Actualidad de John Stuart Mill
Actualidad de John Stuart Mill
Actualidad de John Stuart Mill
1. INTRODUCCIN
Por qu leer a John Stuart Mill hoy? Hay que convenir que no es muy comn abordar el
anlisis de los principales caracteres del pensamiento tico y poltico de este autor con
particular atencin en cuanto a sus interrelaciones entre libertad, autonoma y educacin;
y hay aqu ya una razn, si se prefiere motivacin, para responder al porqu1.
Interrelaciones que refieren, adems, a los atributos y responsabilidades del Estado y de la
sociedad civil respecto de ellas y a la formacin moral y cvica de todos los individuos que
la componen, especialmente de las generaciones ms jvenes; cuestiones que preocupan
y que aborda el autor una y otra vez en varios de sus escritos. Hay que decir que las
mismas no son cuestiones menores en nuestros das y la lectura de Mill puede contribuir a
las reflexiones y propuestas sobre cmo encararlas. Como he sostenido en otros trabajos,
desde los mismos inicios de la modernidad se estableci una disyuntiva que abri a
mltiples polmicas y posiciones encontradas respecto a quin educa: el Estado o la
Sociedad Civil? En la perspectiva de adjudicar al Estado un protagonismo en cuanto a la
educacin y la formacin en ciudadana se inscriben, con sus particulares matices, T.
Hobbes; J. J. Rousseau; M-J. Condorcet; A. Comte, E. Durkheim, entre otros. En posiciones
que atribuyen a la autoridad paterna y a las iniciativas privadas mayor preponderancia, en
desmedro del papel del Estado, se encuentra J.S. Mill, junto a autores tales como J. Locke;
W. von Humboldt; H. Spencer (J. C. Geneyro, 2007; 2012). Sin duda que los partidarios de
un mayor protagonismo de las iniciativas e instituciones privadas en la funcin de educar
pueden encontrar en l principales argumentos para sostener sus posiciones; seran
entonces un buen ejemplo de cmo deben adoptarse y aplicarse las directrices que
Publicado en Porqu leer a Mill?, Platts, Mark; Carbonell, Miguel y Geneyro Juan Carlos (2013).
Mxico: Fontamara ps.75-111. ISBN 978-607-8252-72-5.
1. Uno de los pocos que ha tratado distintas posiciones en cuanto a la interrelacin entre la
libertad y la educacin es Rodolfo Vzquez, en una obra que recomendamos ampliamente
para quienes se interesan en este tema: Educacin liberal. Un enfoque igualitario y
democrtico. (R.Vzquez, 1999). Para este trabajo he tenido en cuenta otros escritos mos ya
editados que consigno al final, en los que analizo algunos perfiles del pensamiento de Mill y
uno ltimo - lleva por nico ttulo John Stuart Mill- que me solicitaron Ana Mara Salmern y
Azucena Rodriguez para un Diccionario de Filosofa de la Educacin que estn elaborando
junto con otros colegas.
formulan los grandes intelectuales, segn la propia concepcin de Mill sobre quienes
deben generar las opiniones calificadas respecto a los temas de inters general (J.S.Mill,
1981: 138-140). Pero, hay que decirlo, esos partidarios solapan o dejan de lado muchas
veces algunas condiciones que estableca para que ese protagonismo fuera efectivo y no
solo una apariencia de educacin general y democrtica. Importan sin duda esas
condiciones porque hacen a la realizacin y a la calidad de la democracia; que conllevan
necesariamente el desafo de la formacin en ciudadana pero tambin la formacin para
la libertad y la autonoma individual en el marco de determinadas condiciones bsicas de
igualdad. Desde esta perspectiva tambin es sugerente su lectura, porque sabemos que
hoy en da se renuevan y recrudecen los llamados de quienes abogan por dejar en manos
de las instancias privadas toda o la mayor parte de la educacin, mxime cuando las crisis
econmicas son utilizadas como argumentos que justifican algunos reclamos para que los
Estados recorten el mal llamado gasto social. En contraposicin a esos reclamos hay
otros posicionamientos, que reivindican la necesidad de proveer ms y mejor educacin,
especialmente para quienes no pueden asumir los costos de ella; consecuentemente,
otorgan y/o demandan al Estado una mayor atribucin y responsabilidad en ese
cometido. En lo personal, comparto ms esta ltima posicin. Vale la pena repasar los
recaudos que presenta Mill en relacin con una y otra de estas posiciones, pero
adelantamos una premisa suya: la educacin es incompatible con la extrema pobreza.
Junto con la disyuntiva apuntada respecto de quin educa se constituye otra desde los
mismos inicios de la filosofa poltica moderna, la que retoman tambin desde
posiciones encontradas los dos grupos de autores antes citados; esta disyuntiva refiere al
siguiente interrogante: si se debe educar para la individualidad distintiva y original de cada
quien, que supone la heterogeneidad y la libertad de enseanza o si, por el contrario, se
debe proveer por parte del Estado una educacin comn obligatoria que configure una
moral cvica y una identidad nacional en todos los individuos, lo que demanda una cierta
homogeneidad por sobre los grupos e intereses particulares. No es arriesgado afirmar que
quienes defienden la mayor potestad de la autoridad paterna y de las iniciativas privadas
en la funcin de educar, abogan por que ella atienda a la formacin de la original
individualidad de cada quien para el pleno ejercicio de sus libertades y su autonoma. Mill
se identifica con esta concepcin, aunque no deja de presentar ambigedades, si no
contradicciones cuando, por ejemplo, subraya la necesidad de regular los egosmos con
el fin de proveer ciertas condiciones a la vida social, como veremos ms adelante.
Hay otros motivos para leer o releer a este autor. En nuestra actualidad se verifica el
inters creciente por afianzar la libertad individual y la autonoma en cuanto a elecciones
de vida, pero tambin lo hay acerca del papel de una moral cvica para la convivencia
social; as como recrudecen y se renuevan las discusiones respecto de las mayores o
menores facultades del Estado para regular y/o participar en las actividades econmicas;
en las de los medios de comunicacin; en la asistencia social y, claro est, en la
educacin. Por ltimo, sin creer que se cierra as una lista de motivos para su lectura, el
anlisis de su concepcin de la libertad y de autonoma es limitado si no se consideran y
se comprenden las interrelaciones de ellas con sus notas sobre la educacin. Porque sin
duda alguna, en el caso de este autor y de muchos de nosotros antes que libres y
autnomos fuimos educados, si bien nos fue. Quiero decir, la ndole del ejercicio de la
libertad, de la autonoma misma, se afinca y se cualifica en la educacin. Y ella a su vez
depende en buena medida de las condiciones econmicas y sociales de nuestra respectiva
situacin originaria. Tesis que, como se ver, puede verificarse en la historia de vida de
J.S.Mill y l mismo la considera en varios de sus escritos; por ende, un buen comienzo
para hilvanar las interrelaciones entre libertad, autonoma y educacin es hacer un repaso
de principales hitos de su trayectoria educativa.
Tampoco Herbert Spencer concurri nunca a la escuela por similares razones y su educacin estuvo, en
buena medida, a cargo de un to. Ambos reflejaron luego, en sus escritos, esas prevenciones hacia las
instituciones educativas. Ambos, tambin, fueron educados con frrea disciplina y ambos trabajaron en
empresas desvinculadas de los mbitos acadmicos.
trayectoria, esta veda de los sentimientos en su educacin motiv en gran medida su crisis
mental en 1826. Crisis que le llev a rever y tomar distancia de la concepcin de vida y de
felicidad inculcada por su padre, de la que da cuenta en un captulo de su narrativa
biogrfica bajo un sugerente ttulo. Una crisis en mi historia mental. Un paso adelante.
Cuando regresa de Francia, retoma la tutela educativa de su padre, que le da a leer el
Tratado de las sensaciones de Condillac; estudia derecho con John Austin, conocido de
su padre; lee por primera vez una historia sobre la Revolucin Francesa y descubre con
asombro su legado de los principios democrticos y, muy importante en su trayectoria,
inicia el estudio de las tesis de J. Bentham. Reconoce este tiempo, verano de 1822, como
la ltima etapa de educacin y primera de autoeducacin dado que entabla por primera
vez una relacin no tutelar en su desarrollo intelectual con Charles Austin, la que
caracteriza as: l fue la primera persona inteligente con la que me relacion a un nivel de
igualdad, si bien yo era con mucho su inferior y, adems, contina su formacin
intelectual escribiendo ms y leyendo menos. No obstante, prosigui con su lectura de
otros pensadores, A. Comte entre ellos3 y viaj nuevamente a Francia, conoci a
Lafayette y se relacion con varios jefes activos del partido popular extremo4. Hay que
destacar que lee entonces, apenas editada, La democracia en Amrica de Tocqueville, de
fuerte impacto en su propia concepcin de la democracia y del gobierno representativo.
Desde mi punto de vista, esta contemporaneidad que J.S. Mill reconoce entre su ltima
etapa de educacin y la primera de su autoeducacin, que implica una cierta libertad de
eleccin y de autonoma, indica que el proceso de configurarse como persona autnoma
coexiste en sus inicios quizs por ms tiempo- con una direccionalidad educativa
heternoma. No es sta una cuestin menor, porque da cuenta de una cierta
contemporaneidad entre un proceso educativo claramente directivo, marcadamente
tutelado, con determinadas situaciones (su viaje es un ejemplo de ello) que favorecen
experiencias iniciales para la configuracin y ejercicio de la autonoma, as como de la
libertad en algunas de las dimensiones que l mismo aborda en su ensayo sobre la misma.
Su primer ensayo, escrito en el verano de 1822, refiere a un tema que luego recuperar en
distintas partes de su obra: el cuestionamiento a lo que considera un prejuicio de la
aristocracia, que consistira en pensar que los ricos son, o muy probablemente sean,
superiores a los pobres en calidad moral. Luego har otro para defender la posicin de
3
La lectura de los primeros textos de Comte, como su Curso de filosofa positiva, le impact fuertemente y
pudo iniciar una relacin epistolar con l, que terminar luego de leer Sistema de Poltica Positiva,
acusndolo entonces de proponer instituir el ms completo sistema de despotismo espiritual y temporal
que ha producido el cerebro humano [donde] el yugo de la opinin de la mayora, articulado por un cuerpo
organizado de maestros y dirigentes espirituales tendra el control supremo de toda accin (2008:222225).
Pericles, bajo el supuesto de que recibi crticas de los suyos ante su negativa de ir a
luchar contra los macedonios cuando stos invaden tica. Al ao siguiente fundar la
Sociedad Utilitaria, siendo entonces el primero que denominar con ese nombre la
corriente filosfica iniciada por J. Bentham y a la que adhiriera activamente su padre (vale
la pena ver de dnde extrae el trmino y su sentido; 2008: 106). Tambin por estas fechas
y por decisin paterna hace su ingreso laboral en la East Indian Company, en la que
James Mill desempeaba un cargo jerrquico, bajo la supervisin directa de ste y donde
permanece por treinta y cinco aos hasta el cierre de la compaa, disponiendo a partir de
entonces de una buena renta jubilatoria.
J.S. Mill afirma que toda la empresa educativa llevada a cabo por su padre fue ms para
ensearle a conocer que para ensearle a hacer y esta segunda actividad la desarroll
principalmente en su trabajo. A travs de las funciones que tuvo que realizar y
especialmente cuando accedi a un cargo jerrquico, nos cuenta que aprendi a influir en
las opiniones de individuos menos preparados y a dirigir voluntades, as como a distinguir
entre lo esencial y lo no esencial, susceptible de sacrificar o declinar (lo negociable) con el
objetivo de afianzar y mantener lo que consideraba esencial; tambin le permiti observar
como se dirigen en la prctica los negocios pblicos , aprendizaje que reconoce como
esencial para sus iniciativas de reforma de las ideas e instituciones de su poca.
Encuentro aqu pistas de su propuesta pedaggica para las universidades de su entorno,
que luego retomar, cuando expresa que ellas no deben ocuparse de las demandas
mundanas (hoy diramos del mercado) y las cuestiones relativas a cmo ganarse la vida.
Claro que est que piensa as desde el carcter de su propia educacin y sus propias
condiciones reales de existencia. Adems, l reconoce explcitamente que gracias a la
renta de su trabajo pudo escribir sin necesidad de depender de esta actividad para vivir
cmodamente. Para finalizar este apartado,
quiero retomar un prrafo de su
autobiografa que refiere a una caracterstica de la educacin impartida por su padre, en
cuanto que fue sujeto a una disciplina rigurosa y estricta; cita que importa para agregar
algunos matices, interrogantes y reflexiones, a nuestro esbozo de las interrelaciones
entre libertad, autonoma y educacin:
En cuanto a mi propia educacin, no s si sal ganando o perdiendo como consecuencia
de su severidad. Pero ello no me impidi tener una infancia feliz. Y no ceo que pueda
lograrse que los nios se aplique con vigor, y lo que es ms difcil con perseverancia, al
estudio de materias ridas y espinosas, por solo la fuerza de la persuasin y los amables
consejos. Mucho de los que los nios deben hacer y aprender requiere, como medio
indispensable, que se sometan a una rgida disciplina y que sepan que se los puede
castigar [] Es sin duda un esfuerzo loable de la pedagoga moderna de hacer fcil e
interesante para los jvenes lo que stos tienen que aprender. Pero cuando este principio
es llevado al extremo de no exigir [] que aprendan nada ms lo que les resulta fcil e
interesante, entonces hemos matado uno de los objetos principales de la educacin.
Mucho me alegra que vayan desapareciendo los brutales, tiranos mtodos pedaggicos de
antao, que, sin embargo, lograron dar fuerza a los hbitos de aplicacin. Pero me parece
a m que los nuevos estn formando una raza de hombres que sern incapaces de hacer
nada que les sea desagradable (2008: 82-83).
Mill duda sobre los efectos de la severa disciplina impuesta por el padre en su
educacin, pero al mismo tiempo, con algunos matices, toma partido por ella para lograr
el desarrollo del carcter y la templanza; la que su padre pretenda para l y que reconoce
finalmente como provechosa en la formacin de la niez y la juventud. Pero su posicin al
respecto genera algunos interrogantes: puede favorecerse la plena la autonoma con tal
directividad pedaggica?; con esa frrea disciplina y el miedo (que acepta) como recurso
pedaggico es posible preparar para la libertad? No es incompatible esa prolongada
tutela del padre, que incluso
-como l mismo dice- decide su actividad laboral y lo
supervisa tambin, con un ejercicio ms propio de la libertad a partir de una juventud
avanzada? 5
Antes de perfilar algunas reflexiones sobre tales interrogantes posibles, ya alguna se
deriva de la nota al pi, no est de ms recordar que en los legados de T.Hobbes, de J.
Locke y de T. Moro, tambin en la concepcin de H., Spencer, la frrea disciplina, los
esfuerzos, los sacrificios, las privaciones y la regulacin del deseo, son todos medios
necesarios para la formacin del carcter, la fortaleza y la templanza6; James Mill
responde a esa tradicin cuando educa a su hijo y, segn entiendo, ste comparte en
alguna medida dichos legados. Quizs la respuesta no pueda ser una y definitiva, pero
algunos indicios de respuesta sobre los interrogantes pueden encontrarse en la propia
vida adulta de J. S. Mill y en sus enfticas reivindicaciones del respeto por la
individualidad, por la diversidad, incluso por la excentricidad, as como de la tolerancia
como puntales de su propuesta tica. Porque, pese a la educacin paterna, pudo asumir
5
En otro texto, referido a . Durkheim, tambin para el Diccionario de Filosofa de la Educacin que
mencion en una nota anterior, hago referencia a las crticas de J. Piaget a E. Durkheim (desde mi punto de
vista parciales) al proponer una educacin homognea con una fuerte directividad del maestro sobre sus
alumnos, que contradice su intencin de propender a la autonoma personal mediante la educacin. Para J.
Taberner y A. Bolvar, Durkheim y Piaget representan dos concepciones del desarrollo socio-moral; la
moral como socializacin heternoma (Durkheim, psicoanlisis, conductismo y aprendizaje social) y como
construccin y desarrollo de un juicio autnomo (Piaget, Kolberg) En el fondo, este doble enfoque no es
slo una cuestin terica, se manifiesta continuamente en la prctica educativa: educar en valores es, por
una parte, asumir las normas y valores del grupo social; por otra, contribuir a pensar y tomar decisiones por
s mismo (. Dukheim, 2002: 39). Creo que tambin en la educacin de J.S. Mill se verifican ambas, aunque
l privilegie esta ltima en varios de sus escritos.
6
Este tema lo he abordado en un artculo publicado recientemente, que titul Una condicin de
ciudadana en la modernidad: la regulacin del deseo (J.C.Geneyro, 2012).
con ms plenitud su libertad y su autonoma a partir de una cierta edad; es decir, supo
elegir, realizar y sostener su proyecto de vida. Puede dudarse que su trayectoria
educativa, basada desde sus primeros aos en estudio constante y lectura sistemtica, en
las relaciones tutoriales con su padre y algunas colegas de ste que reconoce como
maestros, as como en viajes, actividades y encuentros con intelectuales destacados, fue
decisiva para ese cometido? Tampoco, creo, puede ignorarse que para esa trayectoria
educativa, el clima social y cultural, as como las condiciones econmicas bsicas para ese
trnsito formativo que en buena medida gest su padre, fueron determinantes para su
realizacin. No sorprende entonces que l se inscriba, como antes apuntbamos, en aquel
grupo de filsofos que defienden a ultranza el protagonismo de los padres y de las
iniciativas privadas o no estatales para proveer la educacin. Tampoco es casual, y habra
aqu otro indicio de respuesta a los interrogantes expuestos, su inscripcin en las
propuestas pedaggicas orientadas a la atencin y desarrollo de la individualidad original
de la persona humana, que supone entonces una educacin acorde para cada quien y
alejada lo ms que se pueda de toda homogeneidad que conduzca a la mediocridad. Hay
que darle la razn a Isaiah Berlin cuando apunta: Alguna vez hemos afirmado que la
conducta de una persona constituye una expresin ms genuina de sus creencias que sus
escritos. En el caso de Mill no existe contradiccin entre comportamiento y obra. Su vida
fue encarnacin de sus creencias (I. Berlin: 245).
Cabe solo agregar que J.S. Mill no tuvo hijos y no s cunto puede haber incidido para
ello la relacin afectiva, de profundo afecto y confidencialidad ntima, que mantuviera
durante veinte aos con Harriet Taylor, hasta su matrimonio en 1851 luego de enviudar
ella. Relacin que reconoce de suma importancia en su trayectoria intelectual y en sus
convicciones polticas; con quien se volvern ms socialistas que demcratas, dado que
siendo la educacin tan deplorablemente imperfecta, nos aterraban la ignorancia y,
especialmente, el egosmo y la brutalidad de las masas. Con ella, y lo destaca, elaborar
los primeros escritos sobre La Libertad, que luego revisan y corrigen para su edicin
como libro, publicado poco despus de morir ella en 1858. A partir de entonces y hasta su
muerte en Avignon, Francia, en mayo de 1873, su hijastra Helen Taylor ocupa entonces el
papel de asistirlo en su trabajo intelectual y participar activamente en la edicin de sus
ltimos trabajos y de algunos escritos hasta entonces inditos.
10
preceptos morales del utilitarismo, puede estar acompaando por otro derivado de sus
tesis en dicha obra: la mayor libertad para el mayor nmero de individuos. Consigna que
conlleva la menor intervencin estatal en los asuntos privados y en los asuntos pblicos,
as como la mnima injerencia social en el ejercicio de la libertad individual y la
autonoma. Pero, la menor intervencin del Estado no indica ninguna, as como tampoco
la mnima injerencia social supone que no sea necesario incidir en la configuracin y en el
ejercicio de la libertad y de la autonoma:
El objeto de este ensayo es afirmar un sencillo principio destinado a regir absolutamente
las relaciones de la sociedad con el individuo en lo que tengan de compulsin o control, ya
sean los medios empleados (por) la fuerza fsica en forma de penalidades legales o la
coaccin moral de la opinin pblica [] Que la nica finalidad por la cual el poder puede,
con pleno derecho, ser ejercido sobre un miembro de una comunidad civilizada contra su
voluntad, es evitar que perjudique a los dems. Su propio bien, fsico o moral, no es
justificacin suficiente [] La nica parte de la conducta de cada uno por la cual l es
responsable ante la sociedad es la que se refiere a los dems. En la parte que le concierne
meramente a l, su independencia es, de derecho, absoluta. Sobre s mismo, sobre su
propio cuerpo y espritu, el individuo es soberano (1981: 65-66).
Asentadas estas premisas sobre la libertad y sus lmites, inmediatamente advierte que
ellas solo son aplicables a los adultos con pleno desarrollo y dominio de sus facultades; no
lo son para los nios y jvenes que no hayan llegado a la mayora de edad que la ley fije
y que requieren todava tutela y proteccin que los preserve de riesgos e incluso de
posibles consecuencias de sus propios actos. Es decir, que dependen de terceros y por
tanto no son todava plenamente libres ni autnomos.7 De ah la propuesta del principio
antes formulado, porque la mayor libertad para el mayor nmero de individuos no solo
demarca la exclusin de quienes todava no son mayores de edad, sino que recoge
tambin el recaudo de Mill sobre aquellos adultos que pudieran necesitar, a su juicio,
tutela y proteccin. Quiero ahora presentar algunas de las expresiones principales de la
libertad tal como las entiende el autor, para destacar las interrelaciones que ellas implican
con la autonoma y, particularmente, con la educacin:
1.- El dominio interno de la conciencia, que exige la libertad de conciencia en el ms
comprensivo de sus sentidos; incluye la libertad de pensar y sentir, as como la libertad de
expresar y publicar y, lo que es muy importante para nuestro anlisis, la libertad conexa de
hablar y escribir. Aqu encuentra cabal sentido la prioridad educativa de desarrollar las
7
El mismo argumento lo hace extensivo a pueblos atrasados, que justifican el colonialismo (primeramente el
ingls, entiendo, considerando la empresa en la que trabaja), incluso el depotismo, para favorecer el pasaje
de la barbarie a la civilizacin. Entre otros, aqu Mill ejemplifica el principio: el fin justifica los medios, tan
cuestionado desde otras posiciones tico-filosficas.
11
Cuanta verdad encierra la proposicin de Wittgestein en su Tractatus cuando apunta que los lmites del
lenguaje determinan los lmites del mundo de cada quien.
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en otras palabras ser un benefactor pblico- no son sino excepcionales y slo en tales
ocasiones se le pide que tome en consideracin la utilidad pblica. En todos los dems
casos, todo lo que tiene que tener en cuenta es la utilidad privada (1984: 64-65).
12
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Desde escritos editados bastante tiempo antes que su ensayo Sobre la libertad ( y en
otros posteriores) John Stuart Mill siempre recurri a la educacin como va necesaria
para el ejercicio de la libertad y la autonoma; en muchos de ellos pueden encontrarse
13
Estas notas suyas, sobre la opinin pblica y las costumbres, nos recuerdan algunas figuras literarias de
Nietzche, tal como las moscas del mercado en su As hablaba Zaratustra y, ms todava, ese contundente
juicio que hace en una de sus Intempestivas: la opinin pblica es el albergue de las perezas privadas.
14
Su propuesta incluye lectura, escritura y clculo, conocimientos sobre la conformacin de la Tierra y de sus
divisiones naturales y polticas, conocimientos elementales de la historia general y de la historia e
instituciones de su pas (2007: 162-163).
16
propuestas referidas a las clases trabajadoras que tambin apuntan a ese cometido y, en
algunas ocasiones, acompaar estas propuestas de ms y mejor educacin para las clases
trabajadoras con reclamos sobre la educacin que reciban quienes probablemente
fueran los futuros dirigentes polticos y sociales: los hijos de las clases opulentas e
ilustradas; segn l aletargadas en una conformidad renuente a aceptar que la teora
de la dependencia15 no serva ya para controlar y subordinar los intereses de los
trabajadores a los propios suyos. En La civilizacin, artculo que publica en London and
Westminster Review en mayo de 1836 y que reedita en 1859, agregndole como subttulo
Seales de los tiempos, plantea que el avance de la democracia puede proyectarse segn
se piense que las masas estn o no estn preparadas para ejercer el control que han ido
adquiriendo sobre su propio destino de un modo que suponga una mejora sobre lo que
ahora existe. Y no hay mayor duda que l se inclina por proveer una educacin general
para que las masas se hagan ms prudentes y mejores, as como aboga para despertar la
energa dormida en las clases opulentas e ilustradas, dotando a los jvenes de dichas
clases del conocimiento ms profundo y valioso, fomentando as cualquier grandeza
individual que exista o pueda ser estimulada en el pas, de tal manera que llegue a crearse
un poder que pueda rivalizar parcialmente con el mero poder de las masas y pueda ejercer
sobre ellas la ms saludable influencia para su propio bien (2011:156-157. Subrayado
mo)16. Luego entonces, se interroga si dichas clases y sus representantes en el gobierno
no estarn obstaculizando el desarrollo de la democracia, desde la consideracin de que el
conocimiento es poder y por tanto su mayor difusin acelerara el mayor protagonismo de
las masas en una democracia ampliada17. Como puede apreciarse, esta sospecha de Mill
es paralela a su reclamo de que se extienda la educacin a todos, en tanto la concibe
como condicin necesaria para ejercer el derecho al voto y, por todo lo antes dicho, se
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Ms all del cuestionamiento que se le pudiera hacer por su ltima afirmacin en esta
cita, otorga a la educacin este cometido y apuntar, poco ms adelante, que las masas
tienen como estmulo para educarse la posibilidad de acceder mediante ella a los derechos
electorales. Creo que es claro cmo los texto citados dan cuenta de la perspectiva que
estamos desarrollando, la que tambin puede encontrarse en partes de su tratado Sobre
el Gobierno Representativo. Su otra preocupacin, los grupos aristocrticos y
conservadores, reconoce larga data; recordemos cul fue el tema de su primer escrito: la
crtica a los prejuicios de los nobles y aristcratas por considerarse intelectual y
moralmente superiores a los pobres. En distintas partes de sus obras critica la indolencia y
cortedad de miras, cuando no el egosmo de la clases dirigentes y econmicamente
poderosas, de su poca y de su entorno inmediato, en el ejercicio de gobernar y de dirigir
al pueblo; incapaces de formar a los futuros gobernantes y menos todava de proveer una
buena educacin de los gobernados para un mejor ejercicio de la ciudadana en
democracia (2006: 645-646; 2007: 33, 125 y s.; 2011: 152 y s.) De ah, entonces su
propuesta para que los hijos de las clases dominantes se preparen consistentemente para
asumir su futuro rol de dirigentes con responsabilidad social, en el entendido que al
desempear ese rol debern primordialmente orientar sus acciones al bien general antes
que a su inters individual. Por eso, en su escrito sobre la civilizacin desdea que su
enseanza se oriente a cmo ganar dinero y privilegia la formacin del carcter y la
templanza; tan necesaria para superar sus tendencias instintivas de aprovecharse del
ejercicio del poder poltico para su inters propio. Al analizar las condiciones para el
desarrollo del gobierno representativo y de la democracia, apunta que un principal peligro
para su vigencia consiste en los intereses egostas de los que poseen el poder (2007: 125).18
Como he sealado en otro trabajo19, todas estas crticas apuntan a cuestionar la
legitimidad de un poder poltico aristocrtico renuente a cambios que incomoden sus
prerrogativas y privilegios; incapaz de liderar los cambios que se hacen necesarios para
brindar una educacin y una formacin ciudadana que haga ms efectiva la participacin
poltica, econmica y social de las clases trabajadoras. De ah los riesgos que seala
cuando advierte sobre la posibilidad de quedar sujetos de una lucha entre el cambio
ignorante y la ignorante oposicin al cambio que antes mencion.
Una ltima consideracin acerca de sus crticas a los prejuicios, prebendas y privilegios de
estos grupos; es un firme cuestionador de los supuestos que sustentan los mismos. Con
18
Sus sospechas de que el egosmo constitutivo de la naturaleza humana prevalezca en las acciones de
quienes estn en funcin de gobierno, pese a estar obligados a anteponer el bienestar general a su propio
inters, es un motivo ms para su renuencia a una ampliacin de las facultades del Estado. Antes bien,
adhiere a la mxima: al Estado, la mnima confianza y la mxima responsabilidad. La misma prevencin se
encuentra en H. Spencer, cuando sostiene: la mejor forma de gobernar es no gobernar demasiado.
19
Todava indito, que elabor para el Diccionario de Filosofa de la Educacin y cito en una nota anterior.
19
irona, en sus Captulos sobre el socialismo apunta que la idea de afianzar una justicia
distributiva o la de establecer alguna relacin entre el xito y el mrito, o entre el xito y el
esfuerzo son tan quimricas que deben ser relegadas al mbito de las novelas romnticas
y agrega: De todas las circunstancias determinantes de la suerte de un individuo, la ms
poderosa es su cuna (2011:53-54). Congruente con estos cuestionamientos a la
perdurabilidad de patrones de distincin y prestigio devenidos de la posicin de
nacimiento propios de los regmenes nobiliarios de la poca feudal, que fueron principales
consignas de las luchas sociales para erradicarlos, desde muy joven reivindica la igualdad
de derechos de la mujer y expondr luego sus argumentos en El sometimiento de la
mujer, de donde seleccionamos su criterio para superar los condicionamientos de una
posicin de nacimiento:
El principio del movimiento moderno en el orden de la moral y de la poltica es que la
conducta, y solo la conducta, es lo que da derecho a obtener respeto; que no es lo que los
hombres son, sino lo que hacen, lo que constituye su reclamacin de que se les trate con
deferencia, que es el mrito y no el nacimiento, lo que da derecho a reivindicar poder y
autoridad (2010: 183-184).
Este postulado de Mill, tambin consignado en otras partes de su obra, que asienta en el
logro y el mrito personal la posicin y reconocimiento social que cada sujeto pueda
lograr, influir en concepciones sociolgicas posteriores que adjudican un papel relevante
a la educacin en sus funciones de socializacin y seleccin, sobre las cuales se configura
la estructura social de las sociedades modernas y democrticas. Un claro ejemplo de esta
concepcin se encuentra en la obra de un clsico de la sociologa estadounidense: Talcott
Parsons. No obstante, es preciso sealar que Mill, a diferencia de T.Parsons, otorga a la
familia un rol protagnico en la conformacin de los hbitos que favorecen una moral
cvica, ya que en su mbito se imparten las virtudes de la libertad, considerndola una
escuela de obediencia para los hijos y una escuela de mando para los padres (ibdem:
112).
3. ALGUNAS CONSIDERACIONES FINALES.
Tuve en cuenta dos principales perspectivas para abordar las interrelaciones entre
libertad, autonoma y educacin en J. S. MIll: en la primera, present una semblanza de su
historia de vida, particularmente de su trayectoria educativa, porque entiendo que ella
incide en algunas facetas de su concepcin tica, poltica y pedaggica; en la segunda
expuse, con base en sus propios textos, cmo el propio autor explicita o sugiere tales
interrelaciones, para lo cual deliberadamente recurro a citas de sus distintas obras que
favorecen una mirada ms comprensiva de su pensamiento.
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