Capitulo 1.carlos Sabino

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EL CONOCIMIENTO CIENTIFICO

Para abordar con provecho el estudio de la metodologa cientfica es


necesario situarse, previamente, en el contexto en que sta adquiere su
sentido. La metodologa, como veremos ms adelante, [V. infra, 2.3.] no es
realmente una ciencia, sino un instrumento dirigido a validar y a hacer ms
eficiente la investigacin cientfica. Esta, a su vez, es la actividad que
alimenta un singular tipo de conocimiento, la ciencia. Por tal razn, no es
posible estudiar la metodologa como disciplina si no se posee una
comprensin mnima sobre ciertos problemas relativos al conocimiento en
general y a la ciencia en particular.
A este objetivo dedicaremos en consecuencia los dos primeros captulos de
esta obra: revisaremos aunque muy sucintamente algunos conceptos y
nociones bsicas del complejo campo filosfico que suele llamarse
epistemologa, o teora del conocimiento, procurando dar una perspectiva
razonada del conjunto de la materia que tratamos. De este modo esperamos
que los problemas metodolgicos que se desarrollan ms adelante se
comprendan mejor en su autntico significado y puedan estudiarse con menor
dificultad. [V., para una exposicin mucho ms completa, Los Caminos de la
Ciencia, Op. Cit., especialmente sus cinco primeros captulos.]
1.1 El conocimiento como problema
En nuestra vida cotidiana, en el trabajo, los estudios o la constante
interaccin social, adquirimos y utilizamos una inmensa cantidad de
conocimientos, tan variados como el universo mismo: sabemos cual es la llave
que abre la puerta de nuestra casa y cmo cambia el semblante de la persona
que amamos, aprendemos cuantos electrones orbitan en un tomo de helio o
la fecha en que fue fundada nuestra ciudad. El conocimiento se nos presenta
como algo casi natural, que vamos obteniendo con mayor o menor esfuerzo a
lo largo de nuestra vida, como algo que normalmente aceptamos sin discusin,
especialmente cuando lo adquirimos en la escuela o a travs de medios
escritos de comunicacin.
Pero en algunas ocasiones, o con respecto a ciertos conocimientos,
percibimos que las cosas no son tan simples, que hay afirmaciones discutibles
o sencillamente falsas. Encontramos que, en una conversacin cualquiera o en
una polmica determinada, hay aseveraciones que tienen diverso valor, que
son ms o menos confiables que otras y que dicho valor depende en buena
medida del modo en que se ha llegado hasta ellas. Esto puede ocurrir, por
ejemplo, cuando descubrimos que una persona relata hechos que no ha tenido
ocasin de comprobar o cuando comprendemos que se han sacado
inadvertidamente conclusiones erradas, ya sea por haberse confundido los

trminos de un problema o por basarse en datos incompletos, aproximados o


directamente equivocados.

Si reflexionamos sobre estos casos encontraremos que es posible hacerse


una pregunta, una pregunta tal que cambia por completo nuestra actitud ante
los conocimientos que tenemos: cmo sabemos lo que sabemos? podemos
inquirir en qu nos basamos, para afirmar o para aceptar una determinada
afirmacin? Cmo sostener que algo es verdad, por ejemplo, si no hemos
podido comprobarlo directa y personalmente, o si tenemos slo una
informacin parcial al respecto? Y ms todava, aun cuando nuestros sentidos
parezcan indicarnos claramente una respuesta, podremos siempre estar
seguros de lo que vemos, omos y sentimos? Porque el sol parece girar
alrededor de nuestro planeta, y sabemos que eso no es cierto, la materia
presenta un exterior inerte; sin embargo, est cargada de una tremenda
energa .Las personas afirman que han hecho esto o aquello, pero pueden
estar confundidas o faltar a la verdad.

Al llegar a este punto podemos entonces vislumbrar que existe un problema


alrededor de lo que es el conocer, el saber algo acerca de los objetos que nos
rodean o de nosotros mismos. Y este problema radica en que la verdad no se
muestra directa y llanamente ante nosotros, sino que debe ser buscada ms o
menos activamente por medio de un trabajo indagatorio sobre los objetos que
intentamos conocer. Todo conocimiento supone un cierto esfuerzo para
adquirirlo y este esfuerzo puede ser hecho de una manera ms o menos
completa o efectiva.

Surge entonces una primera distincin que es preciso resaltar y tener


siempre en cuenta: no debemos confundir una afirmacin respecto a un hecho
o a un objeto, con el proceso mediante el cual se ha obtenido tal conocimiento,
es decir, que nos ha permitido llegar a dicha afirmacin. En otras palabras,
aquello que dice un profesor o que dice un libro o un peridico digamos, por
ejemplo, que la economa de cierto pas ha crecido 4% en el ao es una
afirmacin que, cierta o falsa, nosotros podemos recordar y utilizar; es, por
tanto, un conocimiento, que recibimos si se quiere de un modo pasivo, y que
incorporarnos y relacionamos con otros que poseemos de antemano. Pero
resulta evidente que alguien, una o ms personas, son los responsables de
esa afirmacin; alguien, de algn modo, en algn momento, ha estudiado la
economa a la que nos referimos y ha determinado por algn medio que su
crecimiento anual ha sido del 4% y no del 3% o del 5%. Cmo lo ha hecho?
de qu recursos se ha valido para saberlo?: este es el punto que nos interesa
destacar.

Cuando comenzamos a preocuparnos acerca del modo en que se ha


adquirido un conocimiento, o cuando intentamos encontrar un conocimiento
nuevo, se nos presentan cuestiones de variada ndole, muchas de las cuales
integran el campo de estudio de la metodologa. Algunos de estos problemas,
los ms generales, sern apenas esbozados en las pginas siguientes, por
cuanto son el tema de la epistemologa y de la filosofa del conocimiento en
general y no podemos desarrollarlos en profundidad; otros, ms especficos,
son los que abordaremos a partir del captulo 3 de este libro.
1.2. El conocimiento como proceso.
El hombre parece haber estado siempre preocupado por entender y
desentraar el mundo que lo rodea, por penetrar en sus conexiones y en sus
leyes, por atisbar hacia el futuro, descubriendo las relaciones y el posible
sentido de las cosas que existen a su alrededor. No podemos aqu discutir por
qu ocurre esto, ni resumir tampoco las varias teoras que se han adelantado
sobre el tema. Puede resultar til, al menos, intentar una breve digresin.

Desde que la especie humana empez a crear cultura, es decir, a modificar y


remodelar el ambiente que la rodeaba para sobrevivir y desarrollarse, fue
necesario tambin que comprendiera la naturaleza y las mutaciones de los
objetos que constituan su entorno. Tareas que a nuestros ojos resultan tan
simples como edificar una choza, domesticar animales o trabajar la tierra, slo
pudieron ser emprendidas a luz de infinitas y cuidadosas observaciones de
todo tipo; el ciclo de los das y las noches, el de las estaciones del ao, la
reproduccin de animales y vegetales, el estudio del clima y de las tierras y el
conocimiento elemental de la geografa fueron, indudablemente,
preocupaciones vitales para nuestros remotos antecesores, por cuanto de esta
sabidura dependa su misma supervivencia.

El conocer, entonces, surgi indisolublemente ligado a la prctica vital y al


trabajo de los hombres como un instrumento insustituible en su relacin con un
medio ambiente al que procuraban poner a su servicio. Pero, segn las ms
antiguas narraciones que poseemos, el pensamiento de esas lejanas pocas
no se circunscribi exclusivamente al conocimiento instrumental, aplicable
directamente al mejoramiento de las condiciones materiales. Junto con ste
apareci simultneamente la inquietud por comprender el sentido general del
cosmos y de la vida. La toma de conciencia del hombre frente a su propia
muerte origin adems una peculiar angustia frente al propio destino, ante lo

desconocido, lo que no fue posible abarcar y entender.

De all surgieron los primeros intentos de elaborar explicaciones globales de


toda la naturaleza y con ello el fundamento, primero de la magia, de las
explicaciones religiosas ms tarde, y de los sistemas filosficos en un perodo
posterior.

Si nos detenemos a estudiar los mitos de los pueblos grafos, los libros
sagrados de la antigedad o las obras de los primeros filsofos veremos, en
todos los casos, que en ellos aparecen conjuntamente, pero sin un orden
riguroso, tanto razonamientos lcidos y profundos como observaciones
prcticas y empricas, sentimientos y anhelos junto con intuiciones, a veces
geniales y otras veces profundamente desacertadas.

Todas estas construcciones del intelecto donde se vuelcan la pasin y el


sentimiento de quienes las construyeron pueden verse como parte de un
amplio proceso de adquisicin de conocimientos que muestra lo dificultoso que
resulta la aproximacin a la verdad:; en la historia del pensamiento , nunca ha
sucedido que alguien haya de pronto alcanzado la verdad pura y completa sin
antes pasar por el error; muy por el contrario, el anlisis de muchos casos nos
dara la prueba de que siempre, de algn modo, se obtienen primero
conocimientos falaces, ilusiones e impresiones engaosas, antes de poder
ejercer sobre ellos la crtica que luego permite elaborar conocimientos ms
objetivos y satisfactorios.

Lo anterior equivale a decir que el conocimiento llega a nosotros como un


proceso, no como un acto nico donde se pasa de una vez de la ignorancia a
la verdad. Y es un proceso no slo desde el punto de vista histrico que hemos
mencionado hasta aqu, sino tambin en lo que respecta a cada caso
particular, a cada persona que va acumulando informaciones de todo tipo
desde su ms temprana niez, a cada descubrimiento que se hace, a todas las
teoras o hiptesis que se elaboran.

A partir de lo anterior ser posible apreciar con ms exactitud el propsito de


nuestro libro: presentar una visin de conjunto del proceso mediante el cual se
obtiene el conocimiento cientfico, es decir, de un tipo particular de
conocimiento que se alcanza, como decamos ya, por medio de una actividad
que denominamos investigacin cientfica.

1.3. Diferentes tipos de conocimiento


Hemos hecho alusin, en lneas anteriores, a sistemas religiosos y
filosficos, al pensamiento mgico y a otras creaciones culturales del hombre
que no se pueden desestimar pese a sus posibles errores, puesto que deben
ser comprendidas como parte de un proceso gradual de afirmacin de un
saber ms riguroso y confiable.

Pero no se trata slo de distinguir entre los aciertos y los errores: existe
tambin una diferencia entre el pensamiento racional y las emociones, las
intuiciones y otros elementos del discurso que se diferencian bastante
claramente de ste.
Si concebimos al hombre como un ser complejo, dotado de una capacidad
de raciocinio pero tambin de una poderosa afectividad, veremos que ste
tiene, por lo tanto, muchas maneras distintas de aproximarse a los objetos de
su inters. Ante una cadena montaosa, por ejemplo, puede dejarse llevar por
sus sentimientos y maravillarse frente la majestuosidad del paisaje, o bien
puede tratar de estudiar su composicin mineral y sus relaciones con las
zonas vecinas; puede embargarse de una emocin indefinible que le haga ver
en lo que tiene ante s la obra de Dios o de un destino especial para s y el
universo, o tambin puede detenerse a evaluar sus posibilidades de
aprovechamiento material, considerndola como un recurso econmico para
sus fines.

El producto de cualquier de estas actitudes ser, en todos los casos, algn tipo
de conocimiento. Porque un buen poema puede decirnos tanto acerca del
amor o de la soledad como un completo estudio psicolgico, y una novela
puede mostrarnos aspectos de una cultura, un pueblo o un momento histrico
tan bien como el mejor estudio sociolgico. No se trata de desvalorizar,
naturalmente, el pensamiento cientfico, ni de poner a competir entre s a
diversos modos de conocimiento. Precisamente lo que queremos destacar es
lo contrario: que hay diversas aproximaciones igualmente legtimas hacia un
mismo objeto, y que lo que dice el poema no es toda la verdad, pero es algo
que no puede decir la psicologa porque se trata de una percepcin de
naturaleza diferente, que se refiere a lo que podemos conocer por el
sentimiento o la emocin, no por medio de la razn.

Lo anterior tiene por objeto demostrar que el conocimiento cientfico es uno de


los modos posibles del conocimiento, quizs el ms til o el ms desarrollado,
pero no por eso el nico, o el nico capaz de proporcionarnos respuestas para
nuestros interrogantes. Y es importante, a nuestro juicio, distinguir ntidamente

entre estas diversas aproximaciones para procurar que ningn tipo de


conocimiento pueda considerarse como el nico legtimo y para evitar que un
vano afn de totalidad haga de la ciencia una oscura mezcla de deseos y de
afirmaciones racionales. Porque cuando el campo del razonamiento es
invadido por la pasin o la emocin ste se debilita, lo mismo que le sucede a
la intuicin religiosa o esttica cuando pretende asumir un valor de saber
racional que no puede, por su misma definicin, llegar a poseer. Por este
motivo es que resulta necesario precisar con alguna claridad aun cuando lo
haremos someramente las principales caractersticas de ese tipo de pensar e
indagar que se designa como cientfico.

1.4. El conocimiento cientfico y sus caractersticas


La ciencia es una vasta empresa que ha ocupado y ocupa una gran cantidad
de esfuerzos humanos en procura de conocimientos slidos acerca de la
realidad. Tratar de elaborar una definicin ms precisa sera tarea
evidentemente ardua, que escapa a los objetivos de estas pginas. Pero
interesa sealar aqu que la ciencia debe ser vista como una de las
actividades que el hombre realiza, como un conjunto de acciones encaminadas
y dirigidas hacia determinado fin, que no es otro que el de obtener un
conocimiento verificable sobre los hechos que lo rodean. [V. Bunge M., La
Ciencia, su Mtodo y su Filosofa, Ed. Siglo Veinte, Bs. Aires, 1972; N. Ferrater
Mora, Diccionario de Filosofa; Nagel, Ernest, La Estructura de la Ciencia, Ed.
Ariel, Barcelona, 1978, y nuestro ya citado Los Caminos de la Ciencia, entre la
mucha bi- bliografa existente.]

Como toda actividad humana, la labor de los cientficos e investigadores est


naturalmente enmarcada por las necesidades y las ideas de su tiempo y de su
sociedad. Los valores, las perspectivas culturales y el peso de la tradicin
juegan un papel sobre toda actividad que se emprenda y, de un modo menos
directo pero no por eso menos perceptible, tambin se expresan en la
produccin intelectual de una poca el tipo de organizacin que dicha
sociedad adopte para la obtencin y transmisin de conocimientos y el papel
material que se otorgue al cientfico dentro de su medio. [V., entre otros, a
Bernal, John D., Historia Social de la Ciencia, Ed. Pennsula, Barcelona, 1976;
Merton, Robert K., La Sociologa de la Ciencia, Ed. Alianza, Madrid, 1977;
Geymonat, Ludovico, El Pensa- miento Cientfico, Ed. Eudeba, Buenos Aires,
1972, y Kuhn, Thomas, La Estructura de las Revoluciones Cientficas, Ed. FCE,
Madrid, 1981.] Considerando estos factores ser preciso definir a la ciencia
como una actividad social y no solamente individual, para no correr el riesgo
de imaginar al cientfico como un ente abstracto, como un ser que no vive en el
mundo cotidiano, con lo que perderamos de vista las inevitables limitaciones

histricas que tiene todo conocimiento cientfico.

Entrando ms de lleno en la determinacin de las caractersticas principales


del pensamiento cientfico habremos de puntualizar que ste se ha ido
gestando y perfilando histricamente por medio de un proceso que se acelera
notablemente a partir de la poca del Renacimiento. La ciencia se va
distanciando de lo que algunos autores denominan conocimiento vulgar", [Nos
referimos a Bunge, Op. Cit.] otros conocimientos prcticos" y otros , el mundo
del manipular"; [Kosic, Karel, Dialctica de lo Concreto, Ed. Grijalbo, Mxico,
1967, pp. 26 a 37, passim.] se va estableciendo as una gradual diferencia con
el lenguaje que se emplea en la vida cotidiana, en la bsqueda de un
pensamiento riguroso y ordenado.

Al igual que la filosofa, la ciencia trata de definir con la mayor precisin


posible cada uno de los conceptos que utiliza, desterrando las ambigedades
del lenguaje corriente. Nociones como las de crisis econmica", vegetal" o
estrella", por ejemplo, que se utilizan comnmente sin mayor rigor, adquieren
en los textos cientficos un contenido mucho ms preciso. Porque la ciencia no
puede permitirse designar con el mismo nombre a fenmenos que, aunque
aparentemente semejantes, son de distinta naturaleza: si llamamos crisis" a
toda perturbacin que una nacin tiene en su economa sin distinguir entre los
diversos tipos que se presentan, nos ser imposible construir una teora que
pueda describir y explicar lo que son precisamente las crisis: nuestro modo de
emplear el lenguaje se convertir en nuestro principal enemigo. De all la
necesidad de conceptualizar con el mayor rigor posible todos los elementos
que componen nuestro razonamiento; pues, sta es la nica va que permite
que el mismo tenga un significado concreto y determinado. De all tambin la
aparente oscuridad de algunos trabajos cientficos, que emplean conceptos
especficos, claramente delimitados, utilizando palabras que confunden al
profano.

Otras cualidades especficas de la ciencia, que permiten distinguirla con


bastante nitidez del pensar cotidiano y de otras formas de conocimiento (segn
veamos en 1.3), son las que mencionaremos a continuacin:

Objetividad: La palabra objetividad se deriva de objeto, es decir, de aquello


que se estudia, de la cosa o problema sobre la cual deseamos saber algo. [V.
Infra, 2.1.] Objetividad significa, por lo tanto, que se intenta obtener un
conocimiento que concuerde con la realidad del objeto, que lo describa o
explique tal cual es y no como nosotros desearamos que fuese. Ser objetivo

es tratar de encontrar la realidad del objeto o fenmeno estudiado, elaborando


proposiciones que reflejen sus cualidades. Lo contrario es la subjetividad, las
ideas que nacen del prejuicio, de la costumbre o de la tradicin, las meras
opiniones o impresiones del sujeto. Para poder luchar contra la subjetividad es
preciso que nuestros conocimientos puedan ser verificados por otros, que
cada una de las proposiciones que hacemos sea comprobada y demostrada en
la realidad, sin dar por aceptado nada que no pueda sufrir este proceso de
verificacin.

Si una persona sostiene: hoy hace ms calor que ayer" y otra lo niega, no
podemos decir, en principio, que ninguna de las dos afirmaciones sea falsa o
verdadera. Probablemente ambas tengan razn en cuanto a que sienten ms o
menos calor que el da anterior, pero eso no significa que en realidad,
objetivamente, la temperatura haya aumentado o decrecido. Se trata de
afirmaciones no cientficas, no verificables, y que por eso deben considerarse
como subjetivas. Decir, en cambio, ahora la temperatura es de 24 oC", es una
afirmacin de carcter cientfico, que puede ser verificada, y que en caso de
que esto ocurra podemos considerar como objetiva.

El problema de la objetividad no es tan simple el ejemplo anterior. En todas


nuestras apreciaciones va a existir siempre una carga de subjetividad, de
prejuicios, intereses y hbitos mentales de los que participamos muchas veces
sin saberlo.
Este problema se agudiza cuando nos referimos a los problemas sociales,
econmicos, polticos; que, de alguna manera estamos involucrados y, a la
vez somos los investigadores y los objetos investigados.
de algn modo, que etc. temas que ms directamente nos conciernen, como
los de la sociedad, la economa o la poltica, en los cuales puede decirse que.
como podra dar a entender l, sacado del mundo fsico.
Por eso no debemos decir que la ciencia es objetiva, como si pudiese existir un
pensamiento totalmente liberado de subjetividad, sino que la ciencia intenta o
pretende ser objetiva, que trata de alcanzar un fin que, en plenitud, en
trminos absolutos, resulta inaccesible.

Racionalidad: es otra caracterstica de suma importancia para definir la


actividad cientfica, que se refiere al hecho de que la ciencia utiliza la razn
como arma esencial para llegar a sus resultados. Los cientficos trabajan en lo

posible con conceptos, juicios y razonamientos y no con sensaciones,


imgenes o impresiones. Los enunciados que realizan son combinaciones
lgicas de esos elementos conceptuales que deben ensamblarse
coherentemente, evitando las contradicciones internas, las ambigedades y
las confusiones que la lgica nos ensea a superar. La racionalidad aleja a la
ciencia de la religin, y de todos los sistemas donde aparecen elementos noracionales o donde se apela a principios explicativos extra o sobre-naturales; y
la separa tambin del arte donde cumple un papel secundario, subordinado a
los sentimientos y sensaciones.

Sistematicidad: La ciencia es sistemtica, organizada en sus bsquedas y en


sus resultados. Se preocupa por organizar sus ideas coherentemente y por
tratar de incluir todo conocimiento parcial en conjuntos cada vez ms amplios.
No pasa por alto los datos que pueden ser relevantes para un problema sino
que, por el contrario, pretende conjugarlos dentro de teoras y leyes ms
generales. No acepta unos datos y rechaza otros, sino que trata de incluirlos a
todos dentro de modelos en los que puedan tener ordenada cabida. La
sistematicidad est estrechamente ligada a la siguiente caracterstica que
examinaremos.
Generalidad: La preocupacin cientfica no es tanto ahondar y completar el
conocimiento de un solo objeto individual, como en cambio lograr que cada
conocimiento parcial sirva como puente para alcanzar una comprensin de
mayor alcance. Para el investigador, por ejemplo, carece de sentido conocer
todos los detalles constitutivos de un determinado trozo de mineral: su inters
se encamina preponderantemente a establecer las leyes o normas generales
que nos describen el comportamiento de todos los minerales de un cierto tipo,
tratando de elaborar enunciados amplios, aplicables a categoras completas de
objetos.

De este modo, tratando de llegar a lo general y no detenindose


exclusivamente en lo particular, es que las ciencias nos otorgan explicaciones
cada vez ms valiosas para elaborar una visin panormica de nuestro mundo.

Falibilidad: la ciencia es uno de los pocos sistemas elaborados por el hombre


donde se reconoce explcitamente la propia posibilidad de equivocacin, de
cometer errores. En esta conciencia de sus limitaciones es donde reside su
verdadera capacidad para autocorregirse y superarse, para desprenderse de
todas las elaboraciones aceptadas cuando se comprueba su falsedad.
[Recomendamos, para todo este punto, consultar a Mario Bunge, La
investigacin Cientfica, su Estrategia y su Filosofa, Ed. Ariel, Barcelona, 1969,
as como a Popper, Karl, La Lgica de la Investigacin Cientfica, Ed. Tecnos,

Madrid, 1980.]
Gracias a ello es que nuestros conocimientos se renuevan constantemente y
que vamos hacia un progresivo mejoramiento de las explicaciones que damos
a los hechos. Al reconocerse falible todo cientfico abandona la pretensin de
haber alcanzado verdades absolutas y finales, y por el contrario slo se
plantea que sus conclusiones son provisoriamente definitivas", como deca
Einstein, vlidas solamente mientras no puedan ser negadas o desmentidas.
En consecuencia, toda teora, ley o afirmacin est sujeta, en todo momento, a
la revisin y la discusin, lo que permite perfeccionarlas y modificarlas para
hacerlas cada vez ms objetivas, racionales, sistemticas y generales.
Este carcter abierto y dinmico que posee la ciencia la aparta de un modo
ntido de los dogmas de cualquier tipo que tienen la pretensin de constituirse
en verdad infalible, proporcionndole as una enorme ventaja para explicar
hechos que esos dogmas no interpretan o explican adecuadamente, para
asimilar nuevos datos o informaciones, para modificarse continuamente. Es, de
algn modo, la diferencia crucial que la distingue de otros modelos de
pensamiento, sistemticos y racionales muchas veces, pero carentes de la
posibilidad de superarse a s mismos.

1.5. Clasificacin de las ciencias


Siendo tan vasto el conjunto de fenmenos que nos rodea, tan polifacticos
y diversos, y teniendo en cuenta que la actividad cientfica tiende por diversas
razones a especializarse pues cada tipo de problema requiere el empleo de
mtodos y tcnicas especficas y el investigador individual no puede dominar
bien una gama muy amplia de temas es comprensible que se hayan ido
constituyendo, a lo largo de la historia, diferentes disciplinas cientficas. Estas
ciencias particulares, que se caracterizan por tratar conjuntos ms o menos
homogneos de fenmenos y por abordarlos con tcnicas de investigacin
propias, se pueden clasificar de diversas maneras para su mejor organizacin
y comprensin.
Las ciencias que se ocupan de objetos ideales, y en las que se opera
deductivamente, como las matemticas o la lgica, son las llamadas ciencias

formales. Las ciencias que se ocupan de los hechos del mundo fsico, en
cualquiera de sus manifestaciones, son las que llamamos ciencias fcticas,
para distinguirlas as de las anteriores, incluyndose entre ellas a la fsica, la
qumica, la biologa, la sociologa, etc.
Las ciencias que tratan de los seres humanos, de su conducta y de sus
creaciones son, en principio, tambin ciencias fcticas. Entre ellas cabe
mencionar a la psicologa, la historia, la economa, la sociologa y muchas
otras. Pero, como cuando estudiamos las manifestaciones sociales y culturales
necesitamos utilizar una conceptualizacin y unas tcnicas de investigacin en
parte diferentes a las de las ciencias fsico-naturales, se hace conveniente
abrir una nueva categora que se refiera particularmente a tales objetos de
estudio. Se habla por eso de ciencias humanas, ciencias sociales o de
ciencias de la cultura, como una forma de reconocer lo especfico de tales
reas de estudio y para distinguirlas de las que suelen llamarse ciencias
naturales (llamadas tambin ciencias fsico-naturales o, con menos
propiedad, ciencias exactas).
Conviene aclarar que la clasificacin de las ciencias, as como la existencia
misma de disciplinas separadas, posee siempre algo de arbitrario. Se trata de
distinciones que se han hecho para la mayor comodidad y facilidad en el
estudio de la realidad, pero no porque sta se divida en s misma en
compartimientos separados. Por eso, histricamente, han aparecido nuevas
ciencias, y se han ido modificado tambin las delimitaciones que se establecen
corrientemente entre las mismas.

Se comprender, por ello, que toda clasificacin es apenas un intento


aproximado de organizar segn ciertas caractersticas a las disciplinas
existentes y que muchos problemas reales no admiten un tratamiento unilateral
sino que slo pueden resolverse mediante un esfuerzo interdisciplinario. As el
desarrollo econmico, por ejemplo, slo puede comprenderse a travs de
conocimientos econmicos, histricos, sociolgicos, polticos y culturales; los
problemas de la gentica requieren un abordaje doble, qumico y biolgico, y
las matemticas, que se incluyen dentro de las ciencia formales, resultan un
componente indispensable en muchas investigaciones que desarrollan las
ciencias fcticas.

Por otra parte, segn el tipo de inters que prevalece en la bsqueda de


conocimientos, estos pueden dividirse en puros y aplicados, hablndose en
consecuencia tambin de ciencias puras y ciencias aplicadas. Las primeras
son las que se proponen conocer las leyes generales de los fenmenos
estudiados, elaborando teoras de amplio alcance para comprenderlos y
desentendindose al menos en forma inmediata de las posibles aplicaciones
prcticas que se puedan dar a sus resultados. Las aplicadas, por su parte,
concentran su atencin en estas posibilidades concretas de llevar a la prctica
las teoras generales, encaminando sus esfuerzos a resolver las necesidades

que se plantean los hombres. De estas ltimas ciencias surgen las tcnicas
concretas que se utilizan en la vida cotidiana. De tal manera, por ejemplo,
tenemos que de la fsica y la qumica surgen las diversas ramas de la
ingeniera, de la biologa y la qumica deriva la medicina, y as en muchos
otros casos. No hay ciencia aplicada que no tenga detrs suyo un conjunto
sistemtico de conocimientos tericos puros", y casi todas las ciencias puras
son aplicadas constantemente, de un modo ms o menos directo, a la
resolucin de dificultades concretas.

La divisin entre ciencias puras y aplicadas no debe entenderse como una


frontera rgida entre dos campos opuestos y sin conexin. Una ciencia es pura
solamente en el sentido de que no se ocupa directamente por encontrar
aplicaciones, pero eso no implica que sus logros puedan disociarse del resto
de las inquietudes humanas. Entre ciencias puras y aplicadas existe una
interrelacin dinmica, de tal modo que los adelantos puros nutren y permiten
el desarrollo de las aplicaciones, mientras que stas someten a prueba y
permiten revisar la actividad y los logros de las ciencias puras, proponindoles
tambin nuevos desafos.

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