conservadora, la crtica y la radical. En la
segunda parte se aborda el tema de las
restricciones
y
obstculos
para
la
instrumentacin
de
un
pluralismo
metodolgico dentro de la EE; ello en funcin
de la fuerte influencia de la teora econmica
neoclsica. La tercera seccin aborda un
conjunto de reflexiones que destaca el papel
del marxismo como un enfoque analtico para
favorecer una perspectiva para enriquecer el
pluralismo
metodolgico
hacia
una
significacin de una EE radical.
2. La Economa Ecolgica en perspectiva
histrica: aspiraciones y versiones
La
EE
moderna
es
un
campo
transdisciplinario3 que se ocupa de analizar la
interaccin de los procesos econmicos con
3

Se distingue entre inter, multi y trans disciplinaridad


(Costanza et. al., 1999). Para fines del artculo se toma como
referente a la transdisciplinaridad; sin embargo, con este
concepto tambin se acoge al asunto de la inter o la
multidisciplinaridad.

los ecolgicos. Su compromiso para enfrentar


los retos planetarios le obliga reconocer la
complejidad de los problemas socioambientales, proporcionando una visin
sistmica de la relacin sociedad-economaambiente. Esta aspiracin implica la
construccin de una propuesta metodolgica
centrada
en
una
perspectiva
multidisciplinaria, histricamente abierta y
desde un pluralismo metodolgico (Burkett
2006:2-3). A pesar de la reciente
institucionalizacin de la EE, su propuesta
metodolgica
le
permite
una
mejor
comprensin de las causas y soluciones para
enfrentar los problemas ambientales, lo cual
le ofrece la posibilidad de generar propuestas
alternativas ante la incapacidad mostrada por
la economa neoclsica para enfrentar la
crisis planetaria.
En sus orgenes, durante los aos ochenta, la
EE trajo consigo la incorporacin de
investigadores
de
diversos
campos,
principalmente de las ciencias sociales y las
ciencias duras (Ropke 2004, 2005). Su
carcter transdisciplinario ha favorecido dicha
inclusin, permitiendo diferentes propuestas
metodolgicas, sobre todo las derivadas de
categoras de la ecologa (entropa,
resiliencia, coevolucin, metabolismo) y su
relacin con los sistemas sociales y
econmicos. Por ejemplo, se ha tomado a la
entropa como herramienta analtica para
aclarar la inviabilidad ecolgica del actual
modelo de produccin dominante. La
literatura de la EE abarca una importante
discusin con la economa neoclsica. Los
temas contenciosos de estas discusiones que
han generado mayor confrontacin entre la
EE y la economa neoclsica incluyen:
sustitucin entre naturaleza y capital hecho
por la sociedad; crecimiento versus ambiente;
ambiente y comercio; el optimismo del
cambio tecnolgico; crecimiento y calidad de
vida (Ropke 2005). Actualmente examina un
sinnmero de posibilidades de marcos
analticos, entre las cuales se incluyen la
economa social y solidaria, decrecimiento, y
buen vivir, haciendo intrnsecos los principios
ticos
de
justicia
social,
equidad
intergeneracional y manejo sustentable de los

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------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ecosistemas4 (Barkin y Lemus 2011). El


campo ha conseguido una confluencia de
investigadores de diferentes campos, lo que
ha conllevado al desarrollo de diferentes
versiones de EE en funcin a la postura que
se mantenga con respecto a la citada
racionalidad
econmica
capitalista:
la
conservadora, la crtica y la radical (Fuente
2008).

comunidades rurales desde un inters de los


derechos intrnsecos de la vida silvestre,
preferentemente en ambientes prstinos.
Dado que la mayor riqueza biolgica est en
los pases del sur, se promueve como
estrategia la instalacin de reas de reserva,
prohibiendo algunas prcticas de apropiacin
social de la naturaleza desplegadas por las
comunidades rurales locales.

2.1. Versin conservadora de la EE.

A pesar de la aparente diferencia entre estas


caretas, sobresale una perspectiva tica
ambiental comn: la negacin de que la
sociedad es heterognea en su relacin con
la distribucin de los costos y beneficios
derivados de los procesos de apropiacin
social de la naturaleza.

La
versin
conservadora
parte
del
reconocimiento de la economa como
subsistema abierto dentro de un sistema ms
grande, pero limitado: la naturaleza. Sin
embargo, desconoce una relacin entre el
poder, la racionalidad econmica capitalista y
la insustentabilidad.6 Por ello se rehsa
incorporar el tema del conflicto social (lase
lucha de clases). Esta vertiente muestra dos
caretas: una con un fuerte componente
economicista antropocntrico y otra ecolgica
ecocntrica; tienen ciertas equivalencias a las
que Martnez Alier (2004) ha denominado
como el evangelio a la ecoeficiencia y el
culto a lo silvestre, respectivamente. Desde
la primera mscara se plantea la
compatibilidad
entre
el
crecimiento
econmico y el ambiente sin la necesidad de
cambiar el modelo de organizacin productivo
dominante (el capitalista). Para ello promueve
la implementacin de los instrumentos de
mercado, con lo que muestra su alta afinidad
e influencia dada por la economa
neoclsica7. Esta careta es la dominante hoy,
reflejando el gran atractivo de migrar haca
este nuevo campo disciplinario que ha
ganado cierto cachet frente a los que se
repliegan en la economa ambiental. La
segunda careta, menos influyente, es la
ecocntrica. Desde esta se propone limitar
los procesos productivos desplegados por
4

En Barkin (2008:8-9) se ofrece una caracterizacin ms


amplia de estos principios ticos de la EE.
5
Dos referentes en esta versin son Herman Daly y Robert
Costanza (Costanza, 2009).
6
La omisin del poder en su anlisis del funcionamiento del
mercado es comprensible por su evolucin terica, guiada por
las instituciones acadmicas e ideolgicas norteamericanas
que han dominado la profesin durante ms de un siglo
(Perelman, 2006).
7 El tema de pagos por servicios ambientales es reflejo de esta
careta de la versin conservadora, y se documenta en la
revista de la ISEE

2.2. Versin crtica de la EE


La versin crtica8 advierte sobre el rol de la
racionalidad
econmica
en
la
insustentabilidad. Sus orgenes vienen de la
regin iberoamericana de la ISEE donde
insisten que la implementacin de los
instrumentos de mercado por s solo no
promueve una solucin a la crisis ambiental;
sealan que su inadecuada incorporacin de
un
pluralismo
metodolgico
puede
profundizar la crisis socio-ambiental. Se
enriquece con las aportaciones de la ecologa
poltica,
incorporando
dos
conceptos
fundamentales y crticos al papel de la
racionalidad econmica capitalista: a) la
inconmensurabilidad
monetaria
como
lenguaje prioritario en la valoracin de la
naturaleza; y b) el concepto de conflictos
ecolgicos distributivos, resaltado dentro de
un ecologismo de los pobres y el de justicia
ambiental (Martnez Alier 2004). Esta
vertiente no vincula estos niveles de anlisis
con categoras ms generales y crticas a la
racionalidad
econmica
del
neoconservadurismo, tales como de clases
sociales o el de la acumulacin del capital. El
conflicto los acota al nivel de pases: nortesur, ricos-pobres. Sus practicantes han
contribuido con una abultada literatura sobre
los diversos problemas socio-ambientales,
enfocada bajo la categora de deuda
ecolgica ocasionada por la larga historia de
8 El principal referente de esta versin es Joan Martnez Alier
(2004).

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------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------la expansin colonial e imperial de pocas


pasadas que practic diversas formas de
extraccin de recursos y valores sin
compensar a los pueblos afectados. En su
definicin de la sustentabilidad no hay
posibilidad de remplazar muchos recursos
naturales no-renovables o la prdida de
biodiversidad; como consecuencia, requiere
de medidas no mercantiles para conservar la
calidad de los recursos renovables y restringir
el uso de los recursos no-renovables con el
fin de acercarse a una sustentabilidad fuerte.
2.3. Versin radical de la EE
La versin radical9 plantea la necesidad de
realizar una ruptura con el discurso de la
racionalidad econmica neoclsica. Su
hiptesis central es que la crisis ambiental es
resultado de una crisis del proyecto
civilizatorio occidental y de su racionalidad
econmica (Magdoff y Foster 2010); su
discurso y sus instituciones se presentan
como un obstculo epistemolgico para
abordar el tema de la sustentabilidad.
Identifica el impacto de la fuerte relacin que
existe entre los lenguajes de valoracin y los
conflictos econmicos distributivos en el
ejercicio de los derechos de propiedad, el
poder fetichizado y la agudizacin de los
conflictos ambientales distributivos (Hornborg
et al. 2007). En esta perspectiva la
proliferacin de esfuerzos para implementar
estrategias fuera de la acumulacin
capitalista no slo repercute en un
enfrentamiento para combatir los procesos de
la exclusin social, sino tambin contribuye al
diseo de polticas de apropiacin social de la
naturaleza con una mayor responsabilidad
ambiental y social. Por ello, considera la
importancia de trascender, de transformar la
racionalidad econmica capitalista, ya que
asevera que es el responsable de la crisis de
civilizacin, elemento no tratado de manera
frontal en las otras dos versiones de EE.
En
sus
versiones
ms
recientes,
especialmente en Amrica Latina, ha
incorporado el papel de las praxis
contestatarias a la racionalidad econmica
9

Como referentes en esta versin podemos encontrar a Elmar


Altvater, Paul Burkett, John Bellamy Foster, James OConnor y
Enrique Leff.

ortodoxa,
tales
como
las
prcticas
comunitarias de los pueblos indoamericanos.
Por esto, se han revalorado las categoras y
aportaciones de los saberes tradicionales y
praxis sociales, planteando un proceso de
democratizacin en la apropiacin social de la
naturaleza con una vigilancia ambiental
responsable. Adems, esta vertiente busca
una mayor colaboracin con distintas
tradiciones intelectuales y culturales que
ofrecen diversas maneras de integrar las
esferas culturales y productivas para la
gestin socio-poltica y ambiental. Ello
impone una nueva obligacin a los
investigadores
institucionalizados
para
ampliar sus grupos de trabajo y sus
conocimientos, como lo sugiere la literatura
sobre el dilogo de saberes (Leff 2006), la
memoria biocultural (Toledo y Barrera 2008);
el dilogo intercultural (Zemelman y
Quintanar 2006), la ciencia post-normal
(Funtowicz
y
Ravetz
2000)
y
la
transdisciplinaridad (Baumgrtner et al. 2008;
Hirsch et al. 2006). Para este grupo, la
sustentabilidad fuerte no solo implica
reconocer y tomar medidas adicionales por la
irreversibilidad de muchos procesos naturales
que amenaza a la humanidad, sino que est
mediada por los procesos culturales de las
praxis comunitarias de apropiacin social
(Leff 2004).
La expresin de estas vertientes no est
confinada necesariamente a determinadas
regiones de la ISEE; sin embargo, es
evidente que los procesos estructurales de la
globalizacin econmica impactan de manera
diferentes a estas regiones; y con ello en la
relacin, explicacin y necesidad de
transformar la relacin economa-sociedadnaturaleza. Los practicantes de la EE
situados en los pases con alta diversidad
biolgica y cultural, y que cumplen el rol
asignado en la divisin internacional del
trabajo como parte de una estrategia
geopoltica (neo) colonial de extraccin y
transferencia
de
insumos
biolgicos,
energticos y minerales, perciben la compleja
relacin economa-sociedad-naturaleza de
manera diferente a la visin de los pases del
norte. Derivado de este entorno, no es de
extraarse que la versin conservadora tenga

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------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------mayor presencia en las ISEE ubicadas en las


sociedades occidentales, mientras las
versiones crtica y radical se vinculan a
sociedades como las latinoamericanas. Sin
embargo, esta pluralidad no se refleja en la
revista Ecological Economics. Es notorio el
predominio de la versin conservadora,
seguida por una pequea porcin de los
intentos de un pluralismo metodolgico desde
la versin crtica, y dejando pocos o nulos
espacios para la versin radical. Este
predominio conservador est marcado, por
tanto, con una fuerte preferencia por el
mercado (en su versin neoclsica) y de sus
modelos economtricos basados en el
individualismo metodolgico, tal como lo
seala Burkett (2010) en su anlisis a los
documentos publicados en la Revista.
3. Desafios para el pluralismo
metodolgico en la Economa Ecolgica:
entre el discurso y la prctica
El pluralismo metodolgico permite realizar la
articulacin de diferentes paradigmas, a
travs de sus metodologas, conceptos y
herramientas, para abordar y discutir los
problemas tericos y polticos que implica la
compleja relacin sociedad-ambiente. Sin
embargo, se debe cuidar de la posible
imposicin de un enfoque dominante que
incorpore su marco de anlisis y conceptos:
Existe un interesante punto de
tensin al interior de la EE. Dado
que su sujeto de estudio es muy
grande y complejo para abordarlo
todo con un conjunto limitado de
herramientas conceptuales, la EE
rechaza la nocin de que hay un
nico paradigma o enfoque
correcto para abordarlo; por lo
tanto debe esforzarse por una
gran medida de pluralismo
conceptual Al mismo tiempo, el
compromiso con el pluralismo
significa que la EE abarque, y
est ampliamente influenciada
por, la economa ambiental
neoclsica como uno de sus
subconjuntos (Burkett 2010:93).

Por eso, no es mera coincidencia que un


antiguo presidente de la ISEE, defendiendo
la necesidad de un pluralismo metodolgico,
insisti en el nmero inaugural de la revista,
que es bien conocido que los economistas
neoclsicos acepten slo un patrn de
pensamientoel modelo neoclsico de
mercado (Norgaard 1989:37). En la prctica,
muchos de los economistas ecolgicos
siguen
considerando
nicamente
las
soluciones del mercado neoclsico para
enfrentar los retos ecolgicos, tal como se
puede observar en la revista de la ISEE.
Mientras se continu empleando este
reduccionismo,
usando
conceptos
neoclsicos como el equilibrio del mercado
capitalista, se continuar socavando el
acuerdo de pluralismo metodolgico. Se hace
todava ms evidente al extender el anlisis a
otras reas no-econmicas con el uso del
enfoque
positivista
de
individualismo
metodolgico a conceptos como el caso del
capital social y capital natural (Fine 2001,
2002, 2010). Burkett (2010) lo desmenuza,
retomando el anlisis de Fine, mostrando
como la transformacin de la relacin entre la
sociedad y la naturaleza en una mercanca
es ampliamente aceptada por la gran
mayora de los economistas ecolgicos, a
pesar de que implica una mercantilizacin de
la naturaleza y sus procesos (servicios).
Lo mencionado arriba conlleva a enraizar a la
EE en el imperialismo de la Economa
Neoclsica (Lazear 2000), debilitando y
obstaculizando el acuerdo tcito de sus
practicantes
sobre
el
pluralismo
metodolgico. No obstante, los que insisten
en su importancia no desechan todos los
conceptos y herramientas del marco
neoclsico, ya que su inclusin constituye
parte de este tratado del pluralismo
metodolgico, o como Burkett lo llama, Metaparadigma.
Desde esta perspectiva, el pluralismo
metodolgico es la conjuncin de diversas
propuestas para la comprensin y la solucin
de conflictos ecolgicos y del uso de
diferentes lenguajes de valoracin de la
naturaleza. Pero es importante dimensionar el
grado de avance de este campo de

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------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------conocimiento a partir de esta particular


funcin del pluralismo. El anlisis multicriterio,
la
ciencia
post-normal,
el
principio
precautorio, el metabolismo social, la coevolucin y los conflictos distributivos son
criterios metodolgicos sumamente tiles;
son ejemplos de aplicacin de esta
propuesta. No obstante, la EE se ha visto
obstaculizada en cuanto a su desarrollo
terico alternativo, ya que la gran mayora de
trabajos en este campo se limitan a la
aplicacin del instrumento del mercado como
problema prioritario por atender, y no como
dimensin subordinada, a los problemas de la
escala (sustentabilidad ambiental), el cultural
y la distribucin (equidad y justicia) (Daly en
Costanza et al. 1999; Tagle 2011).
Un requerimiento necesario para el desarrollo
del pluralismo metodolgico en la EE
consiste, esencialmente, en que los
paradigmas utilizados permitan cumplir con
los objetivos de la EE (la sustentabilidad
ecolgica de la economa). Es decir, se
pueden emplear instrumentos y conceptos de
diversos paradigmas (incluyendo la teora
neoclsica), siempre y cuando se subordinen
al imperativo de garantizar los principios de
interculturalidad, justicia social, equidad
intergeneracional y gestin sustentable de
ecosistemas (Tagle 2011).
La apertura histrica es igualmente
problemtica, por la complejidad que impone
frente a la tradicin de la economa ortodoxa.
Esta
exigencia
metodolgica
implica
incorporar nuevas visiones y posibilidades en
los dominios de la poltica econmica y
cambio institucional. Actualmente, este
requerimiento es particularmente significativo,
cuando las contradicciones del sistema actual
estn amenazando con destruir
las
condiciones planetarias bsicas necesarias
para la reproduccin de la sociedad humana,
empezando con el deterioro en la calidad de
vida de grandes segmentos de la poblacin
que amenaza con crecientes conflictos
sociales.
Ante la necesidad de garantizar la
complejidad metodolgica de la EE para
abordar los problemas candentes del
momento, existen varios enfoques y

metodologas que pueden contribuir a


enriquecer este principio. Uno de ellos es el
enfoque marxista, con su visin derivada del
materialismo histrico y de la relacin
sociedad-naturaleza. Este enfoque resulta
pertinente, tanto por su replanteamiento del
concepto de realidad, de ciencia, de sociedad
y de naturaleza de manera alterna a la
ortodoxia; as como por su incorporacin
explcita de la perspectiva tica, poltica e
histrica para la comprensin de las causas
de los problemas sociales, ambientales y
econmicos. Sus criterios metodolgicos son
cardinales para comprender la construccin
delineada del deterioro ambiental, pero sobre
todo en la construccin de alternativas a la
racionalidad
econmica
capitalista.
El
siguiente apartado esboza algunas vertientes
para contribuir al buen desarrollo de la
construccin de los principios ticos y
epistmicos de la EE.
4. La perspectiva marxista: la heterodoxia
y sus contribuciones al anlisis de la
economa ecolgica
Esta ltima seccin ofrece una reflexin de la
pertinencia de la perspectiva marxista en la
construccin de una EE radical. Ms que un
anlisis de algunos autores10 de la corriente
de ecomarxismo, est organizada en torno a
algunos postulados del marxismo (sin
adjetivos). Ms que rescatar la dimensin
ecolgica de los fundadores del marxismo, se
resalta la vigencia de algunas categoras del
marxismo para ayudar a la comprensin de
los problemas estructurales contemporneos
vinculados con la generacin y la
transformacin de la relacin entre la
racionalidad econmica capitalista con la
insustentabilidad. Esta presentacin se basa
en el legado fundacional, lo aportado por
Marx; ello no excluye las aportaciones de
otros pensadores que han enriquecido el
ncleo duro del marxismo, pero s se
pretende distanciarse de las versiones
dogmticas emanadas durante el estalinismo.
Finalmente, esta seccin refiere a la
visualizacin del marxismo como una
10

Sobre todo reflexiones de Altvater, Burkett, Foster y


OConnor.

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------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------propuesta compleja integrada por diversos


niveles
de
abstraccin
altamente
interrelacionados; entre ellos su componente
terico (principalmente derivado de la
economa poltica) y el epistemolgico
(emanado de su mtodo dialctico). A
continuacin
se
enumeran
diversas
categoras con alto potencia de articular
dentro de una propuesta de pluralismo
metodolgico tendiente a la construccin y
resignificacin de una EE radical.11

La categora de plusvala. Se presenta


como una sntesis donde confluyen las
clases
sociales,
los
problemas
estructurales, el poder. Es una categora
econmica (proceso de valoracin), pero
al mismo tiempo poltica: el proceso de
trabajo se manifiesta como una lucha por
el poder. Por su parte, las relaciones de
produccin son tcnicas (control de los
individuos en el trabajo), pero al mismo
tiempo sociales: control de los procesos
de produccin y reproduccin jerrquica y
polarizada del sistema. Por eso, la
categora de plusvala adquiere una
nueva dimensin en la sociedad del
conocimiento, en el desarrollo del sistema
tecno-cientfico impulsado bsicamente
desde las grandes corporaciones. Estos
avances tcnicos y cientficos confirieron
al capitalismo su capacidad histrica de
promover el progreso, con el consumo
inusitado de recursos materiales y de
energa,
con
una
concomitante
produccin entrpica. En este contexto,
entonces, la plusvala asume una
propiedad
cualitativa,
ms
que
cuantificable, tal como apunta Leff (2006).
Sin embargo, en el contexto del anlisis
actual, es imprescindible reiterar el
carcter colectivo de la generacin de
plusvala, ya que no es el trabajador
individual quien es explotado, sino el
conjunto de los trabajadores que donan
su plus-trabajo a la clase capitalista, como
un todo (Tressell 1914).
El
carcter
estructural
de
la
insustentabilidad de la relacin sociedad-

naturaleza en el capitalismo. Para el


marxismo,
el
proyecto
civilizatorio
occidental presenta una contradiccin
histrico-estructural entre Sociedad y
Naturaleza: la dada por un modelo de
organizacin de la sociedad orientada
para instrumentar mecanismos que
permitan maximizar la concentracin
privada del excedente (plusvalor), y con
ello no slo estar produciendo y
manteniendo un constante flujo de
mercancas con altas tasas entrpicas,
sino
tambin
generalizando
e
intensificando
los
procesos
de
proletarizacin, de desigualdad social y de
la separacin del productor directo de sus
medios de subsistencia; aunque la mayor
parte del anlisis marxista se enfoca en
los medios de produccin fabriles, su
separacin de la tierra y los ecosistemas
dificulta una gestin adecuada de los
recursos naturales. Burkett (2008) seala
que la construccin de la crisis ambiental
es en parte resultado de que el capital
separa al trabajador-asalariado de la tierra
y los junta nicamente en la produccin y
posteriormente en el mercado como
mercanca, lo que impide la comprensin
de una gestin de la naturaleza que sea
sustentable por parte de sus poseedores
originales.
Ello explica porque esta contradiccin de
la
racionalidad
econmica
genera
inherentemente una in-sustentabilidad:
apropiacin
individualista,
exclusin,
injusticia social, as como un aumento de
las tasas entrpicas y una fuerte
alteracin
de
las
propiedades
homeostticas de los ecosistemas
(resiliencia, estabilidad) (Gowdy y Mesner
1998) expresada en la segunda
contradiccin
fundamental
del
capitalismo (OConnor 1989, 2001);
bsicamente, que a medida que el
capitalismo como sistema, y cada
productor como individuo, trata de
externalizar parte de sus costos
[ambientales] de produccin, los impone
sobre la sociedad en su totalidad y sobre
el planeta que, a su vez, tiene lmites muy

11

Una reflexin sobre las aportaciones epistemolgicas del


marxismo a la EE puede verse en Fuente (2008).

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------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------estrictos sobre
absorberlos.

su

capacidad

de

saber y de la prctica social; es decir,


articuladas a las esferas sociales,
polticas y ticas. Por tanto, un problema
metodolgico y epistemolgico para
abordar lo ambiental no se subordina al
mercado, a lo econmico, sino que
requiere una articulacin de diversas
disciplinas, no en su autonoma como
ciencia. Esta integracin holista difiere
mucho del anlisis econmico, ya que no
presume la autonoma y centralidad del
mercado en la dinmica social y su
interdependencia con el ecosistema.

Este anlisis est siendo actualizado


continuamente por destacados marxistas
quienes,
como
Georgescu-Roegen
mismo, se han mantenido al margen de la
ISEE; tal es el caso notable de Altvater,
cuyas aportaciones siguen enriqueciendo
la comprensin de la etapa actual del
capitalismo fsil, como lo denomina,
miembros de la escuela de Monthly
Review en Estados Unidos (Altvater
2006; Altvater y Mahnkopf 2002; Foster et
al. 2010).

La relacin entre los derechos de


propiedad, el poder, la equidad y la
gestin de los ecosistemas. Esta relacin
se deriva directamente de la lgica de la
racionalidad econmica capitalista con
profundas consecuencias ambientales. La
concentracin de la propiedad y el control
est enraizada en el pensamiento
econmico, especialmente el de Marx; las
interrogantes
de
equidad
son
extremadamente importantes para el
proceso de la degradacin ambiental y
para las posibilidades de un desarrollo
sustentable (Norgaard en Costanza et al.
1999:39; Barkin 1998). El reconocimiento
reciente de la importancia de otros
regmenes de propiedad diferentes a la
privada para la gestin de recursos
productivos y naturales est ampliando
nuestro entendimiento de sistemas de
gobernanza econmica y ambiental, as
como la necesidad de ser ms sensibles
en la evaluacin de alternativas; en
particular, el reconocimiento de la bondad
del manejo colectivo de recursos
comunes ha enriquecido los anlisis de la
EE y contravenido el anlisis simplista de
la tragedia de los comunes o la teora de
juegos como el dilema del prisionero que
fue tan popular en una poca anterior
(Fuente 2009b; Fuente y Barkin 2011;
Hardin 1968; Ostrom et al. 2002; Janssen
y Anderies 2011).
Los procesos econmicos como totalidad.
Las
relaciones
econmicas
estn
altamente integradas a otros campos del

En este sentido, la nocin de la economa


marxista
como
ciencia,
difiere
significativamente del abordaje de la
ortodoxia. Con ello se presenta gran
afinidad con el enfoque de la EE: sus
alcances y conceptos son histricos, no
universalistas. Las relaciones econmicas
estn altamente integradas a otros
campos del saber y de la prctica social;
es decir, articuladas a las esferas polticas
y ticas. Por tanto, un problema
metodolgico y epistemolgico est en la
articulacin disciplinaria, no en su
autonoma como ciencia.12
Un reflejo de esta visin integradora es el
redescubrimiento
del
concepto
de
metabolismo social antes y dentro del
marxismo13, pero dado nueva importancia
en el periodo reciente. El creciente inters
como herramienta adicional para el
estudio de la sociedad del concepto del
metabolismo social es producto de su
utilidad para enriquecer diversas reas de
estudio; entre las ms importantes son la
industria (Ayres y Simonis 1994), el
campo (Toledo 2008), el proceso de
trabajo (Schneider y McMichael 2010), la
historia (Hornborg et al. 2007) y el cambio
global (Foster et al. 2010; Toledo y
Gonzlez de Molina 2011).

12

Esto es notable en un nmero del Forum for Social


Economics que enfatiza la centralidad de los conceptos de
excedente y de arraigo (Polanyi) para el anlisis de procesos
de acumulacin para el bienestar (OHara 2011)
13
Al respecto puede verse Schmidt (1976), Altvater (2006) y
Foster et al. (2010). Por eso, no se examina esta categora
dialctica de economa-naturaleza.

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------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------4.1. La relacin teora-praxis: de la


interpretacin a la transformacin de la
racionalidad econmica
La Tesis Once sobre Feuerbach14 resume
gran parte de su visin de ciencia con un
carcter histricamente abierto y sirve como
gua para algunos de los participantes en la
moderna escuela de la EE. La perspectiva
marxista, por ello, se ubica como una
propuesta heterodoxa y crtica a la
racionalidad econmica capitalista. Su
orientacin no est enfocada al estudio que
favorezca la expansin del capital bajo la
tutela de la propiedad privada y el
individualismo metodolgico, sino a su crtica
y transformacin de la propia estructura
productiva. Al plantearse desde esta
perspectiva epistemolgica y tica (por ello se
denomina como tica-histrica abierta),
contribuye a identificar y evidenciar la
estrecha relacin que existe entre el deterioro
ambiental, las condiciones del conflicto social
y la racionalidad econmica (Altvater 2006;
OConnor 2001), permitiendo con ello realizar
importantes contribuciones al campo de la EE
(Leff 2004).
El reconocimiento de este atributo permite
una apertura con las praxis sociales en la
resolucin
de
los
conflictos
socioambientales. El origen del estudio de la
economa poltica marxista enfatiza el origen
del valor, lo cual est vinculado con la
estructura de lucha de clases. As, como ya
se mencion, desde la racionalidad
econmica capitalista, la produccin de ms
valor est orientada inherentemente a
generar mayor explotacin y una progresiva
concentracin de la riqueza, con una
consecuente intensificacin del deterioro
ambiental. Un cambio en la lgica que
persiste en la generacin de los conflictos
econmicos distributivos repercutir en una
diferente forma de realizar los procesos de
apropiacin social de la naturaleza, y por
tanto en la resolucin de los conflictos
ambientales distributivos (Delgado 2010;
Fuente y Barkin 2011; Martnez Alier 2004;
2004b; Moyo y Yaros 2007).

En este rubro tambin destaca el papel


epistmico de las praxis sociales en los
procesos de enfrentamiento y transformacin
de las lgicas de acumulacin capitalista, y
por tanto en los citados procesos de
apropiacin de la naturaleza. Para Snchez
Vzquez (2003) es la prctica poltica la que
le va a dar un estatuto epistemolgico a la
teora. Visto as, entonces la praxis
proporciona un nuevo sentido a la nocin de
dilogo de saberes; como una reivindicacin
de la prctica cotidiana de diferentes
comunidades que se enfrentan en las
condiciones especficas y particulares ante
las instituciones de la racionalidad econmica
generadora de proceso de exclusin social
(Fuente 2008; Leff 2010; Villoro 2004).
Por otra parte, esta praxis tambin es
reflejado en el surgimiento del pensamiento
indgena como una veta para enriquecer el
pensamiento en alternativas entre algunos
practicantes de la EE, como es el caso de la
filosofa del Buen Vivir de los pueblos
andinos (Acosta y Martnez 2009; Barkin y
Lemus 2011; Tortosa 2010). Tambin hay
otras cosmovisiones que estn cobrando
actualidad a medida que otras etnias
emprenden estrategias alternativas para
promover y/o consolidar su bienestar y su
compromiso para cuidar y defender sus
ecosistemas, como es el caso de los
zapatistas en Mxico y el Movimiento Sin
Tierra en Brasil (Baronnet et al. 2011; VargasCamus 2009). Otra alternativa, menos
contestataria del capitalismo actual, est
enmarcada
en
las
propuestas
del
decrecimiento, surgido de la comunidad de
EE en Europa (Flipo y Schneider 2008; Kallis
et al. 2010; Latouche 2009); sin embargo,
este enfoque que rechaza la viabilidad del
sistema actual, no identifica los actores o
plantea una estrategia para superar el
sistema capitalista vigente pero si predice
una profunda crisis de civilizacin y cultura
que el actual sistema se est gestando.
(Badiale y Bontempelli 2010:25).

En los ltimos aos, esta rea de


investigacin se ha fortalecido con la
introduccin del concepto de acumulacin
14
"Los filsofos no han hecho ms que interpretar de diversos
por despojo como marco terico y analtico
modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo"
para estudiar el impacto de la expansin del
http://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/45-feuer.htm
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------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------capital hacia los territorios de refugio que


muchos pueblos indgenas y comunidades
campesinas haban logrado proteger frente a
la voracidad del capital internacional (Harvey
2003; 2005). Los estudios del proceso han
coadyuvado a impulsar movimientos sociales
con una participacin activa de estudiosos de
la EE, aprovechando sus conocimientos para
identificar estrategias ms efectivas para la
defensa de los territorios en cuestin, en una
congruencia directa de la onceava tesis sobre
Feuerbach.
5. Conclusiones
El pluralismo metodolgico es un atributo
fundamental que caracteriza al campo de la
EE; ello le permite favorecer un enfoque
multidimensional
del
tema
de
la
sustentabilidad ecolgica de la economa. Sin
embargo, la incorporacin de este atributo
como parte de los programas de investigacin
de sus practicantes ha enfrentado grandes
dificultades. Destacan los trances de carcter
epistmicos (concepto de ciencia), pero
tambin los procedidos de las diferentes
posturas ticas (explcitas e implcitas) que
cada disciplina imprime.
En este marco, se destac que la disciplina
que ms influencia ha tenido en la EE es la
economa
neoclsica.
Sus
premisas
epistemolgicas estn basadas en un
individualismo metodolgico que reduce
todos los procesos evaluados a una
valoracin monetaria, pero al mismo tiempo
desligada del entorno y limitantes biofsicas
de los procesos productivos. Su postura tica
deriva del egosmo (individual) y la
competencia entre individuos, excluyendo la
cooperacin y los valores de la justicia
(distributiva, social y ambiental) y equidad.
Por ello se le identific como versin
conservadora.
Se identific otra vertiente, la crtica, que
tiene gran influencia en el programa de
investigacin realizado dentro de la Red
Iberoamericana de la EE. En esta orientacin
se logra identificar el papel de la racionalidad
econmica
en
la
generacin
de
insustentabilidad, por imponer lenguajes de

valoracin (monetaria) de la naturaleza y en


la generacin de los conflictos ambientales
distributivos. Incorpora otras propuestas
metodolgicas de diversas disciplinas en la
construccin de un pluralismo metodolgico;
tales como la ecologa poltica, la
etnoecologa, agroecologa, entre otras.
Por ltimo se identific una versin radical de
la EE. Se hace explicito la necesidad de
integrar un conjunto de propuestas derivadas
de racionalidades alternas a la de tipo
neoliberal, tal como lo enfatiza Spash (2012)
en su tajante dictamen que la teora
neoclsica se presenta como un obstculo
epistemolgico al evadir la dimensin
limitante de la realidad biofsica y de la
exclusin de las valoraciones ticas15:
La economa ecolgica podra
elaborar o un enfoque ms
riguroso y establecer una
estructura terica o volverse
ms eclctica, sin foco e
irrelevante.
La
economa
ecolgica
como
un
movimiento conservador es
un desperdicio innecesario de
tiempo,
simplemente
emulando
la
economa
ambiental y de los recursos.
Hoy, ms que nunca, se
requiere de la economa
ecolgica
como
un
movimiento
radical,
para
criticar
y
cambiar
las
organizaciones sociales e
instituciones que difunden
creencias falsas sobre la
realidad econmica, social y
ambiental (Spash 2012:45).
En esta vertiente se reconoce el tema del
conflicto entre grupos sociales, y el papel del
poder y la propiedad en la ordenacin de la
racionalidad econmica: la acumulacin del
capital. El pluralismo metodolgico buscado
por esta vertiente no solo le interesa integrar
categoras que evidencian las limitantes
ecolgicas de la racionalidad econmica, sino
15

Spash (2011) tambin sugiere adoptar una Economa


Ecolgica Social, tal como ya habamos hecho (Barkin y
Lemus 2011).

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------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------tambin la posibilidad de incorporar enfoques


orientados a construir una sustentabilidad
ecolgica de la economa a partir de
principios ticos de equidad y justicia.
Desde esta tipologa, se encontr que las
praxis campesinas desplegadas por diversas
comunidades
indoamericanas
son
aportaciones epistmicas al pluralismo
metodolgico; pero tambin lo es una
racionalidad que ha sido histricamente
crtica a las premisas del capitalismo: el
marxismo. Las categoras analticas del
marxismo siguen siendo vigentes para
comprender las races estructurales e
ideolgicas de la insustentabilidad, pero
tambin para identificar los obstculos
epistemolgicos, ticos y polticos que
imponen
la
racionalidad
econmica
neoliberal. Estos aspectos son fundamentales
en la construccin de muchos mundos
posibles; pues lo que se trata es de una
mayor comprensin de esta complejidad,
pero tambin de su transformacin.
Los procesos estructurales de la globalizacin
econmica que estn impactando los
procesos de apropiacin social de la
naturaleza dados en los pueblos de Amrica
Latina en funcin de una mayor acumulacin
por despojo, hace evidente la necesidad de
explorar perspectivas contestatarias a la
racionalidad econmica neoclsica. La
incorporacin del marxismo fortalece el
atributo de pluralismo metodolgico en la
significacin de una EE radical. Si la EE se
dirigiera
a
descubrir
los
procesos
subyacentes que impulsan la dinmica de
insustentabilidad y preparar respuestas
polticas y sociales efectivas, podra armar
una fructfera agenda de trabajo para
responder a las necesidades del periodo
venidero.
Agradecimientos:
Se agradece la colaboracin de participantes
en el seminario de EE en la UAM-X (2006),
en el primer congreso de la Sociedad
Mesoamericana de EE (2010) y con
asistentes al V Congreso Iberoamericano de
Desarrollo y Ambiente (2011); una constante
era la inconformidad con el paradigma
neoclsico y la ausencia de un espiritu crtico

en la profesin. Nos hemos beneficiado


enormemente de este proceso y de los
cuidadosos comentarios de los dos rbitros
annimos que leyeron con simpata las
versiones anteriores. Por supuesto, la
presente formulacin es nuestra entera
responsabilidad, que asumimos con gusto y
con la esperanza que tendremos una
respuesta sustantiva en la forma de otros
trabajos que contribuyen a elaborar los
nuevos paradigmas y realizar nuevas
investigaciones
que
apoyan
a
las
transformaciones requeridas si la EE y la
sociedad podrn avanzar.
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