La Cultura de Venezuela Es Una Mezcla de Tres Culturas Distintas
La Cultura de Venezuela Es Una Mezcla de Tres Culturas Distintas
La Cultura de Venezuela Es Una Mezcla de Tres Culturas Distintas
En los aos sesenta con el advenimiento de la democracia y por polticas populistas, ligadas
a la ayuda para el progreso el desarrollo rural estuvo marcado por los procesos de
reforma agraria. Hubo un nfasis en la distribucin de la tierra por la va de adjudicacin de
tierras del Estado y una pretendida incorporacin de los pobladores del campo a la naciente
sociedad de consumo que auspiciaban los intereses de centros de poder de la poca. Eran
tiempos de guerras ideolgica interna donde los gobiernos requeran estabilidad poltica y
promovan la incorporacin de la poblacin rural al incipiente desarrollo capitalista en
marcha.
A finales de los aos 70 palideci el auge inicial de la reforma agraria. Los gobiernos de
turno fortalecieron los procesos de sustitucin de importaciones con sus polticas de
proteccin industrial, urbanizacin y alguna ayuda, especialmente a los sectores
comerciales agrcolas que deban suplir las demandas de alimentos a las ciudades,
marcando as el pensamiento sobre el proceso de desarrollo de la poca.
En estoas tiempos se estimul el modelo de desarrollo agrcola basado en el boom mundial
de la revolucin verde. Se trataba de implantar el paradigma de la modernizacin agrcola y
para ello se adopt una aproximacin productivista al desarrollo rural. Se abog con fuerza
por soluciones tecnolgicas a los problemas de los agricultores. El problema era aumentar
la produccin y productividad, aumentar los ingresos y con ello generar bienestar.
La revolucin verde se constituy en la gran panacea por cuanto propugnaba la aplicacin
de paquetes tecnolgicos completos de uso universal que al ser seguidos al pie de la letra
garantizaban el xito de cualquier agricultor. En Venezuela la aplicacin de estos
paquetes se produjo en tiempos de bonanza petrolera lo cual permiti dirigir recursos
financieros, aplicar subsidios, mantener la tasa de cambio, y hasta cerrar las fronteras a las
importaciones agrcolas. Se habl de un milagro agrcola, el cual seria factible en esas
circunstancias, si los productores eran capaces de absorber y aplicar en poco tiempo los
nuevos conocimientos. El cortoplacismo y las concepciones desarrollistas imperantes, junto
a la poca claridad en la definicin de polticas, moldearon una historia signada por el
proteccionismo y la transferencia vertical que hizo a los agricultores cada vez ms
dependientes y vulnerables para participar y competir en un mundo que se mova a una
velocidad inusitada.
En esa poca, se elimin la direccin de Extensin del Ministerio de Agricultura y Cra y en
su lugar apareci la de Desarrollo Agrcola con programas de produccin por rubros, que a
la postre dara lugar a la Direccin de Produccin, unidad administrativa sta, ms idnea
en la aplicacin de esos modelos. Lo fundamental era el cultivo, NO el hombre.
La otra gran visin del desarrollo agrcola/rural con la que hemos convivido es la que
equipara el desarrollo rural con la construccin de infraestructura y provisin de servicios.
Al inicio de este milenio y por constituirse el desarrollo rural en materia de prioridad
constitucional para Venezuela, se retoma la discusin sobre el tema. Sin embargo prevalece
en las altas autoridades la concepcin infraestructura del desarrollo rural. Se crea la
direccin General de Desarrollo Rural que sustituye a la Direccin General de
Infraestructura del Ministerio de Agricultura, pero manteniendo las mismas funciones de
esta. Luego al aprobarse la ley de tierras se crea, sustituyendo a la Direccin General de
Desarrollo Rural, el Instituto Nacional de Desarrollo Rural y a este se le adscribe la
Fundacin para la Capacitacin e Innovacin para el Desarrollo Rural (CIARA). O sea el
conocimiento, la capacitacin y la innovacin pasan a ser un apndice menguado de lo que
se considera principal: la infraestructura.
Como podemos ver, lo central en los modelos de desarrollo rural que hemos manejado son:
la tierra; los rubros agrcolas; la tecnologa; la infraestructura. Segn esos modelos las
familias y las comunidades rurales se benefician a consecuencia de las acciones y
polticas que de ellos se derivan. No son modelos centrados en el ser humano.
No obstante, en Venezuela, se le ha venido dando importancia a aspectos institucionales,
que auque no se han traducido en polticas claras y acciones coherentes, pueden servir, si
hay voluntad y compromiso, de plataforma futura: Se le da rango constitucional a la
agricultura y al desarrollo rural; se promulg la polmica ley de Tierras y Desarrollo Rural;
se crean, desmantelan y reorganizan instituciones; el proceso de descentralizacin poltico
administrativa, aunque con muchos altibajos, sigue su lenta marcha; se decretaron zonas
especiales de desarrollo y algo muy importante hay un discurso gubernamental hacia la
participacin, la organizacin y el humanismo en el desarrollo.
El desarrollo/Desarrollo humano
En este sentido, la sostenibilidad es un concepto de gran dinamismo que depende, por una
parte de los recursos y del medio ambiente, y por otra de la capacidad humana para
desarrollar nuevas tecnologas y usarlas de forma apropiada en la explotacin de esos
recursos y su necesaria conservacin.
Desarrollo Sostenible: El informe Brundtland refiere el desarrollo sostenible como
aquellos procesos que permiten satisfacer las necesidades actuales, sin comprometer la
satisfaccin de las necesidades de las generaciones futuras (W.C.E.D. 1987). Esta
definicin implica sostenibilidad ambiental, adecuacin tecnolgica, viabilidad econmica,
y aceptabilidad social.
Sobre la base de lo anterior Salinas (1998) enfatiza que cualquier iniciativa de desarrollo
debe tomar en cuenta las cinco dimensiones bsicas de la sostenibilidad que son:
Por otra parte, Constanza (1991 citada por Salinas, 1998), seala que el desarrollo
sostenible se percibe como la interrelacin entre los sistemas econmico-sociales altamente
dinmicos y los sistemas ecolgicos menos cambiantes en la cual:
El territorio rural no se concibe como simple espacio fsico, que lo es, sino como un
conjunto de relaciones sociales que dan origen y a la vez expresan una identidad y un
sentido de propsitos compartidos por mltiples actores pblicos y privados. Los territorios
rurales son entonces espacios eco-polticos dinmicos expresin de relaciones de
interdependencia y complementariedad que hacen viable la generacin de desarrollo y
bienestar.
Esta nueva visin de lo rural como territorios multifuncionales donde se interrelacionan
muy diversas actividades econmicas, sociales, culturales y ambientales abren un conjunto
de posibilidades para la poblacin rural basadas en:
Lo rural, como establece Gmez 2003, y esto es muy importante, comprende un tipo de
relaciones sociales con un componente personal que a diferencia de las zonas urbanas
predominan en territorios con una baja densidad de poblacin relativa, y ello se posibilita
sobre la base de relaciones vecinales prolongadas y por la existencia de intensas relaciones
de parentesco entre una parte significativa de los habitantes.
En estos espacios, temas como la confianza /desconfianza, la reciprocidad, el papel de la
familia, las relaciones afectivas y la importancia de los padres, son significativos. Ello
genera condiciones para que las relaciones personales resulten naturales, otorgan sentido a
El desarrollo rural
Como hemos sealado en apartes anteriores, el desarrollo tiene que ver con el
mejoramiento de las capacidades y oportunidades de la gente. En este sentido es un
concepto que comprende elementos cuantitativos y cualitativos, dirigidos al ser humano y
que por lo tanto trasciende un mbito o espacio determinado.
El desarrollo es un proceso de y para la gente, la sociedad. Es un proceso de construccin
colectiva que sosteniblemente se nutre de conocimiento, comunicacin, organizacin,
participacin, solidaridad y compromiso. El desarrollo es principio y fin: es construccin de
capacidades y creacin de oportunidades para que el ser humano, la sociedad en un espiral
virtuoso pueda crear nuevas capacidades y nuevas oportunidades. El desarrollo, entonces,
tiene que ver con la creacin de un capital humano/social emprendedor de procesos
socioproductivos, constructores de bienestar y por ello tiene un sentido global. (Arias
2002).
Sin embargo, para propsitos prcticos y de permitir la operatividad y utilidad del concepto
podemos y se hace imperativo calificarlo. Es as que hablamos de desarrollo rural como
vivencia que ocurre en zonas rurales y que responde a las caractersticas de esos complejos
espacios y a sus no menos complejas relaciones con su entorno. En este sentido algunos
principios bsicos a considerar seran:
1. Hablamos de desarrollo, por lo tanto el mejoramiento de la libertad, de las
capacidades y oportunidades de la poblacin es lo fundamental.
2. Es desarrollo en zonas rurales. De ah que el carcter multifuncional y las
caractersticas especficas, nicas de cada regin determinar, condicionar las
estrategias de desarrollo.
3. En la ruralidad y su desarrollo se establecen relaciones a lo interno, con otras
localidades, con sistemas urbanos, otras regiones, el pas como un todo y relaciones
internacionales que le dan sentido a ese complejo sistema.
4. El dinamismo y sentido holstico del desarrollo rural, exige de enfoques sistmicos
que puedan explicarlo con propiedad.
Es claro que este ambiente visto en forma general, resulta en un acopio de indefinibles de
poca utilidad a la hora de estudiar sus influencias y efectos sobre los procesos de desarrollo,
pero su estudio a la hora de disear programas de desarrollo rural es fundamental. El
conocimiento, por lo tanto, de sus componentes y el dinamismo de sus relaciones resulta
vital para comprender y sobre esa base planear las posibilidades de desarrollo de cualquier
regin. Diagnostico y permanente monitoreo de estas variables ser necesario.
Si bien no es el objetivo de este trabajo caracterizar ese mar donde navega el desarrollo,
quisiramos detenernos en 2 de estas macro variables que consideramos de gran
importancia: la institucionalidad, y el mbito de lo pblico y el papel del Estado.
La institucionalidad
La viabilidad de incorporacin de las propuestas que integran una Nueva Territorialidad
Rural, en particular en la perspectiva de un nuevo enfoque de territorio y de una nueva
economa rural, pasa por la construccin de una nueva institucionalidad, como expresin
real de una estructura de reglas de juego y organizaciones que posibilite los procesos
polticos y econmicos (Echeverri 2001).
La institucionalidad la podemos definir como el conjunto de reglas formales e informales y
sus mecanismos de ejecucin que inciden sobre el comportamiento de los individuos y
organizaciones. Ellas dominan el espacio de lo pblico (espacio de encuentro entre los
diferentes intereses individuales), en un contexto de interaccin colectiva.
La institucionalidad es mucho ms que organizaciones formales pblicas. La forma de
regulacin de una sociedad, los acuerdos, las normas, las competencias, los compromisos,
los roles, las formas de organizacin formal e informal, las organizaciones privadas y
pblicas, forman parte integral de la institucionalidad. Su reflejo es lo que podemos
denominar un contrato social, el cual sirve de referente para la accin individual. La
institucionalidad es garante de los derechos reconocidos para y por los miembros de una
sociedad y brinda parmetros para el ejercicio y cumplimiento de deberes con el colectivo y
la misma accin privada (Echeverri 2001).
El desarrollo rural exige una institucionalidad, unas reglas de juego que hagan posible la
visualizacin y la instrumentacin de estrategias, polticas y cursos de accin, y que
permita convocar efectivamente y den garanta a los actores del desarrollo rural en el
ejercicio del rol activo que les corresponde.
La institucionalidad deseable debe ser proactiva y acorde a las circunstancias, vinculadora
de los esfuerzos de todos los protagonistas del desarrollo, la agricultura y la ruralidad, y lo
ms importante: a la altura de exigencias, retos y nuevos desafos que demandan mayor
creatividad, ingenio, comprensin, solidaridad y compromiso.
En este sentido, las organizaciones formales en tanto que instituciones deben estar
legitimadas por el compromiso y la participacin. Las organizaciones deben constituirse en
un gran foro que convoque, acerque la fructfera discusin conceptual, a un necesario y
participativo accionar en los espacios rurales. Esa es la bsqueda hoy. Una bsqueda hacia
fuera, al encuentro de espacios para discutir y actuar en los procesos de desarrollo.
Las instituciones son hoy instrumentos del cambio necesario, pero para ello deben
interpretar realidades, adecuarse y dar respuesta a los requerimientos sociales. Hoy las
instituciones, para ser motor de cambio, motor de desarrollo, requieren ser el resultado de
acuerdos sociales, ser manejables, perfectibles, giles y relacionables.
El desarrollo de los territorios rurales requiere generar un proceso de fortalecimiento de la
capacidad de gestin e interlocucin de los actores rurales con el nivel regional, nacional y
global. Para ello se deben emprender acciones que tiendan a consolidar el empoderamiento
local, o sea la toma de poder de las localidades en cuanto a la forma, criterio, naturaleza,
orientacin y priorizacin de los apoyos pblicos requeridos para un desarrollo propio.
Debemos por ello prestar especial importancia a la institucionalidad local porque es a este
nivel (mas que en las organizaciones pblicas nacionales distantes) donde se produce el
desarrollo y se construye la nueva ruralidad.
Como sabemos es en el mbito local donde se perciben con mayor precisin la
especificidad de las carencias, restricciones y potencialidades de la sociedad. Igualmente
las posibilidades del capital humano/social aumentan en aquellos espacios territoriales
reducidos y cuando los interlocutores institucionales estn prximos y finalmente en los
mbitos locales las posibilidades de control social son mucho mayores.
La descentralizacin o la transferencia del poder de decisin a las localidades (estados,
municipios, comunidades) es una poltica de Estado de particular pertinencia. Sin embargo,
est llena de complejidades porque implica un cambio radical en la cultura de las
organizaciones pblicas con un legado de siglos de polticas centralizadas y adems, exige
capacidad administrativa y tcnica en la poblacin local para asumir las responsabilidades
transferidas por el gobierno central (Escobar, A. 2000).
Este proceso implica igualmente que las instituciones locales asuman la responsabilidad y
los riesgos de sus propias decisiones y requiere mecanismos eficientes, participativos y
democrticos para que se ejerza un adecuado control social sobre la gestin de sus propias
instituciones.
El desarrollo de estructuras institucionales de nivel local que sirvan de sustrato al aumento
de capital social; la flexibilidad organizacional de las organizaciones comunitarias, privadas
y ONGs, as como un consolidado relacionamiento e integracin institucional, son todas
posibilidades parar la creacin de una fortalecida institucionalidad para el desarrollo rural.
Se requiere generar una institucionalidad local fuerte y legtima que, considerando la gran
heterogeneidad rural, debe desarrollar la capacidad para que las instituciones bsicas
locales, evolucionen de acuerdo con sus particularidades hacia una institucionalidad propia,
singular, legtima, de amplia participacin y fuertes sistemas de control social. Esto ltimo
se corresponde con lo que denominamos desarrollo endgeno y empoderamiento social
comunitario local.
Existe una importante discusin ideolgica y poltica sobre la definicin y redefinicin del
papel del estado en el mbito de lo pblico y el desarrollo de las naciones. Segn sea el
caso se habla de menos Estado y mas mercado, o sea reduccin al mnimo de la presencia
estatal (modelos neo-liberales) o en el otro extremo se proclama una significativa presencia
y accin del Estado en el desarrollo de los pases. En ambos casos hay ventajas y fuertes
desventajas en la aplicacin de estos modelos extremos y afortunadamente se presentan a la
discusin concepciones ms moderadas que reconocen la importancia de una interrelacin
positiva: privada-pblica, sociedad civil-Estado, como grandes motores del desarrollo
sostenible.
Es necesario, por lo tanto, superar la dicotoma Estado y sociedad civil y comprender como
lo seala CEPAL que el mbito de lo pblico viene a ser el espacio de los intereses
colectivos. Lo pblico es mucho mas que lo estatal, pero as mismo el papel del Estado
y las instituciones como expresiones del inters colectivo es fundamental para que esos
espacios de inters colectivo tengan sentido.Watts (1961 citado por Escobar, 2000), seala
que la sociedad no es tanto una cosa cuanto un proceso en accin. Como modelo de
comportamiento, la sociedad es sobre todo un sistema de comunicacin de gentes que se
mantiene por medio de una actividad consistente. De ah que reglas de juego y su
mantenimiento son absolutamente necesarias.
Sobre la base de lo anterior creemos en la necesidad de discutir y plantear alternativas para
la redefinicin de funciones del papel del Estado en la promocin del desarrollo en nuestros
pases. Esas alternativas podran estar alimentadas por varios hechos fundamentales:
1. El Estado tiene un papel fundamental que jugar en la promocin de un desarrollo rural
equitativo, el fortalecimiento de reas emergentes, la redefinicin del papel de los agentes
privados, de las comunidades y la sociedad civil. Para ello debe ser gil y adecuar las
polticas pblicas a las seales de las comunidades, los agentes privados, as como de las
exigencias que enva el proceso globalizador.
2. En el diseo de una nueva estructura institucional expresin de los intereses pblicos, se
debe balancear el papel fundamental del Estado como auspiciador y necesario equilibrador
de procesos de desarrollo, con la participacin creciente del sector privado, la sociedad
civil, las regiones y las ONGs.
3. Tomando en cuenta el nivel de desarrollo econmico, social y cultural de nuestro pas y
de nuestro sector rural, el Estado debe jugar un papel importante en las tareas de:
a) Planificacin Estratgica y Formulacin de Polticas, con respecto a las instituciones, al
comercio internacional, a la inversin y al manejo macroeconmico.
Enfoques y procesos
Referencias