Fundamentación de La Metafísica de Las Costumbres, Kant
Fundamentación de La Metafísica de Las Costumbres, Kant
Fundamentación de La Metafísica de Las Costumbres, Kant
de la
metafsica
de las
costumbres
Eugenio Tras
Jacobo Muoz
La voluntad de aventura
Vctor Gmez-Pin
El orden aristotlico
Eugenio Tras
Herclito
Fundamentacin
de la
metafsica
de las
costumbres
A riel
ArielFilosofa
Immanuel Kant
Fundamentacin
de la
metafsica
de las
costumbres
Edicin bilinge y traduccin de
J os M ardomingo
E ditorialAriel,Barcelona
S.A
Ttulo original:
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43. ...aber er [Grunert] schrieb mir, daft er sie [el tratado moral de Kant] auf die Messe
nicht fertig schaffen knnte, und so muB sie bis Ostem liegen bleiben (carta de Kant a Biester el
31-XII-84; X, 374).
44. Ich weiR zwar, daR er [Grunert] Sie sowol mit den Proleg. ais mit der Metaph. dcr Sitten
lange aufgehalten hat: allein das wird nicht mehr geschehen, nachdem ich es ihm verwiesen (carta
de Hartknoch a Kant el 8-X-85; X. 387). No obstante esa promesa de Hartknoch, sabemos que en
la impresin de la Crtica de la razn prctica Grunert volvi a tardar ms de lo previsto: estaba
previsto que esta obra saliese a la venta en la feria de San Miguel de 1787, pero no apareci hasta
1788 (cfr. Natorp, P., op. cit., p. 498).
45. das Principium sciner MoralitSt erscheint auch diese Messe (carta de Hamann a Herder
28-III-85; cit. en Menzer, P., op. cit., p. 628).
46. ich brenne vor Begierde Ihre neue Schrift zu sehen (carta de Schiitz a Kant el 18-II-85;
X, 375).
47. Wir gestehen gem, dafi wir mit einer Art von Eifersucht geeilet haben, damit uns niemand
in der Ankndigung vom Dasein dieses Buchs zuvorkommen mchte, nicht ais ob darin ein
Vcrdienst lge, sondem weil es natrlich ist, wenn man einmal Neuigkeiten zu verkndigen hat,
cine grofic Neuigkeit zuerst verkndigen zu wollen (Allgemeine Literaturzeitung, 7-IV-85; cit. en
Menzer, P., op. cit., p. 628).
48. Hartknoch ist vorigen Freytag [el 7 de abril] angekommen [...] Mit dem Verleger zugl.
sind 4 Exempl. der Grundlegung zur Metaphysik der Sitten aus Halle ftir den Verfasser angekom
men (carta de Hamann a Herder el 14-IV-85; cit. en Menzer, P., op. cit., p. 628).
II. EL
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como parece sugerir Laberge.56 Podemos concluir, por tanto, que los
dos volmenes del inventario de Gensichen son la traduccin y el
comentario, este ltimo en la forma de un volumen que rene los tres
tomos, sea en la primera edicin de 1783 (a favor de ello est el hecho
ya mencionado de que Kant cita por esa edicin de 1783) sea en otra
posterior, pero no necesariamente posterior a la aparicin de la Fundamentacin.
Para estudiar cul puede haber sido concretamente la influencia
del De officiis en su versin y comentario garveanos sobre la Fundamentacin puede ser til detenerse en qu tipo de filosofa moral, a
grandes rasgos, es la que se contiene en la primera de esas obras y en
cules son sus similitudes con la kantiana. Vaya por delante la obser
vacin de que Christian Garve, en una medida mayor que la que l
mismo reconoce en el prefacio a su versin,57nos ofrece una traduccin
libre, y por tanto en ocasiones da como ciceronianas doctrinas que el
de Arpio no defiende con el nfasis o la orientacin que tienen en la
traduccin o en el comentario de Garve.
Tal es el caso especialmente por lo que hace a lo que podramos
denominar pureza moral. La diferencia que establece Kant entre las
acciones meramente conformes al deber, pero a cuya ejecucin nos
pueden haber llevado los ms diversos mviles, y las que adems han
sido ejecutadas precisamente por deber y por ello son las nicas que
poseen valor moral (cfr. 397,11-397, 32), puede ser considerada como
la respuesta que da Kant a la pregunta de Cicern acerca de si la
conformidad al deber confiere por s sola bondad perfecta a las
acciones.58 Esa respuesta es muy semejante a la que dan los estoicos,
y con ellos Cicern, la cual estriba en distinguirlos deberes perfectos
(officia perfecta, en el latn de Cicern), por un lado, de los deberes
56. Cfr. Laberge, P., art. cit., p. 420 nota.
57. Cfr. Abhandlung berdie menschlichen Pflichten in drey Bchem aus dem Lateinischen des
Marcus Tullius Cicero bersetzt von Christian Garve, Zweyte Auflage, Breslau, bey Wilhelm Gottlieb
Kom, 1784, 294 pp Vorrede, sin paginacin. En lo que sigue citaremos la traduccin de De officiis
debida a Garve como Abhandlung tiber die menschlichen Pflichten, con el numero de pgina de la
edicin indicada, cuya paginacin es por lo dems idntica a la de la primera edicin; para el
original latino del De officiis seguiremos la siguiente edicin: Cicero, De Officiis, texte tabli et
traduit par Maurice Testard, Les Belles Lettres, Pars, 1965, que citaremos como De officiis,
indicando en nmeros romanos el libro y en nmeros rabes el captulo y el prrafo en que se halle
el pasaje citado; el comentario de Garve ser citado por la mencionada edicin de 1784 Philosophische Anmerkungen und Abhandlungen zu Ciceros Bchem von den Pflichten von Christian Garve.
Zweyte Auflage, Breslau, bey Wilhelm Gottlieb Kom, 1784, 328 pp. (Anmerkungen zu dem 1.
Buche) + 244 pp. (Anmerkungen zu dem 2. Buche) + 282 pp. (Anmerkungen zu dem 3. Buche)
como Anmerkungen, con el libro en nmeros romanos y la pgina del libro de que se trate en
nmeros rabes.
58. Sind alie pflichtmaBige Handlungen vollkommen gute Handlungen? (Abhandlung ber
die menschlichen Pflichten, p. 7).
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123. La vista, en efecto, es la ms penetrante de las percepciones que nos llegan a travs del
cuerpo, pero con ella no se ve la sabidura. De lo contrario, nos procurara terribles amores, si diera
aqulla una imagen de s misma de semejante claridad que llegara a nuestra vista (Fedro 250 d,
trad. de Luis Gil, Alianza, Madrid, 1995).
124. DieS ist die Gestalt und so zu sagen, das Antlitz der Tugend: eine Gestalt die nach dem
Ausspruch des Plato, wenn sie unsem irdischen Augen nach ihrer ganzen Schonheit sichtbar wre,
die feurigste Liebe zu ihr und zur Weisheit bey uns entznden wrde (Abhandlung ber die
menschlichen Pflichten, p. 12).
125. Cfr. De officiis I, 5.
III.
FUNDAMENTACIN DE LA METAFSICA
DE LAS COSTUMBRES Y CRTICA
DE LA RAZN PRCTICA
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que inevitablemente cae (cfr. 405, 30-35). Sin embargo, quiz cabe
conciliar ambos textos si los leemos desde lo afirmado por Kant en el
prefacio a la Crtica de la razn prctica:128 el resultado de la crtica de
la razn prctica en general es descubrir y aislar su uso puro (y a ello
se refiere el texto de 405,30-35), logrado lo cual no es preciso proseguir
la tarea crtica, pues la razn prctica pura, a diferencia de la razn
especulativa pura, no est necesitada de crtica, segn ya afirmaba
Kant, si bien no con toda la claridad deseable, en 391, 20-24.
Ciertos textos epistolares de nuestro autor posteriores a la Fundamentacin son una confirmacin adicional de la suposicin de que la
respuesta correcta a la pregunta que nos ocupa es la afirmativa: una
vez publicada nuestra obra Kant se dispone a elaborar no la crtica de
la razn prctica pura, sino la metafsica de las costumbres, por lo que
es de pensar que considera que la tarea crtica previa a la metafsica
de la moral ya ha quedado realizada con la Fundamentacin.'29 Por su
parte, los seguidores de Kant esperaban con inters, dos aos tras la
aparicin de la Fundamentacin, no la Crtica de la razn prctica, sino
la Metafsica de las costumbres.130 En abril de ese mismo ao, en el
prefacio a la segunda edicin de la Crtica de la razn pura, Kant
reafirma pblicamente su propsito de pasar ya a la metafsica de las
costumbres para confirmar la correccin de lo que llama crtica de la
razn prctica,131 siendo esta, por cierto, la primera vez que Kant
utiliza esta expresin, cuando menos en sus obras publicadas. Pode
mos pensar, por tanto, que en ese momento (1787) Kant cree haber
realizado ya en la Fundamentacin esa crtica de la razn prctica, pues
128. Warum diese Kritik nicht eine Kritik der reinen praktischen, sondem schlechthin der
praktischen Vemunft berhaupt betitelt wird, obgleich der Parallelism dcrselben mit der speculativen das erstere zu erfordem scheint, darber giebt diese Abhandlung hinreichenden AufschluR.
Sie sol blos darthun, da/1 es reine praktische Vemunft gebe, und kritisirt in dieser Absicht ihr ganzes
praktischesVermgen. Wenn es ihr hiemit gelingt, so bedarf sie das reine Vermogen selbst nicht zu
kritisiren, um zu sehen, ob sich die Vemunft mit einem solchen ais einer blofien AnmaBung nicht
bersteige (wie es wohl mit der spcculativen geschieht). Denn wenn sie ais reine Vemunft wirklich
praktisch ist, so beweiset sie ihre und ihrer Begriffe Realitat durch die That, und alies Vemnfteln
wider die Mglichkeit, es zu sein, ist vergeblich (KpV 3).
129. As, en noviembre de 1785 comunica a Schtz: Jetzt [tras terminar de escribir los
Metaphysiche Anfangsgrnde der Naturwissenschat] gehe ich ungesaumt zur vlligen Ausarbeitung
der Metaphysik der Sitten (carta de Kant a Christian Gottfried Schtz el 13-1X-1785; X, 383), y
siete meses despus afirma que tras terminar la preparacin de la segunda edicin de la Crtica de
la razn pura se propone dedicar su tiempo a la elaboracin de das System der practischen
Weltweisheit (carta de Kant a Bering, 7-IV-86; X, 418).
130. alies sieht nur mit Sehnsucht ihrer Metaphysik der Sitten entgcgen (carta de Daniel
Jenisch a Kant el 14-V-1787; X, 463).
131. Da ich whrend dieser Arbeiten schon ziemlich tief ins Alter fortgerckt bin (in diesem
Monate ins vier und sechzigste Jahr), somuS ich, wenn ich meinen Plan, die Metaphysik der Natur
sowohl ais der Sitten, ais Besttigung der Richtigkeit der Kritik der speculativen sowohl ais
praktischen Vemunft, zu liefem, ausfhren will, mit der Zeit sparsam verfahren (KrV B XLIII).
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el punto de vista de esa tarea sea tan pequeo como piensa Kant en
1788, en el prlogo de la Crtica de la razn prctica. No deja de ser
disculpable, con todo, que en el prlogo a una obra se sobrevalore un
tanto la importancia de la misma: en el prlogo a la Fundamentacin
Kant sobrevalora la importancia de la Fundamentacin, y en el pr
logo a la Crtica de la razn prctica la de la Crtica de la razn prctica.
Pero cul fue ese momento a partir del cual podemos decir que la
obra de filosofa moral posterior a la Fundamentacin a la que Kant
dedica sus esfuerzos deja de ser la metafsica de las costumbres y se
convierte en la que hoy conocemos como Crtica de la razn prctica?
Y, por otra parte, qu movi a Kant a abandonar el proyecto de
redactar la primera obra en favor del conducente a la segunda?
La respuesta a la primera de esas dos preguntas resulta enorme
mente dificultada por el hecho de que los dos principales testimonios
en que podramos apoyar nuestra contestacin son discordantes.
Por un lado, en noviembre de 1786, en un anuncio de la publicacin
de la segunda edicin de la Crtica de la razn pura aparecido en la
Allgemeine Literaturzeitung, que probablemente fue redactado bien
directamente por Kant bien por alguien que estaba en estrecho con
tacto con l,138se comunica la pronta aparicin conjunta de la segunda
edicin de la Crtica de la razn pura y de una crtica de la razn
prctica pura.139 Por otro, impididindonos dar por sentado que al
menos desde finales de 1786 Kant se ha decidido por lo que ser su
segunda Crtica, en el ya citado prlogo a la segunda edicin de la
Crtica de la razn pura, que data como muy tarde de abril de 1787,
vemos que Kant considera implcitamente que la crtica de la razn
prctica pura ya est realizada y anuncia su propsito de pasar ya,
incluso con cierta urgencia, al desarrollo de la parte sistemtica, y por
lo tanto metafsica y ya no crtica, de su filosofa natural y de su filosofa
moral;140 propsito que Kant debi abandonar muy pronto, pues la
138. Quiz por Christian Gottfried Schtz, a la vez muy cercano a los editores de esa revista
para la cual gan la colaboracin de nuestro autor y frecuente y cordial corresponsal de Kant
en la segunda mitad de la dcada de los ochenta.
139. Auch wird, zu der in der ersten Auflage enthaltenen Kritik der reinen speculativen
Vemunft in der zweyten noch eine Kritik der reinen praktischen Vemunft hinzukommen, die dann
ebenso das Princip der Sittlichkeit wider die gcmachten oder noch zu machenden Einwrfe zu
sichem, und das Ganze der kritischen Untersuchungen, die vor dem System der Philosophie der
reinen Vemunft vorhergehen misse, zu vollenden dienen kann (Allgemeine Literaturzeitung,
21-XI-I786, cit. en Natorp, P op. cit., p. 497).
140. Da ich whrend dieser Arbeiten schon ziemlich tief ins Alter fortgerckt bin (in diesem
Monate ins vier und sechzigste Jahr), so mu6 ich, wenn ich meinen Plan, die Metaphysik der Natur
sowohl ais der Sitten, ais Bestatigung der Richtigkeit der Kritik der speculativen sowohl ais
praktischen Vemunft, zu liefem, ausfhren will, mit der Zeit sparsam verfahren (KrV B XLIII).
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IV.
LA PRIMERA RECEPCIN
DE LA FUNDAMENTACIN DE
LA METAFSICA
DE LAS COSTUMBRES
1. Primeras recensiones
Los principales documentos acerca de cul fue la primera recepcin
de la Fundamentacin son probablemente las recensiones y comenta
rios que aparecieron en diversos lugares, especialmente en revistas
eruditas de la poca, en los meses siguientes a la publicacin de nuestra
obra.145Kant prest especial atencin a algunas de ellas, a las que hizo
referencia explcita en la Crtica de la razn prctica y que le movieron
a aclarar o desarrollar con ms amplitud en esta ltima obra algunos
aspectos de su filosofa moral cuya exposicin en la Fundamentacin
haba sido considerada insatisfactoria. La atencin a esas reacciones
y a la rplica de Kant a las mismas puede as sernos de utilidad para
apreciar cmo se acercaron a nuestra obra sus primeros lectores y qu
actitud tom Kant ante las objeciones recibidas, y por tanto ante
algunas de las doctrinas de su libro que desde el primer momento
resultaron ms controvertidas.
Gottlob August Tittel, consejero eclesistico en Karlsruhe y seguidor
de la filosofa de Feder, atac a la Fundamentacin en una obra titulada
Sobre la reforma moral del Sr. Kant.146 Parece ser que Kant pens
dedicar un escrito separado a defenderse de los ataques de Tittel147 y
145. Cfr. los datos que aportan al respecto Vorlnder (en la Einleitung a su edicin de la
Fundamentacin, Flix Meiner, Leipzig, 1906, 3. Aufl, pp. XVI-XVII), Natorp (en las Sachliche
Erlduterungenzur Kritik derpraktischen Vemunft in Kant's Gesammelte Schriften, herausgegeben
von der Kniglich PreuBischen Akademie der Wissenschafien, Georg Reimer, Berln, 1908, Band
V, pp. 506-509) y Bittner y Cramer (en su coleccin de Materialien zu Kants Kritik der praktischen
Vemunft, Suhrkamp, Frankfurtam Main, 1975).
146. berHerm Kants Moralreform, bey den Gebrdem Pfahler, Frankfurtund Leipzig, 1786.
147. Sie schreiben mir von einer Vertheidigung, die Sie gegen Angriffe der Hem. Feder und
Tittel bekannt machen wollen (carta de Johann Erich Biester a Kant el 1l-VI-86; X, 434).
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183, Cassirer, E., Kant: vida y doctrina, trad. de W. Roces, FCE, Mxico, 1968, 2a. ed., p. 289.
V. ESTRUCTURA
Prefacio
1. Prefacio (387, 1-392, 28)
1.1. Divisin de la filosofa (387, 1-388, 14)
1.2. La filosofa moral ha de ser pura (388, 15-390, 18)
1.3. La filosofa prctica universal (390, 19-391, 15)
1.4. Ttulo, objetivo, mtodo y partes de la obra (391, 16-392,
28)
Primera seccin: Trnsito del conocimiento racional moral ordi
nario al filosfico
2. La buena voluntad (393, 1-396, 37)
2.1. La buena voluntad es lo nico bueno sin restriccin (393,
1-394, 12)
2.2. La buena voluntad es buena en s misma (394, 13-394, 31)
2.3. Argumento teleolgico: el fin de la razn es fundar una
buena voluntad (394, 32-396, 37)
3. Valor moral y deber (397, 1-401, 40)
3.1. La primera proposicin (el valor moral estriba en hacer
el bien por deber, no por inclinacin) (397, 1-399, 34)
3.2. La segunda proposicin (el valor moral de una accin
reside en su mxima, no en su propsito) (399, 35-400,
16)
3.3. La tercera proposicin (el deber es la necesidad de una
accin por respeto a la ley) (400, 17-401, 40)
4. La ley moral (402, 1-403, 33)
4.1. El imperativo categrico como ley moral (402, 1-402, 13)
4.2. El imperativo categrico como criterio de enjuiciamiento
moral (402, 14-403, 33)
5. Necesidad de la filosofa moral (403, 34-405, 35)
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d e la f il o s o f a
m oral ha d e s e r pura
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v o l u n t a d e s b u e n a e n s m is m a
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realmente por deber (397, 11-32). As, es claro que quien conserva su
vida no por gustar de ella, sino tambin cuando le es tan ardua y
dolorosa que deseara morir, est obrando por deber, y no por inclina
cin, y por tanto la mxima de su accin tiene contenido moral (397,
33-398, 7). Lo mismo sucede cuando alguien ayuda a sus semejantes
no movido por un clculo de intereses, ni tampoco por una inclinacin
a la benevolencia o por una bondad temperamental, de las que carece,
sino impulsado exclusivamente por la idea de deber: el carcter de esa
persona es sin duda moralmente valioso (398, 8-399, 2). Igualmente,
quien cumple el deber de cuidar su salud, incluso en unas circunstan
cias por ejemplo las de un enfermo de gota- en las que si siguiese
a sus inclinaciones sacrificara la salud a un disfrute inmediato, no
acta movido por la inclinacin a la felicidad, sino por el deber, y su
proceder posee verdadero valor moral (399, 3-26). Este mismo es el
sentido del mandato evanglico de amar al prjimo: ese amor ha de
ser prctico esto es, por deber y no patolgico o dependiente de la
inclinacin (399, 27-34).
3.2. La segunda proposicin (el valor moral
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SEGUNDA SECCIN:
TRNSITO DE LA FILOSOFA MORAL POPULAR
A LA METAFSICA DE LAS COSTUMBRES
6. Filosofa moral a priori, ejemplos y filosofa moral popular
(406, 1-412, 25)
6 .1 . L a e x p e r ie n c ia
y l o s e j e m p l o s e n la f il o s o f a m o r a l
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Cuando una voluntad puede querer que sus mximas sean leyes
universales decimos que es autnoma, esto es, ley para s misma. Este
principio se sigue, por mero anlisis, de la nocin de moralidad, pero
el imperativo que manda adoptarlo es una proposicin sinttica a
priori, pues en el concepto de voluntad no est contenido que no deba
obrar ms que universalizablemente (440, 14-32).
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1 5 .2 . L a l ib e r t a d
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c o m o c la v e d e l im p e r a t iv o c a t e g r ic o
Pues bien, para un ser que no puede actuar ms que bajo la idea de
su libertad valen las mismas leyes que valdran para un ser cuya
libertad se hubiese demostrado tericamente, por lo que podemos
decir del primero que es libre en sentido prctico (448, 5-9. 28-35). Tal
es el caso del hombre y de todo ser racional dotado de voluntad: que
su razn es prctica implica que tiene conciencia de su causalidad
como autora de sus principios, sin que le mueva en sus juicios influjo
externo alguno, por lo que podemos y debemos presuponer aunque
sigamos sin saberlo que es libre (448, 10-27. 449, 1-6).
16. Planteamiento del problema de la validez
del imperativo categrico (449, 7-450, 17)
Al pensarme como libre, soy consciente de la ley de obrar slo de
modo universalizable, pero por qu tengo que someterme a esa ley,
sin que ningn inters me mueva a ello? De suyo, todo ser racional
querra obrar as, pero ese querer toma la forma de un deber para seres
como el hombre, cuya razn prctica se halla obstaculizada por la
afeccin sensible (449, 7-22). Parece, pues, que nicamente hemos
conseguido determinar con precisin el principio de la moralidad, pero
no demostrar su validez como un mandato ni explicar por qu atribui
mos al obrar moral un valor incomparable con el de cualquier otro
estado, por agradable que ste sea (449, 24-450, 2). Ciertamente,
tomamos un inters en la moralidad como lo que nos hace dignos de
ser felices, sin que nos mueva deseo emprico alguno, pero eso slo es
posible una vez que la idea de libertad nos lleva a vernos sometidos a
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184. Cfr. Caimi, M. Rezension von Kant, M., Fundamentacin de la Metafsica de las Costum
bres, trad. por Manuel Garca Morente, ed. por Juan Miguel Palacios, Real Sociedad Econmica
Matritense de Amigos del Pas, Madrid, 1992, in Kant-Studien 86 (1995), pp. 105-106.
185. Ambas versiones se citan en la Bibliografa.
IX. BIBLIOGRAFA186
1. Ediciones
1.1. Originales
Grundlegung/ zur/ Metaphysik/ der Sitien/ von/ Immanuel Kant/ /Riga,/ bey
Johann Friedrich Hartknoch/ 1785 [128 pp. en octavo].
Grundlegung/zur/ Metaphysik/der Sitien/\on/ Immanuel Kant/ [dibujo]/ Zweyte Auflage./ Riga,/ bey Johann Friedrich Hartknoch/ 1786 [128 pp. en
octavo].
1.2. Otras
88
BIBLIOGRAFA
BIBLIOGRAFA
89
90
BIBLIOGRAFA
BIBLIOGRAFA
91
92
BIBLIOGRAFA
Menzer, P., Der Entwicklungsgang der Kantischen Ethik in den Jahren 1760
bis 1785 in Kant-Studien 2 (1898), 290-322 y 3 (1899), 41-104.
Mller, P. Christian Garves Moralphilosophie und seine Stellung zu Kants Ethik,
Dissertation, Erlangen, 1905.
Menzer, P., Anmerkungen zur Grundegung zur Metaphysik der Sitien in Kants
Gesammelte Schriften, herausgegeben von der Kniglich PreuRischen Akademie der Wissenschaften, Druck und Verlag von Georg Reimer, Berln,
1903, BandIV, 623-634.
Natorp, P., Einleitung y Sachliche Erluterungen zur Kritik der praktischen
Vemunft in Kant's Gesammelte Schriften, herausgegeben von der Kni
glich PreuRischen Akademie der Wissenschaften, Druck und Verlag von
Georg Reimer, Berln, 1908, Band V, 492-509.
Petrus, K., "Beschrieene Dunkelheitund "Seichtigkeit". Historisch-systematische Voraussetzungen der Auseinandersetzung zwischen Kant und Garve
im Umfeld der Gttinger Rezension in Kant-Studien 85 (1994), 280-303.
Reich, K., Kant und die Ethik der Griechen, J.C.B. Mohr (Paul Siebeck),
Tbingen, 1935.
Reich, K., Kant and Greek Ethics in Mind XLVIII (1939), 338-354 y 446-463.
Schilpp, P. A., Kants Precritical-Ethics, Northwestern University Press, Evanston, 1960, 2nd. Ed.
Schmucker, J., Die Ursprnge der Ethik Kants in seinen vorkridschen Schriften
und Reflektionen, Hain, Meisenheim/Glan, 1961.
Schrpfer, H., Der EinfluR von Francis Hutcheson auf die Ausprgung der
moralphilosophischen Anschauungen I. Kants in Aus dem philosophischen Leben der DDR. Informationsbulletin 17 (1990), 39-43.
Sprute, J., Der Begriff des Moral Sense bei Shaftesbuiy und Hutcheson in
Kant-Studien 71 (1980), 221-237.
5.2. P roblemas textuales y de traduccin
BIBLIOGRAFA
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Bittner, R., Das Untemehmen einer Grundlegung zur Metaphysik der Sitien in
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5.14. La argumentacin de la tercera seccin
DE LAF U N D A M E N T A C I N
100
BIBLIOGRAFA
X. AGRADECIMIENTOS
Agradezco el apoyo econmico que me han prestado para la reali
zacin de este trabajo el Servicio Alemn de Intercambio Acadmico
(DAAD) y la Fundacin Caja de Madrid al concederme sucesivamente
sendas becas postdoctorales. Entre las numerosas personas que me
han ayudado con su consejo y sus sugerencias no puedo dejar de citar
a los profesores Juan Miguel Palacios, Gilberto Gutirrez, Reinhard
Lw (q.e.p.d.) y Wilhelm Vossenkuhl, ni tampoco al Dr. Josef Dohrenbusch. A todos ellos, muchas gracias.
FUNDAMENTACIN DE LA METAFSICA
DE LAS COSTUMBRES
de IMMANUEL KANT
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reglas especiales del pensar puro, esto es, de aquel por el que
son conocidos objetos completamente a priori. Pues la meta
fsica de las costumbres ha de investigar la idea y los princi
pios de una voluntad pura posible, y no las acciones y condi
ciones del querer humano en general, las cuales en su mayor
parte se extraen de la psicologa. Que en la filosofa prctica
universal se hable (si bien contra todo derecho) tambin de
leyes morales y deber, no es una objecin contra mi afirma
cin. Pues los autores de esa ciencia permanecen tambin
aqu fieles a su idea de la misma: no distinguen los motivos
que son representados como tales completamente a priori
meramente por razn, y son propiamente morales, de los
empricos que el entendimiento eleva a conceptos universales
meramente por comparacin de las experiencias, sino que los
consideran,6 sin atender a la diferencia de sus fuentes, sola
mente segn la mayor o menor suma de los mismos (consi
derando a todos del mismo tipo), y de este modo se hacen su
concepto de obligacin, que, desde luego, es cualquier cosa
menos moral,7 pero sin embargo est constituido del nico
modo que se puede solicitar en una filosofa que no juzga
en modo alguno, sobre el origen de todos los conceptos prc
ticos posibles, si se dan tambin a priori o meramente a
posteriori.
Pues bien, con la intencin de entregar algn da una
metafsica de las costumbres, hago preceder esta fundamentacin. Es cierto que propiamente no hay otro fundamento de
la misma8que la crtica de una razn prctica pura, del mismo
modo que para la metafsica la ya entregada crtica de la razn
especulativa pura. Slo que, por una parte, aqulla no es de
tan extrema necesidad como sta, porque la razn humana
puede ser llevada en lo moral, aun en el entendimiento ms
ordinario, fcilmente a mayor correccin y detalle, mientras
que en cambio en el uso terico, pero puro, es enteramente
dialctica; por otra parte, exijo para la crtica de una razn
prctica pura que, si ha de ser completa, tenga que poder ser
expuesta a la vez su9unidad con la especulativa en un princi
pio comn, porque al cabo slo puede ser una y la misma
razn, que tiene que ser distinta meramente en la aplicacin.
Pero todava no poda llegar aqu a ser as de completo sin
traer a colacin consideraciones de tipo enteramente distinto
y confundir al lector. Por eso me he servido en lugar de la
denominacin de Crtica de la razn prctica pura de la de
Fundamentacin de la metafsica de las costumbres.
PREFACIO
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Primera seccin
T r n sito d e l c o n o c im ie n t o racional m o ra l o r d in a rio
AL FILOSFICO
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Segunda seccin
T r n sito d e la filo so fa m oral po pu la r
A LA METAFSICA DE LAS COSTUMBRES
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30 de todas partes causas motoras para el bien moral al objeto de hacer a la medicina
bien enrgica, la echan a perder. Pues la ms ordinaria observacin muestra que si
se representa una accin de rectitud ejecutada con alma constante, separadamente
de todo propsito de provecho en este o en otro mundo, aun bajo las mayores
35 tentaciones de la necesidad o de la atraccin, deja muy detrs de s y oscurece
cualquier otra accin semejante que est afectada siquiera mnimamente por un
resorte ajeno, eleva el alma y suscita el deseo de poder obrar tambin as. Aun nios
de edad regular sienten esta impresin, y tampoco se les debera representar nunca
los deberes de otra manera.
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Tercera seccin
T r n s it o d e la M e t a f s ic a d e l a s c o s t u m b r e s
a la C r t ic a d e la r a z n p r c t ic a p u r a
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TERCERA SECCIN
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TERCERA SECCIN
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* El inters es aquello por lo que la razn se hace prctica, esto es, se hace una
causa determinante de la voluntad. De ah que slo de un ser racional se diga que toma
un inters en algo; las criaturas irracionales slo sienten impulsos sensibles. La razn
toma un inters inmediato en la accin slo cuando la validez universal de la mxima
de esta ltima es un fundamento de determinacin de la voluntad suficiente. nica
mente ese inters es puro. Pero cuando la razn slo puede determinar a la voluntad
por medio de otro objeto del deseo, o bajo la presuposicin de un sentimiento especial
del sujeto, toma en la accin slo un inters mediato, y como la razn por s sola, sin
experiencia, no puede hallar ni objetos de la voluntad ni un sentimiento especial que
sirva a sta de fundamento, este ltimo inters sera solamente emprico y no un inters
racional puro. El inters lgico de la razn (por fomentar sus conocimientos) no es
nunca inmediato, sino que presupone propsitos de su uso.
TERCERA SECCIN
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274
lo contrario sera de esperar que el artculo que precede a Qucllen fuese en genitivo
y no en dativo: der en vez de den).
11. Kant hace aqu un juego de palabras difcilmente traducible: machen M u t
[esto es, aliento o nimo] und hiedurch fters auch berm ut [por as decir,
sobre-aliento o sobre-nimo, que nosotros hemos traducido por arrogancia] (11.
16-17).
12. Este jji siquiera (sogar, 1. 20) admite dos interpretaciones. Segn la que
hemos dado, Kant quiere decir aqu que la contemplacin de la felicidad perpetua de
un ser es lo que con mayor probabilidad podra suscitar la complacencia de un
espectador imparcial, pero que ni siquiera ese espectculo suscita esa complacencia
cuando es el de una mera felicidad, es decir, sin que la acompae una buena voluntad.
Pero tambin es posible que lo que Kant quiera decir aqu sea lo siguiente: al espectador
racional e imparcial le basta ver (sogar am Anblicke), sin que necesite un anlisis
ms detenido, a un ser que aunque no tiene una voluntad buena disfruta de eterna
felicidad para no encontrar complacencia alguna en ese espectculo, tan distinto es de
lo que un espectador racional espera o aun exige; la traduccin, entonces, tendra que
rezar ms o menos as: a un espectador imparcial racional le basta contemplar una
ininterrumpida bienaventuranza de un ser al que no adorna ningn rasgo de una
voluntad pura y buena para no tener nunca, jams, complacencia en ese espectculo.
13. Esto es, la naturaleza; este pronombre podra referirse tambin a la causa
benfica mencionada poco antes, pero por el contexto ello parece menos probable.
14. Kant se refiere sin duda a la razn (Vemunft, 1. 28).
15. Kant se refiere probablemente a la existencia de la razn (Vemunft, 1. 6);
aunque tambin podra referirse a la de quienes emiten esos juicios (derer, die die
ruhmredige Hochpreisungen der Vorteile [...] sehr mKigen, 11. 5-7), ello nos parece
menos probable.
16. Esto es, la razn (Vemunft, 1. 14).
17. No es claro si este la cual (die, 1.16) se refiere a la honra (Ehre, 1. 16) o
a la inclinacin a la honra (Neigung nach Ehre, 11.15-16) (aunque lo segundo es ms
probable), pero tanto en uno como en otro caso el sentido es el mismo.
18. moral (moralisch, 1. 37) se refiere a valor (Wert) y no a carcter
(Charakter) , como sabemos por el contexto; en s misma la construccin de Kant es
ambigua.
19. Aqu supremo (hchste , 1.1) se refiere a valor (Wert, 398, 37) y no a
carcter (Charakter, 398, 37), como sabemos por el contexto; en s misma, la
construccin de Kant es ambigua.
20. El antecedente de que (die, 1. 12) es representa cin (V orstellung, 1. 11),
no ley (G esetz , 1. 11).
21. ella (sie, 1.13) se refiere asimismo a representacin (V orstellung , 1. 11),
no a Zey (G esetz, 1. 11).
22. el ltimo (der letztere, 1.25) hace referencia al filsofo (Philosoph, 1.24).
23. Con aqul (jener, 1. 26) Kant se refiere al entendimiento ordinario (der
gemeine Verstand, I. 18).
24. Kant se refiere sin duda a la razn prctica ordinaria (praktische gemeine
Vemunft, 1. 31).
25. Kant se refiere con toda probabilidad a la razn terica ordinaria (aludida por
ese im theoretischen Gebrauche, 1. 33).
26. Kant se refiere probablemente a la idea del deber (Pflicht, 1. 6).
275
27. De los hombres, mencionados poco antes en amor a los hombres (Menschenliebe, 1. 23).
28. La velocidad del pensamiento y de la sintaxis de Kant le lleva aqu a una
pequea inconsecuencia o descuido: no est claro a qu se refiere con sus (ihre),
qu o quin es la poseedora o los poseedores de los conceptos y leyes (Begriffe und
Gesetze) que menciona a continuacin; por el paralelismo con las proposiciones que
anteceden habra que pensar que ese poseedor son precisamente todos los conceptos
morales (alie sittlichen Begriffe) del comienzo del prrafo, pero ello es imposible
porque esos conceptos morales aparecen como lo posedo; nada impide suponer, a falta
de una inequvoca indicacin por parte de Kant, que esa poseedora es la moralidad en
general. Otra posibilidad es, si aceptamos la sugerencia de Adickes (cfr. nota 31 al texto
alemn), leer estos conceptos y leyes.
29. Aqu y en lo sucesivo ponemos entre comillas el deber que traduce al
infinitivo sustantivado sollen para distinguirlo del que traduce al sustantivo Pflicht.
30. Entendemos que estos pronombres hacen referencia a la accin (Handlung,
1.10); no sera imposible que refiriesen a la materia (Materie, 1.10) pero por el contexto
parece improbable.
31. A la desigualdad (Ungleichheit, 1. 16); aunque sintcticamente Kant podra
estar refirindose a la constriccin (Ntigung, 1. 16), ello nos parece menos probable.
32. El sujeto de este y de los dems quiere del presente prrafo es el hombre
(Mensch, 1. 2).
33. Kant se refiere al caso de que lo que nos moviese al cumplimiento de la ley
fuese en realidad un resorte emprico, como la vergenza o el miedo (cfr. 11. 28-30).
34. otro querer, se sobreentiende.
35. No es por completo claro a qu se refiere Kant con este en l (in ihm, 1.
35); en nuestra opinin apunta al concepto de la voluntad de un ser racional (dem
Begriffe des Willens ais eines vemnftigen Wesens, 1. 34), pero podra referirse ms
bien a esa voluntad misma (voluntad, esto es, Wille, 1.34, tiene en alemn el mismo
gnero, masculino, que concepto (Begriff), y masculino es tambin el pronombre,
l (in ihm), que ahora nos ocupa) o incluso, aunque es menos probable, al ser
racional (vemnftigen Wesens, 1. 34).
36. La proposicin que hemos traducido por la regla prctica que la razn
determina (die praktische Regel, die die Vemunft [...] bestimmt, 11. 26-27) podra
significar tambin la regla prctica que determina a la razn, pero ello es improbable,
pues lo es que la razn sea determinada por una regla: para Kant la razn es ms bien
un principio determinante que uno determinable o determinado.
37. Esto es, a la ley (Gesetz, 1. 2); con todo, aunque nos parece algo menos
probable, este relativo, a la cual (welchem, 1. 3), podra referirse no tanto a la ley
cuanto a la universalidad (pues, por razn de su gnero, el antecedente de welchem
podra ser en lugar de Gesetz el nichts que aparece poco antes en el texto original
so bleibt nichts, ais die Allgemeinheit eines Gesetzes berhaupt brig, welchem die
Mxime der Handlung gemaS sein sol (11. 2-3)) de modo que en ese caso el pasaje
rezara: no queda otra cosa a la cual la mxima de la accin ha de ser conforme que
la universalidad de la ley en general, y nicamente esa conformidad....
38. Kant se refiere a la ley (Gesetz, 1. 8) consistente en preferir el placer al cultivo
de los propios talentos (cfr. 11. 8-11).
39. No es claro cul es el sujeto de necesita (bedarf, 1. 33), pues no lo est a
qu o quin se refiere el pronombre er (1. 32). No puede referirse a voluntad
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(Wille, 1. 31), pues en la oracin posterior Kant habla de su propia voluntad (aus
seinem eigenen Willen, 1. 34) y no tendra sentido presentar a la voluntad como
poseedora de s misma (adems, no resulta natural que sea una voluntad quien necesite
ayuda, etc.), er alude, probablemente, a ese cuarto (hombre) (ein vierter, 1. 17)
mencionado al comienzo del prrafo.
40. Entendemos que la misma (derselben, 1.3) alude a accin (Handlung,
1. 2); aunque tambin podra referirse a la mxima (Mxime, 1. 2), ello nos parece
menos probable.
41. Con la primera (die erstere, 1. 10) Kant se refiere sin duda a la accin cuya
mxima no puede ser pensada como ley universal de la naturaleza (cfr. 11. 4-5).
42. Con la segunda (die zweite, 1.11) Kant se refiere sin duda a la accin cuya
mxima no puede ser querida como ley universal de la naturaleza (cfr. 11. 7-9).
43. Esto es, lo contrario de nuestra mxima (unsere Mxime, 1. 16), pues a ella,
y no a ley universal (allgemeines Gesetz, 1. 17), apunta en razn de su gnero el
pronombre la misma (derselben, 1. 18).
44. Entendemos que con las cuales (die, 1. 37) Kant apunta a las leyes
(diejenigen [Gesetze], 1. 35) susurradas por ese sentido o esa naturaleza tutora;
aunque podra estar refirindose a ese sentido y naturaleza (ein eingepflanzter Sinn,
oder wer weiR welche vormundschaftliche Natur einflstert, 11. 36-37).
45. Kant se refiere ms probablemente a la virtud (Tugend, 1. 31) que a la
moralidad (Sittlichkeit, 1. 32).
46. la (sie, 1. 11) puede hacer referencia tanto a la doctrina de la nturaleza
(Naturlehre, 1. 11) como a la doctrina emprica del alma (empirische Seelenlehre,
1. 10); aunque lo segundo no es imposible, lo primero nos parece ms probable, y
entonces el sentido del pasaje es: la doctrina de la naturaleza, que es la parte emprica
(esto es, fundada sobre leyes empricas) de la filosofa de la naturaleza, tiene a su vez
por lo menos dos partes, la segunda de las cuales es la doctrina emprica del alma.
47. Kant no aclara si la fundada en leyes empricas es la filosofa de la naturaleza
(Philosophie der Natur, 11. 11-12) o la naturaleza (Natur, 1. 12) misma.
48. Con para ella traducimos un dazu (1. 36) que contiene la siguiente ambi
gedad: lo ms probable, y as lo hemos traducido, es que se refiera a proposicin
(Satz, 1. 35), de modo que el sentido de esta nota es que aqu, en la segunda seccin,
esta proposicin se afirma como un mero postulado que se establece sin fundamentarlo,
y que en la tercera se indicarn los fundamentos de esa proposicin, eliminando por
tanto su ndole de postulado; sin embargo, aunque improbable, no es imposible que
sea mejor traducir para ello con el siguiente sentido: en la tercera seccin se
presentar los fundamentos de por qu hay que establecer como postulado la proposi
cin en cuestin, es decir, en la tercera seccin la proposicin sigue siendo un postulado,
slo que, a diferencia de lo que sucede aqu en la segunda, all se indicar qu
fundamentos nos llevan a postularla.
49. Hemos traducido seinen Handlungen por nuestras acciones porque en
tendemos que Kant se est refiriendo no tanto a las acciones del propio sujeto a quien
estamos considerando como fin en s mismo cuanto a las acciones de otros sujetos que
pueden afectar al primero (esto es, a nuestras acciones), y que han de hacerlo de manera
que no atenten contra la ndole de fin en s mismo de ste. Nuestro autor hace un uso
similar del posesivo sein en otras ocasiones (por ejemplo 393, 15; 399, 3-4; 401, 7).
50. Aunque no es imposible que cuyo (dessen, 1. 10) se refiera a ser racional
(vemnftiges Wesen, 1. 9), es ms probable que lo haga a voluntad (Wille, 1. 10).
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51. El los (sie, 1. 24) de pensarlos hace referencia sin duda a los seres
racionales (vemilnftige Wesen, 1. 22).
52. El pronombre lo traduce aqu al pronombre femenino sie (1. 25) y enten
demos que se refiere a modo de pensar (Denkungsart), femenino en alemn;
sintcticamente podra referirse a dignidad (Wirde), pero ello nos parece menos
probable; dado su gnero, es imposible que se refiera a valor (Wert),
53. Aunque por la sintaxis pudiera parecerlo, aquellas (diejenigen, 1. 36)
remite precisamente a leyes (gesetze, 1. 35) y no a leyes de la naturaleza
(Naturgesetze) : con aquellas Kant no est diciendo que obedecemos al subconjun
to de las leyes de la naturaleza formado por las que nos damos a nosotros mismos, sino
que somos libres respecto de toda ley de la naturaleza y obedecemos slo a las leyes
que nos damos a nosotros mismos, que no son leyes de la naturaleza.
54. Con ella (sie, 1. 6) Kant se refiere seguramente a la legislacin (Gesetzgebung, 1. 2); aunque tambin podra estar hacindolo a la dignidad (Wrde, 1. 3), ello
es menos probable.
55. No es por completo claro cmo hay que entender la expresin de legislacin
propia (aus eigener Gesetzgebung, 1.24), y con ella el sentido de todo el pasaje; puede
querer decir por un lado que las mximas pertenecientes, procedentes, o tomadas de
la propia legislacin tienen que concordar para el reino de los fines, pero por otro lado
puede querer decir que es por, en virtud de mi propia legislacin cmo todas las
mximas tienen que concordar para el reino de los fines; en el primer caso, la legislacin
propia es solamente el origen de las mximas, mientras que en el segundo es el origen
del mandato de que concuerden para un posible reino de los fines. Sin que quepa
descartar por completo la segunda interpretacin, nos inclinamos por la primera, y por
eso vertimos ese aus en de en vez de, por ejemplo, en por.
56. Esto es, de la voluntad (Wille, 1.27), puesto que desselben, que aqu hemos
traducido por de la misma, es masculino o neutro, por lo que slo puede referirse al
masculino Wille, y no al femenino Form.
57. No es fcil saber a qu se refiere el trmino que hemos traducido por de las
mismas (derselben, 1. 29): si, como hemos interpretado, es plural puede referirse
tanto a categoras (Kategorien, 1. 26), como a forma y materia (Form y Materie,
11. 27-28), como a forma y voluntad (Form y Wille, 1. 27), como a objetos y fines
(Objekte y Zwecke, 1. 28) (en este ltimo caso habra que traducir, en vez de de las
mismas, de los mismos); si derselben es singular lo que nos parece menos
probable su gnero es femenino, y entonces tendra que ser traducido por de la
misma y slo podra referirse o bien a la forma o bien a la materia.
58. A todos los seres racionales (alie vemnftigen Wesen, II. 7-8), se sobreentien
de; aunque sera posible que les (ihnen, 1. 9) se refiriese a las leyes morales
(moralische Gesetze, 11. 6-7), ello es menos probable, especialmente en atencin al
impuestas (auferlegt, 1. 9) que sigue.
59. Entendemos que el trmino que hemos traducido por de la misma, dersel
ben, se refiere a la necesidad prctica recin mencionada (die unbedingte praktische
Notwendigkeit, 11. 8-9); Kant podra estar refirindose aqu a las leyes morales (mo
ralische Gesetze, 11. 6-7) y en ese caso, habra que ver en derselben un plural y
traducirlo por de las mismas pero ello nos parece menos probable.
60. La traduccin de unter den rationalen oder Vemunftgrinden (1. 3) es nece
sariamente redundante, pues en espaol, a diferencia de en alemn, no contamos con
dos palabras, una germnica y otra latina, para decir razn o racional.
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de: para sugiere la existencia de dos niveles, la voluntad y la ley para la voluntad,
mientras que con de parece que hay uno slo y es por tanto ms fcil deslizarse a la
idea, poco kantiana, de que por ser autnoma la voluntad carece de ley, no est atada, etc.
68. Kant probablemente quiere decir, de modo figurado, que el tercer trmino en
cuestin ocupa el lugar central de la proposicin sinttica, a su izquierda se engarza el
sujeto y a su derecha el predicado, de modo que stos no se unen directamente sino
slo en la medida en que cada uno de ellos est unido al tercero: voluntad absoluta
mente buena tercero voluntad cuya mxima puede contenerse en s misma a s
misma como ley universal.
69. Con el pronombre que hace de sujeto de este verbo, sie (1. 17), Kant se refiere
con toda probabilidad a razn (Vemunft, 1. 15).
70. La voluntad (Wille, 1.20); el pasaje tendra un sentido ms claro si lo mentado
fuese la libertad, pero por su construccin es ms probable que atribuida (beigelegt,
1. 22) se refiera sintcticamente a voluntad.
71. darle al entendimiento hemos de sobreentender, y no a la razn, pues el
pronombre -le de darle es masculino (ihm, 1. 19), e igualmente lo es Verstand
(1. 10), a diferencia del sustantivo femenino Vemunft (1. 17). Que el correlato de este
pronombre, entendimiento (Verstand, 1. 10), est tan lejos no debe inquietamos en
el caso de un escritor tan descuidado como lo es a veces Kant.
72. del primero traduce a der ersteren (1. 1), palabras que entendemos referi
das a mundo del entendimiento (Verstandeswelt, 453,1. 31 y 33). No es imposible
que der ersteren haga referencia ms bien a inteligencia (Intelligenz, 453, 35)
en ese caso habra que traducir de la primera pero ello nos parece menos
probable.
73. del mismo traduce a derselben (1. 2), palabra que puede referirse en este
contexto tanto a razn (Vemunft) como a libertad (Freiheit), a idea (Idee)
o a mundo del entendimiento (Verstandeswelt, 453, 31). De estas cuatro posibili
dades la primera da un sentido muy forzado y puede descartarse; en favor de la cuarta
est sobre todo que este prrafo estudia las leyes respectivas del mundo de los sentidos
y del mundo del entendimiento, y que en las lneas anteriores se ha hablado repetida
mente de la ley de este ltimo, por lo que, sin que resulte imposible que derselben
haga referencia a libertad (o a idea, aunque esto ltimo es menos probable) parece
ms seguro ver en mundo del entendimiento lo mentado aqu por Kant, y de ah
nuestra traduccin.
74. Nuestra traduccin ve en a la autonoma (der Autonomie, 1.3) un segundo
complemento indirecto de sometido (unterworfen, 1. 3), e interpreta por tanto ese
der como dativo. No es imposible, sin embargo, ver en der un genitivo, y en ese
caso habra que traducir y as pues de la autonoma de la voluntad, etc., con lo que
el texto ya no transmitira, al menos tan claramente, la idea de sumisin a la autonoma
de la voluntad. Con tod, la primera posibilidad nos parece preferible a la segunda,
pues la apoyan el ritmo y estructura del pasaje presente (por un lado, el y as pues
(und also, 11. 2-3) introduce un paralelismo con la mencin, inmediatamente anterior,
de a qu estoy sometido, y por otra parte la nocin de autonoma de la voluntad aparece
como explicacin de que en la idea de la libertad est contenida la ley) y el hecho de
que en el siguiente prrafo se dice algo muy parecido: que mis acciones deben ser
conformes a la autonoma de la voluntad (cfr. 11. 8-10).
75. No es enteramente claro cmo hay que entender slo (nur, 1. 27): quiz el
sentido sea que esas inclinaciones e impulsos son el nico obstculo que encuentra el
280
malvado para ser bueno, de modo que en cuanto desapareciesen ya podra inmediata
mente serlo, pero es ms probable que el pasaje quiera decir, parecidamente, pero con
un matiz de menor optimismo, que ya el mero hecho de que ese hombre tenga
semejantes inclinaciones y apetitos, sin entrar en ms consideraciones, le dificulta
mucho ser bueno.
76. la misma (desselben, 1. 32) hace referencia a la primera (cfr. nota
anterior) y por tanto a la voluntad, y no a la ley.
77. Aunque aqu Kant es de nuevo ambiguo, sus (ihren, 1. 12) hace referencia
muy probablemente a la razn (Vemunft, 1. 10), segn nos da a entender el contexto,
y no a la sensibilidad (Sinnlichkeit, 1. 12).
78. No puedo llegar a ese conocimiento ( K en n tn is , 1. 5), se sobreentiende; el
pronombre ste (dieser) tambin podra hacer referencia a mundo (Welt, 1. 2),
pero ello es mucho menos probable.
79. Kant indica el sujeto de significa (bedeutet, 1. 6) slo con un pronombre
femenino, sie, que sintcticamente podra estar refirindose tanto a la idea del mundo
inteligible (Idee, 1. 3) como al mundo inteligible mismo (intelligibele Welt, 1. 2). A
favor de entender que lo mentado es la idea est que es ms propio de una idea que
de un mundo significar algo, pero, con todo, la segunda posibilidad esto es, ver en
el mundo inteligible el sujeto de significa nos parece preferible por el paralelismo
del algo que me queda (etvvas, das da brig bleibt, 11. 6-7) que sigue con el pocas
lneas anterior todava me queda (die mir noch brig bleibt, 1. 2): dado que la
segunda de estas dos expresiones tan similares se refiere inequvocamente a mundo
inteligible, es de suponer que tambin lo hace la primera.
80. El trmino que hemos traducido por del mismo, derselben (1. 34), slo
puede referirse aqu o bien a un mundo puro del entendimiento (einer reinen
Verstandeswelt, 1. 30) o bien a idea (Idee, 1. 32). De estas dos posibilidades nos
parece preferible la primera, por cuanto la nocin de lmite o frontera (Grenze, 1. 34)
hace pensar antes en un mundo que en una idea.
Emanuele Severino
La filosofa antigua
Emanuele Severino
La filosofa moderna
Emanuele Severino
La filosofa contempornea
Jos M.a Valverde
La filosofa futura
Jos Montserrat
Platn
Daniel Innerarity
La revolucin copernicana
Jrgen Habermas
Textos y contextos
Manuel Garca-Carpintero
La Fundamentacin de la metafsica de las costumbres (Grundlegung zur Metaphysik der Sitten, aparecida en 1785) es una
obra bsica en la produccin de Kant, y constituye a la vez que la
mejor introduccin la exposicin ms concisa y acabada de su
pensamiento tico. Al decir de Emst Cassirer, en ninguna de sus
obras crticas maestras se halla tan directamente presente como
en esta la personalidad de Kant; en ninguna brilla tanto como en
esta el rigor de la deduccin, combinado con una libertad tan
grande de pensamiento, en ninguna encontramos tanto vigor y
tanta grandeza morales hermanados a un sentido tan grande del
detalle psicolgico, tanta agudeza en la determinacin de los
conceptos unida a la noble objetividad de un lenguaje popular,
rico en imgenes felices y en ejemplos. La Fundamentacin de
la metafsica de las costumbres se presenta ahora por primera
vez en el mundo de habla hispana en cuidada edicin bilinge,
con un estudio preliminar, notas al texto alemn y a la traduccin
espaola, una amplia bibliografa y la paginacin de la edicin
de la Academia Prusiana. De esta manera se pone en manos de
los lectores interesados en lo que se ha dado en llamar moral
kantiana, y en la filosofa moral en general, una obra de la que
Schopenhauer pudo escribir: en este libro encontramos el fun
damento, y por tanto lo esencial, de la tica de Kant expuesto
con un rigor sistemtico, un encadenamiento y una precisin que
no se encuentran en ninguna otra de sus obras.
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