Los Espejismos de La Democracia
Los Espejismos de La Democracia
Los Espejismos de La Democracia
El sistema de partidos cumpli con estos tres "requisitos mnimos" durante los
aos ochenta, es decir, que funcion y logr cumplir sus tareas
representativas, por lo cual no puede sostenerse sin ms que el colapso est
asociado a su falta de funcionamiento.
Empecemos analizando el desempeo del sistema de partidos en la arena
electoral. Encontramos que entre 1978 y la primera vuelta de las elecciones
presidenciales de 1990, concentraron la abrumadora mayora de las
preferencias electorales, en un contexto de amplia participacin y con datos
sobre abstencin electoral y votos blancos y nulos no significativos.
En 1978, estos actores concentraron el 88.5% de los votos vlidos, y no
bajaron del 90% en los ochenta, con la excepcin del 71.5% (todava bastante
alto) de las elecciones municipales de 1989.
Es cierto que en el Per desde el comienzo mismo del rgimen democrtico
hubo indicios de una gran debilidad de los partidos, expresada en los altos
ndices de volatilidad electoral. Sin embargo, pese a los drsticos cambios en
las preferencias electorales, stas siempre se encuadraron -hasta
1990, inclusive- dentro de los mrgenes del sistema partidario.
Una de las razones que ayuda a entender el golpe de Estado de abril de 1992
es la debilidad de la bancada del gobierno en el Congreso, su posicin
minoritaria y la correlativa fortaleza de los partidos.
La fortaleza de los partidos hasta despus de las elecciones de 1990 ha
tendido a ser subestimada por muchos analistas, que sobrestimaron
correlativamente la magnitud poltica de la aparicin de candidatos
independientes y outsiders con un fuerte discurso contrario a los partidos en
las elecciones de 1989 y 1990. De otro lado, la votacin obtenida por los
actores del sistema de partidos en 1990 no presagiaba en absoluto el futuro
colapso del sistema; por el contrario, insinuaba una evolucin, siguiendo
tendencias regionales. En la actualidad, diversos sistemas de partidos
muestran una evolucin: por ejemplo, Uruguayo Argentina, que pasan de un
bipartidismo tradicional a un sistema de tres partidos; Mxico, que transita de
un sistema de partido hegemnico a uno de tres partidos competitivos. En
Bolivia: Si bien el sistema de tres partidos est evolucionando hacia un
pluralismo extremo, en el que los actores "tradicionales" pierden posiciones
frente a la irrupcin de nuevos liderazgos y movimientos, nada hace presagiar
la desaparicin de alguno de los actores principales que se alternan en el
gobierno desde 1985.
En cuanto al segundo indicador: lejos de tener vnculos dbiles con estas
organizaciones, por el contrario los partidos tuvieron muy estrechas relaciones
con ellas; hasta podra decirse, incluso, que los nexos eran demasiado
estrechos, al punto que implicaban prcticamente una ausencia de distincin
entre las esferas poltica y social. En el Per las identidades sociales han sido
forjadas en gran medida desde el Estado y la poltica, crendose as estrechas
relaciones.
con los miembros de sus propios partidos, que vean con desconfianza estos
acercamientos con los adversarios polticos.
Pero no slo hubo reuniones, conversaciones y una retrica de acuerdos que no
se cumpla en los hechos. Lo ms importante es que varios intentos de golpe
de Estado fueron conjurados a lo largo de los aos ochenta e inicios de los
noventa por la confluencia de la clase poltica en torno a la defensa del orden
constitucional.
Quiero llamar la atencin sobre el hecho generalmente subestimado de que
tambin hubo importantes tendencias centrpetas en el sistema de partidos,
con lo que las cosas resultan ms complejas, y sealar que aun si las
tendencias centrfugas hubieran sido ms significativas, ellas por s solas no
bastaran para explicar la manera en que se dio el colapso del sistema: las
tendencias centrfugas atentan contra la gobernabilidad, antes que contra la
representatividad de aqul.
El sistema de partidos en el Per de los aos ochenta cumpli por lo menos
requisitos mnimos, y que resultaba razonable pensar en posibilidades de
consolidacin en el mediano o largo plazo, pese a las dificultades, como sucede
en la mayora de casos en la regin. Me parece importante remarcar que el
principal desafo del sistema de partidos apareca no como un problema de
representacin sino de gobernabilidad en el contexto de muy diversos
proyectos polticos en pugna por la hegemona del pas, algunos de ellos
excluyentes entre s. Por ms distorsiones que contuviera, el sistema de
partidos era el espejo en el que se reflejaba la sociedad en la esfera de la
poltica.