Nobleza Al Desnudo 2 - El Marques Desnudo - Sally Mackenzie
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Nobleza al desnudo 02
El marqus desnudo
NDICE
Captulo 1
3
Captulo 2
14
Captulo 3
31
Captulo 4
45
Captulo 5
59
Captulo 6
73
Captulo 7
91
Captulo 8
104
Captulo 9
119
Captulo 10 132
Captulo 11 145
Captulo 12 156
Captulo 13 166
Captulo 14 178
Captulo 15 189
Captulo 16 198
Captulo 17 208
Captulo 18 216
RESEA BIBLIOGRFICA
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SALLY MACKENZIE
El marqus desnudo
Captulo 1
Por qu diablos tuvo que morir Paul?
La lluvia resbalaba por el cuello del Mayor Charles Draysmith, quien, de pie en
el ancho camino de grava que conduca a la casa, miraba fijamente la inmensa
fachada de arenisca que se alzaba ante l. No quera entrar.
Se haba demorado cuanto le haba sido posible en Londres, en reuniones con el
abogado, con los banqueros de Paul, ocupndose de todos los detalles de la
sucesin y odiando cada maldito minuto. Cada s, milord arrancaba otro pedazo
de su vida.
Gracias a un annimo ladrn italiano, ahora el marqus de Knightsdale era l.
Una rfaga le empap el capote, enviando ms lluvia a deslizarse como una
cascada desde su cuello. No poda quedarse eternamente de pie all fuera como un
idiota. Pronto llegara la ta Bea, con sus carruajes, sus sirvientes y su gata
sobrealimentada, y empezaran los preparativos para la fiesta1.
Dios. Al da siguiente una horda de jvenes aristcratas vrgenes,
acompaadas de sus madres invadira Knightsdale. Un profundo temor se apoder
de l y el sudor le humedeci las palmas de las manos, exactamente como antes de
cada una de las batallas en las que haba luchado en la Pennsula. Quera dar media
vuelta y echar a correr.
Dio un paso al frente y golpe la puerta.
House party en el original: fiesta en una residencia en el campo, en la que los invitados se hospedan en la casa por
algunos das. (N. de la T.)
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Emma Peterson dio un salto para evitar que cayera la estatua, en el preciso
instante en que un hombre ruga en las escaleras. La sorpresa al or una voz
masculina casi hizo que ella misma derribase la fea estatua. No poda ser que el seor
Lambert hubiese dejado entrar a un loco en la casa
Qu demonios cree que est haciendo, mujer, permitiendo a ese animal
correr a sus anchas por la casa? Alguna de las nias a su cargo podra haber sido
aplastada.
Emma se puso rgida. Quin se crea ese hombre para venir con palabrotas y
crticas? Se subi las gafas sobre la nariz. Acaso lo conoca? Su voz le sonaba
vagamente familiar. Si tan slo se acercase un poco.
En qu estaba pensando? Debera estar echndolo escaleras abajo y fuera de la
casa. No era demasiado alto, pero sus hombros anchos y su aire de mando dejaban
entrever que estaba acostumbrado a salirse con la suya. Qu pasara si efectivamente
demostraba ser una amenaza? Si gritaba, alguien la oira a tiempo para acudir en su
ayuda?
Prinny no quera hacernos dao, seor.
La valiente Isabelle hizo frente al intruso, echando hacia atrs sus hombros
angostos, aunque al mismo tiempo se acerc a Emma.
Por supuesto que no quera hacernos dao. La pequea Claire rode con
sus brazos el cuello de Prinny. Eres un perro bueno, no es cierto, Prinny?
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Prinny era el apodo que daban sus ntimos al Prncipe Regente (1762-1830), quien luego subira al trono como
Jorge IV del Reino Unido y de Hannover. (N. de la T.)
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Pese a ser apenas unos centmetros ms alta que Isabelle, el aspecto de la mujer
no era en absoluto infantil. Para nada. Charles levant bruscamente la mirada para
estudiar su rostro. Tena el cabello rubio oscuro, del color de la miel tibia y an ms
rizado que el de l, la cara salpicada de pecas y los ojos color marrn dorado,
bordeados por largas pestaas oscuras
Enana? pregunt Charles, atnito al reconocerla y conteniendo la risa. Era
imposible que esa fuera Emma Peterson, la hija del prroco, la niita flaca y con aire
desamparado que sola andar pegada a sus talones como un cachorro perdido. Pese a
las burlas de los dems muchachos, nunca haba tenido el valor de rechazarla.
Perdn. Quera decir seorita Peterson. Usted no es la institutriz de las nias,
verdad?
No, milord. La institutriz, la seorita Hodgekiss, tuvo que marcharse con
urgencia a casa de su familia para atender a su madre enferma. Yo slo estoy
reemplazndola.
Un delicado rubor colore sus mejillas. No lo miraba a los ojos. La mirada de
Charles se agudiz. Su instinto le deca que la seorita Emma Peterson todava
abrigaba vestigios de su antigua adoracin por l. Interesante. La encontraba
atractiva. Tal vez estaba frente a la solucin de su problema. Y si le propona
matrimonio? Sin duda poda irle peor. Si ella aceptaba la proposicin antes de la
maldita fiesta, no tendra que pasar los prximos das huyendo de la jaura nupcial.
Charles sinti que Claire le tiraba de la manga.
La seorita Hodgekiss teme que su mam se muera. Los grandes ojos
castaos se alzaron hacia l, mirndolo con fijeza. Mi mam muri en una montaa
en Itlalia.
Italia. Tu madre y tu padre murieron en las montaas de Italia.
Charles tuvo que aclararse la garganta. Nunca le haba gustado demasiado
Cecilia, la esposa de Paul. Era hermosa y superficial, como tantas otras seoritas de
sociedad. Enred sus dedos en la maraa de rizos de Claire y mir de reojo a Isabelle.
Las nias no parecan desconsoladas. No le sorprenda. Segn le haban dicho sus
amigos el duque de Alvord y el conde de Westbrooke, Paul y Cecilia no haban sido
padres excesivamente afectuosos. La mayor parte del tiempo la haban pasado en
Londres o en las mansiones que sus amigos tenan en la campia inglesa.
Ahora nuestro pap eres t?
Claire, no seas tonta! Isabelle la mir enojada. To Charles no nos quiere.
l quiere formar su propia familia.
Charles oy que la seorita Peterson lanzaba un hondo suspiro. Tambin l se
senta como si acabasen de propinarle un puntapi en el estmago. Era cierto, nunca
haba pensado demasiado en esas nias qu va, si haba venido con la idea de
encontrar a un par de bebs de pecho pero de ah, a no quererlas
Soy vuestro to, Isabelle. El hermano de vuestro pap. De modo que vosotras
dos sois mi familia y ste es vuestro hogar. Claire tiene razn: ahora yo soy como un
padre para vosotras.
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Charles sonri al notar que la tensin en los hombros de la mayor de las nias
ceda un poco. Sin duda poda ser para sus sobrinas la misma clase de padre que
haba sido Paul.
Habladme de vuestro perro Prinny, as se llama, verdad? No se parece
mucho a nuestro prncipe regente. Las nicas partes que Charles alcanzaba a ver
del perrito blanco y negro eran la cola, corta y gruesa, y las patas traseras. El resto
estaba como metido a presin entre la pared y el pedestal del to abuelo Randall.
Oye, fuera de ah!
Prinny dej de escarbar la base de la pilastra, estornud y sigilosamente se
dirigi a investigar las botas de Charles.
Prinny es el perro de la seorita Peterson, pap.
Claire, querida, Lord Knightsdale es vuestro to, no vuestro pap.
Claire empez a hacer pucheros.
Pero no quiero un to!, quiero un pap!
Charles se arrodill, para quedar a la altura de la nia y poder mirarla de cerca.
Detrs de su expresin testaruda not la incertidumbre y el miedo. Haba visto esas
mismas emociones en los ojos de muchos nios en Espaa y Portugal. Pese a
pertenecer a una rica familia inglesa, Claire no era ms que una nia.
Algunas personas podran confundirse si me llamaras pap, Lady Claire.
Adems, no sera bueno que te olvidaras de tu verdadero pap, no crees?
El labio inferior de Claire temblaba mientras mantena sus bracitos cruzados
con fuerza sobre el pecho.
Quiero un pap. Por qu no puedes ser t mi pap? Y la seorita Peterson
puede ser mi mam.
Charles se senta como tambalendose al borde del abismo. Un paso en falso y
Claire rompera a llorar.
Qu tal si me llamas to Charles cuando estemos con otra gente y pap
Charles en privado?
En privado?
Cuando estemos t y yo solos o con Isabelle o la seorita Peterson.
Aceptaras ese trato?
Claire se mordi el labio inferior, luego dibuj una amplia sonrisa y rode con
sus brazos el cuello de Charles. Como un reflejo, Charles la abraz para evitar caer de
espaldas.
La piel de Claire era suave como la de un beb. Charles sinti que los rizos de la
nia le hacan cosquillas en la mandbula. Cuando lo bes en la mejilla el aliento de
Claire ola a leche y avena. Charles sinti una extraa ternura en el pecho.
Ace'tara eso, pap Charles dijo Claire y se volvi para abrazar a Prinny.
Aja, de modo que entre l y el perro no haba tanta diferencia. Acaso todos los
nios seran tan generosos con su afecto? Le ech una ojeada a Isabelle. No, no todos
los nios eran iguales.
Si quieres, t tambin puedes llamarme pap Charles, Isabelle.
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esconderse. Pero el chico ya se haba detenido frente a ella con las manos en la
cintura.
Era slo cuatro aos mayor que ella, muy flaco y con rizos castaos. Pero bajo la
luz del sol que inundaba el bosque a travs del follaje, le haba parecido una especie
de dios. Con un sonido de asco haba sacado del bolsillo un mugriento pauelo.
nimo, le haba dicho, al tiempo que le restregaba la cara. Deja ya de
lloriquear. No querrs que todos piensen que eres un beb, verdad? Vamos, puedes
ayudarme a buscar salamandras.
Se haba enamorado de l en ese preciso instante y as haba sido desde
entonces.
Mir esa mano que cubra la suya. Ninguno de los dos llevaba guantes. El peso
de su palma tibia y el contacto de esos dedos fuertes, ligeramente callosos, alteraron
de un modo extrao la respiracin de Emma. Sinti una sorprendente necesidad de
volver la mano y entrelazar sus dedos pequeos con los de l.
l no estaba a su alcance. Lo saba. Siempre lo haba sabido, incluso veinte aos
atrs al mirarlo fijamente en el bosque. Charles haba sido hijo y hermano de
marqueses y ahora l era el marqus mientras que ella slo era la hija del
prroco, tan comn como una de esas florecillas llamadas botn de oro que
abundaban en los campos de Knightsdale. Aun as, ella se haba apegado a l como
un cachorro, feliz de tener algunos restos de su atencin. Cuando l dej Knightsdale
para ir a la escuela, ella haba llorado de nuevo; y tampoco esa vez las lgrimas
haban conseguido aliviar el doloroso vaco que senta en el estmago.
Y luego, la muerte de su madre, la obligacin de cuidar de su hermanita Meg y
de su padre. Ya no tena tiempo para tontos sueos romnticos.
Ech una ojeada al perfil de Charles mientras llegaban al vestbulo de entrada.
Pese a no haber tenido tiempo para soar y a que sus sueos no tenan sentido, ella
haba soado.
La ltima vez que l haba estado en Knightsdale, ella tena diecisis aos. An
no haba debutado socialmente. Era an demasiado joven para ser invitada al baile de
bodas del hermano de Charles. No tan joven, sin embargo, como para no desear
desesperadamente estar all y tal vez bailar una pieza con Charles.
Haba hecho la cosa ms audaz lo nico audaz, en realidad de su vida. Se
haba deslizado a hurtadillas por la ventana y a travs de los bosques hasta la terraza
de Knightsdale. Oculta en las sombras, haba observado a los hombres vestidos de
lino blanco y traje de etiqueta negro y a las mujeres que lucan joyas y coloridos
vestidos.
Haba visto a Charles salir a la terraza en compaa de una dama de Londres.
Emma haba clavado los ojos en ella. Llevaba un vestido que se adhera a cada curva,
con un escote peligrosamente pronunciado sobre sus generosos senos. Era
asombrosamente, sobrecogedoramente hermosa. Y luego Charles haba tomado a esa
dama en sus brazos, besndola, mientras sus manos vagaban libremente por el
cuerpo de ella.
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una ceja. Cmo poda no haber notado antes el modo delicioso en que se elevaban
en un extremo? O cmo su boca invitaba a besarla, incluso formando una lnea
apretada como en ese momento?
Acaso se suavizara la expresin de esa boca si l apoyaba en ella sus labios?
Est el asunto del heredero.
Qu? Ambas cejas se elevaron y luego bajaron bruscamente. Qu
quiere decir exactamente?
Era interesante el contraste entre el tono glido de sus palabras y el fuego de su
mirada.
Charles advirti que probablemente era aconsejable la retirada, pero se haba
internado demasiado en territorio enemigo. Ahora deba sostener descaradamente su
posicin con toda naturalidad.
Un heredero. Voy a necesitar uno, ahora que soy el marqus. Y me ser difcil
conseguir uno si yo estoy en Londres y mi esposa est en Kent, no le parece?
Se agach justo a tiempo para esquivar un perrito de porcelana que, tras pasar
volando junto a su oreja, se hizo aicos contra la puerta del despacho.
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Captulo 2
Interrumpo algo?
Cautelosamente, tres plumas anaranjadas se asomaron por la puerta, seguidas
de tirabuzones grises y una cara muy redonda con los mismos lmpidos ojos azules
de Charles.
En absoluto, ta Bea. Pasa, por favor.
Emma parpade y se acomod las gafas, el fuego de sus ojos reemplazado
ahora por una aparicin igualmente llameante: la voluminosa forma de la ta
Beatrice, ataviada con un despampanante vestido de anchas rayas rojas y
anaranjadas, cuyo generoso escote hizo temer a Emma que los grandes senos de la
mujer se escaparan del cors. Sobre su pecho amplio resplandeca un collar de
diamantes y rubes.
Vas a presentarme a tu acompaante, Charles? Lady Beatrice apart con el
pie los fragmentos de porcelana y levant sus impertinentes. Unos ojos agrandados
por el cristal examinaron a Emma.
Por supuesto, ta. Te presento a la seorita Emma Peterson, la hija del prroco.
Seorita Peterson, mi ta, Lady Beatrice.
Lady Beatrice. Emma hizo una reverencia. Encantada de oh!
Emma salt hacia un costado, boquiabierta. Algo le haba rozado el tobillo.
Lady Beatrice lanz una carcajada sonora y musical que pareca venir de lo ms
profundo de su ser.
No se aflija, querida ma. Es slo Reina Bess3
Una gran gata anaranjada salt a la silla que estaba junto a Emma y se hizo un
ovillo en el asiento. Pareca un manguito demasiado grande y un manguito
enojado, adems pens Emma, al notar la mirada furibunda que le lanz la gata
antes de empezar a lamerse las patas.
Charles rio.
No estoy muy seguro de que Reina obtenga la aprobacin de Prinny, ta.
No me digas que has invitado a ese gordo idiota, Charles. Indudablemente no
estaba en mi lista.
Ni est en la ma. No, me refiero al perro de la seorita Peterson.
Usted tiene un perro llamado Prinny, seorita Peterson? Magnfico!
En realidad el perro es de mi hermana, Lady Beatrice.
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Queen Bess en el original se refiere a la Reina Elizabeth I de Inglaterra (1533-1603) (N. de la T.)
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No, pequea, por favor. Lady Beatrice agit en direccin a Emma una mano
profusamente enjoyada. Sintese. Acepte mis disculpas si la he ofendido.
Emma se sent, pero al borde de la silla, dispuesta a marcharse al primer
insulto.
No estoy acostumbrada a ser tratada de esa forma, Lady Beatrice. Espero que
no se repita.
Lady Beatrice rio entre dientes.
Sabe usted defenderse, verdad? Eso es bueno. Entonces, dgame por qu
arroj la Lady Beatrice mir el montn de aicos en el suelo y se encogi de
hombros, por qu arroj usted esa chuchera contra la puerta.
Emma se ruboriz.
Era un perro, Lady Beatrice.
Ah. La mujer frot las orejas de Reina. Bess, aqu presente,
probablemente estara de acuerdo tampoco ella tiene demasiado afecto a los
perros. Me extraa que pase usted parte de su tiempo con una versin de carne y
hueso de esas criaturas, si las desprecia tanto como para sentirse obligada a librar al
mundo de las chucheras con forma canina (las cuales, podra agregar, no le
pertenecen). Dijo usted que Prinny es un perro, verdad?
S. Emma mir a Charles en busca de auxilio. El muy miserable se cubra la
boca con la mano para ahogar la risa. No era mi intencin romper la estatuilla.
No? Y qu quera hacer, entonces?
Esperaba golpear en la cabeza a Lord Knightsdale.
Por supuesto. Charles?
Lo nico que hice fue pedirle a la seorita Peterson que se casara conmigo.
No acept.
Lady Beatrice parpade.
Ya veo. No habra bastado con un simple no?
Parece que no.
Emma deseaba gritar, no estaba segura si por causa de la mortificacin o de la
frustracin.
Lady Beatrice, por favor, disclpeme. Crame que no puedo explicar mi
reaccin.
Entonces no lo intente, querida ma. Algunas cosas son inexplicables y
otras se encarga de aclararlas el tiempo. Falta ver a cul de estas categoras pertenece
este pequeo incidente. Entonces ya os conocais?
Charles rio entre dientes.
La seorita Peterson y yo ramos compaeros de juego de nios, ta. Poco
antes de que llegaras, acababa de verla por primera vez en aos.
Aos, Charles? Cuntos?
Charles se encogi de hombros.
Algunos. Por lo menos diez. O ms probablemente veinte.
Lady Beatrice mir fijamente a Charles.
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Ton en el original: trmino con el que se hace referencia a la alta sociedad (N. de la T.)
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Emma se oblig a bajar las escaleras con calma. An estaba que echaba chispas.
Qu descaro el de ese hombre! Venir aqu, despus de todos esos aos y sugerir que
se casase con l. Jurara que ni siquiera la haba reconocido al verla en la galera larga.
l slo quera que le diera hijos y los criara. Por cierto, que ella no iba a
ofrecerse para que la dinasta Knightsdale pudiese continuar una generacin ms. Si
se dejase llevar por lo que senta en ese momento, con gusto acabara de inmediato
con el linaje. Y lo hara con sus propias manos.
Se detuvo en el rellano del segundo piso y apret con tal fuerza el pasamanos
que los nudillos se le pusieron blancos. Dio un profundo suspiro.
Tambin estaba enojada consigo misma.
Por qu no poda ser feo: bizco, picado de viruela ojo-robado? Por qu tena
que ser el nico hombre que apareca en sus sueos?
Toc sus mejillas encendidas. l no slo se le haba aparecido en sueos.
Tambin haba soado despierta con l y con el beso que haba visto.
Lo haba invitado a su cama la misma noche que haba corrido a casa despus
de verlo en el baile de bodas de Paul.
Jess, as era. La juiciosa nia de pap se haba metido en la cama y despus de
apagar la vela haba rememorado la escena de la terraza. Pero en sus pensamientos,
era a ella a quien l besaba, no a una annima dama londinense. Haba intentado
sentir sobre sus labios los de l, movindose. Seran clidos o fros, hmedos o
secos? Haba imaginado los brazos de l rodendola, apretndola contra su pecho,
recorrindola con sus manos Apret los ojos. Se negaba a recordar en qu partes de
su cuerpo haba imaginado esas manos.
Y ahora l le haba propuesto matrimonio. Poda descubrir exactamente cmo se
sentan esos labios. Lo que sus manos
Basta! No poda casarse con l solamente para probar la precisin de su
imaginacin, verdad? No. Indudablemente, no. Era extremadamente absurdo.
Continu bajando las escaleras.
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con una amplia sonrisa. La joven cerr las mandbulas con tal rapidez que pudo
orlas crujir.
Para terminar de perturbarla, el asiento del carrocn era extremadamente
estrecho. Senta claramente contra su cuerpo la presin del costado, cadera y pierna
de Charles. Eran asombrosamente firmes, como una roca. Se movi, intentando
poner ms distancia entre ellos. l se movi con ella.
Milord, me est empujando.
Charles, Emma. Sabe que me llamo Charles. De nia, usted sola llamarme
Charles.
Y ahora no lo oir usted de mis labios, milord. Al menos yo tengo alguna
nocin de lo que es el decoro.
Humm. Quizs yo pueda convencer a esos labios.
Antes de que imaginase siquiera lo que Charles se dispona a hacer, Emma
sinti sobre su boca la de l.
Sus ojos se cerraron, no poda o no quera decir si para evitar conmoverse
por la proximidad del rostro de Charles, o para concentrarse en el contacto de esos
labios que cubran los suyos. Fue un brevsimo roce seco y fresco pero ella lo
sinti a lo largo de todo su cuerpo. Encendi un extrao fuego abrasador en su
vientre, un fuego que haba permanecido encendido como un rescoldo en sus sueos,
pero que nunca haba ardido en libertad. Un fuego que tema que la consumiera.
Jess, s que estaba en problemas!
Riendo entre dientes, Charles volvi a su lado del asiento. Habra preferido
explorar ms largamente la boca de Emma; pero los caballos estaban inquietos y
adems poda suceder que Emma pro y lo dejara sin sentido de una bofetada. Sin
mencionar que la escena poda ser vista desde las numerosas ventanas de
Knightsdale. Estara ta Bea espindolos desde alguna de ellas? O quizs la
pequea Claire?
No le importaba. Sonri abiertamente, sintiendo una ridcula necesidad de rer.
No se haba sentido tan alegremente despreocupado en aos desde luego no desde
que haba partido para la Pennsula. Indudablemente no despus de haberse
enterado de la muerte de Paul. Ni siquiera cuando era un flamante universitario de
parranda por Londres recordaba haber sentido esta alegra pura y libre de cuidados.
En aquel entonces haba credo llevar una vida maravillosa, adquiriendo una brillante
ptina de sofisticacin, pero demasiadas maanas despus de una noche de
libertinaje haba sentido esa ptina como una especie de herrumbre.
Aspir una profunda bocanada del fresco aire ingls, impregnndose del
perfume de la hierba recin cortada. Tal vez no se haba sentido de ese modo desde la
niez, cuando tena ante s todo un glorioso da para llenarlo pescando, cabalgando y
jugando a Robin Hood o a los Caballeros de la Mesa Redonda con la joven que
ahora estaba a su lado, a menudo pisndole los talones. Rio entre dientes. Quin
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habra imaginado que algn da sentira algo que no fuera enojo hacia esa molesta
niita de rizos a la que l haba apodado Enana?
Qu lo divierte tanto, milord?
De modo que la seorita Peterson iba a darse aires? Le ech una rpida
mirada. S, su naricilla apuntaba hacia arriba.
Saba usted que los dems muchachos la llamaban Sombra?
Qu? Se gir para mirarlo. De qu est hablando?
Cuando ramos nios. Los otros muchachos la llamaban Sombra, porque
me segua por todas partes.
Oh. Contempl el paisaje y un dbil rubor colore sus mejillas.
Pero yo no la llamaba as. No me molestaba que me siguiera.
Usted me llamaba Enana.
Bueno, era pequea. Ahora tampoco es muy alta que digamos, aunque
algunas partes de su cuerpo Charles dej que sus ojos se posaran en sus bien
formados senos, han crecido considerablemente.
Milord! Ahora sus mejillas ardan. Charles se prepar para la bofetada.
Sus manos, por ejemplo dijo riendo. Estoy seguro que ahora son ms
grandes. Tambin la barbilla. Sus encantadores, eh, p
Emma tom aire haciendo que esa parte de su anatoma que l tena en mente
sobresaliera tentadoramente.
pies tambin han crecido desde que usted era una chiquilla.
Milord, es usted tan escurridizo.
Disculpe? Charles puso su mejor expresin de inocencia. Le aseguro
que no s a qu se refiere.
S que lo sabe! Que sus palabras escapan a mi comprensin. Cuando creo
entender de qu habla, de algn modo se las arregla para desorientarme. Es tan
difcil estar segura de qu habla como lo es atrapar con las manos una trucha.
Querida dijo Charles, con la voz repentinamente ronca por el erotismo de la
imagen que su tosca e ingenua comparacin haba disparado en su mente, cuando
usted quiera atraparme, por favor, hgalo. Me har feliz complacerla dejndome
atrapar. Si yo fuese una trucha, sera un placer nadar en su estrecha y hmeda, eh
Charles trag saliva, refrenando su imaginacin.
Ella le lanz una mirada perpleja pero cautelosa.
Lo est haciendo de nuevo.
Charles le record a su cuerpo que deba comportarse. Su voz era ms clara esta
vez.
Estoy haciendo qu?
No se haga el inocente. Usted quera decir otra cosa, no es as?
No.
S, as es.
Charles sonri mostrando los dientes.
Bueno, quizs.
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Dgame qu.
Oh, no, Emma, amor mo. Claro que no se lo dir. Se lo mostrar pero slo
una vez que estemos casados.
Charles rio para s, imaginando que poda or rechinar los dientes de ella.
Contempl el edificio de piedra que tena delante, que le era tan familiar, donde
haba pasado tantas horas aprendiendo griego y latn con el reverendo Peterson.
Encontraremos a su padre en casa?
S.
Charles percibi la repentina frialdad del tono de Emma. Cul sera el motivo?
Y a su hermana?
Emma se encogi de hombros.
Meg probablemente est fuera de casa, excavando la tierra en alguna parte. Si
mi padre y Se interrumpi. Las ventanas de la nariz se le ensancharon, al tiempo
que la expresin de su boca se endureci.
Y quin? la inst a terminar la frase, mientras detena el carrocn.
Emma levant la barbilla y enderez los hombros, como un soldado
preparndose para el combate. l dej a un lado las bromas. Estaba bastante seguro
de haber encontrado la causa de la mirada ensombrecida de Emma.
y la seora Graham Emma termin la frase. La seora Harriet
Graham. Es viuda. Ayuda en la iglesia, con las flores y ese tipo de cosas.
Y?
Y qu, milord?
Y por qu al pensar en la seora Harriet Graham, viuda, se pone tan tiesa
como si se hubiese tragado un atizador caliente?
No s a qu se refiere.
No puede ser el simple hecho de que ayude en la iglesia, verdad? Charles
vio que Emma tena los ojos clavados en el suelo. Usted ha dicho mi padre y.
El problema es el y, no es as? Acaso esa seora Graham es una arpa de la peor
calaa?
Emma neg con la cabeza.
Por supuesto que no. La seora Graham es un buen miembro de nuestra
iglesia.
Pero quizs no es un miembro tan bueno de vuestra familia?
Va a ayudarme a bajar de este carrocn o tengo que apearme de un salto?
La ayudar, querida. Charles rode el carruaje y la tom de la cintura. No la
desliz hacia abajo contra su cuerpo, como deseaba hacerlo, ni la atrajo contra l al
depositarla en el suelo. Pero tampoco la solt de inmediato. Disfrutaba demasiado de
la curva de su cintura bajo sus manos.
Para sorpresa de l, Emma no se apart. Permaneci quieta, con la mirada baja,
los ojos ocultos por el sombrero.
Emma, est usted bien?
S. Por supuesto. Levant la vista y lo mir un momento, para luego
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As que sta es la arpa. Pareca una mujer comn, de mediana edad, no una
candidata a madrastra malvada.
Reverendo, he venido a traer una invitacin para sus dos hijas.
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Pero no todo su tiempo dijo Charles. Por qu no recoge ahora sus cosas?
Emma no deseaba recoger cosa alguna. Se cruz de brazos, dispuesta a
decrselo, pero antes que pudiera abrir la boca su mirada se cruz con la de Charles.
Algo en su expresin le advirti que estaba al borde de hacer un berrinche de lo ms
infantil. Guard silencio.
Tena veintisis aos, no seis. No era un comportamiento digno. Respir hondo
para calmarse.
Supongo que es una buena idea. No tardar demasiado.
Quiere que la ayude?
No, seora Graham. Puedo arreglrmelas perfectamente yo sola. Emma le
ech una ojeada a su padre y pudo ver una expresin de reproche. Se ruboriz.
Pero gracias por la oferta. Ser slo un minuto.
No le llev mucho ms de un minuto hacer el equipaje. Su guardarropa no era
muy extenso, y la mayor parte ya estaba en Knightsdale. Amonton
apresuradamente algunos vestidos extra en una pequea maleta. Se detuvo, con la
mano sobre su traje de baile. Debera llevarlo? No. Era ridculo. Sus dedos se
deslizaron sobre la sedosa tela. Haba sido un verdadero derroche. Nunca lo haba
usado.
Poda usarlo ahora, en la fiesta.
No. No ira al baile o s?
Cerr los ojos, recordando a Charles y a aquella dama londinense en la terraza,
diez aos atrs. En aquel tiempo era demasiado joven para ir al baile. Ahora ya no lo
era
Cogi el vestido, lo meti con el resto de cosas y sali de su cuarto antes de
tener tiempo de cambiar de opinin.
Charles acomod la maleta en el carrocn mientras ella se despeda de su padre.
Deberan arderme las orejas? pregunt despus de que Charles la hubiese
ayudado a subir.
Emma, su padre nunca hablara sobre usted conmigo y con la seora Graham.
Estoy segura de que le habla de m a la seora Graham.
Con la vista fija adelante, esper que Charles defendiera a la mujer. l no dijo
una palabra. Ella tambin debera haber guardado silencio, pero las palabras le
apretaban la garganta, pugnando por salir.
La joven no tena en quin confiar. No poda hablar con Meg. Una vez lo haba
intentado pero su hermana era demasiado joven. No la entenda. Y las otras mujeres
que conoca eran demasiado mayores. Bueno, adems prefera lavar los trapos sucios
en casa. Pero Charles haba presenciado su mal comportamiento.
Qu le estaba pasando? Primero, haba perdido la paciencia, arrojndole esa
baratija a Charles; y ahora acababa de actuar como una nia maleducada. Quizs
estaba enferma. Ciertamente no se senta bien del estmago.
Si Charles haba dicho en serio lo de la propuesta de matrimonio, ahora
seguramente se felicitaba porque ella lo hubiese rechazado. Se estaba convirtiendo en
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Captulo 3
Este beso fue diferente. El primero haba sido como un leve roce, fresco y seco.
ste era un beso clido, hmedo. Charles inclin la cabeza y pos su boca sobre la de
ella, explorando con la lengua la unin de sus labios. Emma, sin aliento, abri la boca
y sinti deslizarse dentro la lengua de l.
Quin habra pensado que existan besos as? Ciertamente esto escapaba a su
imaginacin. Debera sentirse asqueada pero no. En lo ms mnimo.
Eran tantas las sensaciones. La lengua de l, llenndole la boca. La ligera
friccin mientras avanzaba. La presin cambiante de los labios de l. Su olor, mezcla
de jabn de afeitar y piel.
Dej escapar un quejido cuando la lengua empez a retroceder. Gimi al sentir
que arremeta nuevamente dentro de su boca. Debi asirse del brazo de l para no
caer del carruaje.
Jess. Senta latir su cuerpo en lugares que le habra avergonzado confesar. El
corazn le palpitaba con fuerza. Cuando Charles finalmente, con mucha suavidad, la
solt, se estremeci y lo mir parpadeando. Sus labios mgicos sonrean, pero en su
mirada arda una especie de voracidad, una llama azul (seguro era el reflejo del fuego
bajo la piel de ella).
Era eso lo que haba visto en la terraza de Knightsdale tantos aos atrs?
Imposible. Aquella joven habra ardido en combustin espontnea, como Emma
estaba segura de que ardera ella de un momento a otro.
Qu es lo que acaba de hacerme?
No todo lo que me hubiese gustado, querida.
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Se han portado bien las nias, Nana? Sentado, Prinny! Ssh, perro tonto.
Qu llevas puesto?
Ataviado con un sombrero y una capa de muecas de color rojo, Prinny ladraba
bailoteando alrededor de las faldas de Emma.
Claro que nos hemos portado bien, mam Peterson. Claire mir enfadada
al perro. Vuelva aqu, Lady Prinny, es hora de ir al baile.
Pensaba que haba dicho usted que ese perro era de su hermana. Nana sac
un hueso de carnero de detrs de un estropeado ejemplar de The History of Little
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Goody Two Shoes5 que estaba sobre el estante de la sala de estudio. Toma, bestia
salvaje, mastica esto.
Prinny le arrebat el hueso y lo llev adonde Claire haba acomodado a sus
muecas. Isabelle lea, acurrucada en el asiento al pie de la ventana.
Es el perro de Meg.
Pues a m no me lo parece. Nana se ajust las gafas y meti debajo de su
toca algunos mechones de cabello blanco que haban escapado. Ms bien me
parece que el perro se siente muy a gusto aqu.
Emma observ a Claire intentando atar un carrito alrededor de la cintura de
Prinny.
No se preocupe, estoy segura de que Prinny estar muy contento de volver a
su casa cuando regrese la seorita Hodgekiss. Emma detestaba interrumpir las
actividades de las nias. Isabelle se vea tan absorta en su lectura Quizs las sumas
podan esperar un da ms. Cmo est la madre de la seorita Hodgekiss?
Alguien ha tenido alguna noticia?
Nana gru.
Mejor, creo.
Bien, ya lo ve. No tendr usted que padecer la presencia de Prinny durante
mucho tiempo ms. Lamento lo de las flores.
Oh, no me desagrada el perro, no desde que la cocinera nos da algunos
huesos para l. Nana frunci la boca y mir a Emma. Slo me preguntaba si
tambin usted se siente aqu como en su casa.
Nana! El estmago de Emma dio un vuelco tal que sinti que lo tena en
los pies. Qu es lo que quiere decir?
Nada malo, seorita, as que puede usted borrar de su cara esa mirada. Me
alegrara que usted se casase con su excelencia. Usted les gusta a las nias. Y ellas
necesitan una madre. Pues s, Lady Claire ha estado toda la tarde hablando de mam
Peterson.
Nana, usted sabe cmo es Claire.
Nana ahog una risita.
S una diablilla mandona.
Exactamente. Y aunque lo siento mucho por ella, no puede acomodar las
vidas de los dems para satisfacer sus deseos.
Por qu no?
Que por qu no? Emma apenas saba qu decir.
Mir fijamente a la mujer mayor, quien se encogi de hombros.
Por qu no, si Lady Claire desea aquello que es lo mejor para todos?
Lo mejor para todos? Nana, el marqus acaba de llegar esta maana. Apenas
lo conozco y l tampoco me conoce.
Oh! Bah! Usted ha estado siempre enamorada de l.
5
Cuento clsico de la literatura infantil inglesa, de autor annimo, publicado en 1765. Como prcticamente toda
la literatura infantil de la poca es una historia con moraleja. (N. de la T.)
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Eso no es cierto. Emma saba que la fuerza que haba puesto en sus
palabras haba sido un tanto exagerada: no necesitaba ver la sonrisa de suficiencia en
la cara de Nana para confirmar esa impresin. El rubor le subi por el cuello.
La vea seguirlo por todas partes cuando l era un muchacho.
Yo era una nia entonces ms pequea que Isabelle.
Nana sonri ampliamente.
Y era usted una nia cuando lo espi en el baile de bodas de su hermano?
Emma cerr los ojos. Quizs al abrirlos descubriera que todo eso no era ms que
un mal sueo y estara en su habitacin de la parroquia.
William, el lacayo, la vio escondida entre los arbustos.
Emma estaba a punto de morirse de vergenza. No le sorprenda que Charles
hubiese pensado que ella estara deseosa de casarse con l.
No, lo siento. Le aseguro que es imposible que yo me case con Lord
Knightsdale. Va a ofrecer una fiesta y seguramente encontrar una novia adecuada
entre sus invitadas.
Nana farfull desdeosamente. Al echar una ojeada alrededor, Emma vio a
Isabelle con la mirada fija en ella.
Aquella se preocupa demasiado dijo Nana suavemente.
Emma asinti con la cabeza. Cruz la habitacin y se sent junto a la ventana.
Claire an jugaba feliz sentada en el suelo. Prinny tena la cabeza sobre las patas y
una mirada de resignacin, mientras Claire intentaba atarle un lazo a la cola.
Usted podra ser nuestra mam, seorita Peterson?
Isabelle
Con suavidad, Emma retir de la frente de la nia el suave cabello rubio. De
pronto record la conversacin que haba tenido con Charles cuando regresaban de la
parroquia, cmo ella haba dicho que no quera una madre. Ahora. Pero la haba
querido desesperadamente cuando tena la edad de Isabelle.
Isabelle, me encantara ser vuestra mam, pero no es tan fcil.
Por qu no?
Emma mir la carita seria de la nia. Cmo poda explicrselo? Cuando ella
tena nueve aos, no entenda nada de relaciones entre hombres y mujeres. Record
lo que haba sentido con los besos de Charles en el carrocn. Todava, a los veintisis
aos, no entenda nada.
Isabelle, me encantara ser vuestra mam, pero para eso tendra que casarme
con vuestro to Charles.
Y l no le gusta?
Emma dio un hondo suspiro.
No lo conozco lo suficiente como para saber si me gusta o no.
Hay otro con quien usted preferira casarse?
Isabelle. Emma tema haberse dado cuenta de hacia dnde se diriga esa
conversacin. No, no hay nadie ms ahora. Pero podra encontrar a alguien ms,
y entonces, no podra casarme con l si ya estuviese casada con vuestro to Charles.
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Isabelle sonri.
Eso no es un problema, entonces. Molly, una de las doncellas del piso de
arriba, dice que si usted no ha encontrado un hombre a su edad, ya no lo va a
encontrar. Entonces s puede casarse con el to Charles.
Emma estuvo tentada de interrogar a Isabelle para determinar cul de las
doncellas del piso de arriba era Molly y poder estrangular a esa impertinente.
Vuestro to puede encontrar una muchacha con la que l prefiera casarse,
Isabelle. La fiesta se har para eso, ya lo sabes.
No, estoy segura de que a l no le gustar ninguna de ellas ms que usted.
Usted es hermosa, seorita Peterson.
Nunca antes alguien haba llamado hermosa a Emma.
Gracias, Isabelle. Emma le toc la mejilla. Slo debis estar dispuestas a
aceptar a la mujer que vuestro to elija, de acuerdo? Estoy segura de que cualquier
seorita que se case con l os querr mucho a ti y a Claire.
Mam Peterson, mira!
Al volverse Emma vio a Prinny avanzar deprisa hacia ella, ahora con un
sombrero prpura y arrastrando un carrito con dos de las muecas de Claire dentro.
Emma rio y oy el maravilloso sonido de la risita entrecortada de Isabelle.
Qu le habis hecho a ese pobre perro? pregunt Charles desde la entrada.
Pap Charles! Claire desparram sus juguetes al incorporarse de un brinco
y correr hacia su to. l la levant y la hizo girar en alto, mientras la nia gritaba y
rea.
Bueno, no agite de ese modo a Lady Claire, milord.
Nana.
Charles baj a Claire de las alturas para depositarla en el suelo, pero la niita le
rode el cuello con los brazos y hundi la cara en su corbata. Emma vio cmo los ojos
de l se agrandaban ligeramente; luego, una extraa sonrisita se dibuj en sus labios
y apret con ms fuerza a su sobrina.
Lo ve? susurr Isabelle, to Charles ser un pap maravilloso.
El tono anhelante que Emma percibi en la voz de Isabelle le traspas el
corazn. Reprimi unas repentinas ganas de llorar.
Tal vez Charles sera maravilloso como padre, pero lo sera tambin como
marido?
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marqus.
Pero al menos Paul haba estado preparado para el ttulo. Bueno, quizs no
exactamente preparado quin poda estar listo para hacerse cargo de posesiones
tan vastas siendo tan joven?. Pero Paul haba sido educado para esa tarea: ya desde
la cuna saba que l sera el marqus. Era el sino de Paul, el destino de Paul. No el
suyo.
Se quit la camisa y la arroj al otro lado de la habitacin.
Recordaba esa tarde en White's como si hubiese sido ayer. Estaba sentado con
Robbie, el conde de Westbrooke. Celebraban haber contribuido a la unin de un
amigo de ambos, James, duque de Alvord, y su esposa Sarah. Charles estaba
paladeando un poco de oporto cuando apareci el mensajero.
El Mayor Charles Draysmith?
El miedo le haba hecho un nudo en el estmago. La expresin severa y seria del
hombre, as como el tono solemne de su pregunta presagiaban un cambio irreversible
en su vida. Se apresur a tragar el oporto.
Qu sucede? Yo soy el Mayor Draysmith.
Lamento informarle, Mayor, que el marqus de Knightsdale y la marquesa han
sufrido un trgico accidente.
Maldicin, maldicin, maldicin. Salt de la cama para mirar por la ventana,
clavando la vista en la oscura extensin que constitua Knightsdale. Era una noche sin
luna; tan sombra como sus sentimientos.
En ese momento, cuando el maldito mensajero le haba dicho que Paul estaba
muerto, haba dejado de ser l mismo. Lo haban despojado de todo: de sus planes,
su futuro, su identidad. Se haba convertido en el marqus de Knightsdale. Todo lo
que quedaba eran los detalles legales. Los de hasta ahora y los de aqu en lo sucesivo.
Cerr bruscamente las cortinas. Se arranc las medias, los pantalones, los
calzoncillos. Le habra gustado arrancarse tambin la piel. Escapar de esa habitacin,
del ttulo, de todas esas responsabilidades que no deseaba.
Pero no poda. Knightsdale era ahora su deber no buscado, no deseado, pero
su deber a pesar de todo. Si el ejrcito le haba enseado algo, si los aos de barro y
sangre haban dejado alguna huella en su alma, era el sentido del deber. Se haba
convertido en su nica constante en medio de la locura del combate, en las largas
marchas, en los das de hambre, sed y agotamiento. El sentido del deber lo haba
impulsado a travs de la Pennsula y sera su motivacin tambin all en Inglaterra.
Espontneamente, el recuerdo de Claire se col en sus pensamientos. El sonido
agudo de sus gritos de alegra cuando l la haba alzado en la sala de estudio, los
brazos suaves como los de un beb rodendole el cuello y la levedad de una pluma
del pequeo cuerpo que sostena en sus brazos.
Bueno, quizs eso fuera ms all del deber.
Se estir. Y estaba adems la seorita Emma Peterson. Acostarse con ella
indudablemente iba ms all del deber. La imagin desperezndose, desnuda entre
las sbanas. S, ciertamente ella hara de esa habitacin, de esa cama, un lugar ms
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Captulo 4
Charles estaba en medio de un sueo muy gratificante. Tena a Emma Peterson
en su cama. Su cabello rubio miel se extenda sobre la almohada; las manos de l se
extendan sobre sus magnficos senos. Senta sus dedos acaricindole el brazo.
Humm. Otra parte de su cuerpo ansiaba sentir el delicioso contacto de esos dedos.
Cuando ella lo golpe con fuerza en el hombro, con la mano abierta, l se detuvo.
Nunca haba recurrido a ese tipo de juegos
Pap Charles, despierta!
Los ojos de Charles se abrieron de golpe. Mir la cara de Claire, a slo unos
centmetros de su nariz.
Eh Claire. Charles tena plena conciencia de estar completamente
desnudo bajo las sbanas. No deba olvidar cerrar con llave la puerta de su cuarto si
la niita tena la costumbre de caminar dormida. Hay alguna razn para que ests
aqu?
Claro, pap Charles. Tienes que venir rpido. Hay un fantasma en nuestro
cuarto.
Vaya, Claire, probablemente acabas de tener una pesadilla. Se lo has dicho a
Nana?
Claire neg con la cabeza, haciendo rebotar los rizos alrededor de su carita.
Nana est gritando demasiado fuerte.
Nana? La tranquila y sensata Nana?
Por qu est gritando Nana?
Claire puso los ojos en blanco y le dio otra palmada en el hombro.
Ya te lo he dicho. Hay un fantasma. Mam Peterson me ha enviado a buscarte.
Vamos, date prisa, pap Charles. Debes atrapar al fantasma.
Est bien.
Claire recurri a tironearlo del brazo. No haba tiempo de ponerse los
pantalones ni la nia pareca dispuesta a concederle la privacidad para hacerlo
as que arranc la sbana de la cama y se envolvi en ella. A la carrera tom un alfiler
de corbata para ajustar su improvisada toga mientras Claire lo sacaba de la
habitacin a empujones. En el corredor se encontraron con la ta Bea, que llevaba una
bata de color castao rojizo con borlas doradas, un gorro de dormir escarlata y una
expresin de reproche en la cara. Reina Bess, que pareca tan enojada como su duea,
sacudi la cola a los pies de la ta Beatrice.
En nombre de Dios, qu es todo este alboroto? No pueden dejarme morir en
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paz?
Por lo visto esta noche nadie descansa en paz, ta y si antes no hubieses
llegado tan cerca del fondo de la botella de brandy, ahora no te sentiras tan cerca de
la muerte.
Y supongo que nunca te has entonado?
Entonado? Yo dira que hiciste mucho ms que entonarte.
Otra vez Claire, tironendole del brazo.
Vamos, pap Charles. El fantasma va a escapar.
Charles se fue con Claire. Ta Bea y Reina Bess los siguieron.
Cmo te ha llamado Claire?
No importa.
Qu fantstico atuendo el tuyo.
Charles emiti un gruido. Avanzar rpido se haca difcil: las piernas se le
enredaban en la sbana todo el tiempo. Y en las escaleras se hara imposible.
Cmo os las arreglis vosotras las mujeres? pregunt, despus de tropezar
por cuarta vez.
Mejor que t, obviamente. Oh, qutate del camino y djame pasar, quieres?
Y si realmente hay un fantasma?
Estoy segura de que a estas alturas ya lo han espantado. Los chillidos de Nana
pueden orse desde aqu.
Por fin llegaron al cuarto de las nias. La seorita Peterson vestida con un
largo camisn blanco que le cubra hasta el cuello, para desilusin de Charles,
estaba intentando calmar a Nana. Cerca de ella, estaba de pie Isabelle, con Prinny en
brazos.
He trado a pap Charles, mam Peterson anunci Claire.
Eso fue lo ltimo coherente que se oy durante un largo rato.
Nana mir a Charles y lanz un grito. Reina Bess mir a Prinny y sise. Prinny
mir a Reina Bess y emiti un aullido.
La ta Bea contempl la escena y con la cabeza entre las manos murmur:
Dios mo, por favor, dime que estoy alucinando.
Prinny, ladrando salvajemente, embisti contra Reina Bess, que se eriz
duplicando su tamao y trat de huir trepando por la toga de Charles. ste, un
caballero en todo momento, asi con fuerza su sbana para evitar que lo separaran de
ella y valientemente intent reprimir la andanada de frases que pugnaban por salir
de sus labios mientras su majestad le clavaba las garras en la piel. Supuso que su
intento no haba sido del todo exitoso, al ver los ojos redondos de Claire y orle
contener el aliento.
Huy, mam Peterson, pap Charles ha dicho una palabrota.
Emma se lanz a capturar las patas traseras de Prinny y al hacerlo obsequi a
Charles con un atisbo de su bien torneado tobillo, antes de que aqul oyese el
siniestro sonido de una tela rasgndose y sintiera en sus propios tobillos el contacto
de pelo de gato y aire.
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Ah, as est mejor. S, creo que estaba exactamente donde est ahora nuestro querido
perrito.
Charles mir fijamente a la anciana mujer.
Nana, por qu has gritado al verme aparecer?
Pensaba que usted era el fantasma que haba regresado, milord. Lo mir
con ms atencin. Es que usted lleva un atuendo un tanto, eh, extrao, no es
cierto? Es un disfraz? Ha estado en un baile de mscaras, entonces, vestido como
uno de esos seores romanos?
No, Nana. l ech una ojeada a la seorita Peterson, muy interesada en
examinar el suelo alrededor de sus propios pies (muy bonitos pies, not Charles) y
emita extraos ruiditos, como si se estuviese ahogando, pero al menos ella s llevaba
sus gafas. Usted tambin ha visto esa aparicin, seorita Peterson?
No, intent valientemente sofocar la risa, milord. Trag. Para cuando
yo he salido de mi habitacin ya haba, eh, haba desaparecido. Apretndose los
costados del cuerpo con las manos, la joven se inclin, riendo con ganas.
Me encanta que la situacin le parezca tan divertida, seorita Peterson.
Emma agit la mano hacia l, obviamente incapaz de recuperar el aliento para
hablar. Las lgrimas rodaban por sus mejillas.
S que te ves extremadamente gracioso, Charles dijo la ta Bea, aunque
me parece que la reaccin de la seorita Peterson puede ser un poquito exagerada.
Perdn, Lady Be-Beatrice dijo Emma, rompiendo a rer con fuerza
nuevamente. Isabelle y Claire tambin soltaban risitas entrecortadas.
Humm.
Charles supona que el fantasma haba sido producto de la imaginacin de
Nana. Aun as, no poda ignorar el hecho de que, aunque para la seorita Peterson y
las nias la situacin era divertida, no lo era para Nana. La anciana se esforzaba por
sonrer pero se le notaba la tensin en los ojos y en la boca.
Seoritas, si ustedes creen poder pasar aqu el resto de la noche dijo
Charles, maana les prepararemos habitaciones abajo. Les parece bien?
La seorita Peterson finalmente logr dominarse.
Por supuesto, milord. Estaremos bien.
Ta, tenemos sitio abajo, verdad?
S. Seremos muchos, la mayora de las alcobas las ocuparn los invitados;
pero estoy segura de que podemos encontrarles un lugar.
Excelente. Entonces les deseo buenas noches, seoritas.
Charles recogi del suelo el extremo hecho jirones de su sbana y con un gesto
le indic a la ta Bea y a Reina Bess que lo precedieran escaleras abajo. Apenas dobl
desapareciendo de la vista de las mujeres, oy la voz de Nana.
Vlgame Dios, seorita Peterson, su excelencia realmente tiene buenas piernas.
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amplio camino de entrada a la casa. Ahora estaba vaco, pero en unas horas estara
lleno de carruajes que llegaran trayendo su ofrenda de mujeres. Seguramente
asistira tambin una variada coleccin de hombres sin compromiso. Charles poda
elegir slo una de las damas as que tena que haber otros hombres disponibles.
Tal vez alguno se fijara en ella: por ella misma, no porque poda darle hijos.
Poda pasar. En cualquier caso, esto sera lo ms cerca que iba a estar nunca de la
Temporada y del Mercado Matrimonial londinense. Aprovechara la oportunidad
para mirar un poco.
Meg.
Emma haba visto llegar a su hermana y se haba apresurado a bajar para
recibirla.
Meg la miraba enojada.
Qu mala eres, Emma susurr.
Meg! No imagino por qu me dices algo as.
La verdad, Emma no haba esperado que la invitacin a esa fiesta despertase el
entusiasmo de Meg, pero tampoco una reaccin as: era una maravillosa oportunidad
para que la jovencita empezase a tener algo de relacin social.
T y slo t pusiste la abeja de la fiesta bajo el sombrero de pap 6, no es
verdad?
Emma se ahog.
Pap no usa sombrero.
A Meg no le hizo gracia el comentario.
Entiendes perfectamente lo que quiero decir. Has venido o no a la parroquia
a invitarme a esa fiesta ridcula?
Fue Lord Knightsdale quien nos invit. Y no es una fiesta ridcula. Podrs
soportar moverte unos das entre la flor y nata.
No hiles tan fino. T estabas ah, no es verdad? Podras haberme evitado
esto. Y no quiero moverme entre la flor y nata. La flor y nata es slo un grupo de
fanfarrones con pocas luces y jovenzuelas consentidas. Deseo estar ah afuera, en el
campo norte del hacendado Begley. He encontrado una parcela muy interesante de
Jess, qu es eso?
Al volverse Emma vio a Lady Beatrice que se acercaba. Hoy iba ataviada con un
impresionante vestido de color mora y verde y una seleccin de plumas de avestruz
ondeando entre sus rizos grises.
La aparicin indudablemente impact a Meg. Con ojos dilatados de asombro
lanz una mirada incrdula en direccin a su hermana. Emma la mir con el ceo
fruncido, deseando fervientemente que sus modales la disuadieran de hacer
comentario alguno sobre el inusual sentido de la moda de su anfitriona.
Imagen basada en un uso literal de la expresin idiomtica to have a bee in one's Bonnet, cuyo significado es
tener una idea absurda (N. de la T.)
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Mi perro?
Prinny dijo Emma. Tu perro Prinny.
No s por qu insistes en que Prinny es mi perro, Emma. Puede ser que yo le
pusiera nombre cuando era un cachorrito, pero para l su duea eres t.
Probablemente porque eres quien se acuerda de alimentarlo.
Esa era una discusin familiar. Emma dio un profundo suspiro e intent hablar
con calma.
Bien sabes que se supone que Prinny est para acompaarte en esos largos
paseos por el campo que insistes en dar. l te protege cuando andas sola por ah.
Humm. Y se lo has dicho a Prinny? En las raras ocasiones en que me
acompaa, se va a perseguir conejos. No lo quiero conmigo. Pisotea los especmenes.
Los especmenes? pregunt Charles.
Me interesan mucho las plantas, milord.
Milady, acaba de llegar el seor Stockley anunci el seor Lambert.
Ah, el pretendiente. Meg mir a su hermana con una amplia sonrisa. Ser
un tanto difcil evitarlo si tambin est invitado, no lo crees, Emma?
El pretendiente? Charles levant una ceja mientras Lady Beatrice los
dejaba para ir a saludar al recin llegado.
Con gusto Emma le habra retorcido el cuello a su hermana.
No le haga caso, milord. Meg slo estaba bromeando. Lanz a la jovencita
una mirada que le adverta sobre graves consecuencias si insista en seguir con el
tema. Meg la ignor.
Desde que se mud a la casa del seor Atworthy el seor Stockley ha sido una
visita frecuente (o ms bien constante) en la parroquia. Desde que Emma se instal
aqu, extrao tropezarme con l. Est realmente muy enamorado.
Ya veo. Cunto me alegra, entonces, que nos lo encontrramos ayer en el
camino e invitado a la fiesta.
S, qu afortunada casualidad, verdad? Ven, Meg, te ayudar a instalarte en
tu cuarto. Emma la cogi de un brazo y huy escaleras arriba.
Qu ha sido eso?
Qu ha sido el qu? Emma recorri con la vista la habitacin de Meg. Era
apenas ms grande que la que le haban dado a ella.
Ese galope escaleras arriba. Casi no puedo respirar.
Te aseguro que no s de qu hablas.
La habitacin de Meg daba a la parte trasera de la casa. Tena una vista muy
agradable de los jardines y el lago.
Emma, qu est pasando entre t y el marqus?
Nada! Acaso esa negativa haba sonado como un chillido? Seguro que no
. Por qu piensas que est pasando algo entre Lord Knightsdale y yo?
Emma, puede faltarme experiencia para desenvolverme socialmente, pero no
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soy idiota. Generalmente eres tan formal como un arzobispo, pero hace un momento
ah abajo actuabas como si estuvieras bailando un vals descalza sobre carbones
ardiendo. Te gustara explicrmelo?
No. Es decir, no hay nada que explicar. Soy simplemente la institutriz
suplente.
S? Y dnde estn los nios?
Cmo?
Meg prosigui, ahora con las manos en las caderas.
Los nios. Las institutrices por lo general cuidan nios, no es as?
Oh. Oh, s. Isabelle y Claire. T las conoces, Meg.
Por supuesto que las conozco, hermana querida. Si eres su institutriz, aunque
sea temporalmente, por qu no ests cumpliendo con tus obligaciones?
Tienes razn. Me voy ahora mismo. Bienvenida a Knightsdale.
Emma cerr la puerta mientras Meg rea.
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Charles estaba de pie junto a una de las ventanas del despacho, contemplando
los jardines y el lago. Ya haban llegado todos los invitados. Indudablemente era un
grupo extrao. Es decir, las madres cazamaridos, sus hijas y la variada coleccin de
caballeros sin compromiso no eran tan raras. Era la incorporacin de las damas de la
Sociedad de Emma lo que haca interesante la lista de invitados. Con el agregado de
un poco de brandy, la flor y nata poda ya no ser la misma.
Charles, son las gemelas Farthington las damas que acabo de ver en el
corredor?
Charles sonri mientras Robbie Hamilton, el conde de Westbrooke, se deslizaba
dentro del despacho.
Las mismas.
Dios. Necesito brandy. Dnde lo guardis?
En aquella caja si es que queda algo. Slo asegrate de no dejar que las
gemelas lo huelan siquiera.
Robbie se detuvo, con la mano en el corcho.
Brandy y las gemelas Farthington?
Charles rio.
Tazas llenas. Encontr en mi saln a toda la Sociedad para el
Perfeccionamiento de las Mujeres (menos la seorita Peterson) embebida en brandy.
Tuve que arrojar a todas esas damas en mi carruaje y llevarlas a casa.
La sola idea me deja alucinado. Robbie llen dos vasos y le pas uno a
Charles. Cmo has encontrado las cosas por aqu, amigo mo aparte de hallar
achispadas a tus mayores?
Bien, creo. Charles sorbi el lquido ambarino, saboreando la tibieza que le
recorri desde la lengua hasta el pecho. Al parecer Paul hizo buenas inversiones,
as que hasta donde yo s estoy bien de dinero. Me ocup de todo eso cuando estuve
en Londres.
Eso es un alivio. Y la propiedad en s?
Charles se encogi de hombros.
Coles, el administrador de la finca, parece ser competente. Ayer mismo llegu
aqu y he tenido otros, eh asuntos de que ocuparme. Le promet que hablaramos
maana por la maana.
Frunci el ceo, mirando dentro del vaso mientras agitaba lentamente el
brandy. Sinti sobre el hombro la solidez de la mano de Robbie.
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Captulo 5
Si la Temporada londinense se parece a esto, me alegra habrmela perdido.
Meg, baja la voz. Emma le dio a su hermana un discreto empujoncito en la
espalda para hacerla entrar al saln.
All un mar de conversaciones vino a su encuentro. Elegantes damas
londinenses con vestidos a la moda hablaban con caballeros que llevaban elaboradas
corbatas y ajustadas chaquetas negras. Emma se senta ms que un poco desaliada.
Busc una cara familiar y vio a Lady Beatrice, deslumbrante en un vestido carmes
con lazos anudados color verde lima, riendo ruidosamente con el seor Begley. El
lquido en sus copas era sospechosamente similar al brandy.
Dnde estaban las otras integrantes de la Sociedad para el Perfeccionamiento
de las Mujeres? Emma localiz a las gemelas Farthington en la esquina ms alejada,
examinando una gran pintura que mostraba a una mujer desnuda, un hombre casi
desnudo y querubines regordetes dispersos por la escena. La seorita Esther seal
los hombros desnudos del hombre y le dio un codazo en las costillas a su hermana.
Por lo menos, ninguna de las damas estaba bebiendo. La seorita Russell ocupaba un
sof cercano, con las manos vacas, sin ningn vaso o taza a la vista. Emma sinti que
algo de la tensin acumulada desapareca de su cuello. No deseaba que los
londinenses se entretuvieran con espectculos lamentables a cargo de los lugareos.
Mira a esa bandada de gansas vanidosas. Meg seal con la cabeza hacia el
otro lado de la habitacin, donde un grupo de jvenes damas se apiaban alrededor
de Charles. O se dice manada de gansas vanidosas? Por fortuna Lord Knightsdale
lleva el pelo corto, porque si no fuese as, sus lindos mechones castaos ya estaran
enredados por el viento de tanto pestaeo junto.
Emma pensaba lo mismo. Era muy desagradable ver cmo las muchachas
adulaban a Charles. Sin duda eso no le hara bien a su ya exagerada autoestima. No
es que no fuera cautivador. Se vea an ms apuesto si eso era posible con traje
de etiqueta.
l levant la vista. Sus asombrosos ojos azules encontraron los de Emma a
travs de la habitacin y el extremo derecho de su boca se elev en una media
sonrisa.
Ella sinti que su vientre irradiaba un extrao calor.
Y ah viene tu admirador exclusivo, Emma. Debe de haber estado vigilando la
puerta para verte entrar.
Mi admira oh.
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El seor Stockley se deslizaba hacia ella. Nunca antes lo haba asociado con una
serpiente pero esta noche le pareci que algo en l le recordaba a ese reptil. Quizs su
inexpresividad. O su forma silenciosa o ms bien, furtiva de moverse.
Qu ridcula idea! No haba dormido lo suficiente la noche anterior. Era aquel
extrao incidente en el cuarto de las nias lo que estaba alimentando esa
extravagante fantasa.
Sigo esperando descubrir que su lengua es bfida murmur Meg. Creo
que ir a ayudar a la seorita Russell a calentar el sof.
Emma resisti el impulso de coger del brazo a Meg.
Seorita Peterson, me complace ver que Lord Knightsdale le haya permitido
acompaarnos en nuestra reunin. Quin est cuidando a Lady Isabelle y a Lady
Claire?
Emma apret los dientes.
Nana est con las nias, seor Stockley.
Ah, Nana. Una mujer madura, de confianza. Su, eh habitacin est en el
mismo piso que la de las nias y la de Nana, supongo.
Este hombre supona demasiado.
No imagino por qu podra interesarle a usted dnde est mi habitacin,
seor Stockley.
Stockley sonri con suficiencia.
No es mi intencin ser irrespetuoso, seorita Peterson. Confo en que una
mujer sensata como usted pondr el mayor cuidado en cuidar su reputacin. Es slo
que bueno no sera aceptable que usted estuviera en el mismo piso de su
anfitrin. Una joven soltera, sin una carabina presente, usted entiende. Podra dar
origen a especulaciones desagradables. La gente es tan ruin.
Emma poda nombrar a una persona ruin.
Seor, no veo por qu peligrara mi reputacin. Despus de todo, Lady
Beatrice est en la casa, que adems ahora est repleta de invitados. Cree usted que
Lord Knightsdale va a derribar la puerta y a deshonrarme en mi propia cama?
No cesa de sorprenderme, Westbrooke, lo poco que conocemos a nuestros
amigos ms ntimos. Quin habra pensado que Knightsdale se haba dedicado a
desflorar vrgenes?
Emma se ruboriz y se volvi para encontrarse con el duque de Alvord y el
conde de Westbrooke muy cerca.
Vuestra alteza, no quera decir
Por supuesto que usted no quera decir nada, seorita Peterson. El duque le
sonri, pero su expresin se endureci al mirar al seor Stockley. Sin embargo,
realmente me pregunto qu es lo que quera decir su acompaante.
Seor Albert Stockley, vuestra alteza; y no quera ofender a nadie, por
supuesto. Slo estaba advirtiendo a la seorita Peterson de un modo general, como
amigo.
Como amigo. Ya veo. El duque mir a Lord Westbrooke. Corrjame si me
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Emma esper entre las sombras del jardn de invierno. Aspir el perfume
hmedo y clido de la tierra y de la naturaleza en crecimiento. La densa vegetacin
amortiguaba los sonidos, dando una sensacin de privacidad.
Eso era una locura. Debera estar arriba, en su habitacin.
Oy pasos en el sendero y se camufl entre las plantas. Y si alguien la
descubra all? Cmo explicara el estar al acecho entre el follaje?
Emma?
En la oscuridad, la voz de Charles tena un sonido an ms grave y recio.
S?
Ah.
Le tom la mano, atrayndola hacia el corazn del oscuro jardn de invierno.
Milord, bamos a hablar sobre sus sobrinas.
Ssh. Hablaremos dentro de un momento. No quiero que me encuentre
ninguna de las jvenes o de sus madres.
Emma lo imit y baj la voz.
Pensaba que todas se haban retirado a descansar.
Se supone que lo han hecho, pero las precauciones nunca estn de ms.
Charles se par debajo de las ramas de un rbol alto plantado en una maceta. Esto
servir.
No se haba molestado en soltarle la mano. Ella dio un ligero tirn para intentar
liberarse y l aument la presin de sus dedos, atrayndola hacia su cuerpo.
Era algo tan ntimo, estar de pie con l a la luz de la luna, ocultos entre las hojas.
Ella aspir el perfume de jabn y piel mezclado con el olor clido y hmedo de la
tierra y las flores.
Milord, esto es un poco indecoroso.
Humm. Slo un poco, seorita Peterson y mucho menos indecoroso de lo que
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daba cuenta de que l y las nias de verdad podan llegar a sentirse incmodos. Y
con toda franqueza, le agradaba mucho la idea de estar al aire libre, en la quietud de
las primeras horas de la maana, con la nica compaa de Charles, Isabelle y Claire.
Se neg a examinar cul era la razn exacta de ese sentimiento.
Est bien, milord. A qu hora y dnde nos encontramos?
Yo la buscar en su habitacin. No me mire as, no habr un alma en pie para
verme, as que no vamos a escandalizar a nadie.
Y la servidumbre?
No entrar en su cuarto, Emma. Le hablar a travs de la puerta, si eso est
ms de acuerdo con su idea del decoro.
Muy bien. Sin duda, un plan as no poda tener nada de indecoroso. Ella
era la institutriz provisional de las nias, y una solterona de veintisis aos.
Entonces creo que me retirar a descansar, Lord Knightsdale, ya que me levantar de
nuevo tan pronto.
Emma vio relucir los dientes de l en la oscuridad.
An le teme a las araas, Emma?
Araas? Emma trag saliva y baj la voz. Aguz el odo, pero no percibi
ningn ruido de pasos acercndose. Si hubiese habido alguien cerca, habra odo el
chillido involuntario que acababa de dar. No le asustaban los gusanos o los
escarabajos, ni los bichos en general, pero nunca haba podido dominar su aversin
hacia las araas. Por qu menciona a las araas?
Uno de los inconvenientes de concertar una cita secreta entre los arbustos,
querida, es que ocasionalmente uno debe ser anfitrin (o anfitriona, en este caso) de
huspedes que no han sido invitados. Permtame.
Charles sacudi una gran araa negra del cors de la joven. Al verla, ella lanz
un grito que no tena nada que ver con los dedos de Charles rozndole los pechos
. Afortunadamente, su vestido tena un cuello muy alto, no haba posibilidad
alguna de que araas o dedos llegasen demasiado lejos si se desviaban por all.
Nunca antes su miedo a las araas le haba hecho estremecer los pechos de ese
modo tan extrao.
Charles sostena la repugnante criatura por encima de la cabeza de ella.
La dejo caer por su espalda? pregunt, riendo. An recuerdo con cunta
fuerza grit (y qu salto peg) cuando Robbie le dej caer aquella araa en la espalda
siendo nios.
Slo deshgase de ella, por favor. Emma se volvi y retrocedi hacia l, sin
despegar los ojos de la mano de Charles. Decididamente, no le gustaban las araas.
Por supuesto, cario. Con un movimiento rpido arroj la criatura hacia los
arbustos y rode con sus brazos la cintura de la joven, atrayndola contra su cuerpo,
en un estrecho abrazo. Emma sinti sobre el cuello la tibieza de su aliento. Quiere
que me asegure de que ningn otro monstruo maligno haya decidido invitarse a dar
un paseo sobre su cuerpo?
Slo le temo a las araas.
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Dej caer las manos, sintiendo que le escocan. Qu la haba impulsado a hacer
eso? Se apret contra el pecho de Charles.
Yo
Ssh. Charles pos un dedo sobre los labios de la joven.
Pero tena mis manos sobre Estaba tocando su Emma aspir con fuerza
. Me disculpo, milord, por m extremada eh Emma no poda ni empezar a
pensar en las palabras para describir lo que acababa de hacer. Bueno, le ruego me
disculpe, Lord Knightsdale.
Charles se ech a rer.
No se disculpe, seorita Peterson. Ha sido un placer tener sus manos en m
Emma gimi muerta de vergenza.
Y puede que usted recuerde que mis manos estaban en su hermoso
No lo diga!
Charles rio por lo bajo.
Est bien, no lo dir esta vez. Pero sepa que he disfrutado cada instante de
nuestro encuentro, tanto lo que han hecho sus manos como lo que han hecho las
mas, y que espero repetir la experiencia, pero sin la enojosa presencia de la ropa y en
el entorno ms confortable de mi alcoba.
Lord Knightsdale!
Charles. Por favor, Emma. Cada vez que me llama Knightsdale, espero
volverme y ver a mi hermano detrs una sensacin especialmente desconcertante
tras un encuentro bastante ntimo.
Oh. Eh. S. Ya veo.
Emma no vea nada, excepto a s misma, desnuda en la cama de Charles. Con l,
desnudo como un beb. Pero l no era una criatura. Jess, claro que no. Su
imaginacin no alcanzaba a completar los detalles de ese cuadro, pero lo que haba
vislumbrado de su cuerpo la noche de la caza del fantasma de Nana le ayudaba a
hacer un boceto. Sus hombros. Los msculos abultados de sus brazos. El vello que le
oscureca el pecho. Los msculos marcados de sus piernas. Los muslos
Deseaba sentir su piel contra la de ella. Quera deslizar los dedos sobre la
musculosa extensin debajo de sus pantalones. Senta deseos de ver ese interesante
bulto contra el que haba frotado su vientre.
Tema estar jadeando. Trag saliva y se enderez, intentando escuchar lo que
deca Charles.
Seguramente recuerda que le suger que nos casramos. Usted no acept la
propuesta (al menos creo que ese fue el meollo de su respuesta cuando arroj ese
perro de porcelana en direccin a mi cabeza). Le gustara reconsiderar su respuesta
ahora?
No. Emma no estaba en condiciones de pensar cosa alguna. Todo su cuerpo
anhelaba, palpitaba y en fin, indudablemente era incapaz de cualquier
pensamiento racional. No. Yo, eh No. Creo que me retirar. A mi cuarto. Sola.
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Charles coloc sobre su brazo la mano de Emma y la escolt fuera del jardn de
invierno. Se vea claramente que la joven haba estado ocupada en algunas
actividades interesantes entre los arbustos; pero a l no le preocupaba que ese
desalio pudiera ser objeto de comentarios. Todos los dems ya se haban retirado a
sus habitaciones.
Y, francamente, si alguien los vea, tanto mejor. Sera comprometedor para ella,
por lo que se vera obligada a casarse con l. En ese momento, ya no le importaba
cmo llegase ella a compartir su cama, siempre y cuando llegase pronto.
Dios, nunca antes haba estado tan cerca de perder el control como haca un
momento. De haber tenido un sof cerca, probablemente no se habra detenido. Por
cierto que Emma tampoco se haba esforzado en poner un freno a la situacin.
La observ mientras suban las escaleras. Tena la barbilla levantada, los ojos
fijos hacia delante. Se esforzaba en ignorarlo. Se la vea tan distante, tan duea de s
misma pero haca slo unos instantes haba respondido de un modo tan ardiente.
Se mordi los labios para reprimir un gemido al evocar ese hermoso cuerpo contra el
suyo. Dios, al sentir sobre su pantaln las manos de ella
Su nica intencin haba sido hablar de la pesca del da siguiente.
S, claro.
Llegaron al piso de los dormitorios.
Hasta maana, Lord Knightsdale dijo Emma, hablndole a la corbata de
Charles.
La acompao a su habitacin.
Ella levant la vista y tras mirarlo a la cara como dando pequeos saltitos con
los ojos, stos reanudaron el concienzudo examen de la ropa de Charles.
No es necesario, milord. Intent alejarse, pero l le aprision la mano con la
suya.
Concdame ese placer.
Otra vez levant los ojos de golpe pero ahora haba en ellos un destello de
pnico.
Seorita Peterson, por favor. No voy a deshonrarla.
No pensaba que Por supuesto que no Por favor, disculpe si le he dado esa
impresin.
Oh, no diga nada. Va a enredarse ms. Supongo que se le puede perdonar
que se sienta un tanto inquieta despus de nuestras recientes actividades, pero espero
que se d cuenta de que nunca la forzara a hacer algo que usted no quisiera.
Por supuesto que no lo hara usted.
Y all abajo, cario, lo que usted ha hecho no ha sido exactamente
disuadirme.
Emma dej escapar un sonido estrangulado y abandon todo intento de liberar
su mano.
Charles sonri mientras caminaban por el corredor. No, llevarla al jardn de
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invierno haba sido una idea insensata y estpida. No haba estado pensando con la
cabeza, sino con otra parte de su cuerpo la que an palpitaba frustrada. Era
posible que tras despedir a Emma fuese a darse un buen chapuzn en el agua fra del
lago.
Al detenerse junto a la puerta de la joven, pens en besarla otra vez. Si de todos
modos se iba a dar el chapuzn, bien poda hacer algo para que su sangre volviese a
arder. Era una lstima que el vestido no fuese ms adecuado a sus propsitos; el
cuello era demasiado alto. Algo con un escote un poco ms generoso, que dejase
vislumbrar algo de sus senos, le habra complacido mucho ms. Le habra costado
slo un momento apartar ltela
Milord?
Humm?
Podra persuadirla esa misma noche de que aceptara su proposicin de
matrimonio? La puerta de la alcoba estaba justo detrs de Emma. Qu poda ser ms
conveniente? Esa cama poda ser un esplndido escenario para sellar una promesa de
casamiento. No necesitara baarse durante la medianoche en el agua fra del lago:
podra mojar su parte ms caliente en la deliciosa y clida humedad del cuerpo de
Emma
Milord
muchas veces. Sin duda una sola no sera suficiente para enfriar su sangre.
Pero ella era virgen Alarg la mano para tocarle la mejilla.
Ella frustr su ademn.
Lord Knightsdale, preste atencin. Le sacudi la manga. No huele a
humo?
Charles aspir. El olor acre de ropa de cama chamuscada despej su mente de
cualquier pensamiento lujurioso. Algo, aparte de l, estaba ardiendo.
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Captulo 6
Charles se sent en la cama, mirando fijamente la puerta que comunicaba la
habitacin del marqus con la de la marquesa. O en este caso, la suya con la de
Emma.
Haban tenido mucha suerte la noche anterior. Una de las doncellas deba haber
dejado una vela encendida en la habitacin de Emma. Algo haba hecho caer la vela y
el fuego haba llegado a la cama. Las llamas no se haban extendido l mismo las
haba apagado con la jarra de agua que estaba junto al lavamanos. No haba hecho
falta despertar al resto de la casa. La alcoba, sin embargo, no poda usarse, por lo que
Emma haba tenido que trasladarse a la nica cama vaca que quedaba en la casa. La
de la marquesa.
La puerta entre ambas alcobas no estaba con llave. No haba podido encontrarla.
Poda entrar a la habitacin de Emma en cualquier momento y sorprenderla
durmiendo, vistindose, tomando un bao y ella poda hacer lo mismo. Pero haba
aprendido a no esperar milagros.
Se frot la frente. La noche anterior no haba dormido bien, pero
desgraciadamente la causa de su insomnio no haban sido lujuriosos sueos donde
apareca Emma.
Cmo era posible que alguien hubiese encendido y olvidado aquella vela? Le
pedira al seor Lambert que hablase con las doncellas. Tales descuidos eran
extremadamente peligrosos.
Con un suspiro sali de la cama. Era agradable sentir el fro del alba sobre la
piel desnuda.
En realidad, no crea que se hubiese tratado de un descuido de la servidumbre.
No, le preocupaba ms otra posibilidad.
Y si el problema no era que alguien haba descuidado esa vela?
Se puso los pantalones. Haba examinado el problema desde todos los ngulos
y siempre haba llegado a la misma conclusin. Alguien haba estado en la alcoba de
Emma. No haba otra forma de que la vela hubiese cado al suelo y el fuego no se
hubiese propagado al resto de la habitacin. En cuestin de minutos la llamarada se
habra extendido de la cama a la alfombra y de all a las cortinas. En la Pennsula
haba visto incendios devorar casas con increble rapidez.
Este fuego no poda haber ardido ms de unos segundos. Dios! En el mismo
momento en que l haba estado de pie en el corredor deseando el cuerpo de Emma,
alguien haba estado dentro de la habitacin de la joven. Separado de ellos por tan
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slo una puerta. Al orlos haba escapado, derribando la vela a su paso, apresurado (o
apresurada).
Pero cmo haba salido? El cuarto tena solamente una puerta, frente a la que se
hallaban Emma y l.
Charles se pas las manos por el pelo. Lo ms importante de esa cuestin era
qu le habra sucedido a Emma de no haberla retenido l hasta tarde en el piso de
abajo? Y si ella hubiese estado dormida en su cama?
Respir profundamente, ponindose la camisa. Eran demasiadas preguntas.
Quin, qu, cmo. Pero al menos ahora tena a Emma casi al alcance de la mano. Si
ella gritaba, estara a su lado en un instante.
Rasc la puerta comunicadora.
Emma?
No hubo respuesta.
Medit unos cinco segundos antes de abrir la puerta. La habitacin estaba a
oscuras. Camin silenciosamente hacia la cama. Emma estaba all, con su maraa de
rizos esparcida sobre la almohada, cubierta hasta la barbilla por las mantas. Sonrea,
como si estuviese en medio de un sueo agradable. Detestaba tener que despertarla,
pero los peces no picaran ms tarde, y sus invitados por desgracia s7.
Debera despertarla con un beso? No, nunca llegaran al arroyo si la besaba.
Emma. Tom uno de los rizos esparcidos sobre la almohada y le hizo
cosquillas en la nariz.
Ella rezong y le dio la espalda.
Emma, cario, es hora de levantarse. Le sacudi el hombro con suavidad.
Qu Sus ojos se abrieron. Huy dijo tapndose la cabeza con las
sbanas.
l la destap hasta la barbilla.
Acurdese, dormilona, que bamos a ir a pescar con Isabelle y Claire.
Es tan temprano. Y usted no debera estar en mi habitacin.
Ya s que es temprano, pero se est haciendo tarde si queremos pescar algo.
Tiene que levantarse. Vstase y traiga a las nias. Ir por el equipo de pesca y nos
encontraremos junto a la casa de verano, de acuerdo?
Emma gru.
Si me voy, volver a dormirse? l sonri abiertamente. Debera sacar
las sbanas y hacerle cosquillas en los pies?
No, no. Lo mir con el ceo fruncido. Estoy despierta. Vyase.
Est segura? Si me deja plantado ah afuera, en el fro de la maana, traer
hasta aqu un gran balde de agua del lago y se lo arrojar encima.
No me cabe duda. Ahora vyase.
Juego de palabras con dos de los significados del verbo picar: 1. Morder el cebo puesto en el anzuelo y 2. Llamar
a la puerta. (N. de la T.)
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Al or a Charles rer por lo bajo con esa risa profunda, Emma sinti algo en la
boca del estmago. Bueno, quizs no en el estmago estaba segura de que ese
extrao apetito no tena que ver con la comida. Y tena todo que ver con Charles.
No tena dudas de que l podra satisfacer esa avidez que estaba carcomiendo su
interior. Si ella se lo permitiese, claro.
Nada ms or el ruido del pestillo se arrastr fuera de la cama. Qu hara?
Durante la noche se haba despertado ms de una vez, con las sbanas retorcidas y
anudadas, el cuerpo anhelante en zonas que le avergonzaba recordar, la piel
ardiendo. Ansiaba el contacto de Charles. Deseaba regresar al jardn de invierno para
hacer nuevamente todo lo que haban hecho. Y ms.
La lujuria sera esto? Siempre haba pensado que slo los hombres eran
vulnerables a ese mal, pero aparentemente Charles se las haba arreglado para
contagirselo. Resopl. l le haba asegurado al seor Stockley que ella estaba a salvo
de sus instintos animales. Pero quizs ahora fuera Charles el que estaba en peligro. Y
dormir en la alcoba de la marquesa no ayudaba. Era una habitacin hermosa y
amplia, con una cama tambin hermosa y amplia y una preciosa puerta
comunicadora que no tena llave. Poda sorprender a Charles cuando quisiera.
Suficiente. Fue hasta el lavamanos y se salpic agua en la cara. Le agrad sentir
el lquido fro sobre su piel caliente. Se vestira y levantara a las nias. Seguro que
Prinny querra ir a dar un paseo. No haca falta tener miedo de que esa maana se
repitiera el incidente del jardn de invierno. Las nias haran de carabinas. Y ella
mantendra bajo estricto control sus propios instintos animales.
Se puso su vestido ms viejo y se recogi el pelo descuidadamente, usando
horquillas para armar una especie de moo. Completaban el conjunto una pelliza
desteida y un sombrero que haba estado considerando regalar a la seorita Russell
para el espantapjaros de su jardn.
Sali al corredor y se encamin al cuarto de las nias. Simplemente no pensara
en Charles en Lord Knightsdale como otra cosa que un contratador temporal.
Decididamente, ni siquiera considerara la posibilidad de aceptar una posicin ms
permanente en Knightsdale. l no la amaba. Slo estaba interesado en encontrar una
solucin conveniente: en ella l tendra una institutriz y una mujer para darle hijos, a
quien fcilmente poda plantar en su hacienda y olvidar durante la mayor parte del
ao. Bueno, pues ella poda tener veintisis aos, ser una solterona, pero no estaba
desesperada. Ni tampoco estaba interesada en un ttulo. Dejara que las muchachas
londinenses se disputasen la atencin del gran marqus.
Quizs probase qu tal besaba el seor Stockley.
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pero slo a instancias de Charles. La mayor parte del tiempo se comportaban como si
ella fuese invisible, excepto cuando Robbie quera reir con ella. Ms de una vez
Charles haba mediado en las discusiones de ambos y la haba rescatado del arroyo
cuando se haba tropezado con el pie de Robbie.
Este lugar es bueno para pescar, no le parece, Lady Claire?
Charles baj la cesta. Claire corri hacia la orilla.
No veo ningn pez, pap Charles.
Por supuesto que no! Los peces son criaturas astutas. No quieren que la gente
los atrape, ya sabes.
Porque entonces sern nuestro desayuno! Claire bata palmas, saltando
sobre un pie y el otro. Podemos desayunar pescado?
Quizs si es que atrapamos alguno.
Prinny descubri una ardilla y comenz a ladrar como loco.
Y si es que este perro no ahuyenta a todos los peces. Seorita Peterson,
podra ocuparse de Prinny mientras les indico a las nias cmo se hace?
Emma arrastr a Prinny un poco ms lejos del arroyo. Por un minuto se oyeron
sus ladridos de protesta, pero enseguida encontr algo interesante que olfatear al pie
de un abedul.
Quieres que te ayude a poner el cebo en el anzuelo, Isabelle?
S, por favor, to Charles.
Claire se apoy contra Charles, observndolo trabajar con el sedal de Isabelle.
Puaj dijo arrugando la nariz. Una lombriz.
Quieres verla ms de cerca? Charles rpidamente acerc la ondulante
criatura a la cara de Claire. Con un grito agudo la nia retrocedi bailoteando en
medio de risitas.
No, pap Charles. Las lombrices son babosas.
Entonces no quieres poner el cebo t sola? Te ensear cmo se hace.
Puedes ensearme a m tambin, to Charles dijo Isabelle. No soy un
beb.
Yo tampoco soy un beb. Claire se puso los pequeos puos en las caderas
y le sac la lengua a su hermana. Ensame, pap Charles.
Lady Claire, comprtese, por favor! dijo Charles, con voz risuea. Qu
le ha estado enseando su institutriz?
No culpes a la seorita Peterson, to Charles dijo Isabelle. No es su culpa
que Claire sea mala.
No soy mala. El labio inferior de Claire temblaba. Mam Peterson, no soy
mala, verdad? Mi madre siempre deca que yo era mala, pero no lo soy.
Emma solt la correa de Prinny y se acerc a abrazar a la niita.
Por supuesto que no lo eres, cario. Y estoy segura de que tu madre tampoco
lo deca en serio. Es slo que a veces los mayores nos ponemos un poco gruones.
No, seorita Peterson. Isabelle clav en los ojos de Emma una mirada seria
. Mam bueno, deca que quera un nio, ya sabe, para no tener que tener
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Knightsdale.
Un destello claramente malvolo apareci en sus ojos.
Pero es que anoche en verdad disfrut tanto no dejndolas quietas.
Comprtese, seor!
Debo
Pap Charles, pap Charles, he atrapado un
El resto de la frase se perdi en un fuerte chapoteo.
To Charles! grit Isabelle. Claire se ha cado al agua y no sabe nadar!
Emma salt sobre sus pies, tambaleante, pero la reaccin de Charles fue mucho
ms rpida. Estaba en el arroyo con Claire en brazos antes de que Emma hubiese
podido desenredar sus faldas.
Claire, cario dijo, son los peces los que deben salir del agua, no las
niitas las que deben entrar.
Claire tosi y farfull:
El pez se ha escapado, pap Charles.
Bueno, atrapars otro, otro da. Y te ensear (y tambin a Isabelle) a nadar.
Te gustara aprender a nadar?
S!
Emma lleg por fin a la orilla del arroyo. De pie junto a Isabelle mir a los dos
en el agua. Claire podra haber estado aterrorizada, pero sonrea abiertamente y sus
brazos rodeaban con fuerza el cuello de Charles. l estaba empapado, con la camisa y
los pantalones adheridos al cuerpo.
Se vea maravilloso. Ms que eso. La lujuria de la noche anterior regres con
fuerza y Emma pens en ir a hacerles compaa en el agua. Necesitaba enfriar su
sangre de algn modo.
Charles llev a hombros a Claire hasta Knightsdale. Ella iba charlando y riendo.
No pareca molestarle el estar mojada, pero Charles haba prometido ensearles a
nadar a ella y a Isabelle en cuanto tuviese la oportunidad. Con un lago en la finca, el
no saber nadar era demasiado peligroso para las nias. Aunque Claire era pequea
an, poda aprender lo suficiente para salvarse si cayera nuevamente. Pero Isabelle
sin duda tena que aprender. l le haba enseado a nadar a Emma cuando ella tena
slo seis aos.
Ech un vistazo a la mujer que caminaba a su lado. l le haba dado lecciones
despus de que Robbie le pusiera la zancadilla y ella, al igual que Claire, cayese al
arroyo. Al principio los otros muchachos se haban redo la nia se vea tan
graciosa con las faldas desplegadas pero l haba visto el miedo en sus ojos.
Durante las lecciones no haba demostrado miedo. Sonri. Estaba decidida a no
permitir que Robbie le hiciera pasar de nuevo por algo as.
An recordara cmo nadar? La sonrisa de Charles se hizo ms amplia. Le
gustara evaluar nuevamente sus habilidades. Quizs esa tarde, en alguno de los
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Isabelle. Estaba demasiado callada de nuevo. Alguna vez has comido una de esas
tartas de grosella, Isabelle?
No, to Charles. Mi madre deca que engordaramos si comamos tartas y que
es muy difcil conseguir marido si eres gorda.
Charles sinti que se le caa la mandbula.
Patraas! Slo tienes nueve aos, Isabelle. Unas cuantas tartas no te
convertirn en una solterona.
Mi madre deca que nunca es demasiado pronto para pensar en el futuro. No
podemos vivir en Knightsdale toda la vida.
Charles mir fijamente a Isabelle, sin saber si rer o lanzar un juramento. Acaso
Paul no saba lo que su esposa les deca a las nias?
Yo he comido una tarta de grosella, pap Charles.
Claire! dijo Isabelle. No mientas.
No es mentira! Una vez entr a hurtadillas a la cocina y cog una. No me
gust. Me quem la boca.
Bueno, no hacer falta entrar a hurtadillas a ninguna parte dijo Charles.
Entraremos en la cocina, le daremos los buenos das a la cocinera y veremos si tiene
algo para darnos.
Ests seguro de que podemos hacer eso, to Charles? Isabelle arrug la
frente. Mi madre deca que nunca haba que molestar a la cocinera.
Por supuesto que estoy seguro, Isabelle. Charles se volvi hacia Emma.
Tena la cabeza erguida y una expresin preocupada. Seorita Peterson, usted es la
institutriz. Qu opina? Estoy en lo cierto al afirmar que podemos entrar a la cocina
impunemente?
Por supuesto, milord.
Emma sonri, pero an tena la frente ligeramente arrugada. Charles apostaba
que tambin ella gritara si oa una vez ms la frase Mi madre deca. No estaba bien
tener mala opinin de los muertos pero, bueno, en este momento no extraaba a
Cecilia.
Lo ves? dijo. Si una institutriz lo dice, debe ser verdad. Las institutrices
nunca quieren que hagamos nada divertido, no es as?
Milord! exclam Emma, ponindose las manos en las caderas. No debe
usted difamar el noble oficio de las institutrices.
Claire dijo entre risitas:
Pero lo que dice pap Charles es cierto, mam Peterson. La seorita
Hodgekiss nunca nos permite hacer cosas divertidas.
Y acaso yo no os he dejado ir a pescar?
S, pero usted no es una institutriz de verdad dijo Isabelle. Su voz an
sonaba preocupada.
Bien, yo soy un marqus de verdad. Charles baj a Claire de sus hombros
. Y digo que podemos entrar en la cocina. Se irgui todo lo que pudo y trat de
verse como el duque de Alvord en su pose ms tpica de duque. En realidad, ahora
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como hechizaba a todo el mundo. Como la haba hechizado a ella cuando era nia.
Poco despus de que hubieron entrado en sus dominios, la cocinera le haba
obsequiado a Prinny un hueso que ste mordisqueaba contento en una esquina de la
habitacin, junto al fuego. Claire se subi al banco junto a Charles. Se sent lo
suficientemente cerca como para tocarlo. La nia le acariciaba la manga y reclinaba la
cabeza contra su hombro cuando hablaba alguien que no fuera ella. Emma
sospechaba que si Charles le hubiese dado la menor oportunidad, Claire se habra
sentado en su regazo.
Isabelle se sent frente a Charles, junto a Emma. A los nueve aos era
demasiado grande para colgarse de l fsicamente, pero lo haca con la mirada.
Emma observ que, despus de uno de los pequeos cumplidos de Charles, un ligero
rubor coloreaba las mejillas de Isabelle. Apostara a que estaba ms que un poco
enamorada de su to. Era uno de esos inocentes amores locos que se curan con la
edad.
No como el de Emma.
Emma se irgui ms en el banco. Era imposible. Aunque encantador, Charles no
era para ella. Haba decidido que iba a fijarse en otros hombres ms a su alcance. El
seor Stockley, por ejemplo
No, no iba a pensar en el seor Stockley justo ahora. En ese momento slo
disfrutara de estar all con Charles y las nias.
Tome, Lady Isabelle, coma un poco ms de pan, coma deca la cocinera, al
tiempo que pona una gran rodaja de pan fresco en el plato de la nia.
Gracias, seora cocinera. La cara de Isabelle se ilumin con una sonrisa
como rara vez mostraba. La cocinera parpade sorprendida y mir a Emma. Ambas
sonrieron.
Emma deseaba que se le hubiese ocurrido antes llevar a las nias a la cocina.
Nunca se habra imaginado que Cecilia les hubiese privado de ese refugio, con sus
altas ventanas soleadas y el tibio olor a comida recin horneada. La cocinera era una
mujer sencilla y alegre, de regazo y corazn amplios. Puede que no supiera preparar
una elegante salsa francesa pero s que saba hacer sonrer a una niita.
Y podemos comer tambin un poco de mermelada, por favor, seora
cocinera?
Emma tuvo que ahogar la risa ante la expresin congraciadora de Claire.
Por supuesto que podis, Lady Claire. Y os gustara probar mi pastel de
limn?
Oh, s, por favor.
Supongo que no tendr ninguna tarta de grosellas por aqu, verdad, seora
cocinera?
Charles se inclin hacia la cocinera y sac a relucir su sonrisa congraciadora.
Esta vez, Emma no sinti el impulso de rer ms bien de llorar. Era increblemente
atractivo.
S resulta que tengo, milord.
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que est cuidando a su madre enferma. Emma saba que estaba balbuceando. En
realidad no le deba la ms mnima explicacin a Lady Caroline, pero tampoco poda
permitir que corriera el chisme entre los invitados. Yo estaba llevando a las nias a
su cuarto a asearse despus de la pesca. Lady Claire se ha cado al arroyo.
Ya veo. Qu generoso de parte de Lord Knightsdale interesarse por las
hurfanas de su hermano, no te parece, Amanda?
S, Caro, muy generoso.
Aunque estoy segura de que eso cambiar una vez que se haya casado dijo
Lady Caroline con una risita condescendiente.
Yo estoy segura de que eso no va a cambiar, Lady Caroline.
Cmo poda esa muchacha malcriada decir una cosa as con Claire e Isabelle
de pie frente a ella? Emma habra deseado que Prinny fuese tan fiero como se senta
ella en ese momento. Le habra encantado dejar que el perro arrancase de un
mordisco un trozo del amplio trasero de Lady Caroline.
Oh, seorita Peterson. Lady Caroline movi la cabeza, riendo entre dientes
. Quizs si usted hubiese debutado socialmente estara ms al tanto de las
costumbres de la flor y nata.
Prinny tendra que esperar su turno. Emma deseaba arrancarle un trozo a Lady
Caroline con sus propios dientes.
Puede que no est ntimamente familiarizada con las costumbres de la flor y
nata, Lady Caroline, pero conozco a Lord Knightsdale desde que ramos nios. l
nunca abandonara a sus sobrinas.
Quizs las abandonase fsicamente para partir a Londres, pero nunca las
abandonara emocionalmente. Si las nias necesitaban algo, Emma estaba convencida
de que Charles se lo dara.
Y usted est ntimamente familiarizada con las costumbres de Lord
Knightsdale?
No, por supuesto que no, Lady Caroline. Slo quera decir
Poco importa lo que usted haya querido decir, seorita Peterson. Parece haber
olvidado algo fundamental: Lord Knightsdale tendr una esposa. Dudo que
cualquier dama de la flor y nata quiera hacerse cargo de las mocosas del hermano
de su marido.
Usted es una seorita mala! exclam Claire. Emma oy el llanto en su
vocecita. Isabelle tena una palidez fantasmal.
Y t una nia que no sabe comportarse respondi Lady Caroline. Ser
mejor que tengas cuidado con tus modales si no quieres terminar en un orfanato.
Emma haba tenido suficiente. Solt la correa de Prinny. Liberado, el perro trep
por las amplias faldas de muselina blanca de Lady Caroline. Durante el paseo por el
arroyo, sus patas haban acumulado una generosa cantidad de buen lodo de Kent.
Emma sonri abiertamente. Qu fuerte poda gritar Lady Caroline.
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Captulo 7
Emma todava estaba furiosa cuando se uni a los otros invitados para dar un
paseo alrededor del lago. Se mantuvo tan lejos como pudo de Lady Caroline y de la
seorita Oldston lo que tambin significaba quedarse alejada de Charles. Las
jvenes se amontonaban a su alrededor como abejas sobre limonada derramada.
Cmo podan esas seoritas malcriadas haber dicho cosas tan aborrecibles
delante de Claire e Isabelle? No alcanzaba a entenderlo. Crean que las nias eran
sordas? O estpidas? Si Prinny no hubiese llenado de barro sus vestidos, Emma
habra hecho qu? Qu poda hacer ella? Slo era la institutriz provisional.
Bonito da, no es cierto, seorita Peterson?
Poda aceptar la proposicin de Charles. Le gustara ver las caras de esas
maliciosas muchachas cuando se hiciese ese anuncio. Y si ella fuese en realidad la
marquesa, podra hacer que echaran a esas arpas arrastrndolas de las orejas.
Seorita Peterson?
Emma parpade. El seor Stockley estaba a su lado, mirndola
inquisitivamente.
Lo siento, seor. Estaba distrada. Deca usted que
Era slo un comentario sobre el clima, seorita Peterson.
Sobre el clima?
As es. Hace un da muy bonito, no le parece?
S. Cierto. Muy bonito.
Emma buscaba a alguien que la rescatara de la conversacin extremadamente
aburrida del seor Stockley, pero no apareca salvador alguno. La mayora de los
caballeros estaban reunidos en torno a las damas ms jvenes, que seguan apiadas
en torno a Charles. Lady Beatrice y la Sociedad para el Perfeccionamiento de las
Mujeres haban preferido quedarse dentro. Emma esperaba que Charles hubiese
guardado el brandy bajo llave. El duque de Alvord estaba hacindole compaa a
su esposa que dorma la siesta. Al menos eso era lo que l haba dicho, pero Emma
haba notado en su cara la misma expresin resuelta de Charles aquella noche en el
jardn de invierno. El conde de Westbrooke haba ido a recoger a Lizzie, la hermana
de Alvord, y Meg probablemente estaba fuera investigando el jardn de csped.
Est usted disfrutando su estancia en Knightsdale, seorita Peterson?
Eh, s. Por supuesto. Y usted, seor? Est satisfecho con su habitacin?
Debera estarlo. Aunque la casa del seor Atworthy era cmoda, no se
comparaba a Knightsdale.
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Charles no deseaba ser el gua de esa partida de idiotas que paseaban alrededor
del lago. Lo que l quera era pasar tiempo con Emma. Solos. Persuadirla a aceptar su
proposicin. Podan, por ejemplo, comprobar si esa ridcula casa gtica tena una
cama cmoda y una slida cerradura. Por supuesto que l iba a averiguarlo. Uno
nunca sabe cundo puede sorprenderlo una tormenta.
Al menos Stockley se haba quitado finalmente del camino. Charles coloc sobre
su brazo la mano de Emma. La quera con l, y si ella no se mova de su lado, no sera
asediado por ninguna de esas jvenes de risitas tontas.
Alvord y Westbrooke haban eludido sabiamente esta invitacin. Ya les dira
algunas palabras cuidadosamente escogidas cuando los viera ms tarde. Adems del
seor Stockley, los nicos hombres y usaba ese trmino con mucha flexibilidad
que estaban ayudndolo a escoltar a las damas eran tres simplones. El seor William
Dunlee, un joven corpulento tambin conocido como el Gordinfln, segundo hijo
del conde de Dunlee; el granujiento seor Frampton el Granos, hijo mayor de
un barn; y el seor Oldston, acertadamente apodado el Sapo en honor de los
prominentes ojos que eran una caracterstica familiar, heredero de Sir Thomas. Los
tres haban ido juntos a la universidad y, hasta donde Charles saba, se las haban
ingeniado para escapar de all sin obstruir sus cerebros con el menor vestigio de
conocimiento.
De dnde haba sacado su ta tal variedad de vegetales? Si esos retoos y esas
seoritas de risita tonta representaban el futuro de la nobleza britnica, Inglaterra
estaba en serios problemas. En ese mismo momento el Gordinfln, el Granos y el
Sapo se estaban arrojando acianos entre ellos. Sus abrigos y pantalones estaban
plagados de abrojos y las tontas jovencitas que los miraban, rean como si fuera el
espectculo ms divertido que les haba tocado presenciar.
Damos un paseo, seorita Peterson?
Me encantara.
Tiene que salvarme de estos idiotas, Emma exhort l apenas salieron del
alcance del odo de los dems.
Son un poco infantiles.
Un poco? En la Pennsula tuve a cargo muchachos mucho ms jvenes que
stos. Algunos no haban terminado de crecer y aun as eran soldados admirables y
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valientes.
Me imagino que la guerra hace madurar a las personas.
S, no se equivoca.
Pase la mirada sobre el lago, recordando el da que haba recorrido ese sendero
por ltima vez. Entonces era un poco ms joven que esos tres bufones que estaban
junto a la cabaa. Seguramente no era tan idiota como ellos.
Por un instante cerr los ojos, resistindose a recordar. Tal vez s haba sido
como esos muchachos y con una idiotez mucho menos inocente. Al salir de la
universidad se haba sentido perdido, enojado. Necesitaba hacer algo, y eso con
frecuencia haba sido beber, apostar y putaear.
Cuando la esposa de James, Sarah norteamericana y ferviente republicana
haba denigrado el sistema britnico de primogenitura, Charles haba argumentado
que no todos los herederos eran tan malos tipos como el primo de James, Richard,
dispuesto a recurrir al asesinato para heredar. Haba insistido en que l no senta
envidia de su hermano.
Haba hablado con absoluta sinceridad.
Haba mentido.
Ayud a Emma a sortear la raz de un rbol que haba crecido a travs del
sendero.
Nunca haba codiciado el ttulo, eso era verdad, pero s haba envidiado a su
hermano. Paul nunca haba estado sin rumbo en la vida. Jams. Siempre haba sabido
qu quera. A los veinte aos, al encontrarse con la superficialidad de la flor y nata,
Charles haba ansiado tener esa seguridad.
Si no hubiese seguido a James al ejrcito, no s qu habra sido de m.
Probablemente habra terminado siendo un libertino derrochador.
Tonteras. Estoy segura de que le habra ido bien en lo que hubiese
emprendido.
La mir. Ella haba hablado con absoluto convencimiento, como si no hubiese
duda de que l podra llevar a cabo cualquier tarea que se propusiese.
Usted realmente lo cree, verdad?
Por supuesto.
Sus ojos lmpidos, de color marrn dorado, le devolvieron una mirada firme
desde detrs de las gafas. Record cmo sola ella mirarlo cuando era nia. Aquello
era idolatra; esto era diferente. Esto era la confianza de una mujer adulta. Emma
crea en l.
Su confianza estaba construida en el aire, por supuesto basada en fantasas
juveniles. Ella no lo conoca. No lo haba visto durante veinte aos, desde que era
un muchacho. Sin embargo, l quera creer que ella tena razn. Deseaba conservar
siempre a su lado la certidumbre de Emma.
Csese conmigo, Emma. Por favor. Haba sonado demasiado entusiasta?
La joven deba creer que era un luntico. Pero sera una decisin sensata por parte de
ella. Moder su voz. Nuestro casamiento resolvera tantos problemas. Nos
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libraramos de esos londinenses idiotas. Mis sobrinas tendran una madre y usted
obtendra una casa propia. Su padre podra casarse con la seora Graham sin que
para usted eso fuese ninguna molestia. Le sonri abiertamente, inclinndose para
acercarse a ella. Y yo obtendra la preciosa oportunidad (muchas preciosas
oportunidades) de engendrar un heredero. Qu dice?
La quemante bofetada de Emma habl por s misma.
Emma estaba tan enojada que no poda ver con claridad. A ciegas se alej
dando zancadas por el sendero. A su espalda oy la voz de Charles que la llamaba,
pero lo ignor. Luego oy a una de las encantadoras jvenes londinenses hablando
con l. Esperaba que fuese la gorda Lady Caroline. Aquel torpe estpido realmente se
mereca pasar un rato con esa arpa.
Deseara haber tenido a mano otro perro de porcelana. Lo habra estrellado por
encima de la cabeza de Lord Arrogante. Casarse con l slo para solucionarle sus
problemas? Para que l pudiera tener un heredero y librarse de sus molestas
perseguidoras? El fanfarrn arrogante! Ese idiota enervante y frvolo! Y cmo se
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Emma estaba segura de que la pregunta haba salido como un chillido. Dio un
paso atrs pero el seor Stockley la detuvo, ponindole una mano en el brazo.
Como usted. Cuntos aos tiene, treinta?
Veintisis. No es que le importara la edad, pero no quera cuatro aos extra
agregados al total.
Veintisis. Ya prcticamente se ha quedado para vestir santos. Sin demasiadas
esperanzas de hallar alivio para sus instintos en una cama matrimonial. Y usted
realmente quiere satisfacerlos, no es cierto?
Emma esperaba no haber asentido con la cabeza. Nunca admitira que senta
algo tan vulgar como deseo de satisfacer sus instintos. Anhelos, quizs, pero no
instintos. Bueno, tal vez hubiese algo de instintivo. Desde que Charles la haba
besado especialmente desde el encuentro en el jardn de invierno se haba
sentido febril e inquieta. Claro que haba tenido el instinto de abrir la puerta que
comunicaba ambas habitaciones.
Seor Stockley, no tengo la menor idea de qu est usted hablando.
Permtame explicrselo, entonces.
El seor Stockley emple la boca, pero no precisamente para hablar. Sus manos
se cerraron alrededor de los brazos de Emma y la atrajeron de un tirn hacia su
cuerpo. Presion sus labios contra los de ella.
La joven senta curiosidad. Lo admita. Charles era el nico que la haba besado.
Besar sera una actividad placentera en s misma, o acaso el placer que se pudiera
sentir dependera de la habilidad del hombre que besaba?
Lo cierto es que no senta deseos de besar al estpido Marqus de la
Insolencia en ese momento. Tal vez el seor Stockley fuera un cambio conveniente,
incluso un antdoto contra esa irritante atraccin que senta hacia el Lord Zopenco.
No lo era.
El seor Stockley ola a cebolla, col y sudor. La tomaba de los brazos con
demasiada fuerza y apretaba los labios de Emma contra sus propios dientes. No
senta nada de la maravillosa fiebre que haba experimentado con Charles. No, se
senta aburrida. Incmoda. Deseaba fervientemente estar en otro lugar. Cerr con
firmeza los labios y dese que terminara pronto.
Venga esta noche a mi alcoba. La voz del seor Stockley sonaba
particularmente grave. Le indicar cul es. Sus manos comenzaron a deambular.
Emma se retorci para evitar sus dedos, pero eso slo pareci alentarlo. Ella estaba
empezando a alarmarse.
Emma?
Las manos del seor Stockley cayeron pesadamente, y retrocedi de un salto.
Est usted ah dentro, Emma?
S. Emma debi aclararse la garganta y respirar hondo para que su voz
fuera perceptible al responder. S, Lord Knightsdale, estoy aqu con el seor
Stockley.
Charles apareci en la entrada de la gruta. Sus ojos parecan medir la distancia
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entre ella y su acompaante. Emma trag saliva y carraspe una vez ms.
Solamente estbamos bes eh, buscando las piedras que estn sueltas y
apartndolas del camino para evitar que alguien se tropiece con ellas. La
muchacha mir hacia el suelo para unir la accin a las palabras, pero en el suelo no se
vea ni el ms diminuto guijarro. El seor Stockley est muy interesado en
conquis muy interesado en construcciones, las construcciones. Estatuas y y ese
tipo de cosas. Yo estaba ayudndole, ah, a buscar, hum, estatuas, eh, interesantes.
Emma saba que el rubor de su cara poda compararse con el de uno de los
vestidos de Lady Beatrice. Realmente senta que sus mejillas estaban tan calientes
como para iluminar el rincn ms oscuro de esa gruta en penumbras.
Charles y el seor Stockley la miraban fijamente. Sonri.
Charles se gir para mirar a Poseidn.
Supongo que han notado la escultura en medio de la gruta.
S dijo Emma. Estbamos buscando ms.
Charles contempl el pequeo espacio vaco. Emma sigui su mirada sobre las
paredes rocosas y el suelo de piedra.
Aqu dentro?
No, eh, por supuesto que no. Hablaba en general. En el futuro. En algn otro
lugar.
En algn otro lugar, s. El seor Stockley hizo una reverencia. Si me
disculpa, milord?
Charles asinti con la cabeza. El otro sali huyendo.
Emma dijo Charles una vez que estuvieron solos, le gustara explicarme
lo que acaba de decir?
Emma se esforz an ms por sonrer.
No.
Algo andaba mal. Emma pareca estar tan nerviosa como un caballo indmito.
Qu haban estado haciendo ella y Stockley ah dentro? No poda haber estado
besando a ese afeminado.
Se acerc. Ella dio un paso hacia atrs.
Est usted bien, Emma?
Por supuesto que estoy bien. Por qu podra no estarlo?
No lo s. No se la ve muy tranquila. Stockley ha hecho algo para ponerla
nerviosa?
No! Tom aire, haciendo que sus hermosos pechos sobresalieran de un
modo interesante de contemplar. No. Claro que no. El seor Stockley no me ha
perturbado en lo ms mnimo. Estoy perfectamente bien. Qu raras ideas tiene usted,
milord.
Humm. No trat de besarla, verdad?
Besarme!
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Charles jurara que la respuesta de Emma haba sido un chillido. Dio un paso
para acercarse a ella, que volvi a retroceder, quedando contra la pared de la gruta.
Creo que se ha quedado sin espacio para la retirada, cario.
Tonteras. No estoy retrocediendo.
No? Se inclin hacia adelante, poniendo ambas manos sobre la pared, una
a cada lado de la cabeza de la joven. Me alegra or eso. Es necesario que hablemos,
cielo. Por qu me ha abofeteado?
Baj los ojos, clavndolos en la corbata de l.
Disclpeme. No ha estado bien por mi parte.
Eso no responde a mi pregunta, Emma. Le levant la barbilla con el borde
de su mano. No era mi intencin ofenderla.
No, por supuesto que no. Ella lo mir a los ojos y otra vez baj la vista (l
habra jurado que le miraba la boca). Sac apenas la pequea lengua rosada y se
humedeci los labios. Su voz son ligeramente agitada. No deberamos regresar
con el grupo? Estoy segura de que Lady Caroline est preguntndose dnde est
usted.
Dios, estoy seguro de que as es. De hecho, debe estar resoplando en el
sendero, pisndome los talones.
Charles no poda desperdiciar tan preciosa oportunidad. Como Emma haba
hecho notar, podan interrumpirlos en cualquier momento. Dej que su mano se
deslizara desde la barbilla de ella, hasta abarcar todo el contorno inferior de la cara.
Poda ser que les quedaran slo unos segundos de privacidad. Por qu malgastarlos
en conversar? Ms tarde averiguara el porqu de la bofetada. Sonri. Poda estar a
punto de recibir otra, pero correra el riesgo. No poda tenerla tan cerca, en esa
intimidad, sin robarle un beso.
Se inclin para posar sus labios sobre los de la joven. Ella despeda un perfume
dulce, limpio, a limn y lavanda. Su piel era tan suave; la lnea de la mandbula, tan
delicada. Roz con sus labios los de Emma y ella gimi, apoyndole las manos en el
pecho. Por un instante temi que la intencin de la joven fuera apartarlo de un
empujn, pero luego desliz los dedos por su cuello hasta enredrselos en el pelo.
La levant, apretndola contra su cuerpo. Sus senos tiernos cedieron a la
presin del pecho masculino. Empez a juguetear con los labios de la joven,
hacindole cosquillas con los suyos, explorando la comisura con la lengua. Ella abri
la boca y l se desliz dentro.
Tena una boca hermosa y pequea. Clida. Hmeda. Con su lengua recorri
toda esa boca, el paladar, la lengua. Emma an era demasiado inocente para saber
qu hacer, pero l s que saba. Le enseara. Le acarici toda la boca con su lengua y
ella emiti un suave sonido de placer. Su cabeza cay de nuevo contra el hombro de
l; la boca de la joven se abri ms, ofrecindole espacio para continuar explorando.
Emma era tan generosa.
l haba tenido su racin de prostitutas y viudas. Esos encuentros haban sido
razonablemente placenteros cpulas vigorosas, gratificantes pero con poca
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empezado a realizar extraas proezas gimnsticas. Slo se le haba ocurrido una cosa
que hacer con su boca y no era precisamente hablar. Despus de que el seor Stockley
se marchase, y Charles se hubiese acercado, la respiracin de ella se haba vuelto
irregular. Y su corazn haba aleteado como un pjaro intentando escapar de una
jaula. Una extraa tibieza lquida no, no poda ni pensar en eso.
Qu le estaba ocurriendo? Se supona que estaba enojada con ese hombre! l
haba sugerido que se casaran para su propia conveniencia, no porque la amara. Ella
era simplemente una mujer que estaba a mano, una mujer que le organizara la vida
con muy poco esfuerzo por su parte. Alguien a quien podra embarazar fcilmente y
dejar en el campo sin mayor inconveniente.
Embarazar fcilmente ja! Mientras l se apretaba contra ella, podra haberle
pedido que fuera a Londres caminando hacia atrs y ella habra intentado
complacerlo. Deba estar bastante seguro de que accedera sin decir ni po a
cualquiera que fuese el procedimiento para engendrar hijos. Acaso ella no tena
orgullo?
Aparentemente, no. Mirndolo, de pie junto a Lady Caroline y Poseidn, senta
nuevamente ese extrao calor lquido acumularse en la parte inferior de su cuerpo.
Cmo era posible que en un momento dado quisiera abofetearlo con toda su fuerza
y al siguiente lo abrazase como si nunca fuera a soltarlo?
Era una idiota un vegetal, una casquivana.
Nos unimos al grupo, Lady Caroline?
Emma entrecerr los ojos. Si Charles poda ser encantador con esa serpiente,
poda serlo con cualquiera. Incluso con su antigua compaera de juegos. No
significaba nada. Deba recordar eso. Era un seductor experto: no haba aprendido a
besar as estudiando o luchando contra Napolen. Eran aos de prctica.
Pues bien, poda irse a ejercitar sus habilidades amatorias con alguna otra
estpida muchacha.
Pero no con Lady Caroline. Emma no poda dejar que se casase con esa arpa.
Las pobres Isabelle y Claire pagaran el precio. Y por la misma razn, no poda
casarse con la seorita Oldston. Y con la seorita Pelham? Dudoso. Su madre era
una gorgona; costaba imaginar que la hija pudiera ser muy diferente. Y la pobre
seorita Frampton tena tantos granos como su hermano.
Quizs la seorita Haverford fuera una candidata. Era bastante juiciosa. A
Emma no se le ocurra nada objetable excepto, por supuesto, su extremada juventud.
Y quizs era un poquito insulsa. Pero con los aos podra ganar carcter.
Seorita Peterson?
Charles la miraba expectante, como si no fuera la primera vez que le haca la
pregunta. Emma sonri y puso la mano en el brazo que le ofreca; Lady Caroline iba
agarrada del otro lado.
No extraa Londres, Lord Knightsdale? pregunt Lady Caroline. El
teatro, las fiestas, los bailes? Ech una ojeada a Emma. Oh, lo siento conoce
Londres, seorita Peterson?
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Captulo 8
Emma vio a la seora Graham cuando regresaba del lago. La mujer estaba de
pie en el hall de entrada de Knightsdale, mirando a su padre y riendo.
Se le hizo un nudo en el estmago. De modo que Lady Caroline no era la nica
arpa revoloteando por el paraje de Knightsdale.
Gracias por el paseo, milord dijo Lady Caroline detrs de ella. Se volvi
para ver a la muchacha pestaear repetidas veces mirando a Charles. La descarada
puso una mano en su amplio pecho y la otra en el brazo de l. Me temo que estoy
un tanto fatigada por el esfuerzo. Creo que subir a dormir una siesta.
Esperaba que Charles la acompaara?
Vamos, Caro. La seorita Oldston sonaba casi tan impaciente como lo
estaba Emma por causa de la pose afectada que haba adoptado Lady Caroline.
Le ver ms tarde, milord. Lady Caroline roz a Emma al pasar y sigui a
la seorita Oldston escaleras arriba.
Emma apret los puos. Deseara tener algunos de los abrojos que el
Gordinfln y los otros haban estado arrojando cerca de la casa gtica le encantara
verlos decorando el amplio trasero de Lady Caroline.
Respir hondo. Estaba siendo extremadamente infantil. Esos sentimientos eran
indignos de ella.
Ech una ojeada a la seora Graham y su mal humor se dispar nuevamente. La
mujer tena la audacia de sonrerle, como si compartiera su impaciencia hacia esa
estpida Lady Caroline. Emma no comparta nada con la seora Harriet Graham.
Nada.
Excepto a su padre. Cuando l le sonri a la seora Graham, el estmago de
Emma se retorci.
No. l slo estaba siendo corts. No traera a esa mujer a formar parte de la
familia. No poda hacer eso.
Reverendo Peterson, justo el hombre que estaba buscando dijo Charles. Y
la seora Graham. Bienvenidos a Knightsdale. Espero que no le importe si tomo
prestado a su acompaante por un momento. Tengo un pequeo problema que
discutir con l.
Por supuesto que no, milord. La seora Graham le sonri a Charles. Al
menos ella no se deshaca en pestaeos al mirarlo.
Excelente. Lambert Charles se dirigi al mayordomo, que andaba rondando
por ah detrs, acompae a la seora Graham al saln azul. Le devolvi la
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levant la vista para mirar a Charles directamente a los ojos. Vamos, no vaya a
malinterpretar lo que voy a decirle, joven. No estoy recomendndole que se tome
libertad alguna con mi hija. Pero he empezado a pensar que si Emma tuviese una
idea ms concreta de lo que es el amor entre un hombre y una mujer, podra
comprender mis sentimientos. Si ella hubiese experimentado la atraccin por un
hombre, quizs entendera que el matrimonio es ms que Bueno, tal vez entendera
algo sobre el amor entre los esposos. Que el amor que Harriet y yo nos tenemos no
amenaza el amor que tengo por ella y por su hermana. Que no estoy traicionando a
su madre ni menospreciando sus esfuerzos durante todos estos aos. Que ella
siempre tendr en mi corazn el lugar de hija, no necesita seguir llevando mi casa.
Charles se sent frente al prroco.
Entonces Emma no ha tenido nunca un pretendiente?
No. No ment al decirle que ella lo adoraba a usted. Suspir. Pensndolo
ahora, debera haber insistido en que asistiera a una Temporada. Alguna de mis
hermanas la habra presentado gustosa. Pero Emma no quera dejar a Meg y yo no
quera que mi cmoda rutina se alterase. La amargura se col en su voz. Ahora
estoy pagando por mi egosmo.
Vamos, seor, nada de reprocharse a s mismo, por favor. Creo que usted me
hizo un favor, sin que ninguno de los dos lo supiramos. Me parece que Emma y yo
nos llevaremos de maravilla. Charles sonri abiertamente. Slo me falta
convencerla a ella de eso.
Realmente no haba razn alguna para estar all, pens Emma mientras el seor
Lambert les abra la puerta del saln azul y entraba detrs de la seora Graham. Se
habra dado cuenta de eso en cuanto el seor Lambert dijo que la Sociedad estaba
all, si no hubiese permitido que la culpa nublase su pensamiento.
Harriet! La seora Begley elev su taza de t cuando entraron Emma y la
seora Graham. Y la seorita Peterson. Qu encantadora visita. Lady Beatrice,
conoce a la seora Graham?
Emma inspeccion el saln mientras la seora Begley se ocupaba de las
presentaciones. El seor Lambert haba dicho que el brandy estaba a salvo, pero los
ojos de las damas estaban sospechosamente brillantes. Las gemelas Farthington
estaban sentadas juntas en el sof, riendo entrecortadamente, mientras la seorita
Russell contemplaba con sonrisa beatfica un jarrn con rosas.
Un placer conocerla, seora Graham. Lady Beatrice estaba ataviada con un
conjunto de color castao rojizo y verde Pomona 8 adornado con plumas en colores
que alternaban, dando la desafortunada impresin de una ciruela pudrindose.
Un t, seoras?
S, por favor dijo la seora Graham. Sera muy agradable tomar un t.
Lady Beatrice les sirvi t y luego meti la mano en su costurero, de donde sac
8
Es el nombre que se daba al color verde manzana en la Inglaterra de la Regencia. (N. de la T.)
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matrimonio.
La seorita Haverford no es demasiado joven dijo Emma. Tiene
diecisiete, la misma edad que Meg y Lizzie. Una edad perfectamente aceptable para
el matrimonio.
Lady Beatrice resopl.
No para Charles. l se aburrira tanto, se dormira antes de poder
Lady Beatrice, por favor. La seora Graham mir con el ceo fruncido a la
ta de Charles. Emma es una seorita bien criada y soltera.
Lady Beatrice la mir de igual manera.
Y as se quedar si no se mueve. Charles es como una ciruela esperando que
la recojan. Puede comerla si quiere. Slo necesita estirar el brazo y cortarla del rbol
de los solteros.
La seora Begley cogi la botella de brandy.
Dios mo, Lady Bea, no se ponga potica con nosotras.
Bueno, es la verdad. Parte de atrapar un marido es encontrar uno que est
maduro. Charles lo est. El ttulo le pesa sobre los hombros. Alguien lo recoger
antes de que termine este ao; puede muy bien ser la seorita Peterson. Lady
Beatrice se inclin hacia Emma. Vamos, muchacha. Vaya a cosechar al hombre
antes de que alguna otra jovencita le coja la delantera.
Emma mir con fijeza a Lady Beatrice. Cmo responda una a un comentario
semejante? Le contestaba que ella quera algo ms del matrimonio?
Pero exactamente qu? Amor, por supuesto, pero qu haba de las
inquietantes sensaciones que la inundaban siempre que pensaba en el cuerpo firme
de Charles contra el suyo?
Bien, creo que ya hemos divagado lo suficiente acerca de la horticultura
matrimonial dijo la seora Graham con una sonrisa. Esta especulacin es
infundada hasta que Emma haya recibido una proposicin de Lord Knightsdale. Y
estoy segura de que ella preferira considerar el tema en privado, no es as, querida?
Emma emiti un sonido que la seora Graham debi haber interpretado como
de asentimiento. La mujer desvi la conversacin por canales ms aceptables. Flua
alrededor de Emma: chismes sobre familias vecinas, sobre los invitados de Londres.
Emma estaba agradecida: era el primer sentimiento positivo que haba tenido hacia la
seora Graham desde que se haba dado cuenta de que la mujer era para su padre
ms que una simple dama de la parroquia.
Intentaba pensar con claridad, pero no lograba borrar de su mente las imgenes,
las sensaciones de su encuentro con Lord Knightsdale en la gruta. Su olor. Su sabor.
La sedosa aspereza de su lengua llenndole la boca.
Senta calor. Se derreta. Por lo menos haba algo en su cuerpo que sin duda
estaba hmedo.
Fij la vista en su taza de t. Quizs ese desagradable seor Stockley tena
razn: quizs ella tena instintos. Pens en la puerta entre su alcoba y la de Lord
Knightsdale. La puerta cuya llave se haba perdido. La puerta que permaneca
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siempre abierta.
Se abanic con la mano en un vano esfuerzo por enfriar su sangre.
Se siente bien, querida? le pregunt suavemente la seora Graham.
Emma asinti con la cabeza. Esperaba que ninguna de las otras damas hubiese
notado sus mejillas encendidas. Qu diran si supieran que haba recibido una
especie de proposicin matrimonial? Bien, indudablemente Lady Beatrice
considerara las palabras de Charles como una proposicin matrimonial hecha y
derecha, pero no lo era para Emma. Ella quera que le hablasen de amor, no de
conveniencia. De pasin, no de practicidad. Era mucho pedir?
Probablemente. Despus de todo, Charles era un marqus. Para l, el
matrimonio era un deber.
Pero si oyese de l palabras de amor aceptara ser su esposa?
Qu ridiculez. Ni siquiera iba a pensarlo. Estaba segura de que l le hablara de
amor cuando las ranas criasen pelo.
Y no esperaba ver ranas peludas mientras viviera.
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indispuesta.
Indispuesta? Usted llama a esto una indisposicin? Pues yo lo llamo un
desastre.
Bueno, indudablemente es un episodio desafortunado. Quizs se sentira
mejor si se acostara.
Lady Caroline lanz un grito y ocult la cara en el hombro de su madre.
No? Lady Beatrice se balance sobre sus tacones. Cul es exactamente
el problema, Lady Dunlee?
La dama seal a Reina Bess, quien haba decidido sentarse junto a las faldas de
Lady Beatrice y asearse la pata trasera.
Esa criatura es el problema.
Lady Dunlee, no seale a mi gata de ese modo. Lady Beatrice se movi
para escudar a Reina Bess. Estoy segura de que ella no quera molestar a su hija.
Ja! Pues entrese que Lady Caroline es muy sensible a los gatos.
Ha estado sobre mi almohada, mam. S que ha estado ah. Me senta bien
hasta que me acost a descansar.
Lady Dunlee se irgui cuan alta era.
Qu estaba haciendo su gata en la cama de mi hija?
No tengo ni idea. Reina Bess no tiene debilidad por la carne de cerdo.
Carne de cerdo? Lady Dunlee frunci el ceo con tanta fuerza que sus
cejas se unieron formando una V encima de la nariz. Qu tiene que ver la carne
de cerdo?
Es que Bess es un animal muy inteligente. Habra credo que con slo echarle
una ojeada a su hija se habra dado cuenta de que no poda haber nada interesante en
su habitacin.
Lady Dunlee tom aire, escandalizada.
Lady Beatrice, est usted comparando a mi hija con un con un cerdo?
As es.
Lady Caroline solloz con ms fuerza cuando los curiosos que se haban
congregado alrededor intentaron en vano ahogar la risa.
Por favor, que vengan mi marido y mi hijo, y que traigan nuestro carruaje
dijo Lady Dunlee. Nos vamos.
Lady Beatrice sonri.
Que tengan un hermoso viaje.
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Qu quieres decir?
Emma se acerc a inspeccionar las plantas diseminadas junto al asiento al pie de
la ventana.
Crees que pap se va a casar con ella?
Probablemente.
Y eso no te molesta? No te molesta que ella vaya a ocupar el lugar de
mam?
Emma Meg apret las manos detrs de la espalda y lanz un suspiro.
Quieres sentarte?
No puedo.
Meg mir a su alrededor. Incluso las sillas estaban cubiertas con ramitas u hojas.
Ah, s. Entiendo. Lo siento. Eh, podemos sentarnos sobre la cama.
No, no es por eso. Emma mir a Meg. Es que estoy demasiado inquieta
para sentarme.
Ah. Bien, eh, lo que pasa es, Emma, que en realidad no recuerdo a mam. Yo
no tena ni siquiera un ao cuando muri. T eres la nica madre que he conocido.
Y no te importa que la seora Graham ocupe Emma trag ms lgrimas
, ocupe mi lugar?
Emma. Meg se frot la frente. Hace aos que ya no necesito una madre.
T eres mi hermana. Y siempre lo sers. Estoy segura de que no dudars en decirme
lo que piensas de mi comportamiento, de mis planes, de mi futuro. No preveo
demasiados cambios en nuestra relacin.
De verdad?
De verdad.
Emma se sorbi la nariz y se sent en la cama de Meg, quien se acomod al otro
lado.
Pero lo que s creo, es que la seora Graham le har bien a pap dijo Meg.
Cmo? En qu sentido podra hacerle bien a pap?
A l le gusta, Emma. Creo que la ama. Pap ahora sonre ms.
Antes tambin sonrea.
S, lo s, pero esto es diferente. Simplemente parece ms feliz, como si
estuviese entusiasmando por algo distinto de sus mohosos libros viejos y sus
traducciones.
Pero nos tiene a nosotras. Emma tiraba del cubrecama de Meg.
Creo que se est dando cuenta de que no nos tendr para siempre. l espera
que algn da nos casemos. Y entonces se quedar solo.
No.
S, Emma. No es que tenga intenciones de casarme pronto, pero s s que con
el tiempo podra casarme. Y tambin t deberas pensarlo. S que pap no desea que
sacrifiques tu vida por l. Ya has hecho suficiente.
Yo no estoy sacrificando mi vida. Qu idea ms ridcula.
S que t no lo tomas como un sacrificio, pero piensa no quieres tener tu
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propia casa?
Tengo la parroquia para cuidar.
Pero y nios? Yo creera que quieres tener hijos.
Quizs.
Emma consideraba a Meg como si fuese una nia y estaban tambin Isabelle
y Claire. Por supuesto que le gustaban los nios. Si se quedaba y llevaba la casa de su
padre, no tendra hijos para criar, eso era cierto. Y si su padre se casaba con la seora
Graham, tampoco tendra una casa que llevar. No le hara falta a nadie.
Se rode la cintura con los brazos.
Pap no se casar con la seora Graham si yo no quiero que lo haga.
Quizs no pero t no quieres manejarle as la vida, verdad? Usar el amor
que te tiene para controlarlo, para imponerle lmites. l nunca nos ha hecho eso.
Siempre nos ha dejado seguir a nuestro corazn.
Qu quieres decir? Adnde hemos seguido a nuestro corazn? An
vivimos en casa, no?
Eso es precisamente lo que quiero decir. Pap me deja salir y perder el tiempo
con mis hierbas y mis cosas. A ti no te oblig a participar de la Temporada (y a m
tampoco, aunque habra sido muy fcil para l haberme mandado a Londres con
Lizzie esta primavera). Nunca insisti en que te casases, y t indudablemente ya
tienes edad como para justificar que lo hubiese hecho.
Emma desvi la mirada de Meg.
Nunca me han hecho una proposicin matrimonial.
Porque nunca te ha interesado ninguno de los hombres del pueblo.
Qu quieres decir? Emma frunci el ceo. Siempre he bailado en las
reuniones, no es verdad? He sido perfectamente corts y agradable.
S, corts y agradable. Nunca apasionada.
Meg! Qu sabes t de pasin?
Nada, en realidad. Pero tengo ojos, Emma. Miro. Y en realidad soy una
observadora bastante hbil. Meg rio por lo bajo. Quizs por estar buscando
siempre sutiles diferencias entre plantas similares. En todo caso, percibo cuando hay
romance en el aire. Una muchacha que est interesada en un hombre, brilla. Sus ojos
se iluminan, su piel se ruboriza, la respiracin se le acelera. Se la ve ms animada. A
ti se te ve siempre igual, aunque ests hablando con una anciana carabina o con un
joven lord que es un excelente partido.
Qu ridiculez. Estoy segura de que te equivocas. Yo creo que pap nunca nos
ha empujado a ninguna de las dos a nadar en las aguas sociales porque estaba
demasiado absorto en sus libros para que le importara.
Meg rio.
Bien, ah tienes. Sin duda pap prefiere evitar las molestias y hasta ahora (es
decir, hasta que la seora Graham se mud al pueblo) creo que estaba contento con
dejar las cosas como estaban. Pero ya no creo que lo est.
No? Emma no lo haba notado inquieto. Bueno, estaba el incidente del
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Captulo 9
Charles miraba fijamente la pila de papeles sobre su escritorio. Necesitaba un
secretario.
No, necesitaba una esposa. Emma. En la gruta haba hecho algunos progresos
interesantes en el cortejo. Si Lady Caroline no hubiese ido tras sus pasos.
Un ligero golpe en la puerta.
Adelante.
Apareci el seor Lambert, trayendo una gran pila de cartas.
El correo, milord.
Pngalo sobre el escritorio, Lambert.
Lambert pestae ante la montaa de papeles que ya ocupaban la superficie del
escritorio.
Dnde, milord?
Charles lanz un suspiro.
Buena pregunta. Dmelo a m, entonces.
Muy bien, milord. Y supongo que se habr enterado de la partida de Lord
Dunlee y su familia.
De verdad? Un poco repentina, no? Dijo por qu se marchaban?
Creo que quien insisti en irse fue Lady Dunlee, milord.
Lady Dunlee? Y por qu querra marcharse? Yo habra dicho que estaba
bastante interesada en los festejos.
Interesada? Pareca tan concentrada como un oficial francs en la lnea de
batalla. Haba llegado a pensar que sin duda ella planeaba hacerlo prisionero para
entregarlo a su hija, esa joven tan parecida a un cerdo.
Lambert se aclar la garganta.
Una de las doncellas de arriba le confi a la seora Lambert que Lady Beatrice
insult a Lady Caroline.
Charles arque las cejas.
Qu raro. La ta Bea no acostumbra ir por ah atacando ferozmente a
jovencitas.
Creo que Lady Caroline insult a Reina Bess.
A Reina Bess? Y por qu la ta Bea hara tanta alharaca por un personaje de
la historia britnica?
No a la reina verdadera, milord. A la gata Reina Bess. Al parecer, Lady
Caroline es muy sensible a los gatos. La mascota de Lady Beatrice entr en la
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madre muri cuando yo era pequea; mi padre, el ao pasado fue su muerte lo que
me hizo venir a Inglaterra.
Levant la vista y le sonri a alguien por encima del hombro de Emma. Al
volverse, Emma vio al duque de Alvord encabezando a los hombres que entraban al
saln despus de haber bebido su oporto despus de la cena.
No, Emma oy decir a la duquesa, ahora mi hogar est en Inglaterra.
Los ojos del duque hallaron a su esposa y una amplia sonrisa le ilumin la cara.
Sin duda estaba locamente enamorado de ella, pens Emma mientras lo
saludaba y se excusaba para que l pudiese ir a sentarse en el sof junto a su
duquesa. Se dedic a observarlo durante la velada. Su expresin era agradable pero
reservada al hablar con la mayora de la gente, pero al mirar a su esposa su rostro
expresaba ternura y un fuego especial le iluminaba los ojos.
Le encantara hacer que un hombre la mirase de ese modo. Charles lo hara?
Resopl. La seorita Russell hizo una pausa en la crnica de los males de su jardn y
le dirigi una mirada alarmada. Sonriendo, Emma tosi como aclarndose la
garganta.
Charles solamente quera tener a mano un ama de cra y una niera. Lo mir
fugazmente. Estaba hablando con sir Thomas y lord Haverford. Sus miradas se
cruzaron y l le sonri.
Ella se mir las manos, esperando que los frenticos latidos de su corazn no se
oyesen en toda la habitacin.
Le gustara tener hijos. Meg no se haba equivocado en cuanto a eso. Le gustara
tener un beb con los lmpidos ojos azules de Charles.
Vio al seor Stockley paseando la vista por el saln y se volvi rpidamente.
Quizs si se retiraba al sof del extremo ms lejano podra evitar su enojosa atencin.
Cuando ella estuviese en estado, se vera tan feliz a Charles, tan orgulloso de
ella, tan protector como se notaba al duque con su duquesa? No. Estara en Londres,
una vez que estuviese seguro de que su semilla haba prendido. Tal vez ni siquiera se
molestase en volver a Knightsdale para el nacimiento. Por qu debera hacerlo?
Mejor quedarse en Londres, bebiendo y frecuentando prostitutas. Le dio un tironcito
a su falda. Probablemente no lo volvera a ver hasta que no fuese hora de empezar a
buscar el siguiente pequeo Draysmith.
Seorita Peterson, se siente bien?
Qu? Emma alz los ojos y se encontr con el ceo fruncido de Charles.
S, por supuesto que me siento bien. Por qu me lo pregunta?
Estaba gruendo de nuevo.
Yo no gruo.
No? Humm. Entonces quizs eran gemidos.
Emma se sonroj.
Claro que no eran gemidos.
No? Me gustara hacerle gemir.
Ya lo ha hecho. Emma se tap la boca bruscamente pero la expresin de Lord
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Se estir para tocarle otra vez la cabeza, no era la parte de su cuerpo que ms
anhelaba sentir el contacto de la joven. l movi las caderas hacia atrs para no
empalarla con su virilidad. Uno o dos pasos hacia atrs, un tropezn bien calculado,
y aterrizara de espaldas sobre la cama con el delicioso peso del cuerpo de ella
encima.
Lo ve? Le duele tanto que est comenzando a transpirar.
La asi de los hombros y la hizo volverse, empujndola delante de l hacia su
habitacin. Tena que alejarse de la cama de ella antes de derribarla all como el
animal en celo que era.
Estoy bien, seorita Peterson. Sencillamente esplndido. Mejor imposible.
Qu est haciendo?
Usted necesita cepillarse el cabello. Estoy seguro de que debo tener un cepillo
para prestarle. De hecho, hasta puedo cepillrselo yo.
Podra llegar a morirse, pero tocar su pelo el de la cabeza era una idea
mucho ms cuerda que cualquiera de las que en ese momento estaba considerando.
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Mmm. Exquisitos. Sus pechos son tan hermosos, cario. Son perfectos.
Pero
Ssh. No se preocupe. Reljese. No le parece delicioso?
Claro que Emma no poda negar que la sensacin era deliciosa.
Pecaminosamente deliciosa. Charles tena las manos sobre sus pechos y los
masajeaba. Con las manos ahuecadas los tomaba desde abajo, levantando su peso.
Acariciaba los costados con sus dedos. Emma dej caer la cabeza hacia atrs, contra el
pecho de l. Arque la espalda, elevando sus senos.
As, cario. Dios, es tan bueno tocarte.
Los labios de l trazaron el contorno de su cara.
Abra los ojos, amor. Mire al espejo.
No
Pero los abri. Y lo que vio fue sobrecogedor. Su boca abierta, la cara encendida.
La cara de l contra suya, la sombra de su barba de das, el azul brillante de sus ojos,
ahora cargados de lujuria? Esa extraa luz sera lujuria? Y sus manos, sus dedos,
oscuros contra la blancura del camisn. Uno de sus dedos le toc el pezn y ella se
estremeci.
Emma.
La atrajo hacia arriba entre sus brazos, apretndole los senos contra su pecho.
Las manos de l subieron para rodearle la barbilla y el contorno de la cara y con sus
labios abri los de ella, mientras su lengua arremeta dentro de su boca, llenndola.
Tena que asirse de los hombros de l para no caer al suelo. Se dej caer contra el
cuerpo de l.
Las manos de Charles bajaron lentamente por su espalda, pero se detuvieron al
llegar a la cintura. Su boca se desliz hasta llegar a la base del cuello, donde se
detuvo. Ella deseaba que esas manos llegasen a sus nalgas y la boca a sus pechos.
Acaso haba enloquecido?
Poniendo las manos contra sus hombros lo empuj y l afloj la presin del
abrazo.
Qu me est haciendo? Dios mo, estaba jadeando.
Charles tambin.
Qu es lo que me est haciendo usted a m?
Dgamelo usted dijo ella. Usted es quien se ha sentido as antes.
l rio.
No exactamente. Respir profundo y sonri abiertamente. Estamos
seducindonos mutuamente, cario. Me encantara levantarla en brazos ahora mismo
y llevarla hasta esa deliciosa cama detrs de m para continuar explorndonos. A
usted tambin le gustara hacer eso?
No.
Mentirosa. La bes una vez ms, brevemente y luego la hizo girar en
direccin a su propia habitacin. Pero probablemente tiene razn. Debera volver a
su cama sola.
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Captulo 10
Charles levant la vista hacia el dosel y suspir. Ya casi amaneca. Ira a nadar.
Diablos, si anoche hubiese ido al lago despus de haber cerrado Emma la puerta
comunicadora, su sangre se habra enfriado lo suficiente como para permitirle dormir
un poco. El caso era que haba dado vueltas en la cama toda la noche. Su cuerpo
simplemente no consegua relajarse. Tom su almohada y la puso sobre la parte
menos relajada de su cuerpo.
Bueno, deba haber dormido un poco porque haba tenido algunos sueos
esplndidos. Poda haber algo ms exquisito que sentir los pechos grandes y suaves
de Emma en sus manos, su delicioso peso descansando sobre sus palmas? Mmm.
Quizs el sabor de sus pezones. Al tocarla all le haba gustado verla temblar
gritara cuando su boca los rodeara?
Cerr los ojos, sonriendo. Dara cualquier cosa por mecer esos pechos otra vez,
por hundir su cara entre ellos. Por tocar esos tobillos torneados, subir por las piernas
bien formadas, los muslos blancos como la leche, hasta el delicioso tringulo oscuro
que le haba parecido tan tentador la noche anterior. Y besarla all
Empuj la almohada hacia abajo. No poda postergar la ida al lago ni un minuto
ms.
Con las piernas colgando fuera de la cama, agarr sus pantalones. Se los puso
de un tirn, los aboton bien y se ech encima una camisa.
Si tan slo l no fuese un caballero, podra haber tenido a Emma en su cama la
noche anterior. Habra sido tan fcil. Algunos besos ms. Unas caricias ms. Si l
hubiese dejado que sus manos, y su boca, vagasen ms abajo Cerr los ojos,
imaginando la sedosa humedad, el sabor dulce.
Podra haberla hecho gozar plenamente sin despojarla de su virginidad. Lo
habra hecho con mucho gusto.
Y quizs podra haberle enseado a darle placer a l.
Esperaba que el agua del lago estuviese realmente fra.
Sali de su habitacin y camin sigilosamente por el corredor. No quera
despertar a nadie: no quera que nadie especulase sobre los motivos que podra tener
el marqus para andar paseando a esa hora intempestiva, a una hora en que podra
haber estado pasando un momento delicioso en la tibieza de la cama de Emma.
Por qu se resista a l? Sin duda pareca disfrutar cuando l la tocaba. Acaso
tena miedo? Era sa la razn para que no hubiese accedido a casarse con l?
Tendra que conseguir con paciencia que perdiese esos nervios virginales.
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Prinny haba decidido que prefera estar con las nias. Emma sospechaba que Claire
estaba usando su encanto para convencer a la cocinera de que le diera unos cuantos
huesos escogidos y los estaba llevando a escondidas a su cuarto.
Hall a Prinny en la cama de Claire.
Prinny? susurr. Las orejas del perro se movieron nerviosamente y levant
la cabeza. Ven, vamos a dar un paseo.
Las uas de Prinny dieron unos golpecitos en el suelo pero Claire ni se movi.
Emma lo sujet con una correa hasta que hubieron salido de la casa y el perro
hubo gastado un poco de su energa. Entonces decidi que se arriesgara a perderlo
antes de que Prinny le dislocara el brazo. Sali disparado delante de ella
persiguiendo a una ardilla.
Estara Meg por ah afuera, en algn lugar de la hacienda, recolectando
especmenes? A menudo madrugaba para ir a buscar plantas.
Emma se detuvo en el amplio csped y mir la casa detrs de ella. El sol
empezaba a iluminar sus muros de arenisca y arrancaba destellos a las ventanas. Esa
prolija fachada siempre haba sido su preferida entre las de todas las mansiones de la
zona: Westbrooke haba sido reformada tan al azar a lo largo de los siglos que ahora
era una mezcolanza arquitectnica; el castillo de Alvord le daba sensacin de
encierro.
Si se casaba con Charles sera la seora de Knightsdale.
Baj hacia el lago. Le agradaba la seora Lambert, el ama de llaves. Sera fcil
llevarse bien con ella. Adoraba a Isabelle y a Claire. Estara cerca de Meg, podra
vigilarla de cerca. Y estara cerca de su padre.
En qu estaba pensando? La casa, las nias nada de eso era realmente
importante. Lo que importaba era Charles. La amaba o ella era solamente una
solucin simple para un problema urgente? Podra soportar un matrimonio por
conveniencia?
No, no con Charles. No, por la forma en que le haca sentirse.
Lo necesitaba demasiado. Lo saba. Andara colgada de l cuando estuviese en
el campo y lo aorara cuando se fuese a la ciudad. Eso no sera bueno para ninguno
de los dos. A l la situacin llegara a molestarle y a ella se le partira el corazn.
Oy a Prinny ladrar ms fuerte, all adelante.
Prinny!
Los ladridos eran cada vez ms altos. Habra encontrado a Meg? Necesitara
ayuda su hermana? Emma se recogi las faldas y ech a correr hacia el lago.
Oa a Prinny, pero no poda verlo. Deba estar tras aquellos arbustos que ella
tena delante. Se agach para pasar debajo de una rama colgante, entre dos arbustos
demasiado crecidos.
Pri
Resbal; se detuvo y qued boquiabierta.
Buenos das, seorita Peterson.
Oh.
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Cerr los ojos, apretndolos fuerte y los volvi a abrir. La visin no haba
desaparecido. El marqus de Knightsdale estaba de pie bajo un rbol junto al lago,
desnudo como Dios lo trajo al mundo. Bueno, no tanto. Llevaba una toalla alrededor
de la cintura, toalla que Prinny intentaba frenticamente quitarle.
Trag saliva, con la boca seca de repente. Haba visto bastante de l la noche de
la caza del fantasma en el cuarto de las nias, pero entonces estaba algo ms cubierto
por una sbana. Esa maana una porcin bastante mayor de ese cuerpo esplndido
se le ofreca a la vista. La fuerte columna del cuello; la amplitud de los hombros; los
msculos de los brazos que se marcaban mientras aferraba la toalla. El vello rizado,
de un tono castao claro, se esparca sobre su pecho, formando una lnea hasta el
ombligo, que continuaba bajando, no poda precisar cunto ms. La toalla no le
permita verlo. Afortunadamente. S. Era una verdadera suerte que la toalla no le
permitiese verlo.
Prinny tirone otra vez del extremo que tena cogido por el hocico y la toalla se
desliz un poquito.
Cree que podra intentar que su perro me soltase, cario? A menos que
quiera ver todava un poco ms de m de lo que est examinando en este momento.
No es que me oponga, por supuesto. Siempre es un gusto complacer a una dama.
Simplemente le dar a Prinny la dichosa toalla, quiere?
No!
Emma dio un salto para coger del collar a Prinny. Le coloc la correa e intent
persuadirlo de que soltara su preciado botn. Luchaba por mantener la vista fija en las
mandbulas de Prinny y no en las piernas de Charles. En sus pies desnudos. En los
dedos de los pies.
Prinny, perro malo! deca la joven. Su voz sonaba dbil a sus propios odos.
Olvdate de los dedos de los pies del marqus, se repeta a s misma. Prinny,
suelta esa toalla ahora mismo!
Prinny grua. No tena inters en cooperar.
Lo siento, milord se disculp Emma, mirndolo desde donde estaba en
cuclillas con Prinny. Parece que oh! Se qued mirando fijamente la toalla. Un
bulto muy grande sobresala del cuerpo de Charles. Se ha dislocado algo?
Qu quiere decir?
Algo anda mal, milord. Ve? Estir la mano hacia la protuberancia.
NO LO TOQUE.
Emma se ech hacia atrs instantneamente.
No es necesario que grite. Le duele mucho?
Todo el cuerpo de Charles, al menos todo lo que ella tena a la vista, enrojeci
vivamente.
S. Me duele muchsimo. Voy a morir en unos cinco segundos si usted no se
vuelve y cierra los ojos en este mismo momento.
Su voz sonaba cortante. Ella levant la vista hasta su cara. El marqus tena los
labios apretados.
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Charles luchaba por ponerse los pantalones. Miraba con ansias el lago. Ahora
ms que nunca necesitaba un chapuzn helado. Que Emma hubiese podido
observarlo con tanto detalle Dios, eso haba sido una lenta tortura. Y ella ni
siquiera saba lo que le estaba haciendo, qu era lo que estaba mirando. Realmente le
encantara mostrrselo. Si tan slo pudiese llevarla ahora a su cama. Podra aliviar
algo de esa tensin. Un poco de alivio facilitara la tarea de abotonarse los malditos
pantalones.
Si no se casaba pronto con ella, iba a volverse loco, absoluta y completamente
loco.
Milord, no debera estar aqu afuera sin ponerse la ropa.
Habla como una institutriz, seorita Peterson. Por fin venci la resistencia
del ltimo botn. Est espiando?
No! dijo ella con un grito agudo. Pero no debera estar aqu afuera
nadando as. Podra venir cualquier persona.
Ya ha venido cualquier persona. De un tirn, Charles se puso la camisa.
Exactamente. Meg probablemente anda por aqu, buscando especmenes en
algn sitio. Y si ella hubiese tropezado con usted? O la seorita Oldston, o la
seorita Pelham, o?
O las damas de la comisin de Almack's10. Cario, las damas londinenses ni
se movern de sus camas hasta dentro de algunas horas y cuando lo hagan, no van
10
Club exclusivo de la alta sociedad londinense, fundado en 1765. Era seal de distincin y poder ser admitido
como miembro. (N. de la T.)
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Oh, deja esa actitud altanera. No te estoy reclamando nada. Hazle todos las
insinuaciones que te parezca, pero desliza un anillo en el dedo de la muchacha antes
de deslizar otra cosa entre sus muslos.
Ta!
Por el amor de Dios, Charles, no eres virgen, verdad?
Eso no te incumbe pero ahora que lo dices, pensaba que t s lo eras.
Charles parpade. La ta Beatrice realmente se haba ruborizado: el color no
combinaba con su conjunto.
Y eso dijo ella, no es asunto tuyo.
Correcto. Estoy de acuerdo. No es asunto mo.
El pensamiento era Haban corrido rumores No, no poda dejar que su
mente pensase en eso Bueno, si su ta haba tenido un amante, el tipo deba haber
sido daltnico. Aunque uno supondra que ella se habra quitado No, no quera
pensarlo.
Emma, sin embargo, es virgen. Su ta hizo una pausa y levant una ceja.
Lo es, no es verdad? Es decir, todava? T no la?
NO!
Bien. Sin embargo, creo que algo le has hecho. Se encogi de hombros.
Las muchachas jvenes son tan asustadizas hoy en da. Probablemente slo le has
dado un beso un poco demasiado intenso, aunque est ese asunto del vestido
La ta lo observ con cuidado. Charles permaneci inexpresivo.
Humm. Bien, lo que sea que haya sucedido, obviamente le ha perturbado. Ve
arriba y disclpate. Disclpate muy amablemente. Muy concienzudamente. Quiero
anunciar vuestro compromiso en el baile.
Mientras suba las escaleras, Charles admiti que esa maana haba dejado que
la pasin le nublara el juicio. Estaba completamente seguro de que el beso que l le
haba dado en el carrocn el da de su llegada haba sido el primer beso de Emma. Y
ese beso haba sido un simple roce de labios. Bueno, con Emma nada era simple.
Pero nunca debera haberla llevado tan lejos y tan rpido en el camino de la
seduccin como lo haba hecho junto al lago.
Golpe la puerta.
Emma?
Vyase.
Ech una ojeada al corredor. Las seoritas Farthington le devolvieron sendas
miradas cargadas de inters. Las salud con una inclinacin de cabeza y sigui
camino a su propia habitacin.
Golpe la puerta comunicadora.
Emma?
Vyase!
Es necesario que hablemos, cario. Empuj la puerta. Esta no se movi.
Ha puesto algo contra la puerta, Emma?
S. Su voz se oa apagada, como si hubiese estado llorando.
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Captulo 11
Creo que nuestro plan no est funcionando, Isabelle. Parece que mam
Peterson y pap Charles estn peleados.
Isabelle asinti con la cabeza. Ella y Claire estaban sentadas en el descansillo,
mirando al grupo que parta para un da de campo. El to Charles se haba acercado a
la seorita Peterson ms de una vez, pero ella siempre se haba alejado.
Tenemos que pensar en otra cosa, Claire. Isabelle frunci el ceo. Haba
estado tan segura de que el cepillo escondido iba a juntar al to Charles y a la seorita
Peterson. Hay alguna otra cosa de la seorita Peterson que podamos poner en la
habitacin de to Charles?
Qu tal su camisn, Isabelle? Escondamos eso!
Isabelle asinti.
Sin duda va a necesitarlo. Creo que slo tiene uno.
Pues si tiene ms, tambin los esconderemos. Claire se levant cuando el
ltimo husped hubo salido del vestbulo. Vamos. Lo esconderemos bien; as
mam Peterson y pap Charles tendrn que buscarlo un buen rato.
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Emma dio una agitada vuelta por el jardn. Si vea a otra integrante de la
Sociedad para el Perfeccionamiento de las Mujeres, huira dando gritos. Al doblar
una esquina vio a Lady Beatrice. Afortunadamente, la ta de Charles no la haba
visto. Emma retrocedi agachndose tras un rosal.
Seorita Peterson.
Se volvi para ver de dnde provena ese susurro. La voz no pareca pertenecer
a ninguna de las damas de la Sociedad.
Aqu, seorita Peterson.
La duquesa de Alvord, sentada en un banco debajo de un rbol, la saludaba
agitando la mano. Rio cuando Emma lleg hasta all.
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De quin se esconde?
Emma sonri.
De Lady Beatrice.
Ah. Bien, sintese aqu a mi lado. Simularemos estar conversando. Si viene
para este lado, estoy segura de que le parecer descorts interrumpirnos.
Emma no estaba para nada segura de la cortesa de Lady Beatrice, pero
afortunadamente la dama no fue para ese sector del jardn.
Si no le molesta que se lo pregunte, seorita Peterson, por qu se est
escondiendo de Lady Beatrice?
Temo que venga a detallarme las razones por las que debo casarme con su
sobrino. Emma se ruboriz. Debo parecer muy vanidosa pero hoy ya han
logrado abordarme otras cuatro damas para darme ese mensaje, por lo que esperaba
escuchar la misma cosa de la ta de Lord Knightsdale.
Qu interesante. Y usted no desea casarse con Charles?
Emma observ con atencin la cara de la duquesa. Hete aqu una mujer, una
mujer joven, que seguramente la entendera. Era obvio que ella estaba completamente
enamorada de su marido, y el duque estaba muy enamorado de su esposa.
Lord Knightsdale no me ama.
Oh. La duquesa parpade. l le ha dicho eso?
No, pero es obvio, no?
No para m. De hecho, s creo que James dijo que Charles estaba bastante
interesado en usted.
Emma sacudi la cabeza.
Oh, l quiere una esposa necesita una, ahora que es marqus. Y yo soy una
opcin conveniente. Eso es todo.
Est usted segura? He notado cmo la siguen sus ojos cuando est en una
habitacin con l.
Emma se sonroj, y su corazn comenz a palpitar.
Seguramente lo ha imaginado usted!
No, no creo. La duquesa sonri. l le ha prestado especial atencin? Ha
buscado verla en privado? La ha besado, quizs? Riendo, le aclar. No necesita
responder a esas preguntas en voz alta. No voy a tener la audacia de entrometerme
en su vida privada.
Emma se alis la falda. El seor Stockley la haba besado y l indudablemente
no la amaba. La deseaba, quizs, pero amor? No. Por qu iba a ser diferente el
inters de Charles?
Bueno, Charles le haba propuesto matrimonio.
Esto
era
tremendamente
vergonzoso,
pero
necesitaba
obtener
desesperadamente algunas respuestas. Se oblig a confiarse a la duquesa.
Lord Knightsdale ha, eh, tenido conmigo atenciones un tanto especiales, tanto
es as que yo, yo Cmo poda decirlo? La duquesa permaneca sentada,
tranquila, esperando. Emma se record a s misma que necesitaba consejo. Yo yo
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le pregunt si me amaba, y l
l le dijo que no? La duquesa pareca consternada. Pero usted acaba
de decirme que l no le haba dicho que no la amaba.
No! S. No lo s. En realidad l no dijo que no me amaba, slo se qued
sentado ah, mirndome fijamente, boquiabierto como un, como un enorme bacalao!
Emma se sorbi la nariz. Se sobresalt al sentir resbalar las lgrimas por sus
mejillas. Las limpi con el reverso de la mano y se mordi los labios, pero no pudo
evitar hipar.
Quera taparse la cara y llorar a rienda suelta. Se senta tan pequea tan
perdida como si tuviese la edad de Claire.
Dijo que yo le gustaba muchsimo, que por supuesto senta cario hacia m.
Sigui y sigui, enredndose ms y ms en sus palabras. Trag saliva, con la cara
ardiendo. Creo que l solamente me desea dijo en un susurro.
Seorita Peterson Emma. La duquesa le dio una palmadita en la rodilla.
Por favor, eso no es tan malo. En realidad, yo creo que es bastante bueno. Tome,
squese los ojos.
Emma tom el pauelo que le ofreca la duquesa, algo le haba pasado al suyo,
y se reclin. Se sorbi la nariz, hipando nuevamente.
Dnde tuvieron esa conversacin?
Emma se sonroj.
En mi habitacin.
En la alcoba de usted?
S. Es vergonzoso, lo s, pero
No, no. No me escandaliza. Eso est bastante bien. La duquesa sonri. Yo
conoc a mi marido en la alcoba de una posada. En la cama. Desnuda.
Emma se qued boquiabierta. La duquesa era americana. Quizs no, no poda
imaginarse que las costumbres americanas fuesen tan distintas.
La duquesa rio.
Una especie de comedia de enredos nos condujo a esa situacin, y nos llev
un buen tiempo superar todos los obstculos, pero s creo bueno, en realidad me
hace feliz decirlo que James me dese desde el preciso instante en que me vio. Se
ruboriz. Y vio bastante de m. Y yo tambin lo dese a l. Un poco de deseo (o
mucho) es muy bueno, siempre que lleve al matrimonio, por supuesto.
El deseo es bueno? Emma nunca haba escuchado a su padre dar ese
sermn.
S, yo creo que s, si por deseo se entiende una fuerte atraccin fsica. El
matrimonio es una relacin muy fsica, ya sabe.
Oh.
Emma no recordaba el matrimonio de sus padres ella era demasiado pequea
cuando muri su madre pero la seora Begley haba hecho alusin a besar y a algo
que suceda antes de los besos. Y sin duda sus encuentros con Charles haban sido
extremadamente fsicos. Emma se sonroj, recordando ese encuentro tan fsico junto
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al lago.
Claro que s. Sin el componente fsico, no habra bebs. La duquesa dibuj
una amplia sonrisa, ponindose la mano sobre el vientre. Lo que hay que recordar,
Emma, es que los hombres no se sienten a gusto hablando. Son mucho mejores
haciendo.
No entiendo.
Bien, lo que quiero decir es que los hombres y las mujeres son diferentes. No
es que me crea una experta, por supuesto, pero he estado meditando sobre el asunto
recientemente.
Comprendo. Emma disimul su desilusin. Haba esperado hallar
respuestas y en vez de eso se encontraba con perogrulladas.
La duquesa rio.
No, no soy una simplona sin remedio. Por supuesto que los hombres parecen
diferentes, pero lo que muchas mujeres nunca llegan a comprender es que en
realidad ellos son diferentes.
Todava no lo entiendo.
Por supuesto que no. Es un concepto difcil de captar. Pas semanas, meses,
en malentendidos con James porque yo no comprenda eso. Sonri. Bueno,
tambin estuve intentando imaginarme los procesos mentales de un noble ingls
todo un desafo para una americana republicana, se lo aseguro. Nunca entender el
sistema britnico de primogenitura o bueno, esa no es la cuestin, verdad? Se
inclin acercndose. Los hombres no piensan de la misma manera que lo hacemos
nosotras, Emma. Por ejemplo, suponga que otra mujer la ignorase al salir de la
iglesia. No quiero decir que le volviese la cara; nada tan obvio como eso.
Simplemente que no la saludase. Qu pensara usted?
Emma frunci el ceo.
Supongo que me preguntara si la he ofendido de alguna manera.
Exactamente. Puede que usted lo pensase y se preocupase por el asunto,
preguntndose qu poda haber hecho.
S, supongo que hara eso.
La duquesa asinti con la cabeza.
Las mujeres analizan cada una de las emociones, estudian cada accin,
siempre esperando que haya algn significado para deducir. Los hombres no hacen
eso. Estoy convencida. Si un hombre ignorase a James no es que alguien vaya a
hacerlo, tiene que soportar a cada adulador Suspir y sacudi la cabeza. Le
deca, si un hombre ignorase a James, l simplemente supondra que el otro no lo
haba visto. Sonri. Es bastante ms agradable ser as, en realidad: hace la vida
mucho ms simple.
Emma arrug el entrecejo.
Me temo que an no me doy cuenta qu tiene que ver eso con Charles.
Cuando le pregunt a Charles si l la amaba, Emma, le pidi que analizase lo
que senta por usted. Probablemente l no saba la respuesta porque nunca se haba
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Captulo 12
Charles se sent en su despacho, rodeado por montaas de papeles. Sin duda
necesitaba un secretario. Jurara que haba ms papeles ahora que la ltima vez que
se haba sentado all. Se reproduciran?
Reproducirse. Se recost en la silla, con las manos entrelazadas detrs de la
cabeza. Cmo le encantara estar ocupado con Emma engendrando pequeos
Draysmith. La joven haba estado exquisita junto al lago. Tan receptiva. Tan slo
contemplar su inocente pasin le haba excitado tanto
Se mora por tocarla sin capas de tela entre ellos. Por sentir el contacto de su
piel; en todas partes. Por entrar en ella
Se movi en la silla. Esa palpitante expectacin era casi insoportable.
Dios, el orgasmo de Emma contra su mano lo haba transportado al paraso.
Bueno, en realidad, al purgatorio. El paraso habra sido llegar juntos a la cima, l
dentro de ella, sobre una buena cama mullida.
Sin embargo no haba sabido utilizar el tiempo que haba estado en la
habitacin de Emma. Frunci el ceo y apoy los codos sobre el escritorio, pasndose
las manos por el cabello. Todo haba marchado bien hasta el final, hasta que ella le
haba preguntado si la amaba. Tendra que haber previsto esa pregunta, pero no lo
haba hecho.
Era una pregunta que haba evitado escrupulosamente durante tantos aos
Por qu las mujeres tenan que hablar de amor? Cuando era ms joven, muchas
de sus compaeras de cama haban terminado sus encuentros con esa pregunta: las
amaba? Eso haba arruinado una cpula completamente satisfactoria. Se haba
sentido atrapado. Todas ellas queran algo de l: una promesa, una linda chuchera
algo. Las muchachas del campo queran algunas monedas extra; las viudas, una
proposicin de matrimonio.
Todas ellas queran poseer un pedazo de l, aunque slo fuese un pedazo de su
corazn. l no lo entregaba. No quera ataduras. Le gustaba demasiado su libertad.
Aprendi a acostarse slo con profesionales, mujeres que entendan que entre
ellos todo era estrictamente fsico bueno, tambin econmico, por supuesto.
Mujeres que tenan claras las reglas. Las emociones aparte de la satisfaccin y
quizs algo de amistad no tenan lugar en la cama.
Pero esto iba ms all de la cama, verdad? Aqu se hablaba de matrimonio.
Familia. Hijos. Un linaje que continuar.
Qu extrao. Desde que haba empezado a interesarse tan especialmente por
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Emma, el ttulo no le pesaba ms. La aplastante depresin que siempre haba sentido
al pensar en estar atado a Knightsdale haba desaparecido. En vez de eso senta
expectacin.
Por Emma.
Si aquel annimo ladrn no les hubiese disparado a Paul y a Cecilia en los
Alpes italianos, provocando la destruccin del carruaje al caer por la ladera de la
montaa, l no habra regresado a Knightsdale para encontrar a Emma Peterson
hecha toda una mujer. Eso, el no saber que un tesoro como Emma viva en Kent,
habra sido la tragedia de su vida. Si su hermano apareciese hoy en la puerta, estara
feliz de verlo. Le devolvera alegremente todos sus deberes y se ira, pero se llevara
con l a Emma, si pudiese. Bueno, y antes de partir compartira con Paul sus propias
ideas acerca de la forma adecuada de criar a dos nias.
Amaba a Emma? Si el amor era esa necesidad devoradora que bulla en l cada
minuto del da y de la noche especialmente de la noche y casi lo abrumaba cada
vez que estaba cerca de ella entonces s, la amaba. Necesitaba tenerla en su cama,
no slo una vez, sino todos los das. Varias veces por da. De varias maneras distintas.
Sus labios dibujaron lentamente una sonrisa. Iba a disfrutar tanto hacindole conocer
los placeres del lecho conyugal.
Y l mismo conocera algunos placeres. Podra hundirse en ella y dejar que su
semilla fluyese dentro de su vientre, sin necesidad de condn o de salirse. Ella era
virgen y frtil. Se esperaba que l le diera hijos.
Deseaba ver su cuerpo ms redondeado y pesado por llevar dentro a sus bebs.
Ver a sus hijos alimentndose de la leche de sus pechos. Criar con ella a Isabelle y a
Claire. Despertar cada maana con la cabeza de ella sobre la almohada. Envejecer y
arrugarse junto a ella, conocer su cuerpo de mujer tan bien como el propio o incluso
mejor.
Dibuj una gran sonrisa. S, la amaba.
Se lo dira y luego le dara el anillo de compromiso de Knightsdale. Lo sacara
ya mismo. Estaba en la caja fuerte ah en el escritorio. El ladrn no se lo haba llevado,
Cecilia an lo tena puesto cuando trajeron su cuerpo a Inglaterra.
Frunci el ceo. El abogado no haba podido detallarle las pertenencias robadas,
aunque s haba insistido en que un ladrn italiano haba causado las muertes. Paul,
Cecilia, todos sus sirvientes haban sido asesinados. No haba testigos. Crandt, el
abogado, confi en los investigadores italianos que haban examinado el lugar del
accidente. Todo el equipaje haba sido desgarrado, como si el ladrn estuviese
buscando algo en particular. Incluso los asientos de los coches los que haban
resistido a la cada de la montaa mostraban tajos hechos con cuchillo y les haban
sacado el relleno.
Por qu? Paul se habra convertido en un traficante? Llevara secretos de
Estado? Charles no haba podido descubrir nada en Londres. Haba dejado de
intentarlo. Qu sentido tena? Paul estaba muerto.
Abri la caja fuerte. Todas las joyas de la familia estaban all. Bueno, quizs no
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Cada vez que Emma mir a Charles durante la cena, se encontr con que l la
estaba mirando. Era tremendamente desconcertante. Ella estuvo empujando una
juda por todo su plato mientras intentaba escuchar al hacendado Begley hablar de
sus perros de caza. No poda mirarlo sin recordar la conversacin con su esposa unas
horas antes. No poda mirarle la cintura sin ruborizarse. No apartaba su atencin de
la cara del hombre. De sus labios. l y la seora Begley besndose? Y
acurrucndose, sea lo que fuese que significara eso. No poda ser lo que Charles
haba hecho con ella, o s?
Emma ocult su juda debajo de una hoja de repollo. Haba perdido el inters
por la comida.
Se volvi para hacerle una pregunta al seor Frampton que estaba sentado al
otro lado. l respondi con entusiasmo, exhibiendo una significativa cantidad de
carnero masticado para que Emma inspeccionase. Nuevamente centr su atencin en
las judas que tena en su plato.
Poda ser que la duquesa de Alvord tuviese razn? Era posible que ella le
importase a Charles?
Lo mir otra vez, slo un instante. Estaba escuchando a Lady Haverford, con la
cabeza cortsmente inclinada hacia la dama, pero al notar la mirada de Emma le
dirigi una sonrisa que se fue ampliando lentamente haciendo aparecer los pliegues
ms asombrosamente atractivos en su mejilla derecha.
Oh, Dios mo. Los ojos de Emma se retiraron una vez ms hacia su plato.
Estaba ansiosa de que sirvieran el segundo plato, aunque slo fuese por un cambio
de paisaje.
Charles tena de nuevo ese destello en sus lmpidos ojos azules. Y esa mirada
enfocada en ella, como si no hubiese nadie ms en la habitacin como si, por un
instante, Lady Haverford hubiese dejado de existir.
Caballeros dijo Lady Beatrice cuando se sirvieron los dulces, propongo
que pasen de su oporto por esta noche y nos acompaen a las damas en el saln para
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intentar esconderse ah. Estar en el equipo con las seoritas Oldston, Rachel
Farthington, Margaret Peterson, con Lady Elizabeth, y con las seoritas Frampton y
Pelham.
Oh, Dios farfull Robbie. No voy a salir de esta habitacin a menos que
tenga a Meg de un lado y a Lizzie del otro. Proteccin. Necesito proteccin.
Emma rio por lo bajo.
Tambin necesita proteccin, Lord Knightsdale? Usted es mejor partido que
Robbie.
Charles suspir.
Emma, querida ma, por qu contina llamndome Lord Knightsdale? Ha
podido decir muy bien Robbie. De hecho, he odo antes mi nombre en sus labios.
Baj la voz y se inclin ms cerca. Creo que he saboreado mi nombre en sus
labios.
Estamos en una reunin, milord. Comprtese.
Entonces en privado no es necesario que me comporte?
Emma enrojeci, recordando en detalle el encuentro junto al lago.
Humm dijo Charles. Est algo ruborizada, cario. Tal vez est pensando
en nuestro encuentro de esta maana? En realidad ah s que me he comportado.
Crame.
Milord, cmo puede decir eso?
Porque s exactamente qu habra hecho en caso de no haberme comportado.
En esa ocasin he ejercido un extremo control de m mismo, como lo he hecho ms
tarde en su habitacin. Necesitamos hablar, amor mo.
Emma contuvo el aliento. Quera decir algo especial al usar esas palabras? En
su mirada se vea claramente el inconfundible destello.
Charles, deja de susurrarle al odo a la seorita Peterson y ven aqu dijo
Lady Beatrice.
Emma cerr los ojos, con el deseo de hallarse en su alcoba al abrirlos
nuevamente. No. Cuando los abri, all estaba Lady Beatrice gesticulando en
direccin a ella.
Vamos. Charles, t y la seorita Peterson se os uniris a los seores Stockley y
Frampton y a las seoritas Esther Farthington, Oldston y Haverford.
Por qu Alvord no est obligado a jugar? Robbie se las haba ingeniado
para colocar un sof entre l y la seorita Pelham.
Creo que nosotros los viejos casados estamos disculpados, Westbrooke.
El duque sonri, sentndose junto a su esposa.
Esos divertimentos estn reservados para los no comprometidos.
Eso es ridculo. Y usted, hacendado? Querra participar?
No, no, Westbrooke. Me basta con mirar. Pero lo alentar a usted.
Y usted, seorita Russell? Seguro que le gustara participar.
Oh, no, milord. No, gracias, no.
Robbie ech una ojeada a la habitacin.
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Seor Maxwell?
Un ronquido fue la respuesta del seor Maxwell.
Qu le haba dicho? le murmur Charles a Emma.
Djese de rodeos, seor. Lady Beatrice le entreg a Robbie un trocito de
papel. Usted y la seorita Pelham
Emma se cubri la boca para ocultar la sonrisa que le provoc la expresin de
Robbie. Llamarle mirada feroz a la que haba en sus ojos era quedarse corto. Lady
Beatrice tambin pareci notarlo. Hizo una pausa y mir fijamente a Robbie antes de
continuar.
Y Lady Elizabeth y el seor Oldston pueden hacer la representacin.
Nos sentamos, seorita Peterson? Esto puede llegar a ser ms entretenido
que la mejor farsa de Drury Lane12.
Emma dej que Charles la condujese hasta un sof. Antes de que pudieran
sentarse, el seor Stockley ocup uno de los extremos.
Por favor, acompeme, seorita Peterson. El seor Stockley dio una
palmadita en el sitio libre que haba junto a l.
Sera grosero ignorar su invitacin. Emma se sent en el borde del sof, tan lejos
de l como pudo, lo cual no era lo suficientemente lejos, ya que el sof era muy
pequeo. Le complaci verle hacer una mueca de dolor al sentarse. Era la marca de
Prinny. El seor Stockley lo pensara dos veces antes de mirarla moviendo as las
cejas.
Tambin poda pensarlo dos veces debido a las furiosas miradas de Charles
desde una silla vecina.
Luego de entregarle el papelito a la seorita Pelham, Robbie se haba instalado
de brazos cruzados contra el manto de la chimenea. La seorita Pelham y el seor
Oldston iniciaron un acalorado intercambio de susurros; Lizzie escuch por unos
minutos y luego fue a pararse junto a Robbie.
Ah, seorita Peterson. El seor Stockley le ech una ojeada a Charles
mientras se inclinaba para susurrarle a Emma. Sobre lo de esta tarde ay.
Emma sonri.
Se ha hecho dao, seor Stockley?
No es nada. No hay de qu preocuparse.
Emma dese que Prinny estuviese cerca. Estaba segura de poder persuadirlo
para que tomase una muestra de mayor tamao de la persona del seor Stockley.
Esta tarde? El ceo fruncido de Charles hizo aparecer un profundo surco
entre sus cejas. No estaba usted en el Panten esta tarde, Stockley?
Stockley se sobresalt y nuevamente hizo una mueca de dolor al apoyar el peso
del cuerpo sobre su trasero herido.
S, milord, estuve all un rato.
Encontr al seor Stockley en la galera larga, examinando los cuadros,
milord. Emma mir al seor Stockley. Muy concienzudamente.
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Connoisseur, Stockley?
Un poco, milord. Simplemente un estudioso. Siempre a la bsqueda de
conocimiento.
Emma pestae y examin ms cuidadosamente al seor Stockley. La nota
amenazadora que haba odo en su voz esa tarde estaba all otra vez.
De verdad? Tambin en la voz de Charles haba un tono de crispacin.
Yo que usted sera extremadamente cuidadoso sobre el tipo de conocimiento que
perseguira, especialmente si involucrase de cualquier modo a la seorita Peterson.
Emma pestae otra vez. Charles estaba casi gruendo, como un perro con el
pelo erizado.
Violacin!
Emma gir nuevamente la cabeza en direccin a los jugadores de charadas. La
seorita Rachel Farthington rebotaba en su asiento, gritando. El seor Oldston tena
los brazos alrededor de la seorita Pelham, quien luchaba salvajemente. Robbie y
Lizzie se desternillaban de risa.
Qu demonios? Charles se adelant, pero el seor Oldston solt a la
seorita Pelham. De hecho, ambos se pusieron en cuclillas frente a la seorita Rachel,
sonriendo y alentndola.
Charles mir a Lady Beatrice con el ceo fruncido.
Ta, les has dado me imagino que no les has hecho representar La violacin
de las Sabinas
Milord dijo la seorita Pelham, con evidente enojo, usted no era quien
deba decirlo!
Emma se escabull a su cuarto tan pronto como pudo. Las charadas no haban
tenido xito. Tras examinar los papelitos para ver qu otros ttulos haba escogido su
ta, Charles haba declarado que todos eran indecorosos. Lady Beatrice haba
manifestado su desacuerdo y ambos haban salido al corredor a discutir el asunto. No
bien la cola del vestido color mora y anaranjado de Lady Beatrice hubo traspasado el
umbral, los hombres huyeron hacia el saln de billar. Para cuando Lady Beatrice y
Charles regresaron, el grupo de invitados estaba severamente diezmado.
Desgraciadamente, el seor Stockley no era uno de los que se haban marchado.
Segua revoloteando cerca de Emma, lo cual enfureca a Charles. Aunque a Emma no
le agradaba el seor Stockley, se dio cuenta de que las disputas verbales constantes le
agradaban menos an. Al quinto comentario mordaz de Charles, ella ya tena dolor
de cabeza.
Y ahora no encontraba su camisn. Revis el armario una vez ms, aunque era
muy poco probable que no hubiese mirado bien la vez anterior. Tena un guardarropa
muy reducido: no haba sitio para que un camisn errante se escondiera. No poda
estar en el armario.
Pues bien, no pensaba dormir con el vestido puesto. Pasara la noche en
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combinacin.
Por lo menos su cepillo no se haba ido otra vez a pasear por ah. Se sent frente
al tocador y empez a soltarse el pelo. Mir la puerta que conectaba su habitacin
con la de Charles. Cmo haba terminado su cepillo entre los papeles de l? Era
posible que tambin su camisn estuviese ahora all?
La idea hizo que su piel floreciese con una tonalidad rojo fuego. No le iba a
hacer falta el camisn para no sentir fro esa noche. En ese momento incluso la
combinacin le resultaba de demasiado abrigo.
Se mir largamente al espejo y un mal pensamiento se instal en su mente.
Y si esa noche no usaba la combinacin? Y si dorma cubierta tan solo por las
sbanas? Nadie se enterara.
Empez a sentir en la piel un cosquilleo muy extrao.
Tena veintisis aos. Era una mujer adulta. Si se le ocurra pavonearse por su
alcoba tan desnuda como haba llegado al mundo, quin podra oponerse? Ni
siquiera tena una doncella que pudiera escandalizarse.
Antes de perder el valor se puso de pie y se quit la combinacin. El aire
nocturno le puso la piel de gallina en los brazos e hizo que sus pezones se
endurecieran como pequeos guijarros.
Se dej caer nuevamente en la silla. El tapizado de seda se notaba fresco contra
sus nalgas: ligeramente resbaladizo, suave pero con un levsimo toque spero. Se
estremeci, irguindose en la silla.
Tom su cepillo, concentrndose en deslizarlo por el cabello largo y rizado. Al
principio miraba al frente, la vista fija en los ojos que le devolva el espejo, tratando
de ignorar el resto del reflejo como si se fuese a quedar petrificada si se permita
mirar su propio cuerpo.
No le haca falta mirar. Senta. Cerr los ojos, concentrndose en las nuevas
sensaciones: el fuego que entibiaba su piel; su cabello resbalando sobre los hombros,
acaricindole los senos, hacindole cosquillas en los pezones; la libertad de su
cuerpo mientras se mova, sin estar limitado por el ms leve roce de tela.
Senta los pechos ms grandes, ms sensibles, los pezones anhelantes. Otra
parte de ella tambin estaba anhelante. Las sensaciones eran casi demasiado intensas.
Jade, abriendo los ojos.
En el espejo vio cabello rizado color rubio oscuro y vislumbr su piel desnuda.
Reuni la mata de cabello en sus manos y la sostuvo recogida para poder mirarse.
Vio que junto con los brazos se elevaban sus pechos. Eran grandes, dorados por el
resplandor del fuego, con pezones redondos e insoportablemente duros.
Saba que a los hombres les gustaban. No haba crecido en un convento: haba
sorprendido a ms de uno mirndole esa parte del cuerpo. No le gustaba que se la
comieran con los ojos. Elega vestidos con cuello alto como convena a la hija de un
prroco. Ech una ojeada al armario. Bueno, el traje de baile de satn azul era la nica
excepcin y nunca lo haba usado en pblico. Se atrevera a estrenarlo para el baile?
Le gustara a Charles? Tena un canes tan pequeo que a l slo le llevara un
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El marqus desnudo
Captulo 13
Charles dej el libro a un lado. Haba ledo la misma pgina al menos veinte
veces. Al final reconoci que esa noche no iba a entenderlo.
Qu diablos habra estado haciendo Stockley con Emma en la galera larga esa
tarde? Y adems se haba pasado toda la noche rondndola. Al menos ella no haba
mostrado indicio alguno de disfrutar de las atenciones de ese hombre.
Ms le vala que no las disfrutase. Ella era suya. Slo necesitaba hacer que
admitiese ese hecho.
Volvi a mirar la puerta comunicadora. Dios, le encantara ir ahora mismo
adonde estaba ella. Necesitaba verla. Hablarle. Abrazarla. Necesitaba
Se movi cambiando de posicin. Iba a tener que ir a darse otro chapuzn en el
lago. Jams conseguira dormir en ese estado de excitacin. Demonios, ni siquiera
estaba seguro de poder abotonarse los pantalones. Tena que convencer a Emma de
casarse con l antes de que cierto rgano estallase y con l, toda esperanza de
continuacin para el linaje de los Draysmith.
Se incorpor y sac las piernas de la cama, con un estremecimiento. Nunca
haba estado en un estado tan doloroso. Tena que aliviarse pronto. En la posada local
haba mujeres complacientes. Nan se ocupara de l: haba pagado sus servicios
antes. Pero no quera hacer una visita a El Hombre Verde.
En honor a la verdad, la idea de llevar a la cama a cualquier otra que no fuese
Emma no le resultaba en absoluto tentadora. No, tendra que irse al lago. Emma lo
haba arruinado. Si ella no se casaba con l, se enfrentaba a la perspectiva de una
larga e incmoda vida llena de chapuzones nocturnos.
Iba a coger sus pantalones cuando oy un extrao ruido que provena de la
habitacin de Emma. Se qued inmvil, con el corazn palpitante. Haba odo antes
ese ruido apagado, durante la guerra. Las mujeres que estaban demasiado
aterrorizadas para llenar de aire sus pulmones y gritar con fuerza hacan ese ruido.
Sali precipitadamente de la cama, ignorando sus pantalones y tomando en su
lugar el candelabro. Necesitaba ver al enemigo y, si era necesario, el pesado
candelabro de latn dejara una buena marca en la cabeza de un hombre.
Abri de un empujn la puerta comunicadora, sosteniendo en alto la vela.
Nadie. Registr la habitacin entera. No vio a nadie, ni siquiera a Emma. Se acerc a
la cama. Haba un gran bulto en el medio, debajo de las sbanas. Con cautela cogi
un extremo y las arranc con un solo movimiento veloz.
Haba encontrado a Emma. Estaba hecha un ovillo, con la cabeza hundida entre
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dio un salto sobre la palma de la joven. Apret los dientes, saboreando las oleadas de
placer que se propagaban desde la mano de ella. Es tan duro y tan suave, pero la
punta es blanda y y hmeda. Con el dedo unt esa humedad por el resto del
miembro, que nuevamente dio un salto sobre su mano. Ella solt una risita,
deslizando los dedos hacia arriba hasta llegar a la espesa mata de vellos en la base.
Y el vello que tienes aqu es an ms rizado que tu cabello.
Ante un gruido de l, ella retir la mano.
Ests seguro de que no te estoy lastimando?
S. Estoy completamente seguro. Dios, se haba estremecido al decirlo?
Carraspe. Completamente seguro.
Tu voz suena rara.
Porque estaba ebrio de lujuria. Sus rodillas estaban a punto de ceder. Jurara que
iba a desplomarse sobre la cama, una muy buena idea, pero primero haba algo que
deba traer de su habitacin.
Emma. A Charles le alegr mucho que su cerebro an fuese capaz de
formular un pensamiento coherente. Qudate exactamente exactamente dnde
ests. No te muevas. Para nada. Regreso en un momento. Jrame que no te vas a
mover.
Bueno Emma se sonroj y alarg la mano hacia la ropa de cama. Su
mano fracas en el intento, al encontrarse con la cama vaca. Dnde estn las
mantas?
Las traer ms tarde. Ahora no las necesitas. Te doy mi palabra. Son
totalmente innecesarias. Superfluas. Hasta irritantes. As ests perfecta. No te
muevas. Por favor.
Ella dej escapar un pequeo suspiro.
Muy bien.
Bien. Esplndido. Maravilloso. Qudate quieta.
Charles retrocedi hasta la puerta, sin despegar los ojos de Emma. Ella no se
mova. De hecho, sus ojos estaban clavados en la parte ms prominente del cuerpo de
l. Era cada vez ms prominente, l poda sentirlo. Seguro que su crecimiento tena
un lmite? Ya senta un anhelo casi insoportable.
Respir. Senta un doloroso anhelo, pero no iba a tardar mucho en satisfacerlo.
Seguramente encontrara alivio esa misma noche. De lo contrario, morira. Esa era la
verdad. Si no se deslizaba dentro de su cuerpo clido y apretado antes del amanecer
l iba a iba a no saba qu iba a hacer, pero seguramente nada bueno. Como
mnimo, gritar. Ms bien iba a salir disparado por los corredores de Knightsdale,
completa y absolutamente loco.
Recuerda qudate justo ah le repiti al llegar al umbral de su habitacin
. No te muevas.
Le llevara slo un segundo encontrar el anillo de compromiso. Saba
exactamente dnde estaba. Dentro de un momento lo deslizara en el dedo de Emma.
Y luego l se deslizara dentro de su cuerpo pero eso no le tomara slo un
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momento. No. Era la primera vez de Emma. Se tomara todo el tiempo del mundo.
Esperara hasta que ella le rogase que lo hiciera.
Si es que consegua esperar tanto. Lamentablemente, no estaba seguro de
cunto podra prolongar el momento en esta ocasin en particular. A excepcin de su
primera vez, siempre haba logrado aguantar el tiempo que hiciera falta, eso era para
l motivo de orgullo. Pero esa noche
Esa noche tema no estar a la altura de las circunstancias. No poda no poda
fallar, por el bien de Emma, pero ella le afectaba mucho ms que cualquiera de las
otras. Era casi como si estuviese ante un acto completamente diferente, un acto que
nunca antes hubiese realizado.
No te muevas repiti una ltima vez.
Ella alz la mano para quitarse el cabello de la cara. Ese movimiento hizo que
sus pechos se elevaran, balancendose. Una belleza.
Vuelvo ya mismo.
Morira, literalmente, caera muerto ah mismo, si ella de repente recordaba que
era una correcta y formal seorita inglesa.
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cuello hasta las nalgas. El colchn se movi, luego sinti que ambas manos
descendan por su espalda. La parte de delante del cuerpo de la joven empez a
palpitar. Hundi an ms la cara en la cama. Las manos de l bordeaban ahora los
costados de su cuerpo, rozando sus pechos, metindose entre sus muslos. Separ las
piernas. Tena que luchar consigo misma para no levantar su cuerpo y dejar que las
manos de l se deslizasen por debajo.
Dnde est tu arma? Jade mientras uno de los dedos de Charles recorra
la hendidura entre sus nalgas.
Qu arma?
Ella gimi. Las manos de l le rozaban los muslos, tan cerca de donde ella las
deseaba.
Te estoy lastimando, cario?
Ella oy la risa en su voz.
No jade. No iba a dejar que la distrajera ms. No es por eso por lo que
has ido a tu habitacin, para traer un arma? Has entrado aqu porque yo haba
gritado, no es verdad?
Tienes razn, ha sido por eso.
Las manos de l dejaron de tocarla. Ella casi rompi a llorar. La cama se movi
otra vez y l apareci ante ella. La cosa que sobresala apuntaba hacia Emma, como si
quisiera que la acariciara nuevamente. Ella cogi las sbanas para abstenerse de
alargar la mano hacia esa cosa.
Exactamente de qu se supona que deba rescatarte, Emma? No veo nada
amenazador.
Ella levant la cabeza. Deba admitir que en ese momento en la habitacin no
haba nada.
Haba algo all. Hizo un gesto con la barbilla. Algo blanco, que sali de
esa pared.
Que sali de la pared? Puedes ser un poco ms especfica?
Emma se ruboriz.
Bueno, no llevaba gafas en ese momento.
Ah, otro fantasma como el que vio Nana.
No. Bueno, estoy segura de haber visto algo Emma estaba casi segura
pero qu poda haber sido?
Aqu?
Charles tena una espalda muy atractiva. Sus msculos se flexionaron y se
marcaron mientras recorra la pared con las manos.
Es aqu donde crees haber visto tu fantasma, Emma?
S.
Su cuerpo se estrechaba desde los hombros hasta la cintura delgada y las
musculosas nalgas. En el jardn de invierno las manos de ella las haban tocado. Pero
aquel da llevaba pantalones. Cmo sera cmo sera tocarlas desnudas?
Yo no veo nada, Emma.
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Eh.
La lujuria la consuma. Su mente estaba embotada, todo su cuerpo palpitaba. Se
avergonzaba de sentir eso, pero quera que Charles volviese a su cama. Que le
mostrase ms de lo que le haba mostrado en el lago. Ella quera conocerlo todo.
Incluso si l no la amaba.
No importaba. Ella s lo amaba.
l era el motivo de su total desinters por los otros hombres. Meg tena razn:
haba mirado a buenos partidos del mismo modo en que miraba a viejas carabinas;
excepto a uno. Charles la haba arruinado para todos los dems.
Lo haba amado desde el momento en que l sec sus lgrimas en el bosque
cuando ella tena seis aos, cuando le haba dejado que fuese su sombra, pese a las
burlas de Robbie y James. l haba sido su Sir Lancelot, su Robin Hood.
Y cuando creci, l haba sido el hroe de todas las novelas de Minerva Press 13
que haba ledo en secreto encerrada en su cuarto. l la haba visitado en sueos,
reconfortndola cuando estaba cansada o desanimada, cuando criar a Meg y llevar la
casa para su padre la haban abrumado. Al principio l slo le pasaba un brazo por
los hombros y le besaba la frente. Pero despus de verlo con esa mujer annima en la
terraza para el baile de bodas de su hermano, haba empezado a soar que la
envolva en sus brazos, apretndola contra l y besndola en los labios.
Y ahora? Oh, Dios. Ahora sus sueos eran ardientes, tentadores. Frustrantes.
An les faltaban algunos detalles cruciales.
Bien, esa noche conocera esos detalles. Dios, si Charles no volva a la cama en
ese mismo momento, iba a llorar. Tena veintisis aos. Nunca haba estado con un
hombre. Como le haba preguntado la seora Begley, para quin se reservaba?
Aunque tuviera que suplicarle a Charles, no iba a salir virgen de esa cama.
Al volverse l, los ojos de la joven bajaron hasta su cintura. Emma sonri. No
sera necesario suplicar.
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Charles hizo una pausa, escuchando sus propias palabras. El zafiro del anillo
familiar capturaba la luz de la vela. Al drselo a Emma un lazo ms lo una a
Knightsdale. Esperaba sentir un nudo en la boca del estmago. Sentirse atrapado.
Pero no. Se senta seguro. Saba que Emma era la mujer para l.
Adems senta expectacin. Muchsima. Su cuerpo delicioso se extenda ante l,
cada centmetro resplandeca a la luz de las velas. Tan pronto como le hubiese puesto
ese anillo
Di que s, Emma. Te necesito.
Ella mir el anillo y luego a l.
Pero me amas?
l sonri.
S, cario, creo que s. S que nunca he sentido antes lo que siento por ti. Slo
pensar en ti me hace sentir feliz entre otras cosas.
Qu otras cosas?
Charles rio.
Excitado. Hambriento. Duro. Loco de deseo.
Oh. Eso suena un peln incmodo.
Es ms que un peln incmodo, amor. Me temo que el matrimonio contigo es
mi nica cura. Si me rechazas, morir aqu mismo en tu cama y muy posiblemente el
linaje Draysmith muera conmigo. El ttulo pasar al querido primo Aubrey, quien,
segn ta Bea, es reacio a (o incapaz de) engendrar un heredero.
Est siendo ridculo, milord.
Claro que no estoy siendo ridculo, seorita Peterson. Estoy siendo completa y
totalmente franco. La ma es una situacin desesperada. Estoy sufriendo. Si usted no
consiente aqu y ahora en desposarse conmigo, voy a enloquecer. Estoy seguro de
ello.
Eso no es posible.
S que lo es, cario. Confa en mi palabra. Mientras hablamos siento que mi
cordura se va debilitando. Di que te casars conmigo. Por favor. Di que s.
Emma dibuj una amplia sonrisa.
S.
Charles rio.
S? Eso es todo?
S, por favor.
No me amas?
No lo creo.
Charles frunci el ceo. Haba supuesto Haba pensado que si l la amaba,
ella lo amara a l, por supuesto que no.
Ella gir quedando tendida de costado, se incorpor apoyndose en el codo y
alarg la mano para frotar la arruga entre las cejas de l.
No creo amarte, tontito s que te amo. Te he amado desde que tena seis
aos, aunque entonces no lo senta del mismo modo que ahora.
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Ah, veo que me he comprometido con una fierecilla. Con una autoritaria
llev un dedo hasta su pecho, subiendo desde las costillas hasta justo debajo del
pezn, tenaz hizo un crculo alrededor del pezn, evitando el centro anhelante,
fiera. Con el pulgar le dio un capirotazo a la dura protuberancia. Ella chill,
elevando las caderas.
Eso ha sido un sonido de placer?
S. Jess, s. Tu boca. Tu lengua. Las necesito ah, como en el lago. Por favor.
As?
Inclin la cabeza. Su lengua rasp el dolorido pezn, por fin. Lo chup,
llevndoselo a la boca. Sinti que la recorra una oleada de placer, que baj hasta
llegar al lugar caliente y hmedo entre sus piernas. Enred los dedos entre los rizos
de l, retenindolo contra su pecho. Deseaba que no se detuviera jams.
l sigui descendiendo con sus caricias hasta llegar a la cintura, donde abri la
mano abarcndole el vientre. Ella se retorci. Si tan slo su mano bajase unos pocos
centmetros
Cario, puedes retorcerte cuanto quieras no voy a darme prisa.
Baj la vista hacia ella, sonrindole. Pareca tan satisfecho de s mismo, tan
seguro. Ella levant la mano y le rode la mejilla. l le dio vuelta a la mano y bes su
palma.
Es un juego, cielo, jugamos a provocarnos. Cada roce te acerca ms al lmite.
El pulgar le roz el ombligo. Ms y ms cerca, un pequeo roce tras otro, hasta
que con el ltimo, estallas.
Humm. Entonces yo tambin debera tocarte?
Emma le alis el vello rizado que le sala del pecho, explor sus tetillas y luego
emprendi el largo viaje bajando por esa misteriosa lnea que iba desde el vientre
hasta
l tom aire y retrocedi bruscamente. Ya no sonrea.
No deseas que te toque?
Emma, me encantara la prxima vez. Esta vez no durara ni un segundo. Y
quiero que lo disfrutes. Frunci ligeramente el ceo, inclinndose hacia su pecho
. Tanto como sea posible, tratndose de tu primera vez.
Qu oh!
Emma no entenda, pero dej de interesarle entender en el preciso momento en
que los labios de Charles le tocaron el pezn. Empez a chuparlo intensamente,
mientras uno de sus dedos se deslizaba introducindose en el hmedo calor del
centro de su cuerpo.
Ella elev las caderas, tomndolo de los hombros. Necesitaba algo a lo que
asirse en medio de esa vorgine de sensualidad en que la haban arrojado la boca y
las manos de l. Jade, meneando las caderas. Necesitaba sentir a Charles sobre ella.
Como leyndole la mente, la apret contra s. Mientras, su dedo continuaba
jugueteando con ella, frotando su humedad sobre la pequea protuberancia
exquisitamente sensible que se esconda all. Nunca haba conocido o imaginado
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algo as. Sus senos contra el pecho de Charles, los cuerpos desnudos, apretados. Esto
era tan superior a esa vez en el lago. Esto era
insoportable. Reteniendo el aliento empez a palpitar contra la mano de
Charles, con los pezones erectos y sintiendo que todo su interior se volva lquido.
Ahora, cario le susurr al odo, mientras an ests hmeda.
Movindose entre sus piernas, l puso esa cosa que sobresala de su cuerpo,
all donde antes haba estado su dedo. Lentamente, empuj para entrar en ella.
Qu?
Ssh. Reljate, cario.
Avanz un poco en su interior. Ella sinti que algo dentro de su propio cuerpo
se estiraba.
Creo que ah no va a caber, Charles.
Ssh. No pienses. Va a entrar. Dios mo, Emma, ests tan estrecha.
Eso es bueno?
La voz de l sonaba como si sintiera dolor. Tambin a ella le dola un poco.
Eso es maravilloso. Empuj hasta que estuvo completamente dentro de
ella.
Ay. Emma intent moverse, pero el peso de l la mantena clavada a la
cama.
No te muevas. Su cara estaba sepultada en el cuello de Emma.
Una vez superada la conmocin inicial, le gust cmo se senta tenerlo dentro.
El dolor estaba cediendo. Desliz sus manos acariciando la espalda de l, perlada de
sudor.
As es como se hacen los bebs, amor. l se incorpor sobre sus codos y
movi las caderas. Yo derramo mi semilla, las caderas de l se flexionaron,
empujndolo an ms dentro de ella, profundamente entraba y sala, dentro
otra vez de ti.
Arremeti hacia delante y se qued all. Emma sinti algo caliente que
chorreaba dentro de ella.
Aaah. Charles se relaj encima de ella, que le acariciaba el pelo. A Emma le
costaba un poco respirar, pero estaba bien.
Tambin le costaba un poco pensar. En ese momento todo lo que poda hacer
era sentir el peso del cuerpo de l, el dolor entre las piernas. Y la sensacin de estar
colmada. l todava estaba ah, todava dentro de ella.
Entre ellos se haba forjado un lazo permanente, que iba ms all de la obvia
unin fsica. Ella an no entenda qu era, ni poda explicarlo, pero saba que haba
ocurrido.
Se senta completamente casada.
Dios, Emma.
Charles levant la cabeza y mirndola debajo de l, le sonri; el corazn de ella
dio un vuelco. Los ojos de l tenan una mirada de posesin. No, era ms que eso.
Aceptacin? Se sinti como si acabase de cruzar una puerta y ahora estuviese con l.
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sonri abiertamente. Sabes?, creo que debera besar tu herida para que mejore.
Qu qu quieres decir?
Esto.
Emma miraba fijamente mientras Charles inclinaba la cabeza. No poda querer
decir No, no era posible
Sinti su aliento clido sobre el lugar secreto entre sus piernas y un instante
despus la deliciosa humedad de su lengua spera.
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Captulo 14
Charles soaba que tena la mano de una mujer sobre una parte muy privada de
su anatoma.
No era el contacto seguro de una prostituta experimentada. No, ste era un roce
dubitativo, breve, como si la mujer sintiera temor de lo que estaba haciendo. No
tengas miedo. Por favor, Dios, no temas. Gir lentamente y se puso boca arriba,
abriendo las piernas para darle ms espacio a esos dedos curiosos para que hiciesen
su magia. Y sin duda magia era lo que estaban haciendo.
Unos dedos delicados lo rozaron y se retiraron. Regresad, no os vayis.
Contuvo el aliento, permaneci inmvil, todas sus plegarias concentradas en esa
mano pequea. Dios lo oy. Los dedos regresaron para recorrerlo y meterse en su
entrepierna. Una palma suave lo sujetaba; los dedos se elevaban y lo acariciaban. El
roce era demasiado leve, demasiado provocativo. Necesitaba ms. Los dedos lo
rodearon. Dio un salto cuando lo tocaron y ellos huyeron. Pero regresaron. Gracias a
Dios. Indecisos, cautelosos, se deslizaron sobre l. Y entonces Dios
Todopoderoso. Jurara que sinti el levsimo roce hmedo de una lengua pequea,
algo as como la lengetada de un gatito, justo sobre la punta.
El sudor se acumul sobre su pecho y empez a gotear por los costados. La
ingle le arda. Por favor, por favor. Deseaba sentir su boca sobre l. Lanz un
gemido.
Te estoy lastimando?
Abri los ojos de golpe. No era un sueo. Haba un gran bulto, tamao
Emma, bajo las sbanas. Al levantarlas para espiar debajo, vio unos ojos muy
abiertos e inquietos que le devolvan la mirada. Esas preciosas manos an estaban
sobre l.
No. Le temblaba la voz. Trag saliva y se aclar la garganta. Para nada.
Por favor, no permitas que te interrumpa.
Emma sonri y desliz el dedo hacia arriba otra vez.
Realmente te agrandas del modo ms extrao. Es bastante notable. Cuando te
toqu por primera vez esta maana estabas ms pequeo y ms flojo. Poda casi
cubrirte con mi mano. Apoy la mano, midindolo desde la punta de sus dedos
hasta el nacimiento de la palma. Ahora ests mucho ms largo, y lo envolvi
con sus dedos, grueso. Ests tambin mucho, eh, ms tieso.
S. Estos comentarios estaban empezando a parecerle increblemente
erticos. Mucho, eh, cierto.
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Oh. Claro que s. El rubor encendi hasta los hermosos pechos de Emma.
Lady Oldston
Exactamente. Lady Oldston o la seorita Pelham se irn corriendo a Londres
para divulgar la interesante noticia de que el nuevo Lord Knightsdale ha pasado el
da en la cama con la hija del prroco. Estoy seguro de que Lady Dunlee ser una de
las ms interesadas en la noticia.
Oh. Emma gimi, tapndose los ojos.
No te preocupes. El matrimonio lo cura todo. Le tom la mano izquierda,
dndole la vuelta para que ambos pudieran ver el anillo de compromiso de
Knightsdale. Slo hemos anticipado nuestros votos matrimoniales, cario. Sonri
. Como temo que los anticiparemos nuevamente varias veces antes de que tu padre
haya terminado de anunciar el matrimonio. No importa. Nos casaremos pronto. Si he
logrado embarazarte, el beb llegar slo uno o dos meses antes de tiempo. Le bes
el dedo, justo encima del anillo de compromiso. Espero que tu sueo no sea una
boda muy elaborada.
Por supuesto que no.
Bien.
La bes por ltima vez y se incorpor en la cama. Si no se obligaba a salir de la
cama en ese mismo momento, intentara poseerla una vez ms. A l no le importaba
demasiado los chismes, pero no quera hacer las cosas desagradables para Emma.
Deberamos decrselo a las nias.
l asinti.
S. Sern las primeras en saberlo, quieres? Y tambin se lo diremos a la ta
Bea y a Meg, por supuesto. Tu padre va a venir al baile, as que podemos decrselo
esta noche.
Crees que se sorprender?
No, no lo creo. Charles no quera decirle que lo ms probable es que su
padre sintiese principalmente alivio. Ya le he pedido permiso para hacerte la corte.
Ya lo has hecho?
Por supuesto que lo he hecho. No tienes que sorprenderte tanto. Realmente
pensabas que era un tipo con tan malas intenciones que no hablara con tu padre
antes de hacerte la corte?
Bueno, Emma se encogi de hombros, haciendo que sus pechos desnudos
se moviesen de manera cautivadora, supongo que ni siquiera haba pensado en
ello.
Charles gru y se oblig a ponerse de pie. Si miraba a Emma una vez ms,
poda jurar que se arrojara sobre ella otra vez. Desvi la vista y mir al suelo. Y vio
que all haba algo que brillaba a la luz de la maana. Se agach a recogerlo.
All donde Emma haba visto su fantasma la noche anterior estaba el para nada
fantasmal dije de un reloj de bolsillo.
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Charles se puso la camisa. Vestirse era muy buena idea. La ropa sin duda
ayudaba a concentrarse en los asuntos inmediatos, siempre que no tuvieran que ver
con Emma. l se detuvo en el umbral de la habitacin de ella.
Ests vestida?
S. No hay peligro en entrar.
El cabello an le caa sobre los hombros pero al menos el resto de ese hermoso
cuerpo ya estaba aprisionado bajo la ropa. l se puso en cuclillas en el lugar en que
haba encontrado el dije de reloj.
Puedes recordar algo ms sobre el fantasma que viste? Pas la mano sobre
la alfombra pero no hall ms pistas.
Bueno, no llevaba gafas, as que no pude verlo (o verla) bien. Supongo que los
fantasmas pueden ser femeninos.
Emma.
S, bueno, o un chirrido y un araazo, como si se abriera una puerta una
puerta con goznes oxidados. Y luego vi algo blanco saliendo de la pared. Y despus,
eh, grit y me escond debajo de las sbanas.
Humm. Charles se puso de pie y se volvi para mirar la pared. Y crees
que es aqu donde apareci el fantasma?
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Creo que s.
Charles examin la superficie.
Cuando yo era un muchacho, mi to abuelo Randall nos visit un verano
fue antes de que t vinieras a Knightsdale.
Desliz los dedos por la pared, buscando salientes o depresiones extraas.
El to abuelo Randall era la oveja negra de la familia: mi padre se enoj
muchsimo cuando el to apareci en la puerta de casa y todava ms cuando se
qued todo el verano y le pag a un escultor local para que inmortalizase en piedra
su poco atractivo semblante.
He visto el busto en la galera larga.
No era el ms atractivo de los Draysmith.
No, ni se compara con el actual marqus.
Charles sonri.
Claro que no. Sigue pensando eso, cario. Quiero que tu corazn palpite
fuerte (y otras cosas, eh, tambin respondan) cuando pienses en m.
Permanecer en silencio para no arriesgarme a alimentar tu ya floreciente
sentido de la importancia.
Por favor, no te contengas. Soportar todos los aplausos que me prodigues.
Charles taladraba la pared con la mirada. Se sorprendera si pudiera encontrar
la ms mnima protuberancia o depresin en aquella maldita superficie.
En cualquier caso, el to abuelo Randall pas una buena parte de su estancia
ese verano bebindose el brandy de mi padre y durmiendo la mona. Paul y yo
creamos que era un pirata: incluso puede que nos haya contado una o dos historias
sobre alta mar, pero como por lo general estaba borracho, en realidad no le creamos.
Aun as, el buscar tesoros enterrados era una forma divertida de pasar un verano,
incluso para Paul, a quien en general no le gustaba demasiado mi compaa.
A Paul no le gustaba la compaa de casi nadie.
Charles se encogi de hombros.
Apenas lo conociste. No puede haber sido fcil asumir el ttulo siendo tan
joven: slo tena catorce aos cuando muri nuestro padre.
No, supongo que tienes razn.
Con las manos en las caderas Charles mir fijamente la pared. Poda darle un
puntapi, pero probablemente esa no fuera una forma razonable de comportarse.
Adems de contarnos historias de piratas, el to abuelo Randall nos cont que
haba un laberinto de pasadizos dentro de las paredes de Knightsdale. Un da
lluvioso nos pusimos a mirar pero al no encontrar nada, decidimos que era otra de
las historias de borracho de Randall. Ahora no estoy tan seguro.
No estaba para nada seguro. El fantasma de Nana, el fuego en la primera
habitacin de Emma, la aparicin de la noche anterior alguien estaba recorriendo
Knightsdale a voluntad y l no crea que fuese un espritu. Pero dnde demonios
estaba la puerta al maldito pasadizo?
Humm. Ayer el seor Stockley estaba mirando detrs de los cuadros de la
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Emma retrocedi.
No creas que vas a evitar que me asome siquiera. Por lo menos debes dejarme
que eche un vistazo ah dentro.
Debo hacerlo? Charles encendi una vela.
S. Recuerda que si no hubiese sido por m, nunca habras resuelto el
problema de cmo abrir esa puerta.
Oh, creo que en algn momento lo habra resuelto.
Atraves la abertura.
Charles! No voy a escabullirme en las entraas de Knightsdale, por Dios.
Slo quiero entrar ah contigo.
No hay mucho espacio. El pasadizo es muy estrecho a ojo, apenas medio
metro. l deba ponerse de costado para moverse en cualquier direccin. Y est
muy sucio.
No me molesta un poco de polvo.
Charles mir la manga de su camisa, que haba sido blanca.
Es bastante ms que un poco de polvo, cario. Las doncellas no quitan el
polvo aqu dentro, sabes?
Por supuesto que lo s. No vas a disuadirme, as que ms vale que dejes de
intentarlo y te hagas a un lado.
Est bien. Al menos recgete el pelo y ponte una cofia. No querrs que las
araas se instalen en tus rizos.
Emma se qued inmvil.
Hay araas ah dentro?
S. Montones. Gordas y negras, y tambin flacas y de color castao, con patas
largas
Ests seguro de que hay araas?
Charles se encogi de hombros. Tendra que haberse acordado antes de cunto
tema Emma a las araas.
Y telaraas. Ya sabes cmo se pegan a las manos y a la cara y no puedes
quitrtelas.
Tal vez yo no Quizs sera mejor si me quedase aqu fuera. En caso de que
no puedas salir. Podra ir a buscar ayuda.
Charles sonri.
Excelente idea.
Emma se acomod el cabello detrs de la oreja. Un esfuerzo vano. Su cabellera
era demasiado abundante y rizada para quedarse amablemente en su lugar sin tener
que recurrir a fuertes horquillas.
Qu piensas hacer, Charles? No puedes simplemente salir disparado por
esos pasadizos.
Esos pasadizos llenos de araas.
Emma se estremeci.
Exactamente. Necesitas un plan. Se mordi el labio. Sera fcil que te
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desorientases.
Es verdad. Emma tena razn. Iba a necesitar un plan. Retrocedi hacia la
habitacin.
Espero que esa no sea tu mejor camisa.
l rio.
Ahora seguramente no lo es.
Quizs deberas deshacerte de ella sin llamar la atencin una vez que
termines con tus exploraciones. No querrs que al seor Henderson le d un ataque.
Tal vez debera hacerla desaparecer. Charles intent sacudir la parte ms
polvorienta de su ropa. Oh, mira, hete aqu a una de esas araas.
Emma retrocedi con un chillido.
Mtala.
Qu sanguinaria eres. Ests segura?
S.
l rio y tras sacudirse a la pobre araa, la aplast en el suelo con la suela del
zapato.
Y yo que pensaba que eras un alma compasiva y bondadosa.
Lo soy. Las araas son lo nico que no puedo soportar. Emma examin la
mancha en el suelo.
Est bien muerta, cario. Sonri. No tienes que tener miedo. Es un placer
protegerte de las araas malvadas del mundo.
Emma lo mir con el ceo fruncido.
No me cabe duda. Bueno, adnde crees que va este pasadizo? Supones que
es posible entrar a todas las habitaciones de la casa por una puerta secreta?
Lo dudo. Me imagino que el pasadizo va desde las habitaciones del lord y su
esposa hasta una salida al exterior que est oculta.
Y el fantasma que vio Nana en el cuarto de las nias?
S, tenemos esa pista. Tambin me he preguntado cmo ocurri el incendio
por el que tuviste que trasladarte aqu.
Emma se sonroj.
No tena que trasladarme a esta habitacin. Podra haber compartido la de
Meg.
No habras podido compartir la habitacin con Meg. Tiene un cuarto muy
pequeo, con una cama igualmente pequea y, si interpreto correctamente los
rumores de la servidumbre, una superabundancia de materia vegetal.
Bueno
Y, si hubieses estado alojada con tu hermana, amor mo, para m hubiese sido
mucho menos conveniente.
Lo cual habra sido algo muy bueno! Emma se puso an ms colorada.
Lo cual indudablemente no habra sido muy bueno. Haberse perdido lo de
anoche (y lo de esta maana) habra sido una tragedia que no querra imaginar.
S. Bueno. Humm. Volviendo al asunto que estbamos discutiendo De qu
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estbamos hablando?
De los pasadizos, cario. Charles sonri, pensando en el estrecho pasadizo
de Emma. Pasadizos del tipo arquitectnico, desgraciadamente.
Emma se ruboriz y lo mir frunciendo el ceo. Abri la boca, luego la cerr.
Obviamente haba pensado dos veces lo que iba a preguntar.
Me parece que debe haber ms entradas dijo Charles. Creo que la nica
manera de descubrir la respuesta es que vaya a explorar un poco.
Ests seguro de que luego vas a poder salir?
Examinar este mecanismo de cierre para ver cmo funciona.
Emma abri bien la puerta, lanzando una nerviosa ojeada a la oscuridad
plagada de araas.
No veo nada por aqu.
Probablemente est en la pared interna. Dudo que el pestillo est oculto
para qu? Me imagino que la idea es que la persona pueda abrir la puerta desde el
pasadizo.
A menos que temas que alguien salga a hurtadillas por esa puerta.
Es verdad.
Charles elev la vela para arrojar ms luz sobre el problema. Quienquiera que
abriese la puerta probablemente no sera ms alto que l, por lo que no crea que el
pestillo estuviese a demasiada altura sobre la pared. Tampoco debera estar
demasiado lejos de la puerta misma: el pasadizo era muy estrecho para permitir
maniobrar mucho. Eso dejaba un rea limitada, pero todava no poda encontrarlo.
Cierra la puerta y veamos si puedo abrirla.
De ninguna manera.
Entonces cmo vamos a averiguar cul es el mecanismo?
No lo s slo s que esta puerta va a permanecer abierta. Si la cierro y t no
puedes abrirla no, no quiero ni pensarlo.
Pero, Emma
No. No discuta intilmente, milord. No voy a arriesgarme a sepultarlo dentro
de las paredes de Knightsdale.
Eres una mujer muy testaruda.
S, me lo han dicho.
Charles la mir enojado. Ella le devolvi una mirada igual. Estaba claro que la
joven no iba a dar su brazo a torcer en ese asunto.
Entonces qu propones t? Las palabras de l eran casi un gruido.
Por qu no ves si puedes llegar por el pasadizo al cuarto de las nias? All
debe haber una puerta, porque es donde Nana vio a su fantasma. Subir y har que
Isabelle, Claire y Prinny hagan ruido. Eso debera ayudarte a localizar la entrada, no
es verdad?
Supongo que s.
Y esta puerta quedar abierta. De hecho, haremos que el seor Henderson la
custodie, as nadie podr venir detrs de nosotros y encerrarte ah dentro.
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Captulo 15
Emma mir a Charles desaparecer dentro de la abertura.
Se asegurar de que nadie toque esta puerta, verdad, seor Henderson?
pregunt por quinta vez.
S, seorita Peterson.
Despus de fijarse que no hubiese araas, meti la cabeza dentro del oscuro
pasadizo. Charles no haba avanzado mucho.
Ten cuidado.
Le ech una ojeada y sonri.
Lo tendr. Es demasiado estrecho para moverse muy rpido.
No te quedars atrapado?
No. Vendrs a rescatarme si no puedo salir? Te enfrentars a las araas?
Sin duda enviar a alguien a buscarte. A Emma no le gustaba para nada la
idea de que Charles se quedase atrapado entre las paredes de Knightsdale. Le traa
imgenes gticas de esqueletos y fantasmas. Da unos golpes en la pared.
Para qu?
Slo hazlo.
Muy bien. No hay suficiente espacio aqu para hacer mucho ms que golpear
cortsmente. Charles dio unos golpecitos.
Es suficiente. Podemos escucharte. Si te quedas atrapado o te pierdes, golpea
y te encontraremos. Har que los hombres derriben las paredes para llegar a ti, si
hiciese falta.
No s, Emma. Knightsdale tiene cientos de aos. No estoy seguro de que
debamos romper una pared.
Deje de bromear, milord. Estoy segura. Ahora vaya lo ms rpido posible. El
seor Henderson estar aqu montando guardia; yo me voy a esperarlo al cuarto de
las nias. No se pierda.
Como usted diga, seora. Har lo posible para que eso no suceda.
Emma sali y se sacudi cautelosamente por las araas.
Se asegurar de que nadie cierre esta puerta, seor Henderson?
S, seorita Peterson. No necesita preocuparse. Nadie va a cerrar la puerta.
Han estado sucediendo cosas extraas, seor Henderson. Ninguna
precaucin es demasiada.
Seorita Peterson, por favor. No dejar que nada le pase a su excelencia.
No, no, por supuesto que no. Emma dio un profundo suspiro. Estaba
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Cierto. Eso era inusual. Haba algo que le molestaba. Se mordi el labio.
Incluso bromeaba sobre la muerte. Bueno, yo crea que estaba bromeando, pero luego
hizo esculpir su busto con ese extrao escultorcillo. Dijo que no vivira para siempre
y que deseaba asegurarse de que la posteridad lo recordara como un Draysmith.
La voz de la ta Bea se haba tornado ligeramente chillona.
Ta, no hace falta que nos cuentes esto, especialmente si remueve recuerdos
tristes.
La ta Bea se sec los ojos con su pauelo. Por una vez aparentaba sus sesenta
aos.
No, quiero controslo, Charles. No pienso muy a menudo en Randall, pero
cuando lo hago, me siento tan triste. Es la incertidumbre lo que ms me molesta.
Siento que se ha cometido una injusticia, que el espritu de Randall no descansa en
paz.
No pensar que su espritu vaga dentro de los muros de Knightsdale,
verdad?
Charles se alegr de que Emma hiciera esa pregunta. Esperaba que la ta Bea no
chocheara hasta el punto de creer que Knightsdale estaba habitado por fantasmas.
Por supuesto que no, querida. Estaba hablando en sentido figurado.
Sacudi la cabeza y sonri. Si hay algn espritu suelto por los corredores de
Knightsdale, debe ser el de George. Estaba furioso con respecto a ese busto. Que un
oscuro artista local lo hubiese esculpido iba en contra de su sentido de la decencia. Si
Randall estaba decidido a hacer su contribucin a las efigies de la galera larga,
George quera que el trabajo lo hiciese un artista reconocido en Londres. De ninguna
manera deseaba que en Knightsdale se exhibiesen obras de una calidad inferior. Pero
perdi la batalla como siempre que discuta con Randall. Eso no contribua a
mejorar su carcter.
Charles decidi que ya era hora de que la conversacin volviera al punto
principal.
Pero y Stockley, ta?
Eso es lo que me resulta tan frustrante. Estoy casi segura de que Randall dijo
algo sobre ese hombre la ltima vez que estuvo en casa, pero simplemente no puedo
recordar qu. Os juro que me he devanado los sesos.
Pero, Lady Beatrice, el seor Stockley no tiene la edad suficiente como para
haber tenido algo que ver con la muerte de Lord Randall.
No, por supuesto que no no me refera a este seor Stockley. Me imagino
que era su padre a quien Randall conoca.
Pero cmo pudieron haberse conocido? resopl Charles. No me imagino
que Stockley haya pertenecido a la flor y nata.
Randall no frecuentaba a la flor y nata, Charles. Recuerda que parti para
alta mar siendo apenas un muchacho. La ta Bea se rio. Me resulta tan difcil
imaginrmelo en Almack's como imaginarme a George en un en un burdel
ordinario. En uno de lujo, bueno, quizs. Pero no, George prefera visitar a la seora
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Captulo 16
Quin estaba utilizando los pasadizos ocultos? Emma consideraba la pregunta,
mientras Betty, la doncella de Lady Elizabeth, la peinaba para el baile. Charles estaba
seguro de que se trataba del seor Stockley, pero l senta antipata por ese hombre.
Bueno, a ella tampoco le gustaba, pero eso no significaba que l estuviera recorriendo
a hurtadillas el interior de los muros de Knightsdale. Por supuesto, ella lo haba visto
hacer algunas cosas extraas. Mirar detrs de los cuadros no era una ocupacin
corriente entre los invitados. Como tampoco lo era examinar con tanto detenimiento
las estatuas y la construccin de piedra de la gruta. Era casi como si estuviese
buscando algo. Pero qu?
Si tan slo Lady Beatrice consiguiese recordar qu era lo que haba dicho Lord
Randall haca tantos aos Emma lanz un suspiro.
No le gusta el peinado, seorita?
Oh, no es eso, Betty. El peinado est muy bien. De hecho Emma se mir al
espejo y qued boquiabierta. Oh. Oh, Dios mo. Est ms que muy bien, Betty te
ha quedado maravilloso.
Bien, eso pensaba yo.
Emma apenas oy las palabras de la doncella. Tena la vista clavada en su
propio reflejo. Lady Beatrice le haba ofrecido amablemente prestarle a su Claudette.
Por fortuna, Lizzie, que estaba por ah cerca, haba visto la expresin de Emma y
haba insistido en enviarle a Betty. Gracias a Dios! Emma no slo encontraba
intimidante a Claudette, sino que no deseaba ir a su primer baile luciendo como
Lady Beatrice. Pero nunca habra imaginado que podra verse como ahora.
Tengo que irme, seorita. Todava tengo que peinar a la seorita Margaret y a
Lady Elizabeth.
Ve, Betty. Aqu ya has hecho magia. Gracias.
Emma continuaba con la vista clavada en el espejo mientras Betty sala de la
habitacin. La muchacha deba pensar que ella era una completa idiota, pero no le
importaba.
Estaba bueno, lo ms cercano a hermosa que poda esperar. Ms cerca de lo
que nunca haba soado que fuera posible. Betty haba domado sus salvajes rizos
para que se vieran elegantes y seductores. Recogidos de modo informal, esperando
que un hombre viniese a arrancar algunas horquillas para que cayeran sobre sus
pechos.
Se ruboriz. Saba quin era el hombre que ella esperaba que hiciese
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exactamente eso.
Y el traje de baile de satn azul poda tener cuatro aos, pero se vea tan bien
como ella lo recordaba mejor, en realidad. Le gustara a Charles?
Se sentira tentado de ver lo que el generoso escote del vestido apenas
ocultaba?
Cerr los ojos. Esperaba que s. Claro que lo esperaba. Le encantara sentir sus
manos sobre los pechos, sobre los hombros. Imagin los dedos deslizndose sobre
ella, seguidos por sus labios trazando una lnea descendente hacia
Se le endurecieron los pezones y todo su cuerpo empez a palpitar.
Qu hermosa manera de saludarme, cario.
Sinti el aliento de Charles rozarle la clavcula y sus dedos deslizndose debajo
del canes para jugar con sus pezones. Tambin deseaba que su boca estuviera ah. Se
arque hacia atrs, y volvi la cabeza. Tena junto a su mejilla los pantalones de l,
ajustados y reveladores. Ella sonri y puso la mano justo ah.
l tom aire y movi bruscamente las caderas hacia atrs.
Qu audacia, Emma.
Lo sien
No lo sientas, cario. Me encanta tu audacia desgraciadamente, ahora no
sabemos hasta dnde podra llevarnos. Debemos asistir a ese baile y adems estar
presentables. Nada de arrugas o manchas que puedan despertar sospechas. Baj la
cabeza hacia ella, con una amplia sonrisa. Pero despus del baile, por favor, no
dudes en ser todo lo audaz que puedas imaginar. Y si tu imaginacin titubea, ser un
placer hacerte algunas sugerencias. Le mordisque el lbulo de la oreja.
Vendrs a mi habitacin esta noche, Emma? Hars el amor conmigo en la cama
ancestral de los Draysmith?
Oh, s. Nuevamente la invadi el deseo y se le hizo difcil pensar
coherentemente. Por qu tenemos que ir al baile esta noche?
Porque es nuestro baile de compromiso. Porque la gente se escandalizar si
yo, el anfitrin, no me presento. Y porque necesitamos contarle a tu padre que vamos
a casarnos. Sospecho que le gustara saberlo.
S. Emma suspir, intentando pensar en algo que no fuese Charles y esa
cosa deliciosa y mgica que tena escondida en los pantalones.
Emma.
Humm? Percibi una nota de seriedad en la voz de l.
La seora Graham tambin estar all.
Oh.
Emma aguard la confusa mezcla de emociones que la embargaba siempre que
se mencionaba a la seora Graham.
Aparentemente la lujuria no dejaba espacio para ningn otro sentimiento fuerte.
La seora Graham. S. Nada todava. Lo que s record fue cmo esa tarde
en el saln azul, la seora Graham haba intentado protegerla del asedio de las damas
de la Sociedad.
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con sus brazos le roz los labios, cuidando de no arrugarle el vestido. Vamos a ver
si ha llegado tu padre.
Emma descubri que s tena espacio para sentir algo ms que lujuria. De pie en
la puerta del escritorio, al tomar del brazo a Charles, una mezcla de emocin,
preocupacin, vergenza, arrepentimiento y amor, se agit en su interior.
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Ya veo.
No por mucho tiempo.
Stockley le dio un empujn en la parte baja de la espalda. Ella se tambale
dentro del pasadizo.
Espero que no le importe estar a oscuras, seorita Peterson. Omit dejarle una
vela.
Pero usted no puede
Oh, s que puedo.
Le cerr la puerta en la cara de un solo golpe. Ella oy el chirrido de la pesada
silla que l empujaba para ponerla de nuevo en su sitio.
Se mordi el labio. No le dara a Stockley la satisfaccin de orla gritar.
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Captulo 17
Dnde demonios estaba Emma? Charles ech otra ojeada al saln de baile.
Poda ser que no la viera? Ella era bajita.
Ta, has visto a Emma?
Humm. Ahora que lo mencionas, no, no la he visto. Quizs est en el tocador
de seoras. Seguro que regresa enseguida.
Charles asinti y continuando con su papel de anfitrin, sac a bailar a la
seorita Russell. Ya haba bailado con cada una de las gemelas Farthington. Al menos
l esperaba haber bailado una pieza con cada una de ellas y no dos piezas con la
misma. Esa noche iban vestidas exactamente igual, incluso con el mismo color de
lazo en el cabello.
La seorita Russell se senta demasiado intimidada por su presencia, o era
demasiado corts para hacer alguna objecin al verlo pasar la mayor parte de la pieza
escudriando el saln de baile en busca de Emma. No la vea. Seguramente ninguna
mujer poda pasarse treinta minutos o ms en el tocador.
Tampoco haba visto a Stockley. Maldicin. Se alegraba de haber puesto a
William a vigilar a ese tipo. El lacayo era un pugilista aficionado. No iba a tener
problema para encargarse de Stockley. Aun as, se sentira ms tranquilo si viese su
fea cara en el saln de baile.
Al finalizar la pieza deposit a la seorita Russell junto a las gemelas
Farthington y se fue en busca de la duquesa de Alvord. Le pedira a Sarah que
buscase a Emma.
Encontr a la duquesa con su marido y con Robbie.
Y aqu est el recin comprometido. James sonri. Felicidades, Charles.
Realmente te recomiendo el matrimonio.
Robbie puso los ojos en blanco.
Voy a tener que encontrar nuevos amigos. Vosotros dos os estis volviendo
muy sosos.
Quizs deberas considerar el unirte a nosotros dijo James sonriendo.
Robbie sacudi la cabeza.
Yo no. Soy demasiado joven para el matrimonio. Se rio. Dnde est
Emma, Charles? Me sorprende no verla a tu lado.
Me estaba preguntando lo mismo. No la habis visto?
No, no la hemos visto. Sarah frunci el ceo. Quieres que eche un
vistazo en el tocador?
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Por favor.
Te preocupa que le haya sucedido algo a Emma, Charles? pregunt James
cuando Sarah hubo salido apresuradamente de la habitacin.
No. Bueno, s. Tampoco veo a Stockley. Charles se record a s mismo que
William estaba siguiendo y vigilando a Stockley, pero el pensamiento hizo poco por
asentar su estmago revuelto.
Seguramente no piensas que Emma preferira a Stockley antes que a ti.
Robbie se sirvi otra copa de champagne cuando un sirviente pas ofrecindolo.
No es tan tonta.
No, no es eso lo que me preocupa.
Crees que Stockley sea peligroso? El tono de James era agudo.
Quizs. Charles saba que James estaba pensando en su primo Richard,
quien haba secuestrado y estado a punto de violar a Sarah en la primavera. Estoy
seguro de que no tiene nada que ver con lo que t tuviste que hacer frente.
Simplemente no me gusta el tipo. Dnde estara Emma? Por ensima vez recorri
el saln con la mirada. Seguramente ya deba haber regresado.
Y? pregunt Robbie.
Y, qu?
Es obvio que hay algo ms, que no nos ests contando.
Charles se encogi de hombros.
Bueno, han ocurrido algunos sucesos extraos.
Sucesos extraos? James arque las cejas.
As es. Alguien ha estado utilizando los pasadizos secretos de Knightsdale.
Robbie se ahog con el champagne.
No saba que Knightsdale tuviera pasadizos secretos.
Tampoco yo, as que quienquiera que est merodeando por la propiedad la
conoce mejor que yo.
Bueno, eso no es ninguna sorpresa. Robbie tom otro sorbo. Tanto tu
padre como tu hermano te mantuvieron siempre al margen.
Para ser justos, yo nunca me interes demasiado por los asuntos de
Knightsdale. Sinti un golpecito en el brazo y al volverse vio a Sarah. Y no traa a
Emma con ella.
Lo siento, Charles. No he podido encontrarla. Le he preguntado a un
sirviente. Me ha dicho que Emma ha recibido una nota y se ha marchado del saln
hace media hora o ms.
Maldicin, eh, disculpa, Sarah.
A Charles no le gustaba nada que ambos, Emma y Stockley, hubiesen
desaparecido. Quin le habra enviado una nota a Emma?
Sinti la mano de James en el hombro.
Podemos ayudar, Charles? Robbie y yo te ayudaremos con gusto a buscar a
Emma.
O a Stockley dijo Robbie.
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Charles jurara haber odo gritar a Emma en alguna parte, aunque Stockley no
dio seas de haber odo grito alguno. Quizs era su imaginacin. La mente se
comportaba de un modo extrao frente a un arma cargada.
Dnde est Emma?
Stockley se encogi de hombros.
Arriba. No le he hecho ningn dao an. Coopere y no tendr que
hacrselo.
Charles intentaba controlar su ira.
Qu es lo que quiere? Si poda mantener al tipo hablando durante una
media hora, Robbie y James vendran al ataque y lo rescataran.
Quiero las joyas que Randall le rob a mi padre.
Joyas? Stockley, no s de qu est hablando.
No mienta.
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encontrarlas?
Charles se acerc al busto del to abuelo Randall.
He dicho que retroceda, bastardo. El arma de Stockley apuntaba de lleno al
pecho de Charles. Si quiere seguir vivo, dgame dnde puedo encontrar las
malditas joyas.
Charles midi la distancia entre l y el busto. Justo al lado de ste, estaba de pie
Stockley, pero eso no le serva de mucho a Charles. A menos que Stockley fuera un
psimo tirador, Charles estara muerto antes de poder poner un solo dedo sobre el to
abuelo Randall. Aparentemente, an no haban pasado treinta minutos, no oa
retumbar los pasos de Robbie y James en la escalera en camino viniendo al rescate.
Hable, maldita sea.
Charles suspir profundamente.
Me temo que tenemos un pequeo problema, seor Stockley. Realmente no
tengo ni idea de dnde estn esas joyas.
Mentiroso. Maldito mentiroso.
Stockley levant la pistola y le apunt directamente en medio de los ojos.
Acaba de decir su ltima mentira, Knightsdale.
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Charles baj los ojos hacia el can del arma de Stockley. Saba que no poda
dar ms rodeos. Esperando un milagro se aprest a arrojarse a un lado cuando el
hombre apretase el gatillo.
Y el milagro lleg. Parte del muro detrs de Stockley se abri de golpe,
derribando el busto del to abuelo Randall sobre el brazo de Stockley en el preciso
momento en que ste disparaba. El arma se descarg de modo inofensivo, sin daar
otra cosa que el retrato del primer marqus.
Charles se abalanz sobre Stockley, de un empujn lo puso boca abajo,
torcindole el brazo detrs de la espalda.
Maldicin. Nos hemos perdido toda la diversin, Robbie. El duque de
Alvord apareci en la cima de las escaleras.
Te he dicho que tu reloj atrasa, James. Robbie se volvi hacia Charles. Si
l me hubiese hecho caso, habramos llegado hace cinco minutos. Pero no, era
imposible que el reloj del duque de Alvord no funcionase perfectamente.
Me preguntaba qu poda haberos retenido. Charles le torci el brazo a
Stockley, quien se mova violentamente debajo de l. Serais tan amables de venir
a ayudarme con este tipo?
Ser un placer, verdad, James? Qu ha sucedido exactamente?
No estoy seguro. Si vosotros os encargis de Stockley
t puedes limpiar el desastre dijo James y asinti con la cabeza.
Entiendo. Qu desorden, esmeraldas y diamantes desparramados por todos lados,
no es cierto, seorita Peterson?
Charles gir la cabeza instantneamente. All estaba Emma, sentada en el suelo,
cubierta de polvo y telaraas, con el cabello sobre la cara. Estaba preciosa.
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Emma!
James mantuvo inmvil a Stockley mientras Charles se pona de pie
dificultosamente.
Ve con cuidado recomend James.
Cuando finalmente Charles pudo fijar la mirada en algo que no fueran los ojos
de Emma, la vio sentada en medio de diademas, pulseras, collares y anillos. Oro y
joyas. El to abuelo Randall se haba partido en dos, derramando todos sus secretos.
Bueno dijo Charles, me parece que acabamos de hallar el tesoro del seor
Stockley.
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Captulo 18
ste s que ha sido un interesante fin de fiesta.
Sentada junto al fuego, Emma se secaba el cabello. Haba subido tan pronto
como Charles la hubo rescatado de entre los escombros. La haba besado en la boca y
la haba enviado a su habitacin antes de llevar abajo a Stockley y ocuparse de dar las
explicaciones del caso a sus curiosos invitados. Camino de su habitacin haba odo a
algunos hombres que suban las escaleras, llevados por el estruendo del disparo.
La joven se haba dado un largo bao caliente, quitndose hasta el ltimo rastro
de telaraas. Si el agua no hubiese empezado a enfriarse todava podra estar en la
tina. Luego haba aguardado a que subiese Charles. No se hizo esperar demasiado.
Lo haba odo en el cuarto contiguo, hablando con el seor Henderson. Tras despedir
a su ayuda de cmara, se haba acercado a ella.
Aunque deseaba correr hacia l, la mirada distante que vio en sus ojos hizo
dudar a Emma. l se sent en una silla junto a la suya y clav la vista en el fuego, con
las manos en los bolsillos de la bata.
Qu habis hecho con Stockley?
James se est ocupando de l. Ir a juicio por matar a mi hermano. No tengo
dudas de que lo colgarn por eso.
Mientras se cepillaba el pelo, Emma estudiaba su perfil. Tena los labios
apretados en una lnea dura y fina.
Fue muy triste que Paul muriera, pero enterarme ahora de que lo
asesinaron
Ella se inclin hacia l y le puso una mano sobre la rodilla.
No pienses en eso. No puedes hacer nada para cambiar lo que ha sucedido.
Charles se hundi ms en su silla.
Deb haber hecho ms preguntas. Deb haber insistido en que alguien
investigase apenas me enter de la noticia.
Por qu? Una investigacin no iba a devolverle la vida.
Pero Stockley podra haber sido descubierto antes. Y t no habras pasado por
esa experiencia espantosa con las araas.
Y t no habras pasado por esa experiencia horrible de tener entre los ojos el
can del arma de Stockley.
Charles se encogi de hombros. Mir fijamente el fuego durante un rato. Emma
lo miraba a l.
Cuando por fin habl, lo hizo en voz baja.
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No?
No. S estoy sintiendo, sin embargo, algunas otras emociones fuertes.
En serio? Eso suena prometedor.
Exactamente. Esta tarde me has hecho una promesa que an no has
cumplido.
Charles levant las cejas.
Yo? Qu te he prometido?
Emma se levant, volvindose para quedar de frente a l. Dej que la tela que la
envolva se deslizase por sus brazos hasta caer a sus pies, dejndola desnuda e
iluminada por el resplandor de la lumbre. Sonri al notar cmo una mezcla de lujuria
y amor consuman las ltimas sombras que quedaban en la cara de Charles.
Habas prometido que te portaras peor de lo que yo era capaz de imaginar.
l alarg las manos para recogerle los pechos, recorrer el contorno de sus
caderas y acariciarle los muslos. Ella sinti un calor que la humedeca y abri
ligeramente las piernas.
Te advierto dijo la joven, que he desarrollado recientemente una vvida
imaginacin.
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consigo misma. l le dio una palmada muy suave en su hermoso trasero y ella rio
sacndole la lengua, que l sorbi con delicadeza.
No te voy a dejar que me seduzcas aqu, amor. La levant de su regazo,
ponindola de pie. Algn da, pero no hoy.
Con un movimiento de los hombros l se deshizo de su bata. Emma rio y alarg
la mano hacia su parte ms prominente, pero l la cogi de las muecas.
Comprtate, querida.
Oblgame.
Ser un placer.
La llev en brazos hasta su habitacin, donde la solt en medio de su cama.
Riendo, ella alarg los brazos hacia l.
Al sentir esos brazos envolvindolo, Charles supo que finalmente haba llegado
a casa.
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SALLY MACKENZIE
El marqus desnudo
RESEA BIBLIOGRFICA
Sally MacKenzie
Sally MacKenzie decidi que quera ser escritora siendo
nia. Sin embargo, opt por estudiar la carrera de Derecho,
aunque no estaba muy convencida de querer ejercer como
abogada. Se cas con su novio, compaero de facultad, y
cuando tuvieron su primer hijo Sally decidi dar el gran salto y
empezar a conseguir su ansiado sueo. Pero sus quehaceres
como madre no la dejaron tiempo para prcticamente nada que
no fuera cuidar de sus retoos. Cuando sus hijos fueron a la
universidad, por fin!, Sally se dedic de lleno a la escritura.
Aunque slo tiene publicados tres libros, despunta como una de las autoras a
tener en cuenta. Este ao, los lectores de habla hispana podremos conocerla de la
mano del sello Valery que publicar su primera novela en castellano, El Marqus
desnudo, segunda entrega de la serie Nobleza al desnudo.
El marqus desnudo
El Marqus es prctico. Si de proposiciones matrimoniales se trata, la peticin
de mano de Charles Draysmith es tan romntica como los pramos en diciembre.
Puede que Emma Peterson sea tan slo la hija de un prroco y l el flamante Marqus
de Knightsdale, y puede que l realmente prefiera casarse con ella solo para no tener
que soportar el mercado matrimonial. Pero cuando Charles da a entender cunto
disfrutara de procurarse un heredero, pues lo que una dama puede soportar tiene
un lmite
Pero la dama es apasionada. Hay algo en el espectculo de una mujer lanzando
cermica a la cabeza de un hombre que despierta el inters del Marqus. Tal vez a la
proposicin le falt gracia, piensa Charles. Pero s que parece una solucin perfecta.
l obtiene una esposa, sus jvenes protegidas, la madre que tanta falta les hace y
Emma gana seguridad y una posicin. Lo ves? Simple, prctico, sensato ay no, el
perro de cermica no!
Deber confesar la verdad para apaciguarla. Y la verdad es que est locamente
enamorado
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SALLY MACKENZIE
El marqus desnudo
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Ttulo original: The Naked Marquis
Traduccin: Rita Karina Plasencia
Sally MacKenzie. Reservados todos los derechos
Primera edicin: Junio 2007
ISBN-13: 978-84-96692-45-9
ISBN-10: 84-96692-45-0
Depsito Legal: M-18423-2007
Valery
www.valery.es
[email protected]
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