Sobre El Concepto de Voluntad en Schopenhauer y Nietzsche.
Sobre El Concepto de Voluntad en Schopenhauer y Nietzsche.
Sobre El Concepto de Voluntad en Schopenhauer y Nietzsche.
Agradezco a Gabriel Torres y Lucas Diel, ex-adscriptos de la ctedra, por las indicaciones y aportes
bibliogrficos realizados, gracias a lo cual los tramos dedicados a Nietzsche han ganado en precisin y
solidez, que hubiera sido imposible lograr sin sus colaboraciones.
2
Esta obra (publicada por primera vez en 1818 y que tiene en su tercera edicin de 1859 su versin definitiva)
es considerada por el propio autor como la expresin ms acabada y sistemtica de todo su pensamiento,
respecto de la cual los dems textos que public cumplen la funcin de escritos preparatorios o
complementarios; es por ello que en esta primera parte centramos nuestra exposicin casi con exclusividad en
ella.
3
Schopenhauer, Arthur. El mundo como voluntad y como representacin I. Trad. Pilar Lpez de Santa
Mara. Trotta, Madrid, 2004, p. 157.
1
del por qu). En la experiencia esttica propia del arte, segn Schopenhauer, el individuo
puede llegar a apartarse de las cadenas de la voluntad y el infinito querer que ella engendra
y regocijarse en la pura contemplacin de las ideas eternas (de las esencias tal cuan son y
no bajo el dominio de la necesidad y la utilidad), condicin a partir de la cual se erige una
imagen especular del mundo, que tiene en la disposicin del genio su demostracin ms
paradigmtica; es el arte la obra del genio. El arte reproduce las ideas eternas captadas en
la pura contemplacin, lo esencial y permanente de todos los fenmenos del mundo ().
Slo a travs de esa contemplacin pura que queda totalmente absorbida en el objeto son
captadas las ideas; y la esencia del genio consiste precisamente en la preponderante
capacidad para tal contemplacin: y, dado que esta consigue un total olvido de la propia
persona y sus relaciones, la genialidad no es sino la ms perfecta objetividad, () se
convierte entonces en sujeto depurado de voluntad, en claro espejo de la esencia del
mundo.14
En el arte, el sujeto, ms precisamente el artista, es conducido al olvido del propio yo
y puede llegar a convertirse en un sujeto meramente contemplativo o puro sujeto del
conocimiento (fuera de tiempo, espacio y causalidad, no sometido al principio de razn)
que ve lo universal y eterno, el verdadero rostro del mundo, y as lograr anular
temporalmente la voluntad y el dolor que ella produce. Pero esta situacin, ese estado de
arrobamiento, es imposible de mantener en el tiempo, por lo cual tiende ms bien a ser
momentneo, efmero, y a no poder resistir los embates de los deseos de la voluntad.
Schopenhauer expone todo esto del siguiente modo, que citamos in extenso: el placer de
todo lo bello, el consuelo que procura el arte, () todo eso se debe a que () el en s de la
vida, la voluntad, la existencia misma es un continuo sufrimiento tan lamentable como
terrible; pero eso mismo, solo en cuanto representacin, intuido de forma pura o
reproducido por el arte, se halla libre de tormentos y ofrece un importante espectculo. ()
Aquel conocimiento puro, profundo y verdadero de la esencia del mundo se convierte para
l [el artista] en un fin en s mismo, y en l se queda. Por eso tal conocimiento no se
convierte para l en un aquietador de la voluntad, () no le redime de la vida para siempre
sino solo por un instante, y para l no constituye todava el camino para salir de ella sino un
consuelo pasajero en ella.15
En lo que refiere a la va tica, primero debemos puntualizar que frente al dolor
producido por la voluntad caben tres grandes tipos de actitudes segn Schopenhauer: a)
afirmar la voluntad de vivir; b) llevar adelante una vida virtuosa, pero en la que sigue
primando el principio de la voluntad; y c) concretar una vida asctica, que es la nica en
que se niega el principio de la voluntad. La afirmacin de la voluntad, primera actitud,
puede darse mediante la bsqueda de la conservacin y la reproduccin (la actitud ms
extendida entre los seres humanos) o bien mediante el suicidio, ya que para Schopenhauer
14
el suicida niega su vida individual pero afirma la voluntad de vivir universal, ama la vida
pero no en la forma concreta en que se le ha presentado. La vida virtuosa, segundo tipo de
actitud, se manifiesta en la justicia, la bondad y la compasin, todas conductas que intentan
ir en contra del principio egosta de la voluntad pero a la vez implican la subsistencia de l
pues siguen estableciendo una separacin entre mi voluntad y la de las dems. En la
justicia, reconozco que los dems tienen igual derechos que yo, es decir que limito mi
voluntad para no negar la ajena; en la bondad, busco el amor desinteresado hacia los otros,
niego mi voluntad para afirmar la ajena; y en la compasin, comprendo y siento el dolor
ajeno como propio, con lo que se sigue manteniendo un principio de separacin aunque se
reconoce la pertenencia a una unidad ltima.
En tanto que la vida asctica es aquella en que se da la liberacin tica ya que aqu la
voluntad no afirma su esencia sino que sta es rechazada. El ascetismo consiste en no atar
la voluntad a nada, a lograr la mayor indiferencia ante todo lo que nos presenta la voluntad
y por lo tanto conduce finalmente a la negacin de lo mundano y a una serena resignacin;
ahora la voluntad se aparta de la vida y siente escalofros ante sus placeres, en los que
reconoce su afirmacin. El hombre llega al estado de la renuncia voluntaria, de la
resignacin, de la verdadera serenidad y la plena ausencia del querer. () No siendo en
esencia ms que fenmeno de la voluntad, cesa de querer cosa alguna, se guarda de
cualquier apego de su voluntad y busca consolidar en s mismo la mxima indiferencia
frente a todas las cosas.16 Esta va de liberacin de la voluntad mediante el ascetismo es de
tipo prctico (se manifiesta en el hacer, el actuar) y tiene un carcter mucho ms estable y
regular que la va esttica, de aqu que Schopenhauer la seale como la va regia para
liberarnos del dolor y el desgarramiento producidos por la voluntad de vivir.
La vida asctica es el nico camino que puede sacarnos del sombro panorama que
nos presenta la voluntad omnipresente y conducirnos a un estado de paz interior y de
plcida calma que refleja toda la felicidad que est al alcance del gnero humano: la
ausencia de deseo y por lo tanto de dolor; aquel en que se ha dado la negacin de la
voluntad de vivir, por muy pobre, falto de alegra y lleno de privaciones que parezca su
estado visto desde fuera, est repleto de regocijo interior y verdadera paz celestial. 17 La
santidad es producto de la prctica del ascetismo y no de alguna otra instancia; la vida del
santo es la vida del asceta y se expresa en la negacin de la expresin de la voluntad en m,
dado que la negacin de la voluntad en s es imposible pues es la absoluta duea del
mundo. La liberacin de la voluntad es la bsqueda de la nada, de la total tranquilidad, del
apaciguamiento. La nada aqu no toma la forma de negacin de lo realmente existente (la
cosa en s, la voluntad, seguir existiendo del mismo modo ms all de nuestra disposicin
hacia ella) sino de disposicin anmica, de vivencia. La experiencia de la nada es la de la
absoluta carencia de sentido, de la renuncia a tratar de encontrarlo y de la total
imperturbabilidad.
As, en Schopenhauer encontramos que la voluntad es una voluntad de vivir nica,
irracional, espontnea e infinitamente deseante, de la cual se deviene su propuesta de una
16
Ibd, pp. 440-1. Schopenhauer entiende por ascetismo ese quebrantamiento premeditado de la voluntad por
medio de la renuncia a lo agradable y la bsqueda de lo desagradable, la vida de penitencia elegida por s
misma con vistas a una incesante mortificacin de la voluntad (p. 454). La vida asctica se expresa
particularmente en la castidad perfecta, la pobreza voluntaria, el ayuno y la renuncia y sacrificio individuales.
17
Ibd, p. 451.
5
moral asctica, compasiva, alejada de las pasiones, que recomienda intentar decir no a los
designios de la voluntad en busca de lograr la mayor indiferencia hacia ella y as arribar a la
mxima resignacin y serenidad posibles. Es interesante resaltar como desde una visin
completamente atea y pesimista de la constitucin del mundo, Schopenhauer arriba a una
tica asctica que, adems de reconocer ascendencias budistas, tiene notorios puntos en
comn con los principios de la tica cristiana.18
* Nietzsche y Schopenhauer: del entusiasmo a la distancia (o un amor de juventud)
Friedrich Nietzsche (1844-1900) es sin lugar a dudas un pensador de gran actualidad,
sus aportes son retomados profusamente en diversas disciplinas filosficas tales como
teora del conocimiento, tica, esttica, antropologa, ontologa, filosofa poltica y filosofa
de la historia, a la vez que sus aforismos vitalistas, sus diatribas contra la filosofa
tradicional, su ataque a la racionalidad moderna, sus reflexiones crticas sobre las religiones
y la sociedad, su metodologa genealgica y su perspectivismo irreducible poseen un
extenso reconocimiento e influencia, entre otras cuestiones salientes.
En su obra podemos establecer dos pocas bien diferenciadas respecto de su
recepcin de la filosofa schopenhaueriana: en la primera, es alta la estima e influencia que
Schopenhauer produce en l; en tanto que en la segunda, son profusas las crticas acrrimas
a la metafsica y la tica schopenhauerianas. Nietzsche lee El mundo como voluntad y
representacin cuando tiene alrededor de 20 aos y queda deslumbrado por la originalidad
del pensamiento de su autor, admiracin de la cual dan cuenta claramente sus escritos de
juventud y que se prolonga hasta mediados de la dcada del 70, momento en el cual ya
comienzan a predominar los comentarios detractores y se hace evidente su ruptura con la
filosofa schopenhaueriana.
La ascendencia de Schopenhauer en la primera etapa nietzscheana queda reflejada
especialmente en El nacimiento de la tragedia (publicado en 1871) y en las
Consideraciones intempestivas (redactadas entre el 73 y el 76), en particular la tercera
intempestiva denominada De Schopenhauer como educador (escrita en el 74). Qu es
lo que en este primer perodo Nietzsche rescata y valora de Schopenhauer? Remitindonos
a cuestiones recurrentes en los dos escritos centrales de esta etapa, podemos sintetizar la
influencia en cinco grandes ncleos:
a) carcter trgico de la vida: la consideracin trgica de la existencia que impregna toda
la obra schopenhaueriana es reapropiada en forma potente por Nietzsche, para quien el
mundo tambin posee una constitucin ntima ms sentimental que racional, lo cual hace
imposible la existencia de un sentido inteligible ltimo, del bien universal, del progreso
infinito o de cualquiera de las otras instancias que haban sido enarboladas como
ordenadoras del mundo por la filosofa tradicional. La condicin trgica de la cultura
moderna vuelve falaz el optimismo racional y hace evidente el carcter desgarrado de la
existencia humana, que ya no puede esperar redencin alguna por parte de la religin o del
conocimiento y las ciencias; aunque es necesario aclarar que esto no implica para nada que
Nietzsche desemboque en un hondo pesimismo al modo de Schopenhauer.
18
El propio Schopenhauer toma cuenta de ello y seala que lo que nos queda ms prximo es el
cristianismo, cuya tica se ubica plenamente en el espritu indicado y no solamente conduce al ms alto grado
de la caridad sino tambin a la renuncia. Ibd, p. 448.
6
b) la voluntad como esencia del mundo: en Nietzsche todo lo existente remite tambin a
la voluntad, que es la gnesis del carcter desgarrador y trgico de la vida, fuente nica del
dolor y el placer. La voluntad aqu tampoco est vinculada con instancias individuales o
espirituales o con decisiones de tipo racional, sino que posee carcter vital, universal, ciego,
irracional e inconsciente, notas coincidentes con lo sealado por Schopenhauer (vale aclarar
que estos rasgos generales no implican en absoluto que ambos autores posean similar concepcin
de voluntad, ya iremos precisando en el prximo apartado las mltiples diferencias existentes). La
voluntad es el verdadero rostro del mundo, de all que todo lo racional slo pueda ocupar
un lugar secundario y subalterno. Adems, lo que se nos presenta como inmediatamente
real es en verdad ficticio e irreal y es de lo que se vale la voluntad para empujarnos y
mantenernos activos, es un fenmeno eterno: mediante una ilusin extendida sobre las
cosas la vida voluntad encuentra siempre un medio de retener a sus criaturas en la vida y
de forzarlas a seguir viviendo.19
c) importancia de la esfera esttica como espejo de la voluntad: es en el mundo del arte
donde se expresa y plasma con ms claridad la voluntad y la concepcin trgica de la
existencia, es por ello que Nietzsche, siguiendo los pasos de Schopenhauer, le presta
especial atencin. Principalmente la msica, ya colocada por Schopenhauer al tope de las
artes, es vista como el mbito que nos vincula por excelencia con las caractersticas ms
propias de la voluntad; slo partiendo del espritu de la msica comprendemos la alegra
por la aniquilacin del individuo. Pues es en los ejemplos individuales de tal aniquilacin
donde se nos hace comprensible el fenmeno del arte dionisaco, el cual expresa la
voluntad en su omnipotencia.20
d) Schopenhauer como ejemplo de filsofo y de vida: Schopenhauer representa el tipo
de pensador que Nietzsche admira, encuentra en l un estilo mortificado, original,
implacable, desenmascarador de las nociones tradicionales, sin concesiones, que le sirve de
verdadero modelo. Ensalza a Schopenhauer por el ejemplo que trasunta su vida, por no
haber cejado en enfrentarse contra lo imperante en su poca y en mostrar el carcter
enfermo y decadente de ella. Por ello, Nietzsche afirma que Schopenhauer es uno de los
grandes maestros que lo ayudaron a liberarse y a encontrarse a s mismo, en este sentido lo
reconoce como un verdadero educador, del cual se siente orgulloso; la dignidad de la
filosofa est pisoteada (), de modo que todos sus verdaderos amigos tienen la obligacin
de presentar testimonios en contra de este equvoco o, por lo menos, demostrar que slo
19
Nietzsche, Friedrich. El nacimiento de la tragedia. Trad. Andrs Snchez Pascual. Alianza, Buenos Aires,
2007, p. 145. No hay dudas que el carcter sentimental e irracional del mundo invocado por Nietzsche es de
cuo schopenhaueriano: eso que nosotros llamamos sentimiento, la filosofa que camina por las sendas de
Schopenhauer ensea a concebirlo como un complejo de representaciones y estados volitivos inconscientes.
Nietzsche, Friedrich. La visin dionisaca del mundo, en: Ibd, p. 250. Vale aclarar que este breve ensayo
(La visin dionisaca del mundo) fue redactado en 1870 por Nietzsche y es un escrito preparatorio para El
nacimiento de la tragedia, por ello est incluido como apndice en la edicin castellana que citamos de este
libro.
20
Ibd, p. 137. Volker Spierling, en un artculo dedicado a analizar comparativamente a Schopenhauer con
Nietzsche, sintetiza los tres tems sealados hasta aqu, que consideramos los ms importantes, de la siguiente
manera: Schopenhauer y Nietzsche comparten por igual el conocimiento del absurdo del mundo, ambos
toman partido contra la metafsica tradicional del espritu, el uno y el otro acentan la primaca de la voluntad
frente al entendimiento, para los dos ocupa el arte un puesto privilegiado. Spierling, Volker. Nietzsche y
Schopenhauer: una comparacin, en: Enrahonar, n 25, Dpto. de Filosofa Universidad Autnoma de
Barcelona, 1996, p. 23.
7
Nietzsche, Friedrich. De Schopenhauer como educador (tercera consideracin intempestiva). Trad. Luis
Moreno Claros. Valdemar, Madrid, 1999, p. 26 (versin PDF).
22
Cfr: Ibd, pp. 18-23. Tambin a nivel de triste coincidencia, ms que de influencia creemos, podramos
resaltar la nefasta concepcin que ambos autores tienen acerca de la mujer. Tal es el grado de recurrencia y
virulencia de sus comentarios despectivos hacia las mujeres que Schopenhauer y Nietzsche pueden ser
colocados, sin duda alguna, en el penoso podio de la misoginia de la historia de la filosofa. A lo largo de toda
la obra de Nietzsche, no slo la de juventud, se encuentran diversos juicios lapidarios e imprecaciones hacia el
gnero femenino, en tanto que las reflexiones despreciativas sobre las mujeres no alcanzan semejante grado
de frecuencia en Schopenhauer, aunque ste deja explicitada con total mordacidad su misoginia en un tramo
de Parerga y Paralipmena [cfr: Schopenhauer, Arthur. Sobre las mujeres. En: Parerga y Paralipmena II.
Trad. Pilar Lpez de Santa Mara. Trotta, Madrid, 2009, cap. 27].
23
Las crticas de Nietzsche a Schopenhauer son explcitas ya sea porque lo menciona expresamente o bien, en
los casos que no lo nombra, porque expone con tal minuciosidad el engranaje terico schopenhaueriano que
es indudable que se est refiriendo a l ms all de la ausencia del nombre propio.
8
Nietzsche, Friedrich. Humano demasiado humano. Trad. Carlos Vegara. Edaf, Madrid, 1987, p. 34.
Nietzsche, Friedrich. La ciencia jovial (La gaya scienza). Trad. Jos Jara. Monte vila, Caracas, 1992,
370. En este aforismo Nietzsche realiza explcitamente un mea culpa acerca de su temprano encandilamiento
con Schopenhauer y Wagner, a los que afirma que no supo entender adecuadamente en su juventud y en
quienes infravalor el componente romntico pesimista que constitua el ncleo de sus obras: entenda el
pesimismo filosfico del siglo diecinueve como si fuese el sntoma de una fuerza superior del pensamiento
(). Se ve que yo desconoca en aquel entonces lo que constitua el carcter ms propio tanto del pesimismo
filosfico como de la msica alemana su romanticismo. () Schopenhauer y Richard Wagner, para nombrar
a aquellos romnticos ms famosos y ms explcitos que fueron mal comprendidos por m en aquel entonces.
() el pesimismo romntico en su forma ms expresiva, ya sea como filosofa de la voluntad
schopenhaueriana o como la msica wagneriana.
25
tipo. En la visin nietzscheana es claro que la vida no puede buscar lo que ya posee (vida),
sino que lo que busca es plasmar toda su fuerza y podero, ser dominante e imponerse, por
ello, contra Schopenhauer, sostiene que lo que prima en la vida es la voluntad de poder y
no la voluntad de vivir o de existir (en realidad sta, al igual que la voluntad de verdad, es
un derivado de aquella): voluntad de existir: esa voluntad no existe! Pues lo que no es
no puede querer; mas lo que est en la existencia, cmo podra seguir queriendo la
existencia! Slo donde hay vida hay tambin voluntad: pero no voluntad de vida, sino as
te lo enseo yo voluntad de poder! Muchas cosas tiene el viviente en ms alto aprecio que
la vida misma; pero en el apreciar mismo habla la voluntad de poder!.26 Es por ello que
para Nietzsche el instinto de conservacin no representa en modo alguno el instinto bsico
de la vida humana (de esto se desprenden tambin varias de sus crticas a la teora de
Darwin), sino que es la bsqueda de plenitud, de expresin completa de las propias
potencias, lo que acta como principio de accin de los distintos seres vivos. Frente a
quienes sostienen que el instinto de supervivencia es lo que se encuentra por debajo las
conductas humanas y animales, para Nietzsche lo que anima la vida es la voluntad de
poder: los fisilogos deberan pensrselo bien antes de afirmar que el instinto de
autoconservacin es el instinto cardinal de un ser orgnico. Algo vivo quiere, antes que
nada, dar libre curso a su fuerza la vida misma es voluntad de poder: la
autoconservacin es tan slo una de las consecuencias indirectas y ms frecuentes de
esto.27
La voluntad de poder aparece tambin como opuesta a la voluntad de verdad, que es
ese tipo de voluntad desinteresada que se preocupara por el conocimiento siguiendo nada
ms que los pasos de la razn, pero en Nietzsche lo corporal, lo biolgico, es lo que domina
por sobre la razn: la conciencia, el conocimiento son slo maneras que tiene de expresarse
el cuerpo y sus afecciones. De aqu que el cuerpo sea la gran razn a la que se ve sometida
esa otra razn, minscula y dcil, que es la representada por la conciencia: el despierto, el
sapiente, dice: cuerpo soy yo ntegramente, y ninguna otra cosa; y alma es slo una palabra
para designar algo en el cuerpo. El cuerpo es una gran razn (). Instrumento de tu cuerpo
es tambin tu pequea razn, hermano mo, a la que llamas espritu, un pequeo
instrumento y un pequeo juguete de tu gran razn.28 Bajo el manto de esa voluntad de verdad
los filsofos y cientficos esconden sus intereses, que nada tienen que ver con alcanzar una
verdad desinteresada y objetiva, sino que no son otros que los que su voluntad de poder les
marca. La voluntad de verdad est ligada a un ascetismo fro contrario a las fuerzas vitales
y deviene del reemplazo de la figura de Dios por el de una nueva deidad: la verdad
cientfica; lo que fuerza a esto, aquella incondicional voluntad de verdad, es la fe en el
26
Nietzsche, Friedrich. As habl Zarathustra. Un libro para todos y para nadie. Trad. Andrs Snchez
Pascual. Alianza, Madrid, 1980, p. 172.
27
Nietzsche, Friedrich. Ms all del bien y de mal. Trad. Andrs Snchez Pascual. Alianza, Bs. As., 2007,
13. En forma muy similar se expresa en 643de La voluntad de poder.
28
Nietzsche, Friedrich. As habl Zarathustra. Op. cit., p. 60. Esta prioridad de los instintos, las pulsiones
corporales, por sobre la razn y la conciencia tambin se plasma con claridad en la filosofa, que en su
intencin de guardar para s el rango de ciencia primera y de detentora de las verdades universales demuestra
su infinitas ansias de poder: la mayor parte del pensar consciente de un filsofo est guiada de modo secreto
por sus instintos y es forzada por stos a discurrir por determinados carriles. () Ella [la filosofa] crea
siempre el mundo a su imagen, no puede actuar de otro modo; la filosofa es ese instinto tirnico mismo, la
ms espiritual voluntad de poder, de crear el mundo, de ser causa prima (Ms all del bien y de mal, 3 y
9).
10
Nietzsche, Friedrich. La genealoga de la moral. Trad. Andrs Snchez Pascual. Alianza, Bs. As., 2008, pp.
192-3.
30
Cfr.: el error fundamental de la voluntad en Schopenhauer es tpico (como si el apetito, el instinto, el
deseo, fueran lo esencial en la voluntad). Nietzsche, Friedich. La voluntad poder. Trad. Anbal Froufe. Edaf,
Madrid, 2004, 84.
31
Nietzsche, Friedrich. Ms all del bien y de mal. Op. cit., 19.
32
Nietzsche, Friedrich. La voluntad poder. Op. cit., 681. La doctrina del eterno retorno, del amor al destino
(amor fati), presente en Ecce homo y La voluntad de poder, justamente es la expresin de un constante decir
s a la vida en general y a lo que ella nos depara, a entregarnos a alegremente al mundo y los sucesos de la
vida, a aceptar la voluntad como fuerza generadora de vida.
33
Ibd, 1060.
11
ser ms fuertes, afirmar la vida y dominar, las cuales no son reducibles a unidad alguna (no
hay unidad metafsica posible), por lo que dan origen a la creacin permanente y diversa de
valores, ideas, conceptos. Esto, en el campo de conocimiento, tiene su correlato en el
perspectivismo, que es la forma en que nos es dado conocer y en que la vida se expresa en
el conocimiento segn Nietzsche. El perspectivismo implica la inexistencia de algn tipo de
correspondencia entre pensamiento y realidad o de una nica mirada que pueda relevar lo
que las cosas son y considera que el conocimiento, al igual que la vida, es producto de
mltiples e incesantes luchas, rupturas, jerarquas, imposiciones, y acepta que es reflejo no
de una voluntad de verdad asptica y desinteresada sino de la voluntad de poder y todo lo
que ella implica; siempre he afirmado en mis escritos que el valor del mundo debe
buscarse en nuestra interpretacin (); que las interpretaciones reconocidas son
evaluaciones perspectivas, en virtud de las cuales nos conservamos en la vida, o sea en la
voluntad de poder.34
Pues bien, qu consecuencias trae este tipo de voluntad en el campo de la moral? En
la respuesta a esta pregunta encontramos el meollo del rechazo de Nietzsche a la filosofa
schopenhaueriana. Vemoslo en detalle entonces para cerrar este apartado.
Segn Nietzsche, lo que la moral cristiana busca, mediante la introyeccin del pecado
y del sentimiento de falta en los creyentes, es generar sentimientos de culpa y as hacer
sentir que slo la redencin por una fuerza superior es lo que puede salvar el alma; sa es la
tarea que cumplen los sacerdotes y los filsofos moralistas, es fcil darse cuenta de
cuntos hombres se hacen peores por el hecho de que juzgan como malo lo que es
inevitablemente natural y despus lo sienten siempre como tal. Este es el procedimiento de
la religin y de las metafsicas, que quieren que el hombre sea malo y pecador por
naturaleza.35 En La genealoga de la moral, se dedica a analizar cmo el sentimiento de
culpa crea las condiciones para que el ser humano sea castigado y reprimido, ya que sus
instintos vitales se vuelcan hacia adentro, se vuelven contra el mismo individuo y generan
una interioridad enfermiza, repleta de morbilidad. La introduccin de la libertad como eje
de la existencia humana posibilita, segn Nietzsche, que el dbil crea que su endeblez es un
logro voluntario y un mrito (y no una debilidad justamente), tanto como que la fortaleza
sea considerada una eleccin del noble y entonces pueda ser culpabilizado de su voluntad
fuerte y dominante. Para Nietzsche no existe la voluntad libre, producto slo del raciocinio
y la eleccin, como as tampoco la voluntad no libre, absolutamente determinada; contra
estos conceptos ficticios que no ayudan a la vida, subraya que en la vida real no hay ms
que voluntad fuerte y voluntad dbil.36 De aqu que la voluntad fuerte deba ser aceptada
como principio para la constitucin de un espritu libre, es decir para que la moral de los
dbiles no se imponga por sobre la moral guerrera como eje rector de la vida.
Con la muerte de Dios, entendido como el fundamento a partir del cual se ordenaba la
vida humana y las normas morales que la rigen, se da la irrupcin del nihilismo en la
34
Ibd, 608. La cuestin del perspectivismo es abordada en diferentes partes de la obra nietzscheana, de entre
ellas, la exposicin en 354 de La ciencia jovial es de la ms clarificadoras.
35
Nietzsche, Friedrich. Humano demasiado humano. Op. cit., p. 129.
36
Nietzsche, Friedrich. Ms all del bien y de mal. Op. cit., 21.
12
cultura occidental.37 Dios intenta ser reemplazado por otros ideales laicos que cumplan su
misma funcin (razn, progreso, verdad, ciencias), pero stos sufren la misma enfermedad
que la moral religiosa: no se nutren de los valores del cuerpo y de la tierra y temen el
devenir. Nietzsche entiende como debilidad, como muestra de decadencia, todos los valores
asociados al altruismo, la compasin, la piedad, la humildad, la objetividad, la neutralidad,
en fin, todo lo ligado a la moral cristiana occidental y a las ciencias como heredera de la
religin tras la secularizacin. En la ptica nietzscheana, la moralidad y compasin
cristianas y el intento de explicarlas racionalmente representan casi un delito y un
sacrilegio,38 que resultan por completo anti-naturales. La moral debe basarse en los
impulsos vitales, favorecerlos, no intentar sofocarlos; por ello ve en Schopenhauer un
ejemplo paradigmtico de esta postura errnea que va contra la voluntad y los impulsos
naturales: todo naturalismo en la moral, esto es, toda moral sana, se rige por un instinto
vital (). A la inversa, la moral antinatural () se vuelve precisamente contra los
instintos de la vida, implica un repudio, ya solapado o abierto e insolente, de estos instintos.
() La moral, tal como hasta ahora se la ha entendido, tal como la ha formulado por ltimo
tambin Schopenhauer, como negacin de la voluntad de vida, es el instinto de la
dcadence que se presenta como imperativo.39
El criterio para juzgar las conductas morales reside en la voluntad de poder y en lo
que favorece el crecimiento de las fuerzas vitales, por ello la compasin se presenta como
entorpecedora: Qu es bueno? Todo lo que acrecienta en el hombre el sentimiento de
poder, la voluntad de poder, el poder mismo. Qu es malo? Todo lo que proviene de la
debilidad. () Qu es ms perjudicial que cualquier vicio? La compasin activa con todos
los dbiles y malogrados; el cristianismo.40 La moral debe ser una moral de la distincin,
no una moral de la igualdad, del altruismo o del arrepentimiento. Y por lo tanto critica a
Schopenhauer por colocar la compasin en la base del sentimiento moral, pues sta se le
aparece como una debilidad, una pasin perjudicial, implica menospreciar al otro (se la
puede sentir slo por alguien que no representa peligro o desafo): me lleno de dudas al
leer las cosas inslitas que dice Schopenhauer de la moral, quien, de esta manera, trata de
hacernos creer en la gran originalidad de su idea, consistente en que la compasin esa
compasin que tan mal ha estudiado y que tan mal ha explicado constituye la fuente de
todas las acciones morales presentes y futuras.41
Una moral como la schopenhaueriana, que hace de lo desapasionado y del desprecio
de lo vital su eje, nicamente puede conducir a la decadencia segn Nietzsche. De una
voluntad de vivir compasiva y enferma slo puede surgir una moral dbil, impotente, que
condene la alegra de vivir y busque consuelo en la negacin del cuerpo y las pasiones. El
ascetismo que propone Schopenhauer representa aqu el reblandecimiento del carcter
fuerte y viril, el extermino de los rasgos nobles del alma, por ello Nietzsche considera que
37
14
una clara estructuracin jerrquica y el dominio por parte de quienes detentan un espritu
noble por sobre los espritus dbiles. Cualquier tipo de proyecto colectivo que tienda a
abolir las diferencias (cristianismo, iluminismo, socialismo, anarquismo, etc.) es visto con
desconfianza por Nietzsche, quien en su moral de la distincin recupera tanto la creatividad
como la aristocracia de espritu y entiende a todos aquellos movimientos como un atropello
a la singularidad y a las propias fuerzas vitales.45
Ahora bien, ms all de esta abismal distancia en la forma de comprender la voluntad
y sus consecuencias, es claro que tanto en Schopenhauer como en Nietzsche la voluntad
pone a prueba al ser humano en su individualidad: cada individuo debe enfrentar desde su
singularidad los efectos de esa voluntad que marca el pulso del mundo. El ser humano no
simplemente est solo frente al mundo, sino que, sobre y ante todo, est solo frente a esa
voluntad (sea de vivir o de poder) que lo aguijonea en forma constante. En este sentido,
ambos autores pueden ser entendidos como profetas de la trgica situacin de aislamiento
del hombre contemporneo: cada individuo se enfrenta en soledad con esa voluntad que lo
constituye, pero que en definitiva, paradjicamente, no es suya, sino que excede largamente
su particularidad. La vida adquiere as los contornos de un combate en y desde donde cada
cual hace frente a todo aquello que trata de someter la propia singularidad, la lucha primero
y antes que nada se libra en uno mismo. En Schopenhauer nada de lo que hagamos puede
afectar a la voluntad en s, todo se reduce al mbito del fenmeno de la voluntad en m,
pero esto slo puede afectar mi interioridad, deja el mundo tal como est. Y en Nietzsche la
expresin de la voluntad de poder jams pasa ni se determina por la relacin con los otros,
sino que es el reflejo del modo en que se manifiesta el sentido vital en la constitucin de
cada cuerpo, en la configuracin de cada tipo de espritu.
En este punto los extremos de ambas teoras se vuelven a tocar: la existencia
individual incitada y puesta en peligro por fuerzas que la atraviesan y que a la vez debe
resolver su situacin sin poder apelar a instancias de trascendencia o redencin, en sentido
alguno, es comn a ambos autores. Se hace patente la imposibilidad de recurrir a entidades
o mbitos salvficos que eximan de la respuesta y compromiso individuales: la voluntad
aqu exige pero ya no expa. Lo que llena y hace el mundo, la voluntad en sus distintas
concepciones, ya no permite una existencia tranquila, sino que acta como un aguijn
constante y demandante al que es casi es imposible decir no (por ms que Schopenhauer lo
recomiende o Nietzsche lo rechace y aborrezca). Este carcter desgarrado e individual de la
existencia contempornea sin dudas est presente en sendos filsofos, del mismo modo que
en ambos late la enjundia por tratar de encontrar el modo de superarlo. Claro que en
Schopenhauer la respuesta toma la forma de una huida del mundo, en tanto que en
Nietzsche podramos decir, metafricamente y no sin reparos, que consiste en hacerse uno
con las fuerzas que constituyen el mundo, pero en ambos toda resolucin posible se juega
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En relacin con esto, Georg Simmel, en el texto que dedica a analizar en conjunto a Schopenhauer y
Nietzsche, plantea que el pensamiento de ambos autores responde al contexto histrico-cultural de su tiempo,
legado del cristianismo, en que la vida mantiene el ansia de un fin absoluto a la vez que se revela como
imposible alcanzarlo dada la inexistencia de ese tipo de fines y, en dependencia de esto, sostiene su tesis
central de que la diferencia principal entre sendos filsofos, de la que se devienen todas las dems, reside en
que a partir de ello Schopenhauer obtiene como conclusin la carencia total de fines y la negacin de la
voluntad y de la vida, en tanto que Nietzsche encuentra en los valores relativos a las pulsiones biolgicas y de
la tierra el sentido de la vida y as abraza una afirmacin positiva de la vida y de la voluntad como eje de la
existencia. Cfr.: Simmel, Georg. Schopenhauer y Nietzsche. Trad. Francisco Ayala. Terramar, Bs. As., 2006.
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en la esfera de la individualidad. Parafraseando a ese otro ilustre filsofo del siglo XIX,
Sren Kierkegaard, para quien en la eternidad en vano buscars la multitud en torno a ti,
junto con Schopenhauer y Nietzsche cabra afirmarse que frente a la voluntad en vano
buscars la multitud en torno a ti.
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-----------------Javier Alegre
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* Bibliografa citada:
Nietzsche, Friedrich. As habl Zarathustra. Un libro para todos y para nadie. Trad. Andrs
Snchez Pascual. Alianza, Madrid, 1980.
Nietzsche, Friedrich. Aurora. Reflexiones sobre los prejuicios morales. Trad. Eduardo Knrr.
Edaf, Madrid, 1996.
Nietzsche, Friedrich. De Schopenhauer como educador (tercera consideracin intempestiva).
Trad. Luis Moreno Claros. Valdemar, Madrid, 1999.
Nietzsche, Friedrich. El Anticristo Cmo se filosofa a martillazos. Trad. Carlos Vegara. Edaf,
Madrid, 1995.
Nietzsche, Friedrich. El nacimiento de la tragedia. Trad. Andrs Snchez Pascual. Alianza,
Buenos Aires, 2007.
Nietzsche, Friedrich. Humano demasiado humano. Trad. Carlos Vegara. Edaf, Madrid, 1987.
Nietzsche, Friedrich. La ciencia jovial (La gaya scienza). Trad. Jos Jara. Monte vila,
Caracas, 1992.
Nietzsche, Friedrich. La genealoga de la moral. Trad. Andrs Snchez Pascual. Alianza, Bs. As.,
2008.
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Nietzsche, Friedrich. Ms all del bien y de mal. Trad. Andrs Snchez Pascual. Alianza, Bs. As.,
2007.
Schopenhauer, Arthur. El mundo como voluntad y como representacin I. Trad. Pilar Lpez de
Santa Mara. Trotta, Madrid, 2004.
Schopenhauer, Arthur. Los dos problemas fundamentales de la tica. Trad. Pilar Lpez de Santa
Mara. Siglo XXI, Madrid, 2010.
Schopenhauer, Arthur. Parerga y Paralipmena II. Trad. Pilar Lpez de Santa Mara. Trotta,
Madrid, 2009.
Simmel, Georg. Schopenhauer y Nietzsche. Trad. Francisco Ayala. Terramar, Bs. As., 2006.
Spierling, Volker. Nietzsche y Schopenhauer: una comparacin, en: Enrahonar, n 25, Dpto.
de Filosofa Universidad Autnoma de Barcelona, 1996.
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