El Minicuento en Colombia

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Henry Gonzlez

El minicuento en la literatura colombiana


Sinopsis : El propsito del siguiente

Summary:

artculo

desarrollo

following article is to present the

histrico del minicuento en la literatura

historical development of the short-

colombiana y su tradicin cuentstica.

short story in Colombian literature.

El autor identifica a Luis Vidales como

According to the author, Luis Vidales is

e l fundador de este gnero con la

establishes the existence of this genre

publicacin de su libro Suenan timbres

with the publication of his book Suenan

en 1926. As, Vidales encabezara la

timbres,

primera de las cuatro etapas del proceso

distinguishes four different stages in the

de evolucin que ha experimentado el

process of development experienced by

minicuento en Colombia. El artculo

the short-short story in Colombia and

ofrece un balance de los autores

offers in this article a very detailed

colombianos que han nutrido el gnero

account of the writers that have

del minicuento hasta nuestros das.

contributed to the consolidation of this

es

mostrar

el

The

in

purpose

1926.

The

of

the

author

genre
.
Palabras clave: minicuento, literatura colombiana.
El minicuento, minificcin 1 o ficcin brevsima ha recibido una gran atencin en
los ltimos aos. Se han publicado en diferentes pases importantes antologas,
novedosos estudios, investigaciones y propuestas didcticas para el anlisis y
asimilacin de los aportes del minicuento a la literatura y a otros gneros discursivos. El
presente trabajo, adems de constituir una indagacin acerca del desarrollo de este tipo
de creacin en la literatura colombiana, es parte de las reflexiones que pretenden
historiarlo y se elabora en el marco del proyecto de investigacin titulado Ambiente
hipermedial para el desarrollo de la didctica literaria a partir del minicuento, que
actualmente se lleva a cabo en la Universidad Pedaggica Nacional.

El Cuento en Red
N5: Primavera, 2002

H. Gonzlez
El minicuento en la literatura

Tradicin cuentstica y movimiento minificcional en Colombia


Colombia no ha sido ajena al movimiento del ingenio potico encapsulado.
Inmersa en una tradicin cuentstica fundacional que se retrotrae a El carnero (16361638) de Juan Rodrguez Freyle obra en la cual aparecen los primeros relatos breves o
historielas,2 precursoras del cuento hispanoamericano, la literatura colombiana ha
continuado un proceso creador en el cual se suceden diferentes generaciones
encabezadas por cuentistas de gran trascendencia como Toms Carrasquilla, Jos Mara
Rivas Groot, Lorenzo Marroqun, Jess del Corral y Francisco Gmez Escobar (quien
firmaba como Efe Gmez), todos ellos pertenecientes al siglo XIX. Figuras
sobresalientes del siglo XX son Jorge Zalamea, Manuel Meja Vallejo, Octavio
Amrtegui, Hernando Tllez, Alvaro Cepeda Samudio, Andrs Caicedo, Marvel
Moreno, Gabriel Garca Mrquez, Nicols Suescn, Luis Fayad, Helena Araujo,
Policarpo Varn, Humberto Valverde, Ricardo Cano, Fanny Buitrago, Daro Ruiz y
Roberto Burgos, estos ltimos diez todava en plena actividad.
A manera de sntesis, quizs sea pertinente sealar cuatro momentos
fundamentales en el proceso creador que ha seguido este tipo de textos brevsimos en la
literatura colombiana. Un primer momento, que puede considerarse como fundacional,
sera la publicacin de Suenan timbres, del poeta Luis Vidales. El segundo puede ser
visto como el prembulo de un desarrollo que posteriormente rendir sus frutos,
especialmente en la etapa de los cuarentas a los sesentas. Se trata de un perodo en el
que la minificcin supera las limitaciones en cuanto a los espacios de difusin, que
dejaban de ser insignificantes o marginales en diferentes peridicos y revistas, y acceda
a la pgina del libro, a distintas antologas u obras exclusivamente compuestas por
minicuentos. Adems, el progreso en su aceptacin, cada vez en aumento, era un
sntoma del inters que iba despertando.

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Una tercera etapa, que puede apreciarse como el perodo de madurez y auge del
minicuento, se presenta durante los aos 70, lapso en el que dicho gnero resurge con
renovado mpetu en la escritura de importantes figuras de las letras. En esa poca se le
conceda gran importancia a referentes como la oralidad, la cultura popular y los
conflictos sociales. El minicuento, adems, haba establecido una estrecha relacin con
la cultura urbana, especialmente en el mbito universitario. Un claro indicador de esto
fue la creacin de la revista Ekureo, publicacin dedicada exclusivamente al estmulo
y difusin del minicuento.
Un cuarto perodo estara caracterizado por el reconocimiento y aceptacin que
ha adquirido la creacin breve en nuestros das y los mltiples canales de difusin que
se emplean para ponerla al alcance del lector (en los textos escolares, en las ventas
ambulantes, filas de cine-clubes, concursos de peridicos y revistas, en los vehculos del
servicio pblico, en la radio, en antologas o en libros individuales, etc.). Por tratarse
apenas de una sntesis adelantada del estudio que estamos llevando a cabo en torno a la
historia de este tipo de creacin, slo nos referiremos en forma breve y panormica a
cada una de estas cuatro etapas.

Luis Vidales: fundador


Pese a que muchos de los escritores colombianos han incursionado en la
creacin de cuento breve, y a que algunos han publicado libros de minicuentos, una
revisin histrica de esta forma de ficcin conduce a reconocer, por antigedad y estilo
de escritura autoconsciente, al poeta Luis Vidales como el fundador de este tipo de
creacin breve en Colombia.
Con su libro Suenan Timbres, publicado en 1926, Vidales no slo se puso en
sintona con los vanguardistas del Continente, sino que instaur en Colombia una

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escritura heterclita, caracterizada por la extrema brevedad, el humor, la paradoja y la


irona; sus textos se resistan a ser ubicados en el horizonte genrico literario de la poca
y rozaban sus sentidos con la sentencia, el poema, el epgrafe, el aplogo, la greguera y
el chiste, entre otros.
Suenan Timbres es un libro compuesto formalmente por una autobiografa
titulada Confesiones de un aprendiz del siglo y cuatro captulos denominados: Los
importunos; Poemas de yolatra; Curvas y Estampillas. Lo que caracteriza a la
estructura del texto es que la mayor parte de su contenido por no decir que su
totalidad, excluyendo los primeros textos que son cuentos breves y unos pocos poemas
lricos est integrado por minificciones, si nos atenemos a la definicin propuesta por
Tomassini y Colombo.
Aunque por aquella poca en Colombia, y especialmente en Bogot, apenas
empezaba a conocerse su poesa, gracias al descubrimiento que de ella hiciera en 1922
el escritor Luis Tejada, las creaciones de Vidales tendran mayor resonancia en el
exterior. Los ecos de su poesa llegaron especialmente a Buenos Aires donde se
desarrollaba un efervescente movimiento vanguardista, lo que le permiti convertirse
en el nico poeta colombiano incluido en la famosa antologa de 1926, seleccionada y
prologada por Jorge Luis Borges, Vicente Huidobro y Alberto Hidalgo, a la que dieron
como ttulo ndice de la nueva poesa americana . Vidales figuraba en dicha antologa al
lado de otros 61 poetas provenientes de 9 diferentes pases, entre los que se encontraban
Francisco Luis Bernrdez, Leopoldo Marechal, Pablo de Rocka, Pablo Neruda, Luis
Cardoza y Aragn, Carlos Pellicer, Csar Vallejo y Macedonio Fernndez, quien, como
ya hemos sealado antes, puede considerarse uno de los fundadores de la escritura
minificcional en este continente.

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Cuando en 1922 el escritor Luis Tejada present al poeta Vidales, profetizaba la


acogida que tendra su poesa con estas palabras: S que sus versos no irn a gustar
todava a esa gran masa de pblico rutinizado en el viejo sonsonete, sin alma ni mdula,
que nos dan diariamente, quienes confunden la belleza con la sonoridad vacua y
pretenden hacer poesa escalonando adjetivos, armonas y superficiales colores, en
visin pobre por slo ser descriptiva. Este vaticinio habra de cumplirse posteriormente
con la aparicin de Suenan Timbres, un libro que reuna parte de la poesa y la prosa de
Vidales, que despert ataques, indiferencia y un aplazamiento de por lo menos 50 aos
para obtener el merecido reconocimiento. ste sobrevino en 1976, fecha en que se
public la segunda edicin y todos los jvenes lo aclamaron, porque era su poesa, la
del siglo XX, la de la nueva msica, la de las ciudades tecnificadas y llenas de oficinas
y de fbricas, lejos de los arreboles y llantos romnticos o modernistas (Pea 17).
Al comentar la particular naturaleza de los textos integrados en Suenan Timbres,
el poeta Luis Vidales explicaba: Contra lo que pueda creerse mi renovaci n potica
comenz por la prosa... Ni cuento ni poema en prosa, algo as como un nuevo gnero,
pero sin pretensiones de serlo. As, se fundamentaba la ingeniosa escritura que
imprima levedad y renovacin a la narrativa colombiana, caracterizada por discursos
declamatorios nacionalistas y grandilocuentes que encontraban bastante resonancia en
una novela de moda como La vorgine y en la poesa con marcado acento telrico.

La minificcin en perspectiva
Pese al espritu renovador con que apareci, Suenan timbres no encontr el
suficiente eco para consolidar entre los jvenes escritores de la poca el nuevo
gnero. Esta situacin determin la limitada atencin y difusin del minicuento durante

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los siguientes catorce aos, aproximadamente, hasta que a partir de la dcada de los
cuarenta dicha condicin se transform.
El minicuento, pues, quedaba relegado entre cuentos de mayor paginaje, en
rincones olvidados de revistas, cumpliendo un papel de relleno, de vietas poco
consideradas por los lectores, como explican Bustamante y Kremer (1994). Ms
adelante, entre los aos cuarenta y sesenta, empieza a adquirir cierta autonoma y a
consolidarse su prctica asidua con la publicacin de textos breves por parte de
reconocidos creadores como Jorge Gaitn Durn, Manue l Meja Vallejo y lvaro
Cepeda Samudio, entre otros.

Consolidacin y auge del minicuento: nacimiento de Ekureo


Entre los aos setenta y ochenta, se presenta en la literatura colombiana un
imponente movimiento que motiv la creacin y difusin de las for mas narrativas
breves. El minicuento, que ya evidenciaba cierta regularidad en la produccin artstica
de algunos escritores, se consolida en esta etapa y se convierte en un nuevo gnero al
que se le dedica atencin no slo desde el punto de vista creativo, sino desde el de la
difusin y la vinculacin con otros gneros literarios. Escritores como David Snchez
Juliao, quien haba incursionado en la modalidad del cuento-cassette con historias de
la cultura popular que reivindicaban la tradicin oral com o El Pachanga y El Flecha,
experimenta tambin la escritura del minicuento en un libro constituido exclusivamente
por creaciones de este tipo llamado El Arca de No (1976).
Asimismo, Jairo Anibal Nio, otro escritor ubicado en la cultura popular, quien
configura en muchas de sus creaciones breves los problemas sociales, publica por
aquella poca dos importantes libros de minicuentos: Toda la vida y Puro Pueblo
(1979), aunque desde mucho tiempo atrs vena dando a conocer este tipo de creacin

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en revistas y peridicos. Otro escritor que se ubica en este perodo es Elkin Obregn,
quien con su serie de caricatura titulada Los invasores logr una importante relacin
entre el cartoon y la historia breve. stos son slo unos pocos de los impulsores del
gnero en esta etapa.
Pero quizs uno de los acontecimientos ms sobresalientes en el estmulo de la
creacin y la difusin del minicuento en este perodo que venimos reseando fue el
surgimiento de la revista Ekureo , una publicacin especializada que por primera vez se
dedicaba a recopilar y difundir textos de este gnero. Su entusiasta actividad durante
algunos aos no slo llamara la atencin de muchos escritores y lectores colombianos,
sino que trascendera las fronteras para llegar al conocimiento de uno de los ms
importantes impulsores del minicuento en Hispanoamrica: el maestro Edmundo
Valads.
En su artculo Ronda por el cuento brevsimo que escribi para la revista
argentina Puro Cuento, el maestro mexicano hace referencia al papel pionero que la
revista Ekureo cumpli en el fomento y difusin del minicuento en Colombia y seala
cmo dicho papel estaba en sintona con el auge que por aquella poca haba adquirido
este tipo de creacin en Hispanoamrica. As, Ekureo se constitua como un rgano
de expresin que sintetizaba las nuevas formas de escritura liviana y verstil con que los
escritores pretendan revelar una nueva sensibilidad esttica esencialmente urbana,
relacionada con el lenguaje de la publicidad, el video clip, y otras formas discursivas
caracterizadas por la brevedad.
Al revisar la historia de Ekureo, no deja de llamar la atencin el ncleo humano
que promovi su nacimiento pues, inevitablemente, ste dejara la huella en su creacin:
se trata de la juventud universitaria, que en su momento expresaba rebelda no slo
contra la situacin social del pas, sino contra los discursos estereotipados y retricos,

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que se expresaban en el quehacer literario. Al respecto, Guillermo Bustamante, uno de


sus fundadores y co-directores, comenta: en tal contexto integrado tambin por el
hecho de ser estudiantes de literatura, y con fiebres adolescentiles de escritores, nos
propusimos hacer una chapola mamagallista; algo que diera espacio para el humor, para
no tomarse las cosas tan en serio (Bustama nte 2-3).
Por su parte, Harold Kremer, el otro fundador y co-director, explica respecto a
Ekureo:
El primer nmero de Ekureo se public en Cali en febrero de 1980 y el
ltimo apareci en noviembre de 1992. Ekureo se propuso difundir y
fomentar la escritura del minicuento. Tuvo dos perodos: durante el primero,
que se inici en la Universidad Santiago de Cali, se publicaron en total 29
nmeros, del 1 al 30. Un segundo perodo se inici y culmin en la
Universidad del Valle, donde se publicaron 7 nmeros, del 1 al 7. La palabra
Ekureo, del adjetivo ecureo (del mar), fue sugerida por Eduardo Serrano
Orejuela entonces profesor de la Universidad del Valle. En sus 37
nmeros, Ekureo public un total de 139 cuentos cortos, varios de los cuales
fueron tomados de novelas, libros de poesa y filosofa, entrevistas, canciones
y peridicos. (Bustamante 1)
En consonancia con quienes creaban y difundan el minicuento, tambin
surgieron reflexiones tericas que apuntaban a deslindarlo de otros gneros y a
fundar una potica del mismo, en abierta pugna con el canon vigente. Tal fue el caso
de lo propuesto por Laurean Puerta, quien en la revista Zona, de Barranquilla,
public una especie de manifiesto en el que el minicuento adquira una funcin
literaria subversiva:
Sacado de una de sus falsas costillas, el minicuento, ese extrao gnero del
siglo XX, ha conducido al cuento clsico al camino de una estrepitosa
bancarrota. Parece una afirmacin temeraria. Pero es una rebelin inexorable
que viene gestndose desde la cuentstica inaugurada por Poe. La primera

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escaramuza fue con el relato breve. Y al minicuento se le ha encomendado la


delicada misin de darle el tiro de gracia. (Valads 28)
La rebelin artstica se haca an ms beligerante con consignas del
estilo: !Ni un paso atrs, siempre en el minicuento!, a las que se agregaban
principios conminatorios como los que siguen:
Concebido como un hbrido, un cruce entre el relato y el poema, el minicuento
ha ido formando su propia estructura. Apoyndose en pistas certeras se ha ido
despojando de las expansiones y las catlisis, creando su propia unidad lgica,
amenazada continuamente por lo inslito que lleva guardado en su seno. La
economa del lenguaje es su principal recurso, que revela la sorpresa o el
asombro. Su estructura se parece cada da ms a la del poema. La tensin, las
pulsaciones internas, el ritmo y lo desconocido se albergan en su vientre para
asaltar al lector y espolearle su imaginacin. Narrado en un lenguaje coloquial
o potico, siempre tiene un final de pualada. Es como pisarle la cola a un
alacrn para conocer su exacta dimensin... El cuento clsico ha sido
domesticado, convertido en una sucesin de palabras sin encantamientos. El
minicuento est llamado a liberar las palabras de toda atadura. Y a devolverle
su poder mgico, ese poder de escandalizarnos... Diariamente hay que estar
inventndolo. No posee frmulas o reglas y por eso permanece silvestre o
indomable. No se deja dominar ni encasillar y por eso tiende su puente hacia
la poesa cuando le intentan aplicar normas acadmicas. (Valads 28)
En opinin de Valads, el aguerrido manifiesto de Puerta no deja de ser otra certitud
del auge de los significados actuales del cuento brevsimo, que encuentra all
partidarios que lo enarbolan como desideratum cuentstico (Valads 28).

El minicuento en la literatura colombiana actual


En la ardua lucha de gneros que se aprecia en la literatura colombiana, la
novela sigue victoriosa. Sin embargo, algunos gneros considerados como
marginales, entre ellos el minicuento, han venido ganando terreno en los ltimos
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aos, hasta lograr su reconocimiento y plena aceptacin, lo cual se manifiesta en la


acogida que se le ha dispensado al micro-relato en diferentes mbitos culturales.
A diferencia de las etapas antes descritas en las que escaseaba la edicin de
mincuentos, en la actualidad es posible encontrar en libreras mltiples ediciones de
antologas u obras de autores individuales integradas por minicuentos. A nivel
acadmico, tambin se le viene concediendo gran importancia a la ficcin brevsima,
aunque en forma genrica, ejemplo de lo cual son los trabajos de Nana Rodrguez,
Elementos para una teora del minicuento (1996); Cuento y miniCuento (1997) de
ngela Mara Prez Beltrn; as como Breve teora y antologa sobre el minicuento
latinoamericano (1997) de Rodrigo Daz Castaeda y Carlos Parra Rojas. Estos
trabajos se originaron como tesis de postgrado y terminaron convirtindose en libros.
A estas publicaciones se les suma Antologa del Cu ento Corto Colombiano, una obra
que recoge muchos de los minicuentos publicados por la revista Ekureo durante sus
aos de circulacin. Los editores, Guillermo Bustamante y Harold Kremer, incluyen
una breve introduccin dedicada a la resea histrica del minicuento.
En la parte inventiva se aprecia el cruce de dos generaciones de
minicuentistas. La primera est constituida por los ya consagrados y reconocidos
como Jairo Anibal Nio, David Snchez Juliao, Celso Romn, Triunfo Arciniegas,
Elkin Restrepo, Jaime Castao, Guillermo Velsquez, Juan Carlos Botero, Carlos
Flaminio Rivera, Nicols Suescn, Luis Fayad, Marco Tulio Aguilera, Juan Carlos
Moyano, Jaime Alberto Vlez, Javier Tafur, Andrs Elas Florez, Harold Kremer,
Fernando Ayala, Germn Santamara, Carmen Cecilia Surez y Fanny Buitrago,
entre otros, quienes continan en plena actividad. A la par de ellos se encuentran
autores de publicacin reciente como Nana Rodrguez, Pablo Montoya, Guillermo

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Bustamante, Gabriel Pabn, Juan Federico Torres, Carlos Arturo Ramrez, Csar Jair
Ariza y muchos ms, quienes haran esta lista sumamente amplia.
Otra de las actividades que estimulan y difunden el minicuento son los
concursos institucionalizados, entre los que se cuenta el que realiza anualmente la
Alcald a Mayor de Bogot, dedicado a diferentes modalidades artsticas, entre ellas
el cuento y el minicuento; y el Concurso Departamental de Minicuentos, con sede en
el municipio de Palermo, que se efecta en el Departamento de Huila y lleva varias
ediciones. A stos se unen otros tantos concursos convocados coyunturalmente por
universidades, casas de la cultura, peridicos y revistas. Entre ellos resuena todava
el eco de El mnimo esfuerzo, un concurso de minicuento efectuado en el ao 2000
por la revista elma lpensante, una de las ms importantes publicaciones culturales
colombianas de circulacin nacional e internacional. En dicho concurso result
vencedor el escritor antioqueo Elkin Obregn. Asimismo, el peridico El Tiempo
realiz tambin un Concurso de cue nto breve en el ao 2001, del cual sali ganador
el escritor Roberto Pubiano.
El panormico recuento de esta etapa del minicuento en la literatura
colombiana quedara incompleto sin la mencin de otras actividades culturales que
han contribuido a su creacin y difusin, como la amplia acogida que est teniendo
en los textos escolares, que han reemplazado el fragmento de cuentos o novelas por
el minicuento. Por su parte, Jos Ordez, un humorista que disolviendo las fronteras
entre el chiste y el minicuento alcanz 72 horas continuas contando historias en la
radio, obtuvo el registro de un Record Guiness; o el escritor Jaime Castao quien
hasta hace pocos aos recorra las filas de los cine -clubes y vehculos del transporte
urbano en procura de vender sus minicuentos.

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A lo anterior se suma el retorno del minicuento a la tradicin oral en espacios


muy diversos tal y como se ilustra en la ancdota del escritor Jairo Anibal Nio,
quien fue a Villavicencio a buscar un puesto de ventas callejero que le haba
mencionado un amigo. All, efectivamente, encontr al vendedor ambulante que
ofreca jugos de cuento, los cuales incluan una breve historia contada por l
mientras el cliente tomaba el jugo; por supuesto, stos eran ms costosos que los
jugos sin cuento. Lo curioso del hecho es que la mayora de estos minicuentos
orales haban sido tomados de algunos libros que el escritor haba publicado y el
vendedor los reivindicaba como propios, ante lo cual Jairo Anibal se limit a pedir
suficientes jugos para be berlos mientras disfrutaba la apropiacin popular de su
trabajo que permita a otros escuchar los minicuentos que no lean.
Insistiendo en el carcter preliminar de estas reflexiones, slo restara decir
que en Colombia la creacin breve tiene una importante trayectoria a la espera de ser
historiada, asunto que ya hemos empezado a abordar y que esperamos ver realizado
en poco tiempo, con el fin de revelar esa gran riqueza imaginativa que en torno a este
gnero existe en nuestro pas y que se proyecta da a da con nuevos y jvenes
talentos.
[cerrar]

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Bibliografa

Bustamante, Guillermo y Harold Kremer, eds. Antologa del cuento corto colombiano. Cali: Universidad
del Valle, 1994.
Bustamante, Guillermo. Ekureo: Una historia por re-construir. A propsito del mini-cuento en
Colombia. Bogot, 2001. (Texto indito cedido por el autor para el presente estudio.)
Daz Castaeda, Rodrigo y Carlos Parra Rojas. Breve teora y antologa sobre el minicuento
latinoamericano . Neiva: ACE Samn Editores / Universidad Surcolombiana, 1997.
Pea, Isaas. Prlogo. Suenan Timbres . Bogot: Plaza y Jans, 1986.
Prez Beltrn, ngela Mara. Cuento y Minicuento. Bogot: Pgina Maestra Editores, 1997.
Pollastri, Laura. El breve puente del relato breve. Literatura: Espacio de contactos culturales.
Memorias de las IV Jornadas Nacionales de Literatura Comparada . San Miguel Tucumn, 1215 de agosto de 1998.
Ramos, Oscar Gerardo. El Carnero libro nico de la Colonia. Medelln: Editorial Bedout, 1968.
Revista Interamericana de Bibliografa. Vol. XLVI, No. 14, 1996. (Nmero monogrfico dedicado al
minicuento.)
Rodrguez, Nana. Elementos para una teora del minicuento. Tunja: Colibr ediciones, 1996.
Rojo, Violeta. Breve manual para reconocer minicuentos. Mxico: Universidad Autnoma
Metropolitana, 1997.
Tomassini, Graciela y Stella Maris Colombo. La minificcin como clase textual transgenrica. En
Revista Interamericana de Bibliografa. Vol. XLVI, No. 1 -4, 1996.
---. Comprensin Lectora y Produccin Textual. Minificcin Hispanoamericana. Crdoba-Rosario:
Editorial Fundacin Ross, 1998.
Valads, Edmundo. Ronda por el cuento brevsimo. Revista Puro cuento. No. 21, marzo/abril de 1990,
pp. 28-30.
Vidales, Luis. Suenan Timbres. Bogot: Colcultura, 1976.
Zavala, Lauro. Relatos vertiginosos. Antologa de cuentos mnimos. Mxico, Alfaguara, 2000.

Minificcin o ficcin brevsima es el nombre que adoptan algunos crticos e investigadores,

entre ellos Edmundo Valads, Lauro Zavala, Graciela Tomassini y Stella Maris Colombo, para
nominalizar un tipo de texto caracterizado por la brevedad y por poseer un estatuto ficcional, sin estar

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relacionado directamente con una clase de superestructura determinada. Para las dos ltimas
investigadoras mencionadas, existe una diferencia entre minificcin y minicuento. Consideran a la
minificcin como una categora transgenrica, que recubre un rea ms vasta que la del minicuento ya
que trasciende las restricciones genricas; por su parte, el minicuento comparte semas que justifican su
empleo como designaciones equivalentes para aludir a un tipo de texto breve y sujeto a un esquema
narrativo (Tomassini y Colombo 83-84).
2

Con el trmino Historiela, tomado del italiano, el cual se asemeja al de novela, novella,

noticia, historia o cuento breve, Oscar Gerardo Ramos (1968) denomina las veintitrs narraciones con
estilo de cuento que constituyen el ncleo de El Carnero . As, explica Ramos, una tendencia de ndole
cuentstica pervade muchos relatos. stos seran entonces historielas y Rodrguez Freyle sera un
historielista. Veintitrs narraciones, con estilo de cuento, constituyen el eje de El Carnero. Si se las llama
historielas en vez de cuentos, es porque no son rigurosamente historias, ni leyendas sino hechos
presumibles de historicidad, tal vez tejidos con leyenda y matizados por el genio imaginativo del autor
que toma el hecho, le imprime una visin propia, lo rodea con recursos imaginativos y, con agilidad, le da
una existencia de relato corto. En este sentido pues, las historielas se asemejan al cuento: son, por tanto,
precursoras del cuento hispanoamericano, y Rodrguez Freyle, como historielista, se acerca a la vocacin
del cuentista. (Ramos, 33-38). Con esta propuesta de Ramos coinciden otros crticos, entre ellos Daro
Achury, Hector H. Orjuela y Silvia Benso.

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