Este Libro No Podrá Ser Reproducido Ni
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Caracas, Venezuela.
Ilustración de la cubierta:
La Luz
Y Vuelta a Empezar
extendía por el suelo con un multicolor paisaje, dando a los sentidos un perfume
embriagador.
había sido mi única compañía y ahora al ver el sol en lo más alto del cielo quería
Pero eran muchos los recuerdos que vagaban por mi cerebro como en un salón
de baile buscando a quien sacar a bailar, con la diferencia de que eran solo ellos, los
Salí a la calle resuelta a comerme el mundo, mi voluntario retiro había sido una
Entre en un bar y pedí algo fuerte, quería tener sensaciones nuevas, vivir
alocadamente.
acepte como agua de mayo. Era agradable sentir de nuevo palpitar mi corazón,
deslizo su mano y rozo la mía, tenia una piel suave y cuidadas manos, cosa que me
agradó.
Sin saber como me encontré subiendo por una escalera empinada hacia el
apartamento del desconocido, estaba decidida a vivir una noche loca, a olvidar mis
oye, se trataba de vivir una aventura alocada, así que acepté que me encadenara a la
cama. Así que ahí estaba yo, sólo protegida por unas finas bragas, sumergida en un
cuarto oscuro.
Luego comenzó el juego. Al principio divertido. Luego morboso. Finalmente
Más allá de la galería de imágenes, un mundo olvidado por sus dioses era
devorado por los demonios que caminaban en la tierra con sonrisas amables y roces
en las manos. Expertos en seducción que sólo deseaban saciar sus delirios sexuales
senos, me había dejado caer en el más cruel y destructor abismo. Me moría en una
agonía insoportable. Mis ojos se apagaban... Mi vista se volvía una sutil niebla... La
Es irónico como el rosa puede volverse negro. Igual que el día en que mamá
papá se suicidó. Yo sólo quería una aventura nueva, y ahí estaba. Sin senos,
Entonces supe la verdad. Yo era como todos los hijos de Dios. Una niña
sumergida en una crucifixión. Atada, desnuda, en una cama de sábanas que ahora se
volvían profundamente rojas. Era un Cristo sin nombre y sin gloria, oculto en la
huella. Yo era el eslabón perdido. Era la mujer afectada por las drogas de una bebida
Así que, de alguna forma, logré salir de las amarras que mantenían mi cuerpo
inerte, y me arrastré fuera de la cama. Salí del dormitorio, tropezando con torpeza.
Caminé hacia la sala donde las voces se divertían. Muchos hombres se reían de la
nueva victima. Mis ojos se inyectaron de adrenalina. Apreté los dientes. Abrí la puerta.
Del otro lado, estaba la nada. Un túnel con final amargo. Caminé lentamente
hacia la luz. Una voz me llamaba. Susurró una palabra. Luego otra. Sentí un sabor
psiquiátrico de South Asfield. El sitio que fue mi hogar desde aquella noche en que un
joven me llevó a su apartamento, y cortó mis senos. La noche con la que sueño todos
los días.
Se tiñó de rojo.
Fértil Para Abonar Otro Cuerpo
esperado con ansias; mis años juveniles habían pasado pronto y la perspectiva de la
Provenía de una familia con estructuras del siglo pasado que no me habían
permitido ver con buenos ojos, el futuro de una mujer sola. 30 años eran bien pocos
para el siglo en que vivía, pero bastantes para una muchacha que todavía no había
verme y su dirección era Francisco de Asís al 2998. No era difícil llegar, la línea 77 me
Uno solo era el que tenía destino al barrio que habitaba. Terminaba su corrido
enamoramiento.
antiguo barrio de los suburbios de la capital. Dentro había unas pocas mesas
ocupadas, unos viejos cuadros pintados al óleo y una fuente de agua de la cual sorbía
escudriñando cada rostro de aquel lugar. ¿Cómo sería Humus?, ¿lo reconocería
trajo el pedido y le agradecí con una sonrisa mientras noté que él había clavado su
mirada en mi escote.
paso al anochecer y Humus no aparecía. Cuando había decidió irme siento que la
puerta del local se abre y una voz masculina, profunda y oscura, saluda, y como
decía que las cosas no parecían tan bien como yo pensaba. Diego era atractivo, de
príncipe.
había hecho algo similar, acepté salir con el cordial joven que se me presentaba frente
que nos dolieron los pies, y bebimos muchas cervezas. Inevitablemente acabamos en
resistirme a la tentación de sus brazos, sus cálidas manos, o sus labios que sólo
tenían palabras de cariño que enloquecían mis sentidos más allá de mi profundo
estado de ebriedad.
dormimos en el dulce sueño de una historia que estaba a punto de comenzar. Quizás
...Finalmente...
el limbo absoluto del recuerdo y el olvido. No sé dónde me encuentro, pero algo anda
mal. Diego no está aquí, y la habitación del hotel ha sido cambiada por un sucio baño
Me duele el cuerpo, sobre todo por el hielo que hay bajo mío. En la pared un
(suspiro)
...y siento una gota cálida rodar por mi espalda. Me doy vuelta. Lo veo. Hay dos
tajos enormes donde deberían estar mis riñones. Mi garganta ahoga un grito. Afuera
...Vuelvo a gritar...
presión...
Pienso en Humus...
...para siempre.
Tan Inclemente Como El Tiempo
Era una fantasmal figura entre las brumas de la noche, el frío hacia presencia a
y los que se atrevían a estar fuera de sus casas, estaban en sitios bien reservados de
Había pensado que salir un rato ante aquel tiempo atroz la distraería, tal vez
Con cada paso que daba sobre un pequeño charco, con cada rayo que
iluminaba y hacia retumbar los cielos, o con cada nueva brisa de frenético aire, podía
buscando a su presa, que siempre resultaba ser la misma persona: un hombre joven,
con porte desgarbado y rala barba castaña, que jamás había visto en su vida.
Después, y sin mas preámbulo que una mirada llena de suplica en el rostro del
joven, ella sacaba un arma de su bolsillo y daba 3 tiros, siempre en el mismo lugar:
Cada vez que tenía este sueño, le resultaba inevitable experimentar una
difíciles de erradicar.
Siguió caminando bajo la lluvia que cada vez era más fuerte; cruzo el
restaurante Kings, que según ella, era el peor restaurante de la ciudad, no solo por sus
hamburguesas, si no por el chico flacucho que atendía por la noche, nunca había
entendido por que la gente, en especial los jóvenes les gustaba ir a comer ahí.
Dobló la esquina y entonces vio lo que había esperado, lo que había soñado, lo
que había perseguido, vio a ese hombre de pelo castaño y lo comprendió todo... era
su padre; el que los había abandonado a su madre y a ella hacia más de 30 años, no
era idéntico al de su sueño ya que lo recordaba más joven pero era el mismo, ahora
La miro y trato de decirle algo, pero de repente un ruido sordo cruzo la acera,
su padre salio disparado hacia un costado, y al caer clavo sus ojos en los de ella
Una parte de ella deseaba lo que había ocurrido, mientras la otra quería
abrazarlo, besarlo y preguntarle por que se había ido, pero ya era demasiado tarde.
Miro el cuerpo sin vida de su padre y sintió un temblor desde la nunca hasta la
punta de los pies, en eso vio sus manos y noto que sostenía un arma, no sabía cómo
ni por que, lo único que sabia era que había matado a su padre, al cual nunca había
querido…
Estremecida En La Cama
Todo era muy raro: escuchaba un vago pero persistente rumor, sentía el
cuerpo muy pesado, me costaba mantener los ojos abiertos. Me sentía muy
confundida.
me sobre saltó.
observaba, y yo.
inútil.
“¡Es un milagro”!, escuché gritar a una joven rubia que me miraba con ojos
“Señora”, dijo alguien que supuse era un doctor, “Usted acaba de despertar de
Mis ideas eran confusas, negros nubarrones entre imágenes imprecisas, flash
Esperanza de sentirme viva, pero por mas que intentaba moverme era inútil, mi
había pasado, intente entender quien era y que me sucedía, presentía que había
tenido un accidente.
unas imágenes apenas descriptibles en medio de una nebulosa, vi...vi como una mano
se alzaba con algo punzante....vi...una cara...esa cara... ¡OH!, no, no, no podía ser,
Y recordé entonces de quién huía. De los últimos días a su lado, los maltratos,
las humillaciones y mis planes para dejarlo. La chica rubia, seguía siendo su amante
después de tantos años. Pero no podía recordar con exactitud de qué manera había
ocurrido el accidente. No podía mover un solo músculo. Tanto tiempo sin usar el
cuerpo lo había atrofiado. Nada más tratar mover un dedo, era muy doloroso. Como si
Esta vez el flash vino con tanta violencia que una especie de corriente eléctrica
sacudió mi cuerpo.
polvo amarillento, arsénico. Tomé los platos y salí hacia la sala. Ahí estaba, él. Con su
Luego el golpe en la cara, sus gritos diciéndome lo estúpida que era, que ni
siquiera era capaz de matarlo. Más golpes y entonces el cuchillo que le marcó la mitad
del rostro. Salí hacia la calle y huí en el auto, sin recordar que le había estropeado los
frenos por si el veneno fallaba. Luego el vuelo del auto al despeñarse en la primera
Hacía unos días que a Elisa se le había ocurrido plantar Margaritas en el jardín.
Estando sola en casa, mientras tomaba una taza de te y mirando por su ventana,
contemplaba su jardín poco provisto de plantas. Dejó la taza, y con pala en mano, se
daba por vencida. Al poco rato, toca algo sólido con su pala, se arrodilla, escarba con
sus manos y encuentra una caja de acero; muy sellada por cierto. Al parecer llevaba
La caja tenía una pequeña cerradura para meter una llave, pero
evidentemente, Elisa no disponía de una llave tan pequeña, he intento abrirla de todos
En ese momento recordó que cuando era niña y su madre aun vivía, siempre
llevaba al cuello un viejo colgante con una pequeña llave. Elisa corrió a la habitación
La llave estaba donde siempre, al lado del retrato de su madre con ella recién
decía: “Hija, me imagino que has sido tu la que has encontrado la caja.
Esto que has descubierto tiene una explicación, que entiendo será difícil de
asimilar. Un año antes de que nacieras, conocí a un hombre fabuloso que me hizo
sentir el amor. Por miedo a la reacción que pudiera tener tu padre al enterarse de
ocasiones en suicidarme por lo que iba a descubrir tu padre. Sin embargo una terrible
solución milagro llegó con el alumbramiento en la soledad de la casa. Nacieron dos
bebes.
Uno eras tú, pero tu hermana tubo que ser sacrificada porque era negra. No
estoy orgullosa, pero pienso que fue un milagro de Dios con el que quiso castigarme y
-!Corre estúpida!
Sus gritos se oían desde el otro lado del angosto pasillo en el que nos
era consciente de a donde iba, solo seguía a aquel hombre cruel al que detestaba, a
mi enemigo...
Cuánto habían cambiado las cosas en tan poco tiempo, ayer hubiese
escupido sobre sus palabras si se hubiese atrevido a dirigir su sucia lengua hacia mi y
dudaría en extinguirla, pero sin embargo, ahora luchábamos contra un mal mayor, algo
que no ofrecía posibilidad de alianza, algo monstruoso surgido de las entrañas mismas
Jack se detuvo, sus ojos desorbitados miraban más allá de mí, estábamos
nuestro alrededor todo era caos y destrucción, heridos por todas partes, alaridos y
hacíamos allí?, ¿juntos?, pero ya no importaba, teníamos que intentar buscar una
mismos para evitar su deceso por la rapidez con que distribuían la sangre a través de
Otro estallido nos aviso que el fin estaba cercano, la sombra misteriosa y
deforme de aquel ser que nos acechaba iba saboreando las texturas químicas que
Al fin tuvimos de frente a aquel ser. Justo en ese instante recordé que a mi
derecha respiraba mi antiguo enemigo, que había decidido, al igual que yo, hacer caso
omiso de la memoria y unirse a esta mutua causa, y sentí que él estaba pensando lo
mismo, y me atreví a mirarlo por vez primera, y me arrepentí del pasado, de todo el
pasado.
Así llegó el fin. Nunca pensé finalizar mi vida al mismo tiempo que mi
De pronto el ser extendió sus manos hacia nosotros, y sin saber por qué las
Nos alejamos unos metros de estos con la compañía de aquel ser al que tanto
antigua vida, y una nueva y última explosión me anunció que ya no quedaban rastros
de la despedida. Son las dos de la madrugada y sabe que no volverá a verle jamás, no
quiere que sus padres la vean llorar ni mucho menos que se enteren de la hora de su
esparciendo cada recuerdo allí donde pasará desapercibido a los ojos de los demás.
foto de Carlos, quizás con un poco de suerte el dolor que le produce aquel rostro
desaparecerá para siempre. Del armario saca un frasco color miel cuyo contenido
conoce desde hace mucho, con la ayuda de un poco de agua comienza a tragar una a
Abre los ojos entre neblinas, su cabeza sigue girando y un tremendo dolor en
- ¡Ha despertado!
- ¿Como te sientes?
La boca la tenia seca y sus ojos pesaban para terminar de abrirlos, decidió
- Lo que ha hecho es una tontería, ¡menos mal que hemos llegado a tiempo!
- Si, mi hijo la quiere, pero no se atreve a una relación mas intima, porque
- ¡El es así!
- ¡Y ahora?
Estaba sorprendida.
Casi moría por él, y el no sabía actuar de acuerdo a mis sentimientos. Estaba
La lluvia caía cada vez más fuerte, e inundaba las calles de esta desolada
Era ya imposible creer que hace solo 48 horas te tuve en mis brazos, y
sorprendente imaginar que solo unos cuantos gramos metálicos hubiesen podido mas
las gotas iban creciendo, y el frío también iba aumentando, la brisa ya traía consigo
De pronto una gran tristeza abarcó todo mi ser, y mi psicología marxista fue
poco a poco abriendo paso a una nueva corriente psicológica, dominada por el hecho
ejemplar de granizado proveniente de sabrá cuantos metros de altura y que había sido
lo suficientemente fuerte para soportar semejante caída. Hubiese deseado que nuestro
volviéndose blanco...
memoria. Crecía la distancia entre tú y yo, cada vez más blanca, más dura, al igual
Es triste dejar que el rencor haga nido donde sólo debería existir la fuerza del
cariño.
Después de haber disfrutado de tantos besos olvidar este enfado debe ser
mismo.
dolor que tenga almacenado, ni siquiera con el vil metal de por medio. Te ruego. Te
carne rosada y sudorosa tras un encuentro de amor, en tus labios rojos carnosos y
embriagadores.
Era así como quería recordarte, esperar que un día vinieras a mí y de nuevo
mundo. Aquella bala que iba dirigida a mí y que impacto en ti, porque te interpusiste
horizonte y el agua caía con una abrumadora fuerza, parecía que fuera el fin del
mundo.
Al dar una curva había cesado de llover, las estrellas lucían en el firmamento.
Me tranquilice de poder seguir mi viaje con un tiempo más apaciguado y sin tormenta.
A lo lejos vi una brillante luz y pensé que todavía la tormenta no estaba lejos.
La luz se acerco con una rapidez asombrosa y en ella pude divisar un objeto
brillante, cilíndrico y con muchas lucecitas alrededor. De pronto desapareció entre los
árboles, pensé que era mi imaginación, pero al cabo de unos metros, unos hombres
deslizaba una luz a modo de rampa. Me hicieron subir por ella llegando a un amplio
en un raro sillón en el que mi cuerpo casi sin gravidez se sentía relajado y bien
acomodado.
viaje hacia nuestro destino, el cual desconocía pero ansiaba desde iniciarme en esta
loca travesía.
Era un planeta único, nunca había imaginado algo así, tan perfecto y
controlado. La nave fue disminuyendo la altura, hasta tocar tierra en una especie de
aeropuerto intergaláctico.
estaba, pero una luz blanca que se acercaba me fue aclarando la vista, hasta que en
un instante no pude ver más, esa luz, de nuevo me dije, y no vi nada mas.
adolorido pero entero, me sentía cansada y no había hecho nada, y aparte sentía mis
con una sola ventana por donde una mínima luz entraba a perderse en la inmensidad
Pasaron varias horas hasta que tuve la fuerza para poder levantarme, avancé
entre los huesos que crujían con cada paso que daba. Sin duda habían hecho
diámetro por el que salían hilillos de sangre y pus. Lo mismo mis piernas. Quizá ese
era el lugar donde nos dejaban hasta morir, pero no estaba dispuesta a irme sin
luchar.
alrededor era cada vez más fuerte, se acercaba. Retrocedí y caí al tropezar con un
cráneo, un dolor espantoso recorrió todo mi cuerpo al fracturarme el brazo. Con el otro
busqué en el suelo algo con que defenderme hasta sentir algo lo bastante grande para
hacerlo.
El único hilo de luz que penetraba la habitación iluminó aquel ser que se
lanzaba hacia mí. Levanté el hueso de fémur y sentí como se encajaba en el aquel
cuerpo baboso y pestilente. Luego un sonido desgarrador y este empezó a retorcerse
pregunto si lo mejor hubiera sido dejarme devorar por aquél ser. Soy como una
especie de reina a la que adoran estos seres de gran inteligencia, pero de asqueroso
aspecto. Era una prueba y el experimento en mi cuerpo fue para convertirme en una
de ellos. Me miro al espejo y trato de hallar los últimos rasgos humanos en mi rostro,
- ¿Qué pasó ayer? No soy capaz de recordar nada. ¿Qué se supone que
hice? ¿Bebí? No creo, hace mucho que no lo hago. Además, tampoco tengo resaca.
En lo mas hondo de mi ser sabía qué había pasado, tenía la certeza de que algo
terrible había sucedido. De alguna manera, sin embargo, no era capaz de recordar
nada de nada.
- ¡Uf! Me siento como si anoche me hubieran pegado una paliza tras otra...
di un grito de espanto al ver mi imagen reflejada en el espejo. Sin saber aún el motivo,
ser profunda, seguramente había sangrado bastante durante la noche y ahora tenía el
torso lleno de costras de sangre reseca. Tenía pinta de doler muchísimo y realmente
- ¿Por qué tengo esta herida? ¿Qué pasó ayer? ¿Me atacaron? O lo que es
peor... ¿ataqué yo a alguien? No tiene ningún sentido, maldita sea. ¿Por qué no
pues, según explicó entre sollozos, otra herida exactamente igual a la mía cruzaba su
la noche anterior. Fuimos al cine, cenamos, tomamos unas copas -no muchas- en
aquel local del centro, decidimos pasear hasta casa, caminamos... Y luego nada.
Vacío. Silencio. Excepto la luz. Ambos la recordábamos, y era nuestra última memoria
de la noche, aquella luz intensa que se cruzó de súbito en nuestro camino y que
intuíamos tan terrible que tal vez fuera mejor no desenterrar del fondo de la memoria.
¿de verdad quería saberlo? ¿No sería mejor dejar todo aquello atrás? ¿Acaso sería
punto de no acudir a la cita... Sólo fui capaz de tomar la decisión de seguir adelante
cuando descubrí aquellas cerdas duras, quitinosas, abriéndose paso entre los labios
mirarnos, respirar, ambos pensábamos igual, pero era una idea que la descartábamos,
Nos habían hecho análisis de sangre y las cerdas peludas que de la herida
nos había nacido también las estaban analizando, pero lo peor era la marca del cuello.
Quise dejar de ensimismarme y cogí el periódico para distraerme leyendo,
sembraron anoche el terror en la ciudad, hay cinco heridos que reconocen que se les
El Dr. salio de la consulta con unos informes en la mano, su cara era enjuta y
seria, nos miro profundamente, y al fin nos dio los informes, se volvió a su consulta
Han llovido muchas gotas frías desde aquella tarde en el parque. Ambos
apenas unos niños, los dos siempre jugueteando con nuestras sonrisas. Muchos días
buena contigo, que te herí quizás a la edad que más tardan en curar las heridas.
Teníamos tan sólo catorce años y los días pasaban aún felices y sin prisas.
siguen reflejando aquel amor adolescente. Estás más maduro, al igual que yo, más
palabras, confieso que no has cambiado nada, eres el mismo chiquillo dicharachero de
siempre. Sigues siendo aquel niño con los rizos empapados cayéndote por la frente.
De todas formas. ¿Qué más da eso ahora? Estas frente a mí, a la altura de
mi cintura. Con esos mismos rizos de siempre, con tu mirada de siempre (más sincera
No sé. Igual es este sentimiento de culpa que me invade desde los catorce
años y que cada día crece más como un tumor maligno. Lo noto. Lo siento en la nuca.
Ahora más que nunca palpita y parece decirme que me agache y te bese. Como
Claro que por otra parte no sé si este extraño sentimiento de culpa no es más
que compasión por un tullido. Al fin y al cabo es lo que eres ahora. El mismo de
Soy un monstruo. Lo fui desde que te dejé. Pero hasta ahora no me había
dado cuenta.
La lluvia escampaba con delicadeza, en silencio, esperando algo.
Esperábamos los tres, mientras la luz se esfumaba tras las nubes que en su porfía se
esmeraban por quedarse y ocultarnos las primeras estrellas, pese a la fuerza del
voluntad, y fue a posarse sobre tu hombro con determinación, y no pude evitar estallar
en mudo llanto.
que mi daño haya borrado de tu memoria todos los recuerdos, los juegos, las noches
cultivas en tu coronilla. Siento la calidez que hay entre ambos, y el rubor que sube por
mi rostro hasta las sienes, con dolor al tratar de burlar mis frías lágrimas que caen
sobre tu rostro.
incendiándose por tus caricias, me implora que me quede ahí, tal como estamos,
contigo...
destellos lunares, que sólo tu eres capaz de captar. La expresión serena de la luna te
hacía sentir esa calma que sólo eres capaz de sentir conmigo.
en manos del viento. No pudiste evitar reír pensando que ésas dos oscuridades eran
mis ojos. Entonces, una estrella fugaz dibujó mi sonrisa y tú correspondiste con la
tuya, hermosa.
Temblando, los luceros hicieron destellar ésa expresión de júbilo que tantas
veces me has hecho sentir. Al estirar tu mano no encontraste más que la mía, que
Yo, sentí mucho más que cinco dedos rodeándome. No me bastaban las
cuencas para abrir los ojos como quisiera haberlo hecho. No eran suficientes mis
reflejos para captar toda la información que necesitaba, y detestaba recibir al mismo
tiempo. Dos garras me separaron de ti, de la luna y del júbilo. Cuatro hicieron lo mismo
contigo.
Seis garras eran la muralla que nos alejaba poco a poco y cada vez más, sin
poder contrarrestar semejante fuerza y sin poder hacer más que esperar, aunque ya
Sabía que algún día esta perfección tendría que acabar, nunca podría ser
solo acompañada por mi presencia y la mía, más nadie más que yo.
Donde estabas, no lo sabía, y ese era mi más grande deseo, saber donde
estabas y cada segundo rezaba por tenerte a mi lado. Si tú estabas no me hacía falta
mas nada.
Pero una esperanza llegó a mí, y esta hizo transformar las tinieblas en luz, y
darme fuerzas para desatarme de mis opresoras y destinarme hacia ti, en busca de tu
El mundo se había interpuesto entre los dos, hoy me rebelaba ante este
pasos a tu antigua casa, me dijeron que te habías marchado hacia mucho tiempo a la
inmensos, me arrepentía de haber dejado pasar tanto tiempo sin hacer nada por
recuperarte, ahora estaba dispuesto a pedirte perdón y hacer todo lo que me pidieras
sabia como hablar, se le trababa la lengua y entre balbuceos entendí una terrible
verdad.
-¡Ha muerto!
Pasee por el puente, por aquel sitio en que nos besamos por primera vez, me
pare en el pretil y contemple las frías y turbias aguas, el fondo era profundo en el se
reflejaba mi triste figura, las aguas me llamaban con un canto suave y relajante, allí
Desde aquí veo el ataúd, nadie me acompaña, ¡que pocos amigos tenia!,
vienen a por mí, veo una luz en el fondo y en ella la figura de una joven sonriente,
La habitación oscura, la cama rígida coma una lápida, el sudor posado sobre la
vuelvas más a mis sueños! Estoy cansado de vivir así, recordándote todos los días,
extrañándote a morir y sin poder correr tras de ti por mi estúpida cobardía". "No hace
falta que lo digas, aquí estoy nuevamente". Los ojos se abrieron como queriéndose
escapar, los puños se apretaron contra las cobijas y el cerebro se nubló por segundos.
José Julián pensó que seguía soñando, pero no, estaba más despierto que nunca y
Carolina, el amor de su vida, que había partido hacia el lugar donde habitan los que ya
no vemos con nuestros ojos sino con el corazón, permanecía de pie, en el rincón de la
habitación donde siempre se había escondido en vida cuando huía de los cariños de
ese mismo hombre que hoy, inerme en la cama, no sabe qué hacer.
transforma en figura humana que se acerca volando entre nubes de algodón, una capa
de seda blanca al aire izada, tan fantasmal figura avanzaba hacia él, traspasándole el
las manos por la cara sin creer lo que había visto, o había creído ver.
Abrió la ducha y se dejó acariciar por la fría y suave agua deslizándose por su
pasada.
Despertó con los ojos hinchados y la cara demudada, todo el día estuvo
aquel hombre que entre sus delirios de amor esperaba no volver a vivir otro episodio
similar.
Cerró los ojos y se estiró entre las sábanas, sus manos buscaron con ansiedad
La oscuridad era total, y de pronto una luz fugaz avanzo hacia él, desapareció
cerrar los ojos!, ella venía noche tras noche para amedrentarlo y llevárselo al final.
Con terror miró aquel baúl. La ropa de Carolina estaba ahí dentro. Recuerdos
operaciones, no lograban cambiar todo aquello que noche tras noche lo atormentaba.
Se miró al espejo y se encontró perdido en los ojos color miel de Carolina. Ni todo el
vello de su rostro lograba callar a aquella confundida mujer que lo perseguía, su voz
bulto inmaterial le incomodaba los deseos. Recordó con amargura su delicada figura
bailando en aquella falda del color de las flores, su madre reía, su padre mudo de
Carolina tenía que morir, no quería soñar más con ella. Nunca sería libre,
debía terminar con aquella sensación de extrañar y odiar. Con las manos temblorosas
tomó todas las pastillas y trago entre lágrimas, una a una, lenta y serenamente. Se
cola de gente para diluirme en ella. Al fondo del local tras la ventanilla, la funcionaria
duro explicar a un extraño, por muy profesional que fuera, lo que me ocurría.
personales e historial medico. Me temblaban las piernas. ¿Porque había ido solo?, ¿A
fondo.
dejar de ser visible, mis mofletes me quemaban y mis manos estaban sudorosas.
-Pase a la consulta.
Me dijo secamente, con paso vacilante entre por la angosta puerta que me
parecía me llevaba al cadalso. Algo así tenían que sentir los franceses cuando subían
Aquello no era posible, todo había sido en vano; no podía explicarle mi caso, y
tener todas las cortinas descorridas, y me paseaba por delante de las ventanas con las
luces encendidas, para que se me viera bien. Cuando ella miraba en mi dirección, yo
evoluciones, y eso me excitó todavía más, pero después empezó a tomar notas y a
hacerme fotografías. Fue entonces cuando pensé que aquello estaba llegando
demasiado lejos y tenía que poner remedio. Busqué en la guía médica y pedí hora.
enfrente.
Esperar Una Respuesta
Se dijo una y otra vez que sería la última. Antes le había dicho aquella tarde
donde estés. Sabía que no era cierto, que era sólo un enamorarse de palabras,
Decidió hacerse amiga de aquella oscuridad, soñar qué no había ocurrido, vagar otra
vez por aquellas mentiras, de una en una, como una sombra perdida, protagonista en
Se levanta el telón. Su cuerpo está apenas iluminado, tan sólo una finísima y
brillante línea vertical cae en picado hasta su pelo. Otorga a sus rasgos un aspecto
fantasmal. Mira al vacío. Cuando empieza a hablar, el sonido de sus palabras se dirige
MUJER: ¿tampoco esta vez vas a pedirme perdón? siempre lo supiste todo.
Ahora sé que nunca debí entregarte mi alma. Ha sido duro, muy duro, descubrir que
OSCURIDAD: Silencio.
OSCURIDAD: Silencio.
Estaba harta ya de esperar una respuesta que sabía nunca iba a llegar, una
escuchar.
El ataque estaba cerca ya. Lo esperaba con una especie de gusto suicida,
injustificado pero elegante, sabía que debía enfrentar a la muerte tal cual a la
Volví a preguntar:
Una sobria luz reflejó su poder en mi rostro, y por pocos segundos me cegó
Repentinamente todo se volvió oscuro, y una nube negra, mas negra que la
misma penumbra en la que estaba se posó a sólo medio metro de mí, y allí supe que
naturaleza la empuja a hacerlo; el Chat la atrae de una manera fatal, como un canto
de sirena. Aquella noche, la noche no iba demasiado bien, como casi cada noche.
no lo parece, aunque quizá lo esté... Su discurso es fresco, no está viciado por el argot
habitual del Chat. Él es simpático, no quiero decir gracioso, sino simpático de verdad.
largísimo segundo que sigue a este momento, ella no es capaz de procesar los
sentimientos que la invaden: miedo, excitación, sensación de peligro, el sexo sin sexo.
Levantó el auricular.
— ¿Extraña?
Y allí estaba, con aquel traje azul oscuro de corte impecable, con aquella
corbata azul claro… y Beatriz quiso decir algo pero las palabras se negaron a salir.
Y cuando entró Fernando vio aquella casa tan recogida, con el sofá de flores y
las cortinas de cretona, tan semejante a lo que debía ser un hogar tradicional.
asombro.
quieras.
de espaldas a las cortinas de cretona, de esa tradicional habitación, las dos, los dos.
Esto No Es Una Novela De Agatha Christie
eso lo sabe todo el mundo, pero esa hipótesis no resulta muy válida en esta ocasión.
¿Qué por qué? Muy fácil: el fiambre es el mayordomo y, además, esto no es una
proporcionado cada uno de ellos. A la hora del crimen, el jardinero estaba encamado
con la camarera, y me lo pudieron demostrar con una peliculita que se habían hecho,
“para recordar el momento”, en la que salía la hora, aunque eso es verdad que se
puede trucar. La cocinera había ido al cine con su novio, a ver “Terminator Salvation”,
y después se fueron a bailar salsa. Tienen testigos de todo ello. Los señores habían
salido a cenar con unos amigos, y el chófer los había llevado. No ha venido repartidor
alguno en los dos últimos días, y nadie extraño a la casa ha sido visto por los
alrededores.
iluminado en mi móvil, me dicen lo siguiente “Mira por la ventana, pero primero mira
hacia atrás, siempre mira hacia atrás, sé como la mujer de Lot” Por supuesto hago
caso al mensaje, aunque me lo envían desde una página gratuita y tendré que
el ambiente está teñido de azul, hasta el marco de la ventana parece azul. Pero me
estremezco sólo de pensar lo apartado que está todo esto, ya que esta cala del
mediterráneo no es un lugar ideal para veranear. Observo si hay algo fuera de lugar
más allá de los cristales y entonces veo que en la playa flota el cuerpo de una mujer
Han pasado un par de horas. El cadáver era del ama de llaves a la que habían
atado con una maroma al tronco de un árbol, para que la corriente no se lo llevara.
Sea quién sea, el asesino o asesina quiere que sepamos pronto quién es.
Suena mi teléfono y al otro lado de la línea está Diego, mi colega, dice que la
cuenta pertenece a un tal Carlos Valerio. Nos reímos, siempre nos reímos de los
nombres compuestos. Más que pertenecer, pertenecía al mayordomo al que hoy han
asesinado... o tal vez no. Alguien la ha usado en su lugar. Y por lo que supongo,
¿Por qué nunca estaba cuando más falta me hacía? Comencé a sentirme
extrañamente sola mientras la brisa me traía olor a muerte. Decidí atar cabos sueltos:
preciosa cala como un despojo deforme. Desde luego fuese quién fuera el asesino,
seguro que andaba cerca. Me sentía cada vez más sola y acaricié instintivamente la
misterioso "mira hacia atrás, siempre hacia atrás”. Un crujido del picaporte de la puerta
me alertó, volví la cabeza y allí estaba. El puzzle encajado. Unos ojos conocidos pero
momento en que él se abalanzó sobre mí. La lúgubre luz azulada sufrió un destello
blanco, un atronador silbido en la silenciosa oscuridad. Néstor cayó a mis pies, inerte y
¡¡¡CORTEN!!!
- ¡Menudo alivio! Por fin, descanso para comer en un duro día de rodaje.
Suspiré relajada.
Gloria Es Un Infierno
Gloria es mi mujer. Bueno, lo era. La odio. Casi todo el tiempo. Antes la odiaba
sólo algunas veces. Ahora la odio casi todo el tiempo. No; todo el tiempo. La odio todo
el tiempo, sí.
Bueno, lo era.
Gloria es una mujer castrante. Yo, un hombre castrado. Bueno, lo era. Gloria
sigue siendo una mujer castrante, aunque ya no tiene a quien castrar. La he dejado.
Para siempre.
Me fui de repente, sin decir una palabra, sin un grito, sin un portazo, sin
llevarme nada.
tengo un año libre!, soy el dueño de mis decisiones. ¿Con quién me casé?, con una
mujer o con un asesor multiuso; siempre cualquier cosa que hiciera estaba mal y si lo
¿El timbre, quién será a esta hora? En estas cabañas del hotel de playa se
supone que no hay vendedores toca-puertas. Mejor apago la luz y me asomo por la
ventana.
¡Dios mío!, se parece a Gloria. Imposible, se ve tan diferente. Muy diferente.
Pero ese pelo de bruja es inconfundible, y la mirada, la misma de zombi, los mismos
ojos que revisaban mi ropa interior por si acaso, decía ella. Y las manos, esos dedos
enormes que me torturaban. ¿Por qué brilla así? Parece fuego bajo sus pies, viene
pasando, el surrealismo se apodera de mi, salgo a la calle y toda la gente que había
en esas cabañas son como clones de Gloria, que me persiguen pero no me hacen
nada. Me meto en una cabaña vacía y me encierro, pongo la tele y las noticias las está
Gaynor y la versión de Junco de "gloria, gloria, faltas en el aire, gloria". Vuelvo a salir a
la calle y hay una manifestación cuya cabecera reza: ¡Todos somos Gloria! Me voy
corriendo lo más lejos posible, hasta que veo a un hombre, el típico abuelo de pueblo
- Estas en la gloria.
Grekatrols
los Grekatrols.
arrecifes. El crepúsculo tenía los matices de la sangre fusionada con vino tinto, como
De Reina casi omnipotente, a esclava, en menos de una noche; así había sido.
La embarcación golpeó los maderos del puerto, sonó como el último latido de
pulmones.
de gema pulida, rosada, dulce al tacto, como piel suave; sobre ese objeto pendían sus
—Si la leyenda es cierta, cuando toques esa perla de cristal será el fin de esta
— ¿Esperas mi gratitud?
—Ambicionas demasiado.
— ¡Explícate!
—Todos los seres que usted amó, han sido muertos.
—La suerte habló. Es mi turno. —pensó, y pasó las manos temblorosas por su
bajo vientre.
De pronto una luz rosada invadió el cielo y el resto de la unión natural que los
rodeaba, solo quedaron intactos ella y el castillo de los Grekatrols, que al observar
Un millón de Grekatrols fueron a por ella en solo instantes, pero ella se sentía
-¿Quién eres?
perdido mi casi omnipotente Reino, ahora solo soy más omnipotente que antes, pero
omnipotencia se apagó, y caí presa del Rey, del cual lo último que escuché fue:
apoderado de su ser.
pasadizos oscuros, apenas iluminados por destellos de fuego. Llegaron ante una
enorme puerta maciza llena de tachones enormes y una extraña cerradura. Todo ese
tiempo había sentido algo extraño en el aire desde el comienzo: un aroma intenso a
una pequeña molestia en su mano izquierda que le dolía con intensidad creciente.... Al
ver las manchas de sangre entre su ropaje tomó recién conciencia del mal que la
aquejaba: había sido envenenada durante esa noche al ingresar al castillo con un
tenue rocío que sintió al cruzar el umbral. Toda su vida omnipotente había quedado
atrás y era el momento de entregar sus reinos al hombre que le cambiaría la vida por
Quiero que hoy me despegues del pasado. Tú eres aquel que llena mi cuerpo
Cada vez que tus labios rozan los míos y me apresan en su cárcel de saliva
ardiente.
Cada vez que tus brazos surcan mis curvas como un velero en alta mar,
Quiero que esta noche y todas las noches me hagas volar con tus susurros.
Antes de que ella vuelva. Antes de que se rompa la secreta magia que nos une, como
serpientes de fuego.
Cuando nuestros cuerpos vibren de deseo, cuando estés tan dentro de mí que
embeleso del placer, pensaré que soy sólo yo la mujer que te hace suspirar así, la
Y cuando llegue la hora de la despedida para irte con ella, pensare que vas a
un viaje del que regresarás pronto, seré siempre la otra, pero embutida en el halo del
inundada con un vasto sentimiento de abandono, y me llamas y dices eso, eso que no
Relación gusto por gusto, el despejar las ideas de la mente y desarrollar esa
tela de pasión, y salir de esa etiqueta, la cual tiene un gran SOY TU AMANTE.
Y que pensarás cuando estés con ella, cuando tus manos pasajeras toquen su
cuerpo con delicadeza, con amor, con esa entrega que conmigo tienes cuando tu
corazón, y es que compartir la dicha de sentirte dentro de mí no puedo dejar que así
sea.
Te dejo esta mi última carta para así, decirte que ya no aguanto más, y que en
Amantes, buscando seducción y pasión, ojalá las noches se unieran para así
taberna; tal era su espesura que apenas dejaba entrever el rostro de Anabel bajo la
de hoy, soy del todo incapaz de afirmar si comprendió realmente y en su totalidad las
su marido.
insultantemente fácil. Hay pocas cosas más sencillas que robarle la vida a alguien.
urdiendo una mala coartada a toda prisa, antes de que toda la carga de caballería
policial se nos venga encima entrando en tropel por la puerta de este mismo antro de
mala muerte.
telefónico de algún banco, después que reajustamos los cabos sueltos de nuestras
coartadas.
final.
Parece que todo salió bien, la policía nada descubrió y yo tuve un semestre
descansado. Esta noche nos reuniremos en la misma taberna: “La Viuda Alegre”, yo la
Ella tomó asiento y cuando vi su cara quedé extrañado, la frialdad de sus ojos
había sido sustituida por la de alguien perdido en la selva. Sus pupilas bailaban de un
lado a otro y las fosas nasales, dilatadas por la respiración, vibraban, dándole el
Todo esto me resultaba raro, como si ya lo hubiese vivido, pero de una forma
diferente.
Estuvimos hablando de cosas sin sentido, intentando que ella me prestara
Cuando ella se cansó de oírme propuso salir a la calle a tomar el aire, decía
que el ambiente estaba muy cargado y necesitaba respirar, algo que nunca le había
importado.
Salimos por la puerta del bar, la densa niebla de una ciudad contaminada como
esta me impedía ver poco más allá de mi nariz, pero en una calle estrecha como esta
pude intuir una sombra al fondo, del mismo hombre que había entrado con Anabel al
bar, ese maldito extraño. En ese momento supe que mi destino y el del marido de
Aún me acuerdo de aquella noche de reyes. Creo que nunca la olvidaré, pasen
los años que pasen. Aunque cada día tenga más arrugas, mis patas de gallo sean ya
Esa noche había pedido una bicicleta. Una bicicleta BH roja. Roja como la
sangre que me correría por las piernas todas y cada una de las veces que perdería el
equilibrio hasta que diera con la manera de pedalear y seguir una ruta sin obstáculos
cabrones dispuestos a hacerme rodar por los suelos y ver mi cuerpo lleno de
moratones.
Estuve debatiéndome entre las sábanas frías hasta que la luz penetró
cama con aquella agilidad de niño travieso que me caracterizaba. Mi bici... ¿Estaría
haber cumplido con mis promesas de bondad, aquellas que hice a los Reyes Magos,
en secreto, por supuesto. Con diez años uno ya no puede reconocer ciertas cosas
mis plegarias, los pies descalzos empezaban a quejarse de aquel suelo helado de
bicicleta! ¡Una BH roja, flamante! ¡Quiero que esté junto a mis zapatos!
Entre en el mal llamado salón, entre muebles y ropas mal puesta buscaba mi
- ¿Busco la bicicleta?
Me acosté entre lágrimas, ¡Un hombre no debía llorar!, pero era un año más,
mis amigos tenían regalos y yo me quedaba sin nada, ¡que reyes más malos!
Me levante tarde, ¿Para qué hacerlo antes y ver los juguetes de los demás?
Salí al mal llamado salón, a comerme el pan del día anterior con el vaso de
La noche había caído sobre la gran ciudad. Ella miraba por la ventana en la
vieja buhardilla. Desde allí divisaba toda la ciudad, las torres, las azoteas vacías, las
Las luces se habían ido encendiendo y al fin sólo se veía el paso de los coches
El silencio, como un manto tenebroso, iba silenciando el griterío del día. La paz
caía sobre la gran ciudad, esperando la llegada del amanecer para de nuevo volver a
alegría y el amor.
profundo de los corazones, las tragedias que pasan inadvertidas y que son propias de
cada uno.
llegar, preparado para darle un poco de cada cosa que la vida distribuía tal cual
siempre.
delatar su sed de pasión, aunque él ya sabía que yo sabía que el la tenía, igual que
siempre.
No pasó mucho tiempo para que sólo brillaran las luces de unos automóviles
atravesando la calle que daba a mi alcoba, y las estrellas brillaran hacia nuestro amor.
Hacia rato ya cuando nuestra pasión nocturna había comenzado, cuando de
repente solté una lagrima y la tristeza había comenzado a maldecirme por dentro, y a
culparme de haber infectado a otra vida más con un virus mortal que invadía mis
como esperando la peor decepción, pero yo la desterré diciéndole "No es eso amor"...
-De qué.
Una mirada aterrorizada observó mis ojos expresando un miedo y odio tan
forma que, desde ese momento, estaba al tanto de que en sus venas corría el mismo
castigado aquellos cuerpos inocentes, haber ensuciado su sangre con aquella mentira
enferma.
-¿Por qué?
- Por venganza.
-¿Venganza?
- Si, venganza oscura, envenenada de odio. Odio a todos y cada uno de los
que habéis habitado en mi lecho. Odio a mis venas portadoras de muerte. Nunca os
importó. Tan sólo queríais placer barato, mi vida no era mía, era vuestra, lo siento, eso
es todo.
Sintió el estruendo del portazo en cada poro de su piel, ahora estaba sola,
pasando a través de sus senos firmes, aquellos que pronto estarían heridos de sida.
Volvió a la ventana, las calles ahora estaban desiertas, observó de nuevo a los
copa.
comenzado.
Violencia De Género
mortal, ¡una más! Me arrastre al teléfono y marque el 016, recordaba muy bien como
-En otra ocasión que le pegue marque el 016, es el teléfono para los maltratos
domésticos.
podía aguantar más, y aunque le quería mucho no podía seguir con él. Había estado
Mi marido no me quería, sólo era posesión lo que sentía por mí, tenía que
acabar con esta situación que ya estaba afectando a mis hijos. Ellos estaban en el
tranquila, a vivir en paz hasta que crecieran y tuvieran sus propios problemas.
cuerpo. ¡Eran ellos!, saldría de la casa, a la que llegue años antes con toda la ilusión
de quien empieza a vivir, no miraría atrás, con mis hijos me esperaba una nueva vida,
Abrí con dificultad y una mujer se inclinó hacia mí, me cogió con dulzura y me
dijo:
dejaron después descansar en una cómoda camilla, donde duré varios días.
Ya habían pasado dos semanas. Estaba con mis hijos, que habían decidido
venirse conmigo, en una nueva casa que había podido comprar y había comprado a
Recuerdo muy bien, era lunes, una noche de lunes hermosa, terminaba de
acomodar las cosas para el martes cuando escuché la puerta abrirse estrepitosamente
y escuché una voz, una voz que desde hacía poco odiaba.
Se acercó a la cocina con una vara de aluminio hacia mí, yo busque el cuchillo
Corrí hacia él, y mientras él me asestaba un golpe con la vara, logré clavarle el
-Querido, yo no era así… Hoy tengo que elegir entre tú y yo y aunque me duele
Entonces aquel día comprobé hasta dónde puede llegar una persona
Peleamos hasta que oímos la sirena de la policía, pero ya era tarde para
empezar de nuevo o para que sucediese un milagro. Sé que ambos deseábamos que
el tiempo volviera atrás. Aún puedo recordar que varios hombres vestidos con el
uniforme de la policía entraron por una ventana. A él se lo llevaron enseguida, a mí…
Hoy regreso para despedirme de nuestros hijos y ver que será de tu vida ahora
que todos los días me dedicas besos, ahora que a cada instante hablas conmigo con
Ojalá no hubiese esperado tanto para marcar el 016. Tendría que haberme
decidido antes, pero además de tenerte miedo, yo te amaba y quizá fue eso lo que me
hizo dudar.
Ahora que nuestros hijos vienen a vernos, hoy te digo que podríamos haber
sido muy felices. Y esas flores que nos dejan entre lágrimas y suspiros, no hubieran
sido necesarias. Quizá no estuvimos juntos en vida, pero ahora nuestros cuerpos
Sólo me queda una cosa por la que aún vago como un alma en pena por este
mundo.
piensen un poco más con el corazón y que dejen de beber del vino del odio y de los
importancia. Ahora, tres días después, sus compañeros habían desaparecido. Avivó el
clavándole una lanza encontrada entre los esqueletos de los aborígenes. No tuvo
despedía un olor a perro mojado, la sangre era casi negra y las plumas eran duras
como cerdas de jabalí. Todavía, uno de los ojos enormes se movía entre espasmos de
garras y alas. La lengua espinosa, salía del pico enorme, como intentando saborear su
—A la luz del día vio pequeñas aves, muy parecidas, parecían pollitos muy
-...Yvic. -.
inmediato, y me retiré hacia las sombras para evitar que él me reconociera a mí.
Seguí dando pasos hacia atrás, y un grito ahogado de susto casi me delata por
atractivo de noche. Era ya la segunda vez que me aparecía por ese lugar. Las aves
- Dale gracias a Dios que sabía que eran compañeros tuyos, y están vivos. Y
descubrimiento.
palpando las paredes la encontré. En ella estaban mis compañeros atados con
grilletes. Los libere uno a uno y huimos hacia el monte, allí decidimos buscar la
ocasiones para las excavaciones, pensé con nostalgia, qué mejor ocasión de usarlo si
Se volvió a mí y me dijo:
- Pero a mi no se me ha pasado.
Parte Segunda:
La Luna
Abogado Del Pichón
abogados, aprendí más de las personas que de la profesión. Recuerdo que mis
compañeros de clase no daban crédito, yo… tampoco ¡el puesto era mío!
atención fue, el desmesurado óleo de una cacería que ocupaba casi por completo la
pared del fondo. Nunca olvidaré mi último día allí. El servicio de limpieza estaba en
huelga, por lo que me tocó a mí la grata tarea de limpiar. De mala gana pasaba el
plumero por todas partes, cuando sin querer un legajo cayó al suelo desde una de las
estanterías. Quedó abierto y mis ojos se clavaron en una frase en la que reconocí la
letra de Don Perrote que decía “Para mí cada cliente es como un pichón huérfano”.
se le enseña a volar…
don Perrote. Él se había hecho con un nombre dentro de la profesión a base de jugar
sucio con las leyes en la mano, buscando siempre los tres pies al gato. Entonces,
Una idea cruzó por mi cabeza: los pichones son considerados por algunas
personas como una delicia culinaria… ¿Se estaría refiriendo a “desplumar” y “devorar”
a los clientes? Pero esto tampoco tenía demasiado sentido, puesto que sus clientes
Pasaron los años, y en estos días estaba alimentando pájaros en compañía de otras
pidiendo comida. Sus alas eran pequeños brazos sin manos, y los chillidos
desesperaban a cualquiera.
—Cómo nos engañamos, vemos belleza donde hay tragedia y maldad donde
hay dolor.
El Consuelo De Una Nota Amiga
palidez del rostro y sus movimientos torpes le conferían una fragilidad extrema. El
peldaño su cuerpo se hacía más pesado. Cada escalón la acercaba más a la realidad
de la que había huido. Pero Andrea sabía que aquel era el lugar al que debía ir.
-¡Buenos días! -espetó una voz áspera que salía de la puerta del piso de al
lado.
Era su vecina. Desde que vivía allí sólo habían intercambiado palabras de
-¿Baja usted?
-No, gracias.
-Lo siento.
-No importa.
Andrea lo acarició. Por fin llegó el ascensor. Abrió su boca y engulló a aquellos
dos seres tan opuestos. De nuevo se encontró sola ante una puerta que no se atrevía
a traspasar. "Debería haberlos acompañado". Pero sólo pensarlo le produjo un
provocaban pánico.
-Tengo que entrar -se dijo en voz alta para convencerse a sí misma.
la cerradura.
Habían pasado más de dos años y Juan estaba a punto de cumplir su mayoría de
Seguía sin noticias fidedignas sobre su paradero, la policía, sus mas cercanos
intimidad, se había teñido de un luto que le hacía ver la vida de un modo terrorífico.
Una vez dentro de la polvorienta vivienda, le dio un vuelco el corazón al ver unas
Solo Juan tenía las llaves del piso, Andrea se dirigió angustiada tras las huellas
interrogar al portero sobre quién había entrado y a qué hora. Miro por un momento el
elevador, pero aún con la prisa, decidió bajar una vez más por las escaleras.
Con la prisa y el cansancio de haber subido y bajado en tan poco tiempo, sintió
náuseas y enseguida vomitó. Su pantalón quedó salpicado y, sin embargo, ella siguió
bajando sin inmutarse hasta que por fin llegó donde el portero.
-Sí, vino una anciana, iba al quinto piso, específicamente, creo que al 502.
-No señora, le repito que la única persona ajena que ha entrado, es la señora,
Entonces Andrea decepcionada volvió a subir una vez más mientras pensaba
en cómo pudo llegar esa nota al baño. Tal vez habían entrado por las escaleras de
emergencia que daban al callejón trasero o tal vez habían entrado mientras el portero
Sin duda, Andrea supo entonces, o al menos quiso pensar, que Juan estaba
bien y tenía una vida feliz. Pero enseguida llegó a ella el recuerdo de aquel lluvioso día
en que Juan, a sus dos años, había sido arrebatado de sus manos; no después de
haber recibido un fuerte golpe en la nuca. Razón por la que sufriría jaquecas
El día había sido terrible, pero la noche prometía ser peor. En su mente se
y las aciagas sensaciones que había sentido desde el momento del choque le
el accidente, después esperar a que los bomberos lo sacaran del coche, el olor a
hecho para el verano se habían ido al traste, toda la ilusión, todos los proyectos, las
ocupantes del otro vehículo? Por primera vez en su vida, se quería morir, y todo por
aquella tontería:
— Pero, Elvira, mujer, ¿cómo te voy a dar un beso a ciento cincuenta por hora?
Donde debía haber sentido una sacudida, una suerte de violento escalofrío
completo.
respondían.
¿Elvira?
- Duérmase - dijo otra voz, al tiempo que notaba una agradable sensación de
bienestar.
cincuenta kilómetros por hora, el aroma que desprendía Elvira, el deseo...y el ruido, el
dolor sordo, un malestar físico enmascarado por el malestar psíquico que sentía.
último beso antes de despedirse para siempre. Y, junto a ella los que, de alguna
inicial y la fue jalando hacia arriba hasta que quedó frente a sí. La frase suspendida se
intacta. "Ahí está", exclamó y acarició con un dedo el punto que cerraba la
interrogante. "¡Taimado!, siempre oculto bajo el signo que continúa, nunca das por
Pero casualmente o no, eso era realmente lo que sucedía; la historia nunca
acababa. Daba igual que la persona que observaba en ese preciso momento se
llamara Delia que cualquier otro nombre, la historia no tiene, nunca ha tenido - ni
tendrá - principio ni fin. Por eso, la pregunta que ahora ella sostenía en la mano no era
en realidad más que una declaración de intenciones, un querer saber hacia donde se
En ese mismo momento, Delia se dio cuenta de que ella no era más que un
actor en aquellos sucesos, que tal vez ni siquiera existiese para el mundo real fuera de
Asustada ante tales pensamientos, dejó caer la pregunta que había extraído, y
ésta se hizo añicos, fundiéndose con el polvo que tapizaba el suelo de la estancia
La pregunta, que había caído sobre el polvo del entablado hizo un esfuerzo
grande y logró tomar forma, se arrastró hasta el espejo de pared y cuando miró su
reflejo en la luna de cristal lanzó una carcajada cristalina logrando que Delia se
creación derramó una lágrima que el signo de interrogación recogió con elegancia.
Delia se arrodilló para tomarlo entre sus manos y mirándolo con ojos sorprendidos, le
dijo:
-Nunca me vas a abandonar, tengo que hacerme la idea de que viviré contigo
revoloteando en mi cabeza.
El hombre grita y la mujer escribe poesía. Llega la noche y ahora los dos se
luz extraña alumbra la carne de las falsas promesas. Ahora el lenguaje del amor es
Con los ojos abatidos el hombre mira hacia la ventana. Empieza a llover y las
gotas de agua repiquetean sobre el vidrio creando una música melancólica. La mujer
"La vida resucita como una vela vuelta a prender pero lista para ser apagada. La
respuesta del ojo es inmediata y sin piedad, emite ya sus ondas cargadas de utopías.
Nadie canta en el sueño azul ahora. Ninguna vibración excita al tacto. El dolor de los
olorosos cuerpos en la escena final del deseo es una mascota rabiosa que lame mi
La punta del cigarrillo del hombre ilumina brevemente la estancia, y el humo adquiere,
con esa tenue iluminación, una falsa tridimensionalidad que convierte casi en irreal la
Una radio suena a lo lejos, uniendo la melodía de sus canciones, algo pasadas de
de por sí irreal escena; las palabras que la mujer escribía sobre su viejo cuaderno,
parece salir del mismo y enlazarse con el humo del cigarrillo del hombre. Palabras,
frases, oraciones... se enroscan sobre el tenue hilo surgido del pequeño cilindro que el
tormenta se acerca.
sus miradas se han buscado en la oscuridad, sus semblantes se dulcifican, sus manos
se buscan enlazándolas en un tenue roce, cada vez se hace más fuerte hasta que sus
Ambos callan, pero no hacen falta palabras, sus corazones laten unidos y sus
latidos dicen que el amor no ha acabado, siempre ha estado presente, pero el paso de
estancia, sus cuerpos caen inertes y carbonizados, sus manos están unidas en un
eterno abrazo y sus labios tienen una sonrisa fresca y joven llena de una dramática
felicidad.
Malévola Conciencia
Una figura fantasmal paseaba entre los árboles buscando una presa en la que
pareciera tópico, su falta de capacidad para amar le había llevado a desear el mal a
todo aquel enamorado que encontrase. Y, con el paso de los años, sus enfermizos
y más; ya no le bastaba solamente con acosar, sino que su propia mente le pedía
más...
Ahí estaba, oculto tras uno de los árboles del paseo. El aroma que exhalaban
los amantes le llegaba como un veneno arrastrado por el viento. Le dolían las caricias
y el murmullo de los besos, entonces la vio. Iba sola, con la tristeza en el andar y los
labios ávidos, se parece a mí, se dijo. Su rostro se crispó y los ojos le brillaron como
llamas malévolas, se arregló el cabello negro con sus manos heladas y le salió al
paso.
se esparció por el paseo espantando a los amantes que huyeron del lugar.
Su corazón estaba tranquilo, había logrado lo que quería y se alejó como ave
Tenía los pies helados. Era algo totalmente normal, pues en su manía de ir
que decoraba, pues por decirlo de una manera elegante, era algo minimalista...es
decir: pobre.
cobijo para los rayos solares en pleno atardecer que; maquiavélicos ellos, glaseaban
Lo único que le pertenecía, y por herencia, era una vieja pluma estilográfica
Montblanc, algo gastada, pero aún ágil en la escritura, unos folios que apilaba en dos
Era imposible imaginar quién podía ser. Quién era capaz de molestarlo en su
soledad. Por un instante pensó en no abrir la puerta, pero el insistente sonido era tan
molesto, que la única forma de acabar con él, era abriendo la puerta.
pasaron por su mente. Ella sonrió, dándole un poco de valor para que lograra articular
alguna palabra.
Él, se quedó mirando aquella figura desconocida y a la vez tan familiar. Con su
-No, perdona pero no puedo recordarte, aunque me parece familiar el olor que
exhalas.
-Huéleme.
El cerró los ojos y aspiró profundo, como buscando en el fondo del mar una
extraña perla. Luego de un rato abrió los ojos y dijo casi susurrando:
Una fresca brisa se coló por las hendijas y a pesar del frío, les hizo bien.
-Necesito el calor de tu aliento para llenarme de vida. Me has vestido con la luz
del sol y las palabras de tu mente, me has dado un perfume, me has puesto un
nombre, has delineado hasta la última frontera de mi cuerpo. Ahora quiero el aliento de
hueso.
vez que has aparecido. Vivirás conmigo entre las letras de mis folios y te cambiaré
-Bah! No es para tanto. Al menos vivirás en los sitios más bellos que yo
que esta pasara a ser lo más grande que habían hecho en sus vidas.
allá. Inflaron sus pulmones henchidos de orgullo gozando el momento cuando oyeron
su fluido vital.
Se miraron entre asombro y miedo, aunque más que miedo llegó a ser terror…
pero al instante siguiente explotaron a reír fuertemente, no podía ser que hubieran
alrededor y sin decir una sola palabra volvieron a sus quehaceres, la noche se cernía
regocijaban comentando las anécdotas de la subida, hasta que Juan, el más joven de
los tres dejó su cuchara sobre su plato dejando un metálico sonido en el aire… Miró a
- Amigos –dijo con voz temblorosa- ¿cómo es posible que los tres hayamos
que era simplemente imposible. El tercero comentó algo acerca de la histeria colectiva,
verdadero terror. Acabaron sus latas en silencio esperando cada uno que alguno de
Finalmente, el sueño les fue venciendo. Uno a uno fueron presas de Morfeo, a
pesar del nerviosismo y el terror que les había infundido su última charla. Sólo Juan
permaneció un rato más que sus compañeros despierto. Aún así, acabó por caer
somnolencia, su mente llegó a registrar, entre los vapores del sueño, su nombre
repetido una y otra vez. Pero Juan ya dormía, aunque en su subconsciente se había
quedado grabado ese eco que repetía su nombre como si alguien, a su lado, estuviese
susurrándolo...
inquieto, velado por extraños sueños que no les habían dejado descansar casi nada.
Sus ánimos se encontraban casi como la mañana: gris, nublado, amenazando una
tormenta que, al parecer, se les echaría encima en no más de un par de horas. Ante
tal situación, decidieron que el mejor curso de acción sería bajar hasta la última gruta
por la que habían pasado, que se encontraba a unos cientos de metros de la cima.
la nieve. Hacía horas que no había nevado, por lo que no podían saber cuando habían
sido escritos, pero el evidente terror de saber que alguien- o algo- había estado junto a
su refugio, a escasos metros de ellos, bastó para paralizarlos y hacer que sus
semblantes se tornaran del color del paisaje que les rodeaba. Entonces, para
aumentar aún más si cabe el pánico que les envolvía, volvieron a escuchar sus
Empezó a nevar.
-Escuchad, es probable que alguno de esos idiotas del pueblo de ahí abajo se
-No, no creo, que nadie en su sano juicio se arriesgue a subir hasta aquí solo
Dijo francoise, el era el mas fuerte de los tres, y no tenia miedo como Juan,
pero tampoco estaba dispuesto a quedarse para comprobar que eran aquellas
misteriosas voces.
-Tu lo has dicho Frank, nadie en su sano juicio, desde luego debe ser algún
Mateo grito -Juan, espéranos, es demasiado peligroso para ti solo; Pero Juan
volvieron a escuchar las voces, pero esta vez solo oyeron dos nombres, Mateo y
Francoise.
Se miraron a los ojos, esta vez los dos sintieron verdadero terror.
deprisa.
Mateo le inquirió -Frank, para un poco, estas bajando a lo loco, y eso te puede
costar...
No pudo terminar la frase, al ver como bajo sus pies Frank que levanto la
Mateo comenzó a respirar azorado, presa del pánico, cuando unos minutos después
comenzó a tranquilizarse. Pensó en como era posible, unas horas antes se divertía
La primavera había florecido, los pájaros buscaban hacer su nido, el cielo lucia
fiestas del pueblo y todos estaban expectantes ante tal evento, no eran muchos los
Sin embargo seria una romería que nadie olvidaría en la vida, quedaría
Porque como todo el mundo sabe, las tormentas de verano y primavera son
incluso más peligrosas que las de invierno. Sin embargo, esto es adelantarnos a los
lugareños, que en aquellos espléndidos días, se pudiera desatar una tormenta de tal
magnitud, y mucho menos que diera lugar a los hechos que a continuación devinieron.
Sí había, sin embargo, unos cuantos vecinos, de los más ancianos del lugar, que, una
vez acaecidos los sucesos, recordaron que años, realmente décadas, atrás, un suceso
Pero, como decimos, todo eso estaba muy lejano en sus mentes, nadie
Todo se dispuso lentamente, sin sospechas por parte de los felices romeros,
deseos a aquella María divina, otros bebían y cantaban, los niños chapoteaban en el
al mismo tiempo que una mueca de miedo frunció sus arrugados labios. No hubo
tiempo de más.
Sopló fuerte el viento, comenzaron las gotas asesinas a caer, el agua buscó
presurosa su antiguo camino. Y aquella mirada vieja y suplicante que lo adivinó todo,
cesó.
A través de los cristales, Ana observaba cada noche la luna. Podía pasarse
Se confiaban secretos, aquellas cosas que nadie más podía escuchar. Era su amiga
fiel, su única amiga verdadera. Quieta y siempre presta a escucharla. Siempre había
sido una niña solitaria. Y ahora, mientras la adolescencia comenzaba a invadirla tenía
cara, las dos mirándose, en silencio. Ana le susurro un nuevo secreto y cerró los ojos,
LUNA: - Puede que tú no lo consideres serio, incluso que esto sea sólo un
juego para ti. Pero esto puede afectar a más cosas de las que crees.
ANA: - Da igual, sé perfectamente que no hay nada que puedas hacer para
LUNA: - Es verdad. Sólo puedo advertirte, como amiga tuya que creo que soy,
Ana rió, con una fuerte carcajada que en realidad no era más que una máscara
Ana cerró las cortinas y volvió hacia su mesa de estudio. Se sentó, y abrió un
libro que había encontrado en el viejo cementerio por el que, como un rito, un
su miedo.
Sin que ella lo notara, un rayo de luna se filtró entre las cortinas, e iluminó un trozo de
su mesa.
Luna sería una vez más, testigo inmóvil de una lucha cruel. Aquella que se hace
una vez más su triste despedida. Luna lloraba con doble motivo en esta poca oscura
fase de tiempo adornado con estrellas macabras. Noche sabía que moriría, que
mañana ya no estaba; que era como el río, que sigue su ciclo pero con otras aguas.
Luna era la misma desde las primeras hadas, la veía sonreír al despedirse, una y otra
Ana estaba equivocada, y su alma condenada. Esa noche sus dos amigas se
Aunque entendió los leves susurros de Luna, sus venas ya estaban cortadas.
Empezó a romperse la noche, rayo tras rayo al despuntar la mañana. La luz entró por
alma es como un faro que atrae las desgracias, como si un ente telepático registrara
electrones, protones, neutrones, escapan, como propulsados por una turbina, por una
hélice gigantesca.
visión; como el objetivo de una cámara, como un pequeño telescopio enfocado en una
gigantesco barco.
Elegí este día para suicidarme, lo marqué con lápiz rojo en mi calendario, el que
no dice nada. Tampoco tengo muy claro qué otra cosa esperaba.
sangre llena mi garganta, y cada sílaba requiere más fuerzas de las que me quedan.
merezca.
Mi mano tiembla. Una gota de sangre perfecta sobre la pantalla del teléfono y
un charco cada vez mayor en el suelo. Me alegro de haber elegido esta vía. Durante
días estuve dudando. El mar parecía más poético, acogedor incluso. Sin embargo, mi
La realidad cada vez está más lejos. Puedo ver como las leyes físicas se
no soy nada.
Apenas unos instantes para que todo acabe para siempre, y de repente, me
doy cuenta de que por fin ella está hablando. Intento aguantar unos segundos. Lo
-Sé que sabes que soy...-dijo serena, con un timbre aflautado de pájaro negro,
significaba ser una entidad. Sin nada físico que me sustentara ya, esa vorágine
-No soy tu muerte, tú si la eres...-no comprendí esas palabras, pero algo hizo
pequeña.
Sentí que esa ave gigante llamada muerte esperaba mi silencio. Me costó dejar
de reír.
-No soy tu muerte y tú lo sabes- la oí decir que ella estaba ahí sólo para
indicarme el camino final y que la verdadera muerte era mucho más dolorosa que todo
Sentí una garra clavarse en mi brazo y una sensación de lava roja escapando
hacia el negro infinito y en esa absoluta ausencia de luz, emití el grito más seco que
jamás haya escuchado salir de mi boca, era como que todo el espacio se había
contraído hasta sentir que no era más grande que una caja de fósforos y en esa caja
camarote de un barco y con el mayor de los espantos, caí en cuenta de que mi final
nunca llegará; estoy condenado a soñarlo y a despertarme por toda la eternidad. Esa
será mi muerte.
No Volví A Ser La Misma
sillón tejía con agujetas delgadas un chal blanco de seda, alzó la mirada y me dijo:
— Sí, Lala. Es por el clima tan rico, el cielo azul y el agua de la piscina—
Contesté y le di dos besos grandes en las mejillas rosadas, frescas a pesar de los
años.
— Bueno, olvida la poesía y ponte elegante que hoy vienen visitas a almorzar.
— ¿Quién?
ropa que mejor me sentaba, luego me coloqué frente al espejo del gabinete del baño y
me apliqué rimmel en las pestañas que quedaron más largas y negras que lo habitual,
recogí mi cabello oscuro y lo amarré con una banda color lila que dejaba parte de mi
pelo suelto. Quedé satisfecha con el brillo de mis ojos y la tersura de mi piel.
semiabierta desde donde pude mirar a la extraña señora con su hijo alto y elegante.
debía tener unos veinticuatro. Pensé que eran temores ridículos y entré con los
— Hola, soy Ana y —No pude terminar porque sentí que mis mejillas se
Bajaba tibio como gota de café mañanero. Cerré mis ojos y no pude evitar ver
Sentía como su mirada resbalaba por mi carne y abría mis poros desde el
Creo que fue sólo un instante, pero suficiente para despertar la mujer que en
Su aliento se coló por mi nariz y cargaba entre sus manos una bandera de
Sus palabras sonaron como dulces órdenes que seguí sin querer si quiera
para estar entre sus apretados brazos, sobre su atlético cuerpo, que muy seguramente
luciría cubierto por un césped negro que me encantaría recorrer como si fuera un
insecto entre el jardín primaveral que soñaba noche a noche cuando siendo niña me
importaba quién más estuviera en el recinto... estaba él, como lo había visto dibujado
primaria. Todos los demás, familia, criados... todos no eran más que adornos como
una silla más, como una mesa más, como una planta más, quizá como un hermoso
Me dejé envolver en sus ojos marrones, en su cálida mirada. Para ser sincera,
Todos parecieron entenderme, o quizá todo sucedió tan rápido que ni siquiera
despertar libidinoso le hubiese permitido expandirse sin ningún miramiento, sin ningún
retraimiento. La cena inició y él, no dejaba de sonreír mientras me atrapaba en su
mirada profunda.
de júbilo al escuchar su propuesta. Por supuesto que iba a decir que sí. Pensé que
hogar. ¡Qué felices íbamos a ser! Sé que es algo prematuro, pero desde que lo vi
sabía que este gallardo joven sería el compañero de mi vida. Toda nuestra vida juntos
pasaba por mi cabeza en aquel momento: probablemente nos juraríamos amor eterno
aquella misma tarde a la luz de la luna bajo el establo, luego su madrastra o algún
familiar sin escrúpulos intentaría separarnos, pero nada iba a poder vencer al amor
preguntaba a mí misma. Estaba inmóvil, y mientras más intentaba mover mi boca, más
difícil me era hablar. Ni siquiera sabía cuánto tiempo había pasado, pero él seguía
apuntando su mirada a mis ojos, esperando una respuesta que no llegaba. Él no decía
mal.
Mi corazón se destrozó en mil pedazos. No me volvió a hablar en toda la
velada. Aquella sería la última noche en que nos veríamos. El amor verdadero es
Eran las dos, quizá las tres de la madrugada. Todo parecía en calma. La luna
entonces.
Una acalorada discusión violó sodomáticamente todo el encanto que había sido
apenas hacía unos momentos, había agotado toda su luz en un espasmo final casi
orgiástico.
residencias más lejanas, y el silencio fue haciéndose cada vez más espeso, más
denso, como adquiriendo sustancia frente a las desvencijadas mentes que todavía
Y todavía no amanecía.
Por un momento sentí que algo extraordinario estaba a punto de ocurrir. Estaba
una más, como cualquier otra. ¡Qué decepción! Por un momento entre las chicharras,
los serenos y los murciélagos sentí que algo prodigioso iba a acontecer. Sentí que
algún designio especial el destino me había preparado para aquella noche. Nada
ocurrió lamentablemente; ninguna chica con traje negro y gafas oscuras me vino a
pregonar que era el elegido, ningún conejo con prisa me hizo entrar a su agujero,
ningún alienígena aterrizo su platillo ante mis ojos trayendo paz o esclavitud a la
aquella noche. Incluso me hubiera contentado con alguna llamada que me informara
Aquel silencio fue sin lugar a dudas uno de los momentos más felices que
había vivido en años. Ojalá que nunca hubiera terminado. ¿Por qué las cosas nunca
suceden cómo en las películas? Por qué no me podía escapar aquella mañana y
olvidarme de cómo llegar a fin de mes o de cómo pagar la hipoteca de una casa en la
absolutamente nada. En una hora tenía que estar listo para irme a un trabajo que odio
en una oficina gris y sin vida en la cual llevaba quince años ganando una miseria. La
vida nunca es como pensamos que sería. No soy especial y nunca lo seré. Sin
A veces, mi cabeza está fuera de mí. Mis ideas, mis pensamientos; siento que
no me corresponden, que, en realidad, me son ajenos por completo. Por eso relleno
más y más pantallas, utilizo más y más palabras, estigmatizo los segundos uno a uno,
son mías, pero que no sé de donde han podido salir. Dejo que tomen forma, que se
acomoden a su gusto; relatos, poemas, cuentos, lo que quieran. Pero les pongo una
condición; que al final formen mi nombre, dado que parece ser que una vez fueron
mías.
Y firmo, dándome a conocer cuando mi cabeza está fuera de mí, cuando siento
Y tras mi nombre queda una estela de vacío, queda una espera, un pequeño trance
que me hace sentir que mi cordura desvaría. Cuando han tomado forma mis secretos,
Anudo las ideas, entrelazo vidas ajenas, siento, no siento. Me dejo poseer por mis
musas, vivo a su antojo. Siempre bajo su influjo cruel, aquel que nació conmigo y que
Sí. Escribir es una idea infame. Pero me ha poseído por completo. Demasiado
parte del mundo que todos ven como real, o si esa tarde voy a tomar el té con una
marquesa o a escuchar música con un hombre alto de pelo alborotado que ama el
rock y el Socialismo del Siglo XXI. A veces me encuentro a lomo de un caballo blanco
de crin larga que cabalga en las madrugadas mientras un río caudaloso se desborda
escribir porque he creado mundos a los que acudo cada vez que mis dedos golpean
Sé que mis ideas no me pertenecen y sin saber cómo ni cuándo han tomado la
que jamás me abandonen las palabras que saben acomodarse a su aire, como si
La joven que iba ataviada con uniforme verde intuyó la presencia de alguien en
la escalera. Sintió un súbito escalofrío por la espina dorsal que le llegó hasta la raíz del
pelo, una melena negra y lacia que le cubría los hombros. Agudizó el oído, pero no
respiración.
En aquel instante escuchó unos pasos pesados y lentos que caminaban por el
descansillo del cuarto piso. Se armo de valor y se asomó por el hueco de la barandilla.
Creyó distinguir una sombra justo antes de que se apagara la luz. Un hedor fétido e
que la ahogaba.
Sintió un ligero roce, livianísimo; tanto, que no sabía si había sido real o
producto de su alterada imaginación. Gritó, gritó con todas las fuerzas que le
fuertemente en su pecho.
todo su ser y el latido de sus sienes, no le dejaba escuchar si era perseguida o aquello
que vislumbró- y olió- pisos más arriba se había quedado allí. Daba igual, sólo
finca. Quedó tendida cuan larga era. Notó algo viscoso resbalándole por la cara: tal
vez aquel ser que la perseguía... pero no notaba aquél fétido olor que olió cuando la
producido en la caída, al chocar con la barandilla. Ella ni lo había notado, tal era su
estado de terror.
Intentó levantarse, apoyándose en la barandilla, en la que notó el propio líquido
pegajoso que le corría por la cara, y que ella aún no sabía qué era. Finalmente, se
puso en pie, débil, temblorosa, con el corazón a punto de salirse de su pecho. Volvió a
hacia ella. De los orificios donde debían ir los ojos, salió un enorme gusano reptando
Hubiera jurado que "eso" le pedía ayuda. Arriba se escuchaban pasos, piernas
pesadas que se arrastraban en los escalones. No era uno solo, eran varios.
De nada había servido matar a su familia cuando se infectaron del virus. El que
venía a sus espaldas le mordió el cuello arrancándole un gran pedazo de carne. Ahora
solo le quedaban dos balas. Primero le voló la cabeza al que le pedía ayuda, y sin
sufrimiento.
Enemigos Y Elfos
Gara se escondía detrás de los arbustos mientras veía pasar los caballos.
Allí, en la oscuridad del refugio tras los arbustos, Gara podía oler el dulce
perfume de los elfos. Veía claramente su piel brillante, su pelo rubio flotando suave en
el aire. Oía su cántico dulce y triste. Un cántico que le llenaba el corazón de amargura.
- He oído algo.
Se acercaba a ellos y Ache apenas podía controlar a Gara, sabía lo fuerte que
era pero los enemigos eran elfos. Eran seres malignos y poderosos. Pero ella dejó de
- Hola, Gara. Me alegro ver que estas bien, después de tanto tiempo.
el elfo.
- No te prometo nada.
El elfo abrió la boca para decirle algo pero no salió nada de sus labios. Sacudió
Ache tuvo que hacer un nuevo esfuerzo por controlar a Gara, pues ésta estuvo
a punto de abalanzarse sobre el Señor Elfo en cuanto éste dio la vuelta para reunirse
la que ya se adivinaban sus huellas no muy lejanas, Gara se desembarazó casi con
violencia de los brazos que la agarraban. Pero se quedó quieta en el sitio, mirando a
los elfos. Hizo un extraño gesto con las manos en dirección a aquellos, escupió en el
- Sigamos - le dijo a Ache - Todavía quedan muchas aldeas que visitar antes
- Sí, sigamos - contestó Ache - Pero tengamos cuidado con los elfos, que
Ante la mención de los malignos elfos, que hacía siglos habían sido los
enemigos declarados de su clan, Gara repitió aquel extraño signo con las manos,
contraria con rápidos y furiosos pasos. Ache, compungido ante lo que se les
avecinaba, no tuvo más remedio que apretar el paso para poder seguirla.
había producido lo más cruento de la batalla. Contaban con encontrarse allí con otros
batallones de miembros de su propia raza, así como con otros formados por los
Sin embargo, era una guerra que los pueblos libres iban a tener muy difícil, por
excesivas perspectivas de funcionar. Todo eso lo sabía muy bien el Enemigo, y por
eso había atacado justamente entonces, cuando las rivalidades entre el resto de
rencillas, temores y odios, estaba el antiguo y sangriento conflicto entre los Señores
Gara y Ache caminaron sin descanso durante todo el día. Para cuando la
noche había caído, lograron vislumbrar su destino: El valle que se abría paso al pie de
afilando lanzas.
Nos esperan.
- ¡Gara! - exclamó el comandante del grupo - ¡Al fin has llegado! Rápido.
Únanse a los demás. El enemigo se acerca, hay rumores que dicen que mañana
llegaran al valle. Tenemos que estar listos. -Ache asintió, pero Gara se mantenía
distraída mirando con recelo a los elfos, al otro lado del valle.
- Por ahora son aliados - dijo el hombre, mirándolos con desagrado también -
Pero los cálculos estaban mal. Apenas entrada la madrugada, las fuerzas
hombre que intentó atacarla por la espalda, y otros dos que se habían dedicado a
cazarla. Los tres terminaron destrozados. Con una destreza y agilidad propia de su
suelo con su caballo, y puso una lanza en su pecho. El hombre la hundía despacio,
haciéndola sangrar. Hasta que tres flechas lo atravesaron al nivel del estomago. El
Gara se incorporó para darse cuenta de que su salvador, había sido el jefe de los
elfos.
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o lea las ediciones anteriores, en donde también aparecerán (solo para la Primera parte)
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