La Inmaculada Concepcion en Espana Religiosidad Historia y Arte Actas Del Simposium 14 Ix 2005 Tomo II PDF
La Inmaculada Concepcion en Espana Religiosidad Historia y Arte Actas Del Simposium 14 Ix 2005 Tomo II PDF
La Inmaculada Concepcion en Espana Religiosidad Historia y Arte Actas Del Simposium 14 Ix 2005 Tomo II PDF
La Inmaculada
Concepcin en Espaa:
religiosidad, historia y arte
NDICES
NDICES
XIV
Pgs.
TOMO II
IV. ARTE
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I. Introduccin..................................................................
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2.1.
2.2.
2.3.
2.4.
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IV. Conclusiones.................................................................
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I. Introduccin..................................................................
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2.1.
2.2.
2.3.
2.4.
2.5.
3.1.
3.2.
3.3.
3.4.
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I. Introduccin..................................................................
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II. Pintura...........................................................................
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I. Justificacin. .................................................................
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II. Introduccin..................................................................
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I. Contexto histrico.........................................................
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I. Introduccin..................................................................
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2.1. Granada................................................................
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GIULIA CATALDO
La huella italiana en las manifestaciones inmaculistas de
Francisco Salzillo .....................................................................
ENRIQUE MAPELLI
Doa Isabel de Oballe, El Greco y su obra .............................
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I. Introduccin..................................................................
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I. Introduccin..................................................................
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I. Introduccin..................................................................
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V. TEOLOGA / ESPIRITUALIDAD
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XXV
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V. Conclusiones.................................................................
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I. Introduccin..................................................................
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II. Quin es sta que nace como alba? (Cant 6, 10). ....
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III. Toda hermosa eres, amada ma, y en ti no hay mancha alguna (Cant 4, 6). ..............................................
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V. Conclusin. ...................................................................
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I. Introduccin..................................................................
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NDICES
XXVI
3.1. Sermn I: De la Inmaculada Concepcin de la Virgen Nuestra Seora sin mcula de pecado original,
conforme al Evangelio que comunmente se canta ..
3.2. Sermn II: Limpieza de la madre sin mancharse,
conforme al Evangelio que en algunas religiones,
particularmente en la nuestra, se canta. Lc 11:
Bienaventurado el vientre que te llev y los pechos
que te amamantaron.............................................
Pgs.
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RAFAEL LAZCANO
Agustinos espaoles defensores de la Inmaculada en la primera mitad del siglo XVII ..............................................................
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I. Introduccin..................................................................
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21.
22.
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24.
25.
26.
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I. Justificacin. .................................................................
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1443
IV. Arte
I. Introduccin.
San Ambrosio.
San Jernimo.
San Agustn.
San Gregorio.
3.1. Anunciacin o Meditacin de san Jernimo sobre la Encarnacin, de Girolamo Mazzola Bedoli.
3.2. Disputa sobre la Inmaculada Concepcin, de Il Pordedone.
3.3. Los Padres de la Iglesia discuten sobre el misterio de la Concepcin Inmaculada, de Dosso Dossi.
3.4. La Virgen y el Nio con los cuatro Padres de la Iglesia, de Moretto da Brescia.
IV. Conclusiones.
V. Bibliografa.
I. INTRODUCCIN
La imagen de los Padres de la Iglesia en torno a la Inmaculada
Concepcin como asunto iconogrfico es, sin lugar a dudas, muy escasa si la comparamos con la abundancia de imgenes bien de la Inmaculada Concepcin como figura aislada o bien de la escena de la
Encarnacin, por un lado, o de los Padres de la Iglesia, por otro.
Mientras que estos ltimos temas se consideran absolutamente
fundamentales en la iconografa religiosa, la unin de ambos, a pesar
de la abundancia de escritos de los Padres de la Iglesia sobre la virginidad de Maria que, desde los primeros siglos tuvieron que defender con ahnco, dado que constitua uno de los escollos que los herejes de las ms diversas tendencias queran convertir en insalvable, no
se ha visto reflejada en el arte en la misma proporcin a cmo fue defendida por los Padres tanto de la Iglesia latina como de la oriental
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4. o.c., p.81.
5. MOLIN, E., Los Padres de la Iglesia, Madrid 2000, p. 487.
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San Jernimo en su tratado sobre La perpetua virginidad de Maria, escrito contra las teoras de Helvidio, rebate punto por punto las
afirmaciones de ste con energa y con una virulencia verbal que empequeece a cualquier contrincante. Y lo hace no solamente desde su
profunda fe y pleno convencimiento de la verdad de las Escrituras,
como seguidor de la vida de Cristo y admirador incondicional de
Mara, hacia quien siente una profunda devocin, sino tambin desde el punto de vista del investigador lingista, del fillogo, del erudito conocedor del hebreo, griego y latn, de manera que cada trmino
y cada expresin estn analizados etimolgicamente y explicado su
significado intrnseco. Este tratado ejerci por ello una notable influencia en la exgesis bblica y en el desarrollo de la doctrina teolgica. Comienza el texto encomendndose al Espritu Santo para que
le ilumine en su defensa de la virginidad de la bienaventurada Mara,
invocando a Jess para que quedase preservado de toda sospecha de
9. Cfr. PONS, G., o.c., p. 85.
10. San Ambrosio, San Agustn, San Gregorio de Nisa: Virginidad sagrada (ed.
de Teodoro H.Martn), Salamanca 1997, p. 60.
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Asimismo escribe sobre el tema en la carta A la virgen Principia 14, en la que hace una exposicin del Salmo 44 y desarrolla, a partir de l, el sentido mstico de la virginidad, nuevamente presente en
algunos textos de sus Comentarios a los profetas Ezequiel e Isaas.
San Jernimo acompaa iconogrficamente a la Virgen a lo largo
de los ms diversos episodios: Anunciacin, como veremos en el
ejemplo de la Pinacoteca Ambrosiana; durante su periodo de gestacin, como la obra del Museo Nazionale di Capodimonte, que tambin traemos a estas pginas, en el Nacimiento del Nio 15, en la Coronacin, en la Dormicin, etc. Su presencia en los ms variados
asuntos religiosos hacen que cobre una especial relevancia como elemento de unin entre texto e imagen, esa simbiosis de gran valor documental tanto para la Historia del Arte como para otras muchas disciplinas.
2.3. San Agustn (354-430)
En la ingente obra escrita de san Agustn, las alusiones a la virginidad de Mara, privilegio estrechamente vinculado con el misterio
de la Encarnacin 16 o a la Virgen como una nueva Eva, las podemos
encontrar en alguno de sus Sermones, as como en el tratado Sobre la
santa virginidad. Cmo podr ser esto -dijo- si no conozco varn?
(Lc 1,34). Ciertamente, no hubiese dicho estas palabras si antes no
hubiera consagrado su virginidad a Dios. Mas como las costumbres
de los israelitas rechazaban esto, fue desposada con un varn justo,
que no haba de quitar violentamente, sino ms bien guardar contra
todo opresor, lo que ella haba prometido con su voto 17. En este tratado, san Agustn destaca la fe de la Virgen y la humildad con que recibe el mandato divino, afirmando que con estas virtudes cooper a
que en la Iglesia nacieran los creyentes, lo que la convierte en madre
de todos los miembros de la Iglesia.
14. Ib. pp. 646-678.
15. Vase MARTINO, P., San Jernimo, pastor en Beln, en Claustro Jernimo
(Segovia), 4 (2002), 4(2002) 2-20.
16. Cfr. PONS, G., pp. 120-121
17. Sobre la santa virginidad, Cfr. PONS, G., o. c., p. 120
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tas toscanos, con un particular gusto por el detalle. Esta complacencia por el detalle queda reflejada no slo en aquellos atributos y smbolos propios del asunto iconogrfico de la Anunciacin, sino tambin en esa diminuta figura de san Jernimo sentado en las escaleras
del templo meditando sobre el misterio de la Encarnacin, acompaado del fiel len y de la calavera como smbolo de la transitoriedad
de la vida. Esta figura ha pasado desapercibida para la mayora de
los historiadores, ya que no se hace alusin a la presencia del santo
penitente y Padre de la Iglesia en las descripciones iconogrficas que
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Destacado pintor de la escuela de Ferrara a comienzos del Cinquecento, influido por la escuela veneciana, especialmente por Giorgione, al que se acerca en la expresin del sentimiento y romntica
sensibilidad y delicadeza de las figuras.
En este son los cuatro Padres de la Iglesia latina los que entran en
discusin sobre el misterio de la Inmaculada Concepcin de Mara, sin
que la Virgen est presente en la escena. San Jernimo, de tres cuartos
de perfil, da parcialmente la espalda al espectador y es el que, sentado
al plpito, escribe lo que san Agustn est enumerando con el gesto de
sus dedos. San Gregorio, apoya la cabeza pensativo, escucha atentamente lo que san Agustn est diciendo, mientras que san Ambrosio,
en el lado derecho de la escena, arrodillado, en actitud orante presta
atencin a san Agustn al tiempo que mira al cielo tormentoso, que
bien podra interpretarse en sentido figurado si tenemos en cuenta las
controversias que en torno al tema ha habido a lo largo de la historia de
la Iglesia hasta que finalmente, en 1855, se proclama el Dogma de la
Inmaculada Concepcin por el papa Po IX.
3.4. Alessandro Bonvicino, llamado Moretto da Brescia (ha. 14981554), La Virgen y el Nio con los cuatro Padres de la Iglesia,
1540
leo sobre lienzo, 284 x 87 cm. Das Stdel Museum de
Frankfurt. Inv. Nm. 916
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Ahora tenemos ya al fruto de su vientre entre nosotros, en los brazos de su Madre, y las interpretaciones en torno al Hijo de Dios hecho Hombre y su nacimiento virginal siguen presentes en el seno de
la Iglesia. Se trata de una sacra conversacin con la Virgen y el Nio
entronizados y rodeados de los cuatro Padres de la Iglesia latina. San
Agustn y san Ambrosio, de pie, y san Gregorio y san Jernimo en
primer plano, sentados. Este ltimo indicando con precisin a san
Gregorio cul es el prrafo concreto de las Escrituras en el que debe
fijarse, parece estar corroborando con ello las verdades de la fe.
IV. CONCLUSIONES
Las cuatro obras seleccionadas van de 1528 a 1540. Recordemos
que tras muchos avatares, el concilio de Trento se inaugura, finalmente, en 1545. Desde poco despus de la publicacin de las tesis de
Lutero en la iglesia del castillo de Wittemberg, en 1517, se inicia la
contraofensiva para refrenar las disensiones en el seno de la Iglesia.
Para ello la Iglesia de Roma recurre a la iconografa como apoyo visual para expandir las verdades de la fe; si, adems, como ocurre en
los asuntos iconogrficos que acabamos de comentar, se ampara en
la sabidura exegtica incontestable de los textos patrsticos, dicha
expansin ser ms sencilla y los asuntos teolgicos ms comprensibles. La defensa se hace, pues, contando con los cimientos de uno de
los periodos exegticos ms fecundos de la Historia de la Iglesia.
La profusin de imgenes de los cuatro Padres de la Iglesia latina
alcanzar su punto culminante a partir de la finalizacin del concilio
de Trento, iconografa especialmente promovida entonces por los jesuitas, y se extender a lo largo del todo el siglo XVII. Sin embargo,
no ser comn encontrar a la cuadriga de doctores acompaando a la
Virgen y reflexionando sobre la virginidad.
La iconografa se enrique con el conocimiento de los textos que
dan lugar a una determinada escena o asunto, tanto desde el punto de
vista del cliente, que puede dar pautas ms precisas para que la representacin de un tema concreto tenga una mayor repercusin en el
espectador, como desde el punto de vista de este ltimo, ya se trate
del fiel o del erudito historiador, quien, con el conocimiento de los
textos, obtiene ms claves para la interpretacin de lo que est contemplando.
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En los comentarios y descripciones iconogrficos se suele recurrir con relativa frecuencia a la Leyenda Dorada, sobre todo para la
mencin de datos biogrficos de los personajes representados, incluso en aquellos casos en que la existencia de textos de primera mano
sin pasar por el filtro del dominico Varagine aconsejara acudir a
ellos, lo que en el caso de la Patrstica nos parece no slo recomendable, sino necesario para profundizar en el conocimiento de las
fuentes y, consecuentemente, en la interpretacin del contenido de
las escenas.
V. BIBLIOGRAFA CONSULTADA Y/O CITADA
BOCK, H., GROSSHANS, R. et al.: Gemldegalerie Berlin Gesamtverzeichnis, Berlin: Nicolai, 1996.
COLA, S., Perfiles de los Padres (trad. Juan Flix Bellido), Madrid 1991.
MARTN, T.H. (ed.), San Ambrosio, San Agustn, San Gregorio de Nisa: Virginidad Sagrada, Salamanca 1997.
MOLIN, E., Los Padres de la Iglesia. Una gua introductoria, Madrid 2000,
4 ed.
PONS, G., Textos marianos de los primeros siglos, Madrid 1994.
POZO, C., Mara en la obra de la salvacin, en COLLANTES, J., La Fe de la
Iglesia Catlica. Las ideas y los hombres en los documentos doctrinales
del Magisterio, Madrid 1995, pp. 275-315.
SAN JERNIMO, La perpetua virginidad de Mara, Madrid 1994. Introduccin, traduccin y notas de Guillermo Pons Pons.
SEBASTIN, S., La iconografa de la Virgen, en Contrarreforma y Barroco, Madrid 1989, pp.195-238.
SPINOSA, N. et al., Museo Nazionale di Capodimonte, Napoli 2001.
ROSSI, M. y ROVETTA, A., La Pinacoteca Ambrosiana, Milano 1998.
VIDAL MANZANARES, C. Diccionario de Patrstica (siglos I-VI), Estella
1999, 3 ed.
Universidad de Zaragoza
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740
tras la parte superior del lienzo es ocupada por un resplandor de gloria con ngeles y la paloma del Espritu Santo.
Como en la Anunciacin 8 o en la Presentacin de la Virgen en el
Templo 9, cuadros de la misma serie conservados en la Casita del
Prncipe de El Escorial Giordano usa una diagonal para articular la
composicin, que recuerda por su pose a una Inmaculada Concepcin Nia, tema que gozaba de gran tradicin en Espaa. Sin duda
Giordano asocia en esta escena el tema de la educacin de la Virgen
con otro ms trascendente y con larga tradicin en Italia, el de la Virgen nia presentada como Inmaculada Concepcin con San Joaqun
y Santa Ana ante el Espritu Santo y Dios Padre, un tema que se conoce como El destino de la Virgen y que Giordano ya haba representado en 1657 en un lienzo de la iglesia de la Ascensin en
Chiaia 10 y en 1685 en el gran cuadro de la iglesia romana de Santa
Mara in Campitelli 11 y que volvera a representar en uno de los lienzos de los altares laterales de la iglesia madrilea de San Antonio de
los Alemanes. Pero en la obra que nos ocupa el pintor prefiere recrear un escenario ms ntimo al limitar el resplandor de Gloria y prescindir de la figura del Padre Eterno e incluir detalles de virtuoso como el bodegn del ngulo inferior derecho, con las frutas y la labor
de costura abandonada, todos smbolos de las virtudes de la Virgen,
a la que la manzana alude como nueva Eva. Precisamente los bodegones parecen enmarcar y dar el ritmo a toda la escena, pues en el
extremo izquierdo un ngel sostiene un cesto con flores y en el centro del lienzo, junto a la figura de la Virgen, otros dos ngeles parecen ocupados en llenar una gran cesta con ms flores.
Tambin el cromatismo del lienzo sirve para articular toda la escena, que queda contenida por las manchas rojas del pao del ngel
del extremo izquierdo y de la falda de la sirviente que se asoma por
el lateral derecho, as como por el gran pao que, a modo de dosel,
sostiene uno de los ngeles de la parte superior. El malva grisceo de
la tnica de Santa Ana y el ocre de la de San Joaqun son contrastados y potenciados por la tnica rosa de la Virgen y su manto azul,
que constituyen el verdadero centro del cuadro.
8. leo sobre lienzo. El Escorial. Casita del Prncipe, Sala del Barquillo (n inv.
10032736).
9. leo sobre lienzo.114 x 134 cm. El Escorial. Casita del Prncipe, Sala del
Barquillo (nmero de inventario 10032734).
10. FERRARI-SCAVIZZI, o.c., 1992, n A49b.
11. FERRARI-SCAVIZZI, o.c., 1992, n A383.
741
Se puede documentar la historia del lienzo desde su llegada a Espaa con cierta precisin, as sabemos que antes de 1734 se encontraba en el Alczar de Madrid. Tras el incendio se llev a la Armera 12. En
1740 estaba en el Palacio del Buen Retiro 13 donde se hallaba todava
en 1748 14 aunque en 1772 haba sido llevado al Palacio Real. 15. Tambin en 1794 estaba en el Palacio Real 16, al igual que en 1874 17.
12. Ymbentario General de todas las Pinturas que se han Livertado en el Ynzendio acaezido en el Real Palazio de Madrid.Madrid. Archivo General de Palacio
(en adelante AGP) Felipe V. Casa, leg. 209. Pinturas que se llebaron a la Armeria
73. Otra del mismo tamao (dos varas y tercia de largo por vara y tercia de alto) y
Autor sin Marco bien tratada de sta. Ana dando leccion a la Virgen.
13. Memoria de las Pinturas que ha elejido, y se han sacado de la Ynterbenzion,
de las que se hallan en la Casa de sn. Justo, y reserbaron del fuego, el Pintor Dn. Bartholome Rusca, las que se le han entregado en virtud de orn. del exmo. sor. Duque de
la Mirandula Maymo. Mayor del Rey nro. sor. comunicada a los ofizios en 21 de Henero proxmo. pasado de este preste. ao. para que con ellas se adorne el Quarto del
sermo. sor. Ynfante Dn. Phe. en el Palazio de Buen Retiro; son las siguientes. Madrid
AGP, Felipe V. Casa, leg. 209. 73. Otro del mismo tamao [vara y media de ancho y
vara y tercia de alto] y autor de santa Ana, dando Lezion a la Virjen.
14. Inventario general de bienes y alajas de los cuartos de SS. MM. el rey Felipe V. Ymbentario y thasaz.on de las Pinturas que se entregaron a d.n Barttholome
Rusca y d.n Santtiago Bonabia para colocarlas en el Rl. Sitio de B.n Ret. donde
ex.n. Madrid, AGP, Registros, n 247. 73 Ottra del mismo ttamao [vara y media de
ancho y vara y tercia de alto] y auttor de santta Ana dando leccion a nra seora en
quatro mil...4000
15. A la Antecmara del Ynfante dn. Gabriel, como indica el inventario con
las Pinturas del Nuevo Real Palacio Echo en el Ao de 1772. Madrid, AGP, Seccin Administrativa. Bellas Artes. Pintura, leg. 38. 73, 69, 71,934, 940, 948, seis
pinturas iguales vida de Nra seora; que son ; santa Ana enseando a leer a Maria
santisima, La disputa de los Doctores, La circuncision del sor., la visitacion de sta.
Ysabel, La presentacion de Nra sra. en el templo, y el ultimo la Concepcion de nra
sra. este es de la Zarzuela; de vara y media de largo y una y quarta de caida, originales de Jordn.
16. Testamentara de Carlos III. Ymbentario y Tasacion general de los muebles
pertenecientes al R.l oficio de Furriera de los R.s Palacios de Madrid, Sitios, y Casas de Campo, cuyos muebles quedaron por fallecimiento del S.r rey D.n Carlos 3
que en paz descanse; formado en virtud de orn de 10 de Enero de 1789 y egecutado
por lo oficios de la R.l Casa. Madrid. AGP, Seccin Registros, n.os 257-262. Se hallaba en el Quarto del Ynf.te d.n Ant. Pieza de Comer. 69. 71. 934. 940. 73 y
948. Seis quadros de vara y media de alto y cinco tercias de largo: el primero la disputa del Templo. 2. la Circuncision. 3. la Visitacion de S.ta Ysabel. 4. la Presentacion de nra Seora. 5. S.ta Ana dando leccion nuestra Seora: y el sexto la Concepcion de nuestra Seora quatro mil reales cada uno. Jordan...24000
17. Inventario de pinturas del Real Palacio de Madrid 1874. Madrid, AGP, Seccin Administrativa. Bellas Artes. Pintura, leg. 40.
N. 4802. Otro id. id. [cuadro lienzo] igual al anterior [se trata del San Juan tiene la visin de la Inmaculada, que estudiamos a continuacin, las medidas son un
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dragn, que marca el fin de la diagonal que parte del ngulo superior
derecho, pero incluso para llenar esta parte del cuadro, Jordn coloca un sol de ocaso casi a la misma altura que la cabeza del Evangelista, creando de esta forma una composicin prcticamente tripartita, centrada en la figura de Mara.
El propio Giordano debi quedar satisfecho con la composicin,
hasta el punto de repetirla en el lienzo conservado en la Residenzgalerie de Salzburgo 19 .
Los tipos humanos, la amplitud del paisaje y la sencillez de la
composicin contribuyen a aumentar el clasicismo del cuadro, casi
digno de Carlo Maratta y que se integra sin conflicto en los aos posteriores a los frescos del Palacio Medici-Riccardi en Florencia, preludiando la segunda etapa clasicista del artista en los aos centrales
de la ltima dcada del siglo, en la que repetir rasgos como el rostro
de Dios Padre y los dedos finos y largos de la Virgen.
Se trata de una obra muy cuidada, de dibujo detallado, que alcanza incluso a las piedras del primer plano, y est realizada con una
pincelada ms empastada en las figuras de San Juan y la Virgen y
19. Vid. FERRARI-SCAVIZZI, o.c., 1992, n A426. y la ficha de PETER KELLER en
el catlogo de la exposicin Johann Michael Rottmayr. Genie der Barocken Farbe.
Salzburgo 2004, p. 138.
744
ms diluida en el fondo, los ngeles y el Padre Eterno, que as se disuelven literalmente en la luz, efecto al que contribuyen las pinceladas largas y finas que dibujan sus vestimentas.
Se aprecia perfectamente como sobre la capa de imprimacin Jordn ha trabajado mediante grandes planos de color, que ha ido perfilando despus mediante la aplicacin de pinceladas ms finas que resaltan las luces, siendo especialmente minuciosas en la cabeza del
apstol, tal vez lo mejor del cuadro, donde se hacen ms empastadas
y cortas. En otras zonas Jordn se muestra ms resolutivo, como en
la cabeza del querubn situada ante el regazo de Mara, hecha con
tres lneas rojizas sobre la nube, en un ejemplo claro de virtuosismo.
Como en toda la serie Jordn utiliza un recurso tpico de toda su
pintura y que le sirve para abreviar el trabajo, unas lneas de contorno en un tono ms oscuro, apreciables en la pierna y en el brazo derecho de San Juan y en algunos de los perfiles de los pliegues.
Debido a lo genrico de la identificacin en los distintos inventarios y
a que el cuadro actualmente no lleva ningn nmero de inventario se hace ms difcil que en otros cuadros de la serie determinar su ubicacin en
los distintos Sitios Reales, pero parece probable que estuviera en 1701 en
el Palacio de la Zarzuela 20. Tal vez se encontrara en el Palacio Real de
Madrid en 1772 21 y en 1794 22, donde est documentado en 1874.
20. Testamentara de Carlos II. Ymbentario y tasazion de los Vienes del Rl. Sittio de Zarzuela. Pieza de Estado de g.das de honor. Madrid, AGP, Seccin Histrica.
Testamentaras, C 133.
Tres pintturas Sin marcos de vara y quarta de alto y Vara Y m de ancho la Una
del Misterio de la Concepcon. la ottra del misterio de la Encarnazon. y la ottra de la
fabula de Ycaro originales de Jordan tasadas a Cinqta Doblones Cada Una...150.
21. En la Antecmara del Ynfante dn. Gabriel, segn el inventario Pinturas
del Nuevo Real Palacio Echo en el Ao de 1772, Madrid, AGP, Seccin Administrativa. Bellas Artes, Pintura, legs. 38. 73, 69, 71, 934, 940, 948, seis pinturas iguales vida de Nra seora; que son; santa Ana enseando a leer a Maria santisima, La
disputa de los Doctores, La circuncision del sor., La Visitacion de sta. Ysabel, La
presentacion de Nra sra. en el templo, y el ultimo la Concepcion de nra sra., este es
de la Zarzuela; de vara y media de largo y una y quarta de caida, originales de
Jordn.
22. Testamentara de Carlos III. Ymbentario y Tasacion general de los muebles
pertenecientes al R.l oficio de Furriera de los R.s Palacios de Madrid, Sitios, y Casas de Campo, cuyos muebles quedaron por fallecimiento del S.r rey D.n Carlos 3
que en paz descanse; formado en virtud de orn de 10 de Enero de 1789 y egecutado
por lo oficios de la R.l Casa. Madrid, AGP, Seccin Registros, n. os 257-262. Podra ser uno de los cuadros mencionados de la siguiente manera en el Quarto del
Ynf.te d.n Ant. Pieza de Comer. 69. 71. 934. 940. 73 y 948. Seis quadros de vara y
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encontraba en el denominado Paso de tribunas y trasquartos 28. Seguramente se trata del lienzo de este tema mencionado por Ponz en
1793 en la pieza de vestir del prncipe 29 y tal vez sea el que en 1794
se encontraba en el Quarto del Ynf.te d.n Ant. Pieza de Comer 30.
Seguramente segua en el Palacio Real en 1800 31 y en 1814 32. En
1834 estaba ya en la Casita del Prncipe de El Escorial 33.
Se trata de nuevo de una obra muy cuidada, mostrando el inters
del pintor por mantener un gran nivel de calidad en toda la serie, quizs pensando en la posibilidad de futuras comisiones por parte del
monarca. Aparece otra vez un evidente recuerdo clasicista en la composicin, cuya simetra y frontalidad se rompen por las figuras de la
parte inferior, sumidas en la oscuridad, diferenciando as dos zonas
28. Pinturas del Nuevo Real Palacio Echo en el Ao de 1772. Madrid, AGP,
Seccin Administrativa. Bellas Artes. Pintura. leg. 38 163. Otra igual a la antecedente [el n 78, una 78. Una pintura del trnsito de Nra. seora riginal de Jordn,
devara y quarta dealto, y una de ncho.] y del mismo Autor, que represta. la concepzion de Nuestra seora.
Otra igual Pintura y con el mismo num. de la coronacion de Nra. sra., est en
Aranjuez.
29. PONZ, A. en su Viage de Espaa, Madrid 1793 (ed. 1988), vol. 2, p. 248. cita de Jordn, una Concepcin y el Trnsito de la Virgen.
30. Testamentara de Carlos III. Ymbentario y Tasacion general de los muebles
pertenecientes al R.l oficio de Furriera de los R.s Palacios de Madrid, Sitios, y Casas de Campo, cuyos muebles quedaron por fallecimiento del S.r rey D.n Carlos 3
que en paz descanse; formado en virtud de orn de 10 de Enero de 1789 y egecutado
por lo oficios de la R.l Casa. Madrid, AGP, Seccin Registros, n 257-262. 69. 71.
934. 940. 73 y 948. Seis quadros de vara y media de alto y cinco tercias de largo: el
primero la disputa del Templo. 2. la Circuncision. 3. la Visitacion de S.ta Ysabel.
4. la Presentacion de nra Seora. 5. S.ta Ana dando leccion nuestra Seora: y el
sexto la Concepcion de nuestra Seora quatro mil reales cada uno. Jordan...24000
31. CEN BERMDEZ, J. A. en su Diccionario histrico de los ms ilustres profesores de las bellas artes en Espaa, Madrid 1800, t. II, p. 345. cita en el Palacio
Real seis lienzos de la Vida de la Virgen uno de los cuales podra ser la Inmaculada que nos ocupa.
32. 1814. Ynventario General de las Pinturas que existen en este Rl. Palacio.
Madrid, AGP, Seccin Administrativa, Bellas Artes, Pintura, leg. 38.
Palacio Real. Dormitorio de Prncipes. Techo: La Aurora.
Otro siete quartas de alto por cinco de ancho: La Purisima Concepcion y el Padre Eterno: Jordan.
33. Testamentara del Seor Dn Fernando 7 de Borbn. Ynventario del Real
Palacio del Real Sitio de San Lorenzo. Madrid, AGP, Registros, n 4807.
San Lorenzo de El Escorial. Casita de abajo. Piso principal. Pieza 4 de la Torre.
A. Dos de Jordan que representan la Anunciacion de la Virgen, y el otro la Concepcion, alto 4 pies 3/4, ancho 3 pies y 3/4, a mil setecientos cincuenta r.s cada uno
con sus marcos, valen todos...3500.
747
en el lienzo y sirviendo casi de pedestal a la Virgen. Es especialmente importante el gesto del ngel que seala a Mara, tal vez el arcngel San Miguel, pues gracias al escorzo de su brazo derecho se consigue crear una sensacin de profundidad en el cuadro, que de otra
forma habra ofrecido un efecto demasiado plano. Pero su presencia
tambin es importante, pues con ella no slo se alude a la victoria de
la Virgen sobre la serpiente sino tambin a la de San Miguel sobre
los ngeles rebeldes, en un tipo de iconografa que Jordn desarrollara a una escala mucho mayor en uno de sus primeros cuadros pintados en Espaa, la Lucha de San Miguel con los ngeles rebeldes y la
defensa de la Inmaculada Concepcin, conservado en la sacrista de
la capilla del Palacio Real de Madrid 34. Un tema con el que fcilmente se poda aludir a la defensa por parte de los reyes de Espaa
de la Inmaculada Concepcin de la Virgen y a su lucha contra la he34. FERRARI-SCAVIZZI, o.c., 1992, n A517.
748
749
Ciudad Real
El mundo barroco nace bajo el estigma de Trento. En este perodo de controversia surge una conciencia colectiva que identifica su
propio tiempo como un perodo de crisis participando del concepto
evolutivo de las sociedades 1. En este sentido, los viajes constituyen
una motivacin psicolgica necesaria para el ser humano como ansia
de conocimiento y evasin, y son reflejo de la informacin a travs
de relatos e imgenes que se reciban sobre lugares lejanos 2. De este
modo, se produce una enorme difusin de ideas y conceptos haciendo patentes los diversos puntos comunes que unen a las sociedades
catlicas.
La figura de la Virgen Mara cobra un papel protagonista. Tanto
luteranos como calvinistas intentaban reducir el papel de la Virgen
en la obra de la Redencin, por lo que la multiplicacin de las imgenes alusivas a Mara se hace patente en el mundo catlico en la segunda mitad del siglo XVI y en todo el siglo XVII. La finalidad del arte se compromete con este nuevo sentido convirtindose en un modelo de impresin, conmocin y persuasin colectiva 3.
La Inmaculada Concepcin es la representacin de la Virgen en el
pensamiento de Dios. Supone la eleccin de la mujer anterior a Adn
y Eva. Ella es eterna y como tal no ha sido concebida bajo el pecado
original. La visualizacin del misterio se centra en su funcin dentro
de la redencin humana, y as la Virgen del Apocalipsis que aplasta
al dragn tal y como la describe San Juan constituye un mensaje salvfico instaurado en el devenir eterno 4. Los protestantes haban aceptado la existencia de Cristo anterior a los tiempos pero renunciaban a
conceder la misma categora a la Virgen. La insercin de la figura de
1. MARAVALL, J. A., La cultura del Barroco, Barcelona 1975, p. 56.
2. HAZARD, P., La crisis de la conciencia europea (1680-1715), Madrid 1941,
pp. 16-34.
3. ARGAN, G.C., Renacimiento y barroco, Madrid 1987, t. II, pp. 262-263.
4. RAU, L., Iconografa del arte cristiano. Iconografa de la Biblia. Nuevo
Testamento, Barcelona 2000, t. II, p. 82.
752
Dios Padre junto con la Inmaculada Concepcin presenta una imagen que engloba, resume y presenta al fiel la valorizacin y defensa
catlica de la Virgen Mara. Los artistas desempearan un papel
fundamental en la afirmacin dogmtica de la Inmaculada Concepcin. Apoyos doctrinales importantes a la mariologa concepcionista
fueron las obras de Thomas de Vio, Ambrosio Catharinus y los jesuitas Meter Canisius en Alemania y Francisco Surez en Granada 5.
Dentro de la cultura artstica del Barroco hay que sealar la figura de Pietro da Cortona como una de las ms sobresalientes destacando como pintor, arquitecto, diseador y tratadista. Aunque su verdadero nombre es Pietro Berrettini, es conocido universalmente por
el lugar en que naci en noviembre de 1597 6, Cortona, una pequea
localidad de la Toscana. March a Roma, en donde se convirti en
discpulo del artista Baccio Carpi (1574-1654), quien adems le instruy en la devocin, la piedad y la caridad. La influencia de su maestro estar marcada por la adhesin a la temtica contrarreformstica7. Durante su aprendizaje en Roma, la Chiesa Nuova constituy
una importante fuente de inspiracin para el ojo del joven pintor descubriendo la figura de Rubens. A partir de 1624-1625 participara activamente en la Academia de San Lucas de Roma. Lanfranco, Domenichino, Guercino y los hermanos Carracci dentro del ambiente
romano influirn en la nueva pintura de Cortona. Pero, en Roma, se
encuentran tambin Simn Vouet y Nicolas Poussin conformando un
exuberante ambiente cultural en la plenitud del barroco romano. Su
obra capital en este periodo es la decoracin de la bveda del saln
del palacio del Cardenal Barberini, su protector, que lo fue tambin
de otros pintores como Poussin. Tambin trabajara bajo el mecenazgo de los Mdicis llevando a cabo la decoracin de la Camera della
Stufa y los salones del Palazzo Pitti. Su mayor virtud fue revolucionar la pintura al fresco decorativa del Barroco, a partir de sus efectos
de perspectiva y del elaborado juego de luces 8. Falleci en mayo de
1669, definindose su pintura en un alegorizar, en una amplificacin
retrica 9.
5. STRATTON, S., The Immaculate conception in Spanish Art, Cambridge 1944,
pp. 38-39.
6. En torno a la problemtica de su fecha de nacimiento vese, FAGIOLO
DELLARCO, M., Pietro da Cortona e i cortoneschi, Milano 2001, pp. 28.
7. VALENTI RODIN, S. P., Pietro da Cortona e i disegno, Miln 1997, p. 40.
8. LO BIANCO, A., Pietro da Cortona: Carriera e fortuna dellartista, en LO
BIANCO, A., (coord.), Pietro da Cortona 1697-1669, Milano 1997, pp. 21-40.
9. ARGAN, G. C., Renacimiento y barroco, Madrid 1987, t. II, p. 334.
753
Realizara para la iglesia de San Filippo Neri de Perugia la Immacolata Concezione 10 que supone el inicio del tema central de este artculo. Se trata de una obra poco conocida dentro del repertorio
grfico del artista a pesar de estar documentada por fuentes setecentistas italianas como Morelli y Marciano 11. El trabajo responde al encargo realizado por el cardenal Caponni en 1658 a travs de la recomendacin del pintor por parte del padre Antonio Bernabei 12. En
marzo de 1659 se acuerda un pago global de 400 escudos por el trabajo de Cortona, pero la muerte del cardenal Capponi el 5 de abril
del mismo ao produce que su sucesor, Scipione Capponi, reconsidere los trminos del contrato y la cantidad pactada debido a la excesiva colaboracin del discpulo de Cortona, Ciro Ferri. En 1661, el
cuadro se encuentra finalmente en la iglesia de San Filippo bajo la
aprobacin de Scipione Capponi 13. La colaboracin del taller no disminuye en ningn momento la importancia del lienzo y demuestra la
supervisin del maestro para garantizar la calidad y la afinidad plstica del estilo constituyendo una marca de fbrica de Cortona 14. El
lienzo manifiesta el hbito de trabajar conjuntamente situando a Ciro Ferri como el imitador ms fiel de su maestro.
Dentro del dinamismo propio de la pintura barroca, la obra se organiza en planos diagonales que unen a Dios Padre, la Virgen y el
dragn. Este modelo de composiciones diagonales era frecuente en
Roma siendo utilizado por Lanfranco, Domenichino, Reni, Sacchi 15. La Virgen se presenta a la izquierda con las manos sobrepuestas sobre el pecho y la mirada dirigida hacia el dragn y el globo, resaltada por la luminosidad del manto azul. Tal y como refiere la
iconografa habitual de la Inmaculada, sta se presenta joven, de cabellos dorados, coronada por las estrellas y con la luna a los pies. El
debate sobre la figura de la Inmaculada Concepcin tendr mayor
peso en Espaa pues como demuestran las imgenes, aparecer pla10. Ver fig. 1.
11. MORELLI G. F., Breve notizie delle Picture e sculture che decorano laugusta citt di Perugia, Perugia 1683, p. 122, y MARCIANO, G., Memorie historiche della
Congregazione dellOratorio, Napoli 1693, v. III, p. 559 en LO BIANCO, A., (coord.,), o..c, p. 380.
12. LO BIANCO, A., (coord.,), o. c., p. 380.
13. Idem.
14. LO BIANCO, A., Pietro da Cortona: Carriera e fortuna dellartista, en LO
BIANCO, A., (coord.), o.c., pp. 34-35.
15. SCHLEIER, E., Pietro da Cortona e la Nasita del Barocco a Roma en LO
BIANCO, A., (coord.), o.c., pp. 50-51.
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gada de los smbolos lauretanos, con los pies bajo el manto y la luna
con las puntas hacia abajo.
La figura de Dios Padre es una reconfiguracin del ejecutado en
La Santissima Trinit para San Pedro en Roma y que Cortona realizar en 1628 gracias a la mediacin del cardenal Barberini 16. Tambin aparece en el Sacrificio di No 17, en Danielle nella fossa dei
leoni 18 o en La creazione degli animali 19. En todas ellas, Dios Padre viene caracterizado por un rostro enrgico, fuerte, con barba y cabellos largos y arropado en amplias telas. Este posicionamiento del
Creador obtendr una clara programacin y difusin; en este sentido,
vase la Sacra Famiglia de Giacinto Calandrucci 20 (1646-1707,
alumno de Carlo Maratta), Il Sacrificio di Aronne del cortoneschi
Guglielmo Cortese 21 o LImmacolata del tambin seguidor de Cortona, Raffaello Vanni 22. Segn Anna Lo Bianco, la representacin del
dragn supone una memoria a la factura de Giulio Romano tratndose
de una figura usual dentro de la plstica barroca y advertida igualmente en la obra del escultor Alessandro Algardi, lo que demuestra la estrecha unin entre Cortona y este artista 23. Se puede encontrar el mismo detalle en un grabado de F. Spierre, sobre un original de Cortona,
para el frontispicio del Misal Romano conservado en la Biblioteca
Casanatense 24.
El color aparece dominado por una luminosidad clara y sin interferencias, que declara la apertura de la pintura solar de los aos sesenta, reflejo del neovenetismo romano 25 que ya haba comenzado a
mostrarse en los aos treinta.
La novedad de esta iconografa no se encuentra en la aparicin de
Dios Padre como tal, que se muestra usualmente desde el siglo XV y
XVI verticalmente sobre la Virgen, sino en su papel protagonista den-
755
tro de la imagen final. La figura de la Virgen deja de mostrarse frontalmente para presentarse lateralmente como la obra maestra de
Dios 26. Dios Padre y Mara participan as en la misma escena. De
este modo, la imagen resuelve las dudas y refuerza el mensaje sobre
la preservacin del pecado original a travs de su carcter preexistente al mundo. La idea de Pietro da Cortona, fijada en este lienzo, es
la transmisin de un mensaje sin interferencias, de acuerdo con los
principios de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola en
el que la imagen haba de ser aprehensible para entrar en contacto directo con el fiel 27.
El debate sobre la Inmaculada Concepcin propici que el papa
Alejandro VII expresase y reforzase los decretos de Trento sobre la
preservacin de la Virgen del pecado original en la Bula Sollicitudo
omnium ecclesiarum en 1661 28, el mismo ao que Pietro da Cortona
presentaba su lienzo en San Filippo Neri de Perugia. La bula constituy el documento doctrinal ms importante, dentro del inmaculadismo, antes de la publicacin de la bula Ineffabilis por Po IX en
1854, y constituy un logro para la diplomacia espaola de manos
del obispo de Plasencia, don Luis Crespi de Borja 29. Sollicitudo omnium ecclesiarum determinaba que Mara haba sido preservada del
pecado original en el mismo instante de su concepcin en Dios siendo la preservacin objeto de culto y creencia 30. De este modo, la
imagen de Cortona se erige como fiel reflejo del ambiente cultural y
teolgico contemporneo. Durante el siglo XVII, Roma sera el centro
artstico de Europa propagndose a todos los lugares las iconografas que surgan adoptndose en todos los pueblos catlicos 31. La composicin cortonesca supondr un hito dentro de la iconografa barroca siendo reproducida en multitud de ocasiones. El ejemplo ms claro lo tenemos en el artista napolitano Luca Giordano32.
26. Ttulo con el que el P. Binet consagr a la Virgen, en MLE, E., El arte religioso de la contrarreforma, Madrid 2001, p. 43.
27. SUREZ QUEVEDO, D., Sombras, luces y penumbras en ambientaciones y
figuraciones artsticas a fines a fines del siglo XVI e inicios del XVII, en Anales de
Historia del Arte, 13 (2003) 175.
28. DENZINGER, E., El magisterio de la Iglesia, Barcelona 1963, p. 297.
29. VZQUEZ, I., Las controversias doctrinales postridentinas hasta finales del
siglo XVII, en GARCIA VILLOSLADA, R., (dir.), Historia de la Iglesia en Espaa, Madrid 1979, t. IV p. 459.
30. Ibid, p. 460.
31. MLE, E., o.c., p. 226.
32. Un recorrido por las fuentes y la crtica sobre Luca Giordano en HERMOSO
CUESTA, M., Lucas Jordn. Estado de la cuestin, Zaragoza 2002.
756
Luca Giordano naci en Npoles en 1634. Dentro de su aprendizaje en el taller de Ribera, se puede observar el paso del naturalismo
al triunfalismo barroco del entorno romano (Lanfranco y Pietro da
Cortona) que comienza a manifestarse en Npoles a partir del cuarto
y el quinto decenio 33. En 1692 el artista napolitano llega a Espaa
como pintor real de Carlos II, siendo conocido tambin como Lucas
Jordn, dejando una impresionante produccin hasta su regreso a
Npoles en 1702, falleciendo finalmente en 1705. De la relacin con
Pietro da Cortona, nos habla Antonio Palomino. Menciona la asistencia que prest Luca Giordano al pintor cortons en varias pinturas
al fresco que este efectu y le sita como su maestro junto con Ribera 34. La misma noticia se encuentra en el bigrafo del artista, De Dominici 35. Del conocimiento de la obra de Cortona surge la Inmaculada Concepcin que Luca Giordano pinta para la iglesia de capuchinos de Cosenza en 1665 y que hoy se encuentra en la catedral de la
misma ciudad 36. La disposicin se invierte con respecto a la de Cortona aportando una mayor dimensin a la lectura de la imagen. Sobre
un plano diagonal y ms alejado compuesto por un grupo de angelotes, se superpone otro que cruza la composicin desde la cruz a la cabeza de Mara definiendo la intencin del lienzo. Dios Padre a la izquierda, elevado sobre nubes querbicas y con la mano por encima
de la cabeza de la Virgen, seala con su mano izquierda la cruz y el
olivo como gnesis y funcin de la concepcin de Mara (redencin
de la humanidad a travs de Cristo). El posicionamiento diagonal de
Dios ya haba sido anteriormente utilizado por el pintor napolitano.
Un ejemplo se observa en la Destinazione de la Vergine para la
iglesia de Santa Maria in Campitelli en Roma en donde Dios y el Espritu Santo se dirigen directamente al Nio con la Virgen 37; o en I
santi protettori di Napoli adoran oil Crocefisso para la iglesia de
Santa Maria del Pianto en Npoles 38. Sobre el pecho de Dios Padre
el Espritu Santo, artfice de la concepcin sin mcula de la Madre de
Cristo. La Virgen dirige su mirada hacia la tierra, en actitud humilde
33. FERRARI, O., y SCAVIZZI, F., Luca Giordano, Napoli 1992, v. I, p. 15.
34. PALOMINO, A., El Parnaso espaol pintoresco y laureado, (1724), Madrid
1988, pp. 501 y 530.
35. La noticia esta aseverada en la edicin crtica FERRARI, O., y SCAVIZZI, F., o.
c., v. I, p. 26.
36. FERRARI, O., y SCAVIZZI, F., o. c., v. I, pp. 39 y 240.
37. SCAVIZZI, G., Attivit di Giordano dal 1682 alla morte, en VARIOS, Luca
Giordano, 1634-1705, Napoli 2001, pp. 40-41.
38. Ibid, pp. 138-139.
757
758
funcin de sus cuadros llegando incluso a imponer su criterio por encima de los telogos que diseaban los programas 43 .
En el palacio arzobispal de Madrid 44 se encuentra una remodelacin de la tela de Cosenza. Est fechada por Ferrari y Scavizzi entre
1665 y 1669 45 por lo que las dos inmaculadas se realizaron en un
corto espacio de tiempo, pero se desconoce la va de llegada. Invierte el eje compositivo de la Inmaculada de Cosenza acercndose al
esquema formal impuesto por Cortona. En esta ocasin, Dios Padre
se sita a la derecha de lienzo dirigindose a la Virgen, la cual mantiene la posicin orante de la tela de Cosenza. En la parte inferior un
angelote se encuentra en la accin de aplastar la cabeza del dragn.
La luminosidad del lienzo revela su aprendizaje en el neovenetismo
romano dentro de los reflejos ureos propios de la caracterstica
pintura solar.
La Virgen presenta peculiaridades -aparte de las formales- que
confirman la fecha de creacin de Ferrari y Scavizzi (1665-1669). La
Virgen muestra los pies, lo que explica que el lienzo fuese realizado
antes de que Giordano llegase a Espaa. Observando las diferencias
entre las inmaculadas giordanescas producidas en Italia y las efectuadas en Espaa, advertimos que durante su etapa espaola aprehender progresivamente los modos locales apareciendo sus inmaculadas con los pies cubiertos a diferencia de los modelos italianos.
Vanse la Inmaculada del Museo diocesano de Ciudad Real46,
San Fernando ante la Virgen 47 o la Inmaculada en la capilla del mismo palacio arzobispal de Madrid 48. Este hecho responde a la existencia en Espaa de un debate teolgico sobre la imagen y presentacin
de la Inmaculada Concepcin, la cual quedar fijada a partir de las
visiones de doa Beatriz de Silva en el siglo XVI y El arte de la Pin43. CAMPOS Y FERNNDEZ DE SEVILLA, F. J., La pintura al fresco de Lucas Jordn en el Monasterio del Escorial, en La Ciudad de Dios, 203 (1990) 68-88.
44. Ver fig. 2.
45. FERRARI, O., Y SCAVIZZI, F., 1992, o. c., p. 283, y FERRARI, O., Y SCAVIZZI,
F., Luca Giordano, Napoli 1966, v. II, p. 102
46. SNCHEZ MARTN, C., y DE LA CRUZ ALCAIZ, C., Adicin al catlogo de
Lucas Jordn: la Concepcin del camarn de Nuestra Seora del Prado de Ciudad
Real y su contexto inmaculadista en Anales de Historia del Arte, 14 (2004) 213227.
47. VARIOS, Luca Giordano y Espaa, Madrid 2002, cat. 80, p. 277.
48. HERMOSO CUESTA, M., Obras inditas de Lucas Jordn en Espaa, en Artigrama, 16 (2001), pp. 395-398.
759
760
La iglesia fue demolida en 1869, previa decisin del Ayuntamiento, debido a su mal estado de conservacin 58. En una gua madrilea
de 1813 se consigna el dato de que en la capilla derecha hay un cuadro de Jordn 59 mientras que en el inventario de 1869 60 con motivo
de la demolicin de la iglesia el cuadro no aparece, siendo estos los
aos en los que se desconoce su ubicacin. La informacin que recogen Palomino, Ponz y Cen sobre su composicin, as como la realizacin antes de su llegada a Espaa permiten expresar la hiptesis de
la identificacin del lienzo del palacio arzobispal con el que se encontraba en la antigua iglesia de la Almudena. Sin embargo, la ausencia de apoyo documental que corrobore esta identificacin deja
esta hiptesis en el aire.
A lo largo de su obra, Luca Giordano reutilizar elementos ya
creados para la formacin de escenas de similares temticas sin que
ello suponga una merma de la originalidad final que presenta el lienzo. Los diseos de la Inmaculada Concepcin del palacio arzobispal
y del de Cosenza guardan gran relacin con el dibujo de LImmacolata Concezione hallado en una coleccin particular londinense 61 y
datado por Ferrari y Scavizzi en torno a 1665-1670 62. Para Giancarlo
Sestieri, el diseo del dibujo supone una memoria a la obra riberiana
sugerida por el movimiento y volmenes de la figura, unido a la experiencia romana con Cortona, Gaulli y Bernini 63. De hecho, Ribera
tambin reproducir de manera sucinta la figura de Dios Padre en la
paradigmtica Concepcin de las Agustinas de Salamanca, al cual
dispone de forma diagonal y con el brazo extendido, lo que supone
una referencia ms de Giordano a esta obra de su maestro 64. La composicin riberiana es un homenaje a Van Dyck y que se recoge direc58. BRAVO NAVARRO, M., La Almudena: Historia de la iglesia de Santa Mara
la Real y de sus imgenes, Madrid 1993, pp. 64-65.
59. Paseo por Madrid o gua del forastero de la Corte, Madrid 1813, p. 33, en
Ibid, Anexo II, p. 4.
60. Ibid, p. 65.
61. FERRARI, O., y SCAVIZZI, F., o.c., v. II, D 50.
62. Ibid, v. 2, p. 367.
63. SESTIERI, G., Alcuni contributi alla grafica napolitana tra Sei e Settecento
en Scritti di storia dellarte in onore di Raffaello Causa, Napoli 1988, p. 311.
64. El eje diagonal que va desde la porta coeli hasta la turris davis guarda relacin con la Inmaculada del Museo diocesano de Ciudad Real, en SNCHEZ MARTN,
C., y DE LA CRUZ ALCAIZ, C., o. c., p. 220. Una referencia exacta a la figura de
Dios Padre de Ribera en SantAnna e la Vergine en FERRARI, O., y SCAVIZZI, F., o.c.,
v. I, A49.b.
761
tamente de la formacin en Roma (1630-1632) en donde el clima artstico se decantaba haca el neovenetismo 65.
762
de un angelote en la parte superior derecha con una corona aumentando los principios del mensaje, la situacin de la paloma y la diferencia entre los dragones.
Los anlisis del dibujo y de este leo sobre cristal resultan necesarios porque nos permiten reconstruir el desconocido lienzo de produccin giordanesca, y como veremos tiene relacin con una obra de
Mariano Salvador Maella. Se conoce la faceta de Luca Giordano como pintor de leos sobre cristal como los realizados en Florencia a
su regreso a Italia en 1702 73.
En suma, Luca Giordano es el artfice de la introduccin de esta
iconografa en Espaa siendo evidente el enorme peso que el pintor
tuvo en la pintura espaola de finales del XVII y en todo el siglo XVIII
llegando incluso hasta Goya y Vicente Lpez 74.
El ambiente inmaculadista en Espaa era muy fuerte; Felipe III y
Felipe IV solicitaron a Roma la definicin del dogma, consiguindose tan solo bulas papales
73. MELONI TRKULJA, S., Luca Giordano a Firenze Paragone 267 (1972) en
HERMOSO CUESTA, Lucas Jordn. Estado de la cuestion, o.c., p. 61.
74. Sobre la influencia de Luca Giordano en la pintura espaola vese PREZ
SNCHEZ, A.E., La huella de Luca Giordano en la pintura espaola, en VARIOS,
Luca Giordano y Espaa, o..c., pp. 57-71.
75. FALCN MARQUEZ, T., (coord.), La inmaculada en el arte andaluz, Crdoba
1999, p. 10.
76. Cesari Calderari, Conceptos espirituales sobre el magnificat, Madrid, 1600,
y BONILLA, A., Nombre y atributos de la impecable siempre Virgen Mara, Seora
Nuestra, Baeza, 1624, en STRATTON, S, o.c., p. 43.
77. CASTAER LPEZ, X., Textos e imgenes en la configuracin plstica de los
temas mariolgicos en las iglesias alavesas (1500-1650), en Tiempo y Espacio en
el Arte: homenaje al profesor Antonio Bonet Correa, Madrid 1994, v. II, p. 773.
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expuesta a anlisis. La Virgen, con manto azul y tnica blanca, se encuentra en posicin de arrodillarse ante Dios Padre y presenta las
manos entrecruzadas sobre el pecho. Sobre la cabeza ostenta una corona de doce estrellas alusiva a su carcter apocalptico. La plida
paleta de rosas, azules y amarillos reflejan la influencia de Tipolo
en el colorido 95. Este lienzo guarda gran relacin con la obra del Palacio Real de Riofro encontrndose Dios Padre y la Virgen en idntica posicin, situndose este leo sobre cristal como fuente de inspiracin o bien su original de Jordn. Entre 1758 y 1764, Maella se encuentra en Roma como pensionado de la Real Academia de Bellas
Artes de San Fernando. Las copias enviadas a Madrid de las obras de
Cortona y Maratta, as como el contacto con la obra de Giaquinto y
Giordano le imbuirn en el universo pictrico barroco 96.
La recuperacin de Luca Giordano a finales del siglo XVIII es contraria a los principios estticos neoclsicos. Las posturas negativas
de Mengs, Ponz y Jovellanos evidencian la desafortunada crtica que
Jordn alcanz en este perodo. Sin embargo, la utilizacin del repertorio giordanesco se debe a la depuracin que el espritu ilustrado
imprima a la cultura de los siglos anteriores. Es necesario distinguir
entre el formalismo neoclsico y el espritu neoclsico. La pintura
analizada de Maella responde a la reutilizacin de una imagen considerada como una representacin cultural eficaz para el mensaje dirigido en la poca.
A modo de conclusin se evidencia la rpida difusin de ideas,
conceptos y concretamente imgenes entre Italia y Espaa. Ante la
posibilidad real de la existencia de ms cuadros que traten esta iconografa, los ejemplos aqu expuestos manifiestan esta difusin y el
xito de su aceptacin en Espaa debido a que se trata de una imagen
que engloba las tesis inmaculistas de la poca. La Inmaculada Concepcin de Pietro da Cortona es el modelo en el que se apoyarn las
sucesivas variaciones del tema. De este modo, el arte constituye un
reflejo de la cultura de su tiempo y su utilizacin est adscrita a mensajes ms o menos perceptibles pero deudores de la manifestacin
religiosa que domina el panorama europeo.
95. ALCOLEA GIL, S., Mariano Salvador Maella, 1739-1819, en The Register
of Museum of Art, 8-9 (1967), 37.
96. MORALES MARIN, J. L., o.c., fig. 177, pp. 35-40.
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I. INTRODUCCIN
Una de las corrientes devocionales ms intensas que emergieron
en la Espaa del Siglo de Oro, fue la de la Inmaculada Concepcin
de Mara, devocin que al igual result ser una de las ms definitorias de la religiosidad imperante en un destacado centro urbano y
cultural italiano, la ciudad de Bolonia. Aunque el florecer de esta advocacin se produjo tanto en Bolonia como en Espaa en apariencia
de manera independiente, hubo no obstante ciertos elementos comunes a ambos mbitos, as como algn estmulo originado en nuestro
pas que caus efecto en la ciudad italiana. La predisposicin de los
fieles boloeses a aceptar el dogma inmaculadista, as como el decidido empeo de las autoridades religiosas y civiles espaolas de defender, impulsar y propagar el mismo en todos los dominios de la
monarqua, contribuyeron en cierta medida a que en Bolonia arraigase con fuerza esta particular devocin.
La enorme acogida que el culto mariano tuvo entre los fieles boloeses durante toda la Edad Moderna, llev a que la ciudad fuera
considerada por sus propios habitantes como la Citt della Vergine 1. Por otro lado, en Espaa la promocin de la Inmaculada fue
una de las claves definitorias de la religiosidad de nuestro siglo XVII
ya desde los primeros aos de la centuria2.
1. As consta, por ejemplo, en la relacin que se estamp con motivo de la colocacin de la primera piedra del nuevo santuario de la Madonna di San Luca el 26
de julio de 1723, en la que se deca: la devocin que siempre se mostr continua y
mayor en la ciudad de Bolonia, fue y es aquella de venerar y adorar con particular
distincin y afecto la Virgen Santsima Madre de Dios; por lo que con toda razn
merece que sea llamada Ciudad de la Virgen. Vase DAMATO, A., Testimonianze
della devozione alla Beata Vergine del Rosario nella Diocesi di Bologna, Bolonia
1989, p. 20. La traduccin es ma.
2. STRATTON, S., La Inmaculada Concepcin en el arte espaol. Tirada aparte
de Cuadernos de Arte e Iconografa, 1-2 (1988) 57.
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Pese al indiscutible peso que tanto una orden como la otra tenan
en la vida religiosa espaola, lo cierto es que en nuestro pas la defensa de la Inmaculada fue una cuestin de Estado, circunstancia que
llev a que en los territorios italianos bajo el control de Espaa tambin se propagase con decisin la tesis inmaculadista, algo que ocu-
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13. El Corpus Domini era adems el principal centro del monacato femenino en
Bolonia y uno de los principales de Italia, llegando a tener a mediados del siglo
XVII con unas doscientas cincuenta religiosas. Vase GIACOMELLI, A., Ordini religiosi in Et Moderna , en Storia della Chiesa di Bologna, Bolonia 1997, t. II, p.
508.
14. Biblioteca Universitaria di Bologna (BUB), Ms. 223, Miscellanea di Bologna. Notizie varie del Convento delle RR.MM. del Corpus Domini di Bologna, f. 147.
15. Se trata de una temprana versin iconogrfica en la que se representa ese
episodio trascendental de los Evangelios mediante la aparicin entre Dios Padre, situado en la parte superior del conjunto, y la Virgen Inmaculada del nimula de Maria, emanada de la mente de Dios. Los cuatro Doctores de la Iglesia aparecen en la
parte inferior, intentando dotar de oficialidad teolgica el polmico asunto. Vase
FORTUNATI, V., Pittura bolognese del 500, Bolonia 1986, t. II, p. 432.
16. FORTUNATI, V., Let di Paleotti a Bologna: Giovan Battista Bagnacavallo,
en Paragone Arte, 36 (1985) 185-187.
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por ejemplo, Bartolomeo Cesi opt en las dos telas que pint para la capilla Desideri de San Francesco y para Santa Maria dei Mendicanti por
una solucin en la que Santa Ana apareca arrodillada en primer plano,
mientras Ludovico Carracci consolida con su Madonna degli Scalzi la
propuesta de una Inmaculada apocalptica 17, la misma que triunf en la
iconografa hispana. Similar es la que pint Denis Calvaert para Santa
Luca, conservada hoy en la iglesia del Collegio Montalto 18. Tal fue el
avance del culto inmaculista en Bolonia, que incluso lleg a consagrarse a esta advocacin un templo, situado en la cntrica Via Saragozza.
Los principales promotores del culto de la Inmaculada Concepcin en Bolonia desde momentos muy tempranos fueron sin duda los
frailes del convento de San Francesco 19. La orden franciscana se
mostr como clara defensora del dogma durante todo el tiempo en
que estuvo abierto el debate teolgico, contando en la ciudad de Bolonia con la condicin de pioneros en esta defensa. Ya en 1586, Achille Palmieri hizo construir en la baslica de San Francesco una capilla dedicada a la Inmaculada, para la cual Cesare Aretusi pint una
pala en la que apareca la Virgen con tal advocacin acompaada por
el Nio y por San Luis 20. El templo cont adems durante el siglo
XVII con una capilla especfica para el culto a la Inmaculada.
Pero la iniciativa de los padres que tuvo una mayor proyeccin en
el medio urbano fue sin duda la ereccin de una columna con una colosal imagen de la Inmaculada en la plaza situada junto al convento
de San Francesco, la llamada Seliciata. Este Triunfo debi sin dudas
suponer un hito en la afirmacin de esta devocin en la ciudad Emiliana. La columna de la Inmaculada fue levantada entre 1636 y 1638,
constando de un gran fuste de terracota adornado con elementos
broncneos. El responsable de la construccin fue Francesco Dotti y
el de los adornos cermicos Gianbattista Fiorenzola, debindose el
modelado y fundicin de la imagen de la Virgen al escultor Giovanni Todeschi, si bien el diseo de la misma al parecer lo hizo el mismo
17. AGOSTINI, G., La citt e le chiese a fine Cinquecento , en Dallavanguardia dei Carracci al secolo Barocco. Bologna 1580-1600. Bolonia 1988, p. 120.
18. FRISONI, F., Le pale daltare dei Gesuiti in Bologna, en Dallisola alla
citt. I gesuiti a Bologna, Bolonia 1988, p. 95.
19. PIANA, C., OFM, Attivit e peripezie dei Padri del convento di S. Francesco in Bologna per la difesa e propagazione del culto dellImmacolata Concezione
nel Seicento, Archivum Franciscanum Historicum, 39 (1946) 201-237.
20. GARANI, L., Il bel San Francesco di Bologna. La sua storia, Bolonia 1948,
p. 113.
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21. Archivio di Stato di Bologna (ASB), Demaniale, Conventuale di San Francesco, 212-4344, Stato del Convento dereverendi Padri Minori Conventuali di S.
Francesco di Bologna come si trovato nellAnno 1784 (...) Con lAggiunta di molte Notizie racolte nellAnno 1790, f. 87.
22. MONTAGU, J., Roman Baroque Sculpture. The Industry of Art, Londres,
1992, p. 60 y notas 48 y 49.
23. AGS, Casa y Sitios Reales, 332, f. 692, memorial del marqus de Mondjar,
alcaide de la Alhambra, en el solicita al rey una columna de las obras de la Real Casa de Granada para levantar con ella el monumento a la Inmaculada, 1625.
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va cada ao 24. La prestigiosa academia dei Gelati, a la que pertenecieron muchos de los hombres ilustres que tuvo la ciudad a lo largo del siglo XVII, tambin abander la defensa de la Concepcin Inmaculada.
Esta academia nombr su protectora a la Virgen Mara, e instituy la
celebracin el 7 de diciembre de cada ao de un acto solemne de exaltacin de Inmaculada, acto que deba celebrarse en la baslica de San
Francesco, tal como se haca constar en sus estatutos 25.
En cualquier caso, s puede afirmarse que la defensa de la Inmaculada Concepcin fue una actitud comn entre ciertos sectores de la
nobleza y del clero boloeses. Y no slo de los franciscanos; tambin
los jesuitas admitieron algunas posturas proinmaculistas en el seno
de su casa boloesa. En la iglesia de Santa Lucia, sede de la Compaa en Bolonia, se encontraba una capilla dedicada a la Inmaculada,
debida al singular deseo de un padre fallecido. El encargo del lienzo
recay, tras haberse pensado en un primer momento en Carlo Cignani, en Giovan Battista Bolognini, quien lo realiz entre 1679 y
1680 26. Algn miembro de la Compaa de Jess asentado en Bolonia durante el siglo XVII se ocup en la redaccin de textos concernientes a la Inmaculada Concepcin, siendo muy singular el caso del
padre Giovanni Battista Riccioli, autor de Veritas definibilis praeservationis Deiparae Virginis Mariae a peccato originali ex constitutione Alexandri VII 27. La asociacin del culto a la Inmaculada y la
Compaa de Jess no fue en absoluto extraa en la Espaa del siglo
XVII, como evidencia la iconografa empleada en las iglesias de algunos de sus principales colegios, como el Imperial de Madrid o el de
San Pablo de Granada, entre otros.
24. MASINI, A., Bologna Perlustrata, Bolonia 1666, t. I, p. 548: Alli Padri
Conventuali di S. Francesco alle hore 23 si f lAccademia Spirituale, instituita del
1640 dal P. F. Gio. Battista Fontana Bolognese, ove si discorre con Poesie volgari, e
latine delle grandezze di Maria Vergine, e nella Piazza, Salegata di S. Francesco la
sera si fanno feste, con fuochi e luminari.
25. Leggi deSignori Accademici Gelati, Bolonia 1706, p. 6.
26. FRISONI, F., Le pale daltare..., pp. 97-98. Este lienzo se conserva hoy en
el Collegio San Luigi en va dAzeglio.
27. ARIC, D., Fra Teologia e censura: lettere inedite di Danielo Bartoli e Giovanni Battista Riccioli, en Filologia e Critica, 19 (1994) 91-131.
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da, una solemne misa con msica a la que asisti el Colegio en pleno. En aquella misa, recit un panegrico el abad Landi de la comunidad de San Salvatore. Por la tarde, se reunieron en la capilla los bolonios con numerosas autoridades boloesas, contndose entre los
asistentes el arzobispo, el vicelegado, el gonfaloniere y ancianos del
Senado. El motivo de tal reunin fue celebrar una academia de buenas letras, iniciada y concluida con la interpretacin de piezas musicales. La oracin que sirvi como prembulo la pronunci el doctor
Boldochi, catedrtico de la Universidad y abogado del Colegio, inicindose luego una serie de recitaciones poticas por parte de los
asistentes en alabanza de la Inmaculada. Bernardo de la Fitta 35 recibi el encargo por parte del San Clemente de redactar una relacin
del acto, que deba ir dedicada al rey. El ilustre colegial cumpli el
cometido, y aunque el cardenal Portocarrero se hizo cargo de llevarla a la imprenta, creo que nunca lleg a ser publicada, si bien tal vez
se conserve alguna copia manuscrita 36.
Se requiri en el acto la presencia del cardenal Boncompagni, arzobispo de Bolonia, quin deba dar reconocimiento oficial al mismo, situacin un tanto compleja por la an dudosa ortodoxia del
dogma. El cardenal Portocarrero haba escrito desde Roma indicando la necesidad de contar con la presencia del arzobispo 37. En la ce35. PREZ MARTN, A., Proles..., t. III, p. 1423, aclara que Juan Bernardo de la
Fitta Ximenes de Vagues, natural de Zaragoza, fue presentado al Colegio en 1671.
Adems de ocupar durante varios aos el puesto de consejero, se le eligi rector en
1673-1674 y en 1675-1676. Fue profesor de decretales de la Universidad de 1671 a
1676, ao en que abandona Bolonia por elegrsele podest de la ciudad piamontesa
de Alessandria. Redact una crnica de la vida del Colegio en lengua castellana, la
cul ha resultado de gran valor para la redaccin de este captulo.
36 FITTA XIMENES, J. B., Epitome...,pp. 114-115: El dia siguiente, aviendose
adornado pomposamente la Yglesia, i Claustro del Colegio, se celebro en ella misa
solemne con musica, con intervencion del Colegio (...) Por la tarde, es presencia del
S.or Card.l Arzobispo, del Vicelegado, del Confalonier, i Ancianos, en la misma
Yglesia del Colegio se hizo una Academia de buenas letras con su introduccin, i
conclusion en musica, i en ella hizo la oracion preambula el Don. Boldochi Cathedratico de la Universidad, i nuestro Advogado extraordinario, i recitaron nobles, i
doctissimos sugetos (...) de todos los quales cosas me mando el Colegio hazer una
relacion, dedicada a su Mg.d insiriendo en ella una Panegyrico, la Oracin de la
Academia, i de todas las composiciones, Yo la hize, i aviendo dificultad de imprimirla (por ser cosa de la Concepcion de la Virgen) tomo a su cargo el hazerla el S.or
Card.l Portocarrero Protector, a quien se remitio, i Yo procurar que quede en la librera del Colegio, o impresa, o manuscrita.
37. BERTRN, P., Voto del Colegio de Espaa en defensa de la Inmaculada
(1672), en El Cardenal Albronoz y el Colegio de Espaa, t. IV, Bolonia 1979, p. 783.
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cio. Los que firmaron aquella epstola fueron sin duda los principales
promotores del suntuoso juramente; eran el rector Manuel Cavallo y
Maroto, los doctores Juan Carrillo, Juan Bernardo de la Fitta Ximenes y Alonso Trullench y Cardona, y el licenciado Francisco Gil Ortiz de Castaera 41.
Al ao siguiente del voto, el 16 de diciembre de 1673, el consejo colegial decidi encargar un lienzo que representase la Inmaculada Concepcin en debida proporcin, a hombre perito en su arte 42. El encargo recay en el pintor local Giovan Battista Bolognini, quien sigui muy de cerca frmulas hispnicas en la realizacin
de esta obra, hoy conservada en la sacrista de la Capilla del Colegio.
En octubre de 1674 se pag la madera y labra del marco para el
lienzo, con lo que quedara listo para ser colgado en la Capilla 43. All
permaneci hasta que ya en el siglo XX, aquel espacio fue devuelto a
su aspecto medieval, eliminndose todos los aadidos barrocos que
haba recibido, encontrndose hoy en la sacrista de la institucin.
La interpretacin que Bolognini realiz de la Inmaculada Concepcin denota, bien por su propia iniciativa, bien por imposicin de
sus comitentes, una clara evocacin de modelos plsticos muy exitosos en Espaa. La eleccin de un fondo neutro en tonos ocres, la presentacin de la Virgen acompaada slo de presencias anglicas, la
forma de disponer sta las manos sobre su pecho y de elevar la mirada, la opcin de vestirla con tnica blanca y manto azul intenso, as
como la posicin de la media luna sobre la que se apoya, no pueden
por menos que recordar de cerca los modelos elaborados en Sevilla
por Bartolom Esteban Murillo a partir de 1649 44. La obra de Murillo fue bien conocida en Espaa ya durante la vida del pintor, y no
slo lo fue en nuestro pas, sino tambin en otras naciones europe-
41. AGS, Estado, 3383, f. 129v. Los gastos que se hicieron para el solemne juramento fueron minuciosamente registrados en la contabilidad del Colegio. El importe total de la celebracin ascendi a 73514 liras. Vase ARCEB, Liber rationum,
174, f. 96v.
42. ARCEB, Liber decretorum IV, f. 75.
43. ARCEB, Liber rationum 174, ff. 102v, abril de 1674 y 116, octubre de
1674: per legno e fatura della cornice della Santiss.ma Conceccione.
44. ANGULO, D., Bartolom Esteban Murillo. Su vida, su arte, su obra, Madrid
1981, vol. I, p. 307, recuerda cmo las primeras Inmaculadas de Murillo datan del
periodo 1649-1661.
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as 45. Consta que en fechas poco posteriores a la realizacin de la Inmaculada de Bolognini, una serie de lienzos originales de Murillo
fue enviada a la ciudad de Gnova 46, hecho que tal vez podra contar
con precedentes en otras ciudades italianas 47. No obstante, no parece
probable que Bolognini llegara a contemplar ninguna Inmaculada de
Murillo o murillesca, aunque con mucha probabilidad s lo hizo en
tierras espaolas alguno de los colegiales que entonces habitaban la
fundacin. No sera de extraar que las indicaciones exactas sobre la
realizacin del lienzo las hubiese recibido Bolognini del rector o de
algn colegial, aunque podra irse ms all en la consideracin de los
antecedentes de este interesante lienzo 48. Las similitudes entre la Inmaculada del Colegio de Espaa y algunas de la escuela espaola
parecen confirmar que en efecto el pintor bolos tom como referentes modelos del pas de los comitentes. Desde luego, la interpretacin del tema que en aquella ocasin realiz, dista mucho de otras
experiencias anlogas en su carrera; prueba de ello es la enorme diferencia que existe entre la Inmaculada del Colegio de Espaa y la
que hoy se conserva en el Colegio de San Luigi de la misma ciudad,
en la que el modelo mariano est muy cerca de las propuestas de su
maestro, el gran Guido Reni.
La promocin de la iconografa de la Inmaculada por parte del
Colegio tambin se manifest fuera de los muros de su recinto; as,
en una de las esquinas de un inmueble que la fundacin albornociana posea junto al Palazzo Comunale, la casa Agresti, se situ en fecha que desconozco, pero seguramente no muy lejana a la del Voto,
una imagen en piedra de la Inmaculada Concepcin.
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Sevilla
La orden de la Merced naci el 10 de agosto de 1218 en Barcelona por la inspiracin y decisin del seglar Pedro Nolasco para redimir cautivos cristianos. La reforma de la orden surgi el 8 de mayo
de 1604 en la capilla de Nuestra Seora de los Remedios, del convento madrileo 1, y en 1622 se constituy como orden autnoma 2.
El 4 de diciembre de 1606 se fund el convento masculino de Santa
Brbara, a las afueras de Madrid, en una ermita con la misma advocacin (hoy plaza de Santa Brbara) 3.
Pronto las terciarias mercedarias afectas a la descalcez crecieron
en nmero y constituyeron un beaterio fundado en 1628, cerca del
convento masculino 4, en la actual zona del Barquillo, en una hondonada frecuentemente inundada. De hecho, por la crecida de septiembre de 1661 tuvieron que mudarse a una casa alquilada, que result
bien estrecha para las numerosas beatas. Ante esta situacin, Felipe
IV orden fundar un convento adecuado, tal y como se recoge en las
Capitulaciones, fechadas en Madrid a 24 de noviembre de 1662 5.
En ese momento intervino don Juan de Gngora -caballero de la
orden de Alcntara, del Consejo y Cmara del rey, Gobernador de su
Real Hacienda y Contadura Mayor y sus Tribunales-, que fue el pa1. CANO MANRIQUE, F. , Historia de la Orden de la Merced Descalza. Siglo
XIX, Madrid 1986, t. I, pp. XVIII-XIX.
2. Ibidem, pp.XXVI-XXVII.
3. GMEZ DOMNGUEZ, E., Beata Mariana de Jess mercedaria madrilea. Biblioteca Mercedaria III, Roma, 1991, pp. 28-29; LOZANO NIETO, J. M., Una joya histrica andaluza. El convento Loreo de la Limpia Concepcin, Madrid 1992, p.
175.
4. LOZANO NIETO, J. M., o. c., p. 175.
5. (A)RCHIVO (M)ONASTERIO (P)URSIMA (C)ONCEPCIN (M)ADRID, Libro de las Capitulaciones que hizo su majestad, que dios guarde, el seor Felipe IV, 1663-1674,
ff. 2-5. PELLICO, M D., Monasterio de la Pursima Concepcin. Madrid, en Monjas de la Orden de la Merced, en Analecta Mercedaria (Roma), I (2201) 23.
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trono, en representacin de Felipe IV. Encarg las trazas al arquitecto y fraile agustino Manuel de San Juan Bautista y Villarreal. Los terrenos se compraron en julio de 1663. Se proyect el convento -uno
de los ms grandes de la capital espaola- en el lugar de la casa, jardn y huerta de don Jernimo de Atayda, Marqus de Colares, colindante con la propia residencia de don Juan. Midi y tas terrenos el
arquitecto fray Lorenzo de San Nicols.
La fundacin se firm el 21 de enero de 1663 y el 11 de septiembre se inici la construccin bajo la direccin del maestro de obras
Juan Barbero, quien trabaj hasta el 4 de julio de 1664. En ese ao se
paralizaron las obras por el cese de don Juan de Gngora como encargado de la Hacienda real y su posterior muerte. El nuevo superintendente, don Pedro Nio de Guzmn conde de Villaumbrosa y Castronuevo y marqus de Quintana, continu la fbrica del convento en
nombre de Carlos II partir de las escrituras firmadas el 19 de diciembre de 1668 y su conformidad el 31 de octubre de 1669. El encargado de las obras fue el prestigioso arquitecto Manuel del Olmo (16311706), que trabaj en las trazas desde 1670 6.
Cuando el convento -capaz para treinta monjas- pudo ser habitado, se trasladaron las monjas venidas de los sevillanos conventos
mercedarios descalzos de la Inmaculada Concepcin de Lora del Ro
y de la Encarnacin de Nuestra Seora de Trpani de Osuna, para dar
principio a la nueva comunidad7, junto con las diecisiete beatas que
profesaron 8. El nuevo templo fue consagrado el 28 de agosto de
1690 9.
6. TOVAR MARTN, V., Arquitectos madrileos de la segunda mitad de siglo XVII,
Madrid 1975, pp. 219-223. Para datos biogrficos consultar las pp. 209-218; IDEM,
Arquitectura madrilea del siglo XVII: (datos para su estudio), Madrid 1983, pp. 310312; PELLICO, M D., Monasterio de la Pursima Concepcin. Madrid, o. c., p. 24.
7. IDEM, Ibid., p. 24. Llegaron del convento loreo -el primero de la descalcez
mercedaria fundado en 1617-, M. Leonor de la Santsima Trinidad -como comendadora-, M. Mariana del Santsimo Sacramento, M. Antonia de la Cruz y M. Ana Teresa de la Santsima Trinidad; del de Osuna, M Leonor de Jess Mara. Pueden consultarse breves datos biogrficos de las fundadoras en LOZANO NIETO, J. M., o. c.,
179-180.
8. AMPCM, Libro de profesiones desde 1669 a1 1775, fl. 1. LOZANO NIETO, J.
M., o c., pp. 182 y 184, dice que fue en 1669 esta primera profesin. PELLICO, M D.,
Monasterio de la Pursima Concepcin. Madrid, o. c., p. 24.
9. IDEM, Ibid, p. 24.
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En 1936 las monjas fueron desalojadas y convento e iglesia convertidos en almacn y comedores del ejrcito republicano. A su regreso se iniciaron las labores de restauracin.
En 1959 la comunidad ingres en la Federacin de Monjas de la
Merced. Desde octubre de 1968 regentan un colegio (Infantil y Primaria) 10.
La antigua plaza que ofreca una bella perspectiva del edificio
mercedario desapareci en el siglo XIX. La actual fachada neoclsica
es probable obra de Manuel de la Ballina, de 1785.
Manuel del Olmo aprovech lo ya planteado en el templo pero lo
ampli, cre el crucero en los antiguos almacn y cocheras del conde, levant la cpula y dot a la arquitectura de unos elementos ornamentales de gran riqueza, propios del pleno barroco madrileo 11.
Cpula y ornamentos poseen similares caractersticas a las del templo de las Comendadoras de Santiago, obra conjunta con su hermano
Jos del Olmo (1638-1702) que colabor en la iglesia mercedaria 12.
La planta es de cruz latina, de una sola nave de tres tramos divididos por pilastras, con brazos poco pronunciados en el crucero, pies
y cabecera terminados en plano, bvedas de medio can fajadas,
con lunetos en cada tramo, en las naves laterales y cpula en el crucero13. Las pinturas murales que decoran la bveda del presbiterio y
sus lunetos laterales fueron realizadas por A. J. Garrido en 1911. Los
Evangelistas y el escudo de Carlos II que ornan las pechinas son
obra de 1688 de Andrs Fernndez y de Baltasar de Castejn14. Com10. RODRGUEZ CARRAJO, M., Santuarios Marianos Mercedarios en Espaa,
Madrid 1989, p. 112. PELLICO, M D.,Monasterio de la Pursima Concepcin. Madrid, o.c., pp. 26-28.
11. TOVAR MARTN, V., Arquitectos madrileos, o.c., pp. 223-225, IDEM, Arquitectura madrilea, o. c., p. 312; GUERRA DE LA VEGA, R., Madrid de los Austrias: gua de arquitectura, Madrid 1984, pp. 184-185.
12. TAMAYO. A, Las iglesias barrocas madrileas, Madrid 1946, p. 132; TOVAR
MARTN, V., Arquitectos madrileos, o. c., p. 226; PITA ANDRADE, J. M., La arquitectura del siglo XVII... en VV. AA., Arte de los siglos XVII y XVIII en Espaa e
Iberoamrica, o. c., t. VIII, pp. 101-102.
13. TAMAYO, A., Las iglesias, o. c., p. 131.
14. A J. Garrido en 1913 realiz los tapices que cubren los testeros de los brazos del crucero. Todas las pinturas murales fueron restauradas de enero a marzo de
2004, por doa Cristina Centenera y don Jos Miguel Aparicio Santos para la empresa EJUCASA.
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pleta y magnifica el templo el retablo mayor y los ochos retablos laterales dispuestos en la nave 15.
En cuanto al extenso patrimonio artstico pictrico y escultrico
que se conserva entre los muros del templo o de la clausura de este
antiguo monasterio de fundacin real, en nuestro estudio destacamos
los de temtica inmaculista. La Merced siempre abog por la pureza
de Mara y en este monasterio con advocacin de la Pursima Concepcin no podan faltar representaciones de la Virgen Inmaculada.
Las expondremos segn la tcnica artstica y por orden cronolgico.
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Otra Inmaculada Concepcin, tambin talla en madera policromada, se fecha en el segundo tercio del siglo XVIII. Se halla en el coro bajo, en la calle lateral derecha del retablo mayor, fechable en la
primera mitad de la misma centuria. De buena factura, se inspira en
obras del gran maestro castellano Luis Salvador Carmona, como la
de la iglesia parroquial de Tasaca, en Navarra, o la de la madrilea
iglesia de San Fermn de los Navarros, por las nubes y el tratamiento
de los plegados 23. Viste al uso habitual, con una rica y suave policroma en la tnica blanca y el manto azul celeste, de tonalidades brillantes y motivos decorativos geomtricos y florales. El dinamismo
es evidente tanto en el pliegue horizontal del manto como en el juego que plantean las manos, la derecha sobre el pecho y la izquierda
extendida hacia delante. No faltan las nubes, la media luna con las
puntas hacia abajo y la serpiente del Paraso con la manzana en la
boca24, aludiendo a la superioridad de Mara sobre el mundo celeste
20. GARCA GANZA, C., Escultura cortesana del siglo XVIII en o. c., p. 26.
21. MORALES Y MARN, J. L., Arte espaol del siglo XVIII, en Summa Artis.., o.
c., p. 387; GARCA GANZA, C., Escultura cortesana del siglo XVIII , o. c., pp. 27-28.
Medidas inaccesibles.
22. AMPCM., Escritura de contrato y obligacin...., Ms. cit.
23. MORALES y MARN, J. L., Barroco y Rococ, en Historia Universal del
Arte. Planeta, Madrid 1986, t. VII, p. 210. La fotografa ha sido cedida por la comunidad religiosa. Mide 0,90 x 0,36 x 0,25 m.
24. TRENS, M., Mara. Iconografa de la Virgen en el Arte Espaol. Madrid
1946, pp. 174-175 y 170.
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30. MORALES y MARN, J. L., Mariano Salvador Maella, Madrid 1991, p. 92. Es
leo sobre lienzo que mide 1,65 x 1,12 m.
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Al siglo XIX pertenece una Inmaculada Concepcin, firmada y fechada por M de la Roca ft/ 186040. Se halla en el refectorio. El
lienzo presenta una composicin muy quieta, centrada en la figura de
la Virgen que se recorta ante un amplio gloria anaranjado y un paisaje en la zona inferior. Sigue la habitual iconografa mariana inmaculista que la presenta como una joven vestida de blanco y azul, con las
manos orantes sobre su pecho, erguida sobre nubes y la media luna
con las puntas hacia abajo. El rostro y los ojos se elevan ligeramente
hacia arriba. De forma simtrica la rodean diez querubines, cinco por
cada lado. Es de mediocre factura. La firma probablemente pertenezca a un pintor llamado Mariano de la Roca y Delgado, de origen sevillano, que estudi en la Academia de San Fernando 41.
Adems, la Inmaculada preside cinco actas de profesiones religiosas, de poco o nulo mrito artstico. En el acta de Sor Demetria de
San Pedro Nolasco, de 1816 42, la Virgen se halla de pie, en visin
frontal y actitud orante, vestida de blanco y azul y con los habituales
smbolos concepcionistas tomados de la mujer apocalptica. En la de
Sor M de la Concepcin de Santo Domingo, de 1851 43, aparece dentro de una mandorla dorada, vestida de blanco y azul, de pie y de perfil, dirigiendo sus manos hacia la izquierda y posando sus pies sobre
la esfera del mundo a la vez que pisa la serpiente que toma en su boca una manzana. Fsicamente es una joven morena de largos cabellos. Sor Mara de la Concepcin del Santsimo Sacramento, en
1875 44, prefiri representar a la Inmaculada de medio cuerpo, orante,
vestida de blanco, sin manto y con diadema de estrellas. Las dos ltimas, al gusto de la poca, escogieron sendas estampas a color de la
Inmaculada como motivos centrales del ornato de sus actas. As aparece en la de Sor Esperanza de la Concepcin, en 1880 45, reproduciendo la estampa un lienzo del maestro sevillano Murillo; y en la de
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46. Ibid, f. 66. Profes el 11 de julio de 1885. Mide la imagen mariana, 0,075 x
0,05 m.
47. Mide el palia 0,124 x 0,12 m. La figura de Mara, 0,06 x 0,045 m.
Universidad de Valencia
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Joan Baptista Comes, cumbre de la polifona valenciana, compuso el responsorio de Navidad, a 12 voces, titulado Sancta e Immaculata, que se conserva en el Real Colegio del Corpus Christi de Valencia. Su vida transcurri entre los siglos XVI y XVII, desempeando
su oficio en las catedrales de Lrida y Valencia y en el Patriarca,
nombre popular del Real Colegio del Corpus Christi.
1.3. Juramento y voto de la Ciudad a favor de la Inmaculada
Concepcin
El archivo de la Catedral de Valencia conserva un pliego de papel
verjurado, impreso con vieta de cabecera de elementos tipogrficos
y letra capital con decoracin vegetal y floral, que se inicia con estas
palabras: Juramento y voto que hizo la Ciudad de Valencia, y todos
los que en su Sala la representan, en servicio de la Virgen, siempre
Madre de Dios, y nuestra, sin pecado original concebida.
El documento hace referencia a la convocatoria del Consejo el
da 2 de junio de 1624, con pregn pblico, al cual acudieron el Justicia Civil, Jurados, Prohombres de Quitamiento, Consejeros, Caballeros, Ciudadanos, Notarios y los representantes de las Parroquias y
Oficios.
La frmula del juramento se hizo en los siguientes trminos: Votamos y juramos defender, Que la Madre de Dios y nuestra, Virgen
siempre, fue Concebida sin pecado original. Con todas las fueras y
licencias, que el Sumo Pontfice nos ha concedido y conceder.
5. Tanto una como la otra se hallan reproducidas en PREZ CNTEL,R., Imatgera popular a Valncia, Valencia 1990, pp. 276 y 264.
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El escribano mayor de la Sala, Francisco Gernimo Ximeno pondera en el acta levantada al efecto el gozo y alegra de todos los
miembros de la Junta, que lo juraron de todo corazn, poniendo las
manos sobre los evangelios de un misal 6.
El ao anterior, 1623, los antecesores de esta Junta, haban pronunciado el juramento en la misma ciudad de Valencia.
1.4. El patronazgo de la Inmaculada y los reyes
La devocin que los monarcas de los distintos Reinos de Espaa
manifestaron desde la Edad Media hacia la Pursima Concepcin de
Mara, se continu en la Edad Moderna con las dinastas de los Austrias y de los Borbones. Un hecho singular lo constituye su proclamacin como patrona de Espaa. Los acontecimiento se sucedieron
de forma curiosa en sus inicios ya que la primera vez que fue proclamada como tal, tuvo como protagonista al Archiduque Carlos de
Austria, que el 8 de diciembre de 1706 impulsaba tal reconocimiento.
Los hechos blicos, sin embargo, cambiaron el rumbo de tal
evento al salir derrotado el Archiduque en la guerra de Sucesin a la
Corona espaola. Habra que esperar hasta 1760 para que el papa
Clemente XIII, tras la peticin de Carlos III, accediera a nombrar a la
Virgen, bajo el misterio de su Inmaculada Concepcin, patrona de
Espaa y de las Indias, lo cual confirmaba por la Bula Quantum ornamenti del 8 de noviembre de 1760 7.
El arte se hizo eco de este acontecimiento en la estampa dibujada
por Juan Bautista Suer y grabada por Vicente Capilla en 1792, en la
que Mara Inmaculada se muestra exaltada en la Gloria, destacando
en el plano inferior los papas Alejandro VII, junto a Felipe IV, y Clemente XIII, ocupando un primer plano Carlos III y Carlos IV 8.
6. Archivo Catedral de Valencia, 662:4.
7. Algunos fragmentos de la bula Quantum ornamenti pueden verse en APARICIO OLMOS, E. M., Valencia y la Inmaculada, Valencia 1988, pp. 66-69.
8. ESPINS DAZ, A., Museo de Bellas Artes de Valencia. Catlogo de dibujos II
(siglo XVIII), Madrid 1984, t.I, p.170, lm. 458. El grabado se halla en el fondo de
grabados del Ayuntamiento de Valencia, en el Museo de la Ciudad: MC / 01/ 01 191/
000 / 00.
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leste, en consonancia con el manto que la iconografa secular representa a la Pursima Concepcin. La concesin se hizo con fecha 23
de junio de 1899 por el papa Len XIII, siendo entonces arzobispo
de Valencia Sebastin Herrero y Espinosa de los Monteros 15.
II. LOS TIPOS ICONOGRFICOS Y EL ARTE VALENCIANO
2.1. Los preludios
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persisti en otras variantes iconogrficas de la Inmaculada producindose una hibridacin de las distintas tipologas. Aqu citaremos tan slo algunos ejemplos en los que la serpiente infernal alcanza especial relieve, aunque en ocasiones coexiste con otros
atributos.
Entre los dibujos valencianos citamos la Inmaculada de Pedro
Orrente (siglo XVII) en la Biblioteca Nacional de Madrid, realizado
con la tcnica de aguada roja a pincel, el dibujo a pluma de Vicente
Salvador Gmez, fechado en 1674, en el museo del Prado, con un
impresionante dragn echando fuego por sus fauces, el bellsimo lpiz negro de Hiplito Rovira Brocandel (siglo XVIII) en el Museo de
Bellas Artes de Valencia, y otros annimos del mismo siglo y del
mismo Museo. En ste se conserva tambin un magnfico aguafuerte
de Juan Antonio Salvador Carmona, reproduciendo el cuadro original de Mateo Cerezo.
El Gabinete de Estampas del Museo de la Ciudad de Valencia
contiene asimismo una muestra representativa de este tema en grabados calcogrficos de Domingo Estruch y Jordn, F. M. Martn y
otros autores annimos de los siglos XVIII y XIX. Entre las estampas
destaca la Inmaculada Concepcin de fray Matas Irala Yuso, que
muestra a la Virgen sobre el orbe rodeado por una serpiente encadenada y con numerosas figuras anglicas portadoras de atributos
litnicos en torno a la Seora. Coronada por doce estrellas, recibe
un haz de rayos luminosos que dirige el Espritu Santo hacia ella,
simbolizado por la paloma. En la base los escudos de las rdenes
Militares de Alcntara, Calatrava, San Juan del Hospital y Santiago. Su iconografa viene a ser una sntesis de los rasgos de la Mujer Apocalptica, la Nueva Eva y la Tota Pulchra. Mayor complejidad ofrece el grabado de Vicente Capilla en una lmina de Profesin en la tercera orden franciscana de 1798, encabezada por la
Inmaculada Concepcin y San Francisco de Ass arrodillado a sus
plantas, mas el escudo de la tercera orden, con orla enmarcando el
texto de rameado, flores y puth. Mayor riqueza compositiva
ofrece el grabado que Mariano Salvador Maella realiz hacia 1765
en el Arbol genealgico de Sor Mara Jess de Agreda, conmemorativo de la declaracin de Venerable, conservado en una coleccin
particular de cija (Sevilla). El grabado muestra en la base a sus
padres y entre ellos un tronco con cuatro ramas con las efigies de
sus cuatro hijos, coronando todo el conjunto una grcil y movida
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La versin en talla dulce del lienzo de Juan de Juanes sobre la Pursima 28, conservado en la Iglesia de la Compaa de Valencia, es la
que realiz Miguel Gamborino en 1796, cuando el cuadro se hallaba
en la iglesia parroquial de los Santos Juanes de Valencia. En dicho
grabado reproduce los smbolos pintados por Juanes y la coronacin
de la Inmaculada por la Santsima Trinidad 29.
La Gaceta de Madrid de 24 de diciembre de 1818 anunciaba la
venta de una estampa de Miguel Gamborino con la Concepcin a 12
reales...; aos ms tarde el Diario de Madrid, con fecha 9 de diciembre de 1824, haca pblica de nuevo la venta de una estampa de la Inmaculada Concepcin de Mara Santsima que se venera en Valencia en la casa profesa de la Compaa de Jess, pintada por Juan de
Juanes, siendo su precio en la corte de 12 reales 30.
Una de las ms antiguas versiones de la Pursima de Juan de Juanes lleg a la poblacin alicantina de Benisa, donde se conoce como
la Purssima Xiqueta. De ella se hicieron varios grabados como los
de Toms Lpez Engudanos y de Toms Rocafort. Este data de 1840
y reproduce el relicario en que se veneraba por aquellas fechas y el
nicho arquitectnico que lo cobijaba. Los otros grabados siguen tomando como punto de referencia a Juan de Juanes.
Al margen de esta imitaciones, la imprenta Villalba cont con un
original modelo de la Tota Pulchra, elevada sobre el orbe, con la luna y la serpiente a sus pies y alguno de los smbolos bblicos a ambos
lados, colocado todo bajo suntuoso baldaquino, cobijando la divina
paloma y con un cmulo de cortinajes, hojas y flores, a modo de orla,
cerrndose en la base con una cartela con el anagrama de Mara. Esta
xilografa es hoy propiedad de la Academia de San Carlos de Valencia.
2.5. La Inmaculada Concepcin
La configuracin definitiva de la Pursima tiene sus races en el
captulo 12 del Apocalipsis, que describe a la Mujer sola, vestida de
28. ALBI, J., Joan de Joanes y su crculo artstico: Valencia 1979, t.II, p.250 y
ss; t.III. n 153.
29. El grabado est reproducido en Gravats i Dibuixos Assumpcionistes del
Museu de Sant Pius V. Collecci de la Reial Academia de Sant Carles de Valencia,
Valencia 1989, p. 51.
30. PORTS, J. y VEGA, J., La estampa religiosa en la Espaa del Antiguo Rgimen, Madrid, 1998, p. 382.
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Este cdice annimo de 1770, titulado Ordo Capitulorum et orationum ad usum capituli Sanctae Cathedralis Ecclesiae Segobricensis, que se conserva en el Archivo de la Catedral de Segorbe, estaba
dedicado a la Santsima Virgen como indica el anagrama de la portada, la bella miniatura a toda pgina de Mara con el Nio y las ilustraciones referidas de modo preferente al tema mariano. La miniatura contigua a la portada presenta a la Virgen con el Nio en pie sobre
creciente lunar y corona de doce estrellas, envuelta por preciosa rocalla de arquitecturas, flores y suntuoso follaje, que evidencia su relacin con la Mujer apocalptica, en una de sus versiones 35.
3.5. Liber de conceptu virginali
El fondo Serrano Morales de la Biblioteca Municipal de Valencia
conserva un interesante libro que por su fecha puede ser considerado
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un incunable, ya que se imprimi en Valencia en 1518 por Juan Vinyau. Su ttulo no deja lugar a dudas respecto a su contenido: Liber de
conceptu virginali in quo ipsam dei matrem purissiman sine aliqua
originalis peccati labe esse conceptam rationibus necessariis patet.
De autor annimo, nos interesa la entalladura de la portada con la
Virgen Tota Pulchra, inspirada posiblemente en el Libro de Horas
publicado en Pars por Thielman Kerver, con la particularidad de que
sobre el seno de Mara aparece un sol, detalle inexistente en el grabado francs 36.
IV. LA PUREZA DE MARA EN LA LITERATURA IMPRESA
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Rodriguez Culebras subray la aportacin de Sor Isabel de Villena a esta iconografa, a quien la tradicin le atribuye hasta 18 smbolos marianos relacionados con la Inmaculada Concepcin 37.
No es extrao que en el ambiente de la poca Roig de Corella y
Miquel Pere escribieran sendas vidas de la Virgen y que la propia
Vita Christi de Isabel de Villena fuera tambin, de hecho, una vida de
Mara 38. Es preciso recordar que el primer libro impreso en Espaa
fue el de Troves en Lahors de la Verge Mara en la ciudad de Valencia en 1474?.
4.2. Limpieza de la Virgen y Madre de Dios de fray Cristbal
Moreno
En la portada de este libro, compuesto por fray Cristbal Moreno
de la orden de San Francisco (Valencia, 1582), y dedicado a la emperatriz de Austria Doa Mara, aparece una entalladura con la iconografa de la Tota Pulchra, cuyos caracteres recuerdan a Kerver,
ya mencionado, aunque con menor refinamiento que aqul. De l se
conservan dos ejemplares, uno en la Biblioteca Nacional y otro en la
General e Histrica de la Universitat de Valncia 39.
4.3. Fiestas en honor de la Inmaculada: el decreto de Gregorio XV
Con motivo del decreto de Gregorio XV a favor de la Inmaculada
Concepcin, la ciudad de Valencia lo acogi con gran jbilo, celebrndose asimismo un Certamen potico. De los festejos celebrados
dio buena cuenta Juan Nicols Crehuades en el libro publicado en
Valencia en 1623 bajo el ttulo: Solemnes y grandiosas fiestas que la
Noble y Leal ciudad de Valencia ha hecho por el nuevo Decreto que
la Santidad de Gregorio XV ha concedido a favor de la Inmaculada
37. Citado por Fernando BENITO DOMNECH en Joan de Joanes. Una nueva visin del artista y su obra, Valencia 2000, pp.58-61. Ver asimismo E. TORMO, La Inmaculada en el arte espaol en el Primer Boletn de la Sociedad Espaola de Excursiones, XXII (1914) 117-180.
38. ALEJOS MORN, A., Vita Christi en La luz de las imgenes, o.c., pp. 120123.
39. Citado en la tesis de Licenciatura de Margaria LLORNS HERRERO, Iconografa de la Inmaculada Concepcin en la pintura valenciana, Universitat de Valencia, Valencia 1981.
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En el mapa de la Dicesis de Valencia confeccionado por el cartgrafo Jos Castell en 1761, Hiplito Ricarte grab entre los roleos y caracolas de la rocalla la efigie de la Seora entronizada con la
leyenda alusiva: VALENTINAE SEDIS INSIGNE DECUS, cuyas constantes iconogrficas se hacen igualmente patentes en el grabado que
Hiplito Rovira realiz con relacin a los beatos mrtires Juan de
Perusa y Pedro de Saxoferrato, con la Virgen sedente culminando la
compleja composicin sobre la panormica de la ciudad amurallada
al fondo 51.
A est breve relacin podramos aadir los cobres grabados por
Rafael Esteve por dibujo de Vicente Lpez para ilustrar un Breviario, no localizado, que introducen tres versiones un tanto similares
de la Virgen de Coro, cuyos elementos innovadores los presentan los
ngeles nios en torno a la Seora entronizada. Estos grabados se hallan en el Ayuntamiento de Valencia 52.
VI. MARA NUEVA EVA. LA SERPIENTE INFERNAL A LOS PIES DE
LA VIRGEN
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rsima, flanqueada por dos escudos herldicos de la villa y el reclamo literario convocando a la celebracin del evento: SENTIANT OMNES TVVM IVVAMEN QVICVMQVE CELEBRANT TVAM SANCTAM CONCEPTIONEM, Que todos los que experimenten tu auxilio, celebren tu
Santa Concepcin.
La bella imagen, realizada a buril sobre cobre representa a Mara
aplastando al dragn infernal de horrsono aspecto, rodeada de algunos smbolos del Antiguo Testamento referidos a ella, como la torre
de David, el pozo de aguas vivas, la estrella de la maana ... y otros
como la palma y el olivo, llevados por sendos ngeles que emergen
entre nubes en un rompimiento de gloria en cuyo centro aletea el Espritu Santo sobre la cabeza de su pursima Esposa. En el ngulo inferior de la derecha parece adivinarse una escena del Paraso terrenal
alusiva a la tentacin de Eva.
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La portadilla lleva un magnfico grabado (buril, talla dulce) realizado por Vicente Galcern y Alapont por dibujo de Jos Camarn.
La Virgen, situada en el eje de la composicin, presenta caracteres de
la Tota Pulchra y de la Nueva Eva del Gnesis. Elevada sobre la
esfera terrestre y con la luna creciente a sus pies pisa la serpiente infernal. Sobre su cabeza se cierne el divino Espritu bajo forma de paloma. Un ligero movimiento contornea su frgil figura a la que circundan ngeles y querubines entre los que se intercalan smbolos bblicos y litnicos: ciprs, ciudad de Dios, olivo, fuente, palma, estrella, torre de David, espejo... La parte inferior del grabado la ocupa el
escudo de la Real Maestranza, en cuyo centro aparece una Justa de
dos caballeros dentro de un crculo flanqueado por trofeos militares
y surmontado por corona real abierta. Una orla laureada enmarca la
estampa, con motivos decorativos propios de la institucin.
6.5. La hermandad de la Pursima Concepcin del Ilustre Colegio
de Abogados de Valencia
En 1762, un ao despus de que se estableciera el patronazgo de
la Inmaculada Concepcin sobre Espaa y las Indias por Real Decreto de Carlos III, se constituy en Valencia el Colegio de Abogados gracias a los esfuerzos de Jos Bern y Catal. El Colegio hizo
juramento de defender la Inmaculada Concepcin de la Virgen Mara, crendose adems la Hermandad de la Pursima Concepcin del
Ilustre Colegio de Abogados de Valencia. La Hermandad tena su sede en la capilla de la Pursima del convento de San Francisco de Valencia 58.
En la coleccin Churat del Ayuntamiento de Valencia se conserva
un bellsimo grabado de la Pursima encabezando la Lista de los
abogados del Ilustre Colegio de la Ciudad de Valencia, que dibujo
Vicente Lpez y grab Francisco Jordn con la tcnica de talla dulce
y pointill. Su iconografa presenta caracteres de la Mujer apocalptica y de la Nueva Eva, mostrndola con las manos juntas en actitud orante y la cabeza ligeramente inclinada, dotada de gran dulzura.
La corona de doce estrellas y la aureola radiante que la envuelve recuerda a la primera, en tanto que la serpiente de larga cola que lleva
entre sus fauces el fruto prohibido hace referencia a la Mujer del
Gnesis. Le sirve de peana un pedestal sobre el que se apoyan los
58. FERRI CHULIO, A., o.c., p. 70.
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escudos de Espaa y de Valencia, con las dos eles de LEAL dispuestas libremente, enlazados por una guirnalda de rosas armnicamente dispuesta. Tras estos motivos corre una filacteria con la invocacin tomada de la salve regina: EIA ERGO ADBOCATA NOSTRA,
Ea pues [SEORA] abogada nuestra, adaptada lgicamente al ejercicio de la abogaca.
VII. CONFIGURACIN DEFINITIVA DE LA ICONOGRAFA
INMACULISTA: VARIANTES
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XVII
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El siglo XVII es, sin duda, el siglo de oro de la mariologa espaola. El Concilio de Trento haba regulado en el decreto de 1563 los aspectos relacionados con la imagen de devocin haciendo frente a la
revolucin protestante suscitada en relacin con algunas ideas de la
teora y la prctica religiosa 1. Esta Contrarreforma es apoyada por la
totalidad de los catlicos ejerciendo una gran influencia las nuevas
rdenes religiosas como es el caso de los Jesuitas. Debemos recordar
la importancia que San Ignacio de Loyola -en sus Ejercicios Espirituales- concede a la imagen sagrada como objeto de meditacin 2.
Telogos y religiosos se encargaron de escribir la historia y la vida
de la Virgen, as como diferentes cuestiones particulares sobre su
Asuncin, o Coronacin que dejaron su huella en los tratados de la
vida espiritual, comentarios a fiestas litrgicas, en los Mariales, los
libros de piedad o en breves catecismos doctrinales 3.
Por otra parte, el grabado buscaba durante la Edad Moderna un
utilitarismo religioso que sirviera para promover la religin, sus dogmas y que impulsasen las emociones piadosas de los lectores de las
obras que ilustraban 4. Asimismo la devocin a Mara se convierte en
uno de los principales temas de los impresos publicados durante to1. La Chiesa di Roma sente la necessit di ribadire il valore dei suoi fondamenti e di rafforzare i legami con la sua tradizione, anche mediante la conferma del
ruolo della comunicazione attraverso le immagini, della loro funzione didattica e
devozionale. PISANI, R., Maria nellArte. Iconografa e iconologia mariana in venti secoli di cristianesimo, Roma 2003, p. 83.
2. A seguito del dibattito dottrinale del Concilio tridentino, le immagini religiose divennero oggetto di cure particolari da parte della Chiesa controriformata, la
quale sent la necessit di sottrarle alla sola valutazione estetica per farne invece un
efficace strumento di divulgazione dei temi della fede a tutti i livelli culturali, attraverso un linguaggio chiaro, accessibile e persuasivo. PISANI, R., Iconografa e iconologia mariana..., o.c., p. 83.
3. DE FIORES, S; MEO, S., Nuevo Diccionario de Mariologa, Madrid 1988, pp.
867-869.
4. PORTS, J., y VEGA, J., La Estampa Religiosa en la Espaa del Antiguo Rgimen, Madrid 1998, p. 213.
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la festoneada de la parte superior en la que se escribe: Granum frumenti cadens interram (Jn. 12) (Si el grano de trigo arrojado a la
tierra Jn 12, 24), Convalles abundabunt frumento (Psl 64) (Y los
valles se cubren de trigo, Sal 64, 14). Dos figuras aladas -representadas de medio cuerpo- separan las cortinas para mostrarnos la irradiacin de luz que sobre Mara desprende la Paloma del Espritu
Santo 7.
En el prlogo el autor explica el ttulo de la obra diciendo: Se
llama Grano de Trigo con tanta expression, que no necesita de la explicacin que d San Agustn, San Ambrosio (...) y los demas Padres
comunmente... Tambien es comun en los Padres llamar tierra bendita, tierra de los vivientes... Como en este primer tomo solo llego al
nacimiento de Christo Seor nuestro, y lo mas que se trata es de las
prevenciones que hizo en su madre para encarnar, le doy nombre de
Grano en la tierra Virgen 8.
Esta misma composicin se repite en el frontispicio de otra de la
obras del jesuita Jos de Ormaza El Sabio Dichoso y Poltico Infeliz,
correspondiente a la segunda parte del Grano del Evangelio y publicada en Segovia en el ao 1672. Sobre el alto pedestal el monarca
Carlos II -a quien va dedicado el libro- se arrodilla, con las manos
juntas delante de un haz de espigas que brota de la tierra significando el arduo trabajo y el esfuerzo llevado a cabo a favor de la proclamacin del dogma inmaculista 9. El motivo de las espigas aparece en
una de las Empresas Morales de Juan de Borja con el mote: Non
Metentis Sed Seminantis (No del que los siega, sino del que los
siembra) explicndolo as: Por grandes, que sean las dificultades,
y trabajos, que le ofrecen, para alcanzar alguna cosa, que mucho se
dessea, se passan con facilidad, si son acompaados de esperana, de
conseguir el fin, que se pretende. Con esta esperana no solo el Labrador trabaja, y afana todo el ao, pero aun derrama el grano, que
7. Esta iconografa de la Inmaculada Concepcin con la cabeza ladeada, dirigiendo la mirada hacia un lado y bajo un dosel descorrido por ngeles ser frecuente en las estampas que ilustran los libros de los siglos XVII y XVIII; BARRIOCANAL LPEZ, Y., El Grabado Compostelano del Siglo XVIII, A Corua 1996, p. 215.
8. DE ORMAZA, J., Grano del Evangelio en la Tierra..., o. c.
9. Felipe IV ya haba plasmado en su testamento el ferviente deseo relativo a la
definicin dogmtica de la Inmaculada Concepcin: Ruego muy encarecidamente
y afectuosamente a los Reyes que me sucedieren continen las instancias que en mi
nombre se hubieren hecho con grande aprieto, hasta que la alcancen de la Silla
Apostlica. VZQUEZ, I., Las Negociaciones Inmaculistas en la Curia Romana durante el Reinado de Carlos II de Espaa (1665-1700), Madrid 1957, p. 7.
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en las pinturas de las catacumbas romanas 11. Junto a la imagen se desarrolla un largo proceso terico en relacin a diversos aspectos de la
iconografa mariana. El ms debatido fue, sin lugar a dudas, el vinculado con la idea de la doctrina de la Inmaculada Concepcin. En el
siglo VIII Andrea di Creta en su Canon sobre la Santa abuela de Dios
Ana ser uno de los primeros en pronunciar la existencia de una
fiesta de la Concepcin de Mara 12. Un siglo despus figuras como
Pascasio Radberto o el benedictino Eadmero con su obra Tractatus
de Conceptione Sanctae Mariae haban contribuido a la definicin
teolgica de la Inmaculada, teora que ser seguida por los grandes
telogos del siglo XIII, como Alberto Magno, Santo Toms de Aquino o Buenaventura.
Esta idea inmaculista ser difundida, de una forma muy especial,
por la orden de los frailes menores, con la figura de Duns Scoto como cabecilla de la Escuela de telogos y predicadores. As aparece
en la siguiente portada que ilustra la obra de Gaspar de la Fuente Armamentarium Seraphicum & Regestum Universale tuendo titulo Inmaculate Conceptiones (Madrid: Imprenta Real: 1649) en donde una
torre fortificada centra la composicin con la imagen de la Inmaculada en la parte superior. Dos figuras se sitan a ambos lados de la
fortaleza: en la parte izquierda San Domingo de Guzmn -con el hbito dominico y la estrella colocada en su hombro derecho- estrecha
su mano a San Francisco de Ass colocado enfrente y, en la misma
posicin que Santo Domingo, alzan sus respectivas manos hacia Mara simbolizando la unin de las rdenes en la defensa de la Inmaculada Concepcin13. A este apoyo inmaculista se suma la monarqua
representada a travs del escudo imperial de Felipe IV, situado bajo
la corona de nubes de la Virgen. Un conjunto de angelillos comple-
11. En las catacumbas de Santa Priscilla, las del Cementerio Mayor o en las de
San Pedro y Marcelino se conservan las primeras imgenes de Mara y las ms significativas en cuanto representan el paso de una pintura compendiaria, es decir, un
tipo de representacin en donde lo importante no son los detalles sino la apreciacin
de todo el conjunto y la pintura bizantina. PISANI, R., Maria nellarte... , o. c., p.13.
12. FRANCIA, V., LImmacolata Concezione: alla recerca di un modello iconografico, en Una donna Vestita di Sole. LImmacolata Concezione nelle opere dei
grandi maestri, Milano 2005, p. 33.
13. El tema del encuentro fraternal entre Santo Domingo y San Francisco es
frecuente en las artes figurativas del siglo XVII sirviendo de modelo para la oracin
y la predicacin en un contexto contrarreformista que permitiese superar las diferentes posturas ideolgicas surgidas entre las diferentes rdenes religiosas. CARMONA MUELA, J., Iconografa de los santos, Madrid 2003, pp. 102,103.
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16. De aqu infiero yo, que segn la exposicin deste Autor por el fuego, se
entiende el ardor de la concupiscencia, padre de la corrupcin, y cuchillo de la virginidad. Este, como siempre acompaava a la concepcin actual de las mugeres, parece que exteriormente, en opinin de algunos, cercaba Mara, viendo la Madre:
pero segun la verdad no la quem, pues siempre fue virgen pura El fuego en la
zarza, es la concupiscencia, que para prueva, y merito, queda en el justo, despus de
perdonada la culpa. IGLESIA, N. de la, Flores de Miraflores. Hieroglficos sagrados,
verdades figuradas, sombras verdaderas del misterio de la Inmaculada concepcin
de la Virgen, madre de Dios Mara seora nuestra, Burgos, Diego de Nieva y Murillo, 1659, p. 54.
Vio Moiss una zarza cercada de llamas, la qual en medio del fuego conservaba
su verdor; y avindola visto, quiere verla, porque es muy para vista nuestra zarza... El
Mysterio de la zarza, significa la Concepcin y Nacimiento de Christo, de las entraas de Mara, salva su Virginidad... esta zarza sin quemarse en medio del fuego, es
Mara Virgen, antes del parto, en el parto, y despus de aver parido. BERNAT VISTARINI, A., y; CULL, J.T., Enciclopedia de Emblemas Espaoles o. c., p. 832.
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DE FLORENCIA, J., Marial que contiene varios sermones de todas las fiestas de Nuestra Seora predicados a las Magestades de Philippo III y Philippo IIII Nuestro Seor, Alcal: Juan de Ordua: 1627.
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representacin es en una de las miniaturas de un Breviarium Pampilonense del archivo de la catedral de Pamplona en donde el tipo
de representacin y los atributos iconogrficos son los mismos que
los del grabado 22.
Sobre las columnas se colocan cuatro valos con la representacin iconogrfica correspondiente a cuatro santos. En el lado izquierdo, la imagen de San Ignacio de Loyola y fundador de la orden
jesuita se inspira en un grabado de Antonio Wierix conservado en el
Gabinete de Estampas de la Biblioteca Real de Bruselas. En la estampa flamenca el santo, vestido con el hbito de la orden, se arrodilla para recibir la luz que irradia la Santsima Trinidad representada
en la parte superior derecha acompaada de figuras anglicas portando palmas de martirio y una corona. La escena se representa dentro
de una estructura arquitectnica con la representacin de las columnas en el primer plano y en el fondo.
La portada del libro se simplifica recogiendo slo la figura del
santo que, en la misma posicin que el grabado de A. Wierix, aparece arrodillado mirando hacia el Cielo con la presencia de un libro en
el suelo y el nimbo circular sobre su cabeza. La representacin de la
Trinidad y los ngeles sobre las nubes se eliminan para sustituirlos
por un epgrafe en el que se lee: Ignatus Fundador Societatis Iesu.
Este mismo esquema se repite en la iconografa de los dems santos.
Bajo San Ignacio, figura San Luis Gonzaga -otro de los personajes representativos de la orden- que con una aureola sobre su cabeza,
se coloca en la misma actitud de recogimiento. En el otro lado San
22. PAMPLONA, G. de, Iconografa de la Santsima Trinidad en el Arte Medieval
Espaol, Madrid 1970, pp. 159,160.
Las fuentes literarias en las que se basa esta representacin simblica se apoyan
en la tradicin bblica. Los iconlogos explican la presencia de la paloma en el Salmo 109. Rau remonta el origen de la iconografa del Espritu Santo al Antiguo Testamento en el inicio de la Creacin: spiritus Dei super aquas (Gnesis 2, el espritu de Dios se cerna sobre las aguas), adquiriendo un papel relevante en el Nuevo
Testamento con su aparicin en numerosos relatos como la Anunciacin, los Desposorios de la Virgen, Pentecosts o el Bautismo de Cristo. RAU, L., Iconografa del
arte cristiano. Iconografa de la Biblia. Antiguo Testamento, Barcelona 1996, t. I,
v.1, pp. 33,34.
Tenemos que tener en cuenta que la figuracin iconogrfica de la Trinidad en el
arte europeo se remonta al siglo X, con la representacin de la Trinidad de una forma antropomorfa, constituyndose la paloma, smbolo de la tercera persona de la
Trinidad, como un tipo iconogrfico posterior, PAMPLONA, G. de, Iconografa de la
Santsima Trinidad , o. c., pp. 15-17.
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Francisco Javier hace pareja con San Ignacio y, al igual que ste, se
viste con el hbito jesuita, arrodillado, con las manos sobre el pecho
y un libro a sus pies. Este tipo de representacin se configura como
un claro ejemplo de simplificacin del estilo flamenco, tomando como referencia la imagen del santo y suprimiendo el resto de los personajes as como el fondo paisajstico y los ngeles portadores de
palmas que sobrevuelan sobre su cabeza.
Debajo de San Francisco Javier se sita San Estanislao de kotska
que aparece siguiendo su tipo iconogrfico habitual: postrado ante la
imagen del Santo Sacramento y sin ningn atributo iconogrfico que
lo identifique salvo el epgrafe con su nombre y el hbito de la orden 23.
Una cartela barroca, inscrita en el centro del basamento, recoge la
imagen del ltimo de los santos jesuitas representados en este frontispicio. Se trata de San Francisco de Borja, ataviado con el mismo
hbito que sus compaeros, en actitud contemplativa y acompaado
de una calavera coronada y tres capelos cardenalicios ante los cuales
est en adoracin, expresando su decisin de renunciar al mundo 24.
El esquema arquitectnico -con el par de columnas corintias, los
medallones a cada lado de la cartela central y la presencia de la escenografa rompiendo el frontn- responde al diseo flamenco de la escuela de Rubens, siendo su modelo el grabado de C. Van der Steen,
que ilustra la portada de una obra annima Commentaria in Pentateuchum Mosis, impresa en Amberes en el ao 1616 25.
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llados y agrupados en la parte inferior 40. Su devocin queda protegida por las figuras de Santo Domingo, que le ofrece el lirio a Mara y
Santa Catalina, con el corazn que Jess le arrebat a cambio del suyo 41.
La influencia de la escuela castellana -con la figura de Mara representada como nia, en actitud orante, con una larga melena cada
simtricamente sobre los hombros y su pierna derecha inclinada ligeramente hacia delante- se puede apreciar en la portada que ilustra
la Historia de la Vida y Excelencias de la Sacratissima Virgen Maria
Nuestra Seora por el fraile Jos de Jess Mara primer historiador
de la Sagrada Reforma de Nuestra Seora del Carmen, publicada en
Madrid en el ao 1657. El modelo de la Inmaculada responde a las
disposiciones de Trento recreando la imagen de la Virgen Apocalptica como la mujer que venci a la hereja con la media luna a sus
pies, smbolo de su pureza y virginidad. Se corona con las doce estrellas y se acompaa de los smbolos alusivos a la virginidad de Mara.
Coronada por dos ngeles aparece en la obra del fraile mercedario Silvestre de Saavedra Razon del pecado original, y preservacion
del en la concepcin Purissima de la Reyna de los Angeles Maria
(Sevilla: Clemente Hidalgo: 1615). Este tipo iconogrfico ya apareca en las pinturas del siglo XVI como en la Inmaculada que Giuseppe de Arpino ejecuta para la Academia de San Fernando de Madrid.
Esta coronacin de Mara, que suelen efectuar dos personas divinas
o dos ngeles forma parte de la iconografa de la Inmaculada llegndose a confundir con el tema de la Coronacin42.
Una ltima portada nos muestra a Mara orante como Tota
Pulchra et amica mea et macula non est in te (Qu hermosa eres
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amada ma y no hay mancha en ti) con la embrionaria figura del nio Jess en su vientre. Este tipo iconogrfico se relaciona con la representacin de la Virgen de la Esperanza o de la Expectacin 43 en la
espera del parto, imagen frecuente en las artes figurativas del Renacimiento como en el cantoral de la catedral de Sevilla o en el Libro
de Horas de la reina Margarita de Austria del Monasterio de El Escorial 44. El nio, con las manos juntas y envuelto en un disco solar, se
coloca sobre la bola del mundo, iconografa que ya apareca en la
pintura italiana de principios del siglo XVI como la Inmaculada Concepcin de la escuela de Il Pinturicchio conservada en el Museo Nacional de Estocolmo 45. Al igual que en la estampa la figura del Padre,
en la parte superior, contempla la escena y la bendice, al tiempo que
sostiene con su mano izquierda el globo celeste. Diferentes inscripciones -tomadas de distintos textos bblicos- se reparten por el espacio sagrado identificando cada uno de los smbolos marianos 46.
El grabado decora la obra del jesuita Juan de Torres Philosophia
Moral de Principes, para su Buena Crianza y gobierno: y para personas de todos estados (Burgos: Juan Bautista Varesio: 1602).
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parte de los luteranos, las rdenes religiosas se encargaron de justificar el uso de la imagen como principal arma combativa escogiendo
la figura de Mara como alegora y smbolo de la Iglesia Catlica.
Para ello se basaron en el argumento de las Acheiropoietai atribuyendo a San Lucas la realizacin de las primeras imgenes de Cristo
y de su Madre 48.
48. El trmino griego acheiropoeton defina algn artefacto, inevitablemente figurado que fuera hecho sin la mano humana; representaciones de origen divino cuyo artfice era nada menos que Dios, el Mismo. P HAKE-POTTER, H.M.S.,
Nuestra Seora de Guadalupe: La Pintura, la Leyenda y la Realidad. Una investigacin arte-histrica e iconolgica, en Cuadernos de Arte e Iconografa, t. 12, 24
(2003) 297.
Resulta significativo que una de las observaciones sobre la religiosidad de los espaoles recogidas por los franceses Gustave Dor
y Charles Davillier con motivo de su viaje por Espaa entre 1861 y
1863 hiciese referencia a que
desde tiempo inmemorial el dogma de la Inmaculada Concepcin
se admiti en Espaa. An ms, es una creencia eminentemente popular. [...] Casi no hay lugar, lo mismo en las calles que en las iglesias, en donde no se vea representada a la Santsima vestida de azul
y blanco, con unos lirios en un jarrn, emblema de la pureza. Este
motivo se pintaba antiguamente con mucha frecuencia sobre los
azulejos que se incrustaban en las fachadas de las casas, y hemos
visto en Crdoba muchas de estas pinturas tutelares. En la puerta
de la mayora de las casas dice Mme. DAulnoy 1 hay un cuadro
de cermica en donde se ve la salutacin Anglica con estas palabras: Mara fue concebida sin pecado original 2.
Sin embargo, en Espaa, ya exista desde el siglo XV una muy notable devocin concepcionista, pudindose incluso remontar al siglo
1. Autora de Viaje por Espaa (1679).
2. DOR, G. y DAVILLIER, Ch., Viaje por Espaa, Madrid 1988, t. 2, pp. 36 y 38.
3. GARCA GUTIRREZ, F., El Dogma de la Inmaculada Concepcin de Mara:
150 aos despus, en Inmaculada. 150 aos de la proclamacin del dogma, Crdoba 2004, p. 39.
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azulejos, quizs por ser una de las artes con un sentido ms popular,
incorpor con asiduidad la representacin de temas inmaculistas; este motivo se pintaba antiguamente con mucha frecuencia sobre los
azulejos que se incrustaban en las fachadas de las casas. As la cermica valenciana y la andaluza 7, o aquella sobre la que se centra este estudio: la de Talavera de la Reina.
La azulejera talaverana, coincidiendo con su periodo de mayor
florecimiento a finales del siglo XVI, se sum con fuerza a la difusin
de la imagen inmaculista, incorporando a sus repertorios algunos de
los principales temas empleados por los pintores para referirse a la
inmaculada concepcin de Mara 8. Cabe tratar en primer lugar uno
de los modelos de representacin que, muy habituales en la Edad
Media, comienzan a abandonarse en el siglo XVI ante la implantacin
de otras frmulas ms eficaces; me refiero a la representacin del
rbol de Jes, el rbol genealgico de Cristo desde Jes, padre del
rey David (Is. 11, 1-3; Mt. 1, 1 17; y Lc. 3, 23 38). A travs de este tema, de amplia presencia en la pintura de los Pases Bajos, se buscaba reforzar la imagen de Mara como Virgen (Virga / vara) y madre
del Salvador 9. Sin embargo, la representacin resultaba conflictiva,
ya que esta genealoga no conduca a la Virgen, sino a Jos, tal y como la azulejera talaverana nos muestra en dos ejemplos: la Genealoga de Cristo dispuesta en el atrio de la baslica del Prado de Talavera de la Reina (Toledo) y la situada en la nave del Evangelio en el
mismo templo; la primera, en un psimo estado de conservacin, de
finales del siglo XVI y la segunda de 1636. sta ltima, a cuyo co-
7. Sirvan como ejemplo de la cermica de estos mbitos la placa en reflejo metlico de la Inmaculada Concepcin del siglo XVIII que se conserva en el Museo
Nacional de Cermica Gonzlez Mart (Valencia), el panel del mismo tema de
1783 del Museo de LAlmud en Xtiva (Valencia) y el panel parte de un frontal de
altar de principios del siglo XVII atribuido al taller de Hernando de Valladares (Coleccin particular, Crdoba).
8. Si bien slo voy a referirme a piezas de la azulejera talaverana, debo sealar
que tambin la loza fue decorada en algunas ocasiones con esta temtica. Sirva como ejemplo el aguamanil de la primera mitad del siglo XVIII que se conserva en el
Museo de Cermica Ruiz de Luna de Talavera de la Reina (Toledo). Esta obra nos
muestra a la Virgen como Tota Pulchra sobre el globo terrqueo y el cuarto creciente lunar, pisando la serpiente y rodeada por cuatro de las letanas lauretanas: la palmera, el ciprs, la puerta cerrada y la torre.
9. Vase GONZLEZ GMEZ, J. M., Reflejos de la perfecta hermosura. Escultura, iconografa y devocin inmaculista en Sevilla, en Inmaculada. 150 aos de la
proclamacin del dogma, Crdoba 2004, pp. 105 109.
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mienzo se dispone San Mateo, muestra la relacin de los antepasados de Cristo desde Abraham hasta Eleazar 10, si bien la presencia de
una inscripcin partida nos indica que, originariamente, la genealoga se completaba con Mattn, Jacob y Jos. Todos los personajes
aparecen dispuestos en hornacinas conformando una galera fingida,
y no segn el esquema tradicional que presentaba a Jes tumbado y
como origen de un rbol genealgico en el que se disponan los diferentes antepasados de la Virgen. Vemos como, por tanto, y pese a la
influencia que la pintura flamenca tuvo en la azulejera talaverana,
sta ya no adopta un tema netamente gtico, sino que va a preferir
otros modelos de representacin mejor definidos 11.
Las escenas alusivas a la Parentela de Mara o la Santa Ana Triple, empleadas desde la Edad Media para referirse a la sobrenatural
concepcin de Mara 12, potenciando en este caso la figura de santa
Ana, tampoco gozaron de especial presencia en la azulejera talaverana. Tan slo puedo citar el frontal de altar del retablo de Santa Ana
en la iglesia parroquial de Mombeltrn (vila, 1573), en el que se
nos muestra a la Virgen y el Nio, Santa Ana y San Joaqun, y un panel en el que se nos muestra a Santa Ana amamantando a la Virgen
conservado en la iglesia parroquial de Piedraescrita (Toledo, finales
del siglo XVI); piezas que debemos poner en relacin con el conjunto
de obras que, ya desde el siglo XIV, propiciaron la exaltacin de santa Ana como madre de una muchacha concebida sin mancha y abuela del Redentor. Me interesa destacar en mayor medida el ltimo panel citado, el cual debe ser vinculado a otros dos que son los que realmente confieren al conjunto el planteamiento inmaculista. Me refiero a Santa Ana y el nido de pjaros y el Abrazo ante la Puerta Dorada. El Abrazo ante la Puerta Dorada o el Abrazo Mstico es una
de la escenas que, a diferencia de las comentadas hasta ahora, s fue-
10. Abraham, Isaac, Jacob, Jud, Fares, Esrom, Aram, Aminadab, Naassn,
Salmn, Booz, Obed, Jes, David, Salomn, Roboam, Abi, Asaf, Josafat, Joram,
Ozas, Joatam, Acaz, Ezequas, Manass, Amn, Josas, Jeconas, Salatiel, Zorobabel, Abiud, Eliakim, Azor, Sadoq, Aquim, Eliud y Eleazar.
11. Circunstancia bien diferente se da en la azulejera sevillana de la primera
mitad del siglo XVI, donde result crucial la influencia directa del italiano Francisco
Niculoso el Pisano, conocedor de estampas flamencas. Recordemos dos de las obras
ms emblemticas de este pintor: el retablo de la Visitacin (Reales Alczares, Sevilla, 1504) y el retablo mayor de la Iglesia del Monasterio de Tentuda (Caler de Len, Badajoz, 1518); ambas piezas decoradas con el motivo del rbol de Jes.
12. Vase GONZLEZ GMEZ, J. M., o.c., pp. 109 116.
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ron recogidas de la tradicin medieval por parte de la azulejera renacentista talaverana. El episodio, procedente de los Evangelios
Apcrifos (Protoevangelio de Santiago, 4; y Evangelio del Pseudo
Mateo, 3, 5), narra el momento en el que san Joaqun, que haba permanecido retirado entre los pastores, y Santa Ana se encuentran ante
la Puerta Dorada de Jerusaln; instante que se tom como smbolo
de la pura y limpia concepcin de Mara. La escena, tal y como podemos contemplarla en el citado panel, en el perteneciente al retablo
de la Imposicin de la casulla a San Ildefonso en la Iglesia Parroquial de Maqueda (Toledo, 1568) (fig. 1) y en el frontal de altar con-
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servado en el Museo Arqueolgico Nacional (Madrid, finales del siglo XVI) 13, se resuelve en los tres casos de forma idntica siguiendo
como modelo una misma estampa, mostrando a los dos santos ante
un gran arco mientras un ngel une sus cabezas.
El panel de Piedraescrita, como ya he sealado, se completa con
la presencia de otro que alude a Santa Ana y el nido de pjaros, pasaje de especial singularidad. Procedente tambin de los Evangelios
Apcrifos (Protoevangelio de Santiago, 3, 1-2; Evangelio del Pseudo Mateo: 2, 2), el episodio narra como Santa Ana,
habiendo elevado sus ojos al cielo, vio un nido de pjaros en el laurel y se lament de nuevo para s, diciendo: Ay de m!Por qu habr nacido y en qu hora habr sido concebida? He venido al mundo
para ser como tierra maldita entre los hijos de Israel; stos me han
colmado de injurias y me han barrido del templo de Dios. Ay de m!
A quin me asemejo yo? No a las aves del cielo, puesto que ellas
son fecundas en tu presencia, Seor 14.
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del Mesas y, por tanto, con la Virgen. En la azulejera talaverana encontramos un panel que alude a esta Visin de San Juan. La pieza,
conservada en la iglesia parroquial de Piedraescrita (Toledo, finales
del siglo XVI), nos muestra a San Juan en la isla de Patmos, junto al
guila con el que se identifica como evangelista, contemplando la
aparicin de una figura alada en actitud de oracin y sobre el creciente lunar. Si bien la comprensin de este panel puede resultar
equvoca, ya que la figura alada recuerda ms a la de un ngel que a
la de la mujer apocalptica, su sentido queda clarificado teniendo en
cuenta otras representaciones de esta escena. En particular, si examinamos la correspondiente estampa del grabador Jan Sadeler, Visin
Apocalptica de San Juan, ya que los pintores de azulejos talaveranos recurrieron con frecuencia a este tipo de estampas17. En este grabado, observamos fielmente todos los elementos del pasaje del Apocalipsis: la mujer vestida de sol (rodeada por rfagas), sobre el creciente lunar, con una corona de doce estrellas, ante el Dragn de siete cabezas coronadas y junto a dos ngeles que portan al recin nacido. Pero adems, y este es el elemento que ms nos interesa ahora, la
mujer aparece alada en referencia a que cuando el Dragn vio que
haba sido arrojado a la tierra, persigui a la Mujer que haba dado a
luz al Hijo varn. Pero se le dieron a la Mujer las dos alas del guila
grande para volar al desierto, a su lugar, lejos del Dragn 18. La figura alada del panel de azulejos, pese a omitir la corona de doce estrellas, queda por tanto claramente identificada como la mujer apocalptica.
La representacin aislada de la Virgen como Tota Pulchra la encontramos en el frontal altar de la Inmaculada de la Catedral de Crdoba de finales del siglo XVI. La pieza, donde se nos presenta a la
Virgen en actitud de oracin, sobre el creciente lunar y rodeada por
rfagas (vestida de sol), resulta excepcional por cuanto este modelo
de la Virgen sola no fue especialmente difundido 19, sino que pronto
17. El empleo de estampas de Jan Sadeler por parte de los pintores de azulejos
talaveranos queda constatado al analizar obras como el panel de la Anunciacin en
el Monasterio de la Encarnacin de Talavera de la Reina (Toledo, inicios del siglo
XVII), pieza donde se reproduce el grabado con el mismo tema de Sadeler.
18. Ap. 12, 13-14.
19. En la Iglesia Parroquial de Candeleda (vila), se halla un panel de finales
del siglo XVI que, en principio, tambin podramos considerar como otra excepcional representacin de la Inmaculada sin las letanas lauretanas, apareciendo sobre el
creciente lunar, pisando a la serpiente y sostenida por cuatro ngeles. Sin embargo,
cabe sealarse que esta imagen no alude a la Inmaculada, sino a la Asuncin y Co
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El Museo de Cermica Ruiz de Luna de Talavera de la Reina (Toledo) conserva una de las ms completas imgenes de la Inmaculada
Concepcin elaborada por la azulejera talaverana siguiendo el modelo comentado; se trata del trptico de la Inmaculada Concepcin
de finales del siglo XVI (y paneles aadidos a mediados del siglo
XVIII) (fig. 2). En el panel central, enmarcada por una estructura arquitectnica fingida con el lema TOTA PULCHRA EST MARIA, observamos la representacin de la Virgen Tota Pulchra o Inmaculada
Concepcin rodeada por dieciocho de las Letanas Lauretanas. La
orden de los franciscanos no debemos olvidar que el panel que analizo se realiz para el convento de concepcionistas franciscanas de
Talavera de la Reina (Toledo) fue una de las primeras en defender
la inmaculada concepcin de Mara, iniciando ya desde el siglo XIII
un notable proceso destinado a conformar la iconografa de la Virgen
Tota Pulchra 23. Para ello, se recurri a la descrita imagen de la Virgen Apocalptica sin el Nio en brazos, coronada por doce estre-
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Fig. 2: Detalle del trptico de la Inmaculada Concepcin (Museo de Cermica Ruiz de Luna, Talavera de la Reina, Toledo, finales del siglo XVI)
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llas y rodeada por una serie de smbolos extrados de los textos bblicos que, seleccionados entre los siglos XV y XVI, pasaron a conformar
las Letanas Lauretanas. La representacin de la Inmaculada del
Museo de Cermica Ruiz de Luna nos muestra una iconografa que
an se est gestando y que oscila entre la planteada por Vicente Juan
Macip (Iglesia de la Compaa de Jess, Valencia, 1577) y las definitivas de Zurbarn (Catedral de Sevilla, 1625-1630), que fue ratificada por Francisco Pacheco en su Arte de la pintura, su antigedad
y grandezas (1649) 24, y de Jos Ribera (Convento de Agustinas Descalzas, Salamanca, 1635). En el panel que centra nuestra atencin, la
Virgen se dispone orando, con manto blanco-azul y tnica jacinto
(naranja), doblemente coronada y nimbada, sobre el creciente lunar
con cabeza de querubn y ante un fondo de rfagas (vestida de sol).
En torno a ella, dieciocho emblemas marianos que han sido extrados
del grabado de la Inmaculada de Cornelis Cort 25:
24. Al propio Francisco Pacheco se deben varias Inmaculadas, como la del Palacio Arzobispal de Sevilla (1610), la de la Catedral de Sevilla (1619) o la de la Parroquia de San Lorenzo de Sevilla (1624).
25. GONZLEZ DE ZRATE, J. M. (Edit.), Real Coleccin de Estampas de San
Lorenzo de El Escorial, Madrid 1993, t. III, p. 99. Del mencionado grabado no se
han retomado los emblemas alusivos a los lirios, a la puerta cerrada, a la escalera del
cielo y al Dragn de siete cabezas vomitando un ro de agua. Tampoco se ha seguido el mismo modelo de Virgen, a la cual Cornelis Cort representa con el Nio.
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La imagen de la Virgen Tota Pulchra junto a las Letanas Lauretanas la encontramos tambin en la baslica del Prado de Talavera de la Reina (Toledo) formando parte del ciclo de la Vida de la
Virgen que se sita en el lateral de la Epstola 26. La imagen de la
Virgen, especialmente destacable por la calidad de su dibujo y de
su colorido, resulta muy prxima a la descripcin que pocos aos
despus daba Francisco Pacheco al recomendar cmo deba representarse la
Inmaculada Concepcin; no tiene nio en los braos, antes tiene
puestas las manos, cercada del Sol, coronada de Estrellas, i la Luna a
sus pies [...] en la flor de su edad de doze a treze aos, hermossima
nia, lindos i graves ojos, nariz y boca perfectsima, i rosadas mexillas, los bellsimo cabellos tendidos de color de oro, en fin cuanto
fuere posible al humano pincel 27.
26. El panel original de 1636, en un psimo estado de conservacin y de colocacin de los azulejos que lo conforman, se conserva en el zagun de entrada a la
Baslica tras ser sustituido en 1948 por una rplica de la fbrica Nuestra Seora del
Prado.
27. PACHECO, F., Arte de la pintura, su antigedad y grandezas, Madrid 1649,
pp. 481 y 482.
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La representacin se completa con cuatro de las Letanas Lauretanas el sol, la luna, el ciprs y el sol y con la inscripcin SOI DE
LA ANT. Y NOBLE COF. DE LA BIRG. I MADRE DE DIOS 33. Toda la pieza
se resuelve en blanco (el correspondiente al esmalte de estao y plomo) y azul (cobalto), coincidiendo los dos colores bsicos de la paleta talaverana/toledana con los colores de la Inmaculada.
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mentacin de los arrimaderos elaborados para ciertos espacios de devocin propiamente mariana: capillas, camarines y santuarios. Sirva
como primer ejemplo una de las piezas ms emblemticas de la azulejera talaverana: los zcalos de la sacrista de la baslica del Prado
de Talavera de la Reina (Toledo) 34. El templo, de advocacin mariana, cuenta en este espacio con un programa iconogrfico en el que se
nos insiste, como ya visemos en obras anteriores, en el valor de la
Virgen como Nueva Eva, como la mujer encargada de traer al mundo a aqul que nos librara del pecado original y, por tanto, como
mujer libre en s misma del pecado original. Para ello, ya no se nos
muestra una representacin de la Virgen Tota Pulchra, pues a quien
se alude es a la propia Virgen del Prado dispuesta en el altar mayor
de la baslica, y slo se mantienen los emblemas de las Letanas Lauretanas. En cada uno de los paos del zcalo, se dispone uno de estos smbolos acompaado por una filacteria con la que queda identificado: Palma (Qvasi palma exaltata), Sol (Electa ut Sol), pozo
(Puteus Aquarum Vibentium) 35 y fuente (Fons signatus ex qvo rite fons manat) 36. Junto a stos, se dispone tambin un jarrn con
flores con el que se establece un doble simbolismo: por una parte, la
referencia a Mara como Vaso espiritual, vaso insigne y vaso honorable segn queda recogida en las Letanas Lauretanas de la Virgen
de Loreto; y, por otra parte, el recuerdo a todas aquellas metforas
florales con las que se alude a Mara (rosa mstica, lirio, flor del campo). El arrimadero cuenta adems con una esmerada filigrana fingida
en su parte superior e inferior en la que se incluyen escudos con textos de las Letanas Lauretanas (sic lilium inter spinas) y diferentes
inscripciones en las que se alude a la pureza del agua como metfora
de la pureza mariana (Fit purur haustu / Hauriendo Salubror) 37. Entre estos escudos, hallamos uno que ser retomado en posteriores
obras de la azulejera talaverana; se trata de un escudo en cuyo campo aparece un ajedrezado en azul y blanco, aludiendo as a los dos
34. El conjunto fue ejecutado en 1726 y 1761 por parte de tres diferentes alfares: el de los Lpez de Sigenza, el de los Rodrguez y el de los Moya.
35. Se respeta la ortografa original de los paneles.
36. Desafortunadamente, el inadecuado estado de conservacin en el que se encuentra este conjunto impide conocer el total de los emblemas representados. As,
una inscripcin fragmentada (MPIS) podra aludir a Flos campis.
37. Una vez ms, la deficiente conservacin del conjunto algunas de estas inscripciones se encuentran partidas o descolocadas me impide precisar ahora el contenido de estos escudos, debiendo ser objeto de un posterior y ms detallado estudio.
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colores que tanto Francisco Pacheco como Interin de Ayala 38 defendieron como propios y representativos de la Inmaculada Concepcin.
El discurso establecido a travs de estos elementos e inscripciones queda completado al incluirse tres paneles alusivos a la Tentacin de Adn y Eva, la Expulsin del Paraso y Adn trabajando la
tierra. Con estas escenas se nos recuerda que la Virgen Mara fue
concebida sin mancha, sin ese pecado original, ya que de ella nacera
aqul destinado a redimir a la humanidad de ese mismo pecado original. Se enlaza as con la imagen de la Virgen como la Nueva Eva,
la mujer que pisar la cabeza de la serpiente 39, y con la mujer apocalptica, madre del que ha de regir a todas las naciones con cetro de
hierro 40.
En el camarn de la iglesia de Santa Mara la Mayor de Alczar de
San Juan (Ciudad Real), encontramos otro conjunto de azulejera en
el que los emblemas de las Letanas Lauretanas tambin fueron empleados con independencia de la imagen de la Virgen Tota Pulchra 41.
En este caso, en el suelo de acceso al camarn, se ha fingido una
fuente (Fons signatus ex quo rite fons manat) apoyada sobre leones
y con una gran riqueza de detalles, un ciprs (Quasi cypressus in
Monte Syon) y una palmera (Quasi palma exaltata in Cades). A estos
emblemas, ms claramente representados, hay que sumar otros dos
que aparecen entrelazados con la rocalla de los zcalos o rematndola: la rosa (Quasi plantatio rosae in Herico) y la concha. En cuanto a
este ltimo elemento, que hasta ahora no habamos encontrado en
ninguna otra pieza de la azulejera talaverana, debemos tener en
cuenta que la literatura medieval propici la creencia de que las perlas nacan al recibir las conchas el roco emanado del sol;
hay en el mar se nos indica en el bestiario medieval El Fisilogo 42 una piedra que llaman sstoros. De madrugada, antes de la sa-
38. PACHECO, F., o.c., pp. 482 y 483; e INTERIN DE AYALA, J., o.c., pp. 11 y 12.
39. Gn. 3, 15.
40. Ap. 12, 5.
41. Segn la inscripcin que aparece en el propio zcalo, este camarn fue acabado en 1742 siendo prior fray Pedro Ramos Nobillo y mayordomos el licenciado
don Juan Francisco Ropero, abogado de los Reales Consejos y alcalde mayor de la
villa, y Pedro Rioxa.
42. Por Ediciones Obelisco, 2000, p. 49.
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lida del sol, asciende la piedra sstoros a la superficie del mar, abre
sus valvas, es decir, su boca, absorbiendo el roco celestial junto con
los rayos del sol y de la luna, que estn encima de las estrellas. As
nace la perla del influjo de los astros superiores. Como ocurra con
el gata, san Juan nos muestra la perla espiritual, Nuestro Seor Jesuscristo, diciendo: He ah el Cordero de Dios, he ah el que quita
los pecados del mundo.
Entendida la perla, por tanto, como Cristo, autores como san Juan
Damasceno o Gregorio el Taumaturgo vieron en todo el proceso de
conformacin de dicha perla el propio acto de su Encarnacin, siendo el roco la fuerza del Espritu Santo y la concha el virginal tero
de Mara 43. El programa iconogrfico inmaculista del camarn no se
limita a los elementos descritos, sino que encontramos muchos otros
repartidos por los muros, pechinas y cpula. No obstante, por tratarse de elaboraciones ajenas a la azulejera talaverana, su anlisis no es
ya objetivo de esta comunicacin y remito a estudios ms concretos 44.
Como venimos comprobando, el siglo XVIII fue especialmente rico en cuanto a la produccin de piezas de azulejera ornamentadas
con motivos inmaculistas. A los ejemplos ya citados, podemos sumar
un ltimo caso: los cuatro paneles, fechables a mediados del siglo
XVIII, conservados en el Museo de Santa Cruz de Toledo en los que
se nos muestra respectivamente un sol (Electa ut sol), un pozo (Puteus aquarum viventium), una palmera (Quasi palma exaltata in Cades) y un ciprs (Quasi cypressus in monte Syon); emblemas que
aparecen enmarcados por una esmerada rocalla con la que se denota
la fuerte influencia ejercida por la fbrica de Alcora sobre las talaveranas en esta centuria. Desafortunadamente, se desconoce la procedencia de estas piezas, por lo que no podemos establecer su estudio
en el contexto original ni relacionarlas con el correspondiente espacio mariano para el que fueron creadas.
43. La concha, de forma general, ha sido tomada por diversas culturas vinculada a la idea de procreacin y de fertilidad, quedando asociada a divinidades como
Vishn o Venus. Para la simbologa general de la concha y de la perla, vase BIEDERMANN, H., Diccionario de smbolos, Barcelona 1993, pp. 120 121 y 366 367.
44. Vase SINZ MAGAA, E.,Iconografa del camarn y retablo de Santa Mara la Mayor de Alczar de San Juan como una metfora mariana, en El territorio
de la memoria, Cuenca 2004, pp. 255 270.
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45. Esta fue la fbrica que realiz en 1948 una rplica del ya comentado panel
de la Inmaculada Concepcin de 1636 de la Baslica del Prado de Talavera de la
Reina (Toledo). La fbrica elabor otro panel con el mismo tema para el camarn de
la misma baslica.
46. Para que ello bien revierta en honor y gloria de la Depara Virgen Mara
del Puerto, en tiempos de Feliciano Rocha Pizarro, preclaro obispo de la sede de
Plasencia, de Pedro Cancho Bernardo, cannigo y adems cura ecnomo del santuario, y de Segundo Snchez Rodilla, capelln del mismo, en el ao 1942 de la Salvacin, este sagrado templo, plenamente restaurado por todo su interior con una
nueva obra y elegantemente decorado con un magnfico mosaico y con labrados en
yeso, que realizaron con talento los artista Ruiz de Luna y Santabrbara, siendo Jos Rodas Caldern el encargado de toda la construccin, Emilio Gonzlez Gonzlez, a modo de ofrenda, costendolo de buen grado con sus recursos y por su piadosa generosidad, se ocup de embellecerlo. Ntese que a los azulejos se refieren como mosaico, denominacin habitual, aunque incorrecta, en la primera mitad del
siglo XX. Cabe destacarse tambin el empleo dentro de esta inscripcin de la expresin latina Quod bene vertat, utilizada por Tito Livio en su Ab urbe condita (Libro
I, cap. 28), como frmula para expresar el sentido de ofrenda a la Virgen que tiene
este santuario.
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Los zcalos, que cubren tres tramos del lateral del Evangelio y de
la Epstola (el primero de ellos separado por una reja), presentan
cuatro escenas en las que se insiste en la imagen de la Virgen como
Madre de Dios Anunciacin y Epifana (lateral del Evangelio);
Huida a Egipto y Aparicin de la Virgen del Puerto amamantando al
Nio (lateral de la Epstola) y un total de 35 escudos de menor tamao con emblemas de las Letanas Lauretanas o smbolos marianos en general 47. La relacin es la siguiente siguiendo el sentido de
las agujas del reloj desde la puerta de entrada:
47. La rocalla que conforma los marcos ornamentales de estos medallones presenta de manera habitual la venera, elemento con el que, como ya coment, se alude
a la virginal concepcin de Cristo.
48. En referencia al pasaje del Apocalipsis en el que el Cordero rompe los siete
sellos (Ap. 6), previo a la narracin de la mujer apocalptica (Ap. 12).
49. Segn el modelo que ya coment en la sacrista de la baslica del Prado de
Talavera de la Reina (Toledo).
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Madrid
I. Introduccin.
I. INTRODUCCIN
La ms extendida iconografa de la Inmaculada Concepcin de
Mara se basa en la descripcin que aparece en el texto del Apocalipsis (escrito entre los aos 90 y 96) sobre la mujer que apareci en
el cielo, vestida de sol, a sus pies una media luna y las estrellas sobre
su frente. Esta es una de las visiones ms complejas del Apocalipsis
y la que sin duda ha tenido mayor respuesta plstica 1.
A finales del siglo VIII, en Espaa, Beato de Libana escribi sus
famosos comentarios al libro de San Juan e interpretaba que esta
aparicin de la Mujer, vestida de sol, representaba a la Iglesia,
coincidiendo en ello con la tradicin patrstica ms primitiva. Pero la
fe del pueblo en que Dios haba concedido a su Madre nacer sin
mancha hizo que, muy pronto, esta aparicin se interpretara en la
clave de Mara concebida sin pecado.
En las ms antiguas iluminaciones, que del citado comentario de
Beato se conservan, de la primera mitad del siglo X, como la que se
encuentra en la Biblioteca Nacional de Madrid en escritura visigtica y que procede de San Milln de la Cogolla, la Mujer tiene el sol
sobre su vientre, a sus pies una media luna invertida y las estrellas
estn sobre su cabeza, pero sin llegar a formar una corona.
Precisamente en este Monasterio de San Milln la mariologa debi formar parte importante de su vida espiritual 2, al menos desde el
1. "Y apareci una gran seal en el cielo: una mujer vestida del sol y la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza", Ap. 12, 1.
2. No hay que olvidar que en este monasterio escribi Gonzalo de Berceo Los
Milagros de Nuestra Seora.
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siglo X. En una documentacin fechada en 926 se consigna la presencia de reliquias del santo "en el altar mayor de la Virgen", lo que
implica la situacin de Nuestra Seora en el lugar ms destacado de
la iglesia. Esta costumbre fue an ms extendida por la orden cluniacense y fomentada por los monjes ante los peregrinos que transitaban por el Camino de Santiago, parte de cuyo trazado distaba escasos kilmetros del Monasterio.
Pero aunque el antecedente del Apocalipsis y de su representacin en los Beatos, es la ms extendida y basta para ello contemplar
las Inmaculadas de Ribera, de Murillo o de Zurbarn, hay otra representacin muy antigua y muy extendida que, durante siglos, sirvi
para recordar a los fieles que Mara fue concebida sin pecado.
Hoy quiz se ha perdido la clave que les serva para interpretarla
y este es el objetivo del presente trabajo: identificar la representacin, buscar sus orgenes y localizar algunas de las muy bellas y numerosas que existen en nuestro entorno.
II. LA REPRESENTACIN DEL ABRAZO ANTE LA PUERTA DORADA
Un hombre y una mujer tienden sus brazos uno hacia el otro, con
seales de jbilo en la expresin de sus rostros. Ambos se encuentran
ante un arco o puerta de piedra centrando totalmente la escena aunque otros personajes se muevan a su alrededor.
Los dos personajes se identifican con San Joaqun y Santa Ana
ante la llamada Puerta Dorada, una de las ocho puertas de las murallas de Jerusaln. La Puerta Dorada era, segn la tradicin juda, la
puerta a travs de la cual el Mesas hara su entrada en la ciudad.
Existen algunas variantes en la representacin de esta escena.
Unas veces est detenida instantes antes del abrazo, cuando se presiente inmediato, pero los cuerpos an guardan una distancia, en
otras, en cambio, el artista capta la fusin de ambos esposos en un
emocionado abrazo.
Tambin existen diferencias en cuanto a la edad que representan
Joaqun y Ana; normalmente se les identifica con dos personas cercanas a la ancianidad, mientras que, en otras ocasiones, se les percibe ms jvenes, como en una dorada madurez.
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Las tallas de un pequeo retablo, del siglo XV-XVI, de la catedral de Cuenca. El retablo viene denominado como el de la
Concepcin, por figurar, en su calle central, el Abrazo de San
Joaqun y Santa Ana.
Tambin se presentan cuatro excepcionales pinturas sobre tabla
que representan este tema iconogrfico:
La primera de ellas es la obra de Vicente Macip y Juan de Juanes, hacia 1529-1532, que forma parte del retablo mayor de la
catedral de Segorbe. Sobre un fondo dorado, los bustos de San
Joaqun y Santa Ana, tienden al abrazo y reflejan una gran
dulzura en sus miradas.
De la parroquia del pueblo oscense de Fonz se presenta la segunda bellsima tabla, un annimo de la Escuela de Espalargues, del siglo XV.
Obra de Pedro Berruguete es la tercera de las tablas y viene
desde la iglesia de Santa Mara de Becerril de Campos (Palencia), localidad tan cercana a su pueblo natal.
Por ltimo y desde el convento de la Concepcin de Toledo
llega una cuarta tabla, obra de autor annimo, de muy buena
factura, en la que, de rodillas y como donante aparece Beatriz
de Silva, a quien la virgen socorri en situacin muy difcil y,
en respuesta, ella desarroll una ferviente devocin por la Inmaculada Concepcin de Mara.
Estas tres ltimas tablas presentan un ngel que abraza las cabezas de los santos padres de la Virgen, como indicando su concepcin
milagrosa e incluso en la ltima se puede leer en una filacteria, que
sale de la boca del ngel : conceptio tua, Dei Genitris Virgo gaudium anuntiavit, que refuerza la idea de la Concepcin Inmaculada.
Cierran el apartado dos bellos relieves de gran calidad formal:
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El del retablo mayor de la catedral de El Burgo de Osma espectacular obra de Juan de Juni,
y el que Cristbal Voisin esculpe a mediados del siglo XVI y llega desde Jerez de la Frontera. Tiene una tarda policroma que,
sin embargo, no ha logrado matar toda su belleza y encanto.
En el ltimo apartado de este captulo, en el dedicado a Santa
Ana Trina (las tres generaciones: la abuela, la madre y el hijo), tambin aparecen, con referencia a la Inmaculada, otras tres obras de
pintura sobre tabla sobre el tema que nos ocupa.
Una de ellas es un bellsimo trptico del castillo de Perelada (Gerona) que suma a la representacin de Santa Ana Trina, el Abrazo de San Joaqun y Santa Ana y el Nacimiento de la Virgen.
Una grisalla sobre tabla, de grandes dimensiones, obra de Sansn Florentino o Sansn Delli, que viene desde el Museo Catedralicio y Diocesano de vila y que estuvo expuesta en la
ltima exposicin de las Edades del Hombre celebrada en esa
Catedral. Adems la representacin de las tres generaciones
viene apoyada por la revelacin a San Joaqun y el Abrazo ante la Puerta Dorada.
Y finalmente, un retablo completo, conocido como el de Santa Ana, llega desde la colegiata de Santa Mara del Mercado
de Berlanga de Duero (Soria). Es obra de un seguidor del Maestro de los Balbases que lo pinta a finales del siglo XV. La tabla central est dedicada a Santa Ana Trina, pero va apoyada
por la revelacin a San Joaqun, el Abrazo, los Desposorios y
la Presentacin de la Virgen en el Templo.
El tercer captulo tiene por ttulo A la bsqueda de su identidad
y se apoya ms en el arte del renacimiento y el ltimo denominado
Del esplendor a la definicin dogmtica, en el barroco andaluz.
VI. OTRAS REPRESENTACIONES FAMOSAS DEL ABRAZO ANTE
LA PUERTA DORADA
6.1. Siglo XIV. El Giotto
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En la Plaza Mayor de Mondjar, de clsico sabor castellano, soportalada en tres de sus lados se encuentra, en su costado meridional,
la gran iglesia parroquial dedicada a Santa Mara Magdalena.
Es una magnfica obra arquitectnica, realizada en los comienzos
del siglo XVI, y por tanto una de las primeras y ms tempranas obras
del Renacimiento espaol. Se comenz a levantar en 1516, por expreso deseo y patrocinio de don Luis Hurtado de Mendoza, segundo
marqus de Mondjar, que siendo alcaide de la fortaleza granadina y
capitn general del nuevo reino, busc en Granada a uno de los mejores arquitectos del momento para que levantara en Mondjar un
grandioso templo parroquial. Y as se hizo: tiene tres largas naves, de
treinta y cinco metros de larga cada una, rematadas en elegantes te-
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Por eso en esta iglesia se da una circunstancia muy especial y casi nica: se preparan primero los elementos decorativos, sobre todo
el retablo (de C. Fangazo) y el cuadro de la Pursima de Ribera que
lo centra y, despus, se proyecta y se realiza el espacio arquitectnico. Es decir, parece que, en lugar de hacer un retablo para una iglesia, se hace una iglesia para un retablo un retablo presidido por un
cuadro dedicado a la Inmaculada Concepcin (para el que seguramente pos la bellsima y desgraciada hija del propio pintor).
El retablo consta de tres calles con cinco huecos para los lienzos
y un remate central con vano incluido. Es un precioso trabajo de incrustacin, con mrmoles blancos de Carrara, rojos de Verona, amarillos de Siena, negros de Blgica, verdes de Calabria hasta conseguir un resultado pleno de belleza, armona y color y un mensaje
sobre la accin de Dios interviniendo a favor del hombre a travs de
su Inmaculada Madre.
Una vez ms la Concepcin est sugerida en el Abrazo de Joaqun y Ana ante la Puerta Dorada, obra annima italiana que aparece en la parte izquierda superior del retablo. Otros cuadros del retablo son una Piedad de Ribera, un San Juan Bautista de G. Reni, un
San Jos annimo y un San Agustn de la escuela de Rubens que representa al santo junto a un nio que pretenda meter en un hoyo de
la playa toda el agua del mar smbolo de lo imposible que resulta,
para el hombre, comprender los misterios de Dios que en el retablo
se representan.
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El abrazo ante la Puerta Dorada en el retablo mayor de la catedral de Segorbe por Vicente Macip (entre 1525-1531)
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MARA ROSA FERNNDEZ PEA
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I. INTRODUCCIN
Catlicos malagueos, que este timbre tradicional de gloria nunca
se marchite en el transcurso de los aos, antes bien se acreciente y
multiplique con caracteres de permanencia y fecundidad, para que
sigis disfrutando el honroso y codiciado ttulo, que la fe de vuestros
mayores supo conquistar, como trofeo victorioso de su devocin y
piedad, al misterio inmaculado de Mara, Madre de Dios y Madre
nuestra 2.
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As, a principios del siglo XVI, los cultos en honor a la Inmaculada se celebraban ya en la catedral de manera muy solemne, lo que
pone en evidencia el fervor y el entusiasmo del pueblo malagueo en
la defensa del misterio concepcionista. Tambin eran muy festejados
en el convento de la Victoria, por ser uno de los principales en cuanto a la devocin a la Virgen, y en otros claustros, como el de la Merced, en el que hay de igual modo constancia de la ubicacin de una
capilla dedicada a la Inmaculada 4.
3. Ibdem, p. 1.
4. FERNNDEZ BASURTE, F., La devocin a la Inmaculada en Mlaga (Siglos
XVI y XVII), en Va Crucis (Mlaga), n. 7 (1990).
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marfil, el estao, el esmalte... A stos, hay que aadir la tradicional pintura en tela, los motivos representados en los bordados y los grabados.
En Mlaga, las cofradas son poseedoras de un importantsimo
patrimonio artstico en el que abundan todo tipo de elementos. Los
ms destacados son la madera, la plata y los bordados, pero hay que
contar tambin con otros, que no por menos abundantes dejan de poseer la extrema belleza de lo recndito, de lo ntimo y lo pequeo.
Entre ellos, la figura de la Inmaculada Concepcin se puede descubrir en algunas piezas que van desde un tamao extraordinario, como
la que procesiona la Archicofrada de la Oracin en el Huerto, a
otras, casi imperceptibles, como la que adorna la corona de la Virgen
de las Angustias, de la Hermandad del Sagrado Descendimiento.
A continuacin, el asunto de la Inmaculada Concepcin de la Virgen centrar una pequea descripcin de algunas piezas cofrades en
las que est representado tal dogma. Se han elegido por la variedad de
sus materiales, teniendo en cuenta la existencia de otras, que no se resean aqu, pero que manifiestan tambin un excelente valor artstico.
3.1. Imagen de vestir en madera policromada: Virgen de la
Concepcin Dolorosa (Archicofrada de la Oracin en el
Huerto)
Esta magnfica talla de la Virgen de la Concepcin Dolorosa de la
Archicofrada de la Oracin en el Huerto, tena que figurar por su extraordinaria y original belleza en el encabezamiento de esta sucinta
exposicin. Se trata de una escultura annima del siglo XVIII, prxima al crculo malagueo de Fernando Ortiz. Sin embargo, es una
imagen pasionista, una Dolorosa, que no guarda la esttica inmaculista, de ah que no se proceda a su descripcin en este artculo. No
obstante, en la parte frontal de su trono de procesin, se sita una pequea imagen de la Inmaculada en madera policromada que es la
que se describir a continuacin.
3.2. Imagen en madera policromada: trono de la Virgen de la
Concepcin (Archicofrada de la Oracin en el Huerto)
La escultura en madera policromada se prodiga en Espaa en la
etapa renacentista y se desarrolla con una gran profusin en el perio-
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reposteros, capas pluviales, mantos y palios de Vrgenes, as lo demuestra. La imagen de la Virgen est muy presente en los escudos,
vestimentas sacerdotales, o tapices con una tcnica casi pictrica,
siendo la poca de mayores y mejores realizaciones la de los siglos
XIV al XVI. La tcnica a emplear est muy cercana a la pintura y al
grabado. Los tejidos en los que se realizan los bordados son diversos, abundando las sedas realzadas con hilos de oro.
La etapa ms destacada del bordado malagueo abarca todo un
siglo, desde mediados del XVI hasta la misma fecha del XVII, cuando
se centrarn en esta ciudad los trabajos de artistas notables como
Mateo Sarasa o Pedro de Aguilar. Es, adems, un momento importante para las cofradas sacramentales y de penitencia, deseosas de
adornar sus capillas con lujosas piezas ornamentales 13.
En los bordados de las distintas pocas, es difcil encontrar la
imagen aislada de la Virgen, que s resulta ms frecuente a partir del
Barroco. En las etapas anteriores hubo grandes tapices que representaron escenas de la vida de la Virgen rodeada de imaginarios escenarios y con un gran virtuosismo detallista.
Las cofradas malagueas presentan bordados en los paos que
adornan las grandes trompetas que van en la procesin, son los llamados paos de bocina. Antiguamente, la funcin de estas trompetas
era la de marcar el ritmo de la procesin con sus sonidos, llamndoseles tambin trompetas dolorosas. Su finalidad era la de recordar
con sus sones dolientes los que sonaron en la Pasin de Jess. En la
actualidad resuenan en algunos lugares de Espaa, pero fundamentalmente tienen una funcin decorativa, tanto el objeto en s como el
pao que cuelga de l. Artsticamente son de una gran vala, como el
que vamos a citar a continuacin perteneciente a la Archicofrada del
Dulce Nombre de Jess Nazareno del Paso y Mara Santsima de la
Esperanza, elaborado con ricos materiales como el terciopelo, el
marfil, el bordado en oro y el bordado en seda.
En uno de estos extraordinarios paos de bocina se encuadra la figura de la Inmaculada Concepcin, elaborada en tonalidades blancas
y azules, con su manto al viento y rodeada de nubes y angelitos. Su
ejecucin correspondi al taller sevillano de Esperanza Elena Caro,
quien lo realiz entre 1970 y 71. En esta empresa se recuper el bor13. NIETO CRUZ, E., El ajuar procesional de las cofradas en VV.AA., Semana Santa en Mlaga, tomo V, Patrimonio Artstico de las cofradas, Mlaga 1990.
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dado tradicional, empleando la seda en las carnaciones y en los motivos vegetales. La fama y la categora de esta bordadora le hicieron
merecedora de varios premios, como la medalla de Oro al Mrito en
el Trabajo (1971); artesana de Honor (1976); triunfadora en el I Premio de la Exposicin Provincial de Artesana de Sevilla (1968); y
ganadora de la medalla de Bronce de la Ciudad de Sevilla 14.
3.7. Esmalte: Diadema o rfaga de Mara Santsima de
Consolacin y Lgrimas, de la Archicofrada de la Sangre
El esmalte es una pasta vtrea que se funde por medio del calor y
que se usa para recubrir objetos, como joyas, cermica, vidrio o cajas pequeas. Qumicamente es igual al vidrio, y consiste en una
mezcla de slice, sosa o potasio y plomo. Originariamente, los ingredientes tienen forma de terrones o pastillas, que luego quedan reducidos a un polvo fino, el cual, seco o mezclado con agua o aceite, se
aplica a mano sobre la superficie a cubrir. Posteriormente, el objeto
esmaltado se cuece en un horno hasta que el esmalte queda fundido
sobre la superficie.
El procedimiento del esmaltado es muy antiguo, se remonta al
antiguo Egipto y a Mesopotamia, utilizndose para decorar joyas,
como sustituto de gemas. Los primeros objetos esmaltados son del
siglo XIII antes de Cristo, pertenecientes a Creta, a Micenas y a Grecia. Tambin lo emplearon los persas, los romanos y, sobre todo los
celtas, quienes lo aplicaron a vasijas de bronce y a joyas.
El periodo de mximo esplendor del esmalte fue durante el imperio Bizantino de los siglos X y XI, poca en la que se realiz sobre objetos religiosos, como cubiertas de libro, relicarios, bculos, clices
y crucifijos. Generalmente, la base era de oro con figuras simples de
colores. Uno se los ejemplos ms notables de toda la historia del esmalte es la Pala d`Oro, retablo de la baslica de San Marcos de Venecia, cuyo fondo de oro est cubierto de pedrera y placas esmaltadas
en oro y plata 15.
Una muestra de esmalte inmaculista se halla en la diadema o rfaga de Mara Santsima de Consolacin y Lgrimas, realizada en el
ao 1999. El diseo correspondi a Salvador de los Reyes Rueda; la
14. Ibdem.
15. TRENS, M., o.c.
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La bandera es una de las insignias ms antiguas que lucen las cofradas. Parece ser que su origen est en la imitacin que hicieron las
hermandades de los cabildos catedralicios que, en los das de Semana Santa, las ondeaban copiando la costumbre de pocas pasadas,
cuando de este modo, se pregonaba la muerte de caudillos y seores.
Para el Arte cristiano, la figura de Cristo suele aparecer ondeando
una bandera o ensea como emblema de la Resurreccin y la victoria sobre el poder de las tinieblas 18.
La Hermandad del Monte Calvario posee una bandera concepcionista confeccionada en el ao 1985. Fue realizada por una religiosa
cisterciense llamada Sor Josefa.
El asta es obra del orfebre sevillano Antonio Santos Campanario.
El remate es una reproduccin del templete de la patrona de Mlaga,
Santa Mara de la Victoria.
IV. EL PATRIMONIO COFRADE QUE NO SE PROCESIONA
Actualmente, las Cofradas de Pasin de la ciudad de Mlaga son
poseedoras de un destacado patrimonio artstico, a pesar de los des17. DAZ SERRANO, J., Los enseres decorativos y atributos de las Cofradas representan smbolos que tienen por base la fe cristiana, en Guin, Mlaga 1958.
18. BECKER, U., Enciclopedia de los smbolos, Barcelona 1996.
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grandes maestros de la rejera renacentista es Bartolom de Jan, autor de obras extraordinarias aunque su mbito laboral quede reducido a Andaluca. La ms conocida de todas ellas es la que labr para
la Capilla Real de Granada en el siglo XVI.
A finales del Renacimiento y principios del Barroco, la labor artstica de la reja se reduce a unas formas ms sencillas y austeras,
siendo las ms destacadas las rejas de capilla, las de las puertas y las
de los enterramientos 26.
En Mlaga, exista, desde el siglo XVII la capilla del Santsimo
Cristo del Perdn, en las estribaciones del Puente de Santo Domingo. En el XVIII, se instal en la misma el Rosario nocturno de la Virgen de los Dolores, que gozaba de una gran devocin popular en torno a las curaciones de tia que se lograban por su intervencin, de
ah la denominacin del rosario de los tiosos.
Aos despus, y tras mucho tiempo de intensa devocin a la Virgen por parte de los malagueos, se reorganiza la antigua Hermandad del Santsimo Cristo del Perdn, aadindosele la advocacin de
Nuestra Seora de los Dolores (del Puente). La nueva cofrada data
del ao 1982 y sus Sagrados Titulares se sitan en sendas capillas de
la iglesia de Santo Domingo, interior, la del Cristo, y muy cerca del
puente, la de la Virgen. En esta ltima, se haba instalado una reja en
el ao anterior para su cerramiento externo, que sustitua a un antigua corredera comercial posterior a la Guerra Civil. Fue ejecutada
por Luis Algarra para la capilla del Cristo y ofrendada por Diego Soler. Posteriormente, la adaptacin al cerramiento de la capilla de la
Virgen, fue llevada a cabo por Francisco Len. Desde el da 8 de diciembre de 1994, la Dolorosa del Puente est expuesta a la devocin
popular en su restaurada capilla del Puente de Santo Domingo 27.
La reja, muy sencilla, se adapta a un arco de medio punto, componindose su decoracin de barrotes verticales y volutas enroscadas.
Tres valos ocupan el espacio comprendido en la zona superior. En el
de la izquierda, figuran las tres cruces del Monte Calvario; en el de la
derecha, dos corazones con una flecha; y en el del centro, dos molduras
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Sevilla
I. Introduccin.
II. Pintura.
III. Escultura.
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nicas blancas y palmas en las manos (Ap. 7, 9) o alegrmonos y regocijmonos; dmosle gloria, porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa est dispuesta, y l le ha concedido vestirse de lino,
limpio y brillante. El lino son las obras de justicia de los santos (Ap.
19, 7-8).
El manto debe colocarse por la espalda, partiendo del hombro izquierdo en direccin a la cadera derecha, con la idea de cruzarlo por
la cintura hacia el brazo del lado contrario, todo ello en seal de virginidad. Y es azul, por simbolizar de nuevo la pureza y, sobre todo,
la salvacin. En un principio (representaciones del los siglos XV y
XVI) los tonos azulados del manto eran ms oscuros, pero fueron
aclarados y viraron al celeste tras una aparicin de la Virgen a la fundadora de las franciscanas concepcionistas 7. Ya Francisco Pacheco,
tratadista y pintor -y no olvidemos que censor de obras sacras del
Santo Oficio en Sevilla-, en su Arte de la Pintura (concluido c.1638,
aunque no publicado hasta 1649, cinco aos despus de fallecer su
autor), estableci clara y meticulosamente cmo deba representarse
la Pursima Concepcin de Nuestra Seora: Hase de pintar, pues, en
este aseadsimo misterio esta Seora en la flor de su edad, de doce a
trece aos, hermossima nia, lindos y graves ojos, nariz y boca perfectsima y rosadas mexillas, los bellsimos cabellos tendidos, de color de oro, en fin, cuanto fuere posible al humano pincel () Hase de
pintar con tnica blanca y manto azul, que as apareci esta Seora a
doa Beatriz de Silva, portuguesa, que se recogi despus en Santo
Domingo el Real de Toledo a fundar la religin de la Concepcin Pursima, que confirm el Papa Julio II, ao de 1511; vestida de sol, un
sol ovado de ocre y blanco, que cerque toda la imagen, unido dulcemente con el cielo; coronada de estrellas; doce estrellas compartidas
en crculo claro entre resplandores, sirviendo de punto la sagrada
frente 8.
La melena suelta de la Inmaculada incide en su condicin virginal de doncella ya que las desposadas deban ocultar sus cabellos
con tocas. Las doce estrellas derivan de la visin apocalptica: una
mujer vestida de sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce
estrellas en la cabeza (Ap. 12, 1) y son una clara referencia a las doce tribus de Israel y tambin al colegio apostlico, con objeto de
mostrar la maternidad de Mara sobre la Iglesia, constituida en Pen-
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que dara lugar a varias ponencias en este simposium, y adems puede que le hasta le pisara el terreno a algn participante. Naturalmente uno de los principales monasterios de clausura de Sevilla 11 no iba
a ser ajeno a todo este fervor concepcionista que arranc en los primeros aos del siglo XVII, de ah que el tema de la Inmaculada est
muy presente en toda la clausura.
El monasterio sevillano de Santa Paula, de religiosas jernimas viejo conocido ya en estos simposia escurialenses 12- fue fundado en
1473 por doa Ana de Santilln (Sevilla, 1424-1489) 13, viuda del jura(sin mancha original) hizo a su soberana imagen del Convento de Regina al de San
Francisco de esta Ciudad, Sevilla, 1616; IDEM, Fiestas que ha hecho la Ciudad de
Sevilla en hazimiento de gracias, assi en las iglesias como por los vezinos de ella,
con mscaras, alegra y regocijos, en celebracin del decreto que dio la Santidad de
Paulo V, nuestro Seor, a favor de la Inmaculada Concepcin, Sevilla 1617; ; DURN, J., Sermn de la Inmaculada Concepcin predicado por en el solemne quinzenario de las fiestas que hizo la insigne Cofrada de los Nazarenos y S. Cruz en Jerusaln, Sevilla 1622 CID, M. del, Justas sagradas del insigne y memorable Miguel
del Cid, sacadas a la luz por su hijo, heredero de su mismo nombre; dedicadas a la
Virgen Santsima Nuestra Seora, concebida sin mancha de pecado original, Sevilla
1657; Fiesta que celebr la Iglesia parroquial de Santa Mara la Blanca, capilla de
la Santa Iglesia Metropolitana y Patriarcal de Sevilla, en obsequio del nuevo Breve
concedido por nuestro Smo. Pontfice Alejandro VII a favor del pursimo misterio de
la Concepcin sin culpa de Mara Sma. Ntra. Seora, Sevilla 1666; SANTOS HIDALGO, J, Oracin panegrica en la Solemnsima Fiesta ya ccin de gracias que celebr
la I.M. y P. de esta Ciudad de Sevilla por el nuevo Breve de N.M.S.P. Clemente XI para que el da de la Inmaculada Concepcin de la siempre Virgen Mara N. Seora
sea perpetuamente festivo de Precepto en toda la Cristiandad. Sevilla 1709; DELGADO, M. A., Reducido compendio de las Solemnes Fiestas que se han celebrado en la
M.N. y M.L. Ciudad de Sevilla, en obsequio a Mara Santsima Seora, Madre Nuestra por haver declarado a esta Seora en el tiernsimo misterio de su Concepcin
por Patrona de Espaa y las Indias, Sevilla 1771; RODRGUEZ ZAPATA, F., Cancionero de la Inmaculada, Sevilla 1875; SERRANO Y ORTEGA, M. Glorias Sevillanas. Noticia histrica de la devocin y culto que la Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Sevilla
ha profesado a la Inmaculada, Sevilla 1893; SEBASTIN y BANDARN, J., La Ciudad
de la Eucarista y de la Inmaculada, Sevilla 1895, o ROS, C., La Inmaculada y Sevilla, Sevilla, 1994.
11. HERNNDEZ-DAZ TAPIA, M.C., Los monasterios de jernimas en Andaluca, Sevilla 1976, pp. 35-80. VALDIVIESO, E y MORALES, A.J., Sevilla oculta. Monasterios y conventos de clausura. Sevilla 1987, pp. 119-151. DE LA CRUZ DE ARTEAGA,
M. C., El monasterio de Santa Paula. Sevilla 1990.
12. PASTOR TORRES, A. El monasterio sevillano de Santa Paula en el primer
tercio del siglo XIX en Actas el simposium la clausura femenina en Espaa, San
Lorenzo de El Escorial 2004, pp. 1370-1392.
13. Santa Paula romana y las fundadoras de su monasterio sevillano, Sevilla
1994.
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mo tercio del XIX. Predomina la tcnica del leo sobre lienzo, si bien
tambin es importante el apartado de pintura sobre papel contenido
en las cartas de profesin.
P. 1
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Ttulo: Retrato del Venerable Palafox. Cronologa: Segunda mitad del siglo XVIII o principios del XIX. Autor: Annimo. Estilo: Barroco. Escuela sevillana. Materiales: Pigmentos al aceite y lienzo.
Tcnica: Pintura al leo. Medidas: 1.08 x 0.89 m. Localizacin actual: Museo, sala de los trojes (zona de clausura).
El Venerable Juan de Palafox y Mendoza (Fitero, 1600-Burgo de
Osma, 1659), era hijo natural de don Jaime de Palafox, marqus de
Ariza, y por tanto, antepasado de la familia de la M. Cristina. Tras
doctorarse en Sigenza compagin la carrera poltica con la eclesistica: fiscal (1629) y poco despus consejero (1633) del Consejo de
Indias y capelln de doa Mara de Austria (hermana de Felipe IV).
Fue uno de los grandes humanistas que viajaron al Nuevo Mundo:
pastor, asceta, jurista, poltico, escritor, defensor de los indios y del
clero secular, promotor de grandes obras de Arte... Visitador general
de los reinos y tribunales de Nueva Espaa, obispo de Puebla de los
ngeles (1640), Virrey de Nueva Espaa tras la destitucin del duque de Escalona (1642) y Arzobispo electo de Mxico. Tras muchas
intrigas polticas y religiosas contra su persona termin sus das como obispo de Osma (1654-1659) 28. En este cuadro Palafox, gran devoto de la Inmaculada, aparece revestido con el hbito episcopal
arrodillado ante un altar presidido por una Inmaculada con corona.
El lienzo procede del convento de Santa Rosala de Sevilla, de MM.
Capuchinas.
P. 10
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cielo sobre nube de ngeles con simbologa concepcionista. El cuadro est colocado actualmente sobre la puerta que comunica el claustro principal con el jardn.
P. 13
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Ttulo: Carta de profesin de Sor Beatriz de San Francisco 36. Cronologa: 1680. Autor: Annimo. Estilo: Barroco. Escuela sevillana.
Materiales: Papel, tinta y temple. Tcnica: Pintura al temple. Medidas: 25 x 18 cm.
Ttulo: Carta de profesin de Sor Ana de la Concepcin 37. Cronologa: 1682. Autor: Annimo. Estilo: Barroco. Escuela sevillana.
Materiales: Papel, temple y tinta. Tcnica: Pintura al temple. Medidas: 25 x 18 cm.
Sor Ana de la Concepcin era hija del clebre escultor y retablista Francisco Dionisio de Ribas 38, y de su segunda mujer, doa Laura
35. Quede aqu pblica constancia de mi agradecimiento a la archivera de Santa Paula, Sor Mari Cuy Irimpan por su paciencia y amabilidad.
36. Archivo del Monasterio de Santa Paula de Sevilla (en adelante, AMSPS).
Libro de cartas de profesin, 1600-1790, f. 127
37. Ibdem, f. 139.
38. Crdoba, 1616 - Sevilla, 1679. Hermano de los tambin escultores y ensambladores Felipe y Gaspar de Ribas. Su primera obra documentada que no se
conserva- fue un retablo para la escalera del convento casa-grande del Carmen
(1638). Tras la muerte de su primera esposa opt por la carrera religiosa, llegando a
ser ordenado de menores, pero el fallecimiento de su hermano Felipe (1648) le oblig a retornar al mundo artstico para dirigir el taller familiar y terminar los retablos
mayores de las parroquiales sevillanas de San Pedro y San Lorenzo. Posteriormente
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Trujillo 39. Ana de Ribas fue la sptima hija de un matrimonio que tuvo nueve vstagos: Pedro (administrador de bienes eclesisticos),
Francisco Antonio (escultor y continuador de algunas obras del padre, y adems, presbtero), Luis y Andrs (ambos religiosos en la orden de la Merced), Francisca Mara (que cas con el pintor Lucas
Valds 40, hijo del afamado Juan Valds Leal), Juan (que tambin colabor en el taller retablstico familiar), Mara y Jos (que en 1692
cas con Antonia de Valds, hija del ya citado Valds Leal). Ana de
Ribas debi nacer hacia 1664 o 1665 pues al morir su padre -en septiembre de 1679- era an menor de edad. La profesora Mara Teresa
Dabrio aventur en su da -con notable acierto como constatamos
hoy- la posibilidad de una vocacin religiosa posterior de Ana de Ribas41. sta profes en Santa Paula el 15 de octubre de 1682 y falleci
en dicho cenobio el 4 de febrero de 1738 tras 55 aos de vida monstica. La relacin de la familia Ribas con Santa Paula se haba iniciado en 1637 con la contratacin por parte de Felipe de Ribas -to de
Ana- del retablo de San Juan Bautista.
En la carta de profesin la Inmaculada -inserta en una tarja de filos dorados- aparece de medio cuerpo, con las manos juntas en actitud orante y la cabeza hacia abajo; est vestida tambin de celeste y
blanco (Lm. 1), y es el motivo central superior de la orla pictrica
que rodea el texto a modo de gran tarja con motivos vegetales. A los
lados de la Virgen, en los extremos superiores, encontramos las representaciones de San Jernimo y San Jos entre tondos formados
con flores; en la zona central del motivo pictrico aparecen Santa
Ana y su esposo San Joaqun, y en la zona inferior, Santa Paula en el
centro -en otra tarja a eje con la de la Inmaculada- flanqueada por
San Juan Evangelista y San Francisco de Ass. Se trata sin duda de
fue un fecundo retablista con importantes obras contratadas para Sevilla (retablo de
San Agustn en San Leandro, retablo de los Jcome en la catedral, retablo de los vizcanos en el convento de San Francisco, retablos mayores de los Terceros, San Miguel y Santa Marina) y Jerez (retablo mayor del convento de la Merced), . Falleci
en septiembre de 1679. DABRIO GONZLEZ, M.T., Los Ribas, un taller andaluz de escultura del siglo XVII, Crdoba 1985, pp. 145-187, 227-247, 389-480 y 504-519.
39. La primera esposa de Francisco de Ribas, Laureana de la Porta, falleci en
agosto de 1638, apenas cinco meses despus de la boda. Laura Trujillo era hija del
capitn don Pedro Moreno y de su mujer doa Ana de Rojas. Su dote ascendi a
21.760 reales y los esponsales tuvieron lugar en la parroquia sevillana de San Miguel
el 26 de diciembre de 1649. DABRIO GONZLEZ, M. T. Los Ribas o.c., p. 158.
40. FERNNDEZ LPEZ, J., Lucas Valds (1661-1725), Sevilla 2003.
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Ttulo: Carta de profesin de Sor Mara de Santa Clara 42. Cronologa: 1693. Autor: Annimo. Estilo: Barroco. Escuela sevillana.
Materiales: Papel, tinta y temple. Tcnica: Pintura al temple. Medidas: 25 x 18 cm.
Sor Mara de Santa Clara, hija de Alonso Rejano y de doa
Mara de Arroyo, profes en Santa Paula el 22 de febrero de 1697 y
prometi obediencia a la Priora, la M. Mara de la Purificacin; falleci el 10 de agosto de 1706. Sabemos que en el siglo se llam doa Mara de Rejano. La Inmaculada, de medio cuerpo, vestida de
blanco y celeste, inserta en una tarja es el motivo central superior de
la orla pictrica que rodea el texto. A los lados de la Virgen, en los
extremos superiores, encontramos las representaciones de San Jernimo y San Jos; en la zona central aparecen San Miguel vestido con
armadura y espada de fuego, y Santa Teresa de Jess en el momento
de recibir la inspiracin del Espritu Santo para escribir, y en la zona
inferior, Santa Paula flanqueada por San Juan Bautista y su homnimo el Evangelista. Las muchas similitudes que tiene esta carta de
profesin con la de Sor Ana de la Concepcin (composicin, tipo de
dibujo, motivos iconogrficos casi idnticos, etc.) nos lleva a pensar
que ambas son obras de un mismo artista.
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Ttulo: Carta de profesin de Sor Mara de la Gloria de la Asuncin 45. Cronologa: 1879. Autor: Annimo. Estilo: Neoclsico. Escuela sevillana. Materiales: Papel, tinta y acuarela. Tcnica: Pintura
a la acuarela. Medidas: 24.5 x 17 cm.
44. Ibdem, f. 191.
45. AMSPS, Libro de cartas de profesin, 1790-1941, p. 78.
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Ttulo: Inmaculada Concepcin. Cronologa: c. 1730-1740. Autor: Annimo. Estilo: Barroco. Escuela sevillana. Materiales: Madera, pigmentos y pan de oro. Tcnica: Tallado, encarnado y estofado.
Medidas: 70 x 30 x 27 cm. Localizacin actual: Retablo mayor de la
iglesia.
Es la nica representacin de la Inmaculada que hay actualmente
en la iglesia, y por tanto la nica en lugar visible para el comn de
los fieles, por ello es la que cita el presbtero Serrano y Ortega en sus
Glorias Sevillanas, y adems en trminos no muy elogiosos: en el
feo y detestable retablo de su altar mayor se ostenta una imagen de la
Concepcin, escultura de un metro de alta; es de regular mrito46.
46. SERRANO y ORTEGA, Glorias, o.c., p. 219.
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Estilo: Barroco. Escuela sevillana. Materiales: Madera, pigmentos y pan de oro. Tcnica: Tallado, encarnado y estofado. Medidas:
24 x 13 x 9 cm. Localizacin actual: Museo, sala de San Isidoro.
La Inmaculada se nos presenta sobre una interesante peana de
bronce fundido que est decorada grabados y motivos de eses. La
Virgen est en pie sobre una luna en cuarto menguante y una nube
con cuatro querubes colocados en forma de cruz. Viste tnica blanca
ricamente estofada y mando azul celeste y dorado con amplio vuelo
que recoge sobre su antebrazo derecho. La talla lleva corona de plata sobre la cabeza y se encuentra actualmente en la hornacina de la
sala principal del museo ms cercana a la reja de la clausura, junto a
una imagen de San Antn y un fanal con Santa Ana y la Virgen, piezas tambin dieciochescas. All estaba tambin cuando el lugar serva como enfermera del convento, antes del cambio a su actual uso
expositivo.
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Posiblemente se trata de la pieza ms antigua conservada en Santa Paula con la iconografa de la Inmaculada (Lm. 3). El marfil grabado embutido en taracea sobre la madera noble presenta en la zona
central a la Inmaculada Concepcin bajo la proteccin de la Santsima Trinidad representada en la parte superior por Dios Padre que
sostiene a su Hijo clavado en la Cruz y bajo Ellos la paloma del Espritu Santo. De este grupo sale una filacteria que penetra en el sol
donde est la Virgen -un sol ovado de ocre y blanco como ms tarde
fijar Pacheco-, con la inscripcin bblica:Tota pulchra es amica
mea et macula non est in te, Cant 4 (Toda hermosa eres, amor
mo,/ no hay tacha alguna en ti! Cantar de los Cantares 4, 7). Flanquean el grupo trinitario la luna con la inscripcin pulchra et luna
(bella como la luna. Cant. 6, 10) y el sol con el electa ut sol (distinguida como el sol. Cant. 6, 10). Bajo los astros, dos estrellas, una
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con el stella matutina (Estrella de la maana) y la otra con el stella maris (Estrella de los mares). La Inmaculada inspirada en los
grabados flamencos del siglo XVI- aparece dentro de un valo solar
con rayos sinuosos que apuntan hacia Ella. Mara, orante y con la cabeza velada, est de pie sobre una luna creciente que apresa a un dragn. De la cabeza virginal sale un halo y sobre ella levita una corona
circular de estrellas. Este valo est rodeado con la simbologa propia de la Virgen y las Letanas; cada icono aparece con su correspondiente inscripcin, todo ello resuelto con gran habilidad tcnica lo
que da lugar a un notable resultado artstico.
Adems de los smbolos ya citados aparecen tambin junto a la
Inmaculada el hortus conclusus (jardn cerrado eres, hermana
ma, novia ma del Cant. 4, 12); la civitas (ciudad de Dios: Qu
cosas tan hermosas se pregonan de ti,/ ciudad de Dios del Salmo 86,
3); el templum salomonis; la T. David (Como torre de David tu
cuello, edificada como fortaleza, de Cant. 4, 4); la Quasi palma
(crec como palma de Engadi del Eclesistico o Sircida, 24, 18); la
plantario rosae (rosal de Jeric, Si. 24, 18); la Quasi oliva (como gallardo olivo en la pradera de Si. 24, 19); el lillium covalliu
(como el lirio entre cardos o espinas del Cant. 2, 2); la fons signatus (fuente sellada del Cant. 4, 12); el quasi cipresus (como ciprs de los montes del Hermn, Si. 24, 17); la porta clusa (puerta
murada del cielo, del Gnesis 28, 17); el speculo sine macula (espejo inmaculado de la actividad de Dios del libro de la Sabidura 7,
26), y por ltimo el puteis aguaru (pozo, manantial cerrado de
Cant. 4, 12).
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La iconografa de la Inmaculada
Concepcin en las parroquias sevillanas
Sevilla
I. Justificacin.
II. Introduccin.
I. JUSTIFICACIN
Clemente de Alejandra en sus Exhortaciones afirmaba las estatuas en forma humana son una imagen terrenal de lo visible y una
impresin temporal hecha materia. Es decir, un icono, til para fomentar la devocin y la labor evangelizadora. Desde finales de la
Edad Media, las imgenes religiosas han favorecido la participacin
individual en el hecho divino, si lograban la identificacin del espectador con el hecho observado. En este sentido, la iconografa de la
Inmaculada Concepcin, partiendo de un concepto de belleza sensual ha hecho ms accesible a la devocin popular el componente intelectual del mito cristiano.
En nuestra investigacin analizamos unas treinta representaciones escultricas de la Inmaculada conservadas en diversas parroquias sevillanas tanto del casco histrico como de la periferia. Casi
todas las imgenes ocupan un lugar relevante en el templo y en muchos casos obedecen a modelos iconogrficos del Barroco. La expansin de la poblacin de Sevilla hacia la periferia ha ido paralela a
la adquisicin por donacin o compra de imgenes de conventos o
iglesias empobrecidos por los prrocos de las afueras de casco antiguo, que disponen de recursos suficientes para atender a la restauracin de las mismas y asegurar la pervivencia de la devocin de la Inmaculada en las modernas barriadas sevillanas. El esquema de trabajo a seguir se inicia con un anlisis de los orgenes de la devocin, la
problemtica de su representacin iconogrfica, la fijacin de los
modelos y su simbolismo religioso y social.
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II. INTRODUCCIN
El fundamento del dogma de la Inmaculada se encuentra en el
Gnesis 3,15, cuando Dios aplasta la osada de la serpiente, que engao a nuestros primeros padres y abre la esperanza de la redencin
a todo el gnero humano, redimido por Cristo. En el Nuevo Testamento, el Evangelio de San Lucas recoge una referencia esencial
cuando el ngel al saludar a Mara la denomina llena de gracia, es
decir, que no est en posesin del pecado. Aos ms tarde algunos
padres de la iglesia griega y latina proclaman a la Virgen inmaculada y poseda de absoluta pureza. No obstante, hasta el siglo VII, no
hay constancia de la celebracin de la fiesta de la Concepcin de
Mara en los monasterios de Palestina. De su solemnidad da fe el
Himno litrgico que San Andrs de Creta compone en el ao 1025.
Una fiesta que alcanz enorme difusin en el Imperio Bizantino hacia el siglo IX. En la Iglesia Occidental se celebra ya en los monasterios anglosajones en el siglo XI aunque tras su desaparicin temporal
fue restablecida en el siglo XII por San Anselmo, arzobispo de Canterbury. La creencia en la Inmaculada Concepcin suscit un intento
debate entre las universidades de Pars y Oxford. En Pars los telogos centraron la discusin en explicar cuando fue purificada Mara
de la mancha original. En Oxford, el telogo Duns Escoto afirm
abiertamente que Mara fue concebida sin pecado original apoyando su razonamiento en que en Adn todos pecamos y que en Cristo y
por Cristo todos hemos sido redimidos, Ella (Mara) tambin, pero
de modo diferente. Como hija y descendiente de Adn, Mara deba
contraer el pecado original pero redimida perfectsimamente por
Cristo no incurri en l. Cristo, no sera, perfectsimo redentor, si por
lo menos en un caso, no redimiera de la manera ms perfecta posible. Una controversia recogida en el Cancionero de Baena en 1455.
La tesis inmaculista fue aceptada por los franciscanos y rechazada
por los dominicos salvo algunas excepciones.1
En Castilla, hay referencias a la fiesta de la Inmaculada, en las
Cantigas de Alfonso X el Sabio. Desde esa poca se recoge la festividad de la Inmaculada en el Calendario de la catedral de Sevilla
1. GARCIA GUTIERRE, F., El dogma de la Inmaculada Concepcin de Mara:
150 aos despus , en Inmaculada 150 aos de la proclamacin del dogma, Sevilla 2004, pp.27-41; RO F. de, Tabernculo de la Redencin Diario de Sevilla (812-2000) 10-14; ROS CABALLAR, C., La Inmaculada y Sevilla. Sevilla 1994; STRATTON, S., La Inmaculada Concepcin en el arte espaol, Madrid 1989.
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la Plaza del Triunfo obra de Coullaut Valera y en el lienzo de Alfonso Grosso(1966) del crucero de la Catedral de Sevilla. Una devocin
recogida en innumerables muestras de arte (Martnez Montas,
Murillo etc) en gran nmero de cofradas y de retablos callejeros erigidos segn el profesor Romero Mensaque como muestras de la devocin espontnea por los vecinos. Valgan como ejemplos los ya desaparecidos de la Hermandad de la Pura y Limpia del retablo de las
Cuatro Cantillas en la calle San Luis y los an existentes en el Postigo del Aceite y en el Patio Porche del Alczar Sevillano.
III. LA ICONOGRAFA DE LA INMACULADA
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en el cielo; una mujer vestida con el sol y la luna, a sus pies y sobre
su cabeza una corona de doce estrellas. Para simbolizar el triunfo
sobre el pecado original, los pies de Mara se apoyan sobre el globo
y aplastan la cabeza de la serpiente. De la conjuncin de ambos modelos surge una nueva representacin que libera a la Virgen de los
smbolos de las Letanas conservando solo los ngeles y el creciente
lunar. Un modelo difundido en los grabados de Martn de Vos, que
permiti la proliferacin de imgenes en el siglo XVII al prohibir el
pontfice Paulo IV defender la doctrina concepcionista en sermones
y lecturas pero no a travs del arte. Por ello, las representaciones en
pintura y escultura de Velzquez, Montas, Cano, Zurbarn y Murillo colaboraran con creces a la mayor difusin de la doctrina, defendida por Vzquez de Leca y Fernando de Mota y a fomentar la devocin popular, obteniendo de Alejandro VII la Bula Solicitudo Omnium que da derecho a celebrar de precepto el oficio y misa de la Inmaculada.2
En nuestro anlisis nos centraremos solo en las representaciones
escultricas existentes en las parroquias sevillanas en un periodo
cronolgico que abarca desde el siglo XVI hasta la actualidad. La mayora de las tallas son de madera aunque disponemos de dos esplndidas representaciones en piedra; la Inmaculada de Alonso Cano de
la Parroquia de la Concepcin de Nervin y la de la hornacina de la
espadaa de San Andrs. La mayora de las imgenes se sitan en lugares preferentes en el interior de las parroquias como son la Capilla
Sacramental, las correspondientes a Santa Ana, Salvador, Sagrario,
Santa Catalina y San Juan de la Palma; en la capilla bautismal junto
al Altar Mayor, las de San Juan de Ribera y la parroquia de los Remedios; en la nave de la epstola, las de San Sebastin, San Isidoro y
San Antonio Abad; en la nave del evangelio, las de San Gil, San Julin, Santiago, San Martn y la Concepcin de Nervin; en altares de
Hermandades como las de los Javieres, Parque Alcosa, San Antonio
Abad y San Romn; en el retablo mayor, las de San Pedro y San Andrs y en capillas de enterramiento de particulares como la de San
2. PREZ PREZ, M. A., La simbologa de la Inmaculada, en Inmaculada 150
aos de la proclamacin del Dogma, Sevilla 2004, pp. 71-86; ROMERO MENSAQUE,
C., J. Hermandades de la Inmaculada en Sevilla, en Miriam, 333-334 (2004) 8889; HERNNDEZ, J. M., El misterio de la Inmaculada buscando nuevas claves, en
Miriam, 333-334 (2004) 78-82; GONZLEZ GMEZ, J. M., Reflejos de la perfecta
hermosura. Escultura, iconografa y devocin inmaculista en Sevilla, en Inmaculada 150 aos de la proclamacin del Dogma, Sevilla 2004, pp.87-134.
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Lorenzo. Esta localizacin centrpeta nos indica que se trata de imgenes de gran valor devocional y artstico.
3.2. Modelos iconogrficos de los siglos XVI y XVII
Una de las imgenes ms antiguas de la Inmaculada en Sevilla es
la conservada en la de San Andrs, fechada en 1587, obra de Andrs
de Castillejo y Gaspar Nez Delgado. Se trata de una obra modelada en barro y realizada luego en madera que representa a la Inmaculada de pie, sobre peana con luna con las puntas hacia arriba animada con la presencia de un querubn, algo desplazado hacia el lado derecho. Mara gira la cabeza hacia la derecha y une sus manos a la altura del pecho hacia la izquierda. Su cabellera de bucles nos deja ver
los pabellones auditivos. Una obra en la que se aprecia la influencia
de Jernimo Hernndez en su cabellera, apostura (flexin de la pierna derecha y soporte del peso del cuerpo en la izquierda) y vestiduras (tnica de pliegues rectos que ocultan los pies con austeridad) segn Hernndez Daz.
Mayor nmero de tallas conservamos del siglo XVII, esplendor del
Barroco sevillano. Se trata de unas catorce esculturas que obedecen a
los model0s iconogrficos establecidos por Alonso Cano, Dionisio
de Ribas, Diego Lpez Bueno, Martnez Montas, Jacinto Pimentel
y Gilman. La ms antigua es la de Diego Lpez Bueno en la parroquia de Santiago de Sevilla (1602). Se trata de una Inmaculada que a
diferencia de la anterior mira con sus ojos casi cerrados al suelo y cubre su cabeza con un manto azul, rojo y dorado. Comparte con el
modelo de Andrs de Castillejo la disposicin de las manos hacia la
izquierda y la flexin de la pierna derecha que descansa en una peana con tres cabezas de ngeles sin luna.
Cronolgicamente, le sigue la Inmaculada del Alma Ma de la parroquia de San Antonio Abad-Hermandad del Silencio. Una imagen
de candelero para vestir realizada por Hernando Gilman en 1615. Inmaculada con rfaga y corona de plata que mira de frente al espectador con sus grandes ojos abiertos y une sus manos por el extremo superior de los dedos. Viste tnica blanca y manto azul y a sus pies, luna de plata con puntas hacia arriba. El simbolismo de su corona se
asocia a la realeza de Mara, reina del cielo coronada por el Hijo, el
Padre y el Espritu Santo, en el resplandor de su gloria. La luna con
las puntas hacia arriba puede relacionarse segn P. Henry Bola con la
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Influencias de Pedro Roldn y la Roldana intuimos en la Inmaculada de la parroquia de Santa Justa y Rufina de Sevilla en Triana y en
la de la parroquia de San Isidoro. La Inmaculada de Santa Justa y
Rufina es una talla, procedente del monasterio de Santa Clara de Sevilla, de tamao inferior al natural pero de gran belleza (fig. 2). Su
candoroso rostro ovalado de labios pequeos, cejas finas y arqueadas y sonrisa melanclica, nos recuerdan, la gubia de la Roldana.
Como el maestro giennense dobla la pierna izquierda, el mismo lado
al que desva sus manos unidas en oracin en contraposicin al giro
de su cabeza hacia la derecha. En el tratamiento de la tnica blanca
con exquisita decoracin floral y mangas dobladas y del manto verde azulado recogido en el brazo izquierdo se aprecia la tcnica jugosa y envolvente de Pedro Roldn. Desliza su cuerpo sobre una nube
con cinco delicados querubines y luna con puntas hacia arriba en
alusin a la perfeccin espiritual. Unos angelitos que simbolizan la
comunidad de creyentes dispuestos a entonar alabanzas divinas. Corona y rfaga dorada completan sus atributos. Una corona que ha de
ser honrada con unnime favor, como el pueblo judo y los profetas
hicieron con el Arca de la Alianza segn el Libros de los Reyes. Una
Inmaculada concebida como arca de la alianza, la que Dios construy para habitar en ella sin quitar nada al brillo de su virginidad.
La Inmaculada de San Isidoro en madera estofada y policromada
mira de frente con cierta expresin melanclica. De los modelos de Pedro Roldn imita la disposicin de las manos hacia la derecha y una
pierna izquierda algo adelantada. Viste una bella tnica con decoracin
floral en verde y dorado que cubre un amplio manto que cae de forma
regular sobre la espalda y los hombros en tonalidades rojizas, azules y
doradas. Lleva corona de plata y peana sin luna apocalptica.3
3. PAREJO DELGADO, M. J., La parroquia de San Andrs, en Sevilla Informacin, 47 (1999); La iglesia de San Antonio Abad, en Sevilla Informacin (18-121999); La iglesia de la Concepcin de Nervin, en Sevilla Informacin (12-61999); Alonso Cano: tcnica y composicin, en Sevilla Informacin (22-132000); La elegancia en el movimiento de Alonso Cano, en Sevilla Informacin (2212-2000); BERNALES BALLESTEROS, J., Alonso Cano en Sevilla, Sevilla 1976, pp. 81
y 82; VARIOS AUTORES, Inmaculada. 150 aos despus de la proclamacin del Dogma, Sevilla 2004, pp. 226, 326, 327, 354, 355, 358 y 360; GMEZ MARTN, J., y JIMNEZ BARRENAS, S., A propsito de una iconografa sevillana de la Inmaculada
Concepcin. La Pursima del Convento de Santa Isabel, en Boletn de Cofradas
de Sevilla, 545 (2004); GMEZ LARA, M., y JIMNEZ BARRIENTOS, J., Semana Santa.
Fiesta mayor en Sevilla, Sevilla 1990, pp. 279-280; GARCA DE LA CONCHA DELGADO, F., Estudio histrico-institucional de la primitiva Hermandad de los Nazarenos
de Sevilla.(Vulgo el Silencio), Sevilla 1987.
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za su existencia con l confiadamente. Una confianza que hizo brotar del tronco de Jes, la flor de Nazaret por la promesa de Dios y la
sombra del Espritu Santo.
Muy diferente es la representacin de la Dolorosa de la Concepcin de la cofrada del Silencio de Sebastin Santos. Adquirida en
1954 para sustituir otra imagen ms antigua con mascarilla de Cristbal de Ramos. Imagen de candelero de ocho listones, sobresale la
posicin frontal de su cabeza, que mira al frente con ojos bajos de
cristal, pestaas postizas y cuatro lgrimas en la mejilla derecha y
tres en la izquierda. Boca entreabierta y dientes superiores tallados.
Manos extendidas con manipulo, pual y corona. Una versin de la
Concepcin muy diferente a su Inmaculada de la coleccin Plata,
donde se aprecia la influencia de Duque Cornejo en el quiasmo del
manto, en la ondulada cabellera y rostro infantil de Mara. Sebastin
Santos Rojas concibe a su Inmaculada como la Amada en el Hijo
muy amado. Es la radicalmente redimida en atencin al Salvador y a
su gracia. Es la expresin perfecta de la redencin del Hijo puesto
que Dios la preserv de pecado en atencin a los mritos de Cristo.5
Otra magnfica versin de la Concepcin Dolorosa (2002) es la
realizada por el escultor e imaginero Jos Antonio Navarro Arteaga
para la parroquia Beata Mara Ana Mara del Parque Alcosa que desfil por las calles del barrio el cinco de junio del ao 2004, con motivo del 150 aniversario del dogma de la Pursima Concepcin. Imagen de gran ternura en el rostro con cabeza en posicin frontal, finas
cejas y, sereno recogimiento. Pual y manipulo refuerzan el simbolismo y la expresividad. Navarro Arteaga la modela como reflejo y
culminacin de la Iglesia peregrina pues en ella se realiza de manera
anticipada y plena la verdad ms honda de la Iglesia, la fuerza del
amor, traducida en presencia de vida en nuestra tierra. Mara Inmaculada es la Iglesia Inmaculada, realidad presente en la santidad in5. MORALES Y MARTN, J. L., Diccionario de iconologa y simbologa, Madrid
1986; RUIZ LPEZ D., Mara en el evangelio de San Lucas. La mujer gozosa que
canta, en Miriam, 321 (2002) 109-120; VARIOS AUTORES, Exposicin sobre la
Virgen Mara en el Europarlamento, en Miriam, 330 (2003) 199; MARTNEZ LEAL,
P. I., Francisco Buiza escultor e imaginero (1922-1983, Sevilla 2000; PAREJO DELGADO, M. J., La iglesia de San Juan de la Palma. El silencio blanco, en Sevilla Informacin (8-1-2000) 26-27; La iglesia de San Benito, en Sevilla Informacin,
(18-3-2000) 26-27; La parroquia Nuestra Seora de los Remedios, en Sevilla Informacin, (2000) p.4-6; VARIOS AUTORES, La parroquia de Nuestra Seora de los
Remedios, en Boletn de la Parroquia de Los Remedios, 2 (2003) 3; DOMNGUEZ
ASENSIO, J. A., Mara estrella de la evangelizacin, Madrid 1991.
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Desde su atalaya de la espadaa de la portada lateral de la parroquia de San Andrs, una Inmaculada de piedra con peana de ngeles
con las puntas hacia arriba y sin corona, inclina su cabeza hacia nosotros para comunicarnos que en ella estn las cuatro virtudes cardinales justicia, prudencia, fortaleza y templanza, valores que conducen por el amor perfecto al encuentro con Dios.
RODA PEA, J., La devocin inmaculista en la Hermandad Sacramental de la colegial del Salvador de Sevilla, Aspectos histrico-artsticos, en La Orden Concepcionista. Actas del Primer Congreso Internacional, Len 1999, pp. 92-102; AMIGO VALLEJO, C., Mara Inmaculada. Memoria y vida en nuestra Iglesia, Sevilla 2003.
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Sevilla
En los anales de la historia religiosa de la ciudad de Sevilla refulge con especial esplendor la devocin, culto y defensa del pueblo
hispalense al misterio de la Inmaculada Concepcin de Nuestra Seora, culminada el ao de 1854 con la proclamacin dogmtica a
cargo del beato Po IX. La ciudad exterioriz en mltiples facetas la
riqueza de esta mariana devocin, cristalizada desde el punto de vista artstico en verdaderas obras capitales dedicadas a la representacin iconogrfica de tan querido tema, entre las que sin duda alguna
sobresale la Inmaculada de Martnez Montas de la Santa Iglesia
Catedral, conocida popularmente con el sobrenombre de la Cieguecita, a cuya veneracin culto y presencia en la historia hispalense dedicamos el presente trabajo.
I. LA CIEGUECITA, INMORTALIDAD DE UNA OBRA ARTSTICA
El 14 de febrero de 1628 la viuda del jurado Francisco Gutirrez
de Molina, de nombre Gernima de Zamudio, encargaba al maestro
Juan Martnez Montas un retablo que estara presidido por una
imagen de la Inmaculada con el fin de que el mismo presidiera la capilla funeraria que haba dotado el matrimonio al Cabildo Catedral
de Sevilla y que deba estar terminado en el mes de mayo de 1629.
Una enfermedad contraida por el artista hizo que no pudiera cumplir la palabra escrita, por lo que sufri un pleito del que se defiende
consiguiendo que se le devolviera la confianza comprometindose,
el 15 de septiembre de 1629, a que el retablo ser de las primeras
cosas que haya en Espaa y lo mejor que el susodicho haya hecho.
El maestro tambin reconoca que la imagen de la Pursima estaba
muy avanzada ya que la estaba desbastando y que estaba ya abultada
con el fin de perfeccionarla.
El retablo era inaugurado el 8 de diciembre de 1631, siendo los
encargados de su policroma los pintores Baltasar Quintero y Fran-
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cisco Pacheco. En el mismo contemplamos las imgenes de San Gregorio y San Juan Bautista y los relieves de San Jernimo, San Francisco, San Jos y San Joaqun. En el banco estn situados los retratos
de los patronos, obras del pincel de Francisco Pacheco.
La mundialmente conocida imagen de la Cieguecita est realizada en cedro policromado y mide 164 m de altura, toda la obra sigue
los postulados estticos de Pacheco en su Tratado del arte de la pintura al representar el modelo de Virgen nia caracterizada por la visin apocalptica. La Virgen de faz redondeada y mirada baja, tiene
los ojos medio cerrados -origen de su apelativo popular- muy bellos
y almendrados, nariz recta y afilada y labios pequeos y carnosos.
La cabellera se parte en dos mitades, cayendo la melena en cascada
sobre la espalda. La pierna derecha est levemente flexionada y las
manos, unidas por las yemas con giro hacia la izquierda, lo que marca un perceptible contraposto. Viste tnica hasta los pies y se cie
mediante un cngulo, smbolo parlante de su doncellez. El manto es
portado sobre los hombros y se recoge con el brazo izquierdo, formando pliegues de acusado movimiento. La Virgen se asienta sobre
peana, teniendo el escabel selnico las puntas hacia arriba y sus ocultos pies acarician los bellsimos rostros de tres ngeles que parecen
ensimismados al contemplar tanta belleza.
Desde su ubicacin en la capilla catedralicia, y hasta nuestros das,
la Virgen ha sido alabada por unanimidad por la crtica, as en 1631
Antonio Moreno Vilches escriba: es la imagen la primera cosa que se
ha hecho en el mundo, con que Juan Martnez Montas est muy envanecido; en 1635 Espinosa de los Monteros aseguraba: que para la
belleza de esta imagen parece que le ayud la que es duea de la gracia; y algunos aos despus en 1672, el cronista Torres Farfn le cantaba lricamente: es tan bella, que con la modestia y gravedad, devocin y hermosura, vivifica las almas de quienes la miran 1
Durante el siglo XVIII y siguiendo las modas estticas de la poca,
de tan acusado barroquismo, la imagen fue revestida con telas y as in1. Es sumamente copiosa la bibliografa que puede consultarse sobre la Cieguecita, ya que toda la bibliografa artstica ha tratado sobre tan prodigiosa obra. Pueden verse los siguientes trabajos:
BAGO Y QUINTANILLA, M., Documentos para la historia del arte en Andaluca, Sevilla, 1929, t. I.
LPEZ MARTNEZ, C., Retablos y escultura de trazas sevillanas, Sevilla 1998.
PALOMERO PRAMO, J., El retablo sevillano del Renacimiento. Anlisis y evolucin, Sevilla 1983.
HERNNDEZ DAZ, J., Juan Martnez Montas, Sevilla 1987.
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maculada, pudiendo suponerse que la misma era realizada desde fines del siglo anterior.
En 1384 hay una donacin interesante del cannigo Alonso Lpez ante el escribano Alonso Gonzlez para realizar una funcin solemne a la Pureza de Nuestra Seora.
Durante todo el siglo XVI encontramos documentacin de la devocin concepcionista de los cannigos sevillanos; as el 13 de diciembre de 1504 se rene el cabildo para hacer fiesta el da del octavario de Nuestra Seora de la Concepcin, en 1519 se iguala en
dotacin a la fiesta del Corpus, refrendndose dicho acuerdo en
1578.
En la regla vieja de Choro (1552-1613), en su captulo XII, el concepcionista aparece como culto de primera dignidad constando la
dotacin de la reina Isabel la Catlica para las vsperas y misas solemnes con procesin a celebrar el da octavo de la fiesta concepcionista desde el ao 1478.
El concilio de Sevilla de 1512, presidido por el Arzobispo dominico fray Diego de Deza, fija como fiesta obligatorias en la dicesis
las cuatro de la Virgen: Purificacin, Asuncin, Natividad y Pura
Concepcin.
Como es bien sabido es el siglo XVII la gran centuria inmaculista,
cuyo exacerbado fervor y apoyo a la creencia estalla en Sevilla en
1613 tras una predicacin del dominico fray Diego de Molina en
contra de la piadosa opinin, lo que origin un fuerte espaldarazo a
la conciencia religiosa de la ciudad, que manifiesta pblicamente en
funciones, procesiones, votos de sangre y dems su amor concepcionista.
El 8 de diciembre de 1617 bajo el pontificado de don Pedro de
Castro y a propia peticin suya, los cabildos de la ciudad secular y
eclesistico realizan el voto a favor de la creencia inmaculista.
En 1615 el cannigo don Gonzalo de Ocampo realiza una dotacin de 8.350 maravedises para los maitines pluviales de la Concepcin. En 1620, en el Compendio de las obligaciones de msica de
capilla la fiesta de la Concepcin est fijada como de primera clase.
El Cabildo celebra con gran satisfaccin la Bula Sanctissimus del
Papa Gregorio XV que el 24 de mayo de 1622 prohibe bajo pena de
excomunin afirmar nada contrario a la Concepcin. La Misa solem-
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Crucis seguida de los veinteneros y el captulo de cannigos y la custodia, escoltada sta por veinticuatro sacerdotes revestidos de estolas
y casullas y ocho con dalmticas que llevaban incensarios. La triunfal comitiva era cerrada por el cabildo de la Ciudad.
Al siguiente da de la procesin y durante ocho jornadas tuvieron
lugar en el Patio de los Naranjos unas justas y fiestas literarias, crendose para las mismas seis premios: cancin real al estreno del Sagrario, soneto a la Virgen, seis octavas cantando las devociones al
Santsimo y a la Concepcin, romance a Felipe IV en veinticuatro
coplas, el mejor canto a la Eucarista, la Pureza y la Esperanza y un
vejamen al dragn infernal en quince coplas de dieciseis versos 7.
En 1664, el 14 de noviembre, el cabildo bajo la presidencia del
den doctor don Francisco Domnguez, recibe las letras apostlicas
por las que Alejandro VII declara la fiesta litrgica de la Inmaculada
de obligado cumplimiento para Espaa y sus reinos. Los capitulares
acordaron solemne funcin con procesin de tercia para la maana
del 4 de diciembre y que en las vsperas fuera exornada la Giralda
con banderas y gallardetes, colocndose en la ventana de en medio
una pintura de cuatro varas de la Concepcin.
El jueves 4 se celebr la solemne procesin de los dos cabildos,
partiendo desde la nave de la Virgen de la Antigua, saliendo por la
Puerta del Bautismo y entrando por la del Lagarto para, tras hacer estacin en la Capilla de la Virgen de los Reyes, dirigirse al altar mayor, que estaba decorado con el aparato litrgico de la octava y presidido por la imagen de la Cieguecita y donde se celebr una misa
con rito pontifical en la que fueron ledas las letras pontificias, teniendo el sermn don Francisco Levanto, arcediano de Niebla 8.
En 1711 se celebraron en la ciudad grandes fiestas en accin de
gracias por la victoria espaola en las batallas de Villaviciosa y
Brihuega. En la Catedral se celebr una funcin en honor a la Concepcin tras la que fue sacada la imagen montaesina por las calles
Placentines, Francos, Agujas, Cruz de los Polaineros Chicarreros,
San Francisco, Gnova y Gradas. La funcin tuvo lugar ante el San7. DE LA TORRE FARFN, F., Templo panegrico al certamen potico que celebr
la Hermandad Insigne del Santsimo Sacramento estrenando la gran fbrica del Sagrario nuevo de la Metropolitana sevillana con las fiestas en obsequio del breve
concedido por la Santidad de Nuestro Padre Alejandro VII al Primer Instante de
Mara Santsima nuestra Seora sin Pecado Original, Sevilla 1663.
8. GMEZ MARTN, J., La Santsima Virgen de los Reyes y las fiestas inmaculadistas del siglo XVIII en Boletn de las Cofradas de Sevilla (agosto 2000) 61- 62
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tsimo Sacramento teniendo a cargo el panegrico el doctor Francisco Lelio de Levanto, arcediano de Niebla, estando presente tambin
la ciudad y realizndose danzas 9.
1761 es un ao escrito con letras de oro en la historia concepcionista pues, a peticin de Carlos III, el Papa Clemente XIII expide la
Bula Quantum ornamenti el 8 de noviembre de 1760 en la que declara a la Inmaculada Concepcin patrona de Espaa, sus Indias y
sus reinos, prescribiendo su liturgia del 8 de diciembre como fiesta
de primera clase. La noticia llega a Sevilla el 5 de Junio, pues en la
reunin capitular catedralicia se hace constar la alegra por la misma,
dndose al medio da tres repiques muy solemnes en la Giralda, decidiendo el cabildo que de su grande devocin dispondr la funcin
ms solemne que pudiese executarse en la ciudad 10.
En la reunin del 17 de junio se preparan detalladamente las fiestas pues esta iglesia ha de aventajar a todas pues fue la primera que
movi al Sumo Pontfice y a los Seores Reyes de Espaa para que
este misterio hubiese llegado al estado que tiene hoy en la Iglesia.
Las fiestas se fijaron para el mes de agosto 11.
El da 5 de agosto se celebraron vsperas en las que hubo ms de
2.600 luces, que costaron 20.000 reales, repicaron las torre de la Catedral y todas las de la ciudad. Se iluminaron la Lonja, el Palacio Arzobispal y los principales edificios sevillanos. Ambos cabildos presenciaron fuegos artificiales desde la fachada del Ayuntamiento.
El da 7 fue el primero del triduo, se manifest el Santsimo a las
seis de la maana, saliendo a las ocho y media el Ayuntamiento con
direccin a la Catedral. Ofici la Santa Misa el arcediano don Pedro
Curiel, predicando don Luis Ignacio Chacn Torres de la Navarra,
den y catedrtico de Teologa de la Universidad. El da 8 la Misa
fue celebrada por el tesorero don Pedro Manuel de Cspedes y predic el chantre don Francisco Jos de Olazabal y Olaizola, contndose
nuevamente con la presencia de la Ciudad. El ltimo da de las fiestas fue el 9, a las dos y media de la madrugada comenzaron a salir de
sus iglesias quince rosarios de la aurora que se dirigieron a la Catedral y al llegar a la misma estacionaron en el altar mayor ante el Santsimo Sacramento. Por la tarde se cantaron maitines y laudes ante el
9. Serrano, M., Glorias Sevillanas..., o.c., p. 680
10. ACS, Secc I, Secretara, Lib 127, ao 1761, ff. 114 v-116.
11. Ibidem, f. 118.
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En 1879 se celebraron las bodas de plata de la definicin dogmtica. A las doce de la maana del da 7 hubo repique general de las
campanas de la Giralda, torre que estaba preciosamente exornada y
presidida por la bandera concepcionista. En el altar mayor se cantaron vsperas y maitines. El ayuntamiento tambin fue decorado, en la
fachada de la Plaza Nueva se coloc un cuadro de la Concepcin de
la escuela de Murillo y en la portada de la Plaza de San Francisco se
erigi un altar de plata, que actualmente se encuentra en el Salvador,
presidido por una imagen de la Concepcin de bulto redondo.
Las primeras horas de la maana del da 8 salieron diferentes rosarios de la aurora de sus respectivas iglesias con destino a la Catedral. A las nueve se celebr una solemne Misa con rito de pontifical
con asistencia de los dos cabildos y presidida por el seor cardenal
arzobispo don Joaqun Lluch y Garriga. En el ofertorio se renov el
juramento concepcionista de los cannigos en la voz del chantre don
Cayetano Fernndez. Al concluir la ceremonia se organiz la procesin que, una vez ms, realiz la carrera del Corpus, presidida por la
imagen de la Cieguecita acompaada por las hermandades de gloria,
penitencia y luz de la ciudad, la Santa Caridad, la venerable orden
tercera con una imagen de San Francisco de Ass, cuatro nios con
traje de poca representando a Miguel del Cid, Montas, Luis de
Vargas y Murillo, las cruces parroquiales, el clero y el cabildo y las
primeras autoridades. La Virgen luca en un paso con jarra y candeleros de plata con aspecto sencillo y elegante. Iba de preste el den
de la catedral y cerraba el cortejo el excelentsimo Gobernador Civil
y el batalln de cazadores de Catalua con bandera y msica. A la
terminacin de la procesin se organiz una velada artstico-literaria
organizada por el prelado en los salones del Palacio Arzobispal 19.
En 1917 se conmemor el tercer centenario del voto concepcionista realizado por los dos cabildos sevillanos. En Sevilla se cre una
comisin para levantar un monumento artstico en honor a la Inmaculada y el 8 de enero los cannigos acuerdan en el cabildo celebrado ese da que para el prximo se citase, con el fin de preparar los actos a celebrar por el amor de la corporacin que siempre ha profesado a tan inefable misterio. En la reunin del da 15 se crea la comisin de festejos, compuesta por los seores tesoreros Jimnez
Castro, Vzquez Roldn y Doctoral. El 2 de abril se donan 750 pesetas, y aunque se tena intencin de inaugurar el monumento ese ao
19. Serrano, M., Glorias Sevillanas..., o.c., pp 771-777.
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no sucedi as. Siendo el da grande del centenario la fiesta de la Pursima el da 8 de diciembre, celebrando solemne pontifical por la
maana presidido por el arzobispo Almaraz y por la tarde la procesin con la imagen de la Cieguecita por la carrera del Corpus, saliendo por la Puerta de San Miguel y entrando por la del Perdn. La Seora fue acompaada por las principales autoridades de sevillanas y
resalt el conjunto de nios ataviados de poca representando a personajes de la causa concepcionista en Sevilla. Tras la procesin se
cant la letana de la Santsima Virgen y, mientras el cortejo estuvo
en la calle, cuatro cannigos por acuerdo capitular hicieron escolta ante el Santsimo en el Sagrario 20.
En 1929 se conmemor el LXXV aniversario de la proclamacin
del dogma con una procesin con la imagen montaesina por las parroquias, hermandades sacramentales y autoridades de la ciudad.
La Virgen fue llevada a la fachada del Ayuntamiento, bailando los
seises en su honor y recibiendo la consagracin de la ciudad a su luminoso misterio en la voz del alcalde seor Daz Molero.
El cortejo procesional regres a la Catedral a la una de la tarde,
dando el cardenal Ilundain solemne bendicin, terminndose con el
canto del himno del Congreso Mariano que, con gran transcencencia, se haba celebrado el mismo ao en la ciudad 21, siendo sta la ltima vez hasta el momento que la Cieguecita ha bendecido con su
presencia las calles sevillanas.
El 8 de diciembre de 2003 era intencin del Cabildo Catedral de
Sevilla que la Ciguecita saliera en la procesin de tercia que antecede al pontifical para conmemorar as el ao de la Inmaculada, cuyo
itinerario iba a ser por las gradas bajas de la Catedral, como el de
agosto de la Virgen de los Reyes. Por problemas tcnicos argumentados por el equipo que restaur la imagen no poda participar en la
misma, siendo sustituida as por la de Alonso Martnez, que finalmente no saldra a la calle por la adversidad de la climatologa, procesionando entonces por el interior de la Catedral.
La celestial imagen de Montas presidi, eso s, el octavario de
los seises en su honor, donde escuchara la hermosa cancin de la
cul he tomado el primer verso para titular este trabajo de aproxima20. ACS, Secc I, Secretara, Lib 230, aos 1914-1917, ff. 184, 185, 209 v, 210,
234 v, 243 v y 244.
21. El Correo de Andaluca, 16 de diciembre de 1929.
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Madre Inmaculada
del Hijo Inmaculado:
acoge los cantares
de un pecho enamorado / ()
Jerez de la Frontera
Cdiz
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din, la ciudad y los oficiales de la cofrada, efectundose, si fuese necesario, una votacin entre estos tres estamentos.
Se deba mandar a pedir a Roma un breve de Su Santidad que autorizase a que los visitadores de la cofrada fuesen el guardin de
los franciscanos y los dos hermanos mayores, sin que en la hermandad hubiese intromisin alguna de la jurisdiccin eclesistica
ordinaria (recordemos que en aquellos tiempos Jerez dependa
del arzobispado hispalense).
Todos los puntos de este acuerdo se deban incluir en las reglas de
la cofrada.
El convento conceda licencia a la cofrada para realizar cinco
procesiones anuales, que deban celebrarse en la Concepcin (el
8 de diciembre), la Purificacin (el 2 de febrero), la Encarnacin
(el 25 de marzo), la Asuncin (el 15 de agosto) y la Natividad de
la Virgen (el 8 de septiembre).
Adems, se incluyen otra serie de condiciones referentes a la
construccin de la nueva capilla, edificio que se haba de levantar a
los pies de la iglesia en el lado de la epstola, en cuyo caso:
La capilla se hara ligeramente separada de la iglesia y el nuevo
edificio deba englobar la portera del convento, que se encontraba all. Por ello, se obligaba a la cofrada a prolongar la bveda de
la construccin dos tramos ms de lo previsto, para que all se
instalase la nueva portera.
La nueva construccin deba estar orientada perpendicularmente al templo del convento, adosndose el muro del evangelio de
la misma al claustro del monasterio. Los contrafuertes del
claustro deban de integrarse en la nueva construccin, e incluso podan agrandarse si el maestro albail lo consideraba necesario para la estabilidad del edificio. Adems, la nueva capilla
no poda superar al claustro en ms de una vara de altura 13. Si
era voluntad de los franciscanos, podan edificar sobre la nueva
capilla.
La capilla haba de tener dos puertas de madera maciza (y no dos
rejas) una hacia el comps y otra hacia el claustro del convento.
13. La vara era una medida de longitud antigua que equivala a 836 milmetros
aproximadamente.
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14. AMJF, Archivo Histrico Reservado. Cajn 9, n 11, f. 1 y ss. Citado por
POMAR RODIL P.
15. SANCHO DE SOPRANIS, H.,o.c., pp. 10 y ss.
16. Mesa Xinete constataba la existencia de otra capilla, propiedad de doa
Brianda de Villavicencio, que se encontraba situada bajo el coro de la iglesia conventual, coro que haba sido costeado por la propia doa Brianda, como quedaba
claro por una inscripcin, hoy desaparecida, que pudo ver Mesa. Este autor, que sostiene que esta capilla tambin estaba bajo la advocacin de la Concepcin, explica
cmo en 26 de noviembre de 1534 la seora dot una fiesta para que la Universidad
de Cannigos de la Colegiata de San Salvador acudiese cada ao a decir misa al monasterio. Es cierto que el documento existe, y que por l se obligaban los cannigos
a decir las vsperas de uno de los das de la fiesta en el coro baxo del dicho monesterio delante de la capilla que yo ally tengo, pero en ningn momento se dice que
esta capilla estuviese bajo la advocacin de la Inmaculada. Adems, para acabar de
embrollar al lector, Mesa Xinete aade que en 26 de noviembre de 1534 (la coincidencia con la fecha de la citada dotacin indica que se trata de un error) doa Brianda entreg su capilla y se erigi posterior dicha Hermandad [se refiere a la de la
Limpia Concepcin] y se abri puerta a la capilla pblica de la Concepcin dndole
su entrada por debajo de la pared de dicho coro hacindose de ambas capillas una.
Ignoramos de dnde obtuvo Mesa el dato (l sostiene que de los archivos del convento franciscano) pero hay que tener claro, como ya sealaba Sancho, que en el documento original que habla de coro baxo, elemento que estaba en la cabecera del
templo, dnde, efectivamente tena una capilla doa Brianda, y no coro alto, que era
el que estaba a los pies, donde se haba de construir de capilla de la Limpia Concepcin, cfr. o.c., pp. 478 y ss.
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18. AMJF, Archivo Histrico Reservado. Cajn 9. Expediente 11. ff. 3 y ss. Se
trata de un traslado realizado el 28 de septiembre de 1615 por el escribano Bartolom Romn por un requerimiento realizado por la Ciudad, de un documento notarial
de 26 de marzo de 1539. Trascrito por SANCHO DE SOPRANIS, H., o.c. pp. 66 y ss. Por
parte de la familia Romi otorgaron el documento Francisco Romi, su hijo Diego Romi, su yerno Pedro Gutirrez y el hijo de ste Gutierre Daz. Por parte de la Ciudad
Jernimo Dvila, caballero veintiucuatro, quien tambin otorgaba el documento en
nombre de la hermandad acompaado de Diego Romi (hermano y diputado), Fernando de Utrera Rendn (hermano y diputado), el licenciado Pedro de la Guardia
(hermano), Alonso Ximnez Mrquez (hermano), Antonio de Ribern (escribano),
Diego Bernal (hermano) y Pedro de Palma (hermano).
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Una vez solucionado el problema de la capilla de los Romi, se firm un nuevo contrato para realizar la portada de la nueva capilla. El
20 de abril de 1539 Juan Snchez, maestro de talla de canteria se
obligaba a hacer un arco de piedra que diese acceso al nuevo recinto
que se haba de construir conforme a una muestra pintada de pargamino que de consentimiento de anbas partes tenemos fecha 19. La intencin de los cofrades era realizar una obra de gran riqueza, tanto
material, como ornamental, puesto que se haba de construir con piedra de martelilla 20 y se especifica que el maestro deba hacer el arco
mas suntuoso que vos podays e muy mejor que esta en la dicha
muestra debuxado e traado. Recordemos que la capilla de los Romi deba permanecer en su sitio, por lo que el nuevo arco deba ser
tan ancho y profundo como para englobarla. Esta capilla meda inco varas y media de medir en cuadra 21, o lo que es lo mismo, 4,59
metros cuadrados, por lo que se tena que realizar un capialado,
es decir, un derrame hacia el interior, aumentando la luz del arco
para que se vea por de fuera el caxco de la bobeda de la dicha capilla. Adems, se especifica que los pilares haban de ir muy bien cimentados, puesto que la obra que se proyectaba hacer era bastante
pesada, y que el trasds del arco deba llenar el hueco que formaba el
medio punto que sustentaba el coro alto que, recordemos, estaba en
aquel lugar.
19. APNJF, 1539. Oficio V. Rodrigo de Rus, f. 529 v y ss. Por parte de la hermandad otorgaron esta carta Jernimo Dvila, veinticuatro y hermano mayor, Juan
Rodrguez de Castilla, Fernando de Utrera Rendn, partidor, Diego Romn, Rodrigo de Rojas y Juan Lpez de Mendoza, todos hermanos. Por otro lado el maestro
cantero present como fiador a Antn Gutirrez, carpintero.
20. Las canteras de Martelilla, tambin conocidas como canteras de Bolaos,
estaban situadas a unos seis kilmetros al sureste de la Cartuja de Jerez, y debido a
su lejana, la piedra que se extraa de aqu era ms cara que la de las canteras de El
Puerto. Sin embargo era de mucha mejor calidad. Es una piedra caliza, pero frente a
la piedra de El Puerto, muestra una gran dureza y resistencia a los agentes meteorolgicos, por lo que es ideal para la talla escultrica, que no acaba perdiendo sus detalles con el paso del tiempo. Un buen ejemplo de edificio realizado en piedra de
Martelilla son las antiguas casas capitulares de Jerez, realizadas en 1575 por Andrs
de Ribera, Diego Martn de la Oliva y Bartolom Snchez.
21. AMJF, Archivo Histrico Reservado. Cajn 9. Expediente 11,ff. 3 y ss. Se
trata de un traslado realizado el 28 de septiembre de 1615 por el escribano Bartolom Romn por un requerimiento realizado por la Ciudad, de un documento notarial
de 26 de marzo de 1539. Trascrito por SANCHO DE SOPRANIS, H., o.c., pp. 66 y ss.
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En el documento se contienen tambin una serie de datos relativos al desarrollo de las obras, y una condicin valiossima para el investigador, puesto que se aclara quin es el tracista de la obra: yten
es condiion que cada ves que el padre guardian o presydente del dicho monesterio o el hermano mayor o diputado les paresiere que en
la dichas obra ay algo nuevo podamos traer a pedro fernandes maestro o a qual quier otro ofiial para ver sy la dicha obra va conforme a
la dicha muestra22. Se trata de Pedro Fernndez de la Zarza, y aunque al final de este trabajo nos ocuparemos con ms detenimiento de
la autora de la capilla, diremos que no es de extraar que el elegido
para disear la nueva obra fuese l, ya que tan slo dos aos antes
(en 1537) se haba encargado de trazar y construir tanto la capilla,
como la portada de la misma que Jcome Adorno levant en la iglesia del monasterio de Santo Domingo, ms conocida por ser la capilla donde se venera a la Virgen de Consolacin 23. Esta obra, que aun
puede admirarse, se compone de un estrecho espacio cubierto por
una complicada bveda de crucera y por una soberbia portada conformada por un arco de medio punto flanqueado por pilastras cajeadas, que presenta una rica decoracin escultrica. Estamos convencidos que esta obra, de una esttica muy nueva dentro del panorama
artstico local del momento, caus la admiracin de los cofrades de
la Limpia Concepcin, que quisieron hacer algo parecido en su capilla, si bien no podan hacer una obra de tanta envergadura puesto que
tenan la altura limitada por el coro alto que exista a los pies del
templo franciscano.
Sin embargo, y como freno a este mpetu inicial, pronto llegaron
los problemas econmicos a la obra. El 24 de julio de 1539, apenas
meses despus de que comenzasen los trabajos, fray Pedro de Ribera
22. APNJF, 1539. Oficio V. Rodrigo de Rus, ff. 529 v. y ss. Se deja claro que los
materiales se los deba dar la cofrada al pie de la obra, y el agua la deba de tomar
el cantero por sus propios medios de un pozo que haba en el claustro. El material
para hacer los andamios tambin corra a cargo de la hermandad. El cantero, por su
parte, corra con el derribo de la pared de la capilla de los Romi, con los oficiales y
peones que interviniesen en la obra, as como las herramientas de esparto e azero e
torno. Por cada da que el cantero estuviese sin trabajar por falta de materiales, se
le pagara lo que otros dos oficiales considerasen conveniente. El montante total de
la obra era de 120 ducados de oro, a pagar en tres plazos. La obra deba comenzar el
primer da de mayo, si bien no se especifica plazo para su conclusin.
23. Sobre la obra de esta capilla, que merecera un estudio en profundidad, vase SANCHO DE SOPRANIS, H. La arquitectura jerezana del siglo XVI, en Archivo
Hispalense (Sevilla), n. 123 (1964) 37 y ss.
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24. AMJF, Actas Capitulares, 1539, ff. 700 y ss. 14 de julio. Citado por SANCHO
SOPRANIS, H., La Capilla Capitular de la Concepcin de la iglesia del convento
de San Francisco el Real de Jerez de la Frontera, Jerez 1960, pp. 8 y ss.
25. APNJF, 1540. Oficio III (VIII). Rodrigo de Cuenca, ff. 544 vto. y ss. Por
parte de la hermandad otorgaron la carta Jernimo Dvila, veinticuatro y hermano
mayor, Juan Rodrguez de Castilla, Rodrigo de Rojas, Francisco Lorenzo y Antonio
de Ribern, hermanos todos. El mercader a nuestro Ruego e contemplaion e por
hazer buena obra daba una cdula por los cincuenta ducados en favor de la hermandad, dinero que l entregara en Roma y que le sera reintegrado cuando volviese a Sevilla con las bulas. Parece que se trata de un contrato de prstamo encubierto
(la usura estaba prohibida en Espaa en aquel momento) porque nos parece muy extrao que un mercader burgals residente en Sevilla quisiese hacer una buena obra
con una cofrada de Jerez de la Frontera.
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el mismo acuerdo se especifica que si Martnez de Vera, que entregaba 20 ducados a los cofrades, quera construir sobre el nuevo edificio
de la capilla poda hacerlo, siempre que no tapase las ventanas con la
nueva obra. Adems, cualquier hipottico desperfecto que sufriese
su casa tendra que ser reparado por la cofrada. Por ltimo, todos los
escombros que resultasen de la demolicin de la parte ocupada de su
casa pasaran a ser propiedad de la hermandad.
Al la vez que se levantaba el bside de la capilla, comienza la
construccin de la sacrista de la misma. El 25 de noviembre de 1551
la orden franciscana dona un trozo de terreno del comps del convento junto al muro exterior de la capilla de la Concepcin de 10,5
varas cuadradas (equivalente a 8,35 metros cuadrados), espacio que
se iniciara en la primera esquina del nico estribo que deba tener la
capilla. El documento no especifica si el espacio se contara hacia la
puerta del templo o hacia el lado opuesto 29.
La capilla de la Limpia Concepcin estuvo en obras, desde 1553
hasta al menos 1555, pues en esas fechas se puede documentar compra de piedra30. Los cantos que se solicitan por estas fechas son los ya
Villavicencio, ambos como hermanos mayores, Diego Romn Delgado de Mendoza, Alonso Ortiz de Marquina, Diego Lpez Muoz, ballestero, estos tres ltimos
como diputados y Juan Colmenero, Fernando de Cceres, sastre, Alonso Parrado,
barbero, Francisco Hernndez, tendero y Gonzalo Hernndez de Arriaza, todos hermanos.
29. APNJF, 1551. Oficio V. Rodrigo de Rus, ff.. 1016 y ss. En la cesin efectuada por el convento aparecen los siguientes frailes: fray Juan Vzquez, guardin,
fray Francisco Caldern, fray Luis de Guadalupe, fray Sebastin de Jerez, fray Garca de Lara, fray Pedro Arenas, fray Pedro de Quesada, fray Juan del Puerto, fray
Francisco de Utrera, fray Juan de Ocaa, fray Alonso Lebrn, fray Pedro de Hinojosa, fray Francisco Gallegos, fray Antonio de la Calle, fray Diego del Hoyo, fray Pedro de Navarrete, fray Francisco de la Oliva, fray Francisco de Sierra, fray Francisco Velzquez, fray Juan Gallego, fray Pedro Ortiz, fray Pedro de San Francisco, fray
Bartolom Garzn, fray Martn de Ribera, fray Felipe de la Feria, fray Diego de
Montesdeoca, fray Francisco Gutirrez, fray Juan Moreno, fray Pedro de Adamuz,
fray Pedro de Medina, fray Antonio de Guadalupe, fray Diego de Trujillo, fray Luis
del Cerro y fray Alonso de Vaimer.
30. APNJF, 1553. Oficio XI. Leons lvarez, t. I, ff. 705 y ss. En 4 de abril
Francisco de Villanueva y Juan de Villanueva, canteros y hermanos, venden 500 sillaretes a la cofrada, por un precio total de 16600 maravedes. El plazo de entrega
abarcaba desde el da siguiente a la firma del contrato hasta el fin de mayo.
1554. Oficio XI. Leona lvarez, 914 y ss. En 28 de mayo Sancho Martn y sus
hijos Francisco Garca de Villanueva y Juan Prez, venden 60 sillares sevillanos y
50 carretadas de ripio por un precio total de 300 reales. El plazo de entrega iba desde ese da hasta el fin de agosto.
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43. APNJF, 1547. Oficio XI. Leons lvarez, ff. 64 y ss. En cuatro de enero
Diego Pavn, Bartolom Ximnez de Tocina, Diego Rodrguez Monedero, Juan
Grajales Mexa, Cristbal de Grajales, Garca Bernal de Tocina, Antn Martn de
Gatica, Alonso de Salazar, Alvar de Fuentes, Alonso Contado, Francisco Ruiz de
Hinojosa, Alonso Hernndez Arrobas, Francisco Gil de Tocina, Cristbal Lpez
Palomino y Pedro Ximnez de Tocina, todos vecinos de la colacin de San Miguel,
dan poder a Juan de Santa Cruz, procurador de causas en la Audiencia Real de Granada para que denunciase este caso.
44. Para la compleja historia constructiva de este templo vase LPEZ VARGASMACHUCA, F., Un ejemplo de reutilizacin y asimilacin de arquitectura almohade:
la iglesia del convento de Santo Domingo de Jerez de la Frontera, en Actas del IX
Congreso Espaol de Historia del Arte, Valencia 1996, pp. 27 y ss.
La Inmaculada Concepcin
en la colegiata de Olivares (Sevilla)
Umbrete (Sevilla)
I. Origen y significacin de la colegiata.
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de reliquias, en su mayor parte tradas desde Roma, que dieron forma a uno de los relicarios ms importantes de Espaa, que aun se
conserva prcticamente en su integridad. Por la devocin que los
condes sentan por la Virgen y la vinculacin que llegaron a tener
con la baslica dedicada a Ella en la colina romana del Esquilino, pusieron la capilla de Olivares bajo la misma advocacin de Santa Mara la mayor de las Nieves, con la intencin de hacerla filial de la
mencionada baslica.
Al tercer conde de Olivares, Gaspar de Guzmn y Pimentel
(1587-1645), el rey Felipe IV le hizo merced en 1625 del ttulo de
duque de Sanlcar la Mayor, razn por la cual ha pasado a la historia
como el Conde Duque, pero sobre todo porque lleg a ser todopoderoso valido del mencionado monarca, ocupando un lugar de privilegio en la poltica de la Espaa imperial que a la postre le acarreara
disgustos e incomprensiones. El Conde Duque de Olivares, que tena
en gran estima a sus padres, se sinti obligado desde la muerte de stos a cumplir sus deseos respecto al engrandecimiento de la capilla,
y en cumplimiento de ello no slo mand traer hasta la misma los
restos de sus padres y abuelos, sino que pens que lo mejor que podra hacer en su honor era conseguir para el templo la dignidad de
colegiata. As fue como el 1 de marzo de 1623 el papa Urbano VIII
expidi la bula que la acreditaba como tal, creando la figura del abad
y un cabildo compuesto por cuatro dignidades, ocho cannigos, doce
racioneros y otros tantos capellanes 1. En los aos siguientes a la
muerte del Conde Duque, sus sucesores, que como l vivieron siempre en la corte madrilea, favorecieron la construccin de un nuevo
templo, bajo la supervisin de los respectivos abades, y su ornamentacin a base de retablos, imgenes, pinturas y objetos de plata y bordados para el culto divino, llegando a constituir uno de los conjuntos
artsticos ms notables de la provincia sevillana, siendo as que la colegiata vivira su momento de mayor esplendor durante la segunda
mitad del siglo XVIII, con figuras tan importantes como la del abad
don Bernardo Poblaciones Dvalos.
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todos los sbados por la maana, fuera del Sbado Santo, antes de
Prima, se dir Misa de nuestra Seora, cantada a Canto de rgano,
conforme al tiempo y Misal Romano, en el Altar de la Concepcin
de nuestra Seora con mucha solemnidad.
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tuvo el xito esperado. No obstante, el conocimiento de esta inquietud del soberano servira desde luego de acicate para incrementar la
solemnidad con que en la colegiata se celebraba la fiesta del 8 de diciembre. Lo que s es seguro es que la significacin de esta fiesta en
Olivares sera mucho mayor a partir del ao 1780, pues en el mes de
septiembre de ese ao se recibi en la colegiata un Breve pontificio
que conceda indulgencia plenaria para todos los fieles que acudiesen en las condiciones debidas a las funciones celebradas en la iglesia colegial el da 5 de agosto, festividad de su titular la Virgen de las
Nieves, y el da de la Pursima Concepcin en diciembre, lo que
acreditaba la condicin de estas dos fechas como las ms importantes del calendario litrgico en la villa a finales del siglo de las luces 7.
Sabemos por otra parte que era costumbre que en la funcin del da
de la Pursima predicase el sermn el abad mitrado de Olivares, por
tratarse de una de las principales solemnidades del ao, y en este
sentido se acord en la reunin de los capitulares celebrada en la tarde del 8 de diciembre de 1787,
que el presente secretario se haga cargo de tomar informe de la
prctica, o estilo, que se observa y guarda en la Cathedral de Sevilla
por su Illmo. Cavildo quando predica su Illmo. Prelado, para que no
se vare de ceremonia de una vez a otra, y se haga todo como es debido 8.
Y es que los cannigos de Olivares, en el momento de mayor esplendor de esta colegial insigne, intentaron siempre emular la
grandeza del ceremonial del cabildo catedralicio hispalense, motivo
por el cual en estos aos aument tanto en cantidad y calidad el conjunto de piezas de plata para el culto, as como los ornamentos litrgicos de autntico valor, cuidndose entonces de manera especial el
acompaamiento musical de las funciones. Para ello, se contaba con
un esplndido rgano y con un maestro de capilla permanente, quien
segn las disposiciones de la poca, se encargaba, junto con un grupo de msicos contratado al efecto, de interpretar el da de la Concepcin un villancico de calenda y un motete 9.
Tras un breve periodo de crisis, motivado por las conocidas circunstancias polticas y sociales que vivi la nacin en las primeas
7. APO, leg. 28.
8. APO, leg. 18. Libro de actas capitulares (1780-1789), f. 206 v.
9. APO, leg. 26. Edictos y anotaciones capitulares (1766-1844).
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Nuestra Seora de la Antigua de ntra. dicha Villa que se halla admitida y aprobada por el Sr. Ordinario Eclesistico, a la Confraternidad
de Jess, Mara y Josef, y nimas Solas del Purgatorio de dicha Corte de Roma con aquellas cargas y obligaciones con que se aya acostumbrado conceder estas gracias a otras Hermandades o sin ellas para que todos los cofrades de ambos sexos puedan ganar y participar
de todas las gracias, indulgencias y privilegios que estn concedidas
a dicha Confraternidad 12,
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lo que hay que aadir que en 1707 lleg al templo una nueva imagen
de la Inmaculada, de la que nos ocuparemos en el siguiente apartado,
que se coloc en el altar del trascoro y que posiblemente hizo que los
cannigos se replanteasen la existencia de dos altares dedicados a la
misma advocacin de la Virgen. Fue as como la primitiva capilla
que hemos descrito se hallaba ya desmantelada en 1743, momento
en que deja de mencionarse su existencia en los inventarios, trasladndose el lienzo de la Virgen a otro lugar de la iglesia. En nuestros
das resulta difcil identificar aquella pintura, pues aunque se conservan dos lienzos con el tema de la Inmaculada, uno en el trascoro y
otro en la sacrista, ninguno de ellos tiene el marco plateado ni desde
luego presenta la media corona de plata sobre las sienes de la Seora, a pesar de lo cual no podemos descartar que alguno de ellos fuese
el que se compr en 1701. No obstante, el que se conserva en la sacrista podra corresponderse con uno del mismo tema que en esa
misma poca se coloc en lo que entonces era la contadura de la colegiata, un espacio que desapareci aos despus; este cuadro al parecer fue regalado hacia 1713 por el maestro pintor, del cual solamente sabemos que se llamaba Francisco, que realiz las pinturas
con el tema de los cuatro evangelistas que figuran en las pechinas de
la media naranja de la iglesia; sea como fuere, se trata de un interesante lienzo de pequeo tamao y apreciable calidad, con bello marco de rocalla de poca posterior, en el que aparece la figura de la Virgen vestida con tnica blanca y manto azul que vuela al lado derecho, coronada por doce estrellas y con media luna a sus pies, sostenida por seis ngeles, dos de los cuales portan sendos atributos marianos como son un espejo y un ramo de azucenas, mientras que en
los ngulos superiores vemos dos grupos de tres querubines.
IV. LA MILAGROSA IMAGEN DE LA VIRGEN DE LA CARBONERA
Desde hace casi tres siglos se venera en el altar principal del trascoro de la iglesia ex-colegial de Olivares una imagen pintada en lienzo de la Inmaculada Concepcin, con la original advocacin de
Nuestra Seora de la Carbonera, que aunque artsticamente no constituye una obra de inters excepcional, s posee un notable atractivo
desde el punto de vista histrico y devocional, ya que se halla vinculada directamente a la familia de los condes de Olivares, por expreso
deseo de uno de cuyos miembros lleg el sagrado icono a la entonces
colegiata. No obstante, comenzaremos reseando una teora, que po-
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17. ALONSO MORGADO, J. La maravillosa imagen de Nuestra Seora en el misterio de su Inmaculada Concepcin, llamada generalmente de las Carboneras, venerada en la iglesia de Olivares, en Sevilla Mariana, V (1883) 399-403.
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obras de buena factura realizadas por un annimo artista de la escuela sevillana en los primeros aos del siglo XVIII. Y finalmente, tambin para el culto de la Virgen, coste la patrona un simpecado de
terciopelo carmes con pintura central de la Inmaculada y una inscripcin alusiva al Misterio con letras de bronce dorado, pieza que
debi ser muy bella pero que por desgracia no se conserva, como
tampoco los dos ngeles de talla que en posicin orante figuraban
sobre la mesa de altar, para el cual regal tambin doa Catalina
otros elementos indispensables como el frontal, atril, ara y misal,
piezas todas ellas guarnecidas de terciopelo y damasco carmes. En
los aos siguientes se hicieron, costeados ya por la fbrica de la colegial, dos ciriales de metal plateado para este altar, por los que se
pagaron 120 reales.
Desde su llegada a Olivares, la Virgen de la Carbonera goz de
mucha devocin entre los capitulares y el comn de los fieles, los
cuales se encargaban de dar testimonio pblico de los milagros obrados por la Virgen en las tablas colocadas con este fin en su altar, una
veneracin que se traduca en la celebracin cada ao de su fiesta en
el mes de diciembre, con fuegos artificiales desde las vsperas y al
tiempo de alzar durante la funcin solemne, la cual inclua uno de
los sermones principales del calendario litrgico en la colegiata, fiesta que tena un costo anual de trescientos reales 22. Esta devocin popular se mantendra hasta mediados del siglo XIX, cuando, como veremos seguidamente, una nueva imagen de la Virgen Inmaculada
ocupara en el corazn de los olivareos el lugar que antao tuvo
Ntra. Sra. de la Carbonera.
V. LA PROCLAMACIN DOGMTICA Y LA
PURSIMA
NUEVA IMAGEN DE LA
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bate teolgico que hunda sus races en los primeros siglos del cristianismo, y que en nuestra tierra alcanz un auge extraordinario en
los siglos que siguieron al concilio de Trento, debate en el que particip todo el pueblo cristiano, que con su fervor alent y hasta podemos decir que exigi el pronunciamiento claro de la Iglesia sobre este asunto. Las circunstancias haran que fuera en una modesta villa
de la comarca sevillana del Aljarafe, muy cerca de Olivares, donde
primero se conoci en Espaa la noticia de la proclamacin dogmtica, y donde por primera vez repicaron las campanas en seal de jbilo por tal acontecimiento. Y es que, al vivirse entonces en nuestro
pas unas relaciones extremadamente conflictivas entre el Gobierno
y la Iglesia, no se autoriz la publicacin de la Bula hasta pasados
unos meses, pero el entonces prroco de la localidad de Valencina, el
franciscano Manuel Fernndez, gracias a su amistad con los duques
de Montpensier, tuvo acceso a la noticia de forma privilegiada, y se
ocup de que la misma fuera conocida inmediatamente en toda la archidicesis 23. Fue as como la buena nueva lleg a las pocas horas
hasta Olivares, donde aunque la iglesia aun no haba dejado de ser
oficialmente colegiata, ya haca dos aos que no funcionaba como
tal, estando regida entonces no por el cabildo, sino por uno de los antiguos cannigos que actuaba ahora en calidad de gobernador eclesistico; sin embargo, esta circunstancia no deriv inmediatamente
en un decaimiento del boato con que antao se celebraron los cultos
en la iglesia de Santa Mara de las Nieves, sino que la herencia de la
que haba sido colegial insigne perdur aun bastantes aos. De ello
da fe la funcin religiosa que se celebr en diciembre de 1854, al poco tiempo de conocerse la noticia de la proclamacin del dogma de
la Inmaculada, y en la cual predic el padre Antonio de Porras, al que
se pagaron por tal cometido cien reales, y para la que se instal en el
altar mayor, como ya se ha dicho, el grandioso manifestador de plata24. No nos consta sin embargo si la imagen de la Virgen que presidi aqulla celebracin era ya la que ese mismo ao se haba adquirido para la iglesia de Olivares, o la misma lleg all en los meses siguientes.
En 1854 el escultor e imaginero sevillano Gabriel de Astorga Miranda tall una imagen de candelero para vestir, con la advocacin
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26. BANDA Y VARGAS, A. de la, La imaginera procesional sevillana en los siglos XIX y XX, en Boletn de las Cofradas de Sevilla, n. 242 (1979) 19. Gonzlez Gmez, J. M., Imgenes de las Cofradas sevillanas desde el Academicismo al
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Finalmente, mencionaremos una pintura en lienzo de autor annimo, aunque datable en la segunda mitad del siglo XIX, que se halla
colocada en uno de los muros laterales del trascoro, junto a la capilla
de la Soledad. Obra de carcter romntico, su mayor inters reside
en la variante iconogrfica del tema concepcionista que nos muestra,
pues la Virgen, que aparece en el centro del cuadro en una figura de
raigambre murillesca, est literalmente rodeada por una gran cantidad de ngeles, cuyo tratamiento anatmico no est lejano a la esttica naif, y que forman varios grupos de figuras infantiles que se co-
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Una lmpara de plata, que pesa quatro marcos y treze rs de plata, y ocho
excudos de la echura que se pagaron a Juan Laureano mtro platero son quarenta y un excudos y cinco rs de plata, que fue prezisa para alumbrar la Sta.
Ymagen de ntra. S de la Pura y Limpia Conzepcin en la Capilla que se puso que antes fue del Baptismo, por ser una de las cinco lmparas que disponen y expresan los estatutos aya en la dcha Yglesia.
Alajas que dio el ao de 1707 la Excma. Sra. Marquesa del Carpio, con
la milagrosa ymagen de la Carbonera.
Por el mes de Abril del ao de mil setezientos y siete remiti su Ex la
Sta. Ymagen de ntra. S de la Carbonera, para que se colocase como se hizo
en el Altar prinzipal del traschoro en ocho de Diziembre de dcho ao, haviendose adornado con la corona, estrellas, luna y repisa y ngeles, todo de
plata, y una moldura grande de talla romana, dorada y calada, con cordones
dorados.
El retablo que viste toda la fachada del traschoro dorado y pintado a
ymitacin de jaspe con sus columnas y siete ngeles por remates.
El Simpecado de terziopelo carmes con las letras de bronze dorado.
Los velos de damasco carmes grandes.
El frontal de dos baras, el uno terziopelo y damasco carmes con bronze
dorado, y el otro de damasco blanco guarnesido franjn de oro y viso carmes.
El ara, misal y atril de terziopelo carmes y manteles.
Dos ngeles para la repisa de ntra S con bandas doradas y de rodillas
sobre cujinetes de terziopelo carmes.
Dos quadros con molduras doradas de los Stos. Arcngeles Sn Miguel y
Sn Gabriel puestos sobre los postigos del choro, con cordones dorados.
Dos piletas de pie grandes de jaspe para agua bendita, puestas a los dichos postigos del choro con sus tarjas talladas, y pintadas de jaspe con la
Sta. Cruz y dulze nombre de Mara de reliebe dorado que se unen con el retablo.
Una baranda de hierro con valaustre redondo pintada de azul con los
borlones, mesas y remates dorados, puesta delante del dcho Altar de ntra S
de la Carbonera para su resguardo y mayor dezenzia.
Una lmpara de plata, con sus tres candeleros al buelo de nueva echura
que pes ciento y tres pesos excudos puesta delante del Altar de dicha Santa Ymagen.
Dos tablas con molduras escritos los milagros que a hecho y haze cada
da.
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Universidad Granada
I. Contexto histrico.
I. CONTEXTO HISTRICO
El antiguo Reino de Jan destac de forma sobresaliente en el
marco hispnico de la defensa por la proclamacin del Dogma de la
Inmaculada Concepcin. Los cabildos, tanto civiles como eclesisticos, eruditos, telogos, y sobre todo los conventos y monasterios,
se posicionaron a favor de la peticin dogmtica desde los primeros
momentos y en paralelo con las vecinas archidicesis de Granada y
Sevilla.
Fruto de ese fervor inmaculista surgirn una serie de representaciones artsticas que pretenden expresar de forma plstica la magnitud de tan significativo misterio como es la Limpia Concepcin de
Mara. Ser a travs de las mismas y del marco en el que surgen como pretendemos reconstruir el que fuera uno de los ms brillantes
captulos de la historia giennense.
La devocin inmaculista en Jan hunde sus races en los tiempos
que siguen a la Reconquista, entre los ejemplos ms significativos
destaca el mercedario obispo giennense San Pedro Pascual quien
desde finales del siglo XIII parece haber sembrado la semilla que florecer cien aos ms tarde de la mano de personajes tan significativos como: Sebastin de Magaa, Diego Sagredo, Gutierre Gonzlez
Doncel, Pedro Becerra o el cardenal obispo de Jan, don Pedro Pacheco que fue mui devoto de la Concepcin de la Pursima Virgen y
causa de que en el concilio de Trento se determinase lo que contiene
el decreto. Y aviendo estado ausente un Prelado, que no llevaba esta
opinin, quando volvi, dixo: In hoc Decreto Concilium Pachequizavit 1.
1. XIMENA JURADO, M., Catlogo de los Obispos de las Iglesias Catedrales de
Jan y Anales eclesisticos de este Obispado, Granada 1991, Ed. facsmil, p. 476.
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La dicesis de Jan y las jurisdicciones en las que se divida el territorio que ocupa la actual provincia giennense: Vicara de Martos,
Adelantamiento de Cazorla, Vicaras de Beas y Segura y la Abada
de Alcal la Real, destacaron por sus ciudades y villas embarcadas
en tan magna empresa.
En el campo artstico, a los primeros tanteos iconogrficos que
pretenden representar la Concepcin de Mara, seguir la consolidacin de un modelo ms o menos definitivo de Inmaculada de acuerdo con los dictados de telogos, tratadistas, eruditos aunque incluso en fechas tardas veremos como se siguen utilizando las primeras
iconografas concepcionistas. Expresin de este fervor sern las numerosas obras de arte que expresan el misterio mariano; en pintura
sobresalen piezas de Caballero DArpino, Risueo, Bocanegra, Sebastin Martnez o Valois y en escultura, joyas salidas de las manos
de Alonso de Mena, Duque Cornejo, Alonso Cano
Todo este proceso se explica por varios factores, entre ellos la
evolucin que experimentar la creencia que ir saliendo de los crculos estrictamente religiosos y calar entre la poblacin, que participar activamente haciendo frente a las disputas teolgicas. No slo
ser una devocin de altas dignidades eclesisticas que fundan sus
capillas en honor a la Concepcin y utilizan en ellas complejas iconografas, sino que a travs de imgenes milagrosas, cofradas y personajes que fomentarn este culto, se extender esta defensa inmaculista a todos los mbitos de la sociedad. Aunque lo cierto es que en el
Reino de Jan ya exista desde antao, como as lo expresa la importancia que le conceda el Condestable de Castilla don Miguel Lucas
de Iranzo en pleno siglo XV.
II. LA INMACULADA ANTE FRANCISCANOS Y DOMINICOS
Sern los franciscanos los grandes defensores de las tesis inmaculistas desde la Edad Media, con personajes tan insignes como Duns
Scotus o el Papa Sixto IV y apoyados por la Universidad de Pars y
otras rdenes como los carmelitas y ms tarde los jesuitas. Frente a
ellos, los dominicos (aunque con excepciones como veremos) se
volcaron en los postulados maculistas defendidos por San Bernardo
y protagonizarn con destacadas figuras como Santo Toms de Aquino, Ambrosio Catharinus lo que en algunos lugares se convierte en
una verdadera lucha entre dos bandos, maculistas e inmaculistas.
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las cotas de enfrentamiento entre maculistas e inmaculistas que caracterizarn a la centuria siguiente y que por ello no supusiera todava un grave problema a los dominicos. Pero junto a esta hiptesis tenemos que constatar que en la eleccin de la advocacin, en los casos que ya hemos estudiado, la orden no la decide, sino que la propone el fundador material del monasterio, aunque necesita el consentimiento de la misma.
Para la Concepcin dominica, es doa Catalina de Berrio quien elige esta advocacin y obliga a que de ninguna forma desaparezca, El
qual monasterio tenga por vocacin de la Concepcin de Nuestra Seora la Virgen sancta Mara ahora e para siempre 5, y pone como condicin que en caso de traslado del convento o de una hipottica fusin
con otro, prevalezca siempre el que ella acaba de fundar 6, por ende es a
travs de la piedad popular y no de la institucional (orden de Santo Domingo), por donde llega este deseo de poner el monasterio bajo el ttulo de la Concepcin, siendo el primer cenobio de la ciudad erigido bajo
la proteccin inmaculista, ya que poco ms de cincuenta aos despus,
en 1618, tena lugar la creacin de la Concepcin francisca.
Tambin como fruto de una devocin personal y al mismo tiempo
en plena consonancia con la orden elegida, es el caso de la Concepcin francisca de Jan (Bernardas), monasterio fundado por don
Melchor de Soria y Vera, obispo de Troya y terciario franciscano,
que leg a la ciudad que le vio nacer una fundacin bajo la advocacin inmaculista7. As, como buen obispo del XVII y vinculado a la
5. AHPJ, leg. 116, f. 171r.
6. Primeramente quel dicho monasterio ha de tener y tenga por vocacin la
Concepcin de Nuestra Seora ans en este monasterio que de presente doto como
en otro cualquiera que del sucediere para siempre jams () Yten que este monasterio que yo ans hago e doto en ningn tiempo se pueda juntar ni se junte la casa ni
los bienes della con otro monasterio alguno en que este se confunda sino que sea
siempre por si con la vocacin que tiene sin le poder dar otra e si alguno otro se quisiere junto con l quedando este por principal se pueda fazer e no de otra manera e
que para que esto tenga efecto e se guarde el patrono o patronos de suso nombrados
puedan ser e sean partes para fazer questa condizin se guarde e cumpla e para ello
e doy poder tal qual de derecho se requiere. AHPJ, leg. 116, f. 182.
7. Advocacin que elige su fundador, don Melchor de Soria y Vera. Ms datos
sobre este convento en: SERRANO ESTRELLA, F., Fundamentos para la creacin de
un monasterio femenino: El caso de la Concepcin Franciscana de Jan, Las Bernardas. En: La clausura femenina en Espaa. Actas del Simposium, San Lorenzo
del Escorial 2004, pp. 1011-28. y Relaciones entre fundador y fundacin. El caso
de don Melchor de Soria y Vera y el convento de la Concepcin Francisca de de Jan. En: III Congreso Internacional El Monacato Femenino en Espaa, Portugal y
Amrica 1492-2000, Len 2004.
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orden san Francisco, dar una gran importancia a la fiesta de la Limpia Concepcin de la Virgen, bajo cuya advocacin pone su bien ms
valioso el monasterio de la Concepcin francisca. Esta devocin a la
Inmaculada queda presente cuando pide a la Comunidad que conmemore la Limpia Concepcin de la Virgen todos los das despus del
rezo de Completas, adems de celebrarse con gran solemnidad la
fiesta en honor de la Inmaculada, cantada y con diconos el veinte de
diciembre, ya que ese mismo da del ao de 1632 estuvo a punto de
morir ahogado cuando cruzaba el Guadalquivir en uno de sus viajes
entre Toledo y Jan, siendo salvado milagrosamente.
Aunque fuera de los lmites de esta comunicacin simplemente
reseamos un caso muy singular, el monasterio de la Inmaculada
Concepcin de Andjar, que utiliza como vemos el adjetivo Inmaculada para referirse a la Concepcin de Mara, pese a no ser bien visto por las jerarquas romanas, que llegarn en la persona de Urbano
VIII a prohibir el uso escrito de la palabra para definir la Concepcin
en las Decretales de 1644, An as las Trinitarias lo emplearon siendo apoyadas por el Cabildo de la Ciudad.
2.2. El patrimonio artstico
Materializacin de esta devocin sern numerosas obras de arte
conservadas en nuestros conventos y monasterios que expresan de
una forma u otra el fervor inmaculista. As a travs de fuentes como
las crnicas de rdenes, contratos, descripciones y sobre todo por
medio del inventario realizado en los diversos monasterios femeninos que todava se mantienen activos en la dicesis, hemos constatado el peso de la iconografa mariana y especialmente, la concepcionista, en los cenobios giennenses.
Ser la orden de San Francisco la gran abanderada de la defensa
inmaculista, ya que desde el Captulo General de Pisa de 1263 se
adopt la fiesta de la Concepcin de Mara para toda la orden y en
1621 se confirmaba la eleccin de la Inmaculada como patrona de la
misma, comprometindose los franciscanos a ensear el misterio
tanto en pblico como en privado. De este modo se explica como en
todas sus casas se potenciar el culto a la Virgen bajo la expresin de
este don concedido por Dios a Mara. Aunque esto no quiere decir
que esta actitud sea privativa de la serfica orden, ya que carmelitas,
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trinitarios, jesuitas y de forma muy significativa, la rama femenina de la Orden de Predicadores en Jan, as lo hicieron.
S hemos tenido muy en cuenta a la hora de realizar el trabajo la
gran merma que ha sufrido el patrimonio conventual a lo largo de la
historia, debido a procesos desamortizadores, exclaustracin, guerras que han afectado en sobremanera a las obras de arte custodiadas por estas instituciones seculares, del mismo modo que ventas,
deterioros o incluso la supresin de algunos monasterios en tiempos
recientes, provocando traslados a otras dicesis, hechos que hacen
de este patrimonio un bien que debe ser ms tenido en cuenta a la hora de su proteccin.
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a la calle Olleras, lugar muy bien situado, lo que provocar un considerable aumento del nmero de fieles. La nueva capilla mayor es
costeada por Gome de Valdivia y Crdenas (quien a su vez compra el
antiguo convento de Santa Ana) y se enriquece con un portentoso retablo presidido por la imagen de Santa Ana, que quizs se trate de la
conservada en la actualidad en la iglesia de Santa Mara y procedente de la parroquia de Santiago, justificndose el cambio de la iglesia
conventual a una parroquial en los procesos desamortizadores del
XIX. La imagen del convento franciscano goz de gran devocin tal y
como se expresa en la crnica franciscana, ya que estaba en el retablo mayor de una iglesia muy concurrida por su buena situacin urbana, adems Alonso de Torres al comenzar la descripcin de este
convento de Santa Ana nos dice Mi seora Santa Ana, a quin nuestra piedad considera crculo de oro, que contiene a Mara Santsima
con Jess en los braos, como parece en todas sus imgenes y pinturas 9, por tanto sera coincidente con la iconografa custodiada en la
parroquial de Andjar, aunque tambin sera posible la procedencia
desde otro convento como el de San Eufrasio, donde tambin existi
una capilla de Santa Ana, tal y como apunta Lzaro Damas 10.
Esta misma iconografa de la Santa Ana Triple se hall tambin
el convento de San Francisco de Jan, en una capilla cuyo nombre no
se especifica, pero que bien pudiera ser la de la Concepcin, existente en la iglesia de este convento. El retablo en el que se encontraba el
grupo pictrico estaba flanqueado por Santa Ana y San Joaqun y sobre ellos la Presentacin en el Templo, el Nacimiento y la Adoracin
de los Magos. Como se extrae de las iconografas utilizadas y de la
fecha en la que se contrata, se trataba de un retablo puramente concepcionista, encargado por el mercader Diego de Morales al pintor
Lucas Quiterio en el ao 1543 11.
Otros muchos conventos pertenecientes a la familia franciscana
destacaron por la devocin a Madre de la Virgen, por ejemplo en la
9. TORRES, A. de, Crnica..., o.c., pp.112-113.
10. Esta investigadora asegura que este conjunto no llev nunca al Nio Jess,
dato que no creo seguro ya que esta imagen da pleno sentido a la iconografa, adems la posicin de las manos de las dos mujeres parece justificar su existencia, situndose dentro del horizontalismo que estudia Reau. LZARO DAMAS, S., La Inmaculada..., o.c., pp. 79-82.
11. Manuscrito citado por el Prof. GALERA ANDREU, P. A., El Convento de San
Francisco de Jan. Historia y Arte, en III Curso de Verano El Franciscanismo en
Andaluca: San Francisco en la cultura y en la Historia del Arte Andaluz, Crdoba
1999.
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El lugar ms importante de este tipo de iglesias ser la capilla mayor, normalmente vinculada al fundador donde establece su lugar de
enterramiento y en la que se suele encontrar la imagen titular del
convento. As ocurre en la Concepcin francisca de Jan, donde en la
calle central de su retablo, sobre el lugar ocupado por la Eucarista,
encontramos la talla de la Inmaculada Concepcin que presenta un
modelo tpicamente toledano que dejar su huella en las esculturas
tanto de la portada del monasterio como en la norte del crucero catedralicio.
Tambin el monasterio de la Concepcin de Baeza (Santa Clara)
posea en su altar mayor una imagen de la Inmaculada tal y como nos
dice Alonso de Torres, Su Iglesia es muy buena fbrica, y adornada,
cuyo nicho principal lo ocupa una Imagen de la Concepcin muy devota, y milagrosa, que est en el Altar mayor 17, como veremos no
ser la nica representacin de esta iconografa que posey este frustrado monasterio de concepcionistas.
Dentro del esquema de la Inmaculada franciscana, que criticara
Interin de Ayala, reseamos un ejemplo del monasterio de Santa
Clara de beda, excelente representacin de la iconografa franciscana por excelencia en el que la Virgen con el Nio entre nubes, rodeada del resplandor y coronada de estrellas aparece de forma triunfal pisando la cabeza al pecado con forma de serpiente, una pareja de
ngeles custodia a Mara y uno de ellos coge el rosario que sostienen
Mara y Cristo, quedando en forma triangular.
Esta iconografa inmaculista tan ligada a la piedad franciscana estar presente en monasterios de otras rdenes, es el caso de las carmelitas descalzas de Baeza que demuestran su filiacin mariana a
travs de los portentosos lienzos que pueblan la iglesia conventual
destacando tanto las dieciochescas pinturas de esta temtica obra de
Domingo Martnez, como la singular Inmaculada franciscana del retablo de lado del Evangelio, en el que la Virgen con el Nio sobre la
media luna con las puntas hacia arriba est flanqueada por San Andrs (Patrn de Baeza) y el franciscano San Antonio de Padua.
Tampoco poda faltar esta representacin de la Limpia Concepcin de Mara en el Real Monasterio de Santa Clara de Jan, donde,
a travs de antiguas descripciones podemos saber que en su retablo
17. TORRES, A. de, Crnica..., o.c., p. 469.
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de la ciudad. Detrs de esta fuerte devocin se encontraba el licenciado Melchor Navarro, presbtero iliturgitano que foment el culto
a la Inmaculada a travs de esta imagen y cuya recompensa fue la
muerte ante la Virgen el da de la vspera de la Concepcin 20.
El Real Convento de San Francisco dedicar su capilla mayor a la
Inmaculada Concepcin, este espacio era patronato y lugar de enterramiento de los Condes de Torralba, siendo uno de los miembros de
este linaje, don Gonzalo Fernndez de Crdova y Mendoza quien a
finales del siglo XVII costeaba un nuevo retablo mayor que presida
una peregrina imagen de N. Seora de la Concepcin en medio y las
de N.P.S. Domingo y nuestro Padre S. Francisco a los lados, con
otras de talla y pintura., casi con toda seguridad, esta "peregrina imagen" correspondera con la que tras la supresin del convento pas al
monasterio de Santa Clara y que fue destruida durante la Guerra Civil, conservando de ella nicamente algunas fotografas . En torno a
esta valiosa talla se cre una cofrada en 1595, bajo el ttulo de la
Limpia Concepcin de Nuestra Seora. Las imgenes concepcionistas no slo se encontraban en el interior de la iglesia conventual,
existan numerosos lienzos y esculturas en la clausura, destacando
entre estas ltimas la que coronaba la fuente del claustro, al igual que
ocurra en el convento franciscano de Andjar.
La rama franciscana reformada tambin sigui en la lnea marcada por la orden a lo largo de los siglos, de este modo encontramos
como en el convento de recoletos, San Buenaventura, de Baeza el altar mayor estaba presidido por la Inmaculada Concepcin, hecho
que el propio Alonso de Torres justifica por dos vas o por devocin
del Patrono, o por lo devoto y milagroso del sagrado bulto... 21
En cambio, s es ms llamativo el caso de los frailes de la orden de
predicadores, que en sus cinco conventos establecidos en el territorio
que abarca la actual provincia no poseyeran ninguna imagen o pintura
de la Inmaculada Concepcin, demostrando la fidelidad, al menos de
cara al exterior, que mantuvieron a las argumentaciones teolgicas defendidas por su orden y que constituyeron un factor de peso en la eliminacin del tema de las sesiones del concilio de Trento.
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Al sur de la provincia, la entonces exenta abada de Alcal la Real mostrar sus excelentes relaciones con el Reino de Granada, hecho visible en el campo artstico, tal y como vamos viendo a lo largo
de este trabajo. Como ejemplos citaremos dos magnficas esculturas
conservadas en las dos clausuras activas de la ciudad, la primera en
La Encarnacin, nuevamente las dominicas demuestran su actitud
inmaculista con una pieza que si bien mal conservada muestra toda
la riqueza del estilo de Rojas, seguido por Alonso de Mena, pero enriquecido por la sensibilidad granadina. El segundo de los ejemplos,
de esta influencia de la vecina escuela, se conserva en el monasterio
de Nuestra Seora de los Remedios, donde el estilo fusiforme de
Alonso Cano queda patente en una pequea pieza de exquisita talla.
Una forma novedosa de representar el misterio de la Inmaculada que
tambin extender su influencia a la vecina localidad de Alcaudete
donde en el monasterio de Santa Clara custodia dos excelentes tallas
de la Inmaculada en el interior de su clausura.
Uno de los espacios de la clausura que con frecuencia acoge representaciones de esta iconografa es el coro, lugar en el que la comunidad pasa una gran parte del da y que tiene por tanto una especial significacin en la vida religiosa. As hemos visto como las dominicas de Jan o Torredonjimeno posean esculturas de la Inmaculada en su coro bajo y alto respectivamente. Del mismo modo ocurre
en el coro bajo del monasterio de San Antonio de Baeza donde las
clarisas al dirigir su mirada al altar encuentran una original pintura
mural con la representacin del Tota Pulchra donde la escena presidida por Dios Padre est simtricamente dispuesta en torno al Virgen
sobre la media luna y rodeada por el resplandor y el cordn franciscano que emergen de un fondo de nubes, a ambos lados atributos
marianos y filacterias completan este original fresco. Las inscripciones con alusiones marianas quizs referidas a otra pintura de la Inmaculada, en la actualidad desaparecida, tambin aparecen en el coro alto del Real Monasterio de Santa Clara de beda.
Pero volviendo a la renacentista Baeza, tambin el desaparecido
monasterio de la Concepcin o Santa Clara, exista en su coro alto
(adems de en el altar mayor) una Inmaculada, imagen que adquiere
fama de milagrosa segn relata la Crnica, tiene a su vez una curiosa leyenda que nos indica su antigua procedencia en Osuna y como
lleg a Baeza por deseo de las fundadoras procedentes de aquella
ciudad 22.
22. TORRES, A. de, Crnica..., o.c., p. 470.
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ciones artsticas de esta temtica, que en muchos casos slo conocemos por testimonios documentales, que se refieren a ellos tanto por
su significacin (sin especificar iconografas), como por el carcter
milagroso que gira en torno a ellas.
Creemos que es muy significativa la actitud que manifiesta la rama femenina de la orden de predicadores, ms cercana a la fe del
pueblo, volcado activamente en la piadosa creencia, que a los varones a quienes estaban sujetas. En este contexto desempearon un
papel muy importante los mecenas y patronos de los monasterios de
dominicas, las cuales consintieron de buen grado las acciones que se
llevaban a cabo.
Por ltimo diremos que no slo estas dos rdenes mendicantes
brillaron en la defensa inmaculista, tambin el resto de rdenes as lo
hicieron y tal hecho qued materializado a travs de los ricos tesoros
artsticos conservados por carmelitas, trinitarios, jesuitas En definitiva tantas y tantas obras de arte que por limitaciones de espacio y
tiempo dejamos su estudio para investigaciones futuras.
La iconografa de la Inmaculada
Concepcin en la pintura renacentista
de la actual dicesis de Vitoria
Universidad de Oviedo
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pintura de la poca debemos sealar que no ha llegado ningn ejemplo hasta nosotros. Lo ms cercano son las pinturas que hallamos en
la predela de un retablo procedente de Amberes, el del Dulce Nombre que se conserva en la parroquia de Santa Ana de Vitoria (en la actualidad en el Museo Diocesano de Arte Sacro de Vitoria) 1. Otros tipos iconogrficos tales como la Virgen acompaada de Profetas o
Santos Padres que se han referido a este Don, o el rbol de Jess, entre otras, tampoco se han conservado. Las representaciones de Mara
como nueva Eva o los paralelismos entre la concepcin de Cristo y
la de Mara (con escenas como la Anunciacin o Visitacin) realmente es difcil poder establecer que se trate de tema inmaculista,
ms bien en las ocasiones en que aparecen en las pinturas, en general, se trata de escenas con carcter narrativo 2.
1. El retablo fue donado h. 1550 por don Pedro Alonso de Gmiz, embajador en
Amberes, ciudad de la que procede esta obra, como se aprecia por las dos manos y la
torre que aparecen en un lateral del retablo. Es un retablo mixto. El cuerpo es escultrico y muestra escenas del Nacimiento de Cristo, Circuncisin, Presentacin en el
Templo, dos escenas en buena parte perdidas pero que se desarrollan en el interior del
templo y, en lo alto de la calle central, la escena de la Dormicin de la Virgen. En la
predela, en cambio se dispone tres escenas de pintura, las tres giran en torno al tema
del Abrazo ante la Puerta Dorada aunque no lo representa ninguna de ellas: el Rechazo a San Joaqun y Santa Ana en el Templo, la Aparicin del ngel a San Joaqun
mientras cuidaba el ganado y San Joaqun y Santa Ana dando limosna en el templo.
2. Sobre la variedad de temas para representar el tema de la Inmaculada Concepcin se pueden consultar varias obras, como, por ejemplo, LEVI DANCONA, M., The
Iconography of the Immaculate Conception in the Middle Ages and Early Renaissance, 1957; VLOBERG, M., The Iconography of the Immaculate Conception, en OCONNOR, E. D. (ed), The Dogma of the Immaculate Conception, University of Notre
Dame Press, 1958, pp. 463-512; STRATTON, S., La Inmaculada Concepcin en el Arte
Espaol, Madrid 1989; MAYBERRY, N., The controversy over the Immaculate Conception in Medieval and Renaissance art, literatura and society, en Journal of Medieval and Renaissance Studies, 21 (1991) 207-224, esp. p. 211. Tambin es muy interesante en este mismo sentido el artculo de labb CROSNIER, LImmacule Conception
de Marie proclame par les Iconographes du Moye-Age, en Bulletin Monumental
(Caen), XXIII (1857) 57-72, en el que se refiere por supuesto al Abrazo ante la Puerta
Dorada, a la Virgen Tota-Pulchra rodeada de las letanas y adems recoge una interesante imagen: una Santa Anta Triple, en la que la santa aparece de pie y abre su manto
para dejar contemplar a la Virgen nimbada y revestida de sol que lleva en su regazo al
Nio. Las tres figuras aparecen bajo Dios Padre separados de l por la filacteria con la
inscripcin Tota Pulchra y flanqueados por los smbolos de la letana, tambin
identificados por inscripciones en filacterias. Esta imagen que fecha en 1518 la interpreta como favorable a la Inmaculada Concepcin de la Virgen, desde el mismo momento de su concepcin (pp. 69-70). Tambin aparece recogida en TRAMOYERES
BLASCO, L., La Pursima Concepcin de Juan de Juanes, en Archivo de Arte Valenciano, (1917-1918) 113-128, esp. pp. 114 y 115, se fecha segn este autor en 1510 y es
un tema de origen alemn, grabado de Juan Vostre.
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otra parte, siempre ha estado muy vinculada a la Inmaculada Concepcin, como un don, una gracia de Dios hacia la Virgen, lo que se
aprecia no slo en el Arte sino tambin de modo especial en que,
desde el punto de vista teolgico, se recurre a algunas fuentes comunes para apoyar ambos dogmas 5.
Hay un ejemplo riojano, por citar alguno, que nos interesa en relacin a esta pintura que tratamos. Es el retablo de la Concepcin en Enciso, Ermita de la Concepcin, obra que se fecha h. 1540 al que se le
ha aadido un sotabanco con diferentes escenas de factura posterior, h.
1570. Si nos centramos en las pinturas de mediados de siglo, encontramos que en el cuerpo aparece una nica escena de la Inmaculada rodeada de los smbolos de la Letana. En el remate se ha representado, separado por una inscripcin, el Padre Eterno. En la predela tres escenas,
que nos interesan especialmente, la Anunciacin, el Nacimiento de
Cristo y la Epifana. Dos de estas tres son las mismas que acompaan
a la tabla que analizamos en Ribera de Valderejo. La escena del Nacimiento de la Virgen aparece, entre otras ms, en ese sotabanco aadido con posterioridad 6. Con esa escena central no hay ninguna duda del
carcter inmaculista de este retablo riojano. Carcter que pudiera extenderse al cuerpo superior del retablo alavs.
Es la nica pintura conservada de este tema. Existe en talla, por
ejemplo, una Santa Ana con la Virgen y el Nio en el retablo mayor
de Peacerrada 7. No obstante se conoce la existencia de otra pintura
5. As, la Asuncin de la Virgen fue proclamado dogma por el Papa Po XII en
1950, Bula Munificentissimus Deus. A favor de la Asuncin se emplean los siguientes argumentos escritursticos: Gn 3, 15, Cant 6, 9; 8, 5, Salmo 131, 8; 44, 10, Lc 1,
28, Ap 12, 1, y epstolas de San Pablo, Rom 5, 12-21, I Cor 15, 20-23. A este respecto por ejemplo, NIETO, B., La Asuncin de la Virgen en el Arte. Vida de un Tema
Iconogrfico, Madrid 1950, p. 17 y BOVER, J. M., La Asuncin de Mara, Madrid
1951, pp. 3-5.
6. MOYA, J.G., y RUIZ, J. J., Enciso Monumental, Logroo 1975, pp. 86 y 89.
7. Al igual que en Ribera de Valderejo ambas mujeres aparecen sentadas, la
Virgen sostiene sobre sus rodillas al Nio que, con un movimiento dinmico, se dirige hacia Santa Ana. Esta talla aparece situada sobre el sagrario (aadido neoclsico) y bajo la escena, tambin en talla, de la AsuncinCoronacin de la Virgen, en
la calle central del retablo. En las calles laterales de este cuerpo inferior flanquean la
escena la Adoracin de los Pastores y la Epifana, mientras que la Anunciacin y la
Visitacin se encuentran en las calles laterales de la predela. Este retablo mayor de
Peacerrada se fecha h. 1562-1570 (policroma 1751). Es obra de varios artistas entre ellos Nicols Venero, Juan Ochoa de Arranotegui, Iigo Ortiz de Zrraga y Martn Ruiz de Zubiate. ECHEVERRA GOI, P. L. (coord.), Euskadi. Retablos, VitoriaGasteiz 2001, vol. II, pp. 625-634, en esta obra se pueden encontrar otras referencias
bibliogrficas al retablo.
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del mismo tema, desaparecida pero posiblemente obra del gtico final o, menos probable, de transicin. Sin embargo es un claro ejemplo de una Santa Ana Triple que difcilmente tiene sentido inmaculista. Apareca en el centro de un retablo, bajo la escena de la Piedad
y flanqueada por las tablas de San Pedro y San Pablo y los Santos
Juanes. En la parte central de la predela de este retablo lateral apareca la escena del Juicio Final y el donante, mientras que en las laterales otros santos bien identificados por sus atributos. De esta obra slo se conserva el contrato con esquema de 13 de marzo de 1508 con
el pintor Martn de Vidaurreta 8. Es simplemente un retablo dedicado
a Santa Ana, por la devocin que se le tena. Nada en el contrato, en
que se especifica la iconografa, indica ninguna referencia al tema
inmaculista.
Sin embargo, como ya hemos avanzado el tipo iconogrfico ms
habitual en la zona es el que muestra a la Virgen rodeada de los smbolos de las letanas con sus diferentes variantes. Recordemos que se
trata del modelo recomendado por Molanus en 1568 aunque en realidad ya se haba desarrollado desde el entorno del 1500. Tambin
aconsejaba incluir la frase Tota Pulchra es amica mea et macula
non est in te (Cant 4, 7), algo que no ocurre en Tortura. Los smbolos se considera que pueden proceder de varias letanas, aunque muchos de ellos estn inspirados en el texto del Antiguo Testamento,
sobre todo el Cantar de los Cantares, o bien de la tradicin u otras
fuentes. Por otra parte la presencia de Dios Padre con la inscripcin
Tota Pulchra se ha interpretado como un marcado inters en subrayar la idea de la creacin de la Virgen en el pensamiento divino
desde el principio 9. Dentro de los ejemplos ms antiguos se pueden
8. AHP, Protocolo de Pedro Sez de Albniz, ff. 24-25, n 4552. Sobre este retablo resulta fundamental consultar PORTILLA, M. J., Luzuriaga, en La Llanada
Alavesa Oriental y los Valles de Barrundia, Arana y Laminora. C.M.D.V., Vitoria
1982, t. V, pp. 537-547, esp. p. 541 y PORTILLA, M. J., Una Ruta Europea. Por lava a Compostela, del Paso de San Adrin al Ebro, Vitoria 1991, p. 148. Tambin
SENZ PASCUAL, R., La Pintura Gtica en lava, Vitoria-Gasteiz 1997, pp. 367370, y ECHEVERRA GOI, P. L., o. c., vol., I, pp. 156-157.
9. Del Cantar de los Cantares se han tomado el sol, la luna (6, 10), la fuente (4,
15), la Torre de David (4, 4), el pozo (4, 15), el lirio entre espinas (2, 2) o el hortus
conclusus (4, 12). La Puerta del Cielo proviene del Sueo de Jacob en el Gnesis,
del Eclesistico se ha tomado el cedro (24, 17), o la palmera (24, 18). Otras fuentes
diferentes a la bblica son himnos litrgicos medievales (la estrella), o simplemente
de la tradicin como la rosa sin espinas que era un antiguo smbolo de la pureza de
la Virgen o la rama de olivo como smbolo antiguo de la paz. STRATTON, S., o. c.,
p.21.
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citar la pintura del retablo mayor de San Saturnino de Artajona (Navarra), y por supuesto el conocido grabado publicado en Pars por
Thielman Kerver en 1505 y que ha sido fuente de inspiracin durante varios siglos 10. La incorporacin de este tipo iconogrfico al arte
no fue inmediata, de manera que coexisti en el tiempo y en las
obras con otros temas inmaculistas, al respecto se podra citar, entre
otros muchos ejemplos, el retablo mayor de la parroquia de Santa
Mara de Olite (Navarra), obra que se considera anterior a 1515, de
carcter pictrico. Nos interesa ya que se representa esta iconografa
en el segundo cuerpo, dedicado a la Vida de la Virgen, que incluye
las tablas del Abrazo ante la Puerta Dorada, el Nacimiento de la Virgen, con la figura de San Joaqun tambin presente, la Inmaculada
Concepcin como Tota Pulchra con los smbolos de la Letana, los
Desposorios, la Anunciacin y la Visitacin 11.
Puede ser interesante comenzar con una obra poco conocida, la
Inmaculada procedente de un retablo lateral de la parroquia de San
Andrs de Tortura (M.D.A.S. Vitoria) que en realidad es una pieza
mixta ya que la Virgen es un relieve y los smbolos aparecen pintados flanquendola. Esta obra est considerada del crculo de Juan de
Ayala y fechada a mediados del siglo XVI 12.
La Virgen se sita en el centro. Aparece con algunos rasgos de la
Mujer Apocalptica ya que bajo sus pies encontramos el creciente lunar, aunque tambin la cabeza de un ngel. No se han dispuesto las
estrellas pero s que gracias a la pintura est rodeada de una mandorla de luz. Ella misma lleva vestidos dorados y ya va coronada. Est
de pie con las manos en posicin orante. En la pintura que marca el
resplandor se representan tambin los siguientes smbolos de la Le-
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13. Para conocer mejor este retablo: PORTILLA, M. J., Los retablos de Morillas
y Subijana de Morillas (lava). Siglo XVI, en Boletn de la Institucin Sancho el
Sabio, 1-2 (1962) 77-97 y (1963) 81-95; LPEZ DE GUEREU, G., lava, Solar de Arte y de Fe, Vitoria 1962, p. 53; MARTN MIGUEL, M.A., Arte y Cultura en Vitoria durante el Siglo XVI, Vitoria 1998; ECHEVERRA GOI, P. L., Contribucin a las Artes
Plsticas del Renacimiento. La Pinceladura Nortea, San Sebastin 1999, pp. 2630; ECHEVERRA GOI, P. L., Euskadi. Retablos, o.c., vol.II, pp. 658-665; SENZ PASCUAL, R., o. c., pp. 171-173, y esp. pp. 37-38.
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de Torremua (La Rioja), en la que la Virgen presentaba idntica disposicin que en Eguino, en los smbolos seguan de una manera ms
cercana al grabado y contaba con la serpiente con el fruto a los pies
de la Virgen. Tambin destacaramos la diferencia del creciente lunar
con las puntas hacia la parte inferior del cuadro frente a lo que vemos
en el grabado y en Eguino.
Pero a este grupo de obras dependientes del mismo modelo debemos aadir otro ms, interesante desde varios puntos de vista, el primer de ellos es su proximidad geogrfica a la zona que estudiamos.
Se trata de un lienzo de la Inmaculada Concepcin, fechado a mediados del s. XVII y conservado en el Convento de Santa Engracia de
Olite (Navarra) 18. Son, por tanto tres ejemplos en una zona muy prxima, tres provincias colindantes. En muchos aspectos sigue de una
manera ms prxima el grabado que las pinturas, por ejemplo, se
aprecia en el orden y nmero de los smbolos que flanquean a la Virgen, coronada de estrellas, y en la disposicin de los que se integran
en el paisaje. El elemento de la paloma del Espritu Santo sobre su
cabeza, aunque sin la inscripcin, tambin la acerca an ms al comn modelo, incluso la posicin del cuerpo, en el que se siguen con
fidelidad los plegados. La diferencia estriba por ejemplo, en que la
cabeza la gira y la eleva suavemente, de manera que la imagen ofrece un mayor dinamismo y naturalidad. Adems se incluye una pareja de donantes arrodillados ante la Virgen e integrados en ese paisaje
a sus pies; son de menor tamao que la Inmaculada. Aparecen vestidos segn la poca en que se realiza la pintura y acompaados de
sendos escudos. Es interesante esta presencia dentro de la devocin
mariana peninsular.
Regresando a la actual dicesis de Vitoria, deberamos sealar la
existencia en Labastida de dos lienzos muy interesantes referidos a
la Inmaculada pero con tipologa diferente. Ambos se fechan en torno a 1600 y corresponden al estilo manierista. No pretendemos detenernos en ellos, simplemente cabe sealar que el primero, annimo,
se ha considerado obra flamenca, mientras que el segundo se atribuye a Francisco Pacheco, de poca temprana en su produccin. En esta pintura, la Virgen aparece como Mulier Amicta Sole, no hay smbolos de las Letanas y la flanquean en la parte inferior dos santos
18. GARCIA GAINZA, M.C. (dir), Catlogo Monumental de Navarra, t. III, Merindad de Olite, Pamplona 1985, p. 304, lm. 435. Las dimensiones de este lienzo
son de 238 x 169 cm.
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te, es bsica en esa iconografa. Como ejemplo especialmente destacado podramos citar obra de El Greco, as su Visin de San Juan en
Patmos conservada en el Museo de Santa Cruz de Toledo, h. 1580.
Pero redundando en la idea del s. XVII es interesante observar esa
imagen de la Virgen, su mano derecha en el pecho y la izquierda extendida mostrando la palma, mirando hacia el fiel. Incluyendo el
conjunto de los ngeles que la flanquean y que la sostienen, y en especial el del escorzo marcado que da la espalda al espectador, lo que
nos encontramos es una composicin idntica a la que plantea J. Carreo de Miranda en el cuadro de la Inmaculada de la capilla de la
Trinidad de la Catedral Vieja, 1666. Composicin, que, por otra parte, es la misma que va a emplear Jernimo de Ezquerra en 1719 (Olite) y en la conservada en el M.D.A.S. de Vitoria 21.
Por ltimo queremos sealar otro retablo lateral dedicado a la Inmaculada Concepcin pero de mayor complejidad que el de Guerea. Se trata de una obra mixta que lleva la fecha de 1616 y fue encargada, segn la inscripcin, por Pedro de Alemn y Mara de
Villafranca, su mujer. En la actualidad se conserva en la Ermita del
Santo Cristo de Labastida, sin embargo todo parece indicar que procede de la parroquia de esta poblacin. Este retablo es objeto de un
estudio ms amplio por lo que slo nos limitaremos a comentarlo
brevemente desde el punto de vista de la iconografa inmaculista. 22
En la documentacin ms actual y en la bibliografa aparece como Retablo del Pilar, y en efecto tanto hoy en da como en fotografas antiguas 23 se aprecia en que en la hornacina central aparece la Virgen del Pilar. Sin embargo, el resto del retablo nos desmiente que
21. TABAR ANITUA, F., Lienzo, en Museo Diocesano de Arte Sacro, VitoriaGasteiz 1999, p. 177.
22. CANTERA ORIVE, J., Labastida y Salinillas de Buradn, en C.M.D.V, Vitoria 1967, t. I, p. 197. Tiene que ser sin duda uno de los retablos que se subieron a
la ermita desde la parroquia en el ao 1755 con motivo de haber realizado colaterales nuevos para este templo. Esta idea se refuerza si consideramos que unos de los
retablos nuevos que se encarg para la parroquia estaba dedicado precisamente a la
Inmaculada Concepcin, de modo que en el centro se situaba una imagen de la Pursima, a los lados las de San Luis rey de Francia y Santa Isabel de Hungra, y en el
segundo cuerpo San Francisco Javier (p. 215).
23. A este respecto destacamos el Fondo Gerardo Lpez de Guereu (Archivo
del Territorio Histrico de lava) con una fotografa tomada en un momento indeterminado entre 1930 y 1950, en que se aprecia en su disposicin actual y con la
imagen que sealamos en el centro. Signatura: CD1753.
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24. Sobre este aspecto LPEZ DE GUEREU, G., lava, Solar de Arte y de Fe, Vitoria, 1962. Adems en un reciente artculo de carcter divulgativo se puede hallar informacin sobre diferentes tradiciones en esta festividad en la dicesis, entre otros temas: CALLEJA, Z., La Inmaculada Concepcin en lava, en Estbaliz, (2004) 44-52.
Seminario Mayor
Toledo
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Escudo de los Mansi detalle predela del actual retablo mayor Iglesia
Parroquial de la Inmaculada Concepcin Alcaudete de la Jara (Toledo)
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Es uno de esos creadores recoletos que nos hacen ver con la permanente leccin de su vida y con la perfeccin siempre igual de su obra,
cun artificial resulta la distincin entre arte y artesana 13.
Volviendo a la obra que nos ocupa, ya dijimos que fue encargo de
la familia Garnica Mansi. Segn consta en los archivos parroquiales:
los Excelentsimos Seores don Pablo Garnica (Echeverra) y su esposa doa Rosario Mansi (Gonzlez-Tablas) 14, que lo regalaron a la
parroquia. Es una familia cristiana de las ms acomodadas del pueblo 15. Al costear ellos la obra, se permitieron elegir la iconografa,
que adecuaron a sus preferencias y devociones, siendo a la vez comitentes y mentores de la obra. Esto va a acarrear no pocos disgustos
al prroco de la localidad, entonces slo cura ecnomo, don Andrs
Palomo Gmez 16, como ya veremos ms adelante, pero que acept la
donacin.
La eleccin iconogrfica est basada en el recuerdo de familiares
de los comitentes asesinados en la contienda civil, as como del prroco Clemente Villasante, tambin asesinado 17. Esto justifica la presencia de Santa Ana y la Nia Mara (hornacina primer cuerpo calle central), en referencia a la madre de la donante que se llamaba
Ana, y a la hija, llamada Ana Mara, la cual fue asesinada estando
embarazada, junto a su marido Gabriel Zubiria y Somonte (conde de
Zubiria) en la playa de Las Arenas de Bilbao mientras veraneaban en
1937 18. San Luis se coloca en recuerdo de Luis Alonso-Castrillo
Mansi, sobrino de los donantes, hijo de los Marqueses de Casa-Pizarro (Demetrio Alonso-Castrillo y Regina Mansi) 19. San Jos con el
Nio aparece en recuerdo de Jos Garnica Mansi, hijo de los do-
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nantes 20. San Pablo aparece en memoria de Pablo de la Puerta, sobrino de los donantes, hijo de Gabriel de la Puerta 21.
Finalmente, la aparicin del Papa San Clemente se justifica
porque recuerda a Clemente Villasante, prroco de Alcaudete antes
de la guerra, que fue asesinado, junto con el coadjutor Jos Fernndez Avils, en la contienda civil 22.
En el sagrario actual (parte baja del retablo) aparecen en inscripciones los nombres de todos estas personas asesinadas en la guerra.
Es una pieza realizada con metal dorado por fuera y chapado por
dentro, con lminas de oro repujadas, realizado por el sacerdote orfebre Flix Granda, en los talleres Granda de Madrid23, y regalada a
la parroquia por doa Rosario Mansi, misma comitente del retablo,
el 19 de marzo de 1941, costando 4.500 pesetas24.
La Inmaculada Concepcin (medalln) aparece porque es la
titular de la parroquia y la patrona del pueblo, y La Anunciacin
que corona el retablo se toma porque alude a la Encarnacin del
Verbo 25.
El retablo cost 100.000 pesetas, y la mesa de altar y el manifestador formaban parte del conjunto del retablo, siendo tambin realizados por Jos Lapayese 26. Pero el dorado, al parecer, no entr en el
precio, tuvindose que pagar aparte por los comitentes, siendo utilizado oro de Portugal 27.
Las piezas llegaron a Alcaudete procedentes de Madrid el 27 de
octubre de 1941 en un camin guardamuebles. Se empez a montar
al da siguiente. Lo montaron el propio Jos Lapayese y cinco operarios de sus talleres, ayudados por seis obreros locales 28. Al mismo
tiempo, se trabajaba en el enlosado del suelo del presbiterio 29, lo cual
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Ibidem, p. 2v.
Ibidem, p. 3.
Ibidem, p. 2 v.
Ibidem, p. 3.
Conversacin con Victoriano Muoz Rodrguez.
Libro de notas parroquiales, p. 3.
Ibidem, p. 3.
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Para la tasacin del dorado, estofado y pintura, Clemente Villasante hace referencia a un documento 60, posiblemente tomado del
Archivo de Protocolos de Toledo, en el que dice que se hizo por
Juan Bautista de Espinosa, nombrado a efecto por los seores del
Consejo de Gobernacin, y por dicho Gaspar Cerezo, que nombr a
Jorge Manuel, ambos pintores y vecinos de la ciudad de Toledo; y lo
tasaron en 27.000 maravedises, segn consta en la declaracin ante
Alonso Sigenza Villarroel, escribano, bajo juramento tomado en
por el licenciado don Antonio Poblete de Vera, cura entonces de esta
iglesia 61.
La referencia a ese pintor Jorge Manuel, vecino de Toledo ha
hecho que la tradicin alcaudetana lo identifique con Jorge Manuel
Theotocpuli, hijo de Domenico Theotocpuli, El Greco. Ciertamente puede ser, porque en cuanto a la fecha hay coincidencia, y Jorge Manuel Theotocopuli vivi y trabaj en Toledo. Por tanto, es posible que fuera este artista el que se desplazara a Alcaudete para tasar
el retablo, a propuesta del pintor Gaspar Cerezo. En el pueblo existe
la tradicin verbal bastante difundida que defiende que cuando lleg
Jorge Manuel al pueblo para tasar el retablo, ejecut unos medallones de la Virgen y de la Santa Faz en las claves de las bvedas de la
nave. Esta autora no es nada probable, porque las figuras son bastante torpes, y no parece que sean de Jorge Manuel, sino de un pintor
local de tercera o cuarta fila. No es que Jorge Manuel fuera un excelente pintor, pero tampoco era tan malo como para hacer esos medallones. Por tanto, a la vista de lo que se conserva y de los datos que
hay sobre l, se puede decir que la relacin de Jorge Manuel Theotocopuli con el pueblo de Alcaudete existi, pero se reduce slo la tasacin del retablo mayor, no realizando ninguna obra
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El agua llorando
Tus hijos te piden
Imploran con fe
Se secan los campos.
Tras la guerra para estas procesiones de rogativas se va a utilizar
la talla barroca de madera del Santsimo Cristo de la Fe y el Amparo, que tom el nombre de Amparo por ste del retablo antiguo, y
a l le van a seguir recitando esos antiguos versos.
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Universidad de Murcia
I. Introduccin.
2.1. Granada.
3.1. Crdoba.
3.2. Calahorra.
3.3. Murcia.
1. La realizacin de este trabajo ha sido posible, en gran parte, gracias a la financiacin de la Fundacin Sneca, Centro de Coordinacin de la Investigacin, a
travs de la concesin de una beca de Formacin de Personal Investigador en el seno del proyecto de investigacin: El comportamiento de las catedrales espaolas
del Barroco a la Restauracin, Ref. BHA2000-01920-C08-00, coordinado por el
Dr. Germn Ramallo Asensio, a quien deseo agradecer su inestimable apoyo y colaboracin.
I. INTRODUCCIN
El fervor religioso que caracteriz al pueblo espaol durante los
siglos del Barroco, tuvo como una de sus principales manifestaciones la controversia surgida en torno a la causa inmaculista. La Concepcin Inmaculada de Mara era defendida principalmente por los
franciscanos y jesuitas, y cuestionada ante todo por los dominicos,
pero la polmica no solo alcanz a clrigos o telogos, sino que se
vivi con gran intensidad en todos los sectores de la sociedad, destacando una enardecida participacin de los fieles 2.
Como reflejo y respuesta a ese intenso sentimiento popular, se
llevaron a cabo manifestaciones artsticas de todo tipo que tomaron
como tema principal la Inmaculada Concepcin, creando una amplia
diversidad de obras artsticas con las que se logr dar forma a un
dogma que an no haba sido promulgado. Hasta el punto de que la
representacin de este misterio mariano ha llegado a ser considerada
como la suprema creacin femenina del arte espaol 3.
En ese ambiente de exaltacin mariana que se vivi en la Espaa
del Barroco, fueron muchas las corporaciones municipales, universidades, cofradas y todo tipo de agrupaciones, que realizaron votos en
2. Entre la abundante bibliografa existente sobre este tema, destacamos por su
carcter especfico y de sntesis, los estudios de: CECCHIN, S. M. LInmacolata Concezione. Breve storia del dogma, Citt del Vaticano, Pontificia Academia Mariana
Internacionalis, 2003; PREZ, N., La Inmaculada y Espaa, Santander 1954; MESTRE SANCHIS, A. (dir.), La Iglesia en la Espaa de los siglos XVII y XVIII, en Historia de la Iglesia en Espaa, Madrid, 1979, t. IV, p. 455 y ss.
3. LAFUENTE FERRARI, E., La interpretacin del barroco y sus valores espaoles estudio preliminar a la traduccin espaola del mismo autor al libro de WEISBACH, Werner, El Barroco. Arte de la Contrarreforma, Madrid 1948, p. 41.
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defensa de la doctrina que enalteca la preservacin de Mara del pecado original desde el momento en el que haba sido concebida. Entre
estos grupos, mantuvo una destacada posicin el sector de los cabildos
catedralicios, que, encabezados por sus prelados en muchas ocasiones,
resultaron un apoyo fundamental para la causa inmaculista. Su activa
participacin y promocin del culto a la Inmaculada entre los fieles,
qued plasmada en las catedrales principalmente a partir de la abundante serie de capillas que fueron dedicadas a su advocacin durante la
poca 4. Para cuya realizacin se origin una intensa actividad artstica,
tanto arquitectnica, como, principalmente, escultrica y pictrica, a
partir de la creacin de las imgenes que deban ir colocadas en las capillas.
Pero cabe destacar el hecho de que entre las numerosas imgenes
de la Inmaculada Concepcin que las corporaciones capitulares encargaron a destacados artistas para colocar en sus templos catedralicios, no todas fueron destinadas a altares, retablos y capillas para la
pblica devocin de los fieles, sino que algunas de ellas tendran un
carcter ms privado, al ir dirigidas a presidir mbitos mucho ms
restringidos, como podan ser las sacristas. Dichos espacios iban adquiriendo en estos momentos una considerable relevancia en los
conjuntos catedralicios, siendo muchas las sacristas que por entonces se estaban dotando de una cierta monumentalidad, algo que se
manifest tanto en las construcciones de nueva planta como en la
transformacin de estructuras precedentes 5. Como un claro signo de
la poca, algunas de ellas se ornamentaron con ricos repertorios iconogrficos de carcter mariano, as se hizo, por ejemplo, ya en el siglo XVIII, en las sacristas de las catedrales de Burgos, Oviedo o Pamplona, en las que el tema principal representado en sus decoraciones
murales fue el de la Asuncin.
De este modo, la sacrista catedralicia dejaba por entonces de ser
un mero depsito del ajuar litrgico, para convertirse en un mbito
4. Este hecho es una manifestacin ms del gran auge y desarrollo que adquieren los espacios marianos en los principales templos diocesanos durante el Barroco,
algo que ha sido destacado anteriormente por el profesor RAMALLO ASENSIO, G.,
Aspectos generales de las catedrales espaolas en el Barroco y su proyeccin al siglo XIX, en Las catedrales espaolas del Barroco a los Historicismos, Murcia
2003, p. 31 y ss. El mismo autor ha atendido tambin a otra de las vertientes de este
mismo fenmeno, como es la de la realizacin de retablos, en Los retablos barrocos en las catedrales espaolas, en Imafronte, 12 (1996-1997) 61-63.
5. Son numerosos los ejemplos que cabra sealar al respecto, tan slo citaremos algunos como el de la sacrista de la catedral de Lugo, las de Oviedo, Pamplona, Calahorra, Crdoba, etc.
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6. Fueron muchos los lugares de reunin que contaron con una imagen de la Inmaculada durante aqulla poca, ya se tratase tanto de edificios religiosos como de
civiles, un ejemplo de stos ltimos fue el de la Sala de Juntas del Ayuntamiento de
Lorca; vase GARCA DE GANZA, M. C., Una Inmaculada Concepcin del taller de
Pedro de Mena en Lorca en Homenaje al profesor Muoz Corts, Murcia 1977, pp.
203-208.
7. Un ejemplo de ello lo constituye el caso del oratorio de la sacrista de la catedral de Cuenca, en el que haba un cuadro de la Inmaculada pintado por Sebastin
Conca, que haba sido trado desde Roma por el Cannigo Josf Fabra. S ANZ SERRANO, A., La catedral de Cuenca, 1959, p. 56.
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tol, de modo que le sirviese de peana. Dado que la imagen haba sido
realizada teniendo en cuenta su ubicacin elevada sobre el facistol,
los miembros del Cabildo granadino pudieron ser conscientes de que
un punto de vista bajo ira en detrimento de los valores que haban sido previstos desde el principio por el artista 13.
Esta imagen escultrica realizada por Alonso Cano presenta una
extraordinaria sencillez al aparecer despojada de todo tipo de elementos que se venan asociando tradicionalmente a su iconografa.
De este modo, sustituye la media luna, que sola servir de base a estas figuras, por un trono de nubes y ngeles que se funden con la zona inferior de la tnica (una novedad en la escultura que proceda de
la pintura), y tampoco aparece la corona de doce estrellas sobre su
cabeza 14. Cano elimina los elementos accesorios a los que tanta atencin se prestaba en la poca barroca, manteniendo solo lo esencial
para su identificacin iconogrfica: su juventud, la blanca tnica y su
mirada descendente.
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culada Concepcin en el interior de las sacristas de las catedrales espaolas debi de hacerse ms habitual. Entre todos ellos, vamos a
dedicar una atencin especial a los casos de Crdoba, Calahorra y
Murcia, pero como ya se ha sealado, cabra citar varios ms, como
el de la sacrista de la catedral de Barcelona, en la que se encuentra
una talla de madera estofada realizada en aquella centuria 18, o la de
Mlaga, en la que se trata, en cambio, de un cuadro pintado por Jos
Ramos 19.
3.1. Crdoba
La actual sacrista de la catedral de Crdoba se debe a la iniciativa del cardenal don Pedro de Salazar y Toledo (1630-1706), quien
encarg su construccin, a finales del siglo XVII, con la intencin de
que este lugar constituyese, adems de un nuevo espacio en el que
contener el ajuar litrgico, su futura capilla funeraria. El arquitecto
encargado de su construccin fue Francisco Hurtado Izquierdo 20,
quien concibi un doble espacio dividido en dos alturas, en el que el
nivel inferior se destin a cripta y el superior a sacrista. sta es de
planta octogonal, con los pilares dispuestos en los ngulos, de forma
que entre ellos quedan zonas ms profundas en las que disponer las
cajoneras, a modo de nichos con embocadura de arcos de medio punto. A pesar de que la sacrista responde a un plan centralizado, existe
un eje principal marcado por la disposicin de la puerta y del altar,
situados en dos lados enfrentados del octgono 21. Asimismo, existe
otro eje, transversal al anterior, destacado por la existencia de dos
puertas situadas en sus extremos, por las que se accede a la sala del
tesoro y a la escalera que desciende hasta la cripta. Es sobre estas dos
puertas sobre las que se colocan dos grandes cuadros cuya presencia
merece ser resaltada.
Se trata de dos lienzos que aparecen formando pareja al representar uno a la Inmaculada Concepcin, sobre la puerta que comunica
18. LIAO MARTNEZ, E., La catedral de Barcelona, Madrid 1983, p. 38.
19. PREZ DEL CAMPO, L. y ROMERO TORRES, J. L., La catedral de Mlaga,
Len 1986, p. 35.
20. Vase NIETO CUMPLIDO, M., La catedral de Crdoba, Crdoba 1998,
p. 371.
21. Esta zona queda destacada del resto con la presencia de una hornacina en la
que se coloca la imagen de la titular de la capilla, Santa Teresa.
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3.2. Calahorra
Durante el siglo XVIII se llev a cabo una profunda transformacin en la sacrista de la catedral de Calahorra, con la que se logr
desprender a este recinto de su aspecto original, sobrio y austero 27,
para constituir un espacio mucho ms suntuoso, digno de haber sido
considerado como la joya de la catedral de Calahorra 28. El gran
impulsor de la renovacin fue el Arcediano de Berbeciego, don Juan
Miguel de Mortela y Ciganda, y sta consisti en una serie de intervenciones con las que se pretenda transformar la antigua estancia,
de menor tamao y esquema longitudinal, en un lugar mucho ms
espacioso y con un carcter ms centralizado. Para ello se rehicieron
las bvedas a una mayor altura, disponiendo cpulas en los tramos
en los que fue posible, y se decor la sala con pinturas al temple 29.
Tambin se cambi de lugar la entrada, se incorpor nuevo mobiliario y una serie de cuadros, entre los que destaca el gran lienzo de la
Inmaculada Concepcin, obra del pintor Jos Vejs 30.
Dicho cuadro ocupa todo el muro del testero de la sacrista y fue
colocado all en el ao 1765. Para ello fue necesario eliminar una
parte de la cornisa que se dispona en esa zona y se ocultaron las pinturas murales que se deban de haber realizado unos treinta aos antes31. El pintor asocia la representacin de la Virgen Inmaculada con
27. La sacrista de la catedral de Calahorra haba sido trazada por un arquitecto
carmelita, fray Alonso de San Jos, y construida entre los aos 1620 y 1629, vase
CALATAYUD FERNANDEZ, E., Arquitectura religiosa en la Rioja Baja: Calahorra y su
entorno (1500-1650). Los artfices, Logroo 1991, vol II, p. 327.
28. Vase CARRION, J., Apuntes histrico-descriptivos de la Catedral de Calahorra, Calahorra 1883, pp. 52-53. Este mismo autor indica que la relevancia de esta
sacrista es tal que se debera de aludir a la catedral de Calahorra como la Catedral
de la Sacrista.
29. Las pinturas murales al temple se han atribuido a Felipe del Plano, quien
debi de realizarlas entre los aos 1736 y 1737, vase GUTERREZ PASTOR, I., La actividad de Francisco del Plano en la Rioja, en El Arte Barroco en Aragn, Actas del
III Coloquio de Arte Aragons, Huesca 1983, t. I, pp. 347-375.
30. MATEOS GIL, A. J., La influencia artstica de Juan Miguel Mortela en la catedral de Calahorra, en Kalakorikos, 1 (1996) 69-84; CALATAYUD FERNANDEZ, E.,
GONZALEZ BLANCO, A., La bveda de la sacrista de la catedral de Calahorra, Berceo, n 108-109 (1985) 33-70.
31. La remodelacin de la sacrista de al catedral calagurritana se llev a cabo
en dos fases, la primera tuvo lugar entre los aos 1735-1737 y fue entonces cuando
se decor la estancia con pinturas murales. En la segunda fase que se desarroll entre 1764 y 1765, fue cuando se coloc el gran lienzo de la Inmaculada. Vase MATEOS GIL, A. J., La influencia artstica..., a. c., pp. 78-81.
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37. Para ms informacin sobre dicha capilla, vase MATEOS GIL, A. J., La influencia artstica..., a.c., pp. 72-73.
38. VERA BOT, A. La catedral de Murcia y su Plan Director, Murcia 1994, p.
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39. Inventario realizado por D. Valentn Leante. Cannigo fabriquero, finalizado el 31 de octubre de 1897, Ms. Archivo Municipal de Murcia, sig. 1-I-10:
563. En dicha cajonera y a su lado derecho hay un pequeo camarn con la
imagen de la Pursima toda tallada; ostentando una corona de plata.
564. Dos rfagas y una media luna todo de plata a sus lados se encuentran.
Es probable que entre los documentos custodiados en el Archivo de la Catedral
de Murcia, se puedan encontrar testimonios anteriores que confirmen la presencia
de esta imagen en fechas ms tempranas. Pero este hecho nos ha sido imposible de
constatar porque el mencionado archivo se encuentra cerrado a los investigadores
desde hace algo ms de tres aos.
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La pequea escultura de la sacrista presenta evidentes paralelismos con algunas Inmaculadas realizadas por Francisco Salzillo42, por
lo que se ha pensado que pudo ser realizada por alguno de sus discpulos43. El airoso tratamiento de los paos y el majestuoso porte de la
figura, delatan una asimilacin de los modelos salzillescos, mientras
que difiere claramente en el tratamiento del rostro, en el que no se logra alcanzar la suavidad y delicadeza que el mencionado artista confiere a sus tallas.
La exuberancia barroca que caracteriza a esta imagen, deriva de
la ampulosidad con la que son dispuestos los ropajes, especialmente
en el manto entrecruzado delante de las piernas y en el drapeado sobre los hombros, as como de su actitud retrica, con la pierna derecha adelanta y las manos dispuestas sobre su pecho, la Virgen dirige
su mirada hacia el cielo, diferencindose as de los modelos vistos
hasta el momento 44. El acusado barroquismo de la imagen, se vera
incrementado en su momento con la presencia de las dos rfagas de
plata que se encontraban dispuestas a sus lados y que debieron ser
suprimidos en poca posterior 45. Si conservan, en cambio, otros aadidos de este mismo material, como son la corona de doce estrellas y
la creciente luna que se encuentra colocada sobre la base.
Para finalizar, hemos de atender al hecho de que en la poca de la
Contrarreforma es cuando se traslada la Eucarista a los tabernculos
que se construyen para tal efecto en las capillas mayores, siguiendo
las indicaciones de Trento 46, hasta ese momento, la Sagrada Forma
42. Se advierte una clara referencia a obras realizadas por Francisco Salzillo a
mediados del siglo XVIII, como la del Convento de las Justinianas de Murcia o la de
la Iglesia de San Miguel de la misma ciudad. Igualmente se advierten rasgos semejantes con la Inmaculada de la Coleccin Fontes, que se trata tambin de una escultura de pequeo tamao, realizada en barro policromado y estofado. Vase G UTERREZ-CORTINES CORRAL, C., y HERNNDEZ ALBALADEJO, Elas, El escenario de la
Escultura: Ciudad y Arquitectura en Francisco Salzillo y el Reino de Murcia en el
siglo XVIII, Catlogo de la Exposicin, Murcia 1983, pp. 108-109.
43. GONZLEZ SIMANCAS, M., Catlogo Monumental de Espaa. Provincia de
Murcia, Edicin del manuscrito de 1905-1906, Murcia 1997, pp. 175-176.
44. La mirada elevada es un rasgo que presentan frecuentemente las Inmaculadas
de Salzillo, lo que contrasta con la iconografa tradicional de este tema, en la que mantiene la mirada baja, correspondiendo con su descenso hacia la tierra para redimir la
falta de Eva. Vase REAU, L., Iconografa de la Virgen..., o.c., pp. 82 y ss.
45. Dichas rfagas aparecen inventariadas por Leante, vase la nota 39, N 564.
46. RIGHETTI, M., Historia de la Liturgia, Madrid 1956, t. I, p. 442. Sobre el seguimiento de las indicaciones del concilio de Trento respecto a la colocacin de la
Eucarista en el altar mayor, vase RODRGUEZ G. DE CEBALLOS, A., Liturgia y configuracin del espacio en la arquitectura espaola y portuguesa a raz del Concilio
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Sealar para finalizar que esta prctica no obedeci a un plan preestablecido, sino que es una manifestacin ms del fervor inmaculista de la poca, en el que particip la prctica totalidad de la sociedad
espaola y al que no podan dejar de unirse, los miembros de los cabildos catedralicios.
Giulia CATALDO
Roma
Es una visin estupenda que, por algunos momentos, nos hace olvidar nuestra sociedad con su fealdad y maldad, con su corrupcin y
sus diablicos crculos.
En la tensin entre el bien y el mal, hoy particularmente agudizada,
y desde la consideracin del mundo como gran polgono de lucha de
todos contra todos (Juan Pablo II), la Inmaculada nos ensea a no ser
conniventes con ninguna forma de pecado y a decidirnos a seguir la
va del bien.
(S. de Fiores, 2005)
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Como punto de unin de esta sociedad tan marcadamente religiosa que exaltaba tanto la gloria de Dios como la pureza de las imgenes marianas, se halla la personalidad de un gran protagonista de la
escultura barroca: Francisco Salzillo.
La figura de la Virgen vencedora del pecado, claramente preservada intacta de la culpa original, es una de la ms difundidas y afortunadas imgenes marianas dentro del panorama artstico-escultrico del murciano Francisco Salzillo (1707-1783). Segn las noticias
que de l se conservan y los datos biogrficos que da Cen Bermdez en su Diccionario histrico de los ms ilustres profesores de las
bellas artes en Espaa6, Zarzillo7 era, un hombre modesto, de costumbres sencillas, de vida ejemplar; un modelo de hijos de familia,
recogi a su madre y hermanos menores, dndoles carrera y ensendoles su arte. Desde muy temprano -relata Cen- Francisco descubri su inclinacin por la escultura y su padre procur ensearle lo
que saba.
El joven Salzillo, llegado el momento de su formacin, ingresa en
el Colegio de la Anunciata, regido por los jesuitas. Estudia Arte, Filosofa y Matemticas en el centro creado por el obispo Almeida en
1556 y recibe clases de dibujo y color del clrigo Manuel Snchez,
pintor -segn Baquero- colorista mediano y regular dibujante 8. El
mismo Baquero recoge la tradicin del ingreso de Salzillo como novicio en el convento de los Hijos de Santo Domingo de Guzmn.
Seguramente, para que fuese verosmil que en 1727 9, pudiera hacerse cargo del obrador paterno, Salzillo, entre infinitas horas dedi-
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10. BELDA NAVARRO C., Francisco Salzillo y la Orden Dominicana en Murcia, en Conferencias de Arte y Literatura, V Centenario del monasterio dominicano de Santa Ana, Murcia 1990, pp. 85-112.
11. Tarea primordial de las rdenes religiosas fue la formacin y la cultura. A
ella se entregaron con afn en sus diversos grados, desde la escuela de primeras letras hasta la enseanza superior; los Colegios de la orden.
12. RIQUELME OLIVA, P., Las rdenes religiosas en la dicesis de Cartagena,
en Huellas. Catlogo de la Exposicin de la Catedral de Murcia, Murcia 2002, p.
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vocaciones de Mara en las iglesias, y el consiguiente aumento de altares y capillas dedicados a ella dentro de la arquitectura del templo 13.
Entretanto, los jesuitas difunden las doctrinas filosficas del padre Surez, los franciscanos siguen a Scoto 14, fomentando por medio
de las cofradas de la Pursima su peculiar devocin mariana, en tanto que los dominicos, dominadores filosficos del seminario de San
Fulgencio, centro primordial de la poca, continan con las enseanzas de Santo Toms.
En este entorno propicio para el desarrollo cultural y sobre todo
espiritual, es conveniente destacar un aspecto fundamental en la personalidad de Francisco Salzillo, su intensa, duradera y madura religiosidad. Sin lugar a dudas, ser la base esencial de su larga y comprometida vida; su religiosidad, originada al calor del hogar familiar,
es quizs la ms fiel expresin de sus trabajos escultricos 15.
Religiosidad familiar, ya que una de sus hermanas profes en la
Comunidad de Capuchinas del Santsimo Sacramento y otro, el menor, recibi el orden sacerdotal. Lo mismo que su padre, el imaginero murciano fue miembro de la Hermandad del Santsimo Sacramento y nimas, de la parroquia de Santa Catalina; tambin
perteneci a las Cofradas del Santsimo Cristo de la Esperanza o
Congregacin del Pecado Mortal y a la de Nuestro Padre Jess Nazareno 16.
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36. BELDA NAVARRO C., Francisco Salzillo, o c., pp. 41-42. Vase conde de la
VIAZA, Adiciones al Diccionario, o.c., t. III, pp. 338-339.
37. Vase BOGLIOLO L., Pio IX e lImmacolata, Citt del Vaticano, 1982.
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emanaban una vivacidad especial en el marco esplendoroso de la liturgia. Ver la imagen en su esplendor dorado, or la palabra de Dios
oliendo el perfume del incienso, y escuchar un motete, produca un
sentimiento religioso que llegaba al alma del fiel y contribua a entender y a comprender uno de los misterios ms fascinantes de la historia de la Virgen Mara.
Enrique MAPELLI
Madrid
I. Doa Isabel de Oballe.
III. La Inmaculada.
1. Dumbarton Oaks es una localidad cercana a Washington que, en 1944, alcanz gran predicamento internacional ya que en una conferencia all celebrada se elaboraron los planes para la ONU, el Consejo de Seguridad y el Tribunal Internacional
de Justicia.
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2. El actual Prroco de San Nicols de Bari, en Toledo, don Jos Luis Prez de
la Roza, en palabras muy encendidas, nos dice que la Inmaculada del Greco pone
alegra en el corazn de los hombres, porque es belleza humana y divina. Y nos eleva a los sentimientos ms bellos de oracin y espiritualidad. Vid: El Greco y la
Capilla Oballe, Madrid 2004, p.8.
3. Segn Cossio, Domenico Theotocopoulos, no hay duda de que fue su verdadero nombre de familia, el que l amaba, y el que se complaci en consagrar con
insistencia; quin sabe si por su misma extraeza, por el misterio que para italianos
y espaoles envolva, quin sabe si por nostalgia o dulce recuerdo de los primeros
aos de su vida, nicos, tal vez en que se oy llamar de esta manera. Al par con esa
forma encontramos esta otra, tambin autntica, Domenico Theotocopuli, que es como lo vemos firmar sus contratos de obras y sus cartas de pago en Espaa, transformacin italiana, a todas luces, de su nombre griego Vid: COSSIO, M. B., El Greco. Espasa Calpe, Buenos Aires 1944 p. 27.
4. LVAREZ LOPERA, D., y ALONSO ALONSO, R., El Greco y la Capilla Oballe,
Madrid 2004, pp. 11 y ss.
5. La instalacin en Lima de doa Isabel de Oballe tiene lugar poco despus de
que la llamada Ciudad de los Reyes, en honor de Carlos V y de Juana la Loca, fuese fundada por Francisco Pizarro. El desarrollo de Lima fue constante llegando a alcanzar 60.000 habitantes.
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por la vida que sigue. Como pequeo detalle puede citarse que doa
Isabel de Oballe, dispuso en su testamento que se ponga en la dicha
capilla una lmpara de plata que en ella harda aceyte para siempre jams. Los franceses 9 el ao 1808 robaron una lmpara grande de
plata, con sus cadenas, que tena grabadas las armas de la ciudad de
Toledo.
III. LA INMACULADA
Entre los especialistas que han estudiado la obra de El Greco
han existido dudas respecto de la representacin de la principal de
las pinturas del retablo de la Capilla Oballe. Extendida estuvo la tesis de que poda tratarse de la Asuncin de la madre de Dios. Actualmente parece generalizada la creencia de que se trata de la Inmaculada Concepcin 10.
Gudiol 11 acepta esta tesis de conformidad con Wethey quien
identifica el tema del retablo de la Capilla Oballe como representacin de la Inmaculada. Las alegoras y atributos que acompaan a tal
imagen aparecen en la parte baja del lienzo sobre el desolado paisaje
toledano junto al soberbio ramo de rosas y lirios blancos que constituyen el punto de arranque de la maravillosa espiral de ngeles y serafines que rodean a la Virgen. La composicin tiende a llenar en todo lo posible el espacio en primer plano. Unas figuras invaden libremente el espacio a las otras con despreocupacin absoluta por la tercera dimensin. Las proporciones no tienen canon fijo, y el sentimiento expresado altera constantemente la forma. La silueta no
cuenta para nada. Solo lo perceptible cuando se convierte en arista
luminosa o en lmite brusco entre luz y sombra.
Cuando en el ao 1965 la pintura de la Inmaculada Concepcin
fue trasladada al museo de Santa Cruz, de Toledo, se descubri que
al ser llevada originalmente a la Capilla se hizo ocultando una franja
de unos veinte centmetros de altura. El desdoblamiento del lienzo
pudo ser llevado a cabo para encajarlo en el marco que haba sido
9. La rapia y expolio del ejrcito francs durante su invasin de Espaa constituye un lamentable episodio conocido como la francesada. Muchas de las obras
que no llegaron a ser destruidas se encuentran perfectamente identificadas en la actualidad en museos y colecciones extranjeras.
10. As se puede ver registrada en la cartela y catlogo de la Exposicin de la
Catedral de la Almudena de Madrid, cfr. Inmaculada, Madrid 2005, pp. 228-230.
11. GUDIOL, J., El Greco 1541-1674, Barcelona 1971, p. 257.
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construido. Wethey estima que esa franja fue aadida a la obra tras la
muerte de El Greco; se trata de una vista de Toledo de gran belleza 12
Dicen lvarez Lopera y Alonso Alonso 13 que este cuadro es con
seguridad el cuadro ms lrico de los aos finales del artista y quizs
haya que verlo como una especie de testamento esttico y a la vez
eptome de toda su carrera. La composicin, esencialmente dinmica, est regida por el ritmo ascensional de la figura serpentinata de la
Virgen, al que quedan subordinados todos los dems elementos que
la representan.
Ya en el ao 1971, Gregorio Maran 14 tan enraizado con todo
lo referente a Toledo, opinaba que hablar del misticismo del Greco
es ya un tpico; mas un tpico que, como casi todos, encierra una
fundamental verdad. En la mente actual hay muchas cosas no resueltas porque se han declarado tpicos y ya no se ha pensado ms
en ellas. Pero de los tpicos, como del orujo, pueden todava extraerse muchas cosas, a veces la quintaesencia de las cosas. Y este tpico de misticismo del Greco, nos explica no slo el motivo profundo de su venida a Espaa, sino otras muchas facetas de su arte y
de su vida, sobre todo lo que se ha llamado su extravagancia y su
locura que dejan de parecerlo en cuanto se interpreta como un delirio espiritualista.
El misticismo trascendente del Greco es certeramente analizado
por Angulo Iiguez 15 diciendo que la naturaleza mstica del Greco,
el ambiente artstico bizantino en que transcurre su primera juventud, el contacto con el exaltado ambiente religioso espaol en los das de Felipe II, y en cierto grado tambin, como advirti don Elas
Tomo, con la obra de Alonso Berruguete, hacen que su arte, en los
aos ya maduros, solo conserve de Venecia su maravilloso sentido
del color, en que lleg a ser maestro de primer orden; si bien con esa
originalidad de que supo dotar a cuanto sala de su pincel
12. El Greco. Los genios de la pintura espaola. Sarpe. Madrid 1988, nota p. 93.
13. LVAREZ LOPERA, J., y ALONSO ALONSO, R., El Greco y la Capilla Oballe,
o.c., p. 27. Debo dejar sealado, con gratitud la gran contribucin que este libro ha
supuesto para el presente trabajo.
14. MARAN, G El Greco y Toledo en Obras Completas, Madrid 1971, p.
424, t. VII, p. 424.
15. ANGULO IIGUEZ, D. Pintura del renacimiento en de Ars Hispaniae. Historia Universal del Arte Hispnico. Madrid 1954, vol. XII, p. 272.
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Santiago de Compostela
I. Introduccin.
I. INTRODUCCIN
La devocin a la Inmaculada Concepcin tiene sus races en el
nuevo mundo, desde los primeros das del descubrimiento de Amrica.
Un medio fundamental para la difusin de su culto fue el grabado, a travs del cual modelos iconogrficos como la Tota Pulchra, la
Virgen Apocalptica y sus derivaciones como la Virgen de Guadalupe o Mara como fuente de vida, fueron extendidos a representaciones plsticas y escultricas.
En esta comunicacin me interesa analizar las referencias iconogrficas de la Inmaculada Concepcin como fuente de vida, de la
cual existe un relevante ejemplo pictrico en el arte novohispano del
siglo XVIII.
Se trata de una obra del pintor Andrs Lpez conservada hoy en
el Museo Nacional del Virreinato -Tepotzotln, Mxico- la misma
que tiene como referentes compositivos fuentes literarias, emblemticas e iconogrficas.
Destacadas obras de pintores como Francisco Rizi y Juan Carreo de Miranda sirvieron como nexo artstico para las representaciones que sobre la Inmaculada Concepcin desarrollaran los pintores
novohispanos, tan en el gusto barroco de la poca en el que los temas
alegricos contaron con amplia aceptacin.
Si bien el Simposium gira en torno a la Inmaculada Concepcin
en Espaa, resulta significativo el anlisis de este tema, ya que enfatiza la gran importancia que alcanz como fenmeno religioso y cultural ms all de sus fronteras, del que sin duda el virreinato de la
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Cabe destacar, el importante papel que la monarqua espaola jug en la defensa del dogma hasta que fue reconocida como verdad de
fe 4. Hecho que ocurre el 8 de diciembre de 1854 en que se da fin a
las discusiones en contra de que Mara haba sido concebida sin el
pecado original. Momento en que tambin se define su representacin iconogrfica y plstica, en la cul intervienen tratadistas y pintores.
En lo que al mbito americano corresponde, especficamente
Nueva Espaa, su culto e iconografa adquieren igual relevancia y un
carcter distinto simblicamente hablando: mientras que en Espaa,
la imagen de la Inmaculada () tuvo un carcter militante, en la
Nueva Espaa se busc una imagen protectora: en Amrica no hay
dogmas que defender sino hijos que proteger 5. De tal forma se recalca su papel como instrumento de propaganda religiosa estrechamente vinculado a la expresin de la piedad popular.
III. LA INMACULADA CONCEPCIN COMO MOTIVO ICONOGRFICO
El desarrollo iconogrfico de la Inmaculada Concepcin vinculado a su pureza y los smbolos que as lo demuestran, inicia en el siglo XV en Europa. Es en la centuria siguiente cuando se establece su
manera habitual de representacin, la cual permanece para el XVII.
Justamente, a mediados de dicho siglo, tambin se establece en la
Nueva Espaa su forma de representacin, con base en modelos espaoles.
Prcticamente todas las tipologas iconogrficas de la Inmaculada Concepcin encuentran representacin en el arte novohispano:
Tota Pulchra
La Virgen como nueva Eva
El rbol de Jess
El abrazo ante la Puerta Dorada
Virgen Apocalptica
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Los rasgos que toma de la Tota Pulchra 18 es su representacin rodeada de los smbolos de las letanas, as como la figura del dragn
de la Virgen Apocalptica, que aqu cambia por la serpiente que se
encuentra debajo o alrededor del globo terrestre o lunar 19.
Viste de blanco y azul smbolo de pureza y sabidura, respectivamente como apareci a la portuguesa Beatriz de Silva fundadora de
la Orden Concepcionista 20.
En cuanto a sus fuentes, el Antiguo y Nuevo Testamento, el Cantar de los Cantares en el que se interpreta como la Sulamita del Rey
Salomn as como el Apocalipsis, conforman su contenido simblico.
3.1. Mara como Fuente de Vida
Una iconografa peculiar, pero al mismo tiempo muy significativa, que por sus simbolismos se relaciona con la Inmaculada Concepcin, es la de la Virgen Mara como fuente de vida. El tema se remonta al siglo II en que la Virgen es llamada Fuente de Vida en la literatura griega de ese tiempo21.
Para el siglo IV en salutaciones, se le menciona como la fuente
de gracias y consuelos para todos y para el siglo IX se le componen
himnos 22.
Iconogrficamente, la figura de la fuente es interpretada por los
comentaristas de la Sagrada Escritura como smbolo de la Virgen
quien es fuente de huertos: pozo de aguas vivas que corren del
monte Lbano 23. De igual forma, se le vincula con la fuente sellada
en alusin a su virginidad: huerto cerrado hermana ma, esposa,
huerto cerrado, fuente sellada 24.
18. Su iconografa se conforma en el siglo XVI ocupando un lugar intermedio
entre la Virgen Apocalptica y la Inmaculada Concepcin. Pintura Novohispana, Italia 1994, t. I, p.25.
19. IDEM, p. 64.
20. La fundacin de la orden fue confirmada por Julio II en 1511., Ibid., p. 31.
21. IDEM., p. 580.
22. IDEM., p. 581.
23. Fons hortorum: puteus aquarum viventium, quae fluum mpetu de Lbano (Cant. 4, 15)
24. Hortus Conclusus sopor mea sponsa, hortus conclusus, fons signatus
(Cant. 4, 12)
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El culto a la advocacin de Mara como fuente de vida fue tan antiguo como popular entre los cristianos orientales 25, sin embargo en
occidente su culto surgi a partir del siglo XIV, sin que alcanzara tanta difusin, por lo que son escasas sus representaciones pictricas y
grabadas.
El manuscrito de origen griego titulado Gua de la Pintura escrito por Dionisio de Furna en el siglo XIII, -en el que se recuperan tradiciones antiguas como el de representar la Anunciacin junto a una
fuente-, sirvi de base para su representacin iconogrfica:
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Posteriormente aparece sola apoyada sobre el globo terrestre sometiendo con un pie a la serpiente:
al igual que los artistas en Espaa, dejan la historia y el smbolo
para sumergirla en una especie de xtasis en el que desaparece todo
lo secundario, hasta dejar sola su figura radiante, apotesica, con las
manos juntas sobre el pecho para indicar su coloquio interior; elevada por encima de las controversias, como sugiriendo que los ataques
de los reformadores ya no pueden alcanzarla 39.
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A travs de temas como estos vemos la gran importancia que tenan para la sociedad novohispana mensajes como los que daban este tipo de pintura que se insertan dentro de la religiosidad de la poca, y los temas que se promueven para el siglo XVIII, muchos de ellos
de difcil lectura.
VI. ANLISIS DE OBRA
La obra que realiza el pintor novohispano Andrs Lpez en 1786,
es la que lleva por ttulo Alegora de la Inmaculada Concepcin como Fuente de Vida43.
Dicho artista est activo hacia la segunda mitad del siglo XVIII.
Su obra ms temprana data de 1763 y la ms tarda llega a 1811, la
fecha de su muerte. Entre su produccin realiz obras de carcter
alegrico entre las que destaca la obra a la que aqu hacemos alusin
y que se sita entre las ms representativas para ese periodo44.
Dicha obra hace juego con otras dos lminas de cobre que representan a San Jos y Cristo. Sus caractersticas pictricas de buen dibujo y colorido- la ubican dentro del estilo propio de la pintura alegrica barroca de carcter dulzn, elementos simblicos distribuidos en toda la superficie del lienzo y para aclarar el mensaje una serie de inscripciones que contribuyen a su mejor comprensin 45.
As, la figura central de la composicin es la Virgen en su advocacin Inmaculada -por la vestimenta blanca y azul que porta- la
cul se apoya sobre la esfera azul o globo terrestre con siete estrellas
en la que con un pie pisa al dragn.
una cabeza tiene sus antecedentes en los templarios, quienes llamaban bafomet a esa
imagen, que desde su aparicin fue prohibida por asemejarse a ciertas deidades paganas. La devocin al rostro de Cristo tiene su auge durante la Edad Media y se apoya en
la narracin apcrifa de la Vernica que enjuga el rostro de Cristo durante el camino al
calvario. La trinidad trifacial fue muy representada en el arte novohispano a pesar de
que era una iconografa prohibida. Ibid, t. II p. 153.
43. Su firma se encuentra en el extremo inferior izquierdo: Andreas Lopez feat a. 1786.
44. Fue profesor de la Academia de San Carlos y particip en el segundo estudio que se hizo en torno a la Virgen de Guadalupe. El primero se haba realizado anteriormente con el fin de dictaminar el origen de la imagen.
45. IDEM., p. 44.
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49. El ttulo completo es Stella ex Jacob Orta Maria, cuius Sacrae Litanies
Lauretanae, Tot Symbolis, quot Tituli, Tot Elogiis, quot literae, in quovis Titulo numerantur, Auctae, & illustratae sunt Viennae Austriae, typis Lepoldi Voigt,
1680. s. p.; SEBASTIN, S., Contrarreforma y Barroco: lecturas iconogrficas e iconolgicas, Madrid 1981, p. 544.
50. Elogia Mariana olim A.C Redelio Belg: Melch: S.C.M.L.P concpeta Nunc
devotae Meditationi fidelium ad augmentum cultus Bmae Mariae Virg: Deiparae
iventa et delineata per Thomas Scheffler, et aeri incisa Martino Engelbrecht Chalcographo Augustazo cum Priv. Sac. Caes. Majest. Laureato Poeta (Gratz., 1694).
MONTERROSO, J., Mitologa y emblemtica en la iconografa mariana, Facultade de
Letras da Universidade do Porto, pp. 365-366.
51. DORNN, F. X., Litaniae Lauretana ad Beatae Virginia, Caelique Reginae
Mariae Honores, et Gloriam prima vice in Domo Lauretana a Sanctis Angelis DecantataeAugustae Vindelicorum, sumptibus Joannis Baptistae Burckhart, 1758,
Madrid 1978. Una de las manifestaciones ms importantes de devocin a la Virgen
es la del rezo del rosario. Las races de este fervor las establece Alano de Rupe,
quien en 1470 cre cofradas de la Virgen del Rosario. La fiesta la establece Po V,
quien la vincula a la batalla de Lepanto. En el siglo XVI adquiere su forma de meditacin de quince misterios, quince padres nuestros y ciento cincuenta avemaras. SEBASTIN, S., Contrarreforma y,o.c., pp. 196-197.
52. En 1768 se publica su traduccin y para 1771 siguen hacindose ediciones.
MONTERROSO, M., Florilegio de estudios de emblemtica, 2004, p. 542.
53. IDEM, p. 543.
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Comencemos por la edicin de las Letanas de 1700 correspondiente a la Elogia Mariana. Bajo el encabezamiento MATER DIVINAE
GRATIAE vemos a la Virgen Mara con el nio sobre una peana y en el
centro de una gran fuente, que ante la accin que ocurre en la parte
inferior, se torna en una fuente pblica a la que se acercan varios
hombres que recogen su agua. Sobre la base de la fuente se lee GRATIA MUNDI.
As, en sta imagen la Virgen se interpreta como la madre de divina gracia de la que rebosan las aguas, fuente de la que beben los
hombres.
Un motivo similar es la estampa de los Klauber que ilustra el MATER DIVINAE GRATIAE 54 de Dornn y que es el referente iconogrfico
cercano para la obra de Andrs Lpez.
En este grabado, la Virgen aparece de medio cuerpo unida a la
fuente, creando un slo eje compositivo. Tiene las manos al pecho y
de ah brotan abundantemente los tres hilos de agua, como ocurre en
la pintura alegrica de nuestro pintor.
Dirige su mirada hacia abajo y a cada extremo se encuentran un
ngel y el emblema de la Santsima Trinidad que la ilumina con sus
rayos.
Alrededor de su cabeza se lee: IN ME GRATIA OMNIS ECCLI 24 y
del ngel se desprende la filacteria GRATIA PLENA.
Como vemos, la correspondencia entre ambas imgenes es muy
similar, slo modificndose en algunos detalles que el pintor novohispano introduce para dar mayor juego a la representacin, como
el fondo en el que ubica a la figura y el protagonismo de la imagen
de la Virgen que aqu es contemplada en toda su magnitud por el espectador.
En cuanto a su significado, Dornn seala que Con mucha razn
es significada Mara, como Madre de la divina gracia, es una fuente
que por todas partes est rebosando agua: pues esta seora es llena
de gracia, segn la salutacin anglica 55.
54. As mismo la imagen puede relacionarse con el emblema HOC ASPIRANTE
VIREBIT de Teophilo Mariophilo, en el que vemos al centro de la composicin una
fuente, detrs del huerto cerrado.
55. DORNN, Litaniae, o.c., p. 37.
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Por ltimo, hablaremos brevemente de otros conceptos de la Letana Lauretana que estn presentes en la Alegora de la Inmaculada
Concepcin y que tambin contribuyen a redondear su significado
alegrico.
Se trata de la rosa mstica que tiene presencia en la Elogia Mariana, la Letana Lauretana y el Stella Ex Jacob. Para Dornn, la Virgen
Mara es llamada as porque tiene todas las cualidades de esta flor ya
que ocupa el primer lugar entre ellas y porque es una flor virginal 60.
El cetro y la corona as como los ngeles hacen alusin a su condicin de reina del cielo y de los ngeles, motivo que se encuentra en
las estampas VIRGO PRAEDICANDA y REGINA ANGELORUM de la Elogia Mariana y de la Letana Lauretana respectivamente ya que segn Dornn la Virgen es Reina del Mundo que venera la humanidad y
es reina de los ngeles porque a ellos excede.
Por ltimo, la torre es la fortaleza, la TURRIS DAVIS CUM PROPUGo torre de David con baluartes del Cantar de los Cantares
(4, 4) misma que tiene su correspondiente en el emblema TUTA LATENTI de Teophilo Mariophilo que reitera su carcter de fortaleza. En
la Elogia Mariana, la Virgen, como soldado dentro de la torre alude
a su carcter militante y por su parte Dornn seala que la Virgen se
llama torre de fortaleza contra la presencia del enemigo () pues
esta Seora defiende poderosamente a sus devotos de todos sus enemigos visibles e invisibles 61.
NACULIS
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Real Monasterio
San Lorenzo del Escorial
I. Introduccin.
I. INTRODUCCIN
El archivo musical del monasterio de San Lorenzo el Real de El
Escorial, que contiene principalmente obras de los siglos XVII y XVIII,
cuenta con cerca de tres mil obras de msica vocal, en latn y en castellano 1. La mayor parte de ellas estaban destinadas al uso litrgico,
sea porque su texto latino estaba tomado directamente de los libros
de canto litrgico, sea porque an estando en lengua verncula, se insertaban en la liturgia, como es el caso de los villancicos 2. Hace dos
aos se publicaron 127 textos eucarsticos castellanos de los manuscritos musicales del archivo escurialense 3. Los motivos de la transcripcin y publicacin de dichos textos estn expuestos en el artculo de Jos Sierra Prez, quien recoge los villancicos del XVII 4, publicando como apndice un elenco de las ms de 680 referencias con
texto castellano del archivo musical, entre villancicos, arias, dos,
cantadas, responsiones y motetes, organizados de acuerdo a su destino litrgico: 438 dedicados a la Navidad, 153 a la Eucarista, 9 a la
Virgen, 23 a San Jernimo, 46 a San Lorenzo, 8 a otros santos, 4 a te1. RUBIO, S., Catlogo del Archivo de Msica del Monasterio de San Lorenzo el
Real de El Escorial, Cuenca 1976.
2. Para conocer el significado y uso del villancico puede consultarse: RUBIO, S.,
Forma del Villancico Polifnico, desde el siglo XV hasta el siglo XVIII, Cuenca
1979. Tambin: CAPDEPN, P., El Padre Antonio Soler (1729-1783) y el cultivo del
villancico en El Escorial, San Lorenzo de El Escorial 1993.
3. Jos Sierra Prez y Jafet Ortega Trillo transcribieron dichos textos, que han
sido publicados en Actas del Simposium Religiosidad y Ceremonias en torno a la
Eucarista, San Lorenzo de El Escorial 2003, t. I, pp. 72-203.
4. SIERRA, J., Textos eucarsticos castellanos del siglo XVII en el Archivo de
Msica del Monasterio de San Lorenzo el Real del Escorial, en Actas del Simposium Religiosidad y Ceremonias en torno a la Eucarista, San Lorenzo de El Escorial 2003, t. I, p. 73.
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Jernimo y a San Lorenzo, y opina que los dems, salvo raras excepciones fueron compuestos en otros mbitos 7. He aqu el elenco
de estas piezas marianas presentes en el archivo musical escurialense:
De estas nueve referencias slo dos son explcitamente escurialenses: el atribuido a Antonio Soler, Oh santsima Seora, y el solo
de tiple de Juan de Alaejos. Es dudosa la autora del villancico Ah,
del valle umbroso que se podra atribuir tambin a Jos Antonio Barrera Ximnez (organista y compositor en Cuenca y Mlaga): en el
ttulo de la partitura leemos: Villan.co a 4 / Para N. S.ra / Con Violines / Por Cantero / C / Barreda. Y en el papel correspondiente al
acompaamiento, encontramos tachado: lo escribi Cantero. Cantero es Juan de Cuenca (1729-1795) fraile jernimo en el Monasterio
de El Escorial, bibliotecario, gran erudito, intelectual, que tocaba
veinte instrumentos musicales, pero a quien se deba quiz solamente
7. Todos los dems temas [a los cuales se dedican los villancicos del archivo],
o estn ausentes, o se hallan aqu no porque aqu, salvo raras excepciones, fueran
compuestos y cantados, sino porque eran enviados por maestros de capilla de otros
lugares para que fueran copiados y conocidos. Ibid., p. 55.
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40 (5-7)
Autor musical: Fray Juan de Alaejos (1687-1752)
Cantada N. / Senora con / Violines / de / Tiple solo / Fr. Juan
Alaejos
Recitado
Sagrada flecha, que el Amor vibraba
en fruto de Joaqun, tambin de Ana,
pues D[ios] hace en Mara con su aljaba
de un golpe dos heridas siendo humana,
y lo logr, pues luego
abrasada Mara de este fuego
le ofrece lisonjera
un volcn, que respira en dos hogueras.
Area Andante
Que satisfecha
volante una flecha
divide el empleo,
doblando el trofeo
en arco de amor.
Pues nace Mara,
dando luz al Da,
y explica en su anhelo
el rpido vuelo
de amparo mejor.
3
167-2
Autor musical: Annimo, siglo XVII.
1211
Copla sola 13
1. Yo he de cantar, Virgen bella,
de vuestra gracia el encanto,
que aunque yo sin gracia canto
hoy he de cantar con ella.
2. Corrio Eva con desgracia,
Mara tambin corri,
Eva en sombras pec,
y Mara cay en gracia.
3. Contra la soberbia parca
la espada fuisteis sin mella,
su espada sois, Virgen bella,
pero no sois de la marca.
4. El nudo fuerte que os ata,
Virgen, es la gracia y Dios,
porque la culpa con vos,
Virgen, ni ata ni desata.
5. Aunque la culpa su flecha,
por su mano a todos clave,
hoy para con vos no sabe
cul es su mano derecha.
6. La mano de Dios que os toca,
llena de gracia previno,
porque la gracia se os vino,
nia, de manos a boca.
4
509 (132-6)
Autor musical: Benito Bello de Torices (c. 1660-1718?)
1212
[Estribillo]
Marinero que surcas las ondas de Henares
hermoso galn y luciente,
por ventura acaso en tu nave
nuestros dos Patronos embarcados vienen
(nuestra Reina y Madre hoy al templo viene).
Ya llegan, ya vienen
(ya llega, ya viene),
que el cfiro manso
soplando obediente
por lneas de plata,
campaas de nieve,
pisando cristales,
mullendo claveles,
en popa las velas
nos trae felizmente.
Pues todos a un tiempo
oigamos alegres
sean bienvenidos (venida),
norabuena lleguen (llegue).
Coplas solas
1. Enhorabuena, oh sagrada,
santa magistral Iglesia,
desquite, la posesin
todo aquel gozo que usurp la ausencia.
Respuesta
1213
Respuesta
Tu castillo guarnecen
msticas aguas.
Cosa corriente es esto,
y es cosa clara.
3. Enhorabuena, oh emporio
de los sabios, docta Atenas,
recobres estos dos cuerpos
que son el alma de tu biblioteca.
Respuesta
555 (20-6)
Autor musical: Cantero = Juan de Cuenca (1729-1795)
1214
1215
610 (24-12)
Autor musical: Agustn Contreras (siglos XVII-XVIII)
1216
1194 (62-3)
Autor musical: Fray Francisco de Montemayor (siglo XVIII)
1219 (68-8)
Autor musical: Fray Bernardo Murillo (siglo XVII)
Villancico / A la fiesta sagrada / A 8 / Murillo
A la fiesta sagrada
de aqueste da
de matices las plantas17
vienen vestidas.
Oh, qu bien,
hermosas compiten
formando pensiles,
volviendo el agosto (septiembre, octubre)
en muchos abriles.
Y en la oposicin
Mara (N., aquesta) entre todas
se lleva la flor,
que las otras no.
17. Otra lectura: de matices y plantas (Papel del Alto del coro primero)
1217
Universidad de Oviedo
I. Introduccin.
I. INTRODUCCIN
Las Cantigas de Santa Mara, con sus ms de cuatrocientas composiciones potico-musicales en honor a la Virgen y las miniaturas
que las ilustran, ha sido justamente considerada como la obra cumbre del sriptorium alfons. Se compone de cuatro cdices, de los cuales analizar en este estudio el denominado Cdice de las Historias,
que es como se conoce al conjunto formado por el cdice T.I.1. Rico o de El Escorial y su continuacin, el cdice B.R.20. F o de
Florencia, que qued inacabado a la muerte del rey 1. Su composicin se debi al empeo personal de Alfonso X, el Sabio, que los tena en tan alta estima que dispuso en su testamento que se guardaran
en la iglesia donde fuera enterrado, para que los hicieran cantar en
las fiestas 2. El estudio de sus textos y, muy especialmente, de sus miniaturas, es de capital importancia para conocer cmo era la vida en
la Espaa del siglo XIII en sus mltiples aspectos. Pero, ante todo, es
una fuente insustituible para el conocimiento de la ideologa religiosa de la poca, as como de la devocin personal del rey Sabio 3.
J. Guerrero Lovillo, uno de los primeros y ms ilustres investigadores acerca de las Cantigas, vea en ellas un arte que ni conoce las
1. Para el estudio de sus miniaturas he utilizado las siguientes ediciones: A LX, Cantigas de Santa Mara, Edicin facsmil del cdice T.I.1. de la Biblioteca de San Lorenzo de El Escorial, 2 vols., Madrid 1979; e Id., Cantigas de Santa
Mara, Edicin facsmil del ms. B.R.20. de la Biblioteca Nazionale Centrale de Florencia, 2 vols., Madrid 1989-1991.
2. Texto en Diplomatario andaluz de Alfonso X, ed. M. Gonzlez Jimnez, Sevilla 1991, pp. 557-564, concretamente p. 560.
3. Un estudio acerca de los orgenes de su fervor mariano en TORRES GONZLEZ, F., Aspectos psico-religiosos de Alfonso X en Las Cantigas, en Devocin
mariana y sociedad medieval. Actas del Simposio, Ciudad Real 1988, pp. 271-290.
FONSO
1222
1223
siglo XIII comienza a surgir con fuerza la corriente inmaculista, defendida por telogos franciscanos del Estudio General de Oxford como Guillermo de Ware y, muy especialmente, Duns Escoto, que la
llev a la Universidad de Pars. ste argumenta que, si bien la Virgen
fue deudora de contraer el pecado original debido a su naturaleza,
fue eximida de l como Madre de Dios. Y en cuanto a la redencin
de Cristo plante el concepto de la redencin preservativa, es decir,
que el Salvador libr a Mara de la culpa con su gracia antes de que
cayese, un modo de redencin ms perfecta que la que repara el pecado despus de la falta 7.
Por lo que se refiere a la recepcin en la Pennsula Ibrica de esta
doctrina, A. Riera encuentra las primeras referencias en el Poema de
Fernn Gonzlez, de mediados del siglo XIII. En l se expresa de manera indirecta esta creencia, cuando invoca la proteccin divina frente a los moros en estos trminos: Seor, que con los sabios valiste a
Catalina, et de la muerte libraste a Ester la Reyna, et del dragn libraste la Virgen Marya 8. Es decir, del mismo modo que la reina Ester fue eximida de la ley general, que decretaba el exterminio del
pueblo judo, Dios preserv a Mara del dominio del pecado que
simboliza el dragn. En los Milagros de Nuestra Seora de Berceo,
una compilacin de milagros similar a la del monarca alfons, que la
conoci e incluso utiliz en su obra, encontramos tambin algunas
expresiones que indirectamente parecen aludir a este privilegio 9.
Destaca especialmente su introduccin, en la que describe un prado
paradisaco, smbolo de la Virgen, y afirma: El fructo de los rbores
era dulz e sabrido; si Don Adam bviese de tal fructo comido, de tan
mala manera non seri decibido, nin tomarin tal dao Eva ni so marido 10. No ser hasta los ltimos aos del siglo XIII cuando encontremos la exposicin explcita de este dogma en la obra Disputatio
7. Acerca de esta corriente vase VILLALMONTE, A., Contribucin de la teologa franciscana al desarrollo del dogma de la Inmaculada. Siglos XIII y XIV, en Salmanticensis, I (1954) 689-721.
8. RIERA ESTARELLAS, A., La Doctrina Inmaculista en los orgenes de nuestras
Lenguas Romances, en Estudios marianos, XVI (1955) 245-284, en concreto p.
248.
9. GARCES, N. G., Qu pensaba de la Virgen el pueblo castellano del siglo
XIII? Doctrina mariana en la poesa de Gonzalo de Berceo, en Estudios Marianos,
XXXV/2 (1970) 21-82, especialmente pp. 38-42.
10. GONZALO DE BERCEO, Milagros de Nuestra Seora, ed. F. Baos, Barcelona 1997, p. 7.
1224
Eremitae et Raimundo de Ramn Llull y en la Biblia Parva, subtitulada como Disputa contra els Jueus, de San Pedro Pascual (
1300) 11.
Sin embargo, en mi opinin, el autor que pudo tener una influencia directa en el pensamiento y obra de Alfonso X fue el franciscano
Juan Gil de Zamora, que desempe varios cargos al lado del rey y
de su hijo Sancho, del que fue preceptor 12. Escribi importantes
obras de carcter cientfico e histrico, pero tambin devocionales,
entre las que destaca el Liber Mariae, que contiene una coleccin de
milagros de la Virgen, muchos de ellos comunes a los que se recogen
en las Cantigas 13. Sabemos que este estudioso franciscano haba dedicado el cuarto tratado del Liber Mariae al misterio de la Inmaculada Concepcin. Por desgracia, los folios 16, 17 y 18, que contenan
parte del tratado III y todo el IV fueron arrancados, as como el primero, que contena parte del ndice 14. Slo se salv el final del folio
18, que contiene la leyenda del abad Elsino, donde hace referencia a
este misterio 15. Del mismo modo, en el tratado VII cuenta la historia
11. El primero present su obra en Pars, pero no tuvo gran resonancia en el crculo universitario; VILLALMONTE, A., Contribucin de la teologa franciscana...,
o.c., p. 693. Respecto al segundo, basa su creencia en que Mara fue preservada por
Dios de toda suciedad en los pasajes bblicos de los tres jvenes hebreos en el horno
(Dn. 3) y el texto del Cantar de los Cantares 4, 7: Toda t eres hermosa, amada ma,
y mancha no hay en ti; RIERA ESTARELLAS, A., La Doctrina Inmaculista..., o. c.,
pp. 250-251.
12. Un completo estudio acerca de su vida y obra en JUAN GIL DE ZAMORA, De
preconiis hispaniae, ed. M. de Castro y Castro, Madrid 1955.
13. Han sido parcialmente publicados en FITA, F., Cincuenta leyendas por Gil
de Zamora combinadas con las Cantigas de Alfonso el Sabio, en Boletn de la Real
Academia de la Historia, VII (1885) 54-144. Un estudio acerca de la importancia de
la obra de Juan Gil de Zamora en las Cantigas, en SNCHEZ AMEIJEIRAS, R., Ymagines sanctae: Fray Juan Gil de Zamora y la teora de la imagen sagrada en las Cantigas de Santa Mara, en Homenaje a Jos Garca Oro, Santiago de Compostela
2002, pp. 515-526.
14. Esta censura, realizada por los contrarreformistas, nos impide conocer el
verdadero alcance del pensamiento de Gil de Zamora, que podemos suponer pro-inmaculista. Aunque si as fuera habra que rastrear sus orgenes, puesto que durante
su formacin en la Universidad de Pars habra de comentar, como todos los maestros en Teologa, las Sentencias de Pedro Lombardo, contrario a este dogma; RIERA
ESTARELLAS, A., La Doctrina Inmaculista..., o.c., p. 246.
15. Scias me a Dei genitrice, quam tam dulciter reclamasti, ad hoc tibi directum; quia si diem Conceptionis ejus, VI idus Decembris, qualiter dignissimum corpus ejus, in quo rex coelorum jacuit, concipitur et anima ejus sanctissima a Deo creatur, celebraveris et celebramdam praedicaveris, tuos lates videbis; FITA, F.,
Treinta leyendas por Gil de Zamora, en Boletn de la Real Academia de la Historia, XII (1888) 187-223, en concreto pp. 188-189.
1225
1226
ma), porque el artista haba pintado a la Virgen con el cinturn ceido por encima del vientre, abultado como si hubiese quedado embarazada por la accin del Espritu Santo en el mismo momento de la
salutacin del ngel. Entonces, a la imagen se le deshinch el vientre
y la cinta le descendi a la altura de las caderas, como la llevaban las
doncellas, escena que se representa en la cuarta miniatura de las que
ilustran el relato.
Precisamente esta misin encomendada por Dios y aceptada por
la Virgen de ser Madre del Salvador, es la que le confiere un grado de
santidad tan elevado que supera a la de los dems bienaventurados.
Encontramos la expresin de esta idea en numerosas cantigas, donde
se la invoca como lume dos santos fremosa (XL), dos santos fror
(CII, CCCL), dos santos mayor (CII), a que Deus deu avantalla
sobre todos outros santos (CLXXVIII), dos santos cora
(CCCXXX) o como aquella que espello dos santos e do mundo
(CXXVIII) 18. Por eso los ngeles y los santos la sirven, como sealan la nmero CXLI y especialmente la nmero V 19. Es ms, la Virgen puede alcanzar el perdn incluso para aquellos que han ofendido
a algn santo, como en el caso de aqul labrador que sufri una parlisis por segar en el da de la fiesta de San Quirce, pero fue curado
por Santa Mara de Atocha (cantigas CCLXXXIX / CCCXCVI) 20.
La supremaca de la Virgen como mediadora se pone de manifiesto asimismo en una serie de milagros en los que se exalta su misericordia para socorrer a los fieles que se encomiendan a Ella ante
alguna necesidad. Por ejemplo, en la cantiga XXXVI unos marineros
se ven sorprendidos por una tormenta e invocan infructuosamente a
los santos, pero slo se salvan del peligro cuando un abad les recomienda que dirijan sus oraciones a Santa Mara. Tambin es capaz de
lograr por su poderosa mediacin la salvacin del alma de hombres
que, pese a sus pecados, se haban distinguido por su servicio hacia
18. ALFONSO X, Cantigas..., o.c., vol. I, p. 157; vol. II, pp. 13, 15, 84, 191; y
vol. III, pp. 165, 209.
19. Todo-los Santos que son no Ceo de servir muito an gran sabor Santa Maria
a Virgen, Madre de Jeso-Cristo, Nostro Sennor. E de lle seeren ben mandados, esto
dereit e razon aduz, pois que por eles encravelados ouve seu Fill os nembros na
cruz; demais, per ela Santos chamados son, e de todos lum e luz; porend estan
sempr apparellados de fazer quanto ll en prazer for; bidem, vol. I, p. 93. En esta
edicin dicho milagro ocupa el nmero XV.
20. Segn Mettmann, se tratara de la fiesta de los mrtires Qurico y Julita, que
se celebraba el 16 de Junio; bidem, vol. III, p. 72.
1227
1228
y le aconseja que vaya a este santuario en lugar de a la catedral compostelana si quiere recuperar la vista, y el milagro vuelve a repetirse.
De un modo similar, el pesado bordn de hierro que llevaba un peregrino francs a Santiago, se rompe cuando llega a la misma iglesia
de Villasirga, en seal de que sus pecados haban sido perdonados
(CCCCLIII). La intervencin de la Virgen vuelve a ser providencial
en la nmero CLXXV, que cuenta uno de los milagros ms difundidos del Codex Calixtinus: la historia de dos peregrinos alemanes que
se dirigan a Compostela, padre e hijo, que haban sido acusados de
robo por un hereje, en cuya casa se haban hospedado. El hijo es condenado a la horca, pero cuando el padre vuelve de cumplir su peregrinacin lo encuentra vivo, porque la propia Santa Mara lo ha sostenido con sus manos 23.
Estos relatos han sido interpretados por algunos investigadores
como un intento del rey Sabio de restar importancia a la peregrinacin jacobea 24. Pienso ms bien, que su inclusin obedece al inters
del monarca por recoger en su compilacin milagros de fama universal, destinados a romper la monotona de otros relatos menores y locales, como apuntara Jos Filgueira Valverde 25. En cualquier caso no
23. Este tema se repetir en la cantiga XIII. Sobre su origen y comparacin con
otras colecciones de milagros vase HERNNDEZ VALCRCEL, C., El Ladrn ahorcado en la literatura medieval espaola, en La lengua y la literatura en tiempos de
Alfonso X, Actas del Congreso Internacional. Murcia, 5-10 marzo de 1984, Murcia
1985, pp. 295-304; y MOUNT R. T., The treatment of the miracle of the Devout
Thief in Berceo and Alfonso el Sabio, en Estudios alfonsinos y otros escritos en
homenaje a John E. Keller y Anibal A. Biglieri, Nueva York 1991, pp. 165-171.
24. Aducen para ello la antipata personal del monarca con el arzobispo de esta
dicesis; GALEANO, J. C., Agresin y violencia contra los peregrinos en las Cantigas de Santa Maria, en Bulletin of the Cantigueiros de Santa Maria, 9 (1997) 2334, concretamente p. 31; su deseo de sustraerse a la influencia de Cluny o simples
razones econmicas; CORTI, F. y MANZI, O., Viajeros y peregrinos en las Cantigas
de Santa Mara, en Temas Medievales, 5 (1995) 69-88, en especial pginas 79 y 80.
CORTI, F. y MANZI, O., Viajeros y peregrinos en las Cantigas de Santa Mara,
en Temas Medievales, 5 (1995) 69-88,
25. FILGUEIRA VALVERDE, J., Alfonso X, el Sabio. Cantigas de Santa Mara, Madrid 1985, p. 175. Seala este autor que en la cantiga CLXXIII podemos constatar
un cierto desinters en los oyentes: gran torto faredes, se me ben non ascuitades;
ALFONSO X, Cantigas..., o. c., vol. II, p. 180. Este tipo de expresiones tpicas para
captar la atencin al comienzo de la historia se multiplicarn en el cdice de Florencia, como expone en clave humorstica J. J. Rey. La cantiga CCC confirma el grado
de desencuentro entre el monarca y su pblico, y en ella el rey se lamenta amargamente de las crticas que reciba en su empeo por continuar su magna obra dedicada a la Virgen; REY, J. J., El trovador don Alfonso X, en Revista de Occidente, 43
(1984) 166-183, concretamente pp. 173-175.
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100-165), San Efrn (306-373) y San Jernimo (341-420), lo difundirn en sus escritos, pero en concreto, la contraposicin de los trminos Ave-Eva se recoge en el himno Ave Maris Stella, de Venancio
Fortunato (s. VI) 30. Posteriormente, San Bernardo retomar esta idea
en su sermn De aquaeductu, dedicado al nacimiento de Santa Mara. En l considera a Cristo como nuevo Adn y a la Virgen como
nueva Eva, restituyendo a ambos sexos por su cada 31. Va an ms lejos en la Homila II de su sermn De laudibus Virginis Matris, pues
considera que Mara repara la accin de los primeros padres pero rehabilita especialmente a la mujer, como portadora de la culpa. As,
del mismo modo que una mujer priv al hombre del Paraso, otra le
abrir las puertas de la salvacin 32.
Alfonso X recoge esta paronomasia en las cantigas LX y
CCCXX, cuyas miniaturas plasman grficamente la oposicin entre
ambas mujeres. Para ello, los iluminadores de la primera han optado
por el recurso de dedicar alternadamente cada una de las vietas a
una de las dos figuras (fig. 1). Comienzan con la escena de la Anunmis propios ojos mi redencin, que acaba de realizarse (Los evangelios apcrifos,
ed. E. Gonzlez Blanco., Madrid 1934, vol. II, p. 120). Del mismo modo, cuando
llegaron a la gruta de Beln y vieron los prodigios celestes que tenan lugar en ella,
Eva glorific a Dios diciendo: Bendito seas, Dios de nuestros padres, Dios de Israel, que, por tu advenimiento, has realizado la redencin del hombre; que me has restablecido de nuevo, y levantado de mi cada; y que me has reintegrado en mi antigua
dignidad, bidem, vol. II, p. 121.
30. Vase MELERO MONEO, M. L., Eva-Ave. La Virgen como rehabilitacin de
la mujer en la Edad Media y su reflejo en la iconografa de la escultura romnica,
en Lambard, Estudis dart medieval, 15 (2003) 111-134, en especial desde la pgina
117 a la 122.
31. Considera, hombre, el designio de Dios; contempla el proyecto de su Sabidura y de su amor. Antes de regar la era con el roco del cielo, empap el velln.
Antes de rescatar a la humanidad deposit todo el precio en manos de Mara. Y con
qu fin hizo esto? Tal vez para que Eva pudiera rehabilitarse por medio de su Hija, y
cesara ya la queja del hombre contra la mujer. Adn, no digas ya: La mujer que me
diste me dio del rbol prohibido. Di ms bien: La mujer que me diste me ha alimentado con un fruto bendito; SAN BERNARDO, Sermones litrgicos, en Obras
completas de san Bernardo, Madrid 1986, t. IV, p. 425.
32. Algrate, padre Adn; y t, madre Eva, regocjate mucho ms y salta de
gozo. Porque los dos fuisteis precisamente los progenitores de todos los humanos y
al mismo tiempo sus homicidas. Y peor an: homicidas antes de ser sus padres. Pero consolaos ambos con esta hija y una hija como ella. Especialmente t, que engendraste el mal y de ti pas a las dems mujeres [...] Mira: es cierto que el hombre
cay por la mujer. Pero tampoco podr levantarse sino por la mujer, IDEM, Homilas sobre la Virgen Madre, Obras completas, o.c., t. II, p. 617.
1231
ciacin del ngel a Mara, bajo la atenta mirada del Padre en un plano superior. En el centro se dispone un jarrn con plantas y flores,
smbolo de la virginidad mariana, cercado por un pequeo muro, en
referencia al hortus conclusus del Cantar de los Cantares (Cant. 4,
12). A esta escena se opone la de la cada de los primeros padres en
el Jardn del Edn. A un lado de la composicin Eva toma de la boca
de la serpiente el fruto del rbol del conocimiento y se lo alcanza a
Adn, que empieza a probarlo. De este modo se pone de manifiesto
el papel activo de la mujer en el pecado. En la segunda lnea se cambia el orden, y aqu la siguiente vieta se dedica a la expulsin del
Paraso por el ngel, armado con la espada flamgera. Adn y Eva
cubren con vergenza su desnudez, de la que han sido conscientes al
comer del fruto prohibido, con unas hojas de higuera. Por el contrario, en la vieta opuesta, Mara toma de la mano a una pareja vestida
y les franquea el paso hacia el Paraso perdido. Esta escena ha sido
interpretada por F. Corti y O. Manzi como la bendicin de la Virgen
a un matrimonio, puesto que reproducen con sus manos los gestos
caractersticos de la liturgia nupcial. As pues, alegricamente vendra a significar la insercin del hombre en el orden colectivo que,
como hemos visto, pretenda sancionar la Iglesia 33. En la ltima lnea
de miniaturas se representa a Eva cerrando las puertas del cielo, que
volver a abrir la Virgen cuando conteste afirmativamente a la propuesta del ngel Gabriel de ser madre del Seor, sintetizada en el saludo Ave.
Por su parte, las ilustraciones de la cantiga CCCXX, pese a la similitud del tema a tratar, se han resuelto de forma muy diferente,
producto de la distinta mano que las traz (fig. 2). En este caso comienzan no con la cada en el pecado original, sino con la escena anterior de la tentacin. As, mientras Adn mantiene una conversacin
con un ngel, Eva escucha a la serpiente y se cubre con una mano el
sexo pdicamente34. Aqu la serpiente no se representa de forma realista, como en la cantiga anterior, sino que toma forma de una sierpe
33. CORTI, F. y MANZI, O., Cuerpo y sexualidad en las miniaturas de las Cantigas de Alfonso el Sabio, en Temas Medievales, 3 (1993) 121-138, vase pp. 122123; CORTI, F., Imgenes acerca de la procreacin y del sexo en el matrimonio segn las miniaturas de las Cantigas de Santa Mara, en Caballeros, monjas y maestros en la Edad Media. Actas V Jornadas Medievales, Mxico, septiembre 1994,
Mxico 1996, pp. 467-491, en concreto pp. 469-470.
34. A pesar de que, como sealamos antes, segn la narracin bblica no sera
consciente de su desnudez hasta que no probase del fruto prohibido.
1232
Fig. 1. Cantiga LX
1233
alada con cabeza de mujer, cubierta con la caracterstica toca. Se trata de un nuevo recurso para enfatizar la responsabilidad femenina en
la comisin del pecado. La mujer no es una simple vctima del engao del diablo, sino que ella misma acabar por convertirse en la personificacin de la tentacin, que pretende arrastrar a los hombres hacia el mal, y muy especialmente hacia la lujuria.
La segunda vieta, dedicada a la Anunciacin, presenta tambin
diferencias acusadas con la primera miniatura de la cantiga LX. Bajo una arquera aparecen las clsicas figuras del ngel, del que sorprende su pequeo tamao, y de la Virgen, separados por el conjunto
vegetal. Pero a ellas se une un nuevo personaje masculino, sin nimbo
y tocado con el caracterstico bonete cnico que serva como distintivo de los judos en la sociedad alfons. Reproduce la misma actitud
de la Virgen, pues ambos se representan con el antebrazo alzado y la
palma abierta, mientras con la otra mano se recogen el manto, aunque l permanece cabizbajo. M. V. Chico Picaza lo identifica con
San Jos, al que tambin se le apareci un ngel en un sueo para explicarle la concepcin virginal de Mara (Mt. 1, 18-25) 35. En ese caso estaramos ante una imagen sincrtica, que funde en un solo instante el asentimiento de Jos y Mara al plan divino y de esta forma
los contrapone a Adn y Eva, que incumplieron sus mandatos. El
principal problema que plantea esta identificacin es que sera un
unicum dentro del cdice, pues lo habitual es que cuando se representan varias escenas se separen por medio de una orla con motivos
herldicos, caso de la ltima miniatura de la cantiga LXXXIV. Otro
recurso frecuentemente utilizado consiste en repetir a los personajes,
como vemos, por ejemplo, en varias vietas del primer folio de la
cantiga XV, as que en este caso un nuevo ngel debera figurar junto a San Jos 36. Otra opcin es que se trate de una representacin del
profeta Isaas, que haba anunciado la concepcin virginal de Mara 37. Aunque no sea ste el caso, s encontramos en numerosas cantigas referencias a esta profeca, como en la nmero XXV, LXX,
CCCLXX o la CDXI 38. Adems, en la representacin del rbol de Je35. CHICO PICAZA, M. A., La ilustracin del Cdice de Florencia, en El cdice de Florencia..., o.c., pp. 125-143, en concreto p. 131.
36. Por otra parte, en el resto de sus representaciones este personaje suele aparecer con un tocado algo diferente, de forma agallonada, como vemos en la Natividad de la primera cantiga, segunda vieta.
37. He aqu que una virgen est encinta y da a luz un hijo al que dar el nombre de Emmanuel, Is. 7, 14.
38. Resultan especialmente reveladoras la CLXX y la CCLXX porque oponen
de nuevo a la Virgen con Eva. As, en la primera leemos: De como Donzela,
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cir que las escenas que en ellas deban figurar estaran dedicadas a
las consecuencias del pecado original 42. As, la cuarta, dada la aparente disposicin de las figuras, podra tener por tema la maldicin
divina hacia la mujer de concebir con dolor a sus hijos (Gn. 3, 16).
En la quinta se representa a Eva hilando mientras Adn ara la tierra,
en alusin al castigo reservado al hombre de ganar el pan con el sudor de su frente (Gn. 3, 17). La ltima miniatura es la ms incompleta de todas, pero a juzgar por la posicin de las manos podra tratarse de la representacin de una pelea, probablemente la muerte de
Abel a manos de su hermano Can.
Todas estas representaciones de la Virgen como segunda Eva
conllevan implcita la creencia en la Inmaculada Concepcin. Pues
si Mara tuvo, como socia de Cristo, la misin de redimir el pecado
de la primera mujer, no poda estar sometida de ningn modo a ese
mismo pecado. Ella es la mujer que aplasta con su pie la cabeza de la
serpiente que tentara a Eva. Tambin se ha visto en Ella a aquella
otra mujer que describe el Apocalipsis como vestida de sol, con la luna bajo sus pies y coronada de estrellas, contra la que nada puede el
maligno, que la persigue en forma de dragn (Ap. 12). De este modo, a Adn y Eva, causa de la ruina del gnero humano, se oponen el
Mesas y la Virgen, que han de levantar la maldicin que pesa sobre
aquellos y sobre sus descendientes 43.
Este concepto de Mara como copartcipe en la obra de salvacin
de su Hijo llega a su mxima expresin en una serie de imgenes que
representan el Juicio Final, y que han sido analizadas por A. Domnguez 44. En la segunda miniatura de la cantiga L se representa a Cristo Juez rodeado por los ngeles que muestran los instrumentos de la
Pasin, y flanqueando el trono se sitan la Virgen y San Juan, que
tambin haban asistido a su muerte, actuando como intercesores. La
principal novedad respecto a la iconografa tradicional, que representaba a la Virgen orando por los pecadores, es que aqu acta como
42. Segn A. Santiago, esta podra haber sido la razn de que quedaran incompletas, por falta de inspiracin del maestro iluminador ante una temtica tan compleja; ALFONSO X, Cantigas de Santa Mara, Edicin facsmil del ms. B.R.20....,
o.c., p. 59.
43. PASCUAL, A., La Inmaculada Concepcin en la Liturgia visigtica, Liturgia, IX/101-102 (1954) 174-182, concretamente pp. 177-179.
44. DOMNGUEZ RODRGUEZ, A., Compassio y Co-redemptio en las Cantigas
de Santa Mara. Crucifixin y juicio final, en Archivo Espaol de Arte 281 (1998)
17-35.
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presencia de las leyendas bretonas en las bibliotecas nobiliarias, la herldica y genealoga mtica y en la onomstica peninsular en BECEIRO PITA, I., Modas estticas y
relaciones exteriores: La difusin de los mitos artricos en la Corona de Castilla (s.
XIII-comienzos s. XVI) , en En la Espaa Medieval, 16 (1993) 135-167.
56. Esto recuerda las palabras del salmista: Por eso se me alegra el corazn, se
gozan mis entraas y mi carne descansa serena; porque no me entregars a la muerte, ni dejars a tu fiel conocer la corrupcin, Sl. 16, 9-10.
57. ALFONSO X, Cantigas..., o.c., vol. III, p. 343.
58. bidem, vol. III, p. 335.
59. Audi, filia, et vide, quae meruisti effici filia filii, ancilla geniti, mater Domini, gestatrix salvatoris altissimi; qui concupivit rex speciei tuae decorem, et complacuit ei in terram tuam habitaculum sibimet mundissimum prepare: proinde presta nobis; ut qui te concupiscens sibi advocavit in matrem, concupiscenciae suae
opulentam largiatur dulcedinem, atque ita tuis, sancta mater, obsequiis mancipemur,
dum vivimus, ut ad eum, quem genuisti, sine confusione post transitum veniamus;
PASCUAL, A., La Inmaculada Concepcin..., o.c., p. 175.
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otras cantigas, como la CCX 60. Pero a la vez, en la CDXIV menciona expresamente que Dios habra preparado a la que estaba predestinada desde el principio de los tiempos a ser su Madre santificando su
carne, lo que supone de nuevo la preservacin de todo pecado.
En la CCCX va an ms lejos y nos seala incluso el momento en
que debi producirse esa santificacin: sempre santivigada foi des
que a fez seu padre eno corpo de sa madre, u jouve des pequenynna 61. Afortunadamente, en este caso concreto s ha llegado hasta nosotros el folio con las miniaturas, perfectamente terminadas adems,
aunque sin los rtulos explicativos (fig. 3). En la primera escena se
representa en un plano superior a la Virgen como regina coeli acompaada por los cuatro evangelistas. En la parte inferior de la composicin se dispone un grupo encabezado por un obispo y varios clrigos, que escuchan atentamente a una mujer ricamente vestida y tocada con la corona real sobre el velo blanco. A. Domnguez ha interpretado esta curiosa figura femenina con una imagen del rey que haba quedado inacabada, a falta de pintar la cara y las manos, y fue
despus reconvertido en Virgen, sin tener en cuenta que Mara aparece ya representada en la bveda celeste 62. De hecho, en la ltima
imagen se representa al monarca orando ante Santa Mara vestido de
idntico modo. La razn de tan extrao cambio podra estar en que a
la muerte de Alfonso X fue incomprendida la audacia con la que se
haba retratado en las cantigas de loor o decenales. En muchas de estas composiciones el rey se presenta como trovador cantando a Mara rodeado por sus sbditos y, en algunos casos, como en la tercera
vieta de la cantiga LXX llega incluso a tocar el manto de la Virgen,
en una familiaridad realmente inusual en el arte de la poca 63.
60. En ella seala que el Seor se encerr en el cuerpo de la Virgen para guardarnos del demonio e esto non fezera Deus, sse ante non visse a bondade da Virgen, que per ela comprisse quanto nos prometera, segund el ante disse ALFONSO X,
Cantigas..., o.c., vol. II, p. 262.
61. bidem, vol. III, p. 117.
62. La investigadora ve en estas imgenes un claro exponente de gibelinismo
por parte de Alfonso X, que se representa manteniendo una relacin directa con la
divinidad, prescindiendo de intermediarios, pues como ya he dicho, entre los fieles
a los que alecciona en esta miniatura figuran incluso miembros de la jerarqua eclesial; DOMNGUEZ RODRGUEZ, A., Poder, ciencia y religiosidad en la miniatura de
Alfonso X el Sabio. Una aproximacin, en Fragmentos, 2 (1985) 33-46, especialmente p. 46.
63. Id., Retratos de Alfonso X en sus manuscritos, en Alfonso X el Sabio impulsor del arte, la cultura y el humanismo: el arpa en la Edad Media espaola, Madrid 1997, pp. 95-107, en especial pp. 101-105.
1242
En el resto de las miniaturas de la cantiga CCCX se ilustran distintos momentos de la vida de la Virgen, como su infancia en el templo (segunda vieta), la Anunciacin (tercera vieta), la crucifixin y
resurreccin de su Hijo (cuarta vieta), Mara como Regina coeli y
curando a los enfermos (quinta vieta) y, por ltimo, al rey Sabio rogndole que le permita alcanzar el Paraso (sexta vieta). Resulta especialmente interesante la segunda miniatura, donde se representa a
Mara en el templo, alimentada por cuatro ngeles. El origen de este
tema lo encontramos en el Evangelio del Pseudo-Mateo (6, 2-3) y en
el Evangelio armenio de la infancia (3, 1), que cuentan cmo Mara
no comparta la comida de sus compaeras, sino que cada da reciba
el pan celestial de manos de los ngeles. Sin embargo, lo habitual es
que aparezca uno slo, como se representa en las Miniaturas de las
Homilas del monje Santiago de la Biblioteca Vaticana y la Biblioteca Nacional de Pars o en el Fresco romnico de la iglesia du Vieux
Pouzauges (Vende, Bretaa), ambos del siglo XII 64. sta no es la
nica escena de las Cantigas que tiene por tema la infancia y juventud de la Virgen. En la nmero CLXXX se representa a Mara Vieja
y Nia, en este caso bajo la forma de una doncella con un libro, smbolo de sabidura, y con la corona de las vrgenes sobre el cabello rubio suelto 65. Por ltimo, en la tercera miniatura de la cantiga XC se
representa de un lado la educacin de la Virgen en el templo entre
sus compaeras, mientras, a la derecha, la vemos bordando en un interior en presencia de un hombre y un nio 66. Esto recuerda la historia de los apcrifos que narran cmo, tras los desposorios con Jos,
fue elegida entre las dems vrgenes para hilar la escarlata y la prpura el material ms precioso, por ser propio de la realeza, para el
velo del templo 67.
64. RAU, L., Iconografa del arte cristiano..., o.c., vol. I, p. 175. Dicho autor
identifica la imagen ms antigua de este tema en una losa de mrmol grabada en la
iglesia de Saint Maximin (Provenza) del siglo V.
65. As se representa tambin, por ejemplo, a la nia Musa en la primera miniatura de la cantiga LXXIX.
66. A Domnguez identifica la figura masculina con un sacerdote del templo;
DOMNGUEZ RODRGUEZ, A., Iconografa evanglica en las Cantigas de Santa Mara, en Studies on the Cantigas de Santa Maria: Art, Music, and Poetry. Proceedings of the International Symposium on the Cantigas de Santa Maria of Alfonso X,
el Sabio (1221-1284) in Commemoration of Its 700th Anniversary Year, Nueva York
1981, pp. 53-80, especialmente pp. 57-58). Sin embargo, la presencia del nio induce a pensar en una representacin de la Sagrada Familia, aunque con cautela, dada la
ausencia del nimbo crucfero que deba identificarlo como Cristo si as fuera.
67. Protoevangelio de Santiago captulos 10 y 12; Evangelio del Pseudo-Mateo
8, 5 y Evangelio armenio de la infancia 4, 8. Supuestamente, se tratara del mismo
1243
Pero sin duda, la exposicin ms clara de la doctrina de la Inmaculada Concepcin la hallamos en la cantiga CDXI, la primera de
cuantas se dedican a las festividades de la Virgen y que versa acerca
de la fiesta de la Natividad (8 de septiembre). La parte inicial explica el linaje de la Virgen basndose en las profecas de Isaas y los escritos de los evangelistas, aunque en realidad stos tampoco recogen
la historia de su nacimiento, sino que lo hace el Protoevangelio de
Santiago. La narracin alfons sigue este evangelio apcrifo prcticamente punto por punto: la generosidad de San Joaqun y Santa Ana
y su problema de esterilidad, por el que no permitan a Joaqun entrar
en el templo a presentar sus ofrendas, al ser considerada entonces como signo de maldicin divina. Contina relatando la separacin de
los esposos, el envo del ngel del Seor con el anuncio del nacimiento de Mara y el encuentro de ambos ante la Puerta Dorada. A
partir de ese momento el relato se detiene en explicar con todo detalle cmo Ana obridou seus pesares e con muitas saudes e muitos
abraares o acolleu mui leda, e pois muitos manjares lle guisou, e sa
casa muy ben encortinada, na qual aquela noite, est cousa sabuda,
foi na b?eita Anna, a Virgen conebuda, a que pelos prophetas nos
fora prometuda ante que esto fosse mui gran sazon passada68. Es decir, que la concepcin de la Virgen no tiene lugar en el momento del
abrazo ante la Puerta Dorada, como se crey posteriormente, sino
por va natural. De esta forma, pese a que el texto pondera la santidad de sus padres, no se hace proceder a Mara de una generacin
virginal, sino del acto carnal, que era el precisamente el que transmita la culpa.
El texto contina sealando cmo Dios la libr del pecado original: E logo que foi viva no corpo de sa madre, foi quita do pecado
que Adan, nosso padre, fezera per consello daquel que, pero ladre
por nos levar consigo, a porta ll serrada do inferno. Ca esta lle pos
a serradura e abriu paraso, que per malaventura serrou nossa madr
Eva, que con mui gran loucura comeu daquela fruita que Deus ll ouve vedada 69. Es decir, Dios la preserv de esta mancha que necesavelo que se rasg por medio en el momento de la muerte de Jess en la cruz, Mt. 27,
51; Mc. 15, 38; Lc. 23, 45. Los apcrifos mencionan tambin que Mara se encontraba realizando esta tarea cuando se le apareci el ngel hecho que, aunque no se
recoge en ninguna de las anunciaciones de la miniatura alfons, en cierto modo la
contrapone a la quinta vieta de la cantiga CCCXX, en la que Eva apareca hilando
tras su expulsin del Paraso.
68. ALFONSO X, Cantigas..., o.c., vol. III, pp. 331-332.
69. bidem, vol. III, p. 332.
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El Escorial (Madrid)
Cosme Jos de Benito (1829-1888) fue maestro de la Real Capilla del Escorial1 durante un perodo de 26 aos, desde 1859 hasta
1885; una etapa extremadamente convulsa en lo que a la poltica espaola y a la gestin religiosa y administrativa del Monasterio se refiere. Este aspecto dificult enormemente la vida cotidiana y creativa del maestro de Benito que, sin embargo, fue un prolfico autor
musical, tanto de obras prcticas como didcticas y tericas, que dio
a conocer en su mayora desde el propio Monasterio. Su produccin
como compositor abarca unas 220 obras, principalmente de msica
religiosa, recibidas en general con excelentes crticas y diversos honores 2, demostrando que este compositor fue un importante exponente de la msica sacra espaola de la segunda mitad del siglo XIX.
Las especiales caractersticas histricas del perodo que dedic de
Benito al servicio de la capilla del Monasterio han conllevado el olvido de su intensa actividad musical en la misma y en el pueblo de
San Lorenzo del Escorial.
Barbieri, gran amigo de Cosme, publica, tras su muerte, una extensa biografa del maestro de capilla y una catalogacin de sus obras en
la Ilustracin Musical Hispano Americana 3. En ella da cuenta de sus
1. Empleamos de aqu en adelante la terminologa del propio Cosme Jos de
Benito, que en todas sus obras publicadas firma como Maestro de la Real Capilla
del Escorial.
2. Cosme Jos de Benito fue nombrado, en 1870, profesor honorario de la Escuela Nacional de Msica y Declamacin, en 1871 recibi la Cruz de Caballero de
la orden de Carlos III a proposicin de Emilio Arrieta y, en 1879, el ttulo de miembro corresponsal de la Real Academia de Bellas de San Fernando, sin duda a instancias de Barbieri, ntimo amigo del maestro de Benito y presidente de la Seccin de
Msica de la Academia.
3. Recogida en BARBIERI, F. A., Legado Barbieri. Biografas y Documentos sobre
msica y msicos espaoles, Madrid 1986, vol.1, pp. 64-67, E. Casares Rodicio (ed.)
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A pesar de que se ha afirmado que la capilla se mantuvo en esta situacin de decadencia hasta la llegada de los agustinos en 1885, lo cierto es que sufri una intensa revitalizacin desde 1859, con la presidencia del padre Claret de la Corporacin de Capellanes que se hace cargo
del Monasterio en aquel ao. l mismo describe la situacin de la capilla a su llegada a El Escorial: () la primera vez que yo fui all slo
hall dos monjes, el padre Jernimo Pags y el padre Francisco Manzano, y tres muchachos que los ayudaban a cantar las misas y a rezar las
horas menores () 10. El inters de Claret por la msica, su actividad
en favor de la renovacin del canto litrgico y de la participacin de los
fieles en la liturgia cantada, su divulgacin y fomento de la prctica coral entre las clases populares, con una clara intencionalidad moralista, y
su labor para introducir el estudio y la prctica del cantollano en los seminarios es bien conocida 11 y forma parte de un movimiento de reforma de la msica religiosa y de promocin de las asociaciones corales
muy caracterstico de la segunda mitad del siglo XIX 12.
9. AGP, Patrimonio de San Lorenzo, leg. 1861. El Escorial 26 de junio de
1850. Recogido en LOLO, B., Aproximacin a la capilla, o. c., p. 389.
10. CLARET, A.M., Miscelnea interesante, Madrid 1865, p. 116.
11. Vid. MARTNEZ, L., El canto sagrado. El Venerable Claret restaurador. El
Escorial, en Tesoro Sacro-Musical (Madrid), ao IX, n. 4 (abril 1925) 99-100.
VIELA, J. A., El Bto. P. Claret Apstol de la Msica sagrada en el siglo XIX, en
Tesoro Sacro-Musical ( Madrid), ao XVIII, n. 9 (septiembre 1934) 83-87.
IRUARRZAGA, L., A nuestros lectores. El venerable P. Claret, Apstol de la msica religiosa, en Tesoro Sacro-Musical (Madrid), ao X, n. 2 (febrero 1926) 82.
MARTNEZ, R., Claret y Clar, Antonio Mara, en Diccionario de la msica
espaola e hispanoamericana, Madrid 1999-2002, vol. III, pp. 729-730.
12. Vid. NAGORE, M., La revolucin coral, Madrid 2001, y de la misma autora:
Tradicin y renovacin movimiento de reforma de la msica religiosa anterior al
Motu Propio, en Revista de Musicologa, XXVII (1), (2004) 211-235.
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de Rquiem de 1866, que fue estrenada en la iglesia de Santo Toms el 29 de Diciembre de dicho ao 18. En el peridico musical El
Artista se recoge una elogiosa crtica de esta obra, que nos puede
dar una idea de la opinin que de la msica del maestro de Benito tenan sus contemporneos: Su estilo y sus proporciones pertenecen
al gnero religioso puro que los italianos llaman a capella, si bien la
instrumentacin est concienzudamente algn tanto ms recargada y
brillante que lo acostumbrado en esta clase de trabajos y cual convena al gusto de la obra en extremo grandiosa y al gusto moderno.
(), sealando ms adelante que alguno de los nmeros de esta misa era una de las mejores composiciones en el arte 19.
En estos aos aumenta notablemente el inters por la msica en el
Monasterio:
El contemporneo de Claret, D. Jos Benito Marugn, asegur en
un escrito, que en 1865, entre los estudiantes y aun entre los profesores de El Escorial, haba furor por la msica. En dicho escrito
nombraba a los siguientes msicos: a D. Cosme Jos de Benito y al
P. Fernndez Montaa, como maestros de msica; a Juan Driga,
() como especialista en el canto de las Cantigas de Santa Mara;
a Jos Antillac, como gran sochantre y muy entendido en el canto
llano; a Jos Sorribes, como organista y pianista; y a D. Jos Marugn como organista 20.
1254
Los capellanes, por su escaso nmero y por falta de educacin musical, no bastaban para las mayores solemnidades del culto, para el
canto de las misas y del oficio, cuando la categora de la festividad
lo exiga. Por eso los seminaristas () les ayudaban cantando diariamente la misa que oan y entonando las vsperas en los das festivos. Pero aparte de esto, el padre Claret organiz un coro de tiples,
nios de corta edad, bien seleccionados () para su ministerio, que
era principalmente cantar la misa de alba (). A estos nios se les
enseaba msica, se les daban estudios segn su capacidad, se les
mantena y atenda como a los colegiales, se les entregaban treinta
reales al mes y luego, si tenan vocacin y aptitudes, se les conceda
una beca en el seminario22 .
1255
En esta etapa Cosme contina componiendo 26, aunque su actividad fundamental en estos aos se centra en la catalogacin del Archivo musical del Monasterio. Segn el Real Decreto de 1848 sobre
la Real Capilla del Escorial: Ser obligacin del Maestro de Capilla
tener las llaves del archivo donde se custodian los papales de msica
e instrumentos y disponer con anticipacin lo que haya de cantar o
tocar, y repartir a los msicos el papel que hubieran de cantar27. De
Benito haba sentido desde su toma de posesin en 1859: la falta de
un Catlogo que manifestase lo que contenan los clebres archivos
musicales ya que hall multitud de obras antiguas en el mayor
abandono, confusin y desorden, efecto sin duda de las muchas vicisitudes porque haba pasado este suntuoso Monasterio, y cosech
desde luego la idea del arreglo de los Archivos, coleccionando las
muchas obras que estaban en completa confusin, y proponindome
despus la formacin de un catlogo minucioso y exacto 28. A esta
necesidad vino a sumarse el inters de Barbieri, que por entonces se
hallaba investigando en los fondos musicales del Monasterio, y que
25. DE BENITO, C. J., Catlogoo. c.
26. A esta poca creativa pertenecen obras como un Stabat Mater de 1871,
los Gozos: a la Pursima Concepcin a 3 y orquesta, y Bendita sea tu pureza,
de 1871 y 1869 respectivamente, una Misa Pastoral a coro, con dos, y con acompaamiento de rgano, de 1869 y una nueva Misa de Rquiem de 1871 que estren en la parroquia de San Sebastin, en Madrid, con bastante xito. As como diversos Himnos, Motetes y otras piezas menores.
27. AGP, Recogido en LOLO, B., Aproximacin a la capilla, o.c., p. 387.
28. DE BENITO, C. J., Catlogo o.c.
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le propuso a su amigo Cosme la realizacin del catlogo que l costeara, ayudando de esta manera econmicamente al maestro de capilla. As se gest este primer ndice del Archivo musical, sistemtico y cientfico, que supuso dos aos de duro trabajo para el maestro
de Benito y que fue de enorme importancia al sacar a la luz muchas
piezas que el Patrimonio no tena inventariadas:
[en un catlogo] de las obras musicales de los Archivos Prioral, Vicarial y particular del Maestro de esta gran Baslica (que) en los inventarios de la Casa en 1859 constaban de unas trescientas obras, en
tanto que en el Catlogo descriptivo y detallado que he formado se
aproximan a tres mil, que he podido recoger y coleccionar del caos y
confusin en que yacan abandonadas y diseminadas, segn se manifiesta en el prlogo o resea del objeto de esta obra 29.
El padre Villalba asegura que los honores que Cosme Jos de Benito recibi en estos aos de la Escuela Nacional de Msica y de la
Orden de Carlos III se debieron a la elaboracin de este catlogo 31.
Los Escolapios continuaron en El Escorial hasta 1875, hacindose cargo desde octubre de 1872 de la totalidad de Monasterio. Esta
etapa de presencia calasancia es probablemente la ms dura que el
maestro de capilla vive en su puesto. El 12 de Septiembre de 1872 de
Benito queda cesante por supresin de su cargo despus de catorce
29. Ibidem.
30. Ibidem. Para ms informacin sobre la gestacin del catlogo Vid. GARCA
MELERO, L., y LPEZ ALBERT, M. I., Primer inventario de los arvhicos de msica de
El Escorial por Cosme Jos de Benito en La Msica en el Monasterio del Escorial.
Actas del Simpsium, San Lorenzo del Escorial 1992, p. 705-713.
31. VILLALBA, L., El Archivo de Msica, o. c., p. 98.
1257
aos de servicio, y pide en su correspondencia a Barbieri que interceda por l, recurriendo incluso a Castelar, cuyo aprecio me ha dispensado como organista 32. Finalmente el cese queda sin efecto sin
necesidad de que Barbieri ponga en marcha sus influencias, aunque
Cosme Jos queda con el sueldo de un pen de albail, pero por
ahora estoy conforme con no perder mis derechos 33. En 1874 vuelven las dificultades para de Benito, que tena un nombramiento de
Amadeo de Saboya por el que deba percibir 6000 r., casa, mdico,
botica y otras obvenciones, como lea, fruta, etc. y en el que quedaban marcadas sus obligaciones:
() tocar cuando ocurra de tabla en el monasterio, ordinario y extraordinario, pero no en las funciones particulares pagadas por algn
devoto, ensear msica a los cuatro aclitos () dndoles clase a la
hora y tiempo que yo marcaba; cuidar de la conservacin y custodia
de los archivos () y por ltimo si para alguna funcin extraordinaria como Semana Santa, Corpus, San Lorenzo se traan voces y orquesta de Madrid, disponerlo y dirigir 34.
1258
ta un conservatorio () 37. Cosme reclama a la administracin, e incluso termina abandonando su cargo por no aceptar las condiciones
expuestas. Finalmente el padre Zorrilla, responsable de la orden en
el Monasterio, negocia con l un acuerdo satisfactorio para ambas
partes, pero las tensiones se mantienen hasta la salida de los Escolapios de El Escorial en 1875, por el incumplimiento de las mismas y
de la posterior resolucin del expediente de la administracin a favor
del maestro de capilla. Lo que lleva a de Benito a afirmar indignado:
Qu tropa frailuna! Cuanto mejor que este monasterio estuviese
convertido en un gran museo donde en ciencias y artes, manufacturas, etc. se reuniese todo lo mejor! A cualquier objeto que se hubiera
destinado, no entregndolo a frailes, hubiera sido mucho mejor, pues
estara ms conservado, porque cualquiera lo sabra apreciar mejor.
Que echen pronto con viento fresco a esta tropa antiartstica y den un
destino ms propio a este edificio, aunque para ello quedase cesante
tu siempre apreciado amigo 38.
Con la salida en 1875 de los Escolapios del Monasterio, de Benito recupera las condiciones anteriores de su contrato: El da 5 se firm mi nombramiento como antiguamente, con 8000 r., casa, etc.,
etc. 39. En la ltima etapa de Cosme Jos como maestro de la Real
Capilla del Escorial, entre 1875 y 1885, el Monasterio estuvo bajo el
ministerio de los Capellanes Reales, acompaados de un cuerpo de
profesores laicos que se ocupaban de la primera y segunda enseanza del colegio Alfonso XII, fundado por el propio rey con rango de
docencia estatal 40. En este periodo continu su labor compositiva
con la realizacin de arreglos y reducciones de obras antiguas para
poder ser ejecutados por la reducida capilla con que contaba, adems
de la produccin de msica religiosa propia con xito, como puede
observarse en la siguiente crnica:
() el da de San Lorenzo se cant en el Real Monasterio una magnfica misa del ilustrado maestro de capilla D. Cosme Jos de Benito, el cual dirigi una buena orquesta que se form con los elementos que tiene en la capilla y con los notables artistas de la Sociedad
Unin Artstica ()
37.
38.
39.
40.
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En el texto anterior es posible apreciar la influencia que en Cosme tena el pensamiento pre-regeneracionista, que en el mbito musical estaba muy presente en aquel momento, y la importancia que
ste le otorgaba a la educacin y a la divulgacin de la cultura entre
todas las clases sociales. En este mismo artculo defiende con ahnco
la necesidad de la implantacin de las sociedades corales en Espaa
para el logro de estos objetivos, asimilando claramente los principios
de Claret y Clav a este respecto. Pero tanto en el aspecto de la promocin de las sociedades corales como en el de la formacin musi46. DE BENITO, C. J., La msica para nios. Libro de texto para las escuelas de
Instruccin primaria, Madrid, 1884.
47. DE BENITO, C.J., Influencia de la Msica y necesidad de su estudio, Crnica de la Msica, n 157, 21 de Septiembre de 1881.
1261
cal de las clases populares de Benito no se limita a una defensa terica sino que, en Mayo de 1882, logra fundar en San Lorenzo del Escorial una escuela de msica y un orfen de acuerdo con estos principios:
El ilustrado profesor, D. Cosme J. de Benito, maestro de capilla del
Real Monasterio de San Lorenzo del Escorial, vena trabajando hace
tiempo por fundar una escuela gratuita de msica y orfen. Al fin,
venciendo mil dificultades y con la cooperacin del conocido banquero Sr. D. Juan Barri, de los concejales del ayuntamiento del Escorial y de otras varias personas, acaba de inaugurar en dicho Real
sitio la nueva institucin musical, hallndose matriculadas ya unas
treinta personas, la mayor parte obreros y jornaleros.
Para la enseanza se han ofrecido espontneamente el Sr. D. ngel
Ortega, msico mayor del colegio de carabineros, algunos profesores de la capilla que dirige el Sr. Benito, varios alumnos de la Escuela de ingenieros de montes y el profesor de solfeo del colegio del
Monasterio, D. Blas Gregorio Ruiz, discpulo del Sr. Benito 48.
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Cosme Jos de Benito, maestro de la Real Capilla del Escorial, y su Ofertorio para la festividad de la Inmaculada Concepcin
1264
pblico, que notaba en ellos, bajo un estilo expresivo y de gusto moderno una uncin religiosa y un respeto santo ajeno a los arranques teatrales de la msica profana 54, transformndolo as en un compositor
muy representativo del gnero religioso del momento, cuya obra merece un estudio ms profundo que nos permitira caracterizar, al menos parcialmente, el estilo preponderante de la msica religiosa espaola de la segunda mitad del siglo XIX que an est necesitada de una
revisin crtica 55. Bien es cierto que las obras de Cosme Jos de Benito, observadas desde la actualidad, no pueden ser, ni mucho menos,
valoradas en el estilo hiperblico en que lo hacan sus contemporneos, pero s merecen un estudio objetivo que no conlleve la permanente infravaloracin apriorstica a que ha sido sometida la creacin musical espaola de todo el siglo XIX, juzgndolas en su contexto.
El Ofertorio de la festividad de la Inmaculada Concepcin de
Mara Santsima, del ao 1885, que Cosme Jos de Benito compone siendo an maestro de la Real Capilla del Escorial, es una interesante pieza que presenta todos estos rasgos de estilo. En primer lugar, se basa en la tradicin, al estar compuesto sobre el tema del
Cantollano y con la letra del Oficio 56, que el maestro de capilla extrae de los cantorales del Monasterio que contienen el oficio y misa
de la Inmaculada Concepcin 57. Esta pieza estaba pensada, a pesar
de la diferencia estilstica, para integrarse en la misa ya existente en
el cantoral 116, cuyo ofertorio no est musicado 58, para ello el maestro de Benito emplea una meloda gregoriana que aparece reiteradamente en la misa y el oficio de la Inmaculada 59, logrando mantener
as, de algn modo, la unidad y coherencia musical.
1265
Pero Cosme Jos integra tambin en esta obra los elementos del
gusto moderno a travs de la armona y la tmbrica. Escrita para
cuatro voces, una orquesta compuesta por flauta travesera, clarinetes, cornetn, trompas, trombones, violines, violas, violoncello, contrabajo y un rgano, el maestro de capilla, muy pragmtico, contempla la posibilidad de no disponer de este conjunto instrumental y
aade una reduccin para rgano, como era habitual en la poca, pero tambin planifica otras opciones y seala: Puede tambin suprimirse todo el metal, y cuando se cante con todo el instrumental y rgano debern duplicarse (al menos) todas las voces, siendo mayor el
efecto ejecutado por un Coro numeroso.
Toda la pieza presenta un tratamiento fundamentalmente homofnico, la orquesta funciona como apoyo del canto y armnicamente
predomina la sencillez, con una tendencia al empleo de las progresiones armnicas, de los acordes de sptima disminuida, buscando la
intensificacin expresiva, y las flexiones hacia tonalidades cercanas
a la principal, Mi bemol Mayor.
Parece que el maestro de Benito concibe esta pieza teniendo como referencia la salmodia responsorial tpica del ofertorio de una
Misa romana medieval 60. En el Ofertorio de la festividad de la Inmaculada Concepcin, tras la introduccin, a cargo de la orquesta
sobre el primer motivo de la meloda gregoriana, todas las frases
del texto del oficio, si exceptuamos el aleluya final, comienzan
siendo cantados a solo por una de las cuatro voces, generalmente el
tiple, acompaada por la orquesta que le sirve de apoyo, para despus ser contestada por el resto de las voces homofnicamente, cerrndose la pieza, con un postludio de la orquesta algo ms elaborado y efectista.
Cosme Jos de Benito aumenta la versatilidad de esta pequea
pieza concibindola para que tambin pudiese () cantarse como
Motete en todas las festividades de la Virgen 61.
Esta obra, probablemente derivada de la propia devocin del maestro de Benito por la Inmaculada, como puede deducirse por la frationis B.M.V., aparece en R.V. y tambin en la transcripcin que el padre Antonio
Soler hace de este oficio y misa en unos apuntes para su Tratado de Canto llano
prctico inacabado, Real Biblioteca Monasterio del Escorial, LP 20, ff.103v.
60. Vid. HOPPIN, R. H., La msica medieval, Madrid 2000.
61. DE BENITO, C. J., Ofertorioo. c..
1266
se que preside la portada de la misma: Promesa cumplida, es tambin, sin duda, consecuencia del arraigo que tena la celebracin de
la fiesta de la Inmaculada Concepcin en el Monasterio desde 1788,
fecha a la que pertenece el cantoral en que se recoge por primera vez
el oficio y la misa dedicada a esta festividad, muy estimulada posteriormente por la declaracin dogmtica de Po IX, ya que en el reinado de Isabel II se escribe un nuevo oficio y misa para ser interpretada In festo Inmaculate Conceptionis, y por el propio Claret, que
en su etapa de presidencia en El Escorial haba establecido que se dedicase un domingo del mes entre los seminaristas y capellanes al
examen de conciencia y a la accin de gracias como obsequio a la
Inmaculada y a San Luis Gonzaga 62.
El Ofertorio de la festividad de la Inmaculada Concepcin de
Mara Santsima es adems una pieza representativa de la labor y el
estilo de Cosme Jos de Benito como compositor de msica religiosa y de toda una corriente creativa y de renovacin del gnero sacro
existente en la segunda mitad del siglo XIX espaol que pretenda sumar la tradicin y renovacin musical con el respeto a la liturgia63, y
que se inicia, con fuerza aunque con logros limitados, con la generacin del maestro de Benito.
62. CLARET, A. M., Apuntes que para su uso personal y para el rgimen de la
dicesis escribi y tena siempre a la vista el arzobispo de Santiago de Cuba, 1865,
recogido en ESPINOSA, J. M., El Seminario del Escorial (1861-1868), Pamplona
1995.
63. Vid. NAGORE, M., Tradicin y renovacin, o. c., y VIRGILI, M. A., Antecedentes y contexto ideolgico de la recepcin del Motu Propio en Espaa, en
Revista de Musicologa, XXVII (1), (2004) 23-42.
V. Teologa / Espiritualidad
Real Monasterio
San Lorenzo del Escorial
I. Introduccin.
V. Conclusiones.
Hace diez lustros, cuando yo frisaba la veintena de aos, con motivo de celebrarse el primer centenario de la definicin del dogma de
la Inmaculada Concepcin de Mara, escrib sobre san Agustn y la
Inmaculada en concurso de certamen literario, publicndose un resumen en revista estudiantil de escasa tirada 1. Hoy, en esta efemride
del primer sesquicentenario inmaculista, actualizo el escrito en forma y fondo con ms conocimiento y ordenacin, ms madurez y
equilibrio, ms capacidad de interpretacin contemplando tambin
la nueva bibliografa habida desde 1954 2, que nos da base para aadir el subttulo de suficiencia e insuficiencia probatorias en la doctrina agustiniana. Todo de acuerdo con el sumario indicado.
I. INTRODUCCIN
Aunque san Agustn no use en sus expresiones la terminologa
tcnica actual (y ello puede contribuir a las variantes interpretativas
de sus comentaristas), conviene precisar algunas nociones terminolgicas previas para mejor comprensin de nuestra exposicin.
1. RODRGUEZ, J., La Inmaculada en san Agustn, Hipona (revista de colegiales agustinos del Escorial), ao XIII, n. 37 (1954) 19-24.
2. Los nombres de autores sin cita o con cita abreviada, a travs del texto, tienen su referencia completa en la bibliografa final de este escrito presentada en dos
bloques alfabticos segn una doble interpretacin histrica de la doctrina agustiniano-inmaculista. En obras de o sobre san Agustn usamos las siguientes SIGLAS:
CC = Combate Cristiano; CJ = Contra Juliano; CJOI = Contra Iuliano, obra inacabada; CrIC = Corpus Iuris Canonici; DH = Denzinger/Hnnerman, El magisterio
de la Iglesia: Enchiridion symbolorum; Ep. = Epstola o Carta; MC = Matrimonio y
concupiscencia; MP = Mritos (consecuencias) y Perdn de los pecados; NG = Naturaleza y Gracia; PG =Patrologa Griega (Migne); PL = Patrologa Latina (Migne); Serm. = Sermn, Sermones, TR = Trinidad.
1272
Concepcin activa es la relacin sexual de varn y mujer mediante la cual los padres engendran la prole. En esta concepcin la
virgen Mara no tiene exencin o inmunidad alguna.
Concepcin pasiva es el efecto de la generacin activa o formacin de la prole.
Concepcin pasiva incoada o inadecuada, que comprende el
proceso evolutivo de organizacin de la materia o feto hasta la recepcin del alma racional (discutan tomistas y escotistas el cundo o
momento de esta disposicin para ser persona).
Concepcin pasiva adecuada tiene lugar cuando el alma racional es creada o infundida animando el cuerpo animal, en que el feto
empieza a ser persona.
Concepcin pasiva adecuada es la concepcin aplicada al dogma de la Inmaculada, quien, a tenor de la definicin dogmtica, desde el primer instante de su concepcin (in primo instanti suae conceptionis) fue preservada inmune de toda mancha de culpa original 3.
Impecabilidad: imposibilidad o indefectibilidad de pecar (non
posse peccare), impecancia de derecho.
Impecancia : capacidad o posibilidad de no pecar (posse non
peccare), impecabilidad de hecho, ausencia de pecado, aunque, salvo Cristo y Mara, en esta vida mortal reina la servidumbre moral a
la culpa (non posse non peccare).
Impecabilidad directa intrnseca, propia de solo Dios, santidad
subsistente.
Impecabilidad indirecta intrnseca (en virtud de una cualidad o
ttulo), propia de la humanidad de Cristo unida hipostticamente a su
persona divina; y tambin los bienaventurados, confirmados en gracia.
Impecabilidad indirecta extrnseca o moral, propia de la virgen
Mara en visda, en virtud de su privilegiado ttulo de maternidad divina 4.
Pecado original originante : pecado personal adnico, pecado
de naturaleza.
Pecado original originado: concupiscencia ( fomes o fmite),
situacin de la humanidad afectada (peccatum originale originatum
[escolstica]), pecado personal, secuela del pecado originante.
3. Po IX, Bula Ineffabilis Deus, 8-XII-1854 (DH, 2800-2804).
4. ALASTRUEY, G., Tratado de la Virgen Santsima, BAC, Madrid 1945, pp.
253-256; CAROL, J. B., Mariologa, pp. 371-373; ROSCHINI, G. M., Mariologa, Milano 1941, II, p. 106.
1273
Privilegio de gracia preventiva: redencin de Mara en el primer instante de su concepcin, en el momento de su animacin.
Privilegio de gracia deletiva: redencin de Juan Bautista, por la
santificacin en el seno materno, despus de su animacin.
Santidad negativa: ausencia de pecado (mortal, venial, imperfeccin moral deliberada, semideliberada).
Santidad positiva: plenitud de gracia 5.
1.2. Panormica mariano-inmaculista en la patrstica
preagustiniana
Dado que los fundamentos bblicos del dogma de la inmaculada
concepcin de Mara aparecen solo implcitos en la mujer nueva del
protoevangelio genesaco (Gen 3, 15) y en la mujer vestida de sol del
Apocalipsis (Ap 12, 1-10) y, sobre todo, en Mara llena de gracia
de la Anunciacin (Lc 1, 28), podemos afirmar que la doctrina patrstica de los cinco primeros siglos significa un primer estadio de fe
o creencia implcita en la prerrogativa inmaculada hasta el concilio
de feso de 431; estadio de fe o creencia explcita hasta el siglo XI; y
despus de la esclarecedora controversia teolgica en la escolstica
bajomedieval durante los siglos XII al XIV, triunfo de la fe explcita
desde el siglo XV hasta la definicin dogmtica de 1854 por el hoy
beato Po IX en magisterio extraordinario con la Bula Ineffabilis
Deus6. El gran marilogo Gabriel M Roschini aporta repertorio de la
tradicin bibliogrfica mariana a travs de los siglos7.
5. ROSCHINI, G. M, La Madre de Dios segn la fe y la Teologa, Madrid 1955,
II, pp. 99-120; ALDAMA, J. A., El valor dogmtico de la doctrina sobre la inmunidad de pecado venial en Nuestra Seora, Archivo teolgico granadino, 9 (1946)
52-67. Trento sostiene: La Virgen Ss. fue preservada de todo pecado mortal y venial durante toda su vida por especial privilegio de Dios. Doctrina calificada desde
verdad de fe hasta teolgicamente cierta.
6. POZO, C., Mara, nueva Eva, ed. BAC, Madrid 2005, pp. 315-334. Esta obra
es ampliacin de otra del mismo autor, Mara en la obra de la salvacin, Madrid
1974, pp.126-249, 296-313; ALDAMA, J. A., Mara en la patrstica de los siglos I y
II, BAC, Madrid 1970, pp. 264-299, 318-356; J.B. CAROL (dir.), Mariologa, BAC,
Madrid 1964, pp. 307-370; ROYO MARN, A., La Virgen Mara, BAC (1968), Madrid
1996, pp.71-83.
7. La Madre de Dios... ,I, pp. 78-95: Padres marianos prenicenos (78-81), posnicenos orientales (81-84), occidentales (85-87); doctores marianos (87-90) desde
Beda a Ligorio; escritores marianos (90-95).
1274
Y esta creencia o fe implcita en la Inmaculada de los Santos Padres de los cinco primeros siglos aparece antes en la patrstica oriental o griega con los santos doctores ,Atanasio, Basilio, Gregorio Niseno, Gregorio Nacianzeno, Crisstomo, Cirilo de Alejandra,
Efrn, etc., que van fundamentando teolgicamente la maternidad
divina de Mara 8, hasta proclamar esta fe mariana en el concilio de
feso de 431, perfeccionada teolgicamente por el concilio de Calcedonia de 451 con la cristologa de dos naturalezas en nica persona divina. Y a partir de esta definicin y liturgia, el culto mariano,
llamado de hiperdula, y la fiesta de la Inmaculada se generalizan en
oriente cristiano hacia el siglo VI, caminando dicha liturgia inmaculista hacia occidente durante el siglo IX, a travs de la fiesta oriental
de la concepcin de santa Ana, aunque en Roma no se celebra ni oficializa hasta 1330 9.
Entre los Santos Padres, apologetas o escritores eclesisticos de occidente o latinos, sobresalen Justino, Ireneo, Tertuliano, Orgenes, Hilario, Ambrosio, Jernimo y, sobre todos , nuestro personaje Agustn
de Hipona (354-430). Las invasiones en los pases latinos y la defensa
de la cristologa sotereolgica, contra el pelagianismo de Pelagio, Celestio, Juliano de Eclana, etc., sobre temas de la universalidad del pecado original y de necesidad de la gracia redentora, retrasan la dedicacin patrstica extensa a las prerrogativas marianas, que exigen primero defender su virginidad (que afecta Cristo) contra la hereja pelagiano-jovinianea 10. Pero, a su vez, si la fe inmaculista pudo iniciarse en
oriente no pelagiano se razonar y progresar ms en occidente justamente porque estaba ms desarrollada la doctrina del pecado original.
En todo caso, el Snodo de Letrn (649), en su canon 3, condenando a la hereja, ya invoca la doctrina genrica de los santos Padres -sin distingos geogrficos- para probar que Jesucristo es hijo
de la madre de Dios, santa y siempre virgen e inmaculada Mara 11.
Realmente, en pro de la exencin de Mara del pecado original, la
patrologa preagustiniana ya abunda en expresiones de plenitud de
8. ALDAMA, J. A., Mara en la patrstica..., pp. 63-80; 248-263; POZO, C., Mara, nueva Eva, pp. 347-360.
9. ALASTRUEY, G., Tratado de la Virgen..., pp. 831-934; CAROL, J. B., Mariologa..., pp. 182-233.
10. CAROL, J. B., Mariologa..., pp. 111-155; 234-266; POZO, C., Mara nueva
Eva..., pp. 265-300.
11. Si quis secundum sanctos Patres non confitetur proprie et secundum veritatem...Dei genetricem sanctam semper virginem et immaculatam Mariam... (DH, 503)
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gracia, santidad plena, absoluta pureza, tabernculo exento de corrupcin, la solamente inmaculada (Efrn), inmaculada del inmaculado (Orgenes), virgen inmaculada siempre y en todo (Ddimo de
Alejandra). Y en siglos VII-VIII, Mara ha nacido como un querubn...de barro puro e inmaculado (Teotecno), Mara, don de la primera creacin de parte de Dios (Andrs de Creta), Inmaculadsima
(Germn de Constantinopla) 12. En fin, en estos primeros siglos el argumentario patrstico contrapone la anttesis del palndromo latino y
espaol de Eva-Ave, Ave-Eva. La muerte por Eva, la vida por Mara (Jernimo). Pero en la mariologa elemental anterior a san Agustn
no se argumenta mayormente barajando el pecado original, problema
que se le plantea al obispo de Hipona en la polmica antipelagiana.
Presentada esta introduccin panormica de patrstica y proyeccin
histrica global, dividimos este escrito en los dos bloques siguientes,
que corresponden a sendos clebres pasajes o textos de san Agustn,
que abogan a favor de la inmaculada concepcin de Mara, en rplica
a los contemporneos polemistas Pelagio y Juliano respectivamente.
II. PRIMER TEXTO AGUSTINIANO PRO-INMACULADA
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(=NG), escrito en 415, el obispo de Hipona replica con el texto susodicho (relase).
1278
peccato confiteri necesse esse pietati) y con ms nfasis, universalidad y absolutez, eximiendo a Mara de todo pecado ( cum de peccatis agitur, ex omni parte) y reiterando la excepcionalidad entre los
santos (excepta sancta virgine Mara, hac ergo virgine excepta) con
el mismo alcance o ms que tuviera en Pelagio. Por tanto, si en el horizonte de Pelagio subyace su tesis general de negacin del pecado
originante originado (transmitido), por decirlo en trminos escolsticos, a fortiori en la virgen Mara de Agustn. Es ms, el obispo de Hipona afirmar en otra obra, refirindose a Cristo, que existe tanto nexo entre pecado original y actual o personal (originado), que verdaderamente quien no cometi pecado [personal], no pudo tenerlo
[original]; pues el adulto hubiera tambin cometido pecado [personal], si lo hubiera tenido siendo nio [original] 22. Es decir, dicho
con palabras de santo Toms de Villanueva, si Mara no hubiera carecido de pecado original, tampoco del pecado actual 23. Tanta es la
relacin entre pecado original y su secuela, la concupiscencia 24. De
modo que si en este texto mariano no se extiende la inmunidad inmaculada de Mara al pecado original no se pueden salvar, sin contradiccin, las clusulas agustinianas antedichas, al decir del telogo
moderno Honorato del Val 25. O es que el pecado original no es un
pecado? Pues no hay padre de la Iglesia, que haya estigmatizado ms
la mancha original con el nombre de pecado que el Doctor de la
Gracia. Item ms, como comenta fr. Luis de Len 26, si, en la mente
de Agustn, Mara fue concebida en pecado, nunca pudo haber dicho
a ella le fue conferida ms gracia para vencer en gerundio activo
(ad vincendum peccatum) no en gerundivo (vinceretur a peccato).
En definitiva, tratar de pecados en Mara (cum de peccatis agitur),
no quiero que se cuestione, no quiero en absoluto ni plantearlo (nullam prorsus haberi volo quaestionem). Y es que, por esta rotunda
expresin de Agustn y tambin a juzgar por la anterior confesin
piadosa de Pelagio referente a la Virgen (sine peccato confiteri necesse esse pietati) -y el escndalo de entregar al diablo a Mara,
22. Quia qui non fecit, habere non potuit. Omnino verissimum est. Profecto
enim peccatum etiam maior fecisset, si parvus habuisset (Contra [Rplica] a Juliano (= CJ), V, 5, 57).
23. Nam, si non caruisset originali, non utique caruisset actuali peccato ( In
festo immaculatae conceptionis, Concio I, Opera, IV, Manila, 1883, p. 262;
24. Serm., 51, 25.
25. VAL, H., del, Sacra theologa dogmatica, II, Madri 1906, pp. 305-311.
26. De incarnatione tractatus, d. 3, q. 2, concl. 2, Opera, IV, Salamanca 1893,
p 107.
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del bajomedievo escolstico y renacentista, predominan como propugnadores del texto suficientemente probativo de san Agustn, la
corriente teolgica agustinista de las escuelas franciscano-escotista y
agustiniana, al igual que la jesutica, que suelen ser a la vez defensores de la doctrina inmaculista; y como texto insuficiente, la escuela
tomista, ms proclive a negar el privilegio mariano.
Y al margen de la suficiencia o insuficiencia inmaculista de la
doctrina de Agustn de Hipona, sobra decir que la controversia teolgica bajomedieval sobre el privilegio positivo o negativo de la inmaculada concepcin de Mara, a lo largo de los siglos XV y XVI va derivando en positividad opinativa generalizada entre telogos y con
mayor arraigo en la fe del pueblo cristiano, que viene celebrando la
fiesta litrgica, en la medida que el magisterio pontificio ordinario
de Sixto IV en Constituciones de 1477 42 y de 1483 43 y de Alejandro
VII en Breve de 1661 44 solemnizan la ausencia de pecado original de
Mara. Pero citemos los hermeneutas histricos sobre la suficiencia
o insuficiencia doctrinal proinmaculada del obispo de Hipona.
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No adscribimos al poder
del diablo a Mara en su
nacimiento; porque, precisamente,
por la gracia del renacimiento se
disuelve la condicin de su nacimiento.
(Contra Iulianum, opus imperfectum
(Rplica a Juliano, obra inacabada
(= CJOI), lib. IV, 122, PL 45, 1418 (= CJOI), lib. IV, 122, BAC-37,
BAC-37, Madrid 1985, p. 183).
Madrid 1985, p. 183).
3.1. Comentario hermenutico del texto
3.1.1. Contexto mediato e inmediato
A seis aos del tratado sobre NG (a.415), continuando la controversia antipelagiana, ahora con discpulos de Pelagio, en 421, el
obispo de Hipona escribir, en seis libritos, una Rplica a Juliano 52,
racionalista y polemista, obispo de Eclana (+h. 450) 53, que haba escrito cuatro opsculos pelagianistas y a quien Agustn califica de
arquitecto del dogma pelagiano 54. En esta obra el telogo de Hipona refuta las tesis pelagianas negadoras, afirmando la universalidad
del pecado original a base de datos bblicos, patrstica preagustiniana
y su aportacin teolgica personal. Pasados ocho aos ms, en 429
Agustn refuerza su argumentario antipelagiano con una nueva obra,
tambin en Replica a Juliano, obra inacabada 55 (por la muerte de su
autor Agustn en 430).
52. Contra Julianum (= CJ), OCSA/BAC-35, ed. bilinge, Madrid 1984, pp.
391-944.
53. Datos biobibliogrficos de Juliano, obispo de Eclana (Apulia): ARIAS, L.,
introd. a CJ, Ibd.. pp. 391-396; GROSSI, V., La controversia pelagiana.Adversarios y discpulos de san Agustn, Patrologa III, ed. A. di Berardino, Madrid 1981,
pp. 584-90.
54. CJ, VI, 11, 36; Retractaciones, II, 62.
55. Contra Julianum, opus imperfectum (= CJOI), OCSA/BAC-36/37, ed. bilinge, Madrid 1985, 653+589 pp.
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Como diciendo que no agregamos, no entregamos, no sometemos, no atribuimos al diablo poder alguno sobre Mara, porque la
gracia del renacimiento vino a anular, a deshacer, su condicin humana de nacimiento. Aqu se apunta la gracia preventiva o preservativa no solo de pecados actuales, sino tambin del original, dada la
rotunda respuesta agustiniana en oposicin antittica y en trminos
ilimitados a la acusacin de Juliano: t esclavizas a Mara...; no
esclavizo a Mara.... No parece evasiva, sino consonante respuesta a
la provocacin julianea. Breve, por coyuntural, pero contundente.
Desglosemos la doble tesis, que viene a componerse tambin de dos
hemistiquios que se complementan e implementan por su relacin de
efecto a causa.
56. Ille (Iovinianus) virginitatem Mariae partus condicione dissolvit; tu, ipsam
Maram diabolo nascendi condicione transcribis (CJOI, IV, 122).
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gracia preventiva (gratia praeveniens)61, que declara nulidad de pecado impidiendo de antemano que Mara contraiga el pecado, que
por naturaleza (iure seminationis) debiera contraer. La gratia renascendi es la gracia por la que alguien es liberado del pecado, del modo que sea, afirma el telogo Palmieri62. As, en el caso de Mara, la
gracia liberadora (gratia liberatrix) es preventivamente liberadora, preservativamente redentora. Liberacin, no por curacin de la
cada, sino por prevencin de ella, como en la Hidalga del Valle de
Caldern. Con esta hermenutica se salva tambin la universalidad
ex debito del pecado y la necesidad de una redencin universal,
que era el contexto y propsito de Agustn.
Una objecin semntica cabe plantearse. A bote pronto, atendiendo a la sola etimologa, habra que decir, que renacer es nacer de
nuevo y supone haber nacido o sido engendrado. Y en nuestro contexto, borrar algo contrado parece suponer el pecado. En otros trminos, en el caso de Mara, la gracia de renacer sera gracia deletiva o liberativa, poslapsaria, a lo ms, como la santificacin de Juan
Bautista en el seno materno. Sin embargo, aun sin superar esta cortedad etimolgica de prioridades lgicas, cabe que todo sea simultneo en el tiempo, hasta tal punto que Padres de la Iglesia, como Ambrosio, bautista del convertido de Tagaste, no siente escrpulo en
aplicar, no ya a Mara, sino al mismo Jesucristo, el renacimiento (renatus), el nacimiento espiritual por oposicin al nacimiento material
o fsico (natus) 63. Por lo dems, las etimologas originales fcilmente quedan desbordadas cuando se incrementan los contenidos.
3.2. Desconocimiento y valoracin histrica del texto marianoagustiniano (CJOI, IV, 122)
As como el primer texto inmaculista (NG, 36, 42) es conocido y hasta controvertido- por toda la escolstica y tiempos modernos64
hasta merecer su insercin positiva, bien que implcita o impersonal,
en la Bula dogmtica Ineffabilis Deus de 1854, el segundo texto en
61. Serm., 99, 6. Agustn habla del pagano candidato a adltero que preventivamente no adulter.
62. De Deo creante et elevante..., p.703; CAPNAGA, V., La Virgen Mara...,
pp. 24-26.
63. AMBROSIO, san, Cum ipse Iesuschristus de Spiritu Sancto et natus et renatus
(De Spiritu Sancto, III, 10, 65)
64. V. infra, epgr. 4.1 y 4.2, bibliografa de suficiencia e insuficiencia
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cuestin (CJOI, IV, 122) es ignorado por todo el medievo y renacimiento -sin que sepamos la causa- hasta que aparece invocado por
Benedetto Plazza, en 1747, a favor del privilegio inmaculista en la
nueva controversia, con motivo del Voto Sanguinario de Palermo en
pro de la Inmaculada, suscitada principalmente por Muratori y rebatida por el propio Plazza, que sale a la palestra 65. As el pensamiento
completo de san Agustn pro-Imaculada queda histricamente mediatizado en la teologa escolstica y renacentista. Por este desconocimiento histrico del segundo texto, y, por tanto, sin sometimiento a
la crtica mariolgica de los siglos, y una vez conocido, acaso tambin por estimarlo de menor vala probativa, no es tenido en cuenta
en la redaccin de la Bula dogmtica. Eso s, los comentaristas agustinlogos o agustinfilos- de los siglos XIX y XX, al pronunciarse
por la suficiencia o insuficiencia probatorias, ya conocen ambos textos mariano-agustinianos.
IV. BIBLIOGRAFA INMACULISTA SOBRE SAN AGUSTN
En esta amplia bibliografa sobre el pensamiento mariano-inmaculista de san Agustn incluimos a todos los autores en dos apartados
segn su opinin de suficiencia o insuficiencia probatoria en la obra
agustiniana. A los pocos que se sitan en una zona intermedia de suficiencia de premisas e insuficiencia de conclusiones (como se indica en su referencia) -lo mismo que a quienes no manifiestan claramente su opinin- los ubicamos en uno u otro epgrafe a tenor de las
expresiones enfticas del desarrollo temtico.
4.1. Valor probatorio suficiente pro-Inmaculada
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1291
KIRFEL, H., Der hl. Augustinus und das Dogma von der unbefleckten Empfngnis Mariens, en Jahrbuch fr Philosophie und spekulative Theologie, 22 (1908) 241-68.
LEN, fr. L. de, De incarnatione tractatus , d. 3, q. 2, concl. 2, Opera, IV, Salamanca 1893, p. 107.
MADRID, T. C., Mariologa agustiniana, Valencia 2004.
MERINO, L., La Inmaculada en el libro De natura et gratia de san
Agustn, Casiciaco (Valladolid), 22 (1968) 243-249.
MORN, J., La mariologa de san Agustn a travs de la bibliografa, Rev. Esp. de Teologa, 23 (1963) 333-376 (sin pronunciarse
el autor, sugiere la opinin inmaculista afirmativa o negativa sobre san Agustn de 126 bibliografas del s. XX ).
MORILLA, H., San Agustn, defensor de la Concepcin Inmaculada
de Mara, La Ciudad de Dios, 75 (1908) 385-391.
MORIONES, F., Enchiridion theologicum sancti Augustini, Madrid
1961, p. 348-49; ID., Teologa de san Agustn, Madrid 2005, pp.
190-94.
MLLER,F. X.,Augustinus amicus an adversarius Immaculatae Conceptionis, Miscellanea Agostiniana, Roma 1931, II, pp. 885914.
NEBREDA, E, La Vergine madre, secondo sant Agostino, Il Messaggero del Cuore di Maria , 7 (1928) 67-71, 100-02, 132-34,
164-66, 195-97, 258-61, 227-30; 8 (1929) 5-10.
NICOLS DE SAN ALBANO, Epistola a Pedro Celle (+1183), Ep. 172
(PL 202, 624).
OGER DE LOCEDIO, Sermones XV, (PL 184, 941).
OROZCO, San Alonso de, Declamationes in festo conceptionis Mariae, 1-4; Tract. Coronae Dominae nostrae, cap. 1, p. 5.(HERRN,
L. M, La mariologa del Beato Alonso de Orozco, Toledo 1991,
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PALMIERI, P., De Deo creante et elevante, Roma 1878, p. 703.
PEDRO AUREOLO, Quaestiones disputatae de immaculata concept....,
pp. 57-58.
PELLEGRINO, M., S. Aurelio Agostino: La Vergine Maria, Roma
1954.
PREZ DE VALENCIA, J., Expositio in ps. 45, concl. 4.
PERRONE, J., De immaculato B.V.M. conceptu. Disquisitio theologica, Madrid 1848, pp. 65-66.
PO IX (Bula Ineffabilis Deus, 1854).
PLAZZA, B., Causa Immaculatae Conceptionis, Palermo 1747 (Oeuvres completes, Lyon 1864, p. 371.
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los autores que hablan de suficiencia probatoria agustiniana pro-inmaculada, no pueden ser ignorados los otros con calificacin de insuficiencia, ante las dificultades contextuales de universalidad del
pecado y de la redencin humana en que estn involucrados los textos marianos. Por eso, cabe reflexionar sobre la evolucin terminolgica en la mariologa y bucear algo ms sobre la posible conciencia
explcita o implcita de Agustn, tratando de extraer conclusiones.
5.1. Evolucin bibliogrfica y terminolgica de la teologa
mariana
Sin descender a los telogos medievales, que tienden a ubicar a
Agustn -patrimonio de toda la escolstica- como autoridad apoyadora de la tesis de su posicin previa en tema inmaculista, algunos
comentaristas modernos se inclinan por la insuficiencia probatoria
de Agustn en pro de la defensa de la inmaculada concepcin de Mara por exigirle ms amplitud mariolgica en su doctrina; y otros autores, por demandarle ms anlisis y claridad propios de la modernidad terminolgica.
Respecto a la ausencia de amplitud mariolgica -ms desarrollo bibliogrfico- del obispo de Hipona, ya hemos dicho que los Padres de
la Iglesia de los cinco primeros siglos vivieron ms preocupados por
responder a los problemas cristolgicos insurgentes que a los marianos
que no fueran polmicos, como era la incipiente teologa pro-inmaculada. Por otra parte, Agustn estaba metido a fondo en la teologa del
pecado original y su transmisin al gnero humano. Ni el tiempo ni la
ocasin eran propicios para descender al estudio de las excepcin mariana. Y en el coyuntural planteamiento de esta objecin espordica,
las circunstancias le aconsejaban brevedad y prudencia.
Brevedad, solucionando la objecin mariana planteada, para seguir con el hilo de la urgencia cristolgica de universalidad del pecado y de la redencin humanas, motivo y contenido de ambas obras
antipelagianas y preocupacin fundamental del pastor hiponense; y
no el tema de la concepcin inmaculada de Mara, que, al no ser dogma, ninguna hereja haba parado mientes, no siendo as necesario su
abordaje. O tambin cabe pensar que el privilegio inmaculado de
Mara -admitida su impecancia original y originada hasta por los herejes pelagianos-, haca innecesaria toda exposicin ms amplia. O
bien, si quiso tratar ms ampliamente este tema mariolgico, le falt
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Prudencia aconsejable -y acaso cierta veladura retrica en la respuesta mariolgica a sendos herejes-, pues ya que la creencia, bien que
no razonada, en la blancura inmaculada de Mara no haba sido objeto
de polmica, poda ser imprudente suscitarla, como excepcin, en medio de la vorgine cristolgica. Tambin hay que valorar que contribuy a cierta oscuridad de la respuesta el haber sido contestacin lgica
y directa a la interrogacin del objetante: T incluyes a la Mara..., Excluimos (exceptuamos) a la virgen Mara (primera respuesta); Tu adscribes a Mara ...No adscribimos a Mara (segunda respuesta). En fin,
a la vista de las estructuras de los textos mariano-agustinianos, tampoco se excluye en esta prudencia y veladura, que Agustn, aun vislumbrando tericamente la posible armonizacin de la exencin inmaculada sin desuniversalizar el pecado genesaco, no quiso de facto asegurar
tal inmunidad con explicitez razonada, toda vez que nadie hasta entonces, salvada la creencia implcita, -fuera por prudencia o por ignorancia- haba querido o sabido explicitar.
Por lo dems, es innegable reconocer que el pensamiento y la bibliografa mariana y mariolgica han evolucionado y perfeccionado
a lo largo de la teologa especulativa y positiva de los veinte siglos
de la era cristiana. En esta evolucin y bibliografa entran las precisiones conceptuales y terminolgicas. Es extemporneo y absurdo
exigir a la teologa y mariologa patrsticas el uso de expresiones
acuadas por los siglos del pensamiento teolgico, tales como las
ofrecidas y descritas en la introduccin de este estudio: concepcin
activa y pasiva; y esta, incoada y adecuada; impecabilidad intrnseca; y esta, directa e indirecta; y la extrnseca o moral indirecta; impecancia personal o actual; pecado originante y originado; gracia preventiva y deletiva, santidad positiva y negativa.
66. MORN, J., Puede hablarse de culto a Mara en san Agustn?, Augustinianum, 7 (1967) 514-21; FOLGADO FLREZ, S., Espiritualidad mariana en san
Agustn, Estudios Marianos, 36 (1972) 125-151.
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67. RODRGUEZ DEZ, J., San Agustn, patrimonio antropolgico de la Humanidad, La Ciudad de Dios, 218 (2005) 5-41. Antologa de elogios ante el coro de los
siglos (pp. 25-29).
68. Huc accedit magnum sacramentum, ut quoniam per feminam nobis mors
acciderat, vita nobis per feminam nasceretur: ut de utraque natura, id est, feminina
et masculina, victus diabolus cruciaretur, quoniam de ambarum subversione laetabatur; cui parum fuerat ad poenam si ambae naturae in nobis liberarentur, nisi
etiam per ambas liberaremur (De agone christiano, 22, 24).
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III. Toda hermosa eres, amada ma, y en ti no hay mancha alguna (Cant 4, 6).
IV. Mujeres de la Biblia, figuras de Mara.
V. Conclusin.
I. INTRODUCCIN
San Juan de vila (1500-1569), conocido como el Apstol de Andaluca, ha sido llamado Maestro de evangelizadores por la Conferencia Episcopal Espaola 1, la cual ha pedido tambin a la Santa Sede
que lo declare doctor de la Iglesia. Su primer bigrafo, fray Luis de
Granada, lo presentaba como modelo de predicadores 2. La predicacin
fue, en efecto, la tarea ms sobresaliente del fecundo ministerio pastoral de Juan de vila. En sus escritos se nos han conservado 82 sermones, adems de 16 plticas. De ellos 13 son sermones de distintas festividades de la Virgen: Natividad (3), Presentacin, Purificacin, Anunciacin, Visitacin, Soledad, Nieves y Asuncin (4).
De la Inmaculada expresamente no hay ninguno. La fiesta, que en
muchas partes se celebraba ya anteriormente, se extendi a toda la
Iglesia latina en 1476, por la Constitucin Cum praeexcelsa del Papa
franciscano Sixto IV, que otorgaba indulgencias a los que asistieran a
la Misa y oficios divinos. Es probable, por tanto, que Juan de vila
predicara algn sermn en esa fiesta, que no era de precepto, pero no
se nos ha conservado.
Sin embargo podemos calificar al Apstol de Andaluca de predicador de la Inmaculada, porque son numerosas las veces en que
menciona este privilegio de la Virgen directa o indirectamente. Y hemos de advertir que en su poca no todos defendan la doctrina inmaculista, sino que exista una fuerte controversia teolgica. Como
sse sabe, eran particularmente los dominicos quienes estaban en contra, siguiendo la tesis de San Bernardo y de Santo Toms de Aquino.
La mayora de las restantes rdenes religiosas, con los franciscanos
1. Cf. San Juan de vila, Maestro de evangelizadores: Mensaje de la Conferencia Episcopal Espaola al Pueblo de Dios en el V Centenario del nacimiento de San
Juan de Avila. Noviembre 1999.
2. Fr. LUIS DE GRANADA, Vida del Padre Maestro Juan de vila y las partes que
ha de tener un predicador del Evangelio, Madrid 1588.
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a la cabeza, estaban a favor, siguiendo la doctrina de Escoto. El concilio de Trento, que trat el tema del pecado original, no quiso dirimir la cuestin. La polmica segua fuerte y tuvo que intervenir el
Papa Po V, que haba sido dominico, para prohibir a las partes contendientes tildarse mutuamente de herejes.
ste era el ambiente teolgico en la poca del Maestro vila. l
era claramente inmaculista, de acuerdo con las tesis que se defendan en la Universidad donde haba estudiado la teologa, en Alcal, de
clara influencia franciscana, desde su fundador el Cardenal Cisneros,
y en la que haba ctedra de Escoto 3. El influjo de Juan de vila se
puede ver en uno de sus discpulos preferidos, Diego Prez de Valdivia, que fue catedrtico de Teologa en la Universidad de Baeza y
posteriormente en la de Barcelona, quien escribira el primer tratado
teolgico en castellano sobre la Inmaculada: Tratado de la singular y
pursima Concepcin de la Madre de Dios, impreso en Barcelona el
ao 1600 4.
La doctrina del Maestro vila sobre la Inmaculada, tal como aparece en sus sermones, no tiene nunca carcter polmico ni es presentada de manera sistemtica. Ms bien refleja una doctrina pacficamente vivida y sentida por el pueblo cristiano al que el santo predica,
contribuyendo as a reforzar ese sensus fidei del pueblo. Presentamos sus ideas sobre el tema en tres apartados, que organizamos al hilo de los textos bblicos, fundamentalmente del Antiguo Testamento,
que comenta en cuanto prefiguraciones de Mara 5.
3. Cfr. ANDRS, M., La teologa espaola en el siglo XVI, II, Madrid 1978, p.
32-41; CONTRERAS CONTRERAS, J., Alcal: la Universidad que form a San Juan de
vila, en El Maestro vila. Actas del Congreso Internacional. Madrid, 27-30 noviembre 2000, Madrid 2002, pp. 939-956.
4. Cfr. ESQUERDA BIFET, J., Diego Prez de Valdivia, maestro de espiritualidad
en el siglo XVI, discpulo de San Juan de vila, Roma 1972; El tratado de la Inmaculada de Diego Prez de Valdivia (Tesis. Comillas, 1964).
5. Han estudiado el tema de modo resumido: HERRERO, T., La Inmaculada en
el Beato Juan de vila, en Estudios Marianos 18 (1957) 371-380; ESQUERDA BIFET, J., Diccionario de San Juan de vila, Burgos 1999, pp. 509-512. Otros estudios
sobre la mariologa avilista: ESQUERDA BIFET, J., Sntesis mariolgica de los escritos de Juan de vila, en Ephemerides Mariologicae 11 (1961) 169-191; MOLINA,
A., Presencia de Mara en el epistolario del Santo Maestro Juan de vila, en Estudios Marianos 36 (1972) 281-304; FERNNDEZ, D., Culto y devocin popular a
Mara en la obra de San Juan de vila, en Ephemerides Mariologicae 31 (1981)
79-99; GONZLEZ GUTIRREZ, A.P., La actuacin de Mara en la Iglesia de Cristo,
segn San Juan de vila, en Scripta de Maria 9 (1987) 109-147; MOLINA PRIETO,
A, Los tres sermones asuncionistas de San Juan de vila, en Virgo Liber Verbi,
Roma 1991, pp. 281-309.
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Este hermoso texto, tejido de referencias bblicas, como es costumbre en nuestro predicador, destaca varias ideas: a) que Mara
nunca tuvo que ver nada con el pecado, no slo antes del nacimiento,
sino desde el momento de su concepcin; b) que a lo largo de toda su
vida no cometi ni siquiera pecado venial; c) que eso se debe a una
eleccin particular de la bondad divina. Comentamos brevemente la
primera idea, dejando las otras para ampliarlas con otros textos.
El Maestro vila rechaza la tesis defendida por los dominicos de
su tiempo, por ejemplo, su ntimo amigo fr. Luis de Granada. Segn
ellos, Mara habra sido concebida en pecado original, como todos
los dems humanos, pero despus Dios la habra santificado en el
vientre de su madre antes de nacer, como hizo tambin con Jeremas
(antes de que salieras del vientre te santifiqu, Jr 1,5) y con el Bautista (en la Visitacin). Era la posicin de autores tan notables como
San Bernardo, Alejandro de Hales, San Buenaventura, Santo Toms
de Aquino. Nuestro predicador, sin embargo, explica al pueblo que la
Virgen se diferencia de Jeremas y San Juan Bautista, que fueron
concebidos en pecado original 7 y sigue en esto la posicin de los telogos Victorinos, de Guillermo Ware, Raimundo Lulio, y particularmente del Beato Duns Escoto.
En otro sermn de la Natividad vuelve a comentar el smbolo del
alba en el mismo sentido: Quin es sta que no nace en noche de
pecado ni fue concebida en l, sino que ans resplandece como alba
sin nubes algunas y como sol del medioda? 8. Y ms adelante explica tres caractersticas del alba que se pueden aplicar a la Virgen, aunque no se refieren ya a su inmaculada concepcin. Se parece Mara
al alba, primero, porque es mensajera y madre del da, es decir, de
Jesucristo, sol de justicia, por el que viene el da de salvacin al
mundo. Segundo, porque es madre del roco, Cristo, que con su gracia humedece nuestras sequedades y hace fructificar nuestras almas.
Y tercero, porque aborrece las tinieblas, es decir los pecados 9.
7. En un sermn de la Visitacin vuelve a recordar la santificacin del Bautista:
Mirad en la visitacin de Elisabeth, que hablando la Virgen, recibi el nio aceleracin del libre albedro y recibi la gracia, cmo quin no dice nada! Entonces recibi a Cristo y se goz y le ador y recibi la gracia y fue limpio del pecado original, Sermn 66: o.c., t. III, p. 104.
8. Sermn 61: o.c., t. III, p. 21.
9. Cf. Sermn 61: o.c., t. III, pp. 23-28. Es de observar que Juan de vila probablemente se inspira para este comentario en Gerson, quien en un sermn de la Natividad comenta de modo parecido el smbolo de la aurora de Cant 6,10 explicando
que es diei nuntiatrix, roris generatrix y latronum effugatrix (cf. GERSON, J., Opera omnia, Antuerpiae 1706, t. III, col. 1361.
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Los comentarios sobre los otros smbolos del Cantar de los Cantares adquieren pleno significado desde su doctrina inmaculista. En
efecto, al comentar hermosa como la luna, dice: Es toda blanca,
pursima; y as como su Hijo es blancura de la eterna luz, as ella participa de esta blancura ms que hombres y ngeles; porque, como dice San Anselmo, fue cosa conveniente que esta benditsima Virgen
resplandeciese con tan gran puridad, que despus de Dios no poda
ser pensada otra mayor. Es la luna blanca y la Virgen es pursima
Por lo cual os confesamos, Seora, que sois hermosa como la luna,
pues que en comparacin de vuestra benditsima nima y de la hermosura espiritual que en ella puso el Espritu Santo, la luna no osara
parecer 10. Ntese cmo subraya el argumento de conveniencia de
San Anselmo, que est en la raz del famoso razonamiento de la escolstica posterior: potuit, decuit, fecit, para explicar la concepcin inmaculada por designio divino 11.
De la expresin escogida como el sol comenta: Quien le dio
ser parte de su santidad, darle ha tambin su lumbre de sol Sol que
procede del sol es aquesta Nia sagrada, y la mujer vestida del sol
que San Juan vio en su Apocalipsi (Ap 12,1). Y, finalmente, es terrible como escuadrn de gente ordenada: Porque si con San Antn
esta tema tenan los demonios, que oyendo su nombre echaban a
huir, con cunta ms razn se debe creer que al nombre de Mara
huirn, y con ms ligereza, pues ella es la mujer de la cual est escrito que haba de quebrantar la cabeza al demonio (Gn 3,15), no solo
porque escap del pecado original, mas de todos los otro mortales y
veniales, lo cual no hizo San Antn ni otro alguno 12.
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Muchos santos hubo y agora los hay, que no cometern deliberadamente y con acuerdo un pecado venial, aunque les cueste la vida y
mil vidas; mas los pecados de inadvertencia, de negligencia y los
que nacen de nuestra propia carne, que son casi naturales a nuestra
humana flaqueza y sin los cuales no se vive en esta miserable vida,
aunque los desearon evitar, no salieron con ello, porque la corrupcin del pecado original, aunque sea perdonado por el santo bautismo, no deja de vivir sin pecado venial al que debajo de su poder tom. Mas como la sacratsima Virgen Mara por su singular privilegio fue preservada de pecado original, tuvo vida limpsima y ajena
de todo pecado: cuerpo limpio por virginidad y nima tal que es llamada por Dios toda hermosa y que no hay en ella mancha 15.
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lla en Mara ms que en ninguna otra persona, porque el no dejar caer es mayor don que el perdonar y levantar despus de cado. Recoge aqu el Maestro vila el sentido de la famosa y definitiva argumentacin de Duns Scoto: es ms glorioso para Cristo preservar a
Mara que extraerla del pecado, evitar que contrajese la culpa que no
limpiarla despus de manchada, pues ello encierra un beneficio mucho mayor 17. Es la misma idea que un poeta de finales del siglo XVI,
el carmelita Pedro Padilla, pondr en versos que sern retomados en
el siglo XX como Himno de la Liturgia de las Horas en Laudes de la
solemnidad de la Inmaculada:
Ninguno del ser humano
como vos se pudo ver,
que a otros les dejan caer
y despus les dan la mano.
Mas vos, Virgen, no caste
como los otros cayeron,
que siempre la mano os dieron
con que preservada fuiste 18.
Juan de vila trasmita en sus sermones, para formacin y devocin
del pueblo, las afirmaciones inmaculistas que se defendan en las ctedras, lo mismo que los poetas las cantaban en sus versos populares.
En un sermn de la Asuncin explica todava con ms claridad que
todo es fruto del amor especial con que Dios la ha amado. Lo hace comentando en sentido mariolgico frases dichas de la Sabidura en el libro del Eclesistico, siguiendo la costumbre litrgica. Y as explica:
Ella dice que desde ab initio et ante saecula fue criada (Ecco
24,14); porque, aunque en el ser real fue en el tiempo criada, mas en
la mente divina ante todo tiempo lo fue. Y aunque tambin lo fue todo lo dems que Dios cri en tiempo, mas esta Seora fue antepuesta a todas en ser ms amada y elegida para mayor dignidad y para
mayores bienes; y por eso se llama la primera engendrada ante toda
criatura (cfr. Ecco 24,5), porque en los ojos y corazn de Dios es la
ms dotada de gracias que todo el restante de lo criado. Y de aquel
17. Cfr. DUNS SCOTO, In III Sententiarum, dist. III, q. I.
18. Cfr. PEDRO DE PADILLA, Grandezas y excelencias de la Virgen Seora
nuestra, Madrid 1587, p. 25: A la limpsima Concepcin de Nuestra Seora, citado por HERRN, L. M, Mariologa potica espaola, Madrid 1988, p. 154.
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inefable fuego de amor con que la Virgen fue amada, result el ser
criada y reservada de todo pecado y vivir tal vida que con la gracia
del Seor mereci subir hoy al cielo a reinar con mayor excelencia
que ningn hombre ni ngel 19.
19. Sermn 69: o.c., t. III, p. 158. Ntese que varios de los smbolos clsicos de
la tota pulchra (rosal, cedro, olivo) estn tomados del cap. 24 de Ecco. aqu citado.
La predestinacin de la Virgen, de la que habla aqu, aplicndole la expresin de Ecco 24,5 primognita entre todas las criaturas, es un tema de larga tradicin teolgica, que el Papa Po IX recoge en la Bula de la declaracin dogmtica de la Inmculada Concepcin, cuando dice: La Iglesia acostumbr a emplear en los Oficios
eclesisticos y en la sagrada Liturgia aun las mismsimas palabras que emplean las
divinas Escrituras tratando de la Sabidura increada y describiendo sus eternos orgenes, y aplicarlas a los principios de la Virgen, los cuales haban sido predeterminados en el mismo y nico decreto juntamente con la encarnacin de la divina Sabidura, Ineffabilis Deus, 2.
20. Sermn 71: o.c., t. III, p. 218.
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Parece que nuestro Santo defiende una tesis que podemos calificar de pionera en el siglo XVI: la santidad inicial de Mara es superior
a la santidad de todos los santos y ngeles 21. No todos los telogos
posteriores estn de acuerdo con esta tesis, pero Po IX la refrendar
en la Bula de la declaracin dogmtica de la Inmaculada Concepcin 22.
Por lo dems, San Juan de vila, que, como hemos dicho, gusta
de llamar a Mara con la popular expresin de limpsima, inculca a
sus fieles su invocacin, particularmente para que los asista en las
tentaciones de la carne y les conceda la virtud de la castidad. As lo
hace en un sermn de la Anunciacin: Porque ella fue limpsima,
por su devocin, aunque tus pasiones te inclinen a otras cosas, seas
t limpio por su amor y te apartes de males, y digas: Esto por amor
de la Virgen limpsima. Si fuera juez mandara que ninguna mujer
sucia se llamase Mara, por honra de esta Virgen limpsima23. Y en
el tratado espiritual Audi, Filia, que escribe para su joven dirigida
Doa Sancha Carrillo, le aconseja lo mismo para mantener la virtud
de la castidad: principalmente ms que ningn santo debe ser llamada la limpsima Virgen Mara, importunndola con servicios y
oraciones que nos alcance esta merced, las cuales ella oye y recibe
de muy buena gana, como verdadera amadora de lo que le pedimos.
Especialmente he visto haber venido provechos notables por medio
de esta Seora a personas molestadas de flaqueza de carne por rezar21. Cfr. BOVER, J.M, Santidad inicial de Mara, en Estudios Eclesisticos, 28
(1954) 563-580, quien explica que esta doctrina del Maestro vila son como nueva en su tiempo y a algunos jesuitas, como Baltasar lvarez y Martn Gutirrez, les
pareci muy interesante y pensaron en el modo de darle argumentacin teolgica.
Se lo pidieron al joven Francisco Surez, que en 1570 terminaba sus estudios de Teologa en Salamanca, quien la introdujo entre las tesis que iba a defender en acto pblico, apadrinado por el catedrtico de Prima, Mancio de Corpus Christi, O.P.; la
primera impresin del dominico fue desfavorable, pero luego se ofreci a patrocinarla. Surez la introducira posteriormente en su obra De Mysteriis Vitae Christi.
22. Sobre esta cuestin teolgica, cfr. ROSCHINI, G. M, o.c., t. II, pp. 81-85. El
Papa Po IX se expresa as: Dios eligi y seal desde el principio y antes de los
tiempos una Madre, para que su unignito Hijo , hecho carne de ella, naciese en la dichosa plenitud de los tiempos, y en tanto grado la am por encima de todas las criaturas, que en sola ella se complaci con sealadsima benevolencia. Por lo cual tan
maravillosamente la colm de la abundancia de todos los celestiales carismas, sacada
del tesoro de la divinidad, muy por encima de todos los ngeles y santos, que ella, absolutamente siempre libre de toda mancha de pecado y toda hermosa y perfecta, manifestase tal plenitud de inocencia y santidad, que no se concibe en modo alguno mayor despus de Dios y nadie puede imaginar fuera de Dios, Ineffabilis Deus, 1.
23. Sermn 65,2: o.c., t. III, p. 99.
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Mara es tambin comparada con las vrgenes prudentes que permanecen en vela, de la parbola de Mt 25,1-13, en un sermn predicado a religiosos en la fiesta de Santa Catalina: Todos dormimos y
estamos soolientos; hemos menester encomendarnos a quien vela.
La Virgen es la que siempre vel; desde el instante que fue concebida, siempre estuvo velando 32. Aqu dormir es estar en situacin de
pecado, mientras que velar es estar con la lmpara encendida de la
gracia y la santidad. Mara desde el primer instante de su concepcin
ha estado siempre en vela.
V. CONCLUSIN
Como decamos al principio, Juan de vila no es un telogo sistemtico, sino un predicador ardoroso. Pero no por eso su doctrina es
menos profunda. Lo que pierde en sistematizacin lo gana en espontaneidad. Es un verdadero maestro espiritual sustentando en una
buena teologa.
En relacin al mtodo, en el tema de la Inmaculada hemos podido comprobar su estilo de recurso constante a la Escritura y su utilizacin de imgenes bblicas, que le permiten estar en contacto continuo con las fuentes y a la vez ofrecer unas explicaciones intuitivas y
sugerentes, incluso iconogrficas y muy aptas para la enseanza del
pueblo. Es un estilo constante suyo, de comprobada utilidad catequtica, a ejemplo de la mejor tradicin de los Santos Padres y de los escritores medievales 33.
Respecto al contenido sobre el dogma de la Inmaculada Concepcin, hemos encontrado su afirmacin ntida en una poca en que todava estaba en libre discusin y manifestando que conoca perfectamente las posiciones distintas que se debatan. Por otro lado, es interesante la conexin que establece entre la gracia original y la santidad de toda la vida de Mara. Y muestra un sano equilibrio, porque
32. Sermn 80: o.c., t. III, p. 323.
33. Hemos estudiado el recurso parecido a imgenes bblicas que hace Juan de
vila para profundizar en la teologa de la cruz: cfr. MORENO MARTNEZ, J.L. Figuras bblicas de la cruz en San Juan de vila, en El Maestro vila. Actas del Congreso Internacional. Madrid, 27-30 noviembre 2000, Madrid 2002, pp. 649-671. Y
tambin el recurso a imgenes tomadas de la vida ordinaria con sus posibilidades
catequticas: cfr. MORENO MARTNEZ, J.L., Smbolos catequticos de la cruz en San
Juan de vila, en Teologa y Catequesis 82 (2002) 111-140.
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honrar a Mara y cantar sus alabanzas y privilegios no le llevan a alejarse, sino a acercarse a la fuente y fundamento de ellos: la eleccin
para ser la Madre de Jesucristo.
Finalmente, hemos podido contemplar tambin al pastor y maestro espiritual, que sabe orientar a los fieles para que tomen ejemplo
de Mara en la imitacin de sus virtudes y recurran a ella en las tentaciones y en la lucha contra el pecado. En l la teologa est al servicio de la vida y de la fe; y la fe vivida y practicada es la luz que le
va iluminando el camino de la teologa y de la predicacin. Es predicador de la Inmaculada Concepcin, porque es predicador de la vida
cristiana.
Universidad de Jan
I. Introduccin.
I. INTRODUCCIN
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Me puse en pie y llorando vi encima de m la imagen de la santsima Madre de Dios, que se hallaba all de pie: vuelta a ella y mirndola sin cesar, le dije: Virgen Seora, que diste a luz a la Palabra de
Dios hecha carne, ya s, ya s que no es digno de m, sucia de tantas
inmundicias y corrompida hasta no ms, mirar y adorar tu imagen,
t siempre Virgen, t siempre pursima, t que conservas tu cuerpo y
tu alma pura y sin mancha. Corrompida como estoy, slo sera propio de m, llenar tu pureza de aborrecimiento y repugnancia. Pero si
como he odo, Dios se hizo hombre nacido de ti para llamar a los pecadores al arrepentimiento, aydame en mi desamparo, acoge mi
confesin y concdeme el permiso de entrar por la puerta abierta de
la iglesia, y que no quede excluida de la santa adoracin de la Cruz.
Y te suplico que seas mi fiadora de esperanza ante Dios, tu Hijo, de
que nunca ms manchar este cuerpo con la fornicacin vergonzosa
sino que tan pronto vea el rbol de la Cruz de tu Hijo, enseguida renunciar al mundo y a todo lo que hay en el mundo, e ir adonde t,
oh garanta de salvacin, me ordenes y conduzcas 3.
La devocin de los espaoles asombr a los viajeros que nos visitaban porque no se limitaba al interior de los templos. Muy al contrario, se asomaba a la calle en ocasiones solemnes como el paso del
Santsimo Sacramento cuando se diriga a la casa de un enfermo grave. El francs Bourgoing seal que era llevado siempre con mucha
pompa. Cuando iba por la calle, la gente se arrodillaba a su paso, y la
primera persona con coche que se cruzara ofreca su carroza a Dios,
mientras la comitiva del vitico iba aumentando continuamente.
Acerca de la estrecha relacin que esta devocin a la Inmaculada
tena con Jess Sacramentado, Carrasquer transcribe una oracin de
la Misa de Santa Mara Virgen del rito mozrabe, dice as:
Oh Dios, que proclamen tu grandeza todas tus criaturas, porque t,
su creador, has querido honrar tan insigne obra tuya como es el ser
humano, asumiendo su carne, acogido en el seno virginal de Santa
Mara. Por su intercesin te pedimos nos concedas la limpieza de
cuerpo y alma, a ti, que mantuviste intacto despus del parto el sagrario de su inmaculada pureza. Amn 4.
3. Ibid, p. 288.
4. CARRASQUER PEDRS, Sira, Madres Mozrabes. Matrologa III, Burgos,
2003, p. 79.
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Y mientras el cardenal de Toledo, su amigo, lleva a cabo su propia fundacin a honra y gloria de Dios nuestro Seor, y de su gloriosa Madre la Virgen santa Maria Seora nuestra, Melchor de Vera
erige el nuevo convento jiennense para monjas descalzas de la Concepcin Francisca, es decir para gloria y honra de Dios y de la Virgen Maria, en su privilegio inmaculista, del cual era tan devoto el
Prelado jiennense. Observemos que ambos fundadores coinciden en
muchas cuestiones, pero sobre todo en su devocin a la Virgen, y no
slo en la dedicacin de sus respectivos conventos sino tambin
cuando, por ejemplo, se habla de la celebracin principal del monasterio: La fiesta principal (ser la) de la limpia Concepcin de nuestra Seora, en su da, vocacin honorfica de la dicha Iglesia y Monasterio 9. Y es que el pueblo cristiano, de forma espontnea, veneraba a Mara como Pura y Limpia y Llena de Gracia desde el primer
momento de su existencia. Ms tarde, el papa Po IX, con autoridad
dogmtica, proclamara solemnemente la doctrina de la Inmaculada
Concepcin de Mara, por singular privilegio y en virtud de los mritos redentores de su Hijo Jesucristo.
La historia de la devocin a la Inmaculada Concepcin de Mara
es una historia de fe inamovible, muy vinculada, por otra parte, a Andaluca. Las tallas de Martnez Montas, Alonso Cano, Pedro de
Mena, Luis Roldn, Alonso Martnez o Pedro Duque de Cornejo, y
las pinturas de El Greco, Cristbal Gmez, Pedro Villegas Marmolejo, Francisco Pacheco, Juan de Roelas, Murillo y Zurbarn, entre
otros muchos, son la mejor muestra de la fe inmaculista del pueblo.
1322
cial hincapi en los apstoles Pedro, Pablo y Santiago, patrn de Espaa. De nuevo la caracterstica fusin de lo eclesistico y lo civil
propia de la poca, el patriotismo inseparable de la religiosidad. Y,
dependiendo de la importancia que tenga la fiesta concreta, ser cantada y tendr sermn.
III. LA INMACULADA EN LOS SERMONES DE JOAO DE CEITA
1323
El autor de este sermn opina que decirse una cosa muchas veces, por ms contradicciones que tenga, seal es de firmeza y que
queda en pie, como lo mostr el Decreto ms nuevo de la Santidad
de Paulo V Papa, pedido a instancias del Rey Felipe III, mandando
ya callar en pblico, de quien esperamos lo ha de hacer en secreto,
pues siendo materia para poderse definir, har la Fe hacer (llegando
a esos trminos forzosos) lo que no puede acabar la devocin 11. En
definitiva, se est sugiriendo la promulgacin del dogma.
Seala inmediatamente que la devocin de la preservacin la defienden muchas universidades por voto, y los pontfices le han concedido indulgencias:
As lo que la devocin de los fieles tantos aos ha que publica y defiende hasta llegar a los odos y manos de los Vicarios de Cristo en la
tierra, que lo han confirmado y tenido por bien permitido, tanto que
con oficio de religin de este nombre han dado particulares indulgencias, favores y privilegios, los Doctores casi todos, los nimos y
letras han puesto en esta causa, y ciertas Universidades se han obligado con voto en su defensa, que parece especial maravilla del Cielo llevar esto el estilo que llev la Fe de Dios, pues de tal encuentro
que le daban los adversarios la dejaba Dios ms firme y ms segura 12.
Y es que, en verdad, desde siglos atrs, muy ilustres doctores -entre los cuales se hallan Duns Scoto y Santo Toms- se haban alineado a favor de este singularsimo privilegio de Mara, a la par que el
sensus fidei del pueblo cristiano creca en la veneracin de la Inmaculada. En este proceso, la aportacin del mundo universitario fue
particularmente notable, como deca ms arriba. Universidades como las de Pars, Maguncia y Colonia y, en Espaa, en pos de la de
Valencia (1530), otras muchas como las de Granada y Alcal (1617)
y la de Salamanca (1618), proclamaron a Mara Inmaculada como
Patrona; y sus doctores, al recibir el grado, hacan voto y juramento
de ensear y defender la doctrina de la Inmaculada Concepcin de
Mara. Este voto y juramento lleg a adquirir, en algunas universidades, el carcter de voto de sangre, entendido como dar los doctores la
propia vida en defensa de aquel Misterio, si fuera preciso.
11. Ibid.
12. Ibid, p. 15.
1324
1325
15.
16.
17.
18.
19.
Ibid, p. 2.
Ibid, p. 9.
Ibid, p. 11.
Ibid, pp. 9-10.
Ibid, p. 12.
1326
Virgen santsima levant voz por el bando de los justos cuyo capitn
es esta Seora.
Aparecen en este lugar del sermn todas las referencias histricas
a la actividad pontificia en torno a la Pursima Concepcin de Mara,
as como la defensa que de este futuro dogma llevaran a cabo los
franciscanos:
Este es el evangelio que nuestra religin sagrada canta en esta fiesta, por privilegio particular de los sumos pontfices Sixto IV, Sixto V
y Paulo V, de felice recordacin, confirmando todos el oficio propio
de la Inmaculada Concepcin, compuesto por el Maestro Leonardo
de Nogarolis. Y viene el Evangelio muy a nuestro propsito, porque
as como esta pobrecita mujer, sin temor de sus adversarios, se levant con espritu y devocin a defender la honra del Hijo en la persona de la Madre, as tambin cuando ms en el mundo se ventilaron
cuestiones sobre su Concepcin limpsima, se levant siempre la
Religin pobrecita de los Menores, a defender la honra de Cristo Seor nuestro en la pureza y limpieza de la Madre.
1327
1328
24.
25.
26.
27.
28.
Ibid.
Ibid, p. 82.
Ibid. p. 73.
Matrologa II, o.c., p. 56.
Vase nota 1, p. 82.
1329
Ibid, p. 16.
Ibid. p. 21.
Ibid, p. 25.
Matrologa I, o.c., p. 289.
1330
1331
3. Opuesto a la religin cannica (cultura popular versus cultura oficial) y a la religin popularizada, influida por los ministros de
la religin cannica -cultura popular, originaria y genuina de un
pueblo, versus pseudocultura, cuerpo introducido en el sustrato cultural desde la lite que representa la cultura oficial, no necesariamente negativo, que adquiere una acogida masificada y, siempre, delata algn inters de control por parte de esa misma lite-39.
1332
El calificativo popular dificulta an ms cualquier conceptuacin. De entrada porque en la oposicin oficial-popular esto segundo suele adquirir casi siempre un juicio de valor peyorativo. Pero
adems, qu entendemos por pueblo? Para evitar esta ambigedad
se han acuado otros conceptos, entre los cuales uno de los ms
aceptados ha sido el de religiosidad local de William Christian40, basado en las distintas peculiaridades locales de lo que se consideran
manifestaciones religioso-culturales.
1333
4) En cuarto lugar, he tratado de no confundir cultura con religiosidad. Una vez puesto de manifiesto lo absurdo de cualquier oposicin entre oficial y popular para hacer referencia a aspectos complementarios de una misma raz, he procurado resaltar la divisoria que los mismos protagonistas de la poca siempre marcaron
entre las manifestaciones religiosas y cualquier otro tipo de celebraciones: 1) los actos puramente religiosos (misa y comunin),
en el templo; y 2) fuera de l los recreativos o de diversin, en los
que a veces se detecta cierta huella de un paganismo pasado
(mascaradas) y a veces no.
5) En quinto lugar pienso que con este y otros estudios es preciso
desmontar crticamente la estructura del inconsciente colectivo.
La nocin estructuralista segn la cual todo es cultura, que no ha
sido completamente superada en los estudios de historia cultural,
olvida que la cultura es siempre un producto, y que quienes ms
interesan al historiador como cientfico social son, precisamente,
los productores. La interaccin productor-producto interesa, pero
en ltimo trmino son los individuos quienes deben ocuparnos.
As conoceremos el verdadero alcance del sentimiento religioso,
descubriremos el grado de sinceridad, etc. En definitiva, descubriremos que las creencias colectivas son el resultado de la aceptacin conjunta de los individuos, pero no de forma inconsciente,
sino libre, voluntaria y racional de cada uno de los individuos que
integran la comunidad.
En virtud de todo ello, el catolicismo popular es un matiz del Catolicismo, no algo contrario a ste. Es sencillamente la forma en cmo la mayora de los individuos siente y manifiesta externamente la
religin catlica. Y en este caso de la devocin inmaculista queda
patente que nace de la libre voluntad y no de la inconsciencia del individuo, y que no puede encontrarse ningn atisbo de disociacin o
ruptura entre la postura de grandes hombres de la Iglesia y la del
hombre llano, pues unos y otros, en la teora y/o en la prctica, convergan en la seguridad y aceptacin de la creencia en la Inmaculada
Concepcin, si bien es cierto que slo se encontr cierta resistencia
en la propia cabeza de la Iglesia, en el Vaticano, donde distintos papas fueron ahondando en el asunto con el fin de asegurar su certeza
hasta finalmente validar y oficializar dogmticamente una devocin
que ya estaba absolutamente asumida por todo el pueblo.
Rafael LAZCANO
Madrid
I. Introduccin.
II. Siglas.
IV. Conclusin.
V. Bibliografa.
I. INTRODUCCIN
El Papa Po IX, el octavo ao de su pontificado, rodeado de cincuenta y tres cardenales, cuarenta y tres arzobispos, noventa y nueve
obispos y ante ms de cincuenta mil personas concentradas en Roma, elev a dogma la Inmaculada Concepcin de Mara el 8 de diciembre de 1854, proclam que la Virgen Mara fue preservada inmune del pecado original en el primer instante de su concepcin por
singular gracia y privilegio de Dios 1. Atrs quedaban ms de siete
siglos de confrontaciones teolgicas y desconfianzas sobre la concepcin de Mara, cerrndose un periodo en la historia de la Iglesia
caracterizado por dos tendencias, los maculistas y los inmaculistas.
Aunque en los Padres de la Iglesia se encuentran, por lo general,
textos con afirmaciones sobre el nacimiento de Mara sin tacha ni
pecado, la resistencia en Occidente a la doctrina sobre la santidad
perfecta de Mara desde el momento de su concepcin encontr cierta resistencia, en parte debidas al modo de interpretar la universalidad del pecado en los textos paulinos. A partir del siglo XI aparecen
los primeros documentos sobre la celebracin de una fiesta de la
concepcin de Mara, por la simple razn de considerarla santa y
santificada desde el mismo instante de su existencia, y hacia el ao
1128, un monje de Canterbury, Eadmero, escribi el primer tratado
sobre la Inmaculada Concepcin, De conceptu virginali, quien argumentaba que Mara permaneci libre de todo pecado por voluntad
explcita de Dios que lo pudo, evidentemente, y lo quiso. As pues,
si lo quiso lo hizo. Si la celebracin litrgica no planteaba mayores
dificultades, el significado de esta fiesta no pareca estar teolgicamente claro, por lo que al fin de la edad Media se desat la controversia sobre la piadosa opinin sobre la santidad original de Mara.
1. PIO IX, Ineffabilis Deus, 8 de diciembre de 1854; Denzinger, 2800-2804, edicin bilinge (latncastellano) de la 38 edicin alemana, Barcelona 1999, pp. 732733.
1338
RAFAEL LAZCANO
En Espaa fue Ramn Llull quien atribuy a Mara la pureza del alma, haciendo luego suya esta idea la Casa de Aragn y desde el siglo
XIV sus reyes fijarn como obligatoria la festividad de la Inmaculada
en Barcelona (1390), Zaragoza (1391) y Valencia (1394).
Tambin la orden de San Agustn alz la bandera de la Inmaculada, pureza y plenitud de gracia de Mara a travs de sus ms insignes
representantes intelectuales con la publicacin de obras sobre las
grandes cuestiones referentes a la Concepcin Inmaculada de Mara.
En la primera poca, Egidio Romano (1243-1316), fundador de la
Escuela Agustiniana, defiende la santidad negativa de la Virgen, opinin comn en la poca. Mara es descendiente de Adn y sufre las
imposiciones morales de la ley de los hijos de Adn, y consecuentemente al estar bajo la ley del pecado necesita la santificacin redentora de Cristo, aunque fuese por un espacio pequeo de tiempo.
Mantienen esta misma opinin sus inmediatos seguidores: Santiago
de Viterbo (ca. 1255-1308), Alberto de Padua (+1323), Agustn de
Ancona (+ 1328), Gerardo de Siena (1336), Enrique de Friemar (ca.
1245-1340), Gregorio de Rmini (ca. 1300-1358), Alfonso Vargas de
Toledo (+ 1366), Hugolino de Orvieto (+1373), Jordn de Sajonia
(ca. 1299-1380).
Una interpretacin favorable al privilegio mariano la inici Toms de Strasburgo o Argentina (ca. 1300-1357), quien apartndose
de su maestro Egidio en esta cuestin, niega en Mara todo pecado,
tanto original como personal. La Virgen desde siempre estuvo preservada de toda forma de pecado, inicindose desde entonces en la
orden agustiniana la corriente inmaculista 2. Junto con Toms de Estrasburgo se sita Hermann de Schildicz, favorable tambin al privilegio mariano, incluso para algunos autores fue el primer agustino
que defendi la Inmaculada Concepcin 3. En esta lnea doctrinal, la
orden agustiniana fund en Pars en 1440 una Confraternidad de la
Inmaculada Concepcin, erigida por bula de Eugenio IV, desde don2. Cf. MATEOS, C., Inmunidad de Mara de la culpa original, en Estudio Teolgico Agustiniano, luego Archivo Agustiniano, 1 (1960) 245-265; 2 (11967) 131147; 10 (1975) 3-28; 173-193; ID., El culto litrgico de la Virgen en la Orden de
San Agustn, Valladolid 1964, 189 pp.
3. Cf. ZUMKELLER, A., Schrifttum und Lehre des Hermann von Schildesche,
O.E.S.A. (+1357), Wrzburg 1958, pp. 78-83. A esta corriente de pensamiento se
sumaron otros agustinos como Juan de Basilea (+1392), Buenaventura de Padua (+
1358), Pablo de Venecia (+ 1429), Agustn de Roma (+ 1443), Jaime Prez de Valencia (+ 1490), etc.
1339
de defienden y viven el privilegio mariano. El mismo pontfice otorg ms tarde indulgencias y privilegios segn el breve de 30 de
agosto de 1442 4.
Ya el concilio de Basilea de 1439 haba declarado la Inmacula Concepcin como una pa doctrina, concorde con el culto catlico y la fe
catlica. En adelante no estara permitido predicar o declarar contra la
Inmaculada Concepcin de Mara. Sixto IV, el 28 de febrero de 1476
estableci la fiesta de la Inmaculada para toda la Iglesia latina y otorg
una indulgencia a todos cuantos asistieran a los oficios divinos. Aunque
el concilio de Trento abord en 1546 la cuestin, no fue su intencin incluir en un decreto lo concerniente al pecado original de la Inmaculada
Concepcin, con lo que la disputa continuaba entre los telogos.
Mientras la discusin inmaculista continuaba, las manifestaciones de piedad 5 y los escritos mariolgicos no cesaban de producirse
en la mayor parte de las rdenes religiosas. Por su lado, las universidades 6, ayuntamientos 7 y cofradas 8 emitiendo votos y juramentos
4. Tambin Nicols V, Sixto IV e Inocencio VIII distinguirn a la Confraternidad de la Inmaculada Concepcin de Pars con nuevos favores espirituales. Cf. FOLGADO FLREZ, S., Espiritualidad y culto mariano en la Orden de San Agustn (ss.
XII-XV), en De cultu mariano saeculis XII-XV. Acta congressus mariologici-mariani Internationalis Romae anno 1975 celebrati. Vol. III, Romae 1979, p. 430.
5. El primer voto en el mundo en defensa de la Inmaculada Concepcin de Mara se hizo el ao 1466 en la tierra y villa de Villalpando, integrada por los pueblos
de Villalpando, Cerecinos de Campos, Cotanes del Monte, Prado, Quintanilla del
Monte, Quintanilla del Olmo, Tapioles, Villamayor de Campos, Villanueva del
Campo, Villar de Fallaves, Villrdiga, San Martn de Valderaduey y Caizo. Todos
ellos, excepto los tres ltimos que fueron de la dicesis de Zamora, pertenecieron a
la dicesis de Len. En la actualidad todos forman parte de la dicesis de Zamora.
6. Las universidades espaolas salieron en defensa de la Inmaculada Concepcin de Mara en el siglo XVII. En 1617 las Universidades de Granada y Valladolid
hicieron el voto y juramento de la Inmaculada, en 1618 las de Barcelona, Salamanca y Valladolid, la de Huesca y la de Oate en 1619, y en 1630 la Universidad de Valencia, entre otras. A su vez, con la graduacin acadmica se haca el voto y juramento de ensear y defender la doctrina de la Inmaculada Concepcin de Mara.
Carlos III extendi por ley en 1779 dicho juramento a todas las universidades del
reino de Espaa.
7. El Ayuntamiento de Toledo, en representacin de la ciudad hizo voto y juramento en defensa de la Inmaculada el 15 de diciembre de 1617, y que todava son
renovados cada ao; el 18 de abril de 1618 el Ayuntamiento de Salamanca y en este
mismo ao el Consejo de Granada realiz el voto y juramento.
8. El 29 de septiembre de 1615, la Hermandad de los Nazarenos de Sevilla, Archicofrada Pontificia y Real de Nuestro Padre Jess Nazareno, Santa Cruz en Jerusaln y Mara Santsima de la Concepcin, hizo el voto y juramento en defensa del
misterio de la Inmaculada Concepcin de Mara.
1340
RAFAEL LAZCANO
DHEE =
DHGE =
DAZ, Hombres =
1341
HERRERA, Alphabetum = HERRERA, T. de, Alphabetum Augustinianum, Matriti 1644, 2 vols.; reimpresin anasttica, con una introduccin
bio-bibliogrfica de Balbino Rano, Publicazioni Agostiniane, Roma 1990.
HERRERA, Historia =
JORDN =
LATASSA =
HERRERO SALGADO, F., La oratoria sagrada en los siglos XVI y XVII. IV. Predicadores agustinos y carmelitas, Fundacin Universitaria Espaola, Madrid
2004.
RAFAEL LAZCANO
1342
MONASTERIO, Msticos = MONASTERIO, I., Msticos agustinos espaoles, Ed. Agustiniana, Real Monasterio de El Escorial (Madrid) 1929, 2
vols.
SANTIAGO VELA, Ensayo = SANTIAGO VELA, G. de, Ensayo de una
Biblioteca Ibero-Americana de la Orden
de San Agustn. Obra basada en el Catlogo bio-bibliogrfico agustiniano de
Bonifacio Moral, Imp. del Asilo de
Hurfanos del Sagrado Corazn de Jess, Madrid - El Escorial 1913-1931, 8
vols. (Falta el volumen IV, letras J- LL,
que no lleg a publicarse).
VIDAL =
Natural de pila (Zaragoza). En el convento agustino de Zaragoza profes el 18 de mayo de 1590, siendo prior Domingo Camisano.
Maestro en Teologa. Segn el parecer de Jordn fue excelente telogo y predicador insigne, muy poltico y discreto, y muy estimado
en la corte de Espaa. Como confesor de Pedro Girn, Duque de
9. Bibliografa: HERRERO, La oratoria sagrada, p. 531; JORDN, III, p. 185; LAI, p. 158; SANTIAGO VELA, Ensayo, I, pp. 279-280.
TASSA,
1343
Osuna, Virrey de Sicilia y despus de Npoles, residi en Italia. Aunque el Virrey le ofreci dos obispados no acept ninguno. Regres al
convento de Zaragoza donde muri en julio de 1630.
Este predicador compuso un libro de sermones, entre los cuales
figura uno que public con este ttulo: Sermn de la Limpssima y Inmaculada Concepcin de la Virgen, Seora Nuestra, Imp. Juan Batista Maringo, Palermo 1614, y dedicado al Duque de Osuna, entonces virrey de Npoles.
2. AZNAR y EMBID CARDONA, Jernimo ( + 1630)10
Naci en Anin (Zaragoza). Profes en el convento de Barcelona el 9 de diciembre de 1582, de la provincia de Aragn. Predicador
del convento de San Sebastin de la villa de pila (Zaragoza). En
1605 fue prior del convento de Huesca. En compaa de Pedro Maln de Chaide y otros dos religiosos, Juan Buitrn y Diego de Navarra, fue destinado en 1585 a tomar posesin del monasterio de Nuestra Seora de Loreto, situado a las afueras de la ciudad de Huesca, en
una heredad llamada Loret, que haba pertenecido a los padres de
San Lorenzo. Por este motivo Felipe II mand edificar en el mismo
sitio segn los planos levantados por el arquitecto Herrera.
De su pluma sali Conceptos en honor de la Pursima Concepcin de la Madre de Dios. Y que son lcitos los votos y juramentos de
su veneracin, y las leyes reales a favor de la Iglesia, Imp. Pedro
Blasn, Huesca 1620, en defensa del misterio de la Inmaculada Concepcin de Mara, el juramento hecho por la ciudad de Zaragoza y
del decreto de Juan II a favor del misterio inmaculista.
3. CAMARGO y SALGADO, Fernando (ca. 1572-1652)11
1344
RAFAEL LAZCANO
1345
en la Iglesia catedral de Ciudad Rodrigo (Salamanca), titulado Sermn de la pura y limpia Concepcin de la Virgen Santsima Seora
Nuestra, Imp. de Diego de Cosso, Salamanca 1624.
5. CASTRO, Juan de (1547-1611) 13
1346
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1347
nes. El mismo bigrafo, Antonio del Castillo, da a entender la existencia de algunos sermones escritos por Juan de Castro, fijndose en
uno que predicado en San Felipe el Real de Madrid, con motivo de
las exequias celebradas por el predicador Francisco de Castroverde.
Sin embargo, la presencia de Juan de Castro en esta obra se debe
a la atribucin de un sermn que predic en la Iglesia metropolitana
de Sevilla, publicado en la ciudad hispalense varios aos ms tarde
de su fallecimiento, concretamente en 1685. Se trata del impreso siguiente: Sermn predicado en la Santa Metropolitana y Patriarcal
Iglesia de Sevilla, Primadas de las Espaas, en accin de gracias
que consagr a la Omnipotencia divina y a la Reyna de los ngeles
el Ilmo. Sr. Den y Cabildo de dicha Santa Iglesia por la victoria de
Nuecheusel, Sevilla, 1685.
Falleci con fama de santidad en Madrid, el da 1 de agosto de
1611. Segn informa el historiador Toms de Herrera, presente en el
reconocimiento de los restos mortales, el cuerpo de Juan de Castro se
encontr incorrupto el 6 de agosto de 1648, treinta y siete aos despus de su fallecimiento.
6. CEA, Diego de (+ 1640) 14
Hijo de Diego Snchez de Cea y Luca Fernndez, natural de
Agudo (Ciudad Real), adopt el nombre de Diego del Arco, cambiando despus a Diego de Cea. Profes en la orden agustiniana el
18 de julio de 1609, siendo prior del convento de San Agustn de Salamanca Diego de Chaves. Despus de un tiempo cambi de hbito
religioso, tomando el de San Francisco. Perteneci a la provincia
franciscana de Santa Mara de los ngeles, donde ejerci la docencia
en el convento de San Antonio de Padua de Sevilla y desempe el
cargo de Comisario general en la corte romana. Muri en el convento de Araceli, Roma, el ao de 1640, segn la Bibliotheca Universa
Franciscana, (tomo I, p. 295).
Predic en el novenario que hizo la cofrada de los Nazarenos y
Santsima Cruz de Jerusaln el 29 de abril de 1620, de la iglesia de
San Antonio Abad, de Sevilla, para celebrar el misterio de la Inmaculada. Este sermn mariano, De la Inmaculada Concepcin de la
14. Bibliografa: HERRERA, Historia, p. 414; SANTIAGO VELA, Ensayo, I, pp.
682-683; VIDAL, II, p. 50.
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1349
tos que maneja Cervantes estn tomados de sermones y tratados atribuidos a San Agustn, la obra es densa en contenidos patrsticos, medievales y de autores modernos, reivindicando para Mara el privilegio de la Inmaculada Concepcin.
Despus de 1618 no conocemos otras noticias de Gonzalo de
Cervantes.
8. FONSECA, Cristbal (ca. 1550-1621)16
Naci hacia 1550 en Santa Olalla (Toledo). Los padres de Cristbal Fonseca fueron Diego de Fonseca, contador, e Isabel lvarez,
tambin naturales de Santa Olalla, del obispado de Toledo. Profes
en la orden de San Agustn el 8 de febrero de 1566 en el convento de
Toledo. Aqu debi de estudiar la Filosofa, si bien la Teologa la curs en Salamanca, pues no disponemos de datos precisos de este periodo de su vida. Alcanz el grado de maestro de la provincia de Castilla (1596), con el cual asisti al captulo general de la orden agustiniana (1608).
Desempe los cargos de prior del convento de Segovia (1591),
visitador de la provincia de Castilla (1601), prior en el convento de
San Felipe el Real de Madrid (1607), vicario provincial (1607), definidor de la provincia (1609 y 1615), y presidente del captulo provincial (1618) en calidad de definidor mayor de la provincia de Castilla.
Como orador sagrado Fonseca predic en los plpitos ms insignes de Espaa: Salamanca, Madrid, Alcal, Toledo, Sevilla, Crdoba, Burgos, y Segovia. Pedro de Herrera recogi en su obra Descripcin de la Capilla de Nuestra Seora del Sagrario (Madrid 1617),
los actos tenidos en la inauguracin de la mencionada capilla del Sa16. Bibliografa: ALBORG, J. L., Historia de la literatura espaola. II. poca
Barroca, Madrid 1980, pp. 191-192; DAZ, Hombres, III, pp. 245-247; DHEE, II, p.
950; DHGE, XVII, col. 802; HERRAN, L. M., "La devocin popular a Mara en las
vidas de Cristo y Mara y en los 'Flos sanctorum' del siglo XVI: La obra del agustino Cristbal de Fonseca", en Acta Congressus Mariologici-Mariani Internationalis
Caesaraugustae anno 1979 celebrati. Vol. VI. De Cultu Mariano apud Varias Nationes Saec. XVI. Pars prior, Romae 1986, pp. 463-496: 468-471; HERRERA, Alphabetum, I, p. 151; HERRERA, Historia, pp. 197, 200, 404; MONASTERIO, Msticos, I,
pp. 317-332, 578; SANTIAGO VELA, Ensayo, II, pp. 621-639; VIII, p. 578; VEGA, J.,
"Un error de Menndez y Pelayo" (Cristbal de Fonseca), en Casiciaco, 7 (1953)
72-74.
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1351
Pero no todo han sido halagos en la obra de Fonseca. Un caso extremo lo encontramos en Menndez y Pelayo, quien emiti un juicio
desfavorable de la primera parte de la obra, segn la edicin de 1608.
Por cierto, plagada de errores, cambio de frases y abundantes descuidos tipogrficos. No obstante, el crtico sentenci en su Historia de
las ideas estticas: Es un libro de verdadera decadencia, farragoso y
pedantesco, y tal que slo debe la reputacin que disfruta entre los
que no le han ledo, a la casualidad de haberle citado Cervantes en el
prlogo del Quijote, nada menos que en el cotejo con Len Hebreo.
Solana, ms ponderado, dice que, en suma, es un buen libro, aunque
no llegue a ser un gran libro.
Vida de Cristo Seor Nuestro (1596) es la segunda obra de Fonseca. Est dividida en cuatro partes y cada una de por s forma un tratado independiente, y por esta razn se publicaron separadamente.
La primera edicin de la obra completa sali en 1621. La primera
parte trata de los misterios de la vida de Jesucristo, la segunda de los
milagros, la tercera de las parbolas y la cuarta sobre los evangelios,
si bien esta ltima no formaba parte de los planes iniciales, segn indica en el prlogo el mismo Fonseca. La obra est compuesta de trozos escogidos de otros oradores, en un estilo algo ampuloso, y
abunda demasiado de erudicin profana, y si se quiere, hasta de citas
patrsticas y escriturarias, dice Monasterio.
En cuanto a la Inmaculada Concepcin de Mara, Cristbal Fonseca afirma que Dios preserv a su Madre de las consecuencias del
pecado, y del pecado mismo, como lo afirma la Sagrada Escritura y
San Agustn, principalmente en el captulo 36 de su obra De natura
et gratia. Fonseca sostiene que la Virgen Mara es una rosa, sin espinas, sin pecado. Entre los hijos de Adn, sola mi Madre es Rosa pursima, afirm en el captulo VI de su Vida de Jesucristo. Utiliza en
esta obra muchos argumentos y comparaciones para probar que Mara tena que ser inmaculada por estar predestinada para Madre de
Dios al acoger en su seno al Verbo de Dios. Convena al cielo, escribe Fonseca, cuya Reina y Seora era Mara, que no tuviese la
mancha del pecado; que no es razn dar a los ngeles, Reina que lo
haya tenido; pues ni la Virgen fuera conveniente Reina de los ngeles, si no los venciera en todo linaje de pureza y santidad20. El autor
de esta pgina mariolgica falleci en Madrid el 9 de noviembre de
1621.
20. Vida de Cristo, p. 227.
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RO,
1353
trata sobre Mara mostrndose acrrimo defensor de la Concepcin Inmaculada de la Virgen, est escrito en latn, pensando que as
sera tenido por ms sabio y docto, a costa de tener menos lectores,
como el mismo autor reconoce en el siguiente tomo. El texto latino,
de ms de setecientas pginas cargadas de doctrina y erudicin, lleva
por ttulo: Homiliae in dominicas adventus et festa occurrentia. Inter. hast est Homila altsima de Immaculata Conceptione B. M. Virginia, Typ. Martn Fernndez Zambrano, Granatae 1617. Y, por ltimo, Juan Galvarro escribi una censura, firmada en Granada el 8 de
enero de 1616, al sermn La Virgen no pec en Adn, de Gonzalo
Snchez Lucero.
Su fallecimiento debi producirse en 1622, o por este tiempo, ya
que en esa fecha anunci la publicacin de un Santoral y las Ferias
extraordinarias, obra para la que haba conseguido el privilegio de
impresin, pero que nunca salieron editadas, como tampoco los Sermones funerales y del Santsimo Sacramento, que tena ya listos para su publicacin.
10. GONZLEZ DE CRITANA, Juan (ca. 1555 - ca. 1613)22
Naci en Villarrubia (Toledo) hacia 1555. Este autor tambin
aparece citado solamente como Juan de Critana Gonzlez. Fernando
y Ana fueron sus padres. Recibi el hbito agustiniano de manos de
Alonso de Veracruz, misionero, filsofo y catedrtico de la Universidad de Mxico, en el convento de San Felipe el Real de Madrid, donde profes como religioso el 26 de mayo de 1573. Realiz los estudios filosficos y teolgicos en Alcal de Henares y Salamanca. Fue
discpulo de Alfonso de Villanueva, Diego de Tapia y de fray Luis de
Len, a partir de 1578.
Predicador, maestro, prior del convento de Carbajales (Zamora)
(1589), segn informa en la licencia para imprimir Sylva comparationum, concedida por Pedro de Rojas, provincial, el 10 de noviembre del citado ao. En el convento de Valladolid residi de 1596 a
1607, aunque con alguna interrupcin. En este convento fue nombrado prefecto o director de la archicofrada de la Cinta o Correa de San
Agustn y Santa Mnica.
22. Bibliografa: ALVA Y ASTORGA, p. 769; DHEE, II, pp. 1034-1035; DAZ,
Hombres, II, pp. 465-467; MONASTERIO, Msticos, I, pp. 313-316; SANTIAGO VELA,
Ensayo, III, pp. 185-199; VIII, p. 585.
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Segn consta por su obra Privanza del hombre con Dios sobre el
parce mihi, Job 7 (Imp. Nicols de Asian, Pamplona 1622) fue
maestro en Sagrada Teologa y gran predicador, escrito que dedic al
cardenal Agustn Espnola y Albornoz. Dicho escrito es un comentario al texto bblico citado, el parce mihi de Job, expuesto en siete
apartados que corresponden a otros tantos captulos o libros, donde
hace ver la distancia existente entre Dios y el hombre, pero que se
atena mediante la humildad y por parte de Dios, engrandeciendo al
hombre al dotarle de alma, y crearle a su imagen y semejanza. Otro
libro dej casi acabado, segn Quijano, sobre la conversin de San
Pablo, cuyo manuscrito debi perderse.
Francisco de Len adems de lector en la provincia de Castilla,
predic en los reinos de Castilla, Andaluca, Aragn y Navarra, principalmente en Burgos, Medina del Campo (Valladolid), Salamanca,
Valladolid, Pamplona, Toro (Zamora) y Sevilla. En la ciudad hispalense subi al plpito y public un sermn mariano: Sermn predicado en la I. M. de Sevilla, da de la Encarnacin y Anunciacin de
la Virgen Mara, Nuestra Seora, ao de 1619, Imp. Juan Serrano de
Vargas y Urea, Sevilla 1619.
13. MALDONADO, Pedro (1576-1614)25
Naci en Sevilla el ao 1576. Sus padres fueron Melchor Maldonado, caballero de Santiago y Ana Mara de la Barrera. Pedro, naci24. Bibliografa: ARMBURU CENDOYA, I., Fray Juan Quijano, OSA (1572 1635) y sus Memorias para la historia de la provincia de Castilla, en Archivo Agustiniano, 61 (1962) 68 y 90; DAZ, Hombres, IV , p. 644; HERRERO, La oratoria sagrada, p. 545.
25. Bibliografa: ALVA y ASTORGA, col. 1172; DHEE, III, p. 1401; DAZ, Hombres, V, pp. 82-84; HERRERA, Alphabetum, II, p. 288; MONASTERIO, Msticos, I, pp.
401-408; SANTIAGO VELA, Ensayo, V, pp. 85-91.
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cante la ctedra de Escoto (1593), Mrquez se present a dicha oposicin en la Universidad de Salamanca, si bien la ctedra la obtuvo
su adversario, el dominico Pedro de Herrera.
El captulo provincial de Castilla de 1595 le nombr rector del
Colegio San Agustn de Alcal, y un ao ms tarde fue propuesto para opositar a la ctedra de sustitucin de Vsperas de Teologa de la
Universidad de Salamanca, cuyo titular era el tambin agustino Juan
de Guevara. Una vez conseguida, el 7 de enero de 1597 tom posesin de la ctedra de sustitucin de Vsperas de Teologa. Poco despus solicit la incorporacin de sus grados acadmicos obtenidos
en Toledo a la Universidad salmantina, costeando los gastos el convento de Salamanca. Por su parte, la provincia de Castilla solicit el
ttulo de Magister supernumerarius para Mrquez, lo cual consigui
del Papa el prior general de la orden de San Agustn el 13 de mayo de
1597. Las lecturas de ctedra fueron de la Summa Theologica II II,
y el desarrollo de temas como De Spe, De Incarnatione, De Gratia
Christi, etc.
Al fallecimiento del maestro Guevara (1600), ces la sustitucin
que tena Mrquez. Este acontecimiento fue suficiente como para
que Mrquez optase por el alejamiento del mundo universitario y
buscase sosiego para su espritu en el convento de Medina del Campo (Valladolid), donde compuso su obra Los dos estados de la espiritual Jerusaln (1603). El Pleno de la Universidad de Salamanca de
3 de diciembre de 1603 trat sobre una provisin real en la que confirm la concesin de una ctedra extraordinaria o Partido de Teologa a Juan Mrquez. Fue entonces cuando, desde el 28 de enero de
1604 hasta el 4 de febrero de 1607, comenz a explicar De Legibus.
Finalmente se present y consigui en propiedad, el da 5 de febrero
de 1607, la ctedra de Vsperas de Teologa. En esta ctedra permaneci hasta su fallecimiento, si bien sus tareas docentes disminuyen
con el paso del tiempo, sobre todo cuando fue nombrado predicador
real y censor del Santo Oficio, siendo sustituido por Basilio Ponce de
Len, agustino. Las materias explicadas por Mrquez en la ctedra
de Vsperas fueron De Simonya, De Sacramentis, De Incarnatione,
De gratia Christi, De Confessione, De merito, De visione Dei y De
Humanis.
Adems de los cargos desempeados en la provincia de Castilla,
como definidor (1598 y 1609) y prior del convento de Salamanca
(1619), el monarca Felipe III le nombr predicador real (1616) y
consejero de la Corte (1619). En efecto, los miembros del Consejo
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mes presentaron un avance del programa que fue aprobado por unanimidad. La vspera tuvieron lugar los fuegos artificiales, y el domingo 28 de octubre de 1618, a las ocho la procesin con la imagen
de la Inmaculada desde el convento de San Francisco a la iglesia de
Santa rsula, con msica y gigantes, luego misa en la catedral celebrada por el obispo diocesano, Francisco de Mendoza, sermn predicado por Juan Mrquez sobre la Inmaculada Concepcin de Mara
ante la Universidad y pueblo salmantino, y juramento delante de la
imagen de la Inmaculada. Por la tarde continuaron los festejos con
danzas, certmenes, etc. Al da siguiente, en el patio de Escuelas mayores, un auto de Nuestra Seora de la Concepcin, encargado a Lope de Vega, que titul La limpieza no manchada, y dado el xito obtenido repitieron por tres veces la presentacin en los das siguientes.
Tambin se celebr una corrida de seis toros. De todo ello da pormenorizada cuenta Mrquez en la obra Relacin de fiestas que la Universidad de Salamanca celebr desde el 27 hasta el 31 de Octubre
del ao 1618 al juramento del nuevo estatuto, hecho en 2 de Mayo
de dicho ao, de que todos los graduados defendern la pura y limpia Concepcin de la Virgen N. S. concebida sin mancha de pecado
original, Antonia Ramrez, Salamanca 1618.
Falleci en Salamanca el 15 de enero de 1621. La oracin fnebre
corri a cargo de Basilio Ponce de Len, quien informa de otra obra
de Mrquez, Sermones sobre la Inmaculada Concepcin.
15. OVIEDO, Gaspar de (1591-1654) 27
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una provisin real motivada por la opinin manifestada en el captulo celebrado el 24 de abril de 1638 en Madrigal de la Altas Torres
(vila), al afirmar Oviedo la libertad que haban de tener los votantes sin dejarse someter a ninguna clase de imposiciones. En esta
manifestacin crey ver el representante del rey, el obispo de Valladolid, Gregorio Pedrosa, algo semejante a llamar tirano a Felipe
IV que implcita e explcitamente se haba decantado por una candidatura a provincial. Aunque la acusacin no estaba clara ni era
fcil probarla, el rey despoj a Oviedo de su ctedra por un incidente sin relacin directa en el mbito universitario, alejndose de
Salamanca por espacio de un ao porque as convena al servicio
de Su Majestad. El claustro de profesores se quej a Felipe IV por
esta su decisin inadecuada, injusta e ilegal, pues contravena las
leyes universitarias. Una vez incorporado a la Universidad de Salamanca, en recompensa a su obediencia y sumisin a Felipe IV, el
Consejo le dio a Gaspar de Oviedo la ctedra de Durando. Tom
posesin de la misma el da 9 de noviembre de 1639. A la jubilacin del cisterciense ngel Manrique en su ctedra de Prima de Teologa, Gaspar de Oviedo gan esta ctedra en sustitucin, incorporndose a ella el 13 de noviembre de 1642. Tambin se present
a la ctedra de Vsperas, vacante por la promocin al arzobispado
de Montreal (Sicilia), del propietario Bernardino Rodrguez, alcanzndola Oviedo, de la cual tom posesin el 17 de octubre de 1648.
Y, por ltimo consigui la ctedra de Prima de Teologa en propiedad el 19 de agosto de 1651. En ella estuvo hasta el 24 de noviembre de 1654, fecha de su fallecimiento.
En 1638 fue prior del convento San Agustn de Salamanca y por
comisin del prior general presidi el captulo de la provincia de
Castilla de 1644. Calificador del Consejo Supremo de la Inquisicin,
y uno de los renovadores de la filosofa escolstica en Espaa.
De Gaspar de Oviedo son los Escritos en defensa de la Inmaculada Concepcin, cuya resea y extracto de los mismos se encuentran en el ndice de papales de la Junta de la Concepcin, nmeros
154, 167 y 192 del ao 1653. En sus escritos defiende una frmula
en la que, sin pedir al Papa de la definicin de la Inmaculada Concepcin, sea canonizada la verdad de la Inmaculada Concepcin de
Mara. En otro escrito titulado Memorial ofrece Oviedo fundamentos y respuestas que confirman la ya beatificacin de Concepcin
Inmaculada.
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1567-1630)", en Archivo Agustiniano, 61 (1977) 160-215; ID, "Memorial del Obispo de Arequipa, Pedro de Perea, OSA, sobre su conflicto con el cabildo", en Archivo Agustiniano, 76 (1992) 291-301; ALVA y ASTORGA, col. 1183; DHEE, III, p.
1960; HERRERA, Alphabetum, II, p. 271; HERRERA, Historia, p. 167; MONASTERIO, I.,
Glorias del episcopado peruano, en Espaa y Amrica, 8/3 (1910) 339-343; SANTIAGO VELA, Ensayo, VI, pp. 249-255; SANTIAGO VELA, G. de, "El Ilmo. D. Fray Pedro Perea, Obispo de Arequipa", en Archivo Histrico Hispano Agustiniano, 19
(1923) 166-178.
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je lo realiz en la segunda mitad de 1592, siendo recibido por el Papa en audiencia. A su regreso a Espaa, consigui en Pava el grado
de Maestro en Teologa; y por el breve pontificio de fecha 20 de octubre de 1602 se le reconoca el grado de Maestro supernumerario de
Teologa en su provincia de Castilla.
En esta provincia obtuvo varios cargos y otros fuera de ella, como
el de predicador real (1597) de los ejrcitos espaoles durante el
tiempo en que el conde de Puonrostro fue Maestro de Campo de
Felipe II. Tambin fue juez delegado del Nuncio Apostlico en Espaa para un caso de apropiacin indebida en el convento de Medina
del Campo (Valladolid), calificador del Santo Oficio de la Inquisicin. En la provincia fue secretario del provincial Agustn Antolnez,
en su primer mandato (1598-1601); discreto de la provincia en el captulo general de 1598; prior de los conventos de Toledo y de Medina del Campo (Valladolid); visitador de la provincia de Castilla en
1607 y asistente general en Roma por las provincias agustinas de Espaa e Indias, por eleccin en el captulo general de 1608. Con motivo de ejercer este cargo visit con el prior general y el asistente italiano, las provincias de Castilla, Portugal y Andaluca, pero no estuvo presente en la visita cursada por el general de la orden agustiniana a la provincia de Aragn. Vuelto a Roma particip en el captulo
general de 1614. Del Papa Paulo V consigui dos cartas de recomendacin para el rey y su ministro el duque de Lerma, con fecha 6 de
abril de 1615, que probablemente entreg el mismo Pedro Perea a
sus destinatarios. En consecuencia Felipe III le asign una de las mitras del real patronato en Amrica, presentndole para obispo de Arequipa (Per) el 6 de julio de 1617, siendo preconizado obispo de la
sede arequipense por Paulo V el 4 de septiembre del mismo ao. La
dicesis de Arequipa haba sido desmembrada de la de Quito en virtud de la bula papal de fecha 20 de julio de 1609.
Pues bien, una vez que recibi la consagracin episcopal en la
iglesia del convento de San Felipe el Real, de Madrid, por Fernando
Acevedo, arzobispo de Burgos y presidente de Castilla, en 1618, parti para el Nuevo Mundo, llegando a Lima en el mes de enero de
1619, despus de pasar unos meses en Panam. Sin embargo, de su
dicesis tom posesin personalmente el primero de agosto de 1619.
Aunque haban sido nombrados dos obispos para la sede de Arequipa, por diferentes motivos ninguno haba tomado posesin de ella,
siendo Pedro de Perea el primero en gobernar y posesionarse de esta
dicesis. El nuevo obispo procedi a la ereccin cannica de la di-
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cesis el 11 de octubre de 1619 y de la iglesia catedral, siendo de nuevo erigida en 1625. En este mismo ao fund el seminario diocesano
bajo la advocacin de San Jernimo. Visit la dicesis, el hospital de
Arequipa y dispuso cuanto crey conveniente para la evangelizacin
de los nativos y peninsulares. Varios fueron las quejas, conflictos y
desencuentros del obispo Perea con los cannigos de Arequipa, los
Oidores de Lima, las rdenes religiosas y el virrey, quien cre una
nueva iglesia en Arica, sin contar con el obispo.
El 6 de noviembre de 1628 hizo escritura notarial en Arequipa
por la que el obispo Pedro Perea dispona la fundacin y dotacin
de capellanas, misas, arca de misericordia, ctedra de gramtica, escuela para nios, dote de doncellas y otras obras pas. Una parte era
para su pueblo natal, Briones, y otra parte a favor del convento de
San Andrs (Burgos).
Muri en Lima, en el convento de San Agustn, el 28 de mayo de
1630, cuando estaba tramitando la licencia para regresar a Espaa y
desde aqu a Roma para solicitar la definicin del misterio de la Inmaculada Concepcin de Mara. Los restos mortales fueron depositados en la iglesia del convento limense, luego fueron trasladados a
la catedral de Arequipa.
Cuando la cuestin sobre la Inmaculada Concepcin estaba candente en Espaa y Roma, Pedro de Perea tambin intervino como
hombre docto en Teologa. Adopt una postura favorable a la concepcin sin pecado original de Mara y, creyendo haber descubierto
razones que nadie antes haba expuesto, decidi redactar un tratado a
este respecto. En una carta dirigida al rey, fechada el 1 de mayo de
1619, da a entender que se pone a escribir sobre la Inmaculada. En
1624 enviar, en forma de carta el tratado, sin que sepamos si fue impresa o qued manuscrita esta obra. Una copia de este escrito inmaculista circul por Espaa, incluso lleg al arzobispo de Santiago de
Compostela, Agustn Antolnez, sobre el que emiti su parecer. En
los aos siguientes tuvo ocasin Perea de introducir nuevos desarrollos a su escrito mariolgico con vistas a su publicacin. El tratado,
por fin, fue impreso con este ttulo: Copia de la carta que el obispo
de Arequipa, fray don Pedro de Perea, de la Orden de San Agustn
escribi al rey nuestro seor don Felipe IV, de este nombre, probando la certeza que tiene el haber sido la Virgen concebida sin pecado
original y no poderse definir en la Iglesia opinin contraria. Van
aadidos en esta Copia, los motivos y principios, as de nuestra fe,
como de teologa, y algunas consideraciones cerca de la fiesta, en
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Sobre la Madre de Dios escribi el Sermn del trnsito de la Virgen Mara, predicado en la capilla del convento de San Agustn de
Antequera (Mlaga), luego impreso por Alonso Rodrguez Gamara
en la ciudad de Sevilla el ao 1619.
20. ROS y ALARCN, Bartolom de los (1580-1652) 32
Naci en Madrid en 1580. Hijo de Alonso de los Ros y Luciana
Prez, vecinos de la parroquia de Santiago de Madrid, profes en el
31. Bibliografa: ALVA y ASTORGA, col. 452; HERRERO, La oratoria sagrada, p.
557; LLORDEN, A., "Notas bio-bibliogrficas agustinianas", en Archivo Agustiniano,
59 (1965) 77-78; SANTIAGO VELA, Ensayo, VI, p. 465.
32. Bibliografa: AGUDELO, F., Naturaleza de la esclavitud mariana segn el P.
Bartolom de los Ros y San Luis Mara Montfort, Bogot 1958; BURN, C., El P. Bartolom de los Ros, OSA y su Hierarqua Mariana. Certamen pblico para solemnizar
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Durante la estancia de Bartolom de los Ros en Blgica (16201647) debi afiliarse a la provincia agustiniana de Colonia, pues
ejerci de presidente del captulo provincial de 1637, y en 1641 fue
nombrado definidor provincial.
Despus de casi dos aos de estancia en Blgica, la misma Gobernadora, una vez conocidas las cualidades de Bartolom de los Ros, le nombr predicador de la Corte de Bruselas, ejerciendo adems
labores de consejero en los asuntos importantes de gobierno. Durante este tiempo frecuent la Universidad de Duay, gradundose de
doctor (1624). Durante algunos ao ejerci de profesor de Teologa
en esta Universidad. Desde Flandes mantuvo correspondencia en
1625 con Ana de San Bartolom (+1626).
Bartolom de los Ros no olvid las indicaciones recibidas de
fray Simn de Rojas, y comenz a sembrar a travs de la predicacin, entre personas influyentes, la semilla de la devocin a la Virgen
Mara bajo la forma de esclavitud mariana. Con el beneplcito de
la Gobernadora de los Pases Bajos y la facultad otorgada por el arzobispo de Malinas (19 de enero de 1636) para fundar la Asociacin
o Cofrada de Esclavos de Mara, se propuso Bartolom de los Ros
el traslado de la imagen de la Virgen desde el Palacio Real a la iglesia San Agustn, en la que se construy un altar costeado por la propia Isabel Clara Eugenia, llevndose a efecto el cambio de imagen de
la Virgen, venida de Escocia, el 3 de mayo de 1626. Urbano VIII
concedi para esta ocasin indulgencia plenaria a los fieles que, habiendo confesado y comulgado, asistieran a la procesin organizada
con dicho motivo. La casa real, nobleza, jerarqua y pueblo llano
particip de la fiesta multitudinaria. El general Ambrosio de Espnola, el conquistador de Breda, en testimonio de su piedad mariana, regal el estandarte de la esclavitud.
Por deseo de Bartolom de los Ros, el 15 de agosto de 1626 tuvo
lugar la inscripcin oficial o cannica en el convento San Agustn, de
la cofrada o congregacin de los esclavos del Dulce Nombre de Mara. La primera en inscribirse fue la Infanta Isabel Clara Eugenia, para continuar con su ejemplo innumerables damas de la aristocracia
de Blgica, Francia, Alemania, abadesas de monasterios, prncipes,
duques, marqueses, cardenales, arzobispos, obispos, abades, etc. Todos queran ser humildes esclavos de Mara, pues se consideraban
honrados al estampar su firma en el libro que registraba los asociados. Con el voto favorable de los obispos, el 20 de junio de 1631, la
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citada asociacin o cofrada mariana fundada, fomentada y organizada por Bartolom de los Ros fue aprobada por el Papa Urbano VIII.
La difusin de la cofrada de Esclavos de Mara se extendi en
pocos aos por las iglesias de Alemania, Luxemburgo, Polonia, Italia, Francia e Inglaterra, lo que oblig a Bartolom de los Ros a escribir reglamentos y folletos con instrucciones de la asociacin mariana, traducidos luego del castellano al flamenco y alemn, principalmente. La gran mayora de estos escritos menores salieron editados sin el nombre de su autor y con diferentes ttulos: Los siete principales ejercicios de los esclavos; La corona de las doce estrellas,
Las reglas y constituciones de la esclavitud, La esclavitud de Mara,
etc. Varios de los opsculos y lo esencial de los mismos fue integrado por el mismo Bartolom de los Ros en la obra De hierarchia mariana (Amberes 1641), verdadera suma teolgica de la esclavitud
mariana.
A la muerte de Isabel Clara Eugenia en 1633 le sucedi el Cardenal Infante Fernando de Austria, siendo su confesor Bartolom de los
Ros. Tras el fallecimiento de Fernando de Austria (1641), Felipe IV
nombra a Bartolom de los Ros predicador real y calificador del
Santo Oficio en 1642, si bien contina residiendo en Blgica hasta
1647, tiempo en el que publicar varias de sus obras. A su regreso a
Espaa el mismo monarca encomienda a Bartolom de los Ros la
defensa de San Agustn contra las veintids proposiciones de Juan
Schinkel, SJ, consiguiendo que el Tribunal Supremo de la Inquisicin espaola las condene, en un edicto de fecha 18 de marzo de
1650, como falsas, sospechosas de hereja e injuriosas a la piedad y
doctrina de San Agustn. A los pocos meses apareci publicada otra
obra, escrita por Juan Adam, SJ, que descalificaba algunas enseanzas de San Agustn. La orden agustiniana, en defensa de los ataques
a la doctrina de San Agustn, nombr a Bartolom de los Ros su representante, quien consigui del Inquisidor General y de Felipe IV,
el envo a Roma de diez proposiciones nuevas, ms las otras veintids, para su condenacin definitiva por el Papa conforme al decreto
de la Inquisicin espaola.
La provincia de Castilla nombr a Bartolom de los Ros definidor en 1650, falleciendo dos aos ms tarde, el 4 de abril de 1652, en
el mismo convento donde haba comenzado su andadura religiosa,
San Felipe el Real de Madrid.
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Anunciacin, Visitacin, Expectacin, Purificacin, Martirio, Soledad y Asuncin. Un sermn est ofrecido al rezo del rosario. Cada
sermn consta de cuatro discursos.
En el sermn primero discurso segundo escribi que todos los
santos fueron levantados despus de cados. Slo Cristo y su Madre
no tuvieron que levantarse, no les ofendi la sombra de la culpa por
gozar siempre de la firmeza de la gracia, el Hijo por naturaleza y la
Madre por medio de su Hijo, que la preserv de la cada. Pedro de
San Jos llama a Mara molde de Dios, y para serlo deba tener la
semejanza con El, si no hubiera sido preservada en la inundacin
universal de la culpa original; mas porque en ella fue preservada, es
evidente que la conserv y as fue siempre imagen y semejanza del
Padre Dios, perfectsima por gracia y santidad de que siempre estuvo
rica 37.
Del libro Glorias de Mara Santsima escribi el jesuita Eusebio
Nieremberg que est lleno de agudeza, erudicin y delgados conceptos, rico tesoro de predicadores y de crecidas glorias de la Virgen Santsima. No obstante, de la primera edicin fueron suprimidos o enmendados algunos prrafos de dos sermones, por haber sido censurados por
los calificadores del Consejo de la Inquisicin. Las siguientes ediciones
de la obra (Imp. Mara Fernndez, Alcal 1651; Imp. Thome Carualho,
Coimbra 1659) aparecen ampliaciones y correcciones.
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Profesor de Sagrada Escritura en el convento de Granada, compuso una obra Locus litteralis pro immunitate Virginis Genetricis
Dei Mariae a peccato originali, muy bien valorada por sus coetneos. Esta obra es un comentario al texto paulino Si por el destino de
uno solo murieron todos, cunto ms la gracia de Dios y el don otorgado por la gracia de un solo hombre Jesucristo, se han desbordado
sobre todos! (Cf. Rom 5, 15). Su punto de partida para demostrar la
Inmaculada Concepcin no es otro que la maternidad de Mara.
25. SOTO, Juan de ( + 1621) 39
Naci en Valladolid, hijo de Diego de Soto, mdico de cmara de
la emperatriz Margarita de Austria, y de Ana de Argello. El hbito
agustiniano lo visti en el convento de San Felipe el Real de Madrid,
39. Bibliografa: ALONSO, C., "Agustinos en el proceso de beatificacin del Beato Alonso de Orozco", en Estudio Agustiniano, 26 (1991) 377-380; DHEE, IV,
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Valderrama en la tercera parte de Ejercicios espirituales, Imp. Francisco Prez, Sevilla 1603.
De junio hasta octubre de 1611 corrieron por Sevilla las fiebres
tercianas, causando la muerte a Pedro de Valderrama el domingo
25 de septiembre de este ao, a la sazn prior del convento San Agustn de Sevilla. Fue sepultado a la entrada del claustro del convento.
Luque Fajardo y Pacheco le dedicaron en su memoria famosos epitafios, destacando las cuatro actividades que ocuparon su vida: Gobierno de frailes, estudio de libros, constructor de iglesias y conventos,
adems de orador sagrado.
IV. CONCLUSIN
Los agustinos espaoles de principios del siglo XVII manifestaron
con sus escritos unanimidad en la creencia del privilegio inmaculista.
Se aprecia en los oradores sagrados una propuesta de unidad entre liturgia y teologa, referente a la Inmaculada Concepcin de Mara, favoreciendo de este modo la piedad popular mariana. Sus voces se sumaron a la de otros escritores y catedrticos universitarios, contribuyeron con su devocin y escritos mariolgicos al desarrollo del dogma
de la Inmaculada Concepcin, tan presente en la sociedad espaola.
El contenido doctrinal de los sermones y obras de mariologa tienen presente las enseanzas de San Agustn acerca del pecado original a la hora de formular y fundamentar las razones por las que Dios
eximi de todo pecado a la predestinada para ser Madre de Dios.
Ahora bien, la historia del dogma de la Inmaculada no podr abordarse sin incidir en la doctrina del pecado original, dogma exclusivamente occidental, que los mismos autores tratan de explicar en sus
obras de corte teolgico, exegtico y mariolgico.
Esta nueva perspectiva se extiende al campo de la reflexin sistemtica de la teologa, tan presente en los agustinos espaoles y que junto con los desarrollos de carcter histrico, se complementan a la hora
de lograr una mejor inteligencia del misterio de Virgen Inmaculada.
V. BIBLIOGRAFA GENERAL
ALDEA VAQUERO, Q., MARTN MARTNEZ, T., y VIVES, J., (dirs.), Diccionario
de Historia Eclesistica de Espaa. Instituto Enrique Flrez, CSIC,
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La devocin mariana en Valencia es antiqusima. Apenas realizada la conquista, Jaime I de Aragn dedic a Santa Mara la Iglesia
Mayor. Desde entonces numeroso templos, altares y cofradas tuvieron por titular a la Santsima Virgen en sus diversas advocaciones,
tributndole cultos fervientes y esplendorosos en multitud de templos a Ella consagrados.
Como en toda la Corona de Aragn, en Valencia se apoy y defendi, desde un principio, el culto a la Inmaculada Concepcin de
Mara. Prueba el arraigo de esta devocin la temprana fundacin del
Real Monasterio de la Pursima Concepcin, habitado ya por franciscanas clarisas en 1250, segn relata fray Jos Sorribas 1. Este convento fue tradicionalmente un centro de apoyo y defensa del controvertido privilegio mariano.
De la antigedad de la fiesta de la Inmaculada Concepcin en Valencia se sabe que a finales del siglo XIV o comienzos del XV ya se inclua dicha solemnidad en un breviario de la ciudad de Alzira 2.
Dejando de lado otros aspectos relativos al tema de la Inmaculada Concepcin, la presente comunicacin se centra en la defensa de
la piadosa creencia por parte de determinados autores valencianos siglos antes de la declaracin dogmtica. En primer lugar glosamos la
doctrina de dos grandes defensores valencianos de la Inmaculada
Concepcin, San Pedro Pascual y San Vicente Ferrer, excluyendo las
tsis decididamente inmaculistas del valenciano de adopcin Fray
1. SORRIBAS, J., Narracin histrica de la antigedad y progresos del Real Monasterio de la Pursima Concepcin de la Ciudad de Valencia, Valencia 1741, p. 12;
ANDRS ANTN, Sor Mara, El Monasterio de la Puridad. Valencia, 1991, y ALDEA
HERNNDEZ, A., El Real Monasterio de monjas clarisas de la Puridad de Valencia,
en La clausura femenina en Espaa. Actas del Simposium. San Lorenzo del Escorial
2004, pp. 1106-1125.
2. FRAS, S. J., P. L., Antigedad de la fiesta de la Inmaculada Concepcin en
las Iglesias de Espaa (indito). Santander 1954.
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Francesc Eiximenis (Gerona, ca. 1325-Perpinya, 1409), suficientemente estudiadas ya por el P. A. Riera Estarellas. Seguidamente se
hace hincapi en la significacin inmaculista de determinados textos
de escritores como Jaume Roig, Sor Isabel de Villena o Joan Ros de
Corella.
Todos ellos, con sus sermones o escritos, influyeron decisivamente en la profunda devocin y firme creencia del pueblo valenciano en la concepcin pursima de Mara. Con la extrapolacin de algunos de estos textos se quiere subrayar tambin el aserto de V.
Aguilera al sealar que toda la pintura religiosa y de historia est
contaminada de literatura... tema y problema son una misma cosa 3.
San Pedro Pascual, mozrabe valenciano nacido en 1227, de la
orden de la Merced, obispo de Jan y martirizado en Granada en
1300, ha sido denominado el primer doctor de la Inmaculada. En
efecto, antes de que Escoto expusiese su doctrina en el libro De las
sentencias publicado en 1303 y 1305, ya San Pedro Pascual haba
desarrollado su tesis inmaculista en varias de sus obras, especialmente en La vida de Lzaro, en el Coloquio del Salvador y su Madre, escritos ambos en 1295, y en la Disputa del Bisbe de Jan contra los Jueus sobre la fe catlica, obra de 1299 4. En esta obra llega a
afirmar:
En jueu, ja que la Verge Mara es fembra, empero ella fo per Du
reservada de toto solament de so que volets dir, que cau naturalmente en les altres fembres. En jueu, vos legits quels tres infants foren
meses en un forn per cremar e com lo foch per sa natura sis fort calent, e ha a fer la sua operaci, empero Du aix com a poders
strench la natura del foch, que no pot levors escalfar, ni per conseguent los tres infants cremar, ans isqueren del forn sans que per lo
foch alguna macula en tot lur cors no hagueren, ans forem pus bels,
que debans no eren; donchs, quant ms la Verge Mara, per Du
electa, la qual devia concebre e infantar lo seu fill, fo per Du reservada, e gordada de tota macula; e per diz la Scriptura: ax com lliri
entre espines, ax es la mia amada entre les flors, o es entre filles;
altre Scriptura diu; tota bella es la mia amada, e macula non es en
tu. Donchs devets entendre e creure, e ao per gracia special, que
3. AGUILERA CERNI, V., La aventura creadora. Valencia 1955, pp. 37-40.
4. V.V. A.A., Homenaje de las entidades culturales de Valencia a San Pedro
Pascual en el III centenario de su canonizacin, Valencia 1973, y ALEJOS MORN,
A., Pedro Pascual, santo valenciano, mrtir en Granada, en Cuadernos de la Universidad de Granada, XII (1975).
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El P. Ribera en su Capella Real de Barcelona 7 transcribe el siguiente texto de San Pedro Pascual que reproducimos por su inters:
6. RIERA ESTARELLAS, A., La doctrina inmaculista en los orgenes de nuestras
lenguas romances, en Memoria del Congreso mariano Nacional de Zaragoza,
1954 Zaragoza 1956, p. 379.
7. Pg. 25, y cuyo texto reproduce Vicente de la Fuente en Vida de la Virgen
Mara con la historia de su culto en Espaa, Barcelona 1877, t. II, p. 283.
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E volguela preservar del pecat original, lo qual era mortal, et de tota altra lesi de sutsura, e a feu Du per grcia, aix com aquell lo
qual deva pendre carn de aquesta; lo qual devia ser bell, e ms bell
dels fills dels homens segons era ja profetat. Donques si la Verge
Mara fos concebuda en pecat original, aviem a dir que algn temps
fonch en la ira de Du, so que nos deu dir, ni creure; mes que ans de
la seua Concepci e aprs es estada en la sua gracia e amor. A ac feu
Du e pogu fer per gracia especial aixi com feu dels tres infants los
quals foren mesos en lo foch del forn per cremar, e com lo foch de sa
naturalesa sia molt calent havia fer la sua operaci, mes Du, com a
poders feu cesar la natura del foch, que no pogu cremar, ni ferlos
algun mal, ans ixqueren del foch sens ninguna lesi, e foren pus
bells que avans ho eren. E aixi quant mes la Verge Mara per Du
electa la qual devia concebre e infantar lo seu fill, fonch per Du reservada de tota macula, aixi original, com mortal, com venial.
Ya en el famoso Misteri dElx, cuyo ncleo ms antiguo fue compuesto quiz a fines del siglo XIV o principios del XV, subyace una fe
inmaculista junto a la especficamente asuncionista, leit motiv del
clebre drama litrgico-musical. Prubalo si no estos versos que el
annimo autor pone en boca de los Apstoles en la primera jornada:
Vos molt pura e defessa,/ reatus patrum nostrorum, sea, Vos, pursima y defendida / de la culpa de nuestros padres 9.
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Adems de estas obras son muy numerosos los escritos publicados en Valencia durante los siglos XV y XVI que contienen una defensa explcita, una exaltacin de la concepcin sin mancha de Mara.
Algunas de ellas son autnticos tratados inmaculistas muy influidos
por las teoras lulianas.
Como en Catalua, fue tradicional en Valencia la celebracin de
certmenes poticos en los que participaban y competan numeroso
poetas, certmenes stos que constituan todo un acontecimiento de
la vida social y cultural de la poca. A. Ferrando Francs 20 ha sugerido la hiptesis de la celebracin de un certamen en loor de la Virgen
Mara entre 1329 y 1332, acaso el ms antiguo de la Corona de Aragn, en el que se present el poema Lirs Virginals, mayres de Deu e
filla. El citado poema,21 uno de los primeros testimonios literarios de
carcter claramente apologtico en defensa de la creencia en la Inmaculada, pero tambin a favor del triunfo del rey Alfonso el Benigno en su cruzada contra Granada entre 1327 y 1336, incluye versos
referidos a la Virgen tan explcitos respecto a lo primero como:
Veixell sagrat don pres carn e figura,
figura dom le Deus qui us figura,
figura l cors ez aysi lapura,
apural tant que us fech de peccats pura.
si col soleylls le clos veyre trespasa
e ges no l romp ney dexa colp ne l maca,
aysi fonch nats, Verges, sens nulla taca,
cel vostre cors qui tot lo mon abrasa.
Cuns theologals verayament confessa,
confessa huy e totstemps confessa,
confessa tuyt ma lengua y no cessa,
cessa de dir de vos nez enquer cessa
que sola fos doriginal munda,
verges, per o car fos mentalment presa
a puritat sots Dieu major entessa,
segons us larch sents Anselme en o s funda. 22
En 1440 el cabildo de la catedral de Valencia organiz uno de estos certmenes en honor a la Concepcin de la Virgen 23. Gan el pre20. En Els certmens potics valencians, Valencia 1983, pp. 69-76.
21. Incluido en l ms. 273 del Archivo de la Catedral de Valencia.
22. FERRANDO FRANCES, A., Els certmens potics valencians, Valencia 1983,
pp. 75-76.
23. Ibid, 105-113.
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Participaron cuarenta poetas de diversa extraccin social, caballeros, sacerdotes, mdicos, ciudadanos honrados, estudiantes... Entre ellos se encontraban Jaume Roig, Joan Roi de Corella, Jaume
Gassull, Miquel Prez y el mismo Bernat Fenollar 27.
En el libro quedan reunidos una serie de poemas, de cantos en
alabanza a la Virgen, defendiendo su pureza, su santidad y dedicndole como elogios algunos de los smbolos, de las imgenes que luego se prodigarn en la representacin plstica de la Tota Pulchra. As
por ejemplo, Bernat Fenollar denomina a Mara flor de lix, font de
saber, clara font; Mossen Barcel, puix de virtuts, flor odorant; Genis Fira, escribe Vos nos fen pont segur al cel pasage, Vos sou lestel, Vos sou la luna molt clara, font de salut. Lluis Catal la llama
espill molt clar, font de virtuts; Pere Alcanys, font de salut, de
Deu excellent mare / estel de mar, mirall de Deu lo Pare; Mossn
Francesc Castellv escribe: Palma aprs flor, helamo nuuc luna /
Templo, gozo, vida, lucero / cedro, nardo, mirra, / El sol eres tu do fizo Dios estancia. Pero es quiz Jordi Sentelles quien expresa ms
explcitamente el privilegio de la Inmaculada Concepcin en el poema por l compuesto:
De fe damor / la mes encesa flama.
Mare de Deu / en lo cel nova dea,
Los angels bons / corren a vostra fama
Lo paras / novellament senrama,
Deu infinit / de vostra carn sarrea.
De rich tresor / ports etern cabal,
Neta de crim / ni menys pogues peccar
Cambra del fill / ell vos poch preservar
Taca no us feu / peccat original.
As pues es necesario tener en cuenta este certamen como testimonio del arraigo de la creencia inmaculista en Valencia y tambin
como prueba de que, a fines del siglo XV, estas imgenes bblicas el pozo, la fuente, la estrella, etc.- eran habitualmente relacionadas
con Mara.
Ms tarde tuvo lugar otro certamen en alabanza de la Concepcin
Inmaculada de Mara, organizado por Ferrando De, caballero y sacerdote valenciano, recogido en un libro publicado en Valencia en
1486 con el ttulo: Comena la obra de la Sacratsima Conceptio de
27. GUARNER, L., Estudio introductorio, o. c., p. 32.
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ban Costa, Pere Gozalbo, Joan Long y Ferrando De, autoconstitudo juez y secretario nico de este otro certamen, autores todos ellos
de una serie de composiciones escritas en latin en honor de la Inmaculada, todas ellas reunidas en un incunable impreso por Lambert
Palmart el mismo ao de la celebracin del certamen.31 Del ilocalizado incunable se conserva una descripcin de Bartolom Jos Gallardo.32
Un autor que no debe olvidarse a este respecto, bien que toque el
tema solo tangencialmente es el gran escritor Joanot Martorell, quien
hacindose eco de la tan extendida devocin a la Pursima pondra
en boca de Tirant lo Blanch una invocacin mariana que comienza
con las palabras Oh Inmaculada Verge, reina de parads, advocada
dels pecadors! Oh vera consolaci mia! Grandssimes grcies te fa,
e al teu gloris Fill, de la victoria e honor que he obtesa daquesta
batalla e de totes les altres. Verge digna, no em desempars en negun
temps, perque puga lloar e beneir lo teu gloris Fill e a tu per tostemps. Amn 33.
Hay que citar de nuevo a Miquel Pres, quien, como ya se dijo,
particip en el certamen mariano de 1474, correspondieno a l el haber sido primer traductor del celebrrimo libro Imitacin de Jesucristo atribuido a Toms Kempis, muy estimado por Don Alonso de
Borja, el futuro Calixto III. A instancias suyas precisamente escribi
un curioso libro titulado Verger de la Sacratsima Verge Mara, obra
impresa en Valencia por Nicolau Spindeler en 1494 en la cual aplica
a Mara muchos de los ditirambos del Cantar de los Cantares, apoyando, desde luego, su concepcin inmaculada 34. Ya en el captulo I,
De la purssima e Immaculada Concepci, escribe:
E si Deu omnipotent, fill Seu, per al Seu cors mort elegi Sepulcre
sens alguna corrupci, ni pudor, en lo qual alg no era stat soterrat;
fou justa cosa, que per al Seu cors viu, haja elet casa: lo ventre immaculat de tan gloriosa Mare en lo qual alguna infecci de peccat ja31. Ibid, 557-560.
32. GALLARDO, B. J., Ensayo de una biblioteca espaola de libros raros y curiosos, Madrid 1866, t. II, cols. 797-798, nm. 2047.
33. Hemos manejado la edicin del V centenario de la muerte de Juanot Martorell, con prlogo y texto de Mart de Riquer, Barcelona 1969, cap. LXXXIII, p. 279.
34. Segn Albert Hauf, a Miquel Pres debe adjudicrsele el prlogo de la Vita
Christi de Sor Isabel de Villena, firmado por Sor Isabel de Montsoriu, que encabeza
la citada obra, Literatura valenciana del segle XV, Valncia 1991, p. 109
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mai hagus fues profanada. E aix per lo celestial Esps li podien esser dites aquelles paraules: Pulchra es...
Es estada de la culpa del peccat original exempta 35.
En el mismo ao 1511, se public en Valencia el Cancionero General, recopilacin de composiciones poticas, realizada por el librero e impresor Hernando del Castillo. Entre ellas se recogen ms de
cincuenta poesas en honor a Mara, destacando entre ellas el poema
de Diego Luzero en el que aplica a la Virgen varias de las imgenes
que se encuentran alrededor del modelo iconogrfico de la Tota
Pulchra, evidencia, sin duda, de lo arraigado de la relacin de aquellas imgenes con la habitual representacin pictrica del misterio de
la Inmaculada Concepcin 38.
Especialmente significativa es la obra Sermones festivitatem annualium beatissime virginis Mara, escrita por Sancho de la Porta e
impresa en Valencia en 1512, que contiene diez y ocho sermones so35.
36.
37.
38.
PRES, 1494, 5.
FERRANDO, A., Els certmens..., o. c., pp. 345-360.
BLASCO, R., Goigs Valencians, Valncia 1974, pp. 36-37.
Cancionero castellano, ed. Fouch Delbosch, p. 682.
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Gan el premio -una pieza de seda- el notario Andreu Mart Pineda con su poema Blasonat a la inmaculada concepcio de la purisima
mare de Deu.
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A San Juan de Ribera corresponde asimismo tambin haber instado cerca de Felipe III para que el monarca solicitara al papa la definicin dogmtica de la Inmculada Concepcin de la Virgen 49. Expresin en cierto modo tambin del afecto de San Juan de Ribera a la
Concepcin de Nuestra Seora son los conventos por l fundados
con este ttulo, a saber, el de franciscanos recoletos de Onda y de Callosa de Segura, capuchinos de Alicante, mercedarios de Sollana, mnimos de Ondara y agustinos de Benignim. 50 Significativamente, en
el Real Colegio de Corpus Christi por l fundado, se conserva una
imagen excelsa de la Inmaculada, la de madera tallada y policromada que preside la Capilla del Monumento, obra del gran escultor
Gregorio Fernndez (mejor que de su aventajado discpulo Juan Muoz a quien tambin se ha atribuido), donada en 1639 y enviada tres
aos despus desde Madrid por Doa Mara Enrquez de Ribera, sobrina del fundador. Segn Fernando Benito 51 es pieza majestuosa
que encarna a la Virgen sobre una media luna con tres querubines,
derecha, con las manos juntas, cuello erguido y larga cabellera. Su
coloracin mate se adorna con ancha orla de oros por el borde del
manto, antao provista de pedrera. Al mismo Colegio del Patriarca
ha ido a parar, y procedente quiz de Porta Coeli, una pequea imagen de la Inmaculada cuyo estilo evoca a Alonso Cano, de quien se
sabe estuvo un tiempo refugiado en la citada cartuja valenciana.
El poeta Cristbal de Virus (Valencia, 1550-?), que como militar
combati en Italia y en la batalla de Lepanto, siendo repetidamente
elogiado por Cervantes, en su poema El Montserrate, con la libertad
que siempre tuvieron los poetas, hace que Garn sea escogido, en su
peregrinacin de penitencia, por un ermitao que tiene adornada su
celda con unas pinturas, una de ellas la de la Pursima, en el estilo de
las pintadas por su amigo Joan Masip, segn se deduce de esta descripcin en octavas reales:
Mira de la divina Virgen pura
la limpia Concepcin puesta en figura.
Una doncella en perfeccin hermosa,
del claro sol vestida y adornada,
se muestra en la pintura artificiosa
de doce estrellas de oro coronada;
y una sierpe mortfera enconosa,
49. ROBRES LLUCH, R., San Juan de Ribera, Barcelona 1960, p. 303.
50. ROBRES LLUCH, p. 443.
51. En Real Colegio y Museo del Patriarca, Valencia 1991, pp. 45-46.
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La Inmaculada en la poesa
barroca espaola
Universidad de Murcia
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XVII,
2. CECCHIN, S., LInmacolata Concezione: Breve storia del dogma, Citt del
Vaticano 2003, p. 133.
3. En dicesis europeas como las francesas, esta fiesta ya estaba instalada bastantes aos antes, por ejemplo en Normanda o en la Dicesis de Lyon, donde en la
actualidad, y despus de la proclamacin del dogma y la guerra Franco-Prusiana, se
sigue celebrando como fiesta mayor, el 8 de diciembre, la Inmaculada Concepcin
de Mara con la fiesta de las candelas o lumire.
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un rasgo de ambos textos). Otro es el calco del verso ojos de paloma y otra evidencia es la descripcin de la boca de ambas mujeres.
En la novia juda los labios son como cintas escarlatas, es decir, rojos; y en el poema lopesco: boca de rubes, tambin los labios rojos. He de comentar que a la hora de construir Lope de Vega este texto no slo tuvo presente a la Sulamita del Cantar sino que los labios
de rubes tambin son tpicos de la poesa petrarquista. Ocurre que
tanto por el tema, eminentemente religioso, como por las coincidencias en la descriptio puellae, me resisto a creer que Lope de Vega slo se limitara a utilizar metforas de origen petrarquista cuando escribe los versos citados anteriormente. Otro autor menor, Justo Diego Corts, en un poema a la Inmaculada utiliza en sus versos comparaciones como: De viva agua pura / del pozo soy yo, Soy planta
florida/ cual luna soy bella, Soy puerta del cielo,/ ciudad del muy
alto. Toda esta simbologa se puede relacionar con el Cantar de
Cantares donde la nueva esposa se compara con jardines cerrados,
pozos de agua viva, torre de David (puerta alta) o puerta del
cielo. As pues, este es un ejemplo ms de como para la inmensa
mayora de la poesa barroca la inmaculada tena un modelo similar
y unos topos comunes.
Igual que para la poesa no existe una fuente nica para adoptar
un modelo de Inmaculada, para las otras artes ya citadas tampoco.
As pues, no se puede decir que todas las representaciones de la Virgen Inmaculada respondan a un mismo tipo, pero si existe un modelo generalizado de la Inmaculada que se repite en pintura, escultura y
poesa, y tiene como fuentes ms directas el libro del Apocalipsis y
el Cantar de Cantares. Y ser en esta poca cuando nazca dicho prototipo que ha llegado hasta nuestros das:
Pero es el arte barroco del siglo XVII,
el que tiene el mrito de haber creado el tipo definitivo de Inmaculada Concepcin.
Libre de todos los smbolos de las Letanas
con que la haban sobrecargado los telogos 9.
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10. Para ms informacin ver PORTUS, J., Lope de Vega y las artes plsticas,
Madrid 1992.
Mara Unificada.
150 aniversario proclamacin del dogma
de la Inmaculada Concepcin
Esa es la pureza, no mtica, de Mara, porque era una nia. Creada y modelada por la naturaleza, y mimada por el mismo Dios.
La imagen de su protector es un hombre adulto, San Jos, quien
dar toda su vida para proteger el misterio, hasta que Mara se va haciendo mayor. Jugando y amando a su beb, un beb hecho para la
dulzura, para los sueos ms sublimes, de los que nos inspira ver
dormir al ms tierno de nuestros hijos.
Y si al conocimiento de Dios se llega por analoga con las criaturas (Sb. 13,5), al de Mara con ms certeza cientfica. El concepto de
impber es algo que nuestra adolescencia nos repite de continuo. La
fantasa, el verdor de un bosque plagado de flores, con gnomos y su
prncipe azul, su color azul y rosa, y los cabellos dorados, o de azabache, de la hermosura de nuestras muecas, tanto orientales como
occidentales. La delicadeza y la ternura son propias actitudes y virtudes de las nias, dulces y cariosas, que vemos a nuestro lado.
El mimo de Dios mismo cuid, protegi el diamante ms puro
que fue Mara, y desde su concepcin la preserv del pecado. Ella no
era dbil frente al pecado, era recia por la fuerza de Dios, pura por la
pureza de Dios. La gracia de Dios, derramada sobre Mara es porque
Dios no puede ni engaarse ni engaarnos, y menos a Mara, objeto
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fundamental e instrumento por la cual vendr a este mundo, y tomar la naturaleza humana de Mara.
Pero esa perfeccin de la que fue dotada por pura gracia de Dios
(Lc 1, 28), nos inspira a los cristianos varias consideraciones:
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* En el Magisterio de la Iglesia. Ya el Papa Sixto IV (14141484), escribi en 1476 una Constitucin Apostlica Cum Prae Excelsa, en la que aprueba la Fiesta de la Inmaculada; en otro documento similar, Grave Nimis, condena a quienes prediquen en contra de esta verdad de la Inmaculada Concepcin de Mara. El Pontfice Paulo V, prohibi en 1617 ensear y predicar en contra de la sentencia dada por el anterior. Por su parte, Gregorio XV, en 1622, insisti en lo anterior, permitiendo a la Inquisicin perseguir a los que
negaran que Mara fue concebida sin pecado original. Alejandro VII
(1599-1667) public en tal sentido la Constitucin Sollicitudo Omnium Ecclesiarum, precedente de la Bula de Po IX. Antes de la
Ineffabilis Deus, Po IX public la Ubi Primum (1849), con motivo de la preparacin de la definicin dogmtica del dogma de la Inmaculada Concepcin de Mara. Este dogma era, por tanto, la respuesta a un clamor en la Historia de la Iglesia : Se la reconoce y se
la venera como verdadera Madre de Dios y del Redentor ... ms an
es verdadera Madre de los miembros (de Cristo) porque colabor
con su amor a que nacieran en la Iglesia los creyentes, miembros de
aquella cabeza (San Agustn, Virg. 6); Lumen Gentium 53: Mara, Madre de Cristo, Madre de la Iglesia (Pablo VI, Discurso de
21/11/1964)
Los hombres y mujeres sencillos comprendieron pronto el Dogma de la Inmaculada Concepcin, porque tienen un espritu unificado. Dios es Creador y nosotros sus criaturas.
En el Captulo VIII de la Lumen Gentium, eje principal del
Concilio Vaticano II, se afirma de Mara y de la Iglesia que Cristo
es el nico Mediador, y Mara es intercesora, La Iglesia no duda
en atribuir a Mara tal oficio subordinado, lo experimenta sinceramente y lo recomienda al corazn de los fieles, para que apoyados en
esta proteccin maternal, se unan ms ntimamente al Mediador y
Salvador 62.
Apologetas, exgetas, telogos, concilios y dogmas no olvidan
nunca las fuentes; el Evangelio y el coraznd elos hombres, templos
del Espritu Santo, con quien moran Cristo Jess y el Padre.
Pero es que adems, Mara es mujer; para nosotras, mujeres, a
quienes la Historia nos ha jugado tan malas pasadas, viene a recordarnos nuestra importancia originaria:
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* 411 Catecismo de la Iglesia Catlica Ella ha sido la que la primera, y de una manera nica, se benefici de la victoria sobre el pecado alcanzada por Cristo: fue preservada de toda mancha de pecado
original (cfr. Po IX: DS 2803) y, durante toda su vida terrena, por
una gracia especial de Dios, no conoci ninguna clase de pecado
(cfr. Concilio Trento: DS 1573).
*726... Al trmino de esta Misin del Espritu, Mara se convirti en la Mujer, Nueva Eva, madre de los vivientes Madre del Cristo Total (cfr. Jn .19, 25-27). As es como ella est presente con los
Doce que perseveraban en la oracin con un mismo espritu
(Hech. 1, 14) en el amanecer de los ltimos tiempos que el espritu va a inaugurar en la maana de Pentecosts con la manifestacin
de la Iglesia.
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Universidad de Almera
I. Justificacin.
I. JUSTIFICACIN
Reconozco mi ignorancia teolgica, mariolgica pero mis profundas races catlicas me impulsaron a leer de vez en cuando libros
religiosos, especialmente el Ao Cristiano o Ejercicios devotos
para todos los das del ao, del P. J. Croisset 1, en el ltimo tomo figura el ocho de diciembre, me gustaba comentar dicha fecha todos
los aos, referente a la Inmaculada Concepcin de Mara Santsima. Aunque el ambiente de mi hogar es catlico, tuve dudas referentes a la infalibilidad pontificia y por tanto a sus definiciones dogmticas.
He tenido frecuentes dudas religiosas, motivadas parcialmente
por autores germanos, pues como profesor de filologa alemana, estudi a fondo su cultura, su historia, a Lutero, la reforma protestante ltimamente he ledo la autobiografa del cardenal Ratzinger y
algunas de sus homilas, sus escritos muestran sabidura, anlisis y
tenacidad germnica Ojal el nuevo papa disipe los prejuicios que
muchos jvenes an tenemos referentes a la burocracia vaticana; debido a su edad, su pontificado no ser largo pero puede ser fecundo y
quizs logre unir ms a todos los cristianos; muchos de sus paisanos
sembraron la divisin y la violencia, Su Santidad Benedicto XVI posiblemente consiga disipar nuestras desavenencias espirituales y logre componer lo que otro religioso alemn fractur. En este siglo
materialista es indispensable la unin de todos los cristianos y la Inmaculada Concepcin puede ser el vnculo ideal. Un religioso alemn rompi la unidad cristiana y un papa universal de origen germano podra reconstruir la unidad catlica. Ruego disculpen mi atrevimiento al reflejar mis escasos conocimientos Mariolgicos, mis du1. Ao Cristiano, Pars 1905, t. IV, pp. 512523.
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Para m el da de la Inmaculada era una fiesta importantsima: religiosa, patritica y militar, como patrona de Espaa y del Ejrcito,
asistamos a una misa castrense, seguida de parada militar. Me gustaba la liturgia, el sermn y el desfile, pero yo era contestatario, y no
entenda las tres proyecciones de la Virgen. Preguntaba impertintente: Qu tiene que ver la Virgen Mara con las Fuerzas Armadas?.
Respondan que protega a la patria y a los soldados.
Las clases de religin en el colegio tampoco me aclaraban este
misterio. En los colegios internacionales, en los cuales curs estudios en el extranjero, asistan alumnos hijos de diplomticos y de
emigrantes de diversas creencias: catlicos, anglicanos, luteranos,
budistas, mahometanos Los musulmanes eran los ms fanticos,
los britnicos se parecan ms a nosotros aunque su religin proceda
de los excesos de uno de sus monarcas. De tarde en tarde, discuta
sobre religin con algn compaero, los del norte de Europa conocan mejor que nosotros la Biblia, porque la analizaban en sus domicilios y templos, ello me impuls a leerla. Utilic la Nacar-Colunga de
mi progenitor (deca era una buena traduccin), en el Libro Sagrado
busqu a la Inmaculada, que presida nuestro hogar y el de nuestros
antepasados desde tiempos inmemoriales, encontr prrafos sublimes referentes a la Virgen en el antiguo testamento.
En el denominado protoevangelio (Gen 3,15), encontr despus
de la expulsin del Paraso la esperanza redentora: establezco hostilidades entre ti y la mujer, entre tu estirpe y la suya; ella te herir en
la cabeza. Comenta San Agustn: Por una mujer cay el hombre,
por una mujer fue restablecido el hombre. Porque una Virgen haba
dado a luz a Cristo, una mujer anunciaba que haba resucitado: por
una mujer la muerte, por una mujer la vida; la misma idea la expresa en: Del combate cristiano, y ampla posteriormente 3. En el Cantar de los Cantares aparece la Virgen poticamente como un lirio entre espinas y como el humo perfumado del incienso que se eleva sobre la corrupcin general (Cant. 2,2; 3,6). Al Cantar de los Cantares
se le da una interpretacin mariolgica, especialmente desde la poca medieval se le aplican a Mara algunos pasajes del Cantar, tambin durante el periodo patrstico 4; Tambin sa es la opinin del
telogo Cndido Pozo 5.
3. Sermones 232 y 289, 2 (Del Combate Cristiano, 22, 24), en Edibesa, Madrid
2005 pp. 34.
4. BEUMER, J., Die Marianische Deutung des hohen Liedes in der Frihscholastic, ZK, Th a. 1954, pp. 411-439.
5. Mara Nueva Eva, Madrid 2005, p. 140.
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En el libro de los Proverbios, se refiere a este Misterio de la Virgen: Desde el principio antes que criase cosa alguna. Desde la eternidad fui establecida, y desde lo antiguo, antes que fuese hecha la
tierra. No eran an los abismos, y yo era ya concebida: no manaban
an las fuentes de las aguas, no descansaban an los montes sobre su
gran peso, antes de los collados haba yo nacido. An no haba el
criado de la tierra, ni los ros, ni los quicios del mundo Jugando
delante de l de continuo, jugando en la redondez de la tierra y mis
deleites estn con lo hijos de los hombres. Ahora pues, hijos, escuchadme: Bienaventurados los que guardan mis caminos (8, 23-32).
Debemos tener en cuenta el captulo del Apocalipsis, alude directamente a la Virgen: Apareci una figura portentosa en el cielo, una
mujer vestida de sol, la luna por pedestal, coronada con doce estrellas (12, 1).
En el Nuevo Testamento, las alusiones a la Inmaculada, son directsimas y me parecen ms fciles sus interpretaciones, especialmente
en el Evangelio de San Lucas, al referir la anunciacin del ngel Gabriel a la Virgen Mara: Dios te salve, llena de gracia, el Seor est
contigo... has hallado gracia delante de dios, y concebirs en tu seno y
dars a luz un hijo llamado Hijo del Altsimo. Dijo Mara al
ngel: Cmo podr ser esto? Pues yo no conozco varn. El Espritu Santo vendr sobre ti, ser llamado Hijo de Dios (1, 28-35).
Tambin San Lucas en la visitacin a Isabel, refiere que sta al ver
a Mara se llen de Espritu Santo y clam: Bendita tu entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! De dnde a mi que la madre
de mi Seor venga a mi? Dichosa la que ha credo que se cumplir lo
que se le ha dicho de parte del Seor. Respondi Mara: Mi alma
magnifica al Seor y exulta de jbilo mi espritu (1, 42-47).
Creo que estos prrafos no necesitan comentarios, pues los dilogos de Mara con el ngel, y despus con Isabel, dejan bien claro su
Inmaculada Concepcin. No obstante, algunos de mis amigos protestantes continan opinando que este Misterio no figura claramente
en la Biblia.
III. IMPRESIONES Y DUDAS MOTIVADAS POR GERMANOS
Durante mi infancia en el Colegio Alemn de Madrid y en las Escuelas de Colonia, Bonn y Ehingen, no tuve inquietudes religiosas
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te consanguinidad familiar, tenan un gran porcentaje de minusvlidos y pens, que quizs el Seor castigaba su endogamia y orgullo,
pues se consideraban los cristianos autnticos, y algunos nos miraban a los catlicos como si estuvisemos corrompidos; adems a la
barata mano de obra india la discriminaban, aunque le proporcionaban catequesis, y a algunas tribus les dieron tierras en usufructo. Los
mennonitas poseen en el Chaco miles de hectreas y excelentes tecnologas agrcolas y transformadoras, ganados selectos, etc.
Entonces yo era ms idealista que ahora; el ambiente de estas aldeas regidas por principios teocrticos me deslumbr, sent deseos
de incorporarme a su modo de vida pero hubiese tenido que renegar
del catolicismo; adems me pareci que bajo la apariencia de humildad, escondan el orgullo de considerarse superiores y monopolizadores de la verdad.
Despus del largo periodo de residencia en Amrica, nos trasladamos a Alemania. All uno de mis compaeros, que haba pasado las
vacaciones en Italia, al regresar a Bonn nos dijo: Roma veduta, f
perduta, refirindose al lujo vaticano, trat de explicarle que a los
catlicos nos agrada dar lo mejor a nuestra Iglesia, al Seor, a la Virgen, etc.; entonces critic la multitud de Vrgenes que adoramos y
especialmente neg el dogma de la Inmaculada Concepcin, primero porque no crea en la infalibilidad del papa en materia de f, y segundo porque segn los luteranos, slo las Escrituras son la base
doctrinal del cristianismo; adems alegaba que en la Biblia no se
precisaba sobre la Inmaculada Concepcin, sino lo contrario. Para
confundirme, abra su Biblia por el Levtico (12, 6-8), referente a la
purificacin de la madre. Insisti que al nacer un hijo, la madre se
consideraba impura durante cuarenta das y el doble si haba dado a
luz una nia, y al concluir dichos periodos se ofreca un holocausto y
un sacrificio de expiacin: El sacerdote har sobre ella el rito de la
expiacin y quedar purificada 8.
A continuacin, abri los Evangelios por San Lucas (2, 22-24) referente a la Presentacin en el templo que dice textualmente: As
que se cumplirn los das de la purificacin, conforme a la Ley de
Moiss, le llevaron a Jerusaln para presentarle al Seor. Segn est
escrito en la Ley del Seor que todo varn primognito sea consa8. GALBIATI, E, Historia de la Salvacin, Miln 1975, pp. 182-183. Rito de purificacin de la madre, Antiguo Testamento.
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sermn: Mara, madre de los creyentes, pronunciado el 31 de mayo de 1979 en la catedral de nuestra seora de Munich, con motivo
del Mayo Mariano: Pero hay en las palabras del Evangelio que leamos un segundo aspecto Mariolgico. Me refiero a esa frase en la
que Jess parece reprender a la madre: Acaso no sabais que yo debo ocuparme de las cosas de mi padre? (Lc 2, 49). Concuerdan con
aquellas posteriores en las bodas de Can: Mujer, Qu tengo yo que
ver contigo? (Jn 2, 4), las que pronuncia cuando sus familiares acuden a buscarlo: Mi madre y mis hermanos son estos que me escuchan (Mc 3, 34 y ss) y a finales del momento de la cruz que se aparta de Ella por completo y la hace Madre de otro (Jn 19, 26). Pero en
ninguna existe algo que vaya en contra de Mara. Justamente tras la
apariencia negativa de las ltimas desde la Cruz, se nos descubre y
ratifica en toda su grandeza l si que significa la maternidad.
IV. DEFENSA DE LA PURSIMA EN ESPAA
Algunas iglesias espaolas se enorgullecen de haber mantenido
siempre la doctrina de la Inmaculada Concepcin, entre ellas la de
vila. Asegura que defiende dicha creencia desde su fundacin por
San Segundo 17. Durante la monarqua visigoda en el concilio XI de
Toledo, los congresistas aclamaron al rey Wamba titulndolo Defensor de la Pursima Concepcin de Mara. La liturgia ya celebraba solemnemente dicha festividad. El Rey Fernando el Santo de Castilla, durante la Reconquista, siempre portaba su estandarte en el cual
figuraba la Inmaculada. El monarca Jaime el Conquistador de Aragn decret se festejase anualmente el 8 de diciembre a la Pursima.
Tambin Juan I de Aragn promulg un edicto exigiendo se conmemorase dicha fiesta de la Inmaculada en sus estados, desde el 14 de
marzo de 1374 18. Igualmente Juan II de Aragn, decret que nadie
predicase o argumentase contra este misterio Mariano. Las Cortes
catalanas, el nueve de abril de 1456 rogaron al rey que sentenciara
con pena de perpetuo destierro, a los que osaran sostener o predicar
como probable que la gloriossima Virgen fuese concebida en Pecado Original 19.
17. FEDRIANI FUENTES, E., La Inmaculada Concepcin. Contribucin de Espaa, Cdiz 1954, pp. 34, 36, 37, 38 y 41.
18. MARTNEZ PUCHE, J. A., El libro de la Inmaculada, o.c., pp. 124 y 129.
19. PREZ, N., Historia Mariana de Espaa, Valladolid 1940, t. II, pp. 63.
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Santa Beatriz de Silva fund la orden de la Inmaculada Concepcin y sus religiosas son denominadas concepcionistas; dicha Santa
falleci en Toledo el 17 de agosto de 1491, fue la primera congregacin que us dicha denominacin. Posteriormente poco a poco fueron fundndose otras 86 congregaciones de monjas y religiosos que
eligieron dicha denominacin mariana.
El ao 1491, Pablo de Colonia, edit en Sevilla la obra que en el
ao 1304 haba escrito el Ramn Llull, denominada: De la concepcin de la intemerada Virgen Mara, inmune de la mancha original.
En los concilios de Basilea y Trento los representantes espaoles defendieron la pureza sin mancha de la Virgen Mara, destacando principalmente en el celebrado en Basilea, Juan de Segovia y el Franciscano Pedro Porcher 20; en el norte de Italia, en Trento, sobresalieron
como marilogos el cardenal espaol Pacheco y los telogos Salmern y Lanez 21, de este ltimo se encuentra un cuadro en la Universidad Pontificia de Salamanca en el cual aparece pronunciando un discurso en la sesin conciliar de 24 de mayo de 1546.
El cardenal Cisneros patrocin la promocin de una cofrada de
la Inmaculada en Toledo 22. El emperador Carlos I de Espaa y V de
Alemania, portaba en su armadura una artstica virgen y deca: La
que triunf de la astucia de la serpiente, puede triunfar sobre mis
enemigos; su hijo Felipe II en el pleno de las Cortes de Monzn, orden constase la devocin de sus reinos a la Pureza Inmaculada de
Mara 23. El tercio de Zamora (denominado anteriormente de Bobadilla), el 8 de diciembre de 1585 en Blommel estuvieron a punto de
ahogarse porque los flamencos abrieron las puertas de las presas y
canales para anegar el campamento hispano, pero uno de los espaoles encontr un cuadro de la Inmaculada en el campo de batalla, se
congelaron las aguas, no lleg a producirse la inundacin y animados por el hallazgo, los peninsulares ganaron la batalla. Solicitaron y
les fue otorgado que fuese designada patrona de la Infantera Espaola 24. Desgraciadamente con la decadencia del Imperio Espaol cay en desuso este patronazgo de la Virgen, pero el 12 de noviembre
20. MARTN, C. H., Doctrina Pontificia, Madrid 1954, t. IV, pp. 73, 74 y 82.
21. CAYETANO, P., Mara vindicada de los insultos protestantes, Cdiz 1871,
pp. 131.
22. ENTRAMBASAGUAS, J., Grandeza y decadencia de la Universidad Complutense, Madrid 1972, pp. 82.
23. FEDRIANI FUENTES, E., La Inmaculada, o.c., pp. 34, 36, 37, 38 y 41.
24. FEDRIANI FUENTES, E., La Inmaculada, o.c.
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En Mxico la Inmaculada de Tepeyac o Guadalupe, es considerada celestial patrona de la Amrica Latina 29. Tambin es patrona desde 1646 en Portugal, mentora y reina de Brasil desde la poca colonial con el nombre de nuestra Seora de la Concepcin Aparecida.
Patrona de Honduras, denominada Nuestra Seora de la Concepcin
de Supaya. El ao 1846 el Concilio Episcopal Catlico de Baltimore
acord que la Inmaculada Concepcin fuese la Patrona de los Estados Unidos de Amrica (influyeron mucho los numeroso hispanos
que residen en dicho gran pas).
La pequea imagen de la Inmaculada de Caacup fue encontrada
el ao 1603 en una Loma de Paraguay y desde entonces es la patrona de los guaranes; fui con mi familia a la multitudinaria romera
anual que se celebra en su enorme santuario, y me impresion mucho el fervor popular, las plegarias en guaran y en castellano; muchas familias y comunidades portaban enormes ofrendas de bloques
de ladrillos adornados con lazos multicolores para continuar la ampliacin de su gran templo. La fe popular indgena me conmovi y
seren mis inquietudes.
V. UNIVERSIDADES QUE SE DISTINGUEN POR SU FERVOR
CONCEPCIONISTA
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