El Libro de Familia. Un GPS Educativo PDF
El Libro de Familia. Un GPS Educativo PDF
El Libro de Familia. Un GPS Educativo PDF
Un G.P.S. Educativo
El Libro de Familia:
Un G.P.S. Educativo
AUTORES:
Dr. Miguel ngel Rodrguez Serrano
Orientador escolar y psiclogo clnico en Algeciras. Experto
en terapia de conducta.
Dra. M Victoria del Barrio Gndara
Profesora titular de Evaluacin Psicolgica en la Facultad de
Psicologia de la UNED en Madrid. Experta en psicopatologa
infantil
Dr. Miguel ngel Carrasco Ortiz
Profesor titular de Evaluacin Psicolgica en la Facultad de
Psicologia de la UNED en Madrid. Experto en evaluacin
infantil y evaluacin clnica
1 Edicin
Tirada: 500 Ejemplares
Edita: DEFENSOR DEL PUEBLO ANDALUZ
C/ Reyes Catlicos, 21
41001 Sevilla
Telfono: 954 21 21 21 Fax: 954 21 44 97
http://www.defensor-and.es
[email protected]
Esta publicacin esta sujeta a una licencia Reconocimiento Compartir Igual 3.0 de Creative Commons.
La licencia completa se puede consultar en la siguiente direccin:
http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0/es/legalcode.es
ISBN: 978-84-693-9652-0
Depsito Legal: SE-1639-2011
Maquetacin e Impresin: Gandulfo Impresores, S.L.
NDICE GENERAL
Prlogo ..........................................................................................
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1. QU ES UNA FAMILIA...............................................................
1.1. Las fuerzas invisibles que forman una familia ..............................
1.1.1. Primera fuerza invisible: la vida emocional de los adultos.......
1.1.2. Segunda fuerza invisible: los lazos de dependencia...............
1.1.3. Tercera fuerza invisible: un proyecto a largo plazo.................
1.1.4. Cuarta fuerza invisible: la necesidad de establecer lmites,
normas, exigencias y supervisin.........................................
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PRLOGO
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PRLOGO
de asistencia y cuidado, hoy por hoy, insustituible ante un Estado del Bienestar en
franco receso.
Y, ms all de esta inevitable dimensin economicista, la publicacin puede ser
un buen texto de consulta para madres y padres en su papel de referentes en sus
respectivos ncleos de convivencia. Se aprende a ejercer de madre y a desarrollar
el papel de padre sin que nadie nos ensee. Se aprende equivocndonos y volviendo
a errar. Del mismo modo, asentamos la idea de que familia es el resultado rico
e impreciso de las personas que la integran con sus singularidades, sus perfiles,
sus trayectorias vitales. La familia es la suma imperfecta de vidas, esperanzas y
fracasos.
El libro es tambin una inteligente invitacin a compartir dudas, indecisiones,
temores y alguna que otra certera; las que nacen del cario y de todo lo que nos
une a esa esfera de relacin y vidas.
El ttulo honra el contenido del texto. El GPS es un localizador. Nos dice dnde
estamos y ofrece un camino por donde reconstruir nuestras experiencias. Situar
un punto de partida y ayudar para encontrar el destino deseado de nuestro entorno
emocional ms prximo. No es mal propsito.
Por todo ello, esperamos que la edicin que presentamos sea un modesto
apoyo al esfuerzo de las personas que lo han redactado. Y, desde luego, ofrezca el
reconocimiento del Defensor del Pueblo Andaluz a la Familia y a su hermoso papel
en el desarrollo pleno de nuestras vidas.
Diciembre de 2010
Jos Chamizo de la Rubia
Defensor del Pueblo Andaluz
Defensor del Menor
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BLOQUE PRIMERO:
LAS FAMILIAS
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otros sentimientos como el individualismo, los deseos, las metas y las opiniones
personales. Es decir, son muchos los momentos donde las decisiones, deseos u
opiniones de los adultos entran en conflicto porque, si bien son personas vinculadas
afectivamente, poseen personalidades, gustos y necesidades distintas, todas
ellas en constante evolucin. Estas situaciones de desarmona o desencuentros
son normales y esperables dentro de cualquier sistema familiar, sin embargo,
hay que tener en cuenta que los hijos las experimentan como una amenaza
para su seguridad. Por ello, se hace necesario el uso de herramientas como la
comunicacin, la persuasin o la negociacin para favorecer la resolucin de los
problemas cotidianos que surjan, as como para favorecer un clima de armona,
estabilidad, intimidad y acercamiento.
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Resumen
La familia es la unin de personas que disean un proyecto de vida a lo
largo del cual experimentan sentimientos de pertenencia, dependencia, intimidad
y reciprocidad entre sus miembross. Estos rasgos esenciales surgen de la
convivencia ms que del cumplimiento de un contrato jurdico o social.
La unin familiar se caracteriza: primero, por la interdependencia entre los
adultos quienes toman decisiones y experimentan deseos e ilusiones, a veces,
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encontrados entre los miembros de la familia, pero superados por sus vnculos
afectivos y la comunicacin; segundo, por la dependencia que poseen los hijos
de sus padres quienes atienden las necesidades y el cuidado de aquellos que lo
requieren por su inmadurez; tercero, por el compromiso personal que se establece
a lo largo del tiempo tanto entre los adultos entre s como entre los padres/madres
con sus hijos. La construccin de una dinmica familiar que resulte predecible para
los hijos resulta muy beneficiosa para stos. Por ello, es deseable, la instauracin
de hbitos y rutinas bsicas (e.g., higiene, estudios,..), de interacciones de afecto
y comunicacin (permanencia de las figuras de apego, armona en el hogar, etc.).
Por ltimo, destacar, que la gestin de normas y lmites sern los ingredientes
fundamentales sobre los que se construya un entorno de seguridad emocional, de
control, aprendizaje y desarrollo.
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que acontezcan en estos contextos incidirn sobre el nio y ste, a su vez, sobre
la familia. Pero la situacin puede llegar a complicarse ms si pensamos que el
trabajo de los padres o el colegio de los nios estn a su vez relacionados con el
barrio en el que se ubican, la asociacin de vecinos, el ayuntamiento o los polticos
que gobiernan el pas. Y cada uno de ellos pudiera tener, en alguna medida, alguna
influencia sobre la familia o sobre alguno de sus miembros.
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econmico que impera, el tipo de religin en la que uno se desarrolla, los valores y
actitudes, o los comportamientos socialmente aceptados o rechazados.
Como conclusin, cabra una reflexin sobre el conjunto de contextos y
variables que inciden sobre una familia, as como sobre el grado de responsabilidad
de los padres sobre stos. A veces, los padres y educadores se cuestionan qu
ambientes o contextos son los ms importantes para el desarrollo de los miembros
de la familia: sern los amigos o el colegio? Otras veces, se cuestionan el grado
de incidencia que tiene cada uno de esos contextos: hasta dnde pueden los
padres y educadores influir en los hijos?; merece la pena tanto esfuerzo?; ser
mejor dedicar ms esfuerzo al trabajo que a la familia?
Como ya hemos sealado, los estudiosos ms destacados sealan que son
mltiples variables las que inciden sobre el desarrollo de los hijos y no slo el
comportamiento de sus padres. En muchas ocasiones, se hacen culpables a
los padres del mal resultado acadmico o del mal comportamiento de los hijos.
Aunque ciertamente los padres y madres son los principales responsables de la
educacin y gua de los hijos, no son los nicos. Los hijos no son robots ni los
padres programadores que hacen que sus hijos funcionen exactamente como
desean. Tanto la familia, como sistema, y sus miembros, como individuos, estn
influidos por mltiples contextos y factores que producen cambios en los hijos.
Como ha sealado MaCcoby, una famosa psicloga especialista en la crianza de
los hijos ...existe una red de factores causales que afectan al desarrollo infantil.
La crianza es solamente uno de ellos y no necesariamente el ms importante.
Los nios son influidos por su configuracin gentica, el barrio donde viven, por
las escuelas a las que acuden y por los amigos que tienen. Sin embargo, los
padres estn directamente implicados en la eleccin de los ambientes en los que
se desenvuelven sus hijos (MaCcoby, 2002; pg 36).
Como conclusin, podemos decir que para cuidar a la familia hay que cuidar
los principales sistemas o grupos que le influyen a sta: colegios, centros de
salud, bibliotecas, centros deportivos, sedes sociales, etc. Por lo tanto, cuanto
ms positivas y constructivas sean las influencias que recibe una familia ms podr
beneficiarse para su desarrollo y el de los miembros que la componen.
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(Wertsch, 1985). Concretamente, entre los factores que se han encontrado como
base para explicar las diferencias en las interacciones de los miembros de un o
sistema familiar estn: las variables temperamentales y de personalidad del hijo;
los cambios relacionales que implica la llegada de un nuevo hermano; o el trato
diferencial que dispensan los padres a los hijos.
Las interacciones que un hijo establece con otros miembros de su entorno,
sea o no el contexto familiar, estn mediadas tanto por sus caractersticas
individuales como por las de su interlocutor, as como por el tipo y nmero de
personas disponibles en su entorno. En cuanto a las caractersticas de los hijos,
cada uno posee determinadas caractersticas temperamentales y de personalidad
que disponen a los otros a orientarse y reaccionar en una determinada direccin; de
forma que un mismo hijo puede evocar respuestas diferentes segn su interlocutor
(OConnor, Dunn, Jenhins y Rasbash, 2006). Pongamos algunos ejemplos
para entender mejor esta dinmica: un nio activo, sociable y risueo evocar
ms fcilmente en sus padres respuestas de acercamiento o cuidado. Como
analizaremos ms extensamente en el apartado 6.5, segn sea el temperamento
de un nio, fcil o difcil, propiciar determinadas reacciones en los padres, los
hermanos o los compaeros. Un temperamento con elevadas caractersticas de
afecto negativo, baja regulacin, problemas de adaptabilidad dificultar en mayor
medida las relaciones entre hermanos que un temperamento caracterizado por el
afecto positivo, la alta regulacin y la adaptabilidad. Otros ejemplos que reflejan
la mediacin de las cualidades del hijo en sus relaciones son: el caso del nio
que muestra una elevada inhibicin en las relaciones sociales y tiende a evitar el
contacto con los otros y preferir actividades en solitario; o el nio con elevada
inteligencia emocional y buenas habilidades sociales, que promueve un mayor
nmero de interacciones de calidad con los otros.
Respecto de las caractersticas de los otros, es importante considerar que
no slo las caractersticas del hijo condicionan la cantidad y calidad de relaciones,
sino la presencia o no de determinadas cualidades de las personas con las que
se interacciona. Algn trabajo ha mostrado que el ajuste de los temperamentos
entre hermanos condiciona el tipo de interaccin que se establece entre ellos:
si las caractersticas temperamentales de los hermanos son dispares existe una
mayor dificultad en el ajuste entre ellos y, consecuentemente, existe una mayor
probabilidad de un resultado interactivo menos exitoso (Stoneman y Brody, 1993). La
experiencia de los adultos como padres media en las relaciones que se establecen
con los hijos. El aprendizaje de destrezas, los conocimientos sobre el desarrollo
de los hijos, as como la propia prctica que proporcionan las experiencias con el
primer o segundo hijo. Todo ello, facilita las interacciones con los hijos venideros:
las habilidades de crianza se perfeccionan, el mejor conocimiento del calendario
evolutivo permite un mayor ajuste de las exigencias de madurez que los padres
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Deater-Dekard, et al., 2002). Los efectos negativos que los hijos experimentan
como consecuencia de vivir en hogores cuyos padres tienen un alto grado de
conflictividad se han visto atenuados por las relaciones positivas entre hermanos
(Gass, et al., 2007).
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se lo pueden permitir la mayor parte de las economas, por tanto, los apoyos ms
habituales devienen de las instituciones y de la familia (Cols, 2005).
El apoyo institucional que representan las guarderas es un bien escaso y en
ocasiones incompleto puesto que los horarios laborales no suelen coincidir y los
procesos de enfermedad, tan frecuentes en los nios, no permiten contar slo con
el apoyo institucional. Aqu entra en juego un nuevo papel de los abuelos que se ha
devenido en una pieza capital de la economa domstica.
Una parte muy considerable de abuelos se ha convertido en servicio
domstico gratuito: llevan a los nietos al colegio, los recogen, les dan de cenar y,
en ocasiones, les dan clase y se ocupan de los deberes. Hay que decir que esto
es posible por varias razones: la primera es el aumento de la esperanza de vida.
En otras pocas, pocos nios llegaban a conocer a sus abuelos, porque stos
moran hacia los sesenta y cinco aos, justo cuando ahora se jubilan y empiezan
la labor de apoyo para sus nietos; la segunda, es que no slo sobreviven sino que
son activos, conducen y hacen tareas complejas; y, tercero y principal, que estn
afectivamente unidos a sus hijos y les apoyan.
Hasta aqu todo es de color de rosa: los padres ayudan a sus hijos a criar a
los suyos y todos se benefician de ello. Sin embargo, tambin hay espinas que
vamos a considerar.
Hay una mayor movilidad social que dificulta el contacto intergeneracional en
el seno de la familia, hay tambin un ascenso del nivel econmico que incrementa
la independencia y, con sta, disminuye la necesidad de la comunicacin con
los miembros mayores del grupo familiar y, junto a todo ello, un distanciamiento
generacional.
En primer lugar, la educacin de los nios antes la realizaban los padres jvenes
con un rango medio de 20 a 40 aos y los abuelos, en su mayor parte, haban
desaparecido, por tanto, el educador inmediato del nio tena una proximidad
temporal mayor. Ahora, la maternidad es ms tarda con lo que la educacin de los
hijos se lleva a cabo en el rango medio de los 30 a los 50, por parte de los padres
y en el de 60-80, por parte de los abuelos. Esto quiere decir que en el pasado los
nios eran educados por padres que pertenecan a la generacin inmediatamente
superior; mientras que hoy se educan con una distancia de dos generaciones, por
parte de padres, y de tres a cuatro, por parte de los abuelos. Esto implica una
diferenciacin mucho ms intensa entre el mundo de los nios y el de los adultos,
con un distanciamiento de intereses y metas muy grande. Adems, a ello se aade
tambin una mayor permisividad tpica de los adultos de ms edad que afecta a
las normas que son exigidas al comportamiento de los nios y esto se incrementa,
como veremos ms adelante, cuando los educadores son los abuelos.
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supuesto que los abuelos tienen las obligaciones que implica la crianza: sustento,
educacin y responsabilizacin de la conducta de sus nietos mientras stos sean
menores de edad. En este caso, cuanto mayor es el nieto, es ms difcil para los
abuelos ejercer la patria potestad. Se ha encontrado que los abuelos que tienen el
peso total de la educacin de sus nietos tienen unos mayores niveles de depresin
y menor calidad de vida que los que no la tienen (Mutchler y Baker, 2007).
Los abuelos con responsabilidad total en la crianza tienen ms depresin y
menos calidad de vida que los que no la tienen, al igual que sus nietos.
Hay que resaltar el caso especial de abuelos de nietos con padres separados.
Es evidente que es una situacin especialmente complicada. El apoyo, en este
caso, se da en los perodos de tenencia del hijo correspondiente, pero puede
darse tambin al otro cnyuge. Se ha hallado que una buena relacin con la abuela
correlaciona con el ajuste de los nios al divorcio de sus padres (Henderson,
Hayslip, Sanders y Louden, 2009).
Si hubiese complicaciones o malas relaciones, incluso con el hijo o con el hijo
poltico, los abuelos deben ser conscientes que tienen derecho a ver a sus nietos
y pueden hacer valer ese derecho (Cols, 2005).
Ser abuelo es una tarea polivalente y heterognea. Se puede ser abuelo
biolgico, pero no funcional. El llegar a ser abuelo funcional no depende de uno
mismo sino del tipo de ayuda que sea solicitada por los padres y de la disponibilidad
de los abuelos, pero raramente es una decisin personal. Tambin hay que subrayar
que es muy diferente ser abuelo a ser abuela y serlo por parte de hijo o de hija.
Se estima que los abuelos favoritos se ubican en un 62% en la rama materna y
en un 38% en la rama paterna (Rico et al., 1999). Estas cuestiones tienen que ver
con la proximidad afectiva y con el tipo de tareas a ejecutar. Si el apoyo que se ha
de realizar es la recogida del colegio y la supervisin de tareas escolares, pueden
recaer indistintamente en el abuelo o la abuela; en cambio si el apoyo se refiere
a baos y cenas recaen mayoritariamente en la abuela. Es un esquema parecido
al del reparto de las tareas domsticas de cualquier hogar; aunque las cosas han
cambiado, el esquema bsico permanece. De hecho, las abuelas maternas son las
que ms contacto tienen con sus nietos (van Ranst et al., 1995).
Tampoco es lo mismo cuidar de un nieto o de una nieta, es menos tenso criar
a una nieta que a un nieto. Las relaciones entre abuelos y nietos son muy variables,
dependen de muchas circunstancias diferentes, por ejemplo la salud: los nietos
tienen mejores relaciones con los abuelos sanos que enfermos (Celdrn, Triad
y Villar, 2009). Pero tambin influyen los caracteres de cada uno, las relaciones
de los abuelos con la pareja de padres y tambin los valores socioculturales; por
ejemplo, los abuelos americanos quieren ms a sus nietos que los mejicanos,
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sin embargo, los nietos mejicanos quieren ms a sus abuelos que los nietos
americanos (Giarrusso, Feng, Silverstein y Bentson, 2001).
De todas formas, los abuelos tienen que ser conscientes que la educacin de
los nietos, como la de los hijos, es una historia de separacin. Los datos muestran
que son minora los nietos que siguen en contacto con sus abuelos cuando son
adultos (Geurts, Poortman, van Tilburg y Dykstra, 2009).
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lugar, son los trasmisores de las races familiares puesto que cuentan a sus nietos
ancdotas, aventuras o tragedias que han sucedido a los miembros del grupo
familiar y durante la propia infancia de sus padres. Por ltimo, transmiten tambin
unos determinados hbitos, como son modales, formas de hablar, de comer de
comunicar; es decir, que los abuelos trasmiten una cultura familiar individualizante.
Y parece que las abuelas son las que preferentemente asumen este papel puesto
que son las mejores transmisoras de valores (Roberto y Stroes, 1992).
Los abuelos tienen que ser conscientes de que no slo estn de pinches
de los padres de sus nietos, sino que tienen una funcin nica y especial que es
hacer del nieto un miembro de un grupo al que no slo le unen los genes, sino una
determinada historia de la cual ellos son depositarios y representan un importante
eslabn.
Adems de todo lo anterior, los abuelos tiene que asumir que son unos
modelos de vida para sus nietos ya que los nios aprenden de los abuelos modelos
de envejecimiento (van Ranst et al., 1995)
Resumen
La familia no es una isla que funciona desconectada de las otras realidades
que forman parte de la vida. Es un sistema interrelacionado, interconectado e
influenciado por otros muchos sistemas, ambientes o contextos (e.g., vecindario,
trabajo, centro de salud, colegio, barrio, ayuntamiento, poltica, cultura, etc.). El
conjunto de conexiones entre los diferentes contextos se puede clasificar en cuatro
sistemas, segn el grado de participacin directa o indirecta de sus miembros: 1)
los microsistemas, aquellos contextos en los que el nio participa directamente.
Por ejemplo, en la vida de un hijo puede ser su familia y, a su vez dentro de ella,
pueden encontrarse diferentes subsistemas (e.g., interacciones madre-hijo, padrehijo, hermano-hermano, etc.); el colegio (e.g., interacciones hijo-profesor, hijocompaero de clase, hijo-amigo, etc.), situaciones de ocio (e.g, interacciones hijointernet, etc.); 2) mesosistemas, son aquellos que incluyen las interacciones entre
dos o ms microsistemas en los que la persona se encuentra inmersa activamente.
Por ejemplo, en el caso del hijo, las relaciones que se producen entre la familia y el
colegio; 3) exosistemas, son todos aquellos contextos externos a la persona que
inciden indirectamente sobre ella. Por ejemplo, para el hijo, el tipo de trabajo de
un padre (turnos, etc.); 4) Por ltimo, el macrosistema es el contexo ms indirecto
y lo componen, entre otros, el idioma, la ideologa poltica dominante, la situacin
econmica o sistema econmico que impera, el tipo de religin en la que uno se
desarrolla, los valores y actitudes, o los comportamientos socialmente aceptados
o rechazados socialmente.
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Cada miembro de la familia es una persona diferente al resto (e.g., edad, sexo,
temperamento, rasgos de personalidad, etc.). Por tanto, la familia es un punto
de encuentro de personas con distintas caractersticas y receptora de muchas
influencias.
Las relaciones entre los hermanos son importantes para el desarrollo
cognitivo, social y emocional de los hijos. Aunque compartan un mismo contexto
familiar son ms las diferencias que las similitudes en cuanto a su personalidad, su
capacidad intelectual o su estado psicolgico. Estas diferencias se han explicado
por las variables de estructura familiar y el tipo de interacciones en las que est
inmerso cada uno de los hijos, lo que forma parte del ambiente especfico en
el que cada hijo se desarrolla. La convivencia de los hermanos conlleva tanto
interacciones positivas como negativas. Las interacciones entre los hermanos
se inician con la llegada de un nuevo hijo, que implica el destronamiento del
primognito o de los hijos ya existentes. Una buena relacin fraterna puede facilitar
la adaptacin a situaciones difciles dentro del ncleo familiar. Las relaciones entre
los hermanos dependern tambin del tratamiento que stos reciben de su padre
y de su madre.
Los abuelos se han convertido en una pieza capital de la economa domstica.
Su colaboracin depende de factores personales y sociales. La comunicacin de
abuelos y nietos puede ser estacional, semanal, diaria y responsabilidad total.
Segn el grado de implicacin de los abuelos pueden ser: implicados totalmente
(16%), equilibrados (55%) o desvinculados (29%). El 24% de los nios ven a sus
abuelos diariamente. Los abuelos con responsabilidad total en la crianza tienen
ms depresin y menos calidad de vida que los que no la tienen y los nietos
tambin. Ser abuelo es una tarea polivalente y heterognea. Es menos tenso criar
a una nieta que a un nieto. Ante la solicitud de ayuda, los abuelos deben considerar:
el equilibrio entre tareas y fuerzas; las obligaciones deben estar perfectamente
delimitadas y consensuadas con los padres; evitar detentar las funciones de la
tarea de crianza de los padres; y, deben mantener la condicin de respeto a su
persona y tarea y no consentir ninguna vejacin. Sus funciones son: dar compaa
fundada en el afecto y la pertenencia a grupo, realizar tareas tiles como recoger
en el cole, supervisar tareas escolares, aseo, comida etc.; trasmitir las races
familiares y hbitos como modales, formas de hablar, de comer, de comunicar; es
decir, los abuelos trasmiten una cultura familiar individualizante. Las abuelas son
las mejores transmisoras de valores. Los abuelos son modelos de vida para sus
nietos ya que los nios aprenden de aquellos modelos de envejecimiento.
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3. TIPOS DE FAMILIA
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3. TIPOS DE FAMILIA
Los nuevos cambios sociales, econmicos y tecnolgicos estn favoreciendo
la aparicin de diferentes tipos de familia. La incorporacin de la mujer al mundo
laboral, el control de la natalidad, la incorporacin de tcnicas de reproduccin
asistida, el divorcio, la legalizacin de parejas del mismo sexo o la adopcin, entre
otros factores, estn posibilitando nuevas estructuras de familia.
Si bien hasta hace unos aos, la familia tena como estructura mayoritaria una
configuracin nuclear formada por padre-madre e hijo/s, la nueva realidad social ha
diversificado esta estructura familiar tradicional en diferentes tipos de agrupacin,
tales como las familias monoparentales, homoparentales, reconstituidas o
adoptivas. Describiremos brevemente cada una de ellas y destacaremos sus
caractersticas e implicaciones educativas ms relevantes.
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FAMILIAS DIVORCIADAS
maritales y problemas entre sus miembros. Por ello, es siempre preferible para
la salud psicolgica de los hijos, dos padres divorciados, incluso con relaciones
conflictivas, que dos padres unidos en una relacin problemtica e infeliz.
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3. Dejar claro que se trata de un asunto entre adultos de la que los hijos no
son responsables.
4. Dejar clara la diferencia entre los conflictos de pareja y los de padres-hijos.
Es necesario evitar implicar al nio en las discusiones, desencuentros o
conflictos de pareja, dejarlo completamente al margen de stos, ni utilizarlo
como mediador o arma arrojadiza.
5. Evitar discusiones o enfados de pareja en presencia del nio. Buscar
momentos en los que los hijos no estn presentes para abordar los
problemas.
6. Favorecer el encuentro y las relaciones con cada uno de los padres.
7. No emitir comentarios negativos ni soeces sobre el otro miembro de la
pareja.
8. Empatizar con los hijos, ser capaces de ponernos en su lugar para
entender que muchos de los cambios que le acontecen no son de su
agrado y suponen una dolorosa prdida para ellos.
9. Saber que pueden sentirse irritables, tristes o apticos, lo que requiere
aumentar nuestro apoyo, propiciar actividades gratificantes y, mostrarnos
afectuosos y comunicativos.
10. Tratar de preservar en la medida de lo posible sus rutinas, sus actividades
escolares y extraescolares.
11. Comunicar a su tutor escolar las dificultades familiares que atraviesan
para apoyarlo en el proceso de cambio.
Con el tiempo, una vez haya transcurrido este primer periodo de transicin,
suele producirse un ajuste y adaptacin a las nuevas circunstancias. Sin embargo,
el divorcio parece conducir a la familia a una dinmica propia que la sita en una
situacin de riesgo: preocupacin por la prdida de recursos econmicos, impago
de la manutencin acordada, deterioro de la calidad de las prcticas de crianza
(e.g., disminucin del apoyo a los hijos, falta de disciplina y supervisin, aumento
de la hostilidad y el control autoritario), incremento de situaciones estresantes
y, problemas emocionales y sentimientos de fracaso en los padres (Cantn y
Justicia, 2000b; Whiteside y Becker, 2000). La puesta en marcha de estrategias
que amortigen estos factores de riesgo conducir a una resolucin ms exitosa
de las consecuencias que a largo plazo pueda tener este acontecimiento.
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FAMILIAS DIVORCIADAS
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entre las que podemos destacar: acuerdo y deseo por ambos padres, competencia
adecuada en la crianza, capacidad para atender a las necesidades de los hijos,
ausencia de conflictos entre padre-madre, ausencia de cualquier tipo de maltrato,
superacin de la separacin, cercana geogrfica entre los hogares y condiciones
econmicas (Faria, 2006).
Por tanto, no es posible concluir a priori, sobre la superioridad de uno y
otro tipo de custodia. La dinmica familiar creada, la calidad en las relaciones,
los recursos disponibles y la adecuacin de las pautas de crianza parecen ser
variables ms relevantes que el tipo de custodia en s misma.
En cuanto al nivel de adaptacin y al ajuste de los hijos procedentes de familias
divorciadas, los datos existentes muestran que los hijos de padres divorciados
manifiestan mayores problemas psicolgicos que los hijos pertenecientes a familias
biparentales (Amato, 2001; Reifman et al., 2001). Los hijos con padres divorciados
tienden a mostrar en mayor medida, dificultades escolares, problemas de conducta,
fracaso escolar, paternidad/maternidad precoz, conductas antisociales y delictivas
y necesidad de intervencin psicolgica (Cantn y Justicia, 2000a). Sin embargo,
llegada la vida adulta, muchos de estos nios no presentan problemas graves y su
nivel de ajuste llega a ser adecuado.
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FAMILIAS RECONSTRUIDAS
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FAMILIAS RECONSTRUIDAS
7. La nueva pareja conviene que apoye y sea consistente con las pautas
educativas familiares y facilite a los padres sin custodia las relaciones con
sus hijos.
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FAMILIAS MONOPARENTALES
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FAMILIAS HOMOPARENTALES
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FAMILIAS ADOPTIVAS
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Resumen
Si bien hasta hace unos aos, la familia tena como estructura mayoritaria
una configuracin nuclear, la nueva realidad social ha diversificado esta estructura
familiar tradicional en diferentes tipos de agrupacin, tales como las familias
nucleares, divorciadas, monoparentales, homoparentales, reconstituidas, adoptivas
o de reproduccin asistida.
El divorcio es un acontecimiento vital en la vida de una familia con indudables
repercusiones psicolgicas, econmicas y sociales. Un alto porcentaje de padres
y madres divorciadas vuelven a constituir nuevas parejas dando lugar a lo que
denominamos familias reconstituidas. Por tanto, las familias reconstituidas son el
resultado de una familia previamente divorciada que incorpora un miembro nuevo
a la pareja. El porcentaje de divorcios o separaciones entre este tipo de familias
es mayor que el de las familias tradicionales. Las familias monoparentales son
aquellas constituidas por un solo padre o madre y uno o varios hijos. Las familias
homoparentales son un tipo particular de familia biparental cuya peculiaridad es
que ambos padres son del mismo sexo. Las familias adoptivas son aquellas que
deciden integrar uno o varios nios o nias procedentes de otra familia con el fin de
dar respuesta a las necesidades de stos. Algunas parejas, dado sus problemas
de fertilidad o esterilidad, optan por la reproduccin asistida. Estos padres
pueden vivir todo un proceso estresante con importantes efectos emocionales
(e.g., depresin, ira, prdida de control), sociales (e.g., aislamiento) y maritales
(e.g., resentimiento, problemas sexuales) que estn originados por los problemas
derivados de la propia infertilidad, las fases del tratamiento al que se someten y
la inseguridad en la que se ven inmersos a lo largo de todo el proceso (del Barrio,
2000; Sanjun, 2000).
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4. FUNCIONES DE LA FAMILIA
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4. FUNCIONES DE LA FAMILIA
Independientemente de su estructura la familia cumple unas funciones
concretas. Es especialmente relevante tener presente que dichas funciones deben
satisfacer a todos los miembros que integran la unidad familiar. Y es que, todos
y cada uno de ellos se encuentran en una constante evolucin que les empuja
a tener que afrontar desafos fsicos, emocionales, sociales y profesionales. Tan
importante es el papel de la familia, por ejemplo, en el caso de un adolescente que
inicia su proceso de autonoma mediante la supervisin y la gua, como en el caso
de que el padre o la madre sufran la prdida de alguno de sus progenitores o que
deban afrontar un nuevo reto profesional.
Pasamos a continuacin a describir las principales funciones de la familia en
relacin con todos los miembros que la componen.
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UN G.P.S. EDUCATIVO
4.2. Funciones de la familia con los hijos hasta que son autnomos
La mayora de los autores (del Barrio, 1998; Musitu y Caba, 2001; Lpez,
2008; Palacios y Rodrigo, 1998) estn de acuerdo en que hay al menos 5 funciones
bsicas de la familia con respecto a los hijos: 1) garantizar la supervivencia de
stos; 2) construir un clima de afecto y apoyo; 3) situar al hijo en contextos
estimulantes; 4) ensear a controlar a los hijos sus impulsos; y 5) conectar al hijo
con otros ambientes educativos constructivos ms all de la familia.
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Resumen
La familia cumple unas funciones para todos los miembros que integran la
unidad familiar. En primer lugar, tiene la funcin de propiciar la construccin de
personas adultas; sus miembros tienen la oportunidad de desarrollar un sentido
de identidad personal, de equilibrio y bienestar psicolgico. En segundo lugar,
prepara para del desempepeo de roles sociales y profesionales. Otra funcin
es ser un punto de encuentro entre generaciones. A travs del afecto que existe
entre los miembros de diferentes edades y momentos evolutivos se permite un
intercambio de tendencias, costumbres, estilos, etc. La cuarta funcin es ser una
fuente de apoyo en situaciones de crisis personal o cambios vitales (e.g., jubilacin,
divorcios, muerte, paternidad integrar su personalidad, interiorizar valores, nueva
paternidad, la afectividad en pareja, etc.) y psicosociales (e.g., incorporacin
laboral, independencia, asuncin de nuevos roles, etc.).
Con respecto a los hijos, la familia cumple, al menos, 5 funciones: 1) garantizar
la supervivencia del hijo y proveer al nio un ambiente o entorno libre de presiones
que permita aflorar la curiosidad, la exploracin, el juego y el aprendizaje; 2)
construir un clima de afecto y apoyo; 3) situar al hijo en contextos estimulantes
y estructurados ptimos para el desarrollo; 4) ensear a controlar a los hijos sus
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5. R
ELACIN DE LOS PADRES CON LOS
HIJOS: EVOLUCIN DEL APEGO Y
LAS INTERACCIONES DESDE LA INFANCIA HASTA LA ADOLESCENCIA
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5.1.1. Qu es el apego
Entre los principales autores que estudiaron originariamente este fenmeno
emocional destacan Bowlby (1958/1969) y Ainsworth et al. (1971). Bowlby
entiende por conducta de apego todo comportamiento que hace que la persona
alcance o conserve la proximidad con respecto a otro individuo diferenciado y
preferido. En tanto que la figura objeto de apego permanezca accesible y responda,
la conducta puede consistir en una mera verificacin visual o auditiva del lugar
en que se haya y en el intercambio ocasional de miradas y saludos. Empero,
en ciertas circunstancias, se observa tambin seguimiento o aferramiento a la
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UN G.P.S. EDUCATIVO
slo se establece con una figura o con varias y, de establecerse con varias, si
existe una jerarqua de relevancia o no entre ellas (Howes, 1999). Parece lgico
pensar que cuanto mayor nmero de figuras de apego de calidad tenga el nio,
ms fcilmente se configurar un modelo interno positivo de la relacin con el
mundo y con los otros. Es por ello, que en la medida de lo posible, la disponibilidad
de diferentes figuras de apego, tales como padre, madre o abuelos aumentar las
garantas de este vnculo y ser positivo para el desarrollo emocional y social del
nio. Ahora bien, la sla disponibilidad de una figura de referencia no hace que se
establezca un adecuado apego, para que esto ocurra es necesario que converjan
determinadas cualidades en la figura de referencia.
En funcin del las cualidades de la figura de apego, as como del tipo de
interaccin que el adulto establezca con el nio, el vnculo afectivo variar desde
un vnculo seguro y confiado hasta un vnculo inseguro (Ainsworth y Bell, 1970;
Crittenden, 1992). El nio que establece un apego seguro se muestra confiado en
el contacto con extraos y en la exploracin de su medio. Considera a su figura
de apego como la base segura que le proporciona proteccin y cuidado, y que
se encuentra disponible, tanto fsica como emocionalmente, para atenderle ante
situaciones de peligro o amenaza. Por el contrario, el nio que establece un apego
inseguro, percibe a sus figuras de apego como hostiles y poco disponibles. En
estos casos, los nios no esperan que sus padres puedan protegerles o atenderles
cuando lo necesiten y, se sienten desconfiados y amenazados ante nuevos retos
o situaciones novedosas, especialmente ante aquellas que suponen algn tipo de
peligro.
El resultado de uno u otro apego ser, en gran parte, consecuencia de
aquellas caractersticas presentes en el cuidador que hagan posible interacciones
positivas, sensibles, empticas y de apoyo.
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Green y Goldwyn, 2002). Es por tanto, otra de las funciones del apego, ser la
plataforma o el trampoln sobre el que impulsar la consecucin de logros futuros
adecuados.
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provocados por la estimulacin que recibe del otro (Trevarthen, 1982). El adulto
posee el dominio de estos intercambios con un marcado carcter asimtrico.
Desde estos dos primeros meses y hasta los dos primeros aos de vida, el
desarrollo de habilidades motoras, lingsticas y cognitivas del nio permitir un
aumento de la complejidad en las relaciones con el adulto (Schaffer, 1989). Desde
los 2 a los 5 meses, las interacciones estn marcadas por el inters del nio hacia
las personas, el contacto cara a cara con el adulto y el intercambio de miradas,
sonrisas, vocalizaciones, etc. Pasados los cinco meses, se incrementar el inters
del nio por los objetos y aparecern juegos repetitivos motivados por objetos
hasta que emerja la comunicacin intencional, aproximadamente a finales del
primer ao. Llegados a este momento, el nio tomar la iniciativa en la interaccin
comunicativa para pedir o conseguir objetos, para llamar la atencin del adulto
o compartir una experiencia. La aparicin de la funcin simblica y del lenguaje,
alrededor de los dos primeros aos, generar interacciones fundamentalmente de
carcter verbal y abrir todo un mundo complejo de posibilidades en las relaciones
con los dems. El principal logro que posibilitar la adquisicin de esta competencia
ser la capacidad de representacin del mundo, de operar con significados, pensar
y reflexionar sobre la realidad.
A partir de estos dos primeros aos y hasta los aos preescolares, la cercana
fsica del adulto va progresivamente disminuyendo, el nio aprende a relacionarse
mediante el intercambio verbal, a conocer las reglas sociales de interaccin para
pedir objetos, solicitar cambios, expresar deseosy, en definitiva, ganando en
autonoma. Las interacciones familiares en esta primera fase de la vida se centran
en el cuidado fsico, las actividades cotidianas y la enseanza-aprendizaje de
habilidades bsicas para la socializacin.
Entre los 6 y los 12 aos, el nmero de interacciones padres-hijos disminuye
respecto a los aos anteriores (Collins, Harris y Susman, 1995, 2002). En estas
edades, ya se aprecia, tanto por parte de los padres (Baldwin, 1946) como de los
hijos (McNally et al., 1991; Robert et al., 1984), una disminucin en las expresiones
de cario. Segn informan los hijos, sus padres son menos cariosos con ellos
durante los ltimos aos de la infancia (Armentrout y Burger, 1972; Collins,
Madsen y Susman, 2002; Rodrguez, 2007); dato que ha sido explicado, bien por
un cambio cuantitativo manifiesto en una disminucin de las expresiones de cario
(Baldwin, 1946), o bien, por un cambio cualitativo ms que cuantitativo, manifiesto
en la sustitucin de las expresiones fsicas de afecto por otras de tipo ms verbal
o actitudinal (Collins et al., 1995). En esta lnea, Roberts et al. (1984) hallan que,
a pesar de un decremento en las expresiones fsicas de afecto desde los 3 a
los 12 aos, los padres informan de pocos cambios en relacin con el grado de
satisfaccin con su paternidad, la consideracin positiva que tienen del hijo o el
respeto a las opiniones y preferencias de ste (McNally et al., 1991). Padres e
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los hijos, el tipo de actividades realizadas o la percepcin que tienen de los hijos,
parece variar entre padres y madres.
Si atendemos a la cantidad de interacciones comunicativas padre-hijo frente a
las de madre- hijo, los nios y adolescentes se comunican en mayor medida con
sus madres que con sus padres (Collins y Russell, 1991; Youniss y Smollar, 1985;
Russell y Russell, 1987). Las madres pasan ms tiempo que los padres, tanto
con sus hijos pequeos como con sus hijos adolescentes (Collins y Russell, 1991;
Russell y Russell, 1987). No obstante, cuando ambos padres estn presentes con
el nio, tanto los padres como las madres inician las interacciones con la misma
frecuencia (Collins, Harris y Susman, 1995) e igualmente los hijos con ambos
padres (Russell y Russell, 1987). En la infancia y la adolescencia, la mayor cercana
a la figura materna frente a la paterna se acompaa de mayor frecuencia en la
expresin de emociones (positivas y negativas) y de interacciones conflictivas
(Collins y Russell, 1991; Laursen et al., 1998; Oliva, Parra, Snchez-Queija y
Lpez, 2007; Rodrigo et al., 2005; Russell y Russell, 1987); esto seguramente
es consecuencia del mayor tiempo y diversidad de situaciones que comparten los
hijos con sus madres (Collins et al., 1995).
En cuanto a la calidad de estas interacciones, algunos estudios encuentran
que las relaciones maternas con los hijos son afectivamente ms intensas que
con las hijas, aunque los resultados en cuanto al tipo de emociones (positivas
versus negativas) son inconsistentes (Bronstein, 1984; Russell y Russell, 1987).
Mientras que las madres actan con sus hijos e hijas de forma bastante similar, los
padres tienden a discriminar ms sus comportamientos y actitudes dependiendo
del sexo del hijo. Moreno y Cubero (1990) encuentran que los padres califican ms
frecuentemente a los hijos de fuertes y atlticos y a las hijas de delicadas y bonitas,
a pesar de que ambos, hijos e hijas, compartan similares caractersticas de peso,
talla, etc. Bronstein (1984), basado en observaciones sistemticas, encuentra que
los padres, a diferencia de las madres, hacen menos reprimendas y restricciones
a las hijas que a lo hijos. En cambio, con stos mantuvieron mayor atencin e
implicacin en actividades cognitivas.
Atendiendo al tipo de interacciones, al igual que ocurre a lo largo de los aos
preescolares, durante la niez y la adolescencia (Collins y Russell, 1991) los
padres estn relativamente ms implicados en actividades de ocio, mientras que
las madres informan de interacciones ms relacionadas con los cuidados, la salud
y las tareas del hogar (Bronstein, 1984; Russell y Russell, 1987); sin embargo,
cuando los dos padres estn presentes, ambos manifiestan el mismo grado de
implicacin en las tareas de cuidados (Collins et al., 1995) (ver tabla 1).
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Padre
Niez y
Adolescencia:
Percepciones
Comunes
Nio
- Ms autoritarios (Youniss y
Smollar, 1985)
Nia
El Adolescente
- Ms tcnicos y objetivos
La Adolescente
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Resumen.
El apego es el vnculo afectivo inicial de base biolgica que el nio establece
con los padres, y que viene derivado de la necesidad de proteccin y supervivencia
del nio en los inicios de su vida. Su caracterstica esencial es la bsqueda de
proximidad y contacto con la figura de referencia. Se inicia en los primeros
momentos de la vida y se consolida durante los tres primeros aos. La figura de
apego no ha de ser necesariamente la madre, puede ser cualquiera que ejerza
los cuidados adecuados y responda convenientemente a las necedidades del hijo
(e-g., padre, abuelos, cuidadores etc.). El apego puede variar desde un vnculo
seguro y confiado hasta un vnculo ms o menos inseguro, en clara relacin con las
caractersticas del cuidador. De entre las caractersticas del cuidador que facilitan
el establecimiento de un apego seguro, cabe destacar, la sensibilidad de la figura
de apego a las necesidades del nio y su adecuada responsividad a las mismas. El
nio que establece un apego seguro se muestra confiado ante el mundo, y percibe
a su figura de apego disponible para atenderle ante situaciones de peligro o
amenaza. Por el contrario, el nio que establece un apego inseguro, percibe a sus
figuras de apego como hostiles y poco disponibles. En estos casos, los nios no
esperan que sus padres puedan protegerles o atenderles cuando lo necesiten, y se
sienten desconfiados y amenazados ante nuevos retos o situaciones novedosas,
especialmente ante aquellas que suponen algn tipo de peligro.
Las interacciones entre padres e hijos se ven fuertemente condicionadas por
el nivel de desarrollo de los hijos. Durante la niez se centran en el cuidado fsico,
las actividades cotidianas y la enseanza-aprendizaje de habilidades bsicas de
socializacin. Entre los 6 y los 12 aos, el nmero de interacciones padres-hijos
disminuye respecto a los aos anteriores. Se aprecia tanto por parte de los padres
como de los hijos una disminucin en las expresiones de cario. En la adolescencia,
incluso en las familias que hasta entonces se haban caracterizado por relaciones
basadas en el afecto, la comunicacin y el apoyo, se producir un aumento de
las interacciones hostiles y conflictivas. Al principio de la adolescencia, se aprecia
consistentemente un aumento de las situaciones conflictivas. Posteriormente,
se produce un decremento lineal en la frecuencia total de los conflictos pero un
incremento de su intensidad emocional. En concreto, las dificultades vendrn por:
una tendencia a la inestabilidad emocional, conflictos con los padres y aumento de
las conductas de riesgo. En la infancia y la adolescencia las madres actan con sus
hijos e hijas de forma bastante similar, los padres tienden a discriminar ms sus
comportamientos y actitudes dependiendo del sexo del hijo. Las madres tienden
a mostrase ms afectuosas, cercanas e implicadas que los padres al tiempo
que establecen ms normas y se muestran ms controladoras y autoritarias que
stos.
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BLOQUE SEGUNDO:
FAMILIA Y CRIANZA
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6. ESTILO EDUCATIVO
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6. ESTILO EDUCATIVO
En los siguientes apartados vamos a estudiar la crianza desde tres puntos de
vista. En primer lugar, desde el punto de vista de los padres. Para ello, definiremos
qu es el estilo educativo y cmo pueden ser clasificados los padres segn su
modo de educar a los hijos. En segundo lugar, analizaremos la crianza en funcin
de las caractersticas de los propios hijos. Veremos que no slo influyen los padres
en los hijos, sino que tambin stos influyen en sus padres. Por ltimo, en tercer
lugar, incluiremos en nuestro anlisis, adems de a padres e hijos, otros aspectos
relativos al propio contexto donde se da la crianza (e.g., recursos econmicos,
clase social, etc.).
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EL LIBRO DE FAMILA:
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negativo, dependiendo del clima emocional en el que surja. Segn sus resultados,
los efectos de la implicacin en la tarea escolar es positiva si se presenta en el
contexto de un estilo democrtico, pero es negativa si lo hace bajo el contexto de
un estilo autoritario (Oliva y Parra, 2004). Se considera que un clima de armona en
el contexto familiar favorece un vnculo afectivo positivo entre padres e hijos, que
aumenta la receptividad de stos y consecuentemente potencia la efectividad de
los mtodos de educacin y control.
Darling y Steinberg (1993) definen el estilo educativo como un contexto de
socializacin donde confluyen tres elementos vinculados a las caractersticas de
los padres, caractersticas que afectan e influyen en sus esfuerzos de socializacin,
moderando la eficacia de las estrategias que emplean y el grado de receptividad
del nio (ver figura 1). Los tres elementos a los que se refieren son:
a) los valores y las metas que pretenden conseguir los padres mediante la
socializacin de sus hijos.
b) los hbitos de crianza que utilizan los padres para que sus hijos logren
esas metas.
c) el estilo educativo o ambiente emocional parental dentro del cual se da la
socializacin.
Figura 1: Modelo de Estilo Educativo Parental
(Modificado de Darling y Steinberg, 1993)
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Estilo educativo
Especfico
Depende del contexto inmediato
Vinculado a una dimensin
Se dirige a una meta especfica
Efecto directo sobre el desarrollo del nio
Global
Independiente del contexto inmediato
Comn a amplio rango de dimensiones
Transmisor de actitudes
Efecto indirecto sobre el desarrollo del
nio
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HBITOS DE CRIANZA
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Hbitos o Estrategias
Basados en Amor y
control:
- Estimulacin intelectual
- Centrado en el nio
- Proteccin
Democrtico/
autorizado
Basados en Amor:
- Evaluacin positiva
- Compartir
- Expresin de afecto
- Apoyo emocional
Evidentemente, tanto los estilos como los hbitos no son slo responsabilidad
de los padres sino que dependen de las caractersticas del hijo. Es la crianza un
proceso bidireccional o interactivo. La bidireccionalidad que aparece representada
en la figura 2, representa cmo la accin educadora de los padres interacciona
con las caractersticas de los hijos y modula la accin educativa resultante.
Figura 2: Modelo de Crianza
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2001). Para lograr tales metas, no dudan en emplear con frecuencia el castigo
fsico, las amenazas verbales y fsicas y las prohibiciones. Adems, olvidan reforzar
las conductas adecuadas de sus hijos.
En cuanto a la comunicacin, las interacciones comunicativas de estos
padres con sus hijos es escasa y deficitaria, se caracteriza por ser unidireccional,
problemtica y asimtrica; son padres poco dialogantes, nada participativos y no
suelen tomar decisiones negociadas y conjuntas con sus hijos (Coloma, 1994;
Musitu y Cava, 2001).
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las normas y prestan mucha atencin a que stas sean comprendidas, pero al
mismo tiempo, potencian la autonoma mediante la negociacin de las normas,
la toma de decisiones conjuntas y la corresponsabilidad en las mismas. Una vez
establecidas las normas, aunque permiten la iniciativa del nio y la voluntariedad
en su cumplimiento, las supervisan y se preocupan de que sean respetadas. La
frmula bsica que utilizan para asegurar dicho cumplimiento es un sistema de
control-gua, mediante el cual mantienen las normas con coherencia y exigen su
cumplimiento con apoyo y sensibilidad, es decir, las normas son adecuadas a las
necesidades y posibilidades del nio (Ceballos y Rodrigo, 1998).
Respecto a los niveles de comunicacin, stos son frecuentes y logran
captar de forma adecuada a sus hijos. Su contacto se caracteriza por el dilogo,
la escucha activa, la reciprocidad y la participacin con el interloculor. Mediante
este estilo comunicativo, fomentan las interacciones con sus hijos y estimulan la
negociacin, el consenso y la toma de decisiones conjunta.
En el clima de cario y apoyo, propio de este estilo educativo, con normas
firmes y consensuadas, estos padres exigen a sus hijos comportamientos maduros
y de superacin; dan mucha importancia a la educacin en la responsabilidad, la
independencia y el desarrollo de comportamientos positivos y ajustados (Coloma,
1994).
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relaciones familiares, incluyendo las percepciones que los hijos tienen sobre sus
padres y madres (Holden y Buck, 2002). Algunos autores como Stogdill (1936)
ya reconocieron la importancia de las percepciones de los nios acerca de las
conductas de sus padres y disearon instrumentos de evaluacin para que los
hijos informaran sobre las actitudes de sus padres (Polaino-Lorente y Martnez,
1998; Roa y del Barrio, 2001).
De todas las variables ligadas al nio, cabe resaltar el temperamento como una
de las ms estudiadas. Los trabajos de Thomas, y otros muchos investigadores,
han resaltado la importancia del temperamento en el ajuste de los hijos y su
relacin con la crianza (Bell, 1968; Buss y Plomin ,1987; Chess y Thomas, 1984;
Eisenberg et al., 1999; Goldsmith, Rothbart y Derriberry, 1981; Thomas y Chess,
1977).
El temperamento es entendido como el conjunto de caractersticas propias
del nio, manifiestas desde el inicio de la vida y con un marcado origen biolgico.
Se refiere a los aspectos ms primarios de la personalidad y ser el ncleo bsico
sobre el que sta se desarrolle. Factores como la emocionalidad, adaptabilidad,
nivel de activacin, ritmicidad en los hbitos alimentarios y del sueo, grado de
persistencia de la atencin, humor, flexibilidad, inhibicin de control, reactividad
o autorregulacin, son algunos de los componentes que constituyen el
temperamento.
En funcin de las caractersticas del temperamento del nio, la interaccin
con los hijos ser de menor o mayor dificultad. En este sentido, muchas de
las caractersticas temperamentales de los hijos facilitan la interaccin y el
adecuado ajuste entre cuidador y nio. Los hijos poseedores de caractersticas
temperamentales positivas estimulan una dinmica interactiva positiva y fluida.
Entre estas caractersticas podemos mencionar la emocionalidad positiva, la
capacidad de autorregulacin, la rpida adaptacin a los cambios, la tendencia de
aproximacin a lo nuevo, la reactividad proporcionada, baja intensidad emocional
o un nivel de actividad moderado. En la tabla 4 se detallan las caractersticas
temperamentales que se han asociado con un adecuado ajuste piscolgico en los
nios.
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de los padres a las caractersticas del nio en funcin de las diversas demandas
del medio. Es decir, la bondad del ajuste ser mayor en la medida que los padres
adecuen sus actitudes, exigencias o pautas educativas a las caractersticas
temperamentales del nio. Si un beb posee un temperamento difcil (e.g., alta
intensidad de respuesta, funciones biolgicas irregulares -patrones de sueo y
alimentacin-, nimo negativo o baja adaptabilidad) y sus padres reaccionan
con nerviosismo y exasperacin, imponiendo con rigidez patrones regulares, el
grado de dificultad en el nio aumentar. Lo que a su vez generar en los padres
mayor exasperacin y prdida de control (Lerner et al., 1995). Una inadecuada
bondad de ajuste aumentar la probabilidad de problemas de desajuste en el nio
y dificultades en la interacin padres-hijos (Carrasco, del Barrio y Rodrguez Testal,
1999; Mestre, Tur y del Barrio, 2004; Thomas y Chess, 1977). Por el contrario, el
ajuste positivo entre las pautas de crianza y las caractersticas del nio, facilitar
todo el proceso de crianza y propiciar condiciones adecuadas para una mejor
adaptacin y un sano desarrollo psicolgico de los hijos. Esto hace especialmente
importante el asesoramiento precoz para padres de nios difciles.
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madres de hijos con las mismas caractersticas, pero con escasos recursos. De
manera similar, otros estudios encontraron que los apuros econmicos tuvieron un
efecto negativo directo sobre la sensibilidad de los padres hacia sus hijos y sta, a
su vez, tuvo un efecto negativo directo sobre la depresin y la soledad de los hijos.
Igualmente, los problemas econmicos tuvieron un efecto positivo significativo y
directo sobre la inconsistencia en la administracin de disciplina y sta, a su vez,
tuvo un efecto positivo directo sobre la depresinsoledad y delincuencia de los
hijos (Lempers, Clark-Lempers y Simona, 1989).
Como sealamos en la introduccin de este trabajo, la crianza se desarrolla,
fundamentalmente, dentro del contexto familiar a travs de los comportamientos
y actitudes de los padres, y ejerce su influencia en presencia de otras importantes
variables como son las culturales y las genticas (Arranz, 2004; Roa, 2002;
Rodrigo y Palacios, 1998). Probablemente sea sta, la diferenciacin entre crianza
y contexto familiar lo que separa los acercamientos ms tradicionales del modelo
ecolgico, sistmico, interactivo y bidireccional.
Resumen
El estilo educativo es el resultado de integrar los valores y las metas que
pretenden lograr los padres en la socializacin de sus hijos, los hbitos de crianza
que utilizan los padres para la consecucin de estas metas y el ambiente emocional
dentro del cual se da la socializacin. Los hbitos de crianza son intentos especficos
dirigidos a objetivos concretos de socializacin, con los que los padres intentan
instaurar en el hijo la inhibicin o induccin de determinadas conductas.
Tanto el estilo educativo como los hbitos de crianza se asientan sobre
comportamientos observables y especficos de los padres con conductas concretas.
Los estilos educativos pueden clasificarse segn el grado de afectividad, control,
comunicacin y exigencias de madurez que los padres muestran en la educacin
de sus hijos. Los cuatro estilos bsicos de socializacin son: estilo democrtico
o autorizado (alta implicacin y alto control), estilo negligente o indiferente (baja
implicacin y bajo control), estilo autoritario o dspota (baja implicacin y alto
control) y estilo permisivo (alta implicacin y muy bajo control).
A pesar de la importancia de los padres en la conformacin de un estilo
educativo, ste no es slo el resultado de las caractersticas de los padres, y sus
estrategias de crianza, es tambin el resultado de las caractersticas de los hijos
as como de las interacciones entre ambos. Incluso, una visin ms completa
de los procesos de crianza incluyen las caractersticas del contexto cultural y
socioeconmico.
150
7. H
BITOS DE CRIANZA: CONCRECIN DE LOS ESTILOS EDUCATIVOS
151
EL LIBRO DE FAMILA:
UN G.P.S. EDUCATIVO
7. H
BITOS DE CRIANZA: CONCRECIN DE LOS ESTILOS EDUCATIVOS
En este epgrafe, vamos a exponer, por una parte, qu hbitos de crianza son
ms frecuentemente utilizados por los padres en la educacin de los hijos; y, por
otra, qu consecuencias tienen dichos hbitos de crianza en el desarrollo social,
emocional y escolar de los hijos, a corto y largo plazo. Los hbitos de crianza,
entendidos como estrategias concretas usadas por los padres en la educacin
de los hijos, se suelen agrupar entorno a dos factores: amor (sensibilidad) y
control (exigencia) que a su vez, como ya hemos visto, configuran los distintos
estilos educativos.
153
EL LIBRO DE FAMILA:
UN G.P.S. EDUCATIVO
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EL LIBRO DE FAMILA:
UN G.P.S. EDUCATIVO
1. Amor
Estrategias/Hbitos de Crianza
- Evaluacin positiva
- Compartir
- Expresin de afecto
- Apoyo emocional
- Comunicacin
- Estimulacin intelectual
- Inters por el nio
- Posesin
- Proteccin
- Firmeza
- Seguimiento o supervisin
- Autonoma moderada
- Estimulacin de la sociabilidad
- Estimulacin del pensamiento independiente
- Tratamiento igualitario
2. Hostilidad
- Irritabilidad
- Evaluacin negativa
- Rechazo o agresividad
- Rigurosidad
- Castigo
- Reprimendas
- Descuido
- Ignorancia
3. Control
- Intentos de Control:
Coercin
Control Inductivo
Retirada de afecto
- Control psicolgico:
Intrusividad
Supresin de la agresin
Control a travs de la culpa
Direccin paterna
- Control o poder parental:
Poder de coercin de resultados
Poder de experto
Poder legtimo
4. Autonoma
- Autonoma extrema
- Disciplina laxa
157
158
EL LIBRO DE FAMILA:
UN G.P.S. EDUCATIVO
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EL LIBRO DE FAMILA:
UN G.P.S. EDUCATIVO
Intentos de control
Los intentos de control son las estrategias que emplean los padres con la
intencin de dirigir la conducta del hijo de forma apropiada y deseada (Rollins et
al., 1979). Se refiere a comportamientos, tales como instrucciones, peticiones,
imposicin de reglas, establecimiento de restricciones y lmites, aplicacin de
sanciones, vigilancia o supervisin directa, exigencia de responsabilidades o
la clarificacin del comportamiento que se espera del hijo en un futuro (Barnes
y Farell, 1992; Musitu, 2001; Moreno y Cubero, 1990; Oliva y Parra, 2004;
Rollins y Thomas, 1979). El constructo control es realmente multidimensional
(Rollins y Thomas, 1979). Hoffman (1970) establece tres tipos de estrategias
de control: coercin, induccin y retirada de amor. La coercin se refiere
a comportamientos parentales que implican una gran presin externa sobre
el hijo para que ste se comporte de acuerdo con los deseos del padre ante
una demanda o en respuesta a una conducta inadecuada (Rollins y Thomas,
1979). La coercin se aproxima a la hostilidad (e.g., castigo fsico, privacin
de objetos o privilegios, empleo de la fuerza fsica o amenazas para disciplinar
a los hijos) (Holmbeck et al., 1995; Hoffman, 1970; Moreno y Cubero, 1990).
En concreto, el castigo fsico o corporal se refiere a aquellas acciones de los
padres dirigidas a causar dolor, aunque no necesariamente dao, en los hijos para
corregir un comportamiento inadecuado (Straus y Cantor, 1994). La mayor parte
de los ambientes familiares en los que predominan estas formas de disciplina
se acompaa de bajos niveles de afectividad, comprensin y apoyo emocional
(Musitu y Lila, 1993). Otros padres, por el contrario, tratan de controlar a sus
hijos induciendo en ellos las conductas que consideran ms deseables. Este tipo
de control se caracteriza por comportamientos parentales dirigidos a que el nio
acceda voluntariamente a los deseos del padre, evitando el conflicto directo con
los deseos del nio (Rollins y Thomas, 1979). Las estrategias ms frecuentes son
el razonamiento, las explicaciones sobre las formas correctas de comportarse y el
anlisis, conjuntamente con el hijo, de las consecuencias de sus comportamientos
sobre s mismo y los dems (Hoffman, 1970; 1983). Segn Maccoby y Martin
(1983), la induccin no aumenta la probabilidad de que se cumpla la instruccin
en un momento determinado, pero por el contrario, aumenta la probabilidad futura
de su cumplimiento cuando no est bajo la supervisin directa del adulto. La
eficacia de las estrategias basadas en la induccin es mayor cuando stas van
acompaadas de expresiones de afecto que cuando no (Rollins y Thomas, 1979).
De hecho, en la mayor parte de los ambientes familiares en los que predominan
las formas disciplinarias basadas en la induccin, tambin aparecen elevados
niveles de afectividad y apoyo emocional, as como una importante tasa de
manifestaciones de elogios y reforzadores (Musitu y Lila, 1993). La combinacin
de una disciplina parental inductiva y de apoyo es la que hace ms probable la
161
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EL LIBRO DE FAMILA:
UN G.P.S. EDUCATIVO
163
Algunos autores consideran que la autonoma y el control ms que ser dos polos
de una misma dimensin, tal y como propone Schaefer (autonoma psicolgica
versus control psicolgico), se trate de dos constructos diferenciados. En este
sentido, la ausencia de promocin de la autonoma no necesariamente implica la
presencia de control psicolgico (Silk et al., 2003), dado que la correlacin entre
ambos factores es muy dbil.
Considerando todas estas formas posibles de ejercer la crianza se puede
afirmar que existen unos hbitos Positivos y otros Negativos.
Los hbitos de crianza relacionados con el buen ajuste en los hijos son calificados
como paternidad eficaz o paternidad positiva. Estas denominaciones estn
circunscritas a la combinacin de las dimensiones amor (sensibilidad) y control
(exigencia) que, a su vez, configuran el estilo democrtico y que consistentemente
se relacionan con el buen ajuste escolar, con los logros acadmicos y la madurez
psicosocial de los adolescentes (Steinberg y Morris, 2001).
Los hbitos de crianza negativos se han relacionado consistentemente con
el desarrollo de problemas de conducta y emocionales en los nios (Morris et al.,
2002; Pettit y Dodge, 1993; Russell y Russell, 1996). Por ejemplo, cuanto mayor
es el nivel de hbitos de crianza negativos mayor es la probabilidad de aparicin de
ansiedad y depresin en los adolescentes normales (Murris, Meesters, Schouten
y Hoge, 2004). Se han listado los hbitos ms perniciosos: a) la hostilidad, que se
refiere a actitudes agresivas (fsica o verbal) de irritabilidad y rechazo, dirigidos al
nio; b) el control psicolgico, punitivo o autoritario que implica alguna forma de
agresividad encubierta; y c) control intrusivo. A travs de estos hbitos, los padres
intentan manipular el comportamiento del nio, su propia identidad y voluntad.
Para ello utilizan estrategias coercitivas tales como crticas, retirada de afecto,
induccin de culpa, comunicacin restringida o invalidacin de sus sentimientos.
164
Negligente
165
-M
enor competencia acadmica
(Dornbush Ritter, Herbert, Roberts y
Fraleigh, 1987; Maccoby y Martin,
1983)
-M
enor competencia
acadmica (Dornbush
Ritter, Herbert, Roberts
y Fraleigh, 1987).
- Mal ajuste escolar
(Lamborn et al., 1991)
Ajuste
Social
-M
ayor competencia y logro
acadmico. (Dornbush Ritter,
- Menor competencia
Herbert, Roberts y Fraleigh, 1987;
acadmica. (Dornbush
Ajuste
Lamborn et al., 1991; Steinberg et Ritter, Herbert,
Acadmico
al.,1992)
Roberts y Fraleigh,
- Conduce al xito acadmico
1987)
(Steinberg et al., 1992)
(Lamborn et al.,1991)
-A
legres, inmaduros
y con bajo control
de impulsos.
(Baumrind, 1967);
baja independencia,
(Baumrind, 1971);
bajo estrs emocional
(Lamborn et al.,1991);
baja responsabilidad
social (Baumrind,
1971); agresividad
(Maccoby y Martin,
1983)
- Alta autoestima
Indulgente
-B
aja competencia social con iguales,
- Baja competencia
tendencia a ser dominados (Baldwin et
social; dficit en
al., 1945; Baldwin, 1948).
habilidades sociales;
- Falta de iniciativa social, y tendencia
bajo ajuste psicosocial
a al retraimiento (Maccoby y Martin,
(Lamborn et al., 1991)
1983).
-B
aja autoestima (Maccoby y Martin,
1983; Lamborn et al., 1991)
- Descontentos, retrados, menos
independientes (Baumrind, 1967,
1971; Baumrind y Black, 1967).
- Menos espontenos (Baldwin et al.,
1945; Baldwin, 1948).
- Moral heternoma (Maccoby y Martin,
1983).
- Identidad hipotecada (Oliva y Parra,
2004)
- Mayor obediencia y conformismo y
pocos problemas de comportamiento
(Lamborn et al., 1991).
- Responsabilidad social adecuada
(Baumrind, 1971)
Autoritario
-A
lta competencia social y habilidad
sociales (Maccoby y Martin,
1983), alta asertividad (Baumrind
- Baja competencia
y Black, 1967) y responsabilidad
social y habilidad
social (Baumrind, 1971)
sociales.
- Buen ajuste psicosocial (Lamborn
- Bajo ajuste psicosocial
et al., 1991)
(Lamborn et al., 1991)
- Son preferidos por lo iguales (Hart
et al., 1992)
-A
lta autoestima, alegres
- Baja autoestima
y espontneos, curiosos
(Maccoby y Martin,
autosuficientes, autocontrolados
1983)
(Baumrind, 1967; Baumrind y
- Bajo autocontrol,
Black, 1971).
inestabilidad
- Madurez personal (Baumrind,
emocional. dbil
Ajuste
1967)
identidad personal,
Emocional - Bajo estrs emocional (Lamborn et
bajo estrs emocional.
y
al.,1991)
(Lamborn et al, 1991)
Conductual - Moral autnoma (Hoffman, 1970)
- Bajo respeto a las
- Buen ajuste conductual y
normas y personas,
responsabilidad social (Maccoby y
Bajo ajuste conductual
Martin, 1983)
y problemas de
- Pocos problemas de
conducta (Lamborn et
comportamiento (Lamborn et al.,
al., 1991)
1991)
Democrtico
EL LIBRO DE FAMILA:
UN G.P.S. EDUCATIVO
8. C
ONSECUENCIAS DE LOS ESTILOS
EDUCATIVOS EN EL AJUSTE SOCIOEMOCIONAL, CONDUCTUAL Y ESCOLAR DE LOS HIJOS
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EL LIBRO DE FAMILA:
UN G.P.S. EDUCATIVO
8. C
ONSECUENCIAS DE LOS ESTILOS
EDUCATIVOS EN EL AJUSTE SOCIOEMOCIONAL, CONDUCTUAL Y ESCOLAR DE LOS HIJOS
A lo largo de la segunda mitad del siglo XX, docenas de investigaciones se
han llevado a cabo para comprobar los diferentes resultados sobre el ajuste de los
hijos. Segn los hallazgos empricos (ver tabla 6), los distintos estilos educativos
evidencian resultados muy similares sobre el ajuste, tanto en nios como en
adolescentes, y se muestran consistentes en investigaciones que emplean distintas
estrategias de evaluacin (cuestionarios, entrevistas y observacin) (Holmbeck et
al., 1995).
169
EL LIBRO DE FAMILA:
UN G.P.S. EDUCATIVO
171
un factor clave a nivel motivacional, debido a que facilita la conformidad con los
valores adultos y su aceptacin (MacDonal, 1992; Moreno y Cubero, 1990).
El estilo democrtico o autorizado produce en los nios y adolescentes
una mayor responsablilidad social (Baumrind, 1971) y se asocia con una mayor
frecuencia de conductas de autocontrol que inhiben las manifestaciones de
agresin (Tur et al., 2004) y conduce a un mejor ajuste conductual (Maccoby y
Martin, 1983). Por ejemplo, los hijos criados bajo un ambiente democrtico son
menos propensos a manifestar problemas de comportamiento agresivo (Maccoby
y Martin, 1983) y consumo de drogas en la adolescencia (Bogenschneider et al.,
1998; Hart, DeWolf, Wozniak y Burts, 1992; Lamborn et al., 1991), y ms propensos
a mostrar mayores logros acadmicos (Dornbush et al., 1987; Lamborn et al.,
1991; Musitu y Allat, 1994; Steinberg et al., 1992; Spera, 2005), autoconfianza
escolar (Kurdek, Fine y Sinclair, 1995) y ajuste acadmico (Dornbusch et al., 1987;
Paulson, 1994).
De los principales hbitos de crianza que componen el estilo educativo, afecto,
promocin de la individualidad y la autonoma, y supervisin en el cumplimiento
de las normas, todos ellos se han asociado con consecuencias positivas para el
ajuste del nio:
El primero de ellos, el afecto, caracterstico de este tipo de padres, se asocia
con una menor tasa de aparicin de problemas exteriorizados (Conger, Ge Elder,
Lorenz, y Simona, 1994; Ge et al., 1996; Hart et al., 1992; Scaramella, Conger y
Simons 1999). Chen, Huanfeng, Wang y Cen (2001) muestran que el afecto de la
madre se relaciona de forma directa y robusta con la inhibicin de la agresividad en
los hijos. Tambin McFadyen-Ketchum, Bates, Dodge y Pettit (1996) sealan que,
tanto los compaeros de clase como los profesores, informan que los hijos en edad
preescolar, cuyas madres son afectuosas e implicadas en la educacin, presentan
menos conductas disruptivas en el colegio. Parece que este estilo, no slo inhibe la
agresin, sino que tambin facilita las habilidades sociales de los hijos. En lnea con
esta ltima afirmacin, diversas investigaciones relacionan la crianza autorizada
o democrtica con buen ajuste psicosocial (Lamborn et al., 1991; Kurder y Fine,
1995), alta competencia y habilidades sociales (Baumrind, 1971; Maccoby y
Martin, 1983), posiciones de liderazgo en el grupo de compaeros (Hart, DeWolf,
Wozniak y Burts, 1992) y elevado desarrollo de la conducta prosocial (Mestre,
Samper Tur y Dez, 2001).
La afectividad positiva, el apoyo y la implicacin en la crianza, propios del
estilo democrtico no slo inhiben las conductas exteriorizadas sino tambin
las interiorizadas (Gray y Steinberg, 1999), concretamente la sntomamatologa
depresiva (Allen, Hauser, Stuart, Eickholt, Bell y OConnor, 1994; Forenhand et
al., 1991; Ge et al., 1994; McKeown, Garrison y Jackson, 1997) y la ansiedad.
172
EL LIBRO DE FAMILA:
UN G.P.S. EDUCATIVO
173
ser responsables y competentes fruto del apoyo y del control que sus padres les
proporcionan. En tercer lugar, el desarrollo de una buena competencia cognitiva y
social gracias al estilo caracterstico de intercambio comunicativo de los padres.
174
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UN G.P.S. EDUCATIVO
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EL LIBRO DE FAMILA:
UN G.P.S. EDUCATIVO
183
Resumen
Los nios y adolescentes muestran un ajuste y adaptacin ms favorables
en su desarrollo bajo ambientes o estilos educativos caracterizados por un estilo
educativo democrtico (Baumrind, 1971; Holmebeck et al., 1995; Maccoby y Martin,
1983), lo que implica: normas claras sobre cmo comportarse; seguridad de que
cumplen las reglas acordadas; la aplicacin de sanciones no punitivas o coercitivas;
la administracin de la disciplina consistentemente; explicar las demandas; permitir
las replicas entre padres e hijos durante las discusiones; continuar implicados en la
vida diaria del adolescente y supervisar sus actividades sin sobreprotegerles; dar
cario, ser sensibles y crear un clima familiar cohesionado; proveerles informacin
valiosa y ayudarles a desarrollar habilidades tiles para prevenir situaciones de
riesgo; estimular la individualidad permitiendo a los adolescentes desarrollar sus
propias opiniones.
El ambiente democrtico es el que reporta a corto y largo pazo un mejor ajuste
en los hijos. Desarrollan mayor competencia, rendimiento y logros acadmicos,
alta autoestima y se muestran alegres, espontneos, curiosos, autosuficientes,
autocontrolados, estables emocionalmente, con capacidad para interiorizar
normas y valores, con una moral autnoma. El ambiente educativo sobreprotector
se relaciona con hijos con alta autoestima, pero descontentos, retrados, menos
independientes, menos espontneos, menos flexibles para adaptarse a los
cambios y ms conformistas. Desarrollan una moral heternoma, un locus de
control externo y una identidad hipotecada. Muestran baja competencia social con
los iguales y una tendencia a ser dominados por stos.
Los padres permisivos o negligentes tienen hijos con baja autoestima,
inmaduros, con dificultades para controlar sus impulsos, con baja responsabilidad
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9. C
ONSISTENCIA INTERPARENTAL
DE LOS HBITOS DE CRIANZA
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EL LIBRO DE FAMILA:
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9. CONSISTENCIA INTERPARENTAL
LOS HBITOS DE CRIANZA
DE
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Resumen.
La mayora de los padres y las madres son consistentes en sus hbitos de
crianza; es decir, comparten criterios en el modo de educar a sus hijos. El acuerdo
entre los padres facilita la comprensin de las normas y favorece el cumplimiento
de las expectativas que los padres tienen sobre sus hijos. Es un indicador de la
paternidad efectiva. La consistencia interparental se ha vinculado con un mejor
funcionamiento personal y social. Cuando los hogares son inconsistentes y cada
padre da normas diferentes, especialmente en los adolescentes, aparece una
191
192
10. EPLOGO
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UN G.P.S. EDUCATIVO
10. EPLOGO
De todo lo expuesto, se deduce claramente que hay unas conductas que
emanan de los padres y educadores que son ms adecuadas que otras para la
buena consecucin de una adaptacin de los nios y de los jvenes. A su vez, estas
conductas no actan sobre la nada sino que interaccionan con unas determinadas
formas de ser del nio y todo ello se ve presionado por las circunstancias sociales
que promocionan unos determinados valores que son, a la postre, los que directa
o indirectamente condicionan las formas de educar.
A pesar de que la conducta de los padres es un predictor de la adaptacin
durante la infancia; durante la adolescencia y la edad adulta, es la propia agresividad
infantil el mejor predictor de la futura agresividad y criminalidad (Ayala, Pedroza,
Morales, Chaparro y Barragn, 2002; Brame, Nagin y Tremblay, 2001; Huesmann,
Dubow, Romanoff y Yarmel, 1987; Huesmann, Eron y Dubow, 2002; Pagani et al.,
2004; Robins, 1978). Exactamente lo mismo ocurre con la depresin: el haber
tenido depresin es el mejor predictor de la aparicin de una conducta depresiva
(del Barrio, 2007).
Algunos autores concluyen que el grado de agresividad en nios a los 8 aos
de edad predice la conducta agresiva futura mucho mejor que otros factores
(Berkowitz, 1993; Eron, 1972; Huesemann et al., 2002). Esto implica que para
prevenir la adaptacin de los nios hay que actuar sobre stos y sus padres a
fin de desarrollar programas de prevencin multidimensionales que incluyan la
modificacin temprana de variables contextuales (habilidades de crianza, estilos
de interaccin familiar, entre otras) dirigidas a los padres, as como tambin a
travs de una intervencin directa sobre los nios desadaptados emocionalmente
(del Barrio, 2007; Castro, 2005; Cowan y Cowan, 2002; Medway, 1989). Todos
195
EPLOGO
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EPLOGO
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UN G.P.S. EDUCATIVO
ldicas que han de poner en marcha los padres con los hijos. La intervencin
es individualizada y su duracin no tiene tiempo lmite de aplicacin.
8.- Coping Power Program (Lochman y Wells, 2004)
Es un programa de dos aos de duracin dirigido a padres y a hijos. La
intervencin con los hijos incluye los siguientes contenidos: definicin de
metas personales y conductuales; conciencia y atencin a los sentimientos
y al arousal fisiolgico asociado; uso de instrucciones de afrontamiento,
tcnicas de distraccin y relajacin; habilidades de estudio y organizacin;
entrenamiento en adopcin de perspectivas; y reentrenamiento atribucional,
habilidades de resolucin de problemas sociales y manejo de la presin
de los pares (los problemas relacionados con el entorno y el desarrollo
de habilidades para negarse a la presin ejercida). La intervencin con los
padres se agrupa en los siguientes mdulos: habilidades para identificar y
diferenciar la conducta prosocial y la disruptiva de sus hijos; atencin a las
conductas apropiadas; emisin de instrucciones efectivas; establecimiento
de reglas y expectativas apropiadas a la edad de sus nios; aplicacin de
consecuencias a la conducta negativa; y establecimiento de una comunicacin
continua a travs de reuniones familiares semanales.
En una sntesis de todos ellos, resaltamos, a modo de orientaciones, algunas
de las pautas que padres y profesores podran instaurar para la prevencin de
problemas de ajuste en los nios:
199
EPLOGO
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201
EPLOGO
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12. Ayudar a la aceptacin del fracaso. Por mucho que se cuide la enseanza
el fracaso puede aparecer. Lo adecuado es concienciar de ello al alumno
y ayudarle a buscar salidas.
13. Ensear a olvidar y a encajar los agravios. Los nios suelen ser crueles
y hieren a sus compaeros. Muchos ataques se mantienen por las
inadecuadas respuestas ante ellos. Hay que ensear a los nios a encajar
las crticas y seguir funcionando.
14. Indentificar con prontitud las dificultades de aprendizaje. Cuando las
dificultades de un nio tienen su origen en problemas de aprendizaje, hay
que buscar lo ms precozmente posible la solucin del problema para
evitar la acumulacin de desajustes con la marcha del aprendizaje.
203
11. BIBLIOGRAFA
205
EL LIBRO DE FAMILA:
UN G.P.S. EDUCATIVO
11. BIBLIOGRAFA
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