Histeria en El Siglo Xxi

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HISTERIA EN EL SIGLO XXI (Lucy Marln Orozco Hernndez)

Genealoga de la histeria
Antigua Grecia
Desde el inicio de los tiempos el ser humano se ha preguntado el por qu de todo lo que
se encuentra a su alrededor, desde aspectos ajenos al sujeto como los fenmenos
naturales, hasta otros que estn tan inmersos en nuestra persona y que causan angustia,
sufrimiento, dolor, preocupacin e incluso la muerte, como lo son las enfermedades; uno
de tantos padecimientos que ha causado extraeza es la histeria, debido a sus
manifestaciones tan llamativas.
Hipcrates de Cos (460 a. c.- 370 a. c.) quien resalta dentro de la genealoga de la
histeria debido a que fue el quien nombr a esta enfermedad histeria que deriva de la
palabra griega hystera, que significa tero, mencion que la histeria era causada por el
desplazamiento del tero, al igual que los egipcios, este desplazamiento se presentaba,
por un lado, en mujeres que nunca han estado embarazadas o que no haban tenido
ningn contacto sexual, y por el otro mujeres que abusaban de esta actividad carnal, por
lo tanto recomendaba como tratamiento que las mujeres jvenes contrajeran matrimonio,
y las viudas se volviesen a casar. (Roudinesco, 1999).
Por otro lado la opinin que tena Galeno de Prgamo (130 d. c. -216 d. c.) sobre la
migracin de la matriz le pareca anatmicamente imposible, por lo tanto consider que la
histeria era provocada por una retencin de sangre menstrual o de semen femenino (en la
antigedad se pensaba que las mujeres tambin eyaculaban), por consiguiente, si la
retencin de semen provocaba histeria, entonces, tambin deba de existir la histeria
masculina. (Simon, 1984).

Edad media
En la edad media desapareci la concepcin mdica de la histeria, debido al poder que
tom el cristianismo, lo cual hizo que las incgnitas se vieran aclaradas por el
pensamiento reduccionista que ofreca la religin, por lo tanto, la histeria y algunos
trastornos psicticos fueron catalogados como posesiones demoniacas.
El discurso de un Dios omnipresente y cruel que no tolera ninguna expresin del cuerpo, a
no ser la sumisin y el sacrificio. La religin catlica somete al cuerpo, principalmente al
femenino, el cual es visto como un instrumento del diablo que tiene que ser controlado.
Los sntomas histricos se vuelven en contra de la ley de Dios que no tolera
comportamientos extravagantes. (Ghedin, 2009).
Es entonces, cuando se ve a las mujeres con estos comportamientos extraos, fuera del
control de la ley de Dios y manipuladas por su propia naturaleza la cual como menciona
Ghedin es un instrumento del diablo; se las cataloga como endemoniadas. De ah es
cuando se inicia con la casa de brujas la cual dura dos siglos, y entre las vctimas

supuestamente posedas se incluyen sobre todo a las histricas. (Roudinesco, 1999, p.


38).

Ms antecedentes histricos
Siglo XVIII
En la poca renacentista, la histeria deja de ser un tema religioso y empieza a estudiarse
por la medicina, como fue abordado en la antigedad, estas teoras son reinsertadas en el
paradigma cientfico, de igual forma, en esta etapa se empezaron a tomar en cuenta
aspectos emocionales.
Estos pensamientos de la antigedad a la vez que son retomados por unos, son criticados
por otros como, por ejemplo Charles Lepois (1563-1633) que critica la teora sobre la
retencin de sangre menstrual, porque nias que an no menstran, seoras que dejaron
de menstruar y mujeres que menstran en abundancia presentaban histeria. Afirma que
esta enfermedad provine del cerebro, ya que se presenta en ambos sexos. (Roudinesco,
1999).
Otro investigador que contribuy al saber de la histeria fue Edward Jorden (1569-1632),
quien dijo que la enfermedad tambin podra tener una causa emocional; Las
perturbaciones de la mente son muchas veces la culpa de esto y muchas otras
enfermedades. () no somos maestros de nuestros propios afectos. (Thornton, 1976, p.
120).
Por otro lado Thomas Sydenham (1624-1689), vea a la histeria y a la hipocondra como
una misma enfermedad, cuando aquejaba a las mujeres afectaba desde el tero
llamndola histeria y cuando los hombres la padecan era llamada hipocondra. (Rebollo,
2002). Respecto de la definicin de dicha enfermedad Sydenham llama histeria a todo
desorden somtico de origen psquico (). (De la Mota, s.f., p. 2). A partir de Sydenham
la concepcin orgnica decrece y es l mismo quien empieza a ver a la histeria como un
padecimiento psicolgico.
Una vez que se empez a ver a la histeria como un padecimiento de los nervios William
Cullen (1710-1790), asign el concepto de neurosis. El termino neurosis surge de las
investigaciones que durante el siglo XVIII se realizaron con relacin al sistema nervioso.
John Ferriar (1761-1815) da a los ataques y sntomas histricos el nombre de
conversin, rescatado despus en el concepto de histeria de conversin (De la Mota, s.f.
p.2). El progreso logrado por Ferriar consiste en abogar por que se preste atencin a la
angustia de los histricos, sin embargo, estos cuidados no son exclusivamente provistos
por parte de los mdicos, sino tambin por los amigos, quienes segn Ferriar son los
encargados de ayudar al que padece un mal espiritual. (De la Mota, s.f.).
Ms adelante nos encontramos con Philipe Pinel (1745-1826) mdico de la Salptrire,
quien da origen a la psiquiatra moderna, considera la alienacin mental como una
enfermedad (), una perturbacin de las funciones superiores del sistema nervioso. Por

eso las ubica en la clase de las neurosis, es decir, de las afecciones del sistema nervioso
sin inflamacin ni lesin de estructura (). (Bercherie, 1980, p. 13).
Pinel reconoce solo cuatro formas de psicosis: mana, melancola, demencia e idiocia. En
la mana, se pueden observar actitudes extravagantes, o exageradamente joviales o
tristes. Tiene un carcter puramente nervioso, sin alteracin orgnica. (Ackerknecht,
1993). Si observamos la descripcin que realiza Pinel sobre las manas, nos daremos
cuenta que sus caractersticas se asemejan al cuadro de la histeria, poniendo al relieve la
carencia de explicacin orgnica.

Siglo XIX
Llegado el siglo XIX algunos de los tericos que estudiaron la histeria fueron, por ejemplo,
Paul Briquet (1796-1881) quien public un estudio sobresaliente acerca de la histeria, en
dnde examin ms de cuatrocientos casos, descubriendo que la histeria, se presentaba
predominantemente en mujeres, sin embargo no era exclusiva de este gnero, ya que,
por cada veinte casos en mujeres, se encuentra uno en hombres. Tambin detect baja
incidencia de la enfermedad entre la poblacin de monjas y alta en prostitutas, rebatiendo
la idea que se tena en la antigedad y que perdur siglos, de que este padecimiento
tena su causa en la frustracin sexual. Deca que la histeria, era una neurosis del cerebro
que perturba la expresin emocional. Adems observ, cmo una mala herencia gentica
se combinaba con emociones violentas para poner en marcha la enfermedad. (Makari,
2012).
Robert Brudenell Carter (1828-1918) quien escribi un influyente libro sobre la histeria en
1853, aconsej para el tratamiento de esta enfermedad, duchas fras, ampollas y la
cauterizacin. Propuso que los mdicos dijeran a sus pacientes el siguiente discurso:
Comenzar con una afirmacin positiva de que ella no tiene nada en absoluto al respecto,
y en realidad, se encuentra en perfecto estado de salud; siendo sus dolencias, imitaciones
fraudulentas de la enfermedad real () (Thornton, 1976, pp.130).
Bndict Morel (1809-1873) describe la locura histrica, y plantea que se caracteriza por
() la presencia de alucinaciones y de delirios extravagantes, las tendencias impulsivas
(homicidio, suicidio, ()), la tendencia a terminaciones deplorables, (), la degradacin
y una demencia precoz. (Bercherie, 1980, p.65).
Posteriormente nos encontramos con Jean Martin Charcot (1825-1893) mdico de la
Salptrire, quien afirm que la histeria es psquica por excelencia debido a que la
sugestin puede provocarla o suprimirla.
Charcot define a la histeria como neurosis, otorgndole un lugar dentro de las
enfermedades nerviosas, de origen hereditario y orgnico, esto da el soporte para
separarla de la simulacin; atribuye a sta un origen traumtico vinculado con el sistema
genital. (Roudinesco, 1999). Demostrando luego la existencia de la histeria masculina,
que si bien ya se haba hablado de ella, pocos eran los que realmente la consideraban
viable.

Charcot crea una clasificacin de los ataques histricos, la cual consta de en 4 fases.
(Roudinesco, 1999):
1) Epileptoide, con sus movimientos tnicos.
2) De los grandes movimientos, con movimientos circulares y crisis de rabia.
3) De las actitudes pasionales (alucinatoria), acompaada de actitudes de splica
parlisis extticas.
4) El periodo termina, con contracturas generalizadas.
Respecto a la teraputica, Charcot introdujo a la hipnosis en el terreno mdico,
percatndose del importante papel de la sugestin y la ausencia de toda lesin orgnica
en esa enfermedad, de esta forma descubri que los sntomas no eran provocados por
el choque fsico, como se pensaba, sino por las representaciones ligadas a l que
sobrevenan en el curso de un estado psquico particular. (Prez-Rincn, 1998).

Siglo XX
Posterior a Charcot, la idea de la hipnosis qued arraigada y dio pie a futuras hiptesis
referentes a la histeria, como por ejemplo la de Hippolyte Bernheim (1840-1919) quien
coloca a la sugestin como mdulo de la hipnosis (). Afirmaba que los fenmenos de la
histeria se deban a la sugestin. (Melgratti y Antognazzi, 1991, p.8). Por lo tanto esta
tena su cura a partir de la hipnosis.
Pierre Janet (1859-1947) alumno de Charcot quien igualmente utiliz la hipnosis como
tratamiento teraputico, convierte la histeria en una depresin o una alteracin del
espritu, en la que los fenmenos ya no son sintetizados. (Roudinesco, 1999). Para Janet,
lo sntomas histricos son el resultado de una disociacin de la personalidad, en la que el
sujeto manifiesta estados de conciencia que hasta entontes han permanecido en el
subconsciente. En el subconsciente, dnde se encuentra la idea patgena (Chertok,
1999, p. 21).
Siguiendo la cronologa estaramos en este momento hablando de Breuer y Freud y su
primera concepcin de la histeria, pero en este apartado se omitir para posteriormente
abordarlo junto con las dos teoras que plantea Freud sobre la histeria desde la visin
psicoanaltica.
Entonces nos enfocaremos a hablar sobre investigadores que discutieron el concepto de
histeria, en pleno siglo XX, as podremos observar como la nocin de esta va a dar un
gran salto, como bien se ha ido observando en el marco de cada una de las pocas.
Retomando el rumbo, nos encontramos con que en 1919 el psiquiatra y neurlogo Robert
Eugen Gaupp (1870-1953) (Gaupp citado en Maleval, 1994) dijo: ()
desembaracmonos del nombre y del concepto de histeria. No existe, y lo que
denominamos histeria no es otra cosa que un producto artificial, iatrognico, cuando no
una mezcla de sntomas que podemos encontrar en cualquier clase de enfermedad y que

no son patognomnicas de nada en concreto. (p. 274). De la misma forma el psiquiatra y


neurlogo Oswald Bumke en 1925 afirma la desaparicin de la histeria, un ao despus,
el psiquiatra Emil Kraepelin (1856-1926) declara que la histeria es un sndrome indefinido.
(Maleval, 1994).
Es entonces cuando observamos el descontento de los psiquiatras del siglo XX con
respecto a la nomenclatura de la histeria, afirman que esta es obsoleta, que es como un
saco en donde se meten diversos sntomas.
Por su parte Andr Breton (1896-1966) escritor y terico surrealista y Louis Aragon (18971982) poeta y novelista, afirman en 1928 que la histeria no es un fenmeno patolgico.
Creen que se la debe considerar como el medio de expresin por excelencia. (Maleval,
1994). Estos literatos publicaron un manifiesto surrealista titulado El cincuentenario de la
histeria (1878-1928) (Prez-Rincn, 1998, p. 70).
El psicoanalista Lucien Isral (1925-1996), tiene una idea distinta a las ya expuestas, el
plante en 1989 que: La histeria () es una manera de rechazar la adaptacin social.
Entonces, no es necesario mirar muy atrs ni en el tiempo ni en el espacio para descubrir
que la adaptacin a ciertos regmenes (polticos) es una alienacin consentida. ()
(Maleval, 1994, p.271).
A finales de los aos setenta, dos autores estadunidenses, Hollender y Shevitz, publicaron
en el Southern Medical Journal un artculo titulado "La paciente seductora", que parece
ser un tipo de instructivo para que el mdico general pueda reconocer la personalidad
histrica: En general la mujer es atractiva, usa ropa de colores vivos y con escote. Se
maquilla exageradamente, sus movimientos corporales suelen ser sexualmente
sugerentes () (Hollender y Shevitz, citados en Prez-Rincn, 1998, p.86).
Este instructivo que plantean Hollender y Shevitz difiere del pensamiento psicoanaltico, el
cual no establece un nmero de criterios predeterminados a cumplir para determinar una
patologa sino que intenta a partir de cada caso clnico hacer un estudio particular que
rechace los bosquejos simples.
Siguiendo con la idea sobre, pretender enmarcar un cuadro clnico estricto, utilizando un
esquema rgido, buscando que el paciente encaje perfectamente en la descripcin que se
presenta, nos encontramos con el Manual Diagnstico y Estadstico de los Trastornos
Mentales (DSM), el cual, es un claro ejemplo de croquis que se debe seguir
rigurosamente.
Respecto del DSM Chertok (1999) menciona que la exclusin de la histeria en este
manual es coherente con los criterios bsicos con que se construyen esos sistemas que,
al definir trastornos observables bien delimitados, no admiten sndromes tan polifacticos
y mviles como son los sntomas de la histeria. (p. 5).

La histeria desde el enfoque psicoanaltico


Qu es la histeria

La histeria est definida en Laplanche y Pontalis (2004) como una clase de neurosis que
ofrece cuadros clnicos muy variados. () la histeria de conversin, en la cual el conflicto
psquico se simboliza en los ms diversos sntomas corporales, paroxsticos (ejemplo:
crisis emocional con teatralidad) o duraderos (ejemplo: anestesia, parlisis histricas,
etc.). (p. 170).
La histeria de conversin, en la cual el cuerpo del histrico sufre de dividirse entre la
parte genital, asombrosamente anestesiada y aquejada por intensas inhibiciones sexuales
(), y todo el resto no genital del cuerpo, que se encuentra paradjicamente, muy
erotizado y sometido a erotizaciones sexuales permanentes. (Nasio, 1991, p. 14).
Entonces en lugar de que el falo sea la parte genital, ste se vuelve hacia todo el cuerpo,
siendo el histrico en su totalidad el falo, no el portador del falo.
La histeria expresa un conflicto que, incapaz de ser elaborado mentalmente, se traduce
en sntomas fsicos. Una crisis histrica podra ser considerada como la realizacin de un
sueo. Estas manifestaciones dramticas, fsicas y afectivas pueden ser vistas como un
intento de expresar y simbolizar un conflicto psicosexual y, al mismo tiempo, defenderse
de reconocer el conflicto. (De Mijolla, 2005).
El histrico no es consciente del trauma que lo aqueja, el solo se percata del problema por
las manifestaciones fsicas, el trabajo del psicoanalista es descubrir junto con el paciente
el origen del malestar; el objetivo del psicoanlisis es buscar la cadena asociativa y lo que
envuelve toda la problemtica. Ningn sntoma histrico puede surgir de una vivencia
real sola, sino que todas las veces el recuerdo de vivencias anteriores, despertado por va
asociativa, coopera en la causacin del sntoma. (Freud, 1896, p.196).
El no saber de los histrico era en verdad un no querer saber, ms o menos
consciente (). (Breuer y Freud, 1895, p.276). Respecto a eso, Freud menciona un no
querer saber, porque el suceso fue vivido o fantaseado por el sujeto, por lo tanto, no lo
ignora y lo sabe, pero lo olvida, lo reprime, en el caso de acontecimientos reales; respecto
a la fantasa, sta siempre fue inconsciente.

Etiologa de la histeria
Freud y su primera concepcin del trauma
Freud al inicio plantea una relacin directa entre las escenas traumticas, y los sntomas
histricos de sus pacientes, por lo tanto, es preciso empezar con entender que es un
trauma y cmo se configura. El trauma es un aflujo de excitaciones excesivo, en relacin
con la tolerancia del sujeto y su capacidad de controlar y elaborar psquicamente dichas
excitaciones. (Laplanche y Pontalis, 2004, p. 447). Un suceso puede ser traumtico para
una persona mientras que para otra no, dependiendo de esta capacidad de control y
elaboracin, que estn determinadas por la construccin psquica de cada sujeto.
Las ms de las veces no se tiene un sntoma histrico nico, sino un conjunto de ellos
en parte independientes entre s, en parte enlazados. No se debe esperar un nico
recuerdo traumtico y, como su ncleo una nica representacin patgena, sino que es
preciso estar preparado para encontrarse con series de traumas parciales y

encadenamientos de ilaciones, patgenas de pensamiento (Breuer y Freud, 1985, p.


293).
Puede ocurrir que en el material patgeno haya en juego ms de una ncleo. (Breuer y
Freud, 1985, p. 295). Estos diversos ncleos, provocan distintos traumas y pueden estar
encadenados entre s; esto ayuda a la comprensin del surgimiento de un trauma, que es
a partir de una escena que caus controversia y que en un futuro se repite. Ms tarde el
objetivo del tratamiento con pacientes histricas cambia, y la bsqueda de las escenas
traumticas cede su paso al despliegue de las fantasas y su efecto patgeno, a la
asociacin libre que conducir a una rehistorizacin del relato y vivencias de la paciente
de tal manera que eso signifique de manera diferente su vida y logre introducir cambios
subjetivos que hagan posible un reposicionamiento frente a los otros y el mundo.

La fantasa, como concepto clave en la configuracin de la teora sobre la histeria


Cabe aclarar que este concepto vara dependiendo del autor y la traduccin al espaol,
inicialmente se tradujo este concepto en la obra de Freud como fantasa, posteriormente
se habla de fantasma. La traduccin nunca es completa, el dicho dice traduttore tradittore,
y el trmino alemn equivale no slo a fantasa, sino imaginacin, visin fantstica, etc.
En Estudios sobre la histeria, Freud planteaba que el trauma se instauraba por la sobre
estimulacin sexual dada de un adulto a un nio, pero posteriormente se da cuenta que
esta sensacin afectiva, no necesariamente tena que ser real, esto quiere decir que en
algunas ocasiones era formada por el inconsciente de nio. A stas representaciones
inconscientes Freud las llam fantasas.
Freud en su segunda teora, considera que la histeria ya no depende de acontecimientos
traumticos reales en la historia del paciente. Ahora se obtiene una explicacin en dnde
la sexualidad infantil surge a la vista, pensar en nuestra infancia y ver el desarrollo del
propio cuerpo pulsional, comprendiendo cada una de las experiencia vividas durante la
niez, tomando en cuenta las diferentes zona ergenas (boca, ano, msculos, piel, ojos),
cmo fuente de una experiencia traumtica. (Nasio, 1994).
De Mijolla (2005) menciona que el fantasma es el trabajo en el inconsciente del secreto
inadmisible de Otro (el incesto, el crimen ()). Su ley es la obligacin de la ignorancia. Su
manifestacin, como la ansiedad, es el retorno del fantasma con palabras extraas y
actos y sntomas (fbico, obsesivo ()). (p. 1265). Es el deseo que no tiene cabida
dentro de la norma instaurada por el otro.
En esta nueva teora, el fantasma () est tan sometido a la represin () y tambin es
portador de un exceso insoportable de afecto, exceso que ahora denominamos angustia.
Angustia que, al desbaratar la accin de la represin, hallar su expresin final en un
trastorno del cuerpo. () La angustia es el nombre que adoptan el deseo y el goce una
vez inscritos en el marco del fantasma (Nasio, 1994, pp. 42-43).
La nia o nio histrico estn proclamando una inocencia de conocimientos para hacer
valer a su propia relacin sexual previa a la madre. () ataca el desarrollo cognitivo
mediante la desactivacin de uno mismo en la maduracin, siempre simblicamente

celebrando la posicin del nio inocente.(Bollas, 1999, p. 22). El histrico busca agradar
a la madre por medio de la inocencia sexual, que ella misma incita.
Sobre esta teora Freud (1896) menciona que al momento de seguir el encadenamiento
mnmico, el mbito sexual siempre sale a relucir acontecimientos traumticos en la
pubertad y a pesar de que estas parecen las determinantes en la causalidad de la
histeria, llegan a ser banales. Las histricas presentan un horror a la sexualidad, que en
los dems sujetos desempea un papel fundamental en la pubertad, es entonces que se
acrecienta hasta lo patolgico y puede volverse duradero; seran, en cierta medida,
personas que no pueden responder de manera suficiente en lo psquico a las demandas
de la sexualidad.

El complejo de Edipo y la amenaza de castracin como fantasma inconsciente


Durante la etapa flica se presenta el complejo de Edipo, el cual se caracteriza por el
amor hacia el padre del sexo opuesto y la rivalidad hacia aquel del propio, suscitndose
sentimientos de ambivalencia hacia este ltimo. (Freud, 1923). Esta ambivalencia se
presenta cuando la nia y el nio se dan cuenta de que su objeto de amor ya es objeto de
alguien ms, y decide aliarse al que fue su enemigo.
Este conflicto se presenta de diferente forma en nios y en nias, Freud (1923) plantea
esta etapa y el proceso que conlleva:
En el nio, surge la angustia de castracin, en donde l teme ser castrado por el que si
posee pene, que es el padre; este temor de castracin surge porque el pequeo toma
como objeto de amor a la madre, pero se da cuenta que no puede ser de l porque ya es
del padre, por lo tanto para evitar la castracin decide aliarse con el padre para aprender
a ser como l y conseguir una mujer como su madre, es ah en donde el conflicto edipico
termina, por lo tanto es la castracin la que marca el final de esta etapa.
Por el contrario en la nia surge la envidia flica, es cuando la nia se da cuenta que al
igual que ella la madre se encuentra en falta y la culpa de haberle heredado esa
condicin; a diferencia del nio que supera el complejo de Edipo a partir la de castracin,
en la nia esta castracin es la que da pie al complejo.
Posterior a este proceso, la nia puede tomar uno de los tres caminos para la
construccin de la sexualidad femenina. Estos tres caminos son descritos por Freud
(1931), en dnde narra que:
1. Alejamiento de la sexualidad al verse insatisfecha respecto a la falta de pene. Un
ejemplo podra ser una monja.
2. La esperanza que guarda la nia de algn da llegar a poseer un pene,
convirtindose esta esperanza en la fantasa de ser un hombre (complejo de
masculinidad). Pensando en las caractersticas que socialmente son atribuidas al
hombre podra ser una sujeto exitosa jefa de alguna institucin, en donde es
dspota con sus subordinados, prototipo de complejo de masculinidad?

3. La nia toma al padre como objeto de amor debido a que es el poseedor del pene
y as apareciendo el complejo de Edipo. Respecto a este, Freud plantea que es el
camino que la mayora de las mujeres toma, es cuando la pequea al ver que no
puede poseer al padre porque este ya es de la madre, busca a un hombre
parecido a el quien le pueda dar un hijo varn (el beb sera la representacin del
falo).
Millot (1988) comenta que: A travs del complejo de Edipo se operara la integracin de
la cra humana al orden simblico, () el complejo de Edipo desaparece tras su
resolucin y con el desaparece la fuente de conflictos neurticos. Por lo tanto el origen de
la neurosis est en la no resolucin de Edipo, pero qu sucede en esta etapa, que es tan
determinante en la vida del sujeto? Para comprenderlo tenemos que saber que El deseo
del padre es siempre el elemento patgeno, esto dio lugar a la hiptesis de que, el deseo
de su padre, sera reprimido dando origen a la histeria (Teora de Edipo). (Silva y Fischer,
2006, p. 271). Siguiendo la idea del complejo de Edipo como ncleo central de la neurosis
histrica y el padre como elemento patgeno, () se ha pasado del subjetivo al genitivo
objetivo: la fuente de la histeria sera el deseo reprimido por el padre y no el atentado
sexual cometido por ste. (Millot, 1988, p.15).
Es as que: Esta obsesin permanente de los peligros fantsticos que acechan la
integridad de su falo y, ms all, la integridad de todo su ser, es una angustia intolerable,
inconscientemente intolerable, que es preciso quitarse de encima. (Nasio, p. 58). Y
cmo deshacerse de ella?, definitivamente no la puedes desechar, porque una vez que
algo entra al psiquismo ya no puede salir, a lo que recurren los histricos es a la
represin; alojarla en las profundidades de su inconsciente para pretender que no existe.
Tambin el mismo Nasio nos indica:
En el fantasma histrico, la amenaza de castracin entra por los ojos, y la
angustia que de ella resulta, es inconsciente pues est sometida a represin,
acaba por convertirse en sufrimiento de la vida sexual del histrico, consistente
en una erotizacin general del cuerpo a la que suma, paradjicamente, una
inhibicin localizada en el nivel de la zona genital. (Nasio, p. 73).
Esta represin, que es lo que el histrico utiliza para poner una barrera a la angustia de
castracin, se ve reflejada en lo corporal por medio de la conversin. El histrico, con el
afn de quitarse de encima la angustia causada por la castracin debido al deseo
incestuoso, la convierte en sntoma, ah es cuando deviene l mismo el objeto imaginario
que le falta al Otro. Sea que transforme la angustia de castracin en sufrimiento neurtico
o que l mismo devenga el objeto flico del Otro (), lejos de desembarazarlo de su
angustia, fijan al sujeto a ella. (Nasio, 1998, p.96).
En las histricas, se ve al padre como este abusador sexual y a la madre como pura, es
entonces que, la histrica busca un retorno a la madre a travs de una desexualizacin de
s misma y de la madre, mientras que los sujetos no histricos progresan a travs de una
sexualizacin del yo y el otro. La desexualisacin generalmente se logra a travs de la
idealizacin de la madre, convirtindola en una virgen. Con el objetivo de ser la nia
perfecta o nio perfecto, la histrica energiza idealizacin a travs de la libido como
desexualisacin. (Bollas, 1999).

Siguiendo la idea del prrafo anterior, se entiende que la nia o el nio que se convertir
en histrica (o) intentar mantener un rgido ideal, el cual se dirige especficamente a
percibir su vida sexual como algo degradante, y tratar de alejarse de stas prcticas
manteniendo su ideal de castidad a travs de la buena conducta y su retiro de todas las
relaciones sexuales, o bien todo lo contrario, cayendo en ejercicios perversos que lo que
demuestran es una escisin de la conciencia.

La represin como supuesta protectora del psiquismo


La represin es el conflicto en el seno del yo entre por un lado, una representacin
sobrecargada que intenta liberara su exceso de energa, por el otro la presin constante
de la representacin, la cual aislando a la representacin, le impide dejar fluir su
sobrecarga. (Nasio, 1991, p. 29). La represin como mecanismo de defensa aparece
para no dejar salir del ello el deseo que para el yo podra ser perturbador, por lo tanto el
superyo surge como protector del yo al ver su debilidad y es ah donde se instaura la
represin.
Freud (1905) nos hace evidente: () la existencia de una verdadera intencionalidad de la
mente que busca olvidar, para causar que ciertas representaciones desagradables
desaparezcan. Estas representaciones estn aisladas en una segunda conciencia ().
Separado de la corriente principal de pensamiento. (p. 12).
La psique a partir de entonces disocia las ideas desagradables despus de haber sido
relegado a otro lugar reprimido, lo que bloquea cualquier descarga de la emocin
dolorosa que podra estar asociada con l. (De Mijolla, 2005). Se deshace
momentneamente de la culpa, alojando las ideas en el inconsciente.

Conversin siempre histrica


Comprender el mecanismo de conversin histrica parece esencial para comprender en
su totalidad el funcionamiento de este padecimiento. No se trata de un sndrome asociado
al cansancio, el estrs, o algn tipo de variacin hormonal, cmo sostienen algunos
psiquiatras, sino una transformacin en el campo de lo psquico:
La conversin es el mecanismo de formacin de sntomas (). Consiste en una
transposicin de un conflicto psquico y una tentativa de resolucin del mismo en
sntomas somticos, motores (por ejemplo, parlisis) o sensitivos (por ejemplo,
anestesias o dolores localizados). () lo que caracteriza los sntomas de
conversin es su significacin simblica: tales sntomas expresan, a travs del
cuerpo, representaciones reprimidas. (Laplanche y Pontalis, 2004, p.85).
Con el fin de poner fuera de juego a la represin, el exceso de energa pasa de un
estado primero sobrecarga de una representacin intolerable a este otro estado de
carga que es el sufrimiento corporal (Nasio, 1991, p. 29). Este cambio de energa de un
estado a otro, de lo psquico a lo corporal se denomina conversin.

La angustia que se presenta en el infante al experimentar la sobre carga sexual, como ya


se ha venido diciendo es intolerable, por lo tanto el histrico no encuentra ms solucin
que transferirla a sufrimientos corporales o como dice Nasio (1994) a los sufrimientos
neurticos. () La conversin redujo quizs en lo inconsciente el exceso de angustia,
pero ahora se ha transformado en otro exceso, el de la erotizacin/inhibicin dolorosa del
cuerpo. (p.92).
El motivo para enfermar es, en todos los casos, el propsito de obtener una ganancia. El
enfermar (), se presenta como la solucin econmicamente ms cmoda en caso de
conflicto psquico (refugio en la enfermedad), por ms que la mayora de las veces se
revele despus inequvocamente el carcter inadecuado de esa salida. (Freud, 1905, p.
39).

Histeria del siglo XXI


Sntomas de la histeria en el siglo XXI
Son los dolores ms comunes y difundidos de la humanidad los que con mayor
frecuencia parecen llamados a desempear un papel en la histeria; (Breuer y Freud, 1895,
p.199). Y es que si bien esto se escribi un siglo atrs, an sigue vigente, la humanidad
ha cambiado, claro est, y con ella van surgiendo y transformndose las enfermedades,
como la histeria.
Gonzlez (2002) menciona que el trastorno histrico ha tenido diferentes interpretaciones
y abordajes teraputicos, dependiendo del contexto cultural. En la Edad Media, se
expresaba a travs de las posesiones demoniacas, cuyos sntomas daban un certificado
de veracidad al amo cultural de la poca, llamado la Biblia; en el Renacimiento,
responder a su nuevo amo, la ciencia, dramatizando las lesiones neurolgicas
degenerativas, para dar fama a mdicos de la poca. En la actual poca globalizante, el
nuevo amo ya no es la ciencia, ms bien es la ciencia al servicio de la informtica y el
mercado.
Respecto de la poca y su relacin con los sntomas histricos Gonzlez (2012) comenta
que: () lo que los mercados ms venden son: el trastorno depresivo, el trastorno
ansioso, la bulimia, la anorexia, la fibromialgia, las dificultades sexuales, los trastornos
somatofrmos y el trastorno de agotamiento.
Buscan solucin a estos problemas por medio de frmacos que contrarrestan los
malestares fsicos por un periodo de tiempo determinado generalmente corto, creando
una dependencia, obsequindole al sujeto un manto con el cual cubrir su sufrimiento,
malestares que no desaparecen, solo se esconden y estn ah latentes listos para resurgir
y ser apaciguados nuevamente con los medicamentos, creando un circulo vicio en donde
no se llega a la verdadera cura.
Es entonces, cundo se empiezan a transformar los antidepresivos en una psicoterapia
reconcentrada, con el fin de universalizar su consumo y desentenderse as de las
mltiples causas que originan eso que llamamos depresin (). (Jervis, 2004, p. 202).

Cabe destacar que en siglos anteriores esta sintomatologa no variaba mucho, si bien las
diferencias a simple vista se notan drsticas, nos damos cuenta, que la fibromialgia no es
ms que los dolores o adormecimientos de ciertas partes del cuerpo sin un origen
orgnico, y sobre esto ya se hablaba desde la poca de Freud y mucho antes, entonces
cul es la diferencia?, esta recae en que actualmente los especialistas en salud se han
empeado en nombrar nuevas enfermedades sin indagar sobre su genealoga, por lo
tanto podramos afirmar que la fibriomialgia no es una enfermedad, sino, un sntoma de
la histeria?
En el artculo de Silva y Fischer (2006) se muestra un estudio comparativo entre la
fibromialgia y la histeria segn Freud y llegan a la conclusin de que existen diversas
similitudes entre estas dos enfermedades, por lo tanto presentan la hiptesis de que la
fibromialgia no es una enfermedad contempornea, sino ms bien un sntoma histrico
contemporneo.
Respecto a la anorexia y la bulimia, en la industria de la moda se observa que los
problemas de alimentacin son frecuentes en nuestra poca, ya que se presenta en una
sociedad en donde la nica funcin del sujeto es el consumo, a una velocidad incansable
que es difcil de seguirle el paso. Y es entonces cuando nos encontramos comprando
productos que no necesitamos pero que el mercado nos presenta como tiles en la vida
diaria. Son estos padecimientos un ejemplo de la demanda del mercado, entonces
podramos pensar que son estas las enfermedades reproducidas por las histerias, pero
son todas las pacientes con anorexia y bulimia, histricas?

Casos de histeria en el siglo xxi


Mxico D.F. 2007
El caso del centro educativo Villa de las nias sale a relucir en el momento en que se
piensa en la existencia de la histeria en la actualidad, Ortega (2007) lo nombra la fbrica
de la histeria y con mucha razn, ahora indagaremos un poco ms sobre el caso:
Las chicas afectadas, han sufrido dificultades para caminar, parlisis de las
piernas, mareo, vmito, dolores de cabeza y musculares. Las nias, aseguraron
que esa enfermedad que mantuvo a 600 de sus compaeras sin poder caminar,
se debi a una extraa maldicin que les cay porque una de las nias fue
sorprendida por las religiosas jugando la quija (El Mundo. Diario de Crdoba,
Veracruz. 03/04/ 2007). (Ortega, 2007, p.1).
En la declaracin que las mismas nias dan sobre el problema hace recordar el
pensamiento medieval, en donde los sucesos extraos se adjudicaban a entidades
superiores, este mismo pensamiento es rectificado por uno de los profesores que en su
momento lleg a dar clases en esa institucin y tuvo problemas debido ideas que diferan
o iban en contra de las normas religiosas imperantes en la escuela:
De palabras de Julio Ortega, rescatamos que la encargada del internado, una mujer
religiosa busca que () la institucin siga siendo un Castillo de la pureza, que no tenga
ninguna relacin con el mundo, y se facilite as, la labor de adoctrinamiento, represin y

violencia, desorientacin y fanatismo religioso, que ejercen sin piedad contra esas
adolescentes (). (Ortega, 2007, p. 3). Es entonces en donde nos damos cuenta que
uno de los determinantes en el surgimiento de la histeria, es la educacin religiosa, ya que
esta ensea a reprimir y cargar siempre con la culpa.
Ortega (2007) menciona que este caso de histeria colectiva fue un acontecimiento nico
en el mundo, y de gran valor en la historia de las enfermedades mentales desde hace ya
medio siglo, claro est sin tomar en cuenta a las tan conocidas histricas que Charcot
reuna de diversas partes de Europa en el hospital de la Salptrire a finales del siglo
antepasado.
Es por eso que hacen odos sordos a () la voz que surge del sntoma en esas nias
con tanta desesperacin no les dice nada. Los polticos, se conforman con
explicaciones seudocientficas. A los periodistas, la noticia les empieza a dejar de
interesar. () (Ortega, 2007, p.4).

El Carmen de Bolvar, Colombia 2014


El segundo caso que se presentar es de ao 2014, y tiene semejanzas con la fbrica de
las histricas, la noticia alarm a la poblacin Colombiana y ahora se ha vuelto un evento
de inters mundial.
La noticia aparece el 15/07/2014, en donde se expone la problemtica siguiente: 23 nias
estudiantes de la institucin educativa del Espritu Santo en Carmen de Boliviar,
Colombia, fueron ingresadas al centro de salud de la comunidad luego de recibir la
vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH), sin embargo no se est seguro de
que esta vacuna sea realmente la que provoque los malestares en las nias, porque las
vacunas se reciben de la Asociacin Panamericana de la Salud, quienes a su vez cuentan
con el aval de la Organizacin Mundial de la Salud. (El problema empez a presentarte
meses antes, en mayo, cuando se les aplic la vacuna del papiloma humano).
Inicialmente el nombre de la escuela nos hace pensar en una institucin cargada del
pensamiento religioso altamente moralista, que puede llegar a asemejarse a la Villa de
las nias, dando como consecuencia la resistencia a dicha vacuna, la cual previene de
una enfermedad sexual.
Posteriormente nos encontramos con otra noticia del 23/08/14, en donde informan los
sntomas, los cuales son continuos desmayos, dolor de cabeza, adormecimiento en
brazos y piernas y estado de rigidez.
Estos sntomas nos hacen recordar a las pacientes de la Salptrire, si bien estamos
hablando de pocas diferentes, podemos encontrar similitudes en los escenarios en
donde se desenvuelven estas nias colombianas, porque en el siglo XVIII el pensamiento
religioso, especialmente el catlico era parte del actuar social, y si bien, esto ha
cambiado, aun nos encontramos con lugares como villa de las nias o incluso
comunidades enteras en donde esta forma de vida sigue arraigada.

Siguiendo la noticia, vemos que el 27/08/14, son ms de 200 nias internadas, el ministro
de salud comenta que estos acontecimientos son producto de la sugestin y mientras ms
difusin se le d mayor ser el nmero de nias que presenten los sntomas.
Es entonces cuando encontramos la semilla que implanta la idea de una afeccin
psquica, sin embargo esta tardar en germinar, porque estamos como sociedad tan
acostumbrados a restar importancia a lo psicolgico y damos un mayor valor a los
malestares fsicos que son observables y fcilmente analizables.
El 08/09/14 en un peridico de Colombia (El Colombiano), hablan sobre la situacin que
est aconteciendo en el Carmen de Bolvar, llama la atencin el ttulo de la noticia Ni loca
ni satnica, en este se comentan que las primeras 23 nias que ingresaron al centro de
salud, alumnas de la escuela Espritu Santo, fueron catalogadas por los pobladores como
poseda, es entonces que se pens en casos de satanismo, esa fue la primer versin que
se tuvo del problema; se dice que las madres empezaron a manifestar su disgusto y
sealar a la vacuna VPH como causa de los malestares, remarcando que esta se aplic
sin el consentimiento de las nias, respecto de esto ltimo infectlogos de la Universidad
de California declaran que la vacuna no es la responsable. Respecto de la premisa que
se dispar por parte de los lugareos, nos hace pensar en un pueblo altamente religioso.
En esta misma noticia aparece que la secretara de Salud de la Gobernacin de Bolvar
public en su pgina web un diagnstico en donde se exponen cinco hiptesis, ()
intoxicacin por agua o alimentos; reaccin adversa a la vacuna VPH; pertenencia a una
secta satnica o juego con la tabla ouija; intoxicacin por agua y alimentos, quinta,
consumo de sustancias sicoactivas. (El colombiano, 8 de septiembre del 1014, p.1).
Posterior a esto se descartan rpidamente las dos primeras hiptesis referentes a
intoxicacin por agua y alimentos, se da una explicacin sobre esto en la noticia,
posteriormente se dice que el tema sobre el satanismo se descarta de igual forma debido
a que la ciencia no lo contempla.
En primer lugar, cmo es que incluso la secretara de salud lleg a considerar esta idea
mstica-religiosa como una posible causa de los padecimientos de estas nias, y en
segundo lugar, cmo pudo haber sido la tercera razn en ser descarta por debajo de las
ideas de intoxicacin; si bien con base a la informacin que se obtuvo respecto al pueblo
en donde estn ocurriendo estos acontecimientos, nos encontramos con una poblacin
sumamente religiosa, ahora nos damos cuenta del alcance que tiene la religin incluso en
el departamento de Bolvar, llegando sta influencia a cuestiones gubernamentales y de
salud pblica.
Siguiendo con el reportaje encontramos que las madres de las nias afectadas se
quejaron, debido al trato inadecuado de algunos empleados del hospital local, los cuales
etiquetaba a las nias como locas, satnicas o faltas de marido. Esta ltima nos recuerda
a esa idea que naci en la antigua Grecia, en donde se hablaba sobre la migracin del
tero por falta de calor causado por las relaciones sexuales, vemos que estos
pensamientos no se han desarraigados, o que si bien las personas no tienen
conocimientos exactos sobre esta deduccin, la idea se ha ido perpetuando de
generacin en generacin.
Respecto de los exmenes toxicolgicos, neurolgicos y psiquitricos que se le practic a
una de las nias se encontr que () dado que ninguna prueba clnica de las hechas

arroj anormalidad fsica, a la nia se le consider como paciente sin alteracin orgnica
con trastorno conversivo, por lo que se decide dar egreso. (Opinion y Salud, 2014,
p.1).Este reportaje fue publicado el da 7 de octubre.
Siguiendo con la indagacin sobre causas psquicas de estos padecimientos, se encontr
un reportaje en donde se realiz una entrevista a Rodrigo Crdova, presidente de la
Asociacin Latinoamericana de Psiquiatra. Podemos observar en la afirmacin de
Crdova la concepcin psiquiatra que se tiene de este acontecimiento. El trmino de
histeria se asocia con sntomas que tienen cierta teatralidad, como si se estuvieran
simulando. Este no es para nada el caso. Es ms apropiado llamarlo trastorno por
conversin, enfermedad psicognica masiva, o trastornos por reaccin de estrs
colectivo.
Siguiendo con esta idea del estrs el psiquiatra dice que consiste en una situacin de
estrs personal que se propaga por vnculos culturales en un determinado grupo social, y
que se manifiesta a travs de ansiedad y dolores abdominales realmente existentes,
mareos, dolor de cabeza, desmayos, nuseas e hiperventilacin. (El tiempo, 2014, 8
septiembre, p. 2). Como ya vimos el termino de histeria fue sustituido desde el DSM-III y
se cambiaron todas las enfermedades por trastornos, es ahora que nos encontramos con
el trastorno de conversin, que vendra siendo la histeria, pero nada tiene que ver con la
reaccin de estrs colectivo, como lo afirma Crdova.
Por otro lado, vemos como presta importancia a la vacuna VPH, afirmando que son
elementos que inciden en su propagacin, por lo general entre personas muy jvenes,
con muchos temores de enfrentamiento con el entorno. En este caso, el detonante fue
una vacuna, relacionada con el inicio de la sexualidad, con su prevencin. Es importante
esto que menciona sobre la relacin de la vacuna y el inicio de la vida sexual, y como
seala, este tema crea temores en la poblacin joven, no en cualquier poblacin provoca
el mismo impacto, no todas las adolescentes viven con miedo esta etapa, entonces qu
sucede con estas chicas del Carmen de Bolvar?, es la crianza que modela a las nias
con en base a un ideal de castidad en donde temas sexuales son tab, la determinante?

Conclusiones
Hemos observado cmo es que las manifestaciones de la histeria van cambiando
dependiendo de la poca, y esta relacin de sntomas y contexto no es exclusiva de esta
enfermedad, se presenta tambin en diversos padecimientos; porque como seres
humanos estamos sujetos al ambiente que nos rodea, el cual determina nuestro actuar,
nuestro pensar y en general nuestro vivir.
Nos damos cuenta cmo es que en la actualidad siguen presentndose ejemplos de
histeria como se las observaba en la edad media, stos son catalogados de la misma
forma; as como el caso del Carmen de Bolvar y el de la institucin Villa de las nias,
podemos encontrar muchos ms, que quiz no han dado de que hablar porque se
presentan con normalidad en ese ambiente, me refiero a las supuestas posesiones
demoniacas, sobre estas podemos encontrar infinidad de ejemplos tanto en Mxico como
en diversos pases, porque las ideologa cristianas y de otras religiones han nombrado

este tipo de manifestaciones y adjudicado un poder divino o mstico que cruza la frontera
de lo natural.
Estos dos ejemplos el de villa de las nias citado anteriormente, y el del Carmen de
Bolvar analizado en este trabajo, son claras muestras de la repercusin que tiene el
ambiente ante la histeria, en el segundo caso podemos destacar la educacin que se
profesa en dicho lugar, iniciando la identificacin con el nombre de la institucin en donde
comenz el brot, el cual da certeza de una educacin catlica Escuela Espritu Santo, y
es bien sabido que esta religin no ve con buenos ojos los temas sexuales, idea que
seguramente fue inculcada en las nias; posteriormente el programa de salud pblica
llega a vacunarlas contra el VPH, enfermedad de trasmisin sexual, qu se les est
diciendo a las nias con eso?, o ms bien qu entienden las nias al ser vacunadas?,
podra ser una permisiva, algo que acredite que las nias se encuentran en condiciones
de iniciar su vida sexual, y si as fuera ellas estaran mostrando su angustia ante este
acontecimiento, esos sntomas son un rechazo a la vida sexual, es una aceptarlo, al
momento de dejarse vacunar, y luego devenir el sentimiento de culpa e impugnarlo.
Eso por un lado, por el otro nos encontramos con la sintomatologa actual, que en ciertos
casos viene siendo la misma que la que se presentaba en siglos anteriores, las cuales
causan intriga tanto por su recin llegada, como por los causantes de estos
padecimientos, al saberse incomprendidos por el cuerpo cientfico. Este es el caso de la
fibromialgia, porque se dice que no existe ningn indicio de alteracin tanto orgnica
como fisiolgica, por lo tanto nos hace pensar en que lo psicolgico se encuentra la
respuesta, la incgnita sera entonces, qu sucede con los especialistas en salud
mental, que no dirigen sus investigaciones hacia ese campo?
Siguiendo con los padecimientos actuales nos encontramos con la depresin, la anorexia
y la bulimia, que se encuentran dentro de los primero en la lista de padecimientos en la
poblacin mundial, que al igual que la fibromialgia son tan populares, que los medios de
comunicacin nos bombardean con publicidad al respecto, como campaas contra dichas
enfermedades, as como medicacin para contrarrestarlas o como ideales de belleza que
superan el estndar de lo que se considera saludable, el mercado nos incita a consumir, a
vestir, a vivir, a pensar y a sentir lo que ellos quieren, todo con el fin de comercializar sus
productos y servicios, que muchas veces pueden llegar a ser perjudiciales para nuestra
salud mental y fsica, atentando a si a nuestro bienestar. De igual forma la anorexia y la
bulimia as como son padecimientos en donde el ndice de mujeres es mayor a la de
hombres, tambin podemos observar una renuncia de los deseos, como lo es la ingestin
de alimento, ese buscar el deseo, encontrarlo y vomitarlo por miedo al goce, o
simplemente evitarlo.
La histrica desde el complejo de Edipo, busca como la mayora de las nias la
aceptacin del padre poseedor del falo, pero sta es coercida por la madre, quien se
muestra pura y santa, a diferencia del padre sexual, es entonces que la nia reprime sus
deseos hacia el padre y se somete a la voluntad de la madre; finalmente este patrn se
repite, el cual se muestra como el buscar el falo, verlo casi obtenido y dar vuelta atrs por
miedo al goce, sin embargo siempre est el sentimiento de querer agradar a ese que tiene
el poder, mostrndose de esta forma en la actual poca globalizante en donde lo que
interesa son estas nuevas enfermedades, estas que estn de moda y conciernen al otro
de la salud mental.

Respecto del gran nmero de pacientes histricas mujeres a comparacin de hombres, se


podra pensar en la posibilidad de que la cultura sea la responsable, porque nos
encontramos en un mundo en donde el patriarcado reina por sobre todas las cosas, y si
bien actualmente se ha tratado de contrarrestar, an existe, claro est que no en
comparacin con pocas pasadas, por lo tanto el sujeto se encuentra atravesado por esa
visin, la cual ha tenido sus consecuencia en la histeria, entonces, podramos decir que
las mujeres estn siempre sometidas por este otro que no le permite conocer,
experimentar y profundizar en temas sexuales, a diferencia de los hombres?

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