Historia de La Cultura Ecuatoriana - Fr. José María Vargas
Historia de La Cultura Ecuatoriana - Fr. José María Vargas
Historia de La Cultura Ecuatoriana - Fr. José María Vargas
Hace
el
el
muchos
aos me dej
impresionar por la
lectura
de
las Reflexiones
sobre la Historia del
Mundo de Jacob Burckhardt. En su afn de
comprender la realidad histrica, insinuaba
estudio de la Religin, la Cultura y la
Poltica, tres factores
principales,
cuya
eficiencia y mutuas
relaciones, permitan adivinar las
causas secretas que determinan
proceso y cambio de la
Historia.
El
mismo
Burckhardt aplic este
criterio a su Historia
del Renacimiento
Italiano.
Desde
entonces
ac se
han
11
Captulo I
Primeras manifestaciones de realce cultural
quienes haban servido con plata y persona se les asign doble solar en la
urbe, estancia de cultivo en el campo, y ttulo de encomienda sobre indios
tributarios. Estos capitanes de a caballo fueron normalmente los designados
para funcionarios de la administracin civil. Los dems, de conquistadores se
convirtieron en profesionales de todas las actividades sociales. Para ellos el
Cabildo fue sealando el arancel de su trabajo. Se organizaron en gremios
para mejor satisfacer las urgencias de la vida colectiva, como albailes,
carpinteros, curtidores, zapateros, herreros, silleros, sastres y plateros.
12
No consta en el padrn de fundadores el nombre de mujer alguna. El 4 de
marzo de 1542, el capitn Alonso Hernndez, Procurador por el Cabildo de
Quito ante la Corte, hizo presente al Emperador que muchos vecinos de
Quito encomenderos estaban casados en Espaa y tenan, sus mujeres e hijos
y algunos de ellos estaban amancebados con las indias. En consecuencia,
consigui una cdula real que mandaba a los que eran casados trasladasen sus
mujeres a Quito en el plazo de tres aos. Rodrigo Nez de Bonilla y Alonso
Bastidas hicieron venir de Mjico a sus novias, Mara de la Cueva e Isabel de
la Cueva, que haban formado parte del cortejo de doncellas nobles que don
Pedro de Alvarado trajo a la Nueva Espaa en compaa de su mujer doa
Beatriz de la Cueva. Gonzalo Das de Pineda cas con doa Beatriz, hija de
Pedro de Puelles. Diego de Torres contrajo matrimonio con Isabel de Aguilar.
Pedro Martn Montanero despos con Mara Jaramillo. De estos enlaces de
padres espaoles nacieron los primeros criollos quiteos. A propsito de estos
matrimonios cabe recordar el episodio narrado por Garcilaso de la Vega.
Cuando lleg don Pedro de Alvarado a Huahutimallan con las doncellas
destinadas a los conquistadores, se hicieron fiestas de presentacin y
regocijo. En una de ellas acaeci, que mirando un sarao que haba, las damas
miraban la fiesta desde una puerta que tomaba la sala a la larga. Estaban detrs
de un antepuerta, por la honestidad y por estar cubiertas. Una de ellas dijo a
las otras: "Dicen que nos hemos de casar con estos conquistadores". Dijo otra:
"Con estos viejos podridos nos habamos de casar? Csese quien quisiere,
que yo, por cierto, no pienso casar con ninguno de ellos. Dolos al Diablo:
parece que escaparon del infierno, segn estn estropeados: unos cojos y otros
mancos, otros sin orejas, otros con un ojo, otros con media cara y el mejor
librado la tiene cruzada una y dos y ms veces". Dijo la primera: "No hemos
de casar con ellos por su gentileza, sino por heredar los indios que tienen, que,
segn estn viejos y cansados, se han de morir presto, y entonces podremos
escoger el mozo que quisiramos en lugar 13 del viejo, como suelen
trocar una caldera vieja y rota por otra sana y nueva".
Esta previsin femenina se convirti en realidad. Adems de los ya
mencionados, Catalina Caldern, viuda de Alonso de Castro, cas con Diego
Sandoval; Beatriz Daz de Pineda, con Juan de Illanes y despus con
Francisco de Campos; Isabel de Aguilar, con Rodrigo de Paz; Mara Jaramillo,
con Alonso de Paz. Algunos criollos hurfanos heredaron la encomienda de
sus padres: algunas viudas traspasaron la herencia a sus segundos maridos.
custodiana, pudo darse cuenta de que aumentaban los alumnos con el proceso
de los grados y crecan los gastos de parte de la Comunidad.
Uno de los testigos afirm que los religiosos tenan que imponerse
privaciones para poder sostener el Colegio.
La informacin de julio de 1557 era un reconocimiento de la labor
realizada y un reclamo de ayuda para continuar la obra. Debi verificarse esta
probanza de comn acuerdo entre el padre Morarles y Gil Ramrez Dvalos.
Era el requisito legal para justificar las inversiones del tesoro real. Antes de
ausentarse de Quito, procur el padre Morales dejar asegurada la vida del
Colegio por l fundado, al iniciar el gobierno de la Custodiana franciscana de
Quito.
17
El Colegio de San Andrs
El cambio de nombre del Colegio franciscano se debi posiblemente al
deseo de interesar, a favor del plantel, al virrey don Andrs Hurtado de
Mendoza. Al fundar la ciudad de Cuenca, Ramrez Dvalos impuso ese
nombre en homenaje al mismo Virrey, que haba nacido en Cuenca de Espaa.
En una probanza posterior se alude al Acta de fundacin del nuevo Colegio
reorganizado, a nombre del Virrey. Haba, adems, una razn ms profunda. A
la Corte de Carlos V haba llegado una queja de los padres de San Francisco
de que tanto el obispo Daz Arias, interesado al principio en el Colegio, como
el Cabildo de Quito, queran intervenir en la direccin interna del plantel
como tambin en el cambio de lugar de la enseanza. Mediante cdula de 13
de septiembre de 1555, el Emperador tom por su cuenta el patronazgo y
conservacin del Colegio, declarndolo Colegio de patronato real 4. El cambio
de nombre signific, pues, la transformacin del Colegio particular de San
Juan Evangelista en el Colegio oficial de San Andrs.
El Marqus de Caete, no bien llegado a Lima (29 de junio de 1556),
haba asignado por dos aos seiscientos pesos en tributos vacos al Colegio
Franciscano de Quito5. La encomienda vacante haba sido de Martn Aguirre.
Como ms tarde el Conde de Nieva concedi la encomienda a Francisco
Ponce, orden que los trescientos pesos sealados para el Colegio se tomasen
de los fondos de la hacienda real. La subida de Felipe II al trono redund
tambin en beneficio del Colegio. Con este motivo se hizo gracia de la vida a
un esclavo negro llamado Francisco, condenado a muerte por haber militado
en las banderas del insurgente Hernndez Girn. Se sac a remate al negro y
se hizo de l Sebastin de Santisteban por la cantidad de trescientos ochenta
pesos, 18 que fueron asignados a la economa del Colegio de San
Andrs6. Adems de estas entradas oficiales, no faltaban donativos de los
vecinos y una que otra manda de personas interesadas en la marcha del
Colegio.
Desde el establecimiento del plantel, desempe el cargo de
administrador lvaro Camin, quien figura en el cobro de las entregas
peridicas que hacan los mayordomos de las Cajas Reales. l dio despus
testimonio fehaciente de la forma de inversin de los fondos del Colegio.
Profesorado y Alumnado
El padre Morales en su calidad de Custodio y personaje de visin e influjo
social, dio los pasos legales para la fundacin del primer Colegio y luego para
su reorganizacin como plantel oficial. Mas el peso de la enseanza
sobrellevaron sus hermanos de hbito y profesores de fuera.
A la cabeza de ellos estuvo fray Jodoco Ricke, con el dinamismo
mesurado y eficaz de su carcter flamenco. A l se debi la construccin del
local y la orientacin prctica de la enseanza. Protagonizndole en la accin
conjunta del magisterio, se dijo de l que ense (a los indios) a arar con
bueyes, hacer yugos, arados y carretas [...] la manera de contar en cifras de
guarismo y Castellano [...] a leer y escribir [...] y taer los instrumentos de
msica, tecla y cuerdas, sacabuches y cheremas, flautas y trompetas y
cornetas y el canto de rgano y llano7. Se le tuvo por astrlogo y profeta, por
la previsin de los efectos que de la enseanza haban de redundar en la
organizacin social.
Junto a fray Jodoco estaba su compatriota fray Pedro Gocial, 19 a
quien llama fray Pedro Pintor, el Obispo Lizrraga 8. Efecto de su enseanza
fue el que los alumnos salieran perfectos pintores y escritores y apuntadores
de libros.
Al lado de estos religiosos hay que colocar al maestro indgena Jorge de la
Cruz Mitima y a su hijo Francisco Morocho, quienes, desde 1548, dirigieron
la construccin del templo y convento franciscanos. El simple ejercicio de la
obra de albailera, previos el labrado de la piedra, la hornada de ladrillos, las
proporciones de la mezcla y el trabajo constructivo, era una enseanza
prctica a la curiosidad natural de los alumnos.
De los padres dedicados al profesorado constan los nombres de fray
Francisco Morillo y fray Jos de Villalobos, que enseaban Gramtica y a leer
y escribir a los estudiantes.
De fuera del convento se mencionan los nombres de Becerra, profesor de
canto; Andrs Lazo, maestro de canto y taido de chirimas, flautas y tecla; el
Bachiller Agustn Vega, profesor de Gramtica; al que sucedieron Alarcn,
Baltasar Nez y el bachiller Ovando. A todos estos se les pagaba de los
fondos del Colegio.
El alumnado lo formaban en su mayora los indios, luego los mestizos y
los criollos hurfanos. Inspirados por la Religin, los Franciscanos procuraron
en su Colegio fomentar la compenetracin de las clases sociales, que dara a la
ciudad de Quito un sentido de comprensin y convivencia respetuosa. Diez
aos haban transcurrido de la inauguracin del Colegio de San Andrs y pudo
ya ponerse en evidencia el resultado de la enseanza. Cuando en 1568, fray
Juan Cabezas de los Reyes consigui que la Audiencia de Quito secundara la
desta tierra como el Rey por lo mucho que les quera haca este Colegio para
que sus hijos aprendiesen a leer y fuesen hombres. De este modo 23 se
les quitara mucha parte del odio y tomaran amor con su Majestad viendo que
en el dicho Colegio les enseaban a sus hijos. De acuerdo con este ideal se
formul tanto el orden de materias como el horario de enseanza.
Internos y externos se reunan a la salida del sol para iniciar las clases.
Comenzaban con la recitacin en voz alta de la Doctrina Cristiana y luego los
que ya saban leer rezaban a coros el Oficio de la Virgen hasta nona. En
seguida se distribuan a las clases para estudiar, segn los das de la semana,
catecismo, lectura, escritura, canto, gramtica, rudimentos de latn y taido de
instrumentos. A las nueve, al son de campana, se alzaban de las clases y
acudan todos a la iglesia a or la Misa, en que se ejercitaban a acolitar y
practicar el canto. Concluida la Misa, salan los externos a almorzar en sus
casas y los internos en el comedor del Convento.
El horario de la tarde comenzaba a medioda con la recitacin de la
Doctrina y el rezo coral de Vsperas y Completas del Oficio de la Virgen.
Luego se repartan los alumnos a las aulas para proseguir el estudio de las
materias como en la maana. El da escolar se cerraba con el canto de la Salve
a la puesta del sol. Segn las inclinaciones de los alumnos, observa el
informe se les ha enseado en el dicho Colegio a muchos indios muchos
oficios como son albailes y carpinteros y barberos y otros que hacen texa e
ladrillos y otros plateros e pinteros de donde ha venido mucho bien a la tierra
y otras cosas as necesarias para su salvacin como a su pulica 10. Mientras
funcionaba el Colegio, fray Jodoco diriga la construccin de la iglesia y el
tramo principal del Convento. Al mismo tiempo abra el acueducto que desde
el sitio Las llagas del Pichincha avanzaba hasta el convento para provisin de
agua propia a la pila, huerta y dependencias de la casa. El mismo fray Jodoco
fue el constructor del reloj que sealaba las horas y un hermano lego arm los
primeros 24 rganos para las iglesias de la ciudad. El Colegio de modo
casi espontneo se convirti, pues, en centro de enseanza primaria y en
escuela de artes y oficios.
En la probanza de 1568 atestiguaron el xito social del Colegio, no slo
los principales seores de Quito, sino el arcediano Rodrguez de Aguayo y el
prior de Santo Domingo, fray Domingo de Valds.
Captulo II
Situacin histrico-social de Quito en la segunda mitad del siglo XVI
Organizacin social
No es posible apreciar el valor histrico del Colegio de San Andrs sin
relacionarlo con la totalidad del ambiente social, en que desarroll su accin. De
acuerdo con Ovando, el cronista mayor de Indias, Juan Lpez de Velasco, formul
un cuestionario de cincuenta preguntas, que fue enviado a todas las Audiencias, con
el objeto de obtener datos precisos y homogneos, para elaborar una sntesis de la
realidad del Nuevo Mundo. La Audiencia de Quito encomend al Cabildo la
contestacin al cuestionario. Data del 23 de enero de 1577, la Respuesta de la
descripcin de la tierra que envi el Cabildo de Quito a Su Majestad 12. De este
documento de primera mano se puede colegir la situacin histrico social de Quito,
en el ltimo cuarto del siglo XVI.
En las actas del Cabildo del 7 de junio de 1549, constan veinte y siete
encomenderos que reciban tributo de los indios. En 28 la informacin de
1577 el nmero asciende a treinta y nueve. De estas encomiendas, once haban
pasado a los hijos de los conquistadores; cinco, a travs de las viudas, al nuevo
marido de stas; nueve gozaban sus encomenderos por dos vidas; las dems haban
sido concedidas posteriormente. El territorio de estos repartimientos estaba
comprendido entre Tulcn al norte y Tixn al sur. El nmero de indios tributarios,
con edad de dieciocho a cincuenta aos, era de cincuenta mil; el total, contando
mujeres, nios y viejos, ascenda a doscientos mil. Los tributos, tanto en dinero
como en especies, se pagaban semestralmente, el 24 de junio y el 25 de diciembre.
Eran las fechas en que se provean con abundancia el mercado y el comercio y se
abarataba la vida.
La encomienda implic de suyo la creacin de una doctrina para servicio
religioso de los indios. La Doctrina fue el ncleo de vida cvica, que se transform
en parroquia. Los doctrineros introdujeron el calendario de fiestas, aceptadas en la
Dicesis. Las centrales eran las Pascuas y Corpus Christi. Pascua de Navidad y
Corpus coincidan con las fechas de pago de tributo. Se explica que circunstancias
econmicas, sociales y religiosas, dieron origen a folklore de Navidad y Corpus. De
este fondo popular annimo nacieron los pasillos para regocijo de los Pases del Nio
y los Sanjuanitos, que acompaaban a las fiestas de Corpus y San Juan.
Debemos destacar aqu el papel que desempearon los indios educados en el
Colegio de San Andrs. Ellos llevaron a su Doctrina respectiva el sentido religioso
de las fiestas y el ceremonial y msica para celebrarlas; lo cual contribuy para
conservar una tnica unitaria en todos los pueblos de la Audiencia.
A estos encomenderos, favorecidos por el Rey, se les obligaba a conservar su
puesto de distincin social y acudir a requerimientos de honor y de servicio. Fuera
Instruccin Pblica
Tocante a la educacin pblica, dice el informe refirindose al Colegio de San
Andrs: Hay un Colegio donde se ensea a los nios pobres y hurfanos y a los
naturales, de que todos reciben gran beneficio. Despus aade: Hay tres escuelas
donde se avezan a leer y escribir los nios hijos de vecinos y en ellas habr de
quinientos muchachos para arriba. Hay otras sin estas en que avezan los indios a lo
que est dicho y a cantar y otros ejercicios buenos y virtuosos, como es la latinidad y
a apuntar y hacer libros de canto.
Fray Juan Cabezas de los Reyes, en la probanza de 1568, atestigu que las
familias espaolas acomodadas pagaban doce pesos anuales a maestros que instruan
privadamente a sus respectivos hijos.
El ilustrsimo seor de la Pea, en el Snodo que celebr en Quito en marzo de
1570, dio providencia para que la instruccin se extendiera a todos los pueblos de la
Dicesis. Orden que curas y frailes doctrineros, de acuerdo con los indios, eligiesen
el sitio apropiado donde levantasen las iglesias para las funciones religiosas. Ah
deban reunir a los muchachos para ensearles la Doctrina, mediante uno o dos
indios ladinos, hijos de caciques. Luego concretando la forma de labor, ordenaba lo
Vida de Cabildo
Desde el 18 de setiembre de 1564 comenz a funcionar la Audiencia, base de la
nacionalidad ecuatoriana. Constaba de un Presidente, tres Oidores, un fiscal, dos
secretarios, un relator, seis procuradores, un alguacil mayor, otro menor, dos
porteros, un alcalde y un capelln. Ejerca su jurisdiccin sobre las gobernaciones de
Yaguarzongo y Bracamoros, Quijos, Popayn y Esmeraldas. Desde la creacin de la
Audiencia, el Cabildo de Quito limit su accin al territorio comprendido entre
Tulcn al norte y Tixn al sur.
El 30 de julio de 1568, el Cabildo de Quito redact las ordenanzas que dirigan
su funcionamiento para someterlas a la aprobacin del Rey. Eran la expresin de las
costumbres observadas desde que se inici la vida pblica con las modificaciones
impuestas por el establecimiento de la Audiencia. En ellas se reflejaba la vida social
Organizacin Eclesistica
La Iglesia, a su vez, haba organizado su gobierno y formas de apostolado.
Antes de la ereccin del Obispado de Quito, los primeros sacerdotes seculares
recibieron su nombramiento de curas de parte del Cabildo y luego del ilustrsimo
seor fray Vicente de Valverde, primer obispo del Cuzco, del que dependa el
territorio 34 de Quito. Entre tanto, desde la fundacin de la ciudad, se haban
establecido las rdenes Mendicantes de Mercedarios, Franciscanos y Dominicos,
que emplazaron sus conventos en los solares asignados por el Cabildo. Fueron de
hecho los centros urbansticos, en torno a los cuales se fueron poblando los barrios.
Erigida la Dicesis en 1545, no pudo organizarse sino a partir de 1550, con la
presencia del primer Obispo, ilustrsimo seor Garca Daz Arias. En el acta de
ereccin se declar que se aceptaba el ceremonial de la dicesis de Sevilla, lo cual
dio motivo al costumbrismo popular en la serie de fiestas del ao litrgico. El primer
Obispo fue celoso de la decencia del culto, con el reducido nmero de cannigos
con que comenz el Cabildo. En 1566 se hizo cargo del Obispado el ilustrsimo
seor fray Pedro de la Pea, varn de grandes ejecutorias, que fue prcticamente el
organizador de la Dicesis. Comenz su gobierno por la promulgacin de los
Decretos del Concilio de Trento, que seal las directivas a la vida de la Iglesia, no
slo en su formacin interna, sino en los medios de apostolado. En cumplimiento de
una ordenanza real, se puso de acuerdo con el Presidente de la Audiencia e hizo la
distribucin de parroquias y doctrinas, entre los sacerdotes seculares y los religiosos,
para el mejor servicio de los fieles (17 de octubre de 1568). Convocado por el
Metropolitano de Lima, concurri al Concilio Provincial que presidi el ilustrsimo
seor fray Jernimo de Loaisa. En el Concilio se pusieron en prctica las decisiones
del Concilio de Trento y se formularon Constituciones para organizar el gobierno de
las Dicesis de la Amrica del Sur. Vuelto del Concilio, el ilustrsimo seor de la
Pea convoc el Snodo de Quito en 1570, en el que se redact el primer cuerpo de
legislacin para la vida de la dicesis.
Una de las preocupaciones del Obispo de la Pea fue la de resolver el problema
de la escasez de clero, mediante la creacin de un Seminario. Por de pronto,
aprovech del personal con que contaba el Estudentado de Santo Domingo,
establecido desde 1559 con la presencia del padre Rafael de Segura. El ilustre
prelado 35 fue el cosechero efectivo de los frutos madurados en el Colegio
de San Andrs. Adolescentes, criollos y mestizos, que haban terminado la primaria,
vean en el sacerdocio la ms noble carrera que se les ofreca en sus anhelos
legtimos de superacin. El seor de la Pea les brind facilidades para formarse,
organizando un ciclo de estudios filosficos y teolgicos bajo la direccin de fray
Alonso Gasco, a quien haba conocido en Castilla de Catedrtico y que fue Maestro
de Estudiantes en la ciudad de Lima. El xito demostr el acierto episcopal en abrir
cursos pblicos de teologa y filosofa en un sitio de comn acceso, como era un
departamento de la Iglesia Catedral. A las clases acuda el Obispo en persona para
dar ejemplo, luego los cannigos y sacerdotes, tambin los Superiores de las
rdenes con sus coristas y por fin dos seminaristas y algunos seglares. A peticin
general, se estudi el tratado De los Sacramentos, que alternaba con casos prcticos
de conciencia, en cuya resolucin intervenan todos, como en crculo de estudios.
Por los datos de pagos consta que el padre Gasco ocup por tres aos esta Ctedra
de Teologa16.
De este ensayo de Seminario procedieron los primeros sacerdotes criollos que
comenzaron a prestar sus servicios en las parroquias y doctrinas de la vasta Dicesis
de Quito.
Con el fin de mantener esta obra, el ilustrsimo seor de la Pea, escribi, el 7
de agosto de 1570, a Felipe II, solicitndole ayuda y exponindole los motivos para
dar aliento al Seminario. Por cuanto esta Iglesia nueva no puede ir adelante sin
ministros y los tales conviene de nios ser instruidos e impuestos en los rudimentos
cristianos y catlicos, y esperar que vengan de Espaa los tales ministros es a grande
costa de vuestra real hacienda y en esta parte se van criando mozos que vienen de
Espaa y otros que ac nacen, y esta Iglesia por ser pobre no tiene para hacer
Seminario ni el Prelado puede ayudar y los Beneficiados y Doctrinas son asimismo
pobres, vuestra alteza sea servido proveer de ayuda para sustentar un lector de
gramtica e otro de Teologa 36 para administracin de los sacramentos e
casos de conciencia, los cuales al presente entretenemos con mucho trabajo e con
ayuda de nuestros ministros para que este ejercicio santo vaya adelante y con l se
puede habilitar personas para poderse ordenar17.
La vida religiosa
La necesidad de renovar y proveer de personal oblig asimismo a las
Comunidades Religiosas a establecer sus noviciados y casas de estudio para la
formacin del elemento criollo. La Iglesia en Amrica se form merced a la labor
principalmente de los religiosos mendicantes, a cuyo cargo estaba no slo la
atencin de los fieles en las ciudades, sino tambin el servicio en las Doctrinas. La
extensin del campo de trabajo exiga de suyo el aumento de operarios. La
fundacin de estudentados responda a una necesidad religiosa y social.
Desde la segunda mitad del siglo XVI comienzan a figurar religiosos nativos de
Quito, que integraban el personal con que contaban Franciscanos, Dominicos y
Mercedarios. El nmero de criollos fue creciendo tanto, que al concluir el siglo se
estableci la ley de la alternativa, como una respuesta de la Iglesia a los derechos
que por igual tenan los religiosos venidos de Espaa y los nacidos en suelo
americano.
El Convento Dominicano de Quito, como los dems establecidos en el territorio
de la Audiencia, dependa: de la Provincia de San Juan Bautista del Per. En el
Captulo de 1559 fue destinado a Quito el padre Rafael Segura, con la misin de
establecer los estudios al estilo de la Orden, o sea el trienio de Filosofa y cuatrienio
de Teologa. Para continuar la labor de este centro de formacin fueron nombrados
sucesivamente de Priores y catedrticos los padres Alonso Gasco, Juan de Aller y
Antonio de Hervias. Este ltimo haba sido en Salamanca discpulo de los padres
37 Domingo Soto y Melchor Cano, y con los anteriores haba antes enseado
en la Universidad de Lima. Cuando la Vicara de Quito cont con personal suficiente
fue elevada a categora de Provincia el ao de 1584, con el derecho a contar con un
centro independiente de estudios eclesisticos. Hasta la fundacin del Seminario de
San Luis, fue el estudentado dominicano de Quito el seminario de formacin, no
slo de candidatos a religiosos, sino tambin de estudiantes del clero secular.
Materia integrante del programa de estudios eclesisticos fue el idioma quichua,
que hablaban, o por lo menos entendan, todos los indios. La convivencia del
quichua con el castellano debi notarse sobre todo en el Colegio de San Andrs y en
la organizacin social de las Doctrinas. Los dos idiomas se impusieron juntos y
vieron agonizar las lenguas vernculas de los grupos indgenas, que no dejaron ms
huella que los nombres toponmicos refugiados en la geografa. En el segundo
Snodo de Quito, realizado en agosto de 1594, se advirti que an haba pueblos de
indios que hablaban su idioma primitivo y, en el afn de instruirlos en la doctrina
cristiana, se orden que se tradujese la cartilla a la lengua de los Llanos, del Caar y
Puruguay de los Pastos y Quillacingas18.
La Orden Dominicana, desde su establecimiento en el Per, se haba interesado
en el aprendizaje del idioma quichua. Uno de sus religiosos, catedrtico
Universitario, fray Domingo de Santo Toms compuso la primera gramtica quichua
que hizo imprimir en Valladolid en 1560. El estudio del idioma de los incas, en la
mente del autor, tuvo una finalidad poltico-religiosa, como se desprende de la
dedicatoria del libro a Felipe II. Mi intencin principal, Su Majestad, ofreceros este
libro ha sido, para que por l veis, muy clara y manifiestamente, cun falso es lo
que muchos os han querido persuadir ser los naturales de los reinos del Per
brbaros e indignos de ser tratados con la suavidad y libertad que los 38
dems vasallos vuestros lo son. Lo cual claramente conocer Vuestra Majestad ser
falso, si viere por este Arte la gran polica que esta lengua tiene, la abundancia de
vocablos, la conveniencia que tiene con las cosas que significan, las maneras
diversas y curiosas de hablar, el suave y buen sonido al odo de la pronunciacin de
ella, la facilidad para escribir con nuestros caracteres y letras, cun fcil y dulce sea
a la pronunciacin de nuestra lengua, el estar ordenada y adornada con propiedad de
declinacin y dems propiedades del nombre, modo, tiempos, y personas del verbo:
y brevemente en muchas cosas y maneras de hablar, tan conforme a la latina y
espaola y en el arte y artificio de ella, que no parece sino que fue un pronstico que
Espaoles la haban de poseer. Junto con la Gramtica y en volumen aparte public
fray Domingo de Santo Toms el Vocabulario quichua19.
El primer Concilio Provincial de Lima orden que todo cura doctrinero
aprendiese el quichua para poder atender con eficacia a sus indios feligreses. Igual
disposicin formul para la Dicesis de Quito el Snodo de 1570, dirigido por el
ilustrsimo seor de la Pea. Para convertir en realidad esta orden, la Audiencia cre
la ctedra de quichua, a cargo de los padres dominicos. Esta creacin fue confirmada
por Felipe II, mediante cdula del 16 de setiembre de 1586. La enseanza estuvo
desempeada sucesivamente por los padres Hilario Pacheco, Pedro Bedn y
Domingo de Santa Mara, quienes extendieron comprobante de suficiencia a los
curas destinados al servicio doctrinero. Por texto de aprendizaje se adopt
la Gramtica de fray Domingo de Santo Toms.
De este espritu de apostolado se hizo eco la Orden Dominicana. En el Captulo
Provincial celebrado en Quito en 1598 se legisl lo siguiente: Ordenamos que
ningn religioso, que no sepa la lengua de los indios o no sea apto para
administrarles los sacramentos, sea encargado de las Doctrinas de los indios y
pedimos 39 encarecidamente a nuestro Padre Provincial que en ningn caso
conceda la Dispensa. Alentador espiritual de este Captulo fue el padre Pedro
Bedn, quien para facilitar el cumplimiento de esta orden capitular, consigui
licencia para hacer imprimir un libro suyo intitulado: Modo de promulgar el
Evangelio a los Indios de estos Reinos e Instruccin para la Administracin de los
Sacramentos a los naturales de este Nuevo Mundo.
Los religiosos doctrineros eran elegidos del personal espaol y criollo que
componan la Provincia. Uno de ellos, el presentado fray Gregorio Garca, que vino
a Quito en 1587, fue destinado a la Doctrina de los Paltas, en la Provincia de Loja.
Ah permaneci nueve aos despus de los cuales regres a Espaa, recorriendo
antes el territorio de Mjico. Del tiempo libre aprovech para documentarse sobre
los libros que edit ms tarde en la Madre Patria. El uno se intitula Origen de los
Indios en el Nuevo Mundo e Indias Occidentales, y el otro Predicacin del
Evangelio en el Nuevo Mundo, viviendo los Apstoles. En ambos hace alusiones
concretas al tiempo que sirvi de Doctrinero y a las observaciones que hizo en su
estada en Quito y entre los indios paltas. Tambin atestigua el uso prctico que se
dio, para el aprendizaje del quichua, a la Gramtica de fray Domingo de Santo
Toms20. Reflejo claro de este apostolado doctrinero fue tambin el libro Compendio
historial del estado de los Indios del Per, compuesto por el Maestre Escuela de
Quito, Lope de Atienza. Debi ser escrito antes de 1575, pues est dedicado a Don
Juan de Ovando que muri precisamente en ese ao. La obra se refiere a las
costumbres de los indios de la Dicesis de Quito y al mtodo de evangelizarlos con
provecho21.
40
Las Alcabalas
Durante el episcopado del ilustrsimo Seor de la Pea (1565-1583) se haba
organizado el servicio religioso en la Dicesis de Quito, que comprenda el territorio
desde Pasto hasta Jayanca y desde la costa del Pacfico hasta las vertientes del
Amazonas. En la estadstica que hizo el ilustrsimo seor Lpez de Sols a fines del
siglo XVI, deca textualmente: El Obispado de Quito tiene de longitud 226 leguas y
de latitud 70, la mayor parte de ello por poblar: hay en el Obispado 18 ciudades y
una villa, en las cuales y doctrinas de indios que provee el Obispo hay noventa y
siete, y asimismo tienen en el Obispado 30 doctrinas los frailes de San Francisco, 27
los de Santo Domingo, 5 de San Agustn, 15 los de Nuestra Seora de Las
Mercedes: todos estos beneficios, as los clrigos como los frailes se proveen
conforme al real patronato22.
La mayor parte de estas parroquias y doctrinas estaban atendidas por clrigos y
frailes, criollos y mestizos. La Iglesia abri las puertas a los nativos de estas tierras,
que hallaron en la Religin las posibilidades de realce personal. Entre los mestizos
cabe mencionar, por va de ejemplo, a Diego Lobato, el mejor quichuista, hijo del
espaol Diego Lobato e Isabel Jaropalla, a fray Alonso de Salazar, hijo de Rodrigo
de Salazar y de doa Ana Palla y fray Pedro Bedn, hijo del asturiano Pedro Bedn
y la quitea Juana Daz de Pineda. El ilustrsimo seor de la Pea, en contestacin a
una cdula de Felipe II de 20 de enero de 1577 que prohiba ordenar mestizos,
respondi que en doce aos de obispado haba ordenado tan slo cuatro sacerdotes, a
quienes ningn espaol de buena vida les haca ventaja23.
Al contrario, fue crecido el nmero de sacerdotes y religiosos criollos. Entre
ellos se contaban Alonso de Aguilar, hijo de Rodrigo 41 de Paz e Isabel de
Aguilar, y fray Jernimo Londoo, hijo de Juan de Londoo y Juana Caldern.
La rebelin quitea, con motivo de las alcabalas, sac a lucir los conocimientos
teolgico-jurdicos de los religiosos establecidos en Quito. Producido el
movimiento, el Cabildo de Quito se solidariz con la causa del pueblo. La
Audiencia, en salvaguarda de la autoridad, procur la venida del General Pedro de
Arana para imponer las alcabalas y castigar al pueblo. El Cabildo recurri al parecer
de los telogos y juristas para respaldar su actuacin en principios de derecho. El
padre jesuita Diego de Torres y el dominico Domingo de los Reyes expusieron su
criterio en el sentido de justificar llanamente el ingreso de Arana sobre Quito, sin
que le asistiese al pueblo ms derecho que sufrir con paciencia la realidad que le
sobreviniere.
El padre Bedn, al contrario, despus de recordar las circunstancias de lo hasta
entonces sucedido, plante la cuestin, reducindola a dos puntos: primero si es
justa la guerra que el General Arana hace sobre Quito, so color de castigar
delincuentes o de asentar alcabalas y otras imposiciones que se han divulgado;
segundo, si hay duda de la justicia de esta guerra y que en parte la ciudad ha tenido
alguna excusa en defenderse de quien atrozmente la vena a castigar, e instando el
negocio de las alcabalas, qu medio ser ms conveniente al servicio de Dios y de
nuestro muy catlico Rey y Seor para que se pare y no dispare ms en esta parte y
al fin se asegure el pueblo y no se despee como quien mal pleito tiene y tambin se
mitigue la indignacin de los jueces y no haya sangre de por medio.
Las conclusiones a que lleg el padre Bedn fueron las siguientes: 1., no fue
acto virtuoso ni lcito enviar a pedir gente armada para castigar los que en orden de
alcabalas haban dilinquido, ni menos para entablar las alcabalas; 2., no era lcito
poner por fuerza las alcabalas: no quera decir con esto que las alcabalas eran ilcitas
siendo moderadas, sino que se deban imponer con suavidad y no con violencia; 3.,
aunque segn ley natural 42 pudiera el pueblo defenderse si no tuviese fcil
recurso al Rey, de un Presidente o Juez injusto que apurase su gobierno con armas;
sin embargo, si de la defensa se siguieren mayores inconvenientes, lo aconsejado
sera soportar el castigo, dejando al Juez la responsabilidad de los sucesos.
A estas conclusiones aadi el padre Bedn la cuestin que sigue: Pregntese
si la guerra ofensiva que el General de Arana hace contra la ciudad de Quito es
lcita. Algunos telogos, siendo informados de que slo se haba movido a hacerla
por ciertos delitos dignos de castigo, dijeron que era lcita; pero aqu es menester
atender a otras circunstancias para dar justa censura, porque aun decir que por
delitos particulares se ha de enviar gente armada es negocio ilcito y peca
mortalmente el juez que as atroz y desproporcionadamente quiere castigar a sus
sbditos y est obligado a restituir todos los daos y menoscabos que de esto se
siguieren24.
El padre Bedn en las pruebas de sus conclusiones cita a Santo Toms en la
Suma, las Sentencias y loas Opsculos; a Domingo Baes, el Maestro Orellana y
Cayetano en los Comentarios a Santo Toms; a Francisco de Vitoria en su relacin
De Bello y a Domingo Soto en su tratado De Justicia et Jure.
Veinte aos antes, el padre franciscano fray Juan Cabezas de los Reyes haba
predicado una serie de sermones en la Semana Santa de 1568. En esas plticas al
pueblo sostuvo algunas proposiciones que desconcertaron el buen sentido cristiano
de los fieles. A pedido de ellos hubo de intervenir el prior de dominicos fray
Domingo Valds para exponer, en la vigilia de la Ascensin, la doctrina verdadera
sobre el pecador, la gracia y la oracin. El celo pastoral del ilustrsimo seor de la
Pea tom a serio el asunto y oblig a discutir la ortodoxia de los principios
dogmticos sostenidos por el predicador franciscano. En esta ocasin se puso de
manifiesto la preparacin teolgica de franciscanos y dominicos, 43 que
representaban a las Escuelas, respectivamente, de Escoto y Santo Toms. El padre
Cabezas de los Reyes se vio obligado a consignar por escrito los principios que
haba sostenido para someterlos al tribunal de la Inquisicin. El asunto termin con
la fuga a Mxico del predicador franciscano, con quien, desde luego, no se
solidarizaron sus hermanos de hbito.
[44]
45
Captulo III
Arquitectura
Durante el siglo XVI el factor religioso se impuso en Quito a los dems factores
que componen la totalidad de la vida histrica. A servicio de la Religin pusieron
sus recursos el Estado y la Cultura. Mientras la Audiencia careca de un palacio y el
Cabildo funcionaba en una casa municipal modesta, se erigan la iglesia y el
convento de San Francisco sobre atrio monumental, se levantaba la catedral con aire
de magnificencia y Santo Domingo y San Agustn emplazaban sus templos y
conventos con proyecciones de grandeza. Para la construccin de la catedral
contribuyeron, en iguales proporciones, el Rey, los espaoles y los indios. Las
construcciones conventuales, en cambio, se llevaban a cabo con donativos y la
limosna del pueblo.
La economa en el siglo XVI se fundament principalmente en los tributos de
las encomiendas y la explotacin minera de Santa Brbara, Zamora, Zaruma y
Popayn, que dependan de la Audiencia de Quito. Gran parte de la riqueza
convergi a los templos, donde las personas acomodadas costearon los retablos y
erigieron 46 sus criptas para entierros familiares. Los Pizarro costearon la
capilla de San Juan de Letrn en la Merced; Rodrigo de Salazar tom por su cuenta
la construccin de la Capilla de Santa Marta en San Francisco; en la catedral, Ana de
Castaeda se hizo cargo del culto de Santa Ana; Rodrigo Nez de Bonilla erigi un
retablo a la Inmaculada; Alonso Dorado levant un altar en honor de San Jos y el
Cabildo construy los retablos de San Jernimo y de San Pedro.
Quito asumi desde el principio un aspecto monumental. La configuracin
geogrfica del suelo determin el emplazamiento de los bloques de construccin
sobre planos diferentes y la diversa proyeccin de las fachadas. Mientras San
Francisco vea desde su atrio levantarse el sol, Santo Domingo gozaba del
espectculo del sol poniente, la Catedral orientaba su perspectiva al norte y San
Agustn diriga al sur el frontispicio de su templo. El desnivel del suelo oblig
tambin a la construccin de atrios para dar planta horizontal a las dependencias
conventuales. Para estas abras se tuvo a la mano la inagotable cantera del Pichincha,
que proporcion piedras de color gris que fueron asumiendo con el tiempo la ptina
de austera nobleza.
El conjunto de construcciones hubo de caracterizarse por la envoltura de colinas
que limitaban el horizonte. No hubo sector de la ciudad que no tuviese la visin
panormica de un monte familiar. La altura de 2800 metros permita gozar de la
limpidez de un cielo azul, por cuyo centro caminaba el sol ecuatorial, sin deslumbrar
con la caricia de su luz. Ya el relator annimo, de 1573 conjugaba los conceptos de
campo, clima y paisaje, cuando describa: La tierra no es estril, antes abundosa y
frtil. [...] La tierra es sana, los hombres comnmente viven ms que en Espaa. [...]
El temple de la ciudad es antes fro que caliente. [...] El cielo es claro y sereno y el
sol sale y se pone con mucha alegra y nunca est cubierto de nublados, sino cuando
llueve o quiere llover.
La arquitectura conjuga a la vez una idea espiritual y un fin 47 prctico
y refleja, tanto el carcter colectivo como las inquietudes de una poca histrica. El
templo es la casa de Dios y del pueblo destinada al culto. La capacidad espacial
depende del nmero de fieles para quienes de ordinario se destina. Los templos
quiteos del siglo XVI fueron planificados sobre planta de cruz latina, con tres
naves, presbiterio y coro. De ellos el de San Francisco es el que ms ha conservado
su estructura primitiva. Situado a la mitad del atrio, el frontispicio se destaca a travs
del abanico de gradera que desciende a la plaza.
En funcin del culto, la arquitectura reclam el concurso de la escultura para
cubrir con retablos el vuelo del presbiterio y los muros de las naves laterales, que
responda en el fondo a los arcos de la nave central. El espritu del barroco presidi
el modelado de columnas y molduras, en tanto que la sensibilidad islmica teji en
el artesonado su red de lacera, combinada con rosetones. Fue la convergencia de
corrientes estilsticas que reflejaban el mestizaje etnogrfico y cultural que comenz
a verificarse desde la fundacin de la ciudad.
Un ideal teolgico dio el comps a la estructura del retablo mayor. A base del
zcalo se labraron a los lados en relieve las representaciones de los evangelistas,
sobre cuyo fundamento se levantaron las columnas para sostener en alto las virtudes
en imgenes simblicas. El retablo culminaba al centro con la figuracin de la
Trinidad en el episodio del Bautismo de Cristo. De este modo la escultura entr en
funcin del culto religioso. Los altares de las naves sirvieron a la imaginera de los
santos y advocaciones familiares de la orden franciscana.
La primera descripcin del templo se debi al padre Fernando de Cozar, que
firmada en noviembre de 1647, sirvi al padre Crdova Salinas para su crnica
franciscana del Per. Ah se dice textualmente: Su fbrica se dilata hermosa en tres
naves, tan desahogadas las capillas, que se les puede leer de lejos el adorno, sin
fatigar la vista. La nave del medio es muy alta, cubierta de lazo mosaico de
incorruptible cedro a manera de bveda hecha 48 una ascua de oro. La
iglesia corre de follaje labrado en cedro con ocho retablos dorados en sus pilastras,
que la cien en redondo. Las capillas por banda aaden belleza con sus bvedas,
guarnecidas con molduras de ladrillo que rematan en las naves con claraboyas o
linternas, por donde introducida la luz entre a ilustrar los retablos dorados, y con
primoroso arte las adornan. El crucero, que se estima por de mejor garbo de cuantos
el Per contiene, es de cuatro arcos torales, fabricados sobre cuatro pilares, la
cubierta del mismo lazo que la iglesia. Cenle alrededor muchos santos de media
talla sobre curiosas molduras. Acompanle por los dos lados dos grandes capillas,
la una en que se venera y admira un riqusimo relicario de innumerables reliquias.
[...] El retablo del altar mayor poblado de estatuas, a imitacin del Panten de Roma,
da vuelta a toda la capilla mayor en redondo, todo de cedro: obra superior por la
valenta del arte y escultura con que labraron escogidos artfices 25.
Quines fueron estos escogidos artfices del templo franciscano? A la cabeza
de la construccin estuvo fray Jodoco Ricke, con su espritu y energa de formacin
renacentista. Bajo su direccin hizo de maestro de obra Jorge de la Cruz Mitima con
su hijo Francisco Morocho. En cuanto a los talladores de los retablos y artesanados,
ellos constituyeron ese grupo annimo que trabajaban, satisfechos de servir a la fe
colectiva e interpretar los anhelos religiosos del ambiente. Los cedros robustos e
incorruptibles fueron modelndose en sus manos para convertirse en elementos
estructurales de un altar, en que deban mostrarse al culto las imgenes simblicas de
las verdades de la Fe cristiana y de Cristo, la Virgen y los Santos. Para las
generaciones del siglo XVI los retablos y efigies estimulaban las practicas piadosas:
Orfebrera
Una artesana que sirvi al mismo tiempo a los intereses religiosos y profanos
fue el de la platera y orfebrera. Los espaoles hallaron entre los indios de la regin
de Quito una tradicin muy ahondada en el laboreo de los metales. El oro labrado
con primor luca en los collares de chaquiras de las indias y en narigueras que se
descubran en las huatas. El 12 de junio de 1541, Alonso de Orejuela y Martn de la
Calle se presentaron al Cabildo a reclamar patente de derecho sobre unas minas de
plata que haban descubierto en la zona de Tungurahua. Para comprobar la calidad
del metal, el Cabildo, orden que lo examinasen cuatro indios plateros y
fundidores27.
El primer platero espaol avecindado en Quito fue Luis Garca, cuya presencia
reclam el Cabildo del 9 de julio de 1537, para que fundiese el oro y sealara los
quintos reales correspondientes al erario. En 1557 se aprovech de la pericia de Juan
Mosquera Samaniego, para que determinara en Loja el oro correspondiente a los
diezmos y al noveno de impuesto 28. En octubre de 1559 se hizo mencin del platero
Leonis Delgado quien trabaj cuatro clices y patenas para el convento de San
Francisco por el precio de ciento veinte pesos oro de diez y nueve quilates y tres
granos29. En las cuentas de descargo de la Catedral, correspondientes a 1566-1570,
se asentaron las datas de pago a Diego Rodrguez y Diego Ramrez por la hechura
de clices 52 y custodias; lo mismo que a Francisco Moreno por candeleros,
copones y relicarios y a Diego Snchez por incensarios 30. El Arcediano Pedro
Rodrguez de Aguayo mand labrar una custodia con linternas de estilo gtica con
los orfebres Sebastin Moreno, Leonis Delgado y Francisco Pereira, detallando que
era de plata marcada y dorada con oro de Zamora 31. En el documento se expres que
el oro era en polvo y que para dorar se us del azogue.
Durante el siglo XVI hubo un afn extraordinario por la explotacin minera.
Las primeras minas descubiertas fueron las de Santa Brbara (actual ro Gualaceo),
para las cuales formul el Cabildo de Quito el primer cuerpo de leyes de trabajo. En
1562 el licenciado Salazar de Villasante organiz una explotacin en esas minas, que
dio por resultado ms de 100000 pesos por cuenta de los quintos reales. Luego se
explotaron las ricas minas de Zamora. De la calidad de estas minas puede juzgarse
por el dato de que Gil Ramrez Dvalos orden, el 29 de marzo de 1557, que se
comprasen los trozos de oro encontrados por los mineros. El resultado fue que se
hall una piedra de oro macizo que costaba 1545 pesos y otros pedazos que valan
225 pesos cuatro tomines, y otros pequeos por el valer total de 565 pesos 32. El
minero ms afortunado del tercer cuarto del siglo XVI fue el capitn Rodrigo de
Arcos. l descubri una mina de plata en el Valle de Malar, cerca de Cuenca, instal
un ingenio de explotacin en los cerros de Girn y despus comenz a explotar las
minas de Zaruma. Bajo su direccin trabajaron Diego Lpez especialista en hacer
ingenios y Pedro de Veraza, inventor del sistema de frezadillas 33. El volumen XXVII
de los Cabildos de Quito contiene las 53 datas de fundicin del oro
proveniente de las minas para efecto del cobro de loas quintos reales 34.
Estos datos permiten colegiar el estado de holgura econmica que vivi la
sociedad quitea del siglo XVI. El oro de las minas reducido a lminas por
los batihojas, sirvi para el dorado brillante que an hoy lucen los retablos quiteos.
Adems los orfebres demostraron su habilidad en las joyas de las familias ricas,
como los plateros en el labrado de objetos sagrados y profanos que constan en
inventarios de iglesias y testamentos de encomenderos y terratenientes del siglo
XVI. Los plateros haban establecido sus talleres joyeras en una zona de la ciudad,
hasta dar el nombre de Calle de la Platera a una de las vas centrales. Se haban
organizado en gremio y en 1585 solicitaron del Cabildo Eclesistico la facultad de
fundar una cofrada bajo el patrocinio de San Eloy 35. Cuando el Cabildo estudi esta
peticin, observ el den Hernndez de Soto que muchos plateros de los que
fundaban esta Cofrada eran nacidos en esta tierra, lo cual indica que la platera se
haba convertido en arte de criollos y mestizos.
Imaginera
Las exigencias del culto religioso haban determinado la construccin de
templos para albergue de los fieles y de retablos para desahogo de devociones
populares. La estructura del altar exigi el complemento de una imagen. De este
modo la escultura suscit la artesana del tallado y el arte de la imaginera.
La imaginera, arte de labrar imgenes para el culto religioso, se desarroll en
Amrica con el sentido de un apostolado evangelizador. El Concilio de Trento, en la
sesin XXV celebrada en diciembre de 1563, expuso la doctrina de la iglesia sobre
el culto 54 a travs de las imgenes, para oponerse a la iconoclastia
protestante. En el decreto declara que se deben tener y conservar, principalmente en
los templos, las imgenes de Cristo, de la Virgen madre de Dios y de otros santos y
que se les debe dar el correspondiente honor y veneracin: no porque se crea que
hay en ellas divinidad o virtud alguna por la que merezcan el culto, o que se les debe
pedir alguna cosa, o que se haya de poner la confianza en las imgenes, como hacan
en otros tiempos los gentiles, que colocaban su esperanza en los dolos; sino porque
el honor que se da a las imgenes, se refiere a los originales representados en ellas;
de suerte, que adoramos a Cristo por medio de las imgenes que besamos y en cuya
presencia nos descubrimos y arrodillamos; y veneramos a los santos, cuya
semejanza tienen: todo lo cual es lo que se halla establecido en los decretos de los
concilios y en especial en los del segundo Niceno contra los impugnadores de las
imgenes.
Este decreto se apoyaba en el razonamiento de Santo Toms, quien justific el
uso de las imgenes en la Iglesia Catlica por el hecho de la Encarnacin del Verbo.
Desde que Dios se hizo hombre haba derecho para representar lo espiritual con
Diego de Robles
El primer imaginero de que hay noticia documentada es Diego Rodrguez, a
quien se le pagaron sesenta pesos por la hechura de San Sebastin, destinado a la
parroquia de su nombre. Este dato se refiere al ao de 1571. Labr tambin
una, Imagen de nuestra Seora grande con el nio en los brazos con su tabernculo
y un crucifijo pequeo de bulto36.
57
El imaginero ms conocido histricamente es Diego de Robles. Fue toledano,
hijo de Antonio de Robles y Mara Nez de Ayala. Cas en Quito con Juana
Bautista, hija de Juan del Castillo, vecino de Mlaga. Tuvo dos hijos, Bartolom y
Marcela, a quienes dej de herederos de sus bienes. Mediante su trabajo consigui
mediana fortuna, consistente en casa propia y dinero en metlico. Perteneci a las
Cofradas de la Vera Cruz de San Francisco, del Rosario de Santo Domingo y de la
Inmaculada Concepcin fundada en la catedral. En su testamento orden que se le
celebraran cien misas repartidas por igual entre San Francisco, Santo Domingo, San
Agustn, La Merced y La Catedral. La delicadeza de su conciencia le hizo consignar
diez pesos para la Cofrada de los indios, establecida en la Compaa, en descargo
de algunas cosillas de poco momento que pudiera haber hecho con agravio de los
naturales.
En la primera clusula de su testamento se declar escultor vecino de esta
ciudad de Quito. En el archivo de Santo Domingo se conserva un contrato suscrito
entre Juan de Ciga y Aldaz, mayordomo de la Cofrada de la Vera Cruz y Diego de
Robles, por el cual el escultor se compromete a hacer para la dicha Cofrada un
Cristo de ocho palmos de a cuarta de alto y una Cruz en que est clavado y su
corona de espinas y un rtulo con cuatro letras; y una imagen de Nuestra Seora de
Culto, de seis palmos, que ha de ser Nuestra Seora de la Concepcin las manos
puestas. El precio total de la obra era de doscientos pesos de plata, de los cuales
ceda veinte con condicin de que le recibieran de cofrade de la Cofrada de la Vera
Cruz, para la cual se comprometi a hacer tambin dos ciriales de cedro acabados
de todo punto y perfeccin37.
El contrato se firm el 27 de junio de 1586. El artista realiz las obras; pero no
fueron a gusto de los clientes. Por lo cual el 25 de junio de 1588, el nuevo
mayordomo 58 de la Cofrada de la Vera Cruz demand al escultor,
exigindole la devolucin del dinero. El conflicto debi terminarse favorablemente;
puesto que Diego de Robles en su testamento, otorgado el 9 de marzo de 1594, no
hizo alusin a la deuda y al contrario, aclar que era cofrade de la Vera Cruz de San
Francisco.
En 1584 labr la imagen de Nuestra Seora de Guadalupe para la Cofrada
organizada con este nombre, que se estableci en Gupulo. Esta efigie la policrom
el pintor Luis de Rivera por el precio de cuatrocientos sesenta pesos 38. En 1586, hizo
para los indios de Lumbis una imagen semejante, que fue a parar en Oyacachi y se
traslad despus al Quinche, donde hasta hoy recibe culto. A l se atribuye tambin
la imagen venerada en el pueblo del Cisne, de la provincia de Loja. Es un caso
singular que imgenes de Nuestra Seora, conocidas al principio con la advocacin
de Guadalupe, se convirtieron en imgenes de Santuario, por los milagros que a
travs de ellas realizaba la Madre de Dios. An desde este punto de vista, el nombre
de Robles como el de Montas se vincul al culto que provocaron sus imgenes.
Diego de Robles labr asimismo el grupo del Bautismo de Cristo, que corona el
retablo mayor de San Francisco. El artista guard relacin con los padres
Franciscanos. A ello se debi la siguiente clusula de su testamento: Mando que
cuando la voluntad de nuestro Seor fuere servida de me llevar de esta presente
vida, que mi cuerpo sea sepultado en la iglesia del Monasterio de San Francisco de
esta ciudad en la parte y lugar que a mis albaceas les pareciere y que mi cuerpo vaya
envuelto en el hbito del glorioso San Francisco, por el cual y por la sepultura se
pagar la limosna acostumbrada. Deban acompaar a su cadver los hermanos
cofrades de las tres cofradas a que l perteneca.
59
Luis de Ribera
Al nombre de Diego Robles va unido histricamente el del pintor Luis de
Ribera, al cual se le conoce desde 1584, por la policroma de Nuestra Seora de
Guadalupe de Gupulo. El 7 de agosto de ese mismo ao el licenciado Pedro
Venegas de Caaveral le reconoci el derecho sobre una propiedad llamada
Quisnamira, que le haban adjudicado los caciques e indios de Mira en pago de
cierta pintura de un retablo para la iglesia de dicho pueblo 39. Tena su casa y taller
en el barrio de San Marcos. Viva an en 1619, puesto que el 21 de diciembre de ese
ao, firmaba un documento, aadiendo a su nombre el calificativo de maestro pintor.
Con ocasin de los funerales a la memoria de Felipe II, se promovi en Quito
un concurso artstico. El Monarca haba fallecido en el Escorial el 13 de septiembre
de 1598. La noticia oficial de la muerte lleg a la Audiencia en marzo del ao
siguiente, con la recomendacin de que se realicen honras solemnes por el alma del
ilustre difunto. El Corregidor don Diego de Portugal recibi el encargo de organizar
la ceremonia fnebre. Mand, en consecuencia, que los obrajes proveyesen de pao
negro para cubrir las paredes de la iglesia y de bayeta para el piso. Hizo levantar el
catafalco delante del presbiterio, en tres cuerpos sobrepuestos, con un crucifijo
grande en el remate. Se adornaron los pilares con cuadros hechos a propsito de
todas las ciudades de este distrito, que acompaaban otros tantos cuadros de las
armas reales, que todo se obr, o lo ms en las casas de Cabildo, donde el
Corregidor viva ocupando en esto los pintores espaoles e indios que haba en la
ciudad40.
60
ya conocemos. Otro pudo ser fray Pedro Bedn, que se hallaba entonces de prior del
Convento de Quito y bajo cuya direccin se hallaban algunos pintores indios. En
1598 el padre Bedn pasaba de los cuarenta. Haba cursado sus estudios de Teologa
en Lima, donde aprendi el arte de la pintura. Siguiendo a Melndez se ha tenido
por cierto que el maestro del padre Bedn fue Mateo Prez de Alesio. Se ha
comprobado ya la inconsistencia de este dato, por cuanto la presencia del pintor
italiano en Lima fue posterior a la estada del padre Bedn en ella. Hoy se acepta,
ms bien, el influjo sobre nuestro pintor del hermano jesuita Bernardo Bitti, que
estuvo en Lima entre los aos 1576 y 1585, con cuyas pinturas guardan semejanza
las del padre Bedn41. De esta etapa de aprendiz dice Melndez que el joven
sacerdote ocupaba el tiempo libre en pintar cuadros de Nuestro Seor y de su
Madre Santsima y otros santos, que haca con gran primor.
En 1586 volvi a Quito. Aqu altern el tiempo entre la enseanza y el
apostolado, sobre todo del Rosario. Como en Lima, organiz la cofrada y para la
inscripcin de sus miembros abri un libro, en cuya primera pgina dise el busto
de una imagen, al estilo de las de Bitti. Inscritos con su letra, entre los aos 1588 y
1592, constan con el calificativo de pintor, los nombres de Alonso de Chacha,
Andrs Snchez Gallque, Antonio, Cristbal aupa, Felipe, Francisco Gocial,
Francisco Guijal, Francisco Vilcacho, Jernimo Vilcacho, Juan Jos Vzquez y
Sebastin Gualoto; los cuales debieron trabajar a rdenes del corregidor Diego de
Portugal, para el tmulo de las exequias de Felipe II.
61
Entre stos el ms conocido es Andrs Snchez Gallpe, con quien hizo pintar el
oidor Barrio de Seplveda el retrato de los negros de Esmeraldas, para enviarlo a
Felipe III el ao de 1598. Snchez Gallque era de los ms fervorosos cofrades del
Rosario y en unin de otros indios coste no pocas veces los gastos de la fiesta de
Nuestra Seora. Entre 1591 y 1592 estuvo de paso en Quito el pintor italiano ngel
Medoro, quien pint para el Convento de Santo Domingo un blasn herldico,
sostenido por cuatro ngeles y para la Concepcin una Imagen de Nuestra Seora,
ambas pinturas en telas de idntica factura. Fue a la segunda vez que el padre Bedn
estuvo en relacin con un pintor italiano, que dej huella en su manera de ejercitar el
arte.
En 1593 el padre Bedn sali para Nueva Granada por motivo de las alcabalas,
en que haba dado a conocer su pensamiento por escrito. Se estableci al principio
en Bogot, donde distribuy su actividad entre la enseanza y la prctica de la
pintura. Refirindose al ao de 1594, escribe el padre Alonso de Zamora: Muy a
principios del Provincialato del reverendsimo padre maestro fray Pedro Mrtir, tuvo
esta Provincia y convento del Rosario, la dicha, de que de la de Quito viniera el
venerable padre maestro fray Pedro Bedn, cuyas firmas se veneran en sus libros
como reliquias. En ellos se hallan, como Depositario en estos aos, y en el
Refectorio en el ao de 1594, cuya pintura se debe a sus manos. Con ellas manifest
las imgenes de diferentes pensamientos, el gran espritu y devocin que tena a los
santos. Siendo toda la pintura en las paredes de todo el Refectorio y habiendo cien
aos que lo pint, estn hoy tan vivos los colores, que no slo admiran, sino que
mueven a devocin, porque en todo imprimi la viveza de la que tena en el corazn.
Estuvo tambin en la ciudad de Tunja, en que pint algo de su Refectorio, que hasta
hoy permanece con grande ostentacin y reverencia, rezando todos los das el
rosario a coros en su capilla, que empez a fabricar y en todo resplandece la
[64]
65
Captulo IV
La instruccin pblica durante el siglo XVII
Fray Luis Lpez de Sols, cuando Provincial de los Agustinos del Per, envi a
Quito a los padres Luis lvarez de Toledo y Gabriel de Saona, con la misin de
establecer la Orden Agustiniana en el territorio de la Audiencia. Los fundadores,
ambos de prestigio, trajeron recomendacin de Felipe segundo y del virrey
Francisco de Toledo, lo cual les facilit el cumplimiento de su cometido. Al
principio se hospedaron transitoriamente en la parroquia de Santa Brbara y luego
tomaron posesin del sitio definitivo que les proporcion la Audiencia. El padre
lvarez de 68 Toledo, deudo del Virrey, consigui en el captulo de 1575 la
aceptacin cannica del primer Convento Agustiniano de Quito y el envo de un
grupo de selectos religiosos. En 1581 se comenz la construccin de la iglesia y el
convento, bajo la direccin del arquitecto extremeo Francisco Becerra.
El 21 de febrero de 1581 la Audiencia confi la direccin del Colegio que
haban renunciado los Franciscanos, despus de una benfica labor docente de
treinta aos. El nuevo instituto tom el nombre de Colegio de San Nicols de
Tolentino e inici la enseanza con alumnos externos. No estaban ya las
circunstancias para atender a los educandos en la forma gratuita y con alcance
prctico como lo haban hecho los padres de San Francisco. Los religiosos
Agustinos de Quito advirtieron en el ambiente social el anhelo de cultura superior y
el padre Saona aprovech de un viaje a Roma para conseguir del papa Sixto Quinto
la facultad de entablar estudios universitarios en el Convento de San Agustn.
Adems alcanz de Felipe II una cdula para el obispo de Quito pidiendo informes
acerca de la renta con que pudiera contarse para el efecto. Los padres del convento
escribieron al Rey el 5 de marzo de 1595, interesndole en este asunto y pidindole
de merced funde (universidad) en este convento pues ser esto grande parte para
que se remedie en pobreza y vaya en aumento esta provincia 46. La Bula Pontificia
facultaba conceder los grados de Bachiller, Licenciado, Doctor y Maestro en Artes,
Teologa, Cnones, Leyes y Medicina. Entretanto los Agustinos de Quito no
contaban con fondos ni local para pensin de catedrticos y funcionamiento de
clases. El ilustrsimo seor Sols, no obstante ser Agustino, debi ver la realidad y,
segn ella redactar su informe. As se explica que tardase hasta el 2 de septiembre de
1602 la licencia del General de la Orden para hacer uso de la Bula y limitando los
grados a los frailes del Convento.
En cuanto al pase regio de la Bula, debi esperarse que mejoraran 69 las
circunstancias del Convento para poderlo tramitar ante la Corte. Recin, el 5 de
febrero de 1621 se present la solicitud al Consejo, el cual la remiti al dictamen del
Fiscal. Al cabo de ms de un ao se conoci la respuesta en los trminos
siguientes: El Fiscal dice que ha visto la Bula que se le remite y le parece que se
puede pasar, advirtiendo que por ella la Religin de San Agustn no ha de adquirir
derecho alguno irrevocable para la fundacin de la Universidad; sino slo en el
nterin que su Majestad mande que se haga en Quito estudios generales y con que
los estudiantes no queden libres de la Jurisdiccin Real, ni por esta fundacin
adquiera jurisdiccin el Provincial o Rector de la Universidad en los estudiantes, y
sin perjuicio del derecho de otra Universidad erigida por su Majestad y aprobada por
su Santidad47.
Entretanto que llegase el tiempo de conseguir el pase regio a la Bula, los
Agustinos de Quito aprovecharon de la facultad concedida por el General de la
Orden y en el captulo Intermedio celebrado en diciembre de 1603 procedieron a
erigir la Universidad de San Fulgencio, limitando la concesin de grados a los
Colonial. De este estudio vamos a extraer los datos, que nos permitan apreciar el
ambiente cultural de Quito en los siglos XVII y XVIII de nuestra historia.
El nmero de manuscritos de la Biblioteca Nacional es de 370 volmenes, a los
cuales hay que aadir 33 pertenecientes a 79 la Biblioteca del Instituto
Superior de Humanidades Clsicas y 5 conservados en bibliotecas particulares. El
total de libros manuscritos, que proceden de la Universidad de San Gregorio,
alcanza a la cifra de 408 ejemplares. Casi todos contienen el texto usado por el
catedrtico al dictar su materia. Unos pocos son la copia manuscrita por el alumno
sobre el asunto escuchado en clase.
Efecto de la organizacin interna de la Compaa fue la asignacin a las casas y
colegios de la Amrica de religiosos y catedrticos procedentes de las diversas
naciones de Europa. Esta distribucin de sujetos daba por resultado la difusin de las
corrientes culturales y la unificacin de los mtodos de enseanza. La conquista de
vocaciones selectas en cada lugar dependa de la respuesta del ambiente social, en
que se ubicaban Colegios y Universidades.
As se explica que de los 408 volmenes manuscritos, 11 procedieran de centros
espaoles de estudios superiores, 3 de italianos y 5 de americanos fuera de Quito. En
cuanto a los autores consta que 35 no ensearon en Quito y 23 de quienes hay duda
todava de que pudieran haberse hallado entre nosotros. En cambio se sabe con
certeza que 71 profesores extranjeros ensearon en Quito y consignaron su
enseanza en un volumen manuscrito y 21 ecuatorianos, de los cuales cinco son
lojanos, cuatro quiteos, tres del Guayas, tres de Cuenca, tres de Riobamba, dos de
Ibarra, y uno de Ambato: lo cual permite apreciar la proporcin de vocaciones que
salan de los Colegios Jesuitas establecidos en las diversas ciudades de la Audiencia.
Mayor inters despierta el examen de las materias tratadas en los manuscritos.
De los 408 volmenes, 193 corresponden a la Filosofa y 208 a tratados de Teologa.
La Filosofa comprenda entonces la Lgica, la Fsica y el tratado del alma. En la
equivalencia actual, esos textos se distribuyen en 57 sobre Lgica y Crtica, 70 sobre
Cosmologa, 9 sobre Ontologa, 6 sobre Psicologa y 51 volmenes mixtos, que
contienen tratados varios. La Teodicea y la tica se reservaban al ciclo de Teologa.
80
La Teologa estaba dividida en las ctedras de Prima y de Vsperas o sea en
Teologa Dogmtica y Teologa Moral. A la primera corresponden a la coleccin 65
tratados de Dios Uno, 11 sobre la Trinidad, 11 sobre el Verbo Encarnado, 18 sobre la
Gracia, 14 sobre las Virtudes Infusas, 4 sobre los Novsimos y 20 volmenes de
tratados dogmticos varios. De la Teologa Moral se han conservado 15 tratados
sobre los Sacramentos, 9 sobre los Actos Humanos, 7 sobre los Preceptos, 6 sobre
los Pecados, 4 sobre la Conciencia, 1 sobre las Leyes y 11 volmenes mixtos de
tratados de Moral y 16 que contienen tratados de Dogma y Moral.
Al grupo literario pertenecen tan slo seis volmenes y uno de cuestiones
gramaticales.
La coleccin de manuscritos formaba parte de las copiosas bibliotecas del
Colegio de San Luis y de la Universidad de San Gregorio, que, despus de la
expulsin de los Jesuitas, se convirtieron en la Biblioteca Pblica, de que se hizo
cargo Eugenio Espejo. Un testigo que conoci la Biblioteca al terminar la poca
colonial lo describe as: La pieza donde se hallan colocados los libros, que
componen ms de diez mil volmenes, es la ms magnfica que hay en toda la
Amrica. Estantera de buena madera pintada a chinesca con perfiles de oro, estatuas
colocadas sobre el famoso barandillaje dorado que circunda esta hermosa sala, las
cuales denotan las facultades a que corresponden: toda una biblioteca digna de una
ciudad ilustrada56.
Captulo V
La oratoria sagrada en el siglo XVII
Andrs de Zurita, quien predic con linda traza, lenguaje y curiosidad, ponderando
como Dios es admirable en hacer santos como lo hizo en San Raimundo.
El martes toc el turno a San Francisco y por su religin tuvo el panegrico el
padre Alonso Ramiro, religioso docto y antiguo predicador. El mircoles ofici en
el altar la Comunidad de San Agustn y predic el padre provincial fray Agustn
Rodrguez un admirable sermn lleno de doctrina y de conceptos curiosos. El
jueves estuvo a cargo de la Compaa de Jess y predic el padre Antonio Pardo de
la misma Compaa, predicador eminente en letras, gracia, decir y acciones con
cuyo sermn y las misericordias de Dios que en l explic se celebr su fiesta con
las ventajas que esta Santa Compaa suele hacerlas. El viernes celebr la misa la
Comunidad de la Merced y predic el presentado fray Alonso Tllez mercedario
sermn, de mucha doctrina. Se hizo un parntesis el sbado, 2 de agosto, por el
Jubileo de la Porcincula. El domingo ofici en el Altar de la iglesia de la Merced la
Comunidad de Santo Domingo y predic en la misa l mismo padre Tllez. El
Cabildo de la ciudad reserv su fiesta 85 propia para el 6 de agosto. Ese
da se juntaron en el Convento de Santo Domingo la Real Audiencia y los Cabildos
eclesistico y seglar y los Prelados y religiosos de las dems rdenes y celebr la
misa de primera el Obispo pontifical y predic el padre fray Alonso de Luna de la
Orden del Seor San Francisco un sermn digno de ser alabado, traza, doctrina,
letras y conceptos57.
Desde el siglo anterior se haba convertido en costumbre tradicional la prdica
de panegricos en los das de los fundadores de las rdenes Religiosas y de los
Santos Patronos de las Cofradas. Era tambin ritual la prdica durante la Cuaresma
y la Semana Santa, cuyo desempeo constitua un mrito para obtencin del ttulo de
Predicador General en la Orden Dominicana. Cada ciudad tena sus devociones
particulares, que se demostraban con misas anuales y su sermn obligatorio.
Entre los sermones manuscritos, unos pocos llevan el nombre del autor; los ms
son annimos. En todo caso, constituyen documentos para conocer por ellos el estilo
con que se predicaba y las devociones que tenan los fieles del siglo XVII. Del
franciscano fray Diego de Escalante se conserva el sermn predicado el tercer
mircoles de Cuaresma del ao 1658. Del padre Dionisio Guerrero existen
manuscritos un panegrico de San Juan Bautista predicado en Cdiz en 1650 y un
Sermn de Nuestra Seora del Buen Suceso predicado en Quito el 14 de julio de
1674. Del padre jesuita Isidro Gallegos se ha conservado un sermn de San
Jernimo, predicado en la Catedral de Quito el 30 de setiembre de 1686. A San
Jernimo se eligi como Patrono contra los temblores que sacudan peridicamente
a Quito. El tema versa sobre el temor y la fortaleza y desarrolla, a base de las
concordancias bblicas, un discurso gil y pattico, no obstante las reiteradas citas de
textos en latn. Aduce ya una razn fsica explicativa de los sismos. El temblor de
la tierra, dice, es efecto de la vanidad 86 e inquietud altanera de los aires que
en sus entraas encierra, los cuales no pudiendo sufrir la opresin de encerramiento
tan abatido, bulliciosos hasta romperla la conmueven por salir al desahogo de su
esfera. Del padre fray Jos Fernndez Velsquez existe, predicando en 1680
un Sermn de Nuestro Serfico Padre San Francisco, Hermandad de Nuestro Padre
Santo Domingo y amistad con la Compaa de Nuestro Padre San Ignacio, en da
que se estrenaron las andas y dems ricas preseas en este Convento de San Pablo
de Quito58.
89
Captulo VI
Manifestaciones artsticas, literarias y sociales
cortejado por los arcngeles San Miguel, San Rafael y San Gabriel, cada cual con su
insignia simblica. Seguan en orden descendente el coro de las potestades,
representado por muchachos vestidos de azul con varas doradas en las manos; luego,
el de las virtudes, con nios de vestido azul que portaban bordones plateados; los
nios del tercer coro llevaban ginetas doradas; los del cuarto, vestidos de blanco,
empuaban estoques dorados; el quinto representaba al coro de la milicia celestial
con trompetas plateadas; el sexto de los tronos, estaba simbolizado por nios
vestidos de blanco con columnas en los brazos; el sptimo, de las Dominaciones, lo
figuraban nios vestidos de carmes con cetros en las manos; los del octavo llevaban
incensarios en representacin de los querubines y los del noveno, que representaban
a los serafines, estaban con los rostros y manos inflamados y cubiertos con alas en
seal de adoracin. El segundo carro representaba la ley natural simbolizada por
una figura que tena por divisa dos espejos, uno sobre la cabeza y otro en la mano,
con la inscripcin latina: signatum est super nos lumen vultus tui. Al fondo estaba
pintado el paraso con el rbol de la vida en el cual se hallaba arrimado Adn y al pie
se encontraba Eva en actitud de hablar con la serpiente que se revolva entre las
ramas. En perspectiva de acercamiento iban escalonndose hacia afuera los
observantes de la ley natural, desde Abel el justo, luego Enoc y No, Abraham y Lot,
Isaac y Melquisedec, Jacob y sus doce hijos, cada cual con las divisas de la
bendicin paterna. Cerraban el cuadro las figuras de Sara y de Raquel. El tercer
carro figuraba la ley escrita. El fondo era verde, color de la esperanza. A los lados
pendan paos en que estaban pintadas las escenas de la batalla de Josu y la cada
de Jeric. Dominaba en la popa la figura simblica que tena en sus manos las tablas
de la ley y a sus pies a Moiss y a su hermano Aarn. En la proa se alzaba la
serpiente suspendida de una cruz. Al centro se enfilaban los personajes bblicos que
se recomendaron por la observancia 91 de la ley escrita: Josu con la divisa
del sol en el yelmo, Geden con un cntaro plateado en la mano, Jeft con la hija del
sacrificio, Sansn con una quijada en la diestra, David con su arpa, Salomn con su
cetro real, Samuel con un cuerno de leo, Isaas con la sierra de su martirio,
Jeremas baado en llanto y Daniel con un len simblico. Detrs aparecan las
mujeres bblicas: Dbora con una palma en la mano, Isael con la insignia del arma
con que dio la muerte a Sicar, Ruth con un haz de espigas, Abigail con una poma de
plata, Judit con la cabeza de Holofernes y Ester vestida con arreos de reina. El
cuarto carro fue la representacin de la ley de gracia. En las cuatro esquinas de la
proa se destacaban nios vestidos de evangelistas en ademn de escribir esta
sentencia: Gratia et veritas per Jesum Christum, facta est. Al centro y en lugar
eminente estaba la figura de Cristo sobre una nube y con la Cruz en el brazo
izquierdo, cortejada por las figuras de la Caridad y la Esperanza. En el centro al pie
de Cristo se hallaba la Fe con una Cruz dorada en la mano. Y al frente, en la proa, se
ergua la figura de la Ley de Gracia con el evangelio en la mano y en el tocado el
smbolo del Espritu Santo. Delante del carro desfilaban San Juan Bautista con la
bandera de Precursor, Mara Magdalena con un poemario en la mano, San Pedro y
San Pablo con las insignias de su apostolado, los Doctores de la Iglesia Ambrosio,
Gregorio, Agustn y detrs de ellos Santo Toms. Aparecan luego San Sebastin con
sus saetas, algunas vrgenes con sus palmas y cerraban el cortejo San Francisco,
Santo Domingo y San Ignacio, en representacin de los confesores.
Todos los cuatro carros estaban costosamente
aderezados y las personas que representaron las dichas
de los carros demuestra que eran familiares las escenas bblicas, fuentes de
inspiracin de los autos sacramentales.
La fiesta de Corpus
El 12 de mayo de 1606 el Cabildo de Quito resolvi lo siguiente: Por cuanto se
ha ordenado y mandado que se celebre y haga la fiesta del Santsimo Sacramento del
da de Corpus Christi con la mayor autoridad y grandeza que fuere posible y de
presente han venido a esta ciudad una cuadrilla de comediantes y ser a propsito
que para que se celebre la dicha fiesta con mayor solemnidad trataron y confirieron
sobre ello y acordaron que se concierte con los dichos comediantes representen dos
comedias, una el da de Corpus Christi y otra el da de la Octava y que los diputados
nombrados por este Cabildo para la dicha fiesta traten con los dichos representantes
sobre la dicha representacin 95 y concierten el precio que se les ha de dar,
lo cual se les pague de los propios de esta ciudad61.
No se consignan los nombres de los comediantes, como tampoco de las piezas
teatrales. Es de advertir que el Cabildo de Quito, tan celoso en organizar la
celebracin anual de la fiesta de Corpus, menciona esta vez tan slo la
representacin de una comedia. En cambio, en la ciudad de Lima, no hubo ao en
que se prescindiese, en la celebracin de esta fiesta, de una funcin teatral. Fuera de
las compaas organizadas en Lima, haba otras que venan de la Pennsula o de la
Nueva Espaa para mantener la continuidad del arte dramtico, que era tan del gusto
de algunos virreyes. Fray Gaspar de Villarroel refiere de s mismo el caso de haber
concurrido furtivamente a una representacin que era de fama y plantea luego el
caso moral de la asistencia de los sacerdotes a las comedias pblicas 62. Para nuestro
caso de 1606, no hay ms indicio posible que la compaa formada por Marco
Antonio Ferrer y su esposa Mariana de Valds, que salieron de Acapulco en 1606 y
que se dirigieron a Lima, donde en mayo de 1607 representaron en la fiesta de
Corpus la comedia intitulada La Cruz aborrecida63.
En marzo de 1607 se hizo cargo del Obispado de Quito el ilustrsimo seor fray
Salvador de Ribera, quien, no obstante su rigorismo y severidad, era muy aficionado
al gnero dramtico. Cuando era prior del Convento del Rosario de Lima en 1594,
lleg la noticia de la canonizacin de San Jacinto de Polonia. Con ese motivo se
organiz un programa de festejos y entre los nmeros principales const la
presentacin en el convento de un Coloquio que result famoso, acerca de la vida de
San Jacinto muy venerado por el pueblo espaol. Cuando Obispo de Quito festej
96 el matrimonio de su sobrina doa Micaela Dvalos con el corregidor don
Sancho Daz Zurbano, con la presentacin de una comedia en su propio palacio, en
que actuaron los propios clrigos. Debi ser de carcter cmico cuando se conserv
la memoria de la reaccin del pblico para con el actor que hizo el papel de Bobo64.
A los escultores se les impuso la tarea de labrar diez y siete figuras de las
virtudes cardinales y teologales, de la muerte y otras representaciones simblicas,
cada una con su insignia tradicional. No hubo necesidad de modelos, puesto que
estaba en el ambiente el conocimiento de las verdades teolgicas y morales, a travs
del simbolismo de las figuras, como se demostr en los carros alegricos de las
fiestas de San Raimundo.
Para integrar el programa de las famosas exequias se abri un concurso potico,
sealando diez temas a desarrollarse, con premios al triunfador. El primer tema
deba interpretar en dsticos la sentencia: Praecipitabit deus mortem in sempiternum.
Para este tema se asignaron, en orden de mritos, una salvilla de plata, una
sortija de oro con una esmeralda y unas medias de seda.
El segundo tema deba desarrollar en versos sficos y adnicos el apstrofe
litrgico Oh mors ero mors tua, con opcin a los premios de un breviario nuevo y
cuatro varas de raso.
Una taza de plata y seis varas de tafetn constituan los premios destinados a los
autores de una oda o elega latina que comentara el verso de Morsus tuus ero
inferne.
El cuarto tema deba ser un jeroglfico o emblema que interpretara las siguientes
expresiones de San Pablo: Absorta est mors in victoria. Ubi est victoria tua, ubi est
stimulus tuus? Los dos premios asignados a las dos mejores composiciones eran un
corte de tela rica y unos guantes de mbar.
98
El quinto tema insinuaba el comentario del nombre de Margarita en cualquier
gnero de verso o la interpretacin de los rtulos que deban ponerse al pie de las
figuras de las virtudes. Por premio se sealaron asimismo un corte de buena tela y
un par de guantes de mbar.
El sexto tema deba desarrollar la siguiente redondilla:
Falta sin poder faltar
hoy Margarita en el suelo,
porque quien reina en el cielo
no ha dejado de reinar.
brocado con un cojn de lo mismo que reciba su figura las rodillas sobre el de talla
entera y del medio de la gloria que estaba pintada penda una gran corona, de la cual
asidos puestos en el aire cuatro ngeles de bulto como que queran coronarla y un
letrero que deca: Veni amica mea, veni de Libano coronaberis.
En el segundo cuerpo del tmulo estaban colocadas las figuras de las virtudes,
con bandas en que estaban escritas sentencias de la Escritura. Las gradas que
conectaban los tres cuerpos del tmulo tenan barandillas, que daban vistosidad al
conjunto. Al medio del frontispicio central se levant el altar en forma que pudiese
destacar las ceremonias de los oficiantes. A los lados aparecan dos cuadros grandes
con pinturas de las armas reales y luego, hasta las rejas del coro, estaban colocados
los retratos de los antepasados de la Reina. Al fondo, sobre las rejas del coro, estaba
en el centro el blasn de la ciudad de Quito y a los lados los de las dems ciudades y
villas que componan la Audiencia. Tanto las paredes como el piso estaban cubiertas
de tela negra, que permitan destacar la estructura del tmulo, relievando los detalles
con la combinacin de luces dispuestas sobre candelabros.
El ceremonial de las exequias respondi a la magnitud del tmulo. Ocho das
antes se dio el pregn por la ciudad, al son de clarines y tambores, previniendo a
todos que dispusiesen vestidos de luto. Luego, el veinte y siete de noviembre, Daz
Zurbano hizo reunir el Cabildo para organizar la forma de la asistencia. El veinte y
ocho por la tarde se tuvo la Vigilia. El jueves veinte y 101 nueve,
comenzaron a decirse las misas desde las seis hasta las diez de la maana, hora en
que se celebr la Misa Solemne, con la oracin fnebre que pronunci el padre
agustino fray Agustn Rodrguez.
En cuanto al resultado del certamen potico, el relator no consign los detalles
de todos los triunfadores. Consign nicamente las composiciones de fray Miguel de
San Juan, franciscano, que consigui el primer premio del primer tema y de don
Francisco de Montenegro, que alcanz el segundo; de don Francisco de Villaseca y
de don Lope de Atienza, que llevaron el primero y segundo premio del tema sexto, y
de don Manuel Hurtado y de Melchor Quintero Prncipe, los dos triunfadores en el
sptimo tema65.
Nada revela ms el espritu quiteo de comienzos del siglo XVII, que estas
exequias de la reina Margarita de Austria. A juzgar por la descripcin del tmulo, la
sociedad estaba familiarizada con los rdenes de la arquitectura clsica, con el
simbolismo religioso, con las genealogas de los reyes y la herldica de las ciudades,
con los certmenes y gneros poticos y con las exigencias y desahogos de una
economa equilibrada. A la explotacin del oro, que estuvo en auge en la segunda
mitad del siglo XVI, se haba aadido la organizacin de los obrajes, que haban
alentado el comercio de telas con Lima, Popayn y Panam. Haba holgura
econmica en el pueblo, a que respondi un realce de cultura que propici la
formacin de la Escuela quitea de arte.
El doctor Morga, que apreciaba el valor artstico de las obras, pag por la
coleccin cuatro mil setecientos treinta patacones de 104 a ocho reales.
Puede colegirse la ventaja de la compra, de la precaucin del Presidente en hacer
consignar en la escritura la siguiente confesin de garanta: Antonio Vzquez
Albn renunci el error de la cuenta dndose por bien pagado y satisfecho y confes
que el dicho precio es justo valor de las dichas lminas e pinturas contenidas en esta
venta e si ms valen o pueden valer de la demasa hace gracia e donacin a su
Seora.
La presidencia del doctor Morga dur cosa de veinte aos, desde 1616 hasta
julio de 1636. Durante su cargo fue residenciado dos veces. Como resultado hubo de
pagar una crecida multa, que no pudo satisfacer en vida. Muri sin hacer testamento.
La justicia cay sobre sus bienes, ordenando hacer el inventario y luego el remate de
sus haberes. Adems de las obras de arte, compradas por intermedio de Vzquez
Albn, se enumeraron diez retratos de familiares y dos de los Reyes de Espaa, dos
lienzos de la Concepcin, veinticinco cuadros del Seor y de muchos Santos, trece
lienzos que representaban a las Sibilas, cuatro que figuraban las Estaciones y un
Cupido rodeado de Nios. Entre las esculturas se contaban una imagen de la
Concepcin, un nio de marfil y una estatuilla de la diosa Venus. El remate
descubri los nombres de los quiteos aficionados a las obras de arte y el precio en
que se las cotizaba. La totalidad era de procedencia europea y asitica. No slo
iglesias y conventos eran relicarios de arte: tambin en casas de particulares existan
colecciones de lienzos y esculturas.
Escritos literarios
En el archivo dominicano de Quito se conserva un manuscrito que lleva por
ttulo: Fasciculus Rhetorices et Poeseos ac rate investigatum per Jo. de Orosco Soc.
Jes auditorem anno 1615. Intercalados a modo de ejemplos se hallan varias
composiciones de Jesuitas espaoles. No es aventurado concluir que el manuscrito
hubiese podido servir de texto en la enseanza de Retrica 105 y Potica. En
todo caso refleja el mtodo que se segua en el Colegio Seminario de San Luis y en
la Universidad de San Gregorio. Aristteles animaba todava el gusto literario del
primer tercio del siglo XVII.
Observamos ya que en la Biblioteca de la Universidad de San Gregorio se
encontraban las obras completas de don Luis de Gngora, en sus ediciones de 1633,
1644 y 1648. Hay indicios ciertos que permiten afirmar el influjo de Gngora en la
formacin literaria de nuestros primeros poetas nacionales.
El ao de 1666 apareci publicado, en abril, un poema heroico sobre San
Ignacio de Loyola, obra pstuma del doctor Hernando Domnguez Camargo. En
1675, editado en la misma capital de Espaa, vio la luz pblica el Ramillete de
varias flores escogidas y cultivadas en los primeros abriles de sus aos por el
maestro Jacinto de Evia, natural de Guayaquil. Investigaciones recientes del padre
Aurelio Espinosa Plit han dado a conocer que estas publicaciones se hicieron por
diligencias del padre jesuita Antonio Bastidas, natural de Guayaquil y no de Sevilla,
como se ha venido asegurando a partir de la afirmacin de Menndez y Pelayo. Del
anlisis del Ramillete se colige que de las cuatrocientas seis pginas de que consta el
libro, ciento diez y nueve corresponden a Evia, ciento nueve a Camargo, ciento
setenta y tres a Bastidas y nueve a autores desconocidos 68. Este dato demuestra la
coexistencia en Quito de los tres poetas Bastidas, Camargo y Evia, como se
confirma, adems, por la dedicatoria de algunas poesas a personajes conocidos en el
ambiente social quiteo de entonces y por los temas referentes algunos a motivos de
naturaleza local.
Bastidas naci en Guayaquil hacia 1615 e ingres en la Compaa en mayo de
1632; desde 1642, sacerdote ya, hasta 1668, ense Gramtica en el Colegio de
Cuenca y en otros del territorio 106 de la Real Audiencia de Quito; el
decenio siguiente fue profesor en Popayn y muri en Bogot el 1. de diciembre de
1681. Jacinto de Evia, hijo tambin de Guayaquil, hizo sus estudios en el Colegio
Seminario de Quito y se doctor en Artes en la Universidad de San Gregorio el 20
de mayo de 1657. En 1662 se le instituy patrn de una capellana de dos mil pesos,
fundada en Guayaquil por su abuelo Blas de Vera.
Domnguez Camargo, natural de Bogot, nacido en 1606, entr en la Compaa
en 1621 e hizo sus primeros votos en 1623. Se ha supuesto como probable su
presencia en Quito, como lo comprueba el romance del Ramillete A un salto por
donde se despea el arroyo de Chillo, que sirvi de inspiracin al padre Bastidas
para una poesa sobre el mismo asunto.
El hecho de patrocinar el padre Bastidas la publicacin de los escritos de
Camargo y de Evia, con composiciones suyas, ponen de manifiesto la vinculacin
espiritual y de gusto literario, entre Camargo, el propio padre Bastidas y Evia. Hay
un cuarto personaje que interviene en esta trama de amistad. Es el maestro don
Antonio Navarro Navarrete, de quien no hace mencin el padre Espinosa Plit.
Navarro Navarrete se declara poseedor de los originales del Poema heroico de
Domnguez Camargo y editor de esta obra pstuma del ex jesuita bogotano. La
publicacin la dedica al padre Basilio de Ribera de quien hace un apasionado elogio
biogrfico. En la advertencia al curioso lector, proporciona detalles reveladores
del origen del escrito y del aprecio del estilo gongorista, como modelo de formacin
literaria. Vale la pena transcribir algunos textos que revelan el influjo del poeta
cordobs en la formacin literaria de nuestros escritores coloniales.
Fui siempre estimador de su ingenio, apreciador de
sus versos, y aunque dese comunicarle en vida, nunca
pude, por la distancia de muchas leguas que nos apartaban,
hasta que supe de su muerte, con harto dolor mo, viendo
que careca del aplauso de los cultos el Poema Heroico del
grande Ignacio de Loyola, de 107 que ya tena
noticia; cuando por medio bien extraordinario lleg a mis
manos: pero reconociendo, que no estaba acabado, ni con
el aseo y perfeccin debida, se me dobl el sentimiento. Y
porque no careciesen los aficionados a las musas de tan
sublime espritu, me dediqu al estudioso desvelo que
ponder en parte por mo el otro ingenio (hablando de un
grande escritor, a quien la muerte suspendi
intempestivamente el erudito vuelo de su pluma, y cuyos
escritos en la sazn agenciaba su cuidado). [...] Extraar
el poema algunas octavas y versos mos, que ha sido
forzoso inxerir, porque no saliesen algunos cantos
defectuosos. [...] De algunos versos enteros se vali de
Segn esto, Navarro Navarrete fue tambin ex jesuita y tuvo en sus manos los
originales del poema de Domnguez Camargo, cuya dependencia estilstica de
Gngora puso de manifiesto. La intervencin de Bastidas en la publicacin
comprueba el aprecio que brind al nuevo estilo introducido por el poeta cordobs
en la literatura castellana. En cuanto a Evia, confiesa paladinamente que fue
discpulo del padre Bastidas, su compatriota.
Por lo que mira al valor literario, el padre Espinosa Plit ha 108
sealado el mrito de cada uno de estos poetas. No es Bastidas un poeta superior de
inspiracin y aliento propios, que revele una vida potica interna y que aporte algn
latido nuevo a la lrica universal. Es, en su poca y en su escuela, un buen artfice,
versificador de ordinario impecable, fcil, suelto, ingenioso, adiestrado en las
peculiaridades del habla y de las sintaxis gongorinas, capaz de adaptarse a los ms
arbitrarios requerimientos de Rengifo.
Evia, es menos rebuscado; el verso le sale ms limpio, ms colorido, ms
claro; no se hallan en l estrofas ininteligibles como las hay, por desgracia, no pocas
en su maestro.
Domnguez Camargo, en su Poema Heroico, desde sus primeras octavas est a
cien codos por encima de cuanto se puede hallar en Bastidas. [...] Bastidas es un
buen versificador; el autor de un poema es un poeta; poeta desde luego bravamente
gongorino, pero que, con defectos y todo, se remonta a otra esfera, se mueve en otra
atmsfera, se lanza en vuelo de aletazos, violentos tal vez, pero noblez y seguros.
Nuestros poetas coloniales han merecido ltimamente la rehabilitacin y
reconocimiento de sus mritos. La Biblioteca Ecuatoriana Mnima consagr un
volumen al padre Antonio Bastidas y al maestro Jacinto de Evia, con una
introduccin histrico-crtica del padre Aurelio Espinosa Plit. Asimismo, la
Biblioteca de la Presidencia de Colombia dedic el tomo 25 a los escritos de
Hay, a mediados del siglo XVII, un afn de destacar su americanismo, entre los
escritores, frente a la cultura europea. El caso de Villarroel no es aislado. Tambin
manifest esta misma idea el editor del Poema Heroico de Domnguez Camargo.
Igual inquietud demostr el padre Ignacio de Quesada en la recomendacin que hizo
a la Philosopha Thomistica de don Juan de Espinosa Medrano, profesor del
Seminario del Cuzco, cuyo libro se edit en Roma en 1688. Escribi el padre
Quesada: El doctsimo escolista peruano Jernimo Valeras experiment en s el
prejuicio que se tena al or: Puede de Nazaret o del Per salir algo bueno? Esta
pregunta reiterada le oblig a replicar: poderoso es Dios para de las piedras peruanas
hacer que se susciten los hijos de Abraham. Puesto que se nos juzga brbaros, a
quienes vulgarmente se nos llama indianos no sin razn recelo que en el autor del
libro encuentren algunos barbarismos y solecismos latinos. Es de notar aqu que
Juan de Espinosa Medrano, llamado el lunarejo, public en Lima, el ao de 1694,
su Apologtica en favor de Don Luis de Gngora.
Durante el siglo XVII, tres escritores nativos de Quito realzaron con el prestigio
de su pluma las letras americanas. El primero fue fray Gaspar de Villarroel, el
segundo el doctor Juan Machado de Chvez y el tercero el padre fray Jos de
Maldonado.
Villarroel naci en Quito hacia 1587. Curs sus primeros estudios en el Colegio
Seminario de San Luis. Aqu conoci al ilustrsimo seor Lpez de Sols, de quien
hizo un cumplido elogio en el primer tomo de su Gobierno Pacfico y cuya santa
muerte presenci en Lima en 1606. Haba vestido el hbito de Agustino en
113 la ciudad de los Virreyes en 1607 y profesado el ao siguiente. La carrera de
los estudios lleg a coronarse con el Magisterio de Artes y Teologa en su Convento
y la Ctedra de Prima en la Universidad. En la Orden sus hermanos le brindaron la
confianza y el reconocimiento al mrito, nombrndole, sucesivamente, de Definidor
al Captulo Provincial, Prior del Cuzco y Vicario del de Lima y Secretario del
Visitador General. Con la ctedra y los cargos alternaron la predicacin y el ejercicio
de la pluma, como cumplimiento del deber a la vez que como desahogo de una
inclinacin natural.
Cuando frisaba un poco ms de los cuarenta viaj a Espaa por la va de Buenos
Aires. Una vez en Lisboa, public ah el primer tomo de sus Comentarios,
Dificultades y Discursos Literales y msticos sobre los evangelios de la Cuaresma.
Con esta recomendacin literaria pas a Madrid, donde dirigi personalmente la
edicin del segundo tomo y prepar el tercero que sac a la luz en Sevilla en 1634.
Con estos sus libros interes al medio eclesistico y de relieve cultural. Pero en la
Corte llam la atencin por su oratoria convincente y agradable. Resultado de esta
presencia y actuacin en Espaa fue la promocin por Felipe IV al Obispado de la
Concepcin de Chile.
En el ejercicio de su gobierno pastoral supo conservar su dignidad episcopal
frente a los personeros del patronato regio. Su ciencia a la vez que su celo apostlico
y el tino delicado de la vida provocaron recomendaciones de parte de los
funcionarios pblicos. Reflejo de esta etapa de su vida, brot de su pluma, como un
libro de memorias el Gobierno Eclesistico y Pacfico y Unin de los dos Cuchillos,
pontificio y regio, que se public en Madrid en dos volmenes, en los aos de 1656
y 1657. Cuando an Obispo de Concepcin, hizo esta confidencia: a m me
hicieron Obispo por predicador y s del Arte lo que basta para apacentar mis ovejas.
Hanme derribado unos importunos corrimientos los dientes altos y en cayndose los
que me han quedado, me hallo intil para este oficio. La falta de dientes que
lamentaba 114 para su correcta predicacin no le priv, al contrario estimul
el uso de la pluma. Compuso entonces la Primera Parte de los Comentarios,
dificultades y discursos literarios, morales y msticos sobre los evangelios de
Adviento y de todo el ao, que sali a luz en Madrid en 1661.
En la dedicatoria de este libro al Rey consign el siguiente dato: Catorce aos
a que me mand Vuestra Majestad servir la Iglesia de Santiago de Chile, en que he
fabricado este y otros cinco libros, que con los cuatro que imprim en Espaa sern
diez tomos los impresos a costa de grandes trabajos. Los libros nuevos a que se
refera eran las Historias Sagradas y Eclesisticas Morales, con quince misterios de
nuestra fe, de que se labran quince coronas a la Virgen Santsima Seora Nuestra,
obra en tres tomos que se imprimi en Madrid en 1660.
En 1651 fue trasladado a la sede de Arequipa, de donde fue promovido despus
al Arzobispado de Charcas. Muri el 12 de Octubre de 1665.
Llama, desde luego la atencin que el ilustrsimo seor Villarroel se hubiese
dado tiempo para escribir tan profusamente, conociendo, por otra parte, la
fecundidad de su celo pastoral. l mismo nos da la clave de la facilidad de su pluma
y del espritu que le animaba al manejarla.Otros dicen, nos cuenta, que han escrito
importunados. Yo de aquesa rama no me podr valer; porque el escribir ha sido en
m una tentacin continua desde mi tierna edad. Y en el Gobierno Eclesistico y
Pacfico aade: Escrib cuatro tomos y estoy persuadirlo que fueron de provecho.
[...] Digan lo que gustaren otros que en eso de (buscar como hacer el bien) yo no
hago escrpulo, porque no deseo ser ms rico, sino aprovechar ms pueblos con mis
estudios.
Ya en vida se hizo el aprecio de sus mritos. Cuando el padre Bernardo Torres le
pidi datos biogrficos para consignarlos en la Crnica Moralizada que dej
inconclusa el padre Calancha, contest el ilustrsimo seor Villarroel con una carta
en que evadiendo el compromiso, dej el retrato fiel de su persona y de su estilo.
115 Pocos escritores se han reflejado ms en sus escritos. Su elocuencia
vibra an en susSermonarios: su mtodo de Gobierno episcopal se pone de
manifiesto en su Gobierno Eclesistico y Pacfico: su conversacin chispeante y
anecdtica parece escucharse todava en sus Historias Sagradas y Eclesisticas.
Entre nosotros fue el padre Nicols Conceti, quien dedic una amplia biografa
al ilustrsimo seor Villarroel en La Repblica del Sagrado Corazn de Jess en
1888. Despus, en 1895, consign don Pablo Herrera algunos datos en su Antologa
de los Prosadores Ecuatorianos(1895). Ms tarde Honorato Vzquez con el ttulo
de Un quiteo Ilustre public un estudio en La Unin Literaria de Cuenca. Pero ha
sido don Gonzalo Zaldumbide el que, con el prestigio de su pluma, ha dado ms a
conocer el valor personal y literario de fray Gaspar de Villarroel, primero, en 1917,
en la Revista de la Sociedad Jurdico-Literaria y ms tarde en el volumen I de los
Clsicos Ecuatorianos y ltimamente en la Biblioteca Mnima.
asunto y que para fabricarle con perfeccin necesitaba de muy desiguales fuerzas de
letras y salud de las que yo tengo.
La obra del doctor Machado se public en dos tomos de 618 pginas el primero,
que es como la metafsica de la Teologa Moral, y el segundo, de 863 pginas, en
que se hace la aplicacin de los principios generales a los estados y personas en
particular. Por su mtodo y claridad, mereci que se redujera a un vademcum
prctico, que lo public en 1661 el padre Francisco Apolinar con el ttulo de Suma
Moral y Resumen Brevsimo de las obras del Doctor Machado.
moralista de formacin europea, que compuso su libro en Quito para utilidad de toda
la Amrica. Igual cosa puede decirse del padre Diego lvarez de Paz, que fue el
primer Rector del Colegio Seminario de San Luis. Haba nacido en Toledo en 1560 y
cursado sus estudios en Alcal de Henares. En 1585 vino a Lima donde se orden de
sacerdote y se gradu de doctor en Filosofa y Teologa en la Universidad de San
Marcos. A fines de 1589 fue asignado a Quito y permaneci aqu hasta 1601, ao en
que hubo de concurrir a la Congregacin reunida en Lima y pasar luego al Cuzco
con el cargo de Rector del Colegio 71. Altern el desempeo de su Rectorado del
Seminario de Quito con el apostolado de la predicacin y direccin de las almas.
Fruto de esta experiencia fue la obra monumental De vita spirituali ejusque
perfectione, libri quinque, que se public en tres tomos impresos en Lyon en 1608,
1612 y 1617, respectivamente.
Segn el padre Astrain: distnguese el padre lvarez de Paz por la copia
abundantsima de textos de los Santos Padres y de la Sagrada Escritura, que rene
para explicar la doctrina espiritual. Quien tome en las manos esos libros, puede
dispensarse de recurrir a otras enciclopedias y colecciones espirituales: en ellos
hallar cuanto necesite para probar las diferentes verdades de la perfeccin
cristiana72.
120
Mayor influjo ejerci en Quito el padre Juan Camacho, nativo de Cdiz. Haba
ingresado a la Compaa a la edad de 16 aos y hecho su noviciado en Sevilla.
Apenas ordenado sacerdote vino a Quito hacia 1623 y se hizo cargo de la Ctedra de
Prima en la Universidad de San Gregorio. Doa Mara de Paredes y Acevedo, su
dirigida espiritual, le puso en contacto con Mariana de Jess cuando tena tan solo
ocho aos y desde 1626 hasta 1634 fue el confesor y director de la Santa quitea,
quien se complaca en atribuir al padre Camacho la orientacin de su espiritualidad.
El padre Camacho fue un asiduo lector de las obras del padre lvarez de Paz y
escribi un compendio de ellas, intitulado De vita spirituali perfecte instituenda, que
se public en Valencia el ao de 1655. Esta sntesis abarca toda la enseanza
asctica y mstica del maestro. El compendio lo dividi en cinco libros que estudian
sucesivamente: 1) la naturaleza, perfeccin y estmulos de la vida espiritual; 2) el
primer grado de perfeccin, o sea la fuga del mal por el combate a los pecados,
vicios y tentaciones; 3) el segundo grado de perfeccin, es decir, la consecucin del
bien mediante el ejercicio de las virtudes; 4) el tercer grado, que consiste en la unin
con Dios por medio de la prctica de la oracin; 5) el Libro quinto trata en concreto
de la oracin mental y el 6) estudia la perfeccin de la vida espiritual demostrada en
el ejercicio de las obras ordinarias de la Religin. El compendio concluye con un
apndice de oraciones vocales.
El padre Juan Camacho muri en Quito el 30 de junio de 1664. En sus ltimos
aos tuvo la suerte de iniciar en la vida espiritual a otra quitea, que desde su
niez dispuso en su propia casa un oratorio a su modo reparti el tiempo y las horas
y empez a rezar sus devociones y a gustar del retiro. La nia que de este modo
comenz la vida espiritual era hija del caballero sevillano don Diego Dvalos y
Mendoza y de la quitea doa Beatriz Snchez Valverde. A los diez y siete aos
ingres en el Monasterio de Santa Clara, donde visti el hbito con el nombre
121 de sor Gertrudis de San Ildefonso. Haba nacido en 1652 y muri en 1709.
Escribi su autobiografa que recibi despus aadiduras de su confesor, el padre
carmelita fray Martn de la Cruz. As result una obra voluminosa en tres tomos
[122]
123
Captulo VII
Las artes en el siglo XVII
I.- Arquitectura
Monasterios y recoletas
Desde el punto de vista urbanstico, las rdenes Mendicantes haban emplazado
sus Iglesias y Conventos en sitios apropiados para determinar la estructura social de
los barrios. Dentro del plano de la ciudad se fueron ubicando los Monasterios de
acuerdo con el tiempo de su respectiva fundacin. El primero en establecerse fue el
de la Limpia Concepcin, que ocup una manzana, cuya esquina daba a la plaza
mayor. Su origen se debi a una necesidad social. El presidente don Hernando de
Santilln inform en enero de 1564 a Felipe II que trataba de hacer una casa de
recogimiento, donde se recogiesen muchas doncellas pobres, mestizas y espaolas,
hijas de conquistadores. Esta idea trat de realizarla el ilustrsimo seor fray Pedro
de la Pea y en este sentido pidi el consentimiento del Cabildo, en agosto de 1575.
La respuesta fue la compra de la casa de Alonso de Paz en el precio de nueve mil
quinientos pesos. Luego, notificada la Audiencia, se 124 dio posesin del
sitio al Padre Provincial de franciscanos fray Antonio Jurado, el 12 de octubre de
1575, bajo cuya direccin se coloc el Monasterio, con todos los privilegios que el
papa Paulo II haba concedido a la Congregacin fundada por doa Beatriz de Silva.
Cerca de un ao y medio dur la adaptacin del local. Por fin el 13 de enero de 1577
el padre Jurado visti con el hbito de conceptas a trece religiosas, de cuyo hecho
inform la Audiencia al Rey en los trminos siguientes: Dos das ha entraron trece,
once doncellas y dos viudas, mujeres principales y todas hijas de buenos con mucho
contento de esta tierra por ver comenzado un remedio de doncellas pobres y puerta
abierta para que en esta casa se alabe y sirva a Dios.
El establecimiento del Monasterio de Conceptas responda a una exigencia del
ambiente, como lo prob el crecido nmero de vocaciones selectas, que abraz la
vida religiosa. Igual cosa sucedi en Loja y Cuenca. Cuando el ilustrsimo seor
1598. A ejemplo de los franciscanos, el padre dominico fray Pedro Bedn fund la
Recoleta del Machngara. Los padres de la Merced, a su vez, establecieron ms
tarde su Recoleccin de El Tejar.
Con la fundacin de las Recoletas se complet a principios del siglo XVII el
plano urbanstico de Quito. Esos emplazamientos conventuales sealaban los lmites
de la zona urbana por el sur y el oeste de la ciudad. Al centro, sobre lomas y
barrancos, se haban ubicado conventos y monasterios con la esperanza de superar
con el tiempo las desigualdades geogrficas que causaban las quebradas en surcos
caprichosos de poniente a levante.
128
Los castigos aplicados en el seno de la intimidad conventual se impusieron al
pie de la letra. No as la orden de extraamiento. Al conocerla, el Cabildo de Quito,
en sesin del 16 de julio de 1657, acord recurrir a la Audiencia, por medio de su
procurador capitn Baltasar de Montesdoca, para pedir que impidiese la salida del
hermano Antonio, obrero y arquitecto mayor de las fbricas del Convento de esta
ciudad de dicha Religin. [...] Persona esencialsima [...] de gran habilidad y
necesarsimo para los edificios de la ciudad, que totalmente cesaran, faltando su
industria. A esta representacin del Cabildo aadi la suya la Abadesa de Santa
Clara, exponiendo que la ausencia del arquitecto sera perjudicial a las obras
constructivas del Monasterio, porque el hermano Antonio haba trazado el plano de
la iglesia, cuya construccin estaba dirigiendo y que faltaban todava la conclusin
de la media naranja, del refectorio y dormitorio y que todo lo que restaba era el
primor de dichas obras, las cuales no haba quien las acabara, as por no saber los
fines que llevaba el plano, como por no haber el dinero necesario, que se ahorraba
por cuanto el hermano lo haca todo de limosna. Interpuso tambin su representacin
el Procurador del Convento de Santo Domingo, alegando a favor de las obras que se
hacan en su Religin, por ser dicho fray Antonio Rodrguez persona esencial para
dichos edificios y para todas las necesidades de esta ciudad.
La urgencia del asunto hizo que al da siguiente, 17 de julio, el presidente don
Pedro Vzquez de Velasco intimase al guardin de San Francisco la orden de
suspender el viaje de fray Antonio, comprometindose a tramitar el caso con el
Comisario General. La respuesta del Guardin fue que el hermano fray Antonio
haba salido ya de la ciudad el 14 de julio con destino a Lima. No retrocedi el
Presidente con esta respuesta. Al contrario ratificase en su decisin, ordenando que
se diesen las providencias necesarias para hacer volver al hermano a Quito de
dondequiera que se hallare, porque la persona del dicho fray Antonio era de las ms
esenciales y necesarias en esta Repblica y de 129 quien tenan mucha
necesidad todas las religiones de ella. Efectivamente la Audiencia puso en
conocimiento del Comisario General todo lo sucedido en Quito en torno al asunto
del viaje del hermano Antonio. El Comisario, sospechando que los superiores de
Quito hubiesen intervenido con las autoridades para evadir el cumplimiento de sus
rdenes, intim al Provincial que, bajo pena de excomunin, enviase al hermano
arquitecto a Lima y junto con l a los padres Andrs Izquierdo y Diego Carrillo, a
quienes, deca, necesitarlos en la ciudad de los Reyes. Esta orden terminante,
firmada el 20 de septiembre de 1657, fue notificada a los interesados el 5 de
noviembre; ante toda la Comunidad reunida en la iglesia y con las solemnidades del
ceremonial. Ante este nuevo episodio se inquiet toda la ciudad y torn el Cabildo a
recurrir a la Audiencia en demanda de auxilio para impedir la salida del hermano
fray Antonio y de los padres sus compaeros. El presidente Vzquez de Velasco no
hall otra salida que recurrir al Consejo de Indias para la resolucin de este asunto,
que haba alterado la paz de la Comunidad Franciscana de Quito y sembrado
inquietudes en toda la ciudad73.
Desde 1633, ao en que se hizo su profesin fray Antonio, hasta 1657 en que se
pretendi trasladarlo a Lima, haban mediado cerca de cinco lustros de servicio a la
ciudad. Su competencia tcnica se haba impuesto por sus obras. Pero ms que
admirado, era querido por su desinters y afn de darse a los dems. De ah su
Construcciones Dominicanas
En la defensa de fray Antonio Rodrguez intervino tambin el procurador de
Santo Domingo, aduciendo la razn de que el arquitecto franciscano diriga las obras
del Convento. Cules fueron las obras que se construyeron abajo la direccin de
fray Antonio? Conviene antes precisar el proceso constructivo de la iglesia y
convento de Santo Domingo. El plano general de todo el conjunto lo traz Francisco
Becerra en 1581. De l afirm el padre Agustn Rodrguez que lo haba vista trazar
los planos y sacar de cimientos las iglesias de San Agustn y Santo Domingo.
Becerra se ausent de Quito en 1583, dejando comenzadas las obras. En abril de
1598 se hizo cargo de la Provincia el padre Rodrigo de Lara y estuvo a la cabeza del
Convento el padre Pedro Bedn. Por iniciativa de estos dos religiosos criollos se
consign en las actas del captulo la siguiente ordenacin: Puesto que nuestro
Convento de San Pedro Mrtir de Quito es la cabeza y seminario de esta nuestra
Provincia de Santa Catalina Mrtir de Quito, disponemos, mediante esta ordenacin,
que para construir su iglesia contribuyan el Convento de San Pablo de Guayaquil
con el estipendio de una doctrina, el Convento de Santo Domingo de Laja con el
estipendio de dos doctrinas, el Convento de Santa Mara del Rosario de los Pastos
con el estipendio de una doctrina, 132 el Convento de Santa Mara del
Rosario de Baeza con el estipendio de dos doctrinas, el Convento de Santiago de
Machachi con los estipendios de todo el priorato; igualmente aplicamos a la fbrica
de dicha iglesia el estipendio de la ctedra de la lengua general, llamada
vulgarmente del Inga. Esta ordenacin capitular provey del fondo necesario para
proseguir lentamente la obra comenzada. En 1604 Melchor de Villegas, arquitecto
que diriga el trabajo, expona en una informacin lo siguiente. Este testigo ha visto
y mirado toda la casa y sitio del dicho convento en la obra de la iglesia que van
haciendo y sabe que solamente tienen las partes de dicha iglesia altas y hechas
algunas capillas menores, porque la principal y colateral estn por hacer y tambin
tienen por altar la frontera de la puerta principal y claraboya de ella y todo est por
cubrir. En cuanto al Convento tiene, deca, un cuarto alto acabado que es el que
cae a la plaza [...] y para acabarlo de labrar y poner todo en perfeccin conforme
pide el cuarto que tiene acabado, le parece a este testigo que si ha de hacer desde los
cimientos, no la harn con menos de diez y seis mil pesos74.
Los trabajos de la iglesia y del convento prosiguieron durante todo el siglo
XVII. El padre Bedn se interes en la construccin de la Capilla del Rosario que se
concluy en el Provincialato del padre Juan de Amaya (1621-1624), gracias al
aporte econmico del acaudalado espaol don Benito Cid, muy devoto de la Virgen
del Rosario. En 1640 el padre visitador fray Miguel Martnez consignaba en su
informe al Padre General: Es el Convento de Quito, convento que tiene iglesia de
cal y canto muy bien acabada, dos dormitorios muy buenos, con todas las oficinas
necesarias75. Diez aos despus, en 1650, Rodrguez de Ocampo atestiguaba que
los religiosos tenan la cantidad de 4905 pesos de ingreso para el sustento diario, el
cual tienen limitado por el 133 gran costo de la iglesia y su sacrista de cal y
canto y claustros que se han hecho y van haciendo. Y esta iglesia se fabric, hace
ms de cuarenta aos, de madera de cedro y artesones bien labrado; toda la cubierta
dorada y pintada de imgenes al leo de curiosas hechuras, comportada toda ella
curiosa y rica, con crucero en la capilla mayor de gran arte y bien dispuesto. El
retablo es superior, que ocupa todo el lienzo con muchos santos de la Orden, rico y
sagrario y por colateral al lado del Evangelio, capilla aparte de Nuestra Seora del
Rosario, imagen de bulto que se trajo de Espaa al principio de la fundacin. [...] El
Coro de este convento es grande, con sillera dorada y por los paredes Santos de
mediana talla, sobre tablas de madera, dorados76.
De estos datos se colige que para 1650 estaban concluidos la iglesia con la
capilla del Rosario y el tramo principal de claustros del Convento. Sin embargo, la
decoracin se fue completando en la segunda mitad del siglo XVII. El padre Pedro
de la Barrera escriba al padre Ignacio de Quezada en 1681: Nuestra iglesia la dej
nuestro Padre Maestro Jernimo de Cevallos hecha una ascua de oro hasta los arcos
torales. La Capilla del Rosario es de los mayores relicarios que hay: el seor
presidente don Lope Antonio de Munive est acabando un gran retablo para un lado
e Infante para el otro.
Tambin se construy el segundo tramo de claustros, uno de cuyos paos se
destin al refectorio. Sobre el dintel de la puerta se lee la inscripcin
siguiente: Acabose esta abra siendo prior el muy reverendo padre maestro fray Juan
Mantilla, en el ao de 1688, a 15 de enero. La intervencin de fray Antonio
Rodrguez debe referirse a la galera de claustros del segundo tramo, incluyendo el
refectorio. Adems concretamente ayud a Santo Domingo en la construccin del
edificio destinado a Colegio de San Fernando y Universidad de Santo Toms, que se
llev a cabo en el Provincialato del padre Bartolom Garca (1684-1688). El
hermano arquitecto 134 fue designado por la Real Audiencia como perito
para examinar las dependencias del edificio, que describi en informe oficial en
julio de 1688. El padre Quezada en su Memorial aprovech de los datos enviados
desde Quito para presentar al Rey el estado de la construccin destinada al
funcionamiento del Colegio. Tiene, dijo, el Convento de San Pedro Mrtir de
Quito, una plazuela, la ms hermosa que se reconoce en aquella ciudad, est en
cuadro perfecto, y todo el ngulo que hace hacia la parte siniestra del Convento, le
ocupa el Colegio Real, que tambin est en cuadro perfecto. [...] La fachada
principal que sale y hace frontispicio a la plazuela, se compone de unos
hermossimos portales de alto y bajo, que corren desde la esquina de la una calle
hasta la esquina de la otra con cuarenta y nueve arcos bien espaciosos, sobre bases y
columnas de piedra maciza labrada por los bajos y los altos, con otros tantos
ventanales de fbrica muy pulida de cal y ladrillo, que hermosean y dan majestad a
la dicha plazuela. En el portal bajo est la portera principal del Real Colegio, que
gua su entrada para el claustro y patio principal de Estudios Mayores, que este
claustro est tambin de cuarenta arcos por lo bajo y otros tantos por lo alto, que
vienen a ser diez arcos por cada ngulo de los cuatro bajos y otros diez de los cuatro
altos; y toda esta fbrica es de cal, ladrillo y piedra sobre cimientos muy profundos,
como en parte donde se padecen continuos terremotos. [...] En el ngulo de este
mismo patio, que hace frente a la portera, est la capilla real del Colegio, que corre
ocupando todo el pao del claustro, de obra muy primorosa y de bveda, que el ao
pasado de 91 quedaba en estado de perfeccionarse en muy breve tiempo la fbrica de
dicha capilla77.
La labor constructiva de los dominicos ocup, por lo visto, todo el siglo XVII.
Comenz por la iglesia con la capilla del Rosario, continu con los dos tramos del
Convento y concluy con el Colegio de San Fernando. La fachada del Convento
conserva 135 la unidad en las dos plantas. No as la estructura interior de los
claustros. El principal levanta sus arcos sobre columnas de fuste ochavado, mientras
el segundo rodea la planta baja de columnas cilndricas. La iglesia fue de una sola
nave con capillas abovedadas a los lados, artesonado mudjar y retablo mayor de
grandes proporciones. Para el segundo claustro ha debido superarse con alta
Gupulo
Al nombre de fray Antonio Rodrguez se vincul tambin la construccin del
Santuario de Gupulo. Segn Rodrguez de Ocampo, el ilustrsimo seor Lpez de
Sols hizo edificar la Iglesia de Gupulo, pueblo pequeo de indios, media legua de
Quito, a donde est la imagen de la Madre de Dios, con advocacin de Guadalupe,
antigua, de bulto, de linda hechura milagrosa para en todas las necesidades
espirituales y temporales de espaoles e indios 78. Esta iglesia primitiva dur hasta
la mitad del siglo XVII. Hacia 1649 el prroco doctor Lorenzo de Mesa Ramrez y
Arellano comenz la construccin del nuevo templo que la prosigui y llev a cabo
el doctor don Jos de Herrera y Cevallos. Parte de los gastos corri por cuenta de la
Cofrada organizada en el Santuario desde 1581. Pero el factor principal de toda la
obra fue el devoto y dinmico doctor Herrera y Cevallos, quien consigui reunir en
torno suyo a fray Antonio Rodrguez y Marcos Toms Correa para la obra de
arquitectura, a Juan Bautista Menacho y Cristbal Gualoto para el tallado de los
retablos y a Miguel de Santiago y Nicols Javier de Gorbar para el trabajo de la
pintura. En los libros de cuentas aparecen las datas de pagos a 136 estos
artistas por su respectiva labor. De este modo surgi el templo de Gupulo expresin
ntida de unidad arquitectnica, que se explic por s misma, sin los acomodos
obligados por construcciones circundantes. Una gran cruz latina de sesenta metros
de largo por veinte y siete de ancho en el cruce de los brazos, abovedada y con
cpula en el crucero. Un descargo del capitn Juan de Tena Barrio consign
escuetamente en 1690: Mas treinta y dos pesos que gast en tablas y oficial para
hacer las plantillas de dicho retablo de orden fray Antonio Rodrguez. Otro dato
referente al hermano arquitecto afirm que a insinuacin suya la Cofrada de
Nuestra Seora de Gupulo prest mil pesos para compra de materiales para el
Monasterio de Santa Clara79.
La construccin del Sagrario es otra de las obras en que ayud fray Antonio
Rodrguez. En 1649 el hermano Marcos Guerra se ocupaba en levantar la arquera
de canalizacin de la quebrada que divida el Colegio de la Compaa del antiguo
palacio episcopal. Para la parte que desahogaba detrs de la Catedral se aprovech
de la pericia tcnica del arquitecto franciscano. Precisamente a este trabajo aludi el
Cabildo, cuando reclam la presencia del hermano Antonio en Quito en 1657. Larga
fue la labor de cimentacin que exigi la obra constructiva del Sagrario, que estuvo
a merced de la Cofrada del Santsimo. La planificacin del edificio hubo de
acomodarse a las condiciones del suelo y a las limitaciones del espacio. La planta es
de tres naves de cubierta abovedada y divididas con robustas pilastras de
mampostera. La central se corona en la mitad con una ancha cpula y las laterales
con cuplines y linternas. El templo impresiona por su altura en relacin con la
estrechez de espacio de la planta. La mampara lleva la inscripcin
siguiente: Comenzose esta portada al cuidado de don Gabriel de Escorza Escalante
el 23 de abril de 1699 y se acab el 2 de junio de 1706.
137
El Carmen antiguo
En la biografa que el padre Mercado escribi del hermano Marcos Guerra,
afirma que este arquitecto Jesuita, con beneplcito de sus superiores, acudi por
cinco aos continuos, maana y tarde a la fbrica de la iglesia y claustros del
Monasterio del Carmen antiguo. El hermano Marcos fue testigo durante nueve aos,
de los actos de piedad que realizaba Mariana de Jess en el templo de la Compaa.
La vinculacin estrecha de la Virgen Quitea con la Compaa debi haber sido
parte, para que los superiores permitiesen que el arquitecto jesuita cooperase a la
realizacin de la profeca de Mariana, de que su casa familiar haba de convertirse
en Monasterio de Monjas Carmelitas. En el templo se dispuso el coro en el lugar
preciso en que oraba la Santa, frente a la capilla de Nuestra Seora de los ngeles.
En el cuadro principal de claustros se conserv la parcela de jardn en que floreci la
azucena del milagro. De este modo todo el Monasterio se convirti en un recuerdo
viviente de Mariana de Jess, con la cruz de madera que cargaba sobre sus hombros,
los corredores que rodeaba en procesin y el huerto que integraba el amplio solar de
la familia.
Captulo VIII
Las artes en el siglo XVII
II.- Escultura
Los frontispicios de los templos del siglo XVII conservaron los cnones del
estilo clsico en la sobreposicin de las columnas con la divisin horizontal de los
entablamentos. En cambio, en las bvedas, arcos y pilastras se introdujo un
elemento puramente decorativo de reminiscencia mudjar y de inspiracin barroca.
Del hermano Marcos Guerra afirm una vez ms el padre Mercado, que no slo era
arquitecto, sino tambin grande escultor. Este dato explica la unidad que se observa
en el templo de la Compaa entre la estructura arquitectnica y la ornamentacin
decorativa. El templo de San Francisco y la primitiva catedral adornaron la
techumbre con artesonado mudjar, que se adopt tambin para el de Santo
Domingo. La Compaa, en cambio, consult en su plano, tanto la estructura
abovedada como la decoracin, en unidad constructiva. Esta modalidad inici el
primer paso del llamado barroco estucado, con la tcnica de la yesera modelada o el
labrado de madera que se sobrepone a los paos en que se aplica, sin comprometer
las lneas arquitectnicas.
Resucitado del templo de San Agustn, que entraba en la Catedral por la puerta del
Perdn y volva despus de haber recibido la bendicin de su Divina Majestad.
La Compaa haba organizado la procesin de Nuestra Seora de Loreto la
vspera de la Anunciacin. El padre Mercado refiere a este respecto: La vspera de
la Encarnacin del Verbo en que hacen la fiesta de su Madre que lo concibi en la
casa de Loreto, la sacan en la procesin acompaada de muchos nios espaoles a
quienes sus madres, para que en servicio de esta casa -que se llama angelicalremeden a los ngeles, les ponen curiosas guirnaldas de encarchado en las cabezas,
alas en los hombros, ricas galas en los cuerpos. Van los nios angelitos sentados en
unos tronos que levantan en peso algunos indios y esclavos con buen orden y
concierto de procesin hasta entrar en algn convento de Monjas. Ah descansaba
la Virgen hasta la maana del da siguiente en que volva a su templo en hombros de
los cofrades.
Imaginera
Los retablos, cofradas y procesiones haban estimulado la labor del artista
imaginero, que deba labrar una imagen para colocarla en un nicho, interpretar la
devocin de una cofrada o sacarla en andas en una procesin. La imaginera se
convirti en arte popular y lucrativo. En el taller del escultor imaginero se
152 hacan imgenes de santos para las iglesias, representaciones de los pasos de
la Semana Santa, escenas folklricas para los pesebres de Navidad, grupos que
componan los episodios de la Muerte y Trnsito de la Virgen al cielo.
Podan los imagineros haber constituido una rama independiente, por la tcnica
especial que requera su labor. Desde luego deba seleccionarse la materia prima,
que por lo general fue el cedro incorruptible. Labrada la imagen se segua el trabajo
del encarnado en las partes desnudas y del policromado en las partes cubiertas de
vestido. La calidad del policromado dependa de las posibilidades econmicas del
cliente. El fondo plateado o dorado daba esplendor a los dibujos sobrepuestos. Otras
veces el dibujo se haca en oro o plata sobre fondo de color. El encarnado era por lo
general brillante, efecto conseguido mediante la frotacin con la vejiga del carnero.
No pocas veces el vestido era estofado, o sea, con tela encolada que permita la
figuracin de los pliegues en caprichosas formas. Los imagineros formaban parte del
gremio de escultores, trabajadores annimos que interpretaban las devociones del
culto religioso popular.
Este carcter de anonimato se puede observar en los datos que refieren la
hechura de la imagen sin mencionar al imaginero. Snchez Solmirn escribe que en
la Catedral haba dos imgenes en bulto de San Jernimo, una que hizo trabajar el
Cabildo Eclesistico y otro de bulto ms pequeo que hizo otro escultor por orden
del dicho Diego de Portugal83. En el libro de cuentas de la Cofrada de San Pedro se
asienta la data del gasto por la hechura de una imagen del apstol (1645). El padre
Antonio Bastidas compuso unas dcimas para celebrar una imagen de bulto de San
Francisco Javier, que mand labrar el presidente don Martn de Arriola. En el
Museo de San Francisco se exhibe la imagen del tamao natural del Seor Paciente,
que lleva en el vuelo de la peaa la inscripcin del devoto que lo mand 153
hacer a principios del siglo XVII. Recordamos ya que para los funerales de la reina
Margarita en 1613, el regidor Sancho Daz de Zurbano reuni al gremio de
escultores para que hicieran las imgenes que deban integrar la composicin del
tmulo en la catedral. Fueron diecisiete las imgenes talladas; pero no consta el
nombre de ninguno de los escultores imagineros.
Los escultores
Por la relacin de la madre Mariana de Jess Torres, se sabe que la imagen de
Nuestra Seora del Buen Suceso fue labrada por el escultor Francisco del Castillo,
quien hizo tambin para el Monasterio de Conceptos las imgenes del Seor atado a
la Columna y de la Virgen de los Dolores. El escultor viva junto al Monasterio de
San Clara y vendi su casa a las monjas para que ampliaran el sitio de los claustros.
Como escultor imaginero se distingui tambin el hermano Marcos Guerra,
quien hizo las imgenes de San Ignacio y de San Francisco Javier para los retablos
de los brazos del crucero del templo de la Compaa.
Al padre Francisco Bentez se atribuyen los relieves de los santos franciscanos,
que decoran los espaldares de los escaos del coro de San Francisco.
El imaginero ms representativo del siglo XVII fue el padre Carlos, conocido
con este nombre sin ms referencia familiar. El nico dato positivo es el encontrado
al pie de la imagen de San Lucas, de la Cofrada de pintores, donde se consigna lo
siguiente: El ao de 1668 se acab esta efigie del Seor San Lucas Evangelista y la
hizo el padre Carlos y la renov Bernardo de Legarda siendo su Sndico el ao de
1762, a su custa, a que concurrieron siendo priostes en otros aos don Lucas Basca,
don Victorio Bega, don Joseph Corts y don Joseph Riofro, con diadema de plata,
paleta, brocha y tienta, todo lo otro en plata, la tienta en chonta y dos casquillos de
plata.
154
La fama del padre Carlos, como imaginero notable, se conserv en el ambiente
y fue Eugenio Espejo quien consign el aprecio tradicional, lo mismo que la
referencia de las obras que se le atribuan. En Primicias de la Cultura de
Quito escribi Espejo: Cuando estampaba las luces y las sombras, los colores y las
lneas de perspectiva, en sus primorosos cuadros el diestro tino de Miguel de
Santiago: entonces el mismo padre Carlos, con el cincel y el martillo, llevado de su
espritu y de su noble emulacin, quera superar en los troncos vivas expresiones del
pincel de Miguel de Santiago; y en efecto puede concebirse a qu grado haban
llegado las dos hermanas, la Escultura y la Pintura, en la mano de estos dos artistas,
por cola la Negacin de San Pedro, la Oracin del Huerto y el Seor atado de la
Columna del padre Carlos.
Al mismo imaginero se atribuyen las imgenes de San Juan Bautista y San
Francisco de Paula, que se hallan en el altar de Santa Ana de la Catedral de Quito.
La tradicin ha sealado a Olmos como autor del Cristo de la agona, que se
venera en la parroquia de San Roque. De ser cierto este dato, habra que hacer a este
imaginero, al cual se le ha dado el apodo de Pampite, contemporneo del padre
Carlos y de Miguel de Santiago. La razn es porque don Jos Valentn de Gorbar,
padre del pintor Gorbar, en su testamento, otorgado el 20 de setiembre de 1685,
ordena que se le entierre en la parroquia de San Roque, en el altar del Santo Cristo
de la Misericordia, donde estn enterrados sus deudas y de donde es parroquiano.
[156]
157
Captulo IX
Las artes en el siglo XVII
III.- Pintura
Hernando de la Cruz
En torno al hermano Hernando de la Cruz existe al presente una documentacin
abundante, que es fcil ya precisar su labor como artista y maestro de taller. Su
primer bigrafo, el padre Pedro Mercado atestigua: Tuve la dicha de conocer al
venerable hermano Hernando de la Cruz y alcanzarlo vivo ms de ocho aos. Los
datos de este testigo contemporneo permiten establecer con certeza los rasgos
biogrficos del pintor jesuita.
Naci en Panam hacia 1592 de los hidalgos sevillanos don Fernando de la
Vega y Palma y Leonor de Ribera. Adolescente, se traslad a Lima, donde aprendi
el arte de pintar con no pequea perfeccin, dejando en aquella ciudad muchos
lienzos de su pincel y no pocos versos de su ingenio, se parti a la ciudad de Quito.
Joven, poeta, pintor y aficionado a la esgrima, se hizo aqu de amigos; pero cuando
ms divertido se hallaba, un lance imprevisto le hizo cambiar de vida. Estando
esgrimiendo con espadas blancas con un amigo, le apunt ste y le alcanz a uno de
los ojos, con que se vio a riesgo de perder, no slo la vista sino tambin la vida; y
juzgando de milagro la tena, quiso emplearla 160 en servicio de Dios, sin
tenerla en el siglo expuesta a que algn enemigo se la quitase con la espada.
Resuelto a dejar el mundo, acudi a la Recoleta de San Diego, en compaa de
una hermana suya, y despus de confesarse los dos, determinaron, ella entrarse en el
Monasterio de Santa Clara y l en la Compaa de Jess, donde fue aceptado el 11
de abril de 1622.
verosimilitud de esta afirmacin del padre Morn se confirma con el hecho de que
habiendo el hermano Hernando ido a visitar a su amigo, enfermo y desahuciado, don
Luis de Troya, vicario del Obispado, el hermano mand a traer de su celda el
retrato de Mariana, con cuya sola aplicacin san el enfermo de inmediato
(Vida, pg. 435).
Acerca de la formacin de discpulos, tanto el padre Mercado como el padre
Morn de Butrn, afirman que los tuvo. El primero refiere que el hermano
Hernando, en su obrador, haca que uno de sus discpulos leyese un libro de piedad
mientras pintaba. El padre Morn dice expresamente que el hermano ense la
pintura a algunos seglares, entre ellos a uno que visti el hbito de converso en San
Francisco.
El hermano Hernando muri el 6 de enero de 1646.
Miguel de Santiago
Refiere el padre Mercado que dos amigos del hermano Hernando de la Cruz
procuraron que pintores hiciesen varios retratos del difunto sobre el modelo del
cadver. Qu pintores haba en Quito hacia mediados del siglo XVII? Con data de
1645 y las iniciales de Miguel de Santiago existe, en la coleccin de don Vctor
Mena, un lienzo de la Flagelacin. En el Monasterio de la Concepcin de Cuenca se
conserva un cuadro de Santa Luca que lleva esta inscripcin al pie: Frater Thomas
del Castillo - Fecit anno 1654 - Noviembre 28. Es el dominicano quiteo, conocido
como lindo pintor de pincel, nacido en Indias, edad cuarenta y siete aos, en 1640.
En la misma coleccin de Vctor Mena consta un lienzo de San Francisco de Ass,
pintado en Quito en 1657 por Juan Lpez. Estos pintores contemporneos al
hermano Hernando de la Cruz, no pudieron prescindir del ambiente artstico creado
por el pintor jesuita.
163
En este ambiente surgi la figura de Miguel de Santiago, que llev el arte
colonial quiteo a la mxima altura en el arte hispanoamericano. Naci en el Alto de
Buenos Aires, parroquia de Santa Brbara, donde pas toda su vida. Fue hijo de
Lucas Vizuete y de Juana Ruiz. De la madre hered la casa nativa, que la ampli con
solares para huerta y una nueva casa. Joven se cas con doa Andrea Cisneros y
Alvarado, allegada a la familia de Mariana de Jess. En su matrimonio tuvo por
hijos a dos Agustines y un Bartolom, que murieron nios; a Isabel Cisneros y
Alvarado que cas con el capitn Antonio Egas y a Juana de Ruiz y Cisneros, que le
dio un nieto llamado Agustn. La naturaleza le dot de larga vida. En el transcurso
de los aos fue perdiendo sucesivamente a sus tres hijos varones, a su esposa, a su
hija Juana y a su yerno Antonio Egas. Para su cansada vejez no le quedaran ms que
su hija Isabel, su nietecito Agustn de ocho aos y una sirvienta llamada Ana
Galarza, a quien gratific sus servicios con un pedazo de tierra en el Alto de Buenos
Aires. Tal fue el escenario de familia en que se desarroll su vida.
Dos sucesos extraordinarios determinaron en su juventud la suerte futura de su
vida. El uno fue la adopcin legal que le hizo don Hernando de Santiago y el otro el
mecenazgo del padre fray Basilio de Ribera. Por el primero adopt el apellido de
Santiago, con que firm sus lienzos y fue conocido socialmente. Es, sin embargo, de
notar que a ninguno de sus hijos transmiti este apellido adoptado. En su testamento
aos supo dar vida duradera a los cuadros que pint para el Convento de San
Agustn de Quito.
El ascendiente social del padre Ribera se convirti en medio eficaz de
propaganda de la habilidad precoz de Miguel de Santiago. El Provincial de los
Agustinos haba conseguido que sus amigos costeasen la hechura de los cuadros,
con el aliciente de hacer constar sus nombres en cada lienzo respectivo. An ms,
los que tenan blasn nobiliario de familia haran pintar el escudo familiar al pie del
cuadro. Al artista se le pona en el caso de interpretar la herldica, lo cual le
facilitaba ponerse en contacto con los interesados.
Fueron diecisis los donantes, con blasn nobiliario, que patrocinaron la pintura
de un lienzo. Entre ellos constaban funcionarios de la Audiencia, como el presidente
doctor Pedro Vzquez de Velasco y los oidores Juan de Morales Aramburo y Luis
Jos Mello de la Fuente; personajes de Iglesia, como el ilustrsimo seor Alonso de
la Pea y Montenegro; los cannigos doctores Jos de Borja, Fernando de Loma
Portocarrera y Francisco de Velasco y Ziga; seores representativos como
Francisco Ponce Castillejo, capitn Francisco lvarez Bortello, el corregidor
Gabriel de Avendao y Ziga y el contador y Juez Oficial de la ciudad Antonio de
la Chica Cevallos, el mercader don Pedro Montero de la Calle y doa Leonor de
Saavedra y Monroy, el doctor Pedro Jimnez de Veles y el Comisario del Santo
Oficio don Francisco Serrano Montero. Entre los religiosos, slo el padre Pedro de
San 168 Nicols, Definidor de la Provincia, hizo constar su blasn de familia
en el lienzo costeado por l. La interpretacin de la herldica fue el aporte original
de Miguel de Santiago en los cuadros de la vida de San Agustn.
A mediados del siglo XVII era corriente el aprecio de los blasones nobiliarios.
Snchez Solmirn en 1650 insisti en este aspecto, al hablar de los cannigos que
integraban el personal del Cabildo. Se refiri precisamente al doctor Francisco de
Velasco y Ziga, nieto de Sebastin de Benalczar; a don Fernando de Loma
Portocarrera, hijo del Tesorero de la Real Audiencia del mismo nombre y de doa
Leonor de Zorrilla, hija a su vez del oidor don Pedro de Zorrilla y a don lvaro de
Cevallos, to de Antonio de la Chica Cevallos, descendientes del Registrador de la
Cancillera. El cannigo Borja exhiba en su blasn el toro caracterstico de este
noble apellido.
Fuera de estos diecisis con escudo de nobleza, figuran treintitrs donantes ms
que hicieron constar su nombre en los cuadros de la galera. Unos fueron sacerdotes,
otros seglares acomodados y los ms, religiosos de San Agustn que ocupaban
cargos. No todos los lienzos fueron pintados por Miguel de Santiago. La inscripcin
que lleva el cuadro de la dedicatoria dice simplemente: Este lienzo con doce o ms
pint Miguel de Santiago en todo este ao de 1656 en que se acab esta Historia.
Algunos lienzos llevan las iniciales M de S que identifican al artista y permiten, por
comparacin, sealar los otros que deben atribursele.
Al pie de cada lienzo de la coleccin, consta, despus del nombre del donante,
la descripcin del motivo desarrollado, con indicacin de la fuente en que se hallaba
narrado el episodio representado. Con el detalle del libro y del captulo se
mencionan a San Prspero, Posidonio, Maburno, Angelis, Jacobo de Vorgine, que
escribieron acerca de San Agustn.
En conclusin, para la vida artstica de Miguel de Santiago, fue una escena
simblica este primer triunfo en su larga carrera de pintor. No fue nicamente su
gran ensayo pictrico. Para interpretar 169 los grabados hubo antes de
(Cant. IV, 15), el Cedro erguido (Ecles. XXIV, 17), el Arbusto de Jes (Ezech. VII,
10) y la Ciudad de Dios (Ps. LXXXVI, 3); a la derecha aparecen, en diferente plano,
el Rosal Mstico, el Espejo sin mancilla (Sab.VII, 26), el Jardn cerrado (Cant. IV,
12), la Torre de David (Cant. IV, 4) y la Estrella de los Mares. Arriba, entre nubes, se
distinguen la Estrella de la maana, la Escala y Puerta del cielo. La forma de
representacin es tambin original. Este lienzo sirvi, un siglo despus, de modelo
para la Inmaculada de Bernardo de Legarda.
Otra Inmaculada de Miguel de Santiago, de procedencia jesutica, es la que se
encuentra sobre el descanso de la grada del palacio arzobispal. La Virgen de faz
adolescente contempla abismada el cielo. El manto azul se abre ligeramente al aire a
la mitad del talle, mientras la tnica blanca desciende en pliegues hasta recogerse a
los pies que descansan sobre la luna, sostenida a los lados por los bustos de San
Ignacio de Loyola y San Francisco Javier.
Pero la creacin tpica de Miguel de Santiago es la Inmaculada Eucarstica, que
aport a la Mariologa universal una nueva concepcin de Mara Inmaculada con
relacin a la Eucarista. Desde el punto de vista pictrico, la composicin se inscribe
en un cono invertido. En la parte superior, con las manos enlazadas y sedentes,
figuran las Personas de la Trinidad. La vista del Padre y del Hijo converge al
Espritu Santo, en cuyo seno descansa 175 la cabeza de Mara Inmaculada,
cuyo talle vertical se halla sostenido por la luna, con ngeles que la rodean. La
Virgen sin mancilla sostiene con sus manos una custodia cuyo viril resplandeciente
se apoya sobre su corazn. Esta forma original de representar a la Inmaculada
Eucarstica responde al saludo popular que aclama a Mara como Hija del Padre,
Madre del Hijo y Esposa del Espritu Santo y alaba al Santsimo Sacramento y
Mara concebida sin pecado original. Dos ejemplares de esta singular representacin
se conservan en Quito, una en el Museo de San Francisco y otra, con ligeras
variantes, en el Museo Municipal.
En estas interpretaciones el artista se impuso un problema que lo resolvi en
forma original y bella. Cabe anotar el contraste con Murillo, el pintor espaol de la
Inmaculada, que una vez hallada una forma de representacin, la repiti con
insistencia.
En Gupulo tuvo Miguel de Santiago ocasin de tratar con intimida a fray
Antonio Rodrguez, el arquitecto franciscano ms destacado y conocido en Quito.
En las cuentas de la Cofrada del Santuario constan las datas de los pagos que se
hicieron a Juan Bautista Menacho y sus colaboradores en la hechura del retablo por
orden de fray Antonio Rodrguez, lo mismo que a Miguel de Santiago por sus
pinturas. Esta vinculacin de amistad explica que fuese el pintor tomado en cuenta
para las obras de San Francisco. En la portera franciscana se hallan los retratos
hechos por Miguel de Santiago de los hermanos fray Pedro Pecador y fray Domingo
de Brieva. El primero empua en la diestra una cruz y contempla a un ngel que le
ofrece un vestido. El segundo inclina la cabeza y ofrece un pan a un pobre tendido a
sus plantas. Los dos hermanos eran conocidos como santos y fueron los hroes de la
expedicin que realizaron los franciscanos por el ro Amazonas. Fray Domingo fue,
adems, uno de dos que aprendieron la pintura en el taller del hermano Hernando de
la Cruz.
El trabajo de mayor alcance que se le encomend en San Francisco fue la
pintura de los cuadros de la Doctrina Cristiana. 176 Tratbase de interpretar
en figuras alegricas, adecuadamente ordenadas, las verdades del Dogma y la Moral.
La Iglesia, desde el principio, se haba servido del arte para facilitar al pueblo la
inteligencia de las verdades religiosas y las prcticas del culto. De este modo la fe
inspiraba las obras de arte, y las obras de arte a su vez educaban el sentimiento
religioso del pueblo y se convertan en un lugar teolgico, comprobatorio de la
creencia.
Para esta labor docente y estimuladora haba aceptado representaciones
simblicas, que constituan un captulo especial del arte cristiano. En el tratado de
pintura, que manejaron nuestros artistas, consta un prrafo, destinado a describir los
enigmas simblicos y las formas de representarlos. Ah se encuentran las figuras de
las virtudes teologales y cardinales, los continentes y estaciones, los elementos de la
naturaleza y los simbolismos de los vicios.
Para el tiempo de Miguel de Santiago haba, pues, un repertorio conocido de la
simbologa cristiana.
Mayor esfuerzo demandaba la justificacin del ordenamiento de las figuras. A
este respecto se revela la preparacin mental de Miguel de Santiago. El principio
regulador de ese orden se hallaba en el prlogo de Santo Toms de la Ia. IIae. de
la Suma Teolgica. Ah deca el Anglico doctor Los principios de los actos
humanos son internos o externos. Internos, son las disposiciones
habituales: virtudes y vicios; aadiendo a las virtudes los dones y lo que se nombra,
segn la Escritura, las Buenaventuranzas y los Frutos. Externamente, los actos
humanos tienen por principio a Dios, por medio de la ley y de la gracia: ley eterna,
de la cual se derivan la ley natural y la ley humana y la divino-positiva; la gracia,
que se consigue por los sacramentos. Por lo cual, el mtodo ms breve y fcil ser
ocuparnos, al mismo tiempo y en el mismo tratado, de la virtud, del don que le
corresponde, de los vicios que le son opuestos y de los preceptos afirmativos y
negativos que se le relacionan. Santo Toms menciona el mandamiento, la virtud,
el vicio 177 opuesto, el don y el Sacramento. A estos elementos del Dogma
catlico Miguel de Santiago ha aadido la peticin del Padrenuestro y la obra de
misericordia.
Son ocho los lienzos de la Doctrina Cristiana. El primero, como introduccin,
interpreta la revelacin de la ley divino-positiva en el monte Sina. Dos ngeles
extienden sus brazos a dos hombres. Del cielo procede el mandamiento de adorar a
Dios y de no tener dioses ajenos, que provoca la invocacin del hombre redimido
al Padre nuestro que ests en los cielos.
En los siete cuadros restantes se desarrolla la exposicin de la Doctrina. La
ordenacin de las figuras simblicas se dispone en un rectngulo. A los extremos
laterales se han colocado de pie, a la izquierda, la imagen de la virtud y a la derecha,
la representacin de un sacramento. Al medio en primer plano se halla la alegora de
un vicio figurado por un animal; en segundo plano la interpretacin de una obra de
misericordia. Delante de la figura de la virtud se encuentra de rodillas y en ademn
de splica la imagen que formula las Peticiones del Padrenuestro. En la parte
superior del cuadro aparecen dos ngeles que sostienen las tablas en que va inscrito
un mandamiento y sobre la Virtud se halla la figuracin del don del Espritu Santo.
Cada figura simblica llama la atencin de por s por su representacin
caracterstica y tradicional. No obstante repetirse en serie convencional, todas ellas
varan en los detalles pictricos. Un aire de mstica evasin anima a todas. En su
conjunto, cada figura se ordena en funcin de solidaridad. Mientras las del primer
plano se destacan a los ojos del espectador, las del fondo se insinan con rasgos
los personajes bblicos, profetas y reyes de Jud. Los dos fueron la expresin del
sentido religioso del pueblo, sostenido y realzado por la enseanza de las
Universidades de San Gregorio y Santo Toms.
Fuera de las referencias a que hemos aludido, Gorbar no acostumbr firmar en
sus cuadros. Esta omisin ha dado lugar a discusiones de carcter tcnico y de
crtica histrica. Las dos series que se le atribuyen son los Profetas de la iglesia de la
Compaa y los Reyes de Jud, que se hallan hoy en el Museo de Santo Domingo.
El primero en sealar la paternidad de Gorbar sobre esas colecciones fue el
doctor don Pablo Herrera a mediados del siglo XIX. A l siguieron don Jos
Domingo Corts en su Diccionario Bibliogrfico Americano, publicado en 1876; el
padre Ricardo Cappa; en sus Estudios Crticos acerca de la dominacin espaola en
Amrica, editados en Madrid en 1895; Francisco Campos en su Galera Biogrfica
de Hombres Clebres Ecuatorianos, que vio la luz en Guayaquil en 1885; el padre
L. L. San Vicente, quien escribi en 1898: Habase credo que eran obra de Miguel
de Santiago; pero se tiene por ms cierto que son de su discpulo Gorbar. Esta
tradicin escrita la recogieron tambin el ilustrsimo seor Gonzlez Surez en el
tomo sptimo de su Historia General y el doctor Jos Gabriel Navarro en
sus Contribuciones a la Historia del Arte en el Ecuador.
Paralela a este testimonio literario, se ha conservado la tradicin entre los
pintores, cuyo representante principal fue Joaqun 184 Pinto, a quien ense
la pintura Nicols Cabrera, hacindole copiar los Profetas de Gorbar. En el Museo
Jijn y Caamao se conservan bocetos antiguos tanto de los Profetas como de los
Reyes de Jud.
Frente a esta tradicin constante, suscit una revisin crtica la Seora Teresa
Lpez de Vallarino en 1950. En su vida del hermano Hernando de la Cruz, atribuy
a ste la paternidad artstica de los Profetas de la Compaa, basndose en la
afirmacin del padre Morn de Butrn, que deca que todos los cuadros existentes en
la Compaa haban sido pintados por el hermano Hernando.
No fue difcil volver por la tradicin. El hermano Hernando muri en 1646.
Ahora bien, data de 1710 la Biblia Sacra, editada en Venecia por Nicols Pezzana,
donde se encuentran los grabados de que se sirvi el artista para pintar los cuadros
de los profetas. Por otra parte, el grabado, cuya composicin hizo Gorbar en 1718
comprueba las relaciones del artista con la Compaa de Jess.
En 1957 se public en Bogot la Historia de la Compaa en el Nuevo Reino y
Quito, escrita por el padre Pedro Mercado. Al referirse el autor al hermano de la
Cruz le atribuy un lienzo que todava se conserva en la Sacrista. La simple
comparacin de tcnica y colorido obliga a concluir que los Profetas no pudieron ser
pintados por el hermano Hernando de la Cruz.
Con Gorbar se cierra el cielo de influjo de Miguel de Santiago. Los dos
pintores elevaron su arte a la altura mxima a que lleg el arte pictrico en
Hispanoamrica. La calidad de la tela, la preparacin de fondos, la composicin de
las figuras, la aplicacin de los pigmentos de color, fueron caractersticas en los dos
pintores quiteos. Despus de ellos el arte del siglo XVIII decay en tcnica, y
colorido, como podremos comprobar ms tarde.
Captulo X
El colegio de San Fernando y la Universidad de Santo Toms
Procurador ante las cortes de Madrid y Roma, al padre Raimundo Hurtado. Adems
de las recomendaciones como Definidor, llevaba, como Procurador, la comisin
expresa de conseguir para el Colegio Dominicano de Quito la facultad de conferir
ttulos universitarios. No fue precisamente el padre Hurtado, sino el padre Jos
Ferrer, quien consigui interesar al Rey sobre el asunto de la Universidad. En efecto,
con fecha 24 de agosto de 1626, el Monarca despach una cdula, tanto al Virrey de
Lima, como al Presidente de la Audiencia de Quito, pidindoles que informasen
sobre el particular. En ese documento declaraba el Rey que el Papa, a instancias de
Felipe III por pedimento de las rdenes de Santo Domingo y la Compaa de Jess,
haba extendido un Breve, por el que facultaba que los estudiantes que cursasen las
facultades de artes y Teologa en los Estudios Generales, que dichas religiones
tenan en Chile, Nuevo Reino y Filipinas, pudiesen ser graduados de Bachilleres,
Licenciados, Maestros y Doctores en dichas facultades. El padre Ferrer, a nombre de
la Provincia, peda, pues, que la facultad de conferir grados se concediese al Colegio
y Estudio General de San Pedro Mrtir de Quito.
No dio resultado favorable esta solicitud oficial. El Colegio contaba con nmero
suficiente de maestros y alumnos, pero no con rentas que garantizasen la
organizacin de Universidad. Adems la Compaa de Jess haba obtenido, el 2 de
febrero de 1622, el pase regio al Breve de Gregorio XV In super eminenti del 8 de
agosto de 1621, en que se conceda a los Colegios de Amrica y Filipinas la facultad
de conferir los grados acadmicos. El padre Florin de Ayerve present ante la
Audiencia de Quito los documentos pontificio y regio y estableci la Universidad de
San Gregorio.
El proyecto de Universidad qued diferido, pero no deshecho. Con el objeto de
preparar su realizacin, el Captulo General de 1656 mand a la Provincia construir
un edificio aparte para un Colegio especial, destinado a doce estudiantes telogos, a
modo de los colegios establecidos en Espaa y que ltimamente se haba 190
fundado en Lima. Deban estudiar en l tan slo los estudiantes ms aprovechados,
que podan obtener plaza por concurso formal entre sus compaeros de la Provincia.
El padre general fray Juan Bautista Marinis insisti, en 1662, en la Ordenacin
del Captulo General y para obligar su cumplimiento mand organizar estudios
generales con esta nueva modalidad en los Conventos de Quito y de Pasto,
nombrando de hecho Regentes respectivamente a los Padres Francisco de la Torre y
Cristbal Villafuerte. Determin que las ctedras de estos estudios las obtuviesen los
lectores por rigurosa oposicin llevada a cabo en el Convento de Quito por un da
natural, sobre tesis sealadas por el Padre Provincial, el Regente y el Maestro ms
autorizado del Convento y ante un tribunal compuesto por el mismo Provincial, el
Prior del Convento y los maestros presentes en Quito.
El padre Quezada, desde Roma y Madrid, segua los pasos que iba dando en
Quito la fundacin del Colegio. Su espritu magnnimo abarcaba la totalidad de la
organizacin. Con el fin 198 de dotar al Instituto de libros de consulta y de
menaje adecuado, recorri las libreras de mayor prestigio en la Pennsula y adquiri
los mejores libros de Teologa, Filosofa y Derecho; al mismo tiempo que compr
cuadros de valor artstico e imgenes y objetos de culto. Para prevenir objeciones de
aspecto legal, consigui que el mismo padre general fray Antonino Cloche, pusiese
su firma en la lista de las cosas que enviaba con destino al Colegio de San Fernando.
Sin comentario transcribimos a continuacin el inventario que con la firma
antedicha se present al Consejo de Indias.
El maestro fray Ignacio de Quesada mi Compaero
Definidor y Procurador de las Provincias de Quito y
Nuevo Reino, Provincial de Santa Cruz de las Indias, me
consta tiene prevenido para nuestro Real Colegio de San
Fernando de Quito lo siguiente:
Primeramente tiene una librera que est ya en el
Puerto de Cdiz que se compone de tres mil y quinientos
cuerpos de libros, poco ms o menos, que tienen de costo
ocho mil pesos.
Ms otra librera de quinientos cuerpos de libros poco
ms o menos para la Celda Rectoral, o para la del Regente,
todos libros selectos y muy importantes; estos cuestan mil
pesos ms o menos con muchos duplicados para el
Convento de Quito.
Tiene muy cerca de trescientos cuadros entre grandes
y pequeos para adorno del Colegio y su Iglesia y
Sacrista, en que se incluyen cuarenta y dos cuadros
grandes pintados al travs de la vida de Santo Thoms para
el claustro principal de la Universidad y Real Colegio. Se
aprecian en cuatro mil pesos ms o menos, todas pinturas
de estimacin dentro de Roma.
Un cuadro grande de altar de Santo Toms, cuando los
ngeles le cieron con el cngulo de pureza, pintura de
Carlos Maraso, y de lo mejor que ha pintado: tiene de
costo trescientos pesos.
En la ciudad de Sevilla tiene dos estatuas, una del
Santo Rey y otro de Santo Toms; aseguran ser muy
perfectas, cuestan trescientos pesos.
199
Para la dicha estatua de Santo Toms tiene dos
hbitos, uno de recamo sobre raso con su capa de
terciopelo negro y otro de brocado fino blanco: costaran
trescientos y cincuenta pesos.
Para la Iglesia y Sacrista lleva una partida de lminas
y entre ellas algunas muy preciosas que valdrn quinientos
pesos. Para cada uno de los Generales de los estudios lleva
los doctores de la Iglesia y la efigie verdadera de Santo
Toms.
ctedras de Dogma y Moral, a las que se aadan las ctedras de Derecho Cannico,
Derecho Civil, Medicina y Sagrada Escritura. Las ctedras de Filosofa y Teologa
las dictaban los religiosos graduados del Convento Mximo: las de Cnones, Leyes
y Medicina estaban regentados por sacerdotes y seglares.
Para la renta de la Facultad de Jurisprudencia se haba situado la cantidad de
veinte y cuatro mil pesos donados por los padres Bartolom Garca, Miguel
Quintero y Francisco de Ovando. Este capital renda el rdito de mil doscientos
pesos que se distribuan, los quinientos al catedrtico de Prima de Cnones,
cuatrocientos al de Vsperas y trescientos al de Instituto.
El alfrez Pedro de Aguayo haba hecho la donacin de seis mil pesos de
principal, que rendan trescientos de rditos dedicados al Catedrtico de Medicina.
Fuera de estas asignaciones tanto el Convento de Quito como 201
religiosos particulares haban donado sus bienes para asegurar las rentas del
profesorado. El convento asign las haciendas de Tocache, ganadera y
de pansembrar y la del valle de Chillo, triguera y con una buena casa de recreo y
vacaciones. Fray Melchor de San Vicente hizo donacin al Colegio de una hacienda
sobre el ro Pisque. Era de caaverales con ingenio de azcar, huertos frutales y
viedos y tierras de desmonte con cras de animales. El padre Bartolom Garca
destin a su querido Colegio una hacienda en Nono cerca de las Caleras que posea
el Convento. Se hizo, adems, corriente, que los religiosos, al renunciar su derecho
antes de la profesin, aplicasen sus legtimas al Colegio de San Fernando.
Con razn y con aire de noble dignidad pudo dirigirse al rey el padre Quezada
exponindole lo que sigue: Representa a la Catlica piedad de Vuestra Majestad
que este Colegio tan costoso, le ha puesto gustosa la Religin debajo de vuestro Real
Patronato, y Vuestra Majestad se ha servido de aceptarlo por la Cdula de fundacin:
siendo al presente de Vuestro Real Patronazgo, no slo en el nombre y ttulo, ms
tambin en el ejercicio, quedando sujeto dicho Real Colegio en todo a las reglas de
dicho vuestra Real Patronato, hasta en las visitas del Vicepatrn, en la eleccin de
Rector y en la Provisin de todas sus Ctedras, sin que a vuestros Haberes Reales y
Real Patrimonio se haya causado el menor gasto, en la fundacin de dicho Real
Colegio y su Universidad91.
Los Estatutos del Colegio fueron redactados por el Presidente de la Audiencia
don Lope Antonio de Munive y el padre Bartolom Garca, de acuerdo con las
Constituciones de los Colegios de Espaa y del Colegio Mayor de Santa Fe de
Bogot. Aprobados en el Consejo de Indias se los dio a la luz pblica en Madrid el
ao de 1694.
De ellos entresacamos el horario de las clases:
202
A las 4 a.
m.
A las 6
A las 6
Desayuno.
De 7 a 8
De 9 a 10
A las
12 m.
De 2 a
3 p. m.
De 3 a 4
A las 5
Refaccin y Recreo.
A las 5
Rosario Coral.
Despus, Conferencia, merienda, y recogimiento a las celdas.
Colegio con su capilla adjunta. Como Provincial comprometi los bienes del
Convento Mximo para dotar las Ctedras de Leyes. De su legtima personal dio
diez mil pesos para fondos de la misma Ctedra.
Oigamos del mismo padre Quezada el elogio que hizo del padre Garca: En
ocasin que la Religin de prximo haba de celebrar el Captulo Provincial, lleg el
pliego con los despachos a la ciudad de Quito, y pareci conveniente suspender la
presentacin de ellos en la Real Audiencia, hasta que se celebrase la eleccin de
Provincial. Hzose la dicha eleccin con suma paz y concordia en la persona del
padre maestro fray Bartolom Garca, que al presente es Vicario General de la dicha
su Provincia, y calificador del Santo Oficio, sujeto tan lleno, que es de los primeros
de ese Reino, en letras, celo y regular observancia, y por su singular virtud venerado
de todos, que se tuvo por efecto especial de la Provincia divina lograr en la sazn la
Provincia tan calificado Provincial; en que no se dilata el suplicante, porque por los
autos e informes que pasa a Vuestra Majestad la ciudad de Quito, constar su celo en
adelantar la Religin; y pudiera el suplicante manifestar 208 con testimonios
jurdicos aumentos increbles, que en lo espiritual y temporal ha dado a su Provincia,
ya en sesenta hbitos que ha dado a hijos de personas muy calificadas y de grandes
esperanzas, ya en las fbricas que corrieron en todos los ms Conventos de la
Provincia en el tiempo de su Provincialato y se han continuado en el de Visitador
General. En el Convento de Quito ese han aumentado sus fbricas muy costosas y
diez mil pesos de ropa y ricos ornamentos de varias telas y plata labrada, que puso
en la Sacrista; y sobre todo la fbrica del Colegio, que todo se debe al celo del
Padre Visitador, hasta renunciar en el Colegio diez mil pesos de su legtima y todo
su depsito y libros, de que en caso necesario ms difusamente informaran a
Vuestra Majestad dentro de esta Corte personas de autoridad, y de todos estados, que
se hallan al presente en ella.
Cuando concluy su Provincialato fue nombrado Visitador General de la
Provincia, con el objeto de que continuase vigilando la marcha del Colegio. Fue
luego promovido al Obispado de Puerto Rico, de que no lleg a posesionarse. El 28
de noviembre de 1714 instituy seis becas, disponiendo que de tres gozasen los
descendientes de su deudo, el capitn Diego Gonzlez, nativo de la ciudad de Ibarra.
la maana a rezar las tres partes del Rosario y or misas, celebrndola todos los das,
a cuyo ejemplo concurren muchos religiosos y gran concurso de afuera en este
Convento de San Pedro Mrtir de Quito. Tiene tambin gastado mucho dinero, as
metiendo muchas piezas de esclavos en las haciendas para la labranza, como
tambin en componer los ornamentos y aparar la Sacrista y adornar los claustros del
Convento con molduras con cuadros lucidos de la vida de nuestro Patriarca Santo
Domingo. El Captulo Provincial de 1770 le da por difunto.
Valete.
ms otros tres lectores actuales de Teologa escolstica, que para jubilarse han de
leer quince aos. Otros dos de Lgica y Filosofa y un Maestro de Estudios, con que
la Provincia goza de muchos sujetos doctos y de insignes predicadores.
Con el fin de promover mejor los estudios, el padre Dionisio Guerrero
consigui la ereccin del Colegio de San Buenaventura en el ltimo cuarto del siglo
XVII, as como el Colegio de Misioneros que se estableci en Pomasqui. De los
catedrticos de este colegio se conservan manuscritos los textos que escribieron
algunos para sus clases. Del padre Bartolom de Ibarra se enumeran: Summularum
tractatus, subtilissimo Scotto conformis; Commentaria in universam logicam, cum
quaestionibus hoc agitari tempore solitis, juxta D. Subt. Scotti mentem tradita;
Commentaria in universam Aristotelis Metaphysicam, juxta mentem Scotti, y
Commentaria in octo libros Physicorum, juxta mentem Subt. Scotti tradita.
El padre Manuel Argandoa fue contemporneo del padre de Ibarra y como l
Catedrtico y Rector del Colegio de San Buenaventura. De su enseanza filosfica
dej manuscrita su Commentaria in duos libros Aristtelis de ortu et interitu sive
de 223 generatione et corruptione, juxta S. N. D. Scottum. Compaero de
Magisterio de los dos anteriores fue tambin el padre fray Jos Janed, quien vino
desde Espaa a Quito en 1672. Dej tambin escrito el texto de sus clases en su
Expositio clara in octo libros Physicorum secundum mentem D. Subt. et Mariani ac
omnium Theologorum Principis oannis Duns Scotti.
A comienzos del siglo XVIII ocup la Regencia del Colegio de San
Buenaventura el padre fray Francisco Guerrero, Doctor en Sagrada Teologa. De l
se conservan manuscritos sus lecciones de Teologa y Derecho en sus Commentaria
in universum tractatum de Angelis secundum principia S. N. D. Scotti, in quo ejus
legitima mens aperitur y Commentaria super universum tractatum de Jure et
Justitia, juxta mentem N. S. M. D. Joannis Duns Scotti.
Fuera del Colegio de San Buenaventura, los Franciscanos tenan tambin el
Colegio de San Diego, donde estaban organizados los estudios de Filosofa y
Teologa. De este nuevo centro de enseanza se conservan la Physica naturalis juxta
D. Joannis Duns Scotti mentem y Exornatio peregrina in tres Aristotelis animasticos
libros, juxta mentem N. S. D. Joannis Mariani Duns Scotti, del padre Bernab
Serrano de Ugarte.
Adems dejaron tambin manuscritos sus cursos de Filosofa los padres
Clemente Rodrguez, Gregorio Toms Enrquez, Cristbal Lpez Merino, Pedro de
Alcntara Meja, Juan Caballero, Jos Antonio de la Concepcin y Arroba y algunos
otros ms, cuyos originales se conservan en el Archivo Franciscano de Quito.
Los franciscanos ensearon y escribieron, tanto la Filosofa como la Teologa
segn los principios de Duns Escoto. El 12 de mayo de 1701, el Definitorio de San
Francisco acept el principal de 4000 pesos que donaba el presbtero doctor Ignacio
Ponce de Len Castillejo, con el objeto de establecer una Ctedra del sutil doctor
Escoto en la Universidad de Santo Toms. Esa Ctedra, a la vez que difunda la
doctrina de Escoto, facilitaba a los franciscanos la adquisicin de grados
acadmicos. El padre Compte en 224 sus Varones Ilustres ha trazado la
nmina de 50 religiosos que adquirieron el grado de doctor en la Universidad de
Santo Toms de Aquino. Entre ellos se cita al padre Fernando de Jess Larrea, quien
comparti su apostolado de predicacin con el dominico padre Toms del Rosario
Corrales; al padre Jos Daz de la Madrid, que lleg a ser Obispo de Cartagena
Junio
2
8
174
7
Diciembre
1
2
174
5
Marzo
2
5
Mayo
2
5
Setiembre
1
5
Setiembre
Setiembre
1
7
Abril
2
0
Julio
174
8
174
9
Noviembre 5
175
0
Junio
3
0
Julio
175
1
Setiembre
Enero
1
8
Junio
175
2
Julio
175
3
Noviembre
1
0
175
4
Enero
1
5
Enero
1
4
Enero
1
7
Mayo
1
4
Febrero
1
4
Octubre
2
4
175
7
Febrero
175
8
Abril
1
4
Marzo
1
3
Abril
Agosto
175
6
176
176
1
Febrero
2
6
176
0
Junio
2
3
Setiembre
1
8
Marzo
1
2
Junio
2
3
Agosto
Octubre
2
0
Noviembre
2
3
Enero
1
4
Junio
Noviembre
2
4
Diciembre
2
0
Febrero
Febrero
11
Febrero
2
5
Marzo
Marzo
176
1
176
2
176
3
Agosto
Agosto
11
Setiembre
2
2
Noviembre 3
Noviembre
1
4
176
4
Noviembre
2
0
176
5
Junio
1
7
Noviembre 7
176
6
Febrero
2
0
176
7
Junio
1
9
176
8
Abril
2
0
Junio
2
0
Enero
3
0
Octubre
2
3
Julio
1
0
Julio
1
8
Julio
176
9
177
0
177
1
177
2
177
3
177
4
177
5
Setiembre
Setiembre
Octubre
11
Mayo
11
Mayo
1
4
Mayo
1
6
Julio
1
0
Diciembre
Julio
Julio
1
0
Setiembre
Octubre
2
1
Febrero
2
5
Noviembre
2
4
Febrero
1
3
Marzo
Marzo
1
6
177
6
177
7
177
8
Mayo
Julio
2
9
Diciembre
Mayo
2
6
Julio
Setiembre
Noviembre 9
177
9
178
0
Noviembre
2
0
Marzo
2
0
Marzo
2
2
Julio
1
7
Marzo
178
1
Julio
178
2
Setiembre
2
6
178
3
Noviembre
1
2
Mayo
2
7
Junio
Junio
1
8
Julio
Junio
1
4
Agosto
2
2
Diciembre
Diciembre
2
2
Marzo
Diciembre
1
6
178
8
Diciembre
1
5
179
4
Junio
1
0
179
5
Febrero
179
6
Agosto
1
8
179
7
Junio
2
2
178
4
178
5
178
6
Julio
1
7
179
8
Junio
1
8
179
9
Febrero
Febrero
2
5
Julio
1
8
Agosto
Julio
2
7
Abril
Octubre
2
3
180
1
Octubre
2
3
180
2
Febrero
2
0
Abril
2
6
Junio
1
8
Agosto
2
3
Diciembre
1
8
Noviembre
1
4
Noviembre
1
7
Febrero
180
0
180
3
180
4
180
5
180
6
180
9
Marzo
mayo
Julio
Febrero
2
5
Abril
2
1
Agosto
231
Captulo XI
El colegio de San Luis y la Universidad de San Gregorio en el siglo XVIII
234
A base de estos datos estadsticas cabe deducir una serie de conclusiones, que
permiten explicar nuestro pasado histrico. En primer lugar, el influjo de Quito en la
formacin del espritu nacional. Montesquieu observ al respecto: Llamo genio de
una nacin las costumbres y el carcter de espritu de diferentes pueblos, dirigidos
por la influencia de una misma corte y de una misma Capital. Y a propsito del
significado de espritu, escribi: Diversidad de cosas dominan los hombres, el
clima, la religin, las leyes, los principios de gobierno, los ejemplos de las cosas
pasadas, las costumbres, los usos: de ello se engendra un espritu general, resultante
de todas ellas. Quito result la capital de la nacin, por ser la sede tanto del
Obispado como de la Audiencia.
De Quito procedan las constituciones sinodales para organizacin de las
vicaras, parroquias y doctrinas, como tambin las 237 leyes de gobierno
civil de los pueblos. A su vez a Quito convergan los candidatos a sacerdotes y
religiosos al igual que los seglares para su formacin cultural.
En el siglo XVI, el Colegio de San Andrs fue la Escuela prctica de Artes y
Oficios, a donde concurran los hijos de los caciques a prepararse para poder auxiliar
a curas y doctrineros en el apostolado religioso. Fue la poca de implantacin de
costumbres, de acuerdo con un programa unificador de enseanza y prctica
sociales.
Por otra parte la Audiencia, en ejercicio del patronato regio, supervigil el
cumplimiento de las leyes.
Creado el Seminario al par de los estudentados religiosos, de Quito salieron los
sacerdotes de ambos cleros a servir las parroquias y doctrinas y poblar los
conventos. Su accin se limit a conservar la fe del pueblo y a mantener las
costumbres sociales que revistieron los caracteres y matices de folklore.
Organizadas las Universidades, Quito se convirti en el centro de cultura
superior para todas las ciudades de la Audiencia. Se hizo conciencia del clima
favorable a los estudios. A la enseanza de Filosofa y Teologa, se aadi la Ctedra
de Leyes, que promovi el realce cultural de los seglares. La fundacin de las
Universidades en Quito trajo consigo la fundacin de colegios en las dems ciudades
de la Audiencia. La enseanza en las capitales de provincia atendi a la educacin
primaria y un ensayo de secundaria como preparacin de candidatos para los
estudios universitarios de Quito.
Al respecto, citaremos aqu las atinadas observaciones que hizo el presidente
Molina, sobre la situacin de Cuenca y Loja, en relacin con la cultura. Hablando
del pueblo de Cuenca, escribi lo siguiente: Es religioso, sencillo, natural, fiel a sus
obligaciones, fraterno para Europeos y Americanos, sumiso y obediente a las
autoridades y amante a su rey. [...] La ilustracin que ha tenido especialmente desde
que faltan los Jesuitas, ha sido como precaria y sujeta a la que podan recibir de
Quito. Compuesto el vecindario 238 por la mayor parte de mercaderes y
labradores de limitados fondos, apenas se animaban los padres en corto nmero a
remitir sus hijos a aquella Capital, donde tomaban lecciones de una filosofa poco
luminosa y metdica; otros de Moral, que era lo que llamaba esencialmente su
atencin, con el fin de que sus hijos adoptasen al sacerdocio, a lo que aspiraban
preferentemente, siendo muy raro el que se destinaba al Foro, y por esta razn slo
se enumeran hoy dos abogados nativos de esta ciudad. En ella lo ms que se ensea
es hasta gramtica latina, sin perfeccin.
Mejor aspiracin a la cultura manifestaban los lojanos: Los moradores son
algo inclinados a las ciencias y de espritu regularmente despejado. La educacin
por esta parte se diriga principalmente a preparar los jvenes para las rdenes
eclesisticas; tambin se aplica uno u otro al estudio de Leyes. Con este objeto y el
Captulo XII
Contribucin ecuatoriana a los estudios cientficos
de la zona trrida aprovechando la vista del horizonte del mar; para hacer la
experiencia del pndulo de segundos al nivel del mar y bajo la lnea
ecuatorial. Bouguer se ocup, adems, en trazar el mapa de esta costa. En cuanto a
La Condamine pas cinco noches en Palmar hasta conseguir el guio de las estrellas
a travs de las nubes. En la roca ms saliente dej la inscripcin que
sigue: Observationibus Astronomicis [...] hocce promontorium Aequatori
subjacere compertum est, 1736.
Un mes ntegro haban gastado en estas labores, que tuvieron por escenario la
parte de la costa que va del Cabo de San Lorenzo hasta el Cabo Pasado y el ro
Jama. El 23 de abril se separaron los dos geodsicos: Bouguer parti por mar a
Guayaquil en pos de sus colegas, entretanto que La Condamine resolvi dirigirse a
Quito remontando la Cordillera. El sendero antiguo haba ya desaparecido sin dejar
huella alguna. Con el propsito de completar los datos para la carta geogrfica de la
regin, La Condamine determin la latitud del cabo de San Francisco y el de
Atacames y luego surc el ro Esmeraldas, para trazar el plano de su curso. Con la
brjula y el termmetro a la mano, se orient en el ddalo del bosque, examinando
la geografa botnica a medida de que iba ascendiendo la Cordillera. El contraste
entre su formacin parisiense y el primitivismo de un viaje por la selva americana le
permita notar y anotar mejor las costumbres de los indios y las caractersticas
etnogrficas por la variedad de climas. Tras una larga travesa llena de penalidades
lleg por fin a la poblacin de Niguas desde donde avanz a Nono, no sin antes
haber dejado en prenda su cuadrante, para tener con que pagar a los indios
conductores y cargueros. Dio por bien empleados sus sacrificios al poder contemplar
desde las faldas del Pichincha el 251 maravilloso panorama de un valle con
cerco de montes en lontananza, surcado por ros desiguales, matizado por manchas
verdes de sembros y al centro la ciudad de Quito, punto de llegada de tan largo viaje
y de partida para las labores de la expedicin cientfica.
No hacen a este caso los detalles que rodearon a los geodsicos en sus
relaciones sociales y con las autoridades. Mientras sus compaeras haban sido
hospedados en el palacio de la Audiencia, La Condamine fue de incgnito al Colegio
de los Jesuitas, hasta recibir su bagaje, en que se hallaba la ropa. Entre tanto se
ocup en ordenar sus papeles para enviar a la Academia de Pars las primicias de sus
observaciones e hizo colocar en la terraza del Colegio un gnomon de 8 a 9 pies de
alto y traz una meridiana, que comenz a servir para dar las horas a medioda al
paso del sol.
Los Acadmicos se encontraron juntos en Quito los primeros das de junio de
1736. El presidente don Dionisio de Alcedo y Herrera los haba recibido con afecto
y distincin. Mientras iban llegando los instrumentos necesarios, procuraron
averiguar el sitio conveniente para iniciar sus operaciones. La explanada de
Cayambe fue objeto de primer examen por parte de Vergun y de Couplet. En agosto
se ocup Bouguer de verificar las condiciones del suelo para establecer la base,
llegando a la conclusin de que el terreno era desigual y surcado por ros, que
defraudaban las esperanzas. Cayambe abri la tumba de Couplet, el ms joven de los
geodsicos. Haba comenzado a trabajar con el entusiasmo de los aos, pero una
fiebre maligna le cort la vida el 19 de setiembre de 1736.
Desechado el sitio de Cayambe, La Condamine, Bouguer y Godn optaron por
la explanada de Yaruqu, que lo examinaron juntos el 13 y 14 de setiembre.
Convenidos en el puesto de la base, comenzaron las bases de operaciones tcnicas.
ecuatorial y dos grados al sur. Los geodsicos se volvieron andinistas a la fuerza. Por
primera vez los picos de las cordilleras se vieron trajinados por hombres que
provistos de aparatos trataban de dialogar de monte a monte y contemplaban de ms
cerca las estrellas. De este modo Cotacachi e Imbabura, Cayambe y Mojanda,
Pichincha y Sincholagua, el Corazn y Rumiahui, el Iliniza y Cotopaxi, Igualata y
Carihuairazo, Chimborazo y los Altares y el cerro de Azuay entraron en la red de
tringulos con su altura medida exactamente y el 254 clculo de distancias
intermedias. Los nombres toponmicos, incorporados a la geografa de los cronistas
espaoles, hubieron de sufrir modificaciones de escritura para adaptarse a la fontica
del francs y del ingls. Europa estaba pendiente de esta gran aventura cientfica,
que iba a comprobar la redondez de la tierra. La Audiencia de Quito fue la ms
beneficiada. Sin que le costara nada, contaba con un mapa geogrfico, conoca con
precisin la altura de sus montes y ciudades, haba entrado en el dominio de los
pases mas estudiados por las ciencias.
Jorge Juan y Don Antonio de Ulloa haban recibido la comisin de examinar la
realidad social y administracin poltica de estas regiones. Sus Noticias
Secretas revelaron detalles de la situacin histrica que vivan nuestros pueblos tan
alejados de la Metrpoli. Los mismos incidentes que rodearon a los acadmicos en
el proceso de sus operaciones dieron a conocer mejor el estado en que se encontraba
la colonia.
Tres aos enteros haban gastado los geodsicos en verificar sus operaciones.
En junio de 1739 llegaron a Cuenca, despus de haber examinado el castillo de
Ingapirca y las minas de mercurio y de rubes en las cercanas de Azguez. Su labor
se concentr ahora en determinar la base donde deban concluir sus experimentos.
La prolijidad que haban tenido en Yaruqu se repiti en Tarqui. Una vez terminadas
las medidas geomtricas, faltaba verificar la medida astronmica, que consista en
determinar la amplitud del arco cuya longitud acababan de medir con precisin.
A la distancia de ms de doscientos aos la perspectiva simplifica demasiado
los hechos y no puede apreciarse el volumen de las dificultades vencidas. Basta leer
el diario de La Condamine pura adivinar el mprobo trabajo que demand la
observacin de una misma estrella desde las dos bases extremas y el cotejo de los
resultados. Adems en el transcurso de tres aos hubo La Condamine de afrontar los
penosos pleitos levantados primero por el presidente doctor Jos de Araujo y Ro,
luego en Cuenca con ocasin de la muerte de Seniergues y por ltimo el motivado
por el 255 levantamiento de las pirmides de Caraburo y Oyambaro. Desde
el punto de vista de la ciencia, la accin de los acadmicos haba tenido un xito
pleno. A base de clculos matemticos, realizados en el Ecuador, se haba llegado al
conocimiento cierto de que nuestro planeta se ensanchaba en torno a la lnea
ecuatorial. El desenlace de los actores tuvo un carcter de tragicomedia. Couplet
muri en Cayambe, al comienzo mismo de los trabajos. Juan Seniergues, mdico de
la expedicin, fue asesinado en una plaza de toros en Cuenca.Morainville, el
dibujante de los geodsicos, muri cayndose de un andamio al proyectar la iglesia
de Cicalpa. El botnico Jos de Jussieuperdi el juicio al ver deshecha su coleccin
de plantas andinas, que haba cuidadosamente recogido durante todo un lustro. Igual
suerte de enajenacin mental cupo a Mabillon. Luis Godn acept el cargo de
astrnomo de la Universidad de San Marcos de Lima. Juan Godn des Odonais cas
en Quito con Isabel de Grandmaison. Igual cosa hizo tambin el relojero Hugot. De
la comitiva que constaba de diez, regresaron a Pars, por la va de Bogot Cartagena,
jvenes Maldonado. Este hecho despert el arrojo de Pedro Vicente, quien dio batida
a los delincuentes hasta librar a su ciudad de la pesadilla de los bandoleros. La
probanza anota que este suceso acaeci cuando se restituy a la villa apenas
concluidos sus estudios en el Real Colegio de San Luis.
En 1725 al ao de la muerte de su padre y cuando apenas 261 cumpla
los veintiuno, emprendi un viaje de excursin a Canelos, con recursos propios e
indios de las haciendas familiares. El objeto fue examinar las posibilidades de una
va de ingreso a las misiones de Oriente. Llevado de su espritu de observacin fue
anotando los pueblos del trnsito, el curso de los ros tributarios del Pastaza y la
orografa de la regin, como ensayo cartogrfico que perfeccion ms tarde.
Ocupado luego en la administracin de sus haciendas y obrajes, se dio cuenta de
la necesidad de abrir vas de comunicacin para expendio de productos en el interior
y en el fomento de comercio con el exterior. Esta idea le hizo compaginar con el
viejo proyecto de abrir camino directo de Quito al mar por la zona de Esmeraldas.
En esta empresa le secund su hermano Jos Antonio, quien viaj a Lima y en julio
de 1734 se present al virrey Marqus de Castellfuerte para tramitar el asunto. La
resolucin se remiti al examen de la Audiencia. El presidente don Dionisio de
Alcedo, no obstante el informe indeciso del Fiscal, concedi a Pedro Vicente
Maldonado la autorizacin para la apertura del camino y le nombr Teniente de
Capitn General de la Provincia de Esmeraldas. De inmediato comenz el trabajo
con cuadrillas de peones de sus propias haciendas y bajo la direccin del joven
empresario.
A esta sazn se hizo presente en la costa de Esmeraldas La Condamine y fue el
primero que aprovech de la vereda abierta por Pedro Vicente Maldonado. El
encuentro entre los dos fue providencial para la misin geodsica. Maldonado hall
en los acadmicos el ambiente soado para sus aspiraciones cientficas y les
proporcion, en cambio, sus experiencias de excursionista prctico, sus relaciones
sociales y su ayuda econmica. En adelante La Condamine y Maldonado
estrecharon una amistad, que fue ms all de la tumba.
En el proceso de la labor de los acadmicos, estuvo muchas veces junto a ellos,
compartiendo los trabajos y penalidades de la misin. Cuando La Condamine
resolvi su regreso a Francia, 262 se entrevist con Maldonado en Ambato y
juntos fueron a los Elenes, para, en casa de don Jos Dvalos, concertar la forma del
viaje de los dos a Europa. La Condamine ira por Loja a Jan de Bracamoros para
ver con sus ojos el famoso Pongo de Manseriche y encaminarse desde ah Maran
abajo. Maldonado seguira el sendero de Canelos y continuara el viaje por el
Bobonaza hasta su unin con el Pastaza. La reduccin de la Laguna sera el lugar del
encuentro. Ambos iran provistos de los instrumentos necesarios para las
observaciones relativas al trazo de la Carta Geogrfica de la regin Amaznica. El
plan previsto se realiz sin mayor dificultad. No as la continuacin del viaje que
estuvo repleto de percances. Preferimos aqu ceder la palabra a La Condamine,
quien en sus Memorias hizo la crnica de la vida de Maldonado en Europa. Hecho
a la vela en Par el 3 de diciembre de 1743, en la flota portuguesa, el seor
Maldonado lleg, si mal no recuerdo, a Lisboa en febrero de 1744, tan pronto, o ms
bien antes que yo arribara a Cayena. En ausencia del seor de Chavigni, Embajador
de Francia, para quien la haba dado carta de recomendacin, fue recibido por el
seor Beauchamp, encargado de negocios de Francia, el cual le hosped en su casa.
Don Pedro no se detuvo largo tiempo en Lisboa; su deber y sus negocios le llamaban
haba resuelto introducir la aficin por las ciencias y las artes, y nadie como l era
ms capaz de salir con su proyecto. Su pasin por instruirse abarcaba todos los
asuntos y su facilidad de concebir supla la imposibilidad en que haba estado de
cultivarlos desde su juventud. Su fisonoma que era atractiva, su carcter suave e
insinuante y su delicadeza acababa por conciliarle la benevolencia. Tuvo por amigos
en Francia, Holanda e Inglaterra a las personas de mrito que haba conocido. La
Academia sinti su prdida y el historiador de la entidad ha credo un deber pagar un
tributo a su memoria.
He hablado en varias ocasiones de los trabajos geogrficos de don Pedro.
Despus de su muerte acab de hacer grabar su mapa de la Provincia de Quito, en
cuatro fojas, y lo publiqu con su nombre. Present, segn intencin, un ejemplar a
la Academia Su Majestad Catlica. ha hecho pedir las planchas de que era
depositario: recib la orden de enviarlas al seor Embajador de Espaa, que ha
retirado de manos de un compaero de don Pedro, al igual que un cofre que qued
en depsito, lleno de papeles, de memorias manuscritas 265 del difunto y de
curiosidades de historia natural104.
Esas planchas, conservadas en el Museo de Marina de Madrid, fueron
entregadas ltimamente al Gobierno del Ecuador y hoy reposan en la ciudad de
Riobamba, patria de Maldonado.
La Condamine refiere que el 24 de mayo de 1742 los geodsicos fueron
invitados a un acto pblico, dedicado a la Academia de Ciencias de Pars, que se
realiz en la Universidad de San Gregorio. El acto consista en el desarrollo de una
tesis teolgica preparada por el padre Carlos Arboleda. La dedicatoria, redactada por
el padre Pedro Milanesio fue labrada en una placa de plata. El motivo consista en
una Minerva, rodeada de Genios, bajo la figura de nios que jugaban con los
atributos de las ciencias matemticas. El grabado al buril lo realiz un hermano
coadjutor con la ayuda de Morainville.
Morainville dej tambin en la Compaa algunos lienzos pintados por su
pincel.
El mismo La Condamine refiere la suerte de algunos instrumentos usados en las
operaciones. Un Cannigo de Quito, que tena un gusto muy vivo para las
mquinas, adquiri (el cuadrante) en mil quinientas libras a favor de la Academia,
que haba comprado en novecientas, segn el seor Louville. Supe despus que, por
muerte del Cannigo, haba pasado a poder del padre Magnin, jesuita capaz de
usarlo bien. Este padre entonces misionero y cura de Borja, de quien haba obtenido
muchas luces sobre la topografa de Mainas, es ahora profesor de Derecho Cannico
en Quito y correspondiente de la Academia de Ciencias. El pndulo del clebre
Graham, que Godn haba trado de Londres, fue a parar tambin en buenas manos:
pertenece hoy da al padre (Domingo) Terol, Rector del Colegio y de la Universidad
de los dominicanos de Quito, digno por su gusto y talento y por 266 las obras
de relojera, de poseer este tesoro. Consta de este modo que en este pas, donde son
poco cultivadas las ciencias y las artes, hay un corto nmero de personas que son las
depositarias de este fuego sagrado.
El beneficio que la expedicin francesa report al pas se ech de ver en los
informes oficiales de los Presidentes y Obispos inmediatos. En la Descripcin de
ciudades pueblos y villas que comprende el Obispado de Quito, que hizo en julio de
1755 el Marqus de Selva Alegre, consta en cada poblacin el detalle de su
ubicacin geogrfica con relacin a la lnea ecuatorial.
Veinte y cinco aos invirti Dvila en tan laudable empresa, sin escatimar
gastos ni ahorrarse molestias para aumentar ms y ms sus preciadas colecciones, de
las cuales esperaba obtener gran provecho para la ciencia, hacindolas objeto de
interesantes estudios. En 1777 se vio precisado, por achaques de salud, a vender su
amado Museo ante las dificultades de llevarlo consigo al Per, a donde pensaba
trasladarse. Con tal motivo se dirigi al Rey de Espaa, don Carlos III
proponindole la adquisicin del mismo y remitindole a la vez los tres volmenes
del catlogo correspondiente que acababa de imprimir.
El Monarca orden a su Ministro, el Marqus de Grimaldi, pidiese parecer
sobre el asunto al reverendo padre Enrique Flores. Con fecha 27 de junio de 1767 se
diriga Grimaldi a ste, por medio de la siguiente carta: Reverendsimo padre
Flores, hay en Pars un vasallo del Rey, don Pedro Dvila, nacido en Guayaquil, que
ha formado un copioso Gabinete cuyo catlogo compone tres tomos. Propone
venderlo al Rey, y, antes de contestarle, quiere Su Majestad saber el juicio que forma
vuestra Reverendsima de la calidad, circunstancias y valor que tiene. La
contestacin del padre Flores fue favorable: en la compra vea el principio de la
creacin en Madrid de un Gabinete de Historia Natural. La adquisicin, sin
embargo, no se realiz sino el 17 de octubre de 1771, fecha en que el Marqus de
arco fue de 3 26' 52'' y el valor de cada grado 56767,788 toesas, o sea 132203 varas
de Burgos. Fuera de este resultado, se sumaron series de observaciones sobre
eclipses del sol y de la luna, la oblicuidad de la elptica, la celeridad del sonido, la
refraccin de la luz, las oscilaciones del pndulo, la altura del barmetro, etc. El
nombre de Ecuador, usado por La Condamine, seal la regin en que se haban
realizado las operaciones matemticas y los experimentos fsicos.
La botnica de la zona ecuatorial haba sido tambin objeto de estudio por parte
de Jussieu. Por desgracia, la prdida de la coleccin realizada con tanta prolijidad,
priv a la ciencia de uno de los aportes ms valiosos de la misin geodsica. La
coleccin de Franco Dvila instalada en Madrid, fue, sin embargo, un aliciente de
inquietud investigadora por parte de Espaa, a la cual Linneo haba calificado de
brbara en la botnica. La reivindicacin del buen nombre para su patria tom a su
cargo el gaditano don Jos Celestino Mutis. Nacido en Cdiz el 6 de abril de 1732,
curs sus estudios en su ciudad natal y luego en la Universidad de Sevilla. En
Madrid se gradu de mdico. Inclinado por vocacin al estudio de las ciencias
naturales, recibi de Jorge Juan y de Godn la orientacin en astronoma, fsica,
botnica y medicina. En 1760 pas a la Amrica, como mdico de Cmara del
Virrey Messa de la Cerda. Apenas desembarcado en Cartagena se dio cuenta de que
se hallaba en una tierra virgen, rica en producciones naturales. Con el fervor
de Tournefort hizo talar un bosque y form un herbario selecto. El primer fruto de su
labor 270 fue una coleccin de ejemplares de la zona trrida, que
acompaados de descripciones y diseos envi al joven Linneo, el cual concibi el
suplemento al Genera Plantarum de su ilustre padre, imponiendo el nombre
de Mutis a una de las plantas. De este modo el joven sabio gaditano se abri el
camino a la nombrada, cubierto de honor con el nombramiento de socio de la
Academia de Estocolmo.
Cuando Carlos III proyect enviar expediciones cientficas al Per, Mxico, La
Habana, Filipinas y Santa Fe, no tuvo sino que aprovechar la presencia de Mutis en
la Nueva Granada para nombrarle Jefe de la expedicin botnica, mediante cdula
del 14 de noviembre de 1783. Mutis, para cumplir mejor su cometido, organiz un
Instituto del que formaron parte muchos de sus discpulos, como Caldas, Zea,
Valenzuela, Sinforoso Mutis, Landete, Salvador Rizo y el religioso Salvador Garca,
con algunos otros, en el nmero de 18. El centro primero de operaciones fue la
ciudad de Mariquita. Ah se dispusieron expediciones por las partes, encargadas de
coleccionar herbolarios y de acopiar semillas, maderas, resinas y plantas vivas, para
ponerlas a la vista de diseadores europeos y quiteos.
Las fatigas inherentes a tan penoso trabajo afectaron la salud del Director, en
forma de obligarle al cambio de lugar y clima. Notificado del caso, el rey Carlos III
orden al Virrey de Santa Fe el traslado de la Expedicin a Bogot: La vida de
Mutis es preciosa, deca el Monarca, en ello se interesa el progreso de las ciencias y
el honor de mi nacin. El traslado de la Expedicin a la capital del Virreinato se
verific en 1790. Con ayuda del Virrey el Instituto Cientfico de Mutis se convirti
en el primero de la Amrica Latina, por su copiosa biblioteca, la sala de
instrumentos y el taller del trabajo pictrico. De la primera dijo Humboldt
admirado: La biblioteca del Presidente de la Sociedad Real de Londres es la ms
interesante y copiosa coleccin de que puede gloriarse el Antiguo Continente; pero
debe ceder sin disputa a la de Mutis.La sala de instrumentos, dijo, a su vez,
Caldas 271 no cede a la biblioteca. Se cree el curioso que la visita
antiguo, y en este slo se llega a 6717. De los 132 que restan, 122 corresponden al
segundo ejemplar de Quinologa de Mutis, que La Gasca perdi en Sevilla, segn
consta de documentos adjuntos al antiguo inventario. Los otros diez corresponden, o
bien a dibujos que se han contado como nicos y ocupando dos hojas pueden
haberse contado como dos en tiempos anteriores, o bien a equivocaciones antiguas o
modernas al hacer el recuento.- Jardn Botnico de Madrid 29 de setiembre de
1869.
El mrito de los pintores quiteos en la Flora de Bogot pudieron apreciar sus
conterrneos, al escuchar el elogio que de ellos hizo Caldas en un discurso que
pronunci en Quito en junio de 1803. Dijo entonces el discpulo de Mutis: El
grabador Smith ha obtenido el imperio del diseo hasta nuestros das. Yo vi
balancear sobre su cabeza la corona que todos los sabios de concierto haban
decretado al artista britnico, cuando puse mis pies sobre los umbrales de la sala en
que trabajan los pintores. Las expresiones me faltan, seores, para referiros lo que
mis ojos han visto. La naturaleza con todas sus gracias, colores y matices se ve sobre
el papel. Humboldt, tocado de este grado de perfeccin no superado, asegura que el
pincel ha inutilizado las descripciones, y que si llegase el caso de perderse los
manuscritos, podra Jussieu, u otro profesor hbil, describir la planta con tanta
perfeccin como si la viese viva. Cunta parte tiene en esta gloria Quito! Los
mejores pintores han nacido en este suelo afortunado. La familia de Corts est
inmortalizada en la Flora de Bogot. Quin creyera, seores, que el pincel quiteo
se haba de elevar hasta ser mulo de Smith y de Carmona? Cunto valen el talento
y la educacin, unida al premio y al honor! Los hijos de Corts, Matiz, Seplveda,
no habran salido en Quito de la clase de pintores comunes; pero al lado del sabio
Mutis, en quien hallaron un tiempo padre celoso de la pureza de sus costumbres, un
director de su genio, y admirador de sus talentos, desarrollaron sus ideas y han
hecho ver al universo que el quiteo con educacin es capaz de las mayores
empresas. Ah! si el ilustre Mecenas como pensaba ahora diez aos visitar este
suelo, lo hubiera verificado, estoy seguro que Corts, los Samaniegos, Rodrguez,
habran representado en el Nuevo Continente a Mengs, Lebrount y el Ticiano 106.
274
Humboldt midi tambin las alturas del Tungurahua, Carihuairazo y los Altares.
Luego sigui su viaje al sur para examinar las plantas de la quina en Loja y el curso
superior del Amazonas y avanzar a Lima con el fin de observar el pase de Mercurio
por el disco solar, que deba realizarse el 9 de noviembre de 1802. El servicio de
Humboldt al Ecuador fue de ms trascendencia en la propaganda cientfica. Aparte
de los problemas vulcanolgicos y mineralgicos dio a conocer los fenmenos
relacionados con la influencia de las diferentes altitudes en la vegetacin y en las
condiciones fsicas de la atmsfera, adems de su accin fisiolgica sobre el
hombre. Ilustrados por dibujos y croquis, aparecen en los Aspectos Pintorescos de
las Cordilleras y en sus Diarios, nuestros volcanes, los castillos incaicos del Callo e
Ingapirca, sobresaliendo los ejemplares de botnica equinoccial, que estudi de
consuno con Bonpland.
De Quito conserv y expres el mejor recuerdo. Apreci la riqueza de su arte y
sus bibliotecas y ponder la belleza de su paisaje. En sentir de Humboldt, la
provincia de Quito es una de las regiones ms admirables, preciosas y pintorescas
del mundo. Mientras Caldas trataba con Humboldt y Bonpland, escribi
una Memoria sobre el origen del sistema de medir las montaas y sobre el proyecto
de una expedicin cientfica. En ella certifica, refirindose a la Botnica, que nada
iguala a las diversas formas y a las plantas caprichosas de la parte alta de Quito.
Bonpland, en un viaje rpido al Antinsana, hall ms de cincuenta plantas, entre
ellas gneros nuevos. Caldas proyectaba recorrer despacio la zona de Quito para
descubrir nuevas especies. De Bonpland haba aprendido el mtodo: Toda planta
que se presenta 282 se clasifica, se describe y se esqueleta. Su determinacin
se reserva para cuando haya libros y sosiego. Sin ser un especialista confiaba en su
habilidad para el dibujo y requera de Mutis papel apropiado para desecar. Los
hallazgos iran a enriquecer la Flora de Bogot.
Ms optimista se manifestaba Caldas sobre su descubrimiento de medir las
alturas mediante el termmetro y el barmetro, en relacin con la presin
atmosfrica. La conversacin con Humboldt sobre el asunto le llev a examinar los
resultados a que haba llegado Sucio. Este no haba pensado en el agua hirviendo.
Lo cual le lisonjeaba de ser autor de un pequeo descubrimiento.
Luego confes paladinamente las ventajas que haba conseguido del trato con
Humboldt. La astronoma, dijo, ha hecho mis delicias y he adquirido en estos
ramos algunos conocimientos. Ya no crea que obraba con tanto acierto hasta la
llegada del Barn. He confrontado mis observaciones, he manifestado mis pobres y
miserables instrumentos y han agradado a este viajero. Ellas antes de conocerme, le
arrancaron un elogio, que el amor propio ms desordenado, quedara satisfecho. Es
preciso confesar en honor de este sabio y de la verdad que me ha dado luces
inmensas en la astronoma, me ha perfeccionado en el uso del optante, me ha dado
un rico catlogo de quinientas sesenta estrellas, la frmula para el clculo de las
declinaciones, tablas de refraccin a diferentes elevaciones sobre el mar, los
mtodos de La Borda para las distancias de la luna al sol, mil pequeas prcticas
para la perfeccin de las observaciones; todo esto y mucho ms debo a este
prusiano: sera un ingrato si no lo confesara abiertamente. Me ha puesto en estado de
manejarme por m solo y de hacer algo de provecho.
Confiado en esta suficiencia personal expona a Mutis el proyecto de hacer un
viaje de estudio a Mxico, la Habana, Santo Domingo, Jamaica, Puerto Rico y
Cartagena. Ms explcito se manifest en su Memoria sobre el plan de un viaje
Catlica durante los aos de 1862 a 1866 por don Manuel de Almagro. La
Comisin estuvo organizada por don Patricio Mara Paz y Menbiela, presidente; don
Fernando Amor, encargado de la parte de Geologa y Entomologa; don Francisco
Martnez y Saez, de peces, moluscos y zofitos; don Marcos Jimnez de la Espada,
de mamferos, aves y reptiles; don Juan Iserm, de botnica y don Manuel Almagro,
de antropologa y etnografa. Completaban la Comisin un ayudante disecador de
apellido Puig y un fotgrafo llamado Castro y Ordez.
En octubre de 1864 se reunieron en Guayaquil y se dispersaron por la zona del
Guayas, cada cual con el inters de su especializacin. En diciembre se juntaron
nuevamente en Quito y en febrero de 1865 se dirigieron al Oriente para seguir, por el
curso del Napo al Amazonas.
De las rocas reunieron 178 especies, las ms de nuestros montes ecuatorianos;
de Alangas consiguieron fragmentos de fsiles; del herbario que constaba de 8176
ejemplares, 2290 procedan del Ecuador; de las 54 especies de zofitos, tres eran
ecuatorianos; de la coleccin de moluscos, compuesta de 816 especies, 14
pertenecan al Ecuador; de los bivalvas fluvitiles, que constaban de 44 especies,
tres eran de Daule y uno de Otavalo; de los univalvas terrestres, que alcanzaban a
215 especies, 68 eran de las diversas zonas del Ecuador; de los crustceos, que
contenan 179 especies, seis provenan de Guayaquil; de la coleccin de peces, que
ascenda a 677 especies, 24 procedan de Guayaquil y 95 de los diferentes ros del
Ecuador y Per.
Del personal de esta Comisin el ms destacado para el Ecuador result Marcos
Jimnez de la Espada. Conoci de vista todos nuestros pueblos, como los restantes
de la Amrica. De este viaje aprovech para publicar ms tarde las Relaciones
Geogrficas de Indias, cuyo tercer volumen estuvo consagrado a la Audiencia de
Quito.
296
Entre 1871-1873 los doctores Alfonso Stbel y W. Reiss estuvieron en el
Ecuador y ascendieron las montaas, midiendo las alturas de nada uno de ellos. Con
el propsito de publicar un estudio con ilustraciones panormicas, comprometieron
al pintor Rafael Troya para que colaborara con los dibujantes trados por ellos.
Efectivamente en 1892 apareci impreso en Berln un volumen intitulado Reiss en
in Sdamerika.
Con ayuda de los datos proporcionados por Stbel y Reiss emprendi tambin
un viaje de exploraciones Edward Whymper, quien lleg a Guayaquil en diciembre
de 1879. Ascendi al Chimborazo, al Cotopaxi, al Ilinisa, al Corazn, al
Sincholagua, al Antisana, al Imbabura, al Pichincha, al Cayambe y Saraurco. Su
mvil principal fue comprobar las posibilidades de vida humana a grandes alturas
sobre el nivel del mar. Con el ttulo de: Edward Whymper: Entre los Andes del
Ecuador. Relaciones de viaje, se public en Quito en 1921, la versin espaola de C.
O. Bahamonde.
En 1906 estuvo presente en el Ecuador la segunda Misin Francesa, de que
formaron parte el general Perrier y el doctor Paul Rivet, etnlogo, arquelogo y
americanista decidido. Rivet incorpor a las ciencias etnolgicas muchos estudios
suyos sobre el Ecuador.
Gracias a la iniciativa del doctor Remigio Crespo Toral se cre, anexa a la
Universidad de Cuenca, la Escuela Superior de Minas, que funcion en los aos de
1934-1935. Mediante decreto de 17 de febrero de 1936, el Jefe Supremo Ingeniero
seor Federico Pez, declar autnoma la Escuela de Minas, que se organiz bajo la
direccin del padre Alberto Semanate, especializado en Suiza y Pars en ciencias
matemticas. Por gestiones del doctor Paul Rivet fueron contratados para primeros
profesores los doctores Nicols Reformatsky, de las Universidades de Pars y
Estrasburgo y Alejandro Onitchenko, de la Universidad de Bezanzon, a los que se
sum el doctor Alexis Lochkareff, graduado en la Escuela Superior de Petrleo de
Estrasburgo.
Captulo XIII
Nuevos aspectos de cultura
sellos mayor y menor de la Provincia con una prensa de fierro, pieza de estimacin,
que se conservan en el Museo Dominicano de Quito.
A principios del siglo XVIII se grab en Quito El gran Ro Maran o
Amazonas con la Misin de la Compaa de Jess, Geogrficamente delineado por
el padre Samuel Fritz Misionero continuo en este Ro padre Juan de
Narvez Societatis Jesu quondam ma hoc Maraone Misionarius Sculpebat Quiti
1707.
En 1718 concurrieron en la factura de un grabado representativo de la provincia
jesutica de Quito, el padre Juan de Narvez 299 con la concepcin de la
idea, Nicols Javier Gorbar con el trazo pictrico y el padre Miguel de la Cruz con
la hechura del grabado.
En 1744 se encarg al mismo padre Miguel de la Cruz que grabase en una
lmina de plata la dedicatoria de la tesis que se desarroll en un acto acadmico que
se verific en la Universidad de San Gregario en homenaje a la Academia de
Ciencias de Pars, cuyos miembros estaban realizando la medicin de un arco de
meridiano en el Ecuador. La vejez del artista quiteo hubo de reclamar ayuda
de Marainville, para concluir el trabajo del grabado.
A mediados del siglo XVIII Simn Brieva grab tambin una coleccin de
planchas de carcter pedaggico, que comprenda veinte lminas de Catecismo
Histrico, 23 de la Santa Misa y 25 de la Historia Sagrada. Los dibujos de las dos
primeras series fueron diseados por Prieto Arias y los de la tercera por Rondetyo
Arias A.
En el testamento que otorg Juan Manuel de Legarda, hermano de Bernardo de
Legarda, el 2 de marzo de 1773, hizo constar, en la lista de sus haberes de artista,
un trculo para imprimir estampas, lo que explica la cantidad de estampas que se
conservan de Nuestra Seora del Rosario y la Merced, impresas durante la Colonia.
La introduccin de la primera imprenta en el Ecuador hubo de superar
obstculos, que slo la sagacidad del ingenio consigui vencerlos. En julio de 1735
la Congregacin Provincial de la Compaa de Jess nombr de sus procuradores en
Roma y Madrid a los padres Toms Nieto Polo y Jos Mara Maugeri. Entre los
proyectos a tramitarse en la Carta estaba el de conseguir licencia para establecer una
imprenta en uno de los Colegios de la Provincia. Efectivamente los dos procuradores
presentaron, el 4 de diciembre de 1740, una solicitud al Consejo de Indias en que
pedan el permiso necesario para la instalacin de la anhelada imprenta.
300
Ante la negativa de parte del Consejo, los mencionados procuradores salvaron
esta primera dificultad, valindose de Alejandro Chvez Coronado, joven quiteo
que haban llevado consigo, quien elev en nombre propio una nueva solicitud al
Consejo de Indias por intermedio de don Jos Real. Esta vez tuvo efecto la peticin.
El Consejo, con fecha 18 de agosto de 1741, remiti el asunto al informe del Fiscal,
el que dio respuesta favorable el 30 del mismo mes. Debieron interponerse valedores
eficaces para conseguir el rpido despacho del negocio. Pues el Consejo,
prescindiendo del trmite ordinario, pidi, el 2 de setiembre, el parecer de don
Dionisio de Alcedo y Herrera, ex Presidente de la Audiencia de Quito, que se hallaba
en Madrid. El 6, Alcedo dio su informe, recalcando en la necesidad de establecer
una imprenta en Quito, cuya cultura exiga un medio apropiado de expresin. El 6 de
octubre se expidi la cdula en que se conceda a Chvez Coronado la facultad de
establecer la imprenta para l y sus herederos en caso de muerte.
Porlier. Muchos aos ha que comenc a escribirla por mandato y la dej por
necesidad. No ha mucho que la reasum, en los intervalos que me conceden mis
males, no tanto por complacer a otros, cuanto por hacer obsequio a la Nacin y a la
Patria, ultrajadas por algunas plumas rivales que pretenden obscurecer sus glorias.
No ignora Vuestra Excelencia la dificultad de escribir una complicada Historia
Americana, en pases extranjeros, sin el subsidio de los libros (nacionales; y mucho
ms la de escribirla en un siglo, a cuyo delicado gusto apenas hay produccin que
agrade. Slo el dulce amor de la patria podr excusarme la nota de temerario, en dar
un embrin mal formado de Historia y en salir al campo contra gigantes en
literatura, sin ms armas que las verdades sin adorno. Embrin mal formado de la
Historia, llam el padre Velasco a su obra, cuyas deficiencias deban explicarse por
las circunstancias de aislamiento en que fue escrita. Con todo, su Historia result la
piedra angular de nuestra historiografa y la fuente primera de nuestra conciencia
refleja de nacionalidad111.
La Historia del Reino de Quito fue publicada parcialmente en Pars por Abel
Vctor Brandin en 1839, luego la Historia Antigua traducida al francs por TernauxCampans en 1840 y una traduccin italiana incompleta editada en Prato entre 1840 y
1847. La primera edicin que se hizo en Quito y ha servido de base a reproducciones
posteriores se debi al doctor Agustn Yerovi, quien la realiz en entregas sucesivas
en los aos 1841, 1842 y 1844. La crtica histrica echaba de menos una edicin del
texto completo y exacto de la Historia del Reino de Quito, tal como sali de manos
del padre Velasco. Ventajosamente, desde 1960, el Ecuador cuenta ya con una
edicin crtica de la obra del ilustre jesuita, debida a la acuciosa diligencia del padre
Aurelio Espinosa Plit y a la iniciativa de los organizadores de la Biblioteca
Ecuatoriana Mnima.
305
Fuera del relato histrico, el padre Velasco puso tambin sus miras en las
manifestaciones de la cultura Patria. En la misma dedicatoria al Ministro Porlier le
deca lo siguiente: Entre los muchos objetos que igualmente mira la comprensin
de Vuestra Excelencia como si fuese uno solo, le ha merecido las atenciones la
Literatura Americana. Es cierto, que ha sido esta poco conocida en Europa, tanto que
la malignidad de algunas plumas extranjeras lo atribuye, no a la falta de imprenta
que hay all, sino a la degeneracin de ingenios en aquella parte del mundo. Cuan
falso sea este dictamen, lo ha conocido ya la Italia y lo sabe mejor Vuestra
Excelencia. Su larga experiencia le hizo observar con imparcial ojo ser las amricas
tal vez ms fecundas de minerales de ingenios que de metales. Sabe que se hallan
sepultados stos en el olvido, no menos que el oro, las perlas y los diamantes en los
obscuros senos de los mares y de las peas por falta de quien los saque a la pblica
luz del mundo, y sabe que nunca hacen progreso las ciencias sin que tengan una
proteccin poderosa.
Con un afn reinvindicatorio de las letras patrias, conocidas ya en Italia, se
ocup el padre Velasco en realizar la Coleccin de poesas varias hechas por un
ocioso en la ciudad de Faenza. La coleccin ha llegado a concretarse en el ttulo
simplificado de Ocioso de Faenza, que implica una irona trgica, en decir del padre
Espinosa Plit. Sus autores, que desplegaron en su patria una actividad febril, se
vieron reducidos a una ociosidad forzada, que busc en el verso un desahogo a la
melancola:
Usted me ha de perdonar
tanto ingente desvaro,
pues en tan triste lugar,
si de este modo no ro,
no hara sino llorar,
[308]
309
Captulo XIV
La enseanza despus de la expulsin de los Jesuitas
los padres jesuitas son nuestros Conventos los nicos en la Provincia que dan el
pasto espiritual a las gentes.
312
El arreglo que hizo el presidente Diguja para dar continuidad a los estudios dur
apenas dos aos; porque a consecuencia del captulo veinte y ocho de la Real
Cdula de nueve de julio de mil setecientos sesenta y nueve se extingui la
Universidad de San Gregorio que tenan los Regulares de la Compaa en el Colegio
de San Luis, aplicando los mil pesos de su renta para mayor dotacin de la de Santo
Toms112. La Orden Dominicana continu su labor en la docencia, tanto en su
Estudentado propio del Convento Mximo, como en el Real Colegio de San
Fernando y la Universidad de Santo Toms. En los Captulos Provinciales se haca la
renovacin de nombramientos para Regente de Estudios y Rector del Colegio, como
se provea de catedrticos para ambos centros de enseanza.
De este modo, en el Captulo de Provisin de Estudios, fueron nombrados
sucesivamente, en 1768, para Rector del Colegio Real y Catedrtico de Prima el
padre Nicols Garca, para Regente de Estudios y Catedrtico de Vsperas el padre
Joaqun Sanz de Miranda, para Catedrtico de Artes el padre Antonio Celi y para
Catedrtico de Gramtica el padre Joaqun de Falcon; en 1770, para Catedrtico de
Prima y Regente el padre Manuel Avils, para Catedrtico de Vsperas el padre
Joaqun Miranda, para Catedrtico de Moral el padre Antonio Celi y para
Catedrtico de Artes el padre Bernab Corts; en 1772, para Regente y Catedrtico
de Prima el padre Manuel Avils, para Catedrtico de Vsperas el Padre Rector, para
Teologa Moral el padre Isidro Ramrez, para Artes el padre Bernab Corts y para
Gramtica Latina el padre Estanislao Corts; en 1774, para Regente y Catedrtico de
Prima el padre Manuel Avils, para Vsperas el padre Joaqun Ramrez, para
Teologa Moral el padre Isidro Ramrez, para Artes el padre Nicols Tordecillas y
Preceptor de Gramtica el padre Estanislao Corts; en 1778, para Regente y
Catedrtico de Prima el padre Manuel Avils; para Vsperas el padre Joaqun
313 Ramrez, para Teologa Moral el padre Isidro Barreto y para Artes el padre
Felipe Carrasco. Por lo vasto, el decenio que transcurri despus de la expulsin de
los Jesuitas, no sufri modificacin alguna la marcha as del Colegio de San
Fernando como de la Universidad de Santo Toms. Entretanto se hicieron varias
representaciones al Rey para que se formalizaran los estudios universitarios en el
sentido de que la Universidad de Santo Toms se convirtiera en pblica, a donde
pudiesen acudir toda clase de estudiantes, con prescindencia de Escuelas y sistemas
de doctrinas. En consecuencia, el Rey expidi el cuatro de abril de 1786 una Real
Orden, en que autorizaba a la Junta de Temporalidades para que, a base de los
Estatutos de la Universidad de San Gregorio y de Santo Toms, hiciese una
refundicin de la nueva Universidad. En la Orden daba el Rey instrucciones
concretas para el xito de esta transformacin. La nueva Universidad mantendra el
nombre de Santo Toms en memoria de la que estuvo a cargo de los Religiosos de
Santo Domingo, a cuyos individuos y especialmente a sus Prelados se les
concedern las sanciones y privilegios concedidos como primitivos fundadores.
Para funcionamiento de la nueva Universidad se elegir el local de San Luis o de
San Fernando, segn las garantas que ofreciesen. Deban refundirse las Ctedras de
ambas Universidades, dando la posesin de ellas al ms benemrito por oposicin.
Los grados deban conferirse a nombre del Rey por el Maestrescuela de la Catedral
como Cancelario. Las rentas para las Ctedras provendran de las ya establecidas en
las dos Universidades y de la propina con que se contribuira en cada Grado. Los
estatutos redactados por la Junta de Temporalidades, de acuerdo con el Obispo se
pondran en ejecucin interinamente hasta que el Rey determinase la que fuere de su
agrado.
314
para pase de ao; no dispensar el curso completo de cuatro aos y conceder las
becas para los Colegios de San Luis y San Fernando con la condicin explcita de
que los agraciados deban seguir el curso de Teologa.
El artculo quinto se refera a la Facultad de Jurisprudencia. En la enseanza
deban unirse el Derecho Civil con el Cannico, por la estrecha conexin que tenan
en la aplicacin prctica. Los que quisieran graduarse en Derecho Cannico deban
ser examinados por el curso del padre Pedro Murillo Belarde y en Derecho Civil por
las Institutas de Rieger, Berardi y Selvagio o por el Compendio de Van Speir. Se
describa con rasgos peyorativos el estado de decadencia a que haba llegado el
estudio de Jurisprudencia. Para remediar el mal se insinuaba la reunin de las rentas
de las Ctedras de San Fernando a la Universidad de Santo Toms y que los
catedrticos obligasen a los alumnos que aprendiesen de memoria las lecciones
diarias. El catedrtico de Prima de Cnones deba explicar el origen, concatenacin
y autoridad de las leyes cannicas, valindose de la Sinopsis de Richard. El de
Vsperas deba ensear, al travs de la Historia Eclesistica, el proceso formativo de
los Cnones, sirvindose de la Historia Eclesistica de Fleuri y del abad Berault
Bercastel. El Catedrtico Primario del Derecho Civil deba utilizar el texto de M.
Domat, concordando con las Leyes del Reino. Y el de Vsperas estaba en la
obligacin de ensear el Derecho Natural, el de Gentes y el Derecho Pblico,
sirvindose de Heinecio y de Domat.
El artculo sexto se concretaba a la Medicina. No obstante ser una Facultad tan
necesaria para el bien pblico, era la menos atendida en la Universidad. La Real
Cdula de 19 de enero de 1805 haba adjudicado a la Universidad las Rentas de las
Ctedras de San Fernando. Pero como era renta slo ascenda a la suma de
334 sesenta y seis pesos anuales, era imposible conseguir catedrticos que
dictaran sus clases con paga tan exigua. Tocaba, pues, al Gobierno y al Cabildo
excogitar los arbitrios para rentar debidamente a los Catedrticos y establecer la
Facultad de Medicina, que impedira a los empricos ejercer el oficio de Mdicos.
El artculo octavo se refera al estudio de las Matemticas. Anotaba que la
ignorancia de las ciencias era el lunar con que se afeaba a los literatos de Quito,
cuya Universidad careca de una Ctedra de Matemticas. Insinuaba, como remedio,
que su enseanza no se limitase al trienio filosfico, sino que se la prorrogase a un
ao ms, obligando a su asistencia a los alumnos de San Fernando.
Los cinco artculos restantes se referan a los Catedrticos en general (8), a las
elecciones y vocales que elegan (9), a la eleccin de un Telogo censor para los
actos literarios (10), a la colacin de grados (11), a los Bedeles y Conserjes (12) y a
la reforma de los Colegios (13).
El artculo ltimo sobre la reforma de los colegios estaba redactado a base de la
experiencia que haba tenido el doctor Arteta en su visita a San Luis y San Fernando.
Lo primero que insinu fue la limitacin de vacaciones, que se las tena del 14 de
julio al 18 de octubre, en que se perda la aficin a los estudios. Luego peda que se
cortase el abuso de representaciones de comedias que se las realizaba en los teatros
de ambos colegios. Reprobaba tambin la fcil asistencia de los colegiales a fiestas y
funerales. Peda asimismo que se reglamentara el horario de los das festivos.
Finalmente se daban normas para el comportamiento tanto dentro como fuera de los
colegios.
El informe y plan de estudios, trazados por orden de don Toribio Montes,
quedaron sin resolucin por cuanto el Pacificador hubo de ceder la Presidencia al
general don Juan Ramrez de Orozco, quien tom posesin de su cargo el 26 de julio
de 1817. Con el nuevo Presidente, la organizacin de la Universidad se llev por un
camino de aparente legalidad. El Fiscal observ que 335 tanto en la visita
como en el plan de estudios se haba prescindido del claustro universitario, al cual
segn las Cdulas Reales corresponda formular las adiciones a los Estatutos y el
plan para los estudios de la Universidad. En consecuencia, el general Ramrez ofici
al Rector, el 27 de noviembre de 1817, pidindole informes acerca de las
providencias que se haban tomado para la reforma de los Estatutos. El 15 de
diciembre de 1817 el doctor Mariano Mio y Valdez present el informe solicitado,
dando detalles de todo lo que se haba verificado por parte del claustro universitario.
Los asuntos polticos provocaron la salida del general Ramrez, encargado de
debelar el alzamiento que se haba suscitado en el Alto Per. Fue reemplazado en el
mando por el mariscal de campo don Melchor Aymerich, quien desde antes haba
aspirado a la Presidencia de Quito. Con Aymerich se reanud el proceso
reformatorio de la Universidad. A peticin suya, el doctor Luis de Sa que haca de
Fiscal, present un Informe sobre el estado lamentable de la Universidad,
ocasionado por la ambicin del cargo de Rector y la falta de rentas para los
Catedrticos. Segn l, la reforma universitaria deba contemplar los siguientes
puntos: Primero, se sirva Vuestra Excelencia hacer al Claustro la prevencin de que
en punto a elecciones observe literalmente la citada Constitucin 7., mientras se
concluye la reforma del Estatuto, encargando al Rector cumpla inmediatamente la
comisin de exigir y glosar las cuentas de los obligados como queda dicho.
Segundo, que se advierta al Claustro no admita en la clase de Filosofa a los
escolares que no sepan hablar y traducir suficientemente el idioma latino, en que se
nota un considerable atraso; tercero, que no confiera grados en Filosofa a los que no
sean dignos por su saber; cuarto, que proceda con la misma integridad en la
dispensacin de los dems grados, sin conferirlos a los que carezcan de cursos y
matrculas legtimamente ganados con la efectiva asidua concurrencia a las aulas, la
que se acredite con certificaciones juradas de los catedrticos y del bedel; quinto,
que cuide 336 de enterarse de si los pretendientes han dado sus respectivos
exmenes en los debidos tiempos, no pasando en el particular por otra clase de
prueba que no sea el acta sentada en el libro correspondiente bajo de responsabilidad
a los infractores y de nulidad de grados; sexto, que se abstenga de hacer mercedes en
las contribuciones pecuniarias de los grados mayores contra lo dispuesto por leyes y
Reales rdenes, bajo de igual responsabilidad; sptimo, que haga que el bedel asista
todos los das a la Universidad para cuidar de que los escolares lleven sus tareas y
llevar el libro de faltas conforme a la prctica de todas las Universidades a que debe
arreglarse el pago de salario; octavo, que no consientan sustitucin de Ctedras
contra el tenor del Estatuto; y nono, que en el perentorio trmino de cuatro meses d
cuenta de haber concluido la reforma del Estatuto segn lo ordenado por Su
Majestad en la citada Real Cdula; observando el actual con estrecho encargo al
Rector de estar a la mira de su cumplimiento y participar a este Real Vicepatronato
cualquiera infraccin, en la inteligencia de que dentro del plazo mencionado debe
arreglarse tambin el Plan de Estudios, teniendo presentes las ideas que en el
particular ha suministrado el mismo seor Rector.
Este informe del Fiscal pas a examen del auditor general de guerra seor
Saravia, el cual dio su parecer el 29 de mayo de 1821, con algunas observaciones. Al
fin Aymerich dio el siguiente Decreto: Riobamba 4 de junio de 1821. -Me
conforme con el antecedente dictamen del seor Auditor General de Guerra cuyo
contenido se practicar en todo por la Secretara de Gobierno cuidando de llevar
todo lo que queda contenido.- Aymerich.
En cumplimiento de esta orden pas el expediente de visita de la Universidad a
manos del Rector, que era entonces el mismo doctor Nicols de Arteta. El 20 de
junio de 1821, el Rector acus recibo del expediente y el 13 de julio se excus de
cumplir la orden de Aymerich, alegando sus ocupaciones de Provisor y sus
obligaciones de Coro y Ministerio espiritual. La respuesta del 337 Auditor, a
que se conform Aymerich, fue: que cuando el seor Suplicante fue electo Rector
de la Real y Pblica Universidad, tena todos los dems cargos, pensiones y
ocupaciones que expresa; y mediante a que sin embargo de ellas, admiti aquel y lo
ha ejercido por cerca de dos aos, no puede ni debe excusarse de cumplir con las
obligaciones que le son anexas, como la tomar las cuentas a los que han
administrado y manejado los privilegiados intereses del Cuerpo Literario y lo que
precisamente debera practicar conforme a la ltima resolucin de esta Superioridad,
sin necesidad de la cual debi haberlo ya verificado por s o por personas de su
confianza para no incurrir en responsabilidad114.
El ltimo decreto de Aymerich sobre la reforma de la Universidad fue expedido
desde Riobamba el 30 de julio de 1821; es decir, cuando estaba a la defensiva en la
guerra de la Independencia. El 24 de mayo del ao siguiente se dio la Batalla del
Pichincha, que cambi la orientacin poltica del pas.
Para garantizar la conservacin de fondos se orden que se tuviese una arca con
tres llaves, donde se depositaran los caudales del Colegio para el pago de los
Catedrticos. Al Rector incumba exigir el pago de los censos en efectivo.
Tanto las becas reales como las dotadas por particulares deban pasar por la
aprobacin del Vicepatrono.
El Rector deba hacer el inventario de todos los libros de la Biblioteca por
duplicado, en forma que un ejemplar se conservase en el Archivo y otro se entregase
al Vicepatrono. Deba, adems, facilitar la consulta de los libros necesarios a los
colegiales.
De acuerdo con la constitucin 15. n. 24 deba evitarse la asistencia de los
colegiales a entierros o fiestas que no estuviesen expresamente mandadas o
permitidas.
A cargo del Colegio estaba el pago de barbero que deba rasurar cada quince
das y de remedios de botica para los enfermos. El Rector deba vigilar la asistencia
de los Preceptores de Gramtica y rebajar el estipendio de acuerdo con las faltas, lo
mismo que el cumplimiento de las oposiciones para la provisin de las Ctedras.
Deba esmerarse en el examen de pruebas para ingreso en el Colegio. El
candidato deba exhibir no slo el certificado de buena conducta, sino el
comprobante de limpieza y calidad de familia, condicin de la que no poda
dispensarse ms que en el caso de certificar su identidad de pertenecer a familia
conocida en la sociedad. Esta informacin deba sujetarse al examen de la Comisin
prevista por los Estatutos y pasar a manos del Rector, quien a su vez la sometera al
juicio del conclave para la aceptacin del aspirante. Luego, el expediente sera
enviado al Vicepatrono para su aprobacin definitiva.
341
Podan ser aceptados, previa documentacin severa, los hijos naturales de
padres nobles y los expsitos. No as los adulterinos, incestuosos y sacrlegos, lo
mismo que los hijos de artesanos o de padres cuyos oficios no eran bien recibidos en
la opinin del pblico.
Los candidatos as aceptados deban pagar, fuera de los derechos ordinarios,
veinte y cinco pesos destinados al reparo del edificio del Colegio, de cuyo producto
se encargara el Rector con una cuenta aparte.
En cuanto al vestido se prescriban uno para casa y otro para los concursos
oficiales. El traje ordinario deba constar de fraques de bayetn oscuro del pas,
pantaln de lo mismo, media bota y balandrn. En la calle y funciones pblicas
deban llevar bonete, guantes, medias negras, mangas negras o chupa entera. Al
escudo bordado de oro, seda y plata deba sustituirse con uno de plata dorada, en que
las armas reales deban ir orleadas con las de la Orden Dominicana y encima la
corona real. Para caracterizar a los estudiantes deban llevar los Gramticos una
cinta negra sobre el cuello de la ropa; los Filsofos, una azul entera; los Telogos,
azul y blanca; los Civilistas, encarnada entera; los Canonistas, encarnada y verde.
Por lo que miraba al horario, estaba distribuido en la siguiente forma:
A las 4 levantada y provisin de luz;
a las 5, estudio en los claustros;
a las 6, misa en la capilla; de 6 a 8, estudio;
de 8 a 8 , almuerzo y descanso;
de 8 a 10 , clase;
de 11 a 12, recreo;
El plan se concret a sealar las horas, materia y mtodo que deban seguir los
cuatro catedrticos que componan el cuerpo docente. El de Derecho Civil deba
dictar todos dos das de nueve a diez de la maana y de tres a cuatro de la tarde.
Comenzara por el Derecho de Gentes de Heineccio y continuara el primer ao con
los libros primero y segundo de las Instituciones de Justiniano y el segundo con los
libros tercero y cuarto, procurando exigir el aprendizaje de memoria del texto que
deba poseer cada alumno.
El Catedrtico de Prima de Cnones deba dictar su clase de nueve a diez de la
maana y distribuira en los dos aos de curso los tres Libros de las Instituciones
Cannicas de Selvagio.
El de Vsperas de Cnones deba tener su clase diaria de 3 a 4 de la tarde y
distribuir en los dos aos los cinco libros de las Decretales de Gregorio Nono por
Murillo Velarde, con la que tena el mrito de establecer concordancia con el
Derecho Real de Espaa.
El Catedrtico de Leyes Reales o Derecho Pblico Nacional deba asistir de
nueve a diez ante merdiem y de tres a cuatro post merdiem y ensear la Instituta
Real de Castilla.
Los cuatro Catedrticos deban presentar por turno cada sbado del mes las
sabatinas a que concurriran, bajo la Presidencia 346 del Rector, los
Catedrticos de Derecho, de Filosofa y Teologa y seran invitados al Colegio de
San Luis y los Catedrticos de Derecho de la Universidad.
Cada uno de los Catedrticos deba tambin organizar una Conclusin Pblica
que deba verificarse en la Capilla del Colegio en un da interpuesto entre el 19 al 21
de julio.
Con este nuevo plan se elimin el desorden que haba en concurrir los
estudiantes a diversas materias en una misma hora. Cada estudiante deba rendir
examen para pase de ao y concluidos todos los exmenes, el Rector y los
Catedrticos daran el certificado para que pudiese presentarse al Juez y Director
General de Estudios, quien deba dar el pase a la Academia Pblica a fin de que se
presentase al auto de prueba para adquirir los grados de Bachiller, Licenciado y
Doctor segn los Estatutos.
Desde el 21 de noviembre de 1802 se devolva, en cumplimiento de la Real
Cdula del 20 de junio de 1800, al Colegio Real de San Fernando las Ctedras de
Derecho con las Rentas que le eran propias. El Presidente Carondelet comunic este
particular al Cuerpo Directivo de la Universidad para que confiriera los grados a los
estudiantes que exhibieren los certificados de haber cursado los estudios de acuerdo
con el nuevo plan y reglamento, acordados para el Real Colegio de San Fernando.
La reorganizacin del Colegio de San Fernando no encontr dificultad alguna,
mientras dur el gobierno del presidente Carondelet. A su muerte acaecida el 10 de
agosto de 1806, se inici la serie de sucesos polticos, que influy tambin en la
marcha de los institutos de educacin pblica. Entre los invitados por el marqus de
Selva Alegre, en la Navidad de 1808, concurrieron a la Hacienda del Obraje, los
abogados Juan de Dios Morales, Manuel Rodrguez de Quiroga y Juan Pablo de
Arenas, profesores de Derecho en el Colegio de San Fernando. Ellos intervinieron
tambin en el acto del Primer Grito y fueron los mentores del ideario que dirigi
aquel movimiento inicial de la Independencia. Morales redact el texto del acta del
establecimiento de la Junta 347 Suprema de Gobierno, que la escribi Arenas
de su puo y letra. Y entre los Ministros Secretarios de Estado constaron los
Amezaga (12 de febrero de 1820), Manuel Viteri (17 de febrero de 1820), Jos
Mara Muoz (21 de octubre de 1820). En todas las constancias anteriores firma
como Secretario Mariano Veintemillas. Jos Muoz (21 de octubre de 1820), Camilo
y Mariano Garca (8 de noviembre de 1820), Antonio de Andrade y Rendn (8 de
noviembre de 1820), Carlos Paz de Burbano y Espinosa (15 de enero de 1821), Jos
Manuel de Guevara (21 de noviembre de 1821), Mariano Saldaa, Pablo Gonzlez y
Gabriel Munive (6 de noviembre de 1822), Antonio Sols (17 de noviembre de
1822), Miguel Miranda (8 de diciembre de 1822), Carlos Murriagui (17 de marzo de
1822), Antonio Jurado (5 de mayo de 1823), Jos Quevedo (6 de noviembre de
1823), Jos Peaherrera (3 de diciembre de 1823), Jos Mara Valdivieso (4 de
marzo de 1824), Jos Guerrero y Francisco Guerrero (29 de mayo de 1824), Antonio
Arteaga (14 de junio de 1824), Manuel Moreno (20 de junio de 1824), Marcos
Espinel (4 de octubre de 1824), Antonio Guzmn (3 de diciembre de 1824), Jos de
San Miguel y Maldonado (4 de diciembre de 1824), Vctor de San Miguel y
Maldonado (2 de enero de 1825), ngel Espinosa (3 de febrero de 1825), Jos Len
(6 de febrero de 1825), Matas Vzquez (22 de junio de 1825), Pablo Tern (21 de
octubre de 1825), Mariano Betancur (24 de octubre de 1825), Juan Garca y Nicols
Garca (22 de octubre de 1825), Domingo Paredes (19 de noviembre de 1825),
Vicente Velarde (24 de noviembre de 1825), Nicols Gmez (diciembre de 1825),
Antonio Zambrano (27 de enero de 1827), Nicols Sierra (4 de febrero de 1827),
Ramn Pinto (12 355 de marzo de 1827), Mariano Arroyo y Po Arroyo (12
de marzo de 1827), Jos Tern (11 de abril de 1827), Camilo Versal (12 de setiembre
de 1827), Santiago Tobar y Manuel Tobar (11 de octubre de 1827), Mariano
Montenegro (18 de diciembre de 1827), Nicols Ramrez (12 de diciembre de 1827),
Francisco Borja (4 de febrero de 1829), Juan Antonio Jurado y Jos Mara Jurado
(10 de febrero de 1829), Vicente Garcs y Ponce (10 de febrero de 1829), Juan
Ribadeneira (17 de febrero de 1829), Mariano Zambrano (13 de mayo de 1829),
Jos Baca (14 de junio de 1829), Raimundo Fajardo (14 de junio de 1829), Mariano
Proao (17 de noviembre de 1829), Ignacio Sa (19 de junio de 1829), Mariano
Zavala (27 de junio de 1829), Rafael Echeverra (21 de noviembre de 1829), Camilo
Quintana (9 de diciembre de 1829), Francisco Valds (25 de abril de 1831), Miguel
Robalino y Rebalino Robalino (15 de marzo de 1832).
Los nombres de los alumnos que posteriormente cursaron sus estudios en el
Convictorio de San Fernando constan en una representacin que elevaron a la
asamblea el 21 de marzo de 1851. El motivo lo manifestaron al principio y al fin del
escrito. La juventud estudiosa, dijeron, mira con mucho sentimiento la cuestin que
se est agitando en vuestro seno y sobre trasladar la Universidad Central de la
Repblica al derruido local del Convictorio de San Fernando. Mira con mucho
sentimiento esta cuestin porque el triunfo dara por resultado el deterioro de los
establecimientos de instruccin pblica como brevemente la manifestaremos. Y
tras un largo y sereno razonamiento, concluyeron: La Asamblea, Seor, debe
establecer la paz y la unin en todo el Ecuador y evitar las discordias y las
divisiones. Proteged en buena hora a los Jesuitas, porque as lo pide el pueblo pero
no perjudiquis los intereses de los dems. No levantis, Seor, la prosperidad de los
unos sobre la ruina de los otros. Conciliad los intereses de todos. Este es el deber de
los buenos legisladores. Quito a 21 de marzo de 1851. Firmaban este documento:
doctor Francisco Antonio Arboleda, doctor Ramn Viteri, doctor Amadeo
Rivadeneira, 356 don Len Espinosa de los Monteros, doctor Agustn Rafael
Captulo XV
La instruccin pblica durante la Repblica
Ecuador. El seor Marcos Espinel, en los informes de 1853 y 54, afirm que se
haban dictado disposiciones para que la enseanza primaria fuese completamente
gratuita y se extendiese hasta los ltimos rincones de la Repblica. Manifestaba, al
mismo tiempo, que los Colegios de San Vicente de Latacunga y el mixto de Cuenca
iban en progreso, a la par que el Colegio del Socorro de Quito, dedicado a las
jvenes.
El seor Ramn Borja informaba en 1856 que la enseanza primaria iba en
accin progresiva, ya por el nmero de escuelas, ya tambin por la dedicacin de los
maestros. Agradeca a la vez a los Conventos de Santo Domingo, San Francisco y la
Merced por el afn con que sostenan las escuelas, dotndolas de institutores
rentados a su costa. Peda tambin a la Legislatura que derogase la ley de libertad de
estudios que se haba dictado de modo inconsulto. Su razonamiento al respecto fue
el siguiente: La Ley de 28 de octubre de 1853, ha atrasado la instruccin cientfica
de la juventud ecuatoriana, pues ordena que los estudiantes de latn, filosofa,
jurisprudencia, medicina y teologa den cuando quieran los exmenes; que con la
misma libertad obtengan sus grados que no es necesaria la asistencia a las aulas, ni
el certificado de sus preceptores; que de igual libertad gocen los practicantes y que
los exmenes no pasen de media hora, distribuida entre los examinadores. Dispone
tambin que la enseanza contine en la Universidad y Colegios para los que
quieran concurrir a ellos voluntariamente, y que el aprendizaje se haga por las obras
que designe el Cuerpo Universitario. Por la razn antepuesta y por el anhelo que
tengo de que el pas progrese, pido que se derogue esa ley y que con las reformas
convenientes se restablezca el Decreto reglamentario que se hallaba en
observancia.
367
La ley de libertad de estudios haba relajado la enseanza superior en general: el
Ministro anotaba que por caso de excepcin se haban superado el Colegio de San
Bernardo de Loja, el de Vicente Len de Latacunga y los Seminarios de Quito y
Guayaquil, en tanto que haban quedado estacionados el Colegio de San Diego de
Ibarra, el de San Fernando de Quito y el Olmedo de Manab.
El Ministro seor Antonio Mata, en su informe del 19 de setiembre de 1857,
haca el balance del progreso obtenido en el transcurso de veinte aos, a partir del
impulso dado por Rocafuerte a la instruccin pblica del pas. La falta de fondos
haba impedido dotar a las escuelas y colegios de un local adecuado, ni implantar
todos los ramos de enseanza prescritos en el decreto reglamentario. Con todo se
haba conseguido ya interesar al pueblo por la educacin primaria. Existen, deca,
en toda la Repblica 213 escuelas de nios, entre ellas 192 pblicas dotadas por los
Concejos Municipales o por el Gobierno y 62 privadas costeadas directamente por
los padres de familia. El nmero total de alumnos que concurren a las primeras
ascienden a 8839 y a las segundas 1509. La cantidad que anualmente se gasta en las
escuelas pblicas de uno y otro sexo es de 31405,6 pesos.
En el anhelo de mejorar la instruccin, el Ministro opinaba que no haba otro
medio que hacer de la pedagoga una profesin honrosa y lucrativa, estableciendo en
cada una de las capitales de distrito una escuela normal de preceptores y dotando a
las escuelas de institutores con un sueldo no menor de doscientos pesos en las
parroquias de la sierra y cuatrocientos en las del litoral.
Adems recomend a la Legislatura la asignacin presupuestaria para crear en
la imprenta de Gobierno una seccin destinada a la impresin de libros que serviran
de textos en las escuelas. Destac, asimismo, las ventajas que se haban obtenido
con la labor de los inspectores escolares en las provincias de Chimborazo, Cuenca y
Manab.
368
En 1857 se haba creado en Loja el Colegio de La Unin, bajo la direccin de
tres pedagogos colombianos, los seores Francisco Ortiz Barrera, Belisario Pea y
Benjamn Pereira Gamba, quienes haban sido comprometidos por el seor Miguel
Riofro, Encargado de Negocios del Ecuador en Bogot.
El Ministro Mata tuvo palabras de encomio para los Colegios del Socorro de
Quito, el Mixto de Cuenca, el San Bernardo de Loja, el de San Vicente de
Latacunga, y el de San Diego de Ibarra. El de Latacunga se haba puesto a la cabeza
con la enseanza de Ciencias Naturales y el establecimiento de laboratorios para la
qumica aplicada a la agricultura y para mineraloga, bajo la acertada direccin del
seor Cssola. En cuanto a la Universidad, el Ministro Seor Mata ratificaba la
observacin de su predecesor. Puede asegurarse, informaba, que desde la
publicacin de la ley de 28 de octubre de 1853, sobre libertad de estudios, han
quedado reducidos, este importante establecimiento y el cuerpo de profesores que a
ella pertenecen, a recibir los exmenes y a conferir los grados cientficos a los
jvenes que siguen la carrera literaria. Se conservan las diez ctedras de latn,
medicina, jurisprudencia civil y econmica y derecho pblico en todos sus ramos;
mas el nmero de asistentes a cada una de las aulas, excepto a la de Gramtica
Latina, es tan limitado que puede decirse que la juventud no utiliza de ellos en
manera alguna y que, por lo mismo, en el pie que se ha encontrado la Universidad en
estos ltimos cuatro aos, ha sido y es casi enteramente infructuosa para el progreso
de las ciencias en el Ecuador.
procur atender con inters a funciones del ramo de educacin pblica. Adems de
las nuevas creaciones anotadas en el informe de 1886, en el de 1887 enumer los
adelantos que se haban conseguido en el transcurso del ao. En Tulcn haban
tomado a su cargo, una escuela de nias, las madres Betlemitas.
Por iniciativa del obispo ilustrsimo seor Gonzlez Calisto se estableci en el
Seminario conciliar de Ibarra la enseanza de la Jurisprudencia y las hermanas de la
Caridad fundaron un Colegio Femenino. Al Arzobispado de Quito haba ascendido
el ilustrsimo seor Jos Ignacio Ordez, a cuyo dinamismo se debi el
establecimiento en la capital de los padres Salesianos, para dirigir el Protectorado
Catlico y la funcin en Ambato del Seminario de Santo Toribio. A la vez en Guano
las hermanas de la Caridad tomaron a su cargo el Asilo de la Infancia y en Azogues
las Madres de la Providencia fundaron una escuela de nias. El Obispo Schumacher
dio desde el principio aliento a la obra educacional. Merced a su gran iniciativa se
crearon, adems del Colegio Olmedo, el Seminario Diocesano, las Escuelas San
Luis Gonzaga, Santa Teresa de Jess y de San Jos. Como dato trascendental
informaron el Ministro que la Universidad de Quito, con la colaboracin de
distinguidos profesores, haba adquirido una imprenta, para publicaciones de relieve
cultural.
En marzo de 1883, a iniciativa de profesores y alumnos de la Universidad,
apareci el nmero I de Anales de la Universidad de Quito, peridico oficial de la
Universidad, destinado al fomento de la instruccin pblica y al cultivo de las
ciencias y las letras en el Ecuador. En esta entrega inicial se daba cuenta del
prospecto de la Revista y de la reinstalacin de la Universidad realizada el 18 de ese
mes. Se consignaban a continuacin los dos cursos pronunciados en esa ocasin, en
que hablaron el doctor Jos Modesto Espinosa, Ministro del Interior; don Pacfico
Villagmez, estudiante de Jurisprudencia; don Manuel Mara Casares, cursante de
Medicina; don Pedro Antonio Guarderas, estudiante en la Facultad de Ciencia; el
doctor Camilo Ponce, rector de la Universidad el doctor Julio B. Enrquez, Decano
de la Facultad de Jurisprudencia; el doctor Carlos Casares, profesor de Derecho
Civil; don Manuel Mara Plit, profesor de Lengua y Literatura francesa; don
Antonio Muoz, don Carlos Prez Quiones, don ngel Polibio Chvez, teniente
coronel doctor Manuel Nicols Arzaga, don Lenidas Pallares Arteta, don Eduardo
Prez Chiriboga, don Jos Ricardo Carrin, don Adolfo Baquero Montao y el
doctor Luis Cordero, miembro del Gobierno provisional. Esta larga lista de
intervenciones demuestra el alivio que sinti la culta sociedad de Quito, despus del
episodio de silencio obligado por la dictadura del general Veintimilla. La
publicacin de los anales ha constituido a la vez la historia de la Universidad y el
exponente de la cultura de sus maestros y alumnos.
El doctor Jos Modesto Espinosa aludi en su informe de 380 1887,
adems de la adquisicin de la imprenta para la publicacin de los Anales, a la
inauguracin de clases prcticas de telegrafa elctrica, en Ambato y Riobamba.
Asimismo en Latacunga se haba confiado a las madres Betlemitas la direccin del
Colegio de Santa Teresa y a las del Buen Pastor el Colegio femenino de Bolvar. A
estas mismas abnegadas religiosas se encarg la direccin de una escuela en
Archidona. El Ministro anunci tambin que haba gestionado para que el Brigadier
de Infantera de Marina don Antonio de Vivar se pusiese al frente de una Escuela
Naval en la Repblica. La paz que gozaba el pas propici la continuidad de la
instruccin pblica.
Durante el gobierno del doctor Antonio Flores estuvo a la cabeza del ramo de
educacin el seor Elas Lazo, que tena la experiencia pedaggica por sus largos
aos de enseanza. Con conocimiento, por consiguiente, de causas, present en
junio de 1890 el proyecto de una ley orgnica, de instruccin pblica. Segn l, el
Reglamento existente no haba conseguido establecer la uniformidad en el mtodo
de enseanza, o porque no haba llegado a todos los extremos de la Repblica o
porque no se observaba, a causa de no hallarse ordenado con fuerza de ley.
El proyecto consultaba para la enseanza secundaria la adopcin del mtodo
concntrico de Ferry, que aunque truncaba los estudios, proporcionaba, en cambio,
elementos generales que podran desenvolverse despus. Para enseanza suprema
insinuaba el mtodo alemn que combinaba el oral y escrito para grabar mejor las
ideas en los alumnos. En cuanto a la enseanza primaria, insista en la idea de la
obligacin del Estado de procurarla obligatoria y gratuita a todos los
ciudadanos. Leer, escribir y contar y los principios generales de la moral son, deca
conocimientos que debe poseer todo elector en un pas democrtico.
De acuerdo con este criterio se crearon nuevas escuelas en todas las Provincias:
en Carchi, la escuela de Taya; en Imbabura las de San Rafael de la Laguna,
Atuntaqui y Pimampiro; en Tungurahua 381 la de Yanaurco; en Azuay, la de
Guarainac, en Guayas para varones, las Torifa, Taguada y Sacachun y para nias, las
de Aguada, Barranea y Oln; en Manab filas de Estancia Vieja y Pajn para nios y
para nias; las de Pajn y Pedernales; en Tena una de nios y otra para nias. Al
Gobernador de Esmeraldas se autoriz para que creara escuelas en Taechina, Viche,
Calvario, Tabiazo, Colope, Ostiones, Lagarto y Playa de Oro. Fuera de estas nuevas
escuelas se procur conservar y fomentar las ya existentes.
Para la enseanza secundaria se aprovech de las asignaciones hechas por la ley
reformatoria de aduanas, que permiti establecer cinco nuevos Colegios y organizar
mejor la docencia. Uno de ellos fue el de seoritas en Ibarra, a cargo de las madres
Betlemitas. Al Colegio Nacional de Ibarra se le dot de un aparato telegrfico Morse
y de algunos aparatos de fsica para la instalacin de un Gabinete. En Otavalo se
cre un Colegio de nias bajo la direccin de las hermanas de la Caridad. En Quito
se organiz una escuela dominical de dibujo a cargo de los Hermanos Cristianos,
con quienes se hizo tambin un contrato para que abrieran una clase de tipografa
utilizando la Imprenta Nacional. Con los fondos sobrantes del Colegio Vicente Len
de Latacunga se construy la casa del Colegio de Santa Teresa. En el Colegio
Bolvar de Ambato se establecieron las Ctedras de Botnica y de Historia y para la
misma ciudad se abri un Colegio de Seoritas a cargo de las madres de la
Providencia.
El ministro seor Lazo llam especialmente la atencin sobre la Congregacin
de madres Marianitas, de origen nacional que la haba fundado el ilustrsimo seor
Ordnez cuando Obispo de Riobamba y que tenan ya sus Colegios en Riobamba, en
Guaya y en Loja. Dio tambin cuenta que el Colegio Nacional de Cuenca se haba
establecido la enseanza de ciencias fsicas y naturales, con los profesores alemanes
seores Carlos y Augusto Rimbach. Otro dato de importancia consign el Ministro.
Se haba adquirido para todos los establecimientos de educacin y bibliotecas
382 pblicas un ejemplar de la Historia de la Repblica del Ecuador, escrita por
el doctor Pedro Fermn Cevallos. Es la primera vez que se habla de la historia
nacional que comenz a ensearse a base de un texto de consulta. El seor Lazo
celebr tambin la accin desplegada por el doctor Jos M. Santistevan como Rector
del Colegio Nacional San Vicente de Guayaquil. No menos digna de alabanza fue el
celo del Obispo de Portoviejo quien mantena a su costa el Colegio Comercial de
Baha, las escuelas dirigidas por las religiosas Benedictinas, los Seminarios Mayor y
Menor y una escuela que proyectaba establecer en Esmeraldas.
En cuanto a la enseanza superior inform el Ministro que en la Universidad se
haban creado las ctedras de Historia y Religin. El Gobierno haba obtenido en
Berln instrumentos nuevos por hallarse daados los del Observatorio, con el fin de
reanudar las clases de Astronoma. Haba, adems, contratado al seor Gustavo
Lagerhein para la enseanza de Bacteriologa en la Universidad de Quito. Con la
ayuda del doctor Juan Bautista Aguirre y bajo la direccin de los profesores
Rimbach se haban iniciado, en la Universidad de Cuenca, los estudios de Qumica
con un magnfico laboratorio, como tambin dos de Botnica, Mineraloga y
Zoologa.
El Ministro observ, en el informe de 1892, la inestabilidad que haba afectado
a la Legislacin en el campo educativo. Se haba declarado obligatorio el
aprendizaje del francs e ingls en todos los Colegios y se haba luego suprimido el
ingls y an el francs limitado a slo tres Colegios. Se establecieron Juntas
universitarias y administrativas que presto fueron disueltas. Los consejos de
inspeccin se haban organizado de distintos modos y con otro personal. Ley hubo
que a costa de la Universidad, acord premiar a todos los jvenes que haban
intervenido en la Restauracin Poltica. Anot tambin el abandono educativo en
que se tena tanto al indio de la regin Interandina como al montuvio de la Costa.
El seor ministro Lazo present el balance de las actividades 383
realizadas durante el perodo de su cargo. De 1890 a 1892 se haban creado 240
escuelas nuevas en toda la Repblica. El Estado haba tomado a su cargo todas las
escuelas municipales del Azuay y Caar y de algunas otras provincias, dejando de
este modo a los Municipios en la posibilidad de mejorar los locales de enseanza.
Los Hermanos Cristianos contaban en sus escuelas con siete mil alumnos
repartidos as: Escuela de Quito, 1525; de Tulcn, 446; de Ibarra, 438; de Latacunga,
380; de Ambato, 509, ms 64 de la Escuela Dominical; Riobamba, 652; Guaranda,
273; Azoguez, 430; Cuenca, 567; Loja, 418 y Guayaquil 858 alumnos.
La Provincia de Manab era la mejor servida. Contaba con 58 escuelas
nacionales, 20 municipales y dos libres, con 2631 las primeras, 1078 las segundas y
46 las terceras.
La enseanza secundaria se haba perfeccionado y extendido con Colegios para
hombres y mujeres en todas las Provincias. Los Hermanos Cristianos haban
fundado un Colegio en Quito y el 14 de octubre de 1891 los padres Oblatos se
haban hecho cargo del Colegio Bolvar de Ambato. En esta misma ciudad el 2 de
noviembre de 1891 las madres Marianitas abrieron un Colegio para nias y otro en
Pelileo.
Para el establecimiento de la Escuela de Pintura en Cuenca el Gobierno haba
contratado al pintor espaol don Toms Pobedano y Arcos y para la enseanza de
litografa al seor Kern, quien haba trado de Europa los aparatos necesarios.
Se haba tambin organizado el Colegio Nueve de Octubre en Machala y en
Esmeraldas un Colegio femenino dirigido por las madres Benedictinas.
El Ministerio se haba interesado en la organizacin de la Biblioteca Nacional,
ponindola bajo la direccin del seor Federico Donoso, quien haba formado un
catlogo y procurado la adquisicin de 2086 volmenes nuevos.
El Gobierno del doctor Antonio Flores Jijn fue de comprensin para todos los
sectores polticos del pas. Se acentu entonces 384 la idea de progresismo,
que conciliaba la convivencia de la tradicin catlica con las nuevas ideas de
orientacin de procedencia liberal. Al doctor Flores sucedi en el Gobierno el doctor
Luis Cordero, hombre de cultura, de intachable catolicismo y amante de la libertad
bien entendida. A la cabeza del Ministerio de Instruccin Pblica puso al doctor
Roberto Espinosa, conocido por su preparacin en el campo de las letras. Este
Ministro en el informe presentado a la Legislatura de 1894 destacaba el valor que
deba darse al estudio de las ciencias y las artes por la utilidad prctica que reportaba
al pas. Anotaba que, gracias al inters de los Gobiernos anteriores, el Ecuador
contaba con 24 Colegios Secundarios para hombres y 24 para seoritas y que la
mayor parte de ellos estaba a cargo de instituciones religiosas extranjeras. Adems
se haban establecido escuelas de Artes y Oficios en Quito, Guayaquil, Cuenca y
Riobamba. La intencin del Gobierno era principalmente mejorar los colegios
existentes. Observaba tambin la ineficacia que resultaba en la educacin secundaria
el aprendizaje del griego y del latn. En consecuencia deba fomentarse ms bien el
estudio del francs y del ingls.
Durante el Gobierno de Caamao y Flores se haban dado facilidades al doctor
Teodoro Wolf para sus estudios y en 1892 apareci, publicada en Leipzig, a costa del
Supremo Gobierno, la Geografa y Geologa del Ecuador, que sirvi de texto de
consulta para enseanza de esa materia en los institutos de estudios superiores. El
doctor Roberto Espinosa, en abril de 1885, prolog la publicacin de Ecos del
Destierro, que compuso Honorato Vzquez cuando hubo de alejarse de la Patria
durante el Gobierno de Veintimilla. Tiempo ha, deca Espinosa que cuatro amigos,
digo mal, cuatro hermanos, solemos reunirnos, sin que nunca faltase ninguno, todos
los jueves por la noche, para leer por turno composiciones literarias y para charlas
y discusiones sobre asuntos de cultura. Esos amigos eran Vzquez y Espinosa, el
doctor Carlos R. Tobar y don Quintiliano Snchez. Ese grupo inicial se aument
luego con don Carlos M. Len y don Vicente 385 Pallares Peafiel y por
iniciativa de estos dos ltimos jvenes se organiz el Ateneo de Quito, cuya
instalacin solemne se llev a cabo el 2 de abril de 1891 con una velada memorable.
Ante un pblico selecto y con asistencia del Presidente de la Repblica,
intervinieron con sus discursos don Juan Len Mera, Presidente de la Entidad; el
doctor Julio Castro, Vicepresidente; don Miguel Valverde, Secretario de la Seccin
de Ciencias Naturales, Fsicas, Mdicas y Matemticas y el seor Lenidas Pallares
Arteta, miembro de la seccin de Literatura y Bellas Artes. La parte musical estuvo a
cargo del maestro Aparicio Crdoba y de las seoritas Victoria Villagmez,
Genoveva Zaldumbide y Rosa Elvira Tola120.
Otro acto social se verific, durante la Presidencia de Cordero, que demostr el
espritu de culta comprensin que alentaba el ambiente. Fue con motivo de la
inauguracin del monumento al mariscal Antonio Jos de Sucre. Como fecha clsica
se haba escogido el 10 de agosto de 1892. En 1874 el Concejo Municipal de Quito
haba celebrado un contrato con el escultor espaol don Jos Gonzlez Jimnez para
la realizacin de la estatua de Sucre, conforme a un proyecto trazado por el mismo
artista, que no pudo llevarlo a cabo. Por fin, en 1887, el Concejo se dirigi a don
Clemente Balln, Cnsul General del Ecuador en Pars, encargndole que hiciese
trabajar la estatua, de acuerdo con el modelo diseado por el ingeniero nacional don
Jos Gualberto Prez. La fundicin estuvo a cargo del artista francs monsieur
Por los actos mencionados se echa de ver el realce cultural del ambiente de
Quito durante la Presidencia de Cordero y su visin de la poltica en los
colaboradores que escogi para su Gobierno. Antes de narrar el cambio de
orientacin que se va a imprimir a la instruccin pblica, es preciso echar una ojeada
a los principios que dirigieron hasta entonces la educacin ecuatoriana. La idea de la
educacin gratuita y obligatoria, como deber del Gobierno democrtico, la formul
y enunci Rocafuerte y fue la que alent a sus sucesores en la difusin de la
enseanza primaria, que comenz por las capitales de Provincia, se extendi a los
cantones y a algunas parroquias, sin llegar al campesinado, ni a los indios. A partir
de Garca Moreno la educacin primaria y media se puso en manos de institutos
religiosos, procedentes particularmente de Francia, que dieron a la enseanza su
metodologa 388 y su orientacin catlica. Con Garca Moreno se acentu
tambin la idea de dar a la enseara superior y universitaria una orientacin tcnica
con el fin de aprovechar las riquezas del pas. En el fomento de la educacin
intervinieron los Municipios y los Obispos en colaboracin con el Gobierno. La
educacin superior form una generacin de profesionales, mdicos, abogados y
cientficos, que elevaron a un nivel considerable la cultura ecuatoriana. En ese
perodo surgi Cuenca como centro de proyecciones literarias, que mereci el
calificativo de Atenas del Ecuador. Cabe anotar, por fin, que los vaivenes de la
poltica se dejaron sentir en el campo de la educacin; pero conservaron la
orientacin catlica que imprimi Garca Moreno.
compadecido de los mil quinientos nios que quedaban sin escuela, tom a su cargo
sostenerla con fondos de la Curia, en un local provisional y con el pago de veinte
sucres mensuales a cada hermano profesor. Comenz, de este modo, la Iglesia a
promover por su cuenta la educacin catlica de la niez frente a la enseanza
oficial, definidamente laica122. Manab fue la Provincia ms afectada por la
transformacin liberal. Despus de diez aos de labor educacional emprendida y
costeada por su celoso Obispo, fue ste perseguido y hubo de abandonar la Dicesis
y tras l salieron las Franciscanas de Chone, las Benedictinas de Rocafuerte, Calceta
y Jipijapa y los padres del Sagrado Corazn. Toda la Provincia qued sin escuelas y
las parroquias sin curas.
Igual suerte que a los Hermanos Cristianos les toc a los padres Salesianos, que
se vieron obligados a abandonar las obras que dirigan en Quito y Riobamba.
El informe de 1898, despus de tres aos de experiencia liberal, declaraba la
educacin como monopolio del Estado. Deca al respecto el Ministro doctor Rafael
Gmez de la Torre: Sin aceptar el principio de que la enseanza se deje
enteramente a los particulares, aunque stos merezcan el apoyo del Gobierno, ha
tomado el actual la educacin e instruccin como un deber sagrado 390 que
est estrictamente obligado a cumplirlo. De hecho continuaban algunas escuelas de
regmenes anteriores: la preocupacin del Gobierno en este caso era no aumentar el
nmero sino reglamentar su funcionamiento de acuerdo a los sistemas modernos de
enseanza. Por falta de fondos acord el Ministro que tan slo en las Provincias de
Pichincha, Azuay y Loja subsistiese el cargo de Director de Estudios; debiendo
ejercerlo en las dems los Gobernadores.
Por decreto legislativo de 11 de junio de 1897 se cre el Colegio Nacional
Meja con instruccin primaria, secundaria y normal. Comenz a funcionar en el
Beaterio, con un gabinete de fsica y un laboratorio de qumica entregados por los
Hermanos Cristianos, con una biblioteca de 400 volmenes obsequiados por Alfaro
y un jardn y un invernculo para enseanza de botnica. Pocos meses despus, el 10
de agosto de 1897 se fund el Colegio Olmedo de Guayaquil y se reorganiz el
Colegio Bolvar de Tulcn.
Al doctor Gmez de la Torre sucedi en el Ministerio de Instruccin Pblica el
doctor Jos Peralta, uno de los pensadores del liberalismo. En el informe de 1900
aport como ideas nuevas, la necesidad de crear escuelas nocturnas para educacin
de los adultos, centros de enseanza para los indios y de hermanar, con la
instruccin, el trabajo manual, a fin de desarrollar todas las aptitudes en los nios y
nias del Ecuador. Conforme a estos principios, se cre, mediante decreto legislativo
del 21 de setiembre de 1900, la Escuela Nocturna para adultos con todos los
elementos de enseanza, edificio espacioso, material didctico y profesores
preparados. Con el afn de facilitar la instruccin de hurfanos y pobres se
establecieron 581 becas, repartidas en los diferentes Colegios de la Repblica: 20 en
el Colegio Vicente Rocafuerte, 50 en el Instituto Meja, 200 en la Escuela de Artes y
Oficios, 30 en el Liceo Rocafuerte, 70 en el Colegio del Buen Pastor, 30 en el
Colegio de la Providencia 391 de Quito, 30 en el de la Providencia de
Guayaquil, 45 en el Colegio de los Sagrados Corazones de Quito, 30 en el de la
Inmaculada Concepcin, 10 en el Colegio de Santa Teresa de Latacunga, 10 en el
Colegio de la Providencia de Ambato y en el Colegio Mariana de Jess. Adems 4
en la Universidad Central y 12 en el exterior.
El doctor Peralta expres por primera vez la idea de admitir a la mujer en los
estudios universitarios. Adems, en la Universidad Central restableci a Facultad de
Matemticas e introdujo algunas materias especiales en la Facultad de Medicina. Por
decreto ejecutivo de 5 de diciembre de 1900 se instalaron en el Colegio Bolvar de
Ambato las ctedras de Jurisprudencia y Matemticas y en el Colegio Vicente
Rocafuerte de Guayaquil, las de Agronoma y Topografa, especialmente para
oficiales del ejrcito. Ya en 1895, por Decreto de la Jefatura Suprema de 26 de
diciembre se haba establecido en el Colegio San Bernardo de Loja las Facultades de
Jurisprudencia y Medicina.
Con el fin de continuar la labor del Conservatorio de Msica contrat para
profesores a los seores Marconi, Traversari y Traversari Salazar. Con igual fin puso
el Observatorio bajo la direccin del Astrnomo francs seor Gonnessiat, y la
Escuela de Artes y Oficios, del seor Murillo.
En 1901 daba cuenta el doctor Peralta que se haban establecido en Quito
Institutos Pedaggicos de varones y seoritas y de varones en Cuenca y que se haba
reorganizado en Quito la Escuela de Bellas Artes. Al mismo tiempo destacaba el
hecho de que se haban publicado escritos que honraban al Ecuador como
la Historia General del Ecuador por el ilustrsimo seor Gonzlez Surez, Obispo
de Ibarra; loscomentarios del Derecho Civil Chileno del doctor Luis Felipe Borja;
Tratados de Botnica del padre Luis Sodiro; la Clave de Jurisprudenciadel doctor
Francisco Andrade Marn; Recopilacin de Leyes del Ecuador por el doctor Aurelio
Noboa; los textos de enseanza primaria arreglados por don Roberto Andrade
y Cuestiones Pedaggicas, escritas por don Manuel de Jess Andrade.
Por decreto ejecutivo de 2 de julio de 1900 se erog 392 la suma de
4000 sucres para sostenimiento de la Sociedad El Liceo de la Juventud de la
ciudad de Cuenca. Y se dio decidido apoyo a la Comisin Geodsica, compuesta por
Jefes del Ejrcito Francs, que haba iniciado sus estudios en la Provincia del
Chimborazo. El doctor Peralta pudo trazar, al terminar su trienio de Ministerio, la
estadstica siguiente: a las 407 escuelas nacionales, regentadas por 459 instituciones
y a las 130 municipales, dirigidas por 161 profesores, concurran 36296 alumnos. A
las 360 escuelas nacionales de nias, con 403 preceptoras y 75 municipales a cargo
de 125 institutoras, concurran 24480 nias. A los 20 colegios nacionales de varones
concurran, aproximadamente 1948 alumnos, y a los 28 Colegios de nias asistan
6252 educandas.
Al doctor Peralta sucedi el seor Julio Arias. A la Legislatura de 1902 interes
para que se asignaran fondos suficientes a fin de mejorar los sueldos y condiciones
de los maestros y proveer del material necesario a los centros de instruccin. Con
este objeto tuvo la iniciativa de crear almacenes escolares en Quito y Guayaquil,
pidiendo a los Estados Unidos y a Europa textos y tiles de enseanza. Al seor
Arias se debi tambin la idea de implantar la estadstica en las escuelas, para
conseguir lo cual hizo el reparto de cuadros con las instrucciones debidas sobre
matrculas y asistencia media de los alumnos.
La obra educacional iniciada por el doctor Peralta trat de continuarla el seor
Julio Andrade otro de los dirigentes del liberalismo en el Ecuador. A su juicio haba
entrado la Patria en un renacimiento intelectual, que deba pasar a la historia, no slo
como una poca de paz, fundando para ello sociedades literarias y cientficas,
fomentando la labor del Conservatorio de Msica y las Escuelas de Pintura y
Escultura, promoviendo concursos artsticos con gratificaciones a los triunfadores,
obra de orientacin definitiva intervinieron con eficacia los ministros Luis Napolen
Dillon y Manuel Mara Snchez.
El ministro Dillon, en su informe de 1913, afirm su propsito de
procurar educacin para todo y para todos, como medio de regeneracin personal
y colectiva. Por decreto de 3 de octubre de 1912 se estableci la Procuradura con
los fondos necesarios para adquirir muebles, tiles y textos escolares, con el fin de
distribuirlos en las escuelas. De hecho comenzaron a llegar de 400 los
Estados Unidos bancas unipersonales graduables, que ofrecan comodidad a los
alumnos.
Por Decreto de enero de 1913 se reorganiz la oficina de Estadstica destinada a
formar el censo escolar en la Repblica, el escalafn del personal docente, el
registro de propiedad escolar y el control de enseres, que demandaba la tcnica
administrativa de esta funcin pblica.
El 28 de abril de 1913 decret el Ministerio la creacin de un Museo
Pedaggico, que fuese a la vez la muestra objetiva del progreso en la enseanza y
un medio de ilustracin para los maestros. El 8 de abril de 1913 reorganiz la
escuela Rita Lecumberry de Guayaquil convirtindola en escuela normal
elemental, con un plan de estudios adecuado, anexndole una escuela fiscal para la
prctica de la enseanza.
Con el fin de proporcionar a la mujer las posibilidades de una carrera que le
redimiese la economa de la vida, cre un Instituto de Seoritas con un curso para
oficinistas, con el estudio del castellano, redaccin oficial y comercial, contabilidad,
taquigrafa, mecanografa, francs e ingls.
Dependiente del Museo Pedaggico, estableci una Biblioteca especializada,
con una seccin circulante en beneficio de los maestros rurales que residan fuera de
Quito y otra seccin didctica compuesta de obras de consulta y una compilacin de
textos escolares adoptados en los pases ms cultos de Amrica y Europa.
Mediante repetidas circulares promovi la organizacin de sociedades
pedaggicas, destinadas a estudiar y discutir los problemas comunes al Magisterio.
Despus de Garca Moreno fue el ministro Dillon quien mejor comprendi la
necesidad de contratar tcnicos europeos para inyectar nueva vida en la educacin
ecuatoriana, esta vez con elemento alemn de preferencia. En 1913 manifest que
haba conseguido en Berln un grupo de siete profesores normalistas para los dos
Institutos de la capital; dos especialistas en Pars, 401 uno de Viticultura y
otro de Horticultura para la Quinta Agronmica de Ambato; y para la escuela de
Bellas Artes, uno en Pars como profesor de Arquitectura, dos en Roma, una para
pintura y otro para escultura y uno en Hamburgo para ensear litografa.
Se hallaban ya prestando sus servicios en la Escuela de Bellas Artes los seores
Ral Mara Pereira, profesor de pintura; Len Camarero, profesor de composicin y
colorido; Alfredo Bar, profesor de dibujo y francs; y A. Dobe y Juan Castells,
profesores de litografa: en el Instituto Normal Juan Montalvo, Fernando Pons,
Francisco San Cristbal y Francisco Estrada, como profesores, respectivamente, de
pedagoga y matemticas; en el Conservatorio de Msica, Jos Mara Trueba, como
profesor de canto y Enrique Fosfero, profesor de instrumentos de metal. Enrique
Williams y Eduardo Adams enseaban ingls en la Escuela Nocturna de Obreros y
en el Instituto Normal Manuela Caizares y en ambos Institutos era profesor de
gimnasia el seor Flores Sanhuesa.
496 de nias
481
67 de nias
53
66 de nias
56
13 particulares
Universidades
408
Consecuencia lgica de este nuevo orden de ideas fue la creacin en 1901 de los
Normales Juan Montalvo y Manuela Caizares. Desde la venida de la primera
misin alemana en 1913 y de la segunda, trada por el Ministro doctor Pablo A.
Vzcones, durante el Gobierno del doctor Jos Luis Tamayo, la educacin
ecuatoriana se orient por los principios de la tcnica pedaggica alemana. Fuera de
este aporte, el Ministerio del Ramo no ha cesado de enviar becarios ecuatorianos a
diversos centros europeos y americanos, con el fin de aprovechar de las experiencias
nuevas en el campo de la pedagoga. Durante el Gobierno del doctor Isidoro Ayora
se hizo una revisin del sistema educativo, que fue una toma de conciencia de la
educacin ecuatoriana. Para la Reforma de la ley de Instruccin Pblica
intervinieron ya elementos experimentados del profesorado nacional, como los
doctores Emilio Uzctegui, Lenidas Garca, Alfonso Cordero Palacios y los seores
Leopoldo Chvez, Abelardo Flores e Isaac Barrera y el tcnico extranjero seor Otto
Sharnow.
En el acpite de la Educacin Comn, se haca la declaracin 409 de
principios que regan la enseanza en el pas. La Instruccin y Educacin comunes
son funciones privativas del Estado. Sin embargo, toda persona en el pleno ejercicio
de sus derechos cvicos, puede fundar establecimientos docentes y ensear cualquier
ramo de los conocimientos, sujetndose en todo a los principios fundamentales de la
Instruccin Pblica y a las condiciones prescritas en la presente Ley (Artculo 1).
La Instruccin primaria es pblica o particular: es
pblica la que se da en los establecimientos nacionales por
el Estado: es particular la que se da en los establecimientos
que no son fundados ni sostenidos por el Estado, sino por
corporaciones o por particulares.
(Artculo 2)
(Artculo 39)
(Artculo 44)
Captulo XVI
Las Bellas Artes durante el siglo XVIII
I.- Arquitectura
Fachada de la Compaa
Durante todo el siglo XVII se llev a cabo la construccin del templo de la
Compaa en su obra material, que comprenda el artesanado de la bveda central
con la decoracin de los arcos y pilastras, que tan gratamente impresionaron por la
unidad y armona del conjunto. En 1722 el padre Leonardo Deubler comenz la
construccin de la fachada, que interrumpida en 1725, la reanud el hermano
Venancio Gandolfi y la prosigui hasta concluirla el 24 de julio de 1765. El simple
cotejo de fechas explica la diferencia de estilos entre el cuerpo de la iglesia y la
fachada. Mientras la estructura del templo delata el influjo renacentista, que de Italia
trajo a Quito el hermano Marcos Guerra; en la disposicin del frontispicio alienta el
dinamismo barroco del siglo XVIII, que inici Bernini con las columnas
salomnicas del baldaquino de la Baslica de San Pedro de Roma. El padre Deubler
dise el imafronte con una estructura de lneas arquitectnicas sencillas, que
contrastan con el primor decorativo puesto de relieve en la dura piedra. Sobre el
zcalo de lnea horizontal, interrumpida por el claro de las puertas, se levanta un
cuerpo que abarca en su anchura y delata la composicin de las naves interiores.
Frente a la central se ha sobrepuesto un segundo cuerpo sobre un entablamento que
se extiende horizontalmente en paralelismo con el zcalo. Al centro asciende un
callejn vertical que rompe las lneas del zcalo y el entablamento para enmarcar,
abajo, a la puerta principal del templo y, arriba el gran ventanal 419 del coro,
que se corona con un tmpano semicircular sobre el que culmina una cruz de bronce
con el anagrama de la Compaa. El frontispicio sugiere la idea de un retablo
lapdeo, pilastras y columnas se ordenan para enmarcar los nichos en que se exhiben
de cuerpo entero las estatuas de San Ignacio, San Francisco Javier, San Estanislao de
Kostka y San Luis de Gonzaga. Pero ah adquieren personalidad de protagonistas el
juego de columnas salomnicas, cuyas espiras dialogan, como una oracin
encarnada en piedra. El espectador queda como deslumbrado por el esfuerzo que
implica el primor del decorado, relieve de encaje obtenido sobre la dura consistencia
del material.
Para conseguir este efecto los Jesuitas acudieron a la cantera de su hacienda
Yrac, en Pintac, donde extrajeron una piedra dura y consistente, que permiti al
artista labrar los detalles resistentes a la accin del tiempo. Fuera de la habilidad de
sus manos de artista, el padre Deubler demostr sus conocimientos teolgicos en el
simbolismo desarrollado en los bustos de los apstoles Pedro y Pablo con sus
jeroglficos correspondientes y en los Corazones de Jess y Mara, representados
sobre el dintel de las puertas laterales, que atestiguan la antigedad de la fe y culto
del pueblo quiteo a los Sagrados Corazones.
artstico, por la talla de la tribuna coronada por una concha acstica, por el contorno
de bancas sobrepuestas con los frentes y espaldares labrados en primoroso calado,
por el retablo del Calvario que cubre todo el muro del testero y por el artesonado de
entrelazados geomtricos a base de crculos y elipses y medallones con lienzos,
dispuestos en dos callejones paralelos, a lo largo de la techumbre, que remata con
faldones decorados por una serie de santos y santas de la Orden Agustiniana.
La Sala Capitular se ha convertido en monumento nacional histrico, desde el
16 de agosto de 1809. En ese da los patriotas de Quito acordaron ratificar, en un
ambiente conventual de religiosidad y arte, el primer grito de independencia,
lanzado a la faz de Amrica, el memorable diez de agosto. El 2 de agosto de 1810 se
abrieron nuevamente las puertas de la Sala Capitular de San Agustn, para dar cabida
en su cripta a los restos de los patriotas que sellaron con su sangre la primera acta de
la libertad de hispanoamrica.
El Carmen Moderno
El terremoto de 1698 azot el Monasterio de Carmelitas de Latacunga, despus
de treinta aos de fundado por el ilustrsimo seor 421 Alonso de la Pea y
Montenegro. Para esa fundacin haban precedido todas las formalidades de ley. Los
moradores de Latacunga haban pedido, a travs de la Audiencia, la licencia al Rey,
para establecer en su ciudad el Monasterio Carmelitano. La cantidad exigida para
llevar a cabo esa licencia fue de 50000 pesos. El ilustrsimo seor de la Pea y
Montenegro, encargado de verificar la efectividad de la oferta, encontr que los
vecinos de Latacunga haban aportado la cantidad de 22750 pesos. Con el nimo de
realizar la fundacin se comprometi el Prelado a proporcionar de sus rentas la suma
de los veinte y siete mil doscientos cincuenta que faltaban, con las condiciones de
que el nuevo Monasterio llevara el nombre de Nuestra Seora de las Angustias, que
el Obispo y sus sucesores ejerceran el patronazgo sobre el Monasterio y que la
Comunidad hara celebrar perpetuamente ciento cuarenta misas anuales por el alma
del donante y de sus parientes. Con estas formalidades se realiz la fundacin el 8 de
setiembre de 1669, llegando a ser el mayor y mejor Monasterio e Iglesia que tena
todo el Obispado.
Destruido el edificio del Monasterio, las religiosas se trasladaron a Quito y el
ilustrsimo seor Andrade y Figueroa las hosped en el Carmen de San Jos. Desde
el principio se tuvo el propsito de dotar a la Comunidad de Latacunga de casa
independiente. Por lo pronto se arrend para ellas la de don Pablo de Troya por la
cantidad de doscientos pesos anuales. Quizs a esta situacin precaria se deba el
hecho de que las principales familias de Riobamba contribuyeran con sumas de
dinero para obtener que las Carmelitas de Latacunga se establecieran en esa Villa.
Las Carmelitas tuvieron de su parte a los Obispos, lo que les vali su
establecimiento definitivo en Quito, en el Monasterio que comenz a llamarse el
Carmen Moderno, en el que fueron vistiendo el hbito las hijas de las mejores
familias de Quito y Riobamba. El 5 de setiembre de 1691 hizo la renuncia de sus
bienes para profesar la madre Mara Magdalena Dvalos y Larrspuro. Vino a Quito
con sus hermanas de hbito. Ella fue el aliciente 422 para la vocacin de sus
sobrinas Magdalena Dvalos Maldonado e Isabel Maldonado y Palomino.
los muros se destacan retablos barrocos que enmarcan un solo nicho, los seis de
igual tamao, pero de factura variada y los dos, que responden a los trazos del
crucero, de tamao mayor, mas tambin de un solo nicho. El retablo central es de
cuerpos sobrepuestos, a base del estilo barroco, caracterizado por las columnas
salomnicas. En el nicho superior aparece el cuadro tradicional de Nuestra Seora
de los ngeles, es decir, la Virgen del Rosario con Santo Domingo y San Francisco a
sus plantas.
424
Como muestras de imaginera colonial, se han conservado la estatua de Santa
Rosa de Lima, una sedente del Corazn de Jess y el grupo del Calvario. Tambin es
notable el plpito como ejemplar de arte.
El Hospicio
El ilustrsimo seor Juan Nieto Polo del guila comenz en 1751 la
construccin del edificio que es hoy el Manicomio. Estaba destinado a casa de
ejercicios como obra pa con fondos propios. Como para una fundacin de esta clase
se requera la licencia del Rey, el Obispo acudi al Monarca en carta del 2 de mayo
de 1753. La respuesta fue el reconocimiento del hecho, pero la negacin de la
pretendida licencia. El terremoto de abril de 1755 destruy la casa del noviciado de
los jesuitas. En consecuencia, el ilustrsimo Nieto Polo del guila, de acuerdo con el
Presidente de la Audiencia, cedi la casa de ejercicios a la Compaa para residencia
de los estudiantes. Ah permanecieron hasta la expulsin, realizada en agosto de
1767.
Por orden de Carlos III se haba destinado uno de los edificios de los Jesuitas
expulsos a Hospicio de pobres y establecimiento de Caridad. Al Presidente Garca
de Len y Pizarro toc el cumplimiento de esa disposicin del Rey. De este modo la
antigua Casa de Ejercicios se convirti en Hospicio de Jess Mara y Jos, bajo el
Episcopado del ilustrsimo seor Blas Sobrino y Minayo, cuyo retrato se exhibe a la
entrada del actual Manicomio.
El Tejar
En una cdula firmada por el rey Fernando VI el 17 de setiembre de 1754, se
consignaba el dato de que el 2 de julio de 1748 se haba recibido en la Corte una
peticin acompaada del 425 respectivo informe, de parte del padre
Francisco Bolaos, quien solicitaba la debida licencia para construir una recoleccin
en la Ermita que los Mercedarios posean en el sitio denominado El Tejar. Obtenido
el permiso, el padre Grande, llamado as por su notable altura, emprendi la
construccin de la recoleta del Tejar, que puso bajo el patrocinio de San Jos. La
obra se hizo de limosnas, recogidas por los padres Pedro Ypez y Salvador Saldaa,
que en su recorrido portaban la imagen de Nuestra Seora denomina de La
Peregrina.
En la fbrica de los claustros y la iglesia se gastaron ms de 40000 pesos,
allegados por conceptos de limosnas, las cuales se emplearon tambin en dotar al
convento de una copiosa librera. Para decorar los claustros fue comprometido el
pintor Francisco Albn, quien desarroll escenas de la vida de San Pedro Nolasco.
Junto al Tejar se llev a cabo la construccin de una Casa de Ejercicios, gracias
al empeo de don Manuel Hiplito Pacheco. A falta de los Jesuitas, esta casa del
Tejar sirvi de lugar de cita para los ejercicios anuales en encierro. Ah se han
conservado la serie de lienzos en que el pintor Francisco Albn interpret los temas
que eran objeto de las predicaciones de ejercicios ignacianos. Al pie de cada cuadro
se ha hecho constar el nombre de los ejercitantes que los costearan. Fueron ellos dos
Nicols Pacheco, 1760; don Francisco Javier Saldaa, 1760; doctor don Gregorio
Freire, cannigo, 1763; don Jos de Izquierdo, 1763; don Gregorio Alvear y
Verjuste, 1764 y don Cayetano Snchez de Orellana, 1764.
Iglesia de El Beln
La Iglesia parroquial de El Beln tiene un historial remoto, que se remonta a la
infancia de la ciudad. Desde el ao de 1546, en que se dio la batalla de Iaquito,
surgi en el sentimiento del pueblo el recuerdo tradicional de ese hecho memorable,
que se tradujo en la ereccin de una ermita de piedra, a la cual se bautiz con el
nombre de Humilladero de Santa Prisco. La Audiencia la tom bajo su patronazgo y
mand erigir una capilla, un recuerdo del desventurado virrey Nez Vela y de
cuntos murieran con l en la batalla. Hasta el ao de 1597 estaba servida por el
prroco de San Blas. En esa fecha el ilustrsimo seor Lpez de Sols elev la
primitiva ermita en parroquia con la advocacin de Santa Prisca.
No lejos del Humilladero de Santa Prisca haba otra ermita, que recordaba la
primera misa que se celebr en Quito en la fundacin de la ciudad. Creada la
parroquia, los comerciantes se interesaron en establecer el culto de la Santa Cruz, en
el sitio de 427 tan grato recuerdo a los quiteos. El 3 de mayo de 1612, da
de la invencin de la Santa Cruz, colocaron, bajo doseles, una cruz de madera, que
dio ocasin a que desde entonces comenzara a llamarse el Humilladero de la Vera
431
Captulo XVII
Las Bellas Artes en el siglo XVIII
II.- Escultura
Retablos
Transicin normal de la arquitectura a la escultura constituyen los retablos. En
la construccin de un templo intervino, como gestor principal, un representante de la
Iglesia, que financi los gastos y vigil la direccin del arquitecto y la mano de obra
de los albailes. En la estructura de los retablos figur, como factor eficiente, el
mayordomo de una cofrada, que quiso dotar a la imagen de su advocacin, de un
altar propio, labrado por un artista de renombre. Las cofradas constituyen el
testimonio de las devociones, que alimentaron la fe del pueblo y su sentimiento
religioso. A travs de ellas se pueden comprobar la evolucin de los motivos del
culto y el influjo que ejerci cada devocin en las generaciones sucesivas.
En 1735 el hermano tirols Jorge Vinterer comenz el trabajo del retablo mayor
de la Compaa. Entre 1739 y 1743 se llev a cabo tanto el labrado como el dorado
del altar de nuestra Seora 432 de Loreto. Simultneamente se dot de
retablo propio a Nuestra Seora de la Luz, cuyo culto propag con fervor el padre
Jos Mara Maugeri. Por el relato del padre Bernardo Recio se sabe que para 1752
estaba concluido el dorado de todos los altares de las naves laterales, incluso el
mayor de la nave central.
En el actual archivo de la Casa de la Cultura se ha conservado el texto del
contrato suscrito entre el padre Rector del Colegio de la Compaa y don Bernardo
de Legarda, el cual se comprometi, el 28 de enero de 1745, a Emprender la obra
del dorado en el tabernculo del altar mayor de la Iglesia de la Compaa de Jess,
con los calados y forros, desde la ltima columna hasta el arco toral, entrando las
dos tribunas de los mismos dos lados; segn y en la forma que se halla acabado de
forrar dichos lados y altar mayor hasta la ltima copa, la ha de acabar de dorar y
finalizarla la ha de entregar para el da y festividad del glorioso santo San Ignacio,
patrn de dicho Colegio, que ha de ser el da treinta y uno de Julio [...] por la
cantidad de seis mil pesos de a ocho reales125.
Entre 1748 y 1751, el mismo artista Bernardo de Legarda labr el retablo mayor
del templo mercedario, para cuya obra proporcion el padre provincial fray Toms
han cubierto tambin los arcos y los vacos intermedios de figuras geomtricas,
labradas en madera, en que el fondo rojo contribuye a resaltar las lneas doradas.
La fachada de la Compaa delata la transicin del barroco puramente
decorativo al barroco caracterizado como estilo independiente, que asume el apoyo,
columna o pilastra, como elemento propio de expresin. Los tres pares de columnas
salomnicas; que dialogan con la direccin de sus espiras; tienen personalidad
definida, recuerdan a las de Bernini y sirven de punto de partida a las que se
prodigarn, como flora de un bosque, en los retablos de los templos quiteos. El
esfuerzo que inform de dinamismo a la dura piedra modelar a su placer la
suavidad del cedro, para imprimir en los fustes de los apoyos toda la variada riqueza
de la fantasa decorativa.
En los retablos mayores de la Compaa, la Merced; el Hospital, el Carmen
Moderno, puede decirse que el barroco, a pesar de su alarde ornamental, guarda un
respeto por las formas arquitectnicas de fundamento clsico. Las lneas
horizontales del zcalo y los entablamentos sobrepuestos no se rompen con las
lneas verticales que trazan las columnas, con su basa y capitel, por lo general
corintios.
El barroco desarrolla todos lo recursos de su dinamismo en los retablos
pequeos, destinados al culto de un santo de advocacin particular. Hasta el nivel de
la mesa del altar obedece a la 437 exigencia del zcalo, en que no pocas
veces se inicia ya el ritmo de la vitalidad ornamental. A partir de esta base, el nicho
central dirige el comps del movimiento decorativo. En torno al nicho se alzan las
columnas hasta el remate, con realce de profundidad, para sostener variedad de
frontones, decorados como doseles. Dirase que un aire vital empuja hacia afuera la
estructura total del retablo en un afn de milagro de equilibrio de todos sus
componentes.
Ante la dificultad de describir todas las modalidades que utiliza el barroco en
los retablos quiteos del siglo XVIII, bastar caracterizar las variantes que introdujo
en el fuste de las columnas, que es donde desarroll sus alardes decorativos. No
pocas veces sobre el fuste cilndrico aadi simplemente relieves decorativos, a base
de caprichosas figuras, que cubrieron un tercio o toda la columna, al modo del
barroco estucado.
Algunas veces imprimi en el fuste estras como lneas ondulantes; dentro de
las verticales extremas; o lneas en juego de zigzag, cual fuelle de acorden, que dio
un perfil dentado a todo el fuste del apoyo.
La caracterizacin ms esencial se inici con el fuste helicoidal o salomnico,
de cinco o siete espiras, segn las exigencias de la estructura del retablo. No fue ya
una simple aadidura decorativa. El fuste torcido en espirales entra un
movimiento de levedad ascensional, propio del culto religioso. A veces fue la
columna de simples espiras sin adorno. Otras como en las de la fachada de la
Compaa, con estras en el tercio intermedio del fuste. Las ms de las veces se
cubri las espiras de ramas de vid con sus hojas y racimos de frutas, como en los
retablos de las naves del templo jesutico. No falt la ocurrencia de sobreponer a una
espira el pelcano que sostiene en el pico una rama de la vid que rodea todo el fuste,
como en el retablo de la antigua capilla de San Fernando y en el de San Francisco de
Paula en el templo de San Francisco. En este mismo templo, en la Capilla del
Santsimo, se advierten unas columnas, cuyo fuste est formado de anillos
438 sobrepuestos y esferas caladas y encima una suerte de pilastras que sugieren
los soportes llamados estpites. Alguna rara vez el fuste se convierte en el busto de
un ngel que soporta el capitel corintio.
El primor de los labrados ha debido contar, por una parte, con la generosidad
econmica de las Cofradas y por otra, con la habilidad de los artistas que
acariciaron con su gubia la madera hasta convertirla en la finura de los adornos.
Bernardo de Legarda
Al barroco quiteo de los retablos va ligado el nombre de Bernardo de Legarda;
a quien calific el padre Velasco como hombre de monstruosos talentos y habilidad
para todo. En Legarda se repite el caso de Miguel de Santiago. Desde su primera
obra firmada hasta la fecha de su muerte, el artista prodiga su labor, ganando para la
escultura la palma del triunfo.
En 1731 hizo de prioste de la fiesta de San Lucas, patrono del gremio de
escultores y pintores. Con esta ocasin retoc por primera vez la imagen del santo
Evangelista, que haba labrado en el siglo anterior el padre Carlos. En 1734 tall la
imagen de la Inmaculada, para el nicho central del retablo de San Francisco. El 7 de
enero de 1745 firm con el padre Rector de la Compaa un contrato, por el cual se
obligaba a dorar el tabernculo del retablo mayor. En 1746 decor la media naranja
de la cpula del Sagrario. Entre 1748 y 1751 trabaj el retablo mayor del templo de
la Merced. En 1754 actu como perito para hacer el inventario y tasacin de los
bienes que dej doa Francisca Prez Guerrero y Pealosa, viuda de don Joaqun
Gmez Lasso de la Vega. En 1762 era sndico de la Cofrada de San Lucas, cuya
imagen volvi a retocar para la fiesta de ese ao. En 1767 se comprometi con el
padre Domingo Terol para hacer una mampara bajo el coro del templo de Santo
Domingo. El 29 de mayo de 1773 439 dio poder a don Antonio Romero con
instrucciones escritas para que otorgara su testamento. En el registro de fallecidos de
la parroquia del Sagrario se hizo constar la siguiente data: En 1 de junio de mil
setecientos y setenta y tres aos, acompa la cruz alta de esta Iglesia hasta el
Convento Mximo, de San Francisco al cadver de don Bernardo Legarda, soltero.
Recibi los santos sacramentos y dio poder para testar ante don Jos Enrique Osorio,
Escribano de Provincia, de que doy fe.- Doctor don Cecilio Julin de Socueva. Al
margen de esta data se ha consignado la nota que sigue: Dignus aeterna gratitudine
apud omnes cujusque status Nomines, es decir: Digno de eterna gratitud ante
todos los hombres de cualquier estado.
Aunque en la partida de defuncin se hizo constar que era soltero, Legarda cas
muy joven con Alejandra Velzquez, a la cual abandon por haber ella faltado a la
fidelidad del matrimonio. El vaco de este afecto lo llen con el arte, al que consagr
todas sus energas. Tampoco ech de menos los alicientes del espritu familiar. Para
sus atenciones personales cont con los servicios cariosos de sus hermanas
Getrudis y Juana de Jess. Adems su hermano Juan Manuel, casado con Mara
Eusebia Velzquez, tuvo por hijos a Mariano de Jess, religioso franciscano, Ana
Mara de Legarda, Mara Micaela, Mara Francisca, Mara Bernarda y Mara Josefa
de Legarda. Se explica que en este ambiente, lleno de gracia femenina, hallara el
artista los modelos para sus imgenes, que se distinguen por su delicadeza y su
ternura. Legarda guard entraable afecto para todas sus sobrinas. A cada una de
ellas dej cien pesos en su testamento, aclarando que algunas haban sido sus
ahijadas.
Por lo dems, Bernardo y Juan Manuel estaban unidos no slo por el vnculo de
sangre, sino por la habilidad artstica. Los dos se completaban en las obras de
artesana y tenan sus casas en la inmediacin de San Francisco. Basta reparar en la
enumeracin de bienes, que uno y otro hicieron en su estamento, para darse cuenta
de las labores en que cada uno se ocupaba. Juan 440 Manuel dict su ltima
voluntad el dos de marzo de 1773, es decir, tres meses antes que su hermano
Bernardo. En la lista de sus teneres enumeraba aqul lo siguiente:yunques de fierro,
tornillo ingls de herreras, organito de flautas de madera que est por acabar, y otro
de seguiuela, mesa de azogar espejos, cantidades de azogue, metal de estao de
azogar, lunas de vidrieras finas, mesas de tirar hojas de estao, mesas para biselar
cristales y de tornear piezas redondas, trculo para imprimir estampas, tabln y
varas de cedro, alambique con su cabeza corriente, romana con su piln, balanzas
grandes y pequeas, libras de alambre de fierro, cobre y latn; machos de herrera de
mayor a menor, tachuelas, ampolletas de cristal, herramientas de platera con tijeras
de cortar metal, escoplos, limas, compases, punzones, tenazas, alicates, cinceles y
otras cosas de dicha herramienta; cepillos de carpintero y de cepillar metal, cribillo
de hacer municin, fierros de cauterios, moldes de hacer valos, sierras grandes y
chicas, barra, azadn, hacha, machete, pala, palustre, pailas, libras de bermelln y
carmn de grana, cantidades de cena de varios colores, hojas de azogar, hojas de
estao cepilladas, dos claves por acabar127, etc.
Bernardo de Legarda, a su vez, enumer entre sus bienes, cuatro lienzos, uno
del Nacimiento, otro de la Adoracin de los Reyes, otro de la Degollacin de los
Inocentes y otro de Nuestra Seora de los Dolores, y unos sobrepuestos de bronce,
dos flautas y un diamante de cortar espejos, que deban entregarse al padre
Domingo Terol. Adems, seis espejos que tena en el oratorio, cosa de treinta
corazones de cristal, que pertenecan a don Mariano Ubillus. Asimismo declar que
el oidor don Serafn Veyn le deba la hechura de una cajuelita o estuche. Tambin
orden que se entregasen al doctor Javier Madrid, una imagen pequea de marfil de
Nuestra Seora del Rosario, un Nio, un marquito de cristal y unas molduras de
espejo de cuadros. Hizo 441 constar, adems, que los Seores Oficiales
Reales de la Real Caja, deban de resto alguna cantidad por la hechura de ocho
cureas, hechuras de plomo, paileros y tacos. Aclar que dejaba inconclusa una
imagen de Nuestra Seora del Quinche, que haba mandado labrar don Toms
Hernndez Salvador. Deudor suyo era, por el contrario, don Joaqun Tinajero
por seis espejos con marco de cristal, unas figuritas de Nacimiento, un cuadro de la
Degollacin de los Santos Inocentes con moldura y una cabeza de San Antonio.
Mencion tambin, como bienes, dos bruidores de pedernal, engastado el uno en
latn y lata y una batea de amoldar. De San Francisco haba obtenido una paja de
agua, del remanente que sala a la plaza, comprometindose por ello a restaurar las
pinturas del claustro. Como inquilinos de su casa, ocupaban tiendas un pintor y el
carpintero Juan Benavides.
Por lo visto se concluye que los hermanos Legarda tenan talleres de artes y
oficios. En sus oficinas de trabajo se construan rganos, se labraban retablos, se
hacan marcos, se tallaban imgenes, se pintaban cuadros, se impriman estampas, se
modelaban frontales y mariolas y se acuaban cureas. A ellos acuda toda clase de
clientes, desde los Oidores hasta los curas y religiosos.
Caspicara
El sucesor de Legarda, en el arte de la imaginera fue Manuel Chili, conocido
con el nombre popular de Caspicara. Su nombre autntico no lo hemos encontrado,
sino grabado en letras de molde al revs de una tabla, sobre la que haba tallado un
Nio Dios 445 dormido. Caspicara es un artista viviente en sus obras;
caracterizadas por la finura de sus expresiones y la delicadeza en los detalles.
Espejo, su contemporneo, traz su elogio en el clebre discurso dirigido a la
Sociedad de la Concordia: Podemos decir, escribi en 1791, que hoy no se han
conocido tampoco los principios y las reglas; pero hoy mismo veis cunto afina,
pule y se acerca a la perfecta imitacin, el famoso Caspicara sobre el mrmol y la
madera, como Cortez sobre la tabla y el lienzo. Estos son acreedores a vuestra
celebridad, a vuestros premios, a vuestros elogios y proteccin. Diremos mejor:
nosotros todos estamos interesados en su alivio, prosperidad y conservacin. Nuestra
utilidad va a decir en la vida de estos artistas; porque decidme, seores, cul en este
tiempo calamitoso es el nico, ms conocido recurso que ha tenido nuestra Capital
para atraerse los dineros de las otras provincias vecinas? Sin duda que no otro que el
ramo de las felices producciones de las dos artes ms expresivas y elocuentes, la
escultura y la pintura. Oh! cunta necesidad entonces de que al momento
elevndoles a maestros directores a Cortez y Caspicara los empee la Sociedad al
conocimiento ms ntimo de su arte, al amor noble de querer inspirarle a sus
discpulos, y al de la perpetuidad de su nombre! Parceme que la Sociedad deba
pensar, que acabados estos dos maestros tan benemritos, no dejaban discpulos de
igual destreza y que en ellos perda la patria muchsima utilidad: por tanto su
principal mira deba ser destinar algunos socios de bastante gusto, que estableciesen
una academia respectiva de las dos artes.
Espejo habl de la escultura y la pintura, no slo como valor esttico, sino como
fuente de ingresos. El arte quiteo era cotizado en las Provincias y de los talleres de
Quito salan las imgenes para satisfacer las devociones de los pueblos de la Real
Audiencia. De Caspicara se han conservado en Quito las imgenes de las Virtudes y
el grupo de la Sbana Santa en la Catedral; el grupo del Trnsito de la Virgen en el
nicho que se sobrepone 446 al de San Antonio en el templo de San
Francisco; una Virgen del Carmen, un San Jos y una Coronacin de Mara, que se
exhiben en el Museo Franciscano; un grupo pequeo de la Sbana Santa, que se
guarda en una vitrina del Museo Jijn y Caamao; un San Jos en la Iglesia de San
Agustn de Latacunga y el Cristo del Calvario del Beln. Fuera de estas imgenes,
hay muchos Cristos y Nios Dios atribuidos al artista. Todas las imgenes de
Caspicara se caracterizan por el primor de los detalles y la armona maravillosa de
los grupos.
En vano se buscara en las obras de este artista algn indicio que delatara su
procedencia indgena. Su gusto acrisolado y fino tiende ms bien a la preciosidad,
propia de quienes se han formado en un ambiente de distincin y de cultura.
Espejo al alabar a Caspicara, pensaba tal vez en la capacidad del indio para
llegar a ser un bello espritu, cuando el afn de superacin venca las resistencias
del medio ambiente. Antonio de Ulloa haba anunciado una verdad cuando escribi
sobre la artesana de Quito lo siguiente: los mestizos menos presumptuosos se
dedican a las Artes y Oficios; y aun entre ellos escogen los de ms estimacin, como
son pintores, escultores, plateros y otros de esta clase; dejando aquellos que
consideran no de tanto lucimiento para los indios. En todo trabajan con perfeccin y
con particularidad en la pintura y escultura [...] Imitan cualquier cosa extranjera con
mucha facilidad y perfeccin por ser el ejercicio de la copia propia para su genio y
flema. Hcese an ms digno de admiracin el que perfeccionen lo que trabajan, por
carecer de toda suerte de instrumentos adecuados para ello.
Platera
449
Captulo XVIII
Las Bellas Artes en el siglo XVIII
III.- Pintura
Los dos grandes pintores del siglo XVII, Miguel de Santiago y Gorbar,
alcanzaron tambin a los comienzos del siglo XVIII. El primero muri el 4 de enero
de 1706. En cuanto al segundo, estampaba su firma a la cabeza de los parroquianos
de San Roque, en la peticin que hicieron al Cabildo de Quito, el 5 de febrero de
1726.
El padre franciscano Antonio de Santa Mara, en su Vida Prodigiosa de la
Venerable Virgen Juana de Jess, religiosa Clarisa que muri el 26 de setiembre de
1703, cita los nombres del capitn Antonio Egas aficionado a la pintura y de su
esposa Isabel de Santiago sealada en el arte, que fueron llamados para trazar el
retrato de aquella venerable monja cuyo cadver se mantuvo fresco, como si
estuviera con vida131.
Espejo, en su Defensa de los curas de Riobamba, escrita en 1786, cita al acaso
un hecho revelador: No era indio dice, ni haca 450 fiestas eclesisticas, el
famoso pintor Gregorito, y ste, despus de tener extrema habilidad y gusto para la
pintura, despus de ser rogado con la plata, a trabajar en su bellsima arte, se mora
de hambre y no vesta sino andrajos, y era preciso que algn dueo de obra le
hiciese violencia, aprisionndole en su casa, para que tomara con alguna constante
uniformidad de aplicacin el pincel. Dicen los viejos que pasaba lo mismo con el
insigne Miguel de Santiago, que fue comparable con los Ticianos y Miguel ngel.
Legarda, en su testamento, aludi tambin a este maestro Gregorio, que trabaj
asimismo para el templo de La Merced.
Nolasco. Con la data de 1783 hizo el mismo pintor el retrato del ilustrsimo seor
don Blas Manuel Sobrino y Minayo, en ademn de bendecir.
A la familia de estos dos pintores pertenecieron tambin los padres Dominicos
fray Juan y fray Antonio Albn. Del primero se conserva manuscrito el curso trienal
de Filosofa que dict entre los aos 1766-1768. Lleva el ttulo encuadrado en marco
de vieta, lo mismo que la inicial del ltimo tratado. Del padre Antonio Cecilio
Albn se guarda un retrato en busto del padre Pedro Bedn, que obsequi a la
Recoleta Dominicana en 1788.
Contemporneo de los pintores Albn fine Antonio Astudillo, con los cuales
colabor en la serie de lienzos de la vida de San Pedro Nolasco, que se exhibe en los
claustros del Tejar. Hizo constar su nombre en el cuadro de la archivolta de la puerta
de ingreso al Convento de San Francisco, donde se representa fray Jodoco Ricke en
actitud de bautizar a un nio indio.
gusto como por el entusiasmo con que llev a cabo la Flora de Bogot. El primero
en alistarse como dibujante fue Francisco Javier Matiz, cuyo nombre perpetu
Humboldt en la Matizia Cordata que impuso al guaco, antdoto eficaz contra el
veneno de las culebras.
454
Ante la necesidad de procurar dibujantes, el Virrey de Nueva Granada escribi
desde Tumaco, con fecha 11 de agosto de 1786, al presidente de la Audiencia de
Quito Villalengua y Marfil, pidindole que comprometiera seis pintores para el
adelantamiento y conclusin de las cientficas ideas de don Jos Celestino Mutis.
Superadas algunas dificultades, los dos maestros pintores Jos Corts de Alcocer y
Bernardo Rodrguez, recomendaron a sus discpulos ms aprovechados. Del taller de
Corts fueron sus dos hijos Antonio y Nicols con Vicente Snchez y del obrador de
Rodrguez, Antonio Barrionuevo y Antonio Silva. Corts quiso asegurarse del buen
comportamiento de sus hijos; por esto deca que siendo ellos muchachos sin vicios,
deban vivir haciendo cuerpo de la familia del comisionado para que sean
observantes y cumplidos con dicho seor en todo. A su vez Rodrguez
recomendaba a los suyos como prcticos y hombres de bien. Antes haban estos
pintores enviado maestras de su trabajo, que fueron aprobados por Mutis, quien
garantiz que los jvenes quiteos hallaran en l amor, afabilidad y buen
tratamiento, con las dems preferencias que se hiciesen acreedores por su docilidad
y buena conducta.
Firmado el contrato, el grupo de artistas sali de Quito en noviembre, en
compaa de don Juan Po Montfar. Tras una larga demora en Popayn a causa de
enfermedad que atac a todos, prosiguieron su viaje hasta Mariquita, donde
iniciaron sus tareas en abril de 1787. Ah permanecieron hasta 1790 en que el
Gobierno, atendiendo a la salud de Mutis, orden el traslado de la expedicin a
Bogot. Antes de este paso haba Mutis procurado contratar en Quito nuevos
pintores para integrar el grupo de dibujantes. De este modo viajaron sucesivamente,
primero, Francisco Villarroel y Francisco Javier Corts en compaa de Manuela
Gutirrez esposa de Antonio; luego, Mariano Hinojosa, Manuel Rueles y Jos
Martnez y, por ltimo, Jos Xironza, Flix Tello y Jos Joaqun Prez.
En cuanto al mtodo de labor trabajaban nueve horas al da, 455
guardando profundo silencio en la oficina, donde, en lugar respectivo, cada uno se
ocupaba en dibujar sobre el papel, ya solamente con lpiz, ya con colores, la planta
que tena delante. El jornal se les pagaba cada semana deduciendo lo que cada cual
haba perdido por sus faltas, no justificadas, a juicio del Director 132. Los jornales
eran los siguientes: Corts, el mayor, dos pesos diarios; Silva, catorce reales;
Snchez y Barrionuevo, doce; Corts, el menor, diez. Los das de trabajo eran
doscientos ochenta y ocho al ao.
Respecto al valor de la pintura escribi Humboldt: Hacanse los dibujos de
la Flora de Bogot en papel grand aigle y se cogan al efecto las ramas ms
cargadas de flores. El anlisis o anatoma de las partes de fructificacin se ponan al
pie de la lmina. Parte de los colores proceda de materias colorantes indgenas
desconocidas en Europa. Jams se ha hecho coleccin alguna de dibujos ms lujosa,
an pudiera decirse que ni en ms grande escala.
El trabajo de los pintores quiteos continu regularmente hasta la muerte de
Mutis, ocurrida el 11 de setiembre de 1808. En la direccin lo reemplaz Sinforosio
Mutis, cuyo nombramiento no fue del agrado de los miembros de la expedicin que
Bernardo Rodrguez
El dato ms antiguo, referente a Bernardo Rodrguez, consta en un lienzo que
representa a San Eloy, patrono de los plateros. El Santo, vestido de Obispo, est
rodeado de figuras que llevan los emblemas del oficio. Al pie se encuentra el retrato
del platero Vicente Lpez de Sols, muy conocido por su habilidad artstica. La fecha
de la pintura es de 1775. El cuadro se conserva en la coleccin de Vctor Mena.
A partir de 1780 estuvo a servicio de los padres Mercedarios, como se colige del
descargo de seis pesos siete reales dados a los depositarios, por veinte y siete varas
y media de lienzo de a dos reales para los cuadros del claustro que los est pintando
Bernardito. 458 Este diminutivo demuestra el afecto que los padres de la
Merced sentan para con el pintor que ms contribuy a propagar la devocin a
Nuestra Seora de la Merced, en la segunda mitad del siglo XVIII. A este auge del
culto de Nuestra Seora respondi la reimpresin en 1782 de la
Novena Deprecatoria a la Santsima Virgen Mara de la Merced, por fray Antonio
de Vidaurre.
Tambin el Convento de San Francisco aprovech de la habilidad de Bernardo
Rodrguez. En el Museo Franciscano se encuentran algunos lienzos firmados por
este pintor. Entre ellos, algunos representativos de los milagros de San Antonio de
Padua y una Inmaculada, coronada por la Trinidad, con los bustos de San Joaqun y
Santa Ana a los lados y el pie un blasn herldico.
En el Museo Jijn y Caamao hay varios cuadros pintados por el mismo artista.
Uno de San Camilo de Lelis lleva la siguiente inscripcin:Fecit - Quito - 1797.
Bernardo Rodrguez por ruego de don Juan Mara Albn. Otro que representa el
Descendimiento tiene la siguiente constancia: Bernarda Rodrguez me fecit. Abril 11
de 1783. Tambin consta el nombre del artista en los lienzos figurativos de los pases
de Europa. J. Roberto Pez posee un libro de: Cuadros del antiguo y del nuevo
Testamento que en ciento cincuenta figuras representan las ms notables historias
del antiguo y nuevo Testamento, segn los grabados de los maestros ms
hbiles. No lleva fecha ni pie de imprenta; slo se indica que se halla en Amsterdam,
en casa de Reinier y Josua Attens. El valor del libro para el caso es que, en la
primera pgina, consta la inscripcin de: Soy de Bernardo Rodrguez de la Parra y
Jaramillo: cost 58 pesos. Y en la ltima pgina se consigna el siguiente
detalle:Lo compr este libro en 22 de febrero de 1795 en 58 pesos y por ser verdad
lo firmo yo su dueo Bernardo Rodrguez. De este libro reprodujo el pintor los
grabados n. 149 y 160, que representan a San Pedro y San Juan en la actitud de
curar a un cojo en la puerta del templo y a San Pablo en ademn de arrojar la vbora
al fuego. Estos dos lienzos 459 de gran tamao se encuentran en la nave
derecha de la Catedral de Quito.
El mejor lienzo de Bernardo Rodrguez es, sin duda, el cuadro de las almas, que
se conserva a la entrada de la sacrista de Santo Domingo. Transcribimos a
continuacin el contrato firmado entre el pintor y el cliente, que revela una serie de
datos sobre las condiciones impuestas al artista para la realizacin de su obra. Dice
as: Quito, a 1 de octubre de 1793. Digo yo don Bernardo Rodrguez que he tratado
con fray Joaqun Ynez del Orden de Santo Domingo y me he obligado a hacerle un
cuadro de las Benditas Almas, de tres varas de largo y dos y medio de ancho, por el
precio de cincuenta pesos; los cuarenta y seis me ha de dar en pan y velas, medio
real de pan cada da y tres velas por un real los sbados, cuya contribucin se cuenta
desde hoy.- 2. que he de entregar el cuadro dentro de ocho meses contados desde
esta fecha, esto es todo el mes de mayo del ao venidero de 94. 3. que fuera de las
efigies que representan las benditas almas ha de contener el lienzo once imgenes
que sern de Nuestra Seora del Rosario, con el vestido y los rayos sisados con oro,
Seor San Jos, San Joaqun, Santa Ana, Santo Domingo, San Francisco, San
Vicente Ferrer, Santa Teresa, Santa Rosa, el venerable Porras y venerable Masas.Que a ms de los ngeles que tiene el cuadro de Santa Brbara ha de tener el
contrato seis ms y un sacerdote en representacin de decir misa. Y confieso que
tengo recibidos en plata buena y corriente, los cuatro pesos que restan para el entero
de los cincuenta. Debiendo ser la entrega del lienzo acabado y perfecto, pronta el
plazo sealado, pudiendo el dicho padre, en caso de demora reconvenirme ante la
justicia. Pues para que todo lo pactado conste, firmamos los dos en esta ciudad. Fray
Joaqun Ynez -Bernardo Rodrguez.
Este lienzo lleva al pie la inscripcin que sigue: Se acab el da lunes a 22 de
setiembre de 1794.- Pint este cuadro a devocin y expensas de Joaqun Ynez con
permiso de sus superiores 460 para que desta Capilla de los naturales no se
traslade ni se mueva a otra parte porque as es su voluntad134.
En 1797 pint los lienzos de los Doctores de la Iglesia, que se conservan en la
sala superior del Convento de San Agustn.
que los oficiales no pueden seguir sin mi direccin la obra y que tal vez por esto se
me seguir perjuicio. La esposa se opuso a esta demanda, alegando que no faltan
artesanos en esta ciudad a quienes pueden pasar las obras que comenz Samaniego.
El 15 de noviembre insisti Samaniego en su peticin y consigui la libertad el 23
de diciembre. En la nueva solicitud deca su procurador Aguiar y Venegas: Hago
presente a la sabia consideracin de Vuestra Seora, que mi parte es un oficial
pblico bien acreditado en las artes liberales de escultura y pintura: que estn a su
cargo varias obras que debe entregar con prontitud y remitir a Santa Fe, Lima,
Guayaquil y otras partes: que su detencin no slo le hace quedar mal y le atrasa
privndole del ingreso del valor de su trabajo con que subsiste, sino que le
desconcepta para cualquiera que Ignore el verdadero motivo de su arresto, y lo crea
acaso delincuente de algn exceso, de otra gravedad que le infame.
Desde luego, al concederle la libertad bajo fianza, se le oblig a prometer
enmienda, por lo que miraba al adulterio y, adems, a no ofender, injuriar, ni
maltratar de obra ni de palabra, directa ni indirectamente, a su legtima mujer 135.
Este episodio de juventud no volvi ms a repetirse. Su esposa le dio dos hijas,
la primera Mara Josefa, que muri soltera al cumplir los quince aos y la segunda,
Brgida que cas con Jos Fortn. Doa Manuela sobrevivi al marido cosa de seis
aos. En el testamento que otorg el 19 de agosto de 1830, declar: cuando
contrajimos matrimonio fuimos ambos cnyuges 462 pobres, sin que
ninguno haya introducido nada al matrimonio, y lo poco que se ha adquirido ha sido
mediante el trabajo e industria personal de ambos.
Es posible que doa Manuela hubiese heredado la habilidad de los Lpez Sols,
que se distinguieron en el arte de la platera. Las obras de miniatura, que llevan el
sello del taller de Samaniego, delatan la finura de manos femeninas. Lo que si es
evidente es que Samaniego fue un artista muy cotizado y que le faltaba tiempo para
satisfacer a sus clientes, no slo de Quito, sino de Guayaquil, Bogot y Lima. Con el
fruto del trabajo mancomn, compraron ambos, el 7 de enero de 1795, en el precio
de tres mil doscientos veinticinco pesos unas casas de altos y bajos, cubiertas de
teja, en la parroquia de Santa Brbara y esquina nombrada de la Sbana Santa, al
andar de la calle que tira de la carnicera a la planta de San Blas. Estas casas
colindaban con las de doa Josefa Caizares. Samaniego haba construido, anexa a
las suyas, una pared que dominaba la casa vecina y daba ocasin a que las lluvias
rebotasen al inmueble. En setiembre de 1802 la seora Caizares levant querella
por perjuicio. La causa dur hasta 1806. Por fin, Samaniego se comprometi a evitar
perjuicios a la casa vecina y present el plano de la construccin que proyectaba
realizar. Al pie del plano, consta del puo y letra del pintor la inscripcin
siguiente: Diseo del moda que propongo poner la cubierta, en la pared propia ma,
de mi casa, y el alar mediano bajo que aqu lo muestro, para preservar de toda
humedad que por algn acaso, con vientos recios, pudiera ocasionar: quedando con
este dicho modo, libre de todo perjuicio, de ambas partes, como aqu se ve.- Manuel
Samaniego.
Durante su vida Samaniego goz de la fama de ser el mejor artista de su tiempo.
Caldas haba recibido de su compatriota don Antonio Arboleda la comisin de hacer
trabajar unas imgenes para Popayn. Dndole cuenta del trabajo le escribi el 6 de
diciembre de 1801: Los ensayos de usted avanzan: Samaniego, pintor de genio, ha
formado los diseos de los santos, bien contrastados, 463 equilibrados con
sus nios, aptitudes naturales y expresiones propias; en fin, no perdon cuidado para
que tenga dos santos buenos, o, a lo menos, que salgamos de la rutina antigua 136.
Tambin en el discurso de 1805, Califas aludi a Samaniego, al elogiar el
mrito de los pintores quiteos, que trabajaron en la Flora de Bogot.
Por los datos referidos se colige que Samaniego fue un artista que, adems de la
pintura, practicaba tambin las dems artes plsticas. A peticin del Barn de
Carondelet vino desde Popayn a Quito el arquitecto espaol don Antonio Garca
para dirigir la construccin del duomo de la Catedral. Una vez trazados algunos
proyectos, el Cabildo Catedralicio aprob el que se llev a cabo y se conserva hasta
el presente. El arquitecto estuvo frente al trabajo hasta 1803, en que llamado por sus
superiores hubo de regresar a Popayn. Dej en su lugar para concluir la obra al
artista Manuel Samaniego, que por entonces se ocupaba en la decoracin interior de
la catedral137.
El mejor encomio de Samaniego traz el literato chileno Pedro Francisco Lira,
en su Plutarco de los Jvenes - Tesoro Americano de Bellas Artes, donde escribi lo
siguiente:
Vivamente apasionado al estudio de su profesin, Samaniego se distingui,
tanto en la pintura del paisaje, como en la de la figura humana. Son muchos los
cuadros que ha dejado, sealndolos con un estilo peculiar y propio de su escuela.
Los lienzos que existen en la Catedral de Quito son los siguientes: la Asuncin de la
Virgen en el altar mayor, el Nacimiento del Nio Dios, la Adoracin de los Reyes
Magos, elSacrificio de San Justo y San Pastor y algunos otros relativos a la Historia
Sagrada.
La entonacin de su colorido es sumamente dulce. Feliz en 464 la
encarnacin y frescura de sus toques, se distingui en los cuadros de Vrgenes y de
otros santos, en cuyo ejercicio emple una gran parte de su vida. Sus paisajes son
conocidos por la destreza en la pintura de los rboles, aguas, terrazos y arquitectural;
siendo slo sensible que a su paleta le hubiese faltado el nmero suficiente de
colores para diversificar el colorido; mas no debemos atribuir esta falta a su poca
habilidad, sino a los tiempos de atraso en que vivi, pues se vea obligado a servirse
de los pocos y malos colores que entonces existan en Quito.
Samaniego daba gran importancia a sus cuadros, y no los pintaba sino a
precios muy subidos; motivo por el cual slo existan, adems de los nombrados
anteriormente, una galera pintada por l en una casa de campo del antiguo Marqus
de Selva Alegre; pues no todos tenan medios para encomendarle sus obras. Parece
que no era de su agrado el pintar retratos, porque segn se asegura, deca que en los
retratos, tenan voto hasta los cochinos.
Tampoco debemos pasar en silencio y olvidar su grande habilidad para el
trabajo de la miniatura y obras al leo de una pequeez que admira. Este artista
falleci repentinamente en edad avanzada, dejando muchos discpulos y dando
pruebas de mucha moralidad y consagracin al trabajo. El ao ms probable de su
muerte se ha sealado el de 1824.
Samaniego fue el artista ms destacado del final de la Colonia. Los colores
favoritos a su pincel fueron el azul, el rojo, el verde y el blanco, que respondan, por
otra parte, a la delicadeza de su alma. En pinceladas de leves veladuras ha sabido
inspirar a las figuras un aire de gracia y de frescura, que se imponen, adems, por la
destreza del dibujo. Los temas que ms se ofrecieron a su paleta fueron la Divina
Pastora, la Inmaculada, el Trnsito de la Virgen. Las imgenes estn generalmente
Captulo XIX
Las Bellas Artes durante la repblica
Mogro, Eugenio Aguirre, Jos Sols y Aldana, Jos Antonio Mogolln y Andrs
Solano.
En 1825 estaba todava fresco el recuerdo de Manuel Samaniego, quien haba
muerto y repentinamente el ao anterior. Su mujer, Manuela Jurado y Sols, otorg
su testamento el 19 de agosto de 1830, dejando por heredera a su hija Brgida
Samaniego, casada con Jos Fortim138. Samaniego era deudo de Bernardo Rodrguez
por el apellido materno Jaramillo y, por su esposa, tena parentesco con los plateros
de apellido Sols. En este ambiente de arte se form Antonio Salas, quien demostr
su afecto a Samaniego, bautizando a una de sus hijas con el nombre de Brgida, que
era el de la heredera del maestro.
Entre los artistas, Antonio Salas fue favorecido con un don 469
excepcional, el de una descendencia en que perpetu su nombre y la aficin a la
pintura. De su primera esposa doa Tomasa Paredes, tuvo a Ramn, quien fue padre
de Camilo y Alejandro, ambos pintores que alcanzaron este siglo y dejaron una
sucesin de nuevos artistas. Del segundo matrimonio con doa Eulalia Estrada y
Flores nacieron Rafael Salas, becario en Roma, como Luis Cadena y compaeros
ms tarde en el profesorado en la Escuela de Bellas Artes, fundada por Garca
Moreno; Diego que opt por la medicina, sin renunciar al ejercicio de la pintura;
Brgida, de notable habilidad pictrica y muy cotizada por sus obras de tema
religioso y Josefina, madre de Antonio Salguero, tronco, a su vez, de una nueva
generacin de artistas. Por lo visto, de Antonio Salas procede una larga descendencia
que se ha prolongado hasta el presente.
Antonio Salas ofrece, en su personalidad de artista, el caso tpico de la
evolucin ante las circunstancias de la vida. Nacido antes de 1790 y muerto en 1860,
particip del espritu de la colonia y de la Independencia. De sus Maestros
Rodrguez y Samaniego aprendi la pintura, caracterizndose desde el principio por
su dibujo y colorido personal. Del ambiente de la Colonia hered la temtica
religiosa, en que hubo de satisfacer a clientes, como se demuestra en los lienzos de
la Muerte de San Jos y la Negacin de San Pedro en la iglesia Catedral; el Hijo
Prdigo en el Carmen Antiguo; la Dolorosa en el Museo Colonial; los cuadros de
la Vida de la Virgen en los claustros de San Agustn y San Francisco de Sales, de
propiedad particular.
La etapa de la libertad poltica le ofreci un nuevo tema a su pincel. A vista del
artista posaron Bolvar y Sucre y los generales y coroneles que lucharon por la
independencia. La galera de estos retratos se exhibe hoy en el Museo Jijn y
Caamao. Un episodio singular le amarg la vida con experiencia triste el 19 de
marzo de 1824, cuando se dispona a concurrir al Palacio de Gobierno para
proseguir una obra de encargo del general Juan Jos Flores, quiso la suerte que se
encontrara con su 470 amigo Antonio Lpez, el cual le convid a libar unas
copas. Prolongose la tenida hasta medio da, hora en que se acord que era da
festivo. Oda la misa de medioda en la Catedral y vuelto a la casa, sac una daga y,
en estado casi de inconciencia, veng una injuria que la vspera haba recibido de
una negra llamada Nicolasa Cansino. Procesado ante la justicia fue condenado a
cinco aos de prisin en el fuerte de Punta de Piedra, que luego se cambi por el
confinio en Loja, donde hay memoria de haber dejado algunas obras 139.
El 31 de enero de 1852 debe tenerse como una fecha simblica para el Arte
Ecuatoriano. Ese da memorable se inaugur la sociedad llamada Escuela
Democrtica de Miguel de Santiago 140. Con el nombre del mximo pintor de la
Colonia se organiz una entidad social, que propiciaba el cultivo del arte, pero que
no pudo prescindir del ambiente poltico, que anhelaba la liberacin definitiva del
influjo del general Flores. Como objetivo de la sociedad se sealaba cultivar el arte
del dibujo, la Constitucin de la Repblica y los principales elementos del Derecho
Pblico, bajo el lema de Libertad, Igualdad y Fraternidad.
La instalacin de la Sociedad revisti el carcter de un acontecimiento pblico.
Invitados oficialmente concurrieron a ocupar sus puestos los Presidentes de las
Sociedades de la Ilustracin, doctor Miguel Riofro, y de la Filarmnica, don
Baltazar Antonio Guevara. Abierta la sesin con los seores protector doctor Javier
Endara, presidente Ramn Vargas, vicepresidente Juan Agustn Guerrero, noventa y
dos socios y el secretario don Fernando Polanco, se ley y aprob el acta de la
sesin anterior. Luego una comisin nombrada por el Presidente fue a conducir al
Gobernador de la Provincia Comandante don Daniel Salvador, quien acudi con las
dems autoridades pblicas.
471
Abierto el acto llevaron la palabra el Gobernador, el Presidente, el
Vicepresidente y el Protector de la Escuela Democrtica; el Presidente de la
Ilustracin y el de la Filarmnica; el Teniente Coronel Jos Snchez Rubio y el
doctor Marcos Espinel, socios honorarios y el socio efectivo Manuel Riofro. Los
discursos alternaban con piezas musicales, ejecutadas por los profesores de la
Filarmnica.
La tnica general de los discursos fue de matiz poltico. Se aludi a la
revolucin de marzo como de un acto redentor. Se insisti en la Democracia, como
niveladora de las clases sociales. Querer atajar la democracia, se dijo entonces, es
luchar contra la voluntad del mismo Dios.
La Escuela Democrtica Miguel de Santiago dio, pocos meses despus, pruebas
de su influjo en la promocin de las Bellas Artes. El 6 de marzo de 1852, con motivo
de celebrar el sptimo aniversario de la cada del general Flores, organiz una nueva
sesin solemne, con el objeto de galardonar a los artistas triunfadores en la primera
Exposicin de Arte, promovida por la Escuela, y de coronar al poeta quiteo Julio
Zaldumbide.
El escenario y el auditorio fueron los mismos que del acto solemne de
inauguracin. En cambio fueron otros los principales oradores. Esta vez hablaron,
adems del Protector, don Fernando Polanco, don Francisco Paz, el doctor Antonio
Crdenas, don Pablo Bustamante, don Modesto Espinosa, don Francisco Gmez de
la Torre y don Juan Montalvo. El tema de todos los discursos vers en torno a la
fecha que se conmemoraba. Tan slo el seor Gmez de la Torre se refiri
directamente al Arte, con ideas que revelan la orientacin que entonces se buscaba.
Tomando, dijo, en la pintura por modelo a Miguel de
Santiago, desaparecer de ella una unidad de objeto;
porque hasta ahora la pintura se ha contrado slo a
representar imgenes melanclicas y meditabundas. El
pincel ha tenido por nico elemento el aspecto sombro del
claustro; y jams ha propendido a entregarse en brazos de
la naturaleza para ser fecundo como ella 472 en
presentar imgenes grandiosas, ni menos seguir impulsos
de los fantsticos caprichos de la imaginacin; pudindose
decir de nuestra pintura lo que un viajero deca respecto de
Fue ste el principio de la preocupacin del Estado para patrocinar las Bellas
Artes. Don Roberto de Asczubi, en su informe del 8 de enero de 1861, daba cuenta
del establecimiento de una Academia de dibujo y pintura, bajo la direccin de Luis
Cadena, que haba regresado ya de Roma. Don Pablo Herrera, en su informe del 19
de agosto de 1865, anotaba que en el Colegio de los Sagrados Corazones, se haba
impuesto como materia obligatoria la enseanza de la pintura y el dibujo. Con vista
a la fundacin de la Escuela de Bellas Artes, la Legislatura de 1869 autoriz el
contrato de dos artistas especializados en pintura y escultura y el envo de Juan
Manosalvas como becario, para que se perfeccionara en la pintura.
Por fin el 2 de mayo de 1872, Garca Moreno instal la Escuela de Bellas Artes,
bajo la direccin de Luis Cadena, quien con Rafael Salas se encarg de la enseanza
de la pintura. Para la escultura comprometi al escultor espaol Jos Gonzlez y
Jimnez, domiciliado en Roma. Adems para contar con profesores nacionales en el
futuro, envi becario a Roma a Rafael Salas143.
A la Escuela de Bellas Artes se haba adelantado el Conservatorio de Msica,
que se estableci en 1870, bajo la direccin de Antonio Neumanne, autor de la
msica del Himno Nacional. El artista corso haba venido al pas en 1854 como
director de una compaa lrica. Garca Moreno firm con l un contrato, para que
dirigiera al Conservatorio, encargndole al mismo tiempo 478 que formara
una banda militar. El director Neumanne muri en 1871 y fue reemplazado
provisionalmente por Agustn Guerrero. Al ao siguiente se hizo cargo de la
direccin el maestro Francisco Rossa, profesor del Conservatorio de Miln y
llegaron luego los maestros Pedro Traversari para flauta, Antonio Casarotto para
trombn y Vicente Antenori para canto. Juan Agustn Guerrero narr el desarrollo de
la msica durante el Gobierno de Garca Moreno.
Tambin la arquitectura recibi impulso, al par de las otras artes. Nuevamente
contratado por Garca Moreno estuvo al servicio del pas el ingeniero francs
Sebastin Wisse, quien dirigi la construccin de la casa del propio presidente, en su
primera estada en Quito. Vinieron tambin a la capital los arquitectos Toms Reed,
ingls, quien construy la Penitenciara y el puente y tnel de La Paz, y
Francisco Schmidt, alemn, a cuyo cargo corrieron la Escuela de Artes y Oficios y la
casa de la familia Len. Los padres Menten y Dresset, de la Politcnica, dirigieron la
construccin del Observatorio Astronmico. Con Garca Moreno se introdujo en
Quito un estilo monumental de arquitectura civil. No obstante la paralizacin de las
obras iniciadas por Garca Moreno, no desapareci el inters del Gobierno por el
Arte. El doctor Carlos Tobar, en su informe a la Legislatura de 1885, daba cuenta
que en el pueblo de San Antonio de Ibarra se haba establecido, en setiembre de
1884, una Escuela de Bellas Artes, para estimular su cultivo en sus moradores,
dotados para el efecto de excelentes cualidades.
El seor Elas Lazo, en su informe de 1892, daba a conocer que, para fundar una
Escuela de Pintura en Cuenca se haba comprometido al pintor espaol Toms
Pobedano y Arcos y para ensear litografa al seor Karn, quien trajo de Europa los
aparatos necesarios. El ao siguiente, el doctor Honorato Vsquez, Rector de la
Universidad, encarg la direccin de la Escuela de Pintura al artista quiteo don
Joaqun Pinto.
Las transformaciones polticas no haban extinguido la aficin 479
quitea a las Bellas Artes, que mantuvieron con honor los Salas, Pinto y
Manosalvas. El 24 de mayo de 1904, a iniciativa del ministro seor Luis Martnez,
por su cuenta la pintura, de la que han quedado numerosas muestras, que se pueden
apreciar en el Museo Municipal y en el de Jijn y Caamao.
481
El doctor Jos Gabriel Navarro, testigo presencial de los ltimos aos del
artista, escribe lo siguiente: Manosalvas, ahijado de mi abuelo, vivi largos aos en
mi casa y en ella muri. Excusado decir que su habitacin era un lugar de interesante
tertulia artstica. All venan Rafael y Alejandro Salas, el doctor Diego Salas Pinto,
un hijo de Cadena que era sobrino poltico -ya que las esposas de Manosalvas y
Cadena eran hermanas- Antonio Salguero, Leandro Venegas, el Sordo, un espaol
Jos Durn, discpulo de Cadena, el escultor Benalczar y varios otros artistas, y de
sus conversaciones saqu abundante documentacin para la historia de la pintura
quitea145. Manosalvas fue tomado en cuenta para profesor de la Escuela de Bellas
Artes en 1904 y falleci el 23 de febrero de 1906.
Dos aos despus de Manosalvas, naci en Quito Joaqun Pinto el 18 de agosto
de 1842, del matrimonio del caballero portugus don Jos Pinta Valdemoros y de la
ambatea doa Encarnacin Ortiz y Cevallos. Cuando el nio contaba cuatro aos,
su padre, interesado en la economa del pas, denunci que se haba defraudado al
tesoro pblico una ingente cantidad que se haba dado al general Flores por espolios
del Obispo Santander146. Dotado de talento artstico, aprovech de las enseanzas de
los maestros entonces conocidos. Frecuent sucesivamente los estudios de Ramn
Vargas, Rafael Venegas, Andrs Acosta, Toms Camacho; Santos Cevallos y Nicols
Cabrera. Fuera de estos maestros de tradicin local quitea, asimil por su cuenta las
experiencias que se desprendan de los modelos trados por Cadena desde Italia.
Su formacin artstica la integr con una cultura general, adquirida en la lectura
de variados autores, para lo cual aprendi algunos idiomas vivos y tambin los
clsicos. En 1876 form 482 su hogar, casando con una discpula suya, doa
Eufemia Berro y establecindose con ella en una casa del barrio de San Roque, que
se volvi clebre, como retiro de arte, a donde convergan amigos y discpulos.
Pinto fue un pintor genial que tom el arte como vocacin y destino y se impuso
el problema de la tcnica para resolverlo y superarlo. Haba aprendido los secretos
de la geometra y la perspectiva y para desahogo de su creacin artstica eligi la
limitacin de lo pequeo. El tamao natural fue la medida adoptada por el sentido
clsico, que compaginaba con la perfeccin humana. En contraste, la miniatura
exiga la contraccin a lo pequeo, que reclama mayor esfuerzo y prolijidad en el
artista. Pinto sigui en su produccin la manera de Jacques Callot. En el crculo
diminuto de un centavo compuso toda la escena del Calvario. En un marco reducido
represent el juicio final del Dies Irae. En un pequeo papel volante capt la
impresin de la primera luz elctrica en Quito. En cuadros de tamao limitado
interpret las costumbres populares, panoramas y paisajes, naturaleza muerta, aves y
motivos religiosos. Son pocos los retratos y lienzos de mayor tamao que brotaron
de su pincel. Acostumbraba firmar sus producciones con la data del ao de
composicin. Alguna vez reflej su sentimiento en la escena de un cuadro como en
el de la Inquisicin y el Don Quijote.
En 1902 fue comprometido a Cuenca para dirigir la Escuela de Pintura. La
Unin Literaria celebr el hecho con una nota, que transcribimos a
continuacin: Bellas Artes en Cuenca.- El doctor Honorato Vzquez como Rector
de la Universidad del Azuay ha restablecido la primitiva Escuela de Pintura que se
hallaba a cargo del distinguido artista sevillano seor Toms Povedano y de Arcos,
que fue contratado, por iniciativa del mismo doctor Vzquez, durante la
administracin presidencial del doctor don Antonio Flores y la decidida cooperacin
que el Concejo Municipal de Cuenca y el doctor Juan Bautista Vzquez prestaron
entonces a esa fundacin. Povedano dej concluido el curso de dibujo. 483
Faltan el colorido y su tcnica. Para esto viene el seor don Joaqun Pinto, el artista
de ms imaginacin de Quito, Patria de los Pintores, y entre ellos el ms ilustrado en
la literatura pictrica. [...] El seor Pinto naci en Quito el 21 de agosto de 1842.
Con lo que inexactamente se llama el instituto del Arte, que no es sino la conciencia
de lo que el arte significa, tuvo la buena suerte de aislarse de las corrientes de la
moda, e inspirarse en los buenos modelos. En Quito -y nacionales- los ha habido
muy buenos: por desgracia casi todos han viajado fuera del Ecuador, por haberlos
adquirido algunos aficionados extranjeros. Algn da, se juzgar a Pinto en sus
mritos de artista. Entre tanto, y, al vuelo, consigno la lista de algunas de las obras
originales del maestro, que en estos das empieza la direccin de la Escuela de
dibujo y pintura, en Cuenca. La Beata Mariana de Jess que ensea la doctrina
cristiana a los nios. Este cuadro ha sido reproducido varias veces: los conocedores
sabrn distinguir del original las copias.- Soliloquio de Mara.- Corazn de
Jess.- San Jacinto, dos ejemplares: uno por el dorso, otro de frente.- La
Transverberacin (Santa Teresa).- San Dimas, ejemplar nico existente en poder del
doctor Honorato Vzquez y; cosas del artista, concluy el cuadro un viernes santo a
las ltimas horas del da conmemorativo de la escena representada. Para la
concepcin de la idea concurrieron Pinto y Vzquez; la maestra ejecucin es
exclusiva de Pinto. Artista tan delicado, cuando fue admirado su cuadro en la capital
y solicitado una copia suya, contest que nada poda resolver sino de acuerdo con
Vzquez, con quien ide lo dramtico del cuadro. Vzquez, agradecido, extra se
le consultase en un punto librrimo para el artista. Pinto no dio la copia
solicitada.- La Cena, que est en la Catedral La Serena en Chile; gran lienzo de
soberbia ejecucin. Cuadros de gnero. La Taberna, una Barbera, el Velorio (se
reprodujo en Francia por el grabado), La fiesta de las cabezas, Asalto de una tribu
salvaje, Captulo que se le olvid a Cervantes, el Herrero, Baile de
484 indioshistoria, del mismo: Dos de Agosto - Mitologa: Muerte de Dido,
Himeneo.
Paisajes: Vistas de las montaas.
En el programa de la Escuela de Pintura entra la enseanza a mujeres y
hombres, con la alternativa a que se acordar.
Las obras de Pinto se exhiben en el Museo Municipal, en el Museo Jijn y
Caamao y en la Coleccin de Don Vctor Mena. Vuelto a Quito dedic sus ltimos
aos a la enseanza en la Escuela Nacional de Bellas Artes 147.
Al hablar de Antonio Salas destacamos el hecho de haber sido el progenitor de
una vasta familia de artistas, que heredaron con la sangre la aficin al arte y
aprovecharon de su padre las enseanzas, que trasmitieron a sus descendientes.
Ramn, el mayor, fue a su vez padre de Camilio, Vctor, Agustn, Felipe y
Alejandro. De ellos profesaron el arte de la pintura Camilo, muerto en 1905 y
Alejandro, que hizo de su taller escuela de arte para sus hijos Carlos, Manuel y Jos
que muri en Roma, a donde haba ido en goce de una beca del Gobierno. Del
segundo matrimonio de Antonio Salas, se destac Rafael, quien aprendi de su padre
el dibujo y los secretos del colorido. Con Luis Cadena fue favorecido con una beca a
Roma. De regreso a la patria, se le tom en cuenta para profesor de la Academia de
Bellas Artes, fundado por Garca Moreno. Despus convirti su estudio en escuela
de pintura para sus hijos y algunos discpulos, entre los que se cont Luis Martnez.
El Congreso de 1902 le concedi, en atencin a sus mritos y servicios, una pensin
vitalicia, que no goz sino hasta el 24 de marzo de 1906, fecha en que muri. Fue el
que despert la sensibilidad por la esttica del paisaje ecuatoriano, que se volvi
tema favorito de pintores posteriores.
Al apellido Salas se vincula un motivo religioso, que se torn 485
comn en el ambiente ecuatoriano. Bajo la inspiracin de Garca Moreno, Rafael
Salas compuso el lienzo, que presidi la consagracin de la Repblica al Corazn de
Jess. El hecho tuvo resonancia en el pas y se multiplicaron los cuadros
representativos del suceso. Firmados por alguno de los Salas se hallan muchos
lienzos en los hogares de la Repblica. El primero, que sirvi de modelo, se venera
actualmente en la Baslica del Voto Nacional.
Vstago en segunda generacin de Antonio Salas fue Antonio Salguero, hijo de
doa Josefina Salas. Naci en 1864 y curs humanidades en el Colegio de los padres
jesuitas. Aprendi la pintura en el estudio de su primo Alejandro Salas. Desde 1886
estableci su propio taller y luego viaj a Chile, donde dej muestras de su habilidad
artstica. En 1901 fue a Roma para perfeccionarse en el Arte. Aprovecho de su
estada en Europa para sacar copias de las pinturas de los grandes artistas y volvi a
Quito con una coleccin de modelos. En 1904 fue designado profesor de la Escuela
de Bellas Artes. A su muerte, los herederos vendieron los cuadros de don Antonio.
Gran parte de esa coleccin se encuentra hoy en el Colegio de la Dolorosa y en el
Museo de Cotocollao de los padres Jesuitas. Firmados por el artista hay muchos
lienzos del Corazn de Jess, como cuadros representativos del folklore quiteo.
De la generacin formada por Luis Cadena fue el pintor Ibarreo Rafael Troya,
nacido el 25 de octubre de 1845 y muerto el 10 de marzo de 1921. Adolescente fue
compaero de Gonzlez Surez, en la Compaa de Jess. Esta vinculacin se
convirti en trato frecuente cuando su condiscpulo ocup el Obispado de Ibarra.
En 1872 se defini su especializacin en el paisaje ecuatoriano, cuando los dos
sabios alemanes Reiss y Stbel le comprometieron a colaborar con ellos en calidad
de dibujante. A la seguridad de la visin y sentido de la perspectiva, aada Toya la
propiedad del colorido y firmeza de la tcnica. Con estos recursos, 486
recorri las selvas orientales y nuestras montaas andinas, tomando apuntes, para
luego interpretar en grandes lienzos el paisaje ecuatoriano.
Era para l un principio directivo no destruir la forma de la Naturaleza, que
traduca en la prctica con la observacin meticulosa del paisaje, el goce esttico que
produca la visin y el traslado al lienzo con esmerada fidelidad. El resultado se
condensaba en una escena pintoresca en que podan apreciarse los cambiantes de la
luz ecuatorial en la gama de los verdes.
Desde 1890 se estableci definitivamente en Ibarra, sin ceder a las propuestas
de Rafael Pombo y Rafael Reyes, de colocarlo con ventaja en Bogot. Sin poseer
bienes materiales, tena ante s la riqueza del panorama de Ibarra, que lo
conceptuaba completo, con sus prados, su ro, sus colinas cercanas, con sus montes
vigilantes, con sus perspectivas abiertas hacia el occidente y en direccin al
Cayambe. Desde Yaguarcocha consigui captar la vista de la poblacin, en un
cuadro que se conserva en la sala Municipal de Ibarra.
Sus obras se hallan dispersas en la Catedral de Ibarra, en la iglesia de Atuntaqui
y en colecciones particulares de Quito. Durante el siglo XIX la Escultura tuvo sus
Captulo XX
El Arte ecuatoriano en el siglo XX
Una ojeada histrica al Arte ecuatoriano del siglo XIX ha permitido colegir el
afn del pas por conservar la tradicin quitea de aficin a esta rama de la cultura.
En el inters de prolongar la visin al arte del siglo XX, procuraremos, antes que
insistir en detalles biogrficos, insinuar puntos de vista nuevos, que faciliten la
comprensin de las manifestaciones artsticas de nuestro tiempo.
Factor decisivo en la promocin del arte ecuatoriano ha sido la creacin
definitiva de la Escuela de Bellas Artes, el 24 de mayo de 1904, por iniciativa del
ministro entonces de Instruccin pblica seor Luis Martnez. La enseanza
comenz con los artistas quiteos Salas, Pinto y Manosalvas. Pero ya en el informe
de 1906 el seor Julio Romn hubo de lamentar la muerte de los viejos maestros,
que dieron las ltimas muestras de su pericia y experiencia.
El anhelo de poner al da la Escuela de Bellas Artes oblig a echar mano de un
recurso, que se convirti en un factor nuevo del movimiento artstico ecuatoriano.
Consisti en comprometer en Europa a profesores que aclimataran en Quito las
corrientes 490 nuevas del arte y tambin en enviar becarios a centros
europeos a que asimilaran los ltimos adelantos de la tcnica. Aos ms tarde, a este
expediente se sum la presencia en el Ecuador de artistas europeos, que se sintieron
seducidos por los motivos que ofreca el ambiente y ensearon, con el ejemplo, a
expresar en forma nueva las impresiones del medio fsico y social.
Hay que tomar tambin en cuenta el fcil intercambio de experiencias, mediante
viajes, exposiciones internacionales y publicaciones ilustradas, que los artistas de
hoy pueden aprovechar, para informarse de las modalidades que va asumiendo el
arte en los diversos sectores del mundo de la cultura.
Como observa Jean Cassou, Czanne es un autor difcil. Sus caminos para
llegar a la pintura son los de la inteligencia, mucho ms dificultosos y severos. El
suyo, es un esfuerzo cartesiano, una verdadera vuelta a empezar, a partir de la tabla
rasa; reconstituye la pintura, la instituye 149. La orientacin de Czanne es el punto
de partida de la pintura moderna.
496
Ernesto La Orden destac, con espritu cezanniano, que en Quito las maanas
de verano evocan la alborada de la creacin cuando el sol acaba de nacer, con luz
pura, incontaminada. La mole inmensa del Pichincha emerge y se alza sobre el
fondo azul. Las nubes redondas, blancas y esponjosas como copos de algodn
parecen insustituibles para presentar a los bienaventurado, tienen en el aire de Quito
su decoracin todos los das, bogan por el azul empreo ms intacto y se traspasa con
los rayos puros de un sol acabadito de acuar.
Pero cmo traducir plsticamente lo que nuestros ojos piensan a la
contemplacin de esta grandiosa naturaleza? Quiz Olgiezer tena en cuenta la
leccin de Czanne al pintar sus paisajes, lo mismo que Oswaldo Gauayasamn al
interpretar a Cuicocha y a Quito recostado en un lecho de montes.
Individualidad y evolucin
Estos dos conceptos, que caracterizan al historicismo, pueden aplicarse al arte
moderno, para explicar, por una parte, el afn de ahondar en la sicologa de la
creacin artstica y por otra, el fenmeno de la evolucin de los estilos. Andr
Breton en su Manifiesto del Surrealismo, de 1934, seal el proceso seguido por el
artista moderno en su empeo de creacin pura. El primer paso fue la liberacin de
las sugestiones de la naturaleza y de sus formas. Luego, la independencia del control
de la razn lgica y de las normas de la moral y de la esttica. Liberado de este
modo el artista, puede abandonarse al automatismo squico puro, estado en el cul se
da la creacin autntica.
En observacin de Maritain ya Santo Toms haba descrito el proceso de los
actos que verifica el alma, como centro de unidad de la persona humana. Las
impresiones de los sentidos, transmitidos por la imaginacin, son recogidos en el
entendimiento posible para que acte sobre ellos el entendimiento agente y formule
el concepto, quedndole al alma un fondo inagotable de influjo creativo. La
sicologa esttica ha estudiado este proceso, dando nombres nuevos a una realidad
conocida desde mucho antes. La historia del arte moderno seala, con el nombre de
estilos, las formas en que se ha ido manifestando la preferencia de los artistas. El
realismo y el impresionismo basaron en la impresin de la realidad su inspiracin
artstica. Czanne introdujo en la pintura una preocupacin intelectual al afirmar
que todo en la naturaleza se modela segn la esfera, el cono y el cilindro y
504 que es preciso aprender a pintar sobre estas figuras simples y a continuacin
uno podr hacer todo lo que quiera. Esta leccin de Czanne completada con el
entusiasmo colorista de Gaugin y Van Gogh, sugiri el cubismo de Derain y Picasso,
que teoriz Apollinaire en El Mundo como representacin. El surrealismo, que
evadi la realidad de la naturaleza y aun las formas de la lgica, ha llevado al artista
al arte llamado abstracto, defendido y practicado por Kandinsky, segn el cual: las
obras normales de la pintura abstracta brotan de la fuente comn de todas las artes:
la intuicin, la razn, en este caso, desempea el mismo papel: colabora, trtese de
obras que reproduzcan o no determinados objetos, pero siempre como factor
secundario.
Dentro de estas formas generales en que se ha desarrollado el arte moderno se
han interpuesto algunas otras, con matices ms o menos definidos. Pero basta para
tratar de explicar los ensayos de nuestros artistas. Desde luego, no hay artista
verdadero que no hubiese experimentado en s la evolucin, bajo el influjo de las
corrientes modernas de arte. Anotamos ya el caso de Camilo Egas, que del
impresionismo y el surrealismo pas a la representacin abstracta. Kingman ha
evolucionado del color sombro a la lucidez cromtica ejercitando tambin el
Representantes de la escultura
En 1940 Luis Mideros public un lbum con 109 grabados, que reproducan sus
obras realizadas en terracota, mrmol, bronce y piedra, que se hallaban dispersas en
las ciudades del Ecuador y Colombia. Algunas de ellas, simples retratos de personas
506 conocidas; otras, representacin de personajes histricos; algunos
monumentos y creaciones alegricas. Desde esa fecha hasta el presente seguramente
se ha duplicado el nmero de trabajos verificados por el artista. Porque Luis Mideros
es un consagrado total a su profesin. Desde el tiempo de aprendiz en la Escuela de
Bellas Artes, asimil las enseanzas de Luigi Cassado, de quien aprendi sobre todo
el gusto clsico en la concepcin de los grupos y la anatoma de las figuras. De los
trabajos en grande se destacan la lucha de los Centauros en el portn de la
Circasiana y el enorme friso del Palacio Legislativo. Se han vuelto familiares las
figuras de Benalczar, Espejo y Montalvo, interpretadas por Luis Mideros en los
monumentos de Guayaquil, del Hospital Eugenio Espejo y de la entrada de la
Alameda.
Estmulos y crtica
La creacin de la Escuela de Bellas Artes tuvo su complemento lgico en la
exposicin anual de los trabajos que realizaban los alumnos. Fin 1914 el Ministro de
Instruccin Pblica doctor Manuel Mara Snchez dio cuenta de la 1. Exposicin
oficial que se realiz en la fecha clsica del 10 de agosto, certamen que se verific
en aos posteriores, en el Saln Anual de Bellas Artes, dedicado al efecto.
El xito de este concurso de obras artsticas suscit el entusiasmo del
mecenazgo. Un filntropo quiteo, doctor Mariano Aguilera, dej en su testamento
un inmueble, cuyo arriendo anual deba distribuirse en tres premios destinados a las
tres mejores obras de arte, a juicio de un jurado, designado por el Concejo Municipal
de Quito, responsable de la correcta administracin del donativo. 508 Desde
el 10 de agosto de 1917, el Certamen Mariano Aguilera fue el mejor estmulo que
hallaron los artistas. Al principio la cantidad se limit a 316 sucres para el primer
premio, 218 para el segundo y 108 para el tercero. En todo caso fue el honor el
mvil principal que daba aliento a los expositores. El galardn del premio Aguilera
fue discernido, entre otros muchos, a Vctor, Luis y Jorge Mideros; a Guillermo
Latorre y Enrique Tern; a Luis Veloz, Pedro Len y Abraham Moscoso; a Enrique
Gmez Jurado y a Camilo Egas; a Antonio Salgado, Juan Len Mera y Eugenia
Mera de Navarro; a Jos Amacaa, Jos Espn y Luis Crespo Ordez; a Atahualpa
Villacrs, Alberto Vallejo y Jos Sigcha Parra; a Amrica Solazar, Eduardo Kingman
y Jos Enrique Guerrero; a Oswaldo Guayasamn, Sergio Guarderas y Jaime
Andrade, etc.
La creacin del premio Mariano Aguilera fue un estmulo de procedencia
extraa al crculo de los artistas. En 1924 se organiz el Centro Nacional de Bellas
Artes con elemento profesional y en 1932 se fund el Crculo de Bellas Artes,
compuesto, asimismo, por un grupo de artistas.
Pero desde 1939 se organiz el Sindicato de Escritores y Artistas del Ecuador,
que establecieron el Saln de Mayo, para exhibir las obras de arte, al margen de las
exposiciones oficiales. Para acentuar una tendencia de reaccin y desinters se
impuso la ausencia de toda premiacin. Se recordaba tal vez la actitud de los artistas
franceses, cuando en 1863, organizaron el Saln de los Rechazados, como rplica a
las Exposiciones oficiales de tipo academicista. A lo menos as se da a entender en
uno de los captulos del manifiesto de sus fundadores:
Este saln, decan, da cabida a todas las tendencias,
puesto que valindose de innumerables formas puede
plasmarse la creacin artstica del espritu humano. Todo
pronunciamiento por un criterio nico significa una
reduccin del amplio campo de las posibilidades. Es por
esto que, en el arte, el criterio oficial ha dejado casi
siempre a la vera todo aquello que llevaba la palpitacin
509 de un nuevo modo de sentir. Libertad en el arte
es nuestra norma. Y sobre todo, sabemos que los frutos del
esfuerzo necesitan del calor del estmulo dentro del cual se
desenvuelve nuestra tica intelectual y artstica.
El Saln de Mayo, en aos sucesivos, acogi las obras de toda una generacin
de artistas, nacionales y extranjeros, que exhibieron sus creaciones con un afn de
puro amor al arte.
El 28 de octubre de 1940 se fund la Galera Caspicara, bajo la direccin de
Eduardo Kingman, que brind a pintores y escultores la oportunidad de exhibir sus
obras respectivas. El entusiasmo con que los artistas recibieron la iniciativa se
demuestra por el nmero de exposiciones que se hicieron en el curso del primer ao.
Se inaugur con una exhibicin conjunta de obras de pintores y escultores jvenes, a
la que siguieron exposiciones individuales de los pintores Michelson, de Roura
Oxandaberro, fotografas de Andrs Roosevelt, muestras de Oswaldo Guayasamn,
pinturas de Guillermo Olgiesser, lienzos de Eduardo Kingman, etc.
El 9 de agosto de 1944 se cre la Casa de la Cultura, mediante Decreto Ley del
Doctor Jos Mara Velasco Ibarra. Su fin era apoyar y fomentar las diversas
manifestaciones de la Cultura. Entre ellas fue tomado en cuenta el Arte, para cuya
promocin se insinuaba la organizacin de exposiciones artsticas dentro y fuera de
la Repblica, con premios para las mejores obras. Con el fin de llevar a la prctica el
estmulo del arte se cre la seccin de Literatura y Bellas Artes.
Museos y colecciones
Quito, con la riqueza de sus templos, es como un Museo Pblico de arte
religioso. De las mismas iglesias han salido los objetos para constituir los museos y
colecciones particulares.
El doctor Manuel Mara Snchez, en su informe oficial de Ministro de
Instruccin en 1914, dio cuenta que se haba destinado el Kiosco de la Alameda para
que constara en l una galera permanente de obras de arte.
El afn coleccionista se suscit en Quito, cuando a consecuencia de la
nacionalizacin de los bienes de las Comunidades Religiosas, quedaron los
Monasterios reducidos a un estado de suma pobreza. En esta coyuntura la autoridad
eclesistica de entonces facult a los superiores la venta de las obras de arte que no
estuvieran destinadas al culto. De este modo las personas particulares pudieron
adquirir, a precios como de subasta, cuadros, imgenes y enseres, para formar sus
colecciones.
513
En 1939 el Estado adquiri las colecciones de don Pacfico Chiriboga y don
Alfredo Flores Caamao, que sirvieron de fondos para organizar el Museo de Arte
Colonial, inaugurado el 24 de mayo de 1944, bajo la direccin de don Nicols
Delgado. Para su instalacin se adecu una casa de estilo colonial, que haba
pertenecido a los descendientes de don Francisco Villacs. Una sala del piso alto se
destin a Miguel de Santiago y otra a las obras de Bernardo Rodrguez, Manuel
Samaniego, Bernardo de Legarda y Caspicara. En la sala principal se colocaron
imgenes y cuadros, generalmente annimos. En los corredores, colocados en
vitrinas, se exhibieron ejemplares de imgenes y figuras, labradas en madera, marfil
y corozo, por los escultores de la colonia. En el piso bajo se ha destinado la sala
mayor a las exposiciones que patrocinaba la Casa de la Cultura.
En 1951 se inaugur el Museo Municipal en el llamado Cuartel Real de Lima,
que fue adecuado para Archivo del Municipio y para Museo. Los fondos de que
consta provinieron del donativo hecho a la ciudad por don Alberto Mena Caamao,
coleccionista no slo de obras de arte colonial quiteo, sino de algunas
adquisiciones hechas en Espaa. Tambin aport a la riqueza del Museo el donativo
de don Miguel ngel lvarez. El Museo Municipal contiene un valioso ejemplar de
Miguel de Santiago, cuadros de la poca colonial y abundante representacin de
Pinto, Manosalvas y Troya. En el stano que sirvi de crcel a los Prceres, se
exhiben ejemplares de armera antigua. Una pequea sala se ha destinado a la
exposicin de obras de los artistas plsticos contemporneos.
De los particulares, el rico en obras de arte es el Museo Jijn y Caamao. En
la familia Jijn haba una tradicin de mecenazgo y proteccin a la cultura.
Procedentes de la poca colonial se conservan los retratos hechos por Samaniego de
los antepasados del apellido Jijn. Don Manuel Jijn y Larrea aprovech de la
habilidad de Pinto y Manosalvas para decorar los pasadizos de su casa residencial
La Circasiana. Pero entre todos, se destac 514 por su magnanimidad don
Jacinto Jijn y Caamao. Orientado desde su adolescencia a los estudios
arqueolgicos, ech mano de sus propios recursos para hacer personalmente
excavaciones y costear las investigaciones del doctor Max Hulle. Con los objetos
descubiertos organiz el Museo Arqueolgico que es el ms copioso con que cuenta
la ciudad de Quito. Al mismo tiempo fue adquiriendo libros especializados de las
diversas ramas de la historia y con ellos y con los fondos que constituyeron la
biblioteca americanista del ilustrsimo seor Gonzlez Surez, form la Biblioteca
Jijn y Caamao, la ms completa en su gnero con que cuenta el Ecuador.
Adems, integr el Museo Arqueolgico con la seccin de arte colonial, que
contiene ejemplares de todos los artistas, incluyendo valiosas colecciones de Pinto,
Cadena y Manosalvas. La Circasiana, con la Biblioteca y los Museos, constituye
un monumento de cultura nacional.
De hecho han sido las comunidades religiosas las patrocinadoras de los artistas,
de quienes se han servido para promover el culto. Adelantndose a la Ley de
Patrimonio Artstico, el artculo octavo del Modus Vivendi, del 24 de julio de 1937,
dispuso lo siguiente: En cada Dicesis formar el Ordinario una Comisin para la
conservacin de las Iglesias y locales eclesisticos que fueron declarados por el
Estado monumentos de arte y para el cuidado de las antigedades, cuadros,
documentos y libros de pertenencia de la Iglesia que poseyesen valor artstico o
histrico. Tales objetos no podrn enajenarse ni exportarse del pas. Dicha Comisin
junto con un representante del Gobierno, proceder a formar un detallado inventario
de los referidos objetos.
De acuerdo con el espritu de esta ley las Comunidades Religiosas de Quito han
organizado sus Museos Conventuales, en que se exhiben las obras de arte, no
escultores modernos, que figuran en las galeras de la Matriz y los Ncleos del
Guayas y el Azuay.
Captulo XXI
Historiografa ecuatoriana
Primeros protagonistas
Para los historicistas la palabra historia tiene dos significados: el relato de los
hechos y los hechos mismos. Shotwell ha tratado de descubrir la cualidad que
revisten las personas y los hechos para volverse histricos, o ms bien,
historiables150. Segn l el hecho humano se vuelve histrico cuando se lo considera
como parte del proceso del desarrollo social. En otros trminos, el hecho, deja de ser
aislado y se vuelve histrico cuando se lo considera en relacin con otros en el
espacio y en el tiempo.
Dilthey ha precisado ms el carcter del hecho humano, histrico, al destacar el
contraste entre la singularidad esencial de todo suceso histrico y la exigencia
dialctica de conexin con los dems hechos que componen la realidad histricosocial. Para Dilthey, cada accin, cada pensamiento, cada creacin comunal, en una
palabra, cada parte de un todo histrico, recibe su significacin de sus relaciones con
el total de su poca.
El valor relativo de un suceso o personaje depende del mayor o menor influjo
que han ejercido en el proceso de la vida 518 social. La misma biografa se
torna histrica, en cuanto se considera al individuo dentro del marco de la sociedad
en que le ha tocado vivir.
En torno al hecho de la conquista de Quito, fue preocupacin de los
protagonistas hacer informes legales de su intervencin personal, para acreditar su
derecho a la recompensa. Esta consisti en blasn de nobleza familiar y en
concesin de una encomienda. En el archivo de Indias, seccin Patronato, constan
las probanzas de los capitanes que intervinieron tanto en las acciones de armas como
en la fundacin de las primeras ciudades del actual Ecuador.
Presentamos a continuacin los nombres de algunos capitanes, que tomaron
parte activa en los primeros hechos de nuestra historia y que procuraron dejar
constancia en sus respectivas probanzas.
Rodrigo Nez de Bonilla, compaero de Benalczar en la conquista y
fundacin de Quito. Practic su informacin ante el escribano, Gmez Mosquero, en
Quito el 10 de julio de 1537 151 se le concedi escudo de armas el 4 de abril de
1542152.
Gonzalo Daz de Pineda, capitn con Benalczar en la conquista de Quito y
primer expedicionario al pas de la Canela. Hizo su probanza en Quito el 21 de
agosto de 1539, ante el escribano Antonio Ruiz153.
Obtuvo escudo de armas mediante cdula firmada en Valladolid el 4 de marzo
de 1542154.
Diego de Sandoval, conquistador y fundador de Quito, acudi con indios de su
encomienda a defensa de Francisco Pizarro en Lima. Practic su primera
informacin en Quito el 7 de marzo de 1542, ante el escribano Gonzalo Ynez 155.
519
Pelileo, Mocha; Riobamba, Punn, Yaruquies, Colta; Alaus, Sibambe, Tixn, caar;
Paute, Gualaceo, Sigsig, Cogitambo, Chordeleg y Jima; Saraguro, Paltas, Celca,
Cariamanga y Malacatos.
Este ndice fragmentario de vocablos seala la toponimia verncula de montes y
de pueblos. Habra que aadir una larga serie de nombres patronmicos, junto con
los de la fauna y flora, que persisten en el idioma de nuestra cultura. Los ms de
ellos son de fontica preincaica. En cuanto a su significado, posible es que la
lingstica y etimologa deban atribuir al origen de las lenguas, cuando a los seres
del Universo se imponan vocablos apropiados a la impresin que causaban en el
hombre primitivo.
Caldas ponderaba la iniciativa de los indios en imponer nombres significativos a
los objetos que los rodeaban. Un volcn que arroja de su cima columnas de humo
espeso, mezclado con llamas, se le nombra Cotopaxi (masa de fuego); otro lanza de
su seno nubes de arena, conmueve los fundamentos de la provincia, y arruina los
templos y los edificios: se le llama el Pichincha (el temible, el amenazador); una
cima inmensa cubierta de nieve y colocada el otro lado de un ro, se
nombra Chimborazo (nieve al otro lado); a una poblacin establecida en una
garganta estrecha que corta la cordillera, se le impone el nombre de Latacunga
(garganta estrecha); y en fin, una planta que fortifica los msculos, que da vigor, que
hace andar a un tullido, se llama calpachina yuyu (yerba que hace caminar)163.
La toponimia ha conservado muchos elementos de cultura, que provienen de los
pobladores primitivos y que se han convertido 522 en parte sustancial de
nuestra historia, constituyendo el patrimonio geogrfico.
Huainacapac, para consolidar su dominio, impuso a los pueblos conquistados, el
culto al sol y el habla del idioma quichua. La lengua del Inga, observa Garcilaso,
altern en los nios con el uso del seno de las madres y lleg a hablarse presto en el
trato social y el desempeo de los cargos pblicos 164. El idioma quichua fue lengua
de relacin y de cultura. Aceptada luego por los espaoles, se convirti en el
vehculo de instruccin religiosa. Un espritu tan culto y observador, como el del
padre fray Domingo de Santo Toms, descubri admirable consonancia del quichua
con el castellano y el latn. Este religioso dominico vino al Per en 1540, aprendi
enseguida la lengua del Inga y compuso la primera gramtica, que junto con el
vocabulario quichua, public en Valladolid en 1560. Segn l, por la Gramtica se
puede apreciar la gran polica de esta lengua, la abundancia de vocablos, la
consonancia que tienen las cosas que significan, las maneras diversas y curiosas de
hablar, el suave y buen sonido al odo de la pronunciacin de ella, la facilidad de
escribir con nuestros caracteres y letras: cun fcil y dulce sea a la pronunciacin de
nuestra lengua, el estar ordenada y adornada con propiedad del nombre, modos,
tiempos y personas del verbo. Y brevemente, en muchas cosas y maneras de hablar,
tan conforme a la latina y espaola y en el arte y artificio de ella, que no parece sino
que fue un pronstico que espaoles la haban de poseer165.
El quichua convivi casi medio siglo con los dialectos vernculos de los paltas,
caaris, panzaleos, quitos e imbayas. Hubo de aceptar de todos ellos los nombres
toponmicos, que estaban consagrados por el uso tradicional. La conquista espaola
facilit por de pronto la supervivencia dialectal, no obstante la imposicin
523 oficial del quichua. El Relator annimo de 1573 anota en su descripcin de
Quito: En los trminos de la dicha ciudad son muchas y diversas las lenguas que
los naturales hablan, sin embargo: que por la general del Inga se entienden todos 166.
Cerca de medio siglo despus que el padre Domingo de Santo Toms public su
gramtica quichua, compuso otra el padre Diego Gonzlez Holgun, jesuita que
estuvo en Quito a fines del siglo XVI. Su propsito principal fue ofrecer en su
gramtica algunas reglas que se referan al manejo elegante del idioma 170.
El espaol y el quichua se han impuesto definitivamente al pueblo ecuatoriano.
No se puede hablar de su cultura sin recurrir a los dos idiomas dominantes, en que se
Crisol de Ecuatorianidad
En el escenario de este factor esttico, se realizaron el desarrollo y
transformacin tnicas del actual Ecuador. La prehistoria nos ofrece un mosaico de
pueblos, de raza, cultura e idioma diferentes, que haban hecho ya remanso a las
antiguas oleadas migratorias. La gran inmigracin incaica verific, entre otras cosas,
la primera reunin poltica de los componentes heterogneos, que facilit muy luego
el establecimiento de los espaoles.
Somos, tnicamente, un pueblo heterogneo. Por los elementos dominantes en
la mezcla, pertenecemos a la amalgama indoibrica de razas, y dentro de ellas, al
grupo hispnico. El proceso evolutivo de mezcla y transformacin contina todava.
Las corrientes etnogrficas persisten con caractersticas inconfundibles. El crisol de
la ecuatorianidad no podr realizar el milagro de la fusin, sino mediante la
educacin, a base de la unidad religiosa del realce de la cultura y del goce efectivo
de los derechos polticos.
La geografa humana permite adivinar los resultados etnogrficos, 526
que ha ocasionado la inmigracin en el Ecuador. Quizs la raza espaola, al
fundirse en la americana, ha perdido su ndole ancestral, en una curva de
degeneracin171. En todo caso, a la raza espaola debemos las cualidades
principales, que informan nuestro ser colectivo. Desde la fundacin de Quito (1534)
en adelante, el Ecuador asisti a la inmigracin de espaoles al suelo de la Patria.
Fueron ellos una legin de voluntarios, que viajaron con el propsito deliberado de
establecerse definitivamente en el territorio ecuatoriano. Ellos y sus descendientes
inmediatos han sido los forjadores de la nueva Patria. Por de pronto, fueron 202
espaoles y dos negros los fundadores del Quito hispano o hubo por entonces una
sola mujer espaola. La historia consigna en parte y adivina en otra las primeras
alianzas de espaoles con indios. Fue ciertamente el choque de dos razas, pero
tambin la mezcla de sangre, el intercambio de cualidades, la creacin de un nuevo
pueblo.
En el proceso, adinmico de nuestro vivir histrico, la inyeccin de la sangre
espaola en la linfa americana determina la conciencia del patriotismo. Haba el
soporte fsico de nuestra variada y bella naturaleza. La sangre espaola inform de
principios de individuacin a nuestro pueblo. Con la conquista comenzamos a tener
tradicin e historia. El ayuntamiento de nuestras tierras ecuatoriales y de nuestros
Relaciones geogrficas
El descubrimiento de Amrica y su colonizacin plantearon problemas de
inters trascendental a la Cultura. La Geografa fsica del Universo, la nutica, la
astronoma, la etnologa, hallaron captulos nuevos que aadir a la Cultura general
del Renacimiento. Un escritor tan concienzudo como Humboldt pudo escribir
que uno se asombra de hallar en germen, en los escritores espaoles del siglo XVI
tantas verdades importantes en el orden fsico [...] ya que su acuciosa curiosidad [...]
se plante desde el comienzo la mayor parte de los problemas que an hoy da nos
ocupan175.
El mismo ao, dio la fundacin de Quito (1534) apareci en Sevilla
la Verdadera Relacin de la Conquista del Per, por Francisco de Jerez. Fue sagaz
iniciativa de Francisco Pizarro tener consigo un secretario, que escribiese la relacin
de los hechos, a medida que se iban verificando. Fue Jerez el primero de les
cronistas que consign datas acerca de los pueblos de la Costa ecuatoriana y recogi
algunos nombres toponmicos y patronmicos. Quito se recomienda por Patria de
Atabalipa, cuyo nombre y el de sus generales se traducen como el primer balbuceo
castellano de los patronmicos incaicos.
En 1552 vio la luz pblica en la misma Sevilla la Parte Primera de la Crnica
del Per, de Pedro Cieza de Len. El autor estuvo ya en Cartagena de Indias en
1535. Milit como soldado en las expediciones de Alonso de Cceres (1536), del
licenciado Vadillo (1538), de Jorge Robledo (1541) y de Benalczar (1542).
530 Ms tarde se integr al ejrcito, de La Gasca, hasta la batalla de
Jaquijaguana (1549). Anduvo todo el tiempo con la pluma en la mano. En su
Dedicatoria de la Crnica confiesa expresamente: Me ocurri muchas veces que
mientras los otros soldados mis compaeros dorman, yo descansaba escribiendo. Y
tambin advierte: Yo he visto lo que digo y he hecho en todo la experiencia176.
En su Crnica traz la descripcin geogrfica de las actuales Provincias del
Ecuador y consign datos de experiencia personal tal cual los observ en 1547.
Despus con informes facilitados por don Pedro de La Gasca, compuso la historia de
la Guerra de Quito, en que comparecen los fundadores de la ciudad, alistados unos
en el ejrcito de Gonzalo Pizarro y otros en el de Nez Vela, hasta el triunfo
definitivo de la causa del Rey. Quito entra a figurar como ciudad de primer orden
entre las principales de la Amrica del Sur177.
formulado por don Juan de Ovando. Satisface ms bien a la encuesta de don Juan
Lpez de Velasco. Tiene la ventaja de la precisin de datos, como que fueron
escritos sobre fuentes oficiales del Cabildo. Algunas noticias son completamente
originales. Se consignan observaciones etnolgicas y se dan detalles sobre
instruccin pblica y costumbres populares. No figura esta Relacin en la obra de
Jimnez de la Espada. El original firmado por los Cabildantes, se halla en el Archivo
de Indias con la signatura de 76-6-10192.
535
una fluente imprescindible para la historia del Ecuador. Muchos de los personajes
que figuran en ella fueron protagonistas de sucesos que forman la tragara de la vida
ecuatoriana en el siglo XVII.
sensibilidad frente a estas muestras de cultura, que han llegado a concluir que no
poda ser obscura la vida histrica de un pueblo capaz de reflejar su espritu en obras
de arte que todos admiran y enaltecen. Para el autor de la Historia General es
imposible que en Quito hubiese surgido un Miguel de Santiago, un Gorbar, ni
siquiera un Samaniego.
En el prlogo a la primera edicin de la Defensa, se consigna este
acpite: Voces aviesas -por felicidad aisladas- se alzan, de tiempo en tiempo, en
ciertos rincones de la prensa, permitindose 553 criticar al gran ecuatoriano
por haber expuesto llagas y laceras de la poca colonial. A todas las crticas contesta
victoriosamente el Prelado, con este estudio deslumbrador e irrefutable como la
misma verdad. Gonzlez Surez, filsofo, telogo, canonista, erudito, adquiere
proporciones excelsas en este libro.
Desde 1894 en que aparecieron los tomos principales de la Historia
General han pasado setenta aos de vida histrica, durante las cuales se han allegado
nuevas fuentes para integrar la documentacin sobre nuestra historia en la colonia.
Adems se ha operado un cambio radical en la historiologa, a partir del ltimo
cuarto del siglo XIX. Todo lo cual no permite afirmar para nuestra historia una
verdad de pretensin dogmtica.
partido poltico tradicional, del que fue jefe nato durante toda su vida de actividad
cvica. Para orientacin ideolgica y prctica de sus partidarios escribi el libro en
dos tomos, intitulado: 560 Poltica Conservadora. Firme en sus convicciones
y dispuesto siempre al servicio de sus conciudadanos, acept el puesto de Presidente
del Municipio de Quito y fue su primer Alcalde, cargo que desempe con
generosidad y sacrificio.
Pero en el fondo de su personalidad alent siempre el espritu magnnimo de
sus ascendientes. De ellos hered la visin de la economa en funcin de servicio
social. A uno de sus abuelos celebr Espejo en su Discurso a la Sociedad de Amigos
del Pas, por haber introducido la industria del tejido. A esas fbricas primeras dot
Jijn de maquinarias nuevas, para proveer a sus compatriotas de telas que no pedan
favor a las extranjeras. Ese mismo espritu le alent a proteger las investigaciones
histricas, dando facilidades de publicacin a los aficionados, en las entregas
sucesivas del Boletn. Adems, en la mansin seorial de la Circasiana, aadi
departamentos nuevos, dedicndolos a Museo de Arqueologa y Arte Colonial y a la
Biblioteca especializada de Historia Americana.
Nuevos Investigadores
Compaero y amigo de Jijn en las investigaciones arqueolgicas fue Don
Carlos Manuel Larrea, quien ha sobrevivido al mecenas, para mantener viva la
inquietud por las ciencias auxiliares de la Historia. Su carrera diplomtica le ha
facilitado la adquisicin de obras especializadas, con que ha enriquecido su
biblioteca particular. Con el fin de estimular a sus compatriotas al estudio de la
Historia, public en 1948 la Bibliografa Cientfica del Ecuador, en cuatro
volmenes, donde puede el aficionado hallar el dato preciso de quienes, directa o
incidentalmente, han escrito sobre el Ecuador.
Tanto en el Boletn de la Academia como en la Revista Cientfica 561 de
la Casa de la Cultura, se encuentran sus estudios sobre temas relacionados con la
Historia Nacional. En 1958 public el estudio sobre El Archipilago de
Coln (Galpagos) en que present la historia del descubrimiento, exploraciones
cientficas y bibliografa de las islas.
ltimamente ha sacado a luz la obra intitulada La Real Audiencia de Quito y su
Territorio.
En estos ltimos tiempos se ha despertado la aficin por estudios afines a la
arqueologa. Telmo Paz y Mio ha publicado valiosas contribuciones sobre idiomas
primitivos comparados. Igualmente Aquiles Prez, que escribi sobre las Mitas en la
Real Audiencia de Quito(1947), ha consagrado los nmeros de Llacta a sus estudios
sobre los Quitus y Caras (1960) y a los Seudo Pantzaleos (1962). A propsito, cabe
destacar aqu la organizacin del Instituto Ecuatoriano de Antropologa y Geografa,
que seal entre sus actividades las secciones de Antropologa, Arqueologa,
Geografa e Historia. Una generacin nueva de investigadores ha orientado sus
estudios, con precisin cientfica, a los nuevos campos abiertos por la visin
histrica moderna. Son dignos de mencin en este nuevo estadio de trabajos
conjuntos de Alfredo Costales Samaniego y su seora, de Antonio Santiana y su
esposa y de Anbal Buitrn y su consorte.
Este libro dio ocasin al seor Cevallos Salvador para publicar en 1887 un
opsculo, en que refutaba muchas de las afirmaciones de Moncayo y rectificaba el
criterio con el aprecio justo de los hombres y los hechos.
Remigio Crespo Toral observa al respecto: Don Pedro Moncayo trasplant
aqu los mtodos de esta escuela (de partido): se constituy juez, que a tal debe
aspirar el historiador, sino fiscal: y para sacar verdaderas consecuencias, hubo de
ocultar hechos y abultar los delitos, trocando en estos casi siempre los simples
errores. Perdido el equilibrio de la imparcialidad, su libro pas a la mera condicin
de obra periodista. Fue una positiva desgracia; pues, ese hombre por su sinceridad,
por su elevada intervencin, en muchos de los acontecimientos, ha podido darnos un
resumen que determinase ms amplios trabajos posteriores. El ejemplo de Moncayo,
no obstante la victoriosa refutacin del talentoso hombre don Pedro Jos Cevallos,
ha influido grandemente, para desviar la historia de su recto y tranquilo cauce. Se
han prodigado las relaciones, los folletos, las monografas: de todo lo cual no se
obtiene en definitiva sino datos mutilados, apologas, acusaciones y el testimonio del
ardor de la pasin en nuestra turbulenta democracia. Se ha llegado por este camino,
a la historia, y, quin lo creyera! historia oficial y de 564 enseanza
obligatoria partidarista hasta llegar al trmino vituperable, no slo de atenuar, sino
de enaltecer el tremendo pual que el ms grande de nuestros retricos llam de
vindicta y de salud!196
El caso de Pedro Moncayo, rectificado por Cevallos Salvador, abri una serie
que fue repitindose en la segunda mitad del siglo XIX.
En 1890 Marietta de Veintimilla public en Lima su libro intitulado Pginas del
Ecuador, en que trataba de justificar la actuacin poltica de su to el general Ignacio
de Veintimilla. Los hechos referidos eran demasiado recientes y aludan a varios
factores de la vida pblica. Se explica, entonces, que surgieran refutaciones de los
diversos sectores de la vida nacional. El Den de la Iglesia Metropolitana de Quito,
don Jos Nieto public La Verdad contra las calumnias de la seora Marietta de
Veintimilla, cuyo ttulo indica ya el contenido polmico del libro. Tambin refutaron
algunas afirmaciones de las Pginas del Ecuador los seores Rafael M. Mata y Juan
Benigno Vela. Pero quien asumi una actitud elevada frente a los hechos fue don
Antonio Flores Jijn. En 1891 sac a luz su libro intitulado Para la Historia del
Ecuador, en el que, despus de exponer la verdad de los sucesos, alleg la suma de
83 documentos, que permiten rehacer la situacin histrica en que hubo de actuar el
general de Veintimilla.
Ms notorio fine el caso de Garca Moreno y de la etapa de su gobierno. En
1887 apareci, editado en Pars, el libro del padre A. Berthe, intitulado Garca
Moreno, Presidente del Ecuador, Vengador y Mrtir del Derecho Cristiano (18211875). La obra tuvo un xito publicitario en Europa, donde lleg a ser conocido el
Ecuador a travs de Garca Moreno. En 1889 se edit en Guayaquil
la Refutacin del libro del padreBerthe, escrita 565 por Antonio Barrero
Cortzar, quien haca una nueva interpretacin de los hechos con notable acopio de
documentos. La dualidad de juicio, sobre un mismo personaje excit a don Juan
Len Mera a escribir un libro no simplemente histrico sino de polmica, acerca
de Garca Moreno. Justificaba su intervencin con la siguiente razn. Han trado
esta necesidad los libros que sobre Garca Moreno han publicado el padre A. Berthe,
Redentorista francs, y nuestro compatriota el doctor don Antonio Borrero; libros
totalmente opuestos en la manera de juzgar a aquel Grande Hombre, y no conformes
La enseanza de la Historia
No bien sali a luz el Resumen de la Historia del Ecuador, su autor, don Pedro
Fermn. Cevallos, escribi el Compendio 566 de la Historia del Ecuador,
que fue declarado texto oficial para la enseanza en las escuelas de la Repblica, el
29 de setiembre de 1871. En cuanto al mtodo, adverta el doctor Cevallos: Va
reducido a Catecismo, porque, antes de componerlo, me inform el hermano Jos,
Director Generad de las escuelas cristianas, que esta forma era la ms a propsito
para la enseanza de los nios. La forma consista en dividir en captulos y exponer
los hechos mediante preguntas y respuestas. El compendio avanzaba hasta la
revolucin del 6 de marzo de 1845. Ante la insinuacin de proseguir la narracin de
los hechos, responda el alumno: Oh! No seor; porque para la narracin de los
sucesos en que hemos sido actores o siquiera hecho de padrinos; eso es, para los de
un tiempo en que an imperan candentes el amor propio, las afecciones y los odios,
hallo muy difcil, no el dar con la verdad, sino el hablar conforme a la verdad y con
calma, rectitud y buena fe; y as, contentaos con el conocimiento de los referidos
hasta 1845.
Del compendio del doctor Cevallos se hicieron ediciones sucesivas para la
enseanza en las escuelas del Ecuador.
En su informe al Congreso de 1903, el Ministro Julio Andrade, daba a conocer
que se haba publicado la Historia General del Ecuador del seor Federico
Gonzlez Surez. Pero la obra serva; ms bien para libro de consulta y de hecho
contribuy a crear la opinin respecto del pasado. Pero no era a propsito para texto
de enseanza. El propio autor se dio cuenta de este hecho y de la necesidad de
redactar un compendio que pudiese adaptarse a la enseanza. En 1915 redact y
public su Historia Elemental de la Repblica del Ecuador.- Tomo Primero
(Tiempos Antiguos), para el Pensionado Nacional, fundado y dirigido por el doctor
Pedro Pablo Borja.
El mismo ao de 1915, Camilo Destruje public en Guayaquil un Compendio
de la Historia del Ecuador, arreglado para las escuelas y colegios de la Repblica.
A base de un cuestionario, donde los asuntos numerados, se consignaban los datos
Aportes Monogrficos
La historia abarca el campo total de la vida humana. A su mirada todo detalle
contribuye a enriquecer su patrimonio. Se explica, entonces, que una visin de
sntesis deba tomar en cuenta tanto las biografas como las monografas, que se han
escrito, desde un punto especial de vista. En 1962 se public la Historia de la
Iglesia en el Ecuador durante el patronato espaol. Su objeto era exponer la mocin
del factor religioso en la vida de la Patria, antes de la emancipacin poltica. En el
campo de la Iglesia se han escrito algunas monografas de las Comunidades
Religiosas, que han actuado en la vida religiosa ecuatoriana.
En 1883 el padre Francisco Mara Compte public el libro intitulado Varones
Ilustres de la Orden Serfica en el Ecuador. En torno a los datos biogrficos se
exhiba el texto de documentos originales, que ilustraban los hechos.
En 1930 el padre Joel Lenidas Monroy inici, en el Boletn de la Academia
Nacional de Historia, la publicacin de la historia de El Convento de la Merced de
Quito, que abarc, en esta primera entrega, desde el ao de 1534 a 1617. Luego, en
1932, continu el trabajo en un segundo tomo que comprenda la etapa de 1616 a
previo que posea una profunda filosofa del hombre, una cultura integral, una aguda
apreciacin de las diversas actividades del ser humano y de su comparativa
importancia, una correcta escala de los valores morales, polticos, religiosos,
tcnicos y artsticos. El valor, quiero decir, la verdad de la labor histrica estar en
relacin con la riqueza humana del historiador.
Cevallos Garca inicia su libro con un pensamiento, de Hegel, entresacado de
sus Lecciones sobre la Filosofa de la Historia Universal. Segn Hegel, Lo
verdadero es algo en s universal, sustancial; y lo que es as slo existe en y para el
pensamiento. Pero lo espiritual, lo que llamamos Dios, es precisamente la verdad
580 verdaderamente sustancial y es en s esencialmente individual, subjetiva.
El ser pensante; y el ser pensante es en s creador; como tal lo entendemos en la
Historia Universal. Todo 1o dems que llamamos verdadero, es slo una forma
particular de esta eterna verdad, tiene su base en ella, es un rayo de ella. Si no se
sabe nada de ella, nada se sabe verdadero, nada recto, nada moral.
Con Hegel la filosofa de la Historia ha sido reconocida como una disciplina
filosfica. El pensador alemn se consider como un filsofo-Dios que recre no
solamente la historia humana sino el universo entero, merced al movimiento
mediante el cual la Razn eterna, es decir Dios, se actualiza a s mismo en el tiempo.
A esta conclusin lleg Hegel a travs de la intericin bsica de la movilidad y la
inquietud esenciales a la vida, y esencialmente al ser del hombre, quien nunca es lo
que es y siempre es lo que no es (Maritain).
Adems de Hegel, Cevallos Garca ha ledo a los filsofos e historiadores
alemanes, que han elaborado el historicismo, principalmenteTroeltsch y Dilthey.
Tampoco le son desconocidos los aportes de los ingleses Whitehead y Toynbee y de
Juan Bautista Vico, el italiano que ms contribuy a estructurar el historicismo
moderno. Ms cerca se halla Ortega y Gasset, el pensador espaol que interpret y
formul en castellano las inquietudes y orientaciones de la filosofa contempornea.
Mencionamos tan slo algunos nombres de los autores ledos y citados por Cevallos
Garca.
Dentro de este crculo de influencias exteriores, nuestro autor ha desenvuelto
sus ideas en el ambiente universitario, como catedrtico de Historia de la Cultura y
de Historia Patria. Del dilogo entre maestro y alumnos han brotado sus Reflexiones
sobre la Historia del Ecuador, en que aparece hecho carne y sangre propias el
caudal de sus lecturas.
Con este respaldo doctrinal ha valorado el mrito de nuestros principales
historiadores: el padre Velasco, expresin del 581 siglo XVIII, el de la
Ilustracin francesa; Pedro Fermn Cevallos, reflejo del Romanticismo; Federico
Gonzlez Surez, situado al filo de los siglos XIX y XX, sin definicin marcada.
Fuera de este aspecto valorativo y crtico, Cevallos Garca ha emprendido la tarea de
interpretar la Historia Nacional con sentido del siglo XX. Sobre la base de
escrupulosa documentacin ha tramado de rehacer nuestra historia.
Captulo XXIII
La Casa de la Cultura ecuatoriana
La Casa de la Cultura fue creada por el doctor Jos Mara Velasco Ibarra,
cuando Presidente de la Repblica, mediante el Decreto Ley del 9 de agosto de
1944. Segn los artculos 9 y 10 del Decreto, la Casa de la Cultura tena la misin de
apoyar y fomentar las investigaciones y estudios cientficos en general y procurar,
para los ecuatorianos, el aprovechamiento de la cultura universal, a fin de que el pas
marchara al ritmo de la vida intelectual moderna.
Los medios para conseguir este ideal seran la organizacin de conferencias
dictadas por nacionales y extranjeros, especializados en las diversas ramas de la
Cultura; el establecimiento de una Editorial para la publicacin de libros y revistas a
cargo de las diversas secciones; el patrocinio de exposiciones cientficas y artsticas
dentro y fuera de la Repblica; el estmulo con premios a los escritores y artistas
nacionales; la orientacin del teatro, msica y coreografa nacionales; la direccin de
las artes populares y el estmulo para la creacin de Institutos de altos estudios y de
investigaciones cientficas.
La Casa de la Cultura deba constar de las siguientes secciones: 1) de Ciencias
Jurdicas y Sociales, 2) de Ciencias Filosficas 584 y de Educacin, 3) de
Literatura y Bellas Artes, 4) de Ciencias Histrico-Geogrficas, 5) de Ciencias
Biolgicas; 6) de Ciencias Exactas, y 7) de Instituciones Culturales Asociadas: total,
siete secciones compuestas por miembros representativos de las diversas ramas de la
Cultura.
Cada seccin deba tener su miembro titular, para componer el Directorio, al
que corresponda resolver los problemas ordinarios, de la Institucin. El Directorio
deba reunirse una vez cada semana y una vez por ao la Junta General, integrada
por todos los miembros Titulares de las secciones, para conocer y vigilar la marcha
general de la Casa de la Cultura.
Cada seccin estaba en el deber de organizarse internamente en la forma que
creyera conveniente para mayor eficacia de sus trabajos, de elaborar un plan de
accin a realizarse dentro de cada ao, de presentar al Directorio la proforma de
gastos para la realizacin de sus labores y de organizar las publicaciones en la
Editorial de la Casa de la Cultura.
La Casa de la Cultura fue creada como Institucin, Autnoma, con personera
jurdica. Al instituirla se hizo el nombramiento de los miembros titulares de cada
seccin. Pero en el mismo Decreto creador se autorizaba a que la Junta de los
miembros, por esta nica vez nombrados, redactase los Estatutos, que deban regir a
la Casa de la Cultura, como as se hizo de inmediato, quedando la Institucin con
Estatutos aprobados desde el 2 de diciembre de 1944.
El artculo 34 de los Estatutos Generales prevena la creacin y funcionamiento
de Ncleos Provinciales, para lo cual expidi un Reglamento el 9 de agosto de 1945,
que les autorizaba a redactar su Reglamento Interno para su organizacin y para
crear las secciones que fuesen posibles. Los fondos destinados para los gastos de
cada Ncleo Provincial deban ser provistos por la Tesorera de la Institucin.
Al facilitar la creacin de los Ncleos Provinciales, la Casa de la Cultura ha
propendido a resolver un problema de alcance 585 nacional. La mejor forma
de realizar la unidad ecuatoriana es reconocer y respetar las individualidades
precisas y bien definidas de las Provincias que componen la Nacin. No absorcin,
sino colaboracin: he ah el lema prctico de la Casa de la Cultura Ecuatoriana.
Con este ideal la Casa Matriz de Quito ha demostrado siempre el mayor inters
en la organizacin de los Ncleos Provinciales, a fin de que se multiplicaran, en toda
la Repblica, los centros estimuladores de la Cultura. Con la ayuda econmica que
ha proporcionado la Tesorera de la Casa de la Cultura, los Ncleos del Guayas y del
Azuay han construido ya sus edificios propios, con dependencias adecuadas para
biblioteca, museo, teatro y editorial. Se han constituido tambin los Ncleos del
Tungurahua, Manab, Loja, Esmeraldas y del Chimborazo, que realizan sus
actividades culturales, de acuerdo con las exigencias del ambiente.
Por principio la Casa de la Cultura ha debido mantenerse al margen de la
poltica de partidos, aspirando a ser nicamente la Casa del Espritu, con ventanas
abiertas a todas las orientaciones de la Cultura del pas. Quien ha querido aprender o
tenido un mensaje que decir, ha encontrado abiertas las puertas de la Institucin.
Este apostolado de cultura ha suscitado una reaccin de simpata y de confianza
de parte de los Poderes Pblicos. As se explica que los Cabildos de Quito y
Guayaquil y ltimamente los de Loja y Ambato, hicieran donacin a la Casa de la
Cultura de sitios apropiados y costosos, para construccin de sus edificios
respectivos. Al cumplirse el sptimo ao de la fundacin de la Casa de la Cultura, el
Congreso de la Repblica aprob un acuerdo de felicitacin, con los considerando
de que dicha Institucin que prestigia al pas ha contribuido a enaltecer el acervo
cientfico, literario y artstico nacional y de que la difusin de nuestra Cultura
llevada a cabo por este organismo dentro y fuera de la Repblica ha afirmado el
prestigio de nuestros valores en dos diversos ramos del saber.
586
Ecuador -- Historia
Ecuador -- Civilizacin
CDU:
008(866)
986.6
Idioma: espaol
URI: http://www.cervantesvirtual.com/nd/ark:/59851/bmcht301