La Historia de La Salvación

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LA HISTORIA DE LA SALVACIN

Este Es Abraham, Est Casado Con Sara.


(1 Parte) LA HISTORIA DEL PUEBLO HEBREO DESDE ABRAHM HASTA NUESTROS DAS
En la historia de la salvacin que narra la Biblia, hay personas y momentos especialmente
importantes.
Son grandes encuentros de Dios con la humanidad.
stas son sus principales etapas:

ETAPAS Y PERSONAJES
ANTIGUO TESTAMENTO
-LOS ORGENES
La primera manifestacin de Dios es la creacin.
En los relatos de los orgenes se dice que la existencia del universo y de la humanidad es el primer
signo del amor de Dios. En estos relatos se describe un estado de

felicidad

original que expresa el proyecto de Dios para los hombres y mujeres.

La creacin del cielo y la tierra

La creacin del hombre y la mujer a imagen y semejanza de Dios

La cada

Can mata a Abel

El diluvio

-LA ELECCIN DE UN PUEBLO


Para relacionarse con la humanidad, Dios elige un pueblo, que ser su interlocutor. Es

pueblo de Israel.

el

La eleccin se realiza mediante una alianza, un pacto con

Abrahn y su nieto

Jacob, tambin llamado Israel.


Con esta alianza, Dios promete formar un pueblo y acompaarlo cuidando de l.

Abrahn, padre de los creyentes

Dios hace una promesa a Abrahn de una tierra y una descendencia

Jacob ser padre de 12 hijos

Jacob y su familia se instalan en Egipto

-LA LIBERACIN
Cuando el pueblo de Israel tuvo que vivir esclavo en Egipto, Dios se revela como liberador. Llama

Moiss

a
para que se pnga al frente de su pueblo, lo saque de Egipto y lo lleve, atravesando
el Mar Rojo y el desierto, a la tierra de la libertad, la tierra prometida (Canan).

Sina, Dios,

En este caminar por el desierto tiene lugar un acontecimiento fundamental: en el


por medio de Moiss, entrega al pueblo una Ley y ste se compromete a cumplirla. Es
la

alianza solemne entre Yav y su pueblo.

Esclavitud en Egipto

Dios revela su nombre a Mois (Yav=Yo soy) y le enva a salvar a su pueblo

Las plagas de Egipto

El paso del Mar Rojo

Dios les alimenta con el man

En el Sina Dios hace Alianza con el pueblo

El Arca de la Alianza, presencia de Dios en medio del pueblo

El pueblo de Israel no es fiel a la Alianza

Conquista de Canan

poca de los Jueces

El pueblo pide a Dios un rey

EL REINO DE ISRAEL

Una vez asentado en la tierra prometida, Israel se va desarrollando hasta llegar a constituir un
reino. En esta etapa, Dios se revela como un rey justo y fiel a sus promesas, que conduce a su
pueblo por medio de reyes como

David y su hijo Salomn.

David era de Beln

David vence a Goliat, jefe de los filisteos

Dios le promete que su Reino no tendr fin

Salomn construy el gran Templo de Jerusaln

profetas

La intervencin de Dios tambin se realiza por medio de los


, personas que
transmiten al pueblo mensajes divinos, unas veces de nimo, unas veces de nimo y esperanza, y
otras de advertencias o reproches.

El profeta comunica el mensaje de Dios

Los profetas anuncian la salvacin de Dios y denuncian la infidelidad del pueblo

Nabucodonosor, rey de Babilonia, destruye Jerusaln y los lleva deportados a Babilonia

Dios siempre perdona

Regresan del exilio de Babilonia

-LA PROMESA DE UN MESAS


A pesar de todo, las estructuras polticas y religiosas del reino de Israel no consiguen traer al
pueblo esa situacin de felicidad prometida. Por eso, empieza a surgir la esperanza de que un da
llegar un mesas que instaurar la salvacin. Son, sobre todo, los profetas, que hablan de parte
de Dios, los que alimentan esta esperanza mesinica.

El pueblo espera que Dios cumpla sus promesas

NUEVO TESTAMENTO
-DIOS SE HACE HOMBRE
El punto culminante de esta historia de salvacin es el momento en el que el mismo Dios entra en
la historia hacindose hombre en la persona de Jess de Nazaret.
La encarnacin es el encuentro definitivo entre Dios y la humanidad, y el comienzo de la
realizacin plena de la salvacin.
En Jess, Dios se revela plenamente. En Jess se cumplen las promesas. l es la manifestacin
definitiva de Dios.

INFANCIA DE JESS

Mara es la Madre de Jess, el Hijo de Dios

Pertenece a la familia del rey David

Los pobres son los primeros en recibir la noticia

Jess, a los 12 aos, se queda en el Templo hablando con los doctores de la Ley

VIDA PBLICA DE JESS

Jess es bautizado por Juan en el Jordn

Comienza la misin

En la sinagoga de Cafarnaun

Andrs, Juan, Simn Pedro y Santiago, primeros seguidores

El mandamiento mayor de la Ley

Jess los envia a predicar

Jess elige a los Doce Apstoles

Jess nos ensea a orar

Jess hace milagros, signos del Reino

La fe es lo ms importante

Jess acoge y perdona a todos

Parbola del hijo prdigo

El milagro de la multiplicacin de los panes y los peces

Jess cura en sbado

Jess es la Verdad

Aadir leyenda

Aadir leyenda

Aadir leyenda

El Sermn de la montaa

PASIN, MUERTE Y RESURRECCIN DE JESS

La Iglesia es el Nuevo Pueblo de Dios

La Biblia En Imagenes

HISTORIA DE LA SALVACIN
NDC

SUMARIO: I. La historia de Dios es tangencial a la historia


humana: 1. El misterio de salvacin; 2. Revelacin e historia de

la salvacin; 3. Jesucristo, centro y culmen de la historia de la


salvacin. II. Caractersticas de la historia de la salvacin: 1.
Plan salvfico de Dios; 2. Historia humana; 3. Funcin de la
comunidad creyente; 4. Funcin de los transmisores; 5.
Esquema promesa-cumplimiento; 6. Sentido de la historia de
perdicin; 7. Historia salvfica y celebracin. III. Funcin
histrica de la experiencia religiosa: 1. Hechos y palabras; 2.
Historia sagrada e historia de salvacin; 3. Tarea de la
catequesis. IV. Etapas de la historia de la salvacin: 1. El
tiempo de Israel; 2. El tiempo de Jesucristo; 3. El tiempo de la
Iglesia. V. La historia de la salvacin en la catequesis espaola:
1. La corriente kerigmtica; 2. La corriente antropolgica; 3. La
traditio evangelii in symbolo. VI. Indicaciones metodolgicas.
Conclusin.

El concepto historia de la salvacin, en su formulacin


explcita, tiene un origen reciente, pero su contenido es tan
antiguo como la religin bblico-cristiana. La catequesis de la
Iglesia siempre ha tenido presente el plan salvfico de Dios, si
bien han variado los acentos, a favor o en contra, segn
concepciones ideolgicas de la filosofa o de la teologa de la
historia, claramente ligadas al tiempo en que han nacido y de
las que la misma catequesis, catequistas y catecismos han
podido estar influenciados. A lo largo de todo el pensamiento
bblico se verifica que entre el pueblo que vive sus vicisitudes y
el Dios que salva existe una relacin histrica. En la dinmica
promesa-cumplimiento est constituido el ncleo de la historia
de la salvacin. Bajo la clave de la alianza lo confiesa Israel en
el Antiguo Testamento (Dt 6,20-23; 26,1-11; Jos 24,1-13; Neh
9,7-25), y bajo la clave del reino lo anuncia Jess y lo predica
la Iglesia en el Nuevo.

I. La historia de Dios es tangencial a la historia humana

Dios, despus de haber hablado muchas veces y en diversas


formas a nuestros padres por medio de los profetas, en estos
das, que son los ltimos, nos ha hablado por el Hijo, a quien
constituy heredero de todas las cosas, por quien hizo tambin
el universo (Heb 1,1-2). La historia de la revelacin de Dios a
los hombres y en el mundo tiene un proceso evolutivo, lento y
progresivo; el credo cristiano no se basa en esquemas
abstractos de filosofa sobre la vida, sino en el hecho de que
Dios se ha manifestado en la historia y nos ofrece la salvacin.
Dios habla en la creacin, Dios habla en las situaciones ms
diversas de Israel, Dios habla en Jesucristo, Dios habla por
medio de la Iglesia, Dios habla dentro de nuestras vidas.
El cristiano tiene la certeza de que recibe la palabra de Dios en
lo concreto de su existencia, como un evangelio, como una
buena noticia. As: cmo y con qu finalidad Dios se hace
palabra en nuestra historia humana y de qu manera esa
palabra es reconocida en el corazn y la inteligencia del
hombre?; en qu situaciones, en medio de qu interrogantes
vitales, de qu anhelos o de qu abandonos se sirve para
manifestar su plan de salvacin?; cules son los signos de los
tiempos y qu valor hay que atribuirles? (cfDirectorio general
de pastoral catequtica de 1971, DCG 11). Esta revelacin y su
tradicin en la Iglesia son una experiencia viva; encuentran su
expresin justa en la accin y en la reflexin, en unos gestos y
en unas palabras, en la densidad de vida de unos personajes o
de unos acontecimientos, en el seno de la Iglesia asistida y
renovada por el Espritu de Jesucristo, a lo largo de toda la
historia de la humanidad.
En efecto, la historia de Dios no es paralela a la historia
humana, sino que se hace tangencial a ella. El espacio y el
tiempo, en cuanto coordenadas histricas, han sido en el
pasado, son en el presente y sern en el futuro, momentos de
la revelacin de Dios (cf DCG 44); momentos donde Dios se
hace tangencial al hombre, manifestndole y ofrecindole su

proyecto de salvacin, esperando de l la respuesta de la fe en


obediencia y acogida (cf CCE 144-149). De ello son testigos
cualificados Abrahn en el Antiguo Testamento, Mara de
Nazaret en el Nuevo y tantos evangelizadores en la Iglesia hoy.
La novedad del espacio-tiempo constituye el lugar teolgico
para escuchar el designio salvfico de Dios para con el hombre.
El cristiano, ms an el catequista, ha de percibir ese designio
en la palabra escrita (Biblia) y en la palabra acontecida (vida
diaria).
Hay en la Sagrada Escritura una especie de vocacin general
que est definida con palabras claras y bellas: Dios quiere
que todos los hombres se salven (ITim 2,3-4). Esa vocacin
se presenta siempre como una llamada teida de resonancias
salvadoras, liberadoras, para el hombre y en el mundo. As, la
revelacin del Exodo, la liberacin de los madianitas, la pascua
de Jess o la accin misionera de la Iglesia en pentecosts
constituyen un misterio para el pueblo creyente. Y es que cada
vez que Dios manifiesta al hombre sus cualidades, que son la
misericordia y la fidelidad, cada vez que Dios se manifiesta
como Dios en medio de la historia de los oprimidos por
cualquier causa y de los hombres que no encuentran sentido a
sus vidas, eso es un misterio (cf DV 2; CCE 39-43).
1. EL MISTERIO DE SALVACIN. As pues, podemos decir
que el misterio de salvacin entreteje las pginas de la Biblia,
los siglos de la tradicin y los documentos del magisterio, a
travs de sus mltiples tradiciones, en ellos recogidas, y en su
numerosa y rica variedad de gneros literarios y de autores,
cuyo objetivo no es otro que el de manifestar la accin de Dios
en la historia de unos determinados hombres, la intervencin
en sus vidas. Intervencin dirigida siempre a sacarlos de la
situacin penosa en que se encuentran; a librarlos de la
condicin de esclavitud en que viven como herencia de su
misma existencia humana, como consecuencia de su propia
equivocacin y malicia a lo largo de la historia; a hacerlos salir

de su desesperada condicin de hombres abocados a la


muerte y a la ruina total. Esta es la intencin primera y ltima
del Dios que se revela y acta en Jesucristo, y es el que pone
en marcha toda la accin en la historia.
Esta intencin, voluntad y deseo de salvacin en relacin a los
hombres, no es algo recndito en el seno misterioso de Dios,
no es algo abstracto, etreo, espiritualista. Es algo concreto,
palpable. Es una intencin eficaz, que lanza a la accin, que
pone manos a la obra, y que se realiza no precisamente en la
nebulosa de los tiempos, sino en la historia concreta de los
hombres y, actundose en ella, se hace presente, visible,
experimentable: Lo que exista desde el principio, lo que
hemos odo, lo que hemos visto con nuestros propios ojos, lo
que hemos contemplado, lo que han tocado nuestras manos
acerca de la palabra de la vida, pues la vida se ha manifestado,
la hemos visto, damos testimonio de ella... eso que hemos
visto y odo, os lo anunciamos (Jn 1,1-3).
Hechos concretos de la historia de los hombres, de grupos
humanos, de comunidades o pueblos, han sido vividos, vistos y
experimentados como acontecimientos salvficos, como
verdaderas intervenciones salvadoras de Dios. Y como tales
han sido transmitidas, de palabra y por escrito, en la
predicacin y en la oracin, en los santuarios o templos, en las
tiendas, casas o arepagos pblicos, como objeto de confesin
de fe o motivos para la alabanza, la bendicin y la splica.
As ocurri con la emigracin de los patriarcas, con la salida de
los descendientes de Jacob de Egipto, con la alianza del Sina,
la peregrinacin por el desierto, la entrada en Canan, la
instauracin de la monarqua en David y su posterior
destruccin; con la existencia de esos voceros de Dios que han
sido los profetas, con el destierro a Babilonia y su retorno del
mismo.

As aconteci tambin con el nacimiento de Jess de Nazaret,


su manifestacin y aparicin por los caminos de Palestina
como pregonero de la llegada del reino de Dios, con su labor
de aliviador de las necesidades de los hombres, con su pasin
y muerte bajo Poncio Pilato y con su resurreccin de entre los
muertos.
As es tambin vivida y vista la experiencia de envo y
recepcin del Espritu Santo por parte de la comunidad de
discpulos, con la transformacin de los mismos en testigos de
Cristo vivo y resucitado; la del envo de estos testigos hasta los
confines de la tierra, guiados por el mismo Espritu, para
anunciar a los hombres la salvacin obrada por Cristo y hacerlos beneficiarios de la misma incorporndolos a l. Estos
hechos y otros semejantes son los que resumen la fe de Israel
y de la Iglesia; en cuanto tales, se hallan concentrados y
expresados en las confesiones de fe o credos formulados una
y otra vez y proclamados constantemente en la liturgia.
Las intervenciones salvficas de Dios en la historia de los
hombres tienen su centro y culmen en Cristo. La salvacin, en
efecto, se orienta a recapitular todas las cosas en Cristo, a
hacer de todos los hombres una sola familia, la familia de Dios,
hacindolos hijos en el Hijo, insertndolos ntimamente en l,
incorporndolos a l (cf Ef 1,3-10; Col 1,13-20).
2. REVELACIN E HISTORIA DE LA SALVACIN. No se halla
en la Biblia el trmino historia, ni el de revelacin aparece en el
sentido amplio de la teologa moderna; pero el lazo entre lo que
llamamos revelacin divina e historia de la salvacin juega en
la Biblia un papel central. El Vaticano II, retomando la doctrina
de Trento y del Vaticano I, ha restablecido la relacin entre
revelacin y verdad salvfica y la ha subordinado a la mencin
de Cristo, plenitud de la revelacin. Con la vuelta a las fuentes
de la Biblia y de los Padres, determina la orientacin histricosalvfica como esencial en la explicacin, incluso catequtica,
de la fe (cf OT 16; CD 44). En Dei Verbum no aparece ya la

revelacin como un cuerpo de verdades doctrinales


comunicadas por Dios, contenidas en la Escritura y enseadas
por la Iglesia, sino como una automanifestacin de Dios en la
historia de la salvacin, de la cual Cristo es la cumbre (DV 2).
Es esto lo que transmite el evangelio consignado en las
Escrituras y confiado a la tradicin y al magisterio de la Iglesia.
Y as: 1) La revelacin es el acto de Dios que se manifiesta a s
mismo para introducir a los hombres en su propia vida; ms
concretamente, es el acto de Dios Padre que se manifiesta por
su Hijo encarnado, a fin de llevar a los hombres a la salvacin
en su Espritu Santo. 2) Esta automanifestacin de Dios se
hace de dos maneras: por medio de hechos (acontecimientos)
y por las palabras que los interpretan; es decir, Dios no se da a
conocer en un cuerpo de verdades abstractas, sino en una
historia que se vive, se palpa, se siente; hechos y palabras son
indisociables en esta comunicacin; por ejemplo, el hecho de la
salida de Egipto es un dato histrico en tiempos de Ramss II,
y para los israelitas se dice: Dios sac a su pueblo de Egipto;
3) En esa manifestacin de Dios, Jesucristo es, a la vez,
elmediador supremo y la plenitud de toda revelacin (cf CCE
50-53). Lo que se dio a conocer por Moiss y los profetas era
una preparacin de su evangelio (DV 3).
As pues, el hecho de que el plan de la revelacin se realiza
por obras y palabras, da origen al importante concepto
teolgico de historia de la salvacin. La razn profunda de la
historia bblica radica en el hecho, nico entre las religiones del
Antiguo Prximo Oriente, de que el yavismo es una religin
histrica. La Iglesia siempre ha afirmado el carcter histrico
de su fe (Jesucristo se encarn de Mara Virgen... fue muerto y
sepultado... resucit al tercer da de entre los muertos...). El
Vaticano II restableci en toda su fuerza el realismo funcional y
existencial, histrico y csmico, de la salvacin cristiana tal
como la presenta la Biblia.

Las manifestaciones de Dios en la historia comienzan con los


progenitores del gnero humano, prosiguen con los perodos
histricos sucesivos, y alcanzan su culminacin en Cristo (cf
CCE 54-67). Dios decidi entrar de un modo nuevo y definitivo
en la historia humana al enviar a su Hijo con un cuerpo
semejante al nuestro. La historia de la salvacin se encuentra
ntimamente relacionada con el misterio de Cristo (LG 1-2; DV
2; SC 5 y 102; GS 15-27). Quiso Dios, con su bondad y
sabidura, revelarse a s mismo y manifestar el misterio
(sacramento) de su voluntad (cf Ef 1,9). Por Cristo, la Palabra
hecha carne, y con el Espritu Santo, pueden los hombres
llegar hasta el Padre y participar de la naturaleza divina (cf Ef
2,18; 2Pe 1,1) (DV 2). Con estas palabras manifiesta el
Concilio la unidad concreta existente entre la revelacin y la
salvacin, y al mismo tiempo da a conocer el doble objeto de la
revelacin: por un lado, hacer que tengamos acceso al Padre y
seamos partcipes de su naturaleza divina; y por otro,
mostrarnos el camino que lleva a la felicidad eterna, a la
salvacin.
El plan divino de la salvacin denota y comprende todo cuanto
Dios ha dispuesto, ordenado y hecho para la salvacin de la
humanidad en el Antiguo y Nuevo Testamento, y su modo de
proceder en este sentido. Dios realiz esta economa de la
salvacin con hechos que se tradujeron en obras y en palabras
ntimamente conexas entre s, de manera que las obras que
Dios realiza en la historia de la salvacin manifiestan y
confirman la doctrina y las realidades que las palabras
significan; a su vez, las palabras proclaman las obras y
explican el misterio contenido en ellas (DV 2).
3. JESUCRISTO, CENTRO Y CULMEN DE LA HISTORIA DE
LA SALVACIN. La historia puede considerarse
como escenario de la revelacin, es decir, esta sucede en un
tiempo y espacio determinados; est sometida a las
coordenadas de la historia. Asimismo, la historia es objeto o

contenido de la revelacin. En el credo que confesamos, hay


artculos de la fe que son hechos histricos: Jesucristo naci
en tiempos de Herodes, padeci en tiempos de Poncio Pilato,
muri, etc. En Antiguo Testamento: la liberacin de Egipto, la
entrada en la tierra prometida y otros muchos hechos son
reveladores, son medios de salvacin.
En todas las pginas de la Biblia aparece Dios en contacto con
los hombres a los que haba creado (Adn) y escogido
(Abrahn, Moiss, profetas, etc.), a los que se revela y a favor
de los cuales interviene (vocacin de Abrahn, salida de
Egipto, vuelta del exilio...). As pues, a Dios se le conoci por
la experiencia histrica de su presencia. Por eso Dios
apareca como el Dios viviente y actuante. Pero la verdad
ntima acerca de Dios y acerca de la salvacin humana se nos
manifiesta por la revelacin de Cristo, que es, a un
tiempo, mediador y plenitud de toda la revelacin (DV 1-2). En
l se cumplieron todas las Escrituras, en l se realiz el
designio divino. Dios fue preparando a travs de los siglos el
camino del evangelio (cf Heb 1,1). Jesucristo, con su presencia
y manifestacin, con sus palabras y obras... lleva a plenitud la
revelacin, y la confirma con el testimonio divino: a saber, que
Dios est con nosotros para librarnos de las tinieblas del
pecado y de la muerte y para hacernos resucitar a la vida; en
definitiva, para salvarnos.

II. Caractersticas de la historia de la salvacin


1. PLAN SALVFICO DE DIos. El concepto de historia de la
salvacin presupone un acontecimiento en el que se vislumbre
el desarrollo de un plan salvfico de Dios. Se da una historia de
la salvacin porque Dios utiliza la historia de la humanidad para
despertar en el hombre el ansia de salvacin y ponerlo en la
decisin de aspirar a la salvacin que se le ofrece. Dios hace
comprender al hombre cado lo relativos y caducos que son los
bienes de este mundo, invitndole a buscar los bienes

espirituales e imperecederos de la salvacin escatolgica, que


Dios otorgar a los que acepten las condiciones que exige para
la consecucin de esta salvacin. De esta manera, por parte
del hombre, se da una historia de deseos de salvacin y de
esfuerzos para conseguirla; por parte de Dios, se da una
historia de intervenciones divinas en la historia de la
humanidad, que tienen como fin devolver al hombre la plena
salvacin perdida por el primer pecado. El plan salvfico de
Dios se manifiesta por el hecho de que eligi a ciertos
personajes y a un pueblo que demostraran a los otros hombres
lo que significaba vivir en comunidad con Dios y a travs de los
cuales les llegara la bendicin que les dara a conocer lo que
significaba la salvacin que se les haba prometido. Por su
eleccin, forma Dios una comunidad, su pueblo, como
heredero y garante de las promesas de salvacin para todos
los que quieren pertenecer a esta comunidad.
2. HISTORIA HUMANA. Aunque el plan salvfico de Dios se
realice en el interior de la historia, en acontecimientos que
pertenecen a la historia de la humanidad, la historia de la
salvacin en sentido bblico no debe identificarse simplemente
con la historia de la humanidad. Podemos hablar de la historia
de la salvacin en el sentido de que Dios ha demostrado en
hechos concretos de la historia que otorga o deniega la
salvacin. Toda la historia est en manos de Dios, pero
solamente se consideran aquellos hechos que son decisivos
para la salvacin del hombre. Muy pocas cosas recoge la Biblia
de las muchas que sucedieron durante el inmenso perodo de
la historia primitiva (Gn 1-11). Pocas son las noticias del
perodo histrico que se extiende desde la vuelta de la
cautividad hasta la aparicin de Juan el Bautista. Cindonos a
la vida de Jesucristo, poco sabemos de su infancia y de los
treinta aos que vivi en Nazaret, etc. Objeto de la historia de
la salvacin son aquellos acontecimientos, instituciones
(monarqua, profetismo, culto), personas, o slo aquellos
acontecimientos histricos, en los cuales los hagigrafos han

reconocido la accin salvfica de Dios y la consiguiente


reaccin humana. Cules son en concreto esos hechos que
forman el contenido del plan salvfico divino es difcil precisarlo;
pero todos los que se mencionan en la Biblia directa o
indirectamente guardan una relacin interna entre s y, por lo
mismo, entran en cierta manera en el plan salvfico de Dios.
Entre historia de la salvacin e historia profana, aunque sean
distintas, existe una relacin ntima,pues Dios est encarnado
e inserto en la historia.
3. FUNCIN DE LA COMUNIDAD CREYENTE. Los hechos
aislados no forman una historia, slo forman historia si se
graban en la memoria de los hombres y se transmiten a las
generaciones venideras. De ah que nicamente pueda
hablarse de historia de la salvacin cuando los hechos
salvficos y su significacin de conjunto, conocidos por los
hombres como tales, son reconocidos como significativos para
la propia generacin y para los que han de venir y que, por
esto mismo, se retransmiten. Slo se da historia de salvacin
cuando una comunidad se considera a s misma como pueblo
de Dios, que evoca a la memoria los hechos salvficos del
pasado para comprenderse a s misma y comprender la
relacin que tiene con Dios, con el fin de recorrer el camino
que la lleva a la salvacin prometida. La comunidad que se
considera pueblo de Dios, as como aquellos a los que est
confiada la obligacin de transmitir la tradicin, escogen
aquellos hechos que consideran importantes para la historia de
la salvacin, y los interpretan de manera que muestren a los
venideros el camino que lleva a la salvacin. Esta tradicin e
interpretacin es susceptible de un progreso histrico si
tenemos en cuenta nuestra situacin existencial.
En la historia humana y en la historia de la salvacin llegamos
hasta los hechos slo a travs de testimonios y de documentos
que siempre dan una interpretacin de los hechos. Si
queremos comprender la historia de la salvacin, debemos

tener confianza en los que fueron testigos de la misma y en los


que nos la transmitieron, considerar atentamente la
interpretacin que le dieron y examinar qu nos dice a
nosotros, hombres y mujeres del siglo XXI, lo que nos ha sido
transmitido.
4. FUNCIN DE LOS TRANSMISORES. En los relatos sobre
los hechos, los que los transmiten no solamente exponen su
pensamiento y el de la comunidad, sino que en sus palabras
manifiesta Dios su propia obra. Dios se sirve de transmisores o
hagigrafos humanos para dirigirnos, a travs de ellos, su
propia palabra; por ejemplo Isaas, Oseas, Juan Bautista, etc.
Los que nos han retransmitido la historia de la salvacin hablan
no slo como testigos de la obra de Dios en la historia, sino
tambin en nombre del Dios que obra en la historia. Las
palabras de los mensajeros bblicos (profetas, hombres de
Dios) y hagigrafos son profeca, esto es, una palabra del
mismo Dios dirigida a nosotros, que nos coloca en una
disyuntiva y exige nuestra respuesta.
5. ESQUEMA PROMESA-CUMPLIMIENTO. Porque la
salvacin se perdi por el pecado y porque solamente el
hombre la recuperar en toda su plenitud al fin de los tiempos,
la historia de la salvacin se define por el esquema
de promesa y cumplimiento. Ya en la historia del pasado se
cumplieron algunas promesas (posesin de la tierra prometida
a los patriarcas, muchas profecas que se cumplieron en el
Antiguo y otras en el Nuevo Testamento). Mientras la historia
de la salvacin no llegue a su trmino, no est seguro el
hombre de que ser salvado. Para cada hombre, aun despus
de la resurreccin de Cristo, la salvacin es una promesa
(puede rechazar el ofrecimiento de salvacin que Dios le hace).
La accin salvfica de Dios en el pasado y el hecho salvfico de
la Iglesia, que durar hasta el segundo advenimiento de Cristo,
dan al hombre la seguridad de que Dios est siempre
dispuesto a dar la salvacin sin limitaciones. Lo que Dios ha

hecho en la historia del pasado es una sombra, un tipo de lo


que Dios har. El que fundamentalmente reconoce el plan
salvfico y una economa de salvacin como historia de
salvacin, no podr rechazar la tipologa como categora
exegtica. El concepto de plan salvfico presupone que los
acontecimientos salvficos posteriores acontecen segn un
plan preconcebido.
6. SENTIDO DE LA HISTORIA DE PERDICIN. La historia de
la salvacin se caracteriza tambin por reveses y
contratiempos, por fracasos de organizaciones e instituciones
salvficas. Leemos en el Antiguo Testamento que muchas
veces Dios tiene que comenzar de nuevo porque el hombre ha
rechazado su oferta de salvacin; que excluye de la promesa a
personas y grupos que le correspondan directamente; que
encauza la vida de Israel por otros derroteros; que reprueba
unas instituciones y crea otras; pone en cuestin la existencia
de la alianza (en el desierto, en el exilio), etc. Las promesas
hechas al pueblo judo las traspasa a la Iglesia, sin reprobar
completamente a Israel. Con Cristo se cre una nueva
institucin. Las profecas no slo anuncian la promesa de
salvacin, sino tambin el anuncio del juicio. Por lo mismo, la
historia de la salvacin tiene tambin una contrapartida en su
historia de la perdicin. Historia de la salvacin quiere decir
llamada a la decisin entre la salvacin y la reprobacin.
7. HISTORIA SALVFICA Y CELEBRACIN. La historia de la
salvacin es la historia que se hace presente en el culto. As
suceda en el culto del Antiguo Testamento y sigue en la liturgia
de la Iglesia. El ao litrgico es la recapitulacin de toda la
historia de la salvacin. Israel se reuna en los santuarios
(Gilgal, Betel, etc.), y all recordaba lo que Dios haba hecho a
su pueblo; cosa que hoy seguimos haciendo en la liturgia de la
Iglesia, teniendo presente la obra de Jesucristo. En este
sentido, se hace necesaria una catequesis mistaggica (cf
CCE 1075 y 1095).

Presupuesto todo lo dicho, podemos describir la historia de la


salvacin como la historia de los hechos salvficos de Dios, en
los cuales manifiesta su plan salvador, prometiendo al hombre
la salvacin que perdi por el pecado para el tiempo
escatolgico, a cuya promesa puede el hombre responder con
fe o sin ella. Es la historia que han transmitido los rganos de
la tradicin que Dios mismo escogi y que han hablado en su
nombre. Es la historia que contiene los hechos salvficos del
pasado, que por las categoras de promesa-cumplimiento, tipoantitipo, enlazan con la salvacin que recibir su culminacin
con la segunda venida de Cristo.

III. Funcin histrica de la experiencia religiosa


La importancia de la ley estructural, que une en la revelacin
los acontecimientos y las palabras, exige que hablemos del
papel de mediacin que la experiencia religiosa desempea,
para tomar conciencia del valor revelador de los
acontecimientos. Cuando se habla de acontecimientos no hay
que pensar, como regla general, en hechos extraordinarios o
metahistricos (magnalia Dei), cuyo carcter de revelacin
saltara a los ojos de todos, incluso sin las disposiciones de la
fe, y sin necesidad de que la palabra los iluminase.
Aun sin anteponer a la intervencin especial de Dios trabas
racionalistas, la Biblia nos ofrece las maravillas de
Dios (mirabilia Dei) ms bien como realidades que slo la
conciencia creyente reconoce como tales en los
acontecimientos de la historia, y que por lo mismo necesitan de
la interpretacin proftica. Por otro lado, una observacin
semejante vale para las palabras, pues la palabra de Dios se
encarna, por va ordinaria, en los procesos humanos de la
reflexin y de la oracin, en la bsqueda apasionada que la
conciencia religiosa, de Israel y de la Iglesia, emprende para
captar en su propia existencia las intervenciones de Dios. En

este sentido, la catequesis tiene la gran tarea de educar en


la experiencia religiosa.
1. HECHOS Y PALABRAS. El Directorio general para la
catequesis afirma que el carcter histrico del mensaje
cristiano obliga a la catequesis a presentar la historia de la
salvacin por medio de una catequesis bblica que d a
conocer las obras y palabras con las que Dios se ha revelado a
la humanidad (DGC 108). Revelacin-acontecimiento y
revelacin-palabra acaecen, por tanto, en el interior de esa
compleja experiencia religiosa que lleva a Israel y a la Iglesia,
bajo el impulso del Espritu, a leer en su historia los signos de
la presencia y de la accin de Dios. La palabra de Dios slo se
realiza a travs de una experiencia de Dios, que permite que el
pensamiento humano sea iluminado por Dios y que en las
formas humanas del lenguaje se convierta en vehculo de la
revelacin. Palabras y acontecimientos tienen sentido en la
conciencia de los hombres que se abren a la llamada personal
de Dios y que responden activamente a ella.
2. HISTORIA SAGRADA E HISTORIA DE SALVACIN. Estas
consideraciones han de ponernos en guardia contra esa
deformacin de la palabra revelada que consiste en reducirla a
simple comunicacin de palabras o a una narracin material de
los hechos (Historia sagrada). En la idea de la historia de la
salvacin va implcita la palabra interpretativa que, brotando del
seno de la experiencia religiosa, vivifica la historia y hace de
ella un lugar en que Dios se revela, se da y se hace presente:
El elemento que distingue a la historia de la salvacin de la
historia profana, y hace de aqulla historia de la salvacin en
sentido estricto, es la palabra divina en cuanto que interpreta
de un modo absoluto una determinada historia; mientras que,
normalmente, por historia de la salvacin se entiende otra
cosa, a saber: determinadas acciones divinas que causan la
salvacin del hombre (A. Darlap). Lo dicho aclara cul es la
funcin histrica de la privilegiada experiencia religiosa de

Israel y de la Iglesia, que tiene una funcin vicaria y misionera


al servicio de toda la humanidad, llamada en su totalidad a
reconocer el proyecto de Dios y a aceptarlo. La historia
particular de la revelacin divina (historia de la salvacin
testimoniada en Israel y en la Iglesia) est en funcin de la
historia general de la revelacin y de la salvacin, es
coextensiva al recorrido histrico de toda la humanidad.
3. TAREA DE LA CATEQUESIS. As pues, vistos algunos de
los aspectos fundamentales de la teologa de la revelacin, que
son la base para comprender el quehacer catequtico, la
catequesis propiamente dicha deber reflejar en su propia
esencia las caractersticas fundamentales de la palabra divina,
tal como se manifiesta concretamente en la historia. La
catequesis de la Iglesia, en cualquiera de sus formas, y segn
los diversos destinatarios, constituye siempre un momento de
la realizacin del misterio de la poderosa palabra de Dios, que
sigue interpelando al hombre e invitndolo a entrar en su
proyecto de salvacin sobre la humanidad. En medio de su
sencillez, tanto en sus expresiones como en sus medios o
destinatarios, la catequesis es siempre un signo eficaz de algo
mucho ms profundo y ms alto, porque es un instrumento de
la economa divina de la salvacin.

IV. Etapas de la historia de la salvacin


La historia de la salvacin se puede dividir en tres grandes
tiempos histricos: El tiempo de Israel, el tiempo
de Jesucristo y el tiempo de la Iglesia (DGC 108; CCE 54-64).
Algunos autores distinguen los tres tiempos, destinndolos a
cada una de las personas de la Trinidad: el tiempo anterior a
Cristo constituye el evangelio del Padre; el contemporneo a
Cristo, el evangelio del Hijo; y el posterior a Cristo, el evangelio
del Espritu Santo. En cada uno de los tres grandes tiempos
histricos hay algunos momentos especialmente

significativos (kairoi) de intervencin de Dios. Son de sealar


en el Antiguo Testamento: la creacin, el pecado, la promesa,
el xodo, la alianza y el profetismo. La revelacin de Dios en
tiempos anteriores a Cristo era progresiva, preparatoria.
En la plenitud de los tiempos, Dios envi a su Hijo, la Palabra
eterna..., para que habitara entre los hombres y les contara la
intimidad del Padre (cf Jn 1,1-18). Jesucristo, la Palabra hecha
carne, hombre enviado a los hombres, habla las palabras de
Dios y realiza la obra de la salvacin que el Padre le encarg.
El, con su presencia y manifestacin, con sus palabras y obras,
con signos y milagros y, sobre todo, con su muerte y
resurreccin y con el envo del Espritu de la verdad, lleva a la
plenitud toda la revelacin. Despus de Cristo, en el tiempo de
la Iglesia, los apstoles transmitieron de palabra, y algunos por
escrito, el evangelio que haban recibido de Jesucristo, y
nombraron como sucesores suyos a los obispos, dejndoles su
encargo en el magisterio. Esta tradicin apostlica va
creciendo en la Iglesia con la ayuda del Espritu Santo y va
caminando, a travs de los siglos, hacia la plenitud de la
verdad, hasta que llegue la gloriosa manifestacin de
Jesucristo nuestro Seor (DV 1).
El carcter propiamente histrico de la salvacin se basa
precisamente en el convencimiento de que la iniciativa de la
eleccin, de la iniciacin de un pacto de alianza con Israel y,
por medio de Jesucristo, con la Iglesia, es un acto unilateral por
parte de Dios, llevado de su amor. Ambas partes quedan
religadas (religin) e irremisiblemente dicha religacin queda
imbricada en su historia: Vosotros seris mi pueblo y yo ser
vuestro Dios. Esta salvacin no se ha realizado de improviso,
se desarrolla a lo largo de los tiempos hasta llegar a su plenitud
(cf CCE 54-64; 1081-1093).
1. EL TIEMPO DE ISRAEL. Se inicia con la creacin del mundo
por Dios, con la que se prepara el escenario de la accin y se

ponen en escena los personajes de la historia. Con ella se


pone en marcha y comienza a actuar el plan de salvacin.
Tiene una primera etapa en su realizacin. Dios elige a
Abrahn y, en l, a su descendencia, como el mbito
privilegiado de su actuacin salvfica. El es el Dios de
Abrahn, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob (Ex 3,6). Los
descendientes de Abrahn experimentan la accin salvfica de
Dios especialmente en la liberacin de la esclavitud de Egipto
(Ex 12-15) y en la alianza del Sina (Ex 19-20), que constituyen
como el acta de nacimiento de Israel como pueblo. Entonces,
miran al pasado y describen su prehistoria de salvacin:
creacin, pecado y promesa. Despus, y a lo largo de trece
siglos, este pueblo va siendo testigo de mltiples y continuas
intervenciones de Dios. El se les va haciendo presente en su
historia de mltiples maneras, les habla, los dirige y gua por
medio de personas jueces, reyes y, especialmente, por
medio de sus siervos los profetas, los va acostumbrando a
sus caminos, los va llevando a descubrir y aceptar sus
procedimientos, los va encaminando hacia Cristo. Es el Antiguo
Testamento, la alianza antigua, la etapa de preparacin.
2. EL TIEMPO DE JESUCRISTO. Al llegar la plenitud de los
tiempos (Gl 4,4), la etapa de preparacin deja paso a la de la
realizacin de la salvacin, que tiene lugar en Jesucristo, en su
vida y en su muerte-resurreccin. Despus de haber hablado
Dios muchas veces y en diversas formas, habla a los hombres
en su Hijo, que es su Palabra, la ltima, la perfecta, la definitiva
(cf Heb 1,1-2; Jn 1,1-14). Despus de haber realizado
salvaciones parciales, pequeas, numerosas, deficientes,
provisionales, Dios envi a su Hijo, nacido de una mujer,
nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la
ley, a fin de que recibisemos la condicin de hijos adoptivos. Y
como prueba de que sois hijos, Dios ha enviado a vuestros
corazones el Espritu de su Hijo, que clama: Abba, Padre! De
suerte que ya no eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo, eres

tambin heredero por la gracia de Dios (Gl 4,4-7; cf Rom


8,14-17). Con l queda instaurado el reinado de Dios en el
mundo, objeto de la promesa y de la esperanza de Israel desde
la poca de David (cf Mt 3,2; 4,17; 12,28; Lc 10,9; 17,21; 23,42;
Col 1,13). Despus de haber recibido Dios parciales y siempre
deficientes glorificaciones por parte de los hombres, que tienen
tendencia a arrebatarle constantemente esa gloria para
atribursela a s mismos y a las obras de sus manos (cf Is
43,23; 29,13; Rom 2-3), Cristo, hecho obediente hasta la
muerte y muerte de cruz, le ofrece reverencia consumada y
glorificacin perfecta, realizando as tambin la salvacin de los
hombres (cf Flp 2,6-11; Heb 5,5-10; Rom 5,19; Jn 14,13; 17,110). Es el Nuevo Testamento, es la hora del reino de Dios; es la
etapa de realizacin de la salvacin.
3. EL TIEMPO DE LA IGLESIA. La intervencin de Dios en la
historia culmina en Cristo, pero no termina en l. Con su
resurreccin-glorificacin, aunque ha llegado el fin de los
tiempos, no ha llegado su final, es el ya, pero todava no. Con
ella se abre una nueva etapa en la que Cristo vivo se hace
actuante, presente en la historia. Y se hace visible en y por
medio de la comunidad de sus discpulos, de la Iglesia, el
nuevo pueblo de Dios formado de todos los pueblos y razas,
lenguas y naciones que se renen en el nombre del Seor y
por la fe en l, que se dedican a recordar la salvacin obtenida
por l, a anunciarla, a celebrarla gozosamente y a realizarla en
favor de todos los hombres a lo largo de todos los siglos.
Es la etapa de la Iglesia, el tiempo en que vivimos, que se
extiende como prolongacin del de Cristo, desde pentecosts
hasta la parusa o retorno del Seor (cf CCE 1076); cuando l
vuelva de nuevo gloriosamente, consumar la salvacin,
manifestando pblica y solemnemente la obra salvadora que
ha ido actuando en la historia, desconocida a veces,
menospreciada en ocasiones, e incorporar a su obra salvfica
a toda la creacin. Es, pues, el tiempo de la Iglesia, la etapa de

la aplicacin de la salvacin hasta su consumacin al final de la


historia.

V. La historia de la salvacin en la catequesis espaola


En lo que respecta a la historia de la salvacin como tratado, la
historia de la catequesis espaola, hasta el siglo XX, camin
prcticamente al mismo ritmo de la Iglesia universal. Al
principio, la catequesis, desde el interior del mismo mundo
bblico, mantiene la caracterstica de narracin de la historia
salvfica (cf Ex 12,24; Dt 6,20; Rom 1,1-7; iCor 15,3-5). Lo
mismo sirve para el perodo de los Padres (cf san Agustn, De
catechizandis rudibus) donde la narracin (narratio) de las
maravillas obradas por Dios y la espera(expectatio) del retorno
de Cristo acompaaban siempre la exposicin (explanatio) de
los misterios de la fe (DGC 107). Dicho esquema es usado y
estructurado adecuadamente en el perodo del catecumenado.
Al multiplicarse los catecismos (siglo XVI) y ponerse de moda
una catequesis de tipo escolstico atemporal, se reafirma el
puesto central de historia de la salvacin bajo la categora de la
historia bblica, leda en clave de historia sagrada; en esta
direccin tenemos en Espaa los Catecismos de la doctrina
cristiana del P. Astete (1593) y del P. Ripalda (1591), que
ocupan un importante perodo de tiempo, y a los que sigue
el Catecismo nacional texto nico (1957-1962) distribuido en
tres grados.
1. LA CORRIENTE KERIGMTICA. La renovacin bblica del
siglo XX considera la catequesis kerigmtica como la mxima
expresin de la catequesis segn la historia de la salvacin
(cf Catecismo catlico, 1955). Los aires europeos de la
corriente kerigmtica en la catequesis espaola, alentados e
impulsados por la Dei Verbum del Vaticano II, nos ayudaron a
descubrir, en la dcada de los aos sesenta, que la Escritura
no es solamente un conjunto de relatos histricos ocurridos in
illo tempore, sino, sobre todo, palabra que Dios dirige al

hombre, haciendo de su historia historia de salvacin; adems


esa Palabra es una Persona y tiene un nombre: Jesucristo. A
ello se orientaron las 1 Jornadas nacionales de estudios
catequticos (1966), la renovacin de los Programas de
enseanza religiosa yel documento episcopal Iglesia y
educacin en Espaa, hoy. Testigos cualificados fueron
los Catecismos escolares (1968), concebidos como un manual
de fuentes de fe, que conjugaban en su interior los diversos
lenguajes catequticos: bblico, litrgico, vivencial y doctrinal.
Durante ese perodo, es significativo el encuentro con la
Escritura, en clave de historia de salvacin, a travs de la
liturgia y en la celebracin de los sacramentos.
2. LA CORRIENTE ANTROPOLGICA. Pero es en la dcada
posterior (1970-1980) cuando la catequesis adquiere
un status de primer orden en la pastoral de nuestra Iglesia. A
esto contribuy el estudio y desarrollo de la Dei Verbum, que
considera la revelacin como automanifestacin-donacin de
Dios al hombre en el mundo; de ah nace la preocupacin
catequtica por mantener la doble fidelidad: a Dios en su
mensaje y al hombre en su contexto. La experiencia humana
adquiere una relevancia tan importante que, poco a poco, se
ha ido constituyendo en elemento esencial de la catequesis,
haciendo muchas veces de la Biblia un lugar de referencia, al
considerarla Palabra iluminadora de la existencia humana
personal y social. En esta lnea se movieron la asamblea
conjunta obispos-sacerdotes, sucesivas plenarias episcopales
y los nuevos planes de formacin religiosa. Testigo cualificado
fue el Catecismo escolar de 4 curso (1972), por ser el primero
en asumir las caractersticas de la catequesis de la
experiencia; pero el ms representativo fue, sin duda, el
catecismo Con vosotros est (1976); la delicadeza en
correlacionar las experiencias humanas de los chicos y chicas
con las de la Sagrada Escritura, con sus personajes,
acontecimientos, etc., con los testimonios cristianos de ayer y

de hoy, y con la celebracin litrgica, hacen de este catecismo


una obra singular, a la que acompaan importantes guas.
El snodo sobre catequesis, convocado por Pablo VI en 1977,
busc una relacin ms fecunda entre la palabra de Dios y la
vida del hombre, donde se le ofrece la salvacin. Las
orientaciones de aquella asamblea sinodal, profundizadas y
proyectadas a travs de los planes trienales de la conferencia
episcopal, quedaron pergeadas en el documento La
catequesis de la comunidad (1983).
La historia de la salvacin, cuya cumbre est constituida por el
misterio pascual de Jesucristo, ha venido a ocupar su lugar
central en la catequesis, donde la revelacin de Dios no
aparece como un manojo de verdades abstractas que se
ensean de manera acadmica con el deber de aprenderlas,
sino que Dios mismo se automanifiesta y se da a los hombres
gratuitamente en Jesucristo para salvarlos. Ya no bastar con
transmitir el mensaje del Seor sin ms corriente kerigmtica
, sino que, al hacerlo, hay que tener en cuenta al hombre
concreto con su mentalidad y situacin corriente
antropolgica; adaptarse al sujeto al que se dirige el mensaje
y partir de su realidad cotidiana, que es el lugar donde Dios se
manifiesta; el hombre, en su experiencia y cultura, no es
objeto, sino sujeto responsable en el dilogo con Dios, y en esa
relacin el hombre es libre para aceptar o rechazar la salvacin
que Dios le ofrece. La catequesis, interpretando la experiencia
humana, deber ayudar a que resuene la Palabra y, al
escucharla, provoque respuestas de obediencia y acogida en
los destinatarios.
3. LA TRADITIO EVANGELII IN SYMBOLO. A partir de 1980
aparece el perodo de la sntesis y de la reflexin sobre la
identidad de la catequesis en la comunidad cristiana y sobre la
figura del catequista; es una etapa caracterizada por recuperar
la traditio evangelii in symbolo. A esta etapa se corresponden
los catecismos de la comunidad: Padre nuestro, Jess es el

Seor y Esta es nuestra fe. Esta es la fe de la Iglesia. Es


precisamente este ltimo el que, inspirndose en el
catecumenado de la Iglesia antigua, est estructurado en dos
grandes secciones que se complementan entre s y forman una
unidad: la de la historia de la salvacin, lo que los padres
llamabannarratio, y la exposicin de la fe cristiana
o explanatio. La primera recoge cuanto venimos expresando
sobre los tres grandes momentos y los ncleos centrales de
cada uno de ellos: la alianza de Dios con Israel; la promesa
cumplida en Jesucristo, que hace presente el reino de Dios, y
el pueblo de la nueva alianza, que es la Iglesia.

VI. Indicaciones metodolgicas


Como hemos podido observar a lo largo de nuestra exposicin,
Dios tiene un estilo propio, un talante especfico para acercarse
a los hombres: es la pedagoga divina, centrada en el don, la
historicidad y los signos (cf CC 205-217). Pues bien, la
pedagoga catequtica, inspirndose en aquella y utilizando
cuantos medios le son propios, tiende a despertar el sentido de
la trascendencia, de la gratuidad y de la confianza, a posibilitar
el encuentro con Dios y a desplegarlo en el tiempo,
consolidndolo. No podemos olvidar que los hombres y
mujeres de hoy somos agentes y pacientes de la historia de la
salvacin. En este sentido, la catequesis busca acercar y
acompaar a los nios, jvenes y adultos al encuentro de Dios,
que se revela en la historia en la suya propia y en el mundo
; asimismo se esfuerza en cuidar sus odos en orden a que el
mensaje salvfico resuene en el corazn del oyente para
convertirlo en creyente y transformarlo en agente.
Y as, con ayuda del mtodo inductivo, que es conforme a la
economa de la revelacin, la catequesis puede presentar los
hechos (acontecimientos bblicos, actos litrgicos, la vida de la
Iglesia y de la vida cristiana), considerndolos y
encaminndolos atentamente, a fin de descubrir en ellos el

significado que pueden tener en el misterio de la salvacin


revelado en Jesucristo (DCG 72). En este sentido, y teniendo
presentes las distintas edades de los catequizandos,
ofrecemos algunas indicaciones metodolgicas:
a. En la infancia, conviene presentar los personajes bblicos
ms significativos y su relacin con Dios; mediante
narraciones sencillas se tratar de iniciar a los nios y
nias en el conocimiento de Dios revelado a los hombres
en su contexto, por ejemplo: Abrahn, Moiss, Jess, la
Virgen Mara, etc.
b. En la preadolescencia, se buscar relacionar a los
hombres bblicos con los hechos ms importantes de la
revelacin divina y, mediante la pedagoga del
hroe, descubrir, en los hechos y palabras, las actitudes
de esos hombres ante Dios, ante s mismos y ante los
dems; por ejemplo: la obediencia de Abrahn, la
fidelidad de los profetas, etc.
c. En la adolescencia y juventud, se buscar destacar las
maravillas de Dios acontecidas en la historia y referirlas a
Jesucristo, centro y culmen de la revelacin; mediante la
pedagoga divina buscarn, asimismo, confrontarse con
dicha historia y desvelar cmo tambin en ellos y a
travs de ellos, Dios sigue ofreciendo su salvacin.
d.

En la catequesis con adultos, se pueden ofrecer y


profundizar las innumerables experiencias de la historia
de la salvacin utilizadas por el hombre bblico, por
testigos de ayer (santos) y de hoy (evangelizadores).
Para ello se pueden escoger mtodos diferentes, por
ejemplo: por la va histrico-gentica: Abrahn, Isaac,
Jacob, Jos, etc.; por temas: xodo y libertad; por
constantes: fidelidad-infidelidad; por libros: evangelio de
Juan, etc.

En cada una de las edades es muy importante la figura del


catequista, pues en la lnea de los testigos, el catequista ha de
sentir la historia de la salvacin, vivindola desde dentro y
contagindola por fuera, haciendo suyas aquellas palabras de
Juan a sus destinatarios: Lo que exista desde el principio, lo
que hemos odo, lo que hemos visto con nuestros propios ojos,
lo que hemos contemplado, lo que han tocado nuestras manos
acerca de la palabra de la vida..., eso que hemos visto y odo,
os lo anunciamos para que estis unidos con nosotros... y
vuestra alegra sea completa (Jn 1,1-4).

Conclusin
As pues, confesamos que, despus de todo lo expuesto,
entendemos la historia de salvacin como la historia de amor
que el Padre ha hecho, hace y har con la humanidad y en el
mundo entero. Esa historia est entretejida con hechos y
palabras; en ella, los hechos hablan y las palabras hacen. Pero
en realidad slo hay un hecho y una palabra, slo hay
una historia, la del Padre que se revela plenamente en
Jesucristo, salvador del mundo, ayer, hoy y siempre (cf Heb
13,8). Con l ha llegado el reino de Dios que, en palabras
sencillas, significa: todos vosotros sois hermanos porque
tenis un solo Padre; amaos unos a otros ms, mejor y de otra
manera. A esta tarea est convocada la Iglesia que, a travs
de la catequesis, anuncia y trabaja para que el misterio del
Reino, iniciado ya por Cristo, pero todava no consumado,
llegue a su plenitud y todos los hombres se salven (1Tim 24).
BIBL.: ALBERICH E., La catequesis, palabra de Dios en la historia de los
hombres, en Naturaleza y tareas de la catequesis, CCS Madrid 1973, 13-40;
BIssoLI C., La Bibbia nella catechesi, Turn 1972; BRINGAS A., La Biblia,
historia de un pueblo, 7 vols., Encuentro, Madrid, 1983; CULLMANN O., La
historia de la salvacin, Herder, Barcelona 1967;Cristo y el tiempo, Herder,
Barcelona 1968; DANILOU J., Dios y nosotros, Madrid 1961; DARLAP A.,
Teologa fundamental de la historia de la salvacin, en FEINER J. Y
OTROS, Mysterium Salutis 1, Cristiandad, Madrid 1969, 49-204; LEGIDO

M., Misericordia entraable. Historia de la salvacin anunciada a los


pobres, Sgueme, Salamanca 1987; MORN G., Teologa de la revelacin, Sal
Terrae, Santander 1968; RUBIO L., El misterio de Cristo en la historia de la
salvacin, Sgueme, Salamanca 1982; SCHGKEL L.-ARTOLA A., La palabra de
Dios en la historia de los hombres, Descle de Brouwer, Bilbao 1991; SURGY
P., Las grandes etapas de la historia de la salvacin, Herder, Barcelona 1968.

1.- Patriarcas 5.- Divisin


2.- xodo 6.- Exilio
3.- Jueces 7.- Dominio Persa
4.- Reyes 8.- Dominio Griego
9.- Dominio Romano 10.- Conclusin General
1.- Los Patriarcas
- poca: 1800-1550 antes de Cristo
- Personajes: Abraham, Isaac y Jacob
- Smbolo:
- Situacin del Pueblo:
Los patriarcas eran los padres del pueblo. Eran semi nmadas amorreos del norte de
Mesopotamia y Haram. Eran pastores de ganado menor. Recorrieron Palestina y llegaron a
Egipto. Tenan todos los poderes y derechos sobre el clan, y su autoridad era aceptada y
respetada.
- Acontecimientos Histricos:
- Prximo Oriente Mesopotamia: Emigrantes amorreos llegan a las frontera del Creciente Frtil como pastores.
Posteriormente se ponen al frente de ciudades y estados. 3 ciudades disputadas por los
amorreos eran Assur, Mari y Babilonia. Se crea el Cdigo de Hamurabi (Recopilacin de
Leyes)
Canaan: Superan una poca de inseguridad pasando a un perodo prspero. La poblacin
est situada en las zonas ricas y los llanos.
Egipto: Es el pueblo dominante. Se refuerzan las fronteras. Controlaban las ciudades ms
estratgicas. En el 1700 a.C. entra un pueblo guerrero de Canaan (hicsos). Gobernaron
durante ms de 100 aos. El I. Egipcio derrota a los Hicsos y conquista Canaan.
- Relacin con Dios:
Existe un pacto entre Dios y Abraham por el que Dios promete descendencia y tierra. Crean
en un Dios que era familiar y benvolo:
* Protega al clan
* Se preocupaba por la vida de las personas.

El culto lo presida el patriarca, que realizaba sacrificios y ofrendas.


- Textos Bblicos Gn 12 1-4
* Personajes: Abraham es el patriarca del pueblo de Dios, tuvo contactos y visiones con
Dios. Tuvo descendencias: El pueblo de Dios. Le sigue sin rechistar.
* Acontecimiento: Dios habla con Abraham, le dice que abandone todo para fundar el
pueblo de Dios y seguir su senda. Expresa la fe cristiana.
* Lenguaje: Exagerado y metafrico, porque exagera la edad, habla de la comunicacin de
Abraham con Dios en forma de Epopeya.
Gn 15 1-7
* Personajes: Duda del camino a seguir pero al final vence sus dudas y sigue a Dios.
* Acontecimiento: Trata sobre la descendencia de Abraham. l era estril, pero Dios le
convence de que su hijo saldr de sus entraas. Expresa fe por encima de la duda.
* Lenguaje: Metafrico, ya que nos dice cosas como que el hijo saldr de sus entraas, para
precisar que la descendencia ser suya a pesar de ser estril.
Gn 17 1-8
* Personajes: Tiene una actitud de cansancio, pero de alegra por su trabajo.
* Acontecimiento: Cambia de nombre a Abrahan (padre de muchedumbre), y habla del
Pacto: Descendencia y una tierra, La Tierra Prometida.
* Lenguaje: Metafrico, expresndonos nuevamente la fe cristiana, haciendo el Pacto.
Gn 21 1-7
- Nacimiento de Isaac * Personajes: Tiene una actitud de accin de gracias.
* Acontecimiento: Sara concibe a Isaac, hijo de Abraham, que tiene 100 aos. Se cumple
el Pacto.
* Lenguaje: No tan metafrico, pero mantiene algn rasgo: 100 aos de Abraham, que
expresa la fe de este hacia Dios.
* Conclusin: Dios siempre cumple sus promesas, en este caso la descendencia.
Gn. 22 1-18
- Sacrificio de Isaac * Personajes: Adopta una actitud de obediencia hacia Dios ante la adversidad del momento.
* Acontecimiento: Dios le dice a Abraham que sacrifique a su nica descendencia. Abraham
obedece, pero en el ltimo instante, Dios comprueba dicha obediencia e impide el sacrificio.
* Lenguaje: Parbola que representa la entrega de Abraham hacia Dios.

Gn 25 7-11
- Muerte de Abraham * Personajes: Siente felicidad por haber cumplido su misin* Acontecimiento: Abraham muere, es sepultado con su mujer Sara, e Isaac le sucede.
* Lenguaje: Exageracin de sus aos (175), para resaltar su larga y costos carrera.
- Conclusin General Abraham lleva y dedica una vida de entrega y fe hacia Dios.
2.- xodo
- poca: 1250-1210 a.C.
- Personajes: Moiss, Dios, el Pueblo de Israel.
- Smbolo:
- Situacin del Pueblo:
Los hebreos eran un grupo de semitas semi-nmadas. Vivan en Gosn. Compartan bienes
con otros pueblos emigrantes. Con los faraones Seti I y Ramses II se utiliz a los extranjeros
que se hallaban en Egipto para la esclavitud. Se pasa del pastoreo a la construccin.
- Acontecimientos Histricos:
Moiss anim al Pueblo para que huyera de Egipto. En una fiesta que los hebreos seminmadas celebraban en el desierto durante 3 das, no regresaron:
- Vuelven a su Tierra, Canaan.
- Paso del Mar Rojo.
- Peregrinan por el desierto.
- Tablas de la ley en el Sina.
- Arca de la Alianza.
- Becerro de Oro
- Relacin con Dios:
Es un Dios de la alianza y libertador. Dios quiere unirse a su pueblo para siempre y propone
la alianza en el Sina.
Israel es su pueblo, le da proteccin. El pueblo debe escuchar su voz, vivir segn la voluntad
de Dios, manifestada en la ley.
Dios cumple su promesa, la liberacin y la Tierra. Dios es sensible ante la opresin.
Recuerda su promesa.
- Textos Bblicos x 1 8-14

- Tirana de los Egipcios * Lugares: Egipto, Pitom y Ramses


* Personajes: Israelitas, egipcios y Jos
* Acontecimientos:
Habla del temor de los egipcios hacia el pueblo israelita, y de la reaccin egipcia; la opresin.
Temen que, en caso de guerra, los israelitas se alen con el enemigo y al ser ms fuertes y
numerosos les venzan. Optan por la esclavitud.
* Smbolo:
* Frase: Mirad, los israelitas son un pueblo ms numeroso y fuerte que nosotros
x 2 1-10
- Nacimiento y Juventud de Moiss * Lugares: Egipto, el Nilo
* Personajes: La hija del Faran, Moiss, madre hebrea, criados.
* Acontecimientos: Trata sobre el nacimiento de Moiss, como un nio hebreo que es metido
en una cestita y echado al Nilo, debido a las matanzas de varones hebreos, y es recogido por
la hija del Faran que se compadece de l. Este es Moiss el Liberador.
* Smbolo:
* Frase: La hija del Faran se compadeci de l y dijo:
Es uno de los nios hebreos
x 3 1-10
- La Zarza Ardiendo * Lugares: Madin, Horeb (Sina)
* Personajes: Dios y Moiss
* Acontecimientos: Dios llama a Moiss para la salvacin de Israel.
* Smbolo:
* Frase: Bien vista tengo, la afliccin de mi pueblo en Egipto
x 14 19-31
* Lugares: Desierto
* Personajes: Israelitas, Moiss, Dios y los egipcios
* Acontecimientos: La escapada por el Mar Rojo y por el Desierto
* Smbolo:
* Frase: Huyamos de Israel pues Yav pelea por ellos

x 20 1-17
* Lugares: Montaa
* Personajes: Dios y Moiss
* Acontecimientos: Dios da a Moiss las Tablas de los diez mandamientos
* Smbolo:
* Frase: No habr otros dioses
3.- Jueces
- poca: Siglo XII a.C.
- Personajes: Josu, Jueces, Sansn y Samuel
- Smbolo:
- Acontecimientos Histricos:
Lenta conquista de Canaan contra los filisteos. El pueblo se instala dividido en 12 tribus que
se unen para celebrar las fiestas religiosas, o en caso de guerra (entonces se elige a un juez).
- Relacin con Dios:
Dios es fiel. Cumple su promesa y su compromiso de liberacin adquirido con el pueblo en la
alianza. Dios les ha dado una tierra. Cuando el pueblo se aleja de la fidelidad a la alianza, cae
en manos de los enemigos. Pero si de nuevo confan en la fuerza de Dios, ste los libera por
medio de los jueces.
4.- Reyes
- poca: Siglos XI y X a.C.
- Personajes: Sal, David y Salomn
- Acontecimientos Histricos:
Las tribus piden un Rey.
Jerusaln es la capital del reino.
Hay momentos de paz y prosperidad econmica.
Surge paulatinamente la injusticia social.
- Smbolo:
- Relacin con Dios:
David es el elegido por Dios para ser Rey, no por su gran fuerza, sino porque su corazn
estaba cerca de Dios. David confa en Dios, y su fuerza le viene de su obrar en nombre de
Dios. No tiene miedo ni reparo de los hombres, y cuando peca es capaz de reconocerse
pecador ante Dios y pedir su perdn.
- Situacin del pueblo:

Pasan de la tienda a la casa De nmadas a sedentarios


De Jueces a Reyes Monarqua
Seguridad Grandeza-poder
Imperio Prosperidad, esplendor.
Se empiezan a escribir los salmos El pueblo madura...
- Textos Bblicos David y Goliat (I Sam, 17 1-58)
5.- El Cisma
- poca: Siglos X a VI a.C.
- Personajes: Elas, Ams, Oseas, Jeremas, Isaas.
- Smbolo:
- Acontecimientos Histricos:
El pas se divide en dos reinos. Israel al norte, cuya capital es Samaria y Jud al sur, capital
Jerusaln. Esto viene provocado por el poder, el dinero y la opresin del pueblo. (932 a.C)
- Norte: Hay 10 tribus. Agricultura, ms poder, riquezas... -----> Se llega antes a la paz.
- Sur: 2 tribus. Son ganaderos aislados del comercio mundial -----> Tarda la paz.
- Relacin con Dios:
- Profetas Centinelas de la Alianza No es fcil mantener la fidelidad que David tuvo con Dios. Muchos reyes que le sucedieron
olvidaron la alianza y se dejaron llevar por el dinero o el poder. Esta infidelidad produce la
injusticia y la divisin. Los profetas hablan de parte de Dios y por eso recuerdan la alianza.
* Funciones:
- Bsqueda de la igualdad y la fraternidad
- Defendan los derechos del hombre
- Buscaban una sociedad justa digna del pueblo de Dios
- Criticaban la religin que no tena presente la justicia y los pobres
- Misin ---> Construir el Reino de Dios
- Dios est a favor de las personas
* Principales Profetas:
- Oseas - Ams - Jeremas - Ezequiel - 2 Isaas (sin nombre)
- 3 Isaas
6.- El Exilio

- poca: 587 al 538 a.C.


- Personajes: Ezequiel (el profeta de la consolacin), Nabucodonosor
- Smbolo:
- Acontecimientos Histricos:
Nabucodonosor II, rey de Babilonia, conquista el pueblo de Israel. Con l se mantiene la
unidad imperial. Con su muerte comienza la decadencia de Babilonia.
En el siglo VI a.C. un nuevo pueblo toma el poder, son los persas. El artfice de este suceso
es Ciro II.
- Situacin del Pueblo:
Israel experiment numerosos cambios:
Norte: Son deportados a Asiria
Sur: El reino de Jud es deportado a Babilonia.
Todos van a seguir caracterizando al pueblo de Israel por:
* No tener Tierra propia
* No tener templos propios
* No tener Rey propio
- 597: Deportan a 10000 habitantes, mas el rey de Jud
- 587: Despus de la cada de Jerusaln son deportadas 15.000 personas ms. (los ms
importantes)
- 538: Ciro II, rey de los persas dio la libertad a los israelitas.
- Relacin con Dios:
El pueblo tardar muchos aos en reconstruirse, pero lo har gracias a su fe en Dios. Durante
esta poca no perdern en ningn momento la fe. Esto les fortalecer an ms. Sigue
habiendo profetas.
7.- Dominacin Persa
- poca: 557-334
- Personajes: Ciro II, Pueblo de Israel.
- Smbolo:
- Acontecimientos Histricos:
En el 538 Ciro II da la libertad a los israelitas, derrotando al Imperio Babilnico por razones
interiores de este, que se fue debilitando.
- Situacin del Pueblo:
Se dan una serie de caractersticas del I. Persa que afectan al Pueblo de Israel:

* Tolerancia y respeto muy grande a todos los pueblos sometidos


* Potente Ejrcito, que infunde respeto
* Buenas redes de comunicacin
* Administracin eficaz
El pueblo Judo tiene:
* Problemas de adaptacin
* No son independientes
* No tienen rey propio
* Son una especie de provincia Persa
- Relacin con Dios:
No experimenta grandes cambios, ya que siguen estando sometidos.
8.- Dominacin Griega
- poca: 334-63 a.C.
- Personajes: Alejandro Magno y los Macabeos
- Smbolo:
- Acontecimientos Histricos:
Alejandro Magno derrota a los Persas, establecindose la dominacin griega.
- Situacin del Pueblo:
El pueblo de Israel va a pasar a ser dominado por los tolomeos. Estos les obligarn a pagar
grandes impuestos y fortalecern la Helenizacin.
100 aos despus pasarn a ser dominados por los Selecidas (Griegos de Siria). Estos
sern ms duros que los anteriores. Fortalecern an ms la Helenizacin, y prohibirn la
religin apoderndose de los Templos y Tesoros Israelitas.
* Los Israelitas en Grecia:
Aristocracia: Estaban a favor de los griegos, se adaptarn a su vida en Grecia y
abandonarn sus ideales.
Macabeos: Es un grupo de judos que se resisten a la aristocracia, siguiendo sus ideales.
Tienen problemas para conseguir la independencia.
En el ao 141 consiguen declararse como pas independiente hasta el ao 63 a.C.
9.- Dominacin Romana
- poca: 63 ---->
- Personajes: Pueblo Israelita y Roma (Pompeyo)
- Smbolo:

- Acontecimientos Histricos:
En el ao 63 el Pueblo pierde su independencia, debido a problemas de sucesin, que Roma
aprovecha para su conquista.
El general Pompeyo invade a los israelitas.
- Situacin del Pueblo:
Se le da ms libertad a los pueblos griegos, pero no ocurre lo mismo con los macabeos
(Judos), que vuelven a un perodo de opresin.
Sobreviven por sus creencias, por la ley de Dios.
- Relacin con Dios:
Durante esta poca aparecen jueces, profetas... pero los sabios son los ms importantes, ya
que hicieron mantener la fe y creencia en Dios
Se dan 2 tipos:
Crticos:
- Libros de Job y Eclesiasts - Intentan mantener la fe respondiendo a:
* Por qu ha ocurrido si Dios est con nosotros?
* Para qu sirve vivir como la ley dice?
Virtuosos:
- Libros Eclesistico y de la Sabidura - Pretenden mantener la fe en - Aparecen en las
persecuciones religiosas Dios y la esperanza por vivir.
10.- Conclusin General
Respecto al Pueblo:
El pueblo de Israel a lo largo de toda su historia ha sido perseguido, sometido, esclavizado y
separado disfrutando durante un corto perodo de tiempo la libertad de la independencia, que
posteriormenete volveran a perder.
Siempre luchan por recuperar la confianza y la unidad del pueblo de Dios.
Respecto a la Fe:
Siempre han tenido momento de debilidad, pero ha sido reforzada por los personajes bblicos
ms importantes de la Historia del Pueblo; los Patriarcas, Profetas, Jueces, Reyes, Sabios...

HISTORIA DE LA SALVACIN. LNEA DEL TIEMPO

Lnea de tiempo con la Historia de la Salvacin. Podemos encontrar los


acontecimientos salvficos recogidos en el texto bblico desde Abraham hasta el
nacimiento de Jess.

ETAPA DE LOS PATRIARCAS

Dios llama a Abraham, el primero de los patriarcas, para pedirle que deje su
pas y se dirija a la tierra que l le mostrar. Abraham fue padre de Isaac, Isaac
fue padre de Esa y Jacob. Jacob tuvo 12 hijos que dieron origen a las 12 tribus
de Israel.

Algunos clanes o tribus descendientes de los patriarcas tuvieron que emigrar a


Egipto para sobrevivir.

ESCLAVITUD EN EGIPTO. XODO. ETAPA DE LA CONQUISTA

Los israelitas permanecieron en Egipto 400 aos. Al principio, los israelitas


vivan pacficamente, pero ms tarde fueron hechos esclavos por el faran de
Egipto y utilizados como mano de obra para la construccin de las grandes
obras pblicas.

De todos los israelitas Dios escogi a Moiss, y desde una zarza ardiente le
comunic que debera liberar al pueblo de la esclavitud de Egipto. As, guiado
por Moiss el pueblo fue liberado, celebraron la primera Pascua y caminaron
por el desierto durante 40 aos hasta llegar a la tierra prometida.

En el monte Sina, Dios le entreg a Moiss los 10 Mandamientos, con los que
se sellaba la Alianza de Dios con su Pueblo.
Al llegar a la tierra prometida, los israelitas la encontraron ocupada. Dios eligi
a Josu como sucesor de Moiss, y lo puso al frente del pueblo. Despus de
muchos aos de luchas se logr la conquista.
El pueblo se dividi en 12 tribus y Dios eligi a los Jueces para conducirlas.

ETAPA DE LA MONARQUA. ETAPA DE LA DIVISIN

Con el tiempo el pueblo de Israel se organiz polticamente bajo la autoridad de


reyes. Sal fue el primer rey de Israel, que fue sucedido por David, el gran rey de
Israel que logr unificar toda la nacin.
David fue sucedido por su hijo, Salomn, que fue el rey que construy el gran
templo de Jerusaln.
A la muerte de Salomn, Israel se dividi en dos: el reino del norte (Israel), y el
reino del sur (Jud). Como consecuencia de esta divisin, los reinos quedaron
empobrecidos y a merced de los grandes imperios vecinos.
Entonces aparecieron los grandes profetas que invitaban a la conversin.
El reino de Israel termin siendo destruido y arrasado por los asirios.

ETAPA DEL DESTIERRO. ETAPA PERSA

El reino de Israel fue arrasado por los asirios y todos los israelitas fueron
deportados a Nnive.
Luego, el reino de Jud fue invadido y destruido por el imperio de Babilonia, y all
deportados todos los judos.
Despus de muchos aos de destierro los judos pudieron volver a su tierra, pero
ya no como una nacin independiente, sino como una provincia del imperio persa.
Con mucha dedicacin y esfuerzo, conducidos por Nehemas y Esdras, todos
trabajaron en la reconstruccin de la ciudad y del Templo.

ETAPA GRIEGA. ETAPA ROMANA

Nehemas y Esdras, junto a todo el pueblo judo, trabajaron con mucha dedicacin
en la reconstruccin de la ciudad, y todos volvieron a leer el libro de la Ley.
Luego, Alejandro Magno derrot al imperio persa y todos los territorios pasaron a
estar en poder de los griegos. Los judos soportaron la nueva dominacin, pero se
opusieron con fuerza a las costumbres religiosas que los griegos queran
imponerles, y aparecieron figuras fuertes como Judas Macabeo.
Tiempo despus los romanos arrebataron a los griegos sus dominios y
construyeron un imperio que se extendi prcticamente a lo largo de todo el
mundo conocido hasta entonces. El general Pompeyo fue quien conquist Jerusaln
y destruy el Templo como signo de sometimiento y dominio (el Templo luego fue
reconstruido).
Bajo el imperio romano se produjo el gran acontecimiento de la historia de la
salvacin: el NACIMIENTO DE JESS, el Hijo de Dios, el Salvador. Dios envi a su
Hijo, y con Jess ingres la salvacin en el mundo.

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