Revista de Estudios de Gnero.

La ventana
ISSN: 1405-9436
[email protected]
Universidad de Guadalajara
Mxico

MARTNEZ LOZANO, CONSUELO PATRICIA

Resea de "Se busca herona. Reflexiones en torno a la heroicidad femenina" de Paulina Rivero
Weber
Revista de Estudios de Gnero. La ventana, vol. IV, nm. 31, 2010, pp. 228-239
Universidad de Guadalajara
Guadalajara, Mxico

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LA VENTANA, NM. 31 / 2010

Por otro lado, se destaca en este

CONSUELO PATRICIA MARTNEZ

texto la importancia de la participacin

LOZANO

del CLADEM en los Informes sombra,

HERONAS O LA
CONSTRUCCIN DE
LA MUJER TOTAL

es decir, esos informes que se elaboran para las conferencias y cumbres

mundiales que presentan un informe
alterno al oficial de los gobiernos.
Pese a algunos retrocesos y del
avance de la derecha que amenazan los

Rivero Weber, Paulina. Se busca herona. Reflexiones en torno a la heroicidad femenina. Mxico, taca, 2007.

derechos de las mujeres, no todo est

perdido. Este 17 de marzo de 2010,

Al concluir la primera lectura que hice

Michoacn se convirti en el primer

de este libro vino a mi memoria, entre

estado de la Repblica Mexicana que

otros asuntos, una ancdota muy sen-

rechaz el decreto propuesto por el

cilla ocurrida hace muchos aos: una

Partido Accin Nacional (PAN) para ele-

muy querida amiga ma y yo estudi-

var a rango constitucional la vida des-

bamos en la universidad y por razones

de el momento de la concepcin y

diversas en ese tiempo mi amiga ley,

criminalizar a las mujeres que decidan

por primera vez, un texto muy conoci-

interrumpir un embarazo no deseado.

do y denominado clsico de la lite-

Por ello, y con la participacin de

ratura infantil: Corazn, de Edmundo

todas y de todos, esperamos que la

de Amicis. Al mismo tiempo, el libro

justicia para una vida digna de las

fue ledo tambin por la hermana de

mujeres se convierta en reportes de luz,

mi amiga. Cuando sta le devolvi el

en el respeto a los derechos humanos,

libro le dijo: toma tu libro, me gus-

la equidad y la justicia.

t pero tambin me hizo sufrir

cuando una termina de leerlo le dan

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ganas de ser muy buena persona, amar

y tambin de su necesidad (y respon-

y ayudar a todos pero no es posible

sabilidad) de buscar y desarrollar otro

ser tan bueno. Record esto porque,

modo de ser humano y libre, como

al concluir de leer lo escrito por Paulina

deca Rosario Castellanos, de construir

Rivero Weber, queda un enorme im-

una manera distinta y libre de ser mu-

pulso que llama a la accin inmediata,

jer, alejada de esa carga histrica,

aunque no precisamente como la que

marcada como destino, de nulidad,

describa la hermana de mi amiga sino

invisibilidad y dominacin.

ms bien un mpetu ferviente de po-

De manera sencilla, armoniosa e

ner en prctica, al instante, la labor de

inteligente, Rivero Weber lleva la re-

forjar el propio destino, una bsqueda

flexin sobre el ser femenino por ca-

y deseo libertario e inaplazable de rea-

minos diversos pero confluentes:

lizacin personal y plena, unas enor-

mediante la literatura, la filosofa, la

mes ganas de ser mujer total, de ser

historia y la poesa, construye un cua-

la herona de nuestra propia vida. Y,

dro analtico, contundente y lcido, que

adems, con la certeza de que esto es

resulta a la vez riguroso y afable, aca-

posible. No se trata de la realizacin

dmico pero sin falsas pretensiones de

de excntricas, esforzadas y llamati-

erudicin. Uno de los aspectos ms

vas hazaas, o de la bsqueda de aven-

gratos del texto es la conjuncin del

turas de conquista y posesin, es decir,

conocimiento y la reflexividad literaria-

lo que comnmente se entiende por el

filosfica con una exposicin y escri-

trabajo o el desempeo propio de un

tura clara, breve y sin artificios, muy

hroe. Este libro es, en otro sentido,

generosa. El resultado es un libro que

un anlisis reflexivo sobre la vida y el

puede compartirse con cualquier edad.1

destino histricamente asignado a las

mujeres, de confinamiento y sujecin,

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1 Cabe sealar que existe una segunda edicin del libro

(2009), en el que se incluyen disertaciones sobre la mujer
madre.

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Rivero Weber, con una pregunta,

casa, viaja, conoce tierras lejanas, co-

expone una inquietud fundamental: por

rre aventuras alucinantes y grandes

qu no existe en la literatura universal

riesgos de los que triunfa airoso; libra

una protagonista (una herona) que

batallas, salva su vida por ser astuto y

pueda funcionar como ejemplo para las

audaz; todo esto mientras su abnega-

mujeres, una figura femenina heroica

da y dulce esposa, Penlope, se queda

que marque directrices a seguir, de

en casa, dedicada a la muy destacable,

la que emane un deseo de imitarla, cu-

productiva y emancipadora labor de

yas acciones sean altamente valoradas,

tejer, destejer y esperar el regreso

realizables y aleccionadoras. Esta in-

de Odiseo.

terrogante lleva a Rivero al anlisis y

Rivero Weber no pretende trans-

caracterizacin, primero, de lo que se

portar la figura del hroe masculino,

considera heroico, lo que hace (a) un

tal cual, a las heronas que describe

hroe (en masculino). Para ello acude

(Emma y Ana), parte de la idea de que

a la figura de un hroe por antonoma-

una herona bien puede tener otras

sia: Odiseo y la vivencia de sus extraor-

caractersticas que no sean las mismas

dinarias aventuras en su regreso a taca.

del hroe varn; sin embargo, enfatiza

Despus, Rivero compara las caracte-

que la concepcin de lo heroico s pue-

rsticas de la heroicidad (masculina) de

de entenderse a partir de ciertas acti-

Odiseo con la personalidad e historias

tudes y acciones que desarrolla el

de dos protagonistas femeninas (dos

hroe: salir, recorrer mundo, poner a

heronas) de novelas clsicas de la li-

prueba su valor, enfrentarse a retos y

teratura universal: Emma Bovary (Ma-

vencerlos, tener arrojo, fortaleza, de-

dame Bovary, de Gustav Flaubert) y Ana

cisin, sabidura y nobleza. Con esta

Karenina, de Len Tolstoi. As, pode-

perspectiva, Rivero Weber analiza a las

mos apreciar que Odiseo sale de su

heronas Emma Bovary y Ana Karenina,

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y en ellas no encuentra nada que las

creen que a una mujer sola le falta algo

acerque a la manifestacin de lo he-

(pp. 52-53). Adems, Rivero Weber

roico, ms bien todo lo contrario. En

encuentra que estas heronas no slo

forma breve y precisa Rivero cuenta la

fueron descritas o creadas por hom-

historia de ambas mujeres y, de mane-

bres, sino tambin para los hombres.

ra similar, en ellas slo hay frustracin,

Es decir, Emma y Ana, al ser mujeres

debilidad, desequilibrio, inestabilidad

que centran su vida en los varones y

emocional, sufrimiento y suicidio, en-

lo sacrifican todo por ellos, se convier-

tre otras cosas. Odiseo vence y es li-

ten en espejos que los engrandecen,

bre de realizar venturosamente sus

que los hacen aparecer superiores.

sueos; Emma y Ana se descontrolan,

Para Rivero Weber, el que no exis-

se equivocan, van cayendo en una vo-

ta una figura femenina literaria en la

rgine de malas decisiones, de errores

que se conjuguen y destaquen los di-

fatales y terminan apurando veneno o

versos aspectos que ataen a la heroi-

tirndose a las ruedas del tren. Segn

cidad ha privado a las mujeres de un

apunta Rivero, Vaya heronas que nos

cono ejemplar o representativo, y de

han dado estos grandes hombres!.

alguna manera ha contribuido a deter-

Ellas son los ejemplos femeninos a

minar las vidas femeninas como de

seguir porque, al parecer, lo heroico en

escaso valor, accin, temple e indepen-

las mujeres es buscar el amor y la com-

dencia. Por el contrario, siguiendo los

paa de un hombre; este noble y ni-

destinos de Emma y Ana, las mujeres,

co fin bien valen adulterio, locura y

como heronas, slo pueden aspirar a

suicidio. Las mujeres, dice Rivero: Al

volcar su vida en pos de los varones o

no tener una vida propia, perder el amor

de las frivolidades. Esto ha sido crucial

de un hombre es perderlo todo, que-

en la vida de mujeres y hombres, por-

dar vaca Y por ello tantas mujeres

que a travs de un medio como la lite-

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ratura no se han brindado personajes

ms importante de la vida Falta que

femeninos que acostumbren a las y

la mujer triunfante deje de ser una

los lectores a valorar y considerar a las

excepcin en la literatura, que la he-

mujeres como personas de accin o

rona triunfante exista de manera ms

agentes de cambio social. Segn pala-

corriente (pp. 63 y 68).

bras de Rivero:
En este sentido, Rivero acepta que es-

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La realidad es que las mujeres no

tos personajes literarios no concuer-

encuentran en la literatura clsica he-

dan con las mujeres autnticamente

ronas triunfantes, ni heronas que

heroicas que han existido y existen en

transformen su entorno; los patro-

la vida real. Para ello recurre al ejemplo

nes femeninos inducen a la depen-

(entre otros) de Lou Andreas Salom,

dencia psquica y emocional. De ah

pensadora y escritora rusa, autora de

que ellas, ms que servir como ejem-

profundas e importantes obras litera-

plo de las mejores facetas de la mujer

rias y filosficas; sin embargo, ha sido

como debiera ser el caso de una

ms conocida no por su mritos inte-

autntica herona presentan las

lectuales, sino en funcin de los hom-

peores, las ms peligrosas.

bres que la rodearon y que de alguna

Lo que requiere la mujer de hoy

manera estuvieron influidos por ella:

es una literatura donde las mujeres

Rilke, Nietzsche o Freud. As, Rivero

no corran afanosamente hacia los

describe a Lou, justamente, como el

hombres y se suiciden por ellos, sino

prototipo de una herona, una figura

mujeres que sean capaces de correr

ejemplar e imitable. Es la herona inte-

tras de s mismas: mujeres que en-

ligente, sensible, vehemente y libre que

cuentren en s el punto de equilibrio,

se basta a s misma, que en ningn

el centro fundamental, el proyecto

momento mutila su vida para benefi-

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cio de otra persona, que es por com-

jer apasionada Como mujer de la

pleto independiente y productiva.

vida real Lou tiene en las Kareninas y

Rivero se pregunta por qu, siendo

las Bovarys una competencia desigual

sta una mujer de pensamiento y ac-

e injusta (pp. 77 y 78).

ciones trascendentales y deslumbrantes, no sirve como ejemplo para

En funcin de esto, Rivero tambin alu-

configurar una herona literaria. Ello

de a las mujeres que renuncian o deser-

porque Tolstoi conoci a Lou, con

tan en la bsqueda de la independencia

quien intercambi y discuti temas,

material y emocional, esto es, que eva-

ideas y planteamientos diversos. Ante

den voluntariamente la responsabilidad

esto, Rivero se pregunta:

de construir otro modo de ser humano

y libre: la mujer total. Ellas son, dice

Por qu un hombre que conoci a

Rivero Weber, las mujeres esquirol:

una mujer tan excepcional, y se-

las que, a sabiendas, se convierten en

guramente conoci a muchas otras

un mero objeto de satisfaccin y entre-

mujeres excepcionales, por qu

ga a las percepciones culturales domi-

pregunto escribi Ana Kareni-

nantes masculinas (y comerciales) de

na? O acaso un hombre con el ta-

lo que se ha conformado como lo feme-

lento y la profundidad de Tolstoi no

nino o una verdadera mujer, y con esto

fue capaz de darse cuenta que tena

traicionan la vida de todas las otras

ante s a una mujer excepcional? Pa-

mujeres y sus posibilidades de inde-

reciera como si su genio literario slo

pendencia, de conformar un destino libre

tuviese ojos para ciertas cualidades

y propio.

femeninas y fuera ciego para otras

La clave principal para construir a

que simplemente no encajaban en

esta mujer mujer (como la llama

su concepcin de lo que es una mu-

Rivero aludiendo a un trmino acua-

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do por la escritora nicaragense

quien debe conocer, amar y servir. De

Gioconda Belli), es decir, a la mujer

nuevo, siguiendo el ejemplo de Lou

total, consiste, fundamentalmente, en

Andreas (quien, no obstante haberse

dos aspectos: 1) la mujer debe apren-

casado, tuvo una vida independiente

der a vivir partiendo de un sano egos-

en lo material y afectivo), Rivero sea-

mo, a la manera en que lo expuso y

la que las mujeres temen a la soledad

vivi Lou Andreas Salom: Yo slo

y que sta no significa no ser amadas

puedo ser fiel a m misma (p. 89).

por las y los dems o no tener una

Esto, segn lo explica Rivero, tiene que

pareja. La soledad es el disfrute pleno

ver con dejar de lado la abnegacin y

de la propia compaa. Las mujeres no

el sacrificio a toda prueba que se le ha

se regocijan en y de s mismas; por el

atribuido a las mujeres como destino

contrario, son educadas para estar

fundamental. La mujer debe auto-sal-

siempre rodeadas por otros (familia,

varse primero, y no buscar ser el so-

hijos, pareja, amigos, compaeros de

porte permanente de los dems o

trabajo), para estar al pendiente

aplicarse en el rescate exclusivo y co-

de los dems, ser su auxilio, ayuda y

tidiano de los otros. Ninguna mujer

proteccin, y no para recrearse, acom-

puede ayudar cabalmente a los que la

paarse, en su propio ser.

rodean o a quienes ama si antes no se

Por ello, Rivero seala, retomando

salva a s misma de la nulidad, del

a Virginia Woolf, que no bastan una

auto-abandono, del no ser. 2) La mujer

habitacin propia y la seguridad eco-

debe ejercitarse en lidiar consigo mis-

nmica o material para que una mujer

ma, tiene que aprender a estar sola,

sea duea de s misma y su destino.

saber que la mejor compaa con la que

Estos dos aspectos ya mencionados,

puede contar es ella misma, siempre;

el egosmo y la soledad, le confieren a

que su propio ser es, en principio, a

las mujeres la independencia emocio-

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nal que es bsica y necesaria para ser

planteamientos. Es un libro amigable,

realmente una herona, una mujer to-

lcido y risueo (si caben estos califi-

tal. Por supuesto, Rivero asume que

cativos para un libro). Incluso es posi-

esta configuracin de la herona-mujer

ble que para muchas mujeres resulte

mujer no es trabajo fcil; por el con-

un texto verdaderamente revelador.

trario, es una verdadera proeza digna

Sobre todo, se trata de un libro reali-

de toda una herona, porque, con

zado con una gran modestia, en el sen-

prcticamente todo en contra (la

tido de que en realidad, bien mirado,

historia, los esquemas culturales de g-

se trata de un tema que se aborda des-

nero, las prescripciones sociales-reli-

de un punto de vista filosfico-litera-

giosas, la dominacin, la violencia

rio, que se ha puesto al alcance del

institucional-econmica y simblica, y

lector de manera sencilla, sin desplan-

un largo etctera), las mujeres deben

tes acadmicos pretenciosos. Encon-

asumir y lanzarse al reto y la lucha de

trar modestia en un libro que aborda y

ser ellas mismas, y no volcarse en las

explica la ontologa o la epistemologa

directrices de subordinacin histricas-

de la manera ms sencilla y natural ya

culturales que les han sido trazadas y

es motivo suficiente para leerlo.

a las que deben sometimiento como

Ahora bien, es oportuno elaborar

destino nico o natural. As, dice

algunos sealamientos. A mi juicio,

Rivero, La mujer, ms que buscar una

Rivero Weber elude o abandona nota-

herona, debe convertirse a s misma

blemente en su exposicin el aspecto

en tal (p. 95).

de la cultura. En realidad, sus plantea-

En general, ste es un libro que se

mientos tienen que ver o slo se refie-

disfruta, que se lee con gusto y en cier-

ren a la cultura occidental, a la que se

ta forma con alegra por el acertado

deriva de la civilizacin griega. Por su-

uso de la irona y la agudeza en sus

puesto que esto no es reprochable,

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pero s se echa de menos una aclara-

filsofo masculino, pero tambin es pre-

cin de este tipo. Ello conduce a que

ciso ser honestos y aceptar la realidad.

el libro se antoje significativo para cier-

Rivero Weber seala que Tolstoi co-

tos sectores de mujeres (las que se

noci a Lou Andreas Salom, y le re-

ubican en las clases medias y altas o

procha abiertamente que no haya hecho

las profesionistas), aunque, al parecer,

uso de su talento y sabidura de artis-

no es sa la intencin de Rivero Weber.

ta, de escritor, para inmortalizar a una

Es decir, a mi entender, sus reflexiones

herona autntica, a una mujer como

pretenden ser ms abarcadoras de di-

Lou. Sin embargo, Rivero no nos dice

versos pblicos femeninos (al menos

si Nietzsche s hizo trascender en sus

en la sociedad mexicana) pero, en rea-

textos, en sus ideas, la figura de Lou

lidad, no me parece que esto se logre

de manera explcita, no como una in-

en el texto.

fluencia personal, algo-alguien que est

Por otro lado, Rivero sucumbe en

detrs de las grandes enseanzas del

cierta medida a su admiracin, de ma-

filsofo. De hecho, por lo que seala

nera particular, por Nietzsche, lo que

Rivero en su libro, pareciera que

evidentemente no es un acto abomi-

Nietzsche, ms que estar influenciado,

nable y adems est en todo su dere-

plagi descaradamente algunas de las

cho. A lo que me refiero es que se

ideas de Lou. En todo caso, si Tolstoi

vislumbra una cierta reticencia a acep-

no escribi sobre esta mujer, tal vez

tar, de manera explcita, la misoginia

Nietzsche s habra podido emprender

en el filsofo, lo que afloja ligeramen-

la tarea fundamental de compartir y

te los planteamientos del libro. Me

destacar la vida de una herona real.

explico, no se trata de hacer seala-

Rivero, en cierta forma, aclara (aunque

mientos de fuego, implacables o ren-

ella no lo manifieste as) que cuando

corosos hacia todo lo que suene a

Nietzsche y Schopenhauer se eviden-

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cian misginos, es porque en realidad

esta percepcin de mi parte es simple

se estn refiriendo a las mujeres es-

ignorancia ma, y espero que sta pueda

quirol, las que claudican en la cons-

ser disculpada.

truccin de ser heronas:

Por ltimo, Rivero toma en cuenta

que tambin existen varones protago-

Estas mujeres son en verdad las de

nistas de novelas que tienen un desti-

largos cabellos e ideas cortas, son

no fatal como el de Ana Karenina y

aquellas a las que un hijo termina

Emma Bovary; no obstante, enfatiza

por arreglar su existencia, las que los

que a ellas, casualmente, nunca les

hombres doman con un ltigo S,

toca las de ganar, en cambio, los va-

Nietzsche y Schopenhauer tenan ra-

rones s tienen opcin de diversos des-

zn cuando hablaban as de la mu-

tinos. Coincido con esto; sin embargo,

jer. La nica forma de que no la

me parece que Rivero no reflexiona de

tengan es dejando de ser as (las cur-

igual manera en que, de algn modo

sivas son del texto, p. 79).

(o de todos los modos), estos personajes femeninos literarios son la repre-

Se puede leer esto y estar de acuerdo,

sentacin, la muestra, la explicacin o

pero qu lstima que ni Schopen-

el trazo (incluso, por qu no, la de-

hauer ni Nietzsche (tal vez l se refera

nuncia) que hace el escritor de una rea-

slo a su madre o a su hermana) tu-

lidad social-cultural que pone grilletes

vieron el buen tono o la fineza de ha-

y yugo a las mujeres. Recuerdo que,

cer esas aclaraciones. Sin embargo,

en mi juventud, cuando le Madame

asumo que Rivero Weber es doctora

Bovary y Ana Karenina (de esto hace

en filosofa y ha escrito libros sobre

muchos aos), en efecto, no me pare-

Nietzsche; es decir, me queda claro que

cieron figuras ejemplares y tambin fue

sabe de lo que est hablando. Quiz

decepcionante (sobre todo en Ana) que

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no tuvieran las agallas para salvarse a

parece, son algunas de las obras de

s mismas. No obstante, tambin

Benito Prez Galds, y que Rivero Weber

consider que, en buena parte, am-

nunca menciona. Pienso, fundamen-

bas historias intentaban perfilar, dibu-

talmente, en Tristana, en donde el per-

jar un entorno social que violentaba a

sonaje, al inicio de la novela, es el trazo

las mujeres, en el que ellas no tenan

de una verdadera herona: una mujer

ms salida que la muerte. Es decir, es-

reflexiva, inteligente, analtica, rebel-

tas mujeres caen en una vorgine que

de, valiente, que toma decisiones,

las arrastra a la fatalidad porque las nor-

pero todo se vuelve contra ella, no

mas sociales-culturales, la carga his-

slo la sociedad, las costumbres y su

trica, el autoritarismo y la dominacin

tutor-abusador, tambin la enfermedad

las han marcado, no les permiten vi-

se ensaa con ella: aparecen el cncer

vir, no las dejan intentar hacer lo que

y la amputacin, y esto es fundamen-

quieren, tratar de ser ellas mismas (y

tal para presenciar el derrumbe brutal

es que tampoco les han inculcado la

del vuelo que empezaba a emprender.

manera de llegar a serlo). No slo se

Al final la sociedad la copta, la doblega,

trata de decir stas son las heronas,

la mata en vida, y Tristana se convier-

as son las mujeres heroicas; sino, tam-

te en todo lo que al principio aborreca:

bin: esto es lo que la sociedad

mojigata, pusilnime, improductiva,

androcntrica, las normas de domina-

ignorante voluntaria. Queda claro que

cin hacen de y a las mujeres, ste

Galds no hace el retrato del deber ser

es el destino injusto e indigno al que

de una herona sino, ms bien, la de-

se les arroja: ya sean la ignorancia, la

nuncia de una cultura particularmente

frivolidad, la estulticia, o la desespe-

misgina y violenta hacia las mujeres.

racin, el sealamiento, la obsesin y

Hay otros aspectos literarios-heroi-

la muerte. Un ejemplo de esto, me

cos-femeninos que Rivero deja a un

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lado, como pueden ser ciertas obras

personajes masculinos tambin, as

escritas por mujeres (y que son consi-

como en el contexto de la campia

deradas como una especie de literatu-

inglesa en que se desenvuelven) que

ra menor), pero que resultaran

escapa al juicio faciln de las historias

importantes en su anlisis. Aunque

bonitas, por mucho (y a pesar de)

Rivero menciona la novela La mujer de

que Hollywood se esmere en ello.

Gilles (una obra, dice, admirada por

Austen en realidad se burla de todo,

Simone de Beauvoir, p. 55), escrita

principalmente de los diversos parme-

por Madeleine Bourdouxhe, nunca hace

tros de lo femenino, y perfila heronas

referencia, por ejemplo, a Jane Austen

falsamente sencillas en un entorno pla-

o a las hermanas Bront, por mencio-

gado de imposturas y futilidad.

nar algunas. De manera especial, Jane

Muchas son las reflexiones que

Austen logra realizar trazos de muje-

despierta el libro Se busca herona, y

res muy interesantes, sobre todo por-

esto es lo mejor. Sobre todo, consti-

que pareciera que estas protagonistas

tuye una lectura til para el anlisis de

femeninas son todo menos heronas

gnero, imperativo e impostergable, en

(de hecho, quiz para Rivero seran ab-

estos tiempos en que la violencia con-

solutas antiheronas: al final son feli-

tra las mujeres y la misoginia criminal

ces o las cosas les salen bien porque

e impune se han apoderado de nues-

se casan y adquieren prestigio, etc-

tro pas. En este sentido, el libro bien

tera), pero hay una malicia, una extraor-

puede ser un llamado a la accin in-

dinaria irona y agudeza intencionales

mediata. Ser posible?

en esos retratos femeninos (y en los

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