Paper Schamber 1 - Residuos

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UNA APROXIMACIN HISTRICA Y ESTRUCTURAL SOBRE EL

FENMENO CARTONERO EN BUENOS AIRES.

CONTINUIDAD Y NUEVAS OPORTUNIDADES


ENTRE LA GESTIN DE LOS RESIDUOS Y LA INDUSTRIA DEL
RECICLAJE
Pablo J. Schamber

Presentacin.

La inflexible implementacin durante los 90 de polticas pblicas derivadas de


la doctrina neoliberal produjo en Argentina dramticas transformaciones
estructurales. Por mencionar slo un aspecto, la tasa de desocupacin de la
totalidad de los conglomerados urbanos del pas alcanzaba un record histrico y
era, en octubre del 2001, tres veces superior a la que se haba dado diez aos
antes1.

En ese contexto, los recolectores informales de materiales reciclables,


conocidos aqu como cirujas, cartoneros o recuperadores2, se volvieron una de
las expresiones socialmente reconocidas del desempleo y la exclusin. Su
mayor visibilidad estuvo ntimamente relacionada con el progresivo incremento
de su nmero, tanto por la continuidad de la falta de empleo, como por efecto de
la aguda recesin que agot la posibilidad de los sectores de bajos ingresos de
hallar refugio en otras actividades propias del sector informal (venta ambulante,
espordicas tareas para la clase media, tareas de baja calificacin para la

Existe una abundante literatura sobre las consecuencias de las polticas aplicadas en Argentina durante los 90. Una
muy buena sntesis al respecto puede encontrarse en Svampa 2005.

1/3

industria de la construccin, etc.)3. Pero a partir de la debacle financiera,


econmica y poltica de diciembre del 2001, debe incluirse en el anlisis el
formidable aumento de los precios de los materiales recolectados como
consecuencia de la devaluacin y la abrupta cada de las importaciones de esos
elementos (que son commodities), lo que signific un fuerte estmulo para que
se incorporen a esta actividad muchas nuevas voluntades.

Esta abrupta irrupcin del fenmeno cartonero en 2002 es usualmente percibida


a travs de los medios de comunicacin nacionales y extranjeros4 como a) una
estrategia novedosa de los sectores desfavorecidos para lograr el sustento, y b)
como una actividad econmicamente marginal. El presente artculo tiene el
propsito de cuestionar ambas creencias y argumentar, por un lado, que la
actividad que los cartoneros realizan tiene antecedentes que en estas latitudes
se remontan a la poca colonial, y por otro, que representan un eslabn clave
del circuito informal del reciclaje. Precisamente, se trata de una vieja prctica
que ha subsistido tanto a las diferentes modalidades empleadas desde el
Estado para el manejo de los residuos, como a las oscilaciones y vicisitudes de
la demanda industrial de materiales reciclables.

Este trabajo se estructura en dos partes claramente diferenciadas. En el primera


se traza un recorrido histrico que nace cuando los residuos se asumen como
un problema pblico (mediados del siglo XIX) y llega hasta el presente. Durante
este derrotero se liga la actuacin de los recolectores informales tanto con los
cambios en la gestin de los residuos como con sus conexiones con la industria
del reciclaje. Con este ltimo objetivo, en la segunda parte, se describen
tambin las caractersticas generales y las lgicas con las que operan
2

Para un anlisis de la variacin sufrida en la denominacin utilizada popularmente como referencia a los recolectores
informales de residuos vase Schamber, 2007.
3
Tambin es amplia la literatura sobre el sector informal de la economa. Un completo compendio puede sobre la
cuestin en Amrica Latina puede encontrarse en Tokman 2004.
4
Para ampliar sobre los cartoneros en los medios locales vase Adisi, G: s/f y Andrada S., 2005. Algunos ejemplos de
notas aparecidas en medios extranjeros se encuentran en: http://www.news.bbc.co.uk/1/hi/business/2666053.stm;
http://news.bbc.co.uk/1/hi/business/2307491.stm; http://news.bbc.co.uk/1/hi/world/americas/3775313.stm;
http://www.lemonde.fr/web/panorama/0,11-0@2-3222,32-970812@1-8508,0.html;
http://www.boston.com/business/articles/2007/02/10/argentina_economy_recovers_from_meltdown/

2/3

recolectores, depsitos e industrias, actores que componen el circuito informal


del reciclaje y quienes, en conjunto, permiten la transformacin de los desechos
en mercancas (Schamber, 2008). En esta parte se analiza con detenimiento la
articulacin entre los actores que participan del sector dedicado al reciclaje de
papeles y cartones. De este modo, con un anlisis al mismo tiempo histrico y
estructural, se busca brindar elementos que se consideran imprescindibles para
lograr una cabal comprensin del fenmeno de los cartoneros de Buenos Aires,
y complementar ciertos enfoques sobre mismo publicados recientemente en
ingls (Chronopoulos, 2006; Garca, 2007,)5.

Genealoga de la actividad de los cartoneros y de la gestin de los


residuos

El recorrido histrico por los mtodos oficialmente adoptados para intentar


eliminar los residuos permite identificar cuatro perodos: disposicin en huecos y
baldos, quema a cielo abierto, incineracin y entierro en rellenos sanitarios.
Lineamientos que propugnan la minimizacin de lo que se genera como
residuos y su mximo aprovechamiento, posibilitan identificar un presente de
transicin hacia un modelo de gestin integral de residuos que, sin embargo,
an no ha logrado imponerse. El siguiente cuadro ilustra el recorrido que se
desarrolla ms abajo y permite identificar como, catalogados bajo distintas
denominaciones, los recolectores informales de residuos han existido en todos
los perodos y su prctica est lejos de ser una novedosa estrategia de
supervivencia que los pobres y desempleados urbanos argentinos aprendieron
luego de la crisis de los aos 2001 y 2002.

Mucha de la informacin de este artculo se obtuvo en el marco de una investigacin etnogrfica desarrollada en
Buenos Aires entre 1999 y 2005 para la tesis doctoral De los desechos a las mercancas. Antropologa del reciclaje
informal de los residuos en el Gran Buenos Aires, Universidad de Buenos Aires. La genealoga histrica se basa en
extractos de distintos tipos de documentos oficiales, informes de comisiones interdisciplinarias de expertos constituidas
para evaluar la problemtica, crnicas periodsticas y trabajo de campo propio. El texto del historiador ngel Prignano
(1998) y del antroplogo Francisco Surez (1998) han sido una gua indispensable para la construccin de la misma.

3/3

Fecha
inicio

Denominaciones y referencias a la

del Mtodo para eliminacin

actividad

perodo
Transicin +

Cartoneros

RELLENOS SANITARIOS

Recuperadores Urbanos

Siglo XIX
Reducido ncleo de traficantes de
basura
RELLENOS SANITARIOS

Cirujas
Intermediarios que compran a precio

1977

vil
Centenares de hombres, mujeres y
INCINERACIN EN DOMICILIOS Y USINAS nios de aspecto miserable.

1910

Atorrante seleccionador.
QUEMA A CIELO ABIERTO
+

1861

COMERCIALIZACIN

RESIDUOS

Empresarios de la basura.
PBLICA

DE Rebuscadores de residuos.
Carreros municipales

DISPOSICIN EN
HUECOS +
NIVELACIN TERRENOS

De los huecos a la quema .

Antes de convertirse en un asunto pblico y de prioritaria importancia para el


gobierno local, deshacerse de los residuos era una cuestin de incumbencia
privada e individual. En el Buenos Aires colonial, los habitantes arrojaban sus
restos a los huecos del frente o el fondo de sus propias viviendas, o en los que
existan en distintos puntos de la ciudad. Esta prctica sigui existiendo incluso
en forma paralela a la recoleccin que hacan los carros municipales en la zona
cntrica de la ciudad, cuyos materiales tenan como destino la nivelacin de
calles y terrenos anegadizos. Aos ms tarde, y como respuesta a epidemias de
clera (1.867) y fiebre amarilla (1.871), los dispersos sitios de disposicin de los

4/3

residuos se unificaron al margen de la ciudad (lejos del centro) en un terreno


bajo, despoblado y de escaso valor comercial, conocido como La Quema 6

Hacia la segunda mitad del siglo XIX comenzaron a ensayarse distintos


mtodos de disposicin y eliminacin de residuos. Si bien desde criterios
sanitarios la basura era percibida como agente de contaminacin, tambin se
valoraba su potencialidad como insumo productivo. Como se impusieron estos
ltimos, los residuos se convirtieron en una mercanca que poda venderse. Las
Memorias Municipales de la Ciudad de Buenos Aires de mediados del siglo XIX
muestran que la privatizacin de la recuperacin de los residuos era una
valorada fuente de ingresos pblicos. Adems de los empresarios de la basura
oficialmente reconocidos como concesionarios del derecho exclusivo a
seleccionar los materiales tiles de la basura y quemar el resto, hacan su
aparicin los rebuscadores de residuos, quienes intentaban quedrselos antes
que los carros municipales los trasladasen hacia el La Quema. Resulta muy
interesante por su paralelismo con ciertos planteos actuales7, observar como en
la Memoria Municipal del ao 1.877 la presencia de estos rebuscadores justifica
la reduccin del canon al empresario:
La extraccin de los residuos de las basuras fue licitado desde el 20 de abril al 31
de diciembre, por D. Vicente Michely a razn de 15.000 $ mensuales. El producto
de la renta alcanz 116.500 $. En los anteriores fue ms productivo este ramo que
ha disminuido hoy a la mitad, a causa del gran nmero de individuos que recorren
las calles extrayendo de los cajones que deposita el vecindario en las puertas de
las casas, todos los residuos utilizables, de suerte que cuando llegan los carros al
vecindario, ha sido ya despojada la basura de la mayor parte de ellos (Memoria
Municipal ao 1.877, mi destacado)

En un interesante trabajo que sirve como antecedente a este recorrido histrico, Francisco Surez resalta que lejos y
afuera del espacio considerado como centro, han sido los criterios constantes de la gestin de los residuos para
definir los sitios de disposicin (Surez, Francisco: 1998).
7
La actividad de los cartoneros fue denunciada como competencia desleal por las empresas prestadoras del servicio de
recoleccin durante los aos 2001 y 2002. Reclamaban la intervencin pblica para no ver disminuir sus ganancias,
relacionadas con el peso de los materiales recolectados. Una cartonera entrevistada coment que en ese perodo,
como consecuencia de la accin policial, tuvo que pasar su carga de cartones desde su carrito a un camin recolector.

5/3

Alrededor de La Quema municipal se origin un barrio marginal, conocido como


Barrio de las Ranas o Pueblo de las Latas, donde algunas fuentes registran
hacia fines del siglo XIX ms de 3.000 personas hurgando en la basura.
Buscaban trapos, vidrios, papeles, huesos y botellas para venderlos luego a los
acopiadores de la zona (Revista Caras y Caretas, 1899). Como en ese entonces
se recuperaban muchos huesos, la denominacin cirujas derivara por
analoga con la profesin de los mdicos, siendo entonces los recuperadores
cirujanos de la basura8.

De las usinas a los rellenos sanitarios.

El siglo XX se inici con un cambio de paradigma y la nueva perspectiva


destacaba la precariedad del mtodo de la quema para eliminar la totalidad de
los desechos, la escasa rentabilidad obtenida por la venta de los residuos
reciclables y las condiciones de explotacin y miseria a que se vean
comprometidos los recuperadores. Apelando a criterios cientficos, se
estableci entonces que lo mejor no era quemarlas a cielo abierto como se
vena haciendo hasta entonces, sino incinerarlas en hornos especiales
denominados usinas. Esta incineracin era incompatible con la recuperacin
de restos tiles, tanto por cuestiones fsicas (se trataba de materiales que
facilitaban la combustin y, por lo tanto, era inconveniente su retiro), como
econmicas (venderlos no constitua un gran beneficio econmico) e higinicas
(se pretenda evitar el contacto de los operarios con los residuos).

Sin embargo, ello no impidi que se continuara recuperando en las quemas,


sitios adonde se llevaban los residuos que no se alcanzaba a incinerar en las
usinas, o directamente en la va pblica previo al paso del camin recolector. La
8

Los huesos, despus de un proceso de coccin a vapor, eran utilizados para fabricacin de velas y jabones,
elaborados en las jaboneras que por entonces haban florecido en la Ciudad de Buenos Aires. El vidrio roto era
separado por colores verde, azul y blanco y era comprado por las fbricas del ramo; los frascos enteros se
separaban para ser vendidos a la industria farmacutica y las botellas a las bodegas. Tambin era comn encontrar
personas dedicadas a la crianza de cerdos.

6/3

Memoria Municipal de 1918, menciona al caracterstico atorrante que vuelca en


la vereda y selecciona en la va pblica los residuos. Como solucin a este
inconveniente se propone proceder a la cremacin domiciliaria, es decir, que los
vecinos saquen a la vereda cenizas como basura. De este modo,
Desaparecer el atorrante seleccionador, el paseo de la basura por el
municipio y el clsico cajn se convertir en cenicero y el carro recolector
perdera su carcter infecto y su aureola de moscas desaparecera

Las usinas constituyeron slo una solucin temporal: por un lado, la incineracin
pobre y despareja produca un excesivo desprendimiento de humo y, por otro,
an existan, debido a la incapacidad para la incineracin total, por lo menos
una decena de quemas distribuidas por la ciudad, en los que se segua
practicando la quema a cielo abierto. En este contexto, en 1945 la intendencia
nombra una Comisin Especial para buscar soluciones a los viejos y nuevos
inconvenientes.

Despus de haber argumentado contra la recuperacin de los reciclables por su


utilidad combustible y su escasa rentabilidad, el informe de la Comisin se
opone a dicha actividad por razones puramente mdico-sanitarias y mdicosociales. En este sentido, los expertos consideran que se trata de un trabajo
antihiginico y psicolgicamente depresivo por su naturaleza sucia, y
recomienda seguir empleando el procedimiento de incineracin para la
eliminacin de los residuos, aunque sugiere controlar y mejorar tcnicamente la
diseminacin de vapores y gases: En Buenos Aires, los hornos de incineracin
tienen muchos aos de funcionamiento y, por lo tanto, existe una regular y nada
despreciable experiencia sobre el valor prctico del sistema. Las crticas y las
quejas giran alrededor de un solo motivo: desde las Usinas se est
impurificando el aire de la ciudad, motivo justo pero tcnicamente soluble....

As, las grandes usinas y los incineradores domiciliarios [que desde principios
del siglo XX fueron acompaando el crecimiento de la ciudad, llegando a ser en
1974 entre 16.400 y 17.400, segn un estudio de los ingenieros Coronado y
7/3

Della Palma (citado por Prignano, 1998: 311)],

seguirn siendo el sistema

oficialmente declarado de tratar a los residuos. No obstante, nunca lograron


remplazar completamente la disposicin de las basuras en La Quema. Por su
parte, en los municipios del Gran Buenos Aires, donde no se aplicaba el mtodo
de incineracin sino que se continuaba con el sistema de la quema a cielo
abierto, sigui existiendo la prctica de la recuperacin en los extenso basurales
que se haban ido formando. Algunos de esos basurales municipales se
ubicaron en tierras anegadizas de las cuencas de los ros (Matanza, Lujn y
Reconquista), junto a industrias y conglomerados de viviendas precarias
(Chiozza, 1983). Otros surgieron aprovechando las cavas de ladrilleras y
tosqueras abandonadas.

Ser recin durante la segunda mitad de la dcada del 70 cuando se produce


el siguiente y ltimo gran cambio del sistema de gestin de los residuos. En el
marco de una gestin sustentada por un rgimen autoritario, en 1977, se cre el
CEAMSE (Coordinacin Ecolgica rea Metropolitana Sociedad del Estado) y
se inici la disposicin regional de residuos en rellenos sanitarios. La nueva
gestin prohibi la actividad de recuperacin sealando que el nico destino
final de los residuos del rea Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) deban ser
dichos rellenos sanitarios. De esta manera, se descartaba la posibilidad de
aprovechamiento de los mismos9.

Acompaando a esta poltica pblica de saneamiento ambiental, se implement


otra que de manera explcita implicaba la exclusin social de vastos sectores a
partir de la prohibicin del cirujeo, de la erradicacin de barrios marginales y
de la transferencia del aumento de los costos de la recoleccin a los municipios
y a los vecinos. Esta medida result funcional a las pretensiones de la Ciudad
de Buenos Aires de crear una ciudad residencial, en detrimento de los
9

La Municipalidad de Buenos Aires a travs de la Ordenanza N 33581/77 prohibi la seleccin, remocin, almacenaje o
manipulacin de los residuos domiciliarios que se encontraran en la va pblica; en tanto que la Gobernacin de la
Provincia de Buenos Aires por medio de la Ley N 8782/77 se propuso ...desterrar el problema social del cirujeo, natural
consecuencia de los basurales a cielo abierto y del abandono de las tcnicas de la incineracin de residuos. En ese
mismo sentido, la Ley N 9.111 regulaba la disposicin final de la basura en los partidos del rea metropolitana, prohiba
la disposicin de los residuos en espacios abiertos o cerrados y la recuperacin de los mismos, y se vedaba
explcitamente el denominado cirujeo an en terreno de privados.

8/3

municipios del Gran Buenos Aires, quienes sufrieron expropiaciones y debieron


ceder tierras para disponer residuos propios y ajenos (Oszlak, 1985). Al igual
que los residuos, numerosos habitantes de villas de emergencia traspusieron
los lmites de la ciudad de Buenos Aires y fueron reinstalados en los municipios
que la circundan. La Comisin Municipal de la Vivienda de la Ciudad de Buenos
Aires justificaba aquella masiva expulsin, sealando que dicha poblacin
careca de salubridad e higiene compatible con la vida urbana (Hermitte y
Boivin, 1985: 125).

La indiscriminada apertura econmica y la consecuente desindustrializacin


nacional que impuso la dictadura militar (Schvarzer, 1998), debilitaron los
circuitos de recuperacin locales mientras los rellenos sanitarios se colmaban y
se iban extendiendo nociones vinculadas al reciclaje. Paralelamente, hacia
mediados de los aos noventa, junto a la manifestacin de los primeros signos
crticos de desocupacin, paulatinamente reaparecieron los recolectores
informales de materiales reciclables como un fenmeno cada vez ms visible
para una sociedad que por entonces los ignoraba.

La situacin actual.

Durante el ao 2000, la actividad de la recuperacin informal en la va pblica


comenz a ser mucho ms notable en las calles de Buenos Aires y, desde
entonces, fue motivo de numerosos artculos periodsticos del pas y el
extranjero. Un indicador del incremento de la atencin brindada al tema fue una
serie de encuentros organizados desde diversos mbitos a partir del ao 2001 y
fundamentalmente durante el 2002, en los que estos actores se constituyeron
en el eje aglutinador y principal objeto del debate. Adems de funcionarios con
ingerencia en la gestin de los residuos, representantes de las empresas
prestatarias del servicio de higiene urbana, investigadores y periodistas, a esos

9/3

encuentros tambin fueron invitados los propios recolectores para que pudieran
exhibir en trminos generales su perspectiva.

Recolectar materiales reciclables de la va pblica o retirarlos de pequeos


comercios, edificios y viviendas de la ciudad se constituy en una fundamental
fuente de ingresos para numerosos hogares empobrecidos de los municipios del
Gran Buenos Aires10. La incorporacin a la actividad era precedida en muchos
casos, de una prolongada e intil bsqueda de empleo. El deambular callejero
por

fbricas

obras

en

construccin

persiguiendo

alguna

changa

(argentinismo para trabajo transitorio) se fue convirtiendo en el recorrido de la


recoleccin. A partir de entonces, tambin empezaron a tener lugar varios
eventos para o sobre cartoneros, foros en universidades y organizaciones
intermedias, instancias que contribuyeron a instalar el debate sobre esta
problemtica en la agenda pblica. Ese mismo ao, los furgones de la empresa
Trenes de Buenos Aires (TBA) que parten de Jos Len Surez (Gran Buenos
Aires) con destino a la estacin terminal de Retiro (Ciudad de Buenos Aires)
comenzaron a colmarse de recuperadores. Ante la imposibilidad de contener
este fenmeno y la dificultad de prohibirlo, y ante la solicitud de la propia
organizacin de recuperadores, la empresa ferroviaria ofreci un tren reservado
en el que los vagones estaran destinados exclusivamente al transporte de los
cartoneros y sus carros. Este tren, en el que viajaban habitualmente ms de 400
personas, luego fue reconocido como el Tren Blanco (Garca, 2007; Schamber
2007 y 2008)11.

A su vez, comenzaron a surgir las primeras cooperativas y otras formas


organizativas que agrupaban a los cartoneros, principalmente en algunos
municipios del gran Buenos Aires. Algunas de estas organizaciones reunan a
los tradicionales cirujas con los nuevos cartoneros. Estos ltimos tenan en sus
10

De acuerdo a los datos del Programa de Recuperadores Urbanos (PRU), ms de las tres cuartas partes de los
cartoneros registrados (76,6 %) viven en el Gran Buenos Aires. Esto significa que para la mayora de los cartoneros la
Capital Federal es el mbito adonde se trasladan para desarrollar la recoleccin, ya que debido al nivel socioeconmico
relativamente ms elevado y la mayor densidad de poblacin, es ah donde se encuentran importantes volmenes de
materiales, de buena calidad, y en una menor dispersin geogrfica.
11
Hacia fines de 2007 estos servicios exclusivos para cartoneros fueron suspendidos por parte de las empresas
ferroviarias. Desde entonces el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ofrece un servicio gratuito de flete en camiones.

10 / 3

trayectorias de vida experiencias de trabajo en fbricas o comercios, y algunos


haban desarrollado actividades gremiales o eran dirigentes barriales. Este
capital social y cultural alent los procesos de organizacin, que fueron
encontrando apoyo en instituciones intermedias, organismos pblicos y
entidades de cooperacin internacional, las que mediante acciones dispersas y
desarticuladas fomentaron su proceso de organizacin e incluso proveyeron
financiamiento12.

Un punto de inflexin en este recorrido histrico sucedi hacia fines del ao


2002, cuando la Legislatura reconoci a los cartoneros como parte integrante de
la gestin de los residuos y derog las Ordenanzas vigentes desde la ltima
dictadura militar, que los consideraba autores de un delito (Ley N 992). Como
consecuencia de la sensacin de esa Ley, el Gobierno local cre en mayo del
2003 una oficina para regular su actividad: el Programa de Recuperadores
Urbanos (PRU).

Finalmente, en noviembre de 2005 la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires


sanciona la Ley 1.854 de Gestin Integral de los Residuos Slidos Urbanos
(conocida como de Basura Cero) la que se reglamenta parcialmente mediante
el Decreto 639 en mayo de 2007. Este esquema legal constituye un hito en lo
relativo a la documentacin oficial respecto de la consideracin de los
recolectores, ya que plantea la inclusin en el proceso de recoleccin y
transporte de los residuos y en las actividades de los centros de seleccin
(tambin conocidos como Centros Verdes) a los recuperadores urbanos
encuadrados en la Ley 99213. Sin embargo, estas normativas estn an lejos de
poder implementarse.

12

Para profundizar sobre cooperativas de cartoneros y otras formas asociativas vase Algacibiur y Schamber 2008,
Buldain, 2007, Paiva, 2007; Schamber 2007.
13
Se conocen como Centros Verdes a las Plantas de Seleccin y Clasificacin cuya construccin y puesta en
funcionamiento fue prevista en el Pliego de Condiciones para la prestacin de servicio de higiene urbana que se licit
durante el ao 2003. Recin a mediados de 2006 se puso en marcha el primero (y por ahora nico) de estos centros,
siendo su gestin cedida a la Cooperativa del Bajo Flores liderada por Francisco Monzn. Para una evaluacin de la
marcha de dicho centro, podr consultarse Buldain, 2008.

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Eslabones del circuito.

Esquemticamente, el encadenamiento productivo del reciclaje puede ilustrarse


del siguiente modo:

IN D U S T R IA S

L a va d o

M o l ie n d a
D E P O S IT O S E S P E C I A L IZ A D O S

D E P S IT O S

P O L IR U B R O

C AR T O N ER OS

Los cartoneros buscan, identifican y recolectan los materiales reciclables


arrojados a la va pblica y en basurales, o bien los retiran directamente de sus
respectivos clientes14. Mediante este trabajo, le devuelven valor mercantil a
ciertos despojos del consumo urbano. Este ejercicio, es importante volver a
destacarlo, incluye una clasificacin detallada que generalmente se realiza en el
mbito domstico del propio recolector. Es decir, los cartoneros no acostumbran
vender los materiales una vez finalizado un recorrido, sino que retornan a sus
casas con la carga, la clasifican y la ordenan, haciendo generalmente partcipes
de estas actividades a miembros de su grupo familiar. La suelen vender al da
14

Los recolectores denominan clientes a vecinos, encargados de edificios, propietarios o empleados de comercios,
que les reservan el material para una entrega personalizada. Adems de entregar residuos reciclables preclasificados,
los clientes pueden hacer donacin de ropa, y hasta de alguna atencin especial (una botella de vino o de sidra
generalmente) para las fiestas de navidad o ao nuevo. Y en ocasiones son demandantes de ciertos servicios que
producto de la relacin saben que el cartonero es capaz de hacer, como ciertos trabajos de jardinera y/o albailera.

12 / 3

siguiente o recin al cabo de dos, tres o ms das, cuando han acumulado y


ordenado el producto de varias jornadas. Por supuesto, tambin hay casos
donde el recorrido termina directamente en la puerta del depsito. En estos
casos, la clasificacin se practica ntegramente cuando se recolecta o mientras
se aguarda el turno de entrega para la venta.

En la ciudad no existen territorios urbanos que pertenezcan a determinados


recolectores y les estn vedados a otros. Las calles son de todos y los residuos
reciclables de quien primero los encuentra. Eso no excluye que un recolector
opte por evitar un rea atestada de colegas, sobre todo si la misma no le resulta
demasiado conocida ni tiene clientes en ella. Los recorridos se van configurando
en funcin de la experiencia. Se ensaya un trazado y se lo adopta con
regularidad en funcin de los resultados que haya venido dando. Se contemplan
horarios y clientes. En ciertas ocasiones el cartonero se lleva materiales
entregados por el cliente aunque no le aportan mayores ganancias ya que no
son comercializables; lo hace porque entiende que negarse sera desventajoso
para la relacin. Los cartoneros constantemente van calculando el valor que
tiene lo que van cargando. Ese dato se relaciona con la ganancia diaria
promedio a la que estn acostumbrados. El producto de esta evaluacin puede
alterar la continuidad del recorrido, concluyndolo antes de donde termina
habitualmente si el valor ha sido alcanzado o superado, o extendindolo ms
all de su lmite si an no resulta suficiente. Pero si no se cumple regularmente
el recorrido, se corre el riesgo de perder clientes.

La composicin de los individuos que se dedican a la recoleccin es sumamente


heterognea. La practican hombres y mujeres con una relativamente amplia
distribucin de frecuencias por edad, tanto como de aos en el ejercicio de este
oficio. De todos modos, recientemente se ha podido observar un incremento en
la insercin de jvenes y mujeres, que encuentran en este oficio su primera
actividad generadora de ingresos. Si se considera como criterio la antigedad
en el oficio, es posible apreciar dos grandes tipos de recolectores (an dentro
13 / 3

de un mismo grupo etario), cada uno a su vez dividido en subcategoras. A los


integrantes del primer grupo los podramos identificar como `estructurales o de
toda la vida tal como ellos mismos se reconocen. Dentro de este grupo se
encontraran quienes trabajaron hace ms de 30 aos en los basurales
municipales antes de su clausura por la adopcin del mtodo de disposicin en
rellenos sanitarios. Se trata de personas que como consecuencia del cambio del
sistema, tuvieron que abandonar los basurales y comenzar a realizar su
actividad en la va pblica. Tambin se incluiran en esta categora aquellos que
siendo muy jvenes, y muchas veces acompaando en los carros a sus
mayores, comenzaron a ejercer el oficio en la dcada del 80 sin solucin de
continuidad hasta nuestros das, prolongando as una actividad propia de la
unidad domstica. Es decir que dentro de los estructurales habra histricos y
recientes.

El otro gran grupo estara constituido por los coyunturales, quienes


fundamentalmente se habran ido integrando a la actividad durante la dcada de
los 90 como consecuencia de una permanente `cada desde actividades mejor
pagas, o al menos desarrolladas en mejores condiciones laborales y sin dudas,
mucho menos estigmatizadas. Se trata entonces de una incorporacin
fuertemente relacionada con la crisis del empleo de este perodo. De todos
modos, dentro de este agrupamiento tambin es posible distinguir a quienes
ingresaron mucho ms recientemente, como consecuencia del atractivo que
represent la actividad a partir de los primeros meses del ao 2002, cuando por
la devaluacin del peso y el abrupto descenso de las importaciones, los precios
de los materiales reciclables locales incrementaron su valor de manera
formidable. En este subgrupo predominan los jvenes15, para quienes cartonear
constituye su primer fuente regular de ingresos; pero tambin los adultos, y

15

Es relativamente amplia la distribucin de los recolectores por edad. An as, los jvenes constituyen, en
el total de los recuperadores registrados por el PRU, el grupo de edad ms numeroso. Teniendo en cuenta
que la edad mnima requerida para poder ser registrado fue de 14 aos, hay casi un 17 % que tiene menos
de 18 aos. La franja etaria inmediatamente posterior, comprendida entre los 19 y los 29 aos, se eleva a
un 33 %. A partir de ah, los porcentajes van disminuyendo paulatinamente en los grupos de edad ms
elevados. En cuanto a los resultados de un estudio encarado por OIM/UNICEF a fines de 2004, la
proporcin de recolectores menores de 18 aos se eleva a 48 %.

14 / 3

sobre todo las mujeres, que pudiendo o no haberse desempeado en otras


actividades informales, se volcaron a sta por la causa antes invocada. El
esquema entonces sera el siguiente:

Estructurales

Histricos

Coyunturales

Recientes

Desempleados
Estimulados por
del 90
devaluacin

Los recolectores no suelen estar exclusivamente especializados en la


recoleccin de un determinado tipo de material, pero tampoco levantan todos
los materiales susceptibles de reciclaje o reuso. Ms bien, seleccionan aquello
que tiene valor de comercializacin en los depsitos donde habitualmente
venden. Para ser levantado el objeto tiene que haber superado un clculo
mental en el que intervienen criterios vinculados con el esfuerzo que implica su
carga y transporte, el espacio que ocupa en el carro y, fundamentalmente, su
cotizacin. Es por esta ecuacin que el tipo de transporte empleado constituye
un aspecto sustancial en relacin con los materiales que son escogidos. Quien
recolecta con un carrito de supermercado probablemente resigne juntar botellas
de vidrio, porque la reunin de varias constituira un importante peso para ese
carro, que no se vera compensado por el valor de venta de este tipo de
material. En cambio, las botellas de tereftalato de polietileno (ms conocidas
como PET), material del que generalmente estn hechos los envases de
gaseosas, aunque su valor puede ser relativamente elevado, son dejadas
porque tambin ocupan mucho espacio aunque no pesan tanto, pero implican
un gran volumen y sobre todo bastante trabajo para poder reunir un kilo.
15 / 3

Las subdivisiones de cada tipo de material reciclable no son constantes ni


universales entre los actores que participan del circuito del reciclaje, debido a
que el abanico de distinciones se complejiza a medida que se asciende en la
cadena que se especializa en el trabajo con un determinado material (ver ms
adelante, depsitos polirubros y especializados).

El siguiente eslabn de la trama de la recuperacin de reciclables lo constituyen


los depositeros, esto es, los propietarios de los depsitos donde los cartoneros
venden. Al igual que lo que sucede con el resto de los estamentos que
componen el circuito del reciclaje de residuos, una nica definicin
globalizadora acerca de los depositeros construida en funcin de sus rasgos
comunes,

irremediablemente

ignora

sus

profundas

diferencias

heterogeneidades. Hay depositeros que ejercen su oficio desde hace dcadas y


como consecuencia de haberlo heredado de su entorno familiar. Otros en
cambio, han abierto sus galpones en pocas recientes, aunque es difcil que no
acrediten antecedentes que los relacionen con la actividad. Asimismo, estn
quienes tienen perspectivas de negocios innovadoras y buscan nuevas
estrategias de crecimiento y expansin, y quienes podran ser considerados
retrgados o conservadores porque no alientan ni se plantean mayores
cambios. Tambin los hay dispuestos a cumplir con las reglamentaciones y
habilitaciones vigentes, y otros cmodamente alertas para permanecer siempre
en negro16 en connivencia con la autoridad de turno.

Sin embargo, ms all de stas y otras variaciones, los depositeros comparten


un estigma: suelen ser vistos como integrantes de un grupo mafioso que obtiene
suculentas rentas a travs de la explotacin de los cartoneros. Probablemente
la razn de esta generalizada opinin descanse en el supuesto de que,
mediando entre la industria y la recoleccin, obtienen enormes ganancias sin
agregar nada de valor al engranaje productivo. Los depositeros detestan ser

16

Sin habilitacin ni permisos oficiales, en la informalidad.

16 / 3

catalogados como intermediarios ya que desaprueban la acepcin pasiva y


exclusivamente lucrativa con la que est teida esa denominacin. Por el
contrario, reivindican su funcin productiva de acopio y preparacin de los
materiales para su posterior consumo por la industria.

Los cartoneros suelen vender a los depsitos que a falta de una definicin
determinada podemos identificar de poli rubros o generalistas, ya que tratan con
distintos tipos de materiales sin estar especializados en la comercializacin
exclusiva de ninguno. La diversidad de materiales con los que trabajan
responde tanto a una cuestin de escala como a una estrategia de captacin.
Por un lado, al tener a los cartoneros como nicos proveedores no logran
acopiar el nivel suficiente de un determinado material como para trabajar
exclusivamente con l. Y por otro, si no recibieran todos los materiales que los
cartoneros levantan, stos preferiran entregar en otros depsitos que s
brindaran esa comodidad aunque pudieran tener menores precios en algunos
productos. En todo caso, del conjunto de materiales reciclables, son los metales
ferrosos (los fierros) los que los depsitos polirrubros optan por no comprar,
sobre todo cuando su disponibilidad espacial resulta acotada.

Estos depsitos poli rubros venden a depsitos especializados, quienes reciben


una determinada calificacin de acuerdo al tipo de material con el que trabajan:
chatarreros, metaleros, plastiqueros, botelleros, vidrieros; en el caso de los
rezagos de papeles y cartones se los conoce como recorteros. Los depsitos
especializados terminan de preparar los materiales reciclables como materia
prima para el consumo industrial, no slo porque acopian una cantidad
suficiente como para comercializar con las industrias, sino porque, dependiendo
del tipo de material que se trate, lo disponen de acuerdo a los requisitos de la
demanda: los diversos tipos de papeles y cartones se enfardan, algunos
plsticos se muelen y ciertas botellas se lavan. La tendencia apuntada no debe
excluir la existencia de depsitos poli rubros que, saltando esta escala de
especializacin, venden directamente a las industrias en las condiciones
17 / 3

requeridas. En este caso suele tratarse de depsitos poli rubros grandes, que
cuentan con enfardadoras y transportes propios.

No suelen haber datos oficiales que permitan conocer con exactitud cuntos
depsitos poli rubros y especializados existen en un determinado municipio.
Muchos de ellos, sobre todo los que operan a baja escala, carecen de una
habilitacin oficial y por lo tanto no aparecen en los registros pblicos. Y por otro
lado, los que s se encuentran habilitados, aunque realicen el mismo tipo de
actividad, no necesariamente aparecen clasificados de manera uniforme.17

Ms all de estas dificultades, la actividad de recuperacin por parte de


recolectores y depsitos ha tenido una continuidad histrica, aunque hayan ido
variando algunas de sus modalidades operativas. De acuerdo a un rastrillaje
efectuado por operadores del PRU, en agosto del ao 2004 se identificaron 73
depsitos (entre poli rubros y especializados) en la Ciudad de Buenos Aires,
concentrados fundamentalmente en los barrios de cercanos (Carlino, Jager y
Schamber 2004; Schamber y Surez 2006). Esta ubicacin no es caprichosa,
justamente est ligada a los sitios donde la ciudad deposit los desechos para
proceder a su quema o incineracin.

Es importante notar que 22 de los 29 depsitos relevados que compraban a


cartoneros comenzaron a operar a partir del ao 2002, mientras que en el caso
de los que se abastecan de otros proveedores18 tenan una antigedad mayor
en esa actividad (4 comenzaron en la dcada del 90, 1 en la del 70 y 1 en la
del 60). Esta informacin, complementada con otros registros de campo,
permite inferir que el incremento de recolectores registrado durante la dcada
del 90 y fundamentalmente desde el inicio del ao 2002, se produjo en forma

17

Para el caso del conurbano bonaerense, corresponde considerar adems otras dificultades de nominacin que deben
atravesarse. La Ley 9.111/78, no slo estableci que el mecanismo empleado para el tratamiento de los residuos en los
Partidos involucrados consiste `exclusivamente en su disposicin en los rellenos sanitarios, sino que prohibi los
depsitos de basura y/o de elementos recuperados de la misma, sea en espacios abiertos o cerrados (Art. 10), tanto
como la realizacin de cualquier tipo de tarea de recuperacin de residuos, an por parte de quienes tengan la
adjudicacin de la concesin por recoleccin (Art. 11).
18
Una encuesta hecha a 35 propietarios y/o encargados de ellos, revel que 29 comercializaban con cartoneros (para
17 de los cuales eran proveedores de ms del 80 % del volumen de materiales que reciban) mientras que los restantes

18 / 3

paralela a la aparicin de nuevos depsitos poli rubros, en el marco de un


contexto muy favorable para este sector como consecuencia de la fuerte
demanda de materiales por parte de la industria, debido a la cada de las
importaciones despus de la devaluacin.

Finalmente los materiales llegan a las industrias o fbricas. Es all donde


estrictamente se reciclan, esto es, se consumen como materia prima para la
obtencin de un nuevo producto. En las fbricas los papeles y cartones se
transforman en papeles higinicos, papeles de envolver, cajas varias; los vidrios
en botellas y elementos de la vajilla y bazar tales como vasos, platos, jarros o
floreros; los plsticos en juguetes, baldes, palanganas, media-sombras; los
metales en distintos tipos de piezas para la industria de la construccin,
electrodomsticos, electricidad, etc.

Las dimensiones de estas industrias son muy variadas. En algunos casos puede
involucrar a una pequea empresa y en otros a grandes grupos transnacionales.
Durante el trabajo de campo conoc una pequea, que fabricaba flotadores para
inodoros, hilos de bordeadoras y codos para caos de agua utilizados en los
bajo mesadas de las cocinas, que funcionaba en el garaje de una vivienda y en
la que, adems de su dueo, trabajaban 5 operarios. Parte de la materia prima
que utilizaban era plstico comprado a un depsito poli rubro. Tambin visit
una fbrica de papel higinico que a pesar de ser calificada como chica por
varios informantes, ocupaba un espacio de 100 metros cuadrados, y segn uno
de sus operarios consuma al menos 1 fardo de recortes de papel por hora
(comprado a un depsito poli rubro, a pocas cuadras de all) durante las 24
horas al da en que las mquinas funcionaban. En el otro extremo puede
mencionarse el caso de Scrap Services, empresa que pertenece a una firma
que desarrolla sus proyectos a escala planetaria (Grupo Techint), que procesa
la escoria de metal ferroso proveniente de los depsitos especializados en
acopiarlas (chatarreras).
6 retiraban los materiales directamente de quienes los generaban (por ejemplo, imprentas y editoriales para el caso de
los papeles) o bien se abastecan comprando a depsitos menores que s tenan como proveedores a cartoneros.

19 / 3

Los distintos eslabones estn asociados por redes clientelares, tanto cuando el
depsito poli rubro le presta los medios de recoleccin a un cartonero, como
cuando un depsito especializado financia las compras del poli rubro. No es raro
encontrar casos donde los niveles superiores del encadenamiento proporcionan
mquinas enfardadoras y adelantos de dinero para cubrir los gastos operativos
de los depsitos que a partir de entonces entregarn a stos la totalidad de su
mercadera y a un precio con poco margen de negociacin. Tambin se debe
mencionar que existen muchos casos donde ex empleados de industrias hacen
uso de su experiencia laboral y se instalan como depositeros proveedores
gracias a la ayuda provista por sus ex patrones.19

El caso de los papeles y cartones.

Grficamente, el circuito de los recortes de papeles y cartones sera el


siguiente:

F ib r a d e M a d e r a y
e s p e c ie s v e g e t a le s

P a s t a c e lu l s ic a

G ra n d e s G e n e ra d o r e s
Im p r e n t a s (B la n c o s )
R e c o r te r o s

I n d u s tr ia

C o n v e r t id o r e s

N u ev o
P r o d u c to

D e p s ito s p o l ir u b r o s
( M a r r o n e s y e c o n m ic o s )

C a r to n e ro s
G e n e r a d o r e s d o m ic ilia r io s
y p e q u e o s c o m e r c io s

19

Chris Birkbeck encontr en Cali (Colombia) que el depsito central que toma como caso es abastecido por seis
depsitos directos que son de su propiedad y doce indirectos con los que slo existe un acuerdo verbal de compras.
Resulta muy interesante que en la consideracin del administrador del depsito central, los depsitos indirectos
aparezcan como mucho ms productivos que los directos, que no tenan mayores preocupaciones por su salario
(Birkbeck 1979). Existe una versin en espaol en Klein y Tokman (1979).

20 / 3

El reciclaje, con independencia de los beneficios que pudieran tener las polticas
pblicas vinculadas a la proteccin del medioambiente, es una actividad
eminentemente econmica. En estos trminos, su existencia se justifica slo si
es posible adquirir a menor costo un insumo recuperado de entre los desechos
que sea capaz de reemplazar a la materia prima virgen. En el caso de la
produccin de papeles, el insumo bsico y esencial -la materia prima- es la
pasta celulsica. Esta pasta se elabora fundamentalmente a partir de las fibras
que proceden principalmente de la madera de los rboles, aunque tambin de
otras especies vegetales y de ciertos desechos agrcolas tales como la paja del
trigo, el bagazo de caa de azcar, el bamb, el algodn, el lino, etctera. De
acuerdo al tipo de producto que se desee obtener y a la tecnologa disponible,
en la fabricacin de papeles tambin pueden emplearse como materia prima
algunos elementos de descarte denominados recortes, que son los papeles y
cartones que se reciclan y que pueden volver a utilizarse (reciclarse) hasta cinco
o seis veces antes de la total desintegracin de las fibras.

En s mismo, en tanto materia prima, el material reciclado no tiene ninguna


cualidad superior al material virgen, por eso su precio nunca supera el del
material que reemplaza. Descontando el costo de su procesamiento en el
consumo industrial, que a su vez es superior al que demanda este otro tipo de
elemento virgen, estaramos ante un valor que actuara como techo o tope.
Por consiguiente, si el material virgen es caro y escaso, se incentivar el
reciclado, pero si es barato y abundante, no habr mayor demanda de los
materiales reciclables. Esta lgica fijacin de precios acta verticalmente hacia
el resto de los actores de la cadena.

Schvarzer soslaya la importancia del uso de recortes y llega incluso a sugerir


que su disponibilidad a bajo costo promocion algunos de los cambios ocurridos
en el sector papelero recientemente. Al referirse a la reconversin tecnolgica
de una planta industrial que buscaba aumentar el uso de recortes en lugar de
pasta como materia prima, este autor llega a afirmar nada menos que:
21 / 3

La utilizacin de recortes (muy conveniente por su menor precio relativo) haba


perdido sus incentivos durante la dcada del ochenta debido a los cambios
aplicados en los sistemas de recoleccin de residuos en las grandes ciudades
(coincidentes con la privatizacin de los mismos); el mtodo aplicado de recoleccin
urbana dificultaba la separacin de diversos insumos (papel, vidrios y otros),
reciclables en los respectivos procesos industriales. An as, una masa de
desocupados impuls a numerosos individuos a encarar la seleccin de residuos
para su venta como medio de vida. Esa oferta de residuos ya clasificados, basada
en una mano de obra de muy bajo costo, permiti aquella reconversin fabril que no
hubiera sido posible de otro modo. (Schvarzer, 1993: 26 y 27, mi subrayado).

Los recortes, se catalogan de acuerdo a sus diferentes calidades. Una primera


clasificacin grosera pero clara es entre cartones o papeles marrones por un
lado, y el resto de los papeles por otro. A su vez, dentro de los papeles se
distinguen los econmicos de los blancos. Si bien tambin admite otros tipos de
recortes y puede ser usado en la fabricacin de otros productos, el cartn se
emplea generalmente para fabricar cajas de cartn. Las principales fbricas de
cartn que tienen integrado el proceso productivo, es decir que fabrican el papel
cartn, lo embobinan y despus hacen las cajas de cartn, son Smurfit,
Zucamor y Cartocor, que es la fbrica principal de la empresa Arcor en cuando
a cajas de cartn. El resto de los recortes se utilizan para fabricar diferentes
tipos de papeles que podrn variar de acuerdo con la calidad del material
empleado. Los econmicos servirn para productos de baja calidad, mientras
que para fabricar productos de mayor calidad ser necesario usar los blancos.
Por ejemplo, con todos los papeles se puede fabricar papel higinico, pero
depender de la calidad del recorte utilizado hacerlo gris y spero, o blanco y
suave. Las fbricas de papel de diario tambin usan papel reciclado.

Cuando las industrias no estn integradas, es decir cuando las bobinas


producidas en las fbricas de papel son vendidas como tales y no como otro
producto terminado, aparecen empresas que se denominan convertidoras. Se
trata de plantas que transforman la bobina en un proceso productivo que no
22 / 3

requiere elementos qumicos, sino que emplea mquinas rebobinadoras y


cortadoras mediante las cuales se obtienen distintos tipos de productos finales
(como los diferentes tipos de cajas de pizzas, de zapatos, etc.).

La cantidad de pasta y recortes del consumo aparente del conjunto de la


industrial local es registrada estadsticamente por la Asociacin de Fabricantes
de Celulosa y Papel (AFCP). El siguiente cuadro elaborado a partir de
informacin suministrada por dicha fuente muestra esos datos durante los
ltimos aos:

Aos

Consumo de Recortes
miles de Tn.

Consumo

de

Pastas

Celulsicas
miles de Tn.

1999

657

606

2000

705

648

2001

731

654

2002

698

603

2003

824

753

2004

898

798

2005

944

1.009

2006

1065

967

Estos nmeros muestran que ms de la mitad de la materia prima consumida para la


fabricacin de papeles y cartones corresponde a papeles reciclados. De todos modos,
resulta oportuno mencionar que los recortes que la industria consume no provienen
exclusivamente del circuito que inauguran los cartoneros. Adems de los depsitos poli
rubros, los recorteros tambin tienen como proveedores a grandes generadores de
residuos de papeles y cartones, como lo son por ejemplo las empresas que componen la
industria grfica y editorial, y las cadenas de supermercados, entre otros. As, el material
del que los recorteros se abastecen se diferencia por su origen ya que puede provenir de
la calle a travs de cartoneros o depsitos que les compran a stos o bien de
imprentas como se conoce al tipo de material que viene del retiro directo de grandes
generadores (sean o no imprentas en todos los casos).
23 / 3

Ahora bien, qu porcentaje de los recortes que la industria consume como


materia prima provienen de la calle y qu porcentaje proviene de la imprenta?.
Lamentablemente no es posible saberlo ya que no se realiza este tipo de
discriminacin en los registros con los que cuenta la AFCP20. De todos modos,
es plausible alcanzar algunas estimaciones teniendo en cuenta que la mayora
de los recortes que vienen de la calle son cartones y papeles econmicos,
mientras que los que llegan de imprenta son blancos. Por eso, como de
acuerdo con la AFCP el primer tipo de material representa la mitad de los
recortes que se emplean como materia prima, un interesante estudio sobre el
sector calcula que proviene de la calle entre el 25 % y el 30 % de los recortes
consumidos por la industria (Borello, 1997). Frente a estas proyecciones,
hechas incluso algunos aos antes de que la actividad alcanzara su mxima
expresin, resulta innegable entonces que los recolectores, lejos de ser vagos
que deberan dedicarse a trabajar (como algunas de las denominaciones
utilizadas

para

nombrarlos

lo

sugiere),

son

actores

econmicamente

importantes para la industria papelera, ya que abastecen como mnimo, de un


cuarto de los recortes que este sector productivo consume.

20

Esta Asociacin genera las estadsticas para el sector de acuerdo a la informacin que le suministran las industrias,
pero all el fardo de recortes que se recicla puede contener papeles que vienen de la calle, de las imprentas, o de
ambos.

24 / 3

Comentarios Finales

La bsqueda entre los residuos de materiales susceptibles de ser reutilizados o


reciclados, tiene en nuestro pas antecedentes que se remontan a la poca
colonial. Se trata de una prctica que ha coexistido, con diferentes niveles de
rechazo, reconocimiento e integracin, con los distintos mecanismos empleados
por el Estado para la recoleccin, disposicin y eliminacin de las basuras. En la
historia de las polticas pblicas dirigidas al tratamiento de los residuos muestra
diferentes concepciones sobre el reciclaje y exhibe esas varias tendencias para
con los actores que participan de dicha actividad. Pueden identificarse perodos
en los que predominaron medidas concretas que buscaron estimularla y
promoverla, concibindola como parte indispensable del tratamiento que deban
darse a los residuos. Asimismo, tambin es posible hallar momentos de clara
colusin y directa represin hacia los actores protagonistas de la actividad del
reciclaje. Como una instancia intermedia entre uno y otro tipo de gestin,
tambin es posible identificar perodos de absoluta indiferencia y de completa
invisibilidad del fenmeno.

Ya desde las primeras etapas de la gestin pblica de los residuos de Buenos


Aires quedaron perfiladas algunas lgicas dominantes: disponerlos en el borde
de la urbanizacin, propiciar algn cambio en la gestin frente a una crisis
socio-sanitaria, y debatir en base a criterios de salubridad, esttica o de
competencia econmica si debe o no intentar recuperarse y valorizarse los
residuos. En la actualidad, en relacin con este ltimo aspecto tiene lugar un
consenso global que propugna, primero la minimizacin o reduccin de la
generacin de residuos y luego su reutilizacin o reciclado. En este contexto, la
visualizacin colectiva de la presencia de los cartoneros permiti incluirlos en la
agenda,

aunque

an

no

est

claro

cmo

dicha

incorporacin

ser

implementada. Gobiernos y organismos internacionales de crdito promueven


como solucin al problema de la recoleccin informal, o como alternativa
laboral ante la eventual clausura de basurales a cielo abierto, la reconversin
laboral de los cartoneros como operarios de futuras plantas de clasificacin y
25 / 3

reciclaje de residuos que se construiran en el marco de polticas que buscan


evitar el entierro indiscriminado de los mismos. Si bien sta puede ser una
alternativa viable en algunos casos, resulta necesario advertir que slo en
ciudades de muy pequea escala sera una solucin de reinsercin laboral
colectiva. En ciudades grandes, donde el nmero de recolectores supera
centenas, este tipo de propuestas no parecen sostenibles, ya que la
optimizacin de la gestin de dichas plantas sera contraria a la demanda
masiva de mano de obra.

El recorrido por la historia de la gestin de los residuos y por la estructura del


encadenamiento productivo vinculado al reciclaje permite realizar ciertos
aprendizajes. Aunque son formalmente autnomos, los tres actores que
protagonizan el circuito del reciclaje (cartoneros, depsitos e industrias) se
encuentran interconectados. Los condicionamientos y transformaciones en
alguno de ellos repercute en los dems y cualquier poltica pblica que pretenda
introducir modificaciones sustantivas que resulten favorables a la actividad que
realizan los cartoneros debe tambin intervenir con polticas dirigidas al resto de
los actores. Lejos de ser agentes pasivos o sobrantes en el circuito del
reciclaje los depsitos, como instancia de intermediacin, juegan un rol clave.

En el circuito informal del reciclaje, cada una de las instancias mencionadas,


desde la recoleccin a la industria, es independiente y autnoma del resto, pero
slo en el sentido en que no estn enmarcados formalmente en ninguna
relacin contractual que las vincule. La industria no es propietaria de los
depsitos ni stos empleadores de los recolectores. Sin embargo, por un lado
se encuentran de tal modo interconectados que los condicionamientos y
transformaciones en alguno de ellos tiene repercusiones en el resto. En un
trabajo pionero sobre las vinculaciones econmicas entre las diferentes
instancias que conforman el circuito del reciclaje de papeles en Cali (Colombia),
ya Chris Birkbeck haba planteado que an cuando los recolectores aparentan
estar trabajando para s mismos, de hecho forman parte de una organizacin
industrial:
26 / 3

Si la industria del acero se encuentra en crisis, igual sucede a los rectores de chatarras.
Si aumenta la demanda de papel de desecho, lo mismo sucede con los precios y muy
probablemente con el nmero de recolectores de basura [] el negocio del reciclaje de
basuras se caracteriza por la existencia de una jerarqua de vnculos verticales que van
desde la fbrica al recolector de basura (Birkbeck 1979: 386).

Sirva como otro ejemplo de tal interconexin el hecho de que el dimetro de la


boca del horno de la industria donde se funden los metales es el parmetro que
establece el valor del objeto: si supera los 70 centmetros es grande y habr que
cortarlo, por lo tanto su valor desciende frente al mismo objeto pero ms
pequeo.21 De este modo, queda en evidencia que tambin los recolectores
forman parte de un sistema que no es esttico, y que a medida que los
materiales van pasando de mano, crece en escala y organizacin. Es esperable
que la transicin hacia un nuevo perodo en la gestin pblica de los residuos
no excluir a quienes, desde los mrgenes y la informalidad, histricamente se
han dedicado a reingresar los residuos a la cadena productiva.

21

Esta ancdota me fue comentada por Francisco Surez.

27 / 3

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Especial designada para su estudio por Decreto N 6636/945 (BM 7601). 1947.
Publicado en Revista de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires: El
problema de la basura en la ciudad de Buenos Aires, ao IX, N 87,88,89,
enero, febrero y marzo de 1948.
Cap. VI: Eliminacin de desechos, desperdicios y basuras, Cap. VIII: Anlisis
Econmico de los distintos mtodos de eliminacin. Cap. IX: Eleccin de los
sistemas de Eliminacin. Resumen.

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