Sartori La Politica Capitulo 9
Sartori La Politica Capitulo 9
Sartori La Politica Capitulo 9
:sulta ficil decir que las ciencias sociales son ciencias. ~ P e r ocdlmo
ronhace una ciencia? (QuC la caracteriza como tall Muchos se c--.man con responder que una ciencia nueva se construye imitanc
las ciencias ya hechas. 2Pero es realmente cierto que las cienci
:ides se volvieron mAs cientificas por haber tendido a imitar
ciencias exactas? Aunque asi fuera -y es legitimo dudarlo- una
ncia en sus primeros pasos, en sus inicios, debe volver a 10s comieni de la ciencia que adopta como modelo. Para empezarr ningim saDer cientifico naci6 sin antes haber ordenado y precisado un vocabuiario propio, ya que la terminologia proporciona lo que llamariamos
las piernas sobre las que se apoyari luego esa ciencia para caminar.
En cambio, en las ciencias sociales impera una babel de lenguas, a1
punto de que las entendemos a duras penas. Por ello este libro esti
hecho a b imis, es decir a partir del lenguaje como instrumento del
conocer.
En un escrito justamente famoso, Thomas Kuhn distingue enne
10s procedimientos de la "ciencia normal" y las revoluciones cientificas. Si nos referimos a una ciencia normal ya instituida y puesta
en uso-, s610 se requiere dominar las tknicas del propio oficio.
Pero si una ciencia no esti "normalizada", no hay tCcnica que baste;
se necesita saber pensar, y para saber pensar se requieren 16gic;l v
mdtodo, mCtodos 16gicos, en una palabra metodologia. Cierto es (
el mercado se halla inundado de textos que dicen kratar ya desdc
titulo- de la metodologia de las ciencias sociales. Pero si atenuemos a su contenido, por lo comlJln no encontramos nada de 16gica y
no mucho de metodo. En rigor, estos textos se ocupan de las tkcnicas
de investigacibn y del tratamiento de 10s datos. Lo cual estA muy bien
:s dtamente necesario. S61o que el mCtodo de investigar no es el
Itodo de pensar; que nuestras ciencias no se han convertido todavfa
"ciencias normales"; y que por lo tanto, a1 contrario de las tecnicas de investigacibn y de tratamiento de 10s datos, se requiere un
conocimiento metodol6gico. En este libro me ocupo, pues, de lo que
otros libros pasan por alto: no de cosas que ya han sido dichas de
manera dptima, sino de cosas olvidadas o descuidadas.
EstQclaro que el metodo lbgico de las ciencias sociales t:s el mis
PREFACIO
PREFACIO
&-
<'.
LUIS
G.
260
PROFUNDIZACIONES
XOL HIS
quk comparar? (Para que sirve? La respuesra es simple: la comparaci6n es un mdtodo de control de nuestra;s generalizacionc:s, previ
Elte capftulo reproduce con algunas modificaciona el articulc> "La Pol itica Corn
.. de
parata.- Premesse e Problem?'. ~ublicadoen: Riuista Italiana
1971, pp. 7-66.
Asi, Reinhar
"Conceptts and Gc
cal Studies", en:
Sociofog~
ical Rcuicz
,.,.,
.C*L"...
Politico,
1
:
PROFUNDIZ ACIONES
sionces o leyes del tipo "si. . . entonces. . . ". Digo un mttodo de control porque obviamente no es el Gnico. No es ni siquiera un mCtodo
de control poderoso. Pero el mttodo comparado tiene de su parte el
llegalr hasta donde otros instrumentos de control no llegari.
G rosso modo, las ciencias del hombre se valen de cuatro instru.
men tos o tecnicas de comprobaci6n. Siguiendo un orden de "fuerza
control" decreciente, ellas son: 1) el metodo experimental; 2) el
Stodo estadistico; 3) el metodo comparado; 4) el mttodo hist6ric0.~
Por descontado que el metodo experimental es el mPs sewro, el
miis satisfactorio. Pero s610 de una manera intuitiva puede utilizarse
este metodo (con mucha aproximaci6n) para problemas de microan ilisis. Ampliamente aplicado en psicologia, es de dificil aplicaci6n
en ciencia politica y sociologia, mPs all&del Pmbito de 10s pequeiios
gnupos. Tambien es obvio, en segundo lugar, que el instrumento estaclistico constituye una tbcnica de control a utilizar toda vez que sea
'ble. A este respecto, la dificultad no reside hnicamente en que se
lieren grandes nhmeros. La gran dificultad posterior es que, en
eria politica y social, 10s datos susceptibles de un tratamiento
estatdistico son de validez y atendibilidad sospe~hosa.~
La comparaci6n es, pues, el metodo de control en el cual estamos
obli gados a refugiarnos las mis de ]as veces. Cuando el experiment0
C J I1nposible, y cuando faltan datos pertinentes y suficientes para un
tratiuniento estadistico, no tenemos opci6n; debemos comprobar (o
veri ficar si es also) comparando. De todo lo anterior se deduce tamhibr
que no debemos confundir el "metodo comparado" con la "com-*, ,.I
raci6n
estadistica". Es evidente que tambien con 10s datos estadfsPa
tic:os hacemos comparaciones, o podemos hacerlas. Pero una cosa son
la2; reglas de control estadistico, y otra las reglas de control comparado. Tambien podemos decirlo de este modo, cuando hablamos de
mttodo comparado, se entiende que estamos ante problemas que no
se pueden resolver por la via estadistica.
El metodo hist6rico viene ~ l t i m oen mi lista, porque es el mis debil. Tan d6bil a 10s fines del control, que muchos soci6logos y politicos n i siquiera lo toman en cuenta. Pero si hacen eso se equivocan,
,n desagradecidos. Despues de todo, la historia es un inmenso de.to de emxperiencias, experiencias (no experimentos) de las que
a"
..
,,.
,.,
LDX
' Cf.Cio che la storia potrebbe insegnare, que es el ensayo introductorio que d;
tambiCn titulo a la recopilaci6n de 10s escritos menores de Mosca, editado par Guif
fr6, Milbn 1958. Pero vkase Elementi di scienza politico, Laterza, Bari, 1939, vol. I
cap. I, espec. p. 69.
3FUNDI7
..VD,
hace sus propios registros seg6n como se ve, con la sensibilidad y 10s
intereses cognoscitivos que posee. Por lo tanto, a este efecto el Icontrol hist6rico choca contra un obsticulo que resulta insuperablee, Y
que por cierto limita en F a n medida su aplicabilidad. Esta ve:z se
trata realmente de un limite in re.
Quiero referirme de paso a un problema posterior, o mejor a iin
,.,
elemento de perplejidad que transfiero --esperando respuesta- a
10s historiadores. Asistimos a u n vertiginoso ailmento de la aceleraci6n tiistbrica, que provoca la crisis de 10s posttllados de continuidad
en 10s cuales se ha apoyado hasta ahora -mbs o menos a sabiendasla historiografia de todos 10s tiempos. A1 historiador se le plantea
cada vez mis un problema inCdito de filosofia de la historia. Historia
facit saltus. A1 menos, la soldadura entre las generaciones tiende a debilitarse, y aumenta la separacitin entre ellas; lo cual supone sospechar
que la historia procede ahora "por separaciones" (lo que no equivale
decir dialdctica o adversativamente). 2Cudnto gravita, entonces el
-.
pas;ado sobre el presente? ?Cud1 es el elemento de continuidad en esa
discontinuidad? 2Existe un "hombre perenne" capaz de escapar a1 IdesQ'2P
,--te de cualquier velocidad de cambio? No pretend0 respondel- nestas preguntas. Dejo indicadas estas interrogantes solamente para hacer notar qlle el metodo histhrico tendria mayores titulos para brinddrsele i~ltimamentea las ciencias sociales si 10s historiadores pusieran
en condiciones sus propias credenciales. Hasta ahora 10s historiadores tuvieron raz6n a1 acusar a 10s soci6logos, y en parte a 10s politblogos, de ignorancia hist6rica. Pero si fingen no ver que la aceleraci6n histbrica constituye una "variable perturbadora" con la que se
debe contar, serdn 10s historiadores quienes se ver;ln enhentados a
una crisis de credibilidad.
Vale la pena concluir con algunas anotaciones constructivas. La
primera me viene de Lijphart cuando advierte que tambiCn el case
sttidy, el estudio de un caso particular, puede concebirse y utilizarse por quien compara como un instrumento de control de la hi
tesis.
Tambidn el estudio del caso, dice, puede generar hipbtesis y ser
para comprobarlas.~uisieraagregar que este argument0 es perfel
tanlente aplicable a 10s casos histbricos (y no s610 a casos que esti
todavia por estudiarse). A partir de un esquema tehrico, y de las 11
U
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COMPA
LA POLfTICA COMPAR
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